112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos

download 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos

of 41

Transcript of 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    1/41

    SCAR OLIVALA REALIDAD CRUZADA DE RAYOS

    Seleccin y nota introductoria deEDUARDOCASAR

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    COORDINACIN DE DIFUSIN CULTURALDIRECCIN DE LITERATURA

    MXICO,2011

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    2/41

    NDICE

    LA REALIDAD CRUZADA DE RAYOS

    Eduardo Casar 3

    PRLOGO 8

    AL VOLANTE DE UN AUTOMVIL,POR LA CARRETERA

    PANAMERICANA DE TUXTLA

    A LA CIUDAD DE MXICO 8

    EL ARTISTA (1) 13

    EL SUFRIMIENTO ARMADO 15

    REPRESENSIN DEL MONTE (1) 16

    MATERIA NOMBRADA 17

    DESCRIPCIN DE UNA REUNIN CON ALGUNOS AMIGOS

    DE LA INFANCIA 19

    AHOGO EN UN VASO DE AGUA 27

    IMPOTENCIA DEL PENSAMIENTO PURO 28

    EN UNA SOLA LLAMA 29

    AO UNO 32

    EPLOGO 40

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    3/41

    LA REALIDAD CRUZADA DE RAYOS

    En el ao de 1960 aparece en el panorama de la litera-tura mexicana un libro colectivo de poemas tituladoLaespiga amotinada. Lo integran libros de Juan Baue-

    los, scar Oliva, Jaime Augusto Shelley, Eraclio Ze-peda y Jaime Labastida, quienes desde entonces pasanConocidos como el grupo de La Espiga Amotinada.

    El nacimiento de este grupo (nunca configuradoprogramticamente sino enlazado por la amistad y poruna visin comn en lo que se refiere a una concep-cin del mundo y una bsqueda expresiva) ocurre enel contexto de dos hechos histricos de amplias di-mensiones: en el interior de las fronteras mexicanas laemergencia de importantes movimientos de reinvindi-caciones sociales populares principalmente la gran

    huelga ferrocarrilera de 1959; en el plano internacio-nal, el triunfo de la Revolucin cubana. Se generan poreste contexto realidades, hechos, necesidades que de-mandan la creacin de nuevas formas poticas capacesde expresarlos. La Espiga Amotinada recoge, ade-ms de otros, un mbito temtico referente a las luchassociales por un pas distinto; para estos nuevos conte-nidos los poetas del grupo componen nuevas formas:buscan y plasman otros ritmos, otras palabras, otrotipo de imgenes. Seala Franoise Perus que si a lospoetas de La Espiga Amotinada hubiera que buscar-

    les un denominador comn, sera, tal vez, el de suempecinada negacin a toda metafsica (que implica ladesacralizacin de la poesa), unida a una no menosfirme concepcin del mundo, que ha de ser dialctica(y que involucra una comn posicin tica, en lo vitaly potico).1

    En el proceso de la poesa mexicana, el tratamientodesembozado de temas de carcter social por parte deLa Espiga Amotinada constituye (en la poca en laque aparece el libro mencionado) una piedra de escn-

    1 Framoise Perus, La herencia de la tierra en La Espiga Amoti-nada, enPlural, segundo vol. XV-III, nmero 171, Diciembre de1985, p. 3.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    4/41

    dalo. La polarizacin de posiciones ideolgicas quesurge al proclamarse el carcter socialista de la Revo-lucin cubana, reviviendo para los intelectuales la pro-blemtica relativa a las relaciones entre poesa y pol-tica, engendra, de parte de aquellos que sostienen una

    separacin tajante entre estos dos trminos, un temorsordo, el reflejo condicionado del rechazo; por l sedesatiende, se margina, la novedad estilstica que ofre-ce el grupo de La Espiga Amotinada. Este sordotemor (promovido por razones polticas y no estticas)hizo tambin que se olvidara la diversidad entre cadauno de los poetas del grupo y que se levantara el lugarcomn de que todos ellos escriban igual. A pesar detodo esto, los integrantes del grupo continuaron sulabor potica desarrollando y profundizando hallazgosy proyectos.

    En 1965 apareceOcupacin de la palabra, otro vo-lumen colectivo, despus del cual cada uno de los poe-tas de La Espiga comenz a publicar por separado,tarea que sostienen hasta ahora, veintisis aos des-pus de aquel primer libro memorable. Esta labor, fir-me y creativa, continua, de los poetas mencionados, yun mayor desarrollo de la conciencia artstica y polti-ca de los estratos intelectuales del pas, ha hecho quela especie de veto hacia la poesa de La Espiga sedisuelva. Las nuevas generaciones reconocen a lospoetas como fundamentales: se les lee, se les goza, seles juzga crticamente: su obra comienza a ser aprove-chada.

    scar Oliva naci en Tuxtla Gutirrez, Chiapas, en1937. En el volumen de La espiga amotinada publicLa voz desbocada, enOcupacin de la palabrael librocon el que Oliva estuvo presente fue spera cicatriz.Posteriormente, en 1971, public Estado de sitio, conel que obtuvo el Premio Nacional de Poesa. Su libroms reciente esTrabajo ilegal, que rene la poesa queha escrito desde 1960 hasta 1982. En ese sentido estelibro podra considerarse como sus obras completashasta ahora. Sin embargo,Trabajo ilegal posee ciertascaractersticas que hacen que se le pueda considerarcomo un objeto que representa una de las exigencias

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    5/41

    ms importantes (no s si la principal) de la poticade Oliva. En vez de una simple reunin, una recopila-cin de sus libros anteriores ordenada cronolgica-mente como stos fueron publicados, el poeta eligeconstruir para esta suma una estructura que le sea pro-

    pia: divide el libro en XXVII secciones y acomoda lospoemas haciendo caso omiso de la sucesin cronolgi-ca, segn su clima, su temperatura, segn su peculiarespiral potica; agrega, adems, poemas que no apare-can en otros libros2. Oliva concibe a este libro comouna obra unitaria, como una totalidad con movimientopropio. Trabajo ilegal explica Oliva es el proce-so del derrumbe de una realidad como la nuestra, enmedio de la lucha de clases, del amor, de la esperanzay la desesperanza (). Este libro est integrado comouna obra abierta, siguiendo un hilo conductor temticoy agrupado por secciones, conforme he visto ese de-rrumbe, tambin la esperanza que sin embargo provo-ca, pues el ver todo cado es el inicio de la reconstruc-cin.3

    Esta bsqueda de una estructura, de una totalidadorgnica, est presente, asimismo, en los poemas to-mados separadamente y, ms all, en la concepcinque el poeta tiene de la poesa. En un taller de los mu-chos que Oliva ha impulsado o dirigido, nos recordabael poema Sucesos, de Jacques Prevert, donde unagolondrina enlaza, desde la altura o los nidos de suvuelo, diferentes sucesos, hacindolos significativospor su presencia. Esta bsqueda es, como ya seal,una de las caractersticas ms relevantes de los poemasde Oliva. As sea manejando una serie de datos hist-ricos o de ancdotas cotidianas, o de sensaciones, el

    2 Cuando termin este libro de Oscar Oliva vi que se haba que-mado entre mis manos. No me sorprendi que el libro se hubierahecho cenizas: su diseo est elaborado para que parezca que ellibro se calcina: cada vez que comienza una de las seccionesaparece una fotografa de la portada cada vez ms consumida porel fuego: la contraportada es un montn de cenizas donde laten

    los rescoldos: lo que me sorprendi fue que las manos me ardan.3 Entrevista a Oscar Oliva por Saide Sesn, uno ms uno, 20 demayo de 1985.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    6/41

    poema de Oliva est trabado (trabajado) por una lgicainterna, dada no slo por mediaciones conceptualessino tambin por eslabones emotivos.

