Sta Teresa Fundaciones

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Presentación de Ninfa Watt sobre las Fundaciones de Str aTeresa

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TEXTO: Mª Victoria Molins, STJ Pilar Rodríguez Briz, STJDIBUJOS: Ninfa Watt, STJ

Año de 1562.

Europa se estremece en guerras y contiendas.

La Iglesia intenta recoger los pedazos que quedan de su rota unidad.

Mientras tanto, una mujer que tenía el corazón roto, pero de tanto amar a Dios, se preguntaba entre lágrimas qué podía hacer ella para remediar tanto mal.

Ávila la había visto nacer una madrugada de 1515. La había visto crecer, y sabía de sus años de niña, primero soñando a ser mártir; de su adolescencia, más tarde, construyendo ermitas; de sus juegos de amor en la juventud y de su decisión de entregarse para siempre a un único amor: el de Cristo. Porque había visto claramente, que “todo se pasa” y que Dios, solamente Dios, podía bastarle. Así había entrado Teresa de Ahumada en el monasterio de la Encarnación. Llevaba en él ya 27 años.Hasta que un día…

“… vinieron a mi noticia los daños de Francia en la Iglesia. Dióme gran fatiga, y como si yo pudiera algo o fuera algo, lloraba con el Señor y le suplicaba remediase tanto mal. Parecíame a mí que mil vidas pusiera yo para remedio de una alma de las muchas que allí se perdían”.

Pero, sí, sí. Dar la vida es muy fácil y se dice muy deprisa. No era eso lo que Dios quería de Teresa. ¿La muerte?... Ya llegaría cuando fuese su momento. Dios quería a Teresa viva, pero viviendo… de muy distinta manera.

“Y como me vi mujer y ruin e imposibilitada de aprovechar en lo que yo quisiera en el servicio del Señor, y toda mi ansia era, y aún es, que pues tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que esos fuesen buenos, determiné a hacer eso poquito que era en mí, que es seguir los consejos evangélicos con toda la perfección que yo pudiese y procurar que esas poquitas que están aquí hiciesen lo mismo”.

Así nació el convento de San José de Ávila, primera fundación de Teresa. Su campanita agujereada –porque había sido comprada muy barata- comenzó a repicar una mañana de agosto de 1562.

Los trabajos de la fundación habían sido grandes. Los caminos difíciles. Muchos tendría que andar todavía la Madre Teresa. Muchos caminos: los de Castilla y los del espíritu, aún más dificultosos.

“El que os ama de verdad, Bien mío, seguro va por ancho camino y real”

¡TERESA DE JESÚS, LA ANDARIEGA DE DIOS, COMIENZA A CAMINAR!

Cuando la Madre Teresa empieza a caminar por los senderos de la Reforma, está poniendo los cimientos de la verdadera felicidad.Trece monjas, alegres, sin tener demasiadas cosas. Pero poseyendo algo importantísimo. Es el secreto de sus vidas consagradas a Dios.

“Esta casa es un cielo, hijas, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo”

Felicidad, sí. Tranquilidad, nunca. No podemos vivir tranquilos, mientras otras personas sufren injusticias. Y… sobre todo, mientas ignoran el tesoro que llevamos en nuestras vidas: Dios, nuestro Padre.Fray Alonso Maldonado, el misionero de las Indias le da noticias de aquellas tierras…

“Yo quedé tan lastimada de la perdición de tantas almas, que no cabía en mí...Y andando yo con esta pena tan grande, una noche estando en oración, representóseme Nuestro Señor, y mostrándome mucho amor, a manera de quererme consolar, dijo “Espera, hija, y verás grandes cosas”.

Juan Bautista Rubeo. Es el General de la Orden del Carmen. ¡Qué gozo más sincero le ha producido ver a la Madre Teresa! Aquel convento fundado por ella tiene algo especial, de pobreza, de sencillez, de alegría.Esto tiene que multiplicarse. Y se lo dice: “Vamos, Madre Teresa, tenéis todos los permisos para llenar Castilla de conventos reformados. Que esto es lo que necesita la Iglesia de hoy: santidad en nuestras vidas. Sin eso, por mucho Concilio de Trento… ¡nada, hija mía!

