Y el enorme sismógrafo de piedra del siglo IX que además alertaba de la llegada de ejércitos...

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Y el enorme sismógrafo de piedra Y el enorme sismógrafo de piedra del siglo IX que además alertaba de ladel siglo IX que además alertaba de la

llegada de ejércitos invasoresllegada de ejércitos invasores

En la provincia armenia de Syunik’ existe una obra arquitectónica que ya de por si ofrece una de las

vistas más hermosas del planeta. Se trata del monasterio de Tatev, construido entre finales del siglo noveno y principios del décimo en un área de

vital importancia estratégica resguardada por el cauce de un pequeño río y una de las colinas cercanas al

pueblo que comparte su nombre.

El camino a Tatev. Para entender las dimensiones fijaros en el camión

que va por la carretera.

El objetivo del mismo no era solamente el de servir como edificio religioso, sino que además hacía de

fortaleza y, gracias a su privilegiada posición en las alturas, era un excelente puesto de vigía desde el cual se alertaba de la llegada de invasores a toda la región.

Lo más interesante de la construcción no es la fortaleza, sino una singular y llamativa pieza de tecnología

hallada en el patio exterior de la misma a manera de un péndulo oscilante cuya estructura piedra de ocho metros

de alto y varias toneladas de peso forma un octaedro capaz de avisar con anticipación desde temblores de la

tierra hasta grandes movimientos de tropas.

El mismo, llamado Gazavan, es un pilar hecho a partir de la roca local y su mecanismo consiste en un

intrincado sistema de pesos y contrapesos anexados a su

parte inferior que, ante el menor disturbio, lo llevan a oscilar frenéticamente de

lado a lado.

Tan sensible llegó a ser en el pasado que incluso, según escritos de la época, era capaz de alertar a los monjes de

la llegada de ejércitos invasores. Algo de vital importancia ya que las espesas nieblas que suelen cubrir la región son capaces de limitar la visión a unos pocos

metros.

Una leyenda dice que el arquitecto después de haber terminado la construcción de Tatev , tomó

dos trozos de piedra y rezó a Dios para que le diese alas. El deseo le fue concedido y voló lejos. La palabra "tatev" significa "dar alas" en armenio.