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Publicado por Corporativo Educativo Nunet S.C.

www.nunet.com.mxMéxico, D.F., 2011.

Índice

Prólogo

Cuentos Finalistas

Cuento Primer Lugar

Cuento Segundo Lugar

Cuento Tercer Lugar

Más Cuentos

Los Nunets en su Primera Misión

La Biblioteca del Señor Lecheconmielstein

La Segunda Misión: Lluvia de Letras

Cherry y Blueberry en la Tierra de Bombones

La Tercera Misión: La caja de la risa

Una Estrella

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Prólogo

Este es un libro para quienes quieren divertirse.

Los cuentos que aquí encontrarás han sido escritos por niños como tú y por algunos no tan niños que han decidido compartir con nosotros historias fantásticas y por supuesto algunas aventuras de Los Nunets.

¿Ya conoces a los Nunets? Ellos son: Universo, Nube, Nieve, Urbano, Estrella y Trueno.

¿Sabías que a Universo fue a quien se le ocurrió este concurso? Es que a él le encantan las historias y aventuras que en los libros puedes encontrar.

Esperamos que te hayas divertido escribiendo y que tu viaje por el Mundo Nunet continúe cada vez que abras este libro y las leas o también cuando decidas escribir un cuento o una historia más.

¿Ya estás listo para iniciar un viaje lleno de diversión? Sólo tienes que pasar a la siguiente página.

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Nieve Le gusta hacer esculturas, sobre todo de hielo y desayunar helado de blueberry. Además sabe que el respeto es súper importante para convivir con los demás.

NubeLe gusta la pintura, dibujar cuadros y también observarlos. Ama a las mascotas y a los animales en general. Sabe que es responsabilidad de todos cuidar la naturaleza.

UrbanoLe encanta la arquitectura, o sea los edificios y las construcciones, además de tomar fotos. Siempre está buscando a sus amigos

porque sabe que la amistad es algo muy importante.

EstrellaLe gusta el teatro y la danza. Y tiene la confianza en sí misma para salir al escenario y expresarse libremente.

UniversoLe encanta la literatura, o sea escribir cuentos, historias y también leerlas. Le gusta pasar tiempo con su papá, sus amigos y maestros, comparte con ellos siempre.

TruenoLe fascina la música de todo tipo, desde rock, pop y hasta la música clásica. Toca varios instrumentos como la guitarra y la flauta. Cuando toca un instrumento se siente libre.

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Ganador1er Lugar

El Hámster locoCreado por Andrea Paola Martínez Hernández

Vol. I

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En un extraño lugar, pero en verdad extraño lugar llamado Hamstertopía, había un hámster llamado Hamsberto. Ese hámster, decían los otros hámsters “que estaba loco”.

“Creo que nació en el manicomio”- Y así, Hamsberto vivía con todos criticándolo.

¿Saben?, Hamsberto sí estaba algo loquillo. ¿Por qué? Les contaré: Fue hace unos seis meses cuando comenzó todo eso de Hamsberto “el loco”.

Hamsberto era un hámster que era muy extraño y también odiado por todos excepto por sus familiares. Un día Hamsberto platicó con sus papás.

- Papá, Mamá les tengo que decir queee… me voy -.- ¿¡¿¡Qué?!?! ¿Por qué?- decían sus papás -.- Es que… ya saben, todos me creen un loco, sólo porque me

gusta la idea de que existen unos… Como decirlo mmm. Monstruos. Y todos creen que me caí de la cuna cuando nací -.

Entonces todo triste y algo emocionado, empacó sus cosas y se fue con la esperanza de encontrar unos monstruos.

Ya habían pasado cinco meses desde que Hamsberto se había ido. Justo cuando se iba a rendir escuchó unos zumbidos. - Bzzzzz.- se escuchaba.

El Hámster locoCreado por Andrea Paola Martínez Hernández

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A Hamsberto le entró la curiosidad, fue a donde se escuchaban los zumbidos y de pronto; - Fuummmm -. Algo pasó volando por arriba de la cabeza de Hamsberto y lo persiguió hasta llegar a un prado con algo parecido a un panal.

Hamsberto, como ya saben era un tanto curioso. Entró…Dentro estaban…-¡¡¡Los monstruos!!! ¡¡¡Lo sabía!!! - dijo Hamsberto.

¡Oh, oh! - vieron a Hamsberto.- No parecen muy contentos de verme- pensó Hamsberto, salió del

panal y empezó a correr por el prado.- Yo lo sabía, yo lo sabía – gritó. Se escondió y puso una

trampa y… atrapó a uno. Se lo llevó a su hogar que había dejado: Hamstertopía.

Todos se sorprendieron al ver a Hamsberto, y con un Monstruo. El rumor se esparció: - ¡Te enteraste de que Hamsberto llegó con un monstruo! - decían entre ellos.

Los rumores corrieron tan rápido, que sus papás también se enteraron y salieron a darle la bienvenida a Hamsberto.

Tantos fueron los rumores que al día siguiente apareció en el diario: “Hámster creído loco, regresó con un monstruo” y desde entonces ya no lo llamaban Hamsberto “el loco” sino Hamsberto “el cuerdo”.

Vol. I

Ganador2o Lugar

La vuelta a la historia en un sueño

Creado por Tania Gabriela Solorza González

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Juan era un niño bueno y estudioso pero tenía un problema: ¡No podía entender la historia de su país!

Sí, ese era su problema y se sentía muy mal porque ese tema debía ser el más fácil de todo el planeta.

Una noche vio una estrella fugaz y pidió: ¡Ojalá existiera una forma de entender la historia! y se durmió.

De repente sintió humedad, escuchó sonidos de animales, abrió los ojos y ya no se encontraba en su cama ni en su cuarto, sino en una especie de selva. Inmediatamente después, vio a un niño como de su misma edad con penacho y taparrabo.

- Hola-dijo Juan-. ¿Quién eres tú? Y ¿Dónde estoy?- Soy Moctezuma- dijo el niño-. Y acabamos de encontrar el águila

parada sobre un nopal devorando un serpiente que es la señal que nos mandó nuestro dios para construir nuestra ciudad Tenochtitlan.

- Guau – pensó Juan. - Creo que ya he visto ese símbolo -. Pero al acercarse se sintió mareado y se desmayó.

Cuando se despertó ya no estaba en Tenochtitlán sino en una habitación oscura a mitad de la noche. Había un escritorio alumbrado por una vela y un hombre escribiendo algo y al verlo le saludó:

La vuelta a la historia en un sueño

Creado por Tania Gabriela Solorza González

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-Buenas noches-.-Buenas noches- le respondió Juan-. Espero perdone mi ignorancia

pero ¿Quién es usted?-Soy Francisco González Bocanegra y estoy escribiendo el Himno

Nacional -dijo el señor-. Toma, lee lo que llevo.Juan agarró la letra y entonces le salieron algunas lágrimas de lo

bello que estaba. Luego sintió que volaba y cerró los ojos para no dejar que se lo llevaran sus temores.

Después de un rato, los abrió de nuevo y se encontraba dentro de un estudio de música. Se escuchaba una hermosa melodía de un piano. Al darse la vuelta vio a un hombre tocando el piano. Se acordaba de esa melodía, pues la había oído antes, pero por más que pensaba no podía recordar en dónde.

Entonces decidió preguntarle: -Hola ¿Me podría recordar dónde he escuchado esa melodía?-.

-No creo que la hayas escuchado porque apenas la estoy componiendo, es el Himno Nacional - dijo el hombre.

-Pero es tan hermosa que creo que ya la he escuchado antes -dijo Juan.

- Gracias, me halagas aunque no creo que lo merezca, pues no soy mexicano y esto es muy importante para ellos- dijo el hombre.

- Y usted… ¿De dónde viene?- preguntó cortésmente Juan.-Soy Jaime Nunó y vengo de España pero me enamoré de este

país y me quise quedar-.Juan se quedó sorprendido de que el hombre hiciera algo tan

grande para los mexicanos y que él fuera español. Trató de acercarse al piano pero al hacerlo se desmayó.

Se despertó y se vio en medio de una oficina y cerca de un libro inmenso. Inmediatamente se abrió la puerta y entró un hombre con lentes, barba blanca y traje de militar.

Juan sintió miedo pero luego se dio cuenta de que sólo se vestía

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así porque en realidad no tenía ninguna medalla.Juan se había dado cuando de que se le hacía conocido pero no

recordaba su nombre un tanto raro.-Disculpe ¿Usted es Venus Calabaza?- preguntó Juan-No, soy Venustiano Carranza y estoy tratando de hacer la

bandera nacional un poco más moderna pero sin perder su historia.- dijo el hombre. - Aquí puedes ver todos sus antepasados - .

