07112022 Archetti Una Perspectiva Antropológica Sobre Cambio Cultural y Desarrollo 2004

download 07112022 Archetti Una Perspectiva Antropológica Sobre Cambio Cultural y Desarrollo 2004

of 12

description

ffff

Transcript of 07112022 Archetti Una Perspectiva Antropológica Sobre Cambio Cultural y Desarrollo 2004

  • Una perspectiva antropolgica sobrecambio cultural y desarrollo: el casodel cuy en la sierra ecuatoriana.

    Eduardo Archetti1

    La naturaleza, es por naturaleza y valga la redundan-cia, indiferenciada. Es el hombre el que, a travs de

    la apropiacin social y simblica, establece distincionesentre peces y aves y animales que se pueden o no comer.Una distincin fundamental, por lo tanto es la que esta-blece la diferencia entre seres humanos y animales. Porlo general pensamos la condicin humana a partir deciertos rasgos negativos que atribuimos a los animales:satisfaccin incontrolada de sus instintos y apetitos, fe-cundidad incontrolada y carcter bsicamente asocial.Sin embargo, el contacto entre seres humanos y anima-les est regulado por un conjunto de reglas que sancio-nan si un animal se come o no, si se puede domesticar ono, y restricciones de tipo ritual, como por ejemplocundo y cmo es posible matar y comer ciertos anima-les. En muchas sociedades a la relacin original, sereshumanos y animales, debe agregarse el mundo de los es-pritus. En ese delicado balance es posible encontrar noslo cierto tipo de hombres sino tambin determinadosanimales que ocupan una posicin privilegiada en tantopueden servir como medios para una mejor comunica-cin con los espritus.2

    El modo como se clasifica a los animales y se lostransforma en comida o no, es un tema central en todainvestigacin antropolgica sobre los tabes. El valor ri-tual de un animal determinado depende, en conse-cuencia, de los tabes y las reglas que regulan la matanzay el consumo de este y otros animales. En ese contextosocial y simblico el tratamiento que le damos est, enmuchas ocasiones, lleno de inconsistencias y disconti-nuidades. Algunos animales viven en la abundancia y lalujuria, son miembros privilegiados del mundo doms-

    tico, son objeto del cario sin lmite de sus dueos ygozan de la atencin de los especialistas cuando se en-ferman. Su entrada en ese espacio domstico se caracte-riza por el hecho de darles un nombre, signo de afecto yde individualizacin. En el mundo de las clases mediasel perro y el gato son los animales humanizados porexcelencia. Otros animales, sin embargo, tienen unavida menos placentera, no reciben nombres y se crancon el objeto central de convertirse en comida. Los cui-dados a los que se los somete no les evita terminar susvidas sacrificados en mataderos de todo tipo o en elcampo mismo. Por lo general no tienen nombre y susvidas transcurren de modo annimo. Esos animales noforman parte del mundo domstico y su reproduccinse desarrolla fuera de las casas, a campo abierto o en ins-talaciones propias lejos del ciclo cotidiano de las fami-lias de productores que los cran. Esa distincin, sin em-bargo, est parcialmente basada en la clase de animales.Los perros de las clases medias europeas, americanas yecuatorianas, por ejemplo, son criados, en determi-nadas partes de Asia, para ser comidos. Otros animalesque son cazados sin conmiseracin reciben un trata-miento especial cuando pasan a vivir en los zoolgicos oen los circos. El mundo de los animales, por lo tanto,est lleno de discontinuidades: por un lado, los ani-males del mundo domstico y por el otro, los que seconvierten sistemticamente en comida.

    A nivel emocional esto implica que los actores socialesviven en un mundo esquizofrnico: unas especies recibenun cuidado especial y muestras de afecto sin lmites yotras especies reciben, tambin, un cuidado especial,producto de un conocimiento de sus comportamientos y

    222

    Captulo 5. Antropologa del consumo

    1 Departamento de Antropologa Social. Universidad de Oslo, Noruega.

    2 Ver especialmente Douglas (1975:27-46).

    1/12

    AdministradorText Box07-112-022 Seminario Canelo - Zenobi - 12 Copias

  • necesidad cada vez ms preciso pero para convertirse envctimas.3

    El cuy no escapa a esa doble condicin a la que alu-dimos. En Europa y en Estados Unidos es un animal do-mstico por excelencia, una de las mascotas de los nios ypor lo tanto un tab alimenticio. En el Ecuador y en elmundo andino en general es comida: los cuyes se cran paraser sacrificados. Sin embargo, el cuy en el mundo campe-sino ecuatoriano vive dentro de las casas conviviendo en elmismo espacio domstico de las familias que los cran. Esacoexistencia, ese grado de intimidad, no les impide con-vertirse en vctimas. Podra pensarse que es una anomala.Esto es cierto pero slo en parte. Es evidente que el cuycomparte el mismo hbitat pero no recibe un nombre y, en

    consecuencia, conserva cierta anonimidad. La anonimidad,de alguna manera, permite que el cuy sea sacrificado y con-serve su condicin de animal puro. Adems, y sobre estovolver ms adelante, los cuyes no se cuentan, no son unapoblacin que debe crecer o disminuir de acuerdo con cri-terios estrictamente econmicos y comerciales. El cuy esten las casas, es un animal domstico en ese sentido pero sumuerte no es fuente de dolor, al estilo de la muerte trgica einesperada del perro o gato de familia sino, por el contrario,instrumento de una celebracin y un ritual. En ese contextotendramos, siguiendo a Leach, un sistema de correspon-dencias en donde lo central para definir si un animal es co-mestible o no parece ser la distancia con relacin a Ego.Leach desarrolla el siguiente sistema:

    223

    Constructores de Otredad

    a) Ego Hermana Prima Vecino Extrao

    b) Ego Casa Chacra Campo Remoto

    c) Ego Mascota Ganado Caza Animal salvaje

    La correspondencia entre estos sistemas clasificatoriospermiten no solamente discutir qu animales pueden con-vertirse en comida sino, tambin, investigar inconsisten-cias y discontinuidades. Claramente el cuy pertenece a lacasa y, por lo tanto, podra ser visto solamente como unamascota y hermana, es decir no comestible. Pero,como dije anteriormente, esto no es as ya que la regla deespacio domstico (no comestible) no se cumple. Mi in-terpretacin es que en estas ocasiones ilcitas querompen ciertas reglas o, para el caso, ciertos tabes, la so-lucin parece ser una ritualizacin excesiva. En otras pa-labras, el cuy se convierte en comida a travs de una sacra-lizacin de las ocasiones y, adems, se lo utiliza como ele-mento ritual en un complejo mundo ceremonial. Por otrolado, el cuy se come castrado o sea que pertenece a la ca-tegora de animal de chacra y no de campo, dominio de losanimales que se cazan y que, en consecuencia, se comensin castrar.4 En este trabajo mi intento principal es vin-cular el rol del cuy en la cultura de la Sierra ecuatoriana aun proyecto concreto de cambio social y cultural. La clasi-ficacin de los animales en distintas clases y categoras noes propiedad de los campesinos. Los expertos que pro-graman proyectos de desarrollo no escapan a este destino.Para un tcnico el cuy pertenece a la chacra y es un animal

