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1 IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

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IV CongresoLatnoamercano deConseracón y Restauracón de Metal

Mnsterode Educacón, Culturay Deporte

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Macrofotografía (SEM) de cuenta de collar islámico del Museo de Córdoba

Fotografía: José Vicente Navarro

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IV Congreso Latnoamercano

de Conseracón y Restauracónde Metal

M, 13 17 b 2011

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Catálogo de publicaciones del Ministerio: www.mecd.gob.esCatálogo general de publicaciones ofciales: publicacionesofciales.boe.es

Coordinación científcaSoledad DíazEnma García

Consejo editorial del IPCEIsabel ArgerichFélix BenitoAna CarrassónSoledad DíazMaría DomingoGuillermo Enríquez de SalamancaAdolfo GarcíaLorenzo MartínAlfonso MuñozMaría Pía Timón

Corrección de textosEducación y Patrimonio

MINISTERIODE EDUCACIÓN, CULTURA

Y DEPORTE

Editan:SECRETARÍA GENERAL TÉCNICASubdirección General

de Documentación y PublicacionesGRUPO ESPAÑOL DE CONSERVACIÓN

De los textos y las fotografías: sus autores

NIPO: 030-13-009-5

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ÍNDICE

Pág.

Introducción ………………………………………………………………………………………………………………………… 9

Can open-source methodologies and web based technologies be used to shrink the world and increase

 the rate o treatment development in metals conservation? How can the ICOM-CC Metals WG help? ………… 10 

David Hallam

Caracterización microanalítica de los ornatos y de la escultura del águila de la cobertura de cobre

del Teatro Municipal de Río de Janeiro ……………………………………………………………………………………… 17Guadalupe do Nascimento Campos, Marcus Granato y Otávio da Fonseca Martins Gomes

Estudio de tres láminas de plomo escritas del yacimiento ibérico del Tossal de Sant Miquel de Llíria ………… 28M.ª Amparo Peiró Ronda, Antonio Domenech Carbó y Teresa Domenech Carbó

Estudio de plata Ruolz mediante espectroscopía láser …………………………………………………………………… 41Pilar Ortiz, Vanessa Antunez, Rocío Ortiz, José María Martín, Mª. Auxiliadora Gómez, Manuel BethencourtIgnacio López, Víctor Piñón, M.ª Paz Mateo y Ginés Nicolás

Datación de pecios de los siglos  xviii  y  xix a través de la caracterización de los orros de cobre ………………… 51Manuel Bethencourt, Abel Bocalandro y Julia Romero-Pastor

Datación de plomo arqueológico mediante métodos electroquímicos ………………………………………………… 63

 Antonio Doménech-Carbó, María Teresa Doménech-Carbó y María Amparo Peiró-Ronda

Evaluación del estado de conservación del patrimonio arqueológico subacuático mediante las velocidades

 y potenciales de corrosión. Protección con ánodos de sacrifcio ……………………………………………………… 72Manuel Bethencourt

 Análisis mediante XRF de una cruz procesional medieval de plata originaria de Italia central ………………… 80

Clodoaldo Roldán García, Marco Ferretti, Claudia Polese e Irene Sabatini

Caracterización del proceso de patinación en río de bronces de segunda undición ……………………………… 88

Mariano Pérez, Gemma M.ª González-Mesa, Maurizia Calvisi y Luis Galindo

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Pág.

 Aportes de los conservadores-restauradores a otras disciplinas como la arqueometría …………………………… 97Gabriela Peñuelas Guerrero e Ingrid Karina Jiménez Cosme

«Atlas de Patologías de Materiales» ………………………………………………………………………………………… 103Montserrat Pugès, María José Alcayde, Laia Fernández y María Molinas

Proyecto de restauración del transbordador Nicolás Avellaneda …………………………………………………… 110 Antolin Magallanes, Fernando Fornas y Ricardo Domingo Marchese

 Análisis y conservación del copilli  de la Virgen de Guadalupe

procedente de Tayata, Oaxaca, México …………………………………………………………………………………… 120Katia Perdigón Castañeda, Victor Santos Vasquez y José Luis Ruvalcaba Sil

Redescubriendo a los plateros chimúes e incas ………………………………………………………………………… 129Luis Enrique Castillo Narrea

Degradación del patrimonio metálico causada por ácidos orgánicos en museos y exposiciones:

el caso del Museo de América (Madrid) …………………………………………………………………………………… 141Diana Lauente, Emilio Cano y Teresa Gómez

El pueblo mapuche y su platería. Análisis y restauración de collares y pectorales de plata

de los siglos  xviii- xix …………………………………………………………………………………………………………… 153

 Johanna María Theile y Ana Bustamante

 Aproximación social del patrimonio industrial, el caso de un tranvía

del Museo de Transportes Eléctricos del D.F. …………………………………………………………………………… 162Patricia Ruiz Portilla, María del Pilar Tapia López, Gabriela Peñuelas, Jannen Contreras Vargas e Ingrid Jiménez Cosme

 Aluminio. Duraluminio: patologías y posibles tratamientos

de estabilización y restauración …………………………………………………………………………………………… 169Ignacio César Sanz

Estudio, clasifcación y criterios para la intervención en los elementos metálicos de las

reparaciones-restauraciones antiguas de cerámica ……………………………………………………………………… 180 Carmen Dávila Buitrón

Estudio de las intervenciones de mantenimiento en un conjunto de bronces de época romana………………… 207

Fede Petri Sancha

Restauración de instrumentos científcos: experiencias desarrolladas en el MAST (Brasil) ……………………… 220Marcus Granato

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Restauración del conjunto de ocho leones de bronce dorado del Museo Nacional del Prado.

 Aportaciones a su historia a través de su restauración ………………………………………………………………… 233

Elena Arias

Restauración de las luminarias del antiguo Palacio de Correos de Buenos Aires, Argentina…………………… 251

Ricardo Domingo Marchese

 Análisis de cloruros en la zona graftizada de un cañón de hierro procedente del pecio Bucentaure

(La Caleta, Cádiz) tratado mediante polarización catódica de baja intensidad  …………………………………… 256

Manuel Bethencourt y Luis Carlos Zambrano

 Técnicas de láser en la restauración en objetos de plomo y aleaciones blandas de procedencia

arqueológica …………………………………………………………………………………………………………………… 271

 Joaquín Barrio, Ana Isabel Pardo, Elena Catalán, Patrcia Carolina Gutiérrez y M.ª Cruz Medina

Estudio preliminar de la eectividad de la pre-consolidación de hierro arqueológico para estabilizar 

los iones cloruro durante su almacenamiento …………………………………………………………………………… 284

Francisco Rodríguez Calás y Montserrat Lastras Pérez

Estudio sobre la conservación de los materiales metálicos de la achada principal de la estaciónde Atocha (Madrid) …………………………………………………………………………………………………………… 292

M.ª Ángeles. Villegas, Fernando Agua, Juan Félix Conde, Manuel García-Heras, V. López y J. Contreras

Metalurgia y momifcación: la conservación de estuches portaamuletos egipcios ……………………………… 306

Soledad Díaz y Elena Mora

Funcionalidad versus conservación en piezas de orebrería destinadas al culto:

el ejemplo del estudio y restauración de la cruz procesional de Tibi ……………………………………………… 315

Inmaculada Traver Badenes

Estudio de la corrosión del hierro tratado con recubrimientos de polímeros clorados ………………………… 327

Mauricio Benjamín Jiménez y Juana María Miranda

Láser e inmersión en soluciones líquidas para la limpieza de metales arqueológicos: el caso del

anillo tardorromano del Pago de las Pizarras en Coca, Segovia ………………………………………………………… 336

Cristina Escudero, Mercedes Barrera, Ruo Martín, Cesáreo Pérez y Olivia Reyes

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 Armas aricanas del Museo Nacional de Antropología de Madrid:

estudio, conservación-restauración y almacenaje………………………………………………………………………… 345Durgha Orozco Delgado

 Apuntes sobre tecnología y conservación de monedas de vellón …………………………………………………… 359Enrique Echevarría Alonso-Cortés

Corrosión en cobre dorado de cultura Vicús (0 a. C.-700 d. C.) ……………………………………………………… 368Sara Montero Moure

Daños antrópicos que aectan al patrimonio metálico: las reconstrucciones ……………………………………… 379Emma García Alonso

 Apuntes sobre la evolución histórica de la metalurgia armamentística española de los siglos xvii a  xix a través de la caracterización de balas de cañón …………………………………………………………… 391Manuel Bethencourt, Miguel Ángel Hernández, Enrique Augusto Martínez y Carmen María Abreu

Estudio y aplicación del agente quelante DTPA (ácido dietilentriamino pentaacético) como

 tratamiento de conservación y restauración a una obra de orebrería con esmaltes …………………………… 400M.ª Llanos Flores Madrona y Livio Ferrazza

Estudio analítico-estructural de un espejo romano del siglo iii perteneciente al conjunto

arqueológico de Baelo Claudia (Bolonia, España) ……………………………………………………………………… 412 Adrián Ángel Pieretti, Raúl E. Bolmaro, Milagrosa Jiménez, M.ª Luisa Almoraima Gil y Manuel Bethencourt

Restauración del esenciero de plata procedente de Los Tejadillos, Albarracín. Museo de Teruel……………… 420María Pilar Punter Gómez, Isabel Sánchez Marqués, Alejandro Chamorro Salillas, Josea Parra Granell y Ángel Luis García Pérez

Documentación e intervención sobre la colección de patrimonio científco «Mentora Alsina» 

en el Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya ………………………………………………………………… 433Mercè Gual Via

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El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y através de él la Subdirección General del Instituto delPatrimonio Cultural de España, desarrolla programas

ormativos de especialización de técnicos en investiga-ción, conservación y restauración de bienes culturales.Del 13 al 16 del mes de septiembre de 2011, se

celebró en el salón de Actos del Ministerio de Culturael IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal, con la asistencia de 196 espe-cialistas y proesionales de 10 países y representaciónde todas las comunidades autónomas españolas.

El Grupo Latinoamericano de Restauración de Metal,

que orma parte del Working Group Metal del ICOM,ha crecido de manera notoria en esta última reunión,consolidándose como un reerente de la conservacióndel patrimonio metálico en el área latinoamericana.

El de Madrid ha sido el congreso más multitudina-rio hasta la echa, con el objetivo claro de aumentarel conocimiento y la especialización en esta materia.

El congreso, inaugurado por la entonces DirectoraGeneral de Bellas Artes, Doña M.ª Angeles Albert deLeón, duró 4 intensísimos días. En él se presentaroninnovaciones tecnológicas y metodológicas mediantela exposición de conerencias y posters encuadradosen bloques específcos, acilitando a los asistentes lasnovedades de la conservación de elementos metálicosdesde ópticas dierenciadas.

La sesión de comunicaciones, se inició con la po-nencia de Mr. David Hallam, senior conservador delNational Museum o Australia y actual Director del Working Group Metal del ICOM-CC, que propuso ava-

lar iniciativas similares dirigidas a la conservación delMetal. Además, en este congreso se ha contado con

la asistencia de reconocidos especialistas nacionales einternacionales, que participaron activamente en lassesiones de debate.

El congreso contó con 46 ponencias, que abarca-ron los dierentes aspectos de la conservación de losmetales patrimoniales en la actualidad, recogidas enlas actas que hoy les presentamos.

Pero el objetivo principal, que creemos haber lo-grado, es la creación de redes interinstitucionales deinvestigación que omentarán el diálogo entre los pro-esionales, undamentales para dar apoyo técnico a loscuadros de conservadores-restauradores, técnicos y gestores de patrimonio de esta extensa área geográfca.

 A las publicaciones precedentes de las actas deSantiago de Chile, Rio de Janeiro y México D. F., añadi-mos éstas, agradeciendo a los autores su generosidadpor compartir sus conocimientos con todos nosotros.

Madrid, ebrero de 2012

Soledad Díaz Martínez

IPCE. Ministerio de Educación, Cultura y DeporteEmma García Alonso

IPCE. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

Organizadoras del Congreso y coordinadoras de las Actas

Introducción

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IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

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Resumen

Si podemos reproducir los éxitos de nuestras cone-rencias y encuentros utilizando la web para hacer cre-cer nuestra comunidad y desarrollar nuestras colabo-raciones, podremos aumentar nuestra productividad y nuestra presencia a lo largo de los años venideros.Esta web es ahora una parte integral de nuestra pro-esión que, ignoramos bajo nuestra responsabilidad.Primero analizaré los cimientos de una presenciaabierta en la red. Seguidamente, estudiaré qué es loque estamos haciendo actualmente y cómo podría-mos mejorarlo.

Palabras clae

Red global, Grupo de Trabajo de Metales.

C -u wb

b b u k w ?Hw ICOM-CC M WG ? 

Dad Hallam

C ICOM-CC Wk Gu M 2008-2011 / 2011-2014

[email protected]

Abstract

I we can mirror the successes o our conerences andmeetings by using the web to grow our community and collaborations we can increase the productivity and presence over the next ew years. The web isnow an integral part o our proessions which weignore oat our own peril. I will rst look at some o the building blocks o an open web presence. Then will look at what we are currently doing and how thiscan be improved.

Keywords

 Word Wide Web, Metals Working Group.

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Can open-source methodologes and web based technologes be used to shrnk the world

Introducton

ICOM-CC Working Group Metals

The Working Group Metals is a part o ICOM-CC thatis concerned with the conservation, scientic study,restoration and preservation o all historic objects andarteacts made rom any kind o metals or metallicalloys, archaeological, indigenous or technological.

The WG aims to take a lead role in the promotiono metals conservation in the wider conservation andscientic communities.

Communication and Sharing have been major the-mes during the 2008-2011 triennial and will continuein the 2011-2014 triennial or ICOM-CC WG Metal.

The co-ordination team has tried ensuring a balan-ce between the practice and science o metals conser- vation in all o its many favours. Neither the practice

nor the science o metals conservation can surviveand grow without the other. Metals conservation sur- vives because we actually enjoy treating objects andimproving their stability, improving accessibility andincreasing the understanding o them-be it a Romancoin, an outdoor sculpture or a space rocket. Weneed to keep this nal set o goals-analysis, stabili-sation and treatment, paramount in our discussions.

 We have tried improving the number and quality o discussions thru encouraging internet-based com-munication and ace-to-ace meetings such as cone-rences. Our conerences and meetings have been asuccess. The web-based communication needs more work. This paper aims explain how this can be done.

Metals 2010 in Charleston was a great successthanks to the tireless eorts o Paul Mardikian, Clau-dia Chemelloo, Mike Drew's and their team. Paul andClaudia-ensured that the participants received a Com-pact Disk o the papers on arrival and also re-editedthe papers and discussions so they can be purchasedas a  print on demand 1. Post event surveys revealedthat the conerence was on target with its approachand satisaction was high2.

Similar successes were experienced with meetingso the Third Latin-American Congress on Restorationo Metals (3CLRM) conducted entirely in Spanish and

1 S ://www.uu..2 ://www.-./54/u/-2010-u-u/?=911.

Portuguese, was hosted September 1-4, 2009 in Mexi-co City.

The Archaeological Iron Conservation Colloquium2010 was held rom June 24-26 at the State Academy o Art and Design Stuttgart, Germany this was o-llowed by a joint meeting with the Glass and Cera-mics group just prior to Metals 2010. Similarly BigStu 2010 was held in Duxord UK October 2010.

 We look orward to another meeting o the Latin- American Congress on Restoration o Metals beingheld in Madrid prior to ICOM-CC and we are currently 

planning the next interim meeting o the Metals WGin Edinburgh Scotland in 2013, A Bronze meeting isStuttgart in 2012 and a Latin-American Congress inLima Peru in 2014(?).

I we can mirror the successes o our conerencesand meetings by using the web to grow our commu-nity and collaborations we can increase the producti- vity and presence over the next ew years.

The web is now an integral part o our proessions

 which we ignore oat our own peril. I will rst look atsome o the building blocks o an open web presen-ce. Then will look at what we are currently doing andhow this can be improved.

 Web 1 and 2

 Web 1.0, or web, reers to the rst stage o the World Wide Web as established in the early 1990’s linking web-pages with hyper-links. The term Web 2.0 is as-sociated with web applications that acilitate participa-tory inormation sharing, interoperability, user-cente-red design, and collaboration on the World Wide Web.

The Web 2.0 oers all users the same reedom tocontribute.

The ICOM-CC site is mainly web one.– Icom-CC Website (mainly web one).– Membership lists.– Forums.– Publications and web pages.

Open Source Sotware

Open source sotware grew rom the scientic ideathat sotware needed to be able to be examined andbuilt on just like a scientic data and theories. This

idea is embodied in Art 27 United Nation’s declara-tion on human rights.

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The best examples o Open source sotware are: – The Fireox web Browser (Mozilla) aka (Netsca-

pe), Mosaic (web browser), – The Linux operating system –«it it’s many favors». – Android phone system. – Samba le servers. – Apache web servers.

 All rely on communities o supporters to deve-lop them. Almost all open source sotware is «ree»in every sense –it costs nothing– the source code is

available or you can use, share and modiy.The open-source model includes the concept o concurrent yet dierent agendas and diering ap-proaches in production, in contrast with more centra-lized models o development such as those typically used in commercial sotware companies. A main princi-ple and practice o open-source sotware developmentis peer production by bartering and collaboration, withthe end-product, source-material, «blueprints», and do-

cumentation available at no cost to the public.

How do Open Source communities operate?

The ollowing is a typical example o a open sourcecommunities «values»3.

1. We believe in an open exchange. We can learn more rom each other when in-ormation is open. A ree exchange o ideas iscritical to creating an environment where peo-ple are allowed to learn and use existing inor-mation toward creating new ideas.

2. We believe in the power o participation. When we are ree to collaborate, we create. Wecan solve problems that no one person may beable to solve on their own.

3. We believe in rapid prototyping.Rapid prototypes can lead to rapid ailures,but that leads to better solutions ound aster. When you're ree to experiment, you can lookat problems in new ways and look or answersin new places. You can learn by doing.

3 A u. –F Pj R– Lubu.

4. We believe in meritocracy.

In a meritocracy, the best ideas win. In a meri-tocracy, everyone has access to the same inor-mation. Successul work determines which pro-jects rise and gather eort rom the community. We believe in community.

5. Communities are ormed around a commonpurpose.They bring together diverse ideas and share work. Together, a global community can createbeyond the capabilities o any one individual. Itmultiplies eort and shares the work. Together, we can do more.

From this we can see that Open Source commu-nities tend to:

 – Share code-data. – Work on common projects.

– Tend to be Meritocratic. – Blur the boundaries o our lie parts –do what you want– or little or no pay as a proessional.

Open Source communities build on the economieso collaboration4 and cooperation to build things thatindividual organisations or people would not havethe resources to build alone.

4

D T A D. W «Wk Hw M Cb- C E» A Bk L 2008 b 978 1 84354637.

Fgura 1. T "" u "".

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Can open-source methodologes and web based technologes be used to shrnk the world

Using the web and people who share the belie that this kind o conduct is appropriate what could you nd out about a metals conservator in Australiarom the web.

From the social media you would nd that: – I like electro-chemistry.

 – I love unctional objects conservation. – I have an active amily.

My museum just had an exhibition on the Irish in Australia.

I’m currently working at the University o Canbe-rra redeveloping the conservation course.

I personally don’t object to this as long as it ser- ves the betterment o the WG. A ellow Australian WG coordinator Andrew Thorn has pushed this even

urther with his amazing work on the «insitu preserva-tion» group on Facebook. His 250.000 hits since being

set up is a testament to the number o conservatorsusing and ollowing his site. Asian conservators loveto be able to communicate thru Facebook and othermedia in preerence to email. European conservatorstend to be quite the opposite preerring negligibleon-line presence.

Using other parts o a Web 2 environment wecould do the equivalent o sharing Intellectual pro-perty –Share the source– we could:

 – Share experiences. – Share data. – Share evidence. – Share procedure's-Use GPL5.

ICOM WG Metals Members

 We currently have 80 WG Metals members registeredon the ICOM-CC site. We know that we have about 160 ICOM-CC Mem-

bers interested in Metals Conservation. We have over1.200 people in the wider scientic and museum com-munity interested in Metals Conservation.

 Active associates

 We have a group o people we could class as activein the working group. These include:

 – 4 co-ordinators. – 32 national contacts. – One editor. – 6 associate editors. – 4 sub-working group co-ordinators. – 6 Metal 2013 program committee members.

Registered other proessional associates

 We have 1.200 people registered as interested in itsproceedings. In net parlance most o these are «lur-kers» sitting and observing but not contributing di-rectly except at conerences.

5 ://www.u.//. ://./

Fgura 2. Mb M WG u b b ICOM ICOM CC.

Fgura 3. W w "bu».

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Membership interactions

Membership activity is limited by distance except by individual contacts through the directory or as a re-sult o BROMEC or a newsletter. Physical meeting islimited except or local group meetings (France), Sub working group meetings, the Triennial and interimmeetings.

In reality we still have little real interaction outsi-

de these events. When people are in close physicalproximity physical interaction is obviously best, par-ticularly when real objects are being involved - but.Imagine how we could multiply our eectiveness by collaboration in the sharing o inormation. For suchcollaboration use o the web is ideal as demonstratedby large computer projects that are solely web based -eg many sotware projects. We can take a lead ro theuse o web 2 technologies and a «open-source » ethic.

Increasng nteractons

 What Options are Available?

 – Mailing lists and discussion groups (Yahoo,Cons-dist-list). – Forums (ICOM-CC website). – Non interactive web pages. – Interactive web pages (wiki like structures). – Interactive social sites (Linkedin, Facebook, Aca-demia.edu). – Open collaborative single purpose inormationsites (Zotero, Cite-u-like, Mendeley).

 Where should these interactions take place?

 Where people eel comortable with them. Either atthe ICOM-CC site or at sites like Yahoo or Wetpaint. Alot will depend a lot on the relative capacities o eachsite and associated sotware. Currently a wiki cannotbe built on the ICOM-CC site nor can it be used oremails to the distributed international group o metalsconservators. It is a tall ask or the ICOM-CC site tohave all the latest acilities –now– but without them

the community will go to were the acilities are i they need them. Hence many people are using Linkedin

or «proessional» communication whereas Facebooksupplies the requirements or those who want a bit

more social interaction. Zotero or sharing bibliogra-phic data. You need to make your own choices de-pending on your requirements.

Current web usage

The Metals Working Group has several web presen-ces they are as ollows:

The ICOM-CC site http://www.icom-cc.org/54.This site is or all ocial ICOM-CC business, o-rums, news, le downloads and inormation. The co-ordinator can email members rom this site once they have registered on line as a member o the Metals WG. Public access to this site is limited.

 What use is the ICOM-CC website?

It is the ocial communication tool o the ICOM-CC members! It is an ocial document, it is were stu that ICOM-CC owns is deposited and hence cannotbe used in quite the way a unaliated site can.

I would argue that due to copyright issues it can-not be used or non-ICOM-CC inormation. Currently the ICOM-CC site it is nding it’s level but it will only be really useul when all members have signed upand joined their working groups.

 A Yahoo site:http://tech.groups.yahoo.com.group/Metals-Conservation-Discussion-Group/. This is adiscussion group or all who are interested inMetals Conservation. Join in and make this ametals cons-dist list.

Facebook. Metals Working Group:.h t t p : / / w w w . a c e b o o k . c o m / g r o u p .php?gid=111173972232762

Linked-in:http://www.linkedin.com/

 Academia.edu:http://nma.academia.edu/DavidHallam

Bibliographies:h t t p : / / m e c h a n i c u s e q u u s . i n o / wordpress/?p=261. For my latest thoughts onthe use o online bibliographies or sharing work on line.

 Another useul discussion is at: http://musings-aboutlibrarianship.blogspot.com/2010/08/end-

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Can open-source methodologes and web based technologes be used to shrnk the world

note-mendeley-zotero-wizolio.htmlThe ollowing bibliographie systems are availa-

ble or sharing data:

http://www.citeulike.org/http://www.zotero.org/http://www.mendeley.com/http://www.connotea.orghttp://www.plos.org/

I would recommend Zotero as a Conservation

standard but would encorrage the use o Mendeley asa desktop based application.

 What do we need to do in 2011-2014 to increasesharing and openess?

 – Get ICOM-CC to adopt a more collaborativeand open approach to the website.

 – Join the ICOM-CC Forum – ts ree! Contribute!Do not be scared! – Use the Yahoo group.

 – Ensure you are registered as a member o theMetals WG on the ICOM-CC web site i you

are a ICOM member. – Set up a Zotero, mendeley or Citeulike accountand share your electronic reerences.

 – I you are more adventurous! Join Linked inand contribute to discussions.

 – Write or shared metals conservation wiki’s. – Monitor inormation such as E-conservation

daily and Metal Conservation Daily. – Share data-contribute opinions and grow a vir-

tual Latin American conservation community in the web 2 environment.

Concluson

 A successul web-based presence needs us all to bemore open and communicative as a proession. I would urge members to at least give the ICOM-CC

orums a good try and see how some o the onlinebibliographies can be o use –maybe Zoreto– becauseit is only thru sharing inormation and expertise that

Fgura 4. L w u bu u.

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 we can grow as a world wide proession o metalsconservators. Our supporting public like’s openness

too… we need to build on that because it is only pu-bic support that nances our work.Lets build a web based community. Lets use Web 2

technologies to grow to the Metals conservation com-munity as a vibrant un place to work with a solidsocial base or our practice and science.

Reerences

TrapscoTT, D., y  W illiams, A. D. (2008): Wikinomics:how mass collaboration changes everything . London: Atlantic Books.

Lnks

Bibliographies

http://www.citeulike.org/http://www.zotero.org/http://www.mendeley.com/http://www.connotea.orghttp://www.plos.org/

Social-Proessionsal

http://www.linkedin.com/http://www.acebook.com/http://www.academia.edu/http://www.mendeley.com/http://www.twitter.comhttp://plus.google.com

Online Publishing 

http://www.lulu.com

 Wiki

http://preservapedia.org/Metals_conservationhttp://metalsconservationinomation.wetpaint.com/http://en.wikipedia.org/wiki/Metals_conservation

Papershttp://paper.li/RichardMcCoy/art- conservationhttp://e-conservationline.com/http://paper.li/daimler62/1314882818

Surveys

 www.Surveymonkey.com

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Resumen

El Teatro Municipal de Río de Janeiro ue inauguradoen 1909. El proyecto ue elaborado por Francisco Oli- veira Passos y Albert Désiré Guilbert. La construcciónes de estilo eclético, incluyendo muchos elementosmetálicos, destacando una escultura monumental deun águila que se encuentra en la parte superior delpredio en su achada rontal. Con miras a las con-

memoraciones por el centenario del teatro en 2009,ueron desarrollados proyectos de restauración y mo-dernización del edicio entre los años 2000 y 2007. Apartir de 2008 ue iniciado el proceso de restauración,nalizado en 2010.

Palabras clae

 Arqueometría, caracterización microanalítica, cobre.

Abstract

The Municipal Theatre o Rio de Janeiro was inaugu-rated in 1909. It was designed by Francisco OliveiraPassos and Albert Désiré Guilbert based on the con-temporary buildings on Parisian avenues. The archi-tecture is o eclectic style, including many metallicelements. A monumental eagle sculpture stands outabove the building on its rontal acade. For its cen-

tennial celebration in 2009, restoration and moderni-zation works were perormed in the whole historicalmonument in 2000 to 2010.

Keywords

 Archaeometry, characterization, copper.

C í

uu u bu b T Mu Rí J

Guadalupe do Nascmento CamposMuu A Cê A (MAST), B

[email protected]

Marcus GranatoMuu A Cê A (MAST), B

Otáo da Fonseca Martns Gomes(CETEM), B

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Introduccón

 Al inicio del siglo  xx , Antonio Pereira Passos asumela alcaldía de Río de Janeiro e, inspirado en las reor-mas de Haussmann en París, promueve una reormaurbana a la manera de la ciudad rancesa. Modica laapariencia de la ciudad realizando la apertura de di- versas calles y ampliando otras, además de construir varios monumentos. En ese período, Río de Janeiropierde su aspecto colonial y recibe nuevos valores de

la cultura burguesa; de higiene y conort, de trabajar,morar y recrear (Caldas, 2009).En ese contexto, el Teatro Municipal de Río de Ja-

neiro ue construido a partir de 1905 e inaugurado en1909 (g.1). El proyecto ue elaborado por FranciscoOliveira Passos y Albert Désiré Guilbert, siguiendo elmodelo de la Ópera de París del arquitecto rancésCharles Garnier. El teatro es considerado la síntesisdel estilo ecléctico en Brasil.

En la construcción ue usada una diversidad demateriales como mármol, ónix, vitrales, madera y 

cerámica, además de muchos elementos metálicoserrosos y no errosos. El material utilizado en lacobertura del teatro ue el cobre, donde se destacauna escultura monumental de un águila que se lo-caliza en la parte superior del predio en su achadarontal.

Esa tradición de utilizar coberturas de metal enedicios no ue muy empleada en Brasil, convirtien-do al teatro en uno de los pocos ejemplares en Río de

 Janeiro de ese período.Entre los años 2000 y 2007, se desarrollaron pro- yectos de restauración y modernización del ediciocon el objetivo de conmemorar el centenario del tea-tro. A partir de 2008 se inició el proceso de restaura-ción, nalizado en 2010.

Para colaborar en el proceso de restauración deledicio, ue realizada una investigación interdiscipli-nar denominada de «Caracterización Microanalítica de

Fgura 1. T Mu Rí J, xx. E PMu, 1913.

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los Ornatos y de la Escultura del Águila de la Cober-tura de Cobre». Esos elementos metálicos son origina-les y tienen características dierenciadas, de evidenteartesanía.

La caracterización microanalítica ue ejecutada conel objetivo de identicar los materiales de los elemen-tos metálicos, las técnicas empleadas en su conec-ción y de evaluar su estado de conservación.

Según Muñoz Viñas: «El empleo de instrumentos y técnicas de examen y diagnóstico propios de cam-pos cientícos del saber proporciona al restauradorinormación de la que de otra orma carecería y queen teoría le permite tomar decisiones más undadas»  (Muñoz Viñas, 2003: 127).

En el transcurso de los trabajos, gracias al auxiliode los andamios que acilitaban el acceso a las áreasmás elevadas del teatro, se puede constatar la existen-cia de vestigios de dorado en algunos ornatos de lacobertura. A través de esa constatación, ue iniciadauna investigación en las uentes iconográcas, dondese vericaron algunas imágenes del teatro contenien-

do áreas con dorado en la cúpula, como en el ejem-plo presentado en la gura 2.

La caracterización microestructural de muestras re-tiradas del águila y de la linterna tuvo el objetivo deidenticar la técnica de abricación y la composiciónde los materiales usados. A través del examen meta-lográco eectuado en el área interna del material,el bulk, se obtuvieron elementos a respecto de sumicroestructura y, consecuentemente, de la técnica

empleada para su abricación. Esto posibilitó la iden-ticación del tipo de conormación mecánica y de

tratamiento térmico por los cuales pasó el material.Este análisis también permitió la identicación de las

impurezas. Ya los análisis realizados en la superciedel material indicaron los compuestos existentes enla pátina.

Todas esas inormaciones son importantes para laconservación del material, pues, a través del conoci-miento de la composición del material de base y dela pátina, el conservador puede estudiar la infuenciade los tratamientos y la supervivencia del bien cultu-ral, además de las interacciones del material con el

ambiente.

Procedmentos epermentales

Material

Las muestras estudiadas en el presente trabajo eranmetálicas y pertenecían a dierentes áreas de la linter-na de la cúpula principal y de la escultura del águila(g. 3a y b), incluyendo muestras de cobre y residuosde dorado encontrados sobre el cobre.

Linterna: está localizada en la cúpula principal dela cobertura de cobre (gs. 4 a, b y c). Los restos dedorado ueron analizados en cuatro dierentes regio-nes de la linterna, de los risos y de los marcos delbasculante de la linterna.

 Águila: la escultura del águila tiene las siguientesdimensiones: con alas abiertas, envergadura de 6,98 ×3,26 metros y de perl 3,72 × 3,00 metros (gs. 5 a y b). Se localiza por encima de la linterna, en la cúpulaprincipal de la cobertura de cobre. Fueron realizadosanálisis, tanto en la supercie de la pátina como en laparte interna del metal, en las regiones del pecho, delas alas y de la base de la escultura.

Métodos analíticos

Se emplearon diversas técnicas analíticas, en el estu-dio de las muestras recogidas, a saber: microscopíamstereoscópica (lupa); microscopía óptica de luz re-fejada (MO); microscopía electrónica de barrido conespectrómetro de dispersión de energía de rayos X 

acoplado (MEV/E DS); y diractometría de rayos X (DRX).

Fgura 2. P

úu. A T Mu, 2009.

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Las muestras de los restos de dorado y la muestrade cobre de la linterna ueron analizadas con MEV/EDS, como ueron recibidas. Esas muestras ueronsimplemente jadas en una supercie adhesiva y re-

cubiertas con una capa de, aproximadamente, 20nmde plata para volverlas conductoras, acilitando elanálisis con MEV. Fueron realizados cuatro modalida-des de análisis con MEV: generación de imágenes deelectrones retrodispersados; generación de imágenesde electrones secundarios; microanálisis puntual conEDS; y representación de rayos X.

Las muestras metálicas para el análisis microes-tructural al microscopio óptico y al MEV/EDS ueron

embutidas a río en resina epoxi y desbastadas y pulidas, conorme la preparación metalográca con- vencional.

Seguidamente, esas muestras recibieron un ataquequímico con solución de cloruro érrico en el intentode revelar los contornos de granos, la orientación cris-talográca, la morología de los constituyentes y lasinclusiones. El MO (microscopio óptico) ue emplea-do en las modalidades campo claro, campo oscuro y 

contraste por intererencia dierencial-DIC. Despuésde los análisis al MO, esas muestras ueron recubier-

Fgura 3 a y b. Cbu b úu uu u.

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Fguras 4a, 4b y 4c. L: ) Á u b . b). L. C . ) R bu .

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tas con carbono evaporado y analizadas al MEV/EDS.Se hicieron microanálisis EDS tanto en la matriz como

en las inclusiones.Los productos de corrosión existentes en la super-cie de las muestras, ormados por las condicionesclimáticas y ambientales a lo largo de los años, tam-bién ueron analizados por DRX.

Los diractogramas de rayos X ueron recogidos enun equipo Bruker-D4 Endeavor con detector linear,en las siguientes condiciones de operación: radiaciónCo K0 (40 kV/40 mA); paso de 0,02° 20; 0,5 s por

paso; y recuento de 5 a 80º 20.La interpretación cualitativa de los diractogramasue eectuada por comparación con patrones conteni-dos en la base de datos PDF02 (ICDD, 2006).

Resultados y dscusón

Linterna

En la micrograía de electrones retrodispersados mos-trada en la gura 6a, se muestran los microanálisis deEDS en regiones dierentes de los restos de dorado.Los puntos 1, 2 y 3 identicados en la micrograíacorresponden, respectivamente, a los espectros de lasguras b, c y d. Se observan en esos espectros picoscaracterísticos de oro (Au) y plata (Ag). La presenciade Ag es debida al procedimiento de preparación de

la muestra, para volverla conductora. De la presenciade oro en los resultados de los análisis, se inere queel área de la linterna surió, originalmente, un proce-so de dorado.

La micrograía de la gura 7a es una imagende electrones retrodispersados de una muestra decobre, donde se puede observar la dierencia decomposiciones. Las áreas más claras tienen númeroatómico medio más alto que las oscuras. Los espec-

tros de EDS b y c, corresponden a las dos regionesanalizadas en la micrograía. En los dos espectrosse observan picos de poca intensidad de Au (pro-bablemente vestigios de la capa de dorado) y otrosmás intensos de Cu. La presencia de Ag es debida ala preparación de la muestra, conorme lo explicadoanteriormente.

En esos análisis no ue detectada la presencia delelemento mercurio, lo que permite deducir que pro-

bablemente el dorado ue realizado con hojas de oro, y no por deposición por amalgama. Las micrograías

Fgura 5a y 5b. ) Áu. P . b) P b uu u .

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ópticas mostradas en la gura 8 son características del

cobre constituido de granos de tamaño medio de ma-triz α de morología equiaxial. La morología equiaxialindica que después de la conormación mecánica, elmaterial ue recocido a una temperatura sucien-te para inducir el aparecimiento de recristalización.

El tamaño medio de los granos de ese materiales cerca de 50 µm como se puede ver en la gura8a. La micrograía en la gura 8b muestra en detallela microestructura y las maclas de recocido. La pre-

sencia de las maclas, muy común en los metales delsistema cúbico de rente centrada –CFC– corrobora el

Fgura 8a y 8b. Mí u b qu quí: ) uu , qu, ué u; b) uu .

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tratamiento térmico mencionado. Así, se verica que

la linterna ue producida por conormación mecánica,seguida de recocido para alivio de tensiones en lamicroestructura resultante.

La gura 9a presenta una micrograía de elec-trones secundarios que evidencia el relieve de losgranos y la morología heterogénea de los posiblesóxidos de cobre presentes en la microestructura. Losespectros de EDS mostrados en la gura 9b y 9c co-rresponden, respectivamente, a la región de matriz

de cobre (Cu) y al óxido de cobre (Cu2O), indicadoen la micrograía.

Fgura 6. MEV : () í -; (b) EDS u 1; () EDS u2; () EDS u 3.

Fgura 7. MEV u u b qu quí:

() í ; (b) EDS 1; () EDS 2.

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24La gura 10 muestra un diractograma de rayos

 X de la muestra de cobre de la linterna que indi-ca la presencia de compuestos comúnmente encon-trados en los productos de corrosión de aleacionesde cobre, tales como cuprita, hidróxido de cobre y brochantita. No se observó la presencia de cloruros,

probablemente por el lugar de donde ue retirada lamuestra analizada, más protegida de la intemperie y de los vientos marinos.

 Águila

En la supercie de la escultura del águila, se puede vericar una pátina de coloración verde, conteniendo

algunas regiones más oscuras. La gura 11a presentauna micrograía de electrones retrodispersados de lamuestra proveniente de la supercie del águila. Lasregiones más oscuras son de pátina y los puntos blan-cos son precipitados, principalmente conteniendo Pb.En el espectro de EDS de la región indicada en la mi-crograía ueron detectados cobre (Cu) y oxígeno (O),que probablemente pertenecen al compuesto óxidode cobre (Cu2O), que constituye la primera alteración

ormada en la supercie de ese metal, consideradacomo «pátina noble».

Fgura 9. MEV u u b α ) í u é; b) EDS Cu; ) EDS u u.

La gura 12a muestra una micrograía de electro-nes retrodispersados de otra área de la muestra. En esecampo ueron realizados microanálisis en la región cla-ra (g.12b), más rica en Cu, donde ueron detectadoslos elementos Cu, cloro (Cl) y O; y en la región escura(g.12c), donde ueron detectados Cu, Cl, O, aluminio

(Al), silicio (Si), Pb y hierro (Fe). El Cl indica la presen-cia de cloruros como atacamita y paratacamita, muy comunes en regiones próximas a ambientes marinos. Elhierro puede estar relacionado con el mineral utilizadopara la conección del material. Ya el Pb, puede habersido adicionado intencionalmente con el propósito demejorar las propiedades mecánicas del material. El Si y el Al, posiblemente, son procedentes de impregnacio-nes de polvo traídas por el viento.

La tabla 1 presenta el resumen de los resultados deDRX de las muestras retiradas de dierentes regionesdel águila. En esas dierentes regiones, se destaca lapresencia de cloruros, como la atacamita, y la pa-ratacamita, además de la nantoquita. Como el localdonde se sitúa la escultura es muy húmedo, se puedeconcluir que la pátina existente es perjudicial al me-tal de base, pudiendo causar serias pérdidas de esematerial.

En la micrograía óptica de la gura 13, se pue-de observar la microestructura característica del co-

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Fgura 10. D X u b .

Fgura 11. MEV u: () í -; (b) EDS Cu O.

Fgura 12. MEV u: () í -; (b) EDS ; () EDS u.

bre, constituido por granos de tamaños grandes y dematriz α. Las inclusiones, como puede observarse enalgunos contornos de grano, en general se relacio-nan con un eecto de jación, para dicultar el cre-cimiento de esos granos. Sin embargo, el análisis delos tamaños de grano permite concluir que su tama-ño medio es muy elevado, mucho mayor de aquellosobservados en la linterna. La racción volumétrica deesas inclusiones, mostrada en la micrograía, com-

prueba la originalidad del material.

Tabla 1

Resumen de los resultados de DRX de la superfce del águla

Muestra del águila Fases cristalinas

 A (verde): cuerpo Cuprita, atacamita, paratacamita,

brochantita y cuarzo

B (oscuro): cuerpo Cobre, cuprita, atacamita, paratacami-ta, brochantita, nantoquita y cuarzo

C (verde): cuerpo Cobre, cuprita, atacamita, paratacami-

ta, brochantita y cuarzo

D (oscuro): cuerpo Cobre, cuprita, atacamita, paratacami-

ta, brochantita, nantoquita y cuarzo

E Ala derecha Cobre, cuprita, atacamita y nantoquita

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En la micrograía de electrones secundarios (g.14)se pueden observar granos poligonales de tamaño

grande; inclusiones de morología arredondeada dis-tribuidas por toda micrograía, y maclas de recocido.Las guras 14 b y c presentan los espectros de EDS dela matriz de Cu y de una inclusión, respectivamente.En la inclusión, ueron detectados los elementos Cu,Pb, arsénico (As), antimonio (Sb), O y Fe. El pico decarbono (C) es debido al recubrimiento realizado enla etapa de preparación de muestras. Los elementosFe y arsénico (As) posiblemente provienen del mine-ral de cobre, mientras que el Pb probablemente de-bió añadirse con el propósito de mejorar y avorecerlas propiedades mecánicas del material.

Recomendacones para la restauracón

De acuerdo con la observación in loco y con losdatos obtenidos en los análisis de la escultura deláguila, detectando la presencia acentuada de cloru-ros, se puede apurar la necesidad de la remociónmecánica de la capa de óxido apenas en las regionescon cloruros.

 A partir de los resultados, las orientaciones de unarestauración adecuada, sugeridas por los autores alequipo de restauración, ueron: que la remoción delos cloruros uera eectuada por un motor de remo-ción mecánica de suciedad o por chorro con partícu-

las de abrasivos vegetales suaves como por ejemplosemillas de durazno. En esos procedimientos, se debe

Fgura 14. MEV u b Áu: () í - ; (b) EDS Cu; ()

EDS u u.

Fgura 13. Mí qu DIC. Mu b u.

controlar con cuidado la uerza y la intensidad apli-cada al chorro.

De esta orma, es posible retirar la pátina indesea-ble sin causar mayores agresiones al elemento metáli-co. Cuando ese material esté totalmente limpio y des-engrasado, se debe aplicar inmediatamente una capaprotectora, para que el material no se oxide hasta laaplicación de una nueva capa de dorado. Sin embar-go, los autores del presente trabajo no participaron delproceso de restauración del Monumento estudiado.

Conclusones

Los análisis realizados en muestras retiradas de die-rentes regiones de la linterna y del águila indicaronla presencia de una antigua capa de dorado en lasupercie del cobre. Esto, junto con las uentes ico-nográcas, llevó a la conclusión de que los ornatosde la cobertura del teatro eran originalmente dorados

 y, probablemente, ueron producidos por una técnicade aplicación de hoja de oro.

Esos resultados contribuyeron para la selección delequipo de restauradores y demás técnicos para re-tornar la apariencia original del edicio, optando porejecutar el dorado de estos elementos siguiendo esatécnica. Además, se puede constatar que, en unciónde su composición química y microestructura, los ma-teriales de la linterna y del águila son dierentes.

El estado de conservación de la linterna es mejorque el del águila, pues no se encontraron cloruros

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indicativos de la presencia de pátinas poco protecto-ras. Finalmente, por los resultados obtenidos, la lin-

terna debe haber sido producida por conormaciónmecánica, seguida de recocido. Las guras 15a y 15bmuestran como quedaron el teatro y la escultura deláguila, después de la restauración.

Bblograía

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Fgura 15b. Euu u ué u.

Fgura 15a. T Mu Rí J ué u.

F .

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Resumen

El presente trabajo trata de esclarecer algunas delas incógnitas que envuelven a los plomos ibéricos

escritos y, más en concreto, a los hallados en el ya-cimiento del Tossal de Sant Miquel de Llíria, quepertenecen a la colección del Museo de Prehistoriade Valencia. Nos reerimos en concreto a tres plo-mos que provienen del mismo yacimiento, pero queactualmente presentan un estado de conservaciónmuy dispar, lo que se suma a las dudas de autenti-cidad que se ciernen sobre uno de ellos, debido alas características de su hallazgo y a los peculiares

trazos incisos que presenta en la supercie. El estu-dio abarca desde el análisis de su contexto histórico,

desde su hallazgo en el yacimiento hasta nuestrosdías y sus dierentes intervenciones hasta el estudiocomparativo y analítico de un total de 22 muestrastomadas de dierentes láminas de plomo, entre las

cuales se encuentran las inscripciones ibéricas delTossal de San Miquel y otras de dierentes épocas y yacimientos de la Comunidad Valenciana que noshan servido de reerencia.

Palabras clae

Plomo, conservación, degradación, autenticación,análisis ísico-químico.

Eu

bé T S Mqu Lí

M.ª Amparo Peró RondaMu P V, E

Antono Domenech CarbóD Quí Aí. U Vè, E

Teresa Domenech CarbóIu Ru P. U Pé Vè, E

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Estudo de tres lámnas de plomo escrtas del yacmento bérco del Tossal de Sant Mquel de Llíra

Abstract

This work is devoted to the archaeometric analysiso a series o three grated lead pieces ound in theTossal de Sant Miquel Iberic site currently in the Pre-history Museum o Valencia (Spain). In a rst stage,the discovery, storage conditions and historical andormal characteristics have been documented, as wellas their location in the museum and conservative in-terventions perormed in the past, nally making adiagnostic on their state o conservation and possiblecauses o deterioration.

In a second stage, an archaeometric analysis o thepieces, complemented with a series o lead arteactsrom the repository o the museum has been peror-med in order to authentiy the pieces.

Kw

Lead, conservation, degradation, authentication, phy-sical and chemical analysis.

Introduccón

El plomo es uno de los materiales que orma partede los ondos de los museos de arqueología aunquesea de manera minoritaria, pero dentro de los obje-tos de plomo uno de los máximos intereses lo re-presentan las láminas escritas. Aortunadamente, esen los museos de la Comunidad Valenciana, y másconcretamente en el Museo de Prehistoria de Valen-cia, donde se hayan depositadas un mayor número depiezas plomíeras, entre las que destaca una impor-

tante colección de inscripciones ibéricas en láminasde plomo.

Es recuente encontrar reerencias a láminas deplomo enrolladas que han sido abiertas para cons-tatar la existencia de alguna inscripción, mientras elresto de objetos y ragmentos plomíeros suelen des-pertar menor interés entre los arqueólogos. Pero lasláminas de plomo no son el único conjunto de pie-zas que contienen inscripciones, ya que en algunos

casos encontramos escritura sobre otros materiales,

como cerámica, piedra o metales-hierro, bronce1, to-dos ellos soportes duraderos. Sin embargo, el hecho

de que el plomo sea un material dúctil, ácil de plegar y transportar, acilita mucho su utilización como so-porte epigráco cotidiano, pues muchos se interpre-tan como listados de cuentas o notas que incluso sereutilizaban.

Las láminas escritas son objeto de estudio y aten-ción, quizás por el halo de misterio que encierran altratarse de una lengua que, por el momento, se pue-de leer pero no traducir (g.1).

«Los plomos hacen patente tanto la enorme rique-za ormal de la lengua ibérica, como la enorme limi-tación de nuestra capacidad para valorar e interpretarlos recursos que nos orece la herencia epigráca deesta lengua». (Untermann, 2001: 614)2.

Este asunto suscita el interés de neótos y acio-nados a la arqueología que en ocasiones, con granatrevimiento, se aventuran a lanzar antasiosas inter-pretaciones3.

Del mismo modo, este tipo de piezas han ali-

mentado también el suculento negocio de las alsi-caciones, más habitual de lo que desearíamos en elmundo de la arqueología. Hoy en día, los materialesde plomo que contienen escritura ibérica continúansiendo objeto de debate y atención por su contenidoepigráco y, obviamente, por la problemática de suconservación; prácticamente la totalidad de los ha-llazgos de plomos ibéricos se producen en excava-ciones arqueológicas terrestres, y es evidente que el

estado de conservación de estos materiales en estemedio depende, en gran medida, de la naturaleza y de las características geoquímicas del suelo; junto aestos actores interactúan los cambios climáticos y,obviamente, la contaminación ambiental, acentuadadesde las últimas décadas del siglo  xx . Muy a menu-do las piezas aparecen enrolladas, ragmentadas y recubiertas de concreciones terrosas y carbonáticas,más o menos adheridas, y de estratos de corrosión

propios del material, que esconden su aspecto origi-nal, haciendo necesaria una limpieza para eliminar,en la medida de lo posible, los productos que loalteran e impiden por completo su correcta lectu-ra, respetando, si es viable, la pátina estable4. Perono debemos olvidar que, en muchos casos, es en

1 B, T (1982); F (1974): 137.2 C : M I Cé (2009): 269.3 D Gu (2010).4 C (1997): 167.

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los museos, almacenes o salas de reserva donde los

materiales se encuentran expuestos a sus principa-les enemigos, como la humedad relativa elevada, loscontaminantes atmoséricos o los ácidos orgánicosgenerados por materiales expositivos inadecuadosque aceleran la destrucción del plomo al entrar encontacto con él (g.2).

 A su vez la intervención sobre este tipo de piezas noes tarea ácil y son escasos los trabajos que han abor-dado con proundidad los problemas que plantean su

conservación y restauración (Serrano, 2005; Borrós,2005). Sí es necesario, a la hora de arontar una ac-tuación sobre cualquier obra, desarrollar un estudioa ondo de la pieza y de su estado de conservación;en el caso de las láminas escritas que se debenabrir, es de vital importancia establecer un protoco-lo de actuación, unos objetivos y unos límites quegaranticen un juicio técnico y estético adecuado.

 Ahora bien, son muchos los casos que encontra-

mos de intervenciones antiguas que han ocasionadoa largo plazo un daño a veces irreparable, más aúnsi se trata de piezas metálicas, donde cualquier tra-tamiento inadecuado puede transormar el material,tanto en su apariencia como en su composición, pro- vocando incluso la pérdida total del mismo (g. 3).

Este actor se suma a la complejidad añadida deque se trata de un material metálico, que por suscaracterísticas intrínsecas presenta procesos de co-

rrosión inherentes que no siempre son áciles de re-conocer, analizar y tratar. La mayoría de los metales

Fgura 1. L .º 13.409 T S Mqu L, iv-ii . C. A SIP Mu P V.

Fgura 2. D .º 13.416 P Aj Y. S iv . C. Fí: T Pí O. Mu P- V.

son extraídos de minerales que, tras el proceso de la

metalurgia, adquieren una estructura químicamenteinestable. A medida que se desarrolla el proceso decorrosión, el metal tenderá a volver poco a poco asu estado original como mineral termodinámicamenteestable. El plomo, como metal reactivo que es, suriráde orma inevitable diversos procesos de corrosión,que tendrán lugar en ambientes con presencia de hu-medad y oxígeno, siendo los estratos más externoslos primeros que maniesten las reacciones, que pro-

gresivamente irán transormando el plomo metálicoen nuevos compuestos ya no metálicos. Por lo tantola corrosión será un proceso químico espontáneo, in-evitable e irreversible, que compromete la integridaddel objeto y diculta su conservación.

Sin embargo, las piezas de plomo se deterioranno por un proceso de oxidación, sino de carbonata-ción; es decir, el CO

2presente tanto en la atmósera

como en el suelo, se combina con el agua para or-

mar el ácido carbónico (H2CO3), ácido débil cuya salde plomo es el carbonato de plomo (PbCO3). Esta

reacción tiene su medio ideal en suelos o ambientesácidos y húmedos. Esta capa de carbonato es porosa,insoluble en agua y alcohol y soluble en ácidos y ba-ses, permitiendo la diusión de aniones a través de él.Estos últimos al llegar al núcleo de plomo de la pie-za ormarán otra nueva capa de carbonato, tambiénporosa. De esta orma el proceso de mineralización

es continúo y el deterioro progresa hasta destruir ín-tegramente la pieza.

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Lo cierto es que las condiciones ambientalesjuegan un papel importante en la conservación delas piezas de plomo y en la ormación de las pá-tinas. La presencia de humedad será undamentalpara que los contaminantes atmoséricos actúen demanera agresiva sobre los objetos metálicos, perouna especial atención debemos prestar a los llama-dos VOC –compuestos orgánicos volátiles– entre losque destacamos los hidrocarburos ligeros oxigena-dos que pueden producir ácido acético y órmicoaltamente corrosivo en los plomos. La abundanciade estos compuestos en la atmósera se debe un-damentalmente a la existencia de materiales que losdesprenden; son la madera, los barnices y pinturas y algunos adhesivos y consolidantes los que, en algúnmomento, pueden emitir ácidos orgánicos que pue-den producir corrosión en los metales. Es en lugaresherméticos o parcialmelte herméticos, como vitrinaso atmoseras de interior, donde los niveles alcanzan valores elevados, llegando a ser altamente perjudi-ciales para un gran número de materiales, siendo el

plomo especialmente sensible a ellos (Cano, y Bas-tidas, 2006: 128-147).

Los ácidos orgánicos, en particular el ácido acéti-co, lo encontramos en los ambientes contaminadosde las vitrinas5 (Lauente, 2010), especialmente aqué-llas construidas con madera, siliconas, pinturas, barni-ces, adhesivos y otros materiales orgánicos de origencelulósico, como terciopelos, cartones y telas, que enalgunos casos han estado directamente en contacto

con las piezas (Dupont, y Tétreault, 2000). La infuen-cia del ácido acético en ase vapor puede provocaruna oxidación del material, desarrollando acetato deplomo y trihidrato de plomo muy soluble en agua((C

2H

3O

2)2Pb).

Por lo tanto, si unimos la composición y estruc-tura del metal a las condiciones ambientales de HR alta, las concentraciones elevadas de ácidos orgá-nicos, los contaminantes atmoséricos y las con-

secuencias de las antiguas intervenciones, obten-dremos una combinación de agentes deteriorantespotencialmente destructivos para la conservación delas piezas metálicas.

Precisamente por el delicado estado de su con-servación y por las dudas de autenticación de unode ellos, el estudio realizado ha centrado su atención

5 DEA: La contaminación por ácidos orgánicos en museos y exposiciones.

Estudio, análisis y eectos sobre el patrimonio cultural metálico, Fu C, U Au M.

Fgura 3. L O V ’U. Siv . C. Fí: T Pí O. Mu Aqu Bu.

en los únicos tres plomos escritos que pertenecen alos hallazgos recogidos en las excavaciones arqueo-lógicas del Tossal de Sant Miquel de Llíria (Valencia),

uno de los yacimientos más relevantes de la culturaibérica (siglo iV -ii a. C.) y que pertenecen a los ondosdel Museo de Prehistoria de Valencia.

Las tres láminas de plomo a pesar de tener mu-chas similitudes, las características de los hallazgos y las vicisitudes históricas que independientemente hansurido tras su descubrimiento, les han supuesto unasdierencias considerables que analizaremos a conti-nuación. Aortunadamente, gracias a las memorias de

excavación de las campañas llevadas a cabo por elServicio de Investigación Prehistórica (SIP), a las pu-blicaciones del mismo servicio y a la labor de cuán-tos han trabajado en él, conocemos con precisión lascircunstancias en las que los materiales ueron exhu-mados; la recopilación de la documentación existentesobre las láminas de plomo del Tossal de Sant Miquelha sido parte undamental ya que la contextualiza-ción de las piezas ha resultado esencial para poder

entender algunos de los actores que han determina-do el estado de conservación de las mismas.Desde que ueron descubiertos en 1940 y 1995 res-

pectivamente los plomos del Tossal de Sant Miquel, varias han sido las noticias que sobre los mismos sehan escrito, unas veces con cierta amplitud, otras enpublicaciones de contenido más general, pero en nin-gún caso se ha hecho un detallado estudio desde elpunto de vista de su conservación, posibles causas de

deterioro, caracterización de materiales originales ni,por supuesto, de la autenticación de uno de ellos.

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Comenzaremos por reerirnos a los dos primerosplomos hallados juntos en la campaña de excavaciónde 1940 (g. 4). Ambos ueron hallados conjuntamen-te uno dentro del otro, como se expresa con tododetalle en el diario de excavación de la campaña deaquel año6.

También se nos indica en este documento que larigidez debida a la concreción que los envolvía di-cultó el proceso de desplegado, que no se pudo con-seguir sin roturas. De hecho, en el relato nos adviertecómo en una primera intervención sobre la láminahallada en el interior, realizada tras su hallazgo paraintentar abrirlo, se produjeron los primeros desgastesen la pieza, lo que inevitablemente perjudicó a lo lar-go de los años su ya delicado estado de conservación(g. 5).

Todas las reerencias escritas existentes, aunquede orma breve, nos dan algunas pistas sobre la tra- yectoria y vicisitudes que surieron las piezas desdeel momento de su descubrimiento, quedando conr-madas y ampliadas por las uentes orales, gracias a

las cuales sabemos con certeza que las láminas es-critas se exhibieron en los diversos emplazamientosdel Museo de Prehistoria de Valencia7 prácticamentedesde su hallazgo.

Por otra parte, el descubrimiento del tercer plomoescrito del Tossal de Sant Miquel, al que nos reeri-mos en este estudio, se relata en la memoria de lostrabajos realizados en el mismo yacimiento en el año1997; a pesar de que las circunstancias del hallaz-

go no ueron las habituales, la lámina de plomo noue considerada en un primer momento como alsa,de hecho, el descubrimiento de un nuevo plomo es-crito despertó obviamente mucho entusiasmo en elServicio de Investigación Prehistórica de Valencia y,en general, en todos los proesionales dedicados alestudio del mundo ibérico. Sin embargo, las sospe-chas aparecieron cuando se procedió a desenrollarla y a limpiar la supercie de concreción; se trataba en

eecto de una lámina de plomo escrita con epigraíaibérica pero, a dierencia de las demás, contenía undibujo inciso en su parte central donde se representaun ave sobre el lomo de un caballo, ambos de perl

6 D , C S Mu. .º 43, 2 15 -b 1940 20 23 ub .

7 E Mu P u 1927; u P G qu

P Bí. P ub u C B, u.

Fgura 4. Fí A B í ué . F-

í: A SIP Mu P V.

(g. 6). Fue entonces cuando los estudios se centra-ron en intentar determinar la autenticidad del material

a través del examen de varios expertos en epigraíaibérica y de diversos arqueólogos que observaron elplomo exhaustivamente, pero en ningún caso se ob-tuvieron resultados concluyentes.

Para acilitar la identicación de las tres piezas alo largo de este trabajo las denominaremos A, B y Crespectivamente, siendo A la lámina de plomo con n.ºde catálogo 13.408 (g. 7), que a modo de estuche en- volvía en el momento del hallazgo a la lámina de plo-

mo B, n.º de catálogo 13.409 (g. 8), como sabemosambas encontradas en Llíria en el año 1940. La láminade plomo C, sin número de catálogo en la actualidad,corresponde a la que apareció en 1997 en el mismo yacimiento. Las tres láminas están escritas pero estaúltima, a dierencia de las demás, como se ha citadoanteriormente, contiene un dibujo inciso (g. 9).

Los estudios realizados sobre los diversos aspectosestéticos y ormales de la lámina, como han sido las

similitudes iconográcas con otros materiales arqueo-lógicos, el trazo de la incisión, la epigraía y tamaño

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en consideración a la hora de valorar su autenticidad.Como hemos apuntado, las láminas de plomo es-

critas con epigraía ibérica han sido y siguen siendoobjeto de numerosas alsicaciones en la Comuni-dad Valenciana, especialmente desde la década delos ochenta y de los noventa. En general, pocas sonlas noticias que encontramos sobre la procedenciade muchas de estas piezas alsas pero documentospertenecientes al Archivo del Museo Arqueológicode Burriana nos han acilitado una valiosa inorma-ción acerca del mercado de las alsicaciones, muy 

prolíero a principio de los años noventa, quedandoconstatada la actividad alsicadora de muchos plo-

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de la misma…, ha denotado las dierencias conside-rables con el resto de piezas que contienen epigraía

ibérica.En cualquier caso se ha podido comprobar queeste tipo de representaciones eran habituales dentrode la iconograía popular y aunque no se hayan des-cubierto en piezas realizadas sobre plomo, lo ciertoes que se trata de dibujos que bien podríamos con-textualizar dentro de diversos periodos históricos, en-tre ellos la cultura ibérica. Otra cuestión es el tipo ocalidad de la representación que observamos en esta

lámina, quizás alejada de los modelos más habituales y que, sin duda, ha sido otro de los aspectos tomados

Fgura 5. D B, .º 13.409 T SMqu L, iv-ii . C. Fí: A SIP Mu P- V.

Fgura 6. L C T S Mqu Lí, -, iv-ii . C. Fí: A SIP Mu P

V.

Fgura 7. L A T S Mqu Lí, .º 13.408, iv-ii . C. Fí: A SIP Mu P V.

Fgura 8. L T S Mqu Lí, .º 13.409, iv-ii . C. Fí: A SIP Mu P- V.

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g y

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mos escritos en las provincias de Castellón y Valen-cia, gracias a los testigos visibles de numerosas pie-

zas que se encuentran en las colecciones de diversosmuseos, llegando incluso a apuntar que se trate dealsicaciones realizadas por la misma persona. Enalgunos casos suelen ser áciles de identicar bajo lasimple mirada de proesionales expertos en el tema.Sin embargo, no siempre la valoración es así de sen-cilla; y en el caso que nos ocupa, las dudas son másque razonables y sólo los estudios de especialistas enepigraía y los análisis químicos pueden despejar las

incógnitas que lo rodean.Poca es la inormación y documentación que se

conserva sobre las restauraciones llevadas a cabo alas láminas del Tossal de Sant Miquel, pues evidente-mente no era norma habitual refejar los procesos enchas de restauración; los tratamientos se transmitíanbásicamente de orma oral entre los distintos relevosgeneracionales y se completaban con el interés per-sonal por ampliar conocimientos a través de la lectu-

ra de diversos manuales básicos (Plenderleith, 1967;Mourey, 1983). El ácido clorhídrico era el recurso ha-bitual empleado en piezas cerámicas para la elimina-ción de las costras de carbonatos y no sería extrañoque también uese utilizado para la limpieza de otrosmateriales, como el plomo. También sabemos que, enaquel entonces, hasta que pudieron disponer de unpegamento de uso comercial, los adhesivos los abri-caban disolviendo en acetona los negativos otográ-

cos inservibles de nitrato de celulosa, consiguiendoasí un fuido transparente que podían utilizar como

Fgura 9. D buj C T SMqu Lí, , iv-ii . C. Fí: M.ª A PR. Mu P V.

consolidante y como adhesivo en las reconstruccio-nes de las piezas y como película protectora; aunque

también resultaba habitual la aplicación de paranaso ceras calientes, que eran otros de los materialesutilizados habitualmente como protectivos en nume-rosas piezas metálicas.

La aplicación de esta película protectora no debióser algo excepcional, ya que encontramos el mismotratamiento en un plomo escrito del yacimiento deLa Bastida de Les Alcusses de Moixent, conservadoigualmente en los ondos del Museo de Prehistoria.

Los datos acerca del proceso de restauración reali-zado sobre el plomo C nos han sido acilitados porInocencio Sarrión, que era restaurador del Museo dePrehistoria en el momento de su hallazgo, en 1997.Sabemos que la lámina ue llevada al laboratorio derestauración y allí ue desenrollada aplicándole calormediante una leister8. Una vez aplanada, se pasó ala limpieza de la misma para intentar vislumbrar loque escondía tras la capa de concreción supercial.

El restaurador vagamente recordaba los tratamientosempleados en la limpieza, pero sí que eectuó variaspruebas con dierentes productos químicos y disol- ventes9, que no resultaron concluyentes, por lo quebásicamente se emplearon medios mecánicos queacilitaron la lectura de los signos epigrácos y del

8 Iu .9 U u ú é

b é C, b- u í (R, 1980: 189).

Fgura 10. D B ú 13.409 T S Mqu L, iv-ii . C. Fí: M.ªA P R. Mu P V.

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dibujo que se representaba en el centro de la lámina.Lo que no sabemos a ciencia cierta es si, como erahabitual en aquel entonces, sería aplicada alguna pro-tección nal de cera o parana.

Para el proceso cientíco de análisis se han reco-pilado muestras de las piezas motivo del estudio y del material de reerencia bajo el microscopio este-reoscópico, tratando de utilizar técnicas poco inva-sivas que supusieran la mínima alteración o mermaen las piezas, utilizando como muestras, de ormasistemática, ragmentos desprendidos de las mismasque se encontraban en los soportes o las cajas donde

se almacenaban. De las 19 piezas muestreadas, 17pertenecen a los ondos del Museo de Prehistoria de Valencia y solo dos a otras instituciones, el Museo Ar-queológico de Burriana y la colección museográcade Moncada. Las técnicas electroquímicas utilizadashan permitido, por otra parte, obtener inormaciónanalítica a partir de un simple contacto de una barrade grato con la supercie de la pieza, lo que supo-ne una transerencia de material del orden del nano-

gramo. Con la técnica de la espectrometría inrarroja ATR-FTIR se ha analizado el papel de reintegración(g. 10) y la película protectora de la lámina de plo-mo B del Tossal de Sant Miquel para determinar quétipo de consolidante ue aplicado en la intervencióneectuada en los años cuarenta (g. 11), con la nali-dad de conocer si dicha restauración ha contribuidoal actual estado de conservación de la pieza. Tambiénse ha analizado mediante este sistema la concreción

del plomo C, para comprobar si existen compuestosorgánicos en la misma y conrmar la presencia deuna pátina articial.

Los resultados obtenidos mediante espectroscopíaFTIR en la lámina protectora y el papel de reintegra-ción de la pieza B, conrman que se trata de nitratode celulosa y celulosa respectivamente; estos materia-les, con toda probabilidad, han contribuído notable-mente a empeorar su estado de conservación. El ni-

trato de celulosa puede emitir bajas concentracionesde ácido que pueden ser sucientes para aectar a lapieza. El papel de celulosa utilizado para reintegrarlos altantes de los bordes de la lámina, presenta unaspecto amarillento que evidencia que ha experimen-tado procesos oxidativos a pesar de estar práctica-mente recubierto de adhesivo.

En cuanto a la concreción analizada en la muestrade la lámina C (g. 12), básicamente se conrma que

hay un aglutinante orgánico de tipo aceite secante(probablemente mezclado con una parana) además

Fgura 11. D íu B ú

13.409 T S Mqu L, iv-ii . C. Fí: M.ª A- P R. Mu P V.

de los aluminosilicatos y silicatos de hierro y mag-

nesio y calcita, por lo que la hipótesis de la pátinaintencionada podría quedar conrmada con este aná-lisis (gráco 1).

Para el análisis de las capas de corrosión se haempleado el SEM-EDX. En el plomo A, el análisis glo-bal determina como especies aniónicas, carbonatos,cloruros (hidroxicloruros) y óxidos; y como especiescatiónicas, plomo. En la lámina B, se identican enel análisis global de la muestra carbonatos, óxidos e

hidroxioxicloruros de plomo, y en el análisis puntualse determinan dos productos de corrosión, el PbO2 y 

Fgura 12. D C T S Mqu Lí, , iv-ii . C. Fí: M.ª A P R.Mu P V.

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PbCl2

(cotunnita). Los espectros nos muestran comolas láminas A y B del Tossal de Sant Miguel de Llí-ria, coinciden en gran medida en los resultados, tantoen la composición elemental del plomo como en sus

productos de corrosión, y si los comparamos con elespectro obtenido de la muestra de plomo de La Bas-tida de Les Alcusses, también los resultados presentangrandes paralelismos (gráco 2).

Una notable dierencia la encontramos en la piezaC: el análisis global identica como especies anióni-cas, óxidos, carbonatos, osatos, sulatos; y como ca-tiónicas, sodio, potasio, magnesio, aluminio, plomo,calcio, titanio y hierro. Posiblemente, al no haber sido

expuesta, no ha estado en contacto con los contami-nantes ambientales expositivos de las salas del museoni sometida a humedad relativa elevada, lo que expli-caría la ausencia de cloruros de plomo en esta láminaa dierencia de las demás.

La composición elemental que se obtiene con elSEM-EDX indica que la pátina de color marrón par-duzco está constituida mayoritariamente por silicatos y silicatos hidratados de magnesio y de aluminosili-

catos de magnesio y hierro. El análisis puntual deter-mina dos productos con la relación estequeométrica,

FeMg4Si

4 Al

2O

18y MgSiO

5,que pueden correlacionarse

con: cordierita (Mg, Fe)2 Al

4Si

5O

18, de origen volcáni-

co y poco recuente en la Comunidad Valenciana, y talco Mg

3Si

4O

10(OH)

2. Estos materiales combinados se

utilizan recuentemente en joyería como abrasivos, loque hace pensar que este objeto ue patinado arti-cialmente y, por tanto, que no es original. Para conr-mar esta hipótesis se ha analizado la concreción conFTIR y los datos obtenidos nos conrman que se tratade aluminosilicatos de magnesio y hierro combinadoscon aceites secantes y parana; esta última podría re-lacionarse con la cera de protección posiblemente em-pleada en la intervención eectuada tras su hallazgo.

Si los resultados los comparamos con las mues-tras obtenidas de una muestra de lámina de plomoalsa, donde el análisis global identica como espe-cies aniónicas, óxidos, carbonatos, osatos, sulatos y como catiónicas, sodio, potasio, magnesio, aluminio,plomo, calcio, titanio y hierro, encontramos elemen-tos comunes en ambas piezas (gráco 3).

Por otro lado, la voltamperometría de micropar-tículas (VMP) nos ha proporcionado una respuesta

electroquímica de elevada sensibilidad que nos hapermitido obtener inormación sobre la composición

Gráfco 1. FTIR: B C T S Mqu.

Gráfco 2. SEM: A,B u B L Au M.

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química y mineralógica de micromuestras de materi-les sólidos10.

Para la identicación de los productos de corrosiónde las piezas se ha empleado una metodología no in- vasiva empleando como electrodos barras de gratopirolítico de diámetros 0,2 y 2 mm. Con objeto de mi-

nimizar el contacto con las piezas a estudiar, se ha uti-lizado una técnica one touch basada en la realizaciónde una presión breve (5 s) continuada del electrodo degrato sobre la muestra, lo que nos permite la sujeciónmecánica de unos pocos nanogramos de la muestra y tras la inmersión en el correspondiente electrolito,obtener la respuesta voltamperométrica de la muestra.

10 E Lb quí Quí Aí-

u Quí V bj u AD Cb.

El primer criterio de autenticación que maneja-mos es el de la presencia de As, Sb, Cu y/o Bi (even-tualmente Ag, raramente porque se extraía mediantemétodos de copelación), acompañando al Pb base.

La presencia de estos elementos se ha detectadomediante la voltamperometría de redisolución anódi-

ca (picos de stripping ) El plomo actual, más renado,no presenta estos picos de  stripping  de elementos-traza como podemos observar en los voltamperogra-mas de las muestras de los plomos alsos tomadoscomo reerencias.

Las muestras extraídas de los tres plomos del Tos-sal de Sant Miquel, cumplirían este criterio, mostrandopicos de stripping de As, Sb y Cu solapados con losdel Pb. Sin embargo, este criterio no permite aclarar

las dudas sobre la posible alsicación ya que desdeel punto de vista compositivo del metal sí que obser-

Gráfco 3. SEM: C u u .

Gráfco 4. VPM: Ru , Aé (A), (Sb), b (Cu), bu (B), (A), u u u C T S Mqu.

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 vamos en los resultados de la electroquímica que elplomo C presenta componentes similares a los de lasláminas A y B, e incluso a los procedentes de otros yacimientos (gráco 4). En un primer lugar estos re-

sultados nos llevaron a pensar que podía tratarse deun plomo auténtico, pero tras los resultados de lasdemás pruebas llevadas a cabo sobre los productosde corrosión y la concreción se plantea la posibilidadde que uese una inscripción alsa realizada sobreuna lámina de plomo de época ibérica reutilizada oreprocesada.

Como segundo criterio, en los voltamperogramasobtenidos por aplicación de un barrido de potencia-

les en sentido negativo se observan picos catódicoscorrespondientes a la reducción de los componentesde las pátinas y productos de alteración ormados enla supercie de las muestras metálicas. El voltampe-rograma obtenido para la lámina C del Tossal de SantMiquel no muestra ni el pico catódico hacia -0,72 V niel pico de reducción de PbO

2a +0,75 V, si bien sí que

aparecen elementos-traza en la voltamperometría deredisolución anódica. Estos resultados nos ratican

la teoría de la alsicación a partir de una placa deplomo de procedencia arqueológica sometida a re-modelación y posterior patinado articial (gráco 5).

Con esta metodología se pueden discriminarproductos de corrosión del plomo y obtener seña-les especícas de piezas sometidas a una corrosiónprolongada en el tiempo, proporcionando tambiéncriterios adicionales para la autenticación de laspiezas. Aplicando esta técnica hemos obtenido vol-

tamperogramas que muestran los picos de reducciónde los productos de corrosión del plomo, y hemos

podido constatar la similitud que presentan los picosobtenidos en el plomo C y en los plomos alsos deCastellón, en contraposición con los presentes en losdemás plomos originales. Estos resultados rearma-

rían la hipótesis de la alsicación, aunque existe unaduda razonable basada en los resultados obtenidoscon los voltamperogramas de la muestra de Pico delos Ajos, pieza, que ha sido recientemente restaurada,por lo que nos proporciona unos picos similares a losobtenidos con los plomos alsos, aunque se trate eneste caso de una pieza original.

 Aún así, el conjunto de resultados obtenidos conla espectrometría inrarroja podrían sustentar la teo-

ría de la alsicación ya que apreciamos paralelismosexistentes entre las especies catiónicas y aniónicas delplomo C del Tossal de Sant Miquel y algunos plo-mos alsos, sumados a los resultados obtenidos con elanálisis con FTIR de la concreción del mismo, dondeaparecen compuestos orgánicos, como aceites secan-tes y otras sustancias de origen dudoso, que bien po-dían tratarse de componentes de pátinas articiales. Asu vez, el estudio comparativo del dibujo del plomo

C con las reerencias iconográcas encontradas enotras piezas y en decoraciones pintadas de los vasoscerámicos pertenecientes al mismo yacimiento, nosreuerza la teoría de la alsicación, puesto que lasdierencias son evidentes tanto en el estilo como en eltipo de diseño. En cualquier caso esta interpretaciónno supone una conclusión determinante, puesto queexisten muchos más actores a tener en cuenta (escri-tura, análisis elemental del metal, etc.).

En denitiva, tras los resultados obtenidos en la voltamperometría, no podemos armar categórica-

Gráfco 5. VPM: P . P u u .

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mente que la lámina de plomo C sea alsa, puesto quelos plomos sometidos a limpiezas químicas, que haneliminado completamente los productos de corrosión(ya sean o no estables) distorsionan los resultados.Queda abierto, por tanto, un estudio más en proundi-dad, a partir de muestras en las que conozcamos concerteza los tratamientos realizados con anterioridad.

Hemos podido constatar que usando la metodo-logía de lápiz de grato en la técnica electroquímicaaplicada para el estudio de objetos arqueológicos deplomo se puede realizar un análisis esencialmente nodestructivo y bajo condiciones óptimas, los picos de

la disolución oxidativa de los oligoelementos del plo-mo (antimonio, arsénico, bismuto, cobre) se puedentomar como una rma que caracteriza, en cierta me-dida, la procedencia del metal, y su presencia puedeser utilizada como un indicador de autenticidad de lapiezas, ya que tales picos están ausentes en plomocontemporáneo (renado), complementando así lastécnicas existentes para la autenticación de metalarqueológico.

Por último, sin lugar a dudas, las piezas precisande un tratamiento de conservación y restauración,que elimine las antiguas intervenciones y los produc-tos de corrosión inestables. Hoy en día existen al-gunos laboratorios que realizan investigaciones, conóptimos resultados en plomos escritos (Barrio et al.,2005), que aportan nuevas esperanzas a los gravesproblemas de conservación que suren este tipo demateriales. Estas experiencias sirven para estimular

una sensibilidad maniesta hacia este campo de laconservación y restauración, y nos animan a seguirtrabajando en esta dirección con la nalidad de sal- vaguardar parte nuestro patrimonio histórico a las ge-neraciones uturas.

Bblograía

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Resumen

La plata Ruolz es una metodología basada en la apli-cación de un sistema electrolítico sobre piezas talladasde metal, para obtener una capa de plata por electro-deposición similar en aspecto a la platería de ley ori-ginal. Esta tecnología patentada por Henri de Ruolz en1838, ue adquirida por Francesc Isaura para Españaen 1848. Estas piezas revolucionaron la industria de laplata al abaratar costes, por lo que se extendió su uso

entre las piezas cotidianas de la burguesía así comopara obras de valor religioso.

El objetivo de este trabajo ha sido aplicar la es-pectroscopía láser al estudio de una pieza de plataRuolz de orebrería religiosa del siglo  xix y evaluar sucapacidad analítica rente a técnicas convencionalesde caracterización como la microscopía óptica o elec-trónica. Mediante este método, las piezas pueden seranalizadas in situ y sin necesidad de eectuar cual-quier preparación previa.

Eu Ru

í Plar Ortz CalderónU Pb O (UPO), D. S Fí, Quí Nu, S

@u.

Vanessa Antunez, Rocío Ortz, José María MartínU Pb O (UPO), D. S Fí, Quí Nu, S

María Auladora Gómez-MorónIu Au P H (IAPH), S

Manuel BethencourtD C M Ií Mú Quí I,

C Au C Tí M, Cu E I M (CEIMAR)

U C

Ignaco López, Víctor Pñón, M.ª Paz Mateo, Gnés NcolásU A Cu, Lb A L, F, L Cu

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Palabras clae

Plata Ruolz, espectroscopía láser, periles quími-

cos en proundidad.

Abstract

Ruolz Silver is a methodology based on an electrolytesystem that is applyed over carved metal pieces, inorder to obtain a silver layer by electro-deposition si-

milar in appearance to the original sterling silver. Thistechnology was patented by Henri de Ruolz in 1838,and acquired by Francesc Isaura or Spain in 1848.

These pieces changed the silver industry due tolower costs, and it use was spreaded among thebourgeoisie or daily pieces and also or religiousartiacts.

The aim o this research was the application o laser spectroscopy to the study o a Ruolz piece rom

19th century in order to assess their analytical capa-bility versus conventional characterization techni-ques such as optical or electronic microscopies. Thismethodology allows analyze metal pieces withoutsampling neither preparation.

Keywords

Ruolz Silver, laser spectroscopy, chemical depth pro-les.

Introduccón

La espectroscopía láser basada en la ablación de ma-teria (LIBS, Laser-Induced Breakdown Spectroscopy)

es una técnica que permite el análisis cualitativo y cuantitativo de obras de arte y monumentos (Colaoet al. 2010; Ortiz et al., 2010 a y b; Ctvrtnickova et al., 2009; Mateo, Ctvrtnickova y Nicolas, 2009; Mateoet al., 2009; Fotakis et al., 2007; Lazic et al., 2004) enunción de la emisión atómica que se produce en lapluma de ablación generada por el impacto de unpulso de haz láser de elevada intensidad.

Esta metodología proporciona resultados cuali-tativos y semi-cuantitativos prácticamente de ormainstantánea, sin necesidad de preparar la muestra y 

con una aección mínima para la obra. Su simplici-dad y velocidad permiten el análisis de un númeroelevado de muestra en un corto periodo de tiempo,

así como estudiar un mayor número de zonas enuna pieza sin toma de muestra.

La espectroscopía láser ha sido aplicada al estu-dio analítico de obras metálicas (Melessanaki et al.,2002; Giacomo, 2005; ORTIZ et al., 2010b) así comoal control de la limpieza de las piezas (Golovlev,2003; MaravelakI et al., 1996).

En este trabajo, se ha estudiado una muestra deplata Ruolz perteneciente al palio procesional en-

cargado por la Hermandad de la Macarena a la CasaIsaura en 1871. El palio procesional abricado en1871 en Barcelona se estrenó en la madrugada del viernes de la Semana Santa de Sevilla de 1872. Lahermandad de la Macarena abandonó su uso proce-sional en 1890, cediendo en 1984 el paso a la Her-mandad de los Gitanos de Sevilla para que procesio-nara la Virgen de las Angustias. El palio ue utilizadopor esta hermandad hasta 1916 y después pasaría a

la Hermandad del Santo Entierro de Alcalá del Río(Sevilla) para la Virgen de los Dolores (posiblementehasta 1895). Finalmente varios elementos del techode palio y las bambalinas pasaron a la Hermandadde la Virgen del Mayor Dolor de Aracena (Huelva),mientras que los varales ueron vendidos por sepa-rado (Pérez del Campo et al., 2009).

La plata Ruolz es una metodología basada en laaplicación de un sistema electrolítico sobre piezas

talladas de metal, para obtener una capa de platapor electro-deposición similar en aspecto a la pla-tería de ley original. Esta tecnología patentada porHenri de Ruolz en 1838, ue adquirida por FrancescIsaura para España en 1848. Estas piezas revolucio-naron la industria de la plata al abaratar costes, porlo que se extendió su uso entre las piezas cotidianasde la burguesía, así como para obras de valor reli-gioso (Pérez del Campo et al., 2009). La obra objeto

de este estudio está ormada por piezas de latóntroqueladas y con estampación, que ueron poste-riormente sometidas a electrolisis para depositar unana capa de plata supercial, con lo que se conse-guía un aspecto plateado y se abarataban los costesde la obra (g.1).

Durante el proceso de restauración del palio dela Hermandad de la Virgen del Mayor Dolor de Ara-cena (Huelva) en el Instituto Andaluz de PatrimonioHistórico (IAPH), se ha estudiado el empleo de laespectroscopía láser al estudio de obras históricas

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metálicas, dentro del proyecto de investigación detécnicas no destructivas aplicadas al estudio y diag-nóstico del Patrimonio Andaluz dirigido por el IAPH.

En concreto, este trabajo corresponde a una pie-za original sin intervención, con el n de compararlos resultados obtenidos mediante espectroscopíaláser en relación a las técnicas metalográcas y mi-

croscopía electrónica.

Para el estudio de la pieza se ha utilizado un equipoLIBS (g. 2), dotado con un láser de Nd:YAG emi-tiendo a 532 nm, lente de enoque de 300 mm dedistancia ocal, un sistema de posicionmiento paramuestras, un dispositivo que recoge la señal de la

pluma de ablación, una bra óptica y un espectró-grao acoplado a un detector ICCD intensicado.

La identicación de la plata se ha logrado me-diante la detección de las siguientes longitudes deonda: 328,07 nm, 338,32 nm, 520,91 nm y 546,55nm, mientras que para la matriz de latón se han uti-lizado las líneas de cobre y zinc.

Para el estudio metalográco, se ha empleado lamicroscopía electrónica de barrido (SEM) y la espec-troscopía de energía dispersiva (EDX). Los corres-pondientes estudios de microscopía se han realiza-do en un microscopio QUANTA 200 de Philips, conlamento de emisión termoiónica y acoplado a unsistema de microanálisis Phoenix.

La estructura metalográca ha sido determina-da en probetas modelos, para elegir el método másadecuado, que consiste en la aplicación de disolu-ciones de persulato amónico acuoso, peróxido de

Fgura 1. I H V-Cu A, Hu. Fí: Eu F. IAPH..

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hidrógeno-amoniaco, cloruro érrico acuoso, cloruroérrico alcohólico, cloruro érrico en glicerol, disolu-

ción saturada de óxido de cromo (VI) y erricianidapotásica. Puesto que la película existente es de pla-ta, se han ensayado disoluciones de tiourea acidi-cada, peróxido de hidrógeno-amoniaco, persulatode amonio con cianuro de potasio o dicromato po-tásico acidicado. Sin embargo, el pequeño espesorde las películas de plata (0,5-1 μm) no ha permitidoobtener resultados visibles.

Ru

Este trabajo se centra en el estudio de una piezaoriginal del techo de palio por espectroscopía láser y su comparación con los resultados de SEM-EDX obtenidos en piezas similares del palio por Bethen-court, y Gómez (2010).

La muestra (g. 3) con un espesor promedio de0,50 mm, presenta un aspecto bastante homogéneocon un color plateado brillante en la cara vista y 

Fgura 2. Equ qu LIBS u u P Ru.

Fgura 3. I u.

H

L(300 )

Fb

Pu b

S

u

D

ICCD

Láser Nd: YAG

Espectrógrao

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plateado mate en la cara posterior. En los bordes,se aprecian zonas donde permanecen restos de lá-mina plateada, y zonas donde el metal base está

descubierto. El estado general de conservación dela muestra es bueno pese a la presencia de zonasmuy concretas de productos de corrosión de color verdeazulado y blanco.

Fgura 4. C .

Tabla 1

Lsta de los prncpales elementos, sus estados de onzacón y 

líneas detectadas por LIBS en la peza

Elemento Estado Longitud de Onda (nm)

 Al I 308,22; 309,27;

394,40; 396,15

Si I 251,61; 288,16

Fe I 273,97

Pb I 405,8

Los resultados del análisis elemental de una pie-za original del palio muestran la presencia de latón60Cu-40Zn, con trazas de otros elementos, siendo

los más abundantes hierro, plomo y estaño (g. 4).La mayoría de estos elementos también han sidodetectados mediante LIBS como se indica en la tabla 1.

Se han realizado 8 series estratigrácas en el en- vés y 3 en la cara delantera de la muestra, obtenién-dose en ambos casos resultados similares.

Mediante LIBS se detecta la presencia de platacorroborada por las líneas espectrales antes mencio-nadas, aunque la línea a 328,32 nm no se ha tenido

en cuenta en el estudio porque se solapa con unalínea del cobre. A dierencia de los resultados deBethencourt y Gómez (2010), mediante esta técnicase detecta plata en la muestra en el primer pulsoláser, tanto en la cara vista (g. 5) como en el envésde la pieza troquelada (g. 6).

La técnica LIBS nos permite trabajar en proun-didad, es decir, a medida que proundizamos en lamuestra con la aplicación de nuevos pulsos láser,tanto en la cara delantera como en el envés, aumen-ta la concentración de cobre y zinc correspondientes

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l ó d l l ll d l ó l ( ) d d

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alta concentración de plata en la zona supercialque desaparece a partir del pulso 3. En este tipode perles, mientras que la intensidad del elemen-

to característico de la capa supercial, la plata ennuestro caso, disminuye, se aprecia un incrementode la intensidad del material base, latón (Cu/Zn). Laintersección de ambas curvas corresponde a la inter-ase entre la capa de deposición eletrolítica de plata y la pieza troquelada de latón (Mateo et al., 2006).Conociendo la cantidad de material ablacionado porcada pulso y el número de pulsos necesarios para

Fgura 5. E LIBS u u 20

u.

