Post on 02-Feb-2019
Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Ciencia Política y Relaciones Internacionales.
Transiciones comparadas en Iberoamérica.
Sebastián Sánchez González.
Chile y la transción: 1983 - 2011 .
Carlos Peralta Morales
Introducción
Se entiende que una transición es el paso de un régimen político a otro. En Chile, la
politología se ha esmerado bastante en esclarecer y precisar de manera rígida, el proceso político
de la transición. Muchos dan fechas de inicio, otros dan fecha de término; otros en cambio,
señalan que esta no ha empezado, como tampoco, terminado.
El triunfo del “No” en el plebiscito de 1988, marca de manera tajante, el inicio del proceso
de la transición a la llamada democracia. Para otros la democracia no ha existido, y el triunfo
obtenido el 5 de octubre de 1988 fue un simple cambio de gobierno, pero no de régimen.
De 1990 en adelante, y luego del ascenso del presidente Patricio Aylwin Azócar, se ha
precisado por ciertos sectores políticos adherentes al institucionalismo o neoinsticuionalismo, de
que se da un inicio innegable con la llegada de este presidente, y con ello, el acceso de elecciones
libres: senadores, diputados, alcaldes y concejales. La transición ha comenzado y esta solo llegará
a su fin, según ciertos entendidos, con la salida del poder militar de Augusto Pinochet.
Otra tesis planteada, es que la detención en Londres en 1997, daría recién un paso a ella,
puesto que ya nada podría usar dentro del aparato del Estado para salir en defensa de éste, y que
se vería en la obligación de dar cuenta por los 17 años de dictadura en la cual fue su indiscutido
líder político y militar. La realidad fue totalmente opuesta. Ni si quiera con su llegada al país,
hubo respuesta alguna a los tribunales de justicia. Jamás declaró.
Bajo el tercer gobierno de la concertación, Ricardo lagos Escobar realiza profundas
reformas a la constitución redactada por la “comisión Ortúzar” y cuyo miembro insigne es el
fundador del gremialismo: Jaime Guzmán Errázuriz. Dicho proceso se enmarca dentro de la ciana
política institucionalista como el fin de la transición puesto que ya no es la misma constitución
que salió a la luz pública en 1980; una voz dispar señala que es el inicio de la transición pues la
constitución posee per sé un origen distinto. Dentro de la corriente epistemológica de la teoría
democrática, se señala que no es lo uno ni lo otro, sino que es el continuismo de la
institucionalidad de la dictadura, pero con un nombre distinto. Así, a partir de una teorización
realizada por mí, sostengo que el proceso vivido en Chile, y que se comprende entre los años
1983 a 1990, lo catalogo como transición hacia la democracia.
Desde el primer gobierno de la concertación hasta el año 2005, lo catalogo como proceso
de institucionalización del régimen democrático en Chile, el que incluye la salida de Pinochet de
la comandancia en jefe del ejército, su designación como senador vitalicio, la detención en
Londres y la reformas a la constitución de 1980 realizadas por Ricardo Lagos Escobar bajo su
gobierno.
Solo a partir del año 2006, año en que llega a la presidencia Michelle Bachelet, se produce
un verdadero cambio en la persepción sociopolítica de la ciudadanía, puesto que comeinza una
manifestación nunca antes vista desde el fin del régimen militar: los secundarios marchan por
gran parte del país; segundo, muere Augusto Pinochet Ugarte, con lo que la concertación pierde
una legitimidad política importante al desaparecer en vida su enemigo político.
Este cambio en la mentalidad de la sociedad chilena, solo se ve reflejada a partir del año
2011, en donde, a mi parecer, se da inicio realmente a la transición política en Chile: se crítica al
modelo económico por un lado, pero por otro, a toda la institucionalidad heredada de la
dictadura de Pincohet.
Chile y las 22 jornadas de movilización nacional.
