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8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
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COLECCIN CIENCI y CULTUR
NOR ERT WlENER
Profesor de Matemticas del
Instituto de Tecnologa de Massachusetts
CIBERNETIC
Y SOCIED D
raduccin de
os
Novo
ERRO
EDITORI L
SUD MERIC N
BUENOS IRES
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PRIMERA
EDICION
Octubre de 1958
TERCERA
EDICION
Abril de 1988
IMPRESO EN LA
Queda
hecho
el depsito que
previene la ley 11 723
1958
Editorial Sudamericana S.A.,
Humberto
I 531, Buenos Aires.
Ttulo
original en ingls:
Tlze human use of human beings.
Cybernetics and
Society
ISBN
950 07 0481 1
A
la
memoria
de
mi
padre.
L O
WIENER
ex profesor
de
leng11.1s es
lavas en la Unhersd1id de Harvard
mi
ms ntimo mentor ms amad
antagonista.
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AGRADECIMIENTO
Parte de un captulo ha aparecido ya en Philo
sophy
o
Science. El autor agradece el permiso
concedido por el editor de esa publicacin
para reimprimirlo.
PRLOGO
LA IDEA E UN UNIVERSO CONTINGENTE
El comienzo del siglo
xx
fue algo ms que el fin
de
un pe-
rodo de cien aos y la iniciacin de otro. Existi una verdadera
reorientacin de los puntos de vista an antes que se efectuara
la transicin poltica entre una centuria de paz y el medio siglo
de guerras por el que acabamos de pasar. Ese cambio
se
mani-
fest quizs primeramente en la ciencia pero es muy posible
que lo que influy en ella condujera independientemente a
l notable diferencia que encontramos entre el arte y la litera-
tura del siglo pasado y del actual.
La fsica newtoniana que rein desde el siglo XVII hasta fines
del XIX sin encontrar casi oposicin describa un universo en
el que todo ocurra exactamente de acuerdo con una ley un
cosmos compacto organizado en todas sus partes en l que la
totalidad del futuro dependa de la del pasado. Experimental-
mente no
se
puede rechazar
ni
aceptar por entero esa represen-
tacin que en gran parte es una cosmovisin que compiementa
la experiencia pero que en muchos aspectos
es
ms universal
que cualquier cosa capaz de ser experimentalmente verificada.
Nuestros imperfectos experimentos nunca pueden verificar
si
un conjunto u otro de ieyes fsicas
se
justifica hasta la itima
cifra decimal. Sin embargo la fsica newtoniana estaba obligada
a enunciar y formular esa ciencia como si estuviera sometida a
tales leyes. Actualmente ya no es esa la actitud predominante
en la fsica; los que ms contribuyeron a ese derrumbe fueron
Boltzmann en Alemania y Gibbs en
los
Estados U nidos.
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PRLOGO
Ambos fsicos intentaron aplicar radicalmente una idea nue-
va y asombrosa.
Tal
vez la utilizacin de la estadstica, cuya
introduccin en la fsica
se
debi en gran parte a ellos, no era
completamente nueva, pues Maxwell y otros haban conside-
rado mundos de un nmero muy grande de partculas que ne
cesariamente deban tratarse estadsticamente. Pero lo que hi-
cieron Boltzmanrr y Gibbs fue introducir la estadstica como
un mtodo completo, aplicable no slo a sistemas enorme-
mente complejos, sino tambin a sistemas tan sencillos como
los de una sola partcula en
un
campo de fuerza.
La
estadstica
es
la ciencia de la distribucin la considerada
por esos modernos hombres de ciencia no
tena
en cuenta un
nmero muy grande de partculas similares, sino que investi-
gaba las diferentes posiciones y velocidades que podan ser
punto de
partida de un sistema. En otras paiabras, segn New-
ton las mismas leyes fsicas se aplicaban a diversos sistemas que
partan de distintas posiciones y con variados momentos. Los
modernos mtodos arrojaron una luz enteramente nueva sobre
este punto de vista. Retuvieron sin embargo el principio segn
el cual ciertos sistemas pueden distinguirse de otros por
su
energa total, pero rechazaron
la
hiptesis segn la cual aqu-
llos, con la misma energa total, pueden distinguirse entre
s
claramente por tiempo indefinido
y
describirse eternamente su
comportamiento mediante leyes causales invariables.
Realmente, la obra de Newron contena implcitamente una
importante reserva estadstica que ignor el siglo XVIII,
totalmente newroniano.
Ninguna
medida fsica es precisa; lo
que hemos de decir acerca de una mquina u otro sistema din-
mico se refiere realmente, no a lo que debemos esperar, dados
con perfecta precisin lo que nunca ocur re las posiciones y
los momentos iniciales, sino a lo que puede ocurrir cuando se
dan esos datos con la exactitud alcanzable. Eso significa que
conocemos, no las condiciones iniciales, sino algo acerca de su
distribucin. En otras palabras, la parte funcional de la fsica
no puede dejar de considerar la incertidumbre
y
la contingen-
cia de los fenmenos. Fue mrito de Gibbs haber enunciado por
LA IDEA
UN
UNIVERSO
CONTINGENTE
11
primera vez un claro mtodo cientfico para ce siderar esa con-
tingencia.
El historiador de la ciencia busca en vano una sola lnea
de
desarrollo. Aunque las investigaciones de Gibbs eran claras.
carecan de conexin y otros debieron completar el trabajo
l empez. Bas sus investigaciones en una intuicin: en gene-
ral, todo sistema fsico, perteneciente a una clase
de
sistemas
que conserve su identidad como clase, acaba reprodu-
en casi todos ios casos la distribucin que posee
en
un
mstante dado. En otras palabras, en ciertas circunstancias, un sis
tema pasa por todas las distribuciones de posicin y de mo-
mentos compatibles con su energa, si funciona un tiempo
suficientemente largo.
Sin embargo, esta ltima proposicin no es cierta ni posible
sino en sistemas triviales. Pero hay otro camino que conduce a
los resultados que necesitaba Gibbs para matener
su
hiptesis.
La irona de la historia consiste en que, en Pars, se exploraba
completamente esa ruta al mismo tiempo que Gibbs trabajaba
en New Ha.ven; slo en 1920 ambos senderos se encontraron
en una unin fructuosa. Creo que tuve el honor
de
avudar al
nacimiento del primer hijo de ese matrimonio.
Gibbs utilizaba teoras de la medida y de probabilidades que
tenan ya veinticinco aos de antigedad
y
gue eran grosera-
i:iente inadecuadas para sus necesidades. Sin embargo, al mismo
tiempo, Borel
y
Lebesgue en Pars elaboraban una teora de la
que haba de demostrar
su,
utilidad para las ideas
de Gibbs. Borel era un matemtico que haba adquirido una
reputacin en la teora de probabilidades con un excelente
ti do para la fsica. Hizo algunas que condu-
Jeron a la teora de la medida; pero no la llev hasta tal punto
que pudiera considerarse completa.
Su
discpulo Lebesgue, que
era una personalidad enteramente distinta, hizo eso. No tena
sentido ni inters por la fsica. Sin embargo, Lebesgue resolvi
el problema planteado por Borel, pero consider que la solu-
cin no era ms que una herramienta para el estudio de las
series de Fourier y otras cuestiones
de
matemtica superior.
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PRLOGO
punto son probables en
un
conjunto mayor
de
universos las
respuestas que podemos dar a ciertas preguntas para algunos
de ellos. Gibbs crea adems que esa probabilidad tendera na-
turalmente a aumentar con la edad del universo. Se llama en-
tropa a la medida
de
esa probabilidad, cuya caracterstica prin-
cipal es la de ser siempre creciente.
l
aumentar ella, ei universo, junto con todos los sistemas
cerrados que contiene, tiende naturalmente a empeorar
y
a
perder
sus
caracteres distintivos, a pasar del .estado menos pro-
bable al ms .probable,
de
un estado de organizacin y
de
dife-
renciacin, en el cual existen rasgos y formas, a otro de caos
e identidad. En el universo de Gibbs el orden
es
menos pro-
bable, el caos ms probable. Pero mientras el universo en su
totalidad, si existe en cuanto total,
tier{de
a ese estado definitivo,
existen enclavados locales, cuya direccin parece opuesta a la
del universo como un todo en los cuales hay una tendencia tem-
poral
y
limitada a aumentar la complejidad de
su
organizacin.
la
vida encuentra asilo en algunos de
esos
enclavados. Ligada
instintivamente a esa idea desde un principio, se inicia el des
arrollo de la nueva ciencia: la ciberntica.
Hay algunos escpticos respecto a la identidad precisa entre en-
tropa y desorganizacin biolgica. Ser necesario que estime esas
crticas, tarde o temprano, pero por ahora debo suponer que la dife 'en-
cia radica, no en ia naturaleza fundamental de esas cantidades, sino en
los sistemas en los que se las observa.
Es
demasiado escera'r
una
de-
finicin clara y neta de la entropa en la que todos los
autores para aigo distinto del sistema aislado y cerrn.u.
I
HISTORIA DE
LA.
CIBERNTICA
Desde que termin la segunda guerra mundial, he trabajado
en la teora de los mensaJeS. Adems de la pane c:lenrorcnica
de su transmisin, existe un campo muy amplio que incluye, no
slo
l
estudio del lenguaje, sino ademas el esrndo de los men-
sajes como medio de
manejar aparnros o grupos humanos,
el
desarrollo
de
las mquinas de calcular
y
otros autmatas simila-
res, algunas reflexiones sobre la psicologa y el sistema nervioso
y
una tentativa de enunciar una nueva hiptesis del mtodo
cientfico. Esta teora ms amplia
de
los es probabi-
lstica
y
parte intrnseca de aquella corriente que debe
su
origen
a Willard Gibbs y que describ en la introduccin.
