Post on 27-Sep-2018
1
Testimonios sobre el proceso de reconstrucción del desastre en Pisco:
Una mirada desde el Derecho a 5 años del terremoto del 2007
Por estudiantes y docentes de la Facultad de Derecho - PUCP
Estudiantes del Seminario Teoría General del Derecho y del curso de Sociología del Derecho, autores de los testimonios que se presentan, acompañados del profesor Antonio Peña Jumpa y los adjuntos de docencia Jean Pierre Baca Balarezo y Luis Pacheco Rojas. Foto tomada al frente de la Iglesia San Clemente, recientemente reconstruida (Pisco, 14 de Octubre de 2012).
2
Introducción:
La mirada jurídica de estudiantes sobre el desastre aún presente en Pisco
Antonio Peña Jumpa1
El pasado 14 de Octubre de 2012, estudiantes de Derecho de los cursos de Seminario
Teoría General del Derecho y Sociología del Derecho de la Facultad de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), acompañados por los adjuntos de
docencia Jean Pierre Baca Balarezo y Luis Pacheco Rojas, y el autor de la presente
introducción, realizamos un breve trabajo de campo en la ciudad de Pisco.
Nuestro objetivo fue realizar un ejercicio académico de la situación del desastre, tras el
terremoto del 2007: constatar la situación actual de la ciudad y la situación de los
derechos de su población damnificada. En ocasiones anteriores, con el compromiso de
otros grupos de estudiantes de Derecho habíamos realizado trabajos similares a partir de
talleres de capacitación, asesoría legal y encuestas (Octubre de 2007), o la visita y
aplicación de encuestas y entrevistas (2008, 2009, 2010, 2011). Esta vez nos
concentramos en la observación de la situación y el registro de testimonios.
El resultado, una vez más, fue desalentador para los estudiantes. Ellos constataron in sito
lo difícil que es reconstruir en el Perú una ciudad destruida tras un terremoto. La
indiferencia e ineficiencia, sumada a la impericia de nuestras autoridades se deja ver en
las casas aún por reconstruir, las escuelas y edificios públicos reconstruidos con
limitaciones, las obras públicas de agua y alcantarillado inconclusas, las pistas y veredas
terminadas y al poco tiempo destruidas por alguna otra obra, pero, sobre todo, se deja ver
o escuchar tras el desagradable recuerdo y en la aún enorme insatisfacción de la
población.
1 Profesor principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Abogado, Master en Ciencias Sociales y PhD in Laws. El autor se disculpa por el atraso de la presente introducción, que debió preceder inmediatamente a los testimonios que se presentan a continuación elaborados en octubre y noviembre de 2012. Sin embargo, por razones de revisión (Diciembre de 2012) y edición (Abril de 2013), recién se presenta.
3
Si bien muchos pobladores pisqueños han logrado reconstruir sus viviendas y, en muchos
casos, lo han hecho con el apoyo de un programa del gobierno o las autoridades, existe
un gran número –creemos aún la mayoría- que no ha conseguido esa reconstrucción.
Muchos aún viven en sus casas sin refaccionar o, en extremo, en módulos de madera o
carpas ocultos tras las paredes o el muro construido por el gobierno local para cubrir la
pobreza o “vergüenza”, como la misma población ha identificado, que a pesar de los
meses o años transcurridos al terremoto era aún notoria. Lo más lamentable es que esa
población, a falta de una efectiva reconstrucción, se ha acostumbrado a una situación de
limitaciones permanentes (sin derechos), reproduciéndola en la nueva generación de sus
hijos y nietos a manera de una nueva cultura urbana.
En nuestra última visita constamos pistas nuevas y veredas recién construidas en el
centro de Pisco. Esto nos llenó de optimismo al pensar en la mejoría de la ciudad. Los
visitantes que llegan a hoteles y recorren la ciudad por esas pistas y veredas se dejan
llevar por el mismo pensamiento. El “muro de la vergüenza”, como lo denomina la propia
población pisqueña a esa pared muerta que oculta sus módulos de madera o carpas, no
deja ver la otra realidad. Sin embargo, si uno se atreve a mirar tras el muro o tras las
paredes levantadas con mucho esfuerzo por algún poblador, notará que los damnificados
aún utilizan esos módulos o carpas como vivienda o parte de sus viviendas a pesar de su
desgaste por el uso de más de 5 años.
La última visita que realizamos con el grupo de estudiantes se concentró en Pisco Playa.
En años anteriores también habíamos hecho visitas al lugar, pero la situación catastrófica
era peor y de constante tensión en la población. Esta vez, la población playina estuvo más
tranquila. Probablemente por estar acostumbrada a sus problemas era más posible
conversar con calma con ella. Entonces fue nuestra oportunidad de visitarlos, tocarles sus
puertas o llamarlos y, a través del diálogo, conocer parte de sus problemas de vivienda,
su falta de título de propiedad, su situación de poseedor y no propietario, su espera
ilimitada del bono de subsidio de 6,000 soles prometido por el gobierno central, su
resistencia a dejar su vivienda o terreno a pesar de estar ubicado en “zona roja” (de alta
vulnerabilidad por el tipo de suelo arenoso) o sus quejas sobre la mala gestión de sus
autoridades o la corrupción en la aplicación de los fondos de ayuda. Los estudiantes de
Derecho pudieron acercarse a esta población y recoger sus testimonios.
4
A continuación presentamos estos testimonios distinguiendo los dos grupos de
estudiantes con los que viajamos. Primero, presentamos los testimonios de los
estudiantes del Seminario de Teoría General del Derecho, para quienes el trabajo de
campo fue casi obligatorio; luego, presentamos los testimonios de los estudiantes del
curso de Sociología del Derecho.
En el primer grupo, de los estudiantes del Seminario de Teoría General del Derecho,
aparecen los siguientes testimonios:
-‐ Keyla Carcausto Romero (2012): “Cinco años de espera por una vivienda digna:
una aproximación desde los Derecho Humanos”.
-‐ Nelly Shisco Calvo y Pamela Quintero Pérez (2012): “A 5 años del terremoto de
Ica”.
-‐ Ángela Sequeiros Bocángel (2012): “A 5 años del terremoto que devastó Pisco”.
-‐ Ángela Martínez León y Susan Gamarra Blondet (2012): “A 5 años del terremoto
en Pisco”.
-‐ Giuliana Romero Sipán (2012): “La ceguera, en Pisco”.
-‐ Karina Vilcapoma Torres y Vanessa Ayala Jáhuar (2012): “Reporte – Viaje a
Pisco”.
-‐ Katherine Chávez Manrique Lara y Karina Ulloa Zegarra (2012): “Pisco Playa a 5
años del Desastre”.
-‐ Sally del Valle Ascarza (2012): “Pisco a 5 años del terremoto: ¿Reconstrucción?”
-‐ Adriana Díaz Rosas y Fiorella García Carthy (2012): “Viaje a Pisco: balance de
informes”. Las mencionadas estudiantes no pudieron viajar al lugar del trabajo de
campo, pero revisaron y sistematizaron los cuatro primeros testimonios antes
citados.
En el segundo grupo, de los estudiantes del curso de Sociología del Derecho, aparecen
los siguientes testimonios:
-‐ María del Carmen Jave Luján (2012): “Entre legitimidad y legitimación: las fuentes
de reorganización de los pobladores de Pisco-Playa luego del terremoto del 2007”.
-‐ Patricia Maraví Ricse y Abelardo Cavero Mendoza (2012): Viaje a Pisco 14 de
Octubre 2012”.
-‐ Zurisadai Gómez Ayquipa (2012): “Pisco dividido a los 5 años después del
terremoto”.
5
-‐ Wendi Loo Asencios y Sergio Ramírez Cárdenas (2012): “Tragedia en Pisco:
Derechos aún pendientes”.
-‐ Sofía Begazo Neyra y Zoila Margarita Romero Rojas (2012): “Reporte sobre el
reparto de terrenos luego del terremoto en Pisco-Playa”.
-‐ Richie Garaycott Ortiz (2012): “La reconstrucción de la avenida Demetrio Miranda:
Problemáticas y descuidos de una reconstrucción que a pesar de ser lenta, no es
llevada a cabo con los mínimos parámetros de seguridad”.
-‐ Bélgica Absi Mejía (2012): “Un bono para calmar las aguas”. La mencionada
estudiante suma su testimonio a partir de viajes anteriores y posteriores a nuestro
trabajo de campo, facilitado por su vínculo familiar materno en Pisco.
El conjunto de los testimonios que se presentan es solo una primera impresión de la
situación de la reconstrucción en la zona de desastres a más de cinco años de su inicio.
Pero esta impresión, que tiene tras de sí la voluntad y preocupación de una juventud
universitaria, ya nos revela la realidad de esa situación.
Desde ya, los testimonios presentados son una gran contribución para seguir pensando y
repensando lo difícil, abrupto y extenso que es la reconstrucción de una situación de
desastres tras un terremoto. Pero, es aún más difícil, abrupto y extenso cuando se trata
de la reconstrucción de una parte del país como el nuestro y de un terremoto como el de
Pisco.
Lima, 6, 14 y 22 de abril de 2013
6
1
TESTIMONIOS DESDE LA PERSPECTIVA DE ESTUDIANTES DEL SEMINARIO DE TEORÍA
GENERAL DEL DERECHO - PUCP
7
Cinco años de espera por una vivienda digna: una aproximación desde los derechos humanos
Keyla Carcausto Romero
“Quisiera también recordar a todos los Estados, que dentro de las obligaciones que han contraído a través de los instrumentos internacionales, se encuentra la de brindar asistencia y cooperación internacional para lograr la realización de los derechos humanos, incluyendo el derecho a la vivienda adecuada para todos. Insto, por lo tanto, a la comunidad internacional a que intensifique sus esfuerzos para asistir a los pueblos de Pisco, Chincha, Ica, Cañete y otras zonas aledañas, así como al Gobierno de Perú para reconstruir las ciudades afectadas”.
Miloon Kothari
El llamado del Relator Especial para la vivienda adecuada del Consejo de Derechos
Humanos de la ONU, Miloon Kothari, al Estado peruano para cumplir con su obligación de
garantizar el derecho humano a la vivienda adecuada con los pueblos afectados por el
terremoto de Pisco el 15 de agosto del 2007 parece haber quedado solo como un eco sin
respuesta. Hace ya cinco años de estos sucesos y parece ser que fue ayer cuando la
tragedia ocurrió.
El 14 de octubre del 2012, como parte del seminario de teoría general del derecho, un
grupo de estudiantes con nuestro profesor nos dirigimos a la ciudad de Pisco a fin de
obtener información sobre la situación actual del pueblo, específicamente a verificar la
reconstrucción de viviendas derruidas por el terremoto. Lamentable fue el escenario
encontrado desde el ingreso por San Clemente, San Miguel, La Villa y finalmente Pisco
ciudad y playa, no se había avanzado mucho en este tema. Las viviendas se encontraban
o total o parcialmente destruidas y en algunos casos a pesar de esa precaria situación sus
moradores se encontraban viviendo dentro de la parte que aun podían ser habitables,
poniendo en riesgo su seguridad ya que en cualquier momento un pequeño remezón
haría que las ultimas vigas puedan caer sobre ellos. Por otro lado, se encontraron a un
grupo significativo de la población habitando viviendas prefabricadas, las cuales en
algunos casos no cuentan aún con servicios básicos.
En Pisco, el panorama no era muy alentador ni tampoco se evidenciaba la ayuda brindada
por el estado peruano. Según, una entrevista realizada a un poblador de Pisco playa, el
señor Serapio Allccaco Ynca, nos relata que la misma semana de sucedido los hechos, la
ayuda en la zona se demoró, especialmente a las personas del malecón por encontrarse
lejos de la plaza principal. El señor Serapio a fin de obtener algo de ayuda se tuvo que
8
dirigir hasta el Centro para que tan solo le brindasen bidones de agua, siendo el único
beneficio recibido. De la misma manera, nos relata que posteriormente la ayuda que
brindaba el estado con el “Bono 6000” se entregó de manera irregular, el cual fue cobrado
por personas que ni siquiera eran damnificadas y en otros casos por fallecidos; él no lo ha
cobrado hasta el día de hoy. Asimismo, informa que sus vecinos del frente no corrieron
con la suerte de que su casa quedara habitable, teniendo que refugiarse hasta el día de
hoy en viviendas prefabricadas las cuales no cuentan con los servicios de agua y
desagüe. Este relato es el reflejo del sentir de los pobladores pisqueños, de aquellos que
han perdido casa, familia, amigos y medios de subsistencia.
