Post on 27-Apr-2022
Universidad de Palermo
Doctorado en Psicología
Tesis Doctoral
Evaluación de rasgos de personalidad disfuncional en población adulta de
Buenos Aires
Doctoranda
Lic. Ana María D’Anna
Directora de Tesis
Dra. Juliana Beatriz Stover
28 de Marzo de 2018
ii
RESUMEN: En la última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales
se propone un modelo alternativo para caracterizar a los trastornos de la personalidad. Se trata de
un modelo híbrido categorial y dimensional conformado por 25 rasgos disfuncionales de
personalidad agrupados en cinco grandes dominios, los cuales constituyen el polo patológico de
los cincos rasgos del modelo de los cinco factores. Con el objetivo de estudiar el nuevo modelo,
se diseñó el Inventario para Trastornos de la Personalidad para el DSM-5, PID-5, el cual tiene
licencia libre para fomentar las investigaciones. El objetivo general del presente trabajo fue
examinar en población adulta local, el modelo dimensional de rasgos disfuncionales de la
personalidad propuesto en la sección III del DSM 5, mediante la adaptación del PID-5. La
muestra se compuso de 906 adultos (Xedad= 40.72; DE= 17.40), residentes en la ciudad de
Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense. Los instrumentos utilizados fueron una encuesta de
datos socio-demográficos, el PID-5, el BFI, el SCL-90-R y el WHODAS 2.0. En el primer
objetivo se aisló una estructura de 5 factores compuesta por 87 ítems que da cuenta de la validez
de constructo; las correlaciones con el SCL-90-R y el WHODAS 2.0 aportan evidencias de
validez concurrente y la consistencia interna fue muy buena, todo lo cual da cuenta de adecuadas
propiedades psicométricas. En el objetivo 2 se examinó el modelo teórico propuesto por el DSM-
5, hallándose que las facetas se agrupan en cada dominio de acuerdo a lo esperado. En el tercero,
se encontraron correlaciones significativas entre todos los dominios del PID-5 y los cinco rasgos
del BFI. En el cuarto objetivo, se obtuvieron diferencias según variables sociodemográficas. En
la discusión se analizan los resultados según teoría e investigaciones previas. Posteriormente, se
detallan limitaciones y alcances de la presente investigación.
PALABRAS CLAVE: Trastornos de personalidad, DSM-5, rasgos disfuncionales, modelo de
cinco factores, psicometría.
iii
TITLE: Evaluation of dysfunctional personality traits in adult population of Buenos Aires
ABSTRACT: In the latest edition of the Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders,
an alternative model to characterize personality disorders is proposed. It is a categorical and
dimensional hybrid model made up of 25 dysfunctional personality traits grouped into five major
domains, which constitute the pathological pole of the five traits of the five-factor model. In
order to study the new model, the Personality Disorders Inventory for DSM-5, PID-5, was
designed, which has a free license to promote research. The general objective of the present work
was to examine in the local adult population, the dimensional model of dysfunctional personality
traits proposed in section III of the DSM 5, by adapting the PID-5. The sample consisted of 906
adults (Xage = 40.72, SD = 17.40), residents in the city of Buenos Aires and the Buenos Aires
Conurbation. The instruments were a survey of socio-demographic data, the PID-5, the BFI, the
SCL-90-R and the WHODAS 2.0. In the first objective, a 5-factor structure composed of 87
items was isolated that accounts for construct validity. The correlations with the SCL-90-R and
the WHODAS 2.0 provide evidence of concurrent validity and the internal consistency was
adecuate, all of which accounts for adequate psychometric properties. Objective 2 examined the
theoretical model proposed by the DSM-5, finding that the facets are grouped in each domain
according to the expected. In the third, significant correlations were found between all the
domains of the PID-5 and the five features of the BFI. In the fourth objective, differences were
obtained according to sociodemographic variables. In the discussion the results are analyzed
according to theory and previous investigations. Subsequently, limitations and scope of the
present investigation are detailed.
KEYS WORDS: Personality disorders, DSM-5, dysfunctional traits, model five factor,
psychometric.
iv
AGRADECIMIENTOS
A mi familia: mi hija Luna, mi esposo Leonardo, mi madre Irma y mi hermana Roxana.
Por su constante apoyo y estímulo para la realización de mis proyectos personales y
profesionales, por su paciencia infinita y por regalarme sus tiempos durante la escritura de esta
Tesis.
A mi Directora, la Dra. Juliana Stover, por brindarme sus consejos, asesoramiento y
conocimiento de forma continua, dedicada y generosa.
A la Dra. María Mercedes Fernández Liporace, por ofrecerme oportunidades y por
confiar en mí en todos los años de trabajo en la Cátedra II de la asignatura Teoría y Técnica de
Exploración y Diagnóstico Psicológico: Técnicas Psicométricas, de la Universidad de Buenos
Aires; por alentarme y facilitar la realización de este trabajo.
A mis compañeros de trabajo en la Cátedra de la UBA, especialmente a las Lics. Fabiana
Uriel, Paula Gago, Carina Salvino, Selva Passarello, a los Lics. Marcelo Pérez, Gustavo Díaz, y a
las Dras. Guadalupe de la Iglesia y Alicia Cayssials, pues todos formaron de un modo u otro,
parte de este proceso respondiendo consultas, realizando aportes, brindándome soporte personal
y consejos valiosos.
A la Universidad de Palermo y especialmente al Dr. Alejandro Castro Solano, por
haberme aceptado en el Doctorado y estimularme para que lo finalice.
A todos los profesores que durante todos estos años ayudaron a mi formación brindando
aportes valiosos y generosos.
v
A los alumnos, porque durante 20 años han sido fuente de inspiración y motivación
constante, alimentando mi deseo de aprender, generándome desafíos, pero también enseñándome
a ser mejor docente.
A los profesionales del Centro Ki-A, ya que sin su esfuerzo y colaboración diaria en el
trabajo que realizamos en el ámbito privado, no hubiera dispuesto del tiempo necesario que
conlleva la realización de esta tesis, especialmente a las Lics. Gisela Dramis y Fernanda Rolandi.
vi
TABLA DE CONTENIDOS
Resumen en castellano.................................................................................................................ii
Resumen en inglés......................................................................................................................iii
Agradecimientos.........................................................................................................................iv
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 1
SECCIÓN TEÓRICA ................................................................................................................. 6
CAPÍTULO 1. MARCO TEÓRICO ..................................................................................................... 7
1.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS ................................................................................................. 8
1.2. PERSPECTIVA PSICOLÓGICA. CONCEPTO Y DEFINICIÓN. ....................................................... 11
1.3. UNIDADES DE ANÁLISIS ....................................................................................................... 14
1.4. MÉTODOS DE ABORDAJE PARA EL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD ...................................... 17
1.5. TEORÍAS .............................................................................................................................. 20
1.5.1. Teorías psicodinámicas .............................................................................................. 20
1.5.2. Teorías rasguistas ....................................................................................................... 27
1.5.3. Teorías del aprendizaje............................................................................................... 41
1.5.4. Teorías humanísticas .................................................................................................. 45
1.6. EL MODELO DE MILLON ...................................................................................................... 50
1.7. INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN DE LA PERSONALIDAD ..................................................... 56
1.7. 1. Las entrevistas ........................................................................................................... 60
1.8. LA NUEVA APROXIMACIÓN DIMENSIONAL: EL MODELO ALTERNATIVO DEL DSM-5 ............ 63
1.8.1. Evaluación de los trastornos de personalidad: PID-5 ............................................... 76
1.8.1.1. Evidencias de validez de constructo .................................................................... 82
1.8.1.2. Evidencias de validez de criterio ......................................................................... 88
1.8.1.3. Confiabilidad....................................................................................................... 92
CAPÍTULO 2. PLANTEO DEL PROBLEMA ................................................................................... 104
SECCIÓN EMPÍRICA ........................................................................................................... 108
CAPÍTULO 3. OBJETIVOS E HIPÓTESIS ..................................................................................... 109
3.1. OBJETIVO GENERAL .......................................................................................................... 109
3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS .................................................................................................... 109
3.3. HIPÓTESIS ......................................................................................................................... 109
CAPÍTULO 4. MÉTODO ............................................................................................................. 111
4.1. DISEÑO.............................................................................................................................. 111
4.2. INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS Y VARIABLES RELEVADAS ........................... 111
4.2.1. Encuesta sociodemográfica ...................................................................................... 111
4.2.2. Inventario para Trastornos de la Personalidad para el DSM-5, PID-5 .................. 113
4.2.3. Big Five Inventory -BFI ............................................................................................ 116
4.2.4. WHODAS 2.0 - Cuestionario para la evaluación de la discapacidad ..................... 118
4.2.5. Inventario de Chequeo de Síntomas -SCL-90-R ....................................................... 120
4.3. PROCEDIMIENTO ............................................................................................................... 122
4.3.1. Recolección de datos................................................................................................. 122
4.3.2. Análisis de datos ....................................................................................................... 122
4.4. DESCRIPCIÓN DE LA MUESTRA .......................................................................................... 127
vii
4.5. RESULTADOS SEGÚN OBJETIVO ......................................................................................... 129
4.5.1. Resultados objetivo 1 ................................................................................................ 129
4.5.1.1. Evidencias de validez de constructo .................................................................. 129
4.5.1.2. Consistencia interna ........................................................................................... 138
4.5.1.3. Evidencias de validez concurrente ..................................................................... 139
4.5.2. Resultados objetivo 2 ................................................................................................ 144
4.5.3. Resultados objetivo 3 ................................................................................................ 150
4.5.4. Resultados objetivo 4 ................................................................................................ 153
4.5.4.1. Edad ................................................................................................................... 153
4.5.4.2. Sexo.................................................................................................................... 154
4.5.4.3. Nivel educativo .................................................................................................. 156
4.5.4.4. Asistencia a psicoterapia .................................................................................... 158
DISCUSIÓN ........................................................................................................................... 162
CAPÍTULO 5: DISCUSIÓN ...................................................................................................... 163
5.1 Discusión Objetivo 1 ..................................................................................................... 163
5.2 Discusión Objetivo 2 ..................................................................................................... 170
5.3 Discusión Objetivo 3 ..................................................................................................... 174
5.4 Discusión Objetivo 4 ..................................................................................................... 176
5.5 Limitaciones .................................................................................................................. 181
5.6 Consideraciones finales ................................................................................................ 182
REFERENCIAS ...................................................................................................................... 187
ANEXO A. INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS ........................................................ 223
ANEXO A.1. ENCUESTA SOCIODEMOGRÁFICA ....................................................................... 223
ANEXO A.2. PID-5 ................................................................................................................ 224
ANEXO A.3. BFI .................................................................................................................... 231
ANEXO A.4. SCL 90 R .......................................................................................................... 233
ANEXO A.5. WHODAS 2.0 ................................................................................................... 237
ANEXO B. CONSENTIMIENTO INFORMADO ............................................................................. 239
ANEXO C. VERSIÓN PID-5 ANÁLISIS DE COMPONENTES PRINCIPALES................................... 240
LISTADO DE TABLAS
Tabla 1. Definiciones de personalidad…………………………………………………... 12
Tabla 2. Factores de primer orden propuestos por Cattell en los 16PF y 16PF-5……….. 33
Tabla 3. Factores de segundo orden propuestos por Cattell en los 16PF y 16PF-5…… 34
Tabla 4. Facetas que conforman los cinco factores de la personalidad…………………. 38
Tabla 5. Principales autores del enfoque rasguista………………………………………. 40
Tabla 6. Principales enfoques teóricos…………………………………………………... 48
Tabla 7. Patrones de personalidad normal y patológica ………………………………… 54
Tabla 8. Clasificación de los Trastornos de la Personalidad según el DSM…………… 66
Tabla 9. Características de los Trastornos de la Personalidad según el DSM-5………… 67
Tabla 10. Dominios, polos opuestos y facetas presentadas en el DSM-5……………… 75
Tabla 11. Dominios y facetas presentadas en el DSM-5 y del PID-5…………………… 80
Tabla 12. Análisis Factorial Exploratorio-AFE- y Confirmatorio-AFC- del PID-5…… 86
viii
Tabla 13. Estudios de confiabilidad del PID-5………………………………………… 94
Tabla 14. Estudios que indagaron las propiedades psicométricas del PID-5…………… 98
Tabla 15. Encuesta sociodemográficas. Variables incluidas…………………………….. 112
Tabla 16. Variables a medir con el PID-5. Rasgos o facetas…………………………… 114
Tabla 17. Variables a medir con el PID-5. Rasgos principales de personalidad
dominante…………………………………………………………………………………
116
Tabla 18. Variables a medir con el BF I………………………………………………….. 117
Tabla 19. Variables a medir con la SCL-90-R. Dimensiones primarias………………… 121
Tabla 20. Variables sociodemográficas utilizadas y análisis efectuado………………… 126
Tabla 21. Objetivos y Análisis de datos…………………………………………………. 127
Tabla 22. Nivel educativo. Porcentajes………………………………………………….. 128
Tabla 23. Nivel socioeconómico. Porcentajes…………………………………………… 129
Tabla 24. PID-5. Análisis de componentes principales. Cinco dominios………………… 130
Tabla 25. Factor 1. Ítems………………………………………………………………… 134
Tabla 26. Factor 2. Ítems………………………………………………………………… 135
Tabla 27. Factor 3. Ítems………………………………………………………………… 136
Tabla 28. Factor 4. Ítems………………………………………………………………… 137
Tabla 29. Factor 5. Ítems………………………………………………………………… 138
Tabla 30. PID-5, SCL-90-R y WHODAS 2.0. Asociaciones. …………………………… 142
Tabla 31. PID-5, SCL-90-R y WHODAS 2.0. Características de las asociaciones….…… 143
Tabla 32. Facetas del PID-5. Dimensionalidad………………………………………….. 146
Tabla 33. PID-5 y BFI. Asociaciones……………………………………………………. 151
Tabla 34. PID-5 y BFI. Características de las asociaciones……………………………... 152
Tabla 35. PID-5, BFI y edad. Asociaciones.………………… …………………………. 154
Tabla 36. PID-5 y BFI. Diferencias según sexo.………………………………………... 156
Tabla 37. PID-5 y BFI. Diferencias según nivel educativo……………………………… 158
Tabla 38. PID-5. Diferencias según asistencia a psicoterapia. ………………………… 159
Tabla 39. BFI. Diferencias según asistencia a psicoterapia. ……………………………. 160
1
INTRODUCCIÓN
La personalidad es un tema que interesa a legos y profesionales de diversas disciplinas; y
es por esto que inclusive pueden rastrearse antecedentes sobre los intentos por definirla desde la
Antigua Grecia o Roma. Actualmente, su abordaje de modo sistemático ha permitido
comprender las causas de las conductas de los seres humanos, es decir, las formas de
comportamiento específico de una persona que lo llevan a actuar y relacionarse con los demás de
un modo particular y único, permitiendo su desarrollo en el medio en el que le ha tocado vivir.
Indagar el constructo desde la Psicología implica encontrarse con corrientes teóricas
diversas tales como los enfoques psicodinámicos, humanísticos, del aprendizaje o de los rasgos,
que parten de supuestos y unidades de análisis diferentes unos de otros, poniendo el acento en
aspectos biológicos, ambientales, intrapsíquicos o relacionales, y que han producido también,
definiciones diferentes. Por ejemplo, Allport (1937) la concibe como una organización dinámica
en el interior de las personas, de los sistemas psicofísicos, que determinan su conducta y su
pensamiento característicos; Pervin y John (2000) la entienden como aquellas características del
individuo que permiten explicar patrones permanentes en la manera de pensar, sentir y
comportarse; y Cohen y Swerdlik (2001) la definen como una constelación única de rasgos y
estados psicológicos de los sujetos.
A pesar del interés que suscita el tema y del intento por explicar cómo se desarrolla un
individuo y porqué se comporta del modo en qué lo hace, no se ha llegado a un consenso general
sobre qué es el constructo personalidad. La importancia sobre lograr una conceptualización sobre
el mismo se traslada al desarrollo de instrumentos, puesto que si no hay un acuerdo sobre lo que
significa la personalidad, las pruebas que se generen para su medición, dependerán del criterio
2
elegido por el autor al confeccionar las mismas. En este punto cabe preguntarse: ¿porque, para
qué y cómo evaluamos?, ¿cuáles son las preguntas que guían una evaluación de la personalidad?,
¿en cuáles aspectos se focaliza un profesional al llevar adelante dicho proceso de evaluación?,
¿en base a qué se eligen las pruebas a utilizar?, ¿cómo sabemos que la evaluación que realizamos
es correcta?
A lo largo de los años y a pesar de no haber un acuerdo sobre las teorías de la
personalidad, han proliferado instrumentos de medida disociados de modelo teóricos sólidos, o
bien otros, en los que sus autores se han basado en más de una corriente teórica vigente y como
consecuencia, muchas veces los usuarios de dichas técnicas se han encontrado en la situación de
forzar los resultados que le arroja la prueba, para que los mismos puedan adecuarse a las
nosografías existentes, como ocurre por ejemplo, con los Inventarios de la Personalidad de
Minnesota, MMPI, en sus diferentes versiones; Minnesota Multiphasic of Personality Inventory,
-MMPI- (Hathaway y McKinley, 1942); la segunda versión, Minnesota Multiphasic of
Personality Inventory-2, -MMPI-2- (Butcher, Dahlstrom, Graham, Tellegen & Kaemmer, 1989)
y Minnesota Multiphasic Personality Inventory-2 Restructured Form, -MMPI-2-RF- (Ben Porath
y Tellegen, 2008, 2009).
El problema se vuelve más complejo, si se tiene en cuenta que la falta de consenso
teórico sobre las teorías de la personalidad, también afecta los modos de entender la patología y
en definitiva, la toma de decisiones terapéuticas, las cuales deberían estar basadas en
fundamentos teóricos y empíricos. No fue sino hasta la aparición del DSM III en 1980, momento
en el que se comienza a hablar de los trastornos de la personalidad y se decide la inclusión de un
eje específico en el manual. A partir de aquí, se comienzan a desarrollar entrevistas estructuradas
o semi estructuradas, con el objetivo de medir el Eje II del DSM.
3
Es decir que por un lado el desarrollo teórico sobre la personalidad normal y la patología,
recorrieron caminos diferentes y por el otro, la evaluación de los trastornos de la personalidad, se
circunscribió al uso de entrevistas y el juicio clínico, debido a la carencia de instrumentos
coherentes con una teoría consensuada. No fue sino hasta los desarrollos teóricos de Millon
(Millon, 1981, 1985, 1990, 1997), que los instrumentos de medición comenzaron a estar basados
en una teoría vigente. El autor logró por primera vez la unión entre teoría y técnica de un modo
coherente, generando instrumentos para la medición de la personalidad sana y patológica, como
consecuencia de su desarrollo teórico, que guardaran relación con las nosologías internacionales.
Sin embargo y a pesar de los intentos de Millon, con la publicación de la nueva edición del
DSM-5 (APA, 2013a), ha aparecido un instrumento de medición, basado en un modelo
dimensional-categorial, que a su vez se propone como la versión disfuncional del modelo de
personalidad sana de los cinco grandes factores (Costa & McCrae, 1985, 1995, 1997; Goldberg,
1981; John, 1990), ampliamente consensuado a nivel mundial. Es decir que por primera vez
asistimos a la conjunción de cierto acuerdo entre las teorías que explican la personalidad en sus
dos polos, sano y disfuncional, con la edición extra de un instrumento de medición generado para
tal fin.
En virtud de lo expuesto, se hacía necesario y adecuado, investigar esto en nuestro medio,
para revisar si el modelo teórico propuesto es adecuado en nuestra cultura y en el mismo sentido,
si el instrumento generado resulta aplicable y útil. Por eso, el objetivo de este trabajo es examinar
en población adulta local, el modelo dimensional de rasgos disfuncionales de la personalidad
propuesto en la sección III del DSM 5, mediante la adaptación del PID-5 (Krueger, Derringer,
Markon, Watson & Skodol, 2012; Krueger, Derringer, Markon, Watson & Skodol, 2013).
4
La tesis consta de tres secciones: TEÓRICA, EMPÍRICA y DISCUSIÓN; luego contiene
las referencias bibliográficas y los anexos. La Sección Teórica se encuentra conformada por dos
capítulos. El capítulo1 se inicia revisando los modelos teóricos que a lo largo de los años han
contribuido a echar luz sobre cómo se construye la personalidad de los individuos y a tratar de
explicar de alguna manera lo que motiva sus conductas y sentimientos. Para cada apartado, se
han seleccionado algunos autores que se consideran de importancia, dejando otros por fuera
intentando respetar la extensión de este trabajo. Luego se detallan las clasificaciones actuales
sobre trastornos de personalidad, focalizando en el modelo propuesto en la sección III del DSM-
5, valorando aspectos teóricos y de evaluación. Por último, se exponen las características del
PID-5 (Krueger et al., 2012; Krueger et al., 2013), así como los estudios psicométricos
efectuados. En el capítulo 2 se encuentra el planteo del problema.
La Sección Empírica reúne los objetivos e hipótesis, así como aspectos metodológicos:
el método, el diseño, los instrumentos utilizados, el procedimientos con la recolección de datos,
el análisis de los mismos y la descripción de la muestra, para finalizar con el análisis de datos y
los resultados obtenidos en la investigación.
La última sección corresponde a la Discusión de los resultados en función de las teorías y
de estudios previamente desarrollados. También se presentan algunas limitaciones de este trabajo
y la posible transferencia de los hallazgos, para finalizar con algunas consideraciones que pueden
ser útiles para futuras líneas de investigación.
Luego de estas secciones se ubican las referencias bibliográficas utilizadas y en el Anexo
los instrumentos de recolección de datos, el consentimiento informado y el PID-5, luego del
análisis de componentes principales, efectuado con el mismo.
5
La tesis contó con el aval de la Universidad de Buenos Aires, Cátedra II, Teoría y
Técnica de Exploración y Diagnóstico, Módulo I, Técnicas Psicométricas, cuya Profesora Titular
es la Dra. María Mercedes Fernández Liporace.
6
SECCIÓN TEÓRICA
7
Capítulo 1. Marco teórico
El estudio de la personalidad es un tema que interesa tanto a psicólogos como a profesionales
de diversas disciplinas, por lo que ha sido analizado a través del tiempo con diversos grados de
sistematización. Comprender su dinámica permite, entre otras cosas, conocer los motivos que
llevan a un individuo a desenvolverse en su medio del modo en que lo hace y, posibilita tomar
decisiones adecuadas respecto de formas de intervención con aquellos sujetos que así lo
requieran (Cloninger, 2003). La personalidad puede definirse como la estructura dinámica que
tiene un individuo, la cual se encuentra conformada por características psicológicas,
conductuales, emocionales y sociales, que se desarrollan a partir de la interacción de aspectos
biológicos y ambientales (Seelbach González, 2013). El término personalidad proviene persona,
del latin persōna, y éste probablemente del phersu (que significa máscara del actor/personaje);
según el diccionario de la Real Academia Española, procede del griego -prósôpon- (RAE, 2017).
Los griegos atribuyeron el término de persona a la máscara usada por los actores en los teatros
para identificarse con alguien en particular; al usar la máscara, estos, actuaban de acuerdo al
personaje que representaban. Del concepto de persona deriva del latín el término personalidad,
que alude a las diferencias individuales que distinguen a un sujeto de otro y determina quién es
cada quién y cómo nos manifestamos en el entorno (RAE, 2017).
Desde sus inicios la Psicología ha abordado el estudio de la personalidad creando diferentes
modelos, poniendo el acento en aspectos biológicos, ambientales o intrapsíquicos, lo cual a su
vez ha dado lugar a la creación de numerosos instrumentos para su evaluación (Fernández
Liporace, 2015a). Durante muchos años se han postulado teorías de la personalidad para
8
describir y explicar la conducta de las personas, surgiendo tipologías con el objetivo de describir
las diferencias individuales dependiendo de las características observadas en las conductas. Es
así como se desarrollaron enfoques muy distintos –surgidos por ejemplo, de los modelos
psicoanalítico, conductista, humanista y cognitivos- pero compartiendo el objetivo común de
comprender al ser humano, realizado cada uno de ellos valiosos aportes (Dicaprio, 2001;
Seelbach González, 2013). En la actualidad no existe una teoría única de la personalidad, por lo
que se han ido desarrollando múltiples modelos que parten de premisas o supuestos diversos para
explicar la conducta de las personas (David & von Bracken, 1971; Seelbach González, 2013).
En este capítulo, se abordan diversas aproximaciones que han contribuido al estudio de la
personalidad desde sus comienzos, junto con los enfoques actuales, incluido el nuevo modelo
híbrido categorial-dimensional sobre los trastornos de la personalidad, publicado en la quinta
edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (APA, 2013a), para
finalizar el mismo, se presenta el Inventario para Trastornos de la Personalidad para el DSM-5 -
Personality Inventory for DSM, PID-5- (Krueger, Derringer, Markon, Watson & Skodol, 2012;
Krueger, Derringer, Markon, Watson & Skodol, 2013), creado para la medición de personalidad
disfuncional, propuesto como la versión patológica del modelo pentafactorial de la personalidad
sana.
1.1. Antecedentes históricos
A lo largo de la historia, gran cantidad de pensadores, filósofos, investigadores de
diversas disciplinas como la biología, la psicología, las matemáticas, han intentado explicar la
9
formación y el desarrollo de la personalidad. Su interés se ubicó en dar respuestas al cómo, el por
qué y el para qué de las formas en que se comporta cada individuo, debido a factores biológicos,
ambientales y sociales (Domínguez García & Fernández Rius, 1999). A continuación, se
exponen diversos autores clásicos considerados hitos en el desarrollo histórico de este
constructo. Optando por seguir un criterio cronológico, se han encontrado antecedentes sobre el
estudio de la personalidad varios siglos a. C.
Platón (427-347 a.C.) fue un pionero en el desarrollo teórico de este tema y en el año 370
a.C. propuso cuatro agrupaciones que en la actualidad podrían denominarse tipos de
personalidad: artística, sensible, intuitiva y de racionamiento. Por su parte, Hipócrates (469-370
a.C.), en el año 360 a.C. creía que la personalidad se debía a variaciones de los cuatro humores
(líquidos del cuerpo humano) que se combinaban con dos formas del temperamento. Aristóteles
(384-322 a.C.), discípulo de Platón, realizó un estudio sistemático de esa realidad sustancial que
se llama psique o alma (Cloninger, 2003; Dicaprio, 2001; Gross, 2012; Feist & Feist, 2007;
Frager & Fadiman, 2010; Schultz & Schultz, 2010).
Posteriormente Marco Tullio Cicerón (106-43, siglo I a. C.) utilizó cuatro diferentes
significados para el constructo personalidad: a) el modo en el que una persona aparece frente a
las demás, es decir, la imagen que brinda de sí misma; b) el papel que desempeña en la vida; c) la
interacción de las cualidades que comprenden al individuo y que se encuentran relacionadas con
un propósito u orientadas hacia la acción; y d) como sinónimo de prestigio y dignidad, mediante
el cual se asignaba el término persona de acuerdo con el nivel social al que se perteneciera
(Cerdá, 1985; Montaño Sinisterra et al, 2009). Galeno (130-210 d. C.) asignó un fundamento
biológico a los tipos de personas basado en cuatro fluidos corporales: el entusiasmo del
sanguíneo lo atribuyó a la fuerza de la sangre; la tristeza del melancólico era provocada por la
10
sobre-activación de la bilis negra; la irritabilidad del colérico al predominio de la bilis amarilla; y
la apatía y lentitud del flemático a la influencia de la flema. San Agustín de Hipona (354-430 d.
C.) habló de la introspección plena y el alma como elemento independiente del cuerpo
(Cloninger, 2003; Dicaprio, 2001; Gross, 2012; Feist & Feist, 2007; Frager & Fadiman, 2010;
Schultz & Schultz, 2010).
En la época medieval los teólogos relacionaron el concepto de persona al de esencia,
considerada innata. Boecio (s. VI) dio origen al término personalidad, siendo la persona una
sustancia individual, racional y natural. Al atribuir racionalidad se propicia la aparición de una
cantidad de definiciones filosóficas, ubicándose Santo Tomas de Aquino (1224/25-1274), quien
vinculó el alma con el cuerpo y exaltó al individuo por encima de la realidad, pues este monje
italiano, católico y de la orden de los predicadores, teólogo, interesado en la obra de Aristóteles y
la reinterpretación de la metafísica, pensaba que nada podía ser superior a la realidad que el ser
posee (Allport, 1970a; Cerdá, 1985).
En el siglo XIX e inicios del XX se localizan varios antecedentes relevantes. En el campo
de la medicina, desde la frenología, Gall (1758-1828) consideraba que en el cerebro se
encontraban 27 áreas que controlaban funciones psicológicas y que los pensamientos internos
estaban arraigados en la personalidad; pocos años después el psicólogo y filósofo Fetchner
(1801-1887) intentó demostrar a través de un método matemático, la identidad de lo psíquico y
lo físico (mente y cuerpo), para poder argumentar que la conciencia, lo único de lo que tenemos
una experiencia directa e inmediata, constituye la verdadera y única realidad. En 1884, Galton
(1822-1911), influenciado por Charles Darwin, fue el primero que aplicó la hipótesis léxica (que
se desarrollará en el apartado 1.5.2), pues postulaba que las diferencias de personalidad se
expresan en el lenguaje; utilizó la estadística en sus observaciones, por lo que se lo considera el
11
creador de la psicometría. Por su parte, James (1842-1910), realizó una importante aportación
referente a la vida mental: habló de aferencias (comunicaciones que se producen entre el interior
y el exterior del organismo), y de las eferencias (respuesta que ejerce el organismo desde el
interior al exterior hacia un estímulo). Otro autor, Kretschmer (1888-1964) relacionó diferentes
modos de organización de la personalidad: grandes delgados -tipo leptosómico- los asoció con la
esquizofrenia, los pequeños y redondos-tipo pícnico- con la psicosis maníaco-depresiva y los
diferenció de los atléticos-delgados, gruesos y fornidos-. Por último Sheldon (1898-1977),
similar al anterior, definió tres grupos de personalidades: ectomórficos-leptosomo-, endomorfo-
pícnico- y mesomorfo-atlético- (Cloninger, 2003; Dicaprio, 2001; Gross, 2012; Feist & Feist,
2007; Frager & Fadiman, 2010; Schultz & Schultz, 2010).
1.2. Perspectiva psicológica. Concepto y definición.
Desde una perspectiva psicológica, se pueden encontrar muchas definiciones del
constructo personalidad. Es por esto que algunas de ellas son bastante generales como la de
Murray (1932) que conceptualiza a la personalidad como la suma de todos los rasgos de una
persona; o la de Rotter y Hochreich, (1975) quienes la definen como formas relativamente
estables, características del individuo, de pensar, experienciar y comportarse.
En la Tabla 1 se muestran algunas de ellas y sus respectivos autores, ordenadas
cronológicamente según Bermúdez Moreno, Pérez García y Sanjuan Suárez (2017):
12
Tabla 1
Definiciones de personalidad.
Autor Definición
Allport (1937) Organización dinámica dentro del individuo, de los sistemas psicofísicos que
determinan sus ajustes únicos al ambiente (p.65).
Murray (1938) Es la suma de todos los rasgos del individuo (p.386).
Eysenck (1947) Es la suma de los patrones de conducta actuales o potenciales de un
organismo, determinados por la herencia y el ambiente, que se organizan y
desarrollan en interacción con cuatro aspectos: el sector cognitivo
(inteligencia), el sector conativo (carácter), el sector afectivo (temperamento)
y el sector somático (constitución), (p.23).
Guilford (1959) Cada personalidad es única, es su patrón único de rasgos (p.5).
Allport (1961) Sistema contenido en una matriz de sistemas socioculturales; estructura
interior encajada en una estructuras exteriores y en interacción con ellas
(Allport, 1970b, p.236).
Sistema definido como un complejo de elementos en interacción mutua
(Allport, 1970b, p.659).
Brody (1972) Se constituye por aquellas características de las personas que son más
esenciales para el propósito de entender y predecir sus conductas
idiosincráticas (p.3).
Pervin (1970)
Características de las personas que dan cuenta de patrones de conducta (p.3,
ed. revisada, 1973).
Representa las propiedades estructurales y dinámicas de un individuo, tal
como éstas se reflejan en sus respuestas características a las situaciones.
Alude a aquellas propiedades permanentes de los individuos que tienden a
diferenciarle de los demás (p.20, ed. castellano, 1979).
Allport y Antich
(1973)
Es la integración de todos los rasgos y características del individuo que
determinan una forma de comportarse; se forma en función del
desarrollo del individuo, a partir de las características ambientales,
biológicas y sociales que explican, modulan y mantienen su
comportamiento.
Mischel (1976) Designa los patrones típicos de conducta (incluidos pensamientos y
emociones) que caracterizan la adaptación del individuo a las situaciones de
su vida (p.1, ed. castellano 1979).
Leontiev (1977) Es el producto de la integración de los procesos del sujeto (p.29, en
Bermúdez, 1985).
Hampson & Colman
(1995)
Se refiere a aquellas propiedades internas de una persona que llevan a
patrones de conducta característicos (p. 15).
13
Tabla 1
Definiciones de personalidad.
Autor Definición
Revelle (1995)
Una persona no sólo es la simple combinación de valores universales de la
naturaleza humana o específicos de dos, tres, cinco o incluso diez
dimensiones de rasgos independientes, sino también un procesador dinámico
de información, cuyas memorias y estructuras perceptuales únicas, llevan a
una firma única cognitiva, afectiva y conductual (p. 318).
Avia, & Sanchez
Bernardos (1995)
Sistema integrado de naturaleza intrapsíquica, que abarca procesos generales,
conscientes e inconscientes que ocurren en el adulto normal (p.21).
Pervin (1996);
Pervin & John
(1998)
Características del individuo que explican los patrones permanentes en su
manera de sentir, pensar y actuar.
Cohen & Swerdlik
(2001a)
Constelación única de rasgos y estados psicológicos del individuo.
Buss & Larsen
(2002)
Larsen & Buss
(2005)
Conjunto de rasgos psicológicos y mecanismos dentro del individuo,
organizados y relativamente estables, que influyen en sus interacciones y
adaptación al ambiente intrapsíquico, físico y social.
Nota: (adaptado de Bermúdez Moreno et al., 2017).
Pinillos (1975) y Bermúdez Moreno (1985) enumeran características comunes a las
definiciones volcadas en la Tabla 1, extrayendo elementos presentes en ellas:
1- La personalidad es un constructo hipotético, inferible mediante la observación de la conducta.
2- Utilizar este término no implica una connotación de valor sobre la persona.
3- Incluye elementos, rasgos o disposiciones internas, relativamente estables en el tiempo, y
consistentes de una situación a otra, que explican el estilo de respuesta de los individuos. La
estabilidad y la consistencia, permiten predecir la conducta de los individuos.
4- Incluye otros elementos -cogniciones, motivaciones, estados afectivos- que influyen en la
determinación de la conducta y que permiten explicar la falta de consistencia y de estabilidad de
la misma en determinadas circunstancias.
14
5- La personalidad abarca la conducta manifiesta y la experiencia privada, es decir, incluye la
totalidad de las funciones y manifestaciones conductuales.
6- La conducta es fruto de los elementos más estables (psicológicos y/o biológicos) y de los
aspectos más determinados por las influencias personales (percepción de la situación,
experiencias previas), sociales o culturales.
7- La personalidad es distintiva y propia de cada individuo a partir de una estructuración peculiar
de sus características y elementos.
8- El individuo intentará adaptar su conducta a las características del medio en el que se
desarrolla; su percepción del entorno va a estar guiada por sus propias características personales
(sobre lo que es importante o no, estresante, positivo).
1.3. Unidades de análisis
Uno de los problemas más duraderos en el estudio de la personalidad que aparece al
intentar definir este constructo y, que se encuentra íntimamente relacionado con que no haya un
único modelo teórico, es el de pensar qué es aquello que se debe observar cuando se habla de la
personalidad o qué elementos se deben tomar en cuenta, es decir, las unidades de análisis.
El concepto de unidades de análisis fue introducido por Allport y hasta la actualidad los
teóricos aún no han logrado ponerse de acuerdo (Castro Solano, 2015a; Fernández Liporace,
2014; Romero, 2005). Allport (1937, 1958) señaló que el éxito en una disciplina depende en gran
parte de su capacidad para identificar estructuras, subestructuras y microestructuras que
componen la porción del cosmos que le compete, e identificó algunas de ellas tales como
motivos inconscientes, temperamento, intereses, valores, rasgos expresivos y estilísticos, entre
15
otros (Allport, 1958; Romero, 2005). Romero (2005) menciona una polarización entre dos
posturas: la primera defiende la existencia de los rasgos como unidades de análisis; y la segunda,
representada por corrientes derivadas de los enfoques socio-cognitivos, apelan a unidades de
análisis de carácter cognitivo, también emocional, tales como motivaciones, metas, haciendo
énfasis en procesos intrapersonales -relacionadas con críticas a la primer postura, encabezadas
por Mischel (véase el apartado 1.4.).
Al igual que para la conceptualización de la personalidad, en el caso de las unidades de
análisis, también cada autor las considera diferentes pero, los enfoques más modernos incluyen
aspectos emocionales, cognitivos y motivacionales, al igual que aspectos conscientes e
inconscientes. Es por ello que a continuación se enumeran algunas de las elegidas por Castro
Solano (2015a): temperamento/rasgos y tipos psicológicos/rasgos patológicos.
Comenzando por el constructo temperamento, Allport y Antich (1973) lo entienden como
un fenómeno emocional que puede ser causado tanto por factores genéticos o hereditarios, ya
que las personas suelen reaccionar de forma intensa y rápida como consecuencia de los estímulos
del ambiente, resultando en fluctuaciones de su estado en función de las exigencias del medio.
Según Bornstein (2000), los autores modernos asocian al temperamento con lo biológico o lo
heredado, es decir, aquellos aspectos menos influenciados por el ambiente. Para este autor, el
temperamento es un rasgo bastante estable, mayormente heredado, aparece a edades muy
tempranas de la vida y es la base sobre la cual se modela la personalidad; posee tres atributos: el
nivel de actividad, la sociabilidad y la emocionabilidad. Otros autores consideran que son las
necesidades de adaptación del hombre y los animales superiores las que impulsaron el desarrollo
de los instintos de reproducción, huída y defensa, y que en función de estos, se constituyen los
tres tipos de temperamento ligados a las dimensiones de extraversión, ansiedad y hostilidad.
16
Estos mismos autores diferencian al temperamento del carácter, ya que éste es entendido como
el grado de organización moral de un individuo, que depende de la propia experiencia y por ende
varía intersubjetivamente, controla, modifica, corrige y autorregula la actividad de las personas
para responder satisfactoriamente al medio, siendo el producto de la combinación de valores,
sentimientos y pensamientos que se adquieren a lo largo de la vida, en la interacción, es decir,
que estaría más asociado a lo ambiental y difiere en cada individuo de acuerdo con su forma de
interpretar la realidad humana (Lluís, 2002; Montaño Sinisterra et al., 2009).
Considerando los rasgos, más allá de las críticas que ha recibido este enfoque a lo largo
de décadas, los mismos han sido una de las unidades de análisis más estudiadas. Buss (1989)
afirma que lo que distingue a la personalidad de otras especialidades son las diferencias
individuales llamadas rasgos y que estos definen el campo de estudio de la psicología de la
personalidad. Los rasgos son disposiciones o tendencias, que se expresan en patrones de
conducta, relativamente estables y consistentes (Johnson, 1997; Pervin 1994). Son propiedades
internas de las personas o tendencias latentes, con efecto causal sobre sus conductas, es decir que
las predisponen a actuar de determinada manera, se organizan de forma estable, son duraderos y
consistentes en diferentes situaciones, en cada individuo; constituyen tendencias globales a
manifestar un determinado modo de conducta a través de distintas situaciones y mayormente
determinados por factores de origen genético. Su naturaleza es inferencial y permiten describir,
establecer diferencias y predecir a las personas (Castro Solano, 2015a).
Poseen dos principios: estabilidad y consistencia. El primero hace referencia a la duración
en el tiempo y el segundo se refiere a reaccionar de la misma manera de una situación a otra. En
un enfoque más actual, Costa y McCrae (1998) mencionan el acuerdo sobre la consistencia
transituacional de los rasgos, su base genética, estabilidad temporal y estructura universal (Costa
17
& McCrae, 1998). Se consideran tipos psicológicos a la agrupación de varios rasgos diferentes,
los cuales constituyen un perfil categorial (Castro Solano, 2015a).
Es importante remarcar que los rasgos patológicos de la personalidad han sido estudiados
desde hace muchas décadas por diferentes autores, de modo separado de los estudios sobre
personalidad en general. En 1980, con la aparición de la tercera edición del Manual Diagnóstico
y Estadístico de los Trastornos Mentales (APA, 1980) se comenzó a hablar de Trastornos de la
Personalidad, dado que se incluyó en dicho manual el Eje II cuyo contenido es justamente los
trastornos (véase el apartado 1.7.). Junto a la publicación de la quinta edición del mencionado
manual (APA, 2013a), los autores incluyen un nuevo enfoque híbrido de la personalidad, en base
a un modelo dimensional y rasguista, diferente a la tradición categorial, el cual implica pensarlos
como una variante desadaptativa de los rasgos de personalidad normales o sanos (el mismo se
desarrolla en el apartado 1.7.).
1.4. Métodos de abordaje para el estudio de la personalidad
Cada individuo en su repertorio conductual presenta características que lo distinguen y lo
hacen único, es decir que posee particularidades que le son propias y que no comparte con
ninguna otra persona; esto se denomina idiosincrasia. En psicología, esto se ha denominado
enfoque idiográfico, concepto que surge etimológicamente de idiografía o descripción de lo
singular; el mismo se contrapone al término nomotético (nomos = ley, etimológicamente
significa proposición de la ley). Este último se utiliza en filosofía y sociología con significados
diversos. Wildenband, un historiador, fue quien presentó los vocablos idiográfico y nomotético
18
como contrapuestos pero complementarios, para reclamar carácter de ciencia para la Historia;
Allport (1937, 1970b) los importó dentro de la psicología, para incluir un enfoque idiográfico
para la psicología de la personalidad, que se contraponga al nomotético predominante de la
época. Algunos autores enfatizaron el entender a la psicología de la personalidad como
psicología idiográfica, sin embargo otros no consideran opuestos estos términos y han acuñado
uno nuevo, idiotético, para caracterizar una perspectiva más integradora (Fierro, 1993, 1996).
En psicología lo nomotético busca entender una característica concreta, estudiando un
gran número de personas por ejemplo, observando la cantidad de veces que se presenta un
comportamiento en particular, pues entiende al individuo como miembro de una clase con
atributos característicos de la misma, por lo cual los resultados de dichos estudios pueden ser
generalizables.
En la misma línea y tomando a Fierro (1996), Pervin (2000) describe tres tipos de
abordajes para el estudio de la personalidad: el clínico, el correlacional y el experimental. En
relación al primer de ellos, en la primera mitad del siglo XX los psicólogos clínicos se percataron
de la necesidad de estudiar las diferencias individuales, partiendo de una concepción holística, ya
que buscaban comprender los principios comunes a todas las personas, en especial, los que hacen
a la singularidad de cada sujeto; es por esto que se basaron en estudios de casos únicos, de
personas que realizaban tratamientos en consultorios privados, dando lugar a un enfoque
denominado idiográfico, más asociado a lo intuitivo e interpretativo, también llamado enfoque
clínico. Su visión era la de que cada individuo es único e irrepetible, por lo que el interés se
centró en comprender las causas del funcionamiento psicológico individual. Dentro de este
enfoque más filosófico, se encuentran los modelos psicoanalíticos que consideran la personalidad
como sinónimo de singularidad, con autores como Freud, Jung y Erikson, los modelos
19
humanístico-existenciales con Maslow y Rogers como grandes exponentes, y Allport (1937) con
las definiciones más clásicas de la personalidad (Allport, 1937; Fierro, 1993, 1996).
El enfoque correlacional o nomotético entiende que las diferencias interindividuales no
son azarosas ni ocurren de manera incoherente; se centra en identificar patrones comunes,
conjuntos de rasgos o dimensiones, para explicar los diferentes estilos de comportamiento, por lo
que fueron llamados rasguistas. Para aislar ese conjunto de rasgos o dimensiones que diferencian
a los individuos utilizaron el análisis de las respuestas a los inventarios de personalidad,
aplicando posteriormente el análisis factorial -AF-. Este enfoque de orientación cuantitativa,
empírica, toma como unidades de análisis a los rasgos psicológicos, por lo que supone
estabilidad y consistencia, y considera que las diferencias individuales se deben a estas
disposiciones básicas (Castro Solano, 2015a). Se pueden ubicar aquí, autores como Eysenck
(1960), Cattell, (1965, 1972) y Costa y McCrae (1985, 1995, 1997).
Por último, el enfoque experimental, busca hallar las leyes generales que rigen a todos los
individuos, es decir los universales que determinan el comportamiento, diferenciándose del
nomotético en que éste, pone el acento en las diferencias individuales. En este enfoque, se
encuentran autores de las teorías del aprendizaje, como Bandura (1977) o Mischel (1978),
quienes se centraron en el estudio de los procesos cognitivos como determinantes de la conducta,
éste último además, crítico acérrimo de la postura rasguista (Fierro, 1982, 1983). La motivación,
el afrontamiento, las cogniciones, son algunas de las unidades de análisis de este enfoque.
