0194 Fontova - El Verdadero Che Guevara

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  • Gobierno y PolticaVenEconoma Vol. 25 No. 1 Octubre de 2007

    El verdadero Che GuevaraEl presidente Hugo Chvez seidentifica personalmente conErnesto Che Guevara, elinfausto comunista argentinoque fracas en casi todo loque intent en su vida, peroque tras su muerte se convir-ti en una estrella mundial enfranelas y camisetas. Lacultura popular ha glorifica-do e inmortalizado al Che,pero en la vida real, fue uncobarde que se cuid muybien de evitar las batallas,invent y exager falsasvictorias como supuestoguerrillero y admiti enuna carta a su padre quesenta un gran placer enasesinar a hombres y mujeresdesarmados. l mismo admitique fue responsable delasesinato de entre 2.000 y3.000 vctimas que fueronejecutadas sin seguirleningn juicio y sin habertenido derecho a un debidoproceso. Guevara mintidurante toda su vida diciendoque era mdico; como minis-tro de Industria de FidelCastro, a principios de losaos 60, arruin la economacubana. Finalmente fueenviado a Bolivia y abando-nado por los hermanosCastro, porque se habaconvertido en una piedra enel zapato para la revolucincubana. Los lectores de esteartculo estn invitados areflexionar sobre las conse-cuencias de la admiracinque Chvez frecuentementemanifiesta por el Che

    En agosto de1960, alrededorde 18 meses des-pus de que Er-nesto CheGuevara entraraen La Habana ala cabeza de sucolumna deguerrillas, larevista Time pre-

    sent al comandante revolucionario en suportada y lo calific de cerebro de la revolu-cin cubana. (Fidel Castro era el corazny Ral Castro, el puo).

    Con una sonrisa melanclicamente dulceque para muchas mujeres es devastadora,deca el artculo de Time. El Che gua a Cubacon clculo y frialdad, amplia competencia,suma inteligencia y un agudo sentido delhumor.

    sta no es una revolucin comunista enningn sentido de la palabra, haba declara-do el New York Times un ao antes. FidelCastro no slo no es comunista, es decidida-mente anticomunista.

    Sera un gran error, escribi WalterLippman en el Washington Post ese mismomes, incluso insinuar que la Cuba de Castrotiene una perspectiva real de convertirse enun satlite sovitico.

    Pocos meses despus, el London Observersealaba: La joven figura barbada de FidelCastro se ha convertido en un smbolo delrechazo de Amrica Latina hacia la brutalidady la mentira. Todo indica que Castro nuncaestar de acuerdo con el gobierno personal yla violencia.

    La revista Time estaba en perfecta sintonacon la mayora de otros medios importantes,y definitivamente equivocada. Guevara era elcerebro de la revolucin cubana tanto comoel jefe de la Checa, Feliks Dzerzhinsky, habasido el cerebro de la revolucin bolchevique,

    o Himmler, el jefe de la Gestapo, el cerebro dela revolucin nacionalsocialista, o Beria, eljefe de la KGB, el cerebro detrs del estalinis-mo. De hecho, el Che desempe el mismopapel para Fidel Castro que Dzerzhinsky paraLenin, Himmler para Hitler y Beria para Stalin.El Che Guevara fue el principal verdugo delrgimen de Castro.

    Bajo el Che, la crcel de La Cabaa en LaHabana se convirti en la Lubianka cubana.Era un verdadero chequista: Interroguensiempre a los prisioneros de noche, ordena-ba el Che a sus matones de la fiscala, denoche es ms fcil intimidar a un hombre; suresistencia mental siempre es menor.

    Jos Vilasuso, Fiscal cubano para esa po-ca, que desert rpidamente lleno de horror yasco, calcula que el Che firm 400 sentenciasde muerte los primeros meses que estuvo di-rigiendo La Cabaa. Iaki de Aspiazu, un sa-cerdote vasco que siempre estaba presto paraconfesar y administrar los ltimos sacramen-tos, seala que el Che personalmente orden700 ejecuciones en el paredn durante eseperodo. El periodista cubano Luis Ortega,quien conoci al Che a principios de 1954,escribe en su libro Yo soy el Che! queGuevara envi 1.897 personas al paredn.

    En su libro Che Guevara: Una biografa,Daniel James narra que el propio Che admitihaber ordenado varios miles de ejecucio-nes durante el primer ao del rgimen de Cas-tro. Flix Rodrguez, el agente cubano de laCIA que estuvo a cargo de la bsqueda delChe en Bolivia y fue la ltima persona en in-terrogarlo, seala que Guevara, en su ltimaconversacin, admiti ms o menos dos milejecuciones. Pero les rest importancia dicien-do que se trataba de espas imperialistas yagentes de la CIA.

    La venganza, mucho menos la justicia, te-na poco que ver con el bao de sangre diri-gido por Castro y el Che durante los prime-ros meses de 1959. La agenda de asesinatos

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    del Che en la crcel de La Cabaa en 1959 era idntica a la deStalin en el bosque Katyn en 1940. Igual que la masacre queStalin cometi con los militares polacos, igual que el granterror de Stalin contra su propio cuerpo de oficiales un aoantes, los maratones del escuadrn de fusilamiento del Cheeran un ejercicio perfectamente racional y a sangre fra quecumpli sus fines de manera ideal. Su bao de sangre literal yfiguradamente decapit los primeros cuadros de los rebeldesanticastristas en Cuba.