Hasta hace muy poco tiempo no exista una voz que com-
prendiera ese conjunto
de
ideas; para poder expresarlo todo
mediante una palabra, me vi obligado a inventarla. De ah:
ciberntica, que deriv de la voz griega
k11bernetes
o timonel, la
misma raz de la cual los pueblos
de
Occidente han formado
gobierno
y
de sus derivados. Por otra parte, encontr ms tarde
que la voz haba sido usada ya por Ampere, aplicada a la pol-
tica, e introducida en otro sentido por un hombre de ciencia
polaco; ambos casos datan de principios del siglo XIX.
He escrito un libro ms o menos tcnico intitulado Ciber
ntica que apareci en 1948. Respondiendo a ciertos pedidos
para que pusiera
esas
ideas al alcance de los profanos, publiqu
en 195 O la primera edicin de Ciberntica
y sociedad.
Desde
entonces, el tema, que consista en esa
poca en unas pocas
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CIBERNTIC Y SOCIEDAD
ideas compartidas por los doctores Claude Shannon
Warren
W ea ver y yo se ha convertido en un campo permanente de
investigacin. En consecuencia aprovecho la oportunidad que
me da esta nueva edicin para ponerla al da y suprimir ciertos
defectos e incongruencias de su estructura original.
l dar la definicin de ciberntica en la primera edicin puse
en la misma categora las comunicaciones y el gobierno de las
mquinas. Por qu lo hice? Cuando me pongo en contacto
con otra persona le doy un mensaje; cuando responde
me
da
algo en relacin con lo que dije y que contiene informes acce-
sibles a primordialmente y no a m. Cuando regulo los actos
de otra persona le comunico
un
mensaje; aunque est en mo-
do
imperativo la tcnica
de
la comunicacin no difiere de la
del que enuncia hechos. Adems
si
mi regulacin ha de ser
efectiva debo tomar conocimiento de cualquier mensaje de ]
que indique haber comprendido y obedecido la orden.
La tesis de este libro consiste en que slo puede entenderse
la sociedad mediante el estudio de los mensajes y de las facili-
dades de comunicacin de que ella dispone
y
adems que en
el futuro desempearn un papel cada vez ms preponderante
los mensajes cursados entre hombres y mquinas entre mqui-
nas y hombres y entre mquina y mquina.
Cuando doy una orden a una mquina la situacin no difiere
esencialmente de la que se produce cuando mando algo a una
persona. En otras palabras en lo que respecta a mi conciencia
percibo la emisin de la orden los signos de asentimiento
que vuelven. Para m personalmente que
la
seal en sus eta-
pas intermediarias haya pasado por una mquina o por una
persona carece de importancia de ninguna manera cambia
esencialmente mi relacin con la seal. As la teora de la regu-
lacin en ingeniera sea humana animal o mecnica es un
capitulo
de
la teora de los mensajes.
Naturalmente existen diferencias de detalle en los mensajes
en los problemas
de
regulacin no slo entre un organismo
vivo
y
una mquina sino tambin dentro de cada clase ms
especializada de seres. Es propsito de la ciberntica desarroilar
HISTORIA DE L CIBERNTIC
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una lengua y unas tcnicas que nos permitan no slo encarar
los problemas ms generales de comunicacin y regulacin
sino adems establecer un repertorio adecuado de ideas y m-
todos para clasificar sus manifestaciones particulares por con-
ceptos.
Las rdenes mediante las cuales regulamos nuestro ambiente
son una especie de informacin que le impartimos. Como cual-
quier otra clase de informe estn sometidas a deformaciones
al pasar de un ente a otro. Generalmente llegan en una forma
menos coherente y desde luego no ms coherente que la de
partida. En las comunicaciones y en la regulacin luchamos
siempre contra
la
tendencia de
la
naturaleza a degradar lo or-
ganizado y a destruir lo que tiene sentido la misma tendencia
de la entropa a aumentar como lo demostr Gibbs.
Gran parte de este libro se ocupa de los imites de las comu-
nicaciones entre individuos. El hombre se encuentra sumergido
en
un
mundo que percibe mediante sus sentidos. El cerebro
y
el sistema nervioso coordinan los informes que reciben hasta
que despus de almacenados colacionados y seleccionarlos re-
surgen otra vez mediante rganos de ejecucin generalmente
los msculos. stos a su vez actan sobre el mundo exterior y
reaccionan sobre el sistema nervioso central mediante recepto-
res tales como los extremos de la sensacin cenestsica;
la
infor
macin que stos proporcionan se combina con
la
acumulacin
de vivencias pasadas influyendo sobre las acciones futuras.
Damos el nombre de informacin al contenido de lo que
e
objeto de intercambio con
el
mundo externo mientras nos
a justamos a l hacemos que se acomode a nosotros. El pro
ceso de recibir utilizar informaciones consiste en ajustar-
nos a las contingencias de nuestro medio y de vivir de ma
nera efectiva dentro de L Las necesidades y
la
complejidad de
la vida moderna plantean a este fenmeno del itercambio
de informaciones demandas ms intensas que en cualquier otra
poca;
la
prensa los museos los laboratorios cientficos la
universirlades las bibliotecas y los libros de texto han
de
satis
facerlas o fracasarn en sus propsitos. Vivir de manera efec
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CIBERNTICA
Y SOCIEDAD
tiva significa poseer
la
informacin adecuada. As, pues, la
co
municacin
y
la regulacin constituyen la esencia de la vida
interior del hombre, tanto como de su vida social.
El lugar que ocupa
.el
estudio de las comunicaciones en la
historia de la ciencia no s trivial, ni fortuito, ni nuevo.
Aun
antes de
Newton
esos problemas eran corrientes
en
la
Fsica;
especial1nente
en
ias investigaciones de Fermat, Huyghens
y
leibnitz;
todos ellos compartan el inters
por una
ciencia
cuyo centro
no
era la mecnica sino
la
ptica,
la
comunicacin
de imgenes visuales.
Fermat hizo progresar el estudio de la ptica con su prin-
cipio, segn
el
cual la luz, en un recorrido suficientemente
corto, sigue
la
rrayectoria que le exige el tiempo mnimo para
pasar de
un punto
a otro. Huyghens enuncio
Ia
forma primi-
tiva del principio que se designa hoy con su nombre, diciendo
que
la
luz
s propaga
desde un
punto
luminoso creando algo
as como una pequea esfera, formada por foentes secundarias
gue
propagan la
luz como
lo
hace
la
primitiva. Mientras tanto,
leibnitz
consideraba gue todo el universo est compuesto de
mnadas cuya actividad consiste
en la
percepcin mutua, basn-
dose
en una armona
preestablecida por Dios; es bastante claro
que para
l
esa accin mutua era
en
gran parte ptica.
Aparte
de esa percepcin, las mnadas no tienen ventanas ,
por
lo
gue, segn l, todos los efectos mecnicos mutuos no son ms
que
una
sutil consecuencia de
la
accin ptica entre ellas.
La preocupacin
por
ia
prica
y
los mensajes
gue
aparece
claramente en esta parte de
la
filosofa de Leibnitz, se encuen-
tra tambin
en toda su obra. Desempea
un
importante
papel
en
dos de sus ideas originales: la
haracteristica Universalis
o
sea
un
lenguaje cientfico
para
todas las artes y ciencias
y el
alculm Ratiocinator
o clculo igico gue,
aunque
imper-
fecto, es el antepctsado directo de
la
moderna
lgica matemtica.
Leibnrz, posedo por
la
idea de las comunicaciones, es
en
varios aspectos, el antepasado -intelectual de
los
conceptos de
este libro, pues tambin se interes
por
las
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CIBERNTIC Y SOCIEDAD
ocurra en las obras de los autores anteriores a Newton sin la
subordinacin newtoniana de todo a la materia y al movimiento.
Para explicar sus ideas Einstein utiliza ampliamente
el
ejem-
plo de un observador en reposo o en movimiento. En su teora
de 1a relatividad es imposible introducir
un
observador sin in-
cluir al mismo tiempo
el
concepto de mensaje y sin volver de
hecho a colocar el centro de gravedad de la fsica en un estado
quasi-leibnitziano cuya tendencia
es
nuevamente ptica. La teo-
ra
de
la relatividad de Einstein
y
la mecnica estadstica de
Gibbs
se
encuentran en campos enteramente opuestos pues el
primero como Newton se ocupa de la dinmica de cuerpos
absolutamente rgidos sin introducir la idea de probabilidad.
Por otra parte las investigaciones de Gibbs caen completa-
mente dentro del clculo de probabilidades; sin embargo ambas
tendencias equivalen a desplazar el punto
de
vista de la fsica;
en ellas por
un
mtodo u otro se reemplaza
l
universo tal
como existe realmente por otro conforme a las observaciones
que se hayan efectuado; el arcaico realismo ingenuo de la fsica
cede a algo que Berkeley habra considerado con una sonrisa
de
satisfaccin.
Aqu conviene revisar algunas ideas acerca de la entropa
que aparecieron ya en el prlogo. Como ya hemos dicho ese
concepto es una de las ms importantes diferencias que distin-
guen la mecnica de Gibbs
de
la newtoniana. Para el primero
poseemos una cantidad fsica que no pertenece al mundo exte-
rior como tal sino a un cierto conjunto de mundos exteriores
posibles
y
en consecuencia a la respuesta a ciertas preguntas
especficas que podemos plantear respecto al mundo exterior. La
fsica
se
convierte entonces no en la discusin
de
un universo
exterior que puede considerarse como la respuesta total de todas
las cuestiones que
se
refieren a l sino como una resea de res-
puestas a preguntas mucho ms limitadas. Efectivamente y no
nos
ocupamos de estudiar todos los mensajes posibles recibidos
o enviados; nos interesa la teora
de
los ms especficos que
entran o salen; ello implica una medida del contenido de infor-
macin proporcionado que ya no
es
infinito.
