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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
MAGISTRADO RELATOR:
ALEJANDRO HUERECA SANTOS.
SECRETARIO DE ESTUDIO Y CUENTA:
JESÚS MATA HERRERA.
Saltillo, Coahuila, a diez de febrero de dos mil dieciséis.
V I S T O para resolver el toca civil 14/2016 relativo al recurso de
apelación interpuesto por **********, en lo personal y como
presidente con facultades de apoderado general para pleitos y
cobranzas y actos de administración de ********** en contra de la
sentencia definitiva de fecha nueve de noviembre de dos mil
quince, dictada por el Juez Tercero de Primera Instancia en
Materia Civil del distrito judicial de Monclova, con residencia en
aquella ciudad, dentro de los autos del juicio ejecutivo mercantil,
expediente **********, promovido **********, **********, **********,
**********, ********** y **********, en su carácter de endosatarios en
procuración de **********, en contra del recurrente y su
representada; y,
R E S U L T A N D O:
I. La sentencia recurrida en apelación concluyó con los siguientes
puntos resolutivos:
PRIMERO.- El Juzgador ha sido y es competente para
conocer y resolver este juicio.
SEGUNDO.- Procedió la vía Ejecutiva Mercantil intentada y
tramitada por la parte actora.
TERCERO.- La parte actora, justificó los elementos
constitutivos de su acción y la parte demandada ********** y
********** no probaron su excepción; en consecuencia:
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TOCA CIVIL 14/2016
2 CUARTO. Se condena a ********** y ********** a pagar a la
parte actora la cantidad de $649,600.00 (SEISCIENTOS
CUARENTA Y NUEVE MIL SEISCIENTOS PESOS 00/100
MONEDA NACIONAL) como suerte principal, más los
intereses convencionales vencidos y que se sigan venciendo
a razón del 7% (siete por ciento) mensual, hasta la total
solución del adeudo, pago que deberá hacerse dentro de los
cinco días siguientes a aquél en que cause ejecutoria esta
sentencia.
QUINTO.- En su caso, procédase a la venta de los bienes
embargados y con su producto páguese al acreedor.
SEXTO.- Se condena a ********** y ********** al pago de las
costas causadas en esta instancia.
SÉPTIMO.- NOTIFIQUESE PERSONALMENTE […]
II. Inconforme ********** en lo personal y con el carácter
reconocido en autos, interpuso recurso de apelación que le fue
admitido en ambos efectos mediante auto de fecha uno de
diciembre dos mil quince.
Recibidos en esta Sala Civil los autos originales de la primera
instancia, se formó el toca correspondiente y, sustanciado que fue
el recurso, se citó a las partes para sentencia, la que hoy se
pronuncia; y,
C O N S I D E R A N D O
PRIMERO. De conformidad con lo dispuesto por el artículo 1336
del Código de Código de Comercio, se llama apelación el recurso
que se interpone para que el tribunal superior confirme, reforme o
revoque las resoluciones del inferior que puedan ser impugnadas
por la apelación.
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3 SEGUNDO. De manera sintetizada se desprende que los agravios
planteados por el apelante son los siguientes:
a. El juez natural omitió analizar la excepción relativa a que el
título de crédito basal al momento de la presentación de la
demanda no era exigible, lo cual hace improcedente la acción
intentada.
b. El a quo se pronunció de manera incorrecta respecto del
pagaré exhibido puesto que no es creíble la fecha de suscripción
y vencimiento del documento.
c. El juez natural omitió analizar la excepción opuesta en
cuanto a la ilicitud de la prestación accesoria pretendida por la
parte actora como lo es el pago de un interés moratorio del 7%
mensual, lo que representa usura.
TERCERO. A juicio de esta Sala Civil los agravios expuestos por
el apelante son unos fundados pero inoperantes y otro
inoperante, lo cual conlleva a CONFIRMAR la resolución
impugnada.
En el agravio marcado con el inciso a expone el recurrente
que la sentencia de primer grado carece de congruencia y
exhaustividad, dado que el juez de origen valoró incorrectamente
las pruebas aportadas al sumario.
Señala que la parte actora confiesa de manera expresa que
el documento suscrito en fecha veintiséis de mayo de dos mil
catorce se emitió con fecha de vencimiento al treinta y uno de
mayo de dos mil quince, fecha ésta última que debe ser tomada
en consideración por el juzgado para establecer la exigibilidad del
documento base de la acción.
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Así, habiendo admitido a trámite la acción cambiaria directa y
en la vía ejecutiva mercantil mediante auto de fecha veintiocho de
abril de dos mil quince, es claro que el documento no era exigible.
Por este motivo afirma que no se surte la hipótesis de la
sección Novena, del Capítulo II, de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito que establece cuáles son las acciones y
derechos que nacen de la falta de aceptación y de la falta de pago
de los títulos de crédito.
Señala el recurrente que al contestar la demanda opuso con
claridad la excepción personal frente a la parte actora consistente
en la inexigibilidad del documento base de la acción acorde a la
literalidad del hecho primero de escrito de demanda pues el auto
de radicación es de fecha veintiocho de abril de dos mil quince,
siendo claro que no eran exigibles las obligaciones emanadas del
documento basal. Al respecto, indica, el juez natural ningún
pronunciamiento hizo.
Reitera que la parte actora expresa en su demanda que el
documento fue suscrito el veintiséis de mayo de dos mil catorce
con vencimiento al treinta y uno de mayo de dos mil quince, sin
haber manifestado alguna otra particularidad que le pueda
beneficiar en relación al ejercicio de la acción cambiaria directa y
en la vía ejecutiva mercantil.
Sin embargo, afirma que el accionante está obligado a probar
los hechos de su demanda y por la sola manifestación expresa de
la fecha de vencimiento, sin otra particularidad, es claro que de
ahí se desprende una confesión expresa que el juzgador debió
considerar para determinar la exigibilidad del documento.
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5 Indica que el actor debió probar que estaba en aptitud de
ejercer la acción cambiaria directa una vez vencido el documento
base de la acción, lo que acorde a su confesión no sucede.
Por ello, abunda, es que no se probó la acción intentada ante
la inexigibilidad del documento basal y contrario a lo considerado
por el juez natural, éste pasó por alto la litis planteada en la
demanda, debido a que el actor señaló como fecha de
vencimiento del documento el treinta y uno de mayo de dos mil
quince ejercitando su acción en fecha anterior a la misma, sin que
hubiere manifestado alguna otra particularidad que le beneficiara
para demandar de manera anticipada.
Este motivo de disenso es fundado.
Tiene razón el apelante al afirmar que el juez natural ningún
pronunciamiento efectuó en su fallo definitivo con relación a la
excepción de la falta de exigibilidad del pagaré base de la acción,
no obstante que esta argumentación se expresó de manera
oportuna en la contestación. Esto se aprecia de la sola lectura de
la sentencia en la que no se abordó el tema en cuestión.
Tal omisión transgrede en perjuicio de la parte reo los
principios de congruencia y exhaustividad previstos en los
artículos 1324, 1327 y 1329 del Código de Comercio.
Lo anterior encuentra sustento en el criterio emitido por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
consultable en el IUS 2013, disco compacto, México, Suprema
Corte de Justicia de la Nación, consultable bajo el registro
1931361, cuyos rubro y texto son del tenor literal siguiente:
1 Novena Época. Primera Sala. Jurisprudencia. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. X, Octubre de 1999. Materia(s): Civil. Página: 226
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6 SENTENCIAS CIVILES, CONGRUENCIA DE LAS
(LEGISLACIÓN PROCESAL CIVIL PARA EL ESTADO DE
VERACRUZ).
