1. Pies de Cierva en Las Alturas, 13 de Julio, 2013

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    PIES DE CIERVA EN LAS ALTURASHannah Hurnard

    Una condensacin deJavier C Bravo Magaa

    conGabriel Zaliv Aquique y Helena Bravo

    [email protected]

    PUBLICACIONES DE LA IGLESIA CRISTIANACIUDAD SIN TEMPLONotas biogrficas para mis nietos2013.1

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    PIES DE CIERVA EN LASALTURAS

    Hannah HurnardUna condensacin de

    Javier C Bravo Magaacon

    Gabriel Zaliv Aquique y Helena Bravo

    Villa de Alvarez, Colima13 de julio, 2013

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    I. EL VALLE DE LA HUMILLACION1. Se cuenta en este cuento cmo Muy Miedosa escap

    de sus parientes, los Temores, y se fue a vivir al Reino de

    las Alturas en donde tambin viva el Pastor, y en donde

    el amor perfecto echa fuera el temor. I Jn 4.182. Muy Miedosa ya llevaba muchos aos trabajando para

    el Pastor Principal, que apacentaba sus rebaos en el

    Valle de la Humillacin. Viva con sus compaeras,

    Misericordia y Paz, en una casita blanca, en el pueblo deMuchos Temblores, y amaba mucho al Pastor a quien

    serva. Hubiera querido servirle mejor, pero estaba

    consciente de que tena ciertos impedimentos que le

    estorbaban en su trabajo y cuando estaba a solas sufra y

    se avergonzaba por causa de ellos.

    En primer lugar, sus deformes pies le producan una

    cojera que con frecuencia la haca tropezar cuando

    desempeaba su trabajo. En segundo lugar, tena la boca

    torcida a tal grado que, por una parte, le impeda hablar

    con claridad, y por la otra, le converta la cara en una fea

    mueca. Saba que estos defectos seguramente les

    causaran asombro y ofensa a los que saban que

    trabajaba para el Pastor. Hubiera querido que alguien la

    liberara y la transformara en una persona sin defectos,

    hermosa, simptica y fuerte, como muchos que

    trabajaban para el Pastor. Y sobre todo, hubiera querido

    ser como el Pastor mismo. Pero pensaba que no haba

    liberacin posible para ella, y que sus defectos iban a

    seguir echando a perder el trabajo que haca para el

    pastor.

    En tercer lugar, y sobre todo, tena el grave defecto de

    pertenecer a la familia de los Temores, de los cuales no

    poda escapar porque vivan por todas partes del Valle.

    Era hurfana, y la haba criado y viva con su ta, la

    seora Aprehensiva, y con sus primos, Depresin,Rencor y Temor Cobarde.

    3. Como la mayora de los que vivan en el Valle de la

    Humillacin, los Temores tambin odiaban al Pastor, y

    para ellos era una afrenta que Muy Miedosa trabajara

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    para l. Se haban echado a cuestas la tarea de hacerla

    volver al buen camino, y con ese propsito la

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    buscaban, la atosigaban, la acosaban y la perseguan

    constantemente para exigirle que dejara el servicio del

    Pastor y se casara con Temor Cobarde.

    Un da, todo el da, le haban exigido una vez ms que se

    casara con l. Finalmente le haban dicho que los iban a

    casar, punto, aunque ella no quisiera. Muy Miedosa

    nunca haba aprendido a oponerse a ellos ni a

    simplemente ignorarlos y cuando se fueron, slo puedo

    acurrucarse horrorizada en el suelo y repetir una y otra

    vez que por nada del mundo la haran casarse con Temor

    Cobarde.

    Despus de un rato, se dio cuenta de que era la hora en

    la que el Pastor llevaba a su rebao al abrevadero, junto

    a una hermosa cascada y estanque en las afueras del

    pueblo. Muy Miedosa tena el hbito de ir all todas lasmaanas para encontrarse con l y recibir sus rdenes e

    instrucciones para ese da, y luego, otra vez en la tarde,

    para darle cuenta del trabajo realizado. Hacia all se

    encamin con la intencin de platicar con l y pedirle

    ayuda. Era la hora dorada de la tarde cuando Muy

    Miedosa lleg al abrevadero y sin tardanza le hizo saber

    su problema.

    4. Qu hago? le pregunt, No quiero que me obliguen

    a casarme con Temor Cobarde. Ya tengo suficiente con

    ser Muy Miedosa y de ninguna manera quiero adems ser

    La Seora Muy Miedosa de Temor Cobarde para toda la

    vida. Qu hago, cmo puedo escaparme de tan atroz

    futuro?

    No tengas miedo, Muy Miedosa, le respondi el Pastor

    con voz amable y cariosa. T ests a mi servicio y

    nadie te va a obligar a casarte con nadie. Pero confa en

    m. Luego, en el mismo tono amable y carioso, le dijo:

    No deberas ponerle atencin a lo que digan los

    Temores. Que no sabes que son enemigos de mi Padre

    el Rey, para quien t trabajas?"

    El da comenzaba a entrar en su crepsculo. Ms all del

    ro, las montaas, como una gran barrera, comenzaban a

    teirse de rojo, y los profundos caones y caadas sellenaban de sombra intensa y misteriosa. S, contest

    Muy Miedosa. pero no puedo resistirlos, ni

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    19.6 La cuarta cosa que aprend, dijo con la cararadiante, es en realidad la primera que aprend aqu, en

    Las Alturas. Toda circunstancia de la vida, no importa

    cun torcida, deformada y fea parezca, si se responde a

    ella con amor, perdn y obediencia a tu voluntad puede

    ser transformada. Por lo tanto, comienzo a pensar, mi

    Seor, que es a propsito que t permites que nos

    encontremos con esas cosas malas y malvadas que t

    quieres cambiar. Quizs sea esa la verdadera razn por

    la que estamos en el mundo en donde abundan el

    pecado, el dolor, el sufrimiento y la maldad, para que tedejemos ensearnos cmo responder, y como crear

    hermosas cualidades para vivir para siempre. Esa es la

    nica y verdaderamente satisfactoria manera de tratar

    con el mal y la maldad; no simplemente atar el mal e

    impedirle que cause dao, sino siempre que sea posible,

    derrotarlo con el bien. (19.6, 241-242)

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    19.7Por fin, el Seor habl. Aprendiste bien la leccin,Gracia y Gloria. Ahora le voy a agregar una cosa ms. En

    estas lecciones que aprendiste est el secreto que hizo

    posible que te cambiara de Muy Miedosa, la coja y

    deformada, en Gloria y Gracia, la de los Pies de Cierva.

    Ya puedes correr y saltar por las montaas y seguirme a

    dondequiera que yo vaya, para que nunca nos volvamos

    a separar.

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    ignorarlos, ni escaparme de ellos. Son demasiado

    fuertes, estn por todas partes, y despus de sus

    amenazas no voy a querer ni asomarme a la ventana por

    miedo de que me secuestren y me obliguen a ser la

    infeliz esposa de Temor Cobarde. Y mirando hacia las

    montaas, exclam: Ah, quin pudiera vivir en Las

    Alturas. Quin pudiera escapar del Valle de la

    Humillacin y vivir all, en donde ni ellos ni nadie

    pudieran ya mortificarme, ni apoderarse de m.

    Ms tard en decirlo que el Pastor en responderle: Por

    fin, Muy Miedosa, escucho lo que tanto tiempo he

    querido escuchar. Yo tambin creo que sera mejor parati vivir en Las Alturas, en las Altas Moradas de mi Padre,

    donde yo vivo tambin. Y si confas en m, yo estoy muy

    dispuesto a llevarte all, al Reino de mi Padre, que es el

    Reino del Amor. A ningn Miedo ni Temor se le permite

    vivir en el Reino, porque El Amor Perfecto echa fuera el

    temor. I Jn 4.18

    5. Muy Miedosa lo mir con muy grandes ojos. Ir a Las

    Alturas, al Reino del Amor? Ojal pudiera. Es algo que

    siempre he querido, pero- Muy miedosa hizo una pausa

    profunda y penosa, y luego mirando sus deformes pies,

    complet su pensamiento: Pero soy demasiado fea, coja

    y deforme. No podra subir a Las Alturas por esas

    escarpadas montaas. Me han dicho que slo los ciervos

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    pueden andar en esas alturas, y yo no tengo pies de

    cierva. Y rompi a llorar, con llanto silencioso y

    abundante.

    Es verdad que la subida a Las Alturas es muy difcil y

    peligrosa, dijo el Pastor. Pero as tiene que ser para que

    ningn enemigo del Amor pueda subir e invadir el Reino.

    Nada manchado, nada imperfecto, nada sucio tiene

    entrada en el Reino de mi Padre. Ap 21.27 Por eso se

    necesitan pies de cierva, como los mos. Yo puedo saltar

    sobre los montes y brincar sobre los collados con la

    mayor facilidad y con el ms grande placer. Y luego,

    mirndola con una mirada amable cariosa, le dijo: Si

    quieres, y si confas en m, yo puedo hacerte pies como

    de cierva, y llevarte yo mismo a Las Alturas. As podras

    servirme mejor y estaras fuera del alcance de todos tus

    enemigos. All, dijo con la misma sonrisa amable y

    cariosa, ya nunca ms tendras nada qu ver con

    Temor Cobarde.

    46. Hacerme pies como de cierva? repiti Muy Miedosa

    casi con incredulidad. Cmo es posible? Qu diran los

    habitantes de Las Alturas cuando me vieran llegar, fea,

    lisiada y deforme, si en Las Alturas no se admite nada

    manchado ni imperfecto? Es verdad, contest el

    Pastor, que no poda mentir, Pero si ests dispuesta a ir

    conmigo, yo no slo te ayudara para que tuvieras pies

    como de cierva; sino que, all arriba, mientras ms te

    acercas a las verdaderas alturas, el aire es fresco y

    vigorizante, y fortalece todo el cuerpo; hay tambin

    corrientes de agua que tienen maravillosas virtudes

    curativas, y a todo el que se baa en esas aguas se le

    desaparecen todas sus manchas y deformidades. Pero

    todava hay otras cosas que tengo que decirte. No

    solamente te hara pies como de cierva; tambin tendra

    que darte un nuevo nombre, porque de la misma manera

    que ninguno de los Temores puede entrar, sera

    imposible que una Muy Miedosa entrara al Reino. Pero si

    te doy un nombre nuevo, tambin tengo que cambiarcompletamente tu manera de ser, y hacerte como el

    nuevo nombre que recibiras al convertirte en ciudadana

    del Reino. Ests dispuesta a tener pies como de cierva y

    a llegar a ser como tu nuevo nombre?

