Post on 25-Aug-2018
Tibidabo informaMAYO, mes de MaríaDurante todo el mes la celebración sigue el siguiente orden:i A las 18 horas: Vísperas, Mes de mayo, Bendición eucarística y Rosario.
Sábado, 21 de mayo
Fiesta externa de María Auxiliadora
La tradicional procesión de María Auxiliadora por la cumbre del Tibidabo se celebrará, Dios mediante, el sábado 21 de mayo.i A las 21,30 horas: Eucaristía, Procesión y Final de fiesta.
Domingo, 22 de mayo
Jornada interdiocesana del Apostolado de la Oracióni A las 11,30 horas: Palabras de bienvenida del P. Suñer, SI, director dioce- sano del Apostolado de la Oración de la diócesis de Barcelona.i Conferencia de don Miguel Subirachs: “El Corazón de Jesús es la Miseri- cordia de Dios.”i A continuación Santa Misa y renovación de la consagración del Apostola- do de la Oración al Sagrado Corazón de Jesús. Comida: el Apostolado de la Oración ofrecerá paella, bebida y postre. Se ruega conirmación y número de asistentes, teléfono 627 727 909.i A las 16 horas: Hora Santa, Rosario y Mes de Mayo. (Habrá servicio de guardería).
JUNIO, mes del Sagrado Corazón de JesúsCada día, a las 18 horas el orden de celebración será el siguiente: Santo Rosa-rio, Vísperas, Mes del Sagrado Corazón y Bendición Eucarística.
Viernes, 3 de junio
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesúsi A las 19 horas: Misa concelebrada, presidida por el Cardenal Lluís Martínez Sistach. Bendición a la ciudad.i A las 17,15 horas: Saldrá un autobús de la Avenida Vallcarca, 14-16, re- gresando al inalizar la ceremonia.
Sábado, 4 de junio
Vigilia de Espigas 2016. Inicia a las 22 horas.
Domingo, 5 de junio
Cosagración de las Familias al Corazón de Jesúsi A las 12 horas: Misa concelebrada.i A las 14 horas: Paella familiar para todos los participantes. Inscripciones hasta el 31 de mayo. Indicar nombre de la familia y número de participantes.
Domingo, 12 de junio
Romería del RamCon la tradicional ofrenda de los ramos de flores en la Ermita Primitiva.
i A las 12 horas: Eucaristía y Fiesta popular.
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Un corazón nuevo o pasa día sin que la crónica nacional o in- ternacional nos hable de dramas y trage- dias terribles, de violencias incluso en el ámbito familiar, de corrupción principalmente en las ins- tituciones públicas, de vandalismo y destruccio- nes, de mujeres y niños víctimas de abusos...
Últimamente nos ha sorprendido una nueva es-calada de violencia en el seno de la familia: los hijos maltratadores de sus padres...
Si pasamos al plano internacional, no podemos dejar de pensar en la locura de los grupos Yija-distas o de Boko Haram...
Es un panorama en el que emerge una consi-deración terrible: ¡está creciendo un mundo sin corazón!
El Papa Francisco sigue recordándonos la im-portancia central del corazón en nuestra vida cristiana. “¡Custodia tu corazón, ábrelo a la compasión, déjate conmover por las lágrimas. Haz experiencia de Misericordia y regala Miseri-cordia: es el camino de Jesús!”
Por eso es lícito que nos hagamos la pregunta: ¿quién puede curar el corazón del hombre de nuestro tiempo?
Sabemos que sólo hay una respuesta: Jesús con su gracia y su cruz. Su corazón es la fuente de su misericordia y de la nuestra. Necesitamos invocar y coniar en ese divino Corazón para ob-tener un corazón sano, puro y libre, un corazón capaz de amar y ser amado.
El Año de la Misericordia se nos presenta como oca- sión propicia para descubrir el verdadero rostro de Dios. Es el rostro de la Misericordia sin límites.
La iesta del Corazón de Jesús, del 3 de junio este año, nos invita a centrar nuestra mirada en ese Rey de los corazones que nos atrae con su Misericordia y nos encamina por las vías del perdón y el amor de respuesta.
Devoción al Sagrado Corazón que se nutre del amor a la Eucaristía en que su Corazón vivo se nos da como prenda de vida eterna.
Publicación bimestraldel Templo Expiatorio del Tibidabo
Época II. Número 546Mayo-Junio 2016
DirectorP. Nicolás Echave,SDB
Francesc RIU
Nicolás ECHAVE
Euniciano MARTÍN
Francesc BARCELÓ
José Javier ECHAVE SUSTAETA
Maquetación: Juan BADÍA
Colaboradores
Consejo de Redacción
Nuestra portada
Procesión de María Auxiliadora. Salesia-nos Triana (Sevilla)
Revista TIBIDABOSuscripción anual:
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Autoedición e Impresión:
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Rosari, 208017 Barcelona
Depósito Legal:
B. 15642, 19961
N
4 CARPA EUCARÍSTICA
Sucedió el 28 de diciembre de 2013: se iba a celebrar, el 29, el
Día de las Familias, en la plaza de Colón, de Madrid. El día anterior, al inal de la tarde, se instaló una carpa para hacer oración eucarística.
Por testimonio, aunque con prisa, decidí conocer la carpa. Y orar. Lle-gué desde la calle Génova a Colón. Con mucha gente. Estaba la gran Cruz, a cuyos pies se habría de celebrar, al día siguiente, la Euca- ristía... […]
Vislumbré una entrada […] Me que-dé impresionado: era una gran car-
pa, casi como la de un circo. Cinco o seis ilas de asientos con adorado-res. Me quedé embelesado al con-templar, en un redondel en el centro, una estatuilla poliédrica blanca. A lo alto, se alzaba una hermosa Custo-dia, con una Forma consagrada. A los cinco minutos de estar de pie, una persona me cedió el sitio, cer-cano a los confesionarios. Con si-llas, bis a bis.
Las velas al pie de la custodia se renovaban constantemente. A mi iz-quierda, entró un matrimonio joven con cinco hijos. Uno en brazos de la madre; otro, en cochecito. Los tres se pusieron de rodillas. Devo-tos. Impresionados, como nosotros, por el silencio, las luces, la oración. Juguetearon luego con las velas. Se avisaba cada diez minutos para que los que estuviesen sentados, salié-semos para dejar entrar a otros.
