“…no habrá más llanto, ni clamor, ni

dolor…”

Apocalipsis 21,4.

Entonces, amiga mía, ¡me rebelé contra el dolor!

Si capaz fuese de admirarme…

…ante el milagro diario de la vida…

…mi corazón se mantendría puro…

…porque el dolor, ¿no va en mí mismo?

¿Mis ojos, mis oídos, mi mente o mi lengua…

…sólo deben extasiarse ante…

…la verdad…

…y la belleza?

¡Vano egoísmo el de mi presunción!

¿Acaso el amor no aumenta…

…con el sufrimiento…

…y el placer no se desvanece …

…con el primer beso?

¡Tal vez, amada mía…

…el pan de la consagración fue amasado…

…con las manos del Gran Hacedor!

¡Y alégrate, amiga mía, porque al alimentar tu alma ya no habrá más

llanto, ni clamor, ni dolor!

¡DOLOR!

Entonces, amiga mía, ¡me rebelé contra el dolor!

Si capaz fuese de admirarme ante el milagro diario de la vida mi corazón se mantendría puro, porque el dolor ¿no va en mí mismo? ¿Mis ojos, mis oídos, mi

mente o mi lengua sólo deben extasiarse ante la verdad y la belleza?

¡Vano egoísmo el de mi presunción! ¿Acaso el amor no aumenta con el sufrimiento, y el placer no se

desvanece con el primer beso?

¡Tal vez, amada mía, el pan de la consagración fue amasado con las manos del Gran Hacedor!

¡Y alégrate, amiga mía, porque al alimentar tu alma no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor!

Texto: Pedro Martínez Borrego.

Imágenes: Internet.

Tema musical: Around the world-E. Cortazar.