06 crecer en cristo

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CRECE R EN CRIST O Lección 6

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CRECER EN

CRISTOLección 6

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el

que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”

Juan 3:3

INTRODUCCION

I. Saber: Reconoce el nuevo nacimiento

II. Sentir: Interioriza una vida cruciforme

III. Hacer: Experimenta el permanecer en Cristo

1. Reconocer que el nuevo nacimiento es un privilegio otorgado por Dios disponible para todo aquél que cree.

2. Comprender que es necesario permanecer en Cristo para producir frutos.

3. Tomar la decisión de crecer en Cristo, subyugando al “yo” cada día, negándose a sí mismo y permitiendo que Cristo viva en nosotros.

La gracia de Cristo nos brinda la oportunidad de nacer de nuevo. Su poder obra en nosotros a través de la persona del Espíritu Santo quien nos ayuda a vencer la batalla diaria contra el yo, a fin de que podamos experimentar lo que Pablo describe en Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”

Nicodemo era fariseo y un profundo conocedor de las Escrituras.

El conocía el ministerio de Juan, el Bautista y entendía claramente la alusión al bautismo por inmersión cuando Jesús habló de “nacer del agua”.

También conocía las afirmaciones de Salmo 51:10 y Ezequiel 36:26 que consideran la importancia de tener un “nuevo corazón”, y podía entender claramente que era a eso lo que Jesús se refería cuando mencionó el “nacer del espíritu”.

En el diálogo de Jesús con Nicodemo (Juan 3:1-15) encontramos a Jesús planteando la necesidad del nuevo nacimiento. ¿Qué bases tenía Nicodemo que le permitían entender lo que Jesús le estaba diciendo?

NACER DE NUEVO

NACER DE NUEVO“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5)

¿ Q u é s i g n i fi c a n a c e r d e a g u a ?

¿ Q u é s i g n i fi c a n a c e r d e l E s p í r i t u ?

“Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:4)

“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”(Ezequiel 36:26)

Mientras que el bautismo es la manifestación externa de nuestro cambio de vida, el nacimiento del Espíritu es la forma en que el Espíritu transforma nuestro corazón y nos hace nuevas criaturas.

La nueva vida en Cristo no es un remiendo con algunas reformas externas, sino una completa “transformación de la naturaleza… y una vida enteramente nueva” (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 143).

Mediante el Espíritu Santo, Cristo nos concede nuevos pensamientos, sentimientos y motivaciones. Despierta nuestra conciencia, cambia nuestra mente, subyuga todo deseo impuro y nos llena con la dulce paz del cielo..

Este cambio no es un fenómeno instantáneo, sino un proceso cotidiano que nos hace cada día más semejantes a Jesús.

¿Cuán amplia es la nueva vida que Cristo desea ofrecerle al cristiano convertido?

LA NUEVA VIDA EN CRISTO

LA NUEVA VIDA EN CRISTO“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17)

El nuevo nacimiento implica necesariamente una nueva vida.Aunque la obra del Espíritu –como el viento– es invisible, sus efectos son claramente visibles para aquellos que nos rodean.

Al igual que un bebé recién nacido debe crecer hasta llegar a ser un adulto, el nuevo nacimiento no es instantáneo. Debemos crecer paulatinamente hasta llegar a ser perfectos, “a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13)

Despierta nuestra

conciencia.

Cambia nuestra mente.

Subyuga todo deseo impuro. Nos llena

con la dulce paz del cielo.

¿Qué hace el Espíritu en nosotros?

A través de la comunión, en una búsqueda constante de una relación íntima con Jesús, pidiendo orientación, orando por fuerzas para obedecer su voluntad, y suplicando que él llene nuestro corazón con su amor.

Alimentándose de la Palabra y meditando en ella a fin de que seamos fortalecidos. Jesús dijo: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63).

Tomar la firme decisión de permanecer en Jesús cada día.

Al considerar la parábola de la vid (Juan 15:4-10), entendemos que Cristo es la vid y nosotros las ramas. Es evidente que sin Él nada podemos hacer (Juan 15:5), pues las ramas separadas de la fuente de vida no produce nada y se muere. ¿Cómo nos mantenemos ligados a la vid?

PERMANECER EN CRISTO

“No es el contacto casual con Cristo lo que se necesita, sino el permanecer en él. Él os llamó a morar con él. No os propone una felicidad pasajera que se experimente ocasionalmente mediante la búsqueda ferviente del Señor, y que se desvanece al abocaros a vuestras ocupaciones seculares. Vuestra permanencia en Cristo aliviana toda tarea necesaria, porque él lleva el peso de todas las cargas. El hizo provisión para que permanezcáis en él. Esto significa que debéis estar conscientes de que permanecéis en Cristo, de que estáis continuamente con Cristo, donde vuestra mente se anima y fortalece porque la habéis puesto sobre Cristo” Elena G. de White, En lugares celestiales, 18 de febrero

PERMANECER EN CRISTO

“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí” (Juan 15:4)

Aún cuando Dios sepa todo lo que necesitamos, necesitamos presentarle a Él nuestras necesidades por medio de la oración, porque así aprendemos a despojarnos de nosotros mismos y hacernos más dependientes de Él.

