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    ECONOMA CIRCULAR De la

    eco-obligacin a la

    eco-oportunidad

    Ivn Lobato Gago

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    2017 Ivn Lobato Gago ISBN 9788483267202Grficos: Daniel Lobato GagoAutopublicaciones Tagus

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    Empieza mientras otros ponen excusas. Trabaja mientras otros solo desean.

    Sigue mientras otros renuncian.

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    ndice

    Capitulo 1: Hacia una economa ms sostenible

    Los nuevos paradigmas de la sostenibilidad..1

    Economa Ambiental Vs Economa Ecolgica.4

    Hacia una Economa Sostenible....7

    El debate actual sobre los lmites al crecimiento econmico....10

    El crecimiento verde como alternativa18

    Qu elementos debe contener una estrategia de crecimiento verde?...24

    Capitulo 2: El sentido comn es circular

    Reflexiones sobre el pasado, presente y futuro de la economa....32

    Razones para abandonar el barco de la economa lineal..40

    Cules son los minerales crticos y estratgicos?.....................................46

    Cambio Climtico y Economa Circular.48

    Inspiracin: modelos de pensamiento de la economa circular....54

    Principios y caractersticas de la economa circular.69

    Modelo de Economa Circular....79

    Potencias econmicas interesadas en la economa circular..84

    Capitulo 3: La Ley al servicio de la circularidad Anlisis de las medidas de la Unin Europea para la economa circular....87 Otras consideraciones con respecto a las medidas de la Unin Europea para la economa circular94

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    La gestin de los residuos en el nuevo paquete de la Comisin Europea..97

    Aportes de la Poltica Nacional a la economa circular...101

    La jerarqua de la gestin de residuos106

    La Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP)..111

    Los sistemas de pago por generacin118

    Los sistemas de depsito, devolucin y retorno (SDDR)...121

    Los sistemas de evaluacin para la economa circular126

    Una base para el consenso de Indicadores en Economa Circular.132

    Capitulo 4: La economa circular, un negocio redondo.

    La economa circular en el mbito de la empresa............141

    Los modelos de negocio para la economa circular145

    Diez tecnologas para la circularidad.150

    Voluntad y capacidades para liderar la circularidad153

    Los 5 grandes interrogantes para alcanzar la economa circular.155

    Corresponsabilidad y colaboracin pblico-privada...159

    La figura del ecoemprendedor...162

    El DownCycling frente al UpCycling164

    I+D+i y la economa circular166

    La nocin del ecodiseo....170

    La cuarta revolucin industrial.178

    La obsolescencia programada....179

    Los residuos no tienen obsolescencia programada184

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    Capitulo 5: El Pblico y el Sector Pblico en la economa circular

    El empoderamiento ciudadano en el centro de la sociedad colaborativa...187

    Qu determina al consumidor?................................................................189

    Los retos de la sociedad circular191

    Cmo interpreta el ciudadano la EC?.....................................................196

    El Surgimiento del prosumidor198

    El potencial circular de las ciudades en el siglo XXI.200

    El papel de la Administracin Pblica..202

    Capitulo 6: Herramientas, incentivos y riesgos de la economa circular

    La Estrategia de Especializacin Inteligente..207

    Incentivos, estrategias y otras iniciativas de fomento de la economa circular..212

    El fenmeno marketplaces como facilitadores de entrada en el mercado220

    Las Oficinas de Promocin de Productos Reciclados....227

    Los Proyectos de Demostracin....229

    El marco RESOLVE como herramienta de evaluacin de oportunidades...231

    El potencial de la logstica inversa.232

    Los modelos leasing en la economa circular.237

    El Marketing Ecolgico239

    Los Instrumentos de Marketing Ecolgico....242

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    Las 4 Es del nuevo Marketing Mix...248

    La trazabilidad de los RAEE.250

    Las 3 RS de los RAEE.251

    Algunas barreras al avance de la economa circular....255

    El hndicap de la valorizacin energtica para la economa circular...259

    La amenaza del Green Washing262

    La bancarizacin de la naturaleza..267

    Capitulo 7: Algunos ejemplos y conclusiones

    Modelos de negocios para la circularidad..271

    Conclusiones para una economa circular..277

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    Prlogo. Economa Circular es uno de esos trminos que el

    pblico conoce incluso aunque no haya odo hablar de l, pues que es en definitiva la circularidad sino aplicar el sentido comn. Un sentido comn que empieza a ocupar los ms variados escenarios, de la mano del tejido empre-sarial y de las administraciones pblicas, y al que poco a poco comienzan a sumarse los ciudadanos.

    No hay que teorizar mucho para entender el porqu de la aparicin de esta nueva estrategia econmica, pues como sociedad estbamos viviendo en nmeros rojos. Hemos credo en un sistema lineal, cuyas externalidades hemos ido aplazando, dejando que sumen intereses, hasta que la situacin de crisis ambiental, nos ha puesto en la tesitura de vernos desahuciados de nuestro propio planeta o buscar una alternativa ms sostenible para los modelos eco-nmicos. Y que mejor alternativa que aquella que lleva dando tan buenos resultados durante 4.000 millones de aos. Aquella que es inherente a la naturaleza, y que apli-cada a la economa puede llegar a ser fuente de creacin de valor, generacin de empleo de calidad e impacto ambiental positivo.

    Nos encontramos pues ante una propuesta pragmtica y efectiva que nos permitira desvincular el crecimiento eco-

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    nmico del incremento en el consumo de materia y energa a travs de la redefinicin de los procesos productivos para que los recursos puedan circular durante mucho ms tiempo en el mercado, aplicando el sentido comn al consumo, diseo y gestin de residuos.

    Habida cuenta de que aplicar el sentido comn nunca ha sido fcil, pues si no lo ha sido en el amor, ni en la vida, tampoco habra de serlo en la economa, volcamos nuestros esfuerzos en esta obra, con el deseo expreso de difundir los principios de la economa circular, y as algn da verla pasar de las ensoaciones a la prctica.

    Mucho se ha hablado hasta el momento de las virtudes de la economa circular, en algunos casos, incluso al extremo de caer en un greenwashing del trmino, pues entre tanta alabanza y promocin se corre el peligro de perder de vista el sentido prctico y el cmo llevarla del papel a nuestro da a da.

    En este sentido, nos marcamos el objetivo, de dejar de lado los sensacionalismos, valorando el concepto en trmi-nos de rentabilidad social y ambiental, pero tambin econ-mica, pues de lo contrario no podramos avanzar hacia el cambio de paradigma necesario para reconducir el modelo econmico vigente y desterrar los deficientes hbitos de comportamiento social.

    Este libro, escapa a la investigacin acadmica, su-mergindose en los debates, recopilando informacin y contrastando las versiones de todos los actores implicados: empresas, administracin pblica y consumidores. Siempre desde un enfoque crtico, que busca el impacto de

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    conciencias, y afrontando los interrogantes de forma transversal y desde diversos puntos de vista. Pues cuando nos obcecamos ante un problema, no hay nada mejor que plantearlo desde una perspectiva totalmente ajena, recu-rriendo a ejemplos de la vida cotidiana para comprobar que la compleja toma de decisiones que nos plantea la eco-noma circular, son en realidad decisiones que ya hemos tomado en nuestro da a da, a una menor escala.

    Sea que lo veamos desde la ptica del productor, del distribuidor, del usuario, o desde el sector pblico, os invitamos a reflexionar y debatir sobre los retos y a descubrir las oportunidades que subyacen en la aplicacin de los principios de la economa circular, esperando servir de motivacin al ingenio humano para alcanzar una transicin que no es el futuro, sino el nico futuro posible, pues como se suele decir, no hay objetos sin valor, sino personas sin ideas.

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    Capitulo 1 Hacia una economa ms sostenible

    Los nuevos paradigmas de la sostenibilidad. En los ltimos aos, quizs motivado porque la situacin

    de crisis ambiental se ha hecho ms evidente, se ha iniciado un viraje del crecimiento econmico puro hacia un crecimiento sostenible, es decir, que a la preocupacin de alcanzar un crecimiento en la actividad econmica, se suma la necesidad de adecuar este crecimiento a las restricciones impuestas por el medio ambiente.

    Un cambio de esta relevancia, supone un gran impacto conceptual, tanto a nivel de poltica econmica como de los planteamientos tericos de la ciencia econmica, en tanto que ya se viene a hablar de que se est produciendo una transicin hacia un nuevo paradigma, en el sentido de Kuhn (2006) [1962]: el paradigma de la sostenibilidad.

    Un paradigma que dada la complejidad de los sistemas naturales, es difcil de definir de forma cerrada, de hecho, muchos autores, como es el caso de Neumayer (2003), coinciden en que no existe un nico y nuevo paradigma, sino ms bien dos paradigmas opuestos: la sostenibilidad dbil y la sostenibilidad fuerte.

    Ambos acometen la relacin de la actividad econmica con el medio ambiente, sacando a escena el concepto de

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    capital natural y la capacidad del sistema econmico de sustituirlo o no por otros tipos de capital creados por el hombre. Siendo este concepto, el de capital natural el que marca la diferencia entre sendos paradigmas.

    Ponindonos un poco en contexto, una definicin simplificada del concepto de capital natural, sera aquella que lo identifica con el medio fsico que sirve de base a las actividades econmicas y sociales, estableciendo un stock de patrimonio natural que se puede valorar o no en trminos monetarios y que es variable en el tiempo en funcin del consumo de recursos, la degradacin del medio y las polticas de regeneracin.

    A partir de este concepto los economistas Robert Solow y John Hartwick desarrollaron la idea de sostenibilidad dbil, basada en la premisa de asegurar a las generaciones futuras un stock de capital sostenible en trminos agregados, con una situacin continuada de inversin neta de capital positiva, incluyendo en ese stock agregado tanto al capital natural como al capital manufacturado y otros tipos de capital. De lo anterior se deduce que para la sostenibilidad dbil existe una perfecta capacidad de sustitucin entre los diferentes tipos de capital, pudindose compensar la prdida de valor del capital natural con inversiones productivas. Una situacin que requiere del cumplimiento de alguno de los siguientes supuestos: (a) situacin de abundancia de recursos naturales; (b) elasticidad de sustitucin de los diferentes tipos de capital igual o superior a la unidad; y (c) confianza en que el progreso tcnico puede solucionar los problemas derivados de la restriccin de recursos.