    comestible como la vaca, el cerdo o la oveja. Para un cam-pesino el hecho que el cuy est dentro de su casa pero, a lavez en la chacra ya que se lo come es un fenmeno social,en trmino de prctica de crianza, y simblico en tanto sereglamenta su utilizacin como comida y como instru-mento ceremonial. La antropologa social como disci-plina, aun cuando tematiza el desarrollo rural y el cambioplanificado, siempre se pregunta sobre universos cultu-rales. Nuestro objeto es ver cmo las intenciones, los signi-ficados y los objetos de los actores forman parte demundos morales y sociales particulares. Esto implica queel antroplogo asume como problemtico el rol de los mo-dernizadores y, por lo tanto, del pensamiento y conoci-miento cientfico que los gua en la accin. Al contrastartradicin con modernidad pueden emerger diferentesverdades: la verdad emprica o social, el valor ceremonialdel cuy, o metafrica, la identificacin del cuy con lo do-mstico y lo femenino. Este artculo tratar explcita-mente de este problema. Con relacin a la problemticadel cambio cultural pienso que los procesos sociales tomanforma en un marco en el que, paralelamente a las rela-ciones sociales, los actores otorgan significado simblico asus acciones. La cultura no es un sistema fijo de clasifica-ciones y una construccin atemporal externa al modo

    3 Sobre la relacin entre seres humanos y animales hay una literatura antropolgica muy rica. Una buena introduccin a este tema se puede conse-guir combinando Leach (1964) con Serpell (1986).

    4 A nivel del parentesco la categora prima suele asociarse en muchas culturas, una de ellas es la ecuatoriana, a la categora de persona con la que sepuede mantener relaciones sexuales pero con la que est prohibido casarse. La teora de Leach permite ver cmo las relaciones entre seres humanosy animales se dan en un contexto teido por la sexualidad y los rituales alimenticios (1964).

    2/12

  • como los actores sociales resuelven sus problemas diarios.El anlisis cultural, en ningn caso, es un anlisis matem-tico. Valores y significados deben ser confrontados con ac-ciones y con la posicin social de los actores. Yo tratar dedemostrar que la lgica cultural del cuy debe vincularse aprocesos de divisin del trabajo, asignacin de tareas,tiempo de trabajo y status social de los actores principales.El rol de la antropologa social como disciplina en elmundo prctico del desarrollo econmico y social es in-sistir que los cambios tecnolgicos o de otra ndole debenser estudiados con relacin a los diferentes contextos quecondicionan las preferencias de los miembros individualesdel grupo que pretende movilizarse. Los grupos sociales,en muchos casos, no pueden ser construidos artificial-mente a travs de un proyecto, ellos existen antes que l ycontinuarn desarrollndose una vez que los expertoshayan abandonado el campo.

    Una ltima observacin es necesaria. Este artculo sebasa en un postulado bsico: toda sociedad es cultural-mente heterognea. Mi trabajo describe el conflictoentre la cultura de las mujeres que cran cuyes con la cul-tura de los agentes modernizadores. De este anlisis se des-prende con toda claridad que en el Ecuador coexisten dife-rentes sistemas de representacin y de produccin del cuy.La decodificacin de estos sistemas es la tarea primordialde los antroplogos sociales.

    La transformacin de la produccindel cuy en la Sierra ecuatorianaEl Ministerio de Agricultura del Ecuador comenz en1980 un ambicioso proyecto de modernizacin de lacrianza y produccin del cuy.5

    La poblacin campesina y, en especial, la mujer cam-pesina ha criado cuyes desde mucho antes de la conquistaespaola. Correctamente, el proyecto asumi la existenciade un vasto conocimiento popular en el campo de la pro-duccin de cuyes. Por otro lado, el cuy es tambin unplato de consumo urbano, o sea que existe en el Ecuadorun mercado de compra y venta de estos animales. Todoaumento de la produccin, se pensaba, posibilitara unmayor consumo familiar y la venta de los animales exce-dentes en ferias y mercados locales y regionales. Final-mente, el proyecto incorporara como principal benefi-ciario a la mujer campesina, olvidada y postergada de mu-chos planes y proyectos de desarrollo rural.

    A los efectos de implementar el proyecto dos reasfueron seleccionadas y en ellas comenzaron a trabajar

    tcnicos y extensionistas. La necesidad de impulsar elcambio tecnolgico se bas en los siguientes supuestos:1. La crianza tradicional se hace en las casas y cocinas de

    los campesinos y, por lo tanto, el proceso reproductivono est controlado, siendo sus resultados: baja ferti-lidad, alta mortalidad y cierta degeneracin genticade los planteles.

    2. La alimentacin de los animales es poco sistemtica.3. El control de las enfermedades es espordico y cuando

    alguna enfermedad es detectada esto ocurre tarda-mente. Este factor incrementa la mortalidad y, en con-secuencia, reduce sensiblemente la fertilidad.

    4. Los efectos combinados de estos factores limitan sensi-blemente la productividad y, en consecuencia, son unfreno para el mejoramiento de los planteles.

    De esto se desprende que para los tcnicos a cargo deorientar el proyecto, la crianza tradicional de cuyes fueconceptualizada como irracional en tanto los produc-tores no maximizaban una mejor productividad.

    Las soluciones pensadas fueron las siguientes:1. La crianza debe trasladarse de las cocinas de las casas.

    Para ello el primer paso consista en la construccin dehabitculos especiales fuera de las casas con separa-ciones, a los efectos de no mezclar cuyes de la mismaedad y sexo de manera indiscriminada.

    2. La reproduccin debe hacerse seleccionando cuidado-samente los mejores reproductores, tanto machos co-mo hembras. Era aconsejado un mejor control gen-tico a los efectos de supervisar el proceso dedegeneracin gentica observado. En esa direccin sepensaba introducir la variedad peruana de cuyes.

    3. La alimentacin deba orientarse de tal manera que lamayor cantidad de alfalfa posible les fuera dada a losanimales. Asimismo, la cantidad de comida deba con-trolarse segn el tamao y sexo de los animales lo queasegurara un crecimiento ms rpido.

    4. La separacin de los animales en distintos habitculospermitira un mejor control de las enfermedades sien-do, al mismo tiempo, mucho ms fcil aislar a los en-fermos. Un folleto informativo contena indicacionespara un mejor tratamiento sanitario.

    Este paquete tecnolgico inclua un apoyo econmicogratuito que se utilizara para las construcciones y para lacompra de mejores reproductores. Al lado de este incen-tivo econmico, el incentivo moral consista en el trabajo

    224

    Captulo 5. Antropologa del consumo

    5 El proyecto de crianza del cuy form parte de los programas de Desarrollo Rural Integrado (DRI).

    3/12

  • intensivo de los extensionistas con las productoras que de-seaban participar de los proyectos piloto.

