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UN SISTEMA DE PENSIONES SOSTENIBLE
© Manuel Álvarez, 2013© Observatorio de pensiones de Caser, 2013Producción: Ediciones Empresa Global - Escuela de Finanzas Aplicadas
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I.S.B.N.: 84-89378-71-1Depósito legal: M-20359-2013Impreso en España por Aventura Gráfica. S.L.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
1. ¿Por qué escribir sobre pensiones? ....................... 15
2. Un debate encendido y envenenado .................... 17
3. ¿Cuál es la estructura de este libro? ..................... 19
CAPíTULO 1. No estamos solos en el mundo .......................23
1. Los sistemas informales........................................ 23
2. El siglo XX ........................................................... 25
3. La privatización del riesgo a nivel internacional .. 26
4. El contexto mundial del siglo XXI ....................... 29
5. ¿Qué implicaciones conllevan para los sistemas de
pensiones? ........................................................... 32
6. China e India ....................................................... 36
7. Japón: la economía del revés ............................... 40
8. Inditex, la industria cosmética y los cambios
demográficos. ...................................................... 41
9. Estados Unidos: el choque de generaciones ........ 42
10. El entorno europeo: un laberinto sin solución .... 44
11. El modelo sueco de pensiones: cómo se hizo
la reforma y los beneficios que comportó. .......... 48
11.1 Los inicios ................................................................48
11.2 La reforma consensuada .........................................49
11.3 ¿Qué críticas recibió? .............................................52
11.4 ¿Qué es el mecanismo automático de
sostenibilidad? .........................................................52
11.5 ¿Quién ganó y quién perdió con este cambio? ....54
12. Pensiones en el puesto de trabajo: Holanda
versus España ...................................................... 54
13. Las restricciones presupuestarias europeas y su
impacto sobre las pensiones ................................ 58
14. Tres formas básicas de recortar las pensiones ..... 59
15. Conclusiones ........................................................ 62
CAPíTULO 2. Nuestra actual Seguridad Social............. 65
1. Historia de la Seguridad Social ............................ 65
2. Las reformas más recientes .................................. 69
3. Valoración del proceso de reformas de la
Seguridad Social ................................................... 75
4. Interesados frente a negacionistas ....................... 77
4.1 El crecimiento económico soluciona el problema
del SPP ....................................................................77
4.2 Un incremento de la productividad del trabajo
mejora las cuentas del sistema .............................78
4.3 La masiva incorporación de la mujer al trabajo ...80
5. Rentabilidad del sistema público y del privado.
¿Quién da más en la práctica? .............................. 81
6. Cuenta de resultados de la Seguridad Social ........ 82
6.1 ¿Cómo se conforma una cuenta de resultados
de una empresa, de una familia, de un SPP? .......82
6.2 ¿Qué ocurre cuando se decide aumentar la edad
de jubilación en dos años? ....................................84
6.3 ¿Qué debería incluirse dentro de los gastos
financieros de un SPP? ...........................................85
6.4 La hipoteca generacional .......................................86
6.5 Cuenta oficial de resultados y cuenta ajustada
de resultados del SPP ............................................88
6.6 El problema está en el balance .............................92
7. ¿Cómo tener un balance ajustado del SPP? ............ 93
7.1 ¿Qué compromisos tiene el SPP?...........................94
7.2 ¿Qué más debe contener el balance del SPP? ......97
7.3 ¿Cuál es el balance ajustado del SPP? ...................98
8. La hipoteca generacional y la solidaridad
generacional ........................................................ 99
9. ¿Cómo ocultar un elefante debajo de la
alfombra? ............................................................100
10. ¿Cómo construir puentes entre el SPP y
los Presupuestos Generales del Estado? ..............103
11. Privatizar la Seguridad Social bajo la directiva
Solvencia II .........................................................105
12. Tabús: sexo y redistribución inversa
de la renta ..........................................................107
13. ¿En qué invertir el Fondo de Reserva de la
Seguridad Social? ................................................110
14. Dos escenarios futuros para el Fondo de
Reserva de la Seguridad Social ...........................116
15. Conclusiones .......................................................117
CAPíTULO 3. Las pensiones en Urano .......................119
1. ¿Por qué hablar de pensiones en Urano? ............119
2. Cartas marruecas y Cartas persas ........................119
3. La economía de Urano ........................................120
4. La historia del SPP en Urano ..............................121
5. Y pasaron quince años… ...................................124
6. Sostenibilidad ....................................................126
7. El Plan B .............................................................128
8. La hipótesis de la reposición ..............................129
8.1 El equilibrio en dos generaciones ...............130
9. Un gráfico vale más que mil palabras .................131
10. El clon de reposición ..........................................132
11. ¿Cómo cambiar el sistema de pensiones? ............135
12. Los problemas de B y sus posibles soluciones ...138
13. El momento de la verdad ....................................141
14. ¿Son logarítmicas las funciones de utilidad
de los clones? ......................................................142
15. Funciones logarítmicas y justicia social ...............147
16. Las similitudes entre Urano y España .................151
17. ¿Subir contribuciones o bajar prestaciones?
¿Y quién debe contribuir más? ............................154
18. Conclusiones .......................................................160
CAPíTULO 4. Del análisis a la acción.........................163
1. La esperanza no es una política ..........................163
2. «Failure is not an option» ....................................164
3. Estrategia y estado de bienestar ..........................165
4. Crisis, contagios, traslación de costes y
cortafuegos .........................................................167
5. Efectos del ahorro interno en una economía
cerrada, abierta y en la economía de José Mota .170
6. Recapitulación de lo aprendido .........................173
7. Diseñar las pensiones desde un punto de vista
estratégico ...........................................................176
8. Más allá de Urano: un sistema mixto de
pensiones ............................................................178
9. Reglas básicas y objetivos estratégicos ...............180
9.1 Primer objetivo estratégico: favorecer un
equilibrio presupuestario ....................................181
9.2 Segundo objetivo estratégico: fortalecer
para disuadir ........................................................183
9.3 Tercer objetivo estratégico: llegar antes
al futuro ................................................................185
10. Misión, Visión, Estrategia y Valores del SPP........187
10.1 Estrategia: ¿cómo reformar el SPP? ....................188
10.2. Efectos tras la reforma de la Seguridad Social ..191
11. Conclusión ..........................................................193
ANEXO I
Parámetros básicos del sistema público y privado de
pensiones ...................................................................195
ANEXO II
La propuesta de factor de sostenibilidad ....................197
AGRADECIMIENTOS
Este libro, elaborado durante un corto espacio de tiempo,
se ha visto beneficiado por la colaboración desinteresada de
compañeros de profesión como Oscar Freire, Diego Vegas, Ana
Belén Olalla, Rafael Sanz y Luis García Enríquez. Paz Rivero,
Juan Sitges e Isidro Morales, me han animado con su entusias-
mo según avanzaba el proyecto. Vicente Aguado ha propuesto
la portada y modernizado la sosa propuesta inicial.
Gracias a ellos el volumen de errores ortográficos, de impre-
cisiones semánticas y sintácticas ha sido reducido. Adicional-
mente han realizado una extraordinaria tarea sugiriendo mejo-
ras, aclaraciones, complementos y debatiendo las propuestas.
Pilar de la Cruz ha trabajado extraordinariamente en la con-
fección y puesta a punto del borrador.
Javier López Somoza ha sugerido gran cantidad de modifica-
ciones, especialmente para mejorar la calidad de lo expuesto,
su claridad, la presentación final y su organización interna.
Especialmente debo mencionar a los profesores que, hace
ya varias décadas en Somosaguas, me contagiaron el virus de
la preocupación por la economía.
Por lo demás, los errores del texto, interpretaciones discu-
tibles, propuestas arriesgadas no son culpa de nadie más que
de mi persona.
Finalmente debo recordar de manera especial a mi familia.
Ana ha leído los borradores y ha sido poco severa en sus crí-
ticas. Ella, nuestros hijos, mi madre y mi tía Elia han sufrido
estoicamente que durante seis meses haya estado ausente los
fines de semana, como con la mirada perdida más allá de Sa-
turno, escribiendo de asuntos importantes, pero atendiéndoles
menos de lo debido.
Manuel Alvarez
Junio, 2013
PRESENTACIÓN
En 2013 se cumplen cinco años de la creación del Observatorio
CASER de Pensiones. Durante este tiempo hemos preguntado
a la opinión pública, a través de diversas encuestas, acerca de
sus planes de ahorrar para la jubilación, sus posibilidades, los
obstáculos que habría que superar, las mejoras posibles.
También en estos años hemos sido testigos de una transfor-
mación importante en la forma de pensar de la opinión públi-
ca. En los primeros momentos de la crisis, la Seguridad Social
se mantuvo incólume, como una institución que permanecía
al margen de los avatares económicos y depositante de la con-
fianza de los ciudadanos. Todo cambió conforme las noticias
acerca de una menor revisión anual de las pensiones, el diferi-
miento gradual de la edad de jubilación y la reforma necesaria
del sistema de pensiones fueron calando entre los cotizantes
y beneficiarios del mismo. De la confianza más firme hemos
pasado a unas expectativas más realistas.
Afortunadamente sólo una minoría considera que el sistema
puede hacer quiebra. La mayor parte de los ciudadanos consi-
deran que las reformas del sistema de pensiones público son
necesarias y garantizarán su supervivencia, si bien otorgando
pensiones más reducidas que las actuales.
La necesidad de asumir reformas es comprendida, y además
las encuestas ponen de manifiesto que el Pacto de Toledo pue-
de ser el instrumento catalizador en el que la población confía.
También señalan que hay que impulsar la previsión social com-
plementaria, especialmente a través de las empresas.
Ante la pregunta clave de cómo diseñar una reforma de
nuestro sistema de pensiones, en los últimos años hemos vis-
to diferentes enfoques. Unos proponen retoques, como la in-
troducción del denominado Factor de Sostenibilidad, mientras
que también emergen otras propuestas con mayor calado como
la que se propone en este volumen.
Estamos a tiempo de emprender el camino para reformar en
profundidad nuestro sistema público de pensiones de forma
que construyamos un sistema sostenible, moderno, más trans-
parente y justo que contribuya al fortalecimiento de nuestra
economía, al desarrollo económico para el momento presente
y para las próximas décadas.
A lo largo de este viaje el Observatorio CASER de Pensiones
tiene la vocación de contribuir al sano debate de las opciones
de reforma, dedicando sus esfuerzos a subrayar el estado de
la opinión pública, la formación en los aspectos básicos de
las pensiones y efectuar aportaciones que puedan facilitar una
reforma viable.
Esta propuesta propone cambiar hacia un sistema de pensio-
nes que mire al mundo que nos rodea, que parta del momento
delicado de nuestras pensiones, que sea sostenible y para ello
sea justo y equitativo, que sea estratégicamente idóneo para for-
talecer nuestra posición como nación en Europa y en el mundo.
No se ofrece una fórmula magistral que resuelva todos los
problemas, pero sí que nos permita afrontar los importantes
retos de las próximas décadas con confianza e ilusión en el
futuro.
Ignacio Eyries García de Vinuesa
Director General de Caser
INTRODUCCIÓN
1. ¿POR qUé ESCRIBIR SOBRE PENSIONES?
En los últimos años se ha escrito mucho sobre el tema de las
pensiones desde diferentes enfoques: institucional, económi-
co, demográfico y político. El enfoque institucional describe
el Sistema Público de Pensiones (SPP en adelante) como un
conjunto de instituciones dentro de un ordenamiento jurídico
establecido, pero carece de una perspectiva más amplia así
como de una comparativa con los sistemas de otros países. El
enfoque económico se centra en establecer los ingresos y gas-
tos del sistema, aunque tiene limitaciones en sí mismo a la hora
de contemplar la equidad de los repartos entre prestaciones
y contribuciones. El enfoque demográfico suele centrarse en
las proyecciones de beneficiarios y cotizantes, iluminando los
problemas del envejecimiento pero sin abordar las soluciones
posibles. El enfoque político, que oscila entre la defensa a ul-
tranza del estado de bienestar o la no intromisión del gobierno
en la vida de los ciudadanos, adolece de exceso de ideología
16
y de falta de realismo sobre el margen de maniobra que la
economía, la demografía y el contexto mundial dejan para la
defensa y las reformas del SPP.
En este libro, se va a partir del contexto histórico y econó-
mico para aportar elementos estratégicos que definan un SPP
sostenible a largo plazo, acorde con la actual coyuntura de-
mográfica y económica española, así como con las previsibles
necesidades futuras.
Recientemente hemos alcanzado un hito en el SPP: tenemos
un pensionista por cada dos empleados cotizantes. Aunque no
parece que esto haya suscitado mucha inquietud social, lo cier-
to es que el SPP no es sostenible a largo plazo sin una reforma
profunda. Ilustrémoslo con unos sencillos cálculos. Pensemos
que por cada 100 euros que un cotizante tipo ingresa por retri-
buciones del trabajo, contribuye a la Seguridad Social en otros
30 euros. Por tanto dos cotizantes pueden financiar 60 euros a
un pensionista.
COTIZANTES BENEFICIARIOS
¿Qué ocurre a largo plazo si la población activa cotizante en
España no crece? Para que el SPP sea sostenible, las pensiones
2 1 60
30
30
+
17
no deberían superar el 60 % de los salarios de cotización de
los activos. En España venimos de un SPP que ofrecía, antes
de la última reforma, unas pensiones equivalentes al 82 % del
salario final de la persona activa. Tras la reforma, y aunque
está pendiente de calcularse adecuadamente, algunos estudios
cifran este porcentaje en el 72 %. Entre lo que es sostenible a
largo plazo, un 60 %, y el 72 % previsto para el SPP existe un
desequilibrio considerable.
Coloquialmente hablando, ¡¡estamos viviendo por encima de
nuestras posibilidades!!.
2. UN DEBATE ENCENDIDO y ENvENENADO
Desde hace ya tiempo se vienen publicando estudios que ad-
vierten de la inviabilidad a largo plazo del actual sistema de
pensiones y de su necesaria modificación. En 1985 se realizó
una huelga general por la propuesta de reforma del sistema
que pretendía evitar abusos tanto a la hora de calcular la pen-
sión de jubilación como en la concesión poco rigurosa de pen-
siones de incapacidad. A raíz de esta propuesta, tuvo lugar un
encendido debate entre los partidarios a ultranza de no recortar
las pensiones y los que propugnaban la privatización del SPP,
especialmente las organizaciones empresariales. No obstante,
las propuestas de los empresarios han evolucionado desde la
última década: sus primeras tesis se alimentaba básicamente de
las doctrinas de la Escuela de Chicago, según las cuales el Esta-
do distorsiona el sistema económico, por lo que hay que redu-
cirlo para que la economía se dinamice y fortalezca. En conse-
cuencia, lo mejor era privatizar el sistema público de pensiones
y favorecer la libertad de elección de cada ciudadano respecto
18
a su nivel de pensiones tras la jubilación. Sin duda, propuesta e
ideología iban juntas de la mano. Pero finalmente la reforma se
aprobó, lo que permitió que el SPP no entrase en crisis.
Afortunadamente en este debate también han interveni-
do terceras partes con una perspectiva más objetiva, como la
Unión Europea, la OCDE, el FMI y el Banco Mundial, que han
manifestado reiteradamente su preocupación por la sostenibi-
lidad de las pensiones españolas. Sin embargo, el tema ha ca-
lado escasamente en la ciudadanía debido a la comunicación
sesgada de los grandes partidos políticos. Sus responsables,
conocedores de los millones de votos en juego, saben que
mandar cualquier mensaje negativo puede costarles las elec-
ciones, consiguientemente su empleo y las ventajas asociadas
en términos de prestigio, relaciones y cuotas de poder. Por
este motivo, durante las últimas décadas hemos sido testigos
de que, sistemáticamente, el Gobierno de turno manifiesta que
el SPP está perfectamente y que es gracias a ellos. Además se
empeñan en insistir en que el partido de la oposición, mientras
gobernó, lo hizo fatal. Todo un discurso que ofende la inteli-
gencia de los ciudadanos.
También el sector privado en España ha politizado y mani-
pulado extraordinariamente el debate acerca de las pensiones
públicas y privadas: lo han alimentado con una serie recurrente
de informes, documentos, y observatorios financiados desde
este ámbito que ponen en tela de juicio la verdad oficial de
la fortaleza del sistema. Unas veces desde la razón, pero otras
desde una perspectiva sectorial interesada.
En conclusión, vemos que tanto en el ámbito público como
en el privado existe un demostrable interés en no informar
sobre los problemas del actual SPP y en evitar acometer una
19
reforma del mismo. Durante demasiados años hemos practica-
do el deporte nacional: procrastinar, es decir, posponer las de-
cisiones, permanecer inactivos esperando a que los problemas
se resuelvan solos. En mi opinión es el momento de actuar, de
proponer reformas. Con este libro pretendo contribuir más que
al debate a la propuesta de soluciones.
3. ¿CUáL ES LA ESTRUCTURA DE ESTE LIBRO?
Aunque en esta esquina del sur de Europa consideremos
que el SPP es algo estándar y que ha existido desde el principio
de los tiempos, la realidad es bien distinta. Por tanto merece
la pena hacer una incursión en los orígenes de los distintos
sistemas de Seguridad Social y en los distintos modelos de pen-
siones de hoy en día. Asimismo, debemos mirar al futuro y
hacernos dos preguntas claves: ¿hacia dónde van la economía y
la demografía en el siglo XXI? ¿Cuál es el modelo de Seguridad
Social que requiere este siglo?
Dedicaremos por tanto el primer capítulo analizar los siste-
mas de pensiones desde su origen y evolución, especialmente
en el contexto europeo, así como a repasar los retos sociales
del nuevo siglo y los diferentes modelos de seguridad social
requeridos para dar respuesta a este escenario.
En el segundo capítulo hablaremos de nuestro modelo de
Seguridad Social: de sus sucesivas reformas y retoques, del ne-
cesario Fondo de Reserva y, finalmente, abordaremos los dife-
rentes retos que se le plantean así como la dificultad de afron-
tarlos con el esquema actual.
En tercer capítulo, nos iremos lejos, muy lejos, hasta un pla-
neta lejano para entender la dinámica de los sistemas de pen-
20
siones, el mínimo equilibrio que debe haber entre aportaciones
y prestaciones, y la necesidad de que el sistema sea coherente
para cada ciudadano y sostenible para las generaciones futuras.
Resulta muy difícil no sentirse afectado personalmente por
las propuestas de reforma de nuestro sistema de pensiones
cuando estas nos son de aplicación directa. Por lo tanto, es
preferible situarse lejos y tomar una mayor distancia que nos
ayude a pensar con lógica obviando prejuicios. Con este objeti-
vo, vamos a construir un modelo de sistema de pensiones den-
tro de una economía simplificada, pero que mantiene muchos
nexos en común con la realidad española: podremos no solo
ver de forma sencilla los problemas, sino apreciar las distintas
soluciones y los costes de transición asociados.
En el cuarto capítulo intentaremos contribuir al debate del
SPP con cierto rigor técnico, explicando de manera sencilla no
solo los problemas sino también las posibles soluciones y sus
implicaciones. El contexto de la Unión Europea y la crisis de la
deuda periférica nos deben abrir los ojos sobre las consecuen-
cias macroeconómicas de los distintos modelos de SPP. Los
planteamientos ideológicos maximalistas solo aciertan con las
soluciones por casualidad. Es difícil que conduzcan a un SPP
estable dado que una de sus cualidades básicas debería ser el
respaldo por una amplia mayoría, lo que implica transaccionar,
restar ideología y sumar consensos. Polemizar menos y decidir
más. En definitiva, tomar decisiones siempre comporta riesgos,
pero ahora el verdadero riesgo del SPP estriba en que no se
acometan reformas a tiempo.
* * * *
21
Por último, el debate debe tener rigor técnico, pero al mismo
tiempo procurar ser suficientemente sencillo como para poder
ser comprendido por el ciudadano común. Debemos explicar
la toma de decisiones dentro de un contexto de Economía del
Bienestar. La teoría económica, con ser una disciplina abstracta,
en ocasiones contribuye claramente a indicar soluciones res-
pecto a las medidas de reforma del SPP. Incluso puede arrojar
luz sobre la velocidad de implantación y el alcance de las me-
didas de reforma.
CAPíTULO 1
NO ESTAMOS SOLOS EN EL MUNDO
1. LOS SISTEMAS INfORMALES
Aunque hoy en día tendamos a pensar que el estado de
bienestar es el sistema de organización social que nos ha
acompañado a lo largo de la historia, en realidad, su con-
cepción e instrumentos tales como el SPP son más bien re-
cientes. Hasta el siglo XX, el concepto de jubilación apenas
ha existido. La vida laboral de los ciudadanos se prolongaba
hasta que las fuerzas les fallaban o les sobrevenía alguna
incapacidad. Entonces, en el mejor de los casos, los exte-
nuados ancianos eran ayudados por sus familiares más cer-
canos. De hecho, en las famosas excavaciones de Atapuerca
en Burgos, se ha encontrado el esqueleto de un homínido
con más de 500.000 años de antigüedad que tenía una edad
superior a 40 años, lo que entonces era pura senectud, y se
ha demostrado que sufría artrosis, tenía una joroba lumbar
y al menos una vértebra desplazada, lo que, además de se-
rios dolores de espalda, le impediría vivir sin la ayuda de
24 Un sistema de pensiones sostenible
otros1. Los que procedemos de zonas rurales de España aún
recordamos muchos ejemplos de conocidos que no tenían
pensión y que vivían de la solidaridad de sus allegados.
Los conceptos de familia, herencia y propiedad estaban por
tanto fuertemente implantados en las sociedades agrarias. La
supervivencia de los ancianos dependía mucho del número
de hijos y nietos que tuvieran, de ahí el refrán «Cada hijo vie-
ne con un pan debajo del brazo»: cuanto antes comenzasen a
trabajar en el campo, antes estarían en disposición de poder
ofrecerles ayuda en caso necesario.
El proceso de industrialización tampoco creó las pensio-
nes tal y como las conocemos ahora. Los ciudadanos desem-
peñaban un trabajo precario para las industrias y cuando su
rendimiento se deterioraba, eran despedidos. El sistema social
establecido era de una concepción tan brutal que no dejaba
margen para la piedad.
Afortunadamente el crecimiento económico y la lucha de
los trabajadores derivaron en una toma de conciencia por parte
de los gobiernos. Inicialmente las pensiones de jubilación se
concibieron para atender al exceso de longevidad de algunos
trabajadores. En efecto, con una esperanza media de vida que
no llegaba a los 65 años, el que alguien cobrara esa pensión
sería como si ahora la edad normal de jubilación se situara en
torno a los 82 años. La ventaja clara de este sistema fue un bajo
coste de implantación durante muchas décadas.
1 Gracia A, et al. (2009): “Craniosynostosis in the Middle Pleistocene human Cranium 14 from the Sima de los Huesos, Atapuerca, Spain”. Proc Natl Acad Sci USA 106:6573– 6578.
25No estamos solos en el mundo
2. EL SIGLO XX
En el siglo XX va a florecer el estado de bienestar. El creciente
peso de las clases trabajadoras y su sindicalización propicia el
establecimiento de políticas públicas de protección. El proceso
de moderna industrialización genera el establecimiento del mo-
delo anglosajón y del continental de previsión social.
Asimismo, la competencia económica entre naciones fomen-
ta el crecimiento del comercio internacional y se origina el
proceso de globalización. Pero también tendrán lugar la Pri-
mera Guerra Mundial, la Revolución rusa, la crisis alemana
de entreguerras, el ascenso del fascismo y del comunismo, la
Segunda Guerra Mundial, la guerra fría, etc. Tras la Segunda
Guerra Mundial, la confrontación entre comunismo y capitalis-
mo generó en Europa Occidental un espacio político para una
nueva ideología: la economía social de mercado. Frente a un
capitalismo con pocos rasgos humanos y un comunismo aún
más despiadado, Europa se ofrecía como un ámbito de eco-
nomía de libre mercado con una cierta protección social. Esta
idea caló tanto entre los partidos tradicionales cristiano-demó-
cratas como entre la socialdemocracia, defensora a ultranza del
estado de bienestar En consecuencia se desarrollaron una serie
de políticas sociales: protección a la jubilación, al desempleo,
a la dependencia, fomento de la igualdad de la mujer, estable-
cimiento de una sanidad pública, así como de una educación
gratuita y de calidad. Europa occidental mostraba con estas
medidas un capitalismo humanizado como alternativa al socia-
lismo del este de Europa.
Mientras, en el sur —Grecia, Portugal y España— vivíamos
bajo regímenes autoritarios. Dentro del gran tablero de ajedrez
26 Un sistema de pensiones sostenible
mundial, se vio preferible sostener a estos regímenes como mal
menor frente al posible ascenso del comunismo. A pesar de
ello, también en el sur se fortalecieron las instituciones de la
Seguridad Social de cara a suavizar el totalitarismo.
El derrumbe del socialismo, plasmado en la caída del muro
de Berlín en noviembre de 1989, cambió las reglas de juego:
desaparece el mundo bipolar y surge un capitalismo sin alter-
nativa.
3. LA PRIvATIzACIÓN DEL RIESGO A NIvEL INTERNACIONAL
Mucho se ha avanzado en los últimos treinta años a escala
mundial para reformar los sistemas de pensiones públicos con-
valecientes y para instaurar nuevos sistemas de pensiones, so-
bre todo en los países en desarrollo.
Tres modelos agrupan el cambio hacia un nuevo modelo de
SPP:
En primer lugar tenemos el modelo privatizador por exce-
lencia, donde la gestión del SPP se transfiere enteramente ha-
cia agentes económicos privados. El caso más significativo fue
el de Chile en 1981. En este país los ciudadanos recibieron
una especie de pagaré emitido por el Estado en el cual se les
reconocía una cifra acorde con sus aportaciones pasadas al
SPP. Este pagaré, denominado Bono de Reconocimiento, no
era transmisible ni negociable, sin embargo podría cobrarse al
llegar la jubilación. En un primer momento la transformación
tuvo efectos positivos desde un punto de vista macroeconó-
mico, dando lugar a un crecimiento del ahorro interno, que
impulsó la inversión.
27No estamos solos en el mundo
Desde luego para Chile fue un gran progreso. Pasaron de
un sistema herido de muerte a otro que funcionó durante cier-
to tiempo. La economía cerrada del régimen de Pinochet se
expandió, la inversión despegó y además los ciudadanos fue-
ron recompensados con una buena rentabilidad. Nadie podía
atisbar que se conjuntaran tantos factores favorables pero el
hecho cierto es que se tradujo en un gran éxito. El modelo muy
pronto se exportó a otros países del entorno con resultados di-
versos. Desde luego, en muchos de ellos supuso un gran paso
adelante ya que venían de un modelo informal en el que los
mayores de la familia eran ayudados por los más jóvenes. No
obstante, todos los países que han abrazado este sistema han
tenido que revisar el mismo con el paso del tiempo. Por ejem-
plo, en Chile se dieron cuenta de que las personas aportaban
menos de lo necesario para alcanzar una pensión de jubilación
razonable, por lo que crearon una pensión mínima garantizada
por el Estado. La revisión de Argentina fue más lejos, ya que
nacionalizaron el sistema de pensiones en medio de la crisis
financiera internacional de 2008, con alguna justificación explí-
cita y otras anotadas en la agenda oculta.
Un segundo modelo ha producido un cambio hacia lo priva-
do: a partir de un momento, o por debajo de una determinada
edad, los contribuyentes deben aportar obligatoriamente a un
sistema privado de pensiones, generalmente estructurado en
cuentas individuales. Con la caída del telón de acero muchos
países del este de Europa se encontraron sin recursos para
mantener el SPP y con una población cada vez más envejecida.
La solución dada fue cortar radicalmente el sistema haciendo
que los nuevos entrantes aporten a su propio plan. Es el caso
de Hungría y Polonia.
28 Un sistema de pensiones sostenible
En Estados Unidos, George W. Bush intentó sin éxito con-
vencer a sus ciudadanos de las ventajas de un proceso de pri-
vatización, que incluía la libertad de elegir entre cotizar a un
sistema individual o no.
Mientras todo esto pasaba en el mundo, España fue ele-
gida por el Banco Mundial a primeros de los noventa como
sede para presentar el libro Envejecimiento sin crisis, un tra-
bajo acorde con las circunstancias de aquel momento y que
fue devorado por los responsables de los gobiernos de todo
el mundo. En este libro se planteaba la conveniencia de un
sistema de tres pilares: una prestación básica mínima y pública,
una segunda pensión de capitalización y obligatoria, más una
tercera pensión voluntaria y absolutamente privada. Curiosa-
mente en España este libro hubiera pasado desapercibido si no
fuera porque Solbes, entonces ministro de Economía, defendió
públicamente la necesidad de que los ciudadanos españoles
tuviesen un plan de pensiones privado complementario. La
mera referencia a que el SPP podría pasar por problemas en el
futuro tuvo dos lecturas muy distintas. Una parte significativa
de la población corrió a contratar por primera vez un plan de
pensiones. La lectura del entonces presidente del Gobierno fue
diferente y le costó un rapapolvo al ministro.
El hecho cierto es que el Banco Mundial y otros organismos
internacionales como OCDE o el FMI propugnaron e impusie-
ron una revisión del sistema de pensiones país a país.
En poco tiempo se han desarrollado unos treinta sistemas
de pensiones basados en esta filosofía, sobre todo en Latinoa-
mérica y en Europa del Este, como se aprecia en el cuadro
siguiente.
29No estamos solos en el mundo
SUSTITUCIÓN DE LA
SEGURIDAD SOCIAL
EXCISIÓN
PARCIAL
OBLIGATORIA
EXCISIÓN
PARCIAL
VOLUNTARIA
Chile 1981
Bolivia 1997
Mexico 1997
El Salvador 1998
Kazajstan 1998
República Dominicana 2001
Nicaragua 2001
Kosovo 2001
Nigeria 2004
Taiwan 2004
Suecia 1994
China 1998
Hungría 1998
Polonia 1999
Costa Rica 2001
Letonia 2001
Bulgaria 2002
Croacia 2002
República de
Macedonia 2002
Rusia 2002
Eslovaquia 2003
Rumanía 2004
República de
Uzbekistán 2004
Reino Unido 1986
Perú 1993
Argentina 1994
Colombia 1994
Uruguay 1996
Estonia 2001
Lituania 2002
Fuente: Mitchell A. Orenstein (2008): Privatizing Pensions: The Transnational Cam-paign for Social Security Reform. Princeton University Press.
Hoy en día, solo unas naciones de irreductibles galos, íberos
y griegos siguen manteniendo sistemas de características no
convencionales.
4. EL CONTEXTO MUNDIAL DEL SIGLO XXI
Los análisis realizados hasta el momento del sistema de pensio-
nes español se quedan claramente cortos en dos aspectos. Por
una parte en su dimensión geográfica: parece que viviésemos
aislados del resto del mundo, no ya en una isla en el medio del
30 Un sistema de pensiones sostenible
Pacífico, sino en un planeta más allá de Plutón. Muchos de los
debates del SPP giran en torno a desarrollos legislativos locales,
reconocimiento de derechos y consolidación de los mismos en
un ámbito puramente interno. Es como si un SPP no tuviese
que convivir y dar servicio a una nación en un contexto cre-
cientemente globalizado. Sin embargo nuestro pequeño pla-
neta azul vive cada vez más aceleradamente un proceso de
integración cultural, social y económica. Por tanto, es prudente
situar la reforma de las pensiones en un contexto mundial.
El siglo en el que estamos verá cambios económicos y so-
ciales sin precedentes. No es objeto central de este libro pero
sí que es fundamental poder anticipar el futuro para reformar
adecuadamente el sistema de pensiones. Un SPP debe ser sos-
tenible en términos de setenta y cinco años o más, por lo que
siempre debemos considerar los escenarios previsibles demo-
gráficos, sociales, económicos y políticos hasta al menos el año
2087.
Por otra parte, debemos ser conscientes de que los ejes del
crecimiento económico del siglo XXI ya no pasan por Europa
y mucho menos por España. Todo sistema de pensiones impli-
ca aspectos macroeconómicos de decisiones intertemporales
de consumo, de ahorro y de inversión que palmariamente no
pueden ser evaluados en un contexto de autarquía económi-
ca, máxime cuando manejamos una moneda común con otros
países de nuestro entorno europeo. Remito al reciente libro de
Emilio Ontiveros y Mauro F. Guillén2, para atisbar cuál puede
ser el contexto de una reforma del sistema de pensiones en Es-
2 Ontiveros, E. y Guillén, M. (2012): Una nueva época, los grandes retos del siglo XXI. Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.
31No estamos solos en el mundo
paña. Como se detalla en el libro, «Las economías emergentes
representan hoy la mitad de la economía global, y sus compa-
ñías acaparan los puestos de liderazgo industrial mundial. En
las próximas décadas India será el país más grande en términos
de población, China el mayor en producción, y los Estados
unidos el más rico en términos de renta per cápita». En menos
de un siglo la población del mundo dejará de estar encabezada
por Asia del Este (China, Japón), será desbancada por India y,
probablemente, en la segunda parte del siglo será África el con-
tinente que tome el liderazgo de la población mundial.
Gráfico 1
Evolución prevista de la población mundial por regiones
Fuente: Ontiveros y Guillén a partir de World Population Prospects. The 2010 Revi-sion. Naciones Unidas.
Asia Occidental USA Asia Suroriental
África Europa America Latina
China Oriental Asia Asia Sur-Central
40
35
30
25
20
15
10
5
01950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 2020 2030 2040 2050 2060 2070 2080 2090 2100
%
32 Un sistema de pensiones sostenible
El liderazgo actual de Norteamérica y Europa se verá sobre-
pasado claramente por Asia. Estados Unidos dejará de ser la
primera potencia económica en menos de diez años, aunque
no en renta per cápita. Justamente en estos momentos los paí-
ses de la OCDE están siendo desbancados por los no OCDE.
Hasta casi el año 2000, la OCDE agrupaba más del 60% del PIB
mundial. Hoy, en 2013, ya no supera el 50%. Las previsiones de
la OCDE apuntan a que en torno a 2025 la OCDE solo repre-
sentará el 45% del PIB mundial e irá descendiendo. Por tanto,
nunca en la historia se ha producido un vuelco económico tan
fuerte, tan rápido y en un contexto, esperamos, de paz y no
de guerra.
5. ¿qUé IMPLICACIONES CONLLEvAN PARA LOS SISTEMAS DE PENSIONES?
Hace más de una década que el FMI pronosticó que las cin-
co nuevas economías emergentes en 2020 serían China, India,
Rusia, Indonesia y Brasil. Todas ellas comparten unos cuantos
elementos: más de doscientos millones de habitantes (aún en
expansión), y riqueza en recursos naturales, especialmente en
fuentes de energía. El elemento del que adolecen temporal-
mente es una formación técnica y una capacidad de innovación
al nivel de los países más avanzados. Sin embargo, solo es
cuestión de tiempo que lo alcancen.
¿Qué ocurre respecto a los sistemas de pensiones? Al menos
tienen un elemento diferenciador respecto a los países del Sur
de Europa: carecen de la pesada carga del pasado que conlle-
va expectativas acerca de unas pensiones generosas. Por este
motivo probablemente no les resulte difícil establecer sistemas
33No estamos solos en el mundo
sostenibles en el futuro y, probablemente, construirán SPP sen-
cillos y con elementos de capitalización. Los esfuerzos del Ban-
co Mundial en las últimas tres décadas por construir sistemas
de previsión social en países emergentes han dado fruto.
Gráfico 2
Evolución del número de países con reformas de
seguridad social modernas
Nota: Se define “segundo pilar” como un sistema de pensiones que tiene “cuentas de pensiones obligatorias nominalizadas”. Ver la fuente para excepciones e información detallada.Fuente: Base de Datos de Pensiones del Banco Mundial
Ninguno de estos modelos emergentes se asemeja a las pe-
culiaridades de los SPP del sur de Europa. Por tanto hay que
considerar que un modelo reformado de SPP en el sur de Euro-
pa debe situarse en su contexto mundial, presente y especial-
mente futuro.
