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UNA PROBADITA DEL MARIACHI CON EL CHARRO CANTOR PEDRO INFANTE EN LOS
AÑOS CUARENTA DE SIGLO XX
Mtra. Elena González Vargas, Cronista de la Facultad de Química,
A pesar de la información de los desastres de la 2a guerra mundial, de recibir
a ilustres personas españolas del exilio republicano del franquismo, la nación
mexicana en los años cuarenta manifestaba impresión a las prácticas del
conocimiento de la ciencia y la tecnología: la radio, la televisión, el cine.
Instrumentos del conocimiento de la ciencia y la tecnología de las primeras décadas de siglo XX en México: La radio, la televisión a colores con su inventor el mexicano Guillermo González Camarena.
Una de esas maravillas tecnológicas, la televisión a colores, era la
creación de talento del ingeniero en electrónica Guillermo González
Camarena (1917-1965). Él lleno de patriotismo expresaba su orgullo de
pertenecer a la Escuela Superior de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de
1932 (ESIME) con su precursora la Escuela Práctica de Ingenieros
Mecánicos, Electricistas y Mecánicos Electricistas de 1915 (EPIME-ME). El
ESIME pasó a pertenecer al Instituto Politécnico Nacional de 1937.
Además, la Universidad Nacional de 1910 para 1929 se le llama
Universidad Nacional Autónoma de México y para los años cuarenta
profesionalizaba la investigación científica con la generación del
conocimiento universal de la ciencia. Su Facultad de Filosofía y Letras creó
la sección de ciencias, de la cual se formó el departamento de ciencias en
1936 y el Instituto de Química de la Escuela de Ciencias Químicas de
Tacuba, en 1941. Ambas instituciones fueron precursoras de la Facultad de
Química de la Ciudad Universitaria (CU) de Pedregal de San Ángel de la
ciudad de México. CU se inauguró en 1952 con los rectores Rodulfo Brito
Foucher, Genaro Fernández McGregor, Salvador Zubirán y el gobierno de
los presidentes Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán. Esta Facultad de
Química tiene relevancia nacional e internacional con la formación
profesional de ingeniero químico del Premio Nobel de Química 1995, Mario
Molina.
También, esa nación mexicana de los años cuarenta se admiraba al
visitar el arte maravilloso de la escuela mexicana de pintura conformada por
los talentosos muralistas Diego Rivera (1886-1957), José Clemente Orozco
(1883-1949) y David Alfaro Siqueiros (1896-1974). De Diego Rivera aún se
puede observar El hombre en el cruce de caminos del Palacio de Bellas
Artes de México que se había inaugurado en septiembre de 1934; Tierra
fecunda, mural pintado entre 1924 y 1927 en la capilla de la Escuela
Nacional de Agronomía de Chapingo; el mural del Museo Histórico de
Cuernavaca, lugar del Gran Palacio Tlahuica. De José Clemente Orozco en
el Palacio de Bellas Artes de México se observa Catarsis pintado entre 1934
y 1935; en el Hospicio Juan Ruiz Cabañas de la ciudad de Guadalajara está
el mural El hombre de fuego pintado entre 1937 y 1939; los frescos de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación de 1941. De David Alfaro Siqueiros
Nueva Democracia, mural pintado en 1944 que se aprecia en Palacio de
Bellas Artes de México; en instalaciones de la Secretaría de Educación
Pública en México el mural Patricios y Patricias pintado en 1946; en San
Miguel de Allende, Guanajuato, se observa el mural incompleto de 1948.
Asimismo, esa nación mexicana podía escuchar la música
de la Orquesta Sinfónica de México, fundada en 1928 por el
reconocido creador de la música india por el uso de
instrumentos de persecución yaqui, Carlos Chavez y
Ramírez (1899-1978). En el mismo año se fundó el
Conservatorio Nacional de Música del cual fue director y
hubo la formación de compositores mexicanos, como el
gran compositor y director de orquesta Blas Galindo Dimas
(1910-1993) de familia wixárika o huichol. Para 1947 la
orquesta se llamó Orquesta Sinfónica Nacional.
De igual forma la nación mexicana de esos años cuarenta tenía
activos sus sentidos y su estar consciente en la frase “La Unidad Nacional”,
una causa común de la patria mexicana con el gobierno del Presidente de la
República Mexicana: el de Manuel Ávila Camacho (1896-1955) y de Adolfo
Ruiz Cortines (1889-1973).1 Esta frase con el avance tecnológico de la
comunicación de las instituciones, formadas y en proceso de formación, y la
misma sociedad potenciaron su capital social para desempeñarse bajo la
perspectiva de desarrollo del progreso.
