Post on 02-Jul-2015
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En 1975, aquella que sería una de las más grandes bandas de la
historia, sino la más grande, Queen, no estaba preparada para el
éxito que se le venía encima. Ya eran conocidos con su anterior
sencillo ‘‘Killer Queen’’, del LP ‘‘Sheer Heart Attack’’; pero la fama
y la postura de pomposidad y glamur que determinaría la época
setentera, se les impondría tras el lanzamiento el epítome de su
sonido, una obra maestra en sí; aquéllos que oyen el nombre de
este disco se encogen frente al magnum opus de Queen: ‘‘A NIght
At The Opera’’. Lanzado en Noviembre del ’75 y producido por la
banda misma y Roy Thomas Baker, su nombre proviene de una
película de los ‘30s de los hermanos Marx. Este álbum nos hechiza
con una tónica mágica y ceremonial, que comienza con la
tragicomedia operática de los melodramas. Con ‘’Death On Two Legs’’ se abre el disco con un tema bastante
dramático en el cual Freddie Mercury le desea la muerte a aquél ser que le pudo haber hecho la vida
imposible durante tres años, su ex mánager, mediante el uso de hilarantes y ruidosas maldiciones que dejan
al oído enviciado del ruido tan perfecto. La tónica cambia radicalmente con ‘’Lazing On A Sunday Afternoon’’
en donde se nos muestra una canción en la qué el piano predomina y se hace eco a los valses de años
pasados y a esa música afroamericana que vio nacer el jazz; junto a las voces distorsionadas de Freddie
crean una atmósfera picaresca. Para la siguiente pieza, Freddie cede su trono en la voz a Roger Taylor, quien
le canta una oda a su automóvil en ‘’I’m In Love With My Car’’, en donde una instrumentación sumamente
pesada se añade a las voces chillonas y ensimismadas de Taylor, quién toca la batería y canta al mismo
tiempo. Como raro en este álbum, la atmósfera se cambia radicalmente para abrirse a una hermosa balada
que puede hacer llorar a más de uno en un determinado momento, ‘’You’re My Best Friend’’ expone a
Mercury en uno de sus momentos más opacos y entrelazados con la voz de Brian May, se obtiene una joya
del mundo Pop. Brian May, el guitarrista de la banda, toma las riendas de la voz en ‘’’39’’, una canción que
toma sus orígenes en el country y en los suntuosos himnos del soul; con su guitarra acústica y los alaridos de
Taylor y Mercury tras la melodía, se genera una intersección musical invaluable. El Rock puro retorna con
‘’Sweet Lady’’ que anticipa la jocosidad de la canción que le sigue, ‘’Seaside Rendezvous’’, una joya armada
en piano que es extremadamente similar a la segunda canción del disco. Profetizando que ‘’Prophet’s Song’’
no es la mejor canción del álbum pero si le sigue; aquí se plantea el concepto de Queen acerca de enfatizar
en las tres voces de los miembros anteriormente nombrados juntas, creando melodías vocales complejas y
estructuradamente ordenadas en capas, factor de Queen que se masificaría en álbumes como ‘’Jazz’’ y ‘’A
Day At The Races’’; con casi 9 minutos de duración, se propone una epopeya musical. La siguiente canción se
denomina la canción más romántica de Queen, ‘’Love of my Life’’ es un canto melancólico por el amor de la
vida, por aquella persona que nos mueve el piso y quiere robar nuestro corazón; este éxito ha hecho
derramar lágrimas en todo el mundo en muchas ocasiones. En ‘’Good Company’’ se muestra una canción
con tónica playera y muy pop, con una melodía pegajosa del ukelele cantada por Brian May. Pero el solo
álbum brilla por la penúltima canción de éste, la joya de los ‘70s, esa pista que inspiró el arte, la música y
todo lo demás en el espectro existente: ‘’Bohemian Rhapsody’’ considerada la canción más innovadora de
todos los tiempos, mezclando Rock, Ópera, Barroco, Balada y Hard Rock, todo acuerpado en una sola
canción. El epítome del referente estilístico de los ‘70s. El álbum cierra con una tierna versión instrumental
de un clásico folklórico Inglés. Con este hito musical, Queen no sólo se dirigió hacia su estilo exagerado y
renombrado, sino que construyó las raíces de su carrera, de su estrellato explosivo que se extinguiría en
1991 por los extraños devenires de la vida y la muerte…