Fgura 6. E LIBS u u 20 é u.

Fgura 7. E LIBS u u 20 é

u.

Fgura 8. Pu 15 20. C u.

a la pieza de latón original (g. 7), disminuyendola intensidad de la señal correspondiente a la plata.

De acuerdo con las series LIBS obtenidas, la pla-

ta aparece en los primeros espectros de la muestra(haz y envés) y tiende a desaparecer a partir delpulso 15-16. En la gura 8 todavía se aprecian restosde plata en el pulso 15 de una serie estratigrácadel haz mientras que en el pulso 16 (g. 9), ya noquedan restos de plata en la muestra.

El estudio del perl estratigraíco mediante LIBSes similar en todos los casos (g. 10), e indica una

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al a za la i t ió ti a l d la

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alcanzar la intersección, se estima el espesor de lacapa mediante LIBS.

La comparación de los espectros LIBS con los

datos de metalograía y microscopía electrónica deBethencourt y Gómez (2010), permiten clasicarla muestra como perteneciente al grupo M-1, co-rrespondiente a muestras originales del palio. Estánconstituidas por latón recubiertas de una capa su-percial de plata, correspondiente a un baño elec-trolítico según la metodología de plata Ruolz (g.11).

Sin embargo, la presencia de plata en ambas

caras a dierencia de los datos encontrados porBethencourt y Gómez (2010) en muestras similares,sugiere que no hubo sellado en el envés de la piezapara ahorrar costes y que se trabajó sumergiendocompletamente la pieza.

Tras esta primera capa de plata, no se aprecia enel perl zonas de discontinuidad que nos hicieranFgura 9. Pu 16 20. C u.

Fgura 10. P LIBS , b u u.

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pensar en una alta de adherencia del baño u otrascapas correspondientes a intervenciones.

El método LIBS permite estimar el espesor de lalámina electrolítica de plata entre 0,9-1,8μm, mien-tras que por microscopía electrónica (g. 12), se hancuanticado espesores entre 0,5 y 1 μm. Las dieren-cias entre ambos métodos son despreciables, ademásteniendo en cuenta las iregularidades en el grosor dela capa de plata a lo largo de la pieza generadas porel roce y el paso de los años.

Por último, es necesario evaluar el impacto visualproducido por este tipo de técnicas analíticas sobre

Fgura 11. I SEM . E EDX u .

Fgura 12. I SEM (8000) EDX .

las piezas. En las distintas muestras estudiadas, sehan obtenidos huellas o cráteres de 200-300 μm dediámetro (g. 13). Estas zonas tienden a ennegrecerpor la oxidación y depósito de partículas, lo que daun aspecto negruzco, que puede ser eliminado conalcohol, dejando una huella de apenas 150 μm dediámetro y que no se aprecia a simple vista, si bienpuede ser observada a la lupa binocular. Estas míni-mas aecciones pueden ser asumidas ya que no seaprecian ácilmente y nos permiten tener inormaciónde varias zonas de la obra, proceso que no es posiblecon la toma de muestra.

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Fgura 13. Hu 20 u b é u.

Conclusones

El empleo de la espectroscopía láser (LIBS) al estudiode esta pieza de plata Ruolz de orebrería religiosadel siglo  xix , ha permitido poner de maniesto la ca-pacidad analítica de esta metodología rente a la mi-croscopía electrónica. La espectroscopía láser permiteestudiar piezas in situ y sin necesidad de eectuarpreparación previa, todo ello, en un tiempo mínimo,por lo que se pueden obtener valiosos resultadoscualitativos y semi-cuantitativos de la composición enproundidad de una pieza metálica.

La pieza de plata estudiada ha sido analizada enambas caras y por aplicación sucesiva de pulsos láserpara obtener los perles en proundidad de los treselementos de interés (Cu, Zn y Ag). Los resultados

obtenidos muestran la presencia de un recubrimiento

micrométrico de plata sobre una matriz de cobre y zinc en ambas caras, lo que sugiere que la pieza delatón era sumergida en el baño electrolítico. Estos re-sultados coinciden con los obtenidos mediante las téc-nicas clásicas de microscopía electrónica de barrido.

Bblograía

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D xviii

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51

D xviii

xix é b

Manuel BethencourtD C M Ií Mú Quí I,

C Au C Tí M, Cu E I M (CEIMAR)

U Cu.bu@u.

Abel BocalandroD C M Ií Mú Quí I,

C Au C Tí M, Cu E I M (CEIMAR)

U C

Jula Romero PastorD Mí Pí

U G

Resumen

El análisis composicional y estructural de los orrosde cobre o latón que se conservan en los yacimientosarqueológicos subacuáticos ha permitido datar die-rentes pecios pertenecientes a navíos de origen ran-cés, español o inglés. Los estudios se han realizadocombinando técnicas metalográcas, análisis químicomediante espectrometría de chispa, microscopía elec-trónica de barrido (SEM), espectroscopía de rayos X (EDX) y ensayos de microdureza.

El empleo de orros de cobre y posteriormente la-tón, se extendió desde las primeras pruebas llevadas

a cabo en la ragata HSM Alarm en 1761, hasta inicios

del siglo  xx , siempre sobre embarcaciones con cas-co de madera. El principal objetivo de los orros eraprevenir el ataque a la madera del molusco bivalvoTeredo navalis , pero también permitían reducir lasincrustaciones biológicas en el casco y aumentar la velocidad y maniobrabilidad de los navíos.

Los resultados obtenidos muestran una clara evo-lución en las aleaciones empleadas para el orrado,pasando de aleaciones de cobre con una cierta can-tidad de impurezas en unción del país de origen y de la época de abricación, hasta la aparición de lasdistintas aleaciones de latón marino, para terminarcon los cobres puros concentrados ya por fotación y 

electrorenados.

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Palabras clae la estanqueidad del barco e impedir el deterioro del d l d l d l l

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Cobre, orros, metalograía, análisis químicos, SEM,

EDX.

Abstract

Compositional and structural analysis o the copperor brass sheathings that are conserved in underwaterarchaeological sites have allowed us to date dierent

 wrecks ships belonging to France, Spain or England.Studies have been done combining metallographictechniques, chemical analysis by spark spectrometry,scanning electron microscopy (SEM), X-ray spectros-copy (EDX) and microhardness testing. The use o copper alloys in sheathings, extended rom the rsttests carried out on the rigate HSM Alarm in 1761until the beginning o the twentieth century, alwayson wooden-hulled vessels. The main objective o the

sheathing was to prevent the attack on the bivalveTeredo navalis (mollusca) but also it was possible toreduce bioouling on the hull and increase the speedand maneuverability o ships.

The results show a clear evolution o the alloysuser or sheathing, rom copper alloys with a certainamount o impurities depending on the country o origin, till the appearance o brass alloys and ending with pure copper concentrated by fotation and elec-

tro rened.

KeywordsCopper, metallography, sheathing, SEM, EDX.

Introduccón

La modalidad de orrar el casco de embarcaciones demadera ue utilizada desde la época de los eniciosaplicando para ello dierentes elementos estructura-les como la madera y el plomo. El orrado de plomoue introducido en el siglo  xV  por los españoles y portugueses y su uso se generalizó en el siglo  xVii (Staniorth, 1985: 21-22), aunque existen indicios deeste orrado en embarcaciones de la antigua Roma.

La aplicación del orro tenía como objetivo mejorar

las maderas por la acción del agua del mar, moluscos y algas, los cuales dicultaban, además, el desplaza-

miento del barco. Este revestimiento es conocido porsu denominación inglesa sheathing .

La utilización de las planchas de cobre como ele-mento estructural de protección de las maderas dela obra viva de las embarcaciones ue una prácticaintroducida por la armada inglesa a mediados del si-glo  xViii y posteriormente adoptada por las principa-les marinas de guerra. En 1708 Charles Perry propusouno de los primeros proyectos de orrado con co-

bre, idea que desestimó la Royal Navy por el elevadocoste que involucraba (Rivera, 2005: 26; Weld, 1848:364; Bingeman et al., 2000: 221). En 1728, Robinson y Hanksbee patentaron un método para revestir lasembarcaciones mediante el uso de planchas de cobre(Field, 1981: 543; Banta, 1952: 213). Posteriormente,se llevan a cabo los primeros experimentos en la qui-lla de algunos barcos, observándose de inmediatouna mayor rapidez de desplazamiento. Finalmente en

1761 se orra con planchas de cobre toda la obra vivade la ragata Alarm, destinada a la exploración delocéano Pacíco, convirtiéndose en la primera embar-cación orrada completamente con este método (Bin-geman et al., 2000: 218-229; Torrejón, 1993: 60). Elanálisis de los resultados refejó las ventajas y losinconvenientes derivados de la utilización del cobrecomo elemento de protección, y los subsiguientes in-ormes avorables aconsejaron la generalización del

sistema, que se completó en los buques de la RoyalNavy en la década de los años ochenta. Francia y España comenzaron a aplicar la técnica del orradocon planchas de cobre a partir de 1767 y 1780, con-cretamente en las ragatas La Gorée y en la SantaLeocadia (Borgens, 2004: 116; Rivera, 2005: 27) res-pectivamente. En España se prohibió mediante de-creto el empleo de orros de cobre de procedenciaextranjera. El cobre español provenía principalmentede las minas de Río Tinto, y se abrieron distintasábricas dedicadas a la undición y abricación deplanchas y clavos de cobre, como la ábrica de Jubia,la de Alcaraz, la de Puerto Real y la de Algeciras (deMiñano, 1829: 315-316; Merino, 1981: 294-298; Torre-jón, 1993: 72-77).

Uno de los principales problemas que surgió conel uso del cobre como método de revestimiento decascos de madera ueron los procesos de corrosióngalvánica que surían las planchas. Éstas, al estar

en contacto en el medio marino con el hierro me-

Datacón de pecos de los sglos xviii y xix a traés de la caracterzacón de los orros de cobre

tálico usado como materia prima en piezas de su-j ió l l b l á i

El nal del siglo  xix  y en los inicios del siglo  xx  tá d l i ió d d l

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jeción como los clavos, orzaban un par galvánico.Los procesos de corrosión en la zona de contacto se

traducían en el posterior desgaste y desprendimien-to de los orros de cobre. Este problema ue objetode diversos ensayos. La mayor parte de los estudiosrealizados sobre el problema de corrosión se debie-ron a H. Davy, que resumió 1824 en un trabajo en elque determinaba las causas y soluciones de la corro-sión galvánica (Wells, 1857: 247-255; Homans, 1835:353-354; Becquerel, 1864: 453-462; Hay, 1863: 79-98).Otros cientícos como Prideaux y Bobierre llevaron

a cabo estudios sobre las alteraciones de los orrosde cobre y sus aleaciones (Watt, 1841: 264-265; Fes-quet, 2002: 198-202; Hunt, 1854: 132; Hay, 1863: 79-98; Newton´s, 1855: 239-240).

La evolución del orrado de cobre en los siglos xViii,  xix   y  xx , está marcada por la aparición de diver-sas patentes y numerosos estudios sobre la resisten-cia de las planchas a la corrosión y la tecnología deabricación de las mismas. Uno de los avances más

signicativos en la evolución tecnológica del orradode cobre ue la patente del latón marino de Muntz en1832, cuyo uso se generalizó y ue sustituyendo lasplanchas de cobre «puro» (Harris, 1966: 550-568; Eyre, y Spottiswoode, 1862; Muntz, 1832: 195-196; Percy,1861: 505-624; Jones, 2004: 62-190).

están marcados por la aparición de nuevo de los o-rros de cobre puro con un contenido mínimo de im-

purezas, debido undamentalmente a las mejoras enel ano del cobre, a la introducción del renamientoelectrolítico, patentado por Elkington en 1865, y a lamodernización de los procesos de conormado de losorros de cobre.

En 1869 se construye la primera renería electro-lítica en Pembrey, cerca de Swansea (Gales) (Mac-key, Wraith, 2004: 25-37; Dennis, 1963: 141; Harvey,y Press, 1990: 93).

Materal y métodos

Las muestras analizadas (tabla 1) pertenecen a diver-sos navíos y han sido obtenidas de dierentes uentescomo son:

 – Del propio yacimiento arqueológico (A): Fou-

gueux (1785-1805). – Solicitudes a museos (B): Pecio de La Cabezue-la (mediados del siglo  xix ), Cayetano del Toro(1923-en desuso). – Intercambio con otros investigadores (C): Colos-sus (1787-1798), Triunante (1756-1795).

Tabla 1

Muestras analzadas

Fuentes Pecio Lugar Origen Clase Fecha de construcciónFecha de

hundimiento

C ColossusSamson, Islas deScilly (Inglaterra)

Inglés Navío 1787 1798

C TriunanteBahía de Rosas

(Gerona, España)

Español Navío 1756 1795

 A  FougueuxSan Fernando (Cádiz,

España)Francés Navío 1785 1805

BPecio La

CabezuelaPuerto Real (Cádiz,

España)Inglés ----- Siglo  xix  Desconocido

BCayetano del

ToroPuerto Real (Cádiz,

España)Español Remolcador 1923 Desuso

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

te, el estudio de las características estructuraleso de constitución de un metal o una aleación

Como técnica de estudio se estructuró un proce-dimiento común para todas las muestras examinadas

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o de constitución de un metal o una aleaciónpara relacionar ésta con las propiedades ísicas

 y mecánicas. El análisis metalográco de lasmuestras constituyó una herramienta impor-tante para la ejecución del estudio. Con el nde seleccionar los métodos de preparación y ataque más apropiados, se realizó una búsque-da bibliográca previa. Los métodos obtenidoseran testados inicialmente con probetas moder-nas de composición similar.

d) d) Análisis composicional mediante análisisquímico por emisión de chispa con detectorCCD, modelo Lab Jr. En cada muestra se reali-zaron tres réplicas. Las muestras se han ensa- yado a través de tres programas patrones, elCu-20-AB (Cu/Zn-alloy), para analizar latones, y el Cu-60-AB (Cu/Sn/Pb-alloy) y el Cu-70-AB(Cu/Al-alloy), para cobre puro. Los resultadosasí obtenidos se comparaban con los resulta-

dimiento común para todas las muestras examinadas,consistente en:

a) Examen visual, dimensionamiento y otograa-do de las muestras. El otograado se llevó acabo con una cámara digital Olympus modeloSP550-UZ y una lupa binocular reglada Nikonmodelo 102 conectada a CCD con tarjeta dedigitalización de imagen Kappa, modelo CF 11DSP. Este análisis inicial permitió establecer elestado de conservación de las muestras y de-tectar, en su caso, la presencia de productos

de corrosión adheridos sobre las mismas. Ade-más, las dimensiones de las planchas puedenorecen inormación acerca del origen de lasmismas.

b) Análisis de las muestras mediante microscopíaelectrónica de barrido (SEM) y espectroscopiade energía dispersiva (EDX), en su estado origi-nal y después del análisis metalográco. Los es-

tudios de microscopía se realizaron en los Ser- vicios Centrales de Ciencia y Tecnología de laUniversidad de Cádiz mediante un microscopioelectrónico de barrido QUANTA 200 de Philips,con lamento de emisión termoiónica y acopla-do a un sistema de microanálisis Phoenix EDS.Esta técnica nos ha permitido realizar el análisisde la supercie, tanto topográco como quími-co, acilitado por sus detectores de electronessecundarios y retrodispersados, respectivamen-te. Adicionalmente este equipo unciona conun sistema de microanálisis por energía dis-persiva de rayos-X (EDX) que permite realizaranálisis cualitativos y semicuantitativos de loselementos de la muestra mediante la represen-tación de un espectro.

c) Análisis metalográco, con la ejecución deunos pasos comunes a todas las muestras: cor-te de probeta de tamaño reducido en cortadorade precisión, montaje de muestras en resinassintéticas en moldes de embutido en caliente,lijado preliminar de las muestras embutidas,pulido mediante discos rotatorios impregnadossegún el caso en alúmina o polvo de diaman-te, examen de las supercies pulidas mediantemicroscopio metalográco y ataque de la su-percie con la disolución de ataque apropiada.

El objetivo de la metalograía es, esencialmen-Fgura 1. F b é. D b bj:

xviii, xix y xx.

renamiento y propios de las menas de las que seextraía el mineral

Datacón de pecos de los sglos xviii y xix a traés de la caracterzacón de los orros de cobre

dos semicuantitativos procedentes de la espec-troscopia de energía dispersiva (EDS)

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extraía el mineral.El arsénico era un elemento ligado a las vetas de

cobre de diícil separación, que obligaba a renar va-rias veces el cobre, con el consiguiente el gasto en lamanuactura del mismo (Torrejón, 1993: 69-71; Phi-llips, Yard, y Street, 1818: 302; Percy, 1867: 246-249).

El plomo se añadía al cobre para mejorar su proce-so de anamiento, ya que acilitaba la separación delas escorias (de Luxan, 1837: 150; Percy, 1861: 513).

El bismuto era un elemento que se encontraba enlas vetas de cobre de las minas de Cornwall de las

que se abastecían las distintas ábricas productorasde planchas y clavos de cobre en Gran Bretaña (Scott,1991: 82; de Luxan, 1837: 133-162). Entre 1815 y 1830disminuye la calidad del cobre debido al agotamientode las minas de Cornwall, obligando a mezclar el co-bre viejo (planchas de cobre reundidas y remanuac-turadas) con el cobre extranjero procedente de Chile y de Perú que contenía más impurezas que el cobrenativo. Una de estas impurezas era el antimonio, que

también estaba presente en las vetas de cobre extraí-das de las minas británicas. Este elemento provocabaragilidad en las planchas de latón que empezarona utilizarse a partir de la patente de Muntz en 1832(Phillips, Yard, y Street, 1818: 303; Percy, 1861: 507-513 y 621). Otras trazas de elementos que se observanen las distintas composiciones químicas provienen delas propias vetas de cobre extraídas de las minas y de la adición de las mismas al cobre ya que dieren-tes estudios realizados en la época y la aparición demúltiples patentes, armaban que algunos elementosañadidos en pequeñas proporciones mejoran la re-sistencia del cobre a la corrosión (Percy, 1861: 514;Pattison, 1829: 94-96).

En la composición química reerida a la última eta-pa (nales del siglo  xix -principios del siglo  xx ) de laevolución del orrado de cobre, se vuelven a emplearplanchas de cobre puro, pero sin aleantes añadidos niimpurezas contenidas, debido a las mejoras introduci-das en los procesos de renamientos.

 Análisis de dureza de las muestras

Los ensayos de microdureza se realizaron en seccio-nes transversales y longitudinales de las muestras, endierentes puntos de las mismas (g. 2). Los valoresde microdureza que se muestran a continuación vie-

nen expresados en escala Vickers (HV), la más usual

troscopia de energía dispersiva (EDS).

e) Medida de la microdureza del material, comoinormación complementaria. Los estudios demicrodureza se realizaron en un microduróme-tro Struers modelo Duramin-20, mediante nor-ma ASTM 384-89. Los valores obtenidos en esteanálisis dependen de la observación de cadaoperador. La carga aplicada en todas las mues-tras ue de 98,07 mN (0,01 en escala Vicker)durante 19 segundos.

Resultados y dscusón

Identifcación visual de las muestras

En la gura 1 se muestran tres orros completos decobre como metal base, de distintas épocas. De arriba

abajo: inicio del orrado de cobre (siglo  xViii), patente deabajo: inicio del orrado de cobre (siglo  xViii), patentede Muntz (posterior a 1832, latón), nales del siglo xix y principios del siglo  xx (orros de cobre puro sinimpurezas ni aleantes).

Las distintas muestras analizadas, presentan mayo-ritariamente signos de corrosión marina. En algunasmuestras se pueden observar pequeñas picaduras enel metal provocadas por el proceso de corrosión quese ha llevado a cabo en la pieza. Debido a esto, al-gunas muestras presentan cambios de coloración. Atodas las muestras se les ha estimado un espesor pro-medio, el cual varía de 0,500 mm a 1,200 mm.

 Análisis químico de las muestras

En las tablas 2, 3 y 4 se muestra los valores prome-dio de la composición nominal (% en peso) de losobjetos de cobre estudiados, en donde, se observanaleantes añadidos en el proceso de abricación delas planchas metálicas, para mejorar sus propieda-des, y otras trazas de elementos que constituyen lasimpurezas provenientes de la propia undición delcobre y su renamiento.

Se puede observar como en la primera etapadel orrado (nales del siglo  xViii-principios del si-glo  xix ), se utilizaba cobre de elevada pureza que

contenía impurezas procedentes de los procesos de

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Tabla 2

 Análss químcos de orros de base cobre, fnales del sglo xviii-prncpos del sglo xix. Cu-60-AB

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de las escalas de dureza empleadas. Se presentan los valores reales obtenidos y el valor promedio de cadamuestra o zona. El análisis de dureza suministra inor-mación complementaria acerca del tratamiento térmi-co (Torrejón, 1993: 60 y 71).

El cobre puro suele presentar unos valores dedureza de 40 a 50 HV. Este valor se puede incremen-tar mediante la presencia de impurezas y aleantes,como por ejemplo el arsénico, el plomo o el zincen el caso de los latones o/y mediante un trabajoen río. Con los resultados de los análisis que serecogen en la tabla 5, se puede concluir que losorros de cobre y aleaciones estudiados presentanun aumento de su dureza, posiblemente debido a

un trabajo en río y a la presencia de impurezas y aleantes (Scott, 1991: 82). En el caso de la muestraLa Cabezuela, la presencia de un porcentaje alto dezinc como aleante podría ser uno de los actores quedetermine que esta muestra presente el valor másalto de dureza con respecto a las demás muestrasanalizadas. En el caso contrario, la muestra Cayeta-no del Toro presenta el valor más bajo de dureza.Estos resultados estarían en sintonía con los pro-

cedentes del análisis químico, que mostraron que

se trata de la muestra analizada con menos impu-rezas, y a la que no se le añadió aleante alguno.

Las muestras pertenecientes a la primera etapa delorrado con cobre (Fougueux, El Triunante y Colos-sus), presentan unos valores de dureza similares.

El valor medio de la muestra El Triunante se des- vía de la media de las otras dos muestras comentadas,debido al dato obtenido en la sección longitudinal dela misma (tabla 5; g. 2).

Análss metalográcos

Los materiales metálicos tienen una estructura cristali-

na que, a nivel microscópico, se maniesta en ormade granos. Estos granos presentan una geometría quedepende tanto del tipo de metal como el tratamientometalúrgico al que han sido sometidos.

El reactivo utilizado para el revelado de esta es-tructura cristalina ue siempre el mismo, cloruro é-rrico acuoso con una cantidad de tricloruro de hierroaproximado a 6 gramos y menos de 30 mililitros deácido clorhídrico al 35%. Las variables de las que de-

pende el resultado de la metalograía, es decir, el

q , g p p g

Forro nglés:Colossus

Zn Pb Sn P Mn Fe Ni Si As Sb Bi S Cu

0,040 0,236 <1,0 <0,0007 <0,0005 0,0023 0,022 <0,001 0,276 0,030 0,033 0,068 98,8

Forro rancés:

Fougueu

Zn Pb Sn P Mn Fe Ni Si As Sb Bi S Cu

0.003 0.020 <0.006 <0.001 <0.000 0,005 0,040 0,002 0,073 0,056 0,007 0,006 99,8

Forro español:

Trunante

Zn Pb Sn P Mn Fe Ni Si As Sb Bi S Cu

0,002 0,296 <0,006 <0,001 <0,000 <0,001 0,012 <0,001 0,092 0,040 0,035 0,009 99,5

Tabla 3

 Análss químcos de orros de base cobre posteror a patente de Muntz (1832). Cu-60-AB

Peco La

Cabezuela

Zn Pb Sn P Fe Ni As Sb Bi Co S Cd Cu

34,94 0,68 0,026 0,002 0,073 0,047 0,116 0,013 0,077 0,010 0,05 0,024 65,07

Datacón de pecos de los sglos xviii y xix a traés de la caracterzacón de los orros de cobre

Tabla 4

 Análss químcos de orros de base cobre fnales del sglo xviii-prncpos del sglo xix. Cu-60-AB

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trabajo en río, o bien a la aplicación de un trabajoen caliente. En la manuactura del orrado de cobrese utilizaron tecnologías basadas en el orjado y enla laminación (Larruga, 1792: 30-31; Fox, 1835: 214;Hay, 1863: 81; Cañizares, 2005: 72)). A partir de lasmicroestructuras y la orma y tamaño de la muestrasestudiadas no es posible precisar si se obtuvieron pororja o por laminación. La gura 3, obtenida de lamuestra del Fougueux, se corresponde con un cobrede elevada pureza. En ella se puede observar, como

se ha comentado anteriormente, granos de distintostamaños orientados al azar, debido a un proceso denucleación de nuevos granos en la estructura poreecto de la temperatura. También se observan algu-nas maclas de recocido y precipitación de inclusio-nes no metálicas. La presencia de algunos óxidos enla supercie del metal nos puede indicar la aplica-ción de un conormado termomecánico en caliente.La gura 4, obtenida de la muestra de La Cabezuela,

pertenece a una aleación de base cobre aleado con

57

Cayetano

del Toro

Zn Pb Sn P Fe Ni As Sb Bi Si Al S Cu

0,006 0,013 <0,006 0,001 <0,000 0,032 0,007 <0,001 0,070 <0,001 0,010 0,005 99.8

revelado óptimo de la microestructura de la muestraestudiada, son: el tiempo de ataque (tiempo de in-mersión de la muestra en la disolución reveladora),proporciones de los distintos compuestos del reac-tivo de ataque, ataque homogéneo o heterogéneo(inmersión completa o incompleta de la muestra),limpieza de la muestra antes y después del ataque,pulido (paños de pulido, lubricante, tiempo de puli-do, cantidad de abrasivo (polvo de diamante), velo-cidad, uerza y secado. En los análisis metalográcos

aplicados a las distintas muestras de orros de basecobre que se presentan en las guras 3 y 4, se ob-servan unas microestructuras policristalinas de granosequiaxiales con orientaciones al azar, con presenciade zonas macladas y de precipitados e inclusiones nometálicas en la matriz.

Este tipo de microestructura puede indicar que enel material se pudo iniciar un proceso de recristali-zación, debido bien a la aplicación de un tratamien-

to térmico de recocido, que se solía aplicar tras un

Tabla 5Resultados de los análss de mcrodureza en escala Vckers (HV)

Muestra Sección transversal Sección longitudinal Valor medio muestra

Fougueu 108,33 Hv 105,26 Hv 106,80 Hv

El Trunante 105,09 Hv 92,28 Hv 98,68 Hv

Colossus 110 Hv 108,12 Hv 109,06 Hv

Peco La Cabezuela 125,56 Hv 127,44 Hv 126 Hv

Cayetano del Toro 91,0 Hv 88,6 Hv 89,8 Hv

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de la microestructura presentada en la gura 3, lapresencia de precipitados es poco abundante, unda-

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zinc (latón). En ella se puede observar una microes-tructura de granos equiaxiales de distintos tamañosorientados al azar con maclas de recocido. Posible-mente esta microestructura tenga su origen en unproceso de recristalización debido a un tratamientotérmico de recocido, cuyo objeto es destruir median-te un calentamiento, la estructura distorsionada porla aplicación de un trabajo en río y hacer que adop-

te una orma libre de deormaciones. A dierencia

mentalmente de óxido en la supercie metálica. Esto

nos hace pensar que la muestra analizada pertenezcaa un orro cuyo proceso de conormación se hayallevado a cabo mediante un trabajo en río seguidode un recocido.

 Análisis mediante SEM y EDS

La microscopía electrónica de barrido (SEM) y la es-

pectroscopia de energía dispersiva (EDX) ha permi-tido caracterizar la supercie de las muestras estu-diadas, identicar semicuantitativamente la naturalezaquímica de las impurezas observadas, o conocer losprocesos de corrosión que han tenido lugar a nivelsupercial o en la matriz metálica.

En las dierentes guras se pueden observar dis-tintos precipitados sobre la matriz metálica que hansido identicados mediante EDX. Esta técnica nos ha

permitido identicar elementos mayoritarios y mino-ritarios en las muestras, cuanticarlos y comparar losresultados con los obtenidos en los análisis químicos.Las guras 5a, c, e, g, i representan imágenes captu-radas mediante el microscopio electrónico de barridode los distintos precipitados que se observan sobre lamatriz metálica, analizados e identicados mediantela técnica EDX (gs. 5b, d, , h, j.).

En el espectro representado en la gura 5b ree-rente a la muestra Colossus, se observan picos altosde arsénico y plomo. Este resultado es comparable y está en concordancia con el obtenido mediante aná-lisis químico, en donde se aprecia que estos dos ele-mentos aparecen como las impurezas y/o aleantesmayoritarios en la muestra de orro de cobre puroensayada. Un dato de interés que refeja este espec-tro es la presencia de antimonio, elemento muy ca-racterístico de las minas de cobre utilizadas por lamarina británica para el procesado de las planchas

de cobre utilizadas como orro para la protección dela obra viva de las embarcaciones de madera (copper 

 sheathing ).El espectro de la gura 5d corresponde a la mues-

tra de orro perteneciente al navío rancés del siglo xViii Fougueux. En la muestra analizada no se ha po-dido detectar niveles considerables de trazas de otroselementos metálicos que pudiera contener en la ma-triz metálica. En principio el resultado obtenido es

comparable con el observado en el análisis químico

Fgura 2. D u b.

Fgura 3. Mí 200X u u Fuuu.

Datacón de pecos de los sglos xviii y xix a traés de la caracterzacón de los orros de cobre

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representado en la tabla 4, observamos que están en

concordancia. Se trata de una muestra de cobre purode principios del siglo  xx , con unas proporciones deimpurezas muy bajas que mediante EDX no hemospodido detectar. Estos niveles de impurezas que pre-senta la muestra de orro metálica de base cobre delremolcador Cayetano del Toro, es debida a los nue- vos procesos de renamiento que se adoptaron en elprocesado de las planchas de cobre destinadas a laprotección de los cascos de madera de las embarca-

ciones.

Fgura 5. I SEM u u EDX : ,b) Cu, , ) Fuuu, , ) E Tu, , ) L Cbu,, j) C T.

Fgura 4. Mí 200X u u L Cbu.

de la tabla 2, que muestra un cobre de elevada pureza.En la gura 5 se muestra el espectro obtenido

para la muestra analizada del orro del navío espa-ñol El Triunante. Se puede observar la presencia enabundancia de plomo representado en dos picos,uno de mayor intensidad y otro de menor intensidad, y la presencia no menos importante de una cantidadconsiderable de arsénico. Estos dos elementos tam-bién se observan en el análisis químico presentadoen la tabla 2, en menor proporción el arsénico. El altocontenido en plomo observado en el orro españolnales del siglo  xViii, es debido a que en España seañadía plomo para mejorar el anamiento del cobre y aumentar la ductilidad y la maleabilidad.

La gura 5h corresponde al espectro de la mues-tra La Cabezuela. De la observación del espectro re-cogido resulta que la muestra es un latón con un

contenido considerable en plomo y arsénico en me-nor proporción. Este resultado es similar al registradomediante el análisis químico llevado a cabo sobre lamuestra. La muestra pertenece a un orro inglés cuyadatación es posterior a 1832 (patente de Muntz).

En la gura 5j se observa la imagen de un es-pectro tomado de la muestra Cayetano del Toro. Enel análisis EDX solo se ha detectado la presencia decobre sobre la matriz metálica. Si comparamos este

resultado con el obtenido mediante análisis químico

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Conclusones

A partir de los detalles microestructurales obser

rrado, pasando de aleaciones de cobre con unacierta cantidad de impurezas en unción del paísde origen y de la época de abricación (ej El

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6060

– A partir de los detalles microestructurales obser-

 vados, así como de la composición química de lasmuestras analizadas, los espectros EDS obtenidos y los ensayos de dureza utilizados como métodoscomplementarios de análisis, se deduce que lasdistintas muestras estudiadas de orros utilizadospara el revestimiento de los cascos de las embar-caciones, son de cobre y aleaciones como Cu-Zn(latón). En cuanto a los procesos de abricación,los orros de cobre han podido ser abricados

mediante un trabajo en caliente o un trabajo enrío seguido de algún tratamiento térmico comoel recocido.

– A partir de las uentes documentales consultadas,se observa que la industria del orrado de cobreaparece en la segunda mitad del siglo  xViii, y semantiene hasta principios del siglo  xx . Duranteestos años aparecen diversas patentes sobre alea-ciones de las planchas de cobre, y sus procesosde abricación, que son aprobadas y usadas enlas distintas embarcaciones. Una de las patentesmás conocida es la de G. Muntz en 1832 sobre laaleación Cu-Zn de composición nominal 60% Cu-40% Zn. El uso de este material se extendió hastaprincipios del siglo  xx .

 – Con los resultados obtenidos de los dierentesanálisis y la inormación obtenida de las uentesdocumentales, se puede obtener inormación so-bre la datación y origen de un pecio indocumen-tado a través de su orrado.

 – La línea de trabajo desarrollada en este estudiopuede encuadrarse dentro de la metalurgia his-tórica. Se trata de una materia interdisciplinar decreciente interés, debido a que permite recons-truir características culturales y aportar inorma-ción valiosa respecto a las tecnologías, los pro-cesos de abricación y su evolución histórica. Enel caso de la temática del orrado, su objetivo es

aportar inormación respecto de los materiales y las tecnologías de abricación utilizadas en estoselementos de protección en los navíos de made-ra de nales del siglo  xViii a principios de siglo xx . Una vez cotejada con la inormación docu-mental o museística existente, se transorma enherramienta de diagnostico auxiliar para datar y documentar un pecio.

 – Los resultados obtenidos muestran una clara evo-

lución en las aleaciones empleadas para el o-

de origen y de la época de abricación, (ej. El

Triunante, español, 1795: Cu: 99,4%, Pb: 0,142%, As: 0,421%; Colossus, Inglés, 1798: Cu: 99,2%, Pb:0,155%, As: 0,480%, o Fougueux, Francés, 1805:Cu: 99,8, Pb: 0,025%, As: 0,063%) hasta la apari-ción de las distintas aleaciones de latón marino(ej. Pecio de La Cabezuela, Inglés, entre 1835-1860: Cu: 63,96%, Zn: 34,94%, Pb: 0,68%, As:0,116%), para terminar con los cobres puros con-centrados ya por fotación y electrorenados (ej.

Cayetano del Toro, Español, 1923: Cu: 99,9%, Pb:0,023%, As: 0,029%).

 Agradecimientos

Este trabajo ha sido nanciado por la CICYT, en elproyecto «Arqueomonitor» reerencia CTM2010-16363.

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D qu

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63

é quíAntono Doménech-CarbóD Quí Aí. U Vè

.@u.

María Teresa Doménech-Carbó

Iu Ru P. U Pé Vè

María Amparo Peró-RondaMuu Pò Vè

Resumen

Se describe una nueva metodología para la dataciónde piezas arqueológicas de plomo basada en la apli-cación de técnicas electroquímicas de estado sólido.Por este procedimiento se obtienen señales caracte-

rísticas de los óxidos de plomo ormados como pro-ductos de corrosión bajo condiciones de alteraciónen períodos dilatados de tiempo. La variación con eltiempo de estas señales se ajusta a la misma ley po-tencial que la reportada por Reich utilizando medidasde eecto Meissner en el estado superconductor delplomo. La calibración se ha llevado a cabo utilizandouna serie de piezas conservadas en distintos museosde la Comunidad Valenciana cubriendo un intervalo

temporal entre el siglo iV a. C. y la actualidad.

Palabras clae

Datación, plomo arqueológico, electroquímica de es-tado sólido, óxidos de plomo.

Abstract

 A novel methodology or dating archaeological leadartiacts based on the solid state electrochemistry isdescribed. This is based on the comparison o theheight o specic voltammetric eatures rom lead oxi-des ormed as corrosion products under long-term al-teration conditions. Time variation o such signals can

be tted to the same potential rate law as Reich using

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

measurements on the Meissner raction in the super-conducting state o lead. Calibration o the method was perormed with the help o a series o well-docu-

método propuesto se basa en la denominada voltam-perometría de micropartículas, técnica electroquímicade estado sólido desarrollada por Scholz et al. (2005)

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mented, lead pieces rom the unds o dierent mu-seums o the Comunitat Valenciana (Spain) coveringsince the 4th century BC to nowadays.

Keywords

Dating, archaeological lead, solid state electrochemis-try, lead oxides.

Introduccón

El plomo es un metal ampliamente utilizado desdela antigüedad. Aunque inicialmente la explotación desus minerales se dirigía a la obtención de plata me-diante copelación, al menos a partir de la Edad deHierro el plomo se utilizó para una gran variedadde aplicaciones, propiciadas en buena medida por surelativamente elevada resistencia a la corrosión (Per-nicka, 1987).

La datación de objetos arqueológicos metálicos engeneral, y de plomo en particular, es un importanteproblema analítico cuya resolución, sin embargo, esextremadamente compleja. Los métodos de dataciónabsoluta (Aitken, 1990; Renrew, y Bahn, 1991): ra-diocarbono, estudio de las series radioactivas uranio-plomo y luminiscencia no son de aplicación directa

en estos casos y solamente se ha aplicado la dataciónpor carbono 14 a trazas de material orgánico adhe-ridas a piezas de hierro, de orma que no se dispo-ne de métodos de datación especícos para metales(Reich et al., 2003). En este contexto, los métodosde tipo químico, basados en la caracterización demateriales de corrosión pueden ser interesantes. Elejemplo más conocido es el de la obsidiana para ladatación de materiales cerámicos (Friedman y Smith,

1970). En esta línea, Scholz et al. (1995) propusieronun método de datación de materiales cerámicos ba-sado en medidas electroquímicas mientras que Reichet al. (2003) han llevado a cabo dataciones de plomoarqueológico a partir de medidas de eecto Meissneren el estado superconductor del plomo.

En este trabajo se describe un nuevo procedimien-to para la datación de plomo arqueológico medianteel estudio de la respuesta electroquímica de las capas

de corrosión en contacto con electrolitos acuosos. El

que permite el registro de la respuesta voltampero-métrica de muestras sólidas. A destacar que se tra-ta de un procedimiento extremadamente sensible y que requiere cantidades de muestra del orden delmicrogramo o incluso menor, lo que ha permitidosu aplicación al campo arqueométrico y conservativo(Doménech et al., 2009; Doménech, 2010). De hecho,esta técnica puede hacerse prácticamente no invasivaempleando la variante del «lápiz de grato», que per-

mite utilizar unos pocos nanogramos de muestra enel análisis (Doménech et al., 2011a). En este trabajose presenta una serie de datos que complementanlos primeros resultados dirigidos a la autenticación(Doménech et al., 2011b) y datación (Doménech et al., 2011c) de plomo arqueológico.

La metodología propuesta se basa en la idea deque el espesor de las capas de corrosión del plomometálico aumenta progresivamente con el tiempo y que la tasa de aumento depende de las condicionesde conservación. En general, se puede distinguir en-tre una pátina primaria, que en el caso del plomosuele estar constituida por una capa impermeable delitargirio, ormada por contacto con la atmósera y que se genera durante el uso ordinario de la pie-za, y una capa secundaria, de composición variable,(Sandu et al., 2006), que puede estar constituida porcapas semipermeables de óxidos de plomo (Pavlov et al., 1968; 1970). Las dierentes capas de productos de

corrosión proporcionan señales voltamperométricasdierenciadas (Doménech et al., 2011b) cuyos pará-metros electroquímicos pueden correlacionarse conel tiempo de corrosión. Al igual que los restantes mé-todos de datación, la aplicación de esta metodologíarequiere una serie de condiciones: a) semejanza en lacomposición química de las muestras, b) semejanzaen las condiciones de corrosión, c) uniormidad enel proceso de corrosión a lo largo del tiempo. El mé-

todo requerirá la calibración a partir de una serie demuestras de cronología conocida, suponiendo que se verican las anteriores condiciones.

En este trabajo se exponen los resultados obte-nidos para una serie de muestras procedentes delMuseo de Prehistoria de Valencia, del Museo Ar-queológico de Burriana, del Museo Municipal deMoncada y del Museo de Bellas Artes de Castellón.Como muestras se han utilizado ragmentos de plo-

mo, de masas entre 0,02 y 0,10 g, accidentalmente

Datacón de plomo arqueológco medante métodos electroquímcos

separadas de piezas de plomo arqueológico duran-te su proceso de extracción, transporte, limpieza y/otratamiento conservativo por parte de arqueólogos y 

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restauradores, conservados y catalogados en dichasinstituciones museísticas. Todas las piezas originalesse encontraron en enterramientos en terrenos calcá-reos de la Comunidad Valenciana y mostraron pátinasde litargirio. Como criterios adicionales de selecciónse utilizaron la ausencia de tratamientos de conserva-ción/restauración de la pieza y su no exposición enentornos museísticos. Esta última condición respondea la recuente aparición de corrosión por ácidos orgá-

nicos procedentes de productos lígnicos y materialesempleados en la exposición de piezas en los museos(Barrio et al., 2009; Cano et al., 2010), con la con-siguiente alteración de la pátina original del objeto.La tabla 1 resume las características y edad estimadapara las piezas originales.

Procedmento epermental

Las medidas electroquímicas se llevaron a cabo enuna celda convencional de tres electrodos conec-tada a un equipo CH I660C (Cambria Scientic).Todas las experiencias se llevaron a cabo a 25±1ºCen disoluciones tampón de ácido acético/acetato desodio (HAc/NaAc) 0,50 M y pH 4,85 previamentedesgasicadas por burbujeo de Ar durante 15 min.Como electrodo de reerencia se utilizó un electrodo

comercial de AgCl (3M NaCl)/Ag y como electro-do auxiliar uno de alambre de platino. Como elec-trodos de trabajo se utilizaron electrodos de gra-to impregnados de parana ( paran-impregnated 

 graphite electrodes , PIGEs) preparados siguiendo elprocedimiento descrito por Scholz et al. (2005), dediámetro 0,2 mm. La toma de muestra de llevó acabo mediante la técnica one-touch, colocando ver-ticalmente la barra de grato, cuyo extremo se había

pulido previamente por abrasión sobre papel, sobrela muestra y presionando sobre la misma durante 5 scon ayuda de una barra de acero de 100 g de masa.El electrodo así modicado se introdujo en la celdaelectrolítica de orma que solo el extremo modi-cado se mantuviese en contacto con el electrolito,llevándose así a cabo las medidas voltamperomé-tricas. A n de evitar contaminaciones, se utilizó unelectrodo dierente para cada una de las muestras y 

el electrolito soporte se renovó tras realizar dichas

medidas en cada una de ellas. Esta segunda precau-ción es conveniente ante la posible acumulación deiones Pb2+ en el electrolito como resultado de losprocesos de disolución oxidativa/reductiva de plo-mo y sus productos de corrosión.

Resultados y dscusón

Los electrodos modicados mediante la técnica des-

crita incorporan cantidades variables de muestra, deracciones de microgramo, a juzgar por los valores delas intensidades de los picos voltamperométricos, queexperimentan dierentes procesos electroquímicosdependiendo de las condiciones experimentales. Lagura 1 muestra un voltamperograma de onda cua-drada representativo de los obtenidos para muestrasarqueológicas cuando se eectúa un barrido de poten-ciales desde valores positivos hacia valores negativos

respecto al electrodo de AgCl/Ag. En el voltampero-grama aparecen dos picos solapados a +1,10 y +0,90 V acompañados de una infexion a +0,75 V, seguidosde picos hacia -0,55 y -0,95 V con una infexión máso menos acusada a -0,70 V. En las muestras de plo-mo contemporáneo, las señales a +0,75 y -0,70 V seencuentran ausentes y los picos a +1,10 y +0,90 V así como el registrado a -0,95 V, se encuentran muy dis-minuidos respecto al pico a -0,55 V. Estas característi-

cas pueden apreciarse incluso en alsicaciones (véa-

Fgura 1. V u u : ) u- bé T S Mqu, Lí (S.12) b) M I (C), B +1,45 V ; u

4 V; u u 25 V; u 5H. E HA/NA 0,50 M, H 4,85.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Tabla 1

Muestras utlzadas en este estudo. MPV: Museu de Prehstòra de Valènca; MAB: Museu Arqueològc de Borrana; MMM: Museu

Muncpal de Montcada; MBAC: Museu de Belles Arts de Castelló

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se la gura 1b) realizadas, bien con plomo de origenarqueológico sometido a manipulación, bien a partir

de plomo contemporáneo sometido a procesos de en- vejecimiento acelerado.

Una indicación del origen del material de plomopuede obtenerse a partir de los datos electroquími-cos utilizando las señales de redisolución anódica (o

 stripping ) que se registran cuando se lleva a caboun barrido de potenciales en sentido positivo. Comopuede observarse en la gura 2, el plomo de origencontemporáneo muestra un pico de redisolución anó-

dica hacia -0,50 V, eventualmente raccionado en dos

o más picos estrechamente solapados que correspon-de a la oxidación del metal base y del depósito de

plomo metálico generado electroquímicamente porreducción de la(s) pátina(s) de corrosión a iones Pb2+ en la disolución:

Pb (s) → Pb2+ (aq) + e- (1)

Siendo (s) especies sólidas y (aq) especies endisolución acuosa. El plomo arqueológico presenta engeneral picos de stripping de plomo compuestos de va-

rias señales solapadas y más anchos que los de plomo

Muestra Edad/Tiempo estimado de corrosión (años)

Plomo contemporáneo, ragmento de conducción de los ediciosuniversitarios (S.2)

50

Plomo contemporáneo, ragmento de conducción de los edicios(S.3)

70

Castell de Oropessa, ragmentos de perdigones (S.4) 1800-1810/200

Molí de Torreblanca, ragmento irregular de plomo de unctionincierta, MBAC (S.5)

 xi- xii d. C./900

La Sarsadella, lamina con inscripciones, MBAC (S.6)  x - xi d. C./1000

Punta de l’Illa, Cullera, ragmento de lampadarium, MPV (S.10)  Vi d. C./1500

Sant Gregori, lamina de plomo sin inscripciones, MAB (S.11) i d. C./2000

Tossal de Sant Miquel, Llíria, lámina de plomo, MPV, cat. 237 (S.12) iV -ii a. C./2250

Tossal de Sant Miquel, Llíria, lámina de plomo, MPV, cat. 246, dep.36 (S.13)

iV -ii a. C./2250

La Bastida de les Alcusses. Moixent, lámina de plomo, MPV, UE1011, dep. 273 (S.14)

iV a. C./2350

La Bastida de les Alcusses. Moixent, lámina de plomo, con oricios,

MPV, UE 1000, dep. 274 (S.15) iV a. C./2350

Tos Pelat, Montcada, lámina de plomo, MMM (S.16)  Vi-iV a. C./2500

Datacón de plomo arqueológco medante métodos electroquímcos

ormas de litargirio ormadas como resultado del pa-sivazo mediante mecanismos «termodinámico» y «ci-nético». En el primer caso, se orma una película con

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reciente y, además, muestra picos adicionales de strip- ping entre -0,20 y +0,40 V. Estos picos corresponden ala oxidación disolutiva de metales y semimetales queacompañan al plomo: arsénico, antimonio, bismuto y cobre, especialmente. Es notable la ausencia casi ge-neral de picos debidos a la plata, lo que es indicativode que los minerales de plomo se procesaban cuida-dosamente mediante procedimientos de copelación

para obtener plata.Desde el punto de vista electroquímico, las seña-

les a +1,10 y +0,90 V de la gura 1 pueden atribuirsea la reducción de PbO

2existente en la muestra y or-

mado como resultado de la oxidación de las especiesde plomo de la misma, ya que el barrido de potencia-les se inicia a valores sucientemente positivos comopara desencadenar estos procesos. El pico a +0,75 V,sin embargo debe atribuirse a la reducción del PbO

ormado como resultado de la lenta oxidación de lapátina de litargirio de las muestras arqueológicas.

El proceso electroquímico detectado puede re-presentarse como (Pavlov, 1968; Pavlov, y Monakhov,1989):

PbO2(s) + 2xH+ (aq) + 2xe- → PbO

2-x(s) + xH

2O (2)

 Las señales a -0,55, -0,70 y -0,95 V deben atribuir-

se a la reducción de plomo metálico de dierentes

poros de pequeño tamaño que actúa como una mem-brana semipermeable que permite el paso de molé-culas de agua e iones H+, OH- y Pb2+. En el segundocaso se orma una película mucho más porosa quepermite una elevada movilidad iónica dando lugar apotenciales de reducción más negativos (Pavlov ý Po-poda, 1970; Cai et al., 1995). El resultado nal es queaparecen dierentes señales que pueden ser represen-tadas mediante la ecuación:

PbO (s) + 2H+ (aq) + 2e-→ Pb (s) + H2O (3)

Durante su manipulación habitual en el entornoatmosérico, las piezas de plomo adquieren la pátinasemipermeable responsable del pico a -0,55 V, quese registra sistemáticamente en todas las muestras.Dependiendo de las condiciones de corrosión, sobreesta pátina se genera una o más capas de produc-tos de corrosión de porosidad, composición química y grado de hidratación variable. Debe señalarse aeste respecto que la interacción entre el metal y losagentes (químicos y/o biológicos) corrosivos puedeir acompañada de procesos pedológicos (recristali-zación, segregación y desegregación, cementación,monolitización) por lo que las capas de corrosiónpueden poseer una composición y estructura muy  variables. En general, la pátina primaria, ormada du-rante el período operativo de las piezas en contacto

con la atmósera irá acompañada de una pátina se-cundaria ormada en las etapas iniciales de pedolo-gización y de una pátina terciaria resultante de pro-cesos de diusión/segregación/deposición (Sandu et al., 2006). En este contexto, la pátina primaria, usual-mente compuesta por litargirio, daría lugar a la señala -0,55 V (I), mientras que las pátinas secundaria y terciaria, que pueden incorporar dierentes produc-tos de corrosión como PbSO

4o PbCl

2susceptibles de

identicación por vía electroquímica (Doménech et al., 2011a), darán lugar a las señales a -0,70 y -0,95 V (II).

La base para la metodología de datación propues-ta responde a la hipótesis de que la capa porosa decorrosión experimenta un crecimiento continuado alo largo del proceso corrosivo de manera que, si éstese produce de orma uniorme sobre la pieza y bajocondiciones esencialmente invariables, el espesor de

esta capa, en términos relativos respecto a la pátina

Fgura 2. V u u : ) - , b) M I (C), )u bé T S Mqu, Lí (S.12).B -1.25 V ; u 4 V; u u

25 V; u 10 H. L í j í bb . E HA/NA 0,50 M, H4,85.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

primaria, debe aumentar a lo largo del tiempo de co-rrosión.

Esta variación puede determinarse como el co-

I y II con el tiempo de corrosión, lo que permitiríaobtener una curva de calibración a partir de los datoselectroquímicos obtenidos para una serie homogé-

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6868

ciente entre las áreas o las intensidades de pico delos respectivos procesos electroquímicos.Supongamos en primer lugar que el proceso de

corrosión puede describirse en términos de una cel-da electroquímica local constituida por el metal base,la película de corrosión y el par agua/oxígeno. Enestas condiciones, la velocidad de corrosión puedeexpresarse mediante una ley potencial de tipo (Chil-ton, 1968):

d y corr

 / dt = K 2 y 

corr

α (4)

En esta ecuación,  y corr

representa la masa de pro-ducto de corrosión ormada por unidad de supercie y α y  K 

2son constantes a determinar. La integración

de la ecuación anterior entre t = 0,  y = 0 y t , y , pro-porciona:

 y corr

= [ K 2( 1 +

 α ) t ] 1/(1+ α) (5)

Dado que los experimentos voltamperométricosno permiten jar la cantidad de muestra transeridasobre el electrodo, solamente podemos utilizar las re-laciones de áreas o intensidades de pico para obtenerestimaciones cuantitativas de las dierentes especiesinvolucradas.

En nuestro caso, es posible considerar que el co-ciente entre las áreas de pico (o las intensidades depico) de las señales a -0,95 (II) y -0,55 V (I), i 

II  / i 

 I ,

es proporcional al cociente entre las cantidades porunidad de supercie de producto de corrosión total(secundario + primario) y primario, respectivamente,de orma que es posible escribir:

 i   II   y base

+ y corr

 y corr)

——  =  K 3————— =  K 

3(1+ ——— (6)

 i   I 

 y base

 y base

 

Haciendo la suposición adicional de que la canti-dad de pátina primaria por unidad de supercie, y 

base,

es esencialmente la misma para todas las muestras,se obtiene:

 i  II  

——  =  K 3{1+  K  

4[  K 

2(1 + α )t ]1/(1+α)}

 (7)

 

i   I 

Esta ecuación permite correlacionar el cociente

entre las intensidades o áreas de pico de los procesos

nea de muestras de tiempo de corrosión conocido.La gura 3 presenta la variación, en escala doblelogarítmica, del cociente iII/iI con el tiempo de co-rrosión, tcorr, para las muestras estudiadas. Puedeapreciarse que existe una correlación satisactoria y que los datos experimentales pueden ajustarse a laecuación (7) tomando α = 0,070, valor coincidentepara el obtenido por Reich et al. (2003) para la co-rrosión de plomo utilizando medidas de supercon-ductividad.

Fgura 3. V I/

II ,

b í, u bj u u quí b u 1.

Una relación similar podría establecerse a partir delos picos a +1,10 y +0,90 V (III) y el pico a +0,75 V (IV). En este caso, la aparición del pico IV a +0.75 V puede asociarse al progreso de una reacción químicade tipo:

PbO (s) + O2 → PbO2 (s) (8)

Reacción que puede venir avorecida por la pre-sencia de otros elementos que acilitan la reacciónbajo ciertas condiciones, jugando un papel crucial ladiusión de oxígeno a través de la pátina de corrosión(PAVLOV and MONAKHOV 1989). En estas condicio-nes, el cociente entre las intensidades de pico i

IV  /i

III  

puede considerarse proporcional a la masa de PbO2 

generada por unidad de supercie, y IV , a expensas de

Datacón de plomo arqueológco medante métodos electroquímcos

la pátina de corrosión secundaria, lo que permitiríautilizar una expresión aproximada:

IV IV 6 β1/(1+β)

Los datos electroquímicos que se recogen en lasguras 3 y 4 pueden proporcionan curvas de cali-brado para el establecimiento de un proceso de da-

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6969

 i   IV    y  IV   [ K 6 (1+β)t ]  — = K 5 ———— =  K 

5———————————— 

i   III 

   y corr

- y IV 

[ K 2(1+α)t ]1/(1+ α)-

 [ K 

6 (1+β)t ]1/1+β)

(9)

Bajo la suposición de que la ormación de PbO2 

sigue una cinética independiente, igualmente de tipopotencial, y más lenta que la de la ormación de lapátina secundaria. En este caso, sin embargo, los da-tos experimentales parecen ajustarse más bien a unacinética de tipo diusivo, recuente en las reaccionesen ase sólida o en interaces sólido/gas (Schmal-zried, 1995; Dann, 2000), de orma que el cocienteentre las áreas (o intensidades) de pico, i

IV  /i

III , parece

aumentar proporcionalmente a tcorr

1/2, como muestrala gura 4.

tación de plomo arqueológico. Subsidiariamente, elempleo de estos datos proporciona un criterio deautenticación de piezas dudosas o que hayan sidosometidas a procesos de limpieza, restauración oreutilización, ya que, en estos casos, los puntos enel diagrama –tomando el tiempo de corrosión esti-mado para la pieza– caen claramente uera de lospuntos en las anteriores curvas de calibrado (Doménech et al., 2011c).

Hay que insistir, sin embargo, en que los proce-dimientos de datación aquí expuestos involucranuna serie de hipótesis simplicadoras: a) se trata demateriales de similar composición; b) el proceso decorrosión se ha llevado a cabo bajo condiciones uni-ormes; c) el mecanismo y condiciones de corrosiónha sido similar para todas las muestras; d) las mues-tras no han sido sometidas a procesos de limpieza oenvejecimiento. En particular, las muestras aquí estu-diadas proceden de un área geográca relativamenterestringida y han surido un proceso de corrosión encontacto con suelos calcáreos. Es evidente, por tanto,que la validez de las dataciones realizadas en base alas curvas de calibrado anteriores está condicionadaal nivel de cumplimiento de las condiciones prece-dentes.

Dentro del supuesto más avorable, es posible rea-lizar una estimación de la incertidumbre asociada ala datación temporal derivada de este procedimiento.

Esta vendría determinada por el error asociado a lamedida de las intensidades o áreas de pico y por elerror en el calibrado, derivado de la dispersión delos datos utilizados para tal n y de posibles sesgosen la datación de las muestras utilizadas para la cali-bración. Para el caso del empleo de la ecuaciçon 7,el error relativo asociado a la medida de tiempo, Δt/t ,puede obtenerse como:siendo γ 

 = 1+ α. La expresión anterior tiene en cuenta

los errores relativos asociados a la medida del co-

 Δt   K 3{1+ K  

4[K 

2γ t ]1/γ }(Δr/r)+ K  

4[ K 

2γ  -(1+2α )/ γ  ) t 1/ γ ][1nt -1nγ  +γ  1nk -1](Δα / α 

— = ——————————————————————————  (10)t   γ  

- α / γ    K 4 [ K 

2t ]1/(1+α) 

Fgura 4. V IV/

III í u

u bj u u quí-

b u 1.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

ciente iI  /i

II , representado como Δr/r , y el asociado al

propio calibrado, condensado en la incertidumbre delparámetro cinético α, expresado como Δα / α. Una esti-

ió bl d l l d ió ili d

las piezas, lo que en último término y tras el corres-pondiente calibrado con muestras inequívocamentedatadas, establecer procedimientos de datación de

l ló i

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70

mación razonable del error en la datación utilizandolos datos de la gura 3 proporciona un error que de-pendería de la edad de la pieza y que sería del ordende 150 años para las muestras más antiguas utilizadasen este estudio (Doménech et al., 2011c). Para el casode un comportamiento diusivo como el que sugierenlos datos refejados en la gura 4, el error relativo enla estimación temporal, αt/t , sería, simplemente, el do-ble del error relativo en la medida del cociente i

IV  /i

III .

Suponiendo que los errores absolutos en la medida deambas intensidades ueran esencialmente los mismos,el error relativo en la medida del cociente i

IV  /i

III debe-

ría variar con la edad de la pieza, arrojando estimacio-nes próximas a las obtenidas con el método anterior.

Debe hacerse nalmente hincapié en que, estricta-mente, en todo el tratamiento aquí expuesto se trabajacon el tiempo de corrosión, entendido como el transcu-rrido a lo largo del proceso de ormación de las pátinassecundaria y terciaria tras la ormación de una pátina

primaria durante el tiempo más o menos prolongadode vida útil de la pieza arqueológica considerada. Laidenticación del tiempo de corrosión con la edad dela pieza será válida como buena aproximación en lamedida en que la pieza se haya visto sometida a lacorrosión secundaria y terciaria transcurrido un tiempobreve en comparación con su edad. Esta parece unaaproximación razonable en las muestras utilizadas eneste estudio, encontradas en contextos arqueológicos

que permiten suponer un contacto temprano con sue-los calcáreos tras su período uncional «atmosérico».

Conclusones

El registro de la respuesta voltamperométrica demuestras nanoscópicas procedentes de piezas de plo-

mo arqueológico proporciona señalas característicasde la composición del material y de sus capas decorrosión. Dichas señales corresponden a procesoselectroquímicos de reducción de las dierentes pá-tinas de corrosión y de la redisolución anódica delmetal. Tomando como base una serie de hipótesissimplicadoras relativas a la uniormidad de las con-diciones y tipo de corrosión, es posible establecerrelaciones numéricas entre la intensidad de dierentes

procesos electroquímicos y el tiempo de corrosión de

plomo arqueológico.

Bblograía

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Eu qu ubu

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72

. P

Manuel BethencourtD C M Ií Mú Quí I,

C Au C Tí M, Cu E I M (CEIMAR)

U C

u.bu@u.

Tomás Fernández-MontblancD C M Ií Mú Quí I,

C Au C Tí M, Cu E I M (CEIMAR)U C

Resumen

En este trabajo se presentan los resultados obtenidosdel estudio comparativo del estado de conservaciónen el que se encuentran las piezas de artillería y lasanclas de dos pecios pertenecientes a los navíos ran-ceses Fougueux y Bucentaure, hundidos respectiva-mente el 22 y 23 de octubre de 1805 tras la Batallade Traalgar (Cádiz, España). En ambos yacimientos

se seleccionaron algunos de estos grandes objetos dehierro como testigos o blancos, con el n de conocersu estado de conservación actual y estimar las pers-pectivas de permanencia en el medio, según dicta laConvención de la UNESCO sobre la Protección delPatrimonio Cultural Subacuático. En una primera asese realizaron las tareas de desconcreción parcial quepermitieron llevar a cabo mediciones in situ del pH y del potencial de corrosión Ecorr siguiendo un mé-

todo patentado por el autor. Estos datos permitieron

conocer el grado de estabilidad de cada objeto y rea-lizar una predicción sobre su uturoestado de conservación. La predicción se realizó me-diante la aplicación de la relación lineal existente en-tre el logaritmo de la velocidad de corrosión (V 

corr) y 

el potencial de corrosión del hierro en agua de mar(E

corr) log V 

corr= M•

Ecorr+ C, siendo M y C los paráme-

tros del ajuste lineal. Los resultados obtenidos hanpermitido proponer, en una segunda ase, un método

de protección in situ basado en el empleo de protec-ción catódica con de ánodos de Zn. Con la aplicaciónde estos ánodos de sacricio se ha conseguido des-plazar los potenciales de corrosión del hierro haciala zona de inmunidad del Diagrama de Pourbaix. Porotro lado, se ha observado un aumento del pH, quedemuestra que el fujo de electrones dentro del cañóncausa una disminución de los niveles de acidez en ladisolución atrapada en la interase metal-concreción

debido a los procesos de evolución de hidrógeno.

Ealuacón del estado de conseracón del patrmono arqueológco subacuátco medante las elocdades y potencales de corrosón

Palabras clae

Ánodos de sacricio arqueometalurgia undición dehierro potencial de corrosión velocidad de corrosión

Introduccón

Los ondos marinos de la Península Ibérica españolay las Islas con más de 3500 km de costa cuentan

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 Ánodos de sacricio, arqueometalurgia, undición dehierro, potencial de corrosión, velocidad de corrosión.

Abstract

This paper presents the results o the comparativestudy o the conservation status o the guns and an-chors o two shipwrecks belonging to the Frenchnavy, Fougueux and Bucentaure sunken, respecti- vely, on 22th and 23th October o 1805, ater Battleo Traalgar (Cádiz, Spain). Some o these large ironobjects were selected in both sites as witnesses or white, to know their current condition and to es-timate the prospects o remaining in the medium,as dictated by the UNESCO in the Convention onthe Protection o Underwater Cultural Heritage. Inthe rst phase were carried out partial de-concretion

task which allowed to conduct in situ measurementso pH and corrosion potential E

corr, ollowing the

method patented by the author. These data allowedto determine the degree o stability o each objectand make a prediction about its uture condition.The prediction was made by applying the linear re-lationship between the logarithm o the corrosionrate (V 

corr) and the corrosion potential o iron in

seawater (Ecorr

) log V corr

= M•Ecorr

+ C, where M and

C are parameters o the linear t. In a second phase,a method o in situ protection based on the use o cathodic protection with zinc anodes was proposed. Application o these sacricial anodes has movedthe iron corrosion potential toward the immunity area o Pourbaix diagram. On the other hand, it hasbeen observed an increase in pH, which shows thatthe fow o electrons inside the object causes a de-crease in the levels o acidity in the solution trapped

in the metal-concretion interace due to hydrogenevolution process.

Keywords

Sacricial anodes, Archaeometallurgy, cast-iron, co-

rrosion potential, corrosion rate.

Los ondos marinos de la Península Ibérica española y las Islas, con más de 3500 km de costa, cuentancon una excepcional riqueza cultural (pecios, restosportuarios y constructivos, ondeaderos, etc.), propi-ciada por la estrecha relación histórica mantenida con y por el mar. Esta particular parcela del patrimonio, y cualquier política que se establezca sobre el mismo,no puede ser entendida si no es en relación con elmedio ambiente que la rodea y su infuencia sobrelos objetos en unción de su naturaleza material y pe-riodo de exposición. Las peculiares condiciones ísi-co-químicas que se dan en el medio subacuático, hanpermitido, en la mayoría de los casos, que se alcanceun grado de estabilidad en estos restos materiales queno se ha llegado a establecer en los registros arqueo-lógicos terrestres, permitiendo que cada uno de los yacimientos que componen el PAS sea un ejemploúnico e irrepetible (Florian, 1987: 7-15).

Con el aumento de los descubrimientos de naura-

gios y otras estructuras sumergidas, hay una crecien-te necesidad de desarrollar métodos alternativos dealmacenamiento y estabilización de estos hallazgosarqueológicos. El problema que se plantea es triple:en primer lugar, el almacenamiento inicial, la estabi-lización y la conservación de dichos hallazgos sonmuy costosos; en segundo lugar, su completa y ade-cuada conservación depende en gran medida de ladisponibilidad de recursos humanos o materiales o

de técnicas todavía inexistentes; en tercer lugar, nosiempre es conveniente o necesario excavar un ya-cimiento sumergido, puesto que una parte de los re-cursos culturales puede ser gestionada y estabilizadain situ. No hay que olvidar que la excavación es unproceso destructivo y de elevado coste y, por tanto,debe ser la solución elegida sólo cuando los objetos ola inormación obtenida son únicas o corren el riesgode desaparecer. Esta losoía sobre la preservación in

 situ ha sido rerendada en el Artículo 2 del Anexo dela Convención de la UNESCO sobre la Protección delPatrimonio Cultural Subacuático, que establece: «Lapreservación in situ del patrimonio cultural subacuá-tico deberá considerarse la opción prioritaria antesde autorizar o emprender actividades dirigidas a esepatrimonio» (UNESCO-UCH, 2001). Este convenio ueraticado por España en 2005.

Este trabajo se enmarca en un proyecto más am-

plio, Arqueomonitor , que pretende estudiar en qué

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

medida la ormación, conservación o degradaciónde los yacimientos arqueológicos está infuencia-da por las variables ambientales del medio marino,empleando para ello dos pecios de la misma cro-nología sometidos a condiciones ambientales muy

impiden un alto nivel de sedimentación que acilitalas condiciones anaeróbicas en aquel material que seencuentra enterrado. Por otro lado, la parte expuestadel pecio presenta una elevada concentración de or-ganismos incrustantes. Todo ello hace que podamos

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nología sometidos a condiciones ambientales muy dierentes. En concreto en este trabajo se presentanlos resultados obtenidos del estudio comparativo delas piezas de artillería y las anclas en ambos yaci-mientos. Los resultados obtenidos, permitirán dise-ñar nuevos métodos de protección in situ de los yacimientos y sus elementos, y desarrollar modelospredictivos de permanencia (Johnson et al., 2006:54-57) a través del conocimiento de los materiales y del análisis de los actores de riesgo impuestos porel medio marino.

M é

Los yacimientos arqueológicos elegidos para el estu-dio pertenecían a la escuadra combinada Hispano-

Francesa de la Batalla de Traalgar (1805). El peciodel Bajo del Chapitel se asocia con el Navío S. M.I. Bucentaure, construido en 1804 en el astillero deToulon. Sin gobierno ni velamen, se hundió el día 23de octubre de 1805 a causa de un uerte temporal quelo envió contra los arrecies situados rente a Cádiza una proundidad media de 14 metros. En la actua-lidad, este pecio cuenta con un total de 22 cañonesde hierro de dierentes calibres, restos de un ancla,

así como numerosas piezas metálicas y elementosestructurales propios de un navío de nales del si-glo  xViii-principios del  xix . Asentados sobre un ondorocoso, la mayoría de los restos están expuestos y sometidos a condiciones hidrodinámicas poco ener-géticas debido al resguardo que le proporciona sulocalización, dentro del saco externo de la Bahía deCádiz, y a una dinámica sedimentaria poco intensa.Esto sugiere condiciones principalmente aeróbicas, y 

se puede considerar un yacimiento estable. Mientras,el pecio de Camposoto se asocia al Navío S.M.I. Fou-gueux, construido en 1785 en el astillero de Lorient y hundido el 22 de octubre de 1805. En el mismo seconservan 25 cañones, un ancla y una parte impor-tante del maderamen del casco. Se asienta sobre unondo de arena, expuesto a una dinámica sedimenta-ria muy intensa, con exposición alterna a temporalesde suroeste y oeste, y bajo la infuencia del canal de

marea del caño de Sancti-Petri. Estas condiciones no

ganismos incrustantes. Todo ello hace que podamosconsiderarlo un yacimiento inestable.

Con el paso del tiempo, sobre los cañones y anclaslocalizados en estos yacimientos se ha desarrolladouna gruesa capa de concreción, de origen biológico y mineral, que oculta la inormación arqueológica (le- yenda del número de serie, sellos de undición, etc.)que todavía pueden estar presentes sobre la zonagraítica (g. 1) impidiendo la ase documental delobjeto. También se ha comprobado que esta capa deconcreción actúa como una capa de protección rentea la corrosión, reduciendo considerablemente la velo-cidad de corrosión del hierro en agua de mar, y pu-diendo llegar a situar al metal en la denominada zonade pasividad del diagrama de Pourbaix (MACLEOD,1995: 53-59; GREGORY, 1999: 164-173).

Fgura 1. C P C. S-u u . Fí buj: Mu Bu

Nú.

El crecimiento de estas capas, que distorsionan la

orma y dimensión real de los objetos, depende demúltiples parámetros ísico-químicos que es necesa-rio conocer: naturaleza metalúrgica del objeto que re-cubren, tipo de ondo sobre el que están depositados,características del agua del mar (oxígeno disuelto, sa-linidad, biota,…) posibilitando dierentes estados deconservación incluso en el mismo yacimiento. Me-diante el método propuesto por Bethencourt et al a-plicado con éxito en otros yacimientos (Bethencourt

et al., 2002,; Bethencourt et al., 2007: 52), se ha podi-

Ealuacón del estado de conseracón del patrmono arqueológco subacuátco medante las elocdades y potencales de corrosón

do obtener inormación sobre este recubrimiento endistintos arteactos sin poner en peligro su integridad, y relacionar ciertas dierencias en su ormación con lasituación del objeto arqueológico en el ondo marino.

En ambos yacimientos se seleccionaron algunos

concreción se realizó usando un electrodo de pH paratrabajo es tuberías a alta presión (6 atm) (g. 2b).

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75

y gde estos grandes objetos de hierro como testigos oblancos, con el n de establecer su estado de con-servación actual y las perspectivas de permanenciaen el medio. En esta ase se realizaron las tareas dedesconcreción parcial para las mediciones in situ delpH y del potencial de corrosión Ecorr siguiendo elmétodo propuesto, que permitió conocer el grado deestabilidad de cada objeto y realizar una predicciónsobre su uturo estado de conservación. La predicciónse realizó mediante la aplicación de la relación linealexistente entre el logaritmo de la velocidad de corro-sión (V 

corr, mm/año) y el potencial de corrosión del

hierro en agua de mar (Ecorr, volts.) (Macleod, 1995:53-59; Gregory, 1999: 164-173):

log V corr

= M•Ecorr

+ C (1)

siendo M y C los parámetros del ajuste lineal. La velo-cidad de corrosión se estimó mediante la medida delespesor de la capa de la zona graítica de la concrecióndivida por el número de años de inmersión del objeto.El espesor de la capa de concreción ue medido me-diante un calibre, tras eectuar un oricio en la mismamediante el uso de un taladro neumático acoplado auna botella de aire comprimido según el procedimien-to descrito en (Bethencourt et al., 2002). Las medidas

del potencial de corrosión se llevaron a cabo medianteun Bathycorrómetro Data Sheet H1 Buckleys Ltd., unpotenciómetro catódico que permite determinar, deuna manera constante y sencilla, la corrosión de lasestructuras submarinas (g. 2a). El electrodo de ree-rencia empleado en este caso ue un Ag/AgCl. La me-dida de pH en el interior del taladro eectuado en la

Resultados y dscusón

Mediante el empleo del Baticorrómetro, se midieronlos potenciales de corrosión (E

corr) asociados a cada

uno de los objetos. Se realizaron un total de cuatromediciones por cañón-ancla, distribuidas a lo largode nueve meses, estableciéndose el valor medio deEcorr para cada uno de ellos. El error máximo co-metido entre las cuatro medidas de un mismo cañónno superó en ningún caso los +/- 25 mV, justicandoel uso de la media. Igualmente, se realizó una medi-da del pH interior de la concreción inmediatamentedespués del proceso de taladrado con la herramientaneumática que permitió, además, conocer los espe-sores de la zona graítica mediante el empleo de uncalibre. A modo de ejemplo, se presentan algunosresultados en la tabla 1.

TABLA 1

Parámetros de corrosón in situ

ObjetoEspesor

(mm)

 V corr

 

promedio (mm/

año)

Ecorr

 

(mV)pH

Chapitel

Cañón 1 19 0,093 -0,567 5,92

Cañón 22 15 0,073 -0,580 6,01 Ancla 58 0,285 -0,484 4,58

Fougueaux

Cañón 4 50 0,246 -0,460 5,21Cañón 9 46 0,226 -0,492 5,41

 Ancla 64 0,315 -0,430 4,43

La ecuación (1) se resuelve de la siguiente manera

para cada uno de los yacimientos:

Bucentaure: log V corr

= 2,5015 Ecorr

+ 0,3775 (2a)Fougueaux: log V 

corr= 2,581 E

corr+ 0,5913 (2b)

La variabilidad de la extensión de la corrosión encada uno de los yacimientos queda representada enlas guras 3 y 4.

Los resultados obtenidos muestran que los caño-

nes situados en el yacimiento del Fougueaux han es-

Fgura 2. ) B Buk L, b)

(Bu, 2007: 52). Fí: Mu Bu Nú.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

tado sometidos a mayores infuencias corrosivas du-rante los dos siglos de exposición. La mayor energíade las condiciones dinámicas (infuencias de oleaje,corrientes de marea, temporales) a las que se ve so-metido el yacimiento del Fougueaux parece ser el

En el conjunto de los cañones del Bucentaure, losnúmeros 1, 3, 21 y 22, muestran unas capas de con-creción en bandas, con alternancia de productos decorrosión de color negro, sintomático de las fuctua-ciones que han podido surir en periodos de enterra-

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mayor actor de deterioro de los materiales metálicos. Así, mientras que la pérdida de material por co-

rrosión uniorme de los cañones de Fougueaux es de0,127 a 0,246 mm al año, las tasas anuales de deterio-ro en el Bucentaure son sensiblemente ineriores, de0,073 a 0,118 mm.

Por otro lado, las concreciones biológicas asociadas alos cañones del Fougueaux son sensiblemente dierentesa las del Bucentaure. Así, en contraste con la capa deconcreción calcárea uniorme y na de los cañones delFougueaux, de unos 5 mm de espesor promedio, los ca-ñones del Bucentaure presentan una capa de concreciónmás densa y gruesa, de hasta 30 mm de espesor.

miento-desenterramiento en el sedimento. Debido ala protección parcial en los periodos de enterramien-to, estos cañones están menos corroídos que el restode los de su entorno. Particularizando, esta dierenciade microambientes es mucho más pronunciada en elcaso del cañón 21 que ha surido un escaso grado decorrosión en estos 203 años, con una proundidadde gratización de solo 0,073 mm (3 veces menorque en el caso de los cañones algunos cañones delFougueaux).

En el caso del Fougueaux, el examen del ondomarino muestra que los cañones 4, 5, 6, 9, 10, 12,21, 22, 24 y 25 están localizados cerca de los bordesdel arrecie o sobre la arena, donde el fujo de lascorrientes es particularmente uerte, y por lo tanto se ven sometidos a un más dinámico y erosivo que eldel resto de los cañones, situados en las zonas altas

del arrecie (como los cañones 15, 16, 17, 18 y 19).En el caso del yacimiento del Bucentaure, la situaciónorográca y energética es más uniorme, dando lugara comportamientos más homogéneos.

Los valores de potenciales de corrosión y pH pre-sentados en la tabla anterior, se han situado sobreun diagrama de Pourbaix adaptado y simplicado a18º C (g. 5), temperatura anual promedio de ambos yacimientos. En el diagrama se representa en amarillo

la región donde el ion erroso Fe2+ es el estado delhierro termodinámicamente avorecido. Todos los ob-jetos estudiados, incluyendo las anclas, están localiza-dos en esta región de estabilidad, en la cual el metal seestá corroyendo libremente en ausencia de cualquiercapa de óxido protectora como Fe2O3•XH2O. El do-minio del ion erroso también es indicativo de que elambiente bajo la capa de concreción es bajo en oxí-geno (reductor), mientras que la cara vista al mar se

asocia con un ambiente uertemente oxigenado.La oxidación de la matriz de metal para produciriones errosos parcialmente hidrolizados da la mismadependencia que ue observada empíricamente (MA-CLEOD, 1995: 53-59); por lo tanto, la ecuación:

Fe + H2O→Fe(OH)+ + H+ + 2e- (3)debería dar la misma dependencia de los potencialesde corrosión sobre el pH, tal y como se ha obtenido

experimentalmente. Pero si recurrimos al diagrama de

Fgura 3. Cu u C E

.

Fgura 4. Cu u Fuuu E

.

Ealuacón del estado de conseracón del patrmono arqueológco subacuátco medante las elocdades y potencales de corrosón

Pourbaix, observamos que los datos obtenidos no seencuentran en la zona estabilidad de los iones FeOH+  y por lo tanto la ecuación (3) no es un refejo exactodel proceso. Dado que la corrosión se está produ-ciendo en agua de mar, un esquema de reacción más

b bl l l

ambas anclas se puede describir como de elevada co-rrosión. Puesto que el hierro de orja del ancla (muy dierente de la undición de un cañón) debe de tenerun menor contenido en carbono, el hierro se encon-trará en una orma más activa. Dado que no existen

d l d d d

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probable que incorpora iones cloruro en la corro-sión de los productos es la siguiente (Macleod, 1995:53-59):

2Fe + 2H2O + 2Cl-→ FeCl

2•Fe(OH)

2+ 2H+ + 4e- 

(4)

otras dierencias ísicas o químicas en el medio dondese emplazan los cañones y las anclas en uno u otro yacimiento, la única causa justicable en el mal com-portamiento rente a la corrosión de la última es ladierencia composicional.

Una vez reconocido el estado de conservaciónde los cañones, se decidió emplear un sistema deprotección catódica en el cañón número 6 del

Bucentaure, conectándolo eléctricamente a un ánodode sacricio mediante un cable de cobre recubierto.En la gura 6, se muestra el ánodo que, durante nuevemeses, se ha empleado en este trabajo.

Fgura 5. D Pub (18º

C). E b .

El cloruro de hierro parcialmente hidrolizado simi-lar al de la hipótesis planteada por (4) (FeCl

2•Fe(OH)

2)

ha sido identicado como un importante productointermedio de reacción en la corrosión de los ecosis-temas marinos de hierro. La ecuación anterior da lamisma dependencia de los potenciales de corrosióncon el pH del microambiente como se ha observado

experimentalmente. Por lo tanto, una tasa más rápidacorrosión producirá una mayor acidicación en la su-percie de la corrosión de metales que se encuentranpor debajo de la concreción marina.

En cuanto a la concreción asociada a las anclas deambos yacimientos, esta era de mayor espesor quela de los cañones de su entorno. El potencial de co-rrosión y el pH de las anclas las sitúan justo en ellímite de la zona de estabilidad del agua, en lo que

respecta a su reducción de hidrógeno. El estado de

Fgura 6. Á bj. Fí:Mu Bu Nú.

Un ánodo de sacricio puede estar compuesto porun metal como el zinc o una aleación de aluminioconectado eléctricamente al objeto a proteger, y conuna mayor actividad que este en la escala de poten-ciales normales de reducción. Tras la conexión eléc-trica se produce un fujo de electrones a través delcable desde el ánodo que se está corroyendo hacia elcátodo, en este caso el cañón, que queda protegido.

La celda de corrosión se completa con el agua de

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Tabla 2

Parámetros de corrosón in situ del cañón n.º 6 antes y después

de la coneón al ánodo

C ñó A t d T 30 T 9 ΔE //

Tabla 3

 Velocdades de corrosón en el cañón n.º 6 antes y después de

la coneón al ánodo

A t d T 30 T 9

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Mediante la comparación de la velocidad de corro-sión recogida en la tabla 1 y la velocidad promedio decorrosión obtenida al conectar el ánodo, se obtiene el valor del porcentaje de velocidad de corrosión, nega-tivo en caso de éxito, positivo si el sistema empleadoes perjudicial para el cañón (ej. sobreprotección cató-dica). Estos datos quedan recogidos en la tabla 3.

Los datos obtenidos para el cañón n.º 6 indican

que el uso del ánodo ue eectivo al obtenerse unanotable disminución de la velocidad promedio de co-rrosión y el porcentaje de velocidad de corrosión.

Conclusones

Este trabajo aporta un nuevo elemento de utilidad

en las técnicas de conservación y documentaciónarqueológica aplicadas a la gestión y conocimientocientíco del PAS. Del análisis de los datos de E

corr 

 y pH es posible determinar qué restos son más sus-ceptibles a una degradación acelerada y así iniciaren estos las medidas de protección. Las medidas in

 situ realizadas en el Fougueaux indican que algunaspiezas se corroen a una velocidad mayor, pudiendoasociarse estos procesos a la hidrodinámica de la

zona, con intensas corrientes marinas en las zonas de veril de este yacimiento. Por otro lado, mientras quelos cañones del Bucentaure están bien conservados y la inormación arqueológica en la zona graítica estágarantizada, los detalles de la supercie original delancla, caso de existir, están en peligro debido al malcomportamiento de su metal remanente, basado enun hierro de orja con bajo contenido en carbono.

Si la gestión de estos objetos pasa nalmente por

la conservación en el propio yacimiento, el empleo

Cañón

n.º 6

 Antes de

protección

Tras 30

minutos

Tras 9

meses

ΔEcorr//

ΔpH

Ecorr

(mV)-533 mV -540 mV -628 mV 95 mV  

pH 5,50 - 7,2 1,7

mar circundante, que cierra el circuito. El resultadonal es la disminución del potencial de corrosión y de la velocidad de corrosión del cañón, mientras queel ánodo se va consumiendo y debe ser nalmentesustituido.

El ánodo ue unido eléctricamente al cañón me-diante un taladro realizado a través de la concreción y la zona granítica hasta llegar a la supercie metáli-

ca remanente. En la tabla 2 se presentan los valoresdel potencial de corrosión previo del cañón n.º 6 delBucentaure, antes y después de la incorporación delánodo de sacricio.

Del análisis de estos datos se observa un despla-zamiento del potencial de corrosión hacia la zona deinmunidad del hierro en agua de mar (ver g. 5). Porotro lado, se observa un aumento del pH, que de-muestra que el fujo de electrones dentro del cañón

causa una disminución de los niveles de acidez en ladisolución atrapada en la interase metal-concrecióndebido a los procesos de evolución de hidrógeno. Al-gunos autores sostienen que el cambio de moralidaden el objeto puede conllevar al inicio de los procesosde removilización de cloruros, extremo éste que noha podido certicarse. Si bien teóricamente es posi-ble, habría que tener en cuenta la uerza electromo-triz de los iones Cl-.

El eecto del ánodo sobre el cañón n.º 6 puedeestimarse, teniendo en cuenta la ecuación 2a, con losresultados experimentales mostrados en la tabla ante-rior como base para establecer una comparación an-tes y después de la introducción del ánodo. Mediantela sustitución del valor del potencial de corrosión dela tabla 1 en la ecuación 2, se obtiene el valor de la velocidad de corrosión del cañón n.º6 en el momen-to en el que se encontraba conectado al ánodo de

sacricio.

Cañón n.º 6 Antes de

protección

Tras 30

minutos

Tras 9

meses

 Velocidadcorr

(mm/año) 0,103 0,094 0,064

Δ Velocidadcorr

- -8,74 -37,86

Ealuacón del estado de conseracón del patrmono arqueológco subacuátco medante las elocdades y potencales de corrosón

de ánodos de sacricio ha demostrado ser una herra-mienta ecaz para el mantenimiento de las condicio-nes de estabilidad. No se ha podido demostrar, sinembargo, que tal y como arman algunos autores, eluso de estos ánodos conlleve tratamiento alguno deestabilización o inicio de los procesos de declorura

in marine sciences Spanish GLOBEC - IMBER (Valencia,28-31st march 2007), pp. 52.

Florian, Mary Lou E. (1987): «The underwater environment».Conservation o marine archaeological objects. Edición deCollin Pearson New York: Butterwoth&Co pp 7 15

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estabilización o inicio de los procesos de declorura-ción en el mismo yacimiento.

 Agradecimientos

Este trabajo ha sido nanciado por la CICYT, enel proyecto Arqueomonitor, reerencia CTM2010-

16363.

Bblograía

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A XRF u u I

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tura de las cruces de plata, compuestas por un so-porte de madera recubierto por una lámina de platadorada decorada con esmaltes, hace que la aplicaciónde esta técnica no sea sencilla, ya que la señal defuorescencia contiene la contribución de todas las

capas (sustrato de plata, dorado y/o esmalte) inclui-das en el volumen analizado.

Palabras clae

Fluorescencia de rayos-X, materiales multicapa, pará-metros undamentales, cruces procesionales medieva-

les, plata dorada, esmaltes.

I

Clodoaldo Roldán GarcíaIu C M,

U V

C.R@u.

Marco FerrettCNR, Iu T A B Cuu, R

Clauda PoleseD C, Uà R-L S, R

Irene SabatnUà Su F, D S A S, F, I.

Resumen

Las cruces procesionales de plata son objetos de cultolitúrgico que, por su naturaleza y unción, han estadosometidas a reparaciones y operaciones de manteni-

miento periódicas. Por lo tanto, además de la técnicade abricación y, en cierta medida la datación, la his-toria de estos objetos debe ser investigada desde elpunto de vista del análisis y composición de los mate-riales que los integran. Además, dada su catalogacióncomo Bienes de Interés Cultural, esta investigaciónha de realizarse mediante técnicas no destructivas, locual convierte a la fuorescencia de rayos-X (XRF) enuna elección casi ineludible entre las técnicas poten-

cialmente aplicables. No obstante, la peculiar estruc-

Análss medante XRF de una cruz procesonal medeal de plata orgnara de Itala central

Abstract

Silver processional crosses are objects o liturgical worship, which by their nature and unction havebeen subjected to repairs and periodic maintenance.

