04. Ojos de águila- Sara Löfberg

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  • En Latinoamrica, como en muchas partes del mundo,la video vigilancia de uso pblico y privado se estincrementando. En el caso del Ecuador, se conocepoco hasta qu punto esta medida de prevencin del delitose ha desarrollado dado que los estudios sobre este temason pocos y limitados. En este sentido, hay grandes posibili-dades de investigar ms profundamente la video vigilanciatanto a nivel local como regional. Este artculo explora eldesarrollo y funcionamiento de los ojos de guila en Quito:el primer proyecto de video vigilancia financiado y operadocon recursos pblicos, para lo cual se realizar un ensayodescriptivo de la operacin del sistema focalizado en el rolde las cmaras en cuanto a la delincuencia. De este modo, elpresente texto contiene una primera parte introductoriasobre las teoras que se han elaborado acerca de la videovigilancia como mecanismo de prevencin del crimen; y, unasegunda parte en la cual se aborda cmo empez este pro-yecto en Quito y su proceso hasta la actualidad. Para ello, sehan considerado los aspectos tcnicos y operativos delmismo (includos datos respecto a gastos), as como losimpactos que ha generado en el combate a la delincuencia,centrando el anlisis en cmo ha funcionado este sistema entres lugares especficos de la ciudad: el Centro Histrico, lazona de la Mariscal y seis centros comerciales ubicados en elcentro y el sur de Quito. Metodolgicamente esta investiga-cin ha sido realizada en base a fuentes primarias y secunda-rias; es decir, a travs de entrevistas efectuadas tanto a oficia-les a cargo del proyecto como a la ciudadana quitea, y coninformacin obtenida de artculos periodsticos y ensayosacadmicos sobre el tema.

    No obstante, cabe sealar como una limitacin que estainvestigacin no cuenta con datos sobre delincuencia quepermitan comparar un antes y un despus de la instalacinde la video vigilancia en las diferentes zonas de Quito, por loque se podra decir que este trabajo constituye an un pri-mer acercamiento al funcionamiento de este sistema en elcontexto ecuatoriano, ya que para conocer de manera msprofunda su impacto en la seguridad ciudadana, es necesariorealizar un seguimiento a largo plazo de los alcances de estaherramienta tecnolgica.

    Sobre la video vigilancia

    Qu es y cmo se ha desarrollado?

    Los sistemas de video vigilancia son cmaras que graban im-genes que se pueden ver y revisar a travs de monitores depantalla (Gill et al, 2005:1)2, los cuales en la mayora de los ca-sos, son utilizados como una medida para combatir el delito,principalmente como un tipo de prevencin situacionalambiental que tiene como propsito reducir la tasa delin-cuencial cambiando las condiciones del entorno para quehaya menos oportunidades a cometer infracciones. No obs-tante, segn los autores Welsh y Farrington (2003), aunqueel objetivo principal de la video vigilancia es la prevencin deldelito, tambin es usada frecuentemente para investigacionespoliciales con el objetivo de aumentar el sentimiento deseguridad de la poblacin (Welsh y Farrington, 2003: 3)3 .

    Hasta mediados de la dcada de los ochenta, era sobretodo el sector privado el que usaba la video vigilancia, pueslas cmaras se encontraban en reas como bancos y localescomerciales para disuadir a la delincuencia; en lugares de tra-bajo para mejorar la calidad y regularidad de las labores; ytambin, en el transporte pblico urbano con el fin de con-trolar multitudes y combatir el vandalismo. En el ao 1985, elReino Unido lugar con la mayor cantidad de cmaras en elmundo desarroll el primer proyecto de video vigilancia enel espacio pblico en Bournemouth, una pequea ciudadcostera. Desde 1994 este sistema se expandi considerable-mente, primero como parte de la agenda ley y orden delpartido conservador, y despus atravs del partido socialista(Wilson y Sutton, 2003: 19)4. Actualmente, existen alrededorde 4,2 millones de cmaras de video vigilancia en todo elReino Unido, lo cual significa que se dispone de una cmarapor cada 14 habitantes5; informacin que da cuenta no solodel incremento en cuanto al nmero de filmadoras, sino tam-bin del gsto pblico en temas de seguridad, pues entre1999 y el 2003 se invirti un total de 170 millones de librasesterlinas (aproximadamente 340 millones de dlares), lascuales fueron invertidas en 680 proyectos de video vigilanciaa travs del programa de reduccin del delito (CrimeReduction Programme) del gobierno britnico6.

    Efectividad y libertades civiles

    Los estudios sobre la efectividad de la video vigilancia comoprevencin del delito muestran resultados variados, puesexiste poca o nula evidencia sobre si sta realmente funcio-na en cada contexto. Para Martin Gill y Angela Spriggs(2005:3), en ciertas ocasiones su efecto es totalmente positi-vo, mientras que otras veces puede ser neutro e incluso nega-tivo7. En este sentido, debido a la ambigedad de los resulta-dos obtenidos en los datos estadsticos, una nueva metodo-loga para evaluar la video vigilancia se ha vuelto ms popu-lar : la evaluacin realista (realistic evaluation). sta fue intro-ducida por Pawson y Tilley (1994 y 1997)8 en los aos noven-ta, y estudia de qu manera una medida de prevencin deldelito en este caso la video vigilancia aporta con resultadosconcretos, en lugar de evaluar nicamente la funcionalidad delsistema. De este modo, el nfasis se coloca en el contexto enel cual la video vigilancia est operando, ya que la atencin secentra en el tipo de resultados que este mecanismo produ-ce. Se podra decir que el principal beneficio de usar estametodologa es que ayuda a definir los elementos que hacenque funcione la video vigilancia en ciertos escenarios.