¿Serán estas las “grandes cosas” que dijo el Señor que vería? , piensa la Madre Teresa.

Y he aquí a una pobre monja, llena de deseos y de licencia para fundar, pero… ¡sin una ”blanca” en el bolso!

¡Qué de críticas y negativas! y la Madre Teresa, con todo el ánimo de su corazón puesto a prueba!

La casa acordada y …. los frailes agustinos, junto a ella, que se oponen a tenerlas por vecinas.

¡Vaya por Dios!

Eran las doce de la noche, cuando se apearon en el convento de Santa Ana de los frailes carmelitas y por no hacer ruido con las carretas, continuaron a pie. Con sus bultos a cuestas, huyendo de unos toros, iban caminando con solo deseo de servir a Dios.

¡Qué nochecita aquella la del 14 al 15 de agosto de 1567!. Las paredes medio caídas de aquella casa no arredraron a la Madre Teresa ni a sus monjas. Con unos tapices y un damasco azul, se improvisó una capilla.

¡Qué gran lección de pobreza, Madre Teresa!

“Todos estos días era mucha la gente que venía y no solo no les parecía mal, sino les daba gran devoción ver a Nuestro Señor tan pobre como en en el portal de Belén”.

Fue una conversación interesante. Dª Luisa de la Cerda, gran señora, hermana del Duque de Medinaceli, le pide fundar en una pequeña villa que era propiedad suya: Malagón

¡Qué pueblo más pequeño era entonces! Cuatro casas con una historia algo confusa. El marido de Dª Luisa, D. Antonio Arias Pardo, le había comprado aquel señorío, con habitantes incluidos. Eso se llama, claro está, esclavitud.Los pobres siervos se sentían humillados y la buena viuda, llena de remordimientos, ve una solución para descargar así su conciencia: hacer un monasterio del Carmen.

No pareció gustarle aquello a la Madre Teresa. Allí era imposible fundar sin renta (viviendo de limosna). Es verdad que Dª Luisa la ofrecía y buena. Pero, ¿era esto lo que se había propuesto?

Teresa de Jesús es mujer flexible cuando la obediencia está por medio.Bien, Dios lo querrá cuando el confesor así lo dice. ¡Fundaremos!

¡Y qué alegría aquel domingo de Ramos!

Teresa iba conociendo gente buena con ganas de ayudarla. Misteriosamente se multiplican las peticiones. Ahora era un caballero joven de Valladolid, que quería ofrecerle una casa con huerta y todo, para fundar.La aventura tiene en esta ocasión la sencillez de un cuento de Berceo…

Pues… he aquí que el joven caballero sufre un terrible ataque y queda sin sentido.

Al poco tiempo, murió.

“Entendí que había estado su salvación en gran aventura y que el Señor había tenido misericordia de él por aquel servicio que había hecho a su Madre en aquella casa que había dado para hacer Monasterio de su Orden”

Durante la primera Misa que se dijo en la nueva Fundación de Valladolid, la Madre Teresa siente un gozo especial.

“Gran cosa es lo que agrada a Nuestro Señor cualquier servicio que se haga a su Madre y grande es su misericordia”.

¡Qué curioso! Precisamente en Toledo, y entre gente noble e ilustre, Teresa nos va a dar la más grande lección cristiana de pobreza y libertad.Había allí un mercader rico y … buena persona. Estaba deseando hacer alguna obra que agradase a Dios.

El buen hombre vino a enfermar de muerte y en su testamento dejó lo necesario para que se hiciera una fundación de la Madre Teresa. Debió oír de ella y de cómo servía a Dios en sus monasterios y pensó que esa sería su “buena obra”.

“Llegué a Toledo víspera de Ntra. Sra. de la Encarnación y fuime a casa de la Sra. Dª Luisa. Fui recibida con gran alegría” .

¡Madre mía, qué lluvia de dificultades: ni licencia, ni casa… Todo eran peros y condiciones entre los que podían ayudarle. Y hasta el encargado del testamento estaba en contra.

