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8/13/2019 Reemergencia Pueblos Indigenas
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HISTORIAS Y REEMERGENCIASDE LOS PUEBLOS INDGENAS
CIENCIAS SOCIALES
Introduccin. Poltica y emancipacin | Pueblos indgenas: definicin y alcance | Antes y despus: historias | Elantes como mundo-otro | Despus: la conquista infinita, resistencia y rebeliones | Ahora: reemergencias | mbitosde disputa y demandas de los pueblos indgenas | Hacia Estados multitnicos, pluriculturales y plurinacionales?
Autor: Dr. xel Lazzari (UBA) | Coordinacin Autoral: Dra. Patricia Funes (UBA y CONICET) y Dr. xel Lazzari (UBA)
PROGRAMA
DE CAPACITACIN
MULTIMEDIAL
EXPLORALAS CIENCIAS EN EL MUNDO CONTEMPORNEO
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2 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES
Desde hace ms de dos dcadas, lassociedades y los Estados nacionales en
Amrica Latina se han transformado en es-
cenario de la reemergencia de los pueblos
indgenas. El "Basta ya!" del Ejrcito Za-
patista de Liberacin Nacional, los tocados
de plumas de los diputados xavante en
Brasilia, el contrafestejo del Quinto Cente-
nario, las marchas, los bloqueos y votos de
los indgenas en Ecuador y Bolivia y el premio
Nobel a una mujer indgena son algunos de
los hitos con impacto continental y mundial
que tienen por protagonistas a estos pue-blos. Estos acontecimientos son apenas la
punta del iceberg de procesos polticos ms
vastos en los que est en juego no slo la
supervivencia de poblaciones, sino tambin
su derecho a existir en tanto que pueblos
indgenas. Los reclamos indgenas no son he-
chos aislados, sino que se inscriben en prc-
ticas polticas ms amplias de emancipacin
y democratizacin de las estructuras econ-
mico-polticas vigentes en Amrica Latina.
El activismo indgena actual se distingue
de otros episodios de reemergencia porque
busca articularse en pie de igualdad con
otros movimientos sociales sin que se diluya
su identidad ni su protagonismo. Asimismo,
las protestas de los pueblos originarios di-
fieren entre s, lo que equivale a decir que
son el efecto de historias diversas, en las
que se manifiestan estilos histricos de
dominacin diferenciados que afectan las
formas en que los indgenas elaboran y lle-
van adelante sus proyectos polticos. Las
demandas indgenas no se restringen al
reconocimiento de "aportes culturales" a la
nacin como las ubicuas estatuas a la raza
desaparecida, sino que exigen adems una
urgente redistribucin de riquezas y de los
medios para producirla, sin lo cual lo anterior
queda en meras "reparaciones simblicas".
No obstante, el aspecto simblico de la
lucha indgena es importante, pues lo que
la reemergencia pone en cuestin es el anvigente imaginario colonialista que cam-
pea, con su cara maldita y su cara afable,
por la sociedad latinoamericana. En este
sentido, el movimiento indgena debe "ren-
dir examen" ante mbitos de poder en don-
de abundan imgenes ideolgicas sobre el
indio como raza inferior, primitivo y otras
aparentemente ms objetivas como la de
"obstculo al desarrollo", o ms humanita-
rias, como la de la pobre y eterna vctima.
Esto se refuerza con la aprendida y activa
indiferencia de la poblacin hacia la cu
tin. En conjunto, estos cdigos de co
prensin tienen en comn extender un v
sobre los pueblos indgenas que los to
relativamente opacos al anlisis socia
poltico. En este sentido, slo podemos a
bar las formidables resistencias ideolgi
que enfrenta la reemergencia indgena.
En este fascculo nos proponemos pres
tar algunas de las causas, modalidades y s
nificados del resurgimiento poltico de
pueblos indgenas en Amrica Latina. La p
misa bsica de la que partimos establece q
la situacin de subordinacin de los pueb
indgenas est indisolublemente vinculad
la trayectoria histrica de los Estados y so
dades nacionales que rompieron, a medcon el orden colonial. Esperamos brin
elementos para reevaluar la presencia p
tica indgena en Amrica Latina, atendi
do tanto a los procesos histricos de la
duracin que la determinan como a
actuales condiciones en las que se enmar
los campos de disputas en los que se ins
tan sus reclamos y las alianzas, estrategia
formas de organizacin que presentan fr
te al horizonte de un Estado que se d
democrtico y pluralista.
MuseoEtnogrfico/UBA
Algo del pasado? indios exhibidos comorarezas en un circo porteo de 1920.
La Wipala, smbolo del movimiento indgena, entre otras banderas en una protesta.
INTRODUCCIN.POLTICA Y EMANCIPACIN
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Pueblo indgena no es una raza.
Entre los grupos en situacin de subor-dinacin dentro de una sociedad na-
cional, los pueblos indgenas u originarios
como tambin se autodenominan son
aquellos que se ven y son vistos como los
descendientes de las agrupaciones que
"estaban antes" de los procesos de con-
quista, colonizacin y nacionalizacin que
desencaden la expansin mundial de las
naciones europeas. Indgena es toda perso-
na que manifiesta descender de los pueblos
y comunidades autctonos que fueron ven-
cidos y que hoy siguen sufriendo las conse-cuencias de esa derrota incesante. Ser ind-
gena es tener algn tipo de conciencia de
que la marginalidad y exclusin que afecta
depende de que es autctona, o sea, que
sus orgenes culturales no se encuentran
afuera de este continente ligados a los
conquistadores y los inmigrantes. Pueblo
indgena es una categora poltico-cultural
que remite a un conjunto de personas y
grupos con capacidad de actuar y confron-
tar colectivamente sobre la base de intere-
ses comunes, creencias y valores comparti-
dos. En este sentido, es un error confundir
pueblo indgena con "cultura indgena",
"comunidad indgena" y ms an con "raza
indgena", aunque estos trminos aparez-
can legitimando la accin de un pueblo ind-
gena, del Estado o la sociedad. La relacin
de dominio que se establece entre las socie-
HISTORIAS Y REEMERGENCIAS DE LOS PUEBLOS INDGENAS
Pueblo indgena no es una cultura.
dades nacionales y los pueblos indgenas
suele basarse en ideologas "culturales" y
"raciales" que supuestamente explican por
qu los indgenas ocupan el escaln ms
bajo de las jerarquas sociales. Entre otros
grupos, ellos son separables del resto de
la poblacin porque estn marcados por la
"raza" rasgos visibles e invisibles que se
creen "fijos" y la "cultura" rasgos visibles
e invisibles que se creen "modificables". En
efecto, si bien el gesto racista o culturalista
ms comn consiste en ubicar a los indios
como una "raza inferior" o una "cultura pri-
mitiva", son las propias ideas de raza y de
cultura las que, al asignarse a los indgenas,
operan discriminatoriamente, como si no hu-biese otra forma de pensarlos. Si no nos
suena familiar la idea de ciudadano indgena
es porque estamos condicionados ideolgi-
camente para creer que para ser ciudadano
hay que dejar de ser indio, o sea, hay que
"blanquearse". Por consiguiente, la subordi-
nacin de los indgenas no consiste slo en
considerarlos como "racial" y "culturalmen-
te" inferiores sino tambin en ligarlos a for-
mas "irracionales" de organizacin como la
raza, la cultura, o su eufemismo, lo tnico.
