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El Programa MaB (Man and Biosphere – Hombre y Biosfera) de la UNESCO
nació para promover la aplicación real de los conceptos conservación y
desarrollo sostenible. De dicho Programa emanaría la Red de Reservas
de la Biosfera, que son aquellos espacios naturales de nuestro planeta
en los que se promueven estrategias de desarrollo sostenible unido a
la conservación del medio natural.
En la presente obra, se recoge y sistematiza, por primera vez, tanto los
textos internacionales como la normativa española atinente al Programa
MaB de la UNESCO. Encontraremos, pues, desde el Plan de Acción para las
Reservas de la Biosfera, pasando por la Estrategia de Sevilla y el Marco
Estatutario de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera, hasta las
Recomendaciones de la Reunión Internacional sobre el cumplimiento de la
Estrategia de Sevilla, celebrada en Pamplona (España).
Finaliza la presente obra con la relación de las actuales Reservas de Biosfera
españolas, el formulario de propuesta de nuevas Reservas y el formulario
de revisión periódica de las mismas.
Hacia una consolidación jurídica
y social del Programa MaB
Jesús Vozmediano
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fundación para el análisis y los estudios sociales
Hacia una consolidación jurídica
y social del P
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HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA
Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB
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© FAES Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales y el autor, 2003
ISBN: 84-89633-70-3
Depósito Legal: M--29810-2003
Impreso en España / Printed in Spain
EBCOMP, S.A. Bergantín, 1 - 28042 MADRID
FAES Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales no se identifica ne -
cesariamente con las opiniones expresadas en los textos que publica.
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Hacia una consolidación jurídica
y social del Programa Mab
Jesús Vozmediano
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JESÚS VOZMEDIANO Y GÓMEZ-FEU
– Abogado en ejercicio.
– Experto y Consultor internacional en Derecho Ambiental y
Medio Ambiente.
– Profesor de Derecho Ambiental y Oratoria Forense de la
Escuela Forense del Colegio de Abogados de Sevilla.
– P residente de la Asociación Internacional de Juristas
Ambientales.
– Miembro del Patronato del Parque Nacional de Doñana.
– Vicepresidente del Comité Español MaB (Hombre y Biosfera)
de la UNESCO.
– Escritor: autor de 7 libros, entre otros: Vernáculos y
Acordanzas de Doñana (2000), Legislación sobre Doñana
( 2 0 0 1 ) y El futuro de las ciudades: hacia unas urbes ecoló -
gicas y sostenibles (2002); coautor de otros 17 y más de
400 artículos publicados sobre temas jurídicos, medioam-
bientales y varios.
– Director, ponente, profesor, secretario y/o participante en
más de 300 masters, congresos, seminarios, cursos y jor-
nadas diversas.
– C o n f e renciante, con más de 250 conferencias pro n u n c i a d a s.
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SUMARIO
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Sumario
Páginas
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
I. TEXTOS INTERNACIONALES:
§ 1. Plan de Acción para las Reservas de la Biosfera
(1984) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
§ 2. Resolución 28 C /2.4 de la Conferencia General
de la UNESCO. (1995) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
§ 3. La Estrategia de Sevilla para las Reservas de la Bios-
fera. (1995) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
§ 4.El Marco Estatutario de la Red Mundial de Reservas
de la Biosfera (1995). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
§ 5.Estatutos del Consejo Internacional de Coordinación
del Programa MaB. (1995).. . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
§ 6. D i rectrices para el establecimiento de Comités
Nacionales MaB. (1997). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
§ 7. Estatutos del Comité Consultivo Intern a c i o n a l
sobre Reservas de la Biosfera . . . . . . . . . . . . . . . 148
-
Páginas
§ 8. Recomendaciones de la Reunión Intern a c i o n a l
sobre el cumplimiento de la Estrategia de Sevilla
relativa a la Red Mundial de Reservas de la
Biosfera 1995-2000. Pamplona. España. . . . . . . . 152
§ 9. Conclusiones generales del Seminario EUROMaB
C o o rdinación y Cooperación entre EUROMaB y
las restantes Redes del Programa Hombre y Bios-
fera. Pamplona. España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198
II. NORMATIVA ESPAÑOLA:
§ 10. Real Decreto 972/1994, de 13 de mayo, por el
que se re e s t ructura la Comisión Nacional Es-
pañola de Cooperación con la UNESCO. . . . . . . . . 203
§ 11. Ley 5/1989, de 6 de julio, de Protección y Orde-
nación de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai . . 218
§ 12. Ley 15/1997, de 31 de octubre, de modificación
de la Ley 5/1989, de 6 de julio, de Protección y
O rdenación de la Reserva de la Biosfera de Urd a i b a i 249
§ 13. Decreto 213/1999, de 13 de octubre, por el que
se crea el Comité de Reservas de la Biosfera de
Andalucía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256
ANEXOS:
A) Relación de Reservas de Biosferas españolas . . . . . 267
B) F o rmulario de Propuesta de Reservas de Biosfera . . . 2 6 9
C) Formulario de Revisión periódica para Reservas de
Biosfera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB
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HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA
Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB
(HOMBRE Y BIOSFERA) DE LA UNESCO
INTRODUCCIÓN
Tanto en los Congresos como en Seminarios y Jornadas a
los que he asistido durante años por países y continentes va-
rios, con frecuencia me he encontrado con personas que,
bien a título individual o institucional, me han solicitado infor-
mación sobre aspectos normativos del Programa MaB (siglas
en inglés de Hombre y Biosfera) de la UNESCO y, en otras múl-
tiples ocasiones, me han consultado sobre las causas de que
ni el Programa MaB tenga una cobertura jurídica ni la inmen-
sa mayoría de las Reservas de la Biosfera ni los Comités MaB
tengan una mínima normativa que los regule y ordene.
En mi viaje, el pasado año, a la Reserva de la Biosfera de
las Islas Galápagos, a invitación del Presidente del Comité
MaB de Ecuador, en una de las reuniones celebradas con uno
de los responsables de esta excepcional y maravillosa Re-
s e rva y Parque Nacional, me transmitía su interés por conocer
INTRODUCCIÓN 9
-
todos los textos relativos al Programa MaB y concretamente
las conclusiones definitivas del Congreso Internacional para
revisar el cumplimiento de la Estrategia de Sevilla, celebrado
en Pamplona (España), en octubre del 2000.
Y, más recientemente, ha sido la última vez, cuando por
el Gobierno de la República del Chad se me ha invitado para
que le asesorase especialmente en promover la creación del
Comité MaB nacional y la declaración de la primera Reserva
de la Biosfera en dicho país, concretamente el hoy Parque Na-
cional de Zakouma.
Todo ello es lo que nos ha conducido a esta obra, tras la
celebración de un seminario por la Fundación para el Análisis
y los Estudios Sociales (FAES), precisamente sobre esta ma-
teria, con la que pretendemos, en primer lugar, desarrollar
unas mínimas reflexiones sobre aspectos jurídicos y sociales,
y especialmente sobre la carencia de normas en relación, co-
mo ya hemos expuesto, al Programa MaB, los Comités Nacio-
nales y las Reservas de la Biosfera, con todo lo que ello con-
lleva a nivel social, exponiendo algunos ejemplos de países
que sí han regulado los anteriores aspectos.
En segundo lugar, recoger y recopilar de forma sistemati-
zada los textos y directrices internacionales atinentes al Pro-
grama MaB, reguladores entre otros del Consejo Internacional
de Coordinación, constitución de Comités Nacionales del Pro-
grama MaB, etc., dispersos hasta el presente y por ello de di-
fícil consulta para personas y Administraciones interesadas.
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 10
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Esta segunda parte la hemos completado con las Reco-
mendaciones de la Reunión Internacional sobre el cumpli-
miento de la Estrategia de Sevilla y las conclusiones genera-
les del Seminario EUROMaB, celebrado días antes de iniciarse
el evento de Pamplona.
Y en una tercera, y última parte, hemos recogido la nor-
mativa española, tanto las normas a nivel de Estado, atinen-
te en este caso a la Comisión Nacional de Cooperación con
la UNESCO, como aquellas promulgadas por algunas Autono-
mías, reguladoras bien de una Reserva de la Biosfera, bien
de creación de un Comité para la Comunidad Autónoma.
Antes de adentrarnos en una breve sinopsis de cada uno
de los textos que incluimos en esta monografía, estimamos
necesario hacer una breve referencia histórica sobre el Pro-
grama MaB y las Reservas de la Biosfera y desarrollar las re-
flexiones a las que ya hemos aludido en líneas precedentes.
BREVE HISTORIA DEL PROGRAMA MaB
Los antecedentes los encontramos en la Confere n c i a
I n t e rg u b e rnamental sobre la Conservación y el Uso Racio-
nal de los Recursos de la Biosfera, promovida por la U N E S-
C O, y celebrada en París en el ya lejano año de 1968, en
la que re p resentantes de países del mundo dejaron tras-
lucir su preocupación por la degradación de ecosistemas y
recursos naturales, planteando la necesidad de aunar uso
INTRODUCCIÓN 11
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a conservación de los mismos, base del futuro concepto de
desarrollo sostenible.
De dicho evento surg i e ron diversas re c o m e n d a c i o n e s ,
e n t re otras la siguiente y significativa: Poner en marcha un
p rograma de investigación sobre el hombre y la biosfera, in-
dicándose que el mismo debería tener un carácter interd i s-
c i p l i n a r i o, teniendo presente los problemas de los países en
desarrollo. Asimismo, desar rollar esfuerzos significativos pa-
ra conservar ejemplos representativos de ecosistemas espe-
cíficos, hábitats originales y especies de plantas y animales
domésticos, así como poblaciones relictas de especies raras
o amenazadas, y preservar áreas naturales y especies en pe-
ligro de extinción.