    El proyecto no funcion con la velocidad esperada yslo muy pocas mujeres haban aceptado, a los tres aos desu inicio, la nueva propuesta tecnolgica. Como conse-cuencia de este fracaso parcial el Ministerio decidi que unanlisis de la dimensin cultural era importante y nece-sario. Nuestra investigacin fue, por lo tanto, orientadahacia la poblacin receptora del paquete tecnolgico y, enningn momento, se plante la necesidad de estudiar elcomportamiento y metodologa de trabajo de los equiposdel Ministerio. Nuestra investigacin fue, asimismo, pen-sada como una importante fuente de datos que podra,eventualmente, ser utilizada para un ajuste y posterior ex-pansin del proyecto.6

    Nuestra principal tarea fue encontrar el por qu lascampesinas ecuatorianas preferan continuar con el ma-nejo de crianza tradicional rechazando ostensiblemente lanueva propuesta tecnolgica. El Ministerio, vale la penadecir, nos dio total libertad para definir el marco tericode la investigacin.

    El significado social y simblico del cuyEl punto de partida de la investigacin fue definir al cuycomo comida. El anlisis de la comida no puede redu-cirse a un listado de lo que se consume y del valor nutri-cional de los alimentos. La comida es, al mismo tiempo,un cdigo de conductas, un sistema de comunicacin yun cuerpo de imgenes, gustos y procesos simblicos. Unsistema de comidas es un sistema de clasificacin, evalua-cin y consolidacin de posiciones y jerarquas sociales.Por lo tanto, un sistema de comidas pone orden en lanaturaleza, a travs de los tabes alimenticios, y en la vidasocial, a travs de rituales y ceremonias. Nuestro objetivoinicial fue encontrar el lugar del cuy en el sistema decomidas.7

    El primer hallazgo fue la definicin del cuy por partede los actores como comida extraordinaria. Los campe-sinos no comen cuy a menudo lo cual no constituye el ho-rizonte de lo posible cotidiano. La cocina del cuy est re-gulada y ocurre en el contexto de importantes eventos so-ciales. Nuestros hallazgos empricos muestran que elconsumo del cuy est relacionado a los siguientes eventos yceremonias:

    1. Eventos vinculados al ciclo de desarrollo de la familia:nacimiento, bautismo, comunin, confirmacin, ca-samiento, entierros.

    2. Eventos sociales significativos en donde se muestraconsideracin y respeto a familiares, amigos, vecinos,maestros y funcionarios; se consolidan contratos ynuevas relaciones sociales y se celebran eventos fami-liares que ocurren al margen del ciclo de desarrollo,como la visita de una hija que vive fuera o el regreso delhijo del servicio militar.

    3. Ceremonias religiosas y civiles como peregrinaciones,procesiones, fiestas patronales, el da nacional o la vi-sita de polticos importantes a la comunidad.

    4. Procesos de curacin como cuando alguien tiene unabronquitis, una pulmona o un simple resfro. En elperodo de embarazo es frecuente que las mujerescoman cuy ms seguido como tambin luego del partoy por un perodo de tres meses. Esta relacin entre en-fermedad, terapias curativas y comidas (en este caso elcuy) no es ajena a todo sistema de comidas. Precisa-mente, un sistema de comidas funciona como tal si esque hay una elaboracin entre alimentos y procesos desalud o enfermedad.

    En el Ecuador, como es bien conocido, los compo-nentes de toda comida se clasifican de acuerdo con la opo-sicin fro/caliente. Esta clasificacin binaria est funcio-nalmente relacionada a los diferentes rganos del cuerpohumano y a los cambios de temperatura que se registranen el medio ambiente. El principal objeto de la cocina tra-dicional ecuatoriana es encontrar un balance entre los ele-mentos fros y calientes. El cuy es definido como el ali-mento ms caliente entre las carnes. Consecuentemente,enfermedades que tienen su origen aparente en el fro o ensituaciones en las que una persona ha perdido energacomo, por ejemplo, luego de un parto, pueden curarsemediante un incremento del consumo del cuy. Como esnatural suponer la cocina del cuy busca un equilibrio coningredientes que pueden compensar el calor excesivo de sucarne. La papa, alimento fro, acompaa usualmente alcuy. Es impensable comer cuy con maz ya que ste es unalimento caliente.

    La relacin entre lo fro y lo caliente est conceptuali-zada en trminos de oposicin y contraste, siendo el prin-

    225

    Constructores de Otredad

    6 El grupo de investigacin estuvo bajo mi direccin. Martha Freire, Gerardo Fuentealba y Ramiro Moncayo formaron parte del equipo. Un infor-me fue publicado con los principales resultados del trabajo de campo en ocho comunidades de la Sierra ecuatoriana. Las comunidades estaban enSalcedo, Guamote y Azuay (Archetti et. al.,1984).

    7 La mejor introduccin al anlisis antropolgico de la cocina y la comida es el trabajo de Goody (1982). Sin embargo, personalmente prefiero dosartculos cortos, uno escrito por Douglas (1975) y otro por Barthes (1979). Son particularmente claros en plantear la importancia sociolgica deestudiar la cocina, la comida y el acto tan simple de comer en compaa de otros.

    4/12

  • cipal objeto de la cocina tradicional el hallazgo de un equi-librio estable. La falta de balance -o, dicho de otra manera,los excesos- es considerada como algo potencialmente pe-ligroso para la salud.

    En este contexto el cuy es un elemento central de lacultura culinaria campesina. Es fcil imaginar que si la co-cina del cuy es muy estructurada, en el sentido de que hayun orden y ciertas combinaciones que son estrictamenterespetadas, y extraordinaria, es lgico suponer que un pa-saje a comida ordinaria no ser fcil de conseguir. Latransformacin de comida extraordinaria en ordinaria im-plica, en todos los casos, una redefinicin de los territoriosde significados sociales simblicos.

    He apuntado anteriormente que la frecuencia del con-sumo del cuy apareca asociada a la vida ceremonial. El n-mero de ceremonias vara de familia en familia segn elciclo de desarrollo domstico y los grados de compromisosocial. No me equivoco si afirmo que la produccin de cuyest regulada por estos procesos. Nuestras observacionesconstataron que los incrementos en la produccin estnasociados a ceremonias particulares o eventos sociales quese planifican, como, por ejemplo, un bautismo o un casa-miento. Los campesinos venden cuyes de manera excep-cional. Esto implica, en parte, la escasez crnica de carnede cuy en la Sierra y su precio relativamente alto cuando secompara con el precio del cerdo o el cordero.

    El cuy es un elemento crucial en la articulacin de unconjunto de relaciones sociales tanto a nivel domsticocomo pblico. La circulacin del cuy como comida sirve amodo de gua til para medir el grado de compromiso so-cial de diferentes unidades domsticas. Nuestros infor-mantes, enfticamente, decan que no hay casa ni mujersin cuy. El cuy, animal casero y domstico por antono-masia es, al mismo tiempo, comida. Esta combinacin noes fcil encontrar en otras culturas como ya lo hemos ob-servado en la introduccin del artculo.8

    El mundo social y simblico del cuy no se agota conestas observaciones. El cuy crece, vive y muere en las co-cinas de las chozas y casas campesinas. Estar en la cocina esestar en el centro de la casa, instalado en el calor y el humo.Esta proximidad permite que muchos campesinos vean enel cuy un orculo. Muchos eventos naturales, como lalluvia o las heladas, sociales, como una posible visita, o unaenfermedad de un pariente o un miembro de la familia, seinterpretan a partir de los ruidos y la conducta de los cuyesms viejos. El cuy aparece, por lo tanto, como un animal

    sensible y un eficaz intermediario entre lo prximo y lo le-jano, entre lo esperado y lo inesperado.