    Sin embargo, la valoracin de la efectividad de estaherramienta es particularmente compleja en trminos de lareduccin de las tasas de delincuencia, ya que a menudo lascmaras son introducidas junto a otras medidas de preven-cin del delito. Por esta razn, es difcil saber con precisinqu factores contribuyen o no a combartir la criminalidad.Por otro lado, la operacin del sistema es muy importantepara que exista un ptimo funcionamiento de la video vigi-lancia; pues si ste es deficiente, las posibilidades de que lascmaras sean eficaces son limitadas (Gill y Spriggs, 2005)9. Entrminos generales, lo que las investigaciones sobre videovigilancia muestran, es que sta funciona mejor contra cier-

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    Ojos de guila: una primera aproximacin alsistema de video vigilancia en Quito

    Sara Lfberg1

    T E M A C E N T R A L

  • tos tipos de delitos y en ciertos entornos; por ejemplo, losresultados ms eficaces han sido obtenidos en lugares comolos parqueaderos pblicos (p. ej. Welsh y Farrington, 2002 yTilley, 1993)10.

    En los ltimos aos, los estudios de la efectividad de lavideo vigilancia se han incrementado en gran medida; sinembargo, el debate en torno a las libertades civiles continaocupando un lugar central en la academia. Los argumentosque acusan a esta tcnica de violar las fronteras de la vidaprivada y de representar la transferencia de poder del indi-viduo al Estado constituye una de sus principales crticas(Norris, Moran y Armstrong, 1998)11; as como tambin elque suela utilizarse como elemento de segregacin a gruposvulnerables y/o minoras tnicas - como por ejemplo a jve-nes negros (Hirsch, Wakefield y Garland, 2004; Armitage2002)12, o personas de origen musulmn, quienes despusde la tragedia del 11 de septiembre en Estados Unidos sehan convertido en objeto de video vigilancia. Al respecto, eldirector general de Privacy International, Simon Davies, argu-menta que esta tcnica representa una amenaza inaceptablea las libertades civiles y, dado que no se ha probado su efec-tividad, no debera ser utilizada.13

    Ojos de guila en Quito

    En Quito, el sistema de video vigilancia es denominado ojosde guila; est financiado por el Municipio del DistritoMetropolitano de Quito-MDMQ, entidad que desde el ao2002 impuls esta iniciativa con la instalacin de ocho cma-ras en espacios pblicos de la ciudad, especficamente en lazona del Centro Histrico. Este proyecto se ampli rpida-mente a otros puntos de Quito, para lo cual se efectuaronestudios espaciales de reas con altos ndices delincuencia-les, encargando la instalacin y operacin del sistema a laempresa colombiana Metroseguridad de Medelln14. De estemodo, en un ao el proyecto se expandi a 120 cmaras envarias partes de la ciudad, y fue apoyado a travs de otrasacciones que fortalecieron de manera integral el sistema devideo vigilancia, entre ellas el incremento del nmero depolicas patrullando, la compra de equipamiento policial, yprincipalmente la creacin de la Central Metropolitana deAtencin Ciudadana (CMAC). Si bien, antes de la instalacinde la CMAC existan nmeros telefnicos de emergenciapolicial (101), actualmente esta unidad permite que tambinexista comunicacin con equipos mdicos (911) y con elcuerpo de bomberos (102); adems la CMAC, es el lugardesde donde se monitorea las imgenes de video vigilanciaen la ciudad.

    Todo el sistema de ojos de guila en Quito, est a cargode la Corporacin Metropolitana de Seguridad Ciudadana -Corposeguridad, entidad que constituye una figura jurdica dederecho privado (perteneciente al MDMQ), encargada definanciar y dirigir proyectos de seguridad en la ciudad, a travsde la administracin de la tasa de seguridad ciudadana (recur-so que proviene de la recaudacin de impuestos a la pobla-cin). De esta manera, Corposeguridad trabaja en coordina-cin con el Concejo, la Comisin y la Direccin Metropolitanade Seguridad y Convivencia Ciudadana del MDMQ con elpropsito de coordinar y ejecutar en conjunto las polticaspblicas y las intervenciones en esta competencia15.

    En la actualidad, existen 136 cmaras que forman partedel programa de Corposeguridad, stas son operadas por laCMAC y estn ubicadas tanto al norte, sur, centro-oeste ycentro-este de la ciudad. La densidad ms alta de cmaras seconcentra el las zonas del Centro Histrico y la Mariscal, am-bas consideradas sitios tursticos estratgicos de Quito. Engeneral, se podra decir que todos los dispositivos de videose encuentran ubicados en espacios abiertos y a lo largo devas principales, calles y plazas. Adicionalmente, Corpose-guridad tambin financia sistemas de video vigilancia en y al-rededor de centros comerciales del ahorro en sectorespopulares del centro y sur de la ciudad, as como en la biblio-

    teca Municipal La Circaciana. Sin embargo, stas ltimas noforman parte del circuito ojos de guila, al ser operadas porempresas privadas de seguridad.