Este inicio de la transición en Chile se enmarca a partir de 1983, cuando a partir de ese
año la ciudadanía se organiza en contra del régimen militar a fin de poner términa a la dictadura
de Augusto Pinochet. Fueron 22 jornadas de movilización popular. El historiador Gabriel Salazar
señala lo importante que estas manifestaciones fueron para el país, y sobre todo, contra el
régimen dictatorial: “No olvidemos que el hecho que Pinochet hubiera aceptado ir a un plebiscito
fue una victoria del movimiento popular. La ciudadanía perdió el miedo en aquel entonces. Entre
1983 y 1989 hubo 22 jornadas de protesta que nos costaron cientos de muertos. Durante cuatro
años el movimiento popular chileno le demostró al mundo que Chile era ingobernable. Que había
ingobernabilidad”1. De ahí en más, estos muertos -que no fueron en vano- dieron inicio al término
del gobierno liderado por las FF.AA. Y de orden.
Es menester a destacar, la actitud de cientos de chilenos que perdieron el miedo para
afrontar a una dura dictadura apoyada por civiles, que hasta el día de hoy, mantienen un rol
hegemónico en manetener el statu quo de la herencia pinochetista. Siendo sus principales
protagonistas “los pobladores, los trabajadores sindicalizados, los estudiantes universitarios, los
1
secundarios y las mujeres”2. Se ve unreflejo claro que quienes más enarbolaron las banderas de
lcuah contra el régimen eran aquellos que no solo podían infrinifr un golpe directo al sistema,
sino que además, darle un ataque simbólico y a la vez material.
El 11 de agosto diario “El País” de España informaba: “Tres civiles muertos (dos de ellos, a
balazos), varias decenas de personas heridas (entre ellas, seis carabineros) y 242 detenidos es el
resultado oficial de los enfrentamientos ocurridos el pasado viernes en Chile durante la primera
jornada masiva de protesta de este año contra el Gobierno de Pinochet. La llamada jornada por la
vida fue organizada por iniciativa de los sindicatos reunidos en el Comando Nacional de
Trabajadores y de las federaciones de estudiantes”3. Queda evidenciado que los grupos y
organizaciones más organizadas, o que tienen algún grado de organización son quienes llaman a
rebelarse contra las autoridades del régimen de esos años.
“La jornada de protesta civil organizada el miércoles en Chile contra el régimen del general
Pinochet por la confederación de sindicatos de los mineros del cobre se ha saldado con dos muertos,
numerosos heridos y más de 5% detenciones, según fuentes oficiosas de la capital chilena”. 4 Años
anteriores, también fueron los mismos, es decir, trabajadores organizados sindicalmente y que
tuviesen un grado de politización suficiente como para afrontar el problema que a nivel de
Estado se estaba viviendo en el país.
Es por eso que, la transición nace al alero de la sociedad civil, de ciudadanas y ciudadanos
que generaron un proceso de inestabilidad suficiente como para que decantara en una apertura
hacia un plebiscito.
El ex diputado por el distrito 28 y presidente de los trabajadores del cobre de esos años,
Rodolfo Seguel, señaló: "constituye sólo una primera etapa en el camino de la liberación to tal" del
pueblo chileno y "será seguida de otras jornadas de la mis ma intensidad". "El Gobierno de berá
contar en adelante con los trabajadores", ha dicho Eduardo Ríos, líder de la Unión Democrática de
Trabajadores.5 Hay una correlación entre las movilizaciones sociales, los actores de éstas, y la
2 La concertación consolidó la obra de la dictadura. Disponible en web: http://elchileno.cl/world/nacional/445-la-concertacion-consolido-la-obra-de-la-dictadura.html
3 Íbid.
4 SILVA PINOCHET, Beatriz. “La revolución pingüina, y el cambio cultural en Chile”. Disponible en web: http://www.archivochile.com/carril_c/cc2012/cc2012-062.pdf Pág. 1.
