1. ASPECTOS DEL CRECIMIENTO
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1. ASPECTOS DEL CRECIMIENTO
SEMINARIO
1.1. INSTITUCIONES, CRECIMIENTO Y DESARROLLO ECONÓMICO
EN ARGENTINA
Eugenio Díaz-Bonilla* **
Introducción
El punto de partida de mi presentación es una teoría bastante extendida de nuestra
historia, aunque inadecuada según trataré de argumentar, que afirma que la Argentina
estaría declinando desde hace más de cien años. Algunos ejemplos de esta teoría son los
artículos de Alan Beattie del Financial Times (2009), basados en el primer capítulo de
su libro, y de la revista The Economist (2014). Estos artículos los he criticado en Díaz-
Bonilla 2009 y 2014.
En general, esas explicaciones se focalizan en las políticas económicas seguidas por
nuestro país, aunque últimamente se ha puesto más énfasis en las instituciones que
aplican dichas políticas o que al menos las condicionan. Un ejemplo conocido sobre el
enfoque institucional es el libro de Acemoglu y Robinson (2012) en el cual argumentan
que un país con instituciones, que ellos llaman ―extractivas,‖ no va a desarrollarse,
mientras que los países desarrollados son aquellos que tienen instituciones ―inclusivas‖.
Una crítica para ese libro, que tiene un carácter divulgativo,1 es que su argumento
parece tener un carácter circular. Casi por definición, los países que en la actualidad son
desarrollados habrían tenido instituciones inclusivas, mientras que los países no
desarrollados habrían tenido instituciones extractivas. Otro punto débil, y quizá de
fondo, es que, en mi opinión, tampoco explican cómo surgen las instituciones.
No obstante estas críticas, Acemoglu y Robinson presentan un ángulo interesante
para la discusión del desarrollo de Argentina cuando comentan, sin referirse
necesariamente a nuestro país y casi al pasar, que las instituciones inclusivas si por
alguna razón se convierten en ―excesivamente‖ inclusivas (aunque no está definido que
sería excesivo), también pueden ser negativas para el desarrollo, porque producen una
parálisis en el sistema de toma de decisiones, o choques violentos entre diferentes
grupos. Cualquier lectura rápida de la literatura sobre la Argentina muestra una serie de
autores que han planteado la hipótesis de que la falta de desarrollo en nuestro país se
debe a la importancia de conflictos internos y a la presencia de ―empates hegemónicos‖,
donde diferentes grupos impiden o vetan lo que otros pueden hacer en alternancias
* Consultor y miembro de planta del Internacional Food Policy Research Institute (IFPRI), de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), el Instituto Interamericano de
Cooperación para la Agricultura (IICA), Organización de los Estados Americanos (OEA), el Banco
Mundial, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Es miembro de la Junta de Directores Ejecutivos del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y profesor en la Catholic University of America y George
Washington University (Washington, DC). ** Quiero agradecer a la provincia y pueblo de Tucumán, al gobernador Dr. Juan Manzur, al Ente del
Bicentenario en la persona del Dr. Julio Saguir, al Ingeniero Jorge Neme, y al Dr. Juan Pablo Nicolini por
la invitación y hospitalidad. También van mis agradecimientos a los panelistas del coloquio: Sebastián Galiani, Alicia Menéndez, Rafael Di Tella, Ernesto Schargrodsky, Silvana Tenreyro, Pablo Neumeyer,
Walter Sosa Escudero, Pablo Guidotti, Ana María Cerro y Osvaldo Meloni. He procurado reflejar los
comentarios recibidos en esta versión de la presentación. 1Los artículos técnicos de Acemoglu y Robinson son más cuidadosos.
sucesivas en el poder (ver por ejemplo, Smith, 1974; Díaz-Alejandro, 1970; Mallon y
Sourrouille, 1975; Portantiero, 1973). Más adelante retomaré este tema.
También voy a tratar de desarrollar la otra pregunta que me parece más relevante y
que Acemoglu y Robinson, en mi opinión, no responden apropiadamente: ¿De dónde
surgen las instituciones? Hay trabajos muy interesantes sobre este tema, como el de
Jared Diamond (1997), que tiene cobertura global, y los de Engerman y Sokoloff (1994,
2002) y Sokoloff and Engerman (2000), que se focalizan en las Américas. Esos autores
muestran cómo la dotación de recursos naturales, el clima y la geografía son
importantes factores que definen la estructura productiva –en particular el sector
agropecuario–, y, a partir de ahí, son también elementos determinantes de las
instituciones (Diamond también cubre otros aspectos, como el lenguaje, la tecnología, la
salud, etc.).
En particular, Engerman y Sokoloff argumentan que en Latinoamérica, o en las
Américas, se habrían desarrollado tres tipos de sociedades. Dos de ellas han estado
basadas en grandes inequidades y han llevado a instituciones que no generan desarrollo,
justamente debido a esas desigualdades. Una de ellas es la basada en productos
tropicales (como el azúcar) explotados con mano de obra esclava (ejemplos de ella
serían Haití o Brasil), mientras que la otra tiene una estructura centrada en la
explotación de recursos minerales (o naturales en general) con el uso de mano de obra
semiesclava de las poblaciones indígenas (con ejemplos como México y Perú). El tercer
tipo de sociedad, que Engerman y Sokoloff identifican con los Estados Unidos, tiene
una base agraria basada en el desarrollo de pequeñas familias productoras, que ha
llevado a la expansión del mercado interno y al desarrollo de sistemas más
participativos y democráticos. Temas similares han sido desarrollados por Barrington
Moore (1966), desde lo sociopolítico, y por David Landes (1998) desde lo económico.
Es interesante que Engerman y Sokoloff se muestran ambivalentes con Argentina:
no la ubican con los dos primeros tipos, pero tampoco la colocan en el tercero. Muy
brevemente especulan que quizá las restricciones de inmigración de España y un
desarrollo productivo basado en la ganadería hayan tenido algo que ver con el carácter
ambiguo de la Argentina, pero no profundizan en el tema (que es lo que trataré de hacer
brevemente más adelante).
Finalmente, otro grupo de estudios sobre las instituciones, que vale la pena
considerar para el análisis de Argentina, son los trabajos de Spiller y Tomassi (2003 y
2008), BID (2006) y Stein y Tomassi (eds.) con Spiller y Scartascini (2008). El foco de
estos trabajos está puesto en la influencia de las instituciones en la ―calidad‖ de las
políticas. El marco analítico está resumido en el siguiente gráfico:
Debe notarse que en este esquema, el nivel 1 del gráfico (las instituciones básicas y
la historia) y su influencia sobre el nivel 2 (funcionamiento de las instituciones
políticas) no son analizados; los autores enfatizan el pasaje del 2 al 3 (el proceso de
tomas de políticas públicas) y del 3 al 4 (características de esas políticas públicas). Es
decir, analizan por qué las instituciones generan ciertas decisiones políticas (punto 2 a
1 2
3 4
punto 3), y qué características tienen esas políticas (punto 4). Esa literatura en particular
argumenta: a) que hay ciertas características de las políticas públicas (su ―calidad‖) que
pueden ser tan importantes para alcanzar los objetivos de desarrollo como su contenido
específico; b) que esas características incluyen seis rasgos –1) estabilidad, 2)
adaptabilidad, 3) coherencia y coordinación, 4) efectiva implementación, 5) orientación
hacia el interés público y 6) eficiencia–; y c) que el proceso por medio del cual se
debaten, aprueban y ejecutan las medidas de política (las instituciones del proceso de
toma de decisiones de políticas) tiene un fuerte impacto en esas dimensiones de la
calidad de las políticas públicas.
En ese análisis, las políticas públicas en Argentina no tendrían suficiente calidad
debido al funcionamiento de las instituciones políticas. Las políticas públicas serían o
muy rígidas o muy volátiles, debido a que resultan de una especie de juego no
cooperativo con horizontes de corto plazo, con pocas interacciones continuadas que
ayuden a dar confianza y estabilidad, con una alta tasa de descuento en el tiempo, con
carencia de marcos institucionales donde poder armar acuerdos, y con muchos
―jugadores‖ o agentes.
Yo añado que, con horizontes tan cortos, hay una fuerte tendencia a que ―el
ganador se queda con todo‖ (winner takes all). Esos horizontes cortos también llevan a
políticas que tratan de expandir el consumo en el corto plazo, generando lo que se ha
llamado el ciclo stop and go. Además, si el gobernante tiene poco tiempo en la función
pública, puede aparecer la tentación de aprovechar el momento de estar en el gobierno
para hacerse rico, o para juntar fondos para seguir haciendo política una vez que haya
sido desplazado del poder, etc. Es decir, la corrupción también puede estar en parte
ligada a este juego político de corto plazo con horizontes muy cortos y/o altas tasas de
descuento en el tiempo.
Las próximas secciones van a tratar de desarrollar estos temas empezando con la
pregunta sobre si realmente tenemos 100 años de declinación o si habría que analizar
otra periodización. Sobre esa base, en la siguiente sección comparo a Argentina con
EEUU para tratar de entender mejor la conformación de la estructura agraria,
económica y política original, procurando resolver la ambigüedad acerca de dónde
ubicar a la Argentina en la tipología de Engerman y Sokoloff, para luego reflexionar
sobre las consecuencias en el desarrollo de nuestro país. Finalmente, cierro con algunas
pocas sugerencias de reformas institucionales que contribuyan a consolidar lo que se ha
ido consiguiendo desde la vuelta de la democracia en 1983, y que pueden ayudar a que
Argentina llegue a ser un país desarrollado en un futuro relativamente cercano. En
particular, la pregunta es cómo generar espacios institucionales de negociación, cómo
extender el horizonte de esas negociaciones, y cómo generar estructuras de beneficios
(pay-offs) que ayuden a reducir y administrar conflicto en una sociedad democrática
compleja como la nuestra.
Evolución de la Argentina: ¿100 años de declinación o colapso en la mitad de los
70?
Para discutir la trayectoria de la Argentina, lo más adecuado es usar los datos de
Angus Madison, famoso economista e historiador, continuados por sus colaboradores en
el Madisson Project (ver Bolt, J. and J. L. van Zanden, 2014), y que cubren varios siglos
hasta 2010. El gráfico 1 usa los datos 1820-2010,2 que expandí hasta 2015 con las cifras
últimas del INDEC sobre crecimiento (no las anteriores que han sido desechadas por
2Entre 1820 y 1870 hay estimaciones para algunos años pero no para toda la serie anual.
estar falsificadas). El gráfico muestra la relación del PBI per cápita de Argentina con el
de Estados Unidos, desde el año 1820 hasta el año 2015.
Gráfíco 1. Fuente: Eugenio Díaz-Bonilla.
Una primera mirada del gráfico sugiere que la teoría de cien años de declinación
parece efectivamente correcta: veníamos subiendo hasta casi el año 1900 (de hecho el
pico está en 1896, con un PBI per cápita superior al de EEUU, según los datos de Angus
Maddison) y desde ese año venimos cayendo. En particular, se puede ver la caída de los
70 hasta principios de los 90, la subida y el descenso de la convertibilidad, la
recuperación posterior y la vuelta a caer desde 2011. Entonces parecería que son más de
cien años de declinación. La hipótesis tiene un segundo componente, y es que esa
declinación se debe a que hemos venido haciendo las cosas mal desde hace mucho
tiempo, es decir, hemos seguido ―malas políticas‖.
Pero aquí invoco el teorema de Manuel Francisco Dos Santos. Ustedes se
preguntarán quién es esta persona. Es un filósofo trágico de la vida, que todos
conocemos como Garrincha, el gran jugador de fútbol de Brasil. Según la anécdota,
antes de un partido con Rusia, el entrenador les estaba dando instrucciones para que tal
jugador le pasara la pelota a tal otro, que éste se la pasara a Garrincha, que la pasaba a
Pelé, quien hacía el gol. Garrincha entonces habría preguntado: ―¿Usted habló con los
rusos de esto, o los rusos no juegan?‖. Por supuesto, el otro equipo también juega.
El punto es que en toda comparación hay que ver lo que hace una parte (Argentina),
pero también lo que hace la otra (en este caso EEUU). Si un país A viene creciendo
permanentemente, digamos al 2% anual en su PBI per cápita, y otro país B viene
también creciendo a una tasa similar, el coeficiente va a ser estable; pero si el país B
acelera su crecimiento, digamos a 3%, el coeficiente de A sobre B va a caer. Pero la
explicación debería enfocarse no en la ―declinación‖ de A, sino en la mejora de B.
Para entender todavía mejor el argumento de la declinación de Argentina es
importante ver diferentes países. Es lo que hago en el gráfico 2, donde incluyo a
Australia (la línea superior); Argentina, la línea del medio (que es la misma del gráfico
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PBI per capita: Argentina/EEUU1820-2015
18961.02
19100.77
19160.57
anterior), el agregado de 12 países de Europa que tienen datos3 (la línea punteada) y
Brasil (la línea de abajo), todos medidos en relación con el PBI per cápita de los EEUU.
Por ejemplo, en el año 1900, Australia tiene un PBI per cápita similar al de EEUU, cuyo
coeficiente está cerca de 1; Argentina y los países de Europa están alrededor de 0.7 y
0.8 del PBI per cápita estadounidense, es decir, un 70-80%; y Brasil está alrededor del
0.2, que equivale a 20% del PBI de EEUU.
Gráfico 2. Fuente: Eugenio Díaz-Bonilla.
Hay varias cosas que vale la pena señalar en este gráfico. Primero, Australia
siempre estuvo por encima de nuestro país; nunca estuvimos cerca de ser Australia, que
siempre tuvo menos población en relación con la riqueza de sus recursos naturales. De
todas maneras, es importante tomarlo como punto de referencia, considerando que es el
segundo país con mejor desarrollo humano del mundo, según los indicadores de
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y tiene indicadores de
democracia superiores a los de Estados Unidos, según el índice de democracia de The
Economist. O sea que es un país que conviene tener como punto de referencia, aunque
sea difícil (o nunca podamos) llegar a los mismos niveles (ver el excelente análisis de
Gerchunoff y Fajgelbaum, 2012).
Segundo, se podría argumentar que ellos también tienen cien años de declinación,
ya que han venido bajando respecto de los EEUU, aunque no tanto como nosotros. Esto
sugiere que puede haber factores externos comunes a ambos países, cualesquiera hayan
sido las políticas seguidas (y/o que han seguido las mismas políticas, por lo menos hasta
el punto de divergencia a mediados de la década de 1970; ver abajo).
Aquí es importante señalar que la caída del PBI per cápita de Argentina (o
Australia) con respecto al de EEUU tiene que ver fundamentalmente con lo que estaba
pasando en este último país. Se trata del teorema de Garrincha, que indica que el otro
equipo también juega. Por ejemplo, la economía norteamericana creció aceleradamente
durante la Segunda Guerra Mundial (12.4% de crecimiento del PBI per cápita entre
1938 y 1944; ver cuadro 1); entonces la explicación no es por qué cayó Argentina (o
3 Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia (Centro y Norte), Holanda, Noruega,
Suecia, Suiza, Reino Unido.
Australia), sino las razones por las cuales la economía de Estados Unidos se duplicó,
que tienen que ver con la reactivación por la economía de guerra.
Crecimiento
PBI pc
EEUU Europa Australia Argentina Brasil Uruguay
1880-1938 1.1 1.3 0.5 1.6 0.9 1.0
1938-1944 12.4 -0.4 3.8 2.0 1.4 0.1
1944-1975 0.9 3.1 1.9 1.9 3.6 1.2
1975-1989 2.5 2.3 1.9 -1.6 1.6 1.3
1989-2010 1.3 1.3 1.9 2.2 1.3 2.8
Cuadro 1: Tasas de crecimiento de PBI per cápita. Fuente: Maddison Project database.
El otro punto que quiero marcar es que el coeficiente de Europa se mueve parecido
al de Argentina hasta fines de la Segunda Guerra Mundial, y desde entonces tiene una
gran recuperación entre 1944 y 1975 (3.1% anual de crecimiento del PBI per cápita;
cuadro 1). De nuevo, lo que tenemos que explicar no es la caída de Argentina (y
también de Australia) respecto de Europa, sino por qué creció Europa. Las razones
tienen que ver con el Plan Marshall de reconstrucción.
De todas maneras, el coeficiente de Argentina es el único que va hacia abajo
sistemáticamente. Pero importa ver desde cuándo se separa de Australia. A eso ayuda el
siguiente gráfico 3, donde superpongo Australia con Argentina. Mientras que en el
gráfico 2 todos los países estaban medidos en el eje izquierdo (mirando de frente), el
gráfico 3 pasa a medir a la Argentina en el eje de la derecha, de manera que se pueda
ver la superposición de ambos coeficientes.
Gráfico 3. Fuente: Eugenio Díaz-Bonilla.
Parece claro que desde 1900 hasta la mitad de la década de los 70, los coeficientes
de Australia y Argentina respecto de los EEUU se mueven prácticamente juntos;
aunque, como mencioné antes, el gráfico 2 muestra que Australia siempre ha estado por
encima de la Argentina. Aunque el gráfico es bastante claro, si uno quiere ponerse más
técnico y usar pruebas econométricas, no se puede rechazar la hipótesis de que ambas
series están cointegradas bajo diferentes especificaciones de las constantes y tendencias
de las ecuaciones básicas. Si además usamos el test de Bai-Perron sobre quiebres
estructurales en ambas series, vemos en el cuadro 2 que básicamente los dos países
tienen años de quiebre muy similares desde finales de la década de 1890 hasta 1946.
Luego Australia no tiene más quiebres estructurales, pero Argentina tiene uno en la
mitad de los 80 del siglo pasado.
Australia Argentina
1887 1890
1895 1897
1908 1916
1932 1933
1946 1946
1984
Cuadro 2. Años de quiebre
estructural (test Bai-Perron)
Esto debe plantear algunas dudas sobre explicaciones que solamente se enfocan en
lo que pasa en nuestro país, dado que Australia parece tener un comportamiento similar,
sugiriendo la existencia de causas externas comunes a ambos países. Mi argumento es
que lo especial que tenemos que explicar respecto de nuestro país no son 100 años de
declinación, sino qué nos llevó al quiebre de mitad de los 70 y que pasó después.
Entre otras cosas, si Argentina se hubiera mantenido en la misma relación que
teníamos con los Estados Unidos a mediados de la década de los 1970, tendríamos un
PBI per cápita similar al de la República Checa, Eslovaquia, etc., y muy por encima del
resto de América Latina. En otras palabras, estaríamos en el rango bajo de los países
desarrollados, y quizá no hubiéramos tenido estos debates sobre 100 años de
declinación.
Los dos gráficos siguientes sirven también para dar una perspectiva sobre las
posibles explicaciones de nuestros problemas de desarrollo. El gráfico 4 muestra al
mismo coeficiente de Argentina de los gráficos 2 y 3, pero ahora comparado con
Uruguay. Si nosotros tuvimos 100 años de declinación, Uruguay también parece haber
tenido el mismo proceso. Esto es importante cuando se discute la influencia de
instituciones, ya que es conocido que nuestro país vecino tiene mejores instituciones y,
sin embargo, también habría estado declinando de manera no muy diferente de nosotros.
Gráfico 4. Fuente: Eugenio Díaz-Bonilla.
De todas maneras, hay que notar que Uruguay ha aprovechado mejor el reciente
auge de las materias primas, y se ha colocado por encima de nuestro PBI per cápita.
Finalmente, el gráfico 5 muestra a Brasil que, a diferencia del gráfico 2, donde
estaba medido en el eje de la izquierda, se encuentra en el eje de la derecha para poder
apreciar mejor los movimientos comparados con Argentina. Se puede ver el período de
aceleración desarrollista desde fines de la Segunda Guerra Mundial, que termina con los
shocks globales de mediados los 70 (ver también el cuadro 1), la caída durante la década
perdida de los 80, y después las mejoras, atadas al ciclo en alza de las commodities,
como sucedió con Uruguay y Argentina.
Gráfico 5. Fuente: Eugenio Díaz-Bonilla.
Otra perspectiva sobre la relación de precios agropecuarios y la relación del PBI per
cápita de Argentina y EEUU puede verse en el gráfico 6. Incluye los precios
agropecuarios deflactados por los valores unitarios de las exportaciones de cinco países
desarrollados (GYCPIF real),4 calculados originalmente por Grilli y Yang, y
actualizados por Stephan Pfaffenzeller, Paul Newbold, y Anthony Rayner5; y el mismo
coeficiente de PBI per cápita de Argentina dividido por el de EEUU. Se puede ver la
correlación entre ambas variables desde fines de la década de 1930 y, particularmente,
durante la declinación, desde principios de la década de 1980, y en la recuperación
reciente.
4Alemania, EEUU, Francia, Japón, y el Reino Unido.
5 Ver detalles en http://www.stephan-pfaffenzeller.com/cpi.html
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Argentina y Brasil (proporción de EEUU)
ARGENTINA/USA BRASIL/USA
Gráfico 6. Fuente: Eugenio Díaz-Bonilla.
En resumen, mi argumento es que debemos analizar no los cien años de
declinación, sino qué nos pasó a partir de mitad de la década de los 70, y eso requiere
entender los shocks externos (como sugieren los gráficos donde comparé a Argentina
con Uruguay y Brasil, y el de los precios agropecuarios) y los aspectos institucionales,
tema principal de mi presentación de hoy.
Aspectos institucionales en la Argentina: una visión comparativa con los EEUU
Acá retomaré la pregunta inicial sobre el origen de las instituciones y las razones
por las cuales EEUU habría tenido instituciones más inclusivas, siguiendo las categorías
de Acemoglu y Robinson, mientras que Argentina habría tenido instituciones
conflictivas. En parte ya discutí la idea de Engerman y Sokoloff, pero también de
Barrington Moore y David Landes, de que la creación de una estructura agraria basada
en unidades familiares en los EEUU fue fundamental en el desarrollo de ese país, ya que
sustentaba un mercado interno más amplio, igualitario y dinámico, y un sistema político
comparativamente más participativo y democrático, que las estructuras productivas y
sociales en otras partes de las Américas y del mundo.
Argentina, por su parte, tuvo una estructura productiva basada en la ganadería
extensiva, cuyas unidades productoras eran grandes debido a la naturaleza de su
geografía e historia, con productividad baja, con baja utilización de mano de obra y,
comparativamente, con bajos salarios. De hecho, los datos comparativos en el sitio web
de John Williamson6 muestran que los salarios reales –medidos en tipos de cambio de
paridad equivalente– fueron claramente menores en la Argentina que en los EEUU
durante todo el siglo XIX, y también después, por supuesto.