Otro de los aspectos que tendremos que gestionar en el
futuro es la creciente movilidad de los trabajadores entre nacio-
nes. Por eso podemos calificar de incoherente el que en Euro-
pa se mantenga un sistema de libre circulación de trabajadores
35
30
25
20
15
10
5
01980 1988 1993 1994 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2008
Núm
ero d
e paí
ses
Chile
Perú Uruguay
México
Reino Unido
ArgentinaAustraliaColombia
BoliviaEl SalvadorHungríaKazajstan
PoloniaSuecia
Hong Kong
BulgariaCroaciaEstoniaRusia
PanamáRumanía
Macedonia
Costa RicaLetonia Dom. Rep.
Kosovo Lituania
NigeriaEslovaquiaCorea
12 3 6 7 8
1214 15
17
2123 24
27 28 30
34 Un sistema de pensiones sostenible
pero al mismo tiempo regímenes de Seguridad Social heterogé-
neos y con complejos reconocimientos de derechos entre los
diferentes países. Las generaciones de ciudadanos jóvenes que
intentan incorporarse al mercado laboral seguramente optarán
por trabajar unos años en España, otros en Alemania, en Gran
Bretaña…, dependiendo de las oportunidades de trabajo que
encuentren. En consecuencia, sus carreras de cotizaciones se
verán llenas de saltos entre diferentes trabajos y entre naciones,
en Europa y más allá. Con el actual sistema existe miedo a no
alcanzar los suficientes años de cotización para tener derecho
a pensión, los trabajadores asumen un riesgo legal importante
de no reconocimiento internacional de cotizaciones y temen
que tengan finalmente que conformarse con pensiones míni-
mas asistenciales. ¿Cómo diseñar un nuevo SPP acorde con
este contexto? Desde luego no como el presente SPP, que se
fundamenta en el esquema de un estado aislado, que solo reco-
noce derechos de cotizaciones efectuadas en sistemas extran-
jeros mediante tratados bilaterales complejísimos. El modelo
que propondré de sostenibilidad, debe afrontar este reto. Si un
trabajador deja el país, no debería perder reconocimiento de
derechos y debería poder continuar acumulándolos a su vuelta.
En la Unión Europea posiblemente se consiga adecuadamente,
pero ¿y en Brasil, México, India, China, Indonesia, Rusia, Nige-
ria, Egipto, Angola?
Un segundo elemento a tener en cuenta es que el progresivo
envejecimiento de la población española demandará trabaja-
dores procedentes de otros países. Tan pronto como salgamos
de la crisis, la demanda de trabajadores de mano de obra en
determinados sectores intensivos debe ser complementada con
personas procedentes de otros países. Pensemos que África
35No estamos solos en el mundo
o muchas naciones de Sudamérica están en plena explosión
demográfica. Un sistema como el que se propone más adelan-
te, de reconocimiento de las cotizaciones efectuadas, permite
facilitar la entrada temporal de trabajadores. Sobre todo porque
el interés de los mismos es que, llegado el momento, puedan
regresar a su país de origen y gozar de un reconocimiento de
prestaciones en el nuestro. Una razón más para reformar el
sistema es adecuarlo a un contexto de elevadas migraciones no
temporales, sino definitivas.
En conclusión, los sistemas de pensiones como el nuestro
de prestación definida3, presentan un encaje más difícil que
los que se basan en el reconocimiento de las contribuciones
efectuadas.
Ontiveros y Guillén aciertan en exponer otro riesgo poten-
cial muy grave si no se reforma nuestro SPP. Un SPP como el
actual no es sostenible e impone a las generaciones futuras so-
portar con la carga de las pensiones presentes. Pero solo hasta
el punto en el que decidan soportarlo:
«Un escenario preocupante que combina las consecuen-
cias económicas y políticas del envejecimiento de la pobla-
ción es que, con el tiempo, la poca gente joven que viva en
Europa y Japón podría decidir dejar su país para no pagar
una gran deuda nacional acumulada y la asistencia sanitaria
y las pensiones de beneficios definidos de sus padres, espe-
cialmente dado que serán fácilmente superados en las urnas.
3 En los sistemas de prestación definida se determina la cuantía de las prestaciones a percibir por los beneficiarios. Es decir, en el momento en que un trabajador se integra en el SPP, conoce la fórmula que se utilizará para calcular la cantidad que le quedará al pasar a ser beneficiario salvo que una reforma posterior la cambie.
36 Un sistema de pensiones sostenible
Si esta dinámica adquiere impulso propio, podría fácil-
mente convertirse en una profecía que acarrea su propio
cumplimiento y que podría atormentar a Europa y Japón
durante el resto del siglo XXI».
Apocalíptico, pero posible. Un sistema como el nuestro que
genera una hipoteca generacional descomunal para las siguien-
tes generaciones, puede implosionar si los jóvenes así lo deci-
den, yéndose a vivir a otra nación. La mejor receta para evitar
este potencial colapso es una reforma a tiempo.
6. ChINA E INDIA
El siglo XXI vendrá marcado por la consolidación de nuevas
economías y el cambio de la distribución de poder que lleva
asociado. Desde el punto de vista demográfico, los distintos
países parten de situaciones muy diferentes, aunque es de es-
perar una evolución convergente a nivel mundial. Aunque son
dos naciones descomunales de Asia, India y China, las que se
sitúan en polos opuestos en lo que a su demografía se refie-
re. Existe un fuerte debate en el Partido Comunista de China
alrededor de la política demográfica. De una parte, la actual
política restrictiva está dando frutos indudablemente, dado que
en China no solo crece su población sino que el país es capaz
de generar empleos para ellos. Si levantasen las restricciones
al hijo único podría dar lugar a un boom de la natalidad que
demandaría un fuerte crecimiento de empleo y conllevaría un
menor crecimiento de la capacidad adquisitiva. Por otro lado,
se cree que una mayor liberalización no conllevaría una explo-
sión demográfica, al menos en las ciudades, dado el cambio
37No estamos solos en el mundo
cultural que conlleva una reducción del número de hijos en las
familias urbanas de mayor nivel cultural y poder adquisitivo.
La situación en la India es un actual crecimiento demográfi-
co fuerte, que en algún momento debería moderarse.
Gráfico 3
Pirámides de población India y China
Fuente: www.census.gov/population/international/data/idb/region.php?N=%20Re-sults%20&T=12&A=separate&RT=0&Y=2012&R=-1&C=IN
Hombre MujerChina - 2012
65 52 39 26 13 0 0 13 26 39 52 65
Población (en millones) Población (en millones)Grupo de edad
100 +95-9990-9485-8980-8475-7970-7465-6960-6455-5950-5445-4940-4435-3930-3425-2920-2415-1910-145-90-4
Hombre MujerIndia - 2012
65 52 39 26 13 0 0 13 26 39 52 65
Población (en millones) Población (en millones)Grupo de edad
100 +95-9990-9485-8980-8475-7970-7465-6960-6455-5950-5445-4940-4435-3930-3425-2920-2415-1910-145-90-4
38 Un sistema de pensiones sostenible
La pirámide de población india muestra un ejemplo de po-
blación en expansión a tasas elevadas. Sobre la totalidad de la
población, el porcentaje de personas mayores de 64 años es
muy inferior a la media de los países occidentales debido tan-
to a la explosiva demografía como a que la esperanza media
de vida es baja. Instaurar un sistema de reparto, en el que los
ciudadanos más jóvenes aportan y los mayores perciben una
pensión resulta relativamente sencillo. Si India fuese una eco-
nomía menos informal, más avanzada, instaurar un sistema de
reparto aportaría pensiones a los mayores y con ello aumenta-
ría la demanda de bienes de consumo, más que el ahorro o la
inversión. Sabemos que un sistema de Pay As You Go (PAYG)4
no es sostenible, al menos en el largo plazo, pero durante va-
rias décadas puede ser factible y ayudaría a dinamizar la de-
manda interna. Por el contrario, no impulsaría ni el ahorro ni
la inversión.
En China sin embargo sería absolutamente contraproducen-
te. La política del hijo único ha derivado en una población
todavía no envejecida pero irreversiblemente avanza por ese
camino.
Con cuatro padres, dos hijos y solo un nieto se dibuja una
pirámide de población en forma de triángulo invertido. En un
contexto de pirámide invertida, crear un sistema de reparto es
ilógico por su altísimo coste.
4 Este sistema es más conocido como sistema de reparto. Es un sistema en el que las contribuciones de los empleados es activo sirven de reparto puro no se crean reservas.
39No estamos solos en el mundo
Con un ejercicio puramente teórico se puede ilustrar mejor.
Suponiendo que la edad media a la que se tienen los hijos sea
de treinta y pocos años, que la esperanza media de vida tras la
jubilación sea de veinte años y el número de años cotizados sea
de cuarenta años, la tasa que debe cobrarse a los activos para
que el sistema de reparto sea sostenible se aproxima ¡al 100%
de la base de cotización!. O lo que es lo mismo, si un empleado
gana 300 como renta bruta de trabajo, 150 es su sueldo y otros
150 van a cotizaciones para pagar pensiones de jubilación, de
sus padres.
En efecto, las aportaciones totales al sistema serían
2 hijos×40 años cotizando ×150 u.m. de contribución =
12.000 u.m.
4 padres×20 años cotizando ×150 u.m. de pensión =
12.000 u.m.
40 Un sistema de pensiones sostenible
Cualquier sistema mediocre en régimen de capitalización
podría mejorar la pensión futura a los actuales cotizantes y
además tendría efectos macroeconómicos favorables.
En conclusión, lo que puede servir para India resulta contra-
producente para China. Los sistemas de reparto o de capitaliza-
ción no son ni mejores ni peores, son simplemente diferentes
y deben adecuarse al contexto económico y demográfico de la
población a la que sirven.
7. JAPÓN: LA ECONOMÍA DEL REvéS
Japón epitomiza una economía desarrollada y envejecida. Aun-
que su economía sea competitiva y les permita seguir expor-
tando bienes de consumo duradero, el precio a pagar por el
envejecimiento es alto. Los japoneses tradicionalmente trabajan
y ahorran mucho, pero no consumen demasiado. Por ello Ja-
pón no solo está distante sino que es bien distinto a España.
Después de largos años de trabajo, sin apenas vacaciones, los
japoneses han ahorrado una buena cifra per cápita. Con ella
son capaces de financiar un déficit público tremendo que sin
embargo arroja un coste de financiación para el estado muy
bajo. Y es que, aunque el tipo de la deuda sea bajo, en Japón
el problema es la deflación. Si ahorras para el futuro y caen los
precios, la rentabilidad real del inversor es interesante. Además
los japoneses confían en la solvencia básica de su sociedad y
de su Estado, aunque el nivel de endeudamiento sea muy alto.
¿Qué hacen los japoneses cuando se retiran? Cobrar su pen-
sión, que se revaloriza de forma automática por encima del IPC,
sobre todo si su inflación es negativa. Dicho de otra forma, aun-
que no te suban tu pensión, si bajan los precios, tu pensión da
41No estamos solos en el mundo
para más. Y aquí sí que se puede generar un problema econó-
mico derivado de las expectativas racionales. Si alguien ve que
la deflación se agudiza ¿va a consumir más? No, en absoluto. Al
revés preferirá diferir el ahorro para más adelante. En conse-
cuencia, una economía que entra en esta dinámica encalla.
Por tanto, por favor, no seamos como Japón, la economía
del mundo al revés. Hay que garantizar pensiones importantes
en el futuro para que la demanda interna esté activa. Y, con
una inflación moderada, incentive a nuestros jubilados a viajar
periódicamente mientras puedan, a tomar algún rioja de vez en
cuando, a gastar en los nietos, a disfrutar de la vida mientras
sus circunstancias se lo permitan.
8. INDITEX, LA INDUSTRIA COSMéTICA y LOS CAMBIOS DEMOGRáfICOS
Los cambios demográficos pueden ser aprovechados estratégica-
mente. El envejecimiento de las sociedades genera cambios en
la demanda de bienes de consumo. De ahí que haya que estar
atento a la evolución futura de la demanda, que se traducirá
primero en necesidades de inversión y después en cambios en
la producción. Es el caso de la industria cosmética y de la moda.
La industria cosmética se ha adelantado al mercado. Hace unas
décadas se fijaba especialmente en las tendencias de consumo
de Europa. Desde hace unos años, las principales empresas cos-
méticas se fijan especialmente en lo que ocurre en Japón. Este
país asiático del otro lado del mundo es el exponente más cla-
ro del envejecimiento avanzado en una economía de merca-
do desarrollada. Las tendencias, los gustos y los cosméticos que
calen hoy en Japón pueden ser la clave del éxito en Europa
42 Un sistema de pensiones sostenible
y América en los próximos años. Por ello Japón es un verda-
dero laboratorio de marketing para la industria del antiaging.
Mantener la producción en Europa no es un problema en
una industria de alto valor añadido y poco volumen y peso de
transporte. Se puede investigar en Japón, producir en Europa y
no cuesta mucho dinero (en relación al precio final del produc-
to) colocarlo en Estados Unidos e incluso en el propio Japón.
En el punto opuesto están las empresas de moda para gente
joven y de mediana edad, consumidores compulsivos de ropa
de temporada. En España tenemos la fortuna de tener varias
empresas de moda, lo cual es extraordinariamente positivo a
corto plazo. En el largo plazo sin duda habrá que depender
menos de nuestro mercado y el europeo, y más de mercados
más jóvenes como los de los países emergentes de América y
Asia. Teniendo en cuenta que China es la fábrica del mundo,
supone un reto industrial y logístico de tremendas dimensiones
mantener el marketing y la producción básicamente en Europa
y distribuir por todo el mundo. Resulta siempre atrevido dar
consejos, más a Inditex y más aún sobre estrategia de mercado.
Con todo, si se me permite el atrevimiento del profano, Inditex
debería abrir un laboratorio de marketing en Japón.
9. ESTADOS UNIDOS: EL ChOqUE DE GENERACIONES
La sociedad norteamericana, a diferencia de la japonesa o de
la europea, sigue siendo dinámica. El crecimiento demográfico
autónomo, impulsado también por la inmigración, ha conse-
guido que las cohortes de las nuevas generaciones sean sen-
siblemente más elevadas que en la Unión Europea. Además,
43No estamos solos en el mundo
la innovación y la fuerza creativa de sus empresas se traducen
en un crecimiento del sector privado. Si a esto le unimos una
política económica de lucha contra la crisis, de favorecimiento
del empleo y la no obsesión ni por el déficit ni por la infla-
ción, consiguen pintar un cuadro de colores mucho más claro
y optimista que el de la escena europea. Asimismo, el sistema
de pensiones americano corresponde al modelo anglosajón.
Se fundamenta mucho más en las pensiones privadas, espe-
cialmente en los fondos de pensiones, que en las pensiones
públicas. Muchas de las controversias en Estados Unidos giran
acerca de la insuficiente dotación para los compromisos por
pensiones de las empresas y del insuficiente ahorro familiar
para la jubilación. En su debate interno, el intento de George
W. Bush de privatizar la Seguridad Social no gozó del respaldo
de los ciudadanos y por tanto el Estado mantiene unas pres-
taciones públicas financiadas y con una especie de fondo de
reserva que les sirve de atalaya frente a la adversidad. Con
todo, el ala más neoliberal del Partido Republicano mantiene la
necesidad de reducir el sistema público de pensiones.
Sin embargo, es bien cierto que desde mitad del siglo XX los
Estados Unidos padecen de alguno de los males que pueden
llenar de nubarrones su futuro. De entrada, han visto como
crecía la esperanza de vida tras la jubilación sin reajustar la
financiación. Desde el punto de vista macroeconómico, tanto
su tasa de ahorro como de inversión interna han ido cayendo
inexorablemente. De igual modo se ha disparado su deficitario
balance por cuenta corriente. En principio no son indicadores
económicos que hagan saltar las alarmas y por tanto adoptar
decisiones a corto plazo, pero también es cierto que demues-
tran un desequilibrio económico interno a remediar.
44 Un sistema de pensiones sostenible
El impacto conjunto que pueda tener el exceso de consumo,
la falta de inversión y las pensiones de la generación del baby-
boom pueden conducir, según L. Kotlikoff5, a que se produzca
una confrontación generacional. Durante demasiadas décadas,
los estadounidenses han visto como las prestaciones medias
que el Estado paga a los mayores han crecido muy por encima
del crecimiento de su renta per cápita. Por lo tanto, no hay
duda de que los ancianos nunca han vivido mejor que ahora.
Sin embargo esto no es sostenible. Las contribuciones de los
ciudadanos al sistema están por debajo de lo deseable desde el
punto de vista económico y demográfico. Tampoco ha ayuda-
do la lucha ideológica por reducir los impuestos que pagan los
contribuyentes, puesto que ha debilitado las provisiones para
las futuras prestaciones. La deuda encubierta del sistema públi-
co de pensiones y del sistema de atención médica ha crecido
por encima de un límite financiable. L. Kotlikoff plantea una
reforma impositiva, junto con cambios en el sistema público de
salud, y reformas en el de pensiones. Además se muestra es-
pecialmente crítico con las cargas impuestas a la deuda pública
derivadas del rescate de Wall Street.
10. EL ENTORNO EUROPEO: UN LABERINTO SIN SOLUCIÓN
Ortega y Gasset afirmó que España era el problema y Europa
la solución. Eran otros tiempos. Además no se refería al sistema
de pensiones de la Unión Europea. Mucho se ha hablado del
5 Kotlikoff, L. y Burns, S. (2012): The clash of generations. Saving Ourselves, Our Kids, and Our Economy. MIT Press.
45No estamos solos en el mundo
modelo social europeo del estado de bienestar. Como paradig-
ma es loable y deseable, pero la realidad dista mucho de los
modelos teóricos. La Unión Europea intenta integrar un merca-
do, pero no un sistema social común. Las competencias sobre
los regímenes de Seguridad Social son nacionales, no hay un
modelo europeo de estado de bienestar. La Unión Europea la
forman naciones, cada una con su particular sistema, aseme-
jándose a un mosaico elaborado por veintitantos operarios que
trabajan por separado, más que a la obra de un único artista.
De hecho, coexisten diferentes estilos en el mismo mosaico.
De una parte tenemos un modelo anglosajón de estado de
bienestar que cubre a los necesitados pero que no protege
de forma universal mediante prestaciones. En este modelo, el
Estado aporta unos subsidios mínimos pero las contribuciones
para las pensiones tras la jubilación se gestionan básicamente
mediante sistemas complementarios como los fondos de pen-
siones. Actúan en régimen de capitalización. Aunque con im-
perfecciones, son el motor de una vibrante industria de gestión
de activos. Es la comarca oeste de los mercados financieros,
con capital en Londres.
En otros países del entorno continental, las pensiones corren
a cargo del Estado y de las empresas. Estas últimas toman un
papel activo en proveer a los empleados de pensiones comple-
mentarias por encima de las pensiones públicas. En algún caso,
las pensiones son la suma de tres partidas: el primer tercio lo
paga el Estado, el segundo las empresas a favor de sus trabaja-
dores, y el tercer tercio es responsabilidad exclusiva del ciuda-
dano. Este debe proveerse de una pensión ahorrando, con su
propio esfuerzo personal, conforme a la ética protestante que
fundamenta el espíritu del capitalismo del centro de Europa,
46 Un sistema de pensiones sostenible
con capital en Berlín. En este formato, las empresas tienen a
gala ser responsables y contribuir al bienestar futuro de sus
empleados, tras la jubilación.
Un modelo de referencia en el pasado era el modelo del
Norte, el escandinavo clásico. En este modelo, los ciudadanos
tenían derechos homogéneos a cobrar pensiones similares. La
financiación corría a cargo de los impuestos, que se conocían
como los más altos y progresivos del mundo. Por tanto, las
empresas y los trabajadores no tenían mucha carga que finan-
ciar con sus cotizaciones. De ahí que tampoco cabía percibir
prestaciones en función de sus bases de cotización pasadas.
Este modelo fue el deseado por la socialdemocracia durante
muchos años, pero tuvo que transformarse para sobrevivir ante
dos retos:
• Por un lado, el modelo es muy débil ante las crisis econó-
micas dado que en estas, los presupuestos de los Estados
ven reducidos sus ingresos y aumentados sus gastos. Si
las pensiones se nutren de los Presupuestos Generales del
Estado, los recortes pueden afectar también a las pensio-
nes. No estamos hablando de congelar las pensiones, sino
de reducirlas. Por tanto, durante la crisis prolongada de
los noventa se replanteó este modelo.
• En segundo lugar, el envejecimiento poblacional, que es
de un ciclo muy largo, interfiere en este modelo con los
gastos corrientes del Estado: educación, desempleo, sani-
dad. En consecuencia, cada vez que aumentan las pensio-
nes es necesario elevar los impuestos. Los ciudadanos re-
chazan subidas continuas de impuestos, por lo que hubo
que buscar otra solución.
47No estamos solos en el mundo
La reforma sueca merece, por su trascendencia, una explica-
ción más detallada en otro apartado de este capítulo.
Tenemos un cuarto modelo, ya que el Sur también existe. En
el Sur el modelo es básicamente similar al continental, aunque
presenta algunas diferencias. Las pensiones no se financian con
impuestos, sino con contribuciones elevadas para las empre-
sas y reducidas para los trabajadores. En consecuencia, existen
diferentes bases de cotización por lo que las prestaciones tam-
bién son diferentes. El sistema es de prestación definida. Suele
haber pensiones mínimas y máximas. Además, por ejemplo en
España, existen diferentes regímenes de Seguridad Social por
áreas de actividad económica, lo que en la práctica suponen
más privilegios que adaptaciones especiales y suelen registrar
déficits que son asumidos por la globalidad del sistema. Téc-
nicamente no existen ajustes automáticos para retornar a un
equilibrio a largo plazo entre contribuciones y prestaciones.
Estos modelos no están preparados para asistir a la creciente
movilidad internacional de las nuevas generaciones, se adaptan
mal a las cotizaciones de empleos a tiempo parcial, y las lagunas
de cotización complican innecesariamente el sistema. Son mo-
delos generosos. El Estado asume casi íntegramente la protec-
ción de los ciudadanos. Las empresas no velan especialmente
por sus empleados creando planes de pensiones complementa-
rios. Eso sí, están obligadas a hacer frente a las contribuciones
elevadas en favor de sus empleados. Esto distorsiona los costes
empresariales y reduce la competitividad. Los ciudadanos dele-
gan en el Estado la gestión de sus pensiones sin darse cuenta
de que supone una concentración de riesgo peligrosa. El ciuda-
dano medio carece de los conocimientos suficientes para saber
que debe proveerse de una pensión complementaria suficiente
48 Un sistema de pensiones sostenible
ante el potencial colapso del SPP. No hay mucho espacio para
sistemas de capitalización, y por ello no es coincidencia que los
sistemas financieros de la zona sean débiles.
Finalmente, el modelo de Europa del Este es diferenciado.
Tras la caída de los regímenes comunistas, el SPP en la mayor
parte de los países se hundió, implicando la miseria de muchos
ancianos. Para reconstruirlo, la mayor parte de las naciones
pertenecientes en su día al Pacto de Varsovia abrazaron el cre-
do del Banco Mundial. Por tanto construyeron sistemas basa-
dos en la capitalización radical: tanto ahorras, tanto tendrás. La
transición hacia el nuevo sistema fue drástica, dejando en la
cuneta, con pensiones menguadas, a los jubilados. Sin embar-
go, sentó las bases sólidas para unos sistemas de pensiones sin
problemas graves de desequilibrios intergeneracionales.
En definitiva, esto es un maremágnum donde nadie sabe
por dónde debe evolucionar Europa en su conjunto. La brújula
de Bruselas no apunta en ninguna dirección. Coexisten varios
modelos, con niveles de solvencia, de prestaciones y de finan-
ciación divergentes. Son pocos los incentivos a caminar por
una senda o hacia un objetivo común.
11. EL MODELO SUECO DE PENSIONES: CÓMO SE hIzO LA REfORMA y LOS BENEfICIOS qUE COMPORTÓ
11.1 Los inicios
Suecia fue el primer país en introducir las pensiones públicas
universales. Al principio estas fueron bajas, pero tras la Segun-
da Guerra Mundial se dio paso a una hegemonía sostenida del
49No estamos solos en el mundo
Partido Socialdemócrata, SAP, determinante en la configuración
de su estado de bienestar y referencia a nivel mundial. Después
de intensos debates sobre los niveles diferentes de coberturas
entre empleados de cuello blanco, de cuello azul, funcionarios
y agricultores, en 1959 se aprobó una ley que vinculaba las
pensiones a los ingresos y se generalizaron las coberturas a
todos los trabajadores. Con el predominio del SAP, el resto de
los partidos optaron por negociar acuerdos posibles en vez de
cerrarse en banda y oponerse sistemáticamente.
Básicamente, el nuevo SPP sueco cubría las contingencias
de fallecimiento, invalidez, viudedad y orfandad. Además, en
Suecia es tradicional la existencia de planes de pensiones de
empleo en favor de los trabajadores, con lo cual el nivel de co-
bertura resultaba muy elevado. Finalmente, se aumentaron las
pensiones mínimas para los menos favorecidos. Fue tan bien
recibido el nuevo sistema por la sociedad, que liberales y con-
servadores, críticos con la reforma socialdemócrata, perdieron
las siguientes elecciones, contribuyendo con ello a que el SAP
implementara más reformas suplementarias de pensiones.
11.2 La reforma consensuada
Durante los años setenta y ochenta se sucedieron reformas
en el sistema de pensiones destinadas a recortar el gasto público
que se desbocaba. A lo largo de estos años se trabajó sistemá-
ticamente en la elaboración de informes acerca de las reformas
paramétricas6 necesarias, pensando en el largo plazo. El informe
6 Reformas paramétricas son aquellas que se limitan a realizar ajustes destinados a reducir la tasa de sustitución de las futuras pensiones respecto del último salario.
50 Un sistema de pensiones sostenible
de 1990 supuso un giro en la forma de concebir el papel del
sistema de pensiones. El foco pasó de centrarse en el bienestar
de los mayores a pensar en los efectos económicos y en la esta-
bilidad del sistema público de pensiones a largo plazo.
A lo anterior se sumó otro cambio político y es que, como
en democracia todo ciclo tiene final, en 1991 el Partido Social-
demócrata cosechó una derrota histórica y dio paso a un nuevo
gobierno de coalición entre conservadores y liberales, con una
mayoría parlamentaria débil. La consecuencia no fue, como en
otras latitudes, la inacción, sino pactos de reformas con la opo-
sición de la izquierda. Durante los años siguientes en los que se
recuperó el poder del SAP, se siguieron pactando medidas para
la viabilidad del sistema entre los principales grupos parlamen-
tarios, con gran esfuerzo de un grupo de trabajo y en medio de
una tremenda crisis que derivó en una crisis bancaria (de cuya
resolución hoy en España copiamos algunas medidas como la
de crear la SAREB). En 1994, el grupo de trabajo presentó la
versión final del informe con sus recomendaciones:
• Las pensiones deben basarse en todas las cotizaciones his-
tóricas del sujeto.
• Las cotizaciones deben ser divididas entre trabajadores y
empresarios en vez de correr solo a cuenta de los empre-
sarios. De esta forma se aumenta el nivel de consciencia
sobre los costes de las pensiones.
• Las pensiones deben vincularse a la tasa real de creci-
miento económico en vez de a la inflación.
• Los cónyuges deben compartir los derechos de pensión;
y el tiempo empleado en el servicio militar, el cuidado de
los hijos y la educación superior deben computar.
51No estamos solos en el mundo
• Se crean nuevas cuentas de ahorro personal obligatorias
donde cada empleado debe aportar el 2% de su nómina
actual.
•Para incrementar la consciencia del tema de pensiones en
adelante, cada año, todos los trabajadores recibirían una
carta con una estimación de su pensión tras la jubilación.
De paso también podrán ver que es más caro retirarse a
los 61 que a los 67 años de edad.
El resultado fue un acuerdo en el que todos vieron represen-
tadas algunas de sus propuestas y también en el que todos ce-
dieron algo en sus pretensiones. Finalmente fue aprobado por
una amplia mayoría parlamentaria. La reforma que se empren-
dió desde 1994 hasta 1998 sentó las bases del nuevo sistema.
Su filosofía fue el aseguramiento de la política social. El nuevo
esquema implantado incluyó un sistema de cuentas nocionales,
es decir, cuentas en las que cada persona conoce los derechos
económicos acumulados para su pensión futura. Además se
añadió una especie de plan de pensiones individual obliga-
torio, de aportación definida7, al gusto del trabajador. En este
sistema la edad de jubilación es flexible a partir de los 61 años.
Quien antes se jubile acumulará menos derechos económicos
y percibirá un menor importe. Finalmente, el sistema incluye
un mecanismo automático de sostenibilidad que es referencia a
nivel mundial, y que desarrollaremos en el siguiente epígrafe.
El Estado además asume la garantía de unas pensiones mínimas
7 En el que se define por ley la cuantía de las contribuciones de los empresarios y los trabajadores. En estos planes, el trabajador tendrá derecho en su día a una prestación que vendrá dada por sus aportaciones mediante una fórmula que deberá ser lo más simple posible y transparente, para ser entendida por todos.
52 Un sistema de pensiones sostenible
y también contempla de manera directa en su presupuesto las
prestaciones por incapacidad, viudedad y orfandad.
11.3 ¿Qué críticas recibió?
Los agentes sociales no estuvieron en la negociación. Se
opusieron frontalmente mientras que la patronal fue simple-
mente crítica. Incluso entre los primeros hubo un apoyo si-
lencioso en la medida en que comprendieron que un sistema
menos redistributivo pero mucho más robusto era conveniente
para la supervivencia del estado de bienestar. Los economistas
criticaron que la solución no se fundamentara en una estricta
financiación y que supusiera mayores cargas para el Estado
(por ejemplo, contribuciones vinculadas al servicio militar, a la
educación o al cuidado de los niños). Entre los partidos hege-
mónicos, en el seno del SAP hubo mucha oposición interna.
Finalmente, todo esto se pergeñó en junio, pocos meses an-
tes de las elecciones de septiembre. Por suerte los principales
partidos habían apostado por la reforma, con lo que ninguno
de ellos fue especialmente castigado por su electorado. Ganó
el SAP, hasta entonces en la oposición, y perseveró en el de-
sarrollo legislativo consensuado hasta 1998, aunque el partido
sufrió críticas internas que sus dirigentes manejaron de la mejor
manera posible. En la elaboración de la reforma hubo retrasos
y hasta parones, pero el resultado final fue satisfactorio.
11.4 ¿Qué es el mecanismo automático de sostenibilidad?
Finalmente en 2001, diez años después de comenzar la re-
forma, se instauró un mecanismo de balance automático que
53No estamos solos en el mundo
permitiera la sostenibilidad del sistema a largo plazo. Les había
llevado cuatro años de estudios y negociaciones, y contenía
tres elementos fundamentales: paso a una contribución defini-
da, indexación de las rentas, y ajustes derivados de una mayor
esperanza de vida. Este mecanismo trata de priorizar la equidad
entre generaciones frente a la obsesión por obtener más pen-
sión con menos contribuciones, que parece el objetivo miope
que algunos mantienen en naciones más al sur.
Básicamente, el mecanismo automático de sostenibilidad
es un cociente. En el numerador situamos el valor actual de
las pensiones futuras y en el denominador el valor actual de
las contribuciones futuras más el valor de los activos del fon-
do de reserva del SPP. Si el ratio es mayor que uno, el siste-
ma está en equilibrio y no hay que hacer ajustes. Pero si está
por debajo, hay que ajustarlo. Los derechos de pensión en
formación (los derechos devengados a una fecha) que tie-
ne cada trabajador activo y las pensiones que se pagan son
indiciadas con este ratio. Si por ejemplo, sube la esperanza
media de vida tras la jubilación y este ratio pasa de 1,00 a
0,98 sería necesaria una reducción del 2% en los derechos
de pensión en formación de los activos y en las pensiones
que ya se cobran.
Esto es de lo que se está hablando actualmente, del factor
de sostenibilidad como próxima reforma de nuestra Seguridad
Social. Aprobada ya por la última ley, la del Gobierno de Za-
patero, pero pendiente de implantar, cuenta con el visto bueno
de Bruselas. No obstante, para que funcionase en España, ne-
cesitaríamos reformas profundas en el SPP.
54 Un sistema de pensiones sostenible
11.5 ¿Quién ganó y quién perdió con este cambio?
No es fácil determinar una respuesta, aunque los perdedores
suelen ser aquellos (más mujeres que hombres) que cotizaron
entre veinte y treinta años antes de jubilarse. Sin embargo los
que cotizaron muy poco se beneficiaron gracias a las pensio-
nes mínimas garantizadas. En términos generales, se requiere
acumular cuarenta años de cotizaciones para equipararse con
el anterior sistema. Aproximadamente un 80 % de la población
cotizante perdió un 7% a raíz de las nuevas normas indexadas,
siendo el crecimiento económico de un 1,5 %. Con crecimien-
tos superiores, del 2%, no hay pérdidas significativas entre el
sistema anterior y el nuevo.
La conclusión más generalizada entre los suecos, es que
ganó la sociedad en general, al lograr un sistema de pensiones
transparente, robusto y sostenible. Y por esto debe ser una
referencia ante la necesidad de reformas profundas en nuestro
sistema de pensiones.
12. PENSIONES EN EL PUESTO DE TRABAJO: hOLANDA vERSUS ESPAñA
Dentro de los modelos de previsión social a través de fondos
de pensiones en la Unión Europea tenemos dos extremos. De
una parte, Holanda, y de otra, España, que bien merecen una
comparación. En Holanda, en 1947, al poco de finalizar la Se-
gunda Guerra Mundial, se instauró como obligatoria la contri-
bución a un sistema de pensiones centrado en la empresa. Por
lo tanto, toda empresa creó un plan de pensiones, que funda-
mentalmente era de prestación definida y que otorgaba a la
55No estamos solos en el mundo
jubilación unas prestaciones en función de las contribuciones
aportadas, usando la técnica actuarial de aquellos tiempos.
Obviamente este sistema ha sufrido cambios y reveses, y cada
crisis de los mercados financieros le pasa factura. La última,
en 2008, causó incertidumbre y preocupación especialmente
entre los empleados holandeses que ya estaban visualizando
el momento de la jubilación y que de repente se encontra-
ron con infradotaciones en el fondo de pensiones. Con todo,
Holanda ha logrado un elemento diferencial importante y es
un sistema financiero estructurado sólidamente, con mucha
capacidad inversora y favorecedor de una economía dinámica
y emprendedora.
Gráfico 4
Volumen de Activos en Fondos de Pensiones
(% sobre PIB)
140
120
100
80
60
40
20
0Estados Unidos
G.Bretaña Holanda Suiza OCDE34 España GreciaItalia Portugal
Media OCDE
56 Un sistema de pensiones sostenible
En España, el primer planteamiento acerca de fondos de
pensiones lo encontramos en el Plan Económico que diseñó
el Gobierno en 1979 con vistas al medio plazo. Se refería a la
conveniencia de implantar los fondos de pensiones para, sobre
todo, servir de instrumento de previsión social para empleados
de empresas eléctricas, bancos y cajas de ahorros. En efecto,
el marco legal y fiscal requería de instituciones como las Ins-
tituciones de Previsión Social de 1984, precursoras de la Ley
de Regulación de Planes y Fondos de Pensiones (LPPF). Esta
ley fue aprobada en 1987, con ilustres ponentes por parte del
Gobierno socialista como Luis Martínez Noval, y por parte de
la oposición Rodrigo Rato y Vicente Martínez-Pujalte. El texto
legal partía de la filosofía de los planes de empleo y, de paso,
proporcionaba un marco legal también a los planes individua-
les y a los planes de tipo asociado.
