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Recuperación de prácticas culturales y conocimientos
ancestrales a partir del mejoramiento, la conexión y
articulación de espacios en la vereda Agüita, Pueblo Rico.1
Sebastián Hernández Betancourt2
Universidad católica de Pereira
Resumen
El presente artículo es el resultado de una investigación donde se exponen resultados del proceso
de la formulación sobre un programa de planificación y una propuesta arquitectónica que tiene por
objetivo general proyectar una solución espacial donde se recuperen las prácticas culturales y
conocimientos ancestrales a partir del mejoramiento de la infraestructura existente, la conexión y
articulación de nodos de interés en la vereda Agüita, Pueblo Rico. Esta reflexión implementa
estrategias metodológicas donde se busca hacer un reconocimiento a partir de fuentes primarias,
cartográficas y de documentos técnicos que se apoyan para su revisión en las teorías de Arturo
Escobar y Guy Di Méo, de las cuales se retoma la importancia del lugar y de los sujetos del propio
territorio. De modo que a través de estos análisis se fortalezca la propuesta y planificación diseñada
como resultado de esta investigación. Generando así, insumos para futuros estudios y para que las
generaciones venideras sigan conservando su cultura ancestral como riqueza patrimonial del
territorio interétnico.
Palabras claves: Programa, cohesión social, prácticas culturales y conocimientos ancestrales,
territorio interétnico y planificación.
Abstract
This article is the result of an investigation where the results of the formulation process are
presented on a planning program and an architectural proposal that has as general objective to
project a spatial solution where practices are recovered and ancestral knowledge based on the
improvement of existing infrastructure, the connection and articulation of nodes of interest in the
Agüita sidewalk, Pueblo Rico. This reflection implements methodological strategies where a
recognition is sought from primary sources, cartographic and technical documents that are
supported for review in the theories of Arturo Escobar and Guy Di Méo, of which the importance
of the place and of the subjects of the own territory is taken up again. So through these analyses
the proposal and planning designed as a result of this research is strengthened. Thus generating
1 El presente capítulo es producto de la investigación de la optativa I y II de la Universidad Católica de Pereira basada en el ámbito territorial y el
habitar en el corregimiento de Santa Cecilia, Risaralda. 2 Estudiante de arquitectura décimo semestre de la línea territorio, ruralidad y arquitectura – código 1088034046.
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inputs for future studies and for future generations to preserve their ancestral culture as a
patrimonial wealth of inter-ethnic territory.
Keywords: Program, social cohesion, cultural practices and ancestral knowledge, inter-ethnic
territory and planning.
Introducción
El tema de investigación del artículo presente se ve plasmado en el análisis sobre la recuperación
de prácticas culturales y conocimientos ancestrales a partir del mejoramiento, la conexión y
articulación de espacios en la vereda Agüita del corregimiento de Santa Cecilia, Risaralda. Dichos
temas fundamentales de la zona de estudio están apoyados por el antropólogo Arturo Escobar y el
geógrafo Guy Di Méo con sus conceptos sobre el lugar, la cultura y el sujeto en el territorio.
La identidad como eje de la cultura, es la muestra evidente de que es necesario preservar el
conocimiento, los valores y las prácticas. Por lo tanto, a partir de un modelo endogenista se busca
proporcionar acciones para transmitir estos saberes de generación en generación, tomando las
potencialidades del sector y no optando por mirar agentes externos del territorio.
Colombia es un país considerado interétnico con riquezas territoriales, donde convergen
comunidades afro como indígenas, que evidencian actividades como la música, la gastronomía, la
lengua, la danza, etc.
Ligando la concepción metodológica de Arturo Escobar se toma como eje el territorio que enlaza
la constitución de los mundos. Los movimientos sociales - particularmente de indígenas y
afrodesciendientes - se posicionan desde el territorio para reclamar sus derechos. El concepto de
territorio comprende no solo la tierra y sus ecosistemas sino también los procesos de
territorialización que generan identidades y apropiaciones. A partir de grupos como el proceso de
las comunidades negras en Colombia, Escobar pone en evidencia que el territorio se concibe como
« proyecto de vida » en el cual se conjuga el proyecto sociopolítico, la autonomía y la perspectiva
de futuro.
El objetivo que se pretende alcanzar derivado del presente trabajo radica en la planificación de
espacios que permitan a las comunidades afro del casco poblado de la vereda Agüita y el resguardo
indígena Embera Chamí de la zona, realizar sus prácticas culturales y conocimientos ancestrales,
con una serie de equipamientos, talleres, aulas y el mejoramiento de la infraestructura actual
presente en el territorio.