La procedencia de la cruz de Rosciolo (g. 1),compuesta de láminas metálicas aplicadas sobre unsoporte de madera y decorada con «ormelle» de plata y esmalte traslucido, siempre ha sido controvertidaatribuyéndose en unos casos a producciones de laregión de los Abruzos y en otros a producciones na-

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j p pThereore, not only the manuacturing technique, butalso the history o these objects can be eectively investigated through the analysis o the constituentmaterials. As or most o the art objects, the analysiso the cross has to be perormed by means non-des-tructive techniques. Among the potentially applicabletechniques, X-ray fuorescence spectrometry (XRF) is

one o the best choices. However, the peculiar struc-ture o the silver crosses, made o a gilded silver sheetand decorated with enamel, makes the applicationo this technique not easy because the fuorescencesignal contains the contribution o all layers or strata(substrate o silver, gold and / or enamel) included inthe volume analyzed.

Keywords X-ray fuorescence, multilayer materials, undamentalparameters, medieval processional cross, silver gilt,enamels.

Introduccón

La cruz procesional de la iglesia de Santa María en Valle Porclaneta (Rosciolo, L’Aquila) está actualmen-te expuesta en el Museo d’Arte Sacra della Marsica(Celano, L’Aquila) y orma parte, junto a la cruz deBorbona (Rieti) y a la de San Elpidio (Rieti), de unaserie de artículos religiosos que presentan una grananidad técnica, iconográca y estilística. Cuando

se compara con otros objetos de clara procedencia«abruzzese», se observan evidentes dierencias, rela-cionadas principalmente con las soluciones adopta-das en su manuactura, que han inducido entre loshistoriadores del arte posiciones divergentes respec-to a su procedencia (Berardo, M., 1991: 359-445; Fa-brizi, 1929: 393-400; Lipinsky, 1967:123-134; Mattioc-co, 2004: 123-129; Mattiocco, 2008:53-58; Nardecchia,2004: 93-124; Romano, 1927: 98-100; Sabatini, 2009:

309-310).

g y ppolitanas de la corte de Anjou. Con objeto de contri-buir a un mejor conocimiento de la cruz de Rosciolo,este trabajo trata de integrar las consideraciones es-tilísticas, y la escasa documentación disponible, conla inormación obtenida a partir del análisis de losmateriales y su composición elemental que, a su vez,puede aportar datos signicativos sobre el contexto

tecnológico asociado a su proceso de abricación.Dado el valor histórico-artístico de la cruz de Ros-

ciolo, una premisa undamental ha sido salvaguardarsu integridad, por lo que hemos procedido a realizaranálisis no destructivos mediante un espectrómetrode fuorescencia de rayos-X (XRF) portátil desplazadohasta las salas del Museo d’Arte Sacra della Marsica.Debido a sus características particulares, la técnica XRF integra la inormación sobre la composición ele-

mental en todo el volumen analítico, pero en el casode materiales multicapa, como metales esmaltados y dorados o las obras pictóricas, es importante separarlas contribuciones de las dierentes capas presentesen el objeto analizado y estimar la composición decada uno de ellos.

No es la primera vez que se aronta este problema y podemos encontrar precedentes en el estudio demetales dorados (Cesareo et al., 2009: 2890-2896) o

en el de obras pictóricas (De Viguerie et al., 2010:1-5). En el caso que nos ocupa, la cruz de Rosciolo,se ha adoptado un método prácticamente análogo alutilizado por R. Cesareo (Cesareo et al., 2009: 2890-2896) para estudiar mediante XRF aleaciones metáli-cas con recubrimientos dorados y plateados en obje-tos pre-colombinos de Perú, con dos dierencias: a) la

Fgura 1. V u R «» . Fí: M F.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

ratio entre las líneas de fuorescencia Kα /Kβ para unelemento del soporte metálico, que es unción del es-pesor del dorado superpuesto, está determinada por vía teórica y, por tanto, no necesita calibración; b) lasmejores condiciones de excitación de las líneas defuorescencia K de la plata en el sustrato metálico, al

a su vez, está cubierta por una capa homogénea deuna aleación de Au y Hg de espesor variable quehace las veces de dorado supercial (la presenciade Hg en el dorado es característica de la técnica dedorado mediante amalgama).

El método utilizado para medir el espesor de la

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emplear un potencial de excitación de 60 kV en lugarde los 30 kV utilizados por Cesareo et al. El métodoha sido validado mediante una serie de muestras dereerencia con espesor y composición conocidos.

El estudio de la composición de los materiales queconstituyen la cruz ha permitido distinguir entre laestructura original y las reconstrucciones, ormular hi-

pótesis sobre la organización del trabajo en los talle-res y asociar su manuactura a un periodo de tiempoconcreto.

Condcones de medday método de cálculo

Las medidas se realizaron in situ mediante un espec-trómetro XRF portátil proyectado, diseñado y rea-lizado en el Istituto per le Tecnologie Applicate aiBeni Culturali (CNR-ITABC) de Roma. Su caracterís-tica principal es la de combinar un tubo de rayos-X que opera a 60 kV y 1.5 mA con un detector se-miconductor SDD (silicon drit detector). Operandoen estas condiciones, los límites de detección, enmatrices metálicas y con tiempo de medida de 120 s,

son del orden de decenas de mg/kg para las líneasde fuorescencia K de Ag, Sn, Sb y de centenas demg/kg para las líneas L de Au, Hg y Pb. Teniendo encuenta el propósito de este trabajo, la excitación óp-tima de las líneas K de la Ag es un actor importante ya que el método utilizado requiere, para dichas lí-neas, una estadística de conteo elevada.

El tratamiento de datos se ha realizado median-te el código PyMCA basado en la aproximación de

parámetros undamentales (Solé et al., 2007: 63-68)que permite, entre otras opciones, calcular la com-posición de los estratos individuales que conormanuna matriz multicapas cuando los espesores sonconocidos y con la limitación de que un elementodado no puede estar presente en más de una capa.

En el caso que nos ocupa, consideramos que loselementos metálicos de la cruz están esquematiza-dos por una aleación homogénea de Ag y Cu de es-

pesor innito que hace las veces de sustrato y que,

capa de dorado está basado en la relación que seestablece entre dicho espesor y el cociente entre laslíneas de fuorescencia Kα /Kβ de la Ag. En la prác-tica, se trata de ajustar el espesor en el código PyM-CA mediante aproximaciones sucesivas hasta que laconcentración de Ag calculada a partir de la líneaKα sea equivalente a la concentración calculada me-

diante la línea Kβ. El procedimiento ha sido previa-mente testado y vericado a partir de patrones deplata con capas superciales de oro de dierente es-pesor, llegando a determinar su grosor con un errorrelativo entorno al 5% (resultados en curso de publi-cación). En comparación con la plata dorada real, elmodelo propuesto no tiene en cuenta la presenciade una tercera capa de Ag-Au-Hg en la interase en-tre el sustrato de plata y la doradura. No obstante, y 

a pesar de que el método pueda resultar en algunoscasos tosco y proporcionar ajustes de mala calidada los datos experimentales, permite una vía rápida y ecaz para analizar en modo no destructivo la platadorada.

En lo que respecta a las «ormelle» esmaltadas,se ha utilizado la misma metodología pero con unaaproximación cualitativa que aecta únicamente alos elementos responsables del color del esmalte,

 ya que alguno de los componentes principales dela pasta vítrea, los asociados a elementos ligeros, noson detectados con la conguración experimentaladoptada.

Resultados epermentales

Láminas originales

Se han realizado 120 medidas sobre las láminas repu-jadas, detectándose Cu, Au, Hg, Pb y Ag. Conorme almodelo utilizado, se asume que Au y Hg sólo estánen el dorado y Ag, Cu y Pb sólo en la lámina. Como ya se ha mencionado anteriormente, la presencia deHg se relaciona con la técnica de dorado a la amal-gama. Se comprueba que las variables que permiten

dierenciar las partes de la cruz son la concentración

Análss medante XRF de una cruz procesonal medeal de plata orgnara de Itala central

de Cu, el espesor del dorado y el cociente entre lasconcentraciones de Au y Hg (Au/Hg); en cambio laconcentración de Pb tiene, por eectos de absorción,una uerte correlación inversa con el espesor del do-rado superpuesto y no puede utilizarse para tal n.

En la gura 2 se muestra el histograma y los valo-

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res medios de las concentraciones de Cu calculadosen las dierentes láminas metálicas de la cruz; cadalámina está reerenciada por la iconograía asociada.

Es preciso considerar que el Cu está en el sustrato y que los errores asociados al espesor del dorado sepropagan exponencialmente en el cálculo de dichaconcentración. Las grácas muestran una burda co-

rrespondencia entre los máximos del histograma y los valores medios de Cu (en %) calculados para cadauna de las láminas. Las variaciones de esta variablesugieren la utilización de aleaciones con ligeras die-rencias de composición; sin embargo, su poder discri-minante es limitado.

El histograma y los valores medios de los espeso-res del dorado en las dierentes láminas se muestranen la gura 3.

También en este caso se observa una burda co-rrespondencia entre el máximo del histograma y los valores medios del espesor del dorado en cada lámi-na. A partir de estos datos podemos vislumbrar di-erencias en el proceso de manuactura: las láminasde Cristo, del Proeta, de San Juan Bautista y de SanMateo, presentan espesores con valores medios másbajos que el resto; sin embargo, tampoco el espesordel dorado parece ser una variable que discrimine de

manera eectiva las dierentes manuacturas.Finalmente, la gura 4 muestra, en escala lo-garitmica, el cociente de concentraciones Au/Hgpara las dierentes láminas. Hay que señalar que la variabilidad de dicho cociente es debida principal-mente al Hg ya que su abundancia es, probable-mente, tanto mayor cuanto más baja es la tempe-ratura y/o más breve es el tiempo de permanencia

en el horno durante el proceso de dorado, mientrasque el contenido de Au se mantiene prácticamenteconstante.

Las láminas del Cristo y del Ángel Coronador,

presentan cocientes Au/Hg más bajos que las die-rencian claramente de las otras. Entre las láminasrestantes se adivina un grupo con cocientes Au/Hgineriores a 30 (San Miguel, Gólgota, Virgen, San Juan y San Juan Bautista), en tanto que el resto presen-tan cocientes Au/Hg superiores. Por tanto, se pue-de suponer que las láminas han sido recocidas engrupos con temperaturas y tiempos diversos y conuna hornada dedicada exclusivamente a las láminasdel Cristo y del Ángel Coronador. Respecto al grupo

Fgura 2. H Cu í u R.

Fgura 3. H  

í u

R.

Fgura 4. V Au/H í u R( í).

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

tenido de Cu de este último sea bajo en comparacióncon las láminas, ya sean originales o de reparación,es coherente con la necesidad de evitar la ormaciónde óxidos de Cu que pueden producirse durante la

cocción de los esmaltes y que pueden perjudicar laadhesión de éstos al metal.

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84

Esmaltes

Como ya se ha señalado, y dado que las condicionesde medida adoptadas no son las apropiadas paradetectar los elementos de bajo número atómico del

 vidrio, el análisis de los esmaltes es puramente cua-litativo y aecta solo a los elementos químicos res-ponsables de la coloración. Por otra parte, algunoselementos como Cu y Pb están presentes tanto en elsustrato metálico como en la pasta vítrea de maneraque pueden provocar errores de interpretación enlos análisis al no poder discriminar entre la radiación XRF procedente del sustrato y del esmalte (g. 6).

En la gura 6 se presentan, para cada color, las

concentraciones de los elementos detectados en elesmalte, siendo estas coherentes con la inormaciónquímica y las recetas que aportan los tratados sobrepastas vítreas medievales (Milanesi, 1864: 1-12). Delanálisis de los datos obtenidos podemos extraer lassiguientes conclusiones:

 – Violeta: el elemento característico de estos es-maltes es el Mn, aunque su concentración es

moderada e inerior a la que cabría esperar. Pro-bablemente, esto sea debido al alto grado dedeterioro y a que solo están presentes en unreducido número de «ormelle». Estas causas hancondicionado que solamente hayamos podidorealizar una medida en los esmaltes de color violeta.

 – Verde: los esmaltes verdes están caracterizados

por la presencia de Fe y Cu ya que ambos ele-mentos orman parte de compuestos responsa-bles del color. La presencia de Sn se asocia aluso de residuos de bronce a partir de los quese obtenía Cu, mientras que la presencia de Sbse interpreta por su probable utilización comodecolorante.

 – Rojo: la identicación de los elementos carac-terísticos de los esmaltes rojos presenta muchas

Fgura 5. V Cu

«», .

de láminas caracterizado por los cocientes Au/Hg

más altos se puede suponer que la técnica empleadapara el dorado haya sido del tipo «diusion bonding»(Oddy, 1993: 176-177) o que el proceso de doradose haya llevado a cabo a temperatura más elevadaque en el resto.

Lámnas de reparacón

Las láminas metálicas de zonas que han sido objetode una reparación, y que por tanto son láminas quehan sustituido a las originales, muestran claras die-rencias que se ponen de maniesto por presentar unaconcentración de Cu más elevada. Mientras que lasoriginales presentan concentraciones de Cu en tornoal 4%, las láminas de reparación presentan concentra-ciones de Cu en torno al 14% (véase la gura 5).

«Formelle» 

 Aprovechando la existencia de zonas en las que elesmalte se ha perdido hemos procedido a analizar laaleación del sustrato metálico de las zonas esmalta-das. En la gura 5 se muestran los valores medios y el error estándar de las concentraciones de Cu en lasláminas originales, en las de reparación y en el sustra-to metálico de las «ormelle». El hecho de que el con-

Análss medante XRF de una cruz procesonal medeal de plata orgnara de Itala central

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incertidumbres asociadas, por un lado, a las altasconcentraciones de Pb y, sobre todo, a la esca-sez de Cu.

 – Amarillo: los elementos característicos de este

esmalte son el Fe debido a la presencia de co-lorantes asociados a óxidos de hierro y el Mn,usado como decolorante.

– Azul: este color se asocia a compuestos con Co y Mn como elementos mayoritarios y Zn, Pb eIn como elementos traza. La gura 7 muestra, enescala semilogarítmica, el espectro XRF de unesmalte azul en el que se aprecia la presenciade estos elementos y en la que es evidente la

Fgura 6. C M, F, C, Cu, Z, I, S, Sb, Pb .

Fgura 7. E XRF u u. L Z, Pb I «».

dicultad para cuanticar la baja intensidad delínea Kα del In en presencia de una línea Kβ de Ag mucho más intensa debida al sustrato metá-lico. Las concentraciones de Zn, Pb e In están

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

correlacionadas entre sí (g. 8) y son característi-cas de los minerales de cobalto utilizados en lossiglos  xii  y   xiV  (Moioli, y Seccaroni, 2002; Gratu-ze et al., 1992: 97-108). Por tanto, los esmaltes

azules han permitido acotar cronológicamente lamanuactura de las «ormelle».

el maestro se reservó la gura principal del Cristorontal dejando a los aprendices la ejecución de lasotras láminas de la cruz.

El hecho de que la lámina de Cristo ha surido un

tratamiento dierente, puesto de maniesto por losbajos cocientes Au/Hg, parece ser coherente con estahipótesis Por otra parte es muy poco probable que

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ConclusonesLa cruz de Rosciolo ha sido analizada in situ en elMuseo d’Arte Sacra della Marsica (Celano, Italia) enmodo rigurosamente no destructivo a partir de un

espectrómetro XRF portátil. La alta sensibilidad delespectrómetro para detectar elementos con Z≈50 hapermitido, por una parte, medir el espesor del doradoa partir de la atenuación de las líneas K de la plata y,por otra parte, detectar, en los esmaltes, compuestosde cobalto con la presencia de elementos traza queindican una coherencia entre los materiales utilizadosen la manuactura y el periodo atribuido a la cruz.

Los análisis realizados sobre las láminas repujadas

muestran claras dierencias entre la composición dela aleación de las láminas originales, con un conteni-do promedio de cobre del 5%, y las aleaciones de lasláminas de sustitución utilizadas en las reparaciones,con un promedio de cobre en torno al 15%. Estos da-tos nos han permitido distinguir la estructura originalde la cruz de las dierentes intervenciones realizadasen periodos posteriores en las que se han incorpora-do láminas bien dierenciadas.

Con respecto a los dorados, la interpretación delas dierencias que se observan es menos unívoca yaque las láminas analizadas son todas originales, anesentre sí y deben suponerse hechas en el mismo taller.Un análisis histórico y estilístico nos lleva a plantearla hipótesis que, en el taller artesano, el maestro y losaprendices trabajaron, por separado, la misma obra:

hipótesis. Por otra parte, es muy poco probable quese trate de un dorado asociado a un proceso de res-tauración, ya que no se entiende el motivo por el queesta restauración haya aectado solo a la lámina deCristo y no a las otras.

Respecto a las «ormelle» esmaltadas, se observauna composición bastante homogénea de las par-

tes metálicas caracterizadas por una aleación con uncontenido en cobre menor que el encontrado en lasláminas.

La hipótesis que planteamos es que el uso de unaaleación más pura en plata permite reducir, durante elproceso de cocción, la ormación de óxidos de cobreque aectarían la adherencia del esmalte en la lámina.

Los colorantes utilizados en la pasta vítrea sonconsistentes con la inormación que tenemos so-

bre la química del vidrio medieval. Es particular-mente signiicativo el caso de los esmaltes azules, ya que los elementos traza detectados (plomo,zinc e índio), presentes en el mineral de cobaltoutilizado, conirman una ejecución realizada du-rante el primer tercio del siglo  xiV  y coherente conla inscripción de la echa 1334 que puede obser- varse en una de las «ormelle» .

 Agradecimientos

Los autores desean mostrar su agradecimiento a:

 – L. Arbace (Soprintendente per il Patrimonio Sto-rico Artistico e Etnoantropologico dell’Abruzzo),R. Mancini (Direttrice del Museo di Arte Sacra

Fgura 8. C I-Z, Pb-Z Pb-I u. L bj I b í I-Kα  A-Kβ ( ).

Análss medante XRF de una cruz procesonal medeal de plata orgnara de Itala central

della Marsica a Celano) y a M. C. Pace (Soprin-tendenza per il Patrimonio Storico Artistico eEtnoantropologico dell’Abruzzo) por la autoriza-ción, soporte organizativo y acilidades prestadas

para realizar los análisis de la Croce di Rosciolo. – S. Garrao (Direttore dell’Istituto per le Tecno-logie Applicate ai Beni Culturali del CNR) por la

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g pp ) pnanciación. – A. Piegari (ENEA), M. L. Grilli (ENEA); a R. M. Vi-llani y V. Sicilia (Istituto Poligraco e Zecca delloStato) por la realización de los patrones de platadorada y plata esmaltada.

La participación de uno de los autores (C. R. G.)en el trabajo se ha realizado en el ámbito del progra-ma Short-Term Mobility 2010 del CNR.

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C í b u u

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88

Marano PérezD Quí Fí

U L Lu, T

j@u.

Gemma M.ª González-MesaD Quí Fí

U L Lu, T

Maurza CalsD Quí Fí

U L Lu, T

Lus GalndoD Quí Fí

U L Lu, T

Resumen

Esta comunicación presenta los primeros resultadosde un estudio del proceso de «patinación en río» so-bre materiales de bronce cuaternario (BC) y de bron-ce silicio (BS) de 2.ª undición usados en escultu-

ra. Objetivo de este estudio es, asimismo, mejorar lacomprensión del proceso eectivo de patinado reali-zado en Esculturas Bronzo (EB) con estos materiales.

Palabras clae

Bronces, patinado en rio, caracterización en compo-sición y estructura, seguimiento de color.

Ab

This report displays the rst results o a study on thecold patination o second oundry quaternary bron-ze (QB) and silicon bronze (SB) materials currently used in sculpture preparation in EB. Likewise, a bet-

ter understanding o this manuacturing process isattempted.

Keywords

Bronze, cold patination, characterization in composi-tion and structure, color monitoring.

Caracterzacón del proceso de patnacón en río de bronces de segunda undcón

IIntroduccón

Esta comunicación muestra los primeros resultados

de la primera parte de un estudio sobre la caracte-rización del proceso de patinado en río de broncesde uso común en escultura, a saber el bronce cua-

Epermentacón (parte epermental)

Se han usado dos disoluciones industriales para

patinado en río, y se ha practicado un proceso depatinado por humectación simple de ambas sobrepiezas planas con los tipos de aleación de bronce

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ternario (BC) y el bronce-silicio (BS).Esta primera parte se reere sólo a la caracteri-

zación de los materiales de las pátinas producidassobre estos sustratos por su reacción con solucionesindustriales de patinado en río.

El objetivo de este estudio ue mejorar la com-

prensión del proceso eectivo de patinado realizadoen Esculturas Bronzo, durante las prácticas de em-presa de una estudiante de Ingeniería Química dela ULL.

El proceso de «patinado de bronce en rio» encuanto a ormas de aplicación es similar tecnológi-camente al «patinado en caliente» pero se realiza sincaleacción ni del sustrato ni de los líquidos pati-nantes, sean uno o varios los usados en un proceso

de patinado.La coloración de la pátina varía en el tiempo trassu aplicación y suele requerirse aplicaciones poste-riores según requieran los eectos buscados en unproceso de patinado determinado para alcanzar latonalidad de color buscado.

Los objetivos concretos ueron determinar lacomposición de las disoluciones «industriales» usa-das para patinado y el seguimiento de la compo-

sición de las capas-pátinas obtenidas tras su apli-cación sobre las supercies de bronce usadas enescultura.

La literatura cientíco-técnica no suele recogercon recuencia este tipo de estudios, sino otros pa-ralelos dedicados a entender el proceso de patina-do «natural», producido por un entorno determinadosobre piezas de escultura, desarrollado a lo largo deuna escala histórica de tiempo y a lo más algunasexperiencias de experimentos de simulación de la-boratorio (o de entorno a escala y condiciones con-troladas) de la generación de las pátinas observadassobre esculturas reales.

La orientación que subyace este estudio es el dela comprensión del proceso de producción de laspátinas generadas de orma articial en los talleresde escultura sobre áreas de la supercie de este tipode piezas, por tanto generación controlada en el es-pacio y en el tiempo de aplicación y producción.

usados comúnmente en escultura, a saber: broncecuaternario y bronce-silicio. Se ha usado cobre elec-trolítico como material de reerencia de ambos. Estasprobetas se pulieron a espejo y luego se les aplicóuna gota grande de líquido patinante (exceso) sobrela supercie que tardó aproximadamente 2,5 horas

como mínimo, a 20º C, hasta llegar a la primera se-quedad tras el patinado.

Los estudios experimentales se han dedicado a:

1. Determinar la composición de las dos diso-luciones industriales patinantes. Se ha usadoCromatograía Iónica y Espectrootometría Vi-sible, así como Espectrometría de Absorción Atómica e ICP.

2. Determinar la composición y estructura delas pátinas una vez ormadas en los dieren-tes sustratos, vía DRX e IR/ATR, y hacer unseguimiento de color con el tiempo de estosmateriales de pátinas.

Determinación de la composición de las

disoluciones industriales patinantes

Las disoluciones técnicas para patinado en río, parapátinas azul-verde y negra (disoluciones 1 y 2) decomposición no conocida, recibidas de EsculturasBronzo, se han analizado usando un cromatograíaiónica de aniones y cationes (típicos de aguas) para varias diluciones de las dos disoluciones disponibles.Su utilizó un Cromatógrao Iónico, modelo MetrohmCompact IC plus 882 con columnas para cationesMETROSEP C3 y aniones METROSEP A, adecuadaspara el análisis de aguas. Estas medidas se comple-mentaron con determinación de cationes pesados porespectrootometría visible. Para el Cu se usó un trata-miento con un reactivo especíco del tipo 2-2´-bicin-choninato y un reductor para producir el complejo deCu(I)-bicinchoninato determinado cuantitativamenteen la región del espectro visible (560nm), usando unespectrootómetro modelo Hach DR/2000.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

 Además, se determinaron cuantitativamente laspresencias de Cu, Zn y Pb y Fe con Espectroscopíade Absorción Atómica usando un Espectrómetro de Absorción Atómica con Cámara de Grato y corrector

de ondo Zeeeman Varian 220Z equipado con Fuen-te de Alimentación GTA 110Z y UltraAA (SEGAI-ULL).

 A su vez, se han registrado sendos espectros IR/ATR d l di l i i d b

El seguimiento en el tiempo del color exhibidopor las pátinas se ha caracterizado por medio de me-didas de colorimetría usando un colorímetro Konica-Minolta CR-400 con áreas de medidas de 0,80 y 0,50

mm de diámetro. La adquisición de las medidas seeectuaron usando el sistema CIEL*a*b* con un tipode iluminación estándar de luz blanca para todas ellas

b d i il bl i i A i i

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 ATR de las disoluciones patinantes de cara a observarlos grupos uncionales existentes en las mismas.

Finalmente, se realizó un análisis elemental demuestras de ambas soluciones patinantes usando unequipamiento de ICP (ITER) para determinar compo-sición elemental con niveles de alta precisión.

Determinación de la composición y estructurade las pátinas y seguimiento del color 

Para la determinación de composición y estructura delos productos generados que constituyen las pátinasestudiadas se han usado las acilidades del ServicioIntegrado de Diracción de rayos X del SEGAI-ULL.

El equipo usado ue un Diractómetro de Polvo PA-Nalytical X´Pert (SEGAI-ULL), y las condiciones detrabajo utilizadas han sido las siguientes: ángulo departida 5,01˚ (2Θ) y ángulo nal de 79,99˚ (2θ); ta-maño de paso 0,02˚; tipo de barrido continuo. tama-ño de rendija 0,2177; material anódico cobre y valorde K-Alpha I de 1,54060, características de generador40mA. y 45kV; tiempo total de medida de 30 minutos/diractograma.

Para la caracterización de los compuestos presen-tes en las 6 pátinas se realizaron registros de IR/ATR con un Espectrómetro FTIR Bruker IFS66 (SEGAI-ULL) con módulo ATR de punta de diamante. Losespectros se han obtenido en el rango de 500 a 4.000cm-1 por coadición de 64 barridos con una resoluciónde 8 cm-1 para una velocidad de oscilación de 10Hz.El sistema se purgó con nitrógeno de alta pureza.

sobre un ondo asimilable a gris reerencia. Asimismo,se realizaron estas medidas con una cámara otográ-ca común, usando iluminación con luz blanca sobrelas probetas conteniendo las pátinas colocadas sobreun ondo gris patrón reerencia; posteriormente es-tas otos ueron tratadas con recursos del programa

 Adobe Photoshop C5S Extended 12.0 para obtenerlos parámetros CIEL*a*b* de dierentes zonas de lasmuestras de las seis pátinas obtenidas.

Resultados

En este apartado se recoge los datos de las dierentes

técnicas de estudio utilizadas para caracterizar tantolas disoluciones patinantes 1 y 2, como las pátinasobtenidas que designaremos por las iniciales del sus-trato que las origina (BC, BS ó Cu) y la disolución conla que se trata (1 o 2), así se producen seis pátinas.

La tabla 1 recoge las especicaciones de com-posición que el abricante da para los dos tipos dematerial de bronce (bronces de primera undición)utilizado (tabla 1).

Composición de disoluciones patinantes

Los pH de la soluciones patinantes ueron aproxima-damente 4,0 y 0,6 para la 1 y la 2, respectivamente.

Las composiciones en aniones y cationes de am-bas disoluciones patinantes, 1 y 2, se recogen en la

Tabla 1

Composcón de las aleacones de bronce empleadas

% (peso) Metal

 Aleacón Cu Sn Zn Pb Ni Fe Si Mn Sb P S

BC 83,08 5,65 5,18 5,32 0,48 0,14 - - 0,059 0,028 0,058

BS 94,61 0,009 0,032 0,030 - - 4,18 1,13 - - -

Caracterzacón del proceso de patnacón en río de bronces de segunda undcón

Tabla 2

Composcón de las dsolucones patnantes

Disolución Anión ppm C(M) técnica Catión ppp C(M) Técnica

1 Cl- 144.307 4,07 C.I. NH4+ 73.023 4,057 C.I.1 SO42- 5.243 0,0546 C.I. Cu2+ 3.410 0,0537 R.E./EF.Vis

2 Cl- 3.067 0,0865 C.I. Cu2+ 6.300 0,0992 R.E./EF.Vis

2 SO42 9 867 0 103 C I

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acuoso, en pH ácido como es el de la segunda diso-

lución. La bibliograía general de pátinas recoge algu-nas notas sobre el uso de reactivos de selenio comogenerador de pátina negra.

El pH bajo de la disolución 2 explica el no encon-trar cationes típicos de aguas u otros cationes pesa-dos, y la presencia de iones hidrógeno.

Los registros de IR/ATR hechos con ambas disolu-ciones y recogidos en la gura 1 muestran las seña-les/bandas en la zona 2.500-3.500 cm -1 y en la zona

1.250-1.750 cm-1

y en la zona de 500 a 1.000 cm-1

 características de la presencia de grupos cloruro y sulato en los espectros de ambas disoluciones, y deseñales típicas de osato y seleniato, así como posi-bles desplazamientos de las señales de estos anionestípicos de su asociación con metales del tipo Cu-L y Cu-L-OH.

Estos resultados se exponen en conjunto con loscorrespondientes a las pátinas, en páginas siguientes.

Caracterización de las pátinas sobre bronce

La gura 2 recoge el aspecto de las muestras de lostres tipos de sustratos, tras adición de las soluciones

tabla 2 con reerencia a la técnica usada y a la pre-

parativa hecha con las mismas antes de realizar lamedida que ha llevado a los resultados.

La mayoría de las medidas corresponden a croma-tograía iónica en condiciones de dilución a 100/1.000.

Cationes pesados (Cu, Cr, Zn y Fe) se han ensaya-do también vía Espectrometría de Absorción Atómica.Los resultados para Cu coinciden con los recogidosen esta tabla, determinados por adición de un reacti- vo especíco y medida de espectrootometría visible.

El resto de cationes pesados no muestran presenciamínimamente signicativa.Un análisis de ambas disoluciones realizado con

ICP, muestra presencia importante de selenio elemen-tal de 6.115 ppm, correspondiente a 0,0774 M si sesupone asignado a una sal tipo selenito ó selenato.La disolución probablemente se preparó partiendode SeO

2, reactivo sólido comercial disuelto en medio

2 SO42- 9.867 0,103 C.I.

2 SO43- 27.584 0,290 C.I.

Fgura 1. E IR/ATR u 1 2. Fgura 2. D BS, Cu BC -.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

patinantes 1 y 2. Las pátinas BC1 y Cu1 muestranun material de color azul pálido de igual apariencia,mientras la pátina BS1 muestra apariencia verde cla-ro, dierente de las otras obtenidas con la disolución

1. Por el contrario, las pátinas BC2, BS2 y Cu2, obteni-das por reacción de las supercies de estos sustratoscon la solución 2, muestran un color negro de igualapariencia

– Cu1. Cloruro de diamonio diamin Co-bre [(NH

4)2Cu(NH

3)2Cl

4], Suluro de Cobre

[Cu2S], Cloruro de tetra-amín Cobre hidratado

[Cu(NH3)4(CuCl

2)H

2O], Tenorita [CuO], Sulato

 Amónico [(H4N)2SO4], Sulato de Cobre [CuSO4],Sulato de diamín Cobre [Cu(NH

3)2SO

4], Hidroxi-

sulato de Cobre [Cu4SO

4(OH)

6], Cloruro de

Cobre [CuCl ] Paratacamita [Cu Cl(OH) ] Ata-

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apariencia.

Estudio de la composición y estructura de laspátinas por diracción de rayos X 

De las probetas objeto del patinado se han separadopor una parte el polvo constituyente de la pátina y elsustrato metálico alterado sobre el que se ha gene-rado la pátina. De esta orma se han generado seismuestras en polvo, que son las que se han estudiado.

Los diractogramas muestran un ondo redondea-do, lo que pone de maniesto, casi en general, uncarácter relativamente poco cristalino de las muestras,observándose, sin embargo, picos que caracterizan

sucientemente la presencia de estructuras de cadacomponente de cada pátina.El análisis de los diractogramas se ha comenzado

haciendo una corrección de ondo, usando el progra-ma X´Pert HighScorePlus Versión 2.2d. Inicialmentese reconocieron el conjunto de los picos de los di-ractogramas y se tabularon como primer paso en laetapa de asignación de dichos picos, realizada a con-tinuación (gs. 3 y 4).

El análisis de los diractogramas, en cuanto a jus-ticación prioritaria de los picos observados lleva auna composición como la que se expone a conti-nuación:

– BS1. Silicio, HidroxiCloruro de Cobre Hidra-tado, Óxido de manganeso, suluro de co-bre (digenita), SiO

2, cuarzo (SiO

2), Brochantita

[Cu4(OH)

6SO

4], silicato octaóxido de Manganeso

(III) [MnMn6

O8

(SiO4

)].

 – BC1. Cloruro de tetra-amín Cobre hidratado[Cu(NH

3)4(CuCl

2)H

2O], Estaño (Sn), Paratacamita

[Cu2Cl(OH)

3], Suluro de Cobre [Cu

2S], Melaco-

nita [CuO], Suluro de Estaño [SnS], Sulato deZinc [ZnSO

4], Cloruróxido de Plomo [Pb

7O

6Cl

2],

 Azure [S], Cloruro de estaño [SnCl2], AmonioCloruro de Zinc [(NH

4)2ZnCl

4], Sulato Amónico

[(H4N)2SO4].

Cobre [CuCl2], Paratacamita [Cu

2Cl(OH)

3], Ata

camita [Cu2Cl(OH)

3], Hidroxicloruro de Cobre

hidratado[Cu11Cl

8(OH)

14-6H

2O.

 – BS2. Oxido cuproso [Cu2O], cuarzo bajo[SiO

2],

Seleniuro de Cobre [Cu4Se

3], diosato de cobre

[Cu2P2O7], Nantokita [CuCl], Suluro de Cobre[Cu

2S], Fosato de Manganeso [Mn

3P

6O

18], Calco-

menita [CuSeO3(H2O].

 – BC2. Cuprita [Cu2O], Cloruro cuproso [CuCl],Seleniuro Cuproso [Cu

1,8Se], Oxido de estaño

(IV) [SnO2], osato de estaño [Sn

2P

2O

7], Óxi-

do de Plomo y Estaño [PbSnO3], Calcomenita

[CuSeO3(H

2O].

 – Cu2. Calcomenita [CuSeO3(H

2O]. Sulto de Co-

bre y Amonio [H4NSO

3Cu], Polisuluro de Cobre

 y Amonio [(H4N)Cu

7S

4], Cloruro de tetra-amín

Cobre hidratado [Cu(NH3)4(CuCl

2)H

2O], Hidróxi-

do de Cobre [Cu(OH)2].

Fgura 3. D BS1, BC1 Cu1.

Caracterzacón del proceso de patnacón en río de bronces de segunda undcón

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Medidas de IR/ATR 

Las medidas se han realizado sobre las pátinas co-locadas en la supercie de cada uno de los sustra-

tos metálicos estudiados. Dado que estas pátinas nopresentan una supercie «totalmente uniorme», seha optado por realizar la medida sobre una super-cie que recoge parte del borde, generalmente conmayor crecimiento de la pátina, y la zona interioradyacente de cada una de las supercies patinadasde los sustratos metálicos estudiados. Las guras 5 y 6 recogen los registros IR/ATR de las seis pátinasestudiadas.

La tabla 3 recoge el conjunto de las bandas mos-tradas en el perímetro de la traza de cada espectro detransmisión de cada una de las muestras sólidas y delas disoluciones patinantes 1 y 2.

El conjunto de las señales de las seis pátinas con-rma la presencia de bandas de los grupos uncio-nales que previamente se han determinado vía losdiractogramas, es decir, las señales típicas de las vi-braciones de los grupos –OH, las propias del SO

4,

del Cl-, del H2O, y de grupos como los osatos, se-

leniatos, suluros, seleniuros y el papel de los ligan-dos NH

3. Un análisis comparativo de los resultados de

ambas técnicas está aún en desarrollo.

Medidas de color 

Los parámetros característicos del sistema CIEL*a*b*son L*, que mide la luminosidad; a*, la componente verde-roja; y b*, la componente azul-amarilla. Un valorpositivo de a* signica que tiene componente roja; encambio, si es negativo, tiene componente verde. Estemismo razonamiento es aplicable a b*.

Debido a la presencia de una amplia variedad detonos y matices en las capas-pátinas, resolvimos em-plear un parámetro más conservativo para apreciarla variación en la coloración rente al tiempo, siendoéste la distancia entre dos medidas de color, es decir,la dierencia de color (ΔE*), que se calcula a partir delas variaciones en las coordenadas citadas anterior-mente (ΔL*, Δa* y Δb*):

ΔE* = √ ΔL*2 + Δa*2 + Δb*2

Fgura 4. D BS2, BC2 Cu2. Fgura 5. E IR/ATR BS1, BC1 Cu1.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Tabla 3

Señales de IR/ATR obseradas

BS1 BC1 Cu1 BS2 BC2 Cu2 Disol.1 Disol. 2

3988,9

3494 3495 3492

3442 3444 3442

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94

3442 3444 3442

3349 3377

3244 3252 3252

3165 3175 3179 3166

3046 3079 3079

2867 2879 2823

24932256 2255

2150 2155

2132 2129

2022 2077,7

1949 1954

1816 1812

1658 1653 1651 1643

1623 1601 1616,4 1634

15510 1555,8 1554

1493

1458

1444 1441 1441

1413

1396

1291

1150 1108 1112,5

1092 1099 1094

1069 1085 1067 1071

983 984,1 978947 946,6

932,8 922 929

916 915,8

894,3 894 864,7 964,7

846 846 846 823 824,5

766,8 766,8

737

700

693,7 691,7

667 668,6

637,3 634,2

611 617

589 589 605

554,5 550,7

542

532,7 535,9

529,7

516 516,4

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Fgura 7. C (?E*) M1 b .

Fgura 8. C (?E*) M2 b .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Esta ecuación ue originariamente diseñada parael cálculo de pequeñas variaciones (ΔE < 10) (gs.7 y 8).

La no uniormidad de la supercie de las pátinas

creadas sobre un sustrato, observándose pequeñas variaciones entre los bordes y la zona central, se ma-niesta en ligeras modicaciones de los parámetrosL*, a* y b* de dos puntos cualesquiera.

E l i d b d i

generadas en el patinado en exceso sobre estos sus-tratos de bronce, es determinar la composición e-ciente de ambas soluciones (tras dilución) para ge-nerar resultados de color/tonalidad y durabilidad en

ambientes externos de los dos tipos de pátinas traba-jadas. El comienzo de esta segunda parte debe veniracompañado del uso adecuado de los estudios demicroscopía electrónica para ver la modicación del i d l á i d d ió

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En las guras mencionadas se observan tendenciasmás denidas para las medidas de color tomadas en ellaboratorio (interiores): los primeros días, las variacio-nes son más pronunciadas; con el tiempo parece quetienden a estabilizarse en un valor concreto. Además,

son de mayor magnitud comparadas con las toma-das en exteriores. La importante dierencia del gradode humedad ambiental puede explicarlo inicialmente.Las muestras de BC son las que presentan mayor va-riación.

Para las medidas en exteriores, el Cu1 presenta unmáximo de variación antes de llegar a la semana deexposición. Las tendencias parecen menos claras paralas muestras, ya que hay puntos que se desvían. Estas

desviaciones observadas en el primer periodo de ex-posición pudieran tener sentido, pero al no disponerde medidas de composición in situ, no pueden argu-mentarse tales causas de tales variaciones en periodosde pocos días (menos de una semana).Estas correla-ciones necesitan de mucho más tiempo para poderdenir tendencias que puedan interpretarse con abi-lidad porque se correspondan con cambios químicosnetos en alguno de componentes de las pátinas.

Dscusón y conclusones

De la acumulación de datos obtenidos en esta primeraetapa del estudio cuyos primeros resultados se presen-tan en este trabajo, se pone de maniesto la necesidadde mejorar el diseño combinado de experimentos y medidas con las muestras de pátinas estudiadas y lanecesidad de disponer de una técnica de implementa-ción portátil (EDXFR y/ó espectrometría microRamanpara realizar el seguimiento de los estudios de varia-ción de la tonalidad de color de las pátinas.

Una segunda etapa de estos estudios, a empezaren el medio plazo, tras la identicación de la compo-sición de ambas disoluciones y de las costras-pátinas

la microestructura de las pátinas desde su ormacióninicial hasta su crecimiento y evolución posibles de-bido a eectos de los dos ambientes en que se ex-pongan, contando con el carácter destructivo (al me-nos parcial) de la realización de estas medidas sobre

muestras de las las pátinas expuestas.Un conjunto importante de bibliograía especícaha sido usado en este estudio y sigue siéndolo eneste momento No se recoge aquí pero está mencio-nada de orma general en las reerencias indicadas.

 Agradecimientos

1. «Esculturas BRONZO» (EB) y ALUCAN S.A.nuestras empresas colaboradoras y suminis-tradora de materiales.

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3. Laboratorio de Análisis de Aguas-Departa-mento de Ingeniería Química-ULL.

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A -u quí

Gabrela Peñuelas GuerreroEu N C, Ru Muí-INAH, Mé

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un trabajo apenas valorado; los casos de arqueolo-gía experimental relacionados con la metalurgia secuentan como casos extraordinarios; y con ello todala inormación que el restaurador registra antes de laintervención: el registro detallado a partir de técnicasno destructivas para comprender la materialidad delos bienes culturales.

Por lo que se necesita la concienciación de gene-rar, diundir y crear redes de investigación abocadasal estudio de este patrimonio, pero sobre todo, en-tender que parte undamental de la disciplina radicaen la investigación y conservación del conocimientoinherente a los bienes culturales.

Palabras clae

 Arqueometría, conservación, arqueometalurgía.

bu@.

Ingrd Karna Jménez CosmeEu N C, Ru Muí-INAH, Mé

Resumen

El presente trabajo aborda refexiones en torno a ladiversidad de inormación aportada desde la conser- vación de patrimonio metálico arqueológico haciaotras disciplinas. El restaurador-conservador a partirde la metodología de conservación genera conoci-mientos especícos, como la observación y enten-dimiento detallado y particularidades de la técnicade actura, las aleaciones, el empleo de materialesasociados (textiles, semillas, etc.), dinámicas de uso,dinámicas de deterioro, entre otras que acilitan elentendimiento de los bienes culturales, e incluso ge-neran conocimiento base para otras especialidades.

En el contexto mexicano la arqueometalurgia si-gue siendo un campo naciente de investigación. Si-tuación provocada por los escasos hallazgos arqueo-lógicos que involucran material metálico dentro decontextos denidos y estudiados a proundidad. Lasbases de datos de aleaciones utilizadas a lo largo de

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Abstract

The Conservation Methodology generates specicknowledge or example: observation and detailed

analysis provides singular inormation about acturetechnique, employs o specic alloys and organicassociated material (seeds, textiles, among others);also reveals the mechanisms o use and degrada-tion; all these inormation allow the conservator to

Monumentos y Zonas Arqueológicas, 2006). Acotan-do, el patrimonio metálico arqueológico mexicanoes, entonces, cualquier objeto acturado en metalprevio a 1521.

Es importante señalar que en América las socie-dades simbólicas encuentran eco en cada una de lasactividades que desempeñan; existe una estrecharelación entre los dioses y los elementos terrenales;la metalurgia es refejo de este enómeno El valor

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tion; all these inormation allow the conservator tounderstand the cultural heritage but also providescontributions to other disciplines.

In the Mexican context, archaeometalurgy stillremains as a growing eld o knowledge, due to

the lack o metallic archaeological artiacts oundin control archaeological excavations; in generalterms the collections o metallic items have beenrecovered rom dealers. This paper concerns aboutgenerate, disseminate and create research networksocused in the study o this cultural heritage, butabove all, understand that a undamental part o thediscipline lies in the research and preservation o knowledge inherent to cultural heritage.

Keywords

 Archaeometry, conservation, archaeometalurgy.

Una bree ntroduccón al conteto

mecanoIntervenir patrimonio metálico arqueológico en Mé-xico, lejos de lo que puede pensarse, resulta pococomún. Por lo cual la pertinencia de realizar un tra-bajo metodológico, respetuoso y sobre todo éticodentro de grupos interdisciplinarios de estudio delpatrimonio cultural debe ser necesario, imperiosoe incluso una obligación. El objetivo del presenteartículo es ejemplicar la virtud de la restauracióncomo uente de inormación hacia la arqueometría y más especícamente hacia la arqueometalurgía.

En México la denición legal de lo arqueológico,de acuerdo al artículo 28 de la «Ley Federal SobreMonumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos eHistóricos de México» publicada en el 1972, incluyea todos «los bienes muebles e inmuebles, productode culturas anteriores al establecimiento de la his-pánica en el territorio nacional» (Ley Federal sobre

la metalurgia es refejo de este enómeno. El valorde los elementos metálicos reside en su signica-do; en palabras de Falchetti los metales representancaracterísticas propias de los dioses, es decir, losobjetos resultan encarnaciones divinas. Bajo esta

concepción resulta más comprensible la tipología,la iconograía, las técnicas y sobre todo el procesoritual de elaboración de los arteactos así como elcontexto en el que se han encontrado.

Comprender las implicaciones simbólicas de losobjetos resulta relevante, sobre todo porque estepatrimonio es ajeno y lejano –en cuanto a tiempo y a concepción–. No se debe olvidar que los arte-actos son producto de la selección de procesos,

la evolución de técnicas y la disponibilidad de ma-teriales, situaciones que refejan las implicacionesideológicas de la sociedad que las produjo (Volo-shinov, 1976: 24), por lo que deben considerarsetodos estos aspectos antes de establecer cualquierjuicio crítico sobre el estado de conservación, y porsupuesto, antes de intervenir un bien cultural.

Bajo los precedentes anteriores, a dierencia deotra industria precolombina, la metalurgia prehis-pánica no cuenta con conclusiones tajantes debidoa los pocos hallazgos de arteactos localizados encontextos arqueológicos controlados, por lo que enla mayoría de los casos la inormación sigue siendohipotética. En países como Bolivia, Chile y algunaszonas de Perú han tenido más éxito en cuanto azonas de trabajo del metal, encontrando restos dehornos, moldes e incluso áreas de extracción delos minerales; sin embargo, en Mesoamérica no seha corrido con la misma ortuna. Existen trabajosaislados, lamentablemente pocos de carácter siste-mático, en donde se relacionen los hallazgos conla tecnología de producción; un caso signicativose localiza en la zona Maya, en Mayapan donde seencontraron dos áreas de trabajo a las aueras de laciudad (Paris, 2008: 43-66).

Otro ejemplo importante de investigación in-terdisciplinaria ha comenzado con el proyecto Ar-queológico del Cerro de El Teúl, en Zacatecas, don-

Aportes de los conseradores-restauradores a otras dscplnas como la arqueometría

de en 2009 encontraron lo que podría ser un hornode undición.

Dado los pocos hallazgos encontrados en con-textos arqueológicos, el empleo de las uentes et-

nohistóricas como códices, imágenes obtenidas decerámica decorada, e incluso pintura mural, ha per-mitido realizar inerencias en cuanto a las técnicasempleadas en la América precolombina.

Otra uente de inormación las conorman las na-

bán en Oaxaca (Caso, 1969), así como varias oren-das de Templo Mayor de Tenochtitlán en la Ciudadde México (López, 1993). En contraste, la amosacolección de «El Tesoro del Pescador» resguardada

en el Baluarte de Santiago en el puerto de Veracruz,ue producto de un decomiso, de la misma maneraque la vasta colección del Museo Regional de Gua-dalajara, en Jalisco.

Otra situación a considerar es la escasez de arte-

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Otra uente de inormación las conorman las narraciones realizadas por evangelistas y cronistas dela época de contacto, las cuales deben considerarsecomo un ragmento de la realidad, ya que respon-dían a una visión europea y, por lo tanto, muchos

de los procesos o materiales descritos, posiblementeestuvieron sujetos a la interpretación del narrador,quien al desconocer algún proceso o no estar ami-liarizado con cierto material buscó alguna similitudcon su reerencia más cercana, la tradición europea;situación evidente en las ilustraciones de los códi-ces mesoamericanos como el Códice Florentino deFray Bernardino de Sahagún (Sahagún, 2006) dondese observa una gran infuencia occidental.

Acerca de la tecnología

 Al hablar de la metalurgia en Mesoamérica se en-cuentra una limitante más, relacionada con el origende la tecnología en la región. Una de las hipótesismás diundida y aceptada se reere al intercambiotecnológico, producto de las redes de trueque co-mercial por cabotaje realizado por culturas del surdel continente. Dichos conocimientos ueron intro-ducidos, según los especialistas, por la zona del oc-cidente de la República Mexicana durante el perio-do postclásico, extendiéndose hacia el centro, sur y oriente de Mesoamérica durante un periodo relati- vamente corto. Como se mencionó anteriormente,al no contar con un amplio desarrollo de estudiosserios en el ámbito de la arqueometalurgia, dicha

hipótesis hasta ahora aceptada como teoría por al-guna sección de los especialistas, podría cambiar enlos años venideros.

Por otro lado, los hallazgos arqueológicos descu-biertos en condiciones de excavación controladas oincluso en contextos arqueológicos denidos hansido pocos en comparación con otras regiones delcontinente. Como ejemplos excepcionales se consi-deran las colecciones de la Tumba 7 de Monte Al-

Otra situación a considerar es la escasez de arteactos localizados en un mismo contexto; por ejem-plo, en la zona maya se han encontrado reciente-mente orendas en la zona de Lagartero, Chiapas(Rivero Torres, 2007), donde únicamente se ubica-

ron cinco cuentas y un cascabel de cobre. Dadala cantidad de objetos, la inormación tampoco seconsidera muy representativa para la arqueometa-lurgia mesoamericana.

Una metodología de acercamento

Desde el Seminario Taller de Restauración de Me-tales de la ENCRyM se ha adoptado la metodologíade acercamiento y análisis al patrimonio cultural de-sarrollada por el proyecto ANDREAH (Análisis NoDestructivos para el Estudio de Arte, Arqueología eHistoria). Como las siglas lo señalan, la metodolo-gía consiste en realizar una primera inspección ma-cro y microscópica, tras la cual se emplean técnicasanalíticas en unción de las interrogantes derivadasdel objeto cultural y las aportaciones propias decada técnica. Dentro de este nivel de investigaciónse pueden eectuar análisis in situ como la tomade radiograías y fuorescencia de rayos X, recur-sos sucientes para eectuar el dictamen de la obra y establecer el estado de conservación, así comolos posibles tratamientos. En esta primera etapa seemplean técnicas de análisis no destructivas, pro-moviendo la conservación integral del objeto y laobtención de datos simultáneamente.

Una vez concluidos los tratamientos de conser- vación, si la obra lo requiere y si continúan abiertasinterrogantes o incluso si con la intervención surgenmás incógnitas, se realiza una segunda inspección y registro detallado; para lo cual se establecen proto-colos de investigación de acuerdo a problemáticasespecícas que requieren mayor proundización y por ende el empleo de otros recursos de análisis.Generalmente en este segundo nivel, la obra se

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

traslada a los laboratorios especializados como esel caso de los microscopios electrónicos, o al ace-lerador de partículas para realizar PIXE, RBS, entreotras técnicas.

Bajo esa metodología de trabajo se han caracte-rizado colecciones como la orebrería de la Tumba7 de Monte Albán (Peñuelas Guerrero, 2011), pie-zas del Cenote Sagrado de Chichén Itzá (Contre-ras 2007),o cuentas de cobre de Lagartero, Chiapas,

Otro tema interesante, dentro de la metalurgiamesoamericana, son las piezas doradas. Las uen-tes etnohistóricas como el Códice Florentino men-cionan el dorado por oxidación como parte de los

procesos de acabado sobre piezas de cobre (Saha-gún, 2006: 505). Sin embargo, la mayor colección deobras de aspecto dorado son propiamente piezaselaboradas con aleaciones de oro.

Se han encontrado escasos ejemplos realizados

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100

, g , p ,entre otras. Contando con la participación de ungrupo interdisciplinario, que incluye conservadores,arqueólogos, ísicos, químicos y otógraos.

Dentro de este tipo de grupos de investigación

del patrimonio cultural, los conservadores son lapiedra angular en la recuperación de inormaciónespecíca, ya que el enoque particular de la disci-plina permite vincular aspectos materiales e inmate-riales de un objeto, a partir de la relación de la ob-servación detallada de los materiales constitutivos,la técnica de actura con los procesos de alteracióne incluso de uso de los arteactos.

En México la alta de estudios sistemáticos, au-

nado a la escasez de hallazgos dentro de contextosarqueológicos denidos, ha generado poca inor-mación able respecto al empleo de aleaciones y larelación con la cultura que las produjo.

Con los datos publicados se han establecido demanera incipiente tendencias sobre el empleo dealeaciones como rasgos distintivos entre las diversasregiones metalúrgicas de Mesoamérica, sin embargoeste trabajo apenas ha comenzado.

El caso de los cascabeles puede ser uno de losmás representativos ya que se ha analizado el mis-mo tipo de arteacto localizado en contextos die-rentes; Schulze ha encontrando que en la zona del Altiplano, especícamente en Templo Mayor lasaleaciones de cobre contienen plomo, arsénico y estaño; en el Golo es más notable la presencia deestaño, poco arsénico y en muy pocas ocasionesplomo; mientras que en el occidente sólo presen-tan arsénico y en concentraciones variadas estaño;

para el norte de Mesoamérica las aleaciones sonpreerentemente de cobre con muy poco arsénico y nalmente para la zona maya se vuelven a reportarlos tres elementos plomo, arsénico y estaño (Shulze,2008:).

Esta variedad de resultados sólo evidencia el es-tado de la arqueometalurgia en México en cuanto aconocimiento y comprensión del empleo y selecciónde aleaciones en regiones culturales especícas.

j pcon dicha técnica como el caso del pendiente deSan Francisco Caxonos de la Mixteca, en Oaxaca(Ortíz Díaz, y Ruvalcaba Sil, 2007). Por lo que alencontrar restos de dorado en alguna pieza de pro-

cedencia mesoamericana, resulta trascendental en-tender la técnica de actura, ya que podría tratarsede un objeto realizado en otra parte del continente y con ello hablar de un posible intercambio comer-cial y por ende cultural.

O por el contrario, podría ser el caso de unacorrosión selectiva, producto de los enómenos na-turales de corrosión entre el arteacto y el contextoen el que se encontraba. Distinguir entre estas dos

posibilidades es un trabajo que debe ser interdisci-plinario, en el que el conservador juega un papelundamental.

En el sur del continente, la región peruana porejemplo, es ampliamente conocida por el empleo detécnicas de dorado como la electrodeposición (Le-chtman, 1991). Por lo que distinguir entre una técni-ca y otra puede ser suciente evidencia que permi-ta aseverar la procedencia de ciertas piezas o abrirlíneas de investigación hacia el comercio de zonasespecícas. Localizar restos de estos dorados, enten-der la dinámica de alteración que ha promovido lapérdida parcial de ellos o la permanencia en algunoscasos, es crucial y materia de los conservadores.

Dos ejemplos de estos dorados por electrode-posición se han localizado en la zona Maya: en elCenote Sagrado de Chichén Itzá (Contreras, 2007) y en la zona de Lagartero en el estado de Chiapas.

Contar o desarrollar las herramientas cientícas

que permitan corroborar o dierenciar la técnicaempleada, es una labor conjunta que se construyedesde la interdisciplina. En algunos casos los resul-tados de los análisis podrían malinterpretarse ya seapor desconocimiento de la amplia gama de dora-dos realizados en la América Precolombina, o por laalta de vinculación de la inormación como algúnproceso de limpieza anterior del que hubiera sidoobjeto la pieza analizada.

Aportes de los conseradores-restauradores a otras dscplnas como la arqueometría

Durante la inspección del conservador, con lamirada especializada se logra dierenciar caracte-rísticas especícas y relacionar dierentes aspectosmateriales. Por ejemplo, al conocer y comprender

las técnicas de actura empleadas por los orebresmesoamericanos, los conservadores pueden inerirtécnicas de actura de los arteactos sin la necesi-dad de realizar mayores análisis o requerir tomasde muestras para realizar una metalograía que con-

Bblograía

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101

rme el vaciado de una pieza cuando el estilo, laépoca de elaboración y la aleación lo conrman.

Un ejemplo claro de esto lo encontramos en laspiezas vaciadas con aleaciones binarias de plata de

la Tumba 7 de Monte Albán (Peñuelas Guerrero,2011: 16); durante la inspección de un par de ani-llos acturados con una aleación binaria de plata-cobre se detectaron dendritas a un aumento de 10×con un microscopio óptico.

Estos pequeños detalles a la vista de una personano especializada pasarían desapercibidos e inclusose conundirían con la impronta de algún textil. Alencontrar detalles tan característicos de la estructura

cristalina de los arteactos vaciados, la inormaciónobtenida sirve para corroborar la técnica de actura,conocer la temperatura de undición a partir de losdiagramas de ases de la aleación empleada y ejem-plica de manera clara, el lento enriamiento al queueron sometidas las piezas.

Con estos signicativos ejemplos pretendemosdar pie a una refexión sobre la importante labor delos conservadores en la arqueometría. El dato duro,sólo por tener una cira del porcentaje de una alea-ción, aislado, sin el contexto de procedencia de unapieza, resulta inútil e irrelevante; promueve única-mente el desperdicio de inormación, de recursostanto económicos como humanos y, en la mayoríade los casos, conllevan a la pérdida, también, departe del material del arteacto.

El conservador es responsable de argumentar y evitar, en la medida de lo posible, la pérdida de re-cursos tanto económicos como académicos, al reali-

zar análisis costosos para resolver interrogantes quepodrían solucionarse de otra manera.

En este punto es importante señalar que, aun-que las preguntas de investigación que estén porresolver sean trascendentales para la disciplina, sianalizar una sola pieza no lo resuelve no es válidollevar a cabo análisis invasivos y destructivos, queconduzcan a retirar una porción considerable de lapieza para intentarlo.

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 V olosHinoV , Valentín. (1976): El signo ideológico y la lo- soía del lenguaje . Buenos Aires: Nueva Visión.

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«A Pí M»

Montserrat PugèsD C Ru. S Aquí

Muu ’Hò B

u@b.

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o personal interesado, y nace con la pretensión de serun trabajo en permanente evolución.

Palabras clae Atlas, patologías, materiales, alteración, diagnóstico,

 visual.

Abstract

Images are a special tool that may help us to createa common language, less misleading than the writ-

María José AlcaydeIQS-C-. Iu Quí Sà, B

Laa FernándezRu

María MolnasRuu. Àb C-u S. L.

Resumen

La imagen es una herramienta que puede ayudarnosa conormar un lenguaje común y menos inductor aerrores de interpretación que la lengua escrita. Basán-donos en esta armación y en el ormato de los atlasgrácos ya existentes en otras disciplinas, se propone

la conección de un atlas de patologías que se puedautilizar como herramienta para determinar el estadode conservación de los materiales patrimoniales. Elobjetivo de este proyecto es hacer accesible el atlas através de Internet, aprovechando las posibilidades dediusión y ácil consulta que nos proporciona. La con-ección del «Atlas de Patologías de Materiales» estáabierta a los proesionales de la conservación-restau-ración de patrimonio, y en extensión a proesionales

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

ten language. Taking into account this statement andthe graphic atlas already used in other disciplines, itis proposed the creation o an atlas o pathologies which could be used as a tool or the description o 

the conservation state o heritage materials.The aim o this project is to make this atlas ap-proachable through Internet, taking the advantage o its possibilities o great diusion and easy search.

The achievement o the «Atlas o Materials Patho-logies» is open to all proessionals o conservation

para metales, pintura, vidrio y documento gráco,entre otros, aunque generalmente no contienen su-cientes ilustraciones de lo que describen y por tanto,pueden conducir a conusiones y errores.

 A pesar de que existe un listado de términos deni-torios para algunas patologías, más o menos consen-suados y aceptados, la realidad es que a día de hoy,no se dispone de un diccionario terminológico capazde llenar el vacío al que nos reerimos, lo cual, comoes obvio representa un problema de comunicación

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logies» is open to all proessionals o conservation-restoration o heritage and it is awakened to be per-manently growing.

Keywords

 Atlas, pathology, materials, alterations, diagnosis, visual.

Introduccón

La determinación del estado de conservación de unapieza mediante una inspección visual o con la ayudade una lupa binocular, es el sistema más habitual y co-múnmente empleado por el conservador-restaurador.

No hace alta entrar en justicaciones porque pue-den ser tan simples como la alta de recursos, o tanespeciales como la situación del lugar donde se en-cuentran. Lo cierto es que con el paso de los años, se va recopilando un álbum de imágenes mentales queconstituyen la mejor guía personal comparativa paraeectuar diagnósticos rápidos sobre los objetos conlos que se trabaja. Dicho de otra orma, la experienciaacumulada en orma de imágenes, se transorma enuna herramienta de trabajo intangible importantísima.Por suerte, la toma de imágenes otográcas ayuda aaligerar la carga acumulada.

Pero muchas veces las imágenes no son sucientes y necesitan ir acompañadas de palabras. En el caso que

nos ocupa se hace imprescindible, ya que nos reeri-mos a descripciones de ormas de alteración. En estecaso, la búsqueda del nombre de la imagen, su «bauti-zo», lo que los lingüistas llaman «término», y que acom-paña la descripción correspondiente, se complica.

Existen numerosos trabajos al respecto. Los másantiguos, de los que tenemos conocimiento, corres-ponden a recopilaciones terminológicas de alteracio-nes de piedra, pero también se han hecho trabajos,

es obvio, representa un problema de comunicación.Se requieren recursos que ayuden a diundir y 

comprender problemáticas de conservación comúnde los bienes patrimoniales.

La conservación del patrimonio es una disciplinajoven que avanza rápidamente debido en gran medidaa las nuevas tecnologías. Gracias a las cuales hoy nospodemos proponer reunir esuerzos para establecerredes que nos permitan compartir el conocimiento.

Este artículo no constituye ningún trabajo en sí,sino más bien es una invitación a la participación.Una invitación a ormar parte de un proyecto, queaunque ya ha comenzado a dar los primeros pasos,debe ir creciendo día a día gracias a la aportación delos proesionales, que de una manera u otra estánrelacionados con las patologías de los materiales.

En un primer momento, se idea como herramien-ta de ayuda para la conservación de patrimonio, peroestá abierto a todo tipo de materiales actuales, ya quecualquier patología en los materiales puede ayudara entender procesos de degradación a proesiona-les de dierentes ámbitos, y de todos modos, ¿dóndequeda la línea de separación al incluir el patrimonioindustrial y otros, dentro de las ronteras que noscompeten?

«Atlas de Patologas de Materales»

El trabajo que se presenta es ruto de la experien-cia adquirida en el campo de la conservación-restau-

ración de patrimonio sobre un amplio espectro demateriales.

También es ruto de la preocupación de realizar untrabajo riguroso, a menudo sin los recursos deseados.

 Y también, de la voluntad de compartir el conoci-miento adquirido, conscientes de que esta es una dis-ciplina minoritaria, no rentable en términos económi-cos y de una gran responsabilidad por los elementossobre los que se actúa.

Atlas de patologías de materales

De los diccionarios terminológicos a losglosarios ilustrados

Otras ramas del saber, hace ya muchos años que han

tenido la necesidad de acompañar la palabra conimágenes. Nos reerimos a disciplinas como las cien-cias naturales, más concretamente, la botánica y lazoología, o las ciencias de la salud, como la medicina.En el primer caso, encontramos publicaciones en or-ma de guías visuales que tienen como único objetivo

se hace una nueva propuesta: se trata de reunir lamáxima inormación posible sobre las patologías demateriales, en ormato original. Aprovechando las ventajas que orece Internet, el «Atlas de Patologías

de Materiales» debería ser esencialmente visual. Vi-sual porque aún no se ha dado nombre a muchasalteraciones que suren la amplia gama de materia-les patrimoniales, y a dierencia de un diccionarioordenado por palabras, aquí se establece una orga-nización por imágenes.

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El atlas está concebido en ormato web y contieneun archivo de chas que hacen reerencia a pato-logías de los dierentes materiales que engloba. Deacceso gratuito, se pretende que contemple todo tipode materiales tradicionales y modernos, que sea par-ticipativo y abierto a consulta. En cuanto a la lenguade diusión, creemos que debe poder ser consultableen varios idiomas, aunque eso siempre dependerá dela participación.

Nuestra propuesta: «Atlas de Patologías deMateriales»

Recopilando los criterios y objetivos expresados an-teriormente, y con la ilusión de materializarlos en unproducto real, se intenta explicar cómo se ha conce-bido y diseñado la web del «Atlas de Patologías deMateriales» (g. 3).

ma de guías visuales que tienen como único objetivoidenticar un elemento, que se muestra en imagen y se describe detalladamente (g. 1).

En el caso de la medicina, aparte de ilustrar y 

describir una aección, permiten establecer un diag-nóstico. Esta es, justamente, la dierencia entre guía visual y atlas médico: la capacidad de eectuar undiagnóstico. Este tipo de publicaciones, originalmenteen orma de libro, se hacen actualmente en ormatodigital, en una extensísima gama y presentación muy  variada (g. 2).

Respecto al campo de la medicina, apenas hacedos meses el Hospital Ramón y Cajal de Madrid pre-sentó una aplicación para iPad que consiste en unatlas médico de aecciones de la piel, que ilustra cla-ramente cómo ayudan este tipo de herramientas aestablecer un buen diagnóstico.

En el terreno de la conservación, y según nuestroconocimiento, existen ejemplos de vocabularios ilus-trados en ormato de libro, algunos también consulta-bles por Internet, que se centran en las descripcionesde los materiales alterados. Dado que consideramosestas aportaciones de gran utilidad e interés, quere-mos destacar la necesidad de una mayor proundidaden las descripciones y de ampliación en el abanico demateriales existentes.

Otros aspectos a contemplar son las posibilida-des de interacción y colaboración que orecen losúltimos avances relacionados con Internet. De estaorma, y después de diversas iniciativas con dieren-tes materiales como la piedra, los metales y el vidrio,

nización por imágenes.

Fgura 2. Ej .

Fgura 1. I u uí u b .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Espacio de participación

La participación en el proyecto gira entorno de lapropia construcción del atlas, bien sea mediante la

aportación de una nueva patología o bien en la dis-cusión que se pueda generar previo a su validación.En el espacio de participación encontramos el oro,el ormulario y el espacio de cuarentena. Desde eloro de opinión de los usuarios o desde el oro deexpertos, se prevé recoger las opiniones, comentarios

rentes inormaciones de la muestra que sirve de ilustra-ción de la alteración que se describe. Los campos son:

 – Nombre de la patología.

– Imágenes de la patología (en una muestraconcreta). – Origen de la muestra haciendo reerencia de

lo que es, su procedencia, datos históricos,proceso de abricación y otros datos que pu-diesen ser de interés.

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p , p g p , y propuestas de mejora. El oro de expertos se com-pone de grupos de especialistas en cada uno de losmateriales que contempla el atlas. Para proponer la

inclusión de una nueva patología, la web dispondráde un ormulario, diseñado expresamente, donde sedenen los requisitos indispensables para hacer estaaportación en orma de cha. El espacio que llama-mos «de cuarentena», también estará abierto para con-sultar las propuestas de nuevas entradas y ver cuáleshan sido ya incorporadas y cuales están todavía enconstrucción o pendientes de validación.

La fcha de la patología

El atlas se compone de un número indeterminado dechas organizadas por materiales. La cha está conce-bida con la inclusión de diversos campos que dan die-

– Analíticas aportadas y sus comentarios. – Artículos publicados y otras reerencias sobre

la patología que se describe (con posibilidad

de link a pd). – Autoría de la cha con los datos personalesdel autor y contacto.

– Bibliograía conocida sobre el tema.

En cuanto a las imágenes, obligatoriamente se de-ben incluir:

 – Fotos de visu, con escala de color (mínimouna, pero pueden ser más si se cree necesario)con su correspondiente descripción.

– Foto con lupa, min × 30 (es lo que habitual-mente emplean los restauradores), con su co-rrespondiente descripción.

 – Nombre del autor/es y características de la o-tograía.

Opcionalmente, la cha también mostrará imáge-nes de microscopía electrónica u otras técnicas com-

plementarias, con su correspondiente interpretación.No deben altar los pies de oto u otros detalles habi-tuales en las páginas web.

La búsqueda: sistemas de clasifcación

Otro detalle importante es el de la búsqueda, dondeaparte de poderse hacer de orma directa mediante pa-

labra clave, se ha introducido un sistema que nos orez-ca la posibilidad de hacerlo visualmente. Está ideado apartir de la comparación de imágenes que se tendríanque buscar en unción de la naturaleza del material, delsustrato y de algunas características ísicas que puedanpresentar la alteración. Aspectos como el color, la tex-tura, la orma... representan una orma de guiarnos enla búsqueda de la imagen deseada y ayuda a establecerel diagnóstico. De este modo, se puede imaginar que

Fgura 3. A í : b - wb.

Atlas de patologías de materales

queremos identicar un recubrimiento blanquecinoque hay sobre nuestra pieza de plomo. Como primerpaso iríamos a metales, desde aquí a plomo, y paraseguir aproximando la búsqueda, se establece las po-

sibles alteraciones, de orma estraticada, según si setrata de un depósito, una alteración en la supercie,una alteración del sustrato o bien un indicador de a-bricación (por ejemplo, marcas de un molde) (g. 4).

se acompaña de una oto de microscopio con lareerencia de los aumentos y características de laoto, sin variar la descripción ya hecha. Debidoal tipo de alteración, no se cree necesario apor-

tar más inormación. Éste sería un ejemplo de uncaso sencillo de una patología bastante habitualque ayudaría a jar el concepto de diccionariode términos deseado.En otro ejemplo (g. 6), también de vidrio, sepuede ver una cha que hace reerencia a otra

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alteración, en este caso más compleja que ladescrita anteriormente, y que requiere de otrastécnicas para poder ilustrarla y describirla. Se

trata de un ejemplo de alteración llamado meso-

Fgura 4. Equ u j búqu u u í:

bqu b u .

Fgura 5. F j í : é .

Fgura 6. F j í : mesopitting.

Ejemplos ilustrativos

 – Muestras de vidrio. En la gura 5 se muestra unejemplo de una cha de una patología de vi-drio. Se trata de una patología que se ha llama-do «pérdida de grisalla», con una imagen que sepuede aumentar según se desee. A la derechade la imagen hay una descripción de lo que seobserva, y a la izquierda una identicación dela muestra a la que se hace reerencia, sus ca-

racterísticas morológicas y su procedencia. Lainormación que se aporta debe ser clara y útilpara el objetivo que se persigue: identicación y diagnóstico de la patología.En «causas» se puede obtener la explicación queha podido producir esta alteración y en «pato-logías asociadas» se encuentra un link que con-duce, opcionalmente, a las entradas que puedeser interesante conocer. En este caso, la muestra

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 pitting que, aparte de los campos descritos an-teriormente, se acompaña de mayor número deimágenes. En este caso, son imágenes de micros-

copía electrónica (SEM) que amplían y determi-nan la inormación (g. 7). En el campo «artícu-los» se podrían obtener artículos del autor sobrela cha, y que estarían adjuntos en ormato pd.

 – Muestras de metal. Para mostrar otro ejemplo, seha escogido una cha de metales, en este casode hierro, donde se pueden obtener dierentesaumentos, accediendo a través de la lupa (g. 8).

El ormato es igual que el explicado anterior-mente, aunque en este caso, se puede accedera través de «análisis» al espectro de la Diracciónde RX que complementa la descripción del tipode patología (g. 9).

Conclusón

Mediante esta propuesta del «Atlas de Patologías deMateriales» se pretende conseguir mostrar el amplio

espectro de posibilidades que se pueden obtener dela aplicación de las nuevas tecnologías y los avancestécnicos en el campo de la conservación-restauración.El objetivo es aportar una web sencilla y útil que pue-da ser construida y ampliada entre todos.

Este trabajo, como ya hemos dicho, no está con-cluido, ni en el planteamiento nal ni mucho menosen su contenido. El equipo de trabajo está abierto acualquier tipo de mejora que se pueda introducir. Si

pensáis que la ciencia y el mundo en general, avanzana base de pequeñas acciones que conviene compartir,creemos que la propuesta os gustará, y lo que es másimportante, que participareis en su mejora. Nuestropropósito es que sea un atlas en constante evolución.

 Aunque la web se encuentra todavía en construc-ción, se puede tener acceso a ella desde: www.cetec-patrimoni.com o desde www.materials-pathology.com

Fgura 9. A DRX u .Fgura 7. I SEM b .

Fgura 8. F j í b .

Atlas de patologías de materales

 Agradecimientos

Este proyecto cuenta, de momento, con el soportede la Universidad Autònoma de Barcelona (UAB), del

Instituto Químico de Sarrià (IQS - Universidad RamónLlull) y del Centre Tecnològic per la Conservació delPatrimoni (Cetec-patrimoni) que han puesto a nues-tro servicio el servidor que albergará la web. Sin suayuda este proyecto no hubiese podido emprenderse.

 Agradecer a los organizadores del congreso lat id d d t t t b j ó

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m Willi (1987) L ti d ti ité

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oportunidad de presentar este trabajo en un órumtan especializado como este.

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P u b N A

Antoln MagallanesFu × L B, Bu A

@ub..

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Realizados los estudios se desprende de los mis-mos que la estructura está en condiciones de pres-tar su unción. También de acuerdo a estos análisisel transbordador está construido en acero soldable y la oxidación que muestra es supercial, permitiendoque solo deban reemplazarse piezas de poco tamaño.La Fundación × La Boca tiene elaborado el plan demanejo que es un documento dinámico de planica-ción. Dene zonas de amortiguación y encara la pro-

blemática de la transitabilidad, evaluando la mayorafuencia turística.

Palabras clae

Transbordador, acero, Fundación × La Boca, Buenos Aires.

Fernando FornasFu × L B, Bu A

Rcardo Domngo MarcheseR M Ru

Resumen

Inaugurado el 31 de mayo de 1914 es el único expo-nente de su tipo en América. Fueron construidos 20de estos transbordadores, mal llamados puentes, soloocho sobreviven actualmente en el mundo. Fabricadoen una estructura de acero por Earl o Dudley Steelen Inglaterra y ensamblado en Buenos Aires median-

te roblones (remaches de gran tamaño), el Nicolás Avellaneda transbordaba peatones, carros y tranvíasen cuatro minutos.

Funcionó hasta 1960 y en 1994, estuvo a punto deser desmantelado. En 2010, a través de un conveniode cooperación se encomienda al Centro Argentinode Ingenieros, los estudios para determinar el estadoestructural, la actibilidad de restauración y las especi-caciones técnicas para el llamado a licitación.

Proyecto de restauracón del transbordador Ncolás Aellaneda

Abstract

The Nicolas Avellaneda Transporter Bridge was inau-

gurated on May 31st o 1914; it’s the only exponento its kind in America. There were 20 built, but only 8 remain currently around the world. It was built in asteel structure by Earl o Dudley Steel in England andassembled in Buenos Aires whit rivets.

The Nicolas Avellaneda transported pedestrians,tramways and carts in 4 minutes It was operational

de gran tamaño). Su altura es de 52 m, el ancho de lascolumnas es de 27 m, apoyadas en ocho cilindros dehormigón de 4 m de diámetro y 24 m de proundidad.La separación de dichas columnas es de 77,5 m, tra-

mo libre que deja para la navegación. La plataormatransbordadora de 8 m por 12 m soporta 50 toneladasde peso y cuelga de un armazón rígido suspendidode un carro superior (sistema Scherzer), traccionadopor un sistema de cables y poleas. Podía operarsedesde la casilla de la sala de máquinas o desde unpuesto de control en la plataorma transbordadora

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tramways and carts in 4 minutes. It was operationaluntil 1960 and in 1994 it was about to be dismantled.In 2010 the Argentinean Engineering Center carriedout studies or the determination o the structural sta-te, the restoration easibility and the technical speci-cations or auction reparation.

The conclusions are very optimistic: the structureis steady, the steel can be welded and the rust is only supercial. Thereore, only minor pieces need to bereplaced. The Fundacion × La Boca has elaborateda planning and management document, evaluatingthe infuence o the Transporter Bridge in the closerneighborhoods and a major touristic afuence to thearea.

Keywords

Transporter bridge, steel, Fundación × La Boca, Bue-nos Aires.

Hstoral

Entre los siglos xix y  xx se construyeron en el mun-do veinte transbordadores (incorrectamente llamados«puentes»), de los cuales solo quedan ocho en pie.Uno de ellos es el Nicolás Avellaneda, sobre el Ria-

chuelo, en el puerto de Buenos Aires, en el barrio deLa Boca, Argentina (g. 1). Es el único en América y se inauguro el 31 de mayo de 1914. De los siete res-tantes, tres están en el Reino Unido, uno en España,dos en Alemania y uno en Francia.

El transbordador posee una estructura de aceroabricada en Inglaterra por Earl o Dudley Steel y ar-mado en Buenos Aires como si uera un mecano, conla técnica de uniones mediante roblones (remaches

puesto de control en la plataorma transbordadora.Transbordaba peatones, carros, vehículos y tran-

 vías en cuatro minutos. Funcionó hasta 1960. En 1994,tras haberse ordenado su desarme para vender comochatarra, los vecinos junto con los legisladores impi-dieron su desaparición (g. 2).

El transbordador une ambas márgenes del Ria-chuelo, dos partes de una misma estructura urbanacontinua, cortada por el río. Da conectividad a escalabarrial, pintoresca, doméstica y cotidiana. Un trans-bordador que ue pensado para unir dos riberas, conafuencia de trabajadores y amilias que habitabanambas márgenes con astilleros, saladeros, jabonerías,aserraderos, rigorícos, etc.

Es un hito urbano representativo del área sur deBuenos Aires. Es un destacado testimonio de la ciudadde principios de siglo  xx . Donde se pasee, su siluetaindustrial enseguida provocará el reconocimiento dellugar señalado. Todos dirán: Argentina, Buenos Aires,La Boca. El transbordador nos está mirando y nos in-terpela desde su historia, esa historia que vio forecer y morir a «nuestra revolución industrial» (g. 3).

La Fundación × La Boca trabaja para lograr larestauración, puesta en valor y uncionamiento deltransbordador como parte de la recuperación del pa-trimonio histórico, y obtener la declaración de Patri-monio de la Humanidad por la UNESCO. En 1995 eltransbordador ue declarado Sitio de Interés Cultural, y además protegido por la declaración de Monumen-to Histórico Nacional.

En 2008 la undación inaugura el Centro de Inter-

pretación en un edicio a 20 m del transbordador. Allí se llevan a cabo actividades culturales.

En 2009, a través de un concurso nacional deideas, se presentaron proyectos arquitectónicos y ur-banísticos para las áreas aledañas (g. 4).

En 2010, a través de un Convenio de Cooperación,se encomienda al Centro Argentino de Ingenieros, losestudios de ingeniería correspondientes para deter-minar el estado, la actibilidad de restauración y las

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especicaciones técnicas para el llamado a licitación.

Una característica casi única de este Transbordadores la ácil accesibilidad de discapacitados, dado queel acceso a la barquilla se encuentra al mismo nivelque la calzada.

Factbldad de restauracón

De los estudios se desprende que la estructura estáen condiciones de prestar su unción. Esto surge, en-tre otros estudios, de un ensayo simulando en el túnelde viento tolerando 200 km/hora.

El transbordador, de acuerdo a los análisis, estáconstruido de acero soldable y la oxidación que pre-senta es supercial. Sólo deberán reemplazarse pie-zas menores y las maderas de las pasarelas. No sedetectan roblones descalzados.

La mayor intervención se realizará en la planta

motriz, el sistema de traslación y los sistemas decomando.

Su puesta en valor traerá más benecios de losque podrían obtenerse con su destrucción. La pues-ta en servicio de este paso simplicaría la vincula-ción de ambas márgenes, que en la actualidad esatendida por pequeñas embarcaciones que cruzanpasajeros de un lado a otro cuyos embarcaderosse encuentran a los pies del transbordador. Esta

situación signicaría un benecio social, ya que eltraslado seria más eciente, menos riesgoso y máscómodo.

El transbordador ue puesto en uncionamiento enel año 1914, prestando servicio hasta la década de lossesenta, en que ue desactivado. El mantenimientodel mismo durante su vida útil lo realizó el personaldel Ministerio de Obras Públicas, más especícamen-te de la Dirección Nacional de Vías Navegables.

Fgura 1. P b. Fí: A G N, 1932.

Proyecto de restauracón del transbordador Ncolás Aellaneda

El contexto urbano del puente, y La Boca en parti-cular, constituye un área altamente explotada por losoperadores de turismo, y esto potencia la actibilidadde proyectar la puesta en valor del mismo. Claro está

que esta acción no constituye una tarea sencilla debi-do al estado en el que se encuentra.Los largos años de abandono no resultaron gratui-

tos para la sólida estructura érrea, sobre todo porquenecesita de una constante atención y de la interven-ción periódica en su pintura protectora que evite loseectos nocivos de la humedad.

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Fgura 3. Cu b. Fí: A G N, 1913.

Luego de haber sido desactivado, se suspendierontales tareas. En consecuencia su estado de abandono

ue creciendo, y en orma paralela también avanzóel estancamiento del área urbana en la que se hayaemplazado (g. 5).

En la actualidad, Argentina se ha convertido en unobjetivo turístico internacional, y esta circunstanciaavorece la explotación de los diversos atractivos denuestro territorio, entendiendo que los mismos pue-den generar recursos a partir de insertar el bien en loscircuitos de esta actividad.

En este sentido, y previo a cualquier intención depropuesta de puesta en valor, resulta imprescindiblela realización de un relevamiento exhaustivo del bien,como lo ha realizado el Centro Argentino de Ingenie-ros. El mismo incluye las pruebas de laboratorio y decampo necesarias que permiten minimizar el margende error y garantizar la documentación técnica paradeterminar el volumen de la intervención.

Como síntesis se puede decir que el puente «Ni-colás Avellaneda», a pesar de los más de cincuentaaños en desuso, se encuentra en condiciones para serintervenido y reactivado.

Fgura 2. Tb u. Fí: Fu × L B,2010.

Fgura 4. V . Fí: A G N, 1930.

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probado, a nivel mundial, que las construcciones in-glesas de esa época presentaban un sobredimensio-namiento notable.

Han sido analizadas las características del material

original y del de reposición. Se procederá a identi-car los elementos nuevos, con la condición de «nooriginal», así como el año de la intervención en el queserán introducidos al sistema, de acuerdo a las reglasdel arte de la restauración. La supercie corroída de-berá ser limpiada a n de dejar expuesto el materialen buenas condiciones para su posterior tratamiento

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La pintura negra protectora original ha desapare-cido casi en su totalidad, dejando, en consecuencia,el hierro expuesto a la humedad que es el principal verdugo de estas estructuras.

Si bien la corrosión se encuentra presente en casitodos los sistemas componentes del bien, es un oxidoestable y no ha generado un daño tal que se eviden-cien riesgos de inestabilidad.

La razón undamental por la que no está en ries-go la integridad del puente podría encontrarse en laconsiderable sección de los perles de hierro estruc-turales que, a pesar del óxido, siguen cumpliendo launción para los que ueron calculados. Se ha com-

protector.En el caso de las estructuras secundarias, como

son las pasarelas, el grado de deterioro es mayor y por lo tanto requieren especial atención, puesto queademás poseen calzadas de madera que se encuen-tran en muy malas condiciones y que serán totalmen-te cambiadas.

El sistema de movilidad de la plataorma se en-cuentra desactivado y presenta una nimia cantidad dealtantes. Es notable el perecto estado de conserva-ción de los engranajes que componen el sistema detracción (g. 6).

Se dotará de dos motores nuevos (50 HP), así como de toda la instalación eléctrica de potencia y comando.

«Todo complemento reconocido como indispensa-ble, se destacara de la composición arquitectónica y llevara el sello de nuestro tiempo». Carta de Ve-necia, Art. 9.«Cuando las técnicas tradicionales se revelan in-

adecuadas, la consolidación de un monumentopuede asegurarse apelando a otras técnicas másmodernas de construcción cuya ecacia haya sidodemostrada». Carta de Venecia, Art. 10.

En la actualidad dos grandes canalizaciones degas, que salvan el Riachuelo entre ambas márgenes,utilizan como soporte al pórtico del puente. Esta maladecisión de uso ya ha sido resuelta mediante la im-

plementación de un tendido bajo el lecho del río.Estas intervenciones pueden ser sencillas de rever-tir en lo ísico, simplemente retirando todos aquelloselementos que no sean legítimos de la obra de 1914.

También es posible que ciertas modicaciones in-troducidas a lo largo de la vida útil de los bieneshayan adquirido valor y puedan pasar a ormar partedel patrimonio a conservar; en este caso se deberáanalizar con cuidado cada elemento que se retira, en-

Fgura 6. Equ M. Fí: I. F F, 2010.

Fgura 5. M . Fí: Fu × L B, 2010.

Proyecto de restauracón del transbordador Ncolás Aellaneda

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tendiendo que hasta el momento en el que se inicia laintervención, todo lo que esté presente en el monu-mento orma parte de su historia y puede tener valordocumental.

Cabe hacer especial mención del sistema de trans-bordo utilizado en la actualidad para el cruzar el Ria-chuelo, pues los botes a remo actualmente orman

parte del conjunto monumental, los embarcaderosjunto con las casillas de peaje se vinculan directa-mente con las bases de las pilas de apoyo del puente.Los botes cruzando una y otra vez de lado a lado delcauce, denitivamente orman parte de la evoluciónhistórica no solo del puente en si mismo, sino de laacción de «cruce»  (fg. 7).

Los medios de cruce poseen ormas que respondena características hidrológicas, topográcas o urbanísti-

cas. Tal es el caso del célebre paso de Burgos en elremate de la actual avenida Sáenz, que une el barriode Pompeya con la localidad de Valentín Alsina. Esteue uno de los primeros habilitados y ue por aquí pordonde ingresaron a la ciudad de Buenos Aires las tro-pas inglesas en ambas invasiones de 1806 y 1807. Porlo tanto el sitio adquiere valor más allá de la sucesión

de estructuras destinadas a salvar el curso de agua.Por último es necesario nombrar la situación del

Riachuelo, pues se convierte en un agente de agresióndebido a su elevado nivel de contaminación (g. 8).

Por otra parte la evaporación de estos fuidos al-tamente polucionados entra en contacto con la es-tructura de hierro. Así es que se están eectuando losanálisis de laboratorio a n de determinar el mediomás pertinente de protección que se deberá aplicar.

Fgura 7. A. Fu: Fu L B, 2010.

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Plan de Manejo 

El trasbordador Nicolás Avellaneda cuenta con un

«Plan de Manejo», denido como herramienta inicial.Un «Plan de Manejo» es un documento dinámico quepermite ser empleado como instrumento universal deplanicación. En el ámbito de los bienes patrimonia-les de una sociedad, se encarga de los lineamien-tos indispensables para la protección, conservación,puesta en valor y administración de dichos bienes, loscuales almacenan, por lo general, un gran contenidohistórico, social y cultural.

