Post on 10-Mar-2020
1
Relámpago entre dos
Accésit al premio de poesía en la XVI Bienal literaria “José Antonio Ramos Sucre”. Año 2007
MilagroHaack
2005 - 2007
2
“enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado”
Alejandra Pizarnik
“Soy del reino donde la noche se abre repentinamente”
Hanni Ossott
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“enviarás mensajes sonreirás”
Alejandra Pizarnik
Antes
mucho antes
de todos tus mutismos
– suspira muy quieta aún -
dios
puedo ser cascada
vuelo mar en río espacio
Todo
amoroso relámpago por tu encargo
5
I
Creo en la fuerza
sustancia
que me rodea
ángel de madera
alguien elevó tus alas
en tus manos colocó el pan de esperas
cuando el fruto es bien recibido
y todo lo demás
gira alrededor de tu espalda
azul comienzo
entre dos velas
custodiando entrada de miradas
hay algo
nuevo en el cuerpo
olor de árbol recién cortado
húmedo
que permanece dentro de la rueda
mudando el otro incienso
visita para charlar
con dios
6
II
Entrando
nueva de cuentos
veo
el polvo húmedo recostado en las esquinas
el frío sorprendido en las sábanas
después de dejarla llena de ojos
-dejo el viaje vestuario al lado del baúl
lazo de agua en la entrada
sin abrir sus puertas-
detalle de regreso
hojeo el rastro de su rostro en la pared brotando gaviotas
sus ríos a medio beber sobre las mesas de la noche
comentándome
el nácar del caracol con su collar de perlas
la falta de dormir conmigo
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III
bordeando la noche
en cuarto creciente
gusto la sal contenida en aguas
fogoso río
venteo animal
halago columna del viento
con un solo abrir jaula
desnudando lazos de lluvia que abrasa el caracol
rociando luna salvo de tus redes
cerrojo ojo
lo poseo
8
IV
-deseáis-
la cardinal montura
amo extremadamente blando
tomo de su fuego
dejo la isla de los acuerdos
cruzo su mensajera sombra
-hoy -sabéis a gloria-
horizonte
por un instante estoy en lo velado
estoy
estoy pisando sus pasos
estoy
estoy amándolo
fundiéndome
sobre este suave rozar sólo tu rostro
9
VI
Bebo
de sus Aires
vacío
con un suave caer luna
hasta el final del susurro que retorna
mientras baja
el paso sobre la alfombra
recogiendo llaves
-el mío dios está llorando-
por esta hora con fino
goce
dentro del atajo de su largo preludio
regalando luna
cruzando
su ojo la húmeda ventana
bajando
un lago por los muslos del rostro
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VII
Apunta
hacia dentro de su mar
que anochece tallando con las manos
Luz
pulsa la piel
-apetécelo-
flujo abrazo entre dos
jugoso
- espera –
donde quiebra el hielo
quiebra
flor
pasando por el espejuelo
con un tiemblo de su bien exquisito
manto
vistoso palpo amatorio
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VIII
Descubro
otro campo
entre los canutillos del territorio relámpago
-es un cuerpo lastimado
imposible de tocarlo desprendiendo un cuido de sangre-
junto al beso su boca-
Lo miro a través del espejo
tan libre
tan de ganas de la caricia descosida de la niebla
con tu mismo temblor desde lo alto
sin el claro palco por pasamanos
-Sentir su amor como un gemido de la medianoche
Sentir su amor hacia el cuerpo como un reprimo bostezo-
me abraza al mismo beso que sólo roza la mirada
bordado con hilos de seda íntimo de mi cielo
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IX
Por no ceder espacio
tengo en mi mano el adagio
de una gota del relámpago
Agua
del cielo en la hoja que contemplo
parece despedirse de la tierra
negando su voz aferrada del reflejo
que anuncia su adiós por el ojo izquierdo
de la adivina
juntando
mucho más la niebla
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X
Dejaste el reclamo
sobre el espejo que se dilata iluso
rasgado por el apetito del gozo
tajando sombra
con antojo de sol bocado rocío
pasajero del viento que asoma una vez más
la sangre nocturna bañando su rostro
gesto
aullando
-un paz descanse
junto a su errante soplo
de ese quiere amarme-
con un Salve María
ojeando sólo escote
respirando por el sacrilegio aplaudo
mi noche
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XI
Callado señala el fuego
íntimo