Los avatares en la tramitación de esta norma dieron un giro
sorprendente a su contenido. El proyecto del Gobierno fue re-
visado y modificado durante su tramitación parlamentaria con
la firme postura de los sindicatos mayoritarios, especialmente
UGT, que impulsó de manera notable el poder sindical en los
planes de empleo. Como en tantas ocasiones en las que las
leyes se promulgan sin consenso básico, la ley se encontró
con la oposición frontal de la patronal. Esta mantenía que si
los empleados poseían la mayoría de los votos en la Comisión
de Control, podría darse el primer paso para la creación de un
soviet en el seno de la empresa.
Casi tres décadas después, podemos ver que tanto los sindi-
catos como la patronal estuvieron poco acertados. Una nego-
ciación más flexible de la ley por parte de los sindicatos podría
haber evitado el veto patronal a la creación de nuevos planes
57No estamos solos en el mundo
de pensiones de empleo. A su vez, los empresarios no enten-
dieron que una de las claves futuras de la reforma de la Segu-
ridad Social consiste en que haya alguna alternativa posible y
que esta no se crea por generación espontánea, sino a través
de los fondos de pensiones.
La LPFP de 1987 se publicó a mitad de año, y como en tan-
tas otras leyes se dispuso un desarrollo reglamentario en seis
meses. Finalmente fueron dos años, y en noviembre de 1988
se aprobó el reglamento que modificó y hasta enmendó varios
de los aspectos de la LPFP, consiguiendo cambiar la perspecti-
va negativa de muchas empresas acerca de su previsión social.
Con razón decía el Conde de Romanones que se dejara al Par-
lamento hacer las leyes, pero que le dejasen a él desarrollarlas
en reglamentos.
En diciembre de 1988 se crearon, a toda prisa, las prime-
ras Entidades Gestoras de Fondos de Pensiones, EGFP, los pri-
meros fondos de pensiones, y a ellos se adscribieron planes,
mayoritariamente de tipo individual, con la urgencia de lanzar
la primera campaña navideña de planes de pensiones. No fue
sino hasta dos años más tarde cuando se cerró el círculo de la
promoción de los planes de empleo, se aprobaron sus planes
de viabilidad y comenzó verdaderamente la gestión de los pla-
nes y fondos de pensiones en España. Hoy, los fondos de pen-
siones solo alcanzan el 8% del PIB, cifra escuálida comparada
con Holanda.
58 Un sistema de pensiones sostenible
13. LAS RESTRICCIONES PRESUPUESTARIAS EUROPEAS y SU IMPACTO SOBRE LAS PENSIONES
Cuando se creó el euro, los países integrantes de la Unión Eco-
nómica y Monetaria asumieron una clara pérdida de autonomía
en el ámbito de la política monetaria. De disponer de capaci-
dad para dirigirla, emitiendo moneda, financiando como último
recurso al Estado e incluso devaluando, se pasó a delegar la
política monetaria en el Banco Central Europeo, cuyo objetivo
definido es la inflación, y no el crecimiento o el empleo.
La única arma que les queda a los Estados es la política fis-
cal: el manejo de los impuestos, el gasto público y el déficit.
Ahora bien, con dos restricciones adicionales: el déficit no debe
superar el 3% del PIB cada año, ni el endeudamiento público
debe superar el 60% del PIB. Estos dos límites saltaron por los
aires, primero con el incumplimiento por parte de Francia y
Alemania cuando tuvieron problemas antes de la crisis, y más
tarde otros países por causa de la crisis en la que estamos in-
mersos actualmente. La receta ortodoxa es austeridad y com-
petitividad.
Las restricciones presupuestarias persiguen mantener una
disciplina común en toda la UE. Y no es sólo un mandato legal
y cumplir una norma que nos autoimpusimos. Lo que se pre-
tende es articular políticas fiscales coherentes entre los Estados
miembros que no pongan en peligro la credibilidad del Euro,
que es el verdadero valor que está en riesgo.
España, como se comentará más adelante, se ha compro-
metido constitucionalmente a mantener una disciplina presu-
puestaria que, por ejemplo, prioriza atender los intereses del
59No estamos solos en el mundo
pago de la deuda sobre el gasto social. Supone un cambio
fundamental ya que el estado del bienestar queda supeditado a
la evolución de las cuentas públicas.
En definitiva, en el futuro no va a ser fácil transferir recursos
desde los PGE hacia la Seguridad Social para pagar pensiones.
Por consiguiente, a partir de ahora, cambian las reglas del jue-
go y se vuelve crítico que el SPP se mantenga por sí mismo,
con suficiente autonomía presupuestaria para hacer frente a sus
compromisos por pensiones futuros. Es por eso que la reforma
de nuestro SPP es no sólo necesaria, sino además urgente.
14. TRES fORMAS BáSICAS DE RECORTAR LAS PENSIONES
A través del mundo hemos visto como hay más naciones que
envejecen que las que rejuvenecen. Por esta causa, muchos de
los sistemas han tenido que recortar las pensiones de los be-
neficiarios. Al menos hay tres formas para hacerlo. Los vamos
a llamar los recortes «a la portuguesa», «a la española» y «a la
japonesa».
- Recorte a la portuguesa
Es el más conocido: recortar directamente el importe de la
pensión. Se trata de reducir el importe de lo percibido al final
de cada mes o bien de suprimir una paga de las extras. Un
ejemplo reciente y próximo es Portugal tras ser intervenido por
Bruselas. El coste de este recorte recae en los beneficiarios ac-
tuales y, habitualmente, también se impone a los beneficiarios
futuros. Su principal ventaja es que afecta a corto plazo a todos
60 Un sistema de pensiones sostenible
los ya beneficiarios. Su principal inconveniente es su elevado
coste político.
- Recorte a la española
La segunda forma de recortar las pensiones es postergando
la edad de jubilación o los requisitos de acceso a la misma.
Un ejemplo de lo primero es elevar la edad de jubilación para
pasarla a los 67 años, fórmula que se está generalizando en
Europa. La gran ventaja es que no solo aumenta el número de
años cotizados, sino que además reduce el número esperado
de años de percepción de la pensión de jubilación. Presenta al
menos tres inconvenientes:
• No tiene impacto a corto plazo sobre el equilibrio del
sistema en términos de aportaciones y prestaciones, dado
que no afecta a los ya beneficiarios.
• Genera un agravio comparativo entre las generaciones ju-
biladas antes de la reforma y las posteriores, que se ven
obligadas a cotizar más y a percibir menos.
• Genera una redistribución de la renta negativa: perjudica
proporcionalmente más a las personas con menor espe-
ranza de vida tras la jubilación, que suelen ser las de me-
nor renta.
Este es el modelo adoptado recientemente en la reforma del
gobierno Zapatero, con la Ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre
actualización, adecuación y modernización del sistema de Se-
guridad Social. Si además endurecemos el número mínimo de
años requeridos para tener derecho a una pensión de jubila-
61No estamos solos en el mundo
ción, podemos reducir el número de personas que se jubilan
en cuanto alcanzan el número mínimo de años de cotización
y que suelen percibir mucho más del SPP de lo que aportaron.
Como inconveniente, va en contra de una política social inclu-
siva, y como ventaja, favorece la equidad.
- Recorte a la japonesa
La tercera forma de recortar pensiones es no revalorizar las
pensiones automáticamente con el IPC. Tiene como inconve-
niente que se perjudica más a los que tienen menor pensión,
salvo que se establezca un sistema de garantías con pensiones
mínimas. Tiene como ventaja que afecta a las pensiones ya
causadas y que respeta la equidad intergeneracional. Además
esta reforma puede tener mucho sentido en economías como
la japonesa, muy curiosa, por lo que me detendré a comen-
tarla.
Japón es una sociedad tremendamente envejecida en la que
los ancianos consumen poco, lo cual reduce la demanda inter-
na. Mucho ahorro y poco consumo hace que no tengan pro-
blemas de inflación en Japón, sino de deflación. La deflación es
también un problema macroeconómico: limita el crecimiento,
la expansión económica y la modernización. En economía, la
deflación se la conoce como «el perro que no ladra»: es peligro-
sa pero no hace ruido. Si los precios bajan, los jubilados obtie-
nen una revalorización de pensiones silenciosa. Eso sí, los an-
cianos prefieren esperar a comprar el próximo año, con precios
más bajos que los de este. Y el diferimiento de las decisiones
de consumo, especialmente de bienes de consumo duradero,
atenaza el crecimiento de la economía japonesa.
62 Un sistema de pensiones sostenible
Por ello, el nuevo Gobierno japonés ha decidido incentivar
el consumo de la población mandando un mensaje, especial-
mente a los ancianos. La nueva política monetaria, brutalmente
expansiva, de Japón pretende elevar la inflación en los próxi-
mos dos años. Si lo consiguen, los ancianos tendrán un recorte
encubierto de sus pensiones (ya que no se revalorizarán con el
IPC) y además preferirán gastarse el dinero mejor pronto que
tarde, antes de que la inflación dañe su poder adquisitivo.
15. CONCLUSIONES
Hay diferentes modelos de sistemas de pensiones que corres-
ponden a diferentes retos demográficos y a la propia historia
de cada país. El mundo no se detiene. En pocos años veremos
como China pasa a ser la primera potencia económica, India la
primera nación por población, Estados Unidos seguirá mante-
niendo su liderazgo en renta per cápita y Europa, con suerte,
seguirá siendo una referencia en cuanto al bienestar de sus
ciudadanos.
En el mundo actual conviven modelos de protección social
informales en los países menos desarrollados, con sistemas de
reparto occidentales y con sistemas de capitalización exten-
didos en el ámbito anglosajón y en economías emergentes.
Japón, por sus peculiaridades, nos advierte de los peligros del
envejecimiento combinado con una baja demanda interna.
No hay una única solución de sistema de pensiones que se
ajuste a todas las naciones. No existe una fórmula magistral
aplicable a toda economía y a toda nación. Lo bueno de un SPP
es que puede fomentar el actual ahorro global para favorecer el
consumo global dentro de unos años. Y esto es bueno para los
63No estamos solos en el mundo
individuos, cuya propensión a un ahorro racional para la jubi-
lación es muy baja en todas las naciones de nuestro pequeño
mundo. Y también es bueno para las sociedades, si se desean
mantener unos niveles de cohesión en la sociedad acordes con
un estado social y democrático.
Especialmente en Europa, la Seguridad Social parece una
labor de patchwork poco armonioso, donde no hay modelo
ni diseño general, sino la suma de un conjunto de sistemas de
pensiones públicos y privados que han evolucionado en para-
lelo. Actualmente tenemos recetas económicas de austeridad
que obligan a recortar los sistemas de pensiones para limitar
el gasto público. Es lógico que los beneficiarios del sistema te-
man por su paga, puesto que hay varias formas de recortar las
pensiones. Con todo, modelos como los de Suecia y Holanda
son referencias que nos pueden iluminar sobre cómo hacer
evolucionar nuestro sistema de pensiones.
CAPíTULO 2
NUESTRA ACTUAL SEGURIDAD SOCIAL
1. hISTORIA DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Aunque podríamos remitirnos a los orígenes regeneracionistas
de la Comisión de Reformas Sociales de principios del siglo XX,
realmente nuestro sistema de Seguridad Social es heredero del
Instituto Nacional de Previsión de 1908 y sobre todo el sistema
creado bajo el régimen de Franco. Este partía de diferentes sis-
temas de encuadramiento de los trabajadores bajo un sistema
de capitalización81cuya gestión dejó mucho que desear.
Los pilares básicos de nuestro modelo actual están en la Ley
de Bases la Seguridad Social de 1966 donde se establecía fun-
damentalmente:
8 El sistema de capitalización esta apoyado en un mecanismo de ahorro individual. En efecto, bajo este sistema, los cotizantes mes a mes traspasan parte de sus ingresos a un seguro o a un plan de pensiones que invierte estos recursos en distintos instru-mentos financieros con el fin de incrementar el saldo acumulado, de manera que pue-da optar a mejores condiciones de pensión al momento de la jubilación. Típicamente, es el sistema que utiliza en todo el mundo la previsión social complementaria. Como principal ventaja destaca si robustez, al tener presente un elemento de inversión. Como debilidad, sufren mucho más que los sistemas de reparto ante crisis financieras y ante procesos de inflación elevada.
66 Un sistema de pensiones sostenible
•Una obligatoriedad de contribución de trabajadores y em-
presarios, soportada sobre todo por estos últimos.
•Un sistema de prestación definida, en el que la pensión se
calculaba en función de los años cotizados, y la base de
cotización se obtenía con un cálculo tan generoso como
propenso al fraude y a la contribución de solo unos pocos
años. A título de ejemplo, cotizar diez años daba derecho
a una pensión del 50% de la base reguladora y esta se
calculaba usando solo las bases de cotización de los dos
últimos años.
•Varios regímenes especiales de la Seguridad Social esta-
ban dirigidos más a mantener algunos privilegios y a evi-
tar conflictividad social que a estructurar el sistema bajo
criterios técnicos de diferenciación.
Con la democracia, el gasto social se expandió rápidamente.
La Constitución estableció que debemos mantener un sistema
de Seguridad Social para todos los ciudadanos que garantice
una adecuada asistencia y beneficios sociales ante la adversi-
dad, especialmente en el caso del desempleo que en 1978 ya
era muy preocupante.
Desde entonces se han sucedido varias reformas. Todas ellas
fueron necesarias, decisivas y técnicamente adecuadas para
conseguir que el SPP mantuviese un adecuado funcionamiento.
Las correspondientes a los Gobiernos del presidente González
tuvieron lugar a lo largo de varios años:
•En 1985 hubo una Ley de Medidas Urgentes para la Racio-
nalización de la Estructura y Acción Protectora del Sistema
de Seguridad Social. Le costó la primera huelga general al
67Nuestra actual Seguridad Social
Gobierno socialista de Felipe González y abrió una bre-
cha abismal en sus relaciones futuras con los sindicatos.
Sin embargo, las medidas fueron acertadas: incremento
del número de años mínimo de cotización desde 10 a 15,
incremento de la base de cálculo de 2 a 8 años, e indicia-
ción automática de la revalorización de las pensiones a la
inflación esperada (esta medida es más que discutible).
•En 1987 se crearon los planes y fondos de pensiones como
complemento a las pensiones públicas y fueron desarro-
llados posteriormente con un reglamento en 1988.
•En 1991 se publica un real decreto que desarrollan las
pensiones no contributivas para aquellos sin recursos y
que no hayan cotizado a la Seguridad Social.
•En 1993 CiU propone crear un grupo de trabajo para ela-
borar una propuesta de reforma de la Seguridad Social
dando lugar al primer informe del Pacto de Toledo que
se aprueba en 1995 e incluye recomendaciones en diver-
sas áreas: racionalización y separación de las fuentes de
financiación de la Seguridad Social, simplificación de los
regímenes especiales, mayor equidad entre salarios reales
y cotizaciones, mayor proporcionalidad entre contribucio-
nes y prestaciones, mejora de pensiones de viudedad y
orfandad, automatización de las pensiones así como la
posposición voluntaria de la edad de jubilación.
Tras el ascenso al poder del Partido Popular, las reformas
continúan con el presidente Aznar:
• En 1997 se impulsa la Ley de Consolidación y Raciona-
lización del Sistema de Seguridad Social con el soporte
68 Un sistema de pensiones sostenible
de las dos organizaciones sindicales mayoritarias, CCOO
y UGT. Se separan las fuentes de financiación del siste-
ma, se crea el Fondo de Reserva de la Seguridad Social,
(FRSS en adelante), se vuelve a reforzar la indiciación
de pensiones con inflación, se reducen las penalizacio-
nes por jubilación anticipada, se mejoran pensiones de
viudedad y se alargan las de orfandad. Algo muy impor-
tante es que se vuelve a cambiar la fórmula de cálculo
de las pensiones de jubilación pasando de 8 a 15 años
para su cálculo de forma progresiva. Además, con 15
años se tiene un derecho de pensión del 50% de la base
reguladora (antes era el 60%), y se añade un 3% por
cada año adicional por los siguientes 10 años (hasta 25
años cotizados) y de un 2 % por los siguientes 10 años.
Por tanto, una persona que cotice 15 años tiene derecho
al 50% de la base reguladora, un 65% si ha cotizado 20
años, 80% si ha cotizado 25 años, 90% si ha cotizado 30
años y 100% si ha cotizado 35 años. Aunque la medida
iba en la dirección correcta, aún incentivaba las carreras
cortas de cotizaciones.
• En 2002 se lanza una ley atendiendo a las directrices eu-
ropeas de medidas para establecer un sistema gradual y
flexible de jubilación. Realmente Bruselas pretendía re-
ducir de manera global el número de jubilaciones anti-
cipadas, no aumentarlo, que es lo que ocurrió. Esta ley
permitía el retiro a tiempo parcial, se incentivaba con un
2% más de base reguladora por año que excediera la edad
de 65 años para el caso de haber cotizado más de 35 años
(demasiado poco y con demasiadas condiciones). Se ex-
tendió la jubilación anticipada a los mayores de 61 años si
69Nuestra actual Seguridad Social
habían cotizado más de 30 años y si además estaban ins-
critos en los servicios de demanda de empleo. En sentido
contrario, se penalizaba la jubilación anticipada del 7,5%
por año adelantado de jubilación y para aquellos que hu-
bieran cotizado entre 31 y 40 años. Finalmente incluía una
reducción del 50% de la cuota empresarial de Seguridad
Social para los mayores de 60 años con más de 5 años de
antigüedad en la empresa.
2. LAS REfORMAS MáS RECIENTES
¿Cómo incide la reciente reforma de nuestra Constitución? Aun-
que esta reforma ha pasado casi desapercibida, para la opinión
pública, conlleva inquietantes restricciones a largo plazo. En la
proyección futura de las pensiones públicas cabe estimar que,
inicialmente, las pensiones crecerán más que las cotizaciones,
aflorando un déficit en la cuenta de resultados del Sistema Pú-
blico de Pensiones. En ese momento, el Fondo de Reserva de la
Seguridad Social entrará a compensar los déficits. Sin embargo,
transcurridos unos cuantos años, el fondo se agotará.
Hasta ahora, los técnicos opinaban que simplemente el Esta-
do transferiría recursos desde los Presupuestos Generales para
equilibrar las cuentas. Ahora bien, con la reforma de la Cons-
titución acordada en septiembre de 2011, las posibilidades se
limitan drásticamente. El Estado no podrá asumir alegremente
nuevos endeudamientos, dado que las pensiones son el típico
gasto cuya proyección es autónoma y exponencial. Si el Estado
quisiese incrementar sus transferencias, habría que recortar por
otra parte: en sanidad, educación, infraestructuras, investiga-
ción, defensa, etc.
70 Un sistema de pensiones sostenible
¿Qué dice el nuevo artículo de la Constitución? El artículo
135 de la Constitución Española queda redactado de esta ma-
nera:
«1. Todas las Administraciones Públicas adecuarán sus actua-
ciones al principio de estabilidad presupuestaria.
2. El Estado y las Comunidades Autónomas no podrán in-
currir en un déficit estructural que supere los márgenes
establecidos, en su caso, por la Unión Europea para sus
Estados Miembros.
Una Ley Orgánica fijará el déficit estructural máximo per-
mitido al Estado y a las Comunidades Autónomas, en rela-
ción con su producto interior bruto. Las Entidades Locales
deberán presentar equilibrio presupuestario.
3. El Estado y las Comunidades Autónomas habrán de estar
autorizados por Ley para emitir deuda pública o contraer
crédito.
Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de
la deuda pública de las Administraciones se entenderán
siempre incluidos en el estado de gastos de sus presu-
puestos y su pago gozará de prioridad absoluta. Estos cré-
ditos no podrán ser objeto de enmienda o modificación,
mientras se ajusten a las condiciones de la Ley de emisión.
El volumen de deuda pública del conjunto de las Ad-
ministraciones Públicas en relación al producto interior
bruto del Estado no podrá superar el valor de referencia
establecido en el Tratado de Funcionamiento de la Unión
Europea.
4. Los límites de déficit estructural y de volumen de deuda
pública solo podrán superarse en caso de catástrofes na-
71Nuestra actual Seguridad Social
turales, recesión económica o situaciones de emergencia
extraordinaria que escapen al control del Estado y per-
judiquen considerablemente la situación financiera o la
sostenibilidad económica o social del Estado, apreciadas
por la mayoría absoluta de los miembros del Congreso de
los Diputados.
5. Una Ley Orgánica desarrollará los principios a que se
refiere este artículo, así como la participación, en los
procedimientos respectivos, de los órganos de coordi-
nación institucional entre las Administraciones Públicas
en materia de política fiscal y financiera. En todo caso,
regulará:
a) La distribución de los límites de déficit y de deuda en-
tre las distintas Administraciones Públicas, los supues-
tos excepcionales de superación de los mismos y la
forma y plazo de corrección de las desviaciones que
sobre uno y otro pudieran producirse.
b) La metodología y el procedimiento para el cálculo del
déficit estructural.
c) La responsabilidad de cada Administración Pública en
caso de incumplimiento de los objetivos de estabilidad
presupuestaria.
6. Las Comunidades Autónomas, de acuerdo con sus respec-
tivos Estatutos y dentro de los límites a que se refiere este
artículo, adoptarán las disposiciones que procedan para
la aplicación efectiva del principio de estabilidad en sus
normas y decisiones presupuestarias.
72 Un sistema de pensiones sostenible
Disposición adicional única.
1. La Ley Orgánica prevista en el artículo 135 de la Cons-
titución Española deberá estar aprobada antes de 30 de
junio de 2012.
2. Dicha ley contemplará los mecanismos que permitan
el cumplimiento del límite de deuda a que se refiere el
artículo 135.3.
3. Los límites de déficit estructural establecidos en el
135.2 de la Constitución Española entrarán en vigor a
partir de 2020.
Disposición final única
La presente reforma del artículo 135 de la Constitución
Española entrará en vigor el mismo día de la publicación
de su texto oficial en el Boletín Oficial del Estado. Se pu-
blicará también en las demás lenguas de España.»
¿Cuáles y porqué han sido las últimas reformas en materia
de pensiones? Todos los estudios demográficos de diferentes
organismos ya sean públicos o privados, estatales o europeos,
independientemente de la ideología que procesen, arrojan un
claro resultado: el envejecimiento de la población europea es
evidente y se agudizará en los próximos años. En el caso de
España, esta proyección del envejecimiento futuro de la po-
blación se acentúa aún más si cabe, fruto, entre otras causas,
de la jubilación de las cohortes de población que formaron
parte del más que conocido fenómeno demográfico del baby
boom. En consecuencia, y dadas unas proyecciones económi-
cas razonables, cabe pensar que el gasto público en pensio-
nes, en nuestro país, se va a incrementar de forma importante
73Nuestra actual Seguridad Social
en el futuro. Y además, lo va a hacer por encima de la media
europea.
La feroz crisis económica en la que nos vemos inmersos tuvo
como primera réplica un incremento del gasto público en res-
puesta a la caída de la demanda interna. Esta medida se tomó
pensando que en unos pocos años, y una vez estimulada la
demanda interna, se recuperaría, vía impuestos, el mayor desem-
bolso público realizado. Posiblemente esta decisión se adoptó
pensando que la crisis no sería tan profunda. Nada más lejos de
la realidad, la consecuencia directa ha sido la transformación del
superávit presupuestario del 2% que arrojaban las cuentas pú-
blicas españolas en 2007 en un déficit del 11,1% en 2009. Ahora
estamos sufriendo las duras medidas de ajuste presupuestario.
La consecuencia directa de este déficit fue la necesidad de incre-
mentar la financiación del Estado vía emisión de deuda pública.
El volumen de la misma ha llegado a alcanzar hasta un 90% del
PIB. Ante estos elevados volúmenes de endeudamiento, y dada
la crisis de deuda en la mayor parte de los países de la zona
euro, desde los propios organismos europeos se ha planteado la
consolidación fiscal tanto a corto como a largo plazo. Es por esta
última razón por la que en España resurge con fuerza la necesi-
dad de reformar el sistema público de pensiones, con la idea de
asegurar su sostenibilidad a largo plazo y devolver la confianza a
los mercados financieros en la deuda pública española.
Ante este panorama, España, junto a otros países de la zona
euro, se adhirieron a lo que se denomina como «Pacto por el
Euro Plus». Este es un pacto por la estabilidad, el crecimiento y
la competitividad tanto a corto como a largo plazo. Dentro del
marco de actuación de este Pacto, se encuadra lo que se de-
nomina como «factor de sostenibilidad». El asumir por parte de
74 Un sistema de pensiones sostenible
los Estados miembros este principio se traduce en la obligación
de ligar la edad efectiva de jubilación con la evolución de la
esperanza de vida. O lo que es lo mismo, ante la previsión de
incremento en la esperanza de vida, no es nada despreciable
la probabilidad de que en un futuro se vuelva a incrementar la
edad de jubilación.
Bajo este contexto se decide intervenir directamente sobre el
sistema de Seguridad Social, con un doble objetivo: equipararlo
al resto de sistemas europeos y favorecer su estabilidad finan-
ciera a largo plazo.
La reforma del Gobierno Zapatero
Hay que destacar que esta reforma no ataca las bases del
sistema y que el modelo del sistema no se pone en cuestión.
Realmente lo que se ha modificado han sido los parámetros
que forman el modelo. Es lo que se conoce como reforma pa-
ramétrica. Estos cambios en los parámetros del modelo afectan
principalmente al cálculo de la pensión final y se pueden resu-
mir en los siguientes puntos:
• Ampliación de la edad legal de jubilación hasta los 67
años:
Esta edad se incrementará progresivamente desde los 65
años actuales hasta los 67 años en 2027. El aumento en la
edad de jubilación se incorporará gradualmente durante
un periodo de transición que va desde enero de 2013 has-
ta 2027.
• Periodo de cómputo de la pensión:
Hasta ahora, para el cálculo de la base reguladora, se utili-
75Nuestra actual Seguridad Social
zaban las bases de cotización de los últimos 15 años. Tras
la reforma, se incorpora un periodo transitorio hasta que
en 2022 el período de cómputo sea de 25 años. Se favore-
ce de este modo el principio de contributividad.
• Periodo de cotización necesario para obtener el 100% de
la base reguladora:
Se incrementará paulatinamente a partir de 2013 hasta que
en 2027 se haya pasado de 35 a 37 años. No obstante lo
anterior, se podrá obtener a los 65 años el 100% de la pen-
sión si en su 65 aniversario el cotizante tiene justificados
una vida laboral de al menos 38,5 años.
• La jubilación anticipada pasa de los 61 años a los 63:
Con carácter general, se aplicará un coeficiente reductor
del 7,5% por cada año de anticipo de la pensión.
• Se incorpora el factor de sostenibilidad:
Supone que, en función de los resultados obtenidos en
revisiones quinquenales del sistema, el Estado tiene la
obligación de realizar los ajustes necesarios para garan-
tizar el sostenimiento a largo plazo de las pensiones pú-
blicas.
3. vALORACIÓN DEL PROCESO DE REfORMAS DE LA SEGURIDAD SOCIAL
En el proceso de reforma de la Seguridad Social se aprecian
tres grandes niveles. Un nivel profundo de reformas, las de los
primeros Gobiernos socialistas, que fueron de racionalización y
adecuación de las pensiones y su financiación. Estas reformas
atacaron el fondo del problema, despejando el horizonte por
dos décadas.
76 Un sistema de pensiones sostenible
Un segundo nivel de reformas en la parte final de los Go-
biernos de González y de Aznar, que lo que hicieron fue me-
jorar, completar, retocar las reformas ya emprendidas, mante-
niendo el sistema sin cambios básicos y sin mirar a largo plazo.
Finalmente, un tercer nivel de reformas, con la última revi-
sión de la Seguridad Social del último Gobierno de Zapatero, en
medio de una crisis galopante, se vio impulsada exteriormente
por Bruselas. Sin duda, avanza en la dirección correcta de rees-
tablecer un equilibrio entre cotizaciones, esperanza media de
vida y edad de jubilación. Sin embargo, peca de ser demasiado
gradual, acomodaticia, con poco ánimo de afrontar reformas más
allá de lo que nos obligue la Unión Europea. En este sentido ha
sido una reforma en falso, puesto que fue la oportunidad para
afrontar un cambio de modelo en profundidad, que facilitara un
sistema de pensiones sostenible a largo plazo.
Lo más relevante de todo este tiempo ha sido, en mi opinión,
el Pacto de Toledo. Supone un hito por cuanto se fundamenta
en la legitimidad parlamentaria y en la actuación por consenso.
Ha aportado avances en la reforma del Sistema de Pensiones, si
bien presenta una debilidad grave: el horizonte de las reformas
es corto comparado con la vida del SPP por lo que las reformas
a largo plazo, de mayor calado, se dejan a un lado.
Un efecto secundario de la existencia del Pacto de Toledo se
deriva de la tendencia a transmitir a la opinión pública que se
está actuando y que, por consiguiente, todo está en orden, es
viable y solvente. Este efecto secundario es nocivo dado que en
vez de comunicar la necesidad de reformar, existe un pacto de
silencio, un consenso, para no suscitar inquietud en la ciuda-
danía. Se envían los mensajes que los ciudadanos quieren oír:
consenso, unidad, tranquilidad. La opinión pública está sedada,
77Nuestra actual Seguridad Social
pero la fuerza de los hechos, de la demografía, de los desequi-
librios de las pensiones, de la crisis económica, hará que los
ciudadanos despierten con un resultado que puede ir desde
la desafección a las instituciones del sistema democrático. De
nada sirve negar los problemas del SPP.
4. INTERESADOS fRENTE A NEGACIONISTAS
Varias instituciones privadas han ido emitiendo mensajes de
alarma sobre el SPP. Combatir los informes elaborados con fi-
nanciación privada es sencillo. En último extremo se caricatu-
riza al sector privado de las pensiones como parte interesada y
no neutral en el debate de las mismas. De esta forma, el sector
privado se ve como un conjunto de buitres sobrevolando la
crisis del sistema prestos a sacarle provecho. Menos pensiones
públicas implican más pensiones privadas, más negocio, y por
tanto más beneficios.
En frente tenemos a los defensores de las tesis negacionistas.
Niegan que exista un problema real de las pensiones, y se basan
en distintos argumentos. Tenemos las tesis salvadoras que se
apoyan en el crecimiento, las de la productividad, las de la incor-
poración de la mujer al trabajo, las del siglo prodigioso, las de la
mano negra del capitalismo, las de la esperanza es lo último que
se pierde. Veamos en detalle algunos argumentos negacionistas.
4.1 El crecimiento económico soluciona el problema del SPP
Durante muchos años esta teoría ha tomado diversas formas.
Hace unos quince años las tesis negacionistas mantuvieron que
las pensiones públicas solo necesitaban un crecimiento eco-
78 Un sistema de pensiones sostenible
nómico del 2,5% para generar el suficiente empleo de forma
tal que una mayor base de trabajadores permitiera pagar a un
mayor número de pensionistas. Durante una década fue cierto.
El crecimiento del número de cotizantes fue de tal magnitud
que el sistema de la Seguridad Social parecía sólido y bien fi-
nanciado para siempre.
La realidad surgió tras la crisis. Aún no sabemos cómo es po-
sible que en España el crecimiento del desempleo esté siendo
muy superior al que se derivaría del decrecimiento de nuestra
economía en crisis y no se atisba una mejora del mercado la-
boral a corto plazo.
4.2 Un incremento de la productividad del trabajo mejora las
cuentas del sistema
Un segundo argumento negacionista se fundamenta en el
aumento de la productividad del trabajo. El razonamiento inci-
de en que, aunque crezca poco el número de trabajadores en
activo que cotizan al sistema, no importa demasiado si aumenta
mucho su productividad y en consecuencia se incrementan las
cotizaciones al sistema. En efecto, en la segunda mitad del siglo
XX ha habido un importante incremento de la productividad
del trabajo. Sin embargo, el factor decisivo no es tanto la pro-
ductividad global como las rentas de trabajo que perciben los
trabajadores y que son gravadas con las contribuciones al SPP.
En muchas economías occidentales se puede constatar que
el aumento en la productividad del factor trabajo no se ha tra-
ducido en que este haya tenido más peso dentro de la renta
producida en la nación. Dicho de otra forma, los trabajadores
producen más por hora pero no se traslada a sus sueldos au-
79Nuestra actual Seguridad Social
tomáticamente. A modo de ilustración, el siguiente gráfico nos
muestra el comportamiento de las rentas de trabajo en España.
Gráfico 5
Evolución del reparto de la riqueza en España
Fuente: INE
Pues bien, en medio de la crisis podemos constatar que se
está produciendo un aumento de la productividad del trabajo
muy considerable. La productividad básicamente mide lo pro-
ducido, output, por unidad de factor empleado. Es decir, mide
lo que producimos por una unidad de trabajo.
En definitiva, la productividad en España no solo está au-
mentando sino que crece a un fuerte ritmo. Entre otras causas,
porque las empresas y las administraciones públicas están in-
tentando hacer lo mismo con muchos menos trabajadores. El
efecto sobre las rentas salariales es su disminución. Estas cada
vez representan menos dentro del porcentaje de las rentas de la
60
50
40
30
20
10
02000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Remuneración de los asalariados
Excedente de explotación bruto
Impuestos netos sobre la producción y las importaciones
%
80 Un sistema de pensiones sostenible
nación. Realmente estamos consiguiendo producir un 5% menos
que hace unos años pero usando un 15% menos de empleados.
Adicionalmente, el coste por hora laboral está estancado en 2012
y con pésimas perspectivas para 2013, 2014 y 2015 según acaba
de decir el propio Gobierno. Si le hiciésemos caso al Instituto Ifo,
oráculo de la economía alemana, España debería pasar por una
fase larga de austeridad tras la cual habría una deflación interna
del 30%. Por lo tanto, va a ser muy difícil que las rentas laborales,
base de las cotizaciones al SPP, se recuperen y crezcan, incluso
en un contexto de fuerte mejora de la productividad del trabajo.
4.3 La masiva incorporación de la mujer al trabajo
Un tercer argumento es simplemente tan falaz como políti-
camente correcto. Hemos visto cómo los altos responsables del
anterior Gobierno han comunicado que una de las soluciones
a largo plazo para estabilizar las pensiones públicas es la incor-
poración de la mujer al trabajo. Sin duda es deseable, es con-
veniente y es de justicia que cada vez las mujeres ocupen más
presencia en el mercado laboral. Ahora bien ¿cuál es el efecto
sobre las cuentas de las pensiones públicas?
Las contribuciones al SPP son las mismas para varones y
para mujeres. Ello no es por razones técnicas actuariales, sino
por razón de igualdad de trato, es decir, para evitar un trato
discriminatorio entre sexos. Lo relevante es: ¿son las mujeres
más baratas o más caras que los hombres en términos de pen-
siones? Está claro que ellas viven más. Si su esperanza media
de vida tras la jubilación es de unos dos años más que las de
los hombres, las pensiones de jubilación que percibirán en el
futuro pueden costar un 10% más que las de los hombres.
81Nuestra actual Seguridad Social
En la medida en la que las mujeres se incorporen a la activi-
dad laboral, deberían elevarse las contribuciones progresivamen-
te un 5% (asumiendo que es justo y lógico que este mayor coste
se repercuta entre todos los cotizantes independientemente de
su sexo). Pues bien, en España podemos constatar que, en las
últimas décadas, las mujeres han ido contribuyendo más al PIB
sin que se hayan elevado las contribuciones sociales de forma
correlativa. Esta inacción genera un déficit que podemos cuan-
tificar en unos 5.000 millones de euros al año, un 0,5% del PIB.
5. RENTABILIDAD DEL SISTEMA PúBLICO y DEL PRIvADO. ¿qUIéN DA MáS EN LA PRáCTICA?
A lo largo de estos últimos años ha surgido una curiosa polé-
mica acerca de la rentabilidad de las pensiones públicas frente
a las privadas. El argumento parte de calcular las tasas anuales
equivalentes (TAE).