    Cinco aos antes, cuando todava era un vagabundo comu-nista en Guatemala, el Che haba visto a los altos oficiales alzar-se, con ayuda de la CIA, contra el rgimen de Jacobo Arbenz yenviarlo a l y a sus adlteres comunistas salir corriendo alexilio. (Para aquellos izquierdistas que todava piensan queArbenz era un inocente nacionalista convertido en vctimapor la diablica United Fruit Company y sus representantes dela CIA, sepan lo siguiente: Arbenz busc el exilio no en Franciani Espaa, ni siquiera Mxico, los refugios tradicionales paralos depuestos polticos latinoamericanos, sino en un satlitesovitico, Checoslovaquia. Asimismo, el golpe se activ nocuando Arbenz empez a nacionalizar las propiedades de laUnited Fruit, sino cuando lleg a Guatemala un cargamento dearmas del bloque sovitico). Arbenz no ejecut suficientespersonas, fue la explicacin que Guevara encontr para el xi-to del golpe en Guatemala.

    Fidel y el Che no queran que se reeditara el golpe guatemal-teco en Cuba. Igualmente importante fue el hecho de que lasmasacres intimidaron y sembraron terror. La mayora de ellaslleg despus de juicios pblicos, y las ejecuciones, hasta elgolpe de gracia con un tiro a quemarropa con una bala calibre45, tambin eran pblicas. Guevara convirti en una polticaque sus hombres hicieran pasar a los familiares y amigos delejecutado ante el escuadrn de fusilamiento salpicado con lasangre, los huesos y los sesos de la vctima.

    Si Ernesto Guevara De La Serna y Lynch no se hubiese vin-culado con Ral y Fidel Castro en Ciudad de Mxico ese fatdi-co verano de 1955; si no se hubiera vinculado con un exiliadocubano llamado Nico Lpez en Guatemala un ao antes, quienluego le present a Ral y Fidel Castro en Ciudad de Mxico,todo seala que Ernesto habra seguido con su vida de vaga-bundo viajero, viviendo a costa de las mujeres, quedndose enalbergues para vagabundos y garabateando poemas imposi-bles de leer. El Che fue un Ringo Starr revolucionario. Por meracasualidad, cay en el grupo correcto en el momento oportunoy alcanz la fama a la sombra de otros. Su propio nombre Chefue obra de los cubanos con los que se codeaba en Mxico. Losargentinos usan la palabra che igual que muchos cubanosusan chico o los fanticos de Michael Moore usan dude.Los cubanos se dieron cuenta de que Guevara la usaba, as queempezaron a llamarlo as. Y as se qued.

    Fidel haba trado al recin apodado Che en la invasin delGranma a Cuba como mdico del grupo de rebeldes, basado ensus credenciales falsas. En el angustioso viaje de la embarca-cin a travs de las turbulentas aguas de la pennsula de Yucatn

    hasta la provincia Oriente de Cuba en el decrpito viejo yate, unrebelde encontr al Che tendido comatoso en la cabina delbarco. Corri donde el comandante y le dijo Fidel, el Checomo que est muerto!

    Bueno, si se muri, trenlo por la borda, respondi Castro.En realidad, Guevara estaba sufriendo de los efectos combina-dos de los mareos y un ataque de asma. Evidentemente, el Cheno era considerado un valioso miembro de la expedicin en esemomento.

    Pero hoy, la famosa foto que tom Alberto Korda es la ima-gen ms reproducida en todo el mundo. Recientemente,Burlington Industries introdujo una lnea de ropa infantil quelleva esta famosa imagen. Incluso el Papa, en su visita a Cubaen 1998, habl con aprobacin sobre los ideales del Che.Guevara debe todo este exceso de publicidad y patraas alprincipal farsante meditico del siglo, Fidel Castro, quien ade-ms envi al hroe deliberadamente hacia su muerte. Segncuentan los que saben: Fidel slo elogia a los muertos.

    Con respecto a las dems aseveraciones de Time, aparte desu competencia para asesinar a hombres atados, amordazadosy con los ojos vendados, el Che Guevara fracas estrepitosa-mente en todo lo que intent en su vida.

    Primero fracas en Argentina como estudiante de medicina.Aunque casi todos sus hagigrafos (Castaeda, Anderson,Taibo, Kalfon) dicen que era mdico, no existe ningn registrodel ttulo de mdico de Guevara. Cuando el investigador cuba-no-estadounidense Enrique Ros pidi al Rector de la Universi-dad de Buenos Aires y al director de su Oficina de AsuntosAcadmicos copia o evidencia del documento, lo que recibifueron respuestas vagas de que los registros estaban extravia-dos o que tal vez haban sido robados.

    En 1960, Castro nombr al Che Ministro de Economa deCuba. Pocos meses despus, el peso cubano, una moneda quehistricamente se haba equiparado con el dlar estadouniden-se y estaba plenamente respaldada por las reservas en oro cu-banas, prcticamente haba perdido todo su valor.

    El ao siguiente, Castro nombr al Che Ministro de Indus-trias de la isla. Antes de un ao una nacin que antes habatenido un ingreso per cpita superior al de Austria o Japn, unenorme flujo de inmigrantes y el tercer consumo de protenasdel hemisferio estaba racionando la comida, cerrando fbricasy desangrando a cientos de miles de los ciudadanos ms pro-ductivos de todos los sectores de su sociedad, quienes agra-decieron poder abandonar el pas nicamente con una maletaen la mano.

