01. El Quijote Para Jóvenes (Fragmento 1-5)

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  • EL QUIJOTE PARA JVENES Edicin de Felipe Garrido

    Notas de Alejandra Palmeros

    CAPTULO 1 Que trata de la condicin y ejercicio del famoso hidalgo don Quijote de la Mancha

    Todo el mundo recuerda las palabras con que comienza la historia de don Quijote: En un lugar de la Mancha1, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que viva un hidalgo2 de los de lanza en astillero, adarga3 antigua, rocn flaco y galgo corredor. El caballero vive con un ama4 que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a veinte; tiene casi cincuenta aos y era de complexin recia, seco de carnes, enjuto5 de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Este hidalgo, que los ratos que estaba ocioso que eran los ms del ao -, se daba a leer libros de caballeras6 con tanta aficin y gusto, que olvid casi de todo punto el ejercicio de la caza, y an la administracin de su hacienda; y lleg a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendi muchas fanegas7 de tierras de sembradura para comprar libros de caballeras se enfrasc tanto en su lectura, que se le pasaban

    las noches leyendo de claro en claro, y los das de turbio en turbio; y as del poco dormir y del mucho leer se le sec el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llensele la fantasa de todo aquello que lea en los libros hasta que rematado ya su juicio, vino a dar en el ms extrao pensamiento que jams dio loco en el mundo, y fue que le pareci convenible y necesario, as para el aumento de su honra como para el servicio de su repblica, hacerse caballero andante e irse por

    1 Regin en Espaa de grandes llanos secos; es similar al bajo mexicano. 2 Personaje noble con buenos estudios. 3 Escudo 4 Criada 5 Muy delgado 6 Historias con caballeros y princesas, hechiceros, duendes y dragones. 7 Medida de tierra antigua.

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  • todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que l haba ledo que los caballeros andantes ejercitaban. Limpia unas armas que haban sido de sus bisabuelos, completa la armadura con una celda8 de cartn, pasa cuatro das pensando cmo llamar a su caballo hasta que le pone Rocinante; y ocho ms pensando en su propio nombre, hasta que se decide por Don Quijote de la Mancha. Por ltimo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era rbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo haba una moza labradora de muy buen parecer9, de quien l un tiempo anduvo enamorado aunque, segn se entiende, ella jams lo supo ni se dio cata10 de ello. Llambase Aldonza Lorenzo, y a sta le pareci bien darle ttulo de seora de sus pensamientos y, buscndole un nombre que no desdijese mucho del sujo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran seora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso. A travs del desciframiento de don Quijote, decidido a ser caballero andante, con la realidad, Cervantes logra un profundo y conmovedor anlisis de la naturaleza humana, nunca desprovisto de humor. Las relaciones entre los dos planos y el que don Quijote no se extrava totalmente a en su desvaro quedan de manifiesto desde el primer captulo: para probar su celada de cartn, el caballero le da un golpe con su espada y la desbarata; vuelve a hacerla, ponindole por dentro unas barras de hierro, pero esta segunda vez no se anima ya a golpearla con la espada: l qued satisfecho de su fortaleza y, sin querer hacer de nueva experiencia de ella, la disput11 y tuvo por celada de finsimo encaje12.

    8 casco 9 Muy guapa, de buen ver. 10 no se dio cuenta 11 consider 12 Con filigrana, detalles artesanales.

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  • CAPTULO 2 Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso don Quijote

    Apremiado13 por la falta que l pensaba haca en el mundo su tardanza, segn eran los agravios que pensaba deshacer, sin dar aviso a nadie, son Quijote viste sus armas, monta a Rocinante y sale al campo en busca de aventuras, un viernes de los calurosos das de julio. En seguida recuerda que no ha sido armado14 caballero: decide que se har armar caballero del primero que encuentre, y as sigue adelante con el pensamiento puesto en su gloria futura y en Dulcinea. Al anochecer llega a una venta15. Todo est transfigurado en su locura: la venta parece un castillo; dos prostitutas que