de todo polen a buena hora
-danza el cultivo a dúo de tierra por abono la vida-
desea
vaciar el beso con el tejido de su lluvia
desea
todo lo cálido que amanece a mi lado
hierbabuena
desde su aire que no me desgaja las alas
sin caer en el delito
de cobijarme
Siempre
15
XII
Está sangrando
la boca que cruza el paso
del río por el respiro de la hoja
-hay luz afuera se inventa
se cae se abre el buen dios-
sentado sobre la cesta llena de océano
cosiendo lo oscuro cuando la llave es reflejo
por donde se puede mirar el festín de no tener cuerpo
sólo río por debajo de la tormenta sobre la pecera
amarrado a la boca que sangra
sangra la lluvia de mar
por el vacío de luna traspasa el agua que desgaja
el espejo cayendo despacio al suelo
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I
Dicen que uno vuelve a la mar
dicen que hay fijaciones de niebla por todos lados
que los temores atacan el presagio y uno se agasaja en dios
diciendo
Silencio
Míreme
entonces se va al cementerio
se recorre la herradura antes de charlar con los muertos
se les lleva flores luz para un comienzo
“-Dios ha muerto me lo dijeron por teléfono
Dios murió… sin contacto
Dios murió… sin oírme
…sin mirarme las manos.-*
dentro del pecho del hermano árbol
cosechando la sangre viajando sobre el
Silencio
Tonya
sí recibió esa llamada
en aquella sala de espera
con tanto ahogo sin un hasta luego
cuando nos encontramos
con ese silencio perfecto que busca
Alejandra
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II
La escucho
siembra con sus manos
el sonido desde la esquina donde se encuentra
barriendo hasta la hondura del respiro
dando el giro desde siempre
regresa
-cuando el pájaro vuelve
porque la tarde cae
y llega al árbol.-*
sonando más fuerte sobre el techo
cuando deja colgado el rostro del día en el entrecejo
de un sol que germina por este círculo
sentencia de un dios
La escucho
recorre la casa
doblando su inocente ventana igual Eugenio igual
por andar de navego con el espejo
mientras danza
estremece regresa migaja del aire
juego del lejano silencio por creerse
Bella
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III
Se ahoga de tanto
esperarlo dentro de la tarde
ojeando el puerto a ver si viene del sur
cuando el norte se abre podando
la vida
Húmedo
Húmeda
al pie del ramo y la caña
que aspira el viento donante testimonio
- no hay resucito junto a este hasta luego con dios -
te oriente al vientre de la mar-
-aquí están sus aguas, resurgidas, agrandadas,
los pasos que regresan a su frente- *
anula tocarlo como el ala de un muerto
cuando el rezo de irse clava la sola luz
sobre otro paso de aguas
tan íntima - saliente sepulcro -
sonando a limosna
Beso su tierra su espera
con tan costoso silencio
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IV
La lluvia
entra por todas las ventanas
y se enamora de la luz
helada por tantos gestos pasa
deja su velo
dobla el arco que parte en dos el cielo
cuando lo oscuro perdura en la vela que delira
- es un paso hacia otro mar -
Silencio
deja morir el asomo lentamente en la pared
que observo atando nudos para revelar
-Cada cuerpo con su deseo
y el mar al frente.-*
junto al susurro oleaje
el temblor por las húmedas manos
sin que se desplome el espejo de tanto
traslado desde lejos donde encuentro
el cuerpo sobre el sumo del frío
quedándome quieta
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V
Lo espero en la ventana
para llenarme el rostro de su caricia
lenta
plena del entreveo
-juega conmigo a ahogar mi hondura,
nervudo de culebras de sol”- *
del campero aire por esta mañana
invitándome salir de nueva
entre los movimientos de aquel que reconozco
cuando se arrima para darme sólo incruste de mirada
vestida de lluvia
giro su río
Amándolo largo
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VI
Subí por la tela de lo alto
cuando la arena palpa el cielo reflejo
del pájaro que canta
Ofrenda de dulzura cazada con las manos
dentro de la tragaluz haciendo halago
fausto de aquel deseo lo suave que va cayendo
navío en un solo sonar del trueno
Relámpago
Cayendo
Cayendo
-“Ya no desfallezco ante el mar ahogado de los besos”-*.
