04 02 Arpas Eternas Tomo 1 m. Hilarion de Monte Nebo

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ARPAS ETERNAS TOMO 1 HILARION DE MONTE NEBO www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 1 ARPAS ETERNAS 1 Alborada Cristiana JOSEFA ROSALÍA LUQUE ALVAREZ (Hilarión de Monte Nebo) Tomo 1

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ARPAS ETERNAS TOMO 1

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HILARION DE MONTE NEBO

ARPAS ETERNAS 1

Alborada Cristiana

JOSEFA ROSALA LUQUE ALVAREZ (Hilarin de Monte Nebo)

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HILARION DE MONTE NEBOJOSEFA ROSALA LUQUE ALVAREZ Esta insigne espiritualista argentina, naci en la ciudad de Villa Mara, Provincia de Crdoba, el 18 de marzo de 1893, y pas al ms all el 1" de agosto de 1965. Conocida en la intimidad como Mamina, fue un ser de gran sensibilidad, inegosta y humilde, con un caudal de amor tan extraordinario que le permiti realizar los ms grandes sacrificios. Ms de treinta aos en unin de sus Guas espirituales, le llev dar trmino a su obra y a su pacto con el Amado, con el Gran Instructor de nuestra humanidad: Cristo, que tanta signific para ella, como para todas las almas que le pertenecen desde tiempos remotos. Escritora genial, dotada de una mente cual lente de cristal pursimo, conceba sus inspiradas obras viendo desarrollarse las escenas como en una pelcula, pero con vida propia, sintiendo en s misma todo el amor y el dolor de los- personajes que intervenan, lo que en forma de relato o dilogo era luego volcado a la escritura con tal vivencia, que al leerse se interviene sin querer en el argumento come parte integrante del mismo. La instructiva lectura de sus iluminadores libros titulados: Orgenes de la Civilizacin Admica; Arpas Eternas; Cumbres y Llanuras; Moiss; Pequeas Joyas Espirituales; El Huerto Escondido; como tambin de sus numerosas poesas msticas y profanas, llevan a todo corazn con profundidad de sentimiento y meridiana claridad, ese conocimiento, bondad y paz, que son expresiones del Divino Amo y la Eterna Belleza.

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HILARION DE MONTE NEBOJESS DE NAZARETH Intil parecera un nuevo relato biogrfico del gran Maestro Nazareno, despus que durante diez y nueve siglos se han escrito tantos y aun siguen escribindose sin interrupcin. Mas, Jess de Nazareth, encarnacin del Cristo, no es propiedad exclusiva de ninguna tendencia ideolgica, sino que nos pertenece a todos los que le reconocemos como al Mensajero de la Verdad, Eterna. El amor que irradi en tomo suyo el genial soador con la fraternidad humana, le cre un vasto circulo de amadores fervientes, de perseverantes discpulos, que siglo tras siglo han aportado el valioso concurso de sus investigaciones, de su interpretacin basada en una lgica austera, y finalmente, de las internas visiones de sus almas ms o menos capaces de comprender la gran personalidad del Enviado por la, Eterna Ley, como Instructor y Gua de la humanidad terrestre. Yo, como uno de tantos, aporto tambin mi vaso de agua al claro manantial de una vida excelsa, de la cual tanto se ha escrito y sobre la cual hubo en todos los tiempos, tan grandes divergencias, que las inteligencias observadoras y analticas, han acabado por preguntarse a, s mismas: "Es real, o mitolgico, un personaje del cual se han pintado tan diferentes cuadros? El hecho de haber 'muerto ajusticiado sobre un madero en cruz a causa de su doctrina,, no justifica por s solo la exaltacin sobrehumana, la, triunfante, grandeza, del Profeta Nazareno. Hubo tantos mrtires de la incomprensin humana inmolados en aras de sus ideales cientficos, morales o sociolgicos! La historia, de la humanidad, solamente en la poca denominada Civilizacin Admica, es uva cadena no interrumpida de vctimas del Ideal; un martirologio tan abundante y nutrido, que el espectador no sabe de qu asombrarse ms, si de la tenaz perseverancia de. los hroes, o de la odiosa crueldad de los verdugos. La grandeza del Maestro Nazareno, no est, pues, fundamentada tan slo en su martirio, sino en su vida toda, que fue un exponente grandioso de su doctrina conductora de humanidades, doctrina que El ciment en dos columnas de granito: La paternidad de Dios y a hermandad de todos los hombres. Toda su vida fue un vivo reflejo de estas dos ideas madres, en que baso toda su enseanza por la conviccin profunda que le asista, de que slo ellas pueden llevar las humanidades a su perfeccin y a su dicha. Sentira Dios como Padre, es amarle sobre todas las cosas. Sentirnos hermanos de todos los hombres, seria traer el cielo a la tierra. Veinte aos de ansiosa, bsqueda en la vasta documentacin, crnicas y relatos del siglo primero, salvados de la proscripcin ordenada ms tarde por el emperador Diocleciano, y de perseverantes investigaciones por la Palestina, Siria, Grecia, Alejandra, Damasco, Antioqua y Asia Menor, nos permiten ofrecer hoy a los buscadores de la Verdad, en lo que se refiere a www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOla augusta personalidad de Cristo, este relato cuyo ttulo "Arpas Eternas" induce al lector a la idea de que estas excelsas vidas. .. vidas geniales, son las arpas eternas en que cantan los mundos la grandeza infinita de la Causa Suprema. No podemos callar aqu, la colaboracin de los antiguos archivos Esenios de Moab y del Lbano, y de las Escuelas de Sabidura fundadas por los tres ilustres sabios del Oriente: Garpar, Melchor y Baltasar, las cuales existen an en el Monte Sulimn, cerca de Singapur (India) en las montaas vecinas a Perspolis (Persia) y en el Monte Sina (Arabia). Tampoco podemos olvidar a la brama raza Tuaregs, perdida entre los peascales del Desierto de Sahara, cuyos viejos relatos sobre el Genio Bueno del Jordn, como llamaron al Profeta Nazareno, han dado vivos reflejos de sol, a determinados pasajes de nuestra histrica relacin. En especial, est escrito este libro, para los discpulos del Hombre-Luz, del HombreAmor. Y a ellos les digo, que no es ste un nuevo paladn que baja a la arena con armas de combate. Es un heraldo de paz, de unin y de concordia, entre todos los discpulos de Jess Nazareth, sean de cualquiera de las tendencias en que se ha dividido la fe de los pueblos. Creemos, que el reconocer y practicar su enseanza, como una elocuente emanacin de la Divinidad, es la ms hermosa ofrenda de amor que podemos presentarle sus admiradores y amigos, unidos por el vnculo incorruptible de su genial pensamiento: "DIOS ES NUESTRO PADRE: TODOS LOS HOMBRES SOMOS HERMANOS. Los amantes del Cristo en la personalidad de Jess de Nazareth, encontrarn sin duda en este modesto trabajo, al Jess que haban vislumbrado en sus meditaciones; al gran espritu smbolo de la ms perfecta belleza moral: reflector clarsimo del Bien, practicado con absoluto desinters. Son as las estrellas de primera magnitud, que derraman sus claridades sin pedir nada a aquellos cuyos caminos alumbran, sino que labren su propia dicha futura! Y al tender hada todos los horizontes, la oliva de paz, simbolizada en este nuevo relato de su- vida, digo desde lo ms ntimo de mi alma: Amigos de Jess: os entrego con amor, el esfuerzo de veinte aos, que presenta a vuestra contemplacin, la ms fiel imagen del Cristo de vuestros sueos, que no es posible obtener a nosotros, pequeas lucirnagas errantes en la inmensidad de los mundos infinitos. EL AUTOR.