El principio de congruencia de las sentencias que establece
el artículo 57 del código procesal civil para el Estado de
Veracruz, implica la exhaustividad que debe regir en las
mismas, es decir, la obligación del juzgador de decidir las
controversias que se sometan a su conocimiento, tomando en
cuenta todos y cada uno de los argumentos aducidos tanto
en la demanda, como aquellos en que se sustenta la
contestación a ésta y demás pretensiones hechas valer
oportunamente en el pleito, de tal forma que se condene o
absuelva al demandado, resolviendo, sobre todos y cada uno
de los puntos litigiosos que hubieran sido materia del debate,
debiéndose tomar en cuenta que en tratándose de una
reconvención, el actor principal se convierte a su vez en
demandado, pues constituye propiamente una
contrademanda que el reo hace valer frente al actor en el
mismo juicio en que fue emplazado. Por ello si esa
reconvención se presenta oportunamente y cumple con los
requisitos de forma, el juzgador al resolver deberá
necesariamente atender y decidir en la misma sentencia,
tanto lo deducido por la parte actora en su escrito de
demanda, como lo alegado por la demandada en la acción
reconvencional; todo ello en exacta concordancia con lo
establecido en los numerales 57 y 214 del código adjetivo
civil de la entidad antes referida.
Por tanto, este tribunal de segundo grado está facultado para
analizar la oposición en sustitución del juzgador de primer orden
ante la falta de reenvió a la primera instancia, estando obligado a
atender el señalamiento de la parte reo y dar respuesta puntual a
lo planteado.
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Ahora bien, efectuado el análisis aludido y no obstante que
este motivo de disenso es fundado por las antedichas razones, a
la postre es inoperante debido a que su excepción deviene
infundada.
Lo anterior es así, en primer lugar, puesto que los términos y
formas de pago (en parcialidades) pactados en el título de crédito
base de la acción se encuentran consignados en dicho
documento; por tanto, el análisis del título valor se rige conforme
al principio de literalidad.
Vale tener en cuenta que el pagaré es un título de crédito que
contiene una promesa incondicional de pago que implica la
obligación directa del suscriptor.
Dicho título de crédito debe reunir los requisitos establecidos
en el artículo 170 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito, que son:
1. La mención de ser pagaré.
2. La promesa incondicional de pagar una suma determinada
de dinero.
3. El nombre de la persona a quien ha de hacerse el pago.
4. La época y el lugar del pago.
5. La fecha y el lugar en que se suscriba el documento.
6. La firma del suscriptor o de la persona que firme a su
ruego o en su nombre.
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Luego, los pagarés son títulos de crédito que se rigen por el
principio de literalidad a que se refiere el artículo 5 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito.
Este principio refiere a que el derecho incorporado se medirá,
en extensión y demás circunstancias, por la letra del documento;
es decir, la ley presume que la existencia del derecho se
condiciona y mide por el texto que consta en el documento mismo.
De tal suerte que es inexacto que la parte actora de manera
forzosa estuviere obligada a detallar en su demanda las
particularidades a que se refiere la parte reo pues al reclamar el
pago del documento per se, es claro que se refiere a la totalidad
de la cantidad pactada, incluyendo, por lo tanto, las parcialidades
pactadas por las partes que obran visibles tanto en el anverso
como en el reverso del documento.
Por consiguiente y ante la argumentación del recurrente, de
ninguna manera se transgrede el principio de literalidad ya que,
como se dijo, no era necesario que se detallaran en la demanda
las particularidades de los pagos parciales pactados, puesto que
la litis en el juicio se constituye tanto por la demanda, contestación
y el análisis integral con la demanda de los documentos exhibidos
por la actora para sustentar su pretensión principal.
Entonces, si la parte actora exhibió el título de crédito como
base de su acción, es incuestionable que éste documento debe
ser analizado en su totalidad y de manera integral con la
pretensión puesto que el pagaré es un título de crédito el cual
tiene el derecho incorporado y debe medirse tanto en extensión y
como en las demás circunstancias por la letra del documento. De
ahí que el pagaré se mide por el texto que consta en el mismo.
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A mayor abundamiento, el pagaré base de la acción no fue
simplemente exhibido sino que se relacionó en la demanda
planteada de manera tal que no se advierte que por esta cuestión
se omitan los requisitos de existencia o inexistencia de
procedencia de la acción.
Aunado a lo anterior, debe decirse que la demanda constituye
un todo y su interpretación debe ser integral de tal forma que si en
el contenido del escrito inicial se advierte que se expusieron los
motivos esenciales de la causa de pedir (la falta de pago del
demandado de la cantidad como suerte principal que se pactó en
parcialidades) y se relaciona con el documento fundatorio de la
acción, el cual fue debidamente exhibido, es inconcuso que forma
parte de la demanda y su contenido debe considerarse integrado
a ella.
Estimar lo contrario implicaría que en el escrito inicial de
demanda se tuvieran que reproducir íntegramente todas aquellas
cuestiones contenidas en los medios de convicción.
Ello es así puesto que para el juzgador el estudio de la
demanda no debe limitarse al escrito inicial sino que comprende
además el análisis de los documentos que se acompañaron y que
son parte integrante de ella. Por tal razón, si los documentos
concernientes al caso no fueron simplemente exhibidos sino que
en relación a ellos se expresaron los motivos que originaron su
cita y exhibición en el juicio, ello basta para abocarse a su estudio.
Lo anterior tiene apoyo en los criterios sostenidos por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del
Décimo Séptimo Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, que esta sala comparte por su
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10 aplicación al caso concreto, consultables en el IUS 2013, disco
compacto, México, Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013,
registros 1784752 y 1604683, cuyos rubros y textos son los
siguientes:
DEMANDA EN EL JUICIO NATURAL. EL ESTUDIO
INTEGRAL DEBE COMPRENDER LOS DOCUMENTOS
ANEXOS.
En virtud de que la demanda constituye un todo, su
interpretación debe ser integral, de manera que si de su
contenido se advierte que se expusieron los motivos
esenciales de la causa de pedir, y en relación con ellos se
hace cita de los documentos fundatorios de la acción así
como de los relacionados con el litigio, exhibiéndolos, debe
considerarse que forman parte de la demanda y su contenido,
integrado a ella; pues estimar lo contrario implicaría que en la
demanda respectiva se tuvieran que reproducir íntegramente
todas aquellas cuestiones contenidas en esos medios de
convicción, lo cual resultaría tan complejo como innecesario,
pues para el juzgador el estudio de la demanda no se limita al
escrito inicial, sino que comprende además el análisis de los
documentos que la acompañan, porque son parte integrante
de ella. De no ser así, se podría incurrir en rigorismos tales
como el tener que reproducir en el escrito inicial de demanda,
tanto los documentos base de la acción como los que se
relacionen con el litigio.
ACCIÓN. EL JUZGADOR DEBE INTERPRETAR EL
ESCRITO DE DEMANDA EN ARMONÍA CON LAS
PRUEBAS Y ANEXOS EN QUE SE SUSTENTA.
Este tribunal ha establecido mediante criterio jurisprudencial
2Novena época. Jurisprudencia. Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXI, mayo de 2005, Materia(s): Civil. Página: 1265. 3 Décima época. Tesis aislada. Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro IV, enero de 2012, tomo 5. Materia(s): Civil. Página: 4282.