Juan vio que había una vitrina con todas las banderas de todos los tiempos. Desde la de los aztecas hasta la de la Revolución.

- Y cada vez que aparezca una nueva le ponemos un recuerdo justo aquí -dijo Venustiano.

Juan se acercó a la bandera que tenía al frente, pero antes de llegar se desmayó.

Abrió los ojos y su mamá lo llamaba desde la cocina: - ¡Juan!, ¿ya estás despierto?, hoy tienes que ir a la escuela -.

Juan se vistió rápido pues tenía muchas ganas de contarles a sus amigos de su sueño.

Y mientras iba caminando, sacó sus monedas que tenía para el recreo y vio al reverso el águila parada sobre un nopal devorando una serpiente.

Se acercó a su salón y escuchó al coro de su escuela cantando el Himno Nacional y vio a su escolta practicando con la bandera y se dijo: - ¡Que maravilloso sueño! Aprendí a entender la historia de mi país! ¡Eso fue una vuelta a la historia en un sueño!

Ganador3er Lugar

Carlota la envidietasCreado por Michelle Valencia

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Carlota era una chica muy impaciente y muy envidiosa, a veces sus amigos la llamaban Carlota la Envidietas.

Cuando Carlota llegaba a la pizzería de su amigo Bruno y había una o más personas en la fila delante de ella, se impacientaba de tanto esperar, y se salía echando chispas de la pizzería.

Lo mismo pasaba cuando iba a la heladería de Camila o a la panadería de Daisy.

Carlota también era muy envidiosa cuando le pedías que te compartiera uno de sus chocolates o dulces, te contestaba con un rotundo “no”, y si le seguías insistiendo se iba corriendo a su casa y no te hablaba en una semana.

Un día, cuando tenía mucha hambre, fue a la heladería de Camila. Cuando llegó se dio cuenta de que era la octava en la fila y se dijo a sí misma: “Voy a esperar dos minutos, si no me atienden pasados esos dos minutos, me voy”.

Y dicho y hecho, dos minutos después, Carlota se fue de la heladería, cerrando la puerta de un portazo.

Carlota llegó a la panadería de Daisy, y se dio cuenta de que era la novena en la fila, entonces se dijo a sí misma: “Voy a esperar tres minutos, si no me atienden pasados esos tres minutos, me voy”.

Y dicho y hecho, tres minutos después, Carlota se fue de la

Carlota la envidietasCreado por Michelle Valencia

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panadería, cerrando la puerta de un portazo.Carlota llegó a la pizzería de Bruno, y se dio cuenta de que era la

décima en la fila, entonces se dijo a sí misma: “Voy a esperar cuatro minutos, si no me atienden pasados esos cuatro minutos, me voy”.

Y dicho y hecho, cuatro minutos después, Carlota se fue de la panadería, cerrando la puerta de un portazo.

Decepcionada, Carlota fue con sus amigos Mia y Thomasa.“Hola chicas, ¿qué hacen?” dijo Carlota con una gran y fingida

sonrisa.“Comiendo tacos ¿y tú?, te ves algo nerviosa, ¿qué te pasa?” “Mmm… nada, sólo estoy algo hambrienta, ¿me comparten de

sus tacos?” preguntó Carlota aún más nerviosa. “Y… ¿Por qué deberíamos de darte?, ¿tú nunca nos compartes n

ada?”. “Eso es muy cierto” la apoyó Mia. “Claro que no, yo les compartí chocolates en Navidad” alegó

Carlota.“Sí, los que te dio tu abuela, y dijiste que estaban rancios” dijo

Thomasa. “Bueno pero es que…” balbuceo Carlota. “¡Pero es que nada, no te daremos tacos hasta que tú seas

generosa!” “Y más paciente” -dijo Mia. Carlota se fue refunfuñando a su casa.“¡Pero qué día, y sigo teniendo hambre!” pensó Carlota.Carlota al fin encontró algo de comer en la nevera, al irse a

dormir, Carlota pensó en lo que le habían dicho sus amigas, pero en vez de reflexionar, solo dijo: “¡Ash!, Thomasa, Bruno, Camila, Daisy, todos me causan problemas, desearía que todos desaparecieran, así no tendría que compartir con nadie mis cosas, ni esperar mi turno en las filas de las tiendas”.

Al día siguiente, Carlota se despertó, por alguna razón muy

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alegre, y después de vestirse, tuvo ganas de comprar un capuchino, y fue a la cafetería de Luis, todo se veía muy solitario.

Al llegar a la cafetería no había nadie, así que pensó que aún no habían abierto.

Luego fue a la lonchería de Jack y a la tienda de ropa de Amelia y no había rastro de nadie.

Carlota pensó que su deseo se había cumplido, que ya nadie más la molestaría, pero después se dio cuenta que no tenía a nadie con quien reír ni jugar, ni a quien platicarle todas sus aventuras y desventuras.

Tampoco tenía quien le preparara las pizzas, ni quien le sirviera los helados, ni quien le cocinara ese riquísimo pan dulce.

Carlota volvió a casa y se durmió deseando que nada de eso hubiera pasado.

A la mañana siguiente, Carlota se vistió y desayunó tan rápido como pudo y fue a saludar a todos sus amigos y vecinos.

“¿Y ahora qué mosca te pico Carlota? Eres tan generosa y paciente como queríamos”. dijo Mia sorprendida.

“Es que tuve un buen sueño, un muy buen sueño” contestó Carlota.

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Yo me llamo Manuel, tengo una familia muy extraña, vivo en una ciudad muy extraña y tengo amigos muy extraños.

Mi hermana mayor ya se casó. Es muy guapa e inteligente, pero el problema es que mide once centímetros y pesa quince gramos. Mi cuñado, su esposo, es un Gnomo. Y ustedes pensaban que no existen los Gnomos, él siempre va a su mina para vender el oro.

Mi hermana menor es más grande que yo, mide quince metros y pesa cincuenta kilos. Mi papá y mi mamá son normales, pero a ella le gustan las flores y a él le gustan las plantas y eso provoca algunos accidentes.

Mi abuela Otiria puede volar y es muy difícil encontrarla en los aires. Su esposo Frank es marinero y colecciona algunos animales marinos.

Mi otra abuela, Daniela, vende pedazos de arcoíris que mi abuelo Benny le trae de sus aventuras como piloto aéreo.

Y yo soy un niño normal y feliz.

La familia de ManuelCreado por Ana Kaplan Gutiérrez

Cuento finalista

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Había un niño llamado Juan. Tenía muchos amigos y muchos sueños.Su mayor sueño era ser astronauta y llegar al sol. Siempre veía los

programas de astronauta y leía las revistas de los planetas.Un día, en un programa, vio que no se podía llegar al sol y él

pensó: ¿Qué pasará se lo comen? ¿Hay marcianos? Y le preguntó a su mamá: “¿Qué pasa, por qué no se puede

llegar al sol?”Su mamá respondió: “Lo que pasa es que el sol es muy caliente y

se pueden quemar”.Juan respondió: “Okey”, pero se quedó pensando: ¿Qué haré de

grande? ¡Ya sé! Seré astrólogo.Juan creció y se volvió astrólogo, descubrió tres planetas, se

casó y muy raramente tuvo hijos azules, morados, de rayas, puntos, etc. Todos se respetaban por ser diferentes y en la escuela no los molestaban.

La escuela se ganó el premio nobel de la “Escuela con más paz y respeto mundial”.

El SolCreado por Esther Berditchevsky Atri

Cuento finalista

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El TiempoJosé Alfredo Cruz Ramírez

Cuento finalista

En la ciudad de Burgos vivía un hombre llamado Álvaro. Él era alto, de pelo castaño con ojos marrones, le gustaba salir al cine, pasear con sus amigos y jugar ajedrez.

Se podía decir que era un hombre perfecto pero no era así, tenía un pequeño defecto: siempre llegaba tarde a la oficina.

Todos los días era lo mismo, el despertador sonaba tarde, se levantaba, se bañaba y salía corriendo pero cuando llegaba a la oficina su jefe lo regañaba.

“Esto no puede seguir así”, se repetía una y otra vez.Un día al llegar a la oficina se quedó viendo el reloj y dijo: ¡Ya sé!

Tomó horas y minutos del reloj y los echó a su bolsillo y pensó: ¡ahora si ya no llegaré tarde a la oficina!

A la mañana siguiente, con las horas y minutos del reloj, llegó más temprano que los demás, después se le ocurrió una idea: poner un puesto en donde vender tiempo.