5 El modelo chileno se acabó. Disponible en web: http://www.elmostrador.cl/pais/2012/06/25/el-modelo-chileno-se-
transición política para poner fin al régimen de Pinochet. Es claro que fue esta acción en pro de la
libertad de Chile, la que culminó con el acceso a un plebiscito que se realizó el 5 de octubre de
1988.
Las movilizaciones son el inicio de la transición.
Son actos directos, y de violencia física y psicológica a la vez. Sin lugar a dudas la acción
más relevante fue ella atentado realizado por el “Frente Patriótico Manuel Rodríguez”, el cuerpo
armado del partido comunista, en contra de Augusto Pinochet; para muchos, este acto constituyó
en una perpetuidad de la dictadura; afortunadamente, no fue así. Fue un paso importante y
decidido.
La protesta social es el primer paso para poner fin al régimen militar de Augusto Pinochet,
puesto que le generó una inestabilidad política, con lo cual, el régimen militar accedió a una
consulta mediante un plebiscito vinculante, y el que solo, llegó a su fin en 1990.
Solo en la medida en que las protestas fueron en considerable aumento, el impacto
internacional fue mayor. Ya no solo eran los trabajadores, también los estudiantes: pero por
sobre todo el papel jugado por la iglesia católica mediante su monseñor y otros sacerdotes
venidos desde el extranjero. Raúl Silva Henríquez, y Andrè Jarlan y Pierre Dubois,
respectivamente. Si la iglesia jugó un papel de importancia, los actores relevantes dentro de la
sociedad, fueron los estudiantes, y en especial, los estudiantes secundarios, en donde los colegios
emblemáticos se tomaron las calles para reivindicar un fin al régimen de Pinochet. Se conjuga
además, una razón político-administrativa: la municipalización de la educación pública.
Así, en 1988 se llevó a cabo un plebiscito nacional para determinar la continuidad de
Augusto Pinochet al mando de la nación, lo cual, fue recibido con mucho optimismo y esperanza
por diversos sectores del país, así como también, en el exterior. Para algunos el rol de los EE.UU.
Fue, pero Pinochet no lo miró con buenos ojos; quien apoyo el golpe contra Allende, ahora busca
deshacerse de Pinochet en Chile. Fuentes de esos años salieron a la luz pública hace no muy poco
tiempo, las que señalaban un actitud beligerante y de propiciar, por parte de Pinochet un
“autogolpe”. “Según un informe de David Brooks, corresponsal de <<La Jornada>> en Estados
Unidos, los recientes documentos desclasificados incluyen advertencias secretas desde la Embajada
de Estados Unidos sobre la intención de Pinochet de emplear la violencia para mantenerse en el
acabo/
poder en caso de no triunfar en el plebiscito, que su círculo más íntimo estaba convencido de que
ganaría.”6 Existía temor, no solo en Chile, además, diversos actores internacionales encabezados
por los Estados Unidos, sentían lo mismo: desconfianza por parte del líder del régimen militar.
“Barnes informó que la CIA y la DIA advertían de la determinación de Pinochet de emplear
violencia en la escala que fuera necesaria para mantenerse en el poder.
La DIA informaba que sus fuentes en el comando militar chileno confirmaban planes de
contingencia para descarrilar el plebiscito al alentar y realizar actos de violencia. Esperaban que
tal violencia provocara reacciones de la oposición más radical e iniciara un ciclo de violencia y
desordenes que permitirían suspender el referéndum, suspenderlo, declararlo inválido o postergarlo
de manera indefinida.”7
Así, el escenario político en Chile no era provechosos como tampoco benévolo. La
desconfianza del régimen se abría en dos frentes: una sociedad civil empoderada y que ha
luchado desde 1983 contra la dictadura, y un gigante diplomático y económico como los Estados
Unidos, los cuales serían un enemigo mucho más complejo de vencer que al que se enfrentó el
régimen desde el 11 de septiembre hasta 1980, año en que la dictadura se institucionaliza
mediante una constitución. Dicha carta magna, sigue siendo un legado institucional y urge
ponerle fin, para dar inicio a un nuevo proceso político en Chile.
