Post on 28-Aug-2020
·Nuevo modelo de Cocinas de Estufina
NEW PERFECTION Tenemos a la venta el nuevo modelo de cbcinas de es-
tufina l 924. La cocina más práctica que se ha fabricado pa- ra el hogar, demostrándose que la New Perfection está a la
cabeza en fo que a cocinas de petróleo..se refiera.
El modelo "New Perfection" 1924, trae la chimenea mejorada, consistiendo dicha mejora en que la chimenea es más corta y, por lo tanto, da más calor, de fina calidad obteniéndose con ello mayor rapidez en cocinar y más economía.
Es la cocina que más fácilmente puede conservarse en buenas condiciones debido a las
limpias mechas de que está provista. Sin duda alguna es la mejor- y más ligera cocina de pe
tróleo que existe. Visite ,nuestra Exposición o pida catálogos por correo.
WEST INDIA 011 REFINING Co. OF CUBA OFICIOS NUM. 40
HABANJ\
AL HACER . LA SOLICITUD MENOONE ESTE ANUNCIO
¿ Por Qué es Que Hay Tantas Mujf:res
Que se Mudan la Cara en su Hogar?
Toda mujer moderna, puede rejuvenecer su cutis en el hogar, con ra1 ldez, por un método seguro e indoloro para mudar el cutis. Hañ pasado los dtas de las "ope,raciones" peligrosas, y toda mujer puede ahora ser su propia doctora de belleza. Se ha descubierto que la cera mercolizada com,lín, aplicada como cold cream en la noche, haré. que el ve lo delgado de 'la cutfcula manchada y sin \'Ida, se desprenda en copos livianos, en partlculas furfurQceas ln\'isibles, dejando '&l des· cubierto la hermosa piel fresca, vi· gol:'osa y nueva que esté. debajo. La cera sólo elimina la ,cutfcula externa, fea y enferma.
Nadie puede darse cuenta de ·la aplicación del método y al cabo de poco tiempo se obser va un cutla blanco, limpio y adorab le que, por supuesto es perfectamente natural. Por esto es que muchos miles de mujeres estA.n usando ahora la cera mercolizada, que puede obtenerse en cualquier farmacia. Como es natural, este método elimine. ,tam· blén los defec tos cutAneos, tales como pecas, barrillos, mancha.a, etc., y ~ace que la cara parelíCll mucho,s a~os mA.s JOV!!D .
CARTI:L[.5 EL SEMANARIO NACIONAL
ALFREDO T . QUILEZ, HEMEROTEC Director .
EMILIO ROIG DE LEUCHSENRING,, p LJ 8 L I C Q Director Literario ---· -
FRANCISCO DIEZ, Gerente General .
OSCAR H . MASSAGUER, Administrador.
Publicado por Sindicato de Artes Gráfiras de la Habana . Avenida de Almendares
y Bruzón -Cable y Telégrafo "CaiJeles" -Teléfonos U-2732 y U-1651.-Número
suelto, 10 centavos; atrasado, 20 centavos . - Acogido a la franquicia postal y, registrado en Correos co~o correspondencia de segunda clase.
NUESTRA PORT ADA Nunca tal vez los estudios de Hal Roach han tenido ocasión de admirar
una silueta más delicada y graciosa que la de BLANCHE MEHAFFY, la linda chiquilla que aparece en la portada del presente número de nuestro semanario.
Si en Hawai todas las danzarinas de hu/a hr.,Ja se parecieran a esta, no sería osado afirmar que, a pes.1.r del Kilauea y otros accident~ más bien ornamentales que prácticos, esas islas del Pacífico serían la única versión tangible del Paraiso terrenal.
(Foto Hal Roach)
NOTAS r NOTICIAS
Cum'llil,Jo con lo prometido a nues.tros lectores en las "Notos" de números pasados, seguimos publicando una serie de selectas piezas de mú
uno de los más interesantes de cuantos han fJÍsio luz en CARTELES últimatnente.
PARA MAQUINAS DE COSER F.NGRASA. LIMPIA, PULE
Cada vez más flaco ••• Deho hacer algo ... y hac·erlo pronto ••.
Millares hay de hombres que delgados y débiles se desalientan ypierden la esperanza de llegar a poseer una constitución robusta y sa ludable.
A estas personas les será grato¡ conocer que hay un producto que los con\11:rtirá en alegres y felices.
Son las pastillás compuestas de aceite de hígado de bacalao de MC. COY.
u, sica. El art,e de esct'ibir c~mtos y novelas cortas que absorben el interés del lector desde la introducción hasta el desenlace podrá parecer enormemente difícil a los n: iniciados, pero, en realidad. . . es la cosa más fácil del mundo. Para ello existe un secreto, y ese secreto se lo dará a V d. uno de los más grandes y amenos escrito~ res yankees, cuyas ,producciones aparecen con enorme éxito en lt,s ,principales rroistas norteamericanas, en u11
El aceite de Hígado de Bacalao contiene VITAMINAS generadoras de carne, pero tiene ·el incon- ' veniente del sabor y olor desagrada-! b!es, afectando casi siempre el es-¡ tomago.
Las pastillas compuestas de aceite de hígado de bacakio de MC. COY tienen todas las VIT AMINAS del aceite y .son tan agradables de tomar como un caramelo. 1
Cualquier persona por delgada que esté, aumentará 5 libras en 30 días
En nuestro 'lrñximo número aparecerá un delicioso tango que ha constit"ído uno de los mayores éxitos de la aplaudit!,a bailarina y coupletista
· Joyita, en sus brillantes temporadas en las capitales de Sur América.
Se titula Opio y Ajen jo y podemos afirmar que será uno de los elementos más valiosos de nt4estra galería musical. ·
regocijado cuento titulado Como se El material de lectura de nuestro escribe una novela corta.
edición venidera está colmado de El relato es extraordinariamente atractivos. En el lugnr ocupado ha- interesante y pintoresco, abundando en bitualmente por nuestros cuentos, apa- todos aquellos elementos que preconi recerá una novela corta del célebre za el autor. Estese al tanto para que
no lo 'lierda. A parecerá próximamente.
o le devolveremos su dinero. Un frasquito con 75 pastillas tan
solo cuesta $1.00. Pídala en todas las droguerías yl
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THE UNIVERSAL IMPORT I EXPORT, (Cuba) Co, S. A.
IERCADERES 19 HABANA,
~J .
SIC TRANSIT GLORIA Ml7NDI
La sombra del Generalísimo: - r yo todavía no tengo estatua.
La sombra del Ápó~(ol : _- ro siqui,:ra tengo el pisa-papel del parque
ilCART[LESD EL SEMANAUIO NACIONAL
FUNDADO EN EL 1919 POR OSCAR H. MASSAG UER . ·
VOL. VIII LA HABANA, ABRIL 19 DE 1925, NUM . . 1.6
NUEfTA OR qué no abrir el pensamiento•a las risueñas pers
pectivas del optimismo y la esperanza? El envilecimiento a que han llegado todas las
manifestaciones de nuestra vida pública debe encontrarse ya .en la línea de su máxima depresión posible, allí donde ni un punto más de avance le puede ser permitido.
Y, en tales condiciones, debe considerarse indispensable una reacción de toda~ nuestras actividades sociales, de suficiente impulso para poner punto final en el proceso de las perturbaciones y dar inicio a una nueva era de regeneración.
Al menos, tal es el ferviente anhelo que bulle en el alma popular.
¡No más nepotismo! ¡No más predominio de la ineptitud servil en las funciones de la administración! ¡ Basta ya de mantener inválidos los servicios públicos bajo la agobiadora carga del parasitismo oficial ! ¡No más negocios turbios, ni filtraciones administrativas, ni subastas con margen, ni contratas fraudulentas!
~Veremos los cubanos el cumplimiento de estas aspiraciones en el período de Gobierno iniciado en estos días con la renovación del Cohgreso Nacional?
La palabra renovación parece aquí un tanto excesiva. En verdad, desde el punto de vista material, tan sólo en el
Senado, con la llegada de once nuevos senadores, puede tener una significación aproximada; porque, en la Cámara baja, el riiímero de treinta y cinco representantes sustituidos parece de una in~ignificancia abrumadora entre el número total de los miembros que ~! componen.
No obstante, toda la esperanza del pueblo se refugia en las posibilidadt.s morales implícitas en la totalidad del cambio político del que, el inicio de esta nueva legislatura constituye el primer
paso.Los cubanos capaces de apreciar la conducta de los funcionarios públicos en su relación con los intereses colectivos y la dignidad de la República no olvidamos ni un momento las reiteradas pro:mesas del General Machado respecto de su actitud como gobernante al tomar en sus manos las riendas del Gobierno.
Ahora bien, ~alcanzarán sus propósitos de rectificación hasta las instituciones que, como el Congreso, funcionan independientemente de la autoridad central?
Todos sabemos cuán relativa es tal independencia; y de qué modo, en la práctica, nuestros legisladores han vivido siempre subordinados al Poder Ejecutivo, cogidos en el anzuelo de las colecturías y los destinos para sus agentes en las nóminas oficiales.
Pero, precisamente, la acción gubernamental puede dejarse sentir en el recinto donde nuestras leyes se tramitan, principalmente por el empleo de tales recursos de corrupción, repudiados de maAera implícita por el Presidente electr, en sus insistentes declaraciones públicas.
Por nuestra parte, hacemos a un lado tal aspecto del problema . . No nos preocupamos por los medios que el General Machado
ut1hcc para convencer a nuestros legisladores acerca de la necesidad rb concordar su acción legislativa con las nuevas orientaciones trazadas por él en su programa de gobierno. _ Tan sólo nos interesa, en nuestra condición de cubanos danados por el caos social en que vivimos y por la ineficacia de tod~
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El?A HEMEROTECA
PUBLICO
los servicios públicos, que -el Congreso aparte su mirada de los grandes negocios ilícitos, propuestos con tentadores alicientes por bandas de especuladores sin conciencia, y comience a trabajar en los magnos problemas nacionales, cuya retardada solución mantiene perturbado el desarrollo de toda nuestra vida colectiva.