PUEBLOS INDGENAS:DEFINICIN Y ALCANCE
MuseoEtnogrfico/UBA
O
U
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ANTES Y DESPUS:HISTORIAS
Por otra parte, pueblo indgena es una
categora jurdica de alcance mundial y apa-
rece consagrada en documentos de la Or-
ganizacin Internacional del Trabajo y de las
Naciones Unidas. Hay pueblos indgenas en
todas las regiones del mundo donde se
constate la lucha por los derechos por parte
de poblaciones descendientes de pueblos
autctonos conquistados. Si en Amrica La-
tina estos pueblos indgenas son los llama-
dos indios, en Canad se los conoce como
first nations (primeras naciones), en Estados
Unidos como native americans (america-
nos nativos), en frica y Asia son tribal
peoples (pueblos tribales), y en Australia,
aboriginal peoples (pueblos aborgenes).
Tambin los hay en otros lugares inespera-
dos, como los sami (lapones) en Suecia y
Finlandia o los ainu en Japn.
Qu decir de los pueblos indgenas en
Amrica Latina? Se considera que existen
ms de 40 millones de personas que as se
autorreconocen. La proporcin dentro
cada nacin vara entre menos del uno
ciento, como en Brasil, hasta constitui
mayora de la poblacin, como en Boliv
Guatemala. No se trata aqu de enume
exhaustivamente a esos grupos sino tomar conciencia de que en las actua
condiciones de reemergencia no hay
puede haber un mapa ni un registro def
tivo de los pueblos indgenas existen
Censos y mapas sobre todo los disea
por los organismos estatales que gobiern
los asuntos indgenas son medios de s
plificacin y control que reflejan interesa
mente las realidades sociales. Hay que in
tir en que, a pesar del comn denomina
de la autoctona y del estatus de conqui
dos, existe una amplia gama de realidaindgenas. Las maneras de ser indio y
organizarse como tal en Amrica Latina
relacionan no slo con la diversidad cult
previa a la conquista, sino tambin con
modalidades que esta asumi segn
recursos en disputa y el tiempo en que t
lugar. As, hay pueblos supuestame
extinguidos en los primeros siglos
dominio colonial, como los patax
Brasil o los huarpe en Argentina, que h
reaparecen rearticulando novedosame
identidades fragmentarias. Tambin es
los llamados "pueblos aislados"
Amazonia que, como anuncia la pren
viven en la "edad de piedra" o los folc
rizados indios de las comunidades andi
y de las reservas indgenas. Si agregamo
estas realidades la fuerte presencia ab
gen en pueblos y ciudades de provinc
en las megalpolis latinoamericanas,
obtiene un panorama social, demogrf
y cultural nada simple.
D aremos aqu un vistazo, necesaria-mente esquemtico, de los procesosy relaciones histricas que llevaron a la
situacin de subordinacin de los pueblos
indgenas. Esta condicin no es un dato
inmutable ni una predestinacin, sino el
efecto acumulado de acciones humanas
que se dieron en el marco cambiante de
enfrentamientos entre grupos con pode-
res desiguales. Por lo tanto, descartamos
de antemano que los indgenas sean testi-
monio cristalizado de un pasado arcaico,
pueblos sin historia o, como reza otra idea
falsa, seres de la naturaleza. Nos interesa
mostrar, en cambio, lo variable, comp
e interdependiente en los mbitos de c
lizacin indgenas antes de la conqui
por una parte, y los patrones de relac
que surgieron en las sociedades colon
les y en las naciones latinoamerican
por la otra.
En todo el mundo los pueblos indgenas luchan por sus derechos , como los maores de Australia.
NewZelandHerald
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AmericanMuseumof
NaturalHistory/EE.U
U.
Guerra: pintores aztecas del siglo XVI representan el ataque al templo de Tenochtitln,Mxico (Cdice florentino).
HISTORIAS Y REEMERGENCIAS DE LOS PUEBLOS INDGENAS
EL "ANTES" COMO MUNDO-OTRO
Slo a partir de la conquista europea la his-
toria anterior de Amrica puede imagi-
narse como "precolombina" o "prehisp-
nica". Aunque sea difcil abordar ese"antes" sin abusar de las comillas, intente-
mos asomarnos a ese espacio-tiempo como
sede de un desarrollo autocentrado. Se trata
de un mundo otro, y no el mundo de "el
otro", el "otro mundo" o el "nuevo mundo"
que "esperaba" a Europa y a los "blancos"
para ser descubierto, completarse y adquirir
sentido. El antroplogo argentino Miguel
Bartolom seala que "antes de la invasin
europea, la actual Amrica Latina ofreca la
visin de un conjunto heterogneo y a
veces yuxtapuesto de complejos culturales,resultantes de la expansin de procesos
civilizatorios abarcativos que se ramificaban
y concretaban en distintas civilizaciones sin-
gulares". Mesoamrica (actuales Mxico y
Guatemala) fue el marco de civilizaciones
milenarias de distinta complejidad, de las
cuales, los aztecas (mexicas) y mayas fue-
ron los ltimos exponentes. En las Antillas
y Amrica Central tambin hubo desarro-
llos semejantes en relacin con los caribes.
Para seguir la convencin de los antrop-
logos, hay que distinguir, en Amrica del
Sur, entre dos grandes reas de civilizacin:
las "tierras altas" (el cordn andino, con
sus altiplanos, valles y pedemontes) y las
"tierras bajas" (las llanuras, estepas, selvas
y desiertos). En las tierras altas, los incas,
por ejemplo, fueron precedidos por una
larga tradicin civilizatoria que inclua,
entre otras, la mochica y la tiahuanaco.
Tambin los grupos de habla aymara de la
Puna y o de lengua cacana en el actual nor-
oeste argentino (los "diaguitas") formaban
parte de una prolongada historia. En las tie-
rras bajas, las civilizaciones amaznicas delos grandes ros y del interior grupos de
lengua g y tup-guaran, por citar slo dos
casos tambin compartan una rica y com-
pleja interaccin milenaria. Ms al sur, el
Gran Chaco (repartido entre los actuales
Bolivia, Paraguay y Argentina), los Andes
Meridionales, la Pampa y la Patagonia eran,
desde haca siglos, espacio generador de
formas socioculturales diversas.
Abya Yala trmino de los indios kuna
utilizado hoy por el movimiento indgena
para sustituir el de Amrica contena, "an-
tes" de su origen americano, formas de vida
"otras", diferentes de la civilizacin euro-
pea, que, como sostiene Bartolom, se ca-
racterizaban por propender a la diferencia-
cin y no a la uniformizacin de realidades
culturales, tendencia esta que se hara pa-
tente a partir de la conquista.
"DESPUS":LA CONQUISTA INFINITA,RESISTENCIA Y REBELIONES
Cundo comienza la civilizacin? En
1492 para los nativos de Guanahan (hoy
Islas Bahamas)? En 1880 para los indge-
nas del Maml Mapu (hoy La Pampa)? En
1940, ao del Primer Congreso Indigenista
Americano en Mxico, cuando se prometi
al indgena americano la integracin a la
nacin? O llega ahora con el reconoci-
miento a los pueblos indgenas de dere-
chos colectivos a la diferencia, entre los
cuales est el de rechazar la civilizacin,
como lo muestra el caso paradjico de los
haramkbut, pueblo no contactado del
Amazonia? Estos interrogantes refieren
metafricamente a cuatro situaciones hist-
ricas bien definidas. La primera, la inaugura-
cin por parte de Occidente de sus derechos
de conquista tras un efmero asombro ante
el salvaje ednico. La segunda, la extensin
de esos mismos derechos de conquista
sobre los territorios indgenas situados en
las fronteras "interiores" de las repblicas
americanas, plagadas de "indios bandidos".
La tercera, el despliegue del indigenismo,poltica compensatoria de los Estados nacio-
nales del siglo XX, con el fin de integrar a los
ya vencidos contingentes indgenas a la
nacin. La cuarta, una poltica de tolerancia
o respeto de nuevo cuo hacia los indgenas
asentada en los derechos culturales.