Una jaula de hierro y 20 años de gobierno concertacionista.
El triunfo del no en 1988, posibilitó para muchos un sueño, un anhelo, que se iniciaba con
la derrota en la urnas de la dictadura. Se alzaron las voces indicando, que el legado de 17 años de
dictadura quedarían sucumbidos, y que de aquí en un par de años, todo vestigio institucional de
la dictadura terminarían en el olvido, y que solo serviría para enmarcarlos en un cuadro, o para
una clase de historia en los colegios. La realidad es distinta, ya en 20 años, las cosas no son muy
distiintas, por el contrario: el eje central del legado político sigue intacto. “Esto lo fundamentó
6 SILVA PINOCHET, Beatriz. “La revolución pingüina, y el cambio cultural en Chile”. Disponible en web: http://www.archivochile.com/carril_c/cc2012/cc2012-062.pdf Pág. 1.
7
Jaime Guzmán ya en 1979, al señalar maquiavélicamente que “en vez de gobernar para hacer, en
mayor o menor medida, lo que los adversarios quieren, resulta preferible contribuir a crear una
realidad que reclame de todo el que gobierne una sujeción a las exigencias propias de ésta. Es decir,
que si llegan a gobernar los adversarios, se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a
la que uno mismo anhelaría, porque el margen de alternativas que la cancha imponga de hecho a
quienes juegan en ella, sea lo suficientemente reducido para hacer extremadamente difícil lo
contrario”.8 La constitución ha significado para el país, y el juego político actual, una traba enorme
para perfeccionar -para algunos- la democracia, -mientras que para otros- llegar a ella de manera
definitiva.
La constitución impuso sus términos sin importar quien gobernase en el país, pero claro,
los gobiernos de la concertación se nutrieron de ello para estar 20 años como coalición
gobernante y mas no hacer cambio alguno a la carta magna heredada de la dictadura militar. La
concertación cedió poder a una minoría que es la derecha del país, y no realizó cambios
sustantivos; solo reformas. “Sin embargo, sucedió lo inaudito. Se efectuó en 1989 una negociación
de reformas constitucionales entre la entonces opositora Concertación y Pinochet. Su resultado fue
el acuerdo de un “paquete” de 54 reformas –la gran mayoría liberalizadoras, aunque ninguna
eliminaba los más trascendentes dispositivos autoritarios de aquélla- que se plebiscitó en julio de
ese año”.9 Hubo negociación un año antes de la llegada del primer gobierno electo en 17 años, y
en el que se “ratificó” por parte de la concertación a ceder un terreno político a la derecha
reconociendo el poder de ella, con temor y poca cordura.
Así en más, pasaron 2 gobiernos hasta que en Inglaterra detienen en Londres a Augusto
Pinochet, lo que causó gran revuelo internacional. "Está usted detenido, todo lo que diga puede ser
usado en su contra" El 16 de octubre de 1998, un Pinochet adormilado por los sedantes escuchó la
orden que abría un proceso histórico. Es arrestado por Scotland Yard a petición del juez Garzón.