Somos moderados en nuestras aspiraciones y nuestra satisfacción quedaría colmada si en esta legislatura dieran principio fos representantes del pueblo al desarrollo de un plan de reorganización de la instrucción pública y de la economía nacional, hoy en tan grave crisis ambas que sus trastornos constituyen una amenaza para todas las manifestaciones de nuestra existencia como sociedad civilizada.
En el orden económico, los cubanos estamos siendo acorralados por la competencia extranjera en todos los órdenes de la actividad.
El comercio y las pequeñas industrias nunca estuvieron en nuestras manos; pero, siquiera, poseíamos la tierra y la gran industria azucarera.
En el transcurso de los últimos veinte años, la última ha sido casi del todo absorbida por el capital norteamericano; el cual está comenzando ahora a extrangular al colono nativo, a fin de despiazarlo de esta última posición de algún valor económico.
Antes de la guerra de independencia y por algunos años después, el sitiero cubano producía viandas y artículos alimenticios en abundancia, si no en la suficiente para alimentar a toda la población, al menos para cumplir este menester ,en una buena parte.
Hoy, ahogada esta producción por la invasión de la caña, además de la desaparición paulatina del sitiero cubano, despojado poco a poco de la tierra y convertido en jornalero, nuestros campos apenas producen frutos propios para la alimentación.
El guajiro mismo, sembrador o cortador de caña, deja casi todo el importe de sus liquidaciones o jornales,. en la bodega del barrio, en pago de arroz, de papas, de leche condensada, de jamón, de sombreros o zapatos, productos todos que antiguamente eran suplidos por frutos de la tierra o el trabajo de sus maiioOs.
Así llega Cuba a gastar sumas fabtJlosas en comprar sus alimentos, sus ropas y sus muebles en el exterior, ascendentes, en cada uno de los últimos años, a cerca de trescientos millones de pesos, los cuales podrían quedarse aquí, en gran proporción, si nuestra actividad económica llegara a ser encauzada.
He aquí un apremiante y fecundo plan de acción para nuestros legisladores.
Leyes de protección industrial y de estímulo para la agricultura; otras para dificultar y contener la absorción de la tierra por el capital extranjero; y la organización de un Banco nacional capaz de facilitar el. desarrollo de las actividades de las empresa: cubanas, lib.rándolas del dogal de la banca extranjera, en muchos casos coordinada con los trusts azucareros para extrujar a los colonos nativos .
Y, como fundamento de este vasto plan de reacción económica, la reorganización de la instrucción pública, cuya ineficacia actual es la causa, más influyente en nuestros desastres económicos por la escasa influencia de nuestras instituciones docentes en la dis~ ciplina del carácter y en la preparación de la juventud cubana para !as arduas luchas que la vida moderna impone al hombre civilizado.
Y es el caso q~e el autor de este artículo, fiel y curioso observador de nuestras costumbres, tanto antiguas como contem
poráneas, · había, en vano, durante largos años--los mejores ¡ay! de su ya ida juventud,-tratado de descubrir, ora revolviendo apolillados infolios, ~ ora estudiando directamente homhres y mujeres de todos los pueblos y regiones de la tierra, para qué servía el matrimonio; pues la solución de ese problema era, a su juicio, el punto de apoyo indispensable y único sobre el que debían basarse las reformas y transformaciones necesanas demandadas, desde tiempo atrás, por nuestra sociedad.
Y en esta ímproba tarea, y queriendo el autor ser en sus actos consecuente con su manera de pensar y no olvidan.do tampoco la sabia máxima de que un hombre prudente vale por dos, habían empezado ya a blanquear su cabeza múltiples y plateadas hebras, sin que hubiese gustado hasta entonces de la suprema e _inef'able felicidad que proporciona ver por las maii;u1as, en el home, sweet ho-me, una esposa, despeinada, en camisa de dormir y zapatillas o la confortahle dicha de pasarse las noch~ de claro en claro, arrullando a un rorro, llorón y majadero.
Y es el caso, que por motivos que no son de contar, el autor en viajes de negocios, llegó un_ buen día al obscurecer, a la quieta y provinciana ciudad de Santa Clara en la República de Cuba.
Una vez sacudido el polvo del cami110 y restabl~cidas las fuerzas en el menos malo de los hoteles de la po blación, salió a la calle. La noche era estrellada, apacible y serena. Vagando sin rumbo fijo, llegó al parque principal. Lo circundan los más notables edificios de la ciudad : el Gobierno de la P;ovincia, la Parroquia, el Tea tro de La Caridad, Bancos, el Liceo, etc.
Desde una elegante glorieta de moderna construcción, la Banda del Municipio, alegraba el espacio con las notas regocijadas y melodiosas de mar ;has y danzones. En bancos y sillas :harlaban animadamente hombres de distintas clases y condiciones, reposando de las faenas i:f el día.
EJ autor se encuentra a un amigo, un - simpático e inteligente abogado
de la ciudad que baña el Bélico, el cual le presenta a dos encantadoras jóvenes, tipos de belleza tropical. sencillas en su vestir, de grandes e inquietos ojos negros la una, de cuer po esbelto ' y cimbreante la otra.
En la explicable curiosidad por conocer la vida y costumbres provincianas interroga a ambas muchachas.
-Nuestra vida-le dice la de los bellos ojos--es monótona y triste. Encerradas en nuestro hoear, solo tenemos como diversiones la~ retretas semanales, la misa de los domingos, el cine o el teatro cuando algunos artistas se atreven a llegar hasta aquí y los bailes que se celebran en el Liceo o en el Casino.
-lY el ~ovio? -¡Ah! La que lleva relaciones,
tiene por lo menos con quien conversar por ios noches, ya en la ven-
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tana o en la sala, baj~ la vigilancia cuatro iglesias que tenemos en Santa de la mamá. Clara hay una, la d~ la Divina Pato
-Siempre la misma forma estú- tora, que ofrece la particular,idad de pida y ridícula de quererse hombres oste;"tar en lo más al.to del campa°" y mujeres. nano una enorme bola en forma de
-Usted no sabe-le pregunta en- calabaza, sobre la que se alza la 1
¡,etonc~s. al autor su_ compañ~ro--¿qu~ queña cruz de hierro que corona el requ1s1tos se necesitan, segun un ami templo. ¿A qué se debe ésto? Lo· go mío, para llevar relaciones? . . ignoro. Solo puedo decirle que- desde Pues una vieja y dos sillones. ¿Qué tiempo inmemorial existe entre nole parece? sotras la costumbre que lleva visos
-No puede ser más gráfica la de convertirse en tradición, de ,que pintura. Y ustedes, encantadoras mu- cuando una muchacha le quiere dar chachas, por lo que veo, no tienen calabazas a un pretendiente lo man~ novio. ¿Verdad? da que suba a la torre de la Pastora, •
-No;--contesta una de ellas- Allí podrá recoger el amargo, odiado yo tenía un enamorado, pero lo man- Y poco apetecible fruto. dé a la Torre de la Pastora. -Pero los hombres se vengan de
-lA la torre de la Pastora? lQué nosotras--añade. la otra joven~ torre es esa? gando, de palabra, por supuesto, a las
-Perdóneme. No me acordaba que llegan a los veintiocho' años sin encontrar marido, del tamarindo que '
que era usted forastero. De las crece junto a la iglesia del Carmen
-/
y marca el sitio donde se dijo la primera misa, allá por el año creo que de 1641 . Es la guásimo de las sol~ ras. ¡ Dios nos libre de ella!
La retreta había terminado. Los músicos se retiraron en correcta formación a los acordes de una marcha. El autor y su amigo despidiéronse de tan simpáticas y bellas muchachas -l Dónde vamos ahora? Quisiera
conocer la vida que hace este ,pueblo de noche-pregunta el autor a su amigo.
-¿La vida? ¡La muerte!-co¡p. testa éste.-A<JuÍ a las diez de la no
che todo el mundo está recogido en sus casas. Después de esa hora es muy raro encontrar un trasnochador,
-Pero ¡ es insoportable esa vidat -Efectivamente. Y para hacerJI
más llevadera el único remedio que existe es el matrimonio. Fíjese ustr4 que todos los jóvenes que llegan esta ciudad procedentes de la Ha na, al año de permanecer aquí iC hall casado. No les queda otro recunoe ¡ Qué van a hacer por las nochesf
-Realmente. Pero es asont so-exclamó el autor,-He en trado ya para que sirve el ~trim nio. ¡ quién lo diría! ; para lo que mel"us hubiera podido figur . ¡para no aburrirse .. . ! Ahora b~ aquí, en Santa Clara. En la Capi
es. otra c1y"para ella me voy en primer tre ..
Y el a ~r continúa viviendo l_a Haban ,
líe aquí los fil-3_1'Nes en pleno: talco· mo podemos admirarlos en el escenario de nué'ttro máximo coliseo . ..
Bt§I. · ' • ... ·.· .'
CONSUUO HIDALGO, be lla y aplaudi'rl-~ tiple cómica, ha debutado con gran éxito el sábado pasado en e~ T--eatro
Martí-_ (Foto Buendia)
Presentamos a ustedes el encantador contingente femenino de la compañia de revistas americanas Don Lanning, que se ha dedicado a recoger palmadas desde el suntuoso tinglado del Teatro Nacional.
~~
t -¡;
Uno de los cuadros de coniunto -?"1 en que se ,puede apreciar las excelencias del cast de la compañú,
Don Lanning.
U IIJilo 1iorar/O por·
Selmáp~erlof. para Carteles por Goncalo G. de Mello. Ilustrac!ones de ANNICK
U NA bruja de los bos
ques vagaba por la maleza con su hijo suspendido a la. espalda. El brujito era horroroso,
con dientes de. alimaña, pelambre erizada como la de un puercoespín y dedos armados de afilados g:irfios. Su madre, por supuesto, creía que su vástago era el más lindo bebé del universo.