A ello se agrega que la costa este y la costa oeste de EEUU tiene árboles, ríos, rocas
y minerales, un régimen de lluvias muy bueno, todo lo cual ayuda a la migración, que
6 Disponibles en http://www.economics.harvard.edu/faculty/williamson/files/1853appendix.pdf.
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Precios productos agropecuarios y relacion Arg/EEUU
GYCPIF real Arg/USA
provenía de países que están relativamente más cerca, si comparamos la situación con la
de Argentina. Estados Unidos también tenía otras riquezas cerca de la costa, como
petróleo, carbón, etc. La amplia costa atlántica de los EEUU también generó una
variedad de puertos y asentamientos que generaban centros independientes de comercio
y producción.
Por su parte, además de estar más lejos de esos países y de tener un frente atlántico
más reducido, con mucho menor diversificación de puntos de comercio y producción,
Argentina no tiene el mismo nivel de recursos naturales de EEUU, es decir, de árboles,
ríos, rocas, minerales y un régimen de lluvias menos favorable (puntos marcados por
Engerman y Sokoloff, y por Landes, pero también por Díaz-Alejandro, 1970). Todo
esto, sumado a la ganadería extensiva, no generaba salarios comparativamente altos ni
mucho empleo. El resultado es que a la Argentina vino mucha menos gente que hacia
los Estados Unidos, que tuvo una migración numéricamente mucho más importante. El
cuadro 3 muestra las diferencias de población (en miles de personas).
EEUU Argentina Coeficiente de EEUU/Argentina
1820 9981 534 18.7
1870 40241 1796 22.4
1890 63302 3376 18.8
1900 76391 4693 16.3
1910 92767 6836 13.6
Cuadro 3. Población (miles de personas). Fuente: Eugenio Díaz-Bonilla.
En 1820, Argentina tenía medio millón de habitantes y Estados Unidos tenía casi 10
millones de habitantes; en 1910, en nuestro centenario de la independencia, Estados
Unidos tenía cerca de 100 millones de habitantes, y nosotros menos de 7 millones.
¿Por qué esto es importante? Primero, una corriente migratoria más fuerte puso
presión para una partición de la tierra más igualitaria en EEUU.7 Segundo, dada esa
estructura agraria más igualitaria, basada en productores familiares, y el amplio
mercado interno (numéricamente y en poder adquisitivo), generó un gran dinamismo
productivo y tecnológico. Argentina, con un mercado mucho más pequeño y desigual en
la distribución del ingreso, basado en una ganadería extensiva, orientada hacia las
exportaciones, nunca pudo generar el mismo nivel de desarrollo industrial, y la
desigualdad afectó la amplitud y calidad de la democracia en nuestro país.
Posteriormente, en las últimas décadas del siglo XIX la economía argentina se fue
diversificando con productos ganaderos de mayor valor (carne congelada y enfriada) y
con cereales de exportación, y se aceleró la inmigración. Pero de todas maneras, las
nuevas corrientes migratorias nunca alcanzaron para cerrar la brecha poblacional con
los EEUU, y se encontraron con una estructura agraria ya consolidada en buena medida
7 A principios del siglo XIX, los gobiernos de Estados Unidos no le dieron las tierras a los farmers
simplemente porque era más lúcidos en la política de tierras. David Landes en las páginas 319 y 329 tiene
una viñeta muy interesante sobre las discusiones de la Ley de Arrendamientos de 1830 (luego ampliada
en 1841): ―Las personas optaron por ocupar [la tierra] primero y comprarla luego. Las autoridades
trataron de impedir esto… En vano: cuando los ocupantes ilegales se reunían para una subasta de tierras,
rifles en la mano, hubiera sido un temerario el agente del gobierno que hiciera caso omiso a esos
intereses. Así que el Congreso aprobó en 1830 una ley que le daba indemnidad a los ocupantes ilegales, lo
cual alentó la práctica; y luego en 1841 hubo una ley general que hizo legal la ocupación de tierras y les dio a los ocupantes el derecho a comprar la tierra ocupada al precio mínimo‖. Argentina por su parte
nunca tuvo tanta gente, como mencioné antes, y por tanto no hubo extensas ocupaciones de tierra por
gente armada con fusiles reclamando la tierra, que hubiera llevado a una estructura de agricultura
familiar.
sobre la base de las estancias ganaderas (y con pocas opciones de adquirir propiedad), y
con una orientación productiva hacia el exterior y sobre la base de bienes salario, como
argumentara el conocido artículo de Oscar Braun y Leonard Joy (1968). Todo esto
generaba una dicotomía entre propietario y arrendatario dentro del agro, y entre la
agricultura orientada hacia el mercado externo y el potencial desarrollo industrial
orientado al mercado interno. Además, la ciudad de Buenos Aires concentraba buena
parte del comercio, finanzas y política, generando otra dicotomía con el resto de las
provincias.
Mientras tanto, Estados Unidos seguía creciendo sobre la base de un mercado
interno mucho más amplio, con un desarrollo agropecuario e industrial mucho más
importante y diversificado, no solamente en lo productivo, sino también en la dimensión
geográfica, con variedad de puertos sobre la costa atlántica y el desarrollo del interior,
ampliando los centros políticos, comerciales y financieros.
En resumen, el clima y la geografía –la base de recursos naturales– dieron como
resultado una estructura económica y política más concentrada y menos rica en
Argentina que en EEUU, con menor mercado interno y dinamismo productivo. Sin
embargo, fue suficiente como para llevar a una paulatina expansión de las clases medias
y a una industrialización más limitada.
La urbanización, los avances educativos –que se iniciaron hacia finales del siglo
XIX con Sarmiento y otros presidentes–, el crecimiento de las clases medias y de
sectores obreros, fue ejerciendo presión sobre las instituciones políticas. El voto
masculino obligatorio en 1912 llevó a los triunfos políticos de la Unión Cívica Radical,
basados en las clases medias. Más tarde, la incorporación de los sectores obreros y
pobres rurales, y el voto femenino llevaron a la dominancia política del Partido
Justicialista desde 1946 hasta hace poco.
El cuadro 4 muestras la participación de votantes en las elecciones de Argentina y
EEUU.
Argentina EEUU
1916 9
1920 25.1
1937 15
1940 37.8
1946 28.3
1948 51.1
1950 67.3
Promedio desde 1948 hasta el presente 76 58
Cuadro 4. Votantes en elecciones presidenciales (% de la población elegible)
Fuente: Engermann y Socoloff, antes de 1946, e Institute for Democracy and
Electoral Assistance (IDEA) desde 19468.
En resumen, Argentina, con una estructura económica más pobre y concentrada, y
con menos mercado interno y una industrialización mucho más limitada que la de
Estados Unidos, tuvo, sin embargo, suficiente dinamismo como para generar avances de
8 Disponibles en http://www.idea.int/vt/countryview.cfm?id=231
la clase media y de los sectores obreros, que llevó a que se incorporaran a la política,
con la Unión Cívica Radical primero, y con el Partido Justicialista después.
El cuadro muestra que a principios del siglo XX y hasta mediados de la década de
los 40, Estados Unidos tuvo más participación popular que Argentina en las votaciones.
Sin embargo, el sistema, más concentrado en lo político y económico, que se estructuró
en la Argentina en el siglo XIX no pudo absorber el avance democrático9; por ejemplo,
el partido radical fue desplazado por golpes militares y el llamado ―fraude patriótico‖ de
los años 30 y comienzos de los 40. Y eso que solamente votaba entre el 9% y 15% de la
población total contra el 25% y 40% que lo hacía en EEUU.
Pero las reformas del gobierno peronista produjeron un incremento aún más grande
en la participación de los votantes: después de los años 50, Argentina salta del 28% al
67% de participación, y desde entonces Argentina tuvo un promedio de participación
del 76% en elecciones presidenciales, mientras que Estados Unidos tuvo un 58% de
participación. En las elecciones parlamentarias, que no se muestran en el cuadro, los
promedios son 75% en Argentina y alrededor de 40% en EEUU.10
Es cierto que las elecciones en Argentina son obligatorias, pero igual es importante
el salto en participación popular. Eso generó, por una parte, una puja permanente entre
una economía menos rica y dinámica y una estructura social más desigual –comparada
con la de EEUU–, y por otra parte, una población con aspiraciones de mejoras y un
sistema político que, en democracia, facilitaba esa participación. Esa puja o tensión
generó que, aproximadamente, desde 1916 hasta 1983, tuviéramos dictaduras militares
que desplazaron a los gobiernos elegidos democráticamente.
Volviendo al comentario al pasar de Acemoglu y Robinson, el problema de
Argentina no es el que tenga una sociedad con instituciones extractivas –según ellos la
caracterizan–, sino que Argentina ha sido una sociedad conflictiva debido a la lucha por
la democratización y la participación, con una base económica más débil que la de
EEUU (pero con más población que Australia, cuyo aislamiento geográfico y políticas
restrictivas de inmigración sostuvieron una alta relación de recursos naturales per
cápita).
El resultado en Argentina ha sido un sistema político de partidos afectados por
proscripciones y persecuciones, con poco tiempo para forjar visiones de mediano y
largo plazo, con poca experiencia y espacios institucionales de diálogo y consenso, con
una persistencia de la tendencia a que el ganador se lleva todo. Las idas y venidas entre
facciones antagónicas generó horizontes de muy corto plazo para las políticas públicas
(uno de los aspectos marcados por Spiller y Tomassi, 2008) y una tendencia a la acción
directa y al uso de la violencia. Además, como dije antes, la corrupción también puede
estar ligada, en parte, a un juego político de corto plazo con horizontes muy cortos y
altas tasas de descuento en el tiempo, donde el gobernante percibe que tiene poco
tiempo en su función, y que los cambios son siempre violentos y del tipo winner takes
all.
Esas fracturas y conflictos sociales se agudizaron desde la mitad de los años 70. La
disrupción que generó la incorporación masiva de votantes en el sistema político
argentino desde la segunda mitad de 1940, y que lleva después a la proscripción y
9 Desde 1912 Argentina tuvo menos requisitos para poder votar que los EEUU, y que la mayoría de los
países de Latinoamérica 10 Entre 1861 y 1865, Estados Unidos tuvo su guerra civil por el tema de la esclavitud, pero en cierto
modo también por la controversia sobre el patrón de desarrollo de industrialización hacia el mercado interno (Norte) contra una agricultura orientada a la exportación (Sur); en 1920, estableció el sufragio
femenino; y durante la década de los 60, los derechos plenos electorales de las minorías. Una manera de
apreciar el shock generado por la irrupción del justicialismo en Argentina es pensar que generó cambios
relacionados con esos temas en una década, mientras que EEUU lo hizo en un siglo.
persecución del peronismo, abrió una batalla política que quedó en suspenso mientras
Perón estaba con vida y existía la posibilidad de su regreso a gobernar el país, como
efectivamente sucedió en 1973. Con su muerte, en 1974, explotan los numerosos
conflictos existentes en la sociedad. Dadas las frecuentes interrupciones mediante
golpes militares y la proscripción del PJ desde mediados de 1950, los conflictos
nacionales no tuvieron un marco institucional que facilitara su procesamiento. En ese
vacío, el gobierno militar de 1976 aplicó una salvaje limpieza de lo que se consideraba
relacionado con el peronismo, y con protestas sociales. Además, tuvieron lugar los
múltiples problemas económicos de la segunda mitad de 1970 y 1980 (shock petrolero,
recesión mundial, caída de los precios de las commodities), que como antes mostré,
también afectaron a otros países como Brasil y Uruguay (la CEPAL bautizó a los años
80 como ―la década perdida‖).
En resumen, en Argentina confluyeron una serie de contradicciones internas no
resueltas con fuertes sacudidas externas que generaron una crisis generalizada.11
Un
indicador económico12
del descalabro como sociedad, es simplemente ver lo que pasó
con la moneda argentina (gráfico 7). En 14 de los 17 años, desde 1975 hasta 1991, la
devaluación anual fue de más del 95% anual; en 9 de esos años, las devaluaciones
fueron del 250% o más; y en 1989 la devaluación alcanzó el 4700%. En comparación,
desde 1811 hasta 1974, no hubo ningún año con devaluaciones por encima del 95%.
Desde 1991, tuvimos la salida de la convertibilidad, que fue realmente un choque muy
fuerte, pero nada comparable con lo que se sufrió en el período comenzó desde la mitad
de la década de los 70.
Gráfico 7. Fuente: Eugenio Díaz-Bonilla.
11 Como señalaron varios de los comentaristas de mi presentación, especialmente Sebastián Galiani,
Australia también tuvo shocks externos, pero no dependía tanto del sector agroexportador, y pudo
manejar mejor internamente el proceso de consenso político para acomodar el necesario ajuste provocado
por esas sacudidas externas. Una comparación detallada de Argentina y Australia puede verse en el muy interesante libro de Pablo Gerchunoff y Pablo Fajgelbaum (2002). 12 Obviamente, la tragedia humana de los desaparecidos y muertos durante ese período es un aspecto aún
más doloroso de lo que sucedió entre mediados de la década de 1970 y el retorno a la democracia en
1983.
Desde el regreso a la democracia en 1983, ha habido una lenta mejora, con avances
y retrocesos, en instituciones y políticas. Alfonsín acotó la opción militar con los
enjuiciamientos a las Juntas Militares, y Menem derrotó al último intento de golpe
militar. Se ha ido mejorando la composición y calidad de la Corte Suprema de Justicia.
El Congreso ha avanzado como espacio de negociación y ha tenido un papel central en
medidas como el caso de la Resolución 125. Se han ido expandiendo los horizontes de
los actores económicos: por ejemplo, en 1989 pasamos de un partido a otro en medio de
una gran crisis; en el 2001 pasamos de un partido a otro también en medio de una
enorme crisis (aunque la transición entre Menem y De la Rúa fue mucho más ordenada
en lo institucional, pero la economía estaba en recesión). Ahora pasamos nuevamente de
un partido a otro, y aunque la economía estuvo estancada o en recesión, con precios
relativos muy desequilibrados, no hubo crisis económica como las de 1989 y 2001
(aunque la crisis institucional y cultural dejada por el gobierno de los Kirchner es
profunda).
En los aspectos económicos, ahora hay una estructura agraria basada más en
productores familiares; se han consolidado nuevas actividades en las economías
regionales y ciertas ramas industriales, generando una cierta expansión del mercado
interno; el peso de los bienes salarios en las exportaciones ha disminuido
significativamente; tenemos mucho menos deuda pública y total como porcentaje del
PBI; y se ha desdolarizado el sistema bancario.
Sin embargo, falta mucho todavía en los aspectos económicos, sociales e
institucionales para ser un país desarrollado. Persiste la tendencia al winner takes all y
el diálogo es percibido como debilidad. Continúa la división entre Buenos Aires (con
muchos productos no transables) y resto del país (que tiene más productos transables), y
existe la errónea tendencia de usar tipo de cambio para la lucha inflacionaria. Hay un
desbalance entre empleo y salarios públicos en comparación con el sector privado,
especialmente en las provincias pobres, que se ven afectadas por el impacto del tipo de
cambio retrasado (cuando el tipo de cambio se retrasa, las economías provinciales y los
bienes transables en general, sufren, y el sector público se expande, porque el sector
privado pierde capacidad competitiva). Además, en general, no hay correlato entre los
relativamente más altos niveles de empleo y de salarios del Estado y la, en muchos
casos, pobre calidad de servicios públicos.
Lamentablemente, en los últimos años se ha visto un recrudecimiento del uso de
recursos públicos para apropiación personal o para hacer política (corrupción),
incluyendo lo que parece un intento por parte de las más altas autoridades en el
gobierno, que terminó en el 2015, de armar una estructura económica empresarial
propia desde el Estado.
Además, las sucesivas crisis en las últimas décadas han ampliado el número de
población pobre en condiciones de informalidad laboral, y con bajo capital humano y
social. También se han profundizado las tragedias del narcotráfico y el crimen y la
violencia.
Algunas propuestas institucionales
Termino mi presentación con unas pocas ideas. Primero, me parece que ayudaría a
extender los horizontes el que el gobierno actual articulara una visión de mediano y
largo plazo, explicando mejor los beneficios y costos en conjunto, para poder tener una
estructura más equilibrada de payoffs para los diferentes actores en el esquema de
negociaciones que es el proceso político. Esto lo tiene que hacer el gobierno, con
objetivos de Estado: a dónde se quiere llegar (una especie de benchmarking con las
sociedades que parecen tener mejores condiciones económicas, sociales e
institucionales); cuáles son los objetivos que quiere tener en crecimiento, empleo,
distribución, salud, educación, calidad institucional, etc. Una vez que se han acordado
esos objetivos, hay que tratar de consensuar también cuáles son las políticas de Estado
para alcanzarlos. Muchas veces se habla de esto último cuando primero hay que ver
dónde queremos ir.
Considerando que las condiciones internacionales apuntan a ser bastante difíciles en
los próximos años, sería aún más importante tratar de generar esos consensos. Le
corresponde al gobierno actual el tratar de articular una narrativa que enfatice la
necesidad de trabajar juntos, dados los difíciles problemas externos que se avecinan
(aunque parezca trillado, sería importante recordar lo de ―los hermanos sean unidos‖ del
Martin Fierro).
Conviene considerar el punto 9 del trabajo de Spiller y Tomassi (2008) sobre los
diferentes problemas institucionales de Argentina. Señala que los grupos empresariales
y de trabajadores no tienen espacios institucionales para el intercambio sobre políticas
públicas, y entonces siguen estrategias de corto plazo. Obviamente, se ha avanzado en
temas como las discusiones de las paritarias. Pero hay otros países que tienen
mecanismos institucionales mucho más establecidos y con participación del sector
público, no solamente para la discusión de precios y salarios, sino sobre políticas
sectoriales para la competitividad (ver por ejemplo la discusión de diferentes tipos de
consejos a nivel nacional y sectorial para el diálogo público-privado en Devliny
Moguillansky, 2011).
Los países que en las últimas décadas han sido capaces de generar transformaciones
económicas y sociales significativas a un ritmo acelerado, han tenido como
denominador común el haber podido definir una visión de mediano plazo para la
sociedad en su conjunto y la han implementado mediante estrategias de gobierno con
metas cuantificables y planes consecutivos con objetivos para plazos más cortos. En el
caso de países con sistema de gobierno democrático, ese ejercicio de definir visiones
estratégicas y articular programas de más corto plazo se ha llevado a cabo dentro de
esquemas institucionales de diálogo público-privado, a partir de consejos generales
económicos-sociales y consejos sectoriales. La teoría del desarrollo más reciente y más
relevante para nuestros países enfatiza la necesidad de esa construcción institucional.13
Una última propuesta institucional es organizar una comisión como la de Nunca
más para la represión de Estado, pero ahora para la corrupción de funcionarios públicos
de alto nivel. Esto ha sido planteado por algunas fuerzas políticas, y debería ser
considerado.
Un aspecto que es relaciona con esto, es el de articular con otros países de dentro y
fuera de la región un mecanismo institucional internacional integrado para el control del
lavado de dinero de la corrupción, narcotráfico y crimen organizado. Estos son temas
globales que no pueden ser abordados solamente por mecanismos institucionales
internos dentro de un país, sino que tienen que manejarse coordinadamente a nivel
internacional, como he argumentado en otros lugares.
Mientras que la primera propuesta ayudaría a generar una visión de mediano plazo
(alargando en parte el horizonte para la negociación y articulación de políticas), y la
segunda generaría espacios institucionales adicionales, donde se pueden discutir
políticas públicas (que de todas maneras deben respetar, obviamente, la instancia
13 Este tema lo he discutido brevemente en una nota periodística que se basa en un trabajo más largo no
publicado con la Fundación Andina. Disponible en: http://www.clarin.com/opinion/Argentina-
perspectivas_economicas-modelo_de_desarrollo-PBI_0_1501050193.html.
legislativa del Congreso), la tercera procura asegurar castigos para los que se desvíen de
los esfuerzos cooperativos para consolidar políticas públicas de mayor calidad.
Conclusión
En esta presentación he mostrado algunas ideas sobre las razones de nuestros
problemas de desarrollo, que no necesariamente puede definirse como 100 años de
declinación. Esto es demasiado derrotista, y sugiere que hubo un período de gloria que,
en realidad, nunca fue tan brillante como sugieren los mitos posteriores. Hasta la mitad
de la década de los 70 estábamos en una trayectoria que hubiera llevado al país a
condiciones similares a la de países hoy considerados desarrollados –en el rango inferior
de esa categoría– y por encima del resto de América Latina. Las divisiones internas de
nuestra sociedad se combinaron con los shocks de fines de los años 70 y principios de
los 80 para sacarnos de esa trayectoria.
Con la vuelta de la democracia en 1983, hemos recuperado la posibilidad de
construir nuevamente un futuro mejor. Creo que Argentina puede ser un país
desarrollado en una década, aproximadamente, si generamos los mecanismos
institucionales para desarrollar visiones estratégicas de mediano plazo, y para mantener
el diálogo político, público y privado, que ayude a acordar objetivos específicos y a
diseñar e implementar las políticas necesarias, al mismo tiempo que eliminamos los
canales y oportunidades para el reciclaje del dinero mal habido. Muchas gracias.
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1.2. LA INSEGURIDAD EN AMÉRICA LATINA
Ernesto Schargrodsky* y Rafael Di Tella
**
Antes de comenzar, muchísimas gracias al Ente del Bicentenario, a Julio Saguir y a
Juan Pablo Nicolini por la invitación a participar de este seminario. Como decía Juan
Pablo Nicolini, es un seminario con reglas un poco heterodoxas; una de ellas es que
haremos una presentación conjunta con Rafael Di Tella, algo que no es estándar en la
profesión. Con Rafael y Sebastián Galiani trabajamos sobre temas de seguridad, desde
el Laboratorio de Investigaciones sobre Crímenes, Instituciones y Políticas (LICIP) de
la Universidad Torcuato Di Tella.
En esta presentación haré la introducción, discutiendo un problema que
compartimos con América Latina, que es el de la inseguridad, y por el cual hoy somos
un país latinoamericano más (en algún momento, quizá con algunas diferencias,
tuvimos indicadores mucho mejores que los del resto de la región). Mostraré la
dimensión del problema de la inseguridad y algunos de los costos que tiene para nuestra
sociedad. Después, Rafael va a seguir con algunas discusiones específicas acerca de a
quiénes afecta, y con algunos experimentos y sobre cómo esos experimentos y esa
evidencia podrían obligarnos a cambiar o a reflexionar sobre algunos modelos que
mostraremos dentro de esta introducción.