Esta importante Conferencia Intergubernamental es la
que daría lugar al nacimiento del Programa MaB (Man and
Biosphere–Hombre y Biosfera) de la UNESCO, para promover
la aplicación real de los conceptos conservación y desarrollo
sostenible.
El concepto de Reserva de la Biosfera como tal se de-
s a rrolla inicialmente en el año 1974, por un grupo de tra-
bajo del Programa Hombre y Biosfera (M a B) de la U N E S C O,
iniciándose la Red de Reservas de la Biosfera en el año
1976, otorgándose el título a aquellos espacios naturales
de nuestro planeta en los que se desarrollen estrategias de
d e s a rrollo sostenible unido a la conservación del medio na-
tural, promoviéndose asimismo la investigación científica en
las mismas.
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 12
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Sin la menor duda se puede afirma que el eje vertebrador
del Programa MaB son las Reservas de la Biosfera, las cua-
les intentan resolver la dualidad conservación de la biodiver-
sidad, en resumen de nuestra biosfera, con el desarrollo sos-
tenible de una población en aumento constante en todos los
continentes y necesitada precisamente cada vez más de re-
cursos naturales. De ahí que las Reservas de la Biosfera se
concibiesen como grandes zonas naturales en las que aunar
ambas actuaciones para alcanzar el objetivo último del au-
téntico desarrollo sostenible.
Es en el año 1983 cuando la U N E S C O y el Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ( P N U M A ), en
colaboración con la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación ( FAO) y la Unión Mundial
para la Naturaleza ( U I C N ), organizan el Primer Congreso In-
t e rnacional sobre Reservas de la Biosfera, que se celebra
en la ciudad de Minsk. Este congreso daría lugar al Plan de
Acción para las Reservas de la Biosfera, que en el año
1984 se aprobaría oficialmente por la U N E S C O y al que nos
vamos a referir más adelante.
En la actualidad el Programa MaB se encuentra integrado
en el sector de Ciencias de la UNESCO, siendo sus activida-
des desarrolladas y coordinadas en cada país a través de los
respectivos Comités Nacionales.
De la Conferencia General de la UNESCO surgiría el Con-
sejo Internacional de Coordinación, con la misión de supervi-
sar y coordinar el Programa MaB. Este aprueba, en su octava
INTRODUCCIÓN 13
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reunión, el conocido como Plan de Acción para las Reservas
de la Biosfera que contempla, entre sus objetivos, conseguir
que las Reservas de la Biosfera sean auténticos ejemplos de
desarrollo sostenible, respetando la conservación de todos
sus valores naturales, unido todo ello a una planificación y or-
denación de los recursos.
Posteriormente se ha promovido, a su vez, que países de
una misma región geográfica y/o cultural se organicen a tra-
vés de redes de colaboración, lo cual ha conducido a las co-
nocidas EUROMaB, IBEROMaB, ASIAMaB, ARABMaB, etc., las
cuales cumplen el objetivo de intercambiar valiosas experien-
cias tanto en lo relativo a resultados de investigación como
métodos de gestión, conservación, educación ambiental o bús-
queda de soluciones a problemas muchas veces comunes.
A destacar la Red IBEROMaB, una de las más activas, pro-
movida por el Comité español del MaB, y que ha dado lugar a
una estrecha, permanente y muy positiva colaboración entre
los Comités Nacionales del MaB de los países iberoamerica-
nos, la cual si bien fue constituida formalmente en el año
1992, en Caracas, durante la celebración del Congreso Mun-
dial sobre Parques Nacionales y Áreas Protegidas, organizado
por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), no inició su an-
dadura y vida efectiva y real hasta el año 1997, en la reunión
del IberoMaB celebrada en la aldea de El Rocío, justo en el lí-
mite de la Reserva de la Biosfera y Parque Nacional de Do-
ñana, siendo su auténtico inspirador y motor el doctor Javier
Castroviejo, actual Presidente del Comité Español del MaB.
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 14
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España cuenta en la actualidad, esto es a inicios del año
2003, con veintidós Reservas de la Biosfera declaradas y per-
tenece a dos de las mayores Redes regionales, a su vez só-
lidos pilares de la Red Mundial, que son la Red EUROMaB, in-
tegrada por los Comités de Europa, Estados Unidos y Canadá,
y la Red IBEROMaB que, como ya hemos expuesto, la integran
los Comités de los países iberoamericanos, recayendo la
presidencia y la secretaría en el Comité Español.
En el ya precitado cuarto Congreso Mundial de Parques
Nacionales y Áreas Protegidas, celebrado en la ciudad de Ca-
racas (Venezuela), en el año 1992, se aprobó una resolución
relativa a las Reservas de la Biosfera.
Y, en este breve resumen, no podemos omitir que en
1991 el Consejo Ejecutivo de la UNESCO decidió crear un Co-
mité Consultivo sobre las Reservas de la Biosfera.
LAS RESER VAS DE LA BIOSFERA
Las Reservas de la Biosfera, áreas de ecosistemas te-
rrestres y costeros, son aprobadas por el Consejo Internacio-
nal de Coordinación del Programa MaB, siempre previa peti-
ción del Estado que esté interesado, el cual ha de presentar
oficialmente la propuesta tras la previa aprobación inicial de
la misma por parte del correspondiente Comité Nacional del
P rograma M a B y, si bien, una vez designadas pasan a inte-
grarse en la Red Mundial, se rigen además de por las di-
rectrices internacionales reguladoras del Programa M a B,
INTRODUCCIÓN 15
-
t a mbién por la normativa nacional del Estado correspondien-
te y sujetas a su soberanía.
Para poder cumplir sus fines y objetivos cada Reserv a
de la Biosfera debe zonificarse en tres áreas perf e c t a m e n-
te definidas:
La zona núcleo, la cual debe garantizar la real protección
de sus valores naturales, ecosistemas, fauna y flora, debien-
do abarcar para ello una zona lo suficientemente grande que
garantice los citados objetivos. Una Reserva puede contar
con varias zonas núcleos para proteger distintos sistemas
ecológicos presentes en la misma.
La segunda es la zona tampón o de amortiguación, la cual
debe rodear a la zona núcleo, con límites nítidos, para prote-
gerla de impactos exteriores. Las actividades a desarrollar en
esta zona no deben interferir en la zona núcleo, y deben es-
tar bien planificadas.
Finalmente la zona de transición, en la que se pueden
d e s a rrollar todas las actividades que se encuadren en la fi-
losofía del desarrollo sostenible, incluidos asentamientos
h u m a n o s .
En resumen, cada Reserva de la Biosfera, una vez decla-
rada por la U N E S C O, pasa a someterse a la jurisdicción del
p a í s correspondiente, y si bien algunos de ellos, los menos,
han promulgado normativas específicas en relación a las Re-
servas, y otras se han constituido sobre zonas ya protegidas
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 16
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jurídicamente con otras categorías, ya sea Parque Nacional,
Reserva Natural, Patrimonio Mundial, Zona Ramsar, etc., en-
contramos que la mayoría de las Reservas carecen de cober-
tura jurídica, de normas que además de protegerlas contra
agresiones contemplen su planificación, la existencia de Co-
mités de Gestión, Patronato o Junta Rectora que vele por la
misma, además de carecer muchas de ellas de una zonifica-
ción adecuada que cumpla lo dispuesto en el Marco Estatu-
tario de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera.
La importancia de la Reserva de la Biosfera, figura que
ha ido evolucionando sustancialmente tanto en los aspec-
tos conceptual como funcional a lo largo de las décadas pa-
sadas, y a pesar de ello no reconocida ni valorada aún lo su-
ficiente, radica en que es una figura que se adelantó a su
tiempo, aunando conservación (la zona núcleo) y desarro l l o
sostenible (zonas tampón y sobre todo la de transición). Y
es precisamente en el objetivo del desarrollo sostenible en
el que se ha de pro f u n d i z a r, para que las Reservas de la
Biosfera cumplan plenamente los fines sociales, conserv a-
cionistas y científicos que justificaron su declaración, sien-
do esta una de las asignaturas pendientes en muchas de
ellas, no sólo a nivel nacional sino fundamentalmente a ni-
vel intern a c i o n a l.
Es reconocida la preocupación de todos los organismos
internacionales por una plena y efectiva aplicación del pro-
pugnado desarrollo sostenible, y prueba de ello lo tenemos
en la Agenda XXI, aprobada en la Conferencia de Naciones
Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río
INTRODUCCIÓN 17
-
de Janeiro (Brasil) en el año 1992, conocida popularmente
como la Cumbre de la Tierra, y en la más reciente Conferen-
cia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, celebra-
da ésta el año 2002 en Johannesburgo (Sudáfrica), conocida
a su vez como Río + 10.
Son, pues, las Reservas de la Biosfera las áreas idóneas
para promover, además de la conservación en el sentido clá-
sico en su zona núcleo, el desarrollo sostenible en el resto de
la superficie, fundamentalmente en la denominada zona de
transición, término por cierto algo confuso y ambiguo, aunan-
do tanto la necesaria protección y mantenimiento de los re-
cursos naturales como el también necesario desarrollo de las
poblaciones locales.
Todo ello nos lleva a la conclusión y conveniencia, y es
propuesta que venimos formulando desde hace años, de que
cada Reserva de la Biosfera cuente con su Agenda o Progra-
ma XXI específica, todo ello al margen de que los pueblos o
ciudades que se encuentren integrados en sus límites aprue-
ben las correspondientes Agendas XXI locales, en cumpli-
miento todo lo expuesto de lo recomendado en la ya citada
Agenda XXI emanada de la Cumbre de Río de Janeiro, y del
Plan de Acción emanado de la reciente Conferencia de Jo-
hannesburgo.