    Por contra, la idea de sostenibilidad fuerte pretende ir un poco ms all, pues de hecho, considera a la sostenibilidad

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    dbil como un mero punto de partida. Esta concepcin, que debemos agradecer a Herman Daly y a Robert Costanza, descarta la sustitucin entre los diferentes tipos de capital, por lo que una vez se produce una prdida de capital natural, esta es irreemplazable. Quizs el trmino de irreemplazable resulta demasiado estricto, especialmente si lo aplicamos a fenmenos naturales, dado que la naturaleza siempre se abre camino, y difcilmente encontraremos una situacin de prdida de capital que no pueda ser repuesta con el tiempo. El cmo delimitemos el concepto de irreemplazable nos va a posicionar en una de las dos vertientes de la sostenibilidad fuerte. En su versin ms suave, se entiende la preservacin del capital natural en trminos de valor, pudindose contemplar cierto grado de compensacin por la destruccin de capital natural siempre que se consiga mantener su stock con otros proyectos de recuperacin ambiental. Esto como veremos posteriormente, guarda una especial relevancia con fenmenos actuales como los de bancarizacin de la naturaleza.

    La segunda interpretacin, ms enrgica, impone la preservacin del capital natural en todas sus formas crticas en trminos de stock fsico, de forma que no es posible la sustitucin de ninguno de los tipos de capital natural crtico. Pero esta falta de capacidad de sustitucin no debe ser entendida como una prohibicin del aprovechamiento del capital natural, sino que invita al uso de este capital, siguiendo una serie de reglas basadas en el uso de recursos en funcin de su capacidad de regeneracin y en el uso del medio natural como sumidero de residuos, siempre que no se sobrepase la capacidad de absorcin de residuos del mismo.

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    La idea de no-sustituibilidad entre tipos de capital es especialmente adecuada para los escenarios venideros, ofreciendo respuestas a situaciones como: (a) incertidumbre sobre las consecuencias de la destruccin de capital natural; (b) irreversibilidad de las prdidas de capital natural; y (c) existencia de formas de capital natural cuya funcin es bsica para el desarrollo de la vida sobre la tierra.

    As pues, si realmente queremos hablar de cambio de paradigma, debemos posicionarnos entorno a la sosteni-bilidad fuerte, pues es esta quien realmente conlleva una ruptura clara con los enfoques clsicos de la economa terica, vinculndose a la denominada economa ecolgica.

    Economa Ambiental Vs Economa Ecolgica.

    La economa como ciencia siempre se ha reservado un estatus privilegiado dentro del contexto global, en la medida que ha ignorado que la actividad econmica se inserta en tres planos principales que interactan entre s; el fsico, el biolgico y el social. Este falso estatus de primaca de las actividades sociales sobre el medio ambiente, ha quedado en entredicho toda vez, que las propuestas terico-conceptuales difcilmente pueden explicar la realidad de un mundo multi-dimensional y complejo.

    La base neoclsica de la economa trato de dar respuesta a la complejidad del mundo actual, adoptando un sistema econmico cerrado, donde el medioambiente es ignorado o simplificado a trminos de mitigacin de daos. Este es pues, un enfoque microeconmico de concesin eficiente de los recursos para obtener una rentabilidad econmica que ha venido a configurar la llamada Economa Ambiental. Una

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    propuesta econmica que se sustenta en la teora de externalidades, sean stas positivas (economas de escala) o negativas (degradacin del medio), que a su vez nos lleva a los supuestos de: la gratuidad de los recursos naturales considerados libres y la posibilidad de sustitucin del capital natural.

    Bajo este enfoque, la Economa Ambiental nos conduce a una priorizacin de la utilizacin mecanismos de mercado como ente regulador del uso de bienes y servicios am-bientales, adoptando medidas del tipo: impuestos para el dao ambiental (Cecil Pigou), negociacin voluntaria para internalizacin mediante compensaciones adecuadas (R. Coase) y creacin de mercados de derechos de conta-minacin (J.H.Dales).

    Sin embargo, este tipo de medidas no han conseguido resolver los problemas del clculo del coste y de los beneficios. El desarrollo sostenible ha resultado ser un reto demasiado complejo para una disciplina que ms all de las dificultades de clculo presenta los siguientes obstculos: sistema econmico cerrado al medio ambiente, consumidor como actor clave en el proceso econmico, tratamiento aislado de las especies que habitan en la naturaleza y tecnologa como nica herramienta para solventar los cambios ambientales y econmicos.

    Ante esta situacin, emerge con fuerza un nuevo planteamiento cientfico, la Economa Ecolgica, que subordina las leyes de la naturaleza y termodinmica a las leyes econmicas de produccin, para alcanzar un sistema econmico-ecolgico sostenible. Su principal caracterstica, parte de su carcter transdisciplinario, derivado de la necesidad de abordar la relacin entre los ecosistemas

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    naturales y el sistema econmico, lo que implica la participacin de todo tipo de profesionales, no solo eco-nomistas. Un mundo tan complejo y diverso, no puede entenderse solo a travs de una nica mirada. As pues, para la economa ecolgica, la economa pasa a concebirse como un proceso abierto, dentro de un sistema an mayor denominado Tierra. De modo que la economa no debe ser analizada en s misma, sino en su interrelacin con los ciclos biogeoqumicos, pues son los factores fsicos del medio, quienes en ltima instancia, van a frenar el crecimiento econmico.

    De ah la necesidad de polticas econmicas orientadas hacia la utilizacin ms eficiente de los recursos, la sustitucin de recursos no renovables por renovables, y la reduccin de los contaminantes que alteran los ciclos biogeoqumicos.

    De lo anterior, se deduce como ambas consideraciones econmicas responden a sendos criterios de sostenibilidad, dbil y fuerte. Es decir, nos encontramos ante dos vertientes econmicas para explicar el mundo, una versin light (economa ambiental) y una variante ms radical (economa ecolgica), logrando esta ltima una mayor consistencia en cuanto a la adecuacin a un mundo global.

    De cara al futuro, la economa ecolgica debe ayudar a construir un nuevo paradigma, que ha comenzado con la definicin del desarrollo sostenible, para procesar de forma objetiva, que el medio ambiente es un sistema finito y cerrado, solo abierto al aporte energtico del sol y donde las leyes de produccin se subordinan a las leyes del mundo biofsico.

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    As pues, debemos entender esta disciplina como un planteamiento en construccin, que a da de hoy se enfrenta a importantes barreras, algunas de ellas, derivadas del concepto de Desarrollo Sostenible, el cual se muestra demasiado eclctico como para constituir una base slida. Tal cual queda enunciado, como el desarrollo que satisface las necesidades de la generacin presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas, se asemeja ms a una declaracin de intenciones que a un plan objetivo, lo que permite jugar con la ambigedad del concepto para extraer conclusiones opuestas, segn propiciemos un acercamiento al mismo desde una lectura neoclsica de sostenibilidad dbil o una lectura ecolgica de sostenibilidad fuerte. Baste como ejemplo la relacin entre los conceptos de crecimiento econmico y desarrollo econmico. Si bien, el desarrollo econmico si puede ser sostenible, el crecimiento sostenible no es posible, en tanto que aparece limitado por un planeta finito.

    De todo esto se desprende que existe cierta ambigedad en el concepto de sostenibilidad si no se define claramente su mbito de aplicacin, siendo por ello, que algunos autores prefieren entender la sostenibilidad, no como un gran concepto cientfico sino como un conjunto de grandes principios.

    Hacia una Economa Sostenible. La progresin hacia procesos sostenibles demanda una

    clara ruptura entre actividad econmica y degradacin ambiental, lo que conlleva un cambio hacia un nuevo modelo productivo ms eficaz (circunscrito a las necesidades

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    reales de la sociedad) y ms eficiente (optimizando el uso de recursos materiales y energticos y disminuyendo el impacto ambiental), con mayor valor aadido, ms innovador, y en consecuencia, ms competitivo.

    Se deduce pues, que la nueva economa sostenible debe ser una economa baja en materia, energa y en carbono, en la que el tamao absoluto de los flujos de materiales se reduzca y las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyan.

    Este proceso de descarbonizacin y desmaterializacin, no debe ser entendido como un esfuerzo aadido, sino como una fuente de empleo, tanto para sectores emergentes como en una reconversin hacia la sostenibilidad de sectores que han propiciado la insostenibilidad del mbito eco-nmico espaol, como es el caso de la construccin.

    Se trata pues, de lo que se viene llamando un New Deal verde, es decir, un conjunto de medidas para hacer frente a la triple amenaza de la economa global: una crisis financiera consecuencia de la desregulacin del sector financiero, la aceleracin del cambio climtico y la subida de los precios de la energa como consecuencia de la fase peak oil.

    Una triple amenaza, que configuran una crisis actual multidimensional y sistmica, que registra fuertes interre-laciones entre las dimensiones sociales, econmicas y ambientales.

    Por todo ello, resulta inviable hablar de escenarios de recuperacin o crecimiento econmico que no contemplen soluciones socioambientales, debindose aprovechar la particular coyuntura actual, para llevar el modelo productivo hacia una economa con mayor diversidad de alternativas y

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    oportunidades econmicas y sociales, pero sobre todo, hacia una economa ms ecoeficiente y contextualizada en el medio ambiente.

    Deberamos entender la oportunidad de la sostenibilidad, como un caso particular de Jet Stream. Del mismo modo que nos servimos de las corrientes de chorro en un avin para ahorrar combustible, deberamos colaborar con la naturaleza, dejando que esta despeje el camino para un mayor ahorro, no solo de combustible, sino de recursos, costes y tiempo.

    Para ello, es requisito romper con la nocin de que la inversin ambiental est disociada del beneficio econmico y que la proteccin del medio ambiente limita el desarrollo socioeconmico, en tanto que impide la explotacin de recursos.

    As pues, frente a la insostenibilidad de los modelos precedentes, solo cabe avanzar hacia una nueva economa basada en los principios ecolgicos, capaz de generar nuevos yacimientos de empleo verde, para lo que ser necesario seguir una estrecha agenda de investigacin en economa sostenible, integrada por tres grandes bloques temticos (Baumgrtner y Quaas, 2010): la interpretacin y aplicacin de la visin normativa de la economa sostenible (estudio del conflicto de objetivos, desarrollo de indicadores); la descripcin y anlisis de las interrelaciones entre actividades antrpicas y el medio ambiente con una perspectiva a largo plazo en un entorno de incertidumbre (aplicacin de modelos de economa ecolgica, aplicacin de las leyes de la termodinmica a los procesos econmico-ecolgicos, anlisis de riesgos ecolgicos); y el anlisis de las instituciones, los instrumentos de poltica econmica y los procesos de gestin de economa sostenible (diseo de procesos de

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    decisin poltico-econmicos, estudio de la efectividad de instrumentos de poltica econmica).