Y así lo hizo, puso un puesto con un cartel de letras enormes que decía “Se vende tiempo”. Toda la gente que pasaba por ahí se quedaba viendo. Un hombre que iba tarde a la oficina pasó por ahí y dijo: “Con probar no pasa nada” y se acercó y le dijo a Álvaro: “Me da un cuarto de hora. ¿Cuánto es?”. Y Álvaro le contestó: “Un cuarto de euro”.

El señor salió a la oficina, al llegar a su junta vio que no había nadie y dijo: “¡Me han mentido!”. Al salir se encontró a su jefe y éste le dijo: “Señor Rodríguez ha sido el primero en llegar a la oficina, lo

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felicito”. Sorprendido le contestó: “¿De verdad?”.Así, él le contó a sus amigos lo sucedido y Álvaro se volvió millonario

vendiendo tiempo. Un día se acabó el tiempo así que Álvaro decidió consultar a un

gran mago y éste le dijo: “Si llegabas tarde a la oficina no era culpa del tiempo sino tuya. El tiempo regresará pero debes hacer las cosas con anticipación”.

Así fue, el tiempo regresó y todos siempre hacían las cosas con tiempo.

Había una vez un hada que estaba chimuela...Sí, estaba chimuela y es que en el día de campo del sábado

pasado, Panchita, porque así se llamaba esta hada chimuela, decidió que ese sería el día en que por fin se subiría al pasamanos y pasaría del otro lado.

Panchita subió al pasamanos y se colgó del primer peldaño; cuando de pronto se dio cuenta de lo que había hecho y estaba ahí arriba y no sabía cómo avanzar y lo que es peor, cómo bajarse.

Se quedó pensando un rato, pero sus manos empezaron a sudar y... Panchita se soltó y cayó de panza, ni las manos metió, pero eso sí, la boca sí la metió en el golpe y su diente... ¡¡¡Se cayó!!!

Sí, se le cayó un diente: ¿Y ahora? ¿Estaría Panchita chimuela de por vida?

El HadaCreado por María Loubiere TorresCuento finalista

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Panchita corrió a su casa, buscó pegamento, cinta adhesiva y todo lo que pegara para volver a poner su diente en su lugar.

Finalmente, colocó el diente en el lugar vacío que quedaba en su boca y se llenó la cabeza de cinta adhesiva para que el diente no se cayera, pero...

... El diente no se quedó en su lugar y cayó por un agujerito que había quedado entre dos pedacitos de cinta.

¡Pobre hadita Panchita! tendrá que esperar a que le salga su diente nuevo y pensar mucho antes de volver a subir al pasamanos.

Había una vez una casa muy grande, antigua, maltratada, fría, sola y oscura.

Los niños sentían miedo al acercarse y los vecinos decían que era habitada por un tenebroso fantasma porque todas las noches se escuchaban estruendosos ruidos de cadenas y lamentos. Pero la gente no sabía que el pobre fantasma era infeliz porque vivía solo y no tenía amigos.

Cierto día que llovía muy fuerte con relámpagos y truenos, una niña que no tenía familia ni casa, por lo tanto vivía en la calle, entró a la casa para refugiarse de la tormenta.

Cuando entró observó la casa y se sintió como una princesa en su

El fantasma que vivía soloCreado por Jimena Guadalupe Munguía Monroy

Cuento finalista

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castillo. Decidió echar un vistazo, cuando de repente vio al fantasma. Gritó y se asustó mucho, quiso salir corriendo. Entonces el fantasma se puso a llorar de tal manera, que la niña sorprendida volteó a ver al fantasma, poco a poco se acercó a él y se dio cuenta que no era más que un pobre y simple fantasma.

Esa noche prendieron una fogata y alrededor de ella platicaron, rieron y jugaron hasta que el sol volvió a salir y por la mañana ya eran muy buenos amigos.

El fantasma por fin había encontrado el camino al cielo pero la niña no quería separarse de él. En ese momento llegó una pareja, quienes eran los dueños de la casa y anhelaban tener un hijo. Al descubrir la dulzura de la hermosa niña decidieron adoptarla y desde entonces vivieron como una muy bonita familia.

El fantasma se convirtió en una brillante y gran estrella que siempre la cuidaba desde arriba.

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Marina la Catarina viajeraCreado por Óscar Prettel

Cuento finalista

Había una vez una catarina llamada Marina a la que le gustaba viajar mucho ya que podía conocer a tantos insectos de diferentes especies.

Un día llegó a un lago en donde vivía la ranita Rita, se puso a platicar con ella acerca de lo que se podría hacer ahí. Rita le dijo: aquí en el lago me gusta nadar al mediodía que es cuando el agua esta tibia, pero tengo que cuidarme de que los cocodrilos, las serpientes y las aves no me coman. Me tengo que esconder entre la hierba para que no me vean y así poder escapar.

Marina le dijo que tuviera mucho cuidado y emprendió el vuelo para llegar a otro destino. Se despidió de Rita y se alejó. Voló por semanas y llegó a la selva, en ella encontró monos que saltaban de árbol en árbol; hormigas, algunas muy feroces y otras muy trabajadoras. Serpientes muy grandes, las cuales le asustaban mucho; aves de colores muy brillantes como las guacamayas; tigres muy sigilosos para poder atrapar a sus presas.

Le daba miedo estar ahí así que nuevamente voló hasta llegar a un nuevo destino. En cada lugar al que llegaba se hacía de nuevos amigos, los cuales le decían que se tenía que cuidar.

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Había una vez en un lejano reino un niño llamado Juan. Su padre era un herrero y su mamá era sastre.

Un día estaba en el taller de su padre viendo como forjaba herraduras y hacía las espadas, Juan le preguntó: ¿Papá, tú crees que algún día me convierta en caballero? Y el padre le contestó: Sí hijo- y Juan se inspiró a serlo desde entonces.

Llegó el día en que Juan dejó de ser niño para ser un adulto, sus padres ya estaban viejos y enfermos, Juan tuvo que conseguir un trabajo, y para su buena suerte el reino anunció que iban a hacer un torneo entre los aldeanos para ver quién de todos merecía ser un caballero.

Juan estuvo entrenando muy duro para lograr vencer a todos y ser un caballero y así poder mantener a su familia.

El día del torneo llegó, los rivales no se veían para nada fáciles, pero eso a Juan no lo detendría. El torneo había empezado, Juan luchó hasta quedar entre los cinco finalistas. La segunda fase se iba llevar a cabo el siguiente día con un duelo de espadas.

Juan le pidió a su padre que le diera su espada plateada que tenía en su taller para el enfrentamiento, su padre se la dio sabiendo que la ocuparía para el bien.

Llegó el día del duelo en donde los cinco participantes lucharían. Comenzó el duelo, los cinco se atacaban, uno cayó y ya eran cuatro. Los otros dos cayeron, solo Juan y el otro adversario quedaron de pie: lucharon y lucharon, Juan pensaba que iba a perder pero recordó que su padre siempre confió en él para llegar hasta donde estaba. Así tuvo fuerza para ganar, entonces hizo caer al adversario,

Juan el CaballeroCreado por José Miguel Castillo Climaco

Cuento finalista

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y así ganar el torneo. Él pagó remedios curativos para sus padres, después de un

tiempo se casó con una mujer de su pueblo y tuvo un hijo que fue muy valiente y lo llamo Alexis y así vivieron felices para siempre.

Una vez, una niña llamada Karla se despertó como todos los días para ir a la escuela. Su familia eran sus cinco hermanos y su madre, ya que no contaba con papá.

Cuando Karla llegaba a la escuela era presa de unas niñas populares que le hacían burla, se reían de ella y le ponían apodos tales como: pastelito, platanito, la gordis, la sandía, etc.

Karla se iba muy triste a su casa, sólo quería estar recostada. La mamá le decía: -¿Qué tienes?-. A lo que la niña no respondía nada.

Un día sucedió lo que tenía que suceder, no quiso desayunar más, ni comer y mucho menos cenar. Las populares la seguían insultando diciéndole: pelota, círculo, etc.

Karla ya no quiso ir más a la escuela, ni hablar con nadie por lo que no tenía amigos. Solamente se la pasaba recostada.

Un día salió y se paró ante un estanque que hacía las veces de espejo, ella se vio en él y ¡¿cuál fue su sorpresa?! Se visualizó cada vez más obesa. Regresó a su casa e imaginó que una manzana le

El sueño para siempreCreado por Marcos Diego Palma Sánchez

Cuento finalista

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decía: “Cómeme, cómeme”. Se hizo de noche y durmió y durmió hasta que se fue a un paraíso

donde ella era delgada. En ese momento dejó de latir su corazón y murió. Se fue a un mundo mejor que el nuestro, donde no volvería a ser criticada por su físico.