    7. Estoy dispuesta, contest Muy Miedosa. Pues

    entonces, dijo el Pastor, con una grave sonrisa, hay

    otra cosa que debo decirte. A nadie se le permite vivir enel Reino del Amor si el rbol del Amor no est dando

    flores en su corazn. A ti ya te plantaron la semilla del

    Amor en el corazn? Ro 5.5 Muy Miedosa mir los ojos

    del Pastor, y supo que l la estaba examinando hasta lo

    ms profundo, y que la conoca mejor que lo que ella se

    conoca a s misma. No supo qu decir, pero sigui

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    mirndolo a los ojos, y entonces se dio cuenta de que los

    ojos del Pastor eran como un espejo en el que poda

    verse a s misma y ver lo que el Pastor vea en ella. Y lo

    que vio en los ojos del Pastor fue su propio corazn

    como el Pastor lo vea. Despus de una larga pausa,

    contest: Lo que veo en mi corazn, es otra flor. Esa

    otra flor es el gran anhelo de conocer el gozo del amor

    humano; el deseo de amar y ser amada, de amar con un

    amor supremo a alguien que tambin me ame de la

    misma manera. Pero creo que aunque ese amor natural

    es bueno, no es el Amor del que t hablas

    verdad? Por lo menos, no se parece en nada al Amor

    que veo en tus ojos. Mt 19.1293

    haba sido tentada a dejar de creer en las promesas del

    Seor. (15.5) Luego record la catarata de Marah, (15.17)y la tumba entre la niebla, entre las cimas de las

    montaas, en donde haba sido atada al altar. (16.3-4)Cuando comenz su viaje, no habra podido imaginarse

    todo lo que la esperaba y todas las cosas por las que

    tena que pasar por causa de su llamado. Pas, pues, unlargo tiempo en silencio, en ese recuerdo asombroso y

    agradecido. Por fin, puso su mano en la del Seor y le

    dijo quedamente: Seor, te voy a decir lo que aprend.

    Dime, pues, le contest el Seor.

    19.4Primeramente, aprend que debo aceptar con gozotodo lo que t permitiste que me sucediera durante el

    camino, y todo aquello a lo que el camino me llev; que

    no debera nunca tratar de evadirlo, sino aceptarlo y

    poner mi propia voluntad sobre el altar y decirte: He

    aqu, yo soy Acepto con Gozo, tu pequea sierva, Seor.

    (6.9) El asinti con la cabeza, sin hablar, y ella continu:Tambin aprend que debo soportar todo lo que a otros

    les ha sido permitido hacer contra m, y perdonarlo sin

    ninguna amargura ni rencor; y decirte: He aqu que soy

    Soporto con Amor, tu pequea sierva, Seor para as

    recibir el poder de sacar bueno de lo malo. (10.2-4) Otravez, l asinti con la cabeza, y ella sonri con mayordulzura y felicidad.

    19.5 La tercera cosa que aprend fue que t, Seor,nunca me viste como en verdad era, coja, deforme y

    cobarde. Siempre me viste como sera cuando hubieras

    hecho en m segn tus promesas y me hubieras trado a

    Las Alturas, en donde, se podra decir con toda verdad:

    No hay ninguna que camine con esa ligereza de reina, nicon esa gracia, como ella. Siempre me trataste con el

    mismo amor y gracia, como si fuera ya una reina, y no la

    pobre y desdichada Muy Miedosa. (12.5) Entonces, lomir a la cara, y por un breve momento no pudo decir

    nada ms; pero finalmente, agreg: Seor: no puedo ni

    decirte cunto anhelo ver a los dems de la misma

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    manera en que siempre me viste t. Una hermosa

    sonrisa apareci en la cara del Seor, pero no dijo nada

    todava; slo asinti con la cabeza por tercera vez y

    esper a que ella continuara.

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    19.1Gracia y Gloria, le dijo el Seor, t crees que yahayas entendido cmo me fue posible darte Pies de

    Cierva y traerte a Las Alturas? Ella se acerc ms al

    Seor, y mirndolo con seriedad y propsito, le

    pregunt: Cmo lo hiciste, Seor y Rey?

    19.2El le contest: Piensa en el viaje que hiciste hastaaqu, y dime qu lecciones aprendiste en el camino. Ella

    estuvo un tiempo en silencio, recordando los detalles de

    toda aquella travesa que le haba parecido

    insoportablemente larga y en algunos lugares cruel,

    difcil y hasta imposible. Record los altares que haba

    levantado a lo largo del camino; el da en que habahablado con l en el Valle, cuando la haba llamado a

    seguirlo a las Alturas. Record cmo haban caminado

    hasta el pie de las montaas;) su primer encuentro conPenas y Dolores y cmo haba aprendido a aceptar su

    ayuda; record el sobresalto que haba sentido al darse

    cuenta del doloroso rodeo que las haba llevado hacia el

    desierto (6.1) y las cosas que haba visto ah. (6.5-9)19.3 Luego pens en sus jornadas a lo largo de la Playade la Soledad; (7.1) la pequea baha que el mar haballenado hasta los bordes; (7.3) y la agona, desencanto yfrustracin que sinti en el desierto cuando el camino

    una vez ms las alej de Las Alturas. (8.1) Record habercruzado el estero sobre el malecn, (8.4) su avance entrelos bosques y valles hasta el momento felicsimo en el

    que el camino haba dado vuelta hacia las montaas.

    (9.1) Sus pensamientos la llevaron al Precipicio de lasInjurias (9.2), a los Bosques del Peligro y Tribulacin,(11.1-2) a la gran tormenta, cuando tuvieron querefugiarse en la cabaa. (11.4-5) Y luego, la niebla, laniebla interminable, (12.1) y el momento en que elcamino las hizo descender al Valle de las Prdida, (13.1)y la pesadilla y el abismo de horror que haba visto

    cuando consider abandonar su ascenso y regresar al

    Valle.(13.2) Record su descenso hasta el Valle de laPrdida (13.4) y la paz que haba encontrado allprecisamente, (13.6) antes de volver a subir hacia LasAlturas en aquellas sillas colgantes; (14.1) y los das quehaba pasado ah durante los que haba sido preparada

    para su sepultura. (14.4) Luego, se acord de

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    aquella angustiosa subida (15.218) y de la cueva en laque se refugiaron de la inundacin, (15.1-197, 15.3,200) y de cmo ah5

    Entonces, Muy Miedosa, me das permiso de plantarte

    en el corazn la semilla del verdadero Amor? pregunt

    el Pastor. Se necesita tiempo para que se te desarrollen

    pies de cierva y puedas subir a Las Alturas conmigo; si te

    planto la semilla de Amor en este momento, comenzar

    a florecer cuando lleguemos all. Pero Muy Miedosa se

    encogi, y dio un paso para atrs tratando de negarse.

    Tengo miedo,le dijo al Pastor. He odo decir que si en

    verdad amas a alguien le das poder de herirte y causartedolor como nadie ms puede hacerlo. I Cor 13.4-7

    8. Cierto, dijo el Pastor. Amar significa ponerse en las

    manos del ser amado y exponerse al dolor, y t le tienes

    mucho miedo al dolor verdad? Con mucha vergenza,

    Muy Miedosa respondi: S, mucho miedo. Pero el

    amor te hace feliz,dijo el Pastor con voz queda. Feliz

    de amar aunque no seas amada. Eso duele, pero el Amorno le da mucha importancia al dolor.

    Muy Miedosa, todava vindolo a los ojos, pens que en

    toda su vida nunca haba visto ojos tan pacientes. A la

    vez, haba en esos ojos algo que le hera el corazn.

    Entonces, dijo rpidamente: No querra amar a nadie sin

    estar segura de que tambin me ama. Si te dejo

    plantarme la semilla del Amor me prometes que a

    cambio de mi amor ser amada? De otra manera, no

    podra soportarlo. Entonces, todava vindolo a los ojos,

    vio la sonrisa ms dulce y amable que hubiera visto; sin

    embargo, igual que antes, haba en aquellos ojos algo

    que inexplicablemente le hera el corazn. Claro que

    s, le contest. No tengas la menor duda; te prometo

    que cuando la flor del Amor est por brotar en tu

    corazn, y t ests preparada para cambiar tu nombre, a

    cambio de tu amor sers amada.

    Muy Miedosa se estremeci de gozo, de pies a cabeza.Aquello no pareca posible, pero era la promesa del

    Pastor, y saba que el Pastor no menta. Entonces, por

    favor, plntame el Amor en el corazn, dijo con voz

    poco audible. Pobre Muy Miedosa, todava senta mucho

    miedo a pesar de que se le prometa lo mejor del mundo.

    El Pastor se sac algo del pecho y se lo puso en la palma

    de la mano. Luego, mostrndoselo a Muy Miedosa, le

    dijo Esta es la semilla del Amor.6

    9. Sin poder evitarlo, Muy Miedosa lanz un grito de

    temor, y dio un paso para atrs. La semilla del Amor

    tena la forma de una espina muy larga y afilada. Muy

    Miedosa haba visto que el Pastor tena cicatrices y

    cortadas en la mano, pero en este momento se dio

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    cuenta de que la cicatriz que el Pastor tena en la mano

    era de la misma forma y tamao que la semilla del Amor.

    Est muy puntiaguda,dijo tratando de negarse. Me va

    a doler? Todava sonriendo, el Pastor le contest con

    mucha gentileza: La semilla est tan filosa y puntiaguda

    que va a entrar rpida y fcilmente. Ya te haba dicho

    que el Amor y el Dolor van juntos, por lo menos un

    tiempo. Si quieres conocer el Amor, tambin tienes que

    conocer el Dolor.

    Muy Miedosa mir la espina y se encogi. Luego,

    mirndolo a la cara, quedamente repiti la promesa del

    Pastor: Te prometo que cuando la flor del Amor est por

    brotar en tu corazn, y t ests preparada para cambiar

    tu nombre, a cambio de tu amor sers amada. Al

    repetir estas palabras, Muy Miedosa se sinti valiente,

    como nunca se haba sentido, y dando un paso al frente

    dijo Por favor, plntame la semilla del Amor. La cara

    del Pastor se ilumin con una sonrisa de gusto y dijo con

    voz gozosa: Ahora s vas a poder ir conmigo a Las

    Alturas y convertirte en ciudadana del Reino de miPadre. Y presionndola contra su pecho, le clav la

    espina en el corazn.

    10. Como el Pastor le haba advertido, Muy Miedosa

    sinti un dolor que la traspasaba, pero la espina haba

    entrado rpida y fcilmente, y casi enseguida, la invadi

    una dulzura que nunca antes haba sentido, ni siquiera

    imaginado. Era un dolor amargo y dulce, pero la dulzura

    era ms fuerte. En ese momento vinieron a su memoria

    las palabras del Pastor: Pero el amor te hace feliz, y

    sbitamente, las plidas y hundidas mejillas se le tieron

    de rubor, los ojos le brillaron y la boca se le distendi

    hasta formar una sonrisa de felicidad. Con su rubor en

    las mejillas, el brillo de sus ojos y su feliz sonrisa se vea

    casi bonita. Gracias, gracias, le dijo, y se arrodill a sus

    pies. Cun bueno eres, cun paciente y amable. No hay

    nadie en todo el mundo tan bueno como t. Me voy

    contigo a las montaas. Pongo en ti mi confianza; a

    pesar de lo pobre que soy, me hars pies como de ciervay me dars un lugar en Las Alturas.

    91

    7. Caminaron hasta ella con alegra y regocijo, sin decir

    una palabra. Gloria y Gracia les pregunt sus nombres, y

    ellas, mirndose la una a la otra, sonrieron de felicidad, y

    a manera de respuesta le tendieron las manos como para

    ofrecerle ayuda. Gracia y Gloria reconoci ese gesto

    inmediatamente y con inmensa alegra les dijo:

    Ustedes son Penas y Dolores. No las haba reconocido,

    pero cmo anhelaba volver a verlas. Bienvenidas,

    bienvenidas. Pero ellas ledijeron: De ninguna manera,

    y se rieron, Ya no somos ni Penas ni Dolores, ni t eres

    ya Muy Miedosa. No te has dado cuenta de que todo el

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    que entra al Reino del Amor es transformado? Desde que

    nos trajiste aqu, somos Gozo y Paz.