Por otra parte han existido varias instancias detrabajo participativo y/o especializado en que se haplanteado la necesidad de enrentar ciertos aspectosrelacionados con las distintas dimensiones del tras-bordador Nicolás Avellaneda. Todos ellos han sido in-corporados al presente documento y tienen relacióncon las siguientes áreas:

Defnición de una zona de amortiguación

La protección del patrimonio no se limita al bien ensi mismo, sino que incluye su entorno inmediato. Talcomo queda expresado en el art. 5 de las Normas deQuito:

«El área de emplazamiento de una construcciónde principal interés resulta comprometida por ra-zón de vecindad inmediata al monumento, lo que

equivale a decir que, de cierta manera, pasará aormar parte del mismo una vez que haya sidopuesto en valor. Las normas proteccionistas y losplanes de revalorización tienen que extenderse,pues, a todo el ámbito propio del monumento».

Por lo tanto, cuando se piensa en la conservaciónde un bien patrimonial debe necesariamente incluirse

su entorno inmediato.

«La conservación de un monumento en su conjun-to implica la de un entorno a su escala. Cuandoel entorno tradicional subsiste, éste será conserva-do, y toda construcción nueva, toda destrucción y todo arreglo que pudieran alterar las relacionesde volumen y color deben prohibirse». (Carta de Venecia, Art. 6, 1964).

Fgura 9. Á u. Fí: Fu × L B, 2010.

Fgura 10. Á u. Fí: Fu × L B,2010.

Fgura 8. D . Fí: Fu × L B, 2010.

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El sector urbano que rodea al puente transborda-dor se dene por una interesante impronta histórica.Se encuentran allí signicativos hitos tales como Cami-nito, la vuelta de Rocha, el Museo Quinquela Martín,entre una serie de casas tradicionales y típicas del Ba-rrio la Boca. Estos bienes se vuelven inseparables delbien y por lo tanto, sería recomendable que se prestarasimilar cuidado en la ormulación de lineamientos deintervención, tanto para la estructura del bien, como

así también en la consolidación del medio ambientecon el cual el puente tiene una relación simbiótica.El tratamiento de una de las partes en cuestión,

traerá consigo una serie de cambios que, correc-tamente direccionados, resultarán positivos paraambas. Así lo explicitan las Normas de Quito, (1967):

«La necesidad de conciliar las exigencias del pro-greso urbano con la salvaguardia de los valores

ambientales es ya hoy día una norma inviolableen la ormulación de los planes reguladores tantoa nivel local como nacional. En ese sentido todoplan de ordenación deberá realizarse en orma quepermita integrar al conjunto urbanístico los centroso complejos históricos de interés ambiental».

«La deensa y valoración del patrimonio monu-mental y artístico no contraviene, teórica ni prác-

ticamente, una política de regulación urbanísticacientícamente desarrollada. Lejos de ello, debeconstituir el complemento de la misma».

«La idea de espacio es inseparable del concepto demonumento, por lo que la tutela del Estado puede y debe extenderse al contexto urbano, al ámbitonatural que lo enmarca y a los bienes culturalesque encierra. Pero puede existir una zona, recinto

Fgura 11. V é b u. Fí: Fu × L B, 2010.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

o sitio de carácter monumental, sin que ninguno delos elementos que lo constituyen aisladamente con-siderados merezca esa designación.» (gs. 9 y 10).

«A los eectos de la legislación proteccionista elespacio urbano que ocupan los núcleos o con-juntos monumentales y de interés ambiental debedelimitarse como sigue:a) zona de protección rigurosa, que corresponderáa la de mayor densidad monumental o de ambiente;b) zona de protección o respeto, con un mayorgrado de tolerancia;

Se mencionarán algunos aspectos a tener en cuen-ta cuando se piensa en la inserción del bien dentrode una política urbana – turística. Estos podrían ser:

1. Convivencia de actividades turísticas con activi-dades locales tradicionales:El desarrollo de las actividades turísticas delsector no debiera dejar de lado el hecho deque el turismo no es únicamente un sucesoeconómico potenciador, sino que además esuna práctica social que se inserta en un espa-cio previo, existente, con sus tradiciones, iden-

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g ;c) zona de protección del paisaje urbano, a n deprocurar una integración de la misma con la natu-raleza circundante.»

Tomando como base el postulado trascripto sobreestas líneas, podrían establecerse los límites de cadauna de estas áreas, a n de obtener un adecuadocontrol sobre el crecimiento y/o modicación del en-torno en el cual se inserta el bien.

Esta propuesta debería ser consensuada con las au-toridades locales, para lo que se tendrían en cuenta las

legislaciones vigentes a n de no generar contradic-ciones. Se pretende asegurar la integridad del bien y su entorno para lo que se requiere la participación delGobierno Nacional, el Gobierno de la Ciudad Autóno-ma de Buenos Aires y del municipio de Avellaneda, así como con el organismo internacional ICOMOS.

Cabe aclarar que para una utura postulación e in-clusión del puente transbordador en la lista de Patri-monio Mundial de UNESCO es imprescindible contar

con este conjunto de medidas preventivas, más aún,en este caso en particular en el cual intervienen di-erentes jurisdicciones. Será entonces necesario plan-tear una alternativa de intervención máxima respectoal área propuesta en cada uno de los niveles de pro-tección, para luego ajustarla a las posibilidades quepresenta la realidad urbana y la legislación vigente.

Sustentabilidad 

Los pasajeros y vehículos pagarían un boleto gene-rando un ondo que solventaría el costo operativotornándolo en sustentable (que puede mantenersepor si mismo).

La Fundación Proa lleva adelante «Luces en elPuente» un espectáculo lumínico de uegos articia-les para homenajearlo como ícono del barrio (g. 11).

p , , ,tidades, y costumbres cotidianas que recuente-mente pueden verse alteradas.La actividad turística constituye un modo deconsumo, que en el transcurso de un determi-nado tiempo, en orma conjunta con la revalo-rización del área, trae aparejado la revaloriza-ción del suelo y del mercado inmobiliario.Por ende, en zonas precarias y marginadas, sonaspectos que deben tenerse en cuenta.Es decir, el exceso de turismo, y el aumentoconsiderado del valor de la tierra en algunos

casos, conlleva la emigración de sus tradiciona-les habitantes.Cabe preguntarse que papel jugara la pobla-ción local en este proceso de renovación ur-bana.En muchos casos estos procesos de cambiosespontáneos generados a partir de la incorpo-ración de políticas de consumo turístico traenaparejado el crecimiento de actividades tercia-

ras, de servicios, la recalicación de áreas de-gradadas y el consecuente desplazamiento delos sectores de menores ingresos y/o los anti-guos residentes del lugar.Como exponen con undamentada razón lasnormas de Quito:

«La puesta en valor de un monumento ejerceuna beneciosa acción refeja sobre el períme-

tro urbano en que este se halla emplazado y aun desborda esa área inmediata extendiendosus eectos a zonas más distantes. Ese incre-mento del valor real de un bien por acción re-feja constituye una orma de plusvalía que hade tomarse en cuenta.Es evidente que en la medida que un monu-mento atrae la atención del visitante aumen-tará la demanda de comerciantes interesados

Proyecto de restauracón del transbordador Ncolás Aellaneda

en instalar establecimientos apropiados a susombra protectora. Esa es otra consecuenciaprevisible de la puesta en valor e implica laprevia adopción de medidas reguladoras queal propio tiempo que aciliten y estimulen lainiciativa privada, impidan la desnaturalizacióndel lugar y la pérdida de las primordiales nali-dades que se persiguen» (art. V-6,7).

2. Autenticidad del Bien en tanto se constituyeproducto de consumo:Otro de los actores a tener en cuenta es que

circunstancias objetivas que concurran en él y aciliten su adecuada utilización. Puede quelas obras de restauración no sean siempre su-cientes por sí solas para que un monumentopueda ser explotado entrando a ormar partedel equipo turístico de una región. Puede ha-cerse igualmente necesaria la realización deobras de inraestructura, tales como un caminoque acilite el acceso al monumento o un al-bergue que aloje a los visitantes al término deuna jornada de viaje. Todo ello manteniendo elcarácter ambiental de la región».

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qlas actividades de consumo propiciadas por elturismo no conduzcan a reinventar el sitio alpunto tal que pierda su autenticidad.

3. Políticas sectoriales enmarcadas en una políticaglobal:En este sentido sería adecuado que toda políti-ca de renovación de un área sea planicada enrelación a la totalidad de la ciudad. Esto permiteevaluar el impacto de la renovación del área, encuanto a sus accesos, inraestructura, movilidad,

capacidades, etc. así como también evaluar queaspectos del entorno pueden avorecer o poten-ciar el desarrollo del área en particular.Por ejemplo, un recorrido turístico que involu-cre los distintos barrios del sur como San Telmo y barracas, o un circuito costero que involucrepuerto madero, etc.

«Desde el punto de vista exclusivamente turísti-

co, los monumentos son parte del equipamien-to de que se dispone para operar esa industriaen una región dada, pero la medida en quedicho monumento puede servir al uso a quese destina dependerá no sólo de su valor in-trínseco, es decir de su signicación o interésarqueológico, histórico o artístico, sino de las

g

La incorporación del turismo como herramien-ta que avorece la puesta en valor de bienespatrimoniales, la renovación y mejora de áreasdegradadas, debe ser cuidadosamente estudia-da y analizada de modo que permita encontrarequilibrios deseables, ya que así como consti-tuye un elemento avorable, en otros aspectospuede constituir una amenaza.

 Agradecimientos

Centro Argentino de Ingenieros, República Argentina.

Bblograía

ICOMOS (1964): «Carta de Venecia. Carta Internacio-nal sobre la Conservación y la Restauración de Monu-mentos y Sitios».  II Congreso Internacional de Arqui-tectos y Técnicos de Monumentos Históricos . Venecia.— (1967): «Normas de Quito». Inorme nal de la reu-nión sobre Conservación y Utilización de Monumentos y Lugares de Interés Histórico y Artístico.

A copilli   V Guu

T, O, MéKata Perdgón CastañedaC N C P Cuu, INAH, Mé

[email protected].

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Víctor Santos VásquezC N C P Cuu, INAH, Mé

José Lus Rualcaba SlIu Fí, U N Au Mé

Resumen

En el 2007 se recibe en la Coordinación Nacional de

Conservación del Patrimonio Cultural una esculturade la Virgen de Guadalupe del siglo  xViii cuyo estoa-do y aplicaciones de hoja oro ueron ocultados conrepintes para evitar su robo y quema por los revolu-cionarios en el siglo pasado. Como accesorio llevabauna corona singular de plata, la cual mostraba el di-seño de un copilli o penacho de plumas (de reminis-cencia prehispánica); el cual es una exquisita labor deplatería poco usual en este tipo de esculturas.

El presente trabajo muestra el estudio estilístico dela corona, el análisis no destructivo en la identica-ción de materiales constitutivos por fuorescencia de

rayos X y de la corrosión presente, así como los resul-tados del uso de de geles como método de limpiezaalternativa para la conservación de objetos metálicos.

Palabras clae

Copilli , corona, plata.

Análss y conseracón del copilli de la rgen de Guadalupe procedente de Tayata, Oaaca, Méco

Abstract

In 2008 gets in the National Coordination o Conser- vation o the Patrimonial Culture a sculpture o theGuadalupe Virgin o the 18th century whose stew andapplications o gold lea were hidden with repaintsto prevent their thet and burning by the revolutio-naries in the last century. As accessory, the sculpturehas a unique silver crown, which showed the designo a copilli  or tut o eathers (reminiscent o pre-Hispanic period); which presents an exquisite worko silverware an unusual or this kind o sculptures.

Thi k h h li i d h C

pañoles, criollos, mestizos e indígenas, así como porlas diversas castas que habitaban este territorio. Dichaimagen se diseminó en toda la Nueva España, se en-contraba desde las más astuosas catedrales hasta lasmás sencillas ermitas de los pueblos; ya sea como «co-pia el» en pintura de caballete, escultura, documen-tos grácos, como parte de un indumento, entre otros.

Cabe señalar que a toda esta imaginería que surgióde la Guadalupana se le realizaron también acceso-rios, entre los que destacaban la joyería, siendo elmás importante la corona. Emblema de de la supera-ción, símbolo por excelencia de la gloria, de la reale-

d l d d l i i l di i ió

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This work shows the stylistic study o the Crown,the non-destructive analysis by X-ray fuorescence or

the identication o constituent materials and its co-rrosion, as well as the results o the use o gels as amethod o alternative cleaning or the conservation o metallic objects.

Keywords

Copilli , crown, silver.

Introduccón

La Virgen de Guadalupe es una advocación marianade la religión católica, cuya imagen se venera en la

Basílica de Guadalupe, en el norte de la Ciudad de Mé-xico. De acuerdo con el mito se apareció cuatro vecesa Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac,siendo en la cuarta aparición que la Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispode México, Juan de Zumárraga. Juan Diego llevó en suayate unas rosas (fores que no son nativas de México)que cortó en el Tepeyac, según la orden de la Virgen. Juan Diego desplegó su ayate ante el obispo Juan de

Zumárraga, dejando al descubierto la imagen de SantaMaría, morena y con rasgos indígenas.Tras esta aparición y su aceptación como icono

religioso, el culto1 guadalupano se disperso entre es-

1 E u V Guu í u T (qu «u »), u; u b qu b T-.

za, del poder, de la victoria y la distinción.

Datos generales de la obra

 – Titulo: Corona (copilli ) de escultura de la Virgende Guadalupe. – Procedencia: Santa Catarina Tayata, ubicado enel municipio de Tlaxiaco, en la Sierra Mixteca deOaxaca. México. – Época: siglo  xViii.

 – Autor: anónimo. – Dimensiones: alto: 7,5 cm; diámetro: 10,5 cm;grosor: 65 mm. – Materiales constitutivos: latón, plata y cobre conimpurezas de oro y plomo.

Descripción ormal

La pieza a la que se hace reerencia, resulta atípica enla heráldica europea y a la realeza en sus dierentesestatus, pues no es el representativo cerco con diseñoradial, globular o de diadema. La orma correspondea un copilli o penacho, se trata de una especie de co-rona de plumas de ave. De ormato de base circularque se asienta en la cabeza de la escultura, por letelleva una cintilla toorme (posiblemente laureles de1 cm de ancho) sobre la que se colocaron una sobre-

posición de 2 hileras de plumas2

, plumas largas (de 1cm de ancho × 5,5 de alto) y plumas de menor tama-ño (1 cm de ancho × 2 cm de alto) (g. 1).

Dichas plumas están alternadas, entre diseñosdonde se observan elementos lizos con terminación

2 D u, uu qu; ub u bb uqu ub u .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

en el siglo  xViii, y que ue consumada en el siglo  xix  (g. 2).

Pero el hecho que en este caso en particular setrate de un copilli y no una corona occidental, con-lleva a algo más; al recuerdo de un accesorio impor-tante en los nativos americanos, empleado por losaltos dignatarios varones (Solis, 2000); objeto que erarecuente observarlo en las representaciones de lasdeidades. Como diseño, se acerca más al penachoque porta Tláloc, dios de la lluvia (según el CódiceIxtlilxochitl); tiene parecido con los penachos estili-zados que llevan los Atlantes de Tula (monolitos pé-treos pertenecientes a la cultura tolteca)

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en punta, y componentes con texturas. Las «plumas»más pequeñas que presentan labor muestran mues-cas laterales acompañadas de múltiples oquedadespequeñas;

en tanto que las «plumas» de mayor tamaño tienendelineadas las barbas, y en la zona media resalta elraquis. De acuerdo al tamaño y disposición es posiblese quisiera imitar a dos clases de plumas, las remeraso rémiges: que son la que están ubicadas en el ala(que son las más largas) y las timoneras o rectrices:que son las que orman la cola, que se insertan en lasúltimas vértebras caudales3.

Lectura de la obra

Como se ha mencionado anteriormente, esta coronapertenece a una escultura de madera estoada y po-licromada que representa a la Virgen de Guadalupe.Si bien es un emblema de realeza por sí misma, suconnotación trasciende en tanto que al estar aso-ciada a la Virgen, «se remonta a la veneración de

María como reina del universo. Una antigua tradi-ción la propone coronada por la Santísima Trinidaddespués de su traslado al cielo en cuerpo y alma»(Zerón, 1995: 75) pero en Guadalupe, también sehace reerencia a su coronación solemne propuesta

3 Auqu b qu u qu -

.

treos pertenecientes a la cultura tolteca).Sin embargo, es posible que la orma se acerque

a la mirada de los naturales vista desde los europeos.

Fgura 2. A copilli b b V Gu-u, .

Fgura 1. V .

Análss y conseracón del copilli de la rgen de Guadalupe procedente de Tayata, Oaaca, Méco

 A este tipo de obras se suman los emblemas de laNueva España que muestran a una india coronada deplumas (Cuadriello, 1994).

Especícamente este copilli objeto de nuestro estu-dio, colocado en la Virgen de Guadalupe es un ree-rente simbólico, que junto con la tez morena y las ro-sas (vinculadas al prodigio de aparición), se relacionancon el color de la piel de los nativos y las tradicionesmesoamericanas representativas de lo sagrado.

De esta manera:

«La marioanía mexicana se nos presenta comouna epianía patriótica en la que confuyen una

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123

«El sorprendente descubrimiento de América cau-só variadas conjeturas acerca del aspecto y na-turaleza de sus habitantes, cuya apariencia ísicaresultó dierente de la europea y de la aricana. Elísico de los indios se tomo en cuenta, tanto para

dar a conocer en España su singularidad, comopara denir su naturaleza moral». (Vargaslugo et al., 2005: 18).

Este penacho de manera casi tubular, se observóen la obra plástica de la época del virreinato, era evi-dente en las pinturas que representaban las danzasque los autóctonos eectuaban en los recintos religio-sos (danzas que actualmente se realizan tanto para

honrar a Guadalupe como a otros santos, vírgenes y cristos4).En las piezas denominadas Biombos de la con-

quista, hay personajes con estas «coronas», particular-mente en uno se observa un Moctezuma aprendidopor los españoles

«coronado con un penacho o copilli de plumascortas: muy a la manera de Bry quien en ocasio-

nes, hace uso de este tocado más discreto en susrepresentaciones de la serie América tomando encuenta que los tocados de plumas son el atributode la personicación de este continente». (Vargas-lugo et al., 2005: 126).

4 T M qu u - . Pj quu V Guu.

una epianía patriótica, en la que confuyen unade las corrientes quizá más permanentes del cris-

tianismo, el culto de María Inmaculada, y una delas creencias undamentales de la antigua reli-gión mexicana, el principio dual» (Laaye, 1977:405).

En suma lo que posiblemente tenemos es un cla-ro ejemplo de guadalupanismo en el arte barroco,con esta pieza singular en su género, cuyo diseño sedebe posiblemente a una rearmación con la iden-

tidad de un pasado indígena, que le añade mayorsignicado a la escultura de la Virgen de Guadalu-pe; la cual de por sí es un símbolo religioso, conconnotación político-ideológica, que se dene comoemblema de la nación.

 Técnica de manuactura

El copilli  está hecho en una pieza, se trata de unaplaca metálica rectangular, recortada en un extremo amanera de línea quebrada, los diseños imitando plu-mas están elaborados por medio de repujado.

Operación de labrar en la plancha de metal porsu cara posterior mediante herramientas apropiadas,produciendo dibujos en relieve sobre la cara superior.También se empleó la técnica de cincelado, en el queel metal es presionado por la acción del cincel que

hundiéndose va ormando cavidades.Para cerrar la corona, unirla y acilitarle una basecircular, los extremos de la placa se soldaron. Comoelemento de sujeción a la escultura, en la zona inter-na se le colocó una tira a manera de diadema (quesujeta al cuerpo de la corona por medio de rema-ches) con una peroración al centro; lo que permitela entrada de un tornillo ubicado en la cabeza de laescultura (g. 3).

Fgura 3. V uj uu .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Estado de conservación

En general la pieza mostraba buen estado de conser- vación, mantenía la orma original, sin problemas pordeormación o una corrosión severa.

Solo maniestaba un obscurecimiento que impedía ver el tono original del metal, presentaba una especiede coloración tornasolada brillosa que podía tomarsecomo un barniz coloreado a manera de corladura quesuele colocarse sobre las esculturas de madera conaplicación de hojas de plata y oro. A lo que se sumauna consistencia pegajosa al tacto.

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 Análisis de los materiales

 Examen microscópico

Examen preliminar con microscopio estereoscopico,marca NIKON modelo: SMZ800 con un aumento de4×, con el cual se observo de manera puntual en lasupercie los lugares donde se presentaba la partetornasolada (gs. 4 y 5).

 Análisis por fuorescencia de rayos X 

El estudio de la composición elemental de la corona

se realizó con el equipo de fuorescencia de rayos X SANDRA (Ruvalcaba et al., 2010). Esta técnica esparticularmente útil para el análisis no destructivode piezas metálicas (Van Grieken y Janssens 2005;Karydas et al., 2004). El equipo SANDRA consta deun tubo de Molibdeno y un detector Si-PIN. El hazde rayos X mide 1,5 mm de diámetro. La pieza se es-tudio in situ en diversas regiones. Para el análisis seirradiaron bajo las mismas condiciones una reerencia

certicada de latón (NIST SRM 1107) y reerencias de Au-Ag-Cu (75%-12%-13%) de Degussa y una pieza de Ag-Cu (ley 0,925).

En un primer análisis de la pieza se observaronseñales intensas de Ag y Cu con bajas intensidadesde Au y Pb, por lo cual la inormación se interpre-tó en primera instancia como una pieza homogéneade una aleación de plata y cobre. Tras una primeralimpieza de la corona, como parte del proceso de

restauración, un segundo análisis permitió observarcon mayor claridad rayos X de otros elementos comoPb y Ni, pero sobre todo de Zn. El gráco 1 muestralos espectros típicos de regiones de la corona y lasoldadura, donde se identican los picos de rayos X de estos elementos y se observan las superposicionesde las señales de Zn con Cu y Au.

Las señales de Au son de una intensidad muy baja,similar a las de Pb y de Ni, por lo que se pueden con-

Fgura 4. A .

Fgura 5. A .

Análss y conseracón del copilli de la rgen de Guadalupe procedente de Tayata, Oaaca, Méco

inere que los rayos X de Molibdeno del tubo delequipo producen la excitación de los elementos quecomponen el latón y las señales de Zn son atenua-das de manera importante por el recubrimiento deplata, por lo que se puede estimar que el espesorno es muy no y puede ser superior a una decenade micrómetros (Ruvalcaba Sil, 2009). La composiciónmedia de la supercie de plateado y soporte de latónpara las diversas regiones analizadas se muestra en latabla 1. Se observa que la composición de Au, Pb y Ni es, en eecto menor al 2 % por lo que no se tratade elementos intencionalmente empleados en la alea-ción de Ag-Cu y que su composición en Ag oscila en-

 

5 10 15 20 25 30

 

    I   n    t   e   n   s    i    d   a    d    (

   c   u   e   n    t   a   s    )

región plateada

 

Energía de rayos X

soldadura

    A   g  -    L

    A   g  -    K

    M   o  -    K

    (    X  -   r   a   y    t   u    b   e    )

    C   u  -    K

    Z   n  -    K

    A   u  -    L

    P    b  -    L

    N    i  -    K

5 10 15 20 25 30

 

    I   n    t   e   n   s    i    d   a    d    (

   c   u   e   n    t   a   s    )

región plateada

 

Energía de rayos X

soldadura

    A   g  -    L

    A   g  -    K

    M   o  -    K

    (    X  -   r   a   y    t   u    b   e    )

    C   u  -    K

    Z   n  -    K

    A   u  -    L

    P    b  -    L

    N    i  -    K

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siderar como impurezas de la aleación de plata y co-bre. En cambio, la presencia de Cu y Zn solo se puedeinterpretar como el uso de un latón, por lo que consi-deramos que la pieza es un latón plateado. Las señalesde Zn son particularmente diíciles de medir debidoa la superposición con las de Cu y Au. No obstante,

con base en los materiales de reerencia, es actibledeterminar con precisión las razones de intensidad deCu-Ka/Cu-Kb y Au-La/Au-Lb a partir de las cuales esposible medir las intensidades Zn-Ka y Zn-Kb.

 A dierencia de las técnicas de iones, con fuores-cencia de rayos X no es posible medir los espesoresde la capa de plateado, ni el perl de concentracio-nes. Pero dado que la intensidad de los rayos X Zn esbaja y la proundidad analizada es de una treintena

de micrómetros en este tipo de matrices metálicas se

g y q p gtre 80 y 90 %, pero no es posible medirla con mayor

precisión debido a la superoposición de las señalesde Cu del latón y del plateado. La cantidad de Zn esbaja pero esto es normal dada la absorción de los ra- yos X de Zn y el espesor relativamente considerabledel plateado. Está claro que de no existir el plateadola intensidad de rayos X de Zn y su concentración se-rian signicativamente mayores. No es posible medirla proporción de Cu y Zn del latón de base debido ala atenuación de los rayos X de estos elementos.

En el caso de la región de soldadura de la pieza,se observa que las concentraciones de Zn aumentannotablemente (y la concentración de Ag disminuye)por lo que se trata de una soldadura de latón con unaproporción Cu:Zn de 2:1 aproximadamente.

En las zonas tornasol no se observan indicios deun barniz, lo cual sería evidente por un aumento enla absorción de los rayos X detectados.

Las composiciones de los materiales que compo-

nen la corona no son especícas de una temporali-

Gráfco 1. E í XRF u u.

Tabla 1

Concentracones elementales medas de la corona obtendas por XRF

Región analizadaNi%

Cu%

Zn%

 Ag %

 Au%

Pb%

Región plateada 0,11 16,0 1,89 81,6 0,14 0,21

Zona tornasol 0,07 14,9 2,56 82,1 0,16 0,21

Parte cobriza con decoración pluma 0,11 17,4 1,74 80,5 0,12 0,20

Base zona dorado 0,08 16,3 1,71 81,6 0,13 0,17

Base zona plateada 0,06 13,4 1,61 84,6 0,13 0,19

Soldadura interna 0,09 14,3 2,56 82,3 0,56 0,21

Parte externa soldadura 0,06 18,1 8,01 72,8 0,53 0,44

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densicada (Cremonesi, 2004), los utilizados en estetrabajo ueron dos: el primero de ácido deoxicólico; y el segundo de alcohol bencílico y acetona. El prime-ro de ellos consiste en una mezcla de las siguientessustancias:

 – 15 g ácido deoxicólico – 37,5 ml TEA – 15 g HPM

 – 0,75 g Triton X-100 – 750 ml H2O

El ácido deoxicólico es un suractante el cual actúacomo detergente aniónico o catiónico o como ambosen unción del pH del medio). Los suractantes pre-sentan una estructura anílica que se maniesta en laanidad de cada parte de la molécula hacia una asede distinta polaridad. Por ello, presentan propiedades

dad o procedencia particular. Las impurezas detecta-das indican que la corona es una pieza antigua perono es posible ser más preciso al respecto.

 Tratamientos eectuados

Gracias a los análisis realizados, se pudo observar queese supuesto tornasolado no era un acabado o bar-

niz, sino que se trataba de una superposición de losmateriales de corrosión básicos de los metales que alcontacto con grasa daba esa apariencia de brillantezparecida al barniz.

Dado que no presentaba problemas de corrosiónsevera asociado a cloruros, se determinó eectuar unalimpieza con gel ya que es un modo particularmenteracional de utilizar los disolventes orgánicos al em-plearlos no como líquidos puros, sino en su orma

Fgura 6. Copilli  .

Análss y conseracón del copilli de la rgen de Guadalupe procedente de Tayata, Oaaca, Méco

tales como la ormación de emulsiones, mojabilidad,dispersión, detergencia y/o solubilización.

Con respecto al segundo la composición es la si-guiente:

 – 500 ml acetona – 100 ml alcohol bencilico – 400 ml de agua destilada – 40 ml de TEA – 12 g de carbopol 940

 Ambos materiales capturan de manera especíca alas grasas, que se remueven con los óxidos básicos del Ad á l l i li d i

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Fgura 7. V copilli  b uj,ué .

plata. Además, las soluciones gelicadas nos garanti-

zan mayor selectividad de acción desde el punto de vista operativo, es por eso que después de tener losresultados del análisis realizado por fuorescencia derayos X se procedió a utilizarlos. Otro punto a men-cionar es que se mantiene la estética de una ligerapátina, color que otorgaba una agradable aparienciade antigüedad típica de la plata, que además dabarealce al diseño de las plumas.

La eliminación del gel se eectuó con agua, y para

acilitar la evaporación del agua se empleo alcohol.Finalmente, se empleó gasolina para descartar lagrasa procedente de la manipulación. A continua-ción se colocó una capa de protección de barniz conincralac (Paraloid® al 5 % de thinner con benzotria-zol –gs. 6 y 7–).

Finalmente se colocó una cinta de algodón en lazona del lete interno, para que uncionara comorontera entre la escultura y el metal. Se colocó nue-

 vamente en la cabeza de la escultura. Una vez tratadala escultura con su corona, se llevó nuevamente a lacomunidad donde pertenecía (g. 8).

Consideraciones fnales

Para llevar a cabo una óptima conservación de losobjetos metálicos, es necesario entenderlo desde va-

rios puntos de vista: manuactura, historia, iconogra-ía, análisis de materiales, entre otros. Elementos queconllevan a una correcta lectura desde el punto de vista museográco, aectivo, relacional (sujeto/obje-to), religioso, cívico, sexual, moda o lucro.

En este caso el copilli , se trata de un objeto sim-bólico de tipo instrumental de menor jerarquía queapoya a uno de tipo dominante (escultura de la Vir-gen de Guadalupe) el cual resulta complementario,

Fgura 8. Copilli u b uu V Guu.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

rearma el concepto de reconocimiento como Reinadel Cielo a la vez que Gran Señora de la sociedad in-dígena; aglutina el carácter de identidad de la Naciónmexicana en relación con la e.

Es importante comentar que para este caso la rea-

lización del análisis de los materiales ue básica paradeterminar el tipo de procedimiento a seguir para laconservación. Ya que se descartó la presencia de unbarniz coloreado, la presencia de elementos nocivospara el metal dio la pauta para llevar a cabo un pro-cedimiento sencillo, ácil de controlar, que ademáspermitiera dejar una patina moderada, de aparienciaagradable.

Entre las muchas operaciones de restauración la

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Entre las muchas operaciones de restauración la

limpieza de una obra parece ser la más susceptible aprovocar uertes emociones y reacciones. Sobre todoal momento de decidir el tipo de solvente o solventesa utilizar, y la manera de emplearlos sobre la obra,previo si no se realizado un estudio antes de utilizarlos.

De esta manera como se mencionó, una orma co-rrecta de utilizar los disolventes es mediante su ormadensicada, lo que comúnmente llamamos gel.

Bblograía

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Rub ú

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j@.

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cesaria. Los chimúes, en cambio, realizan los vasos deuna sola pieza sin aplicar un complemento superior.

Con los conocimientos adquiridos de la tecnologíaaplicada y la historia de cada vaso se realiza un tra-tamiento acorde con las necesidades de cada pieza.

Palabras clae

Chimú, inca, plateros, vasos.

Abstract

The knowledge and study o the goldsmith’s tech-nologies help us to understand the process o dete-rioration and treatment should be carried on metalobjects. Studies Scanning Electron Microscopy and X-

Resumen

El conocimiento y estudio de las técnicas orebres nosayudan a entender el proceso de deterioro y el trata-miento que se debe eectuar a los objetos metálicos.Los estudios de microscopía electrónica de barrido y las placas radiográcas realizados en los vasos demetal chimú e inca de la colección del MNAAHP, nosdemuestran las similitudes y dierencias en la técnicade elaboración y los diseños iconográcos.

Nuestra investigación logra determinar que los pla-teros (chimú e inca) emplearon la aleación de platacon cobre a la cual le han realizado un plateado su-percial en cada vaso. La técnica de manuactura decada vaso –es conocido como recopado o embuticiónprounda– no tiene soldadura y es de una sola pieza.La variación se presenta en la terminación de las pa-redes superiores, en el caso de los incas aplicaron uncilindro que sueldan a la base para darle la altura ne-

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

rays perormed in the brazen vessels and inca Chimucollection o MNAAHP demonstrate the similaritiesand dierences in the technology o production andthe iconographic designs.

Our investigation strives to determine i the silvers-

miths (chimú and inca) used an alloy o silver andcopper, that was then plated with silver in every cup.The manuacturing technique o each cup, known asrecopado or deep drawing, is not welded, and it’smade rom a single piece. The variation occurs in thetermination o the upper walls, in the case o the in-cas, the welded a cylinder to the base to provide thenecessary height. Conversely, the chimú vessels weremade rom a single piece without applying a superior

ron para crear y dar énasis a los íconos de poder. Elchoque de dos láminas, el contraste de color, el mo- vimiento y el brillo de las supercies metálicas dana los objetos vida. El eecto visual y sonoro causadopor la orebrería rearma el mensaje religioso y de

poder para el que las portas.

«Viendo el Vichama el mundo sin ombres, i lasguacas i Sol sin quien los adorase, rogo a su padreel Sol criase nuevos ombres, i él le envió tres gue- vos, uno de oro, otro de plata i otro de cobre. Delguevo de oro salieron los Curacas, los Caziques, ilos nobles que llaman segundas personas i princi-pales, del de la plata se engendraron las mugeres

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made rom a single piece without applying a superior

supplement. With the knowledge gained rom the technology usedand the history o each vessel, we devise a treatmentsuitable to each piece.

Keywords

Chimú, inca, silversmiths, vessel.

Introduccón

«Hase advertir aquí, que estos artíces y maestrosque con estudio aprendían y ejercitaban estos o-cios, no eran ociales públicos y gente comunesque trabajaban para cualquiera del pueblo que se

lo pagase»«sólo se ocupaban en servicio del inca y de losgrandes señores y caciques, para quien solamentehacían sus obras»«canteros o plateros, que los aprendían y proesa-ban personas que por toda la vida se dedicaban aellos y los usaban» (Cobo, 1964 (1653): 268).

Los artesanos del metal se dedicaban exclusiva-

mente a sus labores, tenían un estatus especial y pri- vilegiado, como el vivir en lugares adyacentes a losde la nobleza a la cual servían. La nobleza supervisa-ba y dirigía a los plateros, quienes por ser los cono-cedores de la transormación del metal, elaboraban y creaban a partir de lingotes o tortas metálicas objetossuntuosos y de culto.

Sonido, brillo, color y movimiento son cualidadesprincipales de los metales que los artesanos doblega-

pales, del de la plata se engendraron las mugeres

destos, i del guevo de cobre gente plebeya, que oy llaman Mitayos, i sus mujeres i amilias» (Calancha,1638, II, capítulo  xix ).

Los metales están ligados con el origen de loshombres, como hemos visto en el mito de Vichama.Es el oro el que está relacionado con los reyes y no-bles; la plata está relacionada con las mujeres y elcobre con el pueblo, de esta orma los incas jerarqui-

zaron a la sociedad y a los metales.Cada metal es infuenciado por un astro deter-minado, de quien recibe su uerza y actividad, conquien tiene más analogía y anidad. «El oro recibedel sol todas las buenas cualidades que tiene; sobrela plata predomina la luna» (Cobo, 1964 (1653):136).

Las sociedades chimú e inca emplearon el oro, laplata, el cobre y sus respectivas aleaciones. En lospueblos de la costa norte se veneraba con mayor im-

portancia a la luna, por que controlaba al mar y tam-bién salía en el día:

«Adoravan los Indios de Pacasmayo, i los valles delos llanos por principal i superior Dios a la Luna,por que predomina sobre los elementos, cría lascomidas, i causa alborotos al mar, rayos i true-nos. En una guaca era su adoratorio, que llamavanSian, que en lengua lunga, quiere decir casa de la

Luna; teníanla por más poderosa que al Sol, por-que él no aparecía de noche, i ella se dejava verde noche y de día.» (Calancha, 1977 (1631): 1239).

El imperio del Tahuantinsuyo conquistó a la socie-dad chimú, trasladando a los grandes orebres desdela ciudad de Chan Chan hacia la capital inca: el Cuz-co. La cultura chimú se desarrolló entre los años 900al 1460 d. C. en la costa norte del Perú. Fundada por

Redescubrendo a los plateros chmues e ncas

el mítico Tacaynamo y construyendo su centro prin-cipal en Chan Chan (Trujillo). El imperio de los incasse desarrolló entre los años 1470 a 1532 d. C. undadopor Manco Cápac en la ciudad del Cusco, expandién-dose hasta Colombia por el norte y por el sur hasta el

río Maule en Chile.Los chimúes se desarrollaron desde el valle de Ca-

rabayllo (Lima) por el sur; hasta Tumbes (rontera dePerú-Ecuador) por el norte, dominando gran partede la costa desértica y el mar. Reverenciaban al marcomo una deidad con el nombre de «NI». La produc-ción orebre destacaba en la manuactura de piezasde plata, posiblemente debido a que el oro era escaso y recolectado en los lavaderos de los ríos de la gran

daba a beber, que era lo que el sol había de hacer,convidando el inca a todos sus parientes, porqueesto del darse a beber unos a otros era la mayor y más ordinaria demostración que ellos tenían delbeneplácito del superior para con el inerior y de

la amistad de un amigo con el otro» (Garcilaso,2005 (1609): 184).

Los ritos de libación eran muy importantes entrelos ídolos, los ancestros y el inca:

«Tenían también delante de los muerto unos vasosgrandes como cangilones, llamados vilques, he-chos de oro y de plata, ellos echaban la chicha

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131

y g

 vertiente amazónica: «Todas las tierras rías y cordille-ras altas del Perú están empedradas de plata, porqueapenas hay en ellas cerro que en poca o mucha can-tidad no la tenga» (Cobo, 1964 (1653): 141).

La plata como materia prima de la elaboración deobjetos ceremoniales y de culto rearma el valor sim-bólico de la luna. Los orebres elaboraron tocados,coronas, diademas, orejeras, narigueras, tembetás,pectorales, collares, brazaletes, pinzas, tupus, anillos,

gurinas, caleros, orendas, cantaros, botellas, cuen-cos y vasos o akillas .Los vasos o akillas son parte imprescindible en las

ceremonias de libación de las sociedades andinas prehispánicas. En estas piezas los orebres plasman unarica iconograía supervisado por los jees o sacerdotesrelacionados con la unción que ueron empleados.

Las akillas

El termino de akilla es una palabra quechua denidocomo vaso de metal. El Padre Gonzales Holguín lodenió en su vocabulario de lengua quechua (1608)como akilla (aquilla) quri  como copa de oro y laakilla (aquilla) ccolque (aquillaqyllqi ) como vaso deplata. El lingüista Ludovico Bertoni arma que akilla signica «vaso de plata para beber».

Las akillas  eran parte importante de los ritos y ceremonias incas. En algunas ceremonias el inca brin-daba con el dios Sol:

«… el Rey se ponía en pie, quedando los demás decuclillas, y tomaba dos grandes vasos de oro, quellamaban aquilla, llenos del brebaje que ellos be-ben. Hacia esta ceremonia en nombre de su padre,el Sol, y con el vaso de la mano derecha le convi-

y p ,

con que brindaban a los muertos; mostrándoseloprimero; y solían brindarse unos muertos a otros, y los muertos a los vivos, y al contrario; lo cual ha-cían en nombre de ellos sus ministros. En estandollenos estos vilques, los derramaban en una piedraredonda que tenían por ídolo en mitad de la pla-za, alrededor de la cual estaba hecha una albercapequeña, donde se resolvía la chicha por ciertossumideros y caños ocultos que tenía.» (Cobo 1964

[1653]: 164).

Estas akillas , eran elementos undamentales en laredistribución estatal inca; cumplían diversos roles.Estos vasos eran entregados a los curacas para sellarsu adhesión con el imperio inca:

«Los sacerdotes, habían orecido los vasos de losincas, salían a la puerta a recibir los vasos de los

curacas, los cuales llegaban por su antigüedad,como habían sido reducidos al Imperio, y dabansus vasos y otras cosas de oro y plata que parapresentar al Sol habían traído de sus tierras» (Gar-cilaso, 2005 (1609): 185).

Estos vasos de metal también ormaban parte im-portante del ajuar unerario y del culto a las momias:

«Tomaban asimismo todos sus bienes muebles, vajillas y servicio de oro y plata, y sin dar destocosa a los herederos, parte ponían con el diunto y parte enterraban en los lugares donde solía recibirrecreación cuando vivía» (Cobo, 1964 (1653): 163).

En la isla San Lorenzo (Lima) se excavaron variastumbas en la Caleta de la Cruz por Uhle (1906), recu-perando varios vasos retratos o vasos egies de plata

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

en muy mal estado de conservación. El arqueólogoHudwalker (2009) en el mismo cementerio recuperóun ardo unerario con una alsa cabeza pintada encolor rojo bermellón. Al ser desenardelado se regis-tra una mujer adulta (no mayor de 50 años), en po-

sición fexionada, vestida con plumas, chaquiras, ins-trumentos de textil y tres vasos de metal. Estos vasosse encuentran entre los brazos y adheridos al cuerpo:dos vasos retratos y un vaso de metal. Carcedo y Vet-ter arman que la distribución de estos vasos egieso narigones abarcan desde los valles de Ica y Chinchaal sur hasta los valles del departamento de La Libertadal norte (2004: 152). Fguras 1a y 1b. V M-6457 u .

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Las akillas del MNAAHP

La Colección de Metales del Museo Nacional de Ar-queología, Antropología e Historia del Perú (MNA- AHP) cuenta con una muestra importante de vasosde metal de dierentes períodos y sociedades prehis-pánicas, de las cuales hemos seleccionado diez porcorresponder al Período Intermedio Tardío (1000 al

1400 d. C.):

M-6457

 Vaso de plata inca de paredes divergentes que se es-trechan en la parte media del cuerpo, de base plana.Presenta en la parte central un repujado de dos líneasparalelas horizontales que enmarcan cuatro campos

con rombos con un círculo central repujado. Presentaroturas en la parte media del cuerpo y grietas en elborde del vaso.

Dimensiones: – Altura: 23,06 cm.

– Diámetro máx.: 19,03 cm.– Peso: 353,01 gr.

 Análisis eectuados:Se realizaron microanálisis y microscopía óptica es-tableciéndose que esta akilla está elaborada con unaaleación binaria de plata con cobre y que presentaproblemas de corrosión debido a sales de cobre y sulatos de plata.

La placa radiográca tomada del M-6457 evidenciaque ue elaborado en una sola pieza de metal marti-llada sin empleo de soldadura alguna (gs. 1a y 1b).

M-3402

 Vaso retrato de ojos almendrados y de nariz pronun-ciada con dos bandas repujadas de diseño de aveslocalizados en la parte superior del vaso. Excavadoen Rinconada Alta (Lima). Presenta ennegrecimientoen la supercie, grietas cerca del borde y abolladurascerca de la boca.

Dimensiones:– Altura: 25,8 cm.– Diámetro máx.: 10,6 cm.– Peso: 195,5 gr.

 Análisis eectuados:En la radiograía se observan varios niveles de ab-sorción de radiación, corresponde a las dierencia-

ciones de los espesores de la lámina de metal enel vaso. Esta dierenciación es producto del trabajode martillado y del repujado, demostrando que estáelaborado en una sola pieza, sin empleo de ningúntipo de unión metalúrgica o soldadura (gs. 2a, 2b,2c y 2d).

 M-8845

 Vaso retrato bicéalo de base plana. Presenta en laparte media del cuerpo dos caras antropomoras queobservan en dirección opuesta portando tocados conbandas de círculos y rostro zoomoro. La boca del vaso tiene orma acampanada (evertida) y muestrabisel. La conservación del vaso se encuentra establecon la supercie ennegrecida de actura muy des-igual. Se observa rotura en la unión entre la base y 

Redescubrendo a los plateros Chmues e Incas

la pared del vaso, en el mentón de una de las carasantropomoras, debajo del rostro zoomoro y entrelos dos rostros. Al parecer estas roturas son allas deltrabajo de martillado en la elaboración del objeto.

Dimensiones: – Altura: 16,02 cm.

– Diámetro máx.: 9,01cm.– Peso: 85,3 gr.

 Análisis eectuados:Los microanálisis y la microscopía han detectado queestá elaborado con una aleación de plata con cobre.

El estudio radiográco conrma que la pieza no

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presenta ningún tipo de soldadura y muestra una ma- yor absorción de radiación en el vaso comparándolocon los anteriores (gs. 3a, 3b y 3c).

M-6646

 Vaso retrato de boca acampanulada y de base plana.Se observa un rostro antropomoro con nariz pro-

minente; a manera de tocado se localiza una bandade dos líneas horizontales de círculos repujados en-marcados con líneas rectas. En la parte posterior delrostro se aprecia un diseño de triángulos repujados y cincelados con dos rectángulos repujados con lí-neas entrecruzadas cinceladas. La supercie del vasoFguras 2a, 2b, 2c y 2d. D M-3402 u -

.

Fguras 3a, 3b y 3c. D M-8845 u .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

muestra pliegues o arrugas que deducen el trabajo demartillado y algunas roturas en el cuerpo (nariz, ojo y otros).

Dimensiones:

 – Altura: 11,05 cm.– Diámetro máx.: 8,02cm.– Peso: 50,05 gr.

 Análisis eectuados:Los microanálisis y de microscopia han detectadoque está elaborado por una aleación de plata concobre.

La placa radiográca muestra con detalle los plie-

 Análisis eectuados:Los microanálisis y la microscopía han detectado queestá elaborado por una aleación de plata con cobrecon recubrimiento supercial de plata. En la parte su-perior del vaso presenta óxido cuproso (cuprita), car-

bonato de cobre, suluro y cloruro de plata y cobre.El estudio radiográco nos demuestra que está

elaborado en dos partes unidas mediante soldadura. Al parecer ambas partes ueron elaborados a partirde una sola lámina, mediante el martillado, recocido,templado y ayudado con matrices de madera. A unade ellas le recortaron la base y la unieron a la otralogrando la altura deseada. Los análisis realizados conel microscopio electrónico de barrido (SEM) determi-

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gues o arrugas que es parte de su manuactura, con-rmando la técnica de recopado o embutición pro-unda (gs. 4a, 4b y 4c).

M-9371

 Vaso retrato de ojos almendrados y nariz pronuncia-da, largo y estrecho con decoración geométrica repu-

jada. Muestra unión metalúrgica horizontal sobre elrostro antropomoro. Se observan roturas en el borde y cerca de la soldadura. Este vaso proviene de lastumbas de Ancón (Lima).

Dimensiones: – Altura: 22,07 cm.

– Diámetro máx.: 7,5cm.– Peso: 55,6 gr.

nan que se trata de una aleación de plata con cobrecon un recubrimiento supercial en alta ley de plata.La muestra ue extraída de la pared del vaso; se estu-diaron tres puntos: interno, medio y externo:

Ubicación Plata Cobre

Interna 79,30 % 4,32 %

Media 83,65% 7,48%

Externa 90,32% 2,92%

El SEM identica los productos de corrosión del vaso: el cloruro que varía entre 1,57% al 8,87% y elsuluro en la parte externa con 11,88% (gs. 5a, 5b,5c, 5d, 5e, 5 y 5g).

Fguras 4a, 4b y 4c. D M-6646 u .

Redescubrendo a los plateros chmues e ncas

M-6898

 Vaso retrato de ojos almendrados y nariz prominente.Sobre el rostro antropomoro se aprecia tres líneasde círculos horizontales y sobre esta una línea de di-

seños escalonados. Este objeto se encuentra en muy mal estado de conservación, con 40% de altantes,paredes delgadas y rágiles, roturas en la nariz, cuello y tocado.

La supercie del vaso está ennegrecida; en el borde y base muestra manchas blanquecinas, que puede serla maniestación de plomo en la aleación empleada.

Dimensiones:

do la plata y el cobre como metales aleados y el plo-mo, hierro como trazas en la aleación.

Estos análisis han señalado la malaquita (carbo-nato de cobre), cuprita (óxido de cobre), óxido e-rroso y suluros de plata y cobre como actores de

corrosión, que aectan directamente al bien patri-monial.

Las calidades de absorción de la emisión de ra- yos X conciernen a las variaciones de los calibres del vaso. En la placa radiográca se distingue mayor ab-sorción en el rostro antropomoro, borde y base del vaso, que corresponde con el engrosamiento de lasparedes, por lo tanto el calibre será mayor en el rostroque en la base (gs. 6a, 6b y 6c).

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 – Altura: 27,53 cm.– Diámetro máx.: 8,8cm.– Peso: 117,4 gr.

 Análisis eectuados:Los exámenes de microanálisis y ópticos practicadosen el M-6898 son de carácter cualitativo, distinguien-

M-6895

 Vaso retrato de ojos almendrados, orejas en relieve y de nariz prominente alargado y de base plana. Sobreel rostro antropomoro se ubica a manera de corona,

Fgura 5a, 5b y 5c. D M-9371 u . 5, 5, 5 5. I SEM.

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F 6 6b 6 F 7 7b 7

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136

dos bandas horizontales: una de ellas conormadade tres líneas de círculos repujados, y sobre esta unabanda con diseños en zig zag repujados; debajo delrostro antropomoro a manera de collar una línea en

relieve uniendo seis círculos enmarcado con puntos.En la parte posterior un paño de bandas en zigzag en las verticales semejando a un pez estiliza-do; y muy cerca de la base dos peroraciones equi-distantes realizadas de auera hacia adentro con unpunzón.

El M-6885 se encuentra incompleto, deormado,con picaduras, roturas cerca de la base y manchasnegras.

Dimensiones – Altura: 28,2 cm. – Diámetro máx.: 6,5 cm. – Peso: 60,5 gr.

 Análisis eectuados:Las pruebas de microanálisis y ópticos conrman lapresencia de la aleación de plata con cobre y trazasde hierro. Malaquita (carbonato de cobre), cuprita(óxido de cobre) y suluros de plata los que se hanidenticado como corrosión que aecta la integridadde la obra.

En la radiograía se observa una absorción pare-ja de radiación a excepción de la parte central. Estadistribución de radiación puede deberse a una mayorconcentración de metal en esta zona, quizás por elmartillado de manuactura (gs. 7a, 7b y 7c).

M-0625

 Vaso de orma acampanada de base plana. Presentaen la parte rontal un rostro antropomoro con man-

díbula marcada, porta collar de 31 eseras del quecuelga un dije central; los brazos nacen del costadode la cabeza, doblado el codo y se unen las ma-nos al rente. La gura se encuentra en cuclillas y en la parte posterior muestra la parte inerior de laespalda un monito en relieve de pie y con la colaenroscada.

Dimensiones:

 – Altura: 13,08 cm. – Diámetro máx.: 11,07 cm. – Peso: 74,5 gr.

 Análisis eectuados:La placa radiograía demuestra que este vaso ue ela-borado de una sola pieza, sin empleo de soldadura.La emisión de rayos X es absorbida de una ormacontinúa a excepción donde hay mayor volumen demetal, que va a resaltar por tener un mayor peso (gs.8a y 8b).

En nuestro anterior trabajo presentamos el estu-dio y la conservación de los vasos de plata chimúdecomisados a los señores Carranza Dalmau en 1930en la ciudad de Trujillo (La Libertad). Donde los va-sos se han elaborado en aleación de plata baja conun recubrimiento supercial con una aleación dealta ley de plata, que se encuentra en pleno proce-

Fguras 6a, 6b y 6c. D M-6898 u -.Fguras 7a, 7b y 7c. D M-6895 u -.

so de mineralización, transormándose en cloruros,suluros y desintegrado los metales (Castillo 2011:453-466). Las placas radiográcas de los vasos chi-mú comprueban que están elaborados en una solapieza, a partir de una sola lámina martillada conti-

núa, no hay presencia de soldadura (gs. 9a, 9b, 10a y 10b).

Las comparaciones entre los vasos chimú e incabasándonos en nuestras investigaciones, evidencianque la técnica de manuactura empleada es conocidacomo recopado o embutición prounda, descrita porEasby (1955). Podemos reconstruir está técnica, ba-sándonos en las radiograías obtenidas.

Redescubrendo a los plateros chmues e ncas

Fguras 9a y 9b. M-6030: í ú j

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137

 Tecnología de los vasos

La técnica conocida como recopado o embuticiónprounda es empleada en la manuactura de los vasos y  akillas , decorando la pieza con el repujado y elcincelado. Se inicia el trabajo martillando un lingote otorta metálica, recalentándolo (recociendo) y sumer-giendo en ácido y en agua intercaladamente para que

no se rompa el metal, hasta ormar un disco con eldiámetro aproximado de la altura del vaso deseado.Se coloca el disco sobre un molde cóncavo de ma-dera dura (suridera) y se martilla hacia el centro deldisco, recociendo el metal para devolver la maleabi-lidad y evitar rupturas. Se va martillando mientras se va rodando el disco, recociéndolo si uera necesario.Este procedimiento se realizaba hasta lograr la alturadeseada; para evitar la ormación de pliegues en el

metal se procedía a calentar y martillar desde la partemás angosta. De esta orma se elaboran las paredesdel vaso. Se emplea este procedimiento para realizar va-

sos que posteriormente repujaron (M-6457, M-0625,M-6030, M-10489) y para la manuactura de los va-sos retratos o narigones (M-8845, M-3402, M- 6636, M-6898, M-6895) se continúa con ayuda de matrices demadera con un rostro de nariz pronunciada tallada quese inserta en la parte interna, asegurándolo con cuñasde madera y se procede a martillar el metal, dándolela orma de la matriz. Se calienta el metal al rojo vivo,controlando la temperatura y el tiempo para evitar laundición y posibles rupturas en el vaso; se colocaen ácido y posteriormente en agua para enriarlo y templar el metal. Para darle orma a los detalles (ojos,boca, tocado) se emplea un cincel de punta roma y semartilla en su extremo distal. Para concluir retiraron lasmatrices y vertieron una sustancia resinosa y dura (po-

Fguras 10a y 10b. M-10489: í ú uj .

uj .

Fguras 8a y 8b. E M-0525 u .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

siblemente brea) para darle solidez al vaso y terminarde repujar los detalles. Finalmente recalentaron y lo su-mergieron en ácido, luego en agua y lo pulieron paradarle el brillo deseado. Para el caso del vaso retratoelaborado en dos partes (M-9371) emplearon el reco-

pado, desde la base hasta la parte superior del rostroantropomoro. Posteriormente aplicaron una soldadurahorizontal, uniendo un cilindro para darle la altura y terminación deseada. La peripecia del orebre en elempleo del recopado, logra evitar alguna unión en laelaboración del cilindro. «El orebre tuvo que hacer un vaso completo mediante la técnica de recopado paraluego proceder a cortar, transversalmente la base delmismo, y unirlo al cuerpo inerior del vaso…» (Carce-

do y Vetter 2004 167)

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138

do, y Vetter, 2004: 167).Por los análisis de SEM eectuados en los vasos chi-mú y el M-6457 podemos armar que los vasos son dealeación de plata baja con un recubrimiento super-cial de aleación de alta ley en plata. Nos alta realizarlos análisis de microscopia electrónica de barrido enlos vasos retratos, para determinar el porcentaje de laplata y el cobre empleados en la aleación y el tipo derecubrimiento supercial. Los exámenes (microanálisis

 y ópticos) realizados en los objetos son de caráctercualitativo (gs. 11 y 12).

Conseracón y restauracón de las akllas

El conocimiento de los metales, la manuactura, ladecoración, el acabado y la procedencia son datos

imprescindibles para comprender el deterioro quepresenta este patrimonio cultural.Estas akillas están elaboradas en aleaciones die-

rentes de plata y cobre, las cuales presentan un recu-brimiento supercial en plata de alta ley; la cual reco-paron y repujaron para crearlas. El color y el sonidoobtenido por la aleación empleada, conjuntamentecon la iconograía plasmada y la ubicación (vasos)en la tumba, reorzaron el simbolismo y el mensajede estos.

Estos bienes ueron recuperados en la costa desérti-ca del Perú; y trasladados al MNAAHP. La manuactura,el uso, el manipuleo, el traslado y el almacenamientoaectaron de una u otra orma la conservación de losobjetos. Se realizó por ello un registro técnico y otográ-co de cada vaso, que nos aproximó a la problemáticadel daño presente. Continuando luego con los análisisradiográcos, químicos y de SEM de cada objeto.

Las radiograías ueron tomadas en el Laboratoriode Conservación de Metales por el técnico WilredoCordero con un equipo de marca Hitex Type HX-150d. Las placas radiográcas obtenidas son imágenesdel interior de los vasos, permitiendo dierenciar lasdensidades del metal; los calibres menos densos es-tán más oscuros que los de mayor calibre que se venplasmados en la película. Los microanálisis y ópticosestuvieron a cargo de la ingeniera química AméricaRamírez, realizando pruebas de carácter cualitativos.La investigación con el microscopio electrónico de

Fgura 11. D R.

Fgura 12. D é .

Redescubrendo a los plateros Chmues e Incas

barrido (SEM) se realizaron en el Laboratorio MyAp, acargo de la doctora. Ocharán. Las acciones estuvieronencaminadas en la conservación de cada objeto conlos criterios de mínima intervención, reversibilidad y el respeto máximo al original, sin cometer un also

histórico.

1. Limpieza supercial: se empleó alcohol de 96ºcon ayuda de hisopos de algodón para eliminarla suciedad, grasa entre otros elementos queaectaban al bien.

2. Eliminación de la corrosión: se empleó unasolución de EDTA en agua destilada con por-

centajes que varían entre el 1% y el 5% La

lueno. Evitando y asegurando las paredes delos vasos.

6. Consolidación: la ciudad de Lima tiene un pro-medio de 80% de humedad y la temperatura

promedio en invierno es de 14º C y para el verano de 25,5º C por ende los metales se co-rroen con mayor acilidad con porcentajes dehumedad elevada. En la institución tenemoscomo norma la consolidación para evitar laormación de agentes deteriorantes. Aplicamosuna capa de Paraloid® B-72 al 2% en tolueno y BTA con pincel de cerdas suaves.

7 Almacenaje: la colección cuenta con un de-

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centajes que varían entre el 1% y el 5% . Laaplicación y el porcentaje varió de acuerdo acada akilla, transormando los cloruros y sula-tos en quelatos que son compuestos estables y solubles en agua. En algunos casos se empleóla inmersión por un tiempo no mayor de 15minutos, posteriormente se usaron pinceles y cepillos de cerdas suaves para nalizar con laeliminación de la corrosión. En otros casos la

aplicación de esta solución se realizó con com-presas en zonas limitadas y al ser retirados losalgodones se procede a limpiar con hisopos y cepillos. Se enjuagó posteriormente con aguadestilada utilizando cepillos.

3. Secado: el objeto metálico se colocó sobrepapel toalla para que absorba los residuos dela solución empleada. Inmediatamente se los

puso en un horno de secado por espacio de10 minutos, dejando enriar para ser retirado,evitando de esta manera confictos térmicos.

4. Limpieza química mecánica: los vasos que pre-sentan cupritas y malaquitas ueron eliminadoscon una solución de ácido órmico al 15% enagua destilada aplicados mediante compresase hisopos en zonas localizadas, controlando eltiempo y la reacción con el metal. Se neutralizóla solución empleada en el vaso, colocándoloen una inmersión con bicarbonato de sodio al3% en agua destilada. Finalmente se le dio unbaño en agua destilada.

5. Adherencia: las grietas, rajaduras y partes rá-giles ueron reorzadas empleando crepelinatransparente con Paraloid® B-72 al 40% en to-

7. Almacenaje: la colección cuenta con un de-pósito climatizado, tratamos de mantener unatemperatura y humedad estable para evitar unnuevo daño, que puede causar la pedida irre-parable de nuestro patrimonio.

Conclusones

El estudio minucioso analítico, iconográco, tecnoló-gico y simbólico, es imperante en la intervención deconservación de cualquier obra patrimonial. Hemosanalizado y estudiado cada vaso desde el aspecto or-mal, religioso y tecnológico, comprendiendo la com-plejidad del trabajo del orebre y el simbolismo de laluna en las akillas . El empleo de las aleaciones, el recu-brimiento supercial y la técnica del recopado sugiere

una continuidad en la tecnología orebre. Los incas y los chimúes comparten la tecnología dierenciándoseen el mensaje iconográco plasmado en los objetos.El tratamiento de conservación se basó en las necesi-dades de cada pieza, las dierencias de los porcentajes y la aplicación de las soluciones estaban relacionadascon la estabilidad ísica y química de los metales.

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D u u

: Mu Aé (M)

Dana LauenteC N I Mú (CENIM)

Cj Su I Cí (CSIC)

.u@..

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Los principales contaminantes que infuyen en ladegradación del patrimonio metálico en los museosson los ácidos orgánicos –ácido acético y órmico–,O

3, compuestos de azure reducido (SH, COS), com-

puestos orgánicos volátiles (COV), además de la hu-medad relativa (HR) y la temperatura.

Existen casos documentados de la degradacióncausada por el eecto de estos ácidos en museos deEstados Unidos y el norte de Europa, existiendo unalaguna sobre este tema en otros países. Según se hacomprobado en este estudio, estos problemas tam-bién se dan en los museos españoles.

u @

Emlo CanoC N I Mú (CENIM)

Cj Su I Cí (CSIC)

Teresa GómezMu Aé

Resumen

 Actualmente, existe una gran preocupación por loscontaminantes atmoséricos y, dentro del ámbito dela Conservación-Restauración, son los contaminantespresentes en el interior de museos una de las princi-pales causas de degradación de los objetos y, en par-ticular, del patrimonio metálico. A pesar de ello, losestudios realizados sobre los contaminantes atmosé-ricos se han centrado principalmente en ambientesexteriores, dejando el caso de los interiores en unsegundo plano.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

En este trabajo se presenta el estado del arte sobrela investigación de las causas y eectos de los ácidosorgánicos en museos y exposiciones, así como losanálisis cualitativos y semi-cuantitativos realizados in

 situ para su detección y evaluación de la corrosividad

del ambiente.Como ejemplo se expone el caso del Museo de

 América de Madrid, en donde se ha realizado el estu-dio de dos vitrinas para determinar la concentraciónde ácidos orgánicos, así como el eecto que han pro-ducido en la degradación de una de sus piezas.

Palabras clae

concentration, as well as their eect in the degrada-tion o one o its objects.

Kw

Pollutants, acetic acid, ormic acid, corrosion, lead,preventive conservation.

Estado del arte

 Rust never sleeps (Neil Young & Crazy Horse, 1979).

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Contaminantes, ácido acético, ácido órmico, corro-sión, plomo, conservación preventiva.

Abstract

Nowadays, there is an evident concern about atmos-pheric pollutants and, in the Conservation-Restorationeld, pollutants inside museums are one o the maincauses o objects deterioration and, in particular, o metallic heritage. Researches into atmospheric pollu-tants have been ocused on outside environments, ne-glecting the indoor ones.

The main pollutants that infuence metallic heritagedeterioration in museums are: organic acids – aceticand ormic acids-, O

3, reduced sulur compounds (SH,

COS), volatile organic compounds (VOC), as well asrelative humidity and temperature. There are docu-mented cases about deterioration caused by the eecto those acids in some USA and North European mu-seums, but there is a gap in this eld in other coun-tries. As it has been proved in this research, it is areality that also happens in the Spanish museums. Thispaper presents the state o the art o the research intocauses and eects o organic acids in museums andexhibitions, as well as the qualitative and semiquanti-tative analyses developed in situ or its detection andthe evaluation o the environmental corrosivity.

The case o the Museum o the Americas (Madrid) will be presented as an example, where two showca-ses have been studied to determine the organic acids

Desde que a nales del siglo  xix el naturalista y con-quiliólogo inglés G. Byne relacionó la aparición deunas eforescencias salinas en la supercie de su co-lección de conchas con un uerte olor a vinagre, lapreocupación por evitar este enómeno de degrada-ción en este y otros materiales ha provocado que seproundice en su estudio1 (Byne, 1899: 172-178).

El principal responsable de la bautizada «enerme-dad de Byne», no era el ácido butírico o las bacte-rias, como pensó su descubridor, sino el ácido acéticoemanado de las vitrinas de roble donde se encontrabala colección (Scott, 1921; Nichols, 1934: 1077-1087).Este mismo tipo de degradación empezó a observarseen metales alterados por la «peste del bronce» (bronzedisease) y se relacionó también con el olor a vinagre(Evans, 1960).

La principal causa de degradación de los metaleses la corrosión y los agentes que pueden causarla sonla humedad relativa y los contaminantes atmoséricos.Dentro de estos el CO

2, SO

2, N

xO

 y , O

3, los compuestos

de azure reducido (SH y COS), los compuestos or-gánicos volátiles (COV), aldehídos y ácidos orgánicos(ácidos acético y órmico) son los principales causan-tes de dicho deterioro. Según el ámbito donde seencuentren se distinguen dos tipos: los contaminan-tes de exterior y los de interior, destacando en estosúltimos los ácidos orgánicos.

1 E b quí u bí ub xviii (K, 1874: 511; K, 1890: 3; Mk, 1874: 1188; W, 1789:365). Y xx é (V, 1934: 1853-1859; Dk, 1928:280).

Degradacón del patrmono metálco causada por ácdos orgáncos en museos y eposcones

Metales como el plomo, el cobre y el zinc sonparticularmente susceptibles a la corrosión causadapor los ácidos orgánicos. Estos contaminantes suelenprovenir de los materiales que componen las vitrinaso que orman parte del mobiliario del museo.

Los primeros ensayos realizados en laboratoriopara detectar las emisiones de ácidos de las made-ras y los eectos de degradación que pueden teneren los metales, surgen a partir de los años sesenta(Schikorr, 1961: 1-10; Clarke y Longhurst, 1961: 435-443; Packman, 1960: 178-183). Las emanaciones deácido acético de la madera ya se conocían y se sabíasu causa2, pero no se habían podido dierenciar elresto de ácidos responsables de la degradación de los

materiales en los museos. Estudios posteriores ormu-laron hipótesis sobre las causas de la ormación del

a pesar de que los materiales utilizados (principal-mente maderas y derivados) son distintos. Hasta elmomento, se desconocen tanto las concentracionesde estos contaminantes como la existencia o no deproblemas causados por los mismos en nuestro país.

 A partir de este momento se marcarán nuevas re-comendaciones para el uso de materiales en los mu-seos con el n de evitar degradaciones causadas porlas emanaciones de ácidos orgánicos (principalmen-te órmico y acético). A pesar de todo esto, continúasiendo un problema ya que los materiales usados enlas vitrinas tienen especicaciones en cuanto a los valores límites umbral (TLV) y bajas emisiones, peroesas emisiones son sucientes para provocar degra-

dación en algunos objetos.De hecho, existen dierentes planteamientos para

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143

pácido órmico3, que ue identicado, junto con gruposetilo y metilo, (Arni, Cochrane y Gray, 1965: 305-313;Sandermann, Gerhardt y Weissmann, 1970: 59-67).

Poco a poco, se han ido investigando los barni-ces, pinturas, lacas, resinas, adhesivos, etc., aplicadossobre los materiales que pueden estar provocandolos mismos procesos de degradación, al igual que

se han evaluado los distintos métodos de abrica-ción de las maderas y las condiciones que minimizanlas emisiones (Donovan y Moynehan, 1965: 803-814;Donovan y Stringer, 1971: 132-138).

Se ha ido tomando conciencia de la relevancia delproblema, sobre todo en el caso de los bienes deinterés cultural, apareciendo múltiples publicacionessobre el tema con nuevos casos con las mismas pato-logías en colecciones de otra tipología como textiles(Nockert y Wadsten, 1978: 38-41), objetos calcáreoscomo calizas (Gibson et al., 1997: 151-164), huesos,huevos y marl (Brokerho y Bommel, 1996: 769-775),cerámicas (Boccia-Paterakis, 1990; Linnow, Halsberg-he y Steiger, 2007: 44-52), vidrio (Robinet et al., 2004:662-670), y papel (Dupont y Tétreault, 2000: 201-210).

 Además, se han desarrollado las primeras investi-gaciones in situ para medir las emisiones proceden-tes de las vitrinas de los museos (Gibson et al., 1997:11-19; Gibson et al., 1997: 1-10; Grzywacz, 1993: 610-

615), sobre todo en EE UU y el norte de Europa. Sinembargo, en España y otros países mediterráneos nose han realizado hasta ahora estudios de este tipo,

2 P b u u.

3 L í qu u b ú u b .

, p pestablecer los niveles máximos de contaminación a losque un Bien de Interés Cultural puede estar expuesto: ADC –Acceptable Damage Concentration– (Brokerho  y Bommel, 1996: 769-775), NOAEL –Non Observable Adverse Eect Level– (Tétreault, 1999), LOAEL –Lowestas Reasonably Achievable– (Tétreault, 2003), NOAED–No-observed adverse eect dosage– (Ryhl-Svendsen,

2006: 27-41), ALARA –As Low as Reasonably Achieva-ble– (Glaznev et al., 2009: 133-148). A pesar de estas recomendaciones siguen exis-

tiendo casos de deterioro y corrosión en museoscausados por contaminantes en interiores ya que, enmuchos casos, no se suelen considerar por sus bajasconcentraciones y por no existir unos valores o dosismáximas establecidas.

Objetos

El caso que se pasa a exponer surge como proyectodentro de la investigación de tesis doctoral que seestá desarrollando en el Centro Nacional de Investiga-ciones Metalúrgicas (CENIM-CSIC) sobre la corrosión y degradación del patrimonio cultural metálico causa-das por ácidos orgánicos en museos y exposiciones.

Los objetivos de esta tesis son estudiar la contami-nación por ácidos acético y órmico en una muestrasignicativa de museos e instituciones que alberga-sen patrimonio cultural metálico en España, así comolos parámetros medioambientales (undamentalmen-te HR) que aectan al proceso de corrosión.

Entre los museos con los que se estableció unacolaboración está el Museo de América, en donde se

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desarrolló la investigación que presentamos en estetrabajo. Se escogieron dos vitrinas en donde hay pie-zas metálicas y en donde habían aparecido indiciosde corrosión en algunas de ellas.

Los objetivos de este trabajo son: analizar e iden-

ticar la corrosión que estaba suriendo una de suspiezas ubicada en vitrina, identicar las causas dedicha corrosión, medir los contaminantes de las vi-trinas y medir la corrosividad de éstas para poderdesarrollar un plan de conservación preventiva.

Metodología

Medición de la contaminación

L=Longitud del tubo de diusión (m).D=Coeciente de diusión del contaminante en el aireen condiciones normales (m2 /s). A=Área transversal del tubo (m2).t =Tiempo de exposición (s).

El coeciente de diusión (D) es una constantede proporcionalidad entre el fujo molar debido a ladiusión molecular y el gradiente en la concentraciónde la especie. Los valores teóricos establecidos parael ácido acético y órmico son de 0,105 y 0,129 cm 2 /s(Wilke y Lee, 1955: 1253), pero los valores calculadosexperimentalmente y que se han aplicado en esta in- vestigación son de 0,110±0,003 cm2 /s para el ácido

acético y 0,127±0,005 cm2

 /s para el órmico (Gibsonet al., 1997: 1-10; ISO, 2009).

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Para medir las concentraciones de ácido acético y órmico presentes en las dos vitrinas seleccionadasen el Museo de América se usaron tubos de Palmes(Palmes et al., 1976: 570-577). Los tubos de Palmesson unos captadores pasivos que uncionan median-tes diusión y que ueron diseñados en un primer

momento para medir otro tipo de contaminantes at-moséricos como el H2S, NO

2, SO

2(Krochmal y Ka-

lina, 1997: 3473-3479) pero que han sido adaptadospara captar ácidos orgánicos (Gibson et al., 1997: 11-19). Los tubos de diusión han de tener una relaciónentre el área transversal (A) y la longitud (L) de máso menos 1:10. El tiempo de exposición recomendadode los tubos es de 7 y 28 días; en este estudio ue dedos semanas (14 días). Tras este periodo ueron con-gelados hasta su análisis para evitar su degradación.

Se realizaron dos exposiciones, según la metodo-logía detallada en la tabla 1.

Los resultados de las cromatograías dan unas con-centraciones de acetato y ormiato (Grzywacz, 2006) apartir de los cuales se calcula la concentración (C) delos contaminantes en el aire (mg/m3) basándose en laprimera ley de diusión de Fick, en donde la concen-tración del contaminante adsorbido es proporcional ala concentración del contaminante uera del tubo:

MLC= ——— (1)DAt 

Siendo:C=Concentración del contaminante en el aire (mg/m3).M=Cantidad de contaminantes adsorbidos expresa-dos en masa (mg).

Dosímetros metálicos: Pb y Cu

 Junto a los tubos de Palmes, en la primera exposiciónse colocaron dos probetas de plomo y dos de cobre,de pureza comercial, en cada vitrina para medir la

corrosividad ambiental durante un periodo de ochosemanas. Tienen unas dimensiones de 5 × 2 cm, 0,15de grosor para el Cu y 0,2 para el Pb. Ambos metalesse prepararon limpiándolos con etanol y lijándoloscon lijas de 350, 600 y 1200, con agua desionizada y desengrasándolas con acetona (en baño de ultraso-nidos en el caso del Cu). Todas las probetas ueronidenticadas mediante siglas en su parte posteriorpara su estudio.

Se expusieron en unos dispositivos de metacrilatoque permitían que el aire circulase por su parte ine-rior, para poder comparar la infuencia de la deposi-ción de partículas con la corrosión de ambas caras.

La corrosión se evaluó mediante ensayos gravi-métricos, pesando las probetas antes y después desu exposición utilizando una balanza analítica digitalMettler, modelo AJ150, precisión de ± 0,1 mg.

Danchek® (A-D Strips®)

En la segunda exposición se colocaron los tubos dePalmes junto con una tira de pH Danchek® (DancanCinema Services S.L.), que unciona igual que las A-DStrips®, para evaluar el nivel de acidez del ambiente.

Los Danchek® son tiras de papel que usan comoindicador bromocresol verde (BCG). Estas tiras un-

Degradacón del patrmono metálco causada por ácdos orgáncos en museos y eposcones

Tabla 1

Metodología de los dos perodos de eposcón de los captadores pasos en el Museo de Amérca

Metodología 1 exposición 2 exposición

 Tubos de diusión

7 cm (L) × 0,50 cm2 (A)Filtro de papel Albet (DP140125)Tapones de polietilenoTubos de polimetilmetacrilato

7,1 cm (L) × 0,95 cm2 (A)Filtro de malla de acero inoxidable (Gradko Ltd. UK)Tapones de polietilenoTubos de polimetilmetacrilato

 Tiempo exposición 14 días (enero) 14 días (julio)

Filtro1 ltro con 20 µl disolución 1M KOH y 10% v/v glicerina(Panreac®)

2 ltros con 40 µl disolución 1M KOH y 10% v/vetilenglicol dimetiléter (Panreac®)

2 tubos en posición vertical en dispositivo de metacrilato 2 tubos colocados igual que en el caso anterior + 2

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Exposición

2 tubos en posición vertical en dispositivo de metacrilato.En el extremo superior del tubo está el ltro tapado conun tapón y el otro abierto, sin tapón, para que tengalugar la diusión

2 tubos colocados igual que en el caso anterior + 2blancos: 1 tubo que se introdujo en la misma vitrina quelos 2 tubos y que permaneció tapado, otro tubo tapadoque estuvo en la nevera

Extracción delos fltros para elanálisis

En 10 ml de agua Milli-Q En 5 ml de agua Milli-Q + 3 minutos de ultrasonidos

Cromatógrao Metrohm (IC 861), con columna de aniones Metrosep A Supp 5-250 (4x250 mm)

Fase móvilcromatograía/eluyente

3,2 mM Na2CO

3 /1mM NaHCO

3a un fujo de 0,7 ml/min.

3,2 mM Na2CO

3 /1mM NaHCO

3+ 15% de acetona a un

fujo de 0,5 ml/min

cionan cambiando de color desde un azul intenso(pH neutro~6,0), pasando por un azul-verdoso (pH5,0/4,8) y alcanzando un color amarillento en casode una gran acidez (pH <4,0).

Estas tiras son muy usadas en la conservaciónde los archivos ílmicos y su uso se ha extendidoa otros ámbitos (Bigourdan y Reilly, 2000: 14-34).

 Análisis de la pieza de la vitrina I

Los análisis se realizaron mediante diracción de ra- yos X (XRD) con un diractómetro Siemens D5000,utilizando una uente de rayos X con ánodo de Cu y microscopía electrónica de barrido-espectroscopía deenergía dispersiva de rayos X (SEM-EDX) Jeol 6500 Fcon sistema de microanálisis Oxord.

Resultados y dscusón

El caso del Museo de América

La variedad tipológica y material de los bienes cultura-les que integran las colecciones prehispánicas y colo-niales del Museo de América requieren un notable es-uerzo para abarcar su conservación. El conocimientode los diversos materiales constitutivos de estas piezas,

muchas de ellas realizadas en materiales orgánicos, re-sulta indispensable para acometer su conservación y restauración. Este museo es uno de los escasos museosespañoles que contaba desde la década de 1980 conun laboratorio de análisis químicos y ísicos, laborato-rio desgraciadamente desaparecido en 2005.

El espacio de almacenamiento del museo no per-mite agrupar los objetos de acuerdo a sus caracterís-

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mejicano Andrés García en la primera mitad delsiglo  xix . El material que compone la esculturaes básicamente cera pero, además, hay tela en-cerada, papel encerado, madera y metal4 en elbocado del caballo (g. 1). – La vitrina S 9 (vitrina ii), empotrada, se encuen-tra en la sala 6 Estados II. En ella hay un totalde 34 piezas de dierente material: metal (plata,oro, bronce), madera, resinas, pigmentos, arcilla,hueso, concha y gemas (g. 2).

El proyecto museográco del que orman parteestas vitrinas se realizó entre los años 1993 y 1994 porlos arquitectos Macua&García Ramos. Las especica-ciones de los materiales que componen las vitrinasson los siguientes:

 – Metal: estructuras en tubo de acero igníugo, rema-tes de aluminio anodizado y acero recubierto depintura epoxi en polvo para lacar, secada al horno. – Madera: las estructuras armadas reticulares de la vitrina son de haya barnizada, los tableros sonde aglomerado (pH neutro) con acabado en

ormica y capa de pintura, los plintos son deaglomerado revestido de ormica con aluminioanodizado, los sobre-plintos de tableros de DMlacados y los tableros laterales y ondos estánhechos de ormica baquelizada sobre DM.

4 E b u b .

ticas materiales y, por otro lado, el particular discursomuseográco del mismo en las salas de exposiciónhace que en una misma vitrina se exhiban objetoscompuestos de diversos materiales. Así, se puedenencontrar juntos tejidos prehispánicos, arte plumario,metales, pintura de dierentes técnicas, objetos depiedra, cerámica, bras vegetales, etc. Esto diculta elequilibrio de las condiciones ambientales avorablespara tan diversos materiales y plantea serias dicul-tades de conservación. A lo anteriormente expuestohay que añadir los heterogéneos elementos que com-ponen las vitrinas en que se exhiben y cómo interac-túan en esos espacios cerrados aectando en menor o

mayor medida a las piezas contenidas.Los análisis se realizaron en dos vitrinas situadas

en el área de Sociedad, en la segunda planta del mu-seo. Éstas son:

 – La vitrina S 10 I (vitrina i), exenta, dentro de lasala 7 Colonial. La pieza que contiene es unaescultura de un cochero realizada por el autor

Fgura 1. V I. Fí: T G.

Fgura 2. V II. Fí: T G.

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 – Los cristales son de vidrio Stadip®, colocados apresión con junquillo metálico y cordoncillo desilicona. – Pintura al esmalte en zonas metálicas y madera. – Metacrilato incoloro.

En ambas vitrinas se habían empezado a observaralgunos indicios de deterioro en las piezas. El bocadode la escultura del cochero estaba en avanzado proce-so de corrosión y ue posible extraer una muestra dela parte metálica para analizarla por XRD y SEM-EDX.Con respecto a la vitrina II, algunas piezas metálicashabían comenzado a empañarse y se constató un uer-te olor cuando se abrió la misma.

Análisis de la escultura de la vitrina I

Resulta destacable el hecho de que el ormiatode plomo sea el principal producto de corrosión. Se-gún la literatura, en museos expuestos a atmóserascon ácidos orgánicos el principal producto de corro-sión en el caso del plomo es el acetato de plomo,

el carbonato de plomo (cerusita), la plumbonacrita(Pb10O(OH)

6(CO

3)6) y más raramente el hidróxido

ormiato de plomo (Pb(HCOO)(OH)), pero siempreacompañado de otros productos de corrosión (Gib-son y Watt, 2010: 172-178; Tétreault, 2003).

Mediciones de contaminantes y dosímetros

Los análisis de las concentraciones de ácido acético y órmico se realizaron en dos periodos de exposicióncuyos resultados aparecen en la tabla II Para expresar

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 Análisis de la escultura de la vitrina I

Como ya se ha mencionado, la zona del bocado dela escultura del cochero maniestaba signos evidentesde corrosión. Éste era metálico, el tipo de corrosiónera pulverulenta y se había llegado a desintegrar granparte de la pieza (g. 3).

Se analizó mediante SEM-EDX un ragmento, de-terminándose el elemento Pb como material. Poste-riormente, se analizó la corrosión metálica mediante XRD, siendo el ormiato de plomo el compuesto ma- yoritario como se puede observar en el diractogra-ma (g. 4).

cuyos resultados aparecen en la tabla II. Para expresarlas concentraciones de los ácidos orgánicos (ppm) quese muestran en la tabla 2, se tuvieron en cuenta lascondiciones de las salas del museo, en donde la media

Tabla 2

Dractograma del bocado de la escultura del cochero

 Ácido acético (ppm) Ácido órmico (ppm)

1exposición

2 exposición 1 exposición 2 exposición

 Vtrna I 0,59 0,46 17,51 1,10

 Vtrna II 0,58 0,18 26,09 0,78

 

Fgura 3. Euu Aé Gí. D b b. Fí: D Lu.

Fgura 4. D b uu .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

se estimó en 20º C a 1 atm. Tanto la temperatura comola humedad relativa de las salas se registraron utilizan-do un equipo Sensonet®. Se obtuvieron pocas varia-ciones de HR, estando la media siempre por debajodel 40% HR. Esta humedad se clasica según la norma

ISO 11844 como nivel I, de baja corrosividad para lasatmóseras de interior (ISO, 2009).En el primer periodo de exposición (g. 5), se

calculó la concentración haciendo la media de losdos tubos expuestos en cada vitrina. El hecho de queen el análisis de los tubos se obtuvieran unas con-centraciones excesivamente altas de ácido órmico,nos hizo plantearnos el método y realizar un nuevoprotocolo. Tras realizar algunos ensayos en laborato-

rio pudimos comprobar cómo los ltros de celulosase degradaban, junto con la glicerina, causando unerror en la lectura de las concentraciones de acetato

Fgura 5. P . Fí: D Lu.

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error en la lectura de las concentraciones de acetato y, sobre todo, de ormiato. El protocolo seguido paralos análisis de cromatograía iónica también planteóalgunos problemas porque el pico de acetato a vecesno se separaba bien del de ormiato, cambiándosepor otro más apropiado (ver tabla 1).

Tras el segundo periodo de exposición (g. 6) losresultados de las cromatograías de los tubos tapadoscolocados en vitrinas refejaron unas concentracionesde ácido órmico bastante elevadas en comparacióncon los tubos expuestos y, sobre todo, con respectoal blanco de la nevera (0,42 mg/l ácido órmico y 1,98mg/l ácido acético). Estas concentraciones elevadasse pueden atribuir a la degradación del etilenglicoldimetil éter porque, a pesar de ser menor que la dela glicerina, sigue suriéndola a un ritmo más lento,sobre todo en el caso de los tubos tapados en dondeno ha tenido lugar la diusión. La conservación en ríode los tubos evita en gran medida esta degradación, y por ello, para el cálculo de la concentración de lostubos expuestos se utilizaron como blancos los tubosconservados en la nevera.

Los resultados obtenidos tras el segundo periodode exposición demostraron que la nueva metodolo-gía aplicada daba unos resultados contrastables y co-herentes, por lo que se pudo demostrar el error que

se había intuido en la primera exposición.Hay que destacar que siempre existirán ciertas di-

erencias entre las mediciones de los tubos expuestospor parejas en una misma vitrina, que son habituales y tolerables, por lo que el US National Institute o Saety and Health (NIOSH) acepta resultados de cap-tadores pasivos con una precisión de ±25% y un errorde ±10% (Seethapaty, Górecki y Li, 2008: 234-253).

Los resultados obtenidos muestran que las concen-traciones de ácido órmico de las vitrinas analizadasson considerables, sobre todo teniendo en cuenta los valores orientativos recomendados por Tétreault comoNOAEL: para una HR del 54% por debajo de 0,1 ppm

para el ácido acético y 0,1 ppm para el ácido órmicoen el caso de que haya plomo expuesto. En el caso delcobre, por ejemplo, se acepta una concentración deácido acético de 0,4 ppm y de órmico de unos 0,4-0,2ppm (Tétreault, Sirois y Stomatopoulou, 1998: 17-32;Tétreault et al., 2004: 237-250; Ryhl-Svendsen, 2006: 27-41). Según la literatura, las concentraciones de ácidosorgánicos analizadas en museos y en ensayos de emi-

Fgura 6. Su . Fí: D Lu.

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sión de materiales usados en vitrinas en laboratorio,han sido mayores para el ácido acético que para elórmico. Incluso en medios donde se han encontradoormiatos e hidróxido ormiatos como productos decorrosión, el principal contaminante ha sido el ácido

acético (Gibson y Watt, 2010: 172-178). Sólo en algu-nos casos concretos las emisiones de ácido órmicosuperaban las de acético pero las concentraciones eranmás bajas que el caso que presentamos (~ppb) (Gr-zywacz y Tennent, 1994: 164-170).

Teniendo en cuenta que los materiales con los quese han construido las vitrinas son similares podríamosexplicar la alta concentración de ácidos orgánicos enla vitrina I debido a su menor volumen. A pesar de

que carece de sistemas de sellado entre los cristalesque la componen, por lo que existirá una mínima ventilación, esta no es suciente para compensar el

Las Danchek® permiten hacer un análisis de laacidez ambiental pero no es cualitativo, es decir, nopermite distinguir el tipo de ácidos presentes. Graciasa su uso se pudo establecer la acidez ambiental en las vitrinas: en el caso de la vitrina I el pH era de entre 4,8

 y 4,6, mientras que la vitrina II tenía un pH de 4,8. ElpH de 4,8 se sitúa en el nivel 1 según el abricante, esdecir, cuando la degradación se está incrementando y puede intuirse un cierto olor en caso de que el princi-pal ácido presente sea el ácido acético. En el caso delpH 4,6, entra dentro del nivel 2 de concentración deácido en el ambiente y es el punto auto-catalítico enlas películas de acetato de celulosa. Por tanto, es en la vitrina I donde tendríamos el principal problema de

acidez, existiendo una muy buena correlación con losresultados hallados por cromatograía iónica.Con respecto a los ensayos gravimétricos de las

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ventilación, esta no es suciente para compensar eleecto del menor tamaño. La vitrina II es mucho másgrande que la vitrina I y el uerte olor que desprendióal abrirla puede deberse a otro tipo de contaminan-te menos agresivo para los metales. Algunos de losmateriales que alberga la vitrina II se sabe que sonespecialmente sensibles a los ácidos orgánicos –lasconchas– y no maniestaban ningún indicio de co-rrosión, por lo que también es un síntoma de que laconcentración de ácidos en esa vitrina es menor.