Han pasado cinco años y el Estado peruano parece haber comprendido erróneamente su
obligación con las demandas de miles de damnificados a fin de garantizar el derecho
humano a la vivienda adecuada, puesto que su obligación con este derecho no se debe
“interpretar en un sentido estricto o restrictivo que lo equipare, por ejemplo, con el cobijo
que resulta del mero hecho de tener un tejado por encima de la cabeza o lo considere
exclusivamente como una comodidad. Debe considerarse más bien como el derecho a
vivir en seguridad, paz y dignidad en alguna parte”2. Asimismo, tampoco debe entenderse
cumplida la obligación solo ofreciendo fondos públicos y asignando partidas monetarias a
este sector sino que el derecho a una vivienda adecuada como derecho económico, social
y cultural engloba aun un mayor número de obligaciones.
En este sentido, es necesario que el Estado peruano interprete este derecho desde dos
vertientes. La primera se encuentra caracterizada por su interrelación con otros derechos
humanos básicos plasmados en el Pacto Internacional de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (en adelante PIDESC) teniendo como prisma central, la dignidad del
ser humano. Aquí se entiende que “el término "vivienda" se interprete en un sentido que
tenga en cuenta otras diversas consideraciones y, principalmente, que el derecho a la
vivienda se debe garantizar a todos, sean cuales fueren sus ingresos o su acceso a
recursos económicos”3. La segunda vertiente, entiende que el derecho a la vivienda
adecuada reconocido en el artículo 11.1 del PIDESC, debe significar “disponer de un lugar
donde poderse aislar si se desea, espacio adecuado, seguridad adecuada, iluminación y
2 COMITÉ DE DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES. Observación general Nº 4 -‐ El derecho a una vivienda adecuada (párrafo 1 del artículo 11 del Pacto) Sexto período de sesiones ,1991. párr.7 3 COMITÉ DE DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES. Observación general Nº 4 -‐ El derecho a una vivienda adecuada (párrafo 1 del artículo 11 del Pacto) Sexto período de sesiones ,1991. párr.7
9
ventilación adecuadas, una infraestructura básica adecuada y una situación adecuada en
relación con el trabajo y los servicios básicos, todo ello a un costo razonable"4.
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC) en la Observación
General Nº 4 sobre el derecho a una vivienda adecuada considera que este derecho se
encuentra integrado por diversos elementos como: la seguridad jurídica de la tenencia; la
disponibilidad de servicios, materiales e infraestructuras; los gastos de vivienda
soportables; la vivienda habitable; la vivienda asequible, el lugar y la adecuación cultural
de la vivienda.
Al respecto, me referiré a dos características, la asequibilidad y a la disponibilidad de
materiales e infraestructura. Con respecto al primero, el Comité DESC considera que la
vivienda adecuada debe ser asequible a quienes tengan derecho, resaltando la relevancia
de garantizar a los grupos desfavorecidos como “[…] las víctimas de desastres naturales,
las personas que viven en zonas en que suelen producirse desastres, y otros grupos de
personas”5. En relación al segundo, considera que “una vivienda adecuada debe contener
ciertos servicios indispensables para la salud, la seguridad, la comodidad y la nutrición.
Todos los beneficiarios del derecho a una vivienda adecuada deberían tener acceso
permanente a recursos naturales y comunes, a agua potable, a energía para la cocina, la
calefacción y el alumbrado, a instalaciones sanitarias y de aseo, de almacenamiento de
alimentos, de eliminación de desechos, de drenaje y a servicios de emergencia”6.
Respecto solo de estas dos características que deberían darse para cumplir con esta
obligación internacional en materia de derechos humanos, en el pueblo de Pisco, por lo
que observamos en nuestra visita no se cumplen debido a la falta de apoyo en su
reconstrucción, dejando que gran cantidad de las familias más pobres aun sigan viviendo
en casas prefabricadas sin agua ni desagüe, servicios básicos para vivir de manera digna.
Asimismo, por la desigualdad permitida por el estado dada por medio de los programas
sociales implementados, los cuales solo algunos han tenido acceso, dejando desprovistos
de este beneficio a las verdaderas víctimas de este terremoto.
En fin, ya han pasado muchos años de espera por una vivienda adecuada y ya es hora
que el Estado peruano cumpla con sus obligaciones con el fin de no continuar vulnerando
este derecho humano entendiéndolo equívocamente, considerando cumplir solo dando 4 COMISIÓN DE ASENTAMIENTOS HUMANOS. La Estrategia Mundial de Vivienda. 2000, párr. 5 5 COMITÉ DE DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES. Observación general Nº 4 -‐ El derecho a una vivienda adecuada (párrafo 1 del artículo 11 del Pacto) Sexto período de sesiones ,1991. párr.8. e 6 Ibíd. párr.8. b
10
dinero o planes por considerarlos un derecho programático, un derechos económico,
social y cultural. Es por esto que concordamos en que "la dignidad de una persona no
puede y no debe dividirse en dos esferas: la de los derechos civiles y políticos y la de los
derechos económicos, sociales y culturales. La persona ha de poder vivir libre de la
miseria y del temor. No es posible alcanzar el fin último de asegurar el respeto por la
dignidad del individuo sin que éste disfrute de todos sus derechos."7
7 AMNISTÍA INTERNACIONAL. Derechos humanos para la dignidad humana. Una introducción a los derechos económicos, sociales y culturales. [http://www.es.amnesty.org/exposiciones-‐virtuales/derechos-‐economicos-‐sociales-‐y-‐culturales/derechos-‐economicos-‐sociales-‐y-‐culturales/, visitado el 20 de octubre de 2012]
11
A 5 AÑOS DEL TERREMOTO EN ICA
Nelly Shisco Calvo Y Pamela Quintero Pérez
En el 2007, el Perú fue sacudido por un terrible terremoto. El mismo tuvo como epicentro
las costas del centro del Perú por lo que una de las zonas más afectadas fue la provincia
de Ica donde se registraron no sólo pérdidas materiales sino, también, pérdidas humanas.
Esa situación reflejó una falta de organización del Estado ante catástrofes naturales pero,
sobre todo, reveló las condiciones reales de algunos lugares de la provincia de Ica como
por ejemplo, la falta de servicios básicos, títulos de propiedad, construcciones de adobes,
etc.
En el caso de Pisco – Playa, el terremoto significó crear diferentes tipos de expectativas
en las condiciones de vida de los pobladores. Sin embargo, lamentablemente, la
reconstrucción no permitió generar mejores condiciones. Por el contrario, el Estado
ejecutó un mecanismo de reestructuración (económico, social, etc.) con falta de una
estrategia que incluyera el apoyo integral a todas las personas afectadas por el terremoto.
A consecuencia de ello, actualmente, la reconstrucción de las casas de los pobladores se
presenta de forma desnivelada.
Ello se ha visto reflejado en el trabajo de campo que hiciéramos el 14 de octubre pasado,
donde las personas entrevistadas emiten diferentes opiniones sobre la actuación del
Estado respecto al apoyo otorgado para la reconstrucción de sus viviendas. Las
entrevistas realizadas han revelado tres visiones al respecto, las mismas que
desarrollaremos en los párrafos siguientes.
En primer lugar, tenemos a la persona no propietaria que es la inquilina. La persona
entrevistada señaló que ella y su familia se encontraban viviendo en una casa
aproximadamente un año antes de que sucediera el terremoto. Después del suceso la
familia gestionó y obtuvo el bono otorgado por el Estado, presentando para ello
únicamente su DNI y la dirección de la casa. Dado que el bono sólo podía ser cambiado
por materiales de construcción o llevado a un programa de Edificación de viviendas, la
familia al no tener un terreno de su propiedad optó por ir al Programa Jardines de San
Andrés para que le dieran un terreno allí y pudiera construir su casa. Sin embargo, ellos
indican que los funcionarios de dicho programa les estafaron, pues no se les otorgó
12
terreno alguno y señalaron que el bono se encontraba en el Ministerio de vivienda.
Posteriormente, la familia presentó un documento solicitando la devolución del bono al
Ministerio de Vivienda, pero hasta la fecha no han recibido respuesta alguna.
En el caso citado, la familia inquilina efectivamente recibió el bono. Sin embargo, el
problema que se suscitó fue por la falta de información u orientación acerca de cómo
debía invertirse el bono, problema que debió haber sido previsto por las autoridades
competentes. Asimismo, problema adicional y sumamente importante fue el tema de
quién debía recibir el bono. Se hablaba de la “persona afectada”, pero no se definió quién
era esta persona. Ello trajo como consecuencia que, por ejemplo, en el presente caso la
persona propietaria de la casa se quedara sin bono, ya que dicho bono ya había sido
otorgado a la familia inquilina8. Ello en razón de que el bono era otorgado por casa
afectada, sin tenerse en cuenta que en una misma casa podrían existir dos afectados: el
propietario cuya casa se vino abajo y el inquilino que perdió sus cosas.
Lo señalado nos lleva a entender que el mecanismo del bono no fue eficiente, ya que no
contó con un programa integral que apoyara a todos los damnificados, sino que al
contrario generó una serie de injusticias como las mencionadas líneas arriba.
En segundo lugar, tenemos al inquilino que perdió todo, pero que no recibió el bono. La
entrevistada señaló que ella y su familia vivieron en una casa alquilada por muchos años.
Sin embargo, cuando ocurrió el terremoto, ella y su familia no se encontraban en el lugar.
Debido a dicha situación, recién al regresar a Pisco-playa solicitaron el bono, pero el
trámite fue demasiado engorroso lo que generó que la familia desistiera a su pretensión
de recibir el mismo. No obstante, la entrevistada señaló que debió recibir el bono, ya que
también fue una de las personas afectadas con el terremoto, pero no lo hizo porque existe
corrupción en el estado.
En tercer lugar, tenemos a la persona que sí fue beneficiada por el programa del bono
6,000. La entrevistada es una señora que sí era propietaria del lugar y, se encontraba
durante el terremoto. Ella cuenta que si fue beneficiada con el bono, pero que tuvieron
que demoler su casa para construirla otra vez. Además, señaló que si recibió el apoyo de
las autoridades del Estado, pero no del gobierno local.
8 En la actualidad, la familia entrevistada sigue viviendo en una casa alquilada.
13
Ella considera, en cambio, que el problema fue que muchas personas se aprovecharon de
la situación y alzaron los precios. Por último, manifestó que la reconstrucción no sólo
depende del Estado sino también de las personas afectadas.
De todo lo anterior, podemos concluir que la falta de un mecanismo serio y una estrategia
integral en la reconstrucción de Pisco-playa ha generado que cada persona perciba de
forma diferente el apoyo del Estado y que se haya dado una reconstrucción de forma
diferenciada, que generó que los beneficiados tengan una visión diferente a aquellos que
no recibieron apoyo alguno para la reconstrucción de sus viviendas.
Sin embargo, también creemos que la reconstrucción de las zonas afectadas por el
terremoto no sólo depende del Estado, sino también de la participación de los pobladores
de la localidad. Lamentablemente, después del terremoto, no se pudo generar un trabajo
en conjunto para el mejoramiento de la zona. Y, como consecuencia de ello, tenemos
que, por ejemplo, a la fecha el puente del muelle (importante para la pesca) no se ha
reconstruido y que, en su mayoría, las empresas (karaokes y residencias) pertenecen a
personas que no son de la zona o no viven de forma permanente en el lugar.
14
A 5 AÑOS DEL TERREMOTO QUE DEVASTÓ PISCO
Ángela Sequeiros Bocángel
A cinco años del terremoto que devastó la ciudad de Pisco en Ica, los lugareños aun
siguen viviendo las consecuencias del desastre como si hubiera ocurrido ayer. Casas en
ruinas, zonas con materiales de obra y obras paralizadas, edificaciones rajadas; todas
presentan un serio peligro de derrumbe inminente. Esta apariencia tan cotidiana para las
personas que viven ahí, sorprenden a cualquier visitante, pues se trata de una ciudad
histórica consolidada que convive con las huellas de una aún ciudad devastada.