    Esto, de algn modo, tiene que ver con la concep-cin que posee Oliva acerca del propio trabajo potico.

    scar Oliva es, si me puedo expresar as, un poetahomrico. Habla la historia de un pueblo (arroja suspalabras y sus palabras caen de canto), canta una reali-dad colectiva e histrica de la que no puede separar supropia realidad cotidiana: es un testigo de los sucesos,pero no slo los presencia: los resignifica al relacio-narlos entre s y con l, con la exaltacin o la sangreque le mueven; as, trabaja con ellos, traba en ellos laexperiencia de su existencia cotidiana. Relaciona larealidad, la integra, la estructura, multiplica sus di-mensiones. La intensifica.

    Otra nota de la poesa de Oliva es que busca, demanera decidida, la arritmia. Oliva rompe deliberada-mente el ritmo cuando ste se vuelve monocorde. Paral, integrar no es armonizar, sino articular las contra-dicciones. Esto se expresa formalmente en un rechazoal vaivn acomodado, en una bsqueda de aspereza.(Considera, alma ma, esa textura spera al tacto, a laque llaman vida, dice Rosario Castellanos, poticahermana mayor de scar Oliva).

    Para encontrar ms all de la superficie sonora rela-ciones internas entre las distintas dimensiones de larealidad, la poesa de scar Oliva eslabona en ocasio-nes secuencias conversacionales, que la emparentancon la corriente conversacional de la poesa latinoame-ricana sostenida por Ernesto Cardenal. Cierta compo-sicin verbal parecida al collageplstico en la cual seayuntan datos objetivos y la subjetividad que stosdesencadenan, es frecuentemente utilizada por Oliva.4

    4 Coincidir con la poesa que se estaba haciendo en el resto deAmrica Latina, as como en este aspecto conversacional, en

    muchos otros (aunque siempre conservando la impronta de latradicin de la poesa mexicana), fue algo comn a los poetas deLa Espiga Amotinada.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    7/41

    Otra caracterstica y no la menos importante esque la poesa de Oliva es subrayadamente corporal. Setrata de un poeta del cuerpo. Manos, articulaciones,labios y saliva; amputaciones, sangre, nervios y mo-vimiento, aparecen siempre en sus poemas para redo-

    blar su tangibilidad. Sus imgenes pueden, si quieren,no tener los pies en la tierra, pero siempre los tienen enalguna parte. Sus textos son texturas.

    El sujeto potico que se relaciona con la historia lohace, en la poesa de Oliva, de cuerpo entero. Las rela-ciones que construye la palabra recobran aqu una sen-sibilidad que parecera ms propia del canto, de la vozque vibra, que de la palabra escrita. Estructurando,integrando, la poesa de Oliva es una gran creadora declimas emotivos, de atmsferas sensibles.

    EDUARDOCASAR

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    8/41

    PRLOGO

    A fuerza de presente, a fuerza de futuro,he alcanzado el futuro pensado aos atrs,hacindolo presente para volver a pensar el futuro,

    volviendo a empezar, para decir, para abrazar,en la realidad cruzada de rayos,con la boca a norte, con los odos a oeste,con el olfato a este, con el tacto a sur,para ser derrotado, para empezar a luchar,en este y otro futuro ms castigado que el presente,con la poesa que he amado, que he visto,que ol y o, que toqu y gust,a fuerza de no haber alcanzado nada.Oyes nacer el trueno del derrumbe?

    AL VOLANTE DE UN AUTOMVIL,POR LA CARRETERAPANAMERICANA DE TUXTLA A LA CIUDAD DE MXICO

    A Enrique Gonzlez Rojo

    De Tuxtla a la ciudad de Mxicohay ms de mil kilmetros de distanciams de un milln de metrosms de cien millones de centmetros,

    ms las piedras,ms los rboles,

    que no se pueden medir, ni contar,que he recorrido tantas veces,a tantos kilmetros por hora,con mucho calor y viento por el Istmo,con lluvias torrenciales por el tramo de Veracruzque tratan de detener el carro, derribarlo en un

    barranco,que he aprendido los nombres de los puentes,

    de los pueblos asfixiados, hundidosen las curvas y rectas de la carretera;

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    9/41

    que he recorrido por distintos das y meses del ao,en la madrugada, en la noche, en el momentoen que la tarde es una cigarra volviendo a su fundaprimitiva, saltando al revs, a su condicin de ninfa,sintiendo ese cansancio que nos prende de la boca

    con un anzuelo,que contina en un hombro,baja hasta el calcaar de los pies,y escarba con una cucharael crneo;todava siento, cuando voy caminandode un lugar a otro, en esa trepidacin de vida y muertea la que nos empuja la gramtica o la clera,de regreso a casa, abrindome pasocon un pico y una pala, o cuandoestoy sentado en una sillao cuando acostado entre las piernas de la que amo,ese cambio de velocidades, el esfuerzo del automvilal subir una montaa, entrar a ese nudo de races,el leve mareo al descendery la velocidad que nos hace tragar el paisajeo nuestras palabras;la primera vez que llegu a la ciudad de Mxicono saba a dnde dirigirme,qu esquina cruzar,era como comenzar un escrito,estar acodado en una mesa frente a una hoja en blanco,solo, con los hombros colgados hacia adelanteesperando el disparo que inicia el arranque,la carrera que hay que ganary donde se es el nico competidor,una hoja que arda en mis manoscomo a veces arden los tiraderos de basura de Santa

    Cruz Meyehualco,o como los camiones y tranvas en tiempos de

    rebelin,que aullaba, que tena hambre,iba de un cuarto de azotea a la ciudad universitaria,con libros bajo el brazo,hacindolos pedacitos y tirndolospor la ventanilla del camin,

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    10/41

    contaminando ms la ciudad con Kant y AntonioCaso,

    y ya sin ellos me bajaba a la mitad del camino,entraba en una cocina econmica de las calles

    de Academia,

    o a una cerveceray en la noche a bailar a La Perla,ms tarde senta la humedad de la muchachaque se haba acostado conmigo,una humedad que iba creciendocomo un universo en expansinen unos cuantos metros cuadrados,en unos cuantos metros cbicos de airey yo escriba en las bardas de la ciudadampliaba mi territorio, mi radio de accinentraba a calles espantosasdonde la gente se arrastraba,desempleados que no tenan para comer,rateros, tal vez criminalesque alargaban sus ojos hasta mi camisay era como entrar de nuevo al cinea ver Losolvidadosde Luis Buuel,y en esas calles ulcerosas vi por primera vezcarros llenos de policas, y tambin policas a caballogranaderos en camiones,que cerraban esas calles,parte del poder del Estado,que entraban empujando,golpeando,entraban a paso de carga,y arremetan contra todos,tirando los botes de basura,despertando al vecindario,disparando a quemarropa,acometiendo como en un juego de ftbol americanoy despus era el silencio deLa Calle de la Pazde

    Chapliny yo despertaba tirado en la banqueta,macaneado, con las cejas cortadas,como un boxeador groggyque le han parado la peleapor knock out tcnico en el tercer asalto,

