Post on 23-Jan-2018
Por Clara Cons Mariño.
Un pájaro en la ventana
me viene a ver cada mañana.
Trae un ramillete de flores
de todos los colores.
Canta su canto,
que yo amo.
Oh, pajarillo de la ventana,
quien no quisiera tener tu voz que calma cualquier alma.
Un olivo hay en el prado
de un resplandor casi dorado.
Es un árbol especial,
y quererlo es normal.
Es un vinculo en el pueblo
que inspiró a los sueños.
Hay un olivo en el prado
de un resplandor casi dorado.
Hay una luz al alba
que yo amaba.
Desgraciadamente, una mañana
la rompió una guadaña.
Desde entonces todo está oscuro
y entre mi y la alegría se interpone un muro.
El negro es el color de mi vida ahora
y ya nada me enamora.
Un animal es un ser
no un juguete, entendedlo de un vez.
Una persona es un animal,
a ver si lo captas ya.
Los animales tienen derecho
a descansar de nuestra crueldad en un lecho.
¿Alguna vez terminará
el maltrato animal?
Este poema dice la verdad,
no es un problema en un solo lugar.
Del machismo os quería hablar
y de cómo esa etapa superar.
¿Por qué la mujer tiene que ser
como al hombre le de placer?
¿No somos acaso personas también
para que nos maltraten, más bien?
El mundo está lleno de personas muy variadas,
todas ellas necesarias.
Si te asomas a mirar por las calles
las verás como a un tazón de frutos secos con distintos detalles.
Nuestro aspecto físico es diferente
pero en el fondo, todos somos parientes.
Todos y todas somos especiales,
hagamos surf, karate o artes marciales.
Trae una paloma en el pico
un mensaje muy bonito.
Dice así el mensaje,
que me aumentó el coraje:
Es guerra cuando se cruzan dos malas miradas
u ofensivas palabras.
Pero la guerra de verdad
si que es fatal.
Malo es cuando se derrama sangre de un inocente
pero peor cuando se derrama la de mucha gente
y llora hasta el duro indigente.