HISTORIA DE L CIBERNTICA
21
Por
su
naturaleza los mensajes son una forma
y
una orga-
nizacin. Efectivamente es posible considerar que
su
conjunto
tiene una entropa como la que tienen
los
con juntos de los
estados particulares del universo exterior. As como la entr?p.a
es una medida de desorganizacin la informacin que suminis-
tra
un
conjunto
de
mensajes es una medida de organizacin.
De hecho puede estimarse la informacin que aporta uno de
ellos como el negativo
su
entropa y como el logariti;no nega-
tivo
de
su probabilidad. Es decir cuanto ms probable es e
mensaje menos informacin contiene. Por ejemplo
un
clis
proporciona menos informacin que
un
gran poema.
Y a he hablado del inters de Leibnitz por los autmatas que
casualmente comparta tambin un contemporneo suyo: Bias
Pascal; ste contribuy en gran parte al desarrollo de lo que
ahora llamamos mquina de calcular de escritorio. Leibnitz con
sider que la concordancia de los relojes puestos a la mism
hora un modelo de la armona preestablecida de las mna
das. Pues la tcnica de los autmatas de aquel tiempo era ia
de los relojeros. Observemos la actividad de las figurillas qu
bailan en la tapa de una caja de msica.
Se
mueven de acuerd
con un plan dispuesto de antemano en el cual su activida
anterior no tiene absolutamente nada que ver con la futura. L
probabilidad de que se aparten de ese p;an. es nula.
mente hay un mensaje pero va de la a las
no pasa de ah. Ellas mismas no aportan nmguna comumcacio
al mundo exterior excepto la unilateral del movimiento pre
establecido en el mecanismo. Son ciegas sordas y mudas y n
pueden desviarse de
fa
actividad impuesta por el constructor.
Comprese
eso
con
el.
c9mportamiento
de
un hombre o
d
un animal moderadamente inteligente tal como un gatito. L
llamo y levanta la cabeza. Le envo un mensaje que recibe
sus rganos sensoriales y que
se
manifiesta en ia accin.
hambre y lanza un maullido llorn. Es l entonces
l
trasmis
de
un
mensaje. Extiende sus patas tratando de agarrar una p
lota atada a un
h.ilo.
Cuando ia pelota
se
mueve hacia la
i
quierda el animal l agarra con la pata del mismo lado. E
l
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CIBERNTIC Y SOCIEDAD
este caso
se
trasmiten y reciben mensajes
de
estructura muy
complicada a travs del sistema nervioso del animal mediante
ciertas terminaciones en sus articulaciones msculos y tendo-
nes; por estos mensajes el animal conoce la posicin real y la
tensin
de
sus tejidos. Slo mediante
esos
rganos es posible
algo como la habilidad manual.
He
comparado el comportamiento preestablecido de las figu-
rillas de la caja de msica con la conducta contingente de los
seres humanos y de los animales. Pero no ha de suponerse que
la caja
de
msica
es
tpica del comportamiento
de
cualquier
aparato.
Las mquinas ms antiguas en particular las primeras ten-
tativas de producir autmatas funcionaban como el mecanismo
de
un reloj sin admitir variacin despus de iniciado el movi-
miento. Pero las modernas tales como los proyectiles telediri-
gidos la espoleta
de
aproximacin el mecanismo de apertura
automtica
de
las puertas los aparatos
de
regulacin de una
fbrica de productos qumicos
y
las otras que efectan traba os
militares o industriales poseen rganos sensoriales es decir
mecanismos de recepcin
de
mensajes que provienen del exte-
rior. Pueden ser tan sencillos como una clula fotoelctrica
que cambia cuando la luz inde sobre ella y que puede distin-
guir la luz de la obscuridad o tan complicados como un apa-
rato
de
televisin. Pueden medir una tensin por el cambio que
produce en la conductibilidad de un alambre sometido a ella
o estimar temperaturas mediante un par termoelctrico que
consiste en dos metales distintos ntimamente unidos que pro-
ducen una corriente cuando
se
calienta urto
de
ellos. Todo ins-
trumento del repert0rio del fabricante de aparatos cientficos
es un rgano sensorial posible; mediante sistemas elctricos
se
obtiene que las lecturas
se
registren a distancia. As pues
y
poseemos desde hace tiempo mquinas cuyo comportamiento
est regulado por el mundo exterior.
Tambin nos es familiar la mquina que obra sobre su am-
biente al recibir un mensaje. Toda persona que ha pasado por
la estacin Pennsylvania de Nueva York conoce el aparato
HISTORI DE L CIBERNTIC
23
fotoelctrico para abrir puertas. Cuando llega a un mensaje
que consiste en la intercepcin
de
un rayo lummoso se abre
la puerta y el viajero pasa a travs de ella. . .
las etapas entre la recepcin de un mensaie mediante apa-
ratos de este tipo y la ejecus in de una tarea pueden ser muy
simples como en el caso de la apertura
de
una puerta o pue-
den tener cualquier grado
de
compiejidad deseada dentro
de
los lmites
de
tcnica actual. Una accin compleja es
aquella en que los datos introducidos que llamaremos entrada
implican un gran nmero de combinaciones para ob:ener un
efecto que llamaremos salida sobre exterior. Esta
ltima es combinacin de los datos recibldos en ese momento
y de los hechos registrados en el pasado que ,me1 1'o
ria y que guarda ei aparato. Las ms complicadas
construidas hasta ahora que transforman los datos de la
eOLrada
en otros
de
salida son las electrnicas de calcular
de
alta velo
cidad. La determinacin de la forma
de
comportamiento.
de
estas mquinas est dada por una entrada especiaL consiste
generalmente en tarjetas perforadas cintas o mag
nticos que fijan la manera cmo ha de actuar la en
una operacin dada una manera diferente de la. que podna se
en otra ocasin. Debido al uso frecuente
de
taretas perforada
o
de
cintas magnticas los datos que se suministran aparato
y que indican el modo de operar
de
una de esas mqumas par
combinar los informes se llaman tecleado.
He
dicho ya que el hombre y los animales
poseen-
sen
tido cenestsico mediante el cual recuerdan la Y l
tensin
de
cada uno
de sus
msculos. Para que una maquma
sometida a un ambiente variable funcione adecuadamente e
necesario que se la informe acerca
de
los resultados de su
propias acciones como parte de los datos
de
acuerdo con lo
cuales debe actuar. Por ejemplo al manejar un ascensor n
basta abrir la puer ta que da al corredor: las rdenes dadas
ben conducir a que el ascensor se encuentre all cuando abn
mos la puerta. El funcionamiento del mecanisrr:o de apertur
debe depender de que el ascensor est en ese piso;
de
lo con
/
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24 CIBERNTIC
Y SOCIEDAD
trario algo puede haberlo detenido y el pasajero caer por el
pozo. Esta regulacin
de
una mquina
de
acuerdo a
su
funcio-
namiento real
y
no respecto a lo que se espera de ella se llama
retroalimentacin
y
presupone la existencia de sentidos que ac-
tan mediante miembros motrices y que funcionan como ele-
mentos que registran una actividad. Esos mecanismos deben
frenar la tendencia mecnica hacia la desorganizacin
o
en
otras palabras deben producir una inversin temporal
de
la
direccin normal de la entropa.
He
mencionado hace
un
momento al ascensor ejemplo de
la importancia de la retroalimentacin. Hay otros casos en los
que su valor es aun ms evidente. Por ejemplo el artillero re-
cibe ciertas informaciones de sus instrumentos de observacin
y las transmite al can de tal modo que ste tenga una direc-
cin tal que el proyectil pase por
l
blanco movible en cierto
momento. Pero el arma
ha
de usarse cualquiera que sea la tem-
peratura exterior.
Si
sta es alta la grasa
es
fluida
y
el can
se mueve fcil y rpidamente. En otros casos la grasa se endu-
rece por el fro o est mezclada con arena por lo que el tubo
responde lentamente a las rdenes que se le dan. Si en este
ltimo caso cuando el can tarda en llegar a la posicin de-
seada
se
insiste mediante un impulso adicional el error dis-
minuir. Para obtener un efecto lo ms uniforme posible se
acostumbra a interponer un elemento de retroalimentacin que
determina la diferencia entre la posicin real
y
la deseada
y
que da de acuerdo con esta diferencia un impulso adicional.
Es
cierto que han de tomarse las precauciones necesarias para
que no sea muy intenso pues si lo
es
el tubo pasar ms all
de la posicin correcta y habr que hacerle girar
de
vuelta en
una serie de oscilaciones que muy bien pueden aumentar en am-
plitud
y
conducir a una inestabilidad desastrosa.
