0059 Dimensión Ético-pedagógica de La Provocacion

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  • 7/21/2019 0059 Dimensin tico-pedaggica de La Provocacion

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    FREDERIC RAURELL

    DIMENSIN TICO-PEDAGGICA DE LAPROVOCACIN EN EL QOHLET

    De acuerdo con la definicin descriptiva que nos dan los diccionarios, provocador es

    aqul que incita o induce a realizar cosas difciles, nuevas, diversas y en ocasionescontrarias a lo que comnmente se acepta. Esta definicin encaja con el Qohlet.Rebelde solitario, rechaza la seguridad del magisterio y, con absoluta honestidad, searriesga a dudar hasta del fundamento mismo de la sabidura, con el propsito de

    poner de manifiesto su radical insuficiencia. Su reflexin es una glosa escptica de latradicin sapiencial. La experiencia es su modo y su medio de indagar la realidad. Estaes la primera originalidad del Qohlet. Pues, si bien es verdad que este procedimientoes comn toda la sabidura en Israel, en l asume una importancia singular. Elabarca todas las experiencias de la vida, destacando lo que en ellas hay de parcial, de

    provisorio, es decir, de lmite. l asume la experiencia paradjica de vivir en la"presencia-ausencia" de Dios, lo cual supone una tremenda carga de sufrimiento

    intelectual -"cuando se aumenta el saber, se aumenta el sufrir" (1,18)- que el Qohletacepta valerosamente para poder afrontar la contradiccin de la muerte con laesperanza, casi desesperada, de quien aguarda una respuesta imposible. Gracias a l,hasta los ms radicales provocadores y negadores encuentran su lugar en la Biblia.

    Dimensione etico-pedagogica della provocaczione nel Qohlet, Laurentianum 33(1992) 375-402.

    I. Algunos aspectos provocadores de su reflexin

    Los presentamos sin "demasiada lgica", a la manera del Qohlet. En la segunda parte,trataremos del Dios del Qohlet como suma provocacin.

    El Qohlet, el hombre de las preguntas provocativas

    La fuerza de provocacin del Qohlet se manifiesta en sus preguntas.

    Casi 25 veces se sirve de interrogantes para encararse honestamente con la realidad. Elprocedimiento es de carcter mayutico, ya que pone al lector en la necesidad de dar

    con la respuesta. El Qohlet es un maestro, no un "profesor". Por lo dems, suspreguntas parecen respetar la doctrina tradicional. Se trata de una estrategia -claro est-para que el lector, sin apenas violencia, se avenga a someterse al "tormento" crtico delmaestro.

    La primera pregunta constituye la primera provocacin:Qu saca el hombre de todaslas fatigas que lo fatigan bajo el sol? (1,3).

    En otras palabras: tiene sentido la vida? Un mazazo! El interrogante es un signo que lefascina y le horroriza, a la vez. A l no le gusta dogmatizar. l sabe que la utilidad deuna bsqueda no reside en los descubrimientos o datos adquiridos. Por eso se limita a

    preguntar -a preguntarse-, aunque slo sea para llegar a conclusiones parciales yprovisorias.

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    Las preguntas se suceden sin interrupcin: Qu har el hombre que suceder al rey?Lo que ya haban hecho (2,12). El Qohlet no quiere dormirse sobre los laureles de lainmortalidad: Comprend que una suerte comn les toca a todos, y me dije: para qu

    fui sabio? (2,15). Trabajar y comer es la primera obligacin del hombre, y la msnecesaria. Pero, en todas las culturas, llega un da en que se pasa de la esclavitud del

    trabajo al gozo de la laboriosidad. Reconocer que la vida es un don, nos libera deldesengao de la fugacidad del tiempo. Esta felicidad era suficiente para los sabiosantiguos, pero al Qohlet no le satisface, aunque la valore: El nico bien del hombre escomer y beber y disfrutar del producto de su trabajo, y aun esto he visto que es don de

