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“...Los modelos de asentamiento son lo suficientemente amplios como para probar la veracidad de nuestros modelos favoritos.” (Gamble, C. 1990 p. 328) INTRODUCCIÓN Tradicionalmente el estudio de los grupos de cazadores-recolectores del pleistoceno superior se ha ceñido a los asentamientos en cuevas, seguramente por el mayor grado de información que normalmente proporcionan, y en mayor medida por ser más fácil su localización. De esta forma, a la hora de abordar cualquier análisis de tipo macroespacial, este injusto olvido nos ha proporcionado una visión sesgada, donde, sospechosamente, las ocupaciones y sus ámbitos de influencia coinciden con afloraciones calcáreas con desarrollos cársticos importantes. Aunque es muy probable que esta circunstancia geológica influyera efectivamente en las preferencias de los grupos humanos a la hora de elegir un lugar en el que desarrollar sus actividades, pues les proporcionaba de manera natural un refugio 5 QUAD. PREH. ARQ. CAST. 21, 2000 Ocupando un territorio. Ensayo sobre los modelos teóricos de explotación del territorio de las sociedades cazadoras-recolectoras del tardiglaciar y holoceno inicial en el valle medio del río Palancia (Castellón-Valencia) Josep A. Casabó Bernad* Alberto González Alonso** Alejandro Viñuela Cid** Resumen La localización de siete nuevos yacimientos al aire libre en la cuenca media del río Palancia (País Valenciano, Espa- ña) sirve de base para abordar un estudio espacial, en el cual se propone una evolución en el modelo de explotación del territorio durante el paleolítico superior y epipaleolítico inicial, extrapolable a otros ámbitos del marco mediterráneo penin- sular. Abstract Archaeological research at the middle valley of Palancia river (Valencian country, Spain) allows an spatial analysis based on seven new sites. This article suggest the evolution of settlement patterns along Upper Palaeolithic and early Epi- palaeolithic in the eastern of Spain. * Dirección Territorial de Castelló. Conselleria de Cultura. Av. del Mar, 23. E- 12003 Castelló. ** Museo Arqueológico Municipal. C/ Jaume I, 26. E-12600-la Vall d’Uixó (Castelló).

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“...Los modelos de asentamiento son losuficientemente amplios como para probar laveracidad de nuestros modelos favoritos.”

(Gamble, C. 1990 p. 328)

INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente el estudio de los grupos decazadores-recolectores del pleistoceno superior seha ceñido a los asentamientos en cuevas,seguramente por el mayor grado de informaciónque normalmente proporcionan, y en mayor

medida por ser más fácil su localización. De estaforma, a la hora de abordar cualquier análisis detipo macroespacial, este injusto olvido nos haproporcionado una visión sesgada, donde,sospechosamente, las ocupaciones y sus ámbitosde influencia coinciden con afloraciones calcáreascon desarrollos cársticos importantes. Aunque esmuy probable que esta circunstancia geológicainfluyera efectivamente en las preferencias de losgrupos humanos a la hora de elegir un lugar en elque desarrollar sus actividades, pues lesproporcionaba de manera natural un refugio

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QUAD. PREH. ARQ. CAST. 21, 2000

Ocupando un territorio.Ensayo sobre los modelos teóricos de

explotación del territorio de las sociedadescazadoras-recolectoras del tardiglaciar yholoceno inicial en el valle medio del río

Palancia (Castellón-Valencia)

Josep A. Casabó Bernad*Alberto González Alonso**

Alejandro Viñuela Cid**

ResumenLa localización de siete nuevos yacimientos al aire libre en la cuenca media del río Palancia (País Valenciano, Espa-

ña) sirve de base para abordar un estudio espacial, en el cual se propone una evolución en el modelo de explotación delterritorio durante el paleolítico superior y epipaleolítico inicial, extrapolable a otros ámbitos del marco mediterráneo penin-sular.

AbstractArchaeological research at the middle valley of Palancia river (Valencian country, Spain) allows an spatial analysis

based on seven new sites. This article suggest the evolution of settlement patterns along Upper Palaeolithic and early Epi-palaeolithic in the eastern of Spain.

* Dirección Territorial de Castelló. Conselleria de Cultura. Av. del Mar, 23. E- 12003 Castelló.** Museo Arqueológico Municipal. C/ Jaume I, 26. E-12600-la Vall d’Uixó (Castelló).

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seguro, no podemos olvidar que es posible que lamayor parte de las actividades humanas serealizaron al aire l ibre, y que, por tanto, elconocimiento de los yacimientos que se formaroncomo consecuencia de las mismas ha de serfundamental para poder obtener una visión deconjunto mínimamente aproximada a la realidad.

Por esta razón, el hallazgo de seis nuevosyacimientos al aire libre localizados por D. JoséPérez Martínez, Alcalde de Alfara de Algimia,quien comunicó su hallazgo al MuseoArqueológico Municipal de la Vall d’Uixó (Estepar,Escales, Majadal, Árguinas, Penya Negra yJovades), en el tramo inferior del curso medio delrío Palancia, a los que se suma el ya conocido dela Balsa de la Dehesa (Casabó, Rovira, 1981),motivó la realización de un estudio quecompletaba el proyecto de investigación que sobrelos grupos de cazadores-recolectores delpleistoceno superior final, se viene llevando a cabodesde 1987 en las comarcas del sur de Castellón,y que estaba centrado, como no podía ser menos,en el análisis de dos cuevas: la Cova dels Blaus(Casabó, 1995) y la Cova de Sant Josep-CanBallester, ambas en la Vall d’Uixó. Ladocumentación que se maneja de Can Ballester

procede de las excavaciones de urgenciarealizadas en la cueva de Sant Josep por nosotrosa finales de 1993 y principios de 1994, cuyainformación está actualmente en proceso deestudio.

Aunque no se ha realizado una prospecciónintensiva de toda la zona, el conocimiento que setiene de ella resulta lo bastante completo comopara poder abordar un estudio territorial de estetramo del valle, siempre teniendo en cuenta laslimitaciones derivadas de la ausencia deexcavaciones, de la falta de prospección enalgunas áreas y de la propia conservación de losyacimientos pleistocenos al aire libre.

MEDIO FÍSICO

El área de estudio que nos ocupa se sitúa enel tramo final del curso medio del río Palancia y searticula en torno a tres unidades geográficas: Elvalle del Palancia y las sierras de Espadán yCalderona.

