Mi amiga Luisa

Normalmente alguien tiene a un humano, a un perro o quizás a un gato de amigo.

Pero yo no… yo tuve algo mejor: UNA MOSCA.

La historia comenzó con una llamada...

Mi amiga, desesperada, me llamó y quiso que la acompañara a clase de judo.

Así que fui con ella, pero nunca habría ido si hubiera sabido que tenía que estar sentada una hora.

Después de media hora algo me hizo cosquillas en los pies y, aunque era casi invierno, estaba descalza en el aula de judo.

Miré mis pies y vi una mosca de aspecto corriente y como me molestaba la eché, pero volvía y volvía y volvía….

hasta que empecé a jugar con ella y le puse el nombre de LUISA.

Se pasó el tiempo “volando” y cuando terminó la media hora que quedaba me despedí de ella, cogí mi bolsa y me fui.

Pero lo que no sabía era que Luisa se había metido en mi bolsa sin que yo me diera cuenta.

Cuando llegué a casa abrí mi bolsa y Luisa salió volando.

Pasaron algunos días sin volver a verla.

Pero de pronto oí un ruido en el cuarto de estar.Me acerqué a ver qué pasaba y vi que mamá quería matar a Luisa.

Yo fui corriendo y le dije a mamá que no la matara y que yo la sacaría.

Y entonces puse mi mano en el suelo delante de Luisa y dije: ”Ven Luisa, ven”.

“¡Y ella se puso en mi mano! La miré fijamente a sus ojos y ya no veía una mosca en ella sino a una amiga buena.

Pero en casa no la podía haber dejado porque aquí no tenía comida.

Así que abrí la puerta, me despedí,

estiré mi mano y… ella salió volando.

Si quieres a alguien déjalo libre.

¡Da igual quién seas o dónde estés, siempre puedes tener amigos!

A real Story by Sophia Schmidt-Román