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MAGISTRADO PONENTE: JUAN ANTONIO MARTÍNEZ GÓMEZ SECRETARIO DE ESTUDIO Y CUENTA: DELIA ROSA ALONZO MARTINEZ
Saltillo, Coahuila, (26) veintiséis de enero de 2016.
V I S T O para resolver el toca penal número
375/2015, relativo al recurso de apelación interpuesto por el
Ministerio Público y Defensor, contra la sentencia definitiva
pronunciada por el Juez de Primera Instancia en Materia
Penal del Distrito Judicial de Acuña, con residencia en ciudad
Acuña, Coahuila, de fecha veinticinco de agosto de dos mil
quince, dentro del proceso penal número 176/2014, que por el
delito de HOMICIDIO CALIFICADO COMETIDO CON
BRUTAL FEROCIDAD Y VENTAJA, se instruyó en contra del
inculpado **********, quien al rendir su declaración
preparatoria, por generales manifestó: llamarse como ha
quedado escrito, **********, ********** **********, de **********
años de edad, originario y vecino de********** **********, con
domicilio en calle**********número**********, de oficio **********,
cuenta con**********dependientes económicos, sabe leer y
Sent. Penal
No.
escribir, con instrucción **********, **********, **********; y
R E S U L T A N D O :
PRIMERO.- La resolución impugnada concluyó con
los siguientes puntos resolutivos: “PRIMERO.- Quedaron
definitiva y plenamente comprobados los elementos del
cuerpo del delito de HOMICIDIO CALIFICADO COMETIDO
CON BRUTAL FEROCIDAD y VENTAJA, previsto y
sancionado por los artículos 329, 336 y 350 fracciones VI y VII
segundo párrafo del Código Penal vigente.- SEGUNDO.-
Igualmente quedó demostrada en definitiva la plena
responsabilidad penal de **********, en la comisión del delito de
HOMICIDIO CALIFICADO COMETIDO CON BRUTAL
FEROCIDAD y VENTAJA, en su calidad de autor material, en
términos del numeral, 33 apartado A) fracción I y 38 del
Código Penal vigente en el Estado.- TERCERO.- Por tal delito,
circunstancias de ejecución y particulares del inculpado,
fundamentos y consideraciones que anteceden, se condena a
**********, a sufrir una pena privativa de la libertad de (30)
TREINTA AÑOS DE PRISIÓN ORDINARIA y así mismo, se le
condena a pagar una multa de VEINTE DIAS DE MULTA,
correspondiente al salario mínimo vigente en la región en la
fecha de comisión del delito, equivalente a 6,377.00 (SEIS MIL
TRESCIENTOS SETENTA Y SIETE PESOS 00/100
MONEDA NACIONAL).- CUARTO.- Por los motivos y
fundamentos expuestos en el considerando VII de la presente,
se condena al sentenciado **********, al pago de la reparación
del daño en cantidad ilíquida.- QUINTO.- La sanción privativa
Toca Penal 375/2015
de la libertad la deberá de compurgar el ahora sentenciado en
el lugar que para tal efecto designe la autoridad
correspondiente, tomando en consideración el tiempo que ha
permanecido detenido, conforme se señaló en el penúltimo
párrafo del considerando VI de la presente. En el entendido de
que actualmente se encuentra detenido.- SEXTO.- La multa
deberá de ser pagada ante este Tribunal, a fin de que sea
aplicada al Fondo para el Mejoramiento de la Administración
de Justicia en el Estado.- SÉPTIMO.- Por los motivos y
fundamentos expuestos en el considerando VIII de la presente
resolución, SE NIEGA al sentenciado **********, la condena
condicional, y beneficio análogo de ésta.- OCTAVO.- Por los
motivos y fundamentos expuestos en el último considerando,
se decreta la suspensión de derechos políticos de **********
por el tiempo de pena de prisión que se le imponga en forma
ejecutoriada; gírese oficio al Instituto Nacional Electoral
haciéndole saber tal circunstancia, una vez que cause
ejecutoria la presente sentencia.- NOTIFÍQUESE
PERSONALMENTE…”.
SEGUNDO.- El recurso de mérito fue admitido por
el juez con efecto suspensivo, habiéndose enviado a esta Sala
Colegiada Penal, en la que formado el toca correspondiente y
substanciado legalmente el recurso, quedaron citadas las
partes para oír sentencia, la que hoy se pronuncia; y
C O N S I D E R A N D O :
PRIMERO.- Con base en la fracción I del artículo
23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, este órgano
colegiado tiene competencia por materia y grado para conocer
y resolver los recursos de apelación que se interpongan en
contra de las sentencias definitivas pronunciadas por los
jueces penales del Estado.
De conformidad con los artículos 550 y 570 del
Código de Procedimientos Penales del Estado, el recurso de
apelación tiene por objeto que esta sala declare fundados o
infundados los agravios hechos valer por las partes; en el
primer caso, se revocará o modificará la sentencia apelada, en
el segundo, será confirmada.
Es aplicable también, lo dispuesto en los artículos
523 y 574 del mismo ordenamiento legal, para el efecto de
que si el Ministerio Público apeló pueda aumentarse la pena
impuesta, pero no podrá suplirse la falta o la deficiencia de sus
agravios, no así respecto al inculpado o su defensor, que este
tribunal jurisdiccional podrá suplirlos cuando no se hayan
hecho valer debidamente, o se hubieren omitido en perjuicio
de aquél.
SEGUNDO.- En su pedimento penal número 355
de fecha veinte de octubre del año próximo pasado, el
representante social invoca que la sentencia recurrida le
ocasiona agravio, en atención a que el juez de origen al
individualizar la pena de prisión a que se hizo acreedor
Toca Penal 375/2015
**********, transgrede por inexacta aplicación el contenido del
artículo 103 Apartados A y B del Código Penal vigente en el
Estado, al apreciar inadecuadamente algunos de los factores y
omitir el examen de otros que informan la gravedad de la
conducta culpable y grado de afectación. En orden a ello,
solicita se establezca que el agente revela un grado de
punibilidad superior al que se fijó en primera instancia.
