01-Términos PLATÓN.pdf
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Términos-‐-‐-‐PLATÓN Alma (psyché): Principio del pensamiento, y de la vida y del movimiento en general. El alma humana preexiste al cuerpo y en su preexistencia alcanza un cierto conocimiento de las Ideas, cuyo recuerdo podrá actualizarse (anámnesis) cuando se halle encarnada/encerrada en un cuerpo. Platón sostuvo su inmaterialidad y afinidad con las ideas (es “hermana” de éstas), su inmortalidad y reencarnación, y la accidentalidad de su unión con el cuerpo. En sus primeros diálogos (Fedón) Platón insistió primordialmente en el alma como razón. Posteriormente (República) distinguió en ella tres partes: alma racional, alma irascible y alma concupiscible, en correspondencia con las tres partes que integran su Estado ideal.
Bien: Idea suprema. Platón no explica nunca directamente en qué consiste el bien. Afirma que es la primera de las ideas en “dignidad” y “poder” y se limita a compararla metafóricamente con el Sol; seguramente en esta comparación influyó su conocimiento de las religiones solares de origen oriental, se dice que tal vez por algún viaje realizado a Egipto. Al igual que el Sol da vida a los seres sensibles y los ilumina haciendo que podamos percibirlos, el Bien es la causa del ser y de la inteligibilidad de las Ideas, permitiendo que podamos conocerlas. En el conocimiento del Bien culmina la Dialéctica (ciencia de la ideas) y la educación de los gobernantes ideales.
Ciencia (epistéme): Forma de conocimiento superior a la opinión (dóxa) y opuesta a ésta. Es un conocimiento verdadero por estar basado en razones que lo fundamentan. Sus enunciados son inmutables y universales, al igual que el objeto al que se refieren: las Ideas.
Demiurgo: Inteligencia ordenadora del mundo. La figura del Demiurgo aparece en el relato mítico de la cosmogénesis (nacimiento del universo) incluido en el Timeo (diálogo platónico tardío o de vejez). Literalmente interpretado el relato, se trataría de una divinidad que configura el mundo a partir de una materia indeterminada y caótica teniendo como modelo a las ideas. Interpretado de modo menos literal, el término demiurgo expresa la causalidad de las ideas, es decir, el hecho de que las ideas son la causa y principio de que haya orden en el universo y éste sea inteligible.
Dialéctica: Forma superior de razonamiento, característico del conocimiento de las ideas. Según Platón, el conocimiento inteligible puede adoptar dos formas de razonamiento: a) el propio de las ciencias matemáticas, que recurren a hipótesis y demostraciones; y b) y el razonamiento dialéctico que abandonando las hipótesis avanza hasta el principio mismo, es decir, hasta la idea y, en último término, la idea del Bien, para conocerlo no demostrativamente sino intuitivamente (noesis). La educación de los sabios-‐gobernantes culmina en el estudio de la Dialéctica. La dialéctica está originalmente relacionada con el diálogo, tal como lo practicaba su maestro Sócrates. De ahí que Platón defina al dialéctico como “el que sabe preguntar y responder”.
Estado (pólis): Comunidad política que Platón concibe según el modelo tradicional de la “ciudad-‐estado”, de reducidas dimensiones y población. En la República propone su utopía de un estado ideal compuesto de tres grupos o clases: productores, guerreros y gobernantes. Estos últimos serán sabios o filósofos, conocedores del Bien y educados para ello en la Dialéctica. El gobierno de los sabios es el gobierno de la razón; la finalidad del Estado es conseguir la Justicia y con ella el bien de los ciudadanos.
Idea (eidos): Esencia inteligible. Para Platón las ideas no son simples conceptos universales elaborados mentalmente a partir de la experiencia. Son realidades subsistentes (existen por sí mismas) e independientes de las cosas particulares. Son eternas, inmateriales e inmutables. Existen en el Cosmos Noetós o Mundo de las Ideas. El conjunto de las ideas constituye el mundo inteligible. A el pertenecen las esencias de los seres físicos (hombre, animal, etc.), las realidades matemáticas y los valores e ideales morales (justicia en sí, belleza en sí, etc.). La Idea suprema, fundamento último del orden inteligible del Universo, es la idea del Bien.
Justicia: Virtud de carácter general que consiste en el orden y armonía perfecta de un todo, sea éste el alma individual o el Estado, algo que se produce cuando las distintas partes del todo ejecutan bien su función específica, es decir, conforme a la virtud que les corresponde.
Opinión (dóxa): Forma de conocimiento inferior a la ciencia y opuesta a ésta. Al contrario que la ciencia: a) la mera opinión puede ser verdadera o falsa, es decir, sólo es probable; b) por tanto es falible e inestable; c) y ello es así porque no se funda en razones sólidas que la justifiquen. Es la forma de conocimiento que proporcionan los sentidos. Platón afirma que el objeto de la opinión es el mundo físico (mientras que el objeto de la ciencia son las ideas inmutables y eternas). La mutabilidad y el continuo cambiar del mundo físico es la causa de la inestabilidad propia de la opinión como forma de conocimiento.
Reminiscencia (anámnesis): Es el proceso por el cual el hombre recuerda las ideas a partir de la experiencia sensible. Según la doctrina de la reminiscencia, el alma posee el conocimiento de las ideas. Tal conocimiento se debilita y olvida al encarnarse en un cuerpo. La experiencia sensible reactiva dicho conocimiento olvidado, pues los objetos del mundo físico son copias imperfectas de las ideas. Por ello para Platón afirma que aprender cualquier conocimiento es propiamente recordar.
Virtud (areté): Significa originalmente ‘excelencia’. Virtud es la excelencia de un ser en general o de una capacidad; excelencia gracias a la cual actúa de manera perfecta y sobresaliente. En los ámbitos moral y político, tres son las virtudes, pues tres son las partes que componen tanto el alma como la ciudad. Al alma racional, igual que a los gobernantes de la ciudad, les corresponde la sabiduría prudente; al alma irascible, igual que a los guerreros o guardianes, les corresponde el Valor o Fortaleza; y al alma concupiscible, igual que a los productores, la Templanza. Hay una cuarta virtud y superior, que es la Justicia, virtud que surge del orden armónico de las partes cuando cada una cumple virtuosamente la función específica.
Platón