01Lecciones de Vida Tomo 3 (Trasladados a Cristo)

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    LECCIONES DE VIDATomo Tres

    LECCIN VEINTICINCOTRASLADADOS A CRISTO

    (Se sugiere que esta leccin, que es larga y profunda, se lea en dos partes, comenzandola segunda con la seccin "Trasladados a Cristo" en la pgina 10.)Las veinticuatro lecciones de los dos tomos anteriores, nos dan una vista panormica de

    los diferentes asuntos entre nosotros y Dios, los cuales nosotros, los pecadoresdebemos comprender, conocer, y practicar despus de haber credo en el Seor para sersalvos, y despus de haber sido hecho un santo de Dios y del Seor. Comenzando coneste tomo, vamos a examinar en forma ms avanzada la salvacin que Dios hapreparado para nosotros en Cristo. Tambin examinaremos las riquezas que hemosobtenido, las experiencias que debemos tener, las cosas que debemos llevar a cabo, y lameta que debemos alcanzar en Cristo.I. HAY SOLAMENTE DOS HOMBRESA LOS OJOS DE DIOSA. Adn siendo tanto el primer hombre como el hombre inicial1) "El primer hombre es de la tierra" (1 Co. 15:47); "El primer... Adn" (1 Co.

    15:45).Aunque hay millones de personas en la tierra, solamente hay dos hombres a los ojos deDios. El primero es Adn. La Biblia lo llama el primer hombre y tambin el primer Adn.El es de la tierra; por consiguiente, es terrenal. El es el principio del hombre, y no habahombre antes de l. Por lo tanto, l es el primer hombre, el hombre inicial. Todosnosotros, la gente en el mundo, somos sus descendientes; salimos de l, estamos en l ysomos un hombre con l.B. Cristo siendo tanto el segundo Hombre como el ltimo Hombre1) "El segundo hombre... es del cielo" (1 Co. 15:47); "El postrer Adn" (1 Co.15:45).Estos versculos se refieren a Cristo. Aqu la Biblia llama a Cristo el segundo Hombre. Anuestros ojos, puesto que el primer hombre es Adn, el segundo hombre debera ser suhijo primognito, Can, como la segunda generacin de la humanidad. Sin embargo, laBiblia, pasando por alto a Can y a millones de sus descendientes, dice que el segundoHombre es Cristo. Este es el punto de vista de Dios! A los ojos de Dios, el primerhombre despus de Adn es Cristo. Antes de Cristo, solamente existi un hombre, Adn,y no existi ningn otro hombre aparte de l. As que, Adn es el primer hombre, y Cristoes el segundo Hombre. Las Escrituras aqu no solamente llaman a Cristo el segundoHombre, sino tambin el postrer Adn, es decir, el ltimo Hombre. Esto nos muestra queDios ve a Cristo no solamente como el segundo Hombre, sino tambin como el ltimoHombre, y no hay otro hombre despus de El. Aunque s existi un primer hombre antesde Cristo, no existe tercer hombre despus de El. Adn es el primer hombre, y Cristo esel segundo Hombre. Por lo tanto, a los ojos de Dios, slo hay dos hombres en el universo:Adn y Cristo. Todos los otros millones de personas o estn en Adn, son de Adn y sonun hombre con Adn, o estn en Cristo, son de Cristo y son un hombre con Cristo.II. NACIDOS EN ADN1) "Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres" (Hch. 17:26).En este versculo, la frase "una sangre" se refiere a un hombre. Este hombre es Adn. Deeste hombre Adn, o de esta "una sangre", Dios hizo toda nacin de hombres en elmundo. Toda nacin de hombres en el mundo es de Adn y est en Adn. Realmente,antes de nacer ya estbamos en Adn. Debido a que originalmente estbamos en Adn,se nos hizo posible nacer de Adn, y ser de Adn.

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    111. LO QUE TENEMOS EN ADN1) "Por la desobediencia de un hombre [Adn] los muchos fueron constituidospecadores" (Ro. 5:19). De todas las cosas que tenemos en Adn, la primera es elpecado. Lo primero que Adn nos transmiti fue el pecado. No es necesario cometerpecados para ser pecaminosos y pecadores. Por la desobediencia de un hombre, Adn,ya somos pecaminosos y ya fuimos constituidos pecadores. Adn era pecaminoso ypecador a causa de la desobediencia. Nosotros tambin somos pecaminosos y pecadoresmientras estemos en l.

    2) "As que, como por la transgresin de uno [la del Edn] vino la condenacina todos los hombres" (Ro. 5:18).Puesto que en Adn somos pecadores y pecaminosos, estamos bajo condenacin. Ya queAdn hizo que furamos pecadores, tambin hizo que furamos condenados. Todosnosotros participamos en su ofensa en el huerto del Edn, porque todos estbamos enl. Mientras l pecaba, todos estbamos en l, pecando con l. Adn nos incluy y nosllev consigo cuando pec.3) "Porque as como en Adn todos mueren" (1 Co. 15:22).De todas las cosas que obtuvimos de Adn y que ahora poseemos en Adn, la primera esel pecado, la segunda es la condenacin, y la tercera es la muerte. Ya que tenemos elpecado, estamos condenados; y puesto que tenemos la condenacin, seguramente

    moriremos. El resultado del pecado y de la condenacin es la muerte. Esta muerte esten Adn y su significado abarca varios niveles. El primero es la muerte del espritu, esdecir que el espritu del hombre pierde su funcin debido a la ruptura de su comunincon Dios. El segundo es la muerte del cuerpo, es decir que el cuerpo del hombre pierdesu vida y regresa al polvo. El tercero es la muerte del alma, es decir que el alma delhombre va al Hades a ser atormentada (Lc. 16:22-25). El cuarto es la segunda muertees decir que el espritu, alma y cuerpo del hombre son lanzados en el lago de fuego parasufrir el tormento eterno (Ap. 20:15; 21:8). Hoy en da los espritus de la gente delmundo estn muertos para Dios. Algn da sus cuerpos morirn y sus almas irn alHades a ser atormentadas. En el ltimo da, sus espritus, almas y cuerpos sernresucitados y se juntarn para ser lanzados al lago de fuego y ser atormentadoseternamente, lo cual es la muerte final y eterna. Estos son los significados incluidos en lamuerte, la porcin comn de todo el mundo en Adn.IV. TRASLADADOS A CRISTO1) "Todo aquel que en l [en Cristo] cree" (Jn. 3:16).Aqu la palabra "en" implica literalmente "entrar en". Nuestro creer hizo que entremos enCristo. Originalmente nacimos en Adn, y despus de nuestro nacimiento, continuamosviviendo en Adn. Cuando cremos en el Seor, nuestro creer nos puso en Cristo paraque entrramos en El y furamos una persona en El.2) "Porque todos los que habis sido bautizados en Cristo, de Cristo estisrevestidos" (G. 3:27).El bautismo sigue inmediatamente despus de creer. El creer y ser bautizados son dospartes de un solo paso para que entremos en el Seor. El creer es entrar en Cristointeriormente, mientras que el ser bautizados es entrar en Cristo exteriormente. Nuestrocreer es nuestro entrar en Cristo en realidad, en nuestro espritu; nuestro ser bautizadoses nuestro entrar en Cristo de manera prctica, en el agua. Una vez que creemos,entramos en Cristo en el espritu. Luego, mediante el bautismo, confesamos yconfirmamos este hecho, exhibindolo y declarndolo. Por lo tanto, el creer y serbautizados es un paso completo que nos pone en Cristo, trasladndonos de Adn aCristo a fin de que seamos un hombre en Cristo.3) "Mas por l [por Dios] estis vosotros en Cristo Jess" (1 Co. 1:30).Nuestra responsabilidad es creer y ser bautizados para poder entrar en Cristo. Pero el

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    poner el Espritu de Cristo y la vida de Cristo en nosotros est ms all de nuestra propiahabilidad; esto lo hace Dios. Cuando entramos en Cristo mediante el creer y serbautizados, Dios pone el Espritu de Cristo y la vida de Cristo dentro de nuestro espritu,para que nosotros y Cristo tengamos una unin orgnica espiritual; todo esto lo haceDios. Por lo tanto, en lo que al Espritu y a la vida se refiere, es por Dios que estemos enCristo Jess. Es Dios quien nos puso en Cristo y puso el Espritu y la vida de Cristo dentrode nosotros, para que estemos unidos con Cristo en espritu, como una sola entidad. Conla excepcin del creer y ser bautizados, lo cual lo hicimos nosotros, todo lo dems es,

    completamente la obra de Dios mediante Su Espritu. De esta manera, Dios en realidadnos traslad de Adn a Cristo en el Espritu y en vida, para que furamos nosotrospersonas completamente en Cristo.V. LO QUE TENEMOS EN CRISTONosotros nacimos de Adn, y tenemos las cosas de Adn que son los medios por loscuales vive nuestro viejo hombre en Adn. Cuando somos trasladados a Cristo, tambinposeemos las riquezas de Cristo que son los medios por los cuales vive nuestro nuevohombre en Cristo. Tales riquezas en Cristo son innumerables. Aqullas que hemosseleccionado como ms importantes estn enumeradas abajo.1) "Por la obediencia de uno [de Cristo], los muchos sern constituidos justos"(Ro. 5:19).

    Lo primero que tenemos en Adn es el pecado, pero lo primero que tenemos en Cristo esla justicia. Lo primero que Adn nos trajo fue el pecado; lo primero que Cristo nos trae esla justicia. La desobediencia de Adn nos hizo pecaminosos y nos constituy pecadores;la obediencia de Cristo nos constituye justos para que lleguemos a ser personas justas.2) "Por la justicia de uno [en el Glgota] vino a todos los hombres la

    justificacin de vida" (Ro. 5:18).Los pecados que tenemos en Adn hicieron que en l furamos condenados, mientrasque la justicia que obtenemos en Cristo hace que estemos justificados en El. La ofensade Adn en el huerto del Edn hizo que furamos condenados los que estbamos en lmientras que la justicia hecha por Cristo en el Glgota hace que estemos justificados losque estamos en El.Adems, el pecado y la condenacin que tenemos en Adn tambin hicieron quetuviramos muerte, pero la justicia y la justificacin que ganamos en Cristo hace quetengamos vida. El pecado de Adn nos trajo muerte, pero la justicia de Cristo nos traevida. Debido al pecado de Adn, la muerte de Satans entr en nosotros para hacer unaobra de muerte. As, nuestro espritu, alma y cuerpo, es decir, todo nuestro ser, fueroninvadidos por la muerte. Debido a la justicia de Cristo, la vida de Dios entr en nosotrospara hacer una obra de vida a fin de tragarse la muerte en nuestro espritu, alma ycuerpo para que todo nuestro ser pudiera ser vivificado.3) "Porque as como en Adn todos mueren, tambin en Cristo todos sernvivificados" (1 Co. 15:22).Aqu, la expresin ser "vivificados" se refiere a ser resucitados. Originalmente ramospersonas muertas. Luego, Cristo entr en nosotros trayendo la vida de Dios paravivificarnos. Por lo tanto, el ser vivificados es ser resucitados. La muerte de Adn arruintodo lo que era de nuestra vida en la vieja creacin. La resurreccin que Cristo nos traecomienza nuestra vida en la nueva creacin para que participemos de todas las cosas enesta vida de la nueva creacin.4) "Que nos bendijo con toda bendicin espiritual en los lugares celestiales enCristo" (Ef. 1:3).En Cristo no slo obtenemos estas tres cosas-justicia, justificacin, y vida-sino tambintoda bendicin espiritual en los lugares celestiales. La eleccin del Padre Santo, laredencin del Hijo Santo, el sellar del Espritu Santo, y todas las bendiciones celestiales y

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    espirituales mencionados en el Nuevo Testamento, nos han sido dadas por Dios en Cristoy las hemos obtenido en Cristo.5) "Mas por l estis vosotros en Cristo Jess, el cual nos ha sido hecho porDios sabidura, justificacin, santificacin y redencin" (1 Co. 1:30).Aqu se establece concisamente que hay cuatro cosas importantes que obtenemos deDios en Cristo: sabidura, justicia, santificacin y redencin. La sabidura es lo principal, yla justicia, la santificacin y la redencin son los puntos detallados. Todo lo que Dios nosha dado en Cristo proviene de la sabidura de Cristo, o podemos decir que esta sabidura

    es Cristo como sabidura, lo cual incluye justicia, santificacin y redencin. La justicia espara que seamos justificados por Dios a fin de que seamos salvos. Esto es en el pasadoLa santificacin es para que vivamos una vida santa a fin de que seamos victoriosos.Esto es en el presente. La redencin es para que nuestros cuerpos sean redimidos a finde que seamos glorificados. Esto es en el futuro. Nosotros hemos obtenido todas estascosas de Dios en Cristo, todas las cuales son Cristo mismo.6) "... en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu todas sonhechas nuevas" (2 Co. 5:17).Nosotros tambin llegamos a ser la nueva creacin en Cristo. Las cosas viejas en Adnpasaron, y han sido hechas nuevas en Cristo. Esto es el resultado de ser trasladados deAdn a Cristo.