Si
el sistema
de retroalimentacin
se
corrige automticamente en otras pala-
bras si sus propias tendencias entrpicas estn limitadas por
otros mecanismos que las mantienen entre muy estrechas cotas
eso no ocurrir y la existencia de ese dispositivo aumentar la
estabilidad del funcionamiento del can. Dicho
de
otra ma-
HISTORI DE L CIBERNTIC
nera la actividad depender menos de la carga
de
friccin o
que
es
lo mismo del retardo causado por ia rigidez de la g:as
Algo muy similar a esto ocurre en los actos S r
llevo el cigarro a la boca mi voluntad no mueve nmgun mu
culo especial. En muchos casos ni siquiera
s
cuies L
que hago
es
poner en accin
un
mecanismo de retroalimen
cin anlogo al ya descrito: un reflejo en el cual el
que no bast para elevarlo
se
convierte en una orden mas
tensa a los flojos msculos cualesquiera que sean. De esta m
nera rdenes voluntarias de bastante uniformidad permitir
la misma tarea partiendo de posiciones iniciales sum
mente diversas sin tener en cuenta la disminucin de la co
traccin de los cansados msculos. Anlogamente cuando m
nejo un coche no ejecuto mecnicamente una serie de rde?
que dependen simplemente
de
una imagen mental del camm
y
de la tarea a realizar.
Si
encuentro que el vehculo
se
des
mucho hacia la derecha lo llevo hacia la izquierda. Eso
d
pende del comportamiento real del coche
del camino; me permite manejar con una eficacia casi ident
un Austin de poco peso
y
un camin bien cargado sin nec
sidad de formar hbitos especficos para cada uno de amb
casos. Volver sobre este tema con mayor atencin en i ca
tulo sobre mquinas especiales al discutir el servicio que pue
prestar
su
estudio a la neuropatologa cuando su comP?r
miento ofrece defectos como los que aparecen en el orgamsm
humano.
Afirmo que el funcionamiento en lo fsico dei ser vivo y
de
algunas
de
las ms nuevas mquinas electrnicas son exac
mente paralelos en sus tentativas anlogas de regular la ent
pa m;diante la retroalimentacin. Ambos pos.een
sensoriales en una etapa de su ciclo de operaciones
es
de
ambos cuentan con un aparato especial para extraer inform
del mundo exterior a bajos niveles de energa
y
para utilizar
en as operaciones del individuo o de la mquina. En. amb
casos esos mensajes del exterior no
se
toman en
bruto
smo q
pasan a travs de los mecanismos especiales
de
transformac
-1
8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
12/37
CIBERNTIC
Y SOCIEDAD
La
informacin ad
se
efecta sobre
i
mundo exterior. En ambos,
se
ejecut d sobre
i
papel que debiera en nuestro
de
la sociedad, pues as como pueden obser-
de
vista las reacciones fsicas del indi-
No pretendo que ei socilogo ignore la
exis
so
de
toda la urdimbre.
En este captulo hemos visto la unidad fundamental de un
de
ideas cuya conexin mutua no
se
haba conside-
y la teora de los mensajes entre hom-
y mquinas y en la sociedad, como una secuencia
de
hechos
de
la naturaleza hacia el desorden,
sus partes a diversos propsitos.
EL PROGRESO Y LA ENTROPA
Como ya lo hemos visto, la tendencia estadstica
de
la natu-
raleza hacia el desorden, hacia el aumento de la entropa, se
expresa mediante la segunda ley
de
la termodinmica. Nosotros,
los seres humanos, no somos sistemas aislados. Ingerimos ali-
mento tomado del exterior que produce energa; como resul-
tado, somos parte
de ese
mundo ms amplio que contiene las
fuentes de nuestra vitalidad. Pero lo ms importante es que
aceptamos informaciones mediante nuestros sentidos y que ac
tumos
de
acuerdo con ellas.
El fsico conoce ya la importancia
de
esa
afirmacin en cuanto concierne a nuestras relaciones
con
e 1 am-
biente. Un excelente ejemplo del papel
de
la informacin, en
lo que a esto respecta, lo proporcion Clerk Maxwell su
demonio'', que podemos describir de la manera siguiente.
Supongamos que tenernos un recipiente lleno
de
un gas cuya
temperatura es uniforme. Algunas molculas
se
movern con
mayor velocidad que otras. Supongamos adems que existe una
puerta, por donde pasa el gas a una tubera que conduce a
una mquina trmica; despus de atravesar sta, el gas vuelve
al recipiente a travs de otra puerta. En cada una de ellas, se
encuentra un diminuto ser capaz de vigilar las molculas que
llegan y de abrir o cerrar el paso, segn la velocidad que
poseen.
El
demonio
de
la primera la abre slo a las molculas
de
alta velocidad y la cierra a las que la tienen baja. El
de
l
/J3
8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
13/37
28
CIBERNTICA Y SOCIEDAD
hace exactamente lo contrario: ia abre para las de baja
Y la cierra para las de alta velocidad. As resulta aue la tem-
peratura. en un extremo y desciende en el creando
u :
mov1m1e?to continuo de segunda clase , es decir, un movi-
m:ento que no viola la primera ley de la termodin-
mica (segun la cual, la cantidad de energa de un sistema dado
s constante)'. pero que infringe la segunda (segn la cual, la
temperatura a disminuir). En otras pa-
labras,
el-
demomo de Maxwell parece superar
la
tendencia de
la entropia a aumentar.
Tal es posible aclarar aun ms esta idea considerando
una que pase a travs de
dos
torniquetes:
uno
de los
deja pasar la gente slo
si
se mueve a una cierta velo-
c1da.d Y el otro slo si avanzan lentamente. El movimiento arbi-
trar10 de la muchedumbre conducir a que exista una corriente
de gentes veloces que pasan por el primer torniquete, mientras
que el
se?11ndo
estar abierto slo para los que avanzan lenta-
mente.
S
los. dos unidos por un pasaje provisto de
una giratoria, las personas que se mueven velozment
produc1.ran una tendencia mayor a que ella gire en direccin
contraria, a la de las lentas, con lo que tendramos una fuente
de basada en los movimientos fortuitos de la multitud.
Aqm aparece una diferencia muy interesante entre la fsica
de nuestros abuelos y la actual. En
la
del siglo
XIX
pareca
que no nada, informacin. De ah resulta que
no hay nada en la f151ca de Maxwell que impida a su demonio
obtener su propia energa. Por el contrario,
la
moderna reco-
que el demonio slo puede informarse acerca de si debe
abrir o la mediante un rgano sensorial que, para
propos1to, es un OJO. La luz que incide en el ojo del demo-
mo es suplemento carente de energa del movimiento
1;1e.can1Co smo que comparte las principales propiedades de este
ultnno. La lU:
n_o
puede ser recibida por ningn instrumento
menos que mcida en l y tampoco puede indicar la posicin
de cualquiera si no cae sobre ella. Esto significa
que Il s1qmera desde el punto de vista puramente mecnico
EL PROGRESO Y LA ENTROPA
29
podemos considerar el recipiente como exclusivamente com-
puesto de gas, sino como gas y luz que pueden estar o no en
equilibrio. Si ocurre lo primero puede demostrarse, de acuerdo
a las teoras fsicas actnales, que el demonio de Maxwell ser
tan ciego como si se encontrase en la obscuridad ms absoluta.
Tendramos rayos de luz en todas direcciones, lo que no nos
proporcionar a ninguna indicacin acerca de la posicin y la
velocidad de cada partcula. En consecuencia, el demonio de
Maxwell slo podr actuar en un sistema que no est en equi-
librio. Sin embargo, en ese caso la colisin constante entre la
luz y las partculas de gas tiende a colocar ambas en un estado
de equilibrio. As, pues, aunque el demonio puede invertir tem-
poralmente la direccin
de
la entropa, a la larga tambin que-
dar agotado.
El demonio de Maxwell puede actuar indefinidamente slo
si llega luz adicional al sistema desde una fuente fuera de l Y
que no corresponda, desde ei punto de vista trmico, a
la
:em-
peratura mecnica de las partculas del gas. Es esa
una
situa-
cin que debera sernos perfectamente familiar, pues vemos el
universo que nos rodea mediante la luz del sol, que est muy
lejos de encontrarse en equilibrio con los sistemas mecnicos
de la tierra. Hablando con propiedad, comparamos partculas
que se encuentran a una temperatura de 2 centgrados con
una luz que proviene del sol a muchos miles de grados.
En un sistema que no se encuentra en equilibrio o en una
parte del mismo, la entropa no aumenta necesariament:. En
efecto, puede disminuir localmente.
Tal
vez esta carencia de
eauilibrio en el mundo que nos rodea
es
simplemente una
en la cuesta aba jo que conducir finalmente al equilibrio.
Ms pronto o ms tarde, moriremos y es altamente probable
que todo el universo fenecer de fro en cuyo caso, quedar
reducido a la uniformidad trmica en la cual nada nuevo ocu-
rrir. Slo existir una gris monotona, de la que slo podre-
mos esperar fluctuaciones locales insignificantes.
Pero todava no somos los espectadores de las ltimas esce
nas de la muerte del cosmos. Efectivamente, nadie asistir a
8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
14/37
30
CIBERNTICA Y SOCIEDAD
esas etapas finales. En consecuencia, en el mundo que nos pre-
ocupa ms directamente hay
estados que aunque
ocupan
slo
una insignificante fraccin de la eternidad, poseen un gran
significado para nosotrns, pues en ellos la
entropa
no aumenta
y
se elabora una organizacin, as como su correlativo, las
in -
formaciones.
Lo que
he
dicho
ele
esos islotes de
mayor
organizacin no
se
limita
exclusivamente a
la que
tienen los seres vivos.
las
mquinas conrribuyen tambin a
la
elaboracin local y tem-
poral de las informaciones, a pesar de ser su organizacin gro-
sera e
imperfecta
comparada con
l
nuestra.
Es necesario intercalar
aqu
una observacin semntica; vo-
es tales como vida, propsito y alma son groseramente inade-
cuadas para el exacto pensar cientfico. Esas palabras han ad-
quirido
su significado al reconocer nosotros
la unidad
de un
cierto
grupo
de fenmenos, aunque, efectivamente,
no
nos proc
porcionen una base adecuada para caracterizar la tai unidad.