    Dios. Pues, quin come y bebe sin su permiso? (2,24-25). La libre intervencin deDios, que deja de lado el principio de la retribucin, constituye el quidde la pregunta de3, 9: Qu saca el obrero de sus fatigas? De nuevo aparece en 3,21-22. Despus deafirmar que la suerte del hombre es la misma que la de los animales (3,18-19), surgennuevos interrogantes: Quin sabe si el aliento del hombre sube arriba y el aliento delanimal baja a la tierra? Y as observ que el nico bien del hombre es disfrutar de loque hace, pues nadie lo ha de traer a disfrutar de lo que vendr despus de l. Otras

    duras preguntas aparecen en 4,8; 4,11; 5,15.16; 6,6:6,12; 7,13.16.17. Las preguntastienen siempre una respuesta negativa, y por ello obligan a repensar los principios quelos sabios manejaban para explicar a Dios, al mundo, al hombre y su historia. Por mediode sus interrogantes, el Qohlet quiere hacernos ver que en esta vida hay males de losque el hombre no puede escapar y que amenazan constantemente su libertad,sumergindole en la angustia. Y si bien el hombre no est en condiciones de evitardichos males, porque son independientes de su voluntad, puede afrontarlos con

    paciencia activa, con vigilancia crtica. Este realismo crtico, que lo mantiene lejos delpesimismo y del optimismo, 1o sita en buenas condiciones para ser un magnficoprovocador.

    Esfuerzo para transformar el destino y el absurdo en conciencia

    El Qohlet contempla al hombre atrapado entre el sentido y el sinsentido. Essorprendente el realce que el autor concede al absurdo de la situacin humana. Para unlector superficial, el Qohlet aparece como tocado de perfiles piadosos. Pero cuando selee con una pizca de sospecha, surgen las cuestiones no slo desconcertantes, sino

    provocadoras.

    Nada nuevo hay bajo el sol. Con esta afirmacin inquietante, el Qohlet pareceabandonar el punto de vista bblico que considera la historia como un proyecto dedespliegue lineal. En su visin, por el contrario, la historia no es unidireccional, sino uncrculo del que es imposible escapar:

    Lo que pas, eso pasar; lo que sucedi, eso suceder: nada hay nuevo bajo el sol (1,9).

    Por ms alto que est el hombre, la ltima palabra sobre los acontecimientos no la tienel. Pues el hombre:

    no sabe lo que va a suceder y nadie le informa de lo que va a pasar (8,7).

    Esta "docta ignorancia", respetuosa del misterio, cierra otra pgina desintoxicante dellibro, pues en ella se desmitifica la hybris(desmesura) teolgica y filosfica del sabio

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    convencido de poder explicarlo todo. Para liberarnos de nuestras frvolas certezas sobreDios, sobre el hombre y sobre el mundo, para cambiar nuestra credulidad en libertad, elQohlet nos enfrenta al absurdo de la muerte, presente en todas las dimensiones denuestra existencia. El sabe que, si no podemos vencer a la muerte, al menos, podemosdesafiarla. As es como este agnstico, vido de trascendencia, se aleja de la sabidura

    oficial para acercarse a los dbiles y cansados.

    El problematicismo como mtodo?

    Al renunciar a la catequesis de las repeticiones, de las grandes certezas, de las verdadesmecnicas, el Qohlet renuncia a comprehender, de modo exhaustivo, la realidad deDios, del mundo, del hombre. Para el Qohlet la funcin del maestro consiste en tratarlos problemas en su problematicidad. Y dado que el sentido de la vida es la cosa ms

    problemtica, sta es para el Qohlet la cuestin principal.

    Y esto es tambin lo que- le impulsa a seguir caminos inditos, a abrir nuevas vas enlos caminos trillados. A l le interesa "buscar", "explorar", "ver", "tocar"... hasta dar conel problema: lo bueno y lo malo de ser hombre. Para ello no se contenta con algunasexperiencias aisladas, como hace la sabidura tradicional, sino que considera la vida ensu conjunto. Esto hace que el Qohlet sea ms exigente sobre el plano teolgico ymoral.

    El Qohlet desentraa los problemas y los analiza a fondo. No se da nunca por vencidohasta que, consciente de la impotencia humana y/o de la presencia del misterio, desistede su pretensin. Entonces se atiene a los lmites que Dios ha marcado al hombre:

    Si no entiendes cmo un aliento entra en los miembros en un seno preado tampocoentenders las obras de Dios, que lo hace todo(11,5).

