001 DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES …...Derecho a la vivienda: Rafael Uzcátegui,...

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Resumen Informe Anual Provea enero / diciembre 2019

Situación de los Derechos Humanos en Venezuela

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Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea)Tienda Honda a Puente Trinidad, Bulevar Panteón, Edif. Centro Plaza Las Mercedes, P.B. Local 6, Parroquia Altagracia, Municipio Libertador. Caracas, Venezuela. Zona Postal 1010A.Telf: (0212) 860.66.69 / 862.10.11 / 862.53.33Correo electrónico: [email protected] web: www.derechos.org.veInstagram: proveaongTwitter: @_ProveaFB: Provea

Patrocinios:Open Society FoundationsAlboanKatholische Zentralstelle für Entwicklungshilfe e. V. / Misereor

Edición y distribución: ProveaDepósito Legal: DC2020001371ISSN: 0798-2897ISBN: 978-980-6544-63-5RIF: J-00309122-7Caracas, diciembre de 2020.Fotografía de portada: Sergio GonzálezInfografías: Walther SorgDiseño, diagramación y montaje: Lucas GarcíaImpresión: Impresos Minipres

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Resumen Informe Anual enero / diciembre 2019

Situación de los Derechos Humanos en Venezuela

El presente Informe está dedicado al Dr. Pedro Antonio Nikken Bellshaw, abogado, defensor de derechos humanos, ex presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Jurídicas e integrante de la Asamblea de Provea. De la mano de Pedro Nikken comprendimos mejor día tras día la importancia del diálogo y la negociación como una labor en la promoción y defensa de los derechos humanos y la búsqueda de la justicia.

Fue un alentador permanente del diálogo, las salidas pacificas a los conflictos y la inclusión como factor esencial para la convivencia y la vida en democracia.

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EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

Balance: Marino Alvarado e Inti RodríguezContexto: Marino Alvarado, Rafael Uzcátegui, y Carlos PatiñoDerechos Económicos, Sociales y Culturales Derecho a la alimentación: Yngrid Candela doctora en Nutrición, docente Investigadora CENDES / UCVDerecho a un ambiente sano: Jorge Padrón, Asociación Civil Ecológica y Social ChunikaiDerecho a la educación: Olga Villasmil y Marino Alva-rado, activistas de DDHHDerechos laborales: Oscar Murillo, Comunicador Social y Carlos Patiño, activistas de DDHHDerechos de los pueblos indígenas: Lexys Rendón, activistas de DDHH, integrante de la ONG Laboratorio de PazDerecho a la salud: Jo D´Elia, sociólogo y activista DDHHDerecho a la seguridad social: Pilar Desirée González, socióloga, activista de DDHHDerecho a la tierra: Rodolfo Montes de Oca, abogado, activista de DDHHDerecho a la vivienda: Rafael Uzcátegui, sociólogo, activista DDHHDerechos Civiles y PolíticosDerecho a la integridad personal: Inti Rodríguez, activista de DDHHDerecho a la justicia: Organización Acceso a la JusticiaDerecho a la libertad personal: Keymer Ávila,

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abogado y Thais López, asistente de investigaciónDerecho a la participación: Deborah Van Berkel, educadora, activista de DDHHDerecho a la vida: Inti Rodríguez, Marino Alvarado y Raxzenit Hurtado, asistente de InvestigaciónRespuestas OrganizativasGestiones ante organismos internacionales: Juderkis Aguilar, activista de DDHHOrganismos nacionales de DDHH: Gabriela Buada Blondell, comunicadora socialInforme Especial: Inti Rodríguez.Equipo corrector: Inti Rodríguez, Marino Alvarado, Pilar Desirée González y Clara LinaresDiagramación Digital: Sergio GonzálezDiagramación Resumen Ejecutivo: Lucas García

Provea agradece a todas las personas organizaciones e instituciones que hicieron aportes para las investigaciones.

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ÍNDICE

Prólogo

I. Contexto Resumen Ejecutivo por derechos. Informe completo en:www.derechos.org.ve

II. Derechos Económicos, Sociales y Culturales Derecho a la alimentación Derecho a un ambiente sano Derecho a la educación Derechos laborales Derechos de los pueblos indígenas Derecho a la salud Derecho a la seguridad social Derecho a la tierra Derecho a la vivienda

III. Derechos Civiles y PolíticosDerecho a la integridad personal Derecho a la justicia Derecho a la libertad personal Derecho a la participaciónDerecho a la vida

IV. Gestiones ante organismos internacionales

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V. Organizaciones nacionales de DDHH: Respuestas organizativas

VI. Informe Especial: Venezuela: crecen los abusos y se consolida el terrorismo de Estado

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Un año más se ha cerrado en Venezuela sin las esperan-zas de una pronta recuperación de la crisis humanitaria que ha venido acechando al país durante los últimos años. Un año más se cierra sin cifras alentadoras que nos demuestren una disminución en las continuas violaciones a los derechos humanos que afectan todos los sectores de la sociedad venezolana. Un nuevo período se cierra don-de la institucionalidad y el Estado de Derecho se sigue quebrantando, día tras día. Estas son las conclusiones a las que podemos arribar tras la revisión del informe 2019 del Programa Venezolano de Educación-Acción en Dere-chos Humanos (Provea), que brinda, con detalles y una minuciosa documentación, un contexto desolador y de necesidades continuas y urgentes.

En efecto, el informe 2019 pone en evidencia un continuo debilitamiento de la institucionalidad demo-crática, de la mano con la profundización de la crisis humanitaria y la continua violación de derechos hu-manos de distinta naturaleza. Con crecientes protestas por la demanda del goce efectivo de derechos civiles y políticos, así como la demanda de servicios básicos para la población, el informe denota, por un lado, una recu-peración de la capacidad de convocatoria por parte de la sociedad civil y, por otro, una preocupante represión de las movilizaciones, que pone en evidencia una práctica de uso excesivo de la fuerza por parte de los funciona-rios encargados de hacer cumplir la ley (FEHCL), inclu-yendo las FAES, como ha destacado la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACDHNU) en su informe de julio 2019. En ese sentido, resulta fundamental que, en el 2020, las ma-nifestaciones puedan conducirse de modo pacífico y que los FEHCL respeten cabalmente los principios sobre uso de la fuerza.

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Junto con la criminalización de la protesta, la suspen-sión del ejercicio de ciertos derechos también ha puesto la mira sobre las condiciones y los requisitos legales para dicha suspensión, los cuales deben ajustarse a los criterios de legalidad, causa legítima, y necesidad en una sociedad democrática. Este requisito nos obliga a un es-tricto monitoreo de la situación en el año 2020, donde la declaratoria de un estado de emergencia “permanente� frente al desafío del COVID-19 podría dar lugar a la sus-pensión � o violación- de derechos, fuera de los estánda-res internacionales aplicables para situaciones de emer-gencia. Asimismo, el informe de Provea de 2019 arroja también una constatación ineludible: la interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos, lleva a que, frente a una dimensión multifacética de la crisis huma-nitaria (o las diversas crisis) en Venezuela, se agrave aún más el escenario. En efecto, aquella situación de “graves violaciones de los derechos humanos en el contexto de una cri-sis política, económica, social y humanitaria, como denominó el Consejo de Derechos Humanos en el 2018, ha continua-do a lo largo del año 2019.

Finalmente, el 2019 arrojó un contexto de una relación entre corrupción y violaciones a los derechos humanos que resulta cada vez más intrínseca e indisociable, lo cual resulta de suma gravedad en un país que, según Trans-parencia Internacional, se ubica en el quinto lugar más bajo a nivel global en cuanto a índices de corrupción en el sector público (173 de 180 países analizados). Así, esta relación no sólo denota un fenómeno que agrava la comi-sión de estas violaciones, sino que, a menudo, constituye la causa detrás de las mismas.

Ello dicho, frente a este escenario desolador, cabe des-tacar dos aspectos esperanzadores. En primer lugar, la creación y consolidación, en el 2019, de distintos mecanis-mos internacionales que apuntan a analizar, documentar

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y/o investigar graves violaciones a los derechos humanos, y poder dar respuestas a corto, mediano, y largo plazo a la crisis por la que atraviesa el país. Estos mecanismos incluyen la Misión de Determinación de Hechos, estable-cida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU; un nuevo mandato a la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC); y el Mecanismo Especial de Seguimiento para Venezuela (MESEVE), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), los cuales se unen al impor-tante trabajo que ha venido siguiendo en los últimos años tanto la Comisión de Encuesta de la Organización Inter-nacional del Trabajo (OIT), como la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), en el marco de su Examen Pre-liminar en Venezuela (abierto desde febrero 2018).

Respecto a este último espacio, debemos hacer hinca-pié en el reciente Informe Anual sobre Exámenes Prelimi-nares de la Fiscalía de la CPI, de diciembre 2019, donde, en su capítulo sobre Venezuela, indica que la Fiscalía es-taría avanzando hacia una nueva Fase del Examen Preli-minar a inicios del 2020, procediendo al análisis en mate-ria de admisibilidad, donde se evaluará tanto las medidas nacionales a la luz del principio de complementariedad, como la gravedad de los presuntos crímenes de lesa hu-manidad cometidos en el país desde el año 2014. Es nece-sario subrayar que este último mecanismo no sólo brinda luces en materia de documentación de graves violaciones a los derechos humanos (concretamente, en materia de crímenes internacionales), sino que, sobre todo, significa una importante respuesta en materia de responsabilidad penal en caso se proceda a la apertura de una investiga-ción formal,clave frente a la ausencia de respuestas a nivel interno en un contexto de impunidad generalizada, producto de un Poder Judicial que carece de independen-

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cia y está marcado por la corrupción, como ha indicado la OACNUDH en su informe de julio de 2019.

El segundo aspecto esperanzador que se debe desta-car es la continua y activa participación de la sociedad civil venezolana, tanto dentro como fuera del país, pese a los diversos desafíos a los que se sigue enfrentando. Ésta incluye a organizaciones no gubernamentales, líderes sociales, sectores de la academia, entre otros. Estamos ante una sociedad civil que se enfrenta a amenazas cons-tantes y a desafíos de diversa índole, desde ataques a la libertad de información y expresión, obstáculos para la inscripción y recepción de financiamiento, e incluso aten-tados contra la vida, integridad y libertad de quienes la conforman. La situación de los y las defensores y defen-soras de derechos humanos resulta de particular preocu-pación. Ante ello, la sociedad internacional debe seguir apostando por una defensa inquebrantable de los y las defensores y defensoras de los derechos humanos en Ve-nezuela. Para ello, resulta fundamental exigir el respeto a sus derechos, así como apoyar su trabajo, difundir sus informes, asistir en la protección de su documentación, brindar capacitación técnica continua, adoptar medidas urgentes de protección cuando sean requeridas, entre otras medidas.

El Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos no es ajeno a estos desafíos. El tra-bajo de documentación y defensa que han venido rea-lizando en las últimas tres décadas ha colocado a esta organización como un estandarte de seriedad, indepen-dencia y dedicación dentro de la sociedad venezolana. Su capacidad para alzar la voz y realizar incidencia a nivel regional y global, en diversas plataformas y foros multilaterales, nos obliga a abordar con suma responsa-bilidad, humildad y compromiso las conclusiones de este informe.

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Lima, abril de 2020Michelle Reyes*Coordinadora Regional para las Américas, Coalición

por la Corte Penal Internacional. Profesora Ordinaria, Facul-tad de Derecho, Pontificia Universidad Católica del Perú

Las opiniones vertidas en este texto son de plena responsabilidad de la autora y no comprometen ni a la Coalición por la Corte Penal Internacional, la cual mantiene una posición de neutralidad frente a todo Examen Preliminar e investigación que llega a la Corte Penal Internacional, ni a la Pontificia Universidad Católica del Perú.

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Desde una perspectiva de derechos humanos, el año 2019 en Venezuela se caracterizó por la profundización del de-bilitamiento de la institucionalidad democrática, la con-tinuación de la crisis de los servicios básicos, una amplia protesta social y, por último, la visita a Caracas de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Dra. Michelle Bachelet. La falta de voluntad gubernamental para revertir estas situación motivó la ac-tivación de tres mecanismos de protección internacional para monitorear la situación de los derechos humanos en Venezuela: La Misión de Determinación de Hechos desig-nada por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, un nuevo mandato a la Oficina de la Alta Comi-sionada enfocado en DESC, y el Mecanismo Especial de Seguimiento para Venezuela (MESEVE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esto, aunado al avance de la Comisión de Encuesta de la Organización Internacional del Trabajo y el Examen Preliminar de la Corte Penal Internacional, ambos mecanismos activados desde 2018.

Crisis democráticaEl proceso electoral del 20.05.18, en el cual se anunció que Nicolás Maduro fue elegido para un segundo perío-do presidencial, fue calificado por Zeid Ra’ad Al Hus-sein, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos para el momento, como votaciones que no cumplieron con las condiciones mínimas para ser con-sideradas libres y aceptables1. Una evaluación negativa similar fue realizada por el Grupo de Lima, quienes afir-maron que “carece de legitimidad por no haber contado con la participación de todos los actores políticos vene-zolanos, ni con la presencia de observadores internacio-nales independientes, ni con las garantías y estándares

1 Noticias ONU: Venezuela no reúne las “condiciones mínimas” para unas elecciones libres y creíbles https://news.un.org/es/story/2018/03/1428522

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internacionales necesarios para un proceso libre, justo y transparente”2. Aunque estas elecciones se realizaron 7 meses antes del plazo acostumbrado, la promulgación de Nicolás Ma-duro sí respetó la fecha establecida por la Carta Magna, el 10.01.19. Por primera vez desde 1958, una persona sería juramentada presidente de la República luego de un fraude electoral, con lo que la crisis institucional en el país alcanzaba un nuevo hito de gravedad. En un comunicado divulgado dos días antes, Provea sostenía que Nicolás Maduro había perdido legitimidad de des-empeño en su primer período como presidente de la República y que, a partir del 10.01.19 tampoco tendría legitimidad de origen, recordando lo establecido en el artículo 138 de la Constitución Nacional: “toda autori-dad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”. Sobre el camino a seguir, Provea opinó: “La Constitución no prevé los mecanismos a seguir ante la instalación de un gobierno de facto consecuencia de un fraude electoral. Cualquier iniciativa para lograr la transición a la demo-cracia debe promover la realización de elecciones libres, creíbles, y con garantías para la libre participación política mediante el sufragio de todos los electores y organizaciones, que restablezcan a corto plazo la plena vigencia de la Carta Magna de 1999. Para ello, la Asam-blea Nacional juega un rol fundamental como el único poder público legitimado por el pueblo para conducir este proceso (negritas nuestras)”3. El Grupo de Lima, en su comunicación del 07.01.19, coincidía en el protago-

2 Grupo de Lima: Declaración del Grupo de Lima sobre el 10E y la crisis política en Venezuela https://www.derechos.org.ve/actualidad/declaracion-del-grupo-de-lima-sobre-el-10e-y-la-crisis-politica-en-venezuela3 Provea: Provea frente al 10 de Enero: Toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos https://www.derechos.org.ve/actualidad/provea-frente-al-10-de-enero-toda-autoridad-usurpada-es-ineficaz-y-sus-actos-son-nulos

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nismo de la Asamblea Nacional para abordar la usurpa-ción de la primera magistratura: “Instan a Nicolás Ma-duro a no asumir la presidencia el 10 de enero de 2019 y a que respete las atribuciones de la Asamblea Nacional y le transfiera, en forma provisional, el poder ejecutivo hasta que se realicen nuevas elecciones presidenciales democráticas”. Por su parte la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alertó que la asunción de un nuevo mandato por parte de Nicolás Maduro pro-fundizaría el debilitamiento institucional en Venezuela4.

El 23.01.19 la Asamblea Nacional (AN) convocó a la reali-zación de una protesta nacional. Según se pudo verificar, el movimiento ciudadano era policlasista y trascendía la antinomia chavismo-antichavismo para ubicarse en la tensión democracia versus dictadura5. En medio de la multitudinaria movilización en Caracas, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, asumió de manera provisional las competencias del Poder Ejecutivo con tres objetivos: 1) Presionar por el cese de la usurpación del poder presidencial, 2) Convocar a elecciones en el menor tiempo posible y 3) Recuperar a corto plazo la plena vi-gencia de las garantías constitucionales presentes en la Carta Magna de 1999. Si bien la situación derivada luego del 10.01.19 no podía abordarse jurídicamente sino de manera política desde la Asamblea Nacional, el mecanis-mo seleccionado -una juramentación frente a una reunión pública calificada de cabildo abierto, sin la presencia de la totalidad de la directiva del hemiciclo parlamentario

4 CIDH: Ante la asunción de un nuevo mandato presidencial, la CIDH alerta sobre la profundización del debilitamiento del Estado de Derecho en Venezuela https://www.derechos.org.ve/actualidad/ante-la-asuncion-de-un-nuevo-mandato-presidencial-la-cidh-alerta-sobre-la-profundizacion-del-debilitamiento-del-estado-de-derecho-en-venezuela5 Un ejemplo fue que en la tarima central de la concentración opositora en Caracas uno de los oradores fue Sergio Sánchez, cercano al ex ministro Miguel Rodríguez Torres, en representación del “chavismo disidente” https://www.derechos.org.ve/actualidad/analisis-que-paso-en-venezuela-el-23-de-enero-de-2019

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generó críticas por ser un procedimiento de por sí in-usual y extraordinario. La decisión de la AN tuvo dos consecuencias inmedia-tas. La primera fue el desconocimiento, por parte de una serie de países, de la legitimidad del gobierno de Nico-lás Maduro y, paralelamente, el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela. Para el 08.02.19 una cantidad de 48 países habían avalado la decisión de la AN. Por orden alfabético, estos países fueron: Albania, Alemania, Andorra, Argentina, Aus-tria, Bahamas, Bélgica, Brasil, Bulgaria, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Croacia, Dinamarca, Ecuador, Eslovenia, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Georgia, Guatemala, Haití, Honduras, Hungría, Irlanda, Islandia, Kosovo, Letonia, Lituania, Luxem-burgo, Macedonia, Malta, Montenegro, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Reino Uni-do, República Checa, República Dominicana, Rumanía, Suecia y Ucrania6.

La segunda secuela fue la recuperación de la capaci-dad de convocatoria a movilizaciones de calle por parte de los sectores democráticos por la demanda de derechos civiles y políticos (DCP). Según el Observatorio Venezo-lano de Conflictividad Social (OVCS) durante el año 2018 el 11% del total de protestas fue por la exigencia de DCP7, mientras que para el año siguiente, el 2019, aumentó a 42%8. La propia manifestación del 23.01.19 movilizó, se-gún el conteo realizado por Provea, concentraciones en 60 6 Transparencia Venezuela: Más de 50 países reconocen a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela https://spark.adobe.com/page/zUV2foivMHlfy/7 Observatorio Venezolano de Conflictividad Social: Conflictividad Social en Venezuela 2018 https://www.observatoriodeconflictos.org.ve/tendencias-de-la-conflictividad/conflictividad-social-en-venezuela-20188 Observatorio Venezolano de Conflictividad Social: Conflictividad social en Venezuela en 2019 https://www.observatoriodeconflictos.org.ve/tendencias-de-la-conflictividad/conflictividad-social-en-venezuela-en-2019

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ciudades y pueblos del país. Las siguientes movilizacio-nes se realizaron el 02.02.19 y el 12.02.19 con 72 protestas en todo el país, según conteo propio9. La respuesta de las autoridades frente a las acciones pací-ficas de calle fue la represión. El 25.01.19 la CIDH realizó un pronunciamiento sobre los fallecidos en el contexto de manifestaciones, que según sus datos habían ocasionado la muerte de al menos 26 personas en 8 estados del país desde las movilizaciones que comenzaron el 21 de ene-ro10. En similares términos se refirió la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, quien “llamó a realizar una investigación efectiva de los actos que han provocado numerosas muertes y lesiones (…) e instó a todas las partes a iniciar inmediatamente un diálogo que permita distender el clima de enfrentamiento”11. El 29.01.19 la cantidad de 86 ONG solicitaron la liberación de niñas, niños y adolescentes detenidos arbitrariamente en el contexto de manifestaciones pacíficas, a raíz de la decisión de la juez Ediluz Guédez, del Tribunal 1° de Control del Adolescente, de dictar medida de privación de libertad a 11 personas, entre 12 y 16 años, por haber participado en la jornada del 23 de enero en Yaracuy12.

9 Provea: 72 protestas en toda Venezuela ratificaron rechazo mayoritario a Nicolás Maduro este 12 de febrero https://www.derechos.org.ve/actualidad/72-protestas-en-toda-venezuela-ratificaron-rechazo-mayoritario-a-nicolas-maduro-este-23feb10 Comisión Interamericana de Derechos Humanos: CIDH condena muertes en protestas y llama a las instituciones del Estado a garantizar los derechos humanos de la población venezolana https://www.derechos.org.ve/actualidad/cidh-condena-muertes-en-protestas-y-llama-a-las-instituciones-del-estado-a-garantizar-los-derechos-humanos-de-la-poblacion-venezolana11 Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos: Venezuela: Bachelet condena las muertes e insta a las partes a actuar con moderación y entablar el diálogo para frenar la espiral de la crisis https://www.derechos.org.ve/actualidad/venezuela-bachelet-condena-las-muertes-e-insta-a-las-partes-a-actuar-con-moderacion-y-entablar-el-dialogo-para-frenar-la-espiral-de-la-crisis

12 Comunicado: 86 Organizaciones de DDHH exigen la libertad de

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Según la CIDH entre el 21 y 31 de enero habían sido dete-nidas 943 personas, en al menos 22 estados, por ejercer su derecho a la protesta13.

La estrategia de las protestas pacíficas era aprove-char la ilegitimidad de origen de Nicolás Maduro y el desconocimiento internacional a su rol presidencial para promover la ruptura de la coalición dominante, especí-ficamente a lo interno de las Fuerzas Armadas. Con este objetivo se convocó a una nueva movilización nacional el 23 de febrero en las inmediaciones de las instalaciones militares. Sin embargo, para esta fecha se agregó un ele-mento adicional que transformó la naturaleza pacífica que la ofensiva democrática había tenido hasta ese mo-mento: El anuncio que donativos de Ayuda Humanitaria serían ingresados, de cualquier manera, por diferentes puntos de la frontera venezolana. Frente a esta intención, 70 ONG venezolanas y 6 ONG internacionales divulga-ron el 21.02.19 un comunicado conjunto para expresar sus preocupaciones por la politización del uso de insumos humanitarios: “Cualquier esfuerzo -expresaron- para proporcionar ayuda humanitaria a la población venezola-na debe organizarse con el fin de maximizar los esfuerzos para llegar a la mayor cantidad posible de personas de una manera que evite hacer daño e independientemen-te de consideraciones políticas”. Rechazando el uso de la fuerza, recordaron los principios humanitarios de neu-tralidad, imparcialidad, independencia, humanidad y no hacer daño14. Miembros del equipo de Provea se las niñas, niños y adolescentes privados arbitrariamente de su libertad https://www.derechos.org.ve/actualidad/86-organizaciones-de-ddhh-exigen-la-libertad-de-las-ninas-ninos-y-adolescentes-privados-arbitrariamente -de-su-libertad13 CIDH: CIDH manifiesta su alarma ante las detenciones en el contexto de las protestas en Venezuela https://www.derechos.org.ve/actualidad/cidh-manifiesta-su-alarma-ante-las-detenciones-en-el-contexto-de-las-protestas-en-venezuela14 Comunicado: Atender las necesidades de la población venezolana sufriente requerirá experiencia técnica y compromiso con principios humanitarios https://www.derechos.org.ve/actualidad/atender-

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desplazaron a la ciudad fronteriza de Cúcuta para ser observadores de la jornada, que incluyó la realización del concierto Venezuela Live Aid para la recolección de fondos humanitarios.

Según las entrevistas realizadas en el terreno, concluyeron:

1) Los containers de ayuda humanitaria no tenían medicamentos ni alimentos, pero sí insumos médicos y kits de higiene personal,

2) No había ningún plan de contingencia para recibir a funcionarios de las Fuerzas Armadas venezolanas que desertaran

3) Los camiones que trasladarían la ayuda humanitaria a territorio venezolano no lo harían de manera voluntaria sino a cambio de una remuneración

4) Los habitantes de la ciudad de Cúcuta mostraban un alto rechazo a la confronta-ción en la frontera.

Por otro lado, en la noche del 22 de febrero, horas antes de la “jornada histórica” como había sido defini-da por sus promotores, el diputado y presidente de la Comisión de Contraloría del Parlamento, Freddy Su-perlano y un familiar, Carlos Salinas, fueron intoxica-dos con escopolamina, “Burundanga”, por dos mujeres desconocidas en un motel de la Autopista Internacional que comunica a Cúcuta con San Antonio. Finalmente, Salinas falleció. Según los medios de comunicación locales los dos funcionarios habían sido víctimas de un las-necesidades-de-la-poblacion-venezolana-sufriente-requerira-experiencia-tecnica-y-compromiso-con-principios-humanitarios

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modus operandi usual en la región. Según el diario La Opinión, dos mujeres les robaron los anillos, los ce-lulares y el dinero en efectivo que portaban y huyeron del lugar15.

El 23.02.19, según las cifras levantadas por Provea, se realizaron 50 movilizaciones en 24 estados del país16 para respaldar el ingreso de la ayuda humanitaria, que fue impe-dido por las autoridades. Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) en 12 estados del país se registraron incidentes que dejaron como saldo 295 heridos, en su mayoría, por heridas de armas de fuego, sustancias tóxicas y tratos crueles, humanos o degradantes17. En el caso del paso fronterizo colombo-venezolano los hechos más graves ocurrieron en el Puente Internacional Francisco de Paula Santander que une al Norte de Santander con Ureña, mientras también se registraron enfrentamientos en el Puente Internacional Simón Bolívar, entre personas que apoyaban el ingreso de los insumos humanitarios, de un lado, y miem-bros de la Guardia Nacional Bolivariana y civiles armados, del otro. Uno de los camiones con ayuda humanitaria fue parcialmente incinerado en los hechos. Un reportaje de The New York Times aseguró que “un cóctel molotov lanzado por un manifestante en contra del gobierno es el causante más probable del incendio”18.

No obstante, las situaciones más preocupantes ocu-15 La Opinión: Diputado venezolano grave y su primo muerto por burundanga https://www.laopinion.com.co/judicial/diputado-venezolano-grave-y-su-primo-muerto-por-burundanga-172004#OP16 Provea: Todo el país se movilizó este 23 de Febrero para apoyar ingreso de ayuda humanitaria al país https://www.derechos.org.ve/actualidad/provea-todo-el-pais-se-movilizo-este-23feb-para-apoyar-ingreso-de-ayuda-humanitaria-al-pais17 OVCS: 295 heridos y 3 muertos deja represión del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela https://www.derechos.org.ve/actualidad/ovcs-295-heridos-y-3-muertos-deja-represion-del-regimen-de-nicolas-maduro-en-venezuela18 Nicholas Casey, Christoph Koettl y Deborah Acosta: ¿Quién fue responsable del incendio de la ayuda humanitaria para Venezuela? https://www.nytimes.com/es/2019/03/10/espanol/america-latina/venezuela-ayuda-incendiada.html

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rrieron en la frontera con Brasil. Una protesta pacífica en Santa Elena de Uairén que exigía permitir el paso de la ayuda humanitaria fue atacada por la Guardia Nacional en las inmediaciones del Fuerte Escamoto. Los hechos dejaron un lamentable saldo de 7 personas asesinadas por las fuerzas de seguridad del Estado entre los días 22 y 23 de febrero. Las víctimas no indígenas fueron: HER-NÁNDEZ José (25), BARRIOS CARRASCO José (22), GONZALEZ Jorge (41), herido el 23.02.19 y fallecido el 03.03.19. Las víctimas Indígenas Pemón: RODRIGUEZ Zoraida (45); PEREZ MARQUEZ José Elsey (20); PEREZ Kliber (24) años, herido de bala el 22.03.2019 y fallecido el 27.02.2019; y GARCIA Rolando (52), herido el 22.03.2019 y fallecido el 02.03.2019. El Hospital Rosario Vera Zurita reportaba al menos 30 heridos, los más graves transfe-ridos a Brasil, estado de Roraima, para un total de 58 personas detenidas entre los días 22 y 23 de febrero. La mayoría de los líderes indígenas huyeron por las trochas hacia Pacaraima, Brasil, mientras que las comunidades pemón decidieron trasladarse masivamente a sus conu-cos en la selva. Tres indígenas que fueron detenidos de-nunciaron que habían sido sometidos a torturas y tratos crueles. Nicodemo Martínez testificó: “Nos golpearon con un palo y nos daban patadas, en la cabeza, en el cuer-po, nos daban corriente y nos bañaron con picante”. Mar-tínez, según testigos, tenía visiblemente un ojo morado. Todos recibieron primeros auxilios en un sitio escondido y fueron sacados por las trochas del país para ser aten-didos en Brasil19. Finalmente, las víctimas fatales aumen-taron a 8 personas cuando el indígena pemón Onésimo Fernández falleció el 10.03.20 luego de haber sido herido el 23.02.19. Tras el ataque, había sido trasladado al Hospi-tal General de Boa Vista, en la capital de estado brasileño de Roraima, donde permaneció 7 meses. La herida de

19 Lexys Rendón: Prohibido olvidar: Masacre de Santa Elena de Uairén. Pueblo Pemón. https://www.derechos.org.ve/actualidad/prohibido-olvidar-masacre-de-santa-elena-de-uairen-pueblo-pemon

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bala le había ocasionado una lesión en la médula espinal. La llamada “Masacre de Santa Elena de Uairén” había elevado a 254 los venezolanos que habían perdido la vida en el contexto de manifestaciones desde el arribo de Ni-colás Maduro al poder (2013). Por otra parte, el 28.02.19 la CIDH otorgó medidas cautelares de protección a favor de indígenas de la etnia Pemón de la comunidad San Francisco de Yuruaní o “Kumaracapay” del Municipio Gran Sabana en el Estado Bolívar, y el defensor indígena baré Olnar Ortiz20. Reforzando el abandono de la estrategia pacífica, Julio Borges, delegado de Venezuela ante el Grupo de Lima, solicitó durante la reunión del ente realizada en Bogotá 3 días después de los hechos, el 26.02.19, un acuerdo para avalar una intervención armada al país, la cual fue rechazada por el cónclave, quien de manera con-sistente había venido pronunciándose a favor de una sa-lida pacífica de la crisis21. Lo que parecía un paso delante de la ofensiva democrática de la Asamblea Nacional, que su presidente fuera recibido y reconocido en una reunión formal del Grupo de Lima, se convirtió en un estruendo-so revés de su diplomacia.