En
cuanto
aparece
un
fenmeno nuevo que, en cierta medida,
participa de
la naturaleza
de los
que hemos dado en llamar
vivientes, pero que no posee todos los otros aspectos asociados
que
incluye
la
voz vida'', nos
encontramos
con
el problema
de
ampliar el sentido de la palabra para incluir dicho fenmeno
o de restringirla
para
excluirlo. En el pasado, se plante ese
problema
al considerar los virus
que
demuestran poseer algunas
de las tendencias de la vida (persistir, multiplicarse, organi-
zarse),
pero que
no la
manifiestan en forma
completa.
Al
obser-
var ahora
ciertas
analogas entre
las
mquinas y
ios organismos
vivientes, nos hallamos
frente al
problema de
saber
si las m-
quinas poseen vida; para nuestros propsitos
la pregunta
es
semntica
y somos libres de responder de
una manera
o de otra,
como nos convenga.
Si deseamos utilizar la palabra vida de tal modo que com-
prenda
todos los fenmenos
que localmente nadan contra
la
corriente de
la
entropa creciente, somos libres de hacerlo. Sin
embargo,
incluiramos entonces
muchos enmenos
astronmi-
cos
que
slo tienen una
remotsima
semejanza con eila, tal
EL PROGRESO Y LA ENTROPA
como l entendemos corrientemente. En mi opinin, io m
es evitar eptetos
que
son
una
peticin de principios, tales
vida ,
alma ,
vitalismo y otros parecidos; en lo
que
pecta
a las mquinas, diremos simplemente que
no
hay nin
razn
para que
no
se asemejen a los seres humanos, pues
y otros representan bolsones de entropa decreciente, dent
una estruetura en
la
cual la ms amplia entropa ten
aumentar.
Cuando
comparo un organismo viviente con
una m
de esa clase, de ningn modo qmero decir que los fenm
especficos f isicos, qumicos o espirituales de
la
vida, tal
la
entendemos corrientemente,
son
los mismos que los
mquina que la
imita. Quiero decir
simplemente
que a
(el
ser viviente y la
mquina) son
ejemplos de fenm
locales antientrpicos, que pueden aparecer de muchos
modos que
naturalmente
no llamaramos biolgicos ni
cnicos.
Aunque es imposible hacer una afirmacin universal a
de los autmatas que imitan lo vital en un campo que s
tiende tan rpidamente como el de la automatizacin, qu
insistir en
algunos
rasgos generales de estas
mquinas
tale
mo
existen actualmente.
Uno
de ellos es
que
deben efe
una tarea o tareas definidas y en consecuencia, deben p
rganos de accin
(anlogos
a las
manos
y piernas de los
humanos) para ilevarlas a cabo. El segundo es que deben
en relacin con el
mundo
exterior mediante rganos sensor
tales como clulas fot0eictricas o termmetros, que no s
advierten acerca de ias circunstancias que las rodean, sin
adems las hacen capaces de recordar la ejecucin (o
ejecucin) de la labor encomendada. Como y lo hemos
esta ltima funcin se
llama
retroalimentacin, o sea
la
pr
dad
de
ajustar la conducta
futura
a hechos pasados. Pued
tan
simple
como
la
de un reflejo comn o de
orden
sup
de tal rnodo que la experienca anterior se utiliza,
no
slo
regular especficos, sino para determinar un
pleto plan de conducta.
Un
sistema de esa clase
puede
ten
8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
15/37
32
CIBERNTICA
Y SOCIEDAD
aspecto de ser lo que, desde
un
punto de vista llamamos re-
flejo condicionado y desde otro, aprendiza je. '
todas forrr;as de conducta y particula rmente para
las
mas
deben tener las mquinas rganos cen-
trales de dec1s1on que determinen lo que han de hacer
en un
momento dado segn
la
informacin que la retroalimentacin
les
ha
proporcionado y que elias acumulan mediante mecanis-
mos anlogos a la memoria de un organismo viviente.
Es una mquina simple que se acerque a la
luz o se ale3e de ella; si poseen luces propias,
un
cierto
nmero
de estas reunidas mostrarn complicadas formas de
comportamiento_ social, como las que ha
descrito el doctor Grey
Walter en su libro El cerebro viviente. Por el momento las
mquinas de ese tipo son slo juguetes
t1f1cos, que explora r las posibilidades de
la
mquina y
su analogo: el sistema nervioso. Pero hay razones para creer
_la tecnologa, en rpido avance, utilizar en
un
futuro
proxrmo algunas de sus posibilidades.
As, entre el sistema nervioso
y
la mquina automtica existe
fundamental, pues son dispositivos que
toman de-
en otras que hicieron en el pasado. Los mf
simples eligen entre dos posibilidades tales como abrir o cerrar
una llave. En el sistema nervioso, cada fibra decide trasmitir
un_
impulso o no.
Tanto
en la
mquina
como en el nervio,
existe
un
aparato
para tomar
decisiones
en
el futuro
de. acuerdo con las pasadas;
en
el sistema nervioso gran parte
de esa tarea se efecta en puntos de organizacin extremada-
complicada llamados sinapses, donde un cierto nmero
de fibras entrantes estn conectadas con una sola saliente. En
muchos casos, puede entenderse la base de esas decisiones como
un, de accin del sinapse o,
en
otras palabras, indicando
cuantas fibras de entrada
han
de funcionar para que funcione
a su vez la de salida.
Esto base, por lo menos, de
una
parte de la analoga
entre maqumas y organismos. El sinapse de estos ltimos co-
rresponde a ias llaves de conmutacin de
la
mquina.
Para
con-
EL PROGRESO Y
LA
ENTROPA
33
siderar ms detalladamente
la
relacin entre las mquinas Y
los organismos vivientes, consltense los li? ros,, arnmeme su-
gestivos, de los doctores
Walter
y
Ross Ashby. ' . ,
Como ya he dicho, la
mquina y
el orgarusmo son
dispositivos que iocal y temporalmente parecen r:_s1snr a la ten-
dencia general de
aumento
de
la
entropa. Mea1ante su capa-
cidad de tomar decisiones, pueden
pwducir
a su alededor uoa
zona local de organizacin en
un mundo
cuya tendencia gene-
ral es la contraria. ,
El
hombre
de ciencia traba a continuan1ente
para
descubrir
el orden y
la
organizacin en el por. io. que
' . . .
ln ,
hS
U1'
una
partida contra
su
arch1enem1go:
a
-
l iL,..,.. (
diablo maniqueo o agustiniano? Es
una
fuerza opuesLa ' ur-
den
0
es la carencia
de el?
La rnt;e esras
dos clases de demonios aparecer
en
las t:ucas con-
tra
ellos. El diablo
maniqueo
es un
opositor
co n.
cuaiqui_:r
otro aue
est decidido a ganar
y
que utilizar o.Jalqu1er
0
para
triunfar. En particular, mantc;:i
8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
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8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
17/37
CIBERNTICA Y SOCIEDAD
de
formns
de
vida ms o menos bien adaptadas a su medio.
Segn Darwin ese residuo parece demostrar la existencia de
una teieolog;ia universal.
El concepto de residuo
ha
vuelto a aparecer en primer plano
en las investigaciones del doctor Ross Ashby. Hace notar que
tina mquina de estructura algo arbitraria y fortuita tendr
ciertas posiciones prximas al equilibrio y otras lejos de l, y
que las primeras, por su propia naturaleza, durarn ms tiempo,
mientras que las segundas se mostrarn fugazmente. As resulta
que en la mquina de Ashby, como en la naturaleza
de
Darwin,
aparece un propsito en
un
sistema que no fue construido para
que lo tuviera, simplemente por ser transitoria la carencia de
finalidad de acuerdo a su misma naturaleza. A la larga, el gran
propsito trvial de la entropa
mxima
parecer ser el ms
duradero de todos. Pero en las etapas intermedias
un
organis-
mo
o una sociedad de ellos tender a permanecer ms tiempo
en aqueilos modos de actividad en los que las diferentes partes
funcionan conjuntamente, segn una estructura que tendr ms
o menos sentido.
Creo que la brillante idea de Ashby del mecanismo arbitrario
sin propsito que busca uno propio mediante un proceso de
aprendizaje
es
no slo una de las ms valiosas contribuciones
de
nuescra epoca a la filosofa, sino adems algo que conducir
a progresos sumamente tiles en la automatizacin.
No
slo
podernos introducir un propsito en las mauinas sino que en
-
la rnmensa mayora
de
los casos, la
mquina
diseada para evi-
tar determinadas fallas de funcionamiento buscar por s misma
un propsito que puede lievar a cabo. -
La influencia de
Darwin
sobre
la
idea del progreso
no
qued
confinada a lo biolgico, ni siquiera durante el siglo XIX. Todos
los filsofos y socilogos elaboran sus ideas cientficas con los
materiales que proporciona su poca.
No es
sorprendente
por
llo
que l\farx
y
los socialistas contemparneos suyos
tomaran
un punto de vista darviniano
en
lo que- respecta a
-la
evolucin
y al progreso.
En la fsica, esta idea
se
opone a la de ia entropa, aunque
EL PROGRESO Y LA ENTROPA
37
no existe una contradiccin absoluta entre ambas. En que
respecta a la fsica en funcin
de h obra de
Newton la infor-
macin
aue
contribuye
al
progreso
y
obra contra. el aumento
de entropa puede aportada cantidades nfimas
.de
ener_-
ga o hasta tal vez sin energa a.lg.rna. En s1glo esa
idea
ha
debido de cambiar por el influjo
de
lo que se conoce
con el nombre de teora de los quanta.