Veamos, seguidamente, los patrones de
relacin intertnica entre indgenas y no
indgenas simbolizados en las tres primeras
fechas, dejando para el final la situacin
contempornea.
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EN TORNO A 1492:"ESTADOS DE CONQUISTA"
Si el destino de "extincin" de los tanos que
Coln "encontr" y esclaviz en el Caribe
muestra a las claras el significado ltimo del"descubrimiento" desde el punto de vista
indgena, los "Estados de conquista" tr-
mino de Miguel Bartolom implantados
en Amrica tuvieron que asegurar un domi-
nio que preservara poblaciones y territorios
para hacer viable la continua extraccin de
riquezas sobre todo metales para su tras-
lado a Europa.
La sociedad colonial no incorpor del mis-
mo modo a las sociedades autctonas bajo
su dominio. Las civilizaciones de Mesoam-
rica y los Andes constituyeron el centro so-bre el cual el poder espaol se asent y la
cabeza de puente para emprender nuevas
conquistas. All, la dominacin se regul a
travs de instituciones econmicas, polti-
cas y jurdicas como la encomienda (que
comprometa al encomendero espaol a
evangelizar a los indios a cambio de tribu-
tos), el trabajo obligatorio (la mita, el
repartimiento, etc.) y el servicio personal
(especie de servidumbre). Ellas se combina-
ban con formas de fijacin territorial como
las reducciones, pueblos de indios y
haciendas, sistemas de disciplinamiento
ideolgico misiones y doctrinas y garan-
tas de proteccin jurdica, como las Leyes
de Indias.
En lo que luego sera, Brasil, muchassociedades de lengua tup que poblaban el
litoral, conocidas genricamente como
tupinamb, y las de lengua g de tierra
adentro llamadas tapuyas, fueron obliga-
das por los portugueses a cortarpau brasil
(madera de la que se extraa una tintura
color rojo brasa) y plantar azcar. Ms tar-
de, ante el bajo rendimiento laboral indge-
na, los conquistadores inauguraron la
doble empresa esclavista que caracteriz la
colonia en el Brasil: por un lado, la caza y
esclavizacin de indios mediante las ban-deiras, las famosas expediciones de guerra
que tambin buscaban oro, y por otro, la
importacin de esclavos negros desde fri-
ca en navos negreiros.
Los guaranes que habitaban en las cuen-
cas de los ros Paraguay y Paran fueron
sometidos por los espaoles a travs de
encomiendas, especialmente la llamada en-
comienda originaria por la que se otorgaba
diez o ms mujeres indias a un conquista-
dor. Luego, los jesuitas, aprovechando el
descontento de los guaranes con la exp
tacin de los encomenderos y su indef
sin ante las incursiones de los bandeir
tes, organizaron sobre la base de la mis
un experimento de colonizacin ordena
de cariz teocrtico.
En contraposicin a estos modelos
incorporacin se destacan los vnculos en
blados con las sociedades que perma
cieron en los mrgenes, pero no ajena
sistema colonial; vnculos que se dieron m
diante guerras, comercio, alianzas po
cas y movimientos demogrficos. En e
situacin se encontraban los llama
indios alzados, bravos o aucas. Entre e
estaban los av-guaranes (chiriguanos
los guaycures (genrico que inclua a tobabipones, mocoves, pilag, entre ot
que habitaban el Gran Chaco; los ma
ches, pampas y tehuelches de la Pampa
Patagonia y la Araucania; los chichime
que vivan en el norte de Nueva Espa
(Mxico) o los chunchos de las selvas q
bordeaban los virreinatos del Per y Nu
Granada. Eran todos ellos "indios de fr
tera", participantes en ese espacio de r
ciones intertnicas que tambin inclu
mestizos, esclavos negros escapado
Siervos de Dios, amos de indios.
GentilezaTheBritishLibrary
Moctezuma vasallo voluntario del rey de Espaa? Grabado espaol del siglo XVIII.
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HISTORIAS Y REEMERGENCIAS DE LOS PUEBLOS INDGENAS
renegados polticos en conflictos y alianzas
con comerciantes, pioneros y militares.Existe un tercer caso lmite en el mundo
colonial: las sociedades indgenas que nunca
se plegaron a la dominacin europea y crio-
lla. Muchas habitaban en las selvas amazni-
cas y de Yucatn, en los montes y sabanas
interiores del continente. Tuvieron poco o
ningn contacto directo con poblaciones
coloniales, lo que no significaba un total des-
conocimiento de ellas. Ms bien, puede
decirse que su condicin de refugio fue una
respuesta a la situacin colonial.
Si el consentimiento de los vencidos con el
orden colonial fue, en cierto modo, inevita-ble, tambin lo fueron las manifestaciones
de resistencia. Estaban motivadas tanto por
la nostalgia de lo que se haba perdido como
por el deseo de hacer cumplir las bondades
de la civilizacin que Occidente no cesaba de
prometer. Por ejemplo, aunque el ayllu andi-
no la comunidad local de parentesco fue
rediseado para servir a la economa poltica
colonial, continu siendo un punto de refe-
rencia para la reproduccin cultural de los in-
dgenas. Las propias Leyes de Indias tambin
funcionaron como espacios de negociacin
del dominio, al posibilitar litigios contra enco-
menderos o la obtencin de ttulos de tierras
para las comunidades. Las rebeliones y moti-
nes de los indios sojuzgados fueron constan-
tes, y las guerras llegaron a ser endmicas enalgunas zonas fronterizas. Entre las primeras,
el Taqui Ongoy fue un movimiento milenaris-
ta que se expandi por las sierras del Per en
el siglo XVI buscando volver el mundo atrs.
Guerras importantes se libraron en los actua-
les Valles Calchaques de la Argentina duran-
te el siglo XVI y XVII. Ms al sur, los espaoles
se encontraron con la vigorosa oposicin
reche (hoy mapuche), que abri el largo cap-
tulo de la llamada Guerra de Arauco. En la
actual Guatemala y sur de Mxico, distintos
grupos mayas montaron fuertes resistenciasentre los siglos XVI y XVIII. A principios del
siglo XVIII se produjo la ltima gran tentativa
indgena de frenar la colonizacin ganadera
del norte del Brasil la "guerra de los brba-
ros" que termin con la masacre y extincin
de muchos grupos tapuya.
Hay que resaltar que estas rebeliones, al
tiempo que suponan la defensa de autono-
mas por parte de los grupos indgenas,
tambin eran formas violentas de crear
interdependencias entre los colonizadores,
los "indios amigos" y los que se negaban a
someterse. Las grandes insurrecciones andi-
nas de fines del siglo XVIII lideradas, entre
otros, por Tupac Amaru y Toms Katari,
muestran que la restauracin del Incario que
propugnaban no exclua complejas alianzas
intertnicas, diversidad de orgenes de los
revolucionarios y una fuerte cohabitacin
de tradiciones europeas y nativas. Por lo
tanto, se puede concluir que el dominio
colonial transform al mundo-otro en mun-
do indio, y a lo largo del tiempo estable-
ci ciertas continuidades y rupturas entre lo
que eran los "indios" al inicio del contacto ylos "indios" del final de la colonia.
HACIA 1880:"ESTADOS EXPROPIADORES"
A mediados del siglo XIX, el rgimen colonial
se haba disgregado casi por completo, salvo
en Cuba y Puerto Rico, que todava perma-
necan bajo dominio espaol. Las nuevas
repblicas levantadas tras guerras de inde-
pendencia y luchas civiles se sostuvieron en
MuseoHistricoNacional
Indios dciles y sensatos: representacin del Campamento de Matorras en el claro,leo de T. Cabreras (1774).
