Vida Don Bosco

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15’

Nací en la casita de I Becchi, municipio de Castelnuovo D’Asti, a unas cinco leguas de Turín, en el Norte de Italia

Mi madre Margarita fue la que me educó porque mi padre murió cuando yo tenía dos años. Era exigente pero cariñosa y paciente.

Esta era mi habitación en el piso superior

Cuando entraba el primer rayo de sol, estaba ya en el campo

A la edad de nueve años, tuve un sueño

Me pareció estar en un prado que está junto a mi casa donde había una multitud de muchachos.

Algunos blasfemaban.

Al oír aquellas blasfemias me metí en medio de ellos para hacerlos callar a puñetazos.

En aquel momento, un personaje majestuoso me llamó por mi nombre y me mandó ponerme al frente de esos muchachos…

- No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad los harás amigos tuyos…

Vi entonces como aquellos lobos se habían convertido en mansos corderos

- Yo te daré la Maestra, me dijo el personaje del sueño…

- Enséñales la fealdad del pecado y la hermosura de la virtud

Los chicos me querían porque hacía el bien a todos y mal a ninguno

A los 10 años procuraba divertir a mis compañeros

Todos se maravillaban viendo cómo caminaba sobre una soga.

A los juegos seguía siempre una sencilla lección de catequesis

y el rezo del santo Rosario.

En el Liceo de Chieri pude estudiar la Enseñanza Media

Para pagarme los estudios hice de aprendiz de

panadero, herrero, violinista….

En varias pruebas logré derrotar a un saltimbanqui que nos alejaba de las funciones de iglesia

El 5 de junio de 1841 fui ordenado sacerdote en Turín

En esta iglesia de San Francisco de Asís canté la primera Misa.

El 8 de diciembre tuve un encuentro con Bartolomé Garelli

Le defendí porque el sacristán quería echarlo a golpes

Nos hicimos amigos porque él y yo sabíamos silbar. Le invité a volver.

Cada vez iban viniendo más muchachos

Entre ellos, los aprendices que venían a Turín en busca de trabajo.

Por fin pude alquilar un cobertizo al señor Pinardi.

Se convirtió en escuela, patio y hogar para muchos chicos

Allí empezamos los primeros talleres que luego fueron las Escuelas Profesionales

No sólo se trabajaba y estudiaba, también nos los pasábamos en grande con juegos, excursiones y música…

La banda que amenizaba veladas, paseos y fiestas.

Tuve hasta atentados, de los que me libró un perro que llamé Gris.

Una vez me llevé de excursión a los reclusos, nadie se escapó.

Destacó pronto Domingo Savio que ayudaba a sus compañeros.

Domingo se consagró a la Virgen Inmaculada y se dedicó al apostolado.

Llegó a salvar de un duelo a muerte a dos compañeros.

Domingo entendió que nuestro objetivo era la salvación eterna

Entendió también que Dios quiere que todos seamos santos

Se convirtió así en el ideal de mis muchachos.

El Papa Pío XII lo declaró santo y celestial patrono de los jóvenes.

Fue el papa Pío IX quien me animó a fundar una

congregación religiosa.

Así el 26 de enero de 1859 nació una familia religiosa, los salesianos.

Porque me inspiré en la bondad y dulzura de San Francisco de Sales

Con la ayuda de Dominica Mazzarello, fundamos las Hijas de María Auxiliadora, para educar a las jóvenes.

Con la ayuda de la Virgen proyectamos el Templo de María Auxiliadora

El 9 de junio de 1868 se consagraba finalmente el nuevo templo, corazón de nuestra congregación

En el altar mayor, María Auxiliadora rodeada de apóstoles, ángeles y santos.

El precioso rostro maternal de María Auxiliadora

Este es el aspecto del interior de la Basílica

De esta casa salieron legiones de misioneros por todo el mundo

Esta fue la primera expedición misionera en 1875

El Papa León XIII me confió en 1880 la construcción de un templo en Roma al Sagrado Corazón.

Accedí gustoso porque comprendí que el Jesús que muestra su Corazón era el personaje de mi sueño.

Esta es la Iglesia del Sagrado Corazón de Roma que me pidió el Papa

En lo alto del edificio la Imagen del Sagrado Corazón

En el sueño de las dos columnas me fue revelado que la nave de la Iglesia iba a recibir peligrosos ataques.

de los que sólo se salvaría con la protección de dos columnas: la Virgen y la Eucaristía.

En uno de mis viajes llegué a España, Barcelona, a la casita de Sarriá

Donde una santa cooperadora salesiana, Doña Dorotea de Chopitea, había llamado a los salesianos.

Los alumnos de Sarriá se fotografiaron conmigo

Conocí también a la familia Martí-Codolar que me invitó a su finca

También en Martí-Codolar nos fotografiaron después de

comer.

En la Basílica de la Merced me ofrecieron la cumbre del Tibidabo

para construir una ermita al Sagrado Corazón en aquella cumbre

Les prometí que se construiría un gran templo

para el Sagrado Corazón

Comprendí que la promesa la cumplirían mis hijos los salesianos, como así fue en 1961

Allí el Corazón de Jesús espera la respuesta de nuestro amor.

En Barcelona tuve un sueño sobre nuestra expansión misionera

Comprendí que iba a ser maestro y padre de muchos niños y jóvenes

Como os dije en mi lecho de muerte: “Os espero a todos en el paraíso”

No faltéis a la cita

Fin