por las entretelas más hacia dentro
pidiendo
Caracol
esta hoja recitando el instante
donde muero con la sal en boca de este mar
enrojecido por lo carnoso que percibo de postizo canto
sabiendo que no hay un coral de
Regreso
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VII
Me regresan
el olor del jazmín plantado en el patio
el frío que siente los huesos de los árboles
-hay luto por otro norte-
mucho silencio para amarrarlo en esta esquina
donde tomo un sorbo de café
tan amanezco con un ramalazo incrustado en el pecho
-ve hacia el espejo limpia lo que rueda por su mejilla vida -
mientras giro con todo lo visto
el juramento que me amordaza al gesto de mi cuerpo
dentro de lo mágico de llevarle flores
y no puedo
no puedo callar tanto
mira el pájaro canta sin límites
el viento corre de rápido deja el sonido
para saber ir tras de él tras la lluvia
mientras subo al árbol en este instante
cuando necesito la palabra del otro
por ello
escribo
escribo de tanto despliego lo humano
cuando lo natural charla en su recorrido por el día
entonces me devuelven otra cerradura que no conozco
clavada en los muros necesitando enredaderas
madreselva trinitarias que perduran con la belleza de lo alto
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-será que soy un erizo que no ven
que censuran por tener boca de mar-
-como ave en su jaula,
desgranando cual trinos la emoción de las horas
convertida en palabra-
opaco el silencio
cubro el espejo con su vestido de seda
me pierdo por los montes mojado de verde
sobre la espuma de mar que entra por los parques
mudando el asomo de dios que ríe dándome la espada
espantando
lo sembrado en nuestro patio.
25
VIII
Ciegan el canto escrito en lápidas
son tantos
que no alcanzan velas para alumbrarlo
pero saben de este silencio azotando la cruz
profunda sobre sus cabezas entre grandes estatuas
dejando en la empalizada
- un solitario amanecer
de mariposas-
donde dios no santigua
lo redondo del polvo en una caja de páramo
palpita
la subida de llevadero olvido
aliento vuela con fuego más rápido
cuando libre suelta el coágulo de la gota
vuelo
RESPIRA
rebasa el sendero hacia arco que por final
saludo
Santo
Silencio
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IX
Torrente de bajas lenguas conducen
la herida que por lágrima la mar recibe
olas se vuelven costilla abren el surco
del terror rebasando hasta tocar el mismo dolo y tajarlo
con sal de espera
todo se vuelve una sola mirada
portada en manos no loables
mientras el ahogo marca la huella de su desaire
no existe un sentimiento tan apagado
como la caza de la inocencia por sentir que dios existe
atado a una promesa no cumplida
marchita palabra marchita
estremece la piel de mujer agoniza
juzga su mundo ofrece sus migaja
y
nosotras hechas de alga de arena de río de tierra
de una Sudamérica que no desprecia su vasija
por ser enigma desde los años de niebla
“Tampoco te ocultas
de su llamado”
ofrendan la mar
sólo con las manos llenas de abono
“que sigue ardiendo en tu voz “
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X
“Yo veía un niño agonizando en los jardines
El que arrojaba uvas delirantes a las duras bahías”*
Mientras
se descose la Tierra con su Luz
al mover la hoja hacia el gajo del inicio
amparo la estela de este seis de enero
transito por el desnudo caramelo
del lejano e infante calzado
con un rosario de uvas entre mis manos
Me deslizo por los años entre las veredas de nuestro
Espacio
con el espejo de su sombra con el sonido del teclado
saliendo de esa misma tierra
Amado
muéstrame tus alas sobre este extranjero caminar
soñando con la Grecia junto al obelisco del caído árbol
silencio anciano viento donde estoy
junto al piano convertido en armario
Campo Alegre
asomando la mano agarrando la mañana
que hoy plasma la oración escondida en el patio
-“Encumbrado a ti,
¿El relámpago de mi respiración?