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11 (I.3o.C. J/40) de rubro: "DEMANDA. COMO ACTO JURÍDICO
ES SUSCEPTIBLE DE INTERPRETACIÓN
INTEGRALMENTE.", que de existir en el escrito de demanda
palabras contrarias, el juzgador debe realizar una
interpretación integral de la demanda para armonizar los
datos en ella contenidos y fijar un sentido que sea congruente
con los elementos que la conforman, a efecto de dilucidar las
verdaderas pretensiones sometidas a litigio. Ahora, en una
nueva reflexión, se debe establecer que para una debida
integración de la acción no basta con que el juzgador realice
una interpretación del contenido del escrito de demanda, sino
que ésta se debe armonizar con las pruebas y anexos a la
misma, al constituir la demanda y los documentos fundatorios
de la acción un todo, de tal forma que si de los documentos
anexos se desprende que alguno de los datos asentados en
la demanda son incorrectos o inexactos, debido a un mero
error mecanográfico, se resuelva sobre la acción
efectivamente planteada. Sin que se pueda considerar que
con dicha actuación se deje en estado de indefensión a la
parte demandada, en virtud de que a ésta se le emplaza con
la copia no sólo del escrito inicial de demanda sino también
de las pruebas y anexos a la misma.
Por otra parte, y en segundo lugar, otro tema planteado por
el apelante en este agravio consiste en determinar si el título de
crédito, en el que se pactaron pagos parciales (lo que se observa
al reverso del documento) respecto del monto total que ampara,
era exigible hasta su fecha de vencimiento, en cualquier
momento, o sólo a partir del incumplimiento de alguna de las
parcialidades pactadas.
En materia cambiaria, la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito utiliza el término de "vencimiento" para
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12 referirse a la fecha de exigibilidad de la cantidad amparada en el
título de crédito.
Luego, de conformidad con el artículo 174 del ordenamiento
aludido, le son aplicables al pagaré las disposiciones relativas a la
letra de cambio en cuanto a pago, formas de vencimiento,
suscripción, beneficiario, endoso, aval, protesto, acciones
cambiarias, las causales y de enriquecimiento.
Para efectos prácticos, y al corresponder directamente al
tema que nos ocupa, únicamente se hará referencia a las
disposiciones relativas a la forma de vencimiento de las letras de
cambio las cuales, como se observó, son aplicables a los
pagarés.
Sobre el tópico, el artículo 79 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito dispone:
ARTÍCULO 79. La letra de cambio puede ser girada:
I. A la vista;
II. A cierto tiempo vista;
III. A cierto tiempo fecha;
IV. A día fijo.
Las letras de cambio con otra clase de vencimientos, o con
vencimientos sucesivos, se entenderán siempre pagaderas a
la vista por la totalidad de la suma que expresen. También se
considerará pagadera a la vista, la letra de cambio cuyo
vencimiento no esté indicado en el documento.
De lo expuesto se advierte que las letras de cambio y, por
tanto, los pagarés vencen a la vista, a cierto tiempo vista, a cierto
tiempo fecha y a día fijo.
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13 Esto significa que la obligación contenida tanto en las letras
de cambio como en los pagarés vence y, por ende, puede ser
exigible, cuando el documento relativo se ponga a la vista del
obligado, a cierto tiempo de que ello suceda, a cierto tiempo de
una determinada fecha y, por último, en un día preciso.
En este sentido y por regla general, la ley no permite otra
clase de vencimiento, y de configurarse alguna otra, sería inválida
y se entendería de vencimiento a la vista.
Ahora bien, tomando en cuenta el principio de literalidad que
rige en los títulos de crédito, en el pagaré en el cual las partes
convienen su pago en parcialidades y a partir de su suscripción,
fijan fechas ciertas y conocidas para hacer exigible el valor
incorporado a éste.
En estas condiciones, deben respetarse los términos
pactados en el documento de crédito con el fin de otorgar
seguridad jurídica a las partes, dado que así el obligado tiene
pleno conocimiento del momento en que debe realizar el
pago al tenedor del pagaré; éste, a su vez, sabe la fecha exacta
en que puede hacer exigible el derecho incorporado al
documento.
En adición, es permisible pactar cláusula de vencimiento
anticipado en el título de crédito la cual tiene el efecto de fijar una
fecha de vencimiento única a partir de la cual iniciará la mora o el
plazo para el cómputo de la prescripción, lo que termina con la
incertidumbre que genera un pagaré con vencimientos sucesivos.
A virtud de dicho pacto, las partes tienen la certeza que al
primer incumplimiento se vence el monto total del pagaré, inicia la
mora y el plazo para el cómputo de la prescripción.
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Es decir, el vencimiento a la vista que dispone el artículo 79
citado es aplicable a un pagaré con vencimientos sucesivos que,
por lo tanto, no determina cuál de las fechas pactadas en el
mismo debe prevalecer.
Sin embargo, cuando en el propio pagaré consta un pacto
que determina cuál debe prevalecer, se está ante una hipótesis
distinta; es decir, no puede considerarse como pagadero a la
vista, pues ello sería atentar contra el principio de literalidad que
rige a los títulos de crédito, ya que las partes estipularon
claramente que el importe de la suma prometida en pago lo sería
de forma parcial y sucesiva, en las fechas pactadas por ellos.
Además, cabe señalar que la cláusula de vencimiento
anticipado no afecta lo dispuesto en el documento en cuanto a la
fecha de su pago pues, como se dijo, el vencimiento anticipado
únicamente refiere que ante la falta de pago de una o de más
parcialidades, se podrá exigirse el pago de las restantes a partir
de la fecha en que se dejó de cumplir con la obligación contraída.
En ese orden de ideas, debe concluirse que ante el
vencimiento anticipado del pagaré que contiene dicha cláusula, el
plazo para incurrir en mora debe computarse a partir del día hábil
siguiente de la fecha indicada para el pago de la parcialidad que
se ha incumplido, en términos del artículo 81 de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito.
Con base en lo expuesto, se concluye que en el pagaré en el
cual las partes convienen pagarlo en parcialidades y se establece
una cláusula de vencimiento anticipado, no sufre de manera
alguna afectación a la libre circulación, autonomía, literalidad e
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15 incondicionalidad en el pago del derecho que en él se ha
consignado.
Lo antes dicho nos lleva a que habrá que atender a las
fechas en que se pactó el pago y serían exigibles, en los términos
redactados en esa cláusula, en atención al principio de literalidad
que rige en los títulos de crédito.
En el asunto que ahora se resuelve, la parte actora funda su
demanda en un pagaré en el que acordaron se liquidaría en
diversas fechas y, de igual manera, sujetaron su convención
cambiaria a una cláusula de vencimiento anticipado.
Las fechas de pago con sus respectivos importes a que nos
referimos (visibles al reverso del pagaré) son como sigue:
23/06/2014 por la cantidad de $80,000.00
30/06/2014 por la cantidad de $47,460.00
31/07/2014 por la cantidad de $47,460.00
31/08/2014 por la cantidad de $47,460.00
30/09/2014 por la cantidad de $47,460.00
31/10/2014 por la cantidad de $47,460.00
30/11/2014 por la cantidad de $47,460.00
31/12/2014 por la cantidad de $47,460.00
31/01/2015 por la cantidad de $47,460.00
28/02/2015 por la cantidad de $47,460.00
31/03/2015 por la cantidad de $47,460.00
30/04/2015 por la cantidad de $47,460.00
31/05/2015 por la cantidad de $47,540.00
Total: $649,600.00
Y la cláusula que determina el momento en que la deuda
sería exigible por anticipado es del tenor literal siguiente:
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LA FALTA DE PAGO OPORTUNO DE UNA O MÁS
MENSUALIDADES, DARÁ POR VENCIDO
ANTICIPADAMENTE ESTE DOCUMENTO, HACIENDO
EXIGIBLE EL SALDO INSOLUTO EN ESA FECHA, CON
FUNDAMENTO EN LO DISPUESTO, EN EL ÚLTIMO
PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 79 DE LA LEY GENERAL DE
TÍTULOS Y OPERACIONES DE CRÉDITO.
En este entorno, el momento para ejercitar la acción en la vía
ejecutiva mercantil que intentó la actora, se actualizó desde el
momento en que se incumplió con cualquiera de las parcialidades
pactadas en el documento basal.