En cuanto a la intervención del Defensor Público
en materia penal del Instituto Estatal de Defensoría Pública,
Licenciado ********** y que lo es del sentenciado en esta
segunda instancia, mediante escrito de fecha veintiocho de
octubre último, invoca que el fallo recurrido le irroga agravio,
ya que contrario a lo señalado por el juez de origen, en autos
no se encuentra debidamente acreditada la circunstancia
calificativa de brutal ferocidad, a que se refiere el artículo 350
fracción VI del Código Penal.
De igual manera sostiene que el inculpado no tenía
intención de privar de la vida al menor **********.
Así mismo aduce que en el apartado de
individualización de la pena de prisión a que se hizo acreedor
**********, el juzgador aplicó de manera inexacta el contenido
del precepto 103 Apartados A y B del ordenamiento punitivo
de la entidad.
Por último, solicita se esté a lo previsto por el
artículo 523 del Código de Procedimientos Penales.
TERCERO.- De entrada, se examinan en este
apartado los motivos de inconformidad que esgrimen las
partes; y por razón de método se hará inicialmente respecto a
los que invoca la defensa.
Previamente, es oportuno indicar que atento a lo
establecido por el numeral 487 de la codificación adjetiva de la
materia, para dictar sentencia condenatoria es necesario que
se compruebe el cuerpo del delito y la responsabilidad del
inculpado. En caso contrario, al igual que cuando se acredite
causa excluyente de delito o extintiva de la acción penal, la
sentencia será absolutoria; dicho principio, se corrobora con lo
dispuesto en el diverso numeral 488 del cuerpo de leyes en
cita, que establece que la duda razonable sobre el cuerpo del
delito o la responsabilidad del inculpado, motivará que el
juzgador absuelva.
Ahora bien, el juez de origen en comunión al
pedimento acusatorio estimó que en autos quedó plenamente
acreditado el cuerpo del delito de homicidio calificado
cometido con brutal ferocidad y ventaja, previsto y sancionado
por los numerales 329, 336 y 350 fracciones VI y VII segundo
párrafo del Código Penal, al igual que la responsabilidad
penal de ********** en su comisión, al haberse demostrado que
aproximadamente a las dieciséis horas del dos de octubre de
dos mil catorce, el activo en compañía de su pareja ********** y
del menor hijo de ésta, de nombre ********** se encontraban en
Toca Penal 375/2015
el domicilio ubicado en calle ********** número ********** del
Fraccionamiento ********** de ciudad **********, **********.
Al percatarse el inculpado que el menor de
referencia con quien estaba acostado en una cama, comenzó
a llorar, se molestó por el llanto y se puso de pie dirigiéndose
al niño a quien le propinó golpes en la cabeza con sus puños,
ocasionándole lesiones que días después lo privaron de la
vida, atento al certificado de necropsia suscrito por el Perito
Medico **********, por choque neurogénico por hipertensión
intracraneal a consecuencia de edema cerebral y hematoma
subdural por traumatismo craneoencefálico severo.
Con tal proceder, el agente revela un profundo
desprecio por la vida humana, pues el llanto del menor
constituye un móvil enteramente desproporcionado con la
reacción del acusado; además, éste no corría riesgo de ser
lesionado o muerto por el occiso, con conocimiento de dicha
circunstancia, ya que ********** contaba únicamente con un
año seis meses de edad, mientras el agente es una persona
adulta de ********** años de edad y por ende, con superioridad
física respecto al niño; con su actuación el agente lesionó el
bien jurídico protegido por la norma, que en la especie lo es la
vida de las personas.
Sentado lo anterior, se examina la inconformidad
de la defensa relativa a que en autos no existen elementos de
prueba que acrediten la calificativa de brutal ferocidad.
Antes que nada, debemos precisar que el artículo
329 del Código Penal, prevé lo siguiente:
“…FIGURA TIPICA DE HOMICIDIO. Comete homicidio
quien mata a otro….”
Por su parte, el numeral 350 fracción VI del
ordenamiento sustantivo en consulta, en lo conducente reza:
“….CIRCUNSTANCIAS CALIFICATIVAS DE HOMICIDIO Y
LESIONES. Se entiende que el homicidio y las lesiones son calificados
cuando concurra cualquiera de las circunstancias siguientes. VI.
BRUTAL FEROCIDAD. Cuando se ejecuten con brutal ferocidad….”.
De lo anterior, podemos observar que en nuestra
legislación no se expresa la definición de dicha calificativa, es
decir, no explica en que consiste la misma, por lo que en
ausencia de una interpretación auténtica que pudiera orientar
el criterio judicial, se hace necesario recurrir a la doctrina y
jurisprudencia para, con arreglo a ello, establecer el alcance
jurídico penal de la mencionada calificativa.
De ahí que, es posible considerar que para que la
misma se tenga por actualizada, es menester que en el sujeto
activo de la infracción no exista un motivo aparente para la
consumación del delito, o sea, que obre por el resurgimiento
de sus primitivos instintos de sangre.
Toca Penal 375/2015
Lo cual significa que la base fundamental para la
acreditación de la calificativa de brutal ferocidad se relaciona
con el móvil del delito, esto es, con la ausencia de motivo o
bien la insignificancia de éste para ejecutar el delito.
En efecto, la aludida circunstancia calificativa se
actualiza cuando el acto se ejecuta sin causa o con un móvil
enteramente desproporcionado que pone de relieve, en grado
máximo, los instintos perversos y antisociales del homicida,
porque éste, con sus hechos, está evidenciado el poco
respeto que le merece la vida humana y la destruye por
causas enteramente intrascendentes. Tiene aplicación el
criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del rubro
siguiente:
BRUTAL FEROCIDAD Y
PREMEDITACION. Para que la calificativa
de brutal ferocidad se tenga por actualizada,
es menester que en el sujeto activo de la
infracción no exista un motivo aparente para
la consumación del delito, o sea, que obre
por el resurgimiento de sus primitivos
instintos de sangre, o bien, se requiere que
el móvil sea tan notoriamente
desproporcionado con la reacción, que
revele un profundo desprecio por la vida
humana, por lo que la brutal ferocidad
resulta incompatible con la diversa
calificativa de premeditación. Amparo
Directo 2786/85. Carlos Martín Cerpa
Sánchez. 30 de Septiembre de 1985. 5
votos. Ponente: Raúl Cuentas Mantecón. 1
En tal virtud, como señaló el juzgador criterio que
hace suyo este órgano colegiado, en el evento tal
circunstancia se acredita en atención a la manifiesta
desproporción entre el móvil del delito y el resultado luctuoso,
cuenta habida que privar de la vida a un menor de un año seis
meses de edad solo porque lloraba, es indicativo del profundo
desprecio que por la vida tiene el agente.