Existen hechos positivos como el apoyo efectivo por parte de las autoridades en la
reconstrucción de algunas-muy pocas en realidad- casas a través del denominado bono
de S/ 6,000.00 que prometió el gobierno de Alan García, el entonces Presidente de la
Republica. Pero la percepción general es de una falta notable de apoyo por parte de las
autoridades, sobre todo las municipales. Los testimonios de las personas advierten que
existe una desconfianza hacia la municipalidad, y una opinión negativa acerca de cómo
manejaron las cosas en los días posteriores al terremoto. Muchos de estos pobladores
culpan a sus autoridades por corrupción y malos manejos de los fondos de ayuda que
iban hacia los lugares más dañados como son la zona de Pisco-Playa o El Molino. Ellos
veían llegar ayuda, sobre todo económica, pero no a favor de ellos. Se encontraron
finalmente con la dura realidad de que nadie los iba a ayudar y las personas debían salir
de la situación en la que estaban por sí mismas.
Asimismo, se agrava la situación al expresar que se sentía más la presencia de ayuda
internacional que del mismo Estado. Con esto, no solo se daba la desconfianza sino la
decepción respecto a la ayuda obligatoria que debía llegar de nuestros gobernantes.
En la zona denominada Pisco Playa (conformada por casas al costado del mar) existe
también una situación de conflicto con sus autoridades municipales. Es que las personas
que residen en esa área de Pisco tienen prohibido por la municipalidad construir sus
casas teniendo como justificación que se trata de una “Zona Roja” por ser muy inestable
para la construcción. Sin embargo, los propios vecinos constatan que los sectores donde
las personas han decidido abandonar su terreno y están desocupados, se han vendido
para la construcción de malecones, hoteles o jardines, lo cual causa malestar pues esto
agrava la imagen negativa que tienen de los representantes del Estado. Ellos se
15
encuentran ansiosos por construir de nuevo sus casas, pero no se les permite. Sí se
permite en cambio la construcción a personas ajenas, viéndose el beneficio económico
que buscan las autoridades en lugar del beneficio social y emocional que necesitan los
vecinos de Pisco.
En general, las personas están claramente insatisfechas, solo buscaban sentir la
presencia del Estado en algún momento para que los ayuden a poder seguir adelante,
reconstruyendo sus casas y con ello su vida de una manera adecuada. Como la espera
se ha prolongado excesivamente, las personas ya dejaron de creer que la tan prometida
ayuda algún día llegará. Ahora es deber de las autoridades tomar acciones y ayudar a la
recuperación urbana, comprendiendo que ésta ayuda no debe ser de difícil acceso o
consecución. Es que a pesar de que tome un tiempo el lograrlo, este será muy bien
invertido no solo porque mejorara la relación de ciudadano-autoridad sino que traerá lo
que se buscaba por fin, la renovación de la ciudad.
16
A 5 AÑOS DEL TERREMOTO EN PISCO
Angela Martínez León y Susan Gamarra Blondet
El señor Serapio, domiciliado en Pisco Playa, muestra una media sonrisa cuando le
preguntamos sobre una posible reubicación de su vivienda y su familia. “No – nos dice- yo
no me muevo de acá. Lo que ofrecían era muy chico, en El Molino, y tendría que volver a
construir de nuevo. Si hay terremoto y se sale el mar, aquí nos quedaremos, pues”.
La vivienda de Serapio, si bien resultó afectada por el terremoto que desoló el sur chico el
15 de agosto del 2007, no se destruyó por completo, como fue el caso de la mayoría de
casas que se sitúan frente a la suya. Como se sabe, luego de un desastre natural de tan
grandes proporciones, las consecuencias son devastadoras, no solo en factor humano,
sino también en lo económico y social. Esto se ve agravado, en el caso de los pobladores
de Pisco Playa, por el hecho de que viven en una zona considerada de alto riesgo en
caso de sismo y eventual tsunami. De eso son conscientes la Municipalidad, el Gobierno
Regional, el Gobierno central y hasta los mismos pobladores. Pero, ¿qué acciones se han
tomado con respecto a este tema?
Una de las medidas que se vienen promoviendo es la reubicación de las familias que
viven en dicha zona a otras más seguras, como el distrito de Túpac Amaru. Sin embargo,
tal como nos refiere el propio señor Serapio, muy pocas familias han accedido a esta
propuesta: la mayoría de la población prefiere quedarse, pese al gran riesgo que saben
que corren, muchas veces porque los lotes o terrenos ofrecidos no son proporcionales
(económicamente, o en tamaño) a la propiedad con la que cuentan en Pisco Playa, o
porque no tienen certeza sobre las condiciones en las que vivirán, sin contar el lazo
afectivo que les une al lugar donde han residido, algunos, por décadas. Si bien existe un
esfuerzo de las autoridades para concientizar a las familias sobre este hecho y aceptar la
propuesta de ser reubicarlos, no es una decisión fácil de tomar. Ante esta situación, y la
probable negativa futura de los residentes de Pisco Playa a ser reubicados, ¿qué medidas
se están implementando para minimizar los riegos a los que son vulnerables?
Los gobiernos regionales, junto con las municipalidades provinciales y distritales, tienen la
obligación de implementar acciones con respecto a la prevención de desastres naturales.
En ese sentido, la reubicación, si bien es eficaz, no es la única medida que debe de ser
tomada, en especial en los casos como este, en el que la población decide quedarse. La
17
habilitación de zonas de concentración cuando se produce un sismo, la capacitación de
las personas, el empadronamiento y organización, la señalización, los simulacros, la
información general y sobre todo los materiales con los que se construya las viviendas
etc. son acciones que se deberían estar implementando, conjuntamente con los
pobladores del lugar, para minimizar los riesgos a los que están expuestos.
No obstante ello, la población no está preparada. No hay señalizaciones en ningún lado,
no existe la información debida. No hay organización. Estas cuestiones, importantes sin
duda, no son prioridad de las personas que habitan en Pisco Playa. Cuando la mayor
preocupación de una persona es reconstruir su casa o protegerse del frío, no se piensa en
lo que pueda suceder después. Se piensa solo en el ahora. Las autoridades, son, pues,
las llamadas a dar el primer paso.
18
La ceguera, en Pisco
Giuliana Romero Sipán
El viaje a Pisco, fue en sí toda una experiencia a pocas horas de Lima. Dicho viaje nos
permitió apreciar no solo los paisajes durante el recorrido sino la situación actual de la
ciudad a poco más de cinco años del terremoto. Pudimos ver parte de la zona periférica
(San Clemente) y de la misma ciudad (Centro de Pisco y Pisco Playa), siendo el
panorama de desastre y reconstrucción el tema central.
La historia que desarrollaremos a continuación, es sobre un poblador de Pisco Playa que
amablemente nos contó su situación en el desastre: el señor Cerapio. El señor Cerapio
posee una pequeña bodega muy cerca al malecón, en la calle Grau, la cual es parte de
una casa de dos pisos, también de su propiedad. Cabe acotar, que él no es pisqueño,
siendo oriundo de Cuzco; sin embargo, lleva viviendo en Pisco 60 años.
Este relato no es probablemente el más triste o trágico que encontremos en Pisco, lo cual
lamentablemente es lo mayoritario en la población, sino más bien es una historia de
superación y, por qué no, hasta de suerte. El señor Cerapio se encontraba trabajando en
Paracas cuando sucedió el terremoto, preocupado por su menor hijo y su esposa, regresó
en los medios que pudo y aún así llego al promediar las siete de la noche a su vivienda.
No encontró hasta un rato después a sus familiares, los cuales ante el temor de que el
mar viniera hacia sus viviendas trataron de alejarse hacia una zona alta. Se comunicó
con sus otros hijos mayores, los cuales no habían sufrido ni pérdidas en sus viviendas, ni
lo más importante, pérdidas humanas.
Como él nos cuenta, hace poco había construido su casa con cemento, y es por eso que
cree que esta no se vino abajo, tan solo al lado de su vivienda vemos una estera que
cubre escombros de lo que fue una casa. Al frente la situación es parecida: viviendas de
material prefabricado que aún no cuentan con el servicio de agua y desagüe. El
panorama en el resto de Pisco Playa era igualmente desolador: viviendas totalmente
destruidas (sobre todo las construcciones antiguas), el malecón totalmente en pedazos.
El señor Cerapio decidió por precaución (ante los anuncios de la salida del mar) enviar a
su esposa e hijo menor a la casa de sus otros familiares en el centro de Pisco, él se
quedo a cuidar “lo que era suyo”. Y este punto es quizás el más importante de nuestro
análisis: la situación de la propiedad privada en el desastre.
19
Recorriendo Pisco Playa, habíamos visto ya varios carteles que señalaban la extensión de
la propiedad, el nombre del propietario y la partida registral del predio. También notamos
la presencia de numerosos perros, aproximadamente uno por casa. El señor Cerapio nos
ayudó a entender esta situación en dos momentos: durante el desastre y después del
desastre.
Durante el desastre, las implicancias y daños del mismo terremoto y las constantes
réplicas, crearon un ambiente de completa desesperación y desorden. Esto, sumado a la
falta de presencia de autoridades del orden, generó un escenario de delincuencia y
autotutela. La delincuencia llegó a tal punto, que el mismo día venían grupos de otros
lugares a saquear las casas que estuvieran abandonadas (recordemos que la gente había
huido ante la alerta de tsunami). En la televisión los reportes periodísticos nos señalan
que a veces no sólo eran estos grupos, sino la misma población que actuaba
desesperadamente al no ver llegar la ayuda al pasar de los días.
Es por esto que el señor Cerapio decide quedarse, habiendo más peligro de que se lleven
sus cosas (las cuales estaban sin mayor daño) o los artículos de su bodega, los cuales
representaban una necesidad para todos. Esta fue la situación de muchas familias en
Pisco Playa, las que decidieron quedarse y proteger lo que aún era suyo. Asimismo,
existió una gran cantidad también que se desplazó al Centro de Pisco y luego fue
reubicada en la zona de San Clemente, La Villa o el Molino (en su mayoría invasiones a
las que el Gobierno regularizó con títulos). Esto no limitó a los pobladores a ayudarse
entre sí, a remover escombros, a velar a los muertos y, según nos cuenta el señor
Cerapio, en su caso, abastecer de agua a quién lo necesitase (ya que era una de las
pocas casas con los servicios básicos sin daño alguno). Como nos comentó, la ayuda en
esa zona, una de las más afectadas, se demoró bastante y fue mínima. Para tener una
idea de lo que llegó a Pisco Playa, el señor Cerapio nos comentó que el tuvo que salir
hasta el Centro para que tan solo le den seis bidones de agua, y eso fue todo lo que
recibió.
En relación a lo que pasó después del desastre, ya conocemos el proclamado “Bono
6000” otorgado por el Gobierno a pocos días del desastre. El señor Cerapio nos comentó
que, pasado un tiempo, se acercó personal de la Municipalidad a hacer revisiones de las
viviendas y a otorgar estos bonos luego que se cumpliera con una serie de requisitos. Al
señor Cerapio, así como a la mayoría de gente de Pisco Playa, les recomendaron y luego
notificaron que tenían que salir de sus viviendas y ser reubicados en otro lugar, al ser
20
considerado el lugar donde se encontraban “Zona Roja”. Algunos, como se señaló, se
reubicaron y recibieron el bono señalado; otros, como el señor Cerapio, decidieron
quedarse y hacer caso omiso a las advertencias de la Municipalidad.
Nos explica el señor Cerapio que la negativa se debe a que los reubicarían en una zona
alejada, con una extensión menor a la de su casa y sólo con cierta parte de la misma
construida; lo cual no reemplazaba en ninguna manera la propiedad que tenían. Se
enteraron, por parte de la representante de la Cruz Roja Peruana en Pisco, que había
especulación de un mega proyecto de hoteles en Pisco Playa y que esta fue la principal
razón por la que los pobladores no querían abandonar sus viviendas. El señor Cerapio ni
siquiera sabía de que existía el citado proyecto. Él nos comentó que el no irse respondía a
una motivación más básica: no había seguridad que el Estado les diera lo señalado
(siendo que hasta ahora no puede cobrar el mencionado Bono) y que aun fuera así, esto
no cubriría todo lo que perdieron.