Con respecto a los ensayos gravimétricos de lasprobetas metálicas, los resultados pueden observarseen la gura 7.

Los dosímetros de Pb y Cu en la vitrina I experi-mentaron un ΔM que en el caso del Pb ue de 1 mg,mientras que en la vitrina II la ΔM ue de 0,3 mg, porlo que podemos considerar que la corrosividad de la vitrina I es mayor que la de la vitrina II. Las probetasde Pb con respecto a las de Cu son más sensiblesante los ácidos orgánicos ya que, como se ha podido

Fgura 7. D (ΔM) í é () I II Mu.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

observar, en las 8 semanas de exposición el ΔM esmás evidente en el Pb que en el Cu. De hecho, en lasprobetas de Pb expuestas en la vitrina I aparecieronproductos de corrosión que no se pudieron analizarpor XRD porque no eran sucientes pero que presu-

mimos que eran ormiatos de Pb, como la corrosiónanalizada en el bocado de la escultura.

Conclusones

El uso de de los tubos de Palmes como captadorespasivos es un método cualitativo y cuantitativo e-

caz, contrastable y bastante preciso para medir lasconcentraciones de ácidos orgánicos en las vitrinasde los museos. En el caso que se presenta en esta in-

la corrosividad ambiental incluso en las concentracionesen las que nos movemos en este ámbito (~ 0,1/~1 ppm).

La exposición de las probetas metálicas han servi-do para contrastar los resultados aportados por los tu-bos de Palmes y para comprobar cómo el Pb es más

sensible que el Cu a la presencia de ácidos orgánicos y que, en menor tiempo, puede desarrollar productosde corrosión.

Los Danchek® son una herramienta económica,sencilla y ecaz para comprobar visualmente la pre-sencia de ácidos en el medio. A pesar de que solomide la acidez ambiental y, por lo tanto, no es unanálisis cualitativo, puede ayudar a la hora de reali-zar una primera valoración de la acidez de un medio

como una vitrina en un museo.La puesta en conjunto de los resultados gravimé-tricos dados por las probetas metálicas, los análisis

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q p vestigación, se habían constatado algunos problemasde degradación en los objetos metálicos expuestos enlas vitrinas que se han analizado, contribuyendo conla exposición de los captadores pasivos y sus resulta-dos, a conocer las causas de su estado de conserva-ción y mejorar su situación.

En la vitrina I la concentración de ácidos orgánicosera mayor que en la vitrina II, sobre todo en el caso delácido órmico, a pesar de que los materiales con losque están abricadas ambas sean similares. El hecho deque la vitrina I tenga un menor volumen que la vitrinaII explica que la concentración de ácidos sea mayor.

La concentración de ácido órmico en ambas vitri-nas ronda ~1 ppm, siendo bastante alto en compara-ción con las directrices dadas en la bibliograía comoreerente de máxima concentración recomendada

(NOAEL) que es de 0,2 ppm para el caso del órmi-co. Con respecto al ácido acético, sólo en la vitrinaI tendríamos una concentración ligeramente elevadacomparándola con los 0,4 ppm recomendados.

Gracias al uso conjunto de probetas metálicas y ala realización de ensayos en laboratorio, se pudieroncontrastar los resultados obtenidos en un primer es-tadio de la investigación en donde la concentraciónde –sobre todo– ácido órmico, era excesivamente

elevada. La elaboración de un nuevo protocolo y lautilización de los nuevos tubos, ltros, y el cambio dela glicerina al etilenglicol dimetil éter, contribuyerona mejorar y pereccionar el método.

Los análisis gravimétricos han demostrado cómo elincremento de masa (ΔM) registrado en las probetas ex-puestas durante un periodo de ocho semanas, sobretodo en el caso de las de Pb, es suciente para evaluar

p ppor cromatograía iónica y la lectura organolépticade los Danchek® nos han demostrado que las con-diciones en la que se encuentran los materiales delas dos vitrinas no son los ideales. En el caso de la vitrina I, se deberían tomar algunas medidas paraevitar que la escultura siga degradándose y, en elcaso de la vitrina II, sería conveniente desarrollar unplan de actuación para evitar que la concentraciónde ácidos orgánicos llegue a un punto en el queponga en riesgo la variada y valiosa colección quealberga.

 Agradecimientos

Los autores agradecen al Museo de América, espe-

cialmente a Camino y a las restauradoras, así comoal equipo de mantenimiento, su colaboración y sutiempo. Agradecer su colaboración y ayuda a E. Vega (Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimen-tos y Nutrición del CSIC), L. Gibson y C. Grzywaczdurante el cambio de protocolo y la metodología enlos análisis. D. Lauente agradece al CENIM-CSIC y al FSE su beca JAE-Pre.

Bblograía

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E ub u u í.A u

xviii-xixJohanna María ThelePíu Ru P Cuu Mub, U C

 j@u.

Ana Bustamante

Píu Ru P Cuu Mub, U C

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Para saber más sobre la composición de las joyasde plata mapuches hemos analizado cuatro piezas de

gran valor y belleza: un trarilonco, un sekil acucha y un kilkai. Como resultado de los análisis pode-mos decir que todos, eectivamente, son de plata enun porcentaje entre 64% y 96% . En el trarilonco esoriginal. El sekil acucha, es original, ue restauradoanteriormente ya que presenta tres medallones dealpaca. El kilkai, 96% de plata, después de analizar latécnica de abricación y la composición metalúrgicapodemos armar que es un objeto moderno de nes

del siglo  xx  y no del siglo  xix  como dice la cha deinventario.

Palabras clae

 Análisis, restauración, investigación, procesos de a-bricación, platería mapuche colonial, puesta en valor.

Resumen

El pueblo mapuche (mapu=tierra, che=gente) vivenen el sur de Chile. Las joyas de plata que ellos pro-ducen son un patrimonio cultural muy importantepara nuestro país. Ellos tienen su propia religión. Lamachi o shaman es undamental en la conguraciónde mitos y ritos mapuches se adornan con joyas deplata durante sus actividades como mediadores entreel mundo natural y el sobrenatural. Cumpliendo así 

la joya de plata un n mágico religioso más que de-corativo. La plata se asocia con la energía emenina y lunar. Su valor es positivo, opuesto al oro que esnegativo y debe ser llevado solo por personas muy uertes. En nuestro trabajo hemos realizado estudiossobre la técnica de abricación usada durante los si-glos  xViii y   xix  y descubrimos que la técnica era lallamada «retrae».

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Abstract

The indian people mapuches (mapu= earth che=people) are living in the South o Chile, Araucania.They have been very good solders trying to resist the

spanish invasion in the colonial time and still newthey don’t eel part o the chileans. Indians who havethere one religion, the machi o shaman use jewel o silver during the activity us mediator o the naturaland the supernatural world using them like a mystic,religion object more than a decorative one. With theinvasion o the Incas (TopaInka) the mapuches get incontact with the technique o silver put only duringthe spanish domination they learn the techniques us

they have to work in the silver mines. (1550-1750.) Also they took spanish solder who knows silver te-chnique prisoners and they overt them a better livei th t h th Th il i t d ith th

la guerra donde destaca la adopción por parte de losmapuches del caballo, ganadería y de las técnicas deplatería.

Hoy día sigue habiendo pueblos mapuches en lazona de la Araucania dedicados al arte y la agricultura

a pesar que muchos de ellos emigraron a las ciuda-des. La región de Arauco, se encuentra entre la cordi-llera de los Andes y el Océano Pacíco, limitando alnorte con el río Bío Bío y al sur con la serranía que seencuentra entre el río San José y el Calle Calle.

Ellos tienen su propia religión. La machi o shamanes undamental en la conguración de mitos y ritosmapuche. Se adornan con joyas de plata durante susactividades como mediadores entre el mundo natural y el sobrenatural.

La invasión inca bajo el mando de Topa Inka lle-góhasta el río Nuble, permitiendo a los mapuches co-nocer este metal pero no aprendieron su abricación

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i they teach them. The silver is connected with theenergy o a women and the moon, like a positive value, curiously gold has a negative value and can beused only by very strong persons. Not only the machihave silver jewel also the important women’s o thetribe can use them during the estivities, us a talisman,

protector and like a symbol o ertility. The ulmen andlonkos show there power using silver jewels us hor-se decoration.The technique o manuacture is called«rerate» done only by a man. In our work we havemake a study about the mapuche silver jewels o the17th-18th.

Keywords

 Analysis, restoration, work poses (rerate), colonialsilver jewels, Indian mapuches, south o Chile.

Introduccón

El pueblo mapuche (mapu=tierra, che=gente) vivenen el sur de Chile. Fueron grandes guerreros que pu-sieron mucha resistencia a la invasión española ennuestra época colonial. En esta lucha destacan perso-najes como Caupolican, cacique mapuche. La guerrade Arauco termina recién durante la República conel proceso denominado de «pacicación» de la Au-raucania en 1891. Se intercambian culturas durante

nocer este metal, pero no aprendieron su abricación.Según los vestigios arqueológicos el desarrollo dela metalúrgica se remonta al periodo Neoaraucano,comprendido entre los años 1550-1750.

Los mapuches dominados por los españoles te-nían que trabajar en las minas de plata y en el lavadodel oro; conocieron además la moneda española dealta ley (92%) la cual usaron muchas veces como ma-teria prima. A su vez, también los mapuches tomabanpresos a españoles, entre ellos algunos que sabíanmetalúrgica, por lo cual los mapuches obtenían unmejor trato a cambio de clases de orebrería, lo quelógicamente varios maestros españoles aceptabangustosamente.

 A partir de la segunda mitad del siglo  xViii, co-mienza a desarrollarse de orma masiva el ocio de

platería, ocio masculino denominado «retrae», unode los enómenos culturales mas destacados de estepueblo; incorporan elementos, ormas propias a lainfuencia recibida siendo hoy día una expresión ar-tística única y inconundible. La ornamentación de lasjoyas cumple una unción mágica-religiosa más quedecorativa.

La cruz, representada recuentemente en la ore-brería mapuche, es un motivo iconográco anterior a

la llegada de los europeos, donde su reerente es laCruz del Sur u otras ormas estelares, como la estrellade Venus.

La platería mapuche es una clave de la cosmovi-sión mapuche, por ejemplo los colgantes pectoralestanto los sikill como los trapelakuche determinan ladivisión del espacio vertical entre el mundo superior,«wenu mapu», y su articulación con la horizontalidad

El pueblo mapuche y su platería

Los hombres usan la plata en los aperos de caba-llo y representa la sumisión de ormas y contenidoshuincas al linaje dominante mapuche. La «ispuela»(espuela), «istipu» (estribo) o los herrajes (riendas, ca-bezadas y el reno) llamadas en mapudungún «witram

plata», «kashatu» y «ketrel piriña».

Técncas de abrcacón

El retrae usa técnicas de undición y laminación porpercusión ría o caliente.

Para la abricación de joyas también se usabanantiguamente monedas chilenas/españolas, ya quecirculaban una gran cantidad de monedas de plata,producto de la comercialización de los animales. Envez de usarlas para intercambio eran undidas, mar-

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del mundo ísico, «kaskavilla» es el instrumento mági-co que usa la machi para alejar a los malos espíritus y 

el "cintillo de plata" permitía el vínculo con los dioses.La plata se asocia con la energía emenina y lunar.

Su valor es positivo, opuesto al oro que es negativo y deber ser llevado solo por personas muy uertes.Cuentan los mapuches, que la luna, después de unagran disputa con el sol derramó sus lágrimas, las quede tan ardientes se convirtieron en plata. Los mapu-ches entonces la recogieron y la cuidaron (g. 1).

Las mujeres usan sus joyas en ceremonias y estas

como talismanes protectores y símbolos propiciadoresde la ertilidad; las guardan envueltas en un paño en subolsa zurrón. El nombre de las piezas que conormanel ajuar es: «trarilonko» (cintillo), «lloven nitrowe» (tocadoemenino), «chaway» (aros), «traripel» (ceñidor de cue-llo), «tupu» y «katawe» (aller para la ropa), «kilkai» (collarcolgante), «sükill» y «trapelakucha» (colgante pectoral, enla oto), «prentedor» (colgante pectoral de tres cadenas).

 vez de usarlas para intercambio eran undidas, martilladas o orjadas, transormadas en joyas para lasmujeres y aperos para adornar los caballos de loshombres importantes. Aquellos que tenían atributosde poder, los ulmen y lonko, rivalizaban entre sí y –en esta competencia de prestigio– era importanteel número de piezas de plata con que contaban susmujeres.

En crónicas de algunos conquistadores que acom-pañaron a Pedro de Valdivia y otros posteriores ha-blan de la gran cantidad de joyas que usaban los ma-puches, especialmente de cobre y plata.

Se sabe que el pulido se realizaba con hierba dela plata o hierba del platero. Sin embargo, este te-nue brillo equivale al 30% del que puede obtenersecon pulidos mecánicos avanzados. Un antecedente

importante señala «que en la actualidad puede obser- varse que la tradición platera no es siempre respeta-da, viéndose entre las piezas de orebrería un acaba-do brillante producto del uso de metales niquelados.»(Kangiser Gómez: 2002).

En una entrevista que me otorga Machi Canturaicomenta el limpiado de la plata con el agua de pata-tas cocidas y el uso actual de las técnicas antiguas deabricación, pero señala su preocupación por la con-

servación de las costumbres, entre ellas también laorebrería, especialmente entre los artesanos jóvenesque preeren usar diseños mas modernos y no man-tener el diseño místico-religioso de sus antepasados.

Las joyas mapuches hoy día son consideradas unbonito adorno para la mujer chilena, por lo cual se venden mucho y los artesanos pueden vivir de suarte.

Fgura 1. Muj u. Fí: P C C.

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Fguras 2 y 3. T . Ru í MEB.

Análss

Como antecedente a este trabajo tenemos la presen-tación de Johanna María Theile durante el CongresoICOM-CC Metal 98 ICOM-CC, Draguignan mayo 1998donde presenta el trabajo de análisis de platería co-lonial chilena, un ejemplo de platería mapuches unSikel (Theile: 1998).

Posteriormente durante los años 2006-2010 se rea-lizaron los análisis de platería mapuche del siglo  xix ,perteneciente a la colección de Ana Bustamante en laUniversidad de Chile. Para orientarse en la elección delas técnicas cientícas adecuadas para el estudio deestas joyas se procedió a una prolija inspección ocu-lar ayudada por una lupa simple biconvexa, un cuen-tahílos y una regla metálica milimetrada, y luego se

El pueblo mapuche y su platería

escogieron las técnicas cientícas para proundizar enlos análisis, basándose en dos razones poderosas para

cia de rayos X (EDXRF) para obtener la estructuraelemental y semi cuantitativa de la aleación metálica

Gráfo 2. Ru í MEB.Gráfco 1. Ru í MEB.

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completar el estudio de estas joyas patrimoniales:

1. Los datos que nos podían proporcionar eransucientes para satisacer tal propósito.

2. No se requería preparar muestras y son análisisno destructivos.

Eligiendo así fuorescencia de rayos X y examen conespectrómetro dispersivo de energía de fuorescen-

con que están abricadas las piezas en estudio, deorma rápida y absolutamente inocua para las joyas.los exámenes se realizaron en la Comisión Chilenade Energía Nuclear, Centro de Estudios Nucleares «Lo Aguirre», Laboratorio de Fluorescencia de Rayos X.

 A continuación se solicitó al Laboratorio de Mi-

croscopía Electrónica del Departamento de IngenieríaMetalúrgica de la Universidad de Santiago de Chile,el análisis EDS (espectro de energía dispersiva) con

Fguras 4 y 5. P uj. Ru í MEB.

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un microscopio electrónico de barrido (MEB). Esteexamen dio la composición elemental cualitativa y semi cuantitativa de las piezas y la topograía de lasupercie de las paredes de las piezas analizadas:

Objetos analzados

1. Trarilonco de cadenas

Los trarilonco de cadenas de plata están constituidosgeneralmente por 30 a 36 eslabones y de sus unionescuelgan igual cantidad de medallones por medio deun simple eslabón de plata. Los colgantes general-

mente consisten en medallones llamados medallas y pueden ser lisos o decorados, con incisos lineales enlos bordes y en el centro un círculo con un puntocentral o bien con la estrella de cuatro puntas mapu-che o la representación de guras oblongas y extraor-dinariamente antropomoras.

El trarilonco de cadenas de plata se coloca en lasien uniendo sus extremos sobre la nuca por medio

Fguras 6 y 7. Kk. Ru í MEB.

Gráfco 3. Ru í MEB.

de un broche. Posteriormente se ha usado a la inver-sa, es decir el broche va sobre la rente. Además seagregan adornos de cintas de colores. Esta joya tam-bién se puede usar como pectoral.

El nuestro es un trarilonco de nes del siglo  xViii oprincipios del  xix .

 – Elaborado en plata (870 no). – Peso = 295 gr. Largo= 56cms. Altura = 5,6 cm. – Presenta pátina intacta, no hay altantes.

El pueblo mapuche y su platería

lograr la licuación de los metales y su vaciamiento enmoldes cerámicos, la uente de calor sólo era un hornoabierto, o ogón alimentado con leños o carbón, y laprovisión de oxígeno se hacía con uelles abricadoscon vejigas de animales y accionados a mano.

Los poros observados se deben a un exceso de ga-ses en solución por un inadecuado control de tempe-ratura. La echa calculada para su conección pudo ha-ber sido nes del siglo xViii o principios del siglo xix , enque aún se disponía de abundancia de plata obtenidade las monedas españolas circulantes y con capacidadeconómica de los aborígenes para obtenerlas. Cabehacer notar que las zonas mayormente aectadas porel óxido estaban en contacto con la piel desnuda de larente de la usuaria: las medallas centrales ya descritasestaban en contacto con la piel del cuello; y el broche,los eslabones y medallas vecinas, estaban en contactocon la piel de la rente y de las sienes de la usuaria.

Gráfco 4. T III.

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 – Hay numerosas zonas cubiertas por placas grue-sas de óxido (gs. 2 y 3; gráco 1).

El microscopio electrónico de barrido (MEB) nosreveló que el trarilonco de cadenas tiene una com-posición mayoritariamente en plata; en las principales

secciones alcanzaba hasta 86%, en otras con manchasnegruzcas, bajaba la plata a 9% y apareció el cobre ma- yoritariamente con 73% y además había cloro, carbo-no, silicio, oxígeno, calcio, potasio, aluminio y ósoro.La topograía de la supercie es irregular, con áreasclaras y oscuras dispuestas desordenadamente. Habíazonas vacías que correspondían a burbujas producidasen el proceso de moldeo; además había pequeñas su-ras y grietas ocasionadas por el uso. Lo que más llamó

la atención ue la existencia de guras más oscuras y de aspecto dendrítico que al ser analizadas mostraronque se trataba de ormaciones en cobre, lo que reveladeecto en la técnica de elaboración por decienciade la producción de calor, lo cual podría indicar queno se alcanzó la temperatura de ebullición, necesariapara una buena mezcla entre los elementos, sólo sedebió alcanzar la temperatura de usión suciente para

2. Sekil acucha

 Antiguamente llamado maimantu, era un pectoral ma-nuacturado con tubos hilados con bras, las cuales se

amarraban al collar o traripel o al tupu. Los tubos erande igual largo ormando cadenas de dos a tres o máscorridas yuxtapuestas, unidas en el extremo inerior auna placa circular de 5 a 8 cm de diámetro, raramentetrapezoidal. La supercie de la placa presentaba ori-cios en la parte superior para las cadenas de tubos y en la parte inerior tenía peroraciones para sujetarcolgantes. Las placas podían ser lisas o grabadas, algu-nas con decoraciones en relieve y calados.

 Variantes del sikel de placas: las ormas más re-cuentes tienen dos a tres corridas de placas rectangu-lares y paralelas, a veces unidas a una placa superiore inerior iguales a las descritas anteriormente, lascuales poseen una gran variedad de colgantes. Estasueron de uso recurrente en el siglo  xViii  y principiosdel siglo  xix . la nuestra es una variante del sikel enel siglo  xix  tiene su placa superior e inerior unidaspor cadenas de eslabones decorativos, los cuales si-

mulan un 8 y que en su centro tienen esculpido unasemiesera, por sus extremos van unidos entre sí poreslabones simples de unión.

Nuestra pieza es un gran prendedor pectoral conaguja.

 – Elaborado en plata (500–860 no en dierentespartes).

Gráfco 5. T III.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

 – De nes del siglo  xViii o principios del siglo  xix 

 – Peso=250 gr. Largo=30 cm. – Ancho de la placa superior=12 cm. – Ancho de la placa inerior=10 cm. – Presenta trescolgantes tipo medellas de conec-ción posterior, en aleación de cobre, níquel y zinc y decoración deectuosa (gs. 4 y 5; gráco 2).

El microscopio electrónico de barrido (MEB) de-muestra que el sekil acucha tenía plata en proporcióndel 63,78% en las zonas lisas y limpias de la placaprincipal. En los surcos, zonas ocupadas por materialennegrecido, se detectó plata al 1,23%; el carbonoestaba presente en 38,15% ya pareció silicio, cloro,calcio, níquel, cobre y zinc, posiblemente eran el pro-ducto de depósitos de residuos ambientales. En lasmedallas originales se detectó plata en 50,04%, cobreen 44,28% y silicio en 5,638%. Esta pieza había sidorestaurada anteriormente con tres medallas de alpaca

 – Ancho=4 cm. – Supercie brillante, sin pátina. No hay daños nialtantes. No se intervino (gs. 6 y 7; gráco 3).

El microscopio electrónico de barrido (MEB) de-muestra que es una pieza elaborada, con técnica de vaciado en molde de arcilla y laminado con golpes demartillo, técnicas antiguas. Según un platero mapucheue coneccionada con granallas de plata (ENAMI) conno de 999, que se rebajó a 950 para hacerla másmaleable durante la elaboración. El examen microscó-pico reveló una composición de 96% de plata y cobre.

Restauracón

Después de analizar los objetos se restauraron, ya quetodos ellos presentaban corrosión como resultado del

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restaurada anteriormente con tres medallas de alpacaque reemplazaban a las originales altantes; estas te-nían plata al 2,86 %, eran de cobre al 63% aliado conníquel y zinc. El aspecto de su supercie era homo-géneo. Por la composición y el estudio morológicosupercial se puede suponer que la restauración es

del siglo  xViii o principios del  xix .

3. Kilkai

 Adorno pectoral creado en el siglo  xix . Consiste enlargas cadenas de plata, ormada por eslabones ar-tísticos, unidos por eslabones lisos de enlace simple.Estas cadenas terminan en una placa en ambos extre-

mos, las cuales poseían un oricio o ranura para darsalida a las amarras que jaban la prenda al ropaje. Sulongitud es de 40 a 60 cm. Se usa colgado al cuello,amarrado en la parte posterior o bien ambos extremosse prenden con un tupu o un cheltuwe a ambos ladosdel pecho, por debajo de las clavículas. Permaneceen uso hasta el momento actual. Una prenda seme-jante, de menor longitud, llamada kilkai chapetu, seusa para juntar las trenzas en la espalda. El nuestro

es un kilkai. Adorno pectoral consistente en una largacadena con colgantes.

– Elaborado en plata de 960 de no. Coneccióntécnica tradicional de vaciado en molde de ce-rámica. – Peso=200 gr. – Largo=56 cm.

todos ellos presentaban corrosión como resultado delcontacto con la piel humana y el sudor. Todo ellos setrataron con Titriplex III1 (C

10H

14O

8Na

2x 2H

2O) disuel-

to en agua destilada y luego se lavaron con agua desti-lada y se secaron con secador de pelo (grácos 4 y 5).

En una pieza se pegó una cinta adhesiva (shotsch)

que dejó marcas amarillas que no salieron con el Ti-triplex, ya que este producto es para corrosión y nomanchas. Después de varias pruebas se eliminaron lasmanchas amarillas del pegamento con agua destilada,lavando posteriormente el objeto en agua destilada.

Conclusón

Como conclusión podemos señalar que la calidad dela platería mapuche del siglo  xViii- xix  es muy buena.También la técnica del «retrae» es interesante, muy si-milar a técnicas usadas en la época precolombinas. Yateníamos algunas indicios de su buena calidad debidoa los análisis realizados a un sikel (Theile, 1998).

 Anteriormente se había demostrado que la plateríadel apero huaso de la misma época presentaba una

muy buena calidad. En cambio, la platería religiosa secaracterizaba por tener poca plata, solo un pequeñobaño en la supercie (en general 0,5 mm) y en suinterior dominaba silicio (Si) azure (S), aluminio (Al)cobre (Cu) zinc (Zn) y erro (Fe).

1 E b quí u EDTA.

El pueblo mapuche y su platería

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161

A u, u í Mu T Eé D. F.

Patrca Ruz PortllaEu N C, Ru Muí ENCRM-INAH-SEP, «Mu C

N», C, Mé

u@.

María del Plar Tapa LópezEu N C, Ru Muí ENCRM- INAH-SEP, «Mu C

N», C, Mé

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preocupación por conservar tanto los vestigios mate-riales como los inmateriales de situaciones relevantesen las dinámicas sociales y culturales regionales. Sinembargo, el patrimonio industrial resulta un caso dig-no de analizar porque, aunque se trata de una gran variedad de bienes muebles e inmuebles implica unaescala distinta en el conocimiento de la sociedad.

Gabrela PeñuelasEu N C, Ru Muí ENCRM- INAH-SEP, «Mu C

N», C, Mé

Jannen Contreras VargasEu N C, Ru Muí ENCRM- INAH-SEP, «Mu C

N», C, Mé

Ingrd Jménez CosmeEu N C, Ru Muí ENCRM- INAH-SEP, «Mu C

N», C, Mé

Resumen

En los últimos años se ha puesto en valor la uncióndel patrimonio en relación a la sociedad que lo po-see, usa y, por ende, conserva. Los dierentes docu-mentos de índole internacional han maniestado la

Apromacón socal del patrmono ndustral, el caso de un tranía del Museo de Transportes Eléctrcos del D.F.

La restauración-conservación del patrimonio in-dustrial suele restringirse a la intervención de obje-tos aislados producto de actividades industriales queactualmente conorman colecciones de museos, ola intervención o adecuación de los inmuebles parabrindar nuevos usos a espacios destinados para acti- vidades industriales –la transportación de materia pri-ma, como el caso de los trenes, por citar un ejemplo–.Desde el Seminario Taller de Restauración de Meta-les de la ENCRyM se presenta una revisión en loscriterios y principios de aproximación al patrimonioindustrial; sin perder de vista que son producto de di-námicas sociales, económicas y tecnológicas determi-nadas, refejo y testigo de la memoria social de un pe-riodo especíco. Teniendo esto en cuenta se presenta

la primera parte de la metodología de acercamientodel caso de un tren de vía del Museo de TransportesEléctricos de la Ciudad de México.

restoration intervention, because time and cost werenot aordable to the Museum.Documentation is another way to preserve and trans-mit inormation to uture generations about mobileindustrial heritage and it is another way to underli-ne its importance as inormation media about tech-nology and society. Nowadays there are discussionsabout recognize mobile industrial heritage as culturalheritage so its documentation is by now the way topreserve it.

Keywords

Industrial Heritage, Mobile industrial heritage, Con-servation, Registration o cultural heritage.

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Palabras clae

Patrimonio industrial metálico, documentación,

registro.

Abstract

 When people think about industrial heritage, alwayscomes to their main buildings, landscapes and cities.

Mobile heritage is orgotten, in act, there is not acharacterization or classication o mobile industrialheritage. Studies and contributions about this item arescarce.

The Metals Conservation Laboratory (MCL) at theNational School o Conservation Restoration and Mu-seography, Mexico, has been concerned to introduceand sensitize conservation students about the impor-tance o mobile industrial heritage. The MCL has done

several conservation projects with dierent industrialheritage all o them dated between last twenty yearso the XVIII century to early XX century.

The last conservation project was about the Tram1303 rom the Electric Transport Museum, MexicoCity where documentation o its lie history, graphicregistration o its parts, and deterioration eects wereraised. The conservation project does not include a

Antecedentes

Pensar en máquinas viejas es imaginar hierros co-rroídos, chatarra y objetos obsoletos, pocas veces

creemos que las maquinarias de producción, herra-mientas, medios de transporte y todo tipo de bienesmuebles industriales son bienes culturales dignos deser conservados, «muchos Estados que integran ciertasaéreas culturales del planeta no consideran todavía elpatrimonio industrial como parte del patrimonio cul-tural, y por ello no lo inventarían ni lo inscriben enla Lista del Patrimonio Mundial» (Gutiérrez, 2007: 42).

El patrimonio industrial es una categoría del pa-

trimonio cultural que se asigna a los objetos que ha-blan de la vida industrial material e inmaterial, comopueden ser los complejos abriles incluyendo susmuebles, los mercados, medios de transporte, herra-mientas, archivos, documentos orales, visuales, me-moria social, entre otros; sin embargo reconocer alpatrimonio industrial como objetos de nuestro patri-monio cultural ha sido y es una tarea diícil en la quese sigue trabajando desde dierentes perspectivas y 

disciplinas.Dentro del área de conservación de patrimoniocultural industrial mueble, particularmente en el Se-minario Taller de Restauración de Metales (STRM) dela Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museograía (ENCRyM) se ha preocupado por intro-ducir y sensibilizar a los alumnos acerca de la im-portancia de estos bienes. Han sido escasas las in-

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

tervenciones realizadas, por ejemplo; en el año 2007se restauró una prensa de acuñación perteneciente aCasa de Moneda México, echada a nales del siglo xix . En el año 2004 se intervinieron dierentes objetosindustriales productos del proceso industrial como unrevolver Colt, cajas de seguridad, herramientas comobase de taladro de vías, taladro de vía, entre otras.Esto habla de una preocupación por la conservación,pero también señala una necesidad de lineamientosteóricos de restauración que van de la mano de una valoración, ya que no se puede aislar al objeto de sucontexto.

La ormación de proesionistas en el área de laconservación del patrimonio cultural industrial mue-ble también requiere ser considerada, ejemplo de

este esuerzo es el que el Seminario Taller de Restau-ración de Metales (STRM) hace ya desde el año 2000.En un principio sólo se limitaba a considerar obra deorigen industrial como parte de la colección que se

d l b d l

que describen los eventos históricos, avances, retro-cesos y evolución social, tecnológica, económica, quetambién se puede abordar desde la materialidad delpatrimonio industrial.

La Carta de Monterrey sobre Conservación delPatrimonio Industrial es de los pocos documentosexpedidos en México que hace mención de este pa-trimonio, de la importancia que representa y de laescasez de su salvaguarda y estudio; entre sus líneasmenciona lo siguiente:

«El Patrimonio Industrial es una de las categoríasque sure mayor grado de abandono y desprotec-ción, motivado por diversas razones: la escasez denormas jurídicas vinculadas a dichos bienes, la im-

posibilidad de la utilización de dichos bienes paralos procesos productivos, la no incorporación deeste tema en las políticas públicas de desarrolloeconómico y cultural, la carencia de visión por

d l d l bl d

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intervendría en el STRM, sin embargo a partir del año2010 se ha integrado a su currícula una serie de char-las y visitas a sitios industriales, con lo que se buscasensibilizar a los alumnos acerca de la importancia deéste patrimonio, así como se reuerza su ormación

en ésta área. Los resultados no han sido en vano yaque año con año son más los estudiantes egresadosde la ENCRyM que están interesados y que intervie-nen este tipo de patrimonio.

En México aún no existe el reconocimiento delos objetos industriales como sucede en otros paísesde Norteamérica y Europa, probablemente una delas causas sea que se tiene como símbolo de identi-dad al patrimonio prehispánico que incluso cuenta

con la protección y reconocimiento legal de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos. A la echa no hay un docu-mento que se preocupe por el resguardo de los bie-nes industriales dado que no se reconoce el valorque poseen, por ello se han desmantelado y perdidoen gran cantidad.

Sin lugar a dudas los bienes arqueológicos1 hablande nuestras raíces pero no signica que sea la única

inormación material histórica relevante, pues tene-mos distintos periodos, con características diversas

1 A. 28. S u qu b ub ubu uu b , í u, u, uu. L F b Mu ZAqu, Aí H, 1972.

parte de los propietarios de los inmuebles indus-triales y de las autoridades para diseñar proyectosque permitan incorporar a los mismo en una nue- va actividad productiva muchas veces provocadaspor la rentabilidad económica, la muy incipiente

 valorización de este patrimonio en nuestro país,así como la alta de inventarios, registro, catálogos, y uentes documentales sobre el mismo» (Carta deMonterrey, 2006).

Desde la visión internacional existe la Carta deNiznhy Tangil, declaratoria que habla a grandes ras-gos sobre la importancia de salvaguardar, conserva y valorar a los bienes industriales; por otro lado está

la resolución de Zabrze (Polonia, 2004) que da unenoque turístico en torno a este tipo de bienes «re-comienda rmemente que se utilicen las actividadesturísticas de orma coherente con el n de preservarlos monumentos industriales para las generacionesactuales y uturas» (Gómez, 2009: 264). Por ello es im-portante tener el reconocimiento de la materialidad,su historia y características para llegar a una valora-ción e implementar una metodología de conserva-

ción.Hasta hoy no existe ningún documento que hablesobre los lineamientos teóricos para su conservación-restauración; la mayoría de los escritos e investiga-ciones hacen énasis en la importancia de catalogar y registrar cada uno de los objetos, esta acción permitepreservar y plasmar sobre un documento la memoriade la materialidad que en corto o largo plazo des-

Apromacón socal del patrmono ndustral, el caso de un tranía del Museo de Transportes Eléctrcos del D.F.

aparecerá por deterioros, y alta de una valoración y i i t t i i

Fgura 1. V í, 1303. Fí: P Ru.

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reconocimiento como patrimonio.Bajo este criterio de documentar, dentro del Se-

minario Taller Optativo de Restauración de Metalesse realizó un primer acercamiento a un bien culturalindustrial mueble, donde se llevó acabo el registro

gráco y escrito del tranvía 1303 para reparación delínea elevada; pues bien el olvido promueve su de-terioro y la pérdida material, de ahí la importanciade «procurar su permanencia como evidencia de unpasado cuyo conocimiento permitirá evaluar sus po-sibilidades sociales, culturales y su impacto en la na-turaleza» (Niccolai y Morales, 2003: 52).

El registro documental se realizó con base en die-rentes rubros que abracaron la identicación de par-

tes constitutivas, alteraciones y estado material. A continuación se presentan los puntos considera-

dos en el registro escrito y otográco del tranvía 1303para la reparación de la línea elevada. Cabe señalarque la escritura viene a ser el instrumento necesarioque es capaz de perpetuar la memoria de los hechosen un ordenación cronológica (Chaón, 1996: 86).

Registro del carro torre de línea elevada 1.303(g. 1)

 – Obra: Carro torre de línea elevada 1303. – Lugar: Museo del Transporte Eléctrico del Dis-trito Federal.

– Modelo: J.G. Brill. – Procedencia: Pensylvania.

Fgura 2. Equ u u

Au: P Ru.

Fguras 3a y 3b. Equ: u. Au:P Ru. Equ: .Au: P Ru.

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Fgura 7. Equ: . Au: P Ru.

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166

Fguras 5a y 5b. Ej qu uu u 1 6. Au:P Ru. Ej 1 6. Fí: P Ru.

Fguras 6a y 6b. M b j u 1 6.Au: P Ru. C

u j uu Fí: P Ru.

Fgura 4. Equ: í . Au: P Ru. – Época: 1900.– Número de inventario: C780200024-0039.– Dimensiones máximas: 9,26 m (largo) × 4,85 m

(alto) × 2,45 m (ancho).

Reconocer por medio del análisis organoléptico esun paso primordial durante el registro o catalogación,dado que es una de las maneras de extraer la inor-mación que el objeto contiene, como sus cualidades,características ísicas y alteraciones que son huellasde vida. A alta de conocimiento de sus partes me-cánicas del tranvía, se asignó una nomenclatura y se

realizaron dierentes esquemas para cada una de lascaras con el objetivo de localizar la inormación des-crita de las cualidades que la materialidad poseía enel momento.

 A continuación se presenta la nomenclatura em-pleada y algunos de los esquemas realizados para elregistro (g. 2):

Nomenclatura:

 – Caras laterales A y B. – Cuerpo A1, A2, A3, A4, A5, A6B1, B2, B3, B4, B5, B6.

 – Frente 1. – Frente 6.

Con base en los esquemas y la nomenclatura serealizó el registro de los materiales constitutivos; en

Apromacón socal del patrmono ndustral, el caso de un tranía del Museo de Transportes Eléctrcos del D.F.

el caso del tranvía se distinguieron dos: el hierro y lamadera que se ueron ubicando en los grácos, así como la capa pictórica que posee en toda la super-cie (gs. 3a y 3b).

La estratigraía del piso ue la zona más compleja ya que posee varios niveles, inicia con el truck quetiene todo el mecanismo para el uncionamiento deltranvía, sobre él se localiza el piso con tres capasdistintas: la primera es una estructura de metal quea su vez posee dos tipos de piso de madera. El di-seño y distribución de los espacios tiene que vercon la uncionalidad y uso del carro y cada uno delos compartimentos como se ve refejado en el piso(g. 4).

En cuanto al techo cada cuerpo posee ejes me-

tálicos curveados paralelos al ancho del carro, estánrealizados con un alma metálica y en cada costado(derecho-izquierdo) tiene madera unida por tornillos,sobre ésta se colocó madera al hilo (gs, 5a y 5b y gs 6a y 6b)

por aeración dierencial, el mayor causante de estos

eectos se debe a la intemperie. La inormación igual-mente se bajó a esquemas para su ubicación (g. 7).

Otros de los puntos relevantes del registro ue lalocalización de las huellas o marcas, pues bien, ha-blan del uso-unción y de la historia de vida gran

Fgura 9. Equ: b -

, B. Au: P Ru.

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gs. 6a y 6b).Después de haber entendido la composición del

carro se continuó con el registro del estado material,donde se observó que su mayor deterioro se refejabaen la pérdida de resistencia estructural, por un lado

la madera se encontraba con pérdida de resistencia,grietas, racturas, y con deormaciones. El metal te-nía corrosión de tres tipos: por placas, intergranular y 

blan del uso unción y de la historia de vida, granparte de las marcas registradas están muy erosiona-das y en corto tiempo desaparecerán, pero con eltrabajo realizado ya se respaldó la inormación. Porejemplo, el número 1.303, que es propio y único de

este tranvía, actualmente se localiza erosionado porla intemperie; gracias a esa marca se pudo localizar altranvía en la película de Luis Buñuel La Ilusión viajaen tranvía en donde se observa en movimiento y ensu unción original reparando la línea elevada. Lasmarcas son importantes precisamente porque hablande la historia, son huellas de vida que ayudan a en-tender e ir contextualizando al objeto (gs. 8, 9 y 10).

Conclusones

Los registros realizados desde la visión de la conser- vación tienen grandes ventajas porque el enoque seinicia con la materialidad; es la prioridad reconocerel material y observar cada una de las caras para ex-traer la inormación que conserva, se identican los

materiales, las marcas de reparaciones, uso, deterioro,así como los restos de aquellos materiales degrada-dos que en algún momento ormaron parte del biencultural. La restauración es una disciplina que no sólopermite la pervivencia del objeto a través de la inter- vención directa en la materia, otra de la ormas depasar la inormación a uturas generaciones es preci-samente por medio del registro, pues queda susten-

Fgura 9. Equ: b - , A. Au: P Ru.

Fgura 8. E íu La Ilusión viaja en Tranvía  Lu Buu,

b 1303 u, í quuí I.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

tado en un documento la existencia de la obra. Paralos bienes industriales muebles a la echa es la mayoraportación que se realiza para su conservación, yaque existen discusiones teóricas para su reconoci-miento, y mientras se concretiza los lineamientos éstaes la mejor manera de conservar a estos objetos.

Bbí

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Au. Duu: í b b u

Ignaco César SanzKk S.L.

kk@.

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En nuestro caso concreto, el estado de conserva-ción de la aeronave es delicado, sobre todo, tenien-do en cuenta la acción de la humedad y el ataquesalino al sistema estructural, y a la zona de la canoa,llegando a niveles de corrosión activa elevados. Lostratamientos necesarios, a nivel químico, han de serde inhibición y detención de la corrosión para, poste-riormente, atacar los problemas estructurales median-te la colocación de elementos de aluminio abrazando

las zonas con deterioro (sándwich) sujetos entre sí por un remachado aeronáutico.

Palabras clae

 Aluminio, duraluminio, aleaciones, polarización cató-dica, decloración, lixiviación.

Resumen

«El aluminio, ese gran desconocido», esta rase quebien podría ser el título de un documental, de unabroma o de un reclamo publicitario, resume en sí misma, una gran realidad para nosotros, los restaura-dores de metales. Si bien industrialmente, desde prin-cipios del siglo xx, se trabaja, se obtiene, se alea, se

manuactura,… con gran conocimiento, con técnicasdepuradas, es una gran realidad que en nuestro cam-po, la conservación y restauración, es un verdadero«orastero». Este desconocimiento se da, en parte porser un material «nuevo», en parte porque la restau-ración del patrimonio industrial, es un campo muy nuevo, con un horizonte muy amplio y casi todo, porexplorar.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Abstract

«Aluminium, the great unknown», this phrase might well be the title o a documentary, a joke or a pu-blicity gimmick, summarizes in itsel, a reality or

us, the restorers o metals. While industrially romthe early twentieth century, work is obtained, it isalloyed, it is made, ... with great knowledge, renedtechniques, it is a reality that in our eld, conserva-tion and restoration, is a true «stranger». This igno-rance is given, in part because it is a material «new»in part because the restoration o Industrial Herita-ge, is a very new eld, with a very wide horizon,and almost all, to explore.

In our case, the conservation status o the aircratis delicate, especially taking into account the actiono moisture and salt attack the structural system, andthe area o the canoe, reaching high levels o activecorrosion.

tanto, la restauración de estos aparatos se centran enel patrimonio del siglo  xx .

Equpo multdscplnar

Como se puede adivinar, el equipo de proesionalesque deben participar en la restauración de aeronaves,ha de ser un equipo multidisciplinar de acto. Se con-tará con la participación de:

1. Ingenieros aeronáuticos.2. Técnicos en restauración.3. Mecánicos titulados.

4. Químicos y/o ingenieros industriales.5. Otro personal auxiliar: técnicos en manejo de

grúas, historiadores, otro personal laboral, per-sonal de seguridad, laboratorios de análisis me-talúrgicos, laboratorios de análisis de materia-

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Necessary treatments, a chemical level, must be o inhibition and arrest corrosion to later attack the structural problems by placing aluminum elements em-bracing the areas o impairment (sandwich) subjects

together by a riveted aircrat.

Keywords

 Aluminium, duralumin alloys, cathodic polarization,dechlorination leaching.

Introduccón

Son, sin lugar a dudas, los siglos  xix  y  xx , los en-cargados en suministrar el mayor número de piezasmecánicas y maquinaria, que conorma el patrimonioindustrial de los países desarrollados y en proceso de

desarrollo. Tras la revolución industrial se aporta latécnica, los materiales y la preparación adecuada parala construcción y desarrollo de estas máquinas. Másconcretamente, el mundo de la aviación, actualmen-te uno de los sectores más pujantes en el desarrolloindustrial, comienza su andadura, con vuelo a motor,en 1901 y se puede decir que es hacia el 1910, cuan-do se producen «industrialmente» aeronaves. Por lo

les (pinturas, cuero, madera, baquelita, resinas,etc.), equipos de apoyo inormático, equipo deotograía digital e inograía, manipuladores demaquinaria pesada y semipesada, etc.

De este grupo heterogéneo se tiene que conseguirun equipo de trabajo, coordinado, proesional, ecaz,seguro, responsable y, apuesto que será lo más ácil,con una alta motivación.

Materales

Como también se adivina, el acometer un trabajo derestauración integral de un bien histórico-cultural dela importancia de un avión, tan emblemático como elDornier DO-24, son muchos los materiales diversospresentes en la aeronave, entre los que destacan alea-ciones de aluminio, duraluminio, acero, hierro, cobre,zinc, madera, baquelita, resina enólica, gomaespuma,telas, pinturas, polímeros plásticos, metacrilato, vi-

drio...Debido a ello, para arontar los trabajos de res-tauración, se intentará y se promoverá el tener unaormación e inormación lo más completa posible y arontarlos con las mayores garantías.

Centrándonos en el motivo de este congreso, de-bemos hablar del material metálico de mayor presen-cia en una aeronave:

Alumno. Duralumno: patologías y posbles tratamentos de establzacón y restauracón

El aluminio, este es sin duda, nuestro gran prota-gonista.

El aluminio es un elemento químico, de símbolo Al y número atómico 13. Se trata de un metal noerromagnético. Es el tercer elemento más comúnencontrado en la corteza terrestre. En estado natural

se encuentra en muchos silicatos (eldespatos, pla-gioclasas y micas). Como metal se extrae únicamen-te del mineral conocido con el nombre de bauxita,por transormación primero en alúmina mediante elproceso Bayer y a continuación en aluminio metálicomediante electrólisis.

Este metal posee una combinación de propieda-des que lo hacen muy útil en ingeniería mecánica,tales como su baja densidad (2.700 kg/m3) y su alta

resistencia a la corrosión. Mediante aleaciones ade-cuadas se puede aumentar sensiblemente su resisten-cia mecánica (hasta los 690 MPa). Es buen conductorde la electricidad y del calor, se mecaniza con acili-dad y es relativamente barato. Por todo ello es, desde

di d d l i l l l á ili

El reciclado del metal a partir de la chatarra, ma-terial viejo o deshechos era una práctica conocidadesde principios del siglo  xx . Sin embargo, es a partirde los años 1960 cuando se generaliza.

Característcas

Características ísicas

Entre las características ísicas del aluminio destacanlas siguientes:

 – Es un metal ligero, cuya densidad es de 2.700kg/m3 (2,7 veces la densidad del agua), un terciode la del acero. – Tiene un punto de usión bajo: 660° C (933º K). – El peso atómico del aluminio es de 26,9815 u.E d l bl b ill b i

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mediados del siglo  xx , el metal que más se utilizadespués del acero.

Después del devenir histórico y las mejoras de losprocesos de obtención, los precios bajaron continua-

mente hasta colapsarse en 1889 tras descubrirse unmétodo sencillo de extracción del metal aluminio. Lainvención de la dinamo por Siemens en 1866 propor-cionó la técnica adecuada para producir la electrólisisdel aluminio. La invención del proceso Hall-Héroulten 1886 (patentado independientemente por Héroulten Francia y Hall en EE.UU.) abarató el proceso deextracción del aluminio a partir del mineral, lo quepermitió, junto con el proceso Bayer (inventado al

año siguiente, y que permite la obtención de óxidode aluminio puro a partir de la bauxita), que se ex-tendiera su uso hasta hacerse común en multitud deaplicaciones. Sus aplicaciones industriales son relati- vamente recientes, produciéndose a escala industrialdesde nales del siglo  xix . Ello posibilitó que el alu-minio pasara a ser un metal común y amiliar.

La producción mundial alcanzó las 6.700 tonela-das hacia 1900, 700.000 en 1939 y en 1943 llegó a

los 2.000.000 tm debido al impulso de la II GuerraMundial. Desde entonces la producción se ha dispa-rado hasta superar la de todos los demás metales noérreos.

 Actualmente el proceso ordinario de obtención delmetal consta de dos etapas, la obtención de alúminapor el proceso Bayer a partir de la bauxita, y posteriorelectrólisis del óxido para obtener el aluminio.

 – Es de color blanco brillante, con buenas propie-dades ópticas y un alto poder de refexión deradiaciones luminosas y térmicas. – Tiene una elevada conductividad eléctrica com-

prendida entre 34 y 38 m/(Ω mm2) y una elevadaconductividad térmica (80 a 230 W/(m•K)).

 – Resistente a la corrosión, a los productos quími-cos, a la intemperie y al agua de mar, gracias ala capa de Al

2O

3ormada.

– Abundante en la naturaleza. Es el tercer elemen-to más común en la corteza terrestre, tras el oxí-geno y el silicio.

– Su producción metalúrgica a partir de minera-

les es muy costosa y requiere gran cantidad deenergía eléctrica. – Material barato y ácil de reciclar.

Características mecánicas

Entre las características mecánicas del aluminio desta-can las siguientes:

 – De ácil mecanizado debido a su baja dureza.– Muy maleable, permite la producción de láminas

muy delgadas.– Bastante dúctil, permite la abricación de cables

eléctricos.– Material blando (Escala de Mohs: 2-3). Límite de

resistencia en tracción: 160-200 N/mm2 [160-200

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

MPa] en estado puro, en estado aleado el rangoes de 1.400-6.000 N/mm2. El duraluminio ue laprimera aleación de aluminio endurecida que seconoció, lo que permitió su uso en aplicacionesestructurales.

– Para su uso como material estructural se nece-

sita alearlo con otros metales para mejorar laspropiedades mecánicas, así como aplicarle trata-mientos térmicos.

– Permite la abricación de piezas por undición,orja y extrusión.

 – Material soldable, con ciertas puntualizaciones. – Con CO

2absorbe el doble de un impacto. Mate-

rial barato y ácil de reciclar.

Características químicas

 – Debido a su elevado estado de oxidación se or-ma rápidamente al aire una na capa supercialde óxido de aluminio (Alúmina Al O ) imper

óxidos (cromo, manganeso, etc.) por procesosaluminotérmicos.

 Aleaciones

Desde el punto de vista ísico, el aluminio puroposee una resistencia muy baja a la tracción y unadureza escasa. En cambio, unido en aleación conotros elementos, el aluminio adquiere característicasmecánicas muy superiores. La primera aleación dealuminio que mejoraba su dureza ue el duralumi-nio y existen actualmente centenares de aleacionesdierentes. El duraluminio es una aleación de alumi-nio con cobre (Cu) (3-5%) y pequeñas cantidades de

magnesio (Mg) (0,5-2%), manganeso (Mn) (0,25-1%) y zinc (Zn) (3,5-5%).

Son también importantes los diversos tipos dealeaciones llamadas anticorodal, a base de aluminio(Al) y pequeños aportes de magnesio (Mg) y silicio(Si) Pero que pueden contener a veces manganeso

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172

de óxido de aluminio (Alúmina Al2O

3) imper-

meable y adherente que detiene el proceso deoxidación, lo que le proporciona resistencia a lacorrosión y durabilidad. Esta capa protectora, de

color gris mate, puede ser ampliada por electró-lisis en presencia de oxalatos. Ciertas aleacionesde alta dureza presentan problemas graves decorrosión intercristalina. – El aluminio tiene características anóteras. Estosignica que se disuelve tanto en ácidos (or-mando sales de aluminio), como en bases uertes(ormando aluminatos con el anión [Al (OH)

4]-)

liberando hidrógeno.

– La capa de óxido ormada sobre el aluminio sepuede disolver en ácido cítrico ormando citratode aluminio. – El principal y casi único estado de oxidación delaluminio es +III, como es de esperarse por sustres electrones en la capa de valencia. – El aluminio reacciona con acilidad con HCl,NaOH, ácido perclórico, pero en general resistela corrosión debido al óxido. Sin embargo, cuan-

do hay iones Cu2+

y Cl-

su pasivación desaparece y es muy reactivo. – Los alquilaluminios, usados en la polimerizacióndel etileno, son tan reactivos que destruyen eltejido humano y producen reacciones exotérmi-cas violentas al contacto del aire y del agua. – El óxido de aluminio es tan estable que se uti-liza para obtener otros metales a partir de sus

(Si). Pero que pueden contener a veces manganeso(Mn), titanio (Ti) y cromo (Cr). A estas aleacionesse las conoce con el nombre de avional, duralinox,

silumin, hidronalio, peraluman, etc.

Como hay distintas composiciones de aluminioen el mercado, es importante considerar las propie-dades que éstas presentan, pues, en la industria dela manuactura, unas son más avorables que otras.Piensen que aluminio es el papel de cocina, las latasde rerescos, la carpintería del IPCE, el bloque motorde un Formula 1, la estructura alar del trasbordadorespacial Atlantis…

 Aportaciones de los elementos aleantes

Los principales elementos aleantes del aluminio sonlos siguientes y se enumeran las ventajas que propor-cionan:

 – Cromo (Cr). Aumenta la resistencia mecánicacuando está combinado con otros elementos Cu,

Mn, Mg.– Cobre (Cu). Incrementa las propiedades mecá-nicas, pero reduce la resistencia a la corrosión.

– Hierro (Fe). Incrementa la resistencia mecánica.– Magnesio (Mg). Tiene alta resistencia tras el con-

ormado en río.– Manganeso (Mn). Incrementa las propiedades

mecánicas y reduce la calidad de embutición.

Alumno. Duralumno: patologías y posbles tratamentos de establzacón y restauracón

 – Silicio (Si). Combinado con magnesio (Mg), tie-ne mayor resistencia mecánica.

– Titanio (Ti). Aumenta la resistencia mecánica.– Zinc (Zn). Reduce la resistencia a la corrosión.

 

 Tipos de aleaciones normalizadas

Las aleaciones de aluminio orjado se dividen en dosgrandes grupos, las que no reciben tratamiento térmi-co y las que reciben tratamiento térmico.

 Aleaciones de aluminio orjado sin tratamiento térmico

Las aleaciones que no reciben tratamiento térmico so-lamente pueden ser trabajadas en río para aumentarsu resistencia. Hay tres grupos principales de estasaleaciones según la norma AISI-SAE que son los si-guientes:

por ejemplo: T5, T6. Hay tres grupos principales deeste tipo de aleaciones:

 – Aleaciones 2xxx: El principal aleante de estegrupo de aleaciones es el cobre (Cu), aunquetambién contienen magnesio Mg. Estas aleacio-

nes con un tratamiento T6 tiene una resistenciaa la tracción aproximada de 64 kpsi (442 MPa) y se utiliza en la abricación de estructuras deaviones. Algunas de estas aleaciones se denomi-nan duraluminio. – Aleaciones 6xxx. Los principales elementosaleantes de este grupo son magnesio y silicio.Con unas condiciones de tratamiento térmicoT6 alcanza una resistencia a la tracción de 42

kpsi (290 MPa) y es utilizada para perles y es-tructuras en general (Aluminio 6061: estructurasaeronáuticas). – Aleaciones 7xxx. Los principales aleantes de estegrupo de aleaciones son cinc, magnesio y cobre.Con un tratamiento T6 tiene una resistencia a la

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 – Aleaciones 1xxx. Son aleaciones de aluminiotécnicamente puro, al 99,9% siendo sus princi-pales impurezas el hierro y el silicio como ele-

mento aleante. Se les aporta un 0,12% de cobrepara aumentar su resistencia. Tienen una resis-tencia aproximada de 90 MPa. Se utilizan princi-palmente par trabajos de laminados en río. – Aleaciones 3xxx. El elemento aleante principalde este grupo de aleaciones es el manganeso(Mn) que está presente en un 1,2% y tiene comoobjetivo reorzar al aluminio. Tienen una resis-tencia aproximada de 16 kpsi (110 MPa) en con-

diciones de recocido. Se utilizan en componen-tes que exijan buena mecanibilidad. – Aleaciones 5xxx. En este grupo de aleaciones esel magnesio el principal componente aleante suaporte varía del 2 al 5%. Esta aleación se utilizapara conseguir reorzamiento en solución sóli-da. Tiene una resistencia aproximada de 28 kpsi(193 MPa) en condiciones de recocido.

  Aleaciones de aluminio orjadocon tratamiento térmico

 Algunas aleaciones pueden reorzarse mediante tra-tamiento térmico en un proceso de precipitación. Elnivel de tratamiento térmico de una aleación se re-presenta mediante la letra T seguida de un número,

Con un tratamiento T6 tiene una resistencia a latracción aproximada de 73 kpsi (504 MPa) y seutiliza para abricar estructuras de aviones.

Los métodos industriales de obtención de piezasde aluminio son muy variados:

1. Por extrusión (siempre unido este método, nodebe olvidarse, a tratamientos de acabado y eltemple de la perlería).

2. Mediante métodos de undición de piezas(molde de arena, molde metálico, por presióno inyección, etc.).

3. Por mecanizado, utilizando herramientas decorte y talla de acero rápido (HSS), metal duro(carburos metálicos) (widia), diamante, inclusomecanizado por electroerosión.

Los métodos de unión entre planchas y piezas son tres:

1. Soldadura: Los procedimientos de soldadura enaluminio pueden ser con arco eléctrico, bajo

atmósera inerte que puede ser argón, helio,por puntos o por ricción.Hay dos técnicas de soldadura al arco: la solda-dura al arco bajo atmósera inerte con electro-do reractario o procedimiento TIG (TungstenInert Gas), y la soldadura al arco bajo atmóse-ra inerte con electrodo consumible o procedi-miento MIG (Metal Inert Gas).

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

2. Doblado o engatillado.3. La tercera, que es la más interesante para no-

sotros, el remachado. La orma tradicional deunión entre planchas y estructuras en aviación,como comúnmente se sabe, es por medio deelementos o piezas de unión llamadas rema-

ches. Actualmente se encuentra vigente y es,por los excelentes resultados que da en cuantoa fexibilidad de la unión, evitando uniones y estructuras rígidas que pueden provocar rotu-ras y alta atiga en el material.

Los tratamientos protectores superciales de plan-chas y piezas son: el anodizado, anodizado duro y laaplicación de pinturas.

 – Anodizado. El Aluminio, después de su obten-ción industrial, para protegerse de la acción delos agentes atmoséricos, orma por sí solo, unadelgada película de óxido de aluminio; esta capade Al2O3, tiene un espesor más o menos regular

5. Los anodizados más comerciales son los quese utilizan coloreados por motivos decorati- vos. Se emplean diversas técnicas de colora-ción tanto orgánicas como inorgánicas.

 – Anodizado duro. Cuando se requiere mejorar de

orma sensible la supercie protectora de las pie-zas se procede a un denominado anodizado duroque es un tipo de anodizado donde se puedenobtener capas de alrededor de 150 micras, segúnel proceso y la aleación. La dureza de estas capases comparable a la del cromo-duro, su resistenciaa la abrasión y al rotamiento es considerable.

Las propiedades del anodizado duro son:

1. Resistencia a la abrasión: lo que permite quetenga una resistencia al desgaste supercialsuperior a muchos tipos de acero.

2. Resistencia eléctrica. La alúmina es un ais-lante eléctrico de calidad excelente, supe-rior a la de la porcelana.

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3, p gdel orden de 0,01 micras sobre la supercie demetal que le conere unas mínimas propiedadesde inhibición y anticorrosión.

Existe un proceso químico electrolítico llamadoanodizado que permite obtener de manera arti-cial películas de óxido de mucho más espesor y con mejores características de protección que lascapas naturales.El proceso de anodizado llevado a cabo en unmedio sulúrico produce la oxidación del materialdesde la supercie hacia el interior, aumentandola capa de óxido de aluminio, con propiedades

excelentes por resistencia a los agentes químicos,dureza, baja conductividad eléctrica y estructuramolecular porosa, esta última junto con las ante-riores, que permite darle una excelente termina-ción, que es un valor determinante a la hora deelegir un medio de protección para este elemento.Las ventajas que tiene el anodizado son:

1. La capa supercial de anodizado es más du-

radera que la capas obtenidas por pintura.2. El anodizado no puede ser pelado porqueorma parte del metal base.

3. El anodizado le da al aluminio una aparien-cia decorativa muy grande al permitir colo-rearlo en los colores que se desee.

4. El anodizado no es aectado por la luz solar y por tanto no se deteriora.

p3. Resistencia química. La capa anódica prote-

ge ecazmente el metal base contra la ac-ción de numerosos medios agresivos.

4. Porosidad secundaria o apertura más o me-nos acusada en la entrada de los poros de-bido al eecto de disolución del baño.

Es muy importante a la hora de seleccionar elmaterial para un anodizado duro, vericar la pie-za que se vaya a mecanizar y seleccionar la alea-ción también en unción de sus características y resistencia mecánica.

 – Pintura. El proceso de pintura de protección quese da al aluminio es conocido con el nombre delacado y consiste en la aplicación de un revesti-miento orgánico o pintura sobre la supercie delaluminio. Existen dierentes sistemas de lacadopara el aluminio.El lacado, que se aplica a los perles de alumi-nio, consiste en la aplicación electrostática de

una pintura en polvo a la supercie del alumi-nio. Las pinturas más utilizadas son las de tipopoliéster por sus características de la alta resis-tencia que orecen a la luz y a la corrosión.Los objetivos del lacado son: mejorar el aspectoestético y las propiedades ísicas del aluminio.El proceso de lacado, puede dividirse en trespartes:

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1. Limpieza de las piezas.2. Imprimación de pintura.3. Polimerizado.

Corrosón del alumno

El aluminio metálico se recubre espontáneamente deuna delgada capa de óxido que evita su corrosión.Sin embargo, esta capa desaparece en presencia deácidos, particularmente del perclórico y clorhídrico;asimismo, en soluciones muy alcalinas de hidróxidopotásico (KOH) o hidróxido sódico (NaOH) ocu-rre una enérgica reacción. La presencia de CuCl2 o

Fgura 1. C.

CuBr2 también destruye el óxido y hace que el alumi-nio se disuelva enérgicamente en agua. Con mercurio y sales de éste, el aluminio reacciona si está limpioormando una amalgama que impide su pasivación.Reacciona también enérgicamente en río con bromo y en caliente con muchas sustancias, dependiendode la temperatura, reduciendo a casi cualquier óxido(proceso termita). Es atacado por los haloalcanos. Las

reacciones del aluminio a menudo van acompañadasde emisión de luz.No obstante, las aleaciones de aluminio se com-

portan bastante peor a corrosión que el aluminiopuro, especialmente si llevan tratamientos de recoci-do, con los que presentan problemas graves de co-rrosión intercristalina y bajo tensiones debido a la mi-croestructura que presentan en estos estados (g. 1).

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Restauracón de aleacones de alumnoy duralumno

Como bien se ha podido comprobar, tristemente, noexiste gran cantidad de publicaciones y artículos so-

bre la restauración integral de aparatos de aviación y por ende, sobre la restauración de aleaciones dealuminio. No existen en parte, porque la industria ae-ronáutica no recurre a tratamientos químicos o, derestauración, simplemente, tratan de solventar proble-mas prácticos mediante la colocación de reuerzos ola sustitución de las piezas aectadas. Además, porla experiencia recogida en estos meses, existen unaserie de limitaciones ante trabajos sobre el aluminio

aeronáutico, por ejemplo, la dicultad para realizarsoldaduras metálicas, la dicultad de eliminar las co-rrosiones, etc. Por ello, este trabajo de restauraciónha de nutrirse de lo mejor que pueda dar el campode la restauración y, lo mejor que nos pueda dar laindustria aeronáutica.

3. Eliminación de concreciones de hierro utilizan-do la polarización catódica. El relajamiento y laeliminación de concreciones en las partes dehierro es nuestro objetivo. Esto suele ser acili-tado por la agitación y la generación controla-da de burbujas de hidrógeno en el metal- inter-

az de concreción.Como se ha establecido, los componentes dehierro de cualquier objeto compuesto se tratanen primer lugar, antes que la de la aleación dealuminio. Una solución básica es elegida parael tratamiento. De esta manera, los allos delpotencial catódico se traducirán sólo en la or-mación de una película de óxido pasivo en lasupercie de la aleación de aluminio y así se

protegen. Un buen producto puede ser el me-tasilicato de sodio, por ser un ecaz inhibidorde la corrosión en el aluminio. Una concen-tración de 0,04 M ue seleccionada por ser laconcentración más ecaz para la protección deuna supercie de aluminio corroído.

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Concluiremos en que la restauración de aluminioen piezas similares, se realiza en dos estratos die-rentes: el tratamiento químico del aluminio y el trata-

miento mecánico o estructural.Existen varios testimonios, generalmente sobreaviones que han caído en ríos, ordos, etc. es decir,en casos muy particulares y especialmente trágicos.En nuestro caso, mucho menos extremo, si que tene-mos puntos de corrosión muy denidos con la apari-ción de oxido de aluminio blanquecino y la apariciónde escamación o laminación del metal.

Como tratamiento químico general rente a ele-

mentos de aluminio se deben abordar los siguientespasos:

1. Limpieza previa. Se deben emplear diversosmétodos mecánicos para quitar la suciedad, lasconcreciones sueltas y los productos de la co-rrosión antes de comenzar el tratamiento.

2. Tratamientos preparatorios. Se puede some-ter las piezas, a ser posible exentas, a inmer-siones en soluciones de ácido cítrico tampo-nizadas o estabilizadas a un pH de 5,4 conhidróxido de sodio. Esto está diseñado paraeliminar las concreciones y los productos decorrosión inestable, tal vez por contener res-tos de hierro. Si existen trazas de hierro, loscloruros superciales también se extraerán eneste momento.

4. La eliminación de los silicatos de las superciesmetálicas. Esto generalmente se realiza sumer-giendo el objeto en el agua del grio utilizando

una protección catódica y la vigilancia del aguapara controlar el aumento del pH. Esta etapa sepuede repetir tantas veces como se considerenecesario, hasta que se desprende que el pHno está siendo alterado por la disolución de lasespecies de silicato.

5. Decloración del objeto utilizando la polariza-ción catódica. Se propone que la polarizacióncatódica controlada en un potencial constante

para extraer rápidamente cloruros contenidosen las aleaciones de aluminio.Esto permite la extracción de iones de clorurode lo proundo de los materiales. La ecien-cia de este proceso puede ser aumentada porel ajuste cuidadoso del potencial catódico. Sinembargo, como se describió anteriormente, es-tos valores se ven limitados por la sensibilidadde las aleaciones de aluminio a la corrosióncatódica.El riesgo de ragilización por hidrógeno estásiempre presente. Para evitar este contratiem-po, el tratamiento ha de llevarse a cabo a unpotencial ligeramente menos negativo que ellímite teórico.El tratamiento se realiza en una solución deácido cítrico tamponizada al 5,4 de pH con hi-

Alumno. Duralumno: patologías y posbles tratamentos de establzacón y restauracón

dróxido de sodio. Es importante en este eta-pa para controlar las concentraciones de ionescloruro y debe ser utilizada agua desionizada.

6. Citrato de descontaminación. La eliminación delas especies de citrato por inmersión del objetoen el agua del grio se lleva a cabo mientras el

objeto está protegido catódicamente. Una vezmás, este paso puede repetirse cuantas vecesse considere necesario.

7. Tratamientos nales. Se deben realizar trabajosmecánicos nales y la aplicación de una pintu-ra protectora para cumplir con los requisitos delas normas de conservación.

Si tenemos en cuenta que la corrosión del alu-

minio tiene una naturaleza reactiva normalmente en-mascarada por la película de óxido protectora quese orma ácilmente en el aire húmedo y hace que elmetal sea cinéticamente estable. La reactividad de losmetales y el carácter del oxido ayuda a retrasar la pri-mera producción comercial de aluminio hasta 1886.L di ió d ñ id d d l d

caduras, por ejemplo: la peroración de una placa de6,4 mm se completa en algunos años. El cobre tie-ne una solubilidad limitada en el aluminio (2wt%) y encima, cuando la aleación de los metales se enríarápidamente, el cobre no queda distribuido unior-memente en la red metálica del aluminio. Si el en-

durecimiento por precipitación se produce (aumentode la dureza de los metales debido a la precipitaciónde entre el 2CuAl en ase metálica), las áreas alrede-dor de los bordes de los granos se agotan en el co-bre y, por tanto, estas zonas son más anódicas (másreactivas) que el resto de los granos, avoreciendo lacorrosión puntual en los bordes de estos granos dealuminio. En estas condiciones, el metal está sujetoa la corrosión intergranular. El análisis metalográco

de las secciones de pulido del fotador del Atlantispresentó una red de CuAl

2con una pequeña cantidad

de corrosión granular. En ausencia de actores queaecten al metal más reactivo, tendrá un potencial decorrosión más negativo (tabla 1). La dierencia de 100mV en los valores de E

corrde aluminio puro con el

b l l i i 2% l ió ólid

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La adición de pequeñas cantidades de elementos dealeación puede aumentar la resistencia mecánica delmetal, mientras que tiene un eecto insignicante en

la densidad. Por ejemplo, una adición de cobre al 4%aumenta la capacidad de carga de estrés del alumi-nio en un 85%. Debido a la resistencia mecánica y un peso ligero se aumentaron las aleaciones comocobre, duraluminio (3-5% magnesio 0,3-0,6% y el 0,4-1,0% de manganeso) se han utilizado en la aviaciónindustrial. El metal más utilizado en el mar en el hi-droavión Atlantis tenía la composición de 92,8% dealuminio, cobre 4,12%, 0,44% de magnesio, 0,31% de

hierro, 0,77% de manganeso y 0,33% de plomo y portanto, entra en el rango del duraluminio. Aunque la adición de cobre aumenta la resistencia

del aluminio, se reduce drásticamente la resistencia ala corrosión del metal rente al agua del mar. Sin unacapa de protección, tales aleaciones suren graves pi-

cobre y el aluminio con un 2% en solución sólida esbastante grande y puede conducir a las velocidadesde corrosión muy dierentes en las distintas ases en

una plancha de metal.La orma más severa de la corrosión se encuen-tra en las picaduras del uselaje. Bajo montones deproductos de corrosión que consisten en granos dearena (sílice, circón), hidróxido de aluminio (Gibbsi-ta, Al(OH)

3) y un producto azulado debido a la co-

rrosión de cobre correspondientes a chapas (parches)muy nas de cobre puro.

Los productos de corrosión del cobre se ormaron

por la oxidación del cobre en el agua de mar (pH8,2) y se trasorma en óxido cuproso (Cu2O). En las

mismas condiciones un óxido de aluminio (Al2O

3)se

orma como se corroe el aluminio. Debido a la natu-raleza más reactiva del aluminio, en comparación conla del cobre, Cu

2O o cualquier otro mineral de cobre

se puede convertir de nuevo al metal por reaccióncon el metal de aluminio.

2Al + 3Cu2O → Al

2O

3+ 6 Cu

El potencial de la pila ormada para la reacciónanterior es +1,98 voltios y por lo que el proceso esespontaneo. El examen de los diagramas de Pourbaix(hE vs pH) para el cobre en el agua del mar y para elaluminio muestra que ninguno de los productos decobre de la corrosión puede coexistir en contacto con

Tabla 1

Solucón sólda o Ecorr

consttuyente, el potencal de corrosón

(oltos) a 25ºCCu 0,07 voltios (noble o estable)

 Al+4%Cu en solución sólida -0,36 voltios

CuAl2  -0,40 voltios

 Al + 2% Cu en soluciónsólida

-0,42 voltios

 Al -0,52 voltios

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

el metal de aluminio en condiciones de equilibrio. Ala luz de esto, no es sorprendente encontrar que elcobre se había depositado en las zonas de la super-cie del aluminio.

En las picaduras de aluminio, los restos de cobre de-positados se multiplican por la simple oxidación, como:

O2+ 2HO + 4e → 4 OH-

Limpio de impurezas como el Al3actúa de orma si-

milar. Los iones cloruro son conocidos por ser absorbi-dos en el aluminio y una pequeña proporción, 15 ppmde cloruro, pueden iniciar la corrosión por la simplepérdida o rotura de la película protectora del óxido.

La reacción anódica se produce en el ondo de la

picadura como:

 Al → Al3+ +3e

 Y los iones de aluminio migran hacia la región dela interase donde se produce la hidrólisis:

 Al2O3 + 6H+ + 6Cl- → 2AlCl3 AQ(disolución) + 3H2O

Cuando el cloruro de aluminio se orma en unapicadura y se desarrolla la alúmina (Al

2O

3) se neu-

traliza. Los iones de cloruro aectan directamente alpotencial de corrosión del aluminio en el agua dulce.

Cuanto mayor sea la concentración de iones clorurode la más negativa mayor es el potencial de corrosión y más rápido, el metal se corroe (en ausencia de ac-tores de complicación). Los iones cloruro aceleran elproceso de corrosión, pero si esto se debe a la ruptu-ra de la película de óxido o a la reacción anódica, nose sabe con certeza. Para ser ecaz en la detenciónde la corrosión, el tratamiento aplicado debe eliminarlos depósitos de cobre de la supercie del metal y 

también eliminar con ello, los iones cloruro.

 Tratamiento de lixiviación de amoniaco

El fotador se limpió de arena suelta mediante un ce-pillo de cerdas duras de nailon y agua antes de ser

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 Al3+ + 3H

2O → Al(OH)

3+ 3H+

Lo que da cierta acidez en la picadura. Los ionescloruro migran al ondo de la picadura para ormarcloruro de aluminio (AlCl

3) que se disuelve en la di-

solución. Debido al bajo pH del aluminio tambiénpuede corroer con la acción del hidrógeno:

2Al + 6H+ → 3H2+ 2Al3+

Hay una mayor concentración de ácido necesaria

para mantener la multiplicación en la picadura (1,6M) que es superior al agua de mar normal (0,57 M),pero este nivel podría llegar ácilmente a través dela concentración por evaporación dado que el pa-tín (fotador) estuvo expuesto al ambiente marino. Elanálisis metalográco de lo que parecía ser la super-cie del patín perecto, reveló proundas picaduras quepresentaban un grueso de 150 μmetros en el metalque originalmente estaba en 500 μmetros de espesor.El alcance del problema de la corrosión general uerevelado en una inspección detallada de la carroceríaque mostraba que hasta un 60% de la supercie dela misma y de elementos estructurales tenían gravespicaduras y peroraciones.

Hay un equilibrio entre la ormación de óxido dealuminio y AlCl

3, en la región interaz (el área entre el

metal y el medio corrosivo) a saber:

pillo de cerdas duras de nailon y agua antes de sercolocado en un tanque de 3.100 litros de agua de-sionizada. El cloruro y las concentraciones de cobre

en las soluciones de lavado se midieron una vez ala semana durante el periodo de tratamiento, y lasmediciones de pH de la solución y Ecorr del metal sehicieron al mismo tiempo. Después de lavar con aguadesionizada durante tres semanas, 50 kg de sulato deamonio y 50 litros de amoniaco 0,88% puro, ueronañadidos a la solución que dio un pH de 9,6 ± 0,1. Lasconcentraciones en el lavado de arriba ueron 0,125M (NH4)2 SO4 y 0,25 M de NH3. Después de 80 días

en esta solución el patín se retiró y ue inspecciona-do para detectar signos de corrosión y se limpió una vez más con un cepillo de cerdas de nylon antes deser colocado en una solución de amoniaco/sulato deamonio. El segundo lavado duró 143 días antes de sulimpieza y la solución de cambio de procedimiento serepitió. El lavado nal se prolongó por un periodo de178 días después de lo cual se casó el patín del tan-que y se dejó secar al aire. La concentración nal uede 2 ppm de cobre y 21 ppm de cloro. Las manchasde hierro accidental en las supercies del aluminioueron retiradas con un cepillado con una soluciónque contiene ácido oxálico 5wt% y 5wt% de EDTA. Elpatín no ha mostrado signos de un mayor deterioroen un periodo de cuatro meses desde que se termi-nó en tratamiento. Las concentraciones de clorurosse determinaron utilizando el Buchler-choridometer

Alumno. Duralumno: patologías y posbles tratamentos de establzacón y restauracón

Cotlove y el cobre se determinó por espectrometríade absorción química.

 Algunas secciones de la carrocería se clavaronjunto con una capa de tela entre ellas, antes de laimpermeabilización con brea. El material estaba des-tinado en una masa sólida de cobre y los productos

de corrosión del aluminio se mantienen unidos por lasuciedad general y por concreciones calcáreas. La telaue limpiada por inmersión en una solución que tenía0,4 M de NH

3y 0,2 M (NH

4)2 SO

4y el 0,5% en peso

de sal disódica EDTA durante tres meses. El lienzoue periódicamente lavado en agua desionizada entrecapas de gasa de bra de vidrio para eliminar los mi-nerales que se iban soltando.

Otros tratamientos de naturaleza similar se realiza-

ron en la restauración del prototipo del avión comer-cial Concorde 001 en el Museé de l’Air et de l’Espaceen el aeropuerto de Bourget, Francia. Hicieron untrabajo muy bueno en cuanto a determinar los pro-blemas o corrosiones que suren las chapas de alu-minio de las coberturas del avión. Así se destacan:corrosión intergranular corrosión por picadura co-

gran deterioro por corrosión. En 1996 el desarrollodel tratamiento electrolítico para arteactos de meta-les compuestos corroídos había llegado a una etapaen la que era posible tratar al «Oscar» sin necesidadde desarmar la nave en pequeños componentes. Seconstruyó una piscina de supercie y se la llenó con

una solución de acido cítrico, hidróxido sódico y agua. Se ormó una cuba electrolítica mediante eluso de una malla de acero inoxidable expandidocomo ánodo y la aeronave como cátodo. Se aplicóun potencial de aproximadamente 1,15 voltios (a unelectrodo de sulato de mercurio). A la electrolisis lesiguió otra polarización en agua dulce durante unasemana para eliminar las sustancias químicas disuel-tas. Después de retirarlas de la piscina se trató la

supercie de la nave para eliminar el óxido y, nal-mente, se la cubrió con cera. Durante el tratamientose tomaron muestras de la piscina para controlar elpH y la concentración de cloruro, hierro, cobre y aluminio disueltos.

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corrosión intergranular, corrosión por picadura, co-rrosión por eecto de grietas (con o sin deormación);corrosión por pila galvánica; corrosión por la erosión

o desgaste del material; corrosión selectiva y corro-sión por pila de concentración. Realizando trabajosde eliminación de capas de pintura y proteccionessuperciales y la eliminación de óxidos y capas decorrosión supercial.

Este trabajo ue llevado a cabo por M. Magnin, G.Biousse, O. El Kedim y P. Fluzin.

Otro ejemplo interesante lo tenemos en el trabajorealizado por G.T. Bailey (AWM), para la estabiliza-

ción de una aeronave de aluminio siniestrada y co-rroída. En 1984 el Australian War Memorial, la RealFuerza Aérea y la Marina Real Australiana recupera-ron un caza Nakajima Ki 43 II «Oscar» de la Fuerza Aérea japonesa que se había estrellado en PapúaNueva Guinea. El accidente ocurrió al nal de lapista de aterrizaje y ha permanecido en terreno pan-tanoso desde 1944. Con el paso del tiempo surió un

Bblograía

B ailey , George T. (2004): «Stabilization o a wreckedand corroded aluminium aircrat».  Proceedings o  the 

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Eu, -uu

Carmen Dála ButrónM Cuu

.@u.

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180 cluye materiales empleados como soporte estructural,reuerzos externos o para la reintegración de lagunas.Las restauraciones antiguas en materiales cerámicoshan sido tradicionalmente olvidadas por la conser- vación y la arqueología, ya que el hecho de que unapieza estuviera restaurada siempre se ha consideradocomo un desdoro y las intervenciones antiguas, ta-chadas de antiestéticas y nocivas, por lo que se han

eliminado de orma indiscriminada. A lo largo deeste trabajo se estudia su naturaleza y tipología, y sepropone un protocolo de actuación para la interven-ción de piezas cerámicas previamente restauradas oreparadas.

Palabras clae

Historia de la restauración, criterios, lañado, cerámica.

Abstract

Pottery has been part o the human being heritagesince the beginning o its cultural development. Re-

Resumen

La elaboración de recipientes de barro cocido ha or-mado parte del acervo material del ser humano prác-ticamente desde los inicios de su desarrollo cultural.Consecuentemente, las técnicas para su recuperación y reutilización han ido evolucionando de orma para-

lela desde el Neolítico.El primer sistema conocido para unir los ragmen-tos se basaba, como es conocido, en la realizaciónde taladros, a partir de los que se «cosían» con unmaterial orgánico y, posteriormente, con alambre ohilo metálico. Más adelante se desarrolla un variado y sosticado catálogo de grapas, en su mayor partede plomo, con dierentes ormas. A partir del Rena-cimiento, se emplea mayoritariamente aleaciones decobre y hierro en lañas no traspasantes, técnica queperdura hasta bien entrado el siglo  xx .

Existe una amplia gama de elementos metálicosutilizados a lo largo del tiempo en la reparación y res-tauración de cerámicas. En este estudio se presentauna clasicación de los mismos, basada en el materialutilizado, su morología, la técnica de colocación y laorma en que trabajan. Esta clasicación también in-

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

pair and reuse techniques have evolved in parallelsince Neolithic times.

One o the rst systems known to join brokenragments was based in drilling and lacing with anorganic material and then wire. A varied and sophis-ticated catalogue o rivets and clamps was developed

later, mostly on lead, with dierent orms. Since Re-naissance into 20th century, external (not ull perora-ting) copper and iron rivets were vastly used.

 A wide range o metallic elements has been usedin repairing and restoring ceramics. In this study, aclassication has been developed, based on material,morphology, technique and mechanism o action.This classication also includes materials employedas structural support, external reinorcements or or

replacement o lost material.Old restoration o ceramics has been traditiona-lly orgotten or not considered by Conservation and Archaeology procedures, probably because a restora-tion meant less value. This could be the reason why ancient interventions, considered anti-aesthetic orharmul, was systematically removed. In this study, its

En general, los motivos para decidir la reparacióno no de un producto cerámico eran muy variados,undamentalmente económicos, y en ellos infuíade manera especial la acilidad o dicultad de sus-titución de dicho producto. Así, elementos objetivos,como el precio y la accesibilidad, unidos a cuestiones

de carácter personal o aectivo, eran actores deter-minantes. En lo que se reere a su valor pecuniario,destacan las piezas de gran tamaño, diíciles de abri-car y transportar, y las que presentan una alta calidad;interviene asimismo el hecho de que ueran localeso de importación o de que hubiera un suministroregular o se tratara de una época de escasez. Comohemos podido ver de orma muy breve, simplementea partir del hecho de que una cerámica aparezca re-

parada pueden inerirse datos undamentales sobre lasociedad que la produjo.

Estado de la cuestón

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, y y y,nature and typology has been reviewed and a proto-col o action or intervention in repaired or restored

ceramics is presented.

Keywords

Restoration history, intervention criteria, riveting,ceramics.

Introduccón

Las evidencias de reparaciones de vasos deteriora-dos o rotos desde los propios inicios de la cerámica,en el Neolítico, aparecen de orma ininterrumpidaa lo largo de toda la Historia. Una amplia gama deelementos metálicos se ha utilizado a lo largo deltiempo en la reparación y restauración de cerámicas.Se pueden clasicar en unción del material selec-cionado, su morología, la técnica de colocación y la orma en que trabajan. Además de para unir rag-mentos, se han empleado sobre todo como soporteestructural en reintegraciones de otros materiales,como reuerzos externos o como componente rein-tegrador en sí mismo.

El mayor problema de las reparaciones antiguas essu identicación, ya que, en general, no contamos

con documentación escrita sobre ellas. Ni los pro-pios restauradores que han publicado sus estudiossobre las cerámicas arqueológicas han consideradoeste aspecto, salvo excepciones, hasta muy recien-temente. De hecho, en la mayoría de los manua-les, sobre todo de la corriente anglosajona, aún seorecen métodos para extraer dichos materiales sinuna refexión previa. El hecho de que una piezaesté restaurada se ha considerado tradicionalmen-

te como un desdoro y se ha establecido de ormaimperceptible una especie de «Ley del silencio» alrespecto. En los museos se presentan cerámicas conevidentes signos de intervenciones antiguas sin queen las cartelas se realice mención alguna, de maneraque el público no recibe inormación sobre elemen-tos que modican claramente la visión del objeto.Lo mismo ocurre en gran parte de las memorias deexcavaciones y en los catálogos de exposición, aligual que en otras publicaciones. Por otro lado, nosiempre es ácil distinguir restauraciones de épocade las realizadas en los siglos  xViii y  xix , ya que enla documentación no se refejaban ni unas ni otras y los métodos eran similares; debido a esta alta deinormación, durante mucho tiempo se ha dado porhecho que las peroraciones y otros restos proce-dían de intervenciones relativamente recientes y, por

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tanto, debían eliminarse. En la actualidad las cosasestán cambiando y, como en otros muchos aspec-tos, la recogida sistemática de datos, la ormaciónadecuada y la colaboración interdisciplinar contri-buyen cada vez más a corregir errores pasados. Dela misma manera que a ningún especialista se le

ocurriría hoy en día separar un cuchillo de hierrode su mango de hueso para evitarle las manchas deóxido, por ejemplo, tampoco debería hacerlo conuna reparación de época que también orma partede un objeto único, de su historia y de la valiosainormación que porta.

No existe mucha bibliograía sobre los procedi-mientos antiguos de restauración de cerámica y nose remonta más allá de la década de los ochenta

de la pasada centuria, sobre todo en artículos suel-tos. Algunos de los pioneros en este campo ueronRehbein (1981), Horie (1987), Masschelein-Kleiner,(1985) o Williams y Robson, ambos incluidos en unOccasional Paper del Museo Británico (1988), dedi-cado a los métodos de restauración antiguos. En losaños noventa destacan la obra de Fabri y Ravanelli

cient and modern Approaches to Joining, Repair and 

Consolidation (2009) demuestran el cada vez máscreciente interés de restauradores y arqueólogos poreste tema. En septiembre de 2008 –en la 15.ª Con-erencia Trienal del ICOM (International Council o Museums) en Nueva Delhi– se ha ormado, dentro

del grupo de Conservación-Restauración de Cerámi-ca y Vidrio, una sección dedicada a la historia de larestauración de estos materiales, que ya ha puestoen marcha varios proyectos, como el de Garachon(2011) sobre la evolución de la restauración de cerá-mica en el Rijksmuseum de Ámsterdam. También enItalia las investigaciones se están enocando desde2005 hacia la historia de la restauración y los restau-radores, con el proyecto internacional ASRI –Archi-

 vio Storico Nazionale e Banca Dati dei RestauratoriItaliani–, en el que participa España, realizando lopropio con los proesionales españoles (Roig, 2010).

Desde el punto de vista de la Arqueología, sonespecialmente interesantes las obras de Duistermaat(2007) sobre las cerámicas del Bronce Final en TellSabi Abyad (Siria), con uno de los pocos ejemplos

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Guidotti (1993) que han realizado uno de los traba-jos de investigación más importantes en este senti-

do, y artículos como los de Moreno y Dávila (1995),Dávila (1997), Koob, Thornton o Psterer-Haas, lostres de 1998. Mucho más escasa es la bibliograíasobre intervenciones «arqueológicas», como la obrade Lucas (1926), en la que se recogen algunos ma-teriales empleados por los egipcios para realizar re-paraciones. El panorama documental se completabacon reerencias literarias y etnográcas, en las queautores de nales del siglo  xix y principios del xx re-

fejaban la aún cotidiana presencia de esta actividad. Ya en el siglo  xxi, se publican en español losartículos de Echevarría (2006), sobre las técnicas delañado, y el trabajo de García Lozano y RodríguezLarrota (2002), dedicado a las cerámicas americanas,que constituyen las primeras investigaciones siste-máticas en este sentido, seguidas por los trabajosde Nieuwenhuyse y Dooijes (2008, 2009), que hanpresentado interesantísimos descubrimientos de re-paraciones en cerámicas del Próximo Oriente desdeel Neolítico. Iniciativas como Konservieren oder Res- 

taurieren: die Restaurierung griechischer Vasen von

der Antike bis heute  (2007), los proyectos del Cen-tre de Recherche et de Restauration des Musées deFrance, publicados en la revista Techné (núms. 27-28 y 32, de 2008 y 2010, respectivamente) o el congresoen el Museo Británico  Holding it all together. An- 

de uso de adhesivos, y de Peña (2007), en la que elautor genera un nuevo modelo para el «ciclo vital»

de la cerámica romana e incluye un estudio sobresus reparaciones, tratando de establecer una crono-logía de las técnicas localizadas.