    LECCIN VEINTISISUNIDOS A CRISTO

    Despus que hemos credo y hemos sido bautizados en Cristo, tenemos una unin devida con Cristo y estamos unidos a El. Que nosotros estemos unidos a El se basa en elhecho de que El primero se uni a nosotros. Por consiguiente, debemos primeroconsiderar cmo El se une a nosotros, y luego considerar cmo nosotros nos unimos a El.I. CRISTO UNINDOSE A NOSOTROSA. Por medio de hacerse carne1) "Y aquel Verbo [Dios] fue hecho carne" (Jn. 1:14).Cristo es el Verbo de Dios y es Dios mismo (Jn. 1:1). El primer paso que El dio para unirsea nosotros fue que se hizo carne, es decir, que se hizo un hombre de carne. Como DiosEl tom un cuerpo humano con la naturaleza humana para unirse al hombre a fin de seruna sola entidad con l, llegando a ser de esta manera un Dios-hombre. Con esto Elempez a unirse a nosotros.B. Llevndonos a travs de la muerte y la resurreccin a la ascensin1) "Con Cristo estoy juntamente crucificado" (G. 2:20); "Nuestro viejo hombrefue crucificado juntamente con l" (Ro. 6:6); "...muerto con Cristo" (Col2:20).Estos versculos nos revelan que en Su crucifixin, Cristo nos llev consigo a travs de lamuerte de la cruz.2) "Habis resucitado juntamente con Cristo" (Col. 3:1, gr.).Esta palabra nos muestra que en Su resurreccin, Cristo tambin nos llev consigo a laresurreccin.3) "...nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jess" (Ef. 2:6).Esta palabra nos muestra que al ascender al cielo, Cristo tambin nos llev consigo a laascensin.Cristo puede llevarnos a travs de la muerte y la resurreccin y aun a la ascensinporque El est unido a nosotros.C. Viviendo y haciendo Su hogar en nosotros1) "Cristo est en vosotros" (Ro. 8:10).

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    Primero, Cristo se hizo carne para unirse a nosotros, y luego, nos llev consigo a travsde la muerte y la resurreccin a la ascensin. Despus que El realiz la redencin eternade Dios por medio de estos pasos, El entr en nosotros para unirse ms a nosotros,aplicando a nosotros lo que El haba realizado como la plena salvacin de Dios. Con estepropsito, El lleg a ser Aquel que est en nosotros, y que est unido a nosotros.2) "Vive Cristo en m" (G. 2:20).Al entrar y al unirse a nosotros, Cristo no slo est en nosotros sino que tambin vive ennosotros, es decir, El est viviendo Su vida en nosotros.

    3) "Para que habite Cristo... en vuestros corazones" (Ef. 3:17).Cuando Cristo se une a nosotros interiormente, El vive Su vida en nosotros, deseandotambin hacer Su hogar en nuestros corazones; es decir, El quiere saturar cada parte detodo nuestro ser, mezclndose con nosotros como una sola entidad. Esto demuestra queEl se unir a nosotros hasta lo sumo.II. NOSOTROS UNINDONOS A CRISTOA. Por medio de creer y ser bautizados1) "...los que en l [en Cristo] creyeren" (Hch. 10:43, gr.); "...bautizados enCristo" (G. 3:27).Originalmente nacimos en Adn, alejados de Cristo (Ef. 2:12). Por medio de nuestro creery ser bautizados, hemos entrado en Cristo. Este es el comienzo de la experiencia de

    nuestra unin a Cristo.B. Por medio de la uncin de Dios1) "Y el que nos une [a nosotros, los apstoles] con vosotros [los creyentes] enCristo, y el que nos ungi [con el Espritu Santo], es Dios" (2 Co. 1:21, gr.).Cuando creemos en el Seor y somos bautizados, Dios pone Su Espritu en nosotros ynos unge, unindonos firmemente a Cristo. Por un lado, nosotros cremos y fuimosbautizados en Cristo, por otro, Dios nos une a Cristo al ungirnos con Su Espritu.C. Llegando a ser una nueva creacin en Cristo1) "...en Cristo" (2 Co. 12:2); "... en Cristo, nueva criatura es" (2 Co. 5:17).Al creer y ser bautizados en Cristo, llegamos a ser hombres de la nueva creacin enCristo. Llegamos a ser tales hombres por el hecho de estar unidos a Cristo en nuestraexperiencia.D. Permaneciendo en Cristo1) "Permaneced en m [en Cristo]" (Jn. 15:4); "Permaneced en l [en Cristo]" (1

    Jn. 2:27).Despus que entramos en Cristo, para ser hechos una nueva creacin en El, debemosquedarnos en El y permanecer en El, tomndole como nuestra morada y nuestro lugarde descanso. En Cristo disfrutamos de todo lo que El es para nosotros. Le disfrutamos aEl como nuestra vida y nuestro suministro de vida, y adems como la paz, el consuelo, elsustento, la gua, el gozo y la esperanza que necesitamos para vivir una vida celestial,espiritual, santa, victoriosa y trascendental, de tal manera que lleguemos a ser personastrascendentes que experimentan el estar unidos a El en nuestro vivir y andar.E. Viviendo con Cristo1) "Porque yo [Cristo] vivo, vosotros tambin viviris... y yo en vosotros" (Jn.14:19-20); "... viviremos con l [con Cristo]" (Ro. 6:8).Estos dos pasajes hablan de nuestro vivir con Cristo. El estar unidos nosotros a Cristocomienza con nuestro entrar en El, contina con que nos quedemos en El ypermanezcamos en El, y es intensificada por nuestro vivir con El. Esta es la experienciaen nuestro vivir de estar unidos a El y de tenerle a El como vida (Col. 3:4).F. Siendo manifestados con Cristo en gloria1) "Vosotros tambin seris manifestados con l [con Cristo] en gloria" (Col3:4).

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    El estado final del estar unidos nosotros a Cristo, de tenerle a El como vida, y de vivir enEl, es el ser manifestados con El en gloria cuando El sea manifestado. Esta es la mximarealizacin de nuestra experiencia de estar unidos a Cristo.

    LECCIN VEINTISIETEPERMANECIENDO EN CRISTO

    Cuando creemos y somos bautizados en Cristo, estamos en Cristo. Estando en Cristoobtenemos y disfrutamos de todas las riquezas que hay en El. Para mantener tal posicinen Cristo y continuar disfrutando de todas las riquezas que hay en El, debemos continuarquedndonos en El, hasta el punto de permanecer en El. Por lo tanto, debemosconsiderar este asunto cabalmente.I. EL SIGNIFICADO DE PERMANECER EN CRISTOA. Estando unidos a Cristo1) "Yo [Cristo] soy la vid, vosotros los pmpanos; el que permanece en m, y yoen l, ste lleva mucho fruto; porque separados de m nada podis hacer" (Jn.15:5).Hay una diferencia entre el estar en Cristo y el permanecer en Cristo. El estar en Cristo

    se refiere al hecho de haber entrado en Cristo para participar de El y estar unidos a El. Elpermanecer en Cristo se refiere a la experiencia de quedarnos en Cristo para tenercomunin con El y disfrutarle. En este versculo el Seor Jess nos habla especficamenterespecto a tal experiencia. El describe nuestra vida de permanecer en El por medio de lailustracin de los pmpanos permaneciendo en la vid. El es la vid y nosotros, Suspmpanos. Esto nos muestra claramente que si deseamos vivir en El y disfrutar de todoSu suministro de vida, y as llevar fruto para cumplir con nuestro deber como Susmiembros, debemos permanecer en El. Esto es semejante a los pmpanos de la vid, loscuales tienen que permanecer en la vid para poder disfrutar de todo el suministro devida de la vid y llevar fruto a fin de cumplir as su deber. Si estamos separados de Cristo,como pmpanos separados de la vid, no podremos vivir en El ni podremos recibir esuministro de vida de parte de El a fin de llevar fruto para El. Por lo tanto, si deseamosvivir en Cristo, no debemos estar separados de El.B. Teniendo comunin con Cristo1) "...y os anunciamos la vida eterna, la cual... se nos manifest... para quetambin vosotros tengis comunin con nosotros [con los apstoles]; y nuestracomunin verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn. 1:2-3).Estos versculos nos dicen que el anuncio de la vida eterna nos habilita para tenercomunin con los apstoles, y que esta comunin es con el Padre y con Su HijoJesucristo. En otras palabras, la vida eterna, la vida de Dios en Cristo, es decir, Cristomismo como vida, nos trae una comunin, a fin de que tengamos comunin no slo conlos apstoles, sino tambin con Dios y con Cristo. Esta comunin es el fluir de la vida deDios en nosotros, haciendo que tengamos comunin con Dios y Cristo, que participemosen todo lo que ellos son, y disfrutemos de Su suministro de vida. El tener comunin conDios y Cristo de esta manera es permanecer en Cristo. Este permanecer dar comoresultado las siguientes tres condiciones.1. Siendo iluminado1) "Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en l. Si decimos que tenemoscomunin con l, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos laverdad" (1 Jn. 1:5-6).Cuando tenemos comunin con Dios, quien es luz, tal comunin nos trae a la luz de Dios

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    para que seamos iluminados. De esta manera no andaremos en tinieblas.2. Confesando nuestros pecados y siendo limpios1) "Pero si andamos en luz, como l [como Dios] est en luz, tenemoscomunin unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todopecado... Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonarnuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Jn. 1:7-9).Cuando somos iluminados por Dios en nuestra comunin con El, vemos nuestros propiospecados. Si confesamos nuestros pecados en la luz de Dios, El perdonar nuestros

    pecados, y la sangre de Jess Su Hijo nos limpiar de todo pecado. Si no confesamosnuestros pecados para ser limpios, nuestros pecados interrumpirn la comunin quetenemos con Dios y con Cristo.' Slo cuando confesamos nuestros pecados y somoslimpios, es restaurada nuestra comunin con Dios y Cristo. Entonces podremos de nuevopermanecer en Cristo sin nada entre nosotros y El.3. Creciendo en vida1) "... crece con el crecimiento que da Dios" (Col. 2:19).Al permanecer en Cristo y al tener comunin con El, la vida dentro de nosotroscontinuar creciendo y nosotros tambin creceremos con el crecimiento de la vida deDios hasta alcanzar la madurez.II. LA MANERA DE PERMANECER EN CRISTO