    Que yo las traje? dijo Gracia y Gloria. Pero si fueron

    ustedes las que prcticamente me arrastraron hasta aqu.

    Sin ustedes no habra yo llegado hasta aqu. Pero ellas

    volvieron a negar, y con brillantes sonrisas le dijeron

    No, no, no. Nosotras solas no habramos podido entrar

    aqu, Gracia y Gloria. Las Penas y Dolores no tienen

    cabida en el Reino del Amor. Cada vez que tomaste las

    manos que te ofrecamos, cambibamos un poco. Si nos

    hubieras rechazado, jams habramos entrado aqu. Al

    principio creamos que no podras aceptarnos y queseguiramos siendo Penas y Dolores eternamente. Pero

    ya ves que nuestro Seor es bueno, y ahora, Gozo y Paz

    sern tus compaeras para siempre. Y entonces, las tres

    se abrazaron con amor, y agradecimiento y gozo que no

    hay palabras que lo puedan explicar.

    8. Y de esa manera fue cmo con un nuevo nombre,

    unida con el Rey, y coronada de gloria, Gracia y Gloria,junto con sus compaeras y amigas, subi hasta Las

    Alturas, y tuvo entrada al Reino del Amor.

    19. EN LAS ALTURAS

    [Un tiempo despus de su transformacin y de su

    estancia en las Alturas se da la siguiente conversacin

    entre Gloria y Gracia, y el Seor]:

    90

    En ese momento, Gracia y Gloria record el da que

    estuvo a punto de desechar aquellas piedras, como si

    fueran promesas vanas. Si lo hubiera hecho, no habra

    habido joyas que la motivaran a alabar y glorificar al Rey,

    y no habra habido diadema para su propia cabeza.

    6. Entonces, Gracia y Gloria glorific la gracia, amor,

    ternura y paciencia que la haba protegido, guiado, ytrado hasta aqu; que no le haba permitido echarse para

    atrs, y que ahora haba transformado todas sus pruebas

    en motivo de gloria. Entonces, el Rey volvi a hablar con

    una sonrisa ms llena de gozo que la anterior, si eso

    fuera posible:

    Oye, hija, y mira e inclina tu odo. Olvida tu pueblo y la

    casa de tu padre; y desear el Rey tu hermosura. Einclnate ante l, porque l es tu Seor. Toda gloriosa es

    la hija del Rey en su morada; con vestidos bordados ser

    llevada al Rey. Vrgenes irn en pos de ella, compaeras

    suyas sern tradas a ti; con alegra y gozo entrarn en el

    palacio del Rey.

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    Luego, el Rey dijo: Gracia y Gloria, ahora que vas a vivir

    conmigo en Las Alturas, y a ir conmigo a donde yo vaya,

    y a compartir conmigo la obra que hago en el Valle, es

    conveniente que tengas compaeras y ayudantes. He

    aqu que te las doy, y ya estn a la puerta.

    Gracia y Gloria oy estas palabras y lo mir casi con

    lgrimas en los ojos, pues en ese momento se acord de

    Penas y Dolores que la haban acompaado y ayudado

    todo el camino hasta Las Alturas. Sin ellas nunca habra

    podido llegar hasta aqu. Y qu nostalgia sinti, y qu

    deseo de que ellas mismas fueran sus acompaantes y

    ayudantes. Sin embargo, no alcanz a decir ni unapalabra, porque en ese momento, se abri la puerta y

    entraron dos mujeres radiantes de belleza. Sus vestidos

    brillaban, y eran ms altas y se vean ms fuertes que

    ella. Pero lo que le cautiv el corazn fue el amor que

    brillaba en sus ojos.

    7Yo estoy ms contento que t, Muy Miedosa, le

    contest el Pastor. Y ya comienzas a portarte como el

    nuevo nombre que te voy a dar. Ahora tengo que decirte

    otra cosa. Te voy a llevar yo mismo hasta el pie de las

    montaas para que no peligres por causa de tus

    enemigos. Ya al pie de las montaas te voy a dejar con

    dos compaeras que yo mismo te escog para que te

    guen y te ayuden en todos esos empinados y difciles

    lugares mientras todava cojees y tengas que ir

    despacio.

    No siempre me vas a ver porque yo voy a andar saltando

    sobre los montes, y brincando sobre los collados. En este

    momentos no me vas a poder acompaar ni caminar a mi

    paso. Eso, despus. En cuanto empieces a subir las

    montaas, aunque no me veas, yo te podr or. Te

    prometo que donde quiera que ests, siempre que me

    hables, te oir; y siempre que quieras mi ayuda, acudir

    al instante.

    Al pie de las montaas te van a estar esperando mis dos

    siervas, las que escog para que sean tus guas. Las

    escog yo mismo con gran cuidado porque son las ms

    capaces de ayudarte a que se desarrollen tus pies de

    cierva. Las vas a aceptar con gozo y les vas a permitir

    que te ayuden verdad?

    11. Claro que s, respondi Muy Miedosa al instante,

    sonrindole feliz. Cmo no, si s que t sabes lo que es

    mejor para m, y que cualquier cosa que elijas para m

    ser lo mejor.Y luego, dijo gozosa, Me siento como si

    ya nunca ms fuera a tener miedo.

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    El Pastor mir con ternura a aquella joven que acababa

    de recibir la semilla del Amor y que se estaba

    preparando para subir con l a Las Alturas. Pero tambin

    la vio con entendimiento de quin era ella. La conoca

    perfectamente, de extremo a extremo del intrincado

    laberinto de su corazn. La conoca mejor de lo que ella

    se conoca a s misma. Y no haba nadie que entendiera

    mejor que l que para llegar a ser como el nuevo nombre

    que se recibe se tiene que pasar por un largo proceso.

    Gal 4.19 Pero de esto, no dijo nada. Slo mir con

    ternura y compasin las rosadas mejillas y los brillantes

    ojos que haban transformado tan repentinamente la

    ordinaria apariencia de la pequea Muy Miedosa.8

    Luego, el Pastor le dijo: Ya te puedes ir a tu casa y

    prepararte para el viaje. No debes llevarte nada, pero

    deja todo en orden. No le digas nada a nadie, porque el

    viaje a Las Alturas debe hacerse en secreto. En este

    momento no te puedo dar ni el da ni la hora exacta de la

    partida, pero no va a ser mucho tiempo. Tienes que estar

    lista cuando pase junto a tu casa y te llame. Te voy a daruna seal secreta; voy a cantar uno de los Cantos del

    Pastor que t conoces, y que tendr un mensaje especial

    para ti. Cuando oigas ese mensaje sal inmediatamente y

    sgueme al Lugar de la Cita.

    Como el sol ya se haba puesto, en una llamarada de rojo

    y oro, y como las montaas ya se haban cubierto de un

    velo de neblina malva y gris, y las sombras ya se

    alargaban sobre el Valle, el Pastor se dio la vuelta y se

    llev el rebao hacia las majadas. Muy Miedosa se dio la

    vuelta para ir a su casa; la emocin y la felicidad le

    llenaban el corazn, y se senta todava como si ya nunca

    fuera a tener miedo. En el camino, iba cantando uno de

    los Cantos del Pastor que todos sus pastorcillos conocan

    muy bien. Nunca le haba parecido tan dulce, tan

    verdadero para lo que ella senta al caminar hacia su

    casa:

    Cantar de los Cantares

    Es la cancin de Amor, el Rey.

    Si con el gozo de este amor otro se comparara,

    Se vera muy mal.

    Tu Nombre se derrama como ungento

    Y hace cantar a todos los que te aman.

    Llvame en pos de ti, te seguir corriendo.T eres el escogido,

    El preferido de mi corazn.

    Llvame a tus moradas para siempre,

    Para gozar de tu presencia,

    Para escuchar tu voz

    Y hacer fiesta, Seor.

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    No me desprecien,

    Aunque manchada y sucia est.

    89

    4. En segundo lugar, se cumple la promesa de que seras

    amada cuando la flor del Amor floreciera en ti y amaras.

    Pero, Seor y Rey, dijo Gracia y Gloria rompiendo su

    silencio por primera vez. Ya no hay ninguna flor de

    Amor en mi corazn. La que haba ardi en el altar.

    Ninguna flor de Amor? dijo l, Entonces cmo llegaste

    aqu? Ya ests en Las Alturas; en el mismsimo Reino del

    Amor. Abre tu corazn y ensame lo que hay en l. Y

    cuando Gracia y Gloria se abri el corazn, un dulcearoma que ella no conoca perfum con la fragancia de

    una planta llena de flores blancas y casi transparentes

    que haba en l.

    Pero cmo?, dijo Gracia y Gloria jalando aire Cmo

    lleg esta planta ah, Seor? Yo mismo te la plant no

    te acuerdas? Es la planta que naci de la semilla como

    espina que te plant en el corazn. Pero y la plantaque ardi en el altar?, dijo Gracia y Gloria. Esa era

    Anhelo ser amada, la flor del amor humano natural que

    te arranqu en el altar. Ahora, la flor del Amor crecer en

    tu corazn ya sin estorbo. Entonces t eres el

    sacerdote del altar?, dijo Gracia y Gloria. Y yo que cre

    que me habas abandonado.

    5. Ahora, la tercera promesa, dijo el Rey. Te dije que

    cuando la flor del Amor floreciera en ti, seras amada, y

    ya lleg el momento. He aqu que he puesto mi amor en

    ti, y eres ma. Con amor eterno te he amado. Jer 31.3Ahora, dame la bolsa de las piedras que has guardado.

    El Rey recibi la bolsa y la vaci en las manos de Gracia y

    Gloria que, jal aire por la boca una vez ms cuando vio

    que en lugar de las piedras comunes y corrientes que

    haba en la bolsa, caan gloriosas piedras brillantes y

    refulgentes, piedras preciosas y muy hermosas.

    Entonces, Gracia y Gloria vio que el Rey tena unadiadema de oro en las manos, y lo oy decir Pobrecita,

    fatigada con tempestad y sin consuelo; pero yo te

    cimentar sobre piedras preciosas, sobre zafiros te

    fundar. Is 54.11-12 Y luego, una a una fue incrustando lasdoce piedras preciosas en la diadema, y al terminar, se la

    puso a Gracia y Gloria en la cabeza.

    88

    de aquella montaa, pareca imposible. Pero ella no se

    preocup. Haba sido llamada y eso era lo importante. En

    ese momento, apareci un ciervo, como el que haba

    visto en el Paredn de las Injurias y que pareca saber el

    camino, pues salt al altar, y de ah hacia un rellano o

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    repisa de piedra en el paredn y de ah a otro, y as

    sucesivamente hasta que lleg a la parte ms alta de

    aquella montaa. Detrs de l, saltaba una cierva que

    pona los pies exactamente donde l los pona.

    Cuando Muy Miedosa vio cmo ascendan los ciervos

    obedeci el impulso involuntario casi instintivo de sus

    piernas y salt, casi vol, hacia el altar, y luego hacia el

    rellano del paredn, y as sucesivamente hasta llegar a la

    parte ms alta de la montaa, en donde la esperaba

    quien ella sospechaba que la haba llamado, y que con

    una sonrisa divertida le tendi las manos y le dijo: Esa

    seora de los pies de cierva, suba ac.