Yo me había, sin embargo, puesto a meditar, rezar, compartir la oración. Fueron tres cuartos de hora. Salí sin prisas. Había para entrar dos gran-des hileras de matrimonios, de jó-venes, de niños. Pocas veces, eu-carísticamente, había estado tan enfervorizado. Como si preparase una Primera Comunión. El sacerdo-te José Luis Larrabe, que se ofreció a confesar, hablaría de La carpa de
Dios, abierta para todos en Madrid.
Jesús LÓPEZ MEDEL,de la Real Academia de Jurisprudencia
y Legislación
(ALFA Y OMEGA Jv. 13.02.2014)
La CarpaEucarística de Colón
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Otroregaloa todalacomunidadeclesial
OTRO REGALO A TODA LA COMUNIAD ECLESIAL
as circunstancias nos invitan a detener las relexiones que
hemos venido realizando sobre la
Carta encíclica del papa Francisco
Laudato si,’ sobre el cuidado de la
casa común. En efecto, el mismo
Papa nos ha hecho un nuevo rega-
lo en este tiempo pascual: la pu-
blicación de la Exhortación apos-
tólica postsinodal Amoris laetitia,
es decir, la alegría del amor. Una
constatación: nuestro estómago
está teniendo diicultades para di-
gerir alimentos tan sugerentes y
abundantes.
Después de los dos Sínodos cele-
brados sobre la familia, el primero,
de carácter extraordinario en octu-
bre de 2014, y el segundo en oc-
tubre de 2015, todos esperába-
mos que el papa Francisco publi-
cara una Exhortación apostólica
que transmitiera a la Iglesia univer-
sal las ‘conclusiones’ de estos dos
encuentros eclesiales.
Sin embargo, el Santo Padre ha
vuelto a sorprendernos: la nueva
Exhortación apostólica recoge las
conclusiones a las que habían lle-
gado los Padres sinodales, pero
las ha enriquecido con aportacio-
nes personales, logrando un texto
que, si fuéramos capaces de lle-
varlo a la práctica en los próximos
años, la imagen que la Iglesia
está transmitiendo del matrimo-
nio y de la familia sería muy dis-
tinto de la que observamos en la
actualidad.
Este es el desafío que los que cre-
emos en Jesús de Nazaret y for-
mamos parte de la Iglesia Católica
debemos afrontar con decisión.
Aceptemos que esto requerirá un
gran esfuerzo de mentalización,
que tendrá que ser fruto de una
profunda relexión y de una reno-
vada ilusión creativa.
Como suele hacer en todos sus
documentos, en las primeras pági-
nas de la Exhortación Amoris Lae-
titia el papa Francisco ha indicado,
en una síntesis sumamente breve,
cual es el contenido de este do-
cumento pontiicio. Leamos con
atención lo que ha escrito.
La Palabradel Papa Francisco
Otro regalo a toda la comunidad eclesial
L
6 OTRO REGALO A TODA LA COMUNIAD ECLESIAL
5. Esta Exhortación adquiere un sentido especial en el contexto de la celebración de este Año Jubilar de la Misericordia.
En primer lugar, porque la he concebido como una in-vitación a las familias cristianas a valorar los dones del matrimonio y de la familia y a perseverar en un amor fortalecido por las virtudes de la generosidad, el com-promiso, la fidelidad o la paciencia.
En segundo lugar, porque se propone alentar a todos para que sean testimonio de misericordia y cercanía allí donde la vida de familia no se realiza de modo adecua-do, sin paz y alegría.
6. En el desarrollo del contenido de esta Exhorta-ción, comenzaré con una reflexión inspirada en las Sagradas Escrituras, de tal modo que dé al conjunto del texto el sentido adecuado.
A partir de esta reflexión, haré un análisis: la situación en que se encuentran las familias en la actualidad con el fin de tener muy presente la realidad.
Después recordaré algunos de los principios fundamen-tales de las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimo-nio y la familia, para preparar el camino hacia los dos capítulos centrales, dedicados al amor.
A continuación destacaré algunos enfoques pastorales que pueden orientarnos en la labor de construcción de hogares sólidos y fecundos según el plan de Dios, con un capítulo a la educación de los hijos.
Otroregaloa toda
lacomunidad
eclesial
OTRO REGALO A TODA LA COMUNIAD ECLESIAL 7
Es decir, de nuevo el papa Fran-cisco nos invita a la acción. Pero esta debe ir precedida de una pro-funda relexión y de la adopción
de un serio compromiso. Como ya
advirtió en su primera Exhortación
apostólica, «todas las comunida-
des debemos avanzar por el ca-
mino de una conversión pastoral y
misionera que no puede dejar las
cosas como están» (Evangelii gau-
dium, 25).
FRANCESC RIU
Finalmente, invitaré a la misericordia y al discernimiento pastoral ante situaciones que no responden plenamen-te a lo que el Señor nos propone, y concluiré con una breve reflexión sobre la espiritualidad familiar.
7. Dada la riqueza acumulada en los dos años de reflexión del camino sinodal, esta Exhortación abor-da temas muy diversos, desde perspectivas distintas. Esta opción justifica su extensión, totalmente inevi- table.
Por ello, no recomiendo una lectura hecha con prisa y sin interrupción. Será de más provecho, tanto para las familias como para los agentes de pastoral familiar, que cada una de sus partes sea objeto de paciente refle- xión, o bien que se analicen las cuestiones que puedan ser oportunas en cada circunstancia concreta.
Por ejemplo, es muy probable que los matrimonios se sientan más interpelados por el contenido de los capítu-los cuarto y quinto, que los agentes de pastoral sientan la necesidad de acudir directamente al capítulo sexto, y que todos se sienten afectados al leer capítulo octavo.
Espero que todos, a través de la lectura de este texto, nos sintamos llamados a cuidar con amor la vida de las familias, porque hoy estas no constituyen un problema; son, primero y sobre todo, una oportunidad.