Si lo expuesto se llevase a buen fin la Agenda X X I c o n-
taría con una extensa red territorial, todas las Reservas de
la Biosfera del planeta, en la que aplicar y desarrollar todos
los principios y recomendaciones relativos al desarrollo sos-
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 18
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tenible contenidos en sus capítulos y áreas de pro g r a m a s .
Y avanzando aún más, cada país podría designar una o dos
R e s e rvas de la Biosfera en las que se aplicase con rigor y
eficacia todos los principios de la Agenda X X I, para conver-
tir a dichas Reservas además de valiosos laboratorios en
modelos ejemplares o áreas faros de conservación y desa-
rrollo sostenible. Sin olvidar el más que significativo avance
que re p resentaría la conservación y el desarrollo sostenible
unido a la cooperación internacional en las Reservas de la
Biosfera transfro n t e r i z a s .
A su vez los Comités Nacionales del Programa MaB son
los responsables de la presentación ante el Consejo Interna-
cional de Coordinación de las propuestas de declaración de
Reservas de la Biosfera, ello en estrecha colaboración con
las Administraciones competentes y con las Comisiones Na-
cionales de la UNESCO. Asimismo, es competencia de dichos
Comités el velar por las mismas y por el cumplimiento de to-
das las recomendaciones y acuerdos del Programa MaB y, en
casos extremos, proponer la descatalogación de una Reserva
por incumplimiento de los fines para la que se declaró.
El Comité Español del Programa MaB se encuentra vincu-
lado por una parte a la Comisión Española de Cooperación
con la UNESCO, ello a través de la Dirección General de Rela-
ciones Culturales Internacionales del Ministerio de Asuntos
Exteriores, y por el otro con el Organismo Autónomo Parques
Nacionales, dependiente de la Secretaría General de Medio
Ambiente del Ministerio de Medio Ambiente.
INTRODUCCIÓN 19
-
ASPECTOS JURÍDICOS DEL PROGRAMA MaB
Adentrándonos ya en los aspectos jurídicos, estimamos
carencia grave de este importantísimo Programa de la UNES-
CO la falta de un convenio internacional que le preste la cada
vez más necesaria cobertura y protección jurídica. No pode-
mos olvidar que, promovidos por Naciones Unidas u otro s
o rganismos, se han promulgado diversos instrumentos jurí-
dicos internacionales que han re p resentado un auténtico
avance revolucionario, impensable hace unas décadas, en
relación con la protección de determinados ecosistemas o la
biodiversidad y ello a nivel mundial.
Nos referimos, esencialmente, al Tratado Antártico, hecho
en Washington el 1 de diciembre de 1959, y el posterior Pro-
tocolo de Protección del Medio Ambiente de la Antártida, he-
cho en Madrid el 4 de octubre de 1991; al Convenio sobre Zo-
nas Húmedas de Importancia Internacional particularmente
como Hábitats de Fauna Silvestre, aprobado el 2 de febrero
del año 1971, en Ramsar (Irán); a la Convención sobre la Pro-
tección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, aprobada
en la Conferencia de la UNESCO en 1972, y al Convenio sobre
la Diversidad Biológica, aprobado en la histórica Conferencia
de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo,
celebrada en Río de Janeiro (Brasil) en el año 1992.
Como fácilmente se constata, la filosofía que se ha se-
guido desde hace décadas, en relación a la protección de los
grandes ecosistemas y su biodiversidad, ya sea la Antártida
o las zonas húmedas entre otras, ha sido la correspondiente
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 20
-
aprobación de un instrumento jurídico internacional para velar
por la real y efectiva protección y conservación de los espa-
cios naturales correspondientes. A destacar el hecho de que
fuese precisamente la UNESCO la que aprobase la Convención
sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.
Inexplicablemente, sólo el Programa M a B y las Reserv a s
de la Biosfera que del mismo emanan se encuentran huér-
fanos jurídicamente, lo que conlleva que en múltiples oca-
siones la defensa de sus ecosistemas, fauna y flora, o, glo-
balmente, de todo el espacio formalmente declarado, en
resumen, el cumplimiento de los fines que dieron lugar a su
clasificación, devenga como tarea muy difícil cuando no im-
posible de cumplir.
R e c o rdemos que otra importante figura, la de Parq u e
Nacional, se regula jurídicamente a través de los corre s-
pondientes instrumentos nacionales que se aprueban indi-
vidualmente por cada país. Obviamente, en la actualidad,
nos parecería cuando menos absurdo declarar un espacio
natural como tal sin que fuese a través de la corre s p o n-
diente norma jurídica, y ello es precisamente lo que acaece
con las Reservas de la Biosfera, que ni cuentan con un con-
venio internacional ni son protegidas jurídicamente cada
una de ellas cuando son aprobadas en la mayoría de los ca-
sos. Es esta, pues, una laguna que, a criterio personal, es-
timamos se ha de subsanar a través del necesario e im-
p rescindible Convenio Internacional para el Programa M a B y
las Reservas de la Biosfera.
INTRODUCCIÓN 21
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Así pues, el adecuado desarrollo de los fines de las Re-
s e rvas de la Biosfera no depende sólo de la voluntad de los
respectivos gobiernos nacionales y de la normativa específi-
ca que promulguen, sino de la U N E S C O, organismo que debe
p romover la materialización de todo lo que se viene plantean-
do y concluyendo en múltiples reuniones y conferencias re-
gionales e internacionales celebradas durante décadas, y pa-
ra lo que no hay otra vía más efectiva que un convenio
i n t e rnacional que asuma y recoja en su articulado todo lo
p recitado, sin olvidar, obviamente, las importantes funciones
de investigación, cooperación y educación ambiental que
también tienen asignadas las Reservas de la Biosfera.
En resumen, nuestra propuesta, ya expuesta en diferen-
tes foros durante estos pasados años, entre otros en la Reu-
nión Internacional de Navarra, se puede enumerar en cuatro
puntos:
1.- Debe impulsarse la aprobación de un convenio inter-
nacional específico para el Programa MaB de la UNESCO.
2.- La figura de Reserva de la Biosfera debe consolidarse
como categoría jurídica protegida, bien a nivel nacional o a
otro nivel, dependiendo de la organización administrativa de
cada país, contando para su conservación y gestión al menos
con un Comité, Junta Rectora, Consejo Consultivo o el órga-
no colegiado que se estime procedente.
3.- El Comité Nacional del Programa MaB debe tener per-
sonalidad jurídica y estar regulado jurídicamente.
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 22
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4.- Cada Red debe contar, al menos, con un reglamento
de funcionamiento interno, en el que se contemple un Presi-
dente ejecutivo, con funciones de representación, y una se-
cretaría permanente, tendiéndose en un futuro, no dilatado
en el tiempo, a un estatuto jurídico.
Lentamente se han realizado, en estos recientes y últi-
mos años, tímidos avances en las líneas propuestas. Ya en
el Seminario E U R O M a B, sobre Coordinación y Cooperación
e n t re E U R O M a B y las restantes Redes del Programa El Hom -
bre y la Biosfera, celebrado en octubre del año 2000, en Na-
varra (España), aprovechando la celebración de la Reunión In-
ternacional, se aprobaron, entre otras y a propuesta de este
autor y otros participantes, las siguientes y significativas con-
clusiones generales:
“3.- Se reconoce como un problema universal para la ope-
ratividad y eficacia del Programa MaB, la falta de un mínimo
soporte jurídico que sustente la declaración de las Reservas
de la Biosfera y por ende la actividad de los Comités Nacio-
nales y Redes Regionales”.
“4.- Se recomienda, para soslayar esta falta de apoyatura
legal, que el Programa MaB, a semejanza de lo ocurrido con
la mayor parte de los programas internacionales en materia
de medio ambiente, eleve su rango al de Convención Interna-
cional, en la que, con pleno respeto a la soberanía de los paí-
ses y partes contratantes, éstos adquieran el firme compro-
miso de incorporar a su legislación interna mecanismos
eficaces para el logro de los objetivos del Programa MaB”.
INTRODUCCIÓN 23
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A destacar también que en el apartado de conclusiones
atinente a Estructura de las Redes se concluye:
“8.- Teniendo en cuenta la positiva experiencia desarrolla-
da en las Redes IBEROMaB, EUROMaB y ARABMaB, se sugiere
la conveniencia de extender a las restantes redes una es-
tructura orgánica consistente en el establecimiento de una
Secretaría Permanente así como una Presidencia con funcio-
nes ejecutivas y de representación a desempeñar por Comi-
tés Nacionales con carácter rotatorio”.
Finalmente en la conclusiones relativas a Objetivos de las
Redes, se aprobó:
“9.- Se reconocen como objetivos prioritarios de las Redes:
Dotar a las Redes de una mínima reglamentación común
pero flexible y adaptable a las problemáticas locales”.
Lamentablemente, por causas no justificables, ninguna
de las anteriores e importantes recomendaciones precitadas
las hizo suyas el plenario de la Reunión Internacional sobre el
Cumplimiento de la Estrategia de Sevilla relativa a la Red
Mundial de Reservas de la Biosfera. Sevilla + 5. (1995-
2000), celebrada en Navarra (España).
A su vez, en la última y reciente VI Reunión Plenaria del
IBEROMaB, celebrada en Formosa (Argentina), en noviembre
del 2001, se ha aprobado, por fin, a iniciativa del autor de
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e stas líneas y con la unanimidad de todos los Comités Na-
cionales asistentes, un Reglamento de Régimen Interno de di-
cha Red, para el más eficaz funcionamiento de la misma.