    2. Muy Miedosa supo entonces que no se haba

    equivocado. Dio un ltimo salto y le tom las manos

    extendidas. Como el da en el que se haba

    transfigurado ante ella, el Rey llevaba su corona y sus

    regias vestiduras. Era el mismo que la haba llevado a Las

    Alturas en sus brazos, el que le haba tocado los labios

    con la brasa viva que arda junto al Altar del Amor. Era elmismo Seor grave, glorioso y majestuoso, pero ahora

    estaba iluminado por la gloria del gozo que exceda

    cualquier otro gozo que ella pudiera haber imaginado.

    Muy Miedosa se arrodill frente a l, y l le dijo Por fin

    llegaste, y aqu termina el llanto de la noche y empieza la

    alegra de la maana. Sal 30.5 Lleg el momento decumplir lo que te promet:

    3. En primer lugar, tu nombre ya no ser Muy Miedosa.

    Y le dar un nuevo nombre; el nombre de su Dios.

    Porque sol y escudo es Jehov Dios, gracia y gloria dar

    Jehov. No le negar ningn bien a los que andan en

    integridad. Sal 84.11 Y se es tu nuevo nombre; de aqu enadelante sers Gracia y Gloria. Ella no haba podido

    hablar todo ese tiempo por causa de aquella maravilla de

    gozo, agradecimiento, y reverencia que senta.

    9

    Aunque echada a perder,

    Tirada en la basura,

    El Rey puso su amor en m.

    El Rey Amor me perfeccionar,

    Y me han de ver hermosa como el da.

    12. As cantando, atraves la primera parcela, pero sugozo se acab cuando vio que Temor Cobarde vena

    hacia ella. Pobre Muy Miedosa; se haba olvidado

    completamente de sus horribles parientes y he aqu, el

    ms temido y detestado, vena hacia ella, encorvado,

    arrastrando los pies. No haba escapatoria. En cuando

    Temor Cobarde la mir, apresur el paso y en un

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    momento lleg junto a ella. Enferma de terror, lo oy

    decirle: Vaya, vaya. Por fin nos encontramos. De manera

    que tenemos que casarnos; a ti qu te parece la idea? Y

    le dio un pellizcn como de broma, pero con la

    suficiente malicia como para que la hiciera contener el

    aliento y apretar los labios para no gritar de dolor.

    Muy Miedosa retrocedi ante l, y eso era lo peor que

    poda haber hecho porque l se sinti alentado a seguirla

    molestando. Si tan slo lo hubiera ignorado, l se habra

    desentendido de ella, pero eso era algo que ella nunca

    haba sabido hacer. Se puso plida y abri grandes ojos

    de terror; eso hizo que l la atrapara entre sus brazospara someterla por completo a su voluntad. Muy Miedosa

    apenas pudo lanzar un dbil chillido de miedo y de

    dolor, pero fue suficiente. En ese mismo momento,

    apareci el Pastor y con su sola mirada y un garrote

    levantado en la mano, lo hizo huir como perro apaleado,

    buscando un lugar dnde sentirse a salvo.

    13. Muy Miedosa comenz a llorar lgrimas devergenza. Debera haber sabido que con slo resistirse

    y alzar la voz para llamar al Pastor, el Cobarde habra

    hudo. Temor Cobarde la dej con el vestido desgarrado

    y un moretn en los brazos, y lo peor, con la vergenza

    de haberse comportado una vez ms como su viejo

    nombre indicaba, pues haba tenido la esperanza de que

    tanto su viejo nombre como su vieja manera de ser

    haban comenzado a cambiar. No se atrevi ni a mirar al

    Pastor, pero si se hubiera atrevido habra visto la gran

    compasin con la que l la vea. No se

    10

    daba cuenta de que el Prncipe de Amor es tierno y

    compasivo con los que tienen miedo. Supona que

    como todos, tambin l la despreciara por causa de sus

    tontos temores, as que, avergonzada, apenas se atrevi

    a balbucir Gracias.

    Y aun sin atreverse a mirarlo, se fue a su casa, llorando

    por el camino y dicindose a s misma De qu sirve

    querer subir a Las Alturas si nunca voy a lograrlo? Hasta

    las cosas ms insignificantes me hacen retroceder. Sin

    embargo, cuando lleg a su casa comenz a sentirse

    mejor, y despus de una taza de te y su merienda, se

    haba recobrado lo suficiente como para recordar lo que

    haba sucedido junto a la cascada y el estanque. De

    repente, con un estremecimiento de emocin record

    que el Pastor le haba plantado la flor del Amor en elcorazn, y con slo pensarlo la invadi la misma casi

    intolerable dulzura del xtasis dulce y amargo de su

    nueva felicidad. El Amor te hace feliz, dijo Muy

    Miedosa, y luego repiti El Amor te hace feliz. Esa

    noche, despus de poner su casa en orden, se fue a la

    cama, rendida por las contradictorias emociones de

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    aquel extrao da; y antes de caer dormida cant una vez

    y otra vez uno de aquellos cantos del libro de los Cantos

    del Pastor:

    Hazme saber, oh t, a quien ama mi alma,

    Dnde apacientas, dnde sesteas al medioda

    Por qu habra yo de andar errante

    Y no con tus rebaos?

    Si no lo sabes,

    Oh hermosa entre todas las mujeres,

    Sigue las huellas del rebao

    Y junto a m apacienta

    Mi pequeo rebao.

    Seamos dulce compaa

    El uno para el otro.

    Y as, cay dormida, con un sueo sin sueos. 3810

    palabras

    87

    pero todava con una sensacin de bienestar que la

    recorra de pies a cabeza. De pies a cabeza? Volte

    hacia sus pies, y he aqu que ya no estaban deformes ni

    feos como siempre haban sido. Tena los pies derechos

    y bien formados, con una perfeccin que se recortaba

    sobre el manto verde de la hierba que pisaba. Entonces,

    se acord de las aguas saludables que nacan en Las

    Alturas y cuyas virtudes curativas el Pastor le haba

    mencionado en el Valle de la Humillacin.

    Inmediatamente volvi al agua y se sumergi totalmente.

    Luego, busc un espejo de agua y se mir la cara. Y he

    aqu, la fea mueca haba desaparecido y la cara que se

    reflejaba en el espejo era tan relajada y perfecta como la

    de un nio. Sali del ri y comenz a caminar y a comer

    las deliciosas fresas y arndanos que crecan silvestres

    en las riberas. As lleg al nacimiento de la cada, allugar donde las aguas saltaban hacia el abismo y

    formaban la Catarata del Amor. Era el mismo salto

    estruendoso y gozoso que ya conoca por su visita

    anterior. Por fuera se senta rodeada de una perfecta

    paz, y por dentro, tena tal calma y contentamiento que

    acallaban todo pensamiento de curiosidad, soledad o

    expectativas.

    As pas todo el da: caminando, comiendo,

    descansando, en siesta, en reposo, en paz y en gozo,

    hasta que al caer la tarde regres a la cueva. Se acost

    envolvindose en la perfumada envoltura de tela y se

    durmi tan profunda y tan apaciblemente como cuando

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    el sacerdote del altar la haba acostado ah la noche

    anterior.

    18. PIES DE CIERVA1. Al tercer da, en la madrugada, Muy Miedosa despert

    con la gozosa sensacin de que alguien la llamaba. Sali

    de la cueva, y la luna y la estrella matutina todava

    brillaban en el cielo. Excepto por el canto de un ave y el

    estruendo de la catarata, todo estaba en silencio.

    Entonces, volvi a sentir el llamado, y sinti un impulso

    involuntario, casi instintivo de acudir, pero a dnde?

    El can estaba formado por paredones lisos y la nica

    direccin en la que se poda avanzar era hacia la

    catarata. Llegar a la cumbre

    86

    mir a su alrededor, y entonces, le vino a la memoria

    todo lo que le haba sucedido.

    Ella y sus compaeras haban ascendido una alta

    montaa en donde encontraron un altar. El sacerdote del

    altar le haba arrancado de cuajo el rbol del amor

    humano que creca en su corazn, y lo haba quemado

    sobre el altar. No tena trazas de ninguna herida, ni la

    sombra de una pena o dolor en ninguna parte del

    cuerpo. Sali de la cueva y vio que el can que se

    formaba entre aquellas montaas, antes invisible, ahora

    reverberaba bajo el sol; y vio la multitud de flores como

    estrellas multicolores que brillaran en el cielo verde que

    era la vegetacin que cubra el can.

    En el can, no muy lejos de la cueva, estaba el largo

    altar de piedra en el que haba sido atada, pero ahora lo

    poda ver, rodeado de verdor y de aves que saltaban de

    aqu para all derramando las gotas de roco de los

    arbustos cuando se limpiaban el plumaje. Lo ms

    hermoso y maravilloso de todo lo que vio fue que debajo

    del altar naca un gran ro de agua clara como el cristal.

    El ro formaba corrientes y estanques y cadas en todo el

    can, hasta que otra vez se reuna en un solo lugar

    antes de caer con gran estruendo por un elevadsimo

    precipicio. Muy Miedosa se dio cuenta de que ste era el

    nacimiento de la Cascada del Amor y que esa gran

    catarata naca debajo del altar al cual ella haba sido

    atada.

    Un gozo y una paz que no entenda le llenaban el

    corazn. Estaba sola y no haba ni seales de Penas y

    Dolores, ni del sacerdote del altar. Slo se movan las

    flores al impulso de la brisa, y las aves en su incesante

    saltar y gorjear. Por encima de este paisaje, ms

    elevados que las montaas que formaban el can,

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    brillaban los picos de Las Alturas, con una blancura

    enceguecedora.

    2. En cuanto supo dnde estaba, Muy Miedosa se dirigi

    y lleg a la orilla del ro que naca debajo del altar. Toc

    el agua que, aunque fra como el hielo, era tan agradable

    que enseguida se meti toda entera en uno de los

    estanques. Nunca haba experimentado un gozo tan

    exhilarante, era como estar sumergida en burbujas de

    vida. Despus sali del agua, seca como si no se hubiera

    metido nunca,

    11

    II. LA INVASION DE LOS TEMORES1. Al da siguiente, Muy Miedosa amaneci sin traza de

    temor, pensando en que el momento de su salida del

    Valle de la Humillacin se acercaba y pronto emprendera

    el viaje a Las Alturas. A penas pudo sentarse y desayunar

    porque el recuerdo de que la semilla del Amor le haba

    sido plantada en el corazn la haca cantar, y como todo

    mundo sabe, no se puede comer y cantar. Cantaba del

    libro de Los Cantos del Pastor, que tan bien conoca:

    Cuando mi Amado viene

    Soy como nardo que perfuma para l

    Soy como mirra, soy el perfume de su Amor

    Oh hijas de Jerusaln, no me desprecien

    Manchada estoy, como las tiendas de Cedrn

    Pero deseable para el Rey

    Por fuera llevo la marca del pecado

    Pero por dentro llevo el adorno del Amor

    Por eso

    Se airaron contra m, los hijos de mi madre

    Sus vias me mandaron a guardar

    Y ya mi propia via no cuid

    Pero mi Amado su gracia ha derramado

    Slo me mira como ser maanaCuando su Amor transforme mi fealdad

    2. Su corazn revoloteaba, a veces con el gozo, a veces

    con el miedo de lo desconocido, pero cuando senta la

    espina del dolor, su corazn se estremeca con la

    dulzura inexplicable del Amor. Le pareca increble que

    ella, la pequea lisiada, la Muy Miedosa, tambin pudiera

    ser amada. Cuando llegara a Las Alturas toda lahumillacin de su deformidad desaparecera; y cuando

    en su corazn estuviera a punto de florecer su amor, su

    amor sera correspondido. Pero hasta estos felices

    pensamientos a veces se tean con la duda de que todo

    fuera un hermoso sueo, no la realidad; cuando eso

    suceda, el

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    12

    recuerdo de la promesa del Pastor la haca volver a la

    vida y corra a la ventana por si ya vena por ella.