    El debate actual sobre los lmites al crecimiento econmico.

    El estudio y debate sobre el crecimiento econmico es un tema que ha traspasado las fronteras de la teora y la poltica econmica, para llegar a la opinin pblica y la poltica.

    Tradicionalmente la poltica econmica ha perseguido un crecimiento econmico equilibrado, es decir, crecimiento sostenido de la actividad econmica con pleno empleo, estabilidad de precios y equilibrio de las cuentas externas.

    Un crecimiento equilibrado que conforme se han ido incorporando al mismo, aspectos relacionados con la conservacin del medioambiente y la equidad distributiva, ha ido generando dudas en cuanto a s mismo, en tanto si el crecimiento econmico debe considerarse como un objetivo independiente, o por el contrario debe vincularse a objetivos de ndole social y ambiental.

    Las dudas sobre el modelo actual en cuanto a su capacidad de crecimiento no son nada recientes, de hecho, podramos hablar de 1972, con el informe Meadows, como primer hito clave en el desarrollo de este debate, que se ha venido alentando en acontecimientos venideros, entre los que destacamos la redaccin del informe Brundtland y las sucesivas Cumbres de la Tierra (Ro, Kyoto, Paris).

    Remontndonos al primer hito clave para entender el debate sobre los lmites del crecimiento, el informe Meadows, tena como objetivo estudiar el futuro del planeta, en base al anlisis de las interrelaciones entre variables como

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    la poblacin, la oferta de alimentos, la evolucin de la contaminacin o los diferentes usos y caractersticas de los recursos disponibles.

    El anlisis de las interrelaciones entre todas estas variables, arrojo una serie de conclusiones, entre las que podemos destacar: (a) la sobrepoblacin, el auge de la industrializacin, la degradacin del medio y la sobreexplo-tacin de los recursos naturales, van a limitar el crecimiento, llegndose a una situacin lmite en un plazo de 100 aos; (b) si la situacin se mantiene como hasta entonces, es inevitable la reduccin de la poblacin y una prdida considerable de la capacidad productiva; y (c) se seala por vez primera la necesidad de abordar el crecimiento desde el prisma de la sostenibilidad, sujeto al equilibrio entre actividad econmica y medioambiente.

    A nadie le gusta recibir malas noticias, y menos an si se presentan con una cuenta atrs de 100 aos, que impone la necesidad de adoptar nuevas estrategias para el desarrollo bajo un enfoque de sostenibilidad ambiental del crecimiento econmico. Por lo que no es de extraar que el informe recibiera todo tipo de crticas, especialmente de tipo meto-dolgico, y relativas a la no consideracin de los efectos de la escasez sobre los precios y el uso de los recursos, conclu-yendo con acusaciones de neomalthusianismo.

    Al margen de las crticas que pudo suscitar en su momento, es innegable la aportacin del informe Meadows al debate, como instigador de la opinin pblica y respon-sables polticos, suscitando opiniones de todo tipo, que hoy constituyen el centro de un debate aun mayor y crucial para el crecimiento econmico, como es el debate sobre el desarrollo sostenible.

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    Desarrollo sostenible, ese trmino que da vida al informe Brundtland, y que constituy un gran paso en el debate sobre los lmites del crecimiento, al exponer la relevancia que tienen para la sostenibilidad los conceptos de necesidades y limitaciones. Pues marca como objetivo satisfacer las nece-sidades de generaciones futuras sobreponindose a una serie de limitaciones actuales, entendidas como restricciones motivadas por el estado de la tecnologa, la organizacin social existente y, por encima de todo, la capacidad del medio natural y la disponibilidad de recursos naturales para atender a las necesidades presentes y futuras de la hu-manidad.

    Se deduce pues del mismo, la exigencia de compatibilizar el crecimiento econmico con el desarrollo social y la conservacin del medio ambiente. Para ello, el informe nos dej una lista de tareas pendientes, como: (a) revisar el modelo de crecimiento econmico vigente; (b) asumir las necesidades bsicas de todos los habitantes del planeta; (c) asegurar un nivel sostenible de crecimiento demogrfico; (d) conservar y aumentar los recursos naturales bsicos; y (e) compatibilizar la actividad econmica con la conservacin del medio ambiente en los procesos de toma de decisiones pblicas y privadas.

    Se podra decir, que el informe Brundtland pone fin al periodo de elaboracin de los principios bsicos de la sostenibilidad, abriendo una etapa de aplicacin prctica de dichos principios en todos los mbitos (local, nacional e internacional), inicindose un perodo de desarrollo institu-cional de la sostenibilidad global.

    A partir de aqu, con cada cumbre de la Tierra se han ido sumando activos al debate, la mayora, eclipsados por la

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    irrupcin en el contexto internacional, del Cambio Climtico. Una amenaza global, que ha acentuado an ms las diferencias entre las distintas posturas acerca del crecimiento, pues hay una clara diferenciacin entre los partidarios de asumir los costes del cumplimiento del Protocolo de Kyoto en trminos de menor crecimiento y aquellos que no estn dispuestos a renunciar al actual modelo de crecimiento econmico al considerar que las predicciones sobre efectos derivados del cambio climtico son exageradas, o que, en cualquier caso, las medidas planteadas por el protocolo resultaran estriles.

    Afortunadamente, en tiempos recientes se ha vinculado al debate sobre crecimiento y Cambio Climtico, la cuestin energtica. Un hecho, que ha propiciado la reactivacin del debate sobre aspectos como el agotamiento de recursos naturales, su impacto sobre los precios, su posible sustitu-cin por fuentes alternativas y las polticas de sostenibilidad vinculadas a toda esta problemtica.

    Retomando la estrecha relacin entre recursos naturales y precio, es importante citar a Jevons, el cual estableci que a mayor eficiencia en la produccin de un bien de consumo, menor ser su costo y, por ende, mayor su demanda. El crecimiento geomtrico de la productividad y los menores costos disparan las ventas de productos, servicios y productos indirectos asociados y, por ende, la demanda de materias primas usadas para su manufactura.

    Sin embargo, muchos de los productos actuales, como por ejemplo los telfonos mviles, pueden no responder a la Paradoja de Jevons, y considerando su potencial agota-miento o el mayor costo de extraccin de materias primas, a mayor demanda, pueden incrementarse sus costos, e

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    incluso dispararse como hoy ocurre con los metales estratgicos. Al incrementarse los costos del acceso a las materias primas estratgicas, su incidencia afectar al desarrollo futuro de las industrias de manufactura, as como en la definicin de cules actores seguirn en el contexto econmico.

    Considerando un crecimiento geomtrico de nuestra demanda, la cadena de valor se tambalea cuando las tasas de extraccin de los recursos naturales solo crecen de manera aritmtica. Cuando la demanda de materiales estratgicos supere a la oferta, los precios subirn, mientras los sustitutos de menor calidad delimitarn dos o tres tipos de consumi-dores con distintas prestaciones, para finalmente acrecentar las tensiones geopolticas. Pues es una realidad que no todos los habitantes de la Tierra podemos tener acceso a los mismos productos y en las mismas cantidades, dado que si bien la capacidad creativa y afn de produccin no conocen lmites, las materias primas s.

    Quizs pueda ayudarnos a entender mejor este aspecto, tomar un enfoque malthusiano, en el sentido de enfocarlo en trminos de explosin demogrfica, y as hacer un anlisis y prospectiva respecto del crecimiento de la poblacin y la oferta de los recursos naturales.

    A este respecto, hay una sencilla relacin que se ha convertido en toda una referencia, y que bajo la figura de Paul Ralph Ehrlich, responde a:

    I = P*R*T Establece el impacto sobre el medio (I) de una sociedad

    en funcin del tamao de la poblacin (P), de la riqueza o

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    prosperidad, como consumo per cpita (R) y de las tecnologas (T) empleadas en la provisin de dicha riqueza.

    Si tomamos la historia reciente de la humanidad como base de los factores objeto de la ecuacin, nos encontramos ante un crecimiento sostenido de la poblacin mundial, acompaado de un consumo per cpita tambin creciente y condensado en una minora, (el 20% de la poblacin aglutina 80% de la riqueza material) y una capacidad de interferencia en los procesos naturales que avanza mucho ms de lo que lo hace la eficiencia de los procedimientos de obtencin de la riqueza.

    Una evolucin que en trminos de la ecuacin propuesta solo arroja un resultado, el impacto creciente sobre el medio ambiente. De este modo, la contradiccin socialmente percibida entre conservacin natural y crecimiento eco-nmico, queda mediatizada por las otras dos variables; tamao de la poblacin y tecnologa, que deben ser ignoradas en el anlisis.

    Entonces, dnde estn los lmites al crecimiento? En la tecnologa, en la poblacin, en los recursos naturales

    Confiar ampliar las fronteras a los lmites del crecimiento en base a la tecnologa de forma exclusiva, puede resultar ser insuficiente. No hay ms que tirar de historia, para saber que la tecnologa aporta tanto beneficios como posibles impactos. Pongamos un ejemplo, hipotequemos nuestra capacidad de revertir el Cambio Climtico a la basa de los coches elctricos. Una tecnologa a priori limpia, y que reduce la dependencia de recursos fsiles naturales. Pero tras la satisfaccin inicial, cabe plantearse una serie de interrogantes. De dnde sale la electricidad, y si eso no va a

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    suponer otro tipo de impacto ambiental? De dnde provienen los materiales componentes de las bateras elctricas?

    Es decir, realmente una nueva tecnologa es una solucin, o simplemente es una herramienta que segn el uso que hagamos de ella, puede resultar ser beneficiosa o ms perjudicial que la actividad original.

    Por otro lado, tenemos el problema de una poblacin, que a cada pocos aos se duplica. Podemos decir, que es un problema de sobrepoblacin. Responder que s, resultara demasiado desesperanzador. Adems, creo que en la naturaleza hay ejemplos para la esperanza. Pensemos en bacterias, en solo una boca humana hay tantas como personas en el mundo, y ninguna de ellas, se plantea limitar su crecimiento (reproduccin). Simplemente han entendido el mundo de una forma alternativa a la nuestra. En lugar de jugrselo todo a una nica basa energtica, apuestan por una oferta diversificada. Obtienen su energa de la luz, de materiales orgnicos, inorgnicos tal es as que dif-cilmente podremos encontrar algo que no pueda servir de soporte nutricional a algn grupo de bacterias, incluso, aunque pueda sonar a broma, hay bacterias que se alimentan de la ropa interior sucia de astronautas, por aquello de reducir la basura espacial. Pero no solo diversifican, sino que dan un papel clave a las fuentes de energas renovables, por encima de las dems.