A esa nación mexicana se le visualizaba integrada de multiculturas,
con protección y promoción de desarrollo de sus lenguas, usos, costumbres,
recursos, formas propias de aglomeración social, en sí sus culturas. Ellas
estaban consideradas como estructuras de una sociedad dinámica en sus
1 “La unidad nacional de Ávila Camacho”, en gaceta de UNAM suplemento del 75 Aniversario de la Autonomía de la Universidad, 4 de noviembre de 2004, p. II.
aspectos medulares, encaminadas a proyectar y expresar sus rasgos
distintivos, materiales y valores humanos e intelectuales, los cuales siempre
se mantenían en florecimiento y pertenecían a la identidad de la entidad del
país.2
En esa perspectiva el mariachi calificado de pintoresco por
intelectuales y políticos, el de ambientes populares, grandes ciudades y
centros de recreo (Chapala y Tlaquepaque) se modernizó. Fue con el
mariachi de Silvestre Vargas (1901-1985) de Tecalitlán, Jalisco, al participar
en el Estudio 7 de la radiodifusora XEW, la voz de la América Latina de 1930
del tampiqueño Emilio Ascárraga Vidaurreta (1895-1972). Entonces se le
incluyó el instrumento musical representativo, la trompeta3 y se alude que su
vestimenta se acercó a la del jinete capataz criollo y mestizo que consta de
camisa, chaqueta corta (coleto), calzonera de casimir con botones en los
costados y en los tapabalazos, el moño o humita, faja o ceñidor, botas de
gamuza, sombrero de copa alta y falda larga.
Más cabe mencionar su tradición popular con música de sabor e
inspiración que acompañaba y acompaña a actos relevantes. Historiadores y
cronistas aún divulgan el conocimiento de que para 1852 la región de
Rosamorada (Nayarit) realizaba los fandangos mariachi y en Tlalchapa
(Guerrero) para 1859 se tocaba mariache de arpa, violines y tamboras. Se
sabe que a inicios de siglo XX el mariachi ya era tradición rural, integrado
por gente mestiza, de actuación en las ferias regionales, se difundía desde
Nayarit hasta Guerrero. Actuaba el mariachi fandango con música rústica al
aire libre y de baile público, el mariachi de conjunto de músicos con
2 Cfr. Juana Juárez Romero, “México y el mexicano”, en Athenea Digital, revista de pensamiento e investigación social de la Universidad Autónoma de Barcelona, otoño, número 006, 2004, en redalyc.uaemex.mx 3 Jesús Jáuregui, El mariachi, símbolo musical de México, editorial BNPAIS, S.N.C., 1991, pp. 57 y 116.
instrumentos básicamente de cuerdas para entonar sones y jarabes –
géneros de mayor arraigo histórico- y el mariachi tarima para bailar
zapateado. La melodía de su música de cuerdas era llevada por el violín, las
guitarrillas medianas o jaranas, el guitarrón (Jalisco), la guitarra de púa o
“panzona” (Nayarit) o el arpa (región abajeña de Jalisco y en tierra caliente
de Michoacán).4 Una música de tradición perdurable, una herencia del
folklore musical mexicano con lealtad de su público de regiones
occidentales.
En corrida de ganado los sones y jarabes de las zonas rurales occidentales llamado mariache o fandango.