Identcacón y clascacón de lasnterencones

 A la hora de establecer criterios de actuación en lasrestauraciones antiguas de cerámica es importantedenir qué entendemos por tales, ya que nunca seha realizado una clasicación que contribuya a de-cidir en qué casos se deben conservar y en cuáleses necesario realizar una valoración crítica antes dedecidir la intervención que se va a llevar a cabo.Generalmente, todas las evidencias de reparación orestauración anteriores a mediados del siglo  xx  sesuelen englobar dentro de un saco común al quede orma genérica se denomina «restauraciones an-tiguas», o bien «restauraciones históricas» si puedenremontarse a épocas anteriores, normalmente al si-glo  xix o principios del  xx . También los criterios quese aplican en todos los casos son muy similares y sesuelen basar casi exclusivamente en el mérito artís-tico de la intervención y, sobre todo, en su posible

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

infuencia en la conservación del objeto. Pocas vecesse consideran como pertenecientes a él, parte de suhistoria –o la de la restauración– o como huellas deuso, testigos y evidencia de intenciones y activida-des humanas, con un signicado histórico, social oeconómico asociado.

En este sentido, desde un punto de vista concep-tual y cronológico, podemos clasicar las interven-ciones antiguas en dos grupos undamentales: lasreparaciones y las restauraciones, cuya dierencia sebasa en la nalidad perseguida. En el caso de lasprimeras, el objetivo siempre es permitir la prolon-gación de la vida útil del objeto, con el mismo uso uotro dierente, incluso con nes exclusivamente es-pirituales o estéticos. Por otro lado, las restauracio-

nes propiamente dichas se podrían considerar comotales a partir de la valoración de las piezas comoelementos de colección y/o estudio, una vez nali-zada dicha vida útil; este concepto suele asociarsecronológicamente con el siglo  xViii y el comienzo delas ideas cientícas e ilustradas.

Las reparaciones arqueológicas se caracterizan,b d l l

que constituyan hallazgos arqueológicos, desde laPrehistoria hasta prácticamente nuestros días. Lomás habitual, sin embargo, es que no se prolonguemucho más acá de los siglos  xVii- xViii.

Hemos denominado reparaciones históricas a lasá l é d d

Tabla 1

Clasfcacón de reparacones y restauracones antguas

Intervención ClasicaciónCronologíaaproximada

Reparaciones

 ArqueológicasPrehistoria-EdadModerna

HistóricasEtnográcas

Edad Media-mediados siglo  xx 

 Artísticas

Restauraciones

 AntiguasSiglo  xViii-primeramitad del siglo  xx 

ModernasSegundamitad siglo  xx -

 Actualidad

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como su propio nombre indica, porque se localizanen objetos obtenidos mediante la técnica de la exca-

 vación arqueológica. Esto supone la garantía de quela intervención corresponde a un momento relativa-mente contemporáneo a la abricación del vaso. Sinembargo, existen también ciertas desventajas, un-damentalmente la escasa cantidad de vestigios quellegan hasta nosotros y la dicultad de conservacióndurante el enterramiento de los materiales emplea-dos, sobre todo orgánicos y metales, debido a suinestabilidad química, a su solubilidad o a la degra-dación biológica. Quizá llegaran a nosotros restosadheridos a las piezas de barro cocido que podríanidenticarse mediante análisis, pero el descarte deragmentos y el lavado habituales de los hallazgosen la excavación, previos a su estudio, han hechodesaparecer la mayor parte de los indicios. En loscasos en que los objetos hallados hubieran podi-do superar tan importantes escollos, no habrían so-brevivido a la concienzuda limpieza llevada a cabopor conservadores y restauradores en los museos, ya que las intervenciones antiguas siempre se hanconsiderado antiestéticas y nocivas de orma indis-criminada. El desarrollo cronológico de estas repara-ciones es muy amplio, ya que el criterio elegido parasu clasicación se reere exclusivamente al modoen que las piezas han llegado a nosotros. Por tanto,este amplio grupo engloba todo tipo de cerámicas

intervenciones contemporáneas a la época de uso delas piezas, del mismo modo que las arqueológicas,

pero en las que, al no haber permanecido enterra-das, no ha existido una ruptura en su vida útil y éstaha continuado a lo largo del tiempo. Consideran-do que las técnicas tradicionales no han cambiadode orma signicativa en milenios y que la carenciade estudios técnicos y analíticos no contribuye a ladetección de eventuales variaciones en la composi-ción de los materiales, es muy diícil hoy por hoy identicar ciertas técnicas o productos con periodoscronológicos concretos, aunque intentaremos ore-cer alguna aproximación de carácter general en loscasos en que sea posible.

Como ya se ha indicado, de orma convencio-nal se considera que en el siglo  xViii  empiezan arealizarse las restauraciones propiamente dichas,coincidiendo con el reconocimiento del valor his-tórico-artístico de los objetos arqueológicos, con eldesarrollo del coleccionismo y la posterior creaciónde gabinetes, academias y, nalmente, museos, todoello asociado con el foreciente comercio de anti-güedades. No se suele conservar documentación deestas intervenciones aunque a partir de la diusiónde la otograía en los museos, aproximadamentedesde la segunda década del siglo  xx , es posibleidenticar y datar algunos casos. Como es sabido,a partir de la Carta de Atenas en los años treinta

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empiezan a plantearse los criterios modernos en la res-tauración. Sin embargo, el gran cambio tecnológico seprodujo en los años sesenta-setenta, con el desarrollode una ormación reglada para los restauradores y elcomienzo a gran escala del uso de materiales sintéticos,por lo que hemos considerado este momento como el

inicio de la restauración moderna, ya que hasta enton-ces se seguían manteniendo las técnicas y materialestradicionales, empleados ininterrumpidamente desde la Antigüedad, con muy pocas innovaciones.

Para clasicar el tipo de intervención, es importantedeterminar quiénes llevaban a cabo estos trabajos, yaque esto infuye decisivamente en su identicación y en los criterios que deben elegirse a la hora de con-servarla o no. De orma general podemos considerar

que en época prehistórica se trataba de una actividadexclusivamente doméstica, tipo que de orma menosextensa ha perdurado hasta nuestros días, en la que sereparaban las cerámicas con cualquier medio o produc-to de que se dispusiera. Más adelante, cuando empiezaa emplearse lañas y otros elementos de plomo, las co-locaría el propio alarero o un proesional relativamenteespecializado asociado a acti idades metalúrgicas a

los denominados lañadores y otros proesionales, entrelos que Echevarría (2006: 83) menciona caldereros, la-toneros, cerrajeros, aladores, plomeros, estañadores,herreros, etc., la mayoría ambulantes. Sin embargo, elempleo de adhesivos para pegar la cerámica siempreue mejor considerado por artistas y artesanos estables,

que probablemente reparaban vasos de cierta calidad.La cerámica, como arte menor, no merecía ser objetode estudios especícos y mucho menos su restaura-ción pero, revisando los antiguos tratados de pintura y escultura, es relativamente recuente encontrar reeren-cias a las técnicas cerámicas y recetas de distintos ad-hesivos y pastas de reintegración, en algunos casos de-dicados concretamente a la reparación de vasijas rotas.Muchos de estos documentos recopilaban otros más

antiguos que, a su vez, recogían tradiciones anterioresque podrían llevarnos hasta la Alta Edad Media o inclu-so más allá. Los primeros que hemos localizado son elmanuscrito de Teólus, Schedula diversarium artium,del siglo  xii, obra que según Gañán Medina (1999: 74)«se basa indiscutiblemente en recetas bizantinas», y elCatholicon, diccionario artístico latino de 1286. Ya enlos siglos ha m chos más ejemplos como los

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especializado, asociado a actividades metalúrgicas, yaque parece bastante probable que la tecnología necesa-

ria requiriera de un horno de baja temperatura –comoocurre en el yacimiento del Turó de les Abelles, en Ma-llorca (Camps y Vallespir, 1998) o, al menos, de ciertasinstalaciones especícas–. Es muy posible, por tanto,que las reparaciones con plomo exigieran la existenciade un taller sedentario. Cuando se extiende el uso dehilo o alambre de aleación de cobre y, más tarde, dehierro, este espacio jo ya no es necesario y la repara-ción de cerámicas pasa a convertirse en un trabajo engeneral ambulante, en un momento diícil de determi-nar, aunque no parece que anterior a la Edad Media,según se desprende de las escasas reerencias biblio-grácas. Corominas, por ejemplo, indica que la primera vez que se menciona la técnica del lañado es en undocumento del Archivo de Aragón de 1368 (Echevarría,2006: 81) y las representaciones grácas, en grabados oazulejos, no se remontan más allá de los siglos  xVi- xVii,que sepamos.

Desde los primeros momentos han convivido técni-cas de unión de ragmentos de tipo mecánico, en las quedestaca especialmente el uso de metales, y la aplicaciónde productos adhesivos. En el caso de las reparacio-nes históricas conviven claramente diversas técnicas, enunción de la intencionalidad de la actuación y del tipode proesional que la llevara a cabo. Las que hemosdenominado etnográcas, en general, se realizaban por

los siglos  xiV - xV  hay muchos más ejemplos, como lostextos de Jehan Alcherius o Alcerius,  De coloribus di- 

 fersis , de 1398; el  Libro dei colori-Segreti , códice de laBiblioteca Universitaria de Bolonia del siglo  xV (ms. n.2861), o la recopilación de 1431 de Jehan Le Begue (Bi-blioteca Real de París, Ms. 6741), Notario de Maestrosen París, que incluía parte de los anteriores. Una de lasprimeras publicaciones modernas de estos documentosue la realizada por Mary P. Merrield, que publicó en1849 la monumental obra recopilatoria  Medieval and 

 Renaissance Treatises on the Arts of Painting , en la quecomentaba los textos ampliamente y los transcribía ensu idioma original y traducidos al inglés.

La serie rancesa de mediados del siglo  xViii, deno-minada Secrets concernant les arts et métiers , ya incluyeun apartado dedicado a la reparación de cerámicas, enel que se orecen bastantes recetas de pastas adhesivaspara pegar ragmentos y que dieren muy poco de lasanteriores. En estas uentes nunca aparecen reerenciasa la técnica del lañado, probablemente muy despres-tigiada por el hecho de que la practicaran operariosambulantes que generalmente se limitaban a realizardistintas reparaciones de utensilios domésticos y a otrasactividades, asimismo poco nobles. También se reali-zaron reparaciones de carácter artístico con metales,creando hermosas combinaciones de cerámica o por-celana con elementos metálicos, undamentalmente decobre o plata.

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

Las restauraciones antiguas apenas se dierenciabanal principio de la reparación tradicional y también sellevaban a cabo por diversos proesionales, desde artis-tas-artesanos y personas habilidosas que poco a pocose ueron especializando, hasta los propios urtivos querecuperaban las piezas para su venta (Dávila, 2004). Los

restauradores proesionales del siglo  xix  son herederos y continuadores de las técnicas empleadas por los artis-tas, como consta en los primeros manuales de restaura-ción de cerámica, redactados por los ranceses Thiau-court (1868) y Ris-Paquot (1872), utilizando solamenteadhesivos para la unión de ragmentos –limitaban eluso de taladros para unir internamente elementos desujeción o aplicaciones en relieve–; creando nuevas re-cetas más sosticadas y duraderas que las tradicionales;

desarrollando por primera vez los procedimientos dereintegración mediante masillas armadas con estructu-ras metálicas o con piezas cerámicas, y oreciendo es-pectaculares acabados totalmente miméticos.

La técnica del lañado es completamente desterrada;tan sólo los británicos Leland (1896) y Howorth (1900),la mencionan entre otras y, ya en las publicaciones deproesionales que trabajan en museos como Rathgen

proceso de desarrollo (Dávila, en prensa). Inicialmen-te se propuso para reparaciones de carácter arqueoló-gico y para este trabajo se ha actualizado parcialmente(tabla 2); aún así, puede resultar incompleta, pero laidea es utilizarla como base para recoger la mayorparte de los tratamientos aquí considerados e ir am-

pliándola según se vayan localizando otros dierentes.Observando la tabla, es ácil detectar la enorme

proporción de técnicas que incluyen materiales metá-licos en su aplicación (destacados en gris). De ormageneral, se señalarán tres tipos de intervención concomponentes metálicos: unión o sujeción de ragmen-tos (tipos I y II), reuerzo y consolidación (tipo III) y reintegración de zonas perdidas (tipo IV)1. Hemostratado de clasicarlos en un ensayo de tipología,

siempre revisable dada la escasez de estudios en pro-undidad, y que permita su ampliación ante nuevoshallazgos, como ya se ha indicado. A pesar del riesgode caer en una inevitable simplicación, considera-mos que es imprescindible partir de una mínima or-ganización para poder desarrollar una investigaciónsistemática. Asimismo, una sencilla tabla puede ayu-dar a arqueólogos historiadores y conservadores res

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proesionales que trabajan en museos, como Rathgen(1898), Scott (1926) o Proni (1931), desaparece total-

mente. Por tanto, a partir de los siglos  xViii- xix  existeuna total dierenciación entre el trabajo realizado porlos lañadores –ambulantes o estables– y el desarrolladopor los restauradores. Ambos conviven hasta mediadosde la pasada centuria, en que los primeros dejaron deejercer su proesión; de hecho, los últimos manualesdedicados casi exclusivamente a técnicas de unión me-cánica de productos cerámicos, destacando el lañado y los vástagos o espigas interiores, se escribieron en losaños sesenta (Klein, 1962; Parsons y Curl, 1963). Paracomplicar más el panorama, también existe una conti-nuidad del trabajo de reparación realizado por artesa-nos y acionados, con intención de restauración perosin ormación especíca y, en consecuencia, sin aplicarlos criterios ni utilizar las técnicas y materiales usual-mente aceptados en este campo.

Tpología de técncas y materales

En el «I Congreso Internacional de la Sociedad de Estu-dios de la Cerámica Antigua en Hispania» presentamosuna clasicación, enocada desde un punto de vistatécnico y de materiales, de las distintas intervencio-nes antiguas identicadas en cerámica, algunas aún en

dar a arqueólogos, historiadores y conservadores-res-tauradores a realizar una identicación y descripción

básicas del tipo de tratamiento encontrado en una ce-rámica, unicando así criterios y terminología. Se hapartido de un conjunto de tipos undamentales, divi-didos a su vez en subtipos técnicos, especicando unanueva subdivisión por materiales sólo cuando hemosconsiderado que este aspecto resultaba determinante.

Presentamos a continuación un resumen de lostipos identicados, ciñéndonos exclusivamente a losde naturaleza metálica2.

I. Métodos de unión mecánica de ragmentos

Se han denominado así para dierenciarlos de los queempleaban sólo un adhesivo pero en la mayoría delas ocasiones se complementaban con algún tipo demasilla de relleno, de muy variada composición a lolargo de la historia.

1 O , b , , qu- u u uu .

2 L u j - íu I Congreso Internacional de la

Sociedad de Estudios de la Cerámica Antigua en Hispania , u .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Tabla 2

Tpología sstemátca de técncas y materales dentfcados

TIPOSUBTIPOS

Técnicas Materiales

N  I   Ó  N

  D  E  F  R  A  G  M  E  N   T  O  S

  I .  U  N  I   Ó  N

  M  E  C   Á

  N  I  C  A

I.A. Sujeción por presiónI.A.1. Fleje o cincho perimetral

I.A.1.a. Material orgánico

I.A.1.b. MetalI.A.2. Estructuras y redes I.A.2.a. Material orgánicoI.A.2.b. Metal

I.A.3. Abrazaderas artísticas en plata o cobreI.B. Cajeado, entalladura omortaja

I.B.1. Vertido directo de plomo/aleación undidoI.B.2. Martilleado de plantillas o matrices simples deplomoI.B.3. Aplicación a presión de masilla de base plomo (?)

I.C. Taladro simple o único I.C.1. Vertido directo de plomo/aleación undidoI.C.2. Vástago o espiga metálica

I.D. Doble taladro conunión simple I.D.1. Ligadura, amarre o cosido

I.D.1.a. Material orgánicoI.D.1.b. Hilo metálico

I.D.2. Laña de plomoI.D.3. Grapa doble de plomoI.D.4. Sistema mixto de grapa doble de plomo y cajeadopor una caraI.D.5. Sistema mixto de grapa doble de plomo y cajeadopor dos caras

I.D.6. Laña no traspasanteI.D.6.a. Aleación/es de cobreI.D.6.b. Aleación de hierro

I.D.7. Sistema mixto de cajeado y laña no traspasanteI.E. Doble taladro con

I.E.1. Pletina dobleI.E.1.a. Plomo

b l / d b

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186

  U  N sistema compuesto

I.E.1. Pletina dobleI.E.1.b. Aleación/es de cobre

I.E.3. Pletina sencilla no traspasanteI.E.4. Sistema mixto de cajeado y sistema compuesto

I.F. Taladro múltiple I.F.1. Unión simple

I.F.2. Sistema compuestoI.G. Espigas o pernosinteriores, enclavijado

I.G.a. Metal

I.G.b. Otros materiales

  I  I .  A  D  H  E  S  I  V  O

II.A. Base mineral

II.B. Base animal

II.C. Base vegetal

II.D. Material metálico

  I  I  I .

  R  E  F  U  E  R   Z  O

III.A. Aplicaciones en crudo III.A.1. Simples: arcillaIII.A.2. Reorzadas: arcilla + textiles, etc.

III.B. Aplicacionespostcocción

III.B.1. Simples: adhesivos o masillasIII.B.2. Reorzadas: adhesivos o masillas + textiles, etc.III.B.3. Metálicas

III.C. Consolidación III.C.1. RecocciónIII.C.2. Impregnación

  I  V .  R  E  I  N   T  E  G  R

  A  C  I   Ó  N

IV.A. Relleno con masillas IV.A.a. Barro crudoIV.A.b. Yeso / CalIV.A.c. AdhesivosIV.A.d. Adhesivos con carga mineralIV.A.e. Pastas base cemento

IV.B. Piezas cerámicas IV.B.1. ReutilizaciónIV.B.2. Realización ex proeso

IV.C. Masillas con soporte IV.C.a. MetálicoIV.C.b. Orgánico

IV.D. Metales IV.D.1. Plomo/Estaño undidoIV.D.2. Chapa metálica clavada o remachadaIV.D.3. Taponado con dos chapas metálicasIV.D.4. Reintegraciones artísticas

IV.E. Orgánicos IV.E.1. Madera tallada

IV.E.2. Otros

 

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

 – I.A. Sistemas de sujeción por presión: se tratadel tipo de unión inicialmente más simple, enla que mediante un cincho o feje perimetral(tipo I.A.1.) se sujetan las zonas suradas o rag-mentadas de un vaso cerámico. Se empleabanundamentalmente materiales fexibles de ácil

colocación, como bras vegetales o cuero. Yaen época romana, Catón ( De Agricultura , 39.I)describe esta técnica de sujeción para la repara-ción de grandes vasos de almacenaje con maderao con plomo. Es de las escasas reerencias enlas uentes relativas a esta actividad por lo queresulta de gran importancia aunque no se co-nozcan ejemplos materiales, si bien Marsh (1981:229, en Peña, 2007: 243) menciona un vaso cuyo

pie, unido con grapas, apareció reorzado conuna banda de plomo alrededor. En el Museo deBolonia hemos localizado un vasito romano deparedes nas con una abrazadera de alambre demetal, relativamente moderna, que reuerza launión de un ragmento roto y pegado (g. 1.1).Este sistema se complicó en época moderna hastaormar redes de sujeción, realizadas por los arte-

Fgura 1.1. V b . Mu B (I). Fí: D..

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j , psanos ambulantes mediante la unión de cordeles

(encordado), alambres entrecruzados (Echeva-rría, 2006: 84) (tipo I.A.2.) o pletinas en diversadisposición (g. 1.2 y 1.2 b). Por su parte, artistas y restauradores llegaron a crear verdaderas obrasde arte con decoraciones de plata, cobre o cobredorado con las que sujetaban los ragmentos delozas nas y porcelanas (tipo I.A.3.). Ris-Paquot(1872: 71-72) explica el proceso para construireste tipo de unión en piezas de vidrio. Buys y Oakley (1993) presentan un precioso ejemplo enuna tetera victoriana (g. 1.3).

 – I.B. Cajeado o entalladura: consistía en excavaren la cerámica una caja, canal o mortaja perpen-dicular a la línea de ractura y rellenarla con uncompuesto metálico, mayoritariamente de plo-mo, que uniera los ragmentos y, además, actuaracomo sistema de contención para evitar el des-plazamiento lateral de las piezas así unidas. Pue-

de adoptar dierentes ormas, entre las que apa-recen simples tiras planas rectangulares, en colade milano, sencilla o doble, en S o en zig-zag y,lógicamente, se ha empleado sobre todo en vasosde paredes lo sucientemente gruesas como parapermitirlo. Todos los ejemplos localizados corres-ponden a grandes vasos de almacenaje romanos

Fgura 1.2. y 1.2b. P xiii, u -

uj u .Fu: B, (2002).

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

(Peña, 2007: 216-224; Rando, 1996) (g. 2.1). Lanaturaleza del material utilizado para las repara-ciones y el método usado para introducirlo en lasmortajas y los canales siguen siendo inciertos, yaque en algunos casos parece que se vertió direc-tamente el metal undido y en otros pudo intro-

ducirse piezas recortadas de metal sólido median-te presión o con un martilleado suave3 o, incluso,algún tipo de masilla de base plomo, similar alas que describe Thornton (1998: 14) para épo-cas más modernas, obtenidas a partir de la mez-cla de carbonatos de plomo con aceites. Análisissistemáticos podrían revelar la naturaleza de es-tas mezclas, sin duda utilizadas por los antiguos,pero cuya composición exacta desconocemos.

– I.C. Taladro simple: este sistema se ha localizadoen vasos en los que era necesario unir el piecuando éste se había desprendido, taladrándo-lo de orma que se traspasaba completamente.Presenta dos variantes: la primera consiste en verter plomo undido a través de la peroraciónpara que éste uncione como soporte y adhesivo

o de otro metal (tipo I.C.2). Sólo hemos encon-trado ejemplos de estas intervenciones en vasosgriegos, como una crátera de Spina (Prodi, 1931)o en una copa del Museo de Bolonia (g. 2.2).

 – I.D. Taladro doble con unión simple: es el siste-

ma más conocido y documentado en numerososmateriales y con una extensión geográca am-plísima pero no se dispone de uentes escritasantiguas, por lo que debemos basarnos en losabundantes testimonios cerámicos recuperadosen excavaciones arqueológicas desde época pre-histórica. Es evidente que las sujeciones más an-tiguas no se realizaban con metal, por lo que esácil suponer que se utilizaran bras vegetales

o productos animales. El siguiente paso sería elempleo de hilo de plomo, muy ácil de manejarpor su bajo punto de usión y su ductilidad y deobtención relativamente sencilla. Dentro del yacitado desconocimiento general sobre este tema,en español generalmente empleamos el términolaña para todos los tipos y denominamos «la-ñada» la cerámica que presenta cualquiera de

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188

(tipo I.C.1). En la segunda también se taladra,

total o parcialmente, la base del vaso y se in-troduce un perno o vástago, también de plomo

3 W (1988, 148) u , qu b qu b u u, Ru L (2004, . 1.6) ubu í , u Mu Aqu S-, .

ellos. Sin embargo, existe un variado y sosti-

cado catálogo de grapas o lañas, en su mayorparte de plomo, con dierentes ormas, así comotiras remachadas con distintos metales, pero nose organiza de orma clara, que sepamos, hastala publicación de E. Echevarría, en 20064.

4 E u b u u , é , u: A. u

Fgura 1.3. T u b-

. Mu V & Ab, L. Fu: Bu Ok, (1993).

Fgura 2.1. Dolium defossum in situ j b .

C D; O, I. Fu: P (2007).

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

En toda la Antigüedad el tipo más empleado ueel sistema de doble taladro con unión simple deplomo (tipo I.D.), que ya aparece en Europa al

d d l l d l l

Fgura 2.2. C u j u uj

. Mu B. Fí: D.

Fgura 2.3. C P. Mu L. Fu: El 

Mundo micénico (1992, .º 138).

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menos desde el Heládico Reciente, en el siglo xiii

a. C, como en una crátera campaniorme dePyla ( El Mundo micénico , 1992), en la que aún seconserva parte de las grapas originales (g. 2.3),así como en varios vasos geométricos del siglo Viii a. C. del Museo de Berlín. Después lo en-contramos en numerosos ejemplares de cerámicagriega, púnica, romana y en diversas culturas indí-genas antiguas, con dierentes variantes ormales.De hecho, no es raro que en numerosas exca- vaciones arqueológicas aparezca algún ejemplarcon peroraciones o restos de lañado, además delos que podemos admirar casi en cualquier museo

( I.D.1.); B. , (I.D.2); G. , (I.B); C D qu b, u

, ( I.D.3) –qu Dj Nuwu (2007) «T A» u 2009-, E., u, b, u ( I.E.2.; C Dj Nuwu)

b ( I.E.1.) , ú, F.qu í , qu é qu u , ( I.D.6.b.).

N (2007) u u , qu «uu» ( I.D.4.; B, Dj Nuwu) «uu » ( I.D.5.), qu u u b - j b , u b ( I.D.5 I.E.3, , u), .

Fgura 2.4 y 2.4b. C I, Tu Ab, M. Fu:

C V (1998).

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

bliograía, entre ellos una crátera de Euronios pro-cedente de Sicilia (Canteneur y Morais, 2008) y unajarra de boca de pico de la necrópolis celtibéricade las Ruedas (Padilla de Duero, Valladolid) queconserva numerosas grapas de hilo de cobre y enla que Echevarría (2006: 79) ha identicado varias

intervenciones sucesivas, llegando a establecer unasecuencia cronológica. En cuanto a la utilizaciónde otros metales, Leland (1896: 18-19) dice que«desde los tiempos en que se usaron por primera vez grandes recipientes de barro cocido en Eu-ropa, los encontramos reparados con alambre deplata» pero no hemos localizado ejemplos; posi-blemente conundió el plomo con dicho metal.Dada la alta de estudios y análisis, apenas co-

nocemos nada sobre las técnicas o los materialescon que se realizaban los diversos tipos de la-ñado. Lo más probable es que haya variacionestipológicas en unción de las dierencias geo-grácas y cronológicas. En el caso del cobre esclaro que se realizaba una vuelta con alambre,de distintas secciones, que se cerraba enrollandosus extremos o simplemente por presión. Este

i í t bié l l

Fgura 2.5. U bé G. Mu Aqu N (. D).

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190

mismo proceso se usaría también con el plomopero, en la mayoría de las ocasiones, se observaun cierre realizado mediante soldadura con calorpor el interior del vaso (Buys y Oakley, 1993:64-65). Echevarría indica que podrían haberseundido sobre la pieza con ayuda de un peque-ño crisol y quizás algún tipo de contramolde in-terior. También es posible que se colocaran losalambres y luego se sometiera la cerámica conlas grapas a un cierto grado de temperatura hastaconseguir un reblandecimiento del metal y unaconsecuente mejor adaptación del mismo a laorma de la pieza, como podría desprenderse delos vestigios citados del Turó de les Abelles. Lomás probable es que se usaran todas estas técni-cas y, con seguridad, muchas más que aún des-conocemos. En algunos ejemplos se aprecia conclaridad que el alambre de plomo mantiene unasección redondeada o cuadrada que demuestraque no ue undido sobre la cerámica, como en

el caso de la crátera de Pyla. Sin embargo, enotros la sección es semicircular o prácticamenteplana, lo que puede identicarse como una apli-cación en estado viscoso. Como ejemplo de estetipo podemos presentar un conjunto de grapasdel Cerro de las Cabezas, en Valdepeñas (siglos V -iii a. C. –g. 3.1–).

Fgura 3.1. Cju bé C Cb. Mu V (Cu R) Fí: D.

 y que resultaría muy largo de enumerar. Comomuestra de grapa simple de plomo (tipo I.D.2), enla que el hilo metálico no se cierra sobre sí mismosino que termina por el exterior en dos bodoquesremachados o undidos, destacaremos una copade importación griega o helenística del Turó deses Abelles, en Mallorca (Camps y Vallespir, 1998)

(g. 2.4 y 2.4 b). Como ejemplo de grapas com-pletas (tipo I.D.3) presentamos una urna ibéricade Galera del Museo Arqueológico Nacional (Dá- vila, 2004) (g. 2.5).Los casos en que se ha empleado ligaduras debronce sencillas (tipo I.D.1.b.) son menos recuen-tes y hemos localizado escasos ejemplos en la bi-

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

lizadas con alambre industrial, colocado en doblehilo en muchas ocasiones, tanto en piezas arqueo-lógicas (g. 3.4) como en lozas y porcelanas másmodernas (g. 3.5).

– I.E. Taladro doble con sistema compuesto: los sis-

temas compuestos estaban ormados por varioselementos, como su propio nombre indica. Estos

En otras ocasiones existe la certeza de que se uti-lizó un molde, como en una sigillata aricana delPalatino que muestra Peña (2007: 238), en la quela grapa adopta una orma ovalada por el exteriormientras que por el interior sólo se aprecian losextremos remachados en cada una de las perora-

ciones, de orma similar a como ocurría en la copahelenística del Turó de les Abelles (g. 3.2). Encualquier caso parece que debía de ser habitualla utilización al menos de elementos de conten-ción que evitaran el desbordamiento del plomolíquido y dieran orma a la grapa. El empleo delos sistemas simples de doble taladro con plomocontinuó hasta nales de la Edad Media, en quecomenzó a utilizarse el hierro, probablemente a

partir del desarrollo de la undición hacia el siglo xiV , extendiéndose en las centurias siguientes, enlas que existen numerosos ejemplos de grapas deeste metal, como en una jarra medieval del Museo Arqueológico Nacional, que tenía cinco lañas, contres tipologías dierentes: una de alambre gruesosencillo de sección circular, una de sección rectan-gular y tres de sección circular triple (g. 3.3), queueron eliminadas una vez estuvo la pieza en el

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191

Fgura 3.3. J uéj xv í,

. 60697. Mu Aqu N. Fí: Mu AquN.

Fgura 3.4. Á b . Mu Aqu-

N. Fí: D.Fgura 3.2. S P u b u u . Fu: P (2007).

ueron eliminadas, una vez estuvo la pieza en elmuseo (ver g. 8.1.). Las grapas más antiguas tie-nen un mayor grosor, que se va reduciendo pro-gresivamente hasta la generalización de las lañasmodernas no traspasantes de aleación de cobre o,sobre todo, de hierro (tipo I.D.6. o I.D.7.), ya rea-

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

se pueden denir como una o dos pletinas, parale-las a la pared del vaso y unidas entre sí a través de

Fgura 3.5. Fu xviii, . Mu N C- A Suu «G Mí », V (. D).

Fgura 4.1. B u j u, - in situ A L (R) (. C R).

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las a la pared del vaso y unidas entre sí a través delos taladros por dos pernos o pasadores undidoso remachados. Solían ser de plomo (tipo I.E.1.a.),de una aleación de cobre o de dos distintas (tipoI.E.1.b.), a veces presentando dos colores. Peña(2007) y Cavari (2007) mencionan el caso de undolium defossum, conservado in situ en Bomarzo-Piammiano, que se encuentra reparado desde elinterior con una técnica similar, que consiste en larealización de dos taladros y la excavación de unpequeño canal entre ellos, sobre el que se vertióuna cama de plomo undido, para colocar des-pués una grapa ormada por una barra recta es-triada y dos patas de plomo; éste sería un sistemamixto de doble taladro y cajeado (tipo I.E.3.). Hay otro ejemplo muy parecido en la Acrópolis griegade Lindos5 (g. 4.1).En el Museo de la Romanización de Calahorra seconserva un interesante grupo, procedente de Va-rea (siglos i-iii), con dos grapas en las que uno de

los lados (desconocemos si el interior o el exterior)está ormado por una varilla de sección cuadrada y el otro lado por una semicircular con estrías lon-

5 A D. C R, qu .

gitudinales en uno de los casos y una varilla desección circular sobre una cama de plomo undi-do, en el otro. Hay un tercer ejemplar, aún unidoa dos ragmentos de cerámica, realizado por el

exterior con un molde poco proundo en ormade asa, rematada en dos semicírculos, con estrías y con una clara intención decorativa (por el interiorno se ha podido estudiar aún) (g. 4.2).Las uniones compuestas realizadas con aleacio-nes de cobre son más elaboradas, más pequeñas y, por tanto, más discretas y uncionales, salvo

Fgura 4.2. Cju . Mu R C(. D).

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

excepciones, como la unión del cuello de unlécito griego que recoge Zanelli (1997), con unascuriosas grapas de bronce adaptadas a la curva-tura de la pieza. Se pueden ver ejemplos en losmuseos de Astorga, de Conímbriga (Echevarría,2006) o en el del Castro de Viladonga, donde

se conserva una taza drag. 29 con una preciosareparación de época, perectamente conserva-da (g. 4.3). Dooijes y Niuwenhuyse (2007) hanpresentado un ejemplo de sistema compuestocon una sola pletina en el exterior, unida a la ce-rámica por dos pequeños clavos que no taladrantotalmente las paredes del vaso (tipo I.E.2.), enuna crátera de guras rojas de la colección delLouvre, del siglo iV  a. C. Podría ser el mismo

caso de varios vasos griegos localizados en di- versos museos, en los que sólo se conservan lashuellas de la reparación. Como dato curioso, po-demos observar que, en algunas ocasiones enque resulta viable, las grapas se colocan en zo-nas de ondo sin decoración, quizá con la inten-ción estética de que destaquen lo menos posible(Nadalini, 2007: 31) (g. 4.4).Desde un punto de vista técnico, podemos ar-

el Cerro de las Cabezas (Museo de Valdepeñas,Ciudad Real), con orma de «7» (ver g. 3.1.), y enel Cerámico de Atenas, con orma de «T» (Schone-Denkinger, 2007), con seguridad asociadas a másde dos taladros (tipo I.F.) g. 4.6). Al igual que eltipo anterior, sólo aparece en cerámicas clásicas.

 – I.G. Espigas interiores o enclavijado: medianteesta técnica

«la unión se conseguía perorando dos aguje-ros enrentados en los bordes de ractura delos ragmentos y rellenándolos con un mate-

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p , pmar que los sistemas compuestos de plomo (tipoI.E.1.a.), generalmente aparecen soldados, a ve-ces adheridos sobre una base del mismo metal, y los de cobre (tipo I.E.1.b.; I.E.2.) siempre secierran mediante remaches. Los últimos sólo sehan identicado en vasos griegos y romanos debastante calidad, por lo que debía de tratarse deuna técnica cara y poco usual.

 – I.F. Taladro múltiple: además de los tipos ya

mencionados, se han localizado ormas dieren-tes adaptadas a situaciones especícas. El plomo,como material dúctil, resultaba muy versátil y adaptable a cualquier circunstancia, por lo que lasgrapas podían curvarse en uniones con ragmen-tos de bordes, pies o asas o quebrarse para reco-ger varios ragmentos o reorzar las uniones, conormas que podían llegar a ser muy complejas.Zanelli (1997) presenta una curiosa restauración,

en la que una sola pieza de plomo actúa comograpa, con tres peroraciones, y como reuerzoen un borde (g. 4.5). Peña (2007: 244) mencionapiezas con orma de «X» en unas sigillatas gálicasdel Museo de Londres y otra dispuesta en cua-drado de Stonea (2007: 237). Otras piezas metá-licas con ormas irregulares se han localizado en

Fgura 4.3. Cu S u b. Mu C V. Fí: D.

Fgura 4.4. D u j u

u j. Mu B (I). Fí: D.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

Fgura 4.5. G ú u b u . Fu-: Z (1997: . viii ).

rial adecuado, como escayola o goma-laca.Una espiga de metal se insertaba en uno delos taladros, sobresaliendo ligeramente, y losdos ragmentos se ajustaban, de orma quela espiga quedaba oculta dentro de la porce-lana» (Williams, 1988: 148).

En general se trata de un procedimiento moder-no y el principalmente empleado desde el siglo xViii por los restauradores para unir ragmentosde gran tamaño o peso, así como elementos deprensión o con relieve, como ya se ha mencio-nado que publicaban Thiaucourt y Ris-Paquoten el siglo xix . Esta técnica aparece descrita prác-ticamente en todos los manuales de restauración

de cerámica hasta la actualidad, en que aún seutiliza incluso en museos, sobre todo en el mun-do anglosajón (g. 5.1).

II. Unión mediante productos adhesivos

– II.D. Metal undido: desde época temprana seempezó a utilizar también «mástics» o pastas ad-

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194

Fgura 5.1. C u -

, b . Fu: L (1978: 84).

Fgura 4.6. G «T» C A. Fu: S-

Dk (2007: . 2)..

hesivas de variada ormulación, generalmentebasadas en productos naturales resinosos o bi-tuminosos, que podemos documentar ya en laPrehistoria y en Egipto o Mesopotamia.Como apuntaba Williams (1988: 148), en reali-dad, «se puede decir que cualquier materia pe-gajosa se ha empleado para reparar cerámicas». Aparte de los productos adhesivos que comple-mentaban las uniones mecánicas, ya menciona-dos, se ha localizado plomo, empleado con este

n y, por tanto, incluiremos en este artículo eluso de metal como adhesivo (tipo II.D.). Se tra-ta de un sistema de unión y sellado de grietas y/o racturas mediante plomo undido, recuen-temente asociado a cajeados transversales tipoI.B., en orma rectangular o en doble cola demilano.Es una técnica que cumple la doble tarea deconerir gran resistencia mecánica y estanquei-

dad suciente para permitir el almacenamien-to de líquidos. La hemos observado en variosejemplares de vasos contenedores de gran ta-maño. En todos los casos se trata de dolia ro-manos, procedentes de yacimientos italianos(Rando, 1996; Peña, 2007) (g. 5.2).En la mayoría de los ejemplares conocidos, sal-

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

 vo alguna excepción, se trata de reparacionesde alarero –o de otro especialista asociado–,lo que se puede deducir por el alto porcen-taje de piezas; porque el patrón de racturasse corresponde en general con el sistema deconstrucción mediante placas o rollos, por cu-

 yas uniones deectuosas se abrieron durante elsecado; porque es necesario el empleo de unmaterial cuya manipulación requiere mediostécnicos especícos y, por último, porque estáclaro que sería imposible realizar las interven-ciones durante el uso, al menos en el caso delos dolia deossa, que sólo se habrían podidosoldar por el interior y con mucha dicultad,dada su posición vertical y el uso de un mate-

rial líquido que diícilmente se podría mante-ner en el lugar deseado.En la mayor parte de los casos, las racturas seampliaron por su pared externa, retallándolasen orma de «V» para regularizar las paredes deunión, acilitar la inclusión del plomo y lograruna mayor supercie de unión. Rando (1996)indica que esto habría sido muy diícil con lapieza ya cocida, por lo que deende que es-

de aplicaciones postcocción. No son muy recuen-tes pero hay que tener en cuenta que muchas veceslos sistemas de unión o sujeción ejercen también unaunción de reuerzo en piezas ragmentadas o agrieta-das aunque se encuentren comprendidos en el primertipo. El único caso localizado es la citada grapa-placa

de plomo presentada por Zanelli (1997) que cumplíaambos cometidos (ver g. 4.5.). Es seguro que estatécnica se empleaba también en las reparaciones po-pulares pero no disponemos de ejemplos conocidos.

IV. Reintegraciones

Para el relleno de partes altantes se ha utilizado nu-

merosos materiales, undamentalmente arcilla, yeso,masillas adhesivas o trozos de cerámica cocida, entreotros. Los ejemplares localizados con reintegracionesexclusivamente metálicas (tipo IV.D.) son realmentecuriosos e interesantes. Los más antiguos localizadosson un vaso de almacenamiento de Geraki, Grecia (si-glos iV -iii a. C.), cuya base tiene ocluida una alta conplomo undido (Dooijes y Nieuwenhuyse, 2007) (tipoIV.D.1) (g. 5.3) y un recipiente de la Necrópolis de

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195

Fgura 5.2. Dolium ,

D M (R, 1996: . 7 b - . Fu: L (1978: 84).

tos canales se realizaban en las zonas que seabrían durante el proceso de secado, al igualque los cajeados para las espigas asociadas,cuando la cerámica aún se encontraba en tex-tura de cuero; posteriormente, el plomo se ver-tía tras la cocción, con los vasos aún calientes.El mismo autor menciona también que ya lospithoi griegos se reparaban de este modo perono conocemos ejemplos salvo, quizá, el men-cionado caso de Lindos pero la imagen de que

disponemos no permite apreciarlo con clari-dad.En los años sesenta del siglo  xx , Klein orecíauna detallada explicación de cómo unir rag-mentos de cerámica con estaño undido, exca- vando previamente un canal, como en el casode los dolia romanos (Buys y Oakley, 1993: 66).

III. Reuerzo y consolidación

Consiste en la aplicación de una materia externa queproporcione un sostén estructural a cerámicas que lorequieran, a causa de allos de abricación o debili-tamiento por el uso (desgaste, grietas, racturas). Loselementos metálicos se incluirían en el apartado III.B.

Ringe Parish, en Dinamarca, de nal de la Edad delHierro que menciona Madsen (2009: 85), que habíaperdido una parte del borde y ue sustituida por unaplaca de bronce curvada, sujeta con pequeños clavosdel mismo material, que actualmente no se conserva(tipo IV.D.2) (g. 5.4).

Los restauradores, undamentalmente desde el siglo xix , han empleado de orma habitual armazones metá-

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

licas para sujetar o reorzar las reintegraciones de masi-llas de yeso o carbonato cálcico. Solían ser de alambrede hierro, latón o cobre –Ris-Paquot (1872: 32) pros-cribía totalmente el primero, dada su conocida malarespuesta rente a la humedad– y servían de base sobretodo para las asas y otros elementos con relieve (gs.6.1 y 6.2) y para la reintegración de grandes supercies,

d l il t i d Ri P t

Fgura 5.3. S u pithos u u

b, Gk, G. Fu: Dj Nuwu (2007: . 7).

Fgura 5.4.  Vaso con el borde reintegrado con una plaquita metálica, de la

Necrópolis de Ringe Parish, Dinamarca, (MADSEN, 2009: fg. 3.2).

raciones domésticas hasta echa reciente (Echevarría,2006: 84).

Por último, aunque más bien se trata de un aca-bado decorativo y no una reintegración propiamentedicha, no quisiera dejar de mencionar por su signica-d á t tí ti l d áti

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196como podemos ver en las ilustraciones de Ris-Paquot oen piezas del Museo Nacional de Cerámica de Valencia6 (g. 6.3); a veces estas estructuras metálicas de reuer-zo se colocaban de orma externa (g. 6.4). Tambiénera recuente la reacción artística de elementos, comoasas, cuellos o pies, con materiales nobles (tipo IV.D.4);podemos citar como ejemplos un jarrón del tipo de la Alhambra del Museo Nacional de Estocolmo (Fabbri y Ravanelli, 1993) (g. 7.1) o una botella turca del siglo xVi (Buys y Oakley, 1993) (g. 7.2).

En el campo etnográco, al igual que en la Pre-historia, también se rellenaban las pequeñas altascon plomo, estaño, o una aleación de ambos, un-dido (http://www. entredosamores.es/campo%20de%20criptana/textocriptana5.html, 10/08/2011) (tipoIV.D.1) o se utilizaba la técnica del «taponado», queconsistía en ocluir pequeñas altas con dos plaqui-tas metálicas, una a cada lado de la pared del vaso,unidas entre sí mediante un alambre o, incluso, un

tornillo con tuerca (tipo IV.D.3); en Galicia, con unaprolongada tradición de lañadores, se comercializabaeste sistema, realizado de orma industrial, para repa-

6 D u Mu N C,. T Vu, qu quí qu u.

do y su carácter artístico, el caso de unas copas áticasde guras rojas encontradas en una tumba principescade Klein Aspergle con reintegraciones enmascaradascon hojas de oro lanceoladas en el estilo de la Tène.Desconocemos el material empleado para el relleno delas lagunas pero la evidente intención estética de lareparación, la utilización de un metal precioso y la apli-cación de una técnica artística local indican claramenteel altísimo valor material que los celtas atribuían a estosobjetos y denotan una apropiación cultural de los mis-

mos (Berducou, 2010: 13) (g. 7.3). En este grupo seengloba también la técnica realizada en China y Japón,denominada «Urushi» o «Kintsugi», respectivamente, do-cumentada desde el 2500 a. C. para la reparación decerámica (Koob, 1998), aunque los casos que conoce-mos se corresponden ya con los siglos  xVi y  xVii. Losragmentos se pegaban con laca urushi, compuesta apartir de la resina del árbol asiático Rhus verniciera y el adhesivo se solía cubrir con polvo de oro bruñido,

de orma que parecía que los trozos se habían soldadocon oro undido (g. 7.4). Las piezas así restauradasllegaron a ser muy apreciadas por la sociedad debido asu bello y llamativo aspecto.

 A partir de los datos precedentes, hemos observadoque algunas de las técnicas y materiales empleados a lolargo de la Historia se circunscriben a épocas concre-

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

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197

Fgura 6.2. J uu b u u . Fu: C (2007: . 37).

Fgura 6.1. Iu u u - . Fu: R-Pqu (1872:

. 5).

Fgura 6.3. R u , qu u uu b qu í. Mu N C- A Suu «G Mí », V. Fí: D.

Fgura 6.4. C u j uu b . Mu B. Fí: D.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

tas, por lo que es posible obtener datos cronológicos,por el momento de carácter muy general, estudiandolas características de la reparación. Así, de orma muy resumida, los sistemas de unión por presión, en susdiversas ormas, aparecen en todas las épocas; los detaladro único, doble taladro simple o compuesto con

plomo y bronce, taladro múltiple, cajeados y adhesio-nes con plomo undido parecen asociarse a las culturasgrecorromanas e indígenas antiguas; la laña simple deplomo permanece hasta la Edad Media, a partir de laque empieza a desarrollarse la de hierro undido, parahacerse con alambre industrial desde el siglo  xix ; lasespigas interiores se emplean sobre todo por los restau-radores a partir de los siglos xViii y   xix y su uso continúahasta la actualidad; las reintegraciones con plaquitas debronce clavadas o remachadas son muy escasas y an-tiguas mientras que los taponados con dos chapas dehierro unidas con alambre a través de una peroraciónson relativamente recientes; sin embargo, los rellenoscon plomo undido aparecen tanto en la Antigüedadcomo en el siglo  xx .

CrterosFgura 7.1. J - Ab - b

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198 Resumen histórico

Tradicionalmente, en la restauración moderna los me-tales se han considerado incompatibles con la con-

Fgura 7.3. C u j ub

K A j . Wu-b Luu, Su. Fu: Buu (2010: . 1 2).

b , - 1903. Fu: Fbb R (1993: 42: . 14).

Fgura 7.2. B u xvi, u

u, bb xix. Mu V & Ab. Fu:Bu Ok (1993: . 5.9).

Estudo, clasfcacón y crteros para la nterencón en los elementos metálcos de las reparacones-restauracones antguas de cerámca

servación de la cerámica, undamentalmente porquesu mayor dureza podía erosionar la pasta y porquesu oxidación producía manchas, con el consiguienteeecto antiestético. Por estos motivos, los elementosmetálicos empleados para la reparación y restaura-ción de cerámica han sido eliminados de orma sis-

temática –y lo siguen siendo– por generaciones derestauradores que, además, no han juzgado necesa-rio documentar y conservar los materiales retirados,lo que ha supuesto una enorme pérdida de inorma-ción. En los museos no se empleaban grapas perose quitaban las de los vasos que llegaban lañados(g. 8.1). En los estudios realizados a partir de piezasdel Museo Arqueológico Nacional, se identican dosperiodos undamentales en los años cuarenta y luegoen los setenta, en los que se eliminó gran parte delas restauraciones antiguas en cerámica, sustituyén-dolas por otras modernas (g. 8.2). En el primer casoes posible relacionar los trabajos con la restauraciónde los numerosos vasos dañados durante la GuerraCivil, por lo que, en cierto modo, ue algo condi-cionado pero indudablemente infuido por las teo-rías de Atenas (g. 8.3). Los tratamientos de los añossesenta-setenta ya se correspondían con los criteriosasociados a la veracidad histórica, a la museograía

pos. Estos años «[...] se caracterizaron por una mayoractuación sobre los objetos y la aplicación masiva delos nuevos productos que habían sido descubiertospor la industria química» (Alonso López, 1998: 163).Todas las piezas debían recibir algún tipo de trata-miento, casi de orma obligada, aunque no resultara

imprescindible para su conservación.Si analizamos la bibliograía especializada desdela segunda mitad siglo  xx , podremos observar toda laevolución del proceso. Coremans (1969: 15) opinabaque «la restauración se puede considerar undamen-talmente como una operación quirúrgica, destinadaen particular a la eliminación de las adiciones pos-teriores y a reemplazarlas por materiales mejores,llegando, si llega el caso, a la recuperación de esoque se llama, dicho sea de paso de manera algo in-correcta, el estado original». En las décadas siguientesse detecta una cierta conusión, ya que autores comoLarney (1975), André (1976) o Grayson (1985), porun lado deenden los nuevos criterios pero, por otro,continúan aplicando prácticas antiguas, como ampliasreintegraciones escasamente detectables o elimina-ción sistemática de las restauraciones anteriores, conexplicaciones detalladas sobre las técnicas para reti-rar las lañas, por ejemplo, sin considerar siquiera su

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Fgura 7.4. Cu jé u uu. Mu I-

C F (I). Fí: D).

Fguras 8.1. y 8.2. J . 3.3,

u u. Fí: MAN. O u . Auu, Bí. Fí: D).

, gmoderna y al empleo de los nuevos materiales sinté-ticos que obligaban a reemplazar las viejas interven-ciones, muchas veces poco estéticas y con evidentesalseamientos, por otras ajustadas a los nuevos tiem-

, p j p , qeventual conservación. Mientras, surgen las primeras voces en su deensa: Williams, restaurador del MuseoBritánico, escribía en 1988 (p. 147): «Las reparacionesantiguas son de interés histórico o arqueológico y la

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ética de su eliminación durante la conservación estáen discusión» y, en España, Amitrano (1986: 76-77)indicaba que:

«En algunos casos la dierencia entre lo original y loañadido es tan sutil que lleva a que tanto uno como

otro deban conservarse arbitrando sistemas, ya seande montaje o de exposición, que posibiliten al ob-servador su reconocimiento [...] y si bien en algunasoportunidades la solución estriba en la eliminaciónde todo aquello que ue añadido, en otros esta eli-minación equivale a la pérdida de un documento,en muchos casos tan valioso como el que oculta».

En los años noventa ya las cosas empiezan a cam-biar, en el sentido de que, aunque continúa la ten-dencia a la supresión de las intervenciones antiguas,los proesionales comienzan a plantearse dudas y atener la necesidad de justicarla por motivos de con-servación. Así, Berducou (1990: 7) decía que

«El problema de una limpieza se complica aún máscuando un bien cultural llega a nosotros transor-

mado por intervenciones anteriores que se handegradado, que lo perjudican o que lo enmasca-ran, imponiéndonos una lectura hoy día discu-tible; entonces hay que plantearse una eventual«de-restauración [...]. Este sacricio es también uncompromiso entre la necesidad de acceder al ob-

jeto que se conserva y el deseo de no perder nadade lo que le atañe o de la inormación que porta,aunque sea de orma indirecta, en este caso, suhistoria material» y poco después, añadía: «hoy díasabemos que ciertos materiales utilizados comorevestimientos protectores, adhesivos, consolidan-tes o para rellenar lagunas, al envejecer puedendar lugar a sustancias susceptibles de degradar lamateria original del objeto con la que están encontacto: no es, pues, sólo por cuestiones estéticaso históricas por lo que deba plantearse la elimina-ción de una restauración antigua sino que tambiéndeben considerarse cuestiones de conservación»(Berducou, 1990: 8).

En el mismo sentido, Acton y Mcauley armabanen 1997: «En algunos casos no será necesario extirpar

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Fguras 8.3. y 8.4. J - u 6.3 , 1951. Fu: Fbb R (1993: 42, . 14). Iu-

b é . Fu: Bu Ok (1993: . 6.8).

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las grapas metálicas (si orman parte intrínseca de lahistoria del objeto). De todos modos, si ya no cumplensu cometido porque son inestables y están manchan-do la cerámica, será mejor retirarlas». También en estosaños perduran aún las dierencias entre las escuelas an-glosajona y mediterránea. Si escogemos, por ejemplo,

los manuales de Buys y Oakley y de Fabbri y Ravanelli,ambos de 1993 y dos de las obras de consulta más uti-lizadas actualmente para la restauración de cerámicas,podemos detectarlas. En el primero, las autoras dedicanmedio capítulo a describir las restauraciones antiguas y uno entero a los procedimientos para eliminarlas (g.8.4) y, aunque reconocen que algunas pueden tener un«interés intrínseco o estético», sólo recomiendan conser- var muestras para que no se pierda la inormación quecontienen si, por alguna razón hubiera que eliminarlas.Fabbri y Ravanelli destinan más de un tercio del libro alas dierentes técnicas históricas en una interesantísimainvestigación y presentan una mayor disposición a con-servar los casos históricos, siempre que no perjudiquenal original.

Es ácil observar que, con la excepción de vocesaisladas, la tendencia general en la década nal delpasado siglo era la de justicar la eliminación de an-tiguas intervenciones cuando aectaban a la conser-

El problema más importante relacionado con lasintervenciones antiguas es la cuestión de qué criterioseguir a la hora de eliminarlas o no. Es imprescindibleinvestigar cada caso concreto antes de tomar una deci-sión, ya que existen numerosos argumentos a avor y en contra. La eliminación de una restauración antigua

de una cerámica, independientemente de su pertinen-cia o no, siempre entraña una serie de riesgos, tantode carácter ísico como inmaterial, motivo ya sucientepara plantearse de orma razonada si se debe llevar acabo, en qué medida y cómo; a esto se añade el hechode que muchas restauraciones, por su antigüedad, cali-dad u originalidad han llegado a ormar parte históricaintegrante de la pieza y aportan una inormación y do-cumentación de gran relevancia. También existen, porsupuesto, numerosas razones para eliminar o sustituir viejas intervenciones, undamentalmente por cuestio-nes de conservación, de veracidad histórica o estéticas.Sin embargo, muchas veces retiramos elementos sólopara reemplazarlos por otros prácticamente iguales (verg. 5.1.), lo que resulta una acción potencialmente da-ñina y totalmente innecesaria, en lo que coincidimoscompletamente con Secco Suardo que en su manualsobre restauración de pintura,  Il Restauratore dei di- 

 pinti , publicado en 1894, recomendaba «Levantar con

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201 vación, la veracidad o el valor estético de las piezas.Como vimos al principio de este trabajo, la situaciónha cambiado en los últimos años, en que empieza aextenderse el estudio de la historia de la restauración,incluyendo los vestigios arqueológicos, la evoluciónde técnicas y materiales e, incluso, las biograías delos antiguos restauradores.

Propuesta de actuación antelas intervenciones antiguas

 A la hora de tomar decisiones, debemos considerar quehay dos tipos de criterios, unos que podemos denomi-nar undamentales, primarios o de base, cuya observan-cia aecta a la integridad y a la conservación del bien.Su incumplimiento tiene consecuencias irreversibles ode muy diícil solución, puesto que entrañan la pérdida

de materia, de inormación o de valores. Por otro ladoexisten los criterios secundarios o estéticos que aectanbásicamente al aspecto nal del bien y, aunque puedeninfuir en su conservación, suelen ser reversibles. Comomáxima general y obvia podemos armar que lo queañadimos siempre se puede eliminar o sustituir pero loque quitamos desaparece para siempre.

infnita circunspección la restauración vieja, pero pref-riendo siempre la restauración antigua, aunque mala, ala necesidad de una nueva restauración, aunque buena.Parar a tiempo y actuar lo menos posible» (Ruiz de La-canal, 2004: 192).

Nuestra propuesta de actuación rente a las repa-raciones y restauraciones previas incluye cinco asesbien denidas: identicación de las características y tipología de la intervención, valoración de sus cuali-

dades o interés en diversos aspectos, evaluación dela infuencia en la conservación de la pieza y en lainormación que porta, cálculo de los riesgos que en-trañaría su conservación o su eliminación y propuestade actuación adecuada a las conclusiones alcanzadas.

1. Identicación: la primera ase consistiría en larealización de un estudio previo exhaustivo dela intervención, por supuesto, como comple-

mento al de la pieza, su estado de conserva-ción, etc., con el n de ser capaces de conocer-la y clasicarla (clase de intervención, tipologíade técnicas y materiales), describirla y, si es po-sible, encuadrarla en un momento cronológicoo en un contexto determinado. Por principio,las reparaciones arqueológicas e históricas –

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artísticas o etnográcas– deben conservarsesiempre porque es innegable que orman parteintrínseca de la historia de los objetos y consti-tuyen una huella de uso de primera magnitudque incrementa su valor en lugar de depreciar-lo, como tradicionalmente se ha considerado.

En el caso de las arqueológicas, su identica-ción no orece dudas, dado que la cerámica haaparecido así en la excavación, pero en el delas históricas la investigación debe realizarse deorma minuciosa, ya que muchas veces es muy diícil discernir si estamos ante una reparaciónde época o una restauración posterior. Por estemotivo es tan importante contar con un sistemade clasicación y tipología de las intervencio-nes que acuda en nuestra ayuda.

2. Valoración: una vez clasicada la intervención,en la medida de lo posible, y establecidos lotipos técnicos y materiales en los que se en-cuadraría, habría que interpretar la inormaciónpotencial que se puede extraer desde distintospuntos de vista. En su aspecto arqueológico ohistórico puede orecer datos de carácter social,económico, técnico, estético, espiritual, etc. Porotro lado, careciendo de los valores anteriores,

retirada de uertes adhesivos o productos em-pleados para la reintegración. Muchas veces unsoporte o intervención ha llegado a tal nivel deestabilidad que se ha creado una interrelaciónque sería dañino destruir, puesto que supon-dría obligar al objeto a adaptarse de nuevo y se

podría provocar cambios importantes e irrever-sibles. Muchas veces el daño que se produceal eliminar una restauración anterior es mayorque el que ésta podría ocasionar en el original.Por otro lado, con recuencia es más interesan-te, por la inormación que aporta, conservar un vaso con alsicaciones o compuesto a partirde diversas piezas que obtener varias «bolsi-tas» con ragmentos inconexos, sin contexto nisignicado alguno; en este caso bastaría conacompañar el objeto con los datos e imágenesobtenidos a partir del estudio del conjunto y las explicaciones correspondientes, que tam-bién resultan de gran interés para el públicono especializado.

5. Propuesta: organizadas en el orden indicado,cada una de estas ases podría nalizar el pro-ceso o pasar a la siguiente, en unción de losresultados obtenidos. Así, una intervención

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202 también podría tener relevancia en la historiade la conservación-restauración o poseer cua-lidades o mérito artístico propios sucientespara considerar su conservación.

3. Evaluación: la infuencia de tratamientos an-teriores en la conservación de la cerámica hasido, como se ha visto, el principal argumentoesgrimido a avor de su eliminación, debido aproblemas como aporte de productos nocivos

(ácidos, óxidos, sales, colas endurecidas, etc.);riesgo de rotura (tensiones, deterioro de adhe-sivos); excesivo peso (materiales inadecuadoso de grosor excesivo); manchas (clavos, torni-llos y otros enganches metálicos), alseamientoshistóricos (cambios de color, reintegracionesexcesivas o inapropiadas); ocultación de zonasoriginales (exceso de reintegración, repintes);dicultad, alteración o distorsión de su lectura,

o presencia de elementos antiestéticos (restosde adhesivos, barnices amarillentos, integracio-nes cromáticas inadecuadas), entre otros mu-chos que dependen de cada situación y objeto.

4. Cálculo de riesgos: toda intervención proundasupone una importante agresión, sobre todo siel estado del objeto es rágil o si incluye la

indudablemente arqueológica, histórica, queaporte datos de interés o que presente carac-terísticas técnicas o artísticas relevantes deberáser conservada. Sólo si existen dudas o no secorresponde con ninguna de las citadas par-ticularidades, se estudiará su infuencia en laconservación o en alguno de los demás aspec-tos tratados. Si ésta resulta claramente negativa,se evaluarán los riesgos que su eliminación su-

pondría para la integridad de la pieza y sólo enel caso de que el riesgo no supere las ventajas,podrá plantearse el nuevo tratamiento. Eviden-temente, no nos encontramos ante una deci-sión drástica de «todo o nada» y, dependiendode las conclusiones de los estudios previos,podremos proponer intervenciones parcialesque permitan conservar la inormación y loselementos más importantes, eliminando partes

de las antiguas restauraciones y conservandootras (g. 8.5).

 A veces basta con retirar las zonas de reintegraciónque cubren un original o modicar el color viradocon los años. En el caso de los materiales metálicospuede resultar una decisión compleja por la acción

203

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continuada de sus propios mecanismos de corrosión,puesto que los productos de alteración aumentan detamaño y pueden ocasionar tensiones y roturas, porun lado, y generar manchas, por otro. Sin embargo,en el ambiente controlado de un museo es diícil queestos procesos avancen mucho. También en este te-rreno existen soluciones intermedias, como la queproponían Lacoudre y Dubus, ya en 1988, de extraerlos elementos de metal, tratarlos y volverlos a colocaraunque se trata de una acción agresiva y, en general,es raro que se produzcan nuevos daños. En cualquiercaso, las opciones son numerosas y tan solo requie-ren de un exacto conocimiento de la pieza, un plan-teamiento razonado crítico y, por supuesto, el sentidocomún, la prudencia y la sensibilidad inherentes a laproesión de conservador-restaurador.

Conclusones

El conocimiento constituye, como es bien sabido, elprimer paso para la conservación del patrimonio. Laalta de documentación tiene como consecuencia lapérdida de inormación sobre la propia pieza y sobre

l l l d l

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203las técnicas y materiales empleados por los antiguosrestauradores, por lo que, independientemente de ladecisión que se adopte, la toma exhaustiva de datospor todos los medios posibles será un requisito abso-lutamente imprescindible.

Como decíamos al principio, este es un trabajo pre-liminar de carácter general con el que intentamos con-tribuir a la diusión de este interesante aspecto de laconservación-restauración al que nunca se ha prestado

la atención que merece. Pensamos que la elaboraciónde una clasicación de las intervenciones y de unatipología de técnicas y materiales contribuirá a mejorarel conocimiento y la identicación de las mismas, decara a su uturo tratamiento. Por otro lado, hay que te-ner en cuenta que gran parte de los ejemplares estudia-das solamente se han podido observar en otograíaso a través de vitrinas, por lo que sólo se conoce unaparte de los elementos metálicos y queda pendiente

un estudio más proundo, en el que sería imprescindi-ble, además, poder realizar análisis de la composiciónde las aleaciones, lo que serviría para completar en lamedida de lo posible la tipología presentada.

La propuesta de criterios en cinco ases que aquí sepresenta –identicación, valoración, evaluación, cálcu-lo de riesgos y propuesta de intervención– pretende

constituir una herramienta conceptual y práctica para

el especialista que deba enrentarse al tratamiento deuna pieza cerámica previamente reparada o restaura-da. La aplicación de esta metodología, por tanto, pue-de constituir un elemento de apoyo y ayuda a la horade tomar –y justicar– decisiones, muchas veces diíci-les y complicadas.

En denitiva, la casuística que puede surgir esabundante y variada y lo más importante es comen-zar un trabajo sistemático de recopilación de datos y 

adoptar una nueva actitud, basada en una ormaciónmás adecuada y en la elaboración de protocolos deactuación, tanto por parte de conservadores de mu-seos, arqueólogos e historiadores del arte como de losconservadores-restauradores, que acilite la identica-ción y conservación de los testimonios que llegan has-ta nosotros y de cuya transmisión somos responsables.

Fgura 8.5. Fí u u u - é u u xviii-xix, qu u j , . MuAqu N . Fí: D.

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Eu u ju b é

Fede Petr SanchaE I u C Ru S. L.

@.

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Resumen

Uno de los aspectos más importantes dentro de laconservación del patrimonio arqueológico es el de-sarrollar planes de seguimiento periódico para con-trolar el estado de conservación de piezas restaura-das con anterioridad. A petición del IPCE, la empresaIn situ ha realizado el estudio del estado de conser-

 vación y el mantenimiento de un conjunto de bron-ces de época romana que habían sido intervenidoscon anterioridad y que se encontraban expuestos endierentes instituciones. A pesar de los tratamientosrealizados las piezas presentaban problemas de con-servación de diversa naturaleza: aparición de ocosde corrosión anteriormente ocultos; envejecimiento

de las capas de protección; agrietamiento de anti-guas resinas; desgaste por la continua manipulaciónen algunas zonas, etc. Se estableció una metodologíade actuación encaminada a resolver las alteracionesde las piezas para su correcta conservación, y al mis-mo tiempo recoger toda la inormación sobre la e-cacia o anomalías de los tratamientos realizados enel pasado.

Palabras clae

Mantenimiento, conservación pasiva, corrosión, revi-sión de materiales de restauración.

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208

Abstract

One o the main subject in archaeological conserva-tion is developing periodic manteniance programsto insure a long-term conservation o restoratedmaterial.

Keywords

Manteniance, pasive conservation, corrosion, checko restoration products.

Introduccón

En el presente artículo se recogen los trabajos realiza-dos para el estudio sobre el estado de conservacióne intervención de mantenimiento de un conjunto debronces de época romana, el cual se realizó a peticióndel Instituto del Patrimonio Cultural de España.

El objetivo de estos trabajos es supervisar el estadode conservación y eectuar el mantenimiento de cua-tro piezas únicas de bronce romanas, restauradas enlos años 90 y conservadas en dierentes instituciones

nacionales.El j d b d l i i

conocimiento del objeto y su casuística de conserva-ción. Entendiendo ésta como la comprensión de la re-lación entre los dierentes estados de conservación delas piezas provocados por contextos arqueológicosdiversos, las intervenciones realizadas y los materia-les utilizados, y por último las condiciones medioam-bientales en su posterior musealización. Estos trabajospermiten comprobar a largo plazo la bondad de lasintervenciones realizadas con anterioridad, así comoejercer las tareas de mantenimiento de las superciesde bronce, como la sustitución de las pátinas de pro-tección y la eliminación de ocos de corrosión. Adi-cionalmente, permiten corregir distorsiones puntualesantes de que representen un peligro evidente para laintegridad material de la pieza.

Tratamentos eectuados en el IPCE

Las piezas de bronce que llegaron al IPCE para surestauración presentaban intervenciones anteriores,más o menos antiguas, eectuadas sin duda con lanalidad de dar protección a la supercie metálicarente a las oscilaciones de la humedad, así como di-

 versos tratamientos de adhesión y unión de los rag-d l i

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El conjunto de bronces se compone de las siguien-tes piezas:

1. Bomba hidráulica (Museo Arqueológico Nacio-nal).

2. Estandarte de Pollentia (Museo ArqueológicoNacional).

3. Eebo de Antequera (Museo Arqueológico de

 Antequera).4. Apolo de Pinedo (Museo de Prehistoria de Va-

lencia).

 A partir de una evaluación del estado de conser- vación en la que se evidenciaron graves deterioros,estas cuatro piezas ueron intervenidas en los añosnoventa en el Instituto de Conservación y Restaura-ción de Bienes Culturales, en el que eectuaron la

restauración en base al estado de conservación y larealización de nuevos soportes para dotar de unidadestructural a la escultura del Eebo de Antequera y a la del Apolo de Pinedo. En la actualidad los traba-jos a realizar se enmarcan dentro de una actuación alargo plazo bajo los parámetros de la conservaciónpreventiva, undamentalmente en lo que respecta al

y gmentos de las piezas.

Eebo de Antequera

Es una escultura en bronce de época romana (g. 1) y se data hacia la primera mitad de siglo I. La escultura

ue encontrada en la nca de Las Piletas de la Vega(Antequera), en 1955.

 A destacar del estado de conservación de la escul-tura en el momento de llegar al IPCE que la pieza seencontraba recubierta por una de concreciones terro-sas mezcladas con carbonatos.

También el sistema de sujeción con barras de hie-rro diseñado anteriormente para mantener la escultu-ra vertical y que a la vez une el antebrazo y la pierna

izquierda.

 Tratamientos realizados en el IPCE

 – Limpieza mecánica supercial de los restos detierras y polvo que rodeaban al metal.

209

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Fgura 1. Eb Aqu. Fí: F P S.

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210

Fue descubierta en 1963 en las aguas de la pla- ya de Pinedo. El estado de conservación del Apo-lo de Pinedo venía determinado principalmente porsu aparición en un medio marino. Tanto el exteriorcomo el interior aparecían con adherencias marinas y depósitos silíceos. La supercie de la pieza se encon-traba en un estado muy irregular, con altas de mate-rial de grandes dimensiones, además de cavitaciones y agujeros extendidos por toda la supercie. Los o-cos de cloruros activos son una de las alteracionesmas graves, llegando a provocar rupturas, horadar y mineralizar parte del metal.

En una primera restauración, llevada a cabo en losaños sesenta, se eliminaron los restos de concrecio-nes marinas de la supercie, se rellenaron las lagunascon resina y bra de vidrio, se colocaron los ojos y 

se realizó una protección de la supercie con resina vinílica. Otro aspecto importante ue la recuperaciónde la pierna derecha, separada de la escultura desdesu descubrimiento.

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 – Limpieza mecánica para la eliminación de lasconcreciones de carbonato cálcico, hasta llegar ala pátina estable de tenorita (óxido cúprico CuO).

 – Desengrasado con xilol. – Inhibición con benzotriazol. – Reintegración del dedo índice de la mano conmetacrilato unido con resina epoxi. – Sustitución del sistema de sujeción antiguo y realización de un montaje interno para mante-ner la escultura en pie y unir el brazo y la piernaizquierdos.

 – Aplicación de las capas de protección,(gs. 2 y 3).

Apolo de Pnedo

La estatua representa la gura de Apolo (g. 4). Es unacopia romana del Apolo Delphinios, original realizadopor Demetrio de Mileto al nal del siglo ii a. C.

Fgura 3. Eb Aqu. T u u IPCE. Fí: A IPCE.

Fgura 2. Eb Aqu. E u- IPCE. Fí: A IPCE.

211

Estandarte de Pollenta

El estandarte (g. 6) es una pieza única por su buenestado de conservación y por la inormación históri-ca. Fue descubierto en 1926, durante unas excavacio-nes arqueológicas en La Alcudia (Mallorca), y se haechado a nales del siglo ii d. C. o comienzos del iii d. C. El estandarte se encontraba restaurado anterior-mente en el momento de su intervención en el IPCE.

Se apreciaban restos de cera amarillenta como pro-tección contra la humedad y restos de adhesiones an-tiguos con resina, que se encontraban debilitados y agrietados, lo cuales modicaban el aspecto originalde la pieza. También constaba una soldadura de plo-mo sellando una grieta transversal.

Otro aspecto a destacar era la presencia de nume-

rosos puntos de cloruros activos, a pesar de que enla restauración anterior se intervino en algún punto.

 Tratamientos realizados en el IPCE

 – Eliminación de las capas de protección antiguascon xilol.

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 Tratamientos realizados en el IPCE

 – Eliminación de los restos de la película sintética

de la supercie. – Limpieza mecánica de la supercie y elimina-ción de los restos de concreciones calcáreas. – Desengrasado con una mezcla de alcohol y ace-tona. – Inhibición de la corrosión del metal medianteobturación de los ocos de cloruros con óxidode plata y con aplicación de benzotriazol al con-junto de la pieza.

 – Protección de la escultura, primero con Incralac y seguidamente con cera microcristalina. – Para el montaje de la pierna derecha se abricóuna estructura en acero inoxidable que sirviesea la vez de soporte de la escultura y de armazónpara la unión de la pierna con el resto de la es-cultura (g. 5).

Fgura 4. A P. Fí: F P S.

Fgura 5. A P IPCE.

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212Fgura 6. E P. Fí: F P S.

Fgura 7. E P. Du u IPCE. F-í: A , IPCE.

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Sus dimensiones son de 93 cm de altura por 43 cmde anchura. Se data entre los siglos I-II. El hallazgo dela bomba hidráulica de bronce se produjo en la minaSotiel-Coronada, en la provincia de Huelva hacia 1888.

La integridad de la pieza corría peligro por la ines-tabilidad provocada por la presencia de sales.

 Adicionalmente se apreciaba la ragmentación dedierentes partes de la pieza.

 Tratamientos realizados en el IPCE

 – Desengrasado de toda la pieza con xilol. – Limpieza mecánica de la supercie; eliminaciónde los restos de tierras y estratos de corrosión

g

 – Limpieza mecánica de la supericie y elimina-ción de los restos de tierras y concreciones. – Eliminación de antiguos adhesivos, telas y ele-mentos de unión. Se respeta la antigua soldadu-

ra de plomo en la ractura. – Inhibición en benzotriazol. – Limpieza y obturación de los ocos de cloruroscon óxido de plata. – Reuerzo de grietas y adhesión de ragmentosmediante resina epoxi pigmentada. – Protección nal, en primer lugar con Incralac y posteriormente una mezcla de resina acrílica y cera microcristalina (g. 7).

Bomba hdráulca

Se trata de la bomba (g. 8) conocida como Bomba deCetsibio, realizada en bronce a la cera perdida y pulida.

Fgura 8. Bb u. Fí: F P S.

213

hasta llegar a las pátinas mas estables cercanasal metal. – Inhibición de las piezas mediante un baño decinco días en benzotriazol. – Limpieza y obturación de los ocos de cloruroscon óxido de plata. – Secado en estua a 60º C.

 – Adhesión de ragmentos mediante resina epoxipigmentada. – Protección nal, en primer lugar con Incralac y posteriormente una mezcla de resina acrílica(Paraloid®) y cera microcristalina (g. 9).

Estudo del estado de conseracón actual

y tratamentos de conseracónPara determinar las causas de las alteraciones en laspiezas de bronce se analizaron, entre otros, los si-guientes aspectos:

1. Condiciones de exposición de las piezas: vitri-nas, luminosidad, control de las condicionesde temperatura y humedad.

2. Traslados recuentes de la pieza.

3. Estudio de las alteraciones presentes en la su-percie de las piezas y degradación de las pá-

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tinas del bronce.4. Estudio de las condiciones de estabilidad de

las estructuras internas de las piezas que lasintegran.

5. Control del envejecimiento y alteración de losmateriales de restauración: capas de protec-cion del bronce, adhesivos, resinas, reintegra-

ciones, etc.

Estado de conservación

Durante el estudio del estado de conservación de laspiezas previo a los tratamientos de mantenimiento,se ha vericado que, en general, en supercie las pá-tinas del bronce permanecen estables gracias a los

productos de protección aplicados y al control de lascondiciones de exposición.Se han podido establecer una serie de dierencias

 y de deterioros comunes.En primer lugar, identicar la degradación provo-

cada por la manipulación de las esculturas. En estecaso, los movimientos estructurales durante los viajes

Fgura 9. Bb u u u IPCE. Fí:A , IPCE.

han provocado el debilitamiento de la estructura in-terna en el Eebo de Antequera, lo que a su vez a pro-

 vocado el agrietamiento de la resina de reintegración.Otro actor que dierencia a las piezas es la pre-sencia de ocos de cloruros activos tras las capas deprotección, especialmente en el Apolo de Pinedo y el estandarte de Pollentia. Las piezas expuestas en vitrina presentan una mayor acumulación de polvoque las que están exhibidas en salas de exposición.

Por otra parte, se han encontrado lesiones y enve-jecimiento de materiales muy similares, en cuanto a la

supercie original de las piezas, como son:

 – Envejecimiento y agrietamiento de adhesivos. – Desgaste del metal por ricción en las zonas decontacto entre las zonas de montaje. – Envejecimiento y desgaste de las capas de pro-tección.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

214

 – Pequeños movimientos estructurales, con agrie-tamiento de las juntas de unión entre original y reintegraciones de volumen.

Estandarte de Pollentia

La pieza se encontraba expuesta en vitrina en el Mu-seo Arqueológico Nacional (MAN), de donde ue reti-rada para su intervención y los trabajos de remodela-ción del MAN. Tras su desmontaje y estudio, la piezapadecía las siguientes patologías:

– Depósitos de suciedad supercial, principalmen-te polvo material altamente higroscópico quepuede acelerar, en contacto con el metal, los

procesos de oxidación. – Depósitos de suciedad acumulada en las gurasdecorativas y en oricios, relieves y supercieshorizontales del estandarte. – Los anillos de la base del estandarte se encon-traban desadheridos, dejando ver los adhesivosutilizados para su unión, que en el momentode esta actuación habían perdido totalmente suunción por envejecimiento.

 – Pérdida de metal en las zonas superiores e in-eriores, donde la lámina metálica es más na y 

l á bl í

• Retirada de los restos de suciedad acumula-da, mediante hisopos de madera de naranjo y perilla de aire. Para eliminar las resinasprovenientes de intervenciones anteriores,se utilizaron medios mecánicos como bisturí o material de dentista.

 – Retirada de capas de protección:• Dado que el estandarte presentaba varias

capas de protección procedentes de inter- venciones anteriores, se ha decido realizarsu sustitución por unas películas nuevas conla nalidad de prolongar la durabilidad delas mismas. Para su eliminación se utilizaronde orma simultaneada limpiezas por me-dios químicos y ísicos, alternando alcohol,

acetona y White Spirit con palillos de made-ra de naranjo en las zonas de acumulaciónde cera. De manera puntual se aceleró elproceso aplicando calor controlado.

 – Inhibición de los ocos de corrosión:• Para paralizar y neutralizar el proceso de

corrosión ocasionado por los ocos de clo-ruros es imprescindible llevar a cabo la pa-

sivación de los mismos, por lo que se co-menzó limpiando las zonas aectadas con

í í

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por lo tanto más susceptible a roturas, así comoragmentos despegados y deormados e, inclusi- ve, una ractura en la zona intermedia. – Pequeños ocos de corrosión puntuales y zonascon pérdida de la pátina, que dejan la superciemetálica a la vista. – Las intervenciones anteriores presentaban di-

erentes signos de deterioro, racturas, pérdidade las propiedades ísicas de las resinas, suras,grietas, pérdida de adhesión y alteraciones cro-máticas, que las hacen más visibles conriendoun aspecto poco adecuado a la pieza. – En el interior de la base del estandarte permane-cen restos de adhesivo blanco.

 Tratamiento realizado

 – Limpieza mecánica supercial:• Eliminación del polvo y de los depósitos su-

perciales mediante aspiración con boqui-llas adaptadas y cepillado con brochas decerda suave de toda la supercie metálica.

procesos ísico-químicos. Posteriormente serealizó el secado del metal mediante la apli-cación de calor controlado y acetona-alco-hol. En este proceso se preparó la superciepara recibir el tratamiento de óxido de platadiluido al 5% en alcohol y aplicado directa-mente sobre el oco a tratar.

• Como tratamiento inhibidor del bronce seha utilizado benzotriazol al 3% en alcohol,aplicado tras proceder al secado de la su-percie del metal.

 – Adhesión de piezas:• Los ragmentos sueltos se han unido me-

diante resina epoxídica con carga inerte,teñida con pigmentos minerales, ejerciendo

presión controlada con aprietos de PVC.

 – Aplicación de las nuevas capas de protección:• Finalizados los tratamientos y respetando

los tiempos de secado a temperatura am-biente, se procedió a dotar a la superciedel estandarte con una capa de protección

215

nal a base de resina acrílica (Incralac) abaja concentración en vehículo orgánico,realizando pruebas previas para valorar suaspecto satinado. Alternativamente y paracompletar la unción aislante con la atmós-era, se aplicó película de cera microcristali-na (Cosmolloid 80) disuelta en White Spirit,

evitando la aparición de excesos medianteaplicación puntual de calor controlado.

 – Sellado de grietas y reintegración cromáticapuntual:

• Se decidió sellar las grietas mediante soldadu-ra en río con resina epoxídica y carga inerte,teñida en masa con pigmentos naturales.

• Con la nalidad de conseguir una homoge-

neidad cromática en toda la pieza, se haneectuado reintegraciones puntuales con re-sina acrílica y pigmentos minerales.

 – Reuerzo y protección de las zonas de montaje:• Para de evitar tensiones y roces entre las

supercies de contacto, se ha colocado du-rante el montaje del estandarte una protec-ción entre la base del estandarte y el vásta-

go de madera con una anilla de neoprenode 1 mm de grosor (gs. 10 y 11).

 – Roturas y grietas del adhesivo que invaden lasupercie original. – En líneas generales se podría decir que la bom-ba hidráulica presentaba un estado de conserva-ción estable.

 Tratamiento realizado

 – Limpieza mecánica supercial:• Se actuó mediante aspirador y con ayuda

de brochas y perillas de aire. Los restos de

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Bomba hidráulica

Esta pieza se encontraba expuesta en vitrina en elMuseo Arqueológico Nacional, de donde ue retira-da para su intervención y los trabajos de remodela-

ción del MAN. Tras el estudio de la bomba hidráulicase puede conrmar que la pieza padecía las siguien-tes patologías:

– Acumulación de polvo supercial ubicado demanera general por toda la pieza. – Depósitos de suciedad acumulada en el interiorde los conductos de la bomba, con el consi-guiente aumento de higroscopicidad.

 – Resinas de intervenciones anteriores racturadas y oxidadas en las zonas de unión de las piezas.Se podía apreciar alteración cromática en las re-integraciones. – Zonas de desgaste en la unión de las piezas, conpérdida de la pátina que deja visto el núcleometálico.

Fgura 10. E P. E -j. Fí: F P S.

Fgura 11. E P. Pu - . Fí: F P S.

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216

del bronce, dando lugar a lagunas de color ro-jizo provocadas por los procesos de corrosión. – Aparecen pequeños ocos de cloruros localiza-dos en la rodilla derecha, el antebrazo derecho y en la espalda a la altura del omóplato derecho. – La escultura presenta una laguna en la parte bajade la espalda que deja ver la estructura interna.

 – Fisura con pérdida de volumen en la zona exter-na del pie derecho. – Fisura por la separación entre la reintegracióncon resina y el bronce en el brazo izquierdo a laaltura del codo, y ractura sin sellar en el brazoderecho a la altura del codo.

 Tratamiento realizado

 – Limpieza mecánica supercial:• Eliminación del polvo y los depósitos super-

ciales mediante aspiración con boquillasadaptadas y cepillado con brochas de cerdasuave de toda la supercie metálica.

• Los restos de suciedad adherida se retiraronmediante palillos de naranjo, con ayuda deperilla de aire; para depósitos de cera o res-

tos de productos más adheridos se utilizómaterial quirúrgico (bisturí).

suciedad acumulados y las resinas utilizadasse han retirado con palillos de madera denaranjo y bisturí.

 – Limpieza química:• Este tipo de limpieza mediante disolventes

orgánicos, se ha utilizado para la retirada

de las capas de protección presentes en lapieza y la eliminación de la pintura azul. Lametodología empleada ha consistido en laaplicación de alcohol y White Spirit con to-rundas de algodón hidrólo. Para los restosde pintura azul se ha aplicado acetona demanera puntual.

 – Aplicación de capas de protección:

• En aquellas zonas donde se han eliminado lascapas de protección, o estas se encontrabandeectuosas, se ha procedido a su reposiciónmediante aplicación de una capa de Incralac,teñido puntualmente para homogeneizar lasupercie y una segunda película de cera mi-crocristalina disuelta en White Spirit, aplica-da mediante aporte extra de calor supercialpara avorecer una distribución correcta por

toda la supercie de la pieza.

Protección de la zona de montaje:

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 – Inhibición de ocos de corrosión:• Como tratamiento previo se realizó una lim-

pieza ísico-química de los ocos de corro-sión mediante baños de acetona-alcohol y eliminación del oco con bisturí.

• Con la supercie limpia se aplicó benzotria-

zol al 3% en alcohol y, de manera puntual,directamente sobre los ocos de cloruros seprocedió a su pasivación con óxido de plataal 5% en alcohol.

 – Renovación de las capas de protección del bronce:• Se eliminaron las capas de protección en

aquellas zonas donde se encontraban deec-tuosas, mediante limpieza química alternan-

do alcohol, White Spirit y aplicación de ca-lor para reblandecer la película de cera. Laszonas donde la cera poseía mayor grosor seretiró con ayuda de palillos de naranjo.

• Como capa nueva de protección se aplicócera microcristalina (Cosmolloid) disueltaen White Spirit.

 – Protección de la zona de montaje:• Con la nalidad de evitar tensiones y roces

en las supercies de contacto, se ha coloca-do durante el montaje de la bomba un ani-llo de neopreno de 1 mm situado entre losdos planos de unión, como cama blanda.

Eebo de Antequera

La pieza se encontraba anclada a una peana de made-ra a través del talón del pie izquierdo con un cilindrode acero; este sistema le sirve de reuerzo y le cone-re estabilidad. El otro pie está apoyado en una láminablanca y rígida de 4-5 mm de espesor. En el interiorde la escultura se aprecia un reuerzo estructural me-

tálico a la altura de la parte baja de la espalda.El estado de conservación de la pieza es estable,pudiendo destacar las siguientes patologías:

 – Pequeños depósitos de suciedad supercial depolvo no adherido a la supercie metálica. – Pérdidas generalizadas de las pátinas originales

217

 – Sellado de grietas:• Se realizó aplicando soldadura en río a

base de resina epoxídica con carga inerte,teñida en masa con pigmentos naturales.

• Donde ue necesario para conseguir unamejor integración cromática de la resina, sereintegró puntualmente mediante pigmen-

tos minerales y resina acrílica (gs. 12 y 13).

 Apolo de Pinedo

La escultura exenta del Apolo de Pinedo presenta lasiguiente descripción de lesiones:

 – Depósitos de suciedad supercial (ligera acumu-lación de polvo).

 – Pierna derecha desmontada y con pérdidas de volumen de dierentes tamaños. En la sala de ex-posición la pierna va montada sobre un soportemetálico interno que la une al resto de la pieza.La pierna derecha ha recibido un tratamiento derestauración, en el pasado, dierente del resto dela pieza. Esto se evidencia en el color de la páti-na original del bronce y en el criterio no reinte-gratorio de las pérdidas de volumen.