    El cuy como instrumento operativo de un ritual apa-rece con toda claridad si analizamos la sobada del cuy.La sobada, practicada por los sobadores, es simple peroest saturada de significados sociales y simblicos.9 El so-bador pide, por lo general, un cuy que vive con la familiadel paciente. El tamao y el color del animal varan deacuerdo con el tipo de paciente y con la prctica del so-bador. El animal muere durante la ceremonia al ser fro-tado intensamente en el cuerpo del paciente. Luego de sumuerte el sobador observa los rganos del animal con elobjetivo de encontrar la enfermedad que aqueja alcliente. La hiptesis que gua esta bsqueda es que el cuyabsorbe la enfermedad y permite de esta manera suidentificacin. Para muchos campesinos y sobadores estaabsorcin es posible slo si el cuy ha tenido una rela-cin muy prxima con el enfermo. Asimismo, para mu-chos de nuestros informantes la absorcin no slo posibi-lita la identificacin sino que es, paralelamente, el co-mienzo del proceso de curacin.

    Esta ritualizacin del cuy en los diferentes contextosque he mencionado es un eficaz instrumento para man-tener ciertas tradiciones. Del anlisis de estas prcticasy creencias surge claramente el hecho de que los aspectossociales y simblicos articulan relaciones sociales, creen-cias religiosas y, por qu no, prcticas mgicas. La culturadel cuy es una suerte de escenario clave con un cdigorestringido que define de un modo ms o menos claro te-rritorios de significacin. En este caso, el nuevo paquetetecnolgico implica un cambio de un cdigo restringidoa un cdigo mucho ms elaborado.10 Todo cambio socialy cultural implica movimientos en varias direcciones yno solamente a nivel de las conceptualizaciones exis-tentes. Los significados y las definiciones culturalestienen un anclaje en prcticas y rituales como hemosdicho ya varias veces. Asimismo, los actores sociales estninmersos en un conjunto de relaciones en donde lo cen-tral suele ser la reproduccin de ciertas posiciones y jerar-quas sociales. Un anlisis de las construcciones simb-licas y las prcticas rituales debe relacionar estos aspectosa la vida social ms general. Una teora del cambio cul-tural no debe reducir su anlisis al mundo simblico y ri-tual sino que debe conectar estas dimensiones a los ac-tores concretos y al modo como estos se reproducen yviven en un mundo donde las jerarquas y las identidades

    226

    Captulo 5. Antropologa del consumo

    8 Una buena discusin de la relacin entre animales y el mundo de la comida se encuentra en Sahlins (1976:165-79).

    9 Un buen anlisis del uso del cuy en este ritual de curacin se encuentra en Barahona (1982).

    10 Sobre los diferentes tipos de cdigo y sus implicaciones para el anlisis de la relacin entre ritual y cambio cultural ver Douglas (1978:40-58).

    5/12

  • sociales ms amplias condicionan territorios de poder.Veamos esto a continuacin.11

    La situacin social de la mujerLa divisin sexual del trabajo de la mujer es responsable delas tareas domsticas pero, al mismo tiempo, realiza unsinfn de actividades productivas en el campo. La crianza yel manejo del cuy es su dominio exclusivo. Al casarse, unode los regalos simblicos que la mujer recibe es una parejade cuyes. Se dice, y no sabemos con qu frecuencia se prac-tica, que cuando la mujer muere, despus de su entierro suplantel de cuyes es sacrificado. Los animales, de esa ma-nera, siguen su destino. El trabajo con los cuyes no es tra-bajo de hombres. Identidad femenina, mundo domsticoy cuyes van juntos, pertenecen al mismo territorio socialsimblico.

    Es fcil observar que la mujer campesina de la Sierraest sobrecargada de trabajo. La coordinacin diaria de sustareas requiere no slo energa sino una disciplina estricta.Las mujeres estn obligadas a establecer prioridades enla asignacin y realizacin de tareas. La rutina diaria es unaconstriccin a sus actividades tanto en la casa como en elcampo. Como articuladoras de la comida, en el sentidoque una de sus tareas primordiales es convertir materiasprimas en comida, las mujeres ponen el acento en la co-cina. Cocinar es una actividad que consume muchotiempo.

    Una de las constricciones mayores se relaciona a la pre-paracin y manutencin de sus fogones. Un rpidoclculo indica que la mujer utiliza en la preparacin de lascomidas diarias entre cuatro y cinco horas de trabajo.Sobre esta carga vienen las otras. Esta sobrecarga, sin em-bargo, comienza a disminuir a medida que los hijos llegana los diez aos de edad y comienzan a ayudarla en un con-junto de actividades y tareas. Puedo decir sin equivocarmeque los primeros diez aos de matrimonio son para lasmujeres aos bien difciles e, incluso, sombros.

    Una de las primeras preguntas que nos hicimos fue verde qu manera la nueva propuesta tecnolgica afectara lavida cotidiana de las mujeres. Sin ninguna duda puedoafirmar que la nueva propuesta implicaba ms trabajo:sembrar o, en su defecto, comprar alfalfa, medir la can-tidad de comida a dar a los animales, seleccionar los me-jores reproductores segn criterios bien codificados, lim-piar peridicamente los nuevos habitculos y llevar ade-lante un control estricto de las enfermedades y del estadosanitario del plantel. Todas estas tareas no slo implicaban

    un cambio en el conocimiento tradicional sino que es-taban integradas en un sistema de produccin altamentearticulado. La eficacia depende de cada una de las variablesy, por lo tanto, todas las tareas son altamente relevantes.En el manejo tradicional la intervencin humana en elproceso productivo es menos intensa. En este contexto, lacrianza de cuyes no entra en conflicto con las prioridadesde la vida cotidiana. Producir cuyes de esta manera no esvisto como un problema. La mujer siente que los cuyesnacen, viven y mueren sin que ella intervenga demasiado.El nuevo paquete tecnolgico implicaba no slo la intro-duccin de nuevas variables sino que la distancia de loscuyes de la cocina pasaba a ser otro trabajo y, por lotanto, otra preocupacin a las muchas existentes.

    Para la mayora de las mujeres la nueva tecnologa fuedefinida como una carga adicional en el contexto de unarutina cotidiana extenuante. La propuesta converta a loscuyes de animales caseros a animales de campo. Los ex-pertos, sin saberlo y sin que esto fuera un objetivo, creabancon su intervencin un mundo diferente y mucho mscomplicado.