Además, su tradición se encontraba tan arraigada en la región
occidental que, en 1905, el mariachi de Justo Villa fue llevado a actuar de
Cocula a la ciudad de Guadalajara y a la capital de México, en el onomástico
del Presidente Porfirio Díaz (1830.1915). Donde fue de éxito por lo alegre,
emotiva y única de sus sones, corridos y canciones, por el afinamiento y
sonoridad de sus violines, vihuelas y guitarrones, por lo típico de su
indumentaria lugareña: sombrero grande de soyate (palma), con barboquejo
(cinta que sujeta el sombrero) y toquilla (pañuelo de punta de lana); poncho
colorado o cobija de lana negra doblado al hombro; calzón de manta, largo y
4 Ibidem pp. 17, 19, 134-135.
de corte balón ancho y parejo; cotón o camisa blanca de manta; ceñidor
colorado en la cintura y huaraches sencillos.5
También, es histórica la actuación del mariachi jalisciense y el jarabe
tapatío de Cocula en la fiesta de 1907, celebrada en el Bosque de
Chapultepec, con motivo de la visita del Secretario del Estado
Norteamericano, Elihu Root (1845-1937), al Presidente de la nación
mexicana, Porfirio Díaz.6 Consecuencia de la convención para la equitativa
distribución de las aguas del río Bravo (Grande) firmada en Washington el 21
de mayo de 1906 y aprobada por el Senado de la República Mexicana el 3
de diciembre de 1906.7
El mariachi moderno en el estudio de radiodifusora XEW, fundada por Sr. Emilio Azcárraga Vidaurreta
De regreso al marichi modernizado de Silvestre Vargas que en los
años cuarenta era actor de la radiodifusora XEW y tuvo el nombramiento de
Conjunto Oficial de la Policía, Distrito Federal, el cual conservó por 20 años
tres meses y 15 días.8 Esa radiodifusora de la “Voz de América Latina” de la
avenida Ayuntamiento número 54 que recibía a aquel personaje anhelante
5 Ibidem p. 30. 6 El mariacho símbolo musical, op. cit. p. 31. 7 José Luis Escobedo Sagaz y Rosario Haydee Pérez Espejo, “Distribution of the waters of the Rio Grande between Mexico and the United States in the Fort Quitman-Ciudad Juarez Area”, Revista Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte, A. C., vol. 22, núm. 44, 2010, en redalyc.uamex.mx 8 El mariachi, símbolo musical de México, op. cit. p. 57.
de mostrar su talento y originalidad artística. Ahí el marichi tuvo el gusto de
conocer:9
El estudio con equipo técnico moderno del gran compositor veracruzano Agustín Lara (1897-1970), quien compuso Granada para su gran amigo Pedro Vargas, el “Tenor de las Américas”, que aún se canta en óperas y en diversos estilos.
También al célebre compositor y cantante de bellas fábulas musicales dedicadas a los niños de uno a 100 años: “Cri-Crí” el grillo cantor, Francisco Gabilondo Soler (1907-1990).
Otro célebre compositor e intérprete folklórico José Güizar Morfín (1912-1980), “El pintor musical de México”, sobresale con la composición de Guadalajara, Como México no hay dos, Chapala.
Al actor cómico Mario Moreno (1911-1993), “Cantinflas”, descrito por él mismo como el hombre de la esencia del pueblo, el que se esfuerza por aprender.
El músico y compositor Manuel Esperón González (1911-¿X?), de entre tantas canciones están Me he de comer esa tuna, Serenata tapatía, Cocula, Yo soy mexicano.
9 Cfr. Silencio… Genios trabajando. Los artistas que yo conocí de Héctor Madera Ferrón, Editores Asociados Mexicanos, S.A. de C. V. (EDAMEX), 1993.
Para los años cuarenta y cincuenta la radiodifusora XEW transmitía a
través de sus ondas diversos programas con los cuales los radioescuchas se
familiarizaban gratamente. Así, ella ideó el género ranchero, el cual fue la
conjunción entre el marichi moderno y la canción ranchera o bravía, caso
fueron los sones La Negra, Camino Real de Colima, El Carretero, Las Olas.
