Post on 15-Oct-2018
14. FIFIEIRUIREYE IGAI EL ADULTERIO Y LA ELEVACIÓN
AL CIELO1
1. / ino etizaide Fitkiruire-yedi I daa etizaide nakna / iye etiyano biyano bobeie zeizaide / zeiyano jkiye etizaide / kirígako atkide yikki ñajano / ie ino aainu rokotajuide / ino guiyano infaide I
2. / kaziyuno dañe bobeie uaizuide juzikimo / alfana zeizuide jofo gíyíkí / ¿e zuai etizuizaide jkiye / dama etizaide I ie meeino aaki jofomo izaide / ini etizaizaiyu meeino duna jofomo inkzai-d e l
3. / iemo naiñeñomo lyoko-remuidi Fitkiruireye aaimo etizaiya meeino hite daño iyari I naiñeño viuíbite / ieri ino nuiñeño diga moneikote I iemo inidi hite / hiyuri irue biyaza jarikina iafodo jaui / doonuri lyokoremuidi iafodo jaaide ini biyari /
4. / iemo riide naiñeño inidi I miri jue kazido / fuiridi finoka doode yikkki rinede-di I n k finoñedike aayi kazi-dikezu doode / kue atika yikki roko riyeza / doonari rokode / ino rokoka guiyano Binkikkí iyimo jaaide ini fukadotu I
1. Allí Fitkiruireye pescaba a la luz de una antorcha. Siempre pescaba de noche. A su regreso a la casa fabricaba nuevas antorchas e iba a pescar en otra quebrada. Empacaba los pescados en un canasto y los llevaba a la casa. Allí ordenaba a su mujer que los cocinara. Luego los comía y se acostaba a dormir.
2. Después de levantarse iba nuevamente al monte a traer más madera para fabricar antorchas. Sacaba las tiras detrás de su casa y luego, él solo, iba a pescar en otra quebrada. Entretanto, su mujer se quedaba en la casa. Dormía sola en la casa mientras que su marido iba de pesca.
3. En eso llegó lyokoremui donde la mujer de Fitieiruireye, mientras que éste estaba pescando. Llegó a hacer el amor con ella, ya que estaba sola. Estuvieron juntos hasta el amanecer. Entonces regresó el esposo. Por eso, ella dijo:
—Mi esposo ya vino, vete rápido por la puerta trasera.
lyokoremui así lo hizo, pues el esposo había regresado.
4. Llegó su esposo. Traía pescado y preguntó:
—Querida, ¿estás despierta? ¿Ya preparaste el caldo de yuca? —Aún no, pues me desperté hace poco —contestó ella. —Cocina el pescado que traje, vamos a comerlo.
Ella lo cocinó, juntos lo comieron y luego Bi-nkiki se fue a la chagra. Pero antes le dijo a su esposo:
328 RELIGIÓN Y MITOLOGÍA DE LOS UITOTOS
5. / oodi imñedo / ieza nuu-yi o kazia dama kue giyikína biitoza dooita ini fakadote / fakaduano iyimo jaaide / ieri Fitkiruireyedi kaziyano aai giyikína jaaide / jaaidedi aai eirika tkde / tkfakedi bobeie tiekana ie zeite / zeiyano hite tkfaita aai diga /
6. / hitedi ini fakadote / ore Fitkiruireye o etida biiade nooireimo taireitoza / jari kazikabiñedike / ieza naayi dañe o etizaia biiade nooireimo taireitoza / nia yikki ro-koyiji kue rainayeza iraimo dooita fakadote /
7. I dañe naimkdi naiui etizaide I iye dañe etidedi moneiñena hite I hitedi nooireimo nooidedi taireke / ie daakena jarikina jaaide lyokoremui Binkiki abimo-na ¡aake / iemo ínidí taireke I taireidedi jarikina hite I jofo giyikimona aai uaidote /
8. / dk fairidi finoka I o raaza inkñedo / jü kazkikc doode I aaüno rainade yikki I atko yikkina / atídíkedí / roko I ¡faüuedi o yikiyeza dooita aai yikitate / ino guite I ie zaai guiyano aai diga dañe raarizaide / inomona dañe bobeie a tke zeda /
5. —No has dormido, así que más tarde, cuando te hayas levantado, irás a encontrarme.