Así, al haberse reclamado el total de la deuda, debe
entenderse que la parte reo (deudora) incumplió desde la primer
mensualidad, a saber, el día veintitrés de junio de dos mil catorce.
Por tanto, con independencia que el pagaré base de la acción
contenga vencimientos sucesivos así como una fecha “final” para
el pago total (treinta y uno de mayo de dos mil quince), no puede
estimarse como pagadero hasta el último día de su vencimiento y,
por tanto, que no ha incurrido en mora el deudor pues ello sería
atentar contra el principio de literalidad que rige en los títulos de
crédito.
Ello es así debido a que las partes estipularon de manera
clara que sería pagadero a cierto tiempo fecha (fecha cierta de
cada parcialidad), razón por la que ante el vencimiento anticipado
del pagaré por el incumplimiento de alguna de las parcialidades
pactadas previamente, los plazos tanto para incurrir en mora
como para calcular el interés moratorio deberán computarse a
partir del día hábil siguiente de la fecha de la parcialidad indicada
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17 en el pagaré que no fue cubierta por el obligado, en términos del
artículo 81 de la ley invocada, que establece que para computar
los términos legales no debe comprenderse el día que sirve como
punto de partida.
La argumentación que precede, se sustenta en el criterio
emitido por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, que esta Sala Civil comparte, consultable en el IUS 2013,
disco compacto, México, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
consultable bajo el registro 1602814, cuyos rubro y texto son del
tenor literal siguiente:
PAGARÉ CON VENCIMIENTOS SUCESIVOS Y
VENCIMIENTO ANTICIPADO. ES PAGADERO A PARTIR
DEL DÍA HÁBIL SIGUIENTE A LA FECHA DE LA
PARCIALIDAD QUE NO FUE CUBIERTA POR EL
OBLIGADO.
En términos del artículo 81 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, que establece que para computar
los términos legales no debe comprenderse el día que sirve
como punto de partida, ante el vencimiento anticipado de los
pagarés por el incumplimiento de alguna de las parcialidades
pactadas previamente, los plazos para computar el interés
moratorio deben computarse a partir del día hábil siguiente a
la fecha de la parcialidad indicada en el pagaré que no fue
cubierta por el obligado. Por su parte, a los pagarés con
vencimientos sucesivos, por tener fecha cierta de
vencimiento, no les resulta aplicable la regla prevista en el
artículo 79 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito, es decir, no pueden tenerse como pagaderos a la
vista, pues ello sería atentar contra el principio de literalidad
que rige en los títulos de crédito, ya que las partes estipularon
4 Décima época. Primera Sala. Jurisprudencia por contradicción. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Libro V, febrero de 2012, tomo 1. Materia(s): Civil. Página: 602
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18 claramente que serían pagaderos a cierto tiempo fecha.
En tales consideraciones, se reitera, es incorrecto pensar que
el pagaré base de la acción fuera exigible hasta después del día
treinta y uno de mayo de dos mil quince, dado que al haberse
pactado parcialidades para su pago y el vencimiento anticipado de
la obligación en caso de incumplimiento a alguna parcialidad,
desde el primer impago la parte actora estaba en posibilidad de
ejercitar la acción cambiaria directa en la vía ejecutiva mercantil.
No sobra agregar que, en todo caso, si la parte reo estimó
que el título de crédito no era exigible a la fecha en que se
presentó la demanda, tenía la obligación de probar que cumplió
con todas y cada una de las obligaciones asumidas en el título de
crédito (pagos parciales), pues a éste le correspondía dicha carga
procesal en términos del artículo 1194 del Código de Comercio.
Esto es, la falta de pago de las cantidades contenidas en el
título de crédito que suman el total de $649,600.00 (seiscientos
cuarenta y nueve mil seiscientos pesos 00/100 moneda nacional)
es un hecho negativo excluido de prueba para quien lo alega a su
favor, de tal suerte que la empresa enjuiciada debió demostrar el
pago de las parcialidades pactadas para hacer inexigible el título
de crédito, lo que no aconteció.
Lo anterior encuentra sustento en el criterio que esta Sala
comparte, emitido por la otrora Tercera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, aplicable al caso concreto que nos
ocupa, consultable en el IUS 2013, disco compacto, México,
Suprema Corte de Justicia de la Nación bajo el registro 9132505,
cuyos rubro y texto son del tenor literal siguiente:
5Sexta Época. Tercera Sala. Jurisprudencia. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Apéndice. Enero de 2000. Materia(s): Civil. Tesis: 308 Página: 261
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
19
PAGO O CUMPLIMIENTO. CARGA DE LA PRUEBA.
El pago o cumplimiento de las obligaciones corresponde
demostrarlo al obligado y no el incumplimiento al actor.
Con base en las consideraciones que anteceden, aún y
cuando este motivo de disenso es fundado por la omisión del juez
de haber analizado la excepción de mérito, a la postre deviene
inoperante por no lograr los alcances pretendidos por el
disidente.
En el agravio marcado con el inciso b el apelante refiere que
le causa agravio la sentencia apelada porque al contestar la
demanda estableció extrema controversia en cuanto a la validez
de los actos contenidos en el pagaré base de la acción por ser
inverosímiles los mismos.
Ello así lo afirma pues dice que en el pagaré basal se
establece que fue suscrito en el año 14, año este que no puede
ser creíble la suscripción del mismo, ni tampoco la fecha del
vencimiento en el año de referencia.
Indica el recurrente que el juzgador ante esta controversia se
pronunció de manera incorrecta, valorando las presunciones
legales, humanas y judiciales al referir que las circunstancias de
las fechas tanto de suscripción como de vencimiento realizadas
en el año 14 no alteran la autonomía del derecho incorporado al
título de crédito.
En ello, el apelante dice que el juez natural no emite una
adecuada fundamentación y motivación que lo lleve a determinar
que el título de crédito reúne los requisitos del artículo 170 de la
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, pues solo
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
20 señala que el requisito de la fecha de suscripción y vencimiento se
encuentra satisfecho en forma equivalente, pero sin establecer
razonamiento lógico-jurídico que lo lleve a fundar y motivar esta
circunstancia.
Concluye diciendo que se le deja en estado de indefensión al
no expresar con claridad los motivos por los cuales considera
satisfecho que el documento basal reúne los requisitos del artículo
76 de la mencionada ley, que en realidad deben ser los del
artículo 170, señalando la parte reo que los previstos en las
fracciones IV y V del último precepto no se encuentran satisfechos
acorde a la propia literalidad del documento y, por tanto, no se
acreditan los extremos de la acción intentada.
Esto es, dice el inconforme, que el juez natural inobservó lo
dispuesto por la fracción V, del artículo 170, de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito.
El motivo de disenso que nos ocupa es inoperante.
Dicha calificación merece este agravio debido a que si bien
es de explorado derecho que basta con que en los agravios se
exprese la causa de pedir del recurrente, ello no implica de
manera alguna que el recurrente se limite a realizar meras
afirmaciones sin sustento o fundamento pues a él corresponde
exponer razonadamente porque estima ilegal el acto que
combate.
En el caso, se estima una mera afirmación sin sustento el
argumento del recurrente fundado en que es inverosímil o no
creíble que el título de crédito base de la acción se hubiere
suscrito en el año 14 y que, por tanto, no se surte el supuesto de
la fracción V del artículo 170 de la Ley General de Títulos y
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
21 Operaciones de Crédito referente a la fecha en que se suscribió el
pagaré.
Lo anterior es así ya que si bien es cierto en el título de
crédito se estableció como fecha de suscripción el día 26/05/14,
es evidente que el número 14 se refiere al año 2014.