 – Pérdida de volumen en la unión entre la piernaderecha y el cuerpo. Se ha realizado una placade Forex (PVC expandido) que sirve como rein-

Fgura 13. Eb Aqu. Fu b . Fí: F P S.

en uno de los rizos del lado derecho de la cabe-za y en la zona de la cadera izquierda.

– Zonas desgastadas por el roce entre la pieza y elsoporte metálico.

 – Reintegraciones volumétricas realizadas con re-sina y pigmentos en toda la pieza ruto de pasa-das intervenciones

Interencones de mantenmento en la conseracón de metales arqueológcos

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de Forex (PVC expandido) que sirve como reintegración volumétrica y a su vez cubre el sopor-te metálico interno de la pierna derecha. La pla-ca de Forex se une a la estructura metálica con velcros que se han sustituido por otros nuevospor envejecimiento del adhesivo. – Focos de corrosión activa (cloruros) localizados

Fgura 12. Eb Aqu. E u.Fí: F P S.

das intervenciones. – Fisura y separación de un ragmento adheridocon resina entre el cuerpo y la pierna derecha.Este ragmento permanece tapado por la placade Forex que cubre el soporte metálico. – Las capas de protección se encuentran, en ge-neral, estables. En ciertas zonas se han ido per-

diendo por desgaste y roce. En la zona de la ca-beza y de los cabellos hay acumulación de cera.

 Tratamiento realizado

 – Desmontaje de la gura y traslado al taller reali-zado por el personal del museo:

• Para el proceso de desmontaje es necesa-

rio manipular la estructura interior metáli-ca que sirve de soporte a la pierna derechamediante unos anclajes.

 – Limpieza mecánica supercial:• Combinando procesos mecánicos y quími-

cos; mediante aspiración y cepillado de los

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

218

restos de suciedad acumulada, con ayudade hisopos con algodón hidrólo embebi-dos en disolventes orgánicos.

 – Inhibición de los ocos de corrosión medianteun tratamiento en tres ases:

• Limpieza ísico-química de los ocos de co-

rrosión y secado con alcohol-acetona.•  Aplicación de benzotriazol al 3% en alcohol.•  Aplicación de óxido de plata al 5% en alco-

hol en los ocos de cloruros.

 – Renovación de las capas de protección del bron-ce:

• Se retiraron las capas de protección de-gradadas que han perdido su unción, me-

diante limpieza química alternando alcohol, White Spirit y aplicación de calor, con ayudade palos de madera de naranjo en las zonasde acumulación de cera.

• La capa nueva de protección consistió enaplicación de cera microcristalina diluida en White Spirit.

 – Adhesión de ragmento:

• Para asegurar la limpieza de las superciesde contacto se eliminaron los restos de re-sina y se limpió la zona de unión entre los

cromáticamente la reintegración mediantepigmentos minerales y resina acrílica.

• El ragmento adherido se encontraba ta-pado por la placa sintética de Forex. Se valoró recortar la placa para dejar visto elragmento original aunque la inclinaciónhacia el interior que tiene el ragmento no

se adapta al diseño y estructura de la placa y se decidió mantener.

 – Montaje de la pieza en la sala de exposición:• Para poder realizar el montaje se sustituye-

ron los velcros que actúan de unión entre laplaca de Forex y la estructura metálica in-terna, puesto que habían perdido adhesión.Se aplicó protección en el soporte metálico

donde apoya la pieza, en el cual se habían vericado zonas de ricción y roce deterio-rando el bronce. Se protegió con un perla-do de goma EPDM de 10 mm de ancho y 5mm de grosor.

Finalmente se procedió al montaje de la pieza en elsoporte y la estructura metálica en la sala de exposi-ción del museo (gs. 14 y 15).

Conclusones nales

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y pdos ragmentos con alcohol/acetona 1:1.

• La adhesión se eectuó con resina epoxídica y carga inerte, teñida con pigmentos natu-rales. Una vez transcurrido el tiempo de se-cado, y con nalidad integradora, se ajustó

Conclusones nales

Para una conservación ecaz de nuestro patrimonioes imprescindible continuar con una política de con-servación pasiva, que conste de un seguimiento de

Fgura 14. A P. L uu j.Fí: F P S.

Fgura 15. A P. Mj A .V uu . Fí: F P

S.

219

las condiciones de los sistemas expositivos y de lascondiciones de temperatura y humedad relativa, así como en una revisión periódica de las obras. Son evi-dentes las ventajas de estas intervenciones periódicasde mantenimiento rente a las actuaciones de restau-ración, si bien necesarias en algunos casos, resultanmás agresivas y costosas.

Por otra parte, la experiencia obtenida nos permi-tirá aprender de los errores cometidos, al comprobarde primera mano la estabilidad y el envejecimientode los materiales utilizados, así como la idoneidad delos métodos de restauración-conservación utilizados.En las esculturas de bronce se ha establecido un pro-tocolo de actuación periódico, que orma parte de unplan integral de conservación, y que recoge una seriede puntos:

1. Eliminación de depósitos de polvo superciales.2. Control de los parámetros de humedad relativa

 y temperatura, que proporcione a la pieza unascondiciones estables.

3. Control del envejecimiento de los materialesañadidos (test de envejecimiento en las casascomerciales).

4. Limpiezas periódicas.

5. Revisión de las películas protectoras y su susti-tución si uera necesario.6. Comprobación periódica de la estructura inter-

7. Revisión periódica de los sistemas de anclajes,apoyos, reuerzos, etc.

Bblograía:

BerTHolon, r., y r elier , C. (1990): «Les métaux archéo-logiques». La Conservation en Archéologie . Edición deMarie Cl. Berducou. París-Milán-Barcelona-México:Masson, pp. 163-221.

Díaz m arTínez, Soledad (1994): «Proceso de restaura-ción». L’Apolo de Pinedo. Valencia: Servei d’InvestigacióPrehistórica de la Diputació.

 Jimenez s alVaDor , José Luis (1994): «El Apolo de Pine-do: descripción y estudio».  L’Apolo de Pinedo. Valen-cia: Servei d’Investigació Prehistórica de la Diputació.

socira (1990):  Restauración del estandarte de Pollen-tia del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. In-orme interno del IPCE, inédito. Madrid.— (1990): Restauración de la bomba hidráulica del Mu- seo Arqueológico Nacional de Madrid. Inorme interno

del IPCE, inédito. Madrid.—(1993):  Restauración del Eebo de Antequera del Mu- seo de Antequera, Málaga. Inorme interno del IPCE, in-

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na de la pieza. édito. Madrid.

220

Ru u í: MAST (B)

Marcus GranatoMuu A Cê A- MAST, R J, B

[email protected]

Resumen Palabras clae

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Los instrumentos cientícos de valor histórico handespertado cada vez mayor interés por parte de in- vestigadores, proesores e incluso del público visi-tante de los museos. En Europa, este proceso ocurredesde la década de 1980, mientras que en Brasil, so-

lamente a partir del siglo  xxi. En unción de ese inte-rés, se desarrolló y se mejoró un área determinantepara la preservación de ese tipo de acervo cultural:la conservación. En este artículo se presenta una re- visión bibliográca especializada y, posteriormente,algunos de los trabajos sobre restauración de instru-mentos cientícos desarrollados en Brasil. El Museode Astronomía y Ciencias Relacionadas (MAST) es laúnica institución brasileña capacitada para hacer esetipo de intervención en el país, habiendo implemen-tado una política de conservación para su colecciónde instrumentos cientícos y realizado algunas res-tauraciones. La intervención en un círculo meridiano,hecho por Paul Gautier, se presenta con todo detalle,siendo la experiencia más destacada emprendida porel equipo del MAST.

Instrumentos cientícos, restauración, conservación.

Abstract

Scientic instruments o historical value have beco-me the subject o increasing interest on the part o researchers, proessors and even the visiting public tomuseums. This trend has been seen in Europe sincethe 1980s and in Brazil since the turn o the cen-tury. In response to this, an area o conservation hasemerged that is devoted specically to the preser- vation o this kind o cultural collection. This article

presents a review o the specialized literature on thetopic, ollowed by some examples o the restorationo scientic instruments in Brazil. Museu de Astrono-mia e Ciências Ans (MAST) is the only institution inBrazil that has the resources needed or this kind o intervention, having introduced a conservation policy 

221

or its collection o scientic instruments and carriedout some restoration work. The intervention on a me-ridian circle made by Paul Gautier is presented ingreater depth, representing as it does the highlight o the work thus ar by the MAST team.

Keywords

Scientic instruments, restoration, conservation.

La restauracón de nstrumentos centícos

La restauración, en los términos utilizados por el Co-mité de Conservación del ICOM (2001), es una inter- vención ísica en un objeto planeada para ampliar sutiempo de vida, contribuyendo así a su permanen-cia en términos de su integridad material, estética y uncional. Un objeto convenientemente restaurado seaproxima lo máximo posible de su estado inicial, des-de el momento de su creación y abricación. A través

de prácticas de intervención, el restaurador conserva y vuelve uncionales los objetos que sean suscepti-bles de ser presentados y relacionados a un tema, o a

í d hi tó i

mentación de la pieza. Trazando un paralelo, debeser diícil para un mecánico que trata con piezas, y actividad industrial, aprender a dar un nuevo valor aesos objetos, cuando pasan a ser de interés cultural(Sebastian, 1995).

Según Hallam (1986), existe una tendencia inco-rrecta entre coleccionistas de objetos industriales,

particularmente los de transporte, para la restaura-ción más allá de lo necesario. Sin embargo, no esrazonable insistir en la restauración de un objeto paradevolverle su condición original, particularmente sieste pasó por modicaciones o reparaciones durantesu vida útil. Tales reparaciones o modicaciones, así como las marcas de uso son parte de sus evidenciashistóricas y muchas veces parte de su atractivo. Larestauración tiene que contribuir a una mejor pre-

servación del objeto pero no puede, en ese proceso,intentar borrar las señales de su edad (Brenni, 1999).Un instrumento de 300 años de edad no puede res-taurarse para parecer nuevo.

La restauración de un equipo cientíco determina,independientemente del trabajo práctico propiamen-te dicho, un estudio proundo, en el cual se buscaconocer su unción, el abricante, en qué época y para qué se uso, etc.: o sea, obtener el máximo de

inormación relacionada y, undamentalmente, sobreel principio ísico en el cual el instrumento se basó.En estas condiciones, el trabajo consiste en realizar

bú d bibli á t é d l t di d

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un período histórico.Es importante analizar lo que signica restaurar

un instrumento cientíco. En la opinión de Mara Mi-niati (1991), restaurar un instrumento de precisión seaproxima, en ciertos aspectos, a la restauración deobras de arte, porque muchos instrumentos, sobre

todo los más antiguos, presentan características esté-ticas, decoraciones y materiales que siguen tratamien-tos análogos de aquellos reservados a las obras dearte. En otros, por el contrario, son dierentes.

Las intervenciones sobre instrumentos cientícoshistóricos solamente deben realizarse cuando son ab-solutamente imprescindibles para la supervivencia y utura conservación del objeto. Es ácil comprenderque las personas que no estén amiliarizadas con lascuestiones museológicas tengan dicultades para ad-mitir que una bomba hidráulica o un microscopiodeba conservar al máximo su integridad y que cual-quier elemento nuevo que sea añadido, solamente loserá para acilitar su integridad y comprensión y de-berá estar marcado ísicamente de orma permanente,además del registro de esa intervención en la docu-

una búsqueda bibliográca a través del estudio dedocumentos relacionados con el objeto, designandoasí, bajo ese nombre, el conjunto de investigacionesrealizadas para determinar con la máxima precisión,con relación a un objeto determinado: su unción, suprincipio, su abricante y su historia.

La práctica de la restauración de instrumentoscientícos presenta corrientes diversas como es co-mún para los demás objetos de valor cultural. Clara-mente surgen dos corrientes con pensamientos algodivergentes. En la primera, liderada por los técnicos y cientícos interesados en aspectos históricos de laciencia, se busca como objetivo undamental de larestauración el restablecimiento de la unción del ins-trumento. O sea, se busca colocar al objeto en uncio-namiento, como era cuando ue abricado, esa es lacaracterística que lo dierencia de los demás objetosmuseológicos.

Muchas veces eso determina intervenciones bas-tante grandes y que pueden alterar algunas caracte-rísticas del objeto. En la segunda, liderada por loshistoriadores de la ciencia y restauradores de arte, se

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

222

busca undamentalmente preservar las evidencias his-tóricas contenidas en el objeto, aun que muchas ve-ces esto determine el no uncionamiento de la pieza.

 Algunos autores presentan muchos argumentos aavor del primer posicionamiento abordaje, pero tal vez el que mejor deende la idea, dentro de la biblio-graía consultada, sea Mann (1994), del Science Mu-

seum (Londres). En su artículo, parte de la discusiónsobre la ética dominante en la mayoría de los museos(de arte, arqueológicos, etnográcos, históricos, etc.)donde la preservación de las evidencias históricassería el objetivo undamental, concluyendo que éstano se adecuaría a los museos de ciencia. Una nuevaética sería más apropiada para esos museos y seríala practicada, aunque no expresada ormalmente porsus deensores, hasta ese momento.

Esa nueva ética tendría como objetivo primordialla explotación del objeto para benecio del públicoen detrimento de la simple preservación de eviden-cias materiales. Ese cambio en el objetivo primordialse basa, a su vez, en el cambio de la concepción delas piezas como evidencias materiales para tambiénincluir la evidencia uncional.

De acuerdo con esa corriente, las prácticas reali-zadas en el Science Museum de Londres y de muchos

otros museos de ciencia y técnica del mundo, dondemáquinas e instrumentos son seccionados para mos-trar las partes internas del objeto o son colocados enuncionamiento se constituyeron en prácticas correc

Por un lado, coleccionistas, técnicos y ísicos sonmuy avorables a una restauración prounda del ob-jeto, siendo el restablecimiento de la unción unaprioridad absoluta. Los conservadores restaurado-res de arte, por otro lado, tienden a proponer unarestauración muy supercial, sin que sea substituidacualquier pieza o reparado el objeto. Ambas actitudes

parecen radicales, llevando a resultados indeseables,o a una súper-restauración o a una sub-restauración.

El primer caso es el más común, intentando llevaral objeto de vuelta a sus condiciones originales. Sinembargo, no se puede cancelar la acción del tiempo,como se presume y, además, también pueden ser eli-minadas marcas del tiempo, que son tan importantespara una mejor comprensión del objeto y su historia.El segundo caso, más raro, no intenta regresar en el

tiempo, pero sí cristalizarlo, interrumpiendo la vidadel objeto articialmente.

Denitivamente, seccionar un aparato o una má-quina o desgastarlo a través de su uncionamientocontinuado, puede comprometer tales evidencias y no debe permitirse en la mayoría de los casos. Eseargumento es conciso y lógico. Sin embargo, se basaen la creencia de que el objetivo primordial es pre-servar las evidencias y en que éstas serían apenas de

naturaleza material. Si estos undamentos cambian,de acuerdo con lo postulado por Mann (1994), seránecesario modicar la ética para su conservación.

Tal vez lo más interesante sería proceder de or

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uncionamiento, se constituyeron en prácticas correc-tas para alcanzar la comprensión del público visitantede los museos. Sin embargo, el autor olvida que losobjetos cientícos también son adquiridos por su in-terés histórico, pues permiten evaluar y refexionarsobre la evolución de la ciencia y de la técnica en el

transcurso del tiempo.Por otro lado, aún en el Reino Unido, siguiendola tradición de Ruskin y Morris, se encuentra una vi-sión más conservacionista en Newey (2000). La au-tora considera que la utilización de réplicas sería laorma más adecuada de pasar al público la inorma-ción deseada y no por el uncionamiento de objetoshistóricos.

La restauración de instrumentos cientícos es unapráctica reciente, donde alta una tradición bien es-tablecida (Brenni, 1999). Se ha realizado recuente-mente prestando más atención a los aspectos técnicosque al valor histórico de los instrumentos. La litera-tura mundial sobre el asunto es pobre y los pocostratados existentes ayudan simplemente a reparar ins-trumentos.

Tal vez lo más interesante sería proceder de or-ma intermedia. Cuando el instrumento de precisiónsea de abricación en serie, o sea, algunos ejempla-res estarían disponibles, o despojado de importanciahistórica en sí, sería justicable realizar una interven-ción más prounda, buscando su uncionamiento. Por

otro lado, en aquellas piezas muy especiales, conalto contenido histórico, o tratándose de pieza única,sería más adecuado tratar la pieza en el sentido deconservarla preventivamente, utilizando réplicas parapermitir la mejor comprensión del objeto por partedel público.

Debe evitarse cualquier procedimiento, trabajo oorma de acción que modique: el principio del di-seño básico, su orma, apariencia, estilo, idea básica y/o detalles del objeto. Especialmente, cualquier adi-ción debe ser escrupulosamente evitada, pues pue-de constituir una alsicación de la pieza. Las únicaspartes que pueden ser substituidas por nuevas sonaquellas en que se tiene absoluta seguridad sobre suorma, dimensiones, posición relativa, movimientos,apariencia y otros detalles, correspondiendo exacta-

223

mente al original, o cuando hay riesgo evidente parala seguridad de las personas. De todas maneras, esaspiezas o partes deben ser constituidas de materialesmodernos que resulten discernibles con cualquier in-tento de imitación del original.

De cualquier modo, la restauración de instrumen-tos de precisión exige proesionales que reúnan una

serie de características especícas, tales como: un altonivel de discernimiento en materiales, desde la ma-dera hasta los diversos metales; un proundo conoci-miento y sensibilidad histórica, que permitan dialogarcon el historiador de la ciencia; conocimiento tam-bién proundo de las peculiaridades muy especiales y singulares del objeto; amiliaridad con las técnicasde la construcción mecánica, pereccionadas por elexamen de varias muestras del mismo tipo y contacto

con cientícos; habilidades manuales de alto nivel,que permitan, si es necesario, reconstruir piezas quealten, de cualquier tipo, de una orma históricamenteadecuada y técnicamente eciente.

Por lo tanto, se verica la necesidad de un equipomultidisciplinar que permita cubrir tantas exigencias,para las cuales una sola persona muy raramente es-tará capacitada.

Toda la restauración debe ser detectable, no ne-

cesariamente visible de inmediato, ni visible en unainspección más cuidadosa, pero detectable por un noespecialista atento y en posesión de un lente de au-mento que permanezca cinco minutos solo con el

compuesta hasta el momento, por 2.000 objetos, delos cuales cerca de 1.600 pertenecieron al antiguoObservatorio y que ueron utilizados en serviciose investigaciones de gran importancia para el país,como la determinación y la transmisión de la horaocial del país, la previsión del tiempo, las eemé-rides astronómicas, la demarcación de las ronteras

brasileñas, el levantamiento magnético del suelobrasileño, entre otros. Los instrumentos pertenecen,en su mayoría, a los siglos  xix  e inicios del  xx . Lacolección es extremamente rica y puede compararsecon las grandes colecciones del mundo de ese tipo(Brenni, 2000).

Es importante destacar la gran variedad y elevadacalidad de los objetos originarios del Observatorio. Junto con instrumentos que pueden ser encontra-

dos en instituciones y museos similares (telescopios,teodolitos, círculos meridianos, tránsitos, relojes deprecisión, magnetómetros, instrumentos de meteoro-logía, comparadores, etc.), el MAST preserva algunosinstrumentos muy particulares –por ejemplo, el ma-reógrao (previsor de mareas) de Kelvin, el analiza-dor de Henrici, el instrumento de Salmoiraghi paradeterminar la ecuación personal, instrumentos parainstalar líneas de telaraña en retículos, máquinas de

división y otros instrumentos especiales–. Por lo me-nos un instrumento del museo es único, una monturaaltazimutal del nal del siglo  xix , inventado por elastrónomo Emanuel Liais y abricado en los talleres

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mento que permanezca cinco minutos solo con elobjeto (Ashley-Smith, 1994).

La conseracón y restauracónde nstrumentos centícos en el MAST

El MAST es un museo de ciencia y técnica situado en elconjunto arquitectónico y paisajístico que perteneció alantiguo Observatorio Nacional, en la ciudad de Río de Janeiro. En el ámbito de la creación del museo, el pa-trimonio de valor histórico allí existente y relacionadocon el período importante de la historia de la cienciade Brasil. Fue catalogado por el Instituto del PatrimonioHistórico y Artístico Nacional (IPHAN), en 1986, y porel Instituto Estadual del Patrimonio Cultural (INEPAC),en 1987. Ese patrimonio está compuesto por 16 edica-ciones, la colección de instrumentos cientícos y otrascolecciones signicativas, como la de mobiliario.

La colección de instrumentos cientícos del MASTes una de las más importantes de su género. Está

astrónomo Emanuel Liais y abricado en los talleresde José Hermida Pazos, en Río de Janeiro. Ese instru-mento ganó varios premios en diversas exposicionesen Brasil y en Europa.

Cerca de 98% de los objetos de la colección es-tán en buen estado de conservación. El restante 2%,

cerca de 40 objetos, debe ser evaluado con respectoa la necesidad de que sea restaurado. La mayoría dela colección necesita apenas limpieza regular, que eshecha con una periodicidad que posibilita que cadaobjeto sea limpiado a cada dos años.

Con relación a la restauración, cuatro instrumen-tos ya pasaron por ese proceso: un teodolito, abrica-do por Brunner Fréres; un telescopio ecuatorial con32 cm de diámetro de objetivo, hecho por ThomasCooke&Sons; un círculo meridiano hecho por PaulF. Gautier, y un identicador de astros Metron, hechopor C. Baker. Los primeros tres objetos ueron abri-cados al nal del siglo  xViii, mientras que el cuartoinstrumento ue producido en el inicio del siglo  xx .Los objetos ueron seleccionados para restauraciónde acuerdo con los siguientes criterios:

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

224

 – El potencial histórico de la pieza, que puede ha-ber sido utilizada en trabajos de investigaciónimportantes de las cuales el Observatorio par-ticipó. – El abricante del instrumento, de reconocida ca-pacidad técnica. – La deterioración de las supercies metálicas,

bastante oxidadas, con pérdida de parte del bar-niz original. – La alta de algunas partes del instrumento, quepermitiría, en caso de la opción por la restaura-ción, ejercitar una de las etapas más críticas deese proceso, la reposición de piezas.

En todas esas intervenciones se utilizó el mismoprocedimiento de intervención. Primero ue realizada

una investigación histórica para recabar inormaciónsobre el objeto que se iba a restaurar, incluyendo suuncionamiento. Enseguida, el instrumento ue com-pletamente desmontado y las partes se limpiaron me-cánicamente. Las piezas que se iban a restaurar ue-ron separadas del resto. Los productos de corrosiónueron removidos por medios mecánicos y las piezasse limpiaron con tricloroetileno o alcohol etílico. Fi-

nalmente, la mayoría de las piezas ueron protegidaspor pintura o aplicación de barniz, dependiendo deltratamiento originalmente empleado. Las guras 1(a y b), 2 (a y b), 3 (a y b) y 4 (a y b) muestran imáge-nes de los objetos mencionados, antes y después delas intervenciones realizadas. Entre todos los objetosrestaurados, seleccionamos el círculo meridiano a-

bricado por Gautier para presentar en más detalles eltrabajo realizado.

La restauración del círculo meridianode Gautier 

El círculo meridiano es un tipo de telescopio espe-cialmente proyectado para determinar posiciones deestrellas con alta precisión. Es el instrumento unda-

mental para la determinación de las coordenadas ce-lestes (ascensión recta y declinación) de los astros,permitiendo la elaboración de catálogos de posiciónde estrellas, a partir de observaciones hechas en él.El círculo de Gautier del acervo del MAST posee unlente objetivo de 190 mm de diámetro y tiene una dis-tancia ocal de 2.400 mm, estando su eje de rotaciónorientado en la dirección E-O.

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Fguras 1a y 1b. I , ué . Fí: R O D.

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lógico y componer el conjunto arquitectónico cata-logado, de orma armoniosa.

Durante la segunda mitad del siglo  xix , solamentelos mejores abricantes europeos y americanos erancapaces de producir los instrumentos de alta preci-sión necesarios para mediciones en metrología, geo-desia y astronomía. Entre los abricantes ranceses,se destaca Paul Ferdinand Gautier (1842-1909), queen la segunda mitad del siglo  xix , junto con la amiliaBrunner, se volvieron los representantes más impor-tantes de la industria rancesa de precisión (Brenni,1996). La brillante carrera de ese emérito abricanteterminó, sin embargo, con un allo de proyecto. Alconstruir el mayor telescopio reractor en la época,

Es importante resaltar que el instrumento que ue

restaurado se encontraba en alto riesgo de pérdida,pues estaba desmontado desde la década de 1960, y que la cobertura del pabellón que lo cobijaba uedemolida en la década de 1980, restando un ves-tíbulo y la base del abrigo meridiano, que estabaen riesgo de colapso parcial. La losoía de inter- vención en el instrumento ue la de no restituir suuncionamiento, pero sí permitir su visualización y comprensión por el público, en el espacio museo-lógico creado. La dimensión de potencial de comu-nicación del objeto ue privilegiada. Con respectoal pabellón, ue reconstruida una estructura para elinstrumento, a través de una cobertura metálica con volumetría y aspecto similar a la original, pero conuso dierente, no sólo para permitir la investigaciónen astronomía, sino para proteger el espacio museo-

Fguras 2a y 2b. I u 32 , -ué . Fí: R O D.

Fguras 3a y 3b. I íu , ué

. Fí: R O D Du C. R.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

226

para ser exhibido en la Gran Exposición Universal deParís, en 1900, Gautier surió un desastre nancieroque lo arruinó, pues el instrumento no uncionó ade-cuadamente.

Diez años antes de ese trágico nal, Gautier re-cibió una encomienda del Observatorio de Río de Janeiro1, en Brasil, para la construcción de un ins-

trumento cientíco de precisión, un círculo meridia-no con lente objetiva de 7 in de diámetro (Brasil,1891:25). En ese período, las actividades del Obser- vatorio eran intensas y la adquisición de un círculomeridiano era undamental para la conducción de lostrabajos de un observatorio en el nal del siglo  xix .

El instrumento, nalizado en 1893 (Brasil, 1894:19), presentaba lente objetiva con 7,5 in (19 cm) dediámetro y, aún en 1898, se encontraba guardado en

cajas por alta de espacio apropiado para la instala-ción (Brasil, 1898: 125). En aquella época, el Observa-torio estaba localizado en el Morro do Castelo, en elcentro de la ciudad de Río de Janeiro, en un terrenosin la estabilidad necesaria para la correcta utilizaciónde grandes instrumentos astronómicos. Aun así, enel año 1900, el círculo meridiano ue instalado enuna estructura de madera provisional, en aquel lo-cal (Morize, 1987: 129). Las condiciones eran poco

apropiadas y el instrumento tuvo utilización limitada,llegando a necesitar reparaciones.Con la inestabilidad del terreno del Morro do

Castelo, compuesto por gneis en descomposición, la

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transerencia del Observatorio se hacía extremamentenecesaria por el prejuicio causado a las actividadesallá desarrolladas. Y, nalmente, después de estudiosde viabilidad en varias localidades, ue aprobado elMorro de São Januário, en São Cristóvão, como localdenitivo para las nuevas instalaciones.

Para la acomodación del círculo meridiano deGautier, ue encomendado a la rma Carl Zeiss(MAST, 1913), en 1913, una estructura de maderacon una cúpula meridiana de estructura de hierro.La construcción del pabellón, realizada por el con-tratista João de Mattos TravassosFilho ue realizadaen 1915 (MAST, 1915). El montaje de la cúpula, abri-cada en Jena, presentó imperecciones que trajeronproblemas, entre ellos la entrada de agua de lluviaal interior, llegando a mojar el instrumento. Después

1 E I Ob Rí J Ob- Rí J 31 1890 ( 451),ué Rúb, b M Gu (B, 1891).

Fguras 4a y 4b. I M, -

ué . Fí: G W.

227

de las reparaciones necesarias, según documento en- viado por el Observatorio al Ministro de Agricultura,Industria y Comercio (MAST, 1928), se inician, el 30de marzo de 1928, los trabajos del servicio meridianopara catalogación de las estrellas, necesarios para lamejor determinación de la hora.

 Junto con el círculo meridiano, otros instrumen-

tos complementarios ueron instalados como el pén-dulo sincronizado, abricado por L. Leroy&Cie., y elcronógrao impresor, abricado por Gaertner PreciseInstrument Company o Chicago. Esos instrumentoseran necesarios para las mediciones eectuadas en elcírculo meridiano.

Con la desactivación de algunas actividades delObservatorio Nacional, a los pocos años, el péndu-lo y algunos de los accesorios del círculo meridiano

comenzaron a ser utilizados en otros sectores. Segúntestimonio de un antiguo uncionario2 del Observato-rio, en 1962, el círculo ue desmontado. Un año des-pués, el orro de la antesala del pabellón ue retiradodebido a la inestación de termitas. El abandono delpabellón y el lastimoso estado de oxidación de laspartes metálicas y deterioración de los elementos enmadera acabaron por llevar a su demolición entre losaños 1980 y 1985, restando el vestíbulo en albañilería

 y la base del contenedor del instrumento. El espaciode comunicación entre el vestíbulo y el salón del ins-trumento ue cerrado con ladrillos y el salón continuóen proceso de ruina.

D é d l ió d l M d A í

do, corría gran riesgo de perderse denitivamente. En2003, se inicia el proceso de restauración del círculomeridiano, con auxilio de la Fundación VITAE, quecontempló la rehabilitación de la estructura.

El primer momento en el proceso de restauraciónde un objeto es el cuestionamiento sobre la validezde realizarlo, siendo esta una actividad cara y costo-

sa. Mara Miniati y Paolo Brenni (1993) discuten esepunto con mucha propiedad y apuntan la rareza, laantigüedad, la complejidad y el origen de la piezacomo posibles criterios de decisión. Sin embargo,resaltan que el mismo aparato, en ámbito diverso,puede asumir también signicados dierentes. Porejemplo, una máquina electrostática, producida pormiles (en serie) y muy común al nal del siglo  xix ,puede ser objeto de una larga intervención de res-

tauración cuando orma parte de una colección ho-mogénea y completa de aparatos de ese siglo, por-que el descuido con ese objeto creará un vacío enesa colección.

En el caso del círculo meridiano perteneciente alacervo del MAST, se destaca la raridad de esa pieza,única en Brasil, su complejidad y origen, siendo Gau-tier uno de los grandes abricantes de instrumentosdel siglo  xix . Además, es necesario considerar su cata-

logación, por el IPHAN y INEPAC, y el hecho de queese instrumento es el único, en el grupo de grandesinstrumentos astronómicos del conjunto arquitectóni-co del Observatorio, que no estaba instalado en lu-

í El d l ió l l

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Después de la creación del Museo de Astronomía y Ciencias Relacionadas, en 1985, la ruina de la es-tructura quedó bajo la guarda del museo, mientrasque el vestíbulo quedó bajo la guarda del Observa-torio Nacional. El conjunto arquitectónico, como yamencionado, ue catalogado por el patrimonio histó-rico e incluye esas dos partes del pabellón.

Las piezas del círculo meridiano quedaron, en sugran mayoría, depositadas en una sala de la terraza delpredio sede del Museo, otras estaban dispersas por elcampus. A partir de 1997, la restauración de ese instru-mento se constituyó en uno de los grandes objetivosde la Coordinación de Museología del MAST, pues erael único objeto de ese tipo y de ese abricante en elpaís y por ser el único instrumento de gran porte, queestuvo jado en el campus, y que, por estar desmonta-

2 S. Oí F Bã, qu u u bj u, ju C Mu-í MAST, u u u uu.

gar especíco. El proceso de catalogación resalta lasingularidad de ese conjunto, donde los instrumentosno ueron modernizados, y su instalación en los sitiosoriginales.

Después de la conclusión de que el instrumentotenía valor que justicara su restauración, la etapasiguiente, como en la mayoría de los objetos cultu-rales, ue el diagnóstico, donde ueron evaluadas lascondiciones del objeto en detalle y, a partir de eso,decidir la orma de intervención que va a realizar-se. En el caso en cuestión, en ese primer momentocrítico de la restauración, no existía un objeto conrespecto a producto unitario, pero sí un conjunto or-mado por un gran número de piezas dispersas. La si-tuación se volvía más crítica, pues no había seguridadde poseer todas las piezas o la parte imprescindiblede ellas para hacer el nuevo montaje. Así, antes de ladiscusión sobre cómo restaurar el instrumento, uerealizado un levantamiento en varios observatorios y museos de ciencia y técnica en el mundo (Fran-cia, Alemania, Estados Unidos, Australia, Argelia) para

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228

identicar instrumentos similares, producidos por elmismo abricante, para permitir una mejor evaluaciónsobre el conjunto de piezas guardadas en la reservatécnica del MAST.

Los contactos ueron ructíeros y se constató quelos Observatorios de Toulouse y de Besanzón, enFrancia, y el de Argel, en Argelia, poseían instrumen-

tos del mismo tipo, del mismo período y dimensiones.En el observatorio rancés de Toulouse, el instru-

mento ue adquirido en 1891, en el de Besanzón, en1885, y en el de Argel, en 1888, estos dos últimosposeen la misma abertura de lente objetiva (19 cm) y distancia ocal similar (2.370 mm y 2.400 mm, respec-tivamente) a la del objeto que se quería restaurar. Enlos Observatorios de Toulouse y de Argel, los instru-mentos ueron adquiridos para permitir la participa-

ción de aquellos observatorios en el proyecto «Cartedu Ciel». A partir de innumerables imágenes digitales en-

 viadas de esos locales ue posible concluir que seríaposible volver a montar el instrumento y que algunaspiezas estaban altando. El detalle de parte de esaspiezas ue obtenido de los observatorios ranceses.

Una nueva etapa se iniciaba a partir de las inor-maciones obtenidas en los observatorios extranjeros,

un verdadero trabajo de investigación y búsqueda depiezas por todo el campus ocupado por el MAST y por el Observatorio. Todas las gavetas, depósitos y salas del museo ueron revisados en esa búsqueda y muchos contactos ueron realizados con proesiona

El micrómetro original del círculo meridiano, que vino del abricante componiendo el instrumento, esel micrómetro impersonal Gautier. Sin embargo, la in- vestigación sobre esa pieza, con base en los precep-tos de la cultura material, permitió vericar que partesde este micrómetro ueron retiradas y adaptadas almicrómetro Edouard Bouty, en 1923. Se decidió no

instalar el micrómetro original en el instrumento y sí el micrómetro Bouty, pues ue con ese nuevo micró-metro que el instrumento ue utilizado en las inves-tigaciones que se iniciaron en 1928. Por otro lado,el micrómetro original ue colocado en una vitrina,dentro del pabellón, para hacer parte del conjunto enexposición. No ue realizada la restauración de esteobjeto, por encontrarse en buen estado.

El análisis del micrómetro Edouard Bouty permitió

 vericar que su base circular perteneció originalmen-te al micrómetro Gautier. En ese local ue encontradala siguiente inscripción: «Gautier 1893 Edouard Bouty 1923», lo que sugiere la realización de la adaptación.Después de la limpieza, la pieza ue jada en el tuboóptico del instrumento, utilizándose los tornillos ori-ginales.

 A partir del diagnóstico, ue realizada la limpiezasupercial y mecánica de todas las piezas y, poste-

riormente, el tipo de restauración que se aplicaría.En el caso de instrumentos cientícos, dos corrientesde pensamiento permanecieron en vigor por muchosaños. Una de ellas, preconizada por coleccionistas, téc-nicos y ísicos es muy avorable a una restauración

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muchos contactos ueron realizados con proesiona-les del Observatorio que permitieron identicar al-gunas piezas como eran del instrumento y que sejuntaron al conjunto inicial. Se destacan dos ejes delatón con manopla en una de las puntas, que quedaninterconectados al sistema de renado; dos barras dehierro que sustentaban los contrapesos, con los pasa-dores de jación; dos placas cuadradas de latón; unaserie de tornillos.

Después de tener todas las inormaciones obte-nidas registradas y las piezas organizadas y agrupa-das, ue evaluada la necesidad de intervención en lasmismas. Tan solo cuatro piezas no necesitaban serrestauradas: los dos conos del sistema de espejos, elmicrómetro Gautier y el micrómetro abricado porEdouard Bouty. El resto de las piezas estaba en si-tuación bastante crítica, con pérdida total del barnizoriginal, muchas partes pintadas con tinta de colordierente del original y daños en esa pintura, vastasáreas corroídas de orma catastróca y algunos dañosmecánicos.

nicos y ísicos, es muy avorable a una restauraciónprounda del objeto, siendo el restablecimiento de launción una prioridad absoluta. Aquí es interesante re-saltar que muchos estudiosos consideran a los obje-tos de ciencia y tecnología dierenciados de los demásobjetos culturales, porque presentan la dimensión del«uncionamiento» y sería ese aspecto que debería pre- valecer sobre los demás, en el proceso de restauración.

La otra corriente de pensamiento de restauración,ponticada por los restauradores de arte e historiado-res, por otro lado, tiende a proponer una restauraciónmuy supercial, sin que sea sustituida cualquier pie-za, o reparado el objeto. Miniati y Brenni presentancon claridad un camino menos radical.

«In molti casi bisogna riconstruire pezzi perduti:quando siamo certi dello stato originale dello stru-mento, possiamo procedere allá riconstruzione delpezzo o dei pezzi mancanti. Non condividiamo ileticismo per il materiale ântico di coloro Che, purdinon toccare la ‘polvere del tempo’, che spesso è

229

solo sporcizia, si accontentano di conservare umrelitto di poça utilità.Ovviamente, ogni riacimento deve essere reversi-bile: lê riconstruzioni verranno accuratamente des-critte e annotate in uma apposita scheda di restau-ro e, per evitare conusioni o errori, si può apporresui pezzi riatti um piccolo segno Che individui

lê parti recenti distinguendole da quelle originali». (Miniati, Brenni, 1993: 53-54).

Tal vez por la época en que ese texto ue escrito,aún se consideraban ciertas acciones de conserva-ción como reversibles, cuando hoy en día, por lospreceptos de la teoría contemporánea de la con-servación (Viñas, 2005), ya se considera toda ac-ción sobre un objeto cultural como irreversible, ni

la simple limpieza con pinceles o brochas puede serrevertida. Ninguna acción es reversible en el estric-to sentido. Al contrario de ese concepto, se utilizaahora el concepto de la mínima intervención ne-cesaria para alcanzar el objetivo estipulado para laintervención en el objeto. Se resalta principalmenteel potencial de comunicación del objeto.

Otros autores también abordaron el problema dehacer uncionar instrumentos pertenecientes a acer-

 vos museológicos, entre ellos Mohen (1999), quelo relacionó a los museos de técnica y de música.Según el autor, esas instituciones serían conronta-das con la tentación de restituir la unción inicialde esos objetos como un reloj que marca la hora

En un instrumento de grandes dimensionescomo el círculo meridiano aquí tratado, el númerode tornillos es muy grande y una de las primerascosas para evaluarse es la reposición de tornillosperdidos. Es una gran tentación colocar un tornillonuevo aunque exija rehacer el agujero de entrada,pero, dependiendo de las alteraciones necesarias

para tal, el resultado puede ser inaceptable ética-mente. Como preconizado por Wheatly (1986), lostornillos, si ueran recolocados, deben ser idénticosa los originales. Para el trabajo de restauración aquí descrito en algunos pocos casos ue necesario repo-ner tornillos, había alta de algunas de esas piezas,mas, en la mayoría de las veces, no lo sucientepara causar problemas en la estructuración y esta-bilidad del instrumento. Cuando ue esencialmente

necesario, los tornillos ueron copiados y no uenecesario rehacer sus agujeros, apenas recibieronlimpieza.

Pasando a la tercera ase del proceso de inter- vención en instrumentos cientícos, el desmontaje,se caracteriza aquí una situación particular, como yaue mencionado, en que el objeto ya está desmon-tado, un hecho desolador, ya que cuando eso ocu-rrió, en la década de 1960, no siguió evidentemente

los preceptos modernos de la conservación, por lotanto no aconteció el registro y la documentaciónde ese proceso y, con respecto a los tornillos, comopreconizado por Keene (1999: 59):

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de esos objetos, como un reloj que marca la horao como una guitarra que será tocada en un con-cierto. Concluye que sería ilusorio reencontrar lascondiciones auténticas de experimentación de esosobjetos, por ejemplo, los instrumentos musicalesmedievales en la recreación de músicas antiguas,pues estos ya serían otros, con años de alteracionesísicas, así como los músicos que los tocarían y lapropia audiencia, que serían actuales. El pasado nose recrea.

En el caso del círculo meridiano de Gautier delacervo del MAST, el principio que orientó la restaura-ción ue no utilizar el objeto para nes didácticos y deexperimentación, eso quiere decir que el instrumen-to no sería colocado en uncionamiento para enseña-

naza del público visitante. En verdad, el instrumentoue considerado un elemento museológico y didácticodentro del nuevo espacio de exposición y nunca seríautilizado para demostraciones prácticas. Así, estas inter- venciones que se justicarían en pro de restablecer eluncionamiento del instrumento no ueron realizadas.

«Even the seemingly innocent action o dismant-ling an instrument in order to clean and reassem-ble it can cause damage. For example, in remo- ving screws, many people would not appreciatethat in scientic instruments each screw was spe-cially made or its hole…It is essential to recordthe position o each one when dismantling anobject. The screw slots are oten specially sha-ped. A skilled and knowledgeable conservator will make a screwdriver to exactly t the screwhead-otherwise the heads can be torn, as they oten have been, and the surace o the instru-ment damaged».

 Así, el montaje del círculo meridiano, después dela restauración de las piezas, se haría con gran cui-dado, pero podría tropezar con situaciones en que elresultado quedaría dierente del original, pues no sesabía con exactitud la posición original de cada tor-nillo. Aun así, hubo consenso en el equipo que par-

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

230

ticipó de las decisiones para continuar en el procesode restauración.

Los procedimientos utilizados en las intervencio-nes realizadas ueron similares a aquellos ya em-pleados en otros instrumentos del acervo del MAST(Granato, Brito, y Suzuki, 2005; Granato, Santos, y Miranda, 2005). Las piezas que ueron restauradas,

cuando poseían resquicios de barniz, ueron limpia-das con una solución de cloruro de metileno. Enseguida, ueron lavadas con agua en abundancia,para la retirada de la solución removedora anterior, y secadas. Las partes oxidadas ueron tratadas parala eliminación de las capas de productos de oxida-ción utilizando procesos mecánicos, como pastas depulimento y lijas de granulometría na.

Para el acabado nal, ueron empleadas lijas 320

 y 400 mallas (#). No ueron utilizadas lijas más nas(600#, 720#) para no producir una supercie muy brillante, que sería muy dierente del acabado utili-zado en piezas de ese tipo.

Durante el proceso mecánico, periódicamente, lasupercie de las piezas ue limpiada con algodónpara la retirada de la suspensión de aceite con pro-ductos de oxidación. También ue utilizado el bistu-rí, en los casos de corrosión puntual o localizada, en

áreas especícas que no justicaron el tratamientode la supercie total de la pieza. Aquellas piezas que ueron producidas en torno

mecánico y originalmente poseían las marcas de a-bricación ueron tratadas en el torno, para la elimi-

(código n.º 9152) y 24% de color azul (código n.º9295). En las partes internas, cuando ue necesario,ue utilizado el color negro opaco (tubos ópticos, ejecentral y barrilete del objetivo), pues originalmenteasí estaban pintados.

El trabajo de restauración más complejo realiza-do por el equipo del MAST ue la del círculo meri-

diano de Gautier y la rehabilitación de su pabellón.El proyecto ue desarrollado en tres años, por unequipo multidisciplinar, y basado en investigaciónhistórica sobre el instrumento y su cobertura de pro-tección. Fue desarrollado con el acompañamientode un registro otográco exhaustivo de cada etapadel trabajo, envolviendo el diagnóstico del estadode conservación del instrumento, su restauración, larehabilitación del pabellón y recolocación del ins-

trumento en su local original, así como la musealiza-ción del espacio, proporcionando al público visitan-te inormaciones sobre el proceso de restauraciónrealizado.

Consderacones nales

En los últimos tres años, el MAST ha sido un reerenteentre las instituciones brasileñas y latinoamericanasen el sentido de auxiliar en procesos de conserva-ción/restauración de instrumentos cientícos. Apa-rentemente, está ocurriendo un descubrimiento de las

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b , pnación de las capas de productos de corrosión, pararestablecer los círculos característicos de ese t ipo deproducción.

Después de la eliminación de los productos decorrosión, las piezas sin barniz ueron limpiadas consolución para la remoción de grasas (tricloroetileno) y enseguida protegidas por una capa de la cera mi-crocristalina. Todas las piezas que ueron tratadas y poseían protección por capa de barniz pasaron poruna ase nal constituida de la misma remoción degrasas y posterior e inmediata aplicación de nuevacapa de barniz utilizando aerógrao.

La pintura de protección de las partes original-mente pintadas ue denida a partir de la identica-

ción de ciertas áreas de piezas del objeto que, des-montadas, permitieron encontrar la pintura original.Los objetos ueron pintados externamente, utilizán-dose la mezcla de tres estándares de colores de tin-ta esmalte sintético, siendo aproximadamente 38%de color verde (código n.º 9159), 38% de color gris

, bcolecciones de instrumentos de valor histórico en elcontinente, determinando la necesidad de conservar y, en algunos casos, restaurar esos objetos. El MAST,consciente de la necesidad de contribuir en los proce-sos de preservación de esos acervos, está en vías deimplantar un nuevo laboratorio de conservación deinstrumentos cientícos, en el predio anexo al museoque ue inaugurado en junio de 2010. De esa orma,espera poder atender los pedidos de entrenamiento y de prestación de servicios que vienen ampliándoseen los últimos años.

Bblograía

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Ru ju b MuN P. A u é u u

Elena ArasD Ru. Mu N P, M

.@u.

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Resumen

En el año 2004 el Museo Nacional del Prado comen-zó la restauración de un conjunto de siete leones detamaño natural realizados en bronce dorado a uego,que se completan con una copia en plomo realiza-da en el siglo  xix , que son los soportes de mesa dedos espléndidos tableros de piedras duras. Estas sieteobras proceden de un conjunto de doce leones, reali-zados en Roma, por encargo de Velázquez al escultorMateo Bonucelli, durante su segundo viaje a Italia,entre enero de 1649 y mediados de 1651.

El estado de conservación de los leones al comen-

zar la restauración planteó numerosos interrogantesacerca de su historia, lo que nos dio pie a comenzaruna investigación en la que las propias piezas handado respuesta a numerosos interrogantes abiertospor la documentación histórica, así como a dudasque se iban planteando sobre los métodos originales

de ejecución, las huellas de intervenciones anterio-res y el estado de conservación tan dierente al desus compañeros de Palacio. Esta inormación, con-rontada con la documentación de archivos y con lasdescripciones y reerencias conocidas, ha permitidoreconstruir el recorrido seguido por estas piezas des-de el incendio del Real Alcázar hasta la actualidad. Además, durante la restauración del conjunto se plan-teó la dicultad de volver a colocar el león de plomodebido a su mal estado de conservación, se decidiósustituir por una copia de uno de los leones origina-les, esta se realizó en bronce y ue dorado al mercu-rio siguiendo las técnicas tradicionales.

Palabras clae

Prado, leones, bronce, dorado, mercurio, Alcázar.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

234

Abstract

In the year 2004 the Prado National Museum star-ted the conservation o a group o seven natural sizelions made in re-gilded bronze, that were completed with a copy in lead made in the XIXth century, becau-se they were the standing supports o two splendid

pietre dure tabletops. These seven works come roma set o twelve lions, abricated in Rome, through Velazquez´s commission to the sculptor Mateo Bonu-celli, during his second trip to Italy, between January 1649 and mid 1651.The lions´ conservation condition when the interven-tion started brought about many questions about theirhistory. This led us to a research process in which the works themselves have answered a lot o the ques-

tions opened by the historic documents, as well asdoubts on the original execution techniques, traceso previous interventions and the conservation con-dition so dierent rom their ellow lions at the Ro- yal Palace. This inormation, conronted with archivedocuments, descriptions and reerences known, hasallowed us to retrace the path ollowed by the worksrom the re o the Royal Alcazar to present days.Besides, during the restoration the group set the di-culty o relocating the lead lion due to its bad struc-tural condition. It was decided to replace it by a copy obtained rom one o the original lions that was abri-cated in bronze and mercury-gilded ollowing tradi-tional techniques.

leones originales que se completan con una copia en

Fgura 1. Tb R C, u -

. E u , qu b . Fí: ©MNP.

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Keywords

Prado, lions, bronze, Alcazar, gilded, mercury.

Introduccón

En el año 2004 el Museo Nacional del Prado comen-zó la restauración del conjunto de ocho leones detamaño natural realizados en bronce dorado a uego. Actúan de soportes de mesa de dos espléndidos ta-bleros de piedras duras , cuatro leones sostienen el

Tablero de Felipe II1 (g.1), mientras que la llamadaMesa de Don Rodrigo Calderón se sustenta por tres

1 E Tb F II (O-452) u R 1578 M D R C (O-448) bé uu 1600.

leones originales que se completan con una copia enplomo realizada en el siglo  xix .

Estas siete obras proceden de un conjunto de doceleones realizados en Roma por encargo de Velázquez,durante su segundo viaje a Italia, entre enero de 1649 y mediados de 1651.

En la actualidad, de este conjunto de doce leo-nes sólo se conservan once, de los cuales cuatro seencuentran en el Palacio Real de Madrid colocadoscomo esculturas exentas en el Salón del Trono (g.2), y siete pertenecen a la colección del Museo Na-cional del Prado.

Las investigaciones históricas sobre estas obrasestaban muy centradas en la etapa de Velázquez y 

su destacada situación en el Alcázar de Madrid, perodesde el incendio del Alcázar, en 1734, hasta la ac-tualidad los avatares suridos por estas obras estabanmás desatendidos.

El estado de conservación de los leones al co-menzar la restauración planteó numerosos interro-

235

gantes acerca de su historia, lo que nos dio pie acomenzar una investigación en la que las propiaspiezas han dado respuesta a numerosos interro-gantes abiertos por la documentación histórica, así como a dudas que se iban planteando sobre losmétodos originales de ejecución, las huellas de in-tervenciones anteriores y el estado de conservacióntan dierente al de sus compañeros de Palacio. Estainormación, conrontada con la documentación dearchivos y con las descripciones y reerencias cono-

Fgura 2. S P R M. L u

M B, C III u -, u P M, uu .

Fí: El Palacio Real de Madrid, M: P N, 1975.

Fgura 3.  «C II» Ju C M, 1675. R S Ej A

Restauracón del conjunto de ocho leones de bronce dorado del Museo Naconal del Prado

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espacio más emblemático del Real Alcázar de Madrid,además era el lugar donde se exponían las pinturasque se consideraban clave en la Colección Real. La re-levancia de este salón hizo que en 1639 se iniciara larenovación completa de su amueblamiento, realizan-do Velázquez el diseño de la sala en la que destaca-rían el conjunto de seis buetes de pórdo, sostenidocada uno por una pareja de leones y sobre estos los

grandes espejos de las águilas. De hecho, de aquí enadelante, este salón nuevo sería conocido como elSalón de los Espejos, no terminándose por completosu decoración hasta pasados 20 años, en 1659 (g. 3).

 Velázquez, para cumplir con el encargo de remo-delar las estancias del Real Alcázar, realiza el segundo

archivos y con las descripciones y reerencias cono-cidas, ha permitido reconstruir el recorrido seguidopor estas piezas desde el incendio del Real Alcázarhasta la actualidad.

Velázquez y la decoracón delAlcázar Real de Madrd

El origen de este grupo escultórico surge durante elreinado de Felipe IV, el Rey se propuso renovar lossalones más grandiosos del Alcázar de Madrid, y paraello encargó a Velázquez el diseño y decoración de

las estancias más importantes del palacio, de ormaque la escultura, pintura, y mobiliario quedaran ínti-mamente ligados a la arquitectura con la intención deexaltar los valores de la monarquía.

De todos estos salones, el que llamaban en aque-lla época «Salón Nuevo», era el centro simbólico y el

S Ej A u Vqu, bu b u j , b b u j u u. Fí: ©MNP.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

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 viaje a Italia. Lleva en mente el proyecto de estossalones y es consciente de que será indispensableadquirir y encargar varias obras a los más prestigio-sos artistas del momento para lograr ambientes conun lenguaje alegórico y simbólico.

 A su llegada a Italia, Velázquez ya tiene una ideadetallada del proyecto decorativo que quiere desa-

rrollar en el Salón de los Espejos. Desea colocar seisbuetes de pórdo, soportados cada uno por dosleones simétricos de gran tamaño, animal simbóli-co íntimamente vinculado a la monarquía hispánica y emblema de sus reyes. Para realizarlo entra encontacto con el escultor Matteo Bonarelli, tambiénllamado Bonucelli o Bonucelus. Es posible que sepusieran en contacto a través de Bernini, artista alque Velázquez conocía y en cuyo taller trabajó toda

su vida. Aunque Bonarelli era originario de la ciu-dad de Luca, se sabe que ya en 1636 se encuentratrabajando en el taller de Bernini con quien colaborahasta su muerte en numerosas obras.

De esta manera el 7 de enero de 1650, Velázquezcontrata con Mateo Bonarelli, la realización de doceleones –y cito textualmente– « de la orma, calidad y tamaño que tienen los dos modelos ya hechos encreta por el señor Matteo, que están en su casa»2 –termina la cita– y que se supone que Velázquezhabía visto allí. De cada uno de estos modelos el es-cultor debía sacar seis réplicas en bronce, que entre-garía pasados quince meses. Bonarelli parte de dosmodelos simétricos, uno para colocar a la derecha y otro a la izquierda, por lo que el conjunto de doce

los como esculturas exentas, tal y como se pueden ver hoy en día en el Palacio Real. Sin embargo, cuan-do se comenzó a estudiar las piezas y a observarlascon detenimiento, se pudo apreciar que el cinceladode los remates era dierente al del resto del león.Esto es extraño porque, generalmente, los cinceleseran herramientas personales que en la mayoría de

los casos se abricaban los propios artistas. La revi-sión del contrato original, en italiano del siglo  xVii,permitió comprobar que la traducción hecha hastael momento no era completamente correcta, porquese habla de colocar un «tasello»3 que hasta la actuali-dad se ha conundido con los casquetes de bronce,sin embargo creemos que se reere a que cada leóntenga «una tapa de quita y pon realizada en madera»,posiblemente para que amortiguara las tensiones

que se generan entre el metal del soporte y el ta-blero de pórdo, evitando que éste se racturara. Deestas tapas, hoy desaparecidas, hemos encontradodurante la restauración un trozo de una de las espi-gas de madera que conrma esta teoría.

 Volviendo al contrato y una vez aceptados lostérminos por ambas partes, comienza el trabajo. Pa-sados once meses Bonucelli ha undido en broncelos dos primeros leones y debe tener los otros diezen el plazo de cuatro meses. Por estas echas Veláz-quez es reclamado en España y debe regresar. Unmes después se empiezan a dorar los dos primerosleones, y ese mismo mes quedan terminados, em-barcándose en 1651 rumbo a España. No se sabecon seguridad la razón que motivó este primer en-

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otro a la izquierda, por lo que el conjunto de doceleones lo ormarían dos grupos de seis guras idén-ticas. El contrato también establece el precio, jadoen 4.600 escudos, muy elevado para la época, y queel bronce, un material caro y noble, sería acilitado

por Velázquez. Los leones se undieron en broncea la cera perdida prácticamente en una pieza, yaque únicamente la cola se hizo por separado, conun acabado dorado a uego o de molido, es decirun dorado al mercurio. Con este dorado la piezaalcanzaba la grandiosidad y realeza que deseaba Ve-lázquez.

Hasta que se inició la restauración de los leo-nes del Prado en el 2004, se suponía que Velázquez

había solicitado en este contrato que los soportestuvieran un remate en la cabeza con la nalidad decompletar los leones en el caso de querer exponer-

2 R, A , 30 N C, U 32, 144.

con seguridad la razón que motivó este primer en vío, pero lo más probable es que se enviaran pararecibir la aprobación de Velázquez y del propio Fe-lipe IV antes de continuar los trabajos. Es posibleque los dos leones enviados al monarca sean los dos

únicos en los que encontramos la rma del escultorgrabada en la cola, uno de estos leones se conservaen el Palacio Real y el otro en el Prado. También sepudo apreciar que el león rmado del Prado tienemayor grosor de bronce que sus compañeros, de loque se deduce que posiblemente en estos primerosque iban a ser examinados se invirtiera más bron-ce, y en los siguientes ahorraran lo más posible enmetal. Además, durante la reciente restauración de

2004, se descubrió una tercera rma en uno de los

3 « C u bí . M u , » R, A , 30 N C, U 32, 144.

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leones, pero en este caso es una inscripción másaustera, un anagrama en el lomo del león con lasiniciales MB, que corresponden a Mateo Bonarelli.

El contrato para dorar los diez leones restantes serma en noviembre de 1651, especicando que elplazo para este dorado a uego será de cuatro meses y el importe ascenderá a 1.920 escudos. Los plazos

se cumplen y en abril de 1652 Juan de Córdoba,amigo de Velázquez y su más estrecho colaboradorcontrata el porte por mar de 13 cajas que conteníanlos diez leones y otras tres esculturas. A nales deabril ya se encontraban en Madrid los doce leonesque Velázquez quería para adornar el Real Alcázar.Sin embargo, los leones no se instalaron en el Salónde los Espejos hasta julio, colocándose sobre unaspeanas de madera y soportando unos tableros anti-

guos. Este conjunto no debió de ser del gusto de Ve-lázquez porque más tarde se cambiaron, colocandocada león sobre una peana de mármol de San Pablo,con una bola de mármol bajo su pata delantera, y sosteniendo cada pareja un tablero de pórdo conmolduras de bronce dorado.

El conjunto ormado por los espejos y los buetescon los pies de los leones era el elemento distintivodel Salón de los Espejos, que será el espacio elegi-do para los actos ociales ya que ue consideradorepresentativo de la dinastía y del arte del Real Al-cázar. Entre las descripciones de época que se con-servan de este salón, destaca por su precisión, larealizada en 1687 por el Embajador del gran duquede Moscovia:

los intermedios de las ventanas que miran a laplaza del palacio, hay seis buetes… con un jarróngrande de los mismo encima de cada uno de losdichos buetes, a los cuales los sostiene los leonesgrande de cuerpo entero de bronce, dorados demolido, a cada uno obra que ella (por lo grande)se esmeró el Arte»4. 

El ncendo del Alcazar Real

Cuando el 24 de diciembre de 1734 se inicia el in-cendio en el Alcázar, los leones se encontraban enel Salón de Espejos, colocados como soportes parea-dos de seis buetes. La descripción realizada por los

pintores de cámara Juan de Miranda y Andrés de laCalleja pone de maniesto la celeridad con la quese desalojó el edicio y permite imaginar al personalde la Casa Real transportando los pesados leones debronce hasta almacenarlos en un lugar seguro5. Lasobras que decoraban el Real Alcázar y lograron sersalvadas se distribuyeron entre el Convento Real desan Gil, la Armería, las casas del señor Marqués de Velmar y otras iglesias y casas cercanas al Alcázarincendiado.

Cuando en el año 2004 se inicia el proyecto derestauración de los ocho leones, los siete originales y la copia, que posee el Museo Nacional del Prado,se observa el buen estado de conservación que pre-sentan los cuatro leones del Palacio Real, teniéndo-

Restauracón del conjunto de ocho leones de bronce dorado del Museo Naconal del Prado

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« El salón que llaman de los espejos que es el quesigue a la pieza ochavada, que es donde S. M.(Dios le guarde) recibió a los embajadores, es una

pieza muy grande… y su techumbre está pinta-da de dierentes ábulas por manos de los másinsignes varones que en toda Europa forecieronen pintura en estos tiempos... El adorno que con-tinuamente tiene dicho salón es el estar todas susparedes cubiertas de grandes y grandiosas pintu-ras en las cuales se goza la destreza del Tiziano, locolorido y hermoso de Rubens, la colocación delas guras de Velázquez y de otros muchos pinto-

res excelentes.Debajo de estas pinturas están colgados ocho ri-cos grandes espejos… con sus marcos de ébano y guarnecidos con unas águilas imperiales con susalas tendidas, hechas con grande arte de broncedoradas a molido. Debajo de dichos espejos y en

,se la esperanza de que los siete conservados en elmuseo presenten el mismo buen estado de conser- vación que sus compañeros de palacio; sin embar-go al comenzar la limpieza encontramos un dorado

con numerosas pérdidas, muchas de ellas parecidasa lavados o escorrentías; la supercie presentabaarañazos y golpes, así como partes nuevas de metalhechas en intervenciones anteriores. Este estado deconservación tan dierente nos invitó a investigar losavatares suridos por estas piezas desde el incendiodel Alcázar hasta la actualidad.

4 Au G Duqu M, A, 1678. E C (1994:502).

5 Ru G I Pu qu

P M Ab u R . S Bb Mu N P, vi, . 4.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

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Existe numerosa inormación sobre la realizaciónde estas obras y su estancia en el Salón de los Espe-jos, pero sobre lo ocurrido tras el incendio es másescaso. Buscando cartas y expedientes en el archivogeneral de palacio, así como en el archivo del mu-seo del prado, y comparándolo con la inormaciónque nos aportaba el estado de conservación de las

esculturas hemos podido acercarnos al recorridoque han seguido estas piezas hasta la actualidad.El primer documento que hace reerencia al es-

tado de conservación de los buetes tras el incen-dio lo encontramos en el Inventario de 1747 «... y detodo esto sólo se encuentra en este ozio seis leo-nes maltratados...»6. Esta descripción conrma quelos leones salvados del incendio surieron dañosen mayor o menor medida, durante la precipitada

evacuación del edicio, y que probablemente partedel conjunto decorativo, como las bolas en las queapoyaban las garras, los zócalos de mármol de sanPablo o los espejos de bronce dorado se perdieron7.

En el Inventario de 1773, realizado por Felipe deCastro, se describe cómo a uno de los leones le al-taba un pie, una mano y parte de la cola 8. Ya seapor estar más cercano al oco del incendio o bienpor ser el último en desalojarse, debió soportar altastemperaturas que unidas al peso del tablero de pór-do, le produjeron importantes deormaciones. Esteleón es uno de los que se conservan actualmente enel Museo del Prado (g. 4).

 Años más tarde, en 1776, la descripción hechapor Ponz del Guardajoyas y otras piezas del Palacio

en mejor estado de conservación ueran los utiliza-dos con este n. Los cuatro leones restantes seríanlos enviados en 1783 desde Palacio a la Real Fábricade S. M. Católica, conocida como de la China, paraser redorados10. No es de extrañar que se enviaranallí para su restauración, ya que había modeladores y artesanos que conocían el ocio del dorado y el

empleo del bronce.Han de pasar catorce años para encontrar el epi-sodio que, junto con el incendio del Alcázar, explicaen mayor medida el actual estado de conservaciónde estas obras y las intervenciones realizadas sobreellas: Carlos III desea colocar en el Salón del Tronodel nuevo Palacio Real los doce leones como escul-turas exentas, cambiando así su unción original einiciándose un proceso de restauración que duraría

 varios años

11

. En el archivo de Palacio se conservantres cartas que permiten acercarnos a lo sucedidodesde que Carlos III proyecta recuperar los doceleones de Bonucelli hasta el allecimiento del mo-narca en diciembre de 1788.

En la primera carta, echada el 21 de octubre de178612, el escultor de cámara Pedro Michel solicitael permiso para undir algunos ragmentos de metaldel incendio del Alcázar y emplearlos en la restaura-ción de varias esculturas de bronce, entre ellas ocholeones. Se sabe por tanto, que la intervención secentró en un primer momento en la restauración deocho de los doce leones, posiblemente los descritospor Ponz y que se encontraban ya en Palacio comosoportes de unos tableros de piedras duras.

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Real de Madrid, concretamente de las piezas situa-das en el tercer suelo debajo del principal por laparte Norte, conrma que los doce leones se habíansalvado del incendio y que ocho de ellos habían re-

cuperado su uncionalidad original, ya que de nue- vo estaban siendo utilizados como soportes, en estaocasión de dos tableros de piedras duras9. Es muy probable que los ocho leones que se encontraban

6 A. G. P. Tí F V, S R, j 247 248.7 E I 1747 b u u b

1773 b , qu b qu b .

8 Tárrega Baldó, M.ª Lu (2004): V.E.A. . 173-199.9 Ponz, A., (1776): Viaje de España, vi, . 538 «...

b , u u, b AjA. O b qu , qu F, bu u u -; b u ú qu u u R». L 1776.

 Antes de nalizar la restauración de éstos, y yaen 1788, encontramos dos cartas que hacen reeren-cia a la petición de Pedro Michel para que se le en-

10 A N P, A. G. P. S C III, j

202.11 Du 16 ju 1788 «... S u u Y

, qu é L . G S-.» A. G. P. E P 679/8.

12 A.G.P. E 679/8. «M, 21 ub 86 S

D M, S u Euu B qu u C, Eu; Abu, P u qu , u qu, , S A ; b bqu b u j S. M. D qu P u, u , qu

P, ú qu C; b V. C ,u , S. M: u V. C qu u qu Su : qu V. u , u S. Q. S. M. B. P M S D M ».

239

treguen los cuatro leones restantes que habían sidoalmacenados en la Fábrica de la China13. Se sabe quelos cuatro leones se trasladaron allí para ser redora-dos, pero no debieron ser intervenidos, ya que Michelsolicita su traslado para restaurarlos, completando elgrupo de doce y cumpliendo así los deseos del mo-narca. La última noticia de este período es una carta

de junio de 1788 en la que se da el permiso para eltraslado de los cuatro leones de la Fábrica de la Chinaal Palacio Real para su restauración.

Los doce leones tenían la cabeza seccionada a laaltura del cráneo oreciendo de este modo una su-percie plana sobre la que se apoyaban los table-ros. Para transormarlos en esculturas exentas, comodeseaba Carlos III, Pedro Michel abricó unas piezasde bronce que completaban la cabeza de los leones,

imitando el pelo y el cincelado de Bonucelli (g. 5).Estos casquetes son especícos para cada león, y seatornillaron a la escultura original disimulando el tor-nillo con el mismo acabado dorado; aunque el cince-lado nal intentaba copiar el de los leones italianoses posible dierenciarlos, ya que la huella dejada porla herramienta es dierente (g. 6).

También inicia la restauración del león más daña-do, el que debido al incendio había perdido las dospatas y la cola, y se encontraba deormado. El estu-dio de su estado de conservación actual en el Museodel Prado, permite deducir que en este momento seintenta recuperar la orma original del torso y que sehacen de nuevo las piezas que altan, como la cola y  Fgura 4. L 1773, qu b

, u u

P M 1787-88, Mu P

Restauracón del conjunto de ocho leones de bronce dorado del Museo Naconal del Prado

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13 Ab A. G. P. P M 679/8, - 15 16 ju 1788. «... En la R. Fabrica dela

China en el Buen retiro estan los quatro Leones de Bronce qe se citan

en la del Sor. Michel, y q. S. M. Adado Orn. Del Intendente pa q. Quando

el Maiordo mo maior abise, y embie por ellos se entreguen á eecto derestaurarlos, y colocarlos con los otros ocho en el Salón de las consultas,

deseando verlos todos en el dcho. Salon según el pensamiento q. yo ...

los Leones, quiere el Sabatini dorarlos de nuevo por gastos de la R. Obra

de Palacio, y se retrasa el todo de la restauración perecta pª q. S. M: logre

el Gusto de ver el Salon conpleto... ».... pase Orden al Intendente dela Fabrica dela China, paraq.e entregue a.

Pedro Michel, escultor de Cama de S. M. Quatro leones q.e dice están

Ens. Poder pa la recomposición de ellos... Copia Carta de Dn. Pedro Mi-

chel Madrid 13 de Junio de 1788 Sor. Dn. Matheo de Ocaranza Mi Sor. Mio:

aviendo quasi concluido el restauro de ocho Leones de Bronce, de doce

q. e el rey tiene, Dn. Jose Merlo me dice que los otros quatro compañeros

se hallan en poder del Sor. Bonichele, Intenten.te dela Fabrica dela China

del Buen retiro... Seme entreguen para cumplir Yo con la Orden del rey,

que és el colocar estos doce Leones ene. Gran salón... D.n Pedro Michel,

encargado dela restauracion delas Estatuas de Bronce, y otros materiales

propias dela R l Corona, que adornaban el Palacio Alcazar de Madrid, y 

por su incendio ocurrido en la noche del dia 24 de Dic.rede 1734, y los

muchos movimientos qe en tan largos años han enido, se deterjoraron...».

las patas desde la altura del tronco, sujetándolas a losrestos originales –ver gura 4–. El león recupera así laorma completa y queda preparado para ser redorado.Para realizar estos trabajos, así como los casquetes delas cabezas se requiere bronce y esta necesidad quedaexpresada en la carta anteriormente citada en la queMichel solicita el permiso para undir algunas piezasestropeadas durante el incendio y sin mayor utilidadque el crisol.

Una vez terminado el trabajo en bronce era nece-sario redorar de nuevo las esculturas, debido al malestado del dorado original, y a las nuevas piezas debronce (los casquetes, las patas y la cola). El dorado auego o dorado de molido como se denomina en lasdescripciones antiguas, es un tratamiento muy costoso

, 1832-37. A ué . Fí: ©MNP.

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Fgura 5. L qu, u P M u C III uu .L u b qu u. Fí: ©MNP

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 ya que invierte una gran cantidad de oro, no obstantees el dorado más noble y resistente. El proceso co-

mienza con una limpieza prounda del bronce utilizan-do ácidos para eliminar cualquier producto que pue-da impedir la unión entre el bronce y el oro, ya seanmanchas, corrosión u oxidación supercial. Los eectosde esta limpieza sobre el dorado original de los leonesdebieron ser muy agresivos y, sumados a los dañossuridos durante el incendio y evacuación, suponemosque estos tratamientos son la causa de las manchas y pérdidas de oro que se observan en la actualidad.

Pedro Michel comienza a redorar los leones peroen diciembre de 1788 allece Carlos III y le sucede enel trono su hijo Carlos IV, quien no parece compartircon su predecesor el interés por colocar los doce leo-nes en el Salón del Trono. El costoso proyecto debiódetenerse cuando Pedro Michel todavía está trabajan-

do en la restauración. En ese momento, cuatro de losleones debían estar ya concluidos y redorados, por lo

que serían colocados en el Salón del Trono del PalacioReal de Madrid, donde han permanecido hasta nues-tros días14. Los demás, con los casquetes colocados enla cabeza, preparados para un dorado a uego que nollegan a recibir, quedan ubicados en algún lugar dePalacio. Estos son los leones que se encuentran ac-tualmente en el museo, nunca ueron redorados y porlo tanto todavía conservan el dorado original aplicadoen Roma en 1651. De la intervención del último de

los doce leones casi nada se puede decir por haberdesaparecido.

14 L u P M 1811. Lu, 1993, . 78.

q

241

Ingreso en la coleccóndel Museo del Prado

Han de pasar cerca de cincuenta años para que estosleones, que quedaron sin uso, vuelvan a citarse enlos documentos. El 12 de abril de 1832 el duque deHíjar, director del Real Museo de Pinturas, solicita alaposentador de Palacio que se entreguen a Valeria-no Salvatierra, primer escultor de cámara, los siete uocho leones de bronce compañeros de los del Salónde Embajadores del Palacio Real para hacer los pies

 A partir de la entrada de los siete leones en el mu-seo en 1832 se inician las gestiones necesarias parael montaje de las mesas que requerirá, por un ladola restauración de los siete leones originales, y la a-bricación de un octavo que complete el conjunto, y por otro, la obtención de las bolas en las que apoyanlas patas.

Todos los leones llegaron con la cabeza cubiertapor el casquete de bronce, uno de ellos había perdi-do el dorado de la cabeza, y otro tenía dos patas y lacola postizas en bronce sin dorar. Evidentemente, eranecesario intervenir este conjunto para completarlo y

Fgura 6. Mí , P M b qu, u j . Fí: ©MNP.

Restauracón del conjunto de ocho leones de bronce dorado del Museo Naconal del Prado

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de Embajadores del Palacio Real para hacer los piesdel Tablero de Felipe II y la Mesa de Don RodrigoCalderón15.

Esta carta, en la que el aposentador de Palacio so-

licita los siete u ocho leones, es el primer documentoen el que aparece una reerencia a la posible pérdidade uno de ellos. Si en el momento de la muerte deCarlos III los documentos indican que el grupo deleones estaba completo, la desaparición debe situarseentre 1788 y 1832, año en que se entregan nalmentesiete a Salvatierra para su traslado al museo.

15 A Mu P, A. M. P. j 357, . 9. «...compañeros de los que existen de adorno en el Trono del salón de Em-

bajadores de éste Real Palacio, mediante a que hallan sin destino, y que

entregándolos al 1er Escultor de Cámara Dn Valeriano Salvatierra con

el fn de ormar con ellos los pies que deben hacerse para dos ricos

tableros de mesa que existen en aquel Establecimiento propios de S. M.»  Tbé A.G.P. F VII. 401/98.

necesario intervenir este conjunto para completarlo y lograr una estética uniorme. El restaurador que reci-be el encargo de arreglar estas piezas y completar losocho leones, ue el segundo restaurador de cámara,

don José Tomás, ya que su nombre aparece en variosdocumentos relacionados con el montaje de las me-sas en el museo16.

Para que recuperaran su unción de soporte, seretiraron los casquetes de las cabezas, quedandocuidadosamente guardados en los almacenes delMuseo del Prado, donde se encuentran en la ac-tualidad. No se redoraron las esculturas a uego,posiblemente debido a lo costoso que resultaría,

sino que se opta por utilizar pan de oro al mixtiónpara dorar los elementos postizos, (cola y patas) –

16 A.M.P. j 1367, . 10. Jé T u P Eu C - u uu R Mu Pu Su Mj. Tbé é T, M.ª Lu, V.E.A. . XX.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

242

 ver gura 4– y la cabeza de un león, terminándosede igualar con numerosos retoques de purpurina.Finalmente se aplicaron cerzas para entonar el con-junto y proteger el metal. Estos productos con eltiempo se oxidaron y endurecieron, dando un as-pecto oscuro al conjunto de los leones y ocultandola supercie real.

Para completar el conjunto de las mesas era ne-cesario encargar un nuevo león. En el Archivo delMuseo se conserva la actura de la realización deuna copia con echa de 26 de julio de 1837, por «…los Gastos Ocasionados en la Ejecución de un león

que le aportara la rigidez y dureza necesarias parasostener el peso del tablero de piedra.

En la misma actura se indica que en este caso eldorado se realizará a la sisa, utilizando hojas de pande oro pegadas sobre un adhesivo de color rojizo.Esta copia sería colocada junto con otros tres origi-nales sustentando La Mesa de Don Rodrigo Calderón(g. 7).

Un año después, ya con los tableros y los leonespreparados, el 16 de diciembre de 1838, la direccióndel Real Museo de Pinturas y Escultura solicita alIntendente General de la Real Casa y Patrimonioque se entreguen al restaurador de la Galería de Es-cultura, José Tomás, las siete u ocho bolas de jaspeque se encuentran en los sótanos del Real Palacio18.De nuevo no está claro qué se conserva en Palacio;

Fgura 7. L 1837, u Mu, ju u . S -

, u , é -

uu. Fí: ©MNP.

Fgura 8. L b qu u : qu- u Ej b , qu u u PFé. Fí: ©MNP.

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los Gastos Ocasionados en la Ejecución de un leóndel tamaño Rl undido en plomo por Encargo dela Junta Directiva del Rl. Museo de pinturas, paraacompañar a los siete de Bronce existentes en di-

cho Establecimiento con destino á los pies de dosmesas de Mosáico...»17.

Esta copia no es exacta, ya que se utilizó plomoen vez de bronce, un metal mucho más económico. Al ser el plomo más blando y maleable ue necesa-rio rellenar el interior de las patas con un mortero

17 A.M.P. j 357, . 11. «... P . bu . b ... b E . b ... 18. bj u D. F. P ... D. F. Bu, Eu, 10 ...

D. J Pu u L ... ... qu u ... A b Ju C ... A P u 6 ... A , ...». L u bj u F Pé Jé Pu.

De nuevo no está claro qué se conserva en Palacio;nalmente el día 25 del mismo mes son entrega-das las bolas, pero posiblemente sólo llegaran dos.El estudio de procedencia de cantera de las ocho

bolas que sujetan los leones mostró que dos bolaseran una caliza rubeactada de color rojo, mora-do y amarillo, procedente de la región de Espejón(Soria); esta cantera estuvo activa del siglo  xVi al xVii i y de allí proviene el material ornamental por

18 A. M. P. j 357, . 11. C 16 b 1838 D- R Mu Pu Euu I R C P. « E u S RP u b j q

L b q R Mu b u q S G uu Mu u VM q é u G D J T qu u b ...» 

243

Restauracón del conjunto de ocho leones de bronce dorado del Museo Naconal del Prado

Fgura 9. Fí 1893-1899 Gí C Tb F II, D R C b S Ib II.Fí: ©MNP.

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excelencia de los palacios reales en esos tres si-

glos. Mientras que en el caso de las otras seis bolasnos encontramos con una caliza brechoide roja conbandas rosas y grises procedente de la cantera deBeyrede en el Pirineo rancés; sin embargo no exis-te documentación reerente al uso de esa canterapor los palacios reales entre los siglos  xVi y  xVii i.Esto nos hace pensar que las dos bolas de Espejónson originales, mientras que las otras seis podríanhaberse realizado en el siglo  xix  por encargo del

museo para el montaje de los tableros19 (g. 8).

19 E u u D M.ª D G, R-b Lb Quí Mu, Equ Ab D C T U- Z.

En la intendencia de 1839 de la Real Casa y Pa-

trimonio se inorma al director del Real Museo dePinturas que la Reina Gobernadora, M.ª Cristina deNápoles, autoriza que se armen y concluyan los dosmagnícos tableros de piedras duras, aceptando elpresupuesto dado por el restaurador de escultura José Tomás20. De esta manera, con los tableros y lossoportes de leones restaurados, las mesas ueron

20 A.G.P. A G 458. «... A D R. Mu u- uu u: «C S. M.L R Gb u V. E 9, (¿). u qu u, éu b // , í b u qu u R Mu...» 

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

244

montadas y colocadas en los dos grandes salonesde la Galería de Escultura del Museo del Prado, ins-titución en la que han permanecido hasta nuestrosdías (g. 9).

La restauracón

El conjunto de doce leones encargado por Velázquez,lo componían seis leones mirando a la derecha y otros seis a la izquierda. Todos ellos proceden de dosmodelos simétricos realizados en el taller de MateoBonucelli bajo la supervisión de Velázquez. Como seindica en el contrato, estos bocetos se realizaron encreta y de ellos se sacaron los moldes para realizarlas ceras. Se undieron a la cera perdida indirecta, poresta razón, aunque en apariencia son iguales, presen-tan ligeras variaciones, por ejemplo varía ligeramentela altura de la pata que sujeta la bola, ya que se haríacomo una pieza de cera exenta que al colocarla noquedaría exactamente en la misma posición de unosleones a otros. Las medidas generales son: alto 75 cm;ancho: 61 cm; ondo: 107 cm.

La posición de los leones es la misma, sin embar-

go el pelo, tanto de la cabeza como del cuerpo, esdistinto en todos ellos, ya que se modeló directamen-te sobre la cera de cada uno de los leones. El cince-lado del cuerpo también es probable que se realizarasobre la cera, lo mismo que la rma de la cola que serealizó en bajorrelieve.

de los morteros, por lo que no se puede relacionarcon el grosor o gasto de bronce.

En esta zona de la cabeza también se han encon-trado dos tipos de marcas: unas están realizadas conmuescas en el borde numerando los leones del uno alsiete, por lo tanto podrían haber sido hechas cuandose mandaron al Museo del Prado, mientras que otras

marcas realizadas mediante incisiones semieséricasno aparecen en todos los leones, y podrían habersido hechas para marcar parejas, ya que encontramosdos leones simétricos con tres marcas, otros dos concinco marcas, y uno con dos marcas. En este caso noestán relacionadas con su colocación en el museo,por lo que podrían haberse realizado cuando estuvie-ron colocados como buetes pareados.

El dorado se realizó a uego o al mercurio, talcomo se describe en los documentos históricos,además esto ha quedado corroborado tras los aná-lisis químicos al encontrar trazas de mercurio ensu composición21, y porque en el límite de la zonadorada se ha encontrado la «línea rosa», una línea debronce rosáceo que queda entre la zona dorada y elbronce propio del dorado a uego.

Los leones son muy estables estructuralmente,pero encontramos unas toscas cuñas de madera in-troducidas en las patas, estas terminaban en un taco

de madera que se introducía en la base sobre laque estaban colocados. Posiblemente se colocaronen 1839 en el montaje realizado en el museo; comono eran necesarias se retiraron en los casos posi-bles, ya que algunas se encontraban aanzadas conclavos y retirarlas podrían suponer un daño mayor.

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La colada se hizo en dos partes, el cuerpo y lacola, cuya unión se sujetó mediante un clavo. El gro-sor del bronce varía de unos leones a otros, existien-

do dierencias en relación a la cantidad de bronceempleado en los distintos leones. En el caso del leónrmado, que suponemos que es el que se envió al Alcázar para que el Rey y Velázquez dieran su apro-bación, la zona de apoyo de la cabeza tiene un rema-te mejor acabado y presenta una especie de moldurainterna donde están situados los agujeros para recibirla tapa de madera, sin embargo en otro de los leonesque posiblemente no uera a recibir un examen tan

detallado, se ahorró bronce eliminando esta molduraquedando los agujeros pegados al borde de la cabe-za. El peso de las obras varía entre 130-150 kg, llegan-do uno de ellos a alcanzar los 165 kg, esta medida esmuy relativa ya que algunos de ellos conservan restosde las estructuras metálicas de reuerzo del macho, y 

En 2003 comienza el proyecto de restauración delconjunto de los leones, justicado por el alto gradode oscurecimiento y suciedad supercial que presen-

taban, y el mal estado de conservación del león deplomo, tanto a nivel estructural como estético.

 Al oscurecimiento supercial se sumaba unaacumulación de suciedad en el interior, undamen-talmente polvo, pero también se encontraron coli-llas de puros y cigarrillos, papeles, maderas, inclusoun «Resguardo de un depósito en metálico» de 1870,por la cantidad de 410 escudos.

En general la supercie de los leones presentaba

daños esencialmente mecánicos, arañazos y golpes

21 T u M.ª D G, Lb A Mu N P. E í b- í X (SEM-EDX).

245

producidos durante los movimientos y transportes.Estos se encuentran sobre todo en la parte trasera yaque para moverlos es probable que los tumbaran y arrastraran sobre ese lado. El bronce se encontrabaestable y no presentaba corrosión interna ni ocosactivos. El oro presentaba zonas rubias, zonas de pér-dida donde asomaba el bronce y tiene un color rosá-

ceo, también en algunas zonas aparecían pérdidas enorma de gotas o escorrentías, por lo que suponemosque se produjeron cuando se realizaron las limpiezasen el taller de Pedro Michel, al preparar las esculturaspara ser redoradas de nuevo.

Dos leones presentaban peor estado de conserva-ción, uno de ellos es el que perdió parte del doradode la cabeza y se redoró en 1832 con pan de oro almixtión y purpurina, el mixtión se encontraba muy oxidado, oscuro y endurecido, lo mismo que la pur-purina que presentaba un tono verdoso muy oscuro.

El otro es el que león que reparó Pedro Michelpor encargo de Carlos III, debido a que durante elincendio se aplastó y perdió dos patas y la cola, pre-sentaba una deormación longitudinal con suras alo largo del esternón y de la panza, posiblementePedro Michel intentara recuperar la orma, pero noue posible en su totalidad. Realizó las patas y la colanuevas en bronce, sacando el molde de otros leones.

Para sujetar la cola cortó la original transversalmente y sujetó la nueva con clavos, para terminar de adaptarla pieza nueva le dio orma con una escona ya queen la supercie quedan las marcas de esta. En el casode las dos patas no se cortó el original, únicamentese adaptaron las dos piezas nuevas sobre el original,

d b l

Se realizaron pruebas de disolución de estas ce-ras con distintos disolventes, pero debido a la dure-za que presentaban se decidió utilizar el gel de Wol-bers n.º 4, que permitía una mayor actuación de losdisolventes sobre la cera controlando los tiempos. Elgel se retiraba con White Spirit, y se utilizó el mismodisolvente para completar la limpieza (g. 10). Las

manchas de pintura se retiraron primero de ormamecánica y se completó con el mismo gel, sin em-bargo en algunas zonas con recovecos se completóla limpieza con láser, ya que al tratarse de pinturanegra la ablación era muy puntual y evitaba insistirde orma mecánica.

En las zonas redoradas al mixtión y con purpuri-nas se tomaron muestras y su análisis mostró que setrataba de un mixtión con base de aceite, y la purpu-rina estaba realizada con polvo de latón23.

Se decidió no retirar del todo este dorado por-que podría actuar como ondo para la reintegracióncromática posterior. Por los límites se podía observarque debajo no quedaban restos del dorado original.Se intentó realizar una limpieza de la purpurina con-servando el dorado al mixtión, desgraciadamente losdisolventes que retiraban la purpurina también aec-taban al mixtión, por lo que se desistió en retirarlaen su totalidad y únicamente se realizó una limpieza

supercial y puntual para eliminar las zonas más os-curas.

Una vez terminada la limpieza se aplicó comoprotección Incral 44, sobre éste se realizó la rein-tegración cromática, únicamente se reintegraron laszonas rontales, ya que las traseras una vez que se

Restauracón del conjunto de ocho leones de bronce dorado del Museo Naconal del Prado

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sujetándose también con clavos. Posteriormente, en1832, se redoró con pan de oro al mixtión y pur-purina, encontrándose en la actualidad oscurecido y 

oxidado –ver gura 4–.Las patas de todos los leones presentaban man-

chas de pintura gris y negra, procedente de las vecesque se pintaron las peanas sobre las que estaban co-locados.

Cuando se inicia la restauración se tomaron muestrasde la capa oscura que cubría la supercie. Su análisisquímico determinó que se trataba de ceras y siliconasendurecidas22, posiblemente de productos aplicados a

lo largo de los años para su protección, todo mezcladocon polvo y sales procedentes del bronce.

22 Té u: E Ij Fu, Cí G – Eí (GC-MS).

23 Té u: SEM-EDX, , GC-MS.

Fgura 10. P Wb .º 4, b W S, b . Fí:©MNP.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

246

oro, el eecto es parecido, y acercando una luz di-recta permite distinguir las zonas reintegradas de lasoriginales (g. 11).