    La mayora de los observadores atribuye lo anterior a la malaadministracin comunista. El propio Che admiti sus mltipleserrores y fracasos econmicos. En realidad, considerando elobjetivo del principal lder cubano desde enero de 1959, esdecir, el poder absoluto, la economa cubana haba sido admi-nistrada en forma experta. Castro hered una vibrante econo-ma de libre mercado en 1959 (algo nico entre los gobernantescomunistas). Todos los dems, desde Lenin hasta Mao, Ho,

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    Ulbricht, Tito o Kim Il Sung, recibieron economas primitivas,caticas, desoladas por la guerra.

    Un gobernante menos megalmano habra considerado quela gallina de los huevos de oro haba anidado en su regazo. PeroCastro le torci el pescuezo. Deliberada y metdicamente aca-b con la principal economa de Amrica Latina. Un capitalistacubano es una persona que l no poda controlar, razon Cas-tro en esa poca y sigue pensando igual todava. A pesar de lasoleadas de turistas y de inversin extranjera que han llegadodurante ms de una dcada a la isla, Cuba en 2007 es bsica-mente tan pobre (y comunista) como lo era en 1965, o ms. Loshermanos Castro son muy buenos en estos asuntos.

    El Che verdaderamente crea en la fantasa socialista. Cuan-do asegur en mayo de 1961 que bajo su tutelaje la economacubana se enorgullecera de tener una tasa de crecimiento anualde 10%, l pareca creerlo.

    A Castro no le importaba. Simplemente saba que, como re-sultado, estaba gobernando Cuba como su hacienda particular,donde el pueblo cubano era su ganado.

    Aqu es donde las ideologas libertarias y de libre mercado seequivocan. Insisten que con el levantamiento del embargo, elcapitalismo habra logrado penetrar en la isla y tomar despreveni-do a Castro. Toda la evidencia demuestra lo contrario. El capita-lismo no barri a Castro, ni siquiera lo neutraliz. Fue l quien lotom desprevenido, quien lo barri. Fidel no es Deng o Gorbachev.En 1959, Castro pudo haber dejado fcilmente la mayor parte dela economa cubana tal como estaba, hacerla obedecer sus capri-chos y convertirse en un Pern, un Franco o un Mussolini, eldolo de su juventud. Castro pudo haberse conformado con loque tena y convertirse en un Tito. Pudo haberse quedado conuna parte de la accin de todos los involucrados y ser un Mar-cos, Trujillo, Mobutu, Suharto. Pero esto no era suficiente paral. Castro codiciaba el poder de un Stalin o un Mao. Y lo obtuvo.

    El libro ms famoso del Che Guevara se titula La guerra deguerrillas. La leyenda de su famosa fotografa reza guerrillaheroica. Por otra parte, su fracaso ms rotundo fue precisa-mente como guerrillero, pues no existe ninguna evidencia deque l venciera en ningn combate autntico. De hecho, sonpocos los preciosos relatos que sealan que l, en realidad,haya combatido en algo descrito precisamente como una bata-lla. El acontecimiento que describe su hazaa militar ms famo-sa se conoce como La Batalla de Santa Clara, que tuvo lugaren diciembre de 1958. Supuestamente, la derrota de las fuerzasde Batista en esta batalla hizo que Batista perdiera la espe-ranza y huyera de Cuba. Para conmemorar esta histrica batalla,Castro ha construido un museo al Che Guevara en Santa Clara.

    Mil muertos en cinco das de violentas luchas callejeras,proclamaron los titulares del New York Times el 4 de enero de1959, refirindose a la batalla. El comandante Che Guevarapidi una tregua a las tropas de Batista para retirar los cadve-res de las calles, rese el artculo. Guevara volte la mareaen esta sangrienta batalla y acab con las fuerzas de Batista,compuestas por 3.000 hombres.

    Los que estuvimos ah slo podemos rernos de todo eso,dicen participantes de ambos bandos, que viven actualmenteen el exilio. De hecho, la Batalla de Santa Clara, a pesar de lodicho por Jayson Blair en las primeras versiones, fue una esca-ramuza pueril. El propio Che en su diario relata que su columnasufri slo una baja (un soldado conocido como El Vaquerito)en esta fiera batalla. Otros relatos indican que el gran total debajas rebeldes estuvo entre tres y cinco hombres. La mayorade los soldados de Batista no vieron ninguna razn en pelearpor un rgimen impopular y corrupto que estaba claramentecondenado al fracaso. Por eso no dispararon ni un tiro, ni si-quiera los que iban en el famoso tren blindado que el Chesupuestamente atac y captur.

    Hoy, ese tren blindado es una importante atraccin tursticaen Santa Clara. El tren, que transportaba a 373 soldados y $4millones en municiones, fue enviado desde La Habana hastaSanta Clara a finales de diciembre de 1958 por el alto mando deBatista como un ltimo intento para detener a los rebeldes. Loshombres del Che en Santa Clara destruyeron los rieles y el trense descarril fuera del pueblo. Luego unos pocos rebeldes ledispararon y unos cuantos soldados respondieron al fuego.No hubo ningn herido. Pronto, algunos rebeldes se acercaronondeando una bandera blanca y uno de los oficiales que iba enel tren, Enrique Gmez, sali a su encuentro. Gmez fue condu-cido entonces a reunirse con el comandante Guevara.

    Qu pasa? grit el Che. Esto no es lo que acordamos!Gmez estaba desconcertado. Qu acuerdo? pregunt.

    Result que, con desconocimiento de las tropas que iban en eltren, Guevara haba usado fondos que los revolucionarios ha-ban obtenido de cubanos que se oponan a Batista para pagarpor el tren y todo el armamento que transportaba, a su corruptocomandante, el Coronel Florentino Rossell, quien ya haba hui-do hacia Miami. Dependiendo de la fuente, el precio fue de$350.000 $1.000.000.