    As lleg hasta el medioda, y de repente, los Temores

    entraron por su puerta sin tocar. Un ejrcito de tas, tos

    y primos la rode y todos en turno trataron de

    convencerla de su error; y si no, estaban decididos a

    secuestrarla ese mismo da hasta que accediera a casarse

    con Temor Cobarde. Pero primeramente trataron de

    sacarla de su casa por su propia voluntad. No queran

    raptarla en pleno da, pues estaban conscientes de que si

    alguno de los servidores del Pastor los vean, acudiransin temor a su defensa. Aquel torrente de voces y

    argumentos comenz a debilitarla, y lleg el momento

    en que se ofusc y ya no supo qu pensar, ni qu decir,

    ni mucho menos qu hacer. De repente, se oy una voz

    en la distancia.

    3. Inmediatamente supieron que era el Pastor, que se

    acercaba. Toda la gritera par en seco y se hizo unsilencio tan pesado que se poda sentir. Ahora, el Pastor,

    tambin conocido como el Prncipe de los Cantores,

    pasaba frente a la ventana, cantando uno de sus propios

    cantos:

    Es la voz de mi Amado, que viene, como corzo,

    Saltando montes y brincando collados:

    Levntate, paloma. Sube ac.

    Ya se acab el invierno, y lluvia ya no habr.

    Ya llegaron las flores, ya lleg la cancin.

    Djame ver tu rostro, djame or tu voz.

    Sube ac, amiga ma. Hermosa ma, ven.

    Vamos a Las Alturas.

    4. Muy Miedosa supo inmediatamente que era la hora de

    partir. Era el Pastor, que la llamaba a Las Alturas, peroella estaba presa de Miedos y Temores; entre todos la

    inmovilizaron, le taparon los ojos y la boca, la sujetaron

    de manos y de pies, y la sofocaron hasta que se

    desmay. En completo silencio la llevaron a su cuarto y

    la dejaron en

    85

    4. Despus, otra vez completo silencio, como el de una

    tumba, pues en verdad, estaba dndole sepultura a susesperanzas: todava no tena pies de cierva, ni haba

    llegado a Las Alturas, y por si fuera poco, tena que

    sacrificar la promesa del Pastor en el altar. Hasta aqu la

    haba trado aquel largo y doloroso viaje, y sin embargo,

    antes de renunciar a la promesa y ponerla en el altar,

    Muy Miedosa repiti una vez ms la gloriosa promesa

  • 7/28/2019 1. Pies de Cierva en Las Alturas, 13 de Julio, 2013

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    que la haba impulsado hacia Las Alturas: Jehov el

    Seor es mi fortaleza, que me har pies como de cierva y

    me har andar en mis Alturas. Al msico principal con

    mis instrumentos de cuerdas. Hab 3.19 Entonces, elsacerdote del altar meti la mano en el corazn de Muy

    Miedosa, y con el ruido de un desgarramiento y

    rompimiento, sac el rbol del amor humano, sin que le

    faltara ni una fibra ni una raicilla, ni nada. Y dijo:

    Ya estaba maduro y era tiempo de sacarlo. Y con estas

    palabras lo puso en el altar y extendi su mano. Al

    instante descendi una llama de fuego que pareci partir

    el altar, y del rbol del amor humano slo quedaron lascenizas del amor humano mismo y de las penas y

    dolores que haban sido sus compaeras durante todo el

    viaje.

    Un reposo total y avasallador invadi a Muy Miedosa. Por

    fin haba hecho su ofrenda y ya nada quedaba por hacer.

    Cuando el sacerdote del altar la desat, Muy Miedosa se

    inclin sobre las cenizas que haba en el altar y dijo conabsoluto agradecimiento: Consumado es. Y luego,

    totalmente rendida, se qued dormida.

    17. LAS AGUAS SALUDABLES

    1. Cuando por fin despert, el sol ya estaba alto en el

    cielo, y Muy Miedosa, desde el lecho en donde yaca en

    una cueva, volte hacia el exterior. El sol brillaba

    radiante, dorando todo lo que tocaba. Todava sigui en

    su lecho, para darse cabal cuenta de dnde estaba. La

    cueva estaba tibia y en silencio, empapada en la

    fragancia de nardo, incienso y mirra, que vena de una

    tela que la envolva completamente. Quitndose aquella

    envoltura, se sent y

    84

    atrs; lo nico que haba en su corazn era la llama desu firme deseo de hacer Su voluntad.

    3. Entonces, sintindose al final de sus fuerzas, se meti

    la mano al pecho y jal tan fuerte como pudo para

    arrancarse del corazn el amor y el deseo humano

    naturales. Un penetrante dolor le recorri cada nervio y

    cada fibra del cuerpo, y Muy Miedosa supo que las races

    de este rbol estaban firmemente plantadas y enredadasen cada parte su ser. Y por ms que jal y forceje y se

    esforz, no pudo arrancar ni la ms pequea parte de la

    ms pequea raz. Entronces, entr en pnico. Haba

    venido desde tan lejos, a tan gran costo, buscando el

    cumplimiento de una promesa, y ahora que no tena otro

    deseo que el de obedecer al Pastor no poda cumplir su

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    deseo por ms voluntad que en ello pusiera. Volte hacia

    Penas y Dolores y les pidi ayuda, pero ellas slo

    menearon la cabeza. Ya hicimos por ti todo lo que

    podamos, le dijeron, pero esto no lo podemos hacer.

    Entonces, la figura borrosa que haba estado detrs del

    altar todo este tiempo, dio un paso hacia ella y le dijo

    Yo soy el sacerdote de este altar. Si quieres, te puedo

    arrancar este rbol del corazn. Muchas gracias, dijo

    Muy Miedosa sin pensarlo. Por favor, te lo suplico. El

    sacerdote del altar lleg hasta ella, todava invisible por

    la niebla, y ella sigui hablndole Debo decirte que soy

    muy miedosa y cobarde y tengo miedo de que esto meduela tanto que pudiera tratar de oponerme. No quisiera

    para nada forcejear mientras se cumple la voluntad de mi

    Seor. Por favor inmovilzame, tame al altar para que no

    pueda ni moverme. Por un momento, hubo un silencio

    total en todo el can. Entonces, dijo el sacerdote del

    altar Me parece muy bien. Te voy a atar al altar. Y la at

    de pies y manos.

    Volteando los ojos hacia Las Alturas que tambin

    permanecan invisibles, Muy Miedosa dijo: Seor mo:

    heme aqu, en el lugar a donde me enviaste, haciendo lo

    que me mandaste a hacer, porque donde t mueras

    morir yo y all ser sepultada. As me haga Jehov, y

    aun me aada, si excepto por la muerte, cualquier otra

    cosa nos separa.

    13

    la cama, bajo el cuidado de su prima, la Sombra. Y

    esperando que pronto llegara la noche, y pudieran

    llevarla a un lugar seguro (para ellos) se fueron a la

    cocina y asaltaron la despensa buscando qu comer.

    Cuando Muy Miedosa volvi en s, casi se vuelve a

    desmayar de terror. Con un gemido cerr otra vez los

    ojos y se calm lo suficiente como para or que su

    vecina, la Seora Valiente, andaba en su jardn, junto a la

    ventana del cuarto donde ella yaca. Muy Miedosa se diocuenta de que su situacin era desesperada; era cuestin

    de vida o muerte; o gritaba con todas sus fuerzas o

    callaba para siempre. Y entonces, se levant

    sbitamente, se asom a la ventana, y grit con todas

    sus fuerzas antes de que su prima pudiera detenerla.

    5. La Seora Valiente oy el grito de ayuda, levant la

    vista, y alcanz a ver cmo la cara de Muy Miedosadesapareca de la ventana al mismo tiempo que se

    cerraba la cortina. Pero la Seora Valiente haca honor a

    su nombre, e inmediatamente se asom a la ventana de

    la sala y vio que todos los Miedos y Temores haban

    quedado a medio camino cuando se sentaban a la mesa

    dispuestos a cenar. Fuera de aqu, intiles Temores. Voy

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    a contar hasta tres y voy a llamar al Pastor. Esta casa es

    suya, y no quisiera estar en su lugar si los sorprende

    aqu. Ms tard en decirlo que los Miedos y Temores

    en atropellarse uno al otro buscando la salida antes de

    que empezara la cuenta de tres. Cuando la casa qued

    vaca de tan indeseable compaa, la Seora Valiente

    entr y busc a Muy Miedosa que temblaba de miedo en

    su cama.

    Sentndose junto a ella, trat de consolarla. De qu

    serva regaarla si para ella el miedo era inevitable e

    invencible? No en balde se llamaba Muy Miedosa y

    perteneca a la numerosa familia de Los Temores.Cuando el temor est en uno mismo, pens, slo el

    Pastor puede ayudarnos a vencerlo. Ya se fueron todos,

    Muy Miedosa. Ya no tengas miedo. Vamos a la cocina, y

    a cenar. A tus parientes se les quit el hambre de

    repente porque dejaron todo servido y ni siquiera se

    alcanzaron a sentar.

    14

    Despus de la merienda, la Seora Valiente la mand a

    su cama y se fue a su casa. Muy Miedosa qued otra vez

    sola en su casa. 1021 palabras

    III. HUIDA EN LA NOCHE

    1. Cuando la Seora Valiente se fue de su casa, Muy

    Miedosa descubri que no se poda dormir. Intilmente

    daba vueltas en la cama, se estiraba, se encoga, cerraba

    los ojos y contaba ovejas; todo untilmente. Algo la

    mortificaba y no saba qu. Finalmente, cay dormida sin

    saber en qu momento (pero ya haba pasado la

    medianoche) y su sueo fue intranquilo. Aun dormida,

    haba algo que la mortificaba, sin que supiera qu;

    despus de una o dos horas de ese sueo intranquilo,

    despert, y de repente, lo supo, sin lugar a dudas: era un

    sofoco doloroso, un tic-tac que corresponda con los

    latidos del corazn y repeta en su mente: El Pastor vino

    por m y no sal. Qu tal si se va y me deja, pensando

    que me arrepent de mi intencin de irme con l a Las

    Alturas. Qu pasara si se hubiera ido sin m?

    2. Era un pensamiento demasiado doloroso, y cada vez

    que le vena a la mente, le volva el doloroso tic-tac del

    corazn. Cosa rara, en esos momentos tan penosos, una

    cancin de Los Cantos del Pastor le vino a la memoria:

    En la noche, busqu en mi lecho

    Al que ama mi alma

    Lo busqu y no lo hall

    Y ahora, por la ciudad

    Por las calles y las plazas

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    Buscar al que ama mi alma

    Pues se ha ido y me ha dejado

    No alcanz a repetirlo completo, porque la incertidumbre

    la angustiaba: Se haba ido el Pastor sin ella? Tena que

    salir de dudas; se levant y se visti como poda, con

    una horrible sensacin de miedo que la haca

    estremecerse de pies a cabeza: Y si se fue? Quizs

    todava la estaba esperando, en el Lugar de la Cita, como

    83

    era como una tumba abierta, pero las aguas que corran

    y caan tenan que ser las de la Catarata del Amor, y por

    lo tanto, estaban en el lugar a donde el Pastor las habaenviado. Pero cmo seguir adelante? Tenemos que

    saltar, dijeron Penas y Dolores, y Muy Miedosa saba que

    eso era verdad. Saltar al vaco o retroceder. No haba

    ms opciones. Entonces, Muy Miedosa les dio las manos

    a sus fuertes compaeras. Era la ltima vez que

    necesitara su ayuda, pero Muy Miedosa todava no lo

    saba. Entonces, las tres saltaron al abismo.

