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Cacaxtla
Cacaxtla es una zona arqueológica en el sur del Estado de Tlaxcala, México, con coordenadas
19°14′40 N 98°20′23 O, en el municipio de Natívitas; su nombre proviene de la palabra náhuatl
cacaxtli o cacaxtle, que refiere a los canastos de viaje que usaban los mercaderes para transportar
sus mercancías. El sitio destaca por el buen estado en el que se han conservado sus murales. El
esplendor de la ciudad ocurrió en el periodo Epiclásico.
Historia
Se cree que Cacaxtla fue capital del pueblo olmeca-xicallanca, lo cual sugiere que Cacaxtla
pudiera existir desde los primeros pobladores, posiblemente descendientes de los olmecas o de
los mayas que llegaron a la región central de México provenientes de la costa del Golfo de
México o de la Península de Yucatán alrededor del año 400. Casi nada se sabía sobre los olmeca-
xicallancas; el término fue por primera vez empleado por el historiador tlaxcalteca Diego Muñoz
Camargo a finales del siglo XVI, cuando describió a Cacaxtla como el principal asentamiento de
los olmeca-xicallancas. Los olmeca-xicallancas no se deben confundir con la cultura arqueológica
olmeca.
Siguiendo la caída de la cercana Cholula, aproximadamente en el año 600, en la que los
cacaxtlecas debieron estar involucrados, la ciudad se convirtió en el poder hegemónico de esta
parte del valle de Puebla-Tlaxcala. Su ascendencia llegó a su fin alrededor del año 900 y ya por el
1000, la ciudad fue abandonada. Cacaxtla era una fortificación en la que alrededor se
construyeron fosos amplios y profundos que sirvieron como trampas para defenderse del
enemigo. También levantaron murallas de tierra que utilizaron como puntos estratégicos de
protección. Forraron pequeñas pirámides sobre las que edificaron adoratorios. Una de las
características de Cacaxtla es que sus construcciones se componían de un pórtico al frente y un
pequeño recinto en la parte posterior. Sus edificaciones fueron decoradas bajo relieves en barro,
igualmente realizaron pinturas murales en las que resaltaban colores como el rojo, azul, amarillo,
negro y blanco; los personajes representados muestran características de la cultura maya.
Historia moderna del sitio
El sitio fue redescubierto en 1975 por campesinos del pueblo de San Miguel del Milagro, quienes
labrando la tierra encontraron plasmado en un muro el rostro de un personaje, hoy conocido
como el "Hombre ave", y dieron aviso a las autoridades del hallazgo; este hecho llamó la atención
de los arqueólogos en ese mismo año. El 21 de mayo de 2007 cerca de 800 m² de la estructura
se derrumabaron y otros 800 fueron dañados por una fuerte granizada [1] por lo que la zona fue
cerrada, hasta nuevo aviso.
OCOTELULCO
Ocotelulco deriva de la palabra “ócotl”, que significa ocote; teololotli, bodoque de piedra y co, en;
esto quiere decir, "en el lugar de las bolitas o bodoques de ocote".
Esta zona arqueológica se ubica a un kilómetro del margen oeste del río Zahuapan, uno de los
principales de la región y fuente primordial de abastecimiento de líquido en tiempos
prehispánicos ya que Ocotelulco fue uno de los más importantes señoríos durante el período
Clásico y hasta la llegada de Hernán Cortés el principal señorío de Tlaxcallan porque allí vivía
Maxixcatzin, por aquellas fechas señor de esa región; además fue una de las cuatro parcialidades o
calpulli que constituían Tlaxcala. Los cronistas de principios de la época colonial lo describen
como el mejor, el más poblado y estimado barrio en comparación con los otros tres que eran
Tepeticpac, Quiahuixtlan y Tizatlán.
Historia del sitio
La Confederación Tlaxcalteca se formó a finales del siglo IX, en el momento en que se
conjuntaron algunos pueblos o señoríos como Tepeyanco, Xaltocan, Texcalac y otros.