Otroregaloa todalacomunidadeclesial
8 LA MISERICORDIA
LaDivina
Misericordia
omo es sabido el Papa Fran- cisco es muy devoto de la Doctora de la Iglesia Santa Tere-sita del Niño Jesús, la que nos en-seña la ofrenda al Amor Mise- ricordioso, a la que se enco- mienda reiteradamente y cita en muchas ocasiones. Recordemos algunos textos más recientes:
“Lamentablemente, cada uno de nosotros se parece mucho a un árbol que, durante años, ha dado múltiples pruebas de su esterili-dad. Pero, afortunadamente, Je-sús se parece a ese campesino
que, con una paciencia sin límites, obtiene una vez más una prórroga para ia higuera infecunda: «Déjala por este año todavía –dijo al due-ño– [...] Por sí da fruto en adelan-te» (v. 9).
Un «año» de gracia: ¡el tiempo del ministerio de Cristo!, ¡el tiempo de la Iglesia antes de su retorno glo-rioso!, ¡el tiempo de nuestra vida, marcado por un cierto número de Cuaresmas, que se nos ofrecen como ocasiones de revisión y de salvación!, ¡el tiempo de un Año Jubilar de la Misericordia! ¡La in-vencible paciencia de Jesús!
¿Habéis pensado en ¿la paciencia de Dios? ¿Habéis pensado tam-bién en su obstinada preocupa-ción por los pecadores? ¡Cómo es que aún vivimos con impaciencia en relación a nosotros mismos! Nunca es demasiado tarde para convertirse, ¡nunca! Hasta el últi-mo momento: la paciencia de Dios nos espera.
Recordad esa pequeña historia de santa Teresa del Niño Jesús, cuando rezaba por el hombre con-
La Misericordiasegún el Papa Franciscoy Santa Teresita
C
9LA MISERICORDIA
LaDivinaMisericordia
denado a muerte, un criminal, que no quería recibir el consuelo de la Iglesia, rechazaba al sacerdote, no lo quería: quería morir así. Y ella, en el convento, rezaba. Y cuan- do ese hombre estaba allí, pre- cisamente en el momento de ser ajusticiado, se dirige al sacerdote, toma el Cruciijo y lo besa. ¡La pa-ciencia de Dios!
Y hace lo mismo también con nosotros, ¡con todos nosotros! Cuántas veces –nosotros no lo sa-bemos, lo sabremos en el cielo–, cuántas veces nosotros estamos ahí, ahí... [a punto de caer] y el Se-ñor nos salva: nos salva porque tiene una gran paciencia con no-sotros. Y ésta es su misericordia, Nunca es tarde para convertirnos, pero es urgente, ¡es ahora! Co-mencemos hoy.
Que la Virgen María nos sostenga, para que podamos abrir el corazón a la gracia de Dios, a su misericor-dia; y nos ayude a nunca juzgar a los demás, sino a dejarnos pro-vocar por las desgracias de cada día para hacer un serio examen de conciencia y arrepentirnos.” (Ange-lus III.er Domingo de Cuaresma, 28 de febrero de 2016).
La primera encíclica del papa Be-nedicto XVI trata un tema que per-mite recorrer toda la historia de la Iglesia que, entre otras cosas, es una historia de caridad. Es la his-toria del amor que hemos recibido de Dios y debemos llevar al mun-do: esta caridad recibida y dada
es el fundamento de la historia de la Iglesia y de la historia de cada uno de nosotros.
La caridad está en el centro de la vida de la Iglesia, y es verdade-ramente su corazón, como decía santa Teresa del Niño Jesús.
Para cada uno de los ieles, como para la comunidad cristiana en su conjunto, vale la palabra de Jesús, según la cual la caridad es el pri-mer mandamiento y el más alto: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu
10 LA MISERICORDIA
LaDivina
Misericordia
ser... Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Me 12,30-31).
El Año jubilar que estamos vivien-do nos brinda también la ocasión de volver a este corazón palpitante de nuestra vida y de nuestro testi-monio, al centro del anuncio de fe: «Dios es amor» ( 1 Jn 4,8.16).
Dios no tiene simplemente el de-seo o la capacidad de amar; Dios es caridad: la caridad es su esen-cia, su naturaleza.
Él es único, pero no es solitario; no puede estar solo, no puede cerrar- se en sí mismo, porque es co- munión, es caridad, y la caridad por naturaleza se comunica, se di-funde.
Así, Dios asocia al hombre a su vida de amor y, aunque el hombre se aleje de Él, Él no permanece distante sino que le sale al en-cuentro.
(En el 10.° aniversario de la Encíclica «DEUS CARITAS EST» de Benedicto XVI; 26-11-2016)
(Se utiliza el rosario normal.)
1. Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo.
2. Al comenzar cada decena decir: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuer-po, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Se-ñor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.”
3. En las cuentas pequeñas: “Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.”
4. Al inalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.”
Coronilla de la Divina Misericordia
confiadas al Apostolado de la Oración para el año 2016
Intenciones de oración del Santo Padre
Mayo
Universal. Las mujeres en la sociedadPara que en todos los países del mundo las mujeres sean honradas y respetadas y sea valorizado su im-prescindible aporte social.
Por la Evangelización.
El RosarioPara que se difunda en las familias, comunidades y grupos, la práctica de rezar el santo Rosario por la evangelización y por la paz.
Junio
Universal. Solidaridad en las ciudadesPara que los ancianos, marginados y las personas solitarias encuentren, incluso en las grandes ciu-dades, oportunidades de encuentro y solidaridad.
Por la Evangelización.
Seminaristas y noviciosQue los seminaristas y los novicios y novicias ten-gan formadores que vivan la alegría del Evangelio y les preparen con sabiduría para su misión.
11MADRE DE LOS POBRES
Madredelospobres
Se cumple en junio de 2016 el segundo centenario del na-
cimiento de la venerable doña Dorotea de Chopitea, salesiana cooperadora, verdadera madre de los pobres de la ciudad de Barce-lona, creadora de numerosas ins-tituciones al servicio de la caridad y misión apostólica de la Iglesia. Entre ellas cabe destacar la erec-ción de la primera ermita al Sagra-do Corazón en el Puig de l'Aliga,
el punto más alto del Tibidabo. En este Año de la Misericordia su i-gura cobra especial relieve y nos anima a imitar su ejemplo de ser "misericordiosos como el Padre".