Garzón, a las tres en punto de la tarde del Viernes 16 de Octubre de 1998 redactó la orden
internacional de detención por genocidio, terrorismo y torturas por un caso concreto y 79 sin
especificar. Esa es la orden que esa misma tarde llevó al Home Office a preguntar al Foreign Office si
Pinochet estaba en Londres en "misión diplomática", una pregunta que fue respondida
negativamente. El Ministerio de Exteriores de Chile había extendido, antes de emprender su viaje, un
8
9
pasaporte diplomático a Pinochet, pero el ex dictador no había proporcionado los datos para el
envío de la llamada nota verbal a Londres, documento acreditativo de la misión.” 10 La necesidad de
detener a Pinochet emana desde un juez español, y en donde la cámara de los lores en Gran
Bretaña, jugó un importante papel. Solo la intervención del presidente de la época, Eduardo Frei
Ruiz-Tagle, posibilitó el regreso de Pinochet a Chile. A su vez, se realizó en Chile, un carnaval en
favor de la detención de Pinochet, aludiendo a que es un paso importante en la democracia
chilena. “El Parque O'Higgins fue escenario de la "Fiesta por la justicia" Música y discursos para
festejar detención. Sola Sierra, el senador Jorge Lavandero, Marisol Prado (FECH) y Manuel Jiménez
(CUT) fueron los oradores en una jornada que duró más de cinco horas, para celebrar arresto de
Pinochet. Cerca de 30 mil personas -según estimaron los organizadores- y banderas que
representaban desde la izquierda extraparlamentaria hasta la Democracia Cristiana se vieron ayer
en el acto del Parque O'Higgins.”11
La festividad, dio hincapié en que para algunos era el fin de la transición, y con ello, el
nacer de un nuevo Chile. El dictador, que gozaba de inmunidad por ser jefe de Estado, no dio
jamás nunca, declaración alguna a algún tribunal con competencia en el territorio nacional lo que
indicó claramente, un falta real de justicia en Chile.
Mientras que para los derechos humanos, esto marcó una nueva era en materia de
derechos, puesto que se abrieron canales de justicia para aquellos que por tantos años la
clamaron y fue rotundamente negada.
Las elecciones de 1998 dieron como ganador a quien en su tesis de derecho de la
universidad de Chile, criticó de manera directa y ardua, la concentración de la riqueza en el país.
Figura clave en la naciente oposición de los años 80' en contra del gobierno militar, fundador del
“partido por la democracia” y candidato a senador derrotado por el sistema binominal y que en
su lugar Jaime Guzmán se vio rotundamente beneficiado: Ricardo Lagos Escobar, se alzó como
gran triunfador de aquellas elecciones presidenciales y que a su vez, era la gran carta para
transformar decididamente a Chile. Con su eslogan “crecer con igualdad” derrotó en una primaria
al demócrata cristiano Andrés Zaldívar y posteriormente, por un estrecho margen, logra
imponerse en segunda vuelta a Joaquín Lavín de la unión demócrata independiente. En una
entrevista concedida a “El Mercurio”, Ricardo Lagos señalaba que esta constitución heredada de
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11
la dictadura pasaba el test democrático, y lo seguía afirmando. Lagos señaló en ese entonces:
“Efectivamente, yo dije que esta Constitución pasaba el test democrático. ¡Y lo sostengo! Porque es
democrático que el Presidente pueda despedir a los comandantes en jefe, antes no; es democrático
que no haya senadores designados ni vitalicios, quienes alteran la representación popular; es
democrático que no haya nunca más un Consejo de Seguridad Nacional, en el que los cuatro
comandantes en jefe están en igualdad de condiciones con las cuatro autoridades del Estado de
carácter civil”.12
Estas reformas no fueron menos importantes, pero tampoco generaban un cambio
sustantivo y significativo a la herencia de la dictadura de Pinochet. El cuestionamiento, además,
pasa porque el cambio a la constitución nace al alero de articulación partidista con tal de no ver
menoscabada sus intereses, en vez, de una demanda social debidamente articulada, la cual, claro
está, viene demandando una nueva constitución mediante una asamblea constituyente.