En primer lugar, lo que uno puede ver cuando observa un dato duro como el de
homicidios –dato de inseguridad que mejor se puede medir a nivel internacional, aun
cuando existen otros que pueden ser muy buenos entre países, pero que tienen difícil
comparabilidad–, lo que uno puede ver, decía, es que América Latina tiene indicadores
muy elevados, teniendo en cuenta que somos una región con niveles de ingreso medio.
* Doctor en Economía por la Universidad de Harvard. Es rector de la Universidad Torcuato Di Tella y fue
decano de la Escuela de Negocios. Ha sido profesor visitante en Stanford e investigador visitante en
Harvard. Entre otros temas, sus estudios analizan el efecto del otorgamiento de títulos de propiedad de la tierra en áreas marginales, el impacto de la presencia policial sobre el crimen, el efecto de la utilización
de sistemas de monitoreo electrónico de detenidos sobre la reincidencia criminal, el efecto de la
privatización de las empresas de agua sobre la mortalidad infantil, el análisis del apoyo a las
privatizaciones en la opinión pública, el impacto del servicio militar obligatorio sobre el delito y la
relación entre salarios de los funcionarios públicos y corrupción. ** Es el profesor Jospeh C .Wilson en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, donde enseña
en el área Negocios, Gobierno y Economía Internacional. Ha realizado investigaciones en el área de
economía política, en particular sobre el rol de las instituciones en el crecimiento de un país. Una parte de
sus trabajos ha estudiado el control de la actividad criminal en general y de la corrupción en particular.
También ha investigado el rol de las creencias y como usar datos sobre la felicidad de las personas para
mejorar las decisiones de política del gobierno. Sus trabajos en estas áreas han sido publicados principalmente en revistas académicas, incluyendo el American Economic Review y el Journal of
Political Economy. Sus últimos trabajos investigan el efecto de la prisión (y el monitoreo electrónico)
sobre la reincidencia criminal y cómo las personas consumen creencias sobre si mismos (en el
laboratorio).
Gráfico 1. América Latina: Una región violenta del mundo. Fuente: OMS (2012)
Por ejemplo, en el siguiente mapa, donde el color más oscuro significa más
inseguridad, podemos ver lo mismo. Hay países que tienen peores niveles, pero tenemos
varios países que lamentablemente llevan la delantera en esos indicadores. Cuando lo
miramos por países, y miramos también homicidios cada 100 000 habitantes, vemos que
lamentablemente América Latina está adelante, aunque se cuele Sudáfrica. Los datos
quizás están un poco desactualizados, pero ello no quita que Venezuela haya tomado la
delantera sobre Honduras y el Salvador en los últimos años. El cono sur, por suerte,
tiene niveles de homicidio menores si observamos a Argentina, Uruguay o a Chile.
Gráfico 2. América Latina: Una región violenta. Fuente: Oficina de las Naciones
Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) (2013)
Enseguida les mostraré que, sin embargo, no tenemos niveles de victimización
menores, tenemos niveles de delito muy importantes, aunque por suerte en nuestro país
todavía los niveles de homicidios son más bajos que otros países con niveles similares.
Probablemente esto se deba a dos cosas afortunadas: primero, que la mayoría de la
población en Argentina no está armada. En general, el homicidio necesita de dos
personas; si viene alguien a robarme y yo me dejo robar, eso difícilmente termine en un
homicidio, salvo que haya alguna confusión o que alguna persona se ponga nerviosa.
Pero si la población está armada, cualquier pequeño conflicto, discusión o intento de
robo puede terminar en un homicidio. Segundo, en Argentina no se han generalizado
todavía los conflictos entre bandas, como quizá sí se ve en la ciudad de Rosario. Esos
conflictos entre bandas son los que explican los altos niveles de homicidios en
Honduras, Salvador, México, Venezuela y Colombia. Pero cuando vamos a
victimización, cuando en vez de mirar homicidios denunciados, se le pregunta a la gente
en encuestas si algún miembro de la familia o conviviente fue víctima de un delito,
entonces ahí Argentina tiene niveles bien elevados y totalmente latinoamericanos.
Venezuela y México pican en punta, pero Argentina está perfectamente en el pelotón.
756462
363331282516
108 84 4 4 3 2 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 0
Gráfico 3. Homicidio intencional: tasa por 100 000 habitantes. Fuente: Oficina de las Naciones
Unidas contra la Droga y el Delito (2013 - 2014)
Más de un tercio de la población Argentina reporta que algún miembro de la familia
o conviviente fue víctima de un delito en los últimos 12 meses. La línea roja muestra
que, lamentablemente, lo que más ha ido aumentando son los delitos donde hay
interacción entre víctima y victimario, donde hay algún ejercicio de violencia (gráfico
4). Aunque se mantienen estables los delitos sin interacción, la población que los vive,
sufre estos niveles de inseguridad, y ello hace que reporte alta sensaciones de
inseguridad (gráfico 5). Desde este aspecto, Argentina es hoy un país latinoamericano
más.
Gráfico 4. ¿Ha sido víctima de un crimen?
Gráfico 5. Índice de victimización: victimización total, delitos violentos y delitos
contra la propiedad. Encuesta mensual de victimización (en las 40 principales áreas
urbanas de la Argentina). Fuente: LICIP.
Gráfico 6. Percepción de la inseguridad en América Latina, 2014.
Fuente: Barómetro de las Américas, LAPOP, 2014.
Cuando se le pregunta a la población de América Latina cuáles son sus principales
preocupaciones, el desempleo y la inseguridad aparecen primero, sobre todo en los
últimos años (gráfico 7). Incluso la inseguridad ha superado al desempleo en algunos
países específicos. Cuando miramos los datos por países, se cuelan a veces otros temas,
como por ejemplo la corrupción. Para la sociedad argentina, el problema número uno es
el de la inseguridad, en cambio, si ven la última línea del cuadro 1, en Venezuela la
inseguridad ha dejado de ser el principal problema, a pesar de los altos niveles, y ha sido
superado por la falta de alimentos, según la última encuesta llevada a cabo por
Latinobarómetro.
Gráfico 7. Según encuestas de opinión, la delincuencia y el desempleo son las principales
preocupaciones de los ciudadanos latinoamericanos. Fuente: Latinobarómetro.
2010 2011 2013 2015
Argentina Crime (37%) Crime (34%) Crime (35%) Crime (35%)
Bolivia Economic Problems (19%) Crime (24%) Crime (23%)
Brazil Health Problems (28%) Health Problems (26%) Health Problems (35%) Corruption (22%)
Chile Crime (22%) Education (27%) Crime (23%) Crime (17%)
Colombia Unemployment (31%) Unemployment (23%) Unemployment (19%) Unemployment (24%)
Costa Rica Crime (38%) Crime (45%) Corruption (20%) Unemployment (29%)
Ecuador Economic Problems (57%) Crime (33%) Crime (31%) Unemployment (24%)
El Salvador Crime (44%) Crime (40%) Crime (21%) Crime (42%)
Guatemala Crime (35%) Crime (30%) Crime (30%) Crime (21%)
Honduras Crime (25%) Crime (30%) Crime (28%) Crime (29%)
México Crime (35%) Crime (39%) Crime (28%) Crime (27%)
Nicaragua Economic Problems (78%) Economic Problems (33%) Crime (29%) Unemployment (36%)
Panamá Crime (46%) Crime (33%) Transport (19%) Crime (25%)
Paraguay Unemployment (35%) Unemployment (30%) Unemployment (38%) Crime (25%)
Perú Unemployment (20%) Crime (20%) Crime (35%) Crime (36%)
Rep. Dominicana Crime (20%) Economic Problems (27%) Unemployment (23%) Crime (26%)
Uruguay Crime (28%) Crime (39%) Crime (36%) Crime (37%)
Venezuela Crime (64%) Crime (61%) Crime (47%)Shortages / Lack of food
(46%)
CountryYear
Cuadro 1. Principal problema en los países latinoamericanos. Fuente: Latinobarómetro.
Entonces, cuando uno mira datos duros, lo que aparece en el nivel internacional son
graves problemas de homicidio, victimización, sensación de inseguridad y delito. La
inseguridad genera a su vez importantes costos a nuestras sociedades, uno de ellos es la
destrucción de vidas y de objetos que cambian de valor, porque valían más para el que
los pierde que para el que los gana. Tenemos una sociedad que dedica un montón de
recursos a prevenir el crimen, a la justicia criminal, al sistema carcelario y a medidas de
protección, y esto recae sobre el sector público y sobre el sector privado. Contamos,
además, con un montón de costos no pecuniarios: somos más infelices, tenemos miedo,
dejamos de salir por la noche, no dejamos que nuestros hijos hagan ciertas cosas,
cambiamos nuestro modo de vida, etc. Aunque no nos cueste plata, esto nos afecta,
porque impacta en nuestra satisfacción y también en un montón de cosas que no vemos,
como por ejemplo, inversiones que no se hacen, gente que no viene de viaje, inversiones
directas que no se reciben, pérdidas en incentivos para educarse porque, debido a la
inseguridad, da lo mismo si me educo o no me educo. Es decir, esto genera cierta
cantidad de impactos que, en algunos casos, resultan extremos; por ejemplo, genera
desconfianza de la población en la democracia, y en algunos países latinoamericanos, la
posibilidad de que el Estado, a nivel local o general, sea capturado por organizaciones
criminales. Entonces, el problema es significativo y difícil de medir.
Cada cierto tiempo, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo
hacen mediciones que arrojan resultados del tipo ―seríamos un 25 % más ricos si
tuviéramos un nivel de inseguridad acorde con nuestro nivel de ingreso‖, o ―podríamos
estar duplicando los recursos que dedicamos a la prevención criminal‖. También dan a
conocer estudios específicos en los cuales se indica que, por ejemplo, cuando había
secuestros en una rama de actividad en Colombia, inmediatamente disminuía la
inversión en ese país, o en esa rama de actividad; como así también las mediciones que
muestran menos inversión en Brasil, y cómo la inseguridad detiene la inversión privada
en ese país. Aunque existe esta serie de estudios específicos, que permiten ver estos
impactos, son escasos.
Entonces, para concluir, tenemos niveles de inseguridad elevados, que son
consecuencia de una serie de problemas de nuestras sociedades. Se trata, seguramente,
de una combinación de las desigualdades de nuestros países. Instituciones que deben
hacer cumplir la ley débiles, servicios públicos –judiciales y penitenciarios– de baja
calidad, una estructura demográfica muy joven –que también está relacionada con el
delito–, niveles de urbanización muy altos para nuestro nivel de ingreso y también altos
niveles de corrupción. Esta serie de factores han generado altos niveles de delito en la
región.
A su vez, este es un círculo vicioso, porque, como les mostré, el delito genera un
alto costo para nuestros países: detiene inversiones, progreso, insume recursos y termina
siendo, al mismo tiempo, consecuencia y causa de ese subdesarrollo. Y a ello hay que
agregar que ese nivel de inseguridad no ha venido acompañado por suficientes
investigaciones y debates calificados. Este vacío de conocimiento sobre estos problemas
públicos no se canaliza en forma correcta en el debate político. Termina no cualificado,
en marchas esporádicas, en liderazgos esporádicos, pero no en una forma institucional
que nos ayude a corregir este tema.
Debido a su conocimiento del problema, paso la palabra a Rafael Di Tella.
Rafael Di Tella: Respecto a combatir el crimen, hay dos tipos de contextos. El
primero es ideológico. Están los de izquierda, a quienes les preocupan los pobres, son
como garantistas y se preocupan menos por el crimen; y están los que creen que ser
duro con el crimen es ser de derecha, una idea, por otra parte, muy estándar en los
Estados Unidos. El segundo contexto tiene que ver con una pregunta que se hace mucha
gente: ¿El crimen afecta más a los ricos o a los pobres? Y en general, la pregunta es
muy difícil de contestar. Steve Levitt, un economista que estudia el crimen, había
intentado estudiarlo en Estados Unidos y la respuesta a la cual llegó es que no afecta
diferencialmente a ningún grupo. Estudió las series y le dio ese resultado. Él dice que
debería ser neutro. No entiendo muy bien por qué ser de derecha, ser duro con el
crimen, tiene que ver con otros aspectos no distributivos, con derechos, etc. El problema
que tiene estudiar el crimen en Estados Unidos es que los índices no se mueven mucho;
entonces, con Ernesto Schargrodsky y Sebastián Galiani, pensamos estudiarlo en un
momento en donde aumente muchísimo el crimen y ver qué ocurre con eso. Se nos
ocurrió verlo dentro de Argentina, donde hubo un aumento muy grande en la década de
los 90. Los datos no son geniales para este estudio, pero nos permite tener el punto
genérico que queríamos. Ustedes pueden ver que los robos en Argentina aumentan
muchísimo en general en la época que va desde 1990 al 2001 (gráfico 8), y que afectan
bastante más a los pobres que a los ricos (gráfico 9).
Gráfico 8. Distribución del delito y desigualdad. Robos, Argentina, 1990-2001. Fuente:
Di Tella, Galiani & Schargrodsky (2010), Estudio de un gran aumento en la victimización
total en Argentina.
0,1
0,15
0,2
0,25
0,3
0,35
0,4
0,45
1990-1994 1995-2000 2001
Str
eet
or
Ho
me
Ro
bb
ery
Period
Rich Poor
Gráfico 9. Los pobres experimentan un aumento mucho mayor en la delincuencia. Robos,
Argentina, 1990-2001. Fuente: Di Tella, Galiani & Schargrodsky (2010).
0,1
0,15
0,2
0,25
0,3
0,35
0,4
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1990-1994 1995-2000 2001
Str
ee
t o
r H
om
e R
ob
be
ry
Period
Se puede separar un poco más esta estructura para observar qué tipos de crímenes
podemos encontrar. Una dimensión interesante es la del lugar en que se produce el
crimen, es decir, en la calle o en tu casa. El siguiente gráfico muestra los crímenes en la
calle (gráfico 10).
0,05
0,1
0,15
0,2
0,25
0,3
0,35
0,4
1990-1994 1995-2000 2001
Str
eet
Ro
bb
ery
Period
Rich Poor
Gráfico 10. Robos callejeros: los ricos y los pobres ven iguales aumentos.
Robos callejeros, Argentina, 1990-2001. Fuente: Di Tella, Galiani & Schargrodsky (2010).
Un aspecto que nos pareció importante analizar es el de la protección. Todos
adoptamos estrategias distintas para protegernos del crimen, y nos parecía que en la
calle la gente se puede diferenciar un poco menos. Si sos muy rico, podés esconder las
joyas, pero no es que se pueda hacer algo muy distinto; se puede imitar a otro grupo,
pero no existe una gran diferencia en cuanto a protección entre uno y otro grupo.
Podrías tener un guardaespaldas, pero es raro que en Argentina se los utilice.
Evolucionan de forma parecida los crímenes en la calle. En cambio, el índice de delitos
cometidos en las casas cambia muchísimo. Para los pobres sube la incidencia de crimen
y baja para los ricos, como se ve en el gráfico siguiente.
Gráfico 11. Robos caseros: los ricos lo hacen mucho mejor que los pobres… ¿por
qué? Robos caseros, Argentina, 1990-2001. Fuente: Di Tella, Galiani & Schargrodsky (2010).
Una de las hipótesis que explicaría este cambio es que tenemos distintas formas de
protegerte dentro de tu casa. Una de ellas es tener un perro, es la principal forma de
protección que tienen los pobres. Pero nosotros no vemos la correlación entre tener un
perro y que no te roben, así que no es un instrumento muy efectivo. Luego hay otras
formas: tener alarmas, garitas de seguridad, entre otras cosas. Ahí sí hay una inversión
diferencial muy grande a favor de los ricos (gráfico 12). Haciendo unos cálculos, que
pueden tener sus defectos, nosotros obtuvimos que los ricos pueden evitar una
proporción grande del aumento del crimen gracias al uso de estos instrumentos de
seguridad.
Gráfico 12. La seguridad privada se expande ampliamente para los ricos.
Seguridad Privada en el Hogar, Argentina, 1990-2001.
Juan Pablo Nicolini nos señalaba que el diseño urbanístico también influye en este
aspecto, y daba como caso concreto la creación de countries en Tucumán, que en los
últimos veinte años tuvieron un incremento increíble. Nosotros no tenemos mucho que
decir acerca de los countries, pero sí tenemos mucho para decir de una cosa específica:
las garitas de seguridad son un proxy. Los ricos, antes de irse a un barrio cerrado,
instalan una garita de seguridad. Son bastante efectivas y cuando las ponen, los ricos
mandan el crimen al costado. El crimen que logran evitar lo expulsan hacia el costado.
Entonces, se trata de una externalidad del crimen que absorben los que están cerca de
ellos.
1. 3. POLÍTICAS DE EDUCACIÓN INICIAL Y FINANCIACION
DE LA EDUCACION SUPERIOR
Alicia Menendez*
Temas por abordar: política de educación inicial y financiación de la educación
superior.
1. Política de educación inicial
a. Sala de 3 años obligatoria
Problemas:
- Bajo nivel de conocimiento.
- Repitencia y alto abandono en escuela secundaria.
Solución propuesta: expandir las oportunidades educacionales en la infancia.
Argentina: la obligatoriedad escolar en todo el país se extiende desde la edad de
cuatro años hasta la finalización del nivel de la educación secundaria (Ley 27045).
Nueva propuesta: extender la obligatoriedad escolar a los niños de 3 años.
b. Motivación de la política
1. Las diferencias cognitivas y no cognitivas entre niños ricos y pobres ya son
aparentes antes de comenzar la escuela.
2. Los países que tienen un alto porcentaje de alumnos que reporta haber asistido a
prescolar por más de un año se desempeñan mejor en PISA. Los estudiantes que no
asistieron al preescolar se desempeñan peor que aquellos que asistieron.
3. La escuela cierra la brecha: ―Diversos estudios muestran que más años de
educación inicial permiten reducir hasta 7 veces los índices de repitencia y
abandono. Además, la inclusión de los chicos de tres años en la educación inicial
posibilita el desarrollo y mejora la trayectoria escolar del alumno. Solamente por estar
en el jardín desde antes de preescolar, los alumnos ya duplican sus posibilidades de ir a
la universidad, según los especialistas.‖1
1. Diferencia entre niños
* Profesora asociada en la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Chicago e investigadora
principal en el Departamento de Proyectos Internacionales de NORC . Recibió su doctorado en Economía
de la Universidad de Boston y ha trabajado en temas de salud, educación y mercados de trabajo en países
en desarrollo. Lidera la evaluación de múltiples programas de educación financiados por la Agencia de
los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, en su siglas en inglés) que están dedicados a
mejorar la calidad educativa en los primeros años escolares, incrementar el acceso a la educación en situaciones de crisis y conflicto y promover el acceso de las niñas a la escuela. 1 Disponible en http://www.casarosada.gob.ar/slider-principal/36235-que-todos-los-chicos-en-la-
argentina-hayan-nacido-donde-hayan-nacido-tengan-las-mismas-herramientas-para-salir-adelante
-Los niños de familias más pobres están menos preparados para comenzar la
escuela. Déficit de vocabulario, por ejemplo2.
-Los niños más vulnerables también muestran carencias en habilidades
socioemocionales básicas3.
2. Correlación entre preescolar y PISA
Gráfico 1. Promedio de calificaciones de los logros de los niños
por edad por educación materna
Gráfico 2. Relación entre puntaje en matemáticas y asistencia
al preescolar por más de un año, 2012.
La diferencia entre nivel socioeconómico bajo y alto es de 78 puntos en
matemáticas. (Casi dos años). En Finlandia es 68, el promedio de la Organización para
2 y 3 Duncan and Magnuson 2005, 2011; Waldfogel & Washbrook, 2011; Duncan et al. 2012; Heckman
2011, entre muchos otros
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es de 90. El promedio en
matemáticas en Argentina es 388 (de 640). El promedio OCDE es de 494. El promedio
en matemáticas del cuarto superior es 433 y el promedio del cuarto inferior es de 355.
En matemática, los argentinos de 15 años que no asistieron al preescolar se
desempeñan peor que quienes lo hicieron por un año o menos (36 puntos) o por más de
un año (65 puntos). Menor pero aun presente controlando por SES.
Sin preescolar 1 año Mayor de 1 año
Argentina 6,1 % 22,6 % 71,4 %
Finlandia 2,4 % 35 % 63 % Cuadro 1. Preescolar entre los participantes de PISA
Los jóvenes argentinos más ricos con preescolar tampoco alcanzan puntajes altos
en PISA. Average achievement test scores of children by age by maternal education
Evidencia
a. Proyecto Preescolar Perry: 1962-1967, Ypsilanti, Michigan, 123 niños (T=59,
C=64) afroamericanos, pobres y en riesgo de fracaso escolar, IQ=70-85.
Intervención intensiva con personal altamente calificado, 1:5 o 6. Incluye:
preescolar de alta calidad, visitas semanales al hogar de 1.5 horas., entrenamiento para
padres. Desde los 3 a los 5 años.
b. Proyecto Abecedarian: 1972-1977, Chapel Hill, North Carolina, 111 niños
(T=57, C=54), afroamericanos en su mayoría, pobres y de alto riesgo.
Intervención intensiva con personal altamente calificado. 1:3 y 1:6. Preescolar de
alta calidad de 6.5 a 10 horas diarias, 50 semanas al año, componente de salud,
componente nutricional, participación de los padres. Desde nacimiento a los 5 años
(mayor de 5 a 8).
Los resultados son diversos dependiendo de cómo se tratan los distintos problemas
de estimación. En general hay mejoras cognitivas tempranas que desaparecen y las
mejoras en habilidades no-cognitivas tienden a: más probabilidad de terminar
secundario, más empleo, menos crimen, mejores indicadores de salud (Elango et al,.
2015).
Grafico 3. Efectos en el tiempo, según Perry.
Programas muy intensivos, de muy alta calidad y de tratamiento muy controlado,
pequeña escala, población muy carenciada. ¿Es generalizable? ¿Se aplica a escala?
c. Head Start: Más representativo (nacional) y mayor escala. Niños de 3 o 4 años,
pobres. Preescolar (High Scope), participación de los padres, visitas al hogar, programa
nutricional y asistencia médica. El 45% de los centros Head Start reciben niños de 0 a 5
años (Early Head Start). La mayoría de los centros ofrece jornada completa y transporte.
Los resultados indican que, en general, no hay impactos en habilidades cognitivas.
Hay incremento de 3 a 5 p.p. en probabilidad de completar el secundario, menos
repitencia y algunos impactos en dimensiones no-cognitivas (salud, por ejemplo), pero
más modestos que en Perry o Abecedarian.
d. Georgia y Oklahoma: Niños de 4 años; Alta calidad (8 y 9 sobre 10), educación
y entrenamiento de maestros, clases pequeñas, 1:10 o menos.