¿El vuelo marítimo de un cisne o un zamuro?”- *
desplegando luz
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XII
a Ti del Sur
No se detienen por lenguas de fuego
poseen la fuerza del río con boca de mar
atajo
lo íntimo del pantano donde se ampara
al buen cobijo del árbol su marea tocando la puerta
círculo ahora relámpago que sentencia el soplo
la torre como erizo
-El mar se abre en mí, vasto para lavarme,
regarme-
nervio
elevándola otra vez hacia el horizonte
cuando es enigma de su encierro respira
en calma
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XIII
Hay ternura que puede donarse
sin presuras de alma
con un sentir el desayuno sin diluir la imagen
donde revelo el afecto
atado al fuego de la noche mientras comienzo
este día
lo visto de seda
perfumo la distancia que recorro
entre el movimiento y la voz de afuera
que despierta el quedarme con el sueño
-Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de
revelaciones.-
con la llave en mano un pedazo nuestro
enluta la cuadra donde vivo
mínima caigo sobre su túnica
sin decir
lo que por cielo espero
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XIV
La busco por mi cúpula mar
en lo profundo del único ramal de coral
espléndido que poseo jugoso
lo amo por este cimiento tórrido
cuando bebo lo sembrado en noche
siempre bajo el agua que respiro de su epílogo
bajando la mirada
inmenso
horizonte tibio con celo a ser visto
por este cuerpo que lo reclama con voz
nadando
largo
verlo incrustado en su médula
hasta un final tan nervudo
-Al menos déjame escribir
esta noche
un poema
Al menos se trata de una pasión-
corrida de algas sobre su arena
mojando la ráfaga gota a gota su cofre sobre el pecho
guardando la brasa llevándose el clamor de esta almeja
que por Instantes abre su estalle de
romper Olas.
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XV
Por qué me da brillo
no es por carencia de fijar tu rostro
en otro espacio
no hay un no que pueda decirme
ni un sí que lo anule desde donde me convence
de ser paisaje suelta de sus lienzos
es la palabra árbol de mar
tan profundo como andar tejida de voces
mientras miro lo nublado del sol
sobre el arco del viento que deja el canto
sólo
por el roce del oráculo
por el otro sonido del patio
vecina espiga dando vueltas y vueltas
-y yo sola con mis voces, y tú tanto estás del otro lado que te
confundo conmigo.-
tocando el medio rostro
espejo en la ventana saciada de recados
tan de pedir luna
tan a mi costado
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XVI
Luz brilla y no se marquita
por la lluvia
crece en los claros de la ventana
es mirarla de lejos lo que si plasmo
es venirse hacia mi cual noche del oeste
amiga
hay un gracias que debo
hay un rosario de mar esperando
hay un cortejo siempre callado en el horizonte
-Es demasiado. Suficiente. Suficiente.
Carezco de fuerzas
He dejado el poema, la palabra
He hablado demasiado-
descanso su voz
abrirla a lo que está tan callado no la cierro por mar
no dejo suelta la hebra
en su collar el palo de rosa
íntimo del caracol por camino delanteros
preñada de Lucerna
de hierba aria entre olas
relampaguea
se queda.
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XVII
Vino
el anuncio y por ley callo
no pretendo ser soplo de quien no conoce
la palabra inquieta miramiento en la piel
que la mar recibe
en su sagrario con los brazos hinchados de ausencia
viajando hacia el norte
-y la muchacha vuelve a escalar el viento
y descubre la muerte del pájaro profeta.-
con su ahogo ocupado sustenta la pérdida
callando el aliento que rompe una ola sepulta la costa
sola a los pies del pájaro
ve la sal en fuego devorando
el carnoso abrazo
Ofrenda de su Isla.
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XVIII
Los tejo desde mi niñez
sobre las hojas de los parques
que gotean en la memoria de la noche
mira la doble ventana de dios
con ritmo abierto alabando
péndulo
los ojos del búho
-toda niña tiene un dios y sabe mirarle los ojos-
se contempla el café en la taza no hay presagio
sintiendo el llanto por toda la montaña entre manos
vira el tejido de regreso
palpita lo desconocido
en la aguja y la hebra
abismo vuela hacia el corazón del árbol
-Di, el poema que ahora aún no he pronunciado como si esta iniciación
no fuese suficiente-
nunca fue sencillo mecerme por los brazos de sus ramas
por el cuello opulento lleno de fe por el vientre de sol
-cierto es pero no se dobla el árbol en su caída-
subo a través del aire
atravieso incluso su horizonte
siendo tu palabra lluvia con alma de todo espacio
–perdone que no obedezca- hay un abraso que pulsa
decir
luna de foráneo olfato
cuando froto la piedra bebe ruego Silencio.