La sierra de Espadán es un anticlinal triásicode dirección ibérica, cuyo eje principal tiene unaorientación noroeste-sudeste, perpendicular a lacosta, lo que favorece la entrada de vientos

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Figura 1. Área de estudio. 1.- La Balsa de la Dehesa; 2.- Majadal; 3.- Estepar; 4.- Escales; 5.- Penya Negra; 6.-Arguinas; 7.- Jovades; 8.- Cova de Sant Josep; 9.- Cova dels Blaus.

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húmedos desde el Mediterráneo. Se trata de unrelieve muy accidentado que alcanza los 1.041metros de alt i tud, en el que se alternanescarpados riscos con profundos barrancostransversales que en sus tramos finales dan lugara pequeños valles.

La geología de Espadán se caracterizafundamentalmente por la afloración de sedimentoscalcáreos del muschelkalk y areniscas delbundsandstein. Estas diferencias litológicascomportan la formación de gran variedad deecosistemas vegetales favorecidos en las zonassilíceas por la mayor retención de la humedad ypor la existencia de una extensa red hídricasuperficial.

Paralela a la sierra de Espadán y separadapor el valle del Palancia, la sierra Calderonapresenta en su tramo costero característicassimilares a aquella, mientras que en el interior losrelieves calcáreos son predominantes. Aunque sumáxima alt i tud en la zona próxima a losyacimientos supera los 900 metros, en líneasgenerales es menos abrupta, lo que da lugar a laformación de cursos fluviales algo másdesarrollados.

Desde su nacimiento hasta Segorbe el ríoPalancia discurre por un angosto valle, mientrasque a partir de este lugar se alternan espaciosmás abiertos con puntos en los que el relieve seaproxima al río. Por último, desde Estivella hastaSagunto las estribaciones de la sierra de PortaCoeli estrechan de nuevo el cauce, que,posteriormente, se abre definitivamente hasta elmar.

En la zona de estudio el río forma uno deestos valles relativamente amplio y de escasogradiente lo que da origen a la formación denumerosos meandros y terrazas, que constituyenpuntos de atracción para el poblamiento humano.

LOCALIZACIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LOSYACIMIENTOS

Como acabamos de mencionar, el estudiollevado a cabo se centra en el tramo medio del ríoPalancia, justo en el lugar en el que el valle seensancha y pierde gradiente. Precisamente, elpapel del río en la articulación del poblamiento esclave, al poder vincularse a él o a sus afluentescinco de los siete yacimientos estudiados. Los dosrestantes, Escales y la Balsa de la Dehesa,aunque están muy próximos geográficamente, seencuentran en la cabecera de la rambla Cerverola,afluente del río Belcaire.

Aparte de su adscripción a una u otracuenca, los diferentes yacimientos se asocian aambientes geográficos distintos: Estepar (Alfara deAlgimia), Penya Negra (Torres-Torres), y Jovades(Sagunt) están vinculados directamente al cauceprincipal del río. En concreto, los dos últimos estánsobre terrazas fluviales, y el primero sobre unafloramiento terciario que obliga al río a trazar unpequeño meandro.

Majadal y Árguinas (Segorbe) se encuentranen un área de suaves elevaciones atravesadas pornumerosos barrancos que configuran un paisajeintrincado aunque de escasa altitud. Finalmente, laBalsa de la Dehesa y Escales (Soneja) ocupan unmedio abrupto y escarpado, en plena sierra deEspadán.

ESTUDIO LÍTICO

Entre los siete yacimientos estudiados serecuperaron un total de 4996 piezas. Aunqueestadísticamente este número sea suficientementerepresentativo, su procedencia obliga a ser muycauto en el manejo de los datos, que nuncapodrán ser considerados de manera absoluta. Apesar de ésto el análisis de la industria lítica es elúnico punto de referencia posible para intentarapuntar una cronología para cada yacimiento(marco temporal del que no se puede abstraerningún estudio histórico), y, más aún, de él sederivan diferencias significativas que, más allá deuna cronología, y en función a las posiblesactividades desarrolladas en cada yacimiento,parecen tener relación con el propio empla-zamiento de los asentamientos, lo que constituyeel objetivo principal del presente estudio.

La industria no retocada presenta una únicacaracterística común para todos los yacimientos,que no es otra que la supremacía de las lascassobre el resto de categorías. Sin embargo, tres delos yacimientos, la Balsa de la Dehesa, Estepar, yespecialmente Majadal, destacan por un altoporcentaje en el índice laminar, que se vereforzado en éste últ imo por la abundantepresencia de láminas de cresta y hojitas de buril.

Otro elemento diferenciador lo constituye elanálisis de los núcleos, que viene a corroborar lasdiferencias tecnológicas apuntadas en el párrafoanterior, observándose que en los tres yacimientoscitados aumenta la proporción de núcleoslaminares. Son también muy interesantes losresultados del análisis de la proporción entrenúcleos y piezas lascadas (Tabla 2), de la que se

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desprende que en Majadal apenas si hubo unproceso de talla, mientras que en los yacimientoscercanos al río y en Árguinas (que también estájunto al cauce de un afluente del Palancia),aumenta el porcentaje de núcleos respecto alascas, en consonancia con la abundancia demateria prima. Por último, Dehesa y Escalespresentan una situación intermedia que puedeestar o bien en función de la distancia a la fuentede materia prima o bien en relación con lasactividades que se realizaron en el asentamiento,o de ambas a la vez.

Aún sin relación directa con lo anterior, esinteresante apuntar la presencia, esporádica perosignificativa, de núcleos discoidales centrípetos,realizados generalmente sobre cuarcita,precisamente en estos yacimientos asociados aterrazas: Árguinas, Estepar, Jovades y PenyaNegra. Esta presencia cobra sentido con laexistencia de un yacimiento de paleolítico mediocerca de la Fuente de Árguinas.

El segundo grupo de estudio lo constituye laindustria retocada que no hace más que confirmarlas tendencias observadas anteriormente. Así, losyacimientos localizados en terrazas secaracterizan por la mayor importancia delsubstrato (denticulados y piezas con retoquesimple), la presencia esporádica de piezascampiñoides y la disminución de algunos útilesdestinados a un uso más especializado como losraspadores, buriles y piezas de dorso abatido. Apesar de ésto existen algunos elementos quematizan su homogeneidad, principalmente la

relativa abundancia de perforadores en PenyaNegra y Árguinas.

