¡ SÉ LIBRE ¡

Mi mensaje no trata sobre lo que podrías hacer en este mundo, ni sobre tu vecino, la política mundial o la economía. Mi mensaje trata de ti. Sólo de ti.

Te has olvidado de ti mismo.

Yo voy por todo el mundo recordando a la gente quiénes son, quién eres tú, ese ser a quien se le ha dado la oportunidad de estar vivo.

Lo que necesitamos en nuestras vidas es comprender lo que se nos ha dado. Juzgamos nuestra vida por la cantidad de problemas que

tenemos, y rezamos: “Libérame de mis problemas”. Pero nunca damos las gracias

por lo que se nos ha dado.

Si comprendiésemos lo que tenemos, entenderíamos que nuestros problemas son triviales. Vienen y se van. Llegan como una mosca y lo único que tienes que hacer es

dejar que se vayan.

Pero no lo comprendemos, y forcejeamos.

Luchamos para liberarnos…

No necesito forcejear para darme cuenta de mi libertad.

Dentro de mí, dentro de ti, hay una luz tan brillante que nunca más tendrás que estar en la oscuridad.

Y eso tan majestuoso que hay dentro de ti es inmutable.

¿Dónde está la libertad? La libertad está dentro de ti.

¿Dónde está la alegría?. La alegría está en tu interior.

La gente quiere plantar árboles de alegría, plantar recuerdos para poder estar alegres.

Pero la alegría es algo nuevo cada día, como un manantial claro y cristalino que fluye desde lo más profundo de un ser humano.

Tú eres el pozo. Y de ese pozo fluye el manantial de la claridad. La claridad, la alegría, la sencillez, son bellos ángeles que residen en tu interior.

Son tus compañeros, pero quizás tú no lo sabes.

Nunca te han presentado a la claridad que hay dentro de ti, a la sencillez que hay en tu interior, a esa belleza que

reside en ti.

Cuando eres, el viaje de la vida empieza, no acaba.

Comprendes que no tienes por qué sentirte confuso, que no tienes por qué estar triste, que no necesitas vivir en la

duda.

Hay un plan en todo esto. Y según ese plan, tú estás aquí.

La vida está teniendo lugar. Un día no lo hará y terminarán tus problemas. Nadie te molestará nunca más. Ya no

estarás aquí para que puedan hacerlo.

La gente vendrá y, por fin, dirá cosas buenas de ti.

Pero tú no podrás oírlas. Todo se habrá acabado.

Cuando la gente escucha esto se preocupa, pero quien es sabio empieza a darse cuenta de lo valiosa que es la oportunidad de estar vivos.

No deberías sentirte preocupado, deberías estar agradecido por tener esta vida.

La satisfacción interior está ahí. Nunca se va.

Lo único que tienes que hacer es volverte hacia dentro.

En esta vida no tienes por qué divagar. No necesitamos ir por ahí confundidos.

No tenemos por qué preguntarnos: “¿De dónde vine?, ¿Adónde voy?, ¿Qué estoy haciendo aquí?”.

Todo ese preguntarse se debería transformar en saber.

Tendrías que saber. Saber dónde estás.

Conocer lo que se te ha dado. Conocer la verdad sobre ti.

Yo no estoy aquí para cambiar tu religión. Sigue la religión que quieras. No estoy aquí para enseñarte otras cosas. No estoy aquí para que aprendas a intentar volar.

Estoy aquí para enseñarte a reconocer tu verdadero ser. Eso es todo.

Texto: Prem Rawat

Adaptación libre:Luis Pérez Ponce

2009