La realidad que nos estamos encontrando es que, ante la
falta de un marco global impulsado y aprobado por la UNES-
CO, diversos países han iniciado singladuras individuales,
aprobando normas jurídicas diversas tendentes a definir y
proteger las Reservas de la Biosfera y a regular sus Comités
Nacionales. Y lo mismo ha sucedido con la Red IBEROMaB co-
mo ya hemos constatado en líneas precedentes.
Sólo analizaremos algunos países y textos jurídicos, y ello
a título de ejemplos, sin que sea objetivo de esta obra, ob-
viamente, un análisis sistemático de toda la normativa nacio-
nal ya promulgada, lo cual representaría un arduo trabajo de
investigación, casi de tesis doctoral.
En Francia el Decreto de 11 de enero del año 1994, rela-
tivo a la organización de la Administración central del Minis-
terio de Medio Ambiente, en su artículo 9, dispone que la
Subdirección de Espacios Naturales tiene por misión, entre
otras, todas las “cuestiones relativas a los parques naciona-
les, a la conservación del espacio litoral... reservas natura-
les, reservas de la biosfera y otras zonas naturales ....”.
Vemos, pues, como se hace expresa mención a esta figu-
ra, en unión de otras tan importantes como la de Parque Na-
cional o Reserva Natural, y se asigna todo lo atinente a la
misma al Ministerio de Medio Ambiente.
INTRODUCCIÓN 25
-
En Alemania encontramos ya en su normativa ambiental
amplias referencias a las Reservas de la Biosfera. Es en las
respectivas Leyes de Conservación de la Naturaleza de los
Lander alemanes, donde se contempla y regula específica-
mente, y con detalle, la figura de Reserva de la Biosfera.
Veamos, para mejor conocer el tratamiento jurídico, las
normas de algunos de los Lander.
La Ley de Conservación de la Naturaleza de Sajonia dis-
pone en su artículo 18 que se pueden declarar Reservas de
la Biosfera grandes áreas que representen ecosistemas ca-
racterísticos de las Tierras, según los criterios del Programa
Hombre y Biosfera de la UNESCO...
En su artículo 19, dedicado asimismo a las Reservas de
la Biosfera, dispone que la máxima autoridad de la protección
de la naturaleza tiene la capacidad para declarar, por decre-
to, amplias áreas como Reservas de la Biosfera, que reúnan
los requisitos de áreas naturales protegidas, quedando in-
cluidas en una red internacional de áreas protegidas del Pro-
grama “Hombre y Biosfera” de la UNESCO.
Y en el párrafo segundo de dicho artículo se indica que las
Reservas de la Biosfera tienen la misión, entre otras, de ser-
vir a la protección y desarrollo de áreas singulares con ricos
valores naturales, al desarrollo ejemplar de modelos prácti-
cos para un aprovechamiento ecológico de la naturaleza, a la
reorganización de las relaciones entre el hombre y el medio
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ambiente y a la conservación de la diversidad de la flora y la
fauna, incluyendo los recursos genéticos.
La Ley de Conservación de la Naturaleza de Hessen reco-
ge en su artículo 15 b) la regulación específica atinente a las
Reservas de la Biosfera, y tras definir en su párrafo primero
qué son las Reservas de la Biosfera y cual es la misión de las
mismas, en el párrafo segundo establece que las mismas es-
tarán divididas en una zona núcleo, que tiene que ser en su
mayoría área protegida o Parque Nacional, una zona tampón,
que precisa de un cuidado determinado y una planificación
del desarrollo y que tiene que corresponder con un área pro-
tegida, y un área de transición de paisajes cultivados armóni -
cos, que tiene que ser en su mayoría áreas protegidas.
En un sentido parecido se reglamentan las Reservas en
las Leyes de Conservación de la Naturaleza de los Lander de
Turíngia y Brandenburgo. A destacar en este último texto, que
en su artículo 25, párrafo tercero, se dispone que la protec-
ción, conservación y desarrollo de las Reservas de la Biosfe-
ra deben estar garantizadas, según sus características espe-
cíficas, por una Administración.
En resumen, estimamos plenamente válido y aplicable a
nuestro Estado de Autonomías, con las necesarias matiza-
ciones y adaptaciones competenciales y aquellas otras que
se estimasen convenientes, el desarrollo normativo seguido
por Alemania, con una meticulosa regulación, definiendo que
se entiende por Reserva de la Biosfera, procedimiento de
INTRODUCCIÓN 27
-
d eclaración, la finalidad de las mismas, referencia a la auto-
ridad máxima de protección, etc.
En Argentina, concretamente en la Provincia de Formosa,
se ha promulgado la Ley n. 1335, de fecha 12 de octubre del
año 2000, por la que se crea el Sistema Provincial de Reser-
vas de la Biosfera, el cual, según el artículo 1 “se constituirá
con los diversos tipos de áreas protegidas, provinciales, na-
cionales, municipales o privadas, existentes o a crearse en el
futuro”.
A su vez el artículo 6 dispone que “La autoridad de apli-
cación deberá integrar un Consejo de Gestión para cada Re-
serva de Biosfera, que funcionará como Cuerpo de Dirección
Política y Administrativa, con representantes de los Organis-
mo provinciales, nacionales y municipales que tengan juris-
dicción en la misma”.
Finalmente, se ha de destacar el artículo 10, el cual cons-
tituye un Órgano Consultivo Asesor de cada Reserva de la
Biosfera, con representantes del Gobierno de la provincia, de
los Gobiernos Municipales, de la Universidad Nacional, Aso-
ciaciones de Productores, de Comunidades Aborígenes, Or-
ganizaciones Ambientalistas, etc.
En resumen, la Provincia de Formosa (Argentina) ha
sistematizado muy acertadamente la protección jurídica de
sus Reservas de la Biosfera a través del Sistema Pro v i n c i a l
de Reservas de la Biosfera, la definición de Reserva, con
desglose de sus finalidades y objetivos, la asignación de las
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competencias sobre las mismas a una autoridad determ i n a-
da, y la creación de un Consejo de Gestión y un Órgano Con-
sultivo Asesor para cada Reserva de la Biosfera, todo ello
por ley. Sólo me resta indicar que nos parece otro acert a d o
ejemplo a seguir, siempre con las convenientes, y las que se
estimen necesarias, adaptaciones, en cuanto que, pre c i s a-
mente, planifica y regula lo que desde hace años venimos
d e m a n d a n d o .
Se ha de recordar que otros varios países, entre ellos Bra-
sil, Méjico, etc., han regulado jurídicamente aspectos diver-
sos relacionados con las Reservas de la Biosfera.
Y en lo atinente a las Redes hemos de exponer que, ade-
más de la Red IBEROMaB, a la que ya hemos hecho amplia re-
ferencia en líneas precedentes, y cuyos estatutos se aproba-
ron recientemente en la Reunión de Argentina, cuenta con
Estatutos, desde 1996, la Red de Reservas de la Biosfera del
Este Asiático. Consta de ocho epígrafes. El I dedicado al
Preámbulo, con una extensa introducción sobre las reuniones
y antecedentes que dieron lugar a la aprobación de los Esta-
tutos, el II dedicado al nombre de la Red, el III a objetivos de
la Red, el IV a los miembros, el V sobre actividades, el VI so-
bre presupuestos, y VII y último sobre administración y coor-
dinación de la misma.
Antes de concluir este apartado, y en aras a la objetivi-
dad, se ha de mencionar que en el seminario celebrado por
el Instituto de Ecología y Mercado de la Fundación de Estu-
dios y Análisis Sociales (FAES), en fechas muy recientes, que
INTRODUCCIÓN 29
-
en líneas precedentes citábamos, convocado por este autor y
con la participación, entre otros, de varios miembros del Co-
mité Español del Programa MaB, un determinado número de
participantes no era partidario de promover un convenio in-
ternacional para este programa, bajo argumentos diversos, ni
de regular jurídicamente la figura de Reserva de la Biosfera,
todo lo cual entra en franca contradicción con las conclusio-
nes emanadas del Seminario EuroMaB, que antes de la Reu-
nión Internacional de Navarra se celebró y sobre el que he-
mos hecho amplia re f e rencia en línea anteriores, conclusiones
que recogemos en el epígrafe 9 de Textos Intern a c i o n a l e s .
Una vez desarrollado este análisis sobre aspectos socia-
les y jurídicos relacionados con las Reservas de la Biosfera,
los Comités Nacionales y las Redes regionales, con referen-
cia a las experiencias de algunos países, estimamos nece-
sario dedicar unas líneas a cada uno de los textos que in-
cluimos en la presente monografía.
TEXTOS INTERNACIONALES DEL PROGRAMA MaB
Iniciamos nuestra recopilación, incluída en el anexo, con
el Plan de Acción para las Reservas de la Biosfera, aprobado
por el Consejo Internacional de Coordinación del Programa so-
bre el Hombre y la Biosfera, en su octava reunión, celebrada
en París en diciembre del año 1984.
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 30
-
Constituye dicho Plan una guía del Programa MaB y tal co-
mo se expresa al inicio del mismo “en él se indican una se-
rie de medidas que han de ser examinadas por los gobiernos
y las organizaciones internacionales interesadas en desarro-
llar, en el contexto general del Programa MaB, las múltiples
funciones de las Reservas de la Biosfera”.
Si bien, posterior a este Plan, encontramos las resolucio-
nes y la Estrategia de Sevilla, a la cual vamos a hacer refe-
rencia en líneas posteriores, estimamos que este primer Plan
de Acción sigue siendo plenamente válido y permite, tal como
su título expresa, elaborar un plan para las Reservas de la
Biosfera, con objetivos precisos de ampliar y mejorar la red,
utilizar las reservas para incrementar el conocimiento en un
sentido global y que las Reservas de la Biosfera sirvan de
ejemplo en la labor de aunar conservación y desarrollo sos-
tenible, con plena participación de los entes locales en la
gestión de las mismas y, finalmente, promuevan la educación
y formación ambiental.