En
lo que importa a nuestros propsitos. ese ,ha
conducido a una nueva asociacin entre eo.erga
Una
forma. elemental de esta conjuncin ocurre en teona
del ruido de fondo en
una
iinea telefnica o un
Puede demostrarse que
es
inevitable, pues deix:nde
de:l
cara,cter
discreto de los electrones que conducen la cornente; sm e1 ?oar-
go,
es
capaz de destruir la informacin.
En
el
circuito necesita
una
cierta potencia
de
comunicac10n. para
su propia energa no
se
trague el mensa
e. ma:
fundamental que ese ejemplo
s
la estructura n:scrern.
de:
lut.
misma y el la luz de
una
cierta frecuenua
se m:ad1e
trozos que se llaman quanta de que_ poseen
;ma
determi-
nada energa dependiente de esa Por eilo, no puede
haber ninguna radiacin con menos energ1a
de un
quan-
ta. El paso de informacin no puede ocurrn sin
cierta de energa, por lo no
;ma
neta entre
un
acoplamiento energenco
y
otro mrormat1vo. Sm
embargo,
para
los propsitos prcticos,
un
quanta
e.s m uy
C
osa v
la
cantidad de energa neces;J.ria para
un
acoplam1ento
in -
, . . -
d
formativo lo
es
tambin.
De
ah
se
sigue que,
al cons1
erar
un
fenmeno local como el desarrollo de un rbol o de un hombre,
que depende directa o indirectamente
de
la radiacin solar,
un
decrecimiento local enorme
de la entrop1a
puede corresponder
a una transferencia de energa bastante moderada.
es
uno
de los hechos fundamemales de la biologa.
en
pamcular de
la teora de la fotosntesis o sea del proceso qumico por
el
cual
la planta uriliza los rayos solares para formar Y
complicados producros qumicos necesarios la vida,
aprovechando el
aboua ; el
anhidrido carbnico del aire.
g3
8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
18/37
CBERNTICA Y SOCIEDA.D
/.,si
j
1
1'S
1,.
d ' . re- ' '
l l
d-
j
, -
. . --
lL ,_ H L
: pretar ;a segunca
ey e a ter-
n:odinmirn forma pesimista o no depe;:de de ;_ iinportan-
cia que por parte, al universo en general
y,
por
ofra. a las 1s1as de decrecurnemo enrrpico que encornramos en
1\J R - .- r
-
-''
, , .
- '-J.'-'c C:t
"
uno ae nOSOlfOs
es
una
de
esas islas
y vivimos ellas.
De
ah
resulta que
fo. ciiferente pers-
pecw:a norrnal
conduce
a
conceder
mayor importancia a las
de
e 1tropa decreciente que
al
universo en
general. Por
eymplo: puede muy bien ocurrir que
la
vida sea
un
fenmeno
raro
8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
19/37
40
CIBERNTICA
Y SOCIEDAD
biente en el que vive el hombre. tos que creen
en
el progreso
aseguran
que
esto
coNmura,
sin gue aparezca
ningn trmino
vsible
en
un futuro gue no sea demasiado remoto para la con-
templacin humana. Ios
que
considerafl el progreso como un
princpio tico estiman que esos cambios ilimitados y casi es-
pontneos
son
lo Bueno
}'
h
base sobre ia
gue
se
puede
ase-
gurar
a las fmuras generaoones el paraso en
la
tierra. Es
posible creer en el progreso
como un
hecho sin
tenerlo por
un
principio erico. pero en el catecismo de muchos ciudadanos de
los Estados
Unidos
lo
uno va junto
con
lo
otro.
La mayora de nosotros estamos demasiado
prximos
a la
idea del progreso para darnos cuenta de dos hechos. Por un
lado, esa idea aparece slo en un perodo muy corro de
1a
his-
toria; por
otra
pane, representa
una ruptura
total con nuestras
tradiciones y las creencias religiosas que profesamos. Para los
catlicos, los protestantes o los judos el
mundo
no es
un
lugar
b11eno
en el que puede esperarse
una
felicidad
duradera.
La Igle-
sia retribuye la virtud, no con
alguna
moneda aceptada pDr los
reyes de
la
tierra,
sino con una letra
sobre el ciclo.
En lo esencial, ei caivinista acepta eso tambien, agregando
un tono sombro, pues.
segn
su doctrina,
son
pocos ios ele-
gidos dei Sefior que pasarn la terribie prueba del da del juicio
y adems estos pocos sern
determinados por
las discrecionales
decisiones del Supremo Jue::
.
No sirven de lo ms mnimo n
la virtud ni la rectitud para asegurar la salvacion. 1'.fas de un
varn
justo ser condenado. Los calvnstas
no esperan en
fa
tierra aquel
estado de beatitud del cual no
estn
seguros ni si-
quiera en el cielo.
Los profetas hebreos esrn muy lejos de ser optimistas en lo
que respecta al futuro de la
humanidad
o de su propio Tsrae
1
el
pueblo
elegido;
la
historia de
Jnh que
podra un
auto sacramental. no proporciona nmguna seguridad de
que
el
desenlace relativamente feliz ocurrir excepto por la arbitrarie
dad
de Dios, aunque es una
gran
victoria del espritu
y
el Seor
se
digna
devolver
al protagonista
sus rebaos, sus siervos
y
sus
esposas.
EL PROGRESO
y LA ENTROPA
41
El
comunista, como
el
creyente en el progreso, espera
ra1so en h tierra, en vez de una recompensa personal se e
" , -
0
er
Dpro
supone que eso
conceder
en
ex1stenoa
pos1
11
1
u :
1
... -
1
I ' l 1
1:
'
ec
-.pt1ro respec to a os panes
no se producira sm
ucna
. . s .an ...u:: .. 1 -. 1
de azcar del futuro como respeCLo ,1. ,es tia et'
1
I
1
, ..
a que swrn11ca
res1gnaoon
a a
Tampoco eL 5_,1111, vU u ' . = . .. ,, "( d l
voluntad de Dios,
deia
ab1enas tas L, L: e
1 -' - ,
1
-er-q de budismo,
-
su
P
rocrreso. No necesito
oecir 1UU;O ,
L
u .
. .
o
J .
1,- r ed, de encarn,1-
espe
ranza del nirvana V ue escapar '' u
,.,. l
' - d 1
areso y o
ciones; se
opone
inexorablemente a la idea . pro ,
.
;e ,ec:r-e
d-e
i'cis re11c;ioo.es cie la India emparentadas
m1sn10
pueo
a
,,;:,
'
con l.
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8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
20/37
42
cm
FRNT CA
y SOCEDAD
en
velocid,1d de tiro. Sin
embargo,
el arco
es
una invencin
de
L
ccbd de piedrn que no hs experimentado ningn perfec
c on
n11t nfL).
h rL \ l no ha quedado
completamente
el
t
8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
21/37
CII3ERNTICA Y SOCIEDAD
historia del mundo. La velocidad de esos cambios, as como su
misma
naturaleza, carece de
paralelo
en la
histora. En parte,
ello proviene
del incremento de las comunicaciones
y
adems
de un creciente dominio de
la naturaleza
que,
en
un
planeta
de recursos limitados
como b
tierra, puede convertirse a la
larga
en una esclavitud creciente
ei hombre
frente a ella. Pues
cuanto
ms
sacamos
menos
queda
y
a la
larga
habremos
de
pagar nuestras deudas cuando ello sea
sumamente
inconveniente
para
nuestra supervivencia. Somos los esclavos de nuestro pro-
greso tcnico
y
es tan imposible volver a una granja de New
Hampshire
viviendo en
ella
de acuerdo con los
mtodos
autr-
quicos de
1800,
como,
por
el pensamiento,
aumentar
nuestra
estatura en un codo o que disminuya en
la misma
medida,
lo que
es un
ejemplo
ms adecuado. Hemos modificado
tan
radicalmente nuestro
ambiente
que
ahora
debemos cambiar
nosotros mismos
para poder
existir en ese
nuevo
medio. Es
imposible vivir
en
el
antit, 110.
Ei
progreso
proporciona
nuevas
posibilidades
para el
futuro, pero
tambin impone
nuevas res-
tricciones. Parecera
que
el mismo progreso
y
nuestra
lucha
contra
el aumento
de
la entropa
deben conducir necesariamente
al
camino que
ileva hacia
aba
jo, del que
tratamos
de escapar.
Pero
este pesimismo resulta slo de nuestra ceguera
y
de nues-
tra
inactividad, pues creo que,
en cuanto comprendamos
las
nuevas necesidades que
el ambiente moderno
nos
obliga
a tener
en cuenta, as
como
los mtodos actuales de
que
disponemos
para
satisfacerlas, pasara
mucho tiempo
antes de
que
perezcan
nuestra civilizacn y n -lestra especie.
s
bien ambas han de
fenecer, asi como ce.Ja
uno
de nosatros nace
para
1norir. Sin
embargo
la
perspecuv::;. de
la muene
est lejos de ser
un
com-
pleto
fracaso de la vida
y
eso
s
iguairnente cierto
para la
civi-
lizacin
y para la
especie
humana.
as
como para
cualquiera de
los individuos que
la
componen. Tengamos
el coraje de encarar
el final definitivo de nuestra civilizacin, como tenemos
el
va-
lor
de considerar
Ll cenidumbre
de nuestra oropa muerte. La
simple
fe
en el progrese no
es conviccin
crresponda
a la
fuerza, sino a
la
complacencia
y
de ah, a la
debilid
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CII3ERN.ETICA Y SOCIEDAD
emocin, pero ciertamente es ir demasiado lejos dar ese nombre
a todos los condicionantes de reflejos, sin considerar ms a
.tondo su naturaleza particular.