Es decir, en un sistema privado, lo que obtiene el cliente es
el valor capitalizado (resultado de las inversiones realizadas y
restando los gastos) de sus aportaciones. Con un ejemplo se
aprecia mejor. Pongamos que aportamos 10.000 euros en tér-
minos reales todos los años a un plan de pensiones (es decir,
aportaciones que se incrementan cada año lo mismo que la in-
flación, que estimamos en un 2,5%,), durante 40 años, y al final
del período tenemos un capital acumulado de 1.582.575 euros.
En definitiva, hemos puesto 674.026 euros y la rentabilidad adi-
cional obtenida es de 908.249 euros. La tasa anual equivalente
es del 2% en términos reales (es decir, sin tener en cuenta la
inflación). La rentabilidad del plan para el ilustre cliente alcan-
zaría el 4,55%. Nada mal.
82 Un sistema de pensiones sostenible
Es normal que, en un país con cierta propensión a la pica-
resca, enseguida alguien se pregunte: ¿qué habría ocurrido si
hubiésemos aportado esos mismos importes al Régimen Gene-
ral de la Seguridad Social?, ¿habríamos obtenido más o menos
por nuestro dinero? Gana de calle el SPP. ¿Por qué? Porque reci-
bimos del SPP más de lo que aportamos al mismo. El SPP ofre-
ce duros a cuatro pesetas. El problema es que no es sostenible.
Muchos lo han intentado, pero el sistema colapsa siempre.
6. CUENTA DE RESULTADOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Cuando hablamos del SPP y de sus problemas de financiación
solemos referirnos a los problemas de la cuenta de resultados.
Esta permite calcular y explicar los beneficios o pérdidas de
una empresa, pero también de una familia o del SPP.
6.1 ¿Cómo se conforma una cuenta de resultados de una em-
presa, de una familia, de un SPP?
Una cuenta de resultados se calcula básicamente sumando y
restando partidas. Se han de sumar los ingresos no financieros
de un período de referencia (normalmente un año), que en
una empresa serán las ventas, en una familia pueden ser las
nóminas y en un SPP las contribuciones empresariales y del
trabajador. A ello le restamos los gastos no financieros, que en
una empresa serán los costes de los inputs necesarios para la
producción, las nóminas de los empleados, sus contribuciones
sociales y otros gastos; en una familia serán los gastos de co-
legio, luz, teléfono, gas, agua, comunidad, alquiler, etc.; en un
83Nuestra actual Seguridad Social
SPP son los gastos de gestión normales derivados de la activi-
dad (nóminas, proveedores, alquileres…). Con diferencia, la
partida más importante de un SPP es el pago de prestaciones
(jubilación, viudedad, orfandad, invalidez y otras).
CUENTA DE RESULTADOS DE UNA FAMILIA
GASTOS INGRESOS
1.000 € Luz Nóminas 20.000 €
5.000 € Colegio Intereses Bancarios 100 €
6.000 € Alquiler
700 € Teléfono
100 € Agua
200 € Otros gastos
2.000 € Impuestos_______
15.000 € _______ _________
5.100 € Beneficio 20.100 €
CUENTA DE RESULTADOS DE UNA EMPRESA
GASTOS INGRESOS
10.000 € Luz Ventas 300.000 €
100.000 € Nóminas Intereses Bancarios 1.000 €
25.000 € C. Seguridad Social
20.000 € Amortización Inmovilizado
30.000 € Intereses de Créditos
50.000 € Compras
15.000 € Impuestos_______ _________
51.000 € Beneficio 301.000 €
84 Un sistema de pensiones sostenible
Además la cuenta de resultados real de un SPP debe incluir
como gasto, por un principio de prudencia elemental, la dota-
ción a las provisiones matemáticas cada vez que un trabajador
en activo incrementa su derecho a percibir una pensión en el
futuro. También como ingreso, la cuenta de resultados de un
SPP debe incluir la desdotación de las provisiones, como por
ejemplo cuando fallece un jubilado y no procede pagarle más.
De hecho, así es como funciona la contabilidad ortodoxa para
asegurar pensiones en las entidades aseguradoras.
6.2 ¿Qué ocurre cuando se decide aumentar la edad de jubi-
lación en dos años?
Para muchos de los cotizantes activos con base de cotiza-
ción anual de 30.000 euros, el efecto de aumentar dos años
las cotizaciones y de recortar dos años las prestaciones puede
suponerles una reducción de unos 70.000 euros en sus pro-
visiones matemáticas. Esto debería ser así en la contabilidad
ortodoxa, pero no lo es en los SPP. Nuestro SPP no dota nada
cuando se comienza a generar una expectativa futura de cobro
de pensión. Por tanto, la cuenta de resultados oficial del SPP
miente más que explica. Sobre todo, porque el importe de las
variaciones de las provisiones matemáticas es muy superior al
desequilibrio existente entre ingresos por contribuciones y gas-
tos por pensiones.
El neto de los ingresos y gastos no financieros ya suele ser
bastante explicativo del tipo de actividad, pero es insuficiente
para saber la situación del negocio. Además hay que añadir los
ingresos financieros. En una empresa serán, por ejemplo, los in-
gresos obtenidos por las inversiones de tesorería. En una familia,
85Nuestra actual Seguridad Social
los intereses de las imposiciones a plazo fijo o de los rendimien-
tos de los fondos de inversión. En un SPP también pueden existir
ingresos financieros, los más destacables son los rendimientos
del Fondo de Reserva de la Seguridad Social (FRSS).
Procede además restar los gastos financieros. En una em-
presa serán, por ejemplo, los derivados de los intereses de
una cuenta de crédito concedida por el banco. En una fa-
milia, los gastos financieros son los intereses de la hipoteca
o de un crédito al consumo. En la cuota de la hipoteca hay
siempre una parte de intereses de la deuda pendiente y otra
de amortización de capital. Los gastos financieros son solo
los intereses.
6.3 ¿Qué debería incluirse dentro de los gastos financieros de
un SPP?
En un SPP los gastos financieros deberían incluir al menos
los intereses de la deuda contraída con los pensionistas y los
activos. Este punto es clave y merece un análisis más detalla-
do.
Cuando un empleado comienza su actividad, comienza a
cotizar. Esto supone un ingreso para el SPP. También implica
una provisión, un compromiso futuro con el trabajador que hay
que tener muy en cuenta y que funciona como si el SPP pidiese
una hipoteca. Al SPP cada ciudadano, con cada aportación que
realice, directamente o en su nombre la empresa en la que tra-
baja, le da un crédito para que financie su pensión en el futuro
y por tanto, debemos tener en cuenta como gastos los intereses
imputables a esa hipoteca que tiene el SPP con todos y cada
uno de sus usuarios contribuyentes.
86 Un sistema de pensiones sostenible
Ahora bien, por los importes que un SPP como el español
tiene comprometidos tanto con sus pensionistas como con sus
activos, el coste de la deuda encubierta del SPP es con diferen-
cia la principal partida de la cuenta de resultados.
CUENTA DE RESULTADOS
AJUSTADA DE UN SPP
GASTOS INGRESOS
100.000 M€ Pensiones y otras prestac. Contribuciones 100.000 M€
5.000 M€ Gastos de estructura Ingresos financieros 3.000 M€
1.000 M€ Amortizaciones Otros ingresos 3.000 M€
90.000 M€ Dotación de Provisiones Desdotac. de prov 100.000 M€
60.000 M€ Intereses deuda contraída________ ________
256.000 M€ Pérdida 50.000 M€
Si fuese una familia, sería como si esta ingresase 25.000 eu-
ros al año, se gastase 23.000 euros en comer, vestir, teléfono,
etc., y aumentase en 2.000 sus ahorros en depósitos bancarios.
Muy mal tendrían que gestionar las cuentas domésticas si se
olvidasen de que tienen una hipoteca de 300.000 euros al 4%
cuyos intereses (sin contar devolver cuota de capital al banco)
fuesen de 12.000 euros. Una familia como la anterior tiene un
serio problema: está sobreendeudada ya que con los ingresos
puede hacer frente a los gastos normales, pero no llega a pa-
gar la carga de intereses de la hipoteca y mucho menos puede
reducirla; no le alcanza para devolver el principal al banco. Y
es seguro que este les llamará para ver cómo van a pagar la
hipoteca.
87Nuestra actual Seguridad Social
6.4 La hipoteca generacional
Algo parecido le ocurre al SPP, solo que es una hipoteca
generacional que heredarán las generaciones futuras, lo cual
conlleva grandes ventajas para quienes no desean abrir el de-
bate de la sostenibilidad de la pensiones. Las características de
esta hipoteca generacional son que:
•Nadie la ve. Sucede como hace unos años con la capa
de ozono: era algo muy importante pero resultaba muy
difícil calcular su dimensión exacta, nadie sabía muy bien
qué es lo que ocurría, solo unos científicos tachados de
locos atisbaban el problema, pero el agujero de la capa de
ozono podía ocasionar daños irreparables. Solo cuando
la NASA comenzó a difundir fotos se extendió la concien-
ciación del problema. Pues bien, hay pocas fotos sobre el
estado real de la cuenta de resultados de la Seguridad So-
cial y es el momento de fijarse esta tarea como prioritaria.
•A diferencia de las hipotecas convencionales, la hipoteca
generacional no tiene un banco detrás que amenace con
desahuciar si no pagas. Al revés, los que dirigen la insti-
tución no quieren causarte alarma y te dicen que todo va
bien.
•En todo caso el tiempo es decisivo. Como el juego de la
cerilla encendida, existe bastante interés en no quemarse
los dedos y pasar la cerilla a la siguiente generación.
Una vez que estimamos cifras, por muy burdas que es-
tas sean, la foto resultante cambia mucho. Pasamos de una
cuenta de resultados casi equilibrada, la que nos enseñan ha-
88 Un sistema de pensiones sostenible
bitualmente, mientras el Gobierno y la oposición se tiran los
trastos a la cabeza sobre si gastamos más que ingresamos y
qué gastos hay que recortar. Sin embargo lo verdaderamente
importante, se omite. Deberíamos estar dotando al SPP con
cifras mareantes tan solo para evitar que la hipoteca genera-
cional se disparase.
6.5 Cuenta oficial de resultados y cuenta ajustada de resulta-
dos del SPP
La cuenta oficial de resultados del SPP presenta los gastos
e ingresos de la actividad: pago de nóminas a empleados, gas-
tos de aprovisionamiento, amortizaciones de inmovilizado, etc.
Dentro de los ingresos, los de las inversiones de tesorería, los
derivados de las rentas de sus inmuebles en alquiler, las ventas
de activos, etc.
Con ser cifras relevantes, son minúsculas comparadas con
las cifras de su actividad.
En un epígrafe mucho más importante encontramos los in-
gresos por contribuciones empresariales y laborales a los dife-
rentes regímenes: régimen especial, autónomos, agrarios, etc.
En otro epígrafe de salidas, las prestaciones por regímenes, por
tipo de prestación: jubilación, viudedad e incapacidad con sus
diferentes variantes y vinculadas a los diferentes regímenes. Lo
que no encontramos por ningún lado son los intereses de la
deuda del SPP con las generaciones presentes ni futuras.
Como se ve en el gráfico adjunto, la crisis ha hecho mella en
las cotizaciones sociales, mientras que las prestaciones siguen
imparables.
89Nuestra actual Seguridad Social
Gráfico 6
Ingresos y gastos de la Seguridad Social
Al mismo tiempo se puede ver el superávit que hemos te-
nido durante más de diez años aunque ahora el déficit se ha
disparado (previsiones oficiales para 2013)
Gráfico 7
Superávit / déficit
Pensiones en vigor por regímenes. Total pensiones
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
140
120
100
80
60
40
20
0
mill
ones
de
euro
s
Cotizaciones Sociales Prestaciones Económicas
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Diferencia entre cotizaciones y prestaciones
15
10
5
0
-5
-10
-15
-20
mill
ones
de
euro
s
90 Un sistema de pensiones sostenible
Datos a 1 de dicembre de 2012
RegímenesValores absolutos
Número Importe P. MediaGeneral (*) 6.085.535 5.732.396.084,78 941,97Trabajadores autónomos 1.882.444 1.104.741.904,61 586,87Trabajadores del mar 131.222 117.170.195,13 892,92Minería del carbón 67.506 97.512.193,31 1.444,50Empleados de hogar 175.148 86.505.412,64 493,9Accidentes de trabajo 209.041 188.052.855,10 899,6Enfermedades profesionales 41.126 46.706.545,00 1.135,69
Total regímenes 8.592.022 7.373.085.190,57 858,13Sovi 407.023 152.507.363,83 374,69Total sistema 8.999.045 7.525.592.554,40 836,27
RegímenesDistribución porcentual
S/Total sistema S/Total régimenNúmero Importe Número Importe
General (*) 67,62 76,17 100 100Trabajadores autónomos 20,92 14,68 100 100Trabajadores del mar 1,46 1,56 100 100Minería del carbón 0,75 1,3 100 100Empleados de hogar 1,95 1,15 100 100Accidentes de trabajo 2,32 2,5 100 100Enfermedades profesionales 0,46 0,62 100 100
Total regímenes 95,48 97,97 100 100Sovi 4,52 2,03 100 100Total sistema 100 100 100 100(*) Con motivo de la entrada en vigor de la Ley 28/2011, de 22 de septiembre, el Régimen Especial Agrario queda integrado en el Régimen General
91Nuestra actual Seguridad Social
Presupuesto de ingresos de la SS 2012-2013 (miles de euros)
RúBRICASECONÓMICAS
Presupuesto 2012 Presupuesto 2013
Importe % Partic. Importe % Partic.
Cotizaciones sociales: 106.322.962,59 88,10 105.863.205,75 82,56
De empresas y trabajadores
96.169.176,09 79,68 97.725.590,00 76,21
Del SPEE y Mutuas (cotizaciones y bonificaciones)
10.153.786,50 8,41 8.137.615,75 6,35
Tasas y otros ingresos 1.665.334,06 1,38 1.539.803,43 1,20
Transferencias corrientes:
8.929.793,60 7,40 15.598.045,17 12,16
De la Administración del Estado
8.868.133,60 7,35 15.537.276,17 12,12
Otras 61.660,00 0,05 60.769,00 0,05
Ingresos patrimoniales 2.933.819,39 2,43 2.655.727,74 2,07
Operaciones corrientes 119.851.909,64 99,31 125.656.782,09 97,99
Enajenación de inversiones reales
812,87 0,00 632,87 0,00
Transferencias de capital:
23.521,18 0,02 20.016,43 0,02
De la Administración del Estado
23.521,18 0,02 20.016,43 0,02
Otras
Operaciones de capital 24.334,05 0,02 20.649,30 0,02
Operaciones no financieras
119.876.243,69 99,33 125.677.431,39 98,01
Activos financieros 516.168,62 0,43 2.107.394,02 1,64
Remanentes de tesorería 298.018,64 0,25 446.910,05 0,35
Pasivos financieros
Operaciones financieras 814.187,26 0,67 2.554.304,07 1,99
PRESUPUESTO CONSOLIDADO
120.690.430,95 100,00 128.231.735,46 100,00
92 Un sistema de pensiones sostenible
La hipoteca generacional es un tema de balance más que de
cuenta de resultados.
6.6 El problema está en el balance
Un balance es una instantánea completa de los derechos y
compromisos que tiene una entidad: es como sacar una foto en
una determinada fecha.
BALANCE
ACTIVO(lo que se tiene)
PATRIMONIO NETO(Lo que se posee)
PASIVO (lo que se debe)
Siguiendo definiciones estándar:
«El estado de situación financiera se estructura a través de
tres conceptos patrimoniales, el activo, el pasivo y el patrimo-
nio neto, desarrollados cada uno de ellos en grupos de cuentas
que representan los diferentes elementos patrimoniales.
El activo incluye todas aquellas cuentas que reflejan los va-
lores de los que dispone la entidad. Todos los elementos del
activo son susceptibles de traer dinero a la empresa en el fu-
turo, bien sea mediante su uso, su venta o su cambio. Por el
contrario, el pasivo muestra todas las obligaciones ciertas del
ente y las contingencias que deben registrarse. Estas obligacio-
nes son, naturalmente, económicas: préstamos, compras con
pago diferido, etc.
93Nuestra actual Seguridad Social
El patrimonio neto es el activo menos el pasivo y representa
los aportes de los propietarios o accionistas más los resultados
no distribuidos. El patrimonio neto o capital contable muestra
también la capacidad que tiene la empresa de autofinanciarse.
La ecuación básica de la contabilidad relaciona estos tres
conceptos:
Patrimonio neto = Activo - Pasivo
que dicho de manera sencilla es:
Lo que se posee = Lo que se tiene - Lo que se debe».
BALANCE DE UNA FAMILIA
200.000 Vivienda Neto patrimonial 127.000
1.000 Depósitos bancarios Hipoteca 100.000
4.000 Fondos de inversión Préstamos coche 3.000
5.000 Planes de pensiones
10.000 Enseres domésticos
10.000 Coche _________ _______
230.000 230.000
7. ¿CÓMO TENER UN BALANCE AJUSTADO DEL SPP?
En el activo debemos incluir lo que de verdad posee el SPP. De
una parte tenemos los activos del FRSS valorados a precio de
mercado. Además tenemos los activos (inmuebles, solares, etc.)
propiedad de la Seguridad Social. El SPP también tiene activos
frente a terceros, por ejemplo, deudas en curso o derechos
adjudicados en pago de deuda. Típicamente, serían las deudas
94 Un sistema de pensiones sostenible
por cotizaciones a la Seguridad Social que tienen las empresas
pendientes de abonar.
BALANCE DE UN SPP -A-
1.000 Inmuebles Patrimonio neto 75.000
5.000 Inmovilizado Hipotecas de Inmuebles 4.000
60.000 FRSS
1.000 Tesorería
4.000 Deudores Acreedores 1.000 ________ ________
80.000 80.000
En el pasivo tenemos cuentas acreedoras (por ejemplo, re-
tenciones de prestaciones pendientes de ingreso en Hacienda
Pública) o prestaciones pendientes de pago con beneficiarios
del sistema. Quizás también tengamos créditos e hipotecas so-
bre los bienes reales.
Si el balance del SPP fuese el anterior, el neto patrimonial
del SPP reflejaría una situación saneada, por ejemplo, con un
neto patrimonial de 75.000 millones de euros. La contabilidad
debe reflejar no solo los compromisos a corto plazo, sino tam-
bién los de largo plazo. Los que se tendrán en el futuro tanto
con los beneficiarios como con los activos.
7.1 ¿Qué compromisos tiene el SPP?
Con los beneficiarios, el SPP tiene la obligación de pagar
una renta a los jubilados, incapacitados, viudos y huérfanos.
Salvo los huérfanos, los demás cobran en forma de renta vita-
licia. Para estimar el importe del compromiso total del SPP con
95Nuestra actual Seguridad Social
los beneficiarios, hay que calcular una cifra única tal que, con
ese montante de dinero y obteniendo la rentabilidad neta que
estimamos, sea suficiente para pagar en el futuro a todos los
beneficiarios hasta el final de sus días, incluyendo las prestacio-
nes derivadas, como por ejemplo cuando fallece un jubilado y
le sobrevive su viuda.
¿Cómo se realiza este cálculo?, básicamente hay que:
a) Utilizar unas tablas actuariales que reflejen adecuadamen-
te la probabilidad de supervivencia de varones y mujeres,
para cada edad.
b) Proyectar el vector de pagos esperados teniendo en cuen-
ta que habrá revisiones periódicas que suelen ser simila-
res a las del IPC.
c) Actualizar una tasa de descuento razonable para poner en
valor presente el vector de pagos estimados en el futuro.
¿Cuál es el valor actual de las pensiones causadas, (VAPC en
adelante), del SPP?
Parece razonable que lo situemos en el entorno del 90% de
nuestro PIB. Teniendo en cuenta que las prestaciones anuales
actuales suponen un 10% de nuestro PIB, estamos diciendo
que es unas nueve veces el pago anual de las pensiones. In-
terpretado de forma intuitiva, la esperanza media de cobro de
nuestros pensionistas viene a ser de unos nueve años. Unos
vivirán mucho más que otros, pero en media, ronda la década.
En el balance B se aprecia cómo ya hay un agujero de
825.000 millones de euros.
96 Un sistema de pensiones sostenible
BALANCE B
10.000 Inmuebles Patrimonio Neto -825.000
5.000 Inmovilizado VAPC 900.000
60.000 FRSS
1.000 Tesorería Hipotecas de Inmuebles 4.000
4.000 Deudores Acreedores 1.000 _______ _______
80.000 80.000
Una cifra así, asusta. Aunque lo que verdaderamente asusta
es el siguiente gráfico.
En efecto, el FRSS no puede hacer frente ni a un año de
pago de pensiones. Ya en el 2012 se hizo un uso extraordinario
y no programado del FRSS.
Por lo tanto, si dejamos aquí el balance del SPP, estaremos
ante una situación muy delicada: un pasivo enorme frente a un
limitado FRSS. Tenemos una deuda encubierta, que confiamos
en que alguien pague, y que supera el 80% del PIB.
PIB
deuda PúBlIca frss
6%90%
PIB
deuda PúBlIca frss
6%90% 90%
VaPc
97Nuestra actual Seguridad Social
Este cuadro, resulta sin embargo, insuficiente para ver el
estado real del SPP.
7.2 ¿Qué más debe contener el balance del SPP?
El SPP también puede registrar un gran activo: la confianza
en la continuidad institucional del SPP hace que podamos añadir
al activo el valor actual de las contribuciones futuras de los ac-
tuales cotizantes. Añadido esto, el cuadro presenta mucha mejor
perspectiva. Unos dieciocho millones de cotizantes, con unos
veinte años por delante de cotizaciones, permiten añadir un ele-
vado valor actual de futuras cotizaciones. Además presenta una
gran ventaja: los cotizantes tienen unas edades, entre dieciséis y
sesenta y tantos años, en las que la probabilidad de fallecimiento
o de invalidez es baja en comparación con la probabilidad de
acceder a la jubilación. Además, el grueso de las contribuciones
lo encontramos en las próximas dos décadas, por lo que las hi-
pótesis sobre tasas de descuento son menos arriesgadas.
¿No nos dejamos algo? En efecto, los que ahora somos coti-
zantes al SPP algún día esperamos conseguir la dicha de cobrar
sin tener que acudir más al puesto de trabajo. Ahora bien, esta ci-
fra es también enorme y debería ir al pasivo del balance del SPP.
¿De qué importe estamos hablando? Se trata, con diferencia,
de la cifra más elevada y aventurada. La más difícil de estimar
y la que presenta mayor margen de error. Depende entre otras,
de la edad de jubilación, que solo podemos proyectar basán-
donos en las actuales normas, las cuales pueden ser objeto de
revisión por el Parlamento. Adicionalmente, las prestaciones
están retrasadas muchos años, con un período de diferimiento
medio cercano a las tres décadas. Pues bien, cualquier mínimo
98 Un sistema de pensiones sostenible
cambio que hagamos a la tasa de descuento de una pensión de
dentro de treinta años incide drásticamente en su valoración.
Un aumento de la tasa de descuento, del 2 al 3% de interés real,
reduce en un tercio el valor actual de las prestaciones, mientras
que solo reduce un 13% las contribuciones.
En conclusión, debemos subrayar que esta cifra puede variar
mucho más que las del valor actual de las pensiones causadas
o de las contribuciones futuras. La cifra es alarmante, por cuan-
to es muy superior al valor actual de las contribuciones. Lo cual
es lógico. A un ciudadano de cuarenta y siete años de edad, le
queda el 100% de su pensión por cobrar mientras que ya ha
trabajado y contribuido durante el 50% de su vida laboral.
7.3 ¿Cuál es el balance ajustado del SPP?
Aunque solo sea un ejercicio teórico, impreciso, con grave
riesgo de error, el balance ajustado adjunto es preocupante y
debe llamarnos a reformar urgentemente el sistema de pensio-
nes. Una hipoteca generacional de dos veces el PIB es moral-
mente injusta. Y además es insostenible.
BALANCE AJUSTADO
ACTIVO SPP PASIVO
10.000 Inmuebles Patrimonio Neto -2.295.000
5.000 Inmovilizado Hipoteca Generacional
60.000 FRSS VAP Causadas 900.000
1.140.000 VA Contribuc. futuras VA Pensiones de activos 2.610.000
1.000 Tesorería Hipotecas de Inmuebles 4.000
4.000 Deudores Acreedores 1.000 ________ _________
1.220.000 1.220.000
99Nuestra actual Seguridad Social
8. LA hIPOTECA GENERACIONAL y LA SOLIDARIDAD GENERACIONAL
El SPP se ha defendido durante muchos años como una ex-
presión de la solidaridad intergeneracional que compacta so-
cialmente, y que une y estrecha lazos. Esta idea es bella, es la
idea de una familia: los abuelos se esforzaron mucho para que
salieran adelante los padres y estos para que los hijos se abran
un camino en el futuro. Algunos elementos son muy afines: se
nace en una familia, se pertenece a una sociedad, y por tanto
hay elementos trascendentes en ello.
Ahora bien, caben algunas matizaciones al concepto de so-
lidaridad. En general, la solidaridad supone que el que mejor
está comparte sus recursos con el que peor está. Hasta ahora
cada generación en España ha vivido mejor que la anterior.
Pero, ¿podremos decir lo mismo en el futuro?
Nos encontramos en un contexto de expectativas decrecien-
tes. Los trabajadores reducen sus pretensiones, los jóvenes de
hoy recuerdan con envidia el mileurismo de hace cinco años.
Para los que ahora se incorporan al mercado de trabajo, los mi-
nijobs y la precariedad son la norma más que la excepción. To-
frssVaPc90%90% 6%
Va NeTO
acTIVOs
147%200%
PIB
deuda PúBlIcarecONOcIda
frss
6%90% 90%
VaPc
230%147%
Va NeTOacTIVOs
hIPOTecageNeracIONal
100 Un sistema de pensiones sostenible
dos conocemos casos en los que, afortunadamente, la pensión
del abuelo está siendo el salvavidas de la familia en el momen-
to actual. Cada vez con más frecuencia los jóvenes regresan a
la casa de sus padres para lograr llegar a fin de mes. Dentro
de unas décadas, tras mucha precariedad, sueldos limitados
y devaluaciones internas a la alemana, vamos a tener alguna
generación que se retire allá por el año 2040 y que sea mucho
más pobre que las anteriores.
Una primera conclusión es que no está nada claro que la
solidaridad de las generaciones futuras para con las presentes
deba también aplicarse al tema de las pensiones a largo plazo.
Una segunda reflexión es que la solidaridad es voluntaria. Sin
embargo no es voluntaria la obligación de cotizar a un SPP. Una
tercera reflexión sobre la solidaridad es que esta debe ser recí-
proca. La solidaridad está vinculada con el principio de “trata a
los demás como quisieran que te tratasen a ti”. La solidaridad
procede cuando una persona se pone en los zapatos de otra,
percibe su problemática y decide ayudarla. ¿En qué medida
las generaciones actuales percibimos que podemos dejar una
hipoteca inmensa a las generaciones venideras?, ¿estamos com-
prometidos a dejarles equilibrado el sistema de pensiones?
9. ¿CÓMO OCULTAR UN ELEfANTE DEBAJO DE LA ALfOMBRA?
Con todo, el verdadero arte de la ocultación se ejercita en las
cuentas públicas de los países europeos. El valor actual de los
compromisos por pensiones sin financiar tiene dos elementos:
los del sistema público de pensiones y los de los sistemas pri-
vados. Suele copar la atención de los medios de prensa la falta
101Nuestra actual Seguridad Social
de previsiones de los sistemas privados de pensiones. Recorde-
mos la preocupación causada por British Airways en su fusión
con Iberia, derivada de la incertidumbre acerca del nivel de
solvencia remanente de la compañía después de descontar las
provisiones para compromisos por pensiones.
Asuntos como este, que son bastante frecuentes en la prensa
norteamericana o en la británica, no lo son en nuestro país debi-
do al bajo desarrollo de los planes de pensiones, a su necesidad
de hacerlos externos, y a la transferencia de dicho riesgo a las
entidades aseguradoras. El porcentaje de compromisos por pen-
siones no financiados (o sea, el déficit) de las diferentes nacio-
nes de la Unión Europea no llama la atención mayoritariamente.
Puede ser porque dos causas conjuntas atenazan la opinión pú-
blica: de una parte, tenemos a los países con mayor número de
pensiones privadas que públicas, donde no constituye una pre-
ocupación interna y sí que se contempla como una fortaleza a
medio plazo respecto a los otros estados miembros. De otra par-
te, tenemos Estados en los que el gasto en pensiones es incluso
superior al 12% del PIB y que por tanto es fácil que oculten unos
compromisos por pensiones exclusivamente con sus pensionis-
tas superiores al 100% del PIB y que deberían constituir ingentes
fondos de reserva públicos para hacer frente al envejecimiento.
Resultaría curioso establecer fiablemente un ranking de en-
deudamiento público que tuviese en cuenta al menos este as-
pecto. Probablemente nos encontraríamos que algunos países
como Irlanda están en mejor posición de financiarse y otros
como Alemania o Italia no tienen tan buenas perspectivas a
largo plazo. Aunque sea una mera aproximación, la situación
posible sería como lo que se refleja en el gráfico adjunto.
102 Un sistema de pensiones sostenible
Gráfico 8
Endeudamiento reconocido más estimado de VAPC
España estaría en una situación intermedia, con un sistema
de pensiones que ha ahorrado poco, pero con una población
menos envejecida y un nivel bajo de pensiones medias que
contienen el endeudamiento. Sin embargo, tenemos problemas
de financiación a largo plazo del endeudamiento público por
encima de lo que oficialmente se reconoce. Y, por cierto, en
el gráfico se ha omitido el endeudamiento de los compromisos
por pensiones de los actuales trabajadores, que será pagado
por las próximas generaciones.
Por lo tanto, no está siendo tan difícil ocultar un elefante
muerto debajo de la alfombra ya que los países afectados no
están interesados en complicarse la vida. Sin embargo, sí que
debería considerarse como un importante factor desequilibran-
te en las relaciones de poder entre los países más fuertes de la
Unión Europea.
Deuda estimada: VAPC Deuda reconocida: Deuda pública
300
250
200
150
100
50
0Italia Francia Alemania Reino Unido España Irlanda
%PIB
103Nuestra actual Seguridad Social
10. ¿CÓMO CONSTRUIR PUENTES ENTRE EL SPP y LOS PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO?
Cuando hablamos del estado de bienestar incluimos las pensio-
nes, la sanidad, la educación y el desempleo. No hacemos mu-
chos distingos entre los Presupuestos Generales del Estado (PGE)
y el SPP. Los consideramos como dos islas de un mismo país
unidas por un puente. Lo que le pase a una de ellas, repercutirá
en la otra. Damos por hecho que las pensiones que no alcance
a pagar el SPP las atenderá los PGE, al igual que en el pasado
la Seguridad Social ha financiado parte de las pensiones asisten-
ciales que correspondería haber pagado con cargo a los PGE.
A la luz de los hechos recientes, esto merece una reflexión
más profunda. Cuando el sistema bancario ha entrado en difi-
cultades, el Estado ha comenzado dando un aval implícito y ex-
tenso a la banca: se garantizan los depósitos hasta los 100.000
euros. Realmente no ha habido ningún pago de dinero por
conceder este aval: ha sido un acto unilateral y gratuito. Una
liberalidad para sostener el sistema bancario y evitar que colap-
sara en un momento crítico, que por cierto, se ha demostrado
eficaz y acertado.
Los economistas tenemos la manía de valorar no solo lo
que genera transferencias, lo que se paga en dinero, sino que
también tomamos en cuenta las garantías, los avales, los asegu-
ramientos, que se efectúen aunque no conlleven movimiento
dinerario alguno. Pero lo que puso de manifiesto la gestión de
la actual crisis es la existencia de pasarelas entre islas ajenas a
lo público, como el sector bancario, y el Estado.
Nadie —que me conste— ha intentado valorar la opcionali-
dad de una garantía tan elevada por parte del Estado. Para cali-
104 Un sistema de pensiones sostenible
brarlo quizás podría estimarse cuánto valdrían nuestros bancos
sin dicha cobertura pública. Me atrevo a decir que muy poco.
Durarían, como se ha visto en marzo de 2013 en Chipre, ape-
nas unos días antes de tener graves problemas de liquidez y
posteriormente de solvencia. Por tanto, es el Estado el garante
último, verdadero apuntalador de un sistema bancario con pro-
blemas de derrumbe. Por consiguiente, debemos reflexionar
sobre el riesgo que esto supone al estado de bienestar.
Con la crisis actual hemos sobrepasado las líneas rojas entre
lo público y lo privado. El Estado ha tenido que adquirir bancos
inesperadamente y en contra de su voluntad. El coste es eleva-
do y va creciendo con el paso del tiempo. Aunque los bancos
son empresas en quiebra técnica, zombis que sobreviven con
la ayuda estatal, pagan indemnizaciones por desvinculación la-
boral superiores a las de las empresas privadas ahogadas por
el sistema bancario. Tenemos todavía sin resolver el tema de
las preferentes, aunque todo apunta a que se hará mediante
arbitrajes, con cargo al erario público. El resultado final del
SAREB, que esperamos sea favorable, está sujeto a una fuerte
incertidumbre. Empresas concesionarias de la Administración
Pública, por ejemplo, las de autopistas, si hubieran sido renta-
bles habrían hecho su agosto, sin embargo, al registrar pérdidas
se acuerda que sean rescatadas por los poderes públicos. Milla-
res de empresas públicas de objetos diversos, promovidas por
comunidades autónomas y con más que dudosa justificación de
titularidad pública, cuyo objeto social no tiene que ver con el
estado de bienestar están siendo artificialmente mantenidas con
cargo al erario público.
Y, ante esto, no es de extrañar el desapego de la ciudadanía
no solo frente a Bruselas sino frente a las administraciones más
105Nuestra actual Seguridad Social
próximas. Entre otras cosas, porque los ajustes presupuestarios,
que era obligado acometer, se han hecho por el camino más fá-
cil: más impuestos y sobre todo, recortes al estado de bienestar.
Nadie en su sano juicio puede justificar el cierre de un centro
de salud porque haya que financiar una autopista privada ab-
surda, sin demanda de usuarios.
La tesis que defiendo es que debemos construir barreras ins-
titucionales y presupuestarias para evitar que esta crisis alcance
la última trinchera del estado de bienestar que es el SPP. Y la
forma de hacerlo es que reformemos el SPP para que sea viable
desde el punto de vista actuarial y financiero, que reconozca
derechos claramente a sus usuarios, y que su gobierno corpo-
rativo sea más independiente. En conclusión, puentes sí, pero
que también sirvan como cortafuegos.
11. PRIvATIzAR LA SEGURIDAD SOCIAL BAJO LA DIRECTIvA SOLvENCIA II
¿Podemos privatizar la Seguridad Social? Ya sabemos que no,
que es imposible: no tenemos el dinero equivalente a varias
veces el PIB que sería necesario. Supongamos que, de repente,
se descubre en frente de Laredo (Cantabria) una bolsa de pe-
tróleo tan grande que el Estado puede hacer concesiones a las
empresas por un importe de las provisiones matemáticas a te-
ner constituidas. De esta manera, el problema de las pensiones
quedaría resuelto por la lotería del petróleo. ¿Qué habría que
hacer para privatizar la Seguridad Social?