    Har un parntesis en mi argumentacin. Por un mo-mento podemos imaginar que las mujeres son maximiza-doras perfectas y que pueden, racionalmente, medir lasventajas y desventajas de la nueva tecnologa. Podemospensar que la fatiga y las complicaciones valen la pena yaque se pueden compensar con un aumento en la produc-cin y la productividad del trabajo. Podramos incluso de-mostrar, sin mayores problemas, que la nueva tecnologaconlleva ganancias sustanciales: ms protenas para serconsumidas por el grupo familiar y ms dinero por lasventas de los excedentes. Todo este razonamiento es vlidosi los actores perciben la realidad como los expertosmismos.

    Como he dicho ya, el nuevo paquete inclua nuevas ta-reas, ms variables, nuevos y ms insumos productivos yms trabajo. Desde el punto de vista de los extensionistas yexpertos la filosofa del proyecto se basaba en la identifica-cin de las necesidades hipotticas de la poblacin. Ellosasuman que las necesidades campesinas no estaban satis-fechas con el nivel de produccin de cuyes existentes. Sinembargo, como he tratado de demostrar a lo largo del ar-tculo, la produccin tradicional de cuyes se desenvuelvedentro de un tipo de necesidades y preferencias asociadasal modo como los cuyes circulan en las arenas social y sim-blica. Presumira, por lo tanto, de haber demostrado queen toda sociedad existe un contexto institucional que em-

    227

    Constructores de Otredad

    11 Keesing (1987) plantea el problema de los excesos de la interpretacin simblica en las corrientes recientes de la antropologa social norteameri-cana. Estos excesos se deberan al simple hecho de que en esos anlisis no se relacionan los smbolos al modo como los actores sociales producen,distribuyen y controlan el conocimiento disponible en una sociedad.

    6/12

  • bebe las elecciones y preferencias.12 Esta argumentacinest reforzada por el hecho simple de ver el mundo simb-lico con relacin a la vida cotidiana de las mujeres. Para lamayora de las mujeres la tensin de incorporar una nuevatecnologa oscureca el hecho que sta poda traer todotipo de ganancias. Dado el contexto de mi discusin las,relaciones complejas que existen entre formacin de de-seos, establecimiento de necesidades preferenciales y con-texto institucional, parece crucial que todo proyecto debepreguntarse cmo relacionar sus objetivos con el modo enque piensan y eligen los actores a ser movilizados.

    Crear nuevas necesidades implica cambiar las prefe-rencias de los actores, preferencias, como hemos visto, quese encuentran frecuentemente relacionadas a arenas sim-blicas. Cmo se pueden cambiar preferencias y a travsde qu mecanismos se puede predecir la reformulacin denecesidades o de expectativas? Para encontrar una res-puesta a esta pregunta tengo que ver ms de cerca la situa-cin de la mujer campesina en la Sierra ecuatoriana. Hastaahora he generalizado sobre la situacin de la mujer, to-mando como foco de mi anlisis la sobrecarga de trabajodomstico y el hecho de que ste se combina con otras ta-reas en el campo. Ahora bien, esta carga no es esttica yaque cambia de acuerdo con el desarrollo del ciclo doms-tico. La composicin del grupo domstico y, de un modoms concreto, la relacin entre consumidores y produc-tores cambia con el tiempo. En la etapa de expansin detodo grupo familiar, cuando hay muchos hijos por debajode los diez aos de edad, la mujer se encuentra en una si-tuacin muy difcil. Las hijas, cuando son mayores de diezaos, se integran totalmente al trabajo diario y son unagran ayuda para sus madres. Esto significa que la situacinde la mujer mejora sensiblemente entre los doce y quinceaos de matrimonio. Si pensamos que la edad promediode las mujeres al matrimonio es de veintids aos, po-demos concluir que entre los treinta y cinco y cuarentaaos la situacin de la mujer mejora de un modo sensibleal disminuir su carga de trabajo. Al mismo tiempo, el pe-rodo de expansin de la familia est casi terminado.

    Concluyendo este razonamiento podemos imaginarque la relacin entre edad y aceptacin de una nueva pro-puesta tecnolgica puede ser una asociacin importante aexplorar en el anlisis del cambio social y cultural. Paracasi todos los casos que seguimos explcitamente, las pocasmujeres que haban aceptado participar en los proyectospiloto tenan ms de cuarenta aos.

    Sin embargo, a los efectos de tener un panorama msamplio de la situacin de las mujeres, es pertinente dis-

    cutir otra dimensin, a saber las relaciones entre hombre ymujeres y los posibles cambios en el tiempo. Stlen en sutrabajo sobre relaciones de gnero en la Sierra ecuatorianaha demostrado que el control masculino sobre la mujervara de acuerdo al ciclo de desarrollo familiar. Despusdel matrimonio y a travs de todo el perodo de expansin,el hombre ejerce un estricto control sobre la sexualidad dela mujer y sobre su autonoma y movilidad social. El con-trol no slo se ejerce a travs del consentimiento y ejerciciode la autoridad sino que tambin es muy comn en mu-chos matrimonios el maltrato y la violencia domstica(1985).

    Las decisiones ms importantes con relacin a la pro-duccin y eventuales inversiones son hechas por elhombre. Sin embargo, cuando los hijos crecen y cuandolos grupos domsticos entran en la etapa de fisin, es decircuando los hijos e hijas comienzan a casarse, la situacinde la mujer, poco a poco, comienza a cambiar. Ellas ob-tienen un nuevo status como suegras y abuelas pasan a serdefinidas como conocedoras, maduras e indepen-dientes. Es en este perodo cuando la mujer gana una li-bertad de movimiento casi total. Las mujeres mismasopinan que cuando se encuentra en esta etapa los hombresse vuelven ms tolerantes, considerados y flexibles.

    Nuestros hallazgos empricos van en esa direccin e in-dican claramente que mujer campesina no es una cate-gora inmutable con atributos fijos. El grado de indepen-dencia y el reconocimiento del conocimiento y la expe-riencia que la mujer adquiere con el tiempo son variablesimportantes que todo proyecto de cambio social debetener en cuenta. Mientras las mujeres son jvenes son per-cibidas como dependientes, inmaduras y con pocos cono-cimientos. El pasaje a la madurez y a la independencia,como he sealado anteriormente, es un cambio social demucha importancia. Ser mujer independiente implicaque se est en condiciones de evaluar y tomar decisionespor su propia cuenta. Este cambio de status se refleja, asi-mismo, en el hecho de que se pasa a ser mujer respetada.Su experiencia de vida aparece evaluada como una fuentede sabidura. Su condicin socio-biolgica no es msuna amenaza al honor masculino y, por lo tanto, el controlque los hombres ejercen se relaja considerablemente. Esposible imaginar que una vez que se adquiere esta condi-cin las mujeres pueden aceptar las nuevas propuestas. Sinembargo, desde la perspectiva de las mujeres el problemaconsiste en alcanzar un balance entre sabidura e indepen-dencia. El reconocimiento del conocimiento adquiridosignifica que la mujer ha obtenido en el tiempo un impor-

    228

    Captulo 5. Antropologa del consumo

    12 Este anlisis se inspira en el excelente artculo de Hefner (1983).

    7/12

  • tante capital simblico que le permite dar consejos a las ge-neraciones jvenes. Ese capital simblico incluye, obvia-mente, los conocimientos y las practicas culturales aso-ciadas a la crianza del cuy. Evaluar el peso de eseconocimiento y ver como se puede integrar en un pro-yecto de desarrollo me parece un aspecto central de la te-mtica que estoy discutiendo.