    Me ayuda a dormir, pensar que toda la lnea argumentativa de la novela Inferno es ciencia ficcin, y que todas esas conspiraciones que abogan por la es-terilizacin masiva, el control poblacionalson solo cuentos de terror y que la humanidad estar siempre por encima de

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    toda mercantilizacin. Sin embargo, me gustara recordar que nuestra escala de valores siempre ha ido en funcin de la abundancia o escasez de un recurso determinado. A ms escaso, ms valioso, ya sea mineral, animal o incluso humano, y esto es la base de toda bancarizacin. Por poner un ejemplo, sobre como la escasez condiciona nuestra visin del mundo, lo encontramos en la teora de Marvin Harris sobre las vacas en la India. Las vacas son sagradas, por la simple y llana razn de que eran un bien ms escaso que los humanos en la regin. Reconozco que dicho as puede resultar demasiado alarmante, pero tiene una clara justificacin. Si tienes a diez personas que alimentar y solo una vaca, lo primero que pasara por una mente hambrienta sera poner fin a la vida de la vaca y alimentarse de ella. Sin embargo, esto solo resolvera el problema, por un breve periodo de tiempo. Por ello, el hinduismo busco una solucin a ms largo plazo, santificar a las vacas, y evitar as caer en la tentacin de acabar con ellas. De esta manera, la vaca puede seguir ofreciendo leche, arando campos posiblemente no como para alimentar a las 10 personas, pero s para al menos salvar a un mayor nmero que la primera opcin. Hablamos de principios ancestrales que han dado forma a religiones, y que quizs hoy en da pueden resultar impactantes, pero que no por ello, dejan de responder a la naturaleza humana. As que, nos guste o no, toda poblacin es dependiente de la cantidad de recursos disponibles, quedando esta relegada a un nivel inferior ante situaciones de escasez.

    Luego, volviendo a formular la pregunta, dnde estn los lmites al crecimiento? una visin pesimista y reducida, dira que en los yacimientos de recursos naturales. A m, no

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    s si por un sentimiento de optimismo, o porque muchos de esos yacimientos se han agotado ya en la actualidad, me gusta creer que los lmites al crecimiento estn en nuestra capacidad de mantener un consumo racional y recolectar, procesar, reciclar y recuperar las materias primas enterradas en nuestros residuos.

    Este no es pues un problema de cantidad, sino de calidad, mostrando sentido comn para perpetuar la calidad de los recursos escasos.

    El crecimiento verde como alternativa.

    La OCDE estableci el crecimiento verde como impulsar el crecimiento econmico y el desarrollo mientras que se asegura que la naturaleza contina proveyendo los recursos y servicios ambientales en los que descansa nuestro bienestar.

    Se trata pues de un modelo econmico capaz de alcanzar un desarrollo sostenible, siempre y cuando, segn afirma el PNUD, el crecimiento verde (economa y valores ambien-tales) se combinen con el crecimiento incluyente (economa y valores sociales).

    Un crecimiento econmico basado en los criterios de sobreexplotacin de los recursos naturales, supone un grave impacto al desarrollo, en tanto que problemticas am-bientales, como la escasez de agua o el Cambio Climtico, supondrn un freno al crecimiento, al menos por estas dos razones: (a) el incremento de los costes de sustitucin de capital fsico por capital natural. Si los recursos deben extraerse de localizaciones cada vez ms remotas, se requerir de una mayor inversin en infraestructuras,

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    personal y tiempo; (b) la naturaleza no siempre se comporta de forma lineal y predecible. A menudo una reduccin paulatina de las reservas, se interrumpe con un brusco punto de inflexin repentino, que colapsa las reservas.

    Si bien es cierto que el crecimiento verde no es la panacea a todos nuestros males, si que puede ayudar a afrontar el problema de crecimiento, haciendo surgir nuevas fuentes de crecimiento, gracias a que proporciona:

    Estmulos a la productividad: incentivos al aprovechamiento eficiente del patrimonio natural, a la re-duccin de residuos y gasto energtico y a la revalorizacin de recursos.

    Innovacin: llamamiento al I+D como herramienta de creacin de valor aadido y solucin de conflictos medioambientales.

    Nuevos mercados: surgimiento de nuevas lneas de produccin y venta, amparadas por los nuevos productos y servicios nacidos de la creatividad e innovacin verde.

    Confianza: aceptacin social y poltica de modelos de crecimiento, que invitan a una mayor confianza en los mismos por parte de los inversionistas.

    Estabilidad: mitigacin de los impactos ambientales y de la interrelacin de las variables econmicas con los mismos, dando lugar a periodos ms estables.

    Apertura: exploracin de nuevas vas productivas para evitar los estrangulamientos econmicos derivados por la escasez de recursos, cuando la prdida por explotacin del capital natural sobrepasa a las ganancias generadas por la misma.

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    Alerta: identificacin y correccin de desequilibrios en sistemas naturales, antes de que estos alcancen el punto de dao grave o irreversibilidad.

    Tales son los posibles beneficios derivados de un crecimiento sostenible, que no es de extraar que el tejido empresarial se haya sumado a este planteamiento econ-mico, contando ya en la actualidad con un buen nmero de empresas del Ibex-35, acogidas al denominado Grupo Espaol de Crecimiento Verde (GECV).

    Unas empresas que han marcado su hoja de ruta en relacin al crecimiento verde, tomando como base un declogo basado en la Declaracin de Barcelona, y que viene a promulgar lo siguiente:

    1. Reconocer la economa verde como una fuente de crecimiento econmico y prosperidad

    La economa verde debe ser entendida como un elemento esencial para el crecimiento econmico, en tanto que dar sentido a la incorporacin necesaria de las externalidades medioambientales negativas.

    2. Aprobar polticas que potencien la apuesta verde El crecimiento depende de la integracin de estrategias de

    crecimiento verde en programas o polticas existentes, contribuyendo a la eficiencia de estas, as como de una definicin de objetivos de forma rigurosa (reduccin de emisiones, renovables, eficiencia energtica, calidad del agua...).

    Para ello, es importante dar prioridad a las oportunidades ms maduras, que ya estn ofreciendo ciertos niveles de competitividad y de creacin de empleo aceptables.

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    3. Establecer un marco regulatorio estable, predecible y transparente

    El impulso de la economa verde requiere de regulaciones sectoriales estables, predecibles y transparentes, que propor-cionen la rentabilidad y estabilidad del marco regulatorio que los inversores demandan para dar soporte a los procesos de innovacin y desarrollo tecnolgicos necesarios para el desarrollo econmico.

    4. Eliminar trabas administrativas y asegurar la coordinacin institucional

    La Administracin debera optimizar la legislacin bsica y otras herramientas normativas con el fin de eliminar trabas, reducir la dispersin y mejorar la coordinacin entre los distintos niveles de la administracin, tanto a nivel nacional como comunitario, para evitar niveles de inseguridad jurdica que pongan en peligro la inversin.

    5. Promover la investigacin, la innovacin y la tecnologa como catalizador del crecimiento

    Una buena base de conocimiento es la mejor garanta para afrontar cualquier problema, pues cuanto mayor sea el rea de accin del saber en materia medioambiental, mayores sern las oportunidades de crecimiento.

    6. Fomentar la informacin y sensibilizacin En un modelo basado en la confianza, los ciudadanos

    deben tener toda la informacin disponible para valorar y propiciar el cambio hacia productos y servicios innovadores ms verdes.

    7. Desarrollar capacidades de financiacin y eliminar barreras

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    El sector financiero es clave para la transicin hacia una economa baja en carbono, pues debe permitir canalizar flujos de financiacin suficientes y a costes asequibles, conforme se reducen los riesgos a la inversin. A este respecto, el sector pblico debe facilitar la inversin privada mediante instrumentos regulatorios, medidas fiscales y herramientas diseadas especficamente para fomentar la colaboracin pblico-privada.

    8. Avanzar hacia una economa baja en carbono con la contribucin de todos los sectores

    En una economa diversificada, los objetivos no pueden depender de un nico sector, por ms que la relacin entre objetivo y sector sea directa. As pues, una economa baja en carbono, solicita polticas adscritas no solo al sector ener-gtico, sino que deben ser aplicables a su vez a sectores tan variados como la construccin, transporte, comunicacin

    9. Incentivar la colaboracin pblico-privada Una accin de tal envergadura como es una transicin

    econmica demanda la cooperacin de todos los sectores, resultando especialmente relevante la colaboracin pblico- privada para proveer de un entorno estable, transparente y dotado de seguridad jurdica.

    10. Revisar la fiscalidad para convertirla en una herramienta de apoyo al crecimiento verde

    Una revisin formal del marco de la fiscalidad energtica y medioambiental, acorde al principio de quien conta-mina paga y quien depura gana permitir potenciar el consumo sostenible y fomentar una economa baja en carbono.

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    Ahora bien, el crecimiento verde no debe ser entendido como un sustituto del desarrollo sostenible, sino como un complemento de este, orientado a:(1) promover nuevos motores de crecimiento ecolgicos, (2) mejorar la calidad de vida de las personas y (3) contribuir a los esfuerzos internacionales para combatir el Cambio Climtico.

    Como hemos podido comprobar, la finalidad general de un marco de referencia para el crecimiento verde es establecer incentivos o instituciones que aumenten el bienestar al: optimizar la gestin de recursos e impulsar la productividad, establecer situaciones de ventaja a largo plazo y desarrollar nuevas maneras de alcanzar los objetivos.

    As pues, que el crecimiento de un pas pueda ser considerado como verde, va a depender de los escenarios institucionales y polticas, del grado de desarrollo, la disponibilidad de recursos y la situacin particular de calidad ambiental. Todo ello, requiere de un prisma ms amplio, que va ms all de las polticas tradicionalmente verdes, ofreciendo una amplia gama de polticas, para observar el crecimiento e identificar los aspectos mutuamente fortale-cedores de la poltica econmica y ambiental.

    El valor total del capital natural debe ser entendido como un factor de produccin junto con otros bienes y servicios, persiguiendo maneras rentables de aliviar las presiones ambientales en la transicin hacia nuevos patrones de crecimiento.