Obviamente, no podían faltar en esta monografía los tex-
tos aprobados en la Conferencia Internacional sobre las Re-
servas de la Biosfera que, organizada por la UNESCO, se ce-
lebró en la ciudad de Sevilla (España) durante los días 20 al
25 de marzo de 1995, con el doble enfoque de “examinar el
balance de la experiencia de la aplicación del concepto inno-
vador de Reserva de la Biosfera y determinar, de cara al fu-
turo, la importancia que debe atribuirse a las tres funciones
de conservación, desarrollo y apoyo logístico”, conferencia a
la que tuve el privilegio de asistir.
INTRODUCCIÓN 31
-
La Conferencia General de la UNESCO, celebrada en no-
viembre de 1995, a través de la Resolución 28 C/2.4, que
asimismo incluimos en esta obra, aprobó la Estrategia de Se-
villa y el Marco Estatutario de la Red Mundial de Reservas de
la Biosfera, elaboradas ambas en la Conferencia que se ce-
lebró en la bella ciudad andaluza.
A destacar el primer Considerando de dicha Resolución:
“...las Reservas de la Biosfera constituyen lugares excepcio-
nales para la investigación, la observación a largo plazo, la
formación, la educación y la sensibilización del público, per-
mitiendo al mismo tiempo que las comunidades locales par-
ticipen plenamente en la conservación y el uso sostenible de
los recursos”.
Y a tener en cuenta también el punto 3 de la precitada Re-
solución, el cual “Invita a las organizaciones internacionales
y regionales gubernamentales y a las organizaciones no gu-
bernamentales pertinentes a cooperar con la UNESCO en el
desarrollo operacional de la Red Mundial de Reservas de la
Biosfera y hace un llamamiento a los organismos de finan-
ciación para que contribuyan con los medios adecuados”.
La Estrategia de Sevilla para las Reservas de la Biosfera,
nacida de dicha Conferencia, tras un análisis de los primeros
veinte años, fijar el concepto de Reserva de la Biosfera y de-
sarrollar el conocido como Planteamiento de Sevilla para el si-
glo XXI, contiene una serie de recomendaciones subsumidas
en los cuatro objetivos principales siguientes:
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 32
-
I: Utilización de las Reservas de la Biosfera para la con-
servación de la diversidad biológica natural y cultural;
II: Utilizar las Reservas de la Biosfera como modelo en la
ordenación del territorio y lugares de experimentación
del desarrollo sostenible;
III: Utilizar las Reservas de la Biosfera para la investiga-
ción, la observación permanente, la educación y la ca-
pacitación, y
IV: Aplicar el concepto de Reserva de la Biosfera.
Y el Marco Estatutario recoge en sus diez artículos una
serie de normas para el adecuado funcionamiento de la Red
Mundial de Reservas de la Biosfera.
A destacar de la Introducción uno de los principales obje-
tivos: “El Marco Estatutario está destinado a contribuir a ex-
tender el reconocimiento de las Reservas de la Biosfera y a
alentar y promover ejemplos de bien funcionamiento”.
I m p o rtante es el artículo 1 en el que se define el con-
cepto de Reservas de la Biosfera como “zonas de ecosiste-
mas terre s t res o costeros / marinos, o una combinación de
los mismos, reconocidas en el plano internacional como ta-
les en el marco del programa sobre el Hombre y la Biosfera
(M a B) de la U N E S C O, de acuerdo con el presente Marco Es-
t a t u t a r i o ” .
INTRODUCCIÓN 33
-
El articulado recoge normas para designar Reservas de la
Biosfera, funciones de las mismas, los criterios para designar
un área como Reserva de la Biosfera, los procedimientos de
designación, la participación en la Red Mundial, la constitu-
ción de subredes regionales y temáticas, las revisiones pe-
riódicas cada diez años y secretaría de la red.
No podemos finalizar la referencia al marco estatutario sin
referirnos al llamamiento (se insta) a los Estados para que
elaboren y pongan en práctica criterios nacionales en relación
a sus Reservas de la Biosfera.
Asimismo incluimos los Estatutos del Consejo Internacio-
nal de Coordinación del Programa MaB, lo que permitirá co-
nocer el funcionamiento de tan importante órgano. En estos
hemos de destacar su artículo cuarto, en el que se estable-
ce que “El Consejo será el responsable de dirigir y supervisar
la planificación y puesta en práctica del Programa Hombre y
Biosfera, de estudiar las propuestas relativas al desarrollo y
las modificaciones de este Programa, de recomendar proyec-
tos científicos de interés, a todos o a un gran número de paí-
ses, y de aconsejar las prioridades entre tales proyectos, de
coordinar la cooperación internacional de los Estados miem-
bros en el marco del Programa, de asesorar en el desarrollo
de proyectos regionales y nacionales relativos al programa y
de tomar cualquier medida práctica o científica que pueda ser
requerida para conseguir que la realización del Programa ten-
ga éxito”.
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 34
-
Las Directrices para el Establecimiento de Comités Na-
cionales MaB fue aprobada por la Mesa del Consejo Interna-
cional de Coordinación del MaB (CIC), en reunión de 27 de oc-
tubre de 1997.
Se concretan las directrices en cuatro epígrafes: estable-
cimiento de los Comités Nacionales, papel de dichos comi-
tés, composición de los mismos y funcionamiento.
En el inicio ya se explicita que la decisión de crear un Co-
mité Nacional depende del criterio de cada Estado, encon-
trándonos que tanto la designación, como composición y
funcionamiento de los Comités Nacionales constituidos ac-
tualmente varían sustancialmente entre los países que los
tienen ya constituidos.
Al establecerse estas directrices es obvio que se reco-
mienda la constitución del mismo y, a destacar, la recomen-
dación para que “en ausencia de un Comité Nacional MaB se
podrá designar un Punto Focal MaB para realizar algunas de
las funciones que se describen a continuación”.
Es precisamente facilitar, y colaborar, en la constitución
de los Comités Nacionales del Programa MaB de la UNESCO
otro de los fines de la presente publicación.
Hemos cerrado este gran apartado dedicado a los textos
internacionales del Programa MaB, en primer lugar, con las
Recomendaciones emanadas de la Reunión Internacional so-
bre el cumplimiento de la Estrategia de Sevilla relativa a la
INTRODUCCIÓN 35
-
Red Mundial de Reservas de la Biosfera (1995-2000), que se
celebró en la ciudad de Pamplona (España) durante los días
23 al 27 de octubre del año 2000, promovida y organizada,
dicha reunión por el Ministerio de Medio Ambiente del Go-
bierno de España, la Consejería de Medio Ambiente, Ordena-
ción del Territorio y Vivienda, del Gobierno de la Comunidad
Autónoma de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona (Nava-
rra) y el Comité Español del Programa MaB.
Sólo destacar el alto nivel de participación, las importan-
tes propuestas y conclusiones de los diez Grupos de Trabajo,
y del Grupo de Trabajo ad hoc sobre las Reservas de Biosfe-
ra transfronterizas.
Y, en segundo lugar, incluimos asimismo las Conclusiones
del Seminario EUROMaB, para coordinación y cooperación en-
tre EUROMaB y las restantes Redes del Programa El Hombre y
la Biosfera, celebrado los días 20, 21 y 22 de octubre del año
2000, también en Pamplona, esto es, los días precedentes a
la Reunión Internacional.
Deseamos reiterar y destacar de este significativo y posi-
tivo Seminario, en el que participamos activamente con la
constitución de un subgrupo de juristas especializados en De-
recho Ambiental, dos de sus conclusiones generales:
“Se reconoce como un problema universal para la opera-
tividad y eficacia del Programa MaB, la falta de un mínimo so-
porte jurídico que sustente la declaración de las Reservas de
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 36
-
la Biosfera y por ende la actividad de los Comités Nacionales
y Redes Regionales”, y
“Se recomienda, para soslayar esta falta de apoyatura
legal que el Programa M a B, a semejanza de lo ocurrido con
la mayor parte de los programas internacionales en materia
de medio ambiente, eleve su rango al de Convención Inter-
nacional en la que, con pleno respeto de la soberanía de los
países y partes contratantes, estos adquieran el firme com-
p romiso de incorporar a su legislación interna mecanismos
eficaces para el logro de los objetivos del programa M a B” .
He de manifestar que lamento, como jurista y como vi-
c e p residente del Comité Español del Programa M a B, la gran
ocasión perdida en el importante Congreso de Pamplona,
dada la no aprobación por el Plenario de las conclusiones
a n t e r i o rmente recogidas y aprobadas en el Seminario E U R O-
M a B, relativas entre otras a elevar el Programa M a B al ran-
go de Convenio internacional. Hubo diversas re s i s t e n c i a s ,
tanto de países como de personas, que con sus limitados o
i n t e resados puntos de vista fru s t r a ron una ocasión que, a
no dudar, en próximo congreso se materializará, como úni-
ca vía factible para que el Programa M a B se consolide defi-
nitivamente y las Reservas de la Biosfera, bajo cobert u r a
legal, cumplan plenamente sus importantes y decisivas
f u n c i o n e s .
INTRODUCCIÓN 37
-
NORMATIVA ESPAÑOLA
En una segunda parte hemos recogido la importante nor-
mativa española relativa al Programa MaB.
A nivel del Estado español encontramos el Real Decreto
972/1994, de 13 de mayo, por el que se reestructura la Co-
misión Nacional Española de Cooperación con la UNESCO, de
la cual depende orgánicamente el Comité Español del MaB,
aunque también está vinculado administrativamente al Minis-
terio de Medio Ambiente.
