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    AdVersuS, VI, 14-15, abril-agosto 2009: 1-10 ISSN:1669-7588

    PRESENTACIN

    La disgregacin de la modernidad o de lasconsecuencias perversas de la correccin poltica

    "Education in our times must try to findwhatever there is in students that mightlearn for completion, and to reconstruct

    the learning that would enable themautonomously to seek that completion".Allan Bloom, Closing of the American Mind

    Un primer corolario del ensayo de Allan Bloom [1930-1992], TheClosing of the American Mind,1podra resumirse en una frase quizsantiptica y seguramente lapidaria pero fcilmente contrastable: lapostulacin y la aceptacin acrtica, hasta el mismo ridculo, delconcepto de lo polticamente correcto (difundido en Estados Unidosy el mundo, especialmente a partir del inicio del primer gobierno deClinton) es consecuencia del irrefrenable avance de la incultura,perdn, de la des-informacin (conste que no me atrev a escribirde la ignorancia lo cual hubiese sido infinitamente ms grave).

    Es decir, en trminos ms simples podramos traducir en estostrminos la tesis de Bloom: al saber (o por lo menos sospechar) ques poco (aunque lo oculte o lo desconozca) al no saber razonareficientemente ni criticar libremente, mejor no me arriesgo a

    criticar, ni a disentir. Se admite as, en consecuencia, todocomo posible, vlido o valioso.

    1 El ttulo completo de la obra es The Closing of the American Min: How HigherEducation Has Failed Democracy and Impoverished the Souls of Todays Students.Fue editado en italiano en 1988 por Frassinelli Editori como La chiusura della menteamericana. I misfatti dellistruzione contempornea. Fue recientemente reeditadocon traduccin de Paola Pieraccini, por la editorial Lindau. El prlogo, en ambasediciones, es del premio Nobel, Saul Bellow.

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    Se acepta, en definitiva, un nuevo vademcum, un nuevo canon(entre parntesis, mucho ms precario y mucho ms pobre, mucho

    ms chato e infinitamente ms aburrido) y en consecuencia se anulatoda posible discusin. Se clausura el debate en nombre de lacorreccin.

    Se podra argumentar adems que este comentario es un adecuadomodo de entrar in medias res en el corazn mismo del argumentocentral del brillante aunque polmico ensayo. Vale decir: a partir deBloom podemos inferir que para la doxa contempornea, infor-macin (o desinformacin) es lo mismo que cultura (o incultura)an en su forma ms rudimentaria y simple.

    Y este es un clarsimo ejemplo de la primera y ms terrible trampa delo polticamente correcto: al tranquilizarnos sobre nuestras igno-rancias nunca entenderemos nuestras carencias ni haremos nadapara superarlas.

    Siguiendo con el ejemplo, al equiparar cultura con informacinestamos reduciendo la cultura (repetimos, incluso en su definicinms estrecha como sinnimo de alta cultura) a una simple cuestincuantitativa.2.

    Es decir, el corrimiento entre la ya secular visin moderna y la actual(postmoderna?) se centra ms dramticamente en un cambiocualitativo y no slo cuantitativo. No es tanto ni lo ms grave que hoyse sepa menos que en el pasado inmediato (intuimos que es as)sino que ya no nos importa saber; consideramos que saber no esningn bienper seni tampoco por las consecuencias prcticas de esesaber.

    La enciclopedia textual, ciertamente, tiene una ineludible dimensin

    cuantitativa pero no es slo un quantumde textos, conocimientos o2 El razonamiento parecera ser el siguiente: Para qu me importara saber(recordar) si total cuando necesito el conocimiento lo tengo en Internet y listo.Incluso, servido y resumido en Wikipedia. Conocimiento rpido, delivery infor-mativo. Insistimos: en la jerga acadmica, incluso de escuela primaria, el maestrono le pide al alumno que estudie o aprenda, sino solamente que busqueinformacin. El maestro o el profesor (llamado genricamente docente) nocorrige, hace una devolucin. El uso de eufemismos (muchas veces aberrantesfilolgica, lingstica y lgicamente) es una obsesin creciente en el lenguajepedaggico que paraliza la enseanza y la discusin.

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    prcticas, sino adems un hbito inferencial, un mtodo de anlisis ycrtica y una capacidad valorativa.