    Podemos imaginar una situacin extrema: el viejoconocimiento, el capital simblico del que las mujeres dis-ponen, es totalmente equivocado y debe ser reemplazadopor una nueva propuesta tecnolgica. Este supuesto pa-reca guiar la puesta en marcha del proyecto. Los expertosy los extensionistas eran los representantes de la moder-nidad y la modernizacin tecnolgica. Esta posicin inte-lectual contradice uno de nuestros supuestos, a saber quelos distintos tipos de conocimiento son, en principio, ra-cionales y eficaces dentro de sus propios marcos contex-tuales y operativos. Dentro de esta tradicin, por lo tanto,uno de los temas centrales del anlisis del cambio culturales, precisamente, la elucidacin de los diferentes modelosde los actores sociales, de las diferentes racionalidades queguan la accin.

    Yo pienso que el cambio cultural puede ocurrir cuandoes posible reemplazar una doctrina o discurso inconsis-tente por uno mejor o cuando los actores mismos reco-nocen que sus conceptos o creencias no son totalmenteadecuados para resolver importantes problemas sociales otcnicos.13 Qu conocen efectivamente los actores, cmose produce y reproduce ese conocimiento, cmo se arti-culan discursos con prcticas sociales y cules son las con-secuencias de un cambio de ideas y prcticas, son todaspreguntas centrales para las que se deben encontrar res-puestas. Uno de los principales objetivos de la investiga-cin antropolgica en este campo es localizar reas de di-vergencias entre conceptos y creencias y, al mismo tiempo,entender el modo de legitimacin y produccin de todotipo de conocimiento. El cambio cultural, sin embargo,no ocurre automticamente una vez que se identifican lasdivergencias o discontinuidades.

    El conocimiento tradicional de la crianzadel cuy: inperfecciones y discontinuidadesEspero haber demostrado que el cuy tiene una especial im-portancia social y simblica en la Sierra ecuatoriana. Sinlugar a dudas la crianza del cuy es una tradicin ancestral yexiste en el Ecuador un vasto conocimiento popular eneste campo. Este conocimiento es imposible resumir ypresentar en este artculo. Aqu solo me limitar a pre-

    sentar algunos aspectos de este conocimiento y cmo sepuede dilucidar algunas de las divergencias con la rea-lidad cientfica que los expertos representan. Yo quisieraenfatizar que, contra la creencia de muchos expertos, lamujer campesina ecuatoriana tiene un conocimientocomplejo que cubre casi todas las variables que entran enel proceso productivo. Adems, es un conocimiento queest enraizado en prcticas antiguas que en muchos casoshan permanecido intactas a lo largo de muchas genera-ciones.

    Comenzar discutiendo las prcticas alimenticias. Elprincipal alimento es la paja en castellano o uksha enquichua. Las campesinas identifican cuatro tipos princi-pales de paja segn el tamao, color y propiedades nutri-cionales. Diecisis tipos de pastos se clasifican comobuena comida para el cuy y, entre ellos, encontramos laalfalfa, el trbol y el ray grass. En muchas regiones y comu-nidades cuando la alfalfa es accesible se convierte en elprincipal alimento de los cuyes. Es claro que si se puedeelegir entre un tipo de paja y la alfalfa siempre se elige estaltima. Es necesario, sin embargo, sealar que la alfalfa esescasa en muchas zonas y que su precio es muy alto.

    El cuy, adems, come los restos de la comida diaria,fundamentalmente, las cscaras de habas y la piel de papasy zanahorias. Las campesinas consideran ideal combinareste alimento con distintos tipos de paja y, pastos. Al ha-cerlo tratan, cuidadosamente, de evitar los pastos malos.En esta categora entran, por lo menos, diez tipos dife-rentes de pastos. Los pastos se dan ni muy secos ni muyhmedos. Un pasto hmedo es considerado un alimentomuy fro que puede daar al animal. Por lo tanto, pajas ypastos se secan al sol un par de horas antes de que seandados a los animales.

    Este tipo de conocimiento puede ser consideradocomo muy pertinente incluso desde una perspectiva mo-dernista. Las mujeres saben que la paja, la alfalfa y, en al-gunas reas, las hojas del choclo son la mejor comida delcuy. En la produccin moderna y en el paquete tecnol-gico propuesto se aconsejaba, especialmente, la combina-cin de alfalfa y hojas de choclo.

    He mencionado que pajas y pastos se secan antes dedar a los cuyes. El secado, sin embargo, es parcial ya que lasmujeres piensan que la humedad puede reemplazar el con-sumo de agua. Por lo general, al cuy no se le da aguafresca porque se sostiene que sta puede ser causa de en-fermedades intestinales o, simplemente, porque el cuytiene una tendencia natural a tomar mucha agua. Los ex-pertos consideran que, particularmente, esta prctica es

    229

    Constructores de Otredad

    13 Esta posicin es planteada claramente por Gellner (1970:42-3).

    8/12

  • incorrecta ya que el cuy puede tomar agua y ese consumolo regula de manera normal como cualquier otro animal.

    Otra rea importante del conocimiento es la identifica-cin y tratamiento de las enfermedades. En contra de lacreencia de los veterinarios, la mujer campesina tiene am-plio conocimiento de las enfermedades que afectan a susanimales. Ellas son capaces de identificar el ataque depulgas u otros insectos. Las pulgas, usualmente, se com-baten con insecticidas, normalmente del tipo usado paracombatir las moscas. Asimismo, cuando las pulgas son de-tectadas se limpia la cocina con hojas de eucalipto y el pisose riega con agua. La creencia generalizada es que laspulgas son transmitidas por perros, gatos y ratas y, porello, hay casi una obsesin manaca para impedir su pre-sencia en las cocinas.

    Otra enfermedad de piel es la sarna que es producidapor ataques de parsitos externos. sta se combate me-diante la aplicacin de kerosene y grasa de chancho. Estetratamiento, aparentemente, no es muy efectivo. Obvia-mente, una cura ms rpida se obtiene sumergiendo a losanimales enfermos en un bao preparado sobre la base desulfas.

    Una tercera enfermedad es el torsn, una suerte deinfeccin intestinal. Se piensa que los animales se en-ferman cuando han comido demasiado pastos o muy secoso muy hmedos. La terapia practicada es dar a los ani-males enfermos pequeos trozos de sambo tierno. Si en-cuentran que los animales tienen mucha fiebre o estncalentitos se mezcla el sambo con algunas hierbas medici-nales, especialmente la malva. Cientficamente el torsnes una salmonelosis comn y corriente y la dieta parece sermuy efectiva. Sin embargo, la efectividad de este trata-miento es menor comparada con terapias basadas en el usode antibiticos.