    En realidad, el Che tena motivos para estar molesto. Balasreales disparadas contra las tropas? Otro testigo ocular relatacon respecto a la famosa invasin del Che de la provincia deLas Villas, poco antes de la famosa batalla de Santa Clara. Lacolumna de Guevara se movi justamente hacia la estacin agr-cola experimental en Camaguey. Guevara pidi al gerente JoeMcGuire que le pidiera a uno de sus hombres que llevara unpaquete al comandante militar de Batista en la ciudad. El paque-te contena $100.000 con una nota. Los hombres de Guevaraatravesaron la provincia prcticamente frente a las narices delas desinteresadas tropas de Batista.

    Francisco Rodrguez Tamayo era un capitn rebelde que ha-ba participado en muchas de estas transacciones, pero desertpocos meses despus de la victoria de la revolucin. En unartculo publicado en El diario de Nueva York el 25 de junio de1959, Rodrguez Tamayo asegur que para el momento de lavictoria revolucionaria, a Castro todava le quedaban $4,5 millo-nes de ese fondo. No s qu pudo haber pasado con esedinero, agrega.

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    Sin embargo, inmediatamente despus del soborno y la esca-ramuza de Santa Clara, el Che orden la ejecucin de 27 solda-dos de Batista como criminales de guerra. Para ese momento,el Dr. Serafn Ruiz era un operativo de Castro en Santa Clara,pero aparentemente era una persona decente. Pero, Coman-dante, respondi a la orden del Che, nuestra revolucin pro-meti que no se ejecutara a nadie sin un juicio, sin evidencia.Cmo podemos ?

    Mira, Serafn, replic molesto el Che, si tus perjuicios bur-gueses no te dejan cumplir mis rdenes, est bien. Anda y losjuzgas maana por la maana, pero ejectalos AHORA!. Erauna versin marxista del las famosas palabras de la Reina Rojade Alicia en el Pas de las Maravillas: Sentencia primero; elveredicto despus!.

    El propio diario del Che Guevara refiere que el total de lasbajas entre sus fuerzas durante los dos aos de guerra civilen Cuba fue de 20, aproximadamente igual al promedio de bajas

    durante los Carnavales de Ro de Janeiro cada ao. En pocaspalabras, el ejrcito de Batista apenas opuso resistencia.

    Algunos funcionarios de la Embajada de Estados Unidos enCuba para esa poca estaban algo escpticos con respecto a lasangre derramada y los actos heroicos en el campo de batallaque narraba el New York Times y por eso decidieron investigar.Siguieron todas las pistas que consideraron confiables y rela-tos de testigos presenciales de lo que el New York Times seguareseando como una sangrienta guerra civil con miles de muer-tos en cada batalla.

    Encontraron que en todo el interior de Cuba, en aquellos dosaos de fieras batallas entre fuerzas rebeldes y las tropas deBatista, las bajas de ambos bandos en realidad ascendan a 182.Nueva Orlens tiene una tasa de homicidios anual que duplicaesa cifra.

    Por supuesto, el Che Guevara ni siquiera merece el crditopor el esquema perfectamente razonable de sobornar al ejrcito

    Dignidad andinaEl Gobierno Bolivariano conmemor con una serie de actos los 40 aos del asesinato de uno de los conos dela revolucin, el guerrillero argentino, Ernesto Che Guevara, incluyendo un Al Presidente transmitidodesde Cuba y la inauguracin del Monumento en Homenaje al Guerrillero Heroico, erigido en el puntocarretero ms alto de Venezuela, el Pico del guila, ahora bautizado como el Collado del Cndor. Con estemonumento inaugurado el 8 de octubre, se conmemoraba tambin el 55 aniversario del viaje del Che aVenezuela, durante el cual pas por el estado Mrida.

    El tributo a Ernesto Guevara, consisti en la instalacin de una estela clsica (monumento en forma de lapidaque se erige sobre el suelo) elaborada en vidrio templado de 4 centmetros de espesor blindado, con 2,40metros de alto y un metro de ancho, sobre una base de granito natural. La escritura, est repujada en coloresrojos y negros, y reza que a partir de hoy quedar fija en el paraje de la Carretera Transandina, para recor-dar la gnesis de un lder que al finalizar este viaje supo cual era su destino.

    En el acto de inauguracin, el vicepresidente de la Repblica, Jorge Rodrguez, habra destacado con orgulloque sta es una oportunidad nica, para expresar que todos los revolucionarios de Venezuela y el mundo,llevamos en el corazn, en los huesos, en los nervios y en la piel a Ernesto Guevara.

    Sin embargo, diez das despus un grupo autodenominado Frente Patritico del Pramo (FPP) destruy laefigie. Segn la prensa regional, el FPP dej constancia en el sitio de su responsabilidad en el hecho, median-te un panfleto cuyos extractos de su contenido rezan:

    Que no se quiere ningn tipo de monumento del Che, ya que nunca fue, ni ha sido ejemplo para los hijos,adems en el texto se alegara que siendo Ernesto Guevara ministro de Industria y director del Banco Centralde Cuba, esa nacin caribea quebr.

    En el comunicado del FPP se acusa a Ernesto Che Guevara de haber sido un asesino a sangre fra, y ledicen al vicepresidente de la Repblica, Jorge Rodrguez, y al presidente Hugo Chvez que no quieren estetipo de referencia para los nios de la zona. Adems piden que se coloque un monumento a Juan FlixSnchez, artista del pramo y ejemplo de humildad, amor y sabidura.