Hubo la consolidación de compositores especializados, entre ellos Manuel
Esperón y Ernesto Cortázar, quienes colaboraron a tipificar el género con
composiciones como Noche plateada, Serenata tapatía, Traigo un amor y
de películas campiranas.10
Los prototipos del género ranchero inicialmente fueron la tapatía
Lucha Reyes (1906-1944) con su estilo bravío y el guanajuatense “charro
cantor” Jorge Negrete (1911-1953). De quien era notorio su atributo
masculino, el “galán cantante” de la comedia ranchera mexicana con una
pose de valentía, orgullo, integridad, de arraigado regionalismo con un matiz
combinado de tenorio seductor. Éstos los expresaba en las canciones El
mexicano, Soy puro mexicano y México lindo.11
A ese estilo “charro cantor” se encauzó el originario de Guamúchil,
Sinaloa, el carismático sonriente y sentimental original, aficionado a la
carpintería y boxeo, Pedro Infante (1917-1957). Fue un “charro sentimental”,
su imagen para los radioescuchas denotaba honestidad, sencillez y
amabilidad con las canciones Dos arbolitos, La que se fue, Un mundo raro,
Mi cariñito, Amorcito corazón.12
10 El mariachi, símbolo musical de México, op. cit. pp. 58 y 60. 11 Ibidem p. 74. 12 Ibidem p. 75.
En esos años cuarenta el locutor Julián Morán de la radiodifusora
XEB conocida como “La B grande de México” por su programa “El
cancionero picot” había dado oportunidad de desempeñarse con Joaquín
Pardavé a aquel hombre masculino talentoso que silbaba y cantaba, era
Pedro Infante.13 Sus esfuerzos y constancia en sus tareas para lograr el
triunfo artístico fue entre tantas las lecciones de director de música,
enseñanza brindada por el músico tapatío Jesús Martínez Palillo; lecciones
de magnífico charro con el experto don Miguel Lara y de actor-cantante con
el tapatío de historia melodramática y compositor de canciones, Jesús
Camacho Villaseñor (1911-1995), artísticamente llamado Pedro de
Urdimalas, quien dijo Pedro Infante era un tipo bronco, hosco y bravero,
simpático y bondadoso, pero mujeriego como él solo, con manos rudas y
ásperas, pues, un día le pregunté ¿cómo acaricias a las mujeres? me
contestó ¡Viejito les encanta que las lije!14, 15
13 Patricia Jocirin Auguste, La radio en la ciudad de México 1939-1945, Tesina de Licenciatura en Historia, Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, México, 2006, pp. 74-75. 14 Guadalupe Torrentera y Estela Ávila, Un gran amor. La verdad en la vida de Lupita Torrentera y Pedro Infante, Editorial Diana, México, 1991, pp. 97-100. 15 Silencio… op. cit. p. 123.
Portada del Cancionero Picot, surgido en años veinte de siglo XX, patrocinado por laboratorios Picot, Choco Milk y otros; Pedro Infante como director de orquesta en los años cuarenta y él como “Charro
sentimental”.
Ambos cantores fueron famosos en la nación mexicana, naciones
latinoamericanas y otros continentes. Fue con las principales radiodifusoras
de la ciudad de México como la XEW, la XEQ y la XEB, y los filmes
melodramáticos exitosos en la popularidad de la sociedad, tales como La
feria de las flores (1942), Jesusita en Chihuahua (1942), Los tres García
(1946), Nosotros los pobres (1947), Ustedes los ricos (1948), Sobre las
rosas (1950), Tizoc (1956).16
Tal fue la presencia de ambos charros en las mentalidades de la
sociedad mexicana y de otros tantos artistas distinguidos que, a esta etapa
artística e histórica, aún se le considera la entrada de la formación de una
identidad más de aquello que la gente siente, piensa, vive y expresa de
mexicano, aún presente en siglo XXI. En palabras del gran historiador
Enrique Krauze: México se volvió sinónimo de su música y sus actores. A la
radio y al cine se le debe la divulgación en toda la República de las distintas
modalidades de nuestra música y danza folklórica, ya que antes de las
invenciones tecnológicas se ignoraban en otras regiones del país.17
16 http://pedroinfante.yomarnathalia.com/pinfante/cuerpo_filmo.php 17 Enrique Krauze, La presidencia imperial. Ascenso y caída del Sistema Político Méxicano (1940-1996), TusQuets Editores, México, 1997, p. 73.
Esa sociedad mexicana sonriente y alegre por la boda nupcial de
Jorge Negrete con la sonorense doña María Felix (1914-2002), en octubre
de 1952, también mostró su llanto de tristeza al enterarse del fallecimiento
de Jorge Negrete en la ciudad de los Ángeles el 5 de diciembre de 1953.
Mismo gobierno del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos,
proporcionó transporte aéreo para trasladarse el cuerpo al aeropuerto
internacional de México, en el teatro anexo a la Asociación Nacional de
Actores (ANDA) fue el velatorio y se sepultó en el Panteón Jardín de la
ciudad de México, el 9 de diciembre de 1953.18
Pedro Infante Cruz (1917-1957), igual a toda persona apreciada y
valorizada sobre todos sus defectos, por su personalidad de “charro cantor
de canciones rancheras y actor”, de corazón radiante de sentimientos unidos
a pensamientos humanos, propios de la gente mexicana, le llegó su partida
eterna. Fue con la caída del avión salido del aeropuerto internacional de
Mérida, Yucatán, matrícula XA-KUN de Transportes Aéreos Mexicanos, S.
A., empresa fundada y dirigida por Pedro Infante. El vuelo 904 era
extraordinario con destino a la ciudad de México el 15 de abril de 1957. Su
desplome fue a corta distancia de la pista, cayó en el patio de una casa. De
avenida Itzaes de Mérida partió el fúnebre cortejo hacia el aeropuerto. En
ciudad de México el velatorio fue en el edificio de la Asociación Nacional de
Actores, de ahí al cementerio Jardín de San Ángel.19
La nación mexicana de las primeras décadas de siglo XXI a la música
con canciones rancheras de los cantantes Pedro Infante y Jorge Negreta y
más, la conserva e ilustra como símbolo nacional de su cultura. Caso son la
Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) y el municipio de
Calimaya de la entidad mexiquense. 18 Diana Negrete, Jorge Negrete, Editorial Diana, México, 1987, pp. 360-366. 19 Fabián Ruiz, Muerte en el aire, Editores Asociados, S.A., 1975, pp. 89-110.