No debemos de criticar ni burlarnos de las demás personar por su estado físico ya que el daño que se les causa puede ser mortal. A las personas se les acepta por sus sentimientos y principios más no por su físico.

Desde muy pequeña he visto cosas muy raras… Afirmaba Dannie… insistía en ver a otras personas que no estaban en la casa o habitación, en especial personas con caras deformadas, otras normales a veces con heridas o con golpes, ella no sabía por qué las veía así. Su mamá y sus abuelos constantemente preguntaban si era verdad o estaba mintiendo, ella se sentía sola con esas personas que veía. Para Dannie todo el día era un día compartido con mucha gente y le molestaba que los demás no vieran a las personas que ella veía, la primera experiencia que recuerda tiene que ver con las noches eternas sin dormir.

¿Por qué lo veo?Creado por Daniela Urriolagoitia Nava

Cuento finalista

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Capítulo 1Mis compañeros de nocheLas noches eternas sin dormir de Dannie comienzan a sus dieciocho

meses de edad, cuando su mamá la veía hablando por las noches, un día su mamá se levantó y le dijo “Danny ya son las 2:00 a.m. que haces despierta? Era tan pequeña que no entendía el tiempo, y sólo contestó: “Platico con mis amigos”…. su mamá asombrada ante la respuesta le preguntaba: ¿Cuáles amigos?... Dannie contestaba con rapidez: “Los que están aquí conmigo”… Esta era una respuesta que su madre no esperaba por las noches, pues sentía miedo… pero lo evitaba dándole un biberón y se daba la vuelta rumbo a su cama para dormir, sin decir una sola palabra más y sin preguntar nuevamente. Así, pensaba su madre, pasará el tiempo y dejará de imaginar a esas personas.

Capítulo 2La señora en el sillónSin embargo, el evitar una conversación con Dannie respecto a

los amigos que la visitaban, fue sólo una situación que no evitó que Dannie viviera experiencias muy notorias y fuera de lo común con las personas que veía y que las demás personas no veían.

A los veinticuatro meses de edad ella enfermó de gravedad, tenía una fuerte infección de garganta, poco antes de ser llevada al hospital, su pediatra dijo a su madre que se le aplicaría un tratamiento de 8 inyecciones, y que era necesario aplicar la primera y esperar su respuesta en dos horas para definir su traslado al hospital, su madre verdaderamente preocupada fue a comprar las inyecciones.

Su abuela materna estaba en la cocina preparando un té; entonces Dannie se sentó en el sillón para descansar de la posición en la que estaba y de repente al voltear su cara a la derecha vio a una mujer de cabellos negros como la noche y sus ojos azules como el cielo,

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su vestido era blanco como la nieve de las montañas y en sus brazos cargaba a un bebé tan tierno que movía el corazón de cualquiera. La señora humildemente le miró y le dio un cordial saludo, Dannie sintió paz en su corazón y encantada de lo que veía, le devolvió el saludo.

En ese momento, le platicó que si las inyecciones no daban resultado la hospitalizarían, y ella le recomendó un té de hojas de eucalipto con miel y limón, le dijo entonces que se lo dijera a su mamá. Muy confiada, le gritó a su abuelita y le dijo: “Abuelita ya no es necesario que me inyecten” Su abuela cariñosa le intentó explicar que era necesario y le pregunto por qué razón no quería inyectarse, entonces Dannie le respondió:

“Es que la señora de blanco con el bebé en los brazos dice que mejor me den un Té de eucalipto con miel y limón”. Su abuela, sabiendo ya que Dannie hablaba de personas que nadie más veía, pego un grito y salió corriendo en ese momento. Su mamá, regresaba de comprar el tratamiento de inyecciones y preguntó:

“Qué tienes mamá, ¿qué te pasa?” Y su abuela le contó todo. Entonces Dannie insistió en que se le diera el té que la señora decía. Ella era tan pequeña que no entendía la diferencia. Entonces su mamá pidió a su abuela que se le diera el té y esperaran ver como respondía. Esperaron sólo una hora cuando Dannie comenzó a dejar de toser y a respirar mejor.

Capítulo 3¡¡¡Sí Abuelita!!!Después de tantas experiencias vividas, la familia de Dannie, dejó

de dudar en lo que ella decía de otras personas y niños que veía. Una gran experiencia para todos fue cuando un día Domingo por

la tarde, cuando su familia disfrutaba de una comida familiar, Dannie se encontraba en la recámara de sus abuelos y aprovechando que

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estaba sola, decidió hacer travesuras y lo que nunca le permitían, brincar sobre la cama. Dannie vertió shampoo en la botella del acondicionador y un poco de talco en el frasco del desodorante ambiental, después subió a la cama y ¡¡¡saltó y saltó!!! Con grandes giros que la ponían en riesgo, fue así que en uno de esos saltos, y en un momento de euforia, intentó hacer una marometa y al momento de girar se encontró con la imagen de una mujer muy bella de dulce mirada que le extendía los brazos y le decía:

“Mi niña ten cuidado que te puedes lastimar, pórtate bien, te quiero mucho Dannie”, para Dannie fue una gran experiencia, sin embargo Dannie le contestó:

“No me pasa nada”, pero la bella mujer le insistió: “No saltes en la cama que te puedes lastimar”, y Dannie le preguntó: “¿Cómo te llamas?”, y ella ansiosa le respondió:

“Mi niña bonita yo soy tu abuelita Tete, y te estoy cuidando. Quiero que me prometas que te portarás bien”. Y al ver que la figura se desvanecía Dannie gritó: “¡¡¡Sí, abuelita”!!! …¡¡¡Abuelitaaa!!!... al escuchar sus gritos desde el comedor su familia le preguntaba, ¿Qué te pasa Dannie?... ¿Estás bien?...

Su otra abuelita desde el comedor, insistentemente le decía: “Aquí estoy mi niña”…

Gran sorpresa se llevaron todos cuando al llegar a la recamara en la que se encontraba Dannie la vieron sobre la cama señalando hacia el clóset afirmando que su Abuelita Tete había estado con ella.

Su mamá le preguntó que cómo sabía que era su abuelita Tete si ella no la había conocido y que no la había visto nunca. Fue así como la mamá de Dannie fue al su caja de recuerdos y sacó una foto que guardaba con cariño para cuando sus hijas estuvieran más grandes y pudiera enseñarles a su familia paterna completa en una Navidad. En esa foto se encontraban cuatro tías abuelas, sus tías y tíos, hermanos y primos de su papá y su abuelita Tete, rodeada de

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todos sus primos y Dannie en los brazos de su abuelita, pues tenía unos días de haber nacido para esas fechas.

Días después de esa fotografía su abuelita Tete falleció, por lo que no pudo disfrutar del cariño de su nieta Dannie. La sorpresa de todos fue cuando Dannie señaló con su dedo y sin duda alguna a su Abuelita y gritando dijo: “Ésta, ésta es mi abuelita Tete, la que vino a verme”.

Desde entonces nadie en su familia duda de lo que Dannie ve y de las personas y niños que ve y los demás no pueden ver. Hoy Dannie es una niña que sabe cuándo decir lo que ve y cuando no lo puede decir.

Hoy era el primer día de clases de Perlita. Tenía miedo de ir sola a la escuela, pero su mamá le dijo: “Mira en la bolsa de tu chamarra, voy a poner a tu osito para que te acompañe”.

Así, su mamá dejó a Perlita y cuando quería llorar el “osito” le decía: “Oye Perla no vayas a llorar, aquí estoy. Ja, ja ja ja”.

Después la maestra le preguntó: ¿Cómo te llamas? Perla estaba distraída y el osito desde la bolsa le gritó: “Perla”. La maestra le dijo muy bien.

Llegó la hora del lunch y Perla estaba come y come y el osito le

Mi osito mágicoCreado por Perla M. Meza Gutiérrez

Cuento finalista

Libro de Cuentos Nunet

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gritaba: “Coda, coda, coda, no me convidas”. Perlita se empezó a reír y sus amigos le preguntaban por qué se reía y ella les dijo que tenía un osito en su bolsa.

Los niños metieron su manita en la bolsa y no encontraron nada. El osito se fue a un rinconcito de la bolsa y no lo sintieron, ni lo vieron. Sólo lo podía ver y oír Perla, pues era un “osito mágico”.

Una vez, una niña llamada Daniela invitó a su amiga Isabel a su casa. Comieron pizza y después bajaron al jardín. Se subieron a los columpios. Isabel era muy buena columpiándose y de repente salió volando. En el aire, un ave grande, que nadie sabía qué tipo de ave era se la llevó muy lejos.