    Este tipo de estrategias de crecimiento deben ser realistas, asumiendo que los resultados positivos solo son posibles hasta un punto limitado por el comportamiento de los consumidores y la tecnologa existente. De modo que las

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    estrategias de crecimiento verde deben ser lo bastante flexibles como para aprovechar las nuevas tecnologas y las oportunidades inesperadas, antes de llegar a las lneas rojas de crecimiento, siendo capaces de abandonar un enfoque si se desarrolla uno mejor. Se trata pues, de adaptabilidad, visin a largo plazo y paciencia, pues como hemos comen-tado no es la panacea y los beneficios esperados, si bien se darn, no lo harn de forma inmediata.

    As mismo, no podemos hablar de verdaderas estrategias de crecimiento verde, sin abordar medidas de progreso que abarquen la calidad y la composicin del crecimiento, as como la manera en que este afecta la riqueza y el bienestar de la gente.

    Qu elementos debe contener una estrategia de crecimiento verde?

    Una buena estrategia de crecimiento verde, debe contener los criterios necesarios para orientar el diseo de las estrategias de poltica, centradas en la determinacin de costes, la estimulacin a la innovacin y la difusin de las tecnologas verdes, los aspectos de la gobernanza y los efectos distributivos. Por tanto, la estrategia estar basada en los siguientes aspectos clave:

    a) Valoracin de los activos naturales y servicios de los ecosistemas:

    Una tasacin ajustada a la realidad de los recursos naturales, la biodiversidad y de los servicios ecosistmicos, ayuda a concienciar y sensibilizar acerca del valor real de los mismos. En la era de usar y tirar, pocos son los consu-

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    midores que realmente son conscientes del coste real del acceso a un recurso natural bsico, como bien podra ser el agua. Un ajuste tarifario entre coste real y factura, puede alentar un consumo ms racional, ayudando a reducir el consumo descontrolado.

    Por tanto, la estimacin del valor monetario de los servicios que prestan los ecosistemas y la biodiversidad no solo permite poner en contexto econmico los beneficios que aportan, sino que tambin facilitan la toma de decisiones ms consecuentes con los principios de sostenibilidad. Facilitar la creacin de mercados e incentivos para capturar estos valores, es un elemento importante del conjunto de herramientas para el crecimiento verde; que se estn materializando en medidas como: pago por los servicios de los ecosistemas (PSE) de los bosques, derechos de aguas negociables o adopcin de esquemas de certificacin ambiental con sistemas de etiquetado.

    b) Penalizacin econmica a la contaminacin: La contaminacin debe ser penalizada a travs de

    mecanismos tributarios, como los impuestos al carbono o regmenes de comercio de derechos de emisin. Poner precio a la actividad contaminante no solo va a reducir la propia contaminacin, sino que facilitar el desarrollo de mecanismos de innovacin e investigacin para una industria productiva menos contaminante, competitiva y altamente eficiente.

    Adems, no debemos olvidar la estrecha relacin entre contaminacin y salud, por lo que la tasacin de los impactos derivados de sta, permite reducir los gastos a nivel sanitario,

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    lo que redunda en el capital humano y social. Por ejemplo, podemos preguntarnos que sociedad es ms sana, la que enferma menos, o la que tiene ms recursos para curarse. La eleccin, va a determinar nuestro modo de entender el mundo, y en buena medida como gestionamos los recursos del mismo. Puede que parezca sensato destinar muchos recursos a desarrollar sociedades con un gran nmero de medicamentos para curarse, pero que ocurrira si en lugar de enfermar nos centramos en prevenir la enfermedad. No es ninguna locura pensar, que si los fondos que ahora desti-namos a enfermedades, en cierto modo autoinfligidas por la contaminacin y el consumo irracional, como las alergias qumicas, la obesidad, los problemas respiratoriosse destinaran a la investigacin contra el cncer, seguramente ya tendramos bastante avanzada la curacin. As pues, desde un contexto global, la penalizacin de la contaminacin no supone necesariamente un nuevo coste, sino ms bien una redistribucin de los costes ya existentes.

    Es importante entender este tipo de presiones fiscales lejos de un afn recaudatorio, sino ms bien como ingresos adicionales para aliviar la carga presupuestaria de reas de alto impacto socio-ambiental, como la salud, la educacin o las infraestructuras.

    c) Luchar contra la cara perversa de los subsidios. Determinados subsidios, responden a distorsiones

    generadas por la poltica, como es el caso de los subsidios a los combustibles fsiles, que lejos de propiciar un creci-miento verde, acentan los fenmenos de contaminacin y merman la competitividad de otros sectores ms limpios.

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    Acabar con la perversidad de este tipo de subsidios puede ampliar el margen de maniobra sobre los presupuestos gubernamentales, llegando a generar ganancias en ingresos reales a partir de la eliminacin unilateral de los subsidios al consumo de combustibles fsiles, como resultado de una asignacin de recursos ms eficiente en todos los sectores. Por tanto, los subsidios deben quedar ligados al logro de metas ambientales especficas, en lugar de a actividades contaminantes, poco eficientes y que obstaculizan la transicin hacia una economa sostenible.

    d) I+D y propagacin de la mejor tecnologa disponible.

    Cuanto ms sabemos acerca de un proyecto, ms fcil resulta optimizarlo, reducir los costes asociados y desarrollar nuevas oportunidades de mercado en forma de nuevos modelos de negocio, por lo que la investigacin e innovacin resultan claves para desacoplar el crecimiento de las presiones ambientales.

    No conviene poner restricciones al impulso a la innovacin, esta debe ser bienvenida, ya provenga de los mecanismos de impulso habituales (inversin extranjera, comercio, fondos de captacin de conocimiento) o de mecanismos abiertos, como los makerlabs. Un buen impulso, ajustado a las caractersticas de cada pas, debe sustentarse en un slido marco que facilite mercados com-petitivos, apertura al comercio y las inversiones extranjeras, el buen funcionamiento de los mercados financieros y una garanta legal de proteccin del conocimiento (proteccin intelectual).

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    Ya hemos comentado como los impuestos aceleran el afn innovador, debindose cumplimentar con otras medidas para garantizar una mayor capacidad de creacin y de difusin de las tecnologas y metodologas verdes desarro-lladas. Para ello, es importante contar con inversin pblica y privada y con normas y regulaciones bien diseadas de adquisicin pblica.

    As mismo, para evitar caer en nuevos subsidios perversos, el apoyo a la comercializacin debe ser temporal y estar sujeto a clusulas de extincin y esquemas de elimi-nacin gradual transparentes.

    e) Activacin del mercado laboral. No solo se trata de crear empleo, sino de que este se

    corresponda con un empleo de calidad, por lo que habr que estar atentos a los riesgos que la transicin hacia una eco-noma ms verde puede plantear. Este tipo de riesgos pueden surgir de fenmenos como los cuellos de botella en la formacin o los desequilibrios en los costos de ajuste, por lo que es conveniente que las polticas de intervencin en el mercado laboral y de desarrollo de aptitudes faciliten: (a) la reubicacin de los trabajadores de las empresas en con-traccin a otras en expansin y reducir los costos del ajuste que recaen en los trabajadores desplazados; (b) apoyar la innovacin verde y la propagacin de las tecnologas limpias, fortaleciendo la educacin inicial y la formacin profesional, y garantizando que el estmulo para innovar no se vea obstaculizado por una regulacin excesivamente estricta del mercado de productos; y (c) modificar el sistema de impuestos y beneficios para los trabajadores, para evitar que

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    las presiones de costos relativas a las polticas ambientales lastren la creacin de empleo.

    As pues, los retos en materia de mercado laboral, responden a la necesidad de: determinar la influencia del crecimiento verde en la demanda laboral y las aptitudes requeridas para los puestos de trabajo y coordinar las polticas de mercado laboral y formacin con la poltica ambiental para garantizar la igualdad de beneficios y acceso a todos los sectores de la sociedad.

    f) Acoplar la inversin pblica y privada a la implantacin de infraestructuras verdes.

    El diseo y eleccin de un tipo u otro de infraestructura va a condicionar el estilo de vida de la sociedad, en tanto que dada su prolongada y activa vida til condicionan la adquisicin de nuevos patrones de consumo. Un hecho que es especialmente relevante en infraestructuras claves, como son la energtica, de transporte, hdrica y construccin, las cuales debern ser concebidas en trminos de uso eficiente de energa y recursos.

    Si bien ya se cuentan con mecanismos de inversin a largo plazo con flujos de ingresos constantes, como los fondos de inversin y las compaas de seguros, el terreno para las inversiones parece poco favorable, a causa del riesgo regulatorio y la incertidumbre, la falta de informacin, conocimientos y experiencia sobre el tipo de inversiones de financiacin de proyectos verdes, o por la falta de medios de financiacin bien estructurados, con el perfil de riesgo y rentabilidad requerida.

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    A este respecto los gobiernos pueden estimular las inversiones privadas utilizando fondos pblicos para mitigar el riesgo financiero, movilizando la inversin privada y facilitando el conocimiento en este campo, pero sobre todo, formulando un marco de poltica coherente para las inver-siones verdes, que asegure la viabilidad financiera a largo plazo, lo que se traduce en: reformar las polticas de fomento a la inversin y estmulos de mercado para la infraestructura con bajas emisiones de carbono y resiliente al clima y aplicar polticas financieras de apoyo transitorio a las tecnologas verdes, adems de aumentar la rentabilidad social.

    g) Un consumo ms responsable. Ningn modelo econmico puede superar la oposicin

    de sus consumidores, por lo que es recomendable realizar un esfuerzo en explicar al consumidor su impacto individual al conjunto global de la biosfera, y como sus hbitos son determinantes para alcanzar un mundo ms sostenible.

    Aunque contamos con un amplio abanico de medidas para motivar la toma de conciencia, como impuestos relacionados con el medioambiente o las normas de eficiencia energtica para los hogares, es una realidad que la mayora de consumidores no estn preparados para abordar el sobrecoste de hbitos ms verdes, por lo que es altamente recomendable tratar el asunto desde una perspectiva de polticas persuasivas, como el etiquetado o las campaas de sensibilizacin ambiental, pues aumentan la conciencia ecolgica, arrojando buenos resultados en cuanto a comportamientos de ahorro de agua, la demanda de

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    electrodomsticos de bajo consumo de energa, tasas de reciclaje y compras en circuito corto.

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    Capitulo 2 El sentido comn es circular

    Reflexiones sobre el pasado, presente y futuro de la economa.