    2. Sostenida fuertemente por Penas y Dolores, Muy

    Miedosa resisti bien la cada, aparte del susto y de

    algunos raspones. No vean nada, y a tientas

    comenzaron a avanzar hasta que frente a ellas surgi

    una imponente losa, lisa y oblonga. Al acercarse vieron

    que la losa era como un altar y que atrs de ella haba

    una figura borrosa, casi invisible. Aqu es, dijo Muy

    Miedosa. En este altar tengo que renunciar a la promesa

    del Pastor y a mi amor y deseos naturales y ofrecerlos

    como Ofrenda Encendida para l. Y subiendo al altar, se

    arrodill y dijo Seor, estoy dispuesta. Podras venir y

    ayudarme a hacer mi ofrenda como me mandaste?

    Por primera vez, el Pastor no contest, ni acudi a su

    llamado. Arrodillada, envuelta por la fra niebla y junto al

    altar en aquel valle de sombras, Muy Miedosa record

    que Amargura le haba dicho que algn da el Pastor la

    pondra en una cruz y la abandonara. Pareca que

    Amargura tena razn, pero lo que ni ella ni Amargurasaban en aquel tiempo era que ahora, a cualquier costo,

    lo nico que importaba era hacer la voluntad de Aquel a

    quien segua y amaba. Pero era curioso que en esta

    nueva crisis de soledad y aparente abandono no hubiera

    traza de sus enemigos. La tumba en las montaas est a

    un paso de Las Alturas y, curiosamente, a este lugar ni

    Orgullo, ni Amargura, ni Resentimiento, ni

    Autocompasin, ni Temor tienen acceso porque esosenemigos no pueden lanzarse a la tumba.

    Muy Miedosa saba a ciencia cierta que nadie, ni el Angel

    que detuvo a Abraham, vendra a ayudarla a hacer lo

    que ella y nadie ms que ella tena que hacer, pero

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    segua all, arrodillada sin esperanzas ni desesperacin,

    ni miedo, ni intencin de echarse para

    82

    Voz que le deca Toma de esta agua y sers

    reconfortada. Muy Miedosa tom un trago, pero el

    lquido era tan ardiente y amargo que no lo pudo

    retener, y vomit con violencia. Con voz entrecortada por

    el esfuerzo, dijo Seor, mi Seor, no es que no quiera,

    pero no puedo tomar esta copa que me ofreces.

    Este es el manantial de Mara, dijo la Voz . Toma una

    rama de ese rbol que crece junto al manantial y chala

    al agua, y el agua se endulzar. El rbol que creca

    junto al manantial era un tronco leoso y cubierto de

    espinas y de rajaduras; slo tena una rama a cada lado,

    y pareca una cruz. Dolores cort un pedazo de una

    rama y se lo dio a Muy Miedosa, que lo ech al agua y se

    inclin a beber. Esta vez bebi con mucha sed,

    abundantemente, y sin ninguna dificultad, y cuando se

    hubo saciado descubri que ahora el agua tena

    propiedades curativas pues al instante se sinti fresca yfortalecida. Entonces recogi otra piedra, la nmero

    doce, y la puso en su bolsa.

    18. Despus de un rato de descanso continuaron el viaje.

    Muy Miedosa se senta ms fuerte, aunque el camino

    estaba cada vez ms empinado y difcil. Casi no senta

    fatiga ni desmayo. Esto la fortaleci enormemente, y lo

    nico que quera era llegar al lugar que se le haba

    indicado, a la catarata del amor, y cumplir el mandato

    del Pastor antes de que se le fueran las fuerzas otra vez.

    Al tercer da, levantaron la vista y a lo lejos vieron el

    lugar hacia donde caminaban, el gran paredn donde

    empezaba la catarata. Y al medioda de ese tercer da

    llegaron al lugar sealado.

    16. LA TUMBA EN LAS MONTAAS1. En este lugar terminaba el camino enfrente de unabismo que no les permita avanzar sin caer. Desde ah,

    slo podan seguir adelante lanzndose al vaco, o

    retroceder, desobedeciendo al Pastor. Una espesa niebla

    y grandes nubes llenaban el abismo y no les permitan

    ver el fondo, ni calcular su altura o profundidad. Era

    como una tumba que las esperara con las fauces

    abiertas. Lo nico que se oa, all abajo, eran las aguas

    que corran y caan con estruendo. El abismo15

    haban quedado. Y de repente Y si me est esperando; y

    si me da una segunda oportunidad? Con este

    pensamiento alentador, sali de su casa y camin por las

    oscuras calles casi aprisa. Pero ni cien temores cobardes

    la hubieran detenido.

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    3. De repente, un nuevo pensamiento le vino a la cabeza.

    Aunque saba el canto que acababa de cantar, no lo

    entenda. Sin embargo, ahora se daba cuenta de que ese

    canto hablaba de su propio amor por el Pastor, y de su

    propio dolor por haberlo defraudado. Y dijo en voz

    audible: Pastor, qu bien dijiste que el Amor y el dolor

    van juntos. Ahora lo entiendo. Casi de prisa, lleg a las

    majadas y los pastores que estaban de guardia le

    informaron que el Pastor los haba dejado a cargo de las

    ovejas y se haba ido porque tena que emprender un

    viaje a las montaas como haca con frecuencia. Y no

    saban cundo regresara. Conque se fue sin m, pensmuy Muy Miedosa, y de nuevo sinti el doloroso tic tac

    del corazn. Entonces, record las palabras y los gestos

    del Pastor cuando la haba invitado, sobre todo aquella

    mirada con la que vea tan dentro de su corazn.

    Entonces tuvo nuevas esperanzas: El me conoce bien.

    Sabe de mis temores y debilidades, y as y todo me tuvo

    compasin y me invit. No es posible que se haya ido

    sin asegurarse de lo que en realidad hay en mi corazn.Temor, s; pero tambin amor, tambin dolor.

    4. La aurora comenzaba ya. El sol estaba por salir.

    Entonces, Muy Miedosa record el resto de la cancin

    que haba dejado sin terminar:

    En la noche, busqu en mi lecho

    Al que ama mi alma

    Lo busqu y no lo hall

    Sal a buscarlo

    Por las calles y las plazas

    Se haba ido y me haba dejado

    Y entonces, lo encontr

    Lo as y ya no lo dej

    16

    Cmo podra dejarloSi es el que ama mi alma.

    Esto le dio nimo para ir a buscarlo al lugar donde el

    Pastor la haba citado. Y as, cuando empezaba ya el

    amanecer y el cielo se tea de rojo mir y vio al Pastor

    que la esperaba junto a la cascada, su rostro iluminado

    por la primera luz del da. Muy Miedosa cay de rodillas

    frente a l, dicindole: Seor, llvame contigo, como meprometiste. No te vayas si m.

    Claro que no, Miedosa. Yo saba que vendras. Por qu

    no viniste ayer al Lugar de la Cita? No me oste cuando

    pas cantando junto a tu casa y te llam? Quera decirte

    que partiramos esta maana cuando saliera el sol. En

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    ese momento, el sol sali entre las montaas y los ba

    en su luz dorada. Heme aqu, Seor, dijo Muy Miedosa,

    todava arrodillada ante l, Estoy dispuesta a ir contigo a

    dnde me lleves.

    Entonces, el Pastor la tom de la mano, y juntos,

    comenzaron a caminar hacia las montaas. 796 palabras

    IV. COMIENZA EL ASCENSO A LAS ALTURAS.1. La maana era hermosa. El Valle todava nodespertaba. Slo se oa la risa de los arroyuelos y los

    alegres cantos de las aves. Las gotas de roco eran como

    chispas de luz sobre la hierba y las flores silvestres

    brillaban como joyas. Anmonas color de rosa, moradas

    y escarlata salpicaban la pradera de colores, y alzaban

    bellas rostros por entre las espinas. A veces, el Pastor y

    Muy miedosa caminaban sobre extensos trechos de

    florecillas malvas o rosadas, que, a pesar de su extremapequeez, formaban alfombras ms esplndidas que las

    de cualquier palacio. En una ocasin, el Pastor se

    agach para tocarlas con los dedos de la mano, y al

    hacerlo, le dijo a Muy Miedosa: Aprende a ser humilde

    como estas florecillas, y descubrirs que es el Amor el

    que las hace ponerse de alfombra para ti. Mira

    81

    confiar en l. Job 13.15 Y, guardando otra vez la bolsita,dijo Aunque el mundo entero me dijera que esas

    promesas no valen nada, las conservo, y no me deshago

    de ellas.

    16. Penas y Dolores que la haban estado observando

    muy atentamente, soltaron una extraa risa, como de

    alivio y de agradecimiento, y dijeron en coro Descendi

    lluvia, y vinieron ros, y soplaron vientos, y golpearon

    contra aquella casa; y no cay, porque estaba fundada

    sobre la roca. Mt 7.25 Y la tormenta ces, y el diluvio depiedras, lodo y rboles ces, y slo qued una ligeraniebla. El estruendo de rayos y relmpagos y torrentes de

    agua se perda en la distancia. Y miraron hacia afuera de

    la cueva y un pjaro cant en el bosque que estaba al pie

    de Las Alturas:

    El Rey ya Reina, la victoria es suya. Aleluya.

    El Rey ya Reina, la victoria es suya. Aleluya.

    El fro entumecedor que haba llegado hasta el fondo de

    su corazn se desvaneci, y aferrndose a su bolsita de

    recuerdos como si fueran el ms precioso tesoro sobre la

    tierra, Muy Miedosa dijo Se acab la tormenta. Ya

    podemos seguir adelante.

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    17. A medida que avanzaban, el camino se pona ms

    empinado y difcil, y hubo momentos en los que lo nico

    que Muy Miedosa poda hacer era caminar a gatas, como

    se dice. Muy Miedosa hubiera querido sentirse ms

    fuerte y tener menos tropezones a medida que seacercaban a Las Alturas, pero en realidad suceda lo

    contrario. Cada vez se senta ms dbil y torpe, y por si

    fuera poco, se daba cuenta de que sus compaeras,

    Penas y Dolores, cada vez parecan ms fuertes, lo cual

    era bueno, porque muchas veces cuando la vieron ms

    cansada y ms exhausta casi tuvieron que cargarla para

    ayudarle a seguir adelante.

    Al segundo da de esta penosa ascensin, llegaron a un

    pequeo lugar plano en el que haba un hueco en la

    ladera de la montaa. De entre las rocas manaba un

    burbujeante manantial y el agua formaba una pequea

    corriente, y un poco ms adelante, una cada. Se

    detuvieron a descansar un momento, y entonces, Muy

    Miedosa oy la

    80No podr hacer yo lo mismo contigo que con este

    barro, Muy Miedosa? T eres como barro en mis manos.Jer 18.6 S, si puedes, contest otra vez Muy Miedosa. Ydevolvi la piedra a la bolsita.