En la UAEMex desde 1995 incluye en sus programas socioculturales
la actuación de sus mariachis “Armonía de México” de varones y mujeres, y
el varonil “Mariachi Universitario”.20 Ambos interpretan canciones a petición
de la comunidad universitaria, entre ellas figuran las del cantante Pedro
Infante como Serenata Huasteca, Alma de Acero, Bésame morenita,
Cucurrucucú paloma, etc.
El municipio de Calimaya en el año 2012 realizó su 12a Feria del
Mariachi en miras de brindar preparación en música folklórica a más de 20
mariachis, unos actúan en los Portales de 116 arcos del centro de la ciudad
de Toluca. Entre los participantes están: Los Gavilanes, Mexicanísimo, Oro
de Calimaya, Guadalajara de Calimaya, Son de mi Tierra, Nacional de
México, Mariachi Alvarado, Mariachi Cobre, Ángeles de Calimaya, Villa Real,
Grano de Oro, Joyas de México.
20 Elenco Artístico, Manual guía de promoción artística de la Universidad Autónoma del Estado de México, Secretaría de Difusión Cultural 2009-2013.
BIBLIOGRAFIA
1. Elenco Artístico, Manual guía de promoción artística de la Universidad Autónoma del Estado de México, Secretaría de Difusión Cultural 2009-2013.
2. Escobedo Sagaz, J.L. y R. H. Pérez Espejo, “Distribution of the waters of the Rio Grande between Mexico and the United States in the Fort Quitman-Ciudad Juarez Area”, Revista Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte, A. C., vol. 22, núm. 44, 2010, en redalyc.uamex.mx
3. Jáuregui, J., El mariachi, símbolo musical de México, editorial BNPAIS, S.N.C. 4. Jocirin Auguste, P., La radio en la ciudad de México 1939-1945, Tesina de
Licenciatura en Historia, Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, México, 2006.
5. Juárez Romero, J., “México y el mexicano”, en Athenea Digital, revista de pensamiento e investigación social de la Universidad Autónoma de Barcelona, otoño, número 006, 2004, en redalyc.uaemex.mx
6. Krauze, E., La presidencia imperial. Ascenso y caída del Sistema Político Méxicano (1940-1996), TusQuets Editores, México, 1997.
7. “La unidad nacional de Ávila Camacho”, en Gaceta de UNAM suplemento del 75 Aniversario de la Autonomía de la Universidad, 4 de noviembre de 2004.
8. Madera Ferrón, H.,Silencio… Genios trabajando. Los artistas que yo conocí, Editores Asociados Mexicanos, S.A. de C. V. (EDAMEX), 1993.
9. Negrete, D., Jorge Negrete, Editorial Diana, México, 1987. 10. Ruiz, E., Muerte en el aire, Editores Asociados, S.A., 1975. 11. Torrentera, G. y E. Ávila, Un gran amor. La verdad en la vida de Lupita Torrentera y
Pedro Infante, Editorial Diana, México, 1991. 12. http://pedroinfante.yomarnathalia.com/pinfante/cuerpo_filmo.php 13. http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/94-aniversario-de-guillermo-gonzalez-camarena 14. http://www.google.com.mx/imgres?q=imagenes+de+orquesta+sinfonica&satart=472&hl=es&s
a=X&biw=1280&bih=851&tbm=isch&prmd=imvns&tbnid=b274y82NXp0FtM:&imgrefurl=http:www.clasicamexico.com/blog/%3Dorquesta-filarmonica-de-la-unam&docid=YS-oeAXkli3mM&imgurl=http:www.clasicamexico.com/blog/wp-uploads/2010/04/Orquesta_Sinfonica_Nacional_2010.jpg&w=375&h=569&ei=sJSFT-qXDcjK2AWA5c2GCQ&zoom=1&iact=hc&vpx=817&vpy=415&dur=347&hovh=277&hovw=182&tx=110&ty=208&sig=107890066528939483849&page=20&tbnh=173&tbnw=129&ndsp=28&ved=1t:429,r:25,s:472,i:59
15. http://www.cepu.edu.py/LIBROS_ELECTRONICOS_3/Ipcu081%20-%2001.pdf 16. http://mexicocriollo.mforos.com/1530538/10142674-10-inventos.mexicanos-desconocidos/