Así le dijo y se fue a la chagra. Por eso, Tíftez-ruireye, tan pronto se despertó, fue tras su mujer a la chagra y se puso a tumbar árboles en el terreno que ella había rozado. De los árboles que había tumbado sacó antorchas. Terminado el trabajo, él y su mujer regresaron a la casa.
6. En el camino, ella le dijo a su esposo:
—Oye, Fitkiruireye, cuando regreses de la pesca, chapotea en el bañadero, pues no suelo despertarme temprano. Pero si a tu regreso chapoteas en el bañadero, coloco enseguida el agua en el fogón para cocinar el pescado.
7. Por la noche, él volvió a pescar en una quebrada a la luz de una antorcha. A su regreso, por la mañana, chapoteó en el bañadero y, al mismo tiempo, lyokoremui abandonó de prisa a Binkiki. Su esposo, que había estado chapoteando en el agua, llegó en seguida y la saludó desde el patio detrás de la casa.
8. —Hola, ¿ya está hecho el caldo de yuca? ¿O será que estás dormida? —Ya estoy despierta —contestó ella.
Le llevó el pescado a su mujer.
—¿Trajiste pescado? —Sí. ¡Cocina una parte y ahuma la otra! —ordenó.
Entonces comieron. Después de haber comido, él y su mujer fueron a talar monte. De allí, él trajo nuevamente antorchas que había fabricado.
ADULTERIO Y ELEVACIÓN AL CIELO 329
9. / ie zaai atiano naiui jaai-keza I kue bobáfeki zufeneita-yeza /kue duyedi yükabideza jiibie beeikeza doonuno jarikina beeirite Fitkiruireyedí / ie zaai jarikina finode /fino-ka fiibie zaaidemo jaaide / etizaidedi / jaaidikeza ore miri uri koko jofo zedadoza / jü naayi monda o biiade dañe taireitoza kue kaziyeza dooita ini fakadote /
10. / ie zuai daño ite / iemo ini jaaiya meeino naiñeño ytínakomo viaibite / o inidí etizaide / jü jae jaaide / ¡aa dañe o diñe bitike / kue yoñe-do o inimo / yoñedikedí / mikari o yooike / oona gaaidikedi oke yooi / iedi gaaíñedíkena o nuimkmo yotike / oona gaakike / iemo o yooike dooita lyokoremuimo yote /
11. / ino naiñeño diga ini etida atika yikki rokuano ie ver aima ekade / lyokoremui ie guiyano ini izoi duajimo veriveride nakna / daa ifo i ide / iemo monadi moneizai-de / moneizaidemo dune ini-dí taireke /
12. / ebe jaaiyao / mikari kue ikko / ieza ¡aaikabiñena kue moneikodokahido / naimk biyaza jaai / doonari naiñeño abímona lyokoremui jaaide / iemo Binieiki inidí etida riide / dk tto /
9. En la tarde, después de haberlas traído, dijo:
—Me voy. Hay que secar las antorchas. Voy a tostar hojas de coca pues siempre se me acaban.
Fitkiruireye tostó rápidamente las hojas, preparó la coca y se fue cuando hubo terminado.
—Oye, querida, voy a pescar, quédate tranquila y cuida nuestra casa. —Sí, cuando regreses por la mañana debes chapotear otra vez en el agua para que yo me despierte —advirtió ella a su esposo.
10. Después de eso se quedó sola. Su esposo se había ido. Entonces llegó lyokoremui a hacer el amor con ella en la casa donde no había nadie más.
—¿Tu esposo se fue a pescar? —Sí, se fue hace rato. —Está bien. He vuelto donde tí. ¿No has contado nada de mí a tu esposo? —No le he contado nada. ¿Cómo voy a contar algo de ti? Si no me gustaras, se lo contaría. Pero me gustas, entonces, ¿cómo le contaría algo? —dijo ella a lyokoremui.
11. Entonces, ella y su amante comieron el pescado que su esposo había traído y que ella había cocinado. Por la noche, después de haber comido, lyokoremui hizo el amor con ella en la misma hamaca, como si fuera su esposo. Así pasaron toda la noche hasta el amanecer, cuando su esposo chapoteó nuevamente en el bañadero.