Un decisivo giro insurreccional de la estrategia de movilización de la presidencia de la Asamblea Nacional ocurrió meses después, el 30.04.19, cuando en horas de la madrugada Juan Guaidó, en compañía del dirigente opositor Leopoldo López, rodeados de algunos militares, realizaron un llamamiento a las Fuerzas Armadas en las inmediaciones del aeropuerto de La Carlota en Caracas: “Convoco a todos los soldados, a toda la familia militar, 20 CIDH: CIDH solicita a Venezuela adoptar medidas de protección para indígenas Pemón y un defensor indígena baré https://www.derechos.org.ve/actualidad/cidh-solicita-a-venezuela-adoptar-medidas-de-proteccion-para-indigenas-pemon-y-un-defensor-indigena-bare21 El Mundo: Los países del Grupo de Lima descartan la intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro https://www.elmundo.es/internacional/2019/02/25/5c745631fc6c839a1d8b45fa.html

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a acompañarnos en esta gesta”22, afirmó en un mensaje transmitido por redes sociales, que calificó como el “cese definitivo de la usurpación”. López, quien se encontraba en arresto domiciliario y apareció sorpresivamente en la calle, luego de esta acción pasaría a asilarse en la Embaja-da de España. El llamado a la rebelión de los componen-tes militares no prosperó, por lo que la acción frustrada lesionó la hasta entonces muy alta popularidad de Guai-dó, y erosionó en la región capital su capacidad de con-vocatoria. Según sondeos de la firma encuestadora Da-tanalisis en el mes de febrero de 2019 Guaidó poseía un 61% de aprobación y para abril se cuantificaba en 56%23. Un año después, para febrero de 2020 la evaluación posi-tiva de Juan Guaidó se ubicó en 40.9%24. Crisis de los servicios básicosEl jueves 07.03.19, en horas de la tarde, el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, informaba que en 11 estados del país se había interrumpido el servicio de energía eléctrica. Sin embargo, el apagón terminó por afectar a 22 estados e impedir la comunicación telefónica, por lo que la incertidumbre era total. En el caso de Cara-cas el servicio comenzó a ser restablecido progresivamen-te luego de 48 horas, mientras que en algunos estados del país la situación se alargó durante más de una semana. Nicolás Maduro se dirigió al país el sábado 09.03.19 para afirmar que había ocurrido “un nuevo ataque masivo al sistema eléctrico nacional a través de mecanismos de alta tecnología y complicidad de “infiltrados” internos

22 2001: Juan Guaidó y Leopoldo López se pronuncian rodeados de militares en La Carlota http://www.2001.com.ve/en-la-agenda/206009/juan-guaido-y-leopoldo-lopez-se-pronuncian-rodeados-de-militares-en-la-carlota-.html23 Venepress: LVL y la última encuesta de Datanálisis ¿Cómo están Guaidó y Maduro? https://venepress.com/Pol%C3%ADtica/LVL-habla-sobre-los-resultados-de-la-encuesta-de-Datanalisis155777737747524 Venamcham: Resumen perspectivas económicas 2020. Intervención de Luis Vicente León.

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en la empresa estatal de energía Corpoelec (…) Se trata de “tecnología de alto nivel que solo tiene el Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) (…) producen ataques elec-tromagnéticos contra las líneas de transmisión” e inte-rrumpen sucesivamente el proceso para reconectar las distintas estaciones”25. En un análisis de contexto sobre el “apagón” nacional, Provea afirmaba que “la mezcla de falta de mantenimiento, irregularidades administra-tivas y desprofesionalización de su gestión habrían sido las causantes del apagón del sistema eléctrico, ocurrido en todo el país (…) La respuesta de Nicolás Maduro ha sido insuficiente y podría agravar sus consecuencias”. Varios hospitales denunciaron los efectos del apagón en los servicios médicos. Las cifras de personas fallecidas en los centros hospitalarios por la falta de energía eléctrica fueron dispares: Diosdado Cabello, presidente de la irre-gular Asamblea Nacional Constituyente indicó que 2 per-sonas habían fallecido en hospitales, mientras que Juan Guaidó contabilizó 17 personas26. Sin embargo, ninguna de las vocerías difundió una lista con las personas fallecidas. El apagón del 7 de marzo fue el primero de varios de me-nor intensidad y extensión, que sin embargo reflejaban el nivel de deterioro generalizado en la prestación de servi-cios básicos en el país. El informe divulgado en julio de 2019 por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, resumía sus causas de la siguien-te manera: “El desvío de recursos, la corrupción y la falta de mantenimiento en la infraestructura pública, así como la subinversión, han tenido como resultado violaciones al 25 Telesur: Pdte. Nicolás Maduro denuncia ataque continuado al sistema eléctrico de Venezuela https://www.telesurtv.net/news/venezuela-sabotaje-electrico-nicolas-maduro-20190309-0018.html26 CNN: Oficialistas y opositores difieren en número de muertes a causa del apagón https://cnnespanol.cnn.com/2019/03/10/venezuela-oficialistas-y-opositores-difieren-en-cifras-de-muertos-a-causa-del-apagon/

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derecho a un nivel adecuado de vida, entre otros, debido al deterioro de servicios básicos como el transporte públi-co y el acceso a electricidad, agua y gas natural”27. El deterioro en la prestación de los servicios básicos fue la segunda causa de protestas durante el año 2019. Según datos recopilados por el Observatorio Venezola-no de Conflictividad Social (OVCS) de las 16.739 movili-zaciones totales registradas durante los 12 meses, 5.375 protestas correspondieron a la exigencia de servicios básicos. Al desagregar los datos la mayor cantidad era por la demanda de energía eléctrica, con 2.570 protestas, seguida por la exigencia de agua potable, con 1.777 mo-vilizaciones. En el caso de la luz, el mes de mayor movi-miento fue abril, después de la interrupción nacional del mes de marzo, con 1.030 protestas. En ese mismo mes ocurrieron la mayor cantidad de protestas por agua, con 1.777 registros, mientras que para la demanda de gas el mayor fue el mes de junio, con 197 protestas28. Para el 04.04.19 la cantidad de personas detenidas en protestas por servicios básicos era de 46 ciudadanos. 28 corres-pondían a manifestaciones por la restitución de la ener-gía eléctrica, mientras que 18 en protestas por comida y gas. Según el Foro Penal estos arrestos habrían ocurrido entre finales de marzo y principios de abril29. El 06.04.19 también fueron detenidos 80 manifestantes en San Ti-moteo, estado Zulia cuando una poblada exigía que las

27 Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos: Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela. https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=24788&LangID=S28 Observatorio Venezolano de Conflictividad Social: Conflictividad Social Venezuela 2019. https://www.observatoriodeconflictos.org.ve/tendencias-de-la-conflictividad/conflictividad-social-en-venezuela-en-2019 Consulta del 01.02.2029 El Pitazo: Maturín: 46 detenidos en protestas por servicios básicos. https://elpitazo.net/sucesos/maturin-46-detenidos-en-protestas-por-servicios-basicos/ Consulta del 15.01.20

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autoridades que no se llevaran una planta eléctrica que los surtía de energía30. Ese día se aseguró que sólo en el estado Zulia se habían registrado 34 heridos y 200 de-tenciones por manifestaciones31.

El 25.03.19 El Comité de Afectados por Apagones, dirigido por la exconcejal Aixa López realizó una con-centración frente a las inmediaciones de Corpoelec para protestar por la negligencia en el manejo del sistema eléctrico. Según la información recopilada por el comité habían ocurrido 4.485 fallas eléctricas a nivel nacional y 7.736 electrodomésticos dañados después del apagón nacional. Afirmaron que Zulia era el estado con mayor número de fallas, seguido por Mérida, Táchira, Nueva Esparta, Miranda, Caracas y Barinas. En su balance de fin de año el Comité de Afectados por los Apagones calculó en 80.700 las fallas eléctricas ocurridas en el país durante el 201932. Sobre el servicio de gas doméstico un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos señaló que el 95% de los venezolanos dependían del gas para poder cocinar en sus hogares. Según la información divulgada por su presidente, Julio Cubas, el 64% de los ciudadanos de los principales centros urbanos del país manifiestan que no reciben la bombona de gas en sus comunidades. Del total, el 79% expresaron que deben estar periódicamente buscando la sustitución de las bombonas. Según Cubas los estados más afectados por la escasez del servicio eran Táchira, Trujillo,

30 El Nacional: Habitantes de San Timoteo protestaron para exigir electricidad. http://www.el-nacional.com/noticias/protestas/habitantes-san-timoteo-protestaron-para-exigir-electricidad_278123 Consulta del 15.01.2031 El Universal: Habitantes del Zulia protestan severo “plan de apagones” en el estado. http://www.eluniversal.com/politica/37135/habitantes-del-zulia-protestan-severo-plan-de-apagones-en-el-estado Consulta del 15.01.2032 La Voz: Con 80.700 fallas eléctricas cierra el 2019. 17.12.19, pág. 2.

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Carabobo, Mérida, Anzoátegui y zonas del sur del territorio nacional33.

Durante el año 2019 el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) realizó sondeos de percepción sobre la situación de los servicios públicos. El 05.02.20 divulgaron el correspondiente al cuarto trimestre del 2019, en el que entrevistaron a 6.193 personas ubicadas en 10 ciudades y 27 municipios del país. Según los datos, el acceso formal al servicio de agua potable por tuberías se ubicó en 91,8%, siendo los mas altos San Cristóbal (97,1%) y Caracas (95,6%). Sobre su calidad, la ciudad de Punto Fijo reportó el más alto índice de apreciación nega-tiva (93,9%), mientras que San Cristóbal tuvo el más bajo índice (23,3%), siendo la capital tachirense la ciudad don-de mejor se percibe el suministro de agua por parte de sus habitantes. Por otra parte, sólo el 16,7% de los encues-tados expresó contar con suministro continuo de agua en sus hogares, el 40% señaló recibirla de una a cuatro veces por semana y el 93,7% de los ciudadanos comentó que almacena agua en su vivienda, siendo las ciudades de este indicador con más altos números Porlamar (74,6%), Maracaibo (62,6%) y Punto Fiijo (62,5%). Ante la pregunta ¿Qué hace para obtener agua cuando no recibe el servicio en su hogar? las respuestas más frecuentes fueron camión cisterna (23,7%), y acarreo (19,5%). Un 34% indicó reco-rrer hasta más de un kilómetro de distancia en la búsque-da de agua potable. Una de las dimensiones más preocupantes de la Emer-gencia Humanitaria Compleja ha sido el deterioro de las condiciones para el disfrute del derecho a la salud. En 2019, la situación del sistema sanitario venezolano fue peor que en 2018. Las capacidades operativas de los

33 El Impulso: El 64% de los venezolanos no reciben bombonas de gas en sus comunidades. https://www.elimpulso.com/2019/02/11/el-64-de-los-venezolanos-pais-no-reciben-bombonas-de-gas-en-sus-comunidades-11feb/ Consulta del 13.01.20

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centros de salud públicos, como la única opción que tiene la mayoría de la población venezolana para atender sus problemas de salud, continuaron cayendo por debajo de los niveles mínimos esenciales. En la base de datos de Provea, las violaciones de los estándares del derecho a la salud en los hospitales públicos aumentaron 247%, pa-sando de 16.186 denuncias en 2018 a 56.175 en 2019, con gran preponderancia de violaciones por falta de insumos y medicamentos básicos y la inoperatividad de los equi-pos médicos, servicios cuyo costo se traslada a las personas cuando pueden ser atendidas, y el cierre de quirófanos.

Durante 2019 en los hospitales públicos también se incrementaron las denuncias por falta de agua, con-diciones de insalubridad y falta de higiene, y severa insuficiencia de alimentos en los servicios de nutrición para las personas hospitalizadas. Las deficiencias de servicios básicos en los hospitales abarcan el suminis-tro de agua y electricidad. La Encuesta de Hospitales 2019 de Médicos por la Salud (EHN2019), arrojó que en 40 hospitales encuestados del país, 78% reportó fa-llas de agua y 20% estuvo sin servicio de agua todo el año. Igualmente, 63% reportó fallas de electricidad du-rante el año, con un promedio de 342 interrupciones al mes y 164 personas fallecidas por este motivo.entre los problemas críticos del sistema sanitario público a nivel general se encuentran adicionalmente la alta in-suficiencia de disponibilidad de camas y de personal de salud capacitado. La EHN2019 ya citada, reportó que el promedio de camas generales operativas pasó de 392 a 219 por hospital entre 2018 y 2019, disminu-yendo de 15.600 a 8.700 camas en total. De acuerdo con la organización Médicos Unidos de Venezuela, en 2019 el déficit de médicos especialistas ascendía a 57% en todo el país y 83% de los médicos recién graduados tenían intención de emigrar. Por su parte, los Colegios

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de Enfermería denunciaron en 2019 que el déficit de enfermeros/as alcanzaba 70% en algunos estados. Las debilidades extremas de la atención en los hospitales, se muestra en sus servicios de emergencia. Según la EHN2019, de cada 10 médicos en estos servicios, 5 eran médicos en proceso de formación o residentes, 3 médicos especialistas y 2 médicos integrales, éstos últimos formados dentro del programa de cooperación Cuba-Venezuela, sin suficiente preparación para asu-mir casos de urgencia. El deterioro generalizado del sistema sanitario coloca-ba a la población venezolana en situación de despro-tección ante cualquier situación sobrevenida, como la epidemia de Coronavirus (Covid-19) que protagoniza-ría el año 2020. ACNUDH visita VenezuelaA partir del año 2017, luego de la represión al ciclo de manifestaciones ocurridas ese año, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (AC-NUDH) comienza a monitorear la situación venezolana. El 06.06.17 creó un equipo para documentar e informar sobre las violaciones de derechos humanos ocurridas en el país. Luego de 135 entrevistas publican un primer in-forme ese año, bajo el título “Violaciones y abusos de los derechos humanos en el contexto de las protestas en la República Bolivariana de Venezuela del 1 de abril al 31 de julio de 2017”34, en el cual se refieren a un ataque sistemá-tico y generalizado de la población civil en el contexto de manifestaciones. Un año después se difunde un segundo informe con la novedad de la incorporación de derechos económicos, sociales y culturales: “Violaciones de los

34 ACNUDH: Violaciones y abusos de los derechos humanos en el contexto de las protestas en la República Bolivariana de Venezuela del 1 de abril al 31 de julio de 2017 https://www.ohchr.org/Documents/Countries/VE/HCReportVenezuela_1April-31July2017_SP.pdf

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derechos humanos en la República Bolivariana de Vene-zuela: una espiral descendente que no parece tener fin”35. El 07.03.18 el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos para ese momento, Zeid Ra’ad Al Hussein, cuando ya había sido anunciado el adelanto de elecciones presidenciales para mayo, expresó públi-camente que “Dos principales partidos de oposición han sido descalificados por el Consejo Electoral, y la coalición oficial de oposición ha sido invalidada por el Tribunal Supremo. La libertad de expresión, opinión, asociación y reunión pacífica están siendo reprimidas y severamente restringidas”. En ese contexto, agregó, “no se satisfacen de ninguna manera las condiciones mínimas para unas elecciones libres y creíbles”36, una opinión que deslegiti-mó severamente el proceso electoral donde Nicolás Ma-duro anunció su relección para un segundo perío- do presidencial.

En agosto del 2018, Michelle Bachellet, cinco meses después de terminar su segundo mandato como presi-denta de Chile, fue electa como la nueva Alta Comisio-nada de Naciones Unidas para los DDHH. El 27.09.18, durante una reunión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, se aprobó una resolución sobre Venezuela, con 23 votos a favor, en la que se exigía al gobierno que abriera sus puertas a la asistencia huma-nitaria, expresando a su vez preocupación por lo que se calificó como “graves violaciones de los derechos huma-nos en el contexto de una crisis política, económica, social y humanitaria”. En el texto se solicitaba la colaboración con la Oficina de Derechos Humanos y el resto de los mecanismos del Consejo. Finalmente se estableció como 35 ACNUDH: Violaciones de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela: una espiral descendente que no parece tener fin https://www.ohchr.org/Documents/Countries/VE/VenezuelaReport2018_SP.pdf36 Noticias ONU: Venezuela no reúne las “condiciones mínimas� para unas elecciones libres y creíbles https://news.un.org/es/story/2018/03/1428522

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mandato, a la Oficina del ACNUDH, la elaboración de un nuevo informe sobre la situación de derechos humanos en el país, para que fuera presentado ante el Consejo, a mediados de 2019, previo a una actualización de forma oral en la sesión correspondiente a marzo de 2019. Tras esta resolución la Alta Comisionada Michelle Bache-let pidió a las autoridades venezolanas que dejaran entrar al país a los investigadores de su equipo técnico, para poder recabar la información necesaria. En una entrevista con Noticias ONU, Michelle Bachelet explicó que cuando se reunió con el canciller venezolano, Jorge Arreaza, le solicitó “acceso al país” y le explicó que su oficina, con o sin resolución, tenía la obligación de monitorear y hacer un reporte sobre la situación de los derechos humanos37. Fue luego de esta petición que Nicolás Maduro anunció que permitiría su visita a Venezuela, lo que constituyó un logró de las organizaciones de la sociedad civil vene-zolana, que desde varios años atrás venían solicitando la visita de observadores independientes y calificados en derechos humanos.

Bachelet llegó a Venezuela el 19.06.19 para una breve visita de 3 días al país. El jueves 20, en horas de la tarde, se reunió tanto con organizaciones de derechos humanos como con diferentes grupos de víctimas. En el término de una hora, 26 voceros tomaron la palabra para hacerle pe-ticiones al Alto Comisionado. Luego escuchó, con signos claros de empatía e interés, los testimonios de familiares de familiares de presos políticos y de personas asesina-das por los cuerpos de seguridad. “Además de medidas económicas y sociales, deben tomarse decisiones políticas para mejorar la situación”, reconocía la funcionaria de Naciones Unidas. Seguidamente afirmaba, en el encuen-tro con los activistas, que su presencia tenía como objeti-

37 Noticias ONU: El Consejo de Derechos Humanos pide a Venezuela que deje entrar ayuda humanitaria https://news.un.org/es/story/2018/09/1442582

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vo lograr resultados en la mejora de algunas situaciones concretas. “Tengo algunas buenas noticias, no todas las que quisiera”, expresó cuando detalló el acuerdo de tra-bajo acordado verbalmente con las autoridades. Además de la presencia de dos oficiales del Alto Comisionado de manera permanente en el país, con el objetivo de evaluar la ampliación del equipo técnico en seis meses y, even-tualmente, la apertura de una oficina formal del ente en Caracas, apuntó el acceso a cárceles y presos políticos sin restricción, la visita de relatores independientes de Na-ciones Unidas, la realización de una evaluación del siste-ma de administración de justicia y la asesoría en la imple-mentación de políticas públicas con impacto en derechos humanos. El 21.06.19, en el balance final sobre su visita a Venezuela, la Alta Comisionada expresó: “Hago un llamado a dar pasos audaces hacia un compromiso para dejar a un lado las ganancias cortoplacistas y enfocarse en logros a medio y largo plazo para todo el país. Las negociaciones pueden dar frutos solo si son inclusivas y si las partes involucradas dan una respuesta a la urgencia real de la situación”38.

El 04.07.19, en medio de una gran expectativa, la ACNUDH hace público su tercer informe especial sobre Venezuela donde se hace un detallado registro de las violaciones tanto a derechos sociales como a derechos políticos. Este documento representa el punto más alto de documentación sobre la situación de derechos humanos en Venezuela realizada por un organismo internacional de protección, no por la naturaleza del documento en sí -otros mecanismos de la ONU la OEA y la CIDH, por ejemplo, habían divulgado investigaciones similares-, sino por el peso político y simbólico de quien ahora ejer-cía las funciones de Alta Comisionada de la ONU para 38 ACNUDH: Primera visita de la ONU Derechos Humanos en Venezuela. Declaración de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet al final de su visita a Venezuela. https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=24722&LangID=S

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los DDHH, Michelle Bachellet. El informe era contunden-te en sus conclusiones, por ejemplo: “Durante al menos una década, el Gobierno, así como las instituciones con-troladas por el Gobierno han aplicado leyes y políticas que han acelerado la erosión del estado de derecho y el desmantelamiento de las instituciones democráticas, incluyendo la Asamblea Nacional. Estas medidas tienen como objetivo neutralizar, reprimir y criminalizar a opo-sitores/as políticas y críticas al Gobierno. Esta tendencia se ha aumentado desde 2016, después de que la oposición ganara la mayoría de los escaños de la Asamblea Nacio-nal, lo cual llevó a un incremento de la represión selectiva de la oposición política y a una restricción incesante del de por sí limitado espacio democrático”.

Las autoridades del gobierno de facto habían hecho muchos esfuerzos para que el documento fuera influi-do por la narrativa de las sanciones contra el país como responsables principales de las violaciones de derechos humanos. Sin embargo, aunque el informe reconoció -una opinión en la que coincide Provea- que las sanciones financieras agravan la situación de poblaciones vulnera-bles, la crisis era responsabilidad del Ejecutivo y era ante-rior a las sanciones: “El desvío de recursos, la corrupción y la falta de mantenimiento en la infraestructura pública, así como la subinversión, han tenido como resultado violaciones al derecho a un nivel adecuado de vida, entre otros, debido al deterioro de servicios básicos como el transporte público y el acceso a electricidad, agua y gas natural”. Mas adelante el ACNUDH agrega: “La econo-mía venezolana, especialmente su industria petrolera y los sistemas de producción de alimentos, ya estaban en crisis antes -subrayado nuestro- de que se impusiera cual-quier sanción sectorial”39. El tercer informe del ACNUDH 39 ACNUDH: Informe de la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre Venezuela insta a adoptar de inmediato me-didas para detener y remediar graves violaciones de derechos https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsI-D=24788&LangID=S

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generó 23 recomendaciones para mejorar la situación de derechos humanos, que en opinión de Provea constitu-yen un buen plan para mejorar situaciones concretas en derechos humanos.

Luego de la publicación del tercer informe, según mandato del Consejo de DDHH de Naciones Unidas, el 09.09.19 Michelle Bachellet realizó una actualización oral sobre la situación venezolana en la 42ava sesión de este organismo. Se informó sobre el establecimiento de un equipo de trabajo del ACNUDH en Caracas y su visita a la cárcel de Ramo Verde así como la excarcelación de 83 personas. Describió que “la situación económica y social sigue deteriorándose rápidamente, restringiendo el ejer-cicio de los derechos económicos y sociales de millones de personas. La economía atraviesa lo que podría ser el episodio hiperinflacionario más agudo que haya experi-mentado la región”, la equivalencia del salario a 2 dólares mensuales y la dolarización de facto de varios sectores de la economía, entre otras vulneraciones de derechos socia-les. Se refirió a las actuaciones de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), que en su informe había solicitado literalmente su disolución, las incursiones militares en te-rritorios indígenas pemón y rechazó la sentencia contra el sindicalista Rubén González: “Deseo expresar mi rechazo a la condena del líder sindical Rubén González a 5 años y 9 meses de prisión por un tribunal militar el 13 de agosto por hechos ocurridos en el ejercicio de su activismo sindi-cal. Su familia también ha sido objeto de diversas formas de hostigamiento. La aplicación de la justicia militar para juzgar a civiles constituye una violación del derecho a un juicio justo, incluido el derecho a ser juzgado por un tri-bunal independiente e imparcial”40.

El 18.12.19 la Alta Comisionada Michelle Bachellet realiza una nueva actualización oral sobre la situación

40 ACNUDH: Actualización oral sobre la situación de los derechos hu-manos en la República Bolivariana de Venezuela. https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=24958&LangID=S

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venezolana en una sesión informativa del Consejo de Derechos Humanos. La mitad de su intervención co-rrespondió a la cooperación técnica adelantada con las autoridades venezolanas. El resto continuó describiendo la situación de derechos humanos en los siguientes tér-minos: “Continúan las fallas de los servicios públicos. Uno de los estados especialmente afectados es Zulia. Mi Oficina realizó una visita a Maracaibo en la que constató las larguísimas colas para comprar combustible y los cor-tes prolongados y reiterados de electricidad, que además afectan el suministro de agua. Los derechos a la salud y a la educación también han sido afectados, principalmente por falta de personal, infraestructura deficiente y falta de insumos. Millares de zulianos/as han migrado al extran-jero o a la capital del país”. Sobre el FAES agregó: “Desde agosto a la fecha, mi oficina ha seguido documentando alegaciones de presuntas ejecuciones extrajudiciales por miembros de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), principalmente en contra de jóvenes varones, en el con-texto de operativos de seguridad en barrios marginales”. Además se refirió a las proyecciones de ACNUR sobre la cantidad de migrantes venezolanos: 4.7 millones y 6.5 millones para el final del 2020. Por primera vez se refirió a los derechos de participación electoral de los venezola-nos, de la siguiente manera: “2020 será un año electoral. Es crucial garantizar las libertades públicas que son fun-damentales para crear las condiciones necesarias para unas elecciones libres, imparciales, creíbles, transparentes y pacíficas. En este sentido, me preocupan el levanta-miento de la inmunidad de cinco diputados de la opo-sición, elevando el total a 30 diputados de la oposición despojados de inmunidad, así como los actos de hostiga-miento contra representantes de la oposición, incluido el presidente de la Asamblea Nacional”41.

41 ACNUDH: Venezuela: la Alta Comisionada expone planes de apoyo a los derechos humanos. https://www.ohchr.org/SP/NewsE-vents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=25438&LangID=S

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La Comisión de Encuesta para Venezuela de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)En fecha 30.09.2019 se publica el Informe de la Comisión de Encuesta para la República Bolivariana de Venezuela, mecanismo de investigación del más alto nivel de la Or-ganización Internacional del Trabajo (OIT), y que fue acti-vado desde marzo de 2018. El documento se tituló “Por la reconciliación nacional y la justicia social en la República Bolivariana de Venezuela”, y establece entre otros aspec-tos: “el cese inmediato de todos los actos de violencia, amenazas, persecución, estigmatización, intimidación u otra forma de agresión” contra empleadores y trabajado-res no afines al gobierno.42

Este mecanismo viene precedido por un proceso de queja o reclamo que, en este caso, fue iniciado en 2015 por el sector empleador venezolano, FEDECAMARAS, denunciando violación al diálogo social tripartito, fijación de salario mínimo y libertad sindical. Gracias a la adhesión del sector sindical independiente, la Comisión de Encuesta los incluyó en las recomendaciones de su informe.

Durante 4 años la OIT ha contrastado información sobre Venezuela: entrevistas a víctimas y testigos de ata-ques violentos directos contra dirigentes gremiales, así como abundante documentación, aunado a una visita in loco en 2018. 43

En tal sentido, la Comisión de Encuesta exigió al Esta-do venezolano el cese de la apropiación autoritaria de los medios y cadenas de producción, la injerencia arbitraria en los espacios y estructuras de trabajo y la violencia ha-cia los no afiliados que, entre otras, fueron las prácticas del gobierno durante veinte años y que hoy tienen efectos 42 ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO. Informe “Por la reconciliación nacional y la justicia social en la Repúbli-ca Bolivariana de Venezuela� (en línea) https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_norm/---relconf/documents/meetingdocument/wcms_722037.pdf43 Ver en este Informe el Capítulo sobre Derechos Laborales

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de hambre y miseria en la economía venezolana. A todo evento, la OIT subrayó para especial atención los altos niveles de impunidad, solo posible con un poder judicial subordinado y cómplice a los intereses espurios del po-der ejecutivo.

Asimismo, recomendó expresamente la liberación de los dirigentes sindicales Rubén González y Rodney Álva-rez, presos políticos por el ejercicio de su actividad sindical.

El Mecanismo Especial de Seguimiento para Venezuela de la CIDH (MESEVE)El 21 de octubre de 2019 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), anunció la instalación del Mecanismo Especial de Seguimiento para Venezuela (MESEVE), con el objetivo de fortalecer los medios de “protección y monitoreo para responder de manera opor-tuna y efectiva a los nuevos desafíos que requiere la gra-ve situación de los derechos humanos”.

Al igual que la OIT, la Organización de Estados Americanos (OEA), en sus distintas instancias y confor-me a sus competencias, viene haciendo seguimiento de la situación en Venezuela desde el año 2002. Los infor-mes especiales de los años 2003, 2009 y 2017 de la CIDH son un ejemplo el deterioro progresivo de la situación de derechos humanos que ha desembocado en la emer-gencia humanitaria que atraviesa el país.

El MESEVE “Se ocupará de dar seguimiento cercano al contexto para evaluar las solicitudes de medidas cautelares y dar seguimiento a aquellas otorgadas; priorizar las peticio-nes recibidas, así como la elaboración de informes sobre admisibilidad y fondo, y el litigio de casos ante la Corte In-teramericana; monitorear cercanamente y con capacidades reforzadas la situación de los derechos humanos en el país a través de sus distintos mecanismos, monitorear en terreno la situación de las y los migrantes venezolanos en varios

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países de la región; documentar las violaciones a los dere-chos humanos de manera sistemática, hacer seguimiento a sus recomendaciones hechas al Estado, apoyar en el forta-lecimiento de la sociedad civil; y servir, en el marco de sus competencias como órgano principal de la Organización de Estados Americanos (OEA), de guía, asesoría e información sobre la situación de derechos humanos en el país”44

La Misión para Determinación de los Hechos (Fact Finding Mission)El Consejo de Dderechos Humanos de Naciones Unidas el 27.09.19 mediante la Resolución A/HRC/RES/42/25, ex-presó “su gran preocupación por la alarmante situación de los derechos humanos” en Venezuela y acordó conformar una comisión de investigación integrada por tres expertos in-dependientes. La FFM, que debió instalarse en territorio venezolano (lo cual fue impedido por Nicolás Maduro y hubo de establecer en Panamá), con el mandato de elabo-rar y presentar un informe sobre las violaciones y trans-gresiones de los derechos humanos desde enero de 2014, a efectos de determinar su magnitud y si podrían cons-tituir delitos internacionales, identificando a los autores de violaciones y transgresiones, con miras a asegurar la plena rendición de cuentas.