    Cierto, el Qohlet acepta el lmite a regaadientes, y no puede dejar de exteriorizar supena interior. Sufre, y su sufrimiento hace de l un telogo comprometido que oscilaentre un profundo sentido de lo trascendente y un amor irrenunciable a la libertad deespritu. Su pesimismo y escepticismo ocultan una profunda y apasionada empata porlas angustias y sufrimientos de la vida. Estamos delante de un hombre contradictorioque ha buscado, de joven, su propio camino y que ha descubierto, tal vez ya anciano,que Dios es una Palabra abierta, indescifrable para el hombre.

    Pero el escepticismo no excluye la fe. Ah encontramos la justa perspectiva que nosayuda a comprender el pensamiento del Qohlet.

    El escepticismo no es desconocido en la Biblia. Sin embargo, se trata de unescepticismo prctico, no terico. Las palabras del salmista: Piensa el necio: "Dios noexiste" (14,1) hay que entenderlas en sentido prctico: Dios no cuenta, Dios no ve. Demodo semejante Is 5,19.

    Las razones de este escepticismo son obvias: los acontecimientos de la historia noconfirmaban la justicia o la misericordia de Dios. Por eso, el profeta Jeremas se

    lamentaba delante de Dios: Por qu prosperan las cosas de los impos?(Jr 12,1).

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    Probablemente, tambin el Qohlet fue escptico respecto a los acontecimientos de lahistoria de la salvacin, pero l ni siquiera los menciona. Su preocupacin versa sobresucesos menos espectaculares de la vida de cada da: el trabajo, el provecho, el placer,

    por no citar ms que tres de sus temas-clave. El examina estas preocupaciones partiendodel punto de vista de la sabidura de Israel. Lo que ocurre es que l no est satisfecho de

    la respuesta que los sabios dieron de dichos acontecimientos. Frente a la valoracinsimplista de la realidad y a la contraposicin dualista entre sabios y necios, justos einjustos, el Qohlet va y lo problematiza todo.

    Sin embargo, detrs de su problematicismo y de la tendencia a la provocacin, elQohlet esconde un incontenible amor por el hombre y un evidente respeto por laalteridad de Dios. Con su "humor", a veces custico, hace vacilar opiniones fciles;

    pero, gracias a ello, nos abre el camino hacia la sinceridad, la audacia y la pasin por lavida.

    El verdadero principio espiritual del Qohlet es el de la reflexin crtica frente a los

    hechos. A esta reflexin crtica se une el problema de la comunicacin, es decir, del usohonesto de las palabras. Creo que el momento de la comunicacin precede en l al de laconciencia.

    Me dediqu a obtener sabidura observando todas las tareas que se realizan en latierra: los ojos del hombre no conocen el sueo ni de da ni de noche. Despus observtodas las obras de Dios: el hombre no puede averiguar todo lo que se hace bajo el sol.

    Por ms que el hombre se fatigue buscando, no lo averiguara; y aunque el sabiopretenda saberlo, no lo averiguar"(8,1617).

    As denuncia el peligro de dejarse dominar por una clase "clerical" de sabios privadosde inteligencia, de imaginacin y de cultura. Lo que dice el Qohlet es muy simple, tansimple que desconcierta la sabidura oficial. Tiene el valor de enfrentar con los hechoslas ideas recibidas y hasta su propia fe-. El Qohlet se mete con los ilusos y lasilusiones, pero lo hace con un cierto humor, con una cierta ternura a favor del hombre.

    No, la fe no se resentir, ni tampoco el gusto de vivir perder su sabor:

    Anda, come tu pan con alegra y bebe contento tu vino, porque Dios ya ha aceptado tusobras. Lleva siempre vestidos blancos y que no falte el perfume en tu cabeza... (9,78).

    Es magnfico que el Qohlet renuncie a las formas exhortativas y adopte el imperativo:

    "Anda", "come", "bebe", "goza".