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    11/41

    con la rechifla de un pblico que no existe,levantaba los pedazos de libros que me haban

    quedado,sin un quinto en los bolsillos,y regresaba a mi cuarto

    silbando el mambo deEl Estudiantea escribir el poemaque se perdicomo se pierden tantas cosas,credenciales y mujeres,huelgas y chicles,buena fe y calcetines;con mucho fro por la sierra de Puebla,hay que subir los cristales de las ventanillas,poner la calefaccin, descender a una velocidad

    regular,y luego la claridad entrando por la ventana de mi

    cuarto,entrando ella a despertarme,quitndose su uniforme de colegiala,echndoseme encima, movindose,besndonos como se besan el actor y la actriz en los

    filmes,acaricindonos enLa Torre de Nesle,en la mansin deLo que el Viento se llev,ya es tarde, ya es tarde, nos deca la claridad,se haca la luz en la sala de cine,haba que ir a cenar y atravesar de nuevo el zcalo,despedir a la amiga en la puerta de su casa,despus subir a la calle de Guatemala,a dos cuadras dar vuelta a la derecha,llegar de nuevo al poema recin comenzado,entrar de nuevo a la expedicin del sueo,ir recogiendo muestras de distintos materiales,para bajar de nuevo a la calleal escuchar el ruido de los camionesde carga y descarga, las voces de los vendedores

    ambulantes,de los recogedores de basura,de los nios que van a la escuela,subir a un camin de pasajeros

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    12/41

    junto a obreros y obreras,el chofer lleva el radio encendido a todo volumen,es difcil llegar hasta la puerta de bajada del camin,se toca el timbre, se prende un foco rojo al lado del

    volante,

    caminar sin rumbo fijo por la estacin San Lzaro,ver pasar un trenque a la tierra arrancara su estructura,en seis de sus vagones una letraque conforman la palabra HUELGAesos materiales que llevo en el bolsillolos comparo con los que voy viendo en la calle,llego hasta un puesto de jugos y pido uno de naranja,los ferrocarrileros al pasar levantan el puo y saludan,yo los saludo,parecen decirnosla realidad son estos puos,este tren,el jugo de naranja ilumina todo mi cuerpo,llego al sitio de reunin,los cinco poetas estn sentados alrededor de una mesaalguien lee un poema, yo los observo:tienen la edad que yo tena cuando los conoc,

    pienso;se han quedado inmviles fijos como en una fotografaen actitud de golpear la mesa,con el lpiz en las manos,con una copa al lado de cada uno,tienen la edad de nuestros hijos,edad que ha pasado vertiginosamente,tal como el descenso por las montaas de Oaxaca,donde parece que la carretera engendra otra carretera,donde el menor descuido puede llevarme al precipicio,donde parece que los frenos no responden,se ha perdido el control del auto,llego hasta la fotografa y la cuelgo en una de las

    paredes de mi casa,llego por primera vez a la ciudad de Mxico,soy un hombro ms de la multitud al dar un paso,gases lacrimgenos me hacen rabiar,trenes descarrilados o incendiados en las terminales,

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    13/41

    las vas levantadas, y el ataquedel ejrcito, policas y granaderosen formacin a paso de batalla,el zcalo reducido a un culatazo en la frente,vendrn otras batallas, nos deca Jos Revueltas,

    los ferrocarrileros pasan frente a m levantan el puoy saluda,salen de una crcel para entrar en otra,pasan a la ilegalidad, a sus escondrijos,tomo nota, apunto todo esto,no soy masque un cronistaque ha visto caer a sus amigos,que ha enterrado a sus muertos,que se ha baado de viento,lleno de contradicciones y fantasmas,de asperezas y afirmaciones,con la espalda remendada tantas veces,de nuevo amando, avizorando el futuroque es tan difcil retener en el lente del telescopio,negando ese futuro, de nuevo odiando,de nuevo comenzando, en fininiciando el viaje, partiendo del mismo lugar,dirigindome al mismo lugar,descendiendo por la carretera, frenandotocando el claxon, haciendo cambio de luces,cambiando de velocidades, atentoal deslizamiento de las llantas, poniendoen accin los limpiadores del parabrisas,vigilando la aguja que marca el contenido del tanque

    de gasolina,bajando a gran velocidad, en finhasta llegar al lugar donde estoy sentado escribiendo,al final de todo,esperanzado,frenando bruscamentepara no atropellar todo lo que llevo escritoy a m mismo.Para continuar ascendiendo y descendiendo.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    14/41

    EL ARTISTA (1)

    Por 1656Diego Rodrguez de Silva y Velsquezse pinta en un lienzo frente a su caballeteejecutando los retratos de Felipe IV y de doa Mariana

    que se reflejan en el espejo del fondoDoa Mara Agustina Sarmiento,meninade la infanta doa Margarita,le ofrece en una bandeja un bcaro con agua.

    La infanta, en medio.A su izquierda,

    doa Isabel de Velasco,tambinmenina.

    La enana Maribrbola. Y Nicols dePortosato,

    con el pie izquierdo sobre el perro echado.

    En segundo trmino:doa Marcela de Ulloa, guardamujer de las damas

    de la reina, y un guardadamas. En la puerta del fondodescorre una cortina el aposentador don Jos NietoVelzquez. En la pared, lienzos de Rubens. El cuadrose llamaba deLa familia. Mide 3.18 por 2.76 metros.Hoy es conocido comoLas meninas.

    He aqu lo que yo hago:con todos mis materiales de trabajo

    me instalo de un golpe en este libro,sentando plaza en su plaza.

    Mi intencin es la siguiente:Cmo hacer que este libro y yo lleguemos a ser

    indivisibles?Cmo hacer que el poema rompa con el sometimiento

    al papel?

    Cuando me incline desde afuera a contemplar esterelato ya concluido,

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    15/41

    qu. es lo que ver? qu es lo que habr dado?

    Verdaderamente,me gustara nada ms dar una pintura boquiabierta

    bajo el estruendo

    Pero por el momento,esto es imposibleDesde esta crcel lo nico que voy a dar es mi nombre.

    Me considero un prisionero de guerra.

    EL SUFRIMIENTO ARMADO

    El poeta saluda al sufrimiento armadoCsar Vallejo

    Frente a la tumba del comandante Marco Antonio

    Yon Sosaen Tuxtla Gutirrez, escucho al crepsculo

    resquebrajndoseLa tumba tiene el nmero 5582.Sus compaeros, Enrique Cahueque Jurez (tumba

    5581)y Fidel Raxcacoj Ximutul (tumba 5584)

    yacen como l, destrozados.

    Los campesinos de Izabalcrean que no morira nunca.Engaaba a los soldados durmiendoen el vientre de un caimno convirtindose en un racimo de pltano.Una vez lo atraparon,pero huy encarnando en un venado negro.

    No se puede andar mucho tiempo en armas,

    junto a los campesinos, sin que uno proclamela unidad del sufrimiento y de la rebelin.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    16/41

    Los asesinaron en una emboscadacerca de la frontera con Guatemala,en la boca del ro Lacantn,

    y a las 18:30 horas del 20 de mayo de 1970,los sepultaron aqu, bajo este viento seco

    y encalado.Recuerdo que los trabajadores del panteny sus hijos, preguntaron:A quines entierran?No hubo respuesta.Tres estudiantes arrojaron puados de tierraen las tumbas; depositaron ramos de flores.