    Lo que eres hoy, es lo que has sido en el pasado. Lo que sers maana es lo que haces a da de hoy, por lo que conviene pararse a pensar que hemos hecho en materia de economa en el pasado, para comprender la relevancia del ahora, en cuanto a la importancia de tener un futuro, pues solo as podremos identificar y entender mejor las condi-ciones que han sentado las bases del modelo productivo actual y las razones que han favorecido ciertos patrones socio-culturales y econmicos que siguen siendo determi-nantes y que chocan diametralmente con los principios de la economa circular.

    Unos genes de atleta. Es pues momento de remontarse a nuestro origen, pues

    si bien resulta difcil imaginarse a los primeros homnidos llevando a cabo complejas maniobras burstiles, es en nuestro origen evolutivo donde se encuentra la clave a la linealidad de nuestro pensamiento.

    En un primer momento, nuestras inquietudes como individuos respondan a necesidades bsicas, si tengo ham-bre debo cazar, si tengo fro debo buscar refugio. Se trata

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    pues de inquietudes directas y de ejecucin inmediata, por lo que la secuencia es lineal, sin pararse a pensar en las consecuencias futuras. Esto da pie al desarrollo de una forma de entender el mundo basada en relaciones inmediatas y directas o lineales, algo que se manifiesta en todos los mbitos de nuestra vida, yendo ms all de lo meramente econmico. Por poner un ejemplo de mxima actualidad, si hablamos de la extincin del 50% de las especies en un plazo de 100 aos por una combinacin de pequeas acciones que alteran el complejo equilibrio climtico, el apoyo recibido es mnimo. Sin embargo, si hablamos de la extincin del 50 % de las especies por la cada inminente de un meteorito, en menos de 24 horas, todas las cadenas estaran emitiendo la rueda de prensa del presidente de Estados Unidos, presentando un megaproyecto internacional para desviar el meteorito y salvar al planeta.

    De esto se deduce, que evolutivamente somos una especie lineal, que busca el beneficio directo, sin contemplar las consecuencias futuras, de ah que el modelo econmico lineal, nos resulte tan atractivo, pues est implcito en nuestro ADN.

    A este patrn de extraccin, manufactura, uso/ consumo y disposicin final, se le define como Economa Lineal, porque consta de un proceso lineal de A a B.

    Y con la economa lineal, ocurre como con las cenas navideas, inicias la temporada con la cena de empresa, comes todo cuanto puedes y todo parece estupendo hasta que van pasando los das, vas acumulando kilos, y te comes el roscn de reyes ms preocupado por no explotar que por el sabor. Comer es natural, atiborrarse de comida en apenas unos das no lo es. Y esto es precisamente lo que ocurre con

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    la economa lineal, que mientras se cubre con el disfraz de natural, no plantea problemas. Imaginemos que soy un cazador-recolector, caminando por el bosque, tomo una fruta de un rbol, me la como mientras camino y tiro el hueso al suelo bien lejos del rbol progenitor. Un acto lineal, que incluso es beneficioso para el medioambiente. El problema, estriba en el momento que como especie dimos paso al producto artificial, ese momento en que el ciclo perdi su naturalidad y una vez que A se converta en B, este ya no poda volver a ser A ni por accin humana ni natural, iniciando la cuenta atrs en el agotamiento de A como recurso. En consecuencia, la creacin de una nueva categora de materiales artificiales B, ajena al ciclo biolgico y cuya concentracin o composicin qumica amenace a los eco-sistemas, suponen las bases de un modelo lineal que no puede ser viable en el tiempo.

    Una carrera de fondo. Cuesta creer que un sistema tan longevo no haya

    evidenciado sus carencias antes. Esto es debido, a que la economa lineal se ha comportado como un corredor de fondo, ha mantenido un ritmo constante, dejando lo mejor para el final.

    En un primer momento, las limitaciones de la humanidad como especie productiva frenaban el avance, pues ya sea por los tiempos de produccin, el poder adquisitivo, el desarrollo tecnolgico o el sistema energtico, el ritmo sosegado del sistema productivo permiti a la Tierra, como ecosistema, absorber los fallos del sistema.

    Tras miles de aos de progreso a ralent, llega el momento del sprint. La economa lineal se sube a la mquina

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    de vapor, y la faz de la Tierra cambia para siempre. Con el desarrollo de la mquina a vapor primero, y de los motores a combustin interna despus, junto con otras innovaciones en la qumica y electrotcnica, el ser humano adquiere por primera vez en su historia, una potencia suficientemente asequible y manejable para aumentar su capacidad extractiva transformadora dando lugar a un desarrollo tecnolgico y econmico de los siguientes siglos como nunca antes se haba visto, posibilitando un abaratamiento de costes, que permiten llevar ms productos a ms personas.

    Conviene recordar que entre 1900 y 2004, las 4 principales commodities metales, alimentos, cultivos no-food, energa haban bajado su precio un 60% (Webster, op. cit.).

    Se forja entonces una alianza con los combustibles fsiles, que reducen el tiempo necesario para el desempeo de cualquier actividad, liberando tiempo para el consumo y ocio, lo cual abri la puerta a nuevas formas de consumo y ocio. Se formalizaron los estados y empresas, y millones de campesinos cambiaron el campo por un puesto de obrero en la gran ciudad. Una ciudad que aglutinaba cadenas de montaje, hasta que la competitividad global aconsejaba el desmantelamiento y reubicacin en otro continente.

    La economa lineal ha ganado, ha cruzado la lnea de meta en esta carrera comercial, y ha instaurado la dictadura del usar y tirar, gracias a la estrategia de conectar el xito y la felicidad con el consumo y lo material. La clave es abaratar la produccin para llegar a ms consumidores, y cuando esto no sea posible, debemos crear nuevas necesidades para dar salida a los productos, aunque sean ficticias, recurriendo al miedo, la presin social o la obsolescencia programada para mantener el sistema en marcha.

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    Y como con todo buen atleta, tras la victoria llega el momento de firmar un buen contrato publicitario. Aparece en escena el Marketing con una jugada maestra. Si hasta este momento, haba dos tipos de productos, los que se consumen y los que se usan. Los primeros son demandados con asiduidad, por poner un ejemplo, cuando compro un pltano no espero que dure a lo largo del tiempo, es un producto que voy a consumir en breve, y que tendr que reponer. Por el contrario, los productos que se usan, presentan una tendencia a permanecer en el tiempo, pues lo que importa no es el objeto en s, sino el servicio que ofrece. La jugada maestra del marketing es hacernos ver los objetos que se usan como objetos que se consumen. Empezamos a poner una etiqueta mental de caducidad a todo tipo de objetos, entendiendo que han cumplido su servicio con un determinado nmero de usos, con independencia de si siguen funcionando o no. Basta con visitar un punto limpio despus del da de reyes para comprobar la cantidad de electrodomsticos totalmente operativos a los que hemos puesto su fecha de caducidad a partir del 7 de Enero.

    Las consecuencias del doping. Se establece entonces un cambio de relacin entre el

    usuario y el producto, una disociacin emocional, que rompe con el estatus tradicional, alejando dos conceptos que deberan ser sinnimos como son los de valor y precio. Conforme el valor o coste ambiental de un producto aumenta, baja su precio, lo cual hace que el producto tenga poco valor para el usuario y termine antes de lo debido en un vertedero.

    Cuando los vertederos se convierten en cementerios de recursos naturales, es cuando la economa lineal desvela que

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    ha hecho trampas, mostrando de golpe todos sus daos colaterales, como colonialismo empresarial, opresin eco-nmica y violenta desigualdad, individualizacin social, deshumanizacin y creacin de nuevos problemas de subsis-tencias en regiones altamente pobladas

    Unos daos colaterales que se ven agravados por la situacin de crisis medioambiental actual, pues la degradacin a la que hemos sometido a nuestro entorno ha mermado la capacidad de la Tierra para regenerar sus ecoservicios. Por ecoservicios se entienden todas aquellas prestaciones que el planeta ofrece a la humanidad en forma de materiales aprovechables, procesos biolgicos, qumicos y fsicos, el ciclo del agua y del nitrgeno, la absorcin y retencin de CO2 y liberacin de O2 En definitiva ese conjunto de acciones que han posibilitado en la Tierra eso a lo que llamamos vida.

    Podemos entender pues a los ecoservicios como el doping de la economa, pues sin su uso indiscriminado, el sistema lineal muestra su vulnerabilidad a lo largo de toda la cadena de suministro. Una vulnerabilidad que se hace patente en la volatilidad de los precios, dificultades opera-tivas en la adquisicin de materiales y gestin de las provisiones, falta de poder contractual y riesgos financieros asociados al incumplimiento de acuerdos. Esto solo en el plano econmico, pues si ampliamos el prisma al mbito social, habramos de tener en cuenta una mayor preocu-pacin por el origen y la composicin de los productos por parte de los consumidores, mayores controles interna-cionales y normativas ms estrictas que hacen que el equilibrio entre oferta y demanda se mueva por terrenos de incertidumbre, haciendo tambalearse a sectores enteros.

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    Pues como hemos comentado, si la demanda aumenta motivada por un mayor nmero de consumidores que demandan cada vez ms, la oferta disminuye porque el capital natural se degrada y la economa actual apuesta por lo material en un sistema de gestin, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el impacto de un aumento de costes, como es previsible, puede ser dramtico tanto para empresas como para consumidores (Dobbs et al., 2012).

    Ahora que sabemos que somos producto de la Economa Lineal, extraer elaborar desechar, basada en grandes cantidades de materia y energa baratas y de fcil acceso y que nuestro futuro, se muestra cuando menos incierto, ante un sistema que es a todas luces insostenible, es momento de elegir nuestro escenario futuro, pues solo si empezamos a construirlo hoy, podremos vivir en l.

    Por todo ello, necesitamos nuevas formas de tratar el capital natural, nuevas formas de producir y consumir, ms cerradas, conservadoras y regeneradoras del entorno, e iniciar una transicin hacia un nuevo modelo de economa capaz de producir de manera sostenible.

    La nueva estrella emergente. La economa circular supone un cambio radical de los

    sistemas de produccin y consumo actuales que trata de desvincular el desarrollo econmico global del consumo de recursos finitos.