En Pueblo Rico, Risaralda se encuentran diferentes asentamientos de estas comunidades, es un
territorio biodiverso con muchos potenciales, de igual manera presenta brechas territoriales donde
temas como la educación sanitaria y su precariedad en los espacios e infraestructura no permiten
el óptimo desarrollo de los saberes del territorio interétnico.
Para evidenciar estos alcances se trabajó con fuentes primarias y secundarias donde se
encuentran registros fotográficos para evidenciar los espacios en precarias condiciones y los más
viables para desarrollar la propuesta, al igual que, de diferentes insumos como libros, documentos,
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datos blandos y duros a diferente escala para conocer el territorio en todas sus facetas y lograr así
una óptima realización de la propuesta y el programa planteado.
Santa Cecilia, corregimiento de Pueblo Rico y sus veredas presentan amenazas por falta de
programas, acompañamientos del Estado, pobreza, infraestructuras en precarias condiciones y poca
cobertura para atenciones.
Entendiendo esto, es fundamental planificar espacios en el territorio para mitigar la posible
pérdida de prácticas culturales y conocimientos ancestrales de las comunidades del territorio
estudiado, esto mediante un programa basado en el mejoramiento de la infraestructura presente en
el territorio, la conexión y articulación de espacios para abarcan mayor cobertura en la prestación
de servicios, logrando así múltiples espacios donde las comunidades estudiadas puedan desarrollar
sus conocimientos arraigados al territorio, como complemento a esta propuesta se genera un centro
de cohesión social interétnico que abarque relaciones contextuales con las viviendas afro del sector
en la vereda Agüita, con la institución Dokabú presente como nodo jerárquico del territorio y la
reinterpretación del hábitat como zona de paso y recreación, es así que, este centro de cohesión
aportará infraestructura donde desarrollar prácticas culturales tales como la música, la gastronomía,
la lengua y los saberes medicinales y zonas blandas y duras para la óptima recreación y ocio de las
comunidades estudiadas.
Situación problema
La cultura es una característica esencial de la humanidad y un factor clave de su desarrollo.
Colombia es un país reconocido por su compleja y rica diversidad cultural que se expresa en una
gran pluralidad de identidades y de prácticas culturales de los pueblos y comunidades que forman
la nación. Como lo plantea la Unesco, la diversidad cultural es un patrimonio común que debe
valorarse y preservarse en provecho de todos, pues crea un mundo rico y variado, que acrecienta
la gama de posibilidades y nutre las capacidades y los valores humanos, y constituye, por lo tanto,
uno de los principales motores del desarrollo sostenible de las comunidades, los pueblos y las
naciones.
“La cultura es algo vivo, compuesta tanto por elementos heredados del pasado como por
influencias exteriores adoptadas y novedades inventadas localmente. La cultura tiene funciones
sociales. Una de ellas es proporcionar una estimación de sí mismo, condición indispensable para
cualquier desarrollo, sea este personal o colectivo” (Verhelst, 1994, pág. 42)
Conociendo las referencias culturales y su relación directa con el ámbito social para el desarrollo
de una comunidad, proseguimos con la estructuración de la apropiación de los espacios para
potenciar y formalizar la cohesión social en un territorio definido, por lo cual tomamos al sociólogo
Pierre Bourdieu que nos explica a cabalidad estas relaciones expuestas.
“la estructura del espacio se manifiesta, en los contextos más diversos, en la forma de
oposiciones espaciales, en las que el espacio habitado (o apropiado) funciona como una
simbolización espontánea del espacio social” (Bourdieu, 2009, pág. 5)
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Pierre Bourdieu apunta al espacio social como la materialización de las interacciones entre los
agentes insertos en campos de fuerza, donde los sujetos despliegan sus capitales estructurando las
diferencias y proyectando así sus representaciones sociales. En Bourdieu las disposiciones del
habitus son precisamente esos mecanismos de posesión y posición sobre/en el espacio que
producen territorio.
Entrando a cabalidad con estos conceptos de espacio, encontramos a los agentes que vienen
siendo las comunidades del territorio interétnico, donde por medio de sus saberes y sus prácticas,
generan una cohesión social (Habitus) y así, un lugar óptimo de interacción.
Continuando con la escala de estudio encontramos a Pueblo Rico, Risaralda, donde al día de
hoy se considera un territorio interétnico con potenciales culturales debido a la cohesión social que
presenta la zona, pero de igual manera presenta un alto índice de NBI (70%), donde la precariedad
de espacios y sus condiciones, la desarticulación de los mismos y las coberturas inconexas,
repercuten en el óptimo desarrollo de estas prácticas culturales y conocimientos ancestrales que
definen a las comunidades. Esto tiene incidencia en el corregimiento de Santa Cecilia y la vereda
Agüita ya que presentan estas riquezas territoriales y a su vez la precariedad de espacios para
potenciar estos saberes, donde el afro e indígena le toca conformarse con una serie de
equipamientos o zonas abiertas en malas condiciones para el desarrollo de sus prácticas; Por lo
tanto las espacialidades son insuficientes y esto repercute en el desarrollo de estos conocimientos.