Los resultados indican un aumento de niños inscriptos; mejoras en exámenes en el
corto plazo; desacuerdo sobre el impacto a mediano plazo. No hay efectos en lengua.
Efectos en matemática que se reducen en el tiempo, dependiendo de la estimación no
son significativos. Los efectos se dan en los niños con más desventajas
e. Quebec: del 1997 extensión, programa universal de subsidios al preescolar (0 a
5). Los resultados son negativos en comportamiento, desarrollo socioemocional,
agresión física, interacciones con los padres y salud. Algunas mejoras de algunos
comportamientos en los grupos más pobres. Desplazo de mejores alternativas de
cuidado.
f. América Latina: En la región los jardines infantiles suelen ser de baja calidad y
no mejoran de manera consistente el desarrollo infantil, sobre todo entre los más
pequeños (Berlinski y Schady, 2015; Bernal et al, 2014). Casos de efectos negativos.
g. Argentina (Berlinski et al, 2009): expansión en los años 90, concentrándose en
regiones con menor asistencia al preescolar. Incremento en el rendimiento en exámenes
en 3er grado del 8%.
h. Uruguay (Berlinski et al, 2008): 1995-2004, 76% de crecimiento en preescolar.
Niños del quintil más pobre que asisten al preescolar pasan del 20% al 60% entre 1991
y 2002.
Los resultados indican que hay un efecto positivo. A los 15 años, aquellos que
fueron al preescolar acumulan 0,79 años más de educación y tienen más probabilidad de
ir a la escuela (27 pp).
Gráfico. 4. Uruguay. El efecto de años adicionales de preescolar en la primaria,
de asistir a la escuela, por edad.
La contribución del preescolar (versus no preescolar) según Waldfogel y Washbrook
(2011, ECHLS)
El estilo de crianza explica alrededor del 21% de la diferencia en habilidad entre
niños de clase baja y media; el contexto en el hogar contribuye otro 20% a la diferencia;
mientras que el preescolar explica sólo del 4% al 6% y sistemas especiales, como Head
Start, pueden llegar el 9%.
Efecto positivo del preescolar versus no preescolar. ¿Años adicionales?
Efectos positivos en programas de muy alta calidad (currículo, docentes, niños por
docente), que trabajan con los padres, incluyendo áreas de salud, nutrición, crianza, etc.
desde temprana edad.
- Impactos cognitivos de corto plazo, tienden a desaparecer.
- Posibles impactos de largo plazo en habilidades no-cognitivas. Mecanismos no
bien entendidos.
- Familia más importante.
Efectos heterogéneos:
- Existe escasa evidencia del impacto en la población no pobre.
- Obligatoriedad, alternativas, ¿se desplaza?
Efectos negativos:
- Bajo rendimiento.
2. Sistemas de financiación de educación superior
Sistemas pagos
1. Préstamos.
2. Becas.
3. Variaciones:
- Becas por merito (condicionales a resultados).
- Prestamos condicionales al nivel de ingreso.
- Deducciones impositivas o créditos impositivos para educación superior.
Sistemas gratuitos
1. Aranceles: barreras, protestas de estudiantes (Chile, Sudáfrica).
2. Educación superior gratuita: ¿Es regresivo? ¿Sobre quiénes recaen los impuestos?
¿Quién se beneficia con los subsidios?
Gráfico 5. Proporción de jóvenes que asisten a instituciones terciarias por quintil de ingreso
Gráfico 6. Educación de los padres de jóvenes en edad de asistir a la universidad.
Cuadro 1. Fuente: González Rozada y Menéndez (2002) en base a EPH-Modulo
Especial Universidad. 1998
Gráfico 7. Distribución de universitarios por decil de ingreso (CABA y GBA)
Gráfico 8. Distribución de estudiantes en universidades públicas y privadas por decil de ingreso
(CABA y GBA).
3. Estudiantes universitarios provienen de los deciles de ingreso más alto y familias
con padres más educados.
4. Cierto, para universidades privadas y públicas.
5. Regresividad del sistema público totalmente gratuito.
Sistema pago con préstamos: subinversión en educación
1. Los pagos no son contingentes a los ingresos futuros, implica un riesgo muy alto.
2. Préstamos para educación. Sin garantía ni mecanismo eficiente de recupero,
implican tasas altas.
3. Dependiendo de cómo se arancelan las distintas carreras, sus costos y sus
riesgos/retornos esperados, las distorsiones pueden agravarse.
3. Propuesta
- Planes de pagos condicionales al nivel de ingreso futuro.
- Ajustar la tasa de impuesto a las ganancias con un extra por haber recibido
educación universitaria en universidades públicas gratuitas. Como ganancias es un
impuesto condicional al ingreso, los temas de riesgo se reducen sustancialmente.
- Antecedentes: Milton Friedman (1955), Barr (1989).
a. Prestamos que se devuelven dependiendo del nivel de ingresos futuros.
b. Australia instituyó uno de los primeros sistemas de este tipo (Chapman,
1997).
Australia
- 1970: se eliminan los aranceles.
- 1980: visión unificada de que el sistema totalmente financiado por ingreso impositivo
es regresivo. Para algunos es el gasto público más regresivo y difícil de justificar.
- Evitar barreras a la educación superior para los sectores más necesitados.
- 1989: Higher Education Contribution Scheme (HECS). Esquema de Contribución a la
Educación Superior.
Los inicios de HECS
- HECS equivalía al 20–25% del subsidio público.
- Costo uniforme.
-Pago anticipado con descuento o pago diferido hasta que los estudiantes ganaran un
ingreso suficientemente alto (código impositivo), tasa de repago del 3%, 4% o 5%
dependiendo del nivel de ingreso.
- No hay interés.
- Hay indexación por inflación (a partir de los 11 meses).
- Subsidio: spillovers, subsidiar una parte para que la inversión en educación superior
sea la adecuada, pero hay beneficio privado por lo tanto el beneficiario paga una parte.
- Diseño: pagan más quienes ganan más de la inversión en educación.
- Estimación, 96% hombres y 77% mujeres pagan toda la deuda.
Modificaciones a través del tiempo.
Desde 1996 considerable aumento en aranceles.
Distintos aranceles dependiendo del área de estudio. En general, se paga más por
carreras más costosas de producir, pero no necesariamente. Enfermería, por ejemplo, es
la carrera menos cara.
Inclusión de incentivos (descuentos) para que los graduados trabajen en ciertas
ocupaciones o áreas geográficas. Los incentivos actualmente se concentran en:
- Matemática, estadística y ciencias.
- Educación inicial.
- Enfermería y educación.
Cuadro 2. Pago condicional al ingreso.
Pago condicional al ingreso futuro
Ventajas
El graduado se asegura contra incertidumbre de futuros ingresos.
No hay costo/consecuencias de no pagar en caso de ingresos nulos o bajos.
Incentiva a los estudiantes adversos al riesgo a tomar ―préstamos‖ para estudiar.
Problemas
Adverse selection: Penaliza a los más capaces (ganan más), que podrían evitar
entrar en el sistema.
Moral hazard: Elecciones de ocupación/trabajo para minimizar los pagos. Costo de
implementación y administración
Algunos problemas se evitan si todas las universidades están incluidas en el mismo
sistema.
Alternativas
Repago versus contribución.
Tasa uniforme versus tasa progresiva.
Uniforme versus proporcional a costos.
¿Quiénes pagan? Graduados, años cursados (medio tiempo, tiempo completo),
materias cursadas, etc.
Presupuesto de las universidades nacionales 0,79% PIB.
Masa salarial.
Proporción universitarios.
Trayectoria de salario (hombres/mujeres, con/sin hijos)
Presupuesto de las universidades nacionales 0.79% PIB
1.4. EL AUGE DE LAS ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES EN AMÉRICA
LATINA Y EL CARIBE: DESAFÍOS PARA LAS POLÍTICAS DE SALUD PÚBLICA
Sebastián Galiani*
El panorama de la salud en América Latina y el Caribe está cambiando
rápidamente. La región atraviesa una transición demográfica y epidemiológica en la que
los problemas de salud se concentran en las enfermedades no transmisibles.
En la actualidad, el 14,2% del total de muertes se debe a enfermedades
transmisibles (ET), mientras que las enfermedades no transmisibles (ENT) son
responsables del 73,4% del total de defunciones. El crecimiento de la población se ha
reducido y la población ha envejecido claramente como resultado de una rápida caída de
la fecundidad precedida por una reducción sostenida de la mortalidad.
Eso supone otras demandas al sistema de salud, las cuales son más importantes en
términos de presupuesto y de complejidad que las enfermedades transmisibles. Nos
encontramos frente a sociedades que no tienen necesariamente los recursos con los que
cuentan los países más desarrollados, pero tienen un índice de esperanza de vida similar
al de poblaciones que van a sufrir estas ENT y que demandarán al sistema de salud tanto
como lo haría un país desarrollado. Esto significa un serio problema. Por ejemplo, una
de las principales enfermedades que se esperan para este siglo, es la depresión, una
enfermedad que le va a suponer un costo muy elevado al sistema de salud, o el
Alzheimer –en la medida en que no se encuentre una cura–, lo cual tiene implicancias
importantes.
Otra peculiaridad que tiene Latinoamérica es que su sistema de salud tiende a estar
relacionado al estatus laboral de los ciudadanos y a la formalidad, con lo cual una
proporción importante no tiene acceso al sistema de salud o un seguro de salud.
Lo que pretendo hacer al final de la presentación es describir un contexto de
equilibrio general. Pienso en las políticas de salud y su impacto en el mercado de
trabajo, esto nos tiene que llevar a pensar en todo el sistema impositivo, es decir, en
cómo vamos a pensar la salud con el mercado de trabajo y ahí voy a remarcar una de las
cosas que, a mi parecer, debería intentar hacer América Latina.
Region Communicable diseases NCDs Injuries
Argentina 11.3% 81.4% 7.3%
Low- and middle-income
countries
LAC 14.2% 73.5% 12.4%
East Asia & Pacific 11% 80.7% 8.4%
Europe & Central Asia 6.2% 86.2% 7.5%
Middle East & North Africa 17.3% 71.8% 10.8%
South Asia 32.4% 56.1% 11.5%
* Profesor en Economía en la Universidad de Maryland y profesor visitante en la Universidad de San
Andrés, Argentina. Obtuvo su doctorado en Economía de la Universidad de Oxford y trabaja en las áreas de Economía del Desarrollo y Microeconomía Aplicada. Es miembro del Comité Ejecutivo de la
Asociación de Economía de América Latina y el Caribe (LACEA en sus siglas en inglés). Ocupó cargos
en la Universidad Torcuato Di Tella y la Universidad de San Andrés, ambas de Argentina. Fue tinker
visiting professor en la Universidad de Columbia y la Universidad de Los Andes (Colombia) y profesor
visitante en Stanford y la Universidad de Berkeley. Fue presidente de la Red de Desigualdad y Pobreza de
LACEA durante 2004 y 2005.
Sub-Saharan Africa 61.9% 29.1% 9%
High-income countries 6.6% 87.4% 6.1%
World 24.4% 66.4% 9.1% Cuadro 1. Transición Epidemiológica. Fuente: Organización Mundial de la Salud.
Estimaciones de la mortalidad por causa, edad y sexo (2012).
En el cuadro 1 se compara a Argentina con el resto del mundo. Observamos que, en
el mundo, el 6,6% de las causa de muerte se deben a enfermedades contagiosas,
mientras que en Argentina alcanza el 11,3% y en Latinoamérica un 14,2%. El 82% son
ENT, lo que muestra que hemos hecho una gran trayectoria en lo que se denomina
transiciones epidemiológicas en Argentina. Esto tiene una gran implicancia para pensar
todo el sistema de salud.
La relación entre las ENT y las ET es un indicador crudo, pero útil, de la etapa de la
transición epidemiológica. De acuerdo con este criterio, Argentina está más avanzada en
la transición epidemiológica que otras regiones de ingresos bajos y medios, excepto de
Europa y Asia Central. Esto seguramente afectará la demanda potencial de servicios de
salud.
Mucho tiene que ver el acceso a vacunas, saneamiento y agua potable, que son las
tres principales causas de enfermedades contagiosas. Por ejemplo, la esperanza de vida
en Chile es la misma que en Europa, y está relacionada con la superación de un ingreso
per cápita que ya es suficientemente alto como para alcanzar el máximo desarrollo
biológico que tiene la especie humana.
Gráfico 1. Transición demográfica.
Hay más convergencia en variables de salud que en ingreso per cápita o en
consumo. Esto está asociado con que existe una transición demográfica en la cual
Latinoamérica tiene aún una estructura etaria joven, comparada con la de países
desarrollados, pero que se está moviendo en términos epidemiológicos y demográficos.
En la próxima generación, estos términos van a ser similares a los de los países ricos,
con un ingreso más bajo y con mercados laborales con mucha informalidad.
Region Under-five mortality (deaths underage five per 1,000 live births)
1950-1955 1970-
1975
1990-
1995
2005-
2010
2045-
2050
1950-
2010
(∆%)
World 214.5 130.8 86.1 59,1 25.5 -72%
Less developed
regions
902 247 147.5 94,9 65.1 -89%
LAC 187.8 113.5 49.4 27,6 8.6 -85%
Argentina 84.6 58.6 28.2 17.1 8.6 -80%
Sub-Saharqn Africa 306.7 225.8 184.9 126,2 45.8 -59%
Africa 309.4 219.7 168.1 115,6 43.8 -63%
Asia 237.1 132 75.9 45,7 15.8 -81%
Europe 94.1 29.1 15.3 8 3.6 -91%
Nothern America 36.5 21.4 10.3 7,9 3.7 -78%
Oceania 90.7 58.7 38.2 28,1 16.6 -59%
More developed
regions
77.8 25.6 12.9 7,5 3.5 -90%
Cuadro 2. Transición demográfica.
El cuadro 2 muestra que desde 1950, América Latina y el Caribe han reducido su
tasa de mortalidad de niños menores de 5 años en más del 85%, y está entre las regiones
en desarrollo con mayor reducción de este indicador. Esto demuestra que la transición
demográfica ha tenido lugar rápidamente.
Gráfico 2. Transición demográfica. Índice de envejecimiento = (población de 60 años y más /
población de 0 a 14 años) * 100 Fuente: CELADE - División de población de la CEPAL. 2015.
Revisión.
Teniendo en cuenta dónde se ubica América Latina y el Caribe en términos de
transiciones epidemiológicas y demográficas, es crucial establecer una política de salud
que cumpla con los nuevos patrones de salud caracterizados por una alta prevalencia de
ENT que comparten factores de riesgo y que son crónicas.
Por lo tanto, la frontera de políticas de salud de esta región debe incluir políticas de
salud pública para reducir los factores de riesgo que causan las ENT, promoviendo un
comportamiento saludable y desarrollando programas de seguro de salud que aumenten
el acceso a una atención de salud de calidad en un escenario con grandes mercados
laborales informales.
En primer lugar, para promover el comportamiento saludable, son esenciales las
políticas que crean ambientes conducentes a hacer opciones saludables asequibles. En
segundo lugar, la provisión de seguro médico es un elemento central para reducir el
impacto de las ENT. En América Latina y el Caribe, se provee principalmente dentro
del mercado de trabajo, excluyendo a trabajadores informales que abarcan cerca del
50% de la fuerza de trabajo de la región.
Hay poco acuerdo en cuanto a la mejor manera de lograr una cobertura más amplia
y promover comportamientos saludables.
Según las transiciones demográficas y epidemiológicas, América Latina y el Caribe
se ha vuelto cada vez más vulnerable al impacto de las ENT. Un mejor acceso a la
atención sanitaria, la detección temprana y el tratamiento oportuno constituyen un
enfoque eficaz para reducir el impacto de las ENT (Alwan, 2011). En este contexto, la
provisión de seguro de salud juega un papel importante.
Dos de los factores que se consideran los principales impulsores de la tendencia al
alza de las ENT son el envejecimiento de la población y el marcado aumento de las
tasas de obesidad (OMS, 2013). La mayoría de las políticas públicas diseñadas para
abordar las ENT utilizan un modelo económico racional de comportamiento, que asume
que las personas toman decisiones que reflejan sus preferencias sujetas a sus recursos
disponibles. Sin embargo, las personas podrían desviarse si tienen problemas de
autocontrol o si se enfrentan a limitaciones de conocimiento. La atención se centra en la
obesidad, ya que es el segundo factor de riesgo conductual más alto que afecta a la
mortalidad (Finkelstein et al., 2003), y ahora es una de las principales causas del
aumento de los costos de atención de la salud (Flegal et al., 2005). Además, hubo un
notable aumento en el número de personas consideradas con sobrepeso u obesidad en
todos los grupos demográficos y de edad en Latinoamérica y el Caribe. En comparación
con otras regiones, los problemas de peso y la obesidad son particularmente prevalentes
en América Latina y el Caribe, con tasas que oscilan entre el 30% y el 50% (York et al.,
2004).
Las políticas que combinan la provisión de información con el asesoramiento y con
elementos de la economía del comportamiento, como incentivos o mecanismos de
compromiso, aparecen como una promesa para combatir los problemas de peso y la
obesidad. En ausencia de estas intervenciones costo-efectivas, los responsables de la
formulación de políticas podrían tener que recurrir a políticas de segundo nivel que
implican impuestos "sin" y subsidios para desalentar el consumo de alimentos poco
saludables.
Aparte de la prevención, los enfoques eficaces para reducir el impacto de las ENT
deberían incluir un amplio acceso a la asistencia sanitaria. La organización y el
suministro de los seguros de salud varían ampliamente de un país a otro. Los países de
ingresos altos dependen de diversas combinaciones de instituciones públicas y privadas
para cobrar contribuciones, agrupar riesgos y comprar servicios de atención médica. El
espectro abarca desde los servicios nacionales de salud en el Reino Unido, Polonia y
Suecia, hasta mercados competitivos con múltiples aseguradoras en los Países Bajos,
Alemania e Israel.
En la mayoría de los países de la Unión Europea y de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la participación en los regímenes de
seguro público es obligatoria, aunque algunos grupos pueden optar por la exclusión
voluntaria o adquirir un seguro privado suplementario. La elección del asegurador por
parte del consumidor es una característica importante en países con mercados
competitivos (por ejemplo, Bélgica, Alemania, Israel, Países Bajos y Suiza). Los
mecanismos de financiación de los programas públicos incluyen contribuciones
especiales de la seguridad social (por ejemplo, Alemania, Francia, Países Bajos) o
impuestos (por ejemplo, Dinamarca, Italia, España y Reino Unido). En estos países,
existe un movimiento común hacia la competencia y la contratación basada en
incentivos con respecto a aseguradoras (Alemania, Suiza) y proveedores (iniciativas de
pago por desempeño en el Reino Unido). Han evolucionado hacia la provisión pública
de seguro médico, alcanzando una cobertura casi universal.
El gasto público en salud fue en promedio del 5,5% del PIB en 2014 y representó
aproximadamente el 69% del gasto total en salud, mientras que el gasto privado
representó el 31%.
Gráfico3. Gasto en salud por fuente de financiación de la salud en 2014 (como porcentaje del PIB).
Notas: El gasto privado en salud incluye el seguro privado, el gasto directo y las instituciones sin
fines de lucro al servicio de los hogares. Grupo de Renta del Banco Mundial. Fuente: Estadísticas
Mundiales de Salud. Base de datos sobre el gasto mundial en salud 2015.
Gráfico 4. Cobertura de los seguros privados y públicos en los países de la OCDE 2013 (% de la
población). Nota: La suma de porcentajes es superior al 100% porque algunas personas tienen
cobertura tanto pública como privada. Fuente: OCDE 2016, datos de septiembre de 2016.
La cobertura voluntaria se refiere a seguros privados, así como a programas como
el Seguro Popular en México, un plan voluntario de seguro de salud pública abierto a
todos los ciudadanos.
Los programas de seguros en los países de ingresos medios se han centrado
tradicionalmente en mejorar el acceso a la atención, mientras que la calidad y la
protección del riesgo son preocupaciones políticas emergentes. Los programas
específicos de red de seguridad complementan un pequeño mercado de seguros
privados, limitando la cobertura a determinados beneficios y grupos. Los mercados de
seguros privados generalmente están fragmentados. El desarrollo de los programas de
seguros públicos se ve limitado por las dificultades para obtener ingresos.
En la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe ha surgido un sistema
tripartito de atención de la salud con diversas funciones de los sectores público, social y
privado. El seguro social juega un papel importante, de acuerdo con este diseño; sólo los
que están en el sector formal están realmente asegurados, por lo que los trabajadores
autónomos y los del sector informal (casi el 50% de la fuerza de trabajo) quedan
excluidos. El sector público desempeña un papel secundario con respecto al seguro
social, ya que tiene recursos insuficientes y acceso limitado, y proporciona servicios de
baja calidad.
Gráfico 5. Nota: Chile introdujo el seguro universal (subsidiado), en parte complementando las
estructuras existentes para empleados formales y del sector público. Fuente: Mesa-Lago (2008).
El promedio ponderado regional estimado de la población total cubierta por el
seguro social en América Latina y el Caribe fue casi del 50% en la última década, por
debajo de la norma mínima de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) de
cobertura del 75%. La población cubierta con seguro social varía ampliamente, hay
países que cubren a casi toda la población (hasta el 86% en Costa Rica) a través de la
seguridad social, pero hay otros que cubren sólo una pequeña minoría (hasta el 0,5% en
Haití).
Hay poco acuerdo entre los países en cuanto a la mejor manera de ampliar la
cobertura al sector informal. Bajo el seguro social de salud no hay posibilidad de
extender la cobertura a los trabajadores no asalariados. Por lo tanto, los programas de
seguros separados, ajustados a las necesidades epidemiológicas, deben estar disponibles
para aquellos que no son elegibles para el seguro de salud a través del empleo.
¿Cuál es la evidencia en el mundo en desarrollo? Programas que proporcionan a los
no asegurados al menos un subconjunto de los beneficios que los trabajadores
asalariados reciben a través del seguro social de salud (por ejemplo, el Seguro Popular
de México, el Programa de Seguro Integral de Salud en Perú, el Programa de Seguro de
Salud Materno Infantil en Argentina). Prestación pública de seguro médico subsidiado.
El seguro es obligatorio, por lo que la cobertura se extiende a toda la población. Este
sistema se utiliza en algunos países con altos ingresos (Reino Unido, Dinamarca,
Noruega, Australia y Nueva Zelanda) y países de ingresos medios (Brasil, Tailandia,
etc.).