Por otro lado, el resto de los yacimientos(Majadal, Estepar y la Dehesa) presentan unadinámica opuesta, aunque se aprecian entre ellosdiferencias muy notables. Mientras que la Dehesase caracteriza por un porcentaje moderado deraspadores y buriles, una alta representación dedorsos abatidos y, sobre todo, por la aparición depiezas con retoque plano y una lámina escotada, aMajadal y Estepar, aunque con interesantesdiferencias entre sí, lo que les caracteriza es laabundancia de buriles, de factura muy elaborada,y la escasez de dorsos.

A pesar de las dificultades que conlleva elestudio de los conjuntos líticos de yacimientos alaire libre, enunciadas en párrafos anteriores, quese ven aumentadas con la probada diversidad delas industrias tardiglaciares y holocenas de lavertiente mediterránea (Casabó, 1995), nosparece imprescindible aventurar un marcocronológico para cada yacimiento.

Las características industriales que definen aPenya Negra, Escales y Arguinas, las relacionancon un conjunto de yacimientos con secuenciasestratigráficas atribuidas al final del epipaleolíticomicrolaminar, como el nivel IIA del Tossal de laRoca (Alcalà de la Jovada) (Cacho, 1986; 1987),con dataciones que oscilan entre 8350 ± 120 BP y8050 ± 120 BP, el nivel IB de Cova Fosca (Aresdel Maestre) (Olària, 1988; Casabó, 1990b),fechado en 7640 ± 110 BP, Lagrimal III (Villena)(Soler, 1991), y el cercano yacimiento de CanBallester (la Vall d’Uixó) (Casabó, Rovira, 1991).

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Tabla 1. Industria no retocada. LC-. lascas; L.- láminas; ES.- esquirlas; N.- núcleos; IN.- informes; OT.- origen térmico;CR.- crestas; Per.- percutores; LB.- laminita buril; AN.- lascas de avivado de núcleo (tabletas).

Tabla 2. Índices técnicos.

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Tabla 3. Industria lítica retocada.

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Por su parte, la Dehesa presenta grandessimilitudes con conjuntos líticos encuadrados enun genérico solutreogravetiense con paralelos enyacimientos como el Pla de la Pitja y Corral Blanc(la Pobla Tornesa), Barranc Blanc (Rótova) yParpalló (Gandía) (Casabó, Rovira, 1987),mientras que Majadal y Estepar se asemejan aindustrias propias del magdaleniense conmarcadas diferencias entre si que no son extrañas

a lo que se observa en los estudios realizadospara esta época en el marco mediterráneo. AsíMajadal, caracterizado por la abundancia deburiles diedros respecto a los raspadores, tienesus paralelos más próximos en la Cueva Grandede la Huesa Tacaña (Villena) (Fortea, 1973). EnEstepar, es mayor la igualdad entre raspadores yburiles, como ocurre en el nivel IIC de CovaMatutano (Vilafamés) (Olària, Gusi, Estévez et alii,

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Figura 2. Industria lítica de la Balsa de la Dehesa, Majadal y Barranc de l'Estepar.

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1981), en Segària (el Verger), en Alqueria deFerrando (Dénia) (Casabó, 1990a), en Covesd’Esteve (la Vall d’Ebo), en Fosca IV (la Valld’Ebo) (Domenech, 1990), en Senda Vedada(Sumacàrcer) (Villaverde, 1984), o en el Prat(Llír ia) (Vil laverde, Martí, 1980), con laparticularidad de que en los cinco últimos elconjunto microlaminar con dorso abatido es muchomás elevado.

TERRITORIOS Y RECURSOS

Para el establecimiento de los territorios decaptación de recursos de cada yacimiento hemosseguido los criterios establecidos por Bailey yDavidson (Bailey, Davidson, 1983). A la hora denuestro estudio manejamos distancias de dos,una, y media hora, siendo el primer resultadosignificativo que entre todos ellos no existan

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Figura 3. Industria lítica de Penya Negra, Jovades, Árguinas y Escales.

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distancias superiores al mayor de los recorridosconsiderados. Si todos los yacimientos pudieronexplotar el mismo medio físico en dos horasparece evidente que, si existe una relación entre lalocalización de los establecimientos de los gruposhumanos y la situación de los recursos queexplotaron, ésta debería buscarse en el área másinmediata al yacimiento, es decir, la que podría serrecorrida en una o, mejor aún, en media hora.

Es, precisamente, al observar estos espaciosmás reducidos cuando podemos vincular losdiferentes yacimientos con alguno de losecosistemas a los que aludíamos en el apartadotres del artículo.

La Balsa de la Dehesa es un yacimiento degrandes dimensiones situado junto a una laguna aunos 440 metros de altitud, en plena sierra deEspadán. Su emplazamiento en un áreamontañosa muy abrupta hace que su territorio demedia hora sea muy reducido (sólo 3,32kilómetros cuadrados), y se limite exclusivamentea este tipo de paisaje. La particularidad delecosistema que domina se ve acrecentada porexistir aquí el único afloramiento de areniscas eneste punto de la sierra (mapas del InstitutoGeológico y Minero de España, números 640“Segorbe” y 668 “Sagunto”).

El área aprovechada en el transcurso de unahora de marcha sigue estando dominada por unatopografía accidentada, aunque hacia el suroestese abre un poco hacia zonas más bajas pero sinllegar a alcanzar en ningún caso el cauce delPalancia.

Otro elemento distintivo de este yacimientoes la presencia de dos pequeñas lagunas que semantienen activas a lo largo de todo el año. Laexistencia de un punto permanente de agua eneste lugar de la sierra, donde no es frecuente supresencia, resultaría doblemente atractiva a losgrupos humanos puesto que además deconsumirla, atraería (como así continúa siendo) adistintas especies animales, que podrían, a su vez,ser utilizadas como recursos alimentarios.

En cuanto al aprovisionamiento de materiaprima, las prospecciones realizadas en el áreacercana al yacimiento dieron resultados negativos,y el estudio de los mapas geológicos apunta a quesean las terrazas del Palancia el lugar máspróximo en donde recoger nódulos de sílex.

