Nuestra Señora del Carmen y el Escapulario

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Santa María del Monte CarmeloSanta María del Monte Carmelo

El Monte Carmelo es un monte muy bello y rico en vegetación

ubicado en Palestina y bañado por el Mar Mediterráneo.

Fue el monte donde numerosos profetas rindieron culto a Dios. Los principales fueron Elías y su

discípulo Eliseo. A finales del siglo XII gran parte

de ermitaños procedentes de Francia e Italia, escogieron al monte Carmelo como un idóneo

lugar para entregarse a la oración.Se propusieron orar y santificarse

por el bien del mundo y por la Conversión de los pecadores.

Los ermitaños del Monte Los ermitaños del Monte Carmelo amaban mucho a Cristo Carmelo amaban mucho a Cristo

y lógicamente también a su y lógicamente también a su Madre la Virgen María.Madre la Virgen María.

La Virgen del Carmen se llama La Virgen del Carmen se llama así por el lugar de su origen: así por el lugar de su origen:

““El monte Carmelo”.El monte Carmelo”.

Los Carmelitas son los Los Carmelitas son los religiosos, religiosas y seglares religiosos, religiosas y seglares que toman su nombre del Monte que toman su nombre del Monte Carmelo donde nacieron y que Carmelo donde nacieron y que se proponen, con todas sus se proponen, con todas sus

fuerzas, hacer suyo el lema: fuerzas, hacer suyo el lema: conocer, amar, imitar e conocer, amar, imitar e

irradiar a María siempre y en irradiar a María siempre y en todo.todo.

San Simón Stock

Era un sencillo joven inglés que para entregarse más a Dios, por medio

de la soledad y el silencio, se escondió en el tronco de un árbol de

donde tomó el apellido, pues eso significa stock en ingles significa:

“tronco de árbol”. Esto sucedía a finales del siglo XII.

Simón Stock vivió una juventud entregada a la oración, a la

penitencia y a los actos de caridad para con el prójimo y tenía un

profundo amor a la Santísima Virgen María.

Al enterarse el joven Simón que habían llegado a Inglaterra unos

religiosos que se llamaban Carmelitas o “hermanos de la Virgen María”,

como él amaba tanto a María, pidió ser admitido en su Orden.

Lleno de alegría abrazó su género de vida. Vistió el hábito de los

Carmelitas, hizo el Noviciado y emitió la profesión.

Procuró desde entonces lo que todos debiéramos hacer:

Trató de leer muchos libros sobre Ella y se propuso tres cosas: amarla con todo su corazón; imitarla lo más

fiel posible y ser apóstol de Ella siempre y en todas partes.

Simón Stock llegó a ser General de la Orden, una noche mientras oraba, se le apareció la Virgen

María y mostrándole el escapulario de la Orden le dijo estas históricas palabras:

“Este será el privilegio para ti y todos: que quién muriese con él no padecerá el fuego del infierno, es

decir, el que con él muriese se salvará”.

Pronto se extendió esta devoción hasta llegar a ser devoción universal.El escapulario no obra como algo mágico, sino que quien vista lo recibe,

si lo lleva como una especie de memorial de sus virtudes y de la protección de María, le ayudará a vivir bien la fe y por lo tanto a

alcanzar la salvación.

Para gozar del privilegio del Escapulario no basta comprar uno y ponérselo.

Debe imponerlo un sacerdote, pero los demás que se pongan ya no hace que sean impuestos.

La Medalla-Escapulario debe estar bendecida para que pueda suplir al Escapulario, pudiendo bendecirla cualquier sacerdote.

El escapulario del Carmen es el signo externo de devoción mariana, que

consiste en la consagración a la

Santísima Virgen María por la inscripción en la

Orden Carmelita, en la esperanza de su protección maternal.

El Escapulario del Carmen es un “memorial” de todas las virtudes, un signo eficaz de santidad y una prenda de

eterna salvación.

En 1950 el Papa Pio XII escribió: “Nadie ignora ciertamente de cuánta eficacia sea, para avivar la

fe católica y reformar las costumbres, el amor a la Santísima Virgen Madre de Dios, ejercitado principalmente mediante

aquellas manifestaciones de devoción que contribuyeron en modo particular a iluminar la mente con celestial doctrina y a excitar

las voluntades a la práctica cristiana.