En la Exposición de Motivos de la citada norma legal se
expone que “con el presente Real Decreto se da asimismo
cumplimiento a la Resolución adoptada en la 27ª Conferencia
General de la UNESCO por la que se fijaron las fórmulas de
cooperación entre la UNESCO y las Comisiones Nacionales”.
El articulado recoge los fines de la Comisión, los inte-
grantes de Pleno, Consejo Ejecutivo y Consejo Asesor, con los
fines cor respondientes a cada órgano y la adscripción orgá-
nica al Ministerio de Asuntos Exteriores.
La Comunidad Autónoma Vasca es la única que, específi-
camente, ha regulado y protegido legalmente la Reserva de la
Biosfera declarada en su territorio, y ello a través de la Ley
5/1989, de 6 de julio, de Protección y Ordenación de la Re-
serva de la Biosfera de Urdaibai.
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 38
-
Es un texto acertado que, tras definir el objeto y finalidad
de la citada ley, delimita el ámbito territorial de la Reserva,
establece cuatro áreas de especial protección, una de ellas
de interés arqueológico, definiendo cada una de ellas con de-
limitación de zonas. Se especifican asimismo los usos per-
mitidos en cada una de las precitadas áreas, a veces con de-
talle reglamentista, y el régimen de autorizaciones y de usos
existentes.
Se contempla que por el Gobierno Vasco se redactará un
Plan Rector de Uso y Gestión de la Reserva de la Biosfera de
Urdaibai, con una vigencia indefinida pero revisable cada diez
años o antes y se crea, adscrito al órgano ambiental del Go-
bierno Vasco, un Patronato de la Reserva, figura que nos pa-
rece adecuada, definiéndose los cometidos y funciones de dicho
Patronato, de la Comisión Permanente, la designación de un
Director-Conservador de la Reserva y la participación de las
Corporaciones Locales.
Asimismo se regulan los derechos de tanteo y retracto, la
calificación en su caso de utilidad pública e interés social, fi-
nalizando con un régimen sancionador y catálogo de infrac-
ciones y sanciones. A destacar la acción pública regulada en
el último artículo de la ley (el 30). En resumen, un texto pro-
picio para una eficaz protección de la Reserva y de sus fines.
Por Ley 15/1997, de 31 de octubre, se han modificado al-
gunos artículos de la Ley 5/1989 que hemos analizado so-
meramente en el párrafo anterior.
INTRODUCCIÓN 39
-
En la Exposición de Motivos se explicita dicha modifica-
ción: “Tras la experiencia acumulada desde la entrada en vi-
gor de la ley, se considera necesario proceder a la modifica-
ción de determinados aspectos que afectan tanto a la
relación de los municipios integrados en su ámbito territorial,
debido a procesos de desanexión, como al funcionamiento in-
terno del Patronato”.
A su vez la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía ha promulgado el Decreto 213/1999, de 13 de oc-
tubre, por el que se crea el Comité de Reservas de la Bios-
fera de Andalucía.
En la exposición inicial se indica que Andalucía cuenta en
la actualidad con ocho Reservas de la Biosfera (una más de-
clarada muy recientemente). Se justifica la creación de este
Comité en las competencias que el Estatuto de Autonomía re-
conoce a dicha Comunidad Autónoma española y a lo dis-
puesto en el Marco Estatutario de la Red Mundial de Reser-
vas de la Biosfera.
Consta de siete artículos, disponiendo el primero que “se
c rea el Comité como órgano colegiado de asesoramiento y
c o o rdinación de la Junta de Andalucía en materia de Reserv a s
de la Biosfera, adscrito a la Consejería de Medio Ambiente”.
Entre las funciones, enumeradas en el artículo 2, se en-
cuentran las de coordinar la gestión de las Reservas andalu-
zas, emitir informes, prestar asesoramiento al representante
andaluz en la Comisión Nacional Española de Cooperación
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 40
-
con la UNESCO, informar con carácter previo las propuestas
de designación de nuevas Reservas y proponer al Consejero
la designación de nuevas.
Finalmente re c o rdar que el Real Decreto 1415/2000, de
21 de julio, por el que se desarrolla la estructura org á n i c a
del Ministerio de Medio Ambiente, en su artículo 10, párr a-
fo 8, se establece textualmente que: “El Organismo Autó-
nomo Parques Nacionales ejercerá las funciones de coord i-
nación del desarrollo del Programa M a B ( H o m b re y Biosfera
de la U N E S C O) ” .
En resumen, con esta obra pretendemos que todas las
personas, organismos y Administraciones relacionadas con
el Programa Internacional del M a B, o aquellas simplemente
i n t e resadas en su conocimiento, tengan a mano esta pri-
mera recopilación, centrada exclusivamente, tal como ya he-
mos expuesto, en los textos internacionales y en la norm a-
tiva española.
Y, asimismo, nos ilusiona que, alguno de los textos in-
cluidos en esta monografía, pueda servir de guía, modelo o
inspiración a aquellos países, o en su caso Administraciones,
que pretendan regular tanto sus Comités como las Reservas
de la Biosfera que vayan proponiendo y sean declaradas co-
mo tales.
Es por ello que, para facilitar la labor, en Anexos finales ha-
yamos estimado interesante incluir el Formulario de Pro p u e s t a
INTRODUCCIÓN 41
-
de Reserva de la Biosfera y el Formulario de Revisión Perió-
dica para Reservas de la Biosfera.
Nos daremos por muy satisfechos si la presente obra con-
tribuye, de alguna forma, a promover la creación y/o consoli-
dación de la organización y el buen funcionamiento de los Co-
mités Nacionales del Programa Hombre y Biosfera de la
UNESCO, así como de las cada vez más importantes Reservas
de la Biosfera.
Antes de finalizar estas líneas no puedo dejar de mencio-
nar el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, concedido
a finales del año 2001 a la Red Mundial de Reservas de la
Biosfera, el cual, a no dudar, va a contribuir no sólo al cono-
cimiento por la sociedad de esta Red, la única realmente
mundial y extendida por casi todos los países, sino a incenti-
var a los gobiernos a su real conservación.
En el Congreso de Pamplona se me transmitió verbal-
mente por un participante guaraní esta norma no escrita de
su pueblo: “Cada ser humano tiene el deber sagrado de pro-
teger el bienestar de nuestra madre tierra de donde proviene
toda la vida”. Cumplámosla.
En la Reserva de la Biosfera y Parque Nacional de Doña-
na, finales del año 2002.
JESÚS VOZMEDIANO
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 42
-
I. TEXTOS INTERNACIONALES
§ 1. PLAN DE ACCIÓN PARA LAS RESER VAS DE
LA BIOSFERA
Introducción
1. El Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MaB) se inicio
en 1971; se trata de un programa mundial de cooperación
científica internacional que versa sobre las interacciones
entre el hombre y el medio ambiente en todas las situa-
ciones bioclimáticas y geográficas de la biosfera, desde
las zonas polares a las tropicales, desde las áreas insula-
res y costeras hasta las de alta montaña, desde las regio-
nes escasamente pobladas hasta los asentamientos hu-
manos con elevada densidad de población. La finalidad de
las investigaciones que se realizan en el marco del MaB es
proporcionar la información necesaria para resolver pro-
blemas prácticos de la gestión de recursos. Por otra parte,
están encaminadas a colmar las considerables lagunas
que aún existen en el conocimiento de la estructura y
TEXTOS INTERNACIONALES 43
-
f u nción de los ecosistemas, así como de las repercusio-
nes de los diferentes tipos de intervención humana. Los
componentes fundamentales del programa son la partici-
pación de los “decisores” y de la población local en los
proyectos de investigación, la formación y demostración
sobre el terreno y el mancomunamiento de disciplinas de
las Ciencias Sociales, Biológicas y Físicas para abordar los
complejos problemas ambientales.
2. En su primera reunión, celebrada en 1971, el Consejo In-
ternacional de Coordinación, que supervisa el Programa
decidió que uno de los temas del MaB había de ser la “con-
servación de las zonas naturales y del material genético
que contienen”. En relación con este tema se introdujo el
concepto de re s e rva de la biosfera pretendiese crear así
un conjunto de áreas protegidas, enlazadas gracias a un
sistema internacional coordinado, que permitiera mos-
trar tanto la importancia de la conservación como la re-
l a c i ón de ésta con el desarrollo. El concepto era innova-
dor porque introducía esta noción de red o sistema y
p o rque combinaba la conservación de la naturaleza con
la investigación científica, la vigilancia continua ambien-
tal y la participación de la población local.
3. Desde el momento en que empezó a aplicarse el concepto
de reserva de la biosfera concebida como “zona ecológica
representativa”, la red internacional de reservas de la
biosfera ha proporcionado el ámbito geográfico donde ha
podido aplicarse el programa MaB.
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 44
-
4. En 1976 se designaron las primeras reservas de la bios-
fera. Desde entonces, la red ha ido creciendo constante-
mente hasta 1984; está constituida hoy en día por un to-
tal de 243 reservas en 65 países. En el mismo período se
ha fortalecido cada vez más la cooperación con otras
organizaciones internacionales que se ocupan de la con-
servación y del desarrollo sostenible, especialmente la Or-
ganización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos
(UICN). Representantes de estas cuatro organizaciones se
reúnen periódicamente en el marco del Grupo de Conser-
vación de los Ecosistemas para coordinar su acción.
5. La FAO tiene particular interés en las reservas de la bios-
fera pues contribuyen a la conservación in situ de recursos
genéticos, especialmente variedades silvestres de ciertos
cultivos, especies forestales y variedades anteriores o muy
semejantes de animales domésticos. El PNUMA está po-
niendo de relieve la utilidad de la red internacional para la
conservación en general, y en particular para la vigilancia
ambiental mediante la utilización de metodologías y pará-
metros comparables. La UICN considera que la noción de
reservas de la biosfera es útil para la planificación regio-
nal, en que la conservación se vincula directamente al de-
sarrollo sostenible, de conformidad con la Estrategia Mun-
dial de Conservación.