12. —Hola, ¡vete! —¿Por qué me regañas? —¿Por qué te quedas siempre conmigo hasta el amanecer? Vete, pues él ha llegado —dijo ella e lyokoremui la dejó.
330 RELIGIÓN Y MITOLOGÍA DE LOS UITOTOS
itike / boa kue atika yikiei roko jarikina fiemona beiya-za / ieza jarikina rokoito kue tkka dofo tkikeza / doonari Bimeikki atika rokode /
13. / rokoka guiyano jaaide / meiña o yua koko raarizai dooita Binkikkí ini irakate tkfaiyena /jinona ie tkkamo Fitieiruireyedí riide / riidedi mana tkde / amena tiiuno hite dañe imeiei iyimo ruari-ta / ino dañe jinona bobeie zafeneitade dama Fitkirui-reyedi / zafeneitemo dañe etizaide /
14. / uri iitoza I' etizaidike / ieza jaa dañe o biiade taireitoza naayi nooireimo o biiade dooitu etizaidemo ini fakadote Binkikkí / dañe etizaiya meeino lyokoremuidí Binkiki dañe viuibite yünakomo / ino ini izoi kinaimo veriveri-zaide ini etizaiya meeino /
15. / mika ñiaibikabito /ikode biñeitozu kue ikitaiza dooita zefuineiyano ikke daa iemo bizaiyari /jaka jadi ifo doonana naaíñeike / oona gaakike / ieza duu oomo bii-likezu ifo dooñeito kuena dooita abído lyokoremui doode Binkitena / ie naimk diga ite / dune daa ¡imo mo-
En este momento, el esposo de Binkiki llegó de la pesca.
—Hola, ¿estás? —Sí, estoy. —Toma el pescado que traje y cocínalo rápido pues estamos en verano2 . Cocínalo rápido porque tengo que seguir talando monte —dijo y Binkiki cocinó lo que él había traído.
13. Partieron después de haber comido lo que ella preparó.
—Camina, vamos a talar monte, como tú dijiste —dijo Binkiki animando a su esposo para que tumbara árboles.
Llegado al lugar que ya había desmontado, Fitkiruireye siguió derribando monte. Después de haber trabajado en la chagra, ambos regresaron a la casa. Allí, Fitkiruireye puso inmediatamente a secar las antorchas y cuando estuvieron secas se fue de nuevo a pescar.
14. —Quédate tranquila. Me voy a pescar. —Entonces, a tu regreso, vuelve a chapotear en el bañadero —advirtió Binkiki a su esposo cuando éste salía.
Mientras estaba de pesca, volvió lyokoremui a estarse con Binkiki en la casa donde no había nadie más. Allí cohabitó con ella en la hamaca, como si fuera su esposo, mientras que éste estaba de pesca.
15. —¿A qué vienes siempre? No vengas más de ahora en adelante, pues haces que te regañe —dijo ella, cansada de sus visitas. —Jamás tendré en cuenta lo que acabas de decir. Te quiero y por eso volveré siempre donde tí, de manera que no me hables así —contestó lyokoremui a Binkiki, quien volvió a estar con él en la misma hamaca hasta que el amanecer sorprendió a su amante lyokoremui.
ADULTERIO Y ELEVACIÓN AL CIELO 331
neikote vevededí lyokoremui /
16. / iemo Fitkiruireyedi taireke / ebe Urat ¡aaiyao naimk biyaza / jau o uaiaai-te I' jurikinu jaai / doonari k-fodo jaaide / iemo dañe ie inidí riide / dk miri kazido / ieza kue yikki roko maijfai-keza kue riyeza / doonari aaki rokode atika yikki / ro-kodedi ari uano rite ini diga yikki /
16. Entonces, Fitieiruireye chapoteó en el bañadero.
—Hola, ¡vete inmediatamente, pues él ha llegado y te descubrirá. Vete rápido! —dijo ella y él salió por la puerta trasera.
En este momento llegó su esposo.
—Querida, ¿ya te despertaste? Cocina mi pescado para poder comerlo, ya que me iré a trabajar —dijo y su mujer cocinó el pescado que él había traído.