Ocotelulco y Tizatlán, por su parte, se establecieron en la región durante el siglo XII y se
convirtió en uno de los principales pueblos de la confederación en ese siglo. Además las fuentes
históricas narran la llegada al valle poblano-tlaxcalteca del grupo teochichimeca-tlaxcalteca durante
el siglo XII. Este grupo se asentó finalmente en Tepeticpac, lugar que por su conformación
topográfica resultaba una fortaleza. Desde este sitio expulsaron de la región a lo que quedaba de
los olmecas-xicalancas y lograron vencer a los huejotzincas. Después de estas sangrientas guerras y
habiendo consolidado relaciones amistosas y comerciales con los pueblos vecinos, los señores
tlaxcaltecas dividieron a su gente para fundar el pueblo de Ocotelulco. Por consiguiente, el
primer señor de Ocotelulco fue Culhua Quanexteyoalminqui que gobernó este lugar durante el
período Posclásico Tardío la cual se caracterizó por las diversas construcciones prehispánicas que
fueron ampliadas o remodeladas de acuerdo con nuevas necesidades de espacio o de uso social y
ritual.
Luego a principios del siglo XV en el principal adoratorio de este señorío se encontraban parte
de las reliquias de Camaxtli, dios de la guerra y la caza, su principal deidad. El adoratorio era una
de las sedes de culto más importante de la región, ya que, a decir de Motolinía, era durante los
días en que se festejaba el dios Camaxtli cuando una gran cantidad de sacrificios humanos eran
ofrecidos.
En Ocotelulco estaba el mayor mercado de la provincia donde, según referencias aportadas por
los conquistadores españoles, diariamente acudían alrededor de 30 mil personas a comprar y
vender mercancías provenientes del valle de Puebla y de la costa de Veracruz. Aunado a este
aspecto, que le daba un poder económico, en Ocotelulco también se encontraba el templo
dedicado al dios Camaxtli. Así, Maxixcatzin, señor de Ocotelulco a principios del siglo XVI,
recibía el nombre de Tianqueztlatoatzin que aludía al señor que tomaba los tributos de todas las
cosas que en el mercado se vendían, así como las rentas, además Maxixcatzin, al igual que
Xicohtecantl, señor de Tizatlán, recibía el título de Tlatoque Huel Mocuiltonova, lo cual hacía
alusión al señor más rico en bienes de la provincia.
Cabe destacar que algunos cronistas resaltan la importancia que tuvo la decisión de Maxixcatzin al
aliarse con los conquistadores españoles e incluso el pagar con la muerte cualquier intento de
oposición que hubiera entre los integrantes del ejército tlaxcalteca. Durante la conquista
Ocotelulco fue lugar de resguardo del ejército español y durante los primeros años del periodo
colonial el sitio donde se inició la evangelización de los indios. En uno de sus barrios, el llamado
Cuitlizco, se construyó un monasterio hacia 1527 el cual estuvo consagrado a la madre de dios.
El sitio arqueológico fue abierto al público en diciembre de 1997 y en él se observan las
estructuras arquitectónicas exploradas durante los años de 1990 y 1991. Finalmente, se debe
mencionar que Ocotelulco es famoso por su cerámica polícroma o de Tipo Códice que consiste
en un diseño con diferentes personajes que aparecen en el Códice Borgia, el cual es uno de los
más importantes que ha perdurado en la historia después de la Conquista Española.
TIZATLAN
Tizatlán es un vocablo de origen náhuatl que significa "Lugar de la tiza". El nombre surgió
a raíz de que en las inmediaciones de la zona existieron yacimientos de tiza que hasta hace
algunos años eran explotadas.
El asentamiento prehispánico se remonta hacia el siglo XIV después de Cristo y tuvo su
origen gracias a la separación de un grupo de habitantes del señorío de Ocotelulco que huyeron
cuando un grupo de filiación cholulteca usurpó el poder exterminando hasta la quinta generación
del linaje gobernante. Los sobrevivientes se refugiaron en Teotlalpan, (hoy La Candelaria
Teotlalpan), al norte de Ocotelulco, y por la amenaza constante de los nuevos señores ese grupo
decidió subir hacia el cerro de Tizatlán guiados por el caudillo Aztahua Tlacaztalli en donde
comenzaron a edificar sus casas y templos llegando a obtener el reconocimiento de los demás
pueblos. Tizatlán junto con Tepeticpac, Ocotelulco y Quiahuixtlan conformaron las cuatro
cabeceras de la provincia de Tlaxcala en la época prehispánica, mismas que agrupaban un amplio
número de pueblos.