Este terremoto nos enseñó lo poco que estamos preparados para un desastre de esta
naturaleza, la falta de organización del Estado en el mismo tema, la falta de previsión ante
las pérdidas de propiedad privada, la autotutela a la que se llega en los casos de falta de
presencia del Estado y por último, al nivel de corrupción que se puede generar, incluso en
estas circunstancias.
Siendo que el Estado no interviene, los privados se vuelven controladores y
reivindicadores no solo de su seguridad, sino también de su propiedad, utilizando medios
como carteles, cuidadores y hasta perros.
La situación en el desastre fue tal que nos hace recordar a algunos capítulos de la obra
de José Saramago, donde reina la autotutela y el dominio del más fuerte. Pero quizás la
verdadera ceguera se encontraba en las autoridades (locales, centrales y regionales) que
viendo la situación de necesidad, no brindaron mayor organización ni apoyo siendo que
tenían los recursos para hacerlo. Una historia de ciencia ficción que los pisqueños siguen
viviendo.
21
Reporte – Viaje a Pisco
Karina Vilcapoma Torres y Vanessa Ayala Jáhuar
ANTECEDENTES:
El 15 de agosto de 2007 se dio un terremoto en la ciudad de Pisco, con una duración
aproximadamente de 2 minutos y 55 segundos, siendo uno de los terremotos más fuertes
ocurridos en el Perú en los últimos años.
Las zonas más afectadas fueron las provincias de Pisco, Ica, Chincha, Cañete, Yauyos,
Huaytará y Castrovirreyna. Asimismo, la magnitud del terremoto causó grandes daños en
infraestructura de servicios básicos para la población, tales como agua y saneamiento y
telecomunicaciones.
VIAJE A PISCO:
El domingo 14 de octubre de 2012, viajamos con un grupo de alumnos de la universidad a
la ciudad de Pisco, con la finalidad de constatar los daños producto del terremoto y la
efectividad y concretización de las acciones realizadas por parte del Estado, a fin de no
sólo rehabilitar y reformar las construcciones, sino además lograr medidas de prevención.
A partir del viaje realizado, hemos podido constatar los siguientes hechos y arribar las
siguientes conclusiones:
Dentro de la misma ciudad de Pisco (Centro), hemos podido apreciar que los daños
ocasionados por el terremoto no sólo tuvieron una relación directa con la naturaleza o tipo
de construcciones, su antigüedad y su ubicación en terrenos de alto riesgo, ya que
encontramos estructuras nuevas que también habían sufrieron serios daños y otras que
se habían destruido totalmente. Asimismo, verificamos que aún gran parte de la
infraestructura pública como privada se encuentra pendiente de ser reparada, como el
local municipal de la ciudad.
22
Luego, de constatar la situación actual de la ciudad de Pisco (Centro), nos dirigimos
rumbo a Pisco Playa, una de las zonas más afectadas del terremoto y lo más importante.
Esta es una de las zonas que, a la fecha, no ha sido restaurada y ha recibido poca o nada
de ayuda por parte de las autoridades. Justamente, fue por ello, que decidimos visitar
aquella zona.
Una vez arribada a la zona, decidimos primero caminar en los alrededores a fin de poder
conocer y tener una idea más amplia de los rezagos del terremoto en dicha ciudad. En
tales circunstancias, pudimos apreciar que el muelle se encontraba parcialmente
destruido, las viviendas eran prefabricadas, las pistas aún no se encontraban en óptimas
condiciones y casas que se encontraban cerca al mar que estaban totalmente destruidas
y por ende deshabitadas.
Posteriormente, decidimos comenzar nuestra entrevista con las personas del lugar.
Comenzamos entrevistando a una señora, dueña de una pequeña tienda a la entrada
Pisco Playa, a la cual llamaremos “Delia”.
La primera pregunta que le hicimos fue la siguiente: ¿Pisco Playa se ha reconstruido
luego del terremoto del año 2007 o cómo lo ve usted? A ello, la señora Delia nos comentó
que Pisco Playa ha sido olvidada por todas las autoridades, incluso por el Presidente, las
personas sólo llegan para conocer la situación del lugar, pero nadie hace nada. Incluso a
la fecha muchas casas no cuentan con desagüe o agua, como es el caso de ella.
Luego le preguntamos si consideraba que había habido corrupción ante la reconstrucción
de Pisco, a lo cual ella nos respondió que había escuchado que llegaría ayuda para todos,
pero nunca les llegó a ellos. Las personas han reconstruido sus casas por cuenta propia y
lo único que les han dado es una muro de concreto a cada familia. Cada uno construyó
con lo que podía. Además, ella nos comentó que reclamaron muchas veces al alcalde que
hiciera algo por ellos, pero nunca hicieron nada. Siempre les decía que ya iban a realizar
los trabajos, pero nada. Ella cree que el alcalde debe haberse beneficiado del dinero que
venía del Presidente (como ella llamaba al “Estado Central”), por eso no confían en ellos y
prefieren trabajar ellos mismos por mejorar sus casas y Pisco Playa.
23
Lamentablemente, luego de finalizada esas dos preguntas, ya no pudimos continuar
debido a que la señora Delia se sintió un poco mal al recordar lo sucedido el día del
terremoto.
Siendo así, continuamos caminando a los alrededores para seguir apreciando las
estructuras y pudimos constatar efectivamente que las casas contaban solo con
estructura de concreto en la parte de la pared frontal.
A manera de opinión, podemos decir que se han suscitado dos hechos concretos tras el
sismo: (i) uno es resultado de la inacción estatal frente a la afectación de la infraestructura
pública y privada y (ii) otro tiene que ver con la identificación de tensiones en las
relaciones entre población y autoridades estatales, principalmente a nivel local, a través
de la etapa de reconstrucción, en el que redunda un escenario de desconfianza y
malestar general respecto a la solución brindada por el Estado y su indiferencia.
24
PISCO PLAYA A CINCO AÑOS DEL DESASTRE
Katherine Chávez y Karina Ulloa
¡Indignante! Es el primer calificativo que se nos viene a la mente luego de haber visitado
la ciudad y el puerto de Pisco tras cinco años de ocurrido el terrible terremoto que, en
agosto del 2007, destruyó la mayoría de las casas de la zona y dejó en los pisqueños la
amargura de conocer de cerca una realidad que cualquiera desearía no vivir.
Y es que parece que el desastre llegó a Pisco para quedarse, debido a que el tiempo
parece no transcurrir ni por la mente ni en la vida diaria de la gente que habita la parte
más cercana a la playa y que a menudo piensa y cree que el Terremoto fue ayer. Pero, y
cómo pensar lo contrario, si de sólo caminar por el puerto de Pisco siendo testigos de
construcciones derrumbadas, carreteras destruidas, módulos improvisados, nos damos
cuenta que no mucho se ha mejorada desde el desastre. El presente texto pretende dar
un “vistazo rápido” a la situación que viven los pobladores de Pisco Playa después de
transcurridos cinco años desde el terremoto. Centraremos este breve relato en la
inadecuada gestión gubernamental pero sobretodo en la dejadez de las autoridades más
cercanas a la población, las que supuestamente conocen de cerca los mayores
problemas que deben enfrentar las personas de Pisco Playa y quienes también
supuestamente deberían defender los intereses de aquella población que los eligió: las
autoridades ediles, como alcalde y regidores.
Lo que quedó de la plaza de Pisco Playa
De los relatos de los pobladores tenemos que en Pisco Playa hay muchos problemas pero
creemos que uno de gran relevancia social, política y jurídica es la mala gestión de las
25
autoridades municipales para la reconstrucción y desarrollo de esta zona afectada por el
desastre. Es que podríamos preguntarnos ¿Qué tan necesaria resulta una regulación
sobre el manejo de donaciones en casos de desastres? ¿Deberíamos regular algún
sistema de fiscalización de la gestión de estos fondos? ¿Es la municipalidad la mejor
legitimada para llevar a cabo esta labor o se debería crear una institución distinta, con
regulación propia, para encargarse de este tema? ¿Cómo regulando podemos evitar la
corrupción o mala gestión en un tema tan delicado como es el manejo de donaciones?
Para nadie es un secreto que inmediatamente después del terremoto hubo muchas
donaciones para los damnificados, ayuda tanto nacional como internacional, sabemos que
mucho dinero llego a Pisco, pero desconocemos cómo éste fue distribuido a sus
pobladores, pues controversia existe, y mucha, ya que para nadie resulta extraño haber
escuchado más de una denuncia hecha por diversos medios periodísticos en los que se
acusaba a las autoridades y otras instituciones públicas de quedarse con las donaciones.
En principio, sabemos existe una Ley Orgánica de Municipalidades en donde se establece
que la finalidad de los gobiernos locales, como son las Municipalidades, es representar al
vecindario, promover la adecuada prestación de servicios públicos locales y el desarrollo
integral, sostenible y armónico de su circunscripción.
Propaganda para la No revocatoria del Alcalde de Pisco
Y es también la Ley Orgánica de Municipalidades (en adelante LOM) la que establece una
serie de competencias y atribuciones de los gobiernos locales. Para ello basta revisar
algunos de los dispositivos contenidos en la mencionada norma como serían el artículo
20, que señala que “son atribuciones del alcalde: Defender y cautelar los derechos e
26
intereses de la municipalidad y los vecinos”. Cabría preguntarse qué derechos e intereses
de los vecinos damnificados de Pisco se han cautelado o defendido desde el terremoto.
Asimismo, habría que preguntarnos qué pasa con los funcionarios municipales, como los
regidores que, se supone, deben fiscalizar la gestión municipal.
Pero para tener mayor alcance respecto a las funciones que debe cumplir el municipio
tenemos que deberían “promover el desarrollo económico de su circunscripción territorial
y la actividad empresarial local, con criterio de justicia social”.
Además, dentro de las competencias de las municipalidades tenemos servicios básicos
como saneamiento ambiental, salubridad y salud; Tránsito, circulación y transporte
público; Educación, cultura, deporte y recreación; Programas sociales, defensa y
promoción de derechos ciudadanos; Seguridad ciudadana. De éstos, poco se ha logrado
proveer a la población afectada por el terremoto, incluso cuando ya han pasado 5 años
desde el siniestro.
Como podemos notar, las competencias y funciones de la municipalidad de Pisco
respecto al desarrollo, progreso y defensa del lugar y su población no pasan de ser líneas
plasmadas en la LOM que, en la realidad, se traducen en palabras al viento sin hechos
concretos que ayuden a la reconstrucción de Pisco y de la esperanza de su gente.
Inmuebles afectados por el terremoto continúan sin reconstruirse
Por lo visto, es necesaria una mejor regulación sobre el manejo de donaciones en caso de
desastres. La actual legislación es insuficiente. Además, quizá es conveniente un órgano
27
distinto para llevar a cabo esta tarea, con una regulación autónoma; y, por supuesto,
adicionalmente una institución que se ocupe de la fiscalización posterior. Entonces ¿Por
qué el Derecho? La respuesta sería que, más allá de que el Derecho debe ser acorde a la
realidad – social de los lugares en donde ha de aplicarse, sus normas son las que podrían
y, de hecho, nos deberían servir de herramienta para dar solución a tan graves
situaciones.
Finalizamos éste artículo haciendo un llamado a la reflexión. Pensemos cómo el Derecho
en el papel no necesariamente cumple con los fines para los cuales ha sido creado, y que
es necesaria una gestión adecuada, acorde a la realidad y necesidad de la gente para
poder brindar alternativas de solución a los problemas que aquejan a la población.
28
PISCO A 5 AÑOS DEL TERREMOTO: ¿RECONSTRUCIÓN?
Sally del Valle Ascarza
La primera vez que fui a Pisco fue con la clase de “derecho y desastre”, en el año 2009,
ya había pasado dos años. En esa oportunidad me sorprendió enormemente como había
quedado todo después de aquel desastre, y agradecí enormemente no haber sido
afectada por él.