Su mandato específico es investigar ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes cometidos desde 2014. Asegurar la plena rendición de cuentas de los autores y la justicia para las víctimas. Presentar un informe con sus conclusiones al Consejo durante un diálogo interactivo en su 45° período de sesiones

Los miembros independientes de la Comisión son: Marta Valiñas (Presidenta) abogada de nacionalidad por-

44 ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS: CIDH instala el Mecanismo Especial de Seguimiento para Venezuela (MESEVE) (en línea) https://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2019/267.asp

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tuguesa, Francisco Cox Vial abogado penalista de nacio-nalidad chilena y Paul Seils del Reino Unido actualmente Director de Prácticas de Paz e Innovación en el Instituto Europeo de la Paz.45

La Misión deberá formular recomendaciones sobre las medidas que han de adoptarse para garantizar que los autores de las violaciones y transgresiones, indepen-dientemente de su afiliación, rindan cuentas de sus actos y colaborar con las autoridades venezolanas y todas las demás partes interesadas, a fin de que aporten apoyo y conocimientos para mejorar inmediatamente la situación de los derechos humanos y la lucha contra la impunidad.

Tal como se ha mencionado, el Estado venezolano negó el ingreso de los tres expertos independientes de-signados por la presidencia del CDH, generando además obstáculos al trabajo de la misión. Esta conducta repre-senta la clara disposición que tiene Nicolás Maduro para encubrir las graves y sistemáticas violaciones de derechos humanos que se cometen bajo su mandato en Venezuela.

Examen Preliminar de la Corte Penal Internacional (CPI)A partir del 08 de febrero de 2018, se anunció la apertura de un Examen Preliminar para la situación de Venezuela por parte de la Oficina de la Fiscal de la Corte Penal In-ternacional (CPI). El examen preliminar se activó con el fin de verificar la posible existencia de un plan de ataque sistemático o generalizado contra la población civil, en específico el uso excesivo de la fuerza para reprimir manifestantes, ejecutado por los cuerpos de seguridad del Estado y de civiles armados

45 NACIONES UNIDAS. CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS: Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela (en línea) https://www.ohchr.org/SP/HRBodies/HRC/FFMV/Pages/Index.aspx

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actuando en coordinación con estos, así como las encarce-laciones, torturas y asesinatos de miembros de la oposición venezolana.

Posteriormente, el 27 de septiembre de 2018, la Fis-calía recibió una remisión de los jefes de Estado y de gobierno de un grupo de Estados Partes del Estatuto, a saber, la República Argentina, Canadá, la República de Colombia, la República de Chile, la República del Para-guay y la República del Perú (los “Estados remitentes”) en relación con la situación en Venezuela. Con arreglo al artículo 14 del Estatuto, los Estados remitentes solicitaron a la Fiscal que inicie una investigación por crímenes de lesa humanidad presuntamente cometidos en el territorio de Venezuela desde el 12 de febrero de 2014, a fin de de-terminar si se ha de acusar de la comisión de tales críme-nes a una o varias personas determinadas.

En este sentido, y haciendo referencia a las constata-ciones formuladas en una serie de informes relativos a la situación de los derechos humanos en Venezuela, los Estados remitentes indicaron que deberá tomarse como documentación justificativa el informe de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (“OEA”), sobre la posible comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela. El 28 de septiembre de 2018, la Presidencia de la CPI asignó la situación en Venezuela a la Sala de Cuestiones Preliminares.

Posteriormente, en su informe anual sobre los proce-dimientos preliminares de diciembre de 2019, la Fiscal Fatou Bensouda informó la inclusión en el examen de las protestas que se registraron en el país a principios de 2019, donde habrían fallecido más de 30 personas y aproximadamente 2.000 fueron detenidas por motivos presuntamente políticos. También anunció en su presen-tación del informe, la expectativa de finalizar el análisis sobre jurisdicción de la situación en Venezuela (fase 2) a principios de 2020.

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Sin diálogos ni acuerdos, se generan condiciones para la violencia Las organizaciones de derechos humanos venezolanas, incluyendo Provea, hemos reiterado en diferentes comu-nicaciones y pronunciamientos que la salida al conflicto en el país se debe realizar a través de mecanismos pacífi-cos, democráticos y constitucionales, apoyando todas las iniciativas para generar espacios de diálogo político para el entendimiento y la búsqueda de acuerdos. El 29.05.19 voceros del gobierno de Noruega confirmaron que se había realizado una reunión en su país, en la cual los enviados por Nicolás Maduro y Juan Guaidó habían demostrado su voluntad en avanzar en la bús-queda de una solución acordada y constitucional para Venezuela. Se informó que la siguiente reunión se reali-zaría en Barbados, sin embargo el asesinato por torturas del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo motivó la suspensión de la tercera ronda de negociaciones. Final-mente ocurrió a comienzos del mes de julio, entre los días 9 y 11. Luego del anuncio de sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos, el 07.08.19 Nicolás Maduro anunció que no asistirían a una nueva cita. El 15.09.19 Guaidó anunció que la oposición daba por finalizado este proceso tras la ausencia del oficialismo en las mesas de negociación por 40 días. Un día después se anunció que un grupo de partidos de representación minoritaria, entre los que se encuentran Cambiemos Movimiento Ciu-dadano, Soluciones para Venezuela, El Movimiento para el Socialismo y Avanzada Progresista, conformaban una Mesa de Diálogo Nacional, bajo la discusión de 6 puntos: Liberación de presos políticos, Defensa del Esequibo, Rechazo de las sanciones, Conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral, reincorporación de los dipu-tados oficialistas a la Asamblea Nacional y la realización de un programa de canje de petróleo por comida y medi-

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camentos. El 25.09.19 la bancada oficialista se reincorporó a la Asamblea Nacional. Venezuela se encuentra en un dilema en el que los prin-cipales perdedores son las mayorías, especialmente los sectores más vulnerables. El modelo de gobernabilidad del bolivarianismo ha perdido el apoyo popular y la le-gitimidad de origen y desempeño, siendo su principal bastión las Fuerzas Armadas, siendo responsable de la aparición de la Emergencia Humanitaria Compleja. Por su parte la Asamblea Nacional, que se ha abrogado fun-ciones del Ejecutivo Nacional, cuenta con un amplio res-paldo internacional y la posibilidad de acceso a fuentes de financiamiento para promover medidas de mitigación de la Emergencia Humanitaria Compleja. No obstante el incumplimiento de la oferta del cese a la usurpación a corto plazo y el giro insurreccional de su estrategia ha mermado las expectativas y el apoyo sobre el liderazgo de Juan Guaidó.

Los escenarios para el año 2020 serán influidos por dos situaciones: El impacto de la pandemia de Covid-19 sobre el país y la realización de las elecciones para la Asamblea Nacional, que formalmente deberían realizar-se en el mes de diciembre. Seguiremos insistiendo en la necesidad que los diferentes liderazgos permitan la libre expresión de la soberanía popular, que permita iniciar el camino de la reinstitucionalización democrática del país. Impedirlo, sería continuar alimentando condiciones para la confrontación y la violencia, una en la que finalmente no habrá ganadores en ningún bando, sino en la que per-deremos todos y todas.

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La Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) en Venezu-ela continuó afectando los derechos fundamentales de la población venezolana, incluido el derecho a estar alimen-tada y libre de hambre. La severidad de esta situación crece por el deterioro del acceso a la salud, a servicios públicos básicos, al empleo, a la educación y a la infor-mación, entre otros.

Contrario a lo que afirma el gobierno de facto, no se han activado los mecanismos de protección necesarios para auxiliar a los más perjudicados y garantizar el mínimo requerido en situaciones de emergencia para prevenir la desnutrición, la morbilidad y la mortalidad por esta causa.

En 2019 la realización del derecho a la alimentación estuvo limitada por el colapso del sistema alimentario, incluyendo la disponibilidad para el consumo humano, el acceso físico y económico a los alimentos para su con-sumo en cantidad y calidad, así como para su aprove-chamiento biológico; la crisis en la producción agrícola, la intensificación de la hiperinflación y la distorsión del mercado de alimentos.

La regresividad en el logro del derecho a la ali-mentación se evidenció en el deterioro de aspectos que ya se habían alcanzado durante la última década en el combate de la pobreza y el hambre. Según el Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), el deterioro de la seguridad alimentaria ya era severo para el periodo 2016-2018. En ese entonces ya había 6,8 millones de venezolanos sufriendo hambre, lo que convierte a Venezuela en el país con mayor índice de subalimentación de Suramérica y, después de Haití, en el segundo de América Latina y el Caribe.

Para 2019, y por primera vez en su historia, Venezuela se encontraba entre los 41 países que requerían asistencia alimentaria externa, siendo el único en América del Sur

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y, junto a Haití, los únicos en América Latina y el Caribe. La diferencia entre Venezuela y los otros países es que la causa no fueron los conflictos y condiciones climáticas adversas, sino la crisis económica sostenida.

La vulneración del derecho a la alimentación en ma-teria agroalimentaria estuvo representada por el colapso de la capacidad productiva de este sector. Entre los eventos que generaron perjuicios están: deterioro de la infraestructura agrícola; disminución de la demanda in-terna como consecuencia de la baja capacidad adquisiti-va generada por la hiperinflación; devaluación del bolí-var, bajo acceso a divisas y reducción de oportunidades en materia crediticia para los medianos y pequeños productores; alta variación del precio de los alimentos, de “15 a 20% entre una semana y otra”; bajo acceso a insu-mos y materia prima debido a los altos costos y precios internacionales; exclusión de los productores de planes de subsidio a insumos para la producción de alimentos; colapso de los servicios públicos, incluyendo agua, elec-tricidad, transporte, vialidad y comunicaciones; políti-cas de precio poco justas, entre ellas la fijación de pre-cios “máximos” y la exigencia de entrega de parte de la producción al Estado; incremento de la importación, “a precios abaratados artificialmente”, de rubros básicos que compiten con la producción nacional; inseguridad per-sonal y jurídica; controles en la emisión de guías para rubros como el maíz y el arroz a los centros de acopio fuera del Estado, y abandono de proyectos en materia de investigación e innovación.

La reducción de la producción de maíz y arroz fue más intensa en el último ciclo, en comparación con 2018. Durante este año se produjo solo un tercio del arroz que se produjo en 2008 y solo 15,8% del maíz, que quedó suje-to al éxito del Plan Nacional de Semilla en varios Estados. Esto tiene relevancia al considerar que la disponibilidad de este rubro es fundamental para cubrir las necesidades

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energéticas de la población, expuesta ya a inseguridad alimentaria y sus consecuencias. Sin dejar de mencionar el impacto negativo que generó en la producción nacion-al la importación de estos rubros.

Considerando el deterioro de la producción agrícola, el consumo de algunos rubros ha dependido de la im-portación. Tal es el caso del arroz y el trigo, de los cuales se importaron 30 mil y 45 mil toneladas, respectivamente. Los alimentos de origen animal también presentaron dificultades asociadas al incremento del dólar, lo cual ha limitado la capacidad productiva y la importación. La producción de carne de pollo alcanzó aproximadamente 20% de la capacidad instalada, lo que equivale a 8 kg/persona/año. En relación a 2008, la producción de ambos rubros alcanzó solo 14,8%.

A pesar de la importancia del fortalecimiento del sector agrícola para el desarrollo del país, no existe una política coherente para su reactivación. Entre las siete líneas estratégicas para lograr la estabilidad política, económica y social en el país se propone el “reimpulso del aparato productivo”, pero con enfoque en el uso de fuentes alternativas como el oro, el gas y otros recursos naturales con el fin de reducir la dependencia de la renta petrolera. En materia alimentaria se plantea fortalecer la distri-bución y comercialización de productos anclados a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y al Carnet de la Patria.

El deterioro del poder adquisitivo del venezolano incidió negativamente en el consumo de alimentos, tanto en cantidad como en calidad. El desplome del consumo de alimentos comenzó en 2012, producto de la escasez, el incremento de los costos y la disminución de la import-ación, entre otros factores.

Al cierre de 2019, el salario mínimo estaba fijado en Bs. 150.000, monto al que se sumaba el bono de ali-mentación de Bs. 150.000, sin incidencia salarial. Mientras

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la remuneración mínima legal alcanzaba a Bs. 300.000, la canasta básica familiar ―que incluye alimentos y gastos en categorías como educación, vivienda, vestido y salud para una familia de cinco miembros― se ubicaba en 27.322.672,78 bolívares, equivalentes a 182 salarios míni-mos o 546,45 dólares americanos.

Para septiembre de 2019, la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) reportó una reducción del consumo de alimentos de 96%, con especial énfasis en aquellos procesados. Los rubros más afectados fueron la proteína animal y los lácteos.

Durante el lapso julio-septiembre, invitado por el Go-bierno, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas realizó una evaluación de la seguridad alimentaria del venezolano. Se estimó que 9,3 millones de venezolanos (32,3%) estaban en inseguridad alimentaria; 2,3 millones (7,9%) en su forma severa y 7 millones (24,4%) en moderada. A esto se suma 59,7% (17,2 millones) con seguridad alimentaria marginal, para un total de 26,5 millones de personas afectadas (92%). De esto se desprende que solo 2,3 millones (8%) pudieron “suplir sus necesidades alimentarias y no alimentarias esenciales sin emplear estrategias de afrontamiento atípicas”.

La única medida de complementación alimentaria implementada por el gobierno desde 2016 ha sido el subsidio indirecto masivo de alimentos bajo la figura de “bolsa o caja CLAP”, la cual forma parte de “los nuevos programas prioritarios del sector social en Venezuela”. Son los denominados CLAP, que se crearon para dar continui-dad a la Misión Alimentación. El sistema está cargado de innumerables deficiencias, como la poca pertinencia en materia alimentaria, mecanismos de distribución in-adecuados desde el punto de vista geográfico y social, y condicionados por razones políticas; control de la población y corrupción. El aporte nutricional de los ali-mentos contenidos en la caja CLAP representa 15% de las

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necesidades diarias de calorías, y entre 11% y 13% de las necesidades de proteínas, grasas y carbohidratos de un hogar de cuatro miembros. La adecuación del aporte de vitaminas A y C y calcio es inferior a 2%.

A diferencia de años anteriores, la escasez de ali-mentos ha ido disminuyendo, con especial énfasis en los productos industrializados, debido al incremento de sus precios y la baja demanda en el mercado. A esto se suman las facilidades otorgadas por el gobierno para la importación de productos.

Peticiones derecho a la alimentación

1.-Activar los mecanismos de protección social a la población vulnerable de forma inmediata, así como facilitar la acción de las organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales en la mitigación del impacto de la emergencia alimentaria y nutricional.

2.-Diseñar y ejecutar políticas, planes y programas para la reactivación del sistema agroalimentario que garanticen la producción interna en el corto y mediano plazo, incluyendo el sector público y privado, la agricultura familiar y a gran escala. Esto debe enfocarse en la reducción de dependencia externa y protección de la producción interna.

3.-Implementar medidas que reduzcan el impacto de la crisis económica en el mercado alimentario y en los medios de vida de las personas. La protección de los precios de los alimentos es fundamental para garantizar el abastecimiento, reducir la escasez y evitar prácticas de mercado lesivas. Son algunas estrategias que permitirán a la población el acceso físico, económico y oportuno a alimentos de en cantidad y calidad para cubrir sus necesidades.

4.-Sustituir el plan “CLAP” por programas de inversión social con enfoque multisectorial que tengan impacto positivo en la seguridad alimentaria y nutricional de la población vulnerable, que generen bienestar y capital humano productivo para el desarrollo del país.

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5.-Garantizar un sistema de vigilancia alimentaria y nutricional con indicadores tradicionales y de emergencia, que sea oportuno y de acceso público, y que facilite la gestión de políticas, programas y proyectos.

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DERECHO AL AMBIENTE SANO

La Emergencia Humanitaria Compleja que padece Vene-zuela y que afecta el derecho a un ambiente sano conti-nuó en 2019. Los indicadores siguieron disparándose de manera negativa. El derecho universal al acceso al agua potable entró en una fase de colapso general, junto al deterioro de otros servicios básicos como la electricidad y el gas. La crisis en el sector eléctrico, que tuvo su esce-nario más grave entre marzo y abril, afectó severamente el servicio de abastecimiento de agua potable dada la dependencia en los acueductos de las bombas y otros mecanismos eléctricos, sumando problemas a un ya dete-riorado servicio público.

En 2019 se aceleró el encadenamiento de graves situa-ciones que ponen a los ecosistemas del país en alto riesgo. La caza y extracción de especies vulnerables, destrucción de hábitats, deforestación, contaminación, degradación y fragmentación de bosques e intervención en drenajes na-turales fueron propiciados por factores comunes: la au-sencia de fiscalización y la inexistencia de una institución que gestione y supervise la materia ambiental.

En el escenario urbano los principales indicadores claves, como el suministro de agua potable, el manejo de los desechos sólidos, la calidad del aire, los parques, zo-nas verdes y espacios públicos en general prácticamente están huérfanos de una institución que ejerza la tutoría, que en otra época la ejecutaba mal que bien el Ministerio del Ambiente

A ello se le agrega la política de opacidad estatal. Ya no se publica la Memoria y Cuenta, y para el régimen de Maduro pareciera que, como no existe la información oficial, no hay problemas ambientales.

Hubo poco desempeño en materia legal vinculada a lo ambiental. Lo más relevante fue la Resolución N° 1.472 del Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo

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(Minec), publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 448.290 del 16.10.19, me-diante la cual creó con carácter permanente la Comisión Estratégica Ambiental Nacional, la cual ““[ ] tendrá por objeto establecer estrategias de gestión ambiental, que permitan la realización del proceso de evaluación am-biental de actividades susceptibles de degradar el am-biente, asociadas a proyectos estratégicos considerados de interés nacional, bajo la rectoría y coordinación de la Autoridad Nacional Ambiental, en el marco de los prin-cipios de celeridad, eficiencia, eficacia, transparencia y cooperación intra e intergubernamenta”.

Aparte de los incendios y deforestaciones, el otro factor que se disparó en 2019 fue el saque de madera por razones de obtención de leña. Dicha situación viene en aumento desde hace pocos años con la escasez de gas do-méstico, afectando en primera instancia las zonas verdes y los remanentes de vegetación natural dentro de las po-ligonales urbanas en el país. Una vez agotados los árboles y arbustos de las franjas verdes urbanas, viene la fase del entresaque de estos en los bosques de las afueras de los centros poblados, impactando en las cuencas hidrográfi-cas. Muchas de estas son vitales para la población general ya que aportan agua para los embalses o acueductos.

A diferencia de las notas de prensa oficiales que muestran acciones puntuales para paliar el déficit de agua potable a nivel regional, la realidad es que el pro-blema aumenta cada día en cualquier ciudad o pueblo del territorio nacional. El mejor indicador son las con-tinuas protestas en demanda del servicio de agua pota-ble. De hecho, los resultados de encuestas como la del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) muestran el servicio de agua potable con la peor valora-ción por las personas consultadas. Todo este panorama se ve agravado por la crisis del sistema eléctrico nacio-nal, la obsolescencia de equipos de bombeo, rotura de

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tuberías, fugas y tomas ilegales, que han hecho que la escasez de agua haya pasado de ser un problema coyun-tural a uno estructural.

La situación del derecho al aire limpio en Venezuela tampoco está clara, por la opacidad que ha mantenido el Gobierno en los últimos años, la falta de levantamiento de información y la carencia de gestión institucional.

Hay situaciones donde no se han tomado las medidas de control atmosférico que exige la Ley. Un ejemplo de ello ocurre en Guanta, estado Anzoátegui, donde 45.000 habitantes están afectados por respirar un aire saturado de residuos generados por la planta de cementos de Pertiga-lete, que está contigua y es propiedad del Estado venezo-lano. La población de este centro costero está afectada por infecciones respiratorias, bronquiolitis y neumonías.

Se debe tener en cuenta que, según el director regional para América Latina y el Caribe del Programa de la Or-ganización de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Leo Heileman, el aire contaminado mata pre-maturamente a 800 personas cada hora en el planeta. En las Américas, más de 300 mil personas mueren cada año a causa de la mala calidad del aire.

En prácticamente todo el territorio nacional se eviden-cia cómo la pobreza y el hambre han motivado la cacería de distintas especies de fauna, incluso la caza de delfines, algo no habitual en Venezuela y prohibido por ley desde hace más de 40 años. Tal situación la refieren investigado-res como la bióloga Briceño, quien estudia la tonina cos-tera en el Lago de Maracaibo.”Desde 2017 el sueldo míni-mo ya no alcanzaba y había poco acceso a proteínas. Las personas se volcaron hacia especies de la fauna silvestre y empezamos a ver índices más altos de cacería”.

La actividad minera, sobre todo en el eje Arco Minero del Orinoco, es otro foco crítico que atenta contra de la biodiversidad. En el estado Bolívar y en menor grado en Amazonas, se acumulan problemas como consecuencia

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de la actividad extractivista. Se suman el deterioro de los bosques y demás ecosistemas, la deforestación, contami-nación de los ríos, mayor producción de mosquitos con la consecuente epidemia de malaria, y la caza indiscrimina-da, entre otros problemas.

Genera gran preocupación las repercusiones de esa política minera en la población local por ejemplo, en los menores de edad y sobre todo en las comunidades indígenas que habitan ese geoestratégico espacio conver-tido en una zona de alto riesgo. Los anuncios oficiales muestran el interés de extraer rápidamente minerales preciosos a cualquier costo para ayudar a contener el dé-ficit fiscal que posee la nación, pero a la vez para obtener fuentes de riqueza que no pasan por los debidos contro-les fiscales.

Según un trabajo internacional de la Red Amazó-nica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), en la que participan las organizaciones venezo-lanas Provita y Wataniba, Venezuela es el país de la Ama-zonía, con más puntos de minería ilegal. Específicamente se contabilizaron en imágenes satelitales 1.899 puntos correspondientes a minas no autorizadas38, presumible-mente de oro, diamantes, coltán y otros minerales. En el texto de RAISG se señala que “se ha acelerado el proceso de daños como consecuencia de la minería a una veloci-dad que nunca habíamos tenido antes. Venezuela es el país de la región amazónica con mayor velocidad en el incremento de la deforestación”

A pesar de las opiniones en contra del AMO por parte de distintas instancias de la sociedad venezolana que van desde las universidades hasta la AN, pasando por las ONG, la Iglesia Católica y gremios profesionales, Maduro ha extendido gradualmente la acción del mega-plan minero hacia los grandes territorios circunvecinos, como el Parque Nacional Canaima, la Zona Protectora Sur del estado Bolívar y el mismo estado Amazonas. Esto

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se ha hecho con el respaldo de la Fuerza Armada Nacio-nal Bolivariana (FANB), la actuación directa de grupos irregulares y la imposición de un sistema de penetración anárquico violento con participación de la delincuencia organizada, incluyendo el Ejército de Liberación Nacio-nal (ELN) de Colombia, denunciado por varias fuentes.

Peticiones derecho al ambiente

1.-Hace falta que el Ministerio de Ecosocialismo en colaboración con el Ministerio de Educación asuman la iniciativa de impulsar la transversalidad de la educación ambiental de manera que sea incorporada a cada institución pública que tome decisiones que afecten los recursos naturales de nuestro territorio. En tal sentido se propone que se organicen talleres inter-ministeriales para incentivarla.

2-Es urgente que el Estado cree una Comisión Especial Asesora en Materia de Calidad de Agua, integrada por profesionales con experticia del Ministerio del Poder Popular Para la Atención de las Aguas, del Ministerio de Ecosocialismo y del Ministerio para la Salud y de gremios independientes y universidades nacionales. La idea es que sirva para asesorar a los órganos competentes en caso de emergencias con el tema del agua.

3-Solicitar a la Fiscalía para que abra una investigación con el caso del empleo de menores de edad en las minas de El Callao.

4.-Es necesario que cree una instancia interministerial que realice un diagnostico sobre las repercusiones socio económicos del Arco Minero del Orinoco y entre otros aspectos estudio con detenimiento qué está ocurriendo con las migraciones internas.

5-Hace falta que el Ministerio de Ecosocialismo reactieve la labor que llegó a desempeñar el Ministerio del Ambiente, en coordinación con las alcaldíasm, en materia de monitoreo de la calidad del aires de las distintas ciudades de Venezuela.

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Durante 2019 no hubo señales evidentes de voluntad po-lítica, por parte de quienes detentan el poder en Venezue-la por la vía de facto, para revertir el progresivo retroceso del derecho a la educación en el país.

Como consecuencia de ello, se agravaron los proble-mas estructurales que PROVEA y otras organizaciones de la sociedad civil han denunciado en años anteriores: disminución de la matrícula escolar y del número de do-centes; deterioro de la infraestructura física de planteles e instituciones educativas; bajos salarios y remuneraciones para el personal docente, administrativo y obrero en las distintas etapas del sistema educativo; aumento de la inseguridad en los recintos, y falta de evaluación de la calidad de la educación.

Para ocultar la crisis, los voceros de la dictadura de Nicolás Maduro difundieron de manera irresponsable cifras que muestran el supuesto crecimiento de la matrí-cula en los distintos niveles educativos. Una estrategia comunicacional basada en la mitomanía de Estado que se afianza desde 2018, con la deliberada intención de negar la gravedad del problema y la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) que afecta al país.

Luego de tres años consecutivos sin divulgación de cifras oficiales sobre la situación de la educación en Vene-zuela, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó, a finales de 2019, cifras parciales, teniendo como fuente datos del Ministerio de Educación. Sin embargo, la infor-mación no incluyó la data correspondiente a 2019. Para el análisis de ese período hemos tomado como fuente las in-formaciones de voceros del gobierno de facto de Maduro.

El análisis de las cifras oficiales difundidas demues-tra que la gestión en el área educativa es un fracaso. Por ejemplo, si comparamos las cifras del lapso escolar 2013/14 con las correspondientes al período 2017/18, los datos indican que hubo una reducción de la matrícula de

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138.815 niños, niñas y adolescentes en el nivel escolar de Educación Básica, que incluye educación inicial, primaria y media.

Cuando se analiza la información sobre cantidad de centros educativos, la evaluación también es negati-va. En ese mismo lapso, la cantidad de escuelas y liceos disminuyó en 449 planteles. Mientras el gobierno mentía anunciando la inauguración de escuelas en todos los esta-dos del país, la realidad fue que disminuyó el número y, además, la infraestructura existente se deterioró consi-derablemente.

Al analizar la situación de los docentes en el mismo lapso el resultado es parcialmente positivo. Se incrementó la cantidad en 113.968. Sin embargo, al examinar las cifras correspondientes al lapso 2017/18 hubo una disminución de 36.465 docentes en comparación con el lapso escolar anterior. Al no disponer de cifras de 2019 es imposible constatar si tal situación se atenuó o agudizó.

El gobierno de facto ha afirmado que la matrícula de estudiantes del nivel básico creció de manera significativa durante 2018 y 2019, lo cual genera la duda razonable de la posible alteración con el propósito de ocultar el descenso de la matrícula que distintos actores han señalado.

Al analizar el lapso que corresponde a este Informe 2018/19 se desprende de las cifras oficiales lo siguiente:

Para el período 2018/19 el gobierno repitió en edu-cación básica la misma cifra para el período 2017/2018, estimada en 7.664.869 estudiantes. En ese mismo ni-vel, la matrícula total para el período 2019/20 sería de 8.244.052 estudiantes. En inicial y primaria 5.655.419 estudiantes y 2.588.633 en educación media general y técnica. Ello indica que en inicial y básica la cantidad de estudiantes se incrementó en comparación con el lapso académico anterior en 250.661 estudiantes y en educa-ción media se incrementó con 328.522 alumnos, para un total de 579.183.

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Un crecimiento extraordinario en un solo lapso es-colar, cuyo origen no es explicado por los voceros de la dictadura, y que no se corresponde con la tendencia histórica de crecimiento o disminución de la matrícula en ese nivel educativo. Un crecimiento difícil de entender en un contexto de EHC y migración forzada masiva.

Contrario a esas afirmaciones, la verificación detalla-da permite indicar que entre 2008 y 2018 la matrícula en educación básica disminuyó en 57.880 estudiantes. En ese período de 10 años el lapso escolar en el cual se registró el mayor incremento fue el transcurrido entre 2011/12 y 2012/13, con 109.115 estudiantes que se incorporaron al sistema. Dado lo anterior, surge la siguiente interrogante: ¿cómo se explica que en tiempos de una profunda crisis económica y social, el crecimiento haya sido de 579.183 estudiantes en un solo lapso escolar?

Para este Informe no fue posible obtener información de la cantidad de estudiantes en cada una de las misiones educativas. Cada vez se informa menos de las mismas, tanto del presupuesto asignado a cada una de ellas como de la evolución de la matrícula.

Persistieron las denuncias de padres y docentes sobre las deficiencias del Programa de Alimentación Escolar (PAE). Con el propósito de mejorarlo, se anunció la creación de los Comités Escolares de Abastecimiento y Producción (CEAP).

Se constata un fracaso en los llamados “Conucos Esco-lares”, iniciativa improvisada que no consideró la escasez de agua en escuelas y liceos, así como los pocos recursos para el mantenimiento de los espacios.

En ese contexto se anunció el Plan Avícola Escolar, el cual empezaría en 186 escuelas que permitirían abastecer a los planteles con su propia producción para contribuir a la alimentación de los estudiantes.

No se produjo ningún avance en cuanto a la aplica-ción de las recomendaciones de la Consulta Nacional por la Calidad Educativa.

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El deterioro generalizado de los servicios públicos ―junto a los cuatro apagones que se produjeron a nivel nacional durante 2019― afectó el calendario escolar y agudizó algunos de los problemas que ya existían, moti-vando la deserción escolar.

Los bajos salarios y condiciones inadecuadas de tra-bajo forzaron a los gremios de la educación a organizar y convocar movilizaciones y paros a nivel nacional. 2019 fue un año de altos niveles de conflicto.

Según Maduro, para octubre de 2019 existía un total de 2.829.520 estudiantes universitarios, la misma cifra que anunció para octubre de 2018.

En el sector universitario también se profundizó la crisis con algunos problemas similares a los de otros niveles educativos: deserción de estudiantes y profeso-res; deterioro de la infraestructura; inseguridad en los recintos, y bajos salarios para el personal docente, admi-nistrativo y obrero. A ello hay que sumar la poca labor de investigación debido al éxodo de investigadores y los limitados recursos. Han sido anuladas casi en su totali-dad las partidas destinadas a garantizar la ampliación de conocimientos mediante becas para estudiar o participar en eventos a nivel nacional e internacional. El gobierno de facto, mediante formas diversas, persiste en atacar la autonomía universitaria y elevar los niveles de hostilidad contra la comunidad universitaria, empleando para ello también al Poder Judicial.