Sin embargo, es interesante saber que la clase de fenmeno
gue
se
registra subjetivamente como una emocin puede ser, no
meramente un intil epifenmeno de
la
accin nerviosa, sino
algo gue puede regular alguna etapa esencial del aprendizaje
Y de otros procesos similares. No afirmo de ninguna manera
gue sea as, en mi opinin, aquellos psiclogos que esta-
blecen una distmc1n neta e infranqueable entre las
emocione>
del y las de los otros seres vivientes y las reacciones de
los tipos modernos de mquinas automticas, deberan ser tan
cuidadosos en sus negaciones, como lo soy yo en mis asertos.
IV
EL MECANISMO Y LA HISTORIA DEL LENGUAJE
Naturalmente, ninguna teora de las comunicaciones pue
eludir la discusin del lengua e. De hecho, ste es slo o
nombre para comunicaciones, as como una voz utilizada p
designar los cdigos mediante los cuales las comunicaciones
efectan. Y a veremos ms adelante, en este mismo captu
que la utilizacin de mensajes en cdigo
y
su desciframie
tiene
mucha
importancia,
no
slo para el hombre, sino
p
otros organismos vivientes y para las mquinas utilizadas
p
los seres humanos. Los pjaros, los monos, os insectos
se
munican entre s; en toda participacin de ese tipo se utiliz
seales o smbolos que pueden entenderse slo si se conoce
sistema de cdigo aplicado.
Lo que distingue a las comunicaciones entre los hombres
mismo hecho entre la mayora de los animales es: a la d
cadeza y complejidad del cdigo utiiizado y b el alto gra
de arbitrariedad dei mismo. J ..fochos animales pueden manif
tar as la presencia de un enemigo o
de
orro ser
de
la mis
especie. pero de distinto sexo, y
una gran
variedad de mensa
especficos de la misma clase. La mayora de estos mensajes s
fugaces y no se acumulan. Gran parte se traducira
en
lenguaje humano mediante interjecciones y exclamaciones, a
que algunas podran ser un grosero equivalente de voces q
para nosotros seran probablemente nombres y adjetivos, p
que el animal emite sin la correspondiente distincin respe
a
l
forma gramatical. En general suponecmos que el anim
./
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23/37
70
CIBERNTICA Y SOCIEDAD
expresa primero emociones
y
luego cosas, sin que sea capaz de
indicar relaciones ms complicadas.
Adems de esa limitacin, el lenguaje animal, en cuanto con-
cierne al carcter de lo que se comunica, est fijado
par
la espe-
cie y es invariable en lo histrico. El rugido de
un
ien se
parece mucho al rugido de otro len. Sin embargo, hay ani-
males como el loro, la corneja y los estorninos, que parecen
Capaces de retener sonidos, particularmente los gritos de otros
animales y la voz humana, modificando o aumentando su voca-
bulario, aunque dentro de muy estrechos lmites. Aun ellos
parecen carecer de la libertad del hombre para utilizar cual-
quier sonido pronunciable como cdigo e introducirlo en el
grupo
que le rodea en tai forma que el conjunto de tales soni-
dos forme un lengua e aceptado y entendido por esa sociedad,
careciendo casi de sentido para el que no pertenece a ella.
Dentro
de sus enormes limitaciones, los pjaros que pueden
imitar el lenguaje humano tienen de comn varios rasgos: son
sociales, bastante longevos y poseen una memoria que es exce-
lente, si no se h compara con las exigentes normas humanas.
Sin duda, un ave parlante puede aprender a utilizar sonidos
humanos o animales en el momento adecuado; un observador
casua.1
creer encontrar en ello al go de inteligencia. Sin embargo,
aun en los ms charlatanes entre los animales fracasan al com-
petir con el hombre, pues es menor su facilidad para dar signi-
ficado a nuevos sonidos, es ms pobre el repertorio de los codi-
ficados y retenidos
por
la memoria verbal y, lo que es ms im-
partante, es inferior su habilidad para formar smbolos de rela-
ciones, clases u otros entes del tipo igico superior de Russell.
Sin embargo, deseo insistir en que el ienguaje no
es
un atri-
buto exclusivo de los seres vivientes, pues lo comparten en
un
cierto grado las mquinas construidas por
el
hombre. Deseo
mostrar adems que la preocupacin del hombre par el lengua-
je representa ciertamente una posibiiidad que le es innata y que
no comparte con sus ms prximos parientes, los grandes mo-
nos. Sin embargo, demostrar que en l es una posibilidad nica
mente aprovechable mediante el aprendizaje.
EL
f,JECANIS1vf0 Y
LA HISTORIA
DEL LE:NGUA
TE
l
Generalmente al p I
, , ensar en
as
comumcac1ones, suponernos
que se efecrnan de persona a persona. Sin embargo, es posi-
ble que un hombre hable a una mquina, o sra a un ser
no,. o un a otro. Por ejemplo, en algunas desoladas
regiones de1 oeste de los Estados Unidos y del norte del Canad,
hay l.ugares donde pueden construirse centrales hi-
demasiado alejadas de las poblaciones y dema-
siaoo pequeas
para
justificar la fundacin de un; ciudad
1
Por
consiguiente, se desea manejar esas centrales
de
tal. ,moa?
no
se requiera en ellas
un
personal permanente,
depnd?las srn atencin durante meses entre cada dos visitas
de un mspector.
. Para conseguir eso, hacen falta dos cosas: una de ellas es
la
de mecanismos automticos que hagan imposible
e: .alternador a la.s barras de alimentacin hasta que
haya la frecuencia, el voltaje y la fase convenientes
Y que protean a las instalaciones de manera similar contra otras
contingencias elctricas, mecnicas e hidrulicas. Es-
te tI.po de funcionamiento sera suficiente si el ciclo diario de la
central fuera ininterrumpido e inalterable.
Pero no ocurre as. La carga que sopartan los generadores
depende de numerosos faaores arbitrarios. Entre ellos se cuen-
tan: demanda variable, casos de emergencia capaces
de
pon r
fuera .de servICI ) una parte de las instalaciones y hasta
nube pasaera, que puede inducir a millares de hogares y
O.IC1?as a prender las luces, en pleno da.
Se
deduce de ello
que automticas, as como las gue funcionan bajo
superv1sion humana, deben estar continuamente sometidas a un
que, para distribuir la carga, pueda dar rdenes a esas
maqumas; lo hace seales. adecuadas en cdigo que
llega? la por lmeas construidas especialmente para
ese
propos1to, ut1liz.ando telegrficas o telefnicas ya existentes
o usando la misma de trasmisin de energa. Por otra parre,
que ese pueda dar rdenes inteligentes, es nece-
gue sepa io pasa en la estacin generadora. En par-
ticular, debe saber s
se
han cumplido las rdenes impartidas
0
/?tJ
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72
CIBERNTICA Y SOCIEDAD
si
stas han quedado en suspenso por alguna falla del equipo.
As las mquinas de
l
central han
de
ser capaces de enviar
de
:uelta
mensajes a ese personal. Aqu hay un ejemplo de lengua-
e
que sale del hombre y est dirigido a la mquina y viceversa.
El lector podr encontrar muy curioso que concedamos el
lenguaje a las mquinas y se lo neguemos casi completamente
a las hormigas. Sin embargo al construir mquinas es a me-
nudo de la mayor importancia extender hasta eias ciertos atri-
butos que no se encuentran en los animales inferiores. Si el
lector considera que esto
es
una extensin metafrica de nues-
tras personalidades humanas est en su derecho pero
es
nece-
sario advertirle que las nuevas mquinas
no
dejarn
de
trabajar
tan pronto como haya cesado la colaboracin humana.
El lenguaje que
se
dirige a la mquina se compone realmente
de varias etapas. Desde el punto de vista del ingeniero a cargo
de la lnea el cdigo que se trasmite por ella es completo en
s mismo. Podemos aplicar a este mensaje todos los conceptos
de la ciberntica o
de
la teora de los mensajes. Podemos eva-
:uar la cantidad de informacin que lleva determinando su pro-
babilidad en el con junto
de
todos los mensajes posibles y to-
mando despus el logaritmo negativo de esta probabilidad como
se ha explicado en el captulo
I.
Sin embargo eso no repre-
senta la informacin que realmente conduce la lnea sino la
cantidad mxima que puede llevar si fuese a un adecuado
equipo terminal.
La
cantidad de informacin conducida con ver-
dadero equipo terminal depende de la capacidad de este ltimo
para trasmirir o utilizar la recibida. -
As liegamos a un nuevo concepto de la manera cmo la
estacin generadora recibe las rdenes. Su actitud real de abrir
y cerrar llaves de colocar ios generadores en fase de regular
el flujo de agua que entra por las compuertas de poner en
actividad las turbinas o detenerlas puede considerarse como un
lenguaje en s mismo con un sistema
de
probabilidades
de
con-
ducta dado por su propia historia. Den tro de ese sistema toda
secuencia posible
de
rdenes tiene su propia probabilidad y por
ello conduce su propia cantidad de informacin.