En primer lugar, calcular para cada beneficiario y para cada
activo el valor de sus provisiones matemáticas, para después
ponérselo a su nombre e indicarle que en el futuro, debe con-
106 Un sistema de pensiones sostenible
tratar su pensión con una entidad aseguradora privada. Aunque
muchos agentes y corredores de seguros estarían viendo caer el
maná del cielo, no está tan claro cómo se beneficiarían las com-
pañías de seguros. Estas, para asegurar las operaciones de segu-
ro, levantan un muro de capital frente a la adversidad. Bajo la
directiva comunitaria de seguros vigente, Solvencia I, el importe
a tener constituido como patrimonio propio no comprometido,
es decir, como margen mínimo de solvencia, asciende al 4% de
las provisiones matemáticas más el tres por mil de los capitales
en riesgo (por viudedad e incapacidad). Pues bien, el SPP es de
tal orden de magnitud, que nuestro sector asegurador tendría
inmediatamente que ampliar su capital muchas veces para hacer
frente a esta demanda. Las mutualidades, que refuerzan su sol-
vencia básicamente con cargo a retener resultados, no podrían
aceptar el reto de asumir la Seguridad Social por la dificultad
inherente a las mutualidades de aumentar recursos propios.
Y, con la próxima normativa de Solvencia II, sería aún peor.
Solvencia II toma en consideración muchos más riesgos que
Solvencia I y los pondera más adecuadamente. Considera el
riesgo actuarial, el de mercado de las inversiones efectuadas, el
riesgo de crédito, los de contraparte, los riesgos operacionales
etc. Bajo Solvencia II, las actuales compañías de seguros de
ramo vida se tientan las ropas antes de asumir riesgos a largo
plazo como los derivados de la supervivencia de los jubilados.
Y siempre se encuentran ante la disyuntiva de ser agresivos y
asumir el riesgo o la de incluir en el precio del seguro las posi-
bles reservas para desviación de la siniestralidad.
Por lo tanto, bien por el uso de primas elevadas cuando la
compañía no tiene mucho apetito por el riesgo, o bien como
consecuencia de unos requisitos de capital muy elevados cuan-
107Nuestra actual Seguridad Social
do se hacen ofertas agresivas, la privatización íntegra del SPP
no es ni eficiente ni factible. Aunque descubriéramos un mar
de petróleo en el Cantábrico, no serviría.
12. TABúS: SEXO y REDISTRIBUCIÓN INvERSA DE LA RENTA
Un tema tabú, pero apasionante, es el debate acerca de la
contribución de las mujeres y de los hombres al sistema de la
Seguridad Social. Las estadísticas actuariales indican que las
mujeres viven más que los hombres tras la jubilación. Esto
comporta un coste mayor de prestaciones, mientras que las
aportaciones son similares a las de los hombres. Salvo algún
iluminado, ya nadie discute que hombres y mujeres deban
contribuir al sistema en idéntica cuantía. Pero no por razo-
nes técnicas, que las hay y sin favorables a distinguir entre
sexos. La razón fundamental es de aplicar el principio de no
discriminación por sexo, que se entiende fundamental en la
Unión Europea. Y, dado que la inmensa mayoría está a favor
de no distinguir en contribuciones ni en derechos de cobro
de jubilación, sería idóneo que además nos hubiésemos preo-
cupado por los detalles. El detalle, no trivial, es que conforme
las mujeres han ido incorporándose al mercado del trabajo, lo
conveniente hubiera sido incrementar suavemente las contri-
buciones a todos los financiadores del SPP en orden a aplicar
criterios de sostenibilidad racionales. No se hizo, por lo tanto
aún lo tenemos pendiente.
Un segundo tabú es el tema de la redistribución inversa de
la renta. O sea, que las personas con mayor renta sin duda co-
tizan más pero también obtienen del SPP mejores prestaciones.
108 Un sistema de pensiones sostenible
¿Cómo es ello? La esperanza media de vida tiene que ver con
muchos factores.
Uno de ellos es tener un trabajo no demasiado duro, pense-
mos en un trabajo de oficina versus trabajar en la construcción,
facilita la prolongación de la vida. Otro factor es cuidarse más
comiendo alimentos más sanos, haciendo ejercicio, teniendo
menos estrés, cuidando el peso… Un tercer factor tiene que
ver con la educación. Está demostrado que las personas con
niveles de educación más elevados viven más. Sea derivado de
su acceso a una mayor información sobre cómo vivir una vida
sana, a una cierta autodisciplina o a una capacidad de modular
su comportamiento en función de su entorno, lo cierto es que
es un factor muy influyente. Si combinamos todo lo anterior,
vemos que las personas de oficios menos peligrosos, que ade-
más se cuidan y que alcanzan un mayor nivel educativo alargan
su vida tras la jubilación extraordinariamente.
Pues bien, el nivel de renta está correlacionado positivamen-
te con los tres factores comentados. En consecuencia, los gru-
pos de personas de trabajos más duros, con comportamientos
de vida menos sanos y un nivel de educación menor cotizan
a la Seguridad Social por el mismo porcentaje mientras que
perciben menos del SPP, en términos actuariales. Vemos esto
como natural, aunque teóricamente debería ser inadmisible por
los representantes de los trabajadores menos cualificados. Afor-
tunadamente no existe un conflicto de clase en este contexto.
No se discute la idoneidad de una redistribución inversa de la
renta desde las clases más bajas hacia los empleados con más
cualificación y más renta.
La Seguridad Social por tanto forma parte clave del conjunto
de elementos que cimentan el estado de bienestar, que cohe-
109Nuestra actual Seguridad Social
sionan la sociedad y que especialmente protegen la calidad de
vida tras la jubilación de las clases medias. Clases medias que
están viendo deterioradas sus expectativas de renta futura en
medio de esta crisis. Nunca como hoy los ejércitos de las clases
medias que trabajan en educación, sanidad y banca han visto
en mayor peligro la continuidad de su estatus.
Para finalizar, quisiera trasladar dos conclusiones. La primera
es que una de las joyas más importantes del tesoro del SPP es
su capacidad para cohesionar a la sociedad, para evitar su lami-
nación, así como para reducir la conflictividad social. Un buen
modelo de SPP europeo debe perseguir la integración social
aunque genere una distribución inversa de la renta.
La segunda conclusión matiza la anterior. En ocasiones se
han oído propuestas de aumentar las bases de cotización y fa-
vorecer que se cotice por el sueldo real de cada persona. Esto,
a corto plazo, sin duda aumenta los ingresos. Y a largo plazo
dibuja dos potenciales escenarios:
Si el aumento de la base de cotización se traslada a un au-
mento de la pensión máxima, resulta una medida doblemente
negativa. De una parte el desequilibrio actuarial del SPP se
acentuaría dado que el desequilibrio inicial, que lamentable-
mente ya tiene el sistema, se agrandaría conforme se aumenta-
ran las bases de cotización. Además generaría una redistribu-
ción negativa de la renta adicional que sería difícil de justificar
socialmente. Finalmente no tendría sentido otorgar pensiones
de, pongamos, 50.000 euros anuales desde el sector público.
Otro escenario sería el de un aumento de las bases de coti-
zación pero no de la pensión máxima. Parece ir en contra a la
razón la existencia de un destope en las bases de cotización y
que no haya una elevación correspondiente de las pensiones
110 Un sistema de pensiones sostenible
percibidas. Sería como gravar con un impuesto del 100% a las
rentas de trabajo más altas por encima de una cifra. Tensiona-
ría gravemente la cohesión social de la que hace gala el SPP.
En conclusión, el destope de las bases de cotización no es una
solución ni medianamente admisible para contribuir a la soste-
nibilidad del sistema.
13. ¿EN qUé INvERTIR EL fONDO DE RESERvA DE LA SEGURIDAD SOCIAL?
El FRSS es un conjunto de activos que dan un exiguo soporte
al SPP. Es algo así como la última trinchera para poder aguantar
el creciente desequilibrio entre contribuciones y prestaciones al
SPP. En el pasado, según nacía el FRSS, se optó por invertir el
excedente con criterios de mucha prudencia y máxima solven-
cia. En ese contexto,
Gráfico 9Evolución general del Fondo de Reserva. Situación a 31 de
diciembre (importes en millones de euros)
Fuente: Secretaría de Estado de la Seguridad Social
70.000
60.000
50.000
40.000
30.000
20.000
10.000
0
27.185
35.879
45.716
57.22360.022
64.37566.815
63.008
2000 a 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
111Nuestra actual Seguridad Social
Gráfico 10Evolución de los tipos de la deuda pública 2003-2013 (bono a 10 años)
Fuente: AFI
Con el paso del tiempo, la extraordinariamente favorable
situación de nuestra deuda pública, con la más alta califica-
ción, con unos tipos de interés incluso por debajo de los de
Alemania, con un nivel del 40% del PIB y además con cada
vez menos necesidades de financiación, casi forzó a ampliar el
abanico de inversión hacia deuda pública de países de primer
nivel de la zona euro. Surgió entonces la idea, copiada de otros
países como Francia o Noruega, de invertir el excedente a largo
plazo, combinando una parte en acciones y fondos de inver-
sión diversificados. Además, para evitar interferencias políticas
en las inversiones, lo prudente era comisionar a varios gestores
independientes con experiencia para que hiciesen mejor su tra-
8,07,57,06,56,05,55,04,54,03,53,02,52,01,51,0
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2012
Alemania España
112 Un sistema de pensiones sostenible
bajo y limitar el peso político de las decisiones de inversión en
empresas.
Como era de esperar, muchas gestoras de activos interna-
cionales acudieron al olor de la miel de la gestión, esperando
obtener una parte del pastel en un potencial concurso de ad-
judicación. La crisis originada en Estados Unidos vino a tiempo
y evitó lo peor. En medio del debate sobre si invertir parte del
FRSS en acciones o no, las bolsas empezaron a caer en picado,
con lo que mantenerse en renta fija y no invertir en acciones se
sostuvo por su propio pie. De haber invertido solo en acciones
hubiésemos perdido probablemente un 40% del valor del FRSS
en el año 2008 y aún estaríamos lamentándonos.
Gráfico 11
Evolución del índice IBEX 35 (2002-2012). Datos a 31 de
diciembre de cada año
16.000
14.000
12.000
10.000
8.000
6.000
4.000dic-02 dic-03 dic-04 dic-05 dic-06 dic-07 dic-08 dic-09 dic-10 dic-11 dic-12
113Nuestra actual Seguridad Social
No pasó mucho tiempo hasta que la crisis llegó a Europa,
a España y por ello a nuestra deuda pública. Cuando la crisis
apretó, las necesidades de financiación de nuestro Estado cre-
cieron por sufrir a la vez un crecimiento en el gasto social y una
reducción drástica de los ingresos. Tomando una decisión más
política que profesional, se optó por hacer patria y reinvertir los
recursos en deuda pública española. Aunque desde el plano
político fuese conveniente repatriar recursos para financiar la
deuda, desde el plano profesional esto no debe hacerse antes
de que se ensanche el diferencial con Alemania (por poner
una referencia clara) pero nunca mientras se está ensanchando,
dado que generaríamos minusvalías. ¿Alguien ha auditado la
gestión de este macrofondo durante la crisis de la deuda? Asus-
ta la falta de transparencia y las decisiones y comentarios poco
profesionales que estamos oyendo estos días por parte de los
máximos responsables.
Como vemos, el tema de la inversión del FRSS es apasio-
nante y no deja de suscitar debate. ¿En qué debemos invertir el
FRSS? Es una cuestión difícil, pero sí me atrevo a indicar lo que
no debemos hacer con el FRSS:
• No debemos invertirlo permanentemente en deuda del
mismo Estado que tiene el compromiso final con los ciu-
dadanos. Por el clásico criterio de que si la nación va mal,
el SPP no irá bien y que, por lo menos, la evolución des-
favorable del FRSS no contribuya a agravar los problemas
de los ciudadanos. Una buena práctica, establecida en los
fondos de pensiones, es fijar muy severas restricciones a
la inversión en activos emitidos por la entidad gestora,
entidad depositaria y por la empresa que promueve un
114 Un sistema de pensiones sostenible
plan de pensiones para sus empleados. Por aquello de
“no poner todos los huevos en la misma cesta”. Una prác-
tica nefasta es lo contrario: vincular las inversiones de las
pensiones a la empresa. El caso típico fue Enron: los em-
pleados no solo perdieron su trabajo, también perdieron
sus pensiones que estaban invertidas en Enron.
• No debemos invertirlo a largo plazo. Si a corto plazo y
mientras dure la crisis las prestaciones van a estar por
encima de las contribuciones, el flujo de salidas netas del
FRSS puede alcanzar el 1% del PIB, 10.000 millones de
euros en cifras redondas. En esta coyuntura, por pruden-
cia no debemos invertir en deuda pública a quince años.
Por tanto, hay que calibrar los vencimientos de los activos
a corto de las inversiones para estar preparado ante esta
eventualidad. Solo, quizás, tras la recuperación económi-
ca habría que replantearse la duración estimada de las
inversiones y alargar plazos.
• No debemos invertir en acciones directamente, sino a
través de vehículos tipo fondo de inversión gestionados
profesionalmente por terceros con suficiente grado de di-
versificación y nunca concentrando riesgo en España. Y,
en todo caso, menos de un 15% del total del FRSS.
Además queda la pregunta clave: ¿Cómo debemos invertir
los recursos del FRSS? Pues con una política de buen gobierno
gestor. Como referencia, tenemos muchos otros fondos estata-
les de pensiones en Europa y los fondos privados de pensio-
nes. Al menos necesitamos transparencia y profesionalidad en
la gestión del FRSS. Mejoraríamos mucho si tuviésemos:
115Nuestra actual Seguridad Social
• Una declaración de política de inversiones donde se de-
terminen criterios de inversión, directrices, líneas rojas de
riesgo a no superar, métricas, y los necesarios criterios de
responsabilidad social de inversiones.
• Una gestión financiera delegada en profesionales de la
gestión.
• Una entidad depositaria profesional separada de los ges-
tores financieros y de la Seguridad Social.
• Establecer políticas de control interno y un órgano espe-
cífico que vele por el mismo.
• Una Comisión de Control representativa y plural que rea-
lice el seguimiento adecuado a los gestores.
• Una contabilidad propia, separada, siguiendo los princi-
pios de valor de mercado. Contabilidad pública, con crite-
rios estándares, que permita la transparencia de sus ope-
raciones financieras y sus resultados. No resulta razonable
que al FRSS de más de 60.000 millones de euros no se le
exija ni tan siquiera los requisitos contables que se le re-
quieren a cualquier fondo de pensiones de una pyme con
600.000 euros de patrimonio.
• Auditoría contable externa al igual que cualquier fondo
de pensiones o de inversión.
• Supervisión por un órgano técnicamente capacitado como
la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la Direc-
ción General de Seguros o el Banco de España.
Todo lo anterior es un estándar de buena gestión, sea esta
pública o privada y no persigue nada más que garantizar los
recursos financieros, que son propiedad de todos los cotizantes
y beneficiarios de la Seguridad Social.
116 Un sistema de pensiones sostenible
14. DOS ESCENARIOS fUTUROS PARA EL fONDO DE RESERvA DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Hay dos escenarios posibles para el FRSS. El primero es al que
vamos, vista la deriva que están llevando la crisis y la gestión
de las pensiones. Primero fue la crisis del euro, de nuestra
deuda pública —periférica—, que condujo a que el FRSS des-
invirtiese en deuda pública de otros países de la zona euro y
se concentrase en ayudar en lo posible a capear el temporal de
nuestra deuda. Además, la crisis ha reducido las contribuciones
al sistema y ha aumentado las prestaciones. Mejor o peor es-
timado, el déficit de la Seguridad Social se sitúa en el entorno
de los 10.000 millones de euros al año. De seguir así, nos co-
meríamos el FRSS en ¿seis, ocho, diez años? No da para más. Y,
tengámoslo en cuenta, que cada vez que lo usamos para pagar
pensiones al año siguiente al Estado le costará más financiarse.
Y después ¿qué? ¿cómo seguir pagando pensiones? Solo nos
quedaría pedir más dinero a Europa y subir más los impuestos.
¿Y qué nos pedirán a cambio? ¿más recortes? ¿más austeridad en
el gasto? ¿más pobreza para los pensionistas? ¿menos competiti-
vidad para unas empresas asfixiadas por los costes financieros?
¿más familias con sus miembros en paro? ¿matar las esperanzas
de los jóvenes? ¿cuánto más sufrimiento?
Hay que cambiar el rumbo del FRSS. ¿Cuál debería ser la
dirección del FRSS en un momento de crisis de la deuda? Debe-
ríamos crecer, no decrecer, e invertir en nuestra deuda pública
básicamente. ¿Por qué? Si en vez de tener un agujero de 10.000
millones de euros al año tuviésemos un superávit de la misma
cifra, en diez años nuestro FRSS alcanzaría los 150.000 millones
de euros de patrimonio. ¿Y por qué es tan importante una cifra
117Nuestra actual Seguridad Social
semejante? Porque el FRSS podría hacer frente a la renovación
de la mitad de la deuda cada año. Esto no es una garantía fren-
te a los problemas, pero sí que nos encarrila en una economía
del crecimiento y no de la supervivencia. Concede mucho más
margen de maniobra a la política fiscal, reduce los costes de
financiación de las empresas, genera empleo. Y además con-
jura los malos augurios que se avecinan como no cambiemos
de rumbo.
15. CONCLUSIONES
En España, nuestro modelo corresponde a un modelo de Sis-
tema Público de Pensiones a la vez continental y latino. Con-
tinental por su historia y la fuerte presencia del Estado como
garante de las pensiones. Latino porque la carga de la financia-
ción se atribuye a las empresas en mayor medida que a los tra-
bajadores, y porque la improvisación y la falta de planificación
a largo plazo, junto con una demografía en contra constituye
su mayor amenaza.
No obstante nuestro SPP ha ido evolucionando, ha crecido
en dimensión, ha racionalizado su financiación, ha realizado
ajustes y se ha creado el Pacto de Toledo para reajustar perió-
dicamente el sistema. Se creó con éxito, un FRSS que ha ido
cumpliendo debidamente las tareas de capitalización pero que
adolece de dimensión y buena gobernanza para hacer frente a
los retos futuros. Hoy en día, nuestro modelo se haya en la ne-
cesidad de un cambio cualitativo, de una reforma íntegra más
que de ajustes paramétricos.
A lo largo de este capítulo también hemos visto como real-
mente el problema de las pensiones permanece oculto tras una
118 Un sistema de pensiones sostenible
contabilidad tan oscura como inadecuada. El valor actual de
las pensiones causadas se acerca al 90 por cien de nuestro PIB.
El déficit de dotación de los compromisos por pensiones con
los trabajadores en activo supera lo anterior. Por mucho que
las estimaciones sean discutibles, las cifras son tan enormes
que claman por una reforma que sirva para no hipotecar a las
generaciones futuras.
También en el capítulo se ha abordado la imposibilidad
práctica de privatizar el SPP.
Hay que subrayar la conveniencia de construir puentes de
financiación pública hacia el SPP desde los Presupuestos Gene-
rales del Estado pero que dichos puentes deben actuar, además,
como cortafuegos. La tesis que se defiende es que debemos
preservar el SPP como una última trinchera del estado del bien-
estar y para ello nada mejor que nuestro SPP sea viable desde
el punto de vista actuarial y financiero, que reconozca derechos
claramente a sus usuarios y que su gobierno corporativo sea
más independiente. Un elemento clave es el FRSS que debe
mejorar sus estándares de control y de gestión, dado que es el
dinero de todos. La reforma que hay que emprender se debe
traducir en un incremento de su volumen, puesto que supone
una de las escasas palancas que tenemos como nación para
limitar los daños causados por la crisis de la deuda soberana.
CAPíTULO 3
LAS PENSIONES EN URANO
1. ¿POR qUé hABLAR DE PENSIONES EN URANO?
A menudo los problemas próximos nos preocupan tanto, nos
parecen tan complejos, son tan cercanos que limitan nuestra
capacidad de ser objetivos. Sin embargo, distanciarse de los
problemas y simplificarlos para ver su esencia, nos permite
avanzar en su resolución. Por esto proponemos en este ca-
pítulo irnos tan lejos como a un planeta donde coexisten va-
rios clones y cuyos problemas tienen mucho que ver con los
nuestros. Además, las peculiaridades de estos clones nos van a
permitir pensar no solo en la sostenibilidad de los sistemas de
pensiones, sino también en algunos aspectos de elección social
e incluso de justicia distributiva.
2. CARTAS MARRUECAS y CARTAS PERSAS
La idea no es nueva. En 1721, Montesquieu escribe las Cartas
persas, en las cuales refleja, mediante la fórmula de cartas es-
120 Un sistema de pensiones sostenible
critas por extranjeros de oriente, la crisis de la sociedad, moral
y costumbres del París de su época. En España, cincuenta años
más tarde, en plena Ilustración, el escritor José Cadalso en sus
Cartas marruecas de finales del siglo XVIII escribe esta novela
epistolar en la que un extranjero, marroquí por más señas, viaja
a España y comenta las costumbres, historia y trayectoria del
país. El tema que subyace es la decadencia de España en las
postrimerías de su imperio, y las Cartas marruecas pretenden,
desde la objetividad de un extranjero, valorar estos problemas.
Aunque este libro no pretende ni ser una novela ni utilizar una
estructura epistolar, sí que coincide en el intento de objetivar
desde un punto de vista externo los problemas actuales del
SPP y avanzar algunas de las necesarias reformas que pueden
apoyar su sostenibilidad a largo plazo.
Con este objetivo, reflejaré un mundo imaginario en Urano,
un mundo que está a medio camino entre el planeta sencillo
del Principito y la visión orientalista de quien pretende analizar
objetivamente el SPP y abogar por reformas.
3. LA ECONOMÍA DE URANO
La economía de Urano es una economía simple, extremada-
mente simple. Nuestro objetivo es focalizar los problemas de-
mográficos y financieros de un SPP y articular decisiones. Lo
demás sobra. No es un modelo integral macroeconómico al
uso, justamente porque el mundo en Urano es más sencillo. Por
ello, extraemos todos los demás elementos innecesarios para el
análisis: no hay precios, no hay divisas, no hay tipos de interés,
no hay decisiones de inversión o ahorro. No hay Gobierno, ni
gasto público, ni impuestos, ni exportaciones e importaciones.
121Las pensiones en Urano
No existe un capital. Obviamente no existe un sistema financie-
ro que tengan intereses particulares en el desarrollo de esta o
aquella forma privada de gestión de las pensiones.
En Urano solo viven tres clones de duración programada,
como los «replicantes» de Blade Runner. Uno de ellos es jubila-
do, otro es de mediana edad y el tercero se acaba de incorporar
a la producción y tiene muchos años por delante. Realmente en
Urano gozan de grandes ventajas. Pueden tomar las decisiones
que les atañen en torno a una mesa camilla, sin intervención de
un Gobierno y sin interferencias de agentes políticos cuyas de-
cisiones se condicionan por elecciones cada cuatro años. Ade-
más son solo tres: pueden calcular fácilmente sus pensiones y
ver cuánto deben contribuir a las mismas.
De otra parte son clones. Esto hace que sus gustos y sus
preferencias sean similares. Además, su función de utilidad
está definida en su programación interna clonada. Por ello, y
porque sus funciones de utilidad son iguales, pueden alcanzar
fácilmente soluciones acerca de cuánto consumir y cuánto con-
tribuir al SPP. Incluso pueden sumar las funciones de utilidad
para llegar a un óptimo social. Estas grandes ventajas de los
clones de Urano pueden arrojar luz acerca de cómo evalúan
los problemas de sostenibilidad de su SPP, cómo lo reforman y
cuáles son los problemas de la transición.
4. LA hISTORIA DEL SPP EN URANO
Como clones que son, sus códigos genéticos guardan un com-
portamiento homogéneo. Sin embargo, hubo un salto cualita-
tivo muy importante en el pasado reciente. Anteriormente los
clones tenían capacidad de producir 100 unidades al año. Con
122 Un sistema de pensiones sostenible
ello vivían durante 40 años. Una vez que acababan su período
útil productivo, su obsolescencia programada les destruía.
Gráfico 12
Situación de la producción antes del cambio clon
En esta sociedad antigua uraniana no había necesidad de
un SPP. Los clones simplemente se desactivaban llegado su
momento. Nadie tenía que sobrevivir con cargo a la sociedad
uraniana. Sin embargo, un cambio en su programación genéti-
ca originó una transformación brutal, pasaron de producir 100
a producir 130 unidades al año y se produjo la extensión de
su vida más allá de su vida productiva. Si antes vivían 40 años,
ahora viven otros 40 más. No pueden trabajar, pero sí disfrutar
de un merecido descanso clon. Eso sí, su estructura interna se
120
100
80
60
40
20
05 15 25 35 45 55 65 75
Unid
ades
pro
duci
das
Años de vida
123Las pensiones en Urano
va degradando gradualmente de forma que no requieren con-
sumir tanto como cuando están en la fase productiva para ob-
tener el mismo nivel de satisfacción vital. Dicho de otra forma,
los retirados necesitan cada vez menos recursos para alcanzar
el mismo bienestar que cuando eran activos.
Gráfico 13
Situación antes y después del cambio clon
En el gráfico 2 adjunto se representa el consumo de los
clones. Como se aprecia, el consumo tras la jubilación, se va
reduciendo desde 70 unidades hasta cero. El consumo total tras
la jubilación equivale al de 14 años de un clon activo. El gran
inconveniente en su puesta en marcha fue que nadie había an-
ticipado lo que iba a pasar: producirían más, disfrutarían de la
140
120
100
80
60
40
20
010 20 30 40 50 60 70 80
Ingresos Aportación Prestación Antes
124 Un sistema de pensiones sostenible
vida durante más tiempo, pero ¿cómo financiarían su vida tras
la jubilación?
La gran suerte de Urano es que tiene una mesa camilla. Se
reúnen alrededor de la misma para beber infusión de metano
mientras toman decisiones. Y como son demócratas convenci-
dos y solo son tres (número impar) toman decisiones fácilmen-
te. Los tres clones de Urano tienen nombres: A, B y C. Aclaro
que los clones no gozan de infancia: cuando son creados se
incorporan a las tareas productivas. ¿Cuál es el perfil de cada
clon? A tiene 40 años de edad y se va a retirar inmediatamente.
B tiene 20 años de edad, le quedan 20 años de trabajo y otros
40 de jubilación. C es el más joven, acaba de ser creado y tiene
40 años por delante de producción y otros 40 de retiro.
¿Cómo pagan las pensiones? En principio existía un rema-
nente común de 151 unidades que permitiría financiar las pen-
siones al primer jubilado durante un tiempo. ¿Y después? A falta
de análisis más profundos, decidieron que ya que habían vivido
bien con 100 unidades de consumo neto, las otras 30 restantes
las donarían al SPP. De esta forma financiarían las pensiones
del jubilado durante el tiempo que hiciera falta. Aportarían en
total 60 unidades al año. En realidad, pensaban ellos, es solo
un tema temporal. Cuando el jubilado A lleve 7 años de su
tiempo de jubilación consumido, su nivel de consumo será de
tan solo 59,5 unidades y ya entraremos en equilibrio. Incluso
sobrará dinero a partir de entonces.
5. y PASARON qUINCE AñOS…
Y a los quince años los tres clones se reúnen alrededor de la
mesa camilla para evaluar el funcionamiento del sistema mien-
125Las pensiones en Urano
tras beben sorbos de una infusión de metano. Los objetivos del
SPP se han cumplido debidamente. Han logrado pagar las pen-
siones. Para ello reembolsaron parte de los excedentes guarda-
dos y también pidieron algo prestado a los clones de Neptuno.
En el año 15 del SPP las pensiones que se pagan son del orden
de 45,5 unidades. Se ingresan 60, luego los ingresos superarán a
los gastos durante las próximas décadas. Hay un excedente de
14,5 este año. Aparentemente todo va bien. Sin embargo B, el
segundo clon por edad, ha estado meditando en el bosque de
Urano. El bosque de Urano les proporciona elementos químicos
necesarios para la producción de sus derivados del metano.
Gráfico 14
Situación del SPP de Urano después de 15 años
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
300
250
200
150
100
50
0
Ingresos Aportación Prestación Fondo de reserva Brutos
126 Un sistema de pensiones sostenible
6. SOSTENIBILIDAD
B alguna vez se ha planteado que podrían aumentar la produc-
ción de Urano si utilizaran más madera del bosque. Si usaran
una proporción doble de madera de la que usan, su PUB (pro-
ducto uraniano bruto) podría aumentar fácilmente un 50%. Sin
embargo, a lo largo de toda la historia de Urano, siempre se ha
talado la misma cifra de árboles. B se plantea que, para cuan-
do él se jubile dentro de 5 años, puede haber un problema de
financiación del SPP y que una solución puede ser aumentar
la intensidad del uso de la madera, que a su vez eleva el PUB.
Con el excedente de producción ya habría de sobra para finan-
ciar su pensión. El bosque tiene una dimensión de 2.000 km2.
Cada año el bosque crece un 10% en superficie, 200 km2. Para
producir 200 unidades de PUB (producto uraniano bruto) nece-
sitan justamente 200 km2 de árboles. B considera que si talasen
300 km2 en vez de 200, el PUB pasaría a ser de 300 unidades.
Con 300 unidades sería casi suficiente para:
a) Pagar 200 unidades netas (después de descontadas las
contribuciones al SPP) a C y D, que es su futuro relevo
(consumen 100 unidades por año y clon).
b) Y financiar 70 unidades de pensión para B (o sea él mis-
mo) y 35 para A (el clon ya jubilado).
Las cuentas cuadran, en efecto. Con cargo al Fondo de Re-
serva cabe pasar las restantes 5 unidades. Cuando se reúnen
en la mesa camilla, lo comenta. Tras una reflexión conjunta C
llega a la conclusión de que hay algo que no le cuadra. Es la
sostenibilidad de Urano.
127Las pensiones en Urano
En efecto, C expone que ahora se tala exactamente lo mismo
que el bosque crece: 200 km2. No es por casualidad. Si pasamos
a talar 300 km2 al año siguiente el bosque perderá superficie:
2.000-300+200= 1.900.
El segundo año será peor: 1.900-300+190=1.790 unidades.
El tercer año aún más grave: 1.790-300+179=1.669 unidades.
Y, a este paso, el bosque no durará más de 12 años, como
se ve en el gráfico siguiente.
Gráfico 14
Producción y sostenibilidad del bosque de Urano
Una vez esquilmado el bosque y no pudiendo producir ma-
dera, la producción se detendrá y se abatirá sobre Urano una
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
2000
1500
1000
500
0
años
Km
2
128 Un sistema de pensiones sostenible
maldición bíblica: el hambre. Por tanto, la sostenibilidad es un
concepto fundamental en el bosque de Urano y, en general para
los habitantes de Urano. ¿Qué es lo verdaderamente relevante en
este asunto? El concepto de sostenibilidad subraya que para man-
tener un sistema en equilibrio (por ejemplo, el bosque de Urano)
nunca debes retirar del sistema más de lo que se aporte al mismo.
A, B y C afortunadamente han sido programados con pro-
cesos de decisión lógica idéntica que les lleva a concluir por
unanimidad en torno a la mesa camilla que, definitivamente, la
solución para el futuro problema de las pensiones, cuando se
jubile B, no pasa por talar más del bosque. ¿Cómo solucionar
pues este problema?
7. EL PLAN B
Los tres clones acuerdan en asamblea solo una cosa: estimar
los compromisos por pensiones del SPP. Afortunadamente, las
cifras en Urano son sencillas. ¿Cuáles eran las cifras cuando
iniciaron el SPP?
Cuadro 1 Aportaciones y prestaciones de los clones A, B y C(Cálculos realizados en el año 0)
Suma de
aportaciones Prestaciones Diferencia Ingresos
A 0 1.435 -1.435 0
B 600 1.435 -835 2.600
C 1.200 1.435 -235 5.200
TOTAL HIP ESTATICA 1.800 4.305 -2.505 7.800
129Las pensiones en Urano
¿Qué hacer con ello? Quizás podemos resumir todas estas
cifras en un horizonte de muchas décadas de forma que poda-
mos manejarlas mejor.
La idea es sumar de una parte las contribuciones al SPP y
de otra parte las prestaciones. Por diferencia podemos extraer
varias conclusiones.
La primera es que claramente hay un beneficio importante
en un SPP dado que tanto A como B mejoran mucho su renta
a lo largo de su existencia clon. Se refleja en la columna de
diferencia.
La segunda conclusión es inesperada: C también gana en un
SPP. En efecto, las aportaciones al sistema son de 1.200 unida-
des mientras que tras la jubilación percibirá 1.435 unidades. Por
tanto, todos ganan.
No obstante B se queda un tanto intranquilo. En su intuición
uraniana le murmura que algo va mal. Pero no sabe bien qué
puede ser.
8. LA hIPÓTESIS DE LA REPOSICIÓN
Desde luego las cuentas no cuadran si contemplamos solo las
pensiones y contribuciones de A, B y C. El total de aporta-
ciones al sistema desde el inicio, en el año cero será de 30 ×
(0+20+40)=1.800 unidades mientras que el total de prestaciones
asciende a 4.305 unidades.
A pesar de que en el año 15 el SPP ingresa más que gasta
(60 frente a 45,5), con un desequilibrio de 2.505 unidades pare-
ce que el SPP está condenado a la quiebra. ¿Qué más hay que
tener en cuenta?
130 Un sistema de pensiones sostenible
8.1 El equilibrio en dos generaciones
Cuando B se retire será sustituido por D. Y cuando C se re-
tire será sustituido por E. A esto llamamos la hipótesis de re-
posición. Por tanto, hasta que C se retire, D habrá aportado
20×30=600 unidades.
Hemos reducido el problema pero todavía hay un desequi-
librio de 1.905 unidades. Hasta que C desaparezca, D habrá
aportado otros 600, E habrá aportado 1.200 unidades e incluso
F habrá aportado 600 más. En total 2.400 unidades más. Ahora
existe un superávit de 2.400–1.905=495. Ahora el desequilibrio
desaparece. Todo es perfecto… ¿o no?
Cuadro 2: Aportaciones y prestaciones con hipótesis de reposición
Suma de aportaciones Prestaciones Diferencia
Unidadesproducidas(Ingresos)
A 0 1.435 -1.435 0
B 600 1.435 -835 2.600
C 1.200 1.435 -235 5.200
D 1.200 0 1.200 5.200
E 1.200 0 1.200 5.200
F 600 0 600 2.600
TOTAL HIP REPOSICION 4.800 4.305 495 20.800
La verdad es que NO. ¿Por qué? Porque D,E y F percibirán,
en su momento, las prestaciones que han generado.
131Las pensiones en Urano
9. UN GRáfICO vALE MáS qUE MIL PALABRAS
Si ponemos en un gráfico los ingresos y gastos del sistema nos
encontramos con una pequeña sorpresa: los desequilibrios se
acentúan progresivamente hasta hacerse insostenibles.
Gráfico 16
Evolución del sistema de pensiones de Urano
El lector con agudeza visual se habrá dado cuenta de que este
gráfico es el mismo que el del punto 5 pero ampliado a 75 años.
¡Cuánto cambia tener una perspectiva temporal más amplia!
El sistema sobrevive durante muchísimos años, más de cua-
renta, y se sostiene porque una generación es soportada por las
dos siguientes. De esta forma los desequilibrios del sistema se
Ingresos Aportación Prestación Fondo de reserva
400
300
200
100
0
-100
-200
-300
-400
-500
0 4 8 12 16 20 24 28 32 36 40 44 48 52 56 60 64 68 72
132 Un sistema de pensiones sostenible
ocultan durante décadas y no afloran. La mala noticia es que los
excesos de prestaciones del sistema tienen que ser arreglados,
sufridos y en definitiva pagados durante décadas. La conclusión
es que, para evaluar el grado de solvencia de un sistema público
de pensiones hay que hacer proyecciones a largo plazo.
El sistema de pensiones es como un gran petrolero: su di-
mensión económica es inmensa. Mucho antes de que se aviste
puerto, el petrolero debe parar máquinas y reducir la velocidad
o la inercia le hará estrellarse contra la costa. Por lo tanto, para
gobernar adecuadamente un petrolero y evitar su hundimien-
to, el capitán debe actuar con antelación suficiente, dado que
nada, salvo las rocas de la costa, puede frenar la descomunal
masa de un petrolero.