    A. Conforme a la enseanza de la uncin1) "Como la uncin... os ha enseado, permaneced en l [en Cristo]" (1 Jn.2:27).La uncin que se menciona aqu es el mover del Espritu Santo que mora en nosotros. Tamover del Espritu Santo en nosotros, como el ungento ungindonos por dentro, nosensea la verdad. Debemos permanecer en el Seor conforme a la enseanza de estauncin.B. Andando como el Seor anduvo1) "El que dice que permanece en l [en Cristo], debe andar como l anduvo"(1 Jn. 2:6).Para permanecer en Cristo debemos, por un lado, estar conforme a la enseanza deungir del Espritu Santo interiormente, y por otro, debemos andar como el Seor anduvoexteriormente. Esto significa que debemos permanecer en Cristo conforme a laenseanza del Espritu Santo interiormente y conforme al andar del Seorexteriormente.C. Guardando los mandamientos de Dios1) "Y el que guarda sus mandamientos [los de Dios], permanece en Dios" (1 Jn.3:24).Para permanecer en Cristo, adems de estar conforme a la enseanza del ungir delEspritu Santo y de andar como el Seor anduvo, debemos guardar los mandamientos deDios, que son los mandatos de Dios, y ser los que son sumisos para con Dios.III. EL RESULTADO DE PERMANECER EN CRISTOA. Cristo permaneciendo en nosotros1) "Permaneced en m [en Cristo], y yo en vosotros" (Jn. 15:4); "...permaneceen Dios, y Dios en l" (1 Jn. 3:24).El primer resultado de nuestro permanecer en Cristo es que Cristo y Dios permanecernen nosotros, para dispensar Sus riquezas, suministrando y transfundindolas a nosotros.B. Llevando mucho fruto para glorificar a Dios1) "El que permanece en m [en Cristo], y yo en l, ste lleva mucho fruto" (Jn.15:5); "En esto es glorificado mi Padre, en que llevis mucho fruto" (Jn. 15:8).Si nosotros permanecemos en Cristo, El tambin permanecer en nosotros, haciendoque disfrutemos de todas las riquezas de Su vida. De esta manera, llevaremos mucho

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    fruto para glorificar a Dios, es decir, manifestaremos a Dios en nuestro vivir para que Esea expresado en nosotros.C. Reunindonos con el Seor confiadamente y no siendo avergonzados1) "Permaneced en l [en Cristo], para que cuando se manifieste, tengamosconfianza, para que en su venida no nos alejemos de l avergonzados" (1 Jn.2:28).Si permanecemos en Cristo, y llevamos mucho fruto por medio de Su vida para glorificara Dios, cuando El se manifieste nos reuniremos con El confiadamente, y no nos

    alejaremos avergonzados de Su gloriosa presencia (cf. Mt. 25:30).

    LECCIN VEINTIOCHOEXPERIMENTANDO A CRISTO

    (Se sugiere que esta profunda leccin se lea en dos partes, comenzando la segunda conla seccin "Viviendo a Cristo" en la pgina 32).Nosotros creemos y somos bautizados en Cristo para estar unidos a El y parapermanecer en El, con el propsito de experimentarle. Cuando experimentamos a Cristo,le ganamos y le disfrutamos de manera prctica para que El se exprese por medio denosotros.

    I. LOS VARIOS ASPECTOS DE EXPERIMENTAR A CRISTOA. Cristo siendo revelado en nosotros1) "Agrad a Dios... revelar a su Hijo en m" (G. 1:15-16).Nuestra primera experiencia de Cristo es que El es revelado en nosotros. Este es elpunto crucial de nuestra salvacin y regeneracin, y es el resultado central de nuestrasalvacin y unin a Dios. Esto es tambin el comienzo de nuestra experiencia de Cristo.B. Cristo estando en nosotros1) "Pero si Cristo est en vosotros, el cuerpo en verdad est muerto a causadel pecado, mas el espritu vive a causa de la justicia" (Ro. 8:10).Una vez que Cristo se revela en nosotros, inmediatamente experimentamos que El esten nosotros, lo cual nos muestra que nuestro cuerpo est muerto a causa del pecado, osea, el pecado que heredamos de Adn, y adems experimentamos que nuestro espritues vida a causa de la justicia, es decir, la justicia que obtuvimos de Cristo. Esta es unaexperiencia que Cristo nos da.C. Cristo permaneciendo en nosotros1) "El que permanece en m [en Cristo], y yo en l, ste lleva mucho fruto" (Jn.15:5).Cuando permanecemos en Cristo conforme al hecho de que estamos en Cristo, entoncesCristo permanecer en nosotros, ponindose a S mismo en nosotros para ser nuestravida y nuestro suministro de vida, para que El llegue a ser nuestra experiencia en vida afin de que llevemos mucho fruto.2) "El que me ama [a Cristo], mi palabra guardar; y mi Padre le amar, yvendremos a l, y haremos morada con l" (Jn. 14:23).Cristo con el Padre permanece en nosotros. Nosotros experimentamos esto cuando leamamos a El y guardamos Su palabra.D. Cristo siendo nuestra vida1) "...Cristo, vuestra vida" (Col. 3:4).La primera y principal cosa que hace Cristo al permanecer en nosotros es ser nuestravida para que le tomemos a El como vida y vivamos por El, no andando ms en nuestravida natural. Debemos experimentar esto da a da y momento a momento.E. Cristo viviendo en nosotros1) "Ya no vivo yo, mas vive Cristo en m" (G. 2:20).

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    No solamente debemos experimentar a Cristo permaneciendo en nosotros para sernuestra vida, sino tambin debemos experimentar a Cristo viviendo en nosotros para sernuestro vivir. Para experimentar a Cristo de esta manera, tenemos que negarnos anosotros mismos quedndonos en Su muerte, y ser capaces de decir que "ya no vivoyo". Tenemos que morir a fin de experimentar a Cristo viviendo en nosotros.F. Cristo haciendo Su hogar en nosotros1) "Para que habite [haga Su hogar] Cristo por la fe en vuestros corazones ...para que seis llenos de toda la plenitud de Dios" (Ef. 3:17-19).

    Tambin necesitamos experimentar a Cristo haciendo Su hogar en nuestros corazonesEl no slo vivir en nosotros, sino tambin ocupar interiormente cada parte de nuestroser, har Su hogar en nuestros corazones, y se establecer en nosotros, saturando yllenando todo nuestro ser para que lleguemos a ser la plenitud de Dios.G. Cristo formndose en nosotros1) "Vuelvo [yo, el apstol Pablo] a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo seaformado en vosotros" (G. 4:19).Tambin debemos experimentar a Cristo formndose en nosotros, que es Su crecimientoen nosotros hacia la madurez, hasta que alcancemos Su misma estatura (Ef. 4:13).H. Viviendo a Cristo1) "Para m el vivir es Cristo" (Fil. 1:21).

    Esta frase "vivir es Cristo", significa el vivir a Cristo. Debemos experimentar a Cristointeriormente en todo aspecto, y tambin debemos experimentar el vivirleexteriormente.I. Magnificando a Cristo1) "Ahora tambin ser magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o pormuerte" (Fil. 1:20).Exteriormente, no slo debemos tener la experiencia de vivir Cristo, sino tambin demagnificar a Cristo. Todas las cosas que nos ocurren son para que magnifiquemos aCristo. Cuanto ms difcil es el ambiente y ms ocupado es el trabajo, ms podemosmagnificar a Cristo. Esta es la cumbre de nuestra experiencia exterior de Cristo.

    J. Cristo siendo todo para el nuevo hombre1) "Habindose despojado del viejo hombre... y revestido del nuevo [el cual escorporativo]... donde [en el nuevo hombre, la iglesia] no hay griego ni judo,circuncisin ni incircuncisin, brbaro ni escita [los ms brbaros], siervo nilibre, sino que Cristo es el todo [todas las personas], y en todos [todas laspersonas]" (Col. 3:9-11).Estos versculos dicen que los que hemos credo en el Seor y somos regenerados, noshemos despojado de nuestro viejo hombre y revestido-del nuevo hombre. En este nuevohombre, la iglesia, no hay el viejo hombre de cierta raza, religin, cultura o clase, sinoCristo, quien es nuestra vida y el elemento que constituye este nuevo hombre. Cristo estodas las personas en este nuevo hombre corporativo, y El vive en todas estas personasDebemos tener muchas experiencias de Cristo relacionadas con este asunto, y tambindebemos tener esta experiencia plena de Cristo cuando nuestras experiencias de Ealcancen al punto ms alto.II. LAS CONDICIONES PARA EXPERIMENTAR A CRISTOA. Permaneciendo en El1) "El que permanece en m, y yo en l..." (Jn. 15:5).La primera condicin para experimentar a Cristo permaneciendo en nosotros es quenosotros permanezcamos en El. Debemos permanecer en El, dndole el tiempo yespacio para que as El pueda permanecer en nosotros.B. Quedndonos en la co-crucifixin con El1) "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, ms vive Cristo en

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    m" (G. 2:20).La experiencia de nuestra co-crucifixin con Cristo tambin es una condicin bsica paranuestra experiencia de Cristo. Puesto que permanecemos en El, seguramente estamosen nuestra co-crucifixin con El, esto es, en Su muerte toda-inclusiva, la cual anulanuestra existencia para que as ya no vivamos ms. De esta manera, permitimos queCristo viva en nosotros para que le experimentemos y le disfrutemos como nuestra vida.C. Amndole y guardando Su palabra1) "El que me ama, mi palabra guardar; y mi Padre le amar, y vendremos a

    l, y haremos morada con l" (Jn. 14:23).El amar a Cristo y obedecer Su palabra son tambin condiciones para queexperimentemos a Cristo permaneciendo en nosotros. Si le amamos y guardamosSu palabra, El y el Padre vendrn a morar con nosotros para que disfrutemos todas lasbendiciones del Dios Triuno morando con nosotros.D. Siendo fortalecidos en el hombre interior1) El Padre "os d... el ser fortalecidos en el hombre interior por su Espritu;para que habite [haga Su hogar] Cristo... en vuestros corazones... " (Ef. 3:16-17).El ser fortalecidos por Dios con poder por Su Espritu en nuestro hombre interior (nuestroespritu) es la condicin para que experimentemos a Cristo haciendo Su hogar en

    nuestros corazones. Esta experiencia de Cristo es profunda, y por lo tanto la estipulacinde sta, o sea, que todo nuestro ser sea fortalecido en nuestro espritu por Dios, es demucho peso.E. Teniendo toda confianza1) "Con toda confianza, como siempre, ahora tambin ser magnificado Cristoen mi cuerpo, o por vida o por muerte" (Fil. 1:20).A fin de magnificar a Cristo, debemos tener confianza en todas las cosas, sinimportarnos la vida o la muerte. Esta es la ms alta condicin para nuestra mximaexperiencia de Cristo.III. EL MEDIO DE EXPERIMENTAR ACRISTO1) "Por... la generosa suministracin del Espritu de Jesucristo, esto resultaren mi liberacin" (Fil. 1:19, gr.).No experimentamos a Cristo por medio de nuestra habilidad o por nuestro esfuerzo, sinopor medio de la generosa suministracin del Espritu de Jesucristo. El Espritu de Jesucristo es el Espritu de Dios, quien particip en la encarnacin, vivir humano ycrucifixin de Jess, y la resurreccin, ascensin y glorificacin- de Cristo. Este Espritues el Espritu todo-inclusivo, el Espritu que es la expresin mxima del Dios Triuno. Estegeneroso suministro del Espritu todo-inclusivo es el poder y el medio para queexperimentemos a Cristo.IV. EL RESULTADOA. Cristo formndose en nosotros1) "...hasta que Cristo sea formado en vosotros" (G. 4:19).El primer resultado de nuestra experiencia de Cristo es que Cristo se forme en nosotros.Esto se refiere a Cristo creciendo y madurando en nosotros hasta la estatura plena (Ef.4:13) de modo que El se exprese plenamente por medio de nosotros.B. Nosotros llegando a ser la expresin plena de Dios1) "... Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que...seis plenamente capaces de comprender con todos los santos cul sea laanchura, la longitud, la profundidad y la altura [las ilimitadas dimensiones deCristo]... para que seis llenos de toda la plenitud de Dios" (Ef. 3:17-19).El segundo resultado de nuestra experiencia de Cristo es que llegamos a ser la plenaexpresin de Dios. Esto se refiere a que Cristo hace Su hogar en nosotros para que

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    comprendamos con todos los santos Sus ilimitadas dimensiones, a fin de que seamosllenos de toda la plenitud de Dios para ser la expresin corporativa de Dios.