    Suponer que puedo saber todo, sin ms, slo por informarme(penosamente en la Web, en sitios mediocremente divulgativos,annimos que invitan al plagio o al cambalache) cuando lo desee, esparodiar y reducir hasta el absurdo el proceso cognoscitivo as comocualquier otra praxis humana que exige precisamente un lento einevitablemente dificultoso proceso adquisitivo y madurativo. Suponerlo contrario implica aceptar, adems, que el nico modo deconocimiento humano es cuantitativo3e inmediato, simula ser un donpara el cual no es necesario ni tiempo ni esfuerzo de algn tipo. El

    conocimiento sera simplemente una revelacin o una predestinacin(calvinista?); mas nunca un logro, jams el resultado, ms o menosexitoso, de un proceso, difcil, arduo y a veces incluso penoso. Elconocimiento potencialmente inmediato (nunca en acto!), propio deuna subcultura mediocre bajo ropaje exitista es la nica regla.Recuerda casi, la absurda frase resignada de algunas madresdesesperadas en busca de consuelo: Mi hijo es inteligente, pero noestudia (sic).

    El libro de Bloom, sin embargo, contiene y se refiere tambin a una

    dimensin mucho menos frvola, incluso trgica: si se hubiese ledocon ms atencin, con menos hostilidad y menos ideologicismo en elmomento de su publicacin (1987), no hubiese sido necesario esperaral 11 de septiembre para entender la dimensin ms pregnante y,repetimos, ms trgica del encuentro/enfrentamiento de civilizacionesy su efectiva crtica al relativismo en los dramticos hechos acaecidosese da.

    Ya en 1987 Bloom se haba atrevido a denunciar los infamesmanoseos que se habran de cometer, en Estados Unidos y en el

    3 Recurdense las matrices de datos cuantitativas que tanto gustan a lossocilogos cuantitativistas (y no) norteamericanos (y tan emulados servilmente enLatinoamrica) encargados de realizar encuestas de opinin o de aceptacin socialde los polticos, personalizadas (es decir ad hominen) que frecuentemente resultanfalsificadas para agradar al Csar de turno, con lo que los socilogos residuales delpositivismo finisecular, traicionan la supuesta objetividad, al considerar que elconocimiento es otra de las tantas mercancas que se venden y revenden ad usumclienti. Amn de que las matrices de datos cuantitativos no son siempre posibles deformular (o son totalmente intiles) en las humanidades y en las ciencias socialesen general y muy especialmente en el derecho.

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    mundo todo, en nombre de la democracia universal y de su sujeto,el homo democraticus, anticipando, con profundo pesar, al abismo

    al que conduca esa lnea de pensamiento.

    Era la sincera advertencia de quien intua claramente el renacimientode la historia (a pesar de la ftil prediccin de F. Fukuyama) y de losriesgos implcitos de este despertar forzado, a causa de mensajesesquizofrnicos y de la apelacin recurrente al doble estndar, parajustificar, segn los casos, lo que conviene justificar, sea o nopolticamente correcto.

    Con irnica y corrosiva precisin, Bloom seala un claro sntoma del

    inicio de la decadencia de una civilizacin (o por lo menos de unasociedad):4comienza a hundirse en los pantanos terminales de loscuales le resultar muy difcil salir, cuando no est ms capacitadapara leer a Platn y comienza a recorrer la confusa va de labsqueda espasmdica de la verdad y del bien.

    Recurdese que ste es el tema de la mayor parte de la obra dePlatn y muy especialmente, de la Repblica. Repetimos: Bsquedaespasmdica de la [idea de] Verdad y de [la idea del] Bien.5

    Paradjicamente, el ensayo de Bloom a pesar de su dimensin corro-siva, de sus antipticas afirmaciones y de su excesiva y difcilabstraccin filosfica fue un clamoroso xito de ventas, hasta elpunto de convertirse en un best-seller absoluto.6

    Vale aclarar un aspecto que enriquece la personalidad del autor ypermite contextualizar y leer mejor (i.e. ms ricamente) el texto.Bloom era el mayor monumento de lo polticamente incorrecto,diametralmente opuesta a los ideales de la intelligenzaclintoniana yse convirti por inercia casi inevitablemente, en uno de lospopede la

    onda neoconservadora, que lideraba Fukuyama y que intent aplastar4 Sociedad o socii (tal como preferiran nominar algunos socilogos) sea o no

    nacin. Precisamente, Bloom parecera sugerir que la sociedad norteamericana nolo es o por lo menos detuvo su proceso de llegar a serlo, precisamente por lapenosa clausura aqu discutida.5 O tambin, desenfrenada avidez de novedades, al decir de Heidegger:Einfuhrung in die Metaphysik; Frankfurt: Klotermann, 1935; Was ist Metaphysik,Frankfurt: Klotermann, 1949.6 En efecto, La clausura de la mente americana hace de Bloom un hombreextraordinariamente rico.