Un vizcaíno en Chile
Dorotea, la más pequeña de las hijas de don Pedro Nolasco Cho-pitea e Isabel Villota, nació en San-tiago de Chile, y se bautizó y reci-bió la conirmación el mismo día: 5 de agosto de 1816, tomando los nombres de Antonia, Dorotea y Dolores, aunque fue siempre co-nocida como Dorotea.
En 1816, el año del nacimiento de Dorotea, los chilenos comenzaron a reivindicar abiertamente la inde-
pendencia de España, que logra-ron en 1818. Al año siguiente, don Pedro, que se había alineado con los realistas y había sufrido la cár-cel por ello, trasladaba a su familia a Barcelona.
Cuando cumplió los trece años, aconsejada por su hermana Jose-ina, tomó como director espiritual al sacerdote Pedro Nardó, de la parroquia de Santa María del Mar. Durante 50 años don Pedro fue su confesor y su consejero en los mo- mentos delicados y difíciles. El sacer- dote la educó con amabilidad y fortaleza a "separar su corazón de las riquezas." Durante toda su vida, Dorotea consideró las rique-zas de su familia no como una fuente de diversión y disipación, sino como un gran medio puesto en su mano por Dios para hacer el bien a los pobres.
Esposa a los dieciséis años
Los Chopitea se habían encontra-do en Barcelona con unos amigos de Chile, la familia Serra, que ha-bían vuelto a España por la misma razón, la independencia. El padre, Mariano Serra i Soler provenía de
Doña Dorotea de ChopiteaMadre de los pobres
12 MADRE DE LOS POBRES
Madredelos
pobres
José María Serra y marchar con su madre, o casarse a los dieciséis años. Dorotea con el consejo de don Pedro Nardó, decidió casarse. El matrimonio se celebró en Santa María del Mar el 31 de octubre de 1832.
El joven matrimonio se instaló en la calle Montcada, en el palacio de los padres del marido. El enten- dimiento entre unos y otros fue per- fecto y fuente de felicidad y bien-estar. El "te amaré siempre" jurado por los dos esposos ante Dios, se desarrolló en una afectuosa y sóli-da vida matrimonial, que dio vida a seis hijas.
Cincuenta años después del sí pro- nunciado en la iglesia de Santa Maria del Mar, José María Serra dirá que en todos aquellos años "nues-tro amor creció de día en día."
Cariñosa y fuerte
Persona delicada, carácter fuer- te y decidido. Este fue el campo de batalla en el que Dorotea luchó durante toda su vida para adquirir la humildad y la calma que la natu-raleza no le había regalado. Así es-cribió en sus apuntes espirituales:
"Pondré todo mi empeño en que desde la mañana todas mis accio- nes estén dirigidas a Dios." "No dejaré la meditación y la lectura espiritual sin grave motivo." "Ha-
Palafrugell y también se había la-brado una brillante posición eco-nómica. Casado con una joven criolla, Mariana Muñoz, había te-nido cuatro hijos, el mayor de los cuales, José María, había nacido en Chile el 4 de noviembre de 1810.
A los dieciséis años Dorotea vi-vió el momento más delicado de su vida. Estaba prometida a José María Serra aunque se hablaba del matrimonio como de un acon- tecimiento futuro. Pero sucedió que don Pedro Chopitea tuvo que volver a América Latina para de-fender sus intereses, y poco des-pués su esposa Isabel se preparó para atravesar el Atlántico para al-canzarlo en Uruguay con los hijos más jóvenes. De repente, Dorotea se encontró ante una decisión fun- damental para su vida: romper el profundo afecto que la unía con
13MADRE DE LOS POBRES
cer todas las acciones desde Dios y por Dios, renovando frecuente-mente la pureza de intención... Prometo a Dios puriicar mi inten- ción en todas las acciones."
Al encuentro de Don Bosco
En los últimos decenios de 1800, Barcelona es una ciudad a la que está llegando la "revolución in- dustrial." La periferia está llena de gente muy pobre. Faltan asilos, hospitales, escuelas. En los ejerci- cios espirituales que realiza en el año 1867, doña Dorotea escribe entre los propósitos:
"Mi virtud predilecta será la ca- ridad hacia los pobres, aunque me cueste grandes sacriicios." Y Adrián de Gispert, sobrino segun-do de Dorotea, testimoniará: "Me consta que tía Dorotea fundó hos-pitales, asilos, escuelas, talleres de artes y oicios y otras muchas obras. Me acuerdo de haber vi- sitado algunas en su compañía." Cuando vivía su marido, él le ayu-daba en estas obras caritativo-so- ciales. Después de su muerte, salvaguardó ante todo el patrimo-nio de sus cinco hijas; luego, sus bienes "personales" (su riquísima dote, los patrimonios recibidos personalmente en herencia, los bienes que su marido quiso inscri-bir a su nombre), los empleó en los pobres con una cuidadosa y pru-dente administración.
Habiendo tenido conocimiento de Don Bosco, le escribió el 20 de septiembre de 1882. Le dijo que Barcelona era una ciudad "emi- nentemente industrial y mercan- til," y que su joven y dinámica congregación, encontraría mu- cho trabajo entre los muchachos de los suburbios. Ofrecía una escuela para aprendices trabaja- dores.
Don Bosco no pudo ir a Barcelo- na hasta la primavera de 1886 y las crónicas reieren ampliamente el triunfal recibimiento que le dis-pensaron en la metrópoli catalana, y las atenciones afectuosas con las que doña Dorotea, sus hijas, sus nietos y parientes rodearon al santo. Pero Dorotea hizo algo más que atenciones, compró la casa destinada a los "Talleres salesia- nos" para crear la que sería, con el
Madredelospobres
14 MADRE DE LOS POBRES
Madredelos
pobres
tiempo, la gran Escuela Profesio-nal de los Salesianos de Sarriá.