Cuando todo parecía decir que no… Pues, ¡que sí! que Dios quería que se hiciese. Y las cosas se fueron arreglando: el Gobernador dio permiso, un pobre y servicial les encontró casa… y pudieron marchar a preparar la nueva fundación muy ligeritas de equipaje: dos jergones y una manta.

¡Qué felicidad la de aquellas pobres monjas sin tener nada… y poseyéndolo todo! Precisamente por eso, porque no lo deseaban. La Madre Teresa estaba fuera de sí al contemplar a sus hermanas pelándose por un pedazo de pan.Pero… lo que se debatía era quién estaba más necesitada, porque ninguna quería serlo.

Las paradojas de la felicidad evangélica: cuando empezaron a llover limosnas se angustiaron.

“Desde entonces me creció deseo de ser pobre, y mucho, y me quedó un señorío para tener en poco las cosas de bienes temporales; pues su falta hace crecer el bien interior, que cierto trae consigo mucha plenitud y quietud”.

¡BIENAVENTURADOS LOS POBRES DE ESPÍRITU!

La vida se le ha complicado ya a la Madre Teresa. Porque cuando uno intenta entregarse de veras a Dios, jamás faltan ocasiones para hacerlo. Poco le duró el descanso en Toledo. Allá se acerca en busca de la Madre un mensajero de gente importante. Nada menos viene de parte de…

… ¡La Princesa de Éboli! ¿La conocéis? Fue una mujer que dio mucho que hablar en la corte y fuera de ella. Altiva, caprichosa… Estaba casada con Ruy Gómez de Silva. Y ahora tenía ese deseo, un tanto extraño a su condición, de fundar ella también un monasterio de la Orden del Carmen, en Pastrana. ¡Y enseguida!

¡Exigencias de los grandes! Atropellando voluntades, se impone a todos con sus ansias de poder…Así era la Princesa y… así lo temía la Madre, que de momento no pensó en ir. Ignoraba aún las dificultades que iban a venirle de su contacto con semejante mujer. Pero lo que no ignoraba es que jamás podrían arrancarle la…

… Libertad de espíritu que hace tener el mundo debajo de los pies.Seguirá cantando, por encima de las cosas, el Himno del Creador, en deliciosos contraste de pobreza y libertad.

Pero, al marchar el mensajero de la Princesa, la Santa se queda preocupada, ¿no se habrá negado demasiado pronto? Las monjas le dicen que Ruy Gómez tiene mucha entrada con el rey… Despreciar así una oferta de tal categoría… y va a consultar a su Maestro y Amigo y Esposo…

“Estando en esto, fue dicho de parte de Ntro. Señor, que no dejase de ir, que a más iba que a aquella fundación”

La Madre empezó a percatarse con disgusto de que iba a ser difícil modificar la voluntad de la Princesa. Se empeñaba en implantar cosas contra las normas carmelitanas.

El caso es que se hicieron los dos conventos, el de frailes y el de monjas y hubiera empezado a marchar bien la cosa, si no fuera por… ¡el más terrible capricho de la Princesa!

… y fue que, al quedar viuda del pobre Ruy Gómez, no se le ocurrió otra cosa que entrar en el convento fundado por ella y… ¡con visos de reformadora! Se sentía con derecho. ¡Lo había costeado, no faltaría más!

¡Aquello fue Troya! Las pobres monjas andaban de cabeza y toda la casa “patas arriba”.

Pobres, sin favor de la Princesa, pero ¡LIBRES!, un noche, marcharon camino de Segovia.La Princesa, al enterarse de que… era dueña y señora de un convento… ¡vacío!, estalló en terrible cólera.Las monjas, con Teresa, entonaban ya un canto de libertad.

No tuvo más remedio que tramar la huida. Si ella persistía en su intento, esclavizando a todas con su “derechos adquiridos”, la Santa no podía permitir que sus hermanas perdieran el gozo y la alegría que da la libertad de espíritu.

Una carta enviada por el Rector de la Compañía de Jesús, en Salamanca, vino a ser la ocasión para que se cumpliera un gran deseo de Teresa: tener casa en una ciudad de tan recio abolengo castellano. Así, el centro de la Reforma estaría donde nació: en Castilla.