Lo anterior se obtiene del caudal probatorio del
principal, pues ********** en fecha dos de octubre del año dos
mil catorce, comparece ante la autoridad de investigación y
manifiesta que desde el mes de mayo de la citada anualidad
llegó a esta ciudad procedente de ********** **********,
**********, en compañía de sus dos menores hijos ********** y
********** ambos de apellidos ********** de un año seis meses y
dos años cuatro meses de edad respectivamente, ya que el
inculpado le propuso vivir en unión libre, lo que aceptó.
Por ello, habitaron el domicilio ubicado en calle
********** número ********** del Fraccionamiento ********** de
**********, donde su vida familiar se desarrolló de manera
tranquila hasta principios del mes de septiembre en que el
1 IUS 2014 DISCO COMPACTO, MEXICO, SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACION. SEPTIMA
EPOCA. REGISTRO 234081.
Toca Penal 375/2015
acusado cambió su forma de ser con el niño **********, ya que
se molestaba cuando lloraba y decía que no lo dejaba
descansar “…el día lunes veintinueve de septiembre del presente año
cuando eran aproximadamente las once y media de la mañana me
encontraba acostaba en la sala lugar donde esta una cama matrimonial
en compañía de mi hijo ********** así como de ********** y de pronto mi
hijo ********** empezó a llorar mucho a lo que ********** empieza a
reclamar diciéndome “calla a tu pinche hijo” y luego le da un fuerte golpe
con su puño derecho en la cabeza a mi hijo ********** y mi hijo dejó de
llorar y ********** se volvió a quedar dormido y como mi hijo ********** ya
no lloró yo seguí acostada, pero es el caso que el día de hoy dos de
octubre del presente año, cuando eran aproximadamente las cuatro de la
tarde después de haber bañado a mi hijo ********** y mi hija ********** me
acosté con ********** y mi hijo ********** en una cama matrimonial que
está en la sala y mi hija ********** se acostó en un colchón que está en un
cuarto y en eso mi hijo ********** empezó a llorar por lo que ********** se
levanta de la cama diciendo “otra vez tú, déjame descansar pinche
huerco culero” y le dio dos golpes en la cabeza y veo que mi hijo se cae
se le cierran los ojitos y ya no reacciona por lo que me asusté mucho, a
lo que de inmediato subí a mi hijo a la carreola y mientras lo subía me
preguntó ********** que a donde iba y le dije que iba a llevar a mi hijo al
hospital…”
De la deposición de cuenta, se obtiene que a
********** le constan los hechos que describe; de igual forma
se aprecia de su narración que tiene el criterio necesario para
comprender el acto que declara, no se desprende que haya
sido inducida a declarar falsamente por fuerza, miedo o
soborno y no se advierten otros motivos para que se
condujera con falsedad; además, la deponente percibió el
hecho a través de sus sentidos, declaró con objetividad y su
atesto es claro y preciso sobre la sustancia del hecho y sus
accidentes.
Lo anterior es como se aprecia, ya que **********
proporciona los datos referentes a la mecánica en que se
desarrolló el evento que atendemos, destacando
particularmente que el inculpado golpeó con los puños al
menor en su cabeza, ello porque al encontrarse acostados en
la misma cama el niño empezó a llorar.
Es decir, la deponente señala categórica que el
proceder del acusado se escenifica a razón del llanto de su
menor hijo ********** de solo un año seis meses de edad; móvil
enteramente desproporcionado con el resultado luctuoso
conocido, como precisó el juez de origen.
Más aún, no pasa desapercibido que en audiencia
final celebrada en fecha cuatro de agosto del año próximo
pasado, ********** al ser careada con el inculpado se
mantienen firmemente en la versión imputatitva que efectúa
contra el agente.
En consecuencia, la probanza de referencia
genera presunción razonable al presente capítulo, ya que
informa claramente respecto a que el inculpado golpeó al
menor en la cabeza únicamente porque estaba llorando, al
momento en que dijo “otra vez tú, déjame descansar pinche huerco
culero”; tal mecánica del evento se corrobora en autos.
Toca Penal 375/2015
Efectivamente, ********** manifestó en averiguación
previa el tres de octubre del año dos mil catorce, que desde el
mes de mayo de la citada anualidad vive en unión libre con
**********, quien se trasladó a tal efecto desde el ********** en el
**********, en compañía de sus hijos **********.
Señala el activo que a principios del mes de
septiembre se quedó sin trabajo y se desesperó porque no
conseguía ningún lugar donde laborar, lo que originó que no
durmiera bien en las noches pensando de que manera iba a
conseguir comida, por ello en ocasiones se quedaba dormido
hasta mediodía.