Al atravesar un sendero que serpenteaba entre rocas y breñales, "la bruja sintió d ruido de los cascos de dos cabal~oi;; los /jinetes erlin un campesino y su mujer. Al verlos, la hechicera se dispuso a esconderse, según· su costumbre de no dejarse ver de se,res humanos, pero como notase que la mujer del campesino llevaba en brazos un niño, se limitó a agazaparse tras un arbusto. "Quiero cerciorarme si es posible que el hijo de un hombre pueda ser tan lindo como el mío, pensó.
El cuento que· publicamos aqui es uno de los más notables de la ilustre escrit.ora sueca Selma Lagerlo f , cuyas obras obtuvieron hace algunos a1ios el premio Nobel de Literatura. El niño trocado es una narración tomada directamente en el folk lore escandina'Uo, y bajo su poética superficie de fantasía, nos hace vislumbrar algunos aspectos típicos de la vida y el carácter de los pobladores de esos países
pletóricos de tradición
puso al lado del otro infante. ¡Cuando vió la diferencia que existía entre ambos, no se pudo contener, y Jan· zó un aullido!
Entretanto el agricultor y su esposa habían refrenado sus caballos J regresaban en busca de su hijo. La bruja sintió que se aproximaban pero todavía no había saciado sus ojos en aquella maravilla que tenía 3:ttte sí, y siguió inclinada sobre el niño hasta que sus padres esruvieron q¡si a la vista. Entonces, de repent~, se decidió . . Colocó a su pr<;pio
hijo en el suelo, sobre el montón de hojas, y se internó en la espesura llevándose al otro pequeñuelo.
Apenas había desaparecido llegó al lugar la desolada pareja, gente respetable que poseía una hermosa granja al pie de la montaña, y que apesar de llevar muchQs años de casados no habían tenido más que ese hijo.
La esposa fué la primera en llegar y descubrir junto al sendero la criatura, que gritaba desesperada~ente con los más horribles gritos
Al pasar· frente .a ella los jinetes, sacó la cabeza con tal ímpetu que los caballos se astfstaron. Alzáronse en dos patas--luego, partier~n al galope. El agricultor y su mujer, a I
punto de ser lanzados de la silla, se asieron a las crines de las bestias con un grito de espanto.
Allí quedó sola la bruja, haciendo muecas de contrariedad. Apena!; si había. podido entrever al niño humano. De súbito, su satisfacción fué completa: allí, en el suelo, a sus pieio mismos, yacía la criatura.
Había resbalado de los brazos de su madre al encabritarse el caballo, pero la suerte dispuso que cayese sobre un montón de hojas secas, absolutamente ileso. Asustado por la caid:i lloraba a todo trapo, pero su llanto cesó a poco, sorprendido el bebé, al ver inclinarse sobre su carita el cobrizo rostro de la bruja., Encan· tado, alargó sus manos y agarró el negro mantón de la maga.
La bruja se arrodilló, atónita, contemplando aquel fragmento de humanidad. Mm> los deditos de ro-
l. sadas uñiras, los ojos claros azules, la diminu~ boca roja. Tocó el finu cabello rubio y las suaves mejillas... No salía de su asombro. No podía concebir cómo ~n niño pudiese ser tan bello y tierno y s,,nrusado.
Con rápido gesto se descolgó de la espalda su propio pequeño y lu
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imaginables. :Pero la pobre ~ que temía que su amor hubiese muerto en la caída, no prestaba oidos sim¡ a su íntimo alborozo: "Gracias sean .dadas al Señor! Está vivo! Aqul está el niño", gritó en su esposo, mientras saltaba de la silla y se pre-cipitaba a recoger . . . ·
Cuando el marido llegó la encon• tró sentada en el suelo, estupefactac como si se resistiere a creer la evi• dencia que le mostraba sus ojos..
"¡ Mi bebé no tenía dientes de HtFa", dijo la cuitada.
Vol vía de un lado para otro al pequeño brujo, le daba vueltas.
"¡ Mi bebé no tenía el pelo hecho de cerdas!", gimió la infeliz.
"Mi bebé no tenía esas garras". ' La voz de la infeliz era ya un la· mento en que yibraba una sospecna espantosa.
El agricultor creyó que la emoción había trastornado a su mujer. Se desmontó del caballo.
"¡Mira, mira al ?iño! ¿Q~é ·~ lo que le pasa que esta tan extranol
Y la pobre madre le alarga~ aquel ser raro. El hombre lo cogió y apenas puso en él la mirada lo tiró a un lado, maldiciendo furioso: "¡Condenación! ,u .. Es un _hilo de
brujo! Este no es nuestro hi~o!" Su esposa saltó como una fiera. "¿ No ves que es un cambio malé
fico?" replicó el hombre. "Una bruja hizo que nuestros caballos se encabritasen, y entonces nos robó ·nuestro hijo y puso el suyo en lugar". .
"¡ Misericordia" gimió la descbchada, pálida como la muerte, desfalledente, sin querer analizar todi la extensión de su infortunio.
"No es posible" ave~turó, sintié:dose morir. "Es preciso buscarl~
"Es inútil" confesó el mando "Volvamos a casa"
Y apretando los dientes ~ara n~ gritar de desesperación, la fevanto 'del suelo y la llevó hasta loS ~a· llos. Quería inculparla de la desgra· cia, puesto que ella er;l la causante t por haber dejado caer al niño; r;~ al verla tan desolada no se sin con fuerzas para increparl_a. La. ª1:
1
c!ó a montar. De improVJSO, ella acordó del brujito, que yacía silen~ cioso en la senda.
" · Qué hacemos con él?" pregun· tó. ~ (Continúo en ltJ fá¡. 21 )
El admirado actor RODOL FO VALENTINO, y la bella actriz. española ELENA D' A LG Y en una de las e;cenas mós santificadoras de El Diablo S~ntificado, pro-
ducción de la Paramount.
He aqui a la maravillosa POLA NEG_Rl, heroína de mil tribulaciones en y fuera de la
,pantalla ...
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\ .. ~--· ___ ,.¡ J\
ºtf.._ . •• _. __ ,:. ... ..¡.' . ..
(Fotos Pa-,.amount)
eminente actor THOMAS MEIGHAN, posando para unas pruebas tomadas an~ de la impresión de una de las Mltimas peláculns de la casa Param.ount, en la cual desempeña el papel capital. En esta foto vemos además (ll director HERBERT BRENpN
fotógrafo JAMES HOWE.
llora deAWalida~
Algunas de las señoritas que contribuyeron con su belleza a dar mayor esplendor al baile dei
Yacht Club, rodeadas de unos cuantos feos.
(Foto López)
Un grupo de distinguidos frwitadoJ a la fiesta ofrecida el sábado pasado por el Presidente electo de la República.
(Foto López)
Un aspecto de la ,;residencia de la sesión efectuada el domingo pasado por el Congreso Nacional Femenino en el salón de la Academia de Ciencias. A ese acto concurrieron el General GERA RDO MACHADO y el Sr.
CARLOS DE LA ROSA.
n i '\
Como otros 11ños, ,i-t jue.vn santo llenó las calles di devotos que realizaron la tradicional visita a los san· tuarios. Vemos aquí la entrada de la Iglesia del Jngel
donde concurrió ¡,ran cantidad de fieles.
lf n grupo de personalidades y autoridades que concur_ne:-º" al CNrunterio de Colón, para asistir al acto del descubrzm1cn· to de un busto de bronce de Gonzálo de Quesada, en la tumb11
,
del insignt• patriota. En el medio aparece el Dr. CARLOS MANUEL DE CESPEDES, Secretario de Estadn.
(Fotos López y Lopezj
La fiesta ofrecida el sábado pasado po1· el Pre, sidente electo de la República, General GE.RARDO MACHADO , en los suntuosos s¡:; lones del Havana Yacht Club, a la socieda,.. habanera, ha sido sin duda uno de los más importantes acontecimientos registrados durante mucho tiempo en nuestros anales sociales. El edificio de la distinguida asociación fué invadido por una brillante concurrencia representativa de nuestros elementos más valiosos, comentandose del modo más halagador la es, plendidez desplegada en ese acto por el nuevo Jefe del Estado.
De esa fiesta, realzada por la exquisita belleza _y elegancia de la mujer cubana, reproducimos algttnos aspectos.
Un grupo de invitados al óail~ d¡l Yacht Club fotografiado ~ ltz terraza de la elegante asocia-
ció~.
(Fo_to Lópe:z .. ) ·"".'lr·-,..-
El ,presidente electo, rodeado prir u.n grupo de sus amigos íntimos y socios del Yacht Club, a los que ofreció una comida antes de celebrarse la fiesta.
(Foto Buendia)
Cuntro delicndns sirenas (sin cola) que reciben la sua·ve cnricia del sol primaveral.
e-,;,~ettece "una de las escenas tap.i'Í:ale; de (Foto Metro Goldwyn) J
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La lindísima THELMA H/LL-de las comedias Mack Sennett-, que tiene en ,us formas esculturales totios ios adjetivos favorablemente calificativos que se nas pueden ocurrir, espera un momento. de distrae- I
ción nuestra para zambullirse en Las ond11.S acariciadoras rlei swimming pool. Cuando doblemos esta hoja, es posible que· haya desaparecido yá en las aguas de la p,iscina. 1
(Foto C an_111JnsJ.
M a l t i n a ' ' T I V O L 1 ' ': V i g o r , N u t r i e ,¡ ó n , B e 11 ~-; z a
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euando ~ttr@mprenüe _/¡¡ 1~ _ 1?-rande-1/o ·
OS pasa Jéros llegados a Roma, en el tren de la noche, a la estación de
. F abriano, tuvieron que · t...;!)espeira,t la hora del alba
para· proseguir en un trenecillo lento y desvencijado, su viaje, subiendo a las Marcas. ·. ·
Al alba, en un sucio coche de segunda clase~ donde habían ,ya tomado asiento cinco viajeros, fué llevada, casi en vilo, una señora, tan rendida a su dolor, que no podía soste-nerse en pie. ·
La cruda .melancolía de la primera luz, en la angustia abrumadora
. de aquel coche sucio, apestado de humo, hizo aparecer como una pesadilla a los cinco viajeros, tras la noche pasada en el insomnio, toda aquella balumba de· ropas, torpe y lastimosa-, izada con resoplidos y gemidos desde el andén, y luego desde el estribo.