Así se estima lo anterior pues conforme a los usos y
costumbres mercantiles así como las máximas de la experiencia,
las fechas de los documentos -en este caso títulos de crédito- en
la práctica uniforme y de uso continuada entre los comerciantes y
personas que tratan con documentos, las fechas pueden
escribirse sólo con números y las cifras del día, mes y año pueden
separarse mediante guiones, barras o puntos, y sin espacio, por
ejemplo «4-6-1982», «8/7/1980», «12.9.08».
De igual forma, es sabido que se recomienda no anteponer,
salvo por imperativos técnicos, un cero a la cifra del día cuando
esta es inferior a 10 (mejor «4/2/98» que «04/02/98»); el mes
puede escribirse en números arábigos o romanos («4/6/82» o
«4/VI/82») y el año puede aparecer con las cuatro cifras o sólo
con las dos últimas («7/5/03» o «7/5/2003»).
Ahora bien, para demostrar el contenido de la fecha en que
se suscribió el título de crédito basal, a continuación se plasma la
imagen de dicho medio de convicción para mayor claridad:
NOTA IMPORTANTE: SE SUPRIME EL DOCUMENTO
ESCANEADO POR CONTENER DATOS PERSONALES.
Luego entonces, se insiste, es inoperante la excepción
opuesta por el recurrente debido a que lo único que motiva es
accionar al aparato jurisdiccional con el sólo efecto de retrasar la
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
22 administración de justicia, interponiendo excepciones y/o
defensas sin sustento alguno.
Dicha calificativa merece esta parte argumentativa dado que,
conforme a este caso particular, es claro que la parte reo tiene
pleno conocimiento que el número 14 se refiere al año 2014 al
tratarse de una sociedad anónima de capital variable que sin duda
tiene conocimiento de los usos y costumbres mercantiles para la
suscripción de documentos, puesto que son de uso cotidiano para
llevar a cabo las operaciones de aquélla.
Lo anterior encuentra sustento en el criterio que esta Sala
comparte, emitido por el pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, aplicable por analogía al caso concreto, consultable en
el IUS 2013, disco compacto, México, Suprema Corte de Justicia
de la Nación bajo el registro 1911216, cuyos rubro y texto son del
tenor literal siguiente:
PROMOCIONES NOTORIAMENTE FRÍVOLAS O
IMPROCEDENTES. EL ARTÍCULO 41 DEL CÓDIGO
FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES, QUE
FACULTA A LOS TRIBUNALES PARA RECHAZARLAS DE
PLANO, NO VULNERA LA GARANTÍA DE LEGALIDAD.
El hecho de que el referido precepto faculte a los tribunales
para que rechacen de plano, sin necesidad de sustanciar
artículo, pero notificando a las partes, los incidentes, recursos
o promociones notoriamente frívolos o improcedentes, no
vulnera la garantía de legalidad contenida en el artículo 16 de
la Constitución Federal. Ello es así, porque el mencionado
artículo 41 no otorga facultades a la autoridad en forma
discrecional, pues la calificación de frivolidad e improcedencia
no queda al arbitrio de los Jueces, sino que aparece
6Novena época. Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Tesis aislada. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XII, septiembre de 2000. Materia(s): Constitucional, Penal. Página: 37
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
23 manifiesta de las circunstancias de cada caso en particular,
esto es, el aludido rechazo de plano debe entenderse en el
sentido de que se actualiza, precisamente, por la
improcedencia misma de la promoción formulada, que para
su tramitación requiere estar expresamente establecida en el
ordenamiento aplicable. Además, la finalidad del precepto de
referencia es acelerar el curso del procedimiento penal
federal, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 17 de
la Carta Magna, evitando la tramitación de promociones que
resulten ociosas o intrascendentes, ya sea porque tengan un
evidente propósito dilatorio o porque se formulen peticiones
infundadas por no concurrir los presupuestos de hecho o de
derecho que las justifiquen, de tal suerte que al desecharse
una promoción notoriamente frívola o improcedente en forma
alguna se vulnera la garantía constitucional de referencia.
Además, carece de sustento la excepción y ahora agravio
que nos ocupa, que el propio apelante se contradice en su primer
agravio dado que al exponerlo hace valer como excepción la
inexigibilidad del documento sustentando su argumento en lo
siguiente:
[…] el juzgador en el Considerando Cuarto de la sentencia,
en la cual establece la fundamentación y motivación de la
misma y en el mismo aborda el estudio de la acción
intentada, pero de manera incorrecta valoró todas y cada una
de las pruebas aportadas al sumario, principalmente el escrito
inicial de demanda que contiene en su hecho primero una
confesión expresa que realiza el actor, y en la especie lo que
interesa que el actor menciona que el documento suscrito en
fecha 26 de mayo del 2014 se emitió con fecha de
vencimiento al 31 de mayo del 2015, fecha ésta última que
debe ser tomada en consideración para el juzgado establecer
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
24 la exigibilidad del documento base de la acción, pues
habiéndose admitido a trámite la acción cambiara directa y en
la vía ejecutiva mercantil mediante auto de fecha 28 de abril
de 2015, es claro que el documento base de la acción era
inexigible […]
Entonces, como se anticipó, es inoperante que el ahora
recurrente sustente su agravio en que es inverosímil y no creíble
que el pagaré base de la acción se hubiere suscrito en el año 14,
cuando él mismo da por sentado que el título de crédito se
suscribió el veintiséis de mayo del año dos mil catorce con
vencimiento al día treinta y uno de mayo de dos mil quince, lo
que, desde su perspectiva, constituye una confesión que hace la
parte actora en su demanda para tener por acreditada su
inexigibilidad.
Luego entonces, para que este tribunal de alzada se
encuentre posibilitado en analizar los agravios interpuestos por el
impugnante, debe expresarse en forma clara la causa de pedir sin
que resulte necesario se plantee a manera de silogismo jurídico.
Sin embargo, contrario a un rigorismo exagerado, ello no
admite de manera alguna que el recurrente se limite a realizar
meras afirmaciones sin fundamento alguno pues al apelante
corresponde exponer razonadamente por qué considera le causó
perjuicio la resolución que recurre lo que, se reitera, no acontece
en la especie.
Lo anterior así se resuelve, con apoyo sustento en el criterio,
que esta Sala comparte, sostenido por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, aplicable al caso
concreto en cuanto a las afirmaciones sin sustento del disidente
en la interposición de su agravio, consultable en el IUS 2013,
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
25 disco compacto, México, Suprema Corte de Justicia de la Nación
bajo el registro 1854257, cuyos rubro y texto son los siguientes:
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. AUN
CUANDO PARA LA PROCEDENCIA DE SU ESTUDIO
BASTA CON EXPRESAR LA CAUSA DE PEDIR, ELLO NO
IMPLICA QUE LOS QUEJOSOS O RECURRENTES SE
LIMITEN A REALIZAR MERAS AFIRMACIONES SIN
FUNDAMENTO.
El hecho de que el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación haya establecido en su jurisprudencia
que para que proceda el estudio de los conceptos de
violación o de los agravios, basta con que en ellos se exprese
la causa de pedir, obedece a la necesidad de precisar que
aquéllos no necesariamente deben plantearse a manera de
silogismo jurídico, o bien, bajo cierta redacción sacramental,
pero ello de manera alguna implica que los quejosos o
recurrentes se limiten a realizar meras afirmaciones sin
sustento o fundamento, pues es obvio que a ellos
corresponde (salvo en los supuestos legales de suplencia de
la queja) exponer razonadamente el por qué estiman
inconstitucionales o ilegales los actos que reclaman o
recurren. Lo anterior se corrobora con el criterio sustentado
por este Alto Tribunal en el sentido de que resultan
inoperantes aquellos argumentos que no atacan los
fundamentos del acto o resolución que con ellos pretende
combatirse.