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Cul es el impacto del trmino
"indio", el exitoso error de Coln quedevino categora social y jurdica discri-
minatoria durante la colonia y llega
hasta hoy con sentidos semejantes?
"Indio" es el signo de dos procesos lle-
vados a cabo desde la colonia: la frag-
mentacin de las sociedades indge-
nas y la consiguiente rearticulacin de
sus miembros como poblacin venci-
da. Guillermo Bonfil Batalla deca
que "al indio lo crea el europeo, por-
que toda situacin colonial exige la
definicin global del colonizado comodiferente e inferior". El trmino
"indio" refiere a una forma de huma-
nidad incompleta, supuestamente
transitoria, que se liga a Europa y, lue-
go, a una Amrica Latina europesta, a
travs de lo que le falta, de lo que la
separa de ellas. Esa brecha, sin embar-go, no se cierra nunca, pues los meca-
nismos ideolgicos de la civilizacin
requieren que los indios sigan siendo
indios. En el imaginario colonial an
vivo, ser "indio" es un "todava no",
un "casi" humano puesto bajo la mira-
da escrutadora del amo que siempre
identifica en l una falla que lo
devuelve al "estado salvaje". Para
quin se pone en el lugar del "civiliza-
do", la palabra "indio" convoca lo que
ms se desea salvar y hacer progresary, a la vez, lo que ms se desprecia y
teme. La ambivalencia comenz en
el momento en que se estableci este
cdigo para fragmentar y homogenei-
zar las sociedades "precolombinas" sin
poder nunca evitar que por sus bordes
afloraran oblicuamente las experien-cias de los dominados. Porque "indio"
no es slo la imagen del dbil, sino
tambin el poder del dbil. Precisa-
mente por este carcter doble, y desde
el punto de vista de los indgenas,
"indio" se presenta desde hace mucho
como una herramienta disponible
para interpelar al dominador. Las
sucesivas resistencias y rebeliones y la
actual reemergencia son actos de
"apropiacin" de lo "indio", el ele-
mento cultural ms ajeno a las tradi-ciones originarias y ms fuertemente
controlado en sus significados por el
sector dominante, pero a la vez el ms
ntimamente ligado a la historia de
este sujeto colonial.
LA AMBIGEDAD DE LA DOMINACIN: EL "INDIO" Y SUS BORDES
los ideales emancipadores europeos que
combinaban liberalismo econmico-poltico
y nacionalismo. Incluso el Imperio del Brasil,
proclamado en 1825, haca lugar a la doctri-
na liberal en su constitucin monrquica.
La creacin de los Estados nacionales
estuvo acompaada de un discurso de ciu-
dadana universal: la repblica es "para
todos". "Todos", en rigor, eran aquellos
sectores sociales, numricamente nfimos,
que podan sentirse representados por un
modelo de hombre individual y propietario y,
por lo tanto, libre e igual. Al transformarse
en realidad, esta visin del mundo produjo
efectos desastrosos entre los indgenas. En
las tierras altas, los ataques de los liberales al
patrimonio fundiario de los antiguos enco-
menderos y la Iglesia afectaron al de las
comunidades indias bajo su control que an
conservaban ciertos derechos colectivos
sobre sus tierras. Cuando se estableci por
ley que la propiedad de la tierra slo poda
demostrarse mediante ttulos individuales,
se reinici el ciclo de disgregacin de territo-
rios y el desarraigo de la poblacin. Surga,desde el punto de vista indgena, el Estado
expropiador, como lo denomina Bartolom.
Sobre esta poblacin indgena desterri-
torializada, los nuevos dueos legales de
las tierras rearticularon su dominio sobre la
base del peonazgo por deudas, el concha-
vo, el concertaje, el arriendo y otras formas
de arreglos "personales y tradicionales"
entre el patrn y el indio (denominado yana-
cona, huasipungo, inquilino, mediero, arren-
derro segn las regiones y pases). En fin, con
las nuevas repblicas los indios se vieron e
nmicamente "libres": para vender merc
cas (sobre todo su propio trabajo) y p
comprar productos en un mercado que,
embargo, no exista ya que casi todo dep
da de la coaccin extraeconmica. Po
camente, los indios tambin eran "libres
"iguales", pero sus derechos civiles slo f
cionaban como coartada jurdica para
contratos de compra-venta, mientras sus
rechos polticos eran recortados por un sin
de disposiciones coloniales y racistas (co
la negativa al derecho el voto).
Junto a la "liberacin de los siervos" p
gonada por las clases dominantes criollas,
nuevas naciones emprendieron la reconq
ta de las fronteras coloniales y la colonizac
de las supuestas "tierras vacas". Hacia fidel siglo XIX, las llamadas Conquistas del
sierto (Pampa-Patagonia) y del Desierto V
de (Chaco argentino) encuentran parale
con las campaas de Pacificacin de la Ar
cana lanzadas por Chile contra los ma
ches o las razzias contra los chiriguanos
Bolivia hacia 1892. Poco tiempo despus
expansin de la frontera amaznica de Pe
Ecuador, Colombia, Bolivia y Brasil en bu
de caucho cost miles de cadveres de ind
y mestizos. En todos estos casos, las dirigUn indio rebelde vale unsouvenirfotogrfico. QuintnLame es arrestado en 1915 en Colombia.
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HISTORIAS Y REEMERGENCIAS DE LOS PUEBLOS INDGENAS
cias, asociadas a intereses empresariales
nacionales y extranjeros, vieron en los indge-
nas un obstculo que deba superarse para la
construccin de sociedades y mercados
nacionales "integrados al mundo" de la po-
ca. Frente a la profeca civilizatoria de "ordeny progreso" que las lites morales crean
ineluctable, las poblaciones indgenas fueron
condenadas a la "extincin natural" o "asisti-
da", esto es, a la muerte o a la desarticula-
cin de sus sociedades que, en el mejor de los
casos, las transformaba en viveros de campe-
sinos y proletarios rurales dependientes de
sus patrones o del Estado.
La conquista republicana nacional y la
penetracin de relaciones capitalistas no fue-
ron aceptadas pasivamente por las poblacio-
nes indgenas; quienes en varias ocasiones serebelaron en la defensa de la tierra. En el
norte de Brasil, entre 1835 y 1850 explotaba
la Cabanagem, una larga insurreccin de tri-
bus indgenas, indios destribalizados y mesti-
zos contra la opresin de la clase propietaria.
En 1874, en la Argentina se sublevaron los
kollas de la Puna contra los impuestos del
an vigente Marquesado de Yavi. Ya en el
siglo XX, muchas de las poblaciones venci-
das en las campaas de fronteras siguieron
resistiendo su reduccin en colonias y misio-
nes, como lo atestigua el caso de los milena-
rismos guaycures en el Chaco hasta los
aos veinte del siglo pasado. Para esa misma
poca se iniciaba en el Per una serie de
importantes levantamientos campesinos
contra los gamonales, los propietarios de
latifundios. En Colombia durante el siglo XIX
y principios del XX se produjeron varias
revueltas de indios, entre las que destacan las
de los indios pez o nasa al mando de
Quintn Lame. En Mxico, durante el siglo XIX
los indgenas de Yucatn protagonizaron la
"guerra de castas", mientras ms al norte,
los indios yaquis y apaches todava defendansu territorio contra los rancheros criollos. Ms
tarde, en 1910 estallaba la revolucin mexi-
cana de base agrarista en la que participaron
ingentes ejrcitos de campesinos indgenas.