Peticiones derecho a la educación

1.-Atender con carácter de urgencia el creciente proceso de deserción tanto de estudiantes como de docentes garantizando programas de transporte escolar, superando las deficiencias en el Programa de Alimentación Escolar, masificando becas con montos acordes a la realidad y mejorar las condiciones laborales de los docentes incluyendo salarios dignos , planes de profesion-alización y respeto a las convenciones colectivas.

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2-Abstenerse de continuar difundiendo cifras que distorsionan la realidad del sistema educativo en todos sus niveles, publicar las Memoria y Cuenta y ofrecer un balance del grado de imple-mentación de las recomendaciones de la Consulta Nacional por la Calidad de la Educación.

3.-Impulsar un plan de construcción de nuevas escuelas y man-tenimiento adecuado de la infraestructura física -ambiental de las existentes y abstenerse de transferir a la comunidad educativa el costo del mantenimiento de las edificaciones.

4.-Garantizar un plan efectivo y duradero de seguridad de las instituciones educativas absteniéndose de militarizar los centros de enseñanza y abordando el fenómeno de la violencia escolar con efectivas políticas de prevención considerando las recomenda-ciones de la Consulta Nacional por la Calidad de la Educación

5-Respetar la autonomía universitaria y culminar las acciones mediante las cuales usando el Poder Judicial se pretende asumir por vías fraudulentas el control de gestión, funcionamiento y designación de las autoridades universitarias, asignar presu-puesto sin discriminar autónomas de no autónomas, otorgar salarios adecuados al docente universitario y al personal ad-ministrativo y obrero, así como desarrollar un plan nacional de reactivación de servicios universitarios y becas estudiantiles con montos que constituyan un verdadero apoyo a los estudiantes

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La situación de los derechos laborales en 2019 estuvo signada por la pérdida de la capacidad adquisitiva del sa-lario de los trabajadores y del deterioro de su calidad de vida; con el agravante de una desbalanceada dolarización de facto de algunos sectores de la economía que profun-dizó las desigualdades entre quienes tuvieron acceso a divisas y para quienes su único ingreso fue percibido en bolívares devaluados por la hiperinflación.

Al cierre de este informe, el Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social de Trabajo (MPPPST) no publicó su Memoria y Cuenta 2019, ni estadísticas rela-cionadas con diversos indicadores socioeconómicos.

Fue relevante que durante este período la Comisión de Encuesta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó su Informe “Por la reconciliación nacional y la justicia social en la República Bolivariana de Vene-zuela”, el documento más importante que se haya escrito sobre violaciones a la libertad sindical en Venezuela.

Continuó la política de persecución y hostigamiento a dirigentes sindicales obstaculizando el ejercicio de la libertad sindical. Las reiteradas violaciones a las conven-ciones colectivas fueron causa de paros, huelgas y movilizaciones de calle convocadas por las organizacio-nes sindicales.

Tras un retraso de un par de años, el Instituto Nacio-nal de Estadísticas (INE) actualizó las estadísticas de la Fuerza de Trabajo hasta 2018, año en el que la tasa de desocupación se ubicó en 6,4%, según la data oficial, un aumento de 0,3 puntos porcentuales con respecto a 2017 cuando el desempleo cerró en 6,1%.

Con esta variación, de una población económicamente activa de 16.029.529 personas, 15.011.108 personas estaban empleadas, lo que resulta en una tasa de ocupación de 93,6%. El restante, 1.018.421 personas, estaban desempleadas (6,4%).

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Del total de desocupados, 566.144 eran hombres y 452.277 eran mujeres, lo que indica que la tasa de desocu-pación es superior en las mujeres, que registran 6,6% de desempleo.

De la población ocupada, 8.929.536 personas estaban en el sector formal (59,5%), mientras que 6.081.572 perso-nas trabajaban en la informalidad (40,5%), una baja de 0,5 puntos porcentuales respecto a 2017. El sector privado se posicionó al cierre de 2018 como el mayor empleador del país, al congregar a 11.019.784 personas del total ocupado (73,4%). El sector público, en cambio, agrupa a 3.923.428 personas que equivalen a 26,1% del total. No obstante, con respecto a 2017, se observa un descenso de la nómina del ramo privado de la economía.

El segmento de la población de 15 a 24 años registró la mayor tasa de desocupación con un registro de 16,1%.

La política de inamovilidad laboral siguió vigente en 2019 y su aplicación se mantiene hasta el 28 de diciembre de 2020. Pero, como en años anteriores, su cumplimiento quedó en entredicho.

A finales del mes de enero de 2020, el Banco Central de Venezuela informó que la economía venezolana cerró 2019 con una inflación de 9.585,5%.

Con un proceso de hiperinflación sin control -, pese a tener la economía nacional dos años en esta espiral de aumentos-, la administración de Nicolás Maduro decretó tres ajustes salariales a lo largo del año, distribuidos de la siguiente manera: 300% a partir de enero; 122% desde mayo y 275% a partir de octubre. Como ha sido usual en este proceso político, omitió la discusión tripartita con empleadores y trabajadores para fijar la variación de sala-rio mínimo.

Al cierre de 2019, el salario mínimo estaba fijado en Bs. 150.000, monto al que se sumaba el bono de alimen-tación sin incidencia salarial de Bs. 150.000. Mientras la remuneración mínima legal alcanzaba a Bs. 300.000,

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la canasta básica familiar que incluye alimentos y gas-tos en categorías como educación, vivienda, vestido y salud para una familia de cinco miembros, se ubicaba en 27.322.672,78 bolívares, equivalentes a 182 salarios mínimos o 546,45 dólares americanos, de acuerdo con el reporte mensual del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cen-das-FVM). El alza en un año fue de 5.776,5%.

Por las intensas distorsiones económicas, políticas y sociales, 2019 marcó récord en manifestaciones. Aunque en el 2018, las protestas laborales ocuparon el primer lugar, en 2019 representaron la cuarta parte del total. En detalle, hubo 4.756 protestas por derechos laborales del total de 16.739 manifestaciones, de acuerdo con el balan-ce anual del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS).

Los trabajadores que más protestaron fueron los del sector educación con 3.714 manifestaciones a lo largo del año, seguido del sector salud (474) y transportistas (290).

Al cierre de este informe no existía información ofi-cial disponible correspondiente a firmas de convencio-nes colectivas durante el 2019. El reporte público más reciente fue presentado en el escenario del 171 período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Audiencia celebrada en Bolivia el 14.02.2019, sobre derechos laborales y libertad sindical en Venezuela, en la cual participó Provea en representación de la sociedad civil.

En esa oportunidad, el viceministro nombrado por Nicolás Maduro para el Sistema Integrado de Inspección Laboral y de la Seguridad Social del MpppstMPPPST, José Ramón Rivero; proyectó cifras globales hasta el año 2018, que no se encuentran en la página web del Mp-ppstministerio, informando que “[…] en el período com-prendido entre 2013 y 2018 se firmaron 359 convenciones colectivas en el sector público y 1.857 convenciones

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colectivas en el sector privado…”. Ello arrojaría un total de 2.216 convenciones colectivas suscritas en los últimos seis años, 83,8% en el sector privado y apenas 16,2% en el sector público.

Al cierre de este informe no existía información ofi-cial disponible correspondiente al registro de nuevas organizaciones sindicales durante el 2019. El reporte público más reciente fue presentado en el escenario del 171 período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Audiencia celebrada en Bolivia el 14.02.19, sobre derechos laborales y libertad sindical en Venezuela , en la cual participó Provea en re-presentación de la sociedad civil. En esa oportunidad, el viceministro José Ramón Rivero; proyectó cifras globales hasta el año 2018, que no se encuentran en la página web del Mpppst, informando que: “en el período comprendi-do entre 2000 y 2018 se registraron en el MPPPST un total de 6.560 organizaciones sindicales”.

Si entre 2000 y 2016 se registraron, como se señaló anteriormente, 6.333 organizaciones sindicales, y entre 2000 y 2018 el total sería de 6.560 de acuerdo a las decla-raciones del precitado funcionario, entre 2017 y 2018 se registraron 227 nuevos sindicatos, a un promedio de 113 sindicatos anuales; un descenso notable si se contrasta con el promedio anterior de 372 sindicatos registrados por año.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, es en su actuali-zación oral del 09.09.19, manifestó que la economía vene-zolana atraviesa lo que podría ser el episodio hiperinfla-cionario más agudo que haya experimentado la región, afectando la capacidad de compra de alimentos básicos, medicamentos y otros bienes esenciales, agregando que: “el salario mínimo equivale a 2 dólares mensuales, en comparación con los 7 dólares en junio. Así, una familia necesita percibir el equivalente a 41 salarios mínimos

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mensuales para poder cubrir la canasta básica alimenta-ria. La dolarización de facto en varios sectores de la eco-nomía está exacerbando las desigualdades.

También expresó su “rechazo a la condena del líder sindical Rubén González a 5 años y 9 meses de prisión por un tribunal militar el 13 de agosto por hechos ocu-rridos en el ejercicio de su activismo sindical.” Y expresó su solidaridad con su familia por haber sido víctima de hostigamiento. Finalmente acotó que “la aplicación de la justicia militar para juzgar a civiles constituye una viola-ción del derecho a un juicio justo, incluido el derecho a ser juzgado por un tribunal independiente e imparcial.”

A partir de marzo de 2018 se activó por parte del Consejo de Administración de la OIT, una Comisión de Encuesta para la República Bolivariana de Venezuela, el mecanismo de investigación de más alto nivel de ese organismo parte de la Organización de las Nacio-nes Unidas.

La Comisión constata en sus conclusiones (capítulo 7), la existencia en el país de un conjunto de institucio-nes y prácticas que atentan contra las garantías y dere-chos establecidos en los Convenios objeto de la queja. Afectan en particular a la existencia y a la acción de organizaciones libres e independientes de empleadores y trabajadores y al desarrollo de un diálogo social de buena fe en un ambiente de confianza y respeto mu-tuo. Estas prácticas y situaciones se insertan en un com-plejo entramado institucional e informal que hostiliza y socava la acción de la Federación de Cámaras y Asocia-ciones de Comercio y Producción de Venezuela (FEDE-CAMARAS) y de las organizaciones de trabajadores no afines al Gobierno. El entramado integra una multipli-cidad de elementos (jurídicos, políticos, institucionales, sociales, etc.) algunos de los cuales reflejan problemas sistémicos en el funcionamiento del Estado de derecho en el país.

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La Comisión considera que sus recomendaciones deberán aplicarse sin más demora, completándose su cumplimiento a más tardar el 1º de septiembre de 2020. La Comisión instó al Gobierno a acudir a la asistencia técnica de la OIT en relación con la aplicación de estas recomendaciones.

Peticiones derechos laborales

1.-Mitigar la pérdida del poder adquisitivo del salario, adoptando medidas eficaces para el control de la inflación, cesando la política lesiva al derecho a un salario suficiente, lo cual afecta la capacidad de compra de alimentos básicos, medicamentos y otros bienes esenciales de los trabajadores y trabajadoras.

2-Implementar el mecanismo de diálogo social tripartito entre trabajadores, trabajadoras, entes empleadores del sector público y privado y el Estado, establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en temas como la fijación del salario mínimo y el diseño de las políticas públicas laborales.

3-Respetar el derecho a la negociación colectiva mediante la activación, discusión y firma de las convenciones colectivas vencidas, principalmente en las instituciones y empresas del Estado. Garantizar el ejercicio del derecho constitucional a la huelga, manifestación pacífica, libertad de asociación y reunión, así como investigar y sancionar los hostigamientos y despidos por razón de discriminación política.

4-Respetar plenamente el derecho a la libertad sindical, poniendo fin a las medidas administrativas y judiciales que lo obstaculizan y criminalizan, en especial la liberación inmediata de todo empleador o sindicalista que pudiese permanecer en prisión en relación con el ejercicio de las actividades legítimas de sus organizaciones.

5-Cumplir con las recomendaciones tanto de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, como del Informe de la Comisión de Encuesta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), orientadas

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a promover el respeto de la libertad sindical como base de un diálogo tripartito para la reconciliación nacional, el desarrollo económico sostenible, el cese de la persecución a los defensores de derechos laborales y la justicia social.

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En 2019 se produjo un aumento significativo de viola-ciones graves a derechos de los pueblos indígenas. A su derecho al territorio y derechos ambientales, violaciones a la vida e integridad, retroceso de condiciones de vida digna por la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) y el abandono gubernamental para garantizar alimentación y salud.

Existe muy poca o ninguna información pública sobre estadísticas de pobreza, acceso a bienes y servicios, progra-mas sociales de alimentación para pueblos y comunidades indígenas, tampoco en materia de salud, todo cual eviden-cia la falta de políticas de atención diferenciada en materia de derechos para atender sus necesidades inmediatas.

La Comisión de Demarcación de Tierras sigue sin activarse desde 2012. Entre 2017 y 2019 no se ha entrega-do ningún título de tierras a ninguna comunidad indí-gena en el país. No realizan consultas ni consentimiento con base en el derecho; sin embargo, el Estado difunde como “consultas previas”convocatorias con grupos espe-cíficos, a quienes les presentan un plan ya establecido y les solicitan informar cómo quieren incorporarse a los proyectos extractivos.

La minería ilegal y el proyecto Arco Minero del Orino-co (AMO) agravaron la garantía de derechos al ambiente y a la soberanía en sus territorios. La extensión de la pre-sencia de grupos irregulares armados en tierras indíge-nas, actuando como paraestados con aquiescencia estatal, dejó saldos de violaciones a la integridad personal y a la vida. Se conoció la denuncia de dos indígenas desapare-cidos presuntamente por la acción de estos grupos arma-dos; un secuestro, y al menos un asesinato tras el ataque armado en la comunidad de Ikabarú.

La minería ilegal y la extensión de las zonas de mine-ría con el proyecto minero extractivo AMO ha generado

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una serie de conflictos en territorios indígenas. Uno de los más preocupantes es la incorporación de un gran nú-mero de indígenas a la minería en términos diferentes a los desarrollados ancestralmente. La vinculación con el mineral ha cambiado y los ha afectado en términos cultu-rales. Indígenas han entrado en un ciclo de explotación y transformación de su condición indígena a la de minero, abandonando sus modos tradicionales y ancestrales de sentido con su entorno. Por la necesidad económica, la intervención de grupos de violencia, por modo propio, cooptación e inversión estatal en la dinámica extractiva de sus territorios, están siendo afectados de forma drásti-ca en sus tradiciones y formas de relacionamiento.

Algunos son víctimas de explotación laboral, el tra-bajo en condiciones de esclavitud o su incorporación a grupos armados irregulares y formas de paraestado en sus tierras. Todo bajo la mirada aquiescente del Estado venezolano o su intervención violenta para controlar y romper con la poca cohesión y capacidad de respuesta del movimiento indígena que pudiera oponerse a la mi-nería ilegal y al proyecto AMO.

El 09.09.19, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, en su actualización oral sobre el país expresó:

“Me preocupa también el impacto que la extracción de oro, diamantes, coltán y otros metales en el Arco Minero del Orino-co está teniendo en la forma de vida de los pueblos indígenas, así como el impacto ambiental en sus territorios. A pesar de que el Gobierno considera que se realizaron consultas con los pueblos indígenas antes del establecimiento del Arco Minero, autoridades indígenas y ONG sostienen que no hubo consultas ni los estudios de impacto ambiental adecuados”.

La militarización y violencia estatal aumentó el índice de violaciones graves a los derechos civiles y políticos de pueblos indígenas, con un saldo de nueve indígenas ase-sinados, cuatro de ellos en territorio Pemón, tras el ata-

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que de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en Kumaracapay y en Santa Elena de Uairén, estado Bo-lívar, en febrero de 2019. En comparación con el año an-terior, hubo un aumento de 450% en casos de indígenas asesinados por órganos de seguridad del Estado.

Al menos seis ejecuciones fueron hechas por efectivos militares, dos por la GNB y una por las Fuerzas de Ac-ciones Especiales (FAES). Entendiendo que la GNB es un componente de la FANB, 88,8% de los asesinatos fueron cometidos por miembros de este órgano, demostrando así que la militarización y el aumento de la presencia de militares en territorios y comunidades indígenas aumen-ta los niveles de riesgo para que se cometan violaciones de derechos humanos.

Se agrega a esa situación allanamientos ilegales, de-tenciones arbitrarias y hostigamiento, 1.200 indígenas pe-mones se vieron obligados a migrar forzosamente a Brasil huyendo de la violencia política. La respuesta represiva a las protestas dejó 11 indígenas detenidos en el estado Amazonas, tras una marcha y cabildo abierto; pasaron 78 días en condiciones precarias, contrayendo enfermedades y sin poder ver a sus familiares. Igualmente se produjo la detención arbitraria y desaparición forzada de 13 in-dígenas pemones, inculpados de participar en el asalto a un batallón del ejército en la Gran Sabana. A todo ello se agrega el hostigamiento y los señalamientos contra líde-res indígenas acusados de ser parte de “grupos armados generadores de violencia”.

La militarización ha sido dirigida en dos ámbitos: 1) Para la expansión, control y uso de territorio indígena en las políticas mineras en la zona, sobre todo en el sector Ikabarú, denominado en sus inicios como Bloque Indígena Minero, vinculado al AMO; y 2) Persecución, hostigamien-to, vigilancia y control sobre quienes disienten y se oponen al gobierno y a la política minera extractiva en el sector, obligando a muchos a la migración forzosa a Brasil.

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Las dificultades en materia de movilidad por falta de transporte público y combustible, y por las limitaciones propias de las zonas remotas incidió de manera negativa tanto en el derecho a la alimentación como en salud, con denuncias de fallecidos por la imposibilidad de trasladar-los a centros de salud.

En materia del derecho a la alimentación se produ-jeron graves retrocesos. Agravó la posibilidad de tras-lado de mercancías, alimentos y producción autóctona de cada comunidad para la venta y el intercambio. Mermó la capacidad para la compra o intercambio de alimentos. A su vez, la contracción económica, la hiperinflación, el desempleo y la dolarización de la economía afectaron a indígenas que viven en zonas rurales, urbanas y ciudades.

En el área de salud, la acción humanitaria permitió comenzar a bajar los números de contagios y muertes por malaria, difteria y sarampión; sin embargo, la situa-ción continúa siendo preocupante. La migración forzosa de indígenas de 11 pueblos, huyendo de condiciones de hambre y abandono, se extiende a Colombia, Guyana y Brasil; En 2019 se añade el factor de la migración indí-gena por la persecución y razones políticas. Cientos de pemones debieron buscar refugio motivado a la persecu-ción política. Mujeres indígenas constituyen un pequeño porcentaje; sin embargo, son parte de uno de los grupos más vulnerables, por su triple condición: indígena, mi-grante y mujer.

Al 31.12.19, según las cifras de ACNUR, en Brasil hay cerca de 5.000 indígenas venezolanos desplazados forzosamente, “principalmente pertenecientes a la etnia Warao, aunque también de las comunidades Eñepa, Kariña, Pemón y Yekwana”.

En el mapeo demográfico para las poblaciones indígenas realizado en Brasil por ACNUR, su repre-sentante José Egas informó que existen cuatro pueblos

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migrantes: Warao (66%), Pemón (30%), Eñepa (3%) y Kariña (1%).

Peticiones Derechos de los Pueblos Indígenas

1.-Implementar un plan urgente integral de alimentación y salud para atender la crisis humanitaria indígena y la migración forzosa en marcha. Garantizar el acceso a la gasolina para el desplazamiento.

2.-Investigar y sancionar a los funcionarios responsables del asesinato de indígenas como consecuencia un uso alevoso excesivo de la fuerza contra las protestas indígenas, atender a quienes quedaron con graves problemas de salud y realizar un proceso de reparación para todas las víctimas. Cesar el hostigamiento contra el pueblo pemón y otorgar libertad a los indígenas detenidos por motivos políticos.

3..-Desarrollar medidas adecuadas para impedir que grupos de delincuencia organizada y presuntos grupos irregulares armados de Colombia, continúen desarrollando labores de minería ilegal y contrabando invadiendo territorios indígenas en Bolívar, Amazonas y Zulia afectando el nivel de vida de las comunidades y elevando los riesgos a la salud y vida.

4.-Inmediata paralización del Proyecto Arco minero Del Orinoco y las actividades extractivas artesanales e ilegales en zonas indígenas, realizadas en el marco del mismo, hasta que no se realice el proceso de consulta previa, libre e informada y los estudios de impacto ambiental.

5.-Activación de la Comisión de Demarcación de Territorios y activación de la aprobación y entrega de los títulos de propiedad colectiva de los pueblos y comunidades indígenas tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV).

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La severa pérdida de capacidades sanitarias en Vene-zuela siguió su curso durante 2019 contribuyendo a una Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) con tenden-cia a agravarse al no haber cambios en las políticas que la causaron ni una respuesta humanitaria internacional con mayor acceso en el terreno y posibilidades de forta-lecer las capacidades del país para atender las múltiples y masivas necesidades humanitarias de la población ve-nezolana. Gran parte de esta emergencia se debe al co-lapso general del sistema sanitario público sometido por décadas a un persistente deterioro para prestar servicios de atención a la salud, lo cual ha sido principal factor en el aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas que afectan a más de la mitad de la población. El siste-ma sanitario público ha venido acumulando una caída de capacidades que supera 70%, dejando sin servicios a la mayoría de las personas, como producto de intensos problemas de infraestructura, dotación, equipamiento, personal capacitado, seguridad y servicios básicos.

En 2019, los registros de la base de datos del Progra-ma Venezolano de Educación-Acción en Derechos Hu-manos (PROVEA) muestran un nuevo salto alarmante en los casos de denuncia por violación del derecho a la salud en los hospitales públicos. En solo un año estas denuncias se incrementaron en 247%, pasando de 16.186 en 2018 a 56.175 en 2019; 62% del total estuvieron re-lacionadas con el incumplimiento de obligaciones del Estado que garanticen la disponibilidad de una atención adecuada y oportuna, y 23% con impedimentos de ac-cesibilidad a servicios y medicinas. Este notorio incre-mento coloca la escala de reducción de las capacidades de los hospitales públicos en un nivel catastrófico que tiene impactos demoledores para el derecho a la vida y salud de la población venezolana. Durante 2019, varias

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Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y organis-mos internacionales reportaron el empeoramiento de las condiciones de operatividad de todos los hospitales.

La Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) reportó en 2019 el empeoramiento de las condiciones de ope-ratividad de los hospitales públicos por falta de agua, fallas eléctricas, condiciones de insalubridad y falta de higiene, al igual que mostró una severa insuficiencia de alimentos en los servicios de nutrición para las personas hospitalizadas. En referencia a servicios básicos, los re-sultados de los 40 hospitales públicos (tipo III y IV) de mayor importancia en los 24 estados del país evaluados en la ENH2019 arrojaron que 70% presentaban fallas re-currentes de agua y 20% estuvieron sin servicio de agua todo el año; 63% presentaron fallas de electricidad con un promedio de 342 interrupciones al mes, debido a frecuen-tes y prolongadas interrupciones. La encuesta reportó que por las fallas eléctricas pudieron haber muerto unas 164 personas y que por causa de las precarias condiciones sanitarias en estos hospitales fallecieron unas 4.858 perso-nas en 2019

La renuncia o retiro del personal de salud agravó la prestación de servicios durante todo el año, aumentan-do el déficit de personal médico y de enfermería capa-citado debido a las inaceptables condiciones de trabajo, la excesiva erosión de los salarios y la poca cantidad de personal en los centros de salud. En 2019 los gremios de salud protagonizaron centenares de protestas pacíficas y por causa de su ejercicio se denunció la detención, persecución e intimidación de personal médico y de enfermería en varios estados del país. Fueron también recurrentes los ataques contra defensores del derecho a la salud y activistas de acciones humanitarias, quienes sufrieron allanamientos ilegales a sus sedes de trabajo, hostigamiento y amenazas de detención arbitraria por parte de cuerpos de seguridad.

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La paralización de programas de diagnóstico, entrega o aplicación de tratamientos y de intervenciones quirúr-gicas sin tener a la vista mayor asistencia y protección hu-manitaria, dejaron en desamparo a más de seis millones de personas con condiciones crónicas graves, entre ellas quienes tienen problemas cardiovasculares, renales y pul-monares, las trasplantadas, con hemofilia, cáncer y VIH. Por causa de ello en este informe se reportan unos 40.000 fallecimientos, además de un promedio de 760 muertes maternas, 13.728 muertes de niños y niñas menores de un año y 16.368 defunciones de menores de cinco años.

Las epidemias que tuvieron gran expansión en 2018 experimentaron un leve decrecimiento en 2019. El Minis-terio del Poder Popular para la Salud (MPPS), a cargo del ministro Carlos Humberto Alvarado González, notificó a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) un to-tal de 398.285 casos de Malaria o Paludismo, 1.990 casos de Sarampión y 488 casos de Difteria. En 2019, la OPS y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNI-CEF) apoyaron al MPPS en una campaña de vacunación combinada contra el Sarampión y la Difteria. A pesar de reportar que se logró vacunar masivamente a cerca de nueve millones de personas, la mayoría niños y niñas entre seis meses y 15 años de edad, la cobertura no supe-ró el estándar esperado de 95%. Venezuela fue evaluada en el Índice Global de Seguridad Sanitaria (GHS Index) sobre preparación ante epidemias obteniendo puntajes por debajo del promedio de los países de América Latina y el Caribe. En esta evaluación Venezuela alcanzó brechas de 76,7% en la detección temprana y notificación de epi-demias, 45,6% en respuesta rápida y mitigación de una posible propagación, y 42,9% en la capacidad del sistema sanitario para tratar a las personas enfermas y proteger a los trabajadores de la salud.

En el balance del Plan Humanitario de Naciones Unidas de 2019, la Oficina de la ONU para la Coordina-

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ción de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que se había alcanzado a un total de 2,4 millones de personas con necesidades humanitarias, aunque solo se recaudó 35% de los fondos solicitados. La mayor cantidad de este financiamiento se destinó al sector salud, reportando un estimado de 2,3 millones de personas asistidas mediante la entrega de medicinas a 341 centros sanitarios en 14 estados del país. No obstante, el número de personas alcanzadas por la asistencia humanitaria no da cuenta de las múltiples y severas necesidades en salud. A las graves dificultades de agua, electricidad y saneamiento, y a la insuficiente cantidad de dotación y de personal en los centros sanitarios, se sumó un acceso restrictivo en el terreno, zonas inseguras controladas por grupos irre-gulares y falta de capacidad de logística en la respuesta humanitaria por la negativa del gobierno a la presencia operativa del Programa Mundial de Alimentos, agencia responsable de la logística de transporte y telecomunica-ciones en crisis de gran escala. La organización ACAPS, que hace seguimiento a las crisis humanitarias en el mun-do, mantuvo a Venezuela entre las siete crisis mundiales más severas, donde toda la población se ve afectada, existen los más altos porcentajes de población con necesi-dades humanitarias y se mantienen altas restricciones de acceso humanitario.

Peticiones derecho a la salud

1.-Garantizar acceso a la asistencia humanitaria y cooperación internacional para dar una respuesta eficaz, adecuada y oportuna a la emergencia en salud, sin politizarla y cumpliendo responsabilidades primordiales con la protección de los derechos a la vida y a la salud de toda la población venezolana de acuerdo con normas del derecho internacional y compromisos asumidos en tratados internacionales.

2.-Remover todos los obstáculos y facilitar en todos los aspectos legales, logísticos y operativos la entrada al país, distribución y

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entrega de manera rápida y en condiciones seguras de suficientes cantidades de medicinas, insumos médicos y servicios de salud a todas las personas que lo necesiten en los lugares donde se encuentren, incluyendo establecimientos de salud, comunidades y estados del país.

31.-Respetar las solicitudes de asistencia humanitaria internacional que han hecho las personas afectadas, los sindicatos y gremios de la salud, las academias y sociedades científicas, las comunidades y las ONG humanitarias y de derechos humanos, y abstenerse o erradicar cualquier tipo de represalia o prácticas violentas contra quienes solicite, presten y reciban esta asistencia, en tanto constituye un derecho humano inviolable y una obligación inderogable del Estado venezolano.

4.-Cesar cualquier uso discriminatorio, excluyente o coercitivo del acceso a los bienes y servicios de salud disponibles en el país o a los que entren por vía de la asistencia humanitaria y la cooperación internacional en contra de los fines humanitarios, a través de registros como el Carnet de la Patria, la militancia partidista o adhesión ideológica, o por cualquier otro medio; e instruir a todos los funcionarios y civiles que trabajan en combinación con el Estado a que desistan de estas prácticas.

5.-Levantar la censura a la publicación de boletines epidemiológicos semanales, registros y estadísticas del sistema sanitario, anuarios de morbilidad y mortalidad y documentos oficiales en materia de políticas, presupuesto y programas de salud y emprender un plan nacional para restituir las capacidades rectoras, administrativas y operativas del sistema sanitario público, con asignación de recursos suficientes, la asistencia técnica y financiera de organismos internacionales y la participación de todas las instituciones públicas y privadas con capacidad y disposición para aportar en el área de salud.

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Continúa la opacidad de información como política ema-nada del ilegítimo gobierno para impedir el acceso a data que describa de una forma más aproximada la situación del derecho a la seguridad social y sus diversos indicado-res: número de pensiones otorgadas, pensiones regulares y por decretos excepcionales, inversión social y regíme-nes prestacionales, entre otros.

En cuanto a los recursos económicos, se destinó 1 billón 529.780 millones de bolívares. De ese monto, 48% fue dirigido a la protección social, a saber: Educación, Ciencia y Tecnología, 13%; Plataforma de Protección So-cial Patria, 12%; Salud, 9%; Actores sociales, 8%, y Obras y servicios, 6%. Además, hubo créditos adicionales por Bs 573.894.278 para cubrir los gastos de pensiones y ju-bilaciones de abril y mayo. En abril se dispusieron más recursos económicos para cubrir requerimientos presu-puestarios, donde se acentúan gastos de personal activo, pensionado y jubilado de los órganos y entes de la Admi-nistración Pública Nacional, así como a los pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) en sus diferentes contingencias.

En lo relativo al número de pensionados, en 2018 el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) documentó 4.530.901 pensionados para llegar a 100% de pensiones. En 2019, el funcionario Aristóbulo Istúriz señaló la cifra de 4.900.764 pensiona-dos, y el Plan de la Patria 2019-2025 indica superar los 4,5 millones de personas, alcanzando 100% de cobertura. Si se resta el número de pensionados anunciado por Istúriz con lo plasmado en el Plan de la Patria, hay una diferen-cia de 400.764 pensionados que fueron incorporados, en teoría, en tan poco tiempo. De manera que existe con-tradicción con lo anunciado por Istúriz sobre la cifra de 4.900.764 pensionados para 2019.

DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL

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Sobre los programas sociales, destacó Nicolás Maduro la entrega de bonos a través del Carnet de la Patria, que busca compensar los “ataques de la guerra económica”. En la rendición anual de 2019, Maduro resaltó que el “petroa-guinaldo” se repartió a ocho millones de personas, lo cual resulta cuestionable porque ese bono fue adjudicado a adultos mayores y a una parte de empleados de la admi-nistración pública.

De igual manera se creó el 22.01.19 el programa social Chamba Adulto Mayor, en el cual unos 150 mil adultos mayores han sido incorporados a través del censo realizado en diferentes estados del país. En mayo Istúriz informó la captación de 633.008 adultos mayores, por lo que “cada Ministerio evaluará qué tareas les otorgará de acuerdo a sus potencialidades”. Hasta el momento de elaboración de esta investigación se desconoce si el citado programa contó con recursos económicos, plan de inserción de la población objetivo en actividades laborales y mecanismos de egreso, entre otros aspectos.

Por otro lado, en una revisión del Plan de la Patria 2019-2025, escrito oficial que expone los logros y líneas de acción en diversos ámbitos, destaca como logro en segu-ridad social

“haber pasado la inversión en relación con el ingreso, de 39,1% en los últimos 18 años de la IV República a 74,1% en Revolución. Solo como ejemplos por sectores: se incrementó en 1.086% la inversión social en salud y en 3.125% la inversión social en seguridad social”.

Contrastando lo señalado con la realidad, se tiene que en materia de derechos a la población de adultos mayo-res el abandono de centros de salud y de atención se agu-dizó en 2019, cuando se documentaron precariedades en ancianatos de diversas regiones del país.

Prosiguiendo con el Plan de la Patria 2019-2025, reza el documento:

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“2.3.5. Continuar combatiendo la desigualdad a través de la erradicación de la pobreza extrema y disminución de la pobreza general hacia su total eliminación”.

Se anunció la continuidad de la entrega de recursos monetarios a las familias más vulnerables, sin que ello incidiera en mejores condiciones de vida ni capacidades. La promoción del desarrollo sostenible debe acompa-ñarse de un verdadero sistema de protección social que disminuya la pobreza, desigualdad, exclusión e insegu-ridad social.

Al mismo tiempo, en marzo de 2019, Carlos Rotonda-ro, quien estuvo en la dirección del IVSS por diez años, anunció públicamente

“las trabas para la compra de tratamiento, el uso de medi-cinas para el control político, el deterioro del organismo que presidió, las cadenas de corrupción en torno a la compra de insumos y fármacos”.

Esto refleja una insuficiencia institucional en materia de respeto a los derechos humanos de la población objeto del IVSS, teniendo como causa la corrupción sistémica que pone fin a los procesos de desarrollo de políticas y acciones en seguridad social.

Simultáneamente, existen 11.700 pensionados ve-nezolanos en el exterior que siguen enfrentándose a la ineficiencia del irregular gobierno de Nicolás Maduro al no tener garantía de sus prestaciones, y que viven de la asistencia social de organizaciones y de trabajos con muy poca remuneración.

Un aspecto novedoso del período en estudio fue el desarrollo del 1er Congreso Nacional Seguridad Social 2019, cuyo propósito era el derecho a la seguridad social, situación actual y sus determinantes.

Peticiones derecho a la seguridad social

1.-Desarrollar a nivel legal y administrativo la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social y proceder a su ejecución.

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Desarrollo de un fondo de pensiones de la seguridad social, de acuerdo a lo establecido en la Ley de Pensiones.

2.-Construir un sistema de indicadores que permitan el seguimiento y evaluación de los programas sociales con enfoque en la protección social.

3.-Promover espacios para el debate y concertación de ideas y acciones con la participación de todos los actores que aportan a la seguridad social.

4.-Impulsar un diseño y planificación de un programa de empleo dirigido a los adultos mayores pensado desde los derechos humanos, sociodemografía, protección social y mercado laboral.

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DERECHO A LA TIERRA

PROVEA observa con preocupación y por segundo año la disminución del interés del Ejecutivo por democratizar el uso de la tierra y brindar apoyo al campesino para la producción, lo que representa un retroceso importante al cumplirse 20 años de la promulgación de la Ley Orgánica de Tierras (LOT). Durante 2019 el Instituto Nacional de Tierras (INTI) aparentemente continuó con el proceso de rescate y regularización de tierras, manejando en sus notas de prensa cifras difusas que no se pueden corro-borar; lo cual es seguido por la negativa del Ministerio para la Agricultura Productiva y Tierras (MAT) y el Mi-nisterio para la Agricultura Urbana (MAU) de consignar la Memoria y Cuenta de sus gestiones ante la Asamblea Nacional (AN). En consecuencia, se dificulta obtener ci-fras exactas de las hectáreas (ha) y predios recuperados, superficie cosechada, instrumentos agrarios entregados y número exacto de campesinas y campesinos beneficiados.

Pese a no existir cifras oficiales, se acudió a los archi-vos de prensa de diferentes instituciones vinculadas al MAT y al INTI, obteniendo una cifra no verificable según la cual se entregaron 1.123 títulos agrarios para regula-rizar 3.727 ha en ocho de los 24 estados de la República. Durante este año no se registraron operativos especiales como el “Plan Cayapa” para la regularización de la tierra. Debemos destacar que desde la llegada de Nicolás Madu-ro a la presidencia descendió de forma constante y anual la entrega de ha y predios para la producción: en compa-ración con 2015 la merma fue de 92,7% y en comparación con 2012 fue de 14.670,44%. Por lo cual 2019 es uno de los años con menos ha entregadas, solo superado por 2017. Es importante recalcar que por segundo año consecutivo el ministro del MAT es Wilmar Castro Soteldo y en la presidencia del INTI está Luis Fernando Soteldo, tío y sobrino respectivamente, lo que afianza la cultura de ne-

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potismo en el Ejecutivo y contraviene el artículo 145 de la Constitución de la República Bolivariana de Vene-zuela (CRBV).

La presencia de grupos delictivos y grupos irregulares de Colombia, presuntamente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Li-beración Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Libera-ción (EPL) en cinco estados fronterizos (Bolívar, Táchira, Zulia, Apure y Amazonas); aunado a la militarización del campesinado, la presencia de las Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional (FPLN) y de militares en cargos de gerencia en el MAT, MAU, INTI, Agropatria e institu-ciones públicas vinculadas a la producción agropecuaria, contribuyen al decrecimiento y a la falta de productivi-dad en el campo.

Se constató un auge de la violencia en el campo, tan-to delincuencia organizada como la producida por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Na-cional Bolivariana (PNB) y otros cuerpos de seguridad en asentamientos campesinos. En 2019 se tuvo infor-mación de 23 asesinatos de productores y campesinos, superando las nueve víctimas de 2018, lo que representa la cifra más alta desde que asumió la primera magistra-tura Nicolás Maduro en 2013. A estos luctuosos hechos se le debe sumar la desaparición de dos campesinos en el estado Yaracuy.

Durante 2019 se pudo identificar 11 conflictos sobre la posesión de la tierra, en los estados Barinas, Lara, Portuguesa, Distrito Capital, Aragua, Bolívar, Falcón y Yaracuy; ocho de las 24 entidades administrativas que componen la federación. Un elemento distintivo en com-paración con 2018 fue la entrega de ejidos municipales por parte de gobernadores al INTI. Sigue registrándose la presencia de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y del FAES en el desalojo de productores de terrenos ocu-pados u hostigando a los campesinos en zonas de extrac-

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ción minera, como en el cerro La Vieja en el estado Lara o en asentamientos con proyectos desarrollistas como el Teleférico Ávila-Macuto, en el estado Vargas.

El sector productivo del campo se vio seriamente afectado por el apagón nacional de marzo de 2019, con la pérdida de productos, paralización del comercio y un estimado en pérdidas de US$ 3.633.515, solo en los afilia-dos a la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga). Se registraron productores afectados en los estados Zulia, Lara, Táchira, Mérida, Anzoátegui, Tru-jillo, Bolívar, Miranda, Portuguesa, Guárico, Carabobo, Miranda, Vargas, Aragua, Monagas, Barinas y Cojedes, y en el Distrito Capital, lo que hace un total de 18 de las 24 entidades territoriales de la República. A ello se debe agregar la falta de combustible para movilizar las cose-chas y el colapso de los servicios básicos.

Para 2019 se desconoce el importe recibido por el MAT y el MAU, que le corresponde por situado consti-tucional para la ejecución de proyectos, debido a que la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), instancia sin competencia en la materia, certificó y aprobó por segun-do año consecutivo la Ley de Presupuesto para el Ejerci-cio Económico Financiero, la Ley Especial de Endeuda-miento Anual para el Ejercicio Económico Financiero y el Plan Operativo Anual de 2019 a través de un decreto sin número publicado en la Gaceta Oficial Nº 41.293 del 05.12.18; lo cual significa una violación flagrante de la Ley Orgánica de Régimen Presupuestario y ratifica la po-lítica de opacidad impulsada por el Ejecutivo desde 2016.

Venezuela sigue sin cumplir las metas de la sobera-nía alimentaria. Al respecto, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP por sus siglas en inglés) reportó que 32,3% de los venezolanos vive con inseguridad alimentaria. De ellos, 7,9% con inseguridad alimentaria severa (2,3 millones) y 24,4% adicional (7 mi-llones) con inseguridad alimentaria moderada.

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Estas cifras son apoyadas por el informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), que emitió en abril de 2019 una Alerta Temprana sobre Seguridad Alimentaria y Agricultura Abril-Junio, donde colocó a Venezuela entre los diez países que atra-vesarán en los próximos meses los más altos riesgos para su seguridad alimentaria y su agricultura.

Es importante señalar que el Ejecutivo realizó un es-fuerzo para producir arroz y otros cereales. El 24.04.19 se publicó el Decreto N° 3.824 en la Gaceta Oficial N° 6.450, donde se establece como rubro estratégico la producción de semillas de las siguientes especies: frijol, topocho, plátano, caraota, maíz, papa, quinchoncho, yuca, ocumo, ñame, auyama, apio y plantas medicinales, así como la cría de especies animales: cunícola, avícola, caprina, ovi-na y porcina. Esta decisión ratifica la política del Ejecuti-vo, denunciada por PROVEA en otros informes, donde se observa que no existen registros de producción de rubros como piña, patilla, algodón, coco, girasol, maní, palma aceitera, sisal, apio, batata, mapuey, ñame, ocumo, agua-cate, cambur, mango, melón, naranja, plátano, uva, ce-bolla, coliflor, pepino, repollo, zanahoria, cacao y tabaco, que antes se produjeron en Venezuela y que contaron con el apoyo del Ejecutivo.

El 01.06.18 se publicó la resolución conjunta del MAT/MAU y el Ministerio de Economía y Finanzas que estable-ce las bases, condiciones, términos y porcentaje mínimo obligatorio de la cartera de créditos que cada una de las entidades de la banca universal, tanto pública como priva-da, debió destinar al sector agrario durante el ciclo produc-tivo abril 2018-marzo 2019. En el instrumento se contem-pla que el total de la cartera destinada a financiar rubros estratégicos y no estratégicos se mantenga entre 61% para vegetales de corto plazo, 5% para vegetales de lago plazo, rumiantes 10%, avícola y porcina 10%, pesca y acuicultura

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5% y 1% para cajas rurales; lo cual significó una diversi-ficación en relación con 2017, pero continúa la política de disminución de inversión de años anteriores, cuando se establecía la máxima en 63% y la minima en 2% para 2017, y 75% máxima y 5% la mínima durante 2016.

Respecto al financiamiento del Plan de Siembra 2019, el Ejecutivo aprobó 228.439 millones de bolívares, equiva-lente a 33 millones de dólares. La Confederación de Aso-ciaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela. (Fedeagro) calculó que se necesitaron 1.500 millones de dólares, lo que a criterio de los productores representa un retroceso de 45 años. A ello se le suma una caída en la ex-portación de 65%, priorizando la importación. Se ratifica la estrategia gubernamental de subordinar el apoyo eco-nómico y de insumos a los productores por su militancia o adhesión política, como ocurrió con los productores de maíz en Barinas o la asignación de créditos a campesinos por parte del Frente Alberto Müller Rojas.

Con respecto a la participación del PIB Agrícola en el PIB Nacional, el Banco Central de Venezuela (BCV) sigue sin publicar en su página Web las cifras oficiales, por lo cual se desconoce con exactitud el monto desde 2016. No obstante, el 28.05.19 el BCV publicó por primera vez en más de tres años datos de la economía, revelando una caída del PIB de 47,7% entre 2013 y 2018 y una hiperinfla-ción que supera 53.000.000% a abril de 2019.

Con relación al avance legislativo en la democrati-zación y acceso a la tierra, siguen sin promulgarse leyes en beneficio del campesinado. Mientras el Ejecutivo, a través de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), sigue con su política de control de los costos de producción con actos administrativos que no se publican en la Gaceta Oficial, lo que atenta contra el principio de seguridad jurídica y publicidad presente en el ordenamiento jurídico. Aunado a esto está la presentación del Plan de la Patria 2019-2025,

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donde se realiza una copia al carbón de los objetivos tra-zados en el pasado plan, lo que demuestra un desinterés por parte del Estado.

PROVEA observó con preocupación que durante 2019 el sector campesino es uno de los más afectados por la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC), producien-do sin incentivos, sometido a la violencia ejercida por grupos al margen de la ley u organismos de seguridad, usado muchas veces con fines proselitistas, con poca capacidad organizativa autónoma y con nula presencia femenina para exigir sus derechos.

Peticiones derecho a la tierra

1.-Afianzar los mecanismos en marcha para la ayuda humanita-ria que permitan la mitigación a corto plazo de la grave crisis en materia alimentaria que afecta al país y exigir transparencia en su ejecución.

2.-Diseñar y ejecutar políticas públicas que garanticen el adecua-do estímulo a la producción interna, un suficiente abastecimien-to, la accesibilidad económica y la calidad de los alimentos.

3.-Garantizar un sistema de información de acceso público sobre las condiciones de la seguridad alimentaria y nutricional en el país, presentando indicadores actualizados y desagregados de obesidad, desnutrición y hambre oculta en la población.

4-Desmontar progresivamente el plan CLAP y reorientar la asistencia a los sectores en mayor situación de vulnerabilidad, garantizando a las familias frecuencia y estabilidad de la oferta alimentaria, la capacidad de elegir qué comprar y a precios acce-sibles en todo el territorio nacional, adoptando políticas frente a la crisis de escasez alimentaria y alto costo de los productos

5.-Promover y agotar todos los mecanismos a su alcance para propiciar el diálogo entre el sector agroproductivo público y privado, con el objetivo de impulsar la producción nacional y disminuir la dependencia de las importaciones de alimentos, aumentando la producción nacional.

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El derecho a la vivienda adecuada en 2019 transcurrió para los venezolanos bajo el peor momento de acceso a la información pública desde 1999. A partir de 2014 se deja-ron de divulgar los informes de gestión del Ministerio de Hábitat y Vivienda (Minhvi), que si bien tenían debilida-des ―que fueron alertadas por el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) en su momento— daban algunas cifras para hacer el contraste de los avances y retrocesos durante el período. Desde entonces se han divulgado cifras irreales sobre la cantidad de viviendas nuevas construidas por año. Sin embargo, para esta tendencia, durante 2019 los funciona-rios dieron un paso más en la opacidad estadística al no comunicar ningún número concreto sobre las casas levan-tadas, limitándose a repetir que habían llegado a los tres millones de viviendas construidas por la Gran Misión Vi-vienda Venezuela (GMVV) en diciembre. Al restar la cifra anunciada 12 meses antes con los tres millones, suman 500.000 las unidades habitacionales que supuestamente el Ejecutivo Nacional habría construido en 12 meses.

Al realizar un levantamiento de información basado en lo publicado en ocho portales de información oficial, con viviendas entregadas donde se informó su cantidad y ubi-cación, Provea cuantificó en 4.820 las viviendas realmente traspasadas a sus beneficiarios. Si bien recono-cemos el posible subregistro en la cuantificación de viviendas por vía hemerográfica, siendo parte crucial de la propaganda ofi-cial, es muy difícil que se entregue una sola vivienda sin la realización de un acto protocolar, con las consecuentes notas de prensa y amplia cobertura mediática.

El número de viviendas levantado por Provea corres-ponde a un año caracterizado por la profundización de la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC), la crisis económica y de servicios básicos, así como la migración

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forzada de venezolanos. Y para el sector construcción, por el alto desempleo dentro del gremio denunciado por los sindicalistas, las cifras del Banco Central de Venezuela (BCV) en las que el Producto Interno Bruto (PIB) aporta-do por la actividad constructiva para 2018 ha sido el más bajo en los últimos 31 años, y la paralización de las em-presas básicas que suministraban insumos para la GMVV.

Desde 1993 Nicolás Maduro ha sido quien menos ha construido viviendas en el país. Al realizar compa-raciones en sexenios, entre 1992 y 1998 se construyeron 401.519 casas, mientras en los seis últimos años de ges-tión del expresidente Hugo Chávez se habrían levantado 354.754 casas. Por su parte, desde 2014 hasta 2019 Madu-ro habría edificado apenas 121.281 unidades habitaciona-les. Al sumar los números levantados por Provea durante la realización de su Informe Anual —que incluye su pro-pia base de datos con cantidades extraídas de los medios estatales—, la GMVV habría construido hasta diciembre de 2019 la cantidad de 433.146 viviendas, ostensiblemen-te menor que los tres millones anunciados por la propa-ganda oficial.

El año 2019 no sólo se caracterizó por la menor canti-dad de viviendas anuales construidas por el bolivarianis-mo desde su llegada al poder, sino también por la crisis de los servicios básicos. Según el Observatorio Venezola-no de Conflictividad Social (OVCS), entre enero y diciem-bre la demanda del suministro de energía eléctrica, agua potable y gas doméstico fue la segunda causa de movi-lizaciones en el país, con 5.375 protestas, lo que arroja como promedio 14.7 movilizaciones al día. Además, du-rante el período tres personas fallecieron en el contexto de manifestaciones por servicios públicos.

El cénit de la crisis lo constituyó el apagón nacional del 07.03.19, que dejó sin luz a más de 20 estados de Venezuela; en el caso de la región capital por 72 horas,

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y para algunas regiones del resto del país durante una semana. En diciembre el Comité de Afectados por los Apagones calculó en 80.700 las fallas eléctricas ocurridas durante el año.

Las autoridades evitaron reconocer la emergencia eléctrica o responsabilizarse por su deterioro. La versión oficial fue que el sistema era objeto de un “sabotaje del imperialismo” y que esa primera interrupción nacional —luego vendrían otras de menor duración— había sido consecuencia de un “hackeo informático”. Por esta razón el 12.03.19 fue detenido durante 24 horas el periodista y defensor de derechos humanos Luis Carlos Díaz, quien sería excarcelado luego de una campaña nacional e inter-nacional y sometido a un régimen de presentación en tri-bunales y otras medidas de limitación de sus libertades, vigentes hasta la redacción del presente informe. Un consultor en estrategias para la gestión de riesgos en-trevistado por El Nacional, quien solicitó mantenerse en el anonimato, aseguró que las características del diseño del sistema de la central hidroeléctrica del Guri no permi-te ataques cibernéticos:

“Esos sistemas no pueden ser atacados remotamente. Son sistemas de control cerrados diseñados para que las turbinas generadoras funcionen de manera sincrónica. Es como hackear una nevera o una licuadora”.

Por su parte el ingeniero eléctrico Miguel Lira respon-sabilizó de la interrupción a las políticas implementadas por el oficialismo en el sector eléctrico:

“Sacaron a los profesionales para colocar adeptos políticos, suspendieron los planes de mantenimiento, hicieron compras inconvenientes e innecesarias, además de despilfarrar recursos. Otros aspectos importantes fueron las congelaciones de las ta-rifas y, por supuesto, la concentración del área eléctrica en una empresa técnica y económicamente inviable”.

El 07.06.19, mediante el decreto N° 3.873 se creó la “Misión Venezuela Bella”. Según el artículo 3, posee ocho

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vértices: 1) Transformación del hábitat; 2) Recuperación de espacios públicos, amplios y seguros; 3) Recuperar y rehabilitar de la infraestructura en los corredores e los sectores y de los barrios de las ciudades del país; 4) Recuperación de la vialidad para la movilidad, el alum-brado público y la semaforización; 5) Eficacia para la ges-tión integral de los residuos y desechos sólidos; 6) Recuperación de fachadas y techos en urbanizaciones populares y barrios; 7) Elaboración de murales, y 8) Recuperación de patrimonios culturales y pa- seos urbanos. El 02.09.19 el vicepresidente sectorial de Planificación, Ricardo Menéndez, anunció el inicio del XV Censo Nacional del Sistema Estadístico y Geográfico Nacional, el cual incluía un censo de viviendas. Durante la descripción del proceso de ejecución afirmó que miem-bros de la Milicia Bolivariana, el Poder Popular y el partido político Somos Venezuela serían “el gran cuer-po de empadronadores que vamos a tener desplegados en el territorio nacional”.

Diferentes organizaciones sociales, entre ellas MiCon-dominio.com, rechazaron que no fueran funcionarios del Instituto Nacional de Estadística (INE) quienes levanta-ran la información. El anuncio generó alarma entre sec-tores de la ciudadanía sobre la ejecución de un supuesto plan llamado “Ubica tu Casa”, mediante el cual se detec-tarían inmuebles desocupados debido a que sus dueños se han ido a vivir al exterior como parte de la migración forzada. Provea registró situaciones no solo en construc-ciones edificadas por la GMVV, sino también ocupacio-nes en viviendas privadas que fueron denunciadas como parte de dicho plan.

En opinión de Provea, la ausencia de institucionalidad democrática y estado de derecho ha permitido actuaciones irregulares en materia de vivienda, que apro-vecharon la desinformación sobre el Censo de Vivienda y la retórica oficial de criminalización a la migración en

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beneficio privado. Las propias declaraciones de Menén-dez confirmarían esta hipótesis, al reconocer que se estaban presentando situa-ciones anómalas:

“El plan no existe y tampoco es una visión del Ejecutivo Nacional. Quienes sean víctimas del Plan Ubica tu Casa ten-drán todos los instrumentos legales para proceder contra cual-quiera que pretenda agredir la propiedad”.

Peticiones derecho a la vivienda

1.-Publicar la Memoria y Cuenta del Ministerio de Vivienda, incluyendo criterios técnicos en su elaboración y el listado deta-llado de viviendas entregadas.

2.-Decretar la emergencia en la prestación de servicios básicos, diseñando planes de contingencia que incluyan la participación tanto del sector privado como sus beneficiarios.

3.-Entregar títulos de propiedad a todos los beneficiarios de vi-viendas de interés social, suficientes jurídicamente para proteger-los de un desalojo forzoso.

4.-Diseñar un plan de mitigación de los efectos del cambio climá-tico, incluyendo la reubicación de todas las viviendas en terrenos inestables

5.-Diseñar y ejecutar políticas de levantamiento de información en materia habitacional con la participación del Instituto Nacio-nal de Estadística (INE), excluyendo a personal no calificado que genere temores en la población en el posible uso discriminatorio y arbitrario de los datos.

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Entre enero y diciembre de 2019 el Programa de Educa-ción-Acción en Derechos Humanos (Provea) registró un total de 357 denuncias de violaciones del derecho a la integridad personal –con igual número de casos–, que incluyeron a 5.211 víctimas. Los datos indicados, compa-rados con el periodo anterior, cuando se reportó un total de 1.677 víctimas, representan un notable incremento de 310,73%.

Entre las víctimas identificadas se pudo conocer el género de 2.103 personas, lo cual representa 40,19% del total individualizado. De estas, 97,76% fueron del género masculino (2.056) y 2,23% del género femenino (47).

Las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) concen-traron –por segundo año consecutivo– el mayor número de víctimas, con 1.747 (33,52%) cuando actuaron en operaciones individuales. Las veces que esta corpora-ción realizó acciones conjuntas con otros actores de se-guridad estatal y paraestatal, acumuló un total de 1.910 víctimas (36,65%).

El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), cuando actuó de manera indi-vidual, fue señalado en la comisión de 31 casos que in-volucraron a 943 afectados (18,09%), la mayoría víctimas de torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes agredidas en las dependencias de ese organismo a nivel nacional. Durante la ejecución de operaciones conjuntas la cifra de víctimas del CICPC se elevó a 945 (18,13%).

La Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuando ac-tuó en operativos sin ninguna otra agrupación, acumuló 53 denuncias que incluyeron a 381 víctimas (7,31%). Mientras que en operativos junto a otras corporaciones violentas como colectivos paramilitares, Dirección Gene-ral de Contrainteligencia Militar (DGCIM), PNB, Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), FAES y

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policías regionales, el número de víctimas que generó ascendió dramáticamente a 1.288 personas (24,71%).

Individualmente consideradas, las agrupaciones para-militares ocuparon el quinto lugar en el número de abusos contra el derecho a la integridad personal en 2019. Cuando las agrupaciones paramilitares desarrollaron operaciones sin la compañía directa de otros órganos de seguridad, generaron 139 víctimas (2,66%), la mayoría de ellas, per-sonas heridas y/o lesionadas durante el ciclo de protestas de comienzos de año. Sin embargo, cuando estos grupos de choque actuaron en operaciones conjuntas con órganos como la GNB, FAES y efectivos de la Dirección de Control de Reuniones Públicas y Manifestaciones de la PNB, fue-ron corresponsables de generar 811 víctimas (15,56%) de violaciones a la integridad personal.

Durante el período se denunciaron 40 casos de tor-turas que incluyeron a 574 víctimas individualizadas de este delito contra los derechos humanos. Esta alarmante cifra representa un aumento de 526,60% respecto al nú-mero de víctimas registradas en 2018. Este es el registro más alto documentado por Provea en 31 años de monito-reo del derecho a la integridad personal.

Del total de víctimas de torturas documentadas por Provea entre enero y septiembre, 426 (74,21%) fueron personas privadas de libertad procesadas y condenadas por la comisión de delitos comunes; 124 (21,60%) milita-res detenidos al ser acusados de formar parte de “actos conspirativos” contra la dictadura de Nicolás Maduro; 22 personas (3,83%) fueron civiles detenidos por razo-nes políticas o en el ejercicio del derecho a la manifesta-ción pacífica, y 2 (0,34%) víctimas se produjeron en otras circunstancias.

El CICPC cerró el año con 10 denuncias que lo invo-lucran en la comisión de torturas contra 259 personas. Esta cifra sitúa al organismo como responsable de 45,12% del total de casos registrados. La DGCIM se ubicó en se-

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gundo lugar acumulando 10 casos que involucran a 124 víctimas de tortura (21,60%), un considerable incremento de 165% en el número de afectados ya que este cuerpo de seguridad registró 49 víctimas más que en 2018.

Entre enero y diciembre de 2019 murieron 23 personas a consecuencia de las torturas recibidas de agentes de la fuerza pública. Comparado con la cifra registrada en 2018, durante el actual período de estudio se produjo un aumento de 176,92%.

852 personas fueron víctimas de tratos y penas crue-les, inhumanas y degradantes durante 2019. El segundo registro más alto de víctimas por este subpatrón en los siete años de mandato de Nicolás Maduro, solo superado por las 970 personas afectadas durante 2018. En compa-ración con el período anterior, se registró un descenso de 12,16%, siendo este el único subpatrón de los analizados en este capítulo que no experimentó un crecimiento res-pecto a 2018.

En el subpatrón heridos y/o lesionados Provea regis-tró 81 casos que incluyeron a 1.033 víctimas individuali-zadas, un aumento de 1.359,2% respecto al año anterior, cuando se reportaron 76.

De estas víctimas, 984 (95,52%) fueron heridas en el contexto de manifestaciones. El registro de heridos de 2019 es el tercero más alto correspondiente a este sub-patrón durante la era Maduro. Solo es superado por las 3.811 víctimas ocurridas en el contexto de la rebelión po-pular de 2017, y las 1.094 víctimas del ciclo de protestas de 2014.

Se registraron 1.804 casos de allanamientos ilegales a nivel nacional. En comparación con el período anterior, cuando se registraron 667 casos, se experimentó un in-cremento de 170,46%. Por segundo año consecutivo las FAES de la PNB lideraron esta estadística al participar en 1.628 allanamientos (90,24%) cuando actuaron en ope-rativos individuales, y en 1.629 casos (90,29%) sumando

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un operativo realizado en conjunto con la DGCIM. En todos los allanamientos ilegales realizados por las FAES se reportaron hurtos, destrozos de propiedad privada y ejecuciones extrajudiciales, entre otros abusos.

Por último, 789 personas individualizadas en 57 de-nuncias fueron objeto de amenazas y/o actos de hostiga-miento durante 2019. Un aumento de 120,27% respecto a las 656 víctimas de este subpatrón registradas en 2018.

Peticiones derecho a la integridad personal

1.-El Estado tiene la obligación de garantizar que las labores de seguridad ciudadana y control del orden público sean estric-tamente ejecutadas por órganos de carácter civil conforme a lo establecido en la CRBV.

2.-Se debe permitir y garantizar el ingreso de los representantes de los diversos mecanismos de Naciones Unidas y el Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos, a los recintos carcelarios del país para constatar el estado de reclusión en que se encuentran las personas privadas de libertad.

3.-El Estado debe permitir la visita del Relator Especial contra la Tortura de la ONU y de la CIDH; y Ratificar el Protocolo Facul-tativo de la Convención contra la Tortura y otros tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes.

4.-La AN debe reformar la Ley Especial para Prevenir la Tor-tura y otros Tratos Crueles, y armonizar el concepto de tortura contenido en este instrumento legal con en el artículo 17 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes. Asimismo, el Estado debe crear un programa nacional descentralizado para la rehabilitación integral de víctimas de tortura.

5.-Estricto cumplimiento de la Ley Especial para Prevenir y Sancionar la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes, y sanción a los funcionarios que incurran en los delitos allí tipificados, para contribuir a reducir el alto grado de impunidad en la comisión del delito de tortura.

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DERECHO A LA JUSTICIA

El año 2019 marca la consolidación de un Estado de he-cho en Venezuela, donde las máximas autoridades de to-dos los poderes públicos han sido nombradas o elegidas en contra de la Constitución y los principios más básicos de la democracia, salvo por el Poder Legislativo.El papel del Poder Judicial (PJ) ha sido clave para dar aparien-cia de legalidad a un Estado que actúa al margen de la Constitución y que, lejos de proteger a los ciudadanos y controlar el ejercicio del poder, se ha transformado en un órgano represor al servicio del poder.