    Regreso a mi casa, en la ciudad de Mxico,repaso los peridicos que comentaron estos sucesos.Mxico no puede ser santuario de guerrillerosy tampoco puede permitir que grupos armados

    extranjerosviolen su territorio.

    El secretario de la Defensa Nacionaltambin dijo que los guerrilleros guatemaltecoshaban disparado primero. En esas condiciones

    aadi,nuestros soldados no van a contestar con flores y

    abrazos.

    Inclinemos nuestras banderas de lutoy alistmonos para nuevos combates.

    Un crepsculo resquebrajndose por mi espalda?

    REPRESENSIN DEL MONTE (1)

    Estoy pegado de los codos a un monte. Estoy en velajunto a un cadver y un hacha, arrancndome hierba-jos de los hombros, garrapatas de la entrepierna.Cuando camino, el monte cruje, avanza como un gi-gantesco tapir en mi espalda. Pero el monte es una

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    17/41

    palabra que no puedo amputar de m, porque es elrgano que me sostiene en vilo cuando respiro. Duer-mo debajo de una palabra. Casern, estropajo, omb,me alteran los nervios hasta el punto de romper fone-mas. Y tengo pavor del sosiego, de la pausa, porque

    son los lugares donde se incuban las palabras, dondeestn como microbios con las fauces abiertas, tal co-mo los alimentos que me tragan diariamente. Veo pormedio de las palabras, oigo por ellas, balbuceo porellas. Son mi hlice y mi granero, vrtigos junto a uncadver y un hacha. Estado de sitio.

    MATERIA NOMBRADA

    Que bien s yo la fonte que mana y corre,aunque es de noche.

    San Juan de la Cruz

    1

    Tu desnudez aade a mi desnudez el ala requerida.

    Qu bien sabemos el vuelo donde el azul mana ycorre.

    Sin pensarlo mucho he dicho sueo y sin quererlo hetenido conocimiento de que bajo el prpado hay otradesnudez, por aadidura donde el sueo

    comienza.

    Encima pasan gentes, un jet, un relmpago adestiempo.

    Pasa la carrera del verano.

    Y pasamos nosotros a otro prpado.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    18/41

    2

    Mientras te amo la selva de tus poros liberapjaros de sal que hunden un alaen mi pupila de. acecho;

    y la otra en el aire arrodillado de tu cuerpo.El pjaro que ha hecho nido en tu axilase disuelve en mis labios y trago parte de tu alma.La selva tiene algo de ti y de m,y nosotros dos tenemos algode los tres.

    3

    Nuestras voces se encuentrancomo nuestros cuerposhundindose en la claridaddonde nada podemos verpero que al sentirestamos viendo,oyendo todopegados a esa oscuridadque hablamos para no decir nada.

    4

    Al centro de tu cuerpo, demasiada memoriaconmovida.

    En sus orillas ese clamor de patio profundodonde se va atesorando la memoria,oro contumaz.

    En la cumbre de tu cuerpo el oro duerme.

    Y cuando tu cuerpo se mueve apenasel oro de mi memoria habla con oro conmovido.

    El clamor va colmndonos como el primer discursodel agua a un rbol,como la demencia del primer da del ao.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    19/41

    En lo profundo del patio hay una flor de hemanto.

    5

    En cuanto goce, el sol es el temblor del trnsito

    de lo luminoso a la desnudez.En tu pelo el sol oloroso desarrolla su totalidad:la oscuridad en s misma.

    Lo anterior ser ms comprensible si lo completamosde esta manera:

    Hemos gozado tantas veces que el sol es nuestrapropia

    desnudez y la totalidad de su fuerzaes la dificultad de su olor oscuro.

    6

    Busco el centro como una idea su luna.

    Centro de labios donde tu muslo moja mis labios.

    Busco la orilla de la idea en tus mojados senos.

    Orilla de luna o porvenir que canta en el pasado.

    Busco la cumbre de tus labiosy slo encuentro el centroreducido a un punto de lpiz.En ese punto descansan mis ideas,orillan, se encumbran.

    Canto en el presente para que el porvenir me calle.

    7

    Experiencia de piel, inteligencia que busca en elmovimiento no la idea, sino la idea de la desnudez.

    La desnudez en un seno, aire y ola de la realidad.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    20/41

    Movimiento que quebranta los cabellos y los dedosde la experiencia, inteligencia que en unos minutoses aniquilada por una muchedumbre de bocas.

    Y sin embargo estaremos apenas una semana

    separados.8

    Mi mano en tu nuca es la ltima letra de la palabraque te nombra.

    Los vellos de vidrio del amanecer se quiebran enlas laderas

    donde mis labios aran con una palabra de liberacin.Oh sudor sexual cuando acaricio tu memoriay cuando la salamandra de mi avaricia se hunde en

    tu pasadode fuego removido.

    Saliva de selva tiene el movimiento que va a hablar,delgadez de palabra nuestros cuerpos asidos

    entredientes.Te nombro y me nombras en el movimiento.Slo en el movimiento nuestros cuerpos tienen

    un nombre.Yo tomo el tuyo y se deshace en mis labios.T dices el mo y lo rompes al pronunciarlo.Nuestras voces juntas, entonces, hacen un cuerpoque an dormido se mueve.Agarrados de la muerte caminamos en esa niebla

    de ojos desnudos.Mi mano en tu voz en la primera letra de la palabra

    que nos alumbra.

    9

    La violencia en el movimiento desajusta puertas,cambia sillas de lugar, hace entrar un mar en el cuartopara que manoteemos en el reflujo que nos arrastra.Lo hacemos en la orilla de la cama, bajo la regadera,tragndonos, lanzndonos a esa violenciaque nos ensaliva el corazn,

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    21/41

    que sella nuestras almas con sacos de cemento.Caigo de piernas en la marea de tu pensamientoque como un molino va triturando elda y haciendo otro dapara nuestra esperanza de seres abrazados

    tras la cortina de la clandestinidad.Las puertas tendrn que ser arrancadas.Las ciudades desaparecern.El flujo del mar llenar mi boca.Y en el desierto seguiremos abrazados.

    10

    Qu bien s yo aquelloslugares que te he arrebatado,Un paisaje, una calle que los restituyo cuando nada tedoy;qu bien s yo aquellos lugares de tu cuerpo que nadie

    mssabr porque ni t ni yo estaremos en ese paisaje o en

    esa calle.Complicidad de tu cuerpo y el mo cuando

    desaparecemosen los lugares que te he restituido. Te doy todo.Nada me das porque me has arrebatado los lugaresdonde todava no voy, ni ir.Aunque es de noche.

    11

    con Guillaume Apollinaire

    Tu piel se cubre entonces de golondrinaste toco con pestaas que son plumas de guilascomo si nunca ms fueras a ser amadacunto hemos amado donde los cuatro vientos se

    arrodillanme basta gustar el sabor de laurel de tu sexoyo nada s y te amo solamenteestoy ebrio por haber bebido todo el universoescucha mi canto de universal embriaguez

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    22/41

    12

    Tus costillas son un crculo: cirralo. Cimiento el caos.

    Me pongo a ordear el universo. Hordas de rbolesnos vigilan.

    Nopuedo contenerme. Nopuedes contenerme. Eltorrente se apodera de todo lo que vive. Se ha iniciadoel asalto. Te me quiebras como el canto de un pjaro.El canto est soldado a m.Toda entera aprietas mis rodillas, mis talones, mi

    cintura.Crculo cerrado de la armona cargadas semillas quehoradan la tierra

    Nosotros somos uno: nosotros mismos.