    Aspectos tcnicos

    Las cmaras de ojos de guila se pueden mover de derechaa izquierda, de arriba hacia abajo y tambin pueden realizaracercamientos (zoom). Los movimientos que efectan sonpreprogramados y reprogramados cada semana (aunque losoperadores tambin pueden manejar las cmaras manual-mente). Segn el Ingeniero Edwin Salazar de Corposeguri-dad, las cmaras pueden ser programadas para hacer hasta64 movimientos por da y que pueden grabar a una distan-cia de 180 hasta 250 metros dependiendo de su calidad. Deesta manera, las grabaciones obtenidas se quedan por dossemanas con el sistema FIFO (first input, first output), lo cualsignifica que cuando entran nuevas grabaciones, las ms anti-guas se eliminan automticamente. Sin embargo, est prxi-mo a instalarse una unidad que permite el almacenamientode imgenes por 45 das, de modo que las grabaciones queson particularmente interesantes para la polica se puedenguardar en un disco duro por ms tiempo. Sumado a esto,existen planes de reemplazar cuatro de los 16 monitoresinstalados en la CMAC, por pantallas ms sofisticadas queayudarn a los operadores a mirar con mayor detalle las im-genes grabadas, algo positivo en cuanto al uso de este mate-rial para realizar identificaciones.

    Durante el da las cmaras transmiten imgenes a colory durante la noche en blanco y negro, especficamente enreas con poca iluminacin; la mayora de ellas utiliza cone-xin almbrica, transmitiendo las grabaciones a travs decables telefnicos y fibra ptica. De esta manera, cuandofinalmente las imgenes llegan a la CMAC, stas se proyec-tan en los monitores, destinando cuatro de ellos a cada reageogrfica de Quito. No obstante, existen varios problemascon la conexin almbrica, debido principalmente a factoresclimticos (como las constates lluvias) que obstruyen la co-municacin, ya que si bien en el caso de conversaciones tele-fnicas los severos estados del tiempo producen problemasmenores respecto a la calidad del sonido, el impacto sueleser mucho ms grave en el caso de las cmaras debido astas suelen dejar de funcionar. En este sentido, por las difi-cultades del clima, una alternativa a las cmaras almbricasseran las de tipo inalmbrico (digitales); aunque stas tam-bin presentan problemas tcnicos debido a que la geogra-fa irregular de Quito complica la transmisin de las seales,lo cual eleva el costo inicial de instalacin. A pesar de losproblemas tcnicos mencionados, Corposeguridad afirmaque del 90% al 95% de las cmaras funcionan correctamen-te (segn datos anuales valorados en informes diarios).

    Operacin

    Hay varios actores que forman parte del sistema de videovigilancia, como se ha dicho previamente, Corposeguridad esla entidad que financia los ojos de guila. El costo total deeste proyecto ha sido de aproximadamente de USD 5,6 mil-lones desde su comienzo en el ao 2002 hasta enero del2008 (incluida la operacin de la CMAC). Considerando queen este lapso los recursos utilizados por Corposeguridadalcanzaron un total de USD 27,5 millones, el proyecto ojosde guila representa el 17% de las inversiones realizadas poresta entidad. As, para el 2008 el monto asignado a la videovigilancia en Quito es de USD 781.000, valor que incluye elfortalecimiento, la operacin y el mantenimiento de lascmaras y de la CMAC, lo cual constituye el 7% del presu-puesto total de Corposeguridad para este ao(USD10.639.604,59).

    Como se mencion anteriormente las cmaras de ojosde guila son operadas desde la CMAC donde tambin se

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  • graban y guardan las imgenes capturadas; pues la idea de laexistencia de esta central es facilitar la colaboracin entre elsistema de video vigilancia, la polica, los bomberos y los equi-pos mdicos, informando sobre situaciones de inseguridad yemergencia. Cabe sealar que son los mismos policas quie-nes hacen de operadores del sistema monitoreando lascmaras y respondiendo a las llamadas de auxilio las 24horas del da, en turnos de ocho horas.

    De esta manera, si bien el delito es el objetivo principaldel sistema de video vigilancia, las cmaras tambin operancon el propsito de brindar auxilio en situaciones de emer-gencia y como un mecanismo para intervenir en espaciospblicos. El Coronel Ivan Custode, jefe de la CMAC, explicaque las cmaras tambin son usadas para asuntos como con-gestiones de trfico, construccin de nuevas vas y para res-ponder a problemas de clima como inundaciones por fuer-tes lluvias.

