Post on 04-Aug-2015
Marta Caro Serrano Mª Reyes Trujillo Fernández Estefania Pulido Mariblanca Raquel Leal Durango Pilar Heredero Peño Elisa Cabañas Gómez
TEMA 5: LAS NORMAS EN
EDUCACIÓN INFANTIL
Las normas de la clase es el elemento más importante para el buen funcionamiento de la
dinámica del aula y en casa. Las podemos definir como reglas que se deben seguir y que
se deben ajustar a las conductas, tareas, actividades, etc.
1. ¿Por qué son tan importantes las normas?
Los peques traen sus propias reglas implícitas desde casa. La mayoría de las familias no
escribe en un papel las normas de casa pero ellos las van absorbiendo e interiorizándolas
de modo que cuando llegan a la clase actúan como se les ha enseñado a actuar. La
cuestión es que las maestras y maestros también tenemos nuestras normas implícitas: el
modelo de funcionamiento de clase que queremos, pero para que los peques los vayan
asumiendo tenemos que:
Sopesar hasta que punto mi clase puede seguir ese modelo.
Darle forma clara y explícita, a través de frases, imágenes o símbolos, para que
ellos lo vayan interiorizando.
Si no realizamos este proceso no podemos exigir a nuestros alumnos que sigan unas
normas que o bien no entienden o bien no están claras.
Pero las normas no solo deben abordar temas como: "Me como el desayuno sentado/a"
o "Levanto la mano para hablar". En las normas también se regulan las relaciones entre
compañeros y con la maestra. Si queremos una clase en la que haya relaciones de
cuidado y buen trato, desde las normas deben regularse las situaciones para que ello
ocurra.
Por otra parte este marco les dará seguridad, sobre todo a medida que las vayan
asumiendo hasta constituirse en hábitos que a su vez favorecerán el desarrollo de la
autonomía individual.
2. Características de las Normas de la Clase
1. CLARIDAD: las normas deben de entenderse fácilmente y estar en un lenguaje
cercano al de los niños y niñas (no por eso infantilizado, hay que llamar a las
cosas por su nombre).
2. CONCRECCIÓN (CORTAS): el mensaje debe ser concreto y con pocas
palabras, para que no se pierdan. Se trata de que sepan concretamente lo que
deben hacer según el caso.
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3. COHERENCIA: las normas deben ser cumplidas por todos las personas de la
clase, incluido el profesorado. Nosotros somos los espejos de nuestro alumnado.
Por otra parte no podemos poner una norma si continuamente nos la estamos
saltando. Una norma que no sirve es mejor cambiarla o quitarla.
4. CONSECUENCIA: Lo mismo pasa con los castigos y recompensas: no
podemos amenazar con algo que luego no vamos a hacer (el hecho de amenazar
es en sí desagradable), en cualquier caso tengamos claras las consecuencias tanto
de cumplir las normas como de no cumplirlas para que vayan entendiendo que
eso es así "siempre".
5. COLABORACIÓN: La participación de las familias es básica en esta cuestión.
No podremos contar con que todas entiendan las normas (tema espinoso éste)
pero si podemos explicarles lo que pretendemos hacer y pedir su colaboración.
De hecho desde el primer día la familia tiene sus normas (sobre el desayuno, la
ropa, la hora de llegada...) y éste es el punto de partida de la colaboración. Luego
eso se puede extender a otras cuestiones porque la realidad es que muchas
familias desean saber cómo poner las normas en casa y nosotras podemos
echarle una manita.
6. POSITIVACIÓN: las normas deben estar descritas en positivo. Para mí este
punto es uno de los más importantes. A menudo me encuentro poe r ahí normas
que solo dicen lo que el peque no debe hacer pero no aclara que es lo que sí debe
hacer. Por ejemplo, si yo digo: no se pega, ¿implica eso que sí se puede insultar
o empujar, quizá ignorar y hacer el vacío? Esa frase no aclara a los peques casi
nada. Por el contrario si la norma es: "Somos amigos y amigas por eso nos
tratamos bien". Esto deja claro que todo lo que hagamos que dañe al compañero
o compañera no está permitido y en el día a día se va aclarando y hablando.