Existen diversos modelos de sistemas de salud en el mundo, y podemos afirmar que
el modelo Argentino es malo, ya que sólo hay dos países en donde los sindicatos juegan
un lugar central en la provisión de la salud: Argentina e Israel. De hecho, al estudiar la
historia del movimiento sindical en el mundo se encuentran datos muy interesantes, a
saber: después de los años 30 los sindicatos crecen considerablemente y luego de 10
años empiezan a desaparecer en todos los países en donde no podían controlar las cajas
de dinero. En todos los países hay alguna combinación de seguro público y seguro
privado, y en Latinoamérica la proporción es más o menos de 50% y 50%; 3% del
producto es del gobierno y 3% es privado. En Argentina, la proporción del seguro
público es mayor, porque naturalmente la tasa de informalidad es casi del 40% –es
mucho más baja que el promedio del resto de Latinoamérica, que llega al 80% en
algunos casos–. Pero en los países más ricos, que enfrentan la misma situación
epidemiológica y demográfica, la participación estatal es mucho más alta.
Lo que vemos es que en todos los países desarrollados –menos en Estados Unidos–
prácticamente el 100% de la población tiene acceso al seguro público. Además, hay
cierto porcentaje de la población, gente más rica –un 10% en Inglaterra, por ejemplo–,
que decide tener un seguro privado por encima de un seguro estatal. Pero, por lo
general, todo el mundo tiene acceso a un seguro estatal.
Si uno piensa de qué manera se puede cubrir con un seguro a toda la población en
la actual Latinoamérica, más específicamente, en Argentina, observa que existen
muchos países que han avanzado en esta dirección, pero lo han hecho aplicando
parches, y no sólo en cuanto al seguro, sino también en cuanto a las pensiones.
Hace un momento, Andrés Neumeyer señalaba que, en Argentina, hay salud
pública universal y mucha gente tiene un seguro adicional al seguro estatal, y que
cualquiera puede ir a un hospital público, pero que no necesariamente el hospital
público va a poder atender todo lo que se necesite; como por ejemplo suministrar
gratuitamente la droga que el paciente necesite.
Puede ser que tengamos un problema sobre el modo de resolver qué es un seguro.
Si me envían a un psiquiatra y voy a un hospital público, creo que no podré elegir el
especialista, pero si tengo un seguro, voy a poder elegir. Esto es lo que tratan de captar
la proporción de gente que tiene un seguro privado. En la Argentina, el 100% de la
población va a tener algún tipo de cobertura.
Por otra parte, Alicia Menéndez preguntaba si podemos ir al hospital para hacernos
un chequeo preventivo, es decir, si es posible la prevención contra las enfermedades.
En muchos países de Latinoamérica, hay una tendencia a crear seguros informales
para los trabajadores formales. Con ellos se trata de compensar, asistiendo a un hospital
privado, aquello de lo que el hospital no te provee. Y está bien escrito qué reciben y qué
no reciben los trabajadores. Como ya señalé, se trata del Seguro Popular en México, del
Programa de Seguro Integral de Salud en Perú y del Programa de Seguro de Salud
Materno Infantil en Argentina.
Entonces, tenemos trabajadores formales y empleadores que hacen una
contribución para su seguro de salud, y trabajadores informales que no hacen esa
contribución y que tienen el mismo servicio, aunque de diferente calidad, en el hospital,
cuando el Estado no lo suplementa con algún tipo de programa no contributivo. Lo
mismo ocurre con las pensiones: hay trabajadores que hacen contribuciones dentro del
sistema formal para recibir una pensión, y luego hay trabajadores informales que, en
principio, no deberían recibir una pensión, pero que llegan a cierta edad –70 años–y el
Estado establece que deben tener una pensión, como ocurre en la mayoría de los países,
y recibe una pensión no contributiva.
En ese contexto, sería mucho mejor moverse a un sistema del tipo europeo, donde
todo el mundo tiene el mismo seguro que se financia con impuestos de rentas generales
y no con impuestos al trabajo. Esa es mi propuesta y esas son mis razones.
En el corto plazo, he visto que los ejercicios que intentan simular una respuesta
tienen un costo fiscal muy alto. En parte, los trabajadores formales tienen una oferta de
trabajo muy inelástica, y hoy la nómina laboral se traspasa más al salario que al empleo.
Pero, de todas formas, uno puede pensar en una reforma gradual, en la cual, durante
un período de tiempo, se bajen estos impuestos al trabajo para que sean absorbidos por
los impuestos a las rentas, de forma que se genere un acceso igualitario a la salud.
El nuevo programa de salud en Argentina
La reforma prevé destinar cerca de 2000 millones de dólares recaudados por el
Fondo de Solidaridad para la Redistribución (SRF), que el gobierno ha retenido –
especialmente durante la última década– al sistema de salud.
El programa se centra en cinco objetivos:
1.Ampliación de la cobertura sanitaria mediante el fortalecimiento del
funcionamiento de los hospitales públicos. Las personas sin seguro de salud que utilizan
el sistema público (alrededor del 35% de la población) tendrán un carné de identidad,
antecedentes de salud y acceso a descuentos en la compra de medicamentos. Para ello,
el gobierno asignará 526 millones de dólares del SRF a la infraestructura, equipamiento
y servicios de los hospitales públicos. Para mejorar la equidad, las compañías de
seguros de salud tendrán que pagar las consultas médicas que sus miembros hacen en
los hospitales públicos.
2. Mejora de la estructura financiera y la calidad del servicio prestado por el seguro
social de salud. Para ello, USD 178 millones del SRF se destinarán al seguro social de
salud (por lo tanto, se pagará la deuda histórica con el seguro social de salud).
3- Creación del Fondo de Asistencia de Emergencia de agentes de seguros de salud.
Proporcionará ayuda financiera al seguro social de salud para programas de prevención,
asistencia médica en caso de epidemias y mejora de los centros de salud.
4- Simplificar el proceso de financiación de la atención médica de las personas con
discapacidad. En lugar de ser pagado por el seguro social de salud y luego devuelto por
el Ministerio de Salud (con retrasos y gastos administrativos), este último financiará
directamente la atención médica de personas con discapacidad.
5- Creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías Sanitarias.
Mejorará la eficiencia en el uso de los recursos y evaluará los medicamentos,
instrumentos, dispositivos y procedimientos clínicos y quirúrgicos para abordar cada
enfermedad con el objetivo de reducir los costos y evitar el sobreprecio. También
establecerá técnicas sanitarias que serán vinculantes para la justicia con el fin de reducir
los litigios.
En suma, el programa establece los primeros pasos para mejorar la organización,
integración, eficiencia y equidad del sistema de salud en Argentina. Trata de lograr un
mejor uso de los recursos, acelerar los procedimientos administrativos y evitar la
sobrevaloración de los medicamentos. También intenta mejorar la calidad del servicio
prestado por los hospitales públicos y el seguro social de salud, junto con la expansión
de la cobertura de salud.
Las consecuencias no deseadas
La coexistencia del seguro social de salud con los planes de salud subsidiados
públicamente, que cubren a los trabajadores del sector informal, puede proporcionar
incentivos para que los trabajadores del sector formal pasen a empleos informales.
La introducción de programas de seguro de salud pública puede dar lugar a
problemas de riesgo moral (ex ante y ex post). El riesgo moral es una preocupación
porque entra en conflicto con los objetivos de dispersión del riesgo, ya que puede
aumentar el consumo de atención médica cuando se subvenciona. Esto crea un segundo
problema inherente al diseño de pólizas de seguros: los aseguradores deben negociar los
beneficios de la propagación de más riesgo contra el costo de mayor riesgo moral.
¿Cómo mitigar el riesgo moral? Minimizando la pérdida de eficiencia resultante de
la introducción del seguro de salud, dando mayor prioridad a los servicios de salud con
menor elasticidad precio, exigir que los proveedores sigan los protocolos especificados
para el cuidado y cubriendo sólo una lista de servicios esenciales de salud. Aumentar el
costo compartido, es decir, la parte del pago al proveedor que el consumidor asegurado
lleva.
Conclusiones
América Latina y el Caribe están muy avanzados en sus transiciones demográficas
y epidemiológicas, con problemas de salud altamente concentrados en las ENT. Esto
plantea muchos nuevos desafíos para las políticas públicas y la prestación efectiva de
servicios de salud. Los formuladores de políticas deben definir una frontera de políticas
de salud que incluya políticas de salud pública que reduzcan los factores de riesgo que
causan las ENT al promover un comportamiento saludable y programas de seguro de
salud.
1.5. LOS PRECIOS DE PRODUCTOS PRIMARIOS Y LOS CICLOS ECONÓMICOS
EN ARGENTINA
Silvana Tenreyro*
Durante mi exposición voy a hablar de los ciclos de expansión y crisis en
Argentina, y en particular del rol que jugaron los precios de los productos primarios
como detonantes o causantes últimos de ese ciclo económico. Empezaré con una breve
reseña comparativa del desempeño de la economía argentina desde 1900, luego voy a
mostrar y discutir cómo los cambios en los precios internacionales de los productos
primarios afectaron la tasa de crecimiento de corto plazo en la Argentina. A
continuación mencionaré algunas de las implicancias de esa dependencia de la
economía argentina en el sector agroexportador, y, concretamente, cómo esa
dependencia repercutió en la estabilidad política e institucional del país y en la
volatilidad y el clima de incertidumbre general de la economía. En parte, todo esto será
la preparación del terreno, o motivación, para lo que quiero hacer al final de la charla,
que es responder a la tarea que nos dio Juan Pablo Nicolini: bosquejar una propuesta de
política macroeconómica relativamente simple, factible y que funcionó en la mayoría de
los países que la implementaron.
El gráfico 1 muestra la evolución del PBI per cápita real en Argentina desde el
1900 (el eje vertical está en logaritmos). Lo que vemos aquí, es una economía que crece
a una tasa promedio anual del 1,2%, con ciclos económicos muy marcados, con amplias
desviaciones respecto de la línea de tendencia marcada en rojo.
Gráfico 1. PBI per cápita real: Argentina 1900-2020.
El gráfico se vuelve más interesante cuando lo comparamos con el de Estados
Unidos. Aquí volvemos al tema del que habló Eugenio Díaz-Bonilla al comienzo.
Estados Unidos, en ese mismo período, crece a una tasa del 1,8% por año, y acelera en
la segunda mitad del período, produciendo una diferencia en tasas de crecimiento. La
* Profesora titular en el Departamento de Economía de la London School of Economics and Political
Science. Se graduó como licenciada en Economía de la Universidad Nacional de Tucumán, con medalla de oro y premio al mejor promedio desde la creación de la Facultad de Ciencias Económicas. Es masters
y doctora en Economía por la Universidad de Harvard. Es co-directora de la Review of Economic Studies
y presidente del Comité de Economistas Mujeres de la Royal Economic Society. Trabajó en la Reserva
Federal de Boston.
brecha entre el PBI real de Argentina y el de Estados Unidos es de menos del 35% a
principios del siglo XX, pero de más del 70% en la primera década del siglo XXI.
También resulta interesante comparar la volatilidad de ambos países. En esta caso,
la volatilidad está medida como la desviación estándar de la tasa de crecimiento anual, y
nos da una idea de cuánto fluctúa esa tasa de crecimiento respecto de la línea tendencial.
Si tomamos el período completo, la volatilidad de ambos países es comparable en un
5,5%; sin embargo, en el caso de Estados Unidos, la volatilidad está muy dominada por
las guerras y por la depresión del 30, que también afectaron a la Argentina, pero no en
la misma medida.
Gráfico 2. PBI PER CAPITA REAL: Argentina y Estados Unidos 1900-2020.
Cuando vemos cómo evoluciona esto a través del tiempo, el patrón resultante es
muy distinto. Comparemos ambos países antes y después de 1955. Tomo este año
porque entonces ha pasado la recuperación de la posguerra y porque Argentina y
Estados Unidos tienen su PBI justo en la línea de tendencia de largo plazo. Bien, lo que
ocurre es que Estados Unidos acelera un poco su crecimiento, pasa del 1,8% al 1,9% en
la segunda mitad, antes de ese año, y después de ese año desacelera un poco, de más del
7,5% a tan sólo el 2%. Esta caída es enorme y, de hecho, la volatilidad cae aún más
después de la década de los 80, a pesar de la crisis que tuvo. En contraste, la tasa de
crecimiento promedio de Argentina es exactamente la misma antes y después de 1955, y
notablemente también la volatilidad es constante: 5,5% antes y después. No obstante el
crecimiento tecnológico y la diversificación de la base productiva, la Argentina continúa
teniendo un ciclo inmensamente fluctuante.
La comparación con los países vecinos más cercanos no es tampoco mucho más
alentadora. En el gráfico 3, la línea azul es Argentina; la negra, Brasil; y la verde, Chile.
Brasil crece a una tasa estrepitosa hasta fines de la década de los 70, y luego comienza a
crecer como Argentina, con la misma tasa promedio de crecimiento, pero con una
volatilidad marcadamente menor, que algunos atribuyeron a la diversificación de la base
productiva de Brasil, diferente a la de Argentina. Hasta los años 80, Chile también crece
como Argentina, pero en esa década acelera su crecimiento y se despega de nuestro
país, lo sobrepasa en los años 90, y sigue creciendo también con una volatilidad mucho
menor, a pesar de su dependencia del cobre o del sector agroexportador similar al de
Argentina. Volveré sobre este tema hacia el final de la exposición.
Gráfico 3. Comparación con los países vecinos.
Lo que voy a hacer ahora es usar los datos y hacer esta pregunta: ¿Hasta qué punto
esta volatilidad de la economía Argentina obedece a cambios internacionales en los
precios de productos primarios? Y para hacerlo voy a usar algo muy común en
macroeconomía: un modelo VAR, que es simplemente un sistema lineal de ecuaciones
en el cual ciertas variables, que llamamos endógenas, se afectan mutuamente, tanto en
forma contemporánea como a través del tiempo. Por ejemplo, el PBI real de hoy puede
depender no sólo de la inflación corriente, sino también de la inflación en períodos
pasados. Estas variables, PBI e inflación, van a ser mis variables endógenas. A su vez
estas variables endógenas pueden depender de factores exógenos, los precios
internacionales de productos primarios, un índice promedio, y la tasa de interés mundial
como control de la oferta de crédito externo; datos que voy a tener en mi sistema. Lo
que voy a mostrarles en el gráfico que sigue es cómo responde el PBI real de la
Argentina a un incremento del 1% en los precios de los productos primarios. Quiero
aclarar que no se trata de un efecto mecánico, en el sentido de que este incremento en
los precios no actúa mecánicamente en el PBI real, porque éste ha sido medido en
precios constantes, se trata de un aumento en el volumen de la producción. Como ya
dije, el experimento es un aumento de un 1% en los precios de los productos primarios
en un año, y al año siguiente vuelven a su valor normal. Solamente durante un año
aumentan los precios de productos primarios, ¿qué le pasa al PBI? Vemos en el gráfico
que en el primer año en que sucede este incremento en el precio de los productos
primarios, el PBI real aumenta un 0,12%, en el segundo año el incremento es de
alrededor del 0,2% y luego se desvanece con el tiempo (gráfico 4). Si vemos qué sucede
si ese efecto –el incremento del 1% en el precio de los productos primarios– es
permanente, observaremos que el desvío del PBI de su tendencia es de alrededor del
0,13%, y se desvanece un poco después del séptimo período, del séptimo año, cuando la
precisión en la estimación es poca (gráfico 5).
Gráfico 4 y 5. Respuesta del PBI per cápita real a un incremento del 1% en el precio de los
productos primarios.
Ahora, este efecto del 0,1% - 0,2% es enorme si se tiene en cuenta cuánto fluctúan
esos precios internacionales. El gráfico 6 muestra la evolución de los precios de los
productos primaros desde el año 1900. Hay dos medidas allí: a) en verde, los precios de
los productos primarios en términos reales, divididos por el precio de la importación
para expresarlos en términos reales; b) en rojo, los términos de intercambio, que es el
cociente entre los precios de importación y los precios de exportación. Lo que se
observa en este gráfico, de nuevo es una escala logarítmica, es que estas fluctuaciones
son enormes. Un aumento o una caída del 20% - 30% son extremadamente comunes.
¿Qué implica eso? Si tenemos un aumento del 20% en los precios de productos
primarios, eso llevaría, dada la estimación anterior, a un incremento del PBI argentino
per cápita de más del 2% por encima de su tendencia. Son números enormes, muy
grandes, la economía de Argentina está afectada de forma muy sensible por estos
precios.
Gráfico 6. Variación del precio de los productos primarios.
En el gráfico 7 podemos ver lo mismo de otra manera. El gráfico muestra el
componente cíclico del PBI, simplemente la diferencia del PBI respecto de esa línea
tendencial en rojo. Sobrepuesto, en verde, están los precios reales de productos
primarios. Como se observa, son dos series altamente correlacionadas, positivamente
correlacionadas, porque cuando los precios de productos primarios suben, el
componente cíclico sube, el PBI sube y se aleja de su tendencia; ocurre lo mismo con
los términos de intercambio (gráfico 8).
Gráfico 7. Variación del precio de los productos primarios y componente
cíclico del PBI real.
Gráfico 8. Variación en términos de intercambio y componente cíclico del PBI real.
Respecto a la inflación, incluida también en el sistema, las estimaciones son muy
imprecisas, en parte porque, debido a los procesos inflacionarios-hiperinflacionarios de
Argentina, la inflación sale de toda escala de números razonables; así que las bandas de
error son enormes. Pero lo que observamos – se trata de una forma alternativa de ver lo
mismo– es que hay una correlación positiva entre los precios de los productos primarios
y la inflación; en los períodos en que los precios suben, también lo hace la inflación,
algo que, en parte, se debería a un efecto Balassa–Samuelson (gráfico 9 y 10).
Gráfico 9. Respuesta de la inflación a 1pc. Aumento de los precios de los productos básicos.
Gráfico 10. Respuesta acumulada de la inflación a 1pc. Aumento de CP
Una cosa interesante para resaltar en el gráfico anterior, es que en este último
período la inflación fue muy alta, pero quizá si tomamos como referente histórico los
últimos 50 años de Argentina, la inflación no creció tanto como en otro período; del
mismo modo, y esto no lo comenté antes, el PBI real de argentina tampoco aumentó
demasiado. Resulta que, de alguna forma, en este último período, este enorme,
meteórico incremento en los precios de productos primarios no llevó a un incremento
suficientemente alto del PBI, como en el periodo anterior, y tampoco la inflación subió
tanto como vimos que sucedió en el pasado.
Gráfico 11. Variación del precio de los productos primarios e inflación.
Gráfico 12. Inflación en dólares en el precio de los productos primarios
e inflación doméstica.
Gráfico 13. Exportación y términos de intercambio.
Intervención de Pablo Andrés Neumeyer: ¿Silvana, te fijaste si se comporta
distinto con tipo de cambio fijo o algún otro tipo?
Silvana Tenreyro: Hay muy poco de eso. Uno de mis estudiantes trató de replicar
la comparación del Broda en tipos de cambio fijo y no da nada en Argentina.
Intervención de Pablo Andrés Neumeyer: ¿Estamos casi siempre fijando?
Silvana Tenreyro: Porque estamos casi siempre fijando, de alguna manera, la
política monetaria argentina nunca hizo demasiado para contrarrestar el ciclo.
El siguiente gráfico es, como mínimo, sugerente; tiene muchos datos, es un poco
denso, pero veamos si logro explicarlo. Muestra la evolución de los precios de
productos primarios y los términos de intercambio –precio de importación relativo al
precio de la exportación– y a su vez muestra las fechas claves de los comicios
presidenciales en Argentina desde 1916, cuando tuvimos nuestro voto universal, secreto
y obligatorio (en esa época, ―universal‖ significaba masculino, pero no importa en este
caso). También se observan de forma muy marcada las interrupciones a ese proceso
democrático, es decir, los golpes militares. Lo interesante es que cada golpe militar,
cada intento de golpe o cada salida brusca del gobierno, estuvo precedido por una caída
brusca en los términos de intercambio o el precio de los productos primarios. Es el caso
de la caída de Fernando de la Rúa, del intento de golpe a Alfonsín en 1987, del golpe
militar de 1976, la caída de Arturo Illia y de Arturo Frondizi, el golpe al segundo
mandato de Juan D. Perón, en menor medida el golpe a Ramírez –el sucesor de Ortiz- y
tal vez, en menor medida también, a Hipólito Irigoyen, aunque a él le tocó un período
también muy negativo. En cambio, las reelecciones coincidieron con términos de
intercambio muy positivos, con precios de los productos primarios muy positivos, por
ejemplo, la primera presidencia de Cristina de Kirchner –si la tomamos como una
reelección de la familia Kirchner–, la reelección de Cristina y la reelección de Perón,
teniendo en cuenta que al primer mandato de Perón le tocan términos de intercambios
muy positivos.
Gráfico 14. Inestabilidad política: precios de productos primarios y términos de intercambio.
Podríamos preguntarnos de qué manera un shock en un sector relativamente
pequeño de la economía puede transmitirse al resto de la economía, al punto de poner en
jaque la estabilidad institucional del país. Para esto los economistas tienen historias,
canales que explican este efecto multiplicador, y que traté de colocar en el gráfico. En
este caso voy a enfatizar dos canales: uno es un canal bastante mecánico: cuando caen
los precios de los productos primarios, cae la entrada de divisas a la Argentina. Esto
produce una menor cantidad de divisas para comprar insumos básicos de importación
para la industria, si ésta no tiene esos insumos básicos, se estanca o sufre sus
consecuencias. De forma paralela se produce una caída en el crédito externo y en la
entrada de capitales privados, porque cuando caen los precios de productos primarios,
cae la capacidad de repago del país, caen entonces los términos del préstamo –son
menos favorables– y, por otra parte, hay menos inversión, porque cae la rentabilidad del
agro o de las explotaciones mineras. Todos estos procesos llevan a un estancamiento de
la industria, con la consecuente caída de los salarios y la aparición de reclamos sociales,
que pueden conducir a la inestabilidad política, que a su vez lleva a la volatilidad de la
economía y a un clima de incertidumbre, aspectos que no son propicios para la
inversión –sobre todo la de largo plazo– y que realimentan este círculo de
estancamiento económico.