    En este sentido, la polica es un actor imprescindible queforma parte del sistema de video vigilancia, y en teora debe-ra haber una excelente comunicacin entre los funcionariospolicales que hacen de operadores del sistema y quienes seencargan de la investigacin del delito; al respecto, existenestudios acadmicos que acentan a la polica como elemen-to clave para que un programa sea exitoso (ver Hempel yTpfer, 2002:2; y Gill y Spriggs, 2005:66-80)16.Varias personasentrevistadas para este artculo estn de acuerdo en estaafirmacin para el caso de Quito; por ejemplo, el CoronelGustavo Lalama, director de Corposeguridad, sotienten queson tres los elementos necesarios para un mapa de seguri-dad efectivo: personal, tecnologa y normas, ya que sin unbuen funcionamiento de esa dinmica el programa deja deser efectivo17.

    La ciudadana tambin juega un rol importante en la efi-cacia del sistema de ojos de guila y el trabajo de la CMAC,pues estos no solo fueron creados para casos de emergen-cia y de prevencin del delito, sino tambin con el objetivode incrementar los sentimientos de seguridad de en la ciuda-dana. Desafortunadamente, parece que el conocimiento dela poblacin sobre la existencia de nmeros de emergenciay sus respectivas unidades es an limitado; segn la CMAC,el 60% de las llamadas recibidas en el 2007 fueron por maluso o canceladas (ver cuadro No. 1). De modo que, para tra-

    tar este problema, el MDMQ ha expedido la Ordenanza No.237, la cual establece multas y servicio comunitario para laspersonas que abusan de estos nmeros telefnicos, lo cualse pretende combatir a travs de una campaa comunicati-va en medios de comunicacin.

    En este contexto, parecera que la ciudadana tiene pococonocimiento de la existencia y ubicacin de los ojos deguila, lo cual no llama la atencin si se considera la escasainformacin que se ha brindado a la poblacin al respecto;pues la video vigilancia en Quito no est bien sealizada ymuchas veces es difcil distinguir la presencia de cmaras, yaque prcticamente estn escondidas entre cables y ubicadasen lugares altos. No obstante, los funcionarios policiales quelas operan estn en contra de que se informe a la ciudada-na de la ubicacin de stas, pues sostienen que el hacerlosolamente desplazara la delincuencia a puntos ciegos y a lu-gares sin video vigilancia. Esta contraposicin permite cues-tionar la eficacia de este sistema en trminos de percepcinde seguridad, pues Cmo pueden ciudadanos/as sentirsems seguros si no saben de la existencia y ubicacin de lascmaras? Ms an, este planteamiento se vuelve relevantedesde el punto de vista de las libertades civiles, pues la trans-parecia en el uso de la video vigilancia es un aspecto impres-cindible para garantizar de alguna manera el derecho a la pri-vacidad de las personas.

    La video vigilancia y el delito

    Sin duda, la video vigilancia puede ser de mucha utilidad paralas investigaciones policiales. En Quito, por ejemplo, han per-mitido realizar seguimiento de casos de venta de estupefa-cientes, y tambin han colaborado en la localizacin de veh-culos robados con el apoyo del Sistema Informativo Integralde la Polica Nacional-SIIPNE; asimismo, han servido para ladetencin de personas involucradas en asaltos y robos, entreotros delitos (ver cuadro No.2)18.

    Sin embargo, son pocos los indicadores que muestranque los ojos de guila sirven para la prevencin del delito. Lapolica sostiene, por un lado, que a menudo las cmaras cau-san un desplazamiento del delito a puntos ciegos o lugaressin video vigilancia; y por otro lado, tambin afirma que laspersonas que delinquen usualmente se olvidan de las pre-sencia de las cmaras, comentiendo crmenes en presenciade ellas19. En ambos casos, se puede constatar que los ojosde guila no logran prevenir los delitos en Quito - lo cual re-sulta obvio si se considera que el escaso nmero de cma-ras (136) para una capital de dos millones de habitantes -,aunque s son tiles en la investigacin de los mismos20.

    En este escenario, existen aspectos operativos como elmonitoreo de las grabaciones que podran ser mejorados,pues solamente hay 16 pantallas para todo el sistema; y aun-que una de ellas puede ver varias cmaras al mismo tiempo,en realidad lo ptimo es la utilizacin de un monitor porcada filmadora. Por esta razn, en la prctica, la mayora delas grabaciones no son revisadas, hecho que se agrava por elreducido nmero de operadores chequeando los videos(aunque deberan permanecer cuatro funcionarios/as en ca-da turno, a menudo se dispone de tres o dos). Otro aspec-to problemtico es la relativa poca cooperacin que existeentre la polica que labora en la calle y la que opera el siste-ma de video vigilancia, pues su comunicacin es eficaz solocuando se dan marchas o manifestaciones en la ciudad alpreprogramar y operar manualmente las cmaras para vigi-lar los eventos. Por esta razn, los oficiales operadores afir-man que en el da a da, raramente son contactados por lapolica que vigila las calles, por lo que se ven obligados a sin-tonizar frecuentemente la radio policial con el fin de facilitarla identificacin de delitos a travs de las cmaras. En los gr-ficos No.1, 2 y 3 se puede apreciar los datos de denunciaspor delitos tanto en todo el Distrito Metropolitano de Quitocomo en dos de las reas en las cuales estn ubicados losojos de agila; estas cifras muestran que en general los deli-