Nadie supo a dónde se la llevó, buscaron fuera del condominio pero nada, no había nada.

Llamaron a la policía para que buscara a Isabel antes de que llegara su mamá pero nadie la encontró.

Isabel se había pegado y estaba inconsciente, cuando se despertó se dio cuenta de que estaba en la selva. Pensó que nadie la iba a encontrar, estaba muy triste, pero a pesar de su tristeza trató de encontrar todo para sobrevivir.

La niña en la selvaCreado por Abrianna Braverman López

Cuento finalista

Vol. I

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Después de buscar mucho, encontró una pequeña cueva, cosas para hacer fuego, un animal muerto y usó su piel como cobija. Agarró la carne del animal, la calentó, se la comió y se durmió.

Mientras tanto, en la casa de Daniela, llegó la mamá de Isabel y se preocupó mucho. Llamó a todos los que pudo para tratar de salvarla, pero nadie la encontró. La mamá de Isabel lloró por su hija, aparte de que era hija única, la quería mucho.

A la mañana siguiente Isabel se estaba acordando de su mamá, cuando de pronto vio el ave que la llevó a la selva. El ave estaba triste y se dio cuenta que estaba sola igual que ella, fue a buscar fruta mientras pensaba en el ave.

Todos los días que salía por fruta veía al ave más triste. A los tres días ya no aguantó y subió al árbol para buscar al ave. No sabía cómo comunicarse con el ave así que buscó en todo el árbol para ver por qué estaba triste. Entonces encontró unos huevos debajo de unas hojas, los sacó y se los llevó al ave. El ave se puso feliz, se fue volando y no volvió.

La mamá de Isabel siempre soñaba todas las noches con ella, recordaba cómo se divertían. Un día se propuso ir a una búsqueda por todo el mundo.

Isabel extrañaba ver al ave, entonces puso carne y semillas para ver si volvía. Se durmió y cuando despertó encontró al ave donde estaba la comida, así que siempre la alimentó. Se cuidaban la una a la otra.

Su mamá empezó la búsqueda, fue por todos los países que pudo pero no la encontró.

Encontró a una niña parecida a Isabel, y la adoptó aunque supo que no iba a ser igual que su propia hija. Después volvió a su casa y le contó la historia de Isabel, la niña nueva, a la que llamó Vivian, quien se puso triste al oír la historia. Así que trató de ponerla feliz siendo buena hija.

Isa seguía extrañando a su mamá y a todos sus familiares, pero le

Libro de Cuentos Nunet

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gustaba la aventura y se había acostumbrado a vivir en la selva.Su mamá se quedó con Vivi y aunque era buena niña, extrañaba a Isa.

Juntó todas las fotos de Isa e hizo un álbum para recordarla siempre.Isa supuso que se tenía que quedar por siempre en la selva con

su ave. Con el tiempo encontró otro niño en la selva que se llamaba Javier.

Él le contó que había ido de vacaciones con su familia cuando vio un ave y se le hizo padre así que corrió a alcanzarla y se perdió.

Nadie lo encontró así que aprendió a sobrevivir y a desde entonces había vivido en la selva con el ave a la que persiguió.

Después se dieron cuenta que era la misma ave que le había gustado a Isa. Los tres se volvieron amigos (Isa, Javier y el ave), crecieron juntos, se hicieron grandes y se cuidaron uno al otro para sobrevivir.

Vivi también creció y se casó, tuvo una hija igualita a Isa y con ella siempre la recordaron.

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Historia de un perroCreado por Carlos Prettel

Cuento finalista

Había una vez un perro y una perra que eran novios, vivían con sus dueños, eran muy felices y tenían un vecino muy gruñón y los dejó salir. Ellos salieron corriendo muy rápido y no volvieron y pusieron letreros con sus nombres y sus datos por todas partes y los encontraron a los dos días.

Al vecino no le agradaban los perros y cuando tuvo oportunidad los volvió a dejar salir, los dueños volvieron a poner letreros para ver si nuevamente los encontraban, así pasó una larga semana y no aparecían, pusieron letreros afuera de las casas, en los postes, en las avenidas, en los parques para ver si así los encontraban.

Una mañana la familia decidió salir a buscarlos, de pronto los vieron a lo lejos. Iban corriendo para llamarles, en eso la hija más pequeña les silbó, voltearon los perritos y salieron corriendo sin precaución, iba pasando un coche y los atropelló, los perritos murieron. La familia lloró mucho se pusieron muy tristes por la pérdida de sus mascotas.

Pasaron cinco meses y la hija más pequeña los extrañaba mucho, el papá al ver la tristeza de sus hijos decidió comprar nuevamente unas mascotas, llevó a sus hijos a la tienda de mascotas y escogieron juntos dos perritos golden retriever y una tortuga. Regresaron a su casa y cuidaron mucho de los perritos para que no los volvieran a perder y así la familia vivió muy feliz por siempre.

...Más cuentos

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Hace no mucho tiempo, de hecho hace muy poco tiempo un grupo de amigos estaba por reunirse por primera vez. Cada uno de ellos estaba en un día tan común como corriente.

Nieve esculpía en su estudio su última creación, cuando todas las luces se prendieron y derritieron su obra. Universo estaba sumido en su gran sillón de lectura, leyendo un cuento que lo tenía sorprendido, alegre, triste, eufórico… cuando una piedra atravesó el vidrio de su ventana. Estrella ensayaba los diálogos para la obra de teatro de la escuela, cuando el telón le cayó encima. Nube hacía un experimento para comprobar si las nubes son como el algodón, cuando una ráfaga de aire tiro sus instrumentos. Urbano intentaba un nuevo giro en la patineta cuando sus llantas se zafaron.Y Trueno mezclaba en su consola un par de canciones nuevas cuando se fue la luz y se quedó sin sonido.

Sin saber la razón de cada uno de sus accidentes, cada uno decidió salir de su casa un rato mientras el piso se secaba, mientras cambiaba el vidrio, mientras conseguía nuevos instrumentos, mientras compraba nuevas ruedas, mientras regresaba la luz.

Cada uno tomo un atajo, el atajo preferido de cada quien. La sorpresa fue que no se encontraron en el lugar tranquilo, solitario y especial de siempre. Ahora se encontraban con otros que tenían la misma cara de sorpresa que ellos.

Ahí estaban frente a la fuente Alebrije y la fuente tampoco estaba como antes, se había despintado. El agua estaba negra por todos los colores que se habían mezclado y la imagen de la fuente parecía

Creado por Kin Yu

Los Nunets en su Primera Misión

Libro de Cuentos Nunet

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una foto del periódico.Universo sintió tristeza, la fuente era su preferida y ahora se veía

tan mal. Lo que también le sorprendía era encontrar a otros niños ahí. Siempre, más bien, nunca había vista a ninguna otra persona en la fuente. Pensaba que era el único que la conocía.

Urbano decidió sacar una foto con su cel, era un hecho muy poco común, digno de formar parte de su colección. Y la pregunta de: ¿Quiénes son estos? No dejaba de taladrar su mente.

Estrella, evitó especular y decidió hablar: Hola ¿quiénes son Uds.?¿Saben lo que le pasó a la fuente?

Por respuesta recibió un enredo de voces que se desenredó cuando Trueno hizo su ruido de trueno favorito. ¡Traaaaaaastrastras!

Y comenzó a hablar: Parece que ninguno de nosotros sabemos lo que le ha pasado a la fuente. Lo que sabemos ahora es que todos conocemos este lugar. Bueno, debo confesar que era mi lugar favorito pero ahora se ve un poco raro.

Mientras hablaban, los brujos alebrijes los observaban y se sentían complacidos. Al fin los habían reunido y tenían su primera misión juntos.

Los brujos alebrijes los llamaban NUNETS, aunque ellos todavía no sabían que formaban parte de aquel grupo.

Universo se quedó pensativo debía haber una razón por la que la fuente se había despintado y les propuso explorar un poco para ver si no sucedía nada más raro.

Así se enfilaron uno tras otro: Universo, Trueno, Estrella, Nube, Urbano y Nieve. En la ciudad sí pasaba algo: Los cuadros estaban vacíos, las esculturas se derretían, los instrumentos estaban mudos, los edificios más bellos se descarapelaban, los teatros estaban cerrados, los salones de baile clausurados. ¡Sí que algo raro estaba sucediendo!

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Así que Urbano propuso realizar una investigación, todos estuvieron de acuerdo y se fueron al café “Sueño virtual”, ahí consiguieron tiempo en internet y comenzaron a buscar.

Los resultados eran poco concluyentes, había noticias de sucesos parecidos, pero ninguna explicación real. Estrella sugirió entonces, que podrían preguntarle a alguna de las estatuas antes de que terminaran por derretirse. A Nieve le pareció una idea excelente y corrió más rápido que todos para encontrarse con la escultura de El Caballito.