    El sentido tico de la provocacin reside en su sentido de solidaridad

    Acabamos de ver cmo el Qohlet denuncia la superficialidad y la rutina con tonoirnico y cortante. Anotemos ahora que para l la provocacin no constituye un fin ens, sino un medio para llegar a un juicio moral. Si es cierto que echa mano del humor, loes tambin que en l hay mucho sufrimiento, derivado de su sentido de solidaridad conel hombre. Trata de no aislarse del hombre comn, de su concreta infelicidad, para nocaer en el error de los "telogos oficiales", que prefieren atender a las cuestiones de la

    universal infelicidad humana.

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    Muchas de las afirmaciones del Qohlet tienen un carcter provocativo-didctico. Estnllenas de contrastes dialcticos, pero tambin de honestidad intelectual.

    Yo alabo la alegra, porque el nico bien del hombre es comer y beber y alegrarse; esole quedar de sus trabajos, durante los das de su vida que Dios le conceda vivir bajo el

    sol"(8,15).

    Tanto la vida como sus alegras son don de Dios. Entender esto es de vital importanciapara la justa comprensin del pensamiento teolgico del Qohlet. Esta dimensin tico-pedaggica del Qohlet la ha entendido a la perfeccin el autor del eplogo (12,912):

    El Qohlet, adems de ser un sabio, ense al pueblo lo que l saba.

    Estudi, invent y formul muchos proverbios (...); escribi la verdad con acierto.

    En este retrato aparece la verdadera sabidura del maestro: su sentido de la

    participacin, su amor al hombre y a la verdad, que le llevaron a considerar la sabiduratradicional como pura inconsistencia (hebel). Y ello sin levantar la voz, sin aspavientos.Esta refinada ambigedad pone de manifiesto el talento y el talante del Qohlet, quehicieron de l un telogo ms peligroso que el autor del desgarrado poema de Job.

    "Escribi la verdad con acierto y honradez"(v. 10b). Por esto ensea al pueblo que elhombre se halla trgica e inevitablemente envuelto en la contradiccin: vida y muerte,ilusin y realidad, caos y orden, presencia-ausencia de Dios. Ensea que antes que lasideas es la vida, antes que los libros es la realidad.

    Con todo, l no es un antiintelectual pesimista. Lo que le mueve es su sentido desolidaridad con el hombre. A esto se aade su pasin por comunicar la verdad, aunqueresulte escandalosa. Podramos decir que el Qohlet se anticip a Kant, en su lucha porsacar al hombre de su culpable minora mental. Asimismo, podramos incluir al Qohleten la tercera categora de pensadores de la que habla Nietzsche:

    "En primer lugar estn los pensadores superficiales; en segundo lugar, los pensadoresprofundos; en tercer lugar, los pensadores radicales, que se oponen a la rutina, alservilismo, al miedo y a la pereza: son los queridos y nobles hombres del subsuelo"(Morgenrte. Gedanken ber moralische Vorurteile. Gesamelte Werke, vol. XI, 1926,

    p. 446).

    II. El concepto provocativo de Dios en el Qohlet

    Hemos visto que el Qohlet reflexiona y escribe para liberar al hombre. Esto explica elporqu de la eleccin de los temas que suscitan inquietud: la inconsistencia de larealidad, las injusticias del hombre, la omnipresencia de la muerte, la ausencia de Dios.Hemos visto tambin que su pasin por la verdad confiere a ciertas afirmacionesescabrosas el valor de provocaciones tico-pedaggicas. El cree que el sabio debe hacerun uso honesto de las palabras, que no puede utilizar la escritura para engaar a lossencillos.

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    Pero donde el Qohlet exige ms honestidad -de palabra y de pensamiento- es en eltema de Dios, visto desde su reflexin sobre el hombre. Parece conocer el mensaje delos profetas, pero no ha tenido, como los profetas, una experiencia viva de Dios. Para elQohlet Dios es "El", no "T". De ah que su mensaje no sea una invitacin a creer, aamar, a orar. l se limita a analizar el desajuste interior producido por la irrealidad de la

    vida, la realidad de la muerte y la lejana de Dios. No es que dude de la existencia ni dela intervencin de Dios. Lo que ocurre es que, si Dios tiene unos designios sobre elhombre, el hombre no puede conocerlos.