    Sintetizado por editores de VenEconoma

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    de Batista en lugar de luchar contra ste. Los fondos para esossobornos se derivaban principalmente del dinero que Fidel ob-tena de los adinerados oponentes polticos de Batista, a quie-nes convenca de que era un cubano patritico, un demcra-ta, y de que deban unirse, o al menos financiar, su movimiento26 de julio a fin de devolver la democracia y la prosperidad aCuba.

    A finales de 1957, Castro firm un acuerdo conocido como elPacto de Miami con varios polticos y ex ministros cubanosopuestos a Batista, que se encontraban en el exilio en ese mo-mento. La mayora de ellos tena mucho dinero. En realidad, si eltrmino exiliados cubanos blancos y ricos de Miami, que losliberales utilizan para descalificar a los actuales cubano-esta-dounidenses, alguna vez se pudo usar propiamente fue parareferirse a los oponentes liberales del mulato Batista, los prime-ros en apoyar a Fidel Castro. Entre estos se encontraba el expresidente Carlos Pro Socarrs, a quien Batista haba derroca-do en su golpe (sin derramamiento de sangre) de 1952, juntocon muchos de los ministros y empresarios amigotes de Pro.

    De hecho, Guevara mont en clera cuando se enter delPacto de Miami, por este vergonzoso trato con elementos bur-gueses. Me niego a prestar mi nombre histrico para esedelito! Escribi. Nosotros los rebeldes nos hemos jugado elpellejo en el ms despreciable acto de abuso que probablemen-te recuerde la historia cubana!.

    Sin duda fue un abuso despreciable. Pero el Che confundilos abusadores con los abusados. Lenin acu el trmino ton-tos tiles, pero hasta ahora Castro sigue siendo el virtuosohistrico en engaarlos y utilizarlos.

    Que una guerra de guerrillas con el apoyo de trabajadoresy campesinos fue lo que derroc a Batista es una de las fbu-las acadmicas ms persistentes y difundidas del siglo pasado.Ninguno de los castristas cubanos que participaron en todosesos hechos realmente cree que sea as. Los despachos deAssociated Press sobre la guerra de Castro y el Che eranpuros inventos escritos por el propio agente de Castro en Nue-va York, Mario Llerena, quien lo admite en su libro La revolu-cin insospechada. Llerena tambin era el contacto con elagente publicitario ms famoso de Castro, el reportero del NewYork Times, Herbert Matthews. La famosa caricatura de NationalReview en 1960, que mostraba a Castro diciendo Encontrtrabajo gracias al New York Times!, lo dijo todo.

    En honor a la verdad, la mayora de los comandantes de Cas-tro saba que su guerra contra Batista haba sido una estratage-ma elaborada y una burda payasada. Despus de la gloriosavictoria, se contentaron con atropellar y ejecutar a los pocoshombres de Batista que estaban suficientemente motivadospara devolver los tiros (la mayora de ellos de origen humilde),instalarse en las mansiones que robaron a los batistianos ydisfrutar el resto del botn.

    El historiador britnico Hugo Thomas, aunque era un izquier-dista miembro del partido Laborista, que simpatizaba con larevolucin de Castro, estudi cerros de expedientes y simple-

    mente no pudo cerrar los ojos a la verdad. Su voluminoso yautorizado trabajo histrico Cuba, lo expresa en forma muysucinta: Bsicamente, la batalla de Castro por Cuba fue unacampaa de relaciones pblicas que se desarroll en NuevaYork y Washington.

    El propio Che Guevara posea una inmensa capacidad paraengaarse a s mismo. Durante una visita de estado a Checoslo-vaquia en 1960, sus acompaantes cubanos le llamaron la aten-cin sobre las numerosas prostitutas en las calles y en el propiohotel donde estaban hospedados. El Che asinti con la cabeza.De regreso en Cuba, cuando uno de ellos gui un ojo y recor-d a las prostitutas, el Che indignado dijo: Yo no vi ningunaprostituta all!.

    Los cubanos se miraron entre ellos y se encogieron de hom-bros, pero saban que no deban seguir insistiendo en el asun-to. El Che no quera recordar que haba visto prostitutas. Queraconvencerse a s mismo de que eso era algo imposible en unagloriosa nacin socialista, una repblica hermana.

    Ese don para engaarse a s mismo probablemente lo llev acreer la fbula de la guerra de guerrillas. Y mientras trataba derepetirla en Bolivia, pag con su vida su terquedad y sus deli-rios.

    En Cuba, el Che no pudo encontrar a nadie que peleara con-tra l. En el Congo, escenario de otra de sus incursiones guerri-lleras, no pudo encontrar a nadie que peleara con l. En Boliviafinalmente empez a probar algo de ambas cosas. En pocaspalabras, fue traicionado por los mismos campesinos que sehaba propuesto liberar (pero que no lo entendieron de esamanera) y asesinado.

    Poco despus de entrar en La Habana con las fuerzas revolu-cionarias, el Che ya estaba asesorando, equipando y despa-chando guerrillas para tratar de repetir la revolucin cubana enla Repblica Dominicana, Hait, Panam, Nicaragua y Venezue-la. Cada una de esas fuerzas guerrilleras (que eran dirigidas eintegradas por comunistas cubanos) fue derrotada en pocotiempo, usualmente hasta el ltimo de sus hombres. Rafael Trujilloy Luis Somoza no estaban dispuestos a seguir el ejemplo deBatista de darle largas al asunto de combatir las guerrillas.

    Pocos aos despus, el Che equip, asesor y envi msguerrillas a Argentina y Guatemala. Otra vez acabaron con to-das. Esas expediciones guerrilleras costaron la vida de dos delos fatalmente crdulos amigos del Che: el argentino JorgeMasseti y el guatemalteco Julio Cceres.