1940 Y ALREDEDORES:"ESTADOS INDIGENISTAS"
No es casual que la experiencia poltica
mexicana condujera, tras varios decenios de
"revolucin congelada", al primer Congreso
Indigenista Americano, celebrado en Ptz-
cuaro en 1940. El congreso dot de estatu-
to internacional al mentado problema ind-
gena y expandi a toda Latinoamrica los
ideales de reparacin histrica e integracin
nacional del indio. Incluso encontr eco elmodelo indigenista brasileo inaugurado
por el mariscal Rondn en 1910 con sus
expediciones al Mato Grosso y su discurso
de "proteccin fraternal" de los indios.
El primer indigenismo fue una poltica de
Estado tendiente a desarrollar acciones com-
pensatorias hacia el sector indgena margi-
nado durante el perodo de las repblicas
liberales. Su objetivo era dirigir y administrar
racionalmente la incorporacin de los indios
a la nacin la nacionalizacin del indio
recurriendo a la dosificacin controlada demodelos de conducta civilizados. Al calor de
estas polticas se crearon organismos guber-
namentales que fomentaban la entrada de
los indios a la economa, sociedad, poltica y
cultura nacionales interpelndolos como
"campesinado". Los principales programas
indigenistas se centraron en la reforma agra-
ria, la educacin, la cooperativizacin y la sin-
dicalizacin, todas ellas vas de conexin con
la burocracia estatal y los partidos nacional-
populistas de la poca. En los pases donde se
realizaron reformas agrarias entre los aos
treinta y setenta, los efectos sobre los indge-
nas variaron segn la profundidad de los
cambios. En Mxico, el indigenismo estuvo
muy ligado a la dislocacin de estructuras
latifundistas y al cambio en el rgimen de
tenencia de la tierra y de produccin (ejidos y
cooperativas). Algo semejante ocurri con la
revolucin boliviana de 1952 y, en menor
medida, en los procesos chileno y peruano.
Qu idea de nacin conllevaba el indige-
nismo clsico? Con el objetivo de integrar a
los indgenas, la nacin era concebida como
una comunidad an en formacin, por loque deban subrayarse todos los rasgos que
unificaban, descartando los que podan
generar divergencias. En este modelo de
nacin los gobiernos fomentaban una sola
lengua el castellano o portugus, una
sola religin la catlica, la idea de un
territorio indiviso la patria y la nocin de
una nica "raza" la blanca o al menos el
ideal racista del "blanqueamiento". Es tan
cierto que la idea de nacin ha sido la clave
emancipadora del dominio colonial como
que sus beneficios no han sido los mismos
para todos a los que representaba. La nacin
llega a funcionar como una fuente de opre-
sin que, a travs de mecanismos simblicos
y materiales, conduce a la sistemtica exclu-
sin de la ciudadana de ciertas tradiciones
y grupos de la "gran familia" nacional. Es el
caso de los indios. Frente a los valores
nacionales, sus religiones se tornaron
"supersticiones", sus lenguas, "segundas
lenguas" o "dialectos", su "raza", cobriza,
sus tierras y fuerza de trabajode propieta-
rios particulares o del fisco. Y todo esto sin
perjuicio de los ensayos de intelectuales y
artistas que al mismo tiempo "indigeniza-
ban" las representaciones europestas de la
nacin, como fue notable en Mxico y lospases andinos. En resumen, ante el indige-
nismo clsico, los indios se vieron confron-
tados a una integracin nacional excluyente
en la cual no participaban como actores
decisorios ni decisivos, mientras sus "dife-
rencias" con la nacin eran licuadas en la
profeca del mestizaje latinoamericano.
Dejamos planteado el interrogante: a los
indios les hace falta ms nacionalizacin o
ms ciudadana? Nacin y ciudadana
siempre van juntas?
Asimetra indigenista. Un indio desconocido es abrazado pel presidente Siles Suazo.
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0 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES
AHORA: REEMERGENCIAS
Las noticias nos hablan de confederacio-
nes y partidos indgenas, centros cultura-les y universidades indgenas, constituciones
y leyes que los amparan y, con ms insisten-
cia, de la creciente movilizacin poltica de
estos grupos en distintos lugares de Amrica.
Qu ha cambiado en el pulso de las socie-
dades y los Estados latinoamericanos para
que el proyecto de integracin nacional,
excluyente y homogeneizador, que "escon-
da" a los indios bajo la alfombra, haya sido
sustituido por otro orientado hacia su visibili-
zacin dentro del "nosotros" de la nacin?
Existe cierto acuerdo entre los analistas en
que el fenmeno de la reemergencia ind-gena se enmarca en un proceso social para-
djico y contradictorio que abarca a la regin
en su totalidad. Bsicamente, resulta de
una combinacin de cuatro factores: el pro-
ceso de democratizacin iniciado en los
aos ochenta; el impacto de los movimien-
tos internacionales de derechos humanos y
ecologistas; los efectos de la reforma del
estado y del ajuste estructural de los noven-
ta y las experiencias de lucha y formas orga-
nizacionales previas.
A partir de los sucesivos "retornos dem
crticos" comenz un proceso de reorgazacin de la sociedad civil (legalizacin
libertades de asociacin y derechos de vo
que posibilit nuevas oportunidades p
reconstruir la histrica demanda indge
A esto contribuy el aumento y complej
cin de una red de lazos con movimien
ecumnicos de defensa de derechos en
los que los indgenas haban encontra
apoyo para presionar a los Estados nacio
les ya desde los aos setenta. Sin embar
el principal factor que aceler las condic
MESTIZAJE Y NACIN
Mestizaje es una nocin cuyo uso
sugiere significados contrapuestos.Del lado "oficial" y del sentido
comn, el mestizaje es una ideologa
de fusin de las diferencias (biolgi-
cas y culturales). Del lado "crtico",
remite a un proceso abierto de dife-
renciacin constante donde no hay
punto de fusin, ni crisol posible. Las
naciones latinoamericanas edifica-
ron sus ideologas nacionalistas
sobre la primera nocin de mestiza-
je, elevando las ideas y valores de lo
mestizo
llmese criollo, cholo oladino a smbolos de sus nacionali-
dades. Bajo esta aparente democra-
cia se encubren otras posibilidades
identitarias, pero, sobre todo, se des-
conoce el proceso de diferenciacin
social y cultural que hace surgir
"diferencias" impensadas. El punto
clave de esta ideologa es el estable-
cimiento de una jerarqua entre los
tipos de fusin deseables y los grados
de esa fusin. As, bajo la nocin
genrica de mestizo puede entrar el
patrn criollo criollo por ser ameri-cano, el profesional liberal "gringo"
criollo por aclimatado o hijo de
inmi-grantes, el mestizo propiamen-
te dicho los mistis andinos, que tie-
ne orgenes indios y "espaoles" o la
chola que es una "india en la ciu-
dad". Los "indios-indios", como se
dice, quedan como los menos "mez-
clados", los ms puramente no-mesti-
zos y, por ello mismo, los que debenser integrados, es decir, "acriollados",
"ladinizados", "cholificados". Las for-
mas histricas concretas del uso del
mestizaje sea pensado como "cru-
za" o como "educacin" hacia el
"blanqueamiento" revelan que tras
la ideologa nacional de la mezcla
reaparecen los estatutos de pureza
racial en los dos extremos: la buena
sangre de las elites (los "blancos" o"blanqueados") y la sangre salvaje
del indio (a veces mala pero tambin
buena para los romnticos).
La nacin mestiza mexicana y Malinche. leo de Antonio Ruiz, Sueo de Malinche, 1939.