TEXTOS INTERNACIONALES 45
-
6. Fue, por consiguiente, debido al interés común de la FAO,
el PNUMA, la UICN y la UNESCO, por lo que se convocó en
1983 el Primer Congreso Internacional sobre las Reservas
de la Biosfera a fin de examinar la experiencia de los últi-
mos diez años y establecer un marco conceptual para
orientar el desarrollo futuro de la red de reservas de la
biosfera.
A. Características de las reservas de La Biosfera
7. Las principales características de las reservas de la bios-
fera son las siguientes:
a) las re s e rvas de la biosfera son zonas protegidas de
medios terre s t res y costeros re p resentativos, cuya im-
p o rtancia tanto para la conservación como para el su-
m i n i s t ro de conocimientos científicos, conocimientos
prácticos y valores humanos que puedan contribuir al
d e s a rrollo sostenible, ha sido reconocida intern a c i o-
n a l m e n t e ;
b) las reservas de la biosfera están integradas en una red
mundial que permite compartir la información pertinen-
te para la conservación y la gestión de ecosistemas na-
turales y manejados por el hombre;
c) toda reserva de la biosfera incluye ejemplos represen-
tativos de ecosistemas naturales o mínimamente alte-
rados (zonas núcleo), en cada una de las grandes pro-
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 46
-
vincias biogeográficas del mundo, así como el mayor nú-
mero de los siguientes tipos de zona:
i) centros de endemismo y de riqueza genética, con ca-
racterísticas naturales únicas de excepcional interés
científico (representando una parte o la totalidad de
la zona núcleo);
ii) zonas adecuadas para la manipulación experimental
con miras a la elaboración, evaluación y demostra-
ción de métodos de desarrollo sostenible;
iii) ejemplos de paisaje armonioso resultante de moda-
lidades tradicionales de uso de la tierra;
iv) ejemplos de ecosistemas modificados o degradados
cuya reconstitución permita volver al estado natural
o casi natural.
Tomados en su conjunto, los diversos tipos de zonas men-
cionados proporcionan el marco que ha de permitir la realiza-
ción de las funciones científicas y de gestión de las reservas
de la biosfera:
d) toda reserva de la biosfera debe ser lo suficientemen-
te extensa como para constituir una unidad de conser-
vación eficaz y poder servir como punto de referencia
para la medición de las transformaciones a largo plazo
en la biosfera;
TEXTOS INTERNACIONALES 47
-
e) las reservas de la biosfera deben brindar oportunida-
des para la investigación, la educación, la demostra-
ción y la formación ecológica;
f) la “zona amortiguadora” puede ser cualquiera de los
tipos ii a iv mencionados anteriormente, o una en la
que se combinen estos tipos, o sea que se trata de zo-
nas utilizadas para una labor. La “zona amort i g u a d o-
ra” puede comprender además una zona delimitada
donde se lleven a cabo actividades de cooperación
que garanticen que sus utilizaciones son compatibles
con las funciones de conservación e investigación de
las otras zonas de la re s e rva mencionadas en el apar-
tado c). Esta zona de uso múltiple puede prestarse a
una diversidad de actividades agrícolas, asentamien-
tos humanos y otros usos y puede variar en el tiempo
y el espacio, formando así un “área de cooperación” o
“zona de influencia”;
g) las reservas de la biosfera deben contar con una pro-
tección adecuada, ya sea ésta legislativa, reglamenta-
ria o institucional. Las reservas de la biosfera deben
coincidir con áreas protegidas existentes o previstas,
como los parques nacionales o las zonas de investiga-
ción protegidas, o bien absorberlas. Y ello porque algu-
nas de estas áreas protegidas representan, con fre-
cuencia, los mejores ejemplos de paisaje natural que
no ha sido modificado por el hombre, o porque consti-
tuyen zonas adecuadas para cumplir las diferentes fun-
ciones de las reservas de la biosfera;
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 48
-
h) la población humana debe ser considerada como uno
de los componentes de una reserva de la biosfera. Es
uno de los elementos esenciales del paisaje y sus ac-
tividades son fundamentales para su conservación a
largo plazo y uso compatible. La población humana y
sus actividades no están excluidas de una reserva de
biosfera, se les alienta, al contrario, a que participen
en su gestión, lo cual asegura una mayor aceptación
social de las actividades de conservación;
i) por regla general, no es necesario introducir cambios en
la tenencia o en la ordenación de tierras tras la creación
de una reserva de la biosfera, excepto en los casos en
que se necesite algún cambio para garantizar la estricta
protección de la “zona núcleo” o de lugares de investi-
gación específicos.
8. Pero quizás las características arriba mencionadas no lo-
gren reflejar cabalmente la amplitud del concepto. Las re-
servas de la biosfera que alcanzan sus objetivos repre-
sentan modelos de lo que ha de ser la feliz conjunción de
la conservación y el desarrollo. Son ejemplos patentes de
la aplicación de la Estrategia Mundial Conservación —el
desarrollo sostenible en acción.
TEXTOS INTERNACIONALES 49
-
B. Las funciones de las reservas de la biosfera
La conservación como sistema abierto
9. Si bien se sabe desde hace tiempo que la variedad com-
pleta de organismos y ecosistemas no puede salvaguar-
darse satisfactoriamente y para siempre si su único refu-
gio son zonas protegidas del tipo mas convencional, es
esta la única solución que ha solido aplicarse en la prácti-
ca. A fin de que la conservación genética logre sobrepo-
nerse al cambio que se produce en el medio ambiente
naturalmente y por obra del hombre, es preciso contar con
un sistema de conservación más abier to, en que las áre a s
de ecosistemas naturales no alterados puedan estar ro d e a-
d a s de á reas de utilización compatible y afín. La re s e rva de
la biosfera reúne estas condiciones; tal vez debería consi-
derársela no tanto como una “re s e rva” sino más bien como
un área extensa de paisaje ecológicamente representativo
en la que la utilización de la tierra está reglamentada, pe-
ro puede variar desde la protección completa hasta la pro-
ducción intensiva aunque sostenida. En ciertos casos, ta-
les áreas ni siquiera son contiguas, sino que están
separadas una de otra (es el concepto de reservas de la
biosfera “agrupadas”). Esta modalidad de control gradua-
do permite la flexibilidad necesaria para garantizar la con-
servación en circunstancias cambiantes.
10. Representan las reservas de la biosfera importantes de-
pósitos de material genético, puesto que contienen en
considerable proporción la flora y la fauna autóctonas de
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 50
-
una determinada región biogeográfica. Estos recursos es-
tán siendo aprovechados cada vez más para fabricar nue-
vos productos farmacéuticos, productos químicos indus-
triales, materiales de construcción, recursos alimentarios,
agentes de lucha contra las plagas y otros productos que
contribuyen al fomento del bienestar humano.
Los recursos genéticos de las reservas de la biosfera pue-
den proporcionar también material genético para volver a
introducir algunas especies autóctonas en zonas de don-
de habían desaparecido totalmente, incrementándose así
la estabilidad y diversidad de los ecosistemas regionales.
En determinadas regiones naturales, las reservas de la
biosfera están vinculadas, formando redes locales y re-
gionales, con otros tipos de áreas protegidas en las que
se salvaguardan otros elementos de diversidad biológica y
ecosistemas complementarios.
11. Uno de los aspectos más singulares de las reservas de la
biosfera es la conservación, cuando es efectivamente po-
sible, de los sistemas tradicionales del uso de la tierra,
proponiéndose así un ejemplo de relación armoniosa en-
tre poblaciones autóctonas y medio ambiente. Estos sis-
temas suelen ser muchas veces el resultado de siglos de
experiencia humana y pueden proporcionar, por lo tanto,
informaciones de enorme valor para el fomento de la pro-
ductividad y del carácter sostenible del uso y ordenación
actuales de la tierra. La incorporación de este tipo de zo-
na no sólo ha de proporcionar lugares de interés impor-
tantes para la investigación científica; puede contribuir,
TEXTOS INTERNACIONALES 51
-
además, a la revalorización de las tradiciones por la po-
blación local y pro p o rcionarle una base para mejorar
sus medios de vida, mediante una utilización juiciosa de
la ciencia y las técnicas, dentro del respeto de estas
t r a d i c i o n e s .
Investigación y la función de la vigilancia continua
12. Gracias a la calidad de la protección de que gozan, a una
extensión, generalmente considerable, y a la inclusión en
ellas de zonas libres, en buena medida, de toda huella
humana, las reservas de la biosfera constituyen por ex-
celencia, lugares adecuados para la vigilancia permanen-
te de la transformación de los componentes físicos y bio-
lógicos de la biosfera. La protección de que gozan y su
misión científica hacen de las reservas de la biosfera lu-
gares particularmente interesantes para el acopio de in-
formación científica. Los científicos pueden pues esperar,
con mayor motivo que en muchas otras zonas, que se
respete allí la integridad de los lugares estudiados y que
la información acopiada contribuya a constituir un banco
de datos de importancia cuantitativa y científica cada vez
mayor. A medida que los cambios en el uso de la tierra y
las consecuencias de la presencia humana vayan dismi-
nuyendo paulatinamente el número de lugares apropia-
dos para la vigilancia continua el interés científico de las
reservas de biosfera irá aumentando.