    Estudiosos de izquierda insisten en que la invasin deBaha de Cochinos fue una intervencin yanqui (aunque cadauno de los invasores, incluso los comandantes, eran cubanos)contra una inocente revolucin nacionalista que nicamentedeseaba que los dejaran tranquilos. En este caso, podran reto-mar la idea de la evidencia documental. De hecho, Castro y elChe lanzaron cinco de sus propias versiones de la invasin deBaha de Cochinos antes de que Estados Unidos ni siquierahubiese empezado a elaborar los planes de contingencia para lasuya.

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    Castro pareca saber que estas invasiones eran ftiles paraencender la chispa de las revoluciones. Pero para l, seguanteniendo una motivacin muy prctica. Estos extranjeros noson ms que buscapleitos, le dijo a un rebelde cubano denombre Lzaro Ascencio poco despus del triunfo de la revolu-cin. Sabes qu voy a hacer con el Che Guevara? Lo voy aenviar a Santo Domingo a ver si Trujillo lo mata.

    El desastroso ministerio de la economadel Che

    Para finales de 1964, el Che como Ministro de Industrias habaparalizado de manera tal la economa y la infraestructura cubana,y empobrecido y traumatizado tan terriblemente a su fuerza detrabajo, que los mismos rusos no saban qu hacer. Estabansubsidiando el desastre y les estaba costando mucho, demasia-do para la magra ganancia geopoltica. ste es un pas subde-sarrollado?, se haba burlado Anastas Mikoyan durante su pri-mera visita a Cuba en 1960. Francamente, los soviticos estabanencantados con tener un pas desarrollado y civilizado para vol-ver a saquear, igual como lo haban hecho en los pases de Euro-pa Oriental despus de la Segunda Guerra Mundial.

    Pero el saqueo lleg desde la direccin opuesta. Castro noera un tonto, como Ulbricht o Gomulka. Un economista socia-lista francs, Ren Dumont, trat de asesorar a Castro cuandoel desastre de la economa cubana se sali de control. La revo-lucin cubana ha ido ms lejos en sus tres primeros aos que lachina en sus primeros 10, observ. De all el desastre.

    Como ministro de Industrias de Cuba, el Che quera remodelarla naturaleza humana. Utilizando a los desventurados cubanoscomo sus conejillos de Indias, su intencin era crear un nuevohombre socialista, diligente, trabajador, obediente, despojadode todo incentivo materialista y siempre dispuesto a seguir elprograma revolucionario.

    En esa poca, el Ministerio del Che tambin compr unaflota de quitanieves a Checoslovaquia. El Che las haba ins-peccionado personalmente y estaba convencido de que sepodran convertir fcilmente en mquinas cosechadoras decaa de azcar, con lo que mecanizara la cosecha y aumenta-ra la produccin de azcar de la isla. Las quitanieves, en rea-lidad, desbarataban las plantas de caa de azcar, las corta-ban con la longitud incorrecta y las mataban. En 1963, cuatroaos despus de la llegada de la revolucin, la produccin deazcar de Cuba era menos de la mitad del volumen que tenaantes de la revolucin.

    Los propios soviticos finalmente apretaron las tuercas. Sudivertimento cubano se estaba poniendo muy caro. En 1964 ledijeron a Castro que el Che tena que irse. Castro saba lo que leconvena y, de todas maneras, nunca le haba agradado muchoel Che. Adems, para ese entonces la revolucin estaba bienafianzada y, en cualquier caso, ahora haba muchos verdugosvoluntarios, as que el Che tal vez ya haba dejado de ser til.

    As se llega a otro antiguo mito alimentado por loshagigrafos del Che: su pelea ideolgica con los soviticos.

    La pureza del corazn revolucionario del Che, dijo alguien, lollev a romper con la corrupta Nomenklatura sovitica.

    En realidad, era un conflicto meramente prctico. Los rusosestaban hasta la coronilla y simplemente se negaron a seguirfinanciando las descabelladas fantasas econmicas del Che.Guevara se dio cuenta de lo que pasaba y en diciembre de 1964,despus de su visita a la ONU, visit a su amigo Ben Bela enArgelia y pronunci su famoso discurso en contra de la UninSovitica, calificndola de cmplice de la explotacin imperia-lista.

    A muchos les pareci que el Che estaba preparando la esce-na para desempear el papel del Trotsky de su generacin.Guevara probablemente consider que era un papel ms apro-piado que el de un torpe sin remedio en materia econmica.

    Cuando lleg a La Habana, despus del discurso, la prensadel rgimen guard absoluto silencio con respecto tanto al dis-curso como a su regreso. Pronto lo invitaron a visitar al mximolder y a Ral. De hecho, Ral, el mximo hermano, acababade regresar de Rusia, donde el discurso del Che en Argeliahaba causado gran revuelo. Tan pronto como tuvieron al Chedelante, los dos hermanos Castro empezaron a reclamarle porsu indisciplina, ingratitud y franca estupidez.

    Finalmente, el Che lleg a su casa, donde encontr que lehaban cortado las lneas telefnicas. Mucha evidencia apuntaa que el Che, para ese momento, estaba bajo arresto domicilia-rio. Y fue en ese tiempo que un fuertemente castigado, y apa-rentemente asustado, Che (despus de todo, quin mejor quel conoca las consecuencias de hacer disgustar al mximo l-der?) escribi su famosa Carta de despedida a Fidel, en la quesu humillacin y adulancia fueron totalmente vergonzosas.

