Post on 19-Dec-2015
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Sesgo cognitivoUn sesgo cognitivo es un efecto psicológico que produce una desviación en el
procesamiento de lo percibido, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación
ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalidad, que se da sobre la base de la
interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos o no estén
relacionados entre sí.1 2 3 Los sesgos sociales se denominan generalmente sesgos
atribucionales y afectan a nuestras interacciones sociales de cada día, también están
presentes en la probabilidad y toma de decisiones.
La existencia de sesgos cognitivos surge como necesidad evolutiva para la emisión inmediata
de juicios que utiliza nuestro cerebro para asumir una posición rápida ante ciertos estímulos,
problemas o situaciones, que debido a la incapacidad de procesar toda la información
disponible se filtra de forma selectiva o subjetiva.4 Si bien nos pueden conducir a errores que
pueden ser graves, en determinados contextos conducen a acciones más eficaces o permiten
adoptar decisiones más rápidas cuando la inmediatez es el mayor valor (heurística).5
La psicología cognitiva estudia este efecto, así como otras estrategias y estructuras que
utilizamos para procesar la información, habiendo identificado una gran cantidad de ellos, con
frecuencia relacionados entre sí.
Desarrollo del conceptoEl sesgo cognitivo surge de diversos procesos que a veces son difíciles de distinguir. Estos
incluyen procesamiento de la información mediante atajos (heurística),5 motivaciones
emocionales y morales,7 o la influencia social.8
La noción de sesgo cognitivo fue introducida por Daniel Kahneman y Amos Tversky en
1972,9 y surgió de su experiencia con la imposibilidad de las personas de razonar
intuitivamente con órdenes de magnitud muy grandes, o anumerismo (problema para entender
las matemáticas en el contexto de la vida diaria) (innumeracy en inglés). Tanto ellos como
otros investigadores demostraron la existencia de varios patrones de situaciones en que los
que juicios y decisiones humanas diferían de lo predecible según la teoría de la elección
racional. Explicaron estas diferencias en términos heurísticos, procesos intuitivos pero que
introducen errores sistemáticos.9 10
Estos experimentos se extendieron más allá de los programas de investigación ligados a la
psicología académica hacia otras disciplinas como la medicina y la ciencia política.11 y fue un
factor importante en el surgimiento de la economía conductual, llevando a Kahneman a ganar
el Premio Nobel de Economía en 2002 por haber integrado aspectos de la investigación
psicológica en la ciencia económica, especialmente en lo que respecta al juicio humano y la
toma de decisiones bajo incertidumbre.12 Todas estas investigaciones condujeron a Tversky y
Kahneman al desarrollo de laTeoría de las perspectivas como una alternativa más realista a la
Teoría de la elección racional.
Los críticos de Kahneman y Tversky, como Gerd Gigerenzer, argumentan que la heurística no
debe llevarnos a definir el pensamiento humano como plagado de sesgos cognitivos
irracionales, sino más bien concebir la racionalidad como un instrumento de adaptación que
no se ajusta idénticamente a las reglas de la lógica formal o de la probabilidad.13 Algunos
investigadores posteriores, tales como David Funder y Joachim Krueger han sugerido la
posibilidad de ver los prejuicios cognitivos no como errores, sino como atajos empleados por
los humanos a la hora de predecir y tomar decisiones, sobre todo cuando no hay mucha
información.