En el año 2009, al llegar a Pisco aún se podía ver los rezagos de aquel desastre natural.
Recuerdo que al pasar por la plaza de armas, se podía ver a la iglesia principal, derruida,
y en general por donde pasábamos se podía ver escombros, casas y negocios
destruidos, etc.
Hoy, en el año 2012, a 5 años del terremoto y a 3 años de mi primera visita, puedo decir
que es lamentable la dejadez y falta de compromiso de los gobiernos. Desde el 2007 han
pasado dos gobiernos y aun no veo que exista realmente un cambio sustancial en el
proceso de reconstrucción. Es verdad, que ahora Pisco luce una nueva cara en el centro
de la ciudad, pero ello no es suficiente, pues las necesidades mas básicas del pueblo
Pisqueño no han sido cubiertas y con ello se están vulnerando ciertos derechos
fundamentales y las condiciones para una vida digna que debe garantizar el Estado.
Por otra parte, es sorprendente el ejemplo del gobierno chileno, que después del
terremoto del 2010, ha logrado un proceso de reconstrucción “óptimo”, pues para mayo
del 2010 más del 50 % de las escuelas en las zonas afectadas, ya habían iniciado clases,
y muchas de las actividades de construcción ya habían sido iniciadas, la remoción de
escombros estaba casi terminada, y los servicios públicos y la seguridad, constituían una
garantía para los afectados.
¿Sorprendente, verdad?, pero ¿por qué al Perú le está tomando más de 5 años, el
proceso de reconstrucción?. Me he atrevido a ensayar varias respuestas, ello basado en
las entrevistas que realice en esta última visita a la Ciudad de Pisco, a varias entrevistas
realizadas a ciudadanos chilenos de la zona del desastre y de la capital, y sobre la
información brindada en las páginas web del FORSUR (Perú) y el Plan de Reconstrucción
(Chile).
29
En primer lugar, veamos objetivamente el contexto socio-cultural de ambos países. El
terremoto en chile fue en febrero de 2010, en ese entonces era presidenta la Sra.
Bachelete, asociada a un gobierno de centro-izquierda, y en marzo de 2010 debía asumir
el mando el electo presidente Sr. Piñera, asociado a un gobierno de derecha, quien fue
finalmente el que se ocupó del proceso de reconstrucción. Mientras que en el Perú, en la
época del terremoto entre Agosto de 2007 y Julio de 2011 el presidente era el Sr. García,
líder del partido aprista, fue quien inició el proceso de reconstrucción, y lo continuó desde
Julio de 2011, el actual presidente, Sr. Humala.
En tal sentido, considero que la coyuntura política en ambos países ha sido relevante para
el proceso de reconstrucción, pues en el caso de Chile al recién asumir el mando el Sr.
Piñera, tomó dicho proceso de manera prioritaria frente a otras necesidades del país. Por
otro lado, el Estado Chileno se encontraba en falta con sus compatriotas, pues muchas de
las muertes se pudieron evitar si la alerta de Tsunami se hubiese dado oportunamente,
pero en aquella oportunidad la presidenta Bachelet minimizo el hecho, lo que finalmente
desencadenó la tragedia.
En el caso Peruano, fue el presidente García, quien ya tenía un año de Gobierno, el
encargado de llevar a cabo el proceso de reconstrucción, que en mi opinión la lentitud del
mismo se debió a:
1. Falta de capacidad de gestión, es decir que el gobierno posee los recursos pero no
existen mecanismos idóneos para disponer de ellos o el nivel de burocracia para disponer
de ellos, hace que éstos no se asignen eficientemente.
2. No fue prioridad política del gobierno de García.
3. La Corrupción, es decir, en un sistema de autoridad pública privatizado en lo macro las
prioridades las ponen los grupos de poder más fuertes; y en lo micro, el sistema funciona
si tienes contactos, si pagas, etc. (nivel de corrupción individual).
4.La negativa de la población de ser reubicada de las zonas identificadas como “zonas
rojas”, en las cuales no es posible construir por la mala calidad del suelo.
5. Poco acceso al crédito, debido a que muchos de los afectados no pueden acreditar
ingresos suficientes, o en su defecto, no cuentan con un título de propiedad que los avale
para poder dar en garantía su terreno.
30
Por otro lado, es necesario mencionar que las razones culturales también influenciaron
en la demora del proceso de reconstrucción:
1. El arraigo al lugar donde crecieron.
2. Incertidumbre sobre el lugar de reubicación.
3. Diferencia generacional, los padres no quieren moverse del lugar y los hijos tratan de
convencerlos.
4. Falta de credibilidad hacia las autoridades.
En conclusión, la reconstrucción en el Perú constituye un proceso más complejo, a nivel
social y jurídico, pues el mismo Estado no quiere invertir en reconstruir en los lugares
denominados “zonas rojas” y los habitantes de éstas se niegan a ser reubicados. En esa
misma línea, se encuentra la dejadez del gobierno del presidente García, que creyó
zanjado el problema al crear el FORSUR, organismo que no ha sido eficiente en la
gestión de los recursos asignados. Sumado a ello, se encuentra el factor corrupción,
hecho que aumentó significativamente durante el Periodo aprista.
31
Viaje a Pisco: Balance de Informes
Adriana Díaz Rosas y Fiorella García Carthy
El día 14 de octubre de 2012, un grupo de estudiantes del curso Seminario de Teoría
General del Derecho de la Facultad de Derecho de la PUCP, junto con el profesor Antonio
Peña Jumpa, viajaron a la ciudad de Pisco con la finalidad de realizar trabajo de campo
que permitiera obtener información y constatar la situación en la que se encuentra la
población afectada por el terremoto del año 2007, cinco años después.
A través de los seis testimonios e informes presentados luego del viaje, es posible
corroborar una realidad indignante, ya que pasados cinco años de la tragedia que enlutara
a esta ciudad y al país entero, la situación de los habitantes de las localidades de Pisco
Playa y El Molino, es prácticamente la misma.
En el informe de Keyla Carcausto, relata uno de los pobladores que la misma semana de
sucedido los hechos, la ayuda en la zona se demoró bastante y que a fin de obtener algo
de ayuda las personas tuvieron que dirigirse hasta el Centro para obtener bidones de
agua, siendo el único beneficio recibido. Asimismo, como denominador común en todos
los informes, encontramos reacciones y testimonios relacionados al denominado “Bono
6000”. En el informe de Nelly Shisco y Pamela Quintero se detectaron tres situaciones
ocasionadas por las diversas irregularidades en la entrega de dicho bono: en primer lugar,
la persona no propietaria, es decir la inquilina, quien gestionó y obtuvo el bono, fue
estafada por la falta de información u orientación acerca de cómo debía invertirse el bono;
en segundo lugar, tenemos al inquilino que perdió todo, pero que no recibió el bono, ya
que cuando ocurrió el terremoto, este y su familia no se encontraban en el lugar; en tercer
lugar, tenemos a la persona que sí fue beneficiada por el programa mediante el cual se
otorgaron bonos a los damnificados, quien sí recibió el apoyo de las autoridades del
Estado, pero no del Gobierno Local. Por otro lado, no existió claridad en la definición del
término “Persona Afectada”, con lo cual muchos inquilinos y propietarios quedaron sin la
posibilidad de cobrar el bono otorgado por el Gobierno.
En el informe de Ángela Sequeiros, se resalta que los testimonios de las personas
advierten que existe una desconfianza hacia la Municipalidad, y una opinión negativa
32
acerca de cómo manejaron la cosas en los días posteriores al terremoto, pues muchos de
ellos culpan a estas autoridades por corrupción y malos manejos de los fondos de ayuda
que iban hacia los lugares más dañados como son la zona de Pisco Playa o El Molino. Es
evidente que la corrupción y la burocracia, así como la falta de interés y seguimiento a la
reconstrucción han retrasado este proceso y han contribuido a que la realidad en Pisco
siga siendo la misma, habiendo pasado 5 años desde el desastre.
Una de las medidas tomadas por las autoridades, tal y como indica el informe de Ángela
Martínez y Susan Gamarra, fue la reubicación de las familias que viven en dicha zona a
otras más seguras, como el distrito de Tupac Amaru. El problema con esta medida es que
muy pocas familias han accedido a esta propuesta, pues la mayoría prefiere quedarse,
pese al gran riesgo que saben que corren, porque los lotes o terrenos ofrecidos no son a
la propiedad con la que cuentan en Pisco Playa, o porque no tienen certeza sobre las
condiciones en las que vivirán, sin contar el lazo afectivo que les une al lugar donde han
residido, algunos, por décadas. Tampoco ha existido, como señalan los informes, una
adecuada participación de la población misma, quienes no fueron organizados ni
capacitados, lo cual habría ayudado en gran parte las tareas de reconstrucción.
De acuerdo a lo desarrollado en estos informes, podemos concluir que las labores de
reconstrucción están llenas de deficiencias, no ha existido una tarea continuada por parte
del Estado, cuyas autoridades parecen haber comprendido erróneamente su obligación
con las demandas de miles de damnificados a fin de garantizar el derecho humano a la
vivienda adecuada. Esta obligación va más allá de otorgar dinero sin una organización o
una metodología adecuada, pues los pobladores de Pisco tienen derecho a tener no sólo
a tener un techo, sino a vivir en seguridad, paz y dignidad.
33
2
TESTIMONIOS DESDE LA PERSPECTIVA DE ESTUDIANTES DEL CURSO DE SOCIOLOGÍA DEL
DERECHO
34
Entre Legitimidad y Legitimación: Las fuentes de reorganización de los pobladores de Pisco Playa luego del terremoto del 2007.
María del Carmen Jave Luján y Andrea Canahualpa Contreras
“Aquí no hay autoridades”, señala nuestro amigo ecuatoriano César Vallejo Vizconde
quien nos contó su experiencia vivida desde el terremoto en Pisco el 15 de Agosto del
2007. Dicho comentario surgió a raíz de la lenta reconstrucción del Muelle San Andrés y
en la zona de Pisco Playa en general. Esto nos hizo reflexionar en como una sociedad
“sin autoridades” pudo reorganizarse luego del terrible desastre natural antes
mencionado. ¿Es verdad que no hubo presencia del Estado? ¿La violencia tomó las
calles? Ante esta situación: ¿surgió un poder con legitimidad o legitimación? A
continuación, trataremos de responder estas preguntas en base a los testimonios
recaudados en una visita realizada el 14 de Octubre del 2012 a la zona de Pisco Playa.
En primer lugar hay que definir los conceptos de legitimidad y legitimación. Según
Laporta, un sistema jurídico disfruta de legitimación cuando sus normas y principios son
generalmente cumplidos y aceptados por los destinatarios en función del mundo de
creencias compartido por ellos, mientras que la legitimidad hace referencia a un conjunto
de valores, procedimientos, exigencias y principios que tratan de operar como criterios de
justificación de normas, instituciones, acciones, etc.9 Partiendo de esta definición, lo que
encontramos en Pisco Playa posterior al terremoto es la confrontación entre la violencia
imperante y la legitimidad de las Fuerzas Armadas que tenían como principio rector dar
orden, paz y seguridad ante la situación de emergencia y a su vez poseían una cuota de
legitimación. De manera intermedia, luego de un periodo de tiempo relativamente corto,
surgen las primeras organizaciones vecinales para apoyarse en la distribución de víveres
y agua ayudados por la intervención de autoridades religiosas. A estas organizaciones se
les reconoce un poder de legitimación en sus acciones porque tienen el elemento de la
razonabilidad y están respaldados en la aceptación social de los vecinos de cada cuadra.
En contraste a ello no hay que olvidar que se encontró como una primera reacción de la
población la aplicación de la ley del más fuerte o del más vivo como medio de
supervivencia. Es decir, un estado de naturaleza donde no había legitimación de las
9 LAPORTA, Francisco. “Ética y Derecho en el pensamiento contemporáneo”. En Historia de la Ética. Barcelona, 2000, pp.283.
35
acciones de los pobladores que lentamente se trató de superar pero que hasta el día de
hoy aún quedan rezagos de ella reflejada en los altos índices de delincuencia por el
consumo de drogas y pandillaje.