Particularmente, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ha intensificado su activismo partidista, distor-sionando su labor como intérprete del derecho para perseguir y criminalizar la disidencia. Sus decisiones se limitan a crear las condiciones para que el gobierno, de facto desde 2019 ―por la toma de posesión de Nicolás Maduro contraria a la Constitución y los comicios anti-cipados antidemocráticos de mayo de 2018, se mantenga en el ejercicio del poder, vulnerando sostenidamente los Derechos Humanos (DDHH).

Nicolás Maduro, toma posesión el 10.01.19, en su se-gundo mandato como presidente de la República, ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y no ante la Asamblea Nacional (AN), como en cambio establece la Constitu-ción, con base en unas elecciones realizadas anticipada-mente (mayo de 2018 en vez de diciembre) y en condicio-nes ajenas a la legalidad y a la democracia.

Trece de los magistrados del TSJ no han sido designa-dos por la AN actual, sino por la saliente y sin cumplir el procedimiento previsto para su nombramiento.

El TSJ por lo tanto está integrado por magistrados que no cumplen en su gran mayoría los requisitos para ocupar sus cargos. Entre ellos están los llamados “exprés”, elegidos sin seguir procedimiento alguno. Uno de ellos, Christian

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ZERPA (46), magistrado de la Sala Electoral del TSJ desde 2015, en enero de 2019 huyó del país declarando que des-conocía al gobierno de Maduro por la falta de libertad en las elecciones del 20.05.18. También declaró que su desig-nación por parte del Jefe del Estado obedeció a su lealtad a la revolución y que desertaba por el riesgo de persecución y encarcelamiento en un gobierno autocrático.

El nombramiento de jueces continúa realizándose siguiendo normas que contradicen la CRBV al permitir jueces provisionales sin la apertura de concursos de oposición.

Se mantiene la desinformación oficial sobre el número de tribunales existentes y sus titulares; tampoco hay es-tadísticas sobre su funcionamiento. En la página web del TSJ solo aparece en la sección “TSJ regiones”, el directorio de cada estado, donde se puede ver el nombre y ocupa-ción de los jueces, incluso su estatus, aunque la informa-ción no está actualizada.

El TSJ no presenta su informe anual de gestión desde 2012. Únicamente publica algunos datos en su página web tras la sesión de apertura del año judicial. Este acceso limitado a la información pública es ya una política de Estado

El Defensor del Pueblo y el Fiscal General fueron nombrados por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y no por la AN, aunque la Constitución así lo exi-ja. Los miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE) fueron designados por el TSJ y no por la AN como prevé la Constitución.

Por su parte, la ANC, órgano convocado por Maduro, y no por el pueblo como corresponde según la Constitu-ción, se ha dedicado a legislar, nombrar funcionarios y convocar elecciones, entre otros, usurpando funciones de otros poderes del Estado, en especial de la AN, sin dedi-carse a elaborar una Constitución, que es en realidad su única facultad constitucional.

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El Ejecutivo nacional, apoyado por las Fuerzas Ar-madas, concentra todo el poder, sin control alguno, ni siquiera el parlamentario, y ejerce un gran control social, económico y político.

El papel del Poder Judicial (PJ) ha sido clave para dar apariencia de legalidad a un Estado que actúa al margen de la Constitución, y lejos de proteger a los ciudadanos y controlar el ejercicio del poder, se ha transformado en un órgano represor al servicio del poder.

Durante 2019, el máximo tribunal dictó 30 sentencias contra la AN. Varias de ellas le han servido para usurpar o anular sus funciones. Entre estas destacan las de la Sala Constitucional, que han declarado constitucional seis veces la prórroga del estado de excepción por emergen-cia económica, vigente desde enero de 2016, cuando la Constitución permite una duración de sólo 60 días, pro-rrogables por una sola vez. Lo más grave es que la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción (artículo 34) prohí-be al TSJ pronunciarse al respecto si no ha sido aprobada la declaratoria de estado de excepción por la AN, que ha sido justamente lo ocurrido en este caso.

Entre las 30 sentencias de 2019 se encuentran también las que enjuician a 24 diputados y les violan su inmuni-dad parlamentaria.

En esta situación de facto y tras anular el contenido de la Carta Magna con declaratorias continuas de estados de excepción desde 2016 y sin el aval del parlamento, la crisis política alcanza en 2019 niveles inimaginables. Por una parte, la AN -único poder público legítimo, pero no reconocido por el régimen de facto ha intentado hacer valer la Constitución, lo que se ha traducido en dos “cen-tros de poder” paralelos que luchan entre sí, mientras el ciudadano padece los rigores de la emergencia humanita-ria compleja.

En medio de esta crisis política, institucional, econó-mica y social, en cuyo origen y progresivo aumento ha

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tenido un rol clave el TSJ, en especial su Sala Constitucio-nal (SC), al interpretar la Constitución a favor del poder e ir negando los derechos de los ciudadanos, se han con-solidado la violencia y la impunidad como prácticas sis-temáticas, pulverizando aún más el derecho a la justicia y la institucionalidad.

Esta situación no solo dificulta a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos y garantías, sino que les obliga a enfrentarse a un sistema de justicia arbitrario, corrupto y acosador que, cuando no politiza sus decisiones siguien-do las instrucciones del Ejecutivo nacional, obliga al pago de gratificaciones ilegales a los ciudadanos.

El Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) Miche-lle Bachelet sobre la situación de los Derechos Humanos en Venezuela de 04.07.19, pone de manifiesto graves violaciones de los derechos civiles y políticos de los ciu-dadanos. También ACNUDH muestra que el derecho de acceso a la justicia y a la reparación de las víctimas ha sido violado de forma sistemática, así como el derecho al debido proceso (artículo 49 constitucional).

Provea viene denunciando esta realidad, sin embargo —al igual que en 2018—, le ha sido imposible recopilar la información estadística necesaria por la falta de datos oficiales, producto de la ausencia de publicación de los correspondientes informes anuales del TSJ, del Ministe-rio Público (MP), de la Defensoría del Pueblo (DdP), así como de la Memoria y Cuenta del Ministerio para el Po-der Popular para Servicios Penitenciarios (MPPSP). Todo ello, a pesar de que Provea ha solicitado la información sin recibir respuesta hasta la fecha.

La violación de los derechos humanos y la ausencia total de justicia se han convertido en una constante diaria en Venezuela, a tal punto que el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió crear en octubre de 2019 la Misión de De-

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terminación de Hechos de la ONU para Venezuela, con el objetivo expreso de “investigar ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes desde 2014 con el fin de garantizar la rendición de cuentas y la justicia para las víctimas”, para “promover la responsabilidad por las violacio-nes y combatir la impunidad“.

Peticiones derecho a la justicia

1.-Reconocer a la Asamblea Nacional. Para ello, el Tribunal Supremo de Justicia debe levantar el desacato y dejarla funcionar sin anular sus actos, salvo cuando la Constitución lo disponga y siempre, que previamente, se haya solicitado la nulidad de un acto o haya alguna demanda en su contra, y no por personas que son parte del Estado.

2.-Dejar de declarar la constitucionalidad de la declaratoria de estado de excepción, que por emergencia económica se ha veni-do extendiendo desde el 2016, en contra de lo que establece la Constitución y sin el aval de la Asamblea Nacional.

3.-Liberar de manera plena a la juez Afiuni, sometida a graves y viles violaciones contra sus derechos humanos a lo largo de los 10 años, durante los cuales ha estado en curso un proceso judicial, dirigido por jueces parcializados y subordinados al Ejecutivo.

4.-Liberar de manera plena a todos los presos políticos, y en particular, a los diputados encarcelados y al dirigente sindical Rubén González.

5.-Desarrollar y ejecutar verdaderas políticas públicas que de-tengan el grado alto de corrupción del Sistema de Justicia y su ausencia de transparencia, que impiden a la población venezolana el acceso a la justicia. Más concretamente, se solicita que sean publicadas las cifras del Sistema de Justicia, incluidas las de la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público, el Tribunal Supremo de Justicia, los Servicios penitenciarios, para lo cual resulta indis-pensable que se presenten los correspondientes informes anuales.

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Durante 2019 el Programa Venezolano de Educa-ción-Acción en .Derechos Humanos (Provea) registró un total de 2.744 presuntas violaciones al derecho a la li-bertad personal, lo que representa un aumento de 147% respecto a la cifra de 2018; y a su vez una disminución de 66% del promedio anual general de los últimos 29 años sistematizados en nuestros informes. En conse-cuencia, se mantiene la tendencia general de los últimos años hacia una ligera disminución de estos casos. Es de destacar que al menos unas 2.451 (89%) de estas deten-ciones están vinculadas con manifestaciones de carácter político, así como con reclamos por servicios básicos y exigencias por mejoras salariales.

El aumento señalado de las cifras totales se debió al significativo incremento en el número de personas de-tenidas de manera masiva durante 2019. Provea registró un total aproximado de 1.957 personas detenidas masi-vamente, lo que constituye 71% del total de las presuntas violaciones a la libertad personal de este año. Estas cifras representan un aumento de 171% respecto al número de personas detenidas masivamente durante 2018, y una disminución de 82% sobre el promedio general de deten-ciones masivas registradas desde 1999. Esta disminución no necesariamente significa una mejora general de los derechos civiles, porque pudiera estar asociada con otras formas de violencia institucional más agresivas y letales, el desplazamiento del interés de los medios de comuni-cación (que son nuestra principal fuente de información) hacia otros temas, así como la disminución de la pobla-ción en al menos 13% debido al éxodo de venezolanos durante los años recientes.

Las detenciones colectivas también aumentaron res-pecto al año anterior en 116%, y 282% respecto al pro-medio general de los últimos diez años. Por otra parte, de las 2.744 víctimas registradas, solo 91 (3,3%) corres-

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pondieron al patrón de detenciones individuales, lo que representa un incremento de 49% de estas detenciones respecto al período anterior. En contraste, cuando se compara esta cifra con el promedio general de estos casos durante los últimos 22 años, se aprecia una dismi-nución de 17,4%.

Asimismo se observa el incremento en 481% de las detenciones ocurridas en el contexto de manifestaciones respecto a 2018, apenas 102 menos que en 2017, cuando ocurrieron manifestaciones masivas en todo el país. Esta cifra también representa un incremento de 297% sobre el promedio general de los últimos 29 años. Es de destacar que, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), durante 2019 hubo más manifestaciones que en 2014, 2017 y 2018, caracterizados por grandes pro-testas nacionales.

Se puede afirmar que durante 2019 las violaciones a la libertad personal estuvieron enfocadas principalmente en las manifestaciones callejeras (89%) y fueron de carácter masivo (71%).

Las detenciones en contextos de operativos policiales militarizados representaron durante el año objeto de análisis 0,8% de las detenciones masivas, y 0,6% de todas las detenciones ilegales o arbitrarias registradas. En el seguimiento de prensa se observa una enorme dismi-nución en este tipo de detenciones, que no han vuelto a los niveles de 2015 cuando llegaron a ocupar 98% de los casos registrados. Las cifras disponibles sugieren que las detenciones masivas en las barriadas populares, durante los últimos cuatro años, vienen siendo sustituidas por intervenciones institucionales más intensas, selectivas y mortales. Los datos reflejan que en los barrios populares la victimización por la acción policial ha, al menos, man-tenido su letalidad.

En 2019 unas 211 personas sufrieron violaciones a su integridad personal durante las detenciones analizadas,

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lo que representa 8% de los casos totales, así como un aumento de cuatro puntos respecto a 2018.

Los cuerpos nacionales practicaron 73,6% de estas de-tenciones, seguidos de las policías municipales con 18,6% y los estadales con 7,8%.

El perfil mayoritario de las víctimas que pudieron ser identificadas es: hombre (70,4%), trabajadores u obreros (20%), dirigentes políticos o líderes sociales (16,4%), pe-riodistas (16%) y militares (8,6%). Las detenciones contra periodistas aumentaron 13,8 puntos este año; se trata de unos 62 trabajadores de medios de comunicación.

Apenas se pudo conocer la edad de 9% de las víc-timas; la edad promedio de los adultos es de 30 años. Finalmente, se contó la detención ilegal y arbitraria de al menos 162 niños, niñas o adolescentes (NNA); se trataría de 6% de estos casos.

Durante el período analizado se registraron 83 casos y 193 víctimas de privación de libertad por razones po-líticas, lo que representa una disminución de estos casos (30,8%) respecto al año anterior, cuando se reportó la mayor cantidad de detenciones de este tipo. Sin embargo, si se compara con el promedio general de casos anua-les ―que Provea ha registrado desde 2009―, se trataría de un incremento de 186%, lo que da continuidad a una clara y preocupante tendencia al aumento de estos casos durante los últimos años. Es de destacar que dos de estos casos son a su vez desapariciones forzadas.

Las desapariciones forzadas tuvieron un decrecimien-to de 60% respecto al año anterior, así como una dismi-nución de 82% respecto al promedio sistematizado por Provea durante los últimos 19 años.

Los meses en los que se registró la mayor cantidad de detenciones fueron enero y abril. En enero se detuvo al menos a 1.021 personas, en la mayoría de estos casos debido a las protestas en contra del gobierno que se ge-neraron a partir del 21 de ese mes. En abril también hubo

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diversas protestas en todo el país, motivadas por la de-manda de servicios básicos, en especial por las fallas en el servicio eléctrico iniciadas en marzo. En algunos estados duraron semanas sin la prestación del servicio, lo que generó también problemas con el suministro de agua. Casi una tercera parte de estos hechos ocurrieron en el estado Zulia.

Finalmente, el 30 de abril se intentó materializar un golpe de estado. Todos estos acontecimientos posiciona-ron a abril como el segundo mes con mayor número de detenciones, con 612 personas privadas de libertad. Al menos tres decenas de estas personas fueron detenidas con posterioridad a su participación en manifestaciones, cuando ya se encontraban en su hogar.

Las regiones que presentaron los primeros lugares en mayor cantidad de detenciones ilegales o arbitrarias fue-ron los estados Zulia con 537 (20,4%), Anzoátegui con 237 (9%) y Miranda con 230 (8,7%); el Distrito Capital con 227 (8,6%), y los estados Lara con 223 (8,5%) y Aragua con 196 (7,44%). Estos seis suman 63% de todos los casos registra-dos en los que se pudo identificar el lugar de ocurrencia.

De los casos en los que se pudo registrar el órgano de seguridad responsable destaca la Fuerza Armada Nacio-nal Bolivariana (FANB) con 52% de las detenciones; la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) está involucrada en la mayoría (48,5%). Preocupa el creciente protagonismo de la FANB y entes como la Dirección General de Contra-inteligencia Militar (DGCIM) en este tipo de detenciones, lo que sirve como un indicador del incremento de la mi-litarización en la respuesta estatal, no solo en materia de seguridad ciudadana sino también en la represión contra la disidencia política.

En síntesis, durante 2019 aumentaron las violaciones al derecho a la libertad personal; la mayoría de las de-tenciones ilegales o arbitrarias fueron de carácter masivo y ocurrieron en el contexto de protestas. Los cuerpos de

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seguridad dependientes del Ejecutivo Nacional son los que practican la mayor parte de estas detenciones, y den-tro de estos el que tuvo un mayor protagonismo fue la FANB, especialmente su componente GNB.

Este año se observó también el incremento de las de-tenciones de trabajadores de los medios de comunicación.

Peticiones derecho a la libertad personal

1.-Cumplir y hacer cumplir los artículos 44 (libertad personal), 47 (inviolabilidad del hogar doméstico) de la CRBV, así como el 9, 234, 127, 196 y 197 del COPP. Ninguna autoridad debe prac-ticar ni tolerar la detención de una persona que no se encuentre en delito flagrante o que no tenga en su contra una orden judicial previa que ordene su aprehensión.

2.-La Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y la Defensa Pública deben hacer intervenciones inmediatas con funcionarios de guardia las 24 horas del día que garanticen los derechos de los detenidos, además de llevar un registro detallado en los casos donde existan violaciones a estos derechos. Los tribunales de control también deben hacer lo propio y llevar sus estadísticas sobre estos casos.

3.-Elaborar un registro general oficial, consolidado, de la canti-dad de personas detenidas anualmente. Esta información debe ser pública y presentada de manera detallada por meses, estados, sexo, edad, razones legales, organismo institucional que practicó la detención, centro de detención y estatus procesal del detenido.Los funcionarios que practiquen detenciones deben estar ple-namente identificados, con sus nombres completos en sus uni-formes, insignias institucionales correspondientes y rostro al descubierto. Deben prohibirse el uso de capuchas o máscaras que dificulten su identificación.

4.-Desjudicializar la política nacional y dejar de utilizar a los cuerpos de seguridad del Estado, en especial a las policías polí-ticas (civil y militar), así como los tribunales civiles y militares, como instrumentos de intimidación y retaliación político partidista, o como instrumento para intereses grupales particula-res o privados.

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El año 2019 estuvo signado por un contexto de pérdida de institucionalidad y gobernabilidad democrática, sien-do una de sus manifestaciones, el bloqueo de mecanis-mos de participación y representación popular.

En el período se registró un incremento de las pro-testas sociales, rompiendo un record histórico con 16.739, según cifras suministradas por el Obser-vatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS). Líderes políticos, gremiales, sindicales, indígenas, ve-cinales y estudiantes universitarios ―por citar algunos de los sectores movilizados― trabajaron arduamente porque sus quejas y solicitudes fueran oídas y sus de-rechos respetados.

El Ejecutivo Nacional de facto ha ejercido una política de control a través de mecanismos como el Estado de Ex-cepción y Emergencia Económica. Su aplicación no ha lo-grado los propósitos indicados en los decretos emitidos, por cuanto el país se encuentra en una profunda inesta-bilidad política, social y económica que se ha traducido en una emergencia humanitaria compleja, aumentando en gran medida la vulnerabilidad de los ciudadanos y la restricción de sus derechos.

Se resalta la continuidad del ejercicio de juicios a civi-les por tribunales militares, aun cuando la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) esta-blece que “toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias” y que “la competencia de los tribunales militares se limita a delitos de naturaleza militar”. Como ejemplo se destaca el caso del sindicalista Rubén GONZÁLEZ y de líderes indígenas como parte de una estrategia de imponer miedo en líde-res sociales. También se registra la persecución a líderes políticos y diputados de oposición en la Asamblea Na-cional (AN), siendo una vía para ello la inhabilitación de

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su cargo por resoluciones de la Contraloría General de la República (CGR) o por decisiones del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Los mecanismos de control social han aumentado, tanto para las comunidades como de forma individual, con lo que se conoce como la ofensiva del Estado Comu-nal, que incluye las Comunas, los Consejos Comunales y la Red de Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS). Se ejerce control con el Carnet de la Patria y con la venta a muy bajo costo de las cajas o bolsas de los Comités Loca-les de Abastecimiento y Producción (CLAP) contentivas de alimentos, distribuidas por una amplia red manejada por el partido de gobierno prioritariamente en los sec-tores más vulnerables. En lo que denominaron “proceso asambleario y de renovación” se renovaron 27.573 consejos comunales de los 48.176 registrados, según el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales (MPComunas).

Asociaciones civiles y defensoras de derechos huma-nos denunciaron la violación de los derechos a la parti-cipación y asociación, toda vez que el gobierno de facto estableció limitaciones y suspendió actos relacionados con el registro o actualización de actas de organizaciones de la sociedad civil.

Las organizaciones civiles Acceso a la Justicia, Centro de Justicia y Paz (CEPAZ) y Defiende Venezuela, denun-ciaron la existencia de 90 casos asociados con parlamen-tarios de oposición o disidentes del chavismo que han sufrido algún tipo de persecución política entre diciem-bre de 2015 y 2019.

Como punto positivo, a finales de este año se dieron los pasos iniciales ―a raíz de la reincorporación de los diputados oficialistas a la AN― para un primer acuerdo, con la creación de la Comisión Preliminar de Postulacio-nes Electorales, integrada por 11 diputados, tanto de opo-sición como oficialistas, cuyo objetivo es trabajar en los

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pasos necesarios para la renovación del Consejo Nacional Electoral (CNE).

En septiembre, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció en el marco del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas su preocupación por las violaciones a la autonomía universi-taria en Venezuela.

En noviembre se realizó el Encuentro Estudiantil, con representación de 12 universidades del país y el apoyo de otras organizaciones de la sociedad civil, resultando un manifiesto con la exigencia del respeto por la autonomía universitaria, el cese a la criminalización de la protesta, la asignación de los debidos presupuestos y la denuncia de la precaria situación socioeconómica que enfrentan estu-diantes y profesores1.

Reafirmando la autonomía universitaria y el derecho a la participación, varios centros de estudiantes realizaron sus elecciones para la renovación del liderazgo estudian-til. En la UCV desde febrero de 2017 no se realizaban elecciones para el denominado cogobierno en distintas instancias, por mandato arbitrario de la Sala Constitu-cional del TSJ que suspendió las elecciones. En junio de 2019 los estudiantes y autoridades decidieron convocar elecciones

La política del control con aplicación de mecanismos de coacción social y diversos formatos represivos han progresado en su diseño y aplicación. Las instancias del poder popular dominadas desde la figura de la unión cí-vico-militar —en donde se integran el partido de gobier-no, el estamento militar y grupos irregulares— asumen un rol hegemónico en la gestión de lo público. Varios de estos grupos están asumiendo control de territorios, y en 1 Aula Abierta: Movimiento Estudiantil, Aula Abierta y organizaciones de la sociedad civil presentaron manifiesto contra ataques a las universidades [en línea] <http://aulaabiertavenezuela.org/index.php/2019/11/18/movimiento-estudiantil-aula-abierta-y-organizaciones-de-la-sociedad-civil-presentaron-manifiesto-contra-ataques-a-las-universidades/> Consulta del 15.02.20.

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esos espacios se han bloqueado las posibilidades del ejercicio de derechos, tal como están garantizados en la CRBV.

En conclusión, el derecho a participar libremente en los asuntos públicos, el derecho a elegir y ser elegido para cargos de representación, el respeto a la voluntad popular expresada en procesos de consulta o elecciones libres, se encuentran fuertemente limitados en el país. Los derechos civiles y políticos de los venezolanos están siendo vulnerados en forma sistemática, sin contar la ciudadanía con instancias del Estado que permitan el ejercicio de la exigibilidad de estos derechos, su amparo y garantías.

Peticiones derecho a la participación

1.-Cese de la política de desconocimiento a la Asamblea Nacional y al bloqueo por parte de otros poderes para el ejercicio de sus funciones, por medio -entre otras medidas- de la persecución de representantes de los ciudadanos elegidos por votación popular.

2.-Institucionalizar una política de Estado que garantice un sistema de participación sin exclusiones por razones políticas, por diseño y acción, con respeto las disposiciones establecidas en la CRBV. Esto implica, una política basada en la universalidad y equidad, eliminando el sesgo político establecido en los sistemas del Carnet de la Patria y el CLAP, así como el intento de instau-rar un sistema comunal como Poder, no establecido en la Cons-titución. Así como también, la eliminación de las RAAS como forma de dominación y acción represiva.

3.-Garantizar el respeto a la Constitución de Venezuela se erige como un pilar a considerar fundamental en el entorno política-mente inestable en la que se encuentra el país. Es necesario el involucramiento de todos los sectores de la sociedad, actores polí-ticos y sociedad civil en su totalidad para restaurar el respeto y la institucionalidad de forma que se pueda iniciar la reconstrucción del país y su democracia.

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4.-Garantizar la libre expresión, la manifestación de voluntad, el ejercicio del voto, el derecho a la libre asociación, entre otros, derechos humanos que deben ejercerse, construyendo procesos con amplia participación.

5.-Fortalecer la institucionalidad y del Estado de derecho. Tra-bajar en todas las instancias, los valores de pluralidad, respeto y tolerancia al otro, en dinámicas de diálogo social con todos los actores. La cultura de paz se presenta como una necesidad impe-riosa en estas condiciones.

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La violencia institucional, policial y militar dejó nuevamente miles de víctimas en Venezuela. El Estado sigue actuando con altos niveles de letalidad, violando el derecho a la vida. En 2019 el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA) pudo conocer las circunstancias en las que fueron asesinadas 2.102 personas, identificando a 1.045 de esas víctimas, quienes murieron a consecuencia de la inter-vención de policías y militares. La gran mayoría de estas muertes ocurrieron en operativos de seguridad ciudadana

En la casi totalidad de los casos la versión de las au-toridades fue que la persona había fallecido luego de enfrentarse a los órganos de seguridad. De esta manera pasaron a formar parte de las estadísticas gubernamen-tales definidas como “muertes por resistencia a la auto-ridad”, una de las maneras como el gobierno presenta públicamente las violaciones del derecho a la vida, en un intento de justificación de estas muertes. De las 1.045 víc-timas identificadas, en 312 casos los familiares o vecinos de los fallecidos denunciaron que las personas habrían sido detenidas y posteriormente asesinadas. 41 asesina-tos se produjeron como consecuencia de uso excesivo de la fuerza en el contexto de manifestaciones, 3 personas fallecieron debido al patrón uso indiscriminado de la fuerza, 1 persona falleció bajo custodia del Estado por responsabilidad directa de las autoridades, 23 fallecieron por tortura (solo 7 se pudieron identificar plenamente) y 7 por abuso de poder.

Como ha sido una constante por varios lustros, el per-fil de las víctimas es de hombres jóvenes. En 2019, de las 1.045 víctimas identificadas de las cuales se pudo conocer su edad, 69% tenían entre 18 y 30 años; 2,29% eran ado-lescentes, y 28,61% tenían más de 30 años.

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El único estado del país donde no se registraron víctimas plenamente identificadas fue La Guaira. Las entidades con mayor cantidad de víctimas son Zulia, Lara y Distrito Capi-tal. 31,7 % de las violaciones al derecho a la vida se produje-ron en el Zulia, además es significativa la alta participación de la policía del estado en las violaciones registradas. Del total de casos donde estuvieron involucradas policías esta-dales, 63% corresponde a la policía de ese estado.

Debido al incremento de la letalidad por parte de fun-cionarios policiales y militares, y la opacidad del gobier-no para informar sobre la identidad y circunstancias de la muerte de las personas asesinadas por la actuación de la fuerza pública, Provea ha venido ajustando su metodo-logía de trabajo para intentar aproximarse de una mejor manera a las dimensiones del fenómeno, así como para obtener la mayor cantidad de información posible sobre la identidad de las víctimas y de los cuerpos policiales o militares actuantes.

Para este informe –Situación de los derechos humanos en Venezuela. Informe Anual 2019� Provea ha incorporado un análisis global de las violaciones al derecho a la vida ocu-rridas en el territorio nacional a partir de víctimas iden-tificadas. Del total de las 1.045 personas asesinadas por la actuación de cuerpos policiales y militares de ámbito nacional, la Policía Nacional Bolivariana (PNB) fue res-ponsable de 474 casos; de estos, 432 son responsabilidad de su componente Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) (41,34%); el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Pena-les y Criminalísticas (CICPC) se situó en el segundo lugar con 202 casos (19,33%). Finalmente, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) con 100 casos, distribuidos de la siguiente manera: la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) con 86 (8,23%); el Ejército Bolivariano (EB) con 9 (0,86%), y la Dirección General de Contrainteligencia Mi-litar (DGCIM) con 5 (0,48%).

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Las policías estadales fueron responsables de 192 muertes (18,37%) y las policías municipales de 51 casos (4,88%). En otros 26 casos las muertes son atribuibles a organismos policiales o militares de ámbito nacional mientras actuaron de manera conjunta con policías esta-dales o municipales.

Al igual que en 2018, los lunes, miércoles y viernes concentran una mayor cantidad de violaciones al derecho a la vida. Tal como ocurrió en 2018, el domingo es uno de los días de menor cantidad de asesinatos.

Como se desprende de las cifras recabadas por Pro-vea, las FAES fueron responsables de 41,34% de los ase-sinatos cometidos por funcionarios policiales y militares. La entidad donde se ha logrado registrar la mayor canti-dad de casos en los que las FAES actuaron con letalidad fue el estado Lara, donde figuran como responsables de 145 asesinatos, seguido del estado Miranda con 30 y el estado Portuguesa con 29.

Del monitoreo realizado en los tres últimos años, la cantidad de asesinatos perpetrados por el CICPC y la PNB eran similares. Una de las particularidades de 2019 es la enorme diferencia de la actuación de la PNB sobrepasando a ese organismo de investigación prin-cipalmente por la cantidad de homicidios perpetrados por su grupo élite FAES. Las actuaciones de esa policía son la antítesis de los objetivos de la Reforma Policial iniciada en 2006. Catorce años después de aquel proce-so, tenemos una policía más agresiva, más irrespe- tuosa de los derechos humanos y con menos controles institucionales.

En julio de 2019 la Alta Comisionada para los Dere-chos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por la cantidad de presuntas ejecucio-nes realizadas por las FAES y recomendó al gobierno de Maduro la disolución del órgano. La recomendación

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realizada por Michelle Bachelet fue desatendida por el gobierno de Maduro. Al contrario, resaltó las acciones de las FAES y anunció que se seguiría expandiendo y consolidando.

Peticiones derecho a la vida

1.-Garantizar que las labores de seguridad ciudadana y control del orden público sean estrictamente ejecutadas por órganos de carácter civil, conforme a lo establecido en la Consti-tución Nacional.

2.-Disolución inmediata de las FAES de la PNB, conforme a la recomendación expresada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OAC-NUDH), en su informe sobre la situación de los derechos huma-nos en nuestro país, publicado en julio de 2019 y reafirmado en sus actualizaciones orales.

3.-Establecer las responsabilidades penales tanto de los autores materiales de las violaciones al derecho a la vida como de las cadenas de mando intermedias y superiores de los organismos policiales y militares responsables que participaron en la organi-zación, planificación y dirección de cada actuación al margen de la ley.

4.-Investigar y sancionar a los responsables de violaciones del derecho a la vida en el contexto de protestas, excluir la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en todos sus componentes de labores de orden público y cumplir el mandato constitucional de la prohibición de uso de armas y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas

5.-Facilitar el ejercicio de la contraloría ciudadana mediante la publicación oportuna de datos y cifras relacionadas con la

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actuación de cuerpos de seguridad del Estado en operativos de seguridad ciudadana, gestión de manifestaciones y vigilancia carcelaria, a objeto de identificar las circunstancias en las que se producen los fallecimientos de ciudadanos en estos contextos.