Los resoplidos y gemidos que acompañaban y casi sostenían, desde atrás, el estorbo, eran del marido, · que por fin asomó,flaco y demacrado, pálido como un muerto, pero con unos ojos vivísimos, en medio de su palidez. ·
La aflicción de ver a su mujer en tal estado, no le impedía mostrarse en tan grande apuro, con la debida cortesía; pero el esfuerzo hecho le había, evidentemente, irritado un poco, tal vez por miedo de no haber dado prueba, ante aquellos cinco viajeros, de bastante fuerza para sostener y me.ter en el carruaje el pesado fardo de su· esposa. ·
Cuando tomó asiento, después de haber' presentado sus excusas y dado las gracias a los complliieros de viaje, que se habíap apartado en seguida para ceder asiento a la señora dolien~. pudo también manifestarse atento y solícito con ella, · y arregló los vestidos y el mantón, que se le había subido a la nariz. -¿ Estás bien, queri&í?
~ I .a mujer l. no ~iamente no le comtestó, sino que \ se volvió a subir el tón hasta cubi.rirse la ·cara. El, ento ces, sonrió con tristeza, y des-pués, iró: · -¡ ! . . . ¡Todo son · penas en
el mun o! Y qu'iso explicar a bps compañe
ros de viatje, que era digna de compasión la mujer, ya que' .se hallaba en aquel estado a causa de\ la imprevista e inmi1tente marcha dt~ su hijo, a la guerra. Dijo que duran~ veinte años no vivt,n más que par,'i aquel hijo. Por no dijarle solo el añ~ an-
"\_. \
\...
teS, cuando iba a eµipezar·. ·sus estu· dios en la Universidad, se habíar trasladado de Sulmona a Roma. Al estallar la guerra, llamado el M j~ a filas, se había inscrito en el curso breve de alumnos · oficiales; a lm tres meses, nombrado subteniente de inf~tería, destinado al XII regimiento, ·brigada de Casale, había ido a incorporarse al depósito de Macerata, dándoles la seguridad ~e que permanecería allí mes y medio por Jo menos, para· instrucción de reclutas; pero he aquí, que tres días después, lo mandaban al- frente. En ·Roma había recibido, un día antes, un telegrama que anunciaba aquella partida,. tan alevosa . . . Y ahora iban a saltid,arle y a verle marchar.
La mujer se· agitó debajo de su mantón; encogiéndose, estirándose y retorciéndose; rugió, además, unas cuantas veces, como una fiera, exasperada por" aquella larga explicación del marido, quien no esperaba suscitar una especial compasión respecto de un caso que acaecía a tantos, quizás a todos, y más bien suscitaría cólera e ·indignación, en aquellos cinco viajeros, que ni manifestaban abatimiento ni desconsuelo, aun teniendo, probablemente, uno o dos hijos en la guerra. Quizás el marido hablaba adrede de aquel modo, ofreciendo los pormenores de la imprevista marcha del hijo único,
etcétera etc., para que los demás le repitiesen, con fría dureza, las mismas palabras que él le iba diciendo, flesde algunos meses antes, o sea, des ~e ·que el hijo había sido llamado a las armas; ·todo ell'o, no tanto por consolarla y consolarse como para inclinp-la, a su despecho, a una resignación, imposible para ella.
Efectivamente, los viajeros recibieron fríamente la explicacióit, y uno dijo: -¡ Pues dé graci~ a Dios, señor
mío, de que vaya ahora ~u hijo t El mío fué allá desde el orimer día de la guerra; ya lo han herido dos veces por fortuna una vez en el brazo, otr:1 vez en la pierna, ligeramente. Un mes de licencia y ¡andando! otra V'ez al frente.
Otro dijo: -Y o tengo dos allá, y tres so
brinos. -¡Oh! ... Pero un hijo único ...
--quiso observar el marido. -¡No es verdad; no diga eso!. •.
-le interrumpió el otro, ásperamen-te.-¡ Se mima a un hijo único, pero no se le quiere más! De u~ pan, si hay varios hijos, se da un trozo a cada uno, y está bien ; pero no se distribuye así d amor de padre : a cada hijo le dá un padre todo el ca· riño de que es capaz. Y si sufro aho· ra, no es la mitad por cada uno, sino que sufro totalmente por los dos.
Vuelves a mí, esperanza, como un ramo de hierbas Olorosas, cortadas a la hora del alba. Tienes la timidez de las flores humildes. Humildes y menudas como las de la salvia.
Llegas a pasos ientos. U na fragancia leve Te precede. Yo pliego las manos y te acojo Con un gesto asombrado de mendiga. No tengo Ni siquiera el valor de levantar los ojos.
Pero siento que bajo los párpados vencidos. Mi claridad aumenta, y se ensancha tu halo, Y me asalta los labios un sabor de violetas, Y el aire que me cerca toma un tinte azulado.
j Más me encontraste amarga y en la luz que me inunda. Todavía no puedo darme entera al milagro!
1. 14
.-::Es cierto, sí; eso es cierto-ad, m1~0, con una sonrisa tímida
1 cam-.
pa~~va, apurada, el marido,-Pero mire usted: supongamos ( claro qu' estamos hablando naq más, . y . ~ gracia de Dios, fuera ide todo ~Ú~ gro) ; supongamos el caso de un padre qu_e tenga varios hijos en la guerra. Si le matan .uno ( ¡no lo quiera Dios! } , aún le queda, por lo menos, otro! ...
-:-i ~laro q~e sí! .Y la obligación de VIVJr para d--af1rm:Í, subitamcn· te, ceñudo, el interlocutor.-L0 cual' quiere decir, que si a usted ... , no digamos a usted, a un padre que tenga un solo hijo, le ocurre la desgracia. de. qu~ se le muera, puede, ~ quiere, qmtarse la vida, si no qué hacer de ella, bajo el peso de infortunio. Mientras que yo, ¿cam prende? _es preciso que viva, porqu he de defender al otro . .. ¡EJ · .. peor es el núo ! ·
-¡Vaya un modo de i:azonar:Jsaltó, de pronto el otro viajero, gordo y sanguíneo, girando en t.or no, sus ojos abul'tados, claros, húm~ dos, ligeramente inyectados en san· gre.
Jadeaba, y parecía que iban a saf. társele los ojos por la interior· violencia afanosa de un exuberante' ¡¡. talidad, que el corpachón, def o do, no podía contener. :Púsose. manaza desfigurada ante la como si, de improviso, le asal recuerdo de los dos d-ientes aue faltaban; pero luego, sin pensar en ello, siguió diciendo, ,cncdl • do:
- ¿ Acaso engendramos los para nosotros?
Los demás se hicieron un adelante para mirarlo, conster El primero, el que tenía su hi el frente desde el primer día guerra, dijo, suspirando:
-¡Ay, por la patria, por I tria! ... .
- ¡V amos!-repitió el vi gordo.-Habla usted de la patri tal° modo que parece una. buf'la.
"¡Te dí el ser para la pa y no, hijo mío para mí!"·
¿Son historias?. . . ¿Piensa en la patria cuando hace un ¡ Es cosa de risa! Los hijos Ue porque usted quiera, sino Po" ben venir. Y toman no sólo . sino también ]a nuestra, ¡Es verdad! ¡ Exis'timos nosotros ellos, y no ellos para n_osotros. cuando tienen veinte años.·., xione ú'sted un poco, son coJIIO:
( e ontinúd en la 14,,
Como estamos en plena estación de "track" creemos oportuno reprod11cir ésta bella fotografía en q11e "Brm" MONROE fué sorprendido salwndo 11n obstáculo de una manera maravi
llo.<a Creo q11e esta fotografía servirá de muc/µJ a nr1estros ÍÓ'Uenes atletas.
- - - ' (Fotos Underwood
--~lil!J
J.d.C:K KEARNS ~stá en Jcsgradi1, 'detp116i de haber salido bien del pleito que le entablaron POf' fUpuesto ataque a Mary C. Tenney; hQ'] el cable IJOS anuncia que ptlf'ece ser un /iecho el rarnpi~ miento decisivo entre KEARNS Y DEM PSEY'. -Mrs. Dempsey es la responsable, pues parer:..e. gue ella encuentra exagerado el tanto por ciento
gtte Kearns cobra. 1
15
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Yemos aqui a Miss LEONIDEWATSON, de los Angeles, sosteniendo el motor de vapor más pequeño del m,mdo. Mide una ,pulgada y media, pesa justo una onza, y wle millares de
dólares,
En esta /otografia vemos a la escultural Miss DOROTHY KNAPP, proclamada V cnus Americana en el último certamen de belleza de los Estados Unidos, y actualmente una de las estrellas de los Follics, con un traje caprichoso que creó pa,.: ello Miss EDITH BORE, la gran modista neo.
yorquina (Foto UndeM1Jood)
16 }
<¡11 • ¡ · • . -
ell:rori casi una semana antes de la fecha dq, estos árboles d,;n la rara sensación de
•ing)
MOOR, nsist,·ntc d,• pr,licín, re,r lizó rrcielllemente interesantes experimentos transmitiendo por medio del radio los latidos del corazón de Miss. BETT}' HOLMES. Con ayuda de un micrófono especial, los latidos /t1eron oídos en estaciones m11y distan/es
(Foto /nternational)
El célebre cantante BEN/AMINO GIGLI aparen• aquí contemplanáo el model~ en yeso d~ la estatU4 de la emmente arruta , Eleonora Duse, lieclza por el et- · cultor VICENZO MISERENDINI, que pronto se alzará _en New York como trilmto rand,do a la mem;ria de la gran trágica
por el pueblo americano. (Foto Internaticnal)
Yiita general de Ti/lis, u13.· , Mar Negro, donde recienl . e che-tm¡ui Esta cit1dad ii.en 1;:
ha!,itantes, que Jitfrulan (Foto Underwood)
~X RICKll.RJJ, amo y kt.11do,los deportes, est!J'VO a pun
re111r en la c,írcel, pero sus bttenas rel.iciones, to
ma peque,la falsa alarma. piensa ahora desquitarse
rato, dándole la broma al de Matchear nuevamen
. ; ·poya Gibbons.