20
1.5. Teorías
1.5.1. Teorías psicodinámicas
Freud es considerado el creador del psicoanálisis, rama dentro de la psicología que se ha
dedicado al estudio de la personalidad, proponiendo una nueva manera de entender la mente y la
conducta humana, y generando una técnica terapéutica para el abordaje de las personas
afectadas. Existen diferentes momentos en el desarrollo de los postulados fundamentales de la
teoría freudiana; el autor utilizó dos tópicas para explicar el modo de funcionamiento de la mente
humana. En la primera (Freud, 1900, 1913), la describe como conformada por niveles con
diferente nivel de acceso. Para esto utilizó los conceptos de consciente, preconsciente e
inconsciente, focalizándose en este último como aquellas ideas, pensamientos o sentimientos de
los cuales, no se tiene conciencia y asociándolo al concepto de represión, es decir, la fuerza que
impide el acceso a lo que se encuentra almacenado en el inconsciente, pero que pugna por salir a
través de fallidos, lapsus, chistes. De modo resumido, para Freud (1900, 1913), el inconsciente es
todo aquello que es inaccesible u oculto, siendo una parte muy primitiva y profunda en la mente
del ser humano. El preconsciente funciona como un filtro de lo inconsciente, contiene
información medianamente disponible a través de la conciencia, los sueños, recuerdos y
fantasías, los cuales configuran los elementos de trabajo en el método terapéutico freudiano. Por
último lo consciente comprende el material al que los seres humanos acceden, aquello de lo que
se dan cuenta, los pensamientos y recuerdos, lo físico y lo emocional. Estos tres elementos
constituyen la mente humana, el aparato psíquico, según Freud, y configuran la personalidad, de
21
acuerdo al modo particular de distribución de cada uno de los elementos, el cual es único en cada
sujeto (Dicaprio, 2001; Seelbach González, 2013).
En un segundo momento del desarrollo de su teoría, Freud (1920-1922, 1932-1936),
propuso su segunda tópica en la que la mente se dividía en tres partes: yo, ello y superyó. El yo
es un mediador entre los otros componentes de la mente, que regula las energías de la psiquis
pues intenta satisfacer las necesidades del ello y a su vez, modera para que el principio de placer
no opere constantemente; se comienza a desarrollar en la etapa oral, de desarrollo de la libido, y
se encuentra vinculado a la realidad, siendo el encargado de filtrar información proveniente del
ambiente como las reglas y las normas. El ello es el componente relacionado con los instintos, el
deseo, lo placentero y las necesidades básicas; se encuentra presente al nacer y se modela a
medida que las personas crecen. El superyó comprende la moral y el deber ser, la consciencia y
el yo ideal; su aparición es una consecuencia de atravesar el Complejo de Edipo. Al igual que lo
que sucede con los elementos de la primera tópica, en la segunda, también, los componentes de
la psiquis, se organizan de modo único e irrepetible en cada sujeto. El modo en el que ese sujeto
equilibra esos componentes constituye su personalidad. La relación entre estas se encuentra
mediada por energías innatas contrapuestas a las que denominó pulsión, de vida o Eros, y de
muerte o Tánatos. Respecto de la primera la asoció a la preservación de la vida, la satisfacción de
necesidades y lo sexual. La segunda a lo agresivo, rechazando lo que es desagradable o
amenazante, a la vez que opera como modo de establecer el equilibrio.
Para Freud la teoría de la personalidad tanto normal como patológica se encuentra basada
en las etapas de desarrollo afectivo-sexual. Postuló que la libido o energía sexual madura en los
sujetos y al hacerlo elige el objeto. Denominó a los niños perversos polimorfos en el sentido de
que en la infancia existe una variedad de objetos que pueden proporcionar placer y las personas
22
en su desarrollo se fijan en algunos específicos en distintas etapas oral, anal, fálica, latencia y
genital; cada una se van sucediendo a lo largo de la vida y presentan un conflicto que le es
característico (Freud, 1920-22). Según sea la conformación del aparato psíquico, será la
vinculación con los objetos de atracción y el proceso de desarrollo en esta etapa. Así,
dependiendo de cómo logró el individuo en la adolescencia equilibrar sus instintos y las normas
sociales, la formación de vínculos afectivos, junto con la energía sexual destinada a ello,
definirán su manera de ser en la sociedad, esto es, la personalidad (Dicaprio, 2001; Seelbach
González, 2013).
Freud desarrolló una extensa teoría sobre el funcionamiento de la psiquis humana y por
consiguiente de la personalidad, vigente en la actualidad, y con marcado peso en nuestro medio
académico. Los conceptos emanados de su teoría, han sido considerados importantes en la
aproximación al estudio no sistemático de la personalidad patológica. La teoría freudiana brindó
una forma de comprender la mente humana; algunos de sus discípulos en desacuerdo con la
teoría psicosexual, pero basándose en sus postulados, se enfocaron en desarrollar otros aspectos
que el autor dejo relegados, dando lugar a la proliferación de teorías propias (Seelbach González,
2013).
Jung, médico y psiquiatra suizo (1875-1961), admiraba a Freud y mediante un abordaje
teórico y clínico, trabajó con él de modo intenso pues se encontraba muy interesado en el
psicoanálisis. Pero luego mostró desacuerdos con el concepto de inconsciente como origen de la
personalidad, dando lugar a la separación, por lo que en 1914 publicó su propia teoría de la
personalidad. Para referirse a ésta utilizaba el término psique, que remite a espíritu o alma;
proponía una visión integrada de todos los aspectos de la personalidad como un sí mismo. El
autor se encontraba fascinado por la relación entre el desarrollo embrionario de un organismo
23
individual o feto (ontogenia) pues para él explicaba la evolución de la humanidad y es por esto
que creía que la psique guardaba recuerdos a los cuales les dio el nombre de inconsciente
colectivo, el cual contiene psiquetipos, que son símbolos universales (Jung, 2008; Dorsch, 2000;
Laplanche & Pontalis, 1996). Jung publicó su obra denominada Tipos Psicológicos (que incluye
ocho psiquetipos) en seis tomos en 1921, aportando el binomio extroversión-introversión a la
investigación de la personalidad. Caracterizó a los introvertidos como personas inseguras,
reservadas y poco comprometidas y a los extrovertidos como seguros, que se sienten cómodos en
los diferentes lugares y situaciones, y que suelen ser gregarios. Este par fue considerado como
dos actitudes de la psique con cuatro funciones (sensación, intuición, pensamiento y
sentimiento), e introduce el concepto de sí mismo por primera vez (Cloninger, 2003).
Los ocho psiquetipos resultan de la combinación entre el binomio introversión-
extroversión y de cuatro funciones: pensamiento-sentimiento, y sensación-intuición. Estas
funciones presentan las siguientes características: a) Pensamiento: son personas ordenadas y
pulcras a las cuáles rige la lógica; desapasionadas y frías, que no toman en cuenta las emociones
propias ni las de otros; b) Sentimiento: como contrapuestas a las anteriores, suelen ser
expresivas, apasionadas y con enorme consideración por los sentimientos. Tienden hacia el
desorden, aunque pueden seguir uno propio; c) Sensación: se trata de personas espontáneas, que
expresan emociones de madera efusiva y que suelen negar las emociones y sentimientos
negativos. Presentan dificultades en centrarse en objetivos concretos y ser perseverantes e, d)
Intuición: se centran en pensar en situaciones del futuro, mostrando poco interés por las cosas y
las personas. Presentan sentido de lo estético, lo cultural y artístico (Jung, 1921). El autor
también describió los conceptos de persona y sombra, como contenidos de la psique cuya
función es la de equilibrar o desequilibrar la mente. Por persona se refiere al aspecto de la
24
personalidad que sirve para adaptarse al mundo y que contribuyen al desarrollo del autoconcepto
y la autoimagen; la sombra en cambio indica los aspectos oscuros o amorales del yo, los
impulsos sexuales y agresivos inadmisibles, similares al ello desarrollado por Freud (Cloninger,
2003).
Tanto Freud como Jung, pertenecen a un enfoque psicoanalítico; de este se desprende una
vertiente social sobre el abordaje de la personalidad dentro de la cual se encuentran autores como
Adler, Horney, Erikson y Fromm. A continuación, se exponen las ideas de estos últimos, aunque
es importante aclarar que algunos autores ubican a Fromm, en las corrientes ligadas al
humanismo.
Erikson (1902-1994) fue un psicólogo alemán criado en Estados Unidos que realizó
grandes aportes a la psicología del desarrollo en base a etapas que se suceden a lo largo de todo
el ciclo vital de modo continuo (Dorsch, 2000; Laplanche & Pontalis, 1996). Las características
del desarrollo se manifiestan en la búsqueda y adaptación del ser humano al ambiente a lo largo
de ocho etapas durante el ciclo vital, en las cuales existen fuerzas contrapuestas y cuyo objetivo
consiste en que el ser humano obtenga un logro al finalizar cada etapa (Erikson, 1980, 1982), las
mismas se presentan a continuación:
- Desde el nacimiento hasta los 18 meses de edad: el bebé necesita cuidados
constantes y formará un vínculo con su madre a medida que esta los satisface, dando
lugar a la confianza o no en la formación de este vínculo. El logro al finalizar esta etapa
será que el niño aprenderá a esperar, pues no todos sus deseos y necesidades podrán ser
satisfechos.
- Entre los 18 meses y los 3 años de vida: se inicia la marcha con el desarrollo físico
que esto conlleva y la adquisición del control de esfínteres. Estos aprendizajes requieren
25
tiempo y control, dando lugar a fracasos que posibilitarán la aparición de la vergüenza,
pero también al desarrollo de la autonomía y la independencia respecto de los adultos. La
vergüenza también se relaciona con el estilo parental de los padres. El logro de la etapa
será la determinación o la voluntad de hacer o no hacer, utilizando la confianza que
previamente ha aprendida.
- De 3 a 5 años: existe un mayor nivel de actividad y libertad para desplazarse y
descubrir nuevas capacidades, promoviendo la iniciativa en el niño. La culpa proviene del
ambiente, cuando al niño se le limita con mayor frecuencia o recibe regaños por parte de
padres u otros adultos, pues no siempre conoce la causa de los regaños. A medida que
comprende qué le está permitido y qué no, se generará la sensación de logro de la etapa,
reconociendo sus capacidades y limitaciones al actuar en el ambiente.
- Entre los 5 a los 13 años de edad: con el inicio de la instrucción formal, la
exigencia por parte de padres y maestros se incrementa debido a que las tareas y el
aprendizaje aumentan, al igual que la competitividad y socialización con pares. El niño
invierte mucho tiempo el lograr lo que se le pide, pero puede tener la sensación de no ser
capaz, apareciendo sentimientos de inferioridad.
- Desde los 13 y hasta los 21 años de edad aproximadamente: se confrontan las
etapas previas; los preadolescentes y adolescentes entran en conflicto respecto al
descubrimiento y búsqueda de su identidad, tales como la inseguridad, los
cuestionamiento de roles sociales, la preferencia sexual, la independencia o adhesión a
grupos, los cuestionamientos ideológicos y de valores. El logro será dar solución a esto.
- Alrededor de los 21 años de edad y continúa hasta los 40: el individuo puede
generar vínculos afectivos con otras personas y separarse de los grupos como la familia.
26
El equilibrio entre pertenecer o separarse implica poder compartir con otro sus propias
experiencias, afectos y emociones, al igual que la intimidad. El logro es conseguir amor
de alguien externo a la familia.
- Comprende un período de 20 años, desde los 40 hasta los 60 años de edad: luego
de formar pareja, debe tener logros laborales, consiguiendo ser productivo. La contraparte
es el estancamiento. El logro es la preparación para la adultez incluyendo el propio
cuidado personal, las fuerzas contrapuestas de esta etapa son generatividad vs.
estancamiento.
- Esta etapa comienza desde los 60 años de edad y prosigue hasta la muerte:
relacionado con las etapas previas, los logros consisten en no estancarse socialmente,
transmitir sus conocimientos a generaciones posteriores.
Fromm (1900-1980) fue un importante psicoanalista, filósofo y psicólogo social, que
algunos autores ubican dentro de las teorías humanistas; se dedicó a repostular algunos
conceptos freudianos, brindando una visión más optimista sobre el desarrollo de las personas,
desestimando el anclaje al pasado propuesto por aquel y poniendo el foco en la capacidad de
elegir el modo de llevar adelante sus vidas, que poseen las personas (Dorsch, 2000). Para Fromm
(1941) los conceptos de libertad y sociedad son los principales elementos para determinar el
desarrollo del ser humano, y se encuentran en dependencia mutua. El ser humano oscila
constantemente entre obtener libertad y evitarla, por lo que describió tres maneras de lograr esto:
- Autoritarismo: una persona ejerce poder sobre otra, generando codependencia
entre la persona que ejerce su autoridad y quien la recibe.
- Destructividad: al igual que para Freud, el ser humano no es bueno por naturaleza.
Los pensamientos al igual que las acciones pueden ser destructivos tanto para sí mismos
27
como para otros seres humanos y el medio en donde se desarrollan. El deseo de
destrucción puede darse en dos sentidos, hacia afuera o hacia adentro.
- Conformidad: este concepto se relaciona con el de sociedad, siendo esta el punto
de referencia para vivir y desenvolverse de las personas y que condiciona las decisiones
que las mismas deben tomar, pues el ser humano recibe información constante del
entorno. En este sentido, el concepto de conformidad se refiere a permitir que otros elijan
en lugar de asumir el propio rumbo.
Cada ser humano elige asumir o rechazar la libertad, la manera en cómo se elige depende
de las características que cada individuo posea, y el medio social en el cual se desarrolló, en
donde el entorno familiar juega un rol preponderante. El otro factor que Fromm considera de
importancia para el desarrollo de la personalidad es similar al de Eros y Tánatos de Freud. Dado
que las personas pueden ser buenas o malas, de acuerdo al tipo e familia en el que se
desarrollaron y al modo en que eligen ser o no libres, habrá sujetos que se encontrarán más
orientados a la vida, la felicidad y la libertad y otros más orientados hacia la violencia y la
agresión como parte de sus características, conductas y pensamientos (Feist & Feist, 2007;
Fromm, 1941).
1.5.2. Teorías rasguistas
Cattell (1943) observó que todos los aspectos de la personalidad que son de importancia,
interés o utilidad ya han sido registrados en lo esencial del lenguaje. El enfoque léxico buscó
28
extraer una descripción de la personalidad mediante el análisis sistemático del lenguaje y marcan
el inicio de las teorías rasguistas. Un rasgo es un constructo teórico que describe una dimensión
básica de la personalidad; estas teorías tienen como supuestos el énfasis en: a) las diferencias
individuales de las características que son más o menos estables a través del tiempo y de las
situaciones y; b) su medición por medio de tests, a menudo cuestionarios de autorreporte. Sin
embargo, como se verá en los párrafos siguientes, dentro de este enfoque no existe un acuerdo
respecto de la cantidad de rasgos o las dimensiones fundamentales que conforman la
personalidad. Las teorías rasguistas pueden dividirse en dos: unas representadas por Allport,
denominadas teorías personológicas de los rasgos, y otras representadas por Cattell, Costa y
McCrae y Eysenck, llamadas teorías analítico-factoriales de los rasgos (Cloninger, 2003).
Allport (1987-1969) fue uno de los autores con mayor influencia al punto tal que los
temas estudiados por él marcaron la agenda de la psicología durante décadas; dentro de estos se
encuentran la consistencia de la personalidad, el concepto de sí mismo, la influencia de lo social
y la vinculación de la personalidad con la interacción social, entre otros (Cloninger, 2003).
Allport consideraba que el estudio de la personalidad era un campo nuevo y de interés creciente
en las universidades (ya no sólo en el ámbito clínico), por lo que publicó el libro Personality: a
Psychological Interpretation- para cubrir esta necesidad. Sus ideas acerca de los rasgos de la
personalidad se focalizaron en si el estudio debía estar centrado en identificar diferencias
individuales o en los procesos de la personalidad; con un enfoque ecléctico, incluyó
contribuciones de varias escuelas psicológicas (Allport, 1937). Revisó 49 definiciones de
personalidad de la filosofía, la psicología, la teología, la sociología, el derecho y el uso común,
arribando finalmente a una definición propia: define la personalidad como la organización
29
dinámica dentro del individuo, de los sistemas psicofísicos que determinan ajustes únicos al
ambiente (Allport, 1937).
De acuerdo con Allport (1937, 1970), los rasgos son la unidad primaria de la
personalidad que consiste en un sistema neuropsíquico generalizado, propio de cada individuo y
focalizado, con la capacidad para hacer muchos estímulos funcionalmente equivalentes y para
promover y guiar formas consistentes de conducta adaptativa y expresiva. Identificó varios tipos
de rasgos y abrió la posibilidad para pensar dos cuestiones fundamentales: si las personas poseen
rasgos diferentes o, por el contrario, presentan los mismos rasgos pero en cantidades
diferenciadas. Distinguió los rasgos individuales -que posee sólo una persona-, y los comunes -
presentes en muchas en grado variable-. Sin embargo para el autor las principales unidades de la
personalidad son los rasgos únicos, los cuales tienen status como realidades psicofísicas. El rasgo
común no es un verdadero rasgo, sino un aspecto mensurable de los rasgos individuales
complejos. Los rasgos son entidades adaptativas individualizadas, únicas para cada persona, por
lo que sólo el enfoque idiográfico puede describir de forma adecuada a un individuo (Allport,
1937). En función de cuánto influyen en la personalidad, es decir su nivel de penetración, el
autor los clasificó como cardinales, centrales o secundarios. Los cardinales dominan casi toda la
conducta de las personas, es el sentimiento maestro y lo distingue, como por ejemplo sádico; sin
embargo algunos psicólogos han cuestionado la utilidad de este concepto por considerar que lo
que este autor denomina cardinal, es sólo la expresión extrema de un rasgo nomotético
(Cloninger, 2003). Los rasgos centrales como la confianza en uno mismo, afectan a muchas
conductas de manera penetrante, suelen ser los adjetivos que utiliza alguien que conoce a otra
persona para describirla, es decir que son las características que resumen la personalidad. Por
último, los rasgos secundarios, condicionan pocas conductas, no tienen gran influencia, pero
30
describen formas en las que la persona es consistente; son menos llamativos, menos
generalizados y menos consistentes (Allport, 1937). La personalidad para este autor se desarrolla
en etapas y la madurez es lo que permite lograr una unidad en la misma, integrando los diferentes
aspectos que la componen.
Si bien sugirió varios métodos para inferir los rasgos entre los cuales se encuentra la
conducta y las pruebas de personalidad, comenzó por el lenguaje cotidiano: Allport y Odbert
(1936) listaron las palabras del diccionario referidas a los rasgos e identificaron
aproximadamente 18000 términos, que luego clasificaron en cuatro categorías: neutrales,
descriptivos, referidos a juicios sociales y misceláneos. Los investigadores han desarrollado aún
más este método y han determinado que ciertas dimensiones importantes de la personalidad se
encuentran representadas en el lenguaje. Dichas dimensiones se conocen como las cinco grandes
dimensiones de la personalidad: neuroticismo, extroversión, afabilidad, apertura a la experiencia
y psicoticismo (Angleitner, Ostendorf & John, 1990; John, 1990; John, Angleitner & Ostendorf,
1988).
Cattell (1943a, b; 1945, 1965, 1972) fue el investigador que inició el desarrollo de teorías
factoriales, afirmando que el estudio de la personalidad atravesó fases previas hasta alcanzar el
estatus científico actual. Las mismas, que se extendieron hasta el inicio del s. XX, inicialmente
se trataban de introspecciones intuitivas expresadas en la literatura; luego le sucedieron teóricos
provenientes del ámbito de la clínica con algún trabajo experimental, ingresando posteriormente
a la fase experimental y cuantitativa en la Primera Guerra Mundial. Su trabajo tuvo el objetivo de
buscar los rasgos de la personalidad, y se cimentó sobre la base de las primeras teorías pero
sometiéndolas a un juicio independiente, mediante métodos modernos como el análisis factorial -
31
AF- (la explicación sobre este método se desarrolla en más adelante en este apartado). Las
teorías propuestas por este autor se denominan analítico-factoriales.
La contribución más importante de Cattell (1945) fue la descripción sistemática de la
personalidad la cual consideraba multivariada (varias variable en simultáneo para predecir la
conducta), pues estimaba necesario lograr esto como paso previo para llevar adelante
investigaciones. Para Cattell (1945), la personalidad es aquello que permite predecir lo que una
persona hará en una situación dada; esta predicción es posible gracias a los rasgos, que a
diferencia de Allport, consideraba que no debían definirse en términos psicofísicos, pues los
mismos representaban conceptos abstractos. Las diferencias en la personalidad se deben a
manifestaciones conductuales y estás son la resultante indirecta de otros constructos internos más
o menos estables, que son los rasgos; estos no son medibles y dotan a la personalidad de
consistencia a través del tiempo, lo cual quiere decir que existe cierta estabilidad en las formas
de reaccionar (Cattell, 1945).
En cuanto a la medición de la personalidad, la mayoría de las investigaciones previas al
autor se basaban en la hipótesis léxica, pero éste se interesaba en utilizar una estrategia
estadística para obtener mediciones objetivas. Así, fue que acuño el término test y propuso que
los mismos debían contar con evidencias de fiabilidad y validez antes de ser utilizados. En este
sentido descartó la entrevista, técnica ampliamente utilizada, como método de evaluación por
considerarla anacrónica para la disciplina psicológica (Cattell, 1957); el pesimismo de éste sobre
el valor de las entrevistas como instrumento para tomar decisiones sobre diagnósticos clínicos,
fue confirmado posteriormente por Dawes (1994). Para este último las entrevistas resultan útiles
como método para obtener datos, pero para realizar predicciones se debe recurrir a modelos
computacionales como los propuestos por Cattell (1943b).
32
Cattell, utilizó la lista de Allport y Odbert (1931) de 17953 adjetivos, y la redujo a 4500,
eliminando aquellos que se referían a metáforas, estados temporales y conceptos confusos.
Luego añadió terminología específica de la psicología y psiquiatría, tales como nociones de
temperamento de Hipócrates, frenología de Gall y algunos conceptos freudianos, entre otros.
Posteriormente, solicitó a expertos que revisen la lista resultante y la relacionen con sinónimos y
antónimos emparentados, quedando conformada por 171 palabras. Finalmente, entrevistó
personas para que asociaran características de otras personas que conocían con los adjetivos de la
lista y analizó los resultados. Cattell identificó 36 rasgos bipolares a los cuales se refirió como la
esfera de personalidad; a partir de esto construyó instrumentos para la medición de este
constructo y analizó los resultados mediante AF. La cantidad de factores obtenidos se fue
reduciendo en los sucesivos análisis (Cattell, 1945,1965).
El instrumento de evaluación de la personalidad más conocido originado mediante la
combinación de la hipótesis léxica y el AF, es el Cuestionario de 16 Factores de Personalidad -
16PF- o en inglés 16PF Fifth Edition Questionnaire (Cattell, Cattell & Cattell, 1993; Cattell,
Eber & Tatsuoka, 1970), dentro de varios publicados por este autor.
Gracias al uso del AF pudo diferenciar rasgos de superficie -es decir los que se hacen
evidentes con relativa facilidad-, de aquellos de origen -ocultos o más profundos y que son los
determinantes de la personalidad-. El cuestionario 16PF mide 16 rasgos de origen de la
personalidad normal, a los que el autor le otorgó diferentes nombres utilizando letras del
abecedario -A, B, C, E, F, G, H, I, L, M, N, O, Q1, Q2, Q3, Q4-, pues consideraba que no se
debía utilizar el lenguaje común para denominar a los rasgos ya que podía prestarse a confusión.
Estos factores de primer orden están ordenados de acuerdo a su repercusión sobre la conducta en
general, siendo el Factor A el de mayor influencia (Cattell, 1978). En la Tabla 2 se muestran los
33
factores o rasgos primarios de la personalidad para este autor y su correspondiente en la versión
actual de la prueba, el 16PF-5 (Cattell, Cattell & Cattell, 1993).
Tabla 2. Factores de primer orden propuestos por Cattell en los 16PF y 16PF-5.
Letra 16PF 16PF-5
A Sizotimia-afectotimia Afabilidad
B Inteligencia alta-baja Razonamiento
C Poca-mucha fuerza del ego Estabilidad
E Sumisión-dominancia Dominancia
F Desurgencia-surgencia Animación
G Poca-mucha fuerza del súper ego Atención a las normas
H Trectia-parmia Atrevimiento
I Harria-premsia Sensibilidad
L Ataxia-protensión Vigilancia
M Praxernia-autia Abstracción
N Sencillez-autia Privacidad
O Adecuación imperturbable-tendencia a la culpabilidad Aprensión
Q1 Conservadurismo-radicalismo Apertura al cambio
Q2 Adhesión al grupo-autosuficiencia Autosuficiencia
Q3 Baja integración-mucho control autoimagen Perfeccionismo
Q4 Poca tensión energética-Mucha tensión energética Tensión
Puesto que estos factores no son del todo independientes, el autor realizó un análisis
factorial de segundo orden (Cattell, 1978). El 16PF-5 incorpora además tres escalas para estimar
el sesgo en las respuestas de los sujetos evaluados: deseabilidad social (MI), infrecuencia (IN) y
aquiescencia (AQ). Tanto los factores de segundo orden, como las escalas nuevas se muestran en
la Tabla 3, para ambas versiones del instrumento, 16PF y 16PF-5.
34
Tabla 3
Factores de segundo orden propuestos por Cattell en los 16PF y 16PF-5.
Letra 16PF 16PF-5
Qs1 Ajuste-ansiedad Extraversión
Qs2 Introversión-extraversión Ansiedad
Qs3 Poca-mucha socialización Dureza
Qs4 Dependencia-independencia Independencia
Qs5 Autocontrol
Manipulación de la Imagen
Infrecuencia
Aquiescencia
El AF implementado por Cattell, ha sido utilizado por muchos otros investigadores de la
personalidad que se han valido de este método para analizar inventarios de personalidad; se
utiliza como modo de poner a prueba una teoría o una hipótesis acerca del número de factores
para ser extraído, o cuando se desea replicar el trabajo de otro investigador buscando obtener la
misma cantidad de factores hallados previamente. Se trata de un método de cálculo estadístico
multivariado, desarrollado por Spearman en 1904, basado en el concepto de correlación, que se
utiliza para determinar el número y naturaleza de un grupo de constructos subyacentes en un
conjunto de mediciones, implementado en un comienzo, para la medición de la inteligencia y
utilizado en las teorías analítico-factoriales de los rasgos. El AF proporciona entonces una forma
de describir de manera más simple grandes números de variables al identificar un número menor
de dimensiones -factores- (Hair, Anderson, Tatham & Black, 1999; Hernández Sampieri,
Fernández Collado & Baptista Lucio, 1998). El criterio simple toda vez que un investigador
utiliza este método es que a priori conoce la cantidad de factores a extraer, los que luego se
solicitarán al realizar el análisis (Hair et al., 1999).
35
Otro de los autores de este enfoque ha sido Eysenck (1916-1997) considerado uno de los
científicos más influyentes de la psicología; se destacó por su defensa acerca del rol de la
herencia y de la biología en los rasgos de la personalidad. Consideraba que para poder medirla,
primero debía describirse qué es lo que se pretende medir. En disonancia con las taxonomías
psiquiátricas de la época, sostuvo que no existe un continuo entre normalidad, neurosis y
psicosis, sino que hay dos dimensiones para representar esto y ellas son el neuroticismo y el
psicoticismo. Propuso un modelo de tres dimensiones principales de la personalidad,
independientes entre sí, obtenidos mediante AF y que dependen de sustrato biológico. Su modelo
se denomina P-E-N, sigla conformada por los factores que la componen (psicoticismo,
extraversión y neuroticismo), primero propuso neuroticismo y extraversión (Eysenck, 1947),
considerados los antecedentes del modelo de los cinco factores, y posteriormente la dimensión de
psicoticismo (Eysenck, 1952). Se ha sostenido la universalidad de este modelo, a través de
estudios transculturales, fisiológicos, genéticos y longitudinales (Schmidt, De Costa Oliván,
Firpo, Vion & Casella, 2008). Para buscar las bases biológicas de las dimensiones de la
personalidad, se basó en la condicionabilidad de los estímulos y utilizó pruebas psicofisiológicas
tales como salivación, dilatación pupilar, reflejo palpebral, conductancia de la piel, respuesta
verbales, respuesta de orientación, realizando estudios de laboratorio con humanos y animales
(Schmidt et al., 2008). Las tres dimensiones de este modelo y las bases biológicas (Eysenck,
1952, 1960, 1967), se describen en los párrafos que siguen:
- Extroversión/introversión: se propuso como resultado de las diferencias en los
procesos de excitación e inhibición del sistema nervioso, bajo el supuesto de que estos
mecanismos se encuentran más o menos presentes en las personas. Los extrovertidos,
inhiben rápidamente la estimulación excesiva y es por esto que pueden tener mucha gente
36
a su alrededor, los introvertidos al tener respuestas más demoradas, les resulta difícil
lograrlo. La extroversión y la introversión, son formas de adaptación conductual a esos
mecanismos fisiológicos. El autor ubica estos mecanismos en el sistema reticular
ascendente.
- Neuroticismo: la mayor o menor actividad del sistema límbico ocasiona que
algunas personas muestren mayor o menor excitación emocional, en situaciones de estrés;
la menor excitación conlleva respuestas emocionales menos intensas que redundan en
cambios de humor frecuentes, preocupación, ansiedad, depresión, sentimientos de culpa.
- Psicoticismo: este factor refiere a la no conformidad, la creatividad o desviación
social. El autor relacionó las puntuaciones de esta dimensión con algunas cuestiones
físicas como la salivación; ha propuesto que esta dimensión se relaciona con alta
dopamina reduce la inhibición cognitiva, y baja serotonina que la incrementa.
Por último, el modelo de las Cinco Grandes dimensiones de la personalidad, o Big Five,
denominado así por Goldberg (1981), fue creado gracias a las investigaciones de Cattell sobre la
hipótesis léxica y los adjetivos extraídos por Allport y Odbert (1961) junto al AF, los cuales
permitieron aislar y proponer un modelo de rasgos con base empírica, para explicar aquellos
rasgos que describen mejor las diferencias individuales. En este modelo existen cinco factores
básicos. Costa y McCrae (1976) consideraban que la personalidad no debía ser descripta
solamente mediante los dos factores del modelo de Eysenck -detallado anteriormente- y es por
esto que comenzaron una serie de investigaciones que los llevaron a hallar tres factores más.
Estos autores postulan el modelo con el objetivo de describir la personalidad y no las causas que
la originan, es decir, dejando de lado los aspectos inferenciales no observables. Los factores han
37
sido replicados con varias poblaciones, en diversas investigaciones y artículos a lo largo de los
años; muchos investigadores se encuentran convencidos que representan las principales
dimensiones de la personalidad y que son universales (e.g., John, 1990; Norman, 1963; Sánchez
Bernados, 1992; Tupes & Christal, 1961, 1992).
Se ha desarrollado un instrumento denominado NEO Personality Inventory (NEO-PI) y
posteriormente su revisión en base a este modelo NEO-PI-R (Costa & McCrae, 1985, 1992), en
donde la sigla NEO se debe a los tres factores medidos en su primera edición (en inglés,
neuroticism, extraversion y openness -por apertura a la experiencia-), y luego se agregaron
rectitud o responsabilidad, y afabilidad. Los cinco factores son: Neuroticismo, Extroversión,
Apertura a la experiencia, Rectitud y Afabilidad, tal como se los ha denominado en la obra
citada. A continuación se describen los factores que conforman el modelo de los cinco grandes y
se consignan otros nombres recibidos para cada uno:
- Neuroticismo. Este factor se relaciona con personas que presentan emociones negativas
como preocupación o inseguridad y se sienten atormentadas por ellas mostrándose
inestables y lábiles emocionalmente (McCrae & Costa, 1985, 1992). Por el contrario,
aquellas personas que obtienen valores bajos en este factor, es probable que se perciban
con mayor felicidad y satisfacción con la vida (Schmutte & Ryff, 1997). Es probable que
en la vida matrimonial aquellos sujetos con este rasgo marcado, no se sientan plenos
(McCrae & Costa, 1991) y que a menudo, sufran de baja autoestima (Costa, McCrae &
Dye, 1991). Otros nombres que se han utilizado para ese factor son estabilidad
emocional, control emocional y fortaleza del yo (John, 1990).
38
- Extroversión. Las personas que presentan este rasgo desarrollan una vida excitante y
alegre, e interactúan con un número mayor de personas. Sus pares los consideran
amistosos, afectuosos y locuaces y les agrada la diversión. La extroversión predice
conductas sociales como las relaciones en la universidad pues se trata de personas que
hacen amigos más fácilmente, parecen felices, y presentan experiencias emocionales
positivas. Esta felicidad es activa y con energía (McCrae & Costa, 1985). Otros nombres
para esta dimensión son dominio-sumisión y surgencia (John, 1990).
- Apertura a la experiencia. Se trata de un rasgo que caracteriza a las personas como
poseedoras de una mente abierta, que presentan curiosidad y que son imaginativas, con
mayores logros creativos y mejores probabilidades de encontrar soluciones inteligentes a
los problemas; los valores liberales a menudo acompañan a este factor (Costa & McCrae,
1992). La apertura conduce al crecimiento personal (Schmutte & Ryff, 1997). También
se lo ha llamado cultura, intelecto, intereses intelectuales, inteligencia e imaginación
(John, 1990; Sneed, McCrae & Funder, 1998).
- Rectitud. Este rasgo se refiere al orden y la disciplina, las personas que presentan este
rasgo, valoran la pulcritud y la ambición y son descriptas por los demás como
organizadas, puntuales y ambiciosas (McCrae & Costa, 1987). En los estudiantes se
presenta mayor motivación de logro, contribuyendo a su autoestima por lo general alta.
Puntuaciones altas también indican adecuadas relaciones familiares (Costa, McCrae &
Dye, 1991). Otras nomenclaturas posibles son: seriedad, responsabilidad, control de
impulsos y voluntad de logro (John, 1990).
- Afabilidad. Quienes presentan este rasgo demuestran se personas amistosas y
complacientes, que evitan las situaciones hostiles y prefieren llevarse bien con los demás.
39
Estos los ven como sujetos simpáticos y bondadosos, pues presentan pocos conflictos en
sus relaciones interpersonales; lo opuesto son personas suspicaces, poco cooperadoras e
insensibles (McCrae & Costa, 1985, 1992). Se lo denomina también adaptabilidad social
o agradabilidad (John, 1990).
Los factores se encuentran conformados por facetas, que se miden de forma separada y se
hallan correlacionadas positivamente entre sí. Cada una es un rasgo más preciso que el factor
mayor al que pertenece (De la Iglesia & Freiberg, 2015; Sánchez Cánovas & Sánchez López,
1994). Los factores y las facetas que los componen se presentan en la Tabla 4.
Tabla 4
Facetas que conforman los cinco factores de la personalidad.
Neuroticismo Extraversión Apertura a la
experiencia
Afabilidad Responsabilidad
Ansiedad
Depresión
Hostilidad
Autoconciencia
Impulsividad
Vulnerabilidad
Afecto
Gregarismo
Asertividad
Actividad
Búsqueda de
emociones
Emociones
positivas
Fantasía
Estética
Sentimientos
Acciones
Ideas
Valores
Sinceridad
Altruismo
Condescendencia
Modestia
Susceptibilidad
Competencia
Orden
Obediencia
Esfuerzo hacia el
logro
Autodisciplina
Reflexión
Nota: (De la Iglesia & Freiberg, 2015; Sánchez Cánovas & Sánchez López, 1994).
La solidez de este modelo (Costa & McCrae, 1994) ha llevado a muchos investigadores a
revisar pruebas de personalidad anteriores para ver si se pueden ser interpretadas bajo esta
aproximación. Los cinco factores se han encontrado en algunos de esos inventarios (Costa &
McCrae, 1988; McCrae, 1991; McCrae & Costa, 1982; McCrae, Costa & Piedmont, 1993;).
También se han intentado buscar teorías que expliquen cada uno de los factores, tal es el caso del
modelo biológico de Eynseck.
40
Hasta aquí, se han desarrollado los exponentes más representativos de la postura
rasguista. A modo de cierre de este apartado, en la Tabla 5 se presentan los principales autores
desarrollados para este enfoque con una breve descripción.
Tabla 5
Principales autores del enfoque rasguista.
Autor Descripción
Galton (1884) Primer científico en aplicar la hipótesis léxica, es decir, la idea de que las
diferencias individuales en la personalidad más relevantes socialmente están
codificadas en el lenguaje mediante un adjetivo.
Allport (1937) La herencia provee la materia prima a la personalidad (físico, inteligencia y
temperamento), que puede ser moldeada por las características del ambiente.
Definió rasgo como disposiciones personales y a la personalidad como la
integración de estos, los cuáles determinan una forma de comportarse y se
configuran en función del desarrollo del individuo, a partir de las
características ambientales, biológicas y sociales que explican, modulan y
mantienen el comportamiento.
Allport & Odbert
(1936)
Utilizaron la hipótesis léxica a través de una búsqueda en diccionarios de
lengua inglesa. Extrajeron cerca de 18000 palabras que redujeron a 4504
adjetivos que describían rasgos observables y relativamente permanentes de
la personalidad.
Cattell (1943a, b)
Usando la lista de Allport & Odbert, la redujo a 171 palabras; posteriormente
entrevisto personas para que enumeraran características de conocidos y
analizó los resultados. Identificó 35 rasgos de personalidad a partir de los
cuáles construyó instrumentos de medición; analizó los resultados mediante
AF, reduciendo la cantidad a 16 grandes rasgos de personalidad. Diferenció
rasgos comunes y rasgos específicos.
El autor ubica en un lugar preponderante a la psicometría y el análisis
factorial.
Costa & McCrae
(1997)
Proponen 5 factores básicos obtenidos mediante AF, desarrollados a partir
del enfoque léxico. Consideran a la estructura de personalidad como
permanente, continua y particular a lo largo de los años, en hombres y
mujeres.
Eysenck (1952;
1960; 1967)
Centrado en describir la personalidad para poder medirla; buscó las bases
biológicas de las tres dimensiones de su modelo PEN: Neuroticismo (N),
Extraversión (E), Psicoticismo (P). La herencia determina las diferencias
entre las personas; comparte con Cattell el interés de hallar los rasgos
mediante el uso del análisis factorial, pero se diferencia pues considera que
las observaciones deben poder replicarse.
Desarrolló varias herramientas de evaluación de personalidad.
41
1.5.3. Teorías del aprendizaje
El conductismo ha sido uno de los enfoques más importantes en psicología moderna
recibiendo numerosos adeptos pero también varias críticas; los teóricos de este enfoque sostienen
que se puede influir sobre las personas, cambiando las condiciones del entorno, focalizando sus
estudios en la persona individual y en la naturaleza funcional de las conductas, más que en la
estructura de la personalidad. El conductismo explica las diferencias entre las personas basado en
que cada sujeto experimenta ambientes disimiles en condiciones diversas de aprendizaje, y por lo
tanto, estos serán diferentes. Los exponentes más radicales de esta línea consideraban que en una
teoría científica de la personalidad, sólo deben incluirse las conductas observables; como
defensores de este enfoque pueden mencionarse a Skinner, Staats y Watson; este último
consideraba que la personalidad se encuentra determinada por el ambiente y la experiencia, por
encima de lo genético (Watson, 1913). Dentro de este abordaje, las conductas habituales
constituyen la personalidad, es decir, ésta se define por las conductas, y el cambio sólo se
produce por el aprendizaje. La personalidad se encuentra determinada por factores externos del
ambiente a través de refuerzos y estímulos discriminativos (Cloninger, 2003).
Skinner se basó en los principios del reforzamiento, es decir, en cómo influye en la
conducta sus efectos, el refuerzo y el castigo, y no mostró interés en explicar las causas de la
conducta (Skinner, 1978). Su teoría del condicionamiento operante describe la adquisición de
conductas por medio del reforzamiento y su eliminación a través de la extinción y el castigo.
Skinner (1969, 1978, 1990), consideraba que la personalidad no era una disciplina científica pues
estaba contaminada de presuposiciones, por lo que debía abandonarse la idea ubicar las causas
dentro del individuo (rasgos, pensamientos, necesidades), y buscar respuestas más científicas.
42
Criticando las ideas de Skinner por considerar que estas no abordaban el estudio de las
diferencias individuales, Staats (1996) desarrolló una teoría del conductismo psicológico o
paradigmático que contribuye a la comprensión de la personalidad, incorporando además lo
biológico como factor de influencia. El autor consideraba que la personalidad se construye
mediante procesos de aprendizaje, con los mismos principios propuestos por Skinner y otros
conductistas, aunque los describe en mayor detalle. Para Staats, la personalidad no es innata, sino
que consiste en repertorios de comportamientos básicos, aprendidos, y que son la base de
aprendizajes posteriores. El aprendizaje efectivo produce ajuste psicológico, mientras que el
aprendizaje inadecuado genera desajustes. En lugar de prescindir de los tests de personalidad, el
conductismo psicológico acepta que son útiles, ya que a menudo tocan repertorios conductuales
básicos (Staats, 1996).
Dentro de los modelos del aprendizaje también se encuentran los cognitivos que surgen a
partir de las limitaciones de los enfoques conductuales (Feist & Feist, 2007). Gracias a esta
ampliación teórica se introdujeron conceptos como ideas, pensamientos, motivación, entre otros.
Si bien en el modelo cognitivo no se describe a la personalidad como lo hacen en otros modelos,
desarrollaron conceptos muy útiles en la comprensión de determinadas capacidades, procesos
cognitivos y facetas de la personalidad humana, ampliando la visión de la conducta como
producto de aprendizajes y experiencias. Otros autores como Bandura (1986) y Mischel (1973),
se encuentran dentro de las teorías cognitivas del aprendizaje social, proponiendo al medio como
parte importante del aprendizaje. Si bien estos autores no crearon una teoría del desarrollo de la
personalidad, en sus postulados se pueden deducir importantes aportes (Gross, 2012; Frager &
Fadiman, 2010; Schultz & Schultz, 2010).
43
Bandura (1977, 1986) consideraba que el conductismo abordaba la naturaleza humana de
modo reduccionista por lo que sus desarrollos teóricos surgen en contraposición a este modelo.
Para este autor, el aprendizaje no se genera sólo por condicionantes externos, sino que operan
variables internas y sociales (realizó grandes aportes en sus investigaciones sobre la agresión);
tanto la conducta como el ambiente se condicionan mutuamente y de manera recíproca, relación
que denominó determinismo recíproco. Posteriormente consideró que la personalidad se
encuentra conformada por tres elementos que derivan de dicha interacción: ambiente,
comportamiento y procesos psicológicos y es esta interrelación la que permite la generación de
los aprendizajes. La personalidad de un sujeto se determina por los aprendizajes que han tenido
lugar en su vida por: a) los procesos psicológicos internos e individuales, b) la información
proporcionada por el medio y, c) los modelos de aprendizaje. A partir de su observación sobre el
modo en el que aprenden los niños mediante modelado, consideró que determinadas variantes se
relacionan con el proceso de adquisición. Estas son: la atención, la retención, la reproducción y
la motivación, entendiendo a esta última como los motivos que tiene una persona para hacer o
dejar de hacer algo; dichos motivos se encuentran en la eficacia lograda en el pasado, pero
también utiliza el término motivo vicario que refiere a motivaciones visualizadas en la
experiencia de otros y no en la personal.
Mischel se destacó por su crítica intensa al modelo de los rasgos, la cual generó una
conmoción y una crisis de paradigma en la teoría de la personalidad, pues cuestionó el postulado
de que tanto para los rasguistas como para el enfoque psicodinámico, las diferencias individuales
consisten en características globales que afectan a una amplia variedad de conductas y afirmó
que salvo la inteligencia, no se han demostrado consistencias conductuales altamente
generalizadas, por lo que el concepto de rasgo resulta insostenible (Mischel, 1968). El autor
44
reunió un número abrumador de evidencia científica y llegó a la conclusión de que la situación
externa, actual, y no disposiciones internas de las personas, es la que realmente determinan la
conducta; y, en consecuencia, descalifica a toda la psicología de rasgos o factores de
personalidad como una simple variedad, pseudocientífica, del etiquetaje de personas. Para él, los
rasgos son rótulos cómodos utilizados por los psicodiagnosticadores que impiden la objetiva
evaluación de las conductas, e1 análisis de sus dependencias funcionales y el conocimiento
verdaderamente científico, explicativo, de sus determinantes o antecedentes causales (Fierro,
1982).
Para Mischel (1968) el constructo personalidad se apoya en la creencia de que existen
consistencias conductuales individuales amplias, que justifican la variabilidad en la conducta, es
decir que la mayor parte de las definiciones de la personalidad suponen que la conducta de un
individuo permanece coherente a través de muchas condiciones estimulares diferentes (Mischel,
1968). Respecto de la parte de la varianza conductual explicada por los constructos de
personalidad, argumenta que los instrumentos diseñados para medirlos, generalmente
autorreportes, rara vez superan el techo de .30 en los valores de correlación de unas con otras, los
que equivale a explicar menos del 10% de la variabilidad de la conducta (Fierro, 1982, 1983;
Mischel, 1968). Mischel y Peake (1983) examinaron la consistencia de estudiantes universitarios
en dos características, escrupulosidad y simpatía, encontrando resultados que contradicen el
mencionado supuesto, lo cual sirvió para que los autores sostuvieran que la consistencia es una
percepción pero que los datos de las investigaciones no apoyan dicha percepción. Mischel (1968)
no acuerda con el concepto de consistencia entre situaciones y sostiene que la falta de la misma,
aboga en favor de la revisión de la teoría de los rasgos. La conducta es específica a la situación
puesto que además no hay dos situaciones iguales y de hallarse consistencia, desde el enfoque
45
del aprendizaje social se lo considera como un modo particular de aprendizaje sin recurrir a los
rasgos para explicar la conducta. El autor no propone descartar este concepto, sino conocer sus
limitaciones, entender que no son causas sino son formas abreviadas de entender múltiples
observaciones conductuales y que demuestran cierta utilidad para realizar descripciones
generales de características sobresalientes, es decir, describen pero no explican la conducta.