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El período que cubre este informe estuvo marcado por hechos sin precedentes en la historia de Venezuela. En el contexto de la esfera internacional el uso de los meca-nismos de protección en materia de derechos humanos trajo consigo la activación, por primera vez en el país, de diversos dispositivos. Nuevas situaciones han sido some-tidas al escrutinio de los sistemas Universal e Interameri-cano, así como a la Corte Penal Internacional (CPI).

En este capítulo se exponen las acciones realizadas ante los organismos internacionales de protección de los derechos humanos por las organizaciones no guberna-mentales (ONG) venezolanas durante 2019.

Los ojos de Naciones Unidas se enfocaron en la cri-sis en Venezuela. El 22.06.19 la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instaló una comisión de su oficina en Venezue-la, integrada por dos funcionarios, con el fin de brindar asistencia y asesoría técnica, así como para vigilar la situación en materia de DDHH. Durante el mes de junio Bachelet realizó una visita a Venezuela, destinando un encuentro a las diversas organizaciones de derechos hu-manos y diferentes grupos de víctimas. En el espacio se presentaron las demandas y exigencias de los activistas de derechos humanos del país.

Posteriormente, el 20.03.19, la Alta Comisionada pre-sentó su Informe Oral de Actualización sobre la situación de derechos humanos en Venezuela en el marco del 40º periodo de sesiones del Consejo de Derechos Huma-nos (CDH) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Este informe fue actualizado el 09.09.19 en el marco de la 42ª sesión y el 18.12.19 en la sesión informati-va del CDH.

El 08.10.2019 el CDH nombró una Misión Interna-cional Independiente de Determinación de los Hechos para Venezuela, según resolución 42/25 del 27.09.19, que investigará de manera independiente violaciones graves

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a los derechos humanos, especialmente las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada, las detenciones arbitrarias, y las torturas y tratos crueles inhumanos y de-gradantes ocurridos a partir de 2014. El 02.12.19 el emba-jador Coly Seck (Senegal), presidente del CDH, anunció el nombramiento de los miembros de esta Misión: Marta Valiñas (Portugal), Francisco Cox Vial (Chile) y Paul Seils (Irlanda).

La estrecha colaboración de las organizaciones de la sociedad civil venezolana con los diversos mecanismos de Naciones Unidas ha generado actos de represalia e in-timidación por parte de la dictadura de Venezuela. El Se-cretario General de la ONU, en su informe A/HRC/42/30 del 09.09.2019, destacó algunas recomendaciones para proteger a quienes cooperan con la ONU, entre ellas intensificar los esfuerzos para proteger y promover el derecho fundamental a brindar dicha cooperación y a defender derechos humanos.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través de la Comisión de Encuesta, presentó su informe sobre las prácticas que atentan contra las garantías y derechos establecidos en los convenios laborales en Ve-nezuela. Señaló la necesidad de promover el respeto de la libertad sindical como base de un diálogo tripartito para la reconciliación nacional, el desarrollo económico sostenible y la justicia social, así como el cese a la perse-cución a sindicalistas por ejercer la libertad sindical. En resumen, las recomendaciones de la Comisión se centran en la necesidad de tomar las medidas necesarias para asegurar la existencia de un clima desprovisto de violen-cia, amenazas, persecución, estigmatización, intimidación u otra forma de agresión por exigir la aplicación de los Convenios OIT y reivindicar el derecho de asociación.

La CPI publicó su informe anual, en el que detalló las actividades de los exámenes preliminares sobre la situa-ción de DDHH en Venezuela. El informe describió las

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acciones llevadas a cabo por la Oficina del Fiscal durante el período del 01.12.18 al 30.11.19. En el informe se preci-só que se espera finalizar la evaluación de la jurisdicción de la materia a principios de 2020.

Durante 2019 las ONG venezolanas y otros participa-ron en las audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), durante sus periodos 174° en Ecuador, 173° en Washington DC, 172° en Jamaica y 171° en Bolivia. Fueron otorgadas un total de 11 audien-cias a Venezuela, correspondientes a: “Situación de las personas privadas de libertad”, “Tortura, ejecución extrajudi-cial y graves violaciones de derechos humanos en la represión estatal en Venezuela”, “Barreras legales, políticas y adminis-trativas para la movilidad de los migrantes en las Américas”, “Persecución política en Venezuela”, “Defensa, doctrina de Seguridad Nacional y violaciones a los DDHH de los ciudada-nos y defensores de DDHH en Venezuela”, “Libertad de expre-sión en Venezuela”, “Crisis política, la Asamblea Nacional y la justicia en Venezuela”, “Seguimiento de Medidas Cautelares 70-19; 83-19; 102-19; 115-19; 150- 19; 178-19; 181-19; 250-19 (Venezuela)”, “Derechos de la niñez migrante venezolana en la región”, “Libertad sindical y derechos laborales en Venezuela” y “Situación general de los derechos humanos en Venezuela”.

A través del mecanismo de Medidas Cautelares de la CIDH fueron ampliadas tres y otorgadas 18 medidas nuevas. Cabe destacar que en algunos casos las medidas conferidas brindan protección a más de una persona.

La Corte IDH emitió sentencia en el caso de Díaz Lo-reto y Otros, y en el caso de Álvarez Ramos y Otros. Asi-mismo, realizó interpretación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas en el caso López Soto y Otros.

La Corte IDH realizó supervisión de cumplimiento de sentencia en el caso Díaz Peña, Caso Uzcátegui y Otros vs. Venezuela, expresando que no existen avances en las reparaciones ordenadas y el Estado continúa con el in-cumplimiento de informar.

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En 2019, como bien puede constatarse, persistió la preocupación y monitoreo por parte de las instancias internacionales de protección de los derechos humanos, y las organizaciones usaron de manera muy activa las di-versas instancias en un proceso de acompañamiento a las víctimas de violaciones de derechos humanos.

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Las organizaciones nacionales de derechos humanos continuaron trabajando en un contexto adverso, tanto por el creciente aumento del autoritarismo como por la afec-tación directa de la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) a las organizaciones y a los activistas en particu-lar, algunos de ellos obligados a sumarse a la migración forzada y otros a dedicar buena parte de su tiempo a garantizar unas condiciones básicas de vida. A pesar de ello, avanzaron en los procesos de articulación y en su capacidad para comunicar en el escenario internacional la situación de los derechos humanos en Venezuela. El caos generalizado en los servicios públicos, particularmente en el servicio de energía eléctrica, se constituyó en 2019 en uno de los mayores contratiempos y adversidades que tuvieron que afrontar las organizaciones, y las obligó a redoblar esfuerzos para cumplir sus planes de trabajo.

El año se caracterizó igualmente por la profundiza-ción de las desigualdades y la agudización de la crisis que impide la realización del derecho a un nivel de vida adecuado. Aunque la conflictividad social tuvo un par-ticular repunte durante el primer trimestre del año, el informe anual de la ONG Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) indicó que durante todo el año hubo protestas, registrándose un total de 16.739 ma-nifestaciones en todo el país.

Desde que inició a principios de año el ciclo de protes-tas por el retorno a la democracia y debido al colapso de los servicios públicos, las comunidades más pobres del país fueron actores estelares en la conflictividad. Las pro-testas registradas en la populosa y emblemática comu-nidad de Cotiza, al norte de Caracas, irradiaron al resto de las zonas populares de la ciudad, que en la noche del 21.01.19 iniciaron una revuelta contra el hambre, la preca-rización de los servicios públicos y los reiterados abusos policiales que suceden a diario en los barrios. Antiguos bastiones del Partido Socialista Unido de Venezuela

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(PSUV) y del proyecto político bolivariano, se convirtie-ron en el epicentro de las protestas.

El flujo de la migración forzada fue determinante, de-jando a la luz las graves consecuencias de la EHC. El sala-rio mínimo era pulverizado y en abril ascendía al equiva-lente de siete dólares al mes. El 18.09.19 la organización Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) reportó casi un millón de niños dejados atrás por la migración de padres en su informe “Somos Noticia”, indicando que 14% de los venezolanos se convirtieron en migrantes.

La corrupción, falta de mantenimiento en la infraes-tructura pública y la subinversión dejaron como resul-tado violaciones generalizadas del derecho a un nivel adecuado de vida. El deterioro de servicios básicos como el transporte público y el acceso a electricidad, agua y gas natural fueron determinantes para que la migración for-zada se incrementara y con ella los riesgos de la ausencia de planificación antes y durante el tránsito de quienes, en su mayoría, caminaban por las fronteras escapando de la crisis. El apagón nacional del 07.03.19 y los posteriores cortes intermitentes y racionamientos del suministro de energía eléctrica, dejaron efectos desoladores en las regio-nes debido a la falta de agua y alimentos. Esta situación, que continuó agravándose durante todo 2019, produjo un fenómeno migratorio interno. Muchos habitantes de las regiones del interior del país se mudaron a Caracas, intentando superar las dificultades ocasionadas por el colapso de los servicios públicos.

Tras un trabajo articulado de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y actores políticos, se logró alcanzar mayor visibilidad internacional de la EHC. Un acuerdo alcanzado entre la dictadura de Nicolás Maduro y la Cruz Roja Internacional supuso un reconocimiento fácti-co de la EHC por parte de quienes detentan el poder en el país. Pese a ello, las OSC y diversos actores humanitarios aseguraron que el apoyo derivado de dicho acuerdo re-

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sulta insuficiente debido a todo el daño ocasionado por la administración de Maduro.

El 16.01.19 se pronunciaron más de 100 OSC exigien-do a la Organización de Naciones Unidas (ONU) una ac-tuación coherente y apegada a los principios de derechos humanos en la respuesta a la emergencia humanitaria.

Por su parte, 235 ONG venezolanas solicitaron a sus pares de la región que no ignoraran en sus opiniones la situación del país, y exigieron poner atención a la profun-dización de la EHC que también les afectaba debido al creciente flujo migratorio proveniente de Venezuela.

El 05.04.19 se concretó la presentación oral del infor-me y el diálogo interactivo sobre la situación de los dere-chos humanos en Venezuela ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Feliciano Reyna, presidente de Acción Solidaria e integrante de la Coalición de Organi-zaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), representó a más de 200 ONG del país.

El 20.09.19 ONG solicitaron a la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Miche-lle Bachelet, que considerara la creación de una oficina permanente de la ONU en Venezuela, para así tener co-municación directa y en tiempo real sobre las violaciones de DDHH. El 21.06.19, durante una reunión con ONG, Bachelet se comprometió a instalar la oficina en el país.

Las campañas de estigmatización y hostigamiento se llevaron a cabo contra quienes defienden derechos hu-manos. El director del OVCS, Marco Antonio PONCE, fue señalado como desestabilizador a través del sistema nacional de medios públicos. El 06.02.19, en la web del programa televisivo Con el Mazo Dando, se aseguró que PROVEA estaba siendo financiada desde Colombia por el “imperio”.

La ONG Foro Penal en Nueva Esparta y Zulia fue objeto de seguimiento y vigilancia por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Uno de sus defen-

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sores recibió amenazas de muerte. Las detenciones arbi-trarias fueron utilizadas como instrumento de coacción. Laura GALLO, responsable del Comité de Presos Políti-cos de Voluntad Popular y madre del defensor Gabriel GALLO, coordinador de la ONG en Yaracuy, fue deteni-da y privada de libertad.

El 15.02.19 funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) allanaron las instalaciones de la organización Manos Amigas por la Vida (Mavid) en Naguanagua, estado Carabobo. La ONG denunció que los funcionarios se llevaron cajas con medicamentos, insumos y documentos. Las medicinas sustraídas por los agentes policiales habían sido donadas por organizaciones internacionales que se dedican a la prevención y el control del VIH/Sida.

Durante el 28 y 29 de noviembre se realizó en Caracas el V Encuentro de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos. El evento contó con la presencia de las madres de los niños que fallecieron en el hospital J.M. de los Ríos, los representantes de los Comités de Derechos Humanos que se crearon en distintas comunidades y familiares de víctimas de la represión.

En 2019 Música por Medicinas continuó en espacios regionales, zonas impactadas profundamente por la EHC en medio de apagones. Hasta junio se contabilizaron nueve jornadas entre Caracas, Barquisimeto y Mérida. A finales de año, el evento fue al estado Zulia.

En los estados Zulia, Lara, Anzoátegui y en Caracas se realizaron ferias de derechos humanos en alianza entre organizaciones o con universidades.

Varias organizaciones de derechos humanos mantu-vieron sus espacios radiales usados como medio para educar e informar en derechos humanos y buscar llegar a públicos más amplios. Entre ellos el programa “Voces Solidarias”, de la Red de Derechos Humanos del estado Lara; “Derechos al Aire”, de la organización merideña

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Promedehum; “Aula Abierta”, de la organización Aula Abierta del Zulia; “Derechos Humanos Pa Vos”, de la Comisión para los Derechos Humanos del estado Zulia (Codhez); “Aquí se Habla Libertad”, del Foro Penal Vene-zolano, y “Son Derechos”, de PROVEA.

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Los avances plasmados en la Constitución de la Repúbli-ca Bolivariana de Venezuela (CRBV) de 1999 en materia de derechos humanos contrastaron desde inicios de la era bolivariana con el progresivo desmantelamiento de la institucionalidad democrática. Una creciente militari-zación de las políticas de seguridad ciudadana desde los primeros años de gobierno de Hugo Chávez generó una respuesta poco democrática ante la conflictividad social, con saldos negativos para la ciudadanía.

En diciembre de 2002 se reformó la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (LOSN) y se amplió la figura de las zonas de seguridad, incluyendo –además de las sedes de gobierno y las instalaciones militares– a las empresas básicas del Estado, las sedes de la estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) y otras instituciones, en las que se prohibió la realización de asambleas, huelgas o manifestaciones y se sanciona a quienes promuevan o participen en ese tipo de actividades en estos espacios, que comprenden 30% del territorio nacional, según ha contabilizado la Organización No Gubernamental (ONG) Control Ciudadano.

Ya no solo los opositores eran el blanco de la exclusión y la penalización por ejercer derechos; los trabajadores, campesinos y activistas sociales se pusieron en el radar de la lógica represiva y durante varios años, desde 2005 hasta 2013, fueron las principales víctimas de la judicia-lización de las protestas y la criminalización del ejercicio de derechos constitucionales. En este período al menos 150 dirigentes sindicales se convirtieron en presos y perseguidos políticos, incluso con procesos en la justicia militar, debido a la actuación del Ministerio Público (MP) y los Tribunales, enmarcada en la aplicación de sanciones contenidas principalmente en la LOSN, el Código Penal y la Ley contra la Delincuencia Organizada y Financia-miento al Terrorismo (Lodofat). El telón de fondo siem-pre fue la criminalización y la territorialización del con-

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flicto, cuya justificación reposaba en la necesaria “defensa de los intereses de la nación”.1

A pesar de la extensa protección constitucional y legal que el derecho a la reunión y manifestación pacífi-cas tienen en Venezuela, se han aprobado y reformado leyes que restringen el derecho a manifestar, y que al ser interpretadas ampliamente por el Sistema de Adminis-tración de Justicia se aplican a las personas que lo ejercen pacíficamente. De esta manera, se criminaliza el ejercicio del derecho a la protesta en Venezuela y en definitiva se vulnera la esencia de la participación ciudadana. La reforma del Código Penal en 2005 dio pie a la arbitraria “ilegalización” de los cierres de calles por parte de los ma-nifestantes, una estrategia histórica de protesta del mo-vimiento popular venezolano. Por su parte, los artículos 139 y 141 de la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios, de 2008, penalizan la obs-taculización en la distribución de productos de primera necesidad y han venido siendo aplicados contra personas que realizaban protestas. La misma situación ocurre con los artículos 25 y 26 de la “Ley Especial de Defensa Popular contra el Acaparamiento, el Boicot y cualquier otra conducta que afecte el consumo de alimentos o productos sometidos al control de precios”, la cual ha impedido el ejercicio del de-recho a huelga en las empresas estatales de producción de alimentos y productos de consumo masivo.

En 2009, la reforma de la Ley Orgánica de la Fuerza Ar-mada Nacional Bolivariana (Lofanb) introdujo la figura de los “cuerpos de combatientes” dentro de las empresas estatales y privadas, una tendencia que posteriormente se reforzó con el impulso a las llamadas “milicias obreras” anunciadas por Nicolás Maduro. En mayo de 2012, la criminalización de la protesta se agravó con la promulgación de la Lodofat.1 Cinco sindicalistas en el estado Táchira fueron procesados en tribunales militares y recluidos en la Cárcel de Santa Ana, estado Táchira. Otros tantos procesados en la justicia civil fueron sometidos a régimen de presentación en tribunales durante más de siete años y prohibición de salida de los estados donde vivían.

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La conflictividad en 2014 tuvo como respuesta estatal una profundización de la lógica represiva sobre el con-trol territorial y las zonas de exclusión. El exalcalde del municipio Libertador del Distrito Capital, Jorge Rodrí-guez, emitió un decreto que declaró a Caracas “zona libre de fascismo”, y desde entonces ninguna manifestación opositora pudo transitar libremente por el municipio y, menos aún, acercarse a las sedes de las instituciones del Estado. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) reforzó esta exclusión al decidir que estaba prohibido manifestar ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), alegando “ra-zones de seguridad”.

Desde 2002, cada ciclo importante de protestas tuvo como correlato el ascenso de la represión mediante el reforzamiento de los mecanismos de control y judiciali-zación de las mismas, y la aparición y consolidación de patrones represivos que implicaron el uso excesivo de la fuerza para castigar a los manifestantes. A partir de los sucesos de abril de 2002 se hizo cada vez más frecuente la presencia de civiles armados para atacar manifestacio-nes. Los conocidos “círculos bolivarianos” de los primeros años de la era Chávez, dieron paso a la masificación de los “colectivos” paramilitares que se hicieron fuertes en comunidades bastiones del oficialismo, centros de salud públicos y universidades, y actuaron sin ningún freno por parte de las autoridades. Así se llega hasta la llamada “Red de Articulación y Acción Sociopolítica” (RAAS) y pos-teriormente las “Cuadrillas de Paz”, grupos paramilitares institucionalizados usados para reprimir la protesta so-cial y promovidos por el Ejecutivo Nacional2.

En 2014 la represión escaló al establecerse un récord histórico en el número de personas detenidas en el con-texto de manifestaciones y sometidas a procesos pena-2 El 13.11.19 Nicolás Maduro anunció que se creaban las Cuadrillas de Paz en todo el territorio nacional, acompañando ese anuncio con la expresión “candelita que se prenda, candelita que se apaga”, refiriéndose a que ante cualquier protesta se respondería con las denominadas cuadrillas y otras vías represivas.

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les. Los tribunales del país emplearon masivamente la Lodofat para penalizar a los detenidos. Por otro lado, la letalidad policial contra los manifestantes aumentó dra-máticamente, y la represión ejercida de forma coordinada entre agentes de seguridad y civiles armados tuvo un abierto aliento a través del “Comando Popular Antigolpe”, una figura inconstitucional creada por Nicolás Maduro en medio de la ola de protestas y que fue dirigida por Diosdado Cabello.

Desde 2014 la gestión de Maduro pisó a fondo el acelerador para consolidar rápidamente el andamiaje antiprotestas. En medio del conflicto que se desarrollaba en las calles para exigir su salida del poder, lanzó el Co-mando Popular Antigolpe con el que abrió la puerta a la participación “institucionalizada” de civiles en labores de contención de manifestaciones, inteligencia parapolicial y seguridad ciudadana. Finalizada la ola de protestas co-nocida como “La Salida”, de inmediato se crearon nuevas figuras represivas que se sumarían a las Milicias obreras, campesinas, estudiantiles y vecinales. Las “Brigadas Es-peciales contra las Actuaciones de los Grupos Generadores de Violencia” (BEGV), la Fuerza Choque adscrita al Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb) y el “Sistema Popular de Protección para la Paz” (SP3) fueron algunas de las instancias creadas entre 2014 y 2015 para hacer frente al descontento social y afianzar los mecanismos de control.

En enero de 2015 el Ministerio del Poder Popular para la Defensa publicó en Gaceta Oficial N° 40.589 la Resolu-ción 008610, mediante la cual se dan atributos a todos los componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) para realizar labores de control de orden público en el contexto de manifestaciones. Esta medida, violatoria de la CRBV en sus artículos 68, 329 y 332 y apartada del estándar internacional que señala que solo los cuerpos policiales deben ser los responsables del control del or-

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den interno, se dictó en un contexto de amplia represión por parte de efectivos de la FANB en las manifestaciones públicas. La Resolución 008610 no hizo diferenciación so-bre los cuerpos militares que podrán actuar en manifes-taciones públicas para el control del orden interno, sino que dejó abierta la posibilidad para que cualquier miem-bro de esta institución participe en esas operaciones, lo que podría incluir al Ejército o la Armada, en abierto desconocimiento a lo establecido en el artículo 332 de la Carta Magna. Dicha resolución contó con el visto bueno de la Sala Político Administrativa (SPA) del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), quien ante recurso de nulidad interpuesto conjuntamente con amparo cautelar contra la Resolución, con ponencia de la magistrada Eulalia Coro-moto Guerrero Rivero, estableció:

“Al respecto se reitera que lo que está pro-hibido por el texto constitucional es el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas, no así en aquellas que sean violentas o que se tornen violentas […] Se advierte que el acto impugnado está dirigido a todas las reuniones públicas y mani-festaciones, pero solo permite el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas para el control de las manifestaciones no pacíficas y aun en ese caso, regula tales situaciones al ordenar un cúmulo de precauciones especiales a fin de proteger la vida y demás derechos humanos de los manifestantes y en general de toda la ciudadanía”.3

El ciclo de protestas de 2017 trajo consigo un nuevo incremento de la represión desde la dimensión cuantita-tiva y cualitativa. 143 asesinados, más de 3.000 heridos, 5.000 detenidos; empleo de la justicia militar para proce-3 TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA: Sala Político Administrativa. (Subrayado de PROVEA)

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sar a civiles; allanamientos y ataques masivos contra zo-nas residenciales y centros de salud, y un amplio reper-torio represivo que inscribió a la gestión de Maduro en la práctica del terrorismo de Estado.

En los últimos años el ejercicio del derecho a la mani-festación pacífica ha estado severamente amenazado por violaciones del derecho a la vida, integridad y libertad personal realizadas por agentes del Estado, lo que mues-tra la inexistencia de una política democrática de control del orden público.

Personas heridas en manifestaciones 1988-2019

PERÍODO N° DE VÍCTIMAS

Octubre 1988 - Septiembre 1989 1.500Octubre 1989 - Septiembre 1990 154Octubre 1990 - Septiembre 1991 98Octubre 1991 - Septiembre 1992 426Octubre 1992 - Septiembre 1993 308Octubre 1993 - Septiembre 1994 175Octubre 1994 - Septiembre 1995 82Octubre 1995 - Septiembre 1996 181Octubre 1996 - Septiembre 1997 58Octubre 1997 - Septiembre 1998 89Octubre 1998 - Septiembre 1999 76Octubre 1999 - Septiembre 2000 33Octubre 2000 - Septiembre 2001 54Octubre 2001 - Septiembre 2002 53

1 7 3

En total, 9.088 personas resultaron heridas en el con-texto de manifestaciones entre 2002 y 2019. Tras la alar-mante cifra hay rostros y vidas que fueron cambiadas por la represión. El empleo excesivo de la fuerza contra los manifestantes, sumado a la ausencia de una política integral de reparación a las víctimas de violaciones a la integridad personal y mecanismos de rendición de cuen-tas, mantiene en la impunidad la casi totalidad de casos y somete a sufrimientos físicos y psíquicos a centenares de personas que aún padecen las consecuencias de los daños infligidos sin contar con atención alguna por parte del Estado venezolano.

Octubre 2002 - Septiembre 2003 60Octubre 2003 - Septiembre 2004 121Octubre 2004 - Septiembre 2005 49Octubre 2005 - Septiembre 2006 113Octubre 2006 - Septiembre 2007 536Octubre 2007 - Septiembre 2008 265Octubre 2008 - Septiembre 2009 538Octubre 2009 - Septiembre 2010 368Octubre 2010 - Septiembre 2011 273Enero-Diciembre 2012 195Enero-Diciembre 2013 316Enero-Diciembre 2014 1.032Enero-Diciembre 2015 128Enero-Diciembre 2016 245Enero-Diciembre 2017 3.802Enero-Diciembre 2018 63Enero-Diciembre 2019 984Total 12.375 IN

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¿Qué condiciones han generado la comisión de estos abusos y propician la posibilidad de su reiteración en el futuro?

1. Militarización de la seguridad ciudadanaEl artículo 332 de la CRBV establece que “los órganos de seguridad ciudadana son de carácter civil”. La decisión de militarizar la seguridad ciudadana es absolutamente contraria a lo consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los estándares internacio-nales sobre uso progresivo y diferenciado de la fuerza, y la Carta Magna y las regulaciones nacionales en ma-teria de actuación policial. Históricamente el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Huma-nos (PROVEA) y las demás organizaciones de derechos humanos del país han rechazado la participación de funcionarios militares en operativos de seguridad ciu-dadana y de control del orden público. La sentencia contra Venezuela por el caso “El Caracazo”, dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), instaba al país a utilizar a los funcionarios mili-tares solamente en situaciones extraordinarias, donde hayan sido sobrepasados los cuerpos policiales. Los miembros de las Fuerzas Armadas no han sido capaci-tados para realizar labores de seguridad ciudadana. Al contrario, están entrenados física y psicológicamente

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para la guerra y para el exterminio del otro, a quien perciben como “enemigo”.

Fortalecer la visión militarista y las prácticas de “mano dura” debilitan el concepto de seguridad ciudadana y obstruyen los necesarios consensos democráticos para avanzar en la adopción de políticas públicas que ayuden a superar los altos índices de violencia y criminalidad en el país. El gobierno insiste en amplificar la visión del enemigo externo e interno –propia de la doctrina de se-guridad nacional– y en reforzar la lógica belicista y la estigmatización y criminalización de distintos actores sociales para justificar el uso excesivo de la fuerza por parte de los funcionarios policiales y militares, y consoli-dar el Estado policial y militar que supone la primacía de los intereses del Estado por encima de los derechos ciu-dadanos. Esta militarización de la seguridad ciudadana amparada en la doctrina de seguridad nacional conlleva graves riesgos para las garantías personales, toda vez que implica la ocupación militar del territorio nacional para la “defensa” contra un “enemigo interno” que resulta ser el propio ciudadano, indistintamente si se trata de campesi-nos, presuntos delincuentes, obreros, dirigentes políticos, activistas de derechos humanos o cualquier otro.

Según ha dicho la CIDH:

“Los gobiernos autoritarios y las dictaduras militares que actuaron en el Hemisferio en las últimas décadas desconociendo las obligaciones internacionales de los Estados en materia de garantía de los derechos humanos, dejaron como legado una situación de permanente reproduc-ción de la violencia”.

El concepto de seguridad ciudadana, desde una visión democrática y respetuosa de los derechos huma-nos, es la superación de la visión autoritaria y militaris-

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ta que marcó la actuación de buena parte de los Estados latinoamericanos durante el siglo pasado y cuya acción, durante mucho tiempo, estuvo amparada por la doc-trina de seguridad nacional. Continuar el camino del autoritarismo erosionará aún más el Estado de Derecho y generará más violaciones de derechos humanos y su-frimientos a la ciudadanía.

2. Aliento a la comisión de abusos

“A la violencia y el terrorismo se les debe golpear antes de que actúen… nuestra mayor victoria es un golpe preventivo, neutralizarlos, desconfigu-rarlos, desarmarlos, desarticularlos, abatirlos, antes de que actúen los terroristas…”4.

Estas palabras fueron pronunciadas por Nicolás Ma-duro durante el acto de juramentación de la II Promo-ción de efectivos del “Comando Antiterrorista” del Ser-vicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), realizado el 25.08.16 en Barlovento, estado Miranda; y extendió una felicitación vía telefónica a los graduandos, en la que alentó abiertamente a la comisión de abusos y ejecucio-nes policiales por parte de los funcionarios del referido cuerpo policial.

El artículo 2 de la CRBV consagra al país como un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, en el que se propugnan como

“valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la demo-cracia, la responsabilidad social y, en general, la

4 PROVEA: Nicolás Maduro debe ser investigado por alentar ejecuciones policiales [en línea] <https://www.derechos.org.ve/actualidad/nicolas-maduro-debe-ser-investigado-por-alentar-ejecuciones-policiales> Consulta del 29.09.19.

1 7 7

preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.

Asimismo, el artículo 43 de la CRBV consagra la in-violabilidad del derecho a la vida, estableciendo además que “[…] Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla”. Por su parte el artículo 55 de la Carta Magna establece el deber de los cuerpos de se-guridad del Estado de respetar “la dignidad y los derechos humanos de todas las personas”. El Presidente de la Repú-blica y los altos funcionarios del Estado han estimulado la violación del derecho a la vida por parte de los agentes de la fuerza pública, bajo la excusa de la lucha contra la “violencia terrorista”.

3. ImpunidadEn Venezuela, junto a la pobreza, la impunidad es la

mayor violación de derechos humanos. Provea ha afir-mado numerosas veces que la impunidad en Venezuela es estructural. La propia Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, reconoció que la cifra de impunidad en materia de delitos comunes alcanza 92% de los casos y en violaciones de derechos humanos, se sitúa en 98%. El irregular funcionamiento del Sistema de Administración de Justicia y la captación de la institucionalidad por parte del Poder Ejecutivo garantizan impunidad para la mayo-ría de los delitos y violaciones de derechos humanos. De esta manera se generan condiciones favorables para la ocurrencia de abusos, los cuales no son sancionados. Esta situación afecta especialmente a los más pobres.

Durante la interposición de la denuncia contra Nicolás Maduro, Vladimir Padrino López, Néstor Reverol, Gus-tavo González López y Antonio Benavides Torres ante la Corte Penal Internacional (CPI) por su presunta comisión de delitos de Lesa Humanidad, Ortega Díaz afirmó que, de acuerdo con la data levantada por el MP venezolano,

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8.291 personas habrían sido asesinadas por agentes de la fuerza pública entre enero de 2015 y junio de 2017. Detalló que en 2015 habrían sido asesinadas 1.777 per-sonas por funcionarios militares y policiales; en 2016 el número de asesinatos ascendió a 4.667 personas, y hasta junio de 2017 unas 1.847 personas habrían sido asesina-das por agentes de la fuerza pública, según dijo la Fiscal, en el marco de “un plan que persigue el gobierno de limpieza social”. Ortega Díaz también reiteró los datos publicados en el Informe Anual del MP de 2016, donde se señaló que desde el inicio del Operativo de Liberación del Pueblo (OLP) en junio de 2015 hasta diciembre de 2016 fueron asesinadas 512 personas por funcionarios policiales y militares, y que la mayoría de estas muertes se habrían producido bajo la figura de ejecuciones extrajudiciales que posteriormente fueron presentadas ante la opinión pública como “muertes por enfrentamiento”.