El 30 de mayo de 1886 fue ella la que decidió construir en el pun-to más alto de la montaña, cuya cumbre había sido otorgada a Don Bosco, una sencilla ermita de lí- neas góticas que se conserva en la actualidad adosada al templo superior. De esta manera, antes de que pasaran dos meses de la en-trega de los terrenos a Don Bosco, quedaba en la cumbre una señal bien clara de su destino a gloria del Corazón de Jesús.
La última entrega a la Familia Sa-lesiana fue la escuela "Santa Do-rotea" coniada a las Hijas de Ma- ría Auxiliadora. Para su compra se necesitaban 60.000 pesetas y ella las entregó diciendo: "Dios me quiere pobre." Aquella suma era la
última previsión para su vejez, lo que guardaba para vivir modesta- mente juntamente con María, su iel camarera.
El viernes santo de 1891, en la fría iglesia de María Reparadora, mientras pasaba recogiendo la co- lecta, contrajo una pulmonía. Tenía setenta y cinco años, y enseguida se vio que no superaría la crisis. Acudió don Rinaldi y estuvo largo rato a su cabecera. Escribió: "En los pocos días que continuó con vida, no pensaba en su enferme- dad sino en los pobres y en su alma. Quiso decir alguna cosa en particular a cada una de sus hijas, y bendijo a todas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu San-to, como un antiguo patriarca.
Mientras estábamos alrededor de su lecho encomendándola al Se-ñor, en un cierto momento levantó los ojos.
El confesor le presento el cruciijo para besarlo. Los que estábamos presentes nos arrodillamos. Doña Dorotea se recogió, entornó los ojos y expiró suavemente." Era el 3 de abril de 1891, cinco días des-pués de Pascua.
El Papa Juan Pablo II la declaró "venerable" el 9 de junio de 1983, es decir, "cristiana que practicó en grado heroico el amor a Dios y al prójimo."
N. ECHAVE, SDB
15
CongresoCor IesuvultusMisericordiae
CONGRESO COR IESU VULTUS MISERICORDIAE
n el Templo Expiatorio del Tibidado, el arzobispo de Barcelona, mon- señor Juan José Omella presidió la Eucaristía inal del Congreso “Cor Iesu, vultus Misericordiae” celebra-do estos días en la Ciudad Condal y que se ha centrado en las enseñanzas de Santa Teresa del Niño Jesús sobre el Amor Misericordioso de Dios.
El arzobispo de Barcelona invitó a to-mar como modelos para seguir este camino a Santa Teresita del Niño Je-sús y a sus padres para ser apóstoles de la Misericordia. La presencia de sus reliquias en esta Misa y en todos los actos del Congreso se ha convertido en un reclamo para muchos ieles.
A lo largo de estos días se han tenido diversas celebraciones en la Basílica
de la Mercè, en la Balmesiana, y el
domingo de la Misericordia, la Misa de clausura en el Templo del Tibidabo.
El Congreso ha tenido como coordina-dor al doctor Enrique Martínez, se-cretario de la Institución Balmesiana y ha sido convocado por el Apostolado de la Oración, Instituto Santo Tomás (Balmesiana), Templo del Sagrado Corazón (Tibidabo), Basílica de Nues- tra Señora de la Merced de Barce- lona, el Instituto Internacional del Corazón de Cristo y Aulas de Teolo-gía del Corazón de Jesús de Toledo y Getafe.
Este Congreso “Cor Iesu vultus mi-sericordiae” ha vuelto a convertir a la ciudad de Barcelona en un referente espiritual en el culto y la devoción al Corazón de Jesús, rostro de la Miseri-
cordia del Padre.
El arzobispo de Barcelona presidió en el Templo del Tibidabo la Misa de clausura del Congreso Cor Iesu vultus Misericordiae
E
16CONGRESO COR IESU VULTUS MISERICORDIAE FOLIO EXPLICATIVO
Reliquias de Santa Teresita y sus padres en la Basílica.
Jubileo de Germandats i Cofradies de Barcelona. Alocución del señor Cardenal. Sábado, 16 de abril.
17
Las parroquias del Arciprestazgo del Valle Hebrón, presididas por su Arcipreste P. Fermín Delgado, en el Templo del Tibidabo para ganar el Jubileo, sábado 12 de marzo.
18 TESTIGOS DE NUESTRO TIEMPO
Testigosde
nuestrotiempo
Su Santidad, Padres Sinodales, Hermanos y Hermanas,
Represento a la Asociación de Doc-tores Católicos de Bucarest. Soy de la Iglesia Greco-Católica Rumana. Mi padre fue un líder político cris-tiano, que fue encarcelado durante 17 años por los comunistas. Mis pa-dres estaban comprometidos, pero su boda tuvo lugar 17 años después.
Mi madre esperó a mi padre todos esos años, aunque ella ni siquie- ra sabía si él seguía vivo. Ellos han sido heroicamente ieles a Dios y a su compromiso. Su ejemplo mues-tra que la gracia de Dios puede su-perar terribles circunstancias socia-les y pobreza material.
Nosotros, como doctores católicos, defendiendo la vida y la familia, po-demos ver que esto es, ante todo, una batalla espiritual. La pobreza material y el consumismo no es la causa primordial de la crisis de la familia. La causa primordial de la revolución sexual y cultural es ideo-lógica.
Nuestra Señora de Fátima dijo que los errores de Rusia se extende-rían por todo el mundo. Primero se
hizo de manera violenta, el Marxis-mo clásico, que mató a decenas de millones. Ahora, se está haciendo primordialmente a través del Mar- xismo cultural. Hay una continuidad desde la revolución sexual de Lenin, a través de Gramsci y la escuela de Frankfurt, hasta hoy en día los dere-chos de los homosexuales y la ideo-logía de género.
El Marxismo clásico pretendía re-diseñar la sociedad, a través de la apropiación violenta de la propie-dad. Ahora la revolución es más profunda; pretende redeinir la fami-lia, la identidad sexual y la naturale-za humana.
Esta ideología se llama a sí misma progresista. Sin embargo, no es otra cosa que la antigua oferta de la ser-piente: que el hombre tome el con-trol y reemplace a Dios para lograr la salvación aquí, en este mundo. Es un error de naturaleza religiosa, es gnosticismo.