• (Foto Underwooá)
MIKE GONZAI.EZ, mtestro compatr,i.ota, tomará parte en los pri I
meros juegos de la tempo1·ada basebolera, pues segtín las manifestaciones de su manager está en la mejor condición de s11 vida artis-
!OSE/TO RODRiGUI:,:L.,, a po-púTar Joe y it1mwri conoú o por el Hombre Goma, está en huelga porque desea más dinero por su fenomenal trabajo defendiendo la inicial del Bridgeport. Si no le
EMILIO SOLORZANO, el valiente driver que reru/tó ' vistorioso en las competencias automovilísticas celebradas el pasado domingo. Solorzano ganó la segunda categoría y de hecho, si se respetan las reglas establecidas, ganó también la primera, pues Me Bride, f11é
ayudado por el público.
FRANK PLA, un verda dero amante del deporte de los reyes, que dando muestras de sus deseos de ayudar al grupo de entusiastas organizadores del. Club Hípico de Cuba, ka adquirido im buen ejemplar bauti:d-rulolo con el ·
',~ ~ "ill(__ nombre de VETECE.
pagan más desea que lo declaren agente libre.
ROSSUM, e popular ,lriw r aiema11~ f 11ef víc11ma ae un ¡aiui accidente, hiriendo o muchos espectadores que se encontraban presenciando las c~rreras. Nuestra opinión sincera es que las carreras dentro de los límites de la ciudad deben ser abolidas en-
teramente.
Eitot cuatro jo,venes son los componentes del team de relevo m,xto\ que representará al Cienfuegos Yacht Club en las próximas competencias de track. De izquierda a derecha, vemos a GERONIMO PEREZ, CARLOS M. GARCIA, ALBERTO NUF'li'~ v ·
DARIO ALVARF7
8-AJJE -R UTH ~ el m,h pupufor .ti,· fos jugndür<'j de pelota, nu podr,í tomar tomar parte l'II d ittego i1Ja11g11ral qu<' s,· al/rbr<Í c11 la ciudad impaial, por haberse opuesto a ello Iris m,;diro.- qtte lo asisten. E11 1111a cama di:l hospital dt• So11 Vícr11te, csperd G,:orge el co11.rabido dictamen mé-
dico de "PLAY".
SENBERG, el nuevo han· lan--weight, champion del mundo, es un magnifico muchacho, habiendo sido el sostén de su madre, viuda, durante los último, diez años. Su amor filial lo ha liecho el meior boxer del mundo, en su división.
NORMAN SELBY, el con01idísimo boxeador, el hombre que llenó planas
I
enteras narrando sus proe zas c11 ,:/ r;ng, acaba de ingresar en u11a penitenciaría para purgar el delito de liaher dadJ muerte a Mr:. Tlierese Morr. Kúl Me Coy morirá en la prisión pues cuenta 48 años y tiene que pttrgat
38 aí'fos de pena.
19
TEX R!CKARD, a;,o y dictalo, de todos los deportes, est !.1'1JO a punto de ingresar en la c,írcel, pero gracia! a sur buenas rel.iciones, todo /tté una peque,ia falsa alarma. Rickard piensa aliara desquitarse del mal rato, dándole la broma al público de Matchear nuevamente a Firpo y a Gibbons.
~ • (Foto Underwood.)
En ,un ·baile: --Créame ustel, Matilde: con
usted sería yo capJz de ·ir al fin del •mundo.
-¿Y por qué tan lejos? Aquí hay R~gistro civil, iglesias y sacerdotes.
-Aquí, sí; pcr111 donde le digo no hay nada de :eso.
Preguntaban unos. clientes a un dependiente de una casa de c~mercio ~n ropas, cómo ~ las arreglaban para no cerrar la tienda durante las horas de la C"omicla.
El dependiente, perfil~dose para dar una amplia explicación, contesta:
-Pues muy sencillo: nos dividimos en dos grupos; yo. como con los del primer grupo y los del . segundo son los últimos.
Carcajada general.
Entre amigos: -¿Cómo va, querido Luis? He
visto anunciado que has perdido otro I perro. E~ el tercero que pierdes en un mes. ~-= •
-Ya lo sé. Desde que mi hija. toma lecciones de canto, .no para un perro en casa.
-Niño ¿en qué mes hablan me-nos las mujeres?
-En Febrero. -~Y por qué? _:_Porque sólo tiene · ventiocho
días.
Un ·marido dice a su mujer: -Mañana es tu cumpleaños y
no sé qué regalarte. -No tne·regales ·náda. --:-Pues mira, has tenido una mag-
nífk.3_j.dca._
Un dependiente de ·una casa de comercio decía a su dueño en son de
Don Canuto, hatto ridículo, que queja: . 11iénc:. propensión a marearse, ·decía -Ya ve usted, hago igual trabajo e¡¡ .$ll_, casa a varios ami.gos: que mi compañero N., y a pesar de
-Yo nunca v.iajo, ni voy en ca- esto, gano seis duros menos que él al rrua je, ni en tranvía. , mes. ¿ Le parece a usted justo?
:'! 1
-Pues matná dice-.'.--interrumpc -¡Oh, no tal! Tiene usted muLuisito---<JUe siempre que sale conti- chísima razón, y en tanto es que así ... go va en berlina. desde ~añana rebajo en seis duros el
cnP.ldo de N.
-¿Por qué ha matado usted a esa ,parejita? -Pues •.. ¡porque estaban hechos unos tórtolos!
-¡,liaría, ¡que me hundo! ... -¡Siemr-e has de estar metiendo lo pata! . . (De Buen Humor)
( De Buen Humor)
En un restaurant: -¡ Pero, hombre! Ha puesto us
ted en la cuenta cincuenta céntimos de papel y no he tenido necesidad de una sola · cuartilla.
-Es el precio del papel en que está escrita la cuenta.
Tienen las mujeres una aritmética especial: si se les pregunta por la edad de una mujer amiga, multiplican por dos; pero en preguntándoles por la suya, dividen por dos.
En el tren: -¿Es usted andaluz?
, -Nb, sc:!ior·--contesta un flamenco.
Y cuando el tren se detiene, dice despidiéndose: · . -Sí zeñor, lo zoy; pero cuando
viajo no me guzta darme to,to.
Entre chicos: -¿A qué trabajas ~7 -De carpintero, pasando el cepi-
llo por la madera. ¿Y tú? -Yo,. de monaguillo, pasando el
eepillo por la iglesia.
20
Preséntase ·ante el tribunal ,un .individuo que ha sufrido ocho condenas.
El presidente.-¿ Por qué no trabaja usted? . Indudablemente las malas compañías le han ·traído a .usted tantas veces a este banco.
-Advierto al señor presidentecÍice el acusado,--que paso la vid:1 eñtre magistrados.
U na compañía dramática; después de treinta hora de viaje, llega a un pueblo y da función aquella misma noche.
En el cartel se lee la siguiente nota:
"En la escena de la seducción, ·11a dama opondrá muy poca resist~n.ci~; porque está muy cansada del Viaje.
En un réstaurant: Cliente.-Mozo, tráigame un pei
ne y un cepillo. Mozo.-Si es para asearse, señor,
puede pasar al vestíbulo. Cliente.-Pues entonces, llévese
usted estas sopas al vestíbulo, porque tienen los pelos en desorden.
0e n,no. "Dejarlo, sencillamente" Ella asintió en silencio Pero no
había recorrido el caballo diez pasos cuando s1.,tió que no podía ahandonar así a ... .:¡uel ser. Después de todo, apesar de todo, era un niño.
"No, realmente, yo no ?uedo dejarlo abandonado, a merced de los lobos. Tu debes dejármelo llevar".
"~Estás loca? Está bien don.le está".
''Mira, si no me lo das, yo sé que volveré esta noche sola a buscarlo"
Trastornado, pensando que los brujos habían vuelto también loca a su mujer, el agricultor accedió a Ja ;;úplica y bajándose del caball0 recogió el monstruo y Jo depositó en el regazo de su compañera. La quería tanto que nunca pudo negarle nada de lo que .le pedía.
Al día siguiente la funesta nueva era conocida de tuda la comarca. Acudieron los amigos y las comadres, deseosas de consolar al matrimomu y prestar consejo.
"Si se golpea hasta hacerle sangre a un pequeño brujo".-aconsejo una vieja-"la madre viene enseguida a devolver el niño trocado. Yo sé de muchos casos en que se dev?l vieron .rr ese medio nifios cambiados ...
"Sí, pero esos nifios vivieron luego muy poco", objetó o~,a anciana.
La mujer del agricultor se dijo que no era ella quien recurriría a tales extremos.
Esa tarde, sentada en la saleta
(Continuación de la pág. 8
al lado del brujito dormido en la cuna, pensó por un momento que ella debería probar ese recurso cruel para recobrar su hijo ausente. En ese instante entró su marido con un látigo en la mano.
Ella comprendió y se hizo la dormida, pensando que nunca por sí misma se hubiera atrevido a golpear a un ser inocente. Sin embargo, apenas sintió resonar el primer golpe se abalanzó a su marido y le sujetó el brazo:
"¡No, no le des, no le des más!" "j Entonces es que no quieres re
cobrar tu propio hijo, eh?" argumentó el hombre, tratando de desasirse de ella.
"¿Cómo no voy a querer? Pero nunca de ese modo, nunca!"
El agricultor la rechazó y alzó de nuevo el brazo para golpear, pero su esposa se echó sobre el cuerpo del pequeño brujo y fué ella qui.!n recibió el latigazo, en la espalda.
"¡Maldición! Veo que quieres que nuestro hijo permanezca entre las brujas toda su vida!" vociferó, arrojando el látigo. Salió, tirando la puerta, lleno de 'cólera contra su mujer, pero sintiendo en el fomll' de su alma algo que le impedía llevar a cabo su propósito, pese a .1qudla oposición ...