Aduce que se empezó a desesperar con **********
ya que siempre que lograba conciliar el sueño, el niño lo
despertaba con sus lloridos, lo que hacía por chiflado ya que
solo quería estar con ********** “…Y COMO ********** NO HACIA
NADA PARA QUE SE CALLARA ME DIO CORAJE Y LE PEGUE CON
MI PÚÑO DERECHO EN LA CABECITA DE ********** Y FUE DE LA
MANERA QUE DEJO DE LLORAR ********** POR LO QUE **********AL
PREGUNTARME PORQUE LE PEGABA A ********** YO SOLO LE DIJE
QUE ERA PARA QUE ********** ME DEJARA DORMIR YA QUE ERA
MUY CHIFLADO Y ES EL CASO QUE EL DIA DOS DE OCTUBRE DEL
PRESENTE AÑO, CUANDO ERAN APROXIMADAMENTE LAS
CUATRO DE LA TARDE AL ENCONTRARME ACOSTADO EN LA
CAMA MATRIMONIAL QUE ESTA EN LA SALA DE MI CASA
SALIERON DE BAÑARSE ********** ASI COMO ********** MIENTRAS
QUE LA NIÑA ********** DESPUES DE BAÑARSE SE ENCONTRABA
ACOSTADA EN UNA CAMA EN OTRO CUARTO, A LO QUE **********
ACUESTA A ********** EN LA CAMA DONDE ESTABA DICIENDOLE
QUE SE DURMIERA PERO ESTE EMPEZO A LLORAR Y NO ME
DEJABA DESCANZAR POR LO QUE FUE TANTO EL LLANTO Y POR
TAL MOTIVO ME DESESPERO PUES **********NO HACIA NADA PARA
CALLARLO Y ME DIO MUCHO CORAJE Y FUE EN ESE MOMENTO
QUE ME LEVANTE DE LA CAMA Y LE DI DOS GOLPES CON MI
PUÑO DERECHO EN LA CABEZA DE ********** MIENTRAS LE DECIA
“TEN PARA QUE LLORES POR ALGO”, Y AL VER ********** QUE
********** SE CALLO Y YA NO REACCIONO METIO A ********** EN LA
CARREOLA Y LE PREGUNTE QUE A DONDE SE DIRIGIA Y ESTA ME
DIJO QUE IBA A IR AL HOSPITAL POR LO QUE YO ME ASUSTE
PUES SABIA QUE SI LE PREGUNTABAN LOS MEDICOS QUE HABIA
PASADO ********** IBA A CONTAR LO QUE HABIA PASADO Y LE DIJE
QUE YO NO QUERIA PEDOS CON LA LEY QUE MEJOR ME IBA A IR
A ********** LUGAR DONDE TENGO UNOS FAMILIARES PARA QUE
LA POLI NO ME DETUVIERA Y SALI DE LA CASA, PERO ME FUI A
CASA DE UN AMIGO QUE VIVE CERCA DE LA COLONIA A QUIEN LE
PEDI DINERO Y DURANTE LA MADRUGADA DE ESTE DIA REGRESE
A MI CASA PARA TOMAR UN CAMBIO E IRME A LA CENTRAL DE
CAMIONES PERO AL ESTAR A ESCASOS METROS DE ENTRAR A MI
CASA ME INTERCEPTAN UNOS POLICIAS QUIENES PREGUNTAN
POR MI DICIENDOME QUE ME IBAN A TRAER A DECLARAR ANTE
ESTA AUTORIDAD Y YO ME ASUSTE E INTENTE HUIR PERO LOS
POLICIAS ME SOMETIERON Y ME TRAJERON A ESTE LUGAR POR
LO QUE ME ENCUENTRO ARREPENTIDO DE LO QUE LE HICE A
**********…”.
Tal probanza como lo sostuvo el juez de origen se
ajusta a los lineamientos previstos por los numerales 29, 30,
235, 236, 237 y 238 de la Ley de Procuración de Justicia, pues
fue vertida ante el Ministerio Público durante la averiguación
previa, encontrándose asistido de su defensor Licenciado
**********, quien aceptó y protestó cumplir el cargo con
fidelidad y le brindó una defensa adecuada; aunado a ello, al
activo se le hizo de su conocimiento previo a su deposición el
Toca Penal 375/2015
hecho que se le atribuye y de que lo manifestado podrá ser
usado en su contra; finalmente el inculpado vertió su
deposición de manera voluntaria, sin coacción ni
incomunicación y en pleno uso de sus facultades mentales.
Del medio de prueba en cita se advierte que el
inculpado acepta que el día del evento golpeó con sus puños
al menor ********** en diversas ocasiones en la cabeza, ello
originado por el llanto del infante.
En tal virtud, tal probanza se valora al tenor de lo
dispuesto por los numerales 432, 433, 435 y 439 del
ordenamiento adjetivo de la materia, de la que se obtiene que
el inculpado reconoce que golpeó al menor en diversas
ocasiones en la cabeza porque estaba llorando, lo que se
ensambla armoniosamente con el atesto de **********.
Por tanto, de los medios de prueba examinados se
desprenden indicios concordantes y convergentes que
resultan suficientes para conformar la prueba indiciaria en los
términos de los artículos 432, 433, 434, 435, 439, 446, 447 y
487 del Código de Procedimientos Penales, dado que por la
conexión que existe entre los mismos se deducen
presunciones razonables de que ********** privó de la vida al
menor ********** por un móvil enteramente desproporcionado
consistente en que el menor estaba llorando, lo que actualiza
la circunstancia calificativa de brutal ferocidad.
Por lo demás, no pasa desapercibido que el
acusado al comparecer en vía de preparatoria ante el juez de
origen reconoce las huellas y firmas que aparecen al margen y
calce de su declaración por ser puestas de su puño y letra,
pero reconoce parcialmente su contenido aduciendo que no
pensaba huir de la ciudad, que llevó al niño al hospital porque
estaba enfermo de la garganta y tenía escurrimiento nasal, y
que al encontrarse en la sala de espera fue detenido por
elementos policiacos, aunado a que al niño solo le dio un
golpe con el puño cerrado en la cabeza y una bofetada con la
mano abierta.