    13

    Niegas lo que posees cada da. Afirmo lo que poseocada da. En esa frontera nos completamos. Toda luchaes una piedra donde escribimos nuestros nombres y laarrojamos fuera de nosotros; te tengo prisionera en lapiedra que no he arrojado. Relmpago del jardn, dan-za del pensamiento, alcoba de la carne, alegra quehuele a tu cuerpo. T te vuelves a m, me haces unasea. Saltamos la frontera y nos perdemos en un pasextrao.

    14

    Materia tu respiracin de hojarasca que va abonando lalengua del tiempo;materia tus pezones siempre en eclipse que hacen cre-cer un nmero a un mar;materia el aullido, la sobrevivencia, el trabajo que nosha derrumbado y turbado;materia la historia de los puentes por donde hemospasado y no hemos vuelto;

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    23/41

    materia de resentimiento y a veces de odio en la esquinadonde no hemos desaparecido;materia el cansancio despus del vrtigo fijo como un ejeseparando la vitalidad de nuestras carnes;el resplandor del tronco oscuro que con un soplo

    se apaga.Dame la mano: te doy la esperanza: tambin la esperanzaes materia que piensa; pensamiento que respiramosy arma en la lengua que divide a nuestros cuerpos.

    15

    Aunque es de noche s donde est el orden y desordende tu cuerpo,

    todo ese impulso que escucho como si estuviera dentrode una msica oscura. T tambin ests adentro y el pezde tu cuello se agita en mi sangre. T y yo pertenecemosa la historia contempornea. La noche es repeticin

    de amaneceres,la acumulacin y asimilacin de las seales de la luz,la mitad de tu cuerpo que levanto con una mano,la otra mitad que cabe en mi boca.Tu rostro es el de la mujer que nunca he visto.En ese rostro resbalo, fuera del planetaque es nada ms el origen,el orden y desorden de la historia,nuestra situacinen la noche.

    16

    Te nombro junto a mi nombre en esta realidad que nosoprime. Antes de m, vienes. Vienes por una calleinclinada y quiero salir a tu encuentro, y cuando llegoal sitio donde esperaba abrazarte, una multitud estlanzando gritos; t me recibes con un grito, y yo grito.La realidad estalla. Nos amaos a gritos.Sacudindonos. Revolendonos en los despojos denosotros mismos, hundindonos en el nombre que nosahoga. Pero regresamos a la cumbre, alzo las manospara tomar un poco de turbulenta nube y untarte con

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    24/41

    ella tu desnudo cuerpo. Antes de ti, vengo. Vengo poruna calle empinada y t me esperas al final de ella conun grito, rodeada de una multitud enronquecida queme da unnuevo nombre. Y yo no sabr ms de ti y tme habrs olvidado en lo que buscabas. La realidad

    nos junta.17

    Solar, abierta, ests hecha de materia decible, enmovimiento, apretndome con ese lenguaje dehierba que me hace dar respuestas bruscas.

    El espejo del cuarto refleja lo que llevo anotado y masadentro de l, en el fondo, la idea de este poemaque pienso.

    Ests hecha tambin del lenguaje que me hace caer

    Salimos, cada uno se dirige a sus quehaceres con esasensacin de hierba arrasada Bita carne.

    Apresuramos el paso para que la materia de que estamoshechos vace sus espejos.

    18

    Abrazados, somos el polvo que pisamos donde annada sabemos, que cruje como el otoo al desgajarsede los bosques que aspiramos, mi mano es el tiempode la respiracin en la mirada del reloj, tu boca es elespacio que hace crecer el entendimiento del horizon-te, la imperceptible desunin del mundo en la que tra-bajamos, la avera de una infortunada ala fuera de larealidad descubierta, la agitacin de que todo es irrealporque estamos en la realidad, porque viajamos haciaatrs en el hachazo de un adis tremendo: agarra micabeza cortada, yo veo la cicatriz que amarra tu cinturacomo si el sol hubiera abierto una zanja y desde ahnos llamara por nuestros vientres, y pies, y supiera denosotros como nosotros mismos.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    25/41

    Nosotros que an no sabemos nada.

    19

    La claridad de tu amor est en tu piel y la claridad de

    mi mano en tu piel mueve la oscuridad. En tu piel la-bios derrumbados. Lo que el movimiento encierra es elderrumbe.

    20

    Donde tu desnudez mana y corre, velo tendido.

    DESCRIPCIN DE UNA REUNIN CON ALGUNOS AMIGOSDE LA INFANCIA

    El papel gime como un buey moribundo.Es como si yo escribiera con la mano metida en la san-gre, en el ojo que le cuelga de su cabeza de combatientederrotado.Estiro una pata y alcanzo una almohada.Por qu no est esa almohada bajo la fiebre?No importa.Su frescura es inagotable.Es una fuente de agua.En esa fuente me bao.Me asfixio! Me asfixio!Todas las gallinas,los guajolotes,los cerdosse me echan encima,me contagian sus hambres,sus estremecimientos.Estoy cado en un hoyo de cien metrosMipadre me busca con sus sabuesosde casa en casa, de matorral en matorral.Slo quiero ver, aunque sea nada ms un instantela roseadura en el monte.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    26/41

    Quiero ver un relmpago,sentirlo en mis brazos,adormecerlo como un perro junto a mis pies.Me levanto, camino lentopero fuerte

    sobre el papel en el que me hundo hasta las rodillas.De ese mar saco un brazo para estirarlo,para descansar un poco.Mi garganta se acuesta en un charco de aguay sueo que la madrugada pasa su lengua por mi lomo.Tonteras.Voy hasta el refrigerador y saco una cerveza.Qu calor.A las dos de la maanael calor es igual que a las dos de la tarde.Vengan a m en esta hora caliente,amigos de la infancia,sentmonos en esta piel de cocodrilo que humea.Tomemos una cervezay hablemos de nuestras correras en el monte,de nuestras guerras,de nuestros cuentos de espantos y ahorcados.Muchachos, queridos muchachos, despedacmonos.Volemos.Verdaderamente, ya no los recuerdo, no s quienes son.Slo s que existenen alguna partegolpeando a sus hijos,insultando a sus mujeres,quejndose de que no tienen dinero.Yo tambin existo.tal vez en la hora que no vemos del da,entre el da y la noche,golpeando a mis hijos,insultando a mi mujer,quejndome de que no tengo dinero.No s cmo existo en este pas que acuchillo y que meacuchilla,leyendo este peridico que hiede,viendo la excrecencia del mundo desde la televisin,tomando esta cerveza para mitigar un poco el agobiante

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    27/41

    calor,frente a la silueta de ustedes,queridos nios y nias,que se desvanecen junto a la aureolaque gira en la cabeza del buey que ha cerrado los ojos.

    No importa.Todo est destruido.Encima de una manoque dej colgadaen el corredor de mi antigua casa,agarrada a la alcayatadonde mi abuelo colgaba su sombrero,destruyo las paredeslos juguetes de madera,el barrio con sus gentes frustradas y envejecidas,mi cuello,mis piernas rotas. . .

    Con el brazo metido hasta el codo en el papel,estoy hasta las cejas sucio de sangre.

    Como un perro hundo el hocico en esas profundidadescerradas y desde ah olfateo a mis parientes.