    Para impedir los ataques de neumona o meros resfroslas mujeres tratan de mantener una temperatura perma-nente en las cocinas. Al mismo tiempo, el humo se consi-dera una eficaz defensa contra insectos y parsitos ex-ternos. Es importante sealar que los pisos de las cocinas seconsideran especialmente fros y, en consecuencia, se tratade hacer una cama para los animales con cebada seca,muy seca, con el evidente propsito de eliminar toda hu-medad. Esta cama, por lo general, se cambia dos o tresveces al mes y se limpia, cada vez, el piso con hojas de re-tama. Si alguno de los animales tiene torsn la camasuele hacerse con hojas de eucalipto.

    Podra seguir dando ejemplos pero pienso que estospocos casos sirven para ilustrar el modo como las produc-toras establecen una relacin entre tipo de enfermedades ytipo de tratamiento. Este conocimiento se basa, induda-

    blemente, en una vieja prctica y nos muestra, claramente,que la condicin y el destino de los animales son preocu-pacin real de sus dueas. Ellas no cran naturalmente alcuy y cuando ste se enferma es tratado con sumo cuidado.Las prcticas medicinales que se utilizan son, en muchoscasos, muy eficaces. Surge claramente de nuestros datosque la preocupacin por la higiene existe realmente y quelos distintos tipos cama que se hacen son una clara evi-dencia de ello. La identificacin de enfermedades es co-rrecta aunque el problema de la eficacia puede cuestio-narse. Las terapias tradicionales son, obviamente, ms ba-ratas que las modernas aunque pueden ser menos eficaces.

    Yo pienso que, con relacin a la alimentacin y la cura,no hay, en principio, contradicciones entre el conoci-miento local y las prcticas modernas que sustentaban elnuevo proyecto. El conocimiento popular est basado enun conjunto de observaciones y en una sofisticada clasifi-cacin de plantas y hierbas, por un lado, y de las reaccionesde los animales a ellas, por otro lado. El torsn es unasalmonelosis. El nombre es diferente pero los mismos sn-tomas se identifican en ambos sistemas. Pienso que, eneste contexto particular, tratamientos ms eficaces puedenincorporarse sin mayores problemas. La coexistencia entremedicina tradicional y moderna en el rea de salud hu-mana en el Ecuador son una prueba palpable de lo que esposible.

    Sin embargo, el rea en la que evidentemente puedenexistir discontinuidades y contradicciones tiene que vercon las creencias y prcticas reproductivas del plantel decuyes. La mujer no considera como problema el alto gradode cruzamiento interno que existe en su plantel. Esto im-plica que un tata cuy puede servir, indiscriminada-mente, a todas las hembras. El control sobre la cruza seejerce con la castracin de los machos que no son utili-zados como reproductores. La idea es que cuando hay mu-chos machos sin castrar se pasan peleando entre ellos. Unaconsecuencia de esto es que los machos castrados se con-sumen inmediatamente y las hembras son reservadas parala reproduccin. Pese a ello, las hembras no se seleccionansegn su fertilidad. Las hembras con poca fertilidad sondetectadas, por lo general, tardamente y se las llamafras o machorras, una evidente alusin a su carcterpoco femenino, a su masculinidad. Muchas de lasmujeres reconocen, explcitamente, que el proceso repro-ductivo transcurre sin muchas intervenciones de su parte.Esta actitud, obviamente, tiene consecuencias negativassobre las tasas de fertilidad ya que, en muchos casos, lashembras preadas son muy jvenes o muy flacas o muyviejas. Calculamos que en estas condiciones una madrepare tres veces al ao, uno o dos animales por vez. Esta

    230

    Captulo 5. Antropologa del consumo

    9/12

  • productividad es la mitad de la que se podra alcanzar si elnuevo paquete tecnolgico fuera adoptado. Finalmente,puedo decir que una vez que una hembra pare no recibeningn cuidado especial ya que no slo se la separa delresto del plantel sino que tampoco se le proporciona co-mida especial.

    Otro de los temas de controversia se relaciona con loscriterios utilizados para seleccionar los reproductores.Color, tamao y tipo de pelo son criterios importantespero nosotros constatamos que el criterio principal es lacantidad de dedos de las patas delantera. Un macho quetiene ms de cinco dedos es muy apreciado porque esto secodifica como un signo de potencia y masculinidadreal. Segn los expertos, una mayor o menor cantidad dededos puede ser un signo de mutacin gentica que puedetransmitirse a las otras generaciones.

    Podemos aceptar que estas creencias y prcticas no ga-rantizan una buena seleccin, una alta fertilidad y unaproductividad global alta. Las mujeres no maximizan ellogro de un plantel numeroso y este, por lo general, nopasa de los veinticinco en todos los casos. El nuevo pa-quete tecnolgico estaba guiado por la lgica de aumentarconsiderablemente el nmero de animales. Esta propues-ta, claramente, encierra contradicciones con las prcticaslocales. El rea reproductiva es evidente un campo de con-frontaciones entre esas dos lgicas. No me equivoco siafirmo que a este nivel encontramos las resistencias msevidente de las productoras.

    Estos pocos ejemplos nos permiten ver que la dimen-sin cultural embebe las preferencias y condiciona las ne-cesidades de produccin y consumo. La cultura no es algoexterno. Identificar discontinuidades entre lgicas e im-perfecciones en alguna de ellas posibilita otro tipo de lec-tura de la realidad. Estas contradicciones nos indican queel campo simblico ha dejado de ser, mejor dicho, nuncaha sido homogneo. Paradjicamente, esta observacinnos permite, al mismo tiempo, identificar reas de cambiocultural y resistencia de los actores sociales.

    Cambio cultural y desarrolloA esta altura debe quedar claro para el lector que he estadodescribiendo el encuentro de dos culturas: la cultura de lamujer campesina serrana y la cultura de los agentes de lamodernizacin. La primera leccin evidente es que en elEcuador actual existen diferentes lgicas de produccin,

    cada una de ellas con su racionalidad y, por lo tanto, su le-gitimidad y su mbito de aplicacin. Constituyen dosmundos etnosemnticos en un mismo espacio social. Elconocimiento popular y la nueva propuesta tecnolgicason dos sistemas de representacin simblica y de prcticaproductiva. He tratado de codificar las reas en las queexisten continuidades y discontinuidades. En muchos delos anlisis tradicionales de la antropologa social estehecho suele ocultarse.14

    La segunda leccin est relacionada con la idea quemuchos cientistas sociales tienen de la cultura constituyeuna esfera aparte de la sociedad. Yo he tratado de demos-trar que las campesinas y los expertos viven en distintosmarcos de referencia y que, por ende, tratan de comunicarsus objetivos con ayuda de sus propias ideas, conceptos ycreencias. Las construcciones simblicas no aparecen co-mo algo extrao a la materialidad de la produccin. Hepresentado, suscintamente, diferentes teoras del conoci-miento con sus reglas y consecuencias. Obviamente, estasdiferentes racionalidades tienen un elemento normativoimportante, en el sentido que una vez que ciertas premisasse aceptan como vlidas ciertas prcticas deben ser se-guidas. Para la mujer campesina su adhesin a ciertos con-ceptos y creencias en relacin a la produccin, circulaciny consumo del cuy tiene consecuencias sociales, simb-licas y morales que no existen en el modelo moderno deproduccin. El sistema moderno se presenta como extra-territorial, es una verdad emprica que es vlida para elEcuador, el Per y, si fuera el caso, Zambia15.