En conclusión, es claro que el número 14 se refiere al año
dos mil catorce (2014) y, por consiguiente, contrario a lo afirmado
por el apelante y como bien lo consideró el juez natural, sí se
encuentran satisfechos los requisitos previstos en el artículo 170
7 Novena Época. Primera Sala. Jurisprudencia. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XVI, Diciembre de 2002. Materia(s): Común. Página: 61.
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
26 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, en
particular, la fracción V, relativa a la fecha de suscripción del
pagaré.
Con base a las consideraciones que anteceden, el agravio
analizado es inoperante por notoriamente frívolo e improcedente.
En el agravio marcado con el inciso c el recurrente señala
que le causa agravio la sentencia de primer grado cuando el juez
natural omitió analizar la oposición de la parte reo referente al
capítulo de prestaciones de la contestación en donde se
argumentó sobre la ilicitud de la prestación accesoria relativa al
pago de los intereses moratorios a razón del 7% mensual,
cuestión que, además, debe ser analizada de manera oficiosa.
Afirma el recurrente que de manera expresa se opuso a la
prestación accesoria del pago de intereses moratorios, fundado
en que el pago de los intereses reclamados sobrepasa los usos
bancarios lo cual se considera de manera usurera y así ha sido
proscrita por la Convención Americana de Derechos Humanos.
En tal sentido, previene el apelante que tal cuestión debe ser
analizada en los términos del artículo 21.3 de la referida
convención, que prevé a la usura como una forma de explotación
del hombre por el hombre como fenómeno contrario al derecho
humano de propiedad.
Continúa diciendo el inconforme que si bien, conforme al
artículo 362 del Código de Comercio, se contempla la posibilidad
de cobrar intereses por los préstamos basados en el principio de
libre contratación, lo cierto es que atento al contenido del artículo
21.3 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y
artículo 1 de la Constitución Federal, debe reconocerse la
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
27 protección al deudor frente a los abusos y la eventualidad en el
cobro de intereses excesivos por constituir usura.
Aduce el apelante que permitir que la voluntad de las partes
esté sobre dichas disposiciones, sería solapar actos de comercio
que conculcan derechos humanos, por lo que con relación al
artículo 362 del Código de Comercio debe realizarse una
interpretación conforme con la Constitución Federal.
Concluye el promovente del recurso que, no obstante lo
anterior, el juez natural contrariando las disposiciones legales y
supralegales que se han señalado, establece condenar a la parte
demandada al pago de intereses convencionales vencidos y que
se sigan venciendo a razón del 7% mensual, hasta la total
solución del adeudo.
Este motivo de disenso es fundado pero a la postre
inoperante.
Así es.
Al igual que el primer agravio, tiene razón el apelante al
afirmar que el juez natural, no obstante que esta argumentación
se interpuso de manera oportuna, ningún pronunciamiento efectuó
en su fallo definitivo con relación a la excepción contenida en el
apartado de prestaciones del escrito de contestación atinente a
que la prestación accesoria del pago de intereses moratorios a
razón del 7% mensual es excesiva, y que por ello debe
considerarse como usura.
La omisión del juzgador transgrede en perjuicio de la parte
reo los principios de congruencia y exhaustividad previstos en los
artículos 1324, 1327 y 1329 del Código de Comercio.
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
28
Lo anterior encuentra sustento en el criterio emitido por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
consultable en el IUS 2013, disco compacto, México, Suprema
Corte de Justicia de la Nación, consultable bajo el registro
1931368, cuyo rubro es SENTENCIAS CIVILES, CONGRUENCIA
DE LAS (LEGISLACIÓN PROCESAL CIVIL PARA EL ESTADO
DE VERACRUZ) antes invocado en esta misma resolución.
Por tanto, a este tribunal de segundo grado compete realizar
el análisis omitido, en sustitución del juez natural ante la falta de
reenvió a la primera instancia, estando obligado a atender el
señalamiento de la parte reo y dar respuesta puntual a los
planteamientos no resueltos por el resolutor de primer grado.
En este sentido, tratándose de los intereses moratorios,
contrario a lo afirmado por la parte reo, no puede actualizarse la
figura jurídica de la usura, ya que la misma tiene que ver
propiamente con los intereses ordinarios que de manera excesiva
se hubieran fijado derivados de un préstamo, no así con los
intereses moratorios que pudieran sobrevenir a virtud del
incumplimiento del deudor con el pago que se comprometió a
cubrir en la fecha estipulada.
Ello es así pues precisamente el incumplimiento del deudor
es el que genera el derecho al cobro del interés moratorio en los
términos convenidos con independencia de la tasa pactada, en
tanto que el interés ordinario que fijan las partes contratantes se
vincula directamente con el préstamo, no así con el
incumplimiento.
8 Novena Época. Primera Sala. Jurisprudencia. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. X, Octubre de 1999. Materia(s): Civil. Página: 226
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
29 En este segundo concepto accesorio, la permisión de acordar
ese interés ordinario tiene como límite que una parte no obtenga
en provecho propio y de modo abusivo una ganancia excesiva.
Así se estima lo anterior debido a que en términos del artículo
21, numeral 3, de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, la usura es una forma de explotación del hombre por el
hombre y, entre otras acepciones, significa "interés excesivo en
un préstamo", que se presenta cuando una persona física o moral
estipula en provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad
de otra persona.
Cabe hacer la aclaración que los intereses pueden
considerarse como el precio que debe pagarse por la utilización
de bienes de capital expresados en dinero o la ganancia que
obtiene de una cosa, principalmente del dinero prestado.
Los intereses que las partes pueden convenir son ordinarios
o moratorios.
Los primeros constituyen el rédito que produce o debe
producir el dinero prestado, es decir, el precio pagado por el uso
del propio dinero y, los segundos consisten en la sanción que
debe imponerse al moroso por la entrega tardía del dinero, de
acuerdo con lo pactado en el contrato relativo.
Sobre el tema los artículos 78, 362, primer párrafo, del
Código de Comercio y 174 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito disponen que en las convenciones
mercantiles las partes se obligan en los términos que quisieron
hacerlo, y que los deudores que demoren en el pago de sus
obligaciones deberán cubrir el interés pactado o, a falta de éste, el
interés legal.
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
30
En principio, tales preceptos otorgan a los contratantes la
libertad para establecer los intereses que ellos convengan; sin
embargo, dicha libertad contractual está limitada por los derechos
humanos como lo refiere el apelante, puesto que la normativa
nacional e internacional citada, que reconoce y tutela estos
derechos, es de orden público.
De esta manera, cualquier acto de autoridad o de los
particulares que atente contra esos derechos fundamentales debe
considerarse afectado de nulidad, como se dispone, inclusive, en
el artículo 8 del Código Civil Federal, de aplicación supletoria al
Código de Comercio.
Sin embargo, tal limitante debe entenderse referida a los
intereses ordinarios o réditos, que son los que se pactan cuando
se realiza el contrato -para que no se permita un interés excesivo
derivado de un préstamo- pues es en ese supuesto en el que una
persona puede obtener un provecho propio de modo abusivo
sobre la propiedad de otro, abusando de las condiciones de
necesidad en que se encuentra.
En estos supuestos, el juzgador de instancia o en vía de
amparo, está facultado para evitar la usura, como forma de
explotación del hombre por el hombre, proscribiendo los réditos
usurarios, notoriamente excesivos, ya que tal derecho humano se
preserva en las normas internacionales en comento.
Para demostrar dicha aseveración se estima oportuno hacer
referencia, en lo que interesa, a lo resuelto en la contradicción de
tesis 102/98, entre las sustentadas por el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, y que dio origen a
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
31 la jurisprudencia 1a./J. 29/2000, de rubro: INTERESES
ORDINARIOS Y MORATORIOS EN EL JUICIO EJECUTIVO
MERCANTIL. COEXISTEN Y PUEDEN DEVENGARSE
SIMULTÁNEAMENTE.
