1 El Hombre Frente a Cristo

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    1 EL HOMBRE FRENTE A CRISTO

    1 EL HOMBRE FRENTE A CRISTOLas disposiciones humanas, favorables o desfavorables a la fe en Cristo, presentan diferentesmatices.

    1. SEGN LA EVOLUCIN PSICOLGICA.

    Los ms pequeos se interesan sobre todo por Jess, realizando milagros y como amigo de losnios. Ellos admiran su poder divino y tienen confianza en su continua bondad. Sin embargo,se ha de atraer tambin su atencin hacia la verdadera humanidad de Cristo: Jess creciendo essu modelo y Jess adulto nos abri el camino hacia el cielo.

    El nio de ms edad se comporta con un sentido ms agudo respecto a los datos concretos yacepta fcilmente una explicacin en sumemoria. Esa edad es especialmente indicada para dara conocer los "realia" de la vida de Jess en Palestina y para conseguir que los nios retenganuna doctrina sencilla de la redencin.

    Los pre-adolescentes poseen ya cierta capacidad para captar una relacin entre los hechos. Seinteresan por hermosas acciones de valenta y de lealtad. Estn dispuestos para acoger todo loque hay en el evangelio de dramtico; el combate que Jess libra contra los poderes del mal yde la mentira y su llamamiento a combatir a su lado.

    En la pubertad se descubre con claridad que la lucha que ha de librar el cristiano es sobre todointerior. En esta edad, Cristo es para los adolescentes el Seor que por su fuerza divina acudeen auxilio de su impotencia y el jefe comprensivo que gua y sostiene sus esfuerzos hacia elideal. Pero la espera de los adolescentes est todava llena de ambigedad. Por tanto, seprocurar evitar la cerrazn en un sentido introspectivo. El ideal se concibe fcilmente comola categora de la completa expansin personal. Ahora bien, Cristo viene precisamente a hacerque se abran todos los tabiques de la suficiencia humana. El nos aporta la vida de la caridaddivina. El problema central de la formacin de los jvenes reside precisamente en la transicinde una actitud introspectiva demasiado limitada hacia una actitud "social" ms activa y abierta.He aqu por qu es preciso mostrar a los adolescentes que la unin con Cristo es una uninactiva en su Iglesia.

    Una vez que han adquirido un sentido ms delicado de las relaciones personales y que hanvuelto a encontrar a un nivel ms profundo el sentido del misterio, ha llegado el momento msindicado para poner a viva luz los dos aspectos do la vida personalista en unin con Jesucristo.En primer lugar, el encuentro personal con el mismo Jess. Ese encuentro puede desarrollarseen la amistad ms ntima y ms elevada: una amistad con Jess, que no consistir solamenteen experiencias afectivas, sino sobre todo en "la cooperacin con l para que su graciaproduzca todos sus frutos. Luego, enlazndose con ello, la orientacin cristiana hacia la tareade futuro en la comunidad humana.

    El inters de los adultos se dirige a los numerosos problemas y tareas de la existencia cotidianay a una visin satisfactoria del sentido de toda la vida. Es en Cristo donde deben encontrar el

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    verdadero y rico sentido de la existencia, as como la fuerza de trabajar en la elaboracin de unmundo mejor.

    2. EL MEDIO AMBIENTE.-

    La idea que cada hombre se forma de Cristo y de su papel en la vida est influenciada por elmedio ambiente.

    2.1 En los ambientes catlicos se encuentran a veces dos concepciones unilaterales. Hayquienes, en su pensamiento doctrinal y en su actitud sacramentara, no tienen suficientementeen cuenta la plena realidad de la encarnacin. Piensan que Jess no posee alma humana. Casino consiguen comprender que en la tierra Cristo se integr a la humanidad en el estado "cado"en el que se encontraba, y que en el cielo recibi, como "primognito" de la humanidadsalvada, el don total de la salvacin. Saben bien que la gracia nos fue merecida por Cristo,pero ignoran prcticamente que la gracia es para nosotros una participacin en la vida divinatal como fue comunicada a la naturaleza humana de Cristo. En los sacramentos ven mediosinstituidos por Cristo, pero no reconocen suficientemente la relacin que existe entre esosmedios y la accin actual del Hijo hecho hombre.