Según Cloninger (2003), Mischel proponía reemplazar los conceptos sobregeneralizados de los
rasgos por análisis más detallados que permitan entender cuándo se comporta la gente de manera
consistente y cuándo discrimina entre situaciones (Cloninger, 2003). Esta controversia planteada
por Mischel estimuló una mayor investigación sobre el tema.
1.5.4. Teorías humanísticas
En este enfoque se pone el énfasis en las experiencias subjetivas como determinantes de
la individualidad y en la tendencia de las personas hacia la autoperfección mediante su voluntad
ejercida libremente, es decir que la personalidad, desde esta visión, es lo que el individuo decide
ser. Dentro de esta vertiente teórica se encuentra el modelo de la Gestalt que surge en la segunda
mitad del s. XX, luego de la segunda Guerra Mundial, como producto de la pelea con el
psicoanálisis por parte de su creador, Perlz (1975), sumado a la influencia de diferentes
corrientes (budismo zen, filosofía existencial, fenomenología). Se diferencia de las teorías
psicodinámicas y las cognitivas en cuanto a su metodología y a su filosofía, pues no consideran
un ser patológico o atravesado por el conflicto como es el caso del psicoanálisis y tampoco
piensan que las personas son modificables conductualmente. Teorías como las de Maslow, con el
46
desarrollo de su pirámide de necesidades, y el enfoque centrado en la persona de Rogers
complementan el paradigma humanista (Cloninger, 2003).
El modelo de la Gestalt se destaca por enfatizar en las potencialidades del ser humano,
dejando de considerarlo como un ser patológico; propugna el darse cuenta como motor de
crecimiento, destacando las posibilidades que tiene el hombre de desarrollarse, tener esperanzas
y disfrutar de la vida en el momento presente. El paradigma gestáltico, imbuido de las ideas
pacifistas de la época, propone que casi todo se puede realizar y ocurrir. La psicología de la
Gestalt considera que los seres humanos no perciben el mundo a través de fenómenos aislados
sino que los integran y configuran para tener una idea de la realidad. El término Gestalt, de
origen alemán, se puede traducir como configuración, formación de forma, fondo y figura; es
decir que la percepción significa configurar o formar la realidad de acuerdo a las experiencias
individuales. De la psicología de la Gestalt derivó el enfoque Gestáltico, el cual propone que el
ser humano se desarrolla en relación a las circunstancias que lo rodean (el campo o entorno). La
personalidad deriva de esa interacción, sin estar determinada exclusivamente por hechos del
pasado, en donde el sujeto debe integrar de modo constante las experiencias. La personalidad no
es una entidad fija ni se define exclusivamente por el comportamiento, sino que más bien se
encuentra relacionada con la percepción que tiene el individuo de su entorno. Algunos de los
factores que determinan la personalidad son: la historia de vida, la satisfacción de necesidades y
el autoconcepto. Puesto que varios de los teóricos que adhieren a este modelo provienen del
psicoanálisis, algunos de ellos, han desarrollado conceptos similares -yo falso, yo real, yo ideal-
(Cloninger, 2003; Di Caprio, 2001).
47
Se han expuesto hasta aquí cuatro enfoques psicológicos que permiten comprender
algunos aspectos del desarrollo de la personalidad. En la Tabla 6 se resumen los conceptos
importantes de los mismos.
48
Tabla 6
Principales enfoques teóricos.
Enfoques Psicodinámico Rasguista Del aprendizaje Humanista
Autor/es
Freud
Jung
Allport
Eysenck
Cattell
Costa y McCrae
Bandura
Skinner
Stats
Perls
Rogers
Maslow
Fundamentación Freud había
centrado sus
estudios en los
pensamientos y
sentimientos,
destacó el término
de inconsciente, es
decir, las ideas, los
pensamientos y los
sentimientos de los
cuales
normalmente no se
tiene conocimiento
o consciencia.
Aparecen ligadas
al enfoque léxico,
implementando un
método
experimental y
cuantitativo para el
estudio de la
personalidad.
Asumen que la
conducta está
determinada por
unos atributos
relativamente
estables
que son las
unidades
fundamentales de
la propia
personalidad.
Surgen a partir de
las limitaciones
teóricas y prácticas
de la corriente
conductual; el
reduccionismo y la
metodología del
paradigma
mecanicista
no explicaban
completamente los
fenómenos
relacionados con la
vida de
las personas.
Enfoque centrado
en la persona: el
ser humano es
centro y
protagonista de su
desarrollo.
El modelo de
Gestalt
no considera al ser
humano como un
ser patológico ni
tampoco como un
ser alterable y
modificable
conductualmente.
Estructuración
de la
personalidad
Inconsciente,
preconsciente,
consciente.
Ello, yo y superyó.
Según la
configuración
particular de
rasgos.
Según el estímulo
recibido.
Autorrealización.
Desarrollo Etapas
psicosexuales.
Interjuego entre
herencia ya
ambiente.
Imitación e
identificación,
aprendizaje crítico.
Imagen del sí
mismo.
Aportes Abrió el camino
para estudiar el
desarrollo psíquico
del ser humano.
Freud teorizó la
manera en
cómo se desarrolla
el aparato psíquico.
Inició el estudio
cuantitativo de la
personalidad, a
través del uso del
análisis factorial,
diferenciando
factores de primer
y segundo orden.
Permitió el
desarrollo de
numerosos
instrumentos de
medición y la
puesta a prueba de
teorías.
Marcó la
importancia de los
aprendizajes
recibidos como
influencia para el
desarrollo de la
personalidad.
Señaló el estado de
cambio constante
en el que se
encuentra un ser
humano, por lo que
su capacidad
adaptativa
desempeña un rol
fundamental.
Estudio el modo en
que las personas
perciben su
entorno.
49
Como se ha desarrollado en los apartados previos, intentando responder a la pregunta
respecto de que es lo que determina el comportamiento humano y por qué las personas se
comportan del modo en que lo hacen, surgen diversas teorías. Chico Librán (2015) realiza una
taxonomía que permite otra clasificación además de la ya expuesta:
1) Internalistas: la conducta se encuentra determinada por fuentes internas en los sujetos
por lo que las variables ambientales no juegan un papel de importancia. Estas a su vez pueden
dividirse en tres tipos: a) relacionados a la práctica clínica, postula el estudio del individuo como
una realidad global e independiente de los demás sujetos (ej.: Freud); b) plantean disposiciones o
rasgos comunes a todas las personas en los que las variables personales son de naturaleza
estructural -rasgos estables de la conducta- y su organización y estructura peculiar configuran la
personalidad del individuo (ej., Allport); dentro de este, a su vez, se encuentra el estructuralista
léxico (ej., Cattell y Costa y McCrae); c) Planteamientos biológicos que consideran que los
factores causales de la conducta son de naturaleza no psicológica, la conducta viene determinada
por la configuración genética (ej., Eysenck.)
2) Situacionistas: la conducta viene determinada por las condiciones ambientales
presentes en la situación en que se desarrolla dicha conducta (ej., Skinner).
3) Interaccionistas: agrupan una variedad de perspectivas teóricas que comparten, la
hipótesis de que la conducta está en función de las características personales en interrelación con
las características de la situación ambiental (ej., Bandura y Mischel).
50
1.6. El modelo de Millon
Millon (1928-2014) desarrolló una teoría del aprendizaje biosocial de la personalidad, la
cual le permitió el diseño de varios instrumentos de medición, tanto para la personalidad normal
como la anormal. Su teoría ha generado una visión integradora de la personalidad, que ha roto
con la tradición establecida casi por todo el siglo XX de estudiar por separado la personalidad
normal de la patológica, y por ende, generar instrumentos que no condicen con la teoría; es decir,
que sus aportes han eliminado lo que hasta ese momento sucedía y es que los clínicos debían
forzar los diagnósticos a los resultados de los instrumentos. Así mismo, el autor ha logrado
integrar tanto aspectos nomotéticos como idiográficos en su concepción de la personalidad: los
primeros con la inclusión de modelos evolutivos y los segundos porque suma un rango de
subtipos de personalidad producto de sus estudios específicos, o sea que logra la comparación
con otros sujetos a la vez que toma en cuenta las individualidades (Casullo, 2000).
Para Millon la personalidad consiste en formas de procesar la información que surgen de
la interacción de variables biológicas y ambientales, que van a condicionar de forma individual
la manera en que la persona se enfrenta a su entorno. Millon y Everly (1994) la describen como
un patrón arraigado de rasgos afectivos, cognitivos y conductuales, que persisten en el tiempo y
que surgen de una matriz de predisposiciones biológicas que se combinan con el aprendizaje
experiencial. Ésta se comprende más adecuadamente si se la considera como un sistema
adaptativo muy complejo con ámbitos estructurales y funcionales; la estructura se articula en
torno a metas motivacionales -fuentes de refuerzo-, modos cognitivos -forma en que se procesan
la información que llega del entorno-, y conductas interpersonales -modo de vincularse con los
demás- (Millon, 1981, 1985, 1990, 1997).
51
Millon y Everly (1994) diferencian personalidad de dos conceptos: temperamento y
carácter. El primero alude al componente biológicamente determinado de la personalidad, es un
patrón distintivo que los niños traen al nacer; el segundo parece reflejar un juicio moral de la
conducta de la persona.
El autor considera el principio de continuidad sindrómica, el cual se refiere a que los
trastornos de la personalidad (TP) representan extensiones cuantitativamente patológicas o
elaboraciones de los patrones de la personalidad normal. Los TP son representaciones de
desviaciones exageradas y patológicamente distorsionadas, emanadas de una distribución de
rasgos normales; se distribuyen a lo largo de un continuum o gradiente donde normalidad y la
anormalidad -o patología- son los extremos del continuo. De este modo no existe una división
tajante entre ambos extremos del gradiente que separe la normalidad de la anormalidad
(patología), pues ésta última posee las mismas características que el funcionamiento normal y
ambos son conceptos relativos desde su visión teórica (Millon, 1997). Millon considera que la
patología se modela bajo los mismos procesos y principios que intervienen en el desarrollo y
aprendizaje normal, a edades muy tempranas. Sin embargo, debido a que las diferencias de las
características específicas, cronología, intensidad o persistencia de determinadas influencias,
algunos sujetos se adaptan de un modo deficiente (Millon, 1981). Se opone al criterio estadístico,
que considera la patología como cualquier conducta que se desvía del promedio, por considerar
que esta visión no refleja aspectos cualitativos, describiendo condiciones para entender qué es
personalidad normal y qué es personalidad patológica. Para el autor, las personas sanas se
relacionan con el entorno de modo flexible y adaptativo, demuestran una percepción propia y del
entorno constructivas, y sus patrones de conducta son promotores de salud. En cambio la
personalidad anormal se desarrolla en el sentido contrario a estos supuestos, es decir, el
52
afrontamiento de las responsabilidades y de las relaciones cotidianas ocurre de modo inflexible y
desadaptativo; las percepciones de sí mismo y del entorno son autofrustrantes, y demuestran
patrones de conducta perniciosos para la salud (Millon & Everly, 1994). Los patrones de
personalidad patológica se establecen en los primeros estadios de la vida y presentan tendencia a
generar círculos viciosos, perpetuando las dificultades, a esto se suma la escasa estabilidad en
condiciones de estrés, constituyendo las diferencias fundamentales entre los tipos de
personalidad.
Los fundamentos del desarrollo teórico e integrador de Millon (1976, 1981, 1997) se
basan en otros modelos, incorporados por el autor a lo largo de los años. El primer modelo
utilizado fue el biosocial el cual hace referencia a los estilos de las relaciones interpersonales a
partir de factores innatos o biológicos y de las experiencias. Millon lo desarrolló para responder
interrogantes que guiaron su teoría: cómo las personas obtienen refuerzo del medio y cuál es esa
fuente de ese refuerzo. De esto surgen dos polaridades respectivamente, -activo y pasivo- y -sí
mismos y los otros-. La primera se refiere a la actividad y la segunda a la relación con uno
mismo y con los demás.
Para Millon (1976) los patrones de conducta instrumental que refieren a la primera
dimensión, son dos: a) aquellos sujetos que buscan activamente su fuente de refuerzo, es decir,
son tendientes a la acción - activo-, o b) aquellos individuos que son reactivos y se quedan
esperando que el entorno les proporcione el refuerzo - pasivo-; esta polaridad tiene por objetivo
emplear modos de conducta y pensamientos que maximicen la adaptación al entorno.
En cuanto a la segunda polaridad -sí mismo/los demás- referida a de dónde obtienen
refuerzo los individuos el autor describe cuatro tipos:
53
– Aquellos sujetos que presentan confianza en sí mismos y buscan el refuerzo de manera
independiente, en sus propias metas personales -independiente-.
– Aquellos que demuestran mayor confianza en los demás y esperan que estos les
proporcionen refuerzo -dependiente-.
– Aquellos que no están seguros y buscan refuerzo de manera ambivalente en sí mismos o
los otros -ambivalente-.
– Aquellos que buscan el refuerzo de manera desvinculada o no buscan refuerzo alguno
sino mantenerse alejados de los otros pues carecen de aspiraciones personales - desvinculado-.
El fin de esta polaridad es lograr estrategias de conducta, pensamientos y emociones que
logren el mejor equilibrio entre el “sí mismo” y los “otros”.
Como puede observarse en lo que antecede, las estrategias o fuentes de refuerzo ocupan
un papel preponderante en el desarrollo teórico del autor, las cuales considera como el elemento
central de la personalidad (Millon & Everly, 1994). Los patrones de personalidad surgen de la
combinación de los patrones de conducta instrumental con las fuentes de gratificación -
denominado modelo de 4x2-; este modo de agrupación de las polaridades ha recibido algunas
críticas por considerarlo desbalanceado, ya que le otorga mayor peso a una dimensión por sobre
la otra (Sánchez, 2003; Widiger, 1999).
En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-III-R (APA,
1987) se decidió la inclusión de dos trastornos de la personalidad, el sádico y el masoquista -que
luego fueron eliminados en la siguiente revisión del manual-. Sin embargo, Millon convencido
de su utilidad y con el objetivo de acomodar estos trastornos a su modelo, agrego un elemento
discordante a la naturaleza y fuente de refuerzo, concebido como una orientación al dolor
(Sánchez, 2003). Como se mencionó arriba, el estilo desvinculado presenta desinterés en las
54
relaciones interpersonales, el ambivalente alterna entre dependencia e independencia, mientras
que la diferencia entre el independiente y el dependiente se origina en la fuente de donde
obtienen placer y refuerzo - sí mismos vs. los otros-. El discordante es una variante en donde se
encuentra alterado el principio placer-dolor (el cual se desarrollara más adelante) y al igual que
con las fuentes de refuerzo anteriormente desarrolladas, el mismo se relaciona con la dimensión
activo-pasivo, los cuales a su vez se vinculan con los trastornos de la personalidad incluidos en el
DSM-III-R (APA, 1980).
En la Tabla 7 se presentan los patrones de personalidad normal, según la matriz de
refuerzo, es decir los patrones activo o pasivo combinados con las fuentes de refuerzo, -
independiente, dependiente, ambivalente, desvinculado y discordante-, que dan lugar a 10
patrones de personalidad diferentes, así mismo, se consignan los trastornos de la personalidad
relacionados (Millon & Everly, 1994).
Tabla 7
Patrones de personalidad normal y patológica (Millon, 1990; Millon & Everly, 1994).
Patrón de
conducta
instrumental
Fuentes de Refuerzo
Independiente Dependiente Ambivalente Desvinculado Discordante
Activo Personalidad
violenta
/Antisocial
Personalidad
sociable
/Histriónico
Personalidad
sensitiva
/Pasivo-
agresivo
Personalidad
inhibida
/Evitativo
Personalidad
dominante
/Agresivo-sádico
Pasivo Personalidad
segura
/Narcisista
Personalidad
cooperadora
/Dependiente
Personalidad
respetuosa
/Obsesivo-
compulsivo
Personalidad
introvertida
/Esquizoide
Personalidad sumisa
/Masoquista
55
En un intento de ampliar su teoría, el modelo biosocial fue reformulado por el autor al
tomar en cuenta el modelo evolutivo (Millon, 1990). Desde esta perspectiva el autor consideró
tres polaridades: placer-dolor, activo-pasivo y sí mismo-los otros. Las polaridades actúan como
fuerzas que atraen y organizan las experiencias de aprendizaje interpersonal, a la vez que
concretan la posibilidad evolutiva de que un patrón de personalidad quede fijado (Millon 1990).
La polaridad agregada en este modelo, -placer y dolor-, se relaciona con lo biológico y
constituye la meta existencial cuyo objetivo es preservar y potenciar la vida maximizando el
placer y minimizando el dolor; sus polos son independientes por lo que una persona puede
orientarse hacia ambos. La dimensión activo-pasivo-, consiste en el empleo de conductas y
pensamientos para maximizar la adaptación al entorno, logrando un balance entre la
acomodación y la modificación. Por último la polaridad -sí mismo y los otros-, presenta también
polos independientes, cuyo fin es lograr estrategias de conducta, pensamientos y emociones que
logren el mejor equilibrio entre el sí mismo y los otros. De este modo, la reformulación con el
agregado del modelo evolutivo, concluyó en un modelo denominado de 5 x 2.
Se pueden sintetizar las propuestas más significativas de Millon del siguiente modo
(Cardenal, Sánchez & Ortiz Tallo, 2007): a) uso de una perspectiva teórica integradora; b)
propuesta de un continuo entre la normalidad y la patología; c) uso de los principios de la Teoría
de la Evolución, incorporados a su modelo.
Millon fue pionero en intentar integrar una teoría, la cual había comenzado a desarrollar
en 1969, que permita explicar la personalidad sana y la patológica, desarrollando instrumentos de
evaluación psicológica que operacionalizan sus concepciones teóricas, con el objetivo de lograr
intervenciones terapéuticas adecuadas y en respuesta a la disconformidad con la clasificación de
trastornos mentales de las primeras dos versiones del DSM. El autor sentó las bases teóricas para
56
el desarrollo del Eje II del manual en su tercera edición (Castro Solano, 2015b; Millon & Everly,
1994; Sánchez, 2003). Como se mencionó en otros apartados, Millon fue el primero en generar
instrumentos acordes a un modelo teórico, subsanando lo que hasta ese momento sucedía, es
decir, que sus aportes tanto teóricos -desarrollo de una teoría que propone un continuo entre la
personalidad sana y la patológica-, como sus aportes prácticos -instrumentos en diseñados en
base a esa teoría y en concordancia con nosologías internacionales como lo es el DSM-, evitaron
que los clínicos deban seguir forzando las pruebas utilizadas a un determinado marco teórico, tal
como sucedía por ejemplo con el Minnesota Multphasic de Personality Schedule, -MMPI-
(Hathaway & McKinley, 1942).
1.7. Instrumentos de evaluación de la personalidad
Hasta aquí se han desarrollado diferentes modelos teóricos, intentando mostrar dos
disociaciones. La primera referida a la ausencia de concordancia entre un modelo de
personalidad sana y uno de patología; la segunda entre los enfoques teóricos y la ausencia de
instrumentos generados a partir de estos, para la medición de la personalidad, la cual suele ser
evaluada mediante el uso de entrevistas clínicas libres, semi o estructuradas. En este apartado se
exponen algunos instrumentos de evaluación de la personalidad, incluida la entrevista y sus
formas de clasificación (Caballo, 2005; Fernández Liporace, Cayssials & Pérez, 2009;
Garaigordobil, 1998a, b).
Anastasi y Urbina (1998) han considerado como el precursor de los tests de personalidad
a Kraepelin, que utilizó el test de asociación libre con sus pacientes; el mismo consistía en
57
presentarle una palabra-estímulo al sujeto y éste debía responder con lo primero que le surgiera.
A Kraepelin, le sucedieron otros autores destacados que abarcan una amplia gama tanto
cronológica, profesional como metodológica e incluye a figuras como Bleuler, Galton, Pearson,
y Cattell, entre otros, en calidad de representantes de los estadios iniciales (Anastasi & Urbina,
1998; Garaigordobil, 1998b). Si bien el interés por la evaluación de la personalidad lleva muchos
años de desarrollo, uno de los problemas que se presentan al momento de abordar su estudio, es
el referido a las unidades de análisis (como se mencionó en el apartado 1.3.), dado que cada
enfoque teórico no pone el acento en las mismas unidades ni es todas a la vez (pues sería
inabarcable), situación que condiciona el diseño de los instrumentos de medición (Cohen &
Swerdlik, 2001b). En este sentido, existen muchas pruebas para evaluar unidades de análisis
como los rasgos de personalidad tales como el Inventario de Estilos de Personalidad-MIPS-
(Millon, 1997, 2007), los ya mencionados NEO-PI (Costa & McCrae,1985), NEO PI-R y NEO-
FFI (Costa & McCrae, 1992), 16 PF (Cattell, et al., 1970; Russell & Carol, 1994) y 16PF-5
(Cattell, et al., 1993); el Eysenck Personality Inventory-EPI- (Eysenck & Eysenck, 1964), el
Eysenck Personality Questionaire, -EPQ- (Eysenck & Eysenck, 1975), Cuestionario revisado de
Personalidad de Eysenck, -EPQ-R- (Eysenck & Eysenck, 1997) y en Argentina se encuentra la
adaptación local del Big Five Inventory (John, 1990, adaptación Castro Solano & Casullo, 2001),
entre otros.
Con el objetivo de reducir las dificultades que presenta la evaluación de la personalidad
realizada mediante entrevistas, la psicología ha desarrollado dos métodos de examen:
psicométricos y proyectivos. Los primeros se basan en diferentes modelos teóricos, son
altamente estructurados, con respuestas cerradas y preestablecidas en la mayoría de los casos, y,
dado que no es posible generar instrumentos completamente objetivos, se alude a ellos como
58
autoinformes o autorreportes de personalidad percibida, que pueden tener formato de
inventarios, cuestionarios o listas de chequeo. Los instrumentos proyectivos se basan en
postulados psicoanalíticos, poseen consignas poco estructuradas y un sistema de respuestas en
general abierto, el cual se asume como indicador de la dinámica de la personalidad profunda.
Existe un tercer tipo de abordaje denominado evaluación conductual, que ha recibido críticas
pero también apoyos y sin embargo es utilizado por algunos autores; las críticas se basan en su
aplicabilidad dado lo costoso que implica llevar adelante evaluaciones que insumen mucho
tiempo y dinero, y en el hecho de que este abordaje prescinde del supuesto que toma la respuesta
de un sujeto como indicador de un rasgo o atributo latente; los apoyos se originan en la
consideración de que la conducta relevada es una muestra del repertorio habitual de
comportamiento del evaluado en situaciones similares, es decir una situación cercana a la natural
(Fernández Liporace, 2015a).
Como pruebas psicométricas se puede mencionar el Minnesota Multiphasic of
Personality Inventory, -MMPI- (Hathaway y McKinley, 1942); su segunda versión, Minnesota
Multiphasic of Personality Inventory-2, -MMPI-2- (Butcher, Dahlstrom, Graham, Tellegen &
Kaemmer, 1989) y Minnesota Multiphasic Personality Inventory-2 Restructured Form, -MMPI-
2-RF- (Ben Porath y Tellegen, 2008, 2009) y el Personality Assessment Inventory -PAI- (Morey,
1991, 2007; Ortiz-Tallo, Santamaría, Cardenal & Sánchez, 2011) para la evaluación de la
personalidad y psicopatología adulta. Dentro de las pruebas proyectivas basadas en teorías
psicodinámicas se encuentran el Test de Rorschach (Exner, 1978, 1990, 2005, 2007) y el test H-
T-P, sigla en inglés de -Casa-árbol- persona- (Buck & Warren, 2008; Hammer, 1957); por
último, las observaciones conductuales se refieren a situaciones naturales, observación directa a
través de Cámara Gesell o video y al análisis funcional de la conducta.
59
Tomando en cuenta para evaluar la personalidad es el objetivo de la evaluación, se trata
de utilizar instrumentos de rastrillaje o instrumentos de diagnóstico. Los primeros se utilizan
para detectar riesgo, mientras que los segundos, brindan información detallada de una situación,
atributo, estado o rasgo (Fernández Liporace et al., 2009). Como prueba de rastrillaje se puede
mencionar el Listado de Síntomas SCL-90-R de Derogatis, -SCL-90-R- (Casullo, 2004; Casullo
& Pérez, 1998; Casullo & Pérez, 2008; Derogatis, 1977, 1983, 1994, Derogatis & Cleary, 1977;
Derogatis & Savitz, 2000) y como pruebas de diagnóstico el Inventario Clínico Multiaxial de
Millon, tercera edición -MCMI III- (Millon, 2007, 2012; Millon, Millon, Davis & Grossman,
2006) o el Inventario para Trastornos de la Personalidad para el DSM-5 -Personality Inventory
for DSM, PID-5- (Krueger et al., 2012), que se desarrolla más adelante.
Los instrumentos también pueden diferenciarse según su diseño, es decir, el modo en el
que han desarrollado sus ideas para la construcción del mismo o cómo han producido los ítems o
reactivos que lo conforman. En este sentido se dividen en diseño racional y de clave empírica de
criterio. En el primero el contenido de los reactivos se extrae de una teoría, es decir que son
indicadores de dimensiones del constructo que pretenden medir, en conjunción con
investigaciones científicas y actualizadas. En el diseño de clave empírica, en cambio, los ítems
son considerados como indicadores de un criterio experto y es por esto que se extraen de
autodescripciones de pacientes (que presenten un trastorno determinado por ejemplo),
informantes, familiares, profesionales o historias clínicas. Es importante aclarar que ambos
métodos pueden utilizarse en combinación (Anastasi & Urbina, 1998; Brenlla et al., 1992;
Fernández Liporace, 2015a). Otras formas de diferenciar los métodos utilizados para evaluar la
personalidad son: a) según el análisis de datos efectuado para la validación del mismo: análisis
60
factorial vs. grupos contrastados (Fernández Liporace, 2015a,b); b) según los alcances de la
evaluación: pruebas de amplio espectro vs. pruebas de dominio específico (Hogan, 2004).
1.7. 1. Las entrevistas
Según Fernández Liporace (2015a), la psicología científica ha intentado desde sus inicios,
tomar como propio el estudio de la personalidad creando modelos, que permitieron la aparición
de instrumentos para medir este constructo. El acercamiento al estudio de la personalidad, ha
permanecido disociado del abordaje sobre psicopatología, a pesar de tener ésta un desarrollo
importante. En 1980 con la publicación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales en su tercera edición -DSM III- (APA, 1980), se comienza a utilizar el concepto de
Trastornos de la Personalidad -TP-, con su inclusión en las nosologías internacionales y en el Eje
II de dicho manual. Esto no existía hasta ese momento debido a que las dos versiones anteriores
del mencionado manual, eran de orientación psicodinámica (A.P.A, 1952, 1968). Se
establecieron de este modo criterios específicos y diferenciales para cada uno de los cuadros
consignados en el manual, en el marco de un enfoque categorial (Castro Solano, 2015a).
Respecto de la evaluación psicológica, tanto en lo que refiere a personalidad normal como a la
patología, la entrevista ha sido históricamente, el modo preferencial elegido por los profesionales
para llevar a cabo dicho proceso. También se han utilizado como fuentes de información el juicio
clínico, los cuestionarios, inventarios y escalas autoadministrables, los datos que aportan las
historias clínicas y los informes, y la información complementaria de familiares o personas
allegadas. Sin embargo existe cierto acuerdo sobre la superioridad en la elección de las
61
entrevistas por sobre los cuestionarios como instrumentos de evaluación de la personalidad.
Mucho se ha discutido sobre la validez y la confiabilidad de los resultados aportados por esta
herramienta para la concreción de diagnósticos en función de dos tipos de dificultades:
conceptuales o teóricas y metodológicas. Las primeras refieren a la falta de consenso sobre las
definiciones de los trastornos que manejan los profesionales e incluye el sesgo cultural que juega
un papel importante para decidir que indicadores se incluyen para conformar un cuadro
psicopatológico (Fernández Liporace, 2015a). En cuanto a las críticas referidas a los aspectos
metodológicos, por un lado el contenido de lo que se pregunta en una entrevista varía de modo
considerable de un clínico a otro, por ejemplo no es lo mismo realizar una entrevista libre que
otra dirigida en donde lo obtenido va a variar de modo considerable. Además de las críticas en
este sentido, también se agregan las complicaciones generadas por el estilo de respuesta del
evaluado, por ejemplo contestar en algún sentido específico: deseabilidad social, con tendencia a
la aquiescencia, alterando las respuestas (simulando, mintiendo, exagerando o minimizando
síntomas), que por supuesto atentarán contra la obtención de un diagnóstico válido (Esbec &
Echeburúa, 2014; Fernández Liporace, 2015a; Fernández Liporace & Castro Solano, 2014;
Fernández Liporace & Castro Solano, 2015a). Así mismo las entrevistas requieren mayor tiempo
de administración y personal especializado, por lo que los cuestionarios e inventarios resultan
más adecuados en el ámbito clínico y de investigación; en el mismo sentido, las entrevistas están
sujetas a fuentes de distorsión como se mencionó arriba, carecen de baremos y se hallan muy
ligadas a la variabilidad inter-evaluador (Esbec & Echeburúa, 2014; Fernández Liporace, 2015a;
Fernández Liporace & Castro Solano, 2014). Por último en el caso de la evaluación de los TP y
la escasa validez diagnóstica, se agrega el problema de que dicho abordaje se basa en la
entrevista clínica del Eje II, mientras que la mayoría de las personas que presentan un TP se
62
resisten a ser evaluadas y por consiguiente, sus respuestas deben ser tomadas con cautela, pues
pueden presentar distorsiones.
En los instrumentos de medición como los cuestionarios, inventarios y escalas, la división
mencionada entre el estudio de la personalidad sana y los TP, ha redundado en la producción de
técnicas que no se desprenden de nosografías científicas, como ya se ha explicado, generando
serias dificultades al intentar realizar evaluaciones. Muchas de las pruebas utilizadas
tradicionalmente para la medición de psicopatología como por ejemplo el Inventario Multifásico
de la Personalidad de Minnesota (Hathaway & McKinley, 1942) -en sus distintas versiones
(Brenlla, Maristany & Diuk, 1992; Butcher, Dahlstrom, Graham, Tellegen & Kaemmer, 1989;
Hathaway & McKinley, 1999)-, no presentan una relación directa y adecuada con los trastornos,
entonces los usuarios deben forzar o adecuar el instrumento para ubicarlo en los cuadros
incluidos en las nosografías avaladas mundialmente. Uno de los teóricos de la personalidad, que
intentó subsanar estas dificultades de articulación entre los aspectos teóricos y los instrumentos
fue Millon (1996), construyendo técnicas que guardan relación con las clasificaciones
internacionales.
Más allá de los aspectos teóricos, debe mencionarse que las ventajas de los inventarios de
autoinforme se refieren al ahorro de tiempo, de costos y su mayor comodidad. La crítica que se
les realiza es que resultan muy vulnerables a la manipulación debido al carácter egodistónico de
muchos TP y probablemente la combinación de diversas fuentes de información e instrumentos
sea el método más adecuado de evaluación de los TP. La evaluación de la personalidad tanto
normal como patológica, es uno de los elementos críticos en un examen psicológico o
psiquiátrico (Esbec & Echeburúa, 2014). Conocer el nivel de funcionamiento de la personalidad
de un sujeto y su perfil de rasgos patológicos, resulta muy importante y útil para el psicólogo
63
clínico. Contar con diagnósticos clínicos válidos y fiables debería ser esencial para predecir el
curso del trastorno, tomar decisiones terapéuticas, evaluar los resultados de la intervención,
calcular las tasas de prevalencia de los trastornos mentales e identificar correctamente a aquellos
pacientes para las investigaciones clínicas. Las nosografías internacionales poseen como parte de
sus ventajas, facilitar la comunicación entre profesionales, a través de un lenguaje común, y
unificar criterios para la investigación entre los diferentes países. Uno de los desafíos actuales es
la efectiva puesta en uso del enfoque dimensional, integrándolo con el enfoque categorial (APA,
2013a; Echeburúa, Salaberría & Cruz Sáez, 2014).
1.8. La nueva aproximación dimensional: el modelo alternativo del DSM-5
Se ha mencionado en reiterados apartados la dificultad de los teóricos en llegar a un
acuerdo sobre una única definición de personalidad o sobre cuál es el modelo teórico más
adecuado, y sobre una taxonomía para referirse a los TP. Esto sin lugar a dudas afecta los modos
en los que se encaran los procesos de evaluación psicológica, las intervenciones terapéuticas
(farmacológicas y en psicoterapias), la medición de la eficacia y los avances en los tratamientos.
La controversia generada en torno a la validez de los diagnósticos realizados en el campo de la
salud mental, dieron origen a la aparición de manuales clasificatorios (Muñoz & Jaramillo,
20014). En la actualidad existen dos grandes nosologías vigentes cuyo objetivo es aunar criterios
y facilitar la comunicación entre los profesionales de la salud (Nussbaum, 2015): la Clasificación
Internacional de las Enfermedades en su décima versión --CIE-10-, de la Organización Mundial
64
de la Salud (1995) y, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, en su
quinta edición -DSM-5-, de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, 2013a).
La Asociación Americana de Psiquiatría ha editado desde 1952 varias versiones del
manual, que han virado desde una perspectiva psicodinámica -DSM I y II-, pasando por una
categorial -DSM III IV y IV TR- para finalizar en la edición de 2013, que incluye tanto el
enfoque categorial como uno nuevo dimensional. Respecto de los ejes y dado ese viraje en
cuanto a las perspectivas teóricas que influyeron en su confección, no ha sido sino hasta la
publicación de la versión DSM III del manual, es decir 1980, cuando se ha incorporado uno
específico para los TP, el Eje II. El cambio radical en la versión de 1980 se sustentó en el avance
de las neurociencias que venía aumentando desde los años '60, el auge de la farmacología y una
considerable cantidad de datos clínicos, que cuestionaron los paradigmas establecidos
(Widakowich, 2012).
La última versión conserva la perspectiva categorial e incluye un modelo de investigación
mixto que abarca una aproximación categorial-dimensional y el enfoque rasguista, incorporado
al manual, pues el grupo de trabajo para los TP consideró que es el modelo más aceptado a nivel
mundial, a la luz de la gran cantidad de investigaciones existentes. Al margen de esto, la decisión
del cambio no ha sido tal, puesto que en la sección oficial, se propone la continuidad del enfoque
categorial, mientras se sugiere realizar investigaciones con el nuevo modelo propuesto (APA,
2013a).
Es importante recordar, que la estructura del manual también ha ido cambiando, de
biaxial en las dos primeras versiones - DSM I y DSM II-, a multiaxial (5 ejes) de la versión de
1980, DSM III-, hasta su modificación en la publicación más reciente de 2013, en la que se
elimina el uso de los mismos. En cuanto a su conformación, la reciente edición se divide en tres
65
secciones: I) fundamentos del DSM-5 contiene la introducción, las instrucciones de uso del
manual y una advertencia para su uso en el ámbito forense; II) códigos y criterios diagnósticos
contiene los trastornos mentales para todas las áreas del desarrollo; por último III) medidas y
modelos emergentes presenta medidas de evaluación, formulación cultural, el modelo alternativo
del DSM-5 para los trastornos de la personalidad y afecciones que necesitan más estudio (APA,
1952, 1968, 1980, 1987, 1994, 2000, 2013a).
La definición de TP tanto en la versión DSM IV como en la nueva edición es la misma:
patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta de
modo claro de las expectativas de la cultura del sujeto, con inicio en la adolescencia o principio
de la edad adulta, que permanece estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios
para el sujeto (APA, 1994, 2000, 2013a).
En las sucesivas ediciones del manual -cinco en total- desde la aparición de los TP en el
Eje II (en 1980 con la publicación del DSM III), su clasificación no ha sufrido casi ningún
cambio, salvo: el trastorno compulsivo que para la versión 1987 paso a llamarse obsesivo
compulsivo; el trastorno pasivo agresivo que permanece en dos versiones y luego desaparece
para la versión de 1994; el cambio en la denominación de la categoría atípico para la versión de
1980 que pasa a ser no especificado en el DSM III-R; y en el apéndice del manual se consignan
cuadros que no figuran en otro lugar. Lo expuesto se muestra en la Tabla 8 (APA, 1980, 1987,
1994, 2000, 2013a).
66
Tabla 8
Clasificación de los Trastornos de la Personalidad según el DSM (Stover, 2015).
Versión III III-R IV IV-TR DSM-5 Año 1980 1987 1994 2000 2013 Eje II II II Sin ejes
Trastorno Paranoide Paranoide Paranoide Paranoide
Esquizoide Esquizoide Esquizoide Esquizoide
Esquizotípico Esquizotípico Esquizotípico Esquizotípico
Antisocial Antisocial Antisocial Antisocial
Límite Límite Límite Límite
Histriónico Histriónico Histriónico Histriónico
Narcisista Narcisista Narcisista Narcisista
Evitativo Evitativo Evitativo Evitativo
Dependiente Dependiente Dependiente Dependiente
Compulsivo Obsesivo-
compulsivo Obsesivo-
compulsivo Obsesivo-
compulsivo
Pasivo-
agresivo Pasivo-agresivo - -
Atípico Mixto Otros
trastornos
No
especificado No
especificado No
especificado
Apéndice - Sádico Depresivo - - Autodestructivo Pasivo-
agresivo (negativista)
-
En cuanto a los TP contenidos en la sección II de la actual versión del DSM, los mismos
son los 10 de ediciones anteriores: paranoide, esquizoide, esquizotípico, antisocial, límite,
histriónico, narcisista, evitativo, dependiente, obsesivo-compulsivo, TP debido a enfermedad
médica, otro TP especificado y otro no especificado. Es importante destacar que muchos autores
consideran que no existe evidencia para incluir esas 10 categorías diagnósticas de TP, presentes
desde el DSM IV (e.g., Al-Dajani, Gralnick & Bagby, 2015; Livesley & Jackson, 2009; Krueger
& Markon, 2014).
67
Para una lectura detallada de los criterios diagnósticos de cada uno de los trastornos
contemplados en esta nosografía, véase Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales, DSM-5 (APA, 2013a). Las características principales de cada uno de los TP se reúnen
en la Tabla 9.
Tabla 9
Características de los Trastornos de la Personalidad según el DSM-5 (APA, 2013a).
Trastorno Características Paranoide Patrón de desconfianza y suspicacia que hace que se interpreten
maliciosamente las intenciones de los demás como malévolas.
Esquizoide Patrón de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción
de la expresión emocional.
Esquizotípico Patrón de malestar agudo en las relaciones íntimas, distorsiones
cognitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento.
Antisocial
Patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás.
Límite
Patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, de la
imagen del sí mismo y los afectos, con una impulsividad marcada.
Histriónico Patrón de emotividad y búsqueda de atención excesiva.
Narcisista Patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de
empatía.
Evitativo Patrón de inhibición social, sentimientos de inadecuación e
hipersensibilidad a la evaluación negativa.
Dependiente
Patrón de comportamiento sumiso y adhesión relacionado con una
necesidad excesiva de ser cuidado.
Obsesivo-Compulsivo Patrón de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el
control.
Debido a otra afección
médica Trastorno de la personalidad persistente que se sospecha que es
debido a los efectos fisiológicos directos de una afección médica
(Por ej.: lesión en el lóbulo frontal).
Otro trastorno de la
personalidad especificado y
trastorno de la personalidad
no especificado
Categoría disponible para dos casos: a) individuo que cumple criterios para trastornos de la personalidad
y que presenta rasgos de varios de estos, pero no cumple criterios
para ningún trastorno específico de la personalidad. b) individuo que cumple criterios generales para un trastorno de la
personalidad, pero se sospecha que cumple criterios para un
trastorno que no está incluido en el DSM-5, por ej.: trastorno
pasivo-agresivo.
68
Los TP en el DSM-5 se distribuyen en tres grupos o clúster basados en características
similares. El Grupo A incluye los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de la
personalidad y alude a sujetos que suelen parecer raros o excéntricos. El Grupo B los trastornos
antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad, refiere a personas que impresionan
como exageradamente dramáticas, emocionales o erráticas. El Grupo C incluye los trastornos por
evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la personalidad y se trata de individuos que
se muestran ansiosos o temerosos. Los trastornos debidos a enfermedad médica y los no
especificados, no se encuentran incluidos en los clúster. Los autores del manual señalan en
respuesta a algunas críticas recibidas, que este agrupamiento, es útil para la docencia e
investigación, pero presenta importantes limitaciones y no ha sido validado de forma consistente
(APA, 2013a).
El enfoque categorial heredado de versiones anteriores, presente en la sección II del
DSM-5, supone una concepción respecto de los TP según la cual los mismos representan
entidades discretas, esto significa un intento por demarcar dichas categorías estableciendo
criterios de presencia o ausencia para ser incluidos en las mismas. De este modo los individuos
afectados por un trastorno al cumplir o no esos criterios, van a pasar a ser parte o no de la
categoría en cuestión, o lo que es lo mismo decir, van a presentar o no un trastorno. Sin embargo,
la delimitación entre una categoría y otra no ha resultado sencilla a los clínicos y como
consecuencia se ha hecho un uso excesivo de las comorbilidades (APA, 2013a). El cambio de
perspectiva categorial a una dimensional en cierta medida relativiza el valor de las categorías y
ubica a los TP al mismo nivel que los demás trastornos del manual, pues en la nueva edición los
mismos se presentan desde una perspectiva evolutiva o del ciclo vital (Muñoz & Jaramillo,
69
2014); al mismo tiempo la desaparición de los ejes redunda en una mejor percepción de las
comorbilidades eliminando en algún sentido el peso de determinado cuadro por sobre otro, pero
su ubicación en términos de apartados con entidad propia, obliga de algún modo a desarrollar
métodos de evaluación precisos y detallados (Esbec & Echeburúa, 2014). En cuanto a las
ventajas de una perspectiva dimensional por sobre la categorial, la primera permite reflejar la
naturaleza continua de los rasgos, evita solapamientos y diagnósticos múltiples y cuenta con una
base empírica sólida, incrementando la validez y la confiablidad de los diagnósticos en un 37 y
15%, respectivamente a la vez que se propone como el polo patológico del enfoque de los cinco
grandes factores de la personalidad, estableciendo un continuo teórico y práctico entre
personalidad sana y patológica (Gutiérrez & Vilar, 2014; Markon, Chmielewski & Miller, 2011;
Morey et al., 2012).
Respecto de las limitaciones del DSM IV TR (APA, 2000) que llevaron a pensar en una
mejor nosología, las mismas pueden dividirse en dos. Las que refieren al uso práctico del
manual, el cual impacta directamente en las formas en que se llevan a cabo los diagnósticos y por
ende en las personas que reciben los mismos; y aquellas que están más asociadas al desarrollo de
las teorías y las evidencias empíricas en cuanto a las investigaciones sobre el tema, es decir, que
algunas características del manual no se encuentran en consonancia con el avance científico. En
relación con las primeras, que comprometen a la confección de los diagnósticos, se pueden
encontrar: a) altas tasas de comorbilidad entre los diagnósticos (APA, 2013a; Muñoz &
Jaramillo, 2014; Skodol, et al. 2011); b) uso masivo y extendido de los diagnósticos no
especificados en el sentido de que las personas no tienden a presentar los patrones de síntomas
que corresponden a una y sólo una categoría de los TP (APA, 2013a; Muñoz & Jaramillo, 2015);
c) escasa utilidad clínica (Nussbaum, 2013; Stover, 2015); d) heterogeneidad hallada entre los
70
sujetos con un mismo diagnóstico (Krueger, 2013; Skodol et al., 2011) y, e) falta de evaluación
de la severidad (Stover, 2015).
Respecto de las limitaciones teóricas y empíricas algunos autores sostienen a) creciente
incapacidad para integrar los diagnósticos del DSM con los hallazgos de la investigación
genética y neurobiológica (APA, 2013a; Muñoz & Jaramillo, 2015); b) evidencias contrarias a la
estabilidad temporal de los trastornos (Widiger, 2011); c) considerar a los trastornos
cualitativamente diferentes a la personalidad normal y agruparlos en clúster de orden superior sin
que esto tenga apoyatura en la evidencia científica (Hopwood, 2011).
Skodol et al. (2011) en términos más generales también argumentan la validez limitada
para algunos tipos de TP existentes, la falta de especificidad en la definición de TP, la
inestabilidad de los criterios actuales de TP conjuntos y umbrales de diagnóstico arbitrarios.
Krueger et al. (2011) consideran insostenible un modelo categorial por carecer de evidencia en
los datos y entienden como alentador el cambio introducido en la nueva versión del Manual; sin
embargo plantean la dificultad de lograr hacer efectivo el paso de un modelo a otro. Por su parte
Nussbaum (2015) señala que desde 1980, por el principio de ateórico esgrimido en el DSM, se
ha hecho poca mención a las causas de los trastornos lo cual ha llevado a que el manual se torne
más en una guía de observación que en un manual de diagnóstico (Nussbaum, 2015; Stover,
2015).