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HISTORIAS Y REEMERGENCIAS DE LOS PUEBLOS INDGENAS
nes de la reemergencia fue el proceso de
reforma del Estado. Hay que entender por
ella un momento ms del proceso formati-
vo del Estado en Amrica Latina en el que
se redefinen los ejes de la dominacin social
y las coordenadas de gobierno en el con-
texto de una internacionalizacin acelerada
de mercados, regmenes jurdicos y movi-
mientos de protesta. As, desde los aos
noventa puede observarse la paradoja de
una "democracia neoliberal" que, mientras
por un lado incentiva proyectos de participa-
cin, descentralizacin, autonoma, toleran-
cia y pluralismo, por otro "ajusta" al mximo
la distribucin de recursos sociales y econ-
micos en la poblacin. La retrica del Estado
"eficiente" se traduce en una creciente mar-
ginacin de los indgenas como ciudadanos
y un veloz deterioro de sus condiciones dereproduccin material y cultural. En efecto,
han aumentado los ritmos de concentracin
latifundista en manos privadas (nacionales y
extranjeras), pasando por encima de las tie-
rras indgenas (por lo general ya transforma-
das en minifundios o con ttulos precarios) y
generando la expulsin de grandes nmeros
de campesinos que van a las ciudades, al
extranjero o quedan como poblacin "sin
tierra". Esto, a su vez, provoca la baja de
salarios y a la expansin del hambre en el
campo y las ciudades. En paralelo, se produ-
ce el debilitamiento de las organizaciones
"nacionalizadoras" creadas por el Estado
benefactor en el marco de las reformas agra-
rias sindicatos y cooperativas, a partir de
las que gran parte de la poblacin rural
haba sido incorporada al mbito civil y polti-
co. En el contexto de la democracia neolibe-
ral, muchos indios, que antes haban sido
interpelados por el Estado benefactor, auto-
ritario y paternalista como poblacin rural
nacional, campesinos o trabajadores sindica-
lizados del campo, hoy se reorganizan como
"pueblos indgenas" aprovechando, sin du-
da, la experiencia poltica adquirida en la vi-da sindical y cooperativa de antao. En estos
casos, la reemergencia indgena supone la
convergencia entre dicha experiencia histri-
ca de lucha y la revitalizacin de una identi-
dad indgena tras dcadas de desindianiza-
cin. Si antes se pas de indio a campesino,
ahora se pasa de una identidad campesina a
la de pueblo indgena.
El reencantamiento de la memoria de
esas pocas que se atisba en muchas de
las demandas indgenas tiene, no obstan-
te, sus lmites. En primer lugar, como esevidente, hoy el reclamo se sostiene en la
lucha por la autonoma basada en la iden-
tidad "propia", antes negada por el discur-
so del "campesino indgena" o el "indio
nacional" del indigenismo asimilacionista.
En segundo lugar, la actual reemergencia
se distingue por poner en juego otros or-
genes. En efecto, los procesos de naciona-
lizacin de indios antes referidos no se die-
ron del mismo modo a lo largo de Amrica
Latina. En muchas zonas coincidentes con
las fronteras internas de los Estados nacio-
nales, los indgenas conservaron, en los
hechos, una mayor autonoma relativa, a
pesar de que en esas reas el Estado
El gobierno boliviano en manos de un indio? El presidente Evo Morales es coronado "ldersupremo" (Apu Mallku) el 21 de enero de 2006.
MaxiFailla
Indgenas deforestados (Brasil).
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2 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES
se activ en el marco del conflicto entre el
latifundio y el Estado "benefactor"o no
como en tierras altas, sino frente a la "ame-
naza de extincin" en la que el mismo Estado
participaba (la palabra etnocidio surge en los
setenta para describir esta situacin). En estos
casos hay que entender por reemergencia no
tanto la recuperacin de una memoria ind-
gena marginada por la nacin algo que no
se verificaba en las zonas selvticas y semide-
srticas, sino la primera experiencia de
conexin entre las sociedades indgenas y la
accin poltica para revertir una situacin
lmite que afectaba su misma existencia.
Al no tener eco en los gobiernos nacionales
ni en los sindicatos, las demandas de los ind-
genas de tierras bajas se canalizaron a travsde comunidades de base de iglesias catlicas
o protestantes y en las nacientes ONG. La
resonancia internacional que adquirieron las
denuncias de exterminio puso de relieve el
papel de legitimacin jugado por las llamadas
"comunidades de conocimiento" bilogos,
eclogos, antroplogos, socilogos, aboga-
dos, misioneros, trabajadores sociales, etc.,
y otros activistas globales, a los que se agre-
garon, desde los noventa, agentes de de-
sarrollo de organismos multilaterales, como
el BID y, el Banco Mundial, o internaciona
como la Comunidad Europea.
La voz indgena fue cobrando mpetu de
mano de dos discursos justificadores: la
fensa de los derechos humanos y, desde fi
de los ochenta, el discurso ambientalis
configurando as una estrategia poltica in
gena de "accin global". Este proceso h
eclosin en 1992 durante la Cumbre de R
Eco 92 y los contrafestejos del Qui
Centenario del "Descubrimiento de Am
ca". Desde entonces, estas alianzas tcti
de mutuo inters (en las que los cientfico
"agentes de desarrollo" recurren a
"saberes locales" de los indgenas para le
timar sus actividades) han atravesa
malentendidos y reformulaciones a medque las organizaciones indgenas cobrab
mayor autonoma para determinar su ag
da poltico-cultural y avanzaban simultn
mente en las escalas locales, regionales,
cionales e internacionales.
En cualquier caso, hoy la movilizac
indgena continental tiende a aunar,
disolver, las diferentes experiencias hist
cas de ser un sujeto indio colonizado
de "indios nacionalizados" y las de "ind
de frontera" particularidades que no es
foment violentos procesos de "extrac-
cin" de riqueza y trabajo a travs de
empresas de colonizacin oficial o privada.
En las fronteras, por su condicin de tales,
una vez ms la "civilizacin" se antepuso
como objetivo tctico a la "nacionalizacin",
es decir, se privilegi la "humanizacin" de
los "salvajes" sobre hacerlos "compatrio-
tas". En esto sigue pesando el acendrado
prejuicio acerca de los cazadores-recolec-
tores que viven en ese hbitat y que suelen
ser descriptos como holgazanes, improduc-
tivos y, por ello, mismo "salvajes" en com-
paracin con las "civilizaciones indias" agr-
colas y la sociedad industrial. Entre los
muchos ejemplos de traduccin de estos
prejuicios en muertes, cabe mencionar ladesarticulacin demogrfica y cultural de los
xavantes luego de la apertura de la ruta
transamaznica en el Brasil del milagro
setentista o la migracin desde los sesenta
de los indgenas sin tierra de la sierra perua-
na, quienes, en busca de "oportunidades de
progreso", se emplean en las empresas
extractivistas de la selva y terminan enfren-
tndose con los indgenas que las habitan.
Vemos entonces que el proceso organiza-
tivo de los indgenas de las tierras bajas no
IWGIA
Reemergencia en tierras altas: organizaciones indgenas exigen la renuncia del presidente ecuatoriano Jamil Mahuad en el ao 2000.
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HISTORIAS Y REEMERGENCIAS DE LOS PUEBLOS INDGENAS
MBITOS DE DISPUTA Y DEMANDASDE LOS PUEBLOS INDGENAS
ESTATUS JURDICO:QUINES Y CUNTOS
SON (LEGALMENTE) LOS INDIOS?
Si indgena debiera ser hoy un ciudadano que
goza de los derechos individuales comunes a
todos y, a la vez, de derechos especiales deri-
vados de pertenecer a un colectivo particular,
quin establece y cmo los criterios para
determinar a esa persona jurdica? En este
campo, la principal demanda del movimiento
indgena es el derecho a la autodefinicin,
individual y grupal. Esto supone una negocia-
vieron ni estn exentas de generar conflic-
tos entre los propios indgenas.