7. FLEXIBILIDAD: hay excepciones en las que nos seguimos la norma porque el
tiempo no lo permite, porque ocurre algo especial, porque el peque en cuestión
lo necesita... en cualquier caso en las excepciones es importante aclarar lo que ha
pasado al resto de la clase para que entiendan que no es una "incoherencia" sino
que hay razones para que no se cumpla esa norma. Aunque sean pequeños saben
comprender y aceptar estas cosas y además les enseña a ser ellos mismos
"flexibles" con el comportamiento de los demás y aprender que hay excepciones
para todo.
3. ¿Cómo las introducimos en la clase?
Las normas están vigentes desde el primer día aunque aún no las hayamos presentado
oficialmente. Nosotras somos el fiel reflejo de ellas y las vamos nombrando en cada
cosa que hacemos para que entiendan por qué se hace o no cada cosa y las vayan
interiorizando.
Independientemente de esto es importante que la lista de normas tenga un lugar fijo y
visible en la clase para que recurramos a él cuando necesitemos hacer referencia
explícita a una norma. Por ejemplo, si la clase está muy desordenada podemos señalar la
norma "Mantenemos la clase ordenada y limpia".
Según la edad de los peques tendremos que presentarlas una a una a principio de curso
(en 3 años) o recordarlas entre todos (4 años), incluso, con los de 5 años, es fácil crear
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en clase nuestras propias normas (evidentemente por detrás está la labor de la maestra
"sugiriendo" sutilmente para que estén todas las que sabemos que tienen que estar).
Para ir aprendiéndolas se pueden hacer juegos: adivinar la norma por el dibujo,
haciendo mímica ("¿Qué norma estoy representando?"), haciendo un concurso a ver
quién se las sabe o cantando una canción. Yo canto una que dice: "Todo el mundo en
esta clase nos queremos divertir. Si aprendemos nuestras normas seré mucho más feliz:
levanto la mano para hablar...".
Posteriormente hay que ir recordándolas en la asamblea y cada vez que sea necesario,
antes de empezar cada actividad, cuando vayamos a hacer algo diferente... pero es más
importante la coherencia que ser "machacones" recitándolas, porque los peques
aprenden por lo que viven y las palabras "se las lleva el viento".
4. Modos de representar las normas:
Iconos o imágenes: con o sin mensaje escrito. Representando cada una de las
normas de modo que, con un golpe de vista, sepan a qué nos referimos. Esta es útil
sobre todo para los más pequeños. Puede ser que:
o Usemos imágenes ya diseñadas y plastificadas.
o Si son los peques los que han "decidido" las normas lo justo es que ellos
mismos hagan los dibujos de las mismas (incluso escribiendo ellos el contenido). Este
es un trabajo que se puede hacer en pareja y da muy buenos resultados. Luego se
presentan en la asamblea de clase y se cuelgan: aunque la imágenes no sean muy claras
todos sabrán a qué van referidas.
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Andrea dibuja la norma: "Cuidamos las plantas del patio"
Los carteles elaborados se enmarcan y/o plastifican y se colocan en un lugar visible.
Lista de normas: Igualmente podemos ser nosotros los que hagamos un cartel
escribiendo las normas (es bueno numerarlas para que sepan a qué número nos
referimos porque les ayuda a situarse en el cartel) o ser ellos mismos los que las
escriban "a su manera". Aunque sea un cartel sin dibujos la referencia a él tiene la
misma fuerza que cuando hay imágenes y de este modo también trabajamos la
lectoescritura. Este tipo de norma, no obstante, en mi opinión son más adecuadas a
partir de los 4 y sobre todo a los 5 años.
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Lista de normas decidida en asamblea antes de hacer los iconos.
5. Recursos para reforzar las normas
A veces cuesta mucho que las normas se instauren. Primero tenemos que revisar nuestra
parte del trabajo y sopesar si las normas que hemos puesto cumplen las características,
si no son un número excesivo de normas y si hay otro problema. Si vemos que el
problema persiste es el momento de hacer algún tipo de acción en clase. Se trata de
reforzar, hacer visible, lo que hacen bien, de modo que los buenos comportamientos
tiendan a repetirse y los malos se vayan acabando.