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HILARION DE MONTE NEBOPRELUDIO Era la hora justa, precisa, inexorable! Hora que en la infinita inmensidad, es sinnimo de da de gloria, edad de oro, resplandor de voluntades soberanas que llega cuando debe, y se va cuando ha terminado de manifestarse. Y ese algo supremo como el fiat del Infinito, iba a resonar en las arpas eternas, como un himno triunfal que escucharan las incontables esferas!. .. La plyade gloriosa de los Setenta Instructores de este Universo de Mundos estaba reunida en luminosa asamblea para que l Amor Supremo ungiera una vez ms, con la gloria del holocausto a sus grandes elegidos. Su ley marcaba la tercera -parte mas uno. Deban, pues, ser veinticuatro. Hada dnde se abriran los senderos largos en la inmensidad infinita?... En los archivos de la Luz Eterna, estaban ya marcados desde largas edades. No sera ms que la prolongacin de un cantar comenzado y no terminado an. No seria ms que la continuidad de una luz encendida en la noche lejana de los tiempos que fueron, y que antes de verla extinguirse, era necesario llenar nuevamente de aceite la lamparilla agostada. No sera ms que una siembra nueva, ya muchas veces repetida de Amor divino y de divina- Sabidura, antes de que se extinguieran los ltimos frutos de la siembra anterior. En la inconmensurable grandeza del Infinito, eran pequeos puntos marcados a fuego!..Nada ms que puntos!... Una pequea ola coronada de blanca espuma que va hacia la playa, la besa, la refresca y torna al medio del mar, feliz de haber dejado sus linfas refrescantes en las arenas resecas y calcinadas. Eran los elegidos para una nueva misin salvadora: Jhasma, Venus, Alpha, Castor, Polux, Orfeo, Diana, Jhuno, Beth, Horos, Resay, Hehalep, Rgulo, Virgho, Ghimel, Thipert, Schipho, Shemonis, Pallus, Kapella,Zahn, Adonai, Ghanma y Shedanial. A cada cual se le llamaba con su nombre elegido desde su primera encarnacin consciente en su mundo de origen, que deba ser tambin el que llevara en la ltima; nombres tan poderosos y fuertes en sus vibraciones, que muchos de ellos quedaron impresos por largas edades en los mundos fsicos donde actuaron. Y cada cual siguiendo el rayo luminoso de las Antorchas Eternas, que a su vez los reciban de los Fuegos Magnos, supremos jerarcas de este universo, vieron destacarse en el infinito azul, como burbujas de luz los globos donde el dolor y el sacrificio les esperaban Cada cual haba realizado all mismo, varias estadas separadas unas de otras por largos milenios. www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOCada cual eligi de entre los cuarenta y seis hermanos gemelos que quedaban libres en sus gloriosas moradas, los que deban guiarle y protegerle, en la tremenda prueba a realizar. Y el dulce Jhasua, originario de la segunda estrella de la constelacin, de Sirio, que ya habla realizado ocho etapas en el planeta Tierra, eligi como guas inmediatos a Ariel y Aheloin, que ya lo haban sido en las pomadas de Juno, de Chrisna y de Moiss, como Sirio y Okmaya lo haban sido de Antulio; Venus y Kapella de Abel; Isis y Orfeo de Anfin, de Num y de Bhuda. Mas, como se trataba de que el dulce Jhasua deba realizar la jornada final, la ms tremenda, la que cerrara l glorioso ciclo de todos sus heroicos sacrificios, se ofrecieron para auspiciarle tambin, Ghimel, Tzebahot y Shamed, que por su excelso grado de evolucin, estaban ya prximos a pasar a la morada de las Antorchas Eternas. Despus de la solemne e imponente despedida con la presencia del gran Cirio, punto inicial de aquellas magnficas evoluciones, que dio a beber a los mrtires voluntarios, de la copa sagrada de los hroes triunfadores y les bendijo en nombre del Eterno Amor, los veinticuatro misioneros fueron vestidos con las tnicas grises de los inmolados, y el dulce y tierno Jhasua fue conducido por sus cinco Guardianes Superiores al portaln de color turquesa que da a la Esfera Astral de la Tierra, donde fue sumergido en el sueo preliminar y entregado a la, custodia de tres Cirios de la Piedad, hasta el momento de hacerle tomar la materia, ya preparada de antemano, por las inteligencias encargadas de la direccin de los procesos fisiolgicos de la generacin humana. La mayora de los elegidos para el holocausto grandioso y sublime, eran de la Legin de las Arpas Vivas o Amadores, unos pocos de los Esplendores y de las Victorias, y otros de la Muralla, de Diamantes. Era pues, una desbordante inundacin de amor la que arrostraban consigo aquellos gloriosos Enviados desde la altura de los mundos Sirianos, hasta los globos favorecidos con tan preclaros visitantes. Mas cuan ajenos e ignorantes estaban aquellas esferas, del divino don que iban a recibir! En el planeta Tierra, existan cuatro agrupaciones de seres humanos, que vean en el cielo terso de sus msticas contemplaciones, l acercamiento del Gran Misionero: Los Esenios, congregados en nmero de setenta en las grandes grutas de las montaas de Moab, al oriente del Mar Muerto, otras porciones en la cordillera del Lbano, y los montes de Samaria y de Judea, mientras los que tenan familia y hogar, se hallaban diseminados en toda la Palestina, y stos formaban como una segunda cadena espiritual dependiente de los que vivan solitarios y en celibato. La, segunda agrupacin se hallaba en Arabia, en el Monte Horeb, donde un sabio, astrlogo de tez morena, haba construido un templo-escuela a sus expensas, y con ochenta y cuatro compaeros de estudios y de meditacin, buscaban de ponerse en la misma onda www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOde vibracin que las inteligencias invisibles, cortesanos del Divino Ungido, que entraba en el sueo preparatorio para, la unin, con la materia fsica. Era Melchor el prncipe moreno, que habiendo tenido en su primera juventud un amor pasional profundo como un abismo, y fuerte como un huracn, le haba llevado a la inconsciencia del delito; le haba arrancado o un joven pastor, la, tierna zagala que deba ser su compaera, con lo cual caus la desesperacin y la muerte de ambos. Melchor, buscando curar el dolor de su culpa, derram la mitad de su cuantiosa fortuna a los pies de todas las zagalas de su tierra para cooperar a sus bodas y a la formacin de sus hogares. Y con la otra mitad construy un Templo Escuela, y llam a los hombres desengaados por parecido dolor que el suyo, que quisieran buscar en la serenidad de lo Infinito, la esperanza, la paz y la sabidura. Estaba como incrustado en el monte Horeb, entre los cerros fragorosos de la Arabia Ptrea, a pocas millas de Dizahabad, por lo cual los de esta ciudad portuaria les llamaban los ermitaos Horeanos, que fueron respetados y considerados como augures, como astrlogos y terapeutas. La tercera agrupacin se encontraba en Persia, entre las montaas de la cadena de los Montes Sagros, a pocas millas al sur de Perspolis, la fastuosa ciudad de Daro. El templo se hallaba a la vera de un riachuelo que naciendo en las alturas de los Montes Sagros, desembocaba en el Golfo Prsico. Comnmente les llamaron en la regin "Ruditas" debido a Rudin, clebre medico que vivi entre los solitarios, cuyos cultos eran como resonancia suave del Zend-avesta, y origen a la vez, de los dulces y msticos Chutas, que repartan su tiempo entre la meditacin, la msica y l trabajo manual. Era Baltasar, el Consejero en esta Escuela de meditacin y de sabidura, y a ella haba consagrado la mayor parte de su vida que ya llegaba al ocaso. Y por fin la cuarta agrupacin, radicada en los Montes Suleiman, vecinos al gran ro Indo, cuya torrentosa corriente era casi el nico sonido que rompa la calma de aquella soledad. Y all Gaspar, Seor de Sri naghar y Prncipe de Bombay, haba huido con un sepulcro de amor en su corazn, para buscar en el estudio del mundo sideral y de los poderes internos concedidos por Dios a los hombres, la fuerza necesaria para ser til a la humanidad, acallando sus propios dolores en el estudio y la contemplacin de los misterios divinos. He aqu las cuatro porciones de humanidad a las cuales fuera revelado desde el mundo espiritual, el secreto del descenso del Cristo en un cuerpo fsico, formado en el seno de una doncella del pas en que corre como en el fondo de un abismo, el ro Jordn. Yen la lucidez serena de sus largas contemplaciones, vislumbraron un hogar como un nido de trtolas entre rosales y arrayanes, donde tres seres, tres esenios, cantaban salmos al amanecer y a la cada de la tarde, para alabar a Dios al son de la ctara, y entrar en la onda vibratoria de todos los justos que esperaban la llegada del Ungido anunciado por los Profetas. Eran Joachin, Ana, y la tierna azucena, brotada en la edad madura de los esposos www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA

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HILARION DE MONTE NEBOque haban pedido con lgrimas al Altsimo, una prolongacin de sus vidas que cerrara sus ojos a la hora de morir. Yera Myriam, un rayo de luna sobre la serenidad de un lago dormido. Y era Myriam, un celaje de aurora sobre un jardn de lirios en flor. Y era Myriam, una mstica alondra, cuando al son de su ctara cantaba a media voz salmos de alabanza a Jehov. Ylas manos de Myriam corriendo sobre el telar, eran como blancas tortolitas sacudindose entre arenillas doradas por el sol. Yeran los ojos de Myriam. .. ojos de Siria, que espera al amor. . .del color de las avellanas maduras mojadas por el roco... y miraban con la mansedumbre de las gacelas, y sus prpados se cerraban con la suavidad de ptalos o anochecer. .. Yel sol al levantarse como un fanal de oro en el horizonte, diseaba en sombra en su silueta gentil y su paso ligero y breve, sobre las praderas en flor, cuando iba con el cntaro al hombro a buscar agua de la fuente inmediata. Yla fuente gozosa, le devolva su propia imagen... imagen de virgen nbil, con su frente tocada de blanco al uso de las mujeres de su pas. Qu bella era Myriam, en su casta virginidad!... Tal fue el vaso elegido por la Suprema Ley de esa hora solemne, para depositar la materia que usara el Verbo Divino en su gloriosa jornada Mesinica. Ycuando Myriam contaba slo quince aos, Joachin y Ana con slo diferencia de meses, durmieron en el seno de Dios, ese sueo que no se despierta en la materia, y la dulce virgen nbil de los ojos de gacela, fue llevada por sus parientes a proteger su orfandad entre las vrgenes de Sion, bajo los claustros y prticos dorados del Templo de Jerusaln, donde los sacerdotes Simen y Eleazar, esenios y parientes cercanos de su padre, la acogieron con tierna solicitud. Yla dulce Myriam de las manos de trtolas, corriendo sobre el telar, teja el blanco lino para las tnicas de las vrgenes, y los mantos sacerdotales; y corran sobre las cuerdas de la ctara, acompaando el canto sereno de los salmos con que glorificaban las grandezas de Jehov. Veintinueve meses ms tarde, Joseph de Nazareth, joven viudo de la misma parentela era recibido en el Prtico de las mujeres por la anciana viuda Ana de Jeric, prima de Joachin, y escuchaban las santas viudas del Templo, la peticin de la mano de Myriam para una segunda nupcias, de Joseph, cuya joven esposa dejara por la muerte su lugar vaco en el hogar, donde cinco nios pequeos llamaban madre... madre! sin encontrarla sobre la tierra. Y Myriam, la virgen nbil de cabello bronceado y ojos de avellanas mojadas de roci, vestida de alba tnica de lino y coronada de rosas blancas, enlazaba su diestra con la de Joseph de Nazareth, ante el sacerdote www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOSimen de Bethel, rodeada por los coros de viudas y de vrgenes que cantaban versculos del Cantar de los Cantares, sublime poema de amor entre almas hermanas que se encuentran en el Infinito. Y a todos esos versculos, Myriam responda con su voz de alondra: "Bajad Seor a bendecir las nupcias de la virgen de Sin". Terminado el solemne ritual, la dulce virgen recibi en su frente coronada de rosas, el beso de sus compaeras y de sus maestras, bes despus el umbral de la Casa de Jehov que cobij su orfandad, y sigui a Joseph a su tranquila morada de Nazareth. Los excelsos arcngeles de Dios, guardianes del dulce Jahsua que esperaba arrullado por una legin resplandeciente de Amadores, envolvieron a Myriam en los velos nupciales que tejen, en torno a las desposadas castas y puras, las Inteligencias Superiores denominadas Esposos Eternos o Creadores de las Formas, y mientras caminaba al lado de su esposo hacia Nazareth, iba levantndose este interrogatorio en lo ms hondo de suyo ntimo: Qu quieres de m, Seor, que me mandas salir de tu Templo, para seguir a un siervo tuyo que me ofrece su amor, su techo y su pan?" Y despus de un breve silencio crea escuchar esta voz que no poda precisar si bajaba de lo alto, o era el rumor de las praderas, o la resonancia del viento entre las palmeras y los sicmoros; "Myriam!... Porque has sido fiel en guardar tu castidad virginal en el hogar paterno y el Templo de Jehov; porgue tus manos no se movieron ms que para tejer el lino y arrancar melodas de tu," atara acompaando las alabanzas de Dios, veras surgir de ti misma la ms excelsa Luz que puede bajar a la Tierra". Y con sus pasitos breves y ligeros, segua a su esposo camino a Nazareth, absorta en sus pensamientos tan hondos, que la obligaban a un obstinado silencio. . Qu piensas Myriam que no me hablas? le preguntaba Joseph mirndola tiernamente. Pienso que me veo en seguimiento tuyo, sin saber porque te voy siguiendo le responda ella haciendo un esfuerzo para modular palabras. Porque los velos nupciales de los radiantes arcngeles Creadores de las Formas se envolvan ms y ms en torno de su ser fsico, que iba quedando como un valo de luz en el centro de una esplendorosa nube de color rosado con reflejos de oro. Y el silencio se haca, ms hondo, a medida que se acercaban a la casita de Nazareth; silencio de voces humanas pero lleno de armonas, de resonancias, de vibraciones dulces, suaves, infinitas! Cantaban en torno a Myriam, las Legiones de los Amadores, mientras la belleza ideal de una forma humana flotaba ya en la ola, formidable que es Luz y Energa, por medio de la www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOcual van y vienen, suben y bajan las Inteligencias excelsas forjadoras de toda forma plstica en el vasto Universo! Y apenas entrada Myriam bajo el techo de Joseph, fue a postrarse en el pavimento de su alcoba, y desde el fondo de su yo elev a la. Divinidad esta sencilla plegaria. "Seor.. .Seor!... Desde tu Templo de oro me has conducido a esta humilde morada, donde continuar cantando tus' alabanzas, tejiendo el lino y laborando l pan de los que rodean mi mesa. Seor... Seor!... Myriam ser tu rendida esclava, en cualquier condicin de vida en que quieras colocarla! Qu haces Myriam y por qu tienes lgrimas en los ojos? le dijo Joseph al verlo, de rodillas en medio de la alcoba y con dos lquidas perlas en sus blancas mejillas. Oro a Jehov, para que sea yo portadora de la paz en tu hogar respondi ella. Yllevada por Joseph, fue a encontrar junto al hogar que ardi, en vivas llamaradas, a los cinco hijitos de Joseph, que vestidos con sus mejores ropas esperaban ansiosos a la dulce madrecita, que les prometiera traer su padre desde la ciudad Santa de los Reyes de Jud. Los niitos de 10, 8,6, 4 y 2 aos se prendieron de la tnica blanca de Myriam, mientras se alzaban en la punta de los pies para besarla en la boca. Yuna Legin de Amadores cantaban invisibles en torno a la Virgen, madre de cinco nios que otra madre trajera a la vida, y la cual, sin duda lloraba de felicidad., viendo a sus tiernos retoos acariciados por la hermosa Virgen rubia que les amara como una madre. El humilde hogar del artesano se vio con la llegada de Myriam inundado de interrumpidas ondas de luz, de paz y de amor. Los nios rean siempre, las golondrinas alegres y bulliciosas anidaban en el tejado; las trtolas aleteaban arrullndose entre el verdor brillante del huerto, las alondras y los mirlos cantaban al amanecer haciendo coro a los salmos de Myriam que les acompaaba con las melodas de su ctara. Qu "hermosa es la vida a tu lado Myriam! le deca Joseph cuando terminada su labor de artesano, se sentaba junto al telar donde su esposa teja o junto a la lumbre donde ella coca el pan y condimentaba los manjares. Me parece que ests siempre envuelta en la lux de Jehov y que le tengo a El bajo mi techo, desde que estas a mi lado. Si la ley no dijera "No adorars imagen ni figura alguna, sino slo a Mi que soy tu Creador" estara por adorarte Myriam como a un retazo de Dios. Y cuando as empezaba Joseph a disear en palabras sus pensamientos de admiracin, Myriam ruborizada entornaba los ojos mientras pona, sus deditos de rosa sobre la, boca de Joseph para indicarle callar. Su estada habitual era un dulce y suave silencio, porque la poderosa irradiacin de la forma astral que flotaba acercndose y del radiante Espritu Divino que vibraba en lo infinito, www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOla tena de tal modo embargada y absorta en su propio pensamiento, que con dificultad bajaba al mundo exterior, cuyas vibraciones eran pesadas y duras comparadas con la intensa y suavsima armona de su mundo interior. Myriam!... Dulce y tiernsima Myriam! Cmo haban de comprenderte en tu silencio las mujeres nazarenas que hablaban y rean siempre en alegres corrillos cuando hilaban o tejan, cuando recogan, lea y heno en el prado, cuando cosechaban sus viedos y sus higueras, cuando caminaban presurosas a buscar con sus cntaros el agua de la, fuente? Myriam! Por qu ests triste?... Myriam!... Cundo vas a rer? Myriam!... No tienes nada para contarnos?... No eres feliz Myriam? A todos estos interrogantes hechos espontneamente y sin premeditacin por las mujeres nazarenas, Myriam contestaba con una suave sonrisa o con estas palabras: Soy tan feliz, que si hablara, parceme que mis propias palabras interrumpiran la meloda interna que me arrulla siempre! Cmo podan comprender a Myriam las mujeres nazarenas, si ella sola era el vaso de ncar elegido para recibir al amor que es canto universal, inefable y eterno? Y el amor cantaba en ella, oculto como una lira bajo su blanco tocado! Y l amor cantaba para ella, cuando de rodillas en la penumbra de su alcoba solitaria, oraba a Jehov para que enviara sobre Israel el Salvador prometido a los Profetas! l amor cantaba junto a ella, cuando su meditacin era profunda, y hermosas visiones iban surgiendo del claro espejo de su -mente no ensombrecido por hlito alguno, que no fuera el aliento soberano del amor que buscaba nido en su seno! El amor cantaba en sus ojos, que acariciaban al mirar, que el pudor o l xtasis entornaban como ptalos mojados por la lluvia y besados luego por el sol! El amor, cantaba en sus manos cruzadas por la oracin honda, profunda, ntima, conque su alma de elegida le responda en salmos idlicos, durante todas las horas que iban desgranndose de sus das como perlas blancas, azules, doradas!... En su pursima inocencia, Myriam pensaba: "Ni an en mis daos luminosos del Templo santo de Jehov, me sent tan absorta en la Divinidad como hoy, que me hallo sumida entre las montonas labores de ama de hogar. Dirase que la casa de Joseph es tambin un templo pequeo y humilde, pero donde baja en raudales el aliento de Jehov para purificar a las criaturas por la Fe, la Esperanza y el Amor". Las Iglesias Cristianas, como inspiradas de oculto conocimiento de la Verdad profunda, encerrada en estos extraordinarios acontecimientos, rinden culto sin definir por qu, a los das solemnes de ansiedad y nicos, en la vida de una mujer, a los cuales han llamado "das de expectacin de la Virgen Madre.". www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBODas de gloria, de paz y de amor incomprensibles para el vulgo, pero de una sublimidad clara y manifiesta para Myriam, que vea deslizarse en torno de ella visiones de oro magnificas y radiantes, que le hablaban con voces sin sonido, de cielos ultraestelares, de donde momento a momento bajaba la Luz sobre ella, y el Amor tomaba plena posesin de ella; y las arpas eternas cantaban en ella misma, como si todo su ser fuera una vibracin con vida propia, un himno divino, que tomaba formas tangibles a intervalos, o se esfumaba en el ter con rumor de besos suavsimos despus de haberla inundado de tan divina felicidad, como jams lo soara, ni an en sus ms gloriosos das entre las Vrgenes de Sion Y este estado semi exttico de Myriam, entristeca a veces a Joseph, que en su inconciencia de los excelsos designios divinos sobre su compaera, se juzgaba a s mismo duramente como un indigno poseedor de ese templo vivo de Dios, como un audaz gusano que haba osado acercarse a la virgen nbil, bajada a su hogar de artesano, como un rayo de luna en las noches serenas; como un copo de nieve resbalado de cumbres lejanas vecinas de los cielos; como una ave del paraso asentada en su tejado... Pobre y triste Joseph, en su inconsciencia de los excelsos destinos de Myriam trada a su lado por la Ley Divina, porque su honrada probidad de hombre justo, le haca digno protector y amparo en esa hora extraordinaria y nica, en la vida de Myriam!.. La mayora de los primeros bigrafos de tales acontecimientos, tampoco interpretaron debidamente la tristeza de Joseph, atribuyendo a que haban pasado por su mente alucinada, obscuros y equivocados pensamientos respecto a la santidad de su esposa. Nada de eso! Joseph no pens nunca mal de su santa compaera, sino que por el contrario, se vio a s mismo demasiado imperfecto junto a ella; demasiado hombre junto a ella que era un ngel con formas de mujer, y hasta pens en huir por juzgarse indigno de permanecer ni un da ms junto- a aquella criatura celestial, que l mismo solicit por esposa en los Atrios del Templo de Jehov. Mas, el amor que cantaba Myriam, cant tambin una noche en sueos para el entristecido Joseph que cayendo del lecho baado en llanto se prostern sobre el fro pavimento de la alcoba, adorando los designios de Jehov que- le haba tomado como medio de realizar en el plano fsico terrestre, lo que la Eterna Voluntad haba decretado desde las alturas de su Reino Inmortal! Y la infinita dulzura de una paternidad que le asemejaba a Dios, canto divinas melodas en el alma de Joseph, para quien se haba descorrido el velo mstico que ocultaba la encarnacin del Verbo de Dios en el casto seno de Myriam. Ya est todo comprendido y sentido!... Ya la, gris nebulo sa de cavilaciones se ha esparcido en polvo de oro y azul, y los esposos de Nazareth esperan felices que desborde la Luz Divina bajo el, techo humilde que les cobija.

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HILARION DE MONTE NEBOY las arpas eternas cantaban cada vez ms cerca y en tonalidades ms y ms solemnes: Gloria a Dios en las alturas de los cielos infinitos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!

LA GLORIA DE BETLEHEM Los das volaban!... volaban como ptalos de flores que lleva el viento, por valles, montaas y praderas; y cada uno de esos das, girn de luz desmenuzado por los inexorables dedos del tiempo, le deca a Myriam con su voz sin ruido, que se acercaba el gran acontecimiento de su divina maternidad. Una radiante visin color de amatista y oro le haba cantado en un atardecer de otoo, una meloda jams oda por ella: "Dios te salve Myriam!... j Llena eres de Gracia!... Bendita t entre todas las mujeres!... Y bendita en el que saldr de ti, el cual ser llamado Hijo del Altsimo! Aleluya Myriam!... Aleluya! Canta mujer del silencio, canta porque tu gloria sobrepasa a todas las glorias, y en esta hora solemne, se ha fijado tu ruta de estrellas por los siglos de los siglos!...". Y la celeste voz pareca ir perdindose a lo lejos, como si aquel de quien surga fuese elevndose ms y ms en el infinito azul. Algunos humildes labriegos y pastores nazarenos, que pasaban las noches del otoo bajo las encinas gigantescas, con hogueras encendidas cuidando sus majadas o sus cultivos en maduracin, crean haber soado con cantares como los de las vrgenes de Sin, en la solemnidad de la Pascua en el Templo de Jerusaln. Y otros transentes nocturnos de la silenciosa ciudad nazarena, aseguraban haber visto cmo nubecillas rosadas, azul y oro del amanecer, bajando y subiendo, esparcindose como filigrana de tenues hilos de los colores del iris sobre la griscea techumbre de la casa de Joseph el arte sano. Y a media voz empezaban a correr versiones cargadas de misterio, de enigmas y de estupor, hacindose los ms variados y pintorescos comentarios, que ensanchndose ms y ms llegaban a lo maravilloso. Algn poderoso mago deba andar de por medio en todo aquello decan sigilosamente. Y la curiosidad femenina teja redecillas sutiles, obra de imaginaciones de mentes sin cultivo y sin lucidez. La dulce Myriam acosada a preguntas, iba entristecindose y alarmndose, al ver que su casita-templo, era tomada como escenario de algo que aquellas buenas gentes no acertaban a comprender, y Joseph tom la medida prudente y discreta de www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA

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HILARION DE MONTE NEBOllevarse a Myriam a Betlehem, a casa de Elcana, unido en matrimonio con Sara, hermana menor de Ana su madre, los cuales tenan un verdadero culto por la virtuosa y bella sobrina. Joseph haba tratado el viaje con la caravana de mercaderes que bajaba peridicamente desde Cesrea de Filipo a Jerusaln, y que haca descanso junto a la fuente, en las afueras de Nazareth. Y cuando la luna llena estaba en el cenit, Joseph y Myriam montados sobre un camello seguan la caravana rumbo al sur, mientras los nios de Joseph al cuidado de una parienta, continuaban encendiendo la lumbre bajo aquel techo enmohecido por los aos, y que tantas bellezas haba visto pasar en los siete meses de preparacin para el gran acontecimiento. Qu ha pasado en la casita del carpintero? Se preguntaban los vecinos nazarenos que no se oyen las sierras ni los martillos de los jornaleros de Joseph? Ser que los ngeles del Seor se llevaron al sptimo cielo a la dulce Myriam, que acaso va a ser madre de un nuevo Profeta enviado de Jehov para fulminar a los dspotas dominadores de Israel? Tales interrogantes surgan de las mentes, sin malicia de los que haban escuchado las aseveraciones de algunos clarividentes, que sorprendieron extraos resplandores sobre la casa de Joseph. Pero la mayora, teja de malignas suposiciones, una redecilla obscura en torno a la dulce mujer del silencio, no faltando quien anunciase que haba perdido la razn; que una atroz demencia la haba ido llevando de sombras en sombras envuelta en su tenaz silencio, hacia esa pavorosa tiniebla mental que llamamos locura. Y despus de tres das de marcha, Joseph y Myriam se encontraron en la ciudad de David, el mstico rey pastor, que al son de una lira de oro cantaba salmos de alabanzas a Jehov y salmos de dolor por sus pecados:gritos de angustia clamando piedad y misericordia para sus grandes errores! Myriam... hija de Ana!... exclamaba Sara su ta, abrazndola tiernamente en el dintel de su puerta. Qu gloria es sta que viene con tigo Myriam, mujer escogida del Altsimo? Y Myriam fijando en aquella mujer sus grandes ojos llenos de ensueos divinos, dijle con su dulzura habitual: Tambin t, ta Sara me rodeas de milagros y enigmas? Si escogida fui para ser madre de un profeta, como todas las madres de profetas en esta tierra del Seor donde tantos hubo. Es eso acaso lo que quieres decir? Es que Elcana mi marido, y yo, hemos tenido extraos sueos respecto de ti Myriam, hija de Joachin y de Ana. Entremos, y te lo contar todo junto al hogar. La ta Sara seguida de la joven fueron a sentarse en el banco del hogar, mientras Elcana y Joseph disponan de hospedaje conveniente para Myriam que vena a esperar la maternidad bajo su techo Betlehemita. www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOSoamos Elcana y yo, que te veamos de pie en lo alto de un cerro a inmediaciones de Nazareth, y que de tu pecho brotaba un reguero de aguas cristalinas que iba ensanchndose hasta formar un azulado arroyuelo, donde multitud de gentes acudan a beber porque aquellas aguas maravillosos curaban todas las enfermedades. Luego no se te vea a ti, sino slo al arroyuelo que se tornaba en ro caudaloso, y despus en un mar de aguas doradas y resplandecientes que inundaban desde Idumea hasta Sidn. Otra vez soamos que t y Joseph entrabais al Templo de Jerusaln para los oficios de Pascua, y que el Templo se llenaba de un rosado resplandor como si hubiera llamas color de amatista por dentro y por fuera. Que vosotros dos salais, y el resplandor quedaba all causando estupor los sacerdotes y doctores, porque esa luz vivsima les alumbraba hasta el fondo de sus conciencias, donde encontraban sus pecados al descubierto y pedan perdn y misericordia a Jehov. Y por tercera vez soamos que t sola, en lo alto de una montaa decas en un clamor que parta el corazn en dos: "Gentes que pasis por estos caminos, mirad y decid si hay dolor comparable a mi dolor". Oh qu extraos sueos son los tuyos ta Sara! Y Myriam, la esenia, reservada y silenciosa, discreta y prudente como todos ellos, call en cumplimiento de aquella vieja ley de la Orden que deca: "El esenio no hablar nunca de s mismo, si no es obligado en defensa de la verdad". Y por su mente lcida y sirena pasaron en armonioso desfile cuantas visiones, anuncios y profecas haba tenido respecto al gran ser que deba llamarle Madre. "Myriam!. . . le haba dicho el mismo Espritu-Luz, el inolvidable da en que era coronada da rosas para desposarse con Joseph Myriam!. . . La Ley Eterna del Amor Universal m? permite asociarte a la misin redentora que me traer pronto a la Tierra". Haba sido al amanecer de aquel da memorable, cuando siguiendo la liturgia sagrada, la virgen que iba a desposarse haca por ltima vez la ofrenda del incienso y de la mirra en el Altar de los Perfumes, smbolo de que ofreca a Jehov el sacrificio de su virginidad para transformarse en esposa y madre, otra forma de sacerdocio consagrado tambin por la Ley Divina, eterna conservadora de la especie humana sobre e! Planeta. Y el Espritu-Luz que deba ser su primognito, le haba dicho ms en el ntimo lenguaje oculto y secreto, conocido por las almas cultivadas en las altas facultades de la psiquis humana: "Myriam!. . . M acercamiento a ti ser tu gloria por los siglos de los siglos, pero ser tambin tu martirio tan profundo y tan hondo, que te www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOllamarn los hombres Doloroso, y ser tu smbolo un corazn... el "tuyo, atravesado por siete espadas". "Myriam!... El Apstol de la Redencin arrastra en pos de s el dolor, el oprobio y el anatema de la inconsciente humanidad a la que trae el divino mensaje; dolor que alcanza a tocios aquellos que de ms cerca comparten la divina carga de Luz y de Sabidura, de que Aqul es portador". "Paladines de la Verdad, de la Sabidura y del Amor, venimos a la inmolacin, y quien ms se acerca a nosotros, ms duramente inmolado ser. "Myriam!. . . en este incienso y esta mirra que quemas sobre el altar cubierto por tus azahares blancos, llega hasta M, la heroica aceptacin de tu alma de ser la ms ntima aliada en la misin redentora que me trae a tu lado. Seas bendita por siempre mujer divinizada por el Amor, por el sacrificio y por la maternidad!" Sara sencilla y virtuosa betlemita, vea a Myriam absorta en sus pensamientos y que por su faz de rosa y marfil parecan cruzarse reflejos de la interna claridad que la iluminaba siempre. Y mientras en el plano fsico se desenvolvan as los acontecimientos, en el mundo sideral se preparaban tambin inslitos movimientos. Los dos ms grandes planetas de nuestro sistema, Jpiter y Saturno, se acercaban lentamente con la soberana majestad de astros de primera magnitud para unirse en magnfica conjuncin, como si ese formidable himeneo de los cielos, debiera tener repercusin en ese otro himeneo del plano terrestre entre la Divinidad y la humana naturaleza, que se gestaba en el seno de Myriam, la dulce mujer, arpa viva de la Eterna Ley. . . Y Jpiter y Saturno seguan su marcha nupcial a travs de los espacios infinitos teniendo por cortesanos y espectadores, las millares de estrellas y de soles de esto Universo visible desde la Tierra. Era el ao 747 de la fundacin de Roma, 8967 de iniciada la Civilizacin Admica, nicas fechas exactas y de posible comprobacin que podemos dar para orientacin de los estudiosos. Ambos planetas se dirigan hacia los dominios zodiacales de Piscis, estrechamente vinculado por entonces a los destinos del gran pueblo seguidor de Moiss. La tierra de promisin, dada por l al pueblo de Israel entre el mar y el Jordn, pareca tener una extraa atraccin para los dos radiantes viajeros celestiales, que corran a celebrar su formidable himeneo justamente en el campo sideral que constitua su patrimonio.

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HILARION DE MONTE NEBOY los sabios y estudiantes de las grandes Fraternidades Ocultistas, seguan con exttica mirada aquella grandiosa marcha estelar, que desde siglos atrs saban que ella deba marcar la hora precisa de la aparicin del Hombre-Dios sobre el Planeta. Dnde se uniran los dos radiantes viajeros? En cul de los doce palacios zodiacales estara la magnfica cmara nupcial da los amantes celestes? Y la mirada de los sabios penetraba los abismos en busca de la gran verdad. PISCIS!, gritaron todos a una vez, cuando les vieron darse all el abrazo supremo, mientras el equinoccio de invierno cubra de nieve la tierra de promisin vislumbrada porMoiss; y en el ter azul, el rojizo Marte, corra tambin presuroso hacia Piscis para cubrir con la prpura de sus cendales flotantes, el resplandeciente himeneo de Jpiter y Saturno. La reunin de los tres planetas una la eterna clarinada que marcaba 'a hora exacta, precisa, inexorable, en que el Hombre-Dios abra sus ojos humanos a la vida fsica sobre el Planeta Tierra para la postrera inmolacin, la que coronaba su gloriosa y larga carrera de Masas-Instructor de humanidades. Y de las grandes Escuelas de Divina Sabidura, salieron en viaje, audaces peregrinos hacia la tierra bendita, donde haba nacido el Hijo de Dios m carne de hombre! Seis siglos antes, Isaas, uno de los ms grandes videntes de Israel, haba cantado en su arpa de cuerdas de bronce, cuyas vibraciones estremecan las almas: "Y t Betlehem de Jud, no eres pequea, sino grande entre las ciudades de Israel, porque de ti nacer el Salvador de los hombres". Y como esa noche, sptima del equinoccio de invierno, permanecan muchos en vigilia para completar el grandioso espectculo anunciado los astrnomos asirios y caldeos, algunos de los cuales hasta teman un cataclismo estelar que produjera la disgregacin de varios mundos incluso la Tierra, fue as cmo los pastores betlehemitas velaban tambin, y por su sencillez de costumbres y ferviente plegaria a Jehov pidiendo misericordia, captaron los ms sensitivos, la onda de armona divina emanada de las Grandes Inteligencias que prohijaban la entrada del Hombre-Dios al plano fsico; onda radiante de luz y de gloria, que verta sobre la tierra como una cascada musical, el inolvidable canto del Amor y de la Paz: "GLORIA A DIOS EN LO MAS ALTO DE LOS CIELOS Y PAZ EN LA TIERRA A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD!" Myriam, Joseph, Sara y Elcana, nicos seres humanos que presenciaron el advenimiento del Verbo de Dios, cayeron en hipnosis exttica, por la fuerza de vibracin del gran espritu, que tomaba posesin de su materia para una vida terrestre. Los fluidos sutiles y penetrantes de las pursimas Inteligencias que apadrinaban la conjuncin planetaria que ya conocemos, no pudieron ser resistidos por la dbil materia fsica de los cuatro seres presentes, y tan de cerca inmediatos al acontecimiento. www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOJoseph y Elcana sacudieron ms pronto el sopor suavsimo y profundo que les invadiera, y que ellos inconscientemente calificaron de sueo letrgico, producido por exceso de incienso y mirra que se quemaban en las ascuas de un pebetero. Ellos despertaron a Sara, porque el recin nacido se quejaba quedo, suavsimo, querubn de rosa y ncar, yaciente en la blancura del lecho de la madre, an sumergida en las brumas radiantes de la hipnosis. Sara!, mujer humilde y buena. . . fueron tus manos laboriosas las que primero tocaron el sagrado cuerpo del Cristo recin nacido, y seran tambin las ltimas que perfumaron su cadver 33 aos despus, cuando Myriam desvanecida en profundo y doloroso desmayo, caa sobre el pecho de la Magdalena enloquecida, al serles arrancado el santo cadver para llevarle a la sepultura! Sara!, laboriosa y abnegada mujer, ignorada en tu grandeza silenciosa y obscura ante los hombres, que buscas tu cumbre por senderillos solitarios y olvidados, donde brotan florecillas que nadie codicia, ni busca, ni ambiciosa; senderitos hogareos que muy pocos ven, y menos an, valoran y comprenden!. . . Ms, nadie borrar de tus manos el sagrado florn de oro estampado en ellas, por el divino contacto del cuerpecito recin nacido del Hijo de Dios! Tres esenios de edad madura, cuyas viviendas se levantaban en los suburbios de Betlehem hacia el oriente, velaban en torno a la hoguera encendida junto a un ventanal que les permita contemplar el espectculo grandioso y acaso amenazador, de la unin de los dos grandes planetas en el infinito azul. Los tres jefes de familia, Alfeo, Josas y Eleazar estaban reunidos, en la casa de este ltimo, a causa de que teniendo numerosa familia entre la que estaban sus padres ancianos, necesitaba ser ayudado para el temido caso de que un cataclismo sideral tornara en escombros la vivienda. Mientras que Alfeo y Josas, ambos viudos, slo tenan el criado guardin de los ganados. Las esposas eran muertas, y los hijos ya casados, formaban familia aparte. Y he aqu que cuando la conjuncin planetaria era perfecta, vieron que interceptando la luz de los dos amantes siderales, unas nubecillas de prpura y de nieve, de azul y oro, parecan acercarse en vuelo sereno y majestuoso, hasta poder distinguir claramente formas humanas como pintadas sobre el azul de los cielos por una mano de artista. Parecan tener lades y ctaras produciendo una armona lejana... muy lejana y dbilmente perceptible. Los tres esenios hechos todo ojos y odos, parecan tres figuras de arcilla recortadas en el ventanal escuchando y mirando sin acertar a movers. Las radiantes figuras humanas de una sutilidad que por momentos se esfumaba en la penumbra azul de la noche, parecan volar hacia la dormida ciudad de Betlehem, cuyas techumbres cubiertas de nieve como las copas de los rboles centenarios que le rodeaban, aparecan a lo lejos como una inmensa manada de elefantes blancos entregados al reposo nocturno. www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA

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HILARION DE MONTE NEBOUna que otra luz de alguna ojiva de observacin, cortaba a intervalos la blanca monotona de la ciudad dormida bajo la nieve. Alfeo y Josas, que por estar ya libres de los lazos de familia, concurran ms asiduamente a los ocultos templos esenios de las montaas, tenan ms desarrollada la facultad clarividente, y pudieron percibir con alguna nitidez que las hermosas figuras radiantes flotaban sobre la casa de Elcana el tejedor, en cuyo interior se vislumbraba la dorada claridad de la hoguera encendida. Los maestros deca Josas nos estn anunciando la llegada de un Redentor, acontecimiento que sera precedido de extraordinarias manifestaciones en los cielos, y acaso sea ste el momento. Y ya andando por la ciudad en su lado oriental donde se hallaba la casa de Elcana, presenciaron que all desaparecan o se esfumaban las esplendentes visiones. Ms, cmo puede haber nacido all aada Alfeo si Elcana vive solo con su mujer y slo tuvieron un hijo que ya es casado y vive en Sebaste? Y rondando alrededor de la silenciosa y tranquila morada del tejedor, escucharon. Era el preciso momento en que Elcana y Joseph sacudan el sopor hipntico que el acercamiento de Inteligencias Superiores les haba producido, y los tres ansiosos observadores externos escucharon la voz de Elcana: Sara!. . . Sara!.. . Despirtate, que el nio ha nacido y empieza a llorar. Y llamando tenue a la puerta del taller, vecino a la alcoba, desde fuera decan: Elcana, esenios llaman a tu puerta. brenos por favor! La hospitalidad es una de las grandes leyes de los esenios y Elcana abri su puerta. Qu pasa en tu casa, que todas las luces de los cielos bajan sobre ella? preguntaron los visitantes. Luces, decs? Velando nos habamos dormido y nos hemos despertado con los vagidos del nio le contest el interpelado. Pero de qu nio hablas?... Acaso es tu mujer?... No, sino Myriam nuestra sobrina, que vino desde Nazareth a esperar aqu el nacimiento de su hijo. Elcana!. . . le dijo Josas, ya sabes que los ancianos han anunciado la venida de un gran Profeta sobre Israel. No ser ste acaso? Entrad y hablaremos. Y los tres visitantes escucharon de los labios de Elcana el tejedor, el relato de, los sueos que l y Sara haban tenido referente al hijo de Myriam y Joseph que acababa de nacer. No hay duda que es l!... afirmaron todos a la vez, y su conviccin fue mayor cuando Elcana les refiri cuanto a Myriam haba sabido por boca de Joseph su esposo, referente a la www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOvirtud y silencio de la dulce mujer, cuya vida pareca una continuada contemplacin interior, an en medio de las faenas penosas del hogar. Y poco despus fueron conducidos a la alcoba de Myriam, que sentada en su lecho tena en el regazo a su tierno recin nacido. Y aquellos hombres adustos, esenios con almas radiantes de fe y esperanza, cayeron de rodillas, para as, de rodillas, besar las tibias manecitas del querubn de rosa y ncar que dorma en profunda quietud. Joseph lloraba de felicidad. Esenios todos ellos, podan valorar con exactitud lo que significaba para los dichosos padres, el ver su hogar bendecido por el nacimiento de un enviado de Dios. Myriam, la mujer de la dulzura y del silencio, miraba a todos y miraba a su nio. Y callaba abismndose nuevamente en su interna contemplacin. Por fin rompi el silencio meditativo de todos: Parceme que mi hijo me dice a lo ms hondo del alma: cantad un himno de accin de gracias porque se ha cumplido la voluntad del Altsimo. Y aquellos siete humildes esenios cantaron a coro algunos fragmentos de los salmos de alabanza y gratitud, porque haba bajado a la Tierra el Salvador de los hombres. Y retirndose de la alcoba de Myriam para dejarla reposar, se reunieron en torno de la hoguera que arda en alegre llamaradas, los cinco hombres con Sara, que llena de solicitud y poseda de santo entusiasmo tom la copa de las libaciones sagradas que el rito esenio acostumbraba en los grandes acontecimientos de orden espiritual. Dicha copa era lo que nosotros llamaramos un jarroncito de dobl asa y deba ser de oro, de piedra, o de arcilla, segn se lo permitiera a cada familia su situacin financiera. Elcana estaba en la posicin media y su copa era de mrmol blanco. Este como jefe de la casa tom la copa de manos de Sara, su esposa, mientras ella pona mantos blancos sobra los hombros de todos, smbolo de que una gran pureza deba cubrirles en esos momentos solemnes (Los relatos de estos testigos oculares de los acontecimientos de aquel amanecer del Cristo sobre la Tierra, sirvieron de argumentos dignos de fe a los primeros bigrafos podemos mencionar dos, cuyos nombres como grandes amigos del Salvador, han pasado a la posteridad: Jos de Arimathea y Nicodemus de Nicpolis). Y todos de pie en torno a la hoguera, cruzaron sus manos sobre el pecho e inclinaron sus frentes en adoracin del Supremo, ante quien reconocan sus pecados en un acto de sincero arrepentimiento. Y Elcana, jefe de la casa, repeta las frases del ritual: "El Altsimo ha recogido nuestra confesin y nuestro arrepent miento. "Su misericordia, derrama sobre nosotros las aguas divinas que lavan los pecados de los hombres. "Su amor eterno nos abre las puertas de su templo de sabidura. www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBO"Y que este jugo de la vid que juntos bebemos !a noche de la encarnacin del Avatar Divino, sea salud y bendicin, santidad y justicia para todos los das de nuestra vida". Y la blanca copa de las libaciones sagradas corri por todas las manos en el ms austero silencio. Y cuando todos hubieron bebido, Elcana vaci sobre las ardientes llamas del hogar, el resto del licor que quedara en el fondo de la copa, mientras deca: "Que el hogar del esenio arda siempre para dar luz y calor a cuantos lleguen a su puerta". Terminado el religioso ritual, empezaron las confidencias ntimas sobre el feliz acontecimiento que les reuna esa noche en torno del fuego hogareo de Elcana. Todos presionaron a Joseph para que les revelara hasta los menores detalles observados en Myriam desde que la sac del Templo el da de los desposorios. A medida que avanzaba el relato, iban todos llegando al pleno convencimiento de que el nio que acababa de nacer, no era un simple Profeta de Jehov sino el Avatar Divino, o sea la encarnacin del Hijo del Altsimo esperada desde siglos por sus maestros Esenios. Y Alfeo, Tosas y Elcana tomaron la resolucin de partir al siguiente da para las montaas del Mar Muerto, donde ocultos en profundas criptas, vivan en el estudio, la oracin y el trabajo, los setenta ancianos Esenios que formaban el Consejo Supremo de la Fraternidad. Ni Eleazar, ni Joseph podan acompaarlos, por los sagrados deberes que a ambos les ataban junto a sus respectivas familias. Cuando los viajeros tomaban el cayado y ajustaban su correa para emprender el viaje, la previsora Sara, les daba un morral con pan y frutas secas a cada uno, pues la aridez escabrosa de aquellas montaas amenazaba con el hambre a quienes se aventurasen por ellas sin bolso de provisin. Elezar, corri a su casita de las afueras de Bethlehem para participar a los suyos el gran acontecimiento. Sus ancianos padres, su mujer y sus hijos corrieron presurosos a casa de Elcana el tejedor, para ofrecer a Myriam y a su divino infante todo cuanto tenan, dando con esto vida real a los tiernsimos relatos que la ms antigua tradicin ha conservado referente a los sencillos dones de los pastores betlemitas, primeros conocedores del sublime misterio del Avatar Divino hecho hombre sobre la tierra. La fausta noticia corri bajo un sigiloso secreto por todas las familias esenias de Bethlehem. Y la modesta vivienda de Elcana se vio visitada por una inmensa e ininterrumpida peregrinacin de todas las comarcas vecinas. Y los que no conocan el secreto decan: Jehov ha bendecido las manos de Elcana y de Sara, su mujer, cuyos primorosos tejidos de lana atraen gentes desde los pueblos vecinos.