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    Cuadro No. 1 - Llamadas a la Central Metropolitanade Atencin Ciudadana (CMAC) en 2007

    Ingreso de llamadas a la CMAC Total anualLlamadas de mal uso 1,212,499Llamadas canceladas 1,510,305De informacin 1,541,003Auxilios atendidos 200,046Total llamadas de mal uso y canceladas 2,722,804Total de llamadas 4,463,853

    Fuente: Central Metropolitana de Atencin Ciudadana (2008).Elaboracin: propia

    Cuadro No. 2Procedimientos policiales en colaboracin con sistema ojos de guila: 2005-2007

    Procedimentos 2005 2006 2007Agresiones y maltratos 130 46 24

    Escndalos 543 184 83

    Casos de estupefacientes 34 43 120

    Personas sospechosas 108 196 39

    Detenciones por asalto y robo 23 18 41

    Detenciones por varias causas 29 85 71

    Captura y localizacin de vehculos robados 18 8 8

    Fuente: Central Metropolitana de Atencin Ciudadana (2008). Elaboracin: propia

  • tos contra las personas, domicilios y empresas parecen nohaber bajado en los ltimos aos en la ciudad, a excepcinde la zona del centro histrico21.

    No obstante, es muy complicado evaluar el impacto delas cmaras frente a la delincuencia, pues estadsticamenteno existe suficiente informacin. Aunque la CMAC tienecifras mensuales y anuales de delitos grabados por las cma-ras, faltan datos especficos de si realmente surgen procedi-mientos policiales a partir de estos videos y de la situacinen que se encontraran los mismos en el caso de que exis-tieran. De esta manera, para evaluar el impacto de la videovigilancia sera necesario, mnimamente, contar con datos dediversos tipos de delitos en diferentes zonas de la ciudad,previa y posteriormente a la instalacin de las cmaras22. Sinembargo, el MDMQ no dispone de estos datos debido aque el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana- OMSC, que es la entidad municipal que concentra la in-fomracin sobre inseguridad y violencia en Quito, comenza funcionar paralelamente al proyecto de los ojos de guila;es decir, que el OMSC no posee datos anteriores a su crea-cin. Por lo tanto, para contrastar las cifras es necesario con-sultar a la Polica Judicial de Pichincha (PJ), la cual posee infor-macin nicamente a nivel provincial.

    Adicionalmente, existen al menos otros dos importan-tes factores a considerar en la problemtica de la evaluacindel impacto de la video vigilancia en la delincuencia: el pri-mero es que durante los aos siguientes a la instalacin delas cmaras otras medidas de prevencin del delito han sidoimplementadas (aumento de efectivos policiales, mejora-miento de equipo policial, alarmas y esfuerzos comunitariospara reducir la delincuencia, entre otros); hecho que convier-te imprecisa la medicin de la video vigilancia en cuanto alcrimen. El otro factor a tomar en cuenta, es el contexto din-mico en el cual ocurre el delito, es decir, que las condicionessociales son cambiantes y por lo tanto no se puede atribuirexclusivamente a la video vigilancia el alza o baja de las tasasdelincuenciales. En la Mariscal, por ejemplo, ha habido unaumento marcado en el nmero de personas que frecuen-tan la zona, causando varios problemas y desafos en cuantoa la delincuencia.

    Video vigilancia en tres reas de Quito

    El Centro Histrico

    El Centro Histrico de Quito es un rea estratgica en cuan-to a los ojos de guila, como se mencion anteriormente,este sistema inici precisamente en esta zona, llegandoactualmente a congregar la ms alta densidad de cmaras enla ciudad. Los mayores problemas del Centro Histrico encuanto a seguridad ciudadana, se vinculan a diversas formasde robo y a la venta de estupefacientes. As, se ha logradoidentificar que la delincuencia se concentra en reas espec-ficas, como por ejemplo la Marn, punto focal de trnsito ycomercio. Sin embargo, principalmente en la ltima dcada,el Centro Histrico ha mejorado en aspectos de seguridad23;segn Nelcy Carrera, directora de seguridad ciudadana deesta administracin zonal24, hay varios factores que han con-tribuido a este mejoramiento. En primer lugar, porque hoyen da existe mayor presencia policial en la zona; en segun-do lugar, por los diversos tipos de vigilancia que resguardanel sector (Polica Nacional, Polica Metropolitana y seguridadprivada); un tercer aspecto es la presencia de los ojos deguila; y por ltimo, est la comunidad, la cual ayuda a la poli-ca en cuestiones de seguridad.

    Sin embargo, en cuanto a la video vigilancia y la delin-cuencia, Nelcy Carrera enfatiza que si bien las cmaras sonimportantes para proteger la ciudad y hasta cierto puntopara disuadir el delito, el papel de la polica es determinanteen la prevencin del mismo. Para Carrera, uno de los desa-fos principales en este tema es aumentar el nivel de la ob-servacin de las grabaciones de los ojos de guila, pues co-

    mo se mencion anteriormente, la relacin actual entre n-mero de cmaras (136) y monitores (16) es desproporcio-nada e insuficiente, sumado a que cada vez se siguen insta-lando ms puntos de video vigilancia en la ciudad.Asimismo,sugiere que los ojos de guila deberan estar dirigidos nica-mente a combatir la delincuencia, en lugar del multiuso quetiene hoy en da; esto probablemente, producira mejores re-sultados en cuanto a la prevencin del delito.