Si bien estos cambios han recibido numerosas críticas, incluso desde antes de la
publicación definitiva del Manual, resulta evidente que esta nueva versión ha puesto el tema de
los trastornos de la personalidad como el centro de discusión en la psicología actual (Krueger,
2013; Stover, 2015). A raíz de las limitaciones consideradas más arriba y en virtud de que, como
se expuso, el enfoque categorial utilizado por el DSM implica que los TP son síndromes clínicos
71
cualitativamente distintos, en tanto los autores consideran que un conjunto de datos científicos
cada vez mayor está a favor de los conceptos dimensionales en el diagnóstico de los trastornos
mentales, es que surge el modelo alternativo propuesto en la sección III de manual. En este los
TP se caracterizan en torno a dos aspectos: dificultades en el funcionamiento de la personalidad
y rasgos de personalidad patológicos, a diferencia de lo que sucedía con el DSM IV y IV TR en
donde los criterios generales para el diagnóstico de los TP giraban en torno a cuatro aspectos: (a)
baja autodirección, (b) baja cooperación, (c) baja estabilidad afectiva y (d) baja
autotrascendencia (Cloninger, 2000).
En la sección III del DSM-5 se desprenden los siguientes seis trastornos específicos (a
diferencia de los 10 incluidos en la sección II). Estos son: antisocial, evitativo, límite, narcisista,
obsesivo-compulsivo y esquizotípico e incluye un diagnóstico de TP especificado por rasgos
(TP-ER). Este último se utiliza cuando se considera que el individuo cumple criterios para un TP
pero no se cumplen los criterios de ningún trastorno específico (APA, 2013a). La sección III
describe los criterios generales de los TP. Los mismos se enumeran a continuación:
A - Dificultad moderada-grave en el funcionamiento de la personalidad (auto/interpersonal);
B - Presencia de uno o más rasgos patológicos de personalidad;
C - Las dificultades en el funcionamiento de la personalidad y la expresión del rasgo de la
personalidad son relativamente inflexibles y se extienden a una amplia gama de situaciones
personales y sociales;
D - Dichas dificultades son relativamente estables a través del tiempo, se inician al menos en la
adolescencia o en la edad adulta temprana;
E - Las dificultades mencionadas no se explican mejor por otro trastorno mental;
72
F - Las dificultades no son exclusivamente atribuibles a los efectos fisiológicos de una sustancia
u otra afección médica;
G - Las dificultades en el funcionamiento de la personalidad y la expresión del rasgo de la
personalidad, no se conciben como normales para la etapa del desarrollo de la persona o para su
contexto.
Para realizar el diagnóstico de TP se requiere de dos valoraciones: una evaluación del
nivel de deterioro en el funcionamiento de la personalidad (Criterio A), y una evaluación de los
rasgos de la personalidad patológica (Criterio B); luego se suman los otros criterios c, d, e, f y g -
referidos a la generalización, la estabilidad del funcionamiento y al diagnóstico diferencial-.
Ambos criterios constituyen un verdadero cambio en la propuesta del DSM. El primero referido
al nivel de deficiencia en el funcionamiento de la personalidad en relación al sí mismo y a los
otros, y vinculado al nivel de severidad del cuadro. El segundo porque se refiere a los rasgos de
personalidad patológicos, establece las diferencias entre los tipos de TP y a su vez se sitúa en un
continuo con la teoría más aceptada en la actualidad sobre personalidad sana (Bastiaansen, De
Fruyt, Rossi, Schotte & Hofmans, 2013; Bender, Morey & Skodol, 2011; Morey et al.; 2011;
Stover, 2015).
El Criterio A se refiere a que las dificultades en el funcionamiento personal e
interpersonal constituyen el núcleo de la psicopatología de la personalidad las cuales se evalúan
en un continuo. El funcionamiento con uno mismo implica la identidad y la autodirección, el
referido a los otros, la empatía y la intimidad. Para llevar a cabo la evaluación de este criterio,
recomiendan la Escala de Nivel de Funcionamiento de la Personalidad -LPFS- (APA, 2013a).
Respecto del Criterio B se establece que la personalidad patológica se organiza según cinco
grandes ámbitos o dominios -afecto negativo, desapego, antagonismo, psicoticismo,
73
desinhibición-, los cuales se proponen como el polo patológico de los Cinco Factores de
personalidad normal -neuroticismo, extraversión, apertura a la experiencia, afabilidad y
responsabilidad- (Costa & McCrae, 1985). Estos cinco dominios presentan una estructura
jerárquica respecto de las 25 facetas o rasgos específicos que los componen y han sido
desarrollados a partir de la revisión de los modelos teóricos existentes, posteriormente revisados
a la luz de las investigaciones (APA, 2013a). Los cinco dominios son:
- Afecto negativo. Comprende experiencias frecuentes e intensas de niveles altos de
varias emociones negativas tales como la ansiedad, depresión, culpa o vergüenza, preocupación,
ira, y por sus manifestaciones comportamentales (autolesiones) e interpersonales (dependencia).
Su opuesto es la estabilidad emocional.
- Desapego. Implica la evitación de la experiencia socio-emocional que incluye rehuir de
las interacciones interpersonales (diarias casuales, con amigos, íntimas) como de la experiencia y
la expresión de afectos restringida, en especial una limitada capacidad hedónica. Su polaridad
opuesta es la extraversión.
- Antagonismo. Resulta en conductas que sitúan al sujeto en conflicto con los otros, con
la idea de ser merecedor de mejor trato que los demás, presencia de antipatía insensible respecto
de los otros, desconociendo sus necesidades y sentimientos, y predisposición a utilizarlos en
beneficio propio. Lo opuesto es la afabilidad.
- Desinhibición. Es la orientación hacia la satisfacción inmediata de las propias
necesidades, que conlleva la realización de comportamientos impulsivos producidos por
pensamientos, sentimientos y estímulos actuales externos, sin aprender del pasado, o sin
considerar las futuras consecuencias. Su polo opuesto es la escrupulosidad.
74
- Psicoticismo. Consiste en una amplia gama de conductas y cogniciones extrañas e
incongruentes, excéntricas o inusuales en relación a la cultura del individuo. La lucidez es su
extremo opuesto.
En la Tabla 10 se muestran los cinco dominios de la personalidad patológica, con sus
extremos opuestos de personalidad sana, la descripción de cada uno de ellos y de las facetas que
lo conforman, -tomando en cuenta que algunas de ellas se repiten en más de un dominio-, en la
versión DSM-5 (APA, 2013a).
75
Tabla 10
Dominios, polos opuestos y facetas presentadas en el DSM-5 (APA, 2013a; Krueger & Markon,
2014).
Dominios/opuestos Descripción Facetas
Afecto negativo
vs.
Estabilidad
emocional
Experiencias frecuentes e intensas de niveles altos de
varias emociones negativas –ansiedad, depresión, culpa
o vergüenza, preocupación, ira- y sus manifestaciones
comportamentales (autolesiones) e interpersonales
(dependencia).
Inestabilidad emocional
Ansiedad
Inseguridad de separación
Sumisión
Hostilidad
Perseveración
Depresión
Desconfianza
Afectividad restringida
Desapego
vs.
Extraversión
Implica la evitación de la experiencia socio-emocional
que incluye rehuir de las interacciones interpersonales
(diarias casuales, con amigos, íntimas) como la
experiencia y la expresión de afectos restringida, en
especial una limitada capacidad hedónica.
Evitación
Evitación de intimidad
Anhedonia
Depresión
Afecto restringido
Suspicacia
Antagonismo
vs.
Afabilidad
Conductas que sitúan al sujeto en conflicto con los
otros, con la idea de ser merecedor de mejor trato que
estos, presencia de antipatía insensible respecto de los
demás, desconociendo sus necesidades y sentimientos,
y predisposición a utilizarlos en beneficio propio.
Manipulación
Falsedad
Grandiosidad
Búsqueda de atención
Insensibilidad
Hostilidad
Desinhibición
vs.
Escrupulosidad
Orientación hacia la satisfacción inmediata que conlleva
la realización de comportamientos impulsivos
producidos por pensamientos, sentimientos y estímulos
actuales externos, sin aprender del pasado, o sin
considerar las futuras consecuencias.
Irresponsabilidad
Impulsividad
Distractibilidad
Asunción de riesgos
Perfeccionismo rígido (o
ausencia del mismo)
Psicoticismo
vs.
Lucidez
Amplia gama de conductas y cogniciones extrañas e
incongruentes, excéntricas o inusuales en relación a la
cultura del individuo.
Creencia y experiencias
inusuales
Excentricidad
Desregulación cognitiva y
perceptual
De este modo, en la sección III del manual del DSM-5 (APA, 2013a), queda establecido
el continuo dimensional entre la personalidad sana y la patológica, lo cual se evidencia en la
adopción del nuevo enfoque y en los polos presentados para cada uno de los dominios, los que
representan la versión patológica del modelo de los cinco grandes factores de la personalidad.
76
1.8.1. Evaluación de los trastornos de personalidad: PID-5
Hasta la edición de la versión actual del DSM, la evaluación de los TP se realizó
mediante el juicio clínico, el uso de algún instrumento que no se corresponde con una teoría
integradora de la personalidad y principalmente, mediante entrevistas como es el caso de la
Personality Disorder Examination -IPDE- (Loranger, 1995) o la entrevista clínica estructurada,
Structured Clinical Interview for DSM-III-R, Axis II -SCID-II- (First, Gibbon, Spitzer, Williams
& Benjamin, 1997; Spitzer, Williams & Gibbon, 1989) que fueron diseñadas expresamente con
el objetivo de evaluar los TP del Eje II en las versiones anteriores del DSM.
El grupo de trabajo de los TP del DSM, conformado por una cantidad considerable de
profesionales de la psicología y la psiquiatría, realizó una exhaustiva revisión de teorías e
investigaciones por más de 10 años hasta desarrollar la nueva versión del manual. Con esto, se
hizo evidente la necesidad de generar un instrumento que permita la evaluación de los TP y que
se encuentre diseñado como producto de una teoría consensuada y ampliamente estudiada. Es
por esto construyeron el Inventario para Trastornos de la Personalidad para el DSM-5 -
Personality Inventory for DSM, PID-5- (Krueger, Derringer, Markon, Watson & Skodol, 2012;
Krueger, Derringer, Markon, Watson & Skodol, 2013), siendo este la operacionalización del
enfoque dimensional de rasgos disfuncionales, presentado en la tercera sección del DSM-5 y
publicado para uso libre antes de la aparición del manual (Gutiérrez & Vilar, 2014). Se trata de
un inventario de autoinforme (en algunas publicaciones se lo titula con la sigla SRF que alude a
self report form) que evalúa los rasgos de personalidad patológica propuestos en el DSM-5.
También se han publicado dos versiones diferentes del instrumento, la versión corta -PID Short-
77
(Maples et al., 2015) con 100 ítems y la abreviada -PID BF- (APA, 2013c) con 25 ítems; y la
versión para informantes externos -IRF que refiere a informant report form- (Markon, Quilty,
Bagby & Krueger, 2013). Recientemente en Argentina, Góngora y Castro Solano, han estudiado
las propiedades psicométricas del PID-BF-, en una muestra de adultos (Castro Solano &
Góngora, 2017). El PID-5 constituye el único instrumento de autoinforme existente
explícitamente desarrollado para medir este modelo de rasgos patológicos (Maples et al., 2015).
La exploración inicial del PID-5 también mostró una estructura similar al modelo de
psicopatología del Personality Psychopathology Five -PSY-5- (Harkness & McNulty, 2007;
Harkness, McNulty & Ben Porath, 1995), motivo por el cual se seleccionó el PID-5 de entre los
otros que se encontraban en pugna, tal como lo afirman diferentes autores (Al Dajani et al.,
2015). Según estas autoras la identificación de la estructura pentafactorial en las 25 facetas del
PID-5 debe considerarse un hallazgo de importancia porque proporcionó evidencias empíricas
durante el proceso de discusión del DSM-5, siendo que algunos de los miembros del grupo de
trabajo bregaban por seguir sosteniendo el enfoque categorial, los cuales ante la evidencia,
debieron aceptar la relevancia del modelo de los cinco factores (Al Dajani et al., 2015; Krueger
& Markon, 2014).
En la Tabla 11 se presentan los dominios y facetas de las tres publicaciones del
inventario: a) el incluido en el DSM-5 (APA, 2013a); b) el generado por el grupo de trabajo del
manual disponible online por la Asociación de Psiquiatría Americana para su uso libre (APA,
2013b), y c) el publicado por sus autores (Krueger et al., 2012). Si se observa la misma, se puede
notar que si bien se utilizan los mismos cinco dominios –afecto negativo, desapego,
antagonismo, desinhibición, psicoticismo- no hay una concordancia exacta entre las facetas del
DSM y las de las dos publicaciones del PID-5. Esto se debe a las sucesivas depuraciones que se
78
realizaron mediante AF. Varias de las facetas presentes en el DSM no se encuentran en ninguna
de las dos versiones restantes. Los autores (Krueger et al., 2012) para la publicación previa a la
edición del manual, ya habían realizado una primera depuración del inventario mediante AF
exploratorio; sin embargo, dejan sin explicar el motivo por el que deciden incluir determinadas
facetas en un dominio y no en otro. Por ejemplo, en el dominio Afecto Negativo, la faceta
sumisión presenta una carga de .27 (inferior a la carga factorial mínima de .30 seleccionada
como criterio por los autores); Afecto restringido carga negativamente para este dominio con un
valor de .54 pero positivamente para el dominio Desapego con .48, pero deciden dejarlo en
Afecto Negativo. La faceta Perfeccionismo rígido presenta cargas tanto positivas como negativas
para todos los dominios, por lo que deciden no incluirla en ninguno de ellos. La faceta Depresión
presenta una carga factorial de .33 en el dominio Afecto Negativo, pero los autores deciden
incluirla en Desapego por presentar una carga superior (.46). A su vez, la faceta Toma de
Riesgos es incluida en el dominio Desinhibición con una carga de .31 pero presenta un valor de
.30 en Psicoticismo y -.28 en Desapego. El argumento esgrimido los autores es que algunas
facetas son más puras y otras se encuentran entre los dominios.
En el DSM-5 se mencionan 29 facetas distribuidas en los 5 dominios, algunas -
Depresión, Afecto Restringido y Hostilidad-, se repiten en más de uno de estos, pero tanto en la
versión online del instrumento como en la propuesta por los autores hay 25 reordenadas de
diferente modo (Krueger et al., 2012), y desaparecen las facetas repetidas (APA, 2013a).
En la versión publicada online por la APA (2013b), se ubican 15 facetas en los cinco
dominios y el resto las conservan para la evaluación completa del instrumento aunque no las
incluyen en ninguno de ellos (Krueger et al., 2012; Morey, Krueger & Skodol, 2013). Sólo las
facetas que componen el dominio Psicoticismo coinciden en las tres publicaciones. En síntesis, la
79
versión de Krueger et al., (2012) posee 25 facetas; la versión DSM-5 (APA, 2013a) presenta 29,
y la versión APA (2013b) de uso libre (utilizada para este trabajo y en las distintas adaptaciones
en otros países), contiene 15 facetas ubicadas en los cinco dominios y 10 restantes por fuera de
estos. De la versión de uso libre, para esta tesis, se utiliza la adaptación lingüística realizada por
Fernández Liporace y Castro Solano (2015b).
80
Tabla 11
Dominios y facetas presentadas en el DSM-5 y del PID-5 (APA, 2013a, b; Krueger, 2012). Dominios Afecto Negativo Desapego Antagonismo Desinhibición Psicoticismo
Facetas
20
12
20
13
a
20
13
b
20
12
20
13
a
20
13
b
20
12
20
13
a
20
13
b
20
12
20
13
a
20
13
b
20
12
20
13
a
20
13
b
Ansiedad X X X
Labilidad/inestabilidad
emocional
X X X
Hostilidad X X X
Perseveración X X
Afecto restringido X X X
Inseguridad de Separación X X X
Sumisión X X
Desconfianza X
Aislamiento X X
Anhedonia X X X
Tendencia/
Depresión
X X X
Evitación de la Intimidad X X X
Suspicacia X X
Evitación X
Búsqueda de atención X X
Insensibilidad X X
Engaño/Falsedad X X X
Grandiosidad X X X
Manipulación X X X
Distractibilidad X X X
Irresponsabilidad X X X
Impulsividad X X X
Asunción/Toma de riesgo X X
Perfeccionismo rígido X X
Creencias y experiencias
inusuales
X X X
Excentricidad X X X
Desregulación cognitiva y
perceptual
X x X
81
En la depuración del instrumento original realizada por los autores (Krueger et al., 2012),
las facetas fueron sintetizadas de un total de 37 iniciales, luego de un estudio en tres etapas
diferentes. En la primera la prueba contaba con 296 ítems y 37 facetas con al menos 8 elementos
cada una, trabajaron con una muestra de 762 sujetos de población de EEUU. Luego realizaron un
análisis factorial exploratorio -AFE- con los ocho elementos de cada faceta; como producto de
esto, los autores seleccionaron los ítems que mejor se ajustaban a un factor, seleccionando
aquellos con cargas superiores a .30. En la segunda etapa la prueba contaba con 231 elementos, a
los que sumaron 85 ítems nuevos, con el objetivo de que cada faceta cuente con al menos 10
elementos, mejorando de este modo la confiabilidad del instrumento. La muestra estuvo
comprendida por 366 sujetos, posteriormente sometieron los datos a otro AFE, igual al de la
etapa anterior. Los resultados volvieron a arrojar 37 facetas pero al realizar el AFE dentro de
cada dominio, los autores observaron que las mismas podrían resumirse en un conjunto
parsimonioso de 25 facetas finales. Se eliminaron los ítems con cargas inferiores a .50 en la
faceta a la que pertenecían y recortaron elementos en las facetas que contenían un número
elevado de los mismos. Así quedó conformado un instrumento con 220 ítems, para medir de
modo confiable 25 rasgos, con 4 a 14 elementos incluidos dentro de cada faceta. La tercera etapa
consistió en la puesta a prueba de las 25 facetas obtenidas en la etapa anterior. Para esto se
trabajó con una muestra representativa de 264 sujetos, que respondió a los 220 ítems del
inventario. Estudiaron la consistencia interna de cada faceta, la que arrojó puntuaciones alfa de
Cronbach de .72 a .96, levemente superiores a las obtenidas en la etapa 2, pero igualmente
satisfactorias. En cuanto al ajuste factorial de las facetas, el AFE arrojó soluciones de 3, 5 y 6
factores o dominios pues buscaron extraer la mayor cantidad posible; en virtud de esto los
valores de los primeros 5 fueron significativamente mayores. Los autores eligieron el AF
82
exploratorio y no el AF confirmatorio por considerarlo más apropiado pues argumentan que las
hipótesis fuertes a priori sobre la estructura de este tipo de escalas sería prematura y que los
modelos de AFC de estructura simple son poco realistas para datos de personalidad ya que
muchas variables de personalidad tienden a mostrar cargas cruzadas significativas. El valor de
corte elegido es de .30 (Krueger et al., 2012, 2013).
1.8.1.1. Evidencias de validez de constructo
Luego de la publicación del instrumento y de la propuesta realizada en el DSM-5 sobre la
necesidad de continuar investigando el modelo dimensional, gran cantidad de investigadores en
todo el mundo han realizado numerosos aportes. Varios estudios dan cuenta de adecuadas
propiedades psicométricas del PID-5, incluyendo una estructura de cinco factores replicable y la
convergencia con otros instrumentos de personalidad validados.
Para indagar la validez de constructo del instrumento, la mayoría de las investigaciones se
han enfocado en análisis factoriales exploratorios y unos pocos confirmatorios. Todos ellos han
logrado replicar el modelo pentafactorial de rasgos demostrando que el PID-5, es una adecuada
operacionalización de la vertiente patológica del modelo de los cinco factores de la personalidad
(H3). En los trabajos revisados, los pocos que han realizado AFC, lo han hecho mediante el
modelo mixto de ecuaciones estructurales ESEM, -exploratorio y confirmatorio-, replicando el
modelo y demostrando que el PID-5 es robusta operacionalización del continuo patológico del
modelo de los cinco factores de la personalidad (H2).
La elección del AFE como método de análisis es probable que se deba a que los
diferentes investigadores han decidido adoptar el argumento esgrimido por los autores del
83
instrumento. Los mismos sostienen que el AFE es más apropiado que el AFC debido a que este
último conlleva sostener hipótesis fuertes a priori, en escalas en las que no debe ser así pues
miden constructos complejos; también creen que los modelos de AFC de estructura simple son
poco realistas para datos de personalidad ya que muchas variables de personalidad tienden a
mostrar cargas cruzadas significativas (Krueger et al., 2012; Krueger et al., 2013).
En algunos casos como el de Anderson et al. (2015), mediante el uso del modelo de
ecuaciones estructurales, se han encontrado soluciones factoriales exploratorias de tres
componentes; sin embargo, los mismos autores optan por conservar la estructura de cinco
factores por considerarla más adecuada y parsimoniosa (Anderson et al., 2015). En unos pocos
estudios en los que los autores lograron soluciones factoriales diferentes, los mismos concluyen
en adoptar la de cinco componentes, por considerarla más adecuada y parsimoniosa (Anderson et
al., 2015), salvo los investigadores que sostienen el modelo HEXACO - conformado por seis
factores, -Honestidad, Emocionalidad, Extraversión, Cordialidad, Escrupulosidad y Apertura a la
Experiencia- (Ashton, Lee, de Vries, Hendrickse, & Born, 2012; Ashton et al., 2016). Crego y
Widiger (2016) con una muestra de adultos en tratamiento encontraron 6 factores conformados
por Depresión, Sumisión y Inseguridad de separación del PID-5, y por Sumisión e Inseguridad
interpersonal del CAT (Crego & Widiger, 2016). Por su parte Watson et al. (2013) mediante
AFE, encontraron dos soluciones factoriales de tres -igual que De Clerq et al. (2013)-, y cinco
componentes, eligiendo esta última como más adecuada. Van der Brocke y Simms (2014) en una
muestra pequeña de adultos mayores Holandeses, encontró soluciones de 4 y 5 factores.
Respecto de los autores que hallaron tres componentes se organizan del siguiente modo:
Desapego y Afecto Negativo como factores internalizantes y otro factor externalizante (Wright et
al., 2012b), que se descomponen posteriormente en cinco. Anderson et al. (2015) utilizando el
84
MMPI-2-RF y PID-5 encontraron tres, cinco y seis factores. Aquellos autores que han
confirmado el modelo de cinco factores informan una estructura jerárquica que se asemejaba a
estructuras de rasgos halladas previamente y obtenidas mediante AFE (Morey et al., 2013). Al
igual que con una investigación previa de Wright et al. (2012b), las diversas soluciones
estimadas en la jerarquía de los rasgos del DSM-5 se parecían a los modelos existentes de
trastornos mentales comunes y patología de la personalidad. Por último otros autores probaron la
unidimensionalidad de las facetas (Fosatti et al., 2013); Gutiérrez et al. (2017) en un estudio
recientemente publicado en España, considera que la evidencia en otros idiomas y en clínica es
limitada; el autor ha hallado que las facetas son unipolares, excepto toma de riesgos, por lo que
estarían mostrando en continuo entre el polo de la salud -polo inferior- y el patológico -polo
superior-.
Sin embargo, Gore et al. (2013) sostienen que todos los estudios de validación cruzada de
la estructura PID-5 hasta la fecha han utilizado AFE (Anderson et al., 2013; Ashton et al., 2012;
De Clerq et al., 2013; De Fruyt et al., 2013; Krueger et al., 2012; Thomas et al., 2012; Wright, et
al., 2012a; Wright et al., 2012b) y propone llevar adelante AFC. Los autores explican las
limitaciones de este tipo de estudios a menudo considerado inadecuado para las escalas de
personalidad porque incluye una suposición poco realista de estructura simple donde las escalas
no están relacionadas con ningún otro factor y es por esto que propone el modelo de ecuaciones
estructurales exploratorias, -ESEM- como alternativa (Hopwood & Donnellan, 2010; Marsh et
al., 2010): los autores que han elegido este procedimiento, también han confirmado el modelo
(Anderson et al., 2015; Bach et al., 2017; Bagby, Sellbom et al., 2014; Bastiaens et al., 2016;
Gore & Widiger, 2013); a su vez Markon, et al., (2013) confirma el modelo de los cinco factores
para la versión PID IRF.
85
En la Tabla 12 pueden observarse los investigadores que han analizado las evidencias de
validez de constructo del PID-5, ampliando la revisión de Al Dajani et al. (2015), en la que se
concluyó, como también puede observarse en la Tabla, que muchos de ellos se basan en muestras
compuestas por estudiantes.
86
Tabla 12
Análisis Factorial Exploratorio-AFE- y Confirmatorio-AFC- del PID-5.
Autor Población/País N AFE AFC/ESEM Resultados
Ashton et al. (2012)
Estudiantes Canadá
Población General
378
476
X Modelo Hexaco
6 y 7 Factores
Krueger et al. (2012) Población General
1
2
3
762
366
264
X
X
X
Confirma modelo
Thomas et al. (2012) Estudiantes 808 X Confirma modelo
Wright, et al. (2012a) Estudiantes 2461 X Confirma modelo
Wright et al. (2012b) Estudiantes 2461 X Confirma modelo
Anderson et al.
(2013)
Estudiantes 397 X Confirma modelo
De Clerq et al. (2013) Estudiantes
adolescentes
434 X Confirma modelo
3 y 4 Factores
De Fruyt et al. (2013) Estudiantes 240 X Confirma modelo
Fossati et al. (2013) Población general
1099 X Confirma modelo
Gore & Widiger
(2013)
Estudiantes 585 X
ESEM
Confirma modelo
Hopwood, Schade et
al. (2013)
Estudiantes 616 X Confirma modelo
Markon, et al. (2013) Diferentes muestras X Confirma modelo
Morey et al. (2013) Profesionales de la
salud mental
337 X Confirma modelo
Quilty et al. (2013) Pacientes psiquiátricos 201 X 5 factores
Watson et al. (2013) Pacientes psiquiátricos
Población general
202
335
X 3 y 5 factores
Wright et al. (2013b) Estudiantes 1653 X 3 y 5 factores
Bagby, Sellbom et al.
(2014)
Estudiantes
Pacientes psiquiátricos
1341
377
X
ESEM
3 factores
87
Tabla 12
Análisis Factorial Exploratorio-AFE- y Confirmatorio-AFC- del PID-5.
Autor Población/País N AFE AFC/ESEM Resultados
Griffin & Samuel
(2014)
Estudiantes 336 X 10 y 6 Factores, luego
eligen 5
Confirma modelo
Van der Brocke &
Simms (2014)
Adultos mayores 173 X Confirma modelo
4-5 factores
Wright & Simms
(2014)
Pacientes psiquiátricos 628 X Confirma modelo
Zimmerman et al.
(2014)
Estudiantes
Pacientes psiquiátricos
577
212
X Confirma modelo
Anderson et al.
(2015)
Pacientes psiquiátricos
346 X
ESEM
3 y 5 factores
Bo et al. (2015) Población General
1119 X Confirma modelo
Gutiérrez et al. (2015) Población General
Población clínica
1036
446
X Confirma modelo
Roskam et al. (2015) Población General
2532 X Confirma modelo
Suzuki et al. (2015) Población General
Estudiantes
1941
1830
ESEM Confirma modelo;
factorial por dominio
Bastiaens et al.
(2016a)
Población General
509 X ESEM Confirma modelo
Bastiaens et al.
(2016b)
Pacientes psiquiátricos
240 X Confirma modelo
Crego & Widiger
(2016)
Adultos en tratamiento 286 X 6 Factores
Thimm et al. (2016) Estudiantes 503
X Confirma modelo
Bach et al. (2017) Pacientes
Población General
598
598
X
ESEM
Confirma modelo
88
Como conclusión, puede observarse en la Tabla 12 el uso del AF como modo de poner a
prueba las teorías. El PID-5 posee una estructura jerárquica conformada por cinco dominios
robustos y 25 facetas unidimensionales.
1.8.1.2. Evidencias de validez de criterio
Al examinar el PID-5 en relación a instrumentos que evalúan otros modelos de
personalidad, como los ya mencionados HEXACO (Ashton et al., 2012; Ashton et al., 2016),
PSY-5 y el MMPI-2-RF (Anderson et al., 2013; Anderson et al., 2015; Sellbom et al., 2013), se
han hallado resultados satisfactorios: los autores afirman que dichos hallazgos convergen
principalmente con los rasgos dimensionales del PID-5 así como con los trastornos de la
personalidad de la sección III del DSM-5 (Sellbom et al., 2013); lo mismo han obtenido
Anderson et al. (2013) en referencia al PSY 5, en donde pudieron observar un patrón claro de
convergencia entre las escalas de este instrumento y su contraparte conceptual en el PID-5, según
lo esperado teóricamente; encontrando coincidencia entre los dominios de la patología que mide
el PSY 5 y los del PID-5.
Una gran cantidad de estudios en diversos países han obtenido evidencias de validez de
criterio. Algunos grupos de investigadores utilizaron pruebas que miden personalidad patológica,
como es el caso de Fossati et al. (2013), Hopwood et al. (2012) y Samuel et al. (2013)
comparando el PID-5 con el PDQ-4- (Hyler, 1994). Hopwood, Wright, et al. (2013) por su parte,
en una muestra de estudiantes, obtuvieron amplia convergencia entre los rasgos del PID-5 y el
Personality Assessment Inventory -PAI- (Morey, 1991, 2007; Ortiz-Tallo, Santamaría, Cardenal
89
& Sánchez, 2011), que podría organizarse en cinco dominios (Hopwood, Wright, et al., 2013).
Otros autores, utilizaron el MMPI-2-RF (Anderson et al., 2013); y el Dimensional Assessment of
Personality Pathology - Basic Questionnaire, -DAPP-BQ- de Livesley y Jackson (2009)
realizado por Bastiaens et al. (2016b). En este último estudio se encontraron varias asociaciones
significativas que vincularon los dominios del PID-5 con su equivalente teórico en el DAPP-BQ
(Livesley & Jackson, 2009); Desregulación Emocional correlacionó con todos los dominios del
PID-5, excepto con Antagonismo que presenta una asociación fuerte con la escala Disocial;
Afecto Negativo se encontró altamente correlacionado con Desregulación, mostrando el valor
más alto de todos los obtenidos; Desapego del PID-5 se asoció positivamente con Inhibición del
DAPP-BQ; Desinhibición -PID-5- se relacionó se modo positivo con las escalas Disocial y
Desregulación emocional y de modo negativo con Compulsividad del otro instrumento; por
último, el dominio Psicoticismo se correlacionó de modo significativo con Desregulación
Emocional y con Disocial.
Se han encontrado además, evidencias de este tipo de validez con el Computerized
Adaptive Test Personality Disorder, -CAT PD- (Simms et al.2011) y su versión abreviada -Static
Form-, -CAT-PD-SF-, (Simms, Goldberg, Watson, Roberts & Welte, 2013), ambos resultados
obtenidos en las investigaciones de Crego y Widiger (2016) y de Yalch y Hopwood (2016). Los
autores sostienen la convergencia entre el PID-5 y el CAT en sus dos versiones (Crego &
Widiger, 2016), mostrando que este nuevo instrumento mide en el mismo sentido que otras
pruebas ya validadas.
También se ha asociado el PID-5 con modelos de personalidad sana como el Five Factor
Model of Personality Disorder Scales -FFMPD- (Lynam, Loehr, Miller & Widiger, 2012);
recientemente Crego, Oltmanns y Widiger (2018), han realizado una exhaustiva revisión de este
90
instrumento y lo han comparado con el PID-5 y el CAT-PD. Los autores afirman que existe una
fuerte convergencia conceptual entre las escalas del PID-5 y el FFMPD. Thomas et al. (2012)
realizaron un estudio similar al de Wright et al. (2012b), con el Five-Factor Model Rating Form
-FFMRF- (Mullins-Sweatt, Jamerson, Samuel, Olson & Widiger, 2006) en los que ambos
hallaron las asociaciones esperadas, según el modelo teórico, es decir que los dominios del PID-5
se relacionaron con su contraparte del modelo de personalidad sana (Crego & Widiger, 2016;
Crego et al., 2018; Strickland et al., 2013; Thomas et al., 2013; Wright et al., 2012a,b). Dentro de
este tipo de estudios se destacan los efectuados con distintas versiones del NEO-PI (Ashton et
al., 2012; De Fruit et al., 2013; Few et al., 2013; Gore et al. 2013; Quilty et al., 2013; Wright &
Simms, 2014), con el BFI (Fowler et al., 2016; Watson et al., 2013); o con ambos NEO-PI y BFI
(Griffin & Samuel, 2014). Todos ellos han logrado replicar el modelo pentafactorial y asociar las
dimensiones de los instrumentos utilizados (H2). En el estudio realizado por Quilty et al. (2013)
los investigadores obtuvieron los resultados esperados en la comparación del PID-5 con el NEO-
PI; Neuroticismo, Extraversión, Afabilidad y Conciencia se asociaron de moderado a fuerte con
los dominios PID-5 correspondientes. Neuroticismo demostró mayor asociación con las facetas
Afectividad negativa, Ansiedad, Labilidad emocional e Inseguridad de separación, con la que se
vinculó de manera negativa. Extraversión también mostró relaciones negativas con Desapego,
Anhedonia, Evitación de la intimidad y Aislamiento, aunque con estas dos últimas un poco
menos marcada. Apertura a la experiencia demostró su asociación más fuerte aunque baja, .32,
con Toma de riesgos. Afabilidad se relacionó negativamente con Antagonismo, Engaño,
Grandiosidad y Manipulación y, Conciencia también de modo negativo con Desinhibición,
Distractibilidad, Impulsividad e Irresponsabilidad (Quilty et al., 2013) –H3-.
91
Otros investigadores han llevado adelante estudios para vincular las diferentes versiones
de las entrevistas SCID-II utilizadas como criterio, con el PID-5 (Few et al., 2013; Fowler et al.,
2016; Miller et al., 2013, Yam & Simms, 2014). Los resultados revelaron relaciones sólidas entre
los rasgos PID-5 y los criterios SCID. En todos los diagnósticos, los rasgos especificados en TP
generalmente se correlacionan moderadamente a fuertemente (Yam & Simms, 2014).
En cuanto a los estudios de validez discriminante, los mismos han demostrado que el
instrumento mide en el sentido contrario de pruebas que evalúan constructos disímiles (Yalch &
Hopwood, 2016). Por su parte Ashton et al. (2012, 2016), como se ha mencionado han realizado
estudios con el HEXACO, modelo de seis factores cuyos cinco primeros son coincidentes con
los cinco grandes (Ashton et al., 2012; Ashton et al., 2016). Bach et al. (2016) demostraron la
capacidad de las tres versiones del PID-5, BF y Short-, para discriminar entre pacientes
psiquiátricos o población clínica y población no clínica en un estudio realizado en Dinamarca,
hallando diferencias significativas entre ambas muestras para los dominios del PID-5. En
estudios con adolescentes se encontraron pocas evidencias de validez discriminante, lo que lleva
a suponer a los autores que los problemas del desarrollo pueden ser responsables de las
diferencias específicas, por lo que aconsejan continuar con los estudios en dicha población y
argumentan en favor de la aplicabilidad del instrumento (De Clerq et al., 2013).
Por otra parte, un tipo de validez poco estudiado y que busca establecer en qué grado una
nueva medida mejora la predicción realizada de un criterio a partir de un conjunto de medidas ya
dadas, es la validez incremental. Se encontró un solo estudio de este tipo realizado con pacientes
psiquiátricos en el que se utilizaron diversos instrumentos de medida como el BFI, el SCID I y
II, el WHODAS 2.0 entre otros, para explorar la asociación entre síntomas y el funcionamiento
de la personalidad. Los resultados indican que el dominio Neuroticismo se asocia con todas las
92
medidas de síntomas basales, proporcionando una mejor descripción en población clínica. Afecto
negativo, Desapego y Psicoticismo demostraron validez incremental en la predicción de síntomas
y la discapacidad medida con el WHODAS 2.0 (Fowler et al., 2016).
Finalmente, en el único estudio de validez predictiva hallado llevado a cabo por
investigadores de Italia (Fossati et al., 2016b), se ha correlacionado el PID-5 con la entrevista
Iowa Personality Disorder Screen -IPDS- (Langbehn et al., 1999) y con el Personality
Diagnostic Questionnaire-4+, -PDQ-4- (Hyler, 1994); los resultados indican que el PID-5
funciona mejor como medida predictiva general de la patología en comparación con el PDQ-4+,
tanto para los dominios como para las facetas, aunque con mínimas diferencias (Fossati et al.,
2016b).
1.8.1.3. Confiabilidad
En los primeros estudios de confiabilidad del PID-5, Krueger et al. (2012) con una
muestra de estudiantes de EEUU, obtuvieron valores de consistencia interna para los factores 1 a
5 (.89, .95, .97, .86, .93 respectivamente). Wright et al. (2012a) también con estudiantes de ese
país logró valores similares (.93, .93, .95, .92 y .89 para cada factor). Por su parte De Fruyt et al.
(2013) con una muestra de estudiantes flamencos informó los siguientes valores para cada factor:
.90, .94, .92, .89 y .96. Posteriormente la mayoría de los investigadores replicaron los estudios de
consistencia interna realizados por los autores del instrumento. Se hallaron dos trabajos en los
que se establecen estudios de confiabilidad diferentes a los mencionados, en los que estudiaron la
estabilidad temporal de la prueba mediante el estudio de test- retest con un intervalo de tiempo
de dos meses (Zimmermann et al., 2017), con resultados que demuestran la estabilidad de los
93
rasgos con valores de .66 a .86 -Mdn 5.78- para las facetas, y de .81 a .83 -Mdn 5.83-, para los
dominios (Suzuki et al., 2016; Zimmermann et al., 2017).
En la Tabla 13 aparecen detallados aquellos estudios que realizaron los análisis de la
consistencia interna a nivel de facetas, expresados en rangos. Todos los estudios obtuvieron
valores de alfa óptimos. Salvo algunas excepciones, la mayoría de las investigaciones han
hallado valores muy adecuados para la consistencia interna. Se mencionan los nombres de
dominios y facetas con los valores inferiores o superiores; salvo en los trabajos en los cuáles los
autores originales no informaron dicho detalle. En una nota al pie de tabla se especifican los
tipos de análisis.
94
Tabla 13
Estudios de confiabilidad del PID -5. Autor Consistencia interna
Dominio rango
Consistencia Interna
Faceta rango
Ashton et al.
(2012)a
.87 (Desinhibición) /.95 (Desapego,
Antagonismo y Psicoticismo)
.67 (Suspicacia) / .95 (Excentricidad)
Krueger et al.
(2012)
.84 (Desinhibición) .96 (Desapego y
Psicoticismo)
.72 (Grandiosidad) /.96 (Excentricidad)
Van den Broeck
(2012)b
- .46 (Suspicacia) /.93 (Excentricidad)
Wright et al.
(2012a)
- .72 -.96
Anderson et al.
(2013)
.89 (Desinhibición) /.94 (Antagonismo y
Psicoticismo)
.58 (Suspicacia) /.94 (Excentricidad)
De Clerq et al.
(2013)
- Alfas Superiores a .80 Para 16 de 25
Facetas.
Suspicacia .58 fue la más baja.
En 8 Facetas los coeficientes oscilaron
entre .68 y .79
De Fruyt et al.
(2013)
- 75 (Suspicacia) /.95 (Excentricidad)
Fossati et al.
(2013)c
.94 (Afecto Negativo y Desinhibición) /.96
(Antagonismo y Psicoticismo)
72 (Suspicacia) /.97 (Excentricidad)
Gore & Widiger
(2013)
- 71 (Suspicacia) / .94 (Excentricidad)
Hopwood, Schade,
et al. (2013)
- .69 /.95
Hopwood, Wright,
et al. (2013)
- > .70 En Todas
Miller et al. (2013) - .68 /.94
Quilty et al.
(2013)d
.75 (Desapego) /.87 (Psicoticismo) .72 (Suspicacia) /.96 (Depresión)
Samuel et al.
(2013)
- .72 (Suspicacia)/.96 (Depresión)
Sellbom et al.
(2013)
.88 (Desinhibición) /.95 (Psicoticismo) .71 (Irresponsabilidad) / .95 (Depresión)
Strickland et al.
(2013)
.92 (Afecto Negativo y Desinhibición) /.96
(Psicoticismo)
.71 (Grandiosidad) /.96 (Excentricidad)
95
Tabla 13
Estudios de confiabilidad del PID -5. Autor Consistencia interna
Dominio rango
Consistencia Interna
Faceta rango
Thomas et al.
(2013)
- .70 (Suspicacia) / .95 (Excentricidad)
Watson et al.
(2013)e
- .77 (Afecto Restringido) / .95
(Excentricidad)
Wright et al.
(2013b)
- .73 / .95
Griffin & Samuel
(2014)
- 68 (Suspicacia) / .95 (Excentricidad)
Wekamp et al.,
(2014)
- .68 (Anhedonia) /.96 (Excentricidad)
Wright & Simms
(2014)f
.90 (Desapego) /.95 (Psicoticismo) .76 (Grandiosidad) / .96 (Excentricidad)
Yam & Simms
(2014)
- .75 / .96
Zimmerman et al.
(2014)
- .73 (Manipulación) / .95 (Depresión)
Anderson et al.
(2015)
.92 (Antagonismo) /.95 (Psicoticismo) .75 (Suspicacia) / .95 (Excentricidad)
Bo et al. (2015) - 0.75 (Irresponsabilidad) / .95
(Excentricidad).
Dhillon & Bagby
(2015b)g
- 22 De Las 25 Facetas Presentan Alfas
Superiores A .80.
Gutiérrez et al.
(2015)
.88 a .95 .76 A .95 en muestra clínica y .65 a .93
en población general
Jopp & South
(2015)h
.89 (Desinhibición) /.96 (Psicoticismo) .58 (Evitación De La Intimidad) /.95
(Excentricidad)
Suzuki et al. (2015) - .68 /.96
Bastiaens et al.
(2016a)
.86 (Afecto Negativo) /.97 (Antagonismo) -
Crego et al.(2016) - .78 / .96
Gutiérrez et al.
(2017)
- .79 /.86
Nota: (modificada de Al Dajani, Gralnick & Bagby, 2015).
Se han utilizado coeficientes alfas de Cronbach para establecer la consistencia interna (CI) a menos que se
especifique lo contrario.
a. La CI refleja promedios calculados entre muestras tanto canadienses como holandesas.
b. La CI refleja promedios entre participantes mayores y menores.
c. La CI proviene de la versión traducida en italiano del PID-5.
d. La CI para los dominios PID-5 son estimaciones de omega de McDonald's y la consistencias interna para las
facetas son estimaciones del coeficiente alfa.
e. La CI refleja promedios entre las muestras de pacientes y la comunidad.
96
f. La CI refleja promedios entre las evaluaciones de Tiempo 1 y Tiempo 2. Las estimaciones de fiabilidad test-retest
son las estadísticas d de Cohen con un intervalo promedio de 1.44 años entre los dos puntos de evaluación.
g. Test re test con intervalo de una semana, mediante correlaciones de Pearson.
h. La CI proviene de promedios calculados entre las respuestas de marido y mujer.
Se han analizado hasta aquí, los estudios hallados que demuestran las propiedades
psicométricas del PID-5. Se puede afirmar que el instrumento ha demostrado su validez de
constructo mediante diversos análisis factoriales, en varios países (como se muestra en la Tabla a
continuación); así mismo se han obtenido evidencias de validez teórica, empírica -criterio,
predictiva, incremental-, y de confiabilidad mediante el análisis de la consistencia interna y dos
estudios de test re test. En la Tabla 14 se presentan los tipos de estudios de validez y
confiabilidad relevados por Al Dajani et al. hasta 2015 y trabajos posteriores. Se consigna en la
misma la descripción de la medida de comparación utilizada o el instrumento en aquellos casos
que corresponde, la muestra seleccionada, la media de edad de la población elegida y el sexo de
los participantes expresados en términos de porcentaje de mujeres (Al Dajani et al., 2015).
En cuanto a las investigaciones revisadas, es importante señalar que muchos de los
estudios se realizaron con estudiantes universitarios, varios de psicología (Ashton et al., 2012;
Anderson et al., 2103; Bagby et al., 2014; De Clerq et al., 2013; De Fruit et al., 2013; Dhillon &
Bagby, 2015; Gore et al. 2013; Griffin & Samuel, 2014; Hopwood, Thomas, Markon, Wright &
Krueger, 2012; Hopwood, Schade, Krueger, Wright & Markon, 2013; Hopwood et al. 2013;
Samuel, Hopwood, Krueger, Thomas & Ruggero, 2013; Strickland, Drislane, Lucy, Krueger &
Patrick, 2013; Suzuki, Samuel, Pahlen & Krueger, 2015; Suzuki, Griffin & Samuel, 2016;
Thimm, Jordan & Bach, 2016; Wright et al. 2012a; Wright, et al. 2012b; Wright et al. 2013a,b;
Wright et al. 2015; Yalch & Hopwood, 2016; Zimmermann et al. 2017); recibiendo varias
críticas por el uso de este tipo de muestras, como mencionan Al Dajani et al. (2015). Sin
97
embargo también se han efectuado estudios con población general (Bach, Maples-Keller, Bo &
Simonsen, 2016; Bagby et al., 2014; Bastiaens, Smits, De Hert, Vanwalleghem & Claes, 2016a;
Crego & Widiger, 2016; Fossati, Krueger, Markon, Borroni & Maffei, 2013; Gutiérrez et al.,
2017; Krueger et al., 2012; Miller, Gentile, Wilson & Campbell, 2013; Strickland et al., 2013;
Watson, Stasik, Ro & Clark, 2013; Suzuki et al., 2015); psiquiátrica (Anderson et al., 2015; Bach
et al., 2016; Bach, Sellbom & Simonsen, 2017; Bastiaens, 2016b; Few et al., 2013; Fossati,
Borroni, Somma, Markon & Krueger, 2016a; Fowler et al., 2016; Quilty, Ayearst, Chmielewski,
Pollock & Bagby, 2013; Watson et al., 2013; Wright & Simms, 2014; Yam & Simms, 2014); con
parejas de recién casados (Jopp & South, 2015); con profesionales de la salud (Morey, Krueger
& Skodol, 2013); y con adultos mayores (Van den Brocke, 2012; Van den Brocke & Simms,
2014). Los mismos se han llevado a cabo en diversos países como Canadá y Países Bajos
(Ashton et al., 2012a; Dhillon & Bagby, 2015; Quilty et al., 2013), España (Gutiérrez et al.