Es tarea de los pastores reconocer-lo y advertir al rebaño de este pe-ligro. “Buscad primero el Reino de
Dios, y Su justicia, y todo lo demás
se te dará por añadidura.” La misión
La Doctora Anca-Maria Cernea, médica del Centro de Diagnós-ticos y Tratamientos Victor-Babes y Presidenta de la Asociación de Médicos Católicos de Bucarest (Rumanía), hizo la siguiente presentación ante el Papa Francisco y el Sínodo de Obispos.
El mal de este mundo viene del pecado
19TESTIGOS DE NUESTRO TIEMPO
Testigosdenuestrotiempo
de la Iglesia es salvar almas. El Mal, en este mundo, viene del pecado, y no por la disparidad de riquezas o el “cambio climático.”
La solución es: Evangelización. Conversión. Lo solución no es un aumento del control de los gobier-nos, ni un gobierno mundial. En la actualidad éstos son los principales agentes que imponen el Marxismo cultural a nuestras naciones bajo la forma de control de población, la salud reproductiva, los derechos de los homosexuales, la educación de género, entre otros. Lo que ac-tualmente necesita el mundo no es la limitación de la libertad, sino la verdadera libertad, la liberación del pecado, la salvación.
Nuestra Iglesia fue suprimida por la ocupación Soviética. Ninguno de
nuestros 12 obispos traicionó su co-munión con el Santo Padre. Nuestra Iglesia sobrevivió gracias a la deter-minación de nuestros obispos y su ejemplo resistiendo la prisión y el terror. Nuestros obispos le pidieron a la comunidad no seguir al mundo, no cooperar con los comunistas.
Ahora necesitamos que Roma le diga al mundo: “Arrepiéntete de tus
pecados y vuelve a Dios, porque el
Reino de los Cielos está cerca.” No sólo nosotros, los laicos católicos, sino además muchos Cristianos Or-todoxos están rezando con inquie-tud por este Sínodo. Porque, como dicen, si la Iglesia Católica cede al espíritu del mundo, va a ser muy di-fícil resistir para los otros cristianos.
SÍNODO DE LOS OBISPOS,Viernes 16 de octubre de 2015
20 RETAZOS DE MI DIARIO
Retazosde mi diario
Destacamos algunas instantá-neas de la vida de este Templo y que ciertamente el “Jubilero de la misericordia” está influ-
yendo en ello: grupos parro-
quiales, sacerdotes del cle-
ro diocesano, religiosos, jubi-
lados, jóvenes que conviven
unos días en la residencia, fa-
milias, antiguos alumnos sa-
lesianos, y muchachos/as de
tantos movimientos cristianos.
Grupo juvenil
Peregrinos
Sacerdotes y Seminaristas
Padre José María Sanz Jubilados
Colegio Salesiano de ItaliaPequeñín
con sus padres
Plaza animada
00
Delegado del Rector Mayor visitándonos Señor Obispo presidiéndonos
Grupo depotivo
Boda
Cristianos acabados de bautizar
Fieles ucranianos
Celebración solemne en la Basílica Grupo peregrino
Con Jesús en el Tibidabo
CON JESÚS EN EL TIBIDABO00
“Me llano Martina, soy de Arizona de EE.UU.,
y he venido aquí en donde he encontrado
algo especial,” le dice una señora emocionada al sacerdote después de la Eucaristía.
En estos días de Jubileo estamos notando una mayor frecuencia de peregrinos que solicitan el sacramento de la confesión. Sa-bemos que la gracia de Dios actúa en los co-razones.
“Cada día rezo por los salesianos del gran
Tibidabo,” nos dice un señor enfermo que es antiguo alumno salesiano y se acuerda mucho de su Colegio de Sabadell.
“Venid a buscarme porque quiero ganar el
Jubileo,” nos dice una señora mayor que vive en la Residencia Betania. Así lo hicimos una mañana soleada.
“Si no tuviera fe haría tiempo que me hubie-
ra tirado por el balcón,” nos dice una señora italiana que cuida a su madre enferma, desde hace muchos años.
“Encomiendo al Señor a toda la Comunidad,” nos dice un señor al enterarse del fallecimien-to del Padre Servacio, al que hacía tiempo no veía.
Un grupo de jóvenes de la parroquia de San Mateo, con su joven vicario, entran en la Basílica para ganar el jubileo. Rezan ante el Santísimo y, los que quieren, se coniesan.
“Llevamos siete años con nuestro hijo atra-
pado en la droga, ha estado en la cárcel, y
estamos toda la familia cansados de sufrir.”
Rezamos por la madre angustiada.
CON JESÚS EN EL TIBIDABO 23
“Yo estaba paralizada de medio cuerpo sin poder moverme, y no tenía solución. Le pedí a la Virgen Santísima que me curara, y ahora vengo caminando, restablecida del todo,” nos dice una señora emocionada.
Cada semana nos visitan grupos de abue-los de la agencia Novotours. Los que quieren escuchan la historia del Templo y les encanta.
“Aquí se respira paz,” nos dice la señora de Austria que acompaña a un grupito de chicas jóvenes que visitan la cripta.
“Antes de ir a dormir salgo a la ventana y
saludo al Sagrado Corazón que veo desde
mi casa,” nos dice una señora mayor, y no es la única que lo hace.
“Llevo 20 años aplicando una misa por mi
esposo difunto, si no lo necesita él, ya se la
aplicará a otro,” nos dice una adoradora noc-turna al darnos la limosna.
Tres autocares de las parroquias del Arci-prestazgo del Valle de Hebrón, suben al Tibi-dabo para ganar el jubileo un domingo por la mañana. Entran cantando por la puerta santa,
“Ellos son cristianos y están preocupados
por la imagen de su país que dan los medios
de comunicación,” nos dice la guía del grupo de Irán que nos visita.
Al hablar con dos viejecitas de unos 80 años que suben a la adoración el 2.º viernes de cada mes, notamos que viven la vejez con gozo y paz.