Debido a su posición geográfica, en Tizatlán fueron recibidas las tropas españolas de
Hernán Cortés el 23 de septiembre de 1519 y fueron alojados en los palacios de Xicoténcatl, tal y
como lo señala Bernal Díaz del Castillo y el mismo Cortés. Como ya se ha dicho, el sitio fue
ocupado después de la estancia en Teotlalpan, la primera ocupación se caracteriza por presentar
estructuras elaboradas en adobe, un ejemplo de ello es el muro sur de la plataforma de la capilla
abierta. La segunda etapa constructiva corresponde a aquella en donde el material constructivo es
el xalnene. A primera vista parece ser que el asentamiento prehispánico sólo se reduce al área de
los altares policromos y al basamento sobre el que se encuentra la Capilla abierta y el templo de
San Esteban, sin embargo, tenemos que decir que las construcciones prehispánicas abarcaban
hasta la parte que hoy ocupan las casas actuales al norte de la calle anexa a la zona arqueológica.
El sitio arqueológico fue descubierto en 1927 debido a que, según se cuenta al señor
Pánfilo Sánchez se le aparecía el huehue Xicoténcatl, quien lo sacaba de su casa por las noches y
lo conducía hasta el lugar donde se ubica actualmente la zona arqueológica. Una vez allí el
espíritu le decía a Pánfilo Sánchez que excavara para poder entregarle su tesoro. La comunidad al
enterarse de tal suceso decidió, por su cuenta, cavar el sitio que, según Sánchez, Xicoténcatl le
señalaba; pero en vez del "tesoro" fueron hallados los altares policromos que hoy podemos
apreciar.
TECOAQUE
La Zona Arqueológica de Sultepec-Tecoaque, es un asentamiento que fue ocupado por los
pueblos Teotihuacano periodo Clásico (300-500 d.C.) y Acolhua Posclásico (1300 a 1520 d.C.)
Destacó por ser una de las urbes prehispánicas que logró la captura de una de las caravanas de
Hernán Cortés en 1520, cuando la caravana española que se dirigía hacia Tenochtitlán,
procedente de la Villa Rica de la Vera Cruz, fue interceptada por los acolhuas, y las personas
capturadas fueron ofrecidas en sacrificio a diversas deidades".
Tiene 32 hectáreas, se integra por aproximadamente 15 estructuras distribuidas en un centro
ceremonial con cuatro templos y un área habitacional, misma en la que en los últimos dos años
de exploraciones, se han encontrado restos óseos de niños que fueron ofrendados hace 700 años,
así como 12 aljibes (depósitos bajo tierra para contener agua de lluvia) con diversos objetos
prehispánicos.
Localización
En el kilómetro 33 de la carretera federal México – Veracruz (Num. 136).
A 500 metros del Poblado San Felipe Sultepec. Calpulalpan, Tlaxcala.
Se puede llegar por medio del Transporte Público desde Calpulalpan.
XOCHITÉCATL
Xochitécatl es una zona arqueológica localizada en el municipio de Natívitas, en el sur del estado
mexicano de Tlaxcala. Se trata de un conjunto de monumentos que tiene una importancia
singular por constituir uno de los asentamientos más antiguos en el valle de Tlaxcala-Puebla. Los
monumentos y las piezas arqueológicas procedentes de este sitio constituyen una muestra
ejemplar del culto a las montañas y a la fertilidad, rasgos muy característicos de las religiones
mesoamericanas.
Xochitécatl fue el centro ceremonial más relevante de la población dispersa por el valle y hogar
de muchas generaciones de personas a lo largo de aproximadamente nueve siglos. Sus inicios se
remontan al Preclásico Medio de Mesoamérica. Fue abandonada por sus habitantes en el primer
siglo de la era cristiana, a causa de la erupción del volcán Popocatépetl
El significado de su nombre es "Lugar del Linaje de las Flores", fue un centro ceremonial y ciudad
entre el 300 a.C. y el 900 d.C., se le ubica en el Municipio de Nativitas, Tlaxcala , al poniente del
muy conocido Cacaxtla, esta ciudad fue construida en la loma del volcán extinto Xochitécatl o
Xochitecatzin, "lugar del linaje de las flores", en el cual a su vez en su cima se encuentra un centro
ceremonial dedicado a Tlazolteotl, diosa de la Fertilidad.
La zona arqueológica de Xochitécatl se encuentra situada en el lomerío homónimo que se levanta
en el norte del valle Poblano-Tlaxcalteca. El centro ceremonial fue construido sobre el cerro
Xochitécatl, volcán apagado muchos siglos antes de la llegada de los humanos a la región. Desde
su emplazamiento es posible admirar las figuras de los tres grandes volcanes que rodean el valle:
al poniente, el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl y al oriente, el volcán Matlacueye. El lugar elegido
para erigir este santuario a la fertilidad se encuentra entre las dos corrientes de agua más
importantes de la región, es decir, el río Zahuapan y el Atoyac.
Compilación, Enrique Flores Pérez.