Post on 23-Jan-2016
Todo escritor narra acontecimientos que ha vivido, que han vivido otros o aquellos que nacen de su imaginación.En el caso de esta poesía, penosamente admito que toda ella, excepto la última línea es experiencia vivida por mí y sin ninguna exageración.La he escrito en nombre de miles de mujeres que se acostumbran al dolor moral y no reaccionan.En buena cuenta, para que no sufran lo que yo sufrí.Y para que sepan que una sí se recupera y sale adelante mejor que nunca cuando se libra del Síndrome de Estocolmo y cesa de ser masoquista
Pedro o como sea
que te llames
me quitaste
mi tiempo y mi
mejor edad
y hace años ya que tu
cuerpo es tan solo
una sombra en mi cama.
Si te pidiera que me abracesaunque sea una
vez como la primera
veztu burla
sería igual de terrible
que laspalabras que me
encarcelaron a ti
esas que desdibujar
on mi identidad¿ recuerda
s'?
Loca, inútil, gorda,
descarada no, no voy a repetir la de cuatro letras
porque era tan , tan común
y tan baja como injusta.Y aún así yo te quería.Aún así
pensaba que si te daba
más amor tú cambiarías.
Te justificaba ante mí y ante
terceros.Nunca
entenderé el porqué me hiciste tanto
daño.Ni porqué me
odiabas.Ni porqué yo
seguía a tu lado soportando
indiferencia o martirio.
Hasta que te fuiste.
Simplemente me dejaste y
sin ninguna explicación.Ni siquiera
porque hubiera otra.
Te fuiste de mí y lo más lejos
posible.
Ypara que mi llanto
no incomoda
se tus oídos me
enviaste lejos a mí tambiénal exilio, lejos de mi hijolejos de
mis poquísim
as amigas.
No sé porqué te disgustaban ellas también.Total, ni venían porque les inspirabas miedo.Además Pedro, vives muy bien sin mí.Yo creía que no podría vivir sin ti y tuve que aprender a hacerlo.
Ya estoy vieja y me siento muy cansada pero Pedro, dime:¿Qué hago con este amor que aún siento por ti?
Disenio - Asgraphic – Alex Segal – Modiin - Israel