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    los restos del esculido progresismo sesentista y setentista durante elreganismo y la victoria tctica de la Right Nation.

    No obstante su vida y su personalidad, no podan estar ms distantesdel catecismo neo-com.7 Las crticas al progresismo hippie ysetentista, estn, son explcitas y evidentes, pero eso no significa queno critique tambin, implcita o explcitamente, a la pardica derechabuschiana, a su inoperancia y a sus limitaciones ideolgicas,culturales y polticas, tanto o ms que al progresismo pacifista ypsicodlico.8

    En cierto sentido la clausura de la mente americana podra

    considerarse un nuevo livre maudit, la quintaesencia del autnticodeconstruccionismo americano (y decimos autntico porque no dejade criticar tambina la onda deconstruccionista posmoderna ni a lajerga, frecuentemente denunciada, de las ciencias sociales contem-porneas). Es un libro que hace desarmar los esquematismos fcilesy las certezas absolutas de la sociedad norteamericana, hasta talpunto que en su momento, el New York Times lo calific como unlibro de izquierda. Ms an el libro que la gente de izquierda hasiempre ledo a escondidas.9

    7En la novela Ravelstein(2000) de Saul Bellow, se conmemora al amigo, fallecidoen 1992 y se lo presenta como un personaje brillante, excntrico, bon vivant,admirado y querido por sus alumnos pero partidario de una crtica corrosiva ydespiadada contra el establishment poltico y cultural norteamericano. Dice deBloom: "inhaled books and ideas the way the rest of us breathe air", i.e.[Bloom]inhala (respira) libros e ideas del modo como el resto de nosotros respiramos aire.8Esto es hasta tal punto as que Bloom llega a denunciar por plagio a Leo Strausspor el ttulo de su libro Platn en el Bus (vide: Plato's Symposium [1959]. Ed.Benardete, Seth (Edited transcript of 1959 lectures), Chicago: U of Chicago P,2001; Relativism in Schoeck Helmut and James W. Wiggins (eds.), Relativism andthe Study of Man. Princeton: D. Van Nostrand, 1961: 13557. Partial reprint in TheRebirth of Classical Political Rationalism, 1989: 1326; Studies in Platonic PoliticalPhilosophy. Introd. by Pangle, Thomas L., Chicago: U of Chicago P., 1983. Enrelacin con este renacer del platonismo en el contexto norteamericano Cfr. et.Feyerabend Paul,Por qu no Platn?, Madrid: Planeta-DeAgostini, 1991.9 Jim Sleeper, Allan Bloom and the Conservative Mind, New York Times,September 4, 2005: 18-9. Quizs ms que un libro de izquierda sera calificable,ms precisamente, como un libro anarquista individualista en la lnea depensamiento de Max Stilner (Der Einzige und sein Eigentum, Berlin: ReclamsUniversalbibliothek, 1893) y de B. Traven (Das Totenschiff, Buchenwald:Bchergilde Gutenberg, 1926).

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    Y no es una paradoja que Bloom deconstruya la mitologa de laizquierda liberal (en el sentido del progresismo norteamericano),

    an cuando esta crtica se formule desde una angustiante nostalgiapor la gran promesa contenida en la Carta fundadora de los EstadosUnidos: la idea de una comunidad democrtica basada en losderechos naturales y en el uso (consuetudinario) de la razn comova privilegiada para la construccin del bien comn.

    Como buen alumno de Leo Strauss,10Bloom sostiene que la crtica ala razn pura (actividad restringida a una estrecha aristocracia inte-lectual) no puede nunca devenir en democrtica (en el sentido demasiva) a menos que se acepte su perversin y degradacin y de la

    misma sociedad necesitada, siempre en la visin de Bloom, decertezas granticas.

    Pero cuando procede a la masacre intelectual de la retrica igualitariay multiculturalista que enferma, en su opinin, las universidadesnorteamericanas, condenadas a la declinacin y a la mediocridad,demuestra que en realidad, en los hechos, en las prcticas cotidianasde la universidad actual, la apertura de las mentes progresistas estotalmente falsa, fingida, ms an que en realidad estn totalmentecerradas a la razn (clsica, iluminista o cientfica) o que no les

    interesa que esa retrica aperturista produzca efectos reales,transformadores.