Como ya apuntábamos en el estudio lítico,algunas de las particularidades del registro puedenexplicarse en función de la lejanía de la materiaprima; es decir, la relativa escasez de núcleos y sualto grado de aprovechamiento son consecuencia

directa de la distancia que hay que recorrer paraobtener la materia prima.

Poco más de un kilómetro al sur de laDehesa, al pie de los relieves de areniscastriásicas y junto a la Fuente de Escales se localizael yacimiento del mismo nombre, ocupando unaescasa extensión sobre una superficie de arenas ycantos de formación cuaternaria a 260 metros dealtitud.

Tanto el territorio de media hora (6,22kilómetros cuadrados), como el de una hora (21,12 kilómetros cuadrados), se caracterizan por ladualidad del relieve. Al norte, se extienden lasestribaciones montañosas de la sierra de Espadánen donde se desarrolla aproximadamente el 40 porciento de ambos recorridos y que se solapan enbuena medida con el territorio de Dehesa. Por elcontrario, al sur, el paisaje cambia sensíblemente,el relieve se dulcifica y se articula en torno a lacabecera de la rambla Cerverola. Se trata de unambiente más abierto, con cerros de suavespendientes que descienden hacia el Palancia, acuyo cauce no llega el territorio más amplioconsiderado.

Otro elemento que contribuye a la diversidaddel paisaje es el propio roquedo. En este caso, secombinan afloramientos de areniscas y calizas quetienen su repercusión sobre la flora y la hidrología.

Al igual que en la Dehesa, la distancia a lafuente de materia prima repercute directamentesobre el registro arqueológico, que se comporta demanera similar en cuanto a la proporción denúcleos y piezas lascadas, si bien se observandiferencias en otros parámetros tecnológicos, quehan de tener su explicación en otros aspectos delcomportamiento humano.

Ya en la cuenca del Palancia, a 280 metrosde altitud, en un collado entre dos cerros y en unaextensión muy reducida, encontramos elyacimiento de Majadal. Su territorio de media horaabarca 8,41 kilómetros cuadrados, y el de unahora 31,40 kilómetros cuadrados. Como puedeconstatarse ambos son sensiblemente superioresa la superficie de explotación de los dosyacimientos antes citados, lo cual está en relacióncon la orografía en que se desarrollan.

La margen derecha del Palancia secaracteriza, en este sector, por un relieve desuaves elevaciones de escasa altitud que separannumerosos valles de corto recorrido por los quediscurren estacionalmente pequeños cursosfluviales y que conforman el paisaje característicodel pie de monte de la sierra Calderona.

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Figura 4. Territorio de media hora de la Balsa de la Dehesa, Majadal y Barranc de l'Estepar.

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Figura 5. Territorio de una hora de la Balsa de la Dehesa, Majadal y Barranc de l'Estepar.

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El estudio geológico refleja la complejidadorográfica aludida. Así, aunque el yacimiento sesitúa sobre una fina capa de arenas que descansasobre margas y arcillas con yesos del triásico, enel entorno se localizan afloramientos calcáreos ysilíceos mesozoicos, coluviones cuaternarios eincluso los restos de un abanico aluvial terciario, loque comporta, a su vez, una amplia diversidadecológica.

Al contrario que en los casos anteriores,Majadal no está vinculado directamente a ningúnpunto de agua permanente. Esta desvinculacióndel asentamiento con respecto al agua resultasignificativa al contrastarla con los datos delregistro lítico y las propias características delyacimiento, lo que otorga a Majadal una ciertapeculiaridad dentro del conjunto estudiado.

La fuente de materia prima más próxima selocaliza, en la actualidad, dentro del territorio demedia hora en depósitos cuaternarios junto albarranco de Somat, si bien el cauce del Palanciaestá lo suficientemente cerca como para poder serun punto alternativo de aprovisionamiento de sílex.También resulta interesante recalcar que aunqueel sílex es la principal materia prima utilizada, en elmismo yacimiento abundan los cantos de cuarcitaque, sin embargo, prácticamente no seaprovechan. No obstante, en un amplio radio queincluye Majadal y Árguinas, se documentanalgunos útiles sobre cuarcita cuya tecnología,tipología y tipometría son propias de conjuntos delpaleolítico medio.

A escasos quinientos metros de Majadal, ycon una extensión sólo ligeramente mayor, seencuentra el yacimiento de Árguinas, por lo quesus territorios son prácticamente idénticos, aunquesi existen ciertas diferencias en cuanto al lugarconcreto del emplazamiento. Si Majadal estaba enun collado, Árguinas se localiza en una pequeñallanura coluvial a 260 metros de altitud, junto albarranco de Somat.

Su posición en un llano rodeado de algunaspequeñas elevaciones, comporta un territorio demedia hora (10,17 kilómetros cuadrados)comparativamente mayor al de una hora (31,68kilómetros cuadrados), lo que supondría un ciertobeneficio teórico de la explotación del territoriomás próximo.

Otra diferencia con respecto a Majadal es laque se desprende de su mejor accesibilidad a losrecursos hídricos, bien estacionales como elbarranco de Somat o más estables como la fuentede Árguinas. También la fuente de materia primaestá más cercana, aspecto que se evidencia

también en la proporción entre núcleos y piezaslascadas, que se acerca mucho a los parámetrospropios de los talleres.

Fuera ya de una orografía montañosa yligados directamente al curso del Palancia selocalizan el resto de yacimientos, todos ellosocupando áreas extensas pero en ningún casoalcanzando las dimensiones que observábamosen la Dehesa. El más septentrional de éstos esEstepar, que se ubica a 170 metros de altitud en elmargen izquierdo del río junto a su confluencia conel barranco del que toma nombre.

Tanto el territorio de media (11,50 kilómetroscuadrados) como de una hora (36,40 kilómetroscuadrados) son los más extensos del conjunto deyacimientos estudiados, de lo que se desprendeque Estepar podría explotar la zona menosaccidentada. Al igual que en Árguinas, el territoriode media hora es proporcionalmente mayor al deuna hora. Esto se debe a la existencia de unazona llana que se extiende al sur del yacimiento,aunque hacia el norte la presencia del barranco yde las últimas estribaciones de la sierra deEspadán dan lugar a un paisaje progresivamentemás accidentado.