Como de costumbre, no le arredró el encontrarse bastante enferma para dejar de ir en persona a visitar la casa que le ofrecían. Estaba escarmentada.

Llegan a la ciudad y desde la posada, le dijeron que la casa que tenían que alquilar estaba habitada por unos estudiantes y éstos se resistían a desalojarla.¿Estudiantes? –pensó la M. Teresa- ¡mala cosa!

“¡Qué mal aparejo este de los estudiantes! Como no deben tener curiosidad o cuidado de las cosas, estaba de tal suerte toda la casa, que no se trabajó poco aquella noche para ponerla en orden”

Al fin, se quedaron solas la noche de ánimas. Las campanas de la ciudad tocaban a muerto. La casa, llena de escondites y desvanes, desbaratada… El pensamiento de los estudiantes enojados que podían estar escondidos para gastarles una broma de mal gusto… ¡Menuda nochecita les esperaba!

Teresa, a pesar de todo se duerme muy tranquila. Esta mucho más angustiada y desvelada la Hermana que la acompaña.

La gran enseñanza de la M. Teresa en esta fundación nos la dará más tarde. Cuando pasando el tiempo… en ninguna casa pueda asentarse. Humedad, problemas de pago, etc.¡Cuántas dificultades para encontrar vivienda definitiva!

Para la M. Teresa esos trabajos no tienen importancia. Sabe bien que “solo aquella vida de arriba es la vida verdadera”. Y allí… ¡que no nos falte vivienda!

“En tener casa o no tenerla, poco va antes nos es gran placer cuando nos vemos en casa que nos puedan echar de ella, acordándonos cómo el Señor del mundo no tuvo ninguna.¡Quiera Su Divina Majestad, que no nos falten las moradas eternas, por su infinita bondad y misericordia”.

Dª Teresa Laizera la cuarta hija de un matrimonio que por encima de todo deseaban un varón. ¡Antifeministas, ellos, y … desconocedores de los planes de Dios, que quería una fundación en Alba de Tormes!.El caso es que Dª Teresa, al crecer, se casó ella también, y, como puede verse, formó un feliz matrimonio. Pero…

… Dios no les concedía la alegría de unos hijos que colmaran su felicidad.

Alguien le recomendó que lo pidiera por intercesión de San Andrés. Un día se le apareció y le dijo: “otros hijos te dará Dios”.“Será que no siempre coinciden los planes de Dios con los nuestros”, pensó Dª Teresa Laiz, cuando cayó en la cuenta de lo que se trataba.

La ocasión se la brindó un fraile carmelita que les puso en contacto con las monjas y con Teresa de Jesús. ¡Ya se las arregla Dios para que se cumpla su voluntad!

¡Y bueno era aquel matrimonio para secundar los designios de Dios! Ya que se hacen las cosas, hacerlas bien. Con la máxima generosidad.

En Segovia tuvo de nuevo ocasión la M. Teresa de probar su ánimo.

Pero el Señor quería una nueva fundación, y ¡adelante!

Al principio hubo muchas dificultades, pero…

“…acabó todo tan bien que no quedó ninguna contienda”

Cuando la M. Teresa se vio metida de nuevo en otro embrollo de fundaciones, ahora en la villa de Beas, a muchas leguas de Salamanca, pensó que ella era sólo un instrumento del Señor.

“Cuando Ntro. Señor quiere, aunque nosotros no queramos, se viene a que, sin entenderlo, somos instrumentos…”

Aquí lo fueron ella y Dª Catalina Godínez, de muy noble abolengo, como podéis ver en su árbol genealógico. Procedente, nada menos que de los Sánchez Rodríguez de Sandoval!

Cuando murió su padre, se dedicó a enseñar gratuitamente a niños, dejando en sus almas una huella profunda de Dios.

Por unas cosas y por otras, no había podido aún realizar sus sueños de ser monja y lo peor del caso era que no tenía salud. Llevaba muchos años enferma que casi no se podía mover de la cama.Sus parientes la desengañaban de su vocación. Pero ella tenía esperanzas de poder fundar, allí, en el mismo Beas, un Monasterio, adonde se consagraría a Dios.