2015a), Francia (Roskam et al., 2015), Alemania (Zimmermann et al., 2014), Italia (Fossati et al.
2013; Fossati et al., 2016b), Dinamarca (Bach et al., 2016; Bach et al., 2017; Bo, Bach
Mortensen & Simonsen, 2015), Holanda (Ashton, de Vries & Lee, 2016; Van der Brocke &
Simms, 2014), Bélgica (De Clerq et al., 2013; De Fruit et al., 2013), Noruega (Thimm et al.,
2016) y EEUU (Anderson et al., 2103; Bagby et al., 2014; Crego & Widiger, 2016; Few et al.,
2013; Gore et al. 2013; Griffin & Samuel, 2014; Hopwood et al., 2012; Hopwood et al., 2013;
Krueger et al., 2012; Miller et al., 2013; Morey et al., 2013; Samuel et al., 2013; Sellbom,
Anderson & Bagby, 2013; Strickland et al., 2013; Suzuki et al., 2015; Suzuki et al., 2016;
Thomas et al., 2012; Watson et al., 2013; Wright, et al. 2012a,b; Wright et al. 2013a,b; Yalch &
Hopwood, 2016). En todos los estudios realizados en países diferentes de EEUU, se han
98
utilizando las versiones del PID-5, adaptadas localmente, demostrando cierta validez
intercultural (Bach et al., 2016; Zimmermann et al., 2014).
Tabla 14
Estudios que indagaron las propiedades psicométricas del PID-5 (modificado de Al Dajani et
al., 2015). Autor Tipo de estudio Medida de
comparación
Participantes N Sexo %
mujeres
Xedad
Ashton et al.
(2012)
Confiabilidad
Validez de constructo
HEXACO-PI-R
NEO-PI-3FH
Estudiantes
Canadá
Población
General
Países Bajos
378
476
55
50
20.40
51.50
Hopwood, et al.
(2012)
Validez de criterio PDQ-4+ Estudiantes
EEUU
808 71 19.92
Krueger et al.
(2012)
Confiabilidad
Validez de constructo
- Población
General
1
2
3
EEUU
762
366
264
- -
Thomas et al.
(2012)
Validez de constructo - Estudiantes
EEUU
808 70,76 19.94
Wright et al.
(2012a)
Confiabilidad
Validez de constructo
Validez de criterio
IIP-SC Estudiantes
EEUU
2461 67 19.19
Wright et al.
(2012b)
Validez de constructo
- Estudiantes
EEUU
2461 67 19.19
Anderson et al.
(2013)
Validez de constructo
Validez convergente
PSY 5
MMPI-2-RF
Estudiantes
EEUU
397 48 19,54
De Clerq et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de constructo
Validez discriminante
Estudiantes
adolescentes
Bélgica
434 44.7 14
De Fruyt et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de constructo
NEO-PI-3R Estudiantes
Bélgica
240 85 19.78
99
Tabla 14
Estudios que indagaron las propiedades psicométricas del PID-5 (modificado de Al Dajani et
al., 2015). Autor Tipo de estudio Medida de
comparación
Participantes N Sexo %
mujeres
Xedad
Few et al. (2013) Confiabilidad
Validez de criterio
LPFS
NEO-PI-R
SCID-II
Pacientes
psiquiátricos
EEUU
109 71 35.90
Fossati et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de constructo
Validez de criterio
PDQ-4+
Población
General
Italia
1099 61.30 40.30
Gore & Widiger
(2013)
Confiabilidad
Validez de constructo
NEO-PI-R Estudiantes
EEUU
585 67 19.23
Hopwood,
Schade, et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de constructo
Validez de criterio
Estudiantes
EEUU
616 58 20.14
Hopwood,
Wright, et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de criterio
PAI Estudiantes
EEUU
1001 72 19.63
Miller et al.
(2013)
Validez de criterio SCID-II/PQ Población
General
EEUU
306 43 29.70
Morey et al.
(2013)
Validez de constructo Profesionales
de la salud
EEUU
337 - -
Quilty et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de constructo
Validez discriminante
NEO-PI-R
Pacientes
psiquiátricos
Canadá
201 49.25 41.37
Samuel et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de criterio
PDQ-4+ Estudiantes
Estudiantes
EEUU
808
-
71
74
19.92
20.70
Sellbom et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de criterio
MMPI-2-RF Estudiantes
EEUU
820 55.73 -
Strickland et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de criterio
Estudiantes
Población
General
EEUU
49
188
48.98
52.13
18.90
22.90
100
Tabla 14
Estudios que indagaron las propiedades psicométricas del PID-5 (modificado de Al Dajani et
al., 2015). Autor Tipo de estudio Medida de
comparación
Participantes N Sexo %
mujeres
Xedad
Watson et al.
(2013)
Confiabilidad
Validez de constructo
BFI
Pacientes
psiquiátricos
Población
General
EEUU
202
335
58.40
68.10
43.50
36.60
Wright et al.
(2013b)
Confiabilidad
Validez de constructo
Validez de criterio
Estudiantes
EEUU
1653 66 18.84
Bagby et al.
(2014)
Validez de constructo PSY-5 Estudiantes
Pacientes
psiquiátricos
EEUU
1341
377
64.88
51.46
20.24
42.20
Griffin & Samuel
(2014)
Confiabilidad
Validez de constructo
NEO-PI-R
BFI
Estudiantes
EEUU
336 60 19.40
Van der Brocke
& Simms (2014)
Validez de constructo Adultos
mayores
Holanda
173 60.70 72.72
Wright & Simms
(2014)
Confiabilidad
Validez de constructo
CAT-PD-SF
NEO-PI-·FH
Pacientes
psiquiátricos
EEUU
628 64 43.20
Yam & Simms
(2014)
Confiabilidad
Validez de criterio
SCID-II/PQ
Pacientes
psiquiátricos
EEUU
454 65 42
Zimmerman et al.
(2014)
Confiabilidad
Validez de constructo
Validez de criterio
Estudiantes
Pacientes
psiquiátricos
Alemania
577
212
83.90
66.50
25.60
36.20
Anderson et al.
(2015)
Confiabilidad
Validez de constructo
Validez de criterio
MMPI-2RF
PSY 5
Pacientes
psiquiátricos
Canadá
346 19.30 38.94
Bo et al. (2015) Confiabilidad
Validez de constructo
- Población
General
Dinamarca
1119 - -
Dhillon & Bagby
(2015)
Confiabilidad
- Estudiantes
Canadá
66 56.70 19.20
101
Tabla 14
Estudios que indagaron las propiedades psicométricas del PID-5 (modificado de Al Dajani et
al., 2015). Autor Tipo de estudio Medida de
comparación
Participantes N Sexo %
mujeres
Xedad
Gutiérrez et al.
(2015)
Confiabilidad
Validez de constructo
-
Población
General
Población
clínica
España
1036
446
67.3 37.5
Jopp & South
(2015)
Confiabilidad
Validez de criterio
Parejas de
recién casados
EEUU
94 50 25.7
a
26.6
Roskam et al.
(2015)
Validez de constructo Población
General
Francia
2532 - -
Suzuki et al.
(2015)
Confiabilidad
Validez de constructo
Población
General
Estudiantes
EEUU
1941
1830
66.40
44.40
Wright et al.
(2015)
Confiabilidad
Validez de criterio
Pacientes
psiquiátricos
EEUU
93 61 42.70
Ashton et al.
(2016)
Confiabilidad
Validez de constructo
Validez convergente
HEXACO Población
general
Informe de
observación
Holanda
217
217
42.9 46.8
Bach et al. (2016) Confiabilidad
Validez de constructo
Validez de criterio
Validez discriminante
PID 5 Brief
PID 5 Short
Población
General
pacientes
psiquiátricos
Dinamarca
925
451
81
77
29
35
Bastiaens et al.
(2016a)
Confiabilidad
Validez de constructo
- Población
General
Bélgica
509 54.4 46.49
Bastiaens et al.
(2016b)
Validez de constructo
Validez convergente
Validez discriminante
DAPPBQ Pacientes
psiquiátricos
Bélgica
240 48.3 33
Crego et
al.(2016)
Confiabilidad
Validez convergente
Validez discriminante
CAT-PD-SF
FFMPD
Población
General
EEUU
286 66.43 37.5
Fossati et al.
(2016a)
Validez de criterio IPDS Pacientes
Italia
312 64.8 35.49
102
Tabla 14
Estudios que indagaron las propiedades psicométricas del PID-5 (modificado de Al Dajani et
al., 2015). Autor Tipo de estudio Medida de
comparación
Participantes N Sexo %
mujeres
Xedad
Fossati et al.
(2016b)
Validez de predictiva IPDS
PDQ-4+
Población
General
Italia
300 - -
Fowler et al.
(2016)
Validez incremental SCID-II
BFI
WHODAS 2.0
Pacientes
psiquiátricos
EEUU
927 52 35.26
Suzuki et al.
(2016)
Confiabilidad test re
test
Estudiantes
EEUU
336
T1
275
T2
59.8
-
19.4
-
Thimm et al.
(2016)
Confiabilidad
Validez de constructo
-
Estudiantes
Noruega
503
76 25.4
Yalch et al.
(2016)
Validez convergente
Validez discriminante
Validez de criterio
CAT-PD
Estudiantes
EEUU
1116
72 20
Bach et al.(2017) Validez de constructo - Pacientes
Población
General
Dinamarca
598
598
81
81
28.95
29.59
Gutiérrez et al.
(2017)
Confiabilidad
Validez de constructo
-
Población
General
Población
clínica
España
1036
446
57.6
67.3
41.1
37.5
Zimmermann et
al. (2017)
Confiabilidad test re
test
- Estudiantes
Alemania
611 - -
Nota: Todos los estudios de confiabilidad se refieren a consistencia interna, salvo que se señale lo contrario.
Si bien se han hallado diferencias según variables sociodemográficas de acuerdo a la
clasificación del DSM-IV-TR para los TP (APA, 2000) y según el modelo de los cinco factores
(De la Iglesia & Freiberg, 2014), la investigación sobre el nuevo modelo dimensional es
incipiente. En relación con el análisis de variables sociodemográficas utilizando el PID-5 (H4),
103
de los estudios revisados, Bastiaens et al. (2016b) demostraron que el género mostró un fuerte
efecto sobre el dominio Afecto Negativo, con mujeres que obtienen puntajes significativamente
más altos que los hombres y un efecto medio en Antagonismo, con hombres que obtienen
puntajes significativamente más altos que mujeres. Además, el género también mostró un
tamaño del efecto pequeño en Desinhibición con mujeres con puntajes significativamente más
altos que los hombres. No se encontraron diferencias de género para el resto de los dominios del
PID-5. En cuanto a la edad, se encontró una relación negativa significativa con Antagonismo,
Desinhibición y Psicoticismo. El número de años de educación se relacionó de manera negativa
y significativa con Desinhibición (Bastiaens et al., 2016b).
104
Capítulo 2. Planteo del Problema
La personalidad es el estudio sistemático de las diferencias individuales en tanto patrones
de comportamiento, emociones y pensamientos que los seres humanos poseen (Castro Solano,
2015). Tradicionalmente la aproximación al estudio de la personalidad permaneció disociada del
abordaje de la psicopatología, si bien esta ha sido objeto de estudio durante largo tiempo. Recién
en 1980 con la publicación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, en
su tercera edición (DSM III; American Psychiatric Association, 1980) se comienza a utilizar el
concepto de Trastornos de la Personalidad (TP), con su inclusión en las nosologías
internacionales y en el Eje II de dicho manual, inexistente hasta ese momento, estableciendo
criterios específicos y diferenciales en el marco de un enfoque categorial (Castro Solano, 2015).
Este enfoque, adoptado por la Psicología y la Psiquiatría hacia finales del siglo XIX y principios
del XX, considera la personalidad como una entidad discreta y estática. Los TP son entidades
patológicas delimitadas entre sí; cada trastorno constituye una categoría diagnóstica y se sustenta
en alteraciones específicas: implica tener o no tener dicho trastorno.
Sin embargo, el enfoque categorial ha sido objeto de numerosas críticas tales como: la
validez de la mayoría de los diagnósticos y los clúster A, B y C del DSM no ha sido establecida
empíricamente; el juicio categorial no se basa en la evidencia científica sino en la tradición
psiquiátrica; el solapamiento de los criterios de diversas categorías y trastornos del Eje I; la baja
fiabilidad temporal y entre evaluadores, y la escasa utilidad para la intervención terapéutica
(Esbec & Echeburúa, 2011; Gutiérrez & Vilar, 2014; Livesley, 2005). Respecto de la evaluación
psicológica y la escasa validez diagnóstica, el problema radica en que dicho abordaje se basa en
la entrevista clínica del Eje II, mientras que la mayoría de las personas que presentan un TP se
105
resisten a ser evaluadas y por consiguiente, sus respuestas deben ser tomadas con cautela, pues
pueden presentar distorsiones (Fernández Liporace, 2015a).
En la actualidad numerosas investigaciones permiten pensar que la perturbación de la
personalidad puede conceptualizarse de un modo dimensional. Este acercamiento tiene diversas
ventajas: es más acorde a la complejidad de los síndromes observados en la práctica, es sólido
con la observación de límites difusos entre los trastornos y la normalidad, permite análisis más
detallados de las características de los pacientes, facilita la comprensión de áreas de intervención
concretas, mejora la fiabilidad de la evaluación y la comorbilidad deja de ser un inconveniente,
puesto que se puede definir a un sujeto en función de sus características combinadas de rasgos, y
no de categorías (Esbec & Echeburúa, 2011).
Con la revisión del DSM-5 (American Psychiatric Association, 2013, 2014, 2015) se
decidió un modelo categorial en la sección II, y un enfoque híbrido categórico-dimensional en la
sección III, el cual se plantea como una alternativa a investigarse de cara a futuras ediciones del
manual (Esbec & Echeburúa, 2014, 2015; Stover,2015). El modelo incluye un conjunto de
rasgos o facetas y dominios de la personalidad que en combinación con el nivel de deterioro en
el funcionamiento, se configuran para categorizar los seis TP propuestos, siendo más flexible,
específico y prestando mayor atención al nivel de gravedad (Esbec & Echeburúa, 2014).
El modelo dimensional mencionado se propuso como la versión patológica del enfoque
de los cinco factores de Costa y McCrae (1985), que propone la evaluación de la personalidad
mediante cinco rasgos -neuroticismo, extraversión, apertura a la experiencia, afabilidad y
responsabilidad-, y que cuenta una extensa verificación empírica (De la Iglesia & Freiberg,
2014). De este modo, en el DSM-5 se plantean 25 rasgos que se agrupan en cinco grandes
dominios (Gore &Widiger, 2013): a) El Afecto negativo se define como experiencias intensas de
106
varias emociones negativas, correspondiéndose con la versión patológica del Neuroticismo; b) El
Desapego involucra la evitación de la experiencia socioemocional y la restricción en la
experiencia y la expresión de afectos. Se constituye como el opuesto de la Extraversión; c) El
Antagonismo se caracteriza por comportamientos destinados a obtener ventajas de otras
personas, desconociendo los sentimientos ajenos, compone la versión patológica de la
Afabilidad; d) La Desinhibición implica comportamientos impulsivos de riesgo, se trata de la
vertiente desadaptativa de la Responsabilidad; e) El Psicoticismo incluye comportamientos y
cogniciones excéntricas o inusuales en la cultura del sujeto, se constituye en el polo opuesto de
Apertura a la experiencia. Para evaluar dicho modelo, se diseñó el PID-5, del cual se liberó su
licencia para que puedan efectuarse investigaciones sobre la clasificación pentafactorial.
En resumen, la perspectiva actual de los TP aparece en la sección II del DSM-5 y en la III
se plasma un modelo alternativo; ambos reflejan la intención de los miembros del Consejo
Asesor de la APA de preservar una continuidad con la práctica clínica actual, al tiempo que se
introduce un nuevo enfoque para enfrentar las deficiencias del modelo vigente; la puesta a
prueba de los dichos modelos y la producción de investigaciones contribuirán en la decisión de
cuál de ellos es el más adecuado y útil y a su vez, el desarrollo de nuevos instrumentos de
medición; este es el aporte que se intenta realizar en este trabajo.
Ante lo expuesto, el propósito del presente trabajo es doble; por un lado pretende
examinar el modelo dimensional de rasgos disfuncionales de la personalidad propuesto en la
sección III del DSM-5, en población adulta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del
Conurbano Bonaerense, verificando su relación con el modelo de los cinco factores mencionado.
Por el otro, establecer las propiedades psicométricas en población general del instrumento
utilizado, PID-5 e indagar las diferencias individuales en la personalidad normal y la
107
personalidad con rasgos disfuncionales, según variables sociodemográficas -sexo, edad, nivel de
escolaridad y asistencia o no a psicoterapia. Estos objetivos, buscan brindar información sobre
temáticas de suma importancia en nuestro medio, por contar con escasas investigaciones al
respecto.
108
SECCIÓN EMPÍRICA
109
Capítulo 3. Objetivos e Hipótesis
3.1. Objetivo general
Examinar en población adulta local el modelo dimensional de rasgos disfuncionales de la
personalidad, propuesto en la sección III del DSM-5, mediante la adaptación del PID-5.
3.2. Objetivos específicos
1. Establecer las propiedades psicométricas en población general del PID-5 (consistencia
interna, evidencias de validez de constructo y concurrente).
2. Corroborar la estructura factorial del modelo dimensional de rasgos disfuncionales de
personalidad propuesto por la nueva clasificación del DSM-5, en población local.
3 Examinar la relación del modelo dimensional con el modelo de los cinco factores.
4. Establecer diferencias individuales entre la personalidad con rasgos patológicos y la
personalidad normal según variables sociodemográficas -sexo, edad, nivel educativo y asistencia
a psicoterapia.
3.3. Hipótesis
Objetivo 1: No se formulan hipótesis por tratarse de un objetivo de adaptación.
Objetivo 2: Se corroborará un adecuado ajuste de la estructura pentafactorial del modelo
dimensional de rasgos disfuncionales (H2).
110
Objetivo 3: Se corroborará la relación entre los cinco dominios propuestos en el PID-5 y
su correspondiente versión en los cinco factores del BFI (H3).
Objetivo 4: Se obtendrán diferencias estadísticamente significativas según variables
sociodemográficas -sexo, edad, nivel de escolaridad y asistencia a psicoterapia (H4).
111
Capítulo 4. Método
4.1. Diseño
Se realizó un diseño no experimental, de corte transversal. El tipo de estudio es
correlacional -de diferencias entre grupos, -explicativo. Los participantes fueron seleccionados
mediante muestreo intencional simple.
4.2. Instrumentos de recolección de datos y variables relevadas
Los instrumentos utilizados así como el consentimiento informado, se encuentran en los
ANEXOS A y B, respectivamente.
4.2.1. Encuesta sociodemográfica
Se construyó una encuesta sociodemográfica que indagó diversas variables
sociodemográficas de los participantes: sexo, edad, lugar de nacimiento, estado civil, cantidad de
hijos, grupo de convivencia, nivel educativo, nivel socioeconómico, asistencia a psicoterapia. En
la Tabla 15 se presentan las variables mencionadas, su definición, el nivel de medición y las
categorías que la componen.
112
Tabla 15
Encuesta sociodemográficas. Variables incluidas.
Variable Definición Nivel de
medición
Categorías
Sexo Sexo informado Nominal Masculino/Femenino
Edad Edad en años Cuantitativa -
Lugar de nacimiento Lugar donde nació Nominal CABA
Gran Bs. As.
Interior
Exterior
Estado civil Estado civil Nominal Soltero
Casado/en convivencia
Separado/divorciado
Viudo
Hijos Cantidad de hijos Nominal Si
No
Grupo de convivencia Grupo de personas con las que
convive
Nominal Familia de origen
Familia propia
Solo
Mismo grupo etáreo
Otro
Nivel educativo Mayor nivel educativo alcanzado Nominal
ordenada
Primario incompleto
Primario completo
Secundario incompleto
Secundario completo
Terciario incompleto
Terciario completo
Universitario
incompleto
Universitario completo
Nivel socioeconómico Nivel socio-económico percibido Ordinal Bajo
Medio bajo
Medio
Medio alto
Alto
Asistencia a
Psicoterapia
Nominal Nunca
En el pasado
Actualmente
113
4.2.2. Inventario para Trastornos de la Personalidad para el DSM-5, PID-5
El Inventario para Trastornos de la Personalidad para el DSM-5 -Personality Inventory
for DSM; PID-5- (Krueger et al., 2012; Krueger et al. 2013) se diseñó para evaluar cinco
principales dominios o rasgos de personalidad dominante: Afecto Negativo, Desapego,
Antagonismo, Desinhibición, Psicoticismo. A su vez analiza los 25 rasgos de personalidad
disfuncionales propuestos en la sección III del DSM-5 (APA, 2013a). Los rasgos incluidos son:
Anhedonia, Ansiedad, Búsqueda de atención, Insensibilidad, Engaño, Depresión,
Distractibilidad, Excentricidad, Labilidad emocional, Grandiosidad, Hostilidad, Impulsividad,
Evitación de la Intimidad, Irresponsabilidad, Manipulación, Desregulación Perceptual y
Cognitiva, Perseveración, Afectividad restringida, Perfeccionismo, Toma de Riesgos,
Inseguridad de separación, Sumisión, Recelo, Creencias y Experiencias Inusuales, Aislamiento.
Es autoadministrable y se encuentra conformado por 220 proposiciones afirmativas que
se responden mediante una escala de tipo likert de cuatro posiciones: 0 = Muy Falso o a menudo
falso, 1= A veces o algo falso, 2 = A veces o algo verdadero y, 3 = Muy cierto o a menudo
verdadero.
En cuanto a la fiabilidad en población adulta, la consistencia interna mediante alfa de
Cronbach se encuentra en valores que van desde .84 a .96 para los dominios, y de .72 a .96 para
los rasgos o facetas (Krueger et al., 2012). En Argentina se realizó la adaptación lingüística y
conceptual recientemente (Fernández Liporace & Castro Solano, 2015b). No cuenta con estudios
de validez ni de confiabilidad locales.
En la Tabla 16 se muestran los rasgos o facetas y su definición. A diferencia de la Tabla
15 en la que se añadieron las columnas de nivel de medición y categorías, en las siguientes no se
incluye debido a que todas las variables son cuantitativas.
114
Tabla 16
Variables a medir con el PID-5. Rasgos o facetas.
Rasgos o facetas
Definición
Anhedonia Dificultad para experimentar placer e interesarse por las cosas.
Ansiedad Sentimientos de nerviosismo, tensión o pánico como reacción a diversas
situaciones; miedo ante la incertidumbre, esperando que suceda lo peor.
Búsqueda de Atención Desarrollar conductas buscando ser el foco de atención y admiración de los
demás.
Insensibilidad Falta de preocupación por los sentimientos o los problemas de otros, falta de
culpa o remordimiento por los efectos negativos o perjudiciales de las
acciones propias sobre los demás.
Engaño Deshonestidad y fraudulencia; distorsión del sí mismo; embellecimiento o
invenciones al relatar eventos.
Depresión Sentimientos de ser miserable o de desesperanza; dificultad para recuperarse
de tales estados de ánimo; pesimismo sobre el futuro; vergüenza y/o culpa
generalizadas; sentimientos de baja autoestima; pensamientos y
comportamientos suicidas.
Distractibilidad Dificultad para concentrarse; desvío de la atención por estímulos externos;
dificultad para mantener el comportamiento focalizado en metas, incluyendo
la planificación y la realización de las tareas.
Excentricidad Comportamiento, apariencia y/o discurso raro, inusual o bizarro;
pensamientos extraños o impredecibles.
Labilidad Emocional Las emociones aparecen con facilidad y resultan intensas y/o fuera de
proporción en relación con los eventos y circunstancias.
Grandiosidad Creer que uno es superior a los demás y merece tratamiento especial;
egocentrismo.
Hostilidad Sentimientos de ira frecuentes o persistentes; ira o irritabilidad en respuesta a
desaires e insultos menores; comportamiento desagradable o vengativo.
Impulsividad Acciones como respuesta inmediata a estímulos externos, sin un plan o
consideración de resultados.
Evitación de la Intimidad Evitación de relaciones cercanas o románticas, lazos interpersonales y
relaciones sexuales íntimas.
Irresponsabilidad Incumplimiento de obligaciones y compromisos, de acuerdos y promesas;
descuido de las propiedades de los demás.
Manipulación Uso de la seducción, encanto, labia o adulación para conseguir fines propios,
controlando a los demás.
115
Tabla 16
Variables a medir con el PID-5. Rasgos o facetas.
Rasgos o facetas
Definición
Desregulación Perceptual
y cognitiva
Procesos de pensamiento y experiencias inusuales, que incluyen
desrealización, despersonalización y experiencias disociativas; experiencias
mixtas de estados de sueño y vigilia; experiencias de control de pensamiento.
Perseveración Persistencia en las tareas o en una forma particular de hacer las cosas, aún
después de que el comportamiento ha dejado de ser funcional o efectivo.
Afectividad Restringida Poca reacción a situaciones de carga emocional; indiferencia y frialdad en
situaciones normalmente participativas.
Perfeccionismo Insistencia rígida por que las cosas sucedan de un modo preciso, sin errores
ni fallas, incluyendo el rendimiento propio y de los otros. Creencia de que
sólo hay un modo de hacer las cosas, dificultad para cambiar de ideas;
preocupación por los detalles, el orden y la organización.
Inseguridad/separación Temor a la soledad debido al rechazo o separación de otros significativos,
basado en una falta de confianza en la propia capacidad para cuidar de sí
mismo, tanto física como emocionalmente.
Sumisión Adaptación de la conducta a los intereses o deseos reales o percibidos de
otros, aunque hacerlo sea la antítesis de los deseos, necesidades e intereses
propios.
Recelo Expectativas y sensibilidad a los signos interpersonales de malas intenciones
o daño; dudas sobre la lealtad y fidelidad de los demás; sentimientos de ser
maltratado, utilizado y/o perseguido por otros.
Creencias y Experiencias
inusuales
Creencia sobre poseer habilidades inusuales como la lectura de mente.
Experiencias inusuales similares a las alucinaciones.
Aislamiento Preferencia a estar solo; reticencia a situaciones sociales; falta de iniciativa
para el contacto social.
116
En la Tabla 17 se observan los cinco rasgos de personalidad dominantes con las facetas
que los conforman.
Tabla 17
Variables a medir con el PID-5. Rasgos principales de personalidad dominante.
Rasgos de personalidad
dominante
Facetas que la componen
Afecto Negativo Labilidad emocional, Ansiedad, Inseguridad/ separación
Desapego Aislamiento, Anhedonia, Evitación de la intimidad
Antagonismo Manipulación, Engaño, Grandiosidad
Desinhibición Irresponsabilidad, Impulsividad, Distractibilidad
Psicoticismo Creencias y experiencias inusuales, Excentricidad, Desregulación
perceptiva
Como ya se mencionó en el apartado 1.8., de todas las facetas propuestas, solo 15 de ellas
forman parte de alguno de los dominios del PID-5. Las facetas que quedan por fuera son:
Búsqueda de atención, Insensibilidad, Depresión, Hostilidad, Perseveración, Afectividad
restringida, Perfeccionismo, Toma de riesgos, Sumisión y Recelo.
4.2.3. Big Five Inventory -BFI
El Big Five Inventory (BFI; John, 1990; Castro Solano, 2005; Castro Solano & Casullo,
2001) es un inventario autoadministrable, que evalúa los cinco grandes rasgos de la personalidad:
Neuroticismo, Extraversión, Apertura a la Experiencia, Afabilidad Y Responsabilidad. Posee 44
proposiciones en las que el evaluado debe brindar una respuesta según como se percibe a sí
117
mismo; para esto cuenta con una escala likert de 5 posiciones: Muy en Desacuerdo/En parte en
desacuerdo/Ni de acuerdo ni en desacuerdo/En parte de acuerdo/Muy de Acuerdo, con valores
que van de 1 a 5 puntos.
Existen adaptaciones locales para adolescentes, adultos y población militar (Castro
Solano, 2005; Castro Solano & Casullo, 2001), en las que se verificó una estructura factorial de
cinco componentes, como evidencia de validez de constructo. En cuanto a la fiabilidad en
población adulta argentina, la consistencia interna mediante alfa de Cronbach para cada una de
las escalas fue excelente, con valores entre .73 y .78.
En la Tabla 18 se muestran los rasgos de la personalidad, cuál es el constructo que se
propone medir y su nivel de medición.
Tabla 18
Variables a medir con el BFI.
Factor Definición
Neuroticismo Evalúa la inestabilidad emocional y la experiencia de malestar. Los que poseen este
rasgo se muestran ansiosos, preocupados, malhumorados, deprimidos, con posibles
trastornos del sueño y/o enfermedades psicosomáticas.
Extraversión Se refiere a la asertividad y el dinamismo. Los poseedores de este rasgo son personas
sociales, amantes de las fiestas y/o actividades sociales. Gustan de tener muchos
amigos, de hablar con otros, aman la aventura y el riesgo. Son también impulsivos
bromistas, afines a la variación y el cambio, despreocupados y agresivos.
Apertura a la
experiencia
Evalúa la presencia de valores no convencionales, amplitud de intereses relativos al
ambiente exterior y al mundo interno, apertura mental y vidas enriquecidas por la
experiencia. Sus intereses son predominantemente intelectuales y creativos, son
sensibles a la estética, se mueven en sentido contrario a lo rutinario pues necesitan
renovarse constantemente, son ocurrentes, imaginativos y poseen inventiva.
Afabilidad Describe a personas que se describen como altruistas, compasivas, confiadas, francas
y sensibles hacia los demás, que se caracterizan por ser generosos, brindar apoyo y
ser afectuosos.
Responsabilidad Implica la tendencia hacia el sentido del deber, el orden, el esmero, la organización,
la búsqueda de objetivos, la autodisciplina y la eficacia. Las personas poseedoras de
este rasgo son voluntariosas, escrupulosas, puntuales, fiables y capaces de controlar
sus impulsos.
118
4.2.4. WHODAS 2.0 - Cuestionario para la evaluación de la discapacidad
El WHODAS 2.0 -Cuestionario para la evaluación de la discapacidad- (Organización
Mundial de la Salud, 2010) es un instrumento que permite evaluar el grado de salud y de
discapacidad tanto en población general como clínica a través de seis dominios: Cognición
(comunicación y nivel de entendimiento), Movilidad Física (moverse en relación con el
ambiente), Cuidado Personal (atender a las necesidades de higiene personal, vestimenta, comida,
otras), Relaciones con otras Personas (grado en que se desenvuelven las personas con los demás),
Actividades de la vida diaria (responsabilidades domésticas, tiempo libre, trabajo, otras),
Participación (grado de participación en las actividades de la comunidad). También se analiza un
puntaje total constituido por la sumatoria de dichas dimensiones. Estos dominios informan del
grado de discapacidad y de funcionamiento de personas en tratamiento o de población general.
Se trata de un instrumento confiable y válido transculturalmente. Es una herramienta genérica
que no está diseñada para ser utilizada con algún trastorno psicológico o médico específico. Es
particularmente útil para monitorear el estado de salud y el impacto de los tratamientos médicos
o psicológicos.
Existen siete versiones diferentes de la WHODAS 2.0, que difieren en extensión y en el
modo de administración. La versión completa contiene 36 preguntas y la versión abreviada 12.
Las distintas versiones pueden ser administradas por un entrevistador, por la propia persona o
por un representante (es decir, un miembro de la familia, un amigo o un cuidador). La versión de
12 preguntas de WHODAS 2.0 es útil para evaluaciones cortas del funcionamiento general en
encuestas o estudios sobre la evolución de la salud, en situaciones en las cuales los límites de
tiempo no permiten la aplicación de la versión más extensa (OMS, 2010). Dicha forma de 12
119
ítems es la utilizada para este estudio. El evaluado debe contestar si ha podido cumplir con
determinadas tareas en los últimos 30 días o si su condición de salud (en el caso de que tuviera
alguna sintomatología) le ha afectado en alguna medida. Los reactivos poseen opción de
respuesta de escalamiento likert: 1= ninguna, 2 = leve, 3 = moderada, 4 = severa y, 5 = extrema
o no puede hacerlo. En este trabajo se analizará el puntaje total de esta versión, cuyo nivel de
medición es cuantitativo.
La consistencia interna estimada mediante alfa de Cronbach fue de .97 para la población
general. La versión elegida posee estudios que probaron la sensibilidad en respuesta a la eficacia
de los tratamientos en diferentes ámbitos clínicos y de salud en todo el mundo.
Para obtener evidencias de validez se realizaron diversos análisis factoriales. En la
versión de 36 ítems, mediante análisis exploratorios se obtuvieron 6 factores dimensionales que
saturaban en un único factor general de discapacidad. Luego, el análisis factorial confirmatorio
demostró una fuerte asociación entre los ítems y los 6 dominios, y entre los dominios y el factor
general de discapacidad. Esta información indica que es posible obtener e interpretar las
puntuaciones correspondientes a cada dominio y una puntuación global. Asimismo se realizaron
estudios que probaron la sensibilidad de la WHODAS 2.0 en respuesta a la eficacia de los
tratamientos en diferentes ámbitos clínicos y de salud en todo el mundo. Los tamaños del efecto
obtenidos en dichos estudios varían en el rango de .46 (adultos depresivos gerontes en Gran
Bretaña) a 1.38 (pacientes con esquizofrenia en China) (OMS, 2010).
Se encuentran disponibles normas de la población general obtenida con sujetos de 10
países, para ambas versiones. No existen normas en español para este instrumento. Se cuenta con
algunas normas desarrolladas en otros países. La OMS recomienda utilizar en los ámbitos
clínicos las puntuaciones brutas (suma de puntuaciones) y establecer la cantidad de ítems que los
120
pacientes marcaron con valor 4 y 5 (moderado y severo) para darse una idea de su grado de
discapacidad (OMS, 2010).
4.2.5. Inventario de Chequeo de Síntomas -SCL-90-R
El Inventario de Chequeo de Síntomas -SCL-90-R- (Casullo, 2004; Casullo & Pérez,
1998; Casullo & Pérez, 2008; Derogatis, 1977, 1983, 1994; Derogatis & Cleary, 1977; Derogatis
& Savitz, 2000) es un instrumento autoadministrable de screening o rastrillaje de sintomatología
psicopatológica inespecífica experimentada en la última semana (siete días). Se compone de 90
ítems que se responden mediante una escala likert de cinco puntos: Nada/Muy
poco/Poco/Bastante/Mucho, con valores que van de 0 a 4 puntos.
Evalúa nueve dimensiones primarias (Somatizaciones, Obsesiones y Compulsiones,
Sensibilidad Interpersonal, Depresión, Ansiedad, Hostilidad, Ansiedad Fóbica, Ideación
Paranoide, Psicoticismo); tres índices globales de malestar psicológico (Índice Global de
Severidad, Total de Síntomas Positivos, Índice Malestar Sintomático Positivo) e ítems críticos.
En cuanto a los estudios realizados con este inventario, posee consistencia interna
adecuada para todas las dimensiones (entre .70 y .86) y cuenta con estudios de validez empírica
(Derogatis, 1994; Derogatis & Savitz, 2000; Gempp Fuentealba & Avendaño Bravo, 2008).
En Argentina el instrumento cuenta con varios estudios para su adaptación métrica, tanto
en adultos de población de la Ciudad de Buenos Aires y Conurbano (Casullo, 2004; Casullo &
Pérez, 1998; Casullo & Pérez, 2008) como con adolescentes residentes en los mismos lugares
(Casullo & Castro Solano, 1999; Casullo & Fernández Liporace, 2001; Casullo & Pérez, 2008);
121
estudiantes universitarios (Casullo & Quesada, 2003), un estudio comparativo con adolescentes
de España (Casullo, Cruz, González & Maganto, 2003) y otro con población adulta clínica de la
Ciudad de Mar del Plata (Sánchez & Ledesma, 2009).
En la Tabla 19 se muestran las dimensiones primarias y cuál es el constructo que se
propone medir.
Tabla 19
Variables a medir con la SCL-90-R. Dimensiones primarias.
Factor Definición
Somatizaciones Evalúa la presencia de malestares que la persona percibe relacionados con
diferentes disfunciones corporales (cardiovasculares, respiratorias,
gastrointestinales).
Obsesiones y
Compulsiones
Incluye síntomas que se identifican con el síndrome clínico del mismo nombre:
pensamientos, acciones e impulsos que son vivenciados como imposibles de evitar
o no deseados.
Sensibilidad
Interpersonal
Detecta la presencia de sentimientos de inferioridad e inadecuación, cuando la
persona se compara con sus semejantes.
Depresión Indaga las principales manifestaciones clínicas de este cuadro: estado de ánimo
disfórico, falta de motivación, poca energía vital, sentimientos de desesperanza,
ideaciones suicidas).
Ansiedad Evalúa la presencia de signos generales de este cuadro: nerviosismo, tensión,
ataques de pánico, miedos.
Hostilidad Se hace referencia a pensamientos, sentimientos y acciones característicos de la
presencia de afectos negativos relacionados con el enojo.
Ansiedad Fóbica Alude a una respuesta persistente de miedo (a personas específicas, lugares,
objetos, situaciones) que es en sí misma irracional y desproporcionada con el
estímulo que la provoca.
Ideación Paranoide Evalúa comportamientos paranoides en tanto desórdenes del pensamiento:
pensamientos proyectivos, suspicacia, temor a la pérdida de autonomía.
Psicoticismo Incluye síntomas relacionados con sentimientos de soledad, estilo de vida
esquizoide, alucinaciones y control del pensamiento.
122
4.3. Procedimiento
4.3.1. Recolección de datos
Una psicóloga entrenada realizó la recolección de datos, coordinando a psicólogos y
estudiantes de Psicología quienes colaboraron con la toma de los mismos. Mediante el
consentimiento informado se explicaron los objetivos de la investigación, se garantizó el
anonimato y la confidencialidad de las respuestas. Se les informó a los participantes que no
contarían con una devolución individual respecto de los resultados. La participación de los
sujetos evaluados, fue en todos los casos, voluntaria y la administración de las pruebas se realizó
en forma individual, mediante sesiones en horarios acordados con los sujetos. No se estableció
tiempo límite para la aplicación, insumiendo alrededor de 90' para responder a la encuesta y el
resto de los instrumentos.
El criterio de inclusión de los participantes fue ser mayor de 18 años de edad y ser
residentes de la ciudad de Buenos Aires o del Conurbano Bonaerense.
Se contó con el aval de la Universidad de Buenos Aires.
4.3.2. Análisis de datos
Se recolectaron 982 casos en total. En primer lugar se eliminaron 65 casos por no
encontrarse completos, ya sea por no hallarse todos los datos sociodemográficos (o carecer de
muchos de ellos) o por presentar una técnica faltante (o parte importante de la misma). También
se eliminaron 11 casos porque presentaban una técnica completa respondida de modo
aquiescente o en uno de los extremos de la likert correspondiente, entendiéndolos como casos
123
dudosos. Luego se procedió a analizar los datos perdidos por elemento, y como ninguno de ellos
superaba el 30% de datos no completados (ninguno superó el 10%), se decidió que los reactivos
de las pruebas psicométricas, fueran reemplazados por la media del grupo para cada uno (Rial
Boubeta, Varela Mallou & Rojas Tejada, 2001). En cuanto a las variables sociodemográficas no
se realizaron reemplazos. La muestra final quedó conformada por 906 casos.
4.3.2.1. Análisis de datos: Objetivo específico 1
Para responder al objetivo 1, se realizaron los análisis psicométricos según la Teoría
Clásica de los Tests (García Cueto, 1993; Martínez Arias, 1995; Martínez Arias, Hernández
Lloreda & Hernández Lloreda, 2006), de acuerdo a las últimas directrices sugeridas en la
disciplina (Muñiz, Elosua & Hambleton, 2013; Hambleton & Zenisky, 2011). Se tomó como
base la adaptación lingüística ya efectuada (Fernández Liporace & Castro Solano, 2015b).
Con el objetivo de analizar la dimensionalidad del PID-5 se efectuó análisis de
componentes principales como método de extracción, con rotación ortogonal Varimax
normalizada, a partir de matrices de covarianza policóricas considerando que los ítems se
respondían mediante una escala ordinal de cuatro posiciones (Muthén & Kaplan, 1985). La
elección de variables a introducir en el análisis consideró dos aspectos. En primer lugar, en el
PID-5 original se presentan 25 facetas, de las cuales sólo algunas figuran en las puntuaciones de
los dominios que las incluyen (es decir, algunas facetas no suman puntaje para ninguno de los
dominios). En segundo término, se tuvo en cuenta que en el DSM-5 todas las facetas se
corresponden a un dominio, y algunas a más de uno. Por tanto, con la finalidad de analizar la
124
dimensionalidad de los rasgos propuestos en el DSM-5, evaluados mediante el PID-5, se
introdujeron todos los ítems como variables y se forzó el análisis a 5 factores, esto además es
coincidente con los estudios realizados en otros países. Es importante aclarar que dada la
disparidad de criterios encontrados en diferentes estudios sobre el valor de corte utilizado para
los análisis factoriales, que oscilan entre .20 a .40, se ha decidido utilizar en este trabajo un
criterio estricto de .40 como valor de corte.
Para estimar la consistencia interna se calcularon coeficientes alfa ordinales (Elosua &
Zumbo, 2008). Los procedimientos se realizaron con el software estadístico FACTOR (Lorenzo-
Seva & Ferrando, 2013).
Se analizaron las correlaciones r de Pearson con el SCL-90-R y el WHODAS 2.0 para
aportar evidencias de validez concurrente (Hogan, 2004; Pardo & San Martín, 1998). Se utilizó
el software PASW Statistics, versión 22.0 (IBM, 2013).
4.3.2.2. Análisis de datos: Objetivo específico 2
Para llevar a cabo el objetivo 2 de este trabajo -corroborar la estructura factorial del
modelo dimensional de rasgos de personalidad disfuncional propuestos por la nueva clasificación
DSM-5 (APA, 2013a)- se consideró que los análisis factoriales son los procedimientos
predilectos para poner a prueba teorías (Lévy Mangin & Varela Mallou, 2006). Por ello, se
efectuó un análisis de componentes principales como método de extracción, con rotación
ortogonal Varimax normalizada, a partir de matrices de correlaciones de Pearson (Muthén &
Kaplan, 1985). A diferencia del objetivo 1, se introdujeron como variables las puntuaciones
125
totales de las 25 facetas del PID-5 y se forzó la solución factorial a 5 factores, con miras a
analizar si las mismas se agrupan tal como propone el Manual; esto además es coincidente con
los estudios realizados en otros países (e.g., Asthon et al.,2012; Ashton et al., 2016; Bach et al.,
2016; Bastiaens et al., 2016a; Bo at al., 2015; Crego et al, 2016; Fossati et al., 2013, 2016b;
Gutiérrez et al., 2015, 2017; Krueger et al., 2012; Miller et al., 2013; Roskam et al., 2015;
Strickland et al., 2013; Watson et al., 2013). Como se aclaró en el apartado del objetivo 1, se ha
decidido utilizar un criterio estricto de .40. Los procedimientos se realizaron con el software
estadístico FACTOR (Lorenzo-Seva & Ferrando, 2013).
4.3.2.3. Análisis de datos: Objetivo específico 3
Considerando este objetivo, se calcularon correlaciones r de Pearson para analizar las
asociaciones entre las dimensiones del BFI y el PID-5, dado que el diseño de este se propone
como la versión disfuncional o patológica del modelo de los cinco factores de la personalidad.
4.3.2.4. Análisis de datos: Objetivo específico 4.
Se calcularon diferentes análisis según el nivel de medición de cada variable (correlación
r de Pearson, MANOVA).
Para las variables sexo, nivel educativo y asistencia a psicoterapia se llevo a cabo un
análisis multivariante de la varianza (MANOVA) por ser el procedimiento adecuado en los
casos en los que hay más de una variable dependiente que no puede combinarse de manera
126
simple o en aquellos casos en donde las variables dependientes son métricas y la/s
independiente/s es/son categorial/es; este contraste permite disminuir el error de estimación que
resultaría de llevar a cabo un análisis mediante pruebas t o de varios ANOVA, e identificar si los
cambios en las variables independientes tienen efectos significativos en las variables
dependientes, y las interacciones entre las variables independientes y su grado de asociación con
las dependientes. Se emplean para contrastar la significación estadística de la diferencia entre
grupos (Hair et al., 1999).
En cuanto a la variable edad se realizó una correlación de Pearson por ser el
procedimiento adecuado cuando se analizan dos variables independientes cuantitativas.
Las variables utilizadas y los análisis realizados para cada una de ellas se muestran en la
Tabla 20.
Tabla 20
Variables sociodemográficas utilizadas y análisis efectuado.
Variable Análisis
Edad Correlación de Pearson
Sexo MANOVA
Nivel de escolaridad MANOVA
Asistencia o no a psicoterapia MANOVA
A modo de síntesis, en la Tabla 21, se muestran los objetivos específicos de este trabajo y
el análisis de datos efectuado para cada uno de ellos.
127
Tabla 21
Objetivos y Análisis de datos.
Objetivos Análisis
1- Establecer las propiedades psicométricas en población general del
PID-5.
-Análisis de componentes
principales
-Alfas ordinales
-Correlaciones r de Pearson
2- Corroborar la estructura factorial del modelo dimensional de
rasgos disfuncionales de personalidad propuesto por la nueva
clasificación del DSM-5, en población local.