“Si la cultura es el conjunto total de modos de vida, creencias y costumbres de un grupo o época,
el espacio para la cultura debiera ser necesariamente un ámbito colectivo y de participación; una
instancia de intercambio, juego y encuentro y, ante todo, un campo no resuelto, donde aún hay
espacio disponible” (Mardones, 2012, pág. 1)
Interesa por tal motivo la recuperación de espacialidades, las cuales puedan brindar una serie de
mejoramientos a los equipamientos existentes de la zona, a la articulación entre nodos de interés
entre vereda y corregimiento, al igual que, de conexiones donde la comunidad afro e indígena
puedan realizar las prácticas culturales y conocimientos ancestrales de una manera óptima y segura.
¿Cómo el mejoramiento, la articulación y conexión de espacios educativos sanitarios pueden
mitigar la pérdida de prácticas culturales y conocimientos ancestrales en la vereda Agüita del
corregimiento de Santa Cecilia, Pueblo Rico?
El objetivo del capítulo investigativo tiene como premisa plantear una propuesta y programa
optimo en base a la recuperación de prácticas culturales y conocimientos ancestrales mediante el
mejoramiento, la articulación y la conexión de espacios, en los cuales las comunidades afro e
indígenas puedan potenciar los saberes que los definen como territorio interétnico. Saberes tales
como la gastronomía, la música, la lengua y las plantas medicinales, amarradas a la educación
sanitaria, la cual brindará de primera mano, la viabilidad en el desarrollo practico de los espacios
y sus relaciones contextuales en el hábitat biogeográfico.
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Marco teórico
“La identidad cultural de un pueblo viene definida históricamente a través de múltiples
aspectos en los que se plasma su cultura, como la lengua, instrumento de comunicación
entre los miembros de una comunidad, las relaciones sociales, ritos y ceremonias propias,
o los comportamientos colectivos, esto es, los sistemas de valores y creencias (...) Un rasgo
propio de estos elementos de identidad cultural es su carácter inmaterial y anónimo, pues
son producto de la colectividad” (Varas, 2000, pág. 43)
Sobre esta referencia del valor que tienen las prácticas culturales y conocimientos ancestrales,
nos adentramos a relacionar las prácticas que se conceden en la vereda Agüita del corregimiento
de Santa Cecilia, Pueblo Rico, prácticas que están arraigadas a la comunidad que define al territorio
interétnico, y las cuales necesitan de una óptima espacialización y mejoramiento de su
infraestructura en precarias condiciones, ya que al encontrarse en continua pérdida puede generar
consecuencias e inestabilidad en el ámbito cultural que define el hábitat de estudio, esto enlazado
a que cuando las comunidades denotan una amenaza en sus prácticas culturales y conocimientos
ancestrales debido al imponente poder occidental actual, se tienden a perder estos elementos
característicos de cada habitante de la zona. Es así que, el sistema actual va encaminado a forjar y
no reconocer las potencialidades que ofrece este corregimiento, dejándolo así a la deriva por largos
periodos de tiempo, sin encontrar una solución pertinente para acabar con estás brechas en temas
de mejoramiento, conexión y articulación presentes al son de hoy en la vereda.
El territorio como ya fue mencionado está espacializado por diferentes comunidades, las cuales
son afrodescendientes, indígenas y mestizos, esta sociedad ha generado una interculturalidad y una
serie de relaciones mediante sus propios desarrollos, por medio de un modelo endogenista que trata
en mirar y trabajar con lo que posee el hábitat que los rodea y no por medio de actores ajenos al
territorio.
Por esta razón es que toda reflexión sobre los movimientos sociales debe partir del territorio-
lugar, como el espacio donde se concretizan las luchas, se generan las identidades y se produce
conocimientos propio. “Es el espacio fundamental y multidimensional para la creación y recreación
de los valores sociales, económicos y culturales de las comunidades” (Escobar, 2000, pág. 11)
El PDT Pueblo Rico (2020-2023) y el plan de Etnodesarrollo de Santa Cecilia (2018) son
referentes clave en la sustentabilidad del análisis establecido, por lo cual, en ellos encontramos
datos cualitativos y cuantitativos que optimizaran las variables expuestas a lo largo del capítulo;
Allí encontramos como primera observación como es conocida la zona de estudio y la población
que se alberga allí y realiza todo el ámbito cultural y social.