En España, nuestra Seguridad Social comprende a una quin-
ta parte de la población como beneficiario y sus cotizantes ron-
dan otro 40%. Por tanto, prácticamente nadie vive al margen de
la Seguridad Social. En innumerables ocasiones nos han trans-
mitido que el sistema de pensiones no corre peligro porque los
ingresos por cuotas superan a los gastos por pensiones. Ello
solo se puede deber a dos causas:
• O bien una ignorancia profunda de que el sistema de pen-
siones debe valorar sus cifras en muchas décadas.
• O bien una valoración interesada con el ánimo de evitarse
problemas ante una posible reelección.
10. EL CLON DE REPOSICIÓN
El clon más joven, C, se pregunta cómo hacer para evitar en
el futuro la repetición de este problema. ¿Cómo hacer que un
133Las pensiones en Urano
sistema de pensiones sea duradero? ¿Cómo hacer que esté en
equilibrio durante más tiempo?
En el SPP de Urano, hasta ahora cada activo de carrera com-
pleta, como C, aporta al sistema 30 unidades durante 40 años,
por lo que aporta 1.200 unidades. Después percibe una pen-
sión que comienza en 70 y que dura otros 40 años, siendo el
total de lo que cuesta al sistema 1.435 unidades. Por lo tanto
el desequilibrio, de 235 unidades es elevado. Como al princi-
pio partimos de la existencia de unos recursos acumulados en
tiempo de bonanza, no es notorio el déficit. De hecho, durante
largos períodos de tiempo, incluso el saldo acumulado del FRSS
(Fondo de Reserva de la Seguridad Social) crece. Sin embargo,
inexorablemente el SPP avanza hacia la quiebra.
La respuesta, como en muchas ocasiones, C la encuentra en
la primera derivada. Para quien no tenga muy frescas las mate-
máticas, la respuesta parte de que, si se incorpora un nuevo clon
al SPP este debe aportar al sistema tanto como vaya a percibir
del mismo. Y no menos. A esto le llamamos el «equilibrio del
clon de reposición». En el SPP de Urano, un nuevo clon aporta
30 unidades monetarias al año durante 40 años, lo que hace un
total de 1.200 unidades. Pues bien, no debe percibir del sistema
más de esta cifra. O lo que es lo mismo, si va a cobrar durante
40 años de forma lineal decreciente, no debe de percibir más 60
unidades el primer año. Como es un triángulo, su superficie es
Altura × base = 60 unidades × 40 años
= 1.200____________ ___________________
2 2
En el gráfico adjunto primero se puede ver cómo la superfi-
cie de las prestaciones es igual a la de las aportaciones.
134 Un sistema de pensiones sostenible
Gráfico 17
Aportaciones y prestaciones del individuo de reposición
En el gráfico siguiente se ilustra la evolución del saldo acu-
mulado de sus provisiones matemáticas.
Gráfico 18
Provisiones matemáticas del individuo de reposición
70
60
50
40
30
20
10
01 9 17 25 33 41 49 57 65 73 81
Aportación Prestación
1400
1200
1000
800
600
400
200
01 7 13 19 25 31 37 43 49 55 61 67 73 79
135Las pensiones en Urano
11. ¿CÓMO CAMBIAR EL SISTEMA DE PENSIONES?
Ahora C se enfrenta con lo realmente complicado. Lo difícil de
resolver en el SPP cuya duración es de largo plazo, consiste en
tomar medidas, ya que siempre serán polémicas y pueden da-
ñar a los intereses de alguno de los clones. Máxime cuando hay
que, democráticamente, asumir estas medidas en la asamblea
de la mesa camilla.
Primera medida: Equilibrio sostenible
El clon D, el más joven, prefiere jugar con su consola de
videojuegos que reunirse en la mesa camilla. Delega en lo que
decida la mayoría. Tras un debate optan por no recortar presta-
ciones. La primera medida es sencilla: las aportaciones futuras
deben pasar de 30 unidades a 35,89.
Gráfico 19
Evolución del Sistema de Pensiones de Urano
700
600
500
400
300
200
100
00 9 18 27 36 45 54 63 72
Ingresos Aportación Prestación Fondo de reserva
136 Un sistema de pensiones sostenible
Incluso deciden dar un paso más. Hasta ahora el sistema
era de prestación definida. Pero C quiere ir un poco más allá,
quiere dar más fortaleza al sistema. Una de las raíces del pro-
blema de la sostenibilidad del SPP de Urano es la miopía en
el cálculo de las pensiones en relación con las contribuciones.
¿Cómo evitarla? Con dos medidas, una de información y otra de
atribución de derechos.
Segunda medida: Informar
Informar cada año a todos los clones del SPP de sus aporta-
ciones, y del saldo de provisiones acumuladas que lleva cada
uno. De esta forma todos ellos serán conscientes de lo que
aportan al sistema y de lo que perciben del sistema.
Tercera medida: Cambiar a aportación definida
Cambiar el modelo de prestación definida a aportación de-
finida, de forma que sea muy fácil calcular y reconocer como
derecho clon el valor final de las contribuciones de cada clon
hasta la fecha. El impacto de esta medida se comprende solo
cuando se compara año a año el valor final de la aportación
definida con el valor de las provisiones matemáticas.
En el año 15, para el caso de B, al que ahora le quedan
cinco años para la jubilación, el valor final de sus aportacio-
nes de 35 años de esfuerzo es de 35 por 30 unidades, con
un resultado de 1.050 unidades. Un cálculo muy simple y
sencillo. Transparente. En el actual modelo de pensiones,
de prestación definida, opaco e insostenible, pero en vigor
137Las pensiones en Urano
¿cuál debería ser su provisión matemática91para financiar la
pensión?
PM = Valor prestaciones – Valor aportaciones futuras
La provisión matemática (PM) se define como la diferencia
entre el valor de las prestaciones y el valor de las aportaciones
futuras en un momento determinado.
- El valor de las prestaciones es de 70 × 41 / 2 = 1.435 uni-
dades, como ya sabíamos.
- El valor de sus aportaciones futuras es de 5 × 30 = 150
unidades.
La provisión matemática para B debería estar en 1.435-
150=1.285 unidades, mucho más allá de lo que B lleva aporta-
do al sistema, 1.050 unidades. En consecuencia, el SPP presenta
un agujero por B de 1.285- 1.050=235 unidades.
Pasar a aportación definida, siendo discutido en la mesa ca-
milla, presenta problemas serios de aprobación. ¿Por qué? El
clon A puede estar de acuerdo en que es sensato reformar el
sistema, especialmente porque el cambio no le afecta (ya está
jubilado) y por tanto ni le perjudica ni le beneficia. Ahora bien,
9 Provisión matemática (PM) es la reserva que hay que realizar para poder atender compromisos futuros como los de las prestaciones de un SPP, de un seguro de vida o de un plan de pensiones de prestación definida para la jubilación. Por lo tanto, la dotación correcta y sistemática de PM es una pieza clave para que un sistema de previsión cumpla los objetivos para los que se creó. Matemáticamente, es la diferencia entre el valor actual de las prestaciones (el compromiso de pagar una pensión en el futuro) y el valor actual de las aportaciones (la obligación de desembolso del trabaja-dor o asegurado y la empresa). Constituir PM es obligatorio en los sistemas privados de pensiones, pero no en los SPP.
138 Un sistema de pensiones sostenible
C y especialmente B pueden sentirse agraviados. Resulta que
montaron hace quince años un SPP que favoreció especialmen-
te al clon A y ahora resulta que hay que empezar a recortar
prestaciones. ¿Cómo es esto?, ¿quién pretende limitar sus ex-
pectativas de cobro de pensión?
12. LOS PROBLEMAS DE B y SUS POSIBLES SOLUCIONES
De los clones que habitan Urano, B es sin duda el que nos
debe merecer más atención, dado que B representa a la gene-
ración sándwich en un momento de transición entre prestación
definida y aportación definida. En Urano los clones ciudadanos
deciden. Cada voto cuenta y vincula, por consiguiente obliga a
meditar antes de votar.
B se encuentra ante un dilema entre la razón y el sentimiento:
• De una parte, ha sido testigo de cómo otros anteriormen-
te jubilados percibían del sistema mucho más de lo que
habían aportado al mismo. Pero este privilegio se apro-
xima a su final. Contempla cómo algunos de sus conciu-
dadanos viven bien pero que el sistema va a reformarse
y él va a tener que aportar más y percibir menos que las
anteriores generaciones, que el clon A. Por tanto, su co-
razón se muestra reticente a admitir que el nivel de vida
adquirido por A va a ser superior al suyo. Siempre se hace
la pregunta «¿por qué a mí?».
• De otra parte, su razón le dice que más vale que el sis-
tema sea estable, que sea sostenible, o la incertidumbre
que le acecha a su pensión será aún mayor. Si el sistema
139Las pensiones en Urano
implosionase, él sería probablemente de los más perjudi-
cados: habría estado aportando durante veinte años al sis-
tema, y vaya usted a saber qué deciden hacer con su pen-
sión de prestación definida. Pero si el sistema evoluciona
bruscamente a un sistema que le otorgue una pensión en
función de todo lo aportado, va a tener solo media pen-
sión, puesto que el sistema de pensiones arrancó cuando
él ya tenía trabajado la mitad de su tiempo laboral.
¿Cuál es la solución óptima para hacer una transición hacia
un sistema de aportación definida? ¿Qué solución puede plan-
tear a sus congéneres clones? El asunto no tiene fácil solución.
De hecho, no tiene una sola solución posible. Tiene muchas, y
ninguna pasa por mantener expectativas de retiro privilegiadas.
Una posible solución para B
Siendo clones con funciones de utilidad semejantes, podría-
mos calcular cuál es la solución economicista que optimiza la
función de utilidad social agregada. Es complejo y poco intuiti-
vo. Más intuitivo y de sentido común es considerar que, cuan-
do arranca el sistema de aportación definida, a B le reconocen
una aportación inicial equivalente a la provisión matemática
que debía tener en ese momento y esa cifra queda calculada y
consolidada. A partir de ese momento, y partiendo de ese saldo
inicial, se hace una transición hacia un sistema de aportación
definida (con las nuevas aportaciones incrementadas).
Por tanto B (que ya tiene treinta y cinco años y solo le
quedan cinco para jubilarse) recibiría una pensión que tendría
en cuenta que durante siete octavas partes de su vida laboral
140 Un sistema de pensiones sostenible
ha estado en prestación definida y que los últimos cinco años
ha contribuido con aportación definida. Esta solución resulta
sencilla de explicar, de entender y le daría a B algo así como
una pensión reducida en aproximadamente un once por ciento
respecto a las pensiones de antes de la reforma, pero mucha
mayor pensión que la de una transición salvaje hacia la aporta-
ción definida, que le costaría un quince por ciento.
Curiosamente la solución economicista y la de sentido co-
mún convergen. En definitiva se trata de que el agujero creado
por un sistema de prestación definida no se incremente y que
su coste sea diluido entre todas las generaciones de clones.
Algo así es lo que se debe hacer también en los SPP de los
terrícolas. Suavizar la transición, asumir gradualmente los agu-
jeros causados en el pasado y, sobre todo, evitar su repetición
en el futuro. Por cierto, el que escribe, pertenece por edad
—que no por voluntad—, a la generación sándwich. Prefiero
clasificarme así a autodenominarme ciudadano de tipo B. Por
tanto, he visto jubilarse en el pasado a cohortes enteras cuyo
valor actual de prestaciones superaba en mucho al valor actual
de lo que aportaron al SPP. Me decían los amigos felizmen-
te jubilados: «No te preocupes, igual tú también disfrutas de
este chollo». No lo creí, porque los chollos piramidales se caen
como castillos de naipes.
¿Con qué me conformaría? Con pasar a un sistema de apor-
tación definida para la jubilación basado en cuentas generacio-
nales, como en Urano. La razón más poderosa es que prefiero
cambiar a un modelo estable, que a un modelo de juego de
la cerilla, en el que cada generación va pasando la cerilla en-
cendida a la siguiente, hasta que alguien se quema los dedos.
Sobre todo, aceptaría de buen grado si el saldo inicial a con-
141Las pensiones en Urano
solidar en el nuevo sistema me permitiese obtener al menos
un porcentaje actuarialmente razonable del valor final de mis
contribuciones pasadas ajustadas con la inflación. En Urano no
existe inflación, pero en España sí.
13. EL MOMENTO DE LA vERDAD
Afortunadamente, en Urano no existe ni Gobierno, ni Bruse-
las. Y tanto B como C no pueden descargar responsabilidad
en terceros, ni buscan chivos expiatorios. También en Urano
tienen suerte de que nadie va a decidir por ellos pensando
en el corto plazo y en intereses distintos a los suyos propios.
Pues bien, B y C tienen dos opciones para votar. Y como
son dos votos de los tres posibles, lo que decidan ellos se
hará. Si votan en contra de esta reforma, B cobrará lo previsto
e incluso C. Ahora bien, las generaciones futuras tendrán que
pagar los excesos de A, B y C respecto de sus aportaciones. El
sistema se colapsará o, antes de ello, los clones activos decidi-
rán aplicar serios recortes sobre las pensiones. No olvidemos
que los clones activos son siempre mayoría y que, los nuevos
clones entrantes, ya no van a disfrutar de un SPP que ofrezca
pensiones por encima de las posibilidades reales. Cuando los
nuevos clones sean mayoría, resultará razonable que apliquen
la tijera de los recortes, especialmente a C. Tras una meditación
profunda, C decide claramente votar a favor de la reforma: más
vale pájaro en mano que expectativas de pensiones volando.
Si votan a favor de esta segunda medida, el SPP se ajustará, el
déficit existente se limitará (aunque no se reduzca) y se volverá
a una carga soportable. Las generaciones futuras de clones ni
se beneficiarán ni se perjudicarán.
142 Un sistema de pensiones sostenible
Finalmente, y gracias a las peculiaridades de la racionalidad
cibernética clon, B decide, con resignación y a regañadientes,
abstenerse. Votar en contra implicaría ir contra la razón, pero
votar tan en contra de sus intereses a cinco años vista sería de-
masiado fuerte. El valor final de sus aportaciones no superará
las 1.230 unidades y percibirá menos de las 1.435 previstas con
el sistema antes de la reforma. Dos votos a favor y una absten-
ción. Por tanto, segunda medida aprobada y tomada. Aportarán
más, pero no arruinarán el SPP y además se garantizarán sus
propias pensiones mediante un equilibrio sostenible de las ci-
fras.
Ya tenemos un sistema reformado, viable, transparente y
sostenible. Aunque B y C tienen un amargo sabor de boca por
cuanto A claramente no ha asumido ninguna carga y, por tanto
en términos relativos, ha salido ganador en la reforma.
14. ¿SON LOGARÍTMICAS LAS fUNCIONES DE UTILIDAD DE LOS CLONES?
Ruego disculpe el lector el atrevimiento del título pero confío
en que, tras la traducción al cristiano, entenderá el propósito y
la importancia de este epígrafe. Empezaré por introducir unos
cuantos conceptos fundamentales para los economistas, pero
accesorios para los mortales.
Del clásico libro de Varian102tomamos alguna definición eco-
nómica:
10 Varian, H. R. (1992): Microeconomic analysis. Ed. W.W. Norton & Company.
143Las pensiones en Urano
«Una función de utilidad es una función real que mide la
“satisfacción” o “utilidad” obtenida por un consumidor cuando
disfruta vía consumo de cierta cantidad de bienes.
Matemáticamente puede demostrarse que si es posible mo-
delizar la conducta de un consumidor perfectamente racio-
nal mediante funciones de utilidad convexa, entonces esta
conducta puede resumirse mediante una curva de demanda
decreciente. Más sencillamente, si existe una función de uti-
lidad para el consumidor racional y se dan unos supuestos
matemáticamente razonables entonces existe una “curva de
demanda”».
El modelo es abstracto y robusto, aunque los humanos so-
mos mucho más complejos que los consumidores elaborados
por la teoría económica. Dicho de otra forma, los economistas
consideramos que la satisfacción de los consumidores depende
de la cantidad de bienes que puede consumir. O sea que un
jubilado que cobra 800 euros de pensión, aumentará su utili-
dad si pasa a cobrar 1.600 euros al mes siguiente. La primera
cuestión es ¿cuánto aumenta su utilidad? Por ejemplo, en el
caso anterior, la utilidad/satisfacción del jubilado ¿aumenta el
doble por haberle duplicado la pensión? Hagámonos un par de
preguntas más, bastante retorcidas.
Segunda. Si al ilustre lector le toca en la lotería 100.000 euros
¿incrementará su utilidad más, igual o menos que si le tocase
a Don Amancio Ortega, el español más rico, dueño y principal
accionista de Zara y de otras muchas empresas?
Tercera. Cuando Robin Hood robaba a los ricos para dárselo
a los pobres ¿incrementaba con ello la utilidad del conjunto de
la sociedad?
144 Un sistema de pensiones sostenible
Ya acumulamos tres preguntas sin respuesta. Vamos a inten-
tar responderlas. Empezaremos con la primera.
- Los economistas envidiamos a los físicos porque ellos
pueden formular funciones de forma racional y además
testearlas. Newton escribió la ley de gravitación universal,
la testearon, y vieron que funcionaba. Tuvieron que pasar
siglos hasta que alguien se atreviera a modificarla. Pero
ningún economista puede escribir ni su propia función de
utilidad personal. Por tanto, no podemos postular que la
satisfacción del jubilado sea proporcional al importe de su
pensión. De hecho, el comportamiento de muchos huma-
nos parece indicar que, un aumento de la renta se traduce
en un incremento no tan grande en su utilidad. Es lo que
se conoce como utilidad marginal decreciente. Es decir,
si nos regalan un Ferrari, estupendo. Si nos regalan un
segundo Ferrari, fabuloso. Probablemente si ya tenemos
noventa y nueve Ferraris, la utilidad marginal del Ferrari
número cien sea ya decreciente.
Otra pesadilla de las funciones de utilidad es que no son
agregables. ¿Qué significa esto? Básicamente que no pode-
mos sumar las utilidades de diferentes individuos. Es decir,
que si un individuo se siente satisfecho con un valor de 7 y
otro individuo está satisfecho en un valor de 13, no pode-
mos decir que la suma de ambas satisfacciones es de 20. Lo
cual es un problema grave a la hora de tomar decisiones so-
ciales. Un ejemplo, supongamos que tenemos una nación
con solo tres humanos X, Y, y Z. El valor de utilidad de X
es 5, el de Y es 3 y el de Z es 7. Alguien propone reasignar
los recursos (por ejemplo, vía impuestos o subvenciones)
145Las pensiones en Urano
de forma que Z tendrá menos y X tendrá más. Pongamos
que se propone una redistribución de la riqueza de forma
que X siga teniendo 5 de utilidad, Y gane y pase a tener
también 5, y Z pierda y pase tener también 5. Pues bien,
no podemos decir que esta redistribución de riqueza haya
mejorado la anterior. De entrada X, está igual, Y gana, y
Z pierde. Nunca podremos concluir que, socialmente, esta
redistribución es mejor que la inicial mientras uno de ellos
gane y otro pierda. Solo será netamente mejor si todos ga-
nan o, al menos, no empeoran.
Es cierto que una cosa es la teoría económica y otra el
sentido común. Según este último, si en una sociedad de
dos humanos uno tiene dos panes y otro ninguno, el sen-
tido común nos dice que es mejor que ambos tengan un
pan. Por el contrario, la teoría económica nos diría que
ambas situaciones no son comparables y que no podemos
concluir nada desde el punto de vista del bienestar social.
Lo que nos dice el sentido común es que, la utilidad mar-
ginal del primer pan es elevada y no tanto la del segundo.
Por tanto, es justo redistribuir los panes de forma que me-
jore la utilidad agregada de la sociedad.
- Como respuesta a la segunda pregunta, en el mundo de
los humanos, no podemos concluir que la utilidad que me
proporciona recibir un premio de 100.000 euros sea ma-
yor ni menor a la que le puede proporcionar al más rico
de nuestros conciudadanos.
- También podemos contestar a la tercera pregunta que,
desde el punto de la teoría económica, que no de la jus-
ticia social, Robin Hood realizaba una redistribución de
la riqueza muy discutible. Sin embargo, desde el punto
146 Un sistema de pensiones sostenible
de vista de la justicia social en casi todos los países se
considera que los impuestos que gravan la renta de las
personas físicas deben ser progresivos, es decir, deben
aumentar más que proporcionalmente con relación a la
renta del ciudadano. Por razones de justicia social también
se transfieren rentas hacia los más desfavorecidos, recau-
dadas entre los más acaudalados.
¿Y qué podemos decir en Urano? El mundo clon es diferen-
te, dado que son todos iguales entre sí. Ello incluye funciones
de utilidad iguales y, en consecuencia, podemos determinar
que el óptimo social procede de la suma de las funciones de
utilidad de los individuos. Como corolario, en un mundo clon,
lo que entre los humanos llamamos justicia social coincide con
el óptimo social. No es coincidencia que hayamos diseñado
una economía en Urano. En Urano, el SPP debe perseguir a la
vez la justicia social y la maximización de la función de utilidad
agregada. Bien, a estas alturas del capítulo seguro que el lector
se está preguntando a que viene esta digresión por los ásperos
caminos de la teoría económica.
Vayamos directamente al grano.
Si suponemos que:
• Las funciones de utilidad de los clones reflejan una utili-
dad marginal decreciente de la renta.
• La maximización del bienestar social clon implica la maxi-
mización de la simple suma de las utilidades de los ura-
nianos.
• Lo anterior coincide con el óptimo desde el punto de vista
de la justicia social.
147Las pensiones en Urano
Las preguntas que surgen son: ¿Cómo diseñar un sistema
de pensiones justo y óptimo? ¿Cómo repartir las cargas de la
reforma del SPP de la manera más justa? ¿Debe hacerse recaer
el ajuste de las pensiones solo sobre los clones en activo o tam-
bién deben soportar la reforma los jubilados?
15. fUNCIONES LOGARÍTMICAS y JUSTICIA SOCIAL
Para nuestros propósitos divulgativos vamos a suponer que los
clones tienen una función de utilidad que depende solo de
sus ingresos. Por lo tanto, a más ingresos, más satisfacción. Las
funciones logarítmicas son bastante curiosas. En el gráfico ad-
junto se puede apreciar una forma bastante extraña, comparada
con la función de utilidad proporcional que podemos entender
como «al doble de riqueza, doble de satisfacción».
En una función de utilidad logarítmica, al doble de riqueza
le corresponde solo un poco más de satisfacción. Por poner
un ejemplo, pasar de tener 100 unidades a tener 200 unidades
supone solo un incremento del 58% de satisfacción, no del
100%. Pasar de 200 unidades a 300 unidades supone tan solo
incrementar el 26% de satisfacción. Pasar de 300 unidades a 400
unidades un 16%, etcétera.
148 Un sistema de pensiones sostenible
Gráfico 20
Ejemplo de función de utilidad logarítmica
Pues bien, si tenemos que distribuir los ingresos entre varios
clones absolutamente iguales y con funciones de utilidad loga-
rítmica, la feliz conclusión es que debemos distribuir la renta
igualitariamente. Así es el mundo clon. El término de justicia
social es prácticamente incomprensible para los economistas.
Los elementos de justicia social nada tienen que ver con las
economías en las que solo existen individuos cada uno con sus
intereses, sus motivaciones, sus gustos y su riqueza.
Una segunda cuestión es ¿qué debe hacer cada clon para
hacer máxima su satisfacción a lo largo de la vida? La respuesta
matemática, debido a sus funciones de utilidad, es atrayente:
deben mantener lo más constante posible su nivel de renta
neta. O sea, que durante el tiempo de activos, deben contribuir
al SPP con una cantidad tal que cuando se retiren mantengan
el nivel de satisfacción. Debemos recordar lo dicho al princi-
3,2
3
2,5
2
1,5
1
0,5
0
0 200 400 600 800 1000 1200 1400 1600 1800 2000
Satis
facc
ión
Consumo
149Las pensiones en Urano
pio de la descripción de los clones de Urano. Detallamos que,
como activos, su renta bruta es de 130 unidades, pero que
contribuyen al sistema con 30 unidades de forma que su renta
neta es de 100 unidades. Tras el retiro, el primer año el clon ya
solo necesita 70 unidades para mantener su satisfacción y que
después va necesitando menos de forma proporcional y a lo
largo de 40 años. Por lo tanto ¿cuál sería la decisión óptima de
contribución y prestaciones de los clones?
• Primero, para que el sistema sea sostenible lo contribuido
al sistema debe ser igual a lo obtenido por el sistema.
• Segundo, la satisfacción de la renta neta de activo debe
ser igual a la satisfacción como retirado.
Para cumplir la primera condición, las aportaciones al siste-
ma de un nuevo clon suman 30×40=1.200 unidades, mientras
que las prestaciones son 1.435 unidades. Hay un desequilibrio
de 235 unidades y corresponde hacer un ajuste.
Tras unos cálculos, vieron que las contribuciones deben ele-
varse a 34,32 unidades al año. La renta neta de un clon pasa a
ser de 95,55 unidades frente a las 100 anteriores. Esto genera
unas contribuciones al SPP de 1.372 unidades en total, que per-
miten financiar una prestación del 70% de 95,55 tras el retiro,
lo que supone 66,98 unidades de pensión inicial de jubilación.
Por lo tanto, objetivo cumplido.
Aún ajustando las pensiones futuras, todavía queda una pre-
gunta espinosa: ¿debe hacerse recaer el ajuste de las pensiones
solo sobre los clones en activo o también deben soportar la
reforma los jubilados? En una sociedad clon, el óptimo social
aconseja una carga proporcional de los ajustes. Si los activos han
150 Un sistema de pensiones sostenible
sufrido un ajuste de su nivel de satisfacción a la baja (vamos,
lo que se llama un recorte) lo lógico es que también sufran de
forma similar los retirados. En nuestro caso el clon A. La reduc-
ción proporcional de los niveles de satisfacción supone apro-
ximadamente un 5% para los clones activos. Es el recorte que
se propuso para la pensión de A. En definitiva, A había gozado
durante quince años de una pensión a la cual accedió sin haber
contribuido a financiarla. Por lo tanto técnicamente causó un
desequilibrio al SPP. Pero tampoco es posible hacer retroceder
las agujas del reloj quince años para intentar arreglarlo. Solo se
puede gestionar el futuro, el pasado es historia. Siendo de justi-
cia social, y además factible políticamente, B y C votaron a favor.
A votó en contra. Resultó aprobada una reducción de un 5 por
ciento, lo cual contribuyó en algo a la estabilidad global del SPP.
No todo quedó resuelto con esta reforma.
Un sistema en equilibrio a largo plazo no tiene por qué es-
tarlo a corto plazo. Hubo que rehacer los cálculos de valor de
contribuciones y prestaciones. Verificar que el FRSS nunca se
queda sin recursos. Chequear periódicamente que todo sigue
conforme a lo previsto, que no hay alteraciones. Aunque que-
daba trabajo, los grandes problemas del SPP quedaron atrás. Y
sobre todo, el SPP tenía futuro.
151Las pensiones en Urano
Gráfico 21
Evolución del Sistema de pensiones de Urano
16. LAS SIMILITUDES ENTRE URANO y ESPAñA
Esencialmente existen bastantes similitudes entre ambos SPP.
En su origen, los sistemas de pensiones en este mundo se oca-
sionaron a raíz de un profundo cambio técnico y económico
que generó la revolución industrial, que supuso la incorpora-
ción masiva a las industrias y la rotura de la sociedad agraria
preindustrial. Esto supuso un gran crecimiento de la producti-
vidad y más tarde, se tradujo en un desarrollo social que elevó
vertiginosamente la esperanza de vida en un corto espacio de
tiempo. El mismo fenómeno, simplificado, se produce en Ura-
no. Pasan de vivir cuarenta años a vivir el doble y entonces se
plantean ¿cómo financiar la jubilación?
0 10 20 30 40 50 60 70
700
600
500
400
300
200
100
0
Ingresos Aportación Prestación Fondo de reserva
152 Un sistema de pensiones sostenible
La respuesta en España, en muchos otros países y en Urano
es similar: aprovechemos la creciente productividad para favo-
recer y cuidar a las personas tras la jubilación. Al igual que en
Urano, en España no se hace un cálculo muy riguroso de los
costes a largo plazo del sistema y se crea inicialmente un plan
de prestación definida que resulta no ser sostenible en el largo
plazo. En el gráfico adjunto se pueden comparar los perfiles de
consumo de los clones frente al perfil de supervivencia deriva-
do de unas tablas actuariales modernas. Como se ve, son bas-
tante similares tanto en términos de cotizantes. El perfil de lo
que los clones perciben tras su jubilación se asemeja bastante
(no es casual) a la probabilidad de cobro del jubilado medio.
Gráfico 22
Clones VS Humanos
140
120
100
80
60
40
20
020 29 38 47 56 65 74 83 92 101
Producción Clon Consumo Clon Producció humano Consumo humano
Años
Pro
ducc
ión/
Consu
mo
153Las pensiones en Urano
Es entonces cuando en Urano, y esperamos que también
en España, se produce el debate sobre la sostenibilidad a lar-
go plazo del sistema que lleven a tomar medidas razonables
y coherentes, tanto por su cuantía como por su impacto so-
cial, que permitan que el sistema permanezca en equilibrio
durante muchas generaciones. Ello implica una transición
desde un sistema de prestación definida a otro de aporta-
ción definida no financiera, en el que cada persona conoce
cuanto aporta al sistema y que lo que percibe del mismo es
coherente con sus aportaciones en todo el horizonte vital. El
concepto de individuo de reposición es sencillo de entender
en Urano y es clave para la sostenibilidad del sistema a largo
plazo en todo SPP.
Al momento de la toma de decisiones, algunas generaciones
se verán más afectadas que otras. Los clones A, B, C, y D re-
presentan diferentes generaciones que se ven afectadas con el
cambio también en España. Tampoco es casual que analicemos
los impactos en cada generación: recortar las pensiones futu-
ras a todos los actuales cotizantes es injusto socialmente, no
garantiza la maximización de la utilidad de cada ciudadano y
tampoco garantiza la sostenibilidad del sistema. Esperamos que
finalmente en España triunfe la sensatez y la democracia sobre
los privilegios miopes.
No es casual que en Urano decidiesen ir por la vía de au-
mentar las cotizaciones en vez de recortar las pensiones. Este
es un mensaje claro y novedoso en nuestro debate: no hay que
obsesionarse con los recortes, las soluciones pasan no solo por
recortar pensiones sino por aumentar algo las cotizaciones fu-
turas. Y, especialmente, por cambiar de sistema. Las reformas
han de ser más profundas, como en Urano.
154 Un sistema de pensiones sostenible
17. ¿SUBIR CONTRIBUCIONES O BAJAR PRESTA-CIONES? ¿y qUIéN DEBE CONTRIBUIR MáS?
Estos son dos de los dilemas que no se han analizado debida-
mente en España. En Urano todas las cotizaciones recaen en
los clones. Pero en España tenemos las cotizaciones empre-
sariales y las del trabajador, siendo las primeras mucho más
cuantiosas. Al parecer todo lo que sabemos argumentar es que
hay que recortar prestaciones, pareciera que nadie plantea que
haya que subir cuotas. Sin embargo, desde un enfoque macro-
económico y de análisis de decisiones estratégicas, esto estaría
en cuestión. Subir contribuciones tiene un efecto primario que
es reducir el importe disponible para consumir en el momento
actual. Por el contrario, aumenta tanto el consumo futuro de
las próximas décadas (cuando se perciban las prestaciones) y
aumenta el volumen de inversión del FRSS.
Merece especial consideración el intercambio entre consu-
mo presente y futuro por cuanto implica importantes efectos
macroeconómicos. El primero es que una reducción en la renta
disponible para el consumo reduce la demanda interna, y de
ahí el nivel de precios. Esto es significativo por cuanto uno de
los negativos efectos de nuestra entrada en el Euro ha sido que,
durante la década prodigiosa, hemos tenido unos tipos de in-
terés alemanes (es decir, muy bajos) que estimularon el endeu-
damiento y la demanda de bienes de consumo duradero. Dicho
de otra forma, con unos tipos de interés tan bajos, muchos se
endeudaron permitiéndose el lujo de ir de vacaciones al Cari-
be, comprar BMW y pantallas de televisión tan grandes como
la pared del salón les permitía. El aumento de la demanda, a su
vez, azuzó el crecimiento de los precios (medidos por el IPC),
155Las pensiones en Urano
que se disparó por encima de la media de la UE, y se entró en
el circulo vicioso que se produce cuando es mejor comprar a
crédito hoy a un tipo bajo que ahorrar y pagar las cosas más
caras el año que viene. De ahí a una crear una burbuja, hay
“dos telediarios”.
Estamos a tiempo de solucionar a la vez el tema de las pen-
siones y desinflar la próxima burbuja. La lógica manda que
tengamos una palanca que desactive el recalentamiento de la
demanda interna a base de incrementar el ahorro futuro.
¿Qué más efectos tendría esta medida? No hay que ser un
clarividente para constatar que bajar un escalón en el tipo de
consumo suntuario sería especialmente beneficioso e inmedia-
to para nuestro PIB. Debemos viajar más a las Islas Afortuna-
das en vez de a las Seychelles. Extremadura tiene naturaleza
impresionante, queda más cerca que Kenia y no hay peligro
de malaria. En Port Aventura disfrutas a tope y no pasas el frío
siberiano de EuroDisney. Si tu próximo coche es un Seat Exeo
y no un Audi 4 en algo colaboras a reducir el 27 por ciento de
desempleo actual. Y así un largo etcétera.
Pero, además, hay que darse cuenta que a largo plazo, cuan-
do nos hagamos mayores, debemos mantener una calidad de
vida adecuada. Y el único camino es garantizar un sistema de
pensiones suficientemente robusto, sin recortes ni estrecheces.
Un sistema de pensiones sostenible garantizará una deman-
da de bienes de consumo y de servicios futura muy intensiva
en mano de obra. Los cuidados a las personas de tercera edad
pueden constituir el mayor filón de empleo de las próximas
décadas en España. Pero no sólo estoy hablando de residencias
para la tercera edad. Me refiero también a tener un sistema de
pensiones que permita a sus beneficiarios tomar el café en la
156 Un sistema de pensiones sostenible
plaza, disfrutar de unas tapas con los amigos de toda la vida,
salir a cenar con la familia. Todo esto genera mucho empleo en
nuestro entorno más próximo y es la clave para poder vivir la
vida al sabio estilo mediterráneo.
Cuando estemos felizmente jubilados en este país mediterrá-
neo podremos disfrutar del sol, de unas primaveras brillantes
en el Sur, de estos días de luz de invierno y cielo profundamen-
te azul que nos caracteriza, de otoños templados y larguísimos
y de veranos cálidos llenos de vida. Si además tenemos un
poco de dinero ahorrado, una pensión pública decente y una
edad de jubilación temprana, pero razonable técnicamente, po-
dremos sentirnos como los ciudadanos que tengan una mejor
calidad de vida de todo el mundo.
El camino no es recortar prestaciones a las generaciones
futuras a cambio de mantener las contribuciones ahora. Hay
que hacer un cambio bueno para nuestro futuro y para nuestro
presente.
La segunda derivada ya se ha comentado anteriormente.
Una grandísima debilidad de nuestra economía es el sobredi-
mensionamiento bancario (que amplifica las crisis bancarias,
que finalmente pagamos los ciudadanos) que coexiste un muy
reducido desarrollo de los mercados financieros y de la inver-
sión institucional.