    Para Bloom, en esas mentes embriagadas por la moda cultural delmomento (la que fuere, ahora es sta, igualitaria y multiculturalpero en otro momento fue o podra volver ser otra),11la relatividadde la verdad no es una percepcin terica,12 sino un postuladomoral incontrastado, incontrastable y sobre todo no-sentido,abstracto, un simple lugar comn de un discurso vaco y puramenteretrico.

    Segn esta perspectiva, los estudiantes progresistas son brutalmenteadoctrinados en la retrica relativista con el nico deseo de ser (oaparentar ser) justo y de juzgar (hipcritamente la mayora de las

    10Vide v.gr. Natural Right and History, Chicago: University of Chicago Press, 1953;1971.11Pasaron ya los viejos hroes sagrados, hoy olvidados o denostados con la mismavirulencia con la cual alguna vez fueron admirados: Marcuse, Horkheimer, Sartre...12 Como podra ser, salvando las distancias, en Ferrucio Rossi-Landi. Cfr. v. gr.

    Ideologie della relativit linguistica", Ideologie, 4, 1968: 3-69.

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    veces) que algo o alguien es mejor o peor que otro: Si formulo aellos preguntas de rutina, estudiadas para confrontarlos y hacerlos

    pensar, y cuyo tema explcito es el relativismo cultural, como porejemplo: "Si Usted hubiese sido un administrador ingls en la India,habra permitido a los indios bajo su jurisdiccin, carbonizar a unaviuda en el funeral de su marido muerto?" callan estupefactos oresponden espantados y nerviosos que, los ingleses no deberanhaberse encontrado all.

    Esta respuesta es vista como la mxima y correcta aperturarelativista en relacin con el Otro (con letra mayscula,obviamente...). Pero el nuevo conformista no sabe responder a las

    preguntas fundamentales para poder pensar, olvidando la afirmacinde Heidegger de que El preguntar es la devocin del pensar.13 Lasuya es una religiosidad sin devocin, una nueva religiosidad hiper-dogmtica y supersticiosa, aparentemente abierta a todas lasespecies de hombres [y mujeres] y a todos los estilos de vida[preferentemente no-occidentales] y a todas las ideologas [que no locontradigan obviamente...] y que su nico enemigo es el hombre [yla mujer] que no es/est abierto a todo.

    Pero de este modo, el mximo de la apertura, el mximo del

    relativismo, se transforma en el mximo de la intolerancia (e inclusode la repulsin moral) para quien no se incline, automticamente ysin chistar, a sus dogmas. Entindase bien, no significa que sedisienta necesariamente con esos dogmas, sino que lo que criticaBloom es, en definitiva, el modo por el cual esos dogmas sonaceptados y su extensin.14La crtica de Bloom es en definitiva unacrtica metodolgica y no necesariamente de contenido, es una crticapropia de un libre-pensador al mito de la libertad dogmtica depensamiento. Ms an, este alumno o este idelogo de la toleranciaa la n, posee una forma mentis que, en otro contexto, le

    permitira aceptar con el mismo dogmatismo cualquier otro contenidomoral. Este idelogo de la tolerancia absoluta, incluso, revive eldelito de opinin que se supona abolido, en Occidente al menos,desde el primer Iluminismo de inicios del Siglo XVIII. Y no slo, la

    13Vortrage und Aufsatze [Conferencias y artculos], Pfullinge: Neske, 1954: 4414 Paradjicamente, los dogmas del aperturismo progresista y relativista, son,simplemente... universales, a-histricos, definitivos y eternos. Ms an, por quhabra que considerrselos como dogmas? El relativismo autntico (es decir elque no incurre en contradicciones in adjecto) acepta coherentemente que lospostulados culturales, cualesquiera fuesen, son histricos e intransferibles.

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    tolerancia absoluta cuenta, incluso, hoy en da con leyes queexplcitamente prohben siquiera discutir, cientficamente, ciertos

    tpicos, ciertos dogmas de la tolerancia absoluta. Es decir que se hacado en la paradoja y esto no slo lo seala Bloom sino que ya estacrtica se comienza tmidamente a sentir incluso en otros autores queluchan por despojarse de los ropajes ideolgicos anquilosados o quepaulatinamente pierden la vergenza de sealarlo-, en la explcitacontradiccin la de tolerancia intolerante. Lo pattico de este estadode cosas es que esta contradiccin explcita no es vista siquiera comotal por la doxauniversitaria alla page.