En este municipio conocido como el “crisol Trietnico” del país, alberga población indígena,
negra y mestiza. Según el DANE la población mestiza alcanza el 48% (6107), los indígenas
40% (5250) y los afrocolombianos 12% (1612). (Alcaldía de Pueblo Rico, 2020, pág. 22)
Teniendo en cuenta, la vereda Agüita es un territorio con mayor población afro, cuenta con
resguardos indígenas tales como el Embera Chamí, por lo cual, es un área potencial para desarrollar
espacios para prácticas culturales y conocimientos ancestrales, ¿por qué?, pues la zona de estudio
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es conocida como un lugar de paso, un lugar con zonas para la recreación y la implementación de
saberes ancestrales (Huertas tradicionales), al igual que, cuenta con una relación directa contextual
con la institución educativa Dokabú, el río san Juan y viviendas afro.
En los insumos también encontramos las referencias sobre la precariedad en sistemas tales como
la movilidad y sus variables, al igual que, la educación sanitaria, y ¿por qué mencionamos estos
sistemas? Pues por medio de estos es que iremos relacionando las prácticas culturales y
conocimientos ancestrales con las espacialidades que presenta el hábitat.
En el tema de movilidad encontramos una precariedad en la infraestructura vial, más que todo
en la vía de tercer orden que conecta el corregimiento con la vereda Agüita, el PDM Pueblo Rico
cuenta que presenta constantes deslizamientos, poca intervención que deriva en emergencias
constantes, no está pavimentada y no cuenta con las medidas óptimas para la conectividad entre
espacios del territorio (Ver ilustraciones 1 y 2).
Ilustración 1. Vereda Agüita. Tomado del álbum de Jhon Perea. Ilustración 2. Vereda Agüita. Tomado del álbum de Jhon Perea.
En el ámbito educativo se presentan una serie de variables tanto positivas como negativas, por
el lado positivo se encuentra que la vereda de estudio cuenta con una de las dos instituciones
referentes del territorio interétnico, la cual es la institución Dokabú, que alberga tanto afro como
indígenas y tiene una cobertura aproximada de 1.113 estudiantes repartidos en transición, básica
primaria, secundaria y media. Por otro lado, en los puntos negativos, se encuentra que la
infraestructura esta en precarias condiciones, presenta una pobre dotación para las diferentes
actividades culturales, la conectividad o los desplazamientos de la comunidad son trayectos muy
largos, lo cual genera deserción y por último hace falta el fortalecimiento en metodologías propias
de las culturas étnicas (Ver ilustraciones 3 y 4).
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Ilustración 3. Cancha Vereda Agüita. Tomado del álbum de Jhon Perea. Ilustración 4. Institución Dokabú. Tomado de
colegios Santa Cecilia.
Este nodo es de gran relevancia en la vereda Agüita ya que por medio de este se conectan y
articulan los diferentes espacios para las prácticas culturales y conocimientos ancestrales, al igual,
que presenta una relación directa entre el saber, lo colectivo y lo recreacional.
En la salud, mirada desde el contexto educativo-sanitario se presentan una serie de pro y contras,
donde la vereda de estudio como ejemplo concreto, no cuenta con espacios y equipación óptima
para el desarrollo de saberes ancestrales como apoyo a la medicina occidental que se presenta en
el corregimiento, también se evidencia una falta de conectividad, lo cual repercute en la prestación
de servicios a la comunidad interétnica; Teniendo en cuenta esto se hace necesario fortalecer
primero, la medicina propia, ya que esta no solo se utiliza para curar, sino para prevenir y conocer.
Estas prácticas y conocimientos ancestrales han servido para que la comunidad mantenga el
equilibrio entre el ser humano y la madre naturaleza.
La salud para los pueblos indígenas debe ser una salud que implemente lo tradicional, con lo
occidental cuando se requiera; hay que recuperar todo lo que se ha perdido, como la huerta de
plantas medicinales que primero hacían parte del territorio biogeográfico, estas plantas son
fundamentales para el alivio de las diferentes enfermedades, algunas de estas son:
Tabla 1. Plantas utilizadas en la medicina tradicional.
Plantas Uso Medicinal Plantas Uso Medicinal Ají (Duguetiasp) Prevenir el Mal de ojo Hierba o diente de Adán Mal de ojo
Anamú (Petiveriaalliacea) Mal de ojo Hierbabuena (Mentha sativa
L.)