    LECCIN VEINTINUEVETOMANDO A CRISTO COMO TODO

    La principal revelacin en el Nuevo Testamento, especialmente en las Epstolas de Pablo,

    es el mismo Cristo que Dios en Su economa ha preparado para nosotros para que El seanuestra experiencia. Hemos visto este asunto de una manera concisa en la leccinanterior. Veamos ahora en el libro de Filipenses su conclusin, la cual es tomar a Cristocomo todo.I. TOMANDO A CRISTO COMO NUESTRO VIVIR1) "Porque para m el vivir es Cristo" (Fil. 1:21).Esta palabra nos revela que Pablo, quien experiment a Cristo rica y abundantemente,tom a Cristo como su vivir. En Filipenses 1 l dijo que viva a Cristo.II. TOMANDO A CRISTO COMO NUESTRA EXPRESIN1) "Como siempre, ahora tambin ser magnificado Cristo en mi cuerpo, o porvida o por muerte" (Fil. 1:20).

    Esta palabra nos muestra que Pablo, quien abundaba en la experiencia de Cristo, tom aCristo tambin como su expresin. Toda su vida y su obra no fueron para expresarse a smismo o para exhibir su conocimiento, habilidad, u otros mritos y puntos fuertes. Loque l fue y lo que l hizo fueron para expresar a Cristo, aun para magnificar a Cristo, afin de que Cristo fuera no slo expresado a travs de l sino tambin magnificado en l.III. TOMANDO LA MENTE DE CRISTO COMO NUESTRA MENTE1) "Haya, pues, en vosotros esta mente que hubo tambin en Cristo Jess" (Fil.2:5, gr.).Este versculo significa que nosotros necesitamos tomar la mente de Cristo como nuestramente. Pablo no solamente tom a Cristo como su vivir y su expresin por fuera, sinoque tambin tom la mente de Cristo como su mente por dentro. Segn el texto quesigue este versculo, el pensamiento en la mente de Cristo era el de Aquel que se cambide la forma de Dios a la semejanza del hombre para ser un hombre, aun despojndose aS mismo para tomar forma de siervo y humillarse, hacindose obediente hasta lamuerte, y muerte de 'Cruz.IV. TOMANDO A CRISTO COMO NUESTRA JUSTICIA EXPRESADA EN NUESTROVIVIR1) "Y ser hallado en l, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino laque es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe" (Fil. 3:9).Pablo, al experimentar a Cristo, fue hallado por otros que era un hombre en Cristo, noteniendo una justicia que era por guardar la ley, sino teniendo la justicia de Dios pormedio de su fe en Cristo, la cual simplemente era Cristo mismo vivido por l para serexpresado como su justicia. De tal manera, Pablo tom a Cristo como la justicia que lexpres en su vivir.V. CONSIDERANDO EXCELENTE EL CONOCIMIENTO DE CRISTO1) "...por la excelencia del conocimiento de Cristo Jess, mi Seor, por amordel cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo" (Fil.3:8).Pablo, quien abundaba en la rica experiencia de Cristo, indudablemente consider aCristo como la persona ms excelente. As que, el texto que sigue Filipenses 3:8 nosmuestra que l persigui el conocimiento de Cristo. Su insistente bsqueda indica suconsideracin de la excelencia del conocimiento de Cristo. Debido al Cristo que conoca,

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    l dej todas las cosas, es decir, sufri la prdida de todas las cosas y las tena porbasura, para ganar a Cristo.VI. TOMANDO A CRISTO COMO NUESTRA META1) "Una cosa... olvidando ciertamente lo que queda atrs, y extendindome alo que est delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento deDios en Cristo Jess" (Fil. 3:13-14).Pablo, quien persigui el conocimiento de Cristo para experimentarle msprofundamente, consider su insistente bsqueda de Cristo como su nica faena. As,

    prosegua, olvidndose de lo que quedaba atrs y extendindose a lo que estabadelante. Su insistente bsqueda era hacia un fin, una meta, y esa meta era Cristo. Etom a Cristo como su meta, prosiguiendo para obtener el premio del supremollamamiento de Dios en Cristo Jess. Este premio es tambin Cristo, o sea Cristo como edisfrute de los que le buscan. Pablo prosigui hacia arriba, hacia los cielos, para ganar aCristo, a quien l tom como la meta y el premio.VII. TOMANDO A CRISTO COMO NUESTRAS VIRTUDES1) "Hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lopuro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna-, sialgo digno de alabanza, en esto pensad" (Fil. 4:8).La veracidad, el honor, la justicia, la pureza, la amabilidad y aquello que es de buen

    nombre son seis virtudes laudables. Estas virtudes son las expresiones de los atributosde Dios que se expresan por el vivir de los que buscan a Cristo, quien es la incorporacinde Dios. Pablo, quien persigui la experiencia de Cristo, encarg a los hermanos quepensaran en estas cosas, es decir, que vivieran estas virtudes y expresaran todos losatributos de Dios que estn en Cristo. Ya que l encarg a los hermanos de esta formal mismo obviamente debe haber estado expresando los atributos de Dios tomando aCristo como sus virtudes.VIII. TOMANDO A CRISTO COMO NUESTRO PODER1) "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Fil. 4:13).Pablo, quien experiment a Cristo, fue fortalecido por Cristo; por consiguiente, l pudohacer todas las cosas en Cristo, lo cual es principalmente vivir las diferentes virtudes queexpresan los atributos de Dios mencionados en el versculo 8 anterior a esta palabra.Esto nos muestra que Pablo experiment a Cristo tomndolo como poder para vivirlocomo su vivir magnfico.IX. TOMANDO A CRISTO COMO NUESTRO SECRET1) "He aprendido a contentarme, Cualquiera que sea mi situacin. S vivirhumildemente, y s tener abundancia; en todo y por todo estoy enseado, aspara estar saciado como para tener hambre, as para tener abundancia comopara padecer necesidad" (Fil. 4:11-12).Aqu, la expresin "estoy enseado" se refiere al hecho de aprender un secreto. Encualquier ambiente y en cualquier asunto, Pablo, quien experiment a Cristo rica yabundantemente, aprendi el secreto de estar contento y de regocijarse siempre. Segnlo que nos dice a lo largo del libro de Filipenses, el secreto que l aprendi fue precisa-mente Cristo. Por lo tanto, l tom a Cristo como el secreto de experimentarle, y aspudo estar contento y regocijarse siempre en toda situacin y en todo asunto.X. TOMANDO A CRISTO COMO NUESTRA EXPECTACIN1) "Mas nuestra ciudadana est en los cielos, de donde tambin esperamos alSalvador, al Seor Jesucristo; el cual transformar el cuerpo de la humillacinnuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder conel cual puede tambin sujetar a s mismo todas las cosas" (Fil. 3:20-21).La vida que Pablo vivi en la experiencia de Cristo fue una que esperaba al Salvador, elSeor Jesucristo, quien vendra desde los cielos a transformar su cuerpo de humillacin,

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    hacindolo semejante al cuerpo de Su gloria. De este modo, Pablo tom al Cristo que experiment como su expectacin.

    LECCIN TREINTAUN ESPRITU CON EL SEOR

    Podemos experimentar a Cristo y tomarlo como todo porque ahora somos un espritu con

    El. Este es un misterio profundo, sin embargo, es un hecho seguro, el cual cada uno denosotros que hemos credo en Cristo y que estamos unidos a El en Su vida, debemoscreer, confesar y practicar.I. DIOS SIENDO ESPRITU1) "Dios es Espritu" (Jn. 4:24)Esto habla de la naturaleza de Dios. En lo que a la esencia se refiere, Dios, el completoDios Triuno, es Espritu.II. LA CONSUMADA EXPRESIN DEL DIOS TRIUNO SIENDO EL ESPRITU1) "... bautizndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo"(Mt. 28:19).El Dios Triuno es tres: el Padre, el Hijo y el Espritu. El Padre es la fuente, el Hijo es la

    expresin del Padre, y el Espritu es la realizacin del Hijo. Por lo tanto el Espritu es laconsumada expresin del Dios Triuno.III. CRISTO LLEGANDO A SER EL ESPRITU VIVIFICANTE1) "Fue hecho... el postrer Adn, Espritu vivificante" (1Co. 15:45b).El postrer Adn es el Cristo encarnado, quien a travs de la muerte y la resurreccin fuetransfigurado para ser el Espritu vivificante, el Espritu de vida (2Co. 3:6, 17), como laconsumada expresin de Dios.IV. NUESTRO CENTRO SIENDO TAMBIEN EL ESPRITU1) "Y todo nuestro ser, espritu, alma y cuerpo sea guardado irreprensible"(1Ts. 5:23)Este versculo nos revela claramente y con certeza que todo nuestro ser es de trespartes: espritu, alma y cuerpo. El cuerpo es la parte ms exterior, con la cual actuamosy andamos, y con la cual hacemos contacto con las cosas materiales. El alma es la parteque est entre el cuerpo y el espritu, siendo nuestra personalidad y el "yo". Con estaparte hacemos contacto con las cosas psicolgicas. El espritu es la parte ms profunda,con la cual conocemos y adoramos a Dios, y con la cual hacemos contacto con las cosasespirituales. Por lo tanto, el espritu es el centro de nuestro ser y es crucial para Dios,aun ms crucial que los cielos y la tierra (Zac. 12:1).V. DIOS RENOVANDO NUESTRO ESPIRITU Y PONIENDO SU ESPIRITU ENNOSOTROS1) "Os dar corazn nuevo [yo, Jehov Dios, quien est relacionado con elhombre], y pondr espritu nuevo dentro de vosotros... pondr dentro devosotros mi Espritu" (Ez. 36:26-27).Estos versculos se refieren a lo que Dios hizo cuando nos salv a nosotros lospecadores. Por un lado, El renov nuestro espritu para hacerlo un espritu nuevo, y porotro, El puso Su Espritu dentro de nuestro espritu renovado, haciendo que los dosespritus se unieran como una sola entidad.VI. EL ESPIRITU DE DIOS REGENERANDO NUESTRO ESPIRITU1) "Lo que es nacido del Espritu, espritu es... Os es necesario nacer de nuevo"(Jn. 3:6-7).Cuando Dios nos salv, puso Su Espritu dentro de nuestro espritu renovado, y luego SuEspritu imparti Su vida a nuestro espritu, regenerndolo, es decir, regenerndonos,

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    para hacernos Sus hijos (Jn. 1:12-13).VII. EL ESPIRITU DE DIOS DANDO TESTIMONIO A NUESTRO ESPIRITU1) "El Espritu mismo [el Espritu Santo de Dios] da testimonio a nuestroespritu, de que somos hijos de Dios" (Ro. 8:16).Despus que el Espritu de Dios regenera nuestro espritu, El permanece en nuestroespritu, dando testimonio a nuestro espritu, de que somos hijos de Dios.VIII. NUESTRO ESPRITU ADORANDO AL ESPRITU, QUIEN ES DIOS1) "Dios es Espritu; y los que le adoran, en espritu... es necesario que adoren"

    (Jn. 4:24).El adorar en espritu al Espritu, quien es Dios, es adorarle a l con nuestro espritu. Eladorar a Dios es hacer contacto con Dios, lo cual incluye cosas tales como acercarnos aDios, orar a Dios, confiar en Dios, y dar gracias a Dios.IX. EL ESPRITU, QUIEN ES EL SEOR MORANDO EN NUESTRO ESPRITU1) "...su Espritu [el de Dios] que mora en vosotros" (Ro. 8:11); "El Espritu...da testimonio a nuestro espritu" (Ro. 8:16).Combinados estos dos versculos, vemos que el Espritu, o sea, el Espritu de Dios, es eEspritu que reside en nosotros y que est unido a nosotros como una sola entidad.X. UNIDOS AL SEOR COMO UN ESPRITU1) "Pero, el que se une al Seor, un espritu es con l" (1 Co. 6:17).