    La requisitoria de Bloom es, ciertamente, desagradable e irritante. Y

    a veces termina por asemejarse a una invectiva exacerbada, aunquecomprensible, contra la degradacin del espritu contemporneo, cadada ms confundido. Y es por eso que Bloom ataca los smbolosculturales de este pensamiento: el rock, especialmente los conciertomasivos, la revolucin sexual, la anulacin de la autoridad paterna enlas familias totalmente disgregadas y los inconexos planes de estudiode las facultades humansticas contemporneas. Incluso a WoodyAllen que, habra deformado y americanizado la inquietante filosofaeuropea de la desesperacin (Sren Aabye Kierkegaard (1855)Arthur Schopenhauer (1860), el ltimo Sigmund Freud (1939),

    Sartre (1980)) transformndola en una innocua y fatua Disneylandiadel malestar psquico moderno.

    Impresiona el coraje de Bloom en atacar smbolos sagrados,intocables, de la cultura de masas, con lcida visin anticipatoria dela cada del Muro de Berln y de la URSS y el consecuenteanquilosamiento del Occidente democrtico, incapaz de vivir y delegitimizarse sin un (el) gran enemigo.

    Y en esta decadencia de la universidad americana intuy, cual

    metonimia de poca, la crisis real del americanismo y del progre-sismo. Convencido, como dice Bellow en su prefacio, que launiversidad, en una sociedad gobernada por la opinin pblica, habratenido que ser una isla de libertad intelectual sin renunciar,agregaramos, a su mximo objetivo social de instruir y educar a esaopinin pblica, sometida ahora al diktat de los mass media.15.

    15 Los medios masivos de comunicacin, precisamente, ocuparon el lugar depedagogo colectivo, otrora en manos de la Universidad (desde su fundacin, enBologna, durante el Siglo XI) pero degradando la libre discusin en la forma del

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    El libro de Bloom es un testimonio de poca, las confesiones de unhombre, de un profesor universitario desesperado por las

    consecuencias catastrficas de la tirana de la opinin dominante(cualquiera fuere, repetimos, nuevamente). Y lo hace desde unasofisticadsima lectura (deconstructiva, in strictu sensu) de la teorapoltica y filosfica de Machiavelli, Hobbes, Locke y Rousseau, con elobjetivo de alcanzar conclusiones polticas que pongan en discusinlas certezas ms caras a la izquierda postmarxista que ha sublimadola catastrfica derrota del socialismo real en el oscuro, ambiguo einmenso ocano del contradictorio relativismo-universalismo culturalhiper-naturalizado.16

    Para Bloom (es su opinin libre) se debera relegar el concepto de lopolticamente correcto en el museo de las ideas fracasadas y quedeberan ser totalmente extinguidas por absurda, hipcrita e intil17.

    No obstante, si Bloom hubiese podido leer a Gramsci como ley,desprejuiciadamente, Macchiavelli y Hobbes, hubiese podidoenriquecer adecuadamente el mbito de la dialogicidad y de ladiscusin, pudiendo redondear algunas ideas intuidas pero nodesarrolladas, adecuadamente, en su texto.

    Se seala esta ausencia, no tanto por sealar falencias, sino comointeresantsimo plan de lectura en pos de una fructfera praxisinterpretativa, an recordando, con Sal Bellow (y refirindoseprecisamente a Bloom) que: Quien carece de ideales sociales a losveinte aos, carece [evidentemente] de corazn; pero quienpermanece colectivista a los cuarenta, [simplemente] no tienecerebro.

    clichfcil y el lugar comn, inevitables en la comunicacin televisiva, esclava de labrevedad dictada por el tpico del escaso tiempo disponible a causa de la

    necesidad de reservar tiempo para los comerciales, amn de cualquier otraintencionalidad adoctrinadora del Soberano.16 ltimamente se ha agregado un elemento adicional: una lectura sobrein-terpretativa y fragmentaria de Gramsci, el cual, bien ledo, los contradice.Insistimos: sobreinterpretativa en sentido estricto, porque se dice que dice lo queexplcitamente niega.17 Es por ello que su reciente reedicin en Estados Unidos y en Italia, permiteretornar a una texto fundamental, testimonio (abierto por su provocacin) ysmbolo, de las consecuencias prcticas de la derrota de la izquierda en Europa,Estados Unidos y tambin en Europa.

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    El desafo de nuestra modernidad disgregada (o simplementeposmodernidad) ser precisamente encontrar un modo de practicar

    los ideales sociales de un modo efectivo y no simplemente,perversamente utopstico. De lo que s podemos estar seguros es quela tesis de lo polticamente correcto, no es el camino cierto.

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