    Otros, en su devocin personal y en su vida moral, parecen olvidar que Cristo esverdaderamente Dios y que est glorificado en su naturaleza humana. El recuerdo delnacimiento de Jess y de su pasin despierta en ellos una tierna simpata y una compasinafectiva por su presencia eucarstica, se sienten atrados a consolarle en su abandono. Para suvida moral buscan un apoyo en su ejemplo humano y le consideran como el compaero msfiel para trabajar en el bienestar material y espiritual del hombre. Pero, qu hacen entonces dela actitud reverencial de la que Pedro y los dems "creyentes" que frecuentaron el trato deJess en Palestina dieron siempre prueba? Y en qu se resume la conviccin de que Cristo esel Seor, como San Pablo lo proclama sin cesar?

    Para salir al paso a esas dos concepciones unilaterales, la catequesis apelar, por consiguiente,a una visin sinttica. Antes de estudiar la manera de comportarse a este efecto, hacemostodava notar cmo la tendencia a limitar el conocimiento de Cristo a su humanidaddesemboca en sus consecuencias ms radicales entre los incrdulos modernos.

    2.2 Para los incrdulos. Jess no fue ms que un hombre. Aprecian la lealtad y la nobleza desus intenciones, la heroicidad de sus esfuerzos. Algunos admiten incluso que estaba unido deuna manera es pecial a Dios; haba, tal vez, algo divino en El, concretamente su caridadconcebida en un sentido pantesta. Pero su intencin de hacer vivir a los hombres en un planosuperior, fracas en gran parte.

    Sus discpulos encuentran en sus ejemplos y sus palabras cierto apoyo para vivir de maneranoble y religiosa, pero, a los ojos de los materialistas, van en pos de una ilusin. Ilusin queacarrea consecuencias funestas para la felicidad social de los hombres y que por ello hay quecombatirla. Segn el humanismo ateo, la fe en Jesucristo Hombre-Dios que efecta nuestrasalvacin, es un impedimento para el desarrollo real del hombre, de su libertad y de su tarea enel mundo.

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    2.3 Ya se trate de creyentes o de incrdulos, dos rasgos de la mentalidad moderna influyen enla manera de considerar a

    Jesucristo.

    El primer rasgo consiste en el sentido de la unidad del mundo, unidad que ser el resultado dela evolucin universal y del trabajo por el que el hombre hace avanzar esa evolucin.

    Para los marxistas es el trabajo humano y una mejor organizacin de la sociedad lo queprocurar la liberacin del hombre en un mundo terrestre mejor.

    Los movimientos sociales cristianos quieren dar a esa lucha en favor de una mejor condicinde existencia, una animacin cristiana, a

    partir del ejemplo, de la doctrina y de la gracia de Cristo.

    -El segundo rasgo consiste en el sentido de los valores personalistas, concretamente la libertadpersonal y la comunidad interpersonal.

    Esta libertad es encarnada, pero supone una discontinuidad trascendente del hombre conrelacin al mundo en el que vive. La comunin se sita en un nivel mucho ms elevado que lasolidaridad de instinto o de intereses materiales; requiere el conocimiento de la alteridad de laspersonas. Por una libre entrega de s es como se realiza la caridad de las personas. Por unaentrega de s es como se realiza la caridad comunitaria.

    Los existencialistas ateos adquieren conciencia de los impedimentos interiores que el hombreencuentra en la realizacin de la libertad personal y de la comunin y caen en el pesimismo.

    Concientes de esas dificultades, los cristianos que, por el pensamiento y por la accin, seponen al servicio de los valores personalis tas, se basan en la libertad que Cristo nosproporciona, librndonos del pecado que nos esclaviza y que nos opone los unos a los otros.Esos cristianos ponen en obra la fuerza del Espritu Santo para una mejor "comunin" de todoslos hombres en la Iglesia de Cristo. Esa libertad y esa comunin, animadas por su gracia, son ala vez la fuente de la vida espiritual que debe encarnarse cada vez ms en todas nuestrasactividades y el fin mismo de esa labor de encarnacin; concretamente la estatura adulta delCristo total.

    Al hombre moderno, y sobre todo a la juventud moderna que quieren abrirse a plena vida,debemos mostrarles que tienen que abrirse cada vez ms al Cristo verdadero y actuante. Es enEl y por El como se colmarn sus aspiraciones; pero "de manera distinta" a sus concepcionesunilateralmente humanas. Porque Cristo nos aporta la vida plena, tal como Dios nos la destina.