A lo largo de estos años, en Argentina se experimentó con distintas medidas,
distintas políticas, para lograr la estabilización y el crecimiento de largo plazo. Hubo
muchos intentos de protección industrial. La idea era proteger a la industria naciente
entendiendo que había ciertas externalidades dinámicas. Si se protegía a la industria,
eventualmente alcanzaría una escala o una experiencia suficiente como para competir en
mercados internacionales. Pero una y otra vez estos intentos fallaron, porque cuando se
abría la economía, no podían competir. También hubo muchos intentos para atraer
multinacionales al país, que a la primera crisis terminaban con nacionalizaciones
forzadas. Por otra parte, las multinacionales son muy impopulares en Argentina. En la
cultura argentina está arraigada una gran desconfianza al capital extranjero. Ni Perón
pudo convencer a los sindicatos de que la única forma de explotar el petróleo en
Argentina era hacerlo con la inversión de las petroleras norteamericanas. Si no lo hizo
Perón, otro difícilmente lo logrará. También se intentó con el crédito externo, pero,
como ya lo sugerí, es sumamente procíclico. Los acreedores prestan cuando ven que la
economía tiene capacidad de repago, cuando hay perspectivas de repago, pero cuando
los precios de los productos primarios caen, cae esa capacidad. El caso tal vez más claro
para los de mi generación fue lo que ocurrió en la década de los 90. Tuvimos todo lo
que quisimos hasta la crisis. Cuando llegó, las calificadoras de riesgo inmediatamente
subieron el riesgo país, y los capitales se fueron. Todo fue muy abrupto y muy doloroso.
Finalmente, otro recurso insuficiente fue el de la política monetaria. En Argentina, no
alcanzó nunca como instrumento estabilizador. Tenemos otra vez una economía sujeta a
shocks muy grandes, motivo por el cual la política monetaria puede hacer muy poco en
ese sentido.
Entonces, lo que quiero proponer ahora es el deber que pidió Juan Pablo Nicolini.
Y lo pongo en la mesa para los próximos 100 años. Mi propuesta es tratar de pensar en
un fondo nacional de estabilización como el de Chile, Australia, Nueva Zelanda,
Noruega o muchos estados de los Estados Unidos. El siguiente mapa muestra algunos
de esos fondos.
Hay distintos fondos de estabilización con diferentes fines: unos son para
crecimiento a largo plazo, otros para la estabilización. ¿Cuál es el objetivo de estos
fondos de estabilización? Es, precisamente, estabilizar el componente cíclico del ingreso
fiscal, de modo tal que, cuando ocurra una crisis, haya fondos para estimular la
economía. ¿Cómo? Se puede hacer con cambios arancelarios, con infusión de créditos,
etc.; las posibilidades son muchas. Lo importante es que exista ese fondo para atacar la
crisis. La implementación también puede adoptar muchas formas, en la mayoría de los
casos está delegada a una entidad independiente.
Intervención de Juan Pablo Nicolini: Los fondos que conozco un poco más están
basados en que el Estado tiene una participación muy importante en la producción y
venta de estas commodities. Creo que se trata del fondo de Noruega o el de Chile. El
ingreso fiscal les llega directamente a ellos. ¿Vos como lo pensarías?
Silvana Tenreyro: Sí, les llega directamente a ellos, pero hay muchos, como los de
Australia o Nueva Zelanda, que no están asociados a la explotación minera. Lo ideal
sería la explotación minera, porque es más fácil. En el caso de Noruega y Chile están
manejados por el Estado y están muy concentrados, pero para Argentina se trataría
nuevamente de retenciones a las exportaciones, al producto primario. Ya tuvimos
retenciones a las exportaciones, que fueron muy cuantiosas en este último período, pero
el problema radicó en que no se destinaron a la formación de un fondo, quién sabe a
dónde fueron. Pero la idea sería jugar con las retenciones a las exportaciones, la
mecánica es muy similar…
Intervención de Sebastián Galiani: ¿Pero de nuevo hay que decirle al Estado:
cuando los precios son altos –como vos mostraste– la economía se expande, con rentas
generales recaudás más y entonces tenés que ahorrar parte de esas rentas generales? Es
decir, que esté asociado a un presupuesto anticíclico y que no tenga que distorsionar el
precio de las exportaciones.
Silvana Tenreyro: Sí, pero lo fundamental para estos fondos de estabilización es
que no tengan vínculo con el proceso electoral, por eso es importante la independencia.
Pueden delegarse a un banco central o a un ente independiente que tenga un objetivo a
largo plazo, porque una vez que le das estos fondos al gobierno de turno, digamos que
se complica la tentación de usarlos durante el boom, o sea siempre hay necesidades
donde uno puede.
Intervención Sebastián Galiani: Estoy de acuerdo, lo único que digo es que puede
ser como una regla, una regla fiscal.
Silvana Tenreyro: Sí, todos estos países con fondos tienen reglas muy claras.
Intervención de Ernesto Schargrodsky: Estoy de acuerdo con lo que dice
Sebastián. Si se hiciera con retenciones, me parece que sería bastante ineficiente, sin
embargo, tampoco creo que…
Silvana Tenreyro: ¿Dónde ves la ineficiencia? Esto es un aumento en el precio de
productos primarios, la oferta no cambiaría tanto.
Intervención de Sebastián Galiani: Porque es mucho mejor hacerlo con un
impuesto a las ganancias que con un impuesto a las retenciones.
Silvana Tenreyro: Perdón una sola cosa, acá vemos que lo que mueve el ciclo es
este precio, ¿por qué no atacar esto, el detonante?
Intervención de Sebastián Galiani: Porque lo estás haciendo de una manera que
castiga a las tierras menos productivas. Si vas a poner impuestos, ponelos a las
ganancias, no a los ingresos brutos, que es básicamente lo que hace la retención.
Tampoco está muy claro por qué pondrías un impuesto a las ganancias diferencial; es
decir, aplicarlo a un sector sí y a otro no, teniendo en cuenta que, obviamente, hay
momentos en los cuales ganás y otros en los que perdés.
Pero a eso apunto. El equilibrio general afecta, el shock externo afecta la
rentabilidad de los no comercializables y también induce a la volatilidad. Vos decís:
mirá, tengo un impuesto, se lo cobro también a los no comercializables, a todos, y parte
de eso lo ahorro y lo pongo en el fondo ¿por qué? Porque la recaudación fue
cíclicamente, y no se lo cobro sólo al sector exportador. La idea de ella es correcta,
simplemente estamos discutiendo el instrumento.
Pero de todas maneras también pondría énfasis sobre el tema de la administración y
la delegación a un banco central, porque, por ejemplo, en Argentina, cuando se creó el
sistema de depósitos, la gran discusión giró en torno a que estuviese invertido en activos
externos, justamente para que no esté correlacionado con la crisis bancaria. El paso
institucional que tiene que dar la Argentina para crear este tipo de instituciones es muy
grande.
Silvana Tenreyro: Estamos hablando a lo grande acá, estamos hablando de qué
debería hacer Argentina. Lo hizo Chile, lo hace Australia. La idea es pensar en las
formas de hacerlo. Este fondo debería ser independiente del gobierno de turno, en ese
sentido, habría que desligarlo un poco de las ganancias. Sería una buena idea, porque
habría mucha transparencia en la regla fiscal exacta, basada en un índice de precios
observable, discreto. Entonces la ventaja de la transparencia, vis a vis, es hacer lo que
propone Sebastián. Sería un plus, otra ventaja. El tema del Banco Central sería una
posibilidad; otra sería tener un ente fiscal independiente; otra, la que usan muchas
instituciones: abrir un trust con un comité que se encargue de decidir cuándo se pueden
usar estos fondos y cuándo no. La supervisión podría estar a cargo del Congreso, de un
comité de expertos, de académicos; digamos que el detalle necesita discusión.
Intervención de Sebastián Galiani: Hay países, como por ejemplo Canadá,
Australia y Nueva Zelanda, que tienen cierta cultura fiscal. Los actores de intercambio
de Australia y Argentina son muy parecidos.
Silvana Tenreyro: Estoy de acuerdo. Los fondos de estabilización institucionales
son más recientes, pero siempre hubo una disciplina con el manejo de estos fondos.
Intervención de Sebastián Galiani: A eso voy. No sé si es una cuestión de política
o de distribución del ingreso, pero me parece que el problema de base es que no hay una
cultura o un equilibrio político de responsabilidad fiscal. Estas cosas me suenan a
parche institucional muy endeble, como las AFJP, o la convertibilidad. Hacés algo que
permite tener acumulación y después viene alguien y se lleva lo acumulado, y en
definitiva, siempre el pueblo es soberano. Quizá se deba trabajar más en este problema
de consistencia temporal, que es distinto en Argentina y en el resto de los países de
América Latina. Para este caso no conozco mucha investigación determinante. Como
Chile también tiene una historia condicionada, todavía no vimos el final de la historia;
quizás alguien ve esa montaña de plata y decide repartirla para ganar elecciones.
Silvana Tenreyro: Para eso se debe tener un ente independiente y separar el fondo
del proceso electoral. Es cierto que Australia y Nueva Zelanda tenían una cultura
diferente, pero funcionó en Chile, funcionó en Perú. Sabemos que en Chile funcionó
bien durante la última crisis, y creo que el pueblo chileno estuvo muy agradecido ex
post por que no se hayan usado esos fondos durante el boom. Había muchísima presión
en Chile para usar esos fondos antes de la crisis, llegó la crisis y dijeron qué bueno que
no los usamos.
Estoy de acuerdo con que hay puntos por hacer, pero la forma institucional tiene
que estar escrita en la Constitución, tiene que ser algo muy a lo grande, marcar un
cambio. Hace más de 100 años que venimos con estos ciclos. Cada vez que pegan, nos
destruyen y debemos empezar de nuevo; son sumamente costosos. Se debe informar la
situación y creo que es un concepto que no es tan difícil de explicar a la gente. Una vez
que el electorado vea que este fondo pertenece al país, que hay transparencia sobre qué
hay en él, cuál es la regla para usarlo, etc., va a tener respaldo.
Intervención de Juan Pablo Nicolini: Tiene razón Silvana. Está identificando un
problema muy grande que tiene solución. Estamos todos con Silvana, pero si miramos
hacia atrás, veremos que tuvimos instituciones parecidas –por ejemplo, las AFJP–, y
funcionaron exactamente al revés de cómo anticipábamos. Entonces, si vamos a seguir
en este camino, que está buenísimo, debemos tratar de entender por qué anticipamos tan
mal los incentivos como los de las AFJP, porque nos equivocamos de medio a medio.
Pensábamos que las AFJP nos iban a dar mejor governance. El instrumento con el cual
íbamos a transferir dinero era pésimo, tenía muchos problemas, estaba todo mal, pero
nos iba a dar governance, porque en el pasado, cuando todo estaba carísimo, los pobres
viejitos nunca tenían voz. Por lo que dice Pablo Neumeyer, la plata estaba disponible,
pero todo fue exactamente al revés. Lo raro es que pensábamos –yo estuve siempre
incluido– que el governance iba va a funcionar siempre así, pero funcionó al revés.
Entonces, tenemos una limitación en el modo en que entendemos los incentivos
políticos. Eso es muy grave. Pero tenés razón en cuanto a que funciona en algunos
lugares.
Silvina Tenreyro: Funciona en países con nuestra misma idiosincrasia… Perú…
Intervención de Alicia Menéndez: La parte que me da miedo es que lo vamos a
escribir en la Constitución. Nosotros tenemos, insisto, mucha experiencia en escribir
cosas como la independencia del Banco Central, etc., pero como de verdad no creemos
en eso, violamos la norma apenas podemos. Los economistas ponemos mucho énfasis
en lo que escribimos, pero eso no es una institución. Me parece que lo más cercano a
una institución es lo que la gente cree de verdad, y ahí sí estamos muy atrás con
respecto a Chile, por razones que también estaría interesantísimo que se buscasen. Pero
mi miedo es que tengamos fe en esas cosas escritas que después no terminan
funcionando.
Intervención de Sebastián Galiani: Te hago una pregunta, Silvana. No sé si hay
experiencias en algún otro país. Un problema de Argentina es que tiene muy poco
ahorro privado. Los privados no tienen mucho colchón como para gastar en una
recesión y tampoco pueden ahorrar en una expansión. No en un sistema de AFJP, donde
la gente está separada del control de su dinero por muchos años. ¿Hay algún país que
haya fomentado el ahorro privado, incluso en el exterior –algo que el sistema impositivo
argentino castiga–, por ejemplo, tener beneficios impositivos si ahorrás en bonos
soberanos y no en nativos de otros países? ¿Hay algún país que haya armado algo así?
Me imagino que podría ser algo más modesto, pero, como son privados, tienen algunos
problemas menos. No sé si tiene efectividad, quizá es menos efectivo, porque los
privados tampoco salen a gastar en una recesión.
Silvana Tenreyro: No sé de programas privados, pero está claro que un problema
de Argentina es que los privados tampoco ahorran; si ahorrasen no tendríamos este
problema. Debido a que existe esta imperfección en nuestro mercado, necesitamos
intervenir de alguna forma. Probamos varias ya, probamos muchísimas, que son
sumamente costosas. Desde mi perspectiva, vistos los fracasos de las políticas
estabilizadoras anteriores y vista la experiencia, y el éxito relativo, de estos fondos de
estabilización aun en países a nuestro mismo nivel de desarrollo, como Chile o Perú,
vale la pena probarlos. Soy mucho más optimista que Andrés y el resto. Creo que hay
muchos intereses que se pueden poner las pilas para decir este fondo es de largo plazo y
no se toca durante la coyuntura. Apenas pase el período de aprendizaje, cuando se vea
que el fondo se usó en el momento de crisis, que las tenemos cada 5 o 6 años, creo que
la gente va a poder ver los beneficios. Y también creo que se puede explicar el concepto
muy claramente a la gente. Al concepto de ahorro la gente lo entiende, aunque no ahorre
porque está siempre al límite, pero creo que es algo que la gente sí puede entender y
puede poner un valor a ese fondo nacional.
Intervención de Juan Pablo Nicolini: ¿Cómo compara esto con la elaboración de
un presupuesto corregido con el ciclo? Porque digamos que la situación de Argentina es
estar siempre en déficit. El caso de Chile es que, efectivamente, al hacer un presupuesto
corregido por el precio del cobre, le puede generar un superávit, entonces sí tiene
sentido ahorrarlo. Digamos que tiene menos sentido ahorrar cuando estás en un déficit,
en cambio, el presupuesto corregido por un ciclo podría ser una forma de generar el
mismo efecto.
Silvana Tenreyro: Sí, pero esa corrección por el ciclo de nuevo le está dando el
poder al Ministerio de Economía, al gobierno, con lo cual no la separás del proceso
electoral y eso es lo que tenemos que hacer, porque se trata de un problema de largo
plazo. No le podemos dar esos fondos al gobierno de turno ya que tiene otras
motivaciones a corto plazo, la relección; por eso es importante hacerlo en forma
separada. Y creo que ahí está la razón que indica por qué funcionó de esta forma y no
como parte de un presupuesto en estos países. Si pensamos en términos del déficit, a De
la Rúa le exigieron superávit fiscal primario antes de su caída. Tuvimos superávit en los
años de mayor recesión en Argentina, en contra de la intuición de los economistas, de
cualquier persona, del ama de casa que maneja las cuentas domésticas. Siempre fue
procíclico el crédito, la liquidez, pero necesitamos cortar con eso para tener un fondo
que nos ayude a mitigar la crisis. Propongo la idea de los fondos de estabilización
porque fracasamos con las otras políticas y porque funcionó en otros países, incluso en
aquellos con el mismo nivel de desarrollo, y también en muchos estados de Estados
Unidos que dependen de precios de productos primarios (Texas, Wyoming, etc.). ¿Por
qué no aplicarlo? Funcionó fantásticamente en los países del Golfo Pérsico que, admito,
tienen otras estructuras institucionales, pero fue la forma en que crecieron.
Intervención de Andrés Neumeyer: ¿Te puedo proponer algo? Creo que esta
sesión es quizá la más importante y parece que estamos en contra de tus ideas, o
reaccionando negativamente a ellas, cuando es al revés. Creo que tenés exactamente el
diagnóstico central de los problemas que tiene la Argentina. Entonces déjame hacer un
ensayo. Lo que vos estás intentando es que hablemos de ahorro. Parece raro estar
hablando de ahorro cuando, como dice Juan Pablo, estamos siempre en déficit. Viene un
gobierno tecnocrático y todavía estamos con un déficit de 8. Es una cosa insólita.
Estamos con un déficit altísimo.
Silvana Tenreyro: Perdón, en la época de mayor expansión potencial de Argentina
con los precios de productos primarios en el pico histórico.
Intervención de Andrés Neumeyer: Toda la razón. Ahora estoy empezando a
entenderte mejor. Pensemos en que no podemos saber ni siquiera el déficit. Estamos
haciendo un fryning de una cosa más sofisticada que de otra cíclica, cuando no podemos
resolver el problema de los próximos diez minutos. Hablemos de una cosa más
genérica, así concentra la atención. Quizá yo te entiendo de esa manera, en el sentido de
que estamos con tantos déficits en esta área, que deberíamos pensar cuán lejos estamos
de lo que deberíamos estar haciendo.
Intervención de Rafael Di Tella: Creo que sería útil hacer notar que vos estás
entrando en un mecanismo de estabilización sobre un recurso natural que no es
agotable, por lo tanto, punto a tu favor. Es diferente a todos los ejemplos que se dieron
antes. Cuando el recurso natural es agotable, vos tenés que estar acumulando todo el
tiempo; acá no.
Silvana Tenreyro: Esos son fondos de riqueza, son distintos, como los que tiene el
Golfo Pérsico.
Intervención de Ernesto Schargrodsky: Silvana, una pregunta, ¿tu esquema de
estabilización no está generando algún desequilibrio geográfico? Porque no solamente
afecta a las tierras menos productivas, si no a las que están lejos del puerto. No te
olvides que acá no abundan los puertos. No es Chile, que tiene todo un litoral;
básicamente, el puerto que tenés es Buenos Aires–Rosario. No te olvides que la crisis en
2009 fue en Entre Ríos, Córdoba… básicamente, el interior. El sojero de la pampa
húmeda no reclamó contra las retenciones. Me parece que hay algún desequilibrio
geográfico. La propuesta está buena, pero habría que tenerlo en cuenta.
Silvana Tenreyro: No sé si te entiendo bien, pero estas retenciones serían
proporcionales, porque, obviamente, hay distintos productos primarios y afectan de
forma diferente a la geografía del país.
Intervención de Ernesto Schargrodsky: Pero para algún precio no producís acá.
Digamos que algún precio, alguna retención, desaparece. Ya sabés de antemano, cuando
hacés la retención, que la retención va a tener algún porcentaje. Directamente no
producís ese bien transable en el interior (Entre Ríos, Tucumán, Chaco, Santiago).
Silvana Tenreyro: También depende del diseño. Si lo haces como una proporción
del beneficio, termina produciendo lo mismo, porque igual es beneficio positivo, que es
lo que decía Pablo Nicolini.
Intervención de Ernesto Schargrodsky: Depende del precio. ¿Estás pensando en
el precio?
Silvana Tenreyro: Yo no dije específicamente que tomáramos precio.
Intervención de Ernesto Schargrodsky: Ah, perdón.
Silvana Tenreyro: Pero eso sería parte de la regla. Se puede pensar en hasta qué
punto, tomando en cuenta los costos, de modo que se genere el beneficio positivo sin
afectar la producción.
Intervención de Pablo Neumeyer: La idea luce razonable, pero pensaba que podía
haber un desequilibrio geográfico.
Panelista: A mí me parece que lo que vos decís se podría lograr de igual modo con
una cultura presupuestaria que esté en promedio de cero, o que tenga en promedio
activos netos que sean iguales a cero. Con la recesión se endeuda y después lo repaga.
Tener una cultura presupuestaria de ese estilo, como decía Pablo. Y la razón por la cual
te lo digo de esta manera es porque acá, al final, la decisión es de la combinación
política del Poder Ejecutivo y el Congreso. Entonces, aun cuando vos diseñes cosas
como estas, si el Poder Legislativo y el Ejecutivo se quieren comer la plata, van a
escribir una ley, por más independiente que sea el consejo que lo administre. El tema
fundamental es crear una cultura presupuestaria siempre responsable.
Silvana Tenreyro: Las AFJP son un caso distinto, porque ahí tenés los afectados
directos. Sabemos que hay un problema psicológico con la gente que después descuenta
mucho el futuro. Uno ni se entera de la jubilación a futuro. Entonces, sólo los afectados
directos que estuvieron a punto de jubilarse son los que más sufrieron el impacto, la otra
gente, o sea los jóvenes, ni se enteraron lo de las AFJP. Recientemente hubo un caso
parecido en Inglaterra, donde recortaron inmensamente los fondos de pensión y no hubo
protesta…
Intervención de Juan Pablo Nicolini: Si querés generar una cultura
presupuestaria, en parte, requiere pensar en una propuesta de este tipo y en tratar de
llevarla adelante. Me parece que si bien no es una solución a prueba de cualquier
gobierno oportunista, tiene la ventaja de que sería un poco más costoso tomar estos
fondos que armar el presupuesto como quieras, aun cuando domines el Congreso
durante años. La otra cosa es que, técnicamente, hay algunas diferencias con un
presupuesto que tiene en cuenta la ciclicidad, en el sentido que tratan de calcular estos
fondos. Los que yo entiendo: hacia dónde irá el precio en el futuro, si un movimiento de
precios es temporario o permanente, etc., etc. Esto también me parece que tiene un
aspecto técnico que lo diferencia.
Silvana Tenreyro: Sí, de hecho, el cálculo mismo de la ciclicidad se presta a
manipulación; es decir, en el modo en que calculás el ciclo. De nuevo entramos en un
problema. Mientras que con el precio de las commodities no ocurre, porque todos ven el
mismo precio. Podemos coincidir en cuáles serían los indicadores clave que se usarían
para la regla fiscal, y no podemos jugar con eso, porque está puesto en los mercados
internacionales. Y con esto termino. Muchas gracias.
6. LA MACROECONOMÍA DE LAS PRÓXIMAS DÉCADAS
Juan Pablo Nicolini*
El último medio siglo ha sido muy decepcionante. La economía creció muy por
debajo de lo que se podía esperar. Hubo altísima inestabilidad y crisis recurrentes.
Gráfico 1. América Latina 1971-2001. PIB per cápita en relación con EE.UU., 1971-2001.
Gráfico 2. América Latina 1971-2001. PIB per cápita en relación con EE.UU., 1971-2001
* Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Tucumán y doctor en Economía por la
Universidad de Chicago. Es investigador y economista principal del Banco de la Reserva Federal de
Minneapolis. Enseñó en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, la Universidad Pompeu Fabra de
Barcelona y la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires. Fue investigador visitante en el Banco de
Portugal y en la División de Política Monetaria del Banco Central Europeo.