    estn en la entrada son dos hermosas doncellas; el sonido de un cuerno que toca un porquero para reunir a sus cerdos es la llamada de un enano que anuncia su llegada; el ventero16 es el alcalde de la fortaleza; el mal remojado y peor cocido bacalao y un pan negro y mugriento como sus armas que le sirven son vistas como truchas y pan blanco; el silbato de un castrador de puercos es msica tocada en su honor. Don Quijote impone sus figuraciones y el ventero y las mujeres se comportan como si fuesen un castellano17 y dos damiselas que atienden a un caballero andante. Las rameras le quitan la armadura, excepto la celada de cartn que est sujeta con unas cintas que no pueden desatar y l no consiente que las corten, de manera que una de las mujeres le da de comer en la boca y el ventero le da de beber con una caa. La escena, como tantas otras de la novela, es intensamente realista y cmica, pero est teida por la fantasa del caballero. Parte del humor, en los primeros captulos, reside en que don Quijote usa el lenguaje de los libros de caballera, donde abundan palabras antiguas y a veces incomprensibles para los dems personajes. As, lo primero que dice a las mujeres, que se asustan de verlo llegar armado: No fuyan18 las vuestras mercedes19 ni teman desaguisado alguno; ca20 a la orden de caballera que profeso non21 toca ni atae facerle22 a ninguno, cuanto ms a tan altas doncellas como vuestra presencias demuestran.

    13 Urgido, con prisa 14 Nombrado formalmente mediante una ceremonia religiosa. 15 Posada para los viajeros; generalmente de mala calidad e higiene. 16 Posadero, dueo de la venta y la administra. 17 Seor de un castillo 18 huyan 19 seoras. Se denominaba merced como un ttulo de respeto para quien no tiene un ttulo nobiliario. 20 porque 21 no 22 hacerle

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  • CAPTULO 3 Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero

    Acabada la cena, don Quijote se arrodilla ante el ventero y amenaza con no levantarse fasta23 que la vuesta cortesa me otorgue con un don que pedirle quiero que maana en el aquel da me habis de armar caballero, y esta noche en la capilla de este vuestro castillo velar las armas24. El ventero decide seguirle la corriente; le informa que en su castillo no hay capilla, pero que puede velar las armas en el patio. Cuando don Quijote le dice que no trae dinero porque l nunca haba ledo en las historias de los caballeros andantes que ninguno los hubiese trado, el ventero le dice que eso no se escribe por haberles parecido a los autores de ellas que no era menester escribir una cosa tan clara y tan necesaria de traerse como eran dineros y camisas25 limpias y una arqueta 26pequea llena de ungentos 27para curar las heridas que reciban.

    Don Quijote acomoda sus armas al lado de un pozo. Embraza el escudo, toma la lanza y comienza a pasear por el corral a la luz de la luna, sometido a la curiosidad de todos pues el ventero ya hizo pblica su locura. Llega a la venta un arriero para dar de beber a sus animales y quita las armas del pozo; don Quijote se encomienda a Dulcinea y lo golpea en la cabeza con la lanza. Lo mismo sucede con un segundo arriero. Los compaeros de los heridos apedrean a don Quijote; el ventero lo protege y lo convence de que ya ha velado las armas tiempo suficiente. Lo arma caballero all, auxiliado por las rameras, segn el ceremonial descrito en los libros de caballera.

    23 hasta 24 Las armas se velaban para bendecirse. 25 La camisa equivala a la ropa interior. 26 Arcn, cajita 27 Pomada medicinal.

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  • CAPTULO 4 De lo que le sucedi a nuestro caballero cuando sali de la venta