    El papel se convulsiona como un buey moribundo.

    AHOGO EN UN VASO DE AGUA

    De la ceguera vengo,arcaico,inarmnico,inagotable por las cuestas del ajo,alegre,medio borracho,bullente de grifos y gyseres,dando la impresin de un cometa desgarbado.

    Me descuelgo del perejilpor un bejuco de lucirnagas:

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    28/41

    quedo a la altura de los topos,embarrado de lucirnagas.

    Bajo por la punta de un alfiler.Soy el primer eslabn o punto de un crculo,

    clamo adentro de ese crculo,trato de romperlo,con un gesto,con los dientes.

    Pero es intil. Me ahogo.Hay que comenzar de nuevo, hasta la desesperacin:de la ceguera vengo, voy a la ceguera,dndo la impresin de un hacha jorobada

    IMPOTENCIA DEL PENSAMIENTO PURO

    Es como si yo escribiera con la mano metida en la sagre.

    A travs del ojo del buey que est a punto de morir,veo lo que acontece en mi interior: no hay ningn paisajedonde dejar los labios enronquecidos de tanto andar,no hay donde dejar la salud cansada de tanta iracundia.

    (El papel me mastica en silencio, mugiendo, y acabapor tragarme.)

    Es como si yo escribiera recostado en la astillade una estrella,

    que de verdad fuera irreal, insutancial improbable.Entonces pienso en la palabra Samar,que se me sale por todas las estrofas,

    hasta que cae a mis brazos como una muchacha.

    Samar, digo,y Samar corre como una punta de flecha,de puntillassobre la alfombra incierta de mi teatro,

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    29/41

    digo,y mis pinzas la aprietan como un lpiz,sin saber a ciencia cierta si Samar quiere decir sombra,

    o si quiere decir algo,o es un planeta que vive en la sombra o un barco,

    desprendido de un sol recienteque ha llegado a encallar en la arborescencia de unhelecho.

    En el espacio que me rodea se abre una ventana:una mano atraviesa ese hueco y aprieta mi nuca.Esto es todo.La ventana desaparece.

    Por unos segundos he visto y sentidoalgo que est ms all del delirio.Golpeo el espacio con una cuchara,pero no hay muros ni ventanasslo materia transparente,velocubrindome a soplos.Mirar me desangra.

    Tal es que cada palabra que escribo se vuelvecontra mi pecho

    me ensarta con una bayoneta de trigo airado.

    Pongo una vara en la suite de las palabras para queno callen.

    Es como si yo escribiera con un oboe metido en lasangre.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    30/41

    EN UNA SOLA LLAMA

    No hay nada sino dos seres desnudos y abrazadosUn surtidor en el centro de la pieza

    Manantiales que duermen con los ojos abiertos

    Octavio Paz

    a Sonia

    Cuando el mundo sabe a dnde vaT y yo abrazadosEn el centro del cuartoQue es una nave quemadaA punto de llegar al lirioDe pie

    En el lugar donde hubo un bosqueUna palabraNos encontramosAnticipndonos a la gran carreraDonde nadie ha de avanzar un poco

    En tanta libertad

    Mis manos bajan hasta tus nalgasTus senos quieren liberarse de tiIncrustarse en mi pecho

    MordermeTu mirada de niaGalatea escondida bajo la falda del placerSe llena de crecientes tentculosAbrazadosProyectamos el mundo a cada pasoEl mundo que ansiamos desconsoladamenteHerido en las fbricas y en las selvasArrastrado como un roblePor elefantes que lloranAprendiendo a olvidar los pantanos

    En tanta libertad

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    31/41

    A veces me olvido que estamos en guerraEn tus pezones brinca un ciervoTodo yo te recorroCon aperos de agua erizadaTodo yo te respiro

    Bailamos pianos con pies de potrosMis labios en tu cuello son dos islasEn tanta constelacin mareada de jazminesMis manos bajan hasta la empuadura de tu espalda

    Ahora voy a rodear de eucaliptos tu cinturaDe semen tus eucaliptos verdaderosDe sol tus planos arquitectosOh t que eres Boticelli en un ramoSor Juana entre mis piernas

    Hoy es tiempo de amarLa polica no podr detenermeSi digo que hoy es tiempo de amarAlrededor del cuarto han crecido acaciasDe dos en dosEl olor del mundo es con nosotrosSlo sentimos el rumor de nuestras carnesTu organismo es un estanque que resuella

    En tanta libertad

    Abrimos la piel como puerta o manzanaMi camisa cae al sueloSbito paracadas para los ttulos de los librosDeja esa sbana en su equilibrio de espumaNo la toquesMira mis manosCmo suben espantando las avezuelas de tus muslosVenDeja esa msica en su velo egipcioNo la toques porque se derramaraVoy a gaviar aos en tu pielVoy a escribir sobre ti

    En tanta libertad

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    32/41

    Mi pensamiento encima de tu pensamientoTus muslos al lado de mis caderasAlegresY el jadeo

    Nos movemos como en una gran carreraDonde nadie ha de avanzar un pasoTodo yo te respiroMi lengua se humedece bajo el chorro de tu pielMe siento vivir en todas las azoteas del mundo

    Soy un coyote merodeando tu cuerpoUn jabal mordisqueando el maz de tu vientreUn quetzal en tu cuelloLa cama es un valleUn satlite de nuestro lenguajeEs bella como trigal mecido por los cuervosPor las olas de los cuervos que picoteanGranos enrojeciendo nuestros prpados

    Algo se avecina en este movimientoSoy un msculo ms de tu gargantaCon un embudo de hojasLa palabra llega de rodillas al aposentoAbrazadosAbrazadosQu reloj nos llama?Cunto tiempo ha transcurrido sobre nuestras

    antorchas?A mi lado izquierdo sonresYo te beso malignoRecuerdas la semana pasada?

    Hemos recuperado el habla.

    Mira el daAsoma dbiles garras por el resquicio del sueo

    Y te bes

    An en este mundo antiguo

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    33/41

    AO UNO

    Para Alejandra Moreno ToscanoY Enrique Flores Cano

    En la Plaza Mayor de la ciudad de Mxico,que decir,qu responder. Entre banderas desgarradas y pancartasrotas, entre crmenes, despojando a los criminales desus crmenes, doy respuesta a nadie.

    En la Plaza Mayor, emerjo, me hundo. Le grito, ladestrozo: es irascible, es indecible: la trago, la injurio:es irreconocible, es impalpable: es inasible. Es la

    profundidad. Es la bayoneta que entra por mi costadoderecho, atravesando el vocero: no tiene edad: es unapiedra de sacrificios. Me aturde: es el ombligo que veoal agachar la cabeza.

    Me inclino ante un arbusto no mayor de 40cms. dealtura, sorprendido de encontrarlo en este sitio, a estahora en que el cielo empieza a cerrarse y algunos n-geles yacen yertos en el asfalto, o amontonados arribade la Catedral, con los ojos inyectados por el desvaro,mientras otros cuelgan de las campanas o se agarran

    de las piedras confundindose en ellas con un gestodanzario. El arbusto tiene hojas cortas, speras, ramasduras, y un tronco como pata de caballo,afiebrado. En conjunto es semejante al delta de un rodibujado en un mapa, a las ceibas de mi pueblo cuandoapenas estn conociendo el mundo: su verdor delirantehace que mi inters lo toque, corte una hoja, la huela,la mordisquee, aorando no s qu sabor deadolescencia. Pero estoy seguro que este arbusto noexiste. Osi existi un da en este lugar fue hacemuchos aos, cuando haba pjaros, y patos, y canales

    de agua por donde se poda navegar. Por lo tanto,empiezo a cortar las ramas, las hojas, como siestuviera derrumbando todo un bosque, con la

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    34/41

    experiencia del talador que ha trepado y bajadomontes, hasta que lo sac de raz, jadeando, y empiezaa llover.