    La Mariscal

    La Mariscal es un sector que ha crecido en gran dimensinla ltima dcada, despus del Centro Histrico constituyeuno de los principales centros tursticos de Quito. La ofertade hostales, cafeteras Internet, bares, discotecas y restauran-

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    Ao 2005 358 121 192 671Ao 2006 392 155 180 727Ao 2007 343 131 163 637

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    Grfico No. 1 - Denuncias de delitos en Quito 2005-2007 segn afectado

    Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (2008). Elaboracin: propia

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    Grfico No. 2 - Denuncias de delitos en el Centro HIstirco 2005-2007 segn afectado

    Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (2008). Elaboracin: propia

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    Grfico No. 3 - Denuncias de delitos en la parroquia Mariscal Sucre 2005-2007 segn afectado

    Fuente: Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (2008). Elaboracin: propia

  • tes es muy amplia, convirtindose en los ltimos aos en lazona de diversin nocturna ms visitada de la ciudad. Mar-celo Rivadeneira, coordinador municipal de polticas pblicasde seguridad en la Mariscal25, afirma que un promediode180.000 a 200.000 personas acuden cada noche a estesector, lo cual implica varios problemas debido a la densidadde locales en un espacio limitado; entre estos, la venta deestupefacientes, varias formas de robo, as como la presenciade trabajo sexual en condiciones inseguras.

    Para enfrentar estos desafos se han planificado variosesfuerzos: en primer lugar, se realizarn acciones para inte-grar a la gente de esta rea en estrategias de prevencin deldelito; en segundo lugar, se pretende mejorar la calidad y ra-pidez de las respuestas a situaciones de emergencia (unaidea es introducir un nuevo tipo de alarmas de emergencia,las cuales funcionaran a travs de llamadas a celular y llega-ran a policas y equipos mdicos y vecinos del rea, como unproyecto piloto que podra ser ampliado al resto de la ciu-dad); y, en tercer lugar, se planea integrar los parqueaderosde vehculos y la guardiana privada en la seguridad pblica,ya que como varios de ellos trabajan las 24 horas del daconsituyen un punto de referencia en cuanto a las activida-des diarias de la Mariscal

    En cuanto a los ojos de guila, cuatro cmaras adiciona-les han sido instaladas en este ao. Segn Rivadeneira estesistema es disuasivo de la delincuencia, adems de que es unaherramienta til para realizar inteligencia policial sobre perso-nas sospechosas, localizar vehculos robados y para dar segui-miento a la cotidianidad de esta zona. Sin embargo, tampocohay pruebas concretas del impacto de la video vigilacia encombatir la delincuencia en la Mariscal. Rivadeneira conside-ra que los ojos de guila podran mejorar an ms los aspec-tos tcnicos, pues mientras el proyecto no se maneje de unamanera completamente eficiente, las cmaras tendrn un usolimitado, razn por que esta zona pretende a futuro manejarindependientemente la video vigilancia en esta rea en cola-boracin con las fuerzas locales de seguridad.

    y seis centros comerciales del ahorro en el centro y sur de Quito

    Aunque las cmaras de video vigilancia en y alrededor de loscentros comerciales del ahorro en el centro y sur de Quitono forman parte de los ojos de guila y, por lo tanto, no sonel aspecto central de este estudio, constituyen un caso inte-resante de analizar en cuanto a la utilizacin del sistema, yaque por un lado, son financiadas con recursos de Corpo-seguridad y, por otro lado, las tasas de delincuencia de estosestablecimientos parecen haber disminuido con la utilizacinde la video vigilancia.

    Al conversar con el Coronel Luis Montalvo, director deseguridad de los centros comerciales del ahorro26, mencionaque existen seis centros que poseen cmaras: HermanoMiguel, Mires, Montfar, Ipiales del Sur,Tejar y Chiriyacu. Cadacada uno de ellos cuenta con sus propias filmadoras, las cua-les son operadas por una empresa de seguridad privada uti-lizando modalidades muy parecidas; es decir, todos cuentancon doce cmaras alrededor de los edificios, incluyendo laentrada y salida de los mismos. La razn por la que los dis-positivos de video han sido ubicados en la parte externa sedebe a la densidad de negocios existentes en los centros, locual complica la visibilidad en las grabaciones. Mires, sin em-bargo, tiene ms espacio abierto que los otros, razn por lacual las cmaras han sido instaladas en su interior. Por suparte, en el centro comercial Hermano Miguel cada negociocuenta con alarmas de pnico que son conectadas al opera-dor de las cmaras. As, para manejar el sistema hay dos mo-nitores, una persona operadora y dos radios, la una se comu-nica con los guardias del centro comercial y la otra con losguardias de toda la empresa de seguridad.