Pasaron dos días en medio a la marur tristeza. Es cosa bien auurga para una madre perder su hijo, pero tena en su lugar un aborto del In-
( Continúa en la pág. 25 ) , -
hLA SECCH)N X" .HJ< ilJl•~'l'ES Y A l..!TI< ' l ' LOS
PAl.!A l~E(;ALOS
OHl~PO Nl.M. ~:i
............................. ~
La Nervosidad
SALDE ENO FRUTA DE (Bao'• Pralt ~lt)
::s:::oy ~~~ el q:!e '::n:a!asu:arog!i,1;:~~=y dde f= agradable, que tiene el efecto de un laxante suave. Se puede
. :bii,ai ~i~er ex'::1á~ :~da rc::~~e &~:v:=: ea prefenl>le tomarla. en ayunas, dilaelta en agua fria o caliente.
0.•ata•tÑulu ....... ............. ....... .. .,.,..,............,,er. J. C. ENO, Ltci., Londres, Inglaterra . ... ,.,.,......,, .
NAROLD F. RITCIIIÉ • CO., lnc.,-.NraN Yon\ TonNlfo, Syclnq
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e/na lloh cfobre 7ablada !)or Car! oá %! kc e¡e U!
'11
h En b. geografía poet1ca de Tad, blada las ideas han regresado a Sl.1
punto de partida: el potta vino del n Oriente y acaba de retornar a él.
Ganges y Pagodas, el Buda fastid diado de la misma flor; China v
su inacabable lista de novedades ce~ c tenarias, los poetas japoneses, Nao P nostálgicas y el México asiático. h Después pagó su tributo a París y
Yanquilandia le absolvió más tarde. Ultimamente otros viajes y ahora, espiritualm,ente ha tornado al sagrado Himalaya.
Recordemos al poeta: Y o lo recuerdo en Colombia, en la dulce y amada Colombia. La gran altura de Bogota lo obligó a refugiarse en un hermoso rincón de los Andes, a mil metros de altura. Y o hacía en Bo-
1 gotá un "sutíl" bachillerato y con • frecuencia recibí invitaciones del
poeta para ir a visitarle. Un día me 1 envió ~nos preciosos "hai kai" es
critos en grandes hojás vegetales }' unas sentencias de muerte contra
cierta bailarina que había escandalizado a México con sus falsos es:ándalos. Una de las veces que tuve el placer de visitar al poeta en el Hotel de la Esperanza, había ter-
minat:o ya su admirable libro "Un día . .. " Me hi?.o el honor de leermelo y gocé como· pocas veces del encanto de las cosas más bellas y sencillas.
Decía por ejemplo:
Tierno saúz casi' oro, casi ambar, casi luz . ..
y· otro:
Pavo real, largo fulgor, por el gallinero demócrata pasas como una proce•ián.
Y otro:
nard. Los lírico,; procedimientos de Apollinaire, Cetidrars y Reverdy le entusiasmaban por esos días. Confieso que a mí esos poemas en forma de paseos en carretela me parecían bien, de lejos. Casi· todos los breves poemas del libro. "Un día" son perfectos. La impresión que ellos me causaron me hizo escribir más tarde "Exágonos", de próxima publicación y dedicados a Tablada. A mi pecadora retórica de entonces dió el poeta dos o tres golpes y la puso "Knock-out", ~n su aonve;rsación he hallado siempre ens~ñanzas y sugestiones dignas del gran artista que hay siempre en él.
Algunas veces subía a Bogotá. En una de esas ocasiones se le ocurrió
El jardín está lleno de hojas sec:is guisar un prndigioso platillo orienNunca ví tantas hojas en sus árbol~ tal para una cena diplomática en J;i verdes, en primavera. Legación de México. El poeta aca
Y este otro:
Por nada los ganzos tocan alarma
con sus trompetas de barro.
baba de ser nombrado por esos días Encargado de Negocios en Ca· racas. La cena fué magnífica. El platillo fué alabado en varios idiomas, pero ocasionó a su autor una indigestión de primera. Solamente él se enfermó. Así, por sus propias ma-
A la brevedad de la forma japo- nos. Otra vez, en uno de esos breve~ nesa unía el agudismo de Ju les Re- días que se pasaba en Bogotá, íba-
Úlanr/osl' {om/7re12a'~ (Continuación de la Pág 10 )
mos nosotros a los veinte añós ! En· tonces, teníamos padre y .madre, y los amábamos. Pero, había muchas cosas más: los placeres, la novia, las corbatas nuevas, las ilusiones, los cigarrillos r hasta la patria, ya lo creo; a los veinte años, cuando no teníamos hijos, la patria, si nos hubiese llamado, ¿no cree usted que la hubiésemos\ puesto por enéima de nuestro padre y de nuestra madre? Hem<>! cumplido ya cincuenta o sesenta, y aún existe la patria en nosotros, pero también existe, más fuerte, el amor a los hijos, ¿Quién de nosotros, si pudiera, no sustituiría a su hijo en la guerra? ¡Todos! ¿Por qué, pues, no considerar el sentimiento de nuestros hijos a los veinte años, de nuestros hijos que, forzosamente, llegado el momento, deben sentir por la patria un cariño más grande que por nosotros? Hablo, se entiende, de los hijos buenos, y digo forzosamente, porque ante la patria, para ellos, som~ también, hijos viejos que no pueden ya moverse y deben quedarse en casa. Si la patria existe, si es una necesidad natural esa patria, como el pan que cada cual debe comer si no quiere morir de hambre, preciso es que alguien
vaya a defenderla cuando llega el momento. Y va en ellos, a los veinte años; van porque deben ir, y no quie ren lágrimas. No las quieren porque aunque mueran, mueren enardecidos y contentos. Hablo siempre, se entiende, de los hijos buenos. Y ese es el instante en que se muere contento, porque no se conocen todavía las fealdades, los enojos, las miserias de esta vida detestable, que avanza; las amarguras de la desilusión. ¿Qué más queremos? ¡No debemos llorar, sino reir . . . o llorar como yo lloro, ;eñores, contento, porque mi hijo me lla enviado a decir que su vida, la suya, ¿comprenden? (la que nosotros debemos ver en ellos, no la nuestra), ;u vida, la ha ofrendado por un ideal, que ha muerto contento y me ordena que no vista lutos, como así es en efecto . . . ¡ Mírenme ustedes la ropa! .. .
Y diciendo esto, sacudió, como para enseñarla, su chaqueta color claro. Temblaban sus labios, lívidos, sobrt (os dientes que _le faltaban;' los ojos, :asi licuefactos, se le arrasaban, y acabé, con dos accesos de risa, que acaso poJían ser sollozos:
-¡Eso es, eso! ...
Ha~ía tres meses que aquella ma d.re, tapada con el mantón, buscab .. en todo cuanto el marido y los demás le decían, para confortarla o in· rlucirla a resignación, una palabra, una sola palabra que, en la avaricia de ~u sombrío dolor, despertase en ell 1
un eco que le inspirase la posibilidad de la resignación en una madre, cuan· do su hijo va, no ya a la muerte, sino siquiera a un prob~ble riesgo de su vida. Y no había hallado una jamás, entre tantas y tantas como le habían sido dichas; había deducido de esto, que si los demás le hablaban de resignación y de consuelo, era sólo porque no sentían lo que sentía ella.
Las palabras de este viajero, ahora, la aturdieron, la atolondraron. En un momento comprendió que no es que los otros no sentían lo que ella, sino que ella por el contrario, no alcanzaba a sentir algo que los demás sentían, y por lo que podían resignarse, no sólo a la marcha, sino hasta a la muerte de un hijo.
Levantó la cabeza, se incorporó desde el ángulo del coche para escuchar la respuesta que aquel viajero daba a las preguntas de sus compañerC'~ acerca de cuándo y como había
22
mos por la calle Reat atropellados por un ventarrón loco. Pasaron dos lindas mujeres cerca de nosotros y vimos una barbaridad de cosas. Ta, blada improvisó. así:
Mujeres que vais por h calle con el viento por dell\ilte, el viento es un dibujante que no perdona detalle.
Artista suntuoso y exquisito, cultivó siempre la forma · como sabia orífice .• ~us .°!~jores ejemplos son el poema Omx que Lugones tamo alabó. Hoy el poeta canta en los más claros y sencillos tonos, y como el viajero que rindió raros pla· ceres y halló después en su quinta natal las emociones más puras y "hondas, así este poeta admirable que h1 sido siemprie generoso abanderad°I vuelve al vaso de agua de la pura' belleza, reflexivo y sencillo como )~ noche en el campo, Vuelve a suJ Oriente. Pero no es ya el Oriente decorativo y sensual .de la Torre de porcelana y del puente de jade. Es el bosque teosófico, la alta emoción
1
de las orillas misteriosas, el pensa· miento de la sacra esperanza.
perdido a su hijo, y se quedó aosor ta; le pareció que había caído en u1 mundo que ella no cono~ía, dond , se asomaba ahora por primera ve1 viendo que todos los demás, no se lamente comprendían, sino que ha· ta admiraban a aquel viejo y se cor gratulaban con él de que pudiese ha . blar así de la muerte de su hijo. Se lo que de pronto, vió pint:i~e en
I
semblante de los cinco v1aJeros, , ; mismo aturdimiento que debía habe . en el suyo y, sin quererlo ella, com si verdaderamente no hubiese oido t davía, ni comprendido nada, pregunt a aquel viejo: ·
-¡Dios mío! ¿Le han matado I
su hijo? . .. El viejo se volvió a mirarla con
sus ojos terribl~s~ desme~u~adar~, abiertos. La miro, la miro Y e pente a su vez, como si sólo enton· ces, p~r aquella pregunta incongruen· te y aquel asombro fuera de Jugar, comprendiese que, en aquel .mom:IO su hijo habí~ muer!º pa~a ~\::m; compuso, se mmuto, saco rapi [ te el pañuelo del b?}sillo, Yd:~:in. estupor y la conmoc1on de to 1 •
1
pió en agudos, desgaradores e irtc frenables sollozos.
Comandante ALBERTO BARRER.A S, ex gobernador de la Habana, que hoy ocupa el cargo de Primer V ice
Presidente del Senado.