En dicha resolución, la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación estableció que de acuerdo a la naturaleza
jurídica de los intereses ordinarios y moratorios, los primeros
derivan del préstamo y los segundos provienen del incumplimiento
en el pago del préstamo, entendiéndose por los primeros el rédito
que produce o debe producir el dinero prestado.
Esto es, el precio pagado por el uso del propio dinero, de
manera que su naturaleza jurídica consiste en la obtención de una
cantidad como ganancia por el simple hecho de que una persona
otorgó a otra una cantidad de dinero que éste necesitaba para
satisfacer sus propias necesidades.
De ahí, la Primera Sala sostuvo que al momento de regresar
el dinero prestado, es cuando cesa la obligación del deudor de
cubrir los intereses respectivos.
Luego, por otra parte, los intereses moratorios consisten en
la sanción que debe imponerse por la entrega tardía del dinero, de
acuerdo con lo pactado en el contrato donde se plasmó el
préstamo respectivo; si no se devuelve o paga el dinero prestado
en la fecha estipulada, surge el derecho del titular del dinero para
que se sancione al deudor por su incumplimiento, imponiéndole
una carga por su mora.
En consecuencia, se estima que los intereses ordinarios y los
intereses moratorios tienen orígenes distintos, puesto que uno
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
32 deriva del simple préstamo y el otro del incumplimiento en la
devolución de la suma prestada.
Es decir, los intereses moratorios no derivan de una
condición existente al momento de acordar el préstamo, salvo su
pacto, pues su actualización solamente ocurrirá para el caso de
que no se cumpla con la obligación pactada de regresar la suma
de dinero objeto del préstamo.
En otro orden de ideas, del análisis de la ejecutoria de la que
derivó la jurisprudencia 1a./J. 47/2014 (décima época), se
desprende que tuvo por objeto realizar un pronunciamiento en
relación con la inconstitucionalidad o no del artículo 174 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito, bajo la perspectiva
de su posible vulneración al artículo 21, numeral 3, de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
En tal ejecutoria se sostuvo que la nota distintiva de la usura,
como una forma de explotación del hombre por el hombre, es
decir, como fenómeno contrario al derecho humano de propiedad
previsto en la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
consiste en que ocurra que una persona obtenga en provecho
propio y de modo abusivo, sobre la propiedad de otro, un interés
excesivo derivado de un préstamo.
Por tanto, indicó que el imperativo constitucional de fuente
internacional derivado de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, relativo a que la ley debe prohibir la usura,
consiste en que ésta no debe permitir la usura como forma de
explotación del hombre por el hombre.
Esto es, que la ley no debe permitir que una persona obtenga
un provecho propio y de modo abusivo sobre la propiedad de otro,
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
33 un interés excesivo derivado de un préstamo y que ese deber
también recae en todas las autoridades del país.
En la misma ejecutoria a que se alude, la Primera Sala
determinó que era necesario abandonar algunas de las premisas
que formuló en la diversa jurisprudencia 1a./J. 132/2012 (10a.).
Así concluyó porque con independencia de que exista un
planteamiento o no, así como de que prospere o no, en el juicio la
controversia suscitada respecto de intereses lesivos pactados en
un pagaré, las autoridades judiciales, en el ámbito de sus
competencias, tienen la obligación de promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos, en el caso, el
derecho humano a la propiedad en la modalidad de prohibición de
la usura como forma de explotación del hombre por el hombre.
Tal cuestión, consideró la Primera Sala, les faculta a efectuar
el control de convencionalidad ex officio, aun ante la falta de
petición de parte sobre el tópico, lo que significa que cuando se
adviertan indicios de un interés desproporcionado y excesivo,
debe analizarse de oficio la posible configuración de la usura, aun
ante la desestimación del planteamiento litigioso correspondiente
a la lesión.
Asimismo, concluyó que el artículo 174 de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito no es inconstitucional, en la
parte conducente de su segundo párrafo, en cuanto regula que en
el pagaré el rédito y los intereses que deban cubrirse se pactarán
por las partes, y sólo ante la falta de tal pacto, operará el tipo
legal.
Pero ello sobre la base de que tal permisión no es de carácter
ilimitado, sino que tiene como parámetro que una parte no
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
34 obtenga un provecho propio y de modo abusivo sobre la
propiedad de otro, un interés excesivo derivado de un préstamo;
esto último con base en el contenido del artículo 21, numeral 3, de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Luego entonces, como puede observarse, la jurisprudencia
en comento abordó el análisis de la inconstitucionalidad del
precepto 174 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito, desde la perspectiva de si su segundo párrafo podría
permitir que una parte obtuviera en provecho propio y de modo
abusivo sobre la propiedad de otro, un interés excesivo derivado
de un préstamo.
Interés ordinario que es el que se identifica con el aludido en
la primera parte de este análisis como el correspondiente a
intereses ordinarios, que son precisamente los que derivan del
simple préstamo, mientras que el interés moratorio tiene un
origen distinto, al ser el que deriva del incumplimiento en la
entrega de la suma prestada.
Aun cuando en la contradicción de tesis 350/2013, de la que
derivó la jurisprudencia 1a./J. 47/2014 (10a.), ya señalada, así
como la 1a./J. 46/2014(10a.), se mencionen la naturaleza y
características de los intereses ordinarios y moratorios, los puntos
a resolver no fueron si la usura podía afectar ambos tipos de
interés sino, por una parte, establecer la procedencia del análisis
oficioso sobre el tema de la usura y, por otra, la usura como
limitante para el libre pacto de intereses.
De tal manera, debe atenderse a la figura de la lesión en
materia civil y mercantil.
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
35 El artículo 17 del Código Civil Federal supletorio del Código
de Comercio establece:
ARTÍCULO 17. Cuando alguno, explotando la suma
ignorancia, notoria inexperiencia o extrema miseria de otro;
obtiene un lucro excesivo que sea evidentemente
desproporcionado a lo que él por su parte se obliga, el
perjudicado tiene derecho a elegir entre pedir la nulidad del
contrato o la reducción equitativa de su obligación, más el
pago de los correspondientes daños y perjuicios.
El derecho concedido en este artículo dura un año.
Entonces, para que en el momento en que se suscriba un
título de crédito pueda estimarse que se pactaron intereses
ordinarios usurarios como lo pretende el apelante, aquel que
presta a otro una cantidad de dinero debe explotar su suma
ignorancia, notoria inexperiencia o extrema miseria para obtener
un lucro excesivo, evidentemente desproporcionado a lo que él se
obliga.
Éstas circunstancias son contemporáneas al pacto habido
entre las partes, mas no a las que puedan presentarse con
posterioridad derivado del incumplimiento de la obligación de
pago oportuno, que no es la consecuencia natural de lo acordado
entre las partes, esto es, el préstamo del dinero y la devolución
del mismo en el tiempo pactado.
Por tanto, sí es posible que una de las partes se aproveche
de la otra al momento de realizar el préstamo, que es cuando es
factible hacerlo por su suma ignorancia, notoria inexperiencia o
extrema miseria; mas no puede estimarse a priori, que esas
características deban tomarse en consideración para la
actualización de algo futuro e incierto, como lo es el hecho de que
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL 14/2016
36 llegue a actualizarse la sanción consistente en el pago de
intereses moratorios por la falta oportuna de pago.