-Análisis de componentes
principales
3- Examinar la relación del modelo dimensional con el modelo de los
cinco factores.
-Correlaciones r de Pearson
4- Establecer diferencias individuales entre la personalidad con
rasgos patológicos y la personalidad normal según variables
sociodemográficas -sexo, edad, nivel de escolaridad y ocupación- y
asistencia o no a psicoterapia.
-Correlación de Pearson -MANOVA
4.4. Descripción de la muestra
La muestra final la conformaron 906 adultos de población general residentes en la Ciudad
de Buenos Aires y alrededores (49.9 % de varones y 50.1% de mujeres), con edades
comprendidas entre los de 18 a 87 años (Xedad= 40.72 años; DE= 17.40). El lugar de nacimiento
de los mismos fue mayoritariamente CABA (44.5%), y Gran Buenos Aires (39.6%), mientras
que los restantes provienen del interior del país (12.7%) y el exterior (3.2%).
Respecto del estado civil se presentaron con similares porcentajes los sujetos solteros
(42.6%) y casados y/o en convivencia (42.8%); mientras que con menores valores los
divorciados/separados (11%) y viudos (3.6%). El 51% informó no tener hijos. El grupo de
convivencia de los sujetos se distribuyó del siguiente modo: 23.9% convive con la familia de
128
origen, 48% ha formado una familia propia, 16.1% vive solo, 7.9% lo hace con amigos,
hermanos o personas del mismo grupo etario y, 4.1% con otras configuraciones familiares.
En relación a su nivel educativo en general los sujetos reportaron un nivel alto, dado que
los mayores porcentajes se hallaron en estudios universitario incompletos (32.8%) y completos
(20.7%), y en menor proporción estudios terciarios incompleto (7.5%) y completos (9.7%). Los
restantes participantes exhibieron secundario completo (15.6%) e incompleto 7.2%), y primario
completo (5.6%) incompleto (0.9%). Como puede observarse en la Tabla 22, la mayoría de los
participantes se encuentra en el nivel Universitario incompleto seguido de Universitario
completo, y porcentajes más bajos para las categorías restantes.
Tabla 22
Nivel educativo. Porcentajes.
Primario incompleto 0.9
Primario completo 5.6
Secundario incompleto 7.2
Secundario completo 15.6
Terciario incompleto 7.5
Terciario completo 9.7
Universitario incompleto 32.8
Universitario completo 20.7
Finalmente, el nivel socio-económico percibido fue mayormente medio (77.4%). Las
demás categorías fueron medio-bajo (11.4%), medio-alto (9.7%), bajo (1.3%) y alto (0.2%). La
mayoría de los sujetos se ubicó en el nivel socioeconómico medio; el resto se definió en los
niveles medio-bajo y medio-alto, con un porcentaje muy bajo para las categorías restantes. En la
Tabla 23 se muestra la distribución de la muestra según la variable nivel socio-económico.
129
Tabla 23
Nivel socioeconómico. Porcentajes.
Bajo 1.3
Medio-bajo 11.4
Medio 77.4
Medio-alto 9.7
Alto 0.2
Si bien se incluyen casos que asisten a psicoterapia psicológica, todos los participantes
pertenecen a población general. Respecto de esta variable la mayoría de los sujetos informó no
haber asistido a psicoterapia nunca (46.7%), seguidos de un porcentaje menor que lo hizo alguna
vez en el pasado (35.9%) y solo (16.4%) asiste en la actualidad.
4.5. Resultados según objetivo
4.5.1. Resultados objetivo 1
Establecer las propiedades psicométricas en población general del PID-5 (consistencia
interna, evidencias de validez de constructo y concurrente).
4.5.1.1. Evidencias de validez de constructo
En un primer momento, se realizó un análisis de componentes principales basado en
correlaciones policóricas, con rotación ortogonal Varimax normalizada, introduciendo los 220
reactivos y forzando a cinco factores para examinar los postulados teóricos de la sección III del
DSM-5 (APA, 2013a) en la que se proponen cinco dominios de la personalidad.
130
Los resultados exhibieron una buena adecuación muestral (KMO= .93; Prueba de
Esfericidad de Bartlett: X²= 34048, 3741gl ; p < .01), mostrando un buen ajuste en la relación
entre el número de ítems y de participantes, así como también asegurando la conveniencia de
efectuar el procedimiento de factorización. Luego de implementar diferentes técnicas de análisis
y extracción, se escogió la estructura factorial que se presenta en la Tabla 24, teniendo como
criterios la eliminación de reactivos con cargas dobles significativas o inferiores a .40, apuntando
a obtener el mayor porcentaje de varianza explicada, los mayores coeficientes de saturación por
ítem en cada factor, y la más adecuada interpretación teórica. De este modo se aisló una
estructura compuesta por 87 elementos distribuidos en cinco factores que explicaron el 43.81%
de la varianza (ver ANEXO C).
Tabla 24
PID-5. Análisis de componentes principales. Cinco dominios.
Ítem Dominio Faceta F1 F2 F3 F4 F5
5 Psicoticismo Excentricidad .039 .603 .101 .086 .058
10 Desapego Aislamiento .017 .088 .011 .619 .016
14 Antagonismo Búsqueda de atención .524 .134 .218 -.135 -.019
20 Desapego Aislamiento -.055 -.008 .051 .546 .011
21 Psicoticismo Excentricidad .068 .750 .109 .023 -.028
24 Psicoticismo Excentricidad .029 .680 .172 .245 -.005
25 Psicoticismo Excentricidad .104 .728 .101 .017 -.019
26 Desapego Anhedonia -.021 -.025 .514 .310 .132
27 Afecto negativo
Desapego
Depresión .060 .098 .545 .256 .090
29 Desinhibición Distractibilidad .004 .115 .554 .127 -.109
33 Psicoticismo Excentricidad .073 .640 .184 .084 .078
34 Desinhibición Perfeccionismo -.011 .056 -.011 .035 .625
43 Antagonismo Búsqueda de atención .554 -.009 .045 -.096 .151
44 Psicoticismo Desregulación Perceptual .057 .523 .044 -.014 .025
50 Afecto Negativo Inseguridad /Separación .088 .061 .460 -.123 .279
51 Afecto negativo Perseveración .087 .164 .161 -.035 .565
52 Psicoticismo Excentricidad .079 .568 .346 .126 .170
53 Antagonismo Engaño .612 .131 .209 .045 -.031
55 Psicoticismo Excentricidad .169 .642 .122 .100 .013
56 Antagonismo Engaño .571 .111 .164 .105 -.011
61 Afecto negativo Depresión .025 .032 .661 .143 .086
131
Tabla 24
PID-5. Análisis de componentes principales. Cinco dominios.
Ítem Dominio Faceta F1 F2 F3 F4 F5
Desapego
70 Psicoticismo Excentricidad .160 .742 .062 -.195 -.022
71 Psicoticismo Excentricidad .239 .717 .269 .081 .021
72 Antagonismo Insensibilidad .288 .126 .034 .498 -.112
73 Antagonismo Insensibilidad .575 .132 .024 .218 -.050
75 Desapego Aislamiento -.008 .079 .103 .612 .126
76 Antagonismo Engaño .473 .029 -.093 -.007 .048
79 Afecto Negativo Ansiedad -.074 .135 .310 .043 .444
80 Afecto negativo Perseveración .082 .247 .494 .063 .124
82 Desapego Aislamiento -.012 .107 .147 .617 .142
86 Afecto negativo
Desapego
Depresión .103 .079 .480 .069 .098
88 Desinhibición Distractibilidad -.032 .124 .597 .135 -.040
104 Afecto negativo
Desapego
Depresión .078 .080 .740 .097 .030
105 Desinhibición Perfeccionismo .152 .086 .186 .149 .577
106 Psicoticismo Creencias y Experiencias
Inusuales
.045 .480 .148 -.006 .195
107 Antagonismo Manipulación .603 .080 -.094 -.006 .149
109 Afecto Negativo Ansiedad .048 .034 .338 .041 .487
111 Antagonismo Búsqueda de atención .660 .163 -.006 -.088 .057
114 Antagonismo Grandiosidad .529 .124 -.088 .038 .062
115 Desinhibición Perfeccionismo .008 -.009 -.033 .029 .551
118 Desinhibición Distractibilidad .037 .149 .627 .067 -.131
123 Desinhibición Perfeccionismo .212 .201 .133 .026 .674
124 Desapego Anhedonia .096 .098 .565 .256 .092
125 Antagonismo Manipulación .603 .029 .096 .052 .154
126 Antagonismo Engaño .631 .023 .180 -.038 .141
127 Afecto Negativo Inseguridad /Separación .090 .003 .477 -.019 .292
128 Afecto negativo Perseveración .165 .168 .553 .042 .031
132 Desinhibición Distractibilidad .047 .205 .514 -.050 -.130
134 Antagonismo Engaño .604 .067 .211 .232 -.070
135 Desinhibición Perfeccionismo .092 .057 -.051 .079 .646
136 Desapego Aislamiento .019 .059 .169 .684 .057
140 Desinhibición Perfeccionismo .105 .071 -.034 .104 .624
144 Desinhibición Distractibilidad .007 .227 .587 -.005 -.087
146 Desapego Aislamiento -.034 -.015 .117 .644 .137
147 Desapego Aislamiento -.074 .137 .124 .636 .091
152 Psicoticismo Excentricidad .194 .740 .232 .188 .109
157 Desapego Anhedonia .109 .158 .593 .297 .101
161 Desapego Aislamiento .013 .092 .118 .701 .114
162 Antagonismo Manipulación .708 .224 .017 .170 -.114
167 Afecto negativo
Desapego
Afecto restringido .041 .073 .157 .508 .030
168 Afecto negativo
Desapego
Depresión .131 .150 .666 .218 .043
132
Tabla 24
PID-5. Análisis de componentes principales. Cinco dominios.
Ítem Dominio Faceta F1 F2 F3 F4 F5
169 Afecto negativo
Desapego
Depresión .089 .194 .631 .324 .015
172 Psicoticismo Excentricidad .218 .716 .169 .147 .003
173 Antagonismo Búsqueda de atención .680 .059 .034 -.139 .075
176 Desinhibición Perfeccionismo .058 .146 -.003 .030 .618
180 Antagonismo Manipulación .670 .099 .045 .054 .100
182 Desapego Aislamiento .098 .084 .158 .705 .216
183 Antagonismo Insensibilidad .294 .072 .064 .501 -.129
184 Afecto negativo
Desapego
Afecto restringido .251 .183 .085 .487 -.125
185 Psicoticismo Excentricidad .184 .740 .041 .140 .093
186 Desapego Aislamiento -.057 .182 .093 .627 .097
191 Antagonismo Búsqueda de atención .701 .107 .181 -.148 .020
194 Psicoticismo Creencias y Experiencias
Inusuales
.194 .608 .096 .060 .086
196 Desinhibición Perfeccionismo -.016 .026 -.026 .073 .632
197 Antagonismo Grandiosidad .476 .129 -.117 .217 .150
198 Antagonismo Insensibilidad .551 .133 .044 .207 .214
199 Desinhibición Distractibilidad .163 .243 .521 .010 -.098
205 Psicoticismo Excentricidad .138 .730 .112 .150 .167
206 Antagonismo Engaño .738 .135 .026 .183 -.082
208 Antagonismo Insensibilidad .163 .214 .098 .625 .005
209 Psicoticismo Creencias y Experiencias
Inusuales
.116 .548 .155 .056 .142
211 Antagonismo Búsqueda de atención .701 .097 .151 -.150 .008
212 Afecto negativo
Desapego
Depresión .089 .099 .629 .009 .113
214 Antagonismo Engaño .539 .146 .227 .167 -.108
217 Psicoticismo Desregulación Perceptual .144 .619 .168 .148 .162
218 Antagonismo Engaño .722 .146 .162 .118 -.023
220 Desinhibición Perfeccionismo .055 .039 -.047 .144 .627
% Varianza explicada 10.60 10.20 9.31 7.80 5.90
En cuanto al ajuste ofrecido por la estructura factorial, puede observarse que las cargas
factoriales resultaron superiores a .44 en todos los casos, elevándose por encima de .60 en la
mayor parte de los ítems; este dato es importante si se tiene en cuenta que en muchos de los
estudios revisados, los valores se encuentran en un rango de entre .20 a .40 como se mencionó
anteriormente. En el Factor 1 las cargas oscilan desde .473 a .738; en el Factor 2 entre .480 a
133
.750; en el Factor 3 de .460 a .740; en el Factor 4 van de .487 a .705 y, por último en el Factor 5
de .444 a .674, mostrando valores similares para los cinco factores, aunque levemente más bajas
para el quinto factor. En referencia al porcentaje de varianza total explicada (43.81%), los
criterios más exigentes en este tipo de análisis multivariante aconsejan proporciones iguales o
superiores al 60% (Hair et al., 1999) como las encontradas por De Fruyt et al. (2013) con una
muestra de estudiantes, sin embargo otros autores han obtenido resultados inferiores a este valor
(Wright et al., 2014) al igual que en este estudio.
Por otra parte, el porcentaje de varianza explicado por cada factor es de 10.60%, 10.20%,
9.31%, 7.80%, y 5.90% respectivamente, poniendo de manifiesto la semejanza en el nivel
explicativo que guardaron los tres primeros factores: parecería que ninguno de ellos supera
ampliamente a los demás en cuanto a la proporción del resultado total que describe e indica
cierta preeminencia por sobre los dos últimos.
El primer Factor agrupó 22 reactivos pertenecientes al dominio de Antagonismo (10.60%
varianza explicada). Los elementos se corresponden con parte de las facetas de Engaño -8 ítems-,
Manipulación -4 ítems- y Grandiosidad -2 ítems-. Todas ellas están incluidas en la clasificación
del PID-5 original. Se sumaron Búsquedas de Atención -6 ítems- e Insensibilidad -2 ítems-;
propuestas en el DSM-5 para dicho dominio. En la Tabla 25 se muestran los reactivos con cargas
significativas para el Factor 1, los dominios y facetas a las que pertenecen.
134
Tabla 25
Factor 1. Ítems.
Ítem Dominio Faceta F1
14 Antagonismo Búsqueda de atención .524
43 Antagonismo Búsqueda de atención .554
53 Antagonismo Engaño .612
56 Antagonismo Engaño .571
73 Antagonismo Insensibilidad .575
76 Antagonismo Engaño .473
107 Antagonismo Manipulación .603
111 Antagonismo Búsqueda de atención .660
114 Antagonismo Grandiosidad .529
125 Antagonismo Manipulación .603
126 Antagonismo Engaño .631
134 Antagonismo Engaño .604
162 Antagonismo Manipulación .708
173 Antagonismo Búsqueda de atención .680
180 Antagonismo Manipulación .670
191 Antagonismo Búsqueda de atención .701
197 Antagonismo Grandiosidad .476
198 Antagonismo Insensibilidad .551
206 Antagonismo Engaño .738
211 Antagonismo Búsqueda de atención .701
214 Antagonismo Engaño .539
218 Antagonismo Engaño .722
En el segundo factor se reunieron 18 ítems del dominio Psicoticismo, el cual se encuentra
conformado por las facetas Excentricidad, Desregulación Perceptual y Creencias y Experiencias
Inusuales, los cuales explican el 10.20% de la varianza, esta agrupación coincide en todas las
versiones. De los reactivos cada una de estas facetas contiene 13, 2 y 3 ítems respectivamente.
En la Tabla 26 se muestran los reactivos con cargas significativas para el Factor 2, los dominios
y facetas a las que pertenecen.
135
Tabla 26
Factor 2. Ítems.
Ítem Dominio Faceta F2
5 Psicoticismo Excentricidad .603
21 Psicoticismo Excentricidad .750
24 Psicoticismo Excentricidad .680
25 Psicoticismo Excentricidad .728
33 Psicoticismo Excentricidad .640
44 Psicoticismo Desregulación Perceptual .523
52 Psicoticismo Excentricidad .568
55 Psicoticismo Excentricidad .642
70 Psicoticismo Excentricidad .742
71 Psicoticismo Excentricidad .717
106 Psicoticismo Creencias y Experiencias Inusuales .480
152 Psicoticismo Excentricidad .740
172 Psicoticismo Excentricidad .716
185 Psicoticismo Excentricidad .740
194 Psicoticismo Creencias y Experiencias Inusuales .608
205 Psicoticismo Excentricidad .730
209 Psicoticismo Creencias y Experiencias Inusuales .548
217 Psicoticismo Desregulación Perceptual .619
El tercer factor agrupó 20 elementos principalmente de Afecto Negativo, con 9.31% de
varianza explicada. De las facetas originales del PID-5 se ubicó Inseguridad/separación -2 ítems-
y, de las propuestas por el DSM-5, Perseveración -2 ítems- y Depresión -7 ítems- (esta última
también se incluye según el Manual en Desapego). También se situaron facetas de otros
dominios, como Anhedonia (3 ítems; perteneciente a Desapego) y Distractibilidad (6 ítems;
correspondiente a Desinhibición). En la Tabla 27 se muestran los reactivos con cargas
significativas para el Factor 3, los dominios y facetas a las que pertenecen.
136
Tabla 27
Factor 3. Ítems.
Ítem Dominio Faceta F3
26 Desapego Anhedonia .514
27 Afecto negativo
Desapego
Depresión .545
29 Desinhibición Distractibilidad .554
50 Afecto Negativo Inseguridad /Separación .460
61 Afecto negativo
Desapego
Depresión .661
80 Afecto negativo Perseveración .494
86 Afecto negativo
Desapego
Depresión .480
88 Desinhibición Distractibilidad .597
104 Afecto negativo
Desapego
Depresión .740
118 Desinhibición Distractibilidad .627
124 Desapego Anhedonia .565
127 Afecto Negativo Inseguridad /Separación .477
128 Afecto negativo Perseveración .553
132 Desinhibición Distractibilidad .514
144 Desinhibición Distractibilidad .587
157 Desapego Anhedonia .593
168 Afecto negativo
Desapego
Depresión .666
169 Afecto negativo
Desapego
Depresión .631
199 Desinhibición Distractibilidad .521
212 Afecto negativo
Desapego
Depresión .629
En el Factor 4 se ubicaron 15 ítems -7.80% varianza explicada-, en su mayoría
pertenecientes al dominio Desapego. Del PID-5 original se situó la faceta de Aislamiento -10
ítems-. A su vez, se ubicaron reactivos de Insensibilidad -3 ítems - correspondientes al dominio
Antagonismo según Krueger et al. (2012) y DSM-5 (APA, 2013a); y Afecto Restringido -2
ítems- del Dominio Afecto Negativo según Krueger et al. (2012) y el DSM-5 (APA, 2013a) y
137
también perteneciente a Desapego en dicho Manual. En la Tabla 28 se muestran los reactivos
con cargas significativas para el Factor 4, los dominios y facetas a las que pertenecen.
Tabla 28
Factor 4. Ítems.
Ítem Dominio Faceta F4
10 Desapego Aislamiento .619
20 Desapego Aislamiento .546
72 Antagonismo Insensibilidad .498
75 Desapego Aislamiento .612
82 Desapego Aislamiento .617
136 Desapego Aislamiento .684
146 Desapego Aislamiento .644
147 Desapego Aislamiento .636
161 Desapego Aislamiento .701
167 Afecto negativo
Desapego
Afecto restringido .508
182 Desapego Aislamiento .705
183 Antagonismo Insensibilidad .501
184 Afecto negativo
Desapego
Afecto restringido .487
186 Desapego Aislamiento .627
208 Antagonismo Insensibilidad .625
Finalmente, el Factor 5 explicó el menor porcentaje de varianza -5.90%- reuniendo a 12
ítems, en su mayoría pertenecientes a la faceta Perfeccionismo -9 ítems- del dominio
Desinhibición, sólo dos reactivos de la faceta Ansiedad y uno de Perseveración, correspondiente
al dominio de Afecto Negativo. Perfeccionismo, Ansiedad y Perseveración se encuentran en las
versiones del autor (Krueger et al., 2012) y en la del DSM-5 (APA, 2013a). Esta agrupación que
arroja el análisis, deja por fuera Distractibilidad, Irresponsabilidad e Impulsividad, presentes en
las tres versiones de la prueba. Considerando el contenido de los reactivos, se denominó a este
factor como Perfeccionismo Rígido, dado que en la versión de Krueger et al. (2012) la faceta
138
Perfeccionismo carga de modo negativo en Desinhibición (por lo cual se la denomina falta de
perfeccionismo), mientras que en este estudio los ítems de dicha faceta cargan de modo positivo,
y a su vez se suman ítems de Perseveración y Ansiedad. Por otro lado, los ítems de
Perfeccionismo en la versión de APA (2012b) no se consideran en la sumatoria de facetas para
calcular Desinhibición. Todos estos aspectos serán ampliados en la Discusión. En la Tabla 29 se
muestran los reactivos con cargas significativas para el Factor 5, los dominios y facetas a las que
pertenecen.
Tabla 29
Factor 5. Ítems.
Ítem Dominio Faceta F5
34 Desinhibición Perfeccionismo .625
51 Afecto negativo Perseveración .565
79 Afecto Negativo Ansiedad .444
105 Desinhibición Perfeccionismo .577
109 Afecto Negativo Ansiedad .487
115 Desinhibición Perfeccionismo .551
123 Desinhibición Perfeccionismo .674
135 Desinhibición Perfeccionismo .646
140 Desinhibición Perfeccionismo .624
176 Desinhibición Perfeccionismo .618
196 Desinhibición Perfeccionismo .632
220 Desinhibición Perfeccionismo .627
4.5.1.2. Consistencia interna
La consistencia interna se estableció mediante el coeficiente alfa ordinal (Elosua &
Zumbo, 2008) con valores que van en un rango de entre .850 y .931, dando cuenta de una
adecuada confiabilidad de las puntuaciones arrojadas por el instrumento.
139
Los valores hallados fueron de .931 para el Factor 1 (Antagonismo); .923 para el Factor 2
(Psicoticismo); .922 para el Factor 3 (Afecto Negativo); .903 en el Factor 4 (Desapego) y, por
último, .850 en el Factor 5 (Perfeccionismo Rígido). Todos superan el valor de .90; a excepción
del Factor 5 que posee la menor cantidad de ítems. La diferencia en la cantidad de elementos
podría estar afectando la fiabilidad, ya que una mayor cantidad de ítems permite índices más
elevados.
4.5.1.3. Evidencias de validez concurrente
Para estimar la validez concurrente entre la SCL-90-R y WHODAS 2.0, con los dominios
del PID-5 se utilizó el coeficiente de correlación r de Pearson, puesto que se trata de variables
cuantitativas. Estimar la validez concurrente de un instrumento, implica verificar mediante el uso
de un criterio externo (en este caso otras dos pruebas), que el nuevo instrumento mide lo que
pretende medir, corroborándolo mediante el uso de un criterio independiente, externo al test. Los
instrumentos SCL-90-R y WHODAS 2.0 se utilizan como dicho criterio.
Como puede observarse en las Tablas 30 y 31 todas las asociaciones observadas entre los
dominios del PID-5 y las dimensiones de la SCL-90-R son significativas y positivas (que van
desde un r = .108 a r= .593 con un p < 0.001 en todos los casos), lo cual es esperable debido al
tamaño de la muestra; por ello se analizarán las que presenten tamaños del efecto superiores
(Cohen, 1988).
En el dominio Antagonismo las correlaciones con las dimensiones de la SCL-90-R
oscilan entre .108 para Ansiedad Fóbica a .308, para Ideación Paranoide, que si bien es la más
140
alta, representa una asociación moderada. El resto de las asociaciones también son positivas pero
bajas.
En Psicoticismo del PID-5 se distribuyen entre .290 para Somatizaciones a .483 para
Psicoticismo de la SCL-90-R, siendo esta una asociación moderada al igual que con Ideación
Paranoide y Obsesiones y Compulsiones (r =.432 y r =.426, respectivamente). El resto de las
asociaciones son positivas y bajas.
La asociación más frecuente de las dimensiones del SCL-90-R, se da con el dominio
Afecto Negativo del PID-5, pues este es el que demuestra mayor cantidad de relaciones en
cuanto a la cantidad de dimensiones de la primera, constituyéndose en el dominio con más
asociaciones moderadas. Los valores se hallan entre .357 para Ansiedad Fóbica a .593 para
Depresión siendo la primera baja y esta última moderada. Las asociaciones positivas pero bajas
se encuentran con Somatizaciones, Hostilidad y Ansiedad Fóbica (ya mencionada). En cambio se
observan asociaciones moderadas con las dimensiones de la SCL-90-R, Depresión, Obsesiones y
Compulsiones, Sensibilidad Interpersonal, Ansiedad, Psicoticismo e Ideación Paranoide -en
orden decreciente-.
Para el dominio Desapego las relaciones se encuentran entre r =.176 para
Somatizaciones a r =.330 para Psicoticismo de la SCL-90-R.
Por último en el dominio Perfeccionismo Rígido se observan todas asociaciones positivas
y bajas con valores que se encuentran entre .204 para Hostilidad a .330 para Ansiedad.
En cuanto a la cantidad de relaciones de cada dimensión de la SCL-90-R, algunas de ellas
sólo mostraron asociaciones bajas con los dominios del PID-5, estas son Somatizaciones,
Hostilidad y Ansiedad Fóbica. En cambio otras lo hicieron con más de un dominio, tal es el caso
de Ideación paranoide y Psicoticismo, que presentaron dos asociaciones moderadas
141
(Psicoticismo y Afecto Negativo del PID-5), y tres positivas pero bajas con el resto de los
dominios del PID-5. Obsesiones y Compulsiones tiene una de las asociaciones moderadas pero
más alta en relación al resto de los valores (con Afecto Negativo), y otras dos con Psicoticismo y
Perfeccionismo Rígido (moderada y baja, respectivamente). Psicoticismo del SCL-90-R tiene
dos asociaciones moderadas con Psicoticismo del PID-5 y con Afecto Negativo, y una baja con
Desapego.
Finalmente se encontró una asociación positiva entre los dominios del PID-5 y el
WHODAS 2.0 (r =.154 a .407; p =0.001). En estos dos instrumentos la asociación más alta se da
con el dominio Afecto Negativo, siendo esta moderada, para los cuatro dominios restantes la
asociación es positiva pero baja.
142
Tabla 30
PID-5, SCL-90-R y WHODAS 2.0. Asociaciones.
Antagonismo Psicoticismo Afecto
Negativo
Desapego Perfeccionismo
Rígido
Somatizaciones r de
Pearson
.139 .290 .377 .176 .245
P .000 .000 .000 .000 .000
Obsesiones y
Compulsiones
r de
Pearson
.239 .426 . 577 .286 .327
P .000 .000 .000 .000 .000
Sensibilidad
Interpersonal
r de
Pearson
.279 .342 .498 .269 .287
P .000 .000 .000 .000 .000
Depresión r de
Pearson
.135 .352 .593 .291 .304
P .000 .000 .000 .000 .000
Ansiedad r de
Pearson
.231 .360 .495 .220 .330
P .000 .000 .000 .000 .000
Hostilidad r de
Pearson
.276 .329 .368 .216 .204
P .000 .000 .000 .000 .000
Ansiedad Fóbica r de
Pearson
.108 .305 .357 .274 .206
P .001 .000 .000 .000 .000
Ideación
Paranoide
r de
Pearson
.308 .432 .428 .323 .319
P .000 .000 .000 .000 .000
Psicoticismo r de
Pearson
.239 .483 .468 .330 .303
P .000 .000 .000 .000 .000
WHODAS 2.0 r de
Pearson
.154 .309 .407 .268 .203
P .000 .000 .000 .000 .000
143
En la Tabla 31 se muestra la interpretación de todas las correlaciones. Las asociaciones
más altas se dan en el dominio Afecto Negativo que a su vez representa el dominio con mayor
número de relaciones moderadas (Depresión, Obsesiones y compulsiones, Sensibilidad
interpersonal, Ansiedad, Psicoticismo e Ideación paranoide, en orden decreciente), y con el
WHODAS 2.0.
Tabla 31
PID-5, SCL-90-R y WHODAS 2.0. Características de las asociaciones.
Antagonismo Psicoticismo Afecto
Negativo
Desapego Perfeccionismo
Rígido
Somatizaciones + baja + baja + baja + baja + baja
Obsesiones y
Compulsiones
+ baja + moderada + moderada + baja + baja
Sensibilidad Interpersonal + baja + baja + moderada + baja + baja
Depresión + baja + baja + moderada + baja + baja
Ansiedad + baja + baja + moderada + baja + baja
Hostilidad + baja + baja + baja + baja + baja
Ansiedad Fóbica + baja + baja + baja + baja + baja
Ideación Paranoide + baja + moderada + moderada + baja + baja
Psicoticismo + baja + moderada + moderada + baja + baja
WHODAS 2.0 + baja + baja + moderada + baja + baja
Para finalizar, se resumen los resultados principales hallados para el objetivo 1:
El análisis de componentes principales arrojó una estructura similar a la propuesta
tanto por el autor del instrumento (Krueger et al., 2012) como por el DSM-5 (APA, 2013a). El
contenido de los ítems del 5 Factor no incluye los reactivos propuestos en APA (2013b) pero si
los de Krueger et al. (2012), aunque con cargar factoriales diferentes. El porcentaje de varianza
144
explicado es adecuado. Se ha reducido de modo considerable la cantidad de ítems que conforman
la prueba (manteniéndose 87 reactivos con adecuadas cargas factoriales, los mismos se pueden
verificar en el ANEXO C).
Al examinar la consistencia interna se hallaron valores muy adecuados que oscilan
entre .850 y .931, para los cinco dominios dando cuenta de la confiabilidad de las puntuaciones
arrojadas por el instrumento.
En la validez concurrente se hallaron todas correlaciones positivas y
significativas, algunas de ellas moderadas. El dominio Afecto Negativo del PID-5 es el que se
asoció mayormente con las dimensiones de la SCL-90-R y con el WHODAS 2.0 de forma
moderada; el rasgo de Psicoticismo se asoció con la presencia de síntomas Psicóticos y con
Ideación paranoide.
4.5.2. Resultados objetivo 2
Para llevar adelante este objetivo -corroborar la estructura factorial del modelo
dimensional de rasgos disfuncionales de personalidad propuesto por la nueva clasificación del
DSM-5, en población local- se realizó un análisis de componentes principales basado en
correlaciones de Pearson, con rotación ortogonal Varimax normalizada, introduciendo la
sumatoria de las 25 facetas y forzando a cinco factores para examinar los postulados teóricos de
la sección III del DSM-5 (APA, 2013a) en la que se proponen cinco dominios de la personalidad.
Para realizar este análisis se utilizó el paquete estadístico FACTOR (Lorenzo-Seva & Ferrando,
2013).
145
Los resultados exhibieron una muy buena adecuación muestral (KMO =.919191; Prueba
de Esfericidad de Bartlett: X² =10724.8, 300gl; p < .000), demostrando un buen ajuste, así como
también asegurando la conveniencia de efectuar el procedimiento de factorización. La estructura
factorial se presenta en la Tabla 32, eligiendo como valor de corte cargas desde .40 o superiores.
De este modo se aisló una estructura compuesta por 25 facetas distribuidas en los cinco factores
que explicaron el 62.20% de la varianza. El porcentaje explicado por cada factor fue de 17.50%,
14.80%, 13.40%, 8.30% y 8.20%, poniendo de manifiesto la primacía del primer factor aunque
no tan alejado del segundo y del tercero en cuanto al nivel explicativo, con respecto a los dos
últimos, demostrando cierta preeminencia.
146
Tabla 32
Facetas del PID-5. Dimensionalidad.
F1 F2 F3 F4 F5
Anhedonia .129 -.030 .584 .280 .469
Ansiedad .618 .094 .220 -.091 .451 Búsqueda de atención .312 .744 -.140 .115 .163
Insensibilidad .106 .564 .486 .266 -.038
Engaño .052 .806 .103 .263 .213
Depresión .400 .103 .417 .330 .480 Distractibilidad .374 .056 .306 .578 .326
Excentricidad .599 .292 .342 .299 -.054
Labilidad emocional .758 .054 .056 .035 .209
Grandiosidad .234 .713 .210 -.051 -.062
Hostilidad .436 .400 .424 .071 .051
Impulsividad .546 .176 -.029 .406 -.003
Evitación de la intimidad .113 -.074 .552 -.031 .091
Irresponsabilidad .137 .271 .173 .717 .114
Manipulación .154 .854 .083 .043 .093
Desregulación perceptual .695 .189 .290 .312 .066
Perseveración .608 .195 .365 .211 .321
Afectividad restringida .166 .246 .721 .151 -.052
Perfeccionismo .516 .268 .306 -.492 .137
Toma de riesgo .174 .360 -.146 .441 -.507
Inseguridad .505 .123 .028 .028 .515
Sumisión .099 .223 .030 .103 .679
Recelo .361 .294 .420 .060 .082
Creencias y experiencias inusuales+ .671 .267 .213 .026 -.095
Aislamiento .138 .100 .822 -.024 .098
% Varianza explicada 17.5 14.8 13.4 8.3 8.2
Α .899 .866 .865 .771 .771
El primer Factor, Psicoticismo, agrupó 11 facetas pertenecientes a varios dominios pero
principalmente a este pues las facetas que lo componen originalmente se encuentran en este
factor. Las facetas agrupadas aquí son: Ansiedad, Depresión, Excentricidad, Labilidad
emocional, Hostilidad, Impulsividad, Desregulación perceptual, Perseveración, Perfeccionismo,
Inseguridad y Creencias y experiencias inusuales. Las tres facetas de Psicoticismo propuestas en
las tres versiones del PID-5 presentadas en este trabajo, cargan exclusivamente para este factor
147
según este análisis y el valor de corte seleccionado (APA, 2013a, b; Krueger et al., 2012).
Ansiedad y Labilidad Emocional, se encuentran originalmente en el dominio Afecto Negativo en
las diferentes versiones del instrumento; en este análisis la primera carga para el 5 factor además
de Psicoticismo y la segunda sólo en este, con un valor mayor. Depresión presenta una carga
repartida en tres componentes de este análisis y en las propuestas en el instrumento original
aparece en Desapego y Afecto Negativo en la versión DSM-5 (APA, 2013a), y en Desapego para
Krueger et al., (2012). Hostilidad también aparece con cargas en tres factores en este análisis y
en las versiones originales de la prueba en Antagonismo y Afecto Negativo para APA (2013a) y
en este último para Krueger et al., (2012). Impulsividad aparece en este factor y con carga de
menor valor en el dominio Perfeccionismo Rígido, igual que en las versiones originales del
instrumento. Perseveración se encuentra en el dominio Afecto Negativo para Krueger et al.
(2012) y para la versión DSM-5 (APA, 2013a), sin embargo en este análisis presenta cargas sólo
en este dominio. Perfeccionismo aparece en este dominio y en el cuarto factor con carga negativa
-Desinhibición-; en las versiones originales se encuentra en el dominio Desinhibición tanto para
los autores de la prueba como para el DSM-5 (APA, 2013a). Por último, Inseguridad reparte su
carga en este dominio y en el quinto factor lo cual coincide con las tres versiones del
instrumento.
En el segundo factor, Antagonismo, se reunieron 6 facetas, en su mayoría de ese dominio
(14.80% varianza explicada). Se ubicaron: Engaño, Grandiosidad y Manipulación todas de dicho
dominio en las versiones originales del instrumento (APA, 2013a, b; Krueger et al., 2012).
Búsqueda de atención e Insensibilidad también en este dominio para Krueger et al. (2012) y APA
(2013a). Hostilidad se encuentra en Antagonismo para los autores y el manual. Búsqueda de
atención, Manipulación, Grandiosidad y Engaño presentan cargas exclusivas en este factor según
148
el análisis aquí realizado. En este caso, este factor pareciera estar conformado por facetas más
puras tal como esgrimen Krueger et al. (2012), que cargan en un solo componente.
El tercer factor, correspondiente a Desapego, agrupó 8 facetas principalmente del
dominio Desapego, con 13.40% de la varianza explicada. Las facetas que lo componen son
Anhedonia, Insensibilidad, Depresión, Hostilidad, Evitación de la intimidad, Afectividad
restringida, Recelo y Aislamiento. Anhedonia presenta cargas repartidas entre este factor y el
quinto factor obtenido en este análisis, lo cual coincide con las tres versiones originales del
instrumento (APA, 2013a, b; Krueger et al., 2012). Además se observan cargas repartidas en
Insensibilidad -Antagonismo en las versiones originales-, Depresión -Desapego en los originales-
y Hostilidad -Afecto Negativo en dichas versiones. El resto de las facetas demuestran cargas
exclusivas en este factor: Evitación de la intimidad - carga en Desapego en las versiones
originales-; Afectividad Restringida -en Afecto negativo para Krueger et al. (2012) y en este, y
en Desapego para APA (2013a); Recelo -en Afecto Negativo para APA (2013a); y Aislamiento -
en Desapego para Krueger et al. (2012) y APA (2013b).
En el Factor 4, Desinhibición, se ubicaron 5 facetas con un 8.30% de varianza explicada,
en su mayoría pertenecientes al dominio Desinhibición. Las facetas que se agrupan en este
componente son Distractibilidad, Impulsividad, Irresponsabilidad, Perfeccionismo (esta última
con una carga negativa), y Toma de riesgos. Distractibilidad y Irresponsabilidad presentan cargas
exclusivas en este factor y ambas coinciden con las tres versiones del instrumento (APA, 2013a,
b; Krueger et al., 2012). Impulsividad, Perfeccionismo y Toma de riesgos demuestran cargas
repartidas según este análisis; de estas tres, impulsividad coincide con las tres versiones de la
prueba (APA, 2013a,b; Krueger et al., 2012) y las otras dos con la versión Krueger et al.(2012) y
APA (2013a). Este también pareciera ser un factor bastante puro.
149
Por último, en el quinto factor, Afecto Negativo, que explicó el menor porcentaje de
varianza -8.20%- reúne 6 facetas, en su mayoría pertenecientes al dominio Afecto negativo. Se
agrupan en él, Anhedonia, Ansiedad, Depresión, Toma de riesgos (con carga negativa),
Inseguridad/separación y Sumisión; todas excepto Sumisión, presentan cargas en más de un
factor; esta última carga exclusivamente en este componente y coincide con las versiones
originales del instrumento tanto para los autores como para el DSM-5 (APA, 2013a). Ansiedad e
Inseguridad/separación, coinciden en el dominio para las tres versiones originales (APA, 2013a,
b; Krueger et al., 2012). Toma de riesgo se encuentra originalmente en el dominio Desinhibición
para Krueger et al. (2012) y APA (2013a); Anhedonia se encuentra en Desapego también para
ambos y Depresión en Desapego para las mismas versiones.
Como se puede observar en este análisis, algunas facetas aparecen en más de un dominio,
situación que también ocurre en la propuesta DSM-5 (APA, 2013a). Respecto de la versión
utilizada para este trabajo (APA, 2013b) de las 15 facetas ubicadas en los dominios en dicha
versión, según el análisis realizado, coinciden en los dominios 14 de ellas; las tres de
Psicoticismo; Engaño, Grandiosidad y Manipulación de Antagonismo; Anhedonia, Evitación de
la intimidad y Aislamiento de Desapego; Impulsividad, Irresponsabilidad y Distractibilidad de
Desinhibición, y por último Ansiedad e Inseguridad/separación de Afecto Negativo, dejando por
fuera de los dominios a Labilidad Emocional para la versión online (APA, 2013b) que según este
análisis carga para Psicoticismo.
Para finalizar, se resumen los resultados principales hallados para el objetivo 2: El
análisis de componentes principales arrojó una estructura cercana a la propuesta tanto por el
autor del instrumento (Krueger et al., 2012) como por el DSM-5 (APA, 2013a) y bastante
coincidente con la versión APA online, utilizada para este trabajo (APA, 2013b), puesto que 14
150
de las 15 facetas que se ubican en los dominios originales, también se localizan del mismo modo
según este análisis. El porcentaje de varianza explicado es muy adecuado -62.20%-.
4.5.3. Resultados objetivo 3
En el objetivo 3 se planteaba examinar la relación del modelo dimensional propuesto en
la sección III del DSM-5 (APA, 2013a), con el modelo de los cinco factores, se calcularon
correlaciones r de Pearson entre los cinco dominios del PID-5 que miden rasgos de personalidad
disfuncional o patológicos y los cinco factores del BFI que miden rasgos de la personalidad
normal o sana. En la Tabla 33 se muestran los coeficientes hallados. Como puede observarse, de
las 25 relaciones posibles, sólo una no ha sido significativa (Apertura a la Experiencia con
Perfeccionismo Rígido).
151
Tabla 33
PID-5 y BFI. Asociaciones. PID-5
BFI Antagonismo Psicoticismo Afecto
Negativo
Desapego Perfeccionismo
Rígido
Extraversión r de
Pearson
.076 -.137 -.267 -.533 -.128
P .022 .000 .000 .000 .000
Afabilidad r de
Pearson -.345 -.223 -.281 -.324 -.122
P .000 .000 .000 .000 .000
Responsabilidad r de
Pearson
-.179 -.275 -.514 -.175 .124
P .000 .000 .000 .000 .000
Neuroticismo r de
Pearson
.142 .269 .516 .244 .350
P .000 .000 .000 .000 .000
Apertura a la
experiencia
r de
Pearson
.110 .163 -.153 -.183 -.029
P .001 .000 .000 .000 .392
Retomando los polos opuestos de personalidad normal y patológica por el DSM-5 (APA,
2013a) se analizarán las asociaciones estadísticamente significativas considerando los tamaños
del efecto más elevados y las relaciones teóricas más importantes:
- Antagonismo y Afabilidad correlacionaron de modo bajo y negativo (r =-.345).
- Psicoticismo y Apertura a la experiencia se postulan teóricamente opuestas y
correlacionaron de modo positivo y significativo pero con tamaño del efecto bajo; presentó una
correlación negativa cercana a moderada con Responsabilidad (r =-.275).
- Afecto Negativo presentó correlaciones moderada y positivas con su opuesto
Neuroticismo (r =.516) con tamaño del efecto alto, y negativas con Responsabilidad (r =-.514).
152
- Desinhibición es el opuesto de Responsabilidad, pero en este caso se analiza
Perfeccionismo Rígido. Las asociaciones entre dichas dimensiones fueron bajas y positivas (r
=.124), mientras que moderadas con Neuroticismo (r =.350).
- Desapego presentó correlaciones negativas con Extraversión (r =-.533) y moderadas
con Afabilidad (r =-.324).
En la siguiente Tabla 34 se muestra la interpretación de los valores de las correlaciones.
Tabla 34
PID-5 y BFI. Características de las asociaciones.
Antagonismo Psicoticismo Afecto
Negativo
Desapego Perfeccionismo
Rígido
Extraversión +baja - baja - baja -
moderada
- baja
Afabilidad - baja - baja - baja - baja - baja
Responsabilidad - baja - baja - moderada - baja + baja
Neuroticismo + baja + baja + moderada + baja + baja
Apertura a la
experiencia
+ baja + baja - baja - baja Ns
Nota: Ns= no significativa
Como resumen de este objetivo 24 de las 25 relaciones posibles, han sido significativas,
excepto Apertura a la Experiencia con Perfeccionismo Rígido.
Teniendo en cuenta las polaridades teóricas propuestas en todas se halla correlación:
Antagonismo con Afabilidad (moderada-negativo); Psicoticismo con Apertura a la experiencia
(positiva con tamaño del efecto bajo); Afecto Negativo con Neuroticismo (con tamaño del efecto
alto); Perfeccionismo Rígido con Responsabilidad (positivas y bajas) y, Desapego con
Extraversión (negativa y moderada).
153
4.5.4. Resultados objetivo 4
Para responder al objetivo 4 de establecer diferencias individuales entre la personalidad
con rasgos disfuncionales y la personalidad normal según variables sociodemográficas -sexo,
edad, nivel educativo y asistencia o no a psicoterapia-, se utilizaron los datos recolectados en la
encuesta sociodemográfica y los inventarios PID-5 y BFI.
4.5.4.1. Edad
Con el objetivo de verificar la relación de los cinco dominios del PID-5 y los cinco
grandes factores del BFI según la variable edad se calcularon correlaciones r de Pearson. La
variable independiente edad, se tomo según la edad informada por cada sujeto en la encuesta
sociodemográfica. Las variables dependientes se encuentran representadas por las dimensiones
de los inventarios utilizados.
Se hallaron asociaciones estadísticas significativas como se puede observar en la Tabla
35. Respecto del PID-5, los dominios en los que se observan las mismas fueron Antagonismo,
Perfeccionismo Rígido y Desapego. En el BFI se asociaron los rasgos Afabilidad y
Responsabilidad. Todas fueron significativas, positivas y bajas; a excepción de Antagonismo que
resultó negativa y baja.
154
Tabla 35
PID-5, BFI y edad. Asociaciones.
Edad Interpretación
Antagonismo r de Pearson -.194 - baja
p .000
Psicoticismo r de Pearson -.007 Ns
p .832
Afecto Negativo r de Pearson -.023 Ns
p .494
Perfeccionismo Rígido r de Pearson .156 + baja
p .000
Desapego r de Pearson .159 + baja
p .000
Extraversión r de Pearson -.005 Ns
p .880
Afabilidad r de Pearson .195 + baja
p .000
Responsabilidad r de Pearson .248 + baja
p .000
Neuroticismo r de Pearson .020 Ns
P .546
Apertura a la experiencia r de Pearson -.065 Ns
P .051
Nota: Ns=no significativa
4.5.4.2. Sexo
Para examinar los cinco dominios del PID-5 y los cinco grandes factores del BFI según la
variable sexo se utilizó MANOVA. La variable independiente sexo, se tomo según lo informado
por cada sujeto en la encuesta sociodemográfica (49.9% varones, 51.1% mujeres). Las variables
155
dependientes se encuentran representadas por los cinco factores de personalidad del BFI y los
cinco dominios del PID-5. Se efectuó un análisis multivariado de la varianza (MANOVA) con
un diseño 2 (Sexo=Mujeres y Varones) x 5 (PID-5=Antagonismo, Psicoticismo, Afecto
Negativo, Perfeccionismo Rígido y Desapego), con el objetivo de examinar las diferencias en las
dimensiones del PID-5. Se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre los vectores
de medias de los dominios del PID-5 con tamaño del efecto grande (ʎ =0.927, F(5, 900)= 14.08,
p= .000, η2= 0.073), presentando los hombres mayores medias en Antagonismo, ,Psicoticismo y
Desapego.