En esto hay que ser un poco flexibles con algunos niños y niñas que intentan cumplir las
normas pero sus nervios no se lo permiten. A éstos hay que ayudarles y guiarles,
colaborando en lo posible con sus familias, para que aprendan a regular su
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comportamiento. Lo que no podemos es pedirle por ejemplo a un niño hiperactivo que
esté todo el día quieto; es evidente que hay que adaptarse.
Podemos elaborar el "Álbum de las normas", con una cartulina con espacio para pegar
los iconos o nombres de normas que ya cumplan (al final también hay diploma). Este
tipo de recurso necesita que los niños tengan bastante autonomía si no el álbum se
pierde entre sus papeles. Se puede hacer algo parecido pero en vez de álbumes
individuales en un gran panel con una tabla.
Es importante darles a ellos la oportunidad de reflexionar sobre si cumplen o no las
normas y para eso utilizo fichas como ésta que hacen conmigo y de cara a su grupo:
Otra forma de abordar las normas es convertirlo en un "reto de la clase", o sea, proponer
todos los días ciertas normas para cumplir y que luego, en la asamblea final, evaluemos
si, como clase, se han cumplido las normas, por que sí o por que no. Yo lo hice con una
clase de 5 años y este panel de normas al que poníamos discosonrisas contentas (verdes)
o tristes (rojas); hoy lo plantearía de otra manera pero el ejemplo sirve y seguro que se
os ocurren otros más "artísticos". La foto está borrosa, pero es que normalmente no voy
haciendo fotos de todo lo que hago y tengo que capturarlas de imágenes más grandes.
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Un panel para evaluar las normas que se van cumpliendo.
Otro recurso muy sencillo es el sellito "Cumplenormas": al salir de la clase se le pone
un sellito con tienta en la mano a los peques que han cumplido las normas (también se
puede usar una pegatina). Éstos salen radiantes y los que no lo tienen deben reflexionar
sobre su comportamiento. También se les puede pedir a ellos que consideren si se
merecen tener el sellito o no, para que vayan aprendiendo a autorregularse. Este método
debe usarse con cuidado porque si las familias entienden que no llevar el sello es malo
se convierte en un castigo y no es esa la intención.
Todos necesitamos ratitos para reflexionar
Cuando hay un peque que insistentemente incumple una norma lo mandamos a la silla
de pensar (que es diferente al Rincón de la Amistad en la que van para hacer las paces
o estar tranquilos). No se trata de que se aburran (que no sirve para nada) ni de castigar
sino de que tengan un tiempo tranquilo en el que deben pensar en la norma que está
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incumpliendo y sacar alguna conclusión. Las sillas de pensar tienen un icono pegado y
pueden ir allí por propia voluntad o por orden de la maestra.
La asamblea de la clase tiene mucha fuerza. Cuando alguien tiene que dar
explicaciones o pedir perdón al grupo por incumplir las normas y éste decide qué debe
hacer estamos enseñando a los peques a tomar decisiones, a reflexionar y que las
acciones tienen consecuencias.
En cualquier caso reforzar las normas es un trabajo que tendremos todo el año. Lo
queramos o no los entornos sociales, la tele, los tiempos... no ayudan mucho. Pero ¡No
hay que desanimarse! Siempre hay recompensas cuando somos perseverantes.
6. Colaboración Familia-Escuela
Sobre este punto hay mucho que decir y se pueden realizar diferentes actividades tanto
grupales como individuales, porque hay niños y niñas que necesitan un tratamiento
individualizado para adaptarse a las normas y en esos casos es importante reunirse con
la familia y proponer un plan.
Algunos sistemas de colaboración son:
Escuela de familias
Los Cupones de la Escuela y el Hogar
Contratos de contingencia (sobre todo para casos concretos)
Bibliografía:
Aventura diminuta (2010) [En línea]. www.aventuradiminuta.blogspot.com.es [Consulta: 13-3-
2012]