La situación concreta del yacimiento resultamuy peculiar a nivel geológico, ya que se localizaen el reborde de un relieve relicto mioceno junto auna terraza del pleistoceno superior y muy cercade los depósitos aluviales holocenos del río y delbarranco de Estepar. Esta situación pudo serventajosa a la hora de abastecerse de materiaprima que se encontraría abundantemente en lacitada terraza y explicaría el hecho de que algunosíndices tecnológicos sean similares a losobservados en talleres, si bien otros indicativos deíndole tipológica sugieren una mayor variedad deactividades.

La diversidad geológica se ve másacentuada al considerar todo el territorio decaptación. Así, junto a afloramientos calcáreos yde areniscas mesozoicas, aparecen las yacomentadas formaciones miocenas y una ampliagama de depósitos cuaternarios, de los que cabríaresaltar las diferentes terrazas que formó elPalancia en este tramo.

La vinculación del yacimiento con el río no selimita al aprovechamiento de la materia prima quetransporta. Resulta evidente que su propio caudalproporcionaría los recursos hídricos necesariospara el asentamiento humano y una variedadbotánica y zoológica susceptible de ser explotada.

Más al sur, a 150 metros de alt itud seencuentra Penya Negra, sobre un meandro del

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Figura 6. Territorio de media hora de Escales, Árguinas, Penya Negra y Jovades.

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pleistoceno medio en la ribera derecha del río. Susterritorios, de 10,70 kilómetros cuadrados el demedia hora y 36,16 kilómetros cuadrados el deuna hora, son ligeramente más pequeños que losde Estepar, y abarcan una diversidad geológicasimilar a la que apuntábamos para el casoanterior, y por tanto, cabe suponer la explotaciónde un medio ambiente con un potencial derecursos muy parecido.

Si Estepar se localizaba muy cerca de unaterraza, Penya Negra está sobre una formación deeste tipo datada en el pleistoceno medio. En estetipo de unidades geológicas es frecuenteencontrar yacimientos en posición derivada y dehecho en el propio yacimiento aparecen materialescaracterísticos del paleolít ico medio, cuyapresencia podría estar en función de la propiaformación del depósito. Sin embargo, el grueso demateriales que se someten a estudio en esteartículo pertenecen a un momento posterior alorigen de la terraza y, por tanto, no puedenvincularse a la génesis de la misma.

La existencia de un yacimiento en este lugarseguramente estaría relacionada con elaprovechamiento de la abundante materia prima.El gran número de núcleos, la mayoría muy pocoaprovechados, la aparición de proformas, el altoporcentaje de lascas corticales y la bajaproporción de piezas lascadas con relación a losnúcleos, parecen mostrar un predominio de lasactividades relacionadas con la talla.

Como el resto de asentamientos vinculadosal cauce del Palancia, el aporte hídrico del ríocubriría las necesidades del grupo y suministraríarecursos alimenticios complementarios.

Para finalizar, las características territorialesdel último yacimiento estudiado son, de nuevo, similaresa las de los dos anteriores: emplazamiento sobre unaterraza del pleistoceno medio, proximidad al caucedel Palancia, diversidad geológica y ecológica yextensa área de captación de recursos (9,70kilómetros cuadrados en media hora y 34,50kilómetros cuadrados en una hora). Al igual que enPenya Negra, Jovades aprovecha un áreabastante l lana, alejada ya de los relievesmontañosos de la sierra de Espadán y vinculada alcauce del río y su área de influencia.

Los estudios líticos revelan una estructuramuy similar a la de Penya Negra, a raíz de lo cuales posible plantear una funcionalidad relacionadatambién con los procesos de aprovechamiento ymanipulación de la materia prima.

VALORACIÓN GLOBAL

Un gran inconveniente a la hora deestablecer una valoración global de la imbricaciónde los yacimientos estudiados en su marcogeográfico ha sido la ausencia del registrobiológico, lo que, como es lógico, condiciona lainterpretación y no permite el mismo nivel decontrastación de hipótesis que cuando se manejael registro completo de un yacimiento excavado.Aunque esta dificultad era conocida antes de larealización del estudio, las posibilidades deestudio que planteaba la aparición de un conjuntode yacimientos cercanos entre sí pero conevidentes diferencias a nivel industrial y territorial,resultaban lo suficientemente atractivas como paraintentar aventurar una serie de hipótesis que lasexplicaran.

La elección es una constante dentro delcomportamiento humano y está condicionada por subagaje cultural. Desde el mismo momento en el que ungrupo decide establecerse en un determinado lugar lohace, consciente o inconscientemente, en función deunos parámetros que le son relevantes. Para elinvestigador la dificultad reside, además de en conocercuales son, en jerarquizarlos, y lamentablemente, paraello, es imprescindible recurrir a los actualismos. Ademásde con estos condicionantes, hay que contar tanto con losderivados del registro que manejamos, a los quealudíamos en el párrafo anterior, como con los originadospor la selección del resto de parámetros utilizados enla investigación: la tecnología y tipología de laindustria lítica, y el análisis macroespacial con susimplicaciones geológicas, ecológicas ymedioambientales, entre las que se prestabaespecial atención a las fuentes de agua y materiaprima, todo ello dentro de un marco cronológicoaproximado que sólo se ha podido deducir de laestructura lítica.

Con estas premisas es fácil comprender locomplicado que resulta acercarse al comportamiento delos cazadores recolectores de la prehistoria, lo cual nodebe ser obstáculo para intentarlo, siempre queexplicitemos cuáles son y en función de que hemosseleccionado las bases sobre las que levantamosnuestros entramados científicos.

Como ya decíamos anteriormente, lacronología de los yacimientos estudiados oscilaaproximadamente entre el 16.000 y el 8000 BP. Esobvio que este amplio marco temporal explicaparte de las diferencias observadas entre éstos,

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Figura 7. Territorio de una hora de Escales, Árguinas, Penya Negra y Jovades.

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pero también es cierto que algunos de losasentamientos presentan marcadas diferencias apesar de atribuírseles un similar marcocronológico. Es decir, las diferencias entre losdistintos yacimientos están en relación con elpapel que desempeñan dentro de un modelogeneral de explotación del territorio, biensincrónicamente, como consecuencia de sufunción dentro de la propia estructura del modelo,o bien, diacrónicamente debido a los cambiosadaptativos que sufre éste a lo largo del tiempo.