Dr. JOSE RAMON CRUELLS, Representa11te por el Partido Popular, que ha sido nombrado Sarrtario de In C ámnra, en representación de In coalici6n Libtral-Popular, que consti-
11y1· ln 11u,_1•oría en eJte rnerpo colegislati'Uo,
VITO CANDIA Y DE LEON, Representante conser'Uador, que ha sido designado para ocupar una de las secretarías de la Cámara, en representación de la minoría conseruadora de dicho cuerpo
23
Los senadores electos, fotugrafiados en el Senado, des,pu'és del acto de la toma de posesión.
(Foto Kiko-Funcasta)
Dr. RAMON ZAYDIN, que ha sido electo Presidente de -la Cámara de Representantes.
h d
Lejos de los ruidosos jazz bands neoyorqui-nos, en California se ha
~ ~~------------------- reconstruitÍ,o este baile del más puro estilo vie-
1
La linda chiquilla que aparece en este sillón de torturas es LOU /SE FAZENDA, tal cual la veremos en uno de los próximos hits
de la Metro Goldwyn.
nés, para una de las escenas más interesantes de La Viuda Alegre, co media cinematográfica que tiene por heroína a
Uno de los pasajes más emocionantes de Un tonto y su dinero, película en que colaboran artisticamen te MADGE BELL!lMY y W/LLIAM Hll/NES. ( Del repertorio de la Li-
. berty Film).
Mae Murray.
Puedrn contemplarla a gusto: ,,s LE!lTRICE JOY, una de las más interesantes figuras de la cinematograf ia americana, que labora en los estudios de la
Paramount.
? 0e a,no .. , (Continuación de la pág. 1'1 :1
f ierno sobrepasa cuanto de horrendo miento llegó a tal extremo que apepuede imagi~arse. No ~ued~ • haber nas le dirigía la palabra. Empero, esperanza m paz en s1tuac1on se- una sombra de cariño por su insigne mejante. compañera le impedía ausentarse pa-
"No sé que darle de c .. mer ai ca siempre del-hogar . .brujito" le dijo la mujer del agri- Hasta los criados comenzaron a cultor a su marido una mañana. ·''No mostrarse desobedientes e irrespetuo,guiere .~ada de lo que le doy; lo sos con su dueña, en ausencia del jerechaza . fe de la familia. Este casi siempre
"No hay nada de extraño en se pasaba el día fuera, absorto en el , ello", replicó él. "¿No has oido de- trabajo, encarnizado en la labor pacir que los brujos solo comen ratas ra distraer sus sombríos pensamien-y ranas? " tos.
"¿Qué hacer entc,nces?" La pobre mujer sabía que la espe-."Lo mejor es dejarlo morir de raba una vida espantosa si persistía
inanición". en guardar el hijo de la bruja, pero Así transcurrió una semana. El estaba dotada de ese espíritu de sa
pequeño ~nstduo 'rechazaba todo crificio que hace a los mártires. ' cuanto se le daba de alimento. Si Cuanto más sufría, más fielmente L ____ .-li.riai:;,¡::¡~iliíl •• se le forzaba en nutrirse escupía la cúidaba del pequeñuelo. leche y los sólidos, haciendo muecas * * * horribles.
U na tarde, cuando ya estaba a punto de eerecer de hambre, un gato entró corriendo en la habitación con una rata en las fauces. La esposa del agricultor le arrebató al animal su presa y se la tiró al brujito. Acto continuo· huyó del aposento--no sintiéndose con valor para vérsela comer.
Cuando el marido se dió cuenta de que ella cazaba ranas, arañas y ratones para el brujito, su aborrecí-
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EN este siglo las medias representan la
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Dos años más tarde, la esposa del agricultor contemplaba a su hijo postizo mientras este dormía profundamente.
Había crecido considerablemente, en tamaño y fealdad. Su boca se había convertido en un hocico; las cejas eran dos cepillos de cerdo y la piel era obscura como la de los salvajes.
"Mis penas no radi~n solamente e!') alimentarte y no dejarte un mo
(Continúa en la ,pág. -26 )
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mento solo, para que las personas y las bestias no te hagan daiio' pensabe ella. "Mi esposo se aparta de mi, los sirvientes se burlan 'de nosotros, hasta el perro me detesta. Tú tienes la culpa de todo eso".
"Todo lo soporto, me imparta poco esta esclavitud y esta soledad",
· exclamó exasperada. "Pero no es eso lo peor, sino que cada vez que te miro más y más deseo a mi propio hijo. ¡ Ah mi hermoso bebé de cabellos rubios! ¿ Dónde estás, amor mío donde estás? ¿ Estarás sobre un montón de hojas y de musgo, o en el regazo de una infame harpía, lejos tan lejos de mí?" . . '
La puerta se abrió con estrépito Entró su marido, con gesto amable.
Parecía risueño casi y hablaba con cierto aire amistoso que hacía mucho tiempo no usaba con ella.
"¿ Hay feria hoy ¡n el pueblo? ¿Qué te parece ir nosotros?"
Ella aceptú, encantada. Iría gustosa.
"Pues date prisa, mujer. Tenl'm'ls que ir a pie; los caballos están cansados del mucho trabajo de ayer. Iremos por el ata jo de la montaña }' llegaremos a buena hora".
En un pestaiiear estuvo vestida la
(Continúa en la Pág. 29 ,-:a.a
SUAVIZA
MU.JEBES PALIDAS .... .EL :ROSTRO MARCHITO PR!ECONA EL DESEQIJILIBRIO f,E LA SALUD
Y LA POBREZA DE LA SANGRE AUN ES TIEMPO de evitar que la debilidad se convierta ~,,;::;;~~;;,;,;;,;;;:;;;;::;;;;~========""""'===9
en anemia y ésta en tuberculosis, haciendoos la vida odiosa y Sr. P. Zenáejas. atormentando la existencia de los seres queridos que os rodean Habana. TE51'IMONIO
ili d ....;.,I Muy Sr. mfo: la Anemia, Clc,~sis, Debº ºda I Gener. Tos, Catarros, Bron- La que suscribe, Pilar CtJSta,ieda, vecina de Ayesterán N' 20
nn. iti. ºe T obercolosis Pulmonar, en sus primeros· grados. Habana. 'Certifica que lie sido curada de una congestión en los 'l111
&NJ pulmones con el uso de la "Hemoforina Zendejas" la que me se combaten con sorprendente seguridad con LA fué recetada por el Dr. Emilio B. Morán, con consultorio esta-
blecido en la calle Campanario Nº 38. Habana, quien en-.este HEMQfQRJNA caso es el mejor testigo de esta curación.
(Firmado) Pilar Castañeda.
Toda persona debí' , debe toma esta emulsión como preventivo, muy especialmente los niños, cuyai; madres deben cuidar de qúe crezcan, mas que alimentados, nutridos y por consiguiente fuertes mas que, '' gordos".
26
:fina/ole ~anee yÓIJ
f/)Pt'ÍMJóllelJq De tiempo en tiempo Anatolt En efecto, en la página 84 es don·
France recibía en su casa a los poe- de se encuentra ·mi más hermosc. tas jóvenes y a los novelistas imber- poema. El maestro lo admira. ¡ Ah, bes, a quienes trataba con gran be- qué honor para mí! nevolencia. Y marchó de allí embriagado d,
-¿ Macstro--Ie preguntaba en orgullo. Cuando ya se había ido, cierta ocasión uno de ellos--, ha- alguien dijo a France: béis leído mis poesías? -Maestro, confesad que no ha-
atura'.mcntc, y hasta me he béis leído su libro. Yo lo conozco, r1 con ellas toda una noche. y estoy seguro de que no habríais pocncé al acostarme, y no pu- dido pasar de la segunda página.
rar los ojos sin haherlas aca- -¿Eso suponéis? Pues bien, mi 'ha
-Oh, maestro!, o~ burláis <le mí'J o las habéis leído.
' . e Ah, joven incrédulo! ¿ Querei• u(
11'prueba? Voy a indicaros la pá
g.(' ~ más hermosa de vuestro libro. E ,.~ página 84. ¿No es en ella de -~te habéis puest¡o lo mejor de vuestra alma? ¡Admirable página! } Repetiríais ahora que no he leído vuestrás poesía~:
-Maestro, os pido que m•: pcrdoni;:... Realmente, me sient·, confur. do. ;Gracias, maestro, muchas gr; , ias!
El muchacho, desbordante su corazém <le alegria, cogió aparte a los allí presentes y les dijo:
- ¡ E~ extraordinario! El maestro ha leído mi l ihro. ¡ Lo ha leído!
-Hijas, me tenéis ahurrido; no JS oigo . hablar más que de vestidos; es menester que os ocupeis en cosas más ele,·aclas.
-Sí, papá; eso hacemos; ahora ?Stamos hahlando tic sombreros .
querido amigo, quiero ser sincero. No, no lo he leído.
-Lo que me maravilla es la casualidad de que sea precisamente en la página 84 dc:ncle esté lo mejor del volúmcn.
- ¡ Ah, hombre ingenuo f Lo mismo huhiera pndido citarle cualquiera otra. Un poeta juzga siempre que cada uno de sus poemas es el mejor de tocios.
- ¿Y si la página 84 huhiera estado en hlanco?
-¡Oh! Huhiera sido desastroso. Mi repuesta se hubiera entonces tomado como un epigrama sangriento. Pero cuando por henevolencia, querido amigo, alteramos la vl'rdad, l!S preciso contar con la indulgente complicidad del Ciclo.
~n un b:iile: -¡ Qué dientes tan hermosos tie-
ne esa señora! -¡ Usted me adula, caballero! -¿ Es usted su marido? -No, señor; soy su dentista.
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Se acerca el 20 de Mayo ... Á enemigo que huye ... calles y ca"eteras de plata •• J
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fl fhno ... esposa dei agricultor.Hacía mucho tiempo que no se sentía feliz y su expresión era radiante. Por el momento :;e había olvidado de todo, hasta del niño trocado. ·
dejaste caer a tu propio hijo aquel día en el bosque"!, exclam6· iracundo.