En dicha ocasión, el ex presidente, señaló que esto ya no nos divide; nos une como
chilenos, en pro de mantener el espíritu democrático. "Hoy, el nuevo texto constitucional se pone a
la altura del espíritu democrático de todos lo chilenos; y hoy Chile se une tras este texto
constitucional"13
Las reformas realizadas bajo el gobierno de Ricardo Lagos, fue visto según algunos
analistas como el fin de la transición, y con ello, el inicio de un nuevo Chile. Lo cierto es que a la
fecha, solo ha generado una apatía, en primer contra Ricardo Lagos, que, más que cambiar el
régimen como tal, solo aplicó ciertas reformas a fin de mantener el statuquo de la clase
gobernante de esos años: la concertación. En segundo lugar, el modelo dejado con una gran
cantidad de amarres no se altera, muy por el contrario, se perfecciona y se logra amoldar a las
nuevas necesidades de quienes detentan el poder político. Por último, es importante considerar,
que al menos, se logra sacar -de momento- a quienes velan por la administración de las armas del
Estado: los militares. A éstos se les velaba constitucionalmente por garantizar el cumplimiento de
la institucionalidad imperante. No se logra cambiar el sistema electoral único en el mundo, lo
cual, impide que quienes poseen mayoría en el congreso, no pueden hacer grandes
12
13
transformaciones al sistema.
Las elecciones presidenciales del año 2005, dieron como ganadora por vez primera a una
mujer: Verónica Bachelet Jeria -más conocida por su segundo nombre: Michelle- logra un triunfo
sobre el actual presidente de la república: Sebastián Piñera. Como era de esperar,
institucionalmente, no se logran hacer grandes cambios: ni al régimen, ni al sistema.
A partir de sus primer año de gobierno, este será marcado por movilizaciones
estudiantiles, a las que yo calificaría teóricamente como el inicio de la ruptura. A través de los
estudiantes, no solo se hacía una crítica al sistema educativo, además, una crítica a las
instituciones heredadas del régimen de Pinochet en su totalidad: se comienza a demandar una
ruptura de manera directa y frontal.
Movilizaciones sociales: los secundarios se toman las calles. ¿Inicio de la ruptura?
El primer año de gobierno de Michelle Bachelet, estuvo profundamente marcado por la
movilización social de los estudiantes secundarios en pro de una mejor calidad de la educación en
Chile. Serán éstos, los que generen un lineamiento político con los años venideros, pues su
institucionalización tiene repercuciones hasta el día de hoy. La actitud de aquellos que salimos a
marchar, fue con valentía y osadía, y se nos tildó de que era una mentira de que los jóvenes no
estaban interesado con la política; por el contrario, nos interesaba mucho la política.
“El año 2006 se produjo en todo Chile una gran manifestación de estudiantes que tuvo en vilo
al país durante meses. En marzo de ese año los resultados de la prueba Simce (Sistema de Medición
de la Calidad de la Educación)dejaron nuevamente en evidencia el desigual rendimiento según el
estrato económico del estudiante. Este hecho instala en la sociedad un intenso debate sobre el
derecho que poseen todos los niños a acceder a educación de calidad”14. El debate sigue siendo el
mismo desde un comienzo: la calidad de la educación. Pero a medida que comienza a moldearse e
institucionalizarse con el transcurrir del tiempo, se nota que acceder a dicha calidad de la
educación resulta muy complejo si no se aplican o conjugan diversas variables como es el estrato
socio económico, el cual, ha sido -y será- el tema a discutir de aquí en adelante, puesto que no
solo repercute en la calidad de la educación y el acceso a ésta, además, repercute en elementos
como el capital cultural o la politización, entre otros.