Así mismo, en fecha nueve de diciembre del año
dos mil catorce, en audiencia de conocimiento de nuevo
ejercicio de acción penal, el activo señaló: “…quiero aclarar que
ese día de los hechos, el día que le pegue al niño también la mamá del
niño le pego, nada más que ese día no dije nada porque los ministeriales
me amenazaron y me pusieron una pistola y me dijeron que me iban a
matar sin (sic) no decía la verdad, por eso no dije nada cuando declare,
es lo que recuerdo del día de los hechos y también le tallo la rodilla
izquierda también recuerdo que ella lo golpeaba cuando el niño se ponía
a llorar, decía que la desesperaba, y le decía que no lo quería que ya la
tenía harta que la desesperaba mucho que nomas estaba pidiendo de
comer, recuerdo que en ocasiones anteriores ella le pagaba muy feo al
niño, recuerdo que ese día de los hechos nada más me salí para ir al
baño y a ver al niño y cuando lo vi le dije a su mamá que le diera de
comer y luego me volví a acostar en mi cama y me la pase acostado
todo el día y como testigo estaba mi abuelita que se llama **********…”
Y, en audiencia principal celebrada en fecha
catorce de abril del año próximo pasado el acusado manifestó
Toca Penal 375/2015
“…e (sic) las fechas en que la mujer lo llego a golpear fue el mes de
septiembre aproximadamente del diez u once, pues recuerdo que fue
antes de las fiestas patrias, entonces entre esas fechas fue cuando ella
lo estuvo golpeando ya que yo entre al cuarto ese día estaba la niña y el
niño y la niña se bajó de la cama con señal de que la cargara y ese día vi
al niño medio raro y me acerque y vi que traía unos golpes que muy
apenas se le notaban, pues los traía en la cara, en el brazo y en el
estómago y cuando lo cargue comenzó a llorar y ya cuando lo cargue se
me hizo raro, le levante la playera ya que se llevaba las manos hacia el
estómago y vi que traía un golpe y lo acosté y me salí para afuera y le
pregunte a ********** que, que le había pasado al niño, al momento que le
pregunte se puso nerviosa y empezó a tartamudear y le dije porque te
pones nerviosa? Y me dijo que porque el niño se había caído de la cama
y o (sic) le dije que no es cierto porque yo la había visto que le había
pegado varias veces y me dijo que no, pero después me dijo que si que
le había pegado porque estaba llorando, pero yo le dije “si esta llorando
pues dale de comer o cámbiale de pañal porque a lo mejor andaba sucio
o tenía calor”, porque en esas fechas estaba caluroso, y me dijo que no
lo había checado y yo le dije “dale de comer, cámbialo y báñalo” y
después de darle de comer lo cambio porque estaba sucio y yo le dije
“báñalo” y le pusimos agua calientita y le dije a **********“ahorita que lo
bañes lo sacamos afuera en la sombrita para que agarre airecito” y nos
salimos y estuvimos ahí afuera agarrando aire y le dije “vamos al centro
comunitario a dar una vuelta” ya que esta ahí cerca, y agarramos la
carreola y nos lo llevamos y quiero agregar que a las seis veinte de la
tarde y estuvimos hasta las ocho de la noche y luego nos fuimos de
nuevo a la casa y ya estando ahí en la casa, lo acostamos al niño y le
dimos una teta y leche calentita (sic) y ya lo dormimos y ya me metí a
bañar para dormirme para irme al día siguiente a trabajar, quiero hacer
mención que cuando nos juntamos ella y yo como pareja el niño ya
estaba desnutrido y presentaba uno que otro golpe también ya que
cuando lo vi la primera vez al niño, le pregunte a ********** que porque
tenía esos golpes y me dijo que se le había caído en el camión, pero
como teníamos poco tiempo de estar juntos no le di importancia, y hasta
la semana de estar juntos ya fue cuando le empecé a tener más
confianza y a cargar al niño y cambiarlo de pañal y ver la tele con él…”
Respecto al comportamiento del activo, como lo
sostuvo el juez de origen el imputado modifica su versión de
los hechos, pues dijo que sólo propinó un golpe al menor así
como una bofetada con la mano abierta, y posteriormente
señala que la madre del niño en diversas ocasiones lo
golpeaba y que desde que llegó a esta ciudad no lo atendía;
tal comportamiento evidencia una retractación sin eficacia
legal en términos del numeral 443 del Código de
Procedimientos Penales, ya que no justifica los motivos que
invoca.
Ello es así, pues de los atestos ofrecidos por el
activo a cargo de ********** y ********** se obtiene como precisó
el juzgador que la primera informa que el menor ofendido llegó
a esta ciudad desnutrido y que se cayó en diversas ocasiones,
lo que no encuentra apoyo en autos; mientras la segunda
deponente alude que no vio al acusado golpear al niño y que
trabajaba en un horario de siete a siete y que cuando llegaba
a casa, el inculpado no estaba.
Por lo expuesto, se concluye que los atestos de
mérito no apoyan la versión del activo que se estima defensiva
y sin corroboración en el material probatorio del sumario,
motivo por el que atento al principio de inmediatez procesal
prevalece la primer deposición efectuada sin tiempo suficiente
Toca Penal 375/2015
de aleccionamiento, que se ensambla armoniosamente a la
deposición de ********** que sostiene firmemente al ser
careada con el acusado.
A virtud de lo expuesto resulta infundado el alegato
de la defensa respecto a que en autos no se cuenta con
material probatorio que acredite la calificativa de brutal
ferocidad; por lo demás, se reproducen las consideraciones
emitidas por el juez de origen en relación a la demostración de
los elementos del cuerpo del delito de homicidio calificado con
brutal ferocidad y ventaja, previsto y sancionado por los
artículos 329, 336 y 350 fracciones VI y VII párrafo segundo
del Código Penal, ya que esta Sala no advierte agravio que
suplir en favor del acusado en términos del numeral 523 del
ordenamiento adjetivo de la materia.
En diverso tenor, resulta ahora el examen del
concepto de violación que esgrime la defensa consistente en
que el inculpado no tenía intención de privar de la vida al
menor **********.
Al respecto, es importante destacar que por regla
general el legislador al diseñar los tipos penales se refiere a
una conducta que por su naturaleza es dolosa, lo que se
aclara en el numeral 37 del Código Penal, al establecer que
los tipos penales que contempla la ley son dolosos, salvo en
los que ella expresamente admita también la culpa. Ello no
será óbice para que en relación al tipo penal de cada delito
deba existir el dolo en el caso concreto, o la culpa si la ley la
admite para aquél.
De igual manera, el precepto 38 del ordenamiento
represivo local, conceptúa el dolo como conocer y decidir
realizar un hecho tal como se contempla en el tipo penal de un
delito, con independencia de que el agente sepa de su
existencia en la ley y además, si se trata de un delito de
resultado material, que éste último se quiera o acepte por el
agente al realizar la acción que lo cause, o aquél quiera o
acepte el resultado al omitir la acción que lo evitaría, pudiendo
y debiendo jurídicamente hacerlo; de lo anterior se obtiene
como exigencia que el activo obre con plena conciencia de los
hechos y las circunstancias que en un momento dado resulten
relevantes para la integración de un tipo penal en particular.
Además, para examinar el dolo como elemento del
tipo penal debe constatarse que se dieron sus requisitos: 1)
conocimiento del sujeto activo del hecho al momento de
realizarlo, tal como se describa en el tipo penal del delito, con
independencia de que el agente supiere de su previsión en la
ley penal, lo que constituye un requisito intelectivo, así el
sujeto de la acción debe saber que es lo que hace, por
ejemplo que mata a otro en el homicidio; 2) voluntad del sujeto
activo al haber decidido realizar tal hecho, como se encuentra
descrito en el tipo penal del delito de que se trate, con
independencia de que supiera de su existencia en la ley
(requisito volitivo); la voluntad de realizar el hecho típico, al
depender de la decisión del sujeto, activo, supone una
Toca Penal 375/2015
voluntad incondicionada, es decir, en la que medie ya la
decisión de realizar la acción típica.