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XIX
Se fue de saludo
espesa
tras la Lumbre de su rocío
entonando el aguacero de luna
ventura de irme con el cántico
que brota del pétalo
sobre la gota de perderme entre loa valles de su vena
puntual roce
roce sin detenerse
-hasta que tu rostro se aleje de mi miedo
como un pájaro del borde filoso de la noche-*
sin indulto del alma para acoplarlo
con el amante de su sensorio lejano
coreando
entre líneas de seda y labio
lo cerrado del vuelo
provocando
sin detenerse el cabalgo
paso con la noche
besando
luna arena por dentro
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XX
“Me pediste mi distante secreto
Da el tuyo a mi curiosa lejanía”
cae
dorándose detrás de la montaña
fogosa el agua en la noche
la perla del redondo signo matojo de tu selva
única hoja para devolverla
a su amanezco la red para cazar
lo profano del fuego donde busco los cruceros
que me hacen una antesala
saciando la voz del viento
el nocturno incienso que desagua
la sombra de lo humano siendo una isla
el solo abanico que recibe la mar
en su irse a fondo
al cierre del alba
del velo que simula ser la apertura
de todas las puertas en tu astillero
y
busco me busco
Almendro lunar
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XXI
“navegando por los caminos subterráneos, el viento
nos empuja como si fuésemos si obra maestra”
no escribas nada
Escucha
- sólo escucha -
los nudos
que trae el viento.
Quizá
respire
la ceniza de la sombra
por el clavel que hay en tu patio.
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XXII
La mesa muy bien vestida
con un concierto de encajes
el pasticho dentro de su corona apetece el mediodía
junto al cálido recibimiento de mano que lo sirve con esmero
Se charla de la boda
del vestido de la madre de la novia
-color púrpura como los dioses-
“Y no saber, no saber que hay un pueblo de trébol
con el mar a la puerta”
del otro lado el sabor tiene un nombre
a través de sus escritos lo manifiesta con gran encanto
por estos horizontes donde amanezco con un puerto de fondo
deseosa de ver el sol cruzando tus ojos aunque llueva
espero festejas como un picaflor
otro contento del día
que traslado a mi suelo con tocado de renuevo
“y sin nombres
ni lámparas”
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XXIII
“Cae tupido el telón de lluvia”
aunque
por estos lares la misma lluvia
desde la madrugada alimenta
el congénito patio el encuentro hermano tu palabra
siempre ráfaga por torrente llamado hacia el santuario leyendo en tu tallo
regresa niña regresa
como “la raíz del mangle”
despejando
abrazo de su benévolo rocío
preñando el espacio
con memoria del viento hermano
que arrulla secretos de altura
“ella
abre y cierra el mundo
Siempre.”
con su cruz del lago con “la lluvia nunca está donde la dejo”
42
XXIV
"El hombre es un dios cuando sueña,
pero un mendigo cuando reflexiona".
dios
sueña que es humano
dios
mendiga
cuando ve su infinito
Mal o Bien
un mendigo
es un desnudo dios.
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XXV
“Justificar el paso y enaltecer su huella
esa que luego todo lo vuelve aparente
Ilusoria luz sobre el cuerpo.”
seduciendo su más íntimo espejo
en lo quebradizo del beso que despide
la espalda próxima a la caricia sobre el papel
por este domingo de recados
renace del sorbo de su tierra
una vez más como saludo espíritu polvo
escucha las tormentas del sabio dios
sobre la ciudad y con pie de lluvia lo mantiene atado a la puerta
del lastimoso testimonio de lo que fue el patio
por donde pasearon laberintos de ralea humana
impresiones consagrando los ojos de sus monumentos
“Y a tientas va marchando hasta el estanque
y se para después a oír en torno:
y las casas están pálidas todas
y las encinas mudas...”