4. Asunción del terrorismo de EstadoLa dictadura de Maduro ha asumido abiertamente

prácticas de terrorismo de Estado para infundir temor en la población e inhibirla de expresar su malestar ante la grave situación que vive el país.

La extinción del Estado de Derecho mediante la am-pliación de un cerco jurídico que restringe los derechos de manifestación, asociación y libre expresión; la res-puesta cada vez más autoritaria a la conflictividad social mediante la criminalización y represión a manifestantes y disidentes políticos, y la abolición de la CRBV mediante la construcción de una “legalidad” e “institucionalidad” alternas, han allanado el camino para que la dictadura aplique más fuerza para someter al pueblo a condiciones dramáticas de subsistencia. Allanamientos ilegales, de-tenciones masivas y arbitrarias, desapariciones forzadas temporales de detenidos, aplicación de justicia militar y uso excesivo de la fuerza en la gestión de manifesta-

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ciones, entre otras prácticas, forman parte del repertorio represivo de la dictadura en materia de seguridad ciuda-dana y control del orden público.

Desde mayo de 2016 Venezuela ha estado sometida a un continuado e inconstitucionalmente prorrogado Esta-do de Excepción y Emergencia Económica, que estableció la suspensión indefinida de las garantías constitucionales para los derechos a la libre asociación, reunión, expre-sión, información y manifestación pacífica, y la subor-dinación de los derechos ciudadanos a los intereses del Estado y la seguridad nacional.

En un contexto generalizado de negación de derechos a la ciudadanía, la respuesta del Estado no se produce desde la necesaria dimensión institucional, democrática y restauradora de derechos. Al contrario, el poder estatal afianza la lógica negadora y excluyente, y emplea todos sus recursos en la represión con el objetivo de aplastar los reclamos e imponer el terror. En las comunidades pobres y en las cárceles del país, la violencia institucional que ejercen las corporaciones de seguridad del Estado es em-pleada como mecanismo de control social contra exclui-dos y disidentes políticos.

La impunidad ha sido favorecida con la ausencia de investigación, sanción a los culpables y mecanismos de rendición de cuentas. La construcción de un marco jurídi-co que ha favorecido la ejecución de crímenes contra los derechos humanos y el encubrimiento y absolución de los responsables, sumado al aliento simbólico y real que desde el alto poder se ha brindado a los perpetradores de dichos delitos, mantienen encendida una interminable espiral de abusos que seguirá cobrando víctimas si no es detenida a tiempo.

La OACNUDH identificó un patrón generalizado y sistemático por parte de la gestión de Maduro, dirigido a aplastar la disidencia y el descontento social. Las vio-laciones masivas y sistemáticas de derechos humanos

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revelan la existencia de una política o plan de Estado orientado a promover, tolerar y encubrir la comisión de abusos contra las garantías ciudadanas mediante prácti-cas encaminadas a causar terror en la población.

Venezuela ha padecido los efectos devastadores de la represión ejercida por Nicolás Maduro. Desde que asumió el poder en 2013 y hasta 2019, Maduro acumula 34.114 víctimas de violaciones a la integridad personal, 72% más que el total de víctimas registradas por Provea entre 1990 y 2012.

Castigar y silenciarLuis Alcides ALVIÁREZ (33) fue detenido el 19.09.1989, cuando efectivos de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) se presentaron en su casa preguntando por su padre. Esa misma tarde los familiares se enteraron de su muerte en las dependencias de la DIM en Boleíta Norte, Caracas. La versión oficial indicó que Alviárez se había ahorcado, pero cuando sus familiares recibieron el cadá-ver notaron que presentaba rastros de haber recibido una brutal golpiza. Su cuerpo tenía fracturas y quemaduras.

1 8 1

Los familiares afirmaron que Alviárez no tenía antece-dentes penales o policiales y tampoco sufría de trastornos emocionales que lo indujeran a suicidarse.

El director de la DIM, Herminio Fuenmayor, explicó que Alviárez fue citado para un interrogatorio por una comisión del Tribunal Militar de San Cristóbal a causa de la pérdida de un cheque por 55.000 bolívares de la Pro-veeduría Militar de San Cristóbal, en el estado Táchira. La esposa de la víctima trabajaba en esa dependencia y había hecho denuncias de irregularidades con desfalcos de hasta dos millones de bolívares ante la Contraloría In-terna de las Fuerzas Armadas, lo cual causó la destitución de varios funcionarios.

La familia presumió que se trató de una venganza provocada por las denuncias de corrupción que hizo la esposa de Luis Alcides Alviárez.

Alviárez fue la cuarta víctima asesinada por tortura que Provea registró en su primer Informe Anual sobre la Situación de los Derechos Humanos en Venezuela.

Ese año la organización expresó su preocupación por la práctica de la tortura a manos de funcionarios militares y policiales del país, y advirtió que, a pesar de su recu-rrente uso como mecanismo de castigo contra detenidos, no constituía aún un patrón de abuso sistematizado y de empleo generalizado.

Era septiembre de 1989 y el país apenas se recuperaba de las terribles heridas causadas por el suceso conocido como “El Caracazo”, cuando cientos de personas fueron víctimas de abusos por parte de los agentes de la fuerza pública, en medio del desesperado intento del gobierno de Carlos Andrés Pérez por aplastar el descontento social.

Al publicar su reporte correspondiente al período oc-tubre de 1988 a diciembre de 1989, Provea contabilizaba un total de diez casos de tortura, con cuatro personas fallecidas a consecuencia de los castigos infligidos por policías y militares.

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31 años después las cosas han cambiado y no para bienEl 28.06.19, otro detenido en los calabozos del organismo de inteligencia de la FANB corrió con la misma suerte que Luis Alcides Alviárez.

El capitán de corbeta de la Armada Venezolana, Rafael Ramón ACOSTA ARÉVALO (50), fue detenido el 21.06.19 acusado de formar parte de una conspira-ción para desalojar del poder a Nicolás Maduro. El 22 de junio la esposa del militar denunció su desapa-rición y declaró que había hablado con él por última vez a las dos de la tarde del día anterior, mientras se encontraba en una reunión en la ciudad de Gua-tire, en el estado Miranda. Ese día, funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) detuvieron a siete personas, entre militares y policías activos y retirados. Entre los de-tenidos se encontraban dos coroneles retirados, un general de brigada de la aviación, un teniente coronel del Ejército, dos comisarios retirados del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y el capitán Acosta Arévalo.

El 26 de junio, después de seis días sin conocer su pa-radero, la detención de Acosta Arévalo fue anunciada por el ministro de Comunicación e Información de facto Jorge Rodríguez, quien acusó a tres de ellos, incluyendo al ca-pitán, de incurrir en los delitos de “terrorismo, conspiración y traición a la patria”.

El 28 de junio, Acosta Arévalo fue trasladado por una comisión del DGCIM a la sede del Tribunal Militar que debía realizar su audiencia de presenta-ción. El capitán llegó en una silla de ruedas, con evidentes signos de tortura. Los funcionarios de la DGCIM impidieron que la entrevista con sus abogados fuera privada. Acosta Arévalo presentaba

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excoriaciones en los brazos, poca sensibilidad en las manos, inflamación extrema en los pies, rastros de sangre en las uñas y lesiones en el torso. Tampoco era capaz de mover las manos o los pies, de poder levantarse o de hablar, con la excepción de aceptar el nombramiento de su defensor y de pedirle auxilio a su abogado.

Su estado era tan crítico que el Juez ordenó que fuera trasladado al Hospital Militar del Ejército Dr. Vicente Salias Sanoja, ubicado en el Fuerte Tiuna. Horas después informaría que el detenido había fallecido esa noche en el hospital. Rafael Acosta Arévalo fue torturado en los cala-bozos de la DGCIM.

La Misión de Determinación de Hechos de la Orga-nización de las Naciones Unidas (ONU) en su Informe presentado en septiembre de 2020 indicó:

“El 28 de junio de 2019, Sinue Villalobos, de la Dirección de Medicina Forense del SE-NAMECF [Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses] realizó un examen externo del cadáver en la morgue del hospital. La Misión tuvo acceso al informe del examen 1637. Según el informe, tenía 38 heridas, 30 en la parte delan-tera y ocho en la parte trasera del cuerpo. El ca-pitán Acosta Arévalo tenía el tabique nasal roto, abrasiones en el hombro, los codos y las rodillas, y moretones en varias partes del cuerpo, inclu-yendo el muslo, los glúteos y la espalda. El cuer-po del capitán Acosta Arévalo también mostraba una fractura en un pie y signos de quemaduras en su pie y en su muñeca”.5

5 MISIÓN DE DETERMINACIÓN DE HECHOS DE LA ONU. Conclusiones detalladas de la Misión internacional independiente de Determinación de los Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela. Septiembre 2020. Párrafo 913.

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Ya en 1999 el Comité Contra la Tortura de Naciones Unidas, en sus Conclusiones y Recomendaciones al Esta-do venezolano, planteó como motivo de preocupación

“el incumplimiento de los órganos compe-tentes del Estado de su deber de investigar las denuncias y sancionar a los responsables, los que generalmente quedan impunes, estimulándose así la reiteración de esas conductas”.

Pero a pesar de que la Asamblea Nacional (AN) aprobó en 2013 una Ley Especial Para Prevenir y San-cionar la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes, las preocupaciones sobre la situación del país fueron aumentando.

En 2014, a propósito de una nueva comparecencia del Estado venezolano ante el organismo, los expertos de Naciones Unidas elevaron sus preocupaciones de-bido a la falta de cumplimiento por parte de Venezuela de la Convención contra la Tortura. La falta de indepen-dencia del poder judicial y los altos índices de impu-nidad, las detenciones arbitrarias, el uso excesivo de la fuerza, la tortura y tratos crueles, inhumanos y degra-dantes, sobre todo en el contexto de manifestaciones, fueron motivos de preocupación del Comité, que instó a las autoridades venezolanas a garantizar el acceso a la justicia para las víctimas:

“i) asegurar que se investiguen todas las denuncias de oficio y de manera pronta, ex-haustiva e imparcial, incluyendo la aplicación del protocolo de Estambul; ii) llevar ante la justicia a todos los presuntos responsables; y, iii) garantizar que todas las víctimas reciban una pronta reparación”.

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El Comité expresó preocupación por la situación de las personas privadas de libertad e instó al Estado a per-mitir la visita del Relator contra la Tortura y el acceso a ONG a los centros de detención.

El Comité contra la Tortura recomendó armonizar el contenido del artículo 17 de la legislación nacional para prevenir la tortura con el artículo 1 de la Convención con-tra la Tortura.

“El Comité observa que el delito de tortura tipificado en el artículo 17 de la Ley contra la Tortura presenta carencias, ya que solo se aplica cuando las víctimas están bajo la custodia del funcionario público. Tampoco se considera tor-tura bajo este artículo los dolores o sufrimientos infligidos por otra persona en el ejercicio de fun-ciones públicas, o a instigación, con el consenti-miento o aquiescencia de funcionarios públicos. La conducta de los funcionarios públicos que hayan instigado o consentido actos de tortura infligidos por personas naturales tampoco estaría tipificada como complicidad o participación en la tortura”.

El artículo 17 de la Ley Especial Para Prevenir y San-cionar la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes establece:

“El funcionario público o la funcionaria pública que en funciones inherentes a su cargo lesione a una persona que se encuentre bajo su custodia en su integridad física, psíquica o moral, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, con la intención de intimidar, castigar u obtener información o una confesión, será sancionado o sancionada con la pena de

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quince a veinticinco años de prisión e inhabili-tación para el ejercicio de la función pública y política, por un período equivalente a la pena decretada. Tanto la inhabilitación del ejercicio de la función pública como política no estarán suje-tas a rebaja alguna”.

Las carencias existentes en la legislación nacional y su ausencia de armonía con la Convención generan un esce-nario en el que la impunidad puede favorecer la comisión de este grave crimen contra los derechos humanos. En un contexto de usurpación de la institucionalidad y aliento oficial a los abusos, cerrar la mayor cantidad de espacios a la impunidad se hace necesario para brindar la mayor protección a las víctimas.

Desde 2013, año de la promulgación de la Ley Espe-cial Para Prevenir y Sancionar la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes, Provea ha registrado 1.170 casos de tortura. La mayoría de los casos perma-necen en la impunidad y el más reciente y grave, el ase-sinato bajo torturas del capitán de corbeta Rafael Acosta

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Arévalo, demuestra la dramática situación que atravie-san quienes se encuentran bajo custodia del Estado y la forma como desde el poder se actúa para favorecer la impunidad. También desde 2013 los registros de casos generales de violaciones a la integridad personal han ido en aumento. Si bien algunos subpatrones han aumentado o disminuido en determinados períodos, la tendencia general es al alza.

Desde 1998 Provea ha logrado individualizar a 2.065 víctimas de tortura; 56,65% de los casos han ocurrido durante la gestión de Nicolás Maduro. Entre enero y diciembre de 2019 se denunciaron 40 casos de tortura que incluyeron a 574 víctimas individualizadas de este delito contra los derechos humanos. Esta cifra constituyó un aumento de 526,60% en el número de víctimas con-tabilizadas respecto a los 12 meses de 2018, cuando fue registrado un total de 109 personas afectadas por tortura. Además, es el registro más alto documentado por Provea en 31 años de monitoreo del derecho a la integridad per-sonal en el país, superando a las 185 víctimas registradas en 2014.

Venezuela: víctimas de tortura 1988-2019


Oct. 1988 - Sep. 1989 10Oct. 1989 - Sep. 1990 41Oct. 1990 - Sep. 1991 34Oct. 1991 - Sep. 1992 59Oct. 1992 - Sep. 1993 105Oct. 1993 - Sep. 1994 39Oct. 1994 - Sep. 1995 99

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También en 2019 se registró un dramático ascenso en el número de personas asesinadas bajo torturas, con un

Oct. 1995 - Sep. 1996 63Oct. 1996 - Sep. 1997 45Oct. 1997 - Sep. 1998 21Oct. 1998 - Sep. 1999 28Oct. 1999 - Sep. 2000 21Oct. 2000 - Sep. 2001 37Oct. 2001 - Sep. 2002 17Oct. 2002 - Sep. 2003 30Oct. 2003 - Sep. 2004 58Oct. 2004 - Sep. 2005 31Oct. 2005 - Sep. 2006 19Oct. 2006 - Sep. 2007 11Oct. 2007 - Sep. 2008 13Oct. 2008 - Sep. 2009 16Oct. 2009 - Sep. 2010 36Oct. 2010 - Sep. 2011 20Enero-Diciembre 2012 42Enero-Diciembre 2013 78Enero-Diciembre 2014 185Enero-Diciembre 2015 105Enero-Diciembre 2016 18Enero-Diciembre 2017 101Enero-Diciembre 2018 109Enero-Diciembre 2019 574Total 2.065

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total de 23 víctimas que constituyeron la mayor cifra re-gistrada por Provea desde 1988.

Venezuela: personas asesinadas bajo tortura 1988-2019


Oct. 1988 - Sep. 1999 3Oct. 1989 - Sep. 1990 7Oct. 1990 - Sep. 1991 15Oct. 1991 - Sep. 1992 12Oct. 1992 - Sep. 1993 8Oct. 1993 - Sep. 1994 3Oct. 1994 - Sep. 1995 11Oct. 1995 - Sep. 1996 10

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Entre 1997 y 2011, Provea registró 421 casos de tortura y 7.012 de tratos crueles, inhumanos y degradantes con-tra detenidos. El pico más alto de tortura experimentado en un periodo de tres lustros se registró en 2004 (58) y

Oct. 1996 - Sep. 1997 6Oct. 1997 - Sep. 1998 5Oct. 1998 - Sep. 1999 4Oct. 1999 - Sep. 2000 5Oct. 2000 - Sep. 2001 5Oct. 2001 - Sep. 2002 0Oct. 2002 - Sep. 2003 9Oct. 2003 - Sep. 2004 8Oct. 2004 - Sep. 2005 12Oct. 2005 - Sep. 2006 7Oct. 2006 - Sep. 2007 15Oct. 2007 - Sep. 2008 6Oct. 2008 - Sep. 2009 10Oct. 2009 - Sep. 2010 10Oct. 2010 - Sep. 2011 12Enero-Diciembre 2012 0Enero-Diciembre 2013 10Enero-Diciembre 2014 4Enero-Diciembre 2015 5Enero-Diciembre 2016 14Enero-Diciembre 2017 3Enero-Diciembre 2018 13Enero-Diciembre 2019 23Total 255

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está incluido en el Informe Especial “15 años sobre DDHH. Inclusión en lo social, exclusión en lo político”, publicado por Provea en 2012 (http://es.scribd.com/doc/116260513/infor-me-15anos).

Entre 1989 y 2019 Provea registró un total de 19.466 víctimas de tratos crueles, inhumanos y degradantes.

Las cifras más altas corresponden a los períodos 1993-1994 con 2.037 víctimas (10,46% del total); 1991-1992 con 1.851 víctimas (9,5% del total); 1994-1995 con 1.464 vícti-mas (7,5% del total); 2005-2006 con 1.394 víctimas (7,16% del total); 2018 con 970 víctimas (4,98% del total) y 2019 con 852 víctimas (4,37% del total).

Víctimas de tratos crueles, inhumanos y degradantes 1989-2019


Oct. 1989 - Sep. 1990 174Oct. 1990 - Sep. 1991 817Oct. 1991 - Sep. 1992 1851Oct. 1992 - Sep. 1993 883Oct. 1993 - Sep. 1994 2.037Oct. 1994 - Sep. 1995 1464Oct. 1995 - Sep. 1996 552Oct. 1996 - Sep. 1997 526Oct. 1997 - Sep. 1998 313Oct. 1998 - Sep. 1999 239Oct. 1999 - Sep. 2000 333Oct. 2000 - Sep. 2001 342Oct. 2001 - Sep. 2002 500

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Entre 1989 y 1998 Provea registró un total de 7.734 víctimas de tratos crueles, inhumanos y degradantes, mientras que en el período 1999-2019 la cifra asciende a 10.849 afectados. En los últimos siete años, 4.514 personas han sido víctimas de estos abusos en centros de deten-ción y en otros procedimientos realizados por agentes de la fuerza pública.

Durante 2013 las denuncias por torturas se elevaron 85,71% respecto a 2012, al registrarse 78 casos. Asimis-mo, los casos de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes aumentaron 58,02%. En 2014 la situación empeoró. Muchos de los patrones asociados a prácticas

Oct. 2002 - Sep. 2003 254Oct. 2003 - Sep. 2004 491Oct. 2004 - Sep. 2005 503Oct. 2005 - Sep. 2006 1394Oct. 2006 - Sep. 2007 692Oct. 2007 - Sep. 2008 573Oct. 2008 - Sep. 2009 427Oct. 2009 - Sep. 2010 350Oct. 2010 - Sep. 2011 75Enero-Diciembre 2012 162Enero-Diciembre 2013 256Enero-Diciembre 2014 631Enero-Diciembre 2015 793Enero-Diciembre 2016 473Enero-Diciembre 2017 539Enero-Diciembre 2018 970Enero-Diciembre 2019 852Total 19.466

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de tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes registrados durante las manifestaciones de 2013 se re-pitieron en las protestas de febrero a junio de 2014. Los familiares de los afectados y sus abogados, así como varias ONG, se quejaron de los bloqueos y malos tratos recibidos por los detenidos en manifestaciones durante este período.

En su Informe Anual 2014, Provea registró un total de 185 casos de tortura, con 185 víctimas, lo que significó un incremento de 137% respecto a las 78 víctimas registradas en 2013. En el caso de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes el número ascendió 147%, siendo identi-ficadas 634 víctimas, 378 más que en el Informe anterior. La mayoría de los casos se produjeron en el contexto de detenciones realizadas por la Guardia Nacional Boliva-riana (GNB), Policía Nacional Bolivariana (PNB), SEBIN y policías estadales durante las manifestaciones que se desarrollaron a lo largo del año, principalmente entre febrero, marzo y abril. En total, 819 personas fueron vícti-

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mas de tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes durante 2014.

El Comité Contra la Tortura de la ONU, en sus obser-vaciones sobre Venezuela publicadas en noviembre pasa-do, instó al Estado a

“[…] garantizar el acceso inmediato de las víctimas a los órganos judiciales para denunciar incidentes de tortura y malos tratos, asegurando su protección [y] velar porque se investiguen de oficio y de manera pronta, exhaustiva e imparcial las alegaciones de tortura y malos tratos pre-suntamente cometidos por los agentes del orden […]”.

Pese a ello, persiste una alta tasa de impunidad en los casos de tortura y tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Precisamente ante este órgano de Naciones Unidas, el Estado venezolano admitió que de 31.096 de-nuncias por violaciones de derechos humanos recibidas entre 2011 y 2014 tan solo 3,10% resultaron en acusación por parte del MP.

En julio de 2019, durante el 41° Período de Sesio-nes del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la Alta Comisionada para los Derechos Hu-manos, Michelle Bachelet, presentó su informe Situa-ción de los Derechos Humanos en la República Bolivariana de Venezuela.

El informe destacó patrones de violaciones que afec-tan directa e indirectamente los derechos civiles, políti-cos, económicos, sociales y culturales, con un enfoque de género. En el documento se hicieron al menos 23 recomendaciones, 13 de ellas urgentes, al gobierno de facto de Venezuela, para atender y superar la dramática situación de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales en el país.

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Una de esas recomendaciones, dirigida a que el Es-tado adopte “de inmediato medidas para cesar, subsanar y prevenir las violaciones de los derechos humanos, en particular las violaciones graves, como la tortura y las ejecuciones extra-judiciales”, cayó definitivamente en saco roto.

Desde mediados de 2015 los diversos mecanismos de Naciones Unidas para la promoción y protección de los derechos humanos han seguido con preocupación la cri-sis en Venezuela y su impacto en la garantía de los dere-chos económicos, sociales, culturales, ambientales, civiles y políticos. Sin embargo, no fue sino hasta 2017 –y luego de la creciente presión de organizaciones de la sociedad civil y distintos gobiernos sensibilizados con la situación de nuestro país– cuando la OACNUDH y el Consejo de Derechos Humanos asumieron una mirada más cercana a la crisis y elevaron la presión sobre el régimen venezo-

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lano para que desvíe su curso autoritario y restituya las garantías para los derechos humanos.

En 2017 la OACNUDH comenzó a abordar la situación venezolana, creando el 6 de junio de ese año un equipo para documentar e informar sobre las violaciones de DDHH. Su primera investigación titulada “Violaciones y abusos de los derechos humanos en el contexto de las protestas en la República Bolivariana de Venezuela del 1 de abril al 31 de julio de 2017”, abordó las protestas ocurridas en estos cua-tro meses. El texto incluyó 135 entrevistas con víctimas y sus familiares, testigos, representantes de ONG, periodis-tas, abogados, médicos, paramédicos y el MP.

En septiembre de 2017, el anterior Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hus-

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sein, afirmó que pudieron haberse cometido “crímenes contra la humanidad” en Venezuela en el marco de las pro-testas antigubernamentales, y urgió al Consejo de Dere-chos Humanos a abrir una investigación internacional.En marzo de 2018, en la presentación de su Informe Anual, Zeid Ra’ad al Hussein expresó su preocupación por el deterioro de los derechos humanos en Venezuela y la erosión de la institucionalidad democrática. El Alto Comisionado dijo que era necesario investigar la posible comisión de crímenes de Lesa Humanidad en medio de las protestas antigubernamentales.

El 27.09.18, durante una reunión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, se aprobó una resolu-ción sobre Venezuela con 23 votos a favor, en la cual se exigía al gobierno que abriera sus puertas a la asistencia humanitaria. Asimismo, se solicitaba la colaboración con la OACNUDH y el resto de los mecanismos del Consejo. Finalmente se estableció como mandato a la OACNUDH la elaboración de un nuevo informe sobre la situación de derechos humanos en el país, para que fuera presentado ante el Consejo a mediados de 2019.

En enero de 2019 la Alta Comisionada, Michelle Ba-chelet, recibió una invitación formal del Gobierno de Venezuela para visitar el país. Bachelet contestó a las autoridades venezolanas exponiendo la necesidad de que un equipo técnico visitara el país antes de su llegada. En marzo, un equipo de cinco personas de la OACNUDH visitó Venezuela y pudo entrevistarse con dirigentes gu-bernamentales, representantes de la AN, organizaciones de la sociedad civil y víctimas de violaciones a los dere-chos humanos. El equipo visitó Caracas y otras ciudades en distintos estados de Venezuela, con el propósito de tener certeza de que la Alta Comisionada obtendría ac-ceso irrestricto a todas las personas y a todos los lugares que quisiera visitar.

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Michelle Bachelet llegó a Venezuela el miércoles 19 de junio para una visita de tres días. El jueves 20 se reunió con organizaciones de derechos humanos y con diferentes gru-pos de víctimas. En su discurso al final de la visita expuso:

“Previo a mi visita, solicitamos al Gobierno varios compromisos, y hemos podido alcanzar varios acuerdos, además de la ya citada presencia de los oficiales de derechos humanos. Tenemos el compromiso expreso del Gobierno para llevar a cabo una evaluación de la Comisión Nacional para la Prevención de la Tortura y para deter-minar los principales obstáculos en el acceso a la justicia en el país […] El Gobierno también ha aceptado que mi equipo tenga acceso pleno a los centros de detención para poder monitorear las condiciones de detención y hablar confidencial-mente con los privados de libertad”6.

En julio de ese año la Alta Comisionada presentó un informe en el cual instó al Gobierno de Venezuela a adoptar de inmediato medidas específicas para detener y remediar las graves vulneraciones de derechos econó-micos, sociales, civiles, políticos y culturales que se do-cumentaron en el país. En el documento afirmó que en el último decenio –y especialmente desde 2016– el Gobierno venezolano y sus instituciones han puesto en marcha una estrategia “orientada a neutralizar, reprimir y criminalizar a la oposición política y a quienes critican al Gobierno”.

En una histórica resolución, el Consejo de Derechos Humanos creó una Misión internacional independiente de Determinación de los Hechos para Venezuela. La deci-sión estableció que la misión investigaría las ejecuciones 6 No se tiene conocimiento de que la evaluación de la Comisión Nacional para la Prevención de la Tortura se haya realizado o de las medidas adoptadas para prevenir la tortura. Ni las autoridades venezolanas ni la Oficina de la Alta Comisionada han difundido información al respecto.

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extrajudiciales, las desapariciones forzadas, las deten-ciones arbitrarias y las torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes cometidos desde 2014, para asegurar la plena rendición de cuentas de los autores y la justicia para las víctimas.

Informe de la Misión de Determinación de los Hechos de Naciones UnidasComo parte del mandato que le otorgó el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la Misión inter-nacional independiente de Determinación de los Hechos para Venezuela publicó, en septiembre de 2020, un exten-so informe sobre el monitoreo de la situación de derechos humanos en Venezuela en materia de ejecuciones extraju-diciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradan-tes cometidos desde 2014.

En su reporte, presentado en el marco del cuadragési-mo quinto período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la misión identificó

“incidentes y patrones específicos que esta-blecen motivos razonables para creer que se han cometido violaciones del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho penal inter-nacional”.

La Misión explicó que tiene motivos razonables

“para creer que la mayoría de las violacio-nes y los crímenes documentados en el presente informe se cometieron en el marco de un ataque generalizado y sistemático dirigido contra una población civil, con conocimiento del ataque, de conformidad con una política estatal o en apoyo de ella”.

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Asimismo, afirmó tener también fundadas razones para creer que en el país Venezuela se cometieron críme-nes de lesa humanidad en el período examinado.

Entre sus recomendaciones al Estado venezolano la Misión internacional independiente de Determinación de los Hechos para Venezuela señaló, en materia de preven-ción y sanción a los actos de torturas y otros tratos crue-les, inhumanos y degradantes:

> Emitir una directiva del más alto nivel político a las autoridades del SEBIN y la DGCIM para que cesen y desistan inmedia-tamente de cualquier práctica, incluidas las descritas en el presente informe, que constituyan tortura o un trato cruel, inhu-mano y degradante, incluidos los actos de violencia sexual y de género. Investigar y enjuiciar el uso de la tortura, incluso durante los interrogatorios.

> Suspender a los miembros del SEBIN, de la DGCIM o de cualquier otra institución del Estado mientras se les investiga por tortura.

> Velar porque los detenidos sean objeto de exámenes médicos periódicos a cargo de profesionales médicos independientes. Ha-cer que la documentación fotográfica de las lesiones por traumatismo sea una práctica obligatoria. Establecer una práctica de gra-bación en video de los exámenes médicos, bajo previo consentimiento, especialmente de los cadáveres de las personas asesinadas o heridas en las operaciones policiales o en las detenciones.

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> Velar porque los profesionales médicos comprendan sus obligaciones jurídicas y el riesgo de complicidad en los delitos, inclui-dos los crímenes de lesa humanidad, si con-tribuyen a ellos.

> Capacitar al personal médico en la investi-gación, interpretación y documentación de la tortura física y psicológica, así como otras formas de malos tratos, incluso mediante la violencia sexual y de género, sobre la base del Protocolo de Estambul.

> Garantizar investigaciones independientes e imparciales en los casos de muertes bajo custodia, de conformidad con el Protocolo de Minnesota, por profesionales capacitados en estas normas. Permitir la participación de los familiares en las investigaciones. Cuando se solicite, organizar la restitución del cuer-po a las familias.

- A la comunidad internacional, la Misión internacional

independiente de Determinación de los Hechos para Ve-nezuela recomendó:

> Los Estados deberían considerar la posi-bilidad de iniciar acciones legales contra los individuos responsables de las violaciones y los crímenes identificados en el presente informe, de conformidad con su legislación interna pertinente.

> Encomendar, por medio del Consejo de Derechos Humanos y/o la Asamblea Gene-ral, nuevas investigaciones sobre las viola-

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ciones de los derechos humanos y los críme-nes destacados en el presente informe.

> Que la Fiscalía de la Corte Penal Interna-cional tenga en cuenta la necesidad de que se haga justicia oportunamente a las vícti-mas de los crímenes investigados por la Mi-sión y a los que están bajo su consideración.

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001 DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES …...Derecho a la vivienda: Rafael Uzcátegui,...

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