“He venido aquí para cumplir una promesa:
estaba parado, se lo pedí al Señor, ahora
trabajo y he subido al Tibidabo para darle
gracias,” nos dice un joven padre de familia con su pequeña en brazos.
Dos muchachas uni-versitarias, una chi-na y otra musulma- na, escuchan con in- terés la historia del Templo y de la ado- ración perpetua. Una entra en la capilla de la adoración y sale contenta.
“He podido reunir a
los abuelitos y he-
mos ido a la capilla
de la Residencia.
Cada uno ha hecho
una petición, luego
hemos rezado un
padrenuestro,” nos dice la trabajadora de una Residencia de an- cianos.
“Aquí es donde se
arregla todo, lástima
que a los políticos no
hay quien los entien-
da,” nos dice al entrar en la capilla del San- tísimo.
24 LOS TESTIGOS DE LA MISERICORDIA
Lostestigos
de laMisericordia
ay santos que desconciertan. Será que esperamos encon-trar en el catálogo de los canoni- zados a superhombres, lumbre- ras o seres extraordinarios... Lo admirable es comprobar que eso es más bien lo excepcional, y que muchos de ellos no sólo están le-jos de esa falsa imagen sino que han sido, según los criterios hu-manos, “poca cosa”, personas de “poca valía.”
Un hombre “fracasado”
Basta para ello asomarnos a la vida de este sacerdote por aho-ra casi desconocido, canonizado hace pocos años.
LEOPOLDO MANDIC, el penúltimo de una familia de doce hijos, ha-bía nacido en 1866 en Castelno-vo o Hérzeg (Croacia, Yugoslavia),
una ciudad frente al Mar Adriático. A los 16 años entró en el novicia-do capuchino de Udine (Italia). Al verle llegar, sus compañeros no pudieron contener cuchicheos y sonrisas ante aquél jovencito des-garbado, tímido, torpe en el hablar y en el andar, que movía a compa-sión y ternura mientras caminaba arrastrando sus pies con unas mal acomodadas sandalias.
Se preguntaban los maestros cuántos meses podría soportar su cuerpecito los rigores y austerida-des del convento. Pero Leopoldo los sorprendió a todos: era estu-dioso, listo, disciplinado, piadoso. Nueve años más tarde, en 1890, terminó los estudios y recibió la ordenación sacerdotal.
Ahora sí..., pensaría, ya llegó el momento de empezar a po-
San Leopoldo MandicLa ciudad eterna se ha vestido de fiesta con la llegada de las reliquias de San Pío de Pietrelcina y San Leopoldo Mandic que han estado en la capital italiana desde principios de mes hasta el miércoles 11 de febrero. Los restos mortales de los dos santos capuchinos salieron del santuario de San Giovan- ni Rotondo y llegaron a la iglesia romana de San Lorenzo Extramuros, donde han sido venerados con celebraciones li-túrgicas. El P. Pío es universalmente conocido, pero no lo es el P. Leopoldo Mandic del que trazamos su perfil.
H
25LOS TESTIGOS DE LA MISERICORDIA
Lostestigosde laMisericordia
Ladilloconvariaslíneas M
ner en práctica tantos sueños alimentados desde niño para el sacerdocio. Pero su vida tenía pocas emociones. No pasaba nada, ni iguraron grandes acon-tecimientos; algún traslado de un convento a otro como es habitual en la vida de los frailes, y nada más.
Más aún, un defecto de pronun-ciación o cierta dislexia le hacía muy difícil hacerse entender y sus sermones no eran comprendidos por casi nadie.
Todas sus ilusiones se vinieran abajo, una por una... Además, me-día poco más de metro y medio de estatura y sufrió un catálogo completo de enfermedades: veía mal, la artritis le amenazó todos sus miembros; hubo de someter-se más tarde a que le extrajeran todos los dientes. El estómago le causaba tales dolores que no le dejaban reposo.
Comía poquísimo y tenía diges-tiones difíciles. La iebre no le de-jaba casi nunca y en sus últimos años un cáncer acabó con su es-tómago. En realidad para el padre Leopoldo todo eran penalidades. Con trabajos pudo aprender bien el italiano viviendo en Italia, pero aprendió, además, otro lenguaje que sólo enseña Dios, una sabidu-ría preciadísima: conocía el idioma de las almas para hablarles al fon-do del corazón.
El fracaso humano,camino de Dios
Pero Leopoldo sabía que detrás de esos aparentes fracasos huma-nos, Dios le tenía preparados una gran misión, lo quería sobre todo para la ardua tarea del confesiona- rio, especialmente en Padua don-de vivió gran parte de su vida. A base de esfuerzo y corresponden-cia a las gracias que Dios le daba, le creció un gran corazón.
Lo único que le impidió trabajar sin parar hasta el día anterior a su muerte, fue un ataque cerebral que
26 LOS TESTIGOS DE LA MISERICORDIA
le sorprendió antes de celebrar la Santa Misa y que marcó el inal de 52 años de su vida transcurridos en el oscuro silencio de un confe- sionario.
“En verdad,soy una calamidad…”
El padre Leopoldo siempre esta-ba allí dando la suya, disponible, prudente, modesto; era maestro respetuoso, consejero espiritual y comprensivo. En una palabra, era “el confesor,” como le conocían sus penitentes y hermanos. Solo sabía confesar.
Y justamente aquí reside la gran-deza del padre Leopoldo: saber desaparecer para ceder el puesto a Dios, al verdadero pastor de las almas. Su grandeza consistió no en algo externo o brillante sino en inmolarse y entregarse día a día, sin pausa.
¿De dónde sacaba fuerzas para sostenerse? Apenas comía y dormía. Decía de sí mismo, en broma, que era tan pequeño su cuerpo que le bastaba lo que a los pájaros para alimentarse y des- cansar...
Y, además, se tomaba poco en serio a sí mismo por sus limitacio-nes, convencido de que no valía gran cosa. No le importaba lo más mínimo: –En verdad, soy una cala-midad, soy una igura verdadera-mente ridícula –decía.
Sobre esta pobreza de vida sin ninguna importancia exterior, Dios alumbró una nueva grandeza: San Leopoldo entendió muy bien que el mundo no puede existir sin el amor de Dios y que la reconcilia-ción y la penitencia son fruto de ese amor que procede de Dios.