El producto por habitante en 2003 es casi el mismo que en 1973.
El 20% más pobre tenía el 4,5% del producto en 1973.
El 20% más pobre tenía el 2,5 % del producto en el 2003.
Gráfico 3.
Proponer un diagnóstico.
Discutir reglas de política macroeconómicas:
a. Reglas fiscales
b. ¿Acumulación de reservas?
c. ¿Regulación bancaria?
¿Hay razones para el optimismo?
Historia:
El Estado gasta más de lo que recauda.
Para financiar ese gasto excedente:
a. Pide al Banco Central que imprima pesos. Cuando el Banco Central emite pesos,
genera inflación.
b. Se endeuda (emite bonos). Si el Estado se endeuda, puede eventualmente tener
dificultades para pagar: default.
Gráfico 4.
1. 1975. Rodrigazo. Primera hiperinflación.
2. 1982-83. Devaluación, inflación y primer default. Crisis bancaria.
3. 1985. Segunda hiperinflación.
4. 1989. Tercera hiperinflación.
5. 1990. Plan Bonex.
6. 1995. Crisis bancaria.
7. 2001. Crisis bancaria, segundo default.
8. 2008... Vuelta a la inflación (baja, pero crónica) y al déficit fiscal.
Gráfico 5. Déficit e inflación en Argentina.
La “coyuntura”
La cantidad de dinero a fines del 2015 era aproximadamente 600 000 millones.
A fines del 2011, era de unos 230,000 millones.
Implica un crecimiento anual entre el 25% y el 30%.
Anuncio que en 2016 se imprimirán 160 000 más.
Es un 25% aproximadamente.
Meta del déficit para el 2017, es de poco más del 4%.
¿Endeudamiento?
El déficit debe convertirse en superávit muy pronto.
Regla fiscal
¿Deuda sobre el producto del 60% a fines de 2018?
Las tasas de interés son extremadamente altas, del 8%.
Imaginemos una recuperación, con crecimiento del 3% anual.
Implica un superávit primario del 3% para mantener deuda sobre producto
constante.
Esencial poder ir reduciendo esas tasas.
Implica esfuerzo fiscal adicional durante la transición.
Círculo virtuoso.
Hace falta esfuerzo y tiempo.
Pasivos potenciales
¿El crecimiento de la deuda se explica solamente por el déficit, tal como aparece en
el presupuesto?
Simulación de la deuda desde la década de los 70, usando:
1. Deuda inicial.
2. Déficits observados.
3. Financiación del Banco Central.
Gráfico 6. Simulación vs. deuda real como una fracción del PBI.
¿Explicaciones? Varias, pero auxilios al sistema financiero es una de ellas.
Gráfico 7. Depósitos totales del sistema financiero en millones de dólares.
Gráfico 8. Pasivos potenciales.
En el escenario bueno, recuperando la senda de crecimiento, habrá recuperación de
crédito, crecimiento de depósitos y préstamos.
¿Crecimiento de pasivos potenciales?
¿Cómo evitar una crisis financiera que ponga en juego la solvencia del Estado?
Usar al Banco Central como prestamista de última instancia.
¿Tipo de cambio flexible?
En cualquier caso, ¿credibilidad? ¿Huida al dólar?
La crisis internacional reciente ha dado muestra de la fuerza potencial de las crisis
financieras.
Acuerdos entre bancos centrales para proveer liquidez.
Supervisión Bancaria.
Sin ninguna duda. ¿Es suficiente?
De nuevo, experiencia internacional.
¿Volatilidad en precios de activos?
Reformas drásticas al sistema bancario: ¿Propuesta de Simons?
Acumulación de reservas.
Fondo de estabilidad financiera.
Ejemplos de la región.
Gráfico 9. Uruguay.
Gráfico 10. Chile.
Gráfico 11. Brasil.
Conclusiones
Cambio drástico y permanente en la política fiscal, como política de estado.
Mantener estabilidad monetaria. Eliminación de financiación del déficit.
Mantener estabilidad financiera. Acumulación de reservas. Nueva regulación del
sector financiero.
2. CRECIMIENTO ECONÓMICO
PANEL
2.1. THE ROLE OF TECHNOLOGY
Nancy Stokey*
Introduction
There is an outstanding question in economics about the sources of growth and
prosperity.
Adam Smith posed the question more than 200 years ago, writing about it in the
Wealth of Nations. Today we have some answers, although our understanding is still
very incomplete.
What are the sources of growth? The answer depends partly on how the question is
interpreted. It could be human capital, it could be technology, it could be incentives. It
could be property rights. It could be institutions or the rule of law, etc.
The Role of technology
My discussion today will focus on the role of technology.
Technology is not the only element involved in long run growth. Without human
capital we couldn’t make use of advanced technologies or develop new ones. Obviously
human capital is also important, as well as other factors.
Technology is not everything, but it is a very important element.
Five types of evidences point to the importance of technology
1) Growth and development accounting exercises.
2) Wages of migrants who move from one country to another as adults.
3) Convergence of incomes in advanced economies.
4) Evidence on late bloomers. Countries that develop later also develop faster,
compared those who develop earlier.
5) Occasional growth miracles.
1) A standard Cobb-Douglas production function implies:
Where y, k, h, are output, physical capital, and human capital, all measured per
worker; A is technology; and α, β, are known constants. There is no economics here,
just accounting.
Growth in y, k/y, h, can be measured directly.
* Doctora en Economía por la Universidad de Harvard. Fue consultora para el Departamento del Banco de
la Reserva Federal de Minneapolis. Fue profesora visitante en Economía en las universidades de Chicago
y Minnesota. Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y de la Asociación Estadounidense de Economía, cuya vicepresidenta ejerció entre 1996 y 1997. Es especialista en
el Consenso de Copenhague.
We can then subtract to get growth in A as a residual (Solow, 1957).
Growth accounting uses this equation to look at one country over time.
Development accounting uses it to look across countries at a single date.
In either case we can ask: What share of growth in y comes from each factor?
What do data suggest about the importance of the measured inputs versus the
unmeasured factor A?
Two kinds of evidence:
a) For any single country, we can start with time series for output and the two
measured inputs, and take first differences to compute growth in the inputs and output
from year to year. We then ask how much of output growth is explained by growth in
inputs. This type of exercise is called Growth Accounting.
b) Alternatively, for any particularly year, we can line up all the countries in the
world from poorest to richest and measure the same thing across countries: how much
of the income differences are explained by differences in physical capital and human
capital, and how much is unexplained? This type of exercise is called Development
Accounting.
In both cases the unmeasured factor can be interpreted as improvements in
technology, although it can include other things as well.
The results are:
I. Growth Accounting exercises for the U.S. and other countries (both developed
and middle income) find that technology is important.
For 22 OECD countries, over the period 1960-2000, Aghion and Howitt (2007)
found that on average, technology –growth in A– accounted for 68% of overall growth.
Caveat: They did not include human capital in their study. Because they neglected
improvements in human capital, their number is much higher than most studies find.
II. Development Accounting exercises usually attribute even more to A than
Growth Accounting exercises do.
Caselli (2005) finds that technology differences –differences in A– account for
about 2/3 of cross-country differences in per capita income.
2) The same equation can be used to study changes in the wages of migrants that
result from moving.
Immigrants who move from poorer countries to richer ones receive, on average,
substantially higher wages after they move. Their human capital has not changed, only
their environment.
Data has become available in the United States for immigrants who arrive as adults,
and were working in their country of origin.
The results are:
Hendricks and Schoellman (2016) find that immigrants to the U.S. get wage
increases that are 40% of the GDP gap between their home country and the U.S.
This fact suggests that country differences (physical capital + A) account for 40%
of cross-country wage differentials, while differences in human capital account for the
rest. Thus, 40% is an upper bound on the contribution of technology.
3) Another piece of evidence is the pattern of income growth over a long period of
time in developed countries, first pointed out by Baumol (1986).
Baumol used an early version of Angus Maddison’s data to look at GDP per work
hour for 6 countries –UK, US, Italy, Japan, Australia, Holland– over the period 1870-
1979.
He pointed out the remarkable convergence in levels of productivity: the initially
less productive enjoyed faster growth.
Lucas’s update of Baumol’s figure shows that income levels in the developed world
converged, and then grew in parallel.
The pattern suggests something, factor X, that is important and shared.
Physical and human capitals are accumulated largely in response to improvements
in technology. Thus, one reason these countries could have been converging is an
increase in the use of shared technologies, with improvements in those common
technologies driving growth.
4) Evidence on late bloomers. The economic historian Alexander Gerschenkron
(1965) first articulated the advantage of backwardness: Countries that develop later can
imitate and adapt technologies developed elsewhere.
Because they do not have to re-invent every wheel from scratch, their technologies
can advance much more quickly.
How can we measure the importance of being a late bloomer?
An answer was offered by Parente and Prescott (1994, 2000), who looked at
doubling times. Here is an update of their figure, from Stokey (2015).
The horizontal axis measures the first year when each country in the world reached
per capita income of 2.000 dollars. (Not all countries have reached that level, so not all
countries appear in the figure.)
The vertical axis measures how long it took them to double their income, to get to
4.000 dollars.
The results are:
The overall slope is downward: countries that reached 2.000 dollars later doubled
faster.
In the upper left quadrant of the plot, the earliest countries to develop, including the
Netherlands and Britain, needed 60, 70, or 80 years to double their incomes.
In the lower right quadrant, some East Asian and Latin American countries that
developed much later, also doubled much more quickly: in 10, 15, 20 years.
What let them double their incomes so much faster? One obvious explanation is
technology imports: they didn’t have to reinvent all the wheels.
5) Growth Miracles. I will define growth miracles as countries that grow very very
fast over at least 20 years. It’s hard to explain how they could grow so quickly unless
they were importing technologies from abroad.
Therefore, the appearance, occasionally, of growth miracles suggests technology
transfers must be important.
Over the period 1950-2006 twelve countries:
(i) had a 20-year episode where average annual growth in GDP per capita exceeded
5%,
(ii) in 2006 had GDP per capita that was at least 45% of the U.S.
They are Germany, Italy, Greece, Portugal, Spain; Israel; Puerto Rico; Japan,
Taiwan, Hong Kong, Singapore, Korea.
Human and physical capital cannot grow fast enough to produce such rapid growth
in per capita output: physical capital has a low weight, and human capital growth is
limited by demographics.
So, this evidence also suggests that technology is very important.
Where does technology come from? Sources of technological change.
Taken together, this evidence strongly suggest a key role for technological change
as a proximate source of growth.
But what produces technical change?
The answer is different for advanced countries and developing countries.
For the advanced world, R&D –research and development in the broadest sense– is
critical. But for most countries, technology imports from abroad are critical.
What facilitates technological transfers?
International trade seems to be important: openness.
While hard to document precisely, Lucas’s (2009) update of a figure in Sachs and
Warner (1995), using their definition of open, is suggestive:
The plot shows all the countries in the world, divided into two groups: The red ones
are closed and the blue ones are open.
On the horizontal axis is per capita income in 1960, and on the vertical axis is
average growth over the next 40 years.
The results are:
At every initial income level, the open countries grew much faster than the closed
ones. Openness is important for growth.
What are the sources of economic prosperity and growth?
Although we have learned a lot, we still don’t have a full answer.
Answering the question more completely is the Full Employment Act for
Economists –probably good for another 200 years!
2.2. GROWTH IN THE ARGENTINE WAY
Víctor J. Elías*
I appreciate the invitation to participate in this Conference jointly to very qualified
economists. I feel both, proud and challenged. I am very happy with the participation of
Professor Bob Lucas.
When I was a student at the University of Chicago I didn’t know that I was taught
by many future Nobel winners, and also that I had two classmates: Lucas and Fama that
will also be Nobel winners. There was like a Nobel ―epidemia‖ at Chicago at this time.
Unfortunately this epidemy was not contagieous. Today the spring starts in Argentina.
This makes me remember the famous film of Peter Sellers, The Gardener. The way he
talks as a gardener the US officials missinterpreted him and thought that the economic
recovery of US were going to start in spring. I wonder if most recoveries in the world
start in the spring?
I would like to present some previous results that I got in my studies on the
argentine economic growth that could be useful to choose a growth model. I present
what could be called as ―... stylized‖ facts (or ―sterilized‖ facts).
A. First I present results for the period 1950 - 2006.
Sources of Growth (annual percentages). Gross Growth, not per capita growth
(these are average numbers for this period in percentages)
The table below explains what the sources of this growth are.
First, the traditional source of growth is physical capital and the quality capital.
They contributed to a very important part of the growth of Argentina in this period.
Then the labor (quantity and quality) is also very similar to the contribution of physical
capital.
Education quality was decreasing in this period.
All the numbers look small but they are not really small when they are taken as the
value they have in the GDP increment.
This figure will be useful in order to discuss a growth model.
In general, it is very complicated to build a model with all this information.
GDP growth 2.81
Capital (quantity) 1.31
Capital (quality) 0.10
Labor (quantity) 0.75
Labor (quality) 0.47
Education Quality -0.07
*Doctor en Economía por la Universidad de Chicago. Profesor emérito de la Universidad Nacional de
Tucumán. Director de la Maestría en Economía de la UNT. Miembro de número de la Academia
Nacional de Ciencias Económicas. Fue profesor visitante de las universidades de Harvard y Stanford. Fue presidente de la Asociación Argentina de Economía Política (1970-1972 y 1978-1980) y becario
Guggengheim (1974). Recibió los premios ADEBA (1981) y Konex (1996). Publicó Sources of Growth:
A Study of Seven Latin American Economies (1992) y editó el libro Informe de la Economía de Tucumán
(1996).
Intelligent Capital 0.06
Foreign Openness 0.17
Cyclical Instability -0.12
Research and Development 0.20
Inequality -0.06
World Productivity 0.04
Regional Convergence 0.03
Scale 0.12
Institutional Quality -0.37
Insecurity -0.03
Residual 0.21
B. Argentina vs. the World (1950 - 2006).
The annual average inflation of Argentina was higher than the annual average
inflation of the world.
Talking about the number of crisis: Argentina had 12 crisis while the world as an
average had 2.4.
Then we tried to see the importance of each cycles. How much was the decrease for
the crisis?. In Argentina, the average duration was less, 21 months and 23 months for
the world.
The amplitude of the crisis in Argentina was ten times the world.
How important are the technological advances?
The number of patents (measured per year and per one million persons) in
Argentina was 127.
In Argentina, the share of foreign patent was 78% while it was 33% for the world.
Inequality in Argentina is less than the average world.
In Argentina, an increasing in education contributed more.
How much is the uncertainty compares to the world? The leading indicator in
Argentina leads 30 percent less than the leading indicators in the World.
Argentina World
Stability
Inflation (annual %) 55.4 5.4
Number of Crisis 12.0 2.4
Economic Cycles
Duration (months) 21 23
Amplitude (crisis %) -10.3 -0.8
Technological Advances
Patents (issued per year and per
one million persons)
127 500
Share of foreign 78 33
Inequality
Gini 0400 - 0530 0.657 - 0.633
5% top 29.0 22.0
Relative wages
(skilled vs. unskilled)
1.62 - 2.45 1.3
Previsibility
Leading Cycles Indicators
(n° of months)
5.0 7.0
Foreign Openness
Exports over GDP in 1950 4.5 15.1
Argentina: 19th
vs 20th
centuries. Role of Schooling
A) Annual rate of Growth (percentages).
Results:
A small decrease of annual rate of growth of population from 2.25% to 2.06%.
The GDP pc increased the same in the two centuries, 1.09% and 1.09%.
The data for wage rate was 0.58% only for the 20th
century.
The total factor productivity was very important for the 20th
century but not for the
19th
century.
Periods Population GDP pc Wage rate Total Factor Productivity
1810 - 1900 2.25 1.09 very low
1900 - 2000 2.06 1.09 0.58 0.76
B) Level of Schooling (one indicator of human capital): Average level of schooling
per people 25 or more age (in years).
Results:
In 1810 the average education for the labor force was only 0.18 years. Now it is
around 9.48 years. There was a huge increase in the human capital.
1810 0.18
2010 9.48
Importance of growth:
Annual change of average level of schooling (in years).
The accumulation of human capital has accelerated a lot in our century.
1800s 0.024
1900s 0.067
C) Annual Change of Schooling, Schooling quality, and labor age in the labor
force.
Schooling (quantity) increased over the whole period.
Schooling (effective) increased over the whole period.
Schooling (quality) increased very small along the whole period.
Age of the labor force as an indicator of the experience of the labor force increased
over the whole period.
Schooling
(quantity)
Schooling
(effective)
Schooling
(quality)
Age
1810 - 1860 0.0152 0.0070
1860 - 1913 0.0336 -0.0050 0.0510
1913 - 1940 0.0389 0.0140 0.0510
1940 - 1970 0.0720 0.0860 0.0140 0.0720
1970 - 2013 0.0820 0.1310 0.0140 0.0820
D) Schooling Contribution to Growth (L rS S).
Now, the share is much higher. It is around 24%.
Contribution (annual) Share %
1810 - 1860 0.042 7.4
1860 - 1913 0.094 4.1
1913 - 1940 0.109 14.3
1940 - 1970 0.202 8.1
1970 - 2013 0.249 23.5
Note: rS volatile in the last period.
E) Where education go?
Most education incorporated in people generating more education (Gleaser effect).
This means: most of the education goes to the people educated to produce education.
Most of the contribution of education to growth is not directly in the product but in
the generation of more human capital. This is a very important effect.
Talking about ―Rent Seeking Effect‖, the Pissarides's approach is -0.25.
He said that most education goes to people, to sector (public sector) where he does
not produce what correspond to their education. It looks too much, it takes out most
contribution of education.
It was found that the production of education is each time more expensive. The
level of education was increasing, the quality too so to produce people from the same
quality each time is more expensive.
(Changes in direct cost of schooling b x rS instead of rS, or reduced contribution by
a multiple of the real direct cost increase).
F) Rate of return to capital (from National Accounts). Applies ―Harberger's health
in the economy‖. The way to see the health of the economy is to see the behavior of the
rate of return to capital. At the beginning of the 20th century the rate of return to capital
starts at 10 percent. Then there is an increase in the rate from 1900 through around
1960, then it is constant until 1980. Then it starts to decrease until 1990 and then it
starts to increase up to 2000.
The message is that for someone is not health but inequality. Is this real? To see
this we can analyze the labor share.
0
5
10
15
20
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000
G) Labor Share (perception). The labor share is related with the rate of return to
capital: when there is an increase in the rate of return to capital, there is a decrease in
the labor share.
0
0.1
0.2
0.3
0.4
0.5
0.6
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000
We analyze the nominal rate of interest in Argentina from 1820 through 1970.
There is a big surprise when the nominal rate of interest starts at 60% in 1820. Then
from 1820 through 1925 the rate of interest in Argentina is almost constant around 10%.
At the end of the period the rate of interest in Argentina starts increasing because of the
inflation.
Most of the growth models takes this as an important basic to build the growth
model. So this is important to see this in Argentina.
0
10
20
30
40
50
60
70
1820 1835 1850 1865 1880 1895 1910 1925 1940 1955 1970
Nominal Annual Interest Rate (percentages) (banking loans). Sources: Orlando J.
Ferreres, Dos siglos de economía argentina, Edición Bicentenario, pp 667.
References Elías, Víctor J. (1996) ―Un informe de la economía de Tucumán, sus determinantes y sus
perspectivas‖, en Informe sobre la economía de Tucumán (edited by Víctor J. Elías, Fundación
del Tucumán, Tucumán) pp 23-129.
Elías, Víctor J. (2010) ―Cincuenta años de la economía argentina: Una óptica desde fuentes del
crecimiento económico‖, en Medio siglo de economía, Ed. A.M Navarro .AAEP, Temas,
Buenos Aires.
Elías, Víctor J. (2016) ―Capital humano y crecimiento económico: El caso argentino 1810-
2013‖, en Un siglo de la Academia Nacional de Ciencias Económicas (Editores: Julio Berlinski, Omar Chisari), Edición del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, pp 241-260.
Ferreres, Orlando (Editor), Dos siglos de economía argentina Edición Bicentenario, Fundación Norte y Sur, Buenos Aires.
2.3. ARGENTINA Y LA TEORÍA DE SEGUIR AL LIDER PARA EL DESARROLLO
ECONÓMICO
Timothy Kehoe*
En esta exposición voy a compartir con ustedes algunas ideas que he obtenido al
trabajar con alumnos y exalumnos míos sobre las etapas del crecimiento económico. Es
una ventaja y al mismo tiempo una desventaja hablar después de dos economistas tan
destacados como los profesores Nancy Stokey y Víctor Elías, ya que ellos han tocado
muchos temas que quería discutir, sin embargo, ahora podré avanzar más rápido en la
exposición. Estoy de acuerdo con mucho de lo que ellos han expresado, en especial con
lo que tiene que ver con lo contentos que estamos de estar en esta provincia.
Voy a presentar un breve resumen de lo que estamos haciendo. Retomaré varios
temas que han tocado los últimos dos presentadores.
Nuestra teoría tiene dos elementos clave: la teoría del crecimiento, basada en
―seguir al líder‖, y diferentes etapas de crecimiento económico.
En estos momentos –aunque les pese–, Argentina no es un líder económico en el
mundo, por eso debe seguir la pista de los líderes, y allí es donde diferenciamos
distintas etapas de crecimiento económico.
Voy a discutir la situación actual de Argentina y voy a tomar mis ideas sobre
México para vincularlas con la situación argentina, aunque cabe aclarar que es distinta a
la mexicana.
Hace cuatro años, durante la campaña presidencial en México, una periodista me
preguntó:
—Profesor, ¿qué opina usted sobre el compromiso de Enrique Peña Nieto de hacer
crecer el país a una tasa anual del 6%?
— ¡Ojalá! –le respondí. Creo que es posible, pero va a ser difícil.
Y entonces dijo:
—Pero, profesor, ¿no entiende usted que el señor Peña Nieto sostiene que esto será
fácil, pues México ya creció en los años 60 y 70 a un ritmo del 6% anual?
— ¡Uf! ¡Pero, Dios mío, eso fue otra época, otra etapa del crecimiento! El truco que
utilizó México en esa época no va a funcionar –respondí.
De eso quiero hablar.
El gráfico siguiente muestra de forma breve la historia económica de los Estados
Unidos en los últimos 140 años. Excepto por la Gran Depresión, los Estados Unidos han
crecido a un ritmo del 2% por año, sin embargo, cuando empezó a ocurrir, fue un
crecimiento ―de milagro‖, porque Inglaterra –que fue el primer país en tener un
crecimiento sostenible durante más de 20 años– crecía a principios del siglo XIX a un
ritmo del 1% por año debido a la Revolución Industrial. Luego, la tendencia se aceleró.