palpando el silencio de amarlo
dentro de su
Coral cofre de ceniza
44
XXVI
“Tú no eres gajo, grumo ni silencio
Tú no eres inútil en el país del viento”
el mal tiempo entra por la ventana
mirando los ojos de quien traiciona
el sublime duelo que le pertenece al universo
-es hora de no abrir lo espeso del silencio
no hay amores que de cierto dejen su tierno puerto -
la vida persigue
al que por bien no se reconoce en ella
por muy desnuda corra mi sangre junto al verbo
sus cortejos opacan los ojos lastiman con la sed
de otro soñoliento paso
aunque sea una vez
deja caer el velo por más viento que entre rompiendo los espejos
mojando con furia las hojas
los santos contra el marco
deseando volar con la misma fuerza del río
revelando aliento cultivo del íntimo terreno
herencia de sangre
aunque, soy – ¿o somos?- el desprecio de los que nos miran
con cierto recelo ocultando lo externo del viento
45
XXVII
Fugazmente
a modo de tocarlo de sentirlo
revelan el fuego a la piedra de lo creado
hay algo en sus palpitaciones que les impiden despedirme
hay un dejo encanto hacia ellas en días faltos del incienso
“! Qué bueno sentirnos juntos respirar
A un mismo ritmo venido de muy lejos!”
voz de runa para mirar a contraluz lo cazado de su semblante
“! Qué sabroso tener el calor que nos toma
Y el saber del sabor en la lengua!”
sola
-ellas- incrustada en el cuerpo poblando la imagen redonda de pájaros
sus cielos
47
I
Voy
hacia la red de agua
tejiendo la mirada a la ventana
sin despertar el día
cómplice del su desploma hojas
en su cauce
me manosea de cielo
me serpentea de aves en su sótano
entre luna y ventana
bajo
llena de voz mi espera
el medio viento por mandato del río
al caerme de cascada
cuando regreso
y
suele bañarme
y
mirarlo sola
48
II
No dejes
que me devuelvan a tierra
parece decirle
el árbol que sostiene la ventana amarrada a la casa
mirando hacia el norte sur de su mar que la posee
abriendo
lo carnoso de su lenguaje muy generosa
ojeando los días en silencio
desde atrás con su abrigo es - de - espacio
por donde me observa
cuando lo lejano es monte
se refresca con olor de cariaquito morado
más allá
nos miramos en la luz de la tarde
acostándose temprano
mientras el perro ladra a la iguana
gestando intervalo verso
preludio de paciencia
49
III
La mar puede
bajarse hasta los pies
mas
dónde quedó lo húmedo
de aquel postrero pienso cuando sola
se aislada con algas
toca
la puerta del amado Neptuno
y
con bondadoso arrojo abre
su pálida hermosura recogiendo sus cabellos
el sólo miramiento
un pájaro cruza el océano
salpicado de su velo rijoso
descalzo horizonte
asombro
encuentro en puerta
con su ojo
al volver a la mirada
50
IV
Cómo huir del cántaro
riego entrando en la arena
toda hoy
desnudo hembra
acaso sola mirando el horizonte
acaso llevando el ritmo de la ola
cuerpo
catando lo espumoso al cruzar su rostro
salino que te abraza hasta los pies
acaso suerte de volverme alga
acaso mar regresa
amando
ritual diario
íntimo
de este bosquejo en ceremonia
con navío muestro
51
V
Miro hacia este caer el día
abriendo
luz que escucho desde el comienzo
en romance
con el vuelo del pájaro vestido de ceniza
así de suave transito
tras la palabra amiga al trote de su cabalgo
amén luna
en caja de música desde adentro buscando su paraguas
remonta las montañas con su espejo de niebla
sostiene un sol vivo por el árbol
abrazo
cuando el sonido mar por una sola lágrima
consume el latido que culebrea la montura
ensortijado en bucle de medianoche
abre sus alas siendo águila
abriga silvestre su eleva plumaje
miro
hacia este caer el día
la lluvia
repasando imágenes por la ventana
52
VI
Abre la reja
el canto sobre el techo de madera
cruje de frío el azulejo