Aromática
Azafrán
(Escobediascabrifolia)
Hepatitis Llantén (Plantagomajor) Ataque de lombrices y
problemas del hígado
Badea (Possifloraquadrangularis)
Malaria, fiebres Mate (Ilexparaguayensis) Disminuir de peso
Balsamina (Impatiens balsamina)
Malaria Orozul Gripa
Cacama o Masiquia
(Bidensspp)
Mal de ojo y estreñimiento
Cólicos estomacales y
menstruales
Paico
(Chenopodiunambrosioides)
Ataque de lombrices
Calambombo Disminuir de peso Poleo (MenthaPulegium) Dolencias estomacales
Cara de Vaca Mordedura de culebra Pringamoza (Urerabaccifera) Fiebre
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Caracucho (Impatines noli-
tangere)
Gripa Sábila (Aloe vulgaris) Dolor de espalda y mareos
Cilantron Hepatitis Salvia (Salvia Officinalis) Malaria
Fuente: ACUERDO IIAP – CARDER (2018).
Se demuestra así, que estas variables señaladas presentan un alto impacto en el territorio y que
al presentar precarias condiciones y poca factibilidad de espacios para su desarrollo, repercute en
los habitantes del territorio, perdiendo estas, esos rasgos característicos que los define como
comunidad interétnica.
Estos términos tales como, las prácticas y conocimientos ancestrales, el mejoramiento, conexión
y articulación de espacialidades educativas sanitarias, podemos desglosarla con la perspectiva de
Di Meo (1993), quien analiza el territorio a partir de una definición marxista clásica, concibiéndolo
como un fragmento espacial donde se fusionan tres tipos de estructuras: la infraestructura, espacio
físico que incluye el componente humano y la esfera de las actividades donde por medio de ella se
relacionan las diferentes prácticas culturales, los campos de los saberes y las articulaciones de estas
con el hábitat estudiado, una relación comunidad – espacio.
Conociendo estos campos uno a uno, evidenciamos así las relaciones entre las prácticas
culturales y conocimientos ancestrales, tales como la gastronomía, la música, la lengua, los saberes
medicinales y las espacialidades educativas sanitarias y como por medio de estas se puede
potenciar, mejorar y obtener un impacto optimo en la comunidad afro e indígena a la hora de
abordar el territorio en la vereda Agüita.
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Tabla 2. Relaciones comunidad – prácticas culturales y conocimientos ancestrales.
Fuente: Elaboración propia.
Investigación
El tipo de investigación presente data por medio de la descripción, donde se busca interpretar
una serie de términos y problemas concretos que presenta el territorio estudiado, esta investigación
se desglosa entre planteamientos, definiciones y formulaciones hipotéticas, técnicas claves,
categorización de datos, verificación y viabilidad y por último la interpretación ya mencionada.
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El proceso para llegar a plantear una situación problema como la recuperación de prácticas
culturales y conocimientos ancestrales por medio del mejoramiento, la articulación y conexión de
espacios, se plasma por medio de diferentes análisis a escalas territoriales, donde se indagó sobre
el pacifico colombiano, todas sus relaciones pertinentes para un estudio arquitectónico y social-
cultural, pasando así a la región cafetera y chocoana, sus nodos articuladores, evidencias
cartográficas que plasmaban puntos de interés entre comunidades afro, indígena y mestiza, también
fue pertinente, elaborar datos cualitativos y cuantitativos con información mediante insumos,
libros, encuestas personales y telefónicas; de allí pasamos al lugar puntual, la relación de Pueblo
Rico, Risaralda con todo este gran campo de análisis territorial, relaciones mediante fotografías,
visitas de campo, entender las potencialidades y problemáticas que presentaba el hábitat
biogeográfico.
Teniendo estos datos, información pertinente y gran aglomeración de brechas territoriales, se
llega al diseño de investigación, donde se busca este fortalecimiento, el bajar los índices de NBI
que presenta el área de estudio, plasmar de una u otra manera una calidad de vida para este territorio
que tanto lo necesita.
La población muestra se centra en las comunidades asentadas en el casco poblado de la vereda
Agüita, donde se encuentran grupos afro y resguardos indígenas Embera Chamí, en este sector hay
un aproximado de 139 personas, las cuales se reparten en unas 35 familias.
Básicamente se utilizaron dos técnicas primarias y cuatro fuentes secundarias, las cuales son:
Fuentes primarias:
Fotografías: Análisis fotográfico y relación actual – proyectual.
Observación directa: Exploración del territorio, comportamiento de las comunidades,
conductas y actividades.
Fuentes secundarias:
Bibliotecas: libros, artículos. (Afro e indígena)
Documentos: Técnicos (Ordenamiento y planificación).