- Caballito, ¿sabes qué es lo que ocurre? ¿Por qué te derrites?- El Caballito respondió simplemente. El arte está enojado.- ¿Queeeeé?Pero El Caballito ya no pudo seguir porque terminó por fundirse

en el suelo. Nieve les contó a todos los demás que el arte estaba enojado. A

todos les pareció una broma. Incluso Trueno pensó que era ridículo. El arte no podía estar enojado.

Los brujos alebrijes comenzaban a desesperarse los NUNETS estaban tardando demasiado en descifrar el acertijo de la misión.

Universo les dijo al mismo tiempo que comenzaba a correr: - Tenemos que consultar algo en la biblioteca: ¡Vámonos! Todos salieron tras de él. Todo a su paso parecía estar tan descolorido y triste. Universo conocía muy bien la biblioteca, se fue directo a la computadora para buscar el libro que tenía en mente: “Los secretos del arte”.

Página 1, página 5, página 68, página 230, página 650… Universo buscaba entre las páginas, mientras Trueno, Estrella, Nieve, Nube y Urbano lo miraban con atención.

¡Aquí está! – gritó Universo, aunque de inmediato se tapó la boca. Todos miraron la página 6521: “Cuando el arte está enojado...”Se leía una explicación muy breve pero contundente: “Cuando el

arte está enojado, se marcha”.

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Todos se voltearon a ver unos a otros, ya que la respuesta no resolvía el problema. Pero se sintieron aliviados, cuando siguieron el dedo de Universo en otra línea del libro:

“¿Qué hacer cuando el arte se marcha? Si el arte se ha ido, quiere decir que se encuentra molesto. El

arte sólo se enoja por una sola razón: Las personas han dejado de apreciar su compañía”.

¡Claro! – gritó Nube. Y se tapó la boca de inmediato. – El arte se enojó porque ya hay muy pocas personas que lo frecuentan, a todo el mundo le gusta lo feo. Ya nadie quiere pintar, cantar, bailar, esculpir, construir, sólo quieren ganar dinero y hacer mucho ejercicio para verse bien.

Estrella interrumpió. – Pero bueno veamos qué dice el libro, no hemos llegado a la parte que nos ayude a arreglar el problema.

“Para hacer que el arte regresé sólo necesitas: Expresión y apreciación artística”.

Nieve tuvo una idea. – Tenemos que salir de aquí, creo que sé lo que podemos hacer.

Se reunieron en team back y después cada uno corrió en direcciones diferentes. Urbano gritó - Nos vemos en la fuente alebrije.

Más tarde, ahí se reunieron. Estrella había traído muchos disfraces, Trueno su equipo de sonido y muchos instrumentos, Nieve algunas de sus últimas esculturas y pinturas, Universo un pequeño libro, Nube ayudaba a Urbano que construía con rapidez un espléndido escenario.

Los NUNETS fueron rápidos, parecían un torbellino trabajando. Y detrás de los árboles los brujos alebrijes los observaban, está vez muy alegres de ver todo lo que hacían.

El escenario estaba listo, las luces, la música, las esculturas y pinturas embellecían la escena. Todos estaban listos para representar su papel.

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Trueno tomó el micrófono y subió el volumen de su equipo. – Amigos, los invitamos a la fuente alebrije, sigan la música y llegarán. Salgan de sus grises casas y sus grises trabajos y sus grises ropas y vengan a contagiarse de un poco de color. Esta es la primera llamada.

La música sonaba muy bien y algunos transeúntes comenzaron a desviarse de sus caminos para acudir al llamado. Así Trueno anunció la tercera llamada. Sólo unas cuantas personas habían acudido, pero los NUNETS no se desanimaron e iniciaron la función.

Con el tiempo, con el baile, la música, la belleza del escenario y las obras que había en él, la gente empezó a acercarse. Cada vez más y más personas acudían.

Al mismo tiempo, la ciudad volvía a su estado original, las esculturas comenzaban a alzarse, los edificios se veían bellos y relucientes, los marcos volvían a tener sus paisajes, personajes y colores y la fuente alebrije se iba llenando de colores mucho más bellos que los originales.

Los NUNETS se sentían felices y supieron que no volverían a dejar que el arte se enojara otra vez.

Los brujos alebrijes no paraban de reír de la felicidad y poco a poco fueron despareciendo sus ropas, sus rostros y sus grandes sombreros alebrijes, hasta que ocuparon nuevamente su lugar en el bello cielo nocturno.

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La Biblioteca del Señor Lecheconmielstein

Creado por Kin Yu

El Señor Lecheconmielstein tenía una biblioteca muy cerquita de mi casa. Mi papá no sabía de donde venía su apellido y desconfiaba de él. Nos decía a mi mamá y a mis hermanos que no le platicáramos mucho. Mi papá nos decía que consiguiéramos amigos que se llamaran Pedro Pérez o Juan Domínguez, por ejemplo. Esos eran “nombres confiables”, así decía. Quien sabe por qué, pero él así pensaba.

A mí me encantaba la biblioteca y me encantaba el Sr. Lecheconmielstein. Se me hacía muy buena onda que prestara sus libros a los vecinos a cambio de un chocolate o una bolsa de dulcigomas. Yo creo que a mí me caía bien porque me prestaba los libros que me gustaban y que mi papá nunca me quería comprar porque no eran de los que me pedían en la escuela.

El viernes, como todas las semanas, fui a ver al Sr. Lecheconmielstein. Esta vez fue medio raro porque tardó mucho en abrir. Rin, rin, rin, tocaba y tocaba. Nada. Pensé que no estaba. Insistí porque sabía que el Sr. Lecheconmielstein casi no salía de la biblioteca, ahí vivía.

Después de mucho tiempo salió con una bata muy fea y me dijo que estaba enfermo. La verdad no le hice caso y me metí corriendo a la biblioteca.

- Mmmmmmm. Ya lo leí, ya lo leí, dos veces, tres veces. Una vez más, que tiene. -

El Sr. Lecheconmielstein apenas estaba entrando cuando yo ya tenía el libro en mis manos. Y mi chocolate listo para entregar a cambio. Cuando me vio dijo que no con la cabeza.

Y luego le dije: ¿no qué?

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Él se rio medio chistoso y me dijo: - Ya te he advertido que ese libro es para leerse sólo una vez. Por

tu propia seguridad.- No te entiendo Sr. Lecheconmielstein, siempre me dices pero nunca

me explicas.- Si sigues empeñada en leerlo una y otra vez conocerás el peligro.

- me dijo.La verdad pensé que sólo me estaba bromeando o que su gripa

le había hecho bolas las ideas. Regresé a mi casa casi corriendo porque estaba por llover. La

prisa no era por mojarme, sino por abrir nuevamente mi libro favorito y además de leer, ver esos dibujos que tanto me gustaban.

Cuando abrí la puerta de la casa. ¡Sorpresa! Mi abuela y mi tía de visita. Pensé que podía entrar sin que me vieran e irme corriendo a mi cuarto. No se pudo. Mi mamá me llamó para saludarlas y platicarles de la escuela, de la gimnasia, de Loreta mi prima y no sé que más. Me hartan porque hablan mucho y al mismo tiempo. Más bien gritan, no sé, me cansan rápido.

Finalmente mi mamá me dejó libre y pude correr a mi cuarto para empezar a leer. Y me llegó una vez más la curiosidad de saber si otra vez iba a empezar diferente.

Página 1: “No fue ayer, ni hace un año, sino hoy. Hoy el mundo se ha puesto azul congelada”.

-¿Azul congelada? Esta vez empezó de veras diferente.Conforme avanzaban las páginas me di cuenta que ya no me estaba

gustando tanto como antes. La Hada Plumbago chillaba, se quejaba y nada de que hacía magia. En cambio la hiedra agria se había vuelto más alegre e intentaba ser mi amiga pero era muy aburrida.

Página 2, - Se me cierran los ojos, no puedo leer más.Me quedé dormida con el libro abierto. Desperté porque sentí unas

cosquillas en la mano. Entre sueños pensé que era la hiedra agria. Cuando abrí los ojos mi libro estaba cerrado y sentía hormiguitas en mi mano.

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Me levanté para ir a preguntarle a mi mamá si íbamos a merendar. Pero no pude abrir la puerta. Estaba cerrada con llave.

-¡Mamá, mamá! Ven a abrirme la puerta. Mis hermanos me encerraron.-¡Mamaaaaaaaaaaaaaá!Nadie me hacía caso, ni siquiera venían mis hermanos a burlarse.

