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La relatividad y el tiempoRelato de Rafael Úbeda
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Vino un difunto a España a gestionar un trámite que se le había
olvidado para morirse "con papeles".
Se puso en cola ante la ventanilla de la delegación del "Ministerio
de trámites para morir" puesto que se trataba de un difunto con alto
grado de urbanidad.
La cola era lenta, pero el difunto tenía toda la eternidad por delante.
El funcionario dejaba la ventanilla y tomaba café.
El tiempo pasaba.
El funcionario dejaba la ventanilla y fumaba un cigarrillo.
Y el tiempo pasaba.
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El funcionario dejaba la ventanilla y tomaba un refresco.
Y el tiempo pasaba.
El funcionario dejaba la ventanilla para tomar un tentempié.
Y el tiempo pasaba.
Y pasaba…
Y pasaba…
Cuando el difunto llegó a la ventanilla le preguntó el funcionario: “¿Qué
desea usted?”
Respondió el difunto: “Ya no quiero nada. Me agotó usted la eternidad”.
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Autor: Rafael Úbeda Márquez
© Rafael Úbeda Márquez, 2012