Ahora, la legislación procesal penal en su numeral
448 establece que la existencia del dolo como elemento del
tipo penal, o de los elementos subjetivos específicos de éste;
a falta de prueba directa, se inferirá cuando, según el hecho
que se realizó en sana crítica se entienda que el inculpado lo
conoció y decidió y, en su caso, actuó con el elemento
subjetivo específico. Así como que quiso o aceptó el resultado,
si la figura típica es de resultado. A menos que en cualquiera
de los casos anteriores se oponga duda razonable.
Ahora bien, para apreciar si efectivamente el
agente se conduce dolosamente, dada la complejidad de su
prueba por encontrarse en la mente del inculpado, es
necesario partir de los elementos objetivos o externos que se
conocen, esto es, los medios de prueba que integran el
sumario, de los cuales, es importante traer a cuenta la
deposición del activo vertida ante el representante social, en la
que acepta que el día dos de octubre del año dos mil catorce
aproximadamente a las cuatro de la tarde, le propinó dos
golpes en la cabeza al ahora occiso con el puño cerrado, ello
porque estaba llorando y no lo dejaba descansar, conducta
que actualiza al momento de decirle “…ten para que llores por
algo…”.
Es evidente que a la mecánica del evento ya
descrita, se adminicula el atesto vertido ante el representante
social por ********** quien categórica informa que el día dos de
octubre del año dos mil catorce aproximadamente a las cuatro
de la tarde al encontrarse descansando en una cama en
compañía del activo y su hijo **********, éste empezó a llorar,
motivo por el que el sentenciado se levantó de la cama
diciendo “…otra vez tu déjame descansar, pinche huerco culero…” y le
propinó dos golpes en la cabeza.
Del contexto patentizado de las probanzas en
cuestión, se obtiene que el inculpado durante la secuencia del
evento agredió físicamente a un menor de solo un año seis
meses de edad, ello porque le molestaba su llanto y no lo
dejaba descansar.
Además, el activo materializa su conducta al
golpear con su puño cerrado en dos ocasiones la cabeza del
infante, con el resultado conocido, por lo cual al proceder en
las condiciones objetivas ya descritas, es decir, inferir dos
golpes en la cabeza de un menor de un año seis meses de
edad, con el puño cerrado imprimiéndole fuerza física de una
persona del sexo masculino y de veinte años de edad, se
obtiene como consecuencia, la causación del resultado fatal
que atendemos; por lo que en sana crítica no puede menos
que inferirse la decisión del inculpado de privar de la vida al
pasivo, al conducirse según lo expuesto.
Por ende, se concluye que el agente quiso y
decidió inferir al ahora occiso las lesiones que se trata, pues
así lo indica la descrita mecánica de la acción realizada y las
Toca Penal 375/2015
condiciones en que el agente impactó su puño contra la
cabeza del niño; resultando por ende infundado el alegato de
la defensa en cuanto no se acredita el elemento subjetivo del
delito, que se presupuesta como elemento de la
responsabilidad penal conforme los numerales 274 fracción II
y 487 del Código de Procedimientos Penales y en base a que
solo le aplicó un correctivo al niño sin saber las
consecuencias, pues al momento en que el menor empezó a
llorar, el acusado se levantó enojado y aventó al infante, quien
se pegó en la cabeza.
Lo anterior es así, ya que el activo no se conduce
en los términos que alude el apelante; en efecto, ante la
autoridad de investigación señala que al escuchar llorar al niño
“…en ese momento me levanté de la cama y le di dos golpes con mi
puño derecho en la cabeza de **********mientras le decía ten para que
llores por algo…”, circunstancias objetivas que revelan
claramente su decisión de privar de la vida al menor.
Por lo demás, se reproduce lo expuesto por la juez
de primer grado, atinente a la actualización de los restantes
elementos de la responsabilidad penal, contra lo que no se
inconforma la defensa y no existe agravio que suplir en su
favor.
CUARTO.- Precisado lo anterior, toca ocuparse de
los motivos de agravio expresados por las partes respecto a la
individualización de la pena de prisión que el juez de origen
impuso a **********, a efecto además para que de existir
concepto de violación que suplir a favor de éste, proceda a
repararse.
De inicio, el representante social invoca
vulneración al contenido del numeral 103 apartado A fracción I
de la codificación penal, porque el juez omitió ponderar la
manera grave en que el acusado utilizó el medio y el modo en
que desplegó su conducta ilícita.
Al respecto, quienes esto resuelven advierten que
el apelante se limita a describir la mecánica en que se
desarrolló el evento que atendemos, pero sin emitir motivación
alguna a efecto de determinar porque el modo en que
desplegó su conducta el agente es grave, ya que solo enuncia
que lo hizo con desinhibición y sin justificación válida, por lo
que su estimación no se toma en consideración; idéntico
comentario resulta en cuando el diverso alegato del órgano
técnico “….el medio que empleó ********** para realizar su conducta
delictiva, esto es que utilizó sus puños con los cuales le causo diversas
lesiones al hoy occiso, mismas que le quitaron la vida, de ahí que la
manera en que utilizó el medio revista suma gravedad…”
Así mismo, el Ministerio Público sostiene que el
acusado llevó a cabo su conducta en horas del día y en un
domicilio que se localiza en una zona habitacional, por lo que
era evidente que algún vecino u otro morador de las viviendas
del lugar lo observaran al momento de cometer el delito, lo
que refleja su firme intención de delinquir.
Toca Penal 375/2015
Quienes esto resuelven estiman que la mera
posibilidad de ser sorprendido al momento de la actualización
del injusto, es insuficiente para estimar que el enjuiciado tuvo
motivos para inhibirse, pues para que así suceda debe
demostrarse que al momento de cometerlo era consciente de
que lo observaban, para que exista realmente un motivo que
lo obligara a desistirse de su actuar, lo que no acontece, de
ahí que la inconformidad planteada es improcedente.
Por otra parte, es infundada la pretensión de la
defensa de estimar el carácter de primo-delincuente del
sentenciado, pues no resulta relevante al presente apartado,
ya que no se encuentra comprendido como materia de estudio
en el Apartado A del artículo 103 del Código Penal.