Pero pronto volvió a la realidad.
Su esposa no contestó. Por un momento el agricultor sintió el impulso de arrancarle 'por la fuerza el muchacho- y estrellado contra un tronco. Pero había tal expresión de dolor en él rostro de ella que no tu· vo valor ...
Pensó que su esposo quería alejarl• de la casa para hacerle dar muerte al brujito. Cogió al niño en brazos y sal'ió al camino, frente a la casa, donde ya la esperaban. Y desistiendo de ir a la feria re·
"¿No puedes' dejar eso?, pregun-· gresó en silenci~ a su triste hogar. tó el marido, que no parecía contra-riado. Pasaron otros dos años.
"No, no me atrevo a dejarlo so-. Todo transcurría igual. Pero un,1 noche se declaró un incendio en la
lo". casa de vivienda. En un instante el "Bueno, pues andando. Lo sien- fuego invadió. la casa del sótano a
to, porque te resultará una carga pe-sada al atravesar la montaña". la techumbre. No hubo tiempo para
Se pusieron en camino. . las personas más que para precipitar-d 1 se fuera de aquel horno, sin poder
Al llegar ª terren,i quebra O " salvar ni un solo utensilio domésti-
k~j~to md~e~u;ra::n:t:~v~~: :! co. maligno ser se negó a comj>lac.:rla. Desde el fondo del patio el agriEn camhio el esposo se m:>strab:i cultor, rodeado de la servidumbre, amahle" y decidor, como nunca lo veía arder la casa como una pira. estuvo desde el día del funesto "¿Quisiera saber quién me ha cambio. traído esta desgracia", dijo.
"Mira, querida, lo mtjor ~erá que "¿Quién puede ser sino el bruji-yo me encargue del muchacho mien- llo?", contestó un peón de la finca. tras franqueamos la cuesta". "Hace tiempo que no le gusta más
Ella quiso oponerse, pero al fin que jugar con llamas. Ayer le sorconsintió; el hombre tomó en sus p,rendí entreteniéndose en fabricar hrazos el monstruo, En aquel lugar una hoguera en la buhardilla, cuanel sendero corría a lo largo de un do estaba a punto de prenderle fueprecipicio y la senda era sumamen- go". te estrecha y resbaladiza. Apenas re- "Bueno, si se quema ahí, en esta corrió el agricultor diez pasos dió un fogata, doy por bién perdida la vietraspiés y estuvo a punto de dejar ja' casa que heredé de mis padres". caer al brujito en el abismo. Estando hablando así salía su mu-
La mujer pensó: "si hubiese cai- jer con el pequeño brujo en brazos. do el niño se hubieran visto libres De un salto el agricultor se plantó para siempre de esa pesadilla". Pe- junto a ella, le arrebató el mucharo acto continuo comprendió que la cho y lo lanzó al interior de la casa intención de su esposo era despeñar incendiada. al vástago de la bruja. En ese mis- Sin titubear la mujer se lanzó mo instante el agricqltor tropezó por dentro de aquel volcán y salió un segunda vez y casi lanza al brujito. instante después con la criatura a
" ¡ Dame el niño", exclamó ella. rastras. Un segundo más tarde se "No, tendré más cuidado", res- desplomaba el techo, au111entando su
pondió él. torbellino de. chispas y pavesas. Y no había acabado de hablar La mujer se refugió junto al bro-
cuando se enredó con la raíz de un cal del pozo. Tenía las manos queárbol, vaciló y dejó caer la criatura. madas y la cabellera carbonizada. La mujer, apesar de haberse dicho En Sll regazo la fatal criatura dorantes que hubiera sido una brndi- mía tranquilamente. Nadie le dijo ción verse libre dd brujito, se aba- una palabra a la infeliz; la contemlanzó al borde del 2recipicio y co- piaban en silencio desde lejos, con giendo por la ropilla al pequeño evi- curiosidad y temor. t<l que rodase al fondo. Al amanecer se le .acercó su es-
Su marido se cruzó de brazos y la miró con expresión terrible.
"¡ No estuviste tan rápida cuando
poso. "Esto es demasiado y no puedo so
portarlo más", dijo. Tú sabes que
((RV€Z:A LLAVE': "' ". \
29
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de comida que, abandonados, son causa de descomposición écida, origen de una gran parte de los males que azotan a la humanidad.·
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~f fl,rio . me voy contra mi voluntad, pero ya me es imposible seguir viviendo con el hijo de una bruja. Ahora, adiós para siempre, puesto que jamás volveré".
Cuando la esposa oyó esas terribles palabras y vió que su marido se alejaba, sintió que algo se le desgarraba en el corazón. La asaltó un ímpetu de levantarse y correr tras él, pero el pequeño brujo pesaba tanto en su regazo . . que ella comprendía que nunca se resolvería a desprenderlo de sí.
Inmóvil, contempló como su esposo se iba de s.u existencia, se alejaba para nunca más volver.
El agricultor avanzaba lentamente por el bosque, abatido por sombríos pensamientos, dejando atrás su juventud y su vida, cuando le salió al encuentro un mucha~ho. V enfa jadeante, de la montaña pró,.:ima.
Esbelto como un pinelete, su pel,? era suave como la seda y sus oiolbrillaban como el acero pulido. "¡Ah!", se dijo el mísero. "Así sería mi hijo si el Destino no me lo hubiese arrebatado"!
Saludó al muchacho: "¡ Buen día, rapáz ! ¿ A dónde
vas tari temprano"? "¡Buen día! Si adivina Vd. quien
soy le diré a donde voy. Al oir su voz el hombre se puso
muy pálido. . "Niño, tú hablas como hablan los
de mi familia", balbuceó. "Si mi hijo no estuviera en poder de las brujas, diría que tú y él eran la misma persona,,.
"Has adivinado, padre", dijo el pe queño. "Puesto que has acertado, te diré que voy en busca de mi madre".
"No vayas a verla a ella. No piensa ni en tí, ni en mí. Solo siente cariño por un monstruo, por un hijo de la bruja. Está hechizada".
"Eso crees tú, padre. Lléveme a ella. Todo se explicará". •
El padre lloraba de gozo. Cargó en sus brazos al niño y regresó a la granja, besando continuamente al lin do hijo que Dios le había devuelto.
"Ahora no me llevas descuidadamente", dijo eJ pequeño, "como llevabas aqueJJa vez al brujito, eJ d1a de la feria".
"(Qué quieres decir, hijo mío''. "¡Oh, la bruja caminaba por eJ
otro lado ,del precipicio, llevándome también en brazos. Cada vez que tú tropezabas poco faltó, asimismo, para que yo todas.e al fondo del abi~
mo. 1 u. no hubiera sido por El agricultor no contestó ''.Todo el tiempo que estuve
bruja no pasé trabajos ni ¡Era tan buena mamá con el llo!"
"¿_Te pegó alguna vez"f, gunto el padre.
"Una sola vez. La primera na pasé hambre, porque yo no pasar las ranas y ratas que Die
la bruja. Pero luego comentó I mentarme con frutas y leche .. hubiera sido por mamá . . !" 1
"¿ Sabes que hueles a yerba ma,~a?", ~nterrumpió el padre.
Oh, s1. Anoche me tiraron una hoguera cuando tú lan fuego al brujillo.· ¡La suerte m11 que mi buena mamá . . _,,
El agricultor corría, volaba el niño en brazos. Cuando la vista de las ruinas de la casa, humeantes, se detuvo de p " :'Pero dime", pre~tó
como es que las brujas te
~do?" "Cuan~o mamá renunció a
tan importante como su vida, que su vida, las brujas no tenía ningún poder sobre mí y me ron que libertar".
"¿Ella ha renunciado a tanto valor como su vida, hijo jQué és_?"
"Ella renunció a tí, que er'IS
que. su vi~a, para salvar al hijo bruja . ..
El hombre, frenético, llamar a grandes voces.
La mujer del agriculflll inmóvil, acurrucada junto al del pozo. No dormía, parecía. deada en piedra, inerte. Da nía vino la voz de su espoeo a tar la de su estupor, a pon en las venas.
Abrió los ojos, estupe • Dió un grito, volvió en sí~ de su lado había desapareo de la maga de los bosques.
Miró en derredor, b cando con toda su alma. de esperanza brilló en su espíritu, bajo el gl0'1 mañana.
Voces, fuertes pi de 111na garganta. Su un querubín en ~i:a ricordioso! ¿Que ibaª
Sintió el suave P del niño y la voz del
"He aquí nuestro h a nosotros y has sido que tú, el que lo
BANESE CO BOMBA "PR
30
:"" ...... Los 11Acidos en el Escómago
Causan Indigestión Provocan gases, agrurfZS y dolores.
He aquí el remedio
Las autoridades médicas asee:uran que casi las nueve décimas de todos los casos de enfermedades del estómago indigestión, agruras, gases, náuseas y flatulencia, obedecen al exceso ,:le ácidos, Jüaroclóricos en el estómago, y no, como algunos suponen, a la falta de jugos digestivos. El delicado tejido del estómago se irrita, la digestió~ se retarda y los alimentos se agrian facilmente, causando los desagradables síntomas que todos los que padecen del estómago conocen demasiado bien.
Para tales casos no se requieren Jigestivos artificiales, que por el contrario pueden causar verdadero daño. Ensaye la abstención de .semejante~ digestivos auxiliares, y obtenga eil cambio, en cualquier droguería. alganas onzas de Magnesia Bisurada, tomando una cucharadita disuelta en un poco de agua después de cada comida. La cuarta parte de un vaso dl: agua es suficiente. Esto le purificar:'t el estómago, evitando la formaciA.n de ácidos excesivos, y no experiment:.irá agruras, gases ni dolores. La Magnesia Bisurada (en polvo o, en pastillas-pero nunca en líquido o en forma de leche) es inofensiva al estómago, barata en su precio y el más efectivo compuesto de magne~a para el tratamiento del estómago. La usan diariamente miles de personas qlY.' hoy disfrutan de sus comidas sin m;',s temores de indigestión.
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