Me senté en la cama para esperar si alguien me abría. Y así cuando volteé otra vez a la puerta. ¡Ahí estaba el Sr.

Lecheconmielstein!-¿Pero qué hace aquí? ¿Cómo entró? ¿Le abrió mi mamá? ¿Necesita

que le devuelva el libro? -Él no me decía nada sólo me veía con su risita chistosa de siempre.

Aunque en ese momento no me pareció muy bonita. Insistí: - ¿Cómo subió a mi cuarto?, ¿lo dejó mi mamá?, ¿o mi papá?- ¿Por qué te sorprendes? , me preguntó. Pero su voz parecía la de

un niño de mi edad, no su voz de viejito que era más fuerte y que se oía como si tuviera mucha tos.

- Recuerda que te previne. Ahora ya es tarde.- ¿Tarde para qué? - Bueno sí, ya es tarde. Mejor váyase y llévese

el libro.- Tenemos que cambiarnos. Casi se acaba el tiempo, la hiedra ya

va cubrir la ventana.Estaba muy confundida, me sudaban las manos, los pies, la

panza, bueno ¡todo! El Sr. Lecheconmielstein se iba haciendo más pequeño y ya

parecía un enano. Entonces me extendió el libro abierto. Última Página: “Sólo aquél que lea esta historia más de una vez,

en el bibliotecario que lo resguarda se deberá convertir”.Y así vi como el Sr. Lecheconmielstein se convertía en una niña

muy parecida a mí y yo en un Sr. Lecheconmielstein muy parecido a él.

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La Segunda Misión: Lluvia de Letras

Creado por Tuli

Después de haber regresado el color a la ciudad, ya que el arte se había enojado y marchado porque nadie le hacía caso, todo parecía estar muy tranquilo en el Mundo Nunet.

Trueno tocaba su guitarra eléctrica en su cuarto; Nieve comía helado de Blueberry; Estrella interpretaba un fragmento de su historia de amor favorita: Romeo y Julieta.

Nube, como siempre, jugaba en el patio con sus mascotas, cuando de pronto empezó a escuchar que en el cielo había rayos, centellas y que de las nubes se escapaban tremendos ruidos. Su perrito y su gatito se asustaron así que Nube los metió corriendo a su casa.

De pronto, empezó a llover, pero no era cualquier lluvia, eran letras y palabras que caían del cielo.

Nube tenía que descubrir el misterio así que tomó su paraguas, se puso su impermeable y sus botas y salió a la calle.

Del cielo le caía una A y luego una W, en el suelo, estaban tiradas todo tipo de letras, mayúsculas y minúsculas, parecía una sopa de letras sobre el pavimento.

Nube trataba de brincar los charcos de letras, cuando se encontró con Urbano, que tomaba fotos de ese evento tan especial. En el camino se encontraron con Estrella, que con su disfraz de Julieta iba caminando junto con Nieve, hacia casa de Trueno.

Una vez juntos los 5 Nunets, se dieron cuenta de que faltaba Universo. Le llamaron a su celular, le mandaron mensajes e incluso le twittearon para saber dónde estaba y no lo encontraban.

Ya se habían preocupado, porque una cosa es no contestar el

Libro de Cuentos Nunet

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teléfono y otra no contestar en el twitter, después de todo, la lluvia de letras en el Mundo Nunet era un trending topic #TT.

Finalmente decidieron ir hasta casa de Universo. Se sorprendieron cuando lo encontraron en el jardín, con una bolsa enorme, tratando de guardar todas las letras y las palabras que había en su patio, en su calle e incluso las que caían del cielo.

-¿Qué te pasa Universo? -Le preguntaron todos alarmados- Estamos investigando el misterio de la lluvia de letras y queremos que nos ayudes, pero no contestas nuestros mensajes. ¿Qué haces recogiendo todas las letras del piso?

-Eeeh… pues es que… yo… …-decía Universo balbuceando, y no paraba de recoger las letras, muy apurado- …yo creo que… yo hice la lluvia de letras.

-¿Quéee? -¿Cómo?-¿Cuándo?-¿Por qué?-¿A poco?Exclamaron todos los Nunets al mismo tiempo.-Sí, - dijo Universo mientras se detenía un momento- yo hice que

pasara esta lluvia de letras en el Mundo Nunet porque invité a todos los niños a que escribieran historias y cuentos, y ahora no para la lluvia de ideas, de letras, de palabras.

-¡Necesito que me ayuden! – gritó finalmente.Los demás Nunets empezaron a reír y Urbano le dijo a Universo:-No te preocupes, nosotros te vamos a ayudar a ordenar todas

las letras, y los cuentos. Lo que hay que hacer es ponerlos en nuestra página www.nunet.com.mx

De esa forma, los Nunets empezaron a ordenar todas las letras para formar palabras, las palabras para formar oraciones, las oraciones para formar párrafos, los párrafos para formar cuentos. Y

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Cherry y Blueberry en la Tierra de Bombones

Creado por Ale y Leo Ortega

Había una vez un reino muy lejano llamado tierra de bombones, en donde todas las casitas estaban hechas de dulces, caramelos, bombones, chocolates, salvavidas, paletas, gomitas, chicles, chiclosos, etc. Los árboles eran paletas, los ríos eran jarabes de todos los sabores: fresa, frambuesa, limón, naranja, uva, etc. Tierra de Bombones era el lugar más delicioso y dulce del mundo.

En este hermoso, aromático y colorido lugar vivían dos hermanitos, una niña llamada Cherry que siempre usaba vestidos decorados con cerezas y su hermano Blueberry que amaba las moras. Ellos tenían una linda casita hecha con salvavidas de colores de todos los sabores, pero en los últimos días, sólo peleaban y peleaban por todo y sus gritos se escuchaban por toda la aldea, la gente se preguntaba ¿cuál era su problema?, ¿qué les pasaba?, si eran muy buenos hermanos y todos los habitantes de tierra de bombones eran pacíficos, dulces

esos cuentos los puedes ver tú en su página. Así, satisfechos por haber concluido una misión más, los Nunets

estaban felices pues no iban a tener problemas meteorológicos a causa de las lluvias de letras.

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y amorosos. Hasta que un día su casita de salvavidas se empezó a decolorar, su aroma a frutas se estaba perdiendo y todos en la aldea estaban muy pero muy preocupados, ¿qué podían hacer?

Pero en Tierra de Bombones había un unicornio blanco, grande y muy bello con un cuerno luminoso, que era muy sabio y a Cherry se le ocurrió buscarlo para preguntarle ¿qué podían hacer? y ¿por qué estaba ocurriendo esto?

Crema de Vainilla, el sabio unicornio, le dijo a Cherry que una cosa así pasaba cada diez mil años en Tierra de Bombones, que era un fenómeno muy raro e inexplicable, pero que era debido a que en sus corazones se perdía un poco del dulzor que los hacia ser buenos, amables, y amorosos con los demás. La única solución era ir en busca del Hada de los Dulces, que vivía en lo más alto de la Montaña de Algodón de Azúcar, para que ella les ayudara, de lo contrario la situación se agravaría tanto que toda la Tierra de Bombones se pondría gris, perdería sus sabores, y colores y sus habitantes serían peleoneros e infelices por siempre.

Cherry y Blueberry decidieron ir a buscar al Hada de los Dulces para solucionar el problema y que todo volviera a la normalidad, le pidieron a Crema de Vainilla que los guiara y acompañara en esta misión.

Juntos se fueron a la montaña de Algodón de Azúcar, atravesaron muchos obstáculos y tardaron varios días en llegar hasta la cima y ahí encontraron un castillo resplandeciente, era el castillo del Hada de los Dulces, se acercaron; tocaron a la puerta, ésta se abrió y oyeron una voz amable que los invitaba a pasar, ahí estaba ella, era un hada hermosa vestida en colores pastel y rodeada de mucho brillo.

Cuando se acercaron les preguntó que ¿qué podía hacer por ellos?, los hermanos Cherry y Blueberry le explicaron lo que les estaba pasando en Tierra de Bombones, especialmente a ellos. El hada les dijo que habían llegado al lugar indicado y que lo que les hacía falta eran polvos mágicos para endulzar su corazón de

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nuevo. Así que sacó su varita mágica, le dio vueltas y sobre ellos cayeron los dulces polvitos que lograron que volvieran a ser amables, dulces y amorosos. También les dio una cajita preciosa con forma de caramelo que estaba llena de esos dulces polvitos y les pidió que juntos los esparcieran sobre toda la Tierra de Bombones y sobre todos sus habitantes.

Cherry, Blueberry y Crema de Vainilla agradecieron al Hada de los Dulces por su gran ayuda, y regresaron emocionados a su aldea.