En las estrategias de reivindicacin del
movimiento indgena podemos sealar un
fuerte nfasis en planteos legales. La juridi-
zacin de la cuestin indgena es conse-cuencia directa de las reformas constitucio-
nales ocurridas en las ltimas dcadas en
los pases latinoamericanos, que reconocie-
ron por primera vez a los indgenas como
ciudadanos portadores de ciertos "dere-
chos especiales" derivados de su situacin
de "preexistencia". Estos derechos colecti-
vos aluden, en general, al respeto y protec-
cin a la autonoma cultural, de lo cual se
derivan los derechos a la tierra y al territo-
rio, al autogobierno y a la participacin
poltica, al desarrollo econmico-social, a laidentidad, a la educacin bilinge, etc. Al
reconocimiento constitucional se le agrega
un conjunto de leyes o estatutos indigenis-
tas en los niveles nacional y provincial.
Finalmente, existe un paraguas legal inter-
nacional que ha contribuido de modo fun-
damental a la estrategia jurdica de los pue-
blos indgenas. Nos referimos al Convenio
169 de la OIT, refrendado por varios pases
latinoamericanos, entre ellos la Argentina,
en el que se menciona explcitamente a los
indgenas como "pueblos", suponiendo en
ello sus derechos a la "autodeterminacin".
Este cuadro de reconocimiento jurdico pro-
vee justificativos importantes para la lucha
indgena que busca hacer efectivos los dere-
chos que los Estados dicen proteger y que,
no obstante, se violan constantemente
mediante maniobras administrativas y dila-
ciones polticas, muchas veces con la com-
plicidad de los propios organismos de
gobierno encargados de hacerlas respetar.
La rebelin del Ejrcito Zapatista de
Liberacin Nacional (EZLN) constituye una
excepcin parcial a la juridizacin, ya que esproducto tambin de las negativas del
gobierno mexicano a las demandas legales
que venan realizando las poblaciones
mayas desde diez aos antes de las hostili-
dades. La va insurreccional tambin la en-
sayaron algunos grupos aymaras en Bolivia,
pero tuvo poca incidencia. En otros casos
como en Per y Colombia, muchos indge-
nas quedaron atrapados en el medio de
luchas entre el ejrcito y las organizaciones
guerrilleras.
cin con las categorizaciones de los gobier-
nos que, an hoy, recurren a supuestos ras-
gos "objetivos" para definir y medir el grado
de indianidad, sin consultar a los propios inte-
resados. Por ejemplo, no faltaron censos ind-
genas que, sobre la base de criterios queidentificaban lo indgena nicamente con
una poblacin rural o con la presencia de una
lengua verncula, dejaron sin contar todos
aquellos indgenas que vivan en ciudades o
haban dejado de hablar su idioma. En la
Argentina, el ltimo censo de 2001 seala
alrededor de 280.000 hogares con al menos
un miembro indgena. Se impone la pregun-
ta: Aument tanto la poblacin indgena o
cambiaron los criterios de medicin? Vemos,
Constitucin Nacional de 1994.
Captulo IV, Atribuciones del
Congreso.
Artculo 75. Corresponde
al Congreso:
17. Reconocer la preexistencia tnica
y cultural de los pueblos indgenas
argentinos.
Garantizar el respeto a su identidad yel derecho a una educacin bilinge
e intercultural; reconocer la persone-
ra jurdica de sus comunidades, y la
posesin y propiedad comunitarias
de las tierras que tradicionalmente
ocupan; y regular la entrega de otras
aptas y suficientes para el desarrollo
humano; ninguna de ellas ser enaje-
nable, transmisible ni susceptible de
gravmenes o embargos. Asegurar su
participacin en la gestin referida a
sus recursos naturales y los dems
intereses que los afecten. Las provin-cias pueden ejercer concurrentemen-
te estas atribuciones.
ARGENTINA
Constitucin de 1995.
Ttulo Primero, Captulo I.
Artculo 4.La nacin mexicana tiene una com-
posicin pluricultural sustentada ori-
ginalmente en sus pueblos indgenas.
La ley proteger y promover el de-
sarrollo de sus lenguas, culturas, usos,
costumbres, recursos y formas espec-
ficas de organizacin social, y garan-
tizar a sus integrantes el efectivo
acceso a la jurisdiccin del Estado. En
los juicios y procedimientos agrarios
en que aquellos sean parte, se toma-
rn en cuenta sus prcticas y costum-
bres jurdicas en los trminos que
establezca la ley.
Artculo 27.
VII. Se reconoce la personalidad jur-
dica de los ncleos de poblaciones eji-
dales y comunales y se protege su
propiedad sobre la tierra, tanto para
el asentamiento humano como para
actividades productivas. La ley prote-
ger la integridad de las tierras de los
grupos indgenas.
MXICO
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4 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES
pues, que la determinacin de "quin es
quin" es, ante todo, un hecho poltico de la
reemergencia en la que estn involucrados
tanto indgenas como no indgenas, ya que
de la identificacin de los sujetos y de su
peso demogrfico dependen la asignacin
de recursos, el diseo de polticas pblicas y
las estrategias de legitimacin de los pro-
pios indgenas. La lucha por el reconoci-
miento legal del principio de autoidentifica-
cin considerado un derecho humano
slo se entiende en el contexto de fortaleci-
miento de la conciencia indgena que deja
atrs el estigma que antes obligaba a
esconder la indianidad.
TIERRA Y TERRITORIO:LOS INDIOS DEMANDANMUCHAS TIERRAS?, ATENTANCONTRA LA SOBERANA TERRITORIAL?
El derecho a la tierra y el territorio justifica la
ms fundamental de las demandas indge-nas y hace a las reivindicaciones de equidad
material. Las organizaciones indgenas siem-
pre han visto en el reclamo de tierras (titula-
cin, demarcacin, devolucin, expropia-
cin, etc.) un foco de cohesin poltica: "la
lucha por la recuperacin de nuestras tierras
es la que ms nos une", declara el Consejo
Regional Indgena del Cauca, Colombia.
Para los indios, la tierra (suelo y recursos
naturales) no es slo un medio u objeto de
produccin, tambin es el entramado sim-
blico de la identidad y la reproduccin del
grupo y su cultura. Por esta razn, en la
gran mayora de los casos, las organizacio-
nes indgenas reclaman que las tierras sean
devueltas a ttulo comunitario.
En Brasil, hay fuertes intereses que se opo-
nen al avance del gobierno en los progra-
mas de identificacin y demarcacin de tie-
rras indgenas. Hacendados, empresas de
energa, compaas mineras, buscadores de
oro y militares sostienen que, dado el dficit
de tierras en Brasil, hay "mucha tierra para
pocos indios", quienes, adems, son consi-
derados "improductivos". Contra este lugar
comn del discurso racista del desarrollo
antroplogo Pacheco de Oliveira ha des
cado que la mayora de las tierras sin p
duccin estn bajo control latifundista. E
circunstancia provoca una presin camp
na que se intenta desviar hacia reas "vas" pero que, en realidad, estn habita
por indgenas. Por otra parte, la supue
improductividad de la economa aborig
tiene que ver con que sta no se orienta
obtencin de una ganancia, sino que
inserta en ciclos de reciprocidad que dis
buyen la riqueza socialmente producida.
eso, el derecho a la tierra, junto con el
autonoma, involucra la posibilidad de d
ar estrategias productivas sustentab
basadas en las propias tradiciones cultura
(etnodesarollo). La lucha por territorios ingenas va ms all del reclamo de tierra q
en buena medida, tambin es extensibl
campesinados de memoria no indge
(como los "sin tierra"). Se busca el con
de un espacio un territorio ancestral q
abarca el reclamo de autonoma poltica
mayora de las organizaciones indge
reclaman territorios autonmos dentro
Estado, lo que implica el desafo de cr
modos de ejercer la soberana estatal m
inclusivos y menos homogeneizantes. E
sera el objetivo poltico de mxima del EZ
pero lleva un largo tiempo disipar la paran
de los gobiernos que, con un ojo en las r
ciones internacionales, no pueden enten
el reclamo territorial ms que como la alte
No bastan las leyes. En Panam, los kuna hacen cumplir la demarcacin de sus territorios.