    Basndonos en las varias verdades reveladas en los versculos anteriores, podemos decirque puesto que estamos unidos al Seor, somos un espritu con El. Esto quiere decir queel espritu, el cual es la mezcla de nuestro espritu y el Espritu del Seor, es a la vez elEspritu del Seor y nuestro espritu; es el Espritu del Seor mezclado con nuestroespritu y es nuestro espritu mezclado con el Espritu del Seor. El Nuevo Testamento,en versculos tales como Romanos 8:4-6 y Glatas 5:16 y 25, frecuentemente usa laexpresin "el espritu", el cual es el espritu mezclado, cuando habla de lo que el Seores para nosotros y de nuestra experiencia del Seor. Todas nuestras experienciasespirituales despus que somos salvos, tales como nuestra comunin con el Seor,nuestra oracin a l, nuestro vivir con E1, y nuestra obediencia a l, son en este espritu,que es el Espritu del Seor mezclado con nuestro espritu como una sola entidad.

    LECCIN TREINTA Y UNOVIVIENDO EN LA COMUNIN DE VIDA

    Una vez que creemos en el Seor, tenemos una comunin en vida con El. Luego, estavida nos trae la comunin de vida, en la cual debemos vivir, teniendo comunin con Diosy participando en todas Sus riquezas. Debemos conocer esto, prestar atencin a esto ypracticarlo inmediatamente despus de ser salvos.I. LA COMUNIN DE VIDA1) "Os anunciamos la vida eterna... para que tambin vosotros tengiscomunin con nosotros; y nuestra comunin verdaderamente es con el Padre,y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn. 1:2-3).Una vez que creemos en el Seor y recibimos la vida eterna que nos fue anunciada, stanos trae su comunin de vida, o sea su fluir de vida, para que haya una comunin y unfluir entre nosotros y Dios. Esta comunin nos trae a Dios mismo y todas Sus riquezaspara que participemos en y de ellos.II. LOS DOS ASPECTOS DE LA COMUNIN DE VIDA1) Teniendo comunin con los apstoles y con la iglesia, la cual ellos representan: "... osanunciamos la vida eterna... para que tambin vosotros tengis comunin connosotros [con los apstoles]" (1 Jn. 1:2-3).

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    La comunin que tenemos por el hecho de que la vida eterna de Dios haya entrado ennosotros es de dos aspectos. Por un lado, tenemos comunin con los apstoles y con laiglesia, la cual los apstoles representan (1 Co. 12:28); es decir, tenemos comunin contodos los que poseen la vida de Dios. Por otro, tenemos comunin con Dios y con eSeor. El aspecto de nuestra comunin con todos los que tienen la vida de Dios se llamala comunin de los apstoles (Hch. 2:41-42). Todos los que han credo en el Seor ytienen la vida de Dios, participan en esta comunin. La vida del Seor es anunciada porlos apstoles a los que creen en el Seor, para_ que stos lleguen a ser la iglesia, el

    Cuerpo del Seor; y los apstoles son los representantes de la iglesia, la, cual esproducida por medio de la vida del Seor. Por consiguiente, la comunin de vida en laiglesia se llama la comunin de los apstoles. Cuando tenemos comunin con losapstoles, tenemos comunin con la iglesia.2) Teniendo comunin con Dios y con el Seor Jess: "Para que tambin vosotrostengis comunin con nosotros; y nuestra comunin verdaderamente es con elPadre, y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn. 1:3).El otro aspecto de nuestra comunin en la vida del Seor es nuestra comunin con ePadre y con Su Hijo, el Seor Jesucristo. La vida a la cual esta comunin de vidapertenece es la vida de Dios. Esta vida es tambin el Hijo de Dios, el Seor Jess mismo.Por lo tanto, esta comunin de vida nos hace tener comunin no slo con los que

    conjuntamente poseen la vida de Dios, sino tambin con Dios y el Seor Jess. En estacomunin de vida, hay una comunin y un fluir mutuos entre nosotros, Dios y el Seor Jess, as como entre nosotros y todos los creyentes. Todos estos participanconjuntamente en el Dios Triuno y en la iglesia, la cual es Su organismo, participando asmutuamente el uno en el otro.III. EL MEDIO DE LA COMUNIN DE VIDA, EL ESPRITU SANTO1) "La comunin del Espritu Santo" (2 Co. 13:14).Puesto que la vida del Seor est en el Espritu Santo, y ha entrado en nosotros pormedio del Espritu Santo para estar en nosotros, nuestra comunin en la vida del Seores por medio del Espritu Santo. Por lo tanto, esta comunin tambin se llama lacomunin del Espritu Santo. En la vida del Seor, tanto nuestra comunin con Dios y conel Seor, como nuestra comunin con la iglesia o los santos, son en y por medio delEspritu Santo.IV. OTRA DESIGNACIN DE LA COMUNIN DE VIDA: PERMANECIENDO EN ELSEOR1) "Segn ella [la uncin] os ha enseado, permaneced en l [en el Seor]" (1

    Jn. 2:27); "Permaneced en m [en el Seor]... porque separados de m nadapodis hacer" (Jn. 15:4-5).Como pmpanos del Seor, quien es la vid, debemos permanecer en el Seor y nosepararnos de l. El permanecer de esta manera en el Seor es tener comunin con elSeor a fin de practicar la comunin de la vida del Seor, absorbiendo todas Susriquezas, as como los pmpanos absorben el suministro de la vid.V. LA RESPONSABILIDAD DE UN CREYENTE PARA CON LA COMUNIN DE VIDA1) Continuar con perseverancia: "Y perseveraban... en la comunin" (Hch2:42).Una vez que recibimos la vida del Seor, entramos en la comunin de Su vida. De ah enadelante, debemos continuar con perseverancia en esta comunin de vida.2) Obedecer la enseanza de la uncin: "Segn ella [la uncin] os ha enseado,permaneced en l [en el Seor]" (1 Jn. 2:27).A fin de continuar con perseverancia en la comunin de vida, debemos permanecer en eSeor segn la uncin nos ha enseado, y debemos obedecer la enseanza de la uncin.3) Andar en la luz: "Pero si andamos en luz, como l est en luz, tenemos

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    comunin unos con otros" (1 Jn. 1:7).La comunin de la vida del Seor nos trae a la luz de Dios. Debemos andar en esta luzpara que tengamos comunin con Dios y con el Seor, y con todos los santos, y para quemantengamos la comunin de la vida del Seor.4) Confesar nuestros pecados: "Pero si andamos en luz... tenemos comuninunos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo [el de Dios] nos limpia de todopecado... si confesamos nuestros pecados, l [Dios] es fiel y justo paraperdonar ...y limpiarnos" (1 Jn. 1:7-9).

    Si vivimos en la comunin de la vida del Seor, la luz de vida del Seor en nuestrointerior nos mostrar nuestros pecados en la comunin de su vida. Sentiremos nuestrospecados y confesaremos a Dios. Entonces El nos perdonar y nos limpiar de todainjusticia para que vivamos ms profundamente en la comunin de Su vida.Los cuatro puntos precedentes son nuestra responsabilidad hacia la comunin de vida.VI. EL RESULTADO DE LA COMUNIN DE VIDA1) Recibiendo la luz de Dios: "Dios es luz... si decimos que tenemos comunincon l... si andamos en luz, como l est en luz, tenemos comunin unos conotros" (1 Jn. 1:5-7).Esta palabra nos muestra que cuando tenemos comunin con Dios, quien es luzseguramente recibiremos la luz de Dios y andaremos en ella, para que tengamos una

    comunin ininterrumpida unos con otros.2) Siendo limpiado por la sangre del Seor: "Pero si andamos en luz, como lest en luz, tenemos comunin unos con otros, y la sangre de Jesucristo suHijo nos limpia de todo pecado" (1 Jn. 1:7).Cuando la luz de vida del Seor nos ilumina en la comunin de vida, y de esta maneranos damos cuenta de nuestros pecados, y los confesamos a Dios, entonces nos limpia lasangre del Seor.3) Teniendo al Seor permaneciendo en nosotros: "El que permanece en m, yyo en l..." (Jn. 15:5).Cuando permanecemos en el Seor para tener comunin con El, tenemos al Seorpermaneciendo en nosotros como nuestro disfrute de vida.4) Llevando mucho fruto para glorificar a Dios: "El que permanece en m, y yoen l, ste lleva mucho fruto" (Jn. 15:5); "En esto es glorificado mi Padre" (Jn.15:8).Cuando permanecemos como pmpanos en el Seor, quien es la vid, y tenemos un fluirininterrumpido con El, recibimos de l como la vid el suministro de la rica savia parallevar mucho fruto a fin. de que el Padre sea glorificado.Los cuatro puntos anteriores son el resultado de nuestro vivir en la comunin de la vidadel Seor.VII. EL ROMPIMIENTO DE LA COMUNIN DE VIDA1) La relacin de vida entre los creyentes y Dios nunca se puede romper: "Y noperecern jams... y nadie las puede arrebatar de la mano de m Padre" (Jn.10:28-29).La relacin de vida entre los creyentes y Dios nunca se romper, debido a que loscreyentes han recibido de Dios la vida eterna, la cual hace que nunca perezcan. Adems,nada puede arrebatarlos de la mano de Dios, puesto que Su mano es poderosa.2) La comunin de vida entre los creyentes y Dios s puede romperse: "Pero siandamos en luz, como est en luz, tenemos comunin unos con otros" (1 Jn.1:7).La palabra "si" en este versculo indica que la comunin de vida entre nosotros y Dios sepuede romper. Si andamos en la luz de Dios, viviremos en la comunin de la vida deDios. Sin embargo, ya que a menudo fracasamos en vivir en la luz de Dios, y con