17. / guiyano maíjfake / dañe iyimo jaaidedi tkfake Fitkiruireyedi / tkfaiyuno dañe hite jofomo / hitedi naiui dañe etizaide / ore miri etizakikeza uri koko jofo ze-daitoza doode /
Cuando estuvo cocido, bajó la olla y ambos comieron.
17. Después de comer, Fitkiruireye se fue nuevamente a trabajar en la chagra. Tumbó árboles y luego regresó a la casa. Por la noche salió otra vez a pescar.
—Oye, querida, me voy a pescar, ¡quédate tranquila y cuid^ nuestra casa! —dijo.
18. / dañe o biiade taireitoza / iena kakajano kue kaziyeza / jaa naayike biia ieza kue taireíkabk kazikabido / jü nia kazikabidike / ieri o tui-redutike / juu nauyi kue bik taireíke dooita yote / jaaide Fitkiruireyedi /
19. / dañe ie meeino lyokoremui ie aai vkíbite dañe / dau etiyu meeino daañeño viaibizaide / ie inimo Binkikkí yooireinide / ino dañe kinaimo veriveride / lyokoremui jaade jarikina jaaitoza /
18. —A tu regreso debes chapotear otra vez en el agua. Cuando escuche el ruido me despertaré. —Está bien. Así lo haré cuando llegue. ¿Siempre te despiertas cuando yo palmoteo el agua? —Sí, así me despierto, por eso quiero que chapotees en el agua. —Está bien, a mi regreso palmotearé el agua —dijo y se fue.
19. Después de eso, lyokoremui llegó nuevamente a quedarse con la mujer de Fitieiruireye. Mientras que éste estaba de pesca, el otro venía a cohabitar con ella. Binkiki no le contaba nada a su esposo. Hicieron el amor en la hamaca.
332 RELIGIÓN Y MITOLOGÍA DE LOS UITOTOS
kue ubi iniñeito / koko irue aaidaiade jaieiza / duu bifo naimk etizaiya meeino veri-verizaidikoko / ieza naimk koko aaidaiade / jaieiza uu-ñoiade /
20. / buu yoye uufioye / jakimona oomo bizaidikemo uuñoireinidedí uuñoi doode kaidtritedi / naiñeñomo kai-dirite ifo doona lyokoremui / ino ifo dooita naaiñede / ini izoi jfaimu vetaniaide / daa iniñena veriveridedí ifo dooita ñaiñake / ifo ñaiñaídemo moneizaide /
21. / iemo Fitkiruireye nifo iyano kue aaki mgauíyeí kue taireítakahite / nike me-fuai / naayi dañe mefuano tairekihike dooita mefuaibi-de / Fitkiruireyedi uai me-fuaibidemo tenaikoni ie aaika veriveridi lyokoremui diga / jofo ifo izaideza / ieri kue taireitajaide /
22. / buu naiedi kue uuitu-tedi dooitu aigadigei na fuedo orede ranodedi ¡yokoremuimo I komkdi kaiykkeide añado / ranuano abko Fitkiruireyedi taireke abko dañe /
23. / ie meeino Binkikkí taireidemo jibe ie veriyamk-di inke dooita gadode / ebe irue biyaza jaaiñokei / nifo do ink kue abüno /¡aaiñokei I naimk riiya dooita gadode-
—lyokoremui, debes irte ya, no te quedes dormido a mi lado. De pronto alguien nos descubre, pues llevamos ya bastante tiempo de estar juntos de esta manera, mientras que él está de pesca. De pronto nos descubre y se da cuenta de todo, pues ya llevamos mucho tiempo así.
20. —¿Quién le contaría algo para que se entere? ¿Cómo llegaría a saberlo él, que durante todo este tiempo no se ha dado cuenta de que yo te visito? —contestó lyokoremui, resuelto a quedarse.
Hablando así no le hacía caso a Binkiki. Hacían el amor como si fueran esposos. Sin dor-nir , repetían varias veces el acto sexual y hablaban de esta manera. Ya amanecía.
21. Entretanto, Fitkiruireye se preguntaba: "¿Por qué mi mujer me manda chapotear en el agua todos los días? Voy a asomarme por allá; más tarde vendré a chapotear en el agua."