    10. A la sexta piedra le corresponda Pobrecita, fatigada

    con tempestad y sin consuelo; pero yo cimentar tus

    piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundar. Tus

    ventanas pondr de gatas; tus puertas y toda tu muralla

    de piedras preciosas, Is 54.11-12 y Muy Miedosa no pudocontinuar. Llor amargamente y dijo Cmo podra

    deshacerse de esa promesa?

    11. Y tom la sptima piedra. Mis ovejas oyen mi voz y

    me siguen. Jn 10.27 Y yo realmente he odo su voz o mehe estado engaando a m misma todo este tiempo?

    Entonces, record la cara del Pastor cuando le haba

    hecho esta promesa y dijo Esta tambin la guardo.Cmo podra deshacerme de ella?

    12. Y tom la octava. Ahora vers lo que voy a hacer. Ex6.1 Y al recordar aquel paredn, tan terrible y tanimposible de escalar, y cmo el Pastor la haba ayudado

    a escalarlo hasta lo ms alto, guard esta piedra

    tambin.

    13. Yo no soy hombre para mentir. Alguna vez he dichoy no hecho; alguna vez he hablado y no he cumplido?

    Num 23.19 Esta vez lo pens largamente, temblando con lapiedra en la mano y luego dijo, Pero esto ya lo resolv

    con la nica respuesta posible, Seor, si puedes

    engaarme, tienes permiso de engaarme. Y guard

    otra vez la novena piedra.

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    14. Entonces tom la dcima. Y te prometo que cuando

    te desves a la derecha o a la izquierda, una voz detrs

    de ti dir Este es el camino, camina en l . Is 30.21 MuyMiedosa se estremeci, pero despus de un momento,record Aunque tienes poca fuerza, has guardado mi

    palabra y no has negado mi nombre. Retn lo que tienes

    para que ninguno tome tu corona. Ap 3.8-12 Entonces,puso la dcima piedra en la bolsita.

    15. Y se agach para recoger una undcima piedra, que

    puso en la bolsa, junto a las otras diez, al momento que

    deca Aunque me mate,17

    cmo se entregan a tus pies. Es el Amor el que las hace

    tan humildes y modestas, tan sumisas y serviciales.

    Nunca lo haba pensado as, dijo Muy Miedosa,

    mirndolo con mucha seriedad. Pero me parece extrao

    que esta belleza se d aqu, sin nadie que la vea, sin

    nadie que la aprecie, en donde pueden morir aplastadaspor el ganado. No te parece un desperdicio de belleza y

    dulzura?

    2. El Pastor volte a verla con una hermosa mirada.

    Nada de lo que mi Padre y yo hacemos se desperdicia,

    dijo con voz queda. Estas florecillas tienen una leccin

    qu ensear. Confiadas y de buena gana, entregan su

    dulzura y su belleza aunque nadie parezca apreciarlas.

    Son como los que entregan su canto cuando no hay

    quin los escuche; como los que se entregan en su canto

    y dicen que el amor te hace feliz aun cuando no hayaquin lo corresponda. Amar sin ser amado, as es la

    entrega de las flores.

    Y debo decirte otra cosa que es slo para pocos porque

    no hay muchos que la entiendan. Las acciones ms

    limpias del alma humana, sus mejores victorias y logros

    son aquellos de los que nadie se entera, o de los que

    slo se puede imaginar que existen. Cada vez que uncorazn se entrega al llamado del Amor, cada vez que

    derrota al amor de s mismo, brota una nueva flor en el

    rbol del Amor. As es como muchas vidas comunes y

    corrientes, escondidas y desconocidas para el mundo se

    convierten en un jardn donde el Amor se entrega,

    florece y fructifica con tal perfeccin que el Rey del Amor

    en persona se deleita en visitarlo y regocijarse en l con

    sus amigos. Algunos que estn a mi servicio hanlogrado grandes victorias visibles en el mundo, y con

    razn se les venera y se les ama; pero siempre, sus ms

    grandes victorias quedan tan ignoradas como las de

    estas flores silvestres de las que nadie parece darse

    cuenta.

  • 7/28/2019 1. Pies de Cierva en Las Alturas, 13 de Julio, 2013

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    3. Muy Miedosa, aprende esta leccin mientras estamos

    en el Valle. Te servir de consuelo cuando llegues a las

    escarpadas montaas. Ven, los pjaros cantan con tanta

    alegra que vale la pena cantar con ellos. Deja que las

    flores nos inspiren lo que hayamos de cantar.

    18

    Y de esta manera, mientras bajaban del Valle, cantaron a

    dos voces, cada uno la parte que le corresponda, otro de

    los Cantos del Pastor:

    Yo soy la Rosa de Sarn

    Lirio silvestre

    Como el lirio entre las zarzas

    As es mi amiga para m.

    Como el manzano entre rboles silvestres

    As es mi amado entre los jvenes

    Bajo su sombra me sent

    Prob su fruto de delicias

    Aydenme, sostnganme

    Enferma estoy de amor

    Su esposa no merezco ser

    Su nombre soy indigna de llevar

    Pero l a su banquete me llev

    Su insignia puso sobre m

    El sello de su Amor

    Que nunca merec

    Les encarezco, doncellas de Jerusaln

    No lo despierten

    Que duerma junto a m

    Hasta que l quiera

    4. Cuando terminaron de cantar esta cancin, llegaron a

    la ribera de un ro que cruzaba el camino por donde

    haban de pasar y que entregaba su caudal a unacada de agua un poco ms adelante. Su curso era tan

    veloz y su cancin tan fuerte que pareca llenar de risa su

    alrededor.

    El Pastor levant a Muy Miedosa en sus brazos para

    ayudarla a cruzar sobre las resbalosas piedras. Entonces,

    ella le dijo: Quisiera saber qu dice la cancin que canta

    el arroyuelo. A veces siento que79

    4. La montaa se estremeca. La tormenta no cesaba.

    Antes bien, creca en estruendo, en violencia, y en

    destruccin. Adentro, todo estaba en calma. Entonces,

    Muy Miedosa sac la bolsa de cuero donde guardaba los

    recuerdos de su viaje, un montoncillo de piedras que

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    haba recogido de los altares que haba construido en

    obediencia al Pastor. Ah estaban la primera piedra, la

    de aquel da en que el Pastor le haba plantado la espina

    del amor en el corazn, y la ltima, cuando entraron a la

    pequea cueva en donde ahora estaban sentadas, en lamontaa que pareca desgajarse por causa de la

    tormenta. Slo le faltaba una orden qu cumplir:

    renunciar a la promesa por la que lo haba dado todo. En

    esa promesa haba confiado y ahora tena que renunciar

    a ella.

    5. Muy Miedosa comenz a preguntarse de qu le servan

    aquellas piedras si a cambio de ellas slo haba recibidopromesas vanas. Sera mejor deshacerse de ellas. Sac la

    primera piedra y record Yo te puedo hacer pies como

    de cierva, y llevarte a Las Alturas. Hab 3.19 Con la piedraen la mano lo pens un largo rato y finalmente dijo

    Aunque no he recibido pies de cierva, estoy en Las

    Alturas, tan alto que era imposible siquiera imaginarlo. Y

    si me muero aqu qu importa? Esta piedra la guardo.

    6. Luego, record la siguiente promesa, Lo que yo voy a

    hacer t no lo sabes, pero lo sabrs de aqu en adelante.

    Jn 13.7 Enmedio de un sollozo, Muy Miedosa dijo Por lomenos la mitad de esto es verdad, y no se sabe si la otra

    mitad lo ser, pero sta tambin la conservo.

    7. Con la tercera piedra, record Esta nueva demora no

    es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el

    hijo de Dios sea glorificado. Jn 11.4 No es para muerte,dice pero quiere que ofrezca esta promesa como

    Ofrenda Encendida? Y devolvi la tercera piedra a su

    bolsita.

    8. Nadie trilla el pan para siempre, record. Is 28.28

    9. Y dejando la cuarta piedra en su bolsita, sac la

    quinta.

    78

    levantaron, y luego, todas tomaron un breve desayuno y

    emprendieron la marcha.

    3. La vereda iba hacia la cascada aunque la cascada

    estaba invisible para sus ojos. Caminaron horas y el

    camino se puso cada vez ms empinado, ms difcil y

    ms estrecho. De repente, a la distancia, comenz unestruendo de truenos y relmpagos. Se avecinaba una

    gran tormenta. Enseguida, desde la parte ms alta de la

    vereda que ellas suban vino un gran alboroto de pasos

    que corran en direccin contraria y en su violenta

    carrera resbalaban y movan piedras que chocaban una

    contra otra. Las tres compaeras se pegaron lo ms que

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    pudieron al paredn para dejar el paso libre, y oh

    sorpresa, fueron apareciendo primeramente Temor;

    luego, en ese orden, Amargura, Resentimiento, Orgullo y

    Autocompasin. Corran desesperados, como quien

    huye para salvar la vida, y cuando las vieron gritaron condesesperacin Retrocedan. Retrocedan inmediatamente.

    El cerro se est desgajando en mltiples avalanchas, y

    toda la montaa tiembla como si ella misma se fuera a

    desgajar. Retrocedan. Corran. Salven sus vidas.

    Por primera vez, Penas y Dolores no supieron qu hacer.

    Nos regresamos a la cabaa y esperamos que la

    tormenta pase?, preguntaron. Pero Muy Miedosa hablpor primera vez desde que las haba despertado en la

    maana. No. No debemos regresar. El mandamiento es

    subir hasta el nacimiento de la cascada.

    Entonces, la Voz habl otra vez. Hay un lugar preparado

    para ustedes, aqu junto al camino. Entren y esperen que

    pase la tormenta. En ese momento, vieron una pequea

    cueva a la que tuvieron que entrar casi arrastrndose, yen la que slo haba lugar para estar sentadas, muy cerca

    la una de la otra. En cuanto se sentaron, comenz la

    tormenta, y las avalanchas de agua, lodo y rocas que

    descendan por la vereda, derribando rboles y

    arrasndolo todo a su paso. Eran verdaderos diluvios de

    agua, rocas y rboles, y uno de esos diluvios form una

    cada exactamente frente a la cueva, pero a ellas, no las

    toc ni una sola gota.

    19el que pasa por mi casa me repite una y otra vez un

    gozoso mensaje que no puedo entender. Creo que todos

    los arroyuelos cantan, y si es as, quisiera saber qu dice

    su cancin. Dime, Pastor T sabes lo que cantan?

    El Pastor no le contest. Slo estuvo en silencio; y

    sonrea. Estuvieron as unos momentos, y de repente,

    Muy Miedosa sinti como si se le abrieran los odos ycomenzara a entender La Cancin del Ro, que era (ms o

    menos as):

    Vamos, vamos, vamos

    Ms abajo y ms abajo

    Corramos la carrera del que baja

    Hasta lo ms abajo que se pueda llegar

    Esa es la ley que amamos

    Bajar te hace feliz

    Dulce necesidad, la voluntad

    De bajar, y bajar.

    El llamado es da y noche

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    Saltamos para bajar

    De las alturas al valle

    Hasta el ltimo lugar

    Dulce llamado aunque duelaBajar, bajar y bajar

    Dulce llamado, subir

    Para volver a bajar.

    5. Qu raro,dijo Muy Miedosa, El ro canta feliz, pero

    el tema de la cancin es Bajar, bajar y bajar. Y sin

    embargo, t me has llamado a Las Alturas. Hay aquotra leccin?