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    frecuencia desobedecemos y pecamos, a menudo perdemos la comunin de la vida deDios, causando as que sta se rompa.VIII. LA RESTAURACIN DE LA COMUNIN DE VIDA1) Mediante la confesin de pecados: "Si confesamos nuestros pecados, ,[Dios; es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de todamaldad" (1 Jn. 1:9).Gracias a Dios que aunque nuestra comunin de vida con El puede romperse, tambinpuede ser restaurada. Si estamos dispuestos a confesar nuestros pecados a Dios

    conforme a Su iluminacin, El nos perdonar y nos limpiar de nuestros pecados. Esto esconforme a Su fidelidad basada en Su palabra y conforme a Su justicia a causa de lasangre del Seor, a fin de que nuestra comunin de vida con El sea restaurada.IX. LA COMUNIN DE VIDA NECESITA SER MANTENIDA POR EL SENTIR DE VIDA1) La vida del Seor en nosotros no slo tiene su comunin, sino tambin su sentir. Estesentir de vida es para la comunin de vida. El sentir de vida mantiene la comunin devida. Siempre que descuidamos el sentir de vida, la comunin de vida se rompe y sepierde, y as el sentir de vida se entorpece.2) Si atendemos y obedecemos otra vez a este sentir de vida entorpecido, la comuninde vida ser restaurada, aun profundizada, y el sentir de vida ser tambin ms agudo.Estos dos-el sentir de vida y la comunin de vida-se afectan recprocamente en un ciclo

    continuo, haciendo que los creyentes crezcan en vida.X. EL PELIGRO PARA UN CREYENTE QUE NO VIVE EN LA COMUNIN DE VIDA1) Perder el suministro y la funcin de vida y sufrir prdida: "Todo pmpanoque en m [en el Seor] no lleva fruto, [Dios] lo quitar" (Jn. 15:2); "El que enm no permanece, ser echado fuera como pmpano, y se secar; y losrecogen, y los echan en el fuego, y arden" (Jn. 15:6). Si una persona salva, quienes un pmpano del Seor-la vid-, no lleva fruto, ser quitada. La razn de suinfructuosidad es que no ha permanecido en el Seor, en la comunin de Su vida. Por lotanto, esta persona ser quitada, echada fuera, secada, recogida por los hombres, yarrojada al fuego para ser quemada. Si no permanecemos en el Seor y no vivimos en lacomunin de vida, correremos un gran riesgo de ser cortados del Seor y de perdernuestro suministro y funcin, sufriendo as prdida. Sin embargo, esto no es perecer,sino sufrir prdida, ser castigado (1 Co. 3:15), porque aqu el Seor no est hablandoacerca de las condiciones de la salvacin, sino acerca de las condiciones de llevar fruto.2) Estar temeroso y avergonzado: "Permaneced en l [en el Seor], para quecuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nosalejemos de l avergonzados" (1 Jn. 2:28).Si permanecemos en el Seor y tenemos comunin con El, espontneamente andaremosdelante del Seor y viviremos en Su voluntad. Esto har que tengamos confianza y nonos avergoncemos en la venida del Seor. De otra manera, cuando lo veamosestaremos temerosos y avergonzados, alejndonos de Su presencia. Tal peligro debeadvertirnos que vivamos en la comunin de vida del Seor.

    LECCIN TREINTA Y DOSOBEDECIENDO EL SENTIR DE VIDA

    Cuando creemos en Cristo y nos unimos a l en vida, Su vida en nosotros produce unsentir de vida. Nosotros con los que estamos unidos a l, que somos un espritu con El,que somos un espritu con El, y que le experimentamos, debemos prestar atencin aeste sentir de vida en nuestra vida espiritual y obedecerlo.I. LO QUE LOS CREYENTES TIENEN UNA VEZ QUE SON SALVOS TIENEN

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    Con el fin de obedecer el sentir de vida, debemos conocer las seis cosas que recibimos alser salvos.A. La luz de vida1) "El que tiene al Hijo, tiene la vida" (1 Jn. 5:12); "La vida era la luz de loshombres (Jn. 1:4)En el momento en que recibimos al Hijo de Dios como nuestro Salvador, tenemos al Hijode Dios y tenemos la vida, porque la vida est en El (1 Jn. 5:11). Esta vida es la luz de loshombres. Por consiguiente, una vez que tenemos vida, tambin tenemos la luz de vida

    iluminndonos interiormente.B. Las leyes de Dios inscritas en el corazn1) Pondr mis leyes en la mente de ellos, sobre su corazn las escribir" (He.8:10).En el Antiguo Testamento, las leyes de Dios fueron escritas en tablas de piedra fuera delhombre. En el Nuevo Testamento, Dios imparte, o pone Sus leyes en nuestra mentedentro de nosotros y las escribe sobre nuestros corazones. Esto lo realiza Diosimpartiendo Su vida a nosotros ponindolo dentro de nosotros, para que la ley que estdentro de Su vida llegue a ser la ley de nuestro corazn y de nuestra vida, pero una vidaseguramente es una ley con una habilidad y funcin innata. Adems, mientras ms altaes la vida, ms alta es la ley de esa vida. Ya que la vida de Dios dentro de nosotros es la

    vida ms alta, esta vida no es meramente una ley, sino la ley ms alta-con la ms alta einnata habilidad y funcin. Una vez que somos salvos y tenemos la vida de Dios,tenemos esta ley de vida inscrita sobre nuestros corazones.C. La ley del Espritu de vida1) "Porque la ley del Espritu de vida en Cristo Jess me ha librado de la ley delpecado y de la muerte" (Ro. 8:2).El Espritu de vida es el Espritu de Dios en nuestro espritu. Ya que el Espritu de Dios esde vida, Su ley debe ser tambin de vida. Esta es la ley del Espritu de vida. Por lo tanto,la ley del Espritu de vida y las leyes antes mencionadas que estn escritas sobrenuestros corazones, estn relacionadas y son una. El hecho de que las leyes seanescritas sobre nuestros corazones indica que esas leyes son de vida, dando nfasis a launcin de vida. La ley del Espritu de vida indica que la ley de vida dentro de nosotroses del Espritu Santo, el cual est en nuestro espritu, dando nfasis a la funcin deEspritu Santo. Tan pronto como somos salvos tenemos los dos aspectos.D. Dios operando interiormente1) "...Dios es el que en vosotros opera as el querer como el hacer, por subuena voluntad" (Fil. 2:13 gr.).Una vez que somos salvos, Dios viene a vivir y a operar en nosotros para producir ennosotros el querer interiormente y el hacer exteriormente, a fin de cumplir Su buenavoluntad.E. Cristo viviendo interiormente1) "Vive Cristo en m" (G. 2:20).Una vez que somos salvos, tambin tenemos a Cristo viviendo en nosotros como vida.Su vivir en nosotros es a la vez eficaz y activo.F. La uncin interior que vosotros recibisteis de l [el Hijo con el Padre)permanece en vosotros (1Jn. 2:27).En la Biblia el aceite de la uncin se refiere al Espritu Santo (Lc. 4:18). Tan pronto comosomos salvos Dios nos unge con Su Espritu (2Co. 1:21-22). La uncin es el moverinterior del Espritu Santo es como un ungento que nos unge interiormentehacindonos sentir la mente de Dios, y ensendonos en todas las cosas.II. EL SENTIR DE VIDA1) El iluminar de luz de vida dentro de nosotros nos hace tener un sentir interior.

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    Puesto que la luz de vida es la vida del Seor iluminndonos, esta iluminacinseguramente producir un sentir de vida por dentro de manera que podamos sentir loque es del Seor y lo que le agrada a l.2) La manifestacin de la funcin de las leyes inscritas sobre nuestros corazones porDios, y la ley del Espritu de vida tambin nos hacen tener un sentir interior.Puesto que las leyes escritas por Dios sobre nuestros corazones y la ley del Espritu devida dentro de nosotros es la funcin innata de la vida del Seor que est en nosotros,siempre que esta funcin se manifieste tendremos un sentimiento. Este sentimiento es

    el sentir de vida, el cual podemos percibir por medio de la funcin de la ley de vida3) La operacin de Dios en nosotros tambin nos hace tener un sentir interior.Ya que la operacin de Dios en nosotros es una actividad, esto producir un sentimientopor dentro. Este sentimiento es el sentir de vida en nosotros, el cual nos hace sentir loque Dios desea que queramos y hagamos.4) El vivir de Cristo en nosotros tambin nos hace tener un sentir interior.El vivir de Cristo en nosotros, el cual est lleno de actividades, seguramente nos hartener un sentir interior. Puesto que este sentir surge de las actividades de la vida deCristo en nuestro interior, seguramente-es de vida. Por consiguiente, es tambin el sentirde vida.5) La uncin en nosotros tambin nos hace tener un sentir interior.

    El Espritu Santo nos unge por dentro como el ungento. Su mover tambin nos hacetener el sentir de vida en nuestro espritu. Por lo tanto, despus de ser salvos, nosolamente tenemos vida, sino tambin el sentir de vida por dentro para que conozcamosinteriormente la mente de Dios y las cosas concernientes a l.III. LA RESPONSABILIDAD DE LOS CREYENTES HACIA EL SENTIR DE VIDAA. Andando solamente conforme al Espritu, ocupndonos del Espritu1) "... andamos... conforme al Espritu ... el ocuparse del Espritu" (Ro. 8:4-6).El sentir de vida en nosotros proviene del Espritu y est en nuestro espritu. As, nuestraprimera responsabilidad hacia el sentir de vida es andar slo conforme al esprituponiendo nuestra mente en el espritu. Es decir, debemos obedecer al espritu yocuparnos del espritu en todo.B. Atendiendo al sentir interior de vida1) "el ocuparse del Espritu es vida y paz" (Ro. 8:6).Cuando nos ocupamos del espritu, tenemos vida y paz por dentro. Tanto la vida como lapaz son el sentir de vida interior, las cuales pueden ser percibidas por nosotros. Por lotanto, necesitamos atender al sentir de vida y paz que est dentro de nosotros.C. Obedeciendo con temor y temblor1) "Como siempre habis obedecido... ocupaos en vuestra salvacin con temory temblor" (Fil. 2:12).Debemos obedecer con temor y temblor la operacin de Dios que sentimosinteriormente, sea que esta operacin es para el querer o para el hacer. El temor esnuestro motivo interior y el temblor es nuestra actitud exterior. Debemos de estamanera obedecer el sentir de vida que est dentro de nosotros.D. Permaneciendo en el Seor conforme a la enseanza de la uncin1) "Como la uncin... os ha enseado, permaneced en l [en el Seor]" (1 Jn.2:27).La uncin en nosotros nos ensea a conocer al Seor y las cosas concernientes al Seor.Debemos permanecer en el Seor y tener comunin con El conforme a esta enseanza.IV. EL RESULTADO DE OBEDECER EL SENTIR DE VIDAA. Disfrutando vida y paz1) "El ocuparse del Espritu es vida y paz" (Ro. 8:6).Mediante el ocuparnos del espritu, tenemos el sentir de vida. Si obedecemos este sentir

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    de vida, disfrutaremos de vida y paz; la vida es la satisfaccin, y la paz es el descanso. Eldisfrute de la satisfaccin de vida y el descanso de la paz es un resultado inmediato denuestra obediencia al sentir de vida.B. Permaneciendo en el Seor1) "Como la uncin... os ha enseado, permaneced en l [en el Seor]" (1 Jn.2:27).La enseanza de la uncin nos da el sentir de vida por dentro. Con obedecer este sentirde vida, podemos permanecer en el Seor. Este tambin es un resultado de la

    obediencia al sentir de vida.C. Expresando nuestra salvacin por nuestro vivir1) "Habis obedecido... ocupaos en vuestra salvacin con temor y temblor"(Fil. 2:12).S, hemos obtenido la salvacin, pero despus de obtener la salvacin, todavanecesitamos expresar esta salvacin en nuestro vivir como dice este versculo: "Ocupaosen vuestra salvacin". Cuando obedecemos con temor y temblor el sentir de vida queresulta del mover de Dios dentro de nosotros, expresamos por nuestro vivir la salvacinque hemos obtenido. Esto tambin es un resultado de nuestra obediencia al sentir devida interior.D. Cumpliendo la buena voluntad de Dios

    1) "Habis obedecido... Dios es el que en vosotros opera as el querer como elhacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:12-13, gr.).El cumplimiento de la buena voluntad de Dios es otro resultado de nuestra obediencia alsentir de vida que proviene de la operacin de Dios en nosotros.