AlejandroParellada/IWGIA
Enfrentamiento por tierras en Brasil.
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cin de equilibrios geopolticos. Actualmen-
te, los procesos ms avanzados para crear
rgimenes de autonoma territorial tnica
tienen lugar en Nicaragua (el caso Awas
Tingi en la costa Mosquito) y en las zonas de
resguardos indgenas en Colombia.
IDENTIDAD CULTURAL:EL INDIO "TIENE" CULTURA?
El derecho a identidad cultural supone una
lucha por afirmarse y afirmar, contra los
poderes vigentes, el valor positivo de las cos-
tumbres tradicionales y, en especial, las len-
guas vernculas, la espiritualidad y las visio-
nes histricas indgenas. En el siglo XIX,
cuando se le dio un sesgo antropolgico al
sentido de cultura, se pensaba que los indios"tenan" algo de cultura, pero no mucho. En
el siglo XX, la antropologa pens que los
indgenas constituan "culturas" diferentes,
pero luego, por los procesos de colonizacin,
"perdieron" esa diferencia cultural (se asimi-
laron y aculturaron como "campesinos",
"villeros", etc.). Hoy la antropologa y las
ciencias sociales piensan que la cultura es un
proceso de creacin y recreacin de formas
de vida. Los pueblos indgenas se muestran
como hacedores de cultura y, ms precisa-
mente, de de su identidad a partir de lo que
consideran su cultura. Las discusiones en tor-
no a los programas de interculturalidad y
bilingismo en la educacin, los proyectos
de escrituracin de lenguas orales, los talle-
HISTORIAS Y REEMERGENCIAS DE LOS PUEBLOS INDGENAS
IWGIA
res de (contra)memoria histrica, las repa-
triaciones de restos humanos exhibidos en
museos, la produccin de artesanas, etc.,
muestran un activo mbito de recreacin
cultural de la identidad indgena, en el que
estas siempre en discusin con las ideas y
los valores de los no indgenas se revelan en
su valor emocional, tico y poltico. En estos
procesos se evidencian herramientas como
el video, la televisin, la radio e Internet
como potenciadores de la autorrepresenta-
cin y divulgacin de la identidad cultural y
la perspectiva poltica indgena.
AUTOGOBIERNO Y PARTICIPACIN:LOS INDIOS ESTN "POLITIZADOS"?
Las reivindicaciones antedichas solamente
cobran sentido dentro del reclamo de mayor
y mejor participacin poltica. Hoy no sola-
mente se lucha por derechos polticos o por
cuotas de representacin en los partidos
polticos y la administracin pblicas, sino
que tambin se pugna por el derecho al
autogobierno. El objetivo primordial es ase-
gurar una participacin ciudadana efectiva
no subsidiaria ni formal que controle el
proceso de decisin y la eleccin de represen-
tantes sobre asuntos de vital importancia
para el pueblo: la economa, la salud, la
vivienda, la cultura y la administracin de jus-
ticia. Slo a partir de estas posibilidades reales
de etnodesarrollo podrn combatirse la mise-
ria que campea entre los pueblos originarios.
Los indgenas no estn "politizados" en el
sentido peyorativo del trmino. Slo quie-ren hacer cumplir sus derechos y crear
otros, pretensin que por cierto exacerba
prevenciones respecto a que "se pasaron
de la raya" o estn comenzando a "faltar el
respeto". Lo cierto es que los pueblos ind-
genas estn adquiriendo voz y capacidad
de accin poltica para mostrar en un nuevo
escenario lo que desde la conquista, infini-
ta?, se impuso como una necesidad: articu-
lar una utopa de regeneracin en las duras
condiciones del despojo.
Indios y mexicanos, pero de otro modo. Formacin del EZLN ante la bandera mexicana.
Repatriacin de los ancestros. Los ranqueles muestran sus respetos al cacique Mariano Rosas.
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6 EXPLORA CIENCIAS SOCIALES
La revitalizacin actual de las culturas eidentidades aborgenes llevada adelan-
te por las organizaciones polticas indge-
nas y sus aliados no indgenas, lejos de bus-
car "resolver" unilateralmente un supuesto
"problema indgena", muestra la necesi-
dad de disolverlo y replantearlo en el marco
ms amplio del problema de la ciudadana,
la democracia y el Estado-nacin en Lati-
noamrica. Ante el desafo de los "indios"
categora que ha mutado a lo largo de la
historia, se trata de recrear aquellas abstrac-ciones de modo que respondan a un doble
plano de justicia: el del reconocimiento de la
diferenciacin y el de la distribucin de la
riqueza y de los medios para producirla. Un
Estado multitnico y pluricultural y quiz un
Estado plurinacional ser aquel que pueda
reconocer en su interior y en un pie de igual-
dad grupos de orgenes diferentes que se
siguen diferenciando entre ellos y de s mis-
mos. Y esto sin esconder la historia de sus
antagonismos, pues de ello depende ugenuina "reparacin histrica" no como c
ca prctica de justificar al reparador a p
tir del estereotipo del diferente el ge
usual, sino como un hacer justicia a lo q
se diferencia. Ser esta una comunidad en
que el reconocimiento de la diferenciac
(no slo la de origen indgena y tnico) cir
le a travs un espacio poltico siempre ten
y nunca del todo reducible a las polti
pblicas, de cuo indigenista o no.
HACIA ESTADOS MULTITNICOS, PLURICULTURALES Y PLURINACIONALES?
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AgradecimientosEl equipo de Publicaciones de la Direccin Nacional de Gestin Curriculary Formacin Docente agradece a las siguientes instituciones y personaspor permitirnos reproducir material fotogrfico y colaborar en la docu-mentacin de imgenes: New Zeland Herald (Nueva Zelanda); UNESCOPhotobank; American Museum of Natural History (EE.UU.); Museo Paulistade la USP (Brasil); Museo KHM de Viena (Austria); The British Library(Reino Unido); CIMI (Brasil); Agencia de Correos de Bolivia; MuseoHistrico Nacional; Museo Etnogrfico de la Universidad de Buenos Aires;Alejandro Parellada y Diana Vinding, de IWGIA; Maxi Failla; Luisa Barrios;Mariana Prez Amor.
Coordinadora del rea de CienciasSociales, Lic. Raquel GurevichCoordinadora del rea de DesarrolloProfesional, Lic. Silvia StorinoCoordinadora del Programa deCapacitacin Explora, Lic. Viviana CelsoCoordinadora de Publicaciones,Lic Raquel Franco
Coordinacin y documentacin,Lic. Rafael BlancoEdicin, Lic. Gonzalo BlancoDiseo y diagramacin,DG Mara Eugenia MsCorreccin, Norma A. Sosa Pereyra
www.me.gov.ar
Ministro de Educacin, Ciencia y Tecnologa,Lic. Daniel Filmus
Secretario de Educacin,Lic. Juan Carlos Tedesco
Subsecretaria de Equidad y Calidad,Lic. Alejandra Birgin
Directora Nacional de Gestin Curricular y Formacin Docente,
Lic. Laura Pitman