    Para ello plantea dos metabolismos, uno biolgico y uno tcnico, estableciendo un ciclo continuo de desarrollo posi-tivo que conserva y mejora el capital natural, optimiza el uso de los recursos y minimiza los riesgos del sistema al gestionar una cantidad finita de existencias y unos flujos

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    renovables (Webster et al). Dos metabolismos que se basan en la restauracin y regeneracin a travs del diseo, dando lugar a un nuevo paradigma econmico que pretende conseguir que los productos, componentes y recursos mantengan su utilidad y valor en todo momento.

    Se trata pues, de una perspectiva ms ambiciosa que sus predecesoras (economa verde) puesto que propugna la transformacin radical de los medios de produccin, de las cadenas de suministro, de la cultura y de los hbitos de consumo a nivel planetario.

    Este cambio hacia sistemas regenerativos, para mantener el valor de los recursos (materiales, agua, suelo y energa) y de los productos, y que limita exponencialmente, los insu-mos de materias primas y energa, evitar la creacin de residuos e impactos negativos derivados, mitigando las externalidades negativas para el medioambiente, el clima y la salud humana.

    La economa circular no es una filosofa ecologista surgida como respuesta a los desafos globales como el Cambio Climtico, la sostenibilidad y la prdida de la biodiversidad, sino que adems de los beneficios am-bientales, se erige en motor de crecimiento verde, resultando ser una excelente oportunidad para fortalecer el crecimiento y bienestar social, a travs de la creacin de empleo de calidad, gracias al potencial innovador ecosistmico, al tiempo que desacopla desarrollo y bienestar del consumo creciente de recurso naturales y de la produccin de impactos negativos para el planeta.

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    En resumen, la economa circular se basa en factores como la eficiencia, la resiliencia y el pensamiento sistmico, que requieren un enfoque metablico, integrando ciclos materiales biolgicos y tecnolgicos, para dar mayor importancia a la reutilizacin y al reciclaje, que a los bienes de consumo.

    Razones para abandonar el barco de la economa lineal.

    El tiempo de los debates tericos ha pasado, pues cada da afloran nuevas debilidades del modelo lineal, que no hacen sino plantearse la necesidad, o ms bien la obli-gatoriedad, pues en muchos casos no hay ms remedio, de adoptar un enfoque econmico alternativo, puesto que la linealidad es inviable en base a los factores adversos de:

    Riesgos de suministro: la logstica de un mundo globalizado es cada vez ms compleja, con intrincadas redes de abastecimiento que asumen cada vez un mayor riesgo para tratar de satisfacer la demanda creciente de sociedades consumistas. Un riesgo, que se incrementa a medida que se

    Economa Lineal Economa Circular

    Figura 1: Comparativa entre economa lineal y economa circular. Interpretacin grficos Ellen Macarthur Foundation 2013.

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    concentra la exportacin en unos pocos pases y crece la inestabilidad poltico-econmica de los proveedores.

    Una situacin, donde la Unin Europea importa 6 veces ms materiales de los que exporta, es insostenible, pues unos pocos no pueden suplir las carencias de muchos. Ante este escenario, no es de extraar que en los ltimos aos, el denominado internacionalmente Earth Overshoot Day (Da de la Sobrecapacidad de la Tierra), el da en que consumimos ms de lo que el Planeta es capaz de generar en un ao, ronde el mes de Agosto, es decir, estamos viviendo en torno a 4 meses en nmeros rojos. Y la tendencia es a empeorar, pues las conclusiones que podemos extraer de las listas de materias primas fundamentales deja entre ver la fragilidad de las lneas de suministro, la limitada capacidad de sustitucin del producto y los bajos ndices de reciclado.

    Pero este no es solo un problema de consumismo, o de incremento de precios por la complejidad de abastecimiento, sino que va mucho ms all, comprometiendo muchas de las polticas de bienestar y calidad ambiental de la Unin Europea. Sin ir ms lejos, Europa importa el 97% del neodimio primario, un material esencial para la fabricacin de los magnetos de alto rendimiento empleados en turbinas elicas o coches elctricos. Es decir, buena parte de la revolucin energtica que plantea Europa, depende de un material de reservas limitadas y concentradas en pocos pases, por no decir solamente China. Nos gusta pensar que somos dueos de nuestras propias decisiones, pero como europeos podemos elegir qu tipo de energa queremos? oesto es algo que decidir China por nosotros?

    A la vista de la incertidumbre sobre los circuitos de suministro, parece lgico pensar, que la produccin debera

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    encaminarse hacia la reduccin de la demanda general de recursos, va cambio de hbitos de consumo responsable, la preservacin y el mayor reciclado posible de materias primas y la disponibilidad de mejores datos y conocimientos, as como la actualizacin peridica de las listas de materias primarias crticas para orientar nuestras estrategias en funcin de la evolucin del mercado, pues como hemos visto, hipotecar nuestra poltica energtica a una nica carta puede resultar cuando menos temerario.

    Riesgos de precios: el late motiv de la economa circular es el crecimiento econmico. Un crecimiento que queda en entre dicho, pues las situaciones de riesgos, como las comentadas anteriormente, se traducen en un aumento de la incertidumbre de los mercados, que ven como la volatilidad de los precios o los cortes de suministros, reducen los beneficios y espantan a los inversionistas. En un mundo donde un litro de agua, puede costar ms que un litro de gasolina (Venezuela), no hay decisiones de mercado ni fciles ni seguras, por lo que el camino al xito no es tan lineal o directo, como se nos ha pretendido hacer ver, pues ya no hay inversiones seguras o productos rentables al 100%.

    Deterioro de los sistemas naturales: parece ser que en algn momento de la historia, la economa lineal, convenci a la naturaleza para que firmara como aval de todos sus crditos, y desde entonces, cada vez que se produce una prdida econmica por parte del mercado, es la naturaleza la que la suple con el pago correspondiente.

    Esto viene a ser como las noticias que aparecen de forma recurrente en televisin, donde un mezquino estafador, engao a algn inocente anciano, para que asumiera algn pago con el aval de su casa, y todo es normalidad, hasta que

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    determinado da llega la carta de embargo, y se desencadena la catstrofe. Pues bien, esas cartas de embargo ya han sido enviadas, y recaen sobre la disminucin de las areas forestales, la prdida de biodiversidad, el colapso de la industria pesquera, la escasez de agua dulce e, incluso, determinados disturbios sociales. Solo resta por ver, como este anecdtico avalista, se consume hasta su fin, culmi-nando con el ms frustrante de los epitafios he hecho todo cuanto poda, he dado todo cuanto tena, y no ha sido suficiente para satisfacer las demandas de una malcriada economa.

    Normativa ms verde: afortunadamente la opinin de los ciudadanos sigue manteniendo algo de valor en los escenarios de globalizacin, y una mayor sensibilizacin y concienciacin, se ha materializado en un impulso poltico con normativas ms restrictivas en materia ambiental. Tal es la fuerza de dicho impulso, que solo en materia de Cambio Climtico, desde el 2009 hemos asistido a un incremento de la normativa relacionada de un 66%. Conforme, las reglas del juego se hacen ms racionales, o lo que es lo mismo, ms estrictas en trminos ambientales, la rentabilidad del actual sistema econmico se tambalea, por lo que no es de extraar, que cada vez sean ms las organizaciones y entidades que intentan adaptarse a la nueva normativa adoptando enfoques ms verdes.

    Tecnologa operativa: lo que hace unos aos era una quimera, la tecnologa actual lo pone a nuestros pes, abriendo el abanico de posibilidades de mercado. El trueque o intercambio es una actividad ancestral, pero es hoy, cuando las tecnologas digitales, lo han convertido en una oportunidad de mercado altamente rentable, bajo la forma

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    de economa colaborativa. Ante este supuesto, la tecnologa debe ayudarnos a alcanzar una mayor colaboracin e intercambio de conocimientos, un mejor seguimiento de las materias, una mejor configuracin de la logstica futura e inversa, y un uso eficiente de la energa renovable. No obstante, conviene recordar que la tecnologa es una mera herramienta, y que todo potencial, reside en el uso que hagamos de ella. Caer en enfoques de modernismo ecolgico puede ser contraproducente si el control de los impactos ecolgicos, nos lo jugamos, en exclusiva, a la basa tecnolgica. Por tanto, la tecnologa nos da la oportunidad de elegir, entre modelos econmicos alternativos, pero la eleccin de uno u otro, sigue siendo cosa nuestra.

    Aceptacin de modelos de negocio alternativos: el modelo tradicional, hace aguas, incluso el gran abanderado del mismo, como es Estados Unidos, debe admitir que los ingresos no solo se han estancado, sino que comienzan a reducirse, criticando el actual modelo econmico-financiero y planteando un escenario donde el salario mnimo actual en Estados Unidos es ms bajo que el de hace 60 aos. Esto empieza a abrir los ojos, a una sociedad, que pone sus miras en otros modelos empresariales, propios de sistemas de servicios, donde lo importante no es poseer sino acceder al beneficio. El mercado est donde estn sus clientes, y si estos migran hacia nuevos modelos econmicos, el mercado lineal deber hacer lo propio.

    Urbanizacin: cualquier materia o sustancia en altas concentraciones se convierte en un veneno, y nada se encuentra en la actualidad ms concentrado que las personas en las ciudades. El frentico ritmo de urbanizacin constante, para dar cobertura a una poblacin creciente,

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    supone una tremenda carga para el sistema, con una serie de costes asociados que el actual sistema econmico no podr soportar, a no ser que adopte un enfoque circular, entendiendo la urbanizacin como una oportunidad para una mayor densidad de entrega y recogida de materias primas secundarias (residuos), una logstica ms sencilla y una escala de trabajo mayor.

    Crecimiento exponencial de residuos: en la actualidad la generacin de basura, crece a un ritmo superior, incluso que el de la urbanizacin. Cuanto mayor es el proceso de urbanizacin, el consumo de materias inorgnicas (plstico, papel, vidrio y aluminio) aumenta, mientras que el consumo de materia orgnica disminuye. Un ejemplo muy grfico de este fenmeno, lo encontramos en la venta de fruta pelada. Una persona que camina por alguna zona rural y le apetece una naranja, tras consumirla deja como residuo tan solo la mondadura de la misma. En cambio, una persona que pasea por algn centro comercial, y le apetece una naranja, compra un vasito de gajos pelados, desechando un vasito de plstico tras acabar con los gajos. A medida que se da este fenmeno, la produccin de residuos no solo se incrementa, sino que demanda tratamientos ms complejos, e inevitablemente, ms caros. La economa lineal, ha tratado de ocultar este fenmeno, con estrategias evasivas, que solo han dado lugar a daos colaterales, como el traslado y acumulacin sin control de residuos hacia pases en vas de desarrollo, violando la prohibicin establecida en la Convencin de Basilea (1992) de exportar residuos peligrosos a terceros pases. Dar un tratamiento a los residuos acorde a las exigencias de la sociedad del bienestar y calidad ambiental, va a suponer un sobrecoste exponencial para los modelos

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    lineales, a todas luces insostenibles, y que est provocando que incluso ya hoy en da, se venga hablando en deter-minados crculos de que el trfico de residuos electrnicos mueve ms dinero que el trfico de droga.