    Dios no puede ser manipulado

    La bsqueda de Dios en el Qohlet es algo totalmente radical. Pero el modocalidoscpico con que enfoca el tema no nos permite hacer una exposicin demasiadolgica. Para el Qohlet, Dios es absolutamente trascendente.Dios est en el cielo y elhombre sobre la tierra(5,1). Por eso -advierte- sobre Dios es mejor callar que hablar.

    A partir de esta fe en el misterio de Dios, omnipotente y libre, el Qohlet critica lapretendida verdad de la tradicin sapiencial en Israel y niega que la experiencia seacapaz de definir la verdad. Pero al mismo tiempo afirma que la experiencia es un saberque busca su cumplimiento. Aceptando la libertad de Dios, el hombre se trasciende. Enotras palabras, la libertad absoluta de Dios es la mejor garanta de la imposibilidad deser manipulado por el hombre.

    Observa la obra de Dios: quin podr enderezar lo que l ha torcido? (7, 13).

    El misterioso obrar de Dios

    Ya hemos visto cmo se las haba el Qohlet con los maestros de la sabiduratradicional, que pretendan tener respuestas para todo.

    Pero queda sin responder la gran incgnita: el inescrutable obrar de Dios, su modo deactuar. El Qohlet no desarrolla una reflexin epistemolgica sobre la posibilidad delconocer humano, pero paradjicamente pone en estrecha relacin el saber de laexperiencia humana y el saber de la fe teolgica.

    En efecto, en el Qohlet teologa y antropologa estn estrechamente unidas. Para l, labsqueda de sentido en el obrar del hombre implica la bsqueda del sentido propio delobrar de Dios.

    Despus observ todas las obras de Dios: el hombre no puede averiguar lo que se hacebajo el sol. Por ms que el hombre se fatigue buscando, no lo encontrar; y aunque el

    sabio pretenda saberlo, no lo averiguar(8, 17).

    El temor de Dios, centro de la teologa y de la antropologa

    Comprend que todo lo que hace Dios durar siempre: no se puede aadir ni restar.Porque Dios exige que lo respeten(3, 14).

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    El Qohlet coloca a Dios y al hombre en su respectivo lugar, con unas palabrasdefinitorias: Dios est en el cielo, el hombre est en la tierra. Esta es la distancia"respetable" que se precisa para poder descubrir a Dios (y de paso, al hombre).

    La raz hebrea yare' ("temer") se repite hasta siete veces en el libro, en sentido

    teolgico. Para el Qohlet, quien posee el temor de Dios posee el verdadero saber, yaque conoce el lugar de Dios y el lugar del hombre. He ah la base de la teologa yantropologa.

    El pensamiento del Qohlet sobre el temor es anlogo al pensamiento del A.T. AunqueDios no pretende impresionar ni menos imponerse al hombre, ste debe sentir "temor deDios", es decir referirse a l reverencialmente. Es por eso por lo que en el Qohlet nohay ni dilogo ni comunin con Dios? Su pensamiento queda expresado en 3,14: Diosdirige el mundo de modo arbitrario, porque exige que lo respeten. En efecto, Diosdetermina la existencia humana -en la felicidad o en la desgracia- de modohumanamente incomprensible. Consecuencia: Dios y su modo de obrar son un misterio

    que el hombre debe acatar.

    El Dios del Qohlet no es un "t" sino un "l"

    El Qohlet habla de Dios, pero nunca habla con Dios. En el Qohlet Dios es como unapresencia-ausencia. En este sentido, su idea de Dios es diferente, no slo de la delyavista, sino tambin de la que encontramos en Job.

    Para la teologa yavista, como tambin para la cristiana, resulta chocante una visinteolgica en la que Dios sea creador, pero no salvador ni retribuidor. En efecto, el Diosdel Qohlet no se implica en la llamada "historia de la salvacin", y por tanto no tienesentido lamentarse de que no exista en el libro una relacin dialgica, como la queencontramos en Job, en Jeremas o en algunos salmos. Acaso por esto tampocoencontramos en el Qohlet el tema del amor: ni del amor de Dios hacia los hombres nide los hombres hacia Dios. El binomio hombre-Dios se plantea aqu a nivel "filosfico".