Como se subraya en el Memorandum de Entendimiento de
julio de 2012, que es la clave del denominado rescate banca-
rio:
27. Debe fomentarse la intermediación financiera no ban-
caria. A la luz de la considerable dependencia de la economía
española de la intermediación bancaria, las autoridades espa-
157Las pensiones en Urano
ñolas prepararán, antes de mediados de noviembre de 2012,
propuestas para fomentar la intermediación financiera no
bancaria, incluida la financiación del mercado de capitales y
el capital riesgo
Mientras termino de escribir este libro se ha publicado en
los medios que se pretende un mapa bancario en el que tres
entidades agrupen el 70 por ciento del mercado español. De
ahí a un oligopolio, hay solo un paso. Y nada bueno puede
esperarse de la creación de oligopolios en los mercados, espe-
cialmente en los financieros. Actualmente una empresa españo-
la con la misma estructura productiva no puede competir con
una empresa clónica alemana puesto que la española tiene un
acceso al crédito limitado y además muy caro. Tampoco se ha
generalizado el recurso a los mercados para financiarse emi-
tiendo capital o renta fija. Aumentar el ahorro para las pensio-
nes, tanto las privadas como las pensiones públicas, generará,
entre otros:
•Una mayor resiliencia frente a las crisis bancarias.
•Una alternativa de financiación de las empresas, fuera de
su nociva dependencia excesiva del crédito bancario.
•Una fortaleza a corto plazo frente a los ataques que en el
futuro puedan someter a nuestra deuda pública los mer-
cados financieros internacionales. Pocos han salido a de-
fender nuestra deuda pública ante los ataques de que ha
sido objeto. Por cada dos puntos de más tipo de interés
que pagamos en el servicio de la deuda, hay que compen-
sarlo mediante una subida de impuestos y un recorte de
prestaciones de un dos por ciento del PIB. Esto cercena
158 Un sistema de pensiones sostenible
las posibilidades de recuperación de nuestra economía,
de creación de empleo, de cohesión social, de invertir en
educación, de mejora del bienestar.
Por tanto la conclusión no es intuitiva: probablemente deba-
mos mejor reforzar el SPP que desmontarlo por plazos.
Habrá algunos que podrían manifiestarse en contrario:
• El sector empresarial, que no desean que se aumenten las
contribuciones empresariales y que nada tendría que de-
cir si las contribuciones sociales las realiza el trabajador.
• Los sectores de producción de bienes con su potente lo-
bby europeo, que prefieren que sigamos siendo una eco-
nomía dependiente y a la cual vendan bienes que no
necesitamos.
• Algunos actores del sector bancario, que pretenden ante-
poner sus intereses sectoriales al interés general.
Mi propuesta pasar por cambiar el peso básico de las co-
tizaciones desde las empresas a los trabajadores. Esto es muy
coherente con un sistema de aportación definida transparente
en el que el trabajador conoce mensualmente lo que aporta y
obtiene una pensión en función de sus contribuciones.
Y además es neutral para los empresarios, no perjudicando
el coste total laboral del factor trabajo, como se muestra en el
gráfico adjunto, de un ejemplo con un trabajador mileurista. Se
trataría de reducir las contribuciones empresariales, aumentar
los salarios y en esa misma medida aumentar las cotizaciones
del trabajador. Para concluir, el trabajador percibe la misma
renta neta a final de mes, de unos 950 Euros.
159Las pensiones en Urano
Gráfico 23
Cambio del peso de las cotizaciones y su efecto sobre coste y
sueldo
Esta propuesta puede facilitar la afloración de la economía
sumergida. Es conocido que algunos empresarios desaprensi-
vos optan por contratar personas ilegalmente para ahorrarse
las contribuciones a la Seguridad Social. Si éstas recayeran bá-
sicamente en el trabajador, los incentivos a defraudar al SPP se
reducirían drásticamente. Por ello se contrataría más de forma
legal y respetuosa con la ley, los trabajadores y la sociedad.
Todo ello facilitaría nuestra incorporación a los niveles euro-
peos medios de pago de impuestos, economía legal y protec-
1400
1200
1000
800
600
400
200
0Coste Sueldo Base Cot Cot Sueldo Neto Bruto Cotización Empleo Empresa
Ahora Después
160 Un sistema de pensiones sostenible
ción de los empleados fortaleciendo nuestra economía y nues-
tra imagen de nación más seria y menos latina.
Como se comentará más adelante, en el capítulo 4, la estra-
tegia a largo plazo no debe variar su rumbo. No tenemos mejor
opción que intentar ser una economía fuerte y autónoma, me-
nos dependiente de las ayudas exteriores, que nos fuerzan a
devolver a precio de oro.
18. CONCLUSIONES
Un modelo ultrasimplificado de economía nos puede ilustrar
acerca del origen de los problemas, de sus soluciones, de las
medidas y de sus repercusiones dentro del entorno en el que lo
privado, la capitalización y la previsión social complementaria
no existen. Por tanto, tampoco existen intereses más o menos
velados acerca de la reducción del tamaño del SPP. Tampoco
contradicciones entre los objetivos sociales a largo plazo y los
intereses políticos a corto plazo.
En este capítulo hemos visto cómo surge un modelo que
todo el mundo valora positivamente, que financia pensiones
de forma altruista y que, poco a poco, conduce al abismo. Es
aquello de que el camino del infierno está adoquinado de bue-
nas intenciones.
En segundo lugar hemos aprendido que hay que hacer nú-
meros, números a largo plazo, en horizontes temporales de
setenta y cinco años al menos, de forma que contemplen tanto
las aportaciones futuras y las prestaciones a que darán lugar.
En tercer lugar, hemos visto que el concepto de ley de sos-
tenibilidad en pensiones tiene que ver intrínsecamente con que
los nuevos entrantes en el sistema no reciban prestaciones su-
161Las pensiones en Urano
periores a sus aportaciones al sistema. Es una ley sencilla, de
sentido común, pero que lucha contra los intereses estableci-
dos de los cotizantes y beneficiarios del presente. De hecho,
son sus intereses a corto plazo los que condicionan la viabili-
dad del sistema a largo.
En cuarto lugar, hemos visto cómo se revisa el sistema. La
racionalidad conduce a un cambio. Migrar desde un sistema ba-
sado en la prestación definida fija tras haber cotizado durante
cuarenta años hacia otro en el que se perciba en función del
valor final de sus aportaciones. Sobre todo porque este último,
a diferencia del primero, garantiza la ley de sostenibilidad del
SPP.
Pero la transición no resulta fácil. Hay al menos tres genera-
ciones en conflicto: La generación A, de los beneficiarios, que
reclaman que no se les recorte la pensión. La generación B, la
generación sándwich, que probablemente sufra más los recor-
tes que la anterior y que la posterior. A esta hay que facilitarle
una transición equilibrada, que congele el sistema anterior, de
paso urgente a un nuevo sistema, pero que les compense par-
cialmente las expectativas de pensiones de antes de la refor-
ma. La generación C, a la que desde luego le interesa hacer la
transición cuanto antes a un sistema de pensiones sostenible y
que la hipoteca generacional no siga creciendo. Hay además
muchas más generaciones implicadas: D, E, F, G… A diferencia
de los clones, en España son las generaciones de nuestros hijos
y nietos. La mejor herencia que puede dejárseles es un sistema
de pensiones robusto, sostenible, sensato, flexible.
En quinto lugar, hemos hablado de Robin Hood, de Aman-
cio Ortega, de la contraposición entre justicia social y teoría
económica. Todo apunta a que el sentido común nos debe
162 Un sistema de pensiones sostenible
conducir hacia un SPP con mínimos de pensiones y máximos
de cotización obligatoria que den derecho a la pensión. Un sis-
tema de pensiones que favorezca un equilibrio entre consumo
y ahorro en cada persona y entre generaciones. Por ello tam-
bién a la hora de evolucionar hacia un nuevo sistema nadie, ni
siquiera los pensionistas, deben quedar al margen de contribuir
al esfuerzo común de equilibrar las prestaciones con las apor-
taciones efectuadas. Y también es prudente que sea sostenible
un sistema, para que una generación no opte por hacer borrón
y cuenta nueva sobre las expectativas de cobro de pensión de
las anteriores.
CAPíTULO 4
DEL ANáLISIS A LA ACCIÓN
Una de las pesadillas que todo ejecutivo teme es caer en
«la parálisis a través del análisis». Quizá por deformación pro-
fesional, siempre procuro anticipar las acciones que hay que
ejecutar. En este capítulo repasaremos lo ya visto, y además lo
contemplaremos desde una perspectiva inusual en la cuestión
de las pensiones: el enfoque estratégico. Finalmente concluiré
proponiendo medidas concretas, pasos a dar, y objetivos con-
cretos y medibles.
1. LA ESPERANzA NO ES UNA POLÍTICA
Tener esperanza es necesario. Ayuda a enfrentarse a los obstá-
culos de cada día, en el trabajo, en la familia, en todos los ám-
bitos. Tener esperanza no es una política, no es algo sobre lo
que fundamentar nuestro futuro. En el asunto de las pensiones,
durante demasiado tiempo hemos escuchado algo así como
el famoso «Dios proveerá». El sistema de pensiones volverá a
equilibrarse cuando se produzca una recuperación económica,
cuando haya mucha más inmigración, cuando la peste bubóni-
164 Un sistema de pensiones sostenible
ca acabe con la mitad de la población y queden menos bene-
ficiarios y más empleos vacantes que ocupar. Quizás encontre-
mos petróleo en Cuenca o el corcho se convierta en el material
más preciado para una nueva tecnología revolucionaria.
Aunque ocurriera cualquiera de los disparates anteriores o
muchos otros que imaginásemos, en cualquier caso, confiar el
futuro de nuestras pensiones a la esperanza no es una política,
es un trágico error. Prefiero otro dicho, de Gabriel y Galán, mu-
cho más realista: «Si haces lo que estuviere de tu parte, / pide a
Dios en el cielo, / ha de ayudarte».
Esta forma de abordar los problemas tiende a la acción, y
deja de lado la política que se ha seguido en el tema de las
pensiones en los últimos años: no reformes hoy lo que puedas
dejar para la próxima legislatura.
2. «fAILURE IS NOT AN OPTION»
Esta frase de la película Apolo XIII, ‘fracasar no es una opción’,
señala que no podemos fallar cuando lo que nos jugamos es
tan sumamente importante. En efecto, una sociedad puede fa-
llar en muchas pequeñas cosas, pero no en las pocas grandes.
Quizá nuestras carreteras pueden ser de peaje o gratis, nuestra
telefonía de última generación o de penúltima, nuestras empre-
sas pueden sufrir la interminable burocracia, nuestro folclore
ser aburrido, nuestras ciudades pueden dormitar en vez de es-
tar llenas de vida. Pero no podemos fallar en lo que es real-
mente importante: el bienestar de la población a largo plazo, la
educación, la investigación y emprender negocios.
Por ello no podemos fracasar en cuestiones centrales como
el SPP, porque además, la integración en la zona euro no nos
165Del análisis a la acción
lo va a permitir. La pertenencia a una moneda única europea
tiene dos caras: la amable, de un mayor comercio entre países y
de inflación controlada, y la negativa, que se ataque al eslabón
más débil de la cadena de estados miembros.
3. ESTRATEGIA y ESTADO DE BIENESTAR
Definitivamente Europa no es Estados Unidos. Y no solo por la
capacidad de los americanos de afrontar la crisis y tomar más
decisiones en un mes que la UE en un año. Sino porque en
Europa, la tendencia de los Gobiernos durante la crisis parece
determinada por la complejidad de manejar una doble agenda:
lo que sería necesario hacer y lo que le conviene específica-
mente a cada Gobierno en cada momento.
Así los ciudadanos europeos de diversos países, entre ellos
el nuestro, sufren ante el ataque salvaje de los agentes financie-
ros que, bajo el pretexto de los ratings de solvencia soberana,
se han beneficiado de la debilidad de la doble agenda de los
Gobiernos europeos. Esto es Europa, y cuando solo viene una
crisis, lo que primero hacen los Gobiernos es calcular si el efec-
to derivado de la misma les perjudica más que les conviene o
viceversa. Y las cuestiones del estado de bienestar no lo son
menos. No son tan urgentes como la crisis del euro, pero son
trascendentes a medio plazo.
Aunque se pretenda mantener que Europa tiene un modelo
social que defender, nadie verdaderamente lo defiende. Todos
los Gobiernos, si acaso, velan por transformar su estado de
bienestar hacia lo que el futuro pueda deparar e intentar salvar
los muebles y las elecciones. En definitiva, el estado de bien-
estar está en tela de juicio. Y no solo porque se vea como una
166 Un sistema de pensiones sostenible
creciente anomalía en el contexto de un mundo globalizado
sin fronteras y carente de cohesión social. Sino porque cada
Gobierno europeo sabe que su peso específico dentro de la
región europea dependerá de su potencia económica y esta a
su vez de su competitividad. Y el estado de bienestar se juzga
como una carga, un lastre, para la competitividad. De ahí que
todos los Gobiernos se hayan puesto de acuerdo en recortar
sin contemplaciones las prestaciones del estado de bienestar,
incluso los de corte anglosajón, que ya tienen un modelo del
mismo reducido. La excepción más notoria está más al norte:
en los países escandinavos.
Miremos un momento el gráfico de la página siguiente. Re-
presenta la evolución de los tipos de interés de la deuda públi-
ca a 10 años de Italia, España, Francia y Alemania. Antes de la
crisis del Euro prácticamente no había diferencias entre cómo
se financiaba el gobierno español y el alemán. La crisis del euro
ha perjudicado gravemente a unos y ha beneficiado a otros.
Con la crisis del Euro los gobiernos italiano y español tienen
que pagar mucho más que antes, mientras Francia y, especial-
mente, Alemania se financian con tipos de interés en mínimos
históricos. ¿En qué medida Alemania tiene interés en colaborar
activamente para resolver la crisis del euro rápidamente si a
corto plazo le beneficia?.
167Del análisis a la acción
Gráfico 23
Evolución de los tipos de interés a 10 años de diversos
países de la UEM
Fuente: Bloomberg
4. CRISIS, CONTAGIOS, TRASLACIÓN DE COSTES y CORTAfUEGOS
En economía, a diferencia de otras ciencias más empíricas, los
experimentos no se crean voluntariamente, sino que surgen,
se sufren y, con suerte, sirven para evitar errores futuros. En la
crisis en la cual estamos inmersos, los ilustres vigilantes de la
economía mundial, el FMI, y el Banco Mundial han sido inca-
paces de prevenir la evolución de los acontecimientos según
estos se desencadenaban. Una crisis financiera, generada desde
el mismo centro de la economía financiera del mundo, se ha
trasladado como crisis de confianza en el euro y de ahí como
crisis fiscal a las economías más débiles de la eurozona.
168 Un sistema de pensiones sostenible
En España, partíamos de una situación envidiable, con un
endeudamiento público en el entorno del 40% del PIB que nos
ha permitido ir asumiendo un recorte brutal de los ingresos
fiscales sin tener que cercenar el estado de bienestar salvaje-
mente. También hemos aprendido, de Irlanda, Islandia y ahora
Chipre, la amarga lección de que un sobreendeudamiento del
sector privado y un sobredimensionamiento del sector bancario
conjuran un mal que se extiende a toda la sociedad en forma
de restricciones de crédito, que inducen desempleo, que hun-
den la demanda de las familias a la vez que crece la morosidad,
lo cual ahonda la crisis bancaria y, finalmente, se vuelve hundir
la espiral decreciente de la economía.
El Estado se configura así como un agente económico de
primera entidad que puede actuar de forma contracíclica, cuan-
do dispone de los instrumentos adecuados. Pero cuando el
Estado aumenta el déficit de forma automática y contracíclica,
y esto desata la furia de los mercados, y además carecemos de
instrumentos de prestamistas de último recurso, el Estado está
contra la pared y a merced de quienes le puedan proporcionar
financiación.
En este contexto, hemos visto que la salida más sencilla,
aunque nunca fácil, ha sido la reducción de los gastos del Es-
tado, en España de todos los niveles de las AAPP, con recor-
tes por doquier, que implican una reducción multiplicada del
consumo público, aumento del desempleo, hundimiento aún
mayor de la demanda de las economías domésticas, más mo-
rosidad y que, de no detenerse, podría dar lugar a una ulterior
crisis bancaria con un segundo rescate.
Incluso los ciudadanos hemos sido testigos, que no actores,
de la modificación del artículo 135 de la Constitución españo-
169Del análisis a la acción
la, por impulso de otras naciones de nuestro entorno, pero en
el que se ha hurtado a la soberanía popular tanto el deseo de
refrendar esa norma, como algo mucho más crucial, que es
conocer los efectos a largo plazo de este ajuste.
Y la lección a aprender es que el Estado no vive al margen
de la economía, ni tiene la capacidad de gestión de la política
monetaria y fiscal que en su día tuvimos. Por tanto, una crisis
bancaria ha desencadenado recortes sociales nunca vistos en
educación, sanidad e incluso en los subsidios por desempleo.
En conclusión, los errores bancarios privados y de supervi-
sión pública están siendo trasladados, pagados, sufridos por los
ciudadanos a través de recortes de los gastos. Una parte de ellos
con intención de limitar el despilfarro y por ello lógicos, necesa-
rios y convenientes. Pero otra parte son simplemente arbitrarios
y nada sociales. El SPP no ha quedado al margen, ni va a quedar
a futuro, salvo que actuemos a tiempo. Dentro del Plan Nacional
de Reformas de 2013, aprobado en abril, se incluye:
En materia de Seguridad Social, se han iniciado ya las
actuaciones para la regulación normativa del factor de sos-
tenibilidad, con el objetivo de revisar los parámetros funda-
mentales del sistema de Seguridad Social, en función de la
evolución de la esperanza de vida y otros factores demográfi-
cos y económicos. Se ha designado un comité de expertos en-
cargado de realizar un informe sobre el factor de sostenibili-
dad, que será remitido al Parlamento antes del 31 de mayo a
efectos de que la Comisión del Pacto de Toledo pueda, entre
junio y julio elaborar las recomendaciones que deriven en
la normativa reguladora del factor de sostenibilidad que se
aprobará a lo largo de 2013.
170 Un sistema de pensiones sostenible
Justamente a lo largo de la redacción de este libro se ha
publicado el informe de los expertos que se ha valorado de
urgencia en el Anexo II.
Por lo tanto, creo que no hay vuelta atrás. Nos hallamos en
una encrucijada para el estado de bienestar y en concreto para
el SPP. Podemos ser reactivos e ir tomando las medidas que nos
impongan desde la triple B (Berlín, Bruselas y BCE) o podemos
reformar nuestro SPP.
¿Cómo hacerlo? Debemos configurar un SPP económicamen-
te sostenible y socialmente justo. Y además debemos construir
cortafuegos que impidan que una crisis con orígenes lejanos
pueda costarnos una subida de impuestos, un recorte de las
prestaciones públicas y, finalmente, ser pagada a base de per-
judicar las pensiones presentes y futuras de millones de ciuda-
danos.
5. EfECTOS DEL AhORRO INTERNO EN UNA ECONOMÍA CERRADA, ABIERTA y EN LA ECONOMÍA DE JOSé MOTA
El ahorro interno puede dinamizar la economía en ocasiones.
Quizá el caso más claro fue la instauración de una reforma
radical del sistema de pensiones en Chile. En 1981 era una
economía cerrada, aislada internacionalmente, sin inversión di-
recta extranjera, sin dinero para emprender y con un sistema de
pensiones más que quebrado, podrido. La demanda de crédito
de las empresas superaba con creces a la oferta del mismo. El
Gobierno de entonces, bajo una dictadura, impuso que los tra-
bajadores de los sectores formales, a diferencia de los informa-
les, construyeran sus pensiones en base a un sistema puro de
171Del análisis a la acción
capitalización individual. La reforma emprendida tuvo efectos
saludables. Realmente lo que ocasionó fue una acumulación
forzada de recursos ahorrados que buscaron rentabilidad en
el proceso de inversión en la economía interna. Una marea de
recursos como la que vivieron, impulsó la financiación de sus
empresas, dinamizó el crecimiento económico, generó empleo
y riqueza.
Por el contrario, en una economía abierta nada es tan senci-
llo. El ahorro interno busca la mayor rentabilidad dentro o fuera
del país. Un mayor ahorro en Bélgica podría beneficiar a Italia
si allí hubiera propuestas de inversión rentables y con un nivel
de riesgo adecuado. Por razones técnicas de diversificación de
inversiones, lo conveniente es invertir en diferentes áreas geo-
gráficas. Por ejemplo, resulta lógico invertir en mercados emer-
gentes o en empresas de Estados Unidos, cuya economía está
dejando atrás la crisis económica más deprisa que nosotros.
En consecuencia, hemos visto que la creación del euro supuso
que los inversores institucionales españoles pasaran de usar el
IBEX35 como referencia de la inversión de renta variable hacia
otros índices como el EUROSTOXX50, que aglutinan a las cin-
cuenta empresas más capitalizadas de Europa.
¿Qué se está produciendo durante la salida de la crisis?.
Como se ve en el gráfico adjunto, los que lo han superado en
rentabilidad y minimizado riesgos en los últimos años han sido
aquellos que han desplazado sus inversiones hacia otros mer-
cados como los emergentes o Estados Unidos.
172 Un sistema de pensiones sostenible
Gráfico 24
Rentabilidades en bolsas mundiales (2002-2012)
(1-1-2002=100)
A su vez, en España durante los años anteriores a la crisis
del euro, recibimos inversiones institucionales muy cuantiosas
desde el resto del mundo con el objeto de adquirir deuda pú-
blica y titulizaciones privadas.
Esto cambió drásticamente con el inicio de la crisis del euro.
Hemos sido objeto del mayor escarnio público de las últimas
décadas a nivel europeo. Los inversores extranjeros se fueron
deprisa dejándonos abandonados a nuestra suerte. La descon-
fianza en los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) nos trans-
formó en una economía a lo José Mota. Somos una economía
abierta en la que invertir antes sí, pero después no. O lo que
es lo mismo, antes todo el mundo alababa el milagro del cre-
"
550
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
02002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Nikkei Eurostoxx50 Ibex35 S&P/ASX200 Bovespa S&P Promedio
Ren
tabili
dad
173Del análisis a la acción
cimiento español y todo el mundo quería invertir en España,
hasta que todo se tuerce con la crisis y después nos vituperan
como despilfarradores cerrándonos el acceso a los mercados
de capitales y con los inversores institucionales extranjeros hu-
yendo en desbandada.
Durante la crisis, vemos que el panorama es distinto. La ma-
yor parte de los fondos de inversión y de pensiones españoles
no solo se han mantenido en la zona euro, sino que además
han sustentado la deuda pública española. Detrás de este com-
portamiento asimétrico hay varias razones, entre ellas la con-
fianza final en la recuperación de nuestra economía y la mayor
rentabilidad de nuestra deuda comparada con la de Francia o
Alemania.
En un mercado único financiero con una moneda única co-
mún, el euro, hay que asumir algunas reglas de juego desagra-
dables. Hemos de acostumbrarnos a que el Estado más débil
de la cadena euro sea el pagano de todos los males. También
hemos de ser conscientes de que nos atacarán en los momen-
tos de debilidad y no en los de fortaleza. Por tanto, lo quera-
mos o no, nuestra política económica a largo plazo debe ser
coherente y plantearse una forma estratégica, viendo objetivos
a largo plazo, pensando dónde queremos estar dentro de unos
años, y después ver los pasos a dar para llegar a este punto en
un contexto lamentablemente hostil.
6. RECAPITULACIÓN DE LO APRENDIDO
Hemos visto cómo la longevidad es algo deseable pero tam-
bién es un mal silencioso que corroe las bases económicas del
SPP. Hemos pasado de unos sistemas de pensiones informales,
Nikkei Eurostoxx50 Ibex35 S&P/ASX200 Bovespa S&P Promedio
174 Un sistema de pensiones sostenible
donde cada hijo llegaba al mundo con un pan debajo del brazo
y contribuía a mantener a sus mayores, a conceder pensiones
públicas con mucha alegría pero poco cálculo. Hemos visto
que los sistemas de reparto fueron razonablemente instaurados
en los países más avanzados pero que no pueden hacer frente
al envejecimiento sin reformas profundas. Hemos subrayado
dos casos muy significativos:
• Suecia, que ha transformado su sistema para hacerlo más
sostenible a largo plazo sin renunciar a la justicia y a la
cohesión social.
• Holanda, que además muestra cómo se puede tener una
economía dinámica que se apoya en la fortaleza de la
inversión derivada del ahorro privado para las pensiones.
Respecto a España, hemos visto que la evolución de nuestro
sistema de pensiones no es tan diferente a la de otros países
avanzados. Partimos de una economía atrasada con sistemas
informales de pensiones basados en la familia en un entorno
rural. Después, con la industrialización de los años sesenta, el
sistema fue de reparto, sostenible a corto plazo pero no a largo.
Las reformas efectuadas en los últimos veinticinco años han
logrado que el sistema no solo no entrase en barrena sino que
incluso mostrase una buena cara externa a quienes no logran
evaluar sus problemas intrínsecos a largo plazo.
Hemos entendido cómo es imposible transformar el sistema
de reparto de las pensiones en un sistema de capitalización,
por sus costes elevadísimos. Por tanto, no es una opción. Hay
que buscar transformaciones posibles y descartar las de costes
sociales demasiado elevados. Comentamos cómo la reforma
175Del análisis a la acción
de las pensiones debe establecer equidad entre beneficiarios y
cotizantes actuales. Cómo el SPP de Urano no es tan distante
del nuestro. Especialmente los clones de Urano nos recuerdan
que los sistemas de pensiones han de ser evaluados en ciclos
largos, de setenta y cinco años al menos. Son los cálculos nece-
sarios para no embarrancar el sistema de pensiones. También
aprendimos de los clones a tener en cuenta la sostenibilidad y
el bienestar de las generaciones futuras.
Cada individuo, para maximizar el bienestar global de toda
su vida, debe tener una renta estable, acorde con sus necesi-
dades. Y que esto es mucho mejor que tener un presente con
derroche y un futuro con estrecheces. Es un lujo insostenible
que las pensiones se indicien al índice de precios de consumo
(IPC). Ni los países más ricos son capaces de soportar esa car-
ga; especialmente es contradictorio en España cuando estamos
viendo como las rentas salariales decrecen y aún más, si cabe,
cuando la tendencia a la baja se mantiene. Países como Sue-
cia vinculan la revalorización de las pensiones al crecimiento
económico y resulta más razonable. Un mayor ahorro hoy se
traducirá en un mayor consumo futuro. El efecto social no es
neutral: si queremos mantener una cierta equivalencia entre el
bienestar de ahora y el que nos espera tras la jubilación, de-
bemos contribuir más ahora para obtener más dentro de unos
años. Además, bajar actualmente el nivel de consumo un es-
calón resulta de claro beneficio para nuestro producto interior
bruto tanto ahora como dentro de unas décadas.
También deben establecerse unas normas que impidan que
las generaciones futuras sean sometidas a la dictadura de pagar
una hipoteca generacional que limite sus posibilidades de vivir
bien.
176 Un sistema de pensiones sostenible
El sistema de pensiones, tanto en su vertiente pública como
privada, debe ser un rompeolas en tiempos de marejada de
los mercados de la deuda pública. Debe ser un bastión que
nos proporcione una capacidad de inversión suficiente en los
activos soberanos. Para ello hay que forzar el ahorro y la ca-
pitalización. El ahorro obligatorio para la jubilación tiene efec-
tos beneficiosos para contener la inflación interna, mantener
la productividad de las empresas, facilitar el crecimiento eco-
nómico y por consiguiente para la creación de empleo. No
reforzar el ahorro nos condena a permanecer en una situación
donde el eslabón más débil, el Estado más dependiente, será
expropiado de su soberanía.
También sabemos que el modelo de recortes sistemáticos en
pensiones sin cambiar profundamente el sistema es absurdo: nun-
ca terminarán de recortarnos las pensiones, de aumentar la edad
de jubilación, de mantenernos en la incertidumbre y con miedo
ante el futuro. Las reformas paramétricas nos meten en un movi-
miento de espiral decreciente que solo conduce a una peligro-
sa desigualdad social, y a un caldo de cultivo de extremismos.
7. DISEñAR LAS PENSIONES DESDE UN PUNTO DE vISTA ESTRATéGICO
Reformar un SPP requiere tomar grandes decisiones. La rama
de la ciencia que estudia la toma de decisiones es la Teoría de
Juegos. Es apasionante, pero explicarla con detalle quizá exce-
da de las pretensiones de este libro, por lo que me limitaré a
apuntar algunos retazos.
La esencia de un juego de estrategia está en la interdepen-
dencia de las decisiones de los jugadores. En el entorno eu-
177Del análisis a la acción
ropeo, cada Gobierno debe mirar hacia adelante para indagar
cómo su reforma del sistema de pensiones afectará a las ac-
ciones futuras de otros Gobiernos, y consiguientemente a las
suyas en el futuro. Ahora bien, el sistema de pensiones gene-
ra además efectos importantes a largo plazo sobre el modelo
productivo de las naciones. Estas naciones tienen sus propios
Gobiernos cuyos intereses pueden ser similares u opuestos a
los nuestros. Basta con ver cualquier tema europeo, como la
reciente crisis chipriota, para constatar que hay posiciones muy
encontradas dentro de los países comunitarios. Por eso debe-
mos tener también en cuenta los factores estratégicos en la
reforma del SPP, que nos permitan tener ventajas competitivas
en el entorno europeo frente a nuestros socios/competidores.
Al menos encuentro tres objetivos estratégicos a valorar:
• Un SPP reformado debe facilitar el equilibrio presupues-
tario diseñado en la Unión Europea, para no ser tachados
de manirrotos incorregibles, como injustamente se nos
considera ahora y por lo que se nos castiga brutalmente.
• Nos debe dar fortaleza financiera suficiente como para
evitar el acoso hacia nuestra deuda pública y la pérdida
de competitividad de nuestras empresas.
• Debe ir en línea con lo que puede ser un sistema coordi-
nado de pensiones a escala europea y facilitar la migra-
ción temporal de los ciudadanos.
Esto se traduce en que debemos fortalecer nuestra capaci-
dad de hacer frente a una crisis inesperada de confianza sobre
nuestra deuda y, para ello, lo mejor es seguir el consejo roma-
no de «si quieres la paz, prepárate para la guerra».
178 Un sistema de pensiones sostenible
No hay mejor medio de evitar una guerra que la disuasión.
Y no hay mejor forma de disuadir que mostrar fortaleza. Mejor
un FRSS del 20% del PIB que solo del 6%. No solo tendremos
más margen de maniobra ante situaciones puntuales adversas
de los mercados, sino que aumentará nuestra capacidad de
financiación de la deuda en el mercado interno, reduciendo
los tipos de interés y facilitando la financiación a nuestras
empresas.
Y para ello, la solución pasa por aumentar las contribucio-
nes, y no por reducir las prestaciones. Un aumento en las con-
tribuciones de un 20% nos situaría en diez años con un FRSS
en el entorno del 20% del PIB. No hacerlo agotará el FRSS en
esos mismos diez años, entonces una de las escasas armas dis-
ponibles en la actual crisis habrá desaparecido y quedaremos,
por tanto, a expensas de los mercados. Nuestra deuda pública,
nuestro gasto social, nuestras empresas, nuestro crecimiento y
nuestro empleo van a sufrirlo. Por tanto un objetivo medible
puede ser alcanzar un 20% del PIB en 2022 en nuestro FRSS,
más un fortalecimiento equivalente del ahorro para la jubila-
ción del sistema privado de pensiones. Solo así podremos ha-
cernos respetar en el contexto europeo y mundial.
8. MáS ALLá DE URANO: UN SISTEMA MIXTO DE PENSIONES
Una última medida para la reforma del sistema de pensiones
consiste en reducir parte de la previsión social pública y pasarla
al ámbito privado. Es una medida accesoria, no clave dentro
de la reforma, pero que tiene sentido tanto económico como
social. No estamos hablando de recortar prestaciones, sino de
179Del análisis a la acción
no asumir pensiones que no estén debidamente justificadas.
Tampoco en establecer sistemas voluntarios, sino en implantar
esta privatización de forma obligatoria.
La idea podría ser el que, tras la transición a un sistema de
reconocimiento de contribuciones, establecer una fecha límite
tras la cual las bases de cotización a un sistema público se to-
pen con un nivel más bajo del actual, pongamos 25.000 euros
al año. Por encima de esa cifra el trabajador aportaría obliga-
toriamente a un plan de pensiones del empleo mixto: de apor-
tación definida para la jubilación y de prestación definida para
fallecimiento e invalidez. No tendría mucho impacto sobre los
ingresos del SPP ya que el colectivo afectado es pequeño en
cuantía y la reducción de aportaciones también.
Además, como medida complementaria, todo empleado ha
de tener acceso a un plan de empleo en el que, al menos, él
mismo pueda efectuar aportaciones para su jubilación. ¿Qué
efecto tendría sobre el conjunto del sistema de pensiones?
Crearíamos un sistema mixto de pensiones.
De entrada, casi todas las empresas tendrían que constituir
planes de empleo dado que en casi todas ellas habrá alguien
que supere dicha cifra. Pero, adicionalmente, ejercerá un efecto
arrastre a otros empleados que deseen planificar su jubilación.
Impulsaría de forma definitiva los planes de pensiones. Au-
mentaría la eficiencia de estos al impulsar los de empleo en
detrimento de los individuales. Los trabajadores que ya tienen
planes individuales podrían movilizarlo al de empleo y obtener
sustanciales reducciones de comisiones. Los empleados gana-
rían la opción de poder aportar sin tener el límite máximo de la
pensión máxima pública. Esta dejaría de ser operativa en pocos
años. En segundo lugar, el SPP ganaría en progresividad dado
180 Un sistema de pensiones sostenible
que las personas de más renta justamente son las que más se
benefician del SPP. Crecería la industria de los fondos de pen-
siones, que hoy desmerece ante la dimensión que alcanza en
otros países de nuestro entorno. Configura una previsión social
más equilibrada entre la protección pública, de una parte muy
importante, y la privada. Por tanto, en un contexto de máxima
incertidumbre, permite diversificar los riesgos de las pensiones
y además protegerse más adecuadamente tanto de la inflación,
como de las crisis fiscales del estado de bienestar y de las crisis
de los mercados de activos financieros.
9. REGLAS BáSICAS y OBJETIvOS ESTRATéGICOS
Hay reglas básicas, demostrables lógica y matemáticamente, de
comportamiento estratégico.
- La primera es: mire hacia adelante y razone hacia atrás.
Debemos visualizar dónde queremos estar en el contexto
europeo y ver el camino que debemos seguir, determi-
nando los pasos a dar. Esta regla, aplicada a la reforma
del SPP nos indica que una reforma miope, de corto pla-
zo, que solo pretenda salir del paso los próximos cinco
años, está condenada a sufrir a partir del sexto. Si además
no logra reducir nuestras debilidades económicas estruc-
turales frente a otros socios comunitarios está condena-
da al fracaso. Por tanto, hay que atreverse a realizar una
reforma profunda, no paramétrica, del SPP que además
aplique una segunda regla y sea coherente con la tercera.
- La segunda regla es: si usted tiene una estrategia domi-
nante, úsela. ¿Qué es una estrategia dominante? Es una
181Del análisis a la acción
estrategia que es mejor en determinadas circunstancias
y que nunca es peor en las otras. Haber creado el FRSS
era una estrategia dominante. El tenerlo no nos ha per-
judicado y sí ha conllevado que, por poner dos ejem-
plos, no hayamos incurrido en más déficit contable para
pagar pensiones a los jubilados en 2012, cosa que Bru-
selas no habría tolerado, o que se utilice de salvavidas
para adquirir deuda pública española. Tener un sistema
de pensiones lo más capitalizado posible es una estrate-
gia dominante. Pagar alegremente pensiones y debilitar el
FRSS es una estrategia equivocada. Favorecer el ahorro de
los españoles a largo plazo es una estrategia dominante,
como también lo es desarrollar la inversión institucional y
los mercados de capitales, la mejora de la educación, es-
pecialmente en el dominio de los idiomas y en las ramas
científicas.