    Aunque es un paradigma bien establecido, el modelo lineal, comienza a flaquear ante las poderosas evidencias de su insostenibilidad. Esto facilita que organizaciones y gran-des inversores, comiencen a abandonar el barco, en pro, de un modelo ms atractivo en trminos econmicos, sociales y ambientales.

    Adems, no deja de resultar paradjico, que el hecho de que los principales problemas que segn la comunidad cientfica aquejan a la Humanidad coinciden con los identificados por el Foro Econmico Mundial. Aunque si bien, las estrategias e instrumentos que unos y otros plantean para hacerles frente son muy diferentes, esto no hace sino certificar, que el problema es real y una seria amenaza para la humanidad.

    Cules son los minerales crticos y estratgicos? Los recursos minerales son esenciales para toda

    civilizacin. Baste pensar en que buena parte de nuestra historia se define en base a determinado tipo de material, la edad del hierro, del cobrey la poca actual no es una excepcin. La sociedad moderna se define por el uso que hacemos de determinados recursos minerales, algunos con serios riesgos de suministros y ambientales, lo que ha dado lugar a las categoras de minerales crticos y estratgicos.

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    Un mineral se denomina crtico cuando el riesgo de que se produzca escasez en el suministro de ese mineral y el impacto de esa escasez sobre la economa, es mucho mayor que el de cualquier otra materia prima. Si adems dicho riesgo tiene implicaciones polticas, nos encontramos ante un mineral estratgico. Todo mineral estratgico es crtico, pero no todo mineral crtico es estratgico.

    La consideracin de crtico no es permanente, de hecho materiales crticos en pocas ancestrales, como es el caso del cobre, en la actualidad ya no lo son, debido a la evolucin de las tecnologas de produccin y el desarrollo de nuevos productos. Por tanto, lo que determina el grado de criticidad es la importancia del mineral y su disponibilidad. Por as decirlo, cuanto ms complejo y costoso resulte sustituir un mineral por otro, en un proceso industrial, ms crtico es ese mineral para ese determinado uso y en consecuencia, mayor es el impacto de la restriccin del suministro de ese mineral.

    El control de la produccin de estos minerales es crucial, no solo desde el punto de vista productivo, sino tambin como herramienta de presin por parte de los pases productores. Debemos tener en cuenta que China en la actualidad produce el 80% de los metales raros del planeta. Hace apenas unos aos, rozaba una cuota del 97%, lo que coloca a China en una posicin de fuerza, que no duda en aprovechar, como en 2010 cuando las autoridades chinas decidieron suspender la exportacin a Japn de algunos minerales en represalia por el apresamiento del patrn de un pesquero chino.

    Ya hemos vivido suficientes situaciones similares en el pasado como para saber cmo acaban. Sin ir ms lejos, puede que ahora mismo, pensar en usar bombas atmicas

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    para extraer petrleo nos parezca una locura, pero no hace mucho, en Rusia, ante la gran demanda de crudo, se llevaron a cabo proyectos de extraccin usando bombas nucleares. Una actividad que no quedo en un hecho aislado, pues hay constancia de hasta 7 lanzamientos de bombas. Cuando ests dispuesto a lanzar una bomba nuclear para conseguir mate-rias primas, queda claro que estas dispuesto a conseguirlas a toda costa, lo que invita a la reflexin sobre el potencial peligro de concentrar los recursos minerales en unos pocos pases.

    Esta situacin ha sido constatada por la Unin Europea que estableci un listado de minerales como crticos al superar los lmites de seguridad establecidos tanto en la consideracin de su importancia, como en el riesgo de suministro y ambiental. Tras catalogarlos, la UE se puso manos a la obra, para reducir la dependencia de estos minerales, desarrollando estrategias de innovacin para la sustitucin de los mismos, como por ejemplo, los trabajos con hormign textil, donde el empleo de fibras textiles reduce la demanda de acero y de cemento, con idnticos resultados al tradicional hormign armado.

    Cambio Climtico y Economa Circular. Podemos ver como a lo largo de la historia de la

    humanidad, son muy comunes los momentos, donde un progreso global, supone un perjuicio a nivel de individuo, y no por ello hemos dejado de evolucionar como especie. Este es un fenmeno que se ha dado, ya desde nuestros orgenes, como por ejemplo, cuando dimos el paso a la posicin erguida. Un ser bpedo, es un ser que libera sus manos para

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    realizar tareas ms complejas. Sin embargo, esta ventaja no fue gratuita, pues exigi el pago con dolores de espalda y tortcolis, pero sobre todo, con problemas de parto. Caminar erguido requiere de caderas ms estrechas, lo que implica un canal de parto ms reducido. Caderas ms estrechas con bebes de mayor capacidad craneal, es una mala combinacin, que no puede tener otra consecuencia directa que un parto de riesgo. De ah, que las mujeres que daban a luz antes, cuando el cerebro y la cabeza del nio eran todava relativamente pequeos y flexibles, tenan menores proba-bilidades de riesgo. De este modo, la seleccin natural, impuso el parto prematuro, con bebes altamente depen-dientes, lo que podemos calificar como un perjuicio individual.

    A pesar de este perjuicio individual, nadie critica la jugada evolutiva, es decir, nadie est dispuesto a cambiar todo lo que ha implicado el uso de nuestras manos, por corretear a las pocas horas de nacer, como hara cualquier mamfero. Con la economa circular, nos encontramos ante uno de estos momentos de progreso de la humanidad/perjuicio individual. La transicin a una nueva economa va a liberar nuestras manos en cuanto a nuevas operaciones de mercado y produccin industrial, a costa de un perjuicio individual de algunos sectores concretos que van a perder su inde-pendencia, como por ejemplo las industrias ligadas a los combustibles fsiles. Entonces qu podemos hacer? Estancamos el progreso de la humanidad por no asumir un perjuicio individual, o por el contrario, y al igual que nuestros ancestros, suplimos la falta de independencia con una estrategia a largo plazo, cubierta por madres protectoras. Yo apostara por lo segundo, con las administraciones,

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    ejerciendo de madres protectoras, amamantando a los sectores que puedan verse en peligro ante la transicin. Siempre, dejando claro que hablamos de proteccin y no de sobre-proteccin, es decir, liberar las manos compensa, si el recin nacido tarda un ao en andar, no si lo amamantamos hasta los treinta y pico aos en el hogar familiar. Luego, ayudas a la transicin s, pero como atenuante de la falta de ajuste, no como ayuda permanente, sobre todo, porque hablamos ya en muchos casos de sectores burbujas, como las inversiones en combustibles fsiles, una actividad que tarde o temprano pinchar, pues es un claro caso de incom-patibilidad con el futuro. Se trata pues de ayudar a sectores que no pueden asumir el coste inmediato de incorporar nuevas tecnologas ms limpias, y no de compartir la carga de fondos de inversores de activos fsiles, que acabarn convirtindose en activos descontados o stranded assets como primer paso para acabar como activos txicos.

    Estamos pues ante un nuevo punto de inflexin para el progreso, que al igual que otras tantas veces, viene acelerado por una amenaza o riesgo. Si comenzamos a caminar erguidos por el temor a no ver a nuestros depredadores al pasear por la sabana, el peligro en el que en esta ocasin debemos poner nuestra mirada, responde al nombre de Cambio Climtico.

    El Cambio Climtico es ese fenmeno disruptivo, capaz por s solo de cambiar el orden de las cosas, que ha despertado conciencias para hacer lo que en cualquier caso habra que hacer, cambiar el sistema energtico y el modelo de produccin y consumo, descarbonizar y para ello des-energizar y desmaterializar la economa.

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    Es innegable, que afrontar el Cambio Climtico supondr un alto coste, sin embargo, no es menos cierto que no hacerlo, conllevara un coste an mayor. A menudo infravaloramos la influencia del clima en nuestras vidas. Pensemos por ejemplo en la civilizacin romana, una civilizacin suficientemente estable en el tiempo, como para tener registros histricos amplios, y lo bastante parecida a la nuestra como para servir de referente. Puede que nuestro ego, nos lleve a pensar que todo su sino fue producto de grandes mentes y dementes, atribuyendo la ampliacin del imperio a grandes estrategas como Julio Cesar y la cada del mismo a mentes perturbadas como Calgula o Nern. Y sin duda un historiador militar encontrara argumentos para ello o un psiclogo hara lo propio para justificar segn que comportamientos de emperadores, pero un climatlogo encontrara la respuesta a todo en su conjunto, pues delimitara con gran precisin los periodos de grandes conquistas, los periodos de excentricidades y los de revoluciones sociales, y para ello no tendra ms que mostrarnos una grfica del clima, por la sencilla razn de que periodos de climas clidos permitan esquivar las nieves en el avance hacia Europa, los periodos de clima estable se traducan en buenas cosechas, lo cual incrementaba el poder del emperador, favoreciendo conductas ociosas y excn-tricas, y los periodos climticos extremos se corresponden con tiempos de hambruna, lo que suele acabar en cruentas revoluciones sociales.

    Luego, es evidente que el clima, es un factor clave, que incluso hoy, supone un gran coste de forma indirecta en la resolucin de conflictos varios. Cuando el presidente Macron vinculo la lucha contra el terrorismo islmico con el

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    Cambio Climtico, no andaba muy desencaminado, pues son bastantes las evidencias en este sentido. Por ejemplo un clima ms clido y seco en Afganistn tiene dos conse-cuencias bastante influyentes en el contexto mundial. Por un lado, uno de los pocos cultivos de la zona que se ha adaptado bien a la nueva situacin climtica, es el de la amapola, que posteriormente se utiliza para la produccin de opio. Lo que reduce las posibilidades de los agricultores; o ves tus campos marchitar, o los siembras de opio y caes en el control de las mafias de trfico de opio, que no dudarn en reclutar a los ms jvenes como forma de pago por sus servicios de logstica. A todo esto, hay que aadir, que un clima clido y seco, acorta los tiempos de lucha. Si