14
La relación entre desigualdad, educación y la dictadura militar, se correlaciona en cuanto
durante los años de la dictadura, se implantó un modelo económico de privatizaciones,
desregulación financiera, reducción de impuestos, y la más importante, la reducción de políticas
redistributivas para con los sectores sociales más desposeídos. Lo que parte como un mal
enfoque de ciertos puntos educacionales, termina decantando a la dictadura y la “Ley Orgánica
Constitucional de Educación”, conocida como LOCE; se apunta nuevamente a la dictadura. Como
lo señala Beatriz Silva: “Aunque al inicio del conflicto, los estudiantes se manifiestan respecto a
ciertas temáticas concretas –como son la mala implementación de la Jornada Escolar Completa, el
alto valor de la inscripción a la Prueba de Selección Universitaria y las ambigüedades en el uso del
pase escolar–, a medida que la organización se acrecienta empieza a tomar lugar una crítica
estructural al sistema educativo y a la ley que lo rige (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza),
promulgada por Augusto Pinochet el último día de su mandato”.15
Comienza una crítica no solo a l forma administrativa de lo que habían sido hasta esa fecha
los gobiernos de la concertación, comienza a su vez, una crítica al legado institucional, esta vez
alzada por la voz de los estudiantes secundarios durante el año 2006.
El ministro de la época termina siendo destituido de su cargo, lo único que se logró fue
algo de aspecto monetario: la gratuidad de la prueba de selección universitaria (PSU), pero no
logra generar un cambio profundó al sistema.
Así, el movimiento ciudadano liderado por los estudiantes se mantiene en un segundo
plano hasta el año 2011.
Otro de los sucesos relevantes, y de vital importancia, fue el fallecimiento de Augusto
Pinochet el 10 de diciembre de 2006. Quedó en evidencia, que la justicia nunca llegó, y que bajo el
resto de vida que tuvo fuera de la vida institucional, jamás se realizaron cambios a su legado
político. Prueba de ello, es la mencionada con anterioridad “LOCE”, que en la actualidad recibe el
nombre de Ley General de Educación o “LGE”. Se podría establecer una hipótesis de que los
sucesos ocurridos en el último gobierno de la concertación implican una conciencia social
diferente, y no vista en años anteriores; un cambio cultural importante y en donde el apoyo
ciudadano es no menor. Se plantea el inicio de la ruptura, o para otros, el inicio real de la
15
transición.
Año 2011, o el inicio de la ruptura. Crisis del modelo e instituciones heredadas de la
dictadura. Otra vez los estudiantes.
5 Años habían pasado desde que los “pingüinos” salieron a las calles a cuestionar un
modelo educativo que dejo en evidencia las desigualdades en las que se encontraban inmersos, la
concertación había perdido las elecciones presidenciales del año 2009,y con ello, el retorno de los
adherentes a Augusto Pinochet regresaban una vez más al palacio de “La Moneda”. Una vez más
se enarbolaron las banderas del fin de la transición, pues un gobierno que se reconoce como
derecha era electo con el sufragio.
Una transición sin ruptura no es transición, y los 20 años de gobierno a cargo de la
concertación más el gobierno de Sebastián Piñera, no han realizado hasta el día de hoy, un fin a lo
que queda -todavía- del régimen militar. Solo a partir del gobierno de Piñera, salieron a la luz dos
sucesos que marcaron de manera trascendente de que se podía gestar y dar inicio a una ruptura
con el pasado autoritario.
La madrugada del 27 de febrero del año 2010, la costa central de Chile fue sacudida por un
terremoto, y posteriormente por un maremoto. Dicho suceso natural sacó a relucir nuestra cara
más negra de la sociedad: quedó en evidencia las grandes desigualdades en el país, además, de un
modelo consumista que genera un circulo vicioso con ésta. Del mismo modo, se han entregado
estadísticas respecto al impacto del modelo en si.
“Hasta que reventamos: el 45% de los chilenos padecen de depresión seria; el 58% de los
niños que nacen en Chile son “huachos”; el 25% de las madres son madres solteras; la tasa de
nupcialidad ha caído 60% en 12 años; las separaciones se duplican...Los femicidios también”. 16 Una
evidencia cuantitativa del legado, y a su vez, un fundamento más para señalar de que la transición
no ha terminado, y que los sucesos que hoy acontecen a una gran mayoría de chilenos y chilenas
es consecuencia de lo implantado en dictadura.