- Y la tercera regla dice: ignore cualquier estrategia domi-
nada y continúe ignorándolas a medida que vayan apa-
reciendo.
Pero volvamos al tema de las pensiones.
9.1 Primer objetivo estratégico: favorecer un equilibrio presu-
puestario
Hemos visto elementos suficientes para tener en cuenta que
una reforma de pensiones no solo es necesaria desde un punto
de vista técnico, sino que debe tener en cuenta otros factores
como el de la necesidad de cohesión social, integración y equi-
dad entre generaciones.
182 Un sistema de pensiones sostenible
Como sabemos, en Europa no existe un modelo estableci-
do como paradigma de SPP; más bien al contrario, todos los
estados son reticentes a que les modifiquen desde las institu-
ciones centrales sus sistemas de pensiones, ya que estos son
competencia exclusiva de cada Estado miembro. El modelo
social europeo no existe, más allá de los distintos modelos
históricos que cada nación ha logrado darse al margen de la
Unión Europea. Por tanto, la brújula de Bruselas no señala
hacia ninguna parte. Sus sugerencias, recomendaciones, ad-
vertencias e imposiciones se basan en teorías macroeconómi-
cas acerca del crecimiento económico y de la necesidad de
aumentar la competitividad de las naciones europeas, aun a
costa de sacrificar el bienestar de los ciudadanos. El único lí-
mite es, hoy por hoy, el estallido social, al que algún país del
Sur se aproxima.
Por eso, dentro de las prioridades europeas, se encuentra
dirigir la política monetaria y coordinar la presupuestaria de
forma coherente con la anterior. ¿Cómo entran en este juego
los SPP? Estos suponen, en mayor o menor medida, una ame-
naza a medio plazo para la consecución de los equilibrios pre-
supuestarios. Por tanto, Bruselas debe lidiar con Estados que
van desde la juventud social de Irlanda y su modelo austero de
bienestar, al sistema de pensiones griego, donde se otorgaban
pensiones sin reflexionar sobre cómo financiarlas.
La vara de medir usada, el déficit público anual inferior al
3% y bajar de un 60% la deuda pública sobre el PIB, es alcanza-
ble mucho más fácilmente por los países con estados de bien-
estar de corte anglosajón, que por los de modelo continental
del Sur. En conclusión, el primer objetivo estratégico es que
la reforma de nuestro SPP ha de favorecer el equilibrio presu-
183Del análisis a la acción
puestario o, al menos, debe dejarnos en mejor situación que la
media europea.
9.2 Segundo objetivo estratégico: fortalecer para disuadir
Un segundo objetivo estratégico es robustecer el FRSS para
fortalecer nuestra economía. Se ha puesto de manifiesto, con
la crisis de la deuda periférica, que los agentes económicos de
los países europeos repatrian recursos ante una situación de-
licada. Hemos sido testigos de las ventas a precios de derribo
de activos emitidos por comunidades autónomas, titulizacio-
nes de préstamos hipotecarios protagonizadas por inversores
institucionales internacionales y que han secado el mercado,
poniendo en gravísimas dificultades el hacer frente a los pagos
corrientes de sanidad, educación y nóminas en algunas comu-
nidades autónomas.
Esto nos ocurre a nosotros y no a Holanda, Suiza o Norue-
ga, sobre todo, porque mientras cada uno de estos países tiene
un volumen impresionante de activos en gestión institucional,
en España apenas nuestros inversores institucionales pueden
sobrevivir a esta crisis. Además, otras naciones como Gran Bre-
taña gozan de un banco central que financia al Gobierno en
último extremo. Mientras, en España ha sido el FRSS el que ha
entrado heterodoxamente a proteger nuestra deuda, pero he-
mos gastado también este último cartucho.
Estratégicamente hay que evitar que nuestra economía se
vea inmersa en otra situación parecida en el futuro. Nunca
más debemos quedar a expensas de recibir órdenes decididas
a orillas del Spree. La caída a plomo de nuestro rating se debe
no tanto a nuestro nivel de endeudamiento público, sino a
184 Un sistema de pensiones sostenible
otras causas, entre las que está el carecer de una fortaleza fi-
nanciera institucional que defienda mínimamente los intereses
de nuestra deuda. Para corregir esta debilidad estructural, las
pensiones juegan un papel fundamental. Y no solo las pensio-
nes privadas, sino especialmente las públicas. Tenemos que
reforzar el SPP para que su financiación sea adecuada. Esto
significa, con toda probabilidad, aumentar las cotizaciones al
sistema. Una vez que lo logremos y empecemos a salir de la
crisis, el FRSS debe robustecerse de forma que no solo cum-
pla con sus compromisos de pago de pensiones con las gene-
raciones venideras, sino que además sea un bastión frente a
las crisis de deuda nacionales. Esta fortaleza, reforzará nuestro
rating y nuestra imagen exterior. Una mejor imagen reducirá
presión de los mercados sobre los tipos de interés de nues-
tra deuda pública y del crédito aplicado a nuestras empresas
privadas. Esto aumentará los grados de libertad de la política
económica interna expansiva y aumentará la competitividad
de nuestras empresas. Ambas cosas permitirán poner en mar-
cha la economía y que la rueda del crecimiento y del empleo
vuelvan a girar.
De otra parte, Suecia nos proporciona un ejemplo palpable
de cómo vincular crecimiento económico y pensiones. Hacer
depender las pensiones del crecimiento actúa como una brú-
jula señalando la necesidad de ser competitivos. Al vincular
tanto las pensiones a corto plazo como el equilibrio sostenible
a largo plazo de su SPP con las expectativas de crecimiento,
las políticas económicas suecas generan fuertes incentivos a
todos los agentes económicos para ser competitivos, crecer
y generar más bienestar. El milagro sueco también se funda-
menta en las pensiones. La salida de nuestra crisis, cuando
185Del análisis a la acción
nos recuperemos, debe también ser apoyada por un SPP que
dirija la sociedad hacia la competitividad, el crecimiento sos-
tenible y la solidaridad.
9.3 Tercer objetivo estratégico: llegar antes al futuro
El tercer objetivo estratégico a considerar en la reforma
del sistema de pensiones es el de anticiparse al futuro. ¿Hacia
dónde pueden converger las pensiones en Europa? Se trata de
avanzar hacia donde puedan moverse los diferentes sistemas
de pensiones en Europa, para ir en esa misma dirección, para
reformar coherentemente nuestro sistema de pensiones. El ni-
vel de entropía actual en el ámbito de las pensiones públicas
europeas es tan elevado que, por la lógica económica, que no
social, puede haber un proceso de convergencia. Estos pro-
cesos de convergencia son habituales en muchos ámbitos de
la economía. En donde hay economías a escala encontramos
procesos de concentración, como por ejemplo, en la industria
de la automoción en Europa. Cuando hay normas regulato-
rias comunes, como por ejemplo las directivas comunitarias del
sector seguros o de la inversión institucional, se crean grandes
compañías paneuropeas.
Pues bien, las pensiones privadas han convergido en los úl-
timos años a nivel mundial y de forma acelerada. En todo el
planeta se ha pasado desde sistemas de prestación definida a
sistemas de aportación definida. Existen varias razones, como
por ejemplo, cuando varias empresas con planes de empleo de
prestación definida desean integrarse, el proceso de convergen-
cia es tan complejo que solo se facilita si todas deciden transfor-
marlos en aportación definida para la jubilación. En la práctica,
186 Un sistema de pensiones sostenible
a cada empleado se le transforman sus derechos consolidados
correspondientes a su expectativa de pensión en una cifra que
pasa a ser una cuantía definida y, a partir de ese momento, las
sucesivas aportaciones definidas se integran y aumentan su sal-
do. El empleado recibe a su jubilación el valor final de la capi-
talización de estos importes. Después él decide cuándo jubilarse
y, consiguientemente, la cuantía de su pensión. Hay que apostar
por un sistema de aportación definida para la jubilación. Solo
conseguiremos una integración y movilidad del mercado de tra-
bajo cuando los trabajadores puedan migrar de un país a otro
sin miedo a perder derechos de sus pensiones públicas. Esto
se facilita cuando existe un sistema de aportación definida para
la jubilación, por el cual el trabajador migrante va moviéndose
a través de las naciones con su mochila en la que va sumando
las aportaciones efectuadas a los diferentes sistemas públicos de
pensiones nacionales a los que ha contribuido.
Con esta solución lógica y racional, un SPP reformado de-
bería diseñarse para que pudiese cumplir con este requisito. El
modelo español, hoy por hoy, no cumple mientras que sí cum-
plen especialmente algunos como los basados en aportación
definida capitalizada o el modelo sueco de cuentas nocionales.
Desde luego, la necesaria reforma de pensiones debe propiciar
un futuro con un reconocimiento de las contribuciones efectua-
das en otros estados miembros y el lugar de convergencia será
la aportación definida para jubilación. Tanto aportaste, tanto
percibirás.
El modelo actual de nuestro sistema, aunque se reforme pa-
ramétricamente, no puede ofrecer un futuro desde el punto de
vista estratégico. El modelo de reforma que se propone en este
libro cumple sobradamente los tres requisitos.
187Del análisis a la acción
10. MISIÓN, vISIÓN, ESTRATEGIA y vALORES DEL SPP
Cuando una empresa, una ONG, una asociación, un grupo
quiere prepararse para el futuro, es necesario que acuerden
explícitamente para qué existen, hacia dónde quieren avanzar,
qué pasos van a dar para alcanzar sus metas y cuáles son los
valores que inspiran a los miembros de la organización. Estos
aspectos se suelen resumir en Misión, Visión, Estrategia y Va-
lores.
¿Cómo podríamos aplicarlo al SPP? Efectuemos una pro-
puesta.
Misión: ¿qué define y determina la esencia del SPP?
Podría definirse como «Nuestro SPP persigue garantizar un
nivel adecuado y digno de pensiones para los actuales benefi-
ciarios, las correspondientes a los actuales cotizantes, así como
asegurar la sostenibilidad financiera para las generaciones fu-
turas».
Visión: ¿Cómo queremos vernos en el futuro?
El SPP debe ser fuerte y solvente, garantizando las pen-
siones a los ciudadanos mediante el equilibrio económico a
largo plazo entre cotizaciones y prestaciones y contribuyendo
mediante el ahorro y la inversión al crecimiento económico y
al empleo. Debe basarse en un sistema de aportación definida
no financiera en el que las prestaciones de jubilación estén
vinculadas al valor final de lo aportado al sistema por cada
ciudadano. Por lo tanto, un sistema basado en la sostenibili-
dad y la equidad.
188 Un sistema de pensiones sostenible
Estrategia: qué haremos, y también qué dejaremos de ha-
cer, para alcanzar nuestra visión, es decir las líneas de ac-
tuación que pondremos en marcha y que nos llevarán a ser
como se describe en la visión. Más adelante nos detendremos
en ellos.
Valores: son unos referentes para los responsables del SPP.
Podríamos decir que es el cómo, aplicando una estrategia,
alcanzamos una visión. De estos valores se desprenden unos
hábitos, costumbres y actitudes que deben marcar la actuación
diaria de los trabajadores y directivos responsables del SPP.
Podrían ser:
• Valores éticos: compromiso, honestidad y exigencia.
• Valores sociales: solidaridad y protección social del más
débil.
• Valores cualitativos: actitud proactiva, dinamismo, creati-
vidad, iniciativa y delegación responsables.
• Valores de conocimiento: perspectiva general de la econo-
mía, el entorno europeo y mundial, con especial énfasis
en los aspectos demográficos y financieros.
• Valores de comunicación: transparencia, colaboración y
liderazgo.
• Valores internalizados: orgullo de pertenencia a una so-
ciedad europea avanzada y capacidad de ilusionar a la
ciudadanía.
10.1 Estrategia: ¿cómo reformar el SPP?
Principios básicos: transparencia, consenso, comunicación y
rigor técnico.
189Del análisis a la acción
En España tenemos los elementos necesarios para proceder
a una reforma:
•Una mayoría parlamentaria que puede impulsar y aprobar
una reforma del sistema de pensiones.
•Un grupo de técnicos que facilite los cálculos y resuelva
los aspectos actuariales implicados.
•El Pacto de Toledo, que debe facilitar la consecución de
un consenso de las fuerzas políticas mayoritarias y la legi-
timación de la reforma para la sostenibilidad de las pen-
siones.
•Un viento a favor, que procede de Bruselas, proclive a las
reformas.
•Una actitud receptiva de los medios de comunicación,
muy sensibilizados con las reformas de pensiones.
Además existe un sentimiento de urgencia, derivado tanto
de los compromisos europeos como de necesidad perentoria
de mejorar la situación de las cuentas públicas, especialmente
de lograr reducir los tipos de interés. ¿Qué pasos dar para re-
formar el sistema de pensiones?
1. Calcular el coste del individuo de reposición bajo el sis-
tema actual del Régimen General de la Seguridad Social
(RGSS) por contingencias.
2. Subir las cotizaciones hasta alcanzar el nivel de sosteni-
bilidad del SPP.
3. Cambiar el sistema urgentemente hacia un sistema que
garantice el valor final de lo aportado a los trabajadores,
cambiando a aportación definida no financiera.
190 Un sistema de pensiones sostenible
4. Revisar y simplificar los regímenes especiales de Seguri-
dad Social, adecuándolos al nuevo modelo.
5. Garantizar mínimos a las pensiones de aquellos que,
por razones ajenas a su voluntad, no hayan podido al-
canzar un valor final suficiente para una pensión digna.
Todo ello con cargo a los Presupuestos Generales del
Estado.
6. Imputar gradualmente las cotizaciones íntegramente a los
empleados, garantizando una transparencia entre contri-
buciones y prestaciones.
7. Bajar la base de cotización máxima al sistema de pensio-
nes público a una cifra razonable, para limitar la distri-
bución inversa de la renta.
8. Remitir a los cotizantes activos el valor final de sus con-
tribuciones sociales y su equivalente en pensión tras la
jubilación.
9. Calcular e informar a los cotizantes de la contribución
óptima a un plan de pensiones complementario.
10. Reformar la previsión complementaria privada para ha-
cerla más competitiva y eficiente.
11. Ofrecer obligatoriamente en todas las empresas con más
de cinco empleados un plan de empleo en el que la
contribución fundamental sea voluntaria y por parte del
trabajador.
12. Revisar las pensiones causadas para no permitir excesos
lacerantes entre prestaciones causadas a percibir del sis-
tema y aportaciones realizadas al mismo en el pasado.
13. Mejorar los aspectos de gestión y buen gobierno del
Fondo de Reserva de la Seguridad Social para favorecer
su rentabilidad, limitar su volatilidad y limitar su asun-
191Del análisis a la acción
ción de riesgos. Supervisión y control por órganos inde-
pendientes.
14. Reformar la contabilidad y la auditoría de cuentas del
Sistema Público de Pensiones.
15. Establecer limitaciones y cortafuegos presupuestarios
para evitar que los ajustes de los Presupuestos Generales
del Estado dañen el sistema de pensiones.
10.2. Efectos tras la reforma de la Seguridad Social
¿Cuál es la visión del futuro tras la reforma del SPP? La re-
forma acarreará por fuerza muchos cambios, la mayor parte de
ellos favorables:
• Reducción de la especulación contra el SPP.
• Cálculo mucho más refinado de la pensión pública y de
la pensión privada complementaria. Mayor capacidad de
decisión individual de los ciudadanos.
• Mayor movilidad internacional de los trabajadores, con
más seguridad y protección social.
• Cada ciudadano decide cuándo quiere jubilarse y, consi-
guientemente, la correspondiente pensión. El modelo per-
mite mejorar el bienestar social de la población, al permi-
tir su decisión individual óptima entre consumo y ahorro,
entre ocio y trabajo.
• Aumentará el ahorro familiar y se reducirá el consumo.
Probablemente se notará más en el gasto de bienes dura-
deros y posiblemente contribuirá a mejorar el balance por
cuenta corriente. La inflación se mantendrá en línea con la
de otros países europeos.
192 Un sistema de pensiones sostenible
• Aumentará la inversión. Fortaleceremos los mercados fi-
nancieros, las empresas accederán más a la financiación
de capital y menos al crédito bancario. Si lo hacemos bien,
podemos impulsar las nuevas empresas innovadoras, cre-
ciendo en el exterior, pero con raíces nacionales.
• El sistema bancario ganará en solvencia y perderá en cuota
sobre el ahorro familiar. El impacto de burbujas especula-
tivas de crédito barato no tendrá repercusiones tan graves
como las que ha tenido en España. Un modelo financiero
menos bancario y más de mercado reduce los riesgos de
financiación de las familias y las empresas. Además evita-
remos malas praxis como la de ventas de activos de capi-
tal como si fuesen imposiciones a plazo fijo (IPF), como el
caso de las preferentes.
También evitaremos que un fallo sistémico bancario fu-
turo se traduzca en un estrangulamiento del crédito a las
empresas, decenas de miles de desahucios, recesión y un
salvamiento bancario a costa de subida de impuestos y
recortes en gastos sociales.
• En la medida en que se reduzca la economía sumergida,
aflorarán impuestos como IVA o Sociedades, además de
IRPF. Los gastos por desempleo podrán reducirse confor-
me emerja el empleo sumergido. El déficit público se con-
tendrá, se reducirán las cargas de intereses extraordinarias
que ahora padecemos y podremos volver a tomar la senda
presupuestaria europea de un 3% máximo de déficit pú-
blico sobre PIB y un 60% máximo de deuda en circulación
sobre PIB. Volverá a haber dinero para una sanidad de
calidad, medicamentos y para una educación bien gestio-
nada pero sin recortes.
193Del análisis a la acción
11. CONCLUSIÓN
Tener un sistema de pensiones que genere prestaciones dignas
y equilibradas es perfectamente posible. Una reforma de la Se-
guridad Social debe partir de un concepto: sostenibilidad. Esto
implica cuidar de un equilibrio entre lo que cada ciudadano
aporta y lo que recibe del sistema. También requiere tener en
cuenta a las generaciones futuras, que no deben cargar con los
desbarajustes económicos del pasado.
Todo lo anterior debemos fijarlo extraordinariamente en la
misión del sistema de pensiones. El contexto económico y eu-
ropeo hace que la reforma del sistema de pensiones públicas
tenga elementos cruciales de carácter estratégico. Y el compor-
tamiento estratégico nos recuerda que debemos alzar la vista,
mirar hacia adelante y pensar hacia atrás. Lo primero es dibujar
una visión del futuro, conociendo que los efectos macroeconó-
micos de la reforma del sistema de pensiones son inmensos.
Adicionalmente hay que anticipar el comportamiento estratégi-
co de otros agentes competidores, por cuanto pueden interferir
en el camino a nuestra meta. Por último establecer los pasos a
dar.
La visión que este libro transmite es la de una sociedad
fuerte en lo económico y en lo social. Una sociedad que aporte
más margen de maniobra a los mercados en la financiación de
las empresas, que les proporcione competitividad reduciendo
sus costes de financiación y los del Estado. Un Estado que,
con mayor fortaleza, pueda invertir en la sociedad en vez de
obsesionarse por los recortes. El camino de recortes periódicos
de las pensiones conduce a la pobreza. Hay que transformar
el SPP aumentando las cotizaciones ahora para garantizarnos
194 Un sistema de pensiones sostenible
fortaleza en el ahorro a corto plazo y una demanda interna
sostenida dentro de unas décadas. Esto nos garantiza una eco-
nomía con más empleo y con menos dependencia de nuestros
socios comunitarios.
Para lograrlo, la apuesta que se hace en este libro es la
de un modelo inspirado en el sueco, con reconocimiento de
prestaciones vinculadas al valor final de las aportaciones efec-
tuadas al sistema, flexible y abierto a la movilidad internacio-
nal de los trabajadores, que responda a las carreras llenas de
lagunas de cotización que caracterizarán el futuro. Un modelo
que permitirá la jubilación flexible, dónde el trabajador deci-
de y consecuentemente planifica su futuro personalmente. Una
reforma que no se centre solo en los recortes, sino que hable
especialmente de la sostenibilidad de las pensiones y para ello
fortalezca el FRSS, como pieza central del futuro modelo de
pensiones público. Una reforma que además debe impulsar la
previsión social complementaria en las empresas y basada en
la responsabilidad personal de cada ciudadano.
Una reforma adecuada generará impactos macroeconómicos
potentes y nos permitirá mostrar fortaleza tras la crisis, volver
a generar más riqueza, ser más competitivos, crear empleo y
evitar volver a pasar por las horcas caudinas que hoy nos im-
pone Bruselas.
Una reforma que, en definitiva, permita que los ciudadanos
logremos un futuro más seguro y próspero para nosotros, para
las generaciones más jóvenes y para las que después nos su-
cedan.
ANEXO I
PARáMETROS BáSICOS DEL SISTEMA PúBLICO y
PRIvADO DE PENSIONES
Bases máximas de cotización
Grupos del 1 al 11
2010 2011 2012 2013
Mensual (12 pagas) 3.198,00 € 3.230,10 € 3.262,40 € 3.425,70 €
Anual 38.376,00 € 38.761,20 € 39.150,00 € 41.108,40 €
Pensión máxima de la seguridad social
2010 2011 2012 2013
Mensual (14 pagas) 2.466,20 € 2.497,91 € 2.522,89 € 2.548,12 €
Anual 34.526,80 € 34.970,74 € 35.320,46 € 35.673,68 €
Tipos de cotización
Conceptos
Empresa Empleado Total
Contingencias comunes 23,60% 4,70% 28,30%
Desempleo* 5,50% 1,55% 7,05%
Fondo de garantía salarial 0,20% 0,00% 0,20%
Formación profesional 0,60% 0,10% 0,70%
Total 29,90% 6,35% 36,25%
196 Un sistema de pensiones sostenible
Indicadores
2010 2011 2012 2013
IPC Real 3,00% 2,40% 2,90%
Crecimiento Real Pensiones Seg. Soc. 1,00% 1,29% 1,00% 1,00%
Crecimiento de las bases máximas de cotización 1,00% 1,00% 1,00% 5,00%
Salario Mínimo
Mensual (14 pagas) 633,30 € 641,40 € 641,40 € 645,30 €
Anual 8.866,20 € 8.979,60 € 8.979,60 € 9.034,20 €
IPREM*
Mensual (12 pagas) 532,51 € 532,51 € 532,51 € 532,51 €
Anual 6.390,13 € 6.390,13 € 6.390,13 € 6.390 €
Tipo máximo DGSFP** 2,60% 2,89% 3,37% 3,34%
* Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples** Tipo máximo de cálculo de la provisión mtemática de vida de la Dirección Gen-eral de Seguros y Fondos de Pensiones
límite de aportaciones a Planes de Pensiones (anual)
2010 2011 2012 2013
Hasta 49 años 10.000 € 10.000 € 10.000 € 10.000 €
A partir de 50 años 12.500 € 12.500 € 12.500 € 12.500 €
Fuente: Towers Watson
ANEXO II
LA PROPUESTA DE fACTOR DE SOSTENIBILIDAD
1. EL INFORME Y SU ORIGEN.
En el mes de junio de 2013 ha visto la luz la propuesta de Fac-
tor de Sostenibilidad elaborada por un grupo de expertos en
pensiones.
Como bien se señala en el propio texto elaborado por el
Grupo de Expertos (GE en adelante):
El Comité ha recibido el encargo del Gobierno, por
Acuerdo de Consejo de Ministros de 12 de abril de 2013,
de definir el factor de sostenibilidad del sistema de la Segu-
ridad Social, que ya había sido incluido como tarea a rea-
lizar en la Ley 27/2011 de 1 de agosto, haciendo suyo un
acuerdo previo alcanzado en el Pacto de Toledo y suscrito
por el Gobierno y las organizaciones patronales (CEOE,
CEPYME) y sindicales (CCOO y UGT).
198 Un sistema de pensiones sostenible
El mandato es muy concreto: desarrollar un factor de
sostenibilidad para el actual sistema de pensiones. Debe ha-
cerse especial hincapié en dos palabras de dicho mandato.
Sostenibilidad quiere decir que la aspiración de quien
otorga el mandato es que el sistema de pensiones se sos-
tenga por sí mismo. Es el objetivo que creemos razona-
blemente facilitado con las propuestas que aquí se hacen,
las cuales no prejuzgan que la sociedad española decida
insuflar al sistema de pensiones recursos económicos de
unas u otras fuentes. Lo que garantiza la fórmula es que
ese proceso de transferencia sea transparente, es decir, in-
formado, y financieramente equilibrado.
La segunda palabra relevante es actual. El sistema de
pensiones públicas español es un sistema de reparto de
prestación definida. Que sea de prestación definida quiere
decir que en cada momento el porcentaje que represente
la primera pensión de jubilación sobre la base reguladora
está definido, obteniéndose según las reglas de cálculo vi-
gentes en el momento de la jubilación y que se aplican a
varios datos de su historial laboral (los años cotizados, las
bases de cotización y la edad en que se accede a la pen-
sión de jubilación). Que sea de reparto quiere decir que
los gastos que se producen cada año (las prestaciones de
jubilación, incapacidad, viudedad, orfandad y favor fa-
miliar) se pagan con los ingresos que se reciben cada año.
Esta Comisión de Expertos recibió el mandato de traba-
jar con esa materia prima, y es lo que ha hecho. Aunque
el factor de sostenibilidad puede ser un elemento impor-
tante del sistema de pensiones, conviene dejar claro que
el diseño de este sistema es competencia de los órganos de
199Anexo
decisión democrática arbitrados por la sociedad española,
quienes han contado con una ayuda crucial del Pacto de
Toledo desde su creación.
Nuestro objetivo ha sido conseguir un sistema de pen-
siones que, siendo como es, tenga capacidad certificada,
hoy, mañana, pasado mañana y dentro de treinta o cua-
renta años, de afrontar su compromiso fundamental de
dotar a los jubilados españoles de prestaciones adecuadas.
Sin embargo, si un sistema de reparto intergeneracio-
nal necesita un factor de sostenibilidad, o de reequilibrio,
es porque contiene elementos potenciales de insostenibili-
dad o desequilibrio.
Es importante constatar que meramente introducir un Factor
de Sostenibilidad (FS en adelante) no elimina ni limita el des-
equilibrio de nuestro SPP. Si, como hemos visto en este libro,
existe un desequilibrio fuerte entre compromisos por pensio-
nes del SPP e ingresos por cotizaciones para financiarlas, la
introducción del FS lo que hace es establecer un método de
ajuste, de priorización, de recorte, que sea económicamente
viable. Pero no ataca la raíz de los problemas, como se da a
entender en el propio informe:
Lo primero que hay que decir es que ese desequilibrio
potencial existe. El factor de sostenibilidad aquí propuesto
ni crea ni intensifica ese desequilibrio; lo que hace es aflo-
rarlo, y corregirlo de una forma acompasada y distribuida
en el tiempo.
Esto es justo lo contrario de lo que ocurre actualmen-
te. La historia reciente demuestra que la mayoría de la
200 Un sistema de pensiones sostenible
sociedad permanece bastante ajena a los problemas de
sostenibilidad de las pensiones, lo cual se concreta en
la escasa preocupación que por el sistema de pensiones
muestran las encuestas de opinión. El seguimiento y la
solución de los problemas que puedan surgir es la tarea
de las elites políticas y los agentes sociales que participan
en este proceso.
¿En qué consiste el FS que se propone? Son reglas de cálcu-
lo para que, si hay más dinero por contribuciones sociales, se
puedan revalorizar más las pensiones. Pero si falta dinero, se
proceda a recortar de forma automática y previa los recortes
sin necesidad de abrir un debate sobre cómo hacemos los per-
tinentes ajustes. Evita la improvisación, no los recortes. Como
señala el propio documento:
El factor de sostenibilidad está diseñado para que los
desequilibrios del sistema de pensiones se puedan antici-
par cada año de manera transparente y se neutralicen
de una forma distribuida en el tiempo. Los principales
tributos que el factor de sostenibilidad puede rendir a la
sociedad española son, por una parte, la transparencia y
la predictibilidad de las pensiones; por otra, un mecanis-
mo de corrección automático de errores distribuido en el
tiempo, y por tanto, aceptable en sus consecuencias.
201Anexo
2. ¿CÓMO SE ESTRUCTURA EL FS?
El FS introduce dos elementos, el Factor de Equidad Intergene-
racional (FEI) y el Factor de Revalorización Anual (FRA).
El factor se compone, en primer lugar, de un Factor
de Equidad Intergeneracional (FEI) que busca que las
condiciones de las pensiones sean iguales para todos los
jubilados, con independencia de la cohorte demográfica
a la que pertenezcan, algo que no ocurre en la actua-
lidad.
Gráfico 25
Esperanza de vida al cumplir los 65 años
INE (2012): “Proyección de la población a largo plazo. Parámetros de evolución de-mográfica 2012-2051”. http://www.ine.es/daco/daco42/demogra/hipotesis_12_51.xls
26
25
24
23
22
21
202014 2019 2024 2029 2034 2039 2044 2049
Año
202 Un sistema de pensiones sostenible
Veamos cómo actúa. Supongamos la esperanza media de
vida tras los 65 años de un jubilado en 2014 es de 20 años y
que va a cobrar 22.000 Euros al año.
Supongamos que en el año 2029 la esperanza media de vida
tras los 65 años ha subido de 20 a 22 años. Esto incrementa los
costes del SPP. Pues bien, si un jubilado clónico del primero se
jubila en 2029 su pensión ha de ser ajustada (recortada) para
evitar un coste mayor al sistema. ¿Cuánto cobrará el jubilado de
2029? 22.000 Euros *20/22= 20.000 Euros.
En definitiva, que si vivimos más cobraremos menos y que
esta reducción será proporcional al aumento de la esperanza
media de vida de los jubilados.
En el gráfico adjunto se ve el coeficiente FEI que se derivaría
de las estimaciones del INE. Supone recortes de menos de un
uno por ciento por año.
Grafico 26
Coeficiente del FEI
1
0,98
0,96
0,94
0,92
0,9
0,88
0,86
0,84
0,82
0,82014 2019 2024 2029 2034 2039 2044 2049
Año
203Anexo
¿Qué comentar acerca del FEI? Que es un elemento básico
de sostenibilidad que confiere una cierta estabilidad a largo
plazo y es técnicamente adecuado. Que es compatible con la
reforma del sistema y el cambio hacia otro de aportación defi-
nida no financiera y por lo tanto no limita ni impide una refor-
ma profunda del sistema. Por tanto es positivo.
¿Y el FRA?¿En qué consiste? Una vez que un pensionista co-
mienza a cobrar, cada año suele ver incrementada su pensión.
Hasta ahora las pensiones solían crecer con el IPC para com-
pensar una posible pérdida adquisitiva derivada del aumento
de los precios. Ahora esto cambia radicalmente.
En segundo lugar, consta de un Factor de Revaloriza-
ción Anual (FRA) que al proceso, digamos, natural de
evolución de la pensión media, une una corrección ba-
sada en la relación entre ingresos y gastos del sistema de
pensiones. Sucintamente, cuando los gastos crecen más
que los ingresos, el FRA frena el crecimiento natural de la
pensión; en las situaciones contrarias, lo expande.
Por tanto ahora, cada año habrá que calcular en cuanto se
pueden revalorizar las pensiones.
204 Un sistema de pensiones sostenible
Gráfico 27
Estimación de la evolución del número de pensiones
Fuente: INSS
Dependerá de varios factores:
• Del crecimiento de los ingresos. ¿Y si los ingresos decre-
cen? Habrá ajustes a la baja.
• Del número de pensionistas. Si éste aumenta, se reduce
la revalorización. Si somos más, tocamos a menos. En el
gráfico adjunto se reproducen las previsiones nada espe-
ranzadoras que incluye el propio informe del GE.
• De la pensión media. Las pensiones medias han crecido
fuertemente en las últimas décadas y es previsible que la
15.000.000
14.000.000
13.000.000
12.000.000
11.000.000
10.000.000
9.000.0002012 2017 2022 2027 2032 2037 2042 2047
Año
Núm
ero d
e pen
siones
1,8%
1,5%
1,2%
0,9%
0,6%
0,3%
0,0%
Tas
a de
crec
imie
nto
Número de pensiones (izquierda) Tasa de crecimiento (derecha)
205Anexo
tendencia se mantenga un tiempo sobre todo porque los
jubilados que abandonan el colectivo (o sea los que falle-
cen) tienen una pensión más baja de los nuevos jubilados
que se incorporan.
• Finalmente se incorpora un elemento suavizador de los
impactos súbitos derivados de una crisis económica pun-
tual. Como se subraya en el Informe del GE:
Para evitar que la revalorización de las pensiones abo-
que a los pensionistas a sacrificios poco tolerables en las
fases bajas de la economía, el FRA no se calcula con cifras
de un solo año, sino de un conjunto de años que abar-
quen, en la medida de lo posible, la totalidad del ciclo eco-
nómico, y, en caso de desequilibrio, permite la corrección,
no de golpe, sino a lo largo de varios años.
Con todo ¿qué valoración me produce el FRA?
Técnicamente no impecable pero sí muy acertado. Si tene-
mos menos recursos, habrá menos revalorización.
Pero desde el punto de vista del ciudadano, confunde más
que aclara. A partir de ahora, ni todo el Servicio de Estudios
del Banco de España será capaz de determinar con tres años
de antelación una estimación aproximada de la revalorización
de las pensiones, y no digamos el ciudadano medio. Hasta
ahora, las estimábamos las revalorizaciones futuras crecientes
al IPC. Ahora la fórmula introduce elementos imposibles de
estimar fiablemente con antelación. Esto genera incertidum-
bre a la hora de calcular pensiones públicas a largo plazo. Y
de la incertidumbre al miedo y a la demagogia hay sólo un
paso.
206 Un sistema de pensiones sostenible
Además existe una segunda derivada preocupante. Si va a
haber recortes, los ciudadanos deben saber cuánto tienen que
ahorrar en una pensión privada complementaria, si les queda
capacidad de ahorro. Complicar los cálculos de las pensiones
públicas traslada una incertidumbre aún mayor a la hora de
asesorar a los ciudadanos sobre el nivel óptimo de su pensión
privada complementaria.
Finalmente, incluso el propio GE es consciente de que la
aplicación automática de la fórmula puede dar lugar a una re-
ducción nominal de las pensiones (a cobrar menos euros de
pensión cada año), por lo que sugiere que haya una cláusula
de garantía para los pensionistas que modere los recortes:
Es criterio de este Comité que esta circunstancia debe
ser atendida y por ello recomienda a quienes finalmente
han de discutir el factor que estudien la fijación de una
cláusula “suelo” que impida la caída nominal de las pen-
siones de quienes ya sean pensionistas en el momento de
aplicar el factor.
Por lo tanto, el FRA me merece una valoración mucho me-
nos favorable que el FEI.
3. CONCLUSIÓN
En conclusión, el FS que se propone en su conjunto va en la
dirección adecuada y, sobre todo, no será un obstáculo para la
reforma hacia un sistema de pensiones más sostenible y equi-
tativo basado en la aportación definida no financiera como el
que se propone en este libro.
207Anexo
De hecho, una reflexión final un tanto de broma, para quitar
hierro al tema.
Teníamos un SPP complejo y difícil de entender por la ciu-
dadanía, de prestación definida. La conjunción del FEI, que
ajusta nuestra prestación de jubilación inicial, más el FRA que
la actualiza anualmente conforme a criterios técnicos pero im-
predecibles, me hacer afirmar que a partir de ahora tendre-
mos un SPP de prestación definida sorprendente y único: la
prestación definida indeterminada. Es como la cuadratura del
círculo de los sistemas de pensiones. La creciente complejidad
e incertidumbre del sistema propuesto es una razón más para
estar a favor de un cambio hacia un SPP de aportación definida
no financiera.