Datos estadísticos: Población (Comunidades, grupos etarios), áreas (Posibles espacios de
intervención y nodos referentes), infraestructura (Movilidad, equipamientos).
Censo: Información sobre datos blandos (Tendencias - cualitativo) y duros (Porcentajes -
cuantitativo).
Resultados
Las evidencias de los resultados derivados del proceso investigativo están dados en el
instrumento de planificación y el proyecto arquitectónico. Mediante el abordaje de ambos, se ira
relacionando las propuestas y los conceptos de los diferentes autores planteados para la viabilidad
del tema.
El instrumento de planificación va estructurado por medio de un programa, el cual busca
mejorar, conectar y articular espacios en la vereda Agüita, Pueblo Rico, donde se fortalezcan las
prácticas culturales y conocimientos ancestrales de los habitantes del sector, de la comunidad
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Ilustración 7. Corte longitudinal espacio de intervención. Elaboración
propia.
interétnica que presenta el territorio. Este programa nos evidencia en primera instancia las zonas
actuales del lugar, sus potencialidades y su precariedad, al igual que, muestra unas posibles
intervenciones y mejoramientos, por las cuales se pueda potenciar y desarrollar viablemente las
prácticas que definen a cada comunidad.
Cada indicador lo iremos evidenciando por medio de un sistemas tales como imágenes,
cartografías y referentes para potenciar los espacios que se presentan en la vereda Agüita y su
contexto lejano y cercano.
Generación de indicadores básicos para evidenciar la articulación de la
movilidad dentro del desarrollo y así, facilitar actividades culturales,
recreativas y de integración ciudadana.
En la cartografía se evidencia la vereda en estudio, sus relaciones contextuales, la articulación
que presenta con la institución Dokabú, las viviendas afro y todo el panorama natural que posee
este espacio de paso y recreacional (Ver ilustración 5).
Ilustración 5. Cartografía Vereda Agüita. Elaboración propia.
Estado actual de los espacios Propuesta a implementar
Ilustración 6. Vía terciaria Vereda Agüita. Tomado del álbum de Jhon Perea.
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Actualmente la movilidad en la vereda presenta una serie de falencias y precariedad en sus
espacios debido a la falta de mantenimiento de la vía, normativas nulas e imprevistos ya sean
naturales u ocasionados (Ver ilustración 6).
La propuesta busca mejorar la vía terciaria que se encuentra en malas condiciones, implementar
andenes, senderos para la seguridad de los usuarios de la zona y contar con los retiros óptimos,
para darle viabilidad al desarrollo del programa de mejoramiento, conexión y articulación de
espacios, al igual que el proyecto del centro de cohesión social plasmado en el lote conectado con
la institución Dokabú y las viviendas afro (Ver ilustración 7).
Ilustración 8. Lote de recreación. Vereda Agüita. Tomado del álbum de Jhon Perea. Ilustración 9. Propuesta zona de paso y
recreación. Tomado de revista projeto.
El hábitat de estudio es considerado por los pobladores como un punto de encuentro, un lugar
de paso entre las veredas aledañas, donde tanto indígenas como afro suelen refugiarse o asentarse
en este espacio para poder descansar y seguir sus recorridos, al igual, el espacio al estar conectado
con la institución Dokabú, se vuelve un lugar de recreación y dialogo para los más jóvenes, y las
familias del sector (Ver ilustración 8).
Como señala el geógrafo Di Méo “el territorio es un espacio apropiado de forma colectiva,
con límites, fronteras, que constituyen un recurso para una colectividad social, en función
de la sobrevivencia de la sociedad”. (Comunicaciones FAU, 2011, pág. 1)
Bajo esta premisa, la propuesta busca primeramente reinterpretar lo que ya es el territorio, donde
los usuarios mediante sus conocimientos se puedan apropiar de él de forma colectiva, generando
así, la cohesión social interétnica. También se busca implementar espacios tipo “Malocas” donde
las comunidades puedan realmente descansar, ya que la zona no cuenta con lugares óptimos para
esta actividad y por último se propone mejorar los equipamientos existentes, darle un mejor
desarrollo a estos espacios recreativos, planificando así el territorio con las prácticas que definen a
estas comunidades (Ver ilustración 9).
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Ilustración 10. Lote de intervención. Vereda Agüita. Tomado del álbum de Jhon Perea. Ilustración 11. Espacios planificados
para el desarrollo de prácticas culturales y conocimientos ancestrales. Tomado de plataforma arquitectura.