    LECCIN TREINTA Y TRESOBEDECIENDO LA ENSEANZA DE LA UNCIN

    El obedecer la enseanza de la uncin se relaciona ntimamente con el obedecer esentir de vida tratado en la leccin anterior. El obedecer el sentir de vida se relacionacon Cristo como vida dentro de nosotros, mientras que el obedecer la enseanza de launcin se relaciona con el mover del Espritu Santo dentro de nosotros. El primero es unasunto de vida y el ltimo, un asunto del Espritu.Juntos estos dos son simplemente una cosa, esto es, vivir en el Espritu de vida, vivir yandar siguiendo la operacin de la ley de vida, y tener una vida espiritual y victoriosaque manifiesta al Dios Triuno en Cristo.I. EL SIGNIFICADO DE LA UNCIN1) "Pero vosotros tenis la uncin del Santo" (1 Jn. 2:20); "Pero la uncin quevosotros recibisteis de l permanece en vosotros" (1 Jn. 2:27).En la tipologa bblica, el ungento significa el Espritu Santo, con quien Dios unge a losque El va a usar (Lc. 4:18). El ungir del ungento santo es el mover de este EsprituSanto como ungento dentro de nosotros solamente es meramente el ungento sino eungir, y significa el Espritu Santo sino tambin el mover del Espritu Santo. Esto es eungir y mover contino que permanece en nosotros, el cual recibimos del Santo, quienes el Padre y el Hijo.II. LA ENSEANZA DE LA UNCIN1) "La uncin que v no tenis necesidad de que permanece en vosotros, ynadie os ensee; as como la uncin misma os ensea todas las cosas..." (1 Jn.2:27); "Vosotros tenis la uncin del Santo, y conocis todas las cosas" (1 Jn.2:20).

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    La enseanza de la uncin es el sentir y el conocimiento que provienen del ungir y demover del Espritu Santo como el ungento dentro de nosotros. Esta enseanza no noshace entender o conocer mediante la palabra escrita o por el hablar; ms bien, nos hacesentir y entender por medio de su mover y de su suave acariciar, los cuales a menudoson entendibles pero indecibles. El sentir que proviene de la uncin y el sentir de vidaque proviene de la vida del Seor en nosotros son en realidad uno. El mover y el suaveacariciar del Espritu Santo llegan a ser sentimientos que podemos percibir por el sentirde vida que proviene del Seor, dndonos a entender la mente de Dios y las cosas

    concernientes a Dios.III. LOS ELEMENTOS DE LA UNCINLa uncin lleva consigo ciertos elementos, as como la pintura que se aplica a losmuebles. Los elementos que la uncin lleva consigo son precisamente Dios mismo, laesencia de Dios. Cuanto ms nos acaricia suavemente esta uncin por dentro, ms seuntan los elementos de Dios y la esencia de Dios a nuestro interior. Por consiguiente,esta uncin no slo trae su enseanza sino tambin los elementos de Dios, haciendo queno solamente conozcamos a Dios y las cosas relacionadas a Dios, sino que tambinobtengamos los ricos elementos de Dios. Esta uncin no slo hace que hagamos lascosas de Dios, sino que tambin obtengamos el incremento de Dios dentro de nosotroslo cual resulta en nuestro crecimiento e incremento en estatura en los elementos de

    Dios.IV. LA RELACIN ENTRE LA UNCIN DEL ACEITE Y LA APLICACIN DE LASANGRE1) "El sacerdote tomar de la sangre de la culpa, y la pondr sobre el lbulo dela oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha ysobre el pulgar de su pie derecho. Y el sacerdote echar del aceite sobre lapalma de su mano izquierda; y con su dedo derecho el sacerdote rociar delaceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante de Jehov. Tambinel sacerdote pondr del aceite que tiene en su mano sobre el lbulo de la orejaderecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre elpulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la culpa" (Lv. 14:25-28).La sangre de la ofrenda por la culpa aqu mencionada tipifica la sangre redentora queCristo derram por nosotros. El aceite aqu mencionado tipifica al Espritu Santo, conquien Dios nos unge. El Espritu Santo como el aceite que nos unge representa a Diosalcanzndonos como el Espritu, quien es Su mxima expresin. El hecho de que Diosnos alcanza de esta manera debe estar basado en la sangre de la redencin que Cristorealiz por nosotros. Esta sangre redentora de Cristo es la base sobre la cual Dios nosalcanza. En el tipo del Antiguo Testamento, primero la sangre era puesta sobre lapersona, y luego el aceite de la uncin era puesto sobre la sangre. En el NuevoTestamento, primero la sangre de Cristo nos roca (1 P. 1:2); luego el Espritu, con quienDios nos unge, es ungido a nosotros y sigue siendo ungido a nosotros basado en laredencin de la sangre de Cristo. Por consiguiente, a fin de que obtengamos esteEspritu y a fin de que el Espritu nos siga ungiendo, debemos confiar en la preciosasangre de la redencin de Cristo.V. LA ENSEANZA DE LA UNCIN Y EL ENTENDIMIENTO DE NUESTRA MENTELa enseanza de la uncin es el sentir que proviene del mover del Espritu residente ennuestro espritu, hacindonos sentir profundamente por dentro las cosas que Dios deseaque sepamos. El entendimiento de la mente es nuestra interpretacin de la enseanzade la uncin. Esta interpretacin se encuentra en la comprensin de nuestra mente,mediante la cual entendemos las cosas que Dios desea que sepamos a travs de laenseanza de la uncin. Esto puede ser ilustrado por la experiencia de alguien que va alcine inmediatamente despus de haber sido salvo. Profundamente en su espritu se

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    siente incmodo e inquieto, pero no entiende la razn. Finalmente, despus de serenseado, su mente llega a comprender que hay muchos elementos impos en el asuntode ver pelculas, y comienza a entender que la incomodidad e inquietud en su espritu esla uncin, el mover del Espritu Santo dentro de l. De esta manera es enseado por launcin, el mover del Espritu Santo en l, y es santificado.VI. OBEDECIENDO LA ENSEANZA DE LA UNCIN1) "La uncin que vosotros recibisteis de el permanece en vosotros... segnella os ha enseado, permaneced en l" (1 Jn. 2:27).

    Esta palabra nos dice que permanezcamos en el Seor conforme a la enseanza de launcin por dentro. Andar conforme a la enseanza de la uncin es obedecer laenseanza de la uncin. Esto es necesario para que permanezcamos en el Seor y paraque mantengamos comunin con el Seor. Cuando obedecemos la enseanza interior dela uncin, entonces seguiremos al Espritu, viviremos en la comunin de la vida deSeor, y viviremos delante de Dios.VII. EL RESULTADO DE OBEDECER LA ENSEANZA DE LA UNCINYa que la uncin es el suave acariciar y mover del Espritu Santo en nosotros con eelemento de Dios, cuando obedecemos Su enseanza, tenemos el incremento deelemento de Dios dentro de nosotros y somos guiados a vivir delante de Su faz en todotiempo y en todo lugar, permaneciendo en El y teniendo comunin con El en un fluir

    ininterrumpido. De este modo, El permanece en nosotros y nosotros disfrutamos la msalta bendicin de Su presencia. En ese momento entramos en la esfera mencionada enel coro del Himno 52 en "100 Himnos Seleccionados", que dice: "El velo lo cruc ya,siempre aqu la gloria est... Hoy yo vivo en la presencia de mi Rey". Esto es el cruzar atravs del velo de la carne para vivir ante Dios, el entrar en el lugar Santsimo, y el viviren nuestro espritu para tener comunin con Dios cara a cara.

    LECCIN TREINTA Y CUATROANDANDO CONFORME AL ESPRITU

    El obedecer la enseanza de la uncin en la leccin anterior se relaciona con el obedecer-el sentir de vida en la leccin treinta y dos. De la misma manera, el tema de estaleccin-el andar conforme al espritu-y el obedecer la enseanza de la uncin en laleccin anterior, son una sola cosa. Por consiguiente, estos tres-obedecer el sentir devida, obedecer la enseanza de la uncin, y andar conforme al espritu-son tres aspectosde una cosa. La obediencia al sentir de vida est relacionada con Cristo como vida y esun asunto de vida; la obediencia a la enseanza de la uncin est relacionada con elungir y el mover del Espritu Santo como el ungento, y es un asunto del Espritu devida; el andar conforme al espritu se trata de nuestro andar conforme al espritumezclado, y no slo es un asunto del Espritu de vida sino tambin de nuestro esprituregenerado. Estos tres unen a Cristo, quien es vida, al Espritu de vida, y a nuestroespritu regenerado. Cristo como vida hace que tengamos el sentir de vida; el ungir ymover del Espritu Santo hace que seamos enseados por el Espritu; y el mezclarnos enun espritu con el Espritu de vida del Seor, hace que andemos en nuestro esprituconforme al sentir de la vida del Seor, el cual proviene del mover del Espritu de vida.Esto es el Dios Triuno procesado mezclndose con nosotros como una sola entidad. Estamezcla se realiza en Cristo, quien se hizo el Espritu vivificante, por medio del Espritu devida como Su expresin consumada, y en nuestro espritu regenerado. Como resultadode esta mezcla el Dios Triuno lleva a cabo Su economa neotestamentaria, esto es, Sueconoma eterna.I. EL ESPRITU QUE ES LA MEZCLA DE DOS ESPRITUS COMO UNO SOLO

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    1) "El que se une al Seor, un espritu es con l" (1 Co. 6:17).El Nuevo Testamento nos revela clara y enfticamente que nosotros, quienes fuimosregenerados por el Espritu Santo para tener al Espritu de vida de Dios residiendo ennuestro espritu regenerado, somos un espritu con el Seor. Esto significa que nuestroregenerado y el Espritu de vida estn mezclados como un espritu. En los versculos delNuevo Testamento tales como Romanos 8:4, y tambin los versculos 5 y 6, as comoGlatas 5:16 y 25, la palabra "espritu" se refiere a este espritu mezclado, el cual es elEspritu de Dios y tambin nuestro espritu. Por un lado, es nuestro espritu; por otro, es

    el Espritu de Dios. El Apstol Pablo estaba lleno de las experiencias de este espritumezclado. Por lo tanto, l nos dijo que anduvisemos conforme a este espritu mezclado.Esto no es simplemente andar conforme al Espritu Dios, sino andar siguiendo nuestroespritu regenerado, en el cual reside el Espritu de vida de Dios.II. EL VIVIR Y EL ANDAR QUE LOS CREYENTES DEBEN TENER1) "Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos[vivimos y andamos] conforme a la carne, sino conforme al Espritu" (Ro. 8:4).Conforme al deseo del Dios Triuno, quien se mezcl con nosotros, nuestro vivir comocreyentes no solamente es un vivir que es escriturario, ni meramente un vivir que es"santificado ', y "victorioso", sino un vivir que es un andar conforme al espritu ennosotros, cuyo espritu es la mezcla de dos espritus como uno solo. Este vivir hace que

    nuestra carne, nuestro "yo", nuestra alma y nuestra vida natural pierdan su posicin yfuncin, y permite que el Dios Triuno procesado, el Padre, el Hijo, y el Espritu, gane eterreno completo en nosotros a fin de que El alcance la meta de mezclarse con nuestroser tripartito, el espritu, el alma y el cuerpo, es decir, para que nosotros seamoscompletamente ocupados por El, llenos de l y saturados con El, tomndolo comonuestra vida, nuestra persona y nuestro todo, a fin de que seamos completamente unocon l para ser Su expresin plena. Esta experiencia sobrepasa con mucho lo que esexpresado mediante trminos espirituales tales como el obedecer a Dios, el sersantificado para Dios, el permanecer en el Seor, y tener comunin-con el Seor. Estevivir no slo satisface los requisitos justos de la ley de Dios de modo que, con respecto aSu justicia, El ya no sea ms estorbado; sino que tambin lleva a cabo el propsito de laeconoma de Dios, de modo que El est completamente satisfecho con respecto a Susantidad, y no tenga ningn escasez con respecto a Su gloria.III. DOS CLASES DE ANDAR1) "Andad en el Espritu, y no satisfagis los deseos de la carne" (G. 5:16).La palabra "andad" en este versculo es la misma que la que est en Romanos 8:4. Serefiere al andar general en nuestro vivir, y es diferente del andar en Glatas 5:25, el cuales conforme a una regla.2) "Si vivimos por el Espritu, andemos tambin [conforme a una regla] por elEspritu" (G. 5:25).Andar conforme a una regla se refiere a andar en una lnea definida, por una regladefinida. Aunque ste es tambin un "andar por el Espritu" en nuestro vivir, no es unandar general, sino especfico y conforme a una regla definida. En Glatas 6:15 y 16,Pablo, el autor del libro, nos aconseja que debemos andar conforme a "esta regla", lacual tiene como nada a la circuncisin, y tiene como asunto crucial el ser una persona dela nueva creacin. Las dos clases de andar en nuestro vivir como creyentes, ya sea eandar general o el andar especfico que es segn una regla definida, deben ser conformeal espritu en nosotros, el cual es la mezcla de los dos espritus como uno solo.IV. VIVIR Y ANDAR SOLO CONFORME AL ESPIRITU1) "No andamos [vivimos y andamos] conforme a la carne, sino conforme alEspritu" (Ro. 8:4).Puesto que vivir y andar conforme al espritu es tan crucial como se indic