    En las pocas apariciones pblicas del Che entre su regresode Argelia y su partida hacia el Congo siempre estaba en com-paa de personal de seguridad del Estado. Su luna de mielcubana haba llegado a su fin.

    Para abril de 1965 se encontraba en Tanzania con unos pocosmilitares cubanos negros. Con su nombre cdigo Tat, elChe y su fuerza entraron en el Congo Oriental que estaba con-vulsionado para ese momento (igual que ahora) por una serieincomprensible de guerras civiles (de hecho, la mayora de ellas,tribales).

    La misin de Tat era ayudar a los Simbas del lder rojocongols, Laurent Kabila (respaldados alternativamente porsoviticos y chinos). stos se encontraban combatiendo con-tra las fuerzas de Moise Tshombe, apoyado por Occidente, lascuales estaban formadas por legionarios extranjeros belgas,mercenarios dirigidos por el famoso Mad Mike Hoare,congoleses que se oponan a Kabila y un puado de cubanosveteranos de Baha de Cochinos enviados por la CIA. Los cu-banos eran principalmente pilotos que brindaron apoyo areocercano a Mad Mike.

    La primera misin militar de Tat fue planificar un ataquecontra una guarnicin que estaba vigilando una planta hidro-

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    elctrica en un lugar llamado Front Bendela en el ro Kimbi, en elCongo Oriental. El golpe maestro del Che sera una elaboradaemboscada contra la guarnicin. El propio Tat diriga furtiva-mente su fuerza hacia su posicin cuando los emboscadoresse convirtieron en emboscados. El Che perdi la mitad de sushombres y apenas logr escapar con vida.

    Sus aliados africanos empezaron a escudriar recelosos elC.V. de Tat y a hacer algunas preguntas (pero en suahili, len-gua que el Che no entenda). El prximo enfrentamiento de Tatcon los perros locos del imperialismo fue en un pueblo en lacima de una montaa llamado Fizi Baraka. El resultado sera otraterrible derrota. El Che lo admite en su Diario del Congo, peroecha toda la culpa a los congoleses que eran terribles soldados.Sin embargo, por alguna razn, los congoleses del lado de Hoareparecan ser muy buenos guerreros.

    Algo de Tat que s impresion a los Simbas fue que nuncaiba al ro a baarse.

    Y ahora, BoliviaLa misin de Tat en el Congo pronto fue desechada por

    intil, y en una humillante retirada a travs del lago Tanganyka,el Che y los cubanos castristas apenas pudieron escapar convida de frica. El Che puso entonces la vista en Bolivia para suprxima aventura guerrillera; para vivir su sueo de convertirLos Andes en la Sierra Maestra del continente, para creardos, tres, muchos Vietnam.

    Sera difcil imaginar un plan ms estpido para Bolivia que eldel Che. Bajo la Presidencia de Paz Estenssoro (1952-53), Boli-via haba pasado por una especie de revolucin, con una exten-sa reforma agraria que, a diferencia de la del Che y la de Fidel, enefecto entreg la propiedad de la tierra a los campesinos, queeran quienes verdaderamente la conocan. sta fue una reformamuy parecida a la de Douglas McArthur despus de la guerracon Japn. Esto suena mucho ms absurdo si se considera queel propio Che, durante su famoso viaje en bicicleta, haba visi-tado Bolivia y visto personalmente los resultados positivos dela reforma. No obstante, prevaleci su asombrosa capacidad deengaarse a s mismo.

    El Che se convenci de que en una parte de Bolivia donde lapoblacin estaba compuesta no por campesinos sin tierra sinopor verdaderos colonos, los locales se aglomeraran alrededorde su carpa de reclutamiento para inscribirse con un puado decomunistas extranjeros para derrocar al Gobierno que les habadado sus tierras, una serie de escuelas rurales y los haba deja-do completamente tranquilos con sus vidas. Por si fuera poco,se trataba de indgenas sumamente recelosos de los extranjerosy especialmente de los blancos extranjeros. El Che no se des-anim por ninguno de estos hechos. Hasta la victoria siem-pre! como sola decir. En esta etapa de su vida, el Che proba-blemente estaba ms engaado que Hitler en su Bunker.

    No hay ninguna evidencia de que Castro haya tomado enserio la misin en Bolivia. Sus mecenas soviticos sin duda nola apoyaban. Ellos saban muy bien lo que hacan. Haban visto

    que haban sido barridos todos los movimientos guerrilleros enAmrica Latina. Lo nico que se logr con estas aventuras malconcebidas fue irritar a Estados Unidos, con el que haban ce-rrado un esplndido trato durante la crisis de los misiles cuba-nos para salvaguardar a Castro. Por qu tirar por la borda estetrato con otra de las descabelladas aventuras del Che? Era mu-cho mejor trabajar dentro del sistema e Amrica Latina, razona-ron los soviticos en ese momento, subvirtiendo los gobiernossutilmente utilizando partidos comunistas legtimos. Pocos aosdespus, la victoria electoral de Allende en Chile pareci confir-mar la posicin de los soviticos.

    De hecho, la guerrillera de Alemania Oriental, Tamara Bunke(Tania), quien se vincul con el Che en Bolivia (se haban cono-cido en 1961 y se cree que fueron amantes), en realidad era unaagente de la KGB-STASI enviada a vigilar al Che. Pero la pobreTania fue acribillada junto con todo su grupo de retaguardiadespus de que un campesino boliviano inform su posicin alejrcito y ayud a planificar una emboscada.