También se practicó el mismo análisis MANOVA para el BFI con un diseño 2
(Sexo=Mujeres y Varones) x 5 (BFI =Extraversión, Afabilidad, Responsabilidad, Neuroticismo y
Apertura a la experiencia). Se verificaron diferencias estadísticamente significativas para los
vectores de medias de los rasgos del BFI con tamaño del efecto grande (ʎ= 0.913, F(5, 900)=
17.21, p= .000, η2= 0.087), a favor de las mujeres para los factores Extraversión, Afabilidad,
Responsabilidad y Neuroticismo.
Según estos resultados, los hombres han obtenido medias mayores que las mujeres en los
rasgos patológicos de Antagonismo, Psicoticismo, mientras que las mujeres presentan medias
más altas en los rasgos de personalidad normal tales como Extraversión, Afabilidad,
Responsabilidad y Neuroticismo. Los resultados se presentan en la Tabla 36.
156
Tabla 36
PID-5 y BFI. Diferencias según sexo.
Media (DE) MANOVA
Varones
(49.9%)
Mujeres
(51.1%)
F
η2
PID-5
Antagonismo 14.60(10.90) 10.39(9.03) 39.86** .042
Psicoticismo 9.56(9.43) 7.39(8.31) 13.46** .015
Afecto Negativo 12.47(9.47) 12.02(9.52) 0.51ns .001
Perfeccionismo Rígido 13.03(7.17) 12.60(7.25) 0.812ns .001
Desapego 9.90(7.78) 7.42(6.48) 26.97** .029
BFI
Extraversión 27.34(5.66) 28.69(5.58) 13.10** .014
Afabilidad 34.60(5.35) 36.35(4.99) 25.8** .028
Responsabilidad 33.64(6.10) 34.70(6.25) 6.67** .007
Neuroticismo 21.25(5.73) 22.76(5.79) 15.54** .017
Apertura a la experiencia 36.99(6.70) 36.62(6.39) .73ns .001
Nota.** = p < .001; * = p < .05; ns = no significativo.
4.5.4.3. Nivel educativo
Al igual que para la variable sexo, se utilizó MANOVA para cada categoría de la variable
independiente nivel educativo, con el objetivo de verificar la relación entre esta variable y las
dimensiones de los instrumentos utilizados. Para esto se conformaron grupos con la variable
nivel educativo según lo informado por cada participante, del siguiente modo: grupo 1 -
conformado por los sujetos con primaria y secundaria, incompleta y completa- (29,3%); Grupo 2
-con aquellos sujetos que cursaron terciario y universitario, incompleto y completo-(70,7%). Se
decidió esta agrupación con el objetivo de conformar grupos más balanceados en cuanto a
cantidad de sujetos, y dividiendo según el acceso al nivel superior de educación. Las variables
dependientes se encuentran representadas por los cinco factores de personalidad del BFI y los
cinco dominios del PID-5.
157
Para el análisis multivariado de la varianza (MANOVA) se realizó un diseño de 2 (Nivel
educativo= Grupo 1 y Grupo 2) x 5 (PID-5=Antagonismo, Psicoticismo, Afecto Negativo,
Perfeccionismo Rígido y Desapego), con el objetivo de examinar las diferencias en las
dimensiones del PID-5. Se verificaron diferencias estadísticamente significativas entre los
vectores de medias de los dominios del PID-5 con tamaño del efecto moderando (ʎ= 0.956, F(5,
899)= 8.322, p= .000, η2= 0.044) en Afecto Negativo, Perfeccionismo Rígido y Desapego, con
mayor media para los sujetos del Grupo 1, es decir, con menor nivel educativo. A su vez, el
grupo 2 presentó mayor Antagonismo.
También se practicó el mismo análisis MANOVA para el BFI con un diseño un diseño de
2 (Nivel educativo= Grupo 1 y Grupo 2) x 5 (BFI= Extraversión, Afabilidad, Responsabilidad,
Neuroticismo y Apertura a la experiencia). Se verificaron diferencias estadísticamente
significativas para los vectores de medias de los rasgos del BFI con tamaño del efecto moderado
(ʎ= 0.951, F(5, 899)= 9.337, p= .000, η2= 0.049) en Afabilidad y Responsabilidad, presentando
medias mayores los sujetos con menor nivel de estudios; mientras que en Apertura a la
experiencia, se hallaron valores superiores entre los participantes con mayor nivel educativo.
Los resultados se presentan en la Tabla 37.
158
Tabla 37
PID-5 y BFI. Diferencias según nivel educativo.
Media (DE) MANOVA
Grupo 1
(29.3%)
Grupo 2
(70.7%)
F
η2
PID-5
Antagonismo 10.20(8.67) 11.32(8.69) 8.38** .009
Psicoticismo 15.57(14.31) 14.46(13.50) .15ns 0
Afecto Negativo 24.80(12.25) 21.58(10.42) 3.87* .004
Perfeccionismo Rígido 17.32(10.06) 16.69(10.03) 9.39** .010
Desapego 17.96(10.87) 14.69(9.47) 11.26** .012
BFI
Extraversión 27.90(5.80) 28.05(5.60) .13ns 0
Afabilidad 36.28(5.34) 35.13(5.17) 9.05** .010
Responsabilidad 34.91(6.29) 33.85(6.13) 5.50** .006
Neuroticismo 22.21(6.31) 21.93(5.58) .41ns 0
Apertura a la experiencia 35.25(5.93) 37.44(6.689) 21.52** .023 Nota. ** = p < .01; * = p < .05; ns = no significativo.
4.5.4.4. Asistencia a psicoterapia
Nuevamente se calculó un MANOVA para cada categoría de la variable independiente
asistencia a psicoterapia. Para esto se conformaron grupos con esta variable según las respuestas
de los sujetos a la encuesta sociodemográfica, del siguiente modo: nunca, en el pasado,
actualmente. Las variables dependientes fueron los cinco factores de personalidad del BFI y los
cinco dominios del PID-5.
Para efectuar dicho análisis se conformó un diseño de 3 (Asistencia a
psicoterapia=Nunca, En el pasado y Actualmente; 47.3%, 36% y 16.7%, respectivamente) x 5
(PID-5= Antagonismo, Psicoticismo, Afecto Negativo, Perfeccionismo Rígido y Desapego), para
el caso del PID-5. Se verificaron diferencias estadísticamente significativas entre los vectores de
159
medias de los dominios del PID-5 con tamaño del efecto pequeño (ʎ= 0.955, F(10, 1780)= 4.11,
p= .000, η2= 0.023), reportando medias mayores en Desapego aquellos que nunca asistieron al
ser comparados con los sujetos que actualmente realizan psicoterapia y los que la realizaron en el
pasado. Los resultados se presentan en la Tabla 38.
En cuanto a las diferencias en los cinco factores del BFI según asistencia a psicoterapia
calculó un MANOVA con un diseño 3 (Asistencia a psicoterapia= Nunca, En el pasado y
Actualmente; 47.3%, 36% y 16.7%, respectivamente) x 5 (BFI= Extraversión, Afabilidad,
Responsabilidad, Neuroticismo y Apertura a la experiencia). Se verificaron diferencias
estadísticamente significativas entre los vectores de medias de los factores del BFI con tamaño
del efecto pequeño (ʎ= 0.934, F(10, 1780)= 6.17, p= .000, η2= 0.034), para los rasgos de
Extraversión (con menor media aquellos que nunca asistieron), Neuroticismo (con valores
superiores de los que actualmente concurren respecto de los que nunca lo hicieron) y Apertura a
la Experiencia (con medias superiores detectadas en los sujetos que realizan o realizaron terapia)
-Tabla 39-.
Tabla 38
PID-5. Diferencias según asistencia a psicoterapia.
Media (DE) MANOVA
Nunca
(47.3%)
En el pasado
(36%)
Actualmente
(16.7%)
F
η2
Antagonismo 11.77(10.20) 13.02(10.06) 13.37(10.43) 2.06ns .005
Psicoticismo 8.20(8.54) 8.95(9.29) 7.84(8.63) 1.03ns .002
Afecto Negativo 11.54(9.14) 12.51(9.36) 13.52(10.44) 2.66ns .006
Perfeccionismo Rígido 13.04(7.42) 12.88(6.92) 12.05(7.17) 1.06ns .002
Desapego 9.39(7.50) A
8.00(6.85) B
7.53(6.57) B
5.43** .012 Nota. Letras diferentes indican grupos diferentes en el análisis post-hoc Tuckey; * ** = p < .001; ** = p <
.01; * = p < .05; ns = no significativo.
160
A continuación se muestra un resumen de los datos hallados para el objetivo 4:
- Edad: respecto de esta variables se observan asociaciones con los dominios Antagonismo,
Perfeccionismo Rígido y Desapego del PID-5, y con los rasgos Afabilidad y Responsabilidad del
BFI.
- Sexo: los hombres presentan mayores medias en los rasgos patológicos de Antagonismo,
Psicoticismo y Desapego medidos con el PID-5; mientras que las mujeres presentan medias más
altas en los rasgos de personalidad normal tales como Extraversión, Afabilidad, Responsabilidad
y Neuroticismo.
- Nivel educativo: los sujetos con menor nivel educativo obtienen medias mayores en Afecto
Negativo, Perfeccionismo Rígido y Desapego, mientras que los de mayor nivel, lo obtienen en
Antagonismo, medidos con el PID-5. Así mismo el grupo de menor nivel presentan medias
mayores en Afabilidad y Responsabilidad del BFI, en comparación con los que alcanzaron un
nivel mayor, terciario completo y universitario -completo e incompleto-, cuyas medias son
superiores en Apertura a la experiencia.
Tabla 39
BFI. Diferencias según asistencia a psicoterapia.
Media (DE) MANOVA
Nunca En el pasado Actualmente F η2
Extraversión 27.51(5.87)A 28.55(5.44)
B 28.43(5.45)
B 3.51* .008
Afabilidad 35.63(5.55) 35.40(4.97) 35.13(4.91) 0.55ns .001
Responsabilidad 34.65(6.22) 33.91(6.20) 33.42(6.06) 2.68ns .006
Neuroticismo 21.29(5.74) A
22.35(5.98) A
23.40(5.34) B
8.24** .018
Apertura a la
experiencia
35.60(6.28)
A 37.67(6.56)
B 38.15(6.78)
B
12.41**
.027
Nota. Letras diferentes indican grupos diferentes en el análisis post-hoc Tuckey;* ** = p < .001; ** = p <
.01; * = p < .05; ns = no significativo.
161
- Asistencia a psicoterapia: para el caso del PID-5 obtuvieron medias mayores en Desapego
aquellos que nunca asistieron al ser comparados con los sujetos que actualmente realizan
psicoterapia y los que la realizaron en el pasado, es decir que los primeros presentan más rasgos
patológicos. En cuanto a las diferencias en los cinco factores del BFI según asistencia a
psicoterapia, para los rasgos de Extraversión (con menor media aquellos que nunca asistieron),
Neuroticismo (con valores superiores de los que actualmente concurren respecto de los que
nunca lo hicieron) y Apertura a la experiencia (con medias superiores detectadas en los sujetos
que realizan o realizaron terapia).
162
DISCUSIÓN
163
Capítulo 5: DISCUSIÓN
Como ya se ha mencionado, la evaluación de la personalidad probablemente constituya
uno de los temas de mayor interés para la psicología, especialmente, en el campo de
investigación y en los diversos ámbitos de aplicación. En el primero, por la importancia de
revisar teorías, ponerlas a prueba, crear y/o validar instrumentos de medición, actualizarlos,
investigar la efectividad de intervenciones, entre tantas otras tareas. En el segundo, ya que los
profesionales que se desempeñan en los ámbitos de aplicación tienen la responsabilidad de
realizar evaluaciones precisas, para eventualmente, efectuar alguna intervención posterior, como
implementar tratamientos. Es por esto que se plantearon los objetivos específicos de este trabajo,
pensando en su utilidad teórica, pero también práctica.
A continuación, se discutirán cada uno de los objetivos propuestos a la luz de la teoría.
Luego se detallarán algunas limitaciones de esta tesis, la transferencia teórica y tecnológica, para
finalizar planteando posibles líneas de investigación en las consideraciones finales.
5.1 Discusión Objetivo 1
El primer objetivo específico de esta Tesis fue Establecer las propiedades psicométricas
en población general del PID-5 (consistencia interna, evidencias de validez de constructo y
concurrente). Para responder al mismo, inicialmente se llevó a cabo un análisis de componentes
164
principales por ser el método elegido por los autores de la prueba (e.g.; Krueger et al., 2012;
Krueger et al., 2013) y replicado en estudios posteriores (Anderson et al., 2013; Anderson et al.,
2015; Bach et al., 2017; Bastiaens et al., 2016a,b; Bo et al., 2015; De Fruyt et al., 2013; Fossati
et al., 2013; Gore & Widiger, 2013; Griffin & Samuel, 2014; Gutiérrez et al., 2015; Hopwood,
Schade et al., 2013; Markon, et al., 2013; Morey et al., 2013; Quilty et al., 2013; Roskam et al.,
2015; Suzuki et al., 2015; Thimm et al., 2016; Thomas et al., 2012; Van der Brocke & Simms,
2014; Watson et al., 2013; Wright, Pincus et al. 2012; Wright & Simms, 2014; Wright, Thomas
et al., 2012; Zimmerman et al., 2014). Atendiendo a que en diferentes investigaciones se
observaron criterios laxos y disparidad en cuanto al valor de corte seleccionado, para este estudio
se eligió un valor estricto de .40 por considerarlo más adecuado. El análisis efectuado se
implementó con todos los ítems del instrumento a diferencia de la gran mayoría de estudios que
incluyen las facetas. Esto permitió poner a prueba los mismos, al mismo tiempo que a la teoría
que lo sostiene. De este modo se depuró el instrumento, eliminando ítems con cargas dobles
significativas o bajas, entre los cuales se hallaban los ítems inversos, que han sido analizados en
algunos trabajos como problemáticos (Bach et al. 2016; Bo et al., 2015; Creo & Widiger, 2014;
Van den Brock, 2014). Como resultado se halló una solución factorial de 5 dimensiones,
compuesta 87 reactivos, obteniendo en una versión más breve y sencilla de utilizar, a la vez que
más práctica para puntuar, con adecuadas propiedades psicométricas. Todas las cargas factoriales
de los reactivos resultaron superiores a .44 elevándose por encima de .60 en la mayor parte de los
ítems (ver Tabla 4.10) y la varianza total explicada fue de 43.81%, la cual si bien se considera
que debe ser superior a 60% (Hair et al., 1999), otros autores han obtenido valores inferiores a
este (Wright et al., 2014). La semejanza entre el porcentaje de varianza que explican los tres
primeros factores, guarda relación con el nivel explicativo de cada uno, sin mostrar primacía
165
entre ninguno de ellos pero con cierta preponderancia respecto de los dos últimos (10.60%,
10.20%, 9.31%, 7.80%, y 5.90% respectivamente).
El primer factor se etiquetó como Antagonismo, dado que contiene reactivos de Engaño,
Manipulación y Grandiosidad, incluidos en la clasificación del PID-5 original, a las cuales se les
suman las facetas Búsquedas de Atención e Insensibilidad de las propuestas en el DSM-5 para
dicho dominio. El segundo factor, denominado Psicoticismo, se conformó con ítems de
Excentricidad, Desregulación Perceptual y Creencias y Experiencias Inusuales, agrupación que
coincide en todas las versiones, tanto de los autores (Krueger et al., 2012), como la del DSM-5
(APA, 2013a) y la versión online utilizada (APA, 2013b). Quizás, la coincidencia de las facetas
de este dominio en todas las versiones del PID-5 al igual que en este estudio, pueda deberse a
que los reactivos que lo conforman representan situaciones inusuales o experiencias extrañas, por
lo que la mayoría de las personas que no presenta psicopatología, responde en un mismo sentido.
El tercero, etiquetado como Afecto Negativo, agrupó elementos de dicho dominio, como
Inseguridad/Separación de las facetas originales del PID-5, más Perseveración y Depresión de
las propuestas por el DSM-5, junto a otras de los demás dominios, como Anhedonia
perteneciente a Desapego, y Distractibilidad de Desinhibición. En el Factor 4, Desapego, se
ubicaron ítems que corresponden en su mayoría a ese dominio, con Aislamiento de la versión
original y dos reactivos de Insensibilidad correspondientes al dominio Antagonismo (Krueger et
al., 2012 y DSM-5 (APA, 2013a); dos de Afecto Restringido del Dominio Afecto Negativo
(Krueger et al., 2012) y del DSM-5 (APA, 2013a), también perteneciente a Desapego en dicho
Manual.
Por último, en el quinto Factor, fue etiquetado como Perfeccionismo Rígido ya que los 12
ítems que lo componen corresponden en su mayoría a la faceta Perfeccionismo del dominio
166
Desinhibición, cargando de modo positivo, a diferencia del estudio de Krueger et al. (2012) en el
cual mediante el análisis de las facetas –y no los ítems como en este trabajo-, encontraron que
Perfeccionismo cargó de modo negativo en Desinhibición. A su vez se sumaron dos reactivos de
Ansiedad y uno de Perseveración, correspondiente al dominio de Afecto Negativo.
Perfeccionismo, Ansiedad y Perseveración se encuentran en las versiones del autor (Krueger et
al., 2012) y en la del DSM-5 (APA, 2013a). Esta agrupación que arroja el análisis, deja por fuera
Distractibilidad, Irresponsabilidad e Impulsividad, presentes en las tres versiones de la prueba.
Respecto del contenido de los ítems que conforman este factor aquellos que corresponden a la
faceta Perfeccionismo se refieren a mantener el orden de modo rígido o inflexible, con probables
ideas obsesivas y el resto de los reactivos que se ubican en las facetas mencionadas, reflejan
preocupación (véase ANEXO C), por lo que se evaluó como adecuado denominar a este Factor
Perfeccionismo Rígido, en consonancia con los resultados hallados por el autor del instrumento
en las sucesivas depuraciones del mismo (Krueger et al., 2012).
Respecto de lo expuesto e intentando encontrar una explicación a las diferencias en la
distribución de las facetas respecto de los dominios, en el análisis presentado, en relación con las
otras versiones publicadas del instrumento, es posible pensar que las mismas se deban a que en
dichas versiones utilizaron muestras diferentes, principalmente de estudiantes o también a que
los análisis efectuados por otros autores han sido llevado a cabo con los dominios y no con
facetas como en este caso, como se verá en el siguiente objetivo. También es posible que se
deban a las características propias de cada cultura o país.
Luego se realizó un análisis de evidencias validez concurrente tomando como criterio el
SCL-90-R (Casullo, 2004; Casullo & Pérez, 1998; Casullo & Pérez, 2008; Derogatis, 1977,
1983, 1994, Derogatis & Cleary, 1977; Derogatis & Savitz, 2000) y el WHODAS 2.0 (OMS,
167
2010). Considerando los resultados de las asociaciones efectuados con el primero, se hallaron
asociaciones estadísticamente significativas positivas entre 24 de las variables analizadas, lo cual
resulta esperable considerando el tamaño de la muestra. Por ello solo se analizan las más
elevadas (Cohen, 1988). Los valores se encuentran en un rango que va desde un r = .108 a r=
.593 con un p < 0.001 en todos los casos.
En el dominio Antagonismo las correlaciones con las dimensiones de la SCL-90-R
oscilan entre .108 para Ansiedad Fóbica a .308 para Ideación paranoide, que si bien es la más
alta, representa una asociación moderada. El resto de las asociaciones también son positivas pero
bajas. Antagonismo demuestra asociación con todas las dimensiones de la SCL-90-R, siendo
positivas y bajas, al igual que se da con los dominios Desapego -con valores que se encuentran
entre .176 para Somatizaciones a .330 para Psicoticismo-, y Perfeccionismo Rigido -con .204
para Hostilidad a .330 en Ansiedad-.
Psicoticismo del PID-5 se asoció con Psicoticismo, Ideación Paranoide y Obsesiones y
Compulsiones de la SCL-90-R de modo moderado (.483, .432 y .426, respectivamente), y con el
resto de modo significativo y positivo pero bajo, con un rango de .290 en Somatizaciones a .360
en Ansiedad.
Afecto Negativo fue el dominio con mayores asociaciones, principalmente moderadas.
Los valores se hallan entre .357 para Ansiedad Fóbica a .593 para Depresión, baja y moderada,
respectivamente. Con Somatizaciones y Hostilidad también son bajas (.377 y .368,
respectivamente), y con Depresión, Obsesiones y Compulsiones, Sensibilidad Interpersonal,
Ansiedad, Psicoticismo e Ideación Paranoide, son moderadas (.593, .577, .498, .495, .468 y .428,
respectivamente).
168
En cuanto a la cantidad de relaciones de cada dimensión de la SCL-90-R, algunas se
vincularon con más de un dominio del PID-5 como en el caso de Ideación Paranoide y
Psicoticismo, que presentaron cada una asociaciones moderadas con Psicoticismo y Afecto
Negativo del PID-5. La asociación más alta encontrada es entre Depresión y el dominio Afecto
negativo.
Finalmente la asociación positiva significativa hallada entre los dominios del PID-5 y el
WHODAS 2.0, con valores que se encuentran entre .154 en Antagonismo a .407 en Afecto
Negativo. En estos dos instrumentos la asociación más alta se da con este último dominio, siendo
esta moderada y para los cuatro dominios restantes las asociaciones son positivas pero bajas.
De lo anterior pareciera ser que las personas que presentan un Afecto Negativo,
demuestran una tendencia a esgrimir una mayor cantidad de síntomas psicológicos variados, en
la última semana, asociados a Depresión, Obsesiones y compulsiones, Sensibilidad interpersonal,
Ansiedad, Psicoticismo e Ideación paranoide, a su vez se autoperciben con menor grado de salud
o mayor discapacidad en lo que respecta a la cognición, la movilidad física, el cuidado personal,
las relaciones interpersonales, las actividades de la vida diaria y el grado de participación en la
comunidad. Las personas con el rasgo de Psicoticismo medido con el PID-5 presentan síntomas
tales como Ideación paranoide y los síntomas Psicóticos como los que describe la SCL-90-R.
Los estudios de validez concurrente se han presentado como satisfactorios y en el mismo
sentido que los hallados por Anderson et al. (2013, 2015), Bastiaens et al. (2016b), Crego et al.
(2016), Few et al., (2013), Fossati et al. (2013, 2016a), Fowler et al. (2016), Hopwood et al.,
(2012), Hopwood, Schade, et al. (2013), Samuel et al. (2013), Sellbom et al. (2013), Strickland et
al. (2013), Wright et al. (2013b) y Yalch et al. (2016), demostrando la utilidad del PID-5.
169
En tercer lugar el análisis de la consistencia interna realizado con todos los ítems del
inventario a nivel de facetas, arrojó resultados excelentes, con valores que se encuentran en un
rango de entre .850 y .931, dando cuenta de una adecuada confiabilidad de las puntuaciones
arrojadas por el instrumento. Los valores hallados fueron de .931 para el Factor 1
(Antagonismo); .923 para el Factor 2 (Psicoticismo); .922 para el Factor 3 (Afecto Negativo);
.903 en el Factor 4 (Desapego) y, por último, .850 en el Factor 5 (Perfeccionismo Rígido). La
diferencia en la cantidad de elementos podría estar afectando la fiabilidad, ya que una mayor
cantidad de ítems permite índices más elevados. Los hallazgos son similares a los reportados por
otros autores en muestras de población general (Bo et al., 2016; Crego & Widiger, 2016; Fosatti
et al., 2013; Gutiérrez et al., 2015a; Gutiérrez et al., 2017; Krueger et al., 2012; Strickland et al.,
2013; Suzuki et al., 2015; Watson et al., 2013). Sin embargo, como puede verse en la Tabla 13,
debe mencionarse que cuando los investigadores realizaron estudios de consistencia interna a
nivel de dominios obtuvieron alfas más elevados en general que al realizarlos con las facetas con
rangos que oscilan entre .86 a .96 (Afecto negativo-Antagonismo/Psicoticismo) para los
primeros, respecto de .58 a .96 (Suspicacia y Evitación de la intimidad/Excentricidad) para las
segundas (Anderson et al., 2013, 2015; Bastiaens et al., 2016a; Fossati et al., 20013c; Jopp &
South, 2015; Sellbom et al., 2013; Strikland et al., 2013; Wright & Simms, 2014). Los valores
resultan similares tanto para población general como para la clínica y/o psiquiátrica a nivel de
dominios y en estudiantes se muestran más bajos pero porque la mayoría realizó estudios con las
facetas (Anderson et al., 2103; Anderson et al., 2015; Ashton et al., 2012a; De Fruit et al., 2013;
Fossati et al. 2013; Gore et al. 2013; Hopwood et al. 2013; Krueger et al., 2012; Miller et al.,
2013; Quilty et al., 2013; Thomas et al., 2012; Wright & Simms, 2014; Wright et al. 2012b; Yam
& Simms, 2014).
170
En síntesis, es importante destacar que se realizaron estudios de validación con un
instrumento psicométrico, aportando evidencias de validez y confiabilidad, para su uso en
población general adulta de la Ciudad de Buenos Aires y del Conurbano Bonaerense, al igual que
los realizados en el ámbito internacional con población general (Bach et al., 2017; Bastiaens et
al., 2016a; Bo et al., 2015; Crego & Widiger, 2016; Fossati et al. 2013; Fossati et al., 2016b;
Gutiérrez et al. 2015a; Gutiérrez et al., 2017; Krueger et al., 2012; Miller et al., 2013; Roskam et
al., 2015; Strickland et al., 2013; Suzuki et al., 2015; Watson et al., 2013). En el proceso se
realizó un minucioso estudio de sus reactivos, hallando evidencias de validez de constructo de la
prueba, contribuyendo a los postulados de la teoría pentafactorial de la personalidad y
mayormente en concordancia con otros estudios (Bach et al., 2017; Bastiaens et al., 2016a; Bo at
al., 2015; Gutiérrez et al., 2015; Krueger et al., 2012; Fossati et al. 2013; Roskam et al., 2015;
Suzuki et al., 2015; Watson et al., 2013).
Lo mencionado reviste importancia considerando que desde la aparición de dicha técnica
se han llevado a cabo una cantidad considerable de estudios para establecer sus propiedades
psicométricas, aunque Gutiérrez et al. (2017) remarcó que la evidencia en otros idiomas resulta
limitada. Atendiendo este aspecto y los resultados hallados, se remarca la importancia de crear o
de adaptar instrumentos para la evaluación de los TP con el objetivo de que los usuarios puedan
sumar el uso de los mismos al proceso de evaluación.
5.2 Discusión Objetivo 2
En el apartado anterior se presentó la discusión en torno a un objetivo instrumental –la
adaptación del PID-5 a población local-, lo cual a su vez aportó evidencias de a favor de la
171
estructura pentafactorial propuesta en el DSM-5 (APA, 2013a). De modo similar, pero diferente,
en el objetivo 2 (Corroborar la estructura factorial del modelo dimensional de rasgos
disfuncionales de personalidad propuesto por la nueva clasificación del DSM-5, en población
local) también se analizan los postulados de la Sección III de dicho Manual, pero no con un fin
instrumental, sino con un propósito teórico: examinar si las 25 facetas se agrupan en los 5
dominios tal como se propone en el DSM-5.
Se ha efectuado un nuevo análisis de componentes principales con la sumatoria de las
facetas, escogiendo dicho método dado que en investigaciones previas se sostiene que los
estudios exploratorios son más apropiado que los confirmatorios debido a que este último
conlleva sostener hipótesis fuertes a priori en el marco de una línea de investigación reciente
sobre el PID-5 en su relación con la clasificación del DSM-5, y considerando la complejidad de
la estructura de datos que evalúan la personalidad (Góngora & Castro Solano, 2017; Krueger et
al., 2012; Krueger et al., 2013).
La estructura hallada es sumamente parecida a la propuesta tanto por el autor del
instrumento (Krueger et al., 2012) como por el DSM-5 (APA, 2013a) y bastante coincidente con
la versión APA online, utilizada para este trabajo (APA, 2013b). Se aisló una estructura
compuesta por 25 facetas distribuidas en los cinco factores que explicaron el 62.20% de la
varianza (F1=17.50%, F2=14.80%, F3=13.40%, F4=8.30%, F5=8.20%), poniendo de manifiesto
la primacía del primer factor.
El F1, Psicoticismo, agrupó las facetas originales Creencias y Experiencias Inusuales,
Desregulación Perceptual y Excentricidad, cargando exclusivamente en dicho Factor y tal como
se clasifica en las correspondientes a las tres versiones (APA, 2013a, b; Krueger et al., 2012).
Luego Ansiedad, Labilidad Emocional, Depresión, Hostilidad, Impulsividad, Perseveración,
172
Perfeccionismo e Inseguridad, que pertenecen a otros dominios según la versión con la que se
compare, -como se vio en el apartado de resultados correspondiente-, y algunos con carga en más
de un factor.
El Factor 2 se conformó con las tres facetas originales de Antagonismo -Engaño,
Grandiosidad y Manipulación- (APA, 2013a, b; Krueger et al., 2012); luego agrupó otras facetas
como Búsqueda de atención, Insensibilidad y Hostilidad. A su vez Búsqueda de atención,
Manipulación, Grandiosidad y Engaño presentaron cargas exclusivas en este factor, intuyendo
facetas más puras (Krueger et al., 2012).
El Factor 3, corresponde a Desapego, con Anhedonia, Evitación de la intimidad, de las
tres versiones originales del instrumento (APA, 2013a, b; Krueger et al., 2012); e Insensibilidad,
Depresión, Hostilidad, Afectividad restringida, Recelo y Aislamiento repartidos en las otras
versiones del instrumento.
En el Factor 4, Desinhibición, se ubican Distractibilidad, Impulsividad e
Irresponsabilidad, con cargas exclusivas y coincidentes con las tres versiones del instrumento
(APA, 2013a, b; Krueger et al., 2012). Perfeccionismo (con carga negativa) y Toma de riesgos,
pertenecientes a otros dominios y con cargas repartidas. Este también pareciera ser un factor
bastante puro.
El Factor 5, Afecto Negativo, se conforma con 6 facetas agrupando Anhedonia,
Ansiedad, Depresión, Toma de riesgos (con carga negativa) e Inseguridad/separación con cargas
en más de un factor, a excepción de Sumisión que carga exclusivamente para este componente y
coincide con las versiones originales del instrumento (APA, 2013a; Krueger et al., 2012);
Ansiedad e Inseguridad/separación, coinciden en el dominio para las tres versiones originales
(APA, 2013a, b; Krueger et al., 2012). El resto se presentan en otros dominios originalmente.
173
Como se puede ver algunas facetas se posicionan en más de un dominio al igual que lo
que ocurre en la propuesta DSM-5 (APA, 2013a). La estructura hallada es similar a la propuesta
por los autores, salvo en la faceta Labilidad Emocional que queda por fuera de los dominios. En
la versión utilizada para este trabajo (APA, 2013b) 14 de las 15 facetas corresponden a los
dominios propuestos originalmente por la versión DSM; estas son las tres incluidas en
Psicoticismo, Engaño, Grandiosidad y Manipulación de Antagonismo; Anhedonia, Evitación de
la intimidad y Aislamiento de Desapego; Impulsividad, Irresponsabilidad y Distractibilidad de
Desinhibición, y Ansiedad e Inseguridad/separación de Afecto Negativo (APA, 2013a, b).
De Clerq et al. (2013) mencionan que algunas facetas son menos confiables y que se debe
seguir investigando; es probable que se requiera mayor profundidad en el análisis en aquellas que
cargan en más de un dominio como las halladas aquí o en el estudio de DeFruyt et al., (2013),
quienes encontraron que Hostilidad y Anhedonia, y Depresión y Perfeccionismo cargaban en dos
y tres dominios respectivamente, en un estudio con universitarias mujeres (De Fruyt et al., 2013).
Al respecto Griffin y Samuel (2014), plantean que es preciso pensar si se deben ampliar las
facetas y colocarlas en los dominios adecuados; este razonamiento surge a raíz del propio AF
realizado por los autores en donde por un lado encuentran cantidad de facetas con cargas dobles
y triples y por el otro varias de ellas con cargas negativas (Griffin & Samuel, 2014). Este último
estudio es coincidente en los dos primeros factores, -Psicoticismo y Antagonismo-, con el
hallado en esta tesis, sin embargo, debe mencionarse que otros autores, incluso con soluciones
factoriales de 5 componentes encontraron un ordenamiento diferente para los dominios (Fossati
et al., 2013; Wright & Simms, 2014; Zimmermann et al., 2014).
A pesar que deben continuarse las investigaciones, considerando que la estructura
encontrada es similar a los estudios previos centrales (APA, 2013a, b; Krueger et al., 2012), la
174
evidencia es a favor de la Hipótesis que afirmaba que Se corroborará un adecuado ajuste de la
estructura pentafactorial del modelo dimensional de rasgos disfuncionales.
5.3 Discusión Objetivo 3
El objetivo 3 de este trabajo consistió en examinar la relación del modelo dimensional
con el modelo de los cinco factores, es decir los primeros cinco dominios como la variante
desadaptativa de los cinco grandes rasgos de personalidad sana.
En base a las polaridades teóricas propuestas, este estudio se han encontrado asociaciones
significativas entre todos los dominios del PID-5 y los rasgos del BFI, corroborando la relación
entre ambos modelos. Dichas correlaciones son: Antagonismo con Afabilidad de modo
moderado y negativo; Psicoticismo con Apertura a la experiencia de modo positivo -aunque con
tamaño del efecto bajo-; Afecto Negativo presentó correlaciones positivas con su opuesto
Neuroticismo -con tamaño del efecto alto-; Perfeccionismo Rígido con Responsabilidad, de
manera baja y positiva, y Desapego presentó correlaciones negativas con Extraversión. Se han
hallado además otras asociaciones: Psicoticismo presentó una correlación negativa cercana a
moderada con Responsabilidad; Afecto Negativo mostró una correlación negativa con
Responsabilidad; Desinhibición y Neuroticismo, y Desapego con Afabilidad, ambas moderadas.
En conclusión, Antagonismo y Desapego presentan resultados esperados de acuerdo a la
teoría con las correlaciones más elevadas y negativas con sus opuestos teóricos. Afecto
Negativo, por su parte, también presentó la correlación más elevada con su opuesto –
175
Neuroticismo- pero de signo positivo. Sin embargo, analizando las definiciones de dichos
constructos, resultan similares más que opuestos.
Estos resultados muestran similitud con los publicados por Quilty et al. (2013) en
relación con la comparación del PID-5 y el NEO-PI, si bien ellos, utilizaron las facetas. Los
autores hallaron que Neuroticismo, Extraversión, Afabilidad y Responsabilidad se asociaron de
moderado a fuerte con los dominios PID-5 correspondientes. Neuroticismo demostró mayor
asociación con las facetas de Afecto Negativo -Afectividad Negativa, Ansiedad, Labilidad
Emocional e Inseguridad de Separación-, aunque con cargas negativas. Al igual que en el estudio
presentado en esta Tesis, ellos encontraron que Extraversión mostró relaciones negativas con
Desapego, y que Afabilidad se relacionó también negativamente con Antagonismo.
Se ha puesto de manifiesto en este trabajo, una cantidad considerable de estudios que
asocian el PID-5 con modelos de personalidad sana como el Five Factor Model of Personality
Disorder Scales -FFMPD- (Lynam et al., 2012) y en donde se ha afirmado una fuerte
convergencia conceptual entre ambos instrumentos. Además, autores que efectuado
investigaciones con el mismo, llevaron adelante otros trabajos con el -FFMRF- (Mullins et al.,
2006) y en ambos hallaron las asociaciones teóricas esperadas, relacionando los dominios del
PID-5 con su contraparte del modelo de personalidad sana (Crego & Widiger, 2016; Crego et al.,
2018; Strickland et al., 2013; Thomas et al., 2013; Wright et al., 2012a, 2012b). A su vez se han
hallado algunas investigaciones para destacar con el NEO-PI y sus distintas versiones (Ashton et
al., 2012; De Fruit et al., 2013; Few et al., 2013; Gore et al. 2013; Griffin & Samuel, 2014;
Quilty et al., 2013; Wright & Simms, 2014); incluso en trabajos recientemente publicados
(Pocnet, et al., 2018). Tanto los estudios realizados con el BFI (Fowler et al., 2016; Griffin &
Samuel, 2014; Watson et al., 2013) como los mencionados anteriormente, y los presentando en
176
este objetivo, han logrado replicar el modelo y asociar las dimensiones de los instrumentos
utilizados.
Como conclusión de este apartado, se pueden remarcar dos aspectos, el primero se refiere
a que es el primer trabajo de este tipo llevado adelante con adultos de población general de
CABA y Provincia de Buenos Aires, en donde se relacionan dos instrumentos ya validados,
como polos teóricos del constructo personalidad, poniendo a pruebas modelos con resultados
satisfactorios, lo que permite pensar además, la salud y la enfermedad como puntos de un
continuo o como polos de una dimensión, tal como lo han propuesto otros autores a lo largo de
los años (Millon & Everly, 1994). El segundo aspecto a destacar es la posibilidad del uso
práctico y clínico de los resultados hallados, que colaboran para que los usuarios, no deban
utilizar instrumentos que fuercen las teorías, ya que no fueron diseñados en concordancia con
ellas, tal como se desarrollo en el marco teórico.
Por tanto, la información es a favor de la hipótesis que afirmaba: Se corroborará la
relación entre los cinco dominios propuestos en el PID 5 y su correspondiente versión en los
cinco factores del BFI.
5.4 Discusión Objetivo 4
El objetivo 4 propuesto para esta tesis consistió en establecer diferencias individuales en
la personalidad patológica y normal según variables sociodemográficas -sexo, edad, nivel de
escolaridad - y asistencia o no a psicoterapia. No se han hallado muchos estudios que indaguen
estos aspectos, salvo el realizado por Bastiaens et al. (2016b) con población clínica Alemana; en
este, los autores obtuvieron mayores medias en Afecto Negativo y Desinhibición por parte de las
177
mujeres. Sin lugar a dudas y atento a la escases de estudios hallados, se hacía relevante indagar
estos aspectos en población de nuestro país.
Por el contrario, en el estudio realizado para esta Tesis los hombres han obtenido medias
mayores en los rasgos patológicos de Antagonismo, Psicoticismo y Desapego del PID-5,
mientras que las mujeres presentan medias más altas en los rasgos de personalidad normal tales
como Extraversión, Afabilidad, Responsabilidad y Neuroticismo del BFI, dando cuenta de una
mayor presencia de síntomas en la población masculina a diferencia de la femenina.
Estos resultados sugieren que los hombres pueden resultar antipaticos e insensibles
respecto de los otros, e incluso llegar al conflicto por poseer la idea de ser merecedores de mejor
trato que los demás, e incluso desconociendo sus necesidades y sentimientos, y con cierta
predisposición a utilizarlos en beneficio propio. Además es probable que eviten experiencias
socio-emocionales e íntimas, rehuyendo a las interacciones interpersonales con la expresión de
afectos restringida, un estado de ánimo que puede encontrarse aplanado y con cierta suspicacia y
dificultad en experimentar placer. Las mujeres en cambio desarrollan una vida excitante y alegre,
e interactúan con un número mayor de personas y sus pares las consideran amistosas, afectuosas
y locuaces, con capacidad de hacer amigos fácilmente, mostrando experiencias emocionales
positivas. Ademas se muestran complacientes y evitan las situaciones hostiles, pues prefieren
llevarse bien con los demás, quienes las ven simpáticas y bondadosas, con pocos conflictos en
sus relaciones interpersonales. Además son ordenadas, puntuales y disciplinadas, valoran la
pulcritud y la ambición, con mayor motivación hacia el logro y autoestima elevada (Costa,
McCrae & Dye, 1991; McCrae & Costa, 1985, 1987, 1992).
Como conclusión de esta variable, los datos no son similares entre el estudio realizado y
el de Bastiaens et al. (2016) con población alemana, siendo probable que esto se deba a las
178
diferentes muestras utilizadas para cada uno de los estudios; población clínica versus general, y
alemana versus argentina.
En referencia a la variable edad se hallaron asociaciones estadísticas significativas en los
dominios Antagonismo, Perfeccionismo Rígido y Desapego del PID-5. En el BFI se asociaron
los rasgos Afabilidad y Responsabilidad. Todas las asociaciones fueron significativas, positivas y
bajas, salvo con Antagonismo del PID-5, que se presenta negativa y baja. En el estudio alemán
encontraron relaciones negativas y significativa con Antagonismo, Desinhibición y Psicoticismo
(Bastiaens et al., 2016b). Dado que este estudio no informa si las asociaciones halladas por ellos
son altas, moderadas o bajas, no es posible compararlas de modo preciso. Sin embargo,
mencionan que las tres relaciones halladas son significativas y negativas, en este sentido serían
similares -Antagonismo y Desinhibición- (Bastiaens et al., 2016b); esto quiere decir que en
población alemana a menor cantidad de años, mayor presencia de conductas asociadas al
dominio implicado. Puesto que las asociaciones halladas para este trabajo son bajas, no se
considera adecuada su interpretación, especialmente considerando el elevado tamaño de la
muestra. Sin embargo, es importante pensar que dichas asociaciones, pueden ser bajas debido a
que los rasgos de la personalidad, permanecen estables durante la vida adulta y con pocos
cambios a diferencia de lo que ocurre en etapas más tempranas como en la adolescencia, según
se desprende del estudio realizado por De Clerq. et al. (2013).
Analizando según nivel educativo, en el estudio mencionado hallaron que el número de
años de educación se relacionó de manera negativa y significativa con Desinhibición (Bastiaens
et al., 2016b); en este trabajo, en lo que respecta a síntomas psicopatológicos, aquellos sujetos
con menor cantidad de estudios, primaria y secundaria, incompleta o completa-, presentan más
síntomas asociados al Afecto negativo, el Perfeccionismo rígido y al Desapego; se debe remarcar
179
que la diferencia entre ambos tipos de estudios es que en el de Bastiaens et al., (2016) se han
efectuado correlaciones, mientras que para este trabajo se han practicado diferencias entre
medias. En cuando a los rasgos de personalidad sana presentaron mayor Afabilidad y
Responsabilidad los participantes de menor nivel educativo en contraposición con los de mayor
nivel, quienes a su vez estos demuestran mayor Apertura a la experiencia. En términos generales
podría decirse que los que reportan más años de estudios presentan menos rasgos disfuncionales
que aquellos con menos cantidad de años de escolaridad, quizás pueda hipotetizarse que los
sujetos con mayor disfuncionalidad les resulte más difícil completar sus estudios, aunque esto
debería ser estudiado en estudios longitudinales y no transversales como es este caso. Otro punto
a continuar indagando es que si bien los sujetos con menor nivel educativo puntúan más alto en
rasgos disfuncionales, también lo hacen en las características de personalidad normal. Debido a
las asociaciones mencionadas en el objetivo 3 entre PID-5 y BFI, estos resultados parecen ser
contradictorios, por lo cual se recomienda continuar estudiando la variable nivel educativo,
considerando, entre otros aspectos, una muestra más balanceada.
En referencia a la variable Asistencia a psicoterapia no se han hallado trabajos al
respecto. Sin embargo cabe mencionar que los que más se asemejan refieren a población
psiquiátrica cuyos participantes han sido diagnosticados; encontrando que los rasgos del PID-5
se asocian con una mayor presencia de personalidad disfuncional (Bach et al., 2017; Gutiérrez et
al., 2015, 2017; Fossati et al., 2016a). En este trabajo obtuvieron medias mayores en el dominio
Desapego los sujetos que nunca asistieron a psicoterapia en comparación con los que
actualmente realizan psicoterapia o los que lo hicieron en el pasado, es decir que los primeros
presentan más rasgos disfuncionales en términos generales.
180
En cuanto a las diferencias en los cinco factores del BFI según asistencia a psicoterapia,
para los rasgos de Extraversión (con menor media aquellos que nunca asistieron), neuroticismo
(con valores superiores de los que actualmente concurren respecto de los que nunca lo hicieron)
y apertura a la experiencia (con medias superiores detectadas en los sujetos que realizan o
realizaron psicoterapia). Esto último quiere decir que aquellas personas que acudieron a
tratamiento se presentan más extrovertidos, lo que se asocia a un estado de ánimo alegre e
interacciones con muchas personas, presentando experiencias emocionales positivas (McCrae &
Costa, 1985); los que acuden actualmente a psicoterapia presentan más quejas sobre síntomas
tales como preocupación o inseguridad, se sienten inestables y lábiles emocionalmente (McCrae
& Costa, 1985, 1992), siendo probable además que en sus vidas matrimoniales se sientan menos
plenos (McCrae & Costa, 1991) y puedan sufrir de baja autoestima (Costa, McCrae & Dye,
1991). Este puntaje de Neuroticismo podría hipotetizarse como siendo quizás los motivos que los
llevan a comenzar una psicoterapia. Por último, aquellos que realizan psicoterapia o lo hicieron
anteriormente demostrarían presentar mentes más abiertas, con curiosidad e imaginación, con
mayores probabilidades de obtener logros, siendo más creativos y con mejor capacidad para
encontrar soluciones inteligentes a los problemas; las personas con estas características es
probable que desarrollen un mejor crecimiento personal (Costa & McCrae, 1992; Schmutte &
Ryff, 1997).