La Balsa de la Dehesa es el yacimiento másextenso y el único que podemos atribuir alsolutreogravetiense. A pesar de que no podemoscompararlo con otro cronológicamente próximo,todos los parámetros analizados apuntan a quepudo ser una localidad con múltiples actividades(Wilnsen, 1970). La proximidad a un puntopermanente de agua y a un ecosistema rico enrecursos vegetales y animales, unido a la granextensión del yacimiento, y a la poca especialización delcomponente lítico, como corresponde a un lugar en elque se realizan diversas actividades, permiten plantearque la Dehesa se eligiese reiteradamente como un lugarde residencia al que acudir durante determinadosperiodos de tiempo.

En este sentido, y aunque queda fuera deeste estudio, resulta muy interesante lacomparación de este yacimiento con los nivelesinferiores de la Cova de Sant Josep-Can Ballester,con una datación por radiocarbono de 16.240 ±

630 BP, ya que sus paralelismos cronológicospermiten plantear su inclusión dentro de un mismosistema de ocupación del territorio.

La inclusión de Majadal y Estepar en ungenérico paleolítico superior final permite unanálisis común sin que ello signifique que seanestrictamente coetáneos. Majadal, con su reducidaextensión, la gran especialización de su industria,y lo atípico de su emplazamiento, puedeconsiderarse como un lugar de ocupación muypuntual y dedicado a alguna actividad muyespecializada, tal vez el trabajo de la madera o elasta, lo que Wilnsen (1970) denomina unalocalidad de actividad limitada y Binford y Binford(1966) un campamento de trabajo.

Por su parte, Estepar, parece un asentamientomás estable. Su mayor extensión, su menorespecialización lítica y la explotación de unosrecursos bastante localizados harían de esteyacimiento un punto al que acudir temporalmentequizás durante breves periodos de tiempo y nodemasiado asiduamente.

El resto de yacimientos t ienen unacronología más reciente, que como ya dijimos,situábamos en un epipaleolítico microlaminaravanzado. A pesar de que la industria retocada esmuy homogénea y poco especializada en todosellos, existen notables diferencias tanto en elemplazamiento que ocupan, como en el materialno retocado, del que se puede deducir que laactividad predominante en Árguinas, Peña Negra yJovades fue la talla del sílex, mientras que en

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Figura 8. Modelos de explotación territorial.

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Escales se debieron practicar un mayor número delabores.

De la misma manera que con los datos hastaahora manejados hemos intentado reconstruir elpapel que cada yacimiento pudo desempeñardentro de un modelo de explotación, también esnecesario valorar la información desde un puntode vista diacrónico. Estudios realizados en otrosmarcos geográficos relativamente próximosrevelan en yacimientos con diferente cronologíadistintos modelos de explotación del territorio. Enlíneas generales los asentamientos más antiguosparecen estar en función de las ventajasestratégicas que les ofrece el territorio másinmediato, independientemente de que seconstate o no una especialización en elaprovechamiento de un determinado recurso. Así,en Foradada (Casabó, 1997), la ocupación delyacimiento está en función del control de un paso,sin que en la fauna estudiada se aprecie ningúntipo de especialización. El segundo caso podríaapreciarse en Cendres y en Parpalló (Villaverde,Martínez, 1992, 1995), donde los grupos humanosque las ocuparon lo hicieron en función de laexplotación más intensiva de determinadosrecursos, aunque siguen aprovechando unenclave geográfico muy concreto.

En momentos más recientes, la estrategia delos grupos parece estar más en función de laexplotación de una gran diversidad de nichosecológicos de los que se obtiene una mayordiversidad de recursos, por lo que se eligenemplazamientos desde los cuales se controla unterritorio mayor. Este hecho hace que la seleccióndel emplazamiento no tenga que estarnecesariamente condicionada por un único factor.

Así, el estudio de la cercana Cova dels Blaus(Casabó, 1995) revela como un grupo decazadores recolectores asentados en un lugardesde el que poder explotar ecosistemasdiferentes amplía la diversidad de recursos líticosy alimentarios, sin que la elección exacta de lacueva sea un condicionante fundamental en lasposibilidades de explotación del entorno. Se pasa,por tanto, de la explotación de áreas geográficasmuy reducidas pero altamente productivas alcontrol de territorios más extensos en los que noexiste una concentración de recursos, pero si unamayor variedad de los mismos.

La observación combinada, sincrónica ydiacrónica, de la distribución espacial de losyacimientos a lo largo del territorio y de susregistros, nos permite teorizar acerca de cómo losgrupos humanos pudieron ocupar su espacio y decómo la manera de hacerlo pudo ir variando a lolargo del t iempo como respuesta a nuevosestímulos y necesidades. La explotación intensivade áreas muy concretas, que como hemos visto,caracterizaba los momentos más antiguos de lassecuencias del paleolítico superior, exigiría undesplazamiento más o menos habitual de losgrupos humanos en función de la disponibilidad delos recursos, lo que, a su vez, conllevaría lanecesidad de conocer y explotar áreas geográficasmuy extensas a donde acudir una vez agotadosaquellos. En cuanto al registro arqueológico, estecomportamiento se traduciría en el uso reiteradode determinados emplazamientos como lugar deasentamiento, dando lugar a yacimientos demayores dimensiones, cuyos registros arqueológicosresultan bastante homogéneos entre si (modeloestacional de largo recorrido).

Hasta mediado el paleolítico superior, semantendría, a grandes rasgos, este modelo deocupación del territorio, pero progresivamente setendería a una explotación más selectiva de labiomasa (observable en los registros de losyacimientos, tanto tipológicamente como a nivel defauna consumida) que, a su vez, requeriría laelección de nuevos enclaves que permitiesenexplotar aquellos recursos seleccionados de lamanera más rentable posible. La investigaciónarqueológica constata la continuidad de algunosasentamientos documentados en el modeloanterior y la aparición de otros nuevos de menortamaño en los que se aprecia una mayorvariabilidad industrial, biológica y geográfica. Estadisparidad en los asentamientos debe reflejarnecesariamente un cambio en la estrategia deexplotación que se puede explicar a partir de una

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Figura 9. Implicaciones socioculturales del incrementoen el número de yacimientos.

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ocupación jerarquizada del territorio (modeloestacional jerarquizado), en la que los yacimientosmás pequeños cumplen funciones muy especializadasque complementan las actividades desarrolladas en losasentamientos de mayor tamaño.