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    anteriormente, no debemos vivir y andar conforme a la carne sino conforme al espritu.Realmente, cualquier vivir y andar que es conforme a otras cosas aparte del espritu, esun vivir y un andar conforme a la carne. Si no andamos conforme al espritu pero nosesforzamos en andar conforme a la Biblia, realmente andamos conforme a la carne,aunque no en una forma aparente. Esto es debido a que guardamos las palabras de laBiblia con nuestras propias fuerzas, as como los israelitas guardaron la ley con su propiopoder. Uno que anda conforme al espritu hace todo mediante el espritu y no por suspropias fuerzas. De esta manera, nuestro andar no es simplemente hacer lo que agrada

    a Dios segn Su voluntad, sino llevar a cabo lo que Dios quiere que hagamos medianteEl mismo, quien es el Espritu Santo mezclado con nuestro espritu.

    LECCIN TREINTA Y CINCOESPERANDO LA VENIDA DEL SEOR

    Si nosotros, los creyentes, vivimos una vida santificada, espiritual y victoriosa en el DiosTriuno, y una vida que es un espritu con el Seor, conforme a lo que fue tratado en lasdiez lecciones anteriores de este tomo, seguramente esperaremos el regreso del Seorcon anhelante expectacin.

    I. LA PROMESA DEL SEOR1) "Porque el Hijo del Hombre [el Seor] vendr" (Mt. 16:27); "Vengo [yo, elSeor] en breve" (Ap. 22:20).En estas dos porciones y en muchos otros versculos del Nuevo Testamento, el Seorclaramente prometi que El vendr otra vez.II. LO QUE LA VENIDA DEL SEOR ES PARA LOS CREYENTESA. El arrebatamiento de los creyentes1) "Porque el Seor mismo ... descender del cielo; y los muertos en Cristoresucitarn primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamosquedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibiral Seor en el aire, y as estaremos siempre con el Seor" (1 Ts. 4:16-17).2) "As ser tambin la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarn dos en elcampo; el uno ser tomado... Dos mujeres estarn moliendo en un molino; launa ser tomada" (Mt. 24:39-41).Estos dos pasajes claramente nos muestran que cuando el Seor venga, El arrebatar deeste mundo obscuro y de esta tierra corrupta a los que pertenecemos a l, para que nosreunamos con El y estemos juntos con l para siempre.B. La transformacin de los creyentes1) "De donde [de los cielos]... [el] Seor Jesucristo"...el cual transfigura elcuerpo de la humillacin nuestra, para que sea semejante al cuerpo de lagloria suya, por el poder con el cual puede tambin sujetar a si mismo todaslas cosas" (Fil. 3:20-21, gr.)Estos versculos nos revelan que el Seor Jess vendr de los cielos para transfigurar conSu gran poder el cuerpo de humillacin de los creyentes, para que sea semejante acuerpo de Su gloria. Esto es para la redencin de nuestro cuerpo, la cual nos librara detodos los problemas de la vieja creacin (Ro. 8:23).C. La recompensa de los creyentes1) "He aqu, vengo [yo, el Seor] pronto! Bienaventurado el que guarde laspalabras de la profeca de este libro (porque se recompensado)" (Ap. 22:7)2) "He aqu yo [el Seor] vengo pronto, y mi galardn conmigo, pararecompensar a cada uno segn sea su obra" (Ap. 22:13)3) "Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Seor y de su Cristo; e l

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    reinara por los siglos de los siglos... (el tiempo), a los santos, y a los quetemen tu nombre, a los pequeos y a los grandes" (Ap. 11:15-18).Los tres pasajes mencionados antes nos indican que cuando el Seor venga otra vez aposeer el reino, recompensar a todos los que le pertenecen (por supuesto, algunosrecibirn Su castigo, porque El dijo: "Mi recompensa est conmigo". Aqu, la palabra"recompensa" implica no slo premio sino tambin castigo).III. LA ACTITUD QUE LOS CREYENTES DEBEN TENER PARA CON LA VENIDA DELSEOR

    A. Esperando1) "Vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando

    esperanza bienaventurada y la manifestacin gloriosa de nuestro granDios y Salvador Jesucristo" (Tit. 2:12-13).Con respecto a la venida de nuestro Seor, debemos vivir una vida piadosa en la cuaesperamos Su gloriosa manifestacin. Esta manifestacin debe ser la bendicin queesperamos.B. Velando1) "Velad, pues, porque no sabis a qu hora ha de venir vuestro Seor" (Mt.24:42); "Mirad tambin por vosotros mismos, que vuestros corazones no secarguen de glotonera y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de

    repente sobre vosotros aquel da. Porque como un lazo vendr sobre todos losque habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orandoque seis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrn, yde estar en pie delante del Hijo del Hombre" (Lc. 21:34-36).Estas dos porciones de la Escritura nos dicen que debemos ser cuidadosos y vigilantes, ydebemos orar, de modo que cuando el Seor venga, podamos vencer y ser capaces deescapar de todas las calamidades que vendrn sobre toda la gente en la tierra, y deestar en pie delante de l.C. Amando1) "Por lo dems, me est guardada la corona de justicia, la cual me dar elSeor... en aquel da; y no slo a m, sino tambin a todos los que aman suvenida" (2 Ti. 4:8).Aun ms, necesitamos desear y amar la venida del Seor, no para obtener Su galardnsino para obtener Su preciosa persona.2) "Ven, Seor Jess" (Ap. 22:20).Este debe ser el anhelo y el clamor de los que aman al Seor y aman Su venida. Estedebe llegar a ser tambin nuestra constante oracin.

    LECCIN TREINTA Y SEISARREBATADOS PARA REUNIRNOS CON EL SEOR

    Despus que hemos credo en el Seor y somos salvos, y debido a la exigencia de la vidadivina que hemos recibido y a la intensidad de nuestro amor para con el Seordeseamos proseguir una vida que espera la venida del Seor. En tal vida, amando yaguardando al Seor, tambin esperamos, conforme a lo que est revelado y profetizadoen la Biblia, ser arrebatados por el Seor para reunirnos alegremente con El.I. DOS CATEGORAS DE ARREBATAMIENTOConforme a la Biblia, el arrebatamiento de los creyentes se divide en dos categorassegn la diferencia que hay en su vivir y obrar individuales ante el Seor despus de susalvacin. La primera categora es el arrebatamiento de los creyentes vencedores y lasegunda es el arrebatamiento de la mayora de los creyentes.

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    II. EL ARREBATAMIENTODE LOS CREYENTES VENCEDORESA. La necesidad1) "Porque habr entonces gran tribulacin, cual no la ha habido desde elprincipio del mundo hasta ahora, ni la habr" (Mt. 24:21).El Seor Jess profetiz aqu, que al fin del siglo, sobre la gente en el mundo vendr grantribulacin, la cual no tendr igual ni antes ni despus de su tiempo.2) "...y venga de repente sobre vosotros aquel da. Porque como un lazo

    vendr sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra" (Lc. 21:34-35).La expresin "aquel da" se refiere al da antes mencionado, el da de la venida de lagran tribulacin, la cual no tendr igual ni antes ni despus de su tiempo. Al fin de estesiglo, el da de la gran tribulacin vendr de repente como un lazo sobre todos loshabitantes de la tierra.3) "... la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probara los que moran sobre la tierra" (Ap. 3:10).Este versculo nos dice que la gran tribulacin, la cual ha de venir, es para probar a losque moran sobre toda la tierra.4) "Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendr sobre ellos destruccin

    repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparn" (1 Ts. 5:3).La venida de la gran tribulacin mencionada anteriormente vendr de repente sobre loshombres cuando digan, "paz y seguridad", es decir, cuando busquen paz y seguridadVendr sobre ellos como los dolores a la mujer encinta, y de ningn modo escaparn.Conforme a la revelacin en las Escrituras anteriores, los creyentes que viven en estesiglo corrupto y obscuro, el cual ser acosado con calamidades, claramente necesitanser arrebatados para que sean librados de este mundo malvado y estn con el Seor, aquien ellos anhelan.B. La promesa1) "Velad, pues, en todo tiempo orando que seis tenidos por dignos deescapar de todas estas cosas que vendrn, y de estar en pie delante del Hijodel Hombre" (Lc. 21:36).La expresin "estar de pie" en este versculo est en la voz pasiva; por lo tanto, tiene esentido de que alguien sea puesto en cierto lugar, refirindose al ser arrebatados a lapresencia de Cristo. En esta palabra el Seor prometi que si somos vigilantes y oramospara que seamos tenidos por dignos de escapar de todas las tribulaciones venideras,seremos puestos en Su presencia, es decir, arrebatados a Su presencia. .2) "Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo tambin teguardar de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, paraprobar a los que moran sobre la tierra" (Ap. 3:10).En esta palabra el Seor nos prometi que si guardamos la palabra de Su paciencia, Elnos guardar de la hora en la cual el mundo enter ser probado, es decir, El nos sacarde la hora en la cual el mundo enter sufrir la gran tribulacin.C. El hecho1) "As ser tambin la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarn dos en elcamp; el uno ser tomado, y el otro ser dejado. Dos mujeres estarnmoliendo en un molino; la una ser tomada, y la otra ser dejada" (Mt. 24:39-41).Esta es la profeca del Seor, que en Su venida, algunos creyentes sern arrebatados yotros sern dejados. Indudablemente, los arrebatados son los creyentes mencionadosanteriormente, los que vencen, sea, los que son tenidos por dignos de escapar; losdejados son los creyentes que son derrotados y que quedan.

  • 8/7/2019 01Lecciones de Vida Tomo 3 (Trasladados a Cristo)

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    2) "Y ella [la mujer] dio a luz un hijo varn, que regir con vara de hierro atodas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono" (Ap.12:5).La mujer se refiere a la totalidad del pueblo escogido por Dios por todas lasgeneraciones. El hijo varn se refiere a los vencedores entre el pueblo escogido por Dios,el cual regir a todas las naciones. Antes del fin de este siglo, los vencedores entre elpueblo escogido por Dios sern arrebatados para Dios y para Su trono en los cielos.3) "...el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sin [en los cielos], y con l

    ciento cuarenta y cuatro mil... Estos son los que siguen al Cordero pordondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres comoprimicias para Dios y para el Cordero" (Ap. 14:1-4).Esta palabra de profeca nos revela que antes del fin de este siglo, un grupo devencedores, simbolizado por los ciento cuarenta y cuatro mil, ser arrebatado para estaren pie con el Cordero-Cristo sobre el monte de Sin en los cielos. Ellos son los redimidosde entre los hombres, los que siguen absolutamente al Cordero y los que han llegado aser primicias para Dios y para el Cordero.D. La hora1) "Yo tambin te guardar de la hora de la prueba que ha