    Envuelto en mantas y peridicos, el movimiento casi

    involuntario de hombres y mujeres crece cuando lamayora se sienta y arrecian los sueos. De pie puedover ms all de la oscuridad, ms all de este tiempo yespacio determinados por el trazo de mi mano: puedover mi mano y mi codo hundidos en el pasado dondeel que corre puedo ser yo u otra persona a la cual norecuerdo o nunca haba visto en la vida: me mojo lossentidos. Alguien apoya su cabeza en mi hombro, meadormezco en una pierna, una cadera descansa en miespalda. El cansancio me llega despacio, rompiendomis huesos, entumeciendo mis palabras. Las palabrasse escurren por la zanja de la demencia. El cansanciocomo un Caballo que puede derribar la lluvia,patearme, despertarme. Entre los nubarrones se filtrauna punta de estrella.

    Reflectores, lmpara de mano inquirindonos,hirindonos, traspasndonos los pechos y crneos. Lossoldados van de un lado a otro, se dictan rdenes, secomunican rdenes, en una extraa coreografaguerrera. No entiendo nada pues estoy dentro de unbalde de agua. Ms bien estoy sentado en una silla conun cuaderno donde me inclino tratando de escribirsobre las piernas. Como una campana, un espesofollaje me rodea, me ofrece una copa de sombra.A dnde los llevan?, me pregunt la mujer queestaba a mi lado. A dnde va el sol a estas horas?,me preguntaron los pjaros desde lo alto del sabino.Los pjaros volaron hacia donde el sol se oculta,rumbo al cerro llamado Matumactz. Desde dondeescribi no puedo controlar la ira. La ira que viene deatrs, de una cueva donde no puedo salir pues el tigreacecha y la manada de jabales acaba con misembrado de maz.

    Yo pinto esta escena en las paredes de la cueva.

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    35/41

    Estamos como en un asteroide dando vueltas,mareados, sin comprender nada. Pero en las entraasde cada uno se desgajan cerros, cataratas, ciegancarnes. Abro las compuertas del hambre: mis abuelos,algunos parientes caen sobre de m, me dejan en

    camiseta. Uso la cama y cuando me levanto el viaje noha dejado huella.Voy desclavando las tablas de la memoria. Voy aTierra Blanca y luego a Matas Romero con losferrocarrileros en huelga. Si me has visto, palomablanca, no me delates, no menciones mi nombre en subalcn. Que la guitarra no me haga uno de suspersonajes.Reunmonos junto a los furgones y a los carros quecomo bestias prehistricas nos contagian suinmovilidad. Paloma, paloma alza tu vuelo y mramedesde tu blando vuelo Tu vuelo de algodn. Unrevuelo de palomas se desprenden desde las cpulasde la Catedral, giran, se estrellan sobre loscaparozones de los tanques de guerra. Nuestrosguardianes se ponen en posicin de alerta, con lasarmas listas a disparar. Dos o tres palomas en elasfalto, con el cuello y las alas rotas junto a m. Unhelicptero pasa, arrastrando la luz de un reflector.Seguramente las palomas creyeron que habaamanecido. As capturbamosen mi pueblo a loszenzontles.Llegbamos en noche cerrada hasta la orilla del rogrande, y a unos pasos de la zona ms tupida derboles, encendamos varias fogata en lnea entre losrboles y las fogatas, una gran red. Alas como si sequebraran o ramas rotas saltaban de las frondosidadesoscuras e iban a dar a nuestras manos. Maanallevaremos a los pjaros al mercado y los venderemos.Ojal que con el susto no hayan enmudecido. Desdetemprano estoy vendiendo estos pjaros. En las jaulasvacas se extingue el silbo.

    El tiempo quema las horas como estatuas de alcohol,con su aliento. Del canto nacen acequias, del

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    36/41

    pensamiento mscaras, el espritu se eleva y es unanube ronca, llena deacentos detropiezo, en ignicin.Es el proceso. Oigo a prisioneros romper el asfalto,trabajar en la construccin de una zanja. Gesto sobre lafrente y la espalda, esfuerzo del crneo y de la

    columna vertebral. Tiempo tragando, tierra de tiempo.Zanja que es un cielo al revs, cielo que ceja el cielo.Una mujer duerme a mi lado, como duermen esas p-ginas de un cuaderno donde todava no se ha posado lamano del escritor. Sus senos entonan una fogata desemillas. Comienzo a arar en cenizas de soles, a comerde esa carne de transformaciones. Tengo hambre,tengo sed, murmura. Abre la boca. Mi paueloempapado en esta lluvia calmar tu sed. Me inclinohacia ella. La tomo de la cabeza y la acuesto en elasfalto. Le exprimo el pauelo. Toco las puertas dondeest inscrito el nombre del paladar, la saliva quecuelga como una aldaba.Ser posible todo esto?, murmuro. Ella contestadesde el sueo que s, y sigue hablando y caminando.Yo la veo marcharse y sin embargo la tengo junto am, puedo escuchar su sudacin, tocarla. Ya regresa-r, digo. Estoy aqu, me busca desde sus semillas.Entonces escucho el rugido. Bajo los rbolesgolpebamos la tierra con los palos que empubamos,algunos los arrojaban, las hembras abrazaban a sushijos que chillaban, pataleaban. Esos rostros de monosespantados, de monos hincados ante el rayo. El tigreoculto en la hierba alta, el olor del tigre como hierbapodrida, como pantano.Levntate, me ordenaron. Me llevan a trabajar en lazanja. Me siento tragado por un murcilago, separadode la juventud y de la ancianidad. Entonces comenc aorinarme en el pantaln, me orin mojndome laspiernas, los zapatos, los calcetines, mojando a mifamilia, a mi cuna, cayendo el orn desde el tejado, sindejar de trabajar. Ca de rodillas. Me sacaron de loscabellos, como una mala raz. No soy una raz, soy unhombre, les dije. Soy acaso una raz?les pregunta los soldados que me conducan. S, eres una raz'',me dijo la mujer. Aqu te voy a enterrar, me seal

    http://acentos.de/http://acentos.de/
  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    37/41

    cuando llegamos a la ladera, para qu cuando crezcaspuedas ver el valle que se veabajo. Me enterr hastala cintura. Dej caer la cabeza hacia atrs.