    Ello no quiere decir que el Qohlet proponga una religin alternativa a la religin delxodo y del Sina, basadas en la "historia de la salvacin". La posicin del Qohlet hayque verla como una instancia crtica dentro de la teologa de Israel. l incita a lateologa tradicional a reexaminar seriamente el problema de la relacin Dios-hombre y a

    superar el esquema simplicista y mecnico de esta relacin.

    Elohim, no Yahv

    El Qohlet no usa nunca el nombre de Yahv, sino siempre el de Elohim(aproximadamente 42 veces). De esto no se puede deducir ni que l hable del "Dios delos filsofos" ni que quiera presentarlo de una manera impersonal e indiferente.Simplemente, para l Dios es una presenciaausencia inmanipulable.

    A este propsito, no tiene demasiado sentido preguntarse, como hacen algunos, si el

    Qohlet separa la razn de la fe. Lo que ocurre es que, para dar fuerza a su crtica, elQohlet enfatiza la fuerza de la razn. Tampoco tiene sentido negar que exista una

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    teologa en el Qohlet por el hecho de que l desarrolle con preferencia la relacin entreel hombre y Dios. Habitualmente, en la Biblia, la pregunta por el hombre no se puedeseparar de la pregunta por Dios.

    La religin y la teologa no deben condicionar la libertad de Dios

    La teologa yavista no tiene miedo del carcter imprevisible de Dios, en razn de laalianza. El Qohlet, en cambio, ignora metodolgicamente esta lnea de aproximacin.Quiere dejar a Dios la libertad de hacer y la libertad de dar.

    El Qohlet descubre la realidad del Dios creador con mayor claridad que cualquier otrosabio anterior a l. Para l, Dios es como un soberano que acta siempre con absolutalibertad. Gracias a esto, el Qohlet puede desentenderse sutilmente de la mecnica de laretribucin, que "constrie" a Dios, obligado a responder, de modo automtico, a lasacciones del hombre. Si Dios es libre de dar, la participacin del hombre en la creacines ms intensa, puesto que se ajusta a su liberalidad.

    Que el hombre coma y beba y disfrute del producto de su trabajo es don de Dios (3,3).

    Para el Qohlet, Dios lo hace todo y lo hace bien. Nadie puede impedirlo. En el fondo,el Qohlet, sin decirlo, invita a la teologa a ser ms "respetuosa" con Dios:

    Comprend que todo lo que hizo Dios durar siempre: no se puede aadir ni restar.Porque Dios exige que le respeten(3,14).

    El temor de Dios es la actitud del hombre que sabe respetar la independencia de Dios,su alteridad, su santidad. Si el hombre conociera el plan de Dios, podra escrutar sumisterio y manipularlo. Por Ej., podra escoger las ocasiones sin riesgo alguno, porqueconocera el tiempo de Dios. El Qohlet piensa, por el contrario, que Dios acta en lahistoria a travs de las acciones azarosas del hombre. Por esto, cuando algo tiene xito,el hombre no puede dejar de preguntarse si este xito forma parte de la historia que Diosdirige o no es ms bien una mera posibilidad destinada al absurdo, a la nada. De ah suangustia.

    Visto as, lo que el Qohlet pretende es salvar la libertad de Dios y dejar al hombredentro de las coordenadas del riesgo, requisito-clave de su dignidad. De paso, le pone enguardia contra todos los "trucos" que l mismo se inventa para blindar su seguridad.

    Creo que la mayor provocacin del Qohlet es su concepcin de Dios, que adems nospermite ver, a contraluz, la justa dimensin del hombre. Entre Dios y el hombre, est elhebel(inconsistencia) como punto de referencia infranqueable.

    Alguien ha sugerido que el libro del Qohlet est en el canon de la Biblia errorehominum et providentia Dei (por error de los hombres y por providencia de Dios). Talvez. Aun as, hay que considerarlo un don de Dios.

    Tradujo y condens: Josep Casas