Para corroborar lo expresado en el párrafo anterior, contamos con tres testimonios
reveladores. El primero, ya mencionado, es del ecuatoriano César Vallejo Vizconde a
quien entrevistamos junto a su pequeño hijo Rafael Vallejo del Campos cuando estaban
pescando en el Muelle. El señor nos comentó, con resignación: “La gente se puso más
violenta después del terremoto, vinieron más delincuencia y gente extraña”. De la misma
manera coincide el segundo testimonio, el periodista Félix Luis Huamán Siguas, morador
de la calle Miguel Grau quien quedara sepultado con su familia durante varias horas luego
del terremoto. Él nos narro que un amigo cercano logró rescatarlo con ayuda de un can y
que tuvo suerte porque “el terremoto puso peor a la gente y la mayoría pensaba en sí
misma”. Esto concuerda con el hecho de que la violencia fue lo que imperó en un primer
momento nulificando los poderes locales, es decir, quitándoles legitimación más no
legitimidad: “Muchas autoridades locales, como el alcalde de Pisco, fueron personalmente
afectadas y perdieron contacto con sus niveles operativos, mientras que sus oficinas y
estructuras institucionales colapsaron física y funcionalmente”10. Esto lo corroboramos
personalmente al observar el antiguo edificio del municipio que pese a ser considerado
como un monumento histórico, ha quedado inhabitado por su débil estructura.
Una mejor perspectiva de la fase organizativa de la población de Pisco Playa nos la
brinda la tercera entrevistada, la señora Consuelo Ferreyros quien habita en la calle
Manuel Pardo 325- Leticia. Ella comentó que en un primer momento, la gente se desplazó
hacia una zona denominada La Villa (Distrito Túpac Amaru) para protegerse de los
continuos temblores. La hermana de la testigo sufrió una embolia motivo por el cual
tuvieron que ser evacuadas a Lima pero ella regresó días después por los bienes que aún
tenía y proteger el terreno de su vivienda. Luego como ella indica: “Llegaría en el tercer y
cuarto día agua, víveres con los militares”. Con la llegada de los militares, los vecinos
comenzaron a organizarse para que los víveres fueran repartidos de manera equitativa.
Un ejemplo de ello se da en la distribución de carpas que menciona Consuelo: “Nos
10 ORGANIZACIÓN PANEMERICANA DE LA SALUD. Terremoto de Pisco-‐Pisco-‐ Perú: A dos años del sismo, crónica y lecciones aprendidas en el sector salud. Washington D.C: Organización Panamericana de la Salud, 2010, pp. 58. «http://www.scribd.com/doc/53121415/Cronica-‐Terremoto-‐en-‐Peru-‐9789275331248», visitado el 16 de octubre de 2012.
36
organizó el comandante por cuadra, y un delegado repartía para cada casa una carpa”.
“La gente trabajaba a una sola voz, nadie se peleo”, volvió a señalar en referencia a las
actividades de la organización vecinal para repartirse la ayuda. Paralelamente, se ve una
influencia positiva de las autoridades religiosas en dicha cuadra. Personalmente, la
entrevistada se encuentra agradecida por el apoyo brindado en su cuadra por el Padre
José. Aquí cabe recalcar que este tipo de influencia no se percibió en la Calle Miguel
Grau, donde vive Félix Huamán, a pesar de la proximidad que tiene con la calle Manuel
Pardo. Hecho que creemos que guarda relación con el aspecto de mayor peligrosidad en
la calle Miguel Grau; ya que, contemplamos una situación de violencia familiar entre un
padre y su hijo, y gente tomando desde tempranas horas.
En conclusión, la visita a Pisco sirvió para darnos cuenta cómo los pobladores se
adaptaron a la crisis surgida del terremoto y que existen diversas manifestaciones del
poder que a nuestro parecer se expresan a través de la violencia, las organizaciones
vecinales y los militares, sin excluir la presencia de entidades religiosas. Unas, como se
ha desarrollado, poseían tanto legitimidad como legitimación (los militares), otros solo
legitimación (las organizaciones vecinales) o legitimidad (autoridades locales
inmediatamente posterior al desastre) y finalmente las acciones que carecían de ambas
(la violencia). Los rezagos de la violencia de Pisco son innegables, las cifras sobre
delincuencia hablan por sí solas, mientras que la presencia militar desapareció a medida
que las autoridades locales (municipio, policía, etc.) recobraban su legitimación ante la
población Pisqueña. Creemos que es importante este proceso de recuperación de
legitimación de estas autoridades ya que es el respaldo fáctico que necesita el Derecho
para llegar a ser pleno y eficaz.
37
Viaje a Pisco 14 de Octubre 2012
Patricia Maraví Ricse y Abelardo Cavero Mendoza
El 15 de agosto del 2007, Pisco sufrió uno de los terremotos más devastadores de su
historia. Inmediatamente la ayuda nacional e internacional encauzaron su misión hacía los
damnificados. Sin embargo, a 5 años del desastre la reconstrucción completa de Pisco ha
avanzado muy poco.
Uno de los sectores donde menos se ha avanzado en la reconstrucción es la zona de
Pisco Playa. Antes de entrar en el análisis del problema trataremos algunos datos
preliminares. La zona de Pisco Playa ofrece un ejemplo singular pues se trata de una
zona de alto riesgo no solo por la zona sísmica donde se encuentra (hecho que comparte
con toda la ciudad de Pisco), sino también por su cercanía al mar lo que lo hace muy
vulnerable ante un eventual tsunami o maremoto.
En un primer momento, las autoridades intentaron trasladar a la población a una zona
donde pudieran encontrarse a mejor recaudo ante una eventual salida del mar. Sin
embargo, la mayoría de la población se negó a moverse de sus hogares por distintos
factores. En primer lugar, nos encontramos en una zona donde la mayoría de la población
son personas mayores, personas que han vivido toda su vida en la zona y que también
sobrevivieron al terremoto de 1974 cuyo apego a su tierra hacia difícil su movilización a
otra zona. En segundo lugar, el rumor de que se construiría en aquella zona un boulevard
comercial reforzó la idea en los pobladores de quedarse.
Nos enfrentamos a un grupo de personas que a pesar de negarse a movilizarse aun
tienen el derecho de recibir ayuda de parte del estado. Sin embargo, esta ayudado se ha
concretado de manera mediocre o en otras situaciones no se ha concretado. Una de las
razones por las que la población no recibe ayuda es por no cumplir con ciertos requisitos
para acceder a ella.
38
En una visita en el sector geográfico de nuestro interés tuvimos la oportunidad de hablar
con una vecina de la zona11 quien nos brindo información interesante sobre la
problemática señalada en el párrafo anterior.
Cuando se habló de la construcción de las casas, nuestra entrevistada indicó que el
Estado estaba dando un bono para las personas que quedaron damnificadas, en la
medida que estas hayan tenido un título de propiedad sobre sus casas ahora destruidas,
así como hacer un depósito de S/. 750.00 para poder entrar al sorteo del bono indicado.
Este resultó ser un tema interesante, puesto que se pudo apreciar que, al poner estos dos
requisitos para acceder al bono – título de propiedad y depósito de S/. 750.00 – se estaba
generando un obstáculo con respecto a quienes no tenían título, por el simple hecho de
que la construcción o reconstrucción de sus casas iba a ser por cuenta propia. La mayoría
de pobladores en Pisco playa (como en muchas otras ciudades) son solo poseedores de
su propiedad mas no propietarios de ella. Al no tener un certificado de propiedad no
podían acceder a la posibilidad de obtener el bono. Hablamos de posibilidad pues se nos
informo que se trata de un sorteo que se hace y que hasta la fecha en la cuadra donde
vive nuestra informante sólo tres familias habían recibido el bono.
Se podría decir en un inicio que la ayuda por parte del estado cae dentro de una acción
social racional de acuerdo a valores (solidaridad, ayuda, etc.). Sin embargo, observando
el obstáculo que sufren los pobladores al necesitar la concurrencia de requisitos –del cual
muchos no tienen uno de ellos- se puede deducir que podría ser una medida de presión
formulada para poder poner en marcha el proyecto de movilización; lo que convertiría la
“ayuda” del bono en una acción social de acuerdo a fines.12
Por otro lado, nuestra entrevistada indicó que el alcalde inició la obra de restructuración
del malecón recién en Diciembre del año pasado, puesto que existía la intención de los
pobladores de sacarlo del cargo por temas de corrupción y demás. Es decir, el alcalde
tomó ese inicio de obras como una medida populista, mas no social en estricto. La obra
que inició en Diciembre del 2011 sigue estando igual, no hay avances significativos.
11 La señorita Fernanda Tijero Balderrama (Pisco, 14 de Octubre de 2012) 12 Ver a Max Weber (1974): Economía y Sociedad; esbozo de sociología comprensiva. México: Fondo de Cultura Económica. 2 vols. Primera edición en alemán, en 1922.
39
Por lo tanto, podemos concluir que de parte de las autoridades se han hecho acciones
racionales de acuerdo a fines y no de acuerdo a valores, las cuales –creemos- son las
que deberían primar en situaciones como las que se vivió y se vive en Pisco.
Por otra parte, podríamos justificar la concurrencia de los requisitos –monto adelantado y
titulo de propiedad- a una necesidad de seguridad antes de entregar la ayuda. Sin
embargo, pudimos constatar que este afán de “seguridad” ha impedido que las personas
no tengan acceso a la ayuda necesaria para poder reconstruir sus viviendas, dejándolas
“por su cuenta” en la tarea de la reconstrucción.
Creemos que es posible establecer otros mecanismos para discernir quiénes deberían ser
titulares de ayuda estatal; mecanismos que tengan alcances mayores a los que
actualmente tienen. De modo que la “seguridad jurídica” –por decirlo de algún modo- no
vulnere a quienes debería ayudarse.
40
Pisco Dividido a los 5 años después del Terremoto
Zurisadai Gómez Ayquipa
Parece ser que el encanto de Pisco, de un Pisco histórico y también favorecido de una
playa que llegó a nombrársele como la Venecia peruana donde turistas de diferentes
lugares llegaban y admiraban tal belleza, parece haber terminado en los recuerdos del
ayer.
Al visitar Pisco después de 5 años del terremoto del año 2007 que sacudió no solo la
tierra, sino también a sus pobladores: ha marcado ahora más diferencias y divisiones
entre ellos.
Ahora ya no es tan solo verlo, sino también oírlo.
En el transcurso del tiempo la sociedad pisqueña ha ido estabilizándose de nuevo al
poder jurídico o estatal, dejando así el poder del más fuerte que sobrevivía cuando la
crisis de la ley en pleno desastre se encontraba en cero.
Sin embargo; ¿es esto del todo cierto o es que estamos ante una sociedad donde sigue
predominando ¨el mas fuerte¨?
Oigamos la voz de un habitante de la playa de Pisco. Vimos todos, por los medios de
comunicación, su casa, como la de tantos que se encontraban en la playa, todas
destruidas. Sin embargo, no sabemos que pasó después con ellos.
Al conocer al Señor José Guillén, pude no solo entender su situación sino que también al
mismo tiempo veía la de otros, frente a esta realidad.
El ha vivido en Pisco por unos 32 años, es jubilado y dedicado a la pesca para su
consumo actualmente.
Al preguntarle por las autoridades y su asistencia hacia la población, respondió que
aquellas nunca se manifestaron realmente. El alcalde no los fue a ver, y todos conocen la
clase de corrupción que hay en su gestión, pero nadie hace nada al respecto – manifestó.
Esta entrevista fue el 14 de octubre del 2012, y según los datos que investigué, Pisco
registró a más autoridades sometidas a proceso de revocación en lo que fue la
participación en la consulta popular de revocación 2012 de autoridades municipales en
41
30 de distritos y provincias de 20 regiones del país, llevado a cabo el 30 de setiembre (ver
www.elcomercio.com, visitado en Octubre 2012).
Lo que resulta extraño, es que a pesar del gran número de firmas (más de 17 mil firmas)
que se dio en Febrero para que se diera la revocatoria del alcalde de Pisco Sr. Jesús
Echegaray Nieto, y a pesar de haber estado en un proceso sancionador iniciado en el
Jurado Electoral Especial de Ica (JEEI) el 21 de setiembre (por incumplir la orden de
suspender la difusión de publicidad estatal que está prohibida durante el proceso de
consulta de revocatoria de autoridades, según la misma fuente, IBID), dicho alcalde no fue
revocado.