Cuando se acercó a mirar vio que su mujer estaba en la hamaca haciendo el amor con lyokoremui.
—¡Así es como vive! ¡Por eso me manda pal-motear el agua!
22. ¿Quién es aquél que me está ofendiendo?", se preguntaba y envió sus espíritus protectores a través de la boca de lyokoremui, ejerciendo así su hechizo sobre él. El hombre lanzó un gemido. Habiéndolo embrujado, Fitkiruireye regresó al bañadero y chapoteó en el agua.
23. En ese momento, Binkiki, creyendo que su amante había quedado simplemente dormido, trató de despertarlo.
ADULTERIO Y ELEVACIÓN AL CIELO 333
mo juaiñede / ieri Binkikkí nifo ite komkdi kue jogobe-koni baake dooita meniokei-du ruak anamo lyokoremui jureide /
24. / ¡ureidemo inidí nia eeiyi meedoñedemo riide / jofo giyikko giritate komk ¡ureidemo / dk jae fairki rainaka moneideza / doodemo kurukoide komk jureide-di / ino eeiyki kkde beei / kwdemo inidí riide / miri kue yikki roko tiefaizaikeza / jü atike roko doode / irai ika-jano rokode /
25. / iemo irai ikajadi nai-mkmo kkde / ¡ureikamkmo kiuari naijebeimo raaíyano fuiri ana fireide riñodi / ro-koka uedemo ari rainade / ie zuai rainajano zaibke / mei oodi güito dooita ini ekade Binkikkí / zuude riñodi komk komekina yikikaza / Fitkiruireyedi ninomo komk nifo nibake dika yüde dookeida guite /
26. / guiyano Fitkiruireyedi zaaiyano ¡aaide iyimo / ore miri nuayí biitozu / kue amena Ikikeza / ifoikcza
—Hola, ¡vete!, él ha llegado. ¿Por qué te quedas dormido a mi lado? ¡Vete!, él ha llegado —decía.
Pero lyokoremui no se levantó cuando ella trató de despertarlo. Así que Binkiki se preguntó:
—¿Qué le pasó? ¿Murió junto a mi pecho?
Arrastrándolo lo escondió debajo de la leña.
24. Pero no logró taparle los pies y éstos se alcanzaban a ver. En el momento en que ella estaba escondiendo al hombre, se oían pasos detrás de la casa.
—Hola, ¿ya está listo el caldo de yuca? pues ya amaneció —preguntó él mientras que ella hacía ruido al tapar al hombre, cuyos pies, sin embargo, quedaron a la vista.
En ese momento llegó su esposo.
—Querida, ¡cocina mi pescado ya que me iré a tumbar monte! —Sí, tráemelo, lo cocinaré —dijo ella.
Atizó el fuego y cocinó el pescado.
25. Pero la luz de la candela iluminaba al hombre que estaba escondido. Por tal razón, ella se sentó al lado de él y sopló el fuego. Cuando el pescado estuvo cocinado, lo bajó del fuego y lo machacó.
—¡Ven a comer! —dijo Binkiki y le sirvió a su esposo.
Estaba triste y preocupada por aquel hombre. Fitkiruireye comía preguntándose: "¿A dónde habrá llevado al hombre, pues no está?"
26. Cuando terminó de comer, Fitkiruireye se fue a la chagra.
334 RELIGIÓN Y MITOLOGÍA DE LOS UITOTOS
doodedi dañe aai uite / irai ifo / koko ¡aai /jaade koko bi-yeza doode / ino aai ie uiya / oodi eirifaüoza / kuedi heno eirído moto koko kinaimo füiyeza / ¡azirei jirkno mai-keza kinaina /
27. / doonakeida aaímo yuano j irke jazirei / ie zaai nmi-te kinaina / ¡urikínu maitedí zaaitate / kínai zaaitajuno nete / niano fue ragínkína kote / kuano aai jídaide ei-rifaídemO / miri bii / kue maiga kinaina koko faka / doonari aaidi maijkike doode / maijk eirko moto jifa-nuaiyu / ifo dooñeno / jarikina bii / doonari Binkiki ini abimo jaaide /
28. / jaaidemo abko ari nei-dadate / mikari kue nmijídike-mo jkaiyano juaido / jaaiñedike /¡ihe o k a i muki-dike / mikari / o veyiferi / ieri ubi kue fiditayena o idai maitike koko veriyena / un kaidiñena akatato / doonari akataode / enejebei maite / dañe onoyí maíte /
29. / enejebei maitedi ikirio-keide / Fitkiruireyedi ikirite I mikari kue etizuiyu meeino lyokoremui digu ikahdamiko I kue uadakabito / ieri imk
—Oye, querida, más tarde ven a encontrarme. Tengo que tumbar monte, me iré adelante.
