Mateo. Mateo, también llamado Levi, era hijo de Alfeo. Es probable que su nombre sea una forma...

Post on 11-Apr-2015

109 views 0 download

Transcript of Mateo. Mateo, también llamado Levi, era hijo de Alfeo. Es probable que su nombre sea una forma...

Mateo.

Mateo, también llamado Levi, era hijo de Alfeo. Es probable que su nombre sea una forma abreviada del

hebreo “Matitías”, que significa “Dádiva de Jehová”. Cuando Jesús lo invitó a seguirle respondió de buena gana, trasformándose en uno de los doce apóstoles escogidos por el Mesías.

Tuvo una relación muy estrecha e íntima con el Maestro a medida que este viajaba por Palestina y

anunciaba la llegada del Reino de Dios. Antes de ser discípulo de Jesús de Nazaret, Mateo era recaudador de impuestos,

ocupación aborrecida por los judíos porque les recordaba estar sometidos al poder de la Roma

Imperial.

“Se acercó un escriba y le dijo:

-Maestro te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le contestó: -

Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero

el Hijo del hombre no tiene donde recostar

su cabeza”.Mateo 8,19-20.

Mi abuelo, de talante silencioso, sobrio y

austero en sus costumbres, que

perdía la mirada en la eterna lejanía de las

cosas y que plácidamente se

acercaba al secreto de la muerte, apostó

con alegría al encuentro de la vida

y del amor.

Se vestía con moderación y

cordura, a la moda entre los más

humildes.

Chaqueta y pantalón del mismo género, medias negras y

zapatos sin cordones componían su somero

atuendo.

Descubierta su noble cabeza, el cabello

entreverado lo peinaba

cuidadosamente, y un delicado bucle le

cubría con levedad su espaciosa frente.

Sus ojos, ya cansados, aún

conservaban destellos ardientes y

enamorados cuando añoraba su lejana

juventud.

Un día, cuando el amanecer llamaba suavemente a su

puerta, salió a buscarlo y allí lo

encontró.

Estaba a este lado del Lago, cerca de

Genesaret, rodeado de una ingente

multitud.

-Maestro, te seguiré adondequiera que

vayas -le dijo-. -Sígueme, si así lo quieres, pero

“la zorras tienen guaridas y las aves

del cielo nidos, mas el Hijo del hombre no tiene donde reclinar

su cabeza”.

En aquel momento supo que las palabras de Jesús de Nazaret eran la respuesta a

un estado de ensueño, en el que

los hechos y las imágenes había

cobrado otro sentido para él.

Pues desde siempre se había preguntado cuál era la clave de

toda sabiduría y, ahora la había

encontrado en la verdadera Vida y en

su infinito Amor.

Y lo siguió.

El Hijo del hombre.El Hijo del hombre.

“ “ Las zorras tiene guaridas, y la aves del cielo, nidos; pero el Hijo Las zorras tiene guaridas, y la aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza” del hombre no tiene donde recostar su cabeza”

Mi abuelo, de talante silencioso, sobrio y austero en sus Mi abuelo, de talante silencioso, sobrio y austero en sus costumbres, que perdía la mirada en la eterna lejanía de costumbres, que perdía la mirada en la eterna lejanía de

las cosas y que plácidamente se acercaba al secreto de la las cosas y que plácidamente se acercaba al secreto de la muerte, apostó con alegría al encuentro de la vida y el muerte, apostó con alegría al encuentro de la vida y el

amor. Se vestía amor. Se vestía con moderación y cordura, a la moda entre los más con moderación y cordura, a la moda entre los más

humildes. Chaqueta y pantalón del mismo género, medias humildes. Chaqueta y pantalón del mismo género, medias negras y zapatos sin cordones componían su somero negras y zapatos sin cordones componían su somero

atuendo. Descubierta su noble cabeza, el cabello atuendo. Descubierta su noble cabeza, el cabello entreverado lo peinaba cuidadosamente, y un delicado entreverado lo peinaba cuidadosamente, y un delicado

bucle le cubría con levedad su espaciosa frente. bucle le cubría con levedad su espaciosa frente. Sus Sus ojos, ya cansados, aún conservaban destellos ardientes y ojos, ya cansados, aún conservaban destellos ardientes y

enamorados cuando añoraba su lejana juventud.enamorados cuando añoraba su lejana juventud.

Un día, cuando el amanecer llamaba suavemente a su Un día, cuando el amanecer llamaba suavemente a su puerta, salió a buscarlo y, allí lo encontró. puerta, salió a buscarlo y, allí lo encontró. Estaba a este lado del Lago, cerca Estaba a este lado del Lago, cerca de Genesaret, rodeado de una ingente multitud. de Genesaret, rodeado de una ingente multitud.

- -Maestro, te seguiré adondequiera que vayas -le dijo-. Maestro, te seguiré adondequiera que vayas -le dijo-.

-Sígueme, si así lo quieres, pero -Sígueme, si así lo quieres, pero “las zorras “las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos, mas el Hijo del tienen guaridas y las aves del cielo nidos, mas el Hijo del

hombre no tiene donde reclinar su cabeza”. hombre no tiene donde reclinar su cabeza”. En aquel En aquel momento supo que las palabras de Jesús de Nazaret eran momento supo que las palabras de Jesús de Nazaret eran la respuesta a un estado de ensueño, en el que los hechos la respuesta a un estado de ensueño, en el que los hechos y las imágenes habían cobrado otro sentido para él. y las imágenes habían cobrado otro sentido para él. Desde siempre se había preguntado cual Desde siempre se había preguntado cual

era la clave de toda sabiduría y, ahora la había encontrado era la clave de toda sabiduría y, ahora la había encontrado en la verdadera Vida y en su infinito Amor. en la verdadera Vida y en su infinito Amor.

Y lo siguió.Y lo siguió.

Texto : Pedro Martínez Borrego.

Imágenes: Internet. Tema musical: Bilitis – Francis

Lai.