    El propio partido comunista boliviano mantuvo distancia dela misin final del Che. Su lder, Mario Monje, era fiel seguidorde la lnea partidista sovitica. Los nicos bolivianos que elChe logr reclutar fueron comunistas y maostas renegados. Laguerrilla del Che promediaba unos 40-45 hombres y tena elpomposo nombre de Ejrcito de Liberacin Nacional. Pero enningn punto durante su aventura de 11 meses ni siquiera lamitad de sus miembros lleg a estar compuesta por bolivianosy la mayora de ellos provena de ciudades y reas distantes dela base de la guerrilla. La poblacin rural rechazaba su Ejrcitode Liberacin Nacional como una plaga.

    La base campesina sigue sin desarrollarse, admite el Cheen su diario, aunque parece que mediante el terror planificado,lograremos la neutralidad de los ms, el apoyo vendr des-pus.

    Nunca fue as, fueron los mismos campesinos los que siem-pre informaban el paradero de la guerrilla al ejrcito, con el queen general estaban en excelentes trminos. Y por una excelenterazn: estaba integrado principalmente por campesinos boli-vianos, no por barbudos extranjeros que se robaban su gana-do.

    Entre algunas de las idioteces que rodearon la debacle boli-viana del Che estuvo la divisin de sus fuerzas en una van-guardia y una retaguardia en abril de 1967, despus de lo cualquedaron irremediablemente perdidos y desconcertados, me-dio muertos de hambre, medio vestidos y medio calzados, sinningn contacto durante seis meses, aunque solan estar a kil-metro y medio unos de otros. Ni siquiera tenan radios de losque se usaban en la Segunda Guerra Mundial para comunicar-se. La poderosa guerra de guerrillas del Che no ofrece ningunaexplicacin para esa tctica.

    Dariel Alarcn, un cubano que fue uno de los tres guerrille-ros que logr sobrevivir y escapar de Bolivia, cuenta en su libroBenigno: Memorias de un soldado cubano, cmo en mediode ese destino tan incierto, el Che estaba obsesionado con

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    posar para fotografas. En una de ellas, Guevara se encuentramontado en un caballo (probablemente robado) a la orilla de unrisco, donde se coloc estratgicamente para que su silueta sedibujara contra el cielo detrs. El Che entreg a Alarcn suPentax y le pidi que se colocara a una distancia que le permitie-ra captar la escena completa. El Che agarr un machete y loblandi sobre su cabeza e incluso agreg sonido a la escena,gritando: Soy el nuevo Bolvar! Alarcn diligentemente pro-cedi a tomar la foto.

    Mientras el Che posaba, ni l ni nadie de su grupo tenanmanera de comunicarse con Cuba. Castro haba enviado a unagente llamado Renn Montero a La Paz para mantenerse encontacto con el Che, pero Montero sali abruptamente de Bo-livia en julio de 1967 y regres a Cuba. Resulta relevante men-cionar que apenas una semana antes, Alexei Kosygin habavisitado Cuba y se haba reunido con Castro, donde no seanduvo con rodeos.

    Kosygin vena de tener una reunin con Lyndon Johnson,en la que el Presidente de Estados Unidos se haba quejado porla subversin castrista en Amrica Latina y de cmo esto erauna clara violacin del trato para dejar tranquilo a Castro, queEstados Unidos y la Unin Sovitica haban hecho en octubrede 1962. Ahora, las travesuras del Che en Bolivia podran forzara Estados Unidos a una difcil reconsideracin del trato.

    Bien, de cualquier manera, Castro no tena su corazn puestoen la aventura boliviana. Y ahora podra finalmente deshacersedel arrogante argentino. Montero lleg a Cuba y el Che fuedejado a la deriva.

    Apenas dos meses despus, el Ejrcito Nacional de Libera-cin fue exterminado. La captura del Che amerita ciertas

    aclaratorias. Sus hagigrafos han romantizado el ltimo da desu vida. El Che estaba desafiante, aseguran. Lo sorprendieronfuera de guardia y no pudo defenderse ni quitarse la vida consu ltima bala, como era su plan.

    Nada del expediente real respalda esta fantasa. De hecho,todo apunta a que el Che se rindi sin vacilaciones, despus deque haba ordenado a sus hombres que combatieran hasta elltimo hombre y la ltima bala.

    La mayora lo hizo, pero el Che fue capturado con su pistolacon la carga completa. Todava ms sospechoso es que aunquese encontraba en el fondo de un barranco durante el tiroteofinal y pudo haber huido hacia la direccin opuesta igual quealgunos de sus hombres, el Che, en realidad, subi hacia lossoldados bolivianos que estaban disparando. Pero no disparni una bala mientras lo haca. Luego en cuanto vio a algunossoldados grit No disparen, soy el Che! Yo valgo ms vivoque muerto!.

    El alto mando boliviano no lo pens as. Aunque fue captura-do vivo, el Che fue ejecutado al da siguiente. En comparacincon los valientes y desafiantes gritos de las vctimas de supelotn de fusilamiento: No me arrodillo por nadie! Viva CubaLibre! Viva Cristo Rey! Abajo el comunismo! Apunten aqu!,el Che Guevara demostr el ultimo da de su vida que no eradigno de pisar el suelo que pisaron sus vctimas.

    Humberto FontovaHumberto Fontova es un historiador cubano-estadounidense que

    escribe frecuentemente para diferentes publicaciones, ardientedefensor de Bush y tiene un blog en Moonbat. La mayor parte del

    material anterior fue tomada de su ltimo libro, Exposing the RealChe Guevara and the Useful Idiots who idolize him, el cual fue

    presentado el 17 de abril de 2007.