Hacia el 11.500 BP la variación en el registroarqueológico (diversidad en los recursosbiológicos y minerales) denota un cambio en elcomportamiento de los grupos que también seaprecia en la propia tipología de los yacimientos,que aumentan en número y presentan una escasaespecialización en sus funciones. De estos datospodemos deducir que se trata de grupos con unespectro económico amplio, explotando territoriosestacionales más reducidos, lo cual no significaque dejen de desplazarse sino que ahora lo hacenen trayectos más cortos. En esta nuevareorganización del espacio de subsistencia, quehemos denominado “modelo estacional nojerarquizado” (MENJ), cada yacimiento funcionacomo una unidad autónoma que explotaintensivamente los diferentes ecosistemas delterritorio inmediato.

Al f inal, todos estos cambios en ladistribución y estructura interna de los yacimientosno hacen más que reflejar una evolución en lasestrategias utilizadas para aprovechar mejor losrecursos que el medio ofrece. En este proceso seimbrican tal multiplicidad de factores (ambientales,demográficos, económicos, tecnológicos,socioculturales...) que es muy difícil establecer enque grado influye exactamente cada uno de ellos

en el comportamiento cultural resultante, ademásde no ser este el objetivo del presente artículo.

Lo que sí podemos hacer, en cambio, esconstatar como los yacimientos aquí estudiados seadecuan a los modelos teóricos anteriormenteexpuestos. Comenzando por el más antiguo, en laBalsa de la Dehesa encontramos un asentamientode gran extensión, líticamente poco especializadoy que explota un territorio teórico bastantereducido, de lo que podríamos deducir que setrataba de un lugar de ocupación recurrente, en elque se realizaron actividades diversas en torno alas posibilidades que ofrecía el entorno de lalaguna. Con estas características la Dehesapodría encajar perfectamente dentro del “modeloestacional de largo recorrido” (MELR), o bien comolugar central en el “modelo estacional jerarquizado”(MEJ), sin que su inclusión en uno u otro sea posibleconcretarla sin disponer de información arqueozoológicay paleobotánica.

Para comprender mejor el papel que jugó laDehesa en la estructura económica de loscazadores recolectores de hace 16.000 años,resulta esclarecedora la información queproporciona el yacimiento de Sant Josep cuyonivel VI tiene una cronología muy similar a la Balsade la Dehesa. Además, se encuentra, comoaquella, en un emplazamiento estratégicamentemuy productivo, también ligado a un punto deagua, y lo suficientemente cerca el uno de la otra,como para haber formado parte del mismo modelode explotación del medio, en el que los gruposhumanos pudieron desplazarse desde la costahasta las áreas más montañosas de la sierra

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Figura 10. Factores que interactúan en la elección de la ubicación del asentamiento.

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adentrándose por el cauce del río Belcaire, demanera similar a como Davidson (1989) establecepara los yacimientos del Montdúver.

Majadal, por su parte, es un yacimiento muypequeño y tan extremadamente especializado,que sólo el territorio inmediato parece tenerrelevancia en la elección del emplazamiento. Losgrupos cazadores-recolectores debieron ir allí arealizar una actividad determinada y en unmomento muy concreto, lo que podría cobrarsentido dentro de un sistema de explotación delterritorio en el que desde un lugar central unaparte del grupo se desplaza esporádicamente paradesarrollar actividades muy específicas, como unasentamiento periférico dentro de un ”modeloestacional jerarquizado”.

El resto de los yacimientos incluidos en elestudio tienen en común la posibilidad de explotarterritorios relativamente grandes con una ampliadiversidad ecológica, se asientan en enclavesgeográficos similares, cerca de un curso fluvial, eindustrialmente son poco especializados, lo que, agrandes rasgos caracteriza, como hemos visto, alos yacimientos que incluimos en el “modeloestacional no jerarquizado”. Sólo Estepar presentauna industria algo más especializada, lo que leconfiere un carácter peculiar dentro de losyacimientos que adscribiríamos a este últimomodelo.

Podemos considerar que el comportamientohumano se rige por reglas similares al conceptobiológico de evolución, es decir, determinadoscambios en la conducta de los seres humanospueden o no ser provechosos en términos derentabilidad económica, pero a la larga sólo losprimeros acaban por imponerse. El resultado delproceso histórico observado a largo plazo nuncaes un cambio brusco sino gradual que resultaimposible atrapar en un modelo teórico inamovible.De esta manera, se pueden establecer múltiplesvariantes dentro de cada uno de éstos, en los quese observaría la progresiva desintegración de lascaracterísticas definitorias de uno de ellos y elafianzamiento de las del siguiente.

La interpretación que nos sugiere lainformación de Estepar se vincula directamente auno de los momentos intermedios de ese proceso en elque algunos de los yacimientos especializadosestructurados en torno a un lugar central de ocupación(MEJ), que en este caso puede relacionarse con elaprovechamiento de los recursos (líticos y biológicos)que el valle del Palancia ofrecía, t ienden adiversif icar sus funciones y convertirse en

asentamientos relativamente más estables(MENJ).

Con el paso del tiempo desaparecen los lugares deocupación central como jerarquizadores del territorio, odicho de otro modo, todos se convierten en lugares consimilar grado de importancia en la estructuracióndel espacio. La diversidad económica de estosgrupos posibilita el abastecimiento en territoriosmás reducidos lo que genera una menor movilidady el establecimiento de nuevos campamentos conlo que se obtiene una explotación más intensivade la biomasa del territorio. Este sería el caso deEscales, Árguinas, Penya Negra y Jovades,relacionables con un modelo estacional nojerarquizado, en el que las escasas diferenciasentre ellos pueden estar en función de losparámetros que intervienen en la elección delemplazamiento.

DISCUSIÓN

La historia de la investigación de lassociedades cazadoras-recolectoras en lapenínsula Ibérica está repleta de sesudos yaburridos artículos sobre la tipología de los objetosaparecidos en los yacimientos, a la que no somosdel todo ajenos. Esta sacralización del objetocomo fin único de la investigación nos ha privadodurante mucho tiempo del verdadero protagonistade la Historia: el ser humano. El descubrimiento deun conjunto de yacimientos al aire libre en el vallemedio del río Palancia nos ponía en la disyuntivade reincidir en viejas obsesiones o intentar ir másallá y acercarnos al comportamiento de los grupospaleolíticos.