la noche me busca para dejarme el repaso
de un mañana
- busca lo blanco -
la estancia
el dar las gracias por un favor concedido
de no quedarse con el vaso a medio beber
sólo por complazco gira
juega
muestra aquello que guarda entre las cejas
que no combato
callo
por mandato
y de nuevo corro en búsqueda del un fragmento
-el que da un flor da la espina también-
sangro hasta verter esta lumbre gota
faro de su isla
53
VII
Abriendo apenas los ojos
escucho el arrullo de un quijotesco paso
sobre lo claro de una preñez grieta del sol
cuando amanece
con unas ganas de lluvia
dichosa
cae se derrama sobre el verde
para sentirse más hermosa
corona lo delicado
con agrado el pulso de la voz
dando tres veces los buenos días
por lindero viento
orilla Soy
el pie de la montaña
esperando el beso que la rodea
54
VIII
Llenó el sábado con sus ojos
de lunas en pleno día
mientras sirve el café
bebo de las palabras
jugosa de un retoño aliento
entre sus labios
abraza el gusto tempranero
Un instante después
junto al horizonte
viajo
sobre la niebla de su ciudad
-de él - a mi lado-
Dentro muy dentro
por este hoy
por recordatorio es cobija
de este otro contento que me llevo
55
IX
Santificado
sea
el pigmento que sala la piel
este irme lejos
quemo
su guarda tan Naciente
en mi gota tierra
amo
el amanezco íntima del brazal
por largarse cercano al lechoso rocío
desnudo
Cordero
bebo de tu salino rosario desde el fecundo
nicho tórrido
salvo en cruz
56
X
Cae una hoja
muy cerca de mi pie
un poco más allá
un pájaro
desprende su amarillo
patio del liceo
cortado por un surco mas
para sellarlo con el pañuelo
que escucha otras voces
mientras
caigo dentro de los escombros
me pierdo en la sepultura
de un santiamén
vuelvo a la hoja
al amarillo
pariente de este invierno
son
pequeños detalles
los contentos que te llevo
57
XI
Alabo sobre las aguas lo fibroso de su hoja
que vuela en un instante
sin perder la brújula el labio mar
bañando sólo con el viento
un sorbo del relumbro abanico
erizo rocío que ojea este anclado
estreno atajo entre dos
58
XII
Quizás
pueda rozarla por una sola cuenca
sólo
extraer
lo supremo del hilo del caracol
húmedo salivando la sola arena
sólo
penetrar
por el rosario del Agua
cerca del silencio dando su bálsamo
el salino pájaro asomado por la ventana
desde la corona terraza de Mar
sólo
alumbrar
el pasaje del preludio hasta el puerto de la fuga espiral
orientando
profunda la palabra
lo efímero del planeo
sólo
vaciar
esta red -telaraña- por el ojo de lo blanco
59
“Soy del reino donde la noche se abre repentinamente”
Hanni Ossott
Desnudo
propio sepulcro
bebo de la sangre condenada al silencio
por su culto dual hacia la lluvia amante del río
develando su amoroso encanto retorno a la mar
Cuerpo
acuerdo amable interno en cada hoja que acecha
lo luminoso el abrir cada palabra esperando detrás de la puerta
diálogo
dentro del te rozo enlazando sus ojos a la noche
cuanto
te abrazamos
dios
a la piedra que cruza lo blanco
60
Índice:
- Prefacio .I
I al XII
- Relámpago .II
I: * Tonya Bottaro
II: * Eugenio Montejo
III: * Edras Parra
IV: * Eugenio Montejo
V: * Enriqueta Arvelo Larriva
VI: * Juan Sánchez Peláez
VII: * Ida Gramcko
VIII: * Vicente Gerbasi
IX: * Edras Parra
X: * Juan Sánchez Peláez
Entre Dos .III
XII: * Hanni Ossott
XIII: * Alejandra Pizarnik
XIV: * Hanni Ossott
XV: * Alejandra Pizarnik
XVI: * Hanni Ossott
XVII: * Alejandra Pizarnik
XVIII: * Hanni Ossott
XIX: * Alejandra Pizarnik
- . IV
XX: * Enriqueta Arvelo Larriva
XXI: * Esdras Parra
XXII: * Luz Machado
XXIII:* José Napoleón Oropeza
XXIV: * Friedrich Hölderlin
XXV: ·* Hanni Ossott / Rainer Maria Rilke
XXVI: * Juan Sánchez Peláez
XVII: * Alfredo Silva Estrada
- Epílogo .V
I al XII