    El valle azul. Salimos de Amatenango y llegamos

    a San Cristbal. En la casa, alrededor de la pila deagua, en unas butacas con respaldo de cuero, bebimoshasta emborracharnos. Uno lea en voz alta,enredndose en hazaas desordenadas o en la amarillaondulacin de colinas, convulsionado el cuerpo, cor-tndole las venas a las colinas; otro escriba dandogolpes de coa hasta llegar a los restos de otras pocas,inventariando huesos, limpiando ofrendas,volvindolas a enterrar cuando el papel de escribir sellenaba de una escritura de tierra y muerte; aqulpasaba a mquina un poema y lo que pasaba siempreera distinto al original, a l mismo, a la realidad quetrastornada sin embargo poda apreciarse en aquellaspalabras que iban apareciendo desgastadasno en el papel s en la frente del poeta; ste habaenmudecido despus de bajar del Huitepec, briznas denubes en los hombros, terminante el puo paradescargarlo, despus de injuriarnos. Yo serva mstragos. De las huelgas ferrocarrileras habamos salidocon un sueo que al despertar nos segua a todas partesy cuando nos dormamos el sueo quedaba afuerasoando con trenes desbarrancados. Haba queprepararse. En Cuba haba triunfado la revolucin.Asimilar los das que como sueos se habanderrumbado en los das de los sueos, era la consigna.Nos lleg la noticia: en la lucha diaria, legal oclandestina, est la posibilidad de la alegra. No hayderrotas. Desfallezcan, nieguen, duden, arrebaten,concentren lo disperso, nos dijo Cuba. Escuchen: lesdamos cinco minutos para desalojar la plaza. . ., nosdijeron en 1968. Y cargaron contra nosotros. Estoy enla puerta o adentro de la casa, existe la casa o la puertase ha tragado la casa?

    Desvaro como una encina. Me agito como unmatilishuate. Cado puedo ver el cambio. Lo que hay

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    38/41

    que cambiar puede ser un rbol, pero no la ferocidadde un rbol. Yo he visto en la selva que rodea aBonampak la ferocidad de los rboles, una oscuridadunsona que se desgajaba multitudinariamente a unaordeny sent troncos anulando cielos. La ferocidad de

    un rbol comiendo de mi pecho, la ferocidad que mealcanza al final de un rbol.

    Entendimiento emergiendo del caos, se escucha unadescarga de fusilera. De las paredes de La Catedral sedesprenden piedras que chocan con dientes, planetassurgen de mis codos, caigo y me envuelven en unamanta, me echan a la zanja donde hace unosmomentos trabaj. Todo esto, lo s muy bien, esconsecuencia de mis actos: T eres un vaso de la vidaque es dialctica y que es muerte, record a JosRevueltas. Estoy escribiendo esto, debo aceptar loverosmil del escenario, lo inverosmil de laescenografa. Una cadena y otra cadena, hasta que elhorizonte se manche con la tinta de la escritura ydesaparezca, para de nuevo aparecer en otro escenario.Lo verosmil: la urgencia de la danza, lacoreografa abajo del universo. Surge el bailarn y locontradictorio de su estancia en la tierra es que suspiernas enterradas hasta las rodillas tambin resistenestar enterradas en lo unvoco, bajo la sequa. Latierra: el bailarn en un traje de tierra, trabajando bajotierra, afirmando y negando la msica que brota de susuas y espejea el azul de sus prpados. Carrera en laentonacin de sus tobillos, de sus ramajes convertidosen esqueletos de la propia luz. Alguien dice algo, sien-to que me dejan solo. Danzo con los dientes del sol sinlabios: en el ao uno sin vidrios, sin sequedad paraatravesar la inmovilidad: soy perecedero. Mi abueloatravesaba tambin esta primavera y llegaba a sentarsecon nosotros. Su caballo relinchaba en el corral, comoquerindose ir con l a no s qu negocios de mujeres,pues ya anocheca. Sacaba un libro de su morral y noslea. Aurora, danos caf, peda mi padre a mi madre.No s que yelmos, aldeas, caminos, peleas, nsulascomparta; y era en la cueva de Montesinos donde

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    39/41

    cada uno de mis hermanos y yo inventbamos otrashistorias. Y mi abuelo y Cervantes rindose, mientrashacamos otro libro del Libro. La inmovilidad: miabuelo, vindome dormido, dejaba abajo de mialmohada semillas de ojo de venado, espinas de

    cuerno de toro, la movilidad y la flexibilidad decscaras de jobo. Una noche me dej una pluma deguila. An dormido, ms que sentirla junto a m, laescuch. Senta su fuerza. Se agitaba como un vientorepentino que despeinara la piel. Siendo perecedera,me hamacaba en su piel. .Recia, spera y fina merevolcaba en su espejo, dndome puados deprimavera. Me someta a su fragilidad. La viimperecedera. Medijo: no s qu me dijo: se desdijo.La escuch y era el guila revoloteando por mis venas.Hace dos das la agarr, comenz a platicarnos miabuelo. Tembl por las montaas de Chicoasn, y mellegaron a decir a San Fernando que haban visto unguila pasar por un casero. La encontr en las ramasde una ceiba. Tena un ala rota. Cay desde arribacomo un gigantesco ngel, con el pecho atravesadopor mi bala. Se la vend a un comerciante que iba consu recua de mulas a Soyal, y te traje esta pluma comoun recuerdo de ese temblor blanco, termin mi abueloacariciando mi cabeza. Ya es hora, dijo. Ya eshora, repetimos. Mi padre, mi madre, mis hermanos yyo lo acompaamos a la puerta. Ha muerto alguienms de la familia?, nos pregunt. No supimos qucontestarle. Desde entonces la pluma del guila la veocada vez que trato de reparar el ao sin marco: lapluma es imperecedera dentro de una zanja, esperecedera a travs de un vidrio.

    Veo una ventana: pienso: es lo imperecedero. MeEntregan una hoja en blanco, me exigen que escribaquin soy. Soy uno ms, escribo. Uno de los policasme pregunta: Slo escribes esto? Slo esto. Melevantan de los hombros. Voy corriendo en una horalodosa, extraterrena, que la razn no puede soportar.Me acerco a la ventana: de un salto puedo encontrarlo perecedero. Corro por un bosque, me persiguen con

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    40/41

    perros. La ventana: es la divisin de la realidad y lairrealidad: vigilia golpeada. Atado como una res.Salto por la realidad: corro dentro de un libro, de unaletra, empujando metforas. Estiro las piernas.Hamuerto alguien ms de la familia? No supimos que

    contestarle.Se escuchan descargas de fusiles. Conoces lacatstrofe?, me pregunt el compaero de laizquierda al despertarse. No. Pero creo que estoyacercndome a ella. Se est dando en las ruinas deluniverso, de este universo donde estamos sentados,respondo. Veo desde un libro.. El libro es el resultadode lo que yo veo, interviene ella. Me asomo. Veo loque todava no acontece. Veo lo que todava no heescrito. Todo esto slo cobrar sentido cuando nadiesea ajeno a su estirpe mutilada y energtica,respondo.

    En el ao uno del derrumbe, el hacha no responde sino es con el alzamiento del brazo, el brazo preguntacon horizonte y clera. Despus de saber todo estosoplo estas pginas y vuelven a quedar en blanco. Lapoesa se vuelve contra s misma para escuchar supropia catstrofe.

    Qu clase de catstrofe?

    EPLOGO

    Oye nacer el trueno del derrumbe,yelo arrastrarse del otro lado de la palabra,de aquella que no se ha escrito ni pronunciado,la que nos duele antes de pensarse,la que no tendremos jams.Oye mi nacimiento en esa palabra,yeme sin piel tratando de hablar,golpeando los dientes desde adentro,abriendo las quijadas con un palo

  • 7/28/2019 112 - OLIVA, Oscar - La Realidad Cruzada de Los Rayos [PDF]

    41/41

    para caer de cabeza con un alaridoa los pies de estas palabras maltratadas.Tus manos reciben ese nacimiento.Daremos esa luz que nadie ha dado.