En ese intento por humanizar la piedra,hemos sido conscientes de las limitaciones delregistro manejado, pero, a pesar de ello, hemospreferido aventurarnos en el terreno de lashipótesis antes que quedarnos en la mera descripción delos conjuntos líticos. Afortunadamente, esta tarea se vefacilitada por la existencia de una línea de investigacióncon propuestas similares con gran tradición en labibliografía anglosajona desde los años sesenta ymás recientemente en la península Ibérica.

Conscientes de que la teoría es difícilmenteaceptable sin una base empírica, más aun cuandoel registro no es todo lo completo que unodesearía, se ha dedicado un gran esfuerzo aextraer de los yacimientos estudiados el mayornúmero de información posible y, aun así, ha sidonecesario recurrir a algunas consideracionesaportadas por estudios similares realizados porotros investigadores en el ámbito del PaísValenciano.

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La conclusión de un artículo plantea, amenudo, más interrogantes que respuestas, peroson éstas, sin duda, las que permiten avanzar enla investigación. A veces resulta más difícil plantearbuenas preguntas que obtener respuestasintrascendentes. Los principales interrogantes que se nosplantean versarían en torno a los cambios en lossistemas de aprovechamiento, las variacionesdemográficas y las posibilidades de elección delgrupo y en como todos ellos interactuan entre sí.

Un dato incontestable es que el registro denota unincremento en el número de yacimientos al final delpaleolítico. Este hecho no puede vincularse exclu-sivamente a una conservación diferencial, por lo que esnecesario buscar otras explicaciones relacionadas con laetología humana. Entre éstas, la más evidente podríaparecer la existencia de un aumento poblacional queviniese a modificar las relaciones de producción-reproducción de un grupo con su entorno, lo que ala larga se reflejaría en cambios en los sistemasde aprovechamiento a los que nos referíamos enel desarrollo del artículo. Sin embargo, tambiénhemos observado en ellos como la explotación delterritorio en los modelos más recientes requiere unnúmero mayor de asentamientos para explotarlo,por lo que en la propia evolución del sistemapodría estar la explicación del incremento delnúmero de yacimientos, sin recurrir necesaria-mente a un aumento demográfico.

No obstante, la tendencia de todos los seresvivos a incrementar su población cuando lascondiciones ecológicas les son propicias es unaconstante que la biología ha demostrado y elHomo sapiens, como un ser vivo más, no es ajenoa esta norma biológica. La cultura, como elementodistintivo de nuestra especie, se convierte en elinstrumento que permite a los seres humanossuperar las crisis inherentes al propio desarrollo dela especie al poder establecer mecanismos queposibilitan su adaptación al medio y favorecen sucrecimiento. El hecho de que constatemos uncambio en el sistema de explotación que en estecaso se refleja en un aumento en el número deyacimientos, implica una respuesta cultural y deello se desprende que si a la larga ese cambio esexitoso, tendremos un incremento demográfico.Por tanto, resulta bastante coherente pensar quelos cambios en los sistemas de explotacióntuvieron su repercusión en la demografía de losgrupos, por lo que al final ninguna opción seopone necesariamente a un aumento depoblación. En el fondo la discusión desemboca enel callejón sin salida de las relaciones causa-efecto, por lo que en sistemas de relaciones tan

complejos como los que afectan al comportamientohumano habría que abandonar planteamientosmecanicistas y sustituirlos por una visión multivariable.

Si las variaciones en el número deyacimientos permiten plantear hipótesis acerca delfuncionamiento demográfico de los grupos decazadores-recolectores, el estudio nos ha puestode manifiesto la importancia que tiene la posiciónconcreta de cada asentamiento a la hora deexplicar como pudo desarrollarse una estrategiadeterminada, y como, por tanto, la propia situaciónde los yacimientos puede ser una importante víade acceso al conocimiento del comportamientohumano durante la prehistoria.

Las posibilidades de elección de los gruposhumanos a la hora de establecerse en un territorioformarían parte del conjunto de factores socio-económicos que integran el sistema y contribuyen,por tanto, a su evolución. La importancia real quela elección pudo tener en su momento no esposible calibrarla con exactitud, pero para elinvestigador, la situación de los yacimientos esuno de los pocos datos contrastables sobre losque establecer una vía de aproximación a estassociedades. La aparición de nuevos sitios, biendentro de un territorio ocupado con anterioridad, oen áreas periféricas, implica que han aumentadolas posibilidades electivas. Parece muy evidente queel incremento de esa capacidad ha de estar ligada aavances tecnológicos (nuevas posibilidades dealmacenaje, transporte, uso de técnicas y estratégiascinegéticas...), cambios socio-culturales (demografía,contactos intergrupales) o económicos (aprove-chamiento de nuevas especies animales o vegetales).Sin embargo, como en el punto anterior, no es posibleestablecer antecedentes y consecuentes demanera unidireccional, puesto que, si bien escoherente deducir que la capacidad de elecciónestá vinculada a ciertos factores y determina unmodelo de ocupación y explotación nuevo de unterritorio, también es cierto que la necesidad deocupar de manera diferente un espacio puedecondicionar las posibilidades de elección y motivarcambios tecnológicos, económicos y socio-culturales que permitiesen el cambio en el sistemade explotación.

Otras implicaciones socioculturales que, sinduda, se derivan de los cambios en los sistemasde aprovechamiento del medio constituyen aúnuna gran incógnita para la investigación y resultaimposible abordarlas en el ámbito de este trabajo,aunque el primer paso para resolver una incógnitaes plantearla. ¿Cómo influyó la menor movilidad alarga distancia de los grupos humanos en la

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transmisión cultural entre ellos, y cuáles fueronsus consecuencias? ¿Se produjeron cambios enlas relaciones entre clanes vecinos y en la propiaorganización social interna? ¿Es ésa la causa delos procesos de regionalización que parecenconstatarse a fines del paleolítico superior, oresponden a un mejor conocimiento de lassociedades fini-paleolíticas? La diversidad en lacomposición del registro parece estar en relacióncon el conjunto de actividades que se llevan acabo en cada yacimiento, pero ¿es posibledistinguir en ella diferencias regionales entreyacimientos con funciones similares?

Todas las preguntas tienen multitud derespuestas, y a partir de ellas cada investigadorpuede construir una realidad diferente, loimportante es ser consciente de que no hayverdades absolutas. Todas ellas son igualmenteválidas siempre que se ajusten a los datosobservados.

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