Los espacios actuales del sector cuentan con un contexto equilibrado, y ¿por qué?, pues el lote
se encuentra en un punto encañonado, donde el espacio natural predomina con el bosque tropical
y el río San Juan como punto hidrográfico de interés, al igual que, cuenta con un espacio social de
interés por medio de las viviendas afro, las zonas de paso para indígenas y la institución Dokabú,
que sirve de articulador en temas de conocimientos, prácticas culturales y educación sanitaria (Ver
ilustración 10).
La educación sanitaria es un componente muy importante para:
Fortalecer y/o mejorar estilos de vida (hábitos, costumbres y comportamientos) saludables
en las comunidades.
Promover la organización comunal, de manera que la población asuma un papel más activo
en el cuidado de su salud y en la gestión de su desarrollo.
Mejorar las propuestas institucionales tomando en cuenta las experiencias y conocimientos
locales.
Ampliar el espacio de relación actual entre la comunidad y su contexto.
De lo anterior, la propuesta pretende planificar espacios óptimos y viables según el PDT Pueblo
Rico, Risaralda y el plan de Etnodesarrollo, enlazado a la educación sanitaria; Sujeto a esto, la
gastronomía y la música se vuelven elementos estructurantes para obtener la consulta previa donde
se obtendrán insumos para la construcción de una etnoeducación con criterios de inclusión y
valoración de los patrimonios culturales del corregimiento, con el objetivo de potencializar los
conocimientos ancestrales, el arraigo territorial y el enfoque diferencial mediante las prácticas de
las comunidades del territorio.
Según Di Méo, este espacio geográfico, en el que los seres humanos realizan sus prácticas y
actividades, fue visto de forma tradicional como un espacio cartesiano regido por leyes físicas y de
la naturaleza, donde se desarrollan las relaciones ecológicas de la vida humana y de toda forma de
vida en general. Este espacio es transformable en función de los esquemas culturales de las
sociedades y también en función de las prácticas sociales y económicas, de los niveles técnicos y
culturales; es decir, es una instancia de transformación donde se pueden ejercer límites en la acción
humana.
Estas relaciones concuerdan en la búsqueda que se propone con la lengua y los saberes
medicinales, donde se busca fortalecer los conocimientos ancestrales y el valor por la tierra en la
que se encuentran, por medio de la educación sanitaria que respete los valores de los pueblos para
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así examinar las condiciones en que éstos se desenvuelven (Implementación de aulas, talleres y
huertas tradicionales en la zona).
La medicina tradicional con todas sus formas han sido pilar fundamental para la conservación
de las etnias, y elementos fundamentales de las prácticas culturales y conocimientos ancestrales.
El proyecto también pretende revitalizar las viviendas del sector, conectarlas con el espacio público
de la zona recreativa e inducirlas a una planificación urbana-paisajística (Ver ilustración 11).
Desarrollo de accesibilidad y conectividad de equipamientos públicos y
privados, planificando los nodos de interés en el casco urbano y la vereda
Agüita.
El indicador evidenciará una primera sección de los nodos de referencia, donde actualmente se
encuentran los diferentes espacios y equipamientos para el desarrollo de las prácticas culturales y
conocimientos ancestrales (Ver ilustración 12 y 13), como segunda medida se planificaran puntos
estratégicos para el óptimo desarrollo de estas prácticas, en las cuales se puedan conectar los
espacios, abarcar una mayor cobertura y obtener una mejor prestación de servicios (Ver ilustración
14).
Ilustración 12. Nodos de referencia vereda Agüita. Elaboración propia.
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Ilustración 14. Espacialización de nodos y relaciones vereda Agüita. Elaboración propia.
Ilustración 13. Nodos de referencia Corregimiento de Santa Cecilia. Tomado de salida de campo
Optativa II territorio UCP.
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Con la implementación de espacios planificados en la vereda Agüita para las prácticas culturales
y conocimientos ancestrales, se logra abarcar mayor cobertura de infraestructura y zonas de interés
para las comunidades del sector, calidad de vida en el territorio interétnico y una óptima prestación
de servicios con los diferentes equipamientos propuestos.
El lote ofrece relaciones articuladoras por medio de la institución Dokabú, las familias cercanas
al sector, lugares de interés para la implementación de recorridos ancestrales mediante las huertas
y talleres, y a través de ellos potenciar las zonas que ante la precariedad de la infraestructura actual
en la vereda y el corregimiento, se logrará un mayor manejo y conectividad para abarcar la
población que visita el sector, mitigando así el NBI que presenta el territorio.
Jerarquizar mediante la mitigación la zona de estudio para prevenir impactos
negativos en temas ambientales, sociales y económicos (Vereda Agüita)
El resultado plasma temas normativos y preventivos del territorio para abordar los espacios de
interés para las prácticas culturales y conocimientos ancestrales, planificando el contexto presente
tanto físico como social.