La ONPE, el 4 de octubre de 2012, confirmó que el alcalde Sr. Jesús Echegaray Nieto,
permanecería en el cargo para el periodo de gobierno 2011-2014 al haber alcanzado 45
mil 401 votos, equivalente al 61, 72 % de las preferencias (ver www.rpp.com, visitado el
18 de octubre de 2012). Estos datos reflejarían, entonces, una población dividida, es
decir, un Pisco dividido13.
Siguiendo la entrevista, el señor Guillén, decía que podría haberse escuchado que la
ayuda llegaba, pero que nunca pasaba de las manos de los responsables en
administrarla. Él piensa que las familias de los que gobiernan solo alcanzaban esa ayuda,
pero que a ellos no les llegaba. Pero que sí recibió personalmente la ayuda de gente que
era extraña a la autoridad; gente que venía por su propia cuenta de afuera de Pisco y que
solidariamente les proporcionaba alimentos, para sobrevivir. Él cuenta que fue él mismo,
quien tuvo que reconstruir su hogar, sin ayuda de las autoridades.
Un siguiente tema que preguntamos al señor Guillén fue la razón del por qué el muelle
estaba sin varias de sus tablas. ¿Acaso fue el terremoto? Nos dijo que no fue el
terremoto, sino que fue la misma gente de Pisco, que se robaba las tablas del muelle, y
que hasta la fecha se seguían llevando, y que a nadie le interesaba en venir a repararlo.
En vez de apoyarse entre unos y otros, cada quien buscaba lo suyo, manifestó.
13 Nota del editor: El proceso de revocatoria del Alcalde y regidores de Pisco fue alterado al conocer la población de actos de corrupción por parte de regidores opositores al Alcalde. Sumado a la efectividad del Alcalde en la realización de obras previas a las elecciones, pudo contrarrestar la revocatoria. La mayoría de regidores, incluidos los identificados en actos de corrupción, si fueron revocados.
42
Fue ahí, que me di cuenta que ya no solo era el descontento por un abandono de la
autoridad, sino también que entre los mismos pobladores, ante su indiferencia al
compañerismo y solidaridad, se abandonaban.
El señor José Guillén me decía que lo que le es necesario ahora es la reconstrucción del
muelle, para poder seguir pescando y viviendo, al igual que la reconstrucción de sus
viviendas. Pero que, sin embargo, les niegan tal ayuda, por el hecho de que están en
¨zona roja¨ y por lo que deberían retirarse. Es ilógico que pidan tal cosa- manifestó- ya
que parece ser una zona roja entre comillas, porque se quiere construir ahí una empresa
hotelera en aquella zona y todavía más cerca al mar que donde nosotros estamos.
Entonces, hay o no un aprovechamiento e intereses de por medio, ¿es peligroso para
nosotros pero no para ellos? señaló.
El Pisco de ahora a través del Señor José Guillén, es un Pisco dividido, donde se ve que
la autoridad no suple las carencias de estos pobladores, a pesar que ya han pasado 5
años. Hay un sentimiento de impotencia al saber que si van ante las autoridades, igual no
les harán caso. Provocando de esta manera que algunos pobladores en ese descontento
se fije más por cada quien y vele por uno mismo, cuidándose solo de uno, ya que nadie
se preocupa por ellos. Distanciándose cada vez más y desconfiando del otro.
La división solo pude mostrar, que no hay un adecuado funcionamiento de las autoridades
en Pisco. Por lo que sería necesario para que vuelva la confianza hacia estas y también
entre los mismos pisqueños. Es necesario que haya un cambio en la gestión de las
autoridades, que dejen de lado el papel del más fuerte y sus pobladores, de los más
débiles; y buscar lograr que en la sociedad de Pisco haya un poder jurídico que sí vele
por los derechos de sus pobladores y que les pueda brindar una mejor calidad de vida.
Recobrando así al Pisco perdido.
Solo me queda decir, que lo narrado no solo fue la voz del Señor Guillén, sino también la
voz de Pisco.
43
Tragedia en Pisco: Derechos aún pendientes
Wendy Loo Asencios y Sergio Ramirez Cárdenas
El 15 de Agosto del 2007, fue una fecha que marcó enormemente a nuestros hermanos
de la ciudad de Pisco, ubicada al sur de Lima. Un terremoto de 7.9 afectó severamente
esta ciudad. Este lamentable acontecimiento se llevó consigo una gran cantidad de
víctimas que se encontraban en un estado de vulnerabilidad por las escasas condiciones
de vida de este lugar. Se pudo evidenciar que este suceso natural tuvo un impacto
devastador, debido a la precariedad en la que se encontraban las viviendas y
edificaciones de aquel lugar, las cuales en su mayoría fueron construidas de adobe o
quincha y muy pocas de material noble. El fatídico terremoto develó un problema socio-
jurídico con respecto al derecho de propiedad y vivienda que tenía los pobladores
afectados y la reubicación por peligro de algún nuevo desastre. A pesar del tiempo
transcurrido, aún no existe una solución total y equitativa respecto a todos los ciudadanos
de Pisco. Este problema se debe, por un lado, al desconocimiento del derecho de
propiedad por parte de los pobladores y, por otro lado, a la falta de interés de la
Municipalidad de Pisco con respecto a la formalización y entrega de títulos de propiedad a
los pobladores que viven en el malecón. En los siguientes párrafos se expondrán dos
posturas sobre la percepción de los pobladores con respecto intervención del Estado en la
resolución de los problemas antes mencionados.
Por un lado, luego del terremoto hubo muchas construcciones afectadas que quedaron
destruidas completamente. Fue de esta forma que surgieron muchas incógnitas sobre
qué pasaría con todas estas familias, que finalmente se quedaron sin nada y en muchos
de los casos sin nadie ya que sus familiares habían fallecido producto de aquel desastre
natural. Todo esto, sumado a las escasas oportunidades económicas de los pobladores,
hacía desesperar las ansias de los pisqueños alrededor de una respuesta esperanzadora
por parte del Estado. Al respecto, una de las entrevistadas, a la cual llamaremos Julia,
comentaba:
“…muchos recibieron bonos de 750 soles, de los cuales se suponía
que uno tenía que sobrevivir…pero lo más injusto fue que uno se
podía ver beneficiado con la reconstrucción de su casa por medio
de un sorteo, es por eso que muchas personas aún viven en
44
condiciones inhumanas luego de 5 años…”.
Al respecto, podemos mencionar el Derecho a una vivienda digna, el cual como derecho
constitucional, debe ser respetado y analizado desde un primer orden. De esta forma,
según la percepción de muchos pobladores, este asunto no está siguiendo su curso como
debe de ser. Dentro de algunas de las irregularidades, podemos señalar al famoso “Muro
de la Vergüenza”, el cual consiste en pareces construidas como fachadas para una
mejora de la vista de la ciudad post-terremoto, pero que, en realidad, detrás de estas
paredes solo existen familias viviendo bajo casas precarias hechas de madera, plásticos,
cartón, esteras, entre otros, situación ante la cual el Estado hace caso omiso. Frente a
estos hechos, debe primar el Derecho a la Vivienda Digna estipulado en la Constitución
del Perú, por la cual todo Estado debe velar, ya que forma parte principal del goce de
otros derechos como el derecho a la vida digna, salud, entre otros. En otras palabras,
forma parte de los derechos del hombre y de la familia, por lo tanto debe haber una
efectiva y rápida actuación de las autoridades al respecto.
Por otro lado, en otras entrevistas realizadas a los pobladores que vivían a las orillas de la
playa nos dijeron que sí hubo apoyo del Estado en las reconstrucciones de las viviendas
afectadas, pero a esta ayuda solo podían aplicar las personas que certificaban ser los
dueños de dichas propiedades, es decir si tenían el título de propiedad. Es por ello que
muchas personas no pudieron acceder al programa de reconstrucción, ya que la gran
mayoría de ellos eran poseedores precarios (Artículo 911. CCP. “La posesión precaria
es la que se ejerce sin título alguno…”). Esto origino un sentimiento negativo alrededor del
Estado ya que se evidenciaba el poco interés de brindar ayuda y se justificaba en los
problemas jurídicos para desligarse de su responsabilidad.
Como una segunda alternativa, nos comentaron, que La Municipalidad implementó un
programa de reubicación. Esto debido a que la zona en la que se encontraban se
consideraba “zona de riesgo” dada la precariedad de las propiedades y el mismo terreno
en el que se encontraban (afirmaban que si se procedía a escarbar los suelos, se
encontraría agua, lo cual no es muy recomendable para la construcción de viviendas). El
problema fue que muchos de ellos no aceptaron, debido a que hubo una gran
especulación con respecto al arribo de inversionistas interesados en la transformación del
malecón en un gran balneario. Pudimos averiguar que esta especulación la realizó el
alcalde como una medida política para captar votos, ya que tenía intención de ser
45
reelegido. Hasta el momento dicha inversión no se produjo. Por otro lado, hubo habitantes
que preferían quedarse en la playa, debido a un sentimiento de permanencia por el hecho
de haber vivido tanto tiempo en aquel lugar. Este caso era más frecuente en las personas
de edad avanzada, los jóvenes eran más accesibles al cambio.
En suma, si existió apoyo por parte del Estado en la solución de los problemas que originó
el Terremoto del 2007 en la ciudad de Pisco, pero este no tuvo la eficacia que se
esperaba, ya que no se terminaron de resolver problemas como el derecho a la vivienda
digna y el derecho de propiedad de los pobladores. La Especulación utilizada por el
alcalde manifiesta la utilización del problema para buscar satisfacer las necesidades
propias (reelección de un cargo político), por encima del interés social que es el derecho a
una vivienda digna y al derecho de propiedad. De este modo, aún quedan grandes
necesidades por resolver que no pueden ser dejadas de lado por tratarse de derechos
fundamentales de toda persona.
46
Reporte sobre el reparto de los terrenos luego del terremoto en Pisco Playa
Sofía Belén Begazo Neyra y Zoila Margarita Romero Rojas
El día 14 de Octubre del 2012, un grupo de aproximadamente 30 personas de la Facultad
de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (ciclo 2012-2) partimos hacia
Pisco con el propósito de recabar información sobre lo ocurrido luego del terremoto del
2007 que azotó el lugar. Uno de los problemas socio jurídicos que se logró detectar es el
conflicto entre los pobladores por el reparto de los terrenos luego de ocurrido el terremoto.
A continuación, se explicará tal problema.
El día 15 de Agosto del 2007 hubo un terremoto en la ciudad de Pisco, el cual se inicio a
las 6:40 pm. Muchas viviendas quedaron totalmente destruidas, ante ello, algunos
pobladores no dejaron sus terrenos; por el contrario, cuidaban algunas cosas que
rescataron y su propiedad predial. Sin embargo, por las piedras mezcladas entre una y
otra propiedad, los pobladores no estaban seguros de cuántos metros de tierra le
correspondía a cada uno. Las autoridades no resolvieron el problema rápidamente, los
pobladores vigilaban sus terrenos, ya que aumentó la delincuencia. Luego de unos días,
llegó COFOPRI (Organismo de Formalización de la Propiedad Informal) para solucionar el
conflicto del reparto de terrenos. Este Organismo se encargaba de medir la propiedad y
entregarla al antiguo propietario para que formalizara la propiedad en Registros Públicos
si es que aún no estaba formalizada. Este Organismo ayudó a muchas familias a
solucionar sus conflictos prediales. No obstante, algunos pobladores no estaban de
acuerdo con el reparto; es así que los representantes de COFOPRI les indicaron que
podían irse a la vía jurisdiccional para encontrar un solución. No muchos pobladores
tomaron tal vía, ya que el proceso sería largo y denso. Por ende, prefirieron conciliar entre
vecinos.