La argumentación precedente deriva del criterio y ejecutoria
esta Sala Civil comparte, emitidos por el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Décimo Sexto Circuito, aplicable al
caso concreto, consultable en la página del Semanario Judicial de
la Federación, bajo el registro 20098799, cuyo rubro y texto son:
USURA. LOS INTERESES MORATORIOS NO LA
ACTUALIZAN. En la ejecutoria de la que derivaron las
jurisprudencias 1a./J. 46/2014 (10a.) y 1a./J. 47/2014 (10a.),
publicadas en el Semanario Judicial de la Federación del
viernes 27 de junio de 2014 a las 9:30 horas y en la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época,
Libro 7, Tomo I, junio de 2014, páginas 400 y 402, de títulos y
subtítulos: "PAGARÉ. EL ARTÍCULO 174, PÁRRAFO
SEGUNDO, DE LA LEY GENERAL DE TÍTULOS Y
OPERACIONES DE CRÉDITO, PERMITE A LAS PARTES
LA LIBRE CONVENCIÓN DE INTERESES CON LA
LIMITANTE DE QUE LOS MISMOS NO SEAN USURARIOS.
INTERPRETACIÓN CONFORME CON LA CONSTITUCIÓN
[ABANDONO DE LA JURISPRUDENCIA 1a./J. 132/2012
(10a.) Y DE LA TESIS AISLADA 1a. CCLXIV/2012 (10a.)]." y
"PAGARÉ. SI EL JUZGADOR ADVIERTE QUE LA TASA DE
INTERESES PACTADA CON BASE EN EL ARTÍCULO 174,
PÁRRAFO SEGUNDO, DE LA LEY GENERAL DE TÍTULOS
Y OPERACIONES DE CRÉDITO ES NOTORIAMENTE
USURARIA PUEDE, DE OFICIO, REDUCIRLA
PRUDENCIALMENTE.", respectivamente, la Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sostuvo que la
nota distintiva de la usura, consiste en que una persona
9Décima Época. Tribunales Colegiados de Circuito. Jurisprudencia. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 22, Septiembre de 2015, Tomo III. Materia(s): Constitucional, Civil. Página: 1897
“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
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37 obtenga en provecho propio y de modo abusivo sobre la
propiedad de otro, un interés excesivo derivado de un
préstamo. Sin embargo, los puntos a resolver no fueron si la
usura podía afectar tanto a intereses ordinarios como a los
moratorios, sino establecer la procedencia de su análisis
oficioso, y la usura, como limitante para el libre pacto de
intereses. Así, atento a la figura de la lesión en materia civil y
mercantil a que aludieron ambas jurisprudencias, conforme al
artículo 17 del Código Civil Federal, es en el momento en que
se suscribe un título de crédito, cuando puede estimarse que
se pactaron intereses ordinarios usurarios, porque las
circunstancias son contemporáneas al pacto habido entre las
partes, mas no a las que puedan presentarse con
posterioridad, ante el incumplimiento de la obligación de pago
oportuno, cuya actualización es futura e incierta. De esta
forma, debe atenderse a los orígenes distintos de los
intereses ordinarios y de los moratorios, puesto que, mientras
los primeros derivan del simple préstamo, los segundos son
consecuencia del incumplimiento del pago de la suma
prestada, no pudiéndose determinar, a priori, si el acreedor
habrá de obtener, de modo abusivo y sobre la propiedad del
deudor, provecho propio consistente en un interés excesivo.
En consecuencia, los intereses moratorios no actualizan la
figura de la usura en perjuicio del deudor, ya que se pacta
libremente en términos del artículo 174 de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito.
En este orden de ideas, este órgano de alzada colegiado
estima que debe atenderse a los orígenes distintos de los
intereses ordinarios y los moratorios y que uno deriva del simple
préstamo (interés ordinario) y, salvo pacto en contrario, se seguirá
devengando hasta que el deudor pague al acreedor la suma
prestada, motivo por el cual sí es factible que desde el momento
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38 en que se fije, su pacto implique usura, al actualizarse la figura de
la lesión a que se ha hecho referencia.
Consecuente con lo anterior, debe concluirse que la
excepción opuesta es infundada, habida cuenta que el análisis
oficioso a que alude el impetrante respecto de los intereses
pactados, conforme con la citada jurisprudencia, únicamente se
actualiza respecto de los intereses ordinarios, mas no de los
moratorios, por ser éstos una sanción fijada con base en un hecho
posterior al pacto, que podrá o no suceder y cuyas condiciones
subjetivas y objetivas, no son factibles de conocerse desde su
establecimiento.
Asimismo, deviene improcedente la aplicación del principio de
interpretación conforme y control de convencionalidad que invoca
el apelante pues, en párrafos precedentes, se exponen las
razones del porqué resulta inaplicable el artículo 21.3 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, a las cuales nos
remitimos en obvio de repeticiones innecesarias y, sin que
además, se advierta por esta autoridad alguna violación flagrante
a los derechos humanos de la parte reo que pretende hacer valer.
En resumen, si bien resultó fundado este agravio ante la falta
de análisis por parte del a quo, a la postre deviene inoperante por
ser infundada la excepción planteada.
Para finalizar, al resultar unos agravios fundados pero
inoperantes y otro inoperante, lo procedente es CONFIRMAR la
sentencia impugnada.
CUARTO. De conformidad con lo dispuesto por el artículo 1084,
fracción IV, del Código de Comercio, habrá de condenarse al
apelante al pago de las costas causadas en ambas instancias por
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39 haberle sido adversa esta sentencia y ser lo resuelto en ambas
conforme de toda conformidad en tanto que la sentencia de
segunda instancia en nada favorece al inconforme al confirmar lo
resuelto en la de primer grado.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los
artículos 1336, 1337 y 1340 del Código de Comercio y 135 al 137,
140 y 141 de la Constitución Política del Estado, 16, 18 y 22 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de Coahuila, se resuelve:
PRIMERO. Se CONFIRMA la sentencia de primera instancia
cuyos datos han quedado debidamente precisados en el proemio
de esta resolución.
SEGUNDO. Se condena a ********** así como a ********** en lo
personal a pagar las costas causadas en ambas instancias.
NOTIFÍQUESE PERSONALMENTE, al tenor de lo dispuesto por
el artículo 309, fracción III, del Código Federal de Procedimientos
Civiles supletorio del Código de Comercio; con testimonio de esta
resolución, devuélvanse los autos originales al juzgado de su
procedencia y en su oportunidad, archívese el toca como
totalmente concluido.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Pleno de la Sala
Colegiada Civil y Familiar del Tribunal Superior de Justicia del
Estado integrado por los magistrados Martha Elena Aguilar
Durón, Alma Leticia Gómez López, Gabriel Aguillón Rosales,
Gregorio Alberto Pérez Mata y Alejandro Huereca Santos,
siendo ponente el último de los nombrados, ante la licenciada
María Blanca Estela Subealdea Rodríguez, Secretaria de Acuerdo
y Trámite que autoriza y da fe. Doy fe.
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Martha Elena Aguilar Durón
Alma Leticia Gómez López
Gabriel Aguillón Rosales
Gregorio Alberto Pérez Mata
Alejandro Huereca Santos
María Blanca Estela Subealdea
Rodríguez
Esta sentencia se incluye en la lista de acuerdos de esta fecha.
Conste.
La licenciada María Blanca Estela Subealdea Rodríguez, secretaria de acuerdo y
trámite de la Sala Colegiada Civil y Familiar del Tribunal Superior de Justicia del
Estado, hago constar y certifico que, en términos de lo previsto en los artículos 27,
fracción IX, 58 y 75 fracción III, de la Ley de Acceso a la Información y Protección
de Datos Personales del Estado de Coahuila de Zaragoza, en esta versión pública se
suprime la información considerada como reservada o confidencial que encuadra en
el ordenamiento mencionado y en las disposiciones aplicables.
Este documento fue cotejado previamente con su original por el licenciado Jesús
Mata Herrera, secretario de estudio y cuenta, quien elaboró la presente versión
pública.
María Blanca Estela Subealdea Rodríguez