Llegando a Tierra de Bombones , esparcieron los dulces polvitos como les había dicho el hada, así todo regreso a tener sus colores y sabores, la gente tuvo otra vez dulce el corazón y estuvieron tan contentos que organizaron una gran fiesta, todos los habitantes de la aldea bailaron, cantaron, jugaron, se rieron y se divirtieron en grande, de pronto un gran arcoíris apareció en el cielo, iluminó, llenó de color y alegría aún más el cielo de tierra de bombones, fue un regalo que les envío el Hada de los Dulces y todos volvieron a ser felices para siempre.

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La Tercera Misión: La caja de la risa

Creado por Trueno

Estábamos terminando nuestra presentación en la escuela, habíamos ensayado por semanas para presentar una obra de teatro con algunos números musicales.

De repente me puse a ver las caras de los papás y los maestros que nos veían desde sus sillas y me quedé medio sacado de onda porque me di cuenta que todos estaban muy serios. Ninguno sonreía y me espanté porque tal vez era que nos estaba saliendo muy mal la obra. Lo raro fue que cuando terminamos todos aplaudieron mucho, unos hasta se pararon de su lugar, pero eso sí, todos seguían igual de serios.

Lo pensé de inmediato, esta era una misión para Los Nunets. Reuní a Universo, Nieve, Nube, Urbano y Estrella. Les conté lo que había visto y decidimos seguir observando a los adultos. Lo hicimos por varios días y nos dimos cuenta que todos seguían muy serios.

Universo dijo que seguramente era porque estaban muy aburridos y que teníamos que hacer algo para que se divirtieran otra vez y volvieran a sonreír.

¡Nube tuvo una idea genial! Nos dijo que podíamos hacer una caja de la risa. Así se la enseñaríamos a todos los adultos para que se volvieran a reír.

Urbano y yo nos pusimos a construirla con una caja de madera que encontramos en el sótano de mi casa. Nube y Estrella la pintaron de mil colores. Mientras Universo y Nieve estaban escribiendo algunos chistes y canciones que la verdad sí daban mucha risa.

Ya con todo listo hicimos voces chistosas y con mi compu grabamos los chistes y las canciones. Nos tardamos un buen rato porque nos ganaba

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la risa. Pusimos un iPod adentro de la caja y cada vez que la abrías empezaban a sonar las canciones y los chistes. ¡Estábamos listos!

Primero fuimos con el caso más serio, el Sr. Domínguez de la papelería. A ese sí no se le escapaba ni una palabra amable. Entonces llegamos y le pedimos que abriera la caja, no quería al principio, pero aceptó para que lo dejáramos en paz.

Así empezó la magia de la caja de la risa, empezó a sonar la grabación. El Sr. Domínguez empezó a hacer unos gestos muy chistosos, hasta parecía que iba a llorar y entonces sonrió, luego se rió, y al final estaba carcajeándose.

Luego le tocó a la Miss Lulú de Educación Física, que ella sí lloró, pero de la risa. Pasamos todo el día visitando a todos “los serios” de la colonia.

Cuando regresamos a mi casa nos dolía la panza de tanto que nos habíamos reído. Y ahora teníamos que esperar a ver si la caja de la risa tenía efecto. Los que se habían reído tenían que seguir haciéndolo los días siguientes y poco a poco todos “los serios” se irían contagiando. Porque la risa se contagia.

Acordamos que estaríamos observando durante una semana a todos y luego nos reuniríamos para ver qué había pasado.

La semana pasó volando y cuando nos juntamos, Nube nos contó que el Sr. Domínguez hasta estaba regalando paletas a los que iban a la papelería; Universo nos dijo que la Miss Lulú tuvo que interrumpir la clase porque les contó un chiste y no podía parar de reír; Urbano vio que los papás que iban por los niños platicaban muy sonrientes y muchos de ellos reían; Estrella nos contó que en su última presentación de jazz todos habían estado sonriendo y Nieve dijo que su mamá se había pasado la tarde cantando.

La caja de la risa resultó un éxito, había logrado que “los serios” volvieran a reír e incluso que otros se contagiaran.

¿A poco no?, la vida es mejor riendo.

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Una estrellaCreado por Estrella

Todas las noches antes de dormirme me asomo a la ventana para ver si tengo suerte y puedo ver mi estrella favorita.

Mi mamá dice que ¿cómo puedo reconocerla? Y yo le digo que es fácil. Está dos deditos a la derecha, uno hacia arriba y uno a la izquierda. Lo calculo asomándome siempre recargando mis codos en el filo de la ventana e hincada en mi cama. Hasta he invitado a mis amigos para que vean mi estrella, pero no todos logran verla.

Un día Nieve y Trueno me dijeron que estaba inventando porque ellos no podían ver la estrella, sólo veían el azul oscuro de la noche. Universo fue un poco más simpático y dijo “ya vi la estrella” y me señaló. Con eso de que me llamo Estrella.

Pero bueno, la verdad es que aunque mi mamá y mis amigos no puedan ver la estrella yo hago mi cálculo todas las noches y casi siempre tengo suerte y la veo antes de dormirme. Brilla para mí un ratito y entonces me duermo feliz de haberla podido saludar.

Desde hace unas semanas no veo a mi estrella, la verdad me he sentido triste porque no aparece.

Ayer la maestra nos dijo en la escuela que hay mucha contaminación y que el cielo se ve gris porque hay una capa de mugre que cubre el espacio. Primero, no estaba poniendo mucha atención porque Nieve se la pasó enseñándome un libro de un pintor que hace gorditos. Pero de repente me di cuenta que la información que estaba dando la maestra era la clave. ¡Por eso mi estrella no aparecía!, el cielo estaba tan cochino que aunque fuera de noche y no pudiera ver la capa gris estaba tapando mi vista y por eso mi estrella no aparecía. Es más,

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no era que no aparecía, era que yo no la podía ver por la mugre. Entonces sí que me sentí triste porque me di cuenta que tal vez no podría volverla a ver.

En el recreo todos me preguntaron por qué estaba tan callada, cuando siempre me la paso plática y plática con todos. Les conté lo de la estrella y Trueno, que aunque me había tirado a loca el día que lo invité a verla, me dijo que por qué no hacíamos una limpieza de cielo y así podría ver mi estrella otra vez.

¡Eso no se puede!, le contesté, pero Urbano que sabe mucho de lo que pasa en las ciudades nos dijo que sí podíamos hacer algo. Así que nos llevó al salón de arte y reunió algunos cartones y pinturas. Nos dijo que podíamos hacer carteles para que las personas dejaran de contaminar el cielo. No iba a solucionarse el problema por completo, pero podríamos poner nuestro granito de arena para evitar que el cielo siguiera siendo gris.

Pintamos y pintamos, hasta faltamos a la clase de Español porque se nos fue el tiempo. Al final teníamos varios carteles. Los pusimos en las paredes de la escuela y también en las calles cerca de nuestras casas.

Esa noche, no hice mi cálculo y me dormí sin asomarme a la ventana. No quería sentirme triste porque una noche más no iba a ver mi estrella.

Así pasaron tres días, nuestros compañeros de la escuela y algunos papás empezaron a cambiar su actitud para tratar de contaminar menos. Por ejemplo, la mamá de Nieve ya no la lleva a la escuela en coche, viven muy cerca y caminan para llegar. También la directora de la escuela, mando arreglar uno de los camiones escolares que echaba mucho humo.

Sabía que tal vez no volvería a ver mi estrella pero al menos todos estaban trabajando para cuidar nuestro planeta. Eso me hizo sentir menos triste.

Mi mamá invitó a todos mis amigos para que el sábado hiciéramos

Libro de Cuentos Nunet

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una fiesta de tiendas de campaña en el jardín. Todos vinieron: Trueno, Nube, Nieve, Universo y Urbano. Hasta el perrito de Nube. Y cuando nos tiramos en el pasto después de haber corrido como locos me di cuenta. ¡Ahí estaba! No podía hacer mi cálculo, pero la conocía demasiado bien, ¡rra mi estrella!

Ni siquiera fue necesario decir nada, todos voltearon a verme y supieron que esa noche mi estrella volvió a aparecer. Creo que fue una de las fiestas de tiendas de campaña más padre de mi vida.

Además nuestros carteles crearon un cambio.

Vol. I

A todos los niños que participaron en este Primer Concurso de Cuento Nunet; a las Instituciones Educativas que nos abren sus puertas; a los Padres de Familia por confiar en nosotros; a los miembros del Jurado por su valiosa participación; a los medios de comunicación que difunden nuestra propuesta y a nuestros patrocinadores:

Agradecimientos