Ilustración 15. Lote de intervención vereda Agüita. Elaboración propia.
Vía en precarias condiciones.
No hay andenes, vía angosta (4 metros).
No se cumplen los retiros respectivos entre vía-lote y río-lote.
Problemáticas en la zona debido a las condiciones de las viviendas y la infraestructura.
Falta de espacios para las prácticas culturales y conocimientos ancestrales. (Ver ilustración 15).
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Mejoramiento de la vía secundaria.
Implementación de andenes y senderos a borde de río.
Retiros óptimos (15 metros con la vía y 30 metros con el río).
Espacialización de equipamientos y zonas para las prácticas culturales.
(Ver ilustración 16).
El proyecto arquitectónico plantea una visión de las relaciones entre las prácticas culturales y
conocimientos ancestrales, donde el mejoramiento de la infraestructura presente, la planificación
entre los nodos de interés y los espacios viables para el desarrollo de estos saberes, brinde a la
comunidad una calidad de vida optima, se recuperen estas actividades que los define como
comunidad interétnica, cerrando brechas territoriales y la precariedad de la infraestructura que
presenten actualmente en su lugar de congregación.
La generación de un centro de cohesión social interétnica busca fortalecer las prácticas
culturales y conocimientos ancestrales del territorio, enlazado a la viabilidad técnica para
desarrollar los espacios y darle importancia a la población estudiada. Por lo tanto, se plantea la
“Diversidad espacial a partir de escenarios”, los cuales se convierten en los protagonistas del
proyecto y es en ellos donde se da la integración entre las distintas etnias a partir de la cultura.
El fin del proyecto y la propuesta es el promover la cohesión social y la identidad cultural que
vincule la educación sanitaria como estrategias para difundir dichos conocimientos de generación
en generación, logrando así que los habitantes de la vereda Agüita reconozcan el valor de su
territorio y sus prácticas ancestrales con el objetivo de promover el desarrollo integral (Modelo
endogenista).
Ilustración 16. Corte de relaciones entre espacios y retiros. Elaboración propia.
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Ilustración 17. Centro de cohesión social interétnico, vereda Agüita.. Elaboración propia. Ilustración 17. Centro de cohesión social interétnico, vereda Agüita.. Elaboración propia.
Ilustración 18. Planta de cubiertas centro de cohesión social interétnico, vereda Agüita.. Elaboración propia.
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Conclusiones
Los retos de las problemáticas a escala macro y puntual, deben ser abordados dialécticamente
para evitar los desequilibrios regionales, en donde se hace necesaria una resolución integral a las
expectativas de estas poblaciones vulneradas de manera múltiple, a causa de las brechas
territoriales y agudizada por la actual política de Estado.
En el campo social de los espacios y el territorio podemos apreciar cómo se reorganiza la
estructura dominante de lucha por el capital, promoviendo códigos legitimados desde
posiciones subalternas, desde la desigualdad y la exclusión; es una práctica de distinción
apartada de la reproducción. Una de las críticas más habituales al pensamiento de Bourdieu,
donde radica precisamente en considerar que su pensamiento está demasiado centrado en
los procesos de continuación y poco abierto a estudiar los procesos de preservación de las
comunidades vulnerables. (Freire, 2016, pág. 26)
A Risaralda le quedan dos caminos por recorrer: el de la pérdida progresiva de las culturas
ancestrales y sus etnoconocimientos que ya no volverán, o reconstruir su pasado inconsciente
generando estrategias étnicas incluyentes que proporcionen un territorio en donde la fraternidad
entre indígenas, afrodescendientes, campesinos y mestizos estén trabajando de la mano para
construir una identidad perdurable y adaptable que brinde una plataforma cultural la cual se ajuste
en tiempo real y al cambio constante.
Sobre esta base se puede construir una educación sanitaria, definido como “el ejercicio de la
capacidad social de un pueblo para construir su futuro, aprovechando para ello las enseñanzas de
su experiencia histórica y los recursos reales y potenciales de su cultura, de acuerdo con un proyecto
que se defina según sus propios valores y aspiraciones”.
(Guillermo Bonfil B., El etnodesarrollo: sus premisas jurídicas, políticas y de organización).
La viabilidad del análisis va enlazado con el PDT Pueblo Rico a visión 2032 donde se proyectan
una serie de espacios e infraestructura para el fortalecimiento de la planificación local del territorio.
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Bibliografía
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de Pueblo Rico.
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Bourdieu. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Gino Germani.
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imaginarios. FAU Universidad de Chile, 1.
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Lamper.
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Varas, G. (2000). Patrimonio cultural. Toledo.
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RELACIÓN. Santiago de Cuba.