En distinto tenor, el representante social expone
que el juzgador de origen con vulneración a lo dispuesto por el
artículo 103 apartado A fracción II del ordenamiento sustantivo
de la materia, no ponderó que el imputado se aprovechó de su
edad, grado de instrucción y desenvolvimiento en el medio
urbano para perpetrar el delito, en virtud de que se trata de
una persona con madurez suficiente para no dejarse llevar por
sus impulsos, que a virtud de su paso por las aulas recibió la
transmisión de los valores que a través de diversas
asignaturas se imparten, y que por la convivencia con sus
semejantes y acceso a los medios de comunicación conocía
del respeto a la vida de las personas, así como la reacción del
Estado ante quienes cometen conductas delictivas.
Pues bien, quienes esto resuelven consideran que
dichos aspectos de la personalidad solo serán relevantes en
los términos del artículo 103 apartado A del Código Penal, si el
imputado los reflejó en las circunstancias que concurrieron al
hecho delictuoso de que se trata, o bien, en la medida que
ellas permitan inferir o valorar los móviles de aquél, lo que no
se da en el presente caso, pues no se refleja de qué manera
incidieron dichos factores en el elemento en estudio, por tanto,
el agravio es improcedente.
Por otra parte, no le asiste la razón al Ministerio
Público cuando aduce que con transgresión a lo dispuesto por
el artículo 103 apartado A fracción II del ordenamiento
sustantivo de la materia, el juez de primer grado omitió tomar
en consideración que de la declaración de ********** y la
confesión del activo, se desprende que éste golpeó en
reiteradas ocasiones al pasivo.
Lo anterior es así, ya que los golpes inferidos el
dos de octubre del dos mil catorce constituyen la materia de
acusación, a virtud de los que el menor falleció; y por lo
demás, el apelante invoca el golpe que el agente le propinó al
niño en fecha veintinueve de septiembre de la anualidad
citada, que por su singularidad no puede integrar la violencia
reiterada que contempla el numeral que sin éxito esgrime
vulnerado, además sin motivación alguna.
En diverso tenor, el representante social aduce que
el juzgador con vulneración al artículo 103 Apartado A fracción
Toca Penal 375/2015
II del Código Penal, omitió ponderar la relación de desigualdad
entre el imputado y la víctima, pues el primero con su puño
agredió físicamente al menor que no tenía oportunidad de
defenderse debido a todas las características superiores que
un adulto de veinte años tiene en relación a un infante de solo
un año seis meses de edad, lo cual facilitó al agente la
comisión del delito, al encontrarse en un plano de superioridad
respecto al ahora occiso.
Al respecto, resulta desatinada la pretensión del
recurrente, ya que se estimó acreditada la calificativa de
ventaja, prevista por el numeral 350 fracción VII segundo
párrafo del Código Penal, pues el activo es un hombre
superior en fuerza física y el pasivo un menor de un año seis
meses; por ende, los datos que invoca el apelante son
constitutivos de la circunstancia calificativa de que se trata y
por la que se condena al activo, razón por la que no pueden
ser objeto de estudio en este capítulo, pues se vulneraría lo
dispuesto en el artículo 102 del Código Penal, siendo oportuno
citar que el juez ponderó el dato de referencia en perjuicio del
activo, sin invocar el indicador que lo contempla como
sostiene la defensa, mismo que se desincorpora de este
apartado.
En esa línea de pensamiento y toda vez que se
demostró también la calificativa de brutal ferocidad,
contemplada por el artículo 350 fracción VI del ordenamiento
sustantivo de la materia, pues el móvil que lo impulso a
delinquir, (consistente en el llanto del niño), es tan
notoriamente desproporcionado con la reacción que revela el
profundo desprecio por la vida humana, no es factible
ponderar el dato que invoca el recurrente “… el acusado cometió
el delito por motivos fútiles, ya que no existe un motivo suficientemente
valedero para privar de la vida a un ser humano indefenso….”
Por lo demás, le asiste la razón al Ministerio
Público cuando sostiene que con transgresión al contenido del
artículo 103 Apartado A fracción III del Código Penal, el juez
omitió ponderar que el activo desplegó su conducta frente a
terceras personas, como lo es la madre del menor, quien se
encontraba a corta distancia, motivo por el que el sentenciado
era consciente de que estaba siendo observado al momento
de golpear al pasivo, lo que agravaba la culpabilidad del
acusado en el hecho.
Finalmente, el representante social señala en
relación al factor previsto en la fracción VI del numeral 103 del
Apartado A del Código Penal, que de las condiciones
personales, familiares y sociales y/o la situación en que se
encontraba el inculpado, no se advierte algún riesgo que
indique la menor exigibilidad de ajustarse a la prohibición del
tipo penal que nos ocupa, así como tampoco existe alguna
peculiaridad de aquel que permita presumir su situación de
vulnerabilidad respecto a la realización del injusto, lo que en
su concepto facilita el margen de elección del activo.
Sin embargo, es desatinada la pretensión del
Ministerio Público, en atención a que es irracional pretender
Toca Penal 375/2015
extraer de una circunstancia inexistente o no probada, la
existencia de una positiva, pero tampoco demostrada, que
facilitaría el grado de elegir del responsable. Simplemente
porque si no se demostró nada, nada puede derivarse de ello
como dato conducente para incrementar el grado de reproche;
en virtud de lo expuesto se estima ubicar en el medio el grado
de culpabilidad.
A su vez, en cuanto al grado de afectación, el
representante social estima violado el artículo 103 apartado B
fracciones I y II del Código Penal, en atención a que el
juzgador soslaya considerar que la trascendencia del daño
moral y material no sólo se puede deducir a través de un
medio de prueba directo, sino que también puede
representarse por vía de inducción o deducción, lo que
permitiría sostener que a los familiares del occiso se les causó
un profundo dolor y afectación en sus sentimientos, aunado a
que tuvieron que solventar los gastos para contratar los
servicios funerarios y de sepultura correspondientes, los
cuales es bien sabido tienen un costo alto.
A propósito de lo anterior, conviene puntualizar que
es verdad que en este tipo de delitos se causa un daño en los
sentimientos de las personas que pierden a un ser querido y
que se tienen que efectuar gastos no previstos para sepultarlo;
empero, como indica la defensa en comunión al juez, en autos
no quedó demostrado el impacto concreto que el delito tuvo en
los sentimientos de los familiares del occiso y se desconoce la
situación económica de los mismos, que es precisamente lo
que exige el artículo 103 apartado B del Código Penal, motivo
por el que no resulta procedente la inconformidad en estudio.