Debe colocarse, en primer lugar la devoción del Escapulario de los Carmelitas, que, por su misma sencillez

al alcance de todos, y por los abundantes frutos de santificación que aporta, se halla extensamente divulgada

entre fieles cristianos”

San Juan Pablo II, acerca del Escapulario dijo:"También yo llevo sobre mi corazón, desde hace tanto tiempo, el

Escapulario del Carmen!. Por ello, pido a la Virgen del Carmen que nos ayude a todos los religiosos y las religiosas del Carmelo y a los piadosos fieles que la veneran filialmente, para crecer en su amor e irradiar en el mundo la presencia de esta Mujer

del silencio y de la oración, invocada como Madre de la misericordia, Madre de la esperanza y de la

gracia".

El barco del Carmelo reza y canta, al hacerse a la mar del nuevo día, y en su mástil por vela se levanta el Santo Escapulario de María.

Corre, copo de lana bien tejido. Vete al ancho camino de las gentes. Ilumina la noche del olvido y recoge el cansancio de las frentes.

Estamos en la ruta; la esperanza tiñéndonos los ojos va delante, el corazón cantando lo que alcanza, y la noche ha perdido su semblante.

Los signos son pequeños: un poco de pan, un niño, una lágrima, un beso, un trozo de vestido..., pero simbolizan mucho, expresan mucho. Son como ventanas abiertas que nos permiten captar un amplio horizonte.

- El Escapulario, signo pobre, nos de una forma sencilla al estilo de vivir

evangélico de María, a su espiritualidad, alimenta sin darnos cuenta el cariño hacia la Madre, nos hace sensibles a la presencia amorosa de la Virgen en nuestra vida.

“Quien se reviste del Escapulario se introduce en la tierra del Carmelo, para comer sus frutos y sus productos, y experimenta la presencia dulce y materna de María, en su compromiso diario de revestirse interiormente de Jesucristo y de manifestarlo vivo en sí para el bien de la Iglesia y de toda la humanidad”

(Carta de San Juan Pablo II sobre el Escapulario, 5(.

*Quien lleva el Escapulario forma parte de la Familia del Carmelo, un grupo de hombres y mujeres llamados a vivir al estilo de María, para el bien de la Iglesia y de la humanidad.

•* Revestirse del Escapulario es entrar en el Carmelo y alimentarse de sus frutos. Es verdad que la experiencia de Dios que han tenido los Santos del Carmelo es para todos, pero quema más a los que están cerca, como el fuego.

•* Llevar el Escapulario es acoger cada día la presencia sencilla y materna de María.

“Dos son las verdades evocadas en el signo del Escapulario: por una parte, la protección continua de la Virgen Santísima, no sólo a lo largo del camino de la vida, sino también en el momento del paso hacia la plenitud de la gloria eterna; y por otra, la certeza de que la devoción a Ella no puede limitarse a oraciones y homenajes en su honor en algunas circunstancias, sino que debe constituir un «hábito», es decir, una orientación permanente de la conducta cristiana, impregnada de oración y de vida interior, mediante la práctica frecuente de los sacramentos y la práctica concreta de las obras de misericordia espirituales y corporales” (Carta de SanJuan Pablo II sobre el

Escapulario, 5(.

•El Escapulario es signo de comunión, entre María y cada uno de nosotros. Recuerda las palabras clave de toda alianza: “Yo soy para ti y tú, María, eres para nosotros”. El Escapulario es una forma, no la única, de leer y expresar una escena evangélica impresionante: Jesús en la cruz y, a sus pies, María y Juan. Y en esa escena, casi sin palabras, una entrega, la que hace Jesús de su Madre a Juan, y en él a todos nosotros, y la que hace de Juan, y en él de todos nosotros, a la Madre.

•* El Escapulario es una señal de que nuestra casa, nuestra vida, nuestras comunidades, son para siempre el hogar de María, donde cada día se amasan el pan de la fraternidad y se preparan respuestas para los problemas de hoy.

Carmelo¨Nstra. Sra del Silencio y la Esperanza¨ Amarales 3433- Montevideo- Uruguay

Oh María Estrella del Mar y Flor del Carmelo!En las dificultades: ayúdame.

De los enemigos del alma: sálvame.En mis desaciertos: ilumíname.

En mis dudas y penas: confórtame.En mis enfermedades: fortaléceme.Cuando me desprecien: anímame.En las tentaciones: defiéndeme.En horas difíciles: consuélame.

Con tu corazón maternal: ámame.Con tu inmenso poder: protégeme.

Y en tus brazos al expirar: recíbeme.Virgen del Carmen, ruega por nosotros.

Amén.