    Cabe sealar que estos centros fueron construidos enel ao 2003, anteriormente a esto los negocios que ahora se

    encuentran en espacios cerrados solan estar ubicados en lacalle, con una alta concentracin de personas, delincuencia yventas ambulantes.Luis Gonzalez, administrador del centrocomercial Hermano Miguel27, afirma que con la construccinde estos espacios, la tasa de seguridad ha mejorado conside-rablemente; explica que este cambio se debe al incrementode personal de seguridad y al mejoramiento de las condicio-nes espaciales, pues resulta ms difcil robar en lugares conentradas y salidas limitadas. Asimismo argumenta que lascmaras juegan un rol positivo en este desarrollo, ya que enun inicio stas servan para detectar robos y actualmente,para disuadir a personas que delinquen. El aspecto operativode las cmaras est facilitado por el hecho de que funcionanen un rea especfica, tambin existe coordinacin entre losoperadores de stas, los guardias y los/as comerciantes queayudan a vigilar los centros. De este modo, cuando ocurrealgn imprevisto, el personal de seguridad ya est ubicado enel centro y pueden llegar al lugar especfico muy rpido.

    Conclusin

    Este artculo ha descrito el desarrollo y la operacin del sis-tema de video vigilancia ojos de guila en Quito, proyectoque ha crecido en gran medida desde su inicio en el ao2002. Aunque esta investigacin constituye un primer acer-camiento al tema y es an limitada en trminos de un anli-sis profundo de la operacin y efectividad de las cmaras conrespecto a la delincuencia, se puede concluir los siguientesaspectos: Primero, no existen datos estadsticos especifcosde lo que han logrado los ojos de guila en cuanto a la pre-vencin del delito, una crtica frecuente ha sido que las cma-ras solamente desplazan la delincuencia a puntos ciegos olugares sin video vigilancia. Sin embargo, stas han sido tilespara algunos aspectos como: (i) la realizacin de investigacio-nes policiales en casos de venta de estupefacientes, asaltos yrobos; (ii) para efectuar detenciones a travs de la localiza-cin de vehculos robados; y, (iii) para mantener el ordenpblico en marchas y manifestaciones. En este sentido, laCMAC destaca que las cmaras tambin consituyen unaherramienta til para manejar espacios pblicos y para acu-dir a auxilios de emergencia.

    Segundo, la operacin de proyectos de video vigilanciaen lugares abiertos es particularmente exigente por lasamplias condiciones espaciales. Considerando que a nivel in-ternacional, las experiencias de mayor xito con respecto ala video vigilancia se suscriben a espacios cerrados, como porejemplo los parqueaderos pblicos en Inglaterra, en el casode Quito parecera que este sistema ha sido efectivo paradisuadir la presencia de personas que delinquen en lugarescomo los centros comerciales del ahorro en el centro y elsur de la ciudad. Aunque hay muchos factores en juego paraque la video vigilancia funcione, la definicin de las condi-ciones espaciales facilitara mejores resultados.Tener esto encuenta, es clave para una apropiada coordinacin y opera-cin de los ojos de guila, ya que ste es un proyecto quefunciona en espacios abiertos y actualmente se est amplia-do a toda la ciudad. Asimismo, un aspecto fundamental parael mejorameinto de este sistema es que exista mayor comu-nicacin entre la polica que opera los ojos de guila en laCMAC y la que se encuentra trabajando en la calle y espa-cios pblicos. Por otro lado, el nivel de monitoreo de las gra-baciones en vivo es an bajo, por un lado, solamente hay 16monitores paras las 136 cmaras y, por otro lado, muchasveces no hay suficientes operadores para la realizacin deuna optima vigilancia.

    Tercero, es necesario que exista un mayor conocimien-to del funcionamiento de este sistema por parte de la ciuda-dana, pues esto aportara a incrementar la sensacin deseguridad en la poblacin, y sobre todo otorgara transpa-rencia a la utilizacin de la video vigilancia. En cuanto a laCMAC, la frecuente mala utilizacin de los nmeros deemergencia constituye un problema que debe ser combati-

    FLACSO SEDE ECUADOR PROGRAMA ESTUDIOS DE LA CIUDAD

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  • do, pues al parecer mucha gente no sabe de la existencia delos servicios que brinda esta central ni de sus unidades deemergencia. En este sentido, se requiere de una campaa decomunicacin ms amplia a la existente que permita quetoda la ciudadana conozca de esta importante central. Deigual manera, debido al continuo aumento de cmaras endiferentes puntos de la ciudad, la necesidad de regulacioneslegales para el uso de la video vigilancia podran aparecencon el tiempo, especialmente para garantizar una adecuadasealizacin de la presencia de ojos de guila en espaciospblicos.

    Finalmente, en vista de que este proyecto continadesarrollndose en la ciudad, sera importante a futuro larealizacin de evaluaciones peridicas sobre sus principalesaciertos y problemas. Tomando en cuenta los pocos datosestadsticos con que se cuenta para investigar los resultadosde la utilizacin del sistema de ojos de guila en Quito, lametodologa de evaluacin realista podra ser de muchautilidad, pues sta consiste en la realizacin de un gran n-mero de entrevistas a personas vinculadas al sistema, comopor ejemplo, oficiales involucrados en el proyecto, actores devarios negocios e instituciones y ciudadana en general. Laevaluacin realista podra ayudar a dar una comprensin msamplia sobre los impactos que producen las cmaras en cier-tos contextos, as como optimizar el desarrollo del sistemade ojos de guila a futuro

    Notas:1 B.Sc University of London, pasante del Programa Estudios de la Ciudad,

    FLACSO sede Ecuador.2 Gill, M. y Spriggs, A. (2005). Assessing the Impact of CCTV. Home Office

    Research Study 292.3 Welsh, B. y Farrington, D. (2002). Crime Prevention Effects of Closed Circuit

    Television: A Systematic Review, Home Office Research Study, no 252, London:HMSO.