    Radiante de felicidad, don Quijote decide volver a su aldea para seguir los consejos del ventero y procurarse dinero, camisas limpias y un escudero28. En el camino escucha unos quejidos y descubre, atado a una encina29, a un muchacho, desnudo de medio cuerpo arriba, hasta de edad de quince aos, que era el que las voces daba y no sin causa, porque le estaba dando con una pretina 30muchos azotes un labrador de buen talle31. Don Quijote lo defiende y el labrador, asustado, le explica que se trata de su criado. Que le cuida un rebao de ovejas y es tan torpe que cada da le pierde una, y tan mentiroso que lo acusa de castigarlo para no pagarle su sueldo. El caballero se encoleriza y exclama: Por el sol que nos alumbra que estoy por pasaros de parte a parte con esta lana. Pagadle luego sin ms rplica; si no, por el Dios que nos rige os concluya y aniquile en este punto. El labrador desata al muchacho y ofrece pagarle lo que debe. Sin embargo, a penas don Quijote se marcha, le torn 32a atar a la encina, donde le dio tantos azotes, que lo dej por muerto. El comentario de Cervantes es modelo de su irona: Y de esta manera deshizo el agravio el valeroso don Quijote; el cual, contentsimo de lo sucedido, parecindole que haba dado felicsimo y alto principio a sus caballeras, con gran satisfaccin de s mismo iba caminando hacia su aldea. Don Quijote lleva el pensamiento puesto en Dulcinea y al encontrarse con seis mercaderes y sus criados, aprieta la lanza y se planta a mitad del camino para decirles: Todo el mundo se tenga, si todo el mundo no confiesa que no hay en el mundo todo doncella ms hermosa que la emperatriz de la mancha, la sin par Dulcinea del Toboso. Los mercaderes piden alguna prueba de tanta hermosura, as sea un retrato del tamao de un grano de trigo, y don Quijote insiste en que la importancia est en que sin verla lo habis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender. Uno de ellos insina que puede ser tuerta y del otro ojo manarle 33bermelln 34y piedra azufre, y el caballero arremete 35contra l, pero Rocinante tropieza y su amo rueda por el suelo; un mozo de mulas36 aprovecha la ocasin para propinarle una paliza con su propia lanza.

    28 Asistente de caballero encargado de limpiar sus armas y atender a su caballo. 29 rbol que da bellotas. 30 cinturn 31 gordo es decir, que tena la cintura grande 32 volvi 33 brotarle 34 Color rojo. 35 Se lanza agresivamente. 36 Un mulero, un arriero con mulas.

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  • CAPTULO 5 Donde se prosigue la narracin de la desgracia de nuestro caballero

    Incapaz de levantarse, don Quijote se queja con versos tomados de uno de sus libros. Para su fortuna, alcanza a orlo un labrador, vecino de su aldea, que lo sube en el burro que trae mientras el caballero sigue recitando versos y episodios de los libros de caballeras en una secuencia absoluta y deliciosamente disparatada, que concluye con una clebre declaracin. Dice al labrador:

    - Mire vuestra merced, seor pecador de m37, que yo no soy don Rodrigo de Narvez, no el marqus de Mantua, sino Pedro Alonso, su vecino; ni vuestra merced es Voldovinos, ni Abindarrez38, sino el honrado hidalgo del seor Quijana.

    - Yo s quin soy respondi don Quijote y, s que puedo ser no slo los dos que he dicho, sino todos los doce pares de Francia39, y aun todos los nueve de la fama40, pues a todas las hazaas que ellos todos juntos y cada uno de por s hicieron se aventajarn a las mas.

    El labrador llega a casa de don Quijote al anochecer y la encuentra revuelta: el cura y el barbero 41del lugar, grandes amigos del caballero, escuchan las quejas del ama y la sobrina, que culpan de la desaparicin de don Quijote a sus lecturas. Al llegar el caballero explica: vengo malferido 42por culpa de mi caballo. Llvenme a mi lecho y llmese, si fuera posible, a la sabia Urganda, que cure y cate 43mis feridas44. El ama maldice los libros de caballera, don Quijote se va a dormir, el labrador cuenta los disparates que le oy decir. El cura decide quemar los libros y, para ello, al da siguiente llama en su auxilio al barbero.

    37 usted me disculpar 38 Son los nombres de protagonistas de la novela El Abencerraje y la hermosa Jarifa. 39 Se refiere a los 12 reyes-sobrinos del clebre Carlomagno. Eran seores feudales de la literatura caballeresca, paladines de la justicia. 40 Se refiere a nueve grandes hombres descritos en el libro Crnica llamada del triunfo de los nueve ms preciados varones de la Fama. 41 En la antigedad, el barbero cumpla las funciones de un mdico. Era una persona conocedora de la ciencia y la medicina prctica. 42 malherido 43 revise 44 heridas

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