Quizás en el siglo XXI algún país vaya a crecer a un ritmo del 3% anual, aunque no
hemos empezado bien el siglo, pero aún nos queda tiempo.
* Doctor en Economía de la Universidad de Yale. Ha ocupado cargos docentes en la Universidad de
Wesleyan, el Instituto de Tecnología de Massachusetts y la Universidad de Cambridge (Reino Unido).Fue profesor en el Departamento de Economía de la Universidad de Minnesota. Es asesor del Banco de la
Reserva Federal de Minneapolis. En 2008, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Vigo y en 2016 por la Universidad de Autónoma de Barcelona Autónoma.
Gráfico 1. PIB real por persona en edad laboral en Estados Unidos.
Teoría del crecimiento basada en “seguir al líder”
El PIB real por persona en edad laboral en Estados Unidos ha crecido a un ritmo del
2% anual desde 1875. Este crecimiento se debe a una combinación de progreso
tecnológico y mejores prácticas en administración. Cualquier país con estabilidad
institucional y de políticas debería tener tasas de crecimiento anuales de alrededor del
2%. Un país que mejore sus instituciones y políticas debería crecer más rápido hasta
alcanzar una nueva trayectoria de crecimiento balanceado.
Gráfico 2. Teoría del crecimiento basada en “seguir al líder”.
En un país que no es el líder, el liderazgo está compartido. Utilizo a los Estados
Unidos como ejemplo solamente porque es el país grande más rico del mundo, pero, en
ciertas industrias, el liderazgo lo tiene Japón, Alemania, etc. Sin embargo, un país que
no se encuentra en ese punto puede crecer aún menos, a un ritmo de 2% por año per
cápita, o quizá más, si mejora sus instituciones, su tecnología y sobre todo su
productividad (gráfico 2).
Gráfico 3. PIB real por personas en edad laboral.
Esta es la idea que tengo: el líder pueden ser los Estados Unidos, el que sigue puede
ser Japón. De hecho, es exactamente lo que ocurrió con Japón. Vemos que al final de la
Segunda Guerra Mundial se encontraba a un nivel muy bajo, ya que gran parte de su
capital físico y humano fue destruido, pero comenzó a crecer muy rápido, reacumulando
el capital. Luego pasó a la senda anterior al llegar a un nivel más o menos del 80% de
los Estados Unidos. Después se produjo una desaceleración y luego de este punto ha
crecido más o menos al nivel de los Estados Unidos.
Se ha hecho un estudio sobre 30 países que han tenido un crecimiento de milagro y
se observó que llegan más o menos al 2% anual luego de ese crecimiento; es decir, este
es un patrón común.
Gráfico 4. PIB real por personas en edad laboral.
Argentina era mucho más rica que Japón a principio del siglo pasado, pero en la
actualidad es mucho más pobre. A principios del siglo, Argentina estaba a la altura del
75% de los Estados Unidos en términos per cápita, pero ahora alcanza un poco más del
30%. Pero ¿qué tipo de políticas va a llevarnos al rápido crecimiento? ¿Por qué no
crecemos aquí como en China? ¿Por qué es imposible? Porque China se encuentra en
otra etapa de crecimiento y no tiene nada que ver con lo que está pasando aquí, con
nuestras etapas de crecimiento.
ETAPAS DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO Influenciadas por Walt Whitman Rostow (1960),
The Stages of Economic Growth: A Non-Communist Manifesto
0. Sociedad Malthusiana.
1. Salto hacia crecimiento sostenido.
Promediar tasas de crecimiento de PIB per cápita de más de 1% anual durante 25 años consecutivos (Reino Unido en 1819-1844).
2. Alcanzar al líder industrial.
Alcanzar el 35% del PIB per cápita del líder industrial (Reino Unido entre 1844–1903 y Estados Unidos entre 1904–2016, excluyendo 1930–1940).
3. Unirse con el líder industrial.
Alcanzar el 65% del PIB per cápita del líder industrial.
Gráfico 5. PIB per cápita en Estados Unidos.
Estamos revisando un libro fascinante, que tiene la ventaja de ser muy corto, cuyo
autor pensaba que el crecimiento se debía a la acumulación de capital. Yo entiendo que
no, porque, en general, se debe a la mejora de la productividad. Su libro, sin embargo,
es fascinante y propone etapas de crecimiento que aquí pretendemos seguir.
¿Qué pasó en Inglaterra antes de la Revolución Industrial? Se produjo un
crecimiento absoluto, pero acompañado por el crecimiento de la población. No hubo
ningún crecimiento per cápita; hubo un despegue, un salto hacia el crecimiento
sostenible y después pasó a otras etapas. Un crecimiento sostenido de un 1% anual per
cápita durante 25 años puede parecernos poco, pero era el ―milagro‖ de la Revolución
Industrial, era la primera vez en la historia que ocurría esto.
Hoy en día solamente 6 países en el mundo no han pasado por esta experiencia.
Representan el 2% de la población del mundo y entre ellos se encuentra Haití, Somalia
y Afganistán. En 1960, la mayor parte de la población del mundo vivía en países que
nunca habían tenido esta experiencia. Cuando pensemos en la Revolución Industrial –
Robert Lucas hablará de eso en un rato–, debemos pensar en que ya está acabando.
Empezó hace 200 años y ya está terminando. Pero tenemos que ver si podemos alcanzar
al líder industrial. Primero fue Inglaterra y después, Estados Unidos.
¿Cómo tenemos crecimiento al principio? El truco que hoy utiliza China es bueno.
Sacar gente del campo para darle educación básica y ubicarla en una fábrica. Estados
Unidos también lo utilizó al final del siglo XIX. Argentina lo hizo al final del siglo XIX
y principios del siglo XX; México, en las décadas del 50, 60 y 70, aunque no puede
hacerlo ahora mismo.
Gráfico 6. Población rural promedio.
El gráfico 6 muestra la población rural según las etapas. Vemos que hoy es mucho
más fácil pasar por una revolución industrial que hace 200 años. Existe un crecimiento
sostenible, solamente debemos sacar una pequeña porción de la población del campo y
pasar a la etapa 2. En la etapa 3, en cambio, debemos hacer otra cosa, porque el truco de
llevar gente a la ciudad ya fue utilizado.
Veamos ahora la etapa 2. Se trata de un país industrializado, pero pobre, como
México en la etapa 2, o Europa del Oeste, o Estados Unidos en la etapa 3. El porcentaje
que vive en el sector urbano es el mismo.
Gráfico 7. Valor agregado de la agricultura.
Gráfico 8. Agricultura.
Gráfico 9. Población urbana.
La educación es otro tema. Hace 70 años Argentina tenía más población urbana que
la actual China. Pero la educación persiste sin crecimiento, ya que, de esos cuatro
países, Argentina es el país con menos gente educada en nivel secundario.
Gráfico 10. Educación.
Gráfico 11. Educación.
En términos de fertilidad, esperanza de vida, indicadores de salud, es el mismo
caso. Argentina empezó mucho mejor que los otros países, pero con la falta de
crecimiento ya ha caído al mismo nivel (gráfico 12 y 13).
Gráfico 12. Fertilidad.
Gráfico 13. Esperanza de vida.
Argentina debe utilizar otros mecanismos para crecer, que no sean los empleados
por México hace 50 o 60 años o por la actual China.
Gráfico 14. Contabilidad de crecimiento: Estados Unidos.
Gráfico 15. Contabilidad de crecimiento: Argentina.
El salto hacia el crecimiento sostenido está relacionado con la urbanización, la
industrialización y la educación. Las etapas para alcanzar al líder industrial están
asociadas con la adopción de mejores prácticas de países del exterior.
El poder de la productividad
Cuando estaba en el doctorado leí un artículo publicado en 1968, titulado ―El poder
de la productividad‖ y cuyo autor es Douglas C. North‖1. Cada vez pienso más en él.
¿Qué es la productividad? Pensamos que el término productividad proviene de
departamentos de física e ingeniería, quizás haya algo de eso. Sin embargo, no es tan
importante el hecho de que su autor haya sido marinero mercantil durante la Segunda
Guerra Mundial y que, después, como economista, haya puesto mucho de su esfuerzo
para estudiar el transporte marítimo. De hecho, escribió un artículo sobre el crecimiento
1 North, D. C. ―Sources of Productivity. Change in Ocean Shipping, 1600-1850”. In Journal of Political
Economy.
de la productividad en el transporte marítimo durante el período 1600-1850. En él
argumenta que antes del uso generalizado de los barcos con motores a vapor, es decir,
antes de 1850, había muy poco crecimiento tecnológico, pero que aun así, la
productividad se multiplicó por un factor de cuatro y medio. ¿A qué se debió?
Se debió a la reducción de la piratería. Me gusta hablar de eso cuando estoy en
España o México, porque ellos saben bien de qué se trata. Los barcos españoles se
llevaban el oro y los productos de Asia y México hacia España. Al principio de este
período, existían muchos piratas ingleses, sin embargo, al final de este período la marina
inglesa eliminó a los piratas. Sin piratas, los barcos no tenían que viajar todos juntos al
ritmo del más lento, no tenían que llevar tantas armas, ni tener a bordo tantos soldados.
Eso permitió a los dueños y gerentes organizar el transporte de una manera mucho más
eficiente.
Quiero que piensen en eso como una metáfora de lo que puede ocurrir en
Argentina. La reducción de la piratería junto con las mejoras en la organización son las
principales fuentes del cambio observado en productividad. ¡Debemos identificar y
eliminar a los piratas!
Elevados niveles de productividad en empresas eficientes son el resultado de
asignación de recursos (capital y trabajo). Los incrementos en productividad son el
resultado del nacimiento y crecimiento de empresas nuevas y más productivas junto con
la desaparición de empresas viejas y menos productivas.
Escuchar la conferencia del profesor Víctor Elías me enseñó mucho sobre
Argentina, pero aquí hay unos datos más: una buena fuente de información sobre la
facilidad para reasignar recursos entre empresas y crear nuevas empresas es el Banco
Mundial Doing Business, que contiene mediciones objetivas de regulación sobre
empresas locales en 189 economías y algunas ciudades a nivel subnacional.
Clasificación en Doing Business 2016
Singapur 1
Estados Unidos 7
Canadá 14
Alemania 15
España 33
México 38
Chile 48
Kazajistán 41
China 84
Brasil 116
Argentina 121
Zimbabue 155
Afganistán 177
República Centroafricana 185
El Banco Mundial tiene un proyecto para identificar las dificultades de empezar y
mantener una empresa. Vemos que el país más eficiente es Singapur, además de
Alemania, Estados Unidos y Canadá. Miren dónde está Argentina. No estoy seguro de
que los burócratas sean piratas, pero Argentina está detrás de Brasil. Ya voy a
mostrarles datos sobre corrupción.
Para mí el milagro que tiene Argentina es no ser más pobre dado el peso que ponen
los burócratas y los corruptos en este país.
Clasificación en transparencia internacional 2015
Dinamarca 1
Singapur 8
Canadá 9
Alemania 10
Estados Unidos 16
Chile 23
España 36
Brasil 76
China 84
México 95
Argentina 107
Kazajistán 123
Zimbabue 150
Afganistán 166
Este es un índice de percepción de corrupción. El ranking cambia. Singapur ya está
en el puesto 8. México, que es más eficiente en términos de nuevas empresas, es un país
corrupto. Pero miren donde esta Argentina. ¡Tenemos que identificar y eliminar a los
piratas! Muchas gracias.
3. CONFERENCIA MAGISTRAL
Robert E. Lucas*
Summary
Professor Bob Lucas set out what he saw as the main facts of the economic history
of the recent past, with a minimum of theoretical interpretation and he tried to see what
they suggested about the future of the world economy.
Professor Bob Lucas has given a quantitative picture of the world economy in the
post war period, of the growth of population and production since 1950. There has been
a transformation of the world since 1816. And the whole world has changed the
direction since 1950.
Professor Bob Lucas focused on economic success, as measured by population and
production.
Over the 40-year period-from 1960 through 2000, world population grew from 3
billion to 6.1 billion, or at an annual rate of 1.7 percent while the total world production
has grown much faster than population, from $6.5 trillion in 1960 to $31 trillion in
2000. So the entire human race is getting rich, at historically unprecedented rates.
Professor Bob Lucas has said that total world production has been growing at over
4 percent since 1960. Compare this to annual growth rates of 2.4 percent for the first 60
years of the 20th century, of 1 percent for the entire 19th century, of one-third of 1
percent for the 18th century. For these years, the growth in both population and
production was far lower than in modern times.
Moreover, it is fairly clear that up to 1800 or maybe 1750, no society had
experienced sustained growth in per capita income. That is, up to about two centuries
ago, per capita incomes in all societies were stagnated at around $400 to $800 per year.
For poor societies –all societies before about 1800– we can reliably estimate
income per capita using the idea that average living standards of most historical
* Robert E. Lucas, Jr. is the John Dewey Distinguished Service Professor of Economics at the University of Chicago. He is a Fellow of the Econometric Society, the American Academy of Arts and Sciences, and
the American Philosophical Society, and a member of the National Academy of Sciences. He is a past
president of the Econometric Society and the American Economic Association. In 1995, he received the
Nobel Memorial Prize in Economic Sciences.
Lucas was born in Yakima, Washington in 1937, the first of four children of Robert and Jane Templeton Lucas. He was educated in the Seattle public schools, entered the University of
Chicago as a scholarship student in 1955, and received his BA in History there in 1959 and his Ph.D. in
Economics in 1964. He was a member of the faculty of the Graduate School of Industrial Administration
at Carnegie–Mellon University from 1963 until 1974, when he moved back to Chicago.
Among his books are Studies in Business-Cycle Theory (1981); Rational Expectations and
Econometric Practice (1981), co-edited with Thomas Sargent; Models of Business Cycles (1985); and
Recursive Methods in Economic Dynamics (1989), with Nancy Stokey and Edward Prescott. His Lectures
on Economic Growth were published in 2002.
In awarding the Nobel Memorial Prize in Economic Sciences to Lucas, the Royal Swedish Academy
of Sciences recognized him ―for having developed and applied the hypothesis of rational expectations, and thereby having transformed macroeconomic analysis and deepened our understanding of economic
policy.‖
―His work has brought about a rapid and revolutionary development: application of the rational
expectations hypothesis, emergence of an equilibrium theory of business cycles, insights into the
difficulties of using economic policy to control the economy, and possibilities of reliably evaluating
economic policy with statistical methods,‖ the Academy noted.
societies must have been very near the estimated per capita production figures of the
poorest contemporary societies. Incomes in ancient China cannot have been much lower
than incomes in 1960 China and still sustained stable or growing populations. And if
incomes in any part of the world in any time period had been much larger than the
levels of the poor countries of today –a factor of two– we would have heard about it.
To say that traditional agricultural societies did not undergo growth in the living
standards of masses of people is not to say that such societies were stagnant or
uninteresting. Any schoolchild can list economically important advances in technology
that occurred well before the industrial revolution, and our increasing mastery of our
environment is reflected in accelerating population growth over the centuries.
Between year 0 and year 1750, world population grew from around 160 million to
perhaps 700 million. In contrast to a modern society, a traditional agricultural society
responds to technological change by increasing population, not living standards.
Population dynamics in such a society obey a Malthusian law that maintains product per
capita at $600 per year, independent of changes in productivity.
Not everyone in society was living on $600 per year. The answer lies in the role
and wealth of landowners, who received about 30 percent to 40 percent of agricultural
income.
Traditional agricultural society can support an impressive civilization but it cannot
generate improvement in the living standards of masses of people.
Traditional society was characterized by stable per capita income. One can see from
the figure that the growth rates of both population and production are increasing over
time. The vertical scale is millions of persons (for population) and billions of 1985 U.S.
dollars (for production). The difference between the two curves is about constant up
until 1800, reflecting the assumption that production per person was roughly constant
prior to that date. Then in the 19th century, growth in both series accelerates
dramatically, and production growth accelerates more. By 1900 the two curves cross, at
which time world income per capita was $1,000 per year. The growth and indeed the
acceleration of both population and production continue to the present.
The industrial revolution did not affect all parts of the world uniformly, nor is it
doing so today. Based on per capita income data estimated as Professor Bob Lucas has
discussed, is one way of illustrating the origins and the diffusion of the industrial
revolution. To construct the figure, the countries (or regions) of the world were
organized into five groups, ordered by their current per capita income levels. Group I–
basically, the English-speaking countries (UK, USA, Canada, Australia, New Zealand)
– are those in which per capita incomes first exhibited sustained growth. Group II is
Japan, isolated only because Bob Lucas wanted to highlight its remarkable economic
history. Group III consists of northwest Europe (France, Germany, Netherlands,
Scandinavia), the countries that began sustained growth somewhat later than Group I.
Group IV is the rest of Europe, together with European-dominated economies in Latin
America (rest of Western Europe, Eastern Europe, Latin America). Group V contains
the rest of Asia and Africa.
So, per capita incomes were approximately constant, over space and time, over the
period 1750–1800, at a level of something like $600 to $700. Here and below, the
modifier ―approximately‖ must be taken to mean plus or minus $200. Following the
reasoning Bob Lucas has advanced above, $600 is taken as an estimate of living
standards in all societies prior to 1750, so there would be no interest in extending the
figure 3 to the left. The numbers at the right of figure indicate the 1990 populations, in
millions of people, for the five groups of countries. About two-thirds of the world’s
people live in Group V, which contains all of Africa and Asia except Japan.
Reading the figure below from left to right, we can see the emergence over the last
two centuries of the inequality. By 1850 there was something like a factor of two
differences between the English-speaking countries and the poor countries of Africa and
Asia. By 1900, a difference of perhaps a factor of six had emerged. At that time, the rest
of Europe was still far behind England and America, and Japanese incomes were
scarcely distinguishable from incomes in the rest of Asia.
In the first half of the 20th century, the inequality present in 1900 was simply
magnified. The English-speaking countries gained relative to northern Europe, which in
turn gained on the rest of Europe and Asia. Notice, too, that per capita income in what
Bob Lucas has called Group V, the African and Asian countries, remained constant at
around $600 up to 1950. The entire colonial era was a period of stagnation in the living
standards of masses of people. European imperialism brought advances in technology to
much of the colonized world, and these advances led to increases in production that
could, as in British India, be impressive. But the outcome of colonial economic growth
was larger populations, not higher living standards.
In the period since 1950, the pattern of world growth has begun to change
character, as well as to accelerate dramatically.
One of the major change in the postwar world is the beginning of per capita income
growth in Africa and Asia, entirely a post-colonial phenomenon. The industrial
revolution has begun to diffuse to the non-European world, and this, of course, is the
main reason that postwar growth rates for the world as a whole have attained such
unprecedented levels.
If we use growth in per capita income as the defining characteristic of the industrial
revolution, then it is clear from the figure that the revolution did not begin before the
late 18th century. If we use growth in total product, reflecting improvements in
technology, as the defining characteristic, then the figure of world population and
production makes it clear that the beginnings of the revolution must have been centuries
earlier (or, that there must have been important, earlier revolutions).
What occurred around 1800 that is new, that differentiates the modern age from all
previous periods, is not technological change by itself but the fact that sometime after
that date fertility increases ceased to translate improvements in technology into
increases in population. That is, the industrial revolution is invariably associated with
the reduction in fertility known as the demographic transition.
One of these successful theories is the product of Smith, Ricardo, Malthus and the
other classical economists that predict that the living standards of working people are
maintained at a roughly constant, ―subsistence‖ level, but with realistic shares of income
going to landowners, the theory is consistent as well with high civilization based on
large concentrations of wealth.
This classical theory is not inconsistent with the enormous improvements in
knowledge relevant to productivity that occurred long before the 18th century,
improvements that supported huge population increases and vast wealth for owners of
land and other resources. Increases in knowledge over the centuries also stimulated a
large-scale accumulation of productive capital.
Capital accumulation, too, played a role in supporting ever larger populations. Yet
under the Malthusian theory of fertility, neither new knowledge nor the capital
accumulation it makes profitable is enough to induce the sustained growth in living
standards of masses of people that modern economists take as the defining characteristic
of the industrial revolution.
Gary Becker proposed long ago that a second factor be identified with the quality of
children: As family income rises, spending on children increases, as assumed in
Malthusian theory, but these increases can take the form of a greater number of children
or of a larger allocation of parental time and other resources to each child. Parents are
assumed to value increases both in the quantity of children and in the quality of each
child’s life.
Both the quality-quantity trade-off in Becker’s sense and the importance of human
capital are visible well before the industrial revolution. This trade-off only works if
good schools available, and if schooling pays off in higher incomes. This trade-off
doesn’t apply in traditional agriculture society but applies centrally in urban, human
capital society. Moreover schooling involves external effect: we learn from people
around us. So the flow of workers from traditional agriculture sets up virtuous cycle of
knowledge: the more people go to school, the more the next cohort gains from school.
This cycle is the force that has generated the onset of sustained growth in productivity.
It is the only human capital that can generate sustained economic growth.
The shares of the world population in European-dominated economies and also the
European share in total product, from 1750 to the present were roughly equal, at about
0.24, in 1750, reflecting approximate equality in per capita production at that date. The
share of world population in countries of manly European populations peaked in the
1920s, at about 0.37. It was just under 0.30 in 1850 and has returned to that level today.
The share of production in the European economies reached a peak of 0.76 in 1950, and
is now 0.65. The legacy of economic growth that we have inherited from the industrial
revolution is an irreversible gain to humanity, of a magnitude that is still unknown.
Economically, the 60 years since the end of World War II have been an
extraordinary period. The growth rates of world population, production and incomes per
capita have reached unprecedented heights. As a result of the combination of poor
countries with very little income growth and wealthy countries with sustained growth,
the degree of income inequality across societies has reached unprecedented levels. None
of this can persist. This is the main lesson of the broader history of the industrial
revolution, as viewed by modern growth theory.
The only way learning and technology transfer can take place is for producers to
compete seriously internationally. Learning-by-doing is perhaps the most important
form of human capital accumulation.
Macroeconomic policy, however, does not appear to be of central importance to
growth. Korea, Brazil and Indonesia have all enjoyed rapid growth under inflationary
policies (though others –Argentina, Chile and, again, Brazil– have had the opposite
experience).
This model proposed by Bob Lucas allows to know roughly what things encourage
to economic growth. The problem is how to generate more factors, how to generate
more quality education, more creativity, more human capital formation. However,
Lucas is optimistic because he believes that, sooner or later, economic growth will
come.