Pero terminó por llevar a su mujer.
—O más bien, vayámonos juntos; regresaremos dentro de poco —dijo y se llevó a su mujer. —Tú rozarás y yo guindaré nuestra hamaca en medio del terreno rozado. Voy a sacar fibras de carguero3 para mallar la hamaca.
27. Así le habló a su mujer y se puso a sacar fibras de carguero. Luego elaboró algo así como una hamaca. La tejió rápidamente. Cuando estuvo terminada la guindó y clavó unas estacas a su alrededor. Entonces llamó a su mujer que estaba rozando.
—Querida, ¡ven, probemos la hamaca que hice!
Pero ella le contestó:
—Estoy trabajando. ¡Y tú pensando en juegos en medio del trabajo! —¡No hables así! ¡Ven rápido! —dijo él y Binkiki fue donde su marido.
28. Al acercarse ella, él salió de la hamaca.
—¿Por qué me llamaste cuando yo estaba trabajando y ahora te sales de la hamaca? —No me voy, simplemente amarraré tus pies. —¿Por qué? —Para hacer el amor contigo. Amarraré tus pies para poder gozar tu cuerpo, para que nos amemos. Quédate quieta, no te niegues, muéstralo4 —dijo y ella así lo hizo.
Le amarró él otro pie y luego una mano.
29. Al amarrarle la otra mano, Fitkiruireye dijo lleno de rabia:
—¿Por qué estabas siempre con lyokoremui cuando yo salía a pescar? Me has ofendido.
ADULTERIO Y ELEVACIÓN AL CIELO 335
diga amiko veriveriyena o rkiko maitike nagajebei /jaa imk diga veritamiko dooita ikke / nuuuimo maite ikk-keiya /
30. / ie zaai lyokoremui uaibite jofomo aai makno / uaibitemo raak anakoni beei eeiyi uiheaide / mikari riñodi ahí fiditajaide dika kayirezai-dedi komk ¡ureide dooita heeí eiñoikeida zonode / ie zuui abinokeida lyokoremui atide / atükeka aai ¡ogobeko-ni bitude /
31. / mei ore Binkiki kue o uadakabiya izoi uri veritamiko kue etizaiyu meeino umíko verikubiya izoi dooita jogobemo lyokoremui bítaja-no hite / ino ekimona hite / hitedi ite jofomo /
32. / ino naiñeño ¡ogoheko-ni zorade lyokoremui / nia yuberueidi nuimk etíe / juye-neifode riñodi / niu inonkkí rite zoruja urueiñueki iejo-gobekoni / nia Binkiki dofo anudo eigirueidi jaaide fuedo I kfitodo jaaide ekk i /
33. / ino urueizaki rite Binieiki jogobekoni / ino lyokoremui rite / muriride / muriridemo Binkikkí naimaki urueizai uaidote / ko-mkdamoita ñaitamoí / kueka ziiteiti / kue uuitamoí komkdamoita ñaitamoídi / jaa / doonari inonkkí ini maiga ua zuitade /zuitajano ari raínude / ie zaai zaidozi-
He amarrado tus pies para que ustedes puedan amarse cuantas veces quieran. Ahora podrán hacer el amor —dijo enfurecido, amarrándola mientras hablaba así.
30. Enseguida fue a la casa a traer a lyokoremui. Cuando llegó, los pies de éste se veían blancos debajo de la leña.
—¿Por qué mi mujer gozó primero su cuerpo para luego esconderlo, estando enamorada de él? —dijo.
Arrastrándolo lo sacó. Se lo echó al hombro, lo llevó donde su mujer y lo acostó en el pecho de ella.