La información hasta aquí expuesta da cuenta de evidencia mayormente a favor de la
Hipótesis que afirmaba: Se obtendrán diferencias estadísticamente significativas según variables
sociodemográficas -sexo, edad, nivel de escolaridad y ocupación-, y asistencia o no a la
consulta psicológica. Cabe recordar que las asociaciones con la edad resultaron bajas.
181
5.5 Limitaciones
A continuación se mencionan las limitaciones de esta Tesis con el objetivo de realizar una
mirada crítica que contribuya a pensar posibles líneas de trabajo e investigaciones futuras. En
cuanto a los aspectos metodológicos se encuentran: a) el tipo de diseño transversal; b) el
muestreo intencional, c) no se utilizó una muestra clínica, d) al observar los grupos que
conforman la variable nivel educativo, la mayoría de los sujetos reportaron acceso al nivel
educativo superior y e) los instrumentos fueron de autorreporte.
En relación con el punto a), el mismo impide realizar inferencias sobre el
comportamiento de las variables a lo largo del tiempo. Los puntos b), c) y d) condicionan la
generalización de los resultados exclusivamente a muestras con características similares en
cuanto a variables sociodemográficas, y a su vez el punto d) sesga la muestra pues más de la
mitad de los evaluados cuenta con algún tipo de estudio de carrera mayor, permitiendo suponer
cierta alteración en los resultados. Respecto del punto c), si bien no era el objetivo de este
trabajo, el trabajar con población general y no contar una muestra clínica, impidió realizar
comparaciones para sumar evidencia psicométrica del PID-5 (como por ejemplo, estudios por
grupos contrastados), así como analizar el modelo en sujetos con patologías previamente
diagnosticadas.
En lo que respecta a los instrumentos de recolección de datos (punto e), tanto la encuesta
sociodemográfica como los inventarios utilizados, presentan como modalidad de respuestas el
autorreporte, esta modalidad resulta vulnerable a eventuales distorsiones en las mismas por parte
de los sujetos evaluados (Fernández Liporace, 2015a). Intentando minimizar y para anticiparse a
este efecto, se mantuvo una rigurosa administración, manteniendo rígidos estándares en las
consignas y se les remarcó a los participantes la importancia de ser sinceros al responder a los
182
mismos, a la vez que se les explicó que no había respuestas correctas e incorrectas. A pesar de
estas aclaraciones, se encontraron protocolos dudosos o incompletos que fueron eliminados.
Además, se espera que el tamaño grande de la muestra atenúe eventuales respuestas
distorsionadas y que la participación voluntaria haya minimizado su ocurrencia (Stover, 2012).
5.6 Consideraciones finales
A modo de cierre se pueden señalar varias cuestiones referidas a la transferencia de
tecnología y conocimientos que se desprenden de esta tesis.
En primer lugar es importante destacar que se realizaron estudios de validación del PID-
5, aportando evidencias de validez y confiabilidad, para su uso en población general adulta de la
Ciudad de Buenos Aires y del Conurbano Bonaerense al igual que el realizado por numerosos
autores en otros países (e.g., Asthon et al.,2012; Ashton et al., 2016; Bach et al., 2016; Bastiaens
et al., 2016a; Bo at al., 2015; Crego et al, 2016; Fossati et al., 2013, 2016b; Gutiérrez et al., 2015,
2017; Krueger et al., 2012; Miller et al., 2013; Roskam et al., 2015; Strickland et al., 2013;
Watson et al., 2013). Como resultado del proceso de adaptación, el instrumento quedó
conformado el cuestionario con una menor cantidad de reactivos, entre ellos los ítems inversos
que ya habían demostrado un funcionamiento inadecuado en algunos estudios (e.g., Bach et al.
2016; Bo et al., 2015; Crego & Widiger, 2014; Van den Brock, 2014). Todo ello ayuda a la
comprensión en el momento de responder al mismo, como también al tiempo que se necesita
para su administración, colaborando para que sea más accesible por ejemplo, en prácticas
públicas como hospitales, en donde el tiempo y los costos constituyen factores de suma
183
importancia. Teniendo en cuenta que el nuevo modelo teórico del DSM-5 propone el PID-5
como el instrumento adecuado para la evaluación de los TP (APA, 2013), y que a raíz de esto,
investigadores de diversas partes del mundo se han abocado a su estudio y validación, el aportar
evidencias de validez y confibialidad resulta fundamental en nuestro medio, puesto que la
información disponible es casi nula y sólo se cuenta con un estudio realizado con la versión
breve del PID-5, -BF- (Góngora & Castro Solano, 2017). Los resultados hallados indican que el
instrumento, tal como ha sido estudiado, puede ser utilizado de modo valido y confiable, a la vez
que útil, en sujetos similares a los de la muestra aquí seleccionada. Los análisis expuestos ponen
a disposición de investigadores y profesionales de la salud mental, un novedoso instrumento con
adecuada calidad psicométrica, para ser aprovechado en diversos ámbitos con población general
adulta, posibilitando a su vez, nuevas investigaciones y evaluaciones de la personalidad. Se
enfatiza que, en cuanto a las críticas recibidas sobre las investigaciones realizadas con el PID-5,
las mismas se refieren al uso de muestras de población estudiantil, muchas de ellas de psicología
casi exclusivamente y algunos con población que respondió a la versión online (Al Dajani et al.,
2015), en este trabajo se ha optado en cambio, por una muestra de adultos de población general y
no estudiantil, como en la mayoría de los estudios previos realizados con el instrumento. Sin
embargo se remarca la necesidad de realizar más estudios con muestras de población clínica,
pues algunos autores han encontrado evidencias en contra de la utilidad de algunas facetas del
PID-5, para discriminar entre pacientes psiquiátricos y población general (Bach et al., 2016).
Además de los aspectos instrumentales, considerando la relevancia teórica y transferencia
de conocimientos, los análisis de componentes principales efectuados en los objetivos 1 y 2, han
arrojado cinco componentes -ya sea si se trabaja con los reactivos como si se utilizan las
dimensiones- que coinciden mayormente con los dominios propuestos para el PID-5, lo cual
184
demuestra la solidez del modelo pentafactorial. También se aportó información relacionada al
modelo detallado en la Sección III del DSM-5 (APA, 2013a) al detectarse correlaciones que
entre los cinco dominios de rasgos disfuncionales y su contraparte sana del modelo de los cinco
factores (e.g, Bach et al., 2017; Bastiaens et al., 2016a; Bo at al., 2015; Gutiérrez et al., 2015;
Krueger et al., 2012; Fossati et al. 2013; Roskam et al., 2015; Suzuki et al., 2015; Watson et al.,
2013). Dicha teoría si, bien ha sido ampliamente estudiada en muchos lugares del mundo, no
había sido explorada en nuestro país, motivo por el cual se encaro en este trabajo. Conocer la
configuración de rasgos de la personalidad, permite realizar diagnósticos más adecuados,
evitando la utilización excesiva de comorbilidades, y contribuir a lograr intervenciones eficaces,
repercutiendo en la calidad de vida de las personas y en su entorno, pero también permite ahorrar
al sistema de salud los costos que un paciente poli y mal diagnosticado, que recibe tratamientos
psicoterapéuticos y/o farmacológicos en instituciones públicas, sin lugar a dudas, acarrea.
A su vez, los resultados podrán resultar útiles para comenzar a comprender como se
presentan los rasgos de personalidad sana y patológica en población local. Si bien existen
estimaciones de la cantidad de sujetos afectados por trastornos mentales en nuestro país
(Ministerio de Salud, 2010), carecemos de investigaciones que se basen en la nueva clasificación
del DSM-5. Desde una perspectiva instrumental y aplicada, resulta importante contar con
instrumentos adecuados para la detección y el diagnóstico, que permitan tomar decisiones
terapéuticas acertadas y a su vez, vislumbrar la asociación de dichas variables. Quizás estos
hallazgos contribuyan a ubicar a las entrevistas como herramientas de recolección de datos de la
historia vital y actual de los sujetos evaluados, y no como único instrumento de evaluación y
diagnóstico de la personalidad, ya que como se ha dejado en claro, las críticas recibidas
185
argumentan en contra de la fiabilidad de los diagnósticos realizados con ellas (Esbec &
Echeburúa, 2014).
En cuanto a futuras líneas de trabajo se necesitan indagar formas adicionales de fiabilidad
y validez del instrumento; por ejemplo, analizar evidencias de validez empírica con la versión
abreviada ya adaptada del PID-5- BF (Góngora & Castro Solano, 2017); y también replicar el
estudio en diferentes poblaciones. Así mismo, debe procurarse confeccionar una escala que mida
la validez en las respuesta de los sujetos al inventario PID-5 tal como ya lo están postulando
algunos equipos de investigadores (Ashton et al, 2016; Keeley et al., 2016), incluyendo escalas
que midan la deseabilidad social, la tendencia a la aquiescencia, la mentira y/o distorsión, la
incoherencia, y posibles respuestas al azar o aleatorias. Si bien en esta investigación se
eliminaron todos los protocolos que se sospechó contenían respuestas inválidas, contar con
escalas de validez hubiese facilitado y mejorado la tarea.
También es importante continuar indagando otras variables sociodemográficas, como por
ejemplo la configuración de determinados rasgos con el tipo de terapia realizada o con las
constelaciones familiares específicas, para determinar si existe alguna relación, pues de conocer
dichas relaciones, las decisiones que se tomen en consecuencia deberían ser diferentes.
Se necesita realizar investigaciones con especial consideración en la utilidad clínica
puesto que principalmente es para esta población a la que se encuentra destinado el instrumento
y algunos autores lo han puesto en duda (Bach et al., 2016), en especial estudios comparativos
entre población general y clínica específica como los realizados por James et al. (2015), con
veteranos diagnosticados con trastorno por estrés post traumático; por ejemplo en nuestro país es
probable que haya algunas poblaciones específicas, que sufrieron catástrofes en los que estos
estudios puedan ser útiles determinar la configuración específica de rasgos. O investigaciones
186
con estudios comparativos mediante el uso de imágenes como la magnetoencefalografía, en los
que se empiece a indagar la red neuronal asociada a los cinco dominios de la personalidad
(James et al., 2015) y quizás pueda ser útil realizar estudios con gemelos que permitan dar cuenta
de las similitudes y diferencias en la configuración particular de los rasgos; u otros estudios que
contemplen rasgos no representados en el PID-5 tales como los realizados por Yalch y Hopwood
(2016) en una muestra de estudiantes. Si bien han comenzado a aparecer algunos estudios
realizados con pacientes con patologías presentes en el DSM-5 (APA, 2013a), como el Trastorno
obsesivo compulsivo (De Caluwé et al., 2014), Trastorno narcicista (Fossati et al., 2016c; Wright
et al., 2013), Trastorno antisocial (Crego & Widiger, 2014; Strickland et al., 2013), con
Trastorno esquizotípico (Chmielewski et al., 2014), entre otros cuadros (Fowler et al., 2018),
sería necesario y adecuado continuar estas líneas de investigación.
Por último y al respecto del párrafo anterior, se remarca la necesidad de realizar estudios
para comenzar a abordar el Criterio A del DSM-5, tan importante como el criterio B, mediante la
adaptación y validación de la entrevista LPFS (Bach, et al., 2015; Hutsebaut et al., 2017), se
espera que el aporte realizado en esta tesis, sea considerado el puntapié inicial para el desarrollo
de los mismos.
187
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Wright, A. G. C., Thomas, K. M., Hopwood, C. J., Markon, K. E., Pincus, A. L. & Krueger,
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Spitzer, C., Benecke, C., Krueger, R.F., Markon, K.E. & Leising, D. (2014). The
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222
Zimmermann, J., Mayer, A., Leising, D., Krieger, T., Grosse Holtforth, M. & Pretsch, J.
(2017). Exploring occasion specificity in the assessment of DSM-5 maladaptive
personality traits: A latent state-trait analysis. European Journal of Psychological
Assessment, 33(1), 47-54. doi: 10.1027/1015-5759/a000271
223
ANEXO A. Instrumentos de recolección de datos
ANEXO A.1. Encuesta sociodemográfica
Encuesta sociodemográfica:
NOMBRE:
SEXO: Femenino
Masculino EDAD:
GRUPO DE CONVIVENCIA:
(Marcar con una cruz)
Familia de Origen
Solo /Amigos
(Madre y/o padre)
Familia Propia
Otros
(Pareja y/o hijos)
ESTADO CIVIL:
Soltero Casado
Divorciado Viudo
SITUACION LABORAL:
Trabaja: Sí No
NIVEL SOCIOECONÓMICO:
Bajo Medio Bajo Medio Medio Alto Alto
NIVEL EDUCATIVO DE:
(Indicar con una X el máximo nivel
alcanzado)
MADRE PADRE
- Sin estudios
- Primario incompleto
- Primario completo
- Secundario incompleto
- Secundario completo
- Terciario incompleto
- Terciario completo
- Universitario incompleto
- Universitario completo
ASISTENCIA A TERAPIA (Indicar con una X una
opción por fila)
NUNCA EN EL PASADO ACTUALMENTE
PSICOLÓGICA
PSIQUIÁTRICA
OTRA ¿CUÁL?
Protocolo Nro.
____________
_____
224
ANEXO A.2. PID-5
Inventario para Trastornos de la Personalidad para el DSM5 -Personality Inventory for DSM;
PID5- (Krueger, Derringer, Markon, Watson & Skodol, 2012; Krueger, Derringer, Markon,
Watson & Skodol, 2013).
PID-5 Esta es una lista de expresiones que diferentes personas podrían decir sobre sí mismas. Quisiéramos saber cómo se
describiría usted mismo. No hay respuestas "correctas" o "incorrectas", de manera que esperamos que responda lo
más honestamente posible. Sus respuestas serán tratadas en forma confidencial. Por favor tome el tiempo que
necesite y lea cada frase cuidadosamente, seleccionando la respuesta que mejor lo describa.
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
1 No disfruto de las cosas tanto como otros parecen hacerlo.
2 Muchas personas están en mi contra.
3 Creo que la gente me describiría como imprudente.
4 Siento que soy completamente impulsivo al actuar.
5 A menudo tengo ideas que son demasiado inusuales como para
explicárselas a los demás.
6 Pierdo el hilo de las conversaciones porque otras cosas me
distraen
7 Evito situaciones riesgosas.
8 Considerando mis sentimientos, la gente me dice que soy
frío/a.
9 Puedo cambiar lo que hago en función de lo que los otros
quieren.
10 Yo prefiero no tener relaciones muy cercanas con los demás.
11 A menudo me meto en alguna pelea física.
12 Me produce mucho temor estar solo/a, sin alguien que me
quiera.
13 Ser grosero y antipático es sólo una parte de lo que soy.
14 Hago cosas para llamar la atención.
15 Habitualmente hago lo que otros piensan que debería hacer.
16 Acostumbro a hacer cosas por impulso, sin pensar en las
consecuencias.
17 A pesar de darme cuenta de que tomo decisiones precipitadas,
no puedo dejar de hacerlo.
18 Mis sentimientos a veces cambian sin una buena razón.
19 Realmente no me importa si hago sufrir a otras personas.
20 Soy reservado. No me comunico mucho con otros. 21 A menudo digo cosas que a otros les parecen raras o extrañas.
22 Siempre hago las cosas espontáneamente, dejándome llevar por
el impulso del momento.
225
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
23 Nada parece interesarme mucho.
24 Los demás piensan que mi comportamiento es raro.
25 La gente me ha dicho que pienso las cosas de modo
verdaderamente extraño.
26 Casi nunca disfruto de la vida.
27 A menudo siento que nada de lo que hago importa realmente.
28 Me alejo de las personas cuando hacen cosas que me irritan,
aun cuando se trate de cosas pequeñas.
29 No puedo concentrarme en nada. 30 Soy una persona con energía. 31 Los demás me ven como irresponsable.
32 Puedo ser mala/o cuando tengo que serlo.
33 Mis pensamientos a menudo se disparan en direcciones
extrañas o inusuales.
34 Me han dicho que paso mucho tiempo asegurándome de que las
cosas estén exactamente en su lugar.
35 Evito los deportes y actividades de riesgo.
36 Puedo tener problemas para establecer la diferencia entre
fantasía y la realidad.
37 Algunas veces siento la rara sensación de que algunas partes de
mi cuerpo no me pertenecen o están muertas.
38 Me enojo fácilmente. 39 No tengo límites cuando se trata de hacer cosas peligrosas.
40 Honestamente, soy más importante que los demás.
41 Invento historias sobre cosas sucedidas que son totalmente
falsas.
42 A menudo las personas me dicen que hice cosas que no
recuerdo en absoluto.
43 Hago cosas para que la gente me admire
44 Es raro, pero a veces los objetos comunes parecen tener una
forma diferente de lo habitual.
45 Mis reacciones emocionales ante las situaciones cambian con
facilidad.
46 Me resulta difícil dejar de hacer algo, aun cuando lo apropiado
sea detenerse en ese momento.
47 No soy bueno/a para planificar.
48 Hago muchas cosas que otros consideran riesgosas.
49 La gente me dice que me concentro demasiado en detalles
menores.
50 Me preocupa mucho estar solo/a.
51 Me he perdido cosas porque estaba ocupado/a tratando de
lograr alguna otra cosa de manera perfecta.
52 A menudo mis pensamientos no tienen sentido para los demás.
53 Frecuentemente invento cosas acerca de mí para conseguir lo
que quiero.
54 Realmente no me molesta ver que otras personas se lastimen.
226
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
55 La gente a menudo me mira como si hubiera dicho algo
realmente extraño.
56 Las personas no se dan cuenta de que los estoy "halagando"
para conseguir algo.
57 Prefiero una mala relación que estar solo.
58 Suelo pensar antes de actuar.
59 A menudo tengo imágenes como si fueran sueños cuando me
estoy durmiendo o despertando.
60 Sigo haciendo las cosas de la misma manera aun cuando lo que
hago no esté funcionando.
61 Estoy muy insatisfecho conmigo mismo.
62 Tengo reacciones emocionales más fuertes que la mayoría de la
gente.
63 Hago lo que otras personas me dicen que haga.
64 No puedo soportar estar solo, aunque sea por unas pocas horas.
65 Tengo cualidades sobresalientes que muy pocos poseen.
66 Veo el futuro sin esperanzas.
67 Me gusta correr riesgos.
68 No puedo alcanzar las metas que me propongo porque otras
cosas me distraen en el camino.
69 Cuando quiero hacer algo, sigo adelante aunque resulte
peligroso.
70 Otros parecen pensar que soy bastante extraño o inusual.
71 Mis pensamientos son extraños e impredecibles.
72 No me importan los sentimientos de otras personas.
73 Es necesario "pisar algunas cabezas" para obtener lo que se
quiere en la vida.
74 Me encanta que otras personas me presten atención. 75 Trato de evitar cualquier actividad grupal. 76 Yo puedo ser astuto para conseguir lo que quiero.
77 A veces, cuando miro un objeto que me es familiar, parece
como si lo viera por primera vez.
78 Es difícil para mí cambiar de una actividad a otra.
79 Me preocupo mucho por las cosas terribles que podrían
suceder.
80
Tengo dificultades para cambiar la forma en que estoy
haciendo algo, incluso cuando lo que estoy haciendo no
funciona bien.
81 El mundo mejoraría si yo estuviera muerto/a.
82 Mantengo mi distancia con las personas. 83 A menudo me cuesta controlar lo que pienso.
84 Yo no acostumbro a ponerme sensible.
85 Me molesta que me digan qué hacer, incluso cuando quien me
lo dice es mi jefe o quien coordina la actividad.
86 Me siento muy avergonzado porque he decepcionado a los
demás de muchos modos diferentes.
227
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
87 Evito hacer cosas riesgosas, aun si se trata de algo
mínimamente peligroso.
88 Tengo problemas para lograr lo que me propongo, incluso en
períodos cortos de tiempo.
89 Prefiero mantener los romances fuera de mi vida.
90 Yo nunca le haría daño a otra persona.
91 No muestro mis emociones de modo muy fuerte o explícito a
los demás.
92 Tengo muy mal carácter.
93 Con frecuencia me preocupo y pienso que algo malo puede
suceder debido a errores que cometí en el pasado.
94 Tengo algunas habilidades inusuales como por ejemplo saber
exactamente lo que alguien está pensando.
95 Me pongo muy nervioso cuando pienso en el futuro.
96 Rara vez me preocupo por las cosas.
97 Disfruto el estar enamorado.
98 Prefiero ir a lo seguro y no correr riesgos innecesarios.
99 A veces he oído cosas que los demás no podían oír.
100 Me quedo como "fijado/a" con algunas cosas y no puedo
controlar eso.
101 La gente me dice que es difícil saber lo que estoy sintiendo.
102 Soy una persona muy emotiva. 103 Otros se aprovecharían de mí si pudieran hacerlo.
104 A menudo siento que soy un fracaso.
105 Si cualquier cosa que hago no es absolutamente perfecta,
simplemente no es aceptable para mí.
106 A menudo tengo experiencias inusuales, tales como "sentir" la
presencia de alguien que no está realmente allí.
107 Soy bueno para lograr que la gente haga lo que yo quiero.
108 Doy por terminadas las relaciones cuando comienzan a ser más
comprometidas.
109 Siempre me estoy preocupando por algo. 110 Casi todo me preocupa.
111 Me gusta sobresalir del común de la gente.
112 No me molesta un poco de riesgo de vez en cuando.
113 Mi comportamiento es a menudo audaz y llama la atención de
la gente.
114 Soy mejor que casi todos los demás.
115 La gente se queja acerca de mi necesidad de tener todo
ordenado.
116 Me aseguro de vengarme de las personas que me hacen mal.
117 Siempre estoy en guardia por si alguien trata de dañarme o
engañarme.
118 Tengo problemas para concentrarme en lo que hay que hacer.
119 Hablo mucho de suicidio.
120 No estoy interesado en relacionarme con otros/as sólo por sexo.
228
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
121 Muy frecuentemente me quedo como “trabado” con algunas
cosas.
122 Me emociono fácilmente, muchas veces por cosas poco
importantes.
123 A pesar de que eso vuelve locos a los demás, insisto en lograr
la perfección absoluta.
124 Casi nunca me siento feliz con las actividades cotidianas. 125 Adular a los demás me ayuda a conseguir lo que quiero.
126 En ocasiones resulta necesario exagerar para “quedar bien” en
una situación.
127 Temo estar solo en la vida más que cualquier otra cosa.
128 Me quedo estancado en un único modo de hacer las cosas,
incluso cuando está claro que no va a funcionar.
129 A menudo soy bastante descuidado, tanto con mis cosas, como
con las de los demás.
130 Soy una persona muy ansiosa. 131 La gente es básicamente digna de confianza.
132 Me distraigo con facilidad.
133 Me parece estar recibiendo un "trato injusto" por parte de los
demás.
134 No dudo en engañar si eso me hace quedar "bien parado".
135 Reviso las cosas varias veces para asegurarse de que están
perfectas.
136 No me gusta pasar tiempo con los demás.
137 Me siento obligado a continuar haciendo algunas cosas, incluso
cuando no tenga mucho sentido hacerlas.
138 Nunca sé cómo cambiarán mis sentimientos de un momento al
otro.
139 He visto cosas que no estaban realmente allí.
140 Para mí es importante que las cosas se hagan de una manera
determinada.
141 Siempre espero que suceda lo peor. 142 Trato de decir la verdad, incluso cuando es difícil.
143 Creo que algunas personas pueden mover las cosas con su
mente.
144 No puedo concentrarme en las cosas por mucho tiempo.
145 Me mantengo alejado de las relaciones amorosas.
146 No estoy interesado en hacer amigos.
147 Hablo lo menos posible cuando trato con la gente.
148 Soy inútil como persona.
149 Haría cualquier cosa para evitar que alguien me abandonara.
150 A veces puedo influir en otras personas sólo enviándoles mis
pensamientos.
151 La vida me parece bastante sombría.
152 Pienso en las cosas de modos extraños que, en general, no
tienen sentido para la mayoría de la gente.
153 No me importa si mis acciones lastiman a otros.
229
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
154 A veces me siento "controlado" por pensamientos que
pertenecen a otros.
155 Realmente vivo la vida al máximo.
156 Hago promesas que no tengo intenciones de cumplir.
157 Nada parece hacerme sentir bien.
158 Me irrito con facilidad por todo tipo de cosas.
159 Generalmente hago lo que quiero sin tener en cuenta lo
peligroso que pueda ser.
160 A menudo me olvido de pagar mis cuentas. 161 No me gusta establecer lazos muy cercanos con la gente. 162 Soy bueno engañando a la gente.
163 Todo me parece sin sentido.
164 Nunca me arriesgo.
165 Me emociono aún con las cosas más pequeñas.
166 No es tan grave herir los sentimientos de alguien. 167 Nunca muestro mis emociones a los demás. 168 A menudo me siento miserable.
169 No tengo valor como persona.
170 Normalmente soy bastante hostil.
171 He llegado a salir de la ciudad para evitar responsabilidades.
172 Más de una vez me han dicho que tengo hábitos muy raros.
173 Me gusta ser una persona que se hace notar.
174 Siempre estoy temeroso/a o nervioso/a por las cosas malas que
pueden suceder.
175 Nunca deseo estar solo/a.
176 Continúo tratando de perfeccionar lo que hago, aun cuando
ya estén tan bien como sea posible o pueda esperarse.
177 Rara vez siento que las personas que conozco traten de
aprovecharse de mí.
178 Sé que tarde o temprano voy a suicidarme.
179 He logrado mucho más que cualquier persona que conozca. 180 Puedo volverme encantador/a si necesito salirme con lamía. 181 Mis sentimientos son impredecibles.
182 No me relaciono con la gente a menos que tenga que hacerlo.
183 No me importan los problemas de los otros.
184 No me conmueven mucho con las cosas que parecen emocionar
a los demás.
185 Tengo varios hábitos que para otros son excéntricos o extraños.
186 Evito los eventos sociales.
187 Me merezco un trato especial.
188 Me enoja mucho que la gente me insulte o me ofenda, aunque
lo hagan de modo superficial o trivial.
189 Rara vez siento entusiasmo por algo.
190 Sospecho que incluso quienes se dicen mis amigos, puedan
traicionarme.
230
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
191 Busco llamar la atención.
192 A veces pienso que alguien está “robando” o “sacando”
pensamientos de mi cabeza.
193 Tengo periodos en los que me siento desconectado del mundo o
de mí mismo.
194 A menudo veo conexiones inusuales o raras entre las cosas que
la mayor parte de las personas no ve.
195 No pienso que puedo salir herido mientras hago cosas
peligrosas.
196 No puedo tolerar que las cosas estén desordenadas, fuera del
lugar que les corresponde.
197 A menudo tengo que tratar o lidiar con personas que son menos
importantes que yo.
198 A veces corrijo a la gente sólo para recordarles quién manda.
199 Me distraigo de las tareas aun por cuestiones poco importantes.
200 Me encanta que el que tiene el mando quede como estúpido
frente a los demás
201 Falto a citas o encuentros si no estoy de humor.
202 Trato de hacer lo que los otros quieren que haga.
203 Prefiero estar solo/a a tener una pareja con la que pueda tener
una relación sentimentalmente cercana.
204 Soy muy impulsivo/a.
205 A menudo tengo pensamientos que tienen sentido para mí, pero
que según otras personas resultan extraños.
206 Yo uso a la gente para conseguir lo que quiero.
207 No me siento culpable por las cosas que hice y que dañaron a
los demás.
208 La mayoría de las veces no veo el sentido de ser amigable con
los demás.
209 He tenido algunas experiencias muy extrañas que son muy
difíciles de explicar.
210 Termino lo que me comprometí a finalizar.
211 Me gusta llamar la atención.
212 Me siento culpable la mayor parte del tiempo.
213 A veces me ausento mentalmente y de repente “vuelvo” y me
doy cuenta de que pasó mucho tiempo.
214 La mentira me “surge” como algo natural.
215 Odio correr riesgos.
216 Soy desagradable y “antipático” con cualquier persona que se
lo merezca.
217 A menudo siento que las cosas que me rodean parecen
"irreales", o más "reales" que lo habitual.
218 Puedo manipular o alterar la verdad si eso me beneficia.
219 Me resulta fácil sacar ventaja de los demás. 220 Tengo una forma estricta de hacer las cosas
231
ANEXO A.3. BFI
Big Five Inventory (John, Donahue & Kentle, 1991, Castro Solano, 2005; Castro Solano &
Casullo, 2001).
CUESTIONARIO BFI
Aquí tiene un listado de características que usualmente se utilizan para describir a las personas. Deberá indicar en
qué medida la frase lo describe adecuadamente. Si está completamente de acuerdo con la frase marque con una cruz
en la columna muy de acuerdo. Si está en completo desacuerdo con la frase coloque una cruz en la columna muy en
desacuerdo. Si no está ni en acuerdo ni en desacuerdo coloque una cruz en la columna correspondiente. Recuerde
que tiene opciones intermedias.
Yo me veo a mí mismo/a como alguien ... Muy en
Desacuerdo
En parte
en
desacuerdo
Ni de
acuerdo ni
en
desacuerdo
En
parte
de
acuerdo
Muy de
Acuerdo
1. A quien le gusta hablar.
2. Que tiende siempre a encontrar fallas en los
demás
3. Que tiene capacidad para finalizar una tarea
4. Que es depresivo/a o triste.
5. Que es original y a quien se le ocurren nuevas
ideas
6. Que es reservado/a.
7. Que ayuda a los demás y no es egoísta.
8. Que puede ser un poco descuidado/a.
9. Que es relajado/a y que maneja bien los
problemas
10.Que es curioso/a respecto de las cosas.
11.Que está lleno/a de energía.
12.Que empieza peleas con [os demás.
13.Que es un trabajador/a confiable.
14.Que puede ser tenso/a.
15.Que es ingenioso/a.
16. Que siempre genera mucho entusiasmo.
17.Que tiene una naturaleza por la cual puede
perdonar
18.Que tiende a ser desorganizado/a.
19.Que se preocupa mucho por todo.
20.Que tiene una imaginación muy activa.
21.Que tiende a ser callado/a.
22.Que generalmente es muy con fiable.
23.Que tiende a ser perezoso/a.
24. Que es emocional mente estable y no se
altera fácilmente
25. Que es imaginativo/a.
26. Que tiene una personalidad asertiva.
27. Que puede ser frío/a y distante.
28. Que persevera hasta que las tareas están
terminadas
232
Yo me veo a mí mismo/a como alguien ... Muy en
Desacuerdo
En parte
en
desacuerdo
Ni de
acuerdo ni
en
desacuerdo
En
parte
de
acuerdo
Muy de
Acuerdo
29. Que puede tener alteraciones en los estados
de ánimo
30. Que tiene valores artísticos y disfruta de las
experiencias de la vida
31. Que a veces es tímido/a e inhibido/a.
32. Que es muy considerado/a y amable con los
demás
33. Que hace las cosas de modo eficiente.
34. Que permanece calmo/a en situaciones
tensas
35. Que prefiere el trabajo rutinario.
36. Que es sociable.
37. Que a veces puede tratar mal a los demás
38. Que puede fijarse metas y seguirlas.
39. Que se pone nervioso/a fácilmente.
40. A quien le gusta pensar y reflexionar.
41. Que tiene pocos intereses artísticos.
42. A quien le gusta cooperar con los demás.
43. Que se distrae fácilmente.
44. Que tiene gustos sofisticados en arte, música
o literatura
233
ANEXO A.4. SCL 90 R
INVENTARIO DE CHEQUEO DE SÍNTOMAS SCL-90-R (Casullo, 2004; Casullo y Pérez, 1998; Casullo y Pérez,
2008; Derogatis, 1977, 1983, 1994; Derogatis & Cleary, 1977; Derogatis & Savitz, 2000).
SCL-90-R. L. R. Derogatis. Adaptación U.B.A. 1999.
Nombre........................................... Edad:.......... Fecha de hoy: .................................
Marcar con una cruz las opciones que correspondan Sexo: MUJER Ο VARON Ο
Educación:
Ο Primario incompleto Ο Secundario incompleto Ο Terciario incompleto
Ο Primario completo Ο Secundario completo Ο Terciario/universitario completo
Estado civil:
Ο Soltero Ο Divorciado Ο Viudo/a
Ο Casado Ο Separado Ο En pareja
Ocupación: ..........................................................................................................
Lugar de nacimiento: .............................................................................................
Lugar de residencia actual: ....................................................................................
A continuación le presentamos una lista de problemas que tiene la gente.
Lea cada uno de ellos y marque su respuesta con una cruz en la casilla correspondiente, pensando en cómo se
sintió, en qué medida ese problema le ha preocupado o molestado durante la última semana (7 días).
Tiene cinco (5) posibilidades de respuesta:
NADA - MUY POCO - POCO – BASTANTE – MUCHO.
No hay respuestas buenas o malas: todas sirven. No deje frases sin responder.
Na
da
Mu
y
po
co
Po
co
Ba
sta
nte
Mu
cho
1.Dolores de cabeza.
2. Nerviosismo.
3. Pensamientos desagradables que no se iban de mi cabeza.
4. Sensación de mareo o desmayo.
5. Falta de interés en relaciones sexuales.
6. Criticar a los demás.
7. Sentir que otro puede controlar mis pensamientos.
8. Sentir que otros son culpables de lo que me pasa.
9. Tener dificultad para memorizar cosas .
234
Na
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y
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Po
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Mu
cho
10. Estar preocupado/a por mí falta de ganas para hacer algo.
11. Sentirme enojado/a, malhumorado/a.
12. Dolores en el pecho.
13. Miedo a los espacios abiertos o las calles.
14. Sentirme con muy pocas energías.
15. Pensar en quitarme la vida.
16. Escuchar voces que otras personas no oyen.
17. Temblores en mi cuerpo.
18. Perder la confianza en la mayoría de las personas.
19. No tener ganas de comer.
20. Llorar por cualquier cosa.
21. Sentirme incómodo/a con personas del otro sexo.
22. Sentirme atrapada/o o encerrado/a.
23. Asustarme de repente sin razón alguna.
24. Explotar y no poder controlarme.
25. Tener miedo a salir solo/a de mi casa.
26. Sentirme culpable por cosas que ocurren.
27.Dolores en la espalda.
28. No poder terminar las cosas que empecé a hacer.
29. Sentirme solo/a.
30. Sentirme triste.
31. Preocuparme demasiado por todo lo que pasa.
32. No tener interés por nada.
33. Tener miedos.
34. Sentirme herido en mis sentimientos.
35. Creer que la gente sabe qué estoy pensando.
36. Sentir que no me comprenden.
37. Sentir que no caigo bien a la gente, que no les gusto.
38. Tener que hacer las cosas muy despacio para estar seguro/a de que están bien hechas.
235
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39. Mi corazón late muy fuerte, se acelera.
40. Náuseas o dolor de estómago.
41. Sentirme inferior a los demás.
42. Calambres en manos, brazos o piernas.
43. Sentir que me vigilan o que hablan de mí.
44. Tener problemas para dormirme.
45. Tener que controlar una o más veces lo que hago.
46. Tener dificultades para tomar decisiones.
47. Tener miedo de viajar en tren, ómnibus o subterráneos.
48. Tener dificultades para respirar bien.
49. Ataques de frío o de calor.
50 Tener que evitar acercarme a algunos lugares o actividades porque me dan miedo.
51. Sentir que mi mente queda en blanco.
52. Hormigueos en alguna parte del cuerpo.
53. Tener un nudo en la garganta.
54. Perder las esperanzas en el futuro.
55. Dificultades para concentrarme en lo que estoy haciendo.
56. Sentir flojedad, debilidad, en partes de mi cuerpo.
57. Sentirme muy nervioso/a, agitado/a
58. Sentir mis brazos y piernas muy pesados
59. Pensar que me estoy por morir.
60. Comer demasiado.
61. Sentirme incómodo/a cuando me miran o hablan de mí.
62. Tener ideas, pensamientos que no son los míos.
63. Necesitar golpear o lastimar a alguien.
64. Despertarme muy temprano por la mañana sin necesidad.
65. Repetir muchas veces algo que hago: contar, lavarme, tocar cosas.
66. Dormir con problemas, muy inquieto/a.
67. Necesitar romper o destrozar cosas.
68. Tener ideas, pensamientos que los demás no entienden.
236
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69. Estar muy pendiente de lo que los demás puedan pensar de mí.
70. Sentirme incómodo/a en lugares donde hay mucha gente.
71. Sentir que todo me cuesta mucho esfuerzo.
72. Tener ataques de mucho miedo o de pánico.
73. Sentirme mal si estoy comiendo o bebiendo en público.
74. Meterme muy seguido en discusiones.
75. Ponerme nervioso/a cuando estoy solo/a.
76. Sentir que los demás no me valoran como merezco.
77. Sentirme solo/a aún estando con gente.
78. Estar inquieto/a; no poder estar sentado/a sin moverme.
79. Sentirme un/a inútil.
80. Sentir que algo malo me va a pasar.
81. Gritar o tirar cosas.
82. Miedo a desmayarme en medio de la gente.
83. Sentir que se aprovechan de mí si los dejo.
84. Pensar cosas sobre el sexo que me molestan.
85. Sentir que debo ser castigado/a por mis pecados.
86. Tener imágenes y pensamientos que me dan miedo.
87. Sentir que algo anda mal en mi cuerpo.
88. Sentirme alejado/a de las demás personas.
89. Sentirme culpable.
90. Pensar que en mi cabeza hay algo que no funciona bien.
237
ANEXO A.5. WHODAS 2.0
WHODAS 2.0 -Cuestionario para la evaluación de la discapacidad- (Organización Mundial de la
Salud, 2010).
238
239
ANEXO B. Consentimiento informado
Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires
Materia: Teoría y Técnicas de Exploración y Diagnóstico Psicológico. Módulo I, Cátedra II. Profesora Titular Dra.
María Mercedes Fernández Liporace.
Solicitud de Consentimiento Informado para la Práctica de Administración de Técnicas con población adulta, que
participa en la investigación sobre adaptación y tipificación de instrumentos de evaluación de la Cátedra.
Por la presente doy mi consentimiento para que se me administren Técnicas de
Evaluación Psicológica, como parte del proceso de recolección de datos para investigación, autorizando a
……………………………………………….. para que realice esta tarea.
Al firmar este consentimiento acepto voluntariamente participar en este estudio.
Se me informó que:
- en cualquier momento puedo desistir de la participación y retirarme de la investigación.
- se resguardará mi identidad como participante y se tomarán los recaudos necesarios para garantizar la
confidencialidad de los datos personales y de mi desempeño.
- se me ha brindado información detallada sobre los procedimientos y propósitos de esta investigación.
Dejo constancia de haber comprendido que no se brindará devolución de los datos obtenidos en dicha práctica.
Presto plena conformidad a su realización.
Firma: ………………………………………………..
Aclaración: ……………………………………………
D.N.I.: ………………………………………………….
Fecha: ………………………………………………..
Protocolo Nro.
____________
_____
240
ANEXO C. Versión PID-5 Análisis de componentes principales.
Inventario para Trastornos de la Personalidad para el DSM-5 -Personality Inventory for DSM;
PID5-.
PID-5 Esta es una lista de expresiones que diferentes personas podrían decir sobre sí mismas. Quisiéramos saber cómo se
describiría usted mismo. No hay respuestas "correctas" o "incorrectas", de manera que esperamos que responda lo
más honestamente posible. Sus respuestas serán tratadas en forma confidencial. Por favor tome el tiempo que
necesite y lea cada frase cuidadosamente, seleccionando la respuesta que mejor lo describa.
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
1 A menudo tengo ideas que son demasiado inusuales como para
explicárselas a los demás.
2 Yo prefiero no tener relaciones muy cercanas con los demás.
3 Hago cosas para llamar la atención.
4 Soy reservado. No me comunico mucho con otros.
5 A menudo digo cosas que a otros les parecen raras o extrañas.
6 Los demás piensan que mi comportamiento es raro.
7 La gente me ha dicho que pienso las cosas de modo
verdaderamente extraño.
8 Casi nunca disfruto de la vida.
9 A menudo siento que nada de lo que hago importa realmente. 10 No puedo concentrarme en nada.
11 Mis pensamientos a menudo se disparan en direcciones
extrañas o inusuales.
12 Me han dicho que paso mucho tiempo asegurándome de que las
cosas estén exactamente en su lugar.
13 Hago cosas para que la gente me admire
14 Es raro, pero a veces los objetos comunes parecen tener una
forma diferente de lo habitual.
15 Me preocupa mucho estar solo/a.
16 Me he perdido cosas porque estaba ocupado/a tratando de
lograr alguna otra cosa de manera perfecta.
17 A menudo mis pensamientos no tienen sentido para los demás.
18 Frecuentemente invento cosas acerca de mí para conseguir lo
que quiero.
19 La gente a menudo me mira como si hubiera dicho algo
realmente extraño.
20 Las personas no se dan cuenta de que los estoy "halagando"
para conseguir algo.
21 Estoy muy insatisfecho conmigo mismo.
22 Otros parecen pensar que soy bastante extraño o inusual.
241
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
23 Mis pensamientos son extraños e impredecibles.
24 No me importan los sentimientos de otras personas.
25 Es necesario "pisar algunas cabezas" para obtener lo que se
quiere en la vida.
26 Trato de evitar cualquier actividad grupal.
27 Yo puedo ser astuto para conseguir lo que quiero.
28 Me preocupo mucho por las cosas terribles que podrían
suceder.
29
Tengo dificultades para cambiar la forma en que estoy
haciendo algo, incluso cuando lo que estoy haciendo no
funciona bien.
30 Mantengo mi distancia con las personas.
31 Me siento muy avergonzado porque he decepcionado a los
demás de muchos modos diferentes.
32 Tengo problemas para lograr lo que me propongo, incluso en
períodos cortos de tiempo.
33 A menudo siento que soy un fracaso.
34 Si cualquier cosa que hago no es absolutamente perfecta,
simplemente no es aceptable para mí.
35 A menudo tengo experiencias inusuales, tales como "sentir" la
presencia de alguien que no está realmente allí.
36 Soy bueno para lograr que la gente haga lo que yo quiero.
37 Siempre me estoy preocupando por algo.
38 Me gusta sobresalir del común de la gente.
39 Soy mejor que casi todos los demás.
40 La gente se queja acerca de mi necesidad de tener todo
ordenado.
41 Tengo problemas para concentrarme en lo que hay que hacer.
42 A pesar de que eso vuelve locos a los demás, insisto en lograr
la perfección absoluta.
43 Casi nunca me siento feliz con las actividades cotidianas.
44 Adular a los demás me ayuda a conseguir lo que quiero.
45 En ocasiones resulta necesario exagerar para “quedar bien” en
una situación.
46 Temo estar solo en la vida más que cualquier otra cosa.
47 Me quedo estancado en un único modo de hacer las cosas,
incluso cuando está claro que no va a funcionar.
48 Me distraigo con facilidad.
49 No dudo en engañar si eso me hace quedar "bien parado".
50 Reviso las cosas varias veces para asegurarse de que están
perfectas.
51 No me gusta pasar tiempo con los demás.
52 Para mí es importante que las cosas se hagan de una manera
determinada.
53 No puedo concentrarme en las cosas por mucho tiempo.
54 No estoy interesado en hacer amigos. 55 Hablo lo menos posible cuando trato con la gente.
242
Muy Falso
o
A menudo
Falso
A veces
o
Algo
Falso
A veces
o
Algo
Verdadero
Muy Cierto o
A menudo
Verdadero
56 Pienso en las cosas de modos extraños que, en general, no
tienen sentido para la mayoría de la gente.
57 Nada parece hacerme sentir bien.
58 No me gusta establecer lazos muy cercanos con la gente.
59 Soy bueno engañando a la gente.
60 Nunca muestro mis emociones a los demás. 61 A menudo me siento miserable. 62 No tengo valor como persona.
63 Más de una vez me han dicho que tengo hábitos muy raros.
64 Me gusta ser una persona que se hace notar.
65 Continúo tratando de perfeccionar lo que hago, aun cuando
ya estén tan bien como sea posible o pueda esperarse.
66 Puedo volverme encantador/a si necesito salirme con lamía.
67 No me relaciono con la gente a menos que tenga que hacerlo.
68 No me importan los problemas de los otros.
69 No me conmueven mucho con las cosas que parecen emocionar
a los demás.
70 Tengo varios hábitos que para otros son excéntricos o extraños.
71 Evito los eventos sociales. 72 Busco llamar la atención.
73 A menudo veo conexiones inusuales o raras entre las cosas que
la mayor parte de las personas no ve.
74 No puedo tolerar que las cosas estén desordenadas, fuera del
lugar que les corresponde.
75 A menudo tengo que tratar o lidiar con personas que son menos
importantes que yo.
76 A veces corrijo a la gente sólo para recordarles quién manda.
77 Me distraigo de las tareas aun por cuestiones poco importantes.
78 A menudo tengo pensamientos que tienen sentido para mí, pero
que según otras personas resultan extraños.
79 Yo uso a la gente para conseguir lo que quiero.
80 La mayoría de las veces no veo el sentido de ser amigable con
los demás.
81 He tenido algunas experiencias muy extrañas que son muy
difíciles de explicar.
82 Me gusta llamar la atención.
83 Me siento culpable la mayor parte del tiempo.
84 La mentira me “surge” como algo natural.
85 A menudo siento que las cosas que me rodean parecen
"irreales", o más "reales" que lo habitual.
86 Puedo manipular o alterar la verdad si eso me beneficia. 87 Tengo una forma estricta de hacer las cosas