Aunque no necesitamos impresionar a Dios con nuestros oraciones interminables y vanas repeticiones (Mateo 6:5-9), debemos perseverar en la oración, aferrándonos a sus promesas, sin importar lo que esté sucediendo.

Analizando la actitud de Jesús, quien vivía una vida constante de oración, ¿qué lecciones podemos extraer para nuestra vida?

LA ORACIÓN

CÓMO PERMANECER EN CRISTO“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7)

¿Qué dos cosas son imprescindibles para crecer espiritualmente y permanecer en Cristo?

El estudio de la Biblia

• Permanecer en Cristo implica conocer su voluntad y vivir de acuerdo a ella. Esto lo conseguimos a través del estudio continuo de su Palabra.

La oración

• A través de la oración, aprendemos a vaciarnos de nosotros mismos y a depender completamente de él.

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7)

Según Jesús, ¿qué condiciones deben cumplir nuestras oraciones para ser contestadas?

Necesitamos creer que Dios nos puede responder (Mateo 21:22).

Debemos tener una actitud de perdón hacia nuestro prójimo (Marcos 11:25).

Tenemos que subordinar nuestra voluntad a la voluntad del Padre (Mateo 6:10; Lucas 22:42).

Cualquier “demora” en la respuesta no debería desanimarnos; por el contrario, necesitamos “orar siempre, y no desmayar” (Lucas 18:1).

CÓMO PERMANECER EN CRISTO

Tomar la cruz significa negarnos a nosotros mismos diariamente. No circunstancialmente, sino todos los días. No sólo en una parte de nuestro ser, sino toda nuestra vida.

“Ningún hombre puede despojarse del yo por sí mismo. Sólo podemos consentir que Cristo haga esta obra. Entonces el lenguaje del alma será: ‘Señor, toma mi corazón; porque yo no puedo dártelo. Es tuyo, manténlo puro, porque yo no puedo mantenerlo por ti. Sálvame a pesar de mi yo, mi yo débil y desemejante a Cristo. Modélame, fórmame, elévame a una atmósfera pura y santa, donde la rica corriente de tu amor pueda fluir por mi alma’” (Elena G. de White, Palabras de vida del gran Maestro, pp. 123, 124).

A la luz de la Biblia entendemos que, sólo muriendo al yo podemos tener una vida plena. Morimos a la vida antigua en el bautismo, pero descubrimos que las antiguas prácticas y tendencias del pasado aún están vivos y luchan para recuperar el control de nuestro ser. Ante esta realidad, ¿cómo podemos comprender las afirmaciones de Jesús en Lucas 9:23, 24?

MORIR AL “YO” CADA DÍA

LLEVAR LA CRUZ

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23)

¿Qué significa llevar la cruz?

“La cruz y la abnegación señalan la senda de todo seguidor de Cristo. La cruz borra las inclinaciones naturales y la voluntad natural.

Sigamos al Salvador en su sencillez y abnegación. Levantemos al Hombre del Calvario por nuestras palabras y una vida santa”

Elena de White, La fe por la cual vivo, 25 de mayo

Llevar nuestra cruz significa negarnos a nosotros mismos diariamente. No de vez en cuando, sino cada día; no solo una parte de nuestro ser, sino todo.

“Todos somos probados en este tiempo. Hemos sido bautizados en Cristo; y si estamos dispuestos a separarnos de todo aquello que

tienda a degradarnos y a hacernos lo que no debemos ser, recibiremos

fuerza para crecer en Cristo, nuestra cabeza viviente, y veremos la

salvación de Dios”

Elena G. de White, Consejos para la iglesia, p. 425

1. No tenemos posibilidad de elección respecto de nuestro primer nacimiento, pero podemos escoger nacer de nuevo en Cristo a través del bautismo.

2. Tan importante como decidir nacer de nuevo es escoger cada día permanecer ligado a Cristo.

3. A través de una comunión íntima y sincera, en una vida de oración y devoción, podemos tener una genuina relación con Cristo.

4. Hay una lucha permanente contra el viejo hombre, el cual debe ser sometido cada día por la obra transformadora de Jesús hecha realidad por medio del Espíritu Santo.

CONCLUSIONES

Te invito a bajar y estudiar cada una de las 13

lecciones que tratan sobre el tema:

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