    4 Wilson, D. y Sutton, A. (2003). Open-street CCTV in Australia: a comparativestudy of establishment and operation. Report to the Criminology ResearchCouncil, Melbourne: Department of Criminology. University of Melbourne.

    5 BBC Online (2006), Britain is surveillance society, http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/6108496.stm [20/04/2008]

    6 Gerrard, G. et al (2007). National CCTV Strategy. Home Office,http://www.crimereduction.homeoffice.gov.uk/cctv/cctv048.pdf [30/03/2008]

    7 La video vigilancia puede ocasionar un desplazamiento del delito a otrosespacios, horarios o vctimas.

    8 Pawson, R. y Tilley, N. (1994). What Works in Evaluation Research?. BritishJournal of Criminology, 34/3: 291-306 y Tilley, N. (1997). Realistic Evaluation.London: Sage

    9 Gill, M. y Spriggs, A. (2005). Assessing the Impact of CCTV. Home OfficeResearch Study 292.

    10 Welsh, B. y Farrington, D. (2002). Crime Prevention Effects of Closed CircuitTelevision:A Systematic Review. Home Office Research Study. No. 252. London:HMSO y Tilley, N (1993). Understanding Car Parks, Crime and CCTV: EvaluatingLessons from Safer Cities. Crime Prevention Unit. No. 42. London: HMSO

    11 Norris, C., Moran, J. y Armstrong, G. (1998). Surveillance, Closed Circuit Televisionand Social Control. VT: Ashgate Publishing Co. Reviewed by McCabe, K.A.College of Criminal Justice.

    12 Hirsch,A., Garland, D. y Wakefield,A. (2000). Ethical and Social Perspectives onSituational Crime Prevention. Oxford, UK: Hart. Reviewed by Auerhahn, K.(2002). Contemporary Sociology. Vol. 31. No. 4. pp. 477-478 y Armitage, R.(2002). To CCTV or not to CCTV? A review of current research into the effective-ness of CCTV systems in reducing crime. Nacro.

    13 Privacy International (1996). Privacy International Statement on CCTVSurveillance. http://www.privacyinternational.org/article.shtml?cmd[347]=x-347-61926 [05/03/2008]

    14 MDMQ (2008). GESTION 2000-2002. http://www.quito.gov.ec/municipio/alcalde/m_alc_ges_qsegura.htm [20/04/2008]

    15 Para una definicin ms amplia sobre Corposeguridad y sus funciones, verPontn, J. (2005). La Seguridad Ciudadana en Quito, Guayaquil y Cuenca: mode-los de intervencin.Quito: FLACSO.

    16 Hempel, L y Tpfer, E. (2002). On the threshold to Urban Panopticon: Analysingthe Employment of CCTV in European Cities and Assessing its Social and PoliticalImpacts. Urbaneye Working Paper No. 1. Y, Gill, M. y Spriggs, A. (2005).Assessing the Impact of CCTV. Home Office Research Study 292.

    17 Entrevista realizada el 26/02/200818 Esto no significa que las detenciones han sido nicamente gracias a la exis-

    tencia de cmaras.19 Entrevista realizada al Coronel Ivn Custode el 27/02/2008.20 Hace falta, sin embargo, una evaluacin profunda de los impactos de las

    cmaras en diferentes zonas de Quito y para diferentes tipos de delitos.21 Las estadsticas no son muy especficas en cuanto al tipo de delitos, por lo

    que no constituye una referencia exacta de la efectividad o ineficacia de lavideo vigilancia en la reduccin de la delincuencia.

    22 Para una evaluacin ms confiable tambin sera necesario comparar losresultados de un rea de intervencin con un rea de control, e investigar sila instalacin de cmaras ha llevado a un desplazamiento del delito a lugaressin video vigilancia.

    23 Este criterio se sustenta en las afirmaciones vertidas por varias personas quetrabajan en temas de seguridad ciudadana, y en conversaciones informalessostenidas con ciudadanos/as de Quito.

    24 Entrevista realizada el 07/04/2008.25 Entrevista realizada el 08/04/2008.26 Entrevista realizada el 08/04/2008.27 Entrevista realizada el 08/04/2008.

    CIUDAD SEGURA 25 - 2008

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    C O M PA R A N D O

    Perspectivas de la poblacin europea respectoa la video vigilancia

    Fuente: Hempel, Leon y Eric Topfer (2004). "CCTV in Europe: final report". Proyecto Urbaneye. Berlin: Centro de Tecnologa y sociedad, Universidad de BerlnElaboracin: Jenny Pontn