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HILARION DE MONTE NEBOLos dulces y silenciosos Esenios callaban, porque tal era el consejo de los maestros para no producir alarmas entre los gobernantes romanos o judos, que podan ver un cercano peligro en el gran ser que haba bajado entre el pueblo de Israel. LOS ESENIOS Sigamos a los tres viajeros camino de En-ged en la margen occidental del Mar Muerto, donde exista un antiguo y escondido Santuario esenio, residencia de algunos solitarios, especie de delegados de confianza del Supremo Consejo, a los fines de facilitar a los hermanos de la Judea el concurrir a las asambleas en das especiales, como los haba igualmente en el Monte Ebat para los de Samaria, tan el Carmelo y el Tabor para los galileos, y en el Hermn para los de Siria. El Gran Consejo de los Setenta Ancianos conductores de la Fraternidad Esenia, tenan su residencia habitual fin los Montes de Moab, en la ribera oriental del Mar Muerto, all donde no llegaban ms seres humanos que de ao en ao para subir a un nuevo grado, o analizar las pruebas designadas para cada grado, pues las consultas ms sencillas eran atendidas por los esenios de los pequeos Santuarios de que ya se ha hecho mencin. Era En-ged una aldea antigua y de sombro aspecto, pues que aquella comarca salitrosa y rida, muy pocos encantos ofreca a los viajeros. Entre las ltimas casas, hacia el oriente, se encontraba la vivienda de dos fornidos mozos, que con su anciana madre vivan de la fabricacin de manteca y quesos de una gran majada de cabras que posean, a ms de la carga de lea que a lomo de asno transportaban a las aldeas vecinas. Esta casa era conocida de todos por la Granja de Andrs. Haba sido el jefe de la familia, pero ya no viva desde haca varios aos atrs. A la puerta de esta casa, llamaron nuestros viajeros al anochecer del da siguiente de haber emprendido el viaje. Un postiguillo en lo alto de la puerta se abri y por l entr Elcana, su mano haciendo con ella el signo de reconocimiento de los esenios, al mismo tiempo que deca las palabras del santo y sea "Voz del silencio". El signo era, la mano cerrada con el ndice levantado hacia arriba. La puerta se abri en seguida y los viajeros ateridos de fro, sacudieron la nieva de sus gruesas calzas de piel de camello, se acercaron de inmediato a la hoguera que arda en rojizas llamaradas. Una anciana de noble faz, coca el pan y varias marmitas humeaban junto al fuego. Cuando se quitaron los pesados gorros de piel que les cubra gran parte del rostro, los tres fueron reconocidos por la familia de Andrs, pues ese mismo viaje lo hacan una vez cada ao.

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HILARION DE MONTE NEBONovedades grandes debis tener cuando habis venido en este crudo da en que ni los bhos salen de sus madrigueras observ Jacobo, el mayor de los muchachos. Grandes noticias! Exclam Elcana. Y as os rogamos que nos dejis pasar a la presencia de los solitarios. No ser sin que antes hayis comido junto con nosotros observ la anciana, cuyo nombre era Bethsab. As daris tiempo a que los Ancianos terminen tambin su cena que es justamente a esta misma hora aadi Jacobo. Bien, hermanos, aceptamos vuestra oferta respondieron los viajeros. Y acto seguido aquellos seis modestos personajes rodearon la sencilla mesa de la Granja de Andrs el leador, que durante toda su vida pas en aquella cabaa, sirviendo de portero a la subterrnea entrada al templo de los esenios; humilde tarea que segua cumpliendo su viuda y sus hijos, tambin para toda su vida, pues entre los esenios, las misionas de este orden eran como una honrosa investidura espiritual, que pasaba de padres a hijos como sagrada herencia a la cual tenan derecho hasta la cuarta generacin. La frugal comida, leche de cabra con castaas asadas, higos secos, queso y miel, termin pronto; y Jacobo encendiendo en el hogar una torcida encerada que les servia de antorcha, dijo: Estoy a vuestra disposicin. Vamos contestaron los tres viajeros. Id con Dios y hasta maana dijeron a la vez la madre y el hijo menor, jovenzuelo de diecisiete aos, a quien llamaban Bartolom. Los tres viajeros precedidos de Jacobo, pasaron de la cocina a un pajar, al extremo del cual se encontraba el inmenso establo de las cabras. Detrs de una enorme pila de heno seco, y dando rodeos por entre sacos de trigo y de legumbres, Jacobo removi una lmina de piedra de las que formaban el muro, y un negro hueco apareci a la vista. Era una pequea plataforma, de donde arrancaba una escalera labrada en la roca viva que suba hasta diez escalones. A la terminacin de ellos, se encontraba una puertecilla de hierro que apenas daba lugar al cuerpo de un hombre. Del interior de la puerta sala el extremo de una cuerda. Jacobo tir de ella, y muy a lo lejos se oy el taido de una campana que reson suavemente. A poco rato el postiguillo de la puerta se abri y la luz de la antorcha de Jacobo alumbr un blanco rostro de anciano que escudriaba al exterior. Voz del silencio! Hermanos esenios traen grandes noticias y piden hablar con los Ancianos. Vio el rostro de Jacobo y sonri bondadosamente. Bien, bien esperad unos minutos.

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HILARION DE MONTE NEBOLa puertecita se abri pesadamente despus da un breve rato, y los tres viajeros entraron a una habitacin baja e irregular, de cuya techumbre penda una lmpara de aceite. Siete esenios de edad madura esperaban sentados en el estrado de piedra que circundaba la sala. Por esta noche quedan aqu los viajeros dijo el esenio portero a Jacobo. Vete a dormir y ven por ellos maana antes del medioda. Y el joven se retir. Una hoguera recientemente encendido brillaba en un ngulo de la habitacin, y una gruesa estera de fibra vegetal y algunas pieles de oveja, daban al rstico recinto un aspecto confortable. Y en pequeos taburetes frente al estrado, los viajeros en profundo silencio se sentaron. -Que la divina Sabidura ilumine nuestra mente, y que la Verdad mueva nuestra lengua. Hablad. Estas solemnes v palabras fueron pronunciadas por el anciano que ocupaba el lugar central. As sea contestaron los tres viajeros. En seguida Elcana refiri cuanto el lector conoce desde los sueos de l y su esposa la llegada de Myriam y Joseph a su casa, y cuanto all haba ocurrido. Cuando l termin, Josas y Alfeo relataron a su vez lo que haban visto mientras observaban la conjuncin de los grandes planetas. De un hueco en forma de alacena, cuya puertecilla era una piedra que se corra, uno de los ancianos extrajo un rollo de telas enceradas, tabletas de madera y de arcilla y en el ms profundo silencio, comenzaron entre los siete a recorrer aquellas escrituras. En verdad hermanos, que vuestra noticia es de trascendental importancia dijo por fin el anciano Servidor, como llamaban ellos al jefe o mayor de la casa. El tiempo era llegado y la conjuncin marc la hora ltima de la noche pasada, sobre la constelacin de Piscis que prohija al pas de Israel, aadi otro de los ancianos. Tal acontecimiento ha sido comprobado por todos nosotros observ un tercero y ya los Setenta deben esperar de un momento a otro este anuncio que nos trais vosotros. De cunto tiempo disponis para esta misin? pregunt el Servidor. Del que nos mandis respondieron los tres viajeros a- la vez. El sacrificio que habis realizado en esta cruda noche de nieve, la voluntad firme y la ms firme adhesin a nuestra Fraternidad bien merece a lo que juzgo, una compensacin espiritual de nuestra parte. De qu grado sois en la Orden? Hace seis aos que entramos al primero: la hospitalidad y el silencio, y por mi parte creo haber cumplido con regularidad contest Elcana. Yo dijo Josas he faltado slo una vez a la hospitalidad en el caso de presentarse a mi puerta un prisionero de la Torre Antonia, a quien buscaba la justicia con mandato de entregar vivo o muerto. Le di pan y frutas y le ped que pasara de largo para no verme www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOobligado a entregarlo. An viva mi esposa y mi hija no era casada, y cre que mi vida les era necesaria a ellas. No pecaste ante Dios ni ante la Fraternidad, hermano, que jams obligan a sacrificar a los dems consigo mismo. Otra situacin hubiera sido si estuvieras solo en el mundo. Y yo refiri Alfeo he faltado al silencio reglamentario en un caso en que no fui capaz de dominarme. Hubo ria entre dos pastores por causa ma y a no ser mi propia intervencin y la de otros vecinos, hubiramos tenido que lamentar una muerte. "Vena observando de tiempo atrs que un pastor sacaba la leche de las cabras de cra de su vecino, y los cabritillos de ste iban enflaqueciendo y muriendo en la poca del fro. El infeliz pastor se quejaba de su mala suerte, y llamaba injusticia de Dios qu slo sus cabritillos estuvieran lnguidos y raquticos, cuando l tanto se esforzaba para cuidar a las madres. Como ya pasara ms de un ao tragndome la lengua para guardar el silencio, un da no pude ms y dije al pastor perjudicado: Ven, observa desde mi granero. Y desde all l vio lo que yo vea desde haca ms de un ao. Y aqu fue que ocurri el drama, al final de todo lo cual el mal vecino fue condenado a indemnizar los daos causados, con la amenaza de ser expulsado de la comarca si se repeta el caso. Tampoco t has pecado contra Dios ni contra nuestra Fraternidad hermano, porque haba dao a tercero, y ese tercero tendra esposa e hijos que sustentar y a la larga, todos ellos padeceran miseria y hambre si aquella situacin se prolongaste indefinidamente. El hablar cuando es justo, no es pecado. El hablar sin necesidad ni utilidad para nadie, es lo que est vedado por nuestra ley. "Y como estamos autorizados en este Santuario para ascender hasta el grado tercero, pasemos al Santuario donde recibiris del Altsimo el don que habis conquistado. El esenio portero que era uno de los siete de aquel pequeo Consejo, se acerc a los viajeros entregndoles tres paos de finsimo lino. Los tres rpidamente se vendaron los ojos. Entonces el Servidor apag la lmpara de aceite, cubri la hoguera con una campana de arcilla, y en la ms profunda oscuridad, se sinti el correr de una piedra de la muralla y luego el crujido de una puerta que se abra. Los tres viajeros unidos por las manos y conducidos por el portero, anduvieron unos veinte pasos por un pavimento liso y cubierto de suave arenilla, al final del cual sintieron otra puerta que se abra y que penetraban en un ambiente tibio y perfumado de incienso. El Servidor les quit las vendas y los tres cayeron de rodillas, pronunciando las palabras del ritual mientras se inclinaban a besar las losas del pavimento: "Sed bendito por los siglos de los siglos, o Santo de los Santos, Dios misericordioso que me has permitido entrar a este sagrado recinto donde se escucha tu voz".