31. —Oye, Binkiki, así como me traicionaste, haciendo el amor mientras que yo iba a pescar, así pueden amarse ahora tranquilamente —dijo.
Acostó a lyokoremui en el pecho de ella, regresó a la casa y se quedó allí.
32. Entonces, lyokoremui, acostado en el pecho de ella, entró en estado de descomposición. Las moscas depositaban sus huevos en él, y la mujer tenía que soportar el hedor. Gallinazos y urubúes 5 comían la carroña en su pecho y los gusanos se metían en la nariz, la boca y la vagina de Binkiki.
33. Los urubúes comían la carroña en el pecho de Binkiki. Devoraron a lyokoremui. Continuamente decían "muri". Entonces, Binkiki les dirigió la palabra:
—Ustedes hablan, ¿acaso son personas? ¡Estoy perdida! ¡Elévenme, ustedes que hablan como si fueran personas! —Está bien —dijeron los gallinazos y soltaron lo que el esposo había amarrado. En seguida,
336 RELIGIÓN Y MITOLOGÍA TOS
na raünode inonkkí / ie zaai ekimona jaaide inonkí /
34. / kai uiywza / uri iitoza doonano dofo anudo jaaide eki jakokoíte / filado jaaidüue jakokoíte / nemui-rafodo jaaide eki jakokoíte dofo anaki inonkkí / iemona Binkikkí zegode / kai iyaima oykza / uri Uto doonano jaaide /
35. / ie moneiñena inodi uaibite / dañe fekaniko bo-zamo bitajano fakademo Bink ikk í meereide / ieri dañe faigedozina raimode / raünuano jaaide dune /
36. / moneiñena fakajaibide inodi / die Binieiki jaabide feekoneido / maiore / ntmei oonake faka dooita inodi Binkiki bitade fekaniko boza-koni I
sentaron a Binkiki en el suelo, encendieron unas ramas secas6 y se fueron de ahí.
34. —Nosotros te llevaremos, quédate tranquila —le dijeron los gallinazos, sacando los gusanos que se le habían metido en la nariz, en la vagina y en el ano.
A partir de ese momento, Binkiki quedó curada.
—Tú serás la mujer de nuestro jefe, quédate tranquila —le dijeron y se fueron.
35. Al día siguiente llegó un gallinazo a llevarla. La colocó en medio de sus alas, pero
uando iba a alzar vuelo, Binkiki era muy pesada. Por tal razón, encendió nuevamente unas ramas secas y se fue.
36. Al día siguiente regresó para hacer la prueba.
—Hola, Binkiki, ¿ahora eres liviana? —¿Quién sabe? —A ver, hagamos la prueba —dijo el gallinazo y colocó a Binkiki en medio de sus alas.
37. / ¿e zaai y o fuete / ore Bi- 37. Luego le advirtió: nkiki eroiñeitoza / iyunei-ñeitoza kaki iyureidemo jaaizaidikaiza / iemo o uizui-dikeza / o uuizidi yirkkeiye-za dooita yofuiano Binkiki uite I uitedi feeko ieiko zife-zifenokeida uite / dakei biko buuyagomeimo neidaniaide /
—Oye, Binkiki, no mires. No tengas miedo. Pasaremos por lugares tenebrosos, pero yo te llevaré. ¡Cierra los ojos! —decía y llevó a Binkiki con el lento movimiento de sus alas hasta el punto donde tierra y cielo se dividen.
Notas
1, Véase la interpretación en ia p. 124 ss. [P]
2. La estación seca es la propicia para la tala y quema del monte con el fin de abrir una nueva chagra. Este trabajo debe estar terminado antes de que lleguen las lluvias. (N. del T.)
ADULTERIO Y ELEVACIÓN AL CIELO 337
3. 'Balso', especie de árbol cuya corteza se utiliza para fabricar cuerdas. (N. del T.)
4. El sexo. (N. del T.)
5. Se trata de un ave aseadora que se conoce también bajo el nombre de 'cóndor de la selva'. Es de color blanco con plumas negras en las alas. Tiene una cresta roja, a los lados del pico cuelgan carnosidades negras. Los uitotos consideran al urubú un ave sagrada ('hermano de Juziñamui'). (N. del T.)
6. Para hacer más liviana a Binkiki. (N. del T.)