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 52
-
13. En la mayor parte de las áreas protegidas, la investiga-
ción es una función secundaria, encaminada a proporcio-
nar la información que permita resolver eficazmente los
problemas de gestión de recursos que se van planteando
en estas áreas protegidas. En las reservas de la biosfe-
ra, se procura que los programas de investigación multi-
disciplinaria (ciencias naturales y sociales), contribuyan a
la elaboración de modelos de conservación sostenible de
los ecosistemas de una vasta región natural. Las reser-
vas de la biosfera proporcionan sitios adecuados para la
investigación concertada, incluyendo la investigación pa-
ra determinar las condiciones para conservar la diversi-
dad biológica, evaluar las consecuencias de la contami-
nación en la estructura y las funciones de los ecosistemas,
evaluar los efectos de los métodos del uso de la tierra
tradicionales y modernos en los procesos de la biosfera
e idear sistemas de producción sostenible para zonas de-
terioradas.
14. Añádase a esto que la red internacional proporciona un
marco para el estudio comparado de problemas seme-
jantes en diferentes partes del mundo, para probar, nor-
malizar y transferir nuevos métodos, y para coordinar la
elaboración de sistemas de gestión de la información.
La función de educación y formación
15. Las re s e rvas de la biosfera pueden ser utilizadas como
c e n t ros importantes para la educación y formación en el
TEXTOS INTERNACIONALES 53
-
t e rreno de científicos, administradores de recursos y de
á reas protegidas, visitantes o población local. La gran
i m p o rtancia que se está dando a la promoción de los
p rogramas de educación y formación en las re s e rvas de
la biosfera es, desde luego, algo único. La naturaleza de
estos programas depende de las condiciones, posibili-
dades, y necesidades par t i c u l a res de cada re s e rva de
la biosfera y de la región circundante. Se suelen fo-
m e n t a r, empero, los siguientes tipos de actividad: for-
mación teórica y especializada, educación ambiental,
demostración y divulgación, formación para la población
local, pro p o rcionándosele al mismo tiempo oport u n i d a-
des de empleo.
La función de cooperación
16. La cooperación no es sólo el principio que permite integrar
las demás funciones es también la fuerza moral que anima
el concepto de re s e rva de la biosfera. La condición de re-
s e rva de la biosfera reconocida permite crear condiciones
p ropicias para mejorar la cooperación a nivel local, re g i o n a l
e internacional. Se tiende a considerar cada vez más que
la cooperación es uno de los ingredientes de una buena ad-
ministración en todas las clases de áreas protegidas. En-
t re estas, sin embargo, las re s e rvas de la biosfera se dis-
tinguen por distintas maneras.
17. En primer lugar, la idea de cooperación estuvo desde el
comienzo plasmada, de modo especifico y manifiesto, e n
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 54
-
el concepto mismo de re s e rva de la biosfera. A difere n c i a
de lo que ocurre en otras áreas protegidas, se trata de un
elemento simbólico esencial, de uno de los factores de-
cisivos que contribuyen a que un número cada vez mayor
de personas se consagre a esta tarea de conservación.
18. En segundo lugar, la cooperación en los niveles local y re-
gional tiene un ámbito de aplicación lo bastante general
como para que puedan participar en ella personas con di-
ferentes intereses y puntos de vista. Los esfuerzos que
se realizan están encaminados a la elaboración de estra-
tegias prácticas y sostenibles para enfrentar los proble-
mas, complejos y estrechamente vinculados (ambien-
tales, de uso de tierras y socioeconómicos) que afectan
a una determinada región biogeográfica. De ahí que en la
realización de un proyecto de reserva de la biosfera sue-
lan intervenir no sólo sus administradores sino también
especialistas de las ciencias naturales y sociales, admi-
nistradores de recursos, grupos interesados en asuntos
ambientales y de desarrollo, o responsables de la toma
de decisiones de organismos oficiales, así como la po-
blación local.
La comunicación entre todos estos grupos está fundada
en la necesidad de integrar las labores de conservación y
desarrollo en una misma región biogeográfica, así como
en el común reconocimiento del valor de las reservas de
la biosfera. Puede conseguirse, gracias a estos esfuerzos
de cooperación, la creación en torno a la reserva de la
biosfera de una zona de influencia en la que se puede
TEXTOS INTERNACIONALES 55
-
realizar una labor de cooperación y lograr el uso arm o n i o s o
de la tierra. La extensión de esta zona ha de aumentar a
medida que haya más participantes que cooperen en la
c reación de la re s e rva de la biosfera. La creación de la re d
de cooperación que permita alcanzar los objetivos de la re-
s e rva constituye pues un proceso flexible y abiert o .
19. Las reservas de la biosfera pueden servir asimismo de
catalizador para establecer mecanismos que permitan
una adecuada utilización de las competencias profesio-
nales de los organismos gubernamentales y de los esta-
blecimientos universitarios, con miras a dar soluciones a
los problemas de utilización y administración del ecosis-
tema de determinadas regiones.
20. Por último, todas las re s e rvas de la biosfera forman par-
te de una red internacional que pro p o rciona un marc o
para la comunicación dentro de las regiones biogeográ-
ficas y entre éstas. La cooperación implica que se com-
p a rtan técnicas e información y que se elaboren pro-
yectos de vigilancia e investigación concer tados a fin de
obtener mejor información sobre problemas comunes.
Las re s e rvas de la biosfera son par t i c u l a rmente apro-
piadas para la vigilancia continua y concertada de la
contaminación, tanto regional como mundial, y de los
defectos de ésta para los ecosistemas naturales y ma-
nejados por el hombre, para la elaboración concert a d a
de modelos de ecosistemas, la evaluación y el pro n ó s-
tico, y por último la evaluación comparada de los dife-
rentes sistemas alternativos de gestión de los re c u r s o s
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 56
-
renovables. También puede entrañar esta cooperación
el intercambio y la formación de especialistas con miras
a contribuir a la selección de re s e rvas de la biosfera y
al desarrollo de sus funciones.
C. El Plan de Acción
21. El marco programático del Plan de Acción está org a n i z a d o
con arreglo a tres objetivos principales, para fomentar y lle-
var a la práctica el concepto de re s e rva de biosfera y hacer
de esta una agente más eficaz de desarrollo sostenible.
Son ellos: mejorar y ampliar la red; utilizarla para aumentar
el conocimiento; y hacer por último que las re s e rvas de la
biosfera muestren de modo aún más convincente el inte-
rés que tienen el aunar la conservación y el desarro l l o .
Mejorar y extender la red
22. Uno de los principales objetivos del Plan de Acción es me-
jorar y extender la red mundial de las reservas de la bios-
fera, incluyendo en ellas:
a) zonas ecológicas representativas dentro de cada una
de las grandes regiones biogeográficas del mundo en
su estado natural o modificadas por el hombre en di-
verso grado,
TEXTOS INTERNACIONALES 57
-
b) c e n t ros de endemismo y de riqueza genética y por
último,
c) zonas que permitan realizar toda la variedad de funcio-
nes de las reservas de la biosfera.
I n c rementar los conocimientos fundamentales que permiten la
c o n s e rvación de los ecosistemas y de la diversidad biológica
23. Un cierto número de medidas se refieren a la obtención
y difusión de conocimientos útiles; trátase en particular
de:
a) la utilización de las reservas de la biosfera para la vi-
gilancia continua global de determinadas variables bio-
lógicas, químicas y físicas,
b) la realización de investigaciones relativas a los proce-
sos ecológicos fundamentales, que puedan aplicarse
en la gestión y en la ciencia de la conservación,
c) la vigilancia continua de los resultados y la eficacia de
la gestión,
d) el acopio de conocimientos tradicionales relativos a la
utilización de especies y de ecosistemas, y
HACIA UNA CONSOLIDACIÓN JURÍDICA Y SOCIAL DEL PROGRAMA MaB 58
-
e) la difusión de éstos conocimientos a través del ejem-
plo, la publicación, la generalización en distintas ma-
neras la formación, el intercambio de personal y de po-
bladores locales, y la designación de reservas de la
biosfera destinadas a la demostración a fin de pre-
sentar todas estas cuestiones a un vasto público.
Lograr que las reservas de la biosfera aúnen más
eficazmente conservación y desarrollo
24. Las reservas de la biosfera actuales y futuras serán más
eficaces en las diversas maneras:
a) asegurando que las reservas de la biosfera cumplan
con los criterios y sirvan a los fines previstos y no sean
meramente áreas protegidas de otra clase, designa-
das con otro nombre,
b) garantizando su protección mediante medidas legisla-
tivas y de gestión,
c) vinculando los objetivos de la conservación y el desa-
rrollo,
d) mejorando la eficacia de su gestión y supervisando las
normas que la reglamentan,
TEXTOS INTERNACIONALES 59
-
e) incorporando en la gestión tanto actual como futura
los conocimientos técnicos tradicionales de quienes
habitan en las re s e rvas de la biosfera o en sus in-
mediaciones, y
f) logrando suscitar el interés y la participación de la po-
blación local afectada por la existencia de las reservas
de la biosfera.
25. Si bien se espera que las re s e rvas de la biosfera se cre e n
y mantengan a título permanente, el Plan de Acción se
concentra en recomendaciones de medidas para el pe-
riodo comprendido entre 1985 y 1989, que coincide con
el Programa de Mediano Plazo para el Medio Ambiente a
Nivel de todo el Sistema (PNUMA) así como los planes a
plazo medio de varias de las organizaciones patro c i n a-
doras. El plan está formulado en forma realista y prácti-
ca. Algunas de las medidas serán iniciadas o re a l i z a d a s
por las organizaciones de las Naciones Unidas (en part i-
cular la pro p i a U N E S C O, el P N U M A, la FA O, la O M S y la
O M M) y por la U I C N. Se tendrán, claro está, en cuenta los
imperativos de la Estrategia Mundial de Conservación y
de otros planes de acción relacionados con esta cues-
tión, como el Plan de las Naciones Unidas de Lucha con-
tra la Desertificación. La aplicació