    Lo que sucede, dijo el Pastor, es que la carrera

    comienza en Las Alturas, desde donde hay que bajar

    hasta los lugares ms bajos del mundo. Cuando tengas

    pies de cierva y puedas, como yo, saltar

    20

    sobre los montes y brincar sobre los collados, podrs,como yo, bajar corriendo hasta el Valle, en una gozosa

    entrega voluntaria, y luego, subir a Las Alturas otra vez.

    Te podrs remontar a Las Alturas ms veloz que las

    guilas porque slo ah se recibe el poder de bajar desde

    las alturas en una entrega voluntaria de uno mismo.

    Esto le pareci muy extrao a Muy Miedosa; de hecho,

    no lo entenda. Pero como ya haba entendido la Cancin

    del Ro, ahora se daba cuenta de que los arroyuelos que

    encontraban por su camino cantaban la misma cancin; y

    de que las flores la cantaban tambin con voces decolores, como en un gran coro con millares de cantores:

    Esa es la ley con que vivimos:

    La entrega de s mismo te hace feliz

    Tambin los pjaros cantaban la misma cancin, en su

    propio lenguaje de trinos:

    Este es el gozo de las aves

    Poder amar, te hace feliz

    No me haba dado cuenta, dijo Muy Miedosa, de que el

    Valle fuera tan hermoso y estuviera tan lleno de cancin.

    El Pastor volvi a sonrer: Slo el Amor entiende la

    msica, la belleza y el gozo que se plant en todas las

    criaturas creadas. Ya se te olvid que t misma tienesya la semilla del Amor? El Amor ya te ha hecho or, ver y

    entender estas cosas en las que no te habas fijado

    antes. A medida que el Amor crezca en ti, podrs

    entender ms lenguajes como stos, y aprender a hablar

    el lenguaje del Amor. Pero antes, tienes que aprender el

    alfabeto del Amor y a dejar que se te desarrollen pies de

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    cierva. Todo esto lo aprenders durante tu ascenso a Las

    Alturas. Estamos en el ro todava, pero del otro lado, al

    pie de las altas montaas, nos esperan las que sern tus

    guas en el ascenso.

    6. No me podrs llevar t mismo? implor Muy

    Miedosa que se dio cuenta de que haban llegado al pie

    de las altas montaas sin darse cuenta cmo. La

    presencia del Pastor la haba hecho olvidarse

    77

    2. Sin embargo, en cierto momento de la madrugada,

    cuando todava estaba oscuro, de repente Muy Miedosa

    despert. Haba odo su nombre pero no haba nadie conellas y simplemente esper despierta a ver qu suceda.

    Entonces oy una Voz que la llamaba: Muy Miedosa, y

    ella respondi Heme aqu, mi Seor. Muy Miedosa dijo

    la Voz, Toma la promesa que te hice en el Valle de la

    Humillacin, cuando te invit a venir conmigo a Las

    Alturas. Toma tambin el amor humano natural que

    estaba ya en tu corazn antes de que plantara en l mi

    propio amor, y sube a donde yo te voy a indicar. All,ofrcelos como Ofrenda Encendida para m.

    Muy Miedosa no supo qu decir, pero despus de un

    largo silencio pregunt Seor mo, entend bien lo que

    me pides? S, dijo el Pastor. Quiero que renuncies a mi

    promesa y al amor humano que hay en tu corazn y que

    los ofrezcas en un altar como Ofrenda Encendida para

    m. Ahora, sal de la cabaa y ven a m. Muy Miedosa

    hizo lo que el Pastor le mandaba, y sali sin despertar a

    sus compaeras. Todo estaba cubierto por una espesa

    niebla, pero entonces, la niebla se abri y Muy Miedosapudo ver la luna y una solitaria estrella que brillaban en

    el cielo. Y a la luz de la luna, a la distancia, pudo ver

    tambin un pico blanco cubierto de nieve refulgente.

    Al pie de aquella montaa estaba el nacimiento de la

    Catarata del Amor, el lugar preciso en donde el agua

    daba un salto hacia abajo, como ya Muy Miedosa haba

    visto el da anterior. Slo eso se vea. Lo dems, estabarodeado de niebla y oscuridad. Ese es el lugar de la

    Ofrenda, dijo la Voz. He aqu, Seor, a tu pequea

    sierva, Muy Miedosa, dijo ella. Y esper a que

    amaneciera. Slo se escuchaba el estruendo de la

    cascada que pareca retumbar dentro de su corazn y

    repetir Toma la promesa que te di, y el amor natural que

    hay en tu corazn, y ofrcelos como Ofrenda Encendida

    para m.

    Con la primera luz de la maana, Muy Miedosa entr a la

    cabaa y despert a sus compaeras de viaje. Tenemos

    que irnos ya. El Seor me ha mandado que vayamos al

    nacimiento de la catarata, donde la catarata salta hacia el

    valle, les dijo. Y ellas, sin tardanza se

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    a comenzar a ser feliz. Si sigues el camino en el que vas,

    pronto recibirs la promesa y te dar el deseo de tu

    corazn. Ya no falta mucho, Muy Miedosa.

    14. Un poco despus, llegaron al campamento en donde

    Penas y Dolores esperaban su regreso. Ya era hora de

    emprender la marcha. El Pastor las bendijo y comenz a

    caminar en su propio camino, pero de repente, Penas y

    Dolores se arrodillaron delante de l y en voz baja le

    preguntaron Seor Qu lugar es ste en donde hemos

    reposado y descansado durante estos ltimos das? Y elPastor, tambin en voz baja, les respondi Este es el

    lugar a donde traigo a mis amados para ungirlos y

    prepararlos para la sepultura.

    Muy Miedosa no oy estas palabras porque se haba

    adelantado, y porque iba repitiendo una y otra vez

    Puedes atreverte a comenzar a ser feliz. Ya no falta

    mucho, Muy Miedosa. Pronto te dar el deseo de tucorazn.

    15. DILUVIOS

    1. El camino que Muy Miedosa y sus acompaantes

    seguan ahora, era una pendiente suave que suba por la

    ladera de la montaa. La niebla estaba ms espesa que

    nunca y casi no se vea nada. Cada una de ellas caminabaen silencio, ocupada en sus propios pensamientos. He

    aqu yo vengo pronto, a darte el deseo de tu corazn,

    pensaba Muy Miedosa. De Penas y Dolores no sabemos

    a ciencia cierta, pero era muy probable que pensaran en

    la respuesta que el Pastor les haba dado antes de partir.

    La verdad es que se haban vuelto ms solcitas, ms

    amables y ms esforzadas en la ayuda que le daban. As

    llegaron a otra cabaa que estaba preparada para quepasaran la noche, y ah descansaron el resto del da.

    Despus de tomar lo que ya estaba dispuesto para ellas,

    se acostaron a dormir. Y durmieron profundamente.

    21

    totalmente de su cojera y su deformidad. Contigo me

    siento fuerte, y estoy segura de que slo t puedesllevarme a Las Alturas. El Pastor la mir amablemente y

    le contest: Muy Miedosa, es cierto que podra llevarte

    yo mismo a Las Alturas, pero de esa manera nunca se te

    desarrollaran los pies de cierva y no podras ir conmigo

    a dondequiera que yo vaya. Pero si subes una vez, con

    las dos compaeras que te he dado, aunque te parezca

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    un viaje largo, difcil y peligroso, te aseguro que tendrs

    pies de cierva. Entonces podrs saltar sobre los montes y

    brincar sobre los collados, y venir conmigo a

    dondequiera que yo vaya. Adems, si te llevo yo mismo a

    Las Alturas sin que la semilla del Amor est a punto deflorecer, no podrs entrar al Reino del Amor y quedaras

    afuera en lugares en donde tus enemigos todava

    podran hacerte dao. Como t sabes, algunos pueden

    llegar hasta las partes bajas de las montaas. Estoy

    seguro de que te los vas a encontrar en el camino. Por

    eso te he escogido las mejores guas que puedas tener

    en tu ascenso a Las Alturas. Adems, ni un por un solo

    instante estar donde no pueda orte y acudir en tuayuda si me lo pides. Es como si siempre estuviera

    contigo, aunque no me veas. Y nuevamente te digo:

    hacer el viaje de esta manera es lo nico que garantiza

    que se te desarrollen pies de cierva.

    Y cuando llegue a Las Alturas me vas a dar un nombre

    nuevo?, dijo Muy Miedosa temblando de miedo. De

    repente estaba sorda a los cantos de las flores y elriachuelo y las aves y llena de temores y malos

    presentimientos. Claro que s, contest el Pastor,

    Cuando la flor del Amor est a punto de florecer,

    amars y sers amada y recibirs un nuevo nombre.

    Haban llegado al puente, y Muy Miedosa se detuvo para

    mirar el camino por donde haban llegado hasta all. El

    Valle estaba verde y pareca estar en paz; las montaas a

    donde haban llegado, parecan altsimas, temibles e

    imposibles de escalar. Alrededor del Valle se vea unalnea de rboles, y con un repentino dolor se imagin

    que los pastores iban por el sendero, de vuelta a casa, y

    record la bonita casita en la que haba vivido tanto

    tiempo.

    22

    Al imaginar estas escenas, las lgrimas comenzaron abrotarle y la espina del Amor a picarle el corazn, pero

    en ese mismo momento, volvindose al Pastor, le dijo:

    Confo en ti, y voy a hacer lo que t quieras. El Pastor la

    mir a los ojos y le dijo:

    Veo en tus ojos la belleza de la confianza; tus ojos son

    ms bellos que los de muchas bellas reinas. Siguieron

    caminando, y un poco despus cruzaron el puente y

    llegaron al pie de las montaas en donde el caminocomenzaba a empinarse para el ascenso a Las Alturas.

    7. All los esperaban dos figuras cubiertas con velos,

    sentadas en las rocas que abundaban en el lugar.

    Cuando llegaron junto a ellas, se levantaron y en silencio

    le hicieron al Pastor un gesto de reverencia. Estas son

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    las guas que te haba prometido, dijo el Pastor

    quedamente. De aqu en adelante y hasta que terminen

    los lugares empinados y difciles sern tus compaeras y

    tu ayuda. Muy Miedosa las mir con desconfianza; altas

    y fuertes, ciertamente, pero por qu ocultaban la cara?Mientras ms las miraba ms comenzaba a temerlas. Tan

    calladas, tan fuertes, tan misteriosas. Ni siquiera la

    haban saludado. Quines son?, pregunt en voz baja,

    Por qu no me hablan, son mudas?

    No, no son mudas, contest el Pastor con voz muy

    baja, pero hablan una lengua que t no has aprendido

    todava. Ya las conocers y aprenders a entenderlas.Son buenas maestras; pocas como ellas. Son hermanas

    gemelas, y en la lengua que t hablas se llaman Penas y

    Dolores.

    8. Pobrecilla. Cuando oy los nombres se puso plida y

    comenz a temblar. A punto de desmayarse, se aferr al

    Pastor, y rompiendo en llanto, le dijo: No, Pastor. No me

    mandes en esa compaa. Por qu mejor no me mandascon Gozo y Paz, para que me ayuden y me fortalezcan?

    El Pastor la mir gravemente. Gozo y Paz? Ya se te

    olvid que me prometiste ir con quien yo escogiera? Vas

    a confiar en m, o prefieres regresarte? Muy Miedosa se

    estremeci. Volver a los Temores, y sobre todo a Temor

    Cobarde? Qu difcil situacin; qu penosa, qu doloros