Por lo demás, el resolutor alude en este apartado a
que el comportamiento del activo lesionó de forma concreta el
bien jurídico tutelado por la norma que en la especie lo es la
vida de las personas, con lo que se manifiesta conforme el
Ministerio Público.
Sin embargo, la lesión a la vida, es un elemento de
la descripción legal, constitutivo del delito de homicidio, y por
ello de acuerdo con los artículos 26, 30 y 329 del Código
Penal, y conforme al ordinal 102 del mismo ordenamiento, no
puede servir de base para normar el arbitrio judicial en cuanto
al grado de afectación, de ahí que en términos del artículo
523 del Código Procesal Penal se desincorpora; en
consecuencia, dicho indicador de la punibilidad se ubica en el
mínimo.
De la apreciación en conjunto de los anteriores
elementos se obtiene la punibilidad que revela el imputado,
que se ubica en el punto equidistante entre el mínimo y medio;
además, el juez estimó que se actualiza a favor del activo la
circunstancia atenuante prevista por el numeral 105 fracción I
del Código Penal, consistente en confesar a las autoridades
su participación en el hecho, la que no puede incidir para
reducir la pena, atento a lo previsto por el último párrafo del
artículo 106 del cuerpo de leyes en cita, ya que el delito por el
que se le condena se contempla en el diverso numeral 100,
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por ello, se toma en consideración para disminuir la punibilidad
predicada, que se ubica ligeramente inferior al equidistante
entre el mínimo y medio, atento al cual se impondrá la pena de
prisión que corresponde.
Por lo demás, los límites legales punibles de
conformidad con el artículo 336 de la codificación sustantiva
de la materia, oscilan de dieciocho a cincuenta años, y atento
a la punibilidad predicada, se modifica la sentencia
impugnada, considerando justo condenar a ********** a cumplir
una pena de veinticinco años de prisión, que deberá
compurgar en los términos que se precisan en el fallo que se
revisa.
En cuanto a la sanción pecuniaria, la condena al
pago de la reparación del daño y que no se concede al agente
la condena condicional en ninguna de sus modalidades, se
mantiene lo expuesto por el juez de origen, ya que el
Ministerio Público no expresa agravio y no existe concepto de
violación que hacer valer a favor del sentenciado.
Finalmente, en cuando a la suspensión de los
derechos políticos del sentenciado, por el tiempo que dure la
pena de prisión decretada en esta segunda instancia, deberá
estarse a lo expuesto por el juez de origen, ya que no se
hicieron valer motivos de inconformidad por los apelantes, ni
se advierte causa que de lugar a la suplencia de la queja de
acuerdo con lo establecido por el artículo 523 del
ordenamiento adjetivo de la materia.
Consecuentes con las consideraciones que
anteceden, se modifica la sentencia dictada en primera
instancia.
Por lo expuesto y además con fundamento en los
artículos 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 3 inciso tercero, 140, 141 y 154 fracción II inciso 6
de la Constitución Política del Estado; 4o fracción I y 23
fracción I de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado; 1,
3, 7, 77, 78, 79, 99, 100, 329, 336 y 350 fracciones VI y VII del
Código Penal; 2, 3, 14 fracción IV, 15, 16, 17, 274, 487, 520,
522 y 570 del Código de Procedimientos Penales aplicable, se
resuelve:
PRIMERO.- Por los motivos, razones y
fundamentos expuestos en el cuerpo de este fallo, se
MODIFICA la sentencia definitiva pronunciada por el Juez de
Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de
Acuña, con residencia en ciudad Acuña, Coahuila, de fecha
veinticinco de agosto de dos mil quince, dentro del proceso
penal número 176/2014, que por el delito de HOMICIDIO
CALIFICADO COMETIDO CON BRUTAL FEROCIDAD Y
VENTAJA, se instruyó en contra de **********
SEGUNDO.- Subsisten en sus términos los puntos
resolutivos del fallo recurrido con excepción del tercero y en su
lugar se resuelve:
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TERCERO.- Por su responsabilidad penal en la
comisión del delito de que se trata se condena a LUIS
EDUARDO MARINES CALVILLO a cumplir una pena
privativa de la libertad de (25) VEINTICINCO AÑOS DE
PRISION; así mismo, se mantiene intocada la sanción
pecuniaria impuesta
CUARTO.- NOTIFÍQUESE PERSONALMENTE.-
Con testimonio certificado de esta resolución, devuélvanse los
autos originales al juzgado de su procedencia para los efectos
legales consiguientes.- Asimismo, a través de la secretaría de
esta sala remítase copia autorizada de esta ejecutoria al
Director de Reinserción Social en el Estado; y en su
oportunidad, archívese el toca.
ASÍ, por unanimidad de votos lo resolvieron y
firman los integrantes de la Sala Colegiada Penal del Tribunal
Superior de Justicia del Estado, magistrados OSCAR AARÓN
NÁJERA DAVIS, ARMÍN JOSÉ VALDÉS TORRES,
ANTONIO BERCHELMANN ARIZPE, JUAN ANTONIO
MARTÍNEZ GÓMEZ, y el magistrado supernumerario ADRIAN
GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, cuya ponencia fue presentada por
el cuarto de los mencionados.- DOY FE.
MAGISTRADO PRESIDENTE:
OSCAR AARÓN NÁJERA DAVIS
MAGISTRADO:
ARMÍN JOSÉ VALDÉS TORRES
MAGISTRADO:
ANTONIO BERCHELMANN ARIZPE
MAGISTRADO:
JUAN ANTONIO MARTÍNEZ GÓMEZ
MAGISTRADO SUPERNUMERARIO:
ADRIAN GONZÁLEZ HERNÁNDEZ
SECRETARIO DE ACUERDO Y TRÁMITE:
RUBÉN OBREGÓN CALVILLO
“La Licenciada Delia Rosa Alonzo Martínez Secretaria de Estudio y Cuenta de la Sala Colegiada Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado, hago constar y certifico que, en términos de lo previsto en los artículos 27, fracción IX, 58, 68 y 75, fracción III, de la Ley de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales del Estado de Coahuila de Zaragoza, en esta versión pública se suprime la información considerada