    Esta dimensin aparece de manera clara en las partesdel discurso que se vinculan a aspectos genticos.

    Para muchas mujeres la aceptacin del nuevo paquetetecnolgico implica una ruptura de la continuidad entreproximidad domstica de los animales/elemento mgicode curacin/orculo que el cuy representa a sus ojos y sen-timientos. Yo no digo que el cambio social y cultural nopodr ocurrir en el futuro. Mi anlisis demuestra que todocambio implica que los actores hayan tomado concienciade que parte de su stock de conocimientos es inadecuado oinconsistente y que, por ello, debe ser cambiado. Si loscostos simblicos son altos este cambio ocurrir de maneralenta. Los actores pueden fluctuar y de hecho fluctan enmuchos campos en las fronteras de diferentes sistemas. Lamujer campesina ecuatoriana lo ha estado haciendo, comolo seal anteriormente, en el rea de salud en donde el

    231

    Constructores de Otredad

    14 La necesidad de abandonar el supuesto de que toda cultura es consistente y homognea ha sido planteada por muchos y entre ellos por Leach(1982:43) y Worsley (1984:54-60).

    15 La extraterritorialidad del conocimiento es uno de los criterios utilizados por Gellner a los efectos de distinguir distintos tipos de pensamiento. Elpensamiento moderno cientfico tendra, precisamente, la cualidad de presentarse como extraterritorial. Esta presuncin est ausente de las formastradicionales de representar y pensar la realidad (1974:166-7).

    10/12

  • mdico moderno coexiste con los mdicos tradicionales yen un rea ms vasta en donde la tradicin oral coexistecon la tradicin escrita del Estado moderno.

    La tercera leccin de este artculo puede verse con rela-cin al tema tan complicado de preferencias y creacin denuevas necesidades. El anlisis del significado simblico delcuy estuvo combinado con un examen de la situacin de lamujer. Mi argumentacin fue doble: el nuevo proyecto im-plica un aumento del trabajo en una situacin de tensincotidiana. Sin embargo, a medida que se pasaba del ciclo deexpansin del grupo domstico al ciclo de fisin las mujerespasaban a tener ms tiempo disponible. Paralelamente,conseguan un nuevo status dotado de mayor prestigio y au-tonoma. La dualidad de mi argumentacin implica que,por un lado, estn en condiciones de recibir nuevas ideaspero, por el otro lado, han conseguido respeto porque sonportadoras de conocimiento y han adquirido un gran ca-pital simblico. En ese contexto el conocimiento en elmundo del cuy es una fuente real de prestigio. Esta es unrea en donde las mujeres campesinas controlan y distri-buyen conocimiento. Ese capital simblico, en consecuen-cia, no puede ser cedido sin ms ya que constituye, en laprctica, un terreno en donde ejercen cierto poder. Esepoder simblico aparece confrontado con el poder cient-fico de los agentes de la modernizacin. Una tradicinpequea debe competir con una tradicin grande queaparece escrita y basa su legitimidad en el reconocimientoque la ciencia moderna tiene en el estado ecuatoriano.16 La

    gran ventaja de toda tradicin grande radica en la flexibi-lidad de su presentacin, desde libros sobre gentica a-nimal, esotricos y complicados, hasta los simples folletos ymanuales de los extensionistas. La flexibilidad y ubicuidad,es decir esta intercontextualidad, es un signo de poder.Nuestro ejemplo puede ser visto como un intento de mos-trar la riqueza y la complejidad de una tradicin pequeay el modo como sus creadores son capaces de usarla, decompetir y de sobrevivir en un contexto que ignora y, mu-chas veces, desprecia ese conocimiento.

    La cuarta leccin es sustantiva y se vincula al rol cul-tural y social de los animales. De hecho nuestro artculocomenz con una introduccin mostrando la importanciade ver cmo los seres humanos se relacionan con sus ani-males. La anomala del cuy reside en el hecho que es unanimal domstico que se come. Creo haber demostradoque esto es posible slo si se ritualizan en extremo las oca-siones aceptadas para su consumo. El cuy no es una mas-cota pero tampoco es ganado a secas. El proyecto mo-derno, de alguna manera, tenda a resolver esta anomala ya convertirlo en ganado. Resistir este cambio y mantener,en consecuencia, la anomala es un modo de decir, y depermitirnos ver, que las ambivalencias y las anomalas sonparte del campo social y simblico de gran complejidad.Toda sociedad tiene reas de anomala ya que stas sonbuenas para pensar lo normal y lo anormal. Estas reassuelen ser fuente de un buen ejercicio intelectual tantopara los actores como para los observadores.

    Bibliografa

    ARCHETTI, E. P. et al., 1984 Anlisis de la produccin,formas de consumo, comercializacin y simbologa del cuyen ocho comunidades de la Sierra ecuatoriana,CEPLAES, Quito: 424 pag.

    BARAHONA, Claudio, 1982 La soba del cuy. En: JosSnchez Praga et. al., Poltica de salud y comunidad an-dina, CAAP Editores, Quito.

    BARTHES, R., 1979 Toward a psychology of contempo-rary food consumption. En: R. Foster y O. Ranum(comp.), Food and drink in history, The John HopkinsUniversity Press, Baltimore.

    DOUGLAS, M., 1975 Implicit meaning. Routledge &Kegan Paul, Londres.

    , 1979 Natural Symbols. Penguin Books, Har-monsworth.

    GELLNER, E., 1970 Concept and society. En: Bryan R.Wilson (comp.). Rationality Blackwell, Londres.

    1974 Legitimation of belief, Cambridge Univer-sity Press, Cambridge.

    GOODY, J., 1968 Literacy in traditional societies, Cam-bridge University Press, Cambridge.

    1982 Cooking, cuisine and class: a study in compa-rative sociology, Cambridge University Press, Cam-bridge.

    HEFNER, R., 1983 The problem of preference: eco-nomic and ritual change in Highlands Java, Man,Vol.18 (4): 669-88.

    232

    Captulo 5. Antropologa del consumo

    16 El trabajo de Redfield sobre estas diferentes tradiciones sigue siendo relevante (1955). El rol de la alfabetizacin en los cambios de los estilos depensamiento ha sido discutido ampliamente en Goody (1968).

    11/12

  • LEACH, E., 1964 Anthropological aspects of language:animal categories and verbal abuse en Eric H. Lenne-berg (comp.), New directions in the study of language,M.I.T. Press, Cambridge, Mass.

    , 1982 Social Anthropology. Fontana Paperbacks,Glasgow.

    SAHLINS, M., 1976 Culture and practical reason, TheUniversity of Chicago Press, Chicago.

    STLEN, K. A., 1985 Control y dominacin en las rela-ciones de genero: un estudio de caso en la Sierra ecua-toriana, Oslo, mimeo..

    WORSLEY, P., 1984, The three worlds: culture & world de-velopment, The University of Chicago Press, Chicago.

    233

    Constructores de Otredad

    12/12