Un santo de nuestro tiempo
San Leopoldo no es un santo an-ticuado de otras épocas o a lo sumo para principios de este siglo. Fue canonizado el 16 de octubre de 1983.
Juan Pablo II (Alocución en Zaire, 4 de mayo de 1980) decía a los sacerdotes: Sí, conozco vuestras
dificultades; tenéis que cumplir
muchas tareas pastorales y os fal-
ta siempre tiempo. Pero cada cris-
tiano tiene derecho al encuentro
personal con Cristo crucificado
que perdona (...) Por todo esto os
suplico: considerad siempre este
ministerio de reconciliación en el
sacramento de la penitencia como
una de vuestras tareas más impor-
tantes.
San Leopoldo –orgullo de su tie-rra natal, Croacia, de Italia y del mundo entero– lo vivió y entendió muy bien muchos años antes, por-que lo tocó en carne propia. San Leopoldo Mandic ha sido llama- do El Santo de la Confesión del
siglo XX.
Nicolás ECHAVE
Lostestigos
de laMisericordia
27
Rostrode laMisericordia
ROSTRO DE LA MISERICORDIA
or Jesu, vultus misericordiae,” es, como sabemos, el título del Congreso Internacional cele- brado en Barcelona en torno a la Fiesta de la Divina Misericordia. Los organizadores con, certera visión so- brenatural, lo encomendaron a la intercesión de santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, así como a la de sus padres san Luis Martin y santa Celia Guérin.
En el n.º 1 de Misericordiae vultus, bula de este jubileo extraordinario que estamos celebrando, el papa Francisco recordaba que la Iglesia, contemplando el rostro de Jesu-cristo, rostro de la misericordia del Padre, debe introducir a todos los hombres en el Corazón de la Trini-dad, intimidad más profunda del misterio de Dios de donde brota y discurre incesante el gran río de la misericordia, pues «Él nunca se can- sa de destrabar la puerta de su Corazón para repetir que nos ama y quiere compartir su vida con nosotros.»
En el segundo domingo de junio de 2005, a los pocos meses de iniciar su pontiicado, Benedicto XVI nos señalaba el medio al que acudir para llevar al mundo este mensaje de Misericordia: «el Corazón de Je-sús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios; pero no es un símbolo imaginario, es un símbo-lo real, que representa el centro, la fuente de la que ha brotado la sal- vación para la humanidad entera».
A los adoradores del Corazón de Jesús nos resulta particularmen-
te grato que el Congreso se haya centrado en estudiar el rostro de la misericordia divina en el Corazón de Jesús a la luz del camino de infancia espiritual de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Igle-sia, pues tenemos siempre presente que la Congregación para el Culto Divino en un decreto del 6 de marzo de 2004 la declaró también patrona segunda del Apostolado de la Oración.
También podríamos llamarla «doc-tora de la Misericordia divina», por habernos enseñado el camino más fácil y seguro que lleva a recibirla y transmitirla: «Lo que agrada a Dios en mi pequeña alma, es que ame mi pequeñez y mi pobreza. Es la espe-ranza ciega que tengo en su mise-ricordia». «Puesto que me habéis amado, hasta darme a vuestro único Hijo como Salvador y como Esposo, los tesoros ininitos de sus méritos son míos; os los ofrezco con ale-gría, suplicándoos que no me miréis sino a través del rostro de Jesús y en su Corazón ardiendo de Amor». Siguiendo su caminito de conianza esperamos que al inal de la jornada nuestra patrona y maestra nos es-pere a la puerta del Cielo para intro-ducirnos ante el trono del Corazón de Jesús donde poder cantar con ella: «Misericordias Domini in ae- ternum cantabo», «Cantaré eterna- mente las misericordias del Señor».
José JavierECHAVE-SUSTAETA
El rostro de la Misericordiaes el Corazón de Jesús“C
28 AQUÍ SIEMPRE ES FIESTA
“Nosotros hacemos consistirla santidad
en estar siempre alegres.”Don Bosco
Aquí siemprees fiesta
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Germanes PascualGómez, DoloresGrupo Universitario de la Parro-
quia Santa Inés y Colegio Santa Isabel
GuillermoJaimeJiménez, RamonaLlonch Morral, JosefaLoli y José MaríaMaldonado, NatividadMARGINVER, SL
MaríaMaría ElviraMartí Torres, RoserNavarro, RogerNavarro, SergiNiaNogalesPatriciaPau Pascual, MaríaPaula, Francisco dePepe, Quique y RosendoPintó Font, IsabelRamón y TeresaRivas, ManuelaRoca de Viñals de Vergés, Ana
MaríaSalvans, María DoloresSeñora MartínVadillo Gonzalo, María MercèVadillo, MercèValiente, VanessaVanesa, ValienteVilarrubias, FelioVivé, JoanVives, Ángel
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er Iglesia es ser
Pueblo de Dios,
de acuerdo con el gran
proyecto de amor del
Padre. Esto implica ser
el fermento de Dios en
medio de la humani-
dad. Quiere decir anun-
ciar y llevar la salva-
ción de Dios en este
mundo nuestro, que a
menudo se pierde, ne-
cesitado de tener res-
puestas que alienten,
que den esperanza,
que den nuevo vigor
en el camino. La Igle-
sia tiene que ser el lu-
gar de la misericordia
gratuita, donde todo el
mundo pueda sentirse
acogido, amado, per-
donado y alentado a
vivir según la vida bue-
Tibidabo: Parroquiajubilar evangelizadora
na del Evangelio.” (Evan- geli Gaudium, n.º 114).
Hemos oído al Papa Francisco. Nosotros como parroquia sa- lesiana del Tibidabo, acogemos su invita- ción, sintiendo la ur- gencia de la misión evangelizadora enco- mendada a este Tem- plo Jubilar de Barcelo- na. Podemos airmar, que estamos notando el incremento de pe- regrinos que con gran fervor llegan para ga- nar el jubileo. No faltan los grupos juveniles que suben caminando de noche la montaña, oran ante el Santísimo y celebran con fervor la santa Eucaristía.
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