16
Durante el año 2011, se vio en Chile un proceso de demanda social nunca antes vista, en
donde una vez más se hacía una crítica al modelo político y económico, tal como lo señala Alberto
Mayol, el sociólogo que tomó notoriedad por una gran exposición en la ENADE de 2011, este
señala en su libro: “Durante los últimos años hablar de modelo económico sonaba a comentario de
trasnochado izquierdista, a copas de vino barato y bar de San Diego. Dicha abstracción se fue
considerando cada vez menos explicativa, cada vez más panfletaria. Las voces contra el modelo
fueron acalladas con la fortaleza argumental de los expertos economistas que dijeron que la mera
posibilidad de hablar de modelo era innecesaria, cuando no derechamente ridícula. Decir que el
modelo tenía alguna responsabilidad sonaba tan absurdo como culpar a Dios de los
acontecimientos trágicos en la Tierra”.17 Los estudiantes alzaron la voz contra el modelo, un
modelo que no da para más; ni si quiera como para su defensa: está solo para recibir críticas. Este
proceso es sin lugar a dudas, el inicio de la ruptura, una ruptura que no es simplemente romper
con el legado de la dictadura, es romper a su vez, con las instituciones políticas con tanta
tradición en Chile como son los partidos políticos. Para Alberto Mayol es el inicio de una
transición ciudadana; para mí el inicio de la ruptura, es hora de cambiarlo todo.
A partir del año 2011, es posible teorizar de que la movilización de estudiantes dan inicio
a una ruptura que tarde o temprano sucederá y que será el fin de la transición en nuestro país.
Como señalé anteriormente, transición sin ruptura, no es transición. Romper con el pasado se
hace inevitable, más aún cuando 9 de cada 10 chilenos desconfía de los políticos, y que en
cualquier momento la desigualdad económica puede decantar en un conflicto social sin
precedentes, incluso, se puede volver al pasado...o peor, una guerra civil.
Es por ello que si se compara con otros países de Iberoamérica, España también posee una
transición o inexistente para ciertas comunidades autónomas como el País Vasco o Cataluña, o
bien, inconclusa, debido a que sigue un gran porcentaje de institucionalidad anclado al antiguo
régimen de Francisco Franco; el de nosotros, a Augusto Pinochet. A 40 años del golpe de Estado
de 1973, y 23 del autoritarismo de Pinochet, es menester atacar el problema de fondo, poniendo
fin a todas las instituciones dejadas por la dictadura, antes de que sea demasiado tarde.
17
Bibliografía
Diario “El Ciudadano”. Disponible en web: http://www.elciudadano.cl/
GARCÉS SOTOMAYOR, Antonia. “Los rostros de la protesta. Actores sociales y políticos de la jornada de protesta contra la dictadura militar. (1983 – 1986)”. Disponible en web: http://www.archivochile.com/carril_c/cc2012/cc2012-030.pdf
Diario “El País” de España. Disponible en web: www.elpais.es
La concertación consolidó la obra de la dictadura. Disponible en web: http://elchileno.cl/world/nacional/445-la-concertacion-consolido-la-obra-de-la-dictadura.html
Archivo de noticias de los 503 días. Disponible en web: http://www.memoriaviva.com/503/oct1998.htm
Partido por la democracia. Disponible en web: www.ppd.cl
Radio Cooperativa. Disponible en web: www.cooperativa.cl
SILVA PINOCHET, Beatriz. “La revolución pingüina, y el cambio cultural en Chile”. Disponible en web:
http://www.archivochile.com/carril_c/cc2012/cc2012-062.pdf
SALAZAR VERGARA, Gabriel. “En el nombre del poder popular constituyente (Chile, siglo XXI). Editorial LOM, 2011.
El modelo chileno se acabó. Disponible en web: http://www.elmostrador.cl/pais/2012/06/25/el-modelo-
chileno-se-acabo/