7
L
MECANISMO
Y
LA
HISTORIA DEL
LENGUAJE
:Naturalmente es posible que ia relacin entre la lnea y l
mquina terminal sea tan perfecta que la cantidad de informa
cin contenida en un mensaje desde el punto de vista de l
capacidad de aporte de la lnea as como la que corresponde
las rdenes cumplidas desde el punto de vista del funciona
miento de la mquina sean idnticas a la cantidad de informa
cin trasmitida por el sistema compuesta de ambas. Sin em
bargo en general existir una etapa de traduccin entre la lne
y
la mquina donde si se pierde una parte de la informacin
nunca podr ser recuperada. En realidad el proceso de trasmiti
informacin puede contener varias etapas consecutivas de tras
misin adems de la final o efectiva y entre cuaiquier par de
ellas
se
producir
una
traduccin capaz
de
disipar informacio
nes. Como vemos la segunda ley de
la
termodinmica
se
ex
presa en ciberntica asegurando que puede disiparse la informa
cin pero no recuperarse.
Hasta este punto del presente captulo hemos discutido siste
mas de comunicaciones que conducen finalmente a mquinas
En cierto sentido todos ellos terminan en mquinas aunque
e
lenguaje termine
en
una clase especial de ellas conocida con
el nombre de ser humano. En cuanto mquina terminal
hombre tiene una red de comunicaciones que puede considerarse
segn tres niveles distintos. Para el lenguaje hablado corriente
el primer nivel consiste en el odo y en aquella parte del me-
canismo cerebral que est unida rgida
y
continuamente al odo
interno. Este aparato unido al de produccin de vibraciones
sonoras del aire o su equivalente en
un
circuito elctrico repre-
senta la mquina que se ocupa del aspecto fontico del len-
guaje del sonido.
El semnti o o segundo aspecto del lenguaje
se
ocupa de
sentido; aparece por ejemplo en las dificultades al traducir de
un idioma a otro pues la imperfecta correspondencia entre el
significado de las palabras restringe el flujo de informacin en-
tre ambos. Se puede obtener una notable semejanza con una
lengua como
l
inglesa tomando una secuencia de palabras por
pares o grupos de tres
1
de acuerdo con la frecuencia estadstica
./ /
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25/37
7
CIBERNTICA SOCIEDAD
con la
que
aparecen en el habla
y
ei disparatado conjunto as
obtenido tendr una analoga notablemente persuasiva con el
buen ingls.
Ese
simulacro sin sentido del discurso inteligenre
es prcricameme equivaleme
al
lengua e significativo desde el
punro de vista fontico aunque sea un disparate
mientras
que
el ingls de un
exrran
ero inteligente cuya pronunciacin de-
nota
su pas de nacimiento o que habla ferariamenre ser
sem:inticamente bueno y fonticamente malo. En cambio el
discurso
medio
de sobremesa
es
fonticamente bueno y
semn-
ticamente
malo.
En el aparato humano de comunicaciones es pasible
aunque
difcil
der-erminar ias caractersticas
de su mecanismo
fontico
y, en consecuencia tambin es posible aunque difcil establecer
lo que es fonticamente
una
informacin importante. Por ejem-
es claro que el oido y el cerebro paseen un lmite superior
ce frecuencia auditiva que impide la recepcin de cierras
frecuencias altas que pueden penetrar por el odo y ser trasmi-
tidas por el telfono. En otras palabras esas frecuencias eleva-
das cualquiera
que
sea la
informacin
que proporcionen a un
recepror adecuado no trasmiten ninguna cantidad importante
de informacin al odo. Pero es
aun
ms difcil determinar y
medir la informacin semticamente importante.
La recepcin semntica requiere
una memoria
y,
en
conse-
cuencia largas dilaciones. Los tipos de abstracciones que perte-
necen a
la
importante etapa semntica no son slo ios asociados
con
reuniones secundarias de
neuronas en
el cerebro tales
como
las que deben desempear un importante papel
en
el recono-
omiemo de formas geomtricas sino mecanis mos detectores de
abstracciones que consisten en
partes
del
fondo intermmcial
e s decir
en
series de neuronas que estn
en
disponibilidad
para formar grandes conjuntos sin estar unidas permanente-
mente a e l los y que se
han
conectado temporalmente para
ese propsito.
Adems de las reuniones altamente organizadas y permanen-
tes del cerebro cuya existencia es
indudable
y que se encuentran
en
aquellas partes asociadas a los rganos de los sentidos as
EL MECANISMO
Y LA HISTORIA DEL LENGUAJE 75
como
en otros lugares existen
conmutadores y
conexiones ad
h oc que parecen f?rmars.e _temporalmente para propsitos espe-
oales tales como 1os refleJOS aprendidos y cosas anlogas. Para
formar
esos
conmutadores
particulares debe ser oosible
:ecuencias de neur onas disponibles
para
ese
fin
y que
no
se utilicen entonces. Estas conexiones afectan naturalmente a
umbrales
sinpticos de ias neuronas reunidas. Puesto que::
neuronas que
pueden
encontrarse fuera o dentro de tales
reurnones es deseable darles un nombre especial.
e.orno
lo
he mdKado ya que corresponden muy apro-
ximadamente a lo que
los
lSlologos del sistema nervioso lla-
man
fondo intermmcial
por lo
que
se les dar esa denomina-
cin.
.Esta es por
io menos
una teora razonable de su comporta-
miento: El receptor semntico no recibe ni traduce ei
lengua Je
palabra
por palabra
sino idea por idea
y
a menudo
procede de una
manera
aun ms general. En cierto sentido
puede evocar toda
la
experiencia pasada
en
sus
nes
_estas
etapas
largas no
son una parte trivial de su actividad.
Existe otro de comunicaciones el tercero
que
repre-
en
parte. el
semntico
y
en parte del fo-
pnmmvo. Es
la traducoon
de las vivencias del individuo
conscientes o inconscientes en acciones
que pueden
afuera. Lo llamamos el
nivel
de
comportamiento
del len-
guaje. los animales inferiores es el nico nivel idiomtico
podemos observar adems de la entrada fontica. En rea-
lidad esto es cierto aun en el caso del individuo humano
cuando
no
es la
persona
a la que se dirige cualquier
en
un
caso particular en el sentido de que tal persona
acceso a ideas de otra por las
de
i
Estas acc10nes consisten en dos partes:
actos directos
y
fac1l1:1ente de la misma clase que
se en l_os mferi?res
y
el sistema de acciones
coc.hfICaaas y simblicas que designamos lenguaje
hablaJo
0
escrito.
No es tericamente
bl
d
mpos1 e esarro J.ar
una
estadstica de
8/10/2019 Norbert Wiener - Cibernetica y Sociedad
26/37
76
CIBERNTIC Y SOCIEDAD
los lenguajes semntico v de conducta hasta un nivel tal aue
podamos obtener una medida de la cantidad
de
macin que contienen. Podemos demostrar mediante observa-
ciones comunes que el lenguaje fontico llega al aparato re-
con menos informacin general que la originalmente
enviada o, por lo menos, con ninguna mayor que la que puede
aportar el sistema de trasmisin que conduce al odo; y que
tanto el lenguaje semntico como el
de
conducta contienen aun
menos . Este hecho
es
un corolario ms de la segunda ley
de
la
termodinmica y es necesariamente vlido si, en cada etapa,
consideramos que la informacin trasmitida
es
el mximo que
pudo aportarse con un sistema receptor adecuadamente codifi-
cado.
Permtaseme ahora llamar la atencin dei lector sobre al
o
l
que para e no es tal vez un problema: por qu un chimpanc
no ha_bla? Su comportamiento ha sido durante mucho tiempo
un enigma para los psiclogos que se han ocupado
de esos
inte-
resantes animales. El chimpanc joven es extraordinariamerne
parecido a
un
nio y evidentemente
su
igual o tal vez hasta
su
_en cuestiones intelectuales. Los que
se
ocupan
de
psico-
no han podido menos
de
preguntarse por qu uno
?e esos annnales, criado en una familia humana y sometido al
rmpacto del lenguaje hasta la edad de uno o
dos
aos, no rompe
a hablar como una criatura.
Afortunadamente o por desgracia, como sea, ocurre efectiva-
mente que todos los observados hasta ahora persisten en ser
buenos chimpancs y no se convierten en dbiles mentales casi
humanos. Sin embargo, creo que
la
mayora de los que
se
ocu-
pan
de
psicologa animal esperan ansiosamente que aparezca
uno, mancha de sus antepasados simiescos, que adquiera for-
mas
de
conducta ms humanas. El fracaso no proviene exclusi-
vamente
de
la magnitud de la inteligencia, pues hay seres hu-
manos defectuosos cuyo cerebro sera una vergenza en Ja
cabeza
de
un chimpanc. Ocurre que no entra en l t naturaleza
de
la bestia
el
hablar o el querer hablar.
El lengua je
es
una actividad tan peculiarmente humana que
EL MEC NISMO Y L HISTORI
DEL
LENGU JE
ni siquiera
se
acercan a ella
los
parientes ms cercanos del ho
bre y
sus
ms activos imitadores. Cierto es que los pocos soni
emitidos por un chimpanc tienen un alto contenido emocion
pero carecen de la fina organizacin, ciara y repetidame
exacta, que es necesaria para que sean un cdigo algo m
seguro que los maullidos
de un
gato. Adems y esto los dis
gue aun ms del lenguaje humano a veces son una manife
cin instintiva, sin aprendizaje previo, y no la conducta apr
dida
de
un miembro
de
una comunidad social dada.
Es notabilsimo que l hombre, en cuanto tal, posea el hab
pero que adems una forma peculiar de ella sea privativa
hombre en cuanto miembro
de
una comunidad social parti
lar. En primer lugar, considerando a todos los hombres, seg
los conocemos hoy, podemos asegurar que no existe ningu
comunidad, excepto si sus componentes padecen de algn
fecto auditivo o mental, que no posea su propio idioma.
segu