Por eso le puso un ultimátum al Señor: “Mira, o me das salud para que pueda fundar y entregarme a Ti en un monasterio, o quítame este deseo. Y si es lo que quieres, dame medios para que lo haga”.

Así vinieron las monjas al principio de la cuaresma del año 1575.

Recibiólas el pueblo con gran solemnidad y alegría…

Iba adelante la salud de Dª Catalina”

Los caminos de Andalucía y aquel sol “más importuno que el de Castilla”, pusieron a prueba una vez más, la fortaleza de la Santa

También el Guadalquivir les jugó una mala pasada. ¡Por poco se hunden en sus aguas!Sí, realmente el Señor probaba bien la fortaleza de la Santa.Pero su contrapeso ante las dificultades era bien patente…

Estando en San José de Ávila preparándose para la fundación de Beas, llega un mensajero de Caravaca, solicitando una fundación en aquel lugar….

Como en otras ocasiones, después de unas cuantas aventuras tiene lugar la fundación del monasterio de carmelitas.

Una parada en aquel camino continuo de fundaciones. Y una parada obligada. Cuatro años transcurrieron desde las de Sevilla y Caravaca.

A nueve mujeres piadosas que formaban un grupito en Villanueva de la Jara, para vivir como monjas en la ermita de Santa Ana, se les ocurre pedir a la Santa que haga para ellas allí un monasterio de Descalzas.

Al acercarse al delicioso pueblecito a la Madre Teresa se le esponjó el corazón…

Fue una de las fundaciones que más gozo le dio

¡Con qué apretamiento de corazón encontró a la Madre Teresa la fundación de Palencia!Enferma y… angustiada

“Estando así, me dijo el Señor: ¿Qué temes? ¿Cuando te he faltado Yo? El mismo que he sido soy”… Quedé animada, y determinada de dejarlo todo en sus manos…”

La compra de la casa tiene su historia. La Madre había desechado la primera, junto a la ermita de Ntra. Sra. de la Calle. Busca otras. Y … al fin el Señor le da a entender que le conviene la de la ermita. Allí se ofendía mucho a Dios, con el pretexto de romerías… Eso, ¡a pesar de ser tan buena gente!

La fundación tiene un bello final, como de cuento. Se hizo el monasterio, se renovó la ermita y… hasta la verdadera devoción, que había decaído bastante!

No nos empeñemos en que todo tiene que ser desagradable en las vidas de los santos. En esta fundación, sorprendentemente, todo va a ir “viento en popa”.Una carta del Obispo de Osma, gran amigo de la Santa, y una señora con deseo de fundar en Soria…

… Un viaje mejor que de costumbre, con diligencia y todo, que ha mandado el Obispo… y una llegada gloriosa con recibimiento del pueblo.

¡No hay como abandonarse en las manos de Dios! ¡Qué buen pagador es!

El último viaje de las Fundaciones, en contraste con el anterior, está lleno de sufrimiento y dificultades.Convaleciente de la enfermedad de Palencia, y sin fuerzas para fundar… ¡nada menos que en Burgos con los fríos del invierno!

Pero de aquella histórica y bellísima ciudad, la llama Dª Catalina de Tolosa, que tenía cuatro hijas carmelitas.

Hay dificultades para realizar la fundación y Teresa se consuela con su amigo Jesús, en quien encuentra el descanso y la fortaleza

“Estando en gran aflicción, me dice el Señor estas palabras: “AHORA, TERESA, TEN FUERTE”

Y Teresa con la fuerza de Dios todo lo puede. Con esa fuerza habían nacido: San José de Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria y Burgos

… y se habían abierto caminos de generosidad, de entrega, de pobreza, de libertad, de confianza en Dios, de obediencia, de humildad, de gratitud… ¡Caminos del Evangelio!

“¡Alabemos al Señor que lo ha hecho! Y nos tiene preparado un Reino que no tiene fin, por unos trabajillos envueltos en mil contentos. ¡Sea bendito por siempre!”