Ante una situación de desastre, el Derecho formal queda suspendido y los hombres se
ven en la necesidad de solucionar sus conflictos en base a criterios irracionales o
meramente materiales. Dentro de lo irracional prima la ley del más fuerte, y el ambiente
gira en torno a la violencia. Luego, se pasa a lo racional mediante la adopción de ciertas
conductas que se orientan a imprimir legitimidad (una suerte de legalidad) a las
soluciones adoptadas (clases de sociología del Derecho, PUCP, 2012-2).
47
En el caso de Pisco, como vimos, luego de ocurrido el desastre, los pobladores entraron
en un ambiente límite, lleno de hostilidad, desesperación y violencia. Esa fue la primera
reacción, del todo irracional ante situaciones de emergencia. El hombre se deja llevar por
sus impulsos y pretende solucionar todo imponiendo la fuerza. La formalización de la
propiedad en Pisco no quedó excluida de este ambiente de violencia. El poder formal,
representando en este caso por una institución como COFOPRI, tuvo que intervenir. Sin
embargo, vieron truncada su empresa por la falta de consenso entre propietarios
colindantes. La entidad formalizadora optó por dejar en manos del Poder Judicial la
solución a sus problemas limítrofes.
Es en este momento que los hombres hacen uso de un derecho meramente material, se
basan en criterios de sentido común para llegar a un acuerdo y evitar la “pérdida de
tiempo” que implica un proceso judicial. Ello se debe principalmente a la mala imagen
institucional y la poca confianza que se tiene en el Poder Judicial. Entonces, frente a su
ineficiencia, los damnificados prefieren solucionar por sí solos los temas de propiedad y
linderos, antes que recurrir a una decisión heterónoma.
De ahí que podamos señalar algunas conclusiones de lo aprendido en nuestra visita en
Pisco. La primera es que la importancia de la propiedad aparece como una institución
indispensable en la sociedad de Pisco Playa. La segunda es que es también importante la
formalización: el miedo del propietario de verse más vulnerable si no tiene un título formal.
Por último, que luego de pasado unos días de sucedido el terremoto, se adoptan
soluciones materiales frente a procedimientos formales, prevalece el Derecho Racional
Material sobre el Racional Formal, dotándose de mayor legitimidad al consenso sobre lo
impuesto por la autoridad14.
Agrademos a César Vallejo Pisconte, Rafael Vallejo Pisconte (hijo de César Vallejo
Pisconte), Félix Luis Huamán Siguez y Consuelo Ferreyros por brindarnos información
vital para el desarrollo del presente trabajo; sin ellos este reporte no hubiera sido posible.
14 Aplicación de la teoría de Max Weber (1974: Economía y Sociedad. México: Fondo de Cultura Económica. Edición en alemán, de 1922)
48
(Imágenes de un edificio afectado de Pisco Pueblo, y de lo que quedó del malecón de
Pisco Playa, Octubre de 2012)
49
“La reconstrucción de la avenida Demetrio Miranda en Pisco:
Problemáticas y descuidos de una reconstrucción que a pesar de ser lenta, no es
llevada a cabo con los mínimos parámetros de seguridad” Richie Orlando Garaycott Ortiz
La ciudad de Pisco como es de conocimiento público no ha sido atendida de manera
adecuada por el gobierno y las diversas autoridades después del fatídico 15 de
agosto de 2007. En un primer momento se realizaron diversas promesas que como es
costumbre en nuestro país terminaron en el baúl de los recuerdos. Las distintas
autoridades han venido realizando ciertas obras, pero no de manera adecuada y pronta.
Hoy por hoy, con una simple visita a la ciudad de Pisco podemos apreciar que es una
ciudad traída a menos, que trata de resurgir pero a paso lento. Esto de por si es un hecho
ya criticable, sin embargo el presente artículo no pretende hacer un análisis de esta
situación, sino más bien de la forma en como estas pocas obras no son controladas de
manera eficaz. Hago referencia a una zona que en sus momentos deleitaba por su
belleza, me refiero al malecón de Pisco, exactamente la Avenida Demetrio Miranda.
Al hacer una simple visita a la ciudad de Pisco, uno puede acercarse al malecón y
apreciar que tiene un potencial para ser un centro turístico de gran envergadura. Goza de
una interacción de la naturaleza interesantísima, al coexistir una laguna a pocos metros
del mar.
Este preciso lugar podría ser un punto de partida para el resurgimiento de Pisco a través
del Turismo. Pero lamentablemente tenemos que destacar varias irregularidades.
Se viene realizando la construcción de un boulevard en esa zona, que pretende hacer que
la Avenida Demetrio Miranda, sea un recorrido obligatorio para cualquier visitante. Sin
embargo, la realización de estas obras están revestidas de irregularidades que pueden
significar un nuevo peligro para los pobladores de la zona.
Me explico. Todos los materiales son dejados en el camino sin ningún tipo de protección,
que puede ser perjudicial para los vecinos. Estamos hablando de una zona sísmica, en la
cual se dejan los materiales de construcción, que ante cualquier movimientos telúrico
puede ocasionar accidentes en los pobladores.
50
Es inaceptable que en una zona donde continuamente juegan los niños se dejen las
maquinarias sin ningún tipo de control. Los materiales a ser utilizados están en plena vía
pública sin ningún tipo de indicación que señale su peligrosidad.
La vía contiene a lo largo de su recorrido zanjas que seguramente serán usadas para el
cableado eléctrico o telefónico. De la misma forma estas zanjas no han sido señalizadas a
fin de que no pueda causar algún tipo de accidente. Muchos niños juegan en la zona, y
dentro de su propia inocencia pueden verse accidentados.
Como se señaló en un principio este artículo no pretende hacer mayor hincapié en que no
se realizan las obras necesarias, ni que no hay apoyo o algo similar. Pero si pretende
hacer un llamado de alerta a las autoridades debido a que las pocas obras que vienen
realizando se hagan de manera adecuada, revestidas de la seguridad necesaria para que
no tengamos que lamentar mayores víctimas en una zona conmocionada por la fuerza de
la naturaleza.
51
Un bono para calmar las aguas
Bélgica Absi Mejia
Hace unos días viaje a la zona más golpeada por el terremoto del año 2007, me refiero a
Pisco, exactamente Pisco Playa, lugar en donde tengo la mayor parte de familia materna.
Inicialmente no quería conversar del tema por temor a abrir una herida que aun no había
cerrado, pero el tema salió a flote al caminar por la zona y ver en lo que se convirtió Pisco
después del terremoto. Empecé a conversar con algunos lugareños amigos de la familia y
ellos me comentaron lo sucedido en el terremoto, me contaron lo mucho que padecieron,
los problemas con el reparto equitativo de las donaciones, etc, pero dejaron para el final
el tema del “bono” otorgado por el Estado. Una tarea difícil es tratar de hablar sobre el
terremoto del 2007 pues varios temas saltan a la luz.
Entre todo lo que comentamos esa mañana mencionaron al FORSUR. Inquietada por una
palabra nueva pregunté que era el FORSUR y me indicaron que era el FONDO DE
RECONSTRUCCION DEL SUR. Me comentaron que este fondo otorgado por el Estado
tenia la finalidad de la aprobación de proyectos, programas y actividades necesarios para
lograr la construcción, reconstrucción y rehabilitación de la infraestructura pública y de
viviendas afectadas, así como el monitoreo, seguimiento y evaluación de la ejecución de
los proyectos, programas y actividades financiados con cargo a los recursos del citado
Fondo. Sin embargo, lo que se hizo con la creación de este fondo fue la generación de
conflictos pues sobrevaluaron los montos para la reconstrucción y al final fue poco lo que
dicho fondo realizo. Mencionaron que fue la oportunidad perfecta para hacer un negocio a
costa del dolor de los afectados por el terremoto. Muchos de los que participaron en el
FORSUR y que cometieron delitos fueron identificados pero hasta el momento no existen
reportes sobre las sanciones en dichos casos.
Recuerdo haber visitado Pisco en múltiples ocasiones, y en esas tantas visitas constaté
que los servicios básicos no abastecían a toda la población. Por ejemplo el agua solo
llegaba a la población por horas en las que ellos debían de juntar en bateas o tinas, con la
finalidad de que puedan proveerse de agua durante las horas en las que no contaban con
ese servicio, pero ahora considero que la situación esta peor sobre todo para aquella
parte de la población a la que se le derrumbo su vivienda. Igual que los servicios básicos,
la salud pública también pasaba por problemas antes del terremoto y estos se agravaron
después del mismo. La infraestructura de la mayoría de los hospitales era antigua y fue
52
por ese motivo que, sumado a la intensidad del terremoto, fueron unas de las
construcciones más vulnerables. Era imprescindible que tengan como principal prioridad
la reposición de lo perdido durante el terremoto, principalmente en los hospitales, más las
autoridades iniciaron una serie trabas para llevar a cabo este cometido.
Por otro lado, muchas de las personas que perdieron sus viviendas tuvieron que vivir en
asentamientos temporales en las que las condiciones de vida no eran las mejores. Una de
las personas con las que conversaba, comentó que no se llegaba a la condición de
campamento, pues eran solo la unión de ropas que los protegía de frío y del fuerte sol del
sur de Perú. Además no tenían servicios o condiciones sanitarias con lo que esa
población desprotegida era un blanco fácil de enfermedades y epidemias. Después de
cinco años la situación no ha cambiado o no se ha revertido pues muchas de las familias
aun viven en condiciones precarias o han comprado casas prefabricadas o han sido
alojados en las viviendas de parientes o han migrado hacia otras zonas.
Sin darme cuenta toqué el tema del “Bono 6000”. Mediante este bono se trató inicialmente
de empadronar a todos los damnificados a fin de reconocerlos como tal. Se les ofreció un
bono de 6000 nuevos soles para que se inicie la construcción de las viviendas. Como
mencionan los lugareños, ese bono era un “engaña muchachos” pues con 6000 soles no
se puede construir, era solo una acción del Estado totalmente ineficiente que trataba de
calmar los reclamos de los afectados. Mucha gente aceptó el bono destinado para la
construcción de las viviendas destruidas, pero lo invirtieron o conllevaron a otros fines
diferentes a la construcción o a inicios de ésta. De pronto se acabó el dinero y
nuevamente empezaron los reclamos por parte de la población. Entonces, el bono se
convirtió en una medida totalmente ineficaz y poco pensada por parte del Estado. A esta
situación se suma que el Gobierno Central solo estaba pensando en una reconstrucción
física, pero no noto que la cantidad de desempleados había aumentado. Paseando por la
cuadra en la que vive la familia de mi madre, recordé de una pequeña tiendecita que
estaba al frente de un taller de carpintería. Grande fue mi sorpresa al ver que hasta el
momento no han podido recomponerse al desastre y que el Gobierno no ha tomado en
cuenta a toda esa población que perdió sus negocios ni al aumento del desempleo.
Se destruyeron hospitales, casas, escuelas, colegios, entre otros. En cuanto a estos
últimos, la pérdida o daños a las escuelas y los colegios produjo un grave efecto a la
educación impartida en la zona. Los niños no tenían en donde estudiar lo que ocasionó
que se pierdan horas de clase y que paulatinamente tuviesen que improvisar lugares en
53
donde se impartan clases, con la finalidad de que no se pierdan más días lectivos; hasta
el momento algunos colegios de la zona están en proceso de reconstrucción. Por otro
lado, muchos de los padres decidieron cambiar a sus hijos a colegios particulares con la
misma finalidad, de que no se pierdan más días de clase.
El terremoto del 2007 dejo en Pisco afectaciones a diversos derechos que hasta el
momento no han podido ser solucionados por el Gobierno Central y mucho menos por el
Gobierno Regional o local. Podemos constatar mediante este incidente la poca o casi nula
acción del Estado frente a la afectación relacionada con la infraestructura y, por otro lado,
podemos notar lo poco eficaz que resulto el subsidio de Bono 6000. Han sido
innumerables los derechos afectados en este desastre pero lo más aberrante es la
incapacidad de dar una respuesta certera y eficaz del Gobierno ante esta clase de
situaciones. Finalmente, esto es lo acontecido solo en un departamento del Perú (Ica) en
el que se encuentra Pisco. Sin embargo estamos en un país altamente sísmico. No
quisiera imaginar el escenario cuando un terremoto pronosticado suceda y afecte a
mucha más población de la afectada en esta ocasión.