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HILARION DE MONTE NEBOActo seguido tres Esenios les cubrieron con el manto blanco, de las consagraciones, y les acercaron hacia el gran candelabro de siete cirios, en el cual slo estaba encendido uno; era el grado primero que ellos tenan.. En seguida fue descorrido el espeso cortinado blanco que desde el techo caa detrs de la lmpara, y aparecieron siete grandes libros abiertos sobre un altar de piedra blanca, encima de cada uno de ellos aparecan escritos en letras de bronce los nombres de los grandes maestros Esenios desaparecidos: Elas,'Elseo, Isaas, Samuel, Jons, Jeremas y Ezequiel. Y ms arriba de los siete libros apareca tallada en piedra, una copia de las Tablas de la Ley Eterna grabada por Moiss, cuyo original estaba en poder de los Setenta, en el Santuario de los Montes Moab. Las repetidas cautividades del pueblo hebreo y las devastaciones de los santuarios de Silos, de Bethiel y de Jerusaln, oblig a los discpulos de Es-sen, a salvaguardar aquel sagrado legado d Moiss en las profundas cavernas del Monte Moab. Y suspendida de la techumbre iluminando las Tablas de la Ley, resplandeca una estrella de plata, cuyas cinco puntas eran lamparillas de aceite que ardan sin apagarse nunca. Aqul era el Smbolo Sagrado de la gran Fraternidad Esenia, cuyo oculto significado era: la Luz Divina que ilumin a Moiss, en el Monte Horeb y el Sina, de donde surgi la Ley que permanece hasta hoy como brjula eterna de esta humanidad. Y en los siete enormes libros de telas enceradas, estaba escrita la vida y enseanza, profecas y clarividencias de cada uno de aquellos seres venerados como maestros de la Fraternidad Esenia. Resonaron las ctaras de los Esenios cubiertos todos con mantos blancos. El Servidor se ci a la frente por medio de un cordoncillo de seda azul, una estrella de plata de cinco puntas que simbolizan la Luz Divina, que imploraba sobre l al hacer la consagracin de ios tres hermanos que llegaban al Santuario buscando acercarse ms a la Divinidad. Espirales de incienso se elevaban a lo alto, desde pebeteros colocados delante del altar de los siete libros de los Profetas. Con voces austeras y graves, cantaron a coro el salmo llamado El Pedan a una voz y al son de sus ctaras y lades, el perdn de sus pecados y la misericordia divina sobre todos los hombres de la Tierra. Terminado el doliente salmo, profunda lamentacin del alma humana que reconoce sus errores y se arrepiente de ellos, el Servidor destap la pilastra de agua que haba a la derecha de la gran lmpara de siete cirios, e invit a los que iban a consagrarse en el segundo grado de la Fraternidad, a sumergir en ellas sus manos hasta el codo., Era la ablucin de manos, rito que iniciaba la entrada al segundo, grado, como la ablucin de faz, era la iniciacin al primer grado que haban pasado. Aquellas aguas www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOfuertemente vitalizadas por setenta das de transfusiones de elevadas y puras energas, producan una suave corriente dulcsima a los que en ella sumergan sus manos, que despus dejaban secar sin contacto de pao ninguno. Llevados ante la gran lmpara, el Servidor pronunciaba las palabras de la Consagracin: "Dios Todopoderoso, que habis vitalizado con vuestra energa divina las manos de vuestros siervos para que trabajen en favor de sus hermanos desvalidos y menesterosos, escuchad el voto sagrado que os hacen, de trabajar dos horas ms cada da, para sustentar a los leprosos, paralticos y hurfanos que crucen por su camino". Y los consagrados decan cada uno por separado: "Ante Dios-Creador de todo cuanto existe, hago voto solemne de aumentar en dos, mis horas de trabajo para sustentar a los leprosos, paralticos y hurfanos que crucen por mi camino". Entonces un esenio encendi el segundo cirio de la gran lmpara sagrada. Y el Servidor poniendo sus manos sobre la cabeza de cada uno le deca: "Si tu vida os conforme a la Ley, las energas benficas que han absorbido tus manos en este da, te servirn para aliviar los dolores fsicos de nuestros hermanos". Acto seguido los recin consagrados llegaban hasta el gran altar de los siete libros, y arrojando incienso a los pebeteros, hacan una evocacin a sus grandes profetas y pronunciaban sus nombres, ms con el alma que con los labios. Y ocurra siempre que alguno de los siete profetas, se apareca en estado espiritual, ms o menos visible y tangible, segn fuera la fuerza de vibracin que la evocacin tuviera. Y esta vez les apareci el dulce Samuel, que les aconsej el desprendimiento y la generosidad para con todos sus semejantes impedidos por una cosa o por otra de procurarse el sustento. "Es el segundo grado de la Fraternidad Esenia les dijo la voz sin ruido de la espiritual aparicin y siete aos pasareis practicndolo si alguna circunstancia especial y favorable a vosotros, no impulsa a los Ancianos a abreviar el tiempo de vuestra prueba. Y porque habis realizado el esfuerzo de anunciar el Nacimiento del Verbo de Dios, la Divina Ley os permitir seguirle de cerca en su vida y acompaarle hasta la muerte. "Desde el mundo espiritual vuestros maestros Esenios os bendicen en vuestros trabajos, en vuestras familias, en vuestros ganados, en vuestros campos, en el agua de vuestra fuente y en el fuego de vuestro hogar". Los tres haban cado de rodillas ante el gran altar de piedra, y su llorar emotivo y suavsimo haba corrido hasta mojar las piedras del fro pavimento. Tan honda haba sido su emocin que no acertaban a moverse, siendo necesario que el esenio portero les sacudiera de los hombros, al mismo tiempo que les presentaba los paos para vendarse los ojos. Los otros ancianos desaparecieron tras la pesada cortina blanca que cay de nuevo, y los tres viajeros fueron nuevamente conducidos por el mismo camino a la sala aquella en que primeramente fueron recibidos. Ya era muy entrada la noche. La hoguera se encendi de nuevo y el esenio les arregl con pieles, hermosas camas sobre el estrado. Les dej pan, frutas, queso y vino y www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOdesapareci sin ruido alguno. El gran silencio les anunci que ya estaban solos, y quitndose las vendas, se abrazaron los tres como en una explosin de amor fraterno. El lector puede imaginar los comentarios de los tras viajeros, qua por mucho que la imaginacin corra, quedar siempre atrs de la realidad. Era aquella, una poca de exaltado sentimiento religioso en el pueblo de Israel, designado en esa hora para recibir la ltima encarnacin del Avatar Divino sobre la Tierra. Y la corriente de fe y de amor manada de los templos Esenios ocultos entre ridas montaas, mantena a muchas almas en un alto grado de vibracin homognea a la que emanaban las Inteligencias Superiores, para que fuera posible la conjuncin perfecta entre la sutilidad extrema del Verbo de Dios y la naturaleza fsica que le servira de vehculo para su ltima manifestacin. Y los Esenios como los Dacthylos del tiempo de Antulio, y los Kobdas del tiempo de Abel, cumplieron admirablemente su cometido de precursores del Hijo de Dios. Juan el Bautista, no fue sino si eco formidable de la gran voz de la Fraternidad Esenia que hablaba a la humanidad de la Palestina, como la ms inmediata al nacimiento del Hombre Luz sobre ese rincn de la Tierra. No es pues, de extraar que nuestros tres humildes personajes se manifestasen as posedos de tan extraordinario fervor religioso, que les haca capaces de grandes sacrificios y de inauditos esfuerzos. Los seres sensitivos y de una regular evolucin, se identifican y compenetran tanto de las corrientes espirituales elevadas de determinadas pocas propicias, que dan a veces grandes vuelos, aunque ms tarde se estacionen en el progreso alcanzado, cuando pocas de adversas corrientes pesan enormemente sobre ellos. La historia del rey David, y de todos esos grandes arrepentidos que hicieron de sus vidas un holocausto de expiacin y penitencia, cuando despierta su conciencia, les acus su pecado, son un ejemplo da la aseveracin que hacemos, con el fin de que los lectores no se vean atormentados por dudas referentes a los adelantos progresivos de las almas. Si el Cristo se vio sometido a tan formidables luchas con las pesadas corrientes que en momentos dados lo acosaban, no obstante la altura espiritual y moral en que se hallaba, no es de extraar las cadas y las deficiencias de los que le venimos siguiendo a tan larga distancia. A mitad de la maana siguiente, Jacobo, el hijo de Andrs, llamaba a la puerta de la sala hospedera donde se encontraban los viajeros, y abriendo ellos mismos la puertecita de hierro, le siguieron no sin antes buscar con la mirada, por si algn esenio apareca para despedirles. Mas los hombres del silencio no hablaban ni una palabra ms de las que ya haban dicho en cumplimiento de su deber. Se llevaron como era de prctica, los tres paos de lino con que se vendaron los ojos antes de entrar al Santuario, nica prueba que les quedaba de que no era un sueo ni una alucinacin cuanto haba ocurrido aquella noche. Tenemos ya dos paos como stos adverta Elcana mientras lo doblaba cuidadosamente y lo guardaba sobre su pecho debajo de su gruesa casaca de piel. Que Dios nos conserve la vida hasta que reunamos siete iguales que estos deca Josas, que pareca tener el presentimiento de una larga vida. www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOAs sea! contestaban los otros, mientras guardaban tambin sobre el corazn lo que era para ellos una sagrada reliquia. Cara de fiestas trais decales la buena y laboriosa Bethsab al verlos llegar rebosantes de alegra. Mucha, madre Bethsab, mucha! Aquellos santos ancianos son los depositarios de toda la dicha de los cielos, pues que as la hacen desbordar sobre quien llega hasta ellos. Pienso hermano Alfeo deca Elcana que como ellos hacen con nosotros, debemos nosotros hacer con cuantos lleguen a nuestra morada, si de verdad somos Esenios. Pues porque yo quiero serlo dijo la buena mujer, os ruego que os sentis aqu junto al fuego, para que comis mi pan calentito con manteca y miel, mientras acaba de cocerse la comida del medioda. Fiestas tenemos madre Bethsab por lo visto? interrogaba uno de los viajeros. Pobre fiesta de una cabaa de leadores! aada Jacoba ayudando a su madre a disponer la mesa y a retirar del fuego la gran marmita donde se cocan las castaas en vino y miel, y otra ms, en que humeaban las lentejas guisadas con trozos de cabrito. Esenios matando animalitos para comer!... exclamaron los huspedes al darse cuenta. Calma hermanos!. . . que los Esenios no matan, sino que recogen lo que las montaas matan contest Bethsab haciendo las partes en grandes platos de barro sobre la mesa. Y yo casi me mato aadi Bartolom cuando en la tarde de ayer me colg Jacobo con una soga desde un picacho del Quarantana para bajar al fondo de una garganta donde se haban despeado tres cabritillos preciosos que all perdieron la vida. -Y tres sois vosotros, y as os levaris las tres pielcitas blancas para el nio de Myriam, y los mejores trozos de carne para que ella recobre fuerzas y cre al bienvenido como un gozo de Dios deca iluminada de dicha la buena mujer, en quien la cualidad de dar estaba grandemente desarrollada. Habremos de pensar que los inocentes cabritillos quisieron ofrecer sus vidas al santo nio que viene a la Tierra a salvar a todos los hombres? preguntaba Josas a sus compaeros. Puede que s contestaba Jacobo acercando bancos a la mesa y haciendo sentar a los huspedes. Puede que s, pues yo no recuerdo que haya ocurrido una triple muerte desde que abr los ojos a la luz. De vez en cuando ocurre esto cuando algn lobo hambriento se acerca a la comarca y las cabras se arremolinan al sentir por el olfato su proximidad. Y as ellas mismas se despean o despean a sus hijuelos al fondo de los barrancos. Aos atrs esto era muy comn, porque los lobos nos visitaban a menudo hasta la cerca que rodea la casa. Mi pobre www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA

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HILARION DE MONTE NEBOAndrs y yo hemos pasado las nuestras para defender de ellos a nuestro ganado, Cun felices hubiramos sido si l hubiese llegado con vida a este gran acontecimiento! exclamaba la buena mujer, mientras en sus pupilas asomaba el brillo de lgrimas que no dejaba correr. Madre intervino el jovenzuelo Bartolom, siempre olvidis lo que nos dijo el maestro esenio del Monte Hermn cuando vino con la triste noticia que an lamentis. Qu os dijo si se puede saber pregunt Elcana buscando una idea piadosa para consolar a Bethsab. Que diga, madre, lo que nos dijo insisti el jovencito. Es que mi Andrs, fue sorprendido por la muerte all en el norte del pas, en un viaje que hizo mandado por los ancianos del Quarantana. Y el Servidor del Monte Hermn mand uno de los Esenios de aquel Santuario a traernos los ltimos mensajes de Andrs, que entreg su alma a Dios entre los brazos de los ancianos agradecidos a su sacrificio. Contadnos cmo fue la heroica accin de nuestro hermano Andrs, para que nosotros aprendamos tambin a sacrificarnos si llega el caso dijo Alfeo demostrando su anhelo de conocer virtudes ajenas, cosa muy comn en los Esenios, o sea comentar las nobles y bellas acciones de! prjimo. Los ancianos de aqu sigui diciendo la buena mujer necesitaron un hombre de confianza que fuera con una tropilla de asnos a traer cereales y legumbres, frutas secas y aceitunas desde Galilea, que es tan rica en todos estos productos de que esta rida tierra carece Haban recibido aviso del Santuario del Monte Hermn, que ya tenan recopilado cuando deba transportarse aqu. Y mi Andrs fue el elegido para esta delicada misin. Lleno de gozo deca al despedirse de nosotros: Qu dicha la nuestra Sabe, que sea yo el elegido para traer el sustento a los siervos de Dios! Lejos estaba de pensar que con ello perdera la vida. Llevaba tres hombres para ayudarlo, pero uno de ellos se vendi por unas monedas de plata, y descubri a unos forajidos que asaltaban a los viajeros, que mi marido llevaba barrillas de oro y plata extradas por los ancianos en estas montaas y con las cuales pagara los productos que deba traer. Andrs lo sospech y ocult las barrillas entre los sacos de heno y bellotas, que colgaban de la cabeza a loa asnos en las horas de la racin. Y as fue que al no encontrarle el oro en la tienda, se hartaron de darle palos, en tal forma que los dos criados fieles, tuvieron que llevarlo medio muerto sobre un asno. Por mucho que los ancianos de all lo curaron estaba mal herido, y de resultas de ello muri sin poder vernos ms sobre la Tierra. Fue un esenio mrtir de su silencio y de su fidelidad dijo Elcana con reverencia y piedad.

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HILARION DE MONTE NEBOLos tres huspedes se pusieron de pie para rendir un homenaje al valiente hermano que prefiri dejarse maltratar, antes de entregar el tesoro que se le haba confiado. Que Dios misericordioso lo tenga en su Reino de Luz Eterna exclam Josas. As sea respondieron todos. La pobre Bethsab lloraba silenciosamente. De pronto Alfeo y Josas, ambos clarividentes vieron una silueta astral como una nube blanquecina que se condensaba ms y ms al lado de Bethsab, la cual sintiendo algo as como el roce de un vientecillo fresco, volvi la cabeza al mismo tiempo que las manos fludicas de la visin tomaban su cabeza y la besaba tiernamente. No lloraras as, mujer de mi juventud, si supieras cuan feliz soy por haber comprado con mi vida el sustento para los siervos de Dios y para todos vosotros. Consulate con la noticia que te traigo: as que nuestro Jacobo tome esposa, ser su hijo primognito y me llamaris otra vez Andrs; ser, pues, tu primer nietecito. Y besando tiernamente a todos, desapareci. Y la feliz Bethsab que poco antes lloraba de tristeza por el amargo recuerdo, lloraba ahora de felicidad por el anuncio de Andrs que volvera cerca de ella como su primer nietecito! Bendita sea la Eterna Ley, que tiene tan grandiosas compensaciones para los justos! exclam Elcana. Bendita sea respondieron todos sobrecogidos sus nimos por lo que acababan de presenciar. Y luego de terminada la comida emprendieron el regreso, no sin que antes tuvieran que aceptar cuantos dones quiso la buena Bethsab que se llevasen para ellos y para el nio de Myriam, como decan cuando an no se atrevan a decir alto: para el Nio-Dios nacido en Bethlehem. Enterada la familia de Andrs de que la dichosa madre del recin nacido pensaba quedarse por largo tiempo en casa de Elcana, hasta que no ofreciesen peligro alguno al nio las contingencias del penoso viaje, anunciaron una visita, porque no era posible decan que quedase una sola familia esenia sin conocer ai divino enviado de Dios para salvar a los hombres. Haca tantos aos que sus ancianos maestros les impulsaban a rogar a todas horas del da!: "Manda Seor tu luz sobre la Tierra, que perece en sus tinieblas! "Mndanos Seor el agua de tus misericordias, porque todos perecemos de sed! "Dadnos Seor tu Pan de flor de harina, porque el hambre de justicia nos acosa! "Acordaos Seor de vuestras promesas, que esperamos ver cumplidas en esta hora de nuestra vida!"

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HILARION DE MONTE NEBOCmo pues no haba de cantar un hosanna triunfal la gran familia esenia diseminada en las montaas de Palestina, cuando a media voz fue corriendo de unos a otros la gran deseada noticia? Dirase que la Eterna Ley haba querido que el descenso del Avatar Divino fuera lo ms cercano posible al gran Santuario Esenio, depositario de los tesoros de la antigua Sabidura, y donde se encontraban encarnados grandes y fieles amigos del Hombre-Dios que llegaba. All se encontraba Hilcar de Tapalken con el nombre de Elicer de Esdrelon. Como en las montaas del tica prehistrica, haba sido fiel guardin de la Sabidura de Antulio, hasta que otra vez volvi el" Verbo a la Tierra en la personalidad de Abel, guardaba ahora la Sabidura de Moiss, hasta que nuevamente llegara el Misionero del Amor en la personalidad de Jhasua, hijo de Myriam y de Joseph. Escapado milagrosamente de las matanzas de hebreos en los primeros tiempos de la dominacin romana, haba huido a las montaas casi nio con su madre y su anciano abuelo, junto a los cuales se vio obligado muchas veces a recoger bellotas de encina destinadas a las piaras de cerdos que pastaban en los campos de Judea. Un viajero que vena del pas de Harn, les encontr refugiados en una cueva de las montaas del Lbano, y poniendo al anciano, la mujer y al nio sobre su carro que arrastraba tres mulos, les llev hasta Enged, punto terminal de su viaje. Aquel viajero deca que era un ilustre mdico, un terapeuta que llegaba hasta las salinas del Mar Muerto para llevar aquellas sales venenosas, de las que componan drogas para curar ciertas enfermedades infecciosas en su pas. Y fue as como aquellos tres infelices fugitivos llegaron a los Esenios del Monte Quarantana, y de all a los Montes de Moab cuando el nio, ya joven, inici su carrera escalando siempre altas cumbres. All se encontraba tambin aquel Kobda Adonai, Phara-home del Nilo en la poca del Abel, y esta vez con el nombre de Ezequas. Ambos, con cinco Esenios de menos edad estaban encargados de los Archivos en que haba enormidad de escrituras de muchos pases y en las lenguas ms variadas. Vidas enteras empleaban los Esenios en descifrar aquellas escrituras, ms por iluminacin espiritual que por puro anlisis, y traducirlas todas al sirio caldeo, que era por entonces el idioma ms generalizado del Asia Central. En el inmenso Santuario del Monte Moab, que era como una ciudadela de enormes grutas practicadas por antiqusimas explotaciones mineras, parecan haberse dado cita adelantados espritus de la alianza del Cristo, en sus respectivas manifestaciones fsicas en el planeta Tierra. Los Marinos libertadores de esclavos de Juno, el mago de las tormentas, los Profetasmdicos de Num, a quien llamaron los salvavidas, las gentes de aquel tiempo, por sus grandes conocimientos de medicina naturalista en lo cual realizaban maravillosas curaciones; los Profetas blancos de Anfin, el Rey Santo, que fueron instructores y maestros de todo un Continente; los de la Escuela Antuliana, llamados ms tarde Dacthylos, que forjaron en las ciencias y en las artes a la gloriosa tica prehistrica, cuna y origen de la posterior www.gftaognosticaespiritual.org

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HILARION DE MONTE NEBOcivilizacin europea; los primeros Flmenes de, la India o Tierra donde nace el sol, que tomaron su nombre y su sabidura de los dictados de Krisna, a su discpulo Arjuna, origen de la profunda filosofa Vdica que an hoy no se llega a interpretar en toda su amplitud y oculta sabidura; los mendicantes de Bhuda, que para eludir las persecuciones de que era objeto su elevada enseanza, la ocultaban bajo la humillante indumentaria de peregrinos, mendigos, que recogan limosnas para sustentar sus vidas; y eran maestros de almas que iban dejando en cada conciencia, una chispa de luz, y en cada corazn un incendio de amor a la humanidad. Y por fin, los profetas-terapeutas de Moiss que se diseminaron desde el Nilo al litoral del Mediterrneo, sobre todo a la llamada Tierra de Promisin, o sea Palestina, Siria y Fenicia, porque se saba desde muchos siglos que en aquellas latitudes aparecera la postrera manifestacin del Avatar Divino. Y los Esenios que llegaron hasta el Nacimiento del Jhasua, fueron la prolongacin de estos profetas-terapeutas de la Escuela Mosaica. En los Archivos Esenios se hallaba recopilado todo cuando de luz, de ciencia y de conocimiento haba aportado el Cristo a la humanidad terrestre, por medio de las inmensas legiones de sus discpulos y seguidores. Qu extrao podemos encontrar que Setenta hombres pasaran toda una vida catalogando, ordenando, traduciendo e interpretando aquel vastsimo Archivo de Divina Sabidura, que tantos miles de siglos habla corrido por toda la faz de la Tierra? Los Esenios del Monte Hermn en la cadena del Lbano, los del Monte Ebat en Samaria, los del Carmelo y Tabor en Galilea y los del Quarantana, estaban obligados por una ley comn a todos los Santuarios, de enviar substitutos y reemplazantes de los que enfermaban o moran en el Santuario de Moab, donde jams deban faltar los Setenta Ancianos de que form Moiss su alta Escuela de Divina Sabidura. Esenios pues, fueron los cristianos del primero y segundo siglo, en su mayora, hasta que la nueva doctrina se extendi a pases lejanos para derramarse sobre todas las razas de la tierra. ESCENARIOS DEL INFINITO Mientras los tres viajeros regresan paso a paso descendiendo de las colinas speras, cargados con su interna alegra y cargados a la vez de los dones que la familia de Andrs enviaba para el hijo de Myriam, contemplemos con la rapidez que es permitido a travs de las lneas esbozadas en pginas de papel, dos escenarios completamente distintos y que abarcaban grandes extensiones de tierras y muy diversos y lejanos pases. El cntico de paz, de amor y de gloria que resonara en la inmensidad de los espacios infinitos, haba resonado en cada alma, que con la interna luz de la Divina Sabidura esperaba la llegada del Hombre-Dios, Gloria a Dios en los cielos infinitos y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad! www.gftaognosticaespiritual.org

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