Realzacón de la copa

El estado de conservación estructural de los leonesera bueno, únicamente el de plomo presentaba im-portantes problemas estructurales, esto implicaba unriesgo si se quería seguir utilizando como soporte delpesado tablero de piedras duras. Al estar realizadoen plomo, más blando y maleable que el bronce, elpeso del tablero había hecho que la escultura se ueradeormando; así la cabeza se encontraba ligeramen-te hundida y las garras en las que se apoya estabanaplastadas. El principal problema era que las cuatropatas presentaban racturas transversales, mantenién-dose la escultura en pie gracias al relleno de yeso desu interior. Además la policromía del león se habíarealizado mediante una base de estuco sobre la quese doró con pan de oro. Con el paso del tiempo laoxidación del plomo había provocado craquelados,desprendimientos y lagunas, para taparlas utilizaronpurpurinas que se encontraban oscurecidas y de co-

lor verdoso.El león de plomo se realizó especícamente para

este conjunto en 1837, por lo que se considera unapieza histórica y por ello, en un principio, se planteómantenerlo como pieza del grupo. Sin embargo, elestudio estructural mostró que no tenía la capacidadt tó i i t t l d l t bl

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tectónica suciente para soportar el peso del tablerode piedra. Por este motivo se decidió sustituirlo poruno nuevo de bronce, el león de plomo ha quedado

guardado y conservado como un elemento históricoperteneciente al conjunto de las mesas.

 Al plantearse en qué material realizar la copia,para dierenciarlo de los originales, se tuvo en cuentala experiencia con el león de plomo, este, al enve-jecer, había ido aumentado sus dierencias con res-pecto al resto de los leones, por lo que en este casoconcreto, se consideró apropiado realizar una copiacon el mismo material (bronce dorado a uego), lo-

grando que se integre en el conjunto y que su evo-lución utura sea igual a los de Bonucelli. Para evitarque se pueda producir un also histórico, se ha ins-crito en bajorrelieve en la cola de la copia «Museo delPrado MMIV». Además, debido a la contracción quesure el bronce al enriarse, la copia es ligeramente

Fgura 11. P u u : , , ú, uu

u ju . Fí: ©MNP.

colocan de nuevo las mesas no son visibles. Se uti-lizó Iriodin aglutinado con goma arábiga, este pig-mento se eligió undamentalmente por su estabili-dad, y aunque no consigue el mismo brillo que el

247más pequeña que el original, por lo que su tamaño

menor y la rma que lleva en la cola lo distingue delos originales.

El nuevo león de bronce lo realizó la empresaFactum Arte, se tomó como modelo uno de los ori-ginales antes de su limpieza, de esta orma la capade ceras envejecidas actuó como protección cuandose sacó el molde de silicona del que se obtuvo la

acido nítrico, ormándose un nitrato de mercurio),

de esta orma quedó la pieza preparada para recibirla amalgama de oro.

Para preparar la amalgama de oro se mezclaronen un crisol las virutas de oro y plata, se añadió elmercurio y se dejó reposar, el oro en amalgama esdel color del mercurio y es necesario calentarlo conun soplete para que se deshaga Se eliminaron las

Fgura 12. P u u: b u. L é qu u u . Fí: E A.

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se sacó el molde de silicona, del que se obtuvo lacopia en cera. La undición se realizó a la cera per-dida, utilizando bronce tipo RGB (90% cobre, 5%

plomo, 5% estaño). Para undirlo se dividió en trespartes: cabeza, cuerpo, y cola, que posteriormentese soldaron entre sí (g. 12).

El dorado se realizó a la manera antigua median-te amalgama de oro para conseguir el mismo nobleacabado que los originales. Para elegir el color deloro se realizaron unas probetas variando la propor-ción de oro y plata, el tono más adecuado resultóen torno a un 85% de oro, y un 15% de plata (g.

13). Se comenzó con una limpieza exhaustiva dela supercie con chorro de arena (antiguamente serealizaba con agua regia), y se completó con ácidosulúrico. Para preparar la supercie para recibir laamalgama se dio una mano de agua viva (agua conmercurio: se prepara mezclando el mercurio con

un soplete para que se deshaga. Se eliminaron lasimpurezas lavando la amalgama con agua, posterior-mente se ltró a través de un trapo, eliminando el

mercurio sobrante y quedando retenida la amalgamade oro.

La amalgama se extendió sobre la supercie delbronce en una capa muy na, para que esta quedemuy uniorme se terminó de extender gratándolasuavemente con una brocha de latón. En ese mo-mento la pieza tenía un aspecto totalmente plateado,del color del mercurio (g. 14), y estaba preparadapara pasar al horno y producir la sublimación del

mercurio. Una vez eliminado el mercurio la super-cie quedó con un aspecto dorado blanquecino osatinado, por lo que ue necesario gratar de nuevo lasupercie hasta conseguir el brillo uniorme del oro.

En el nuevo león no se buscó un dorado unior-me, sino que para lograr un mayor parecido con al

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

248

antiguo dorado de los leones originales, se buscódejar zonas con un acabado desigual, pese a estoue necesario «envejecer» el brillo del dorado nuevomediante cera y pigmentos (g. 15).

Instalacón en sala

El conjunto de leones pertenecientes al Museo delPrado se volvió a colocar como soporte de los dostableros de piedras duras con la misma distribuciónque se decidió cuando ueron recibidos en el Museo

el bronce original una lámina de acetato de polivinilo.Los tableros de piedras duras tampoco apoyan directa-mente, si no que se encuentran sobre unos bastidoresde madera. (gs. 1 y 2).

El león de plomo ha quedado almacenado comoelemento histórico de este conjunto, lo mismo que elconjunto de los siete casquetes realizados por PedroMichel.

Conclusón

Un proyecto de restauración de esta envergadurarequiere la realización de un amplio estudio queabarca desde el campo histórico, destacando la co-laboración en la investigación con Laura Alba y elDepartamento de Conservación, al campo técnico,desarrollado en el Departamento de Restauración

Fgura 13. S u , qu . Fí: ©MNP.

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que se decidió cuando ueron recibidos en el Museode Pinturas en 1832.

Se retiraron las dos peanas antiguas sobre las que

se encontraban colocados los leones. Estas eran dis-tintas y se encontraban en muy mal estado, además, ya en su momento ue una reutilización cuando secolocaron como soporte de los leones al llegar al mu-seo en 1839.

Se diseñaron dos nuevas peanas, de la misma al-tura que las antiguas, sobre la que se colocaron losleones, en algunos casos hubo que cajear este so-porte para colocar las bolas, ya que como dijimos

anteriormente la altura de la pata del león que sujetala bola varía y en algunos casos hubo que rebajar labase para que cupiera debajo de la pata. Para una ma- yor protección de la zona de apoyo del tablero sobrelos leones, se realizaron unas tapas de acero adaptadasa la orma de cada cabeza, se colocó entre esta tapa y 

Fgura 14. L b u u u, u ub- u. Fí: E A.

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Fgura 15. L u ju , u u b u , ub . Fí: ©MNP.

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250

Bblograía

cHeca, Fernando (ed.) (1994):  El Real Alcázar de Madrid. Dos siglos de arquitectura y coleccionismo de la Corte de los Reyes de España. Catálogo de la exposición (16 de sep-tiembre-13 de noviembre de 1994). Barcelona: Nerea.

luna, Juan J. (1993): Las pinturas y esculturas del palacio Real de Madrid en 1811. Madrid: Fundación Rich.

ponz, Antonio (1776): Viage de España, o Cartas en que  se da noticia de las cosas más apreciables y dignas de  saberse, que hay en ella. Madrid: Ibarra.

r oma (1650): Archivio di Stato. 30 Notai Capitolini, U-cio 32, vol. 144.

T árraGa B alDó, María Luisa (2004): «Alonso de Grana y la restauración de la Colección Real de Escultura en elsiglo xViii». Archivo Español de Arte, vol. LXXVII, n.º 305,pp. 21-33.

por el Gabinete de Documentación Técnica y el La-boratorio de Química. Durante la restauración delos leones, las propias obras ueron conrmandomuchos de los datos históricos, y al mismo tiem-po éstos abrieron nuevos enoques que ayudaban acomprender mejor este conjunto. La investigación,además de permitirnos conocer con mayor detallela historia de estos leones desde el origen hasta laactualidad, nos ha conrmado que la idea de con- vertir los leones en esculturas exentas ue de CarlosIII, y que los remates ueron hechos por su escultorde cámara Pedro Michel. Al mismo tiempo se hapodido acotar la echa de la desaparición de uno delos leones entre 1788 y 1832. En la actualidad cuatrode los leones se encuentran en el Salón del Tro-no de Palacio Real como esculturas independientes y redorados, tal como deseaba Carlos III. Mientras

que los siete leones que se encuentran en el Mu-seo del Prado, se conservan tal como los proyectó Velázquez, como soportes de mesa conservando eldorado original aplicado en Roma.

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Ru u u P C Bu A,A

Rcardo Domngo MarcheseM Ru. Bu A, A

@..

Resumen

Con motivo de los estejos del bicentenario de la Re-pública Argentina, en el Palacio de Correos se están

Abstract

In the rame o the 200 th Argentinean anniversary celebrations, works are being carried at the Posts

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llevando a cabo obras para convertirlo en un centrocultural. Entre otras, se desarrollan tareas de restaura-

ción de un sector del edicio, que incluyen el reacon-dicionamiento de 832 arteactos de iluminación. Estosarteactos, en su gran mayoría de bronce, presentandistintos ormatos, tamaños y grados de deterioro.Mediante técnicas variadas de restauración, estos ar-teactos volverán a iluminar los salones de este pala-cio, que es un testimonio de un rico pasado arquitec-tónico de la ciudad de Buenos Aires.

Palabras clae

Correo, bronce, Buenos Aires, arteactos de ilumi-nación.

and Telecommunications Palace in order to trans-orm it into a cultural center. The restoration o 

the building includes the 832 lightning appliances.Most o these are made o bronze and present die-rent shapes, sizes and levels o damage. The task isbringing them back to their original unctions andplacements and preserve the building as much aspossible, or it is a testimony o a rich architecturalpast o Buenos Aires city.

Keywords

Posts, bronze, Buenos Aires, lightning appliances.

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252

El edco

El edicio (g. 1) construido para «Centralizar las acti- vidades del Correo» ue inaugurado en 1928, ocupan-do una manzana y sumando, con sus ocho pisos, másde 100.000 m2 cubiertos.

De arquitectura neoclásica, obra del rancés Nor-bert Maillart, es un edicio académico de valor histó-rico y patrimonial catalogado Monumento HistóricoNacional.

Se dispuso su intervención para la puesta en valor,restauración y reciclado para el uncionamiento delCentro Cultural del Bicentenario.

En el sector «noble o ceremonial», de alta calidadarquitectónica y ornamental, se encuentran la mayo-ría de los 832 arteactos de iluminación que se estánrestaurando (gs. 2 y 3).

Los arteactos

Se cuentan cuarenta y tres modelos distintos de arte-actos de iluminación, desde simples de una ilumina-ria con diusor de opalina hasta arañas de cuarenta y cinco luces con un diámetro de 3,48 m. En el sectororiginalmente destinado al público, suspendida desde8m de altura mediante caños labrados, están los arte-actos cilindro/ octogonales de 1,60 m de diámetro y 2,57 m de altura. Los cristales diusores de luz son: tu-lipas simples, multioliadas, vidrios planos tallados, bi-selados y esmerilados, semieseras talladas y esmerila-das y diusores de opalina y de alabastro. La totalidadpresentaba patina forentina. El 96% de los arteactoses de bronce y un 4% son plaones de cobre. Losarteactos codicados como CC2 están conormadospor una campana de bronce y de cobre (gs. 4, 5 y 6).

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Fgura 1. P C Tu, M Ob Púb, 1933.

253Fgura 2. G íbu, M Ob Púb, 1928.

Restauracón de las lumnaras del e Palaco de Correos de Buenos Ares, Argentna

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Fgura 3. G íbu. Fí: Revista Hábitat, b, 2010.

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254

Estado de los arteactos

 A lo largo de los 81 años de antigüedad, los arteactos«surieron» innumerables deterioros, principalmentepor la obra de mantenimiento ejecutadas sin rigor niorientación técnica. Por ejemplo, el barnizado apli-cado sobre asentamiento polutivo o sobre rayadurasque deterioraban la patina.

Otras patologías detectadas: manchas, chorreadu-ras de pintura, roturas suras, desgaste de pátinas,pérdidas ragmentarias, reemplazo de piezas por ma-las réplicas, altantes de piezas de sujeción (reempla-zadas incorrectamente).

 Aproximadamente, un 25% de las piezas de vidrioestaban reemplazadas por réplicas de plástico.

 Tareas de restauración

El objeto de la restauración es restituir su perectouncionamiento y descubrir los detalles de la super-cie y de la decoración, pero dejando constanciadel paso del tiempo. Los bronces no deberán tenerla apariencia de nuevos antes de desmontarlos, seregistran otográcamente para la documentaciónsecuencial de cada uno. Seguidamente se eectúan

las estratigraías de rigor.Las tareas comenzaron en 2009 y continúan en

la actualidad. Esto se debe a que los arteactos yarestaurados deben esperar para su colocación a quelas y/o cielorrasos estén terminados. Para arontarlos trabajos se montó un taller con depósito (120 m2)dentro del edicio con un plantel de 20 artesanos.

A los arteactos se les retiran los diusores o tu-

Fgura 4. A AP4 . Fí: M Ru,

2010.

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 A los arteactos se les retiran los diusores o tulipas, acondicionándolos en cajas individuales iden-

ticadas. Algunos arteactos no se desmontaron desu ubicación original por que el desarme implicabagran posibilidad de roturas por los anclajes y roscas«clavadas» por el tiempo transcurrido.

Los tratamientos son variados. Pueden ser secoso húmedos, mecánicos o químicos. Cuando la in-tervención es con calor o nueva soldadura es im-prescindible repatinar. Aquellas piezas altantes osumamente deterioradas se reemplazan por réplicas:

modelar, undir, maquinar, cincelar y pulir, rehacerla pátina forentina y el laqueado nal.Para la reposición de las piezas vítreas se abri-

caron moldes de acero para el soplado del vidrio y posterior corte, tallado, biselado y esmerilado (gs.7 y 8).

Fgura 5. CC2 A u. Fí: M Ru-

, 2010.

Fgura 6. CC2 S u. Fí: M Ru,2010.

255

Metodología de restauración

 – La restauración se eectuará con tratamientos enseco y húmedos. – Para la eliminación de la suciedad supercial y el polvo:

• Con aspiradora.

• En seco con pincel y cepillo de cerda blanda. – Para la eliminación de la suciedad impregnada:

• Limpieza con esponja levemente humedeci-da en agua y jabón neutro.

• De ser necesario, progresar a solución de:Glicerina alcalina Agua destilada: 1 litroHidróxido de Na: 120 gr

Fgura 7. D D G M Ob Púb, 1929.

Restauracón de las lumnaras del e Palaco de Correos de Buenos Ares, Argentna

Fgura 8. CA8 A 45 Lu. Fí: M Ru,

2010.

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gGlicerina alcalina: 40 ml

 – Para retirar los restos de barnices, se utilizaráesponja humedecida en decapante alcalino, enconcentración débil y aumentando. De ser ne-cesario, aumentar a removedor en gel. Enjuaguecon paños de lino, humectados con agua desmi-neralizada y alcohol etílico al 30%. De acuerdo ala humedad ambiente, secar con aire tibio. – Aplicar la terminación protectora con barniz ex-trano, n.º 6 CIMA.

 – Rehacer a nuevo la instalación eléctrica, segúnespecicaciones técnicas. – Por cada arteacto que se restaura se debe eec-tuar una cha que deje constancia de los méto-dos utilizados para su reacondicionamiento. Acontinuación un ejemplo (g. 9).

Fgura 9. F CA8. I: M Ru, 2010.

256

A u u Buu (L C, C) bj

Manuel BethencourtD C M Ií Mú Quí I,

C Au C Tí M, Cu E I M (CEIMAR)

U C

u.bu@u.

Lus Carlos ZambranoD. Ru C

Mu C

Resumen

Un cañón de hierro del calibre 12-largo proceden-

te DRX, XRF y SEM/EDX sobre muestras tomadas adistinta proundidad en la zona gratizada se consti-tuye como una herramienta ecaz para comprobar el

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g pte del pecio Bucentaure (La Caleta, Cádiz) ha sido

estabilizado mediante polarización catódica a bajadensidad de corriente en el laboratorio del Centrode Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz delPatrimonio Histórico (CAS-IAPH). Entre los restos delnavío Bucentaure, buque de la fota combinada hispa-no-rancesa en la Batalla de Traalgar –1805–, existenun gran número de cañones de hierro recubiertos porgruesas capas de concreción mineral y colonizaciónbiológica. Uno de los cañones más representativos

del pecio del calibre 12-largo ha sido extraído parasu estudio y conservación. El proceso de estabiliza-ción electroquímica mediante polarización con bajadensidad de corriente ha permitido la total extracciónde los cloruros contenidos en la zona gratizada delcañón. El resultado de los análisis realizados median-

y p péxito del tratamiento.

Palabras clae

Cloruros, cañón, estabilización, polarización, conser- vación, hierro.

Abstract

 An iron cannon, 12-long caliber, rom the wreck Bu-centaure (La Caleta, Cádiz) is stabilized by cathodicpolarization at low current density in the laboratory o the Underwater Archaeology Centre o the Anda-lusian Institute o Historical Heritage (CAS-IAPH).

257

Análss de cloruros en la zona graftzada de un cañón de herro procedente del peco Bucentaure (La Caleta, Cádz)...

 Among the remains o the ship Bucentaure, shipo the feet combined Spanish-French at the Battleo Traalgar -1805- there are a large number o ironcannons covered by thick layers o mineral and bio-logical colonization. One o the most representativecannons rom the wreck has been removed or stu-dy and conservation. The electrochemical process o stabilization by polarization with low current density 

has allowed the complete removal o chloride contentin the graphitized zone o the cannon. The result o the analysis perormed by XRD, XRF and SEM/EDX on samples taken rom dierent depths in the gra-phitized zone was established as an eective tool tomonitor the success o treatment.

Keywords

Chloride, cannon, stabilization, polarization, conser- vation, iron.

Introduccón

Los objetos de hierro undido son un material muy abundante en los pecios de época contemporánea.En las prospecciones submarinas se localizan recuen-temente cañones de hierro que constituyen el másevidente, sino el único, vestigio del hundimiento denavíos militares. La interpretación arqueológica deestos materiales se enrenta a la dicultad de docu-mentar elmente unos objetos cubiertos por capas

de objetos, reduciendo el gasto económico y avore-ciendo los dictados de conservación in situ del pa-trimonio cultural subacuático (UNESCO-UCH, 2001).

Ocasionalmente es necesario recurrir a la extrac-ción de piezas para su estudio. Este hecho conllevala conservación a largo plazo de dichos objetos paralo cual se precisa extraer los cloruros contenidos enlos productos de corrosión. Un examen de dierentes

técnicas de limpieza de cloruros, ha mostrado que elpaso limitante en la liberación de los mismos es sudiusión desde los productos de corrosión (Rendón y  Valencia, 2003: 9-14). El aumento de la velocidad dediusión de los cloruros en los productos de corrosiónse consigue transormando los compuestos de hierroen otros más densos mediante su reducción. Dichareducción se puede llevar a cabo por varios medios,siendo la electrólisis uno de los más ecaces (Walker,

1996: 69-71). En la electrólisis, la aplicación de inten-sidades bajas de corriente minimiza la evolución dehidrógeno en el cátodo, aumentando la velocidad deextracción de los cloruros al incrementar el área dis-ponible para su diusión. Adicionalmente, el empleode intensidades de corriente bajas permite conseguirla consolidación de la zona gratizada debido a lareducción de los oxhidróxidos de hierro que la com-ponen, principalmente akaganeita Fe3+O(OH)(Cl

x),

que se transorma inicialmente en goetita FeO(OH) y posteriormente en magnetita Fe

3O

4o FeO•Fe

2O

(Cornell y Giovanoli, 1990: 469-475). Este compuesto,más denso, avorece la diusión de los iones clorurosdesde el interior de la pieza y consolida la parte me-tálica externa evitando posteriores oxidaciones.

Ensayos previos realizados sobre material de un-dición han demostrando la eectividad de la polariza-

7/15/2019 14301

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de concreción que impiden acceder a las dimensio-

nes originales y las marcas de undición necesariospara su identicación. El contenido en grato (>2%)de las undiciones permite conservar las dimensionesoriginales de la zona mineralizada al ormar una re-tícula tridimensional que actúa como matriz para elresto de los productos de corrosión (North, 1987:207-252). La técnica de registro y conservación in

 situ (Zambrano y Bethencourt, 2001: 83-90) es unasolución especialmente útil por la posibilidad de ob-

tener inormación arqueológica de orma puntualsin poner en riesgo la conservación de los objetos.De esta orma, el Centro de Arqueología Subacuá-tica del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico(CAS-IAPH) ha venido empleando la documentaciónsubmarina para evitar la extracción indiscriminada

ción catódica de baja intensidad de corriente para la

extracción de iones cloruro de la estructura de akaga-neita, principal producto de corrosión del hierro enmedio marino (Bethencourt et al ., 2004: 420-425). Eneste estudio en concreto, la monitorización del pro-ceso se comprobó aplicando el método Rietveld a lospatrones XRD de muestras extraídas de la superciecorroída después del tratamiento.

Con los tratamientos para la eliminación de loscloruros se reduce signicativamente la tendencia a

la corrosión que puede ser controlada mediante téc-nicas «convencionales» (North, 1987). En la aplicaciónde dichos tratamientos se carece, sin embargo, depautas ables para comprobar la ecacia sobre el núltimo del tratamiento, cual es la preservación de losobjetos rente a la corrosión. El consenso general en

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

258

cuanto a la necesidad de extraer los cloruros no secorresponde con la arbitrariedad en el control de lostratamientos (North y Pearson, 1987: 174-186) moni-torizados habitualmente según la concentración decloruros con recomendaciones dispares según auto-res que varian entre 5 y 1000 mg/l (Fernández, 2003:279-302) como valor residual para concluir el trata-miento. La medida de concentración solo puede utili-

zarse como indicador en la evolución del tratamiento, y nunca como actor para determinar la nalizacióndel mismo, por no inormar de la cantidad de loscloruros remanentes en los productos de corrosión.El análisis de los cloruros en las capas de corrosión,antes y despues del tratamiento, es la única evidenciasobre la ecacia de un tratamiento. Este trabajo pre-tende establecer la cántidad mínima residual de clo-ruros compatible con la conservación del objeto de

hierro cuyo tratamiento se complemente con medidasde protección directas –resinas y ceras– e indirectas–control ambiental–.

El cañón del calibre 12 largo del Bucentaure, ob-jeto de este artículo, ue tratado de orma intermi-tente y no monitorizada desde 2005 hasta 2008. Elreinicio del tratamiento mediante polarización ca-tódica de baja intensidad en 2009 plantea la dudasobre la cantidad de cloruros remanentes en el ob-

jeto. En esta situación se origina el proyecto para lacaracterización de ases minerales en el tratamientoelectrolítico de los cañones de hierro depositadosen el CAS-IAPH que propone un control paralelo alas mediciones potenciométricas que determinan laconcentración de cloruros en la solución de trata-miento. Este control consiste en determinar la dis-minución progresiva de los cloruros en los produc-

d ió di áli i di d l

ma» mediante una corona de corte que permi-tió recuperar diversos elementos del sistema demunición. – Instalación de la celda electrolítica e inicio deltratamiento de estabilización mediante polari-zación catódica con una densidad de corrientede 0,05 mA/cm2. La corriente eléctrica ha sidoproporcionada por una uente estabilizada KERT

modelo AT5 mediante control de tensión (1-15 V) e intensidad libre (5 A max.). – Monitorización del proceso mediante potencio-metría con electrodo de ión selectivo CRISON96-52 Cl- y electrodo de reerencia 42-41 CRI-SON Ag/AgCl acoplados a un pH-metro GLP 22CRISON M hasta obtener valores de 100 ppm. – Medición del potencial catódico mediante unmultímetro digital con electrodo de reerencia

 Ag/AgCl CRISON 52-41 para reerenciar valoresa un diagrama de Pourbaix.

– Análisis de las ases minerales que componenla zona graítica mediante diracción de rayos X (DRX), espectrometría de fuorescencia de rayos X (XRF) y microscopía electrónica de barrido y espectrometría de rayos X (SEM/EDX) para de-tectar valores residuales de cloruros y compro-bar la ecacia del tratamiento.

Conservación y restauración

En el proyecto Traalgar, durante la campaña de oc-tubre de 2005, el Centro de Arqueología Subacuáticadel IAPH extrajo dos cañones de hierro undido deldenominado yacimiento «Bajo del Chapitel»; un cañónd l lib 12 l d d l i l

7/15/2019 14301

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tos de corrosión mediante un análisis directo de los

mismos que permita establecer una correspondenciaentre la cantidad de cloruros extraidos y los rema-nentes, así como su distribucion dentro de la zonagratizada.

Materal y métodos

El desarrollo de la intervención ha comprendido lassiguientes ases:

 – Remoción mecánica de la ase exterior com-puesta por precipitados minerales y esqueletoscalcáreos, incluyendo la desconcreción del «áni-

del calibre 12 largo y una carronada, de los siglos  xViii 

 y   xix  respectivamente. Ambos cañones pertenecían aun conjunto unitario de 22 piezas de artillería de lí-nea cuyo análisis particular apoyado en las uentesdocumentales ha permitido identicarlos como perte-necientes al buque insignia rancés Bucentaure, quecombatió en la Batalla de Traalgar el 21 de octubrede 1805 al mando del almirante Jean P. Villeneuve(Martí, 2006: 628-643).

La extracción del cañón (g. 1) se realizó con apo-

 yo de una embarcación dotada de grúa que permitióelevar el objeto convenientemente embragado in situ tras su desconcrección del ondo rocoso donde sehallaba adherido. En el transporte del objeto hasta lasinstalaciones del CAS-IAPH se observan medidas deconservación preventiva centradas en el acondicio-

259

Análss de cloruros en la zona graftzada de un cañón de herro procedente del peco Bucentaure (La Caleta, Cádz)...

namiento mecánico (soportes de apoyo horizontal) y químico-ísico (barreras protectoras de la radiaciónsolar, humectación recuente con agua de mar). Enel laboratorio del CAS-IAPH la pieza es recepcionadaen el tanque de tratamiento abricado en bra vidrio y poliéster conteniendo una solución inhibidora de

NaOH 0,5 M en agua desmineralizada.Posteriormente se removieron mecánicamente las

concreciones adheridas dejando a la vista la cara ex-terna de la denominada zona gratizada, una capa de varios centímetros de espesor compuesta por H

2O,

FeO (OH), SiO2, Fe

3C, cloruros de hierro y grato. En

esta capa se han podido documentar inscripciones de

abricación en el plano de ambos muñones y la partesuperior de la aja alta de culata (g. 2).

El trabajo de desconcreción mecánica se realizómanualmente con cinceles y martillo para despren-der las partes más voluminosas. En la supercie dela zona gratizada, más vulnerable al esuerzo ísicodebido a su escasa consistencia (dureza: 2-3 escalade Mohs), se actuó en ángulo incidente de 45º conmicro-percutores neumáticos e instrumentos de ma-dera1. Durante la operación se lavó la supercie conabundante agua dulce para despejar la zona de tra-

bajo y evitar la deshidratación. Desprovisto de con-creción, las dimensiones del cañón se correspondencon la reglamentación de la artillería rancesa del año1778 (g. 3).

En el transcurso del tratamiento se realiza el ba-rrenado interior del cañón mediante una corona cilín-drica que limpia el hueco del «ánima» concrecionada(g. 4). Esta operación es necesaria para completarla estabilización del cañón acilitando la diusión de

Fgura 1. E u ú: Fí:

M G.

Fgura 3. Cqu 12 b u b

é, ú J Mí.

7/15/2019 14301

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la estabilización del cañón acilitando la diusión de

cloruros a través de las paredes internas del mismo.Como resultado se recupera la munición que porta-ba el cañón cuando se produjo su hundimiento. Estamunición consiste en una palanqueta de hierro y unsaquete de metralla ormado por 20 balas de peque-ño calibre.

Para la elevación y el desplazamiento de la piezase ha utilizado una grúa móvil MKS 2000/P PW hi-dráulica, 2.000 kg. max., de brazo extensible. A n de

repartir los esuerzos y provocar el menor daño enla supercie de la zona gratizada se ha utilizado unbalancín BANDATEX 2 TN x 1500 mm para elevación

1 I é u A. Bu (IAPH).

Fgura 2. M u j u. Fí: ABu.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

260

equilibrada de cargas longitudinales con dos eslingasplanas de ancho especial –30 cm–.

En la construcción de la celda electrolítica, para elcátodo, se han instalado tres varillas de acero inoxi-dable roscado (largo: 400 mm/diam.: 5 mm) per-pendiculares y equidistantes en sentido longitudinalsobre la parte inerior del cañón girado 180º respec-to a su posición natural2 durante el transcurso del

tratamiento.Las varillas se colocan en contacto eléctrico con el

núcleo metálico realizando un taladro con broca HSScobalto de 4,5 mm y posteriormente se rectica conmacho roscado de 5 mm. Las varillas se roscan enel núcleo metálico y se comprueba la eectividad dela conexión eléctrica con un multímetro situando laspuntas sobre la varilla insertada y el metal del oricioadyacente. La mayor parte de la varilla se enunda en

tubo de silicona para evitar el contacto con el ánodocircundante. Los cables de corriente se conectan r-memente en la varilla uera del electrolito por razo-nes de conservación y acilidad de mantenimiento.

El ánodo se conecciona con malla electrosoldadade acero inoxidable AISI 316 (grosor de hilo: 1,5 mm/ancho de luz: 11×11 mm) de orma tubular alrededordel cañón con una distancia media de 150 mm res-pecto del cañón evitando el contacto con el mismo3 

(g. 5).La corriente impuesta procede de una uente dealimentación estabilizada KERT modelo AT5/3,5 A(12 Vdc) –5 A max.– con tensión de salida regulablede 1 a 15 V. La intensidad aplicada se ha establecidoa partir de una densidad de corriente de 0,05 mA/cm2 cuya ecacia en la remoción de cloruros ha de-mostrado ser superior respecto a otras más elevadas(Carlin Keith y Rodríguez 2001: 68-76) Para calcular

Fgura 5. Equ ; í, uí-, u qu u, .Au: L. C. Zb.

Fgura 4. P b «»; - b . Fí: Au Hu.

7/15/2019 14301

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(Carlin, Keith, y Rodríguez, 2001: 68 76). Para calcular

la intensidad de corriente impuesta se ha estimadouna supercie aparente de 15×103 cm2 dando comoresultado 750 mA que han sido regulados en tensiónconstante e intensidad libre monitorizada a través deun multímetro digital EDC 20A. El ajuste de la ten-sión se ha realizado periódicamente para corregir lasdesviaciones de intensidad y mantener la densidadde corriente en los valores prejados. Periódicamentese ha controlado el potencial catódico mediante un

electrodo de reerencia CRISON 52-41 Ag/AgCl co-

2 E u í u u.

3 L ju u u u .

Au: L. C. Zb.

Fgura 6. G u.

        0

        1        5

        2        2

        2        7

        3        1

        3        5

        3        8

        4        1

        4        4

        4        6

        4        9

        5        1

        5        4

        5        6

        5        8

        6        0

        6        2

        6        4

        6        6

        6        8

        6        9

        7        1

        7        3

        7        4

        7        6

baño 1

baño 2

baño 3

0,0

200,0

400,0

600,0

800,0

1000,0

1200,0

1400,0

1600,0

1800,0

   C   l  -   (  p  p  m   )

√ horas (tiempo)

electrólisis cañón 12 corto

baño 1

baño 2

baño 3

261

nectado a un voltímetro digital EDC 20A dando valo-res entre -0,870 V y -0,910 V vs electrodo de Ag/AgClque sitúan al objeto próximo a la teórica zona dereducción electroquímica para el ión erroso (Fe0 – 2e→ Fe+2) (Hamilton, 1976).

El tratamiento se ha realizado en un tanque la-minado de poliéster y bra de vidrio con reuerzoperimetral y válvulas para desagüe-llenado en PVC

2» con capacidad de 3 m3. Para mejorar la ecaciadel tratamiento (North y Pearson, 1978: 174-186) seha acoplado un equipo de ltrado, recirculación y caleacción de soluciones acuosas consistente en unabomba auto-aspirante ESPA NIPER1 350M con ltrode sólidos 4000 L+MIPER 1-350M carga de ZEBRELI-TE y calostato 3,0 KW con mangueras de conexiónGRE. D. 38 mm-580mm.

En el transcurso del tratamiento se han aplicado

tres baños de electrolito, solución de NaOH 5M (2%p/v) en agua desmineralizada, sobre un volumen to-

Análss de cloruros en la zona graftzada de un cañón de herro procedente del peco Bucentaure (La Caleta, Cádz)...

tal de 2.000 litros. Las pérdidas ocasionadas por eva-poración, ugas accidentales y otras variaciones oca-sionadas durante los trabajos de mantenimiento sehan corregido con adición de agua e hidróxido sódi-co para mantener un pH 13-14. La concentración decloruros se ha medido por potenciometría con elec-trodo de ión selectivo CRISON 96-52 Cl- y electrodode reerencia 42-41 CRISON Ag/AgCl acoplados a un

ph-metro GLP 22 CRISON. En la gráca de la gura 6para el seguimiento del proceso se ha expresado enconcentración de cloruros (ppm Cl-) rente al tiempoempleado (√ t). El tiempo total de tratamiento ha sidode 11.520 horas nalizándose cuando se alcanzaron valores estables de 100 (± 10) ppm de Cl (g. 6).

Completado el proceso de estabilización se realizóun lavado intensivo con recirculación de agua desmi-neralizada (20-30 μS/cm) controlado por conductivi-

metría con un equipo portátil CRISON CM 35 (rangode medición de 0,01 μS/cm → 500 mS/cm) durante536 horas hasta alcanzar un valor estable de 330 μS/cm. La deshidratación se ha realizado mediante inmer-sión en dos baños sucesivos de etanol/acetona (1:2)dentro de una bolsa estanca de bi-laminado alumi-nio/polietileno termosellado con capacidad para 540litros. El proceso se ha controlado mediante un den-símetro digital DMA 35 N Antón Par (rango de 0,0001

g/cm3

) resultando el segundo baño con una purezadel 95%. El trasvase de disolventes se ha realizadocon una bomba para sustancias infamables LUTZ ½»NTC, accionada por aire comprimido con cuerpo in-terior de nailon y tefón. El proceso de deshidrataciónse ha completado mediante control ambiental condeshumidicador portátil modelo IODEUM (caudal:150 m3 /h) en laboratorio de 60 m3 mantenido una HR constante de 30% durante 6 días (g. 7).

7/15/2019 14301

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constante de 30% durante 6 días (g. 7).

La protección ísica rente a la corrosión se hacompletado mediante un sistema bicapa de resinaacrílica y cera mineral especialmente indicado paraambientes salinos (Mourey, 1997: 225-227). Se ha rea-lizado una primera inmersión en una solución de re-sina acrílica –etilmetil metacrilato– (Paraloid B-72) al5% p/v en mezcla de acetona/etanol (3:1) en bolsaestanca de bi-laminado alumino/polietileno termo-sellado con capacidad para 540 litros. Se ha termina-

do mediante aplicación con brocha de resina acrílica–etilmetil metacrilato– (Paraloid B-72) al 10% p/v enetanol. Una protección nal (gura 7) con mezcla deceras microcristalinas y polietilénicas (Reswax WH)diluida hasta consistencia cremosa en mezcla de hi-drocarburos aliáticos desnaturalizados con dicloro-

Fgura 7. A u . Fí: J Mí.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

262

propano (White spirit D40) se ha aplicado con brocha y pistola de calor para homogenizar espesor y matizarel brillo.

 Análisis de cloruros

Las muestras para el estudio consistieron en la obten-

ción de una serie de pequeños cores de la zona gra-ítica del cañón (g. 8), que eran reservados en diso-lución de NaOH a baja temperatura hasta su análisis.

Estos cores, de entre 9-10 mm de espesor, se di- vidieron en muestras de 2 mm cada una, con el ob-jetivo de observar posibles dierencias entre la zonagraítica expuesta al medio la que permanece en con-tacto con el metal remanente (g. 9).

Las técnicas de análisis empleadas se basaron

principalmente en la diracción de rayos X en un sis-tema D8 Advance, capaz de realizar una gran varie-

dad de aplicaciones, desde la identicación de asecualitativa y cuantitativa, en condiciones ambientaleso especiales, hasta soluciones de estructura cristalinade muestras de polvo (empleadas en este estudio), ladeterminación del tamaño de cristalito y la orienta-ción preerencial. Los datos de DRX ueron comple-tados con el análisis de fuorescencia de rayos X dedispersión por longitud de onda (WDXRF). La espec-

troscopía de fuorescencia de rayos X (XRF) implica lamedida de la intensidad de los rayos X emitidos des-de una muestra como una unción de la longitud deonda o de la energía. La energía y la longitud de ondason características de los átomos de la muestra. Estasintensidades de las líneas observadas para un átomodado varían en unción de la cantidad de átomos pre-sentes en la muestra. El análisis cualitativo implicaidenticar los elementos presentes en la muestra, aso-

ciando las líneas características observadas con susátomos. Por otro lado, el análisis cuantitativo implicadeterminar la cantidad de cada átomo presente en lamuestra a partir de la intensidad medida de la líneade rayos X característica. El sistema empleado ue elS4 Pioneer, un espectrómetro secuencial de fuores-cencia de rayos X de dispersión por longitud de onda(WDXRF) con una excitación real de 4 kW que cum-ple con las demandas más exigentes de la industria y 

de la investigación. Su rango de estudio de elementosincluye desde el elemento Be hasta el U.Los resultados obtenidos mediante estas técnicas

no permitieron apreciar la existencia de cloruros enninguna de las muestras examinadas. Con el n decomprobar estos resultados, se realizó un estudio sis-temático mediante microscopía electrónica de barridojunto con espectroscopía de rayos X (SEM/EDX). Paraello, se empleó un microscopio electrónico de barri-

Fgura 8. Ob u ; (1) u u(2). Fí: Mu Bu Lu C. Zb.

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http://slidepdf.com/reader/full/14301 262/437

p p

do, Quanta 200, de lamento de emisión termoiónica y resolución 3,5 nm, acoplado a un sistema de mi-croanálisis Phoenix EDS.

Resultados y dscusón

Los métodos de DRX y FRX deberían permitir la de-terminación inequívoca de la akaganeita a través delestudio de la estructura cristalina y la composiciónquímica de este oxihidróxido de hierro no estequio-métrico. Dicha identicación se podría haber corro-borado mediante el uso de SEM y EDS. Después deltratamiento electrolítico la akaganeita no debería es-

Fgura 9. Equ u.

Cañon 1 2 mm

Cañón 2 2 mm

Cañón 3 2 mm

Cañón 4 2 mm

Cañón 0= Cañón 1 a 4Σ

Metal remanente

Medio exterior 

263

Análss de cloruros en la zona graftzada de un cañón de herro procedente del peco Bucentaure (La Caleta, Cádz) ...

tar presente en la muestra, tal y como se observóen tratamientos previos realizados con una bala decañón (Bethencourt et al ., 2004: 420-425). Con el nde preparar los patrones de análisis, se estableció unalista de los productos de corrosión más comunes enla corrosión del hierro en agua de mar tabla 1).

En las guras 10, 11, 12 13 y 14, y en las tablas 2,3, 4, 5 y 6 se muestran los resultados obtenidos con

ambas técnicas para la muestra 0 (muestra homoge-neizada de todo el espesor de grato), y muestra 1(muestra de grato de 2 mm de espesor en la zonaen contacto con la disolución) a muestra 4 (muestrade grato de 2 mm de espesor en la zona en contactocon el metal remanente).

La primera conclusión que se extrae de estas ta-blas es la ausencia total de cloruros. El hecho de queno aparezcan los cloruros esperados ha invalidado

uno de los objetivos del proyecto, puesto que no hapermitido estimar la tasa de disminución porcentualde los mismos a medida que se desarrolla el procesode electrólisis. El signicado de este dato puede tenerdos interpretaciones:

1. Las técnicas empleadas no son adecuadas parala detección de los mismos. Sin embargo, estastécnicas se han usado con éxito en otras oca-

siones. Con el n de conrmar estos datos, seempleó la espectroscopía de energía dispersivaque permite realizar análisis cualitativos y semi-cuantitativos, obteniendose resultados similaresa los obtenidos por DRX y FRX.

2. El tratamiento electrolítico ha permitido la ex-tracción global de los cloruros de la pieza deartillería. Esta hipótesis estaría en buen acuer-do con los datos observados del análisis decloruros del baño en el que se ha procedidoa estabilizar la muestra4. Además, la ausenciade cloruros en los espectros EDS indica muy probablemente la eectividad que ha tenido el

tratamiento electrolítico realizado. No obstan-te, resulta cuando menos llamativo que no seaprecie cantidad alguna de cloruros en FRX.

Otro dato a tener en cuenta es la ausencia totalde akaganeita con estequiometría Fe

3+O(OH)(Cl

x). La

ausencia de este compuesto, que ocluye al cloruro enuna estructura de tipo hollandita, vendría a justicarla ausencia de cloruros en cualquiera de los resulta-

dos obtenidos. No obstante, no se disponde de datosprevios sobre el estado en el que se encontraba el ca-ñón en el momento de su extracción, y no es posiblearmar que la akaganeita estubiese presente como unproducto de corrosión.

Por otro lado, el análisis de Rietveld de los dirac-togramas permite discriminar la presencia de goetita,debido a que este mineral presenta refexiones sola-padas con el pico del cuarzo. Otro dato relevante es

la presencia en todos los diractogramas de magnetitaFe3O

4o FeO•Fe

2O

3procedente de la transormación

de la goetita. Como se ha comentado, los espectrosEDX realizados muestran la ausencia de cloruros. Estehecho puede deducirse de la presencia de goetita y magnetita en las muestras analizadas por DRX. Por unlado y como se observa en la tabla I, la composiciónde la goetita se corresponde con la del mismo oxihi-dróxido de hierro que la akaganeita, pero sin cloruros

Tabla 1

Productos de corrosón del herro en agua de mar

7/15/2019 14301

http://slidepdf.com/reader/full/14301 263/437

en su estructura.La hipótesis más probable es que, como resultadodel tratamiento electrolítico realizado, se haya estimu-lado un cambio composicional y estructural del oxi-hidróxido, tal y como se describe en Weckler (1998:531). Por otro lado, el incremento de magnetita pue-de deberse a la conversión de akaganeita de acuer-

4 L u (100 ) b

u k u - ú u qu í qu u u 1ª -. P u u . U u u ú - u u.

g

Fórmula NombreFe(OH)

2hidróxido erroso

FeO(OH) Ala-oxihidróxido de hierro o goetita

Fe3+O(OH)(Clx) oxihidróxido de hierro o akaganeita

FeCl2

cloruro erroso, anhidro

FeCl2·xH

2O cloruro erroso, hidratado

FeS suluro de hierro

Fe3O

4o FeO·Fe

2O

3magnetita

Fe3O4·H2O magnetita, hidratadaFe

2O

3·H

2O óxido érrico hidratado (herrumbre común)

Fe2O

3óxido érrico o hematita

FeCl3

cloruro érrico, anhidro

FeCl3·xH

2O cloruro érrico, hidratado

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

264

 

01-089-8938 (C) - Quartz alpha - SiO2 - WL: 1.5406 - Hexagonal - a 4.95090 - b 4.95090 - c 5.42850 - S-Q 38.3 %

01-080-1866 (C) - Diopside-jadeite - (Ca0.55Na0.30Fe0.07Mg0.06)(Mg0.59Fe0.08Ti0.01Al0.32)(Si2O6) - WL: 1.5406 - Monoclinic - a 9.62800 - b 8.80800 - c 5.25400 - S-Q 38.9 %

01-074-2034 (C) - Titanomagnetite - (Fe4.42Fe5.245Ti4.72Al0.7Mg0.4Cr0.3V0.15)(Fe7.82Mn0.114Si0.06)O- WL: 1.5406 - Cubic - a 8.39760 - b 8.39760 - c 8.39760 - S-Q 22.8 %

Operations: XOffset -0.017 | Background 1.000,1.000 | Import

MUESTRA0 - File: MUESTRA_0.raw- Type: 2Th/Th locked - Start: 5.000 ° - End: 75.000 ° - Step: 0.040 ° - Step time: 5. s - Anode: Cu - Slit Meas.= Fixed - Creation: 09/09/2009 09:02:34

   L   i  n   (   C  o  u  n   t  s   )

0

10

20

30

40

50

60

2-Theta - Scale

5 10 20 30 40 50 60 70

Fgura 10. D u 0.

Tabla 2

Fluorometría R-X, muestra 0

Fecha 06/10/2009Muestra:Cañón_0

Gramos muestra:0,1033

Gramos Elvacite Total: 0,1033

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ ConcentraciónFe

2O

326 77,41 Fe 26 54,14

SiO2

14 7,82 O 8 28,35Na

2O 11 1,10 Si 14 3,66

P2O

515 0,26 Na 11 0,79

 V 2O

523 0,24 Mn 25 0,17

SO3

16 0,24 V 23 0,13MnO 25 0,22 P 15 0,11CuO 29 0,14 Cu 29 0,11Cr

2O

324 0,14 S 16 0,095

 Al2O

313 0,12 Cr 24 0,094

CaO 20 0,10 Zn 30 0,077Z O 30 0 096 C 20 0 072

7/15/2019 14301

http://slidepdf.com/reader/full/14301 264/437

ZnO 30 0,096 Ca 20 0,072TiO2 22 0,076 Al 13 0,061

87,962 Ti 22 0,046Normalizadas 100% 87,905

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ Concentración

Fe2O

326 87,61 Fe 26 61,28

SiO2

14 9,36 O 8 32,36Na

2O 11 1,2 Si 14 4,37

P2O

515 0,31 Na 11 0,89

SO3

16 0,27 Mn 25 0,19 V 

2O

523 0,25 V 23 0,14

MnO 25 0,24 Cu 29 0,14CuO 29 0,17 P 15 0,13

Cr2O3 24 0,14 S 16 0,11 Al

2O

313 0,14 Cr 24 0,098

ZnO 30 0,11 Zn 30 0,092CaO 20 0,11 Ca 20 0,078TiO

222 0,08 Al 13 0,075

99,99 Ti 22 0,048100,1

265

Análss de cloruros en la zona graftzada de un cañón de herro procedente del peco Bucentaure (La Caleta, Cádz)...

00-001-1106(N) - Lawrencite, syn-FeCl2-WL: 1.5406- Hexagonal (Rh) -a 3.60400-b 3.60400-c 17.59100- S-Q8.6%

01-089-4076(C) - Troilite2H, syn- FeS-WL: 1.5406-Hexagonal - a5.96800- b5.96800- c11.74000- S-Q1.9%

00-024-0080(D) - Troilite-2H, syn- FeS-WL: 1.5406- Hexagonal - a5.96800-b 5.96800-c 11.74000-S-Q12.8%01-081-0464(C) - Goethite, syn- FeO(OH) - WL: 1.5406- Orthorhombic- a4.60480-b 9.95950-c 3.02300-S-Q3.6 %

03-065-0466(C) - Quartzlow, syn- SiO2-WL: 1.5406-Hexagonal - a4.91410- b4.91410- c5.40600- S-Q38.8%

00-003-0863(D) -Magnetite- Fe3O4- WL: 1.5406-S-Q34.3%

Operations: XOffset -0.133| Background1.000,1.000| Import

MUESTRA1 - File: MUESTRA_1.raw- Type: 2Th/Thlocked- Start: 5.000° -End: 75.000° - Step: 0.040° -Step time: 5. s - Anode: Cu- Slit Meas.=Fixed -Creation: 10/09/200908:59:33

   L   i  n

   (   C  o  u  n   t  s   )

0

10

20

30

40

50

60

70

2-Theta - Scale

5 10 20 30 40 50 60 70

Fgura 11. D u 1.

Tabla 3

Fluorometría R-X, muestra 1

Fecha 06/10/2009Muestra:Cañón_1

Gramos muestra: 0,0295 Gramos Elvacite Total: 0,0295

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ Concentración

Fe2O

326 67,16 Fe 26 46,97

SiO2

14 8,25 O 8 25,92Na

2O 11 1,20 Si 14 3,86

 Al2O

313 0,49 Na 11 0,9

CaO 20 0,47 Ca 20 0,33 V 

2O

523 0,29 Al 13 0,26

SO3

16 0,29 Mn 25 0,18P

2O

515 0,29 V 23 0,16

MnO 25 0,23 P 15 0,13Cr

2O

324 0,16 Cu 29 0,12

CuO 29 0,15 S 16 0,12ZnO 30 0,12 Cr 24 0,11NiO 28 0 081 Zn 30 0 094

7/15/2019 14301

http://slidepdf.com/reader/full/14301 265/437

NiO 28 0,081 Zn 30 0,094

TiO2 22 0,068 Ni 28 0,06479,249 Ti 22 0,041

Normalizadas 100% 79,259

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ Concentración

Fe2O

326 83,9 Fe 26 58,69

SiO2

14 11,3 O 8 32,91Na

2O 11 1,5 Si 14 5,27

 Al2O

313 0,71 Na 11 1,1

CaO 20 0,53 Ca 20 0,38P

2O

515 0,38 Al 13 0,37

SO3

16 0,36 Mn 25 0,22 V 

2O

523 0,31 P 15 0,17

MnO 25 0,29 V 23 0,17CuO 29 0,21 Cu 29 0,17Cr

2O

324 0,18 S 16 0,15

ZnO 30 0,16 Zn 30 0,13NiO 28 0,11 Cr 24 0,12TiO

222 0,074 Ni 28 0,087

100,014 Ti 22 0,04499,981

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

266

Fgura 12. D u 2.

Tabla 4

Fluorometría R-X, muestra 2

Fecha 06/10/2009 Muestra: Cañón_2 Gramos muestra: 0,0224 Gramos Elvacite Total: 0,0224

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ Concentración

Fe2O3 26 61,63 Fe 26 43,1SiO

214 7,09 O 8 23,36

Na2O 11 1,10 Si 14 3,31

P2O

515 0,29 Na 11 0,83

 V 2O

523 0,27 V 23 0,15

SO3

16 0,27 P 15 0,13 Al

2O

313 0,24 Mn 25 0,13

MnO 25 0,17 Al 13 0,13CuO 29 0,14 Cu 29 0,11CaO 20 0,13 S 16 0,11Cr

2O

324 0,13 Cr 24 0,091

ZnO 30 0,09 Ca 20 0,09NiO 28 0,081 Zn 30 0,072

 

00-013-0148 (D) - Graphite - C - WL: 1.5406 - Hexagonal - a 2.46200 - b 2.46200 - c 6.70100 - S-Q15 .7 %

00-001-1106 (N) - Lawrencite, syn - FeCl2 - WL: 1.5406 - Hexagonal (Rh) - a 3.60400 - b 3.60400 - c 17.59100 - S-Q

01-089-4076 (C) - Troilit e 2H, syn - FeS- WL: 1.5406 - Hexagonal - a 5.96800 - b 5.96800 - c 11.74000 - S-Q0 .7 %

00-024-0080 (D) - Troilit e-2H, syn - FeS- WL: 1.5406 - Hexagonal - a 5.96800 - b 5.96800 - c 11.74000 - S-Q2.4 %

01-081-0464 (C) - Goethite, syn - FeO(OH) - WL: 1.5406 - Orthorhombic - a 4.60480 - b 9.95950 - c 3.02300 - S-Q 1.

01-080-1770 (C) - Akaganeite - Fe8O8(OH)8Cl1.35 - WL: 1.5406 - Monoclinic - a 10.60000 - b 3.03400 - c 10.5130003-065-0466 (C) - Quartz l ow, syn - SiO2 - WL: 1.5406 - Hexagonal - a 4.91410 - b 4.91 410 - c 5.40600 - S-Q 28.2 %

00-003-0863 (D) - Magnetite - Fe3O4 - WL: 1.5406 - S-Q44.6 %

Operations: Background 1.000,1.000 | Import

MUESTRA2 - File: MUESTRA_2.raw - Type: 2Th/Th locked - Start: 5.000 ° - End: 75.000 ° - Step: 0.040 ° - Step tim

   L   i  n

   (   C  o  u  n   t  s   )

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

110

120

130

140

2-Theta - Scale

9 10 20 30 40 50

7/15/2019 14301

http://slidepdf.com/reader/full/14301 266/437

TiO2 22 0,079 Ni 28 0,06371,71 Ti 22 0,047Normalizadas 100% 71,723

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ Concentración

Fe2O

326 84,94 Fe 26 59,41

SiO2

14 11 O 8 32,81Na

2O 11 1,5 Si 14 5,12

P2O

515 0,44 Na 11 1,1

 V 2O

513 0,39 Al 13 0,21

SO3

16 0,37 P 15 0,19 Al

2O

323 0,3 Mn 25 0,18

MnO 25 0,24 V 23 0,17CuO 29 0,21 Cu 29 0,17CaO 24 0,16 S 16 0,15Cr

2O

320 0,15 Ca 20 0,11

ZnO 30 0,14 Cr 24 0,11NiO 28 0,13 Zn 30 0,11TiO

222 0,088 Ni 28 0,099

100,058 Ti 22 0,05299,991

267

Análss de cloruros en la zona graftzada de un cañón de herro procedente del peco Bucentaure (La Caleta, Cádz)...

- 1 - 1 - i - - : 1. - H l - . - . - .7 1 - - 1 .

01-081-0464(C) - Goethite, syn- FeO(OH) - WL: 1.5406- Orthorhombic- a4.60480-b 9.95950- c3.02300-S-Q1.7 %

01-080-1770(C) -Akaganeite- Fe8O8(OH)8Cl1.35-WL: 1.5406- Monoclinic- a10.60000- b3.03400- c10.51300- S-Q4.2%03-065-0466(C) - Quartzlow, syn- SiO2-WL: 1.5406- Hexagonal - a4.91410-b 4.91410-c 5.40600-S-Q 44.4%

00-003-0863(D) -Magnetite- Fe3O4- WL: 1.5406-S-Q33.2%

Operations: XOffset -0.117| Background1.000,1.000| Import

MUESTRA3 - File: MUESTRA_3.raw- Type: 2Th/Thlocked- Start: 5.000° -End: 75.000° - Step: 0.040° - Steptime: 5. s - Anode: Cu- Slit Meas.= Fixed- Creation: 10/09/200911:58:23

  n

  o  u  n   t  s

0

100

200

300

2-Theta - Scale

5 10 20 30 40 50 60 70

Fgura 13. D u 3.

Tabla 5

Fluorometría R-X, muestra 3

Fecha 06/10/2009 Muestra: Cañón_3 Gramos muestra: 0,0477 Gramos Elvacite Total: 0,0477

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ Concentración

Fe2O3 26 75,89 Fe 26 53,08SiO

214 8,18 O 8 28,05

Na2O 11 1,00 Si 14 3,82

SO3

16 0,25 Na 11 0,76 V 

2O

523 0,24 Mn 25 0,16

MnO 25 0,21 V 23 0,14P

2O

515 0,20 Cu 29 0,11

Cr2O

324 0,13 S 16 0,099

CuO 29 0,13 Cr 24 0,089 Al

2O

313 0,12 P 15 0,089

ZnO 30 0,09 Zn 30 0,073NiO 28 0,08 Ni 28 0,063TiO

222 0,07 Al 13 0,061

7/15/2019 14301

http://slidepdf.com/reader/full/14301 267/437

CaO 20 0,054 Ti 22 0,04286,644 Ca 20 0,039Normalizadas 100% 86,675

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ Concentración

Fe2O

326 87,04 Fe 26 60,88

SiO2

14 9,97 O 8 32,48Na

2O 11 1,20 Si 14 4,66

SO3

16 0,28 Na 11 0,88 V 

2O

515 0,25 Mn 25 0,18

MnO 23 0,25 V 23 0,14P

2O

525 0,24 Cu 29 0,13

Cr2O

329 0,16 P 15 0,11

CuO 13 0,15 S 16 0,11 Al2O3 24 0,14 Cr 24 0,094ZnO 30 0,11 Zn 30 0,088NiO 28 0,098 Al 13 0,077TiO

222 0,073 Ni 28 0,077

CaO 20 0,06 Ti 22 0,044100,021 Ca 20 0,043

99,993

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

268

Fgura 14 D u 4.

TablA 6

Fluorometría R-X, muestra 4

Fecha 06/10/2009 Muestra: Cañón_4 Gramos muestra: 0,0702 Gramos Elvacite Total: 0,0703

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ Concentración

Fe2O3 26 79,95 Fe 26 55,92SiO

214 7,47 O 8 28,76

Na2O 11 1,00 Si 14 3,49

 V 2O

523 0,21 Na 11 0,78

P2O

515 0,19 Mn 25 0,15

MnO 25 0,19 V 23 0,12SO

316 0,18 Cu 29 0,12

CuO 29 0,15 P 15 0,084ZnO 30 0,097 Zn 30 0,078Cr

2O

324 0,091 S 16 0,073

NiO 28 0,076 Cr 24 0,063TiO

222 0,055 Ni 28 0,06

CaO 20 0,027 Ti 22 0,033

 

01-083-2466 (A) - Quartz low, syn - SiO2 - WL: 1.5406 - Hexagonal - a 4.89120 - b 4.89120 - c 5.38800 - S-Q 57.3 %

00-039-1346 (*) -Maghemite-C, syn - Fe2O3 - WL: 1.5406 - Cubic - a 8.35150 - b 8.35150 - c 8.35150 - S-Q 17.8 %

00-013-0148 (D) - Graphite - C - WL: 1.5406 - Hexagonal - a 2.46200 - b 2.46200 - c 6.70100 - S-Q 18.4 %

01-087-0245 (C) - Magnetite, syn -Fe2.93O4 - WL: 1.5406 - Cubic -a 8.39300 - b 8.39300 - c 8.39300 - S-Q4.6 %

01-081-0464 (C) - Goethite, syn -FeO(OH) - WL: 1.5406 - Orthorhombic - a 4.60480 -b 9.95950 - c 3.02300 - S-Q 1.9 %

Operations: XOffset -0.050 | Background 1.000,1.000 | Import

MUESTRA4 - File: MUESTRA_4.raw- Type: 2Th/Th locked - Start: 5.000 ° - End: 75.000 ° - Step: 0.040 ° - Step time: 5. s - Anode: Cu - Slit Meas.= Fixed - Creation: 11/09/2009 09:08:47

   L   i  n

   (   C  o  u  n   t  s   )

0

100

200

300

400

2-Theta - Scale

19 20 30 40 50 60

7/15/2019 14301

http://slidepdf.com/reader/full/14301 268/437

Fe2O3 26 79,95 Ca 20 0,01989,686 Fe 26 55,92Normalizadas 100% 89,75

Fórmula Compuesto nZ Concentración Fórmula Compuesto nZ Concentración

Fe2O

326 88,72 Fe 26 62,06

SiO2

14 8,70 O 8 32,13Na

2O 11 1,20 Si 14 4,06

 V 2O

515 0,22 Na 11 0,86

P2O

523 0,22 Mn 25 0,17

MnO 25 0,21 Cu 29 0,14SO

316 0,20 V 23 0,12

CuO 29 0,18 P 15 0,097ZnO 30 0,11 Zn 30 0,09Cr2O3 24 0,096 S 16 0,081NiO 28 0,089 Ni 28 0,07TiO

222 0,057 Cr 24 0,066

CaO 20 0,029 Ti 22 0,034Fe

2O

326 88,72 Ca 20 0,02

100,031 Fe 26 62,0699,998

269

Análss de cloruros en la zona graftzada de un cañón de herro procedente del peco Bucentaure (La Caleta, Cádz)...

do con la reacción de reducción 3FeO(OH)+H++e- → Fe

3O

4+2H

2O. Según Pearson (1987; 145-147), esta

reacción conduce a una disminución del volumende aproximadamente 1,7 cm3 por mol de akaganeita.Este incremento en la densidad habría acilitado ladiusión de cloruros desde el objeto a la disolucióndurante el tratamiento electrolítico.

Una consecuencia colateral al incremento en la

densidad de los productos de corrosión –magnetita–es el aumento de la consistencia en la zona gra-tizada especialmente sensible a las alteraciones me-cánicas por rayado, abrasión e impacto5. La ecaciadel tratamiento de estabilización ha sido vericadamediante control periódico durante seis meses sinapreciarse alteraciones de visu atribuibles a la corro-sión del hierro.

Conclusones

El tratamiento prolongado de decloruración consis-tente en baños estáticos de NaOH 5M (2% p/v) enagua desmineralizada y la polarización catódica abaja intensidad de corriente (0,05 mA/cm2) realizadossobre un cañón de hierro undido de procedencia

submarina ha logrado extraer los cloruros existentespor encima del rango de detección en las capas decorrosión externa –zona gratizada–. La ecacia deltratamiento queda demostrada por los análisis realiza-dos sobre esta zona con técnicas de diracción (DRX) y fuorescencia (FRX) de rayos X cuyos resultadosmuestran la ausencia de cloruros en la totalidad delas muestras analizadas.

El análisis de los cloruros residuales medianteDRX y FRX en las capas de corrosión ha demostra-

signos de corrosión durante los controles de conser- vación preventiva realizados sobre el cañón 12 largodel Bucentaure después de su intervención.

Bblograía

BeTHencourT, m.; Gil, m. l. a.; FernánDez-lorenzo, C. , y 

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7/15/2019 14301

http://slidepdf.com/reader/full/14301 269/437

do ser una herramienta ecaz en el control de lostratamientos. Complementando los análisis directosmediante DRX y FRX, junto con las mediciones decloruros en disolución puede lograrse una mayoreciencia en los tratamientos de estabilización opti-mizando el tiempo invertido para obtener una com-pleta decloruración.

La estabilización electrolítica como parte unda-mental del tratamiento de conservación en el hierromarino ha mostrado su ecacia al no evidenciarse

5 E j í - í – - (PARA-LOID B-72) 5% / / (3:1).

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Agradecmentos

Este trabajo ha sido nanciado por la CICYT, en elproyecto «Arqueomotor», reerencia CTM2010-16363.

El proyecto «Caracterización de ases minerales enel tratamiento electrolítico de cañones de hierro», así como los tratamientos de conservación y restauraciónhan sido nanciados por el CAS-IAPH.

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271

Té u bj b qu

Joaquín BarroD. P Aquí UAM

D SECYR (S C, Ru A í P

Aqu), UAM

 jqu.b@u.

Ana Isabel PardoD P Aquí UAM

Elena CatalánSECYR (S C, Ru A í P Aqu), UAM

Patrca Carolna GutérrezSECYR (S C, Ru A í P Aqu), UAM

M.ª Cruz MednaSECYR (S C, Ru A í P Aqu), UAM

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de piezas arqueológicas manuacturadas en plomo y en aleaciones de base plomo. El láser utilizado parala intervención es un Nd:YAG (SFR) de 1064 nm.

Palabras clae

Láser de ablación, metales, plomo, restauración, ar-queología.

Resumen

Este trabajo quiere orecer las experiencias y resulta-dos obtenidos en la investigación e intervención res-tauradora llevada a cabo en el SECYR (UAM), dentrodel conjunto de actividades de un proyecto de i+Ddedicado al estudio y aplicación de las tecnologías derestauración láser en objetos de patrimonio arqueoló-gico. Se abordará la intervención de un pequeño lote

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

272

Abstract

The purpose o this paper is presenting the experien-ces and results o the research and conservation workdeveloped in the SECYR (Conservation, RestorationServices and Scientic Studies in Archaeological He-ritage), as part o the activities o our R&D Project,

about the study o laser technology and its applica-tion in the conservation o archaeological heritage. We will expound the intervention o a small lot o archaeological pieces o lead. The laser employed inour research is a Nd:YAG (SFR), 1064 nm.

Keywords

Laser ablation, metals, lead, archaeology, conserva-tion.

Introduccón: aspectos arqueológcos,tecnológcos y conseratos del plomo

El plomo tiene una gran singularidad en el contexto

arqueológico, tanto por sus valores económicos y a-briles, como también por los conservativos.Fue un metal abundante y de bajo precio desde

época protohistórica, como se pone de maniestoa lo largo de todo el Mediterráneo, y muy especial-mente en la Península Ibérica.

El punto de usión del Pb > 327º C, tiene una im-portancia muy destacable y de sumo interés, como veremos, para la experimentación con la técnica derestauración que presentamos en este trabajo. Es unmetal blando de ácil colada y trabajo mecánico

gar a ormar en supercie una capa bastante dura eimpermeable de sulato de plomo (PbSO

4). En cam-

bio, en ambiente húmedo desarrolla una corrosiónactiva y, en combinación con compuestos gaseososoxigenados y especialmente el CO

2existente en los

estratos geológicos del suelo donde han estado en-terradas las piezas arqueológicas, orma con rapi-dez carbonato básico de plomo, que con el tiempo

se hace más espeso. Por tanto el deterioro es, enrealidad, más un proceso de carbonatación que deoxidación.

Pb2+ + 2-CO3 → PbCO

3Formación del carbonato

de plomo.

Esta capa de carbonato es porosa, permitiendo ladiusión de aniones a su través, que al llegar al nú-cleo de plomo de la pieza ormarán otra nueva capade carbonato, también porosa. Es esta la manera enque progresa el deterioro. Por desgracia las capas decarbonato rompen la capa protectora de óxido queno es capaz de sellar el núcleo metálico de plomo y detener la corrosión (Barrio et al ., 2005). Las ca-racterísticas ísicas de este compuesto son una baja

adherencia y devienen en una supercie deormante,agrietada, irregular, donde se pierden los detalles quetuviese en origen.

Esta película de corrosión supercial de carbonatobásico de plomo puede mostrar una dierente homo-geneidad y ser de de mayor o menor espesor en cadauna de las piezas que aquí hemos intervenido, comodetallaremos. Y a la postre ser la causa de muchosproblemas en los plomos arqueológicos. Por tanto,un proceso de continua mineralización que puedellevar a la completa destrucción de los objetos aec

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metal blando, de ácil colada y trabajo mecánico.El aspecto conservativo del plomo, esto es, su

resistencia ante la corrosión y el desarrollo de pro-ductos de alteración, también presenta algunas sin-gularidades rente a otros metales recuperados encontextos arqueológicos (Selwyn, 2004: 131-136).

En este sentido, las piezas que son manuactura-das en este metal, tienen comportamiento excelen-te en aire seco, pues el plomo sure una oxidación

ormando una capa delgada, continua y protectorade óxido de plomo (PbO) que impide la diusión deoxígeno y por tanto protege la pieza de su avance.Pero así mismo, el plomo es un metal resistente alataque ácido y a la corrosión salina, pudiendo lle-

llevar a la completa destrucción de los objetos aec-tados. Como se verá, esta gradación en la alteraciónes perectamente cotejable en las piezas incluidas eneste trabajo.

Todas estas condiciones y propiedades hicierondel plomo un metal con muchas posibilidades paraabricar instrumentos y objetos de lo más diverso. Po-dría decirse que es un metal clave en la antigüedadpor su utilización en combinación solo o con el Cu:

tuberías, estatuaria, anclas, cajas, sarcóagos, láminaspara escritura,… En la producción de bronce, espe-cialmente en Cartago y en Roma, puede suplir al es-taño en muchas coladas, aminorando notablementelos costes.

273

Técncas de láser en la restauracón de objetos de plomo y aleacones blandas de procedenca arqueológca

Los objetos de plomo de la muestra y suestado de conseracón

SECYR 302

Copa o rutero de plomo (g. 1).Procede de las excavaciones de los niveles roma-

nos del yacimiento de Trigueros (Valladolid), datadosen el siglo ii d. C.

Las características ormales de este objeto no sepueden denir con claridad, al presentarse incomple-to y ragmentado. Los datos arqueológicos del regis-tro lo calican como una copa con pie o un rutero,que muestra un uste cilíndrico con un grueso gallónanular que se prolongaba en un pie abierto, del quedesconocemos su orma completa. Sobre este uste se

dispone un contenedor de estructura cuenquiorme;tampoco nos ha llegado el borde, pero parece posi-ble que uese recto y no mucho más elevado que loque nos ha llegado al laboratorio.

Su estado de conservación lo podemos englobaren el nivel iii de los denidos en el protocolo del pro- yecto láser. La pieza está muy ragmentada en incom-pleta. El metal se encuentra en un proceso de minera-lización muy avanzado. En detalle sobre el gallón del

uste se aprecia una supercie con numerosas micro-suras (g. 2) ruto de las tensiones provocadas porel aumento de espesor causado por el desarrollo dela corrosión. Este aumento de espesor de la lámina deplomo no es homogéneo y regular, sino que se con-centra en orma de verrugas o protuberancias, quehan deormado irreversiblemente la uniormidad dela pieza (g. 3). En supercie se observa una uertepelícula de carbonatos básicos de plomo, y sobre ellauna na costra de tierras del contenedor geológicodel yacimiento con escasa adherencia

Fgura 1. E / u

Tu (V).

Fgura 2. D u qu u, u u b .

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del yacimiento, con escasa adherencia.

SECYR 361

Fragmento grande de plomo sin orma determinada(g. 4).

Procede de las investigaciones arqueológicas enel enclave de Carteia (San Roque, Cádiz) de unidades

estratigrácas de época romana datables en el sigloi d. C.

El lote engloba un ragmento grande y dos pe-queños, sin duda desprendidos durante el procesode recuperación. Es una pieza inorme, seguramente

Fgura 3. A u u b .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

274

Su estado de conservación puede englobarse en elnivel ii. Es una pieza con un buen núcleo metálico enlas zonas de mayor espesor, pero que ha desarrolladouna sólida capa de alteración supercial ormada porcarbonatos de plomo, con tierras amalgamadas en elestrato más externo. En algunos puntos de selladopor corrosión con otros objetos, (g. 5) esta películano es homogénea ni regular, pues en muchos puntos

aún se observa la na película negra de óxidos deplomo. Su dureza es considerable. También puedendetectarse algunos ocos de ampollamiento, así comosuras y microsuras. La mayor debilidad de esta pla-ca de reundición se encuentra en los extremos delgoterón, de donde se han desprendido algunos rag-mentos.

SECYR 377

Ponderal romano (siglo i a. C.), procedente de Verdo-lay (Murcia) (g. 6). Corresponde a ondos antiguosdepositados en nuestro departamento, por lo que nopodemos precisar mayores detalles arqueológicos,por lo demás, prescindibles en este trabajo.

Fgura 4. P u u C (S Rqu,

C) u u.

Fgura 5. V íu b bj u.

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los restos esparcidos durante el proceso de reundidode una colada de plomo, de espesor muy irregular,con áreas gruesas y en los extremos del goterón ló-gicamente más nas. No se trata pues de una láminaregular. El n nos es desconocido, pero estas pla-cas reundidas son habituales en esta época, no sólocomo materia prima o residuo en producción de ob-

jetos (urnas, tuberías, pesas, …), sino en trabajos deconstrucción (sellado de juntas, jación con grapas,inserción de pernos, ...) Todas estas tareas de uso y aprovechamiento del plomo, sin duda, se llevaron acabo en una ciudad de la entidad de Carteia.

Fgura 6. E V (Mu).

275

Técncas de láser en la restauracón de objetos de plomo y aleacones blandas de procedenca arqueológca

La pieza es un ponderal completo de tipo tron-copiramidal, con oricio circular para la suspensión.Presenta las rebabas típicas de la caja donde ue un-dido, y en la parte inerior, gracias al proceso de res-tauración, se ha descubierto una pequeña marca gra-bada parecida a una «M».

Su estado de conservación se puede calicar en elNivel II, con un excelente núcleo metálico, dado su

gran espesor (+2,7 cm), pero aectado por una poten-te costra de alteración supercial, compuesta por car-bonatos básicos de plomo. Esta capa no es regular, nihomogénea, y se ha desarrollado en bastante proun-didad, lo que ha dado lugar a una supercie dondese observan numerosos cráteres y picaduras. En ellos,el impacto de la corrosión del plomo ha progresadocon virulencia, de tal modo que la pieza muestra unasupercie original muy alterada (g. 7).

Para la caracterización básica de las piezas y cono-cer mejor las características y composición de los pro-blemas de corrosión se han realizado algunos análisisarqueométricos aplicados a la conservación con DRX,SEM con EDAX y LIBS.

El criterio que se ha mantenido en esta investi-gación es de mínima invasividad, realizando análisissin destruir las pequeñas muestras aportadas tanto enDRX como SEM. En cuanto al LIBS el impacto de al-

gunas micras generado, imperceptible a simple vista,también puede dársele la misma consideración de «nodestructivo».

Fgura 7. I í u .

Tabla 1

Caracterzacón por DRX de un ragmento de SECYR 302 antes de restaurar

Visible Re Code Score Compound NameDisplacement 

ScaleFactor Chemical Formula

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 Visible Re. Code Score Compound Name(º2 th.)

ScaleFactor Chemical Formula

* 00-047-1734 52 Cerussite, syn 0,000 0,617 PbCO3

* 01-085-0796 40 Quartz, syn 0,000 0,577 SiO2

* 01-073-9753 24 Calcium Aluminumsilicon oxide 0,000 0,126 Ca 0.05 [(Al 0.1 Si1.9) O4]

* 01-074-7326 16 Gypsum 0,000 0,134 Ca (SO4) (H

2O)

2

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

276

puesto de óxido de aluminio, calcio y silicio. Son elexponente de esa mezcla ormada en estas piezas en-terradas, en un material muy mineralizado. Se puedecomparar con la desaparición o pérdida de intensidadde algunos de estos picos cuando el análisis se rea-liza sobre una supercie ya intervenida con el láser(gráca 2).

Mediante SEM con EDAX se ha podido no sólo

apreciar la degradación estructural de este objeto deplomo ruto de esa prounda mineralización más pa-tente en supercie (g. 8), sino también determinarla composición más concreta de ésta. No cabía nin-guna duda de que no se trataba de una pieza depeltre donde el Sn debería ser el mayoritario (+80%),como ue nuestra primera idea con la sola inspección visual, sino un objeto de plomo, con pequeños aña-didos normales en su composición, que en este caso

pueden ser de Sn, además de Ca propio de la altera-ción (gráca 1).Cuando el análisis se hace más puntal, en un cam-

po más preciso, se detecta con mayor seguridad y mayoritariamente los elementos propios el carbonatode plomo existente en la supercie. En cambio si elanálisis EDAX recoge una supercie más amplia esposible ver agrupados los numerosos elementos queha recogido esta pieza, en gran parte propios del con-tenedor geológico del yacimiento: Al, P, Fe, Cl, Si,…

Mediante técnica LIBS pudo conocerse con unasimple toma de un punto que en las tres piezas setrataba de plomo en una composición muy mayori-taria, casi como único componente, con la salvedadhecha del Sn en la pieza 302. Y, así mismo, se podíareconocer con los cambios en intensidad y anchurade picos la eliminación progresiva de los compuestosde la corrosión supercial (gráca 3).

Fgura 8. I SEM u /u

u .

Gráfca 1. A SEM EDAX u u

SECYR 302.

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Ha sido la pieza SECYR 302 la que ha concen-trado el grueso de la investigación, al disponer enella de pequeños ragmentos desprendidos. Los da-tos de DRX se han obtenido analizando la supercie,sin muestra molida, por lo que sin duda orecen unamás baja abilidad, pero a expensas de mantener esecriterio de tanta importancia indicado. Se han reco-

gido en la tabla1. Son los que caracterizan la propiacomposición (Pb) como la de los compuestos gene-rados en la corrosión (carbonato de plomo, PbCO3) y los adheridos en el contenedor geológico dondeha estado enterrada la pieza: cuarzo, yeso y un com-

Los procedmentos habtuales deconseracón y restauracón de plomosarqueológcos

Las limpiezas mecánicas de los plomos, salvo unsimple cepillado, siempre han tenido inconvenientesmuy serios a la hora de abordar la restauración, de-

bido que la escasa dureza de este metal. Cuando sequieren retirar mediante instrumental mecánicos lascostras de carbonatos, sulatos o tierras amalgamadascon aquellos, resulta muy ácil rayar y alterar la su-percie original con la más mínima presión. Y debe

277

Técncas de láser en la restauracón de objetos de plomo y aleacones blandas de procedenca arqueológca

ser descartada completamente esta técnica si la piezalleva signos epigrácos o detalles que deben ser con-servados sin la más mínima alteración. El contenidoinmaterial (documental) del objeto prima por encimade todo.

Los métodos y tratamientos químicos de conser- vación/restauración para los plomos arqueológicoshan tenido amplia tradición (Plenderleith, 1967:

296-303) se han centrado en limpiezas ácidas (nítri-co o acético) con resultados inmediatos, pero que amedio y largo plazo se han demostrado problemá-ticos, al generarse de nuevo una corrosión bastan-te activa. Otros métodos como el denominado deCaley (ácido clorhídrico y acetato de amonio) o elde Organ (resinas cambiadoras de iones), tambiénse han aplicado desde mediados del siglo  xx  a losobjetos de plomos con uerte presencia supercial

de carbonato de plomo. Pero también, en este caso,puede estar comprometida la conservación de lapátina de uso del plomo y los detalles epigrácoso decorativos presentes en ella (Mourey, 1987: 106-197).

Un tercer grupo de técnicas tradicionales, calica-bles de muy agresivas, han sido las electroquímicasde reducción o las electrolíticas sin control, prodiga-das en España desde los años setenta del siglo  xx  apartir de la obra de Plenderleith (1967), y cuyos da-ños irreparables son de todos bien conocidos, comohemos puesto de maniesto en una reciente revisiónhistórica (Barrio, 2010). Sin embargo, se han abiertomuy buenas perspectivas en momentos más recientesal poder realizar este tratamiento electrolítico median-te reducción potenciostática (Carradice y Campbell,1994; Costa, 2002; Degrigny y Le Gall, 1999; Forrieres2001; Barrio et al ., 2005).

Teniendo en cuenta el panorama descrito en estaslíneas, nos planteamos investigar la aplicación de lasté i lá l lid d d d b i l

by Stimulated Emission o Radiation), para valorar susposibilidades como alternativa y complemento a losmétodos tradicionales, en el caso concreto de los plo-mos arqueológicos. Estos rasgos se encuentran en lapropia descripción del acrónimo de su nombre.

 – Monocromaticidad (una longitud de onda). – Coherencia espacial.

 – Emisión de alta potencia. – Luz ácilmente ocalizable. – Capacidad de generar procesos de transorma-ción.

En unción de estas propiedades, pero especial-mente aprovechando la última, deriva su utilidaden restauración de obras arqueológicas de metal. Laablación o otoablación es el principal enómeno por

el cual limpia el láser. Por tanto, la materia de losproductos de corrosión que se presentan sobre losplomos pueden llegar a ser eliminados de éstos me-diante tres procesos dierentes:

 – Vaporización rápida e ionización. – Spalliation. – Tensiones de dilatación y contracción, que pue-den ser potenciadas por cavitación.

Estos enómenos no se suelen dar de orma ais-lada, sino que en muchos casos se producen coo-perativamente y no es raro que se produzcan variosde ellos simultáneamente, aunque la ablación no im-plica necesariamente que se den todos en conjunto.En denitiva, la aplicación de un haz láser genera unproceso otomecánico o ototérmico que permite eli-minar los estratos ormados por productos deterioroen la supercie del plomo.

Con estas condiciones atribuidas al sistema, enl d t últi ñ l t l í lá

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técnicas láser, con la nalidad de poder obviar algu-nos de los inconvenientes tradicionales enumerados y evaluar las posibilidades de estas nuevas técnicasen la restauración de objetos manuacturados en me-tal y aleaciones blandos, caso del plomo.

La restauracón con láser:condcones y equpamento

No está de más recordar qué características tiene laradiación (LASER: Acrónimo de Light Amplication

el curso de estos últimos años la tecnología láserha computado una rápida evolución desarrollandosistemas cada vez más pereccionados y respetuososcon las obras de arte y de arqueología. En tal senti-do, el láser representa una solución de vanguardiaque tiene ventajas a considerar para el trabajo derestauración en los metales arqueológicos, caso queaquí nos ocupa. Sin embargo, aún se mantiene en

una ase de experimentación más incipiente, sobretodo en metales blandos como el plomo. En estesentido debe de hablarse más de complementaciónque de suplantación de otros métodos mecánicos oquímicos.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

278

Ventajas e nconenentes del láseren metales arqueológcos

Se pueden poner de maniesto las siguientes ventajas:

1. Es una técnica de baja o mínima invasividadsobre las supercies en las que se trabaja. Laaplicación del láser se caracteriza, sobre todo,

por la ausencia de contacto ísico con la super-cie sobre la cual interviene, eliminando así las vibraciones y presiones ísicas sobre el objetoque generan los procedimientos mecánicos omanuales. En el caso de los plomos es crucialesta ventaja ya que resulta muy ácil producirrayados irreversibles sobre la pieza. Esto per-mite trabajar con supercies extremadamenterágiles o muy alteradas, incluso antes de la

consolidación. Tampoco requiere del uso deabrasivos o de sustancias químicas que resul-ten a la postre agresivas para la pieza. El únicoauxilio que normalmente precisa es un ligero velo de agua, pero sólo cuando lo permiten lascondiciones del metal a restaurar.

2. Elevado grado de control pues la intervenciónse eectúa de modo muy progresivo (pocosmicrones por impulso). Máximo control por elrestaurador de cada punto donde actúa el hazdel láser, que le permite seguir la microestra-tigraía de las capas de alteración y parar lalimpieza en el nivel deseado. Posibilita, pues,la eliminación de los estratos de degradación,quitando mínimos espesores (micras) cada vezque se realiza un disparo, permitiendo así de-nir con extrema precisión el nivel de limpiezaque se quiere alcanzar. Este es un rasgo impor-tante para mantener la integridad de las pátinasen los metales.

3 Progresividad en la restauración La retirada de

el área circundante. Por otro lado, los láser SFR con bra óptica permiten tratar supercies ex-tremadamente complejas gracias a la maneja-bilidad de la bra óptica. El uso de equiposcon manípulos de spot variable permiten traba-jar con precisión tanto detalles muy pequeños,como supercies muy amplias. Además, al serun haz de luz, el láser no encuentra impedi-

mentos para poder llegar a los puntos o áreascomplejas de una pieza, con topograías muy irregulares, habitual en los metales arqueoló-gicos.

5. Selectividad, en la eliminación de productos dedeterioro, determinada por la distinta absorciónóptica en los diversos materiales y substratos.El láser aprovecha el principio ísico de los di-erentes coecientes de absorción de la luz por

parte de los dierentes materiales, en unciónde su color e intensidad. De hecho, los estratosque mejor se desprenden son generalmente decolor muy oscuro, y por lo tanto absorben unelevado porcentaje de la luz láser, permitiendola máxima eciencia del enómeno de otoa-blación. Sin embargo, el sustrato a respetar esgeneralmente más claro. Pero esta selectividadtambién tiene que ver en cierta medida con lanaturaleza del material, como sucede con ladierencia de espesor entre los estratos de co-rrosión ormados por el carbonato de plomo y el metal o la pátina regular de éste. La selec-tividad permite la discriminación de las capasde alteración para ser retiradas con respecto ala supercie original, dependiendo de variosactores como la refactancia de la supercie y la cohesión del material.

6. Sistema inocuo, si se establecen y respetanprotocolos de empleo seguros para el objeto y para el restaurador

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3. Progresividad en la restauración. La retirada delos productos de deterioro se realiza de ma-nera lenta, gradual y progresiva, capa a capa,haciendo posible establecer sin problemas ellímite de la intervención en una pieza. De estemodo se llega ordenadamente a la supercieoriginal sin peligro de destrucción de ésta.

4. Elevada precisión, pues las bras ópticas usa-

das para trasmitir la luz láser permiten actuarobjetos con supercies o áreas muy irregulares.El proceso de limpieza implica un área biendelimitada, aquella irradiada directamente porla luz láser, sin provocar ningún eecto sobre

para el restaurador.

Pero no hay que ser desconocedor de las desven-tajas que la utilización de esta nueva técnica puedellevar aparejadas. En brevedad serían éstas:

1. Sistema menos rápido que otros métodos delimpieza como los químicos, pero puede ser

más ágil cuando los estratos son de gran dureza.2. Requiere una excelente ormación del restau-

rador en el manejo del equipo concreto quedesee utilizar, puesto que ya contamos con unaoerta de mercado diversa.

279

Técncas de láser en la restauracón de objetos de plomo y aleacones blandas de procedenca arqueológca

3. Necesita protocolos de trabajo claros para suuso en cada uno de los tipos de metales y con cada una de las capas de alteración quepuedan llevar esto. Aquí sólo la investigación y la experimentación pueden ser el caminoadecuado.

4. Supone riesgos serios por uso inadecuado, es-pecialmente en los metales como el plomo.

Por ello, hay que redundar en el respeto pre-ciso y al máximo de la integridad de la pieza.

El desarrollo de nuestro trabajo se llevado a cabocon el equipo láser del SECYR, que responde a estaconguración: láser de Nd:YAG SFR; λ: 1064 nm; du-ración del pulso: 60-120 ms; energía por pulso: 50-1000 mJ; recuencia: 1-20 Hz; spot : 1,5-6 mm; y salida:bra óptica (2).

Se ha desarrollado de acuerdo al protocolo de tra-bajo 520 certicado ISO9001 que describe el proce-dimiento básico de restauración de metales con láserde ablación.

Procedmentos, desarrollo y resultados dela restauracón con láser

En todos los casos, el primer acercamiento a la in-tervención en estos plomos se ha realizado de ormamecánica, con instrumental muy suave, para retirarlos restos de tierras ligeramente adheridos en la su-percie, hasta dejar al descubierto las capas de pro-ductos de alteración del plomo ormadas mayoritaria-mente por carbonatos de plomo. En algún caso noshemos ayudado de un baño en agua desmineralizadaacompañado de un cepillado suave. Así se eviden-

cia con claridad la mezcla de productos de alteraciónasentados sobre la supercie de la pieza (óxidos si-

Fgura 9. D (qu.) (.), .

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asentados sobre la supercie de la pieza (óxidos, silicatos y carbonatos) y se comprueba su adherencia,resistencia y dureza.

En este sentido, posteriormente se han realizadopruebas de limpieza mecánica con bisturí bajo lupaque uncionaban parcialmente y de progresión muy lenta, con el inconveniente añadido de detectarseproblemas de rayado en la supercie original.

La prueba inicial con láser ha uncionado muy bien, siendo rápida y eectiva, con una acción pree-rente otomecánica. En estos primeros momentos seha realizado un control óptico exhaustivo de cada pa-sada mediante microscopio estereoscópico hasta 40× 

Fgura 10. D u bj 400Xu u .

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

280

(g. 9). Conorme el protocolo previsto para metales

de supercies blandas, se ha realizado con inmersiónde la pieza en agua desmineralizada (SECYR 322) o enmezcla de agua-alcohol (SECYR 361 y 377). En un-ción de las propiedades del plomo, rápidamente usi-ble, para comprobar la del láser, se han escogido pará-metros similares a los que se utilizan para la limpiezade materiales orgánicos más sensibles como el hueso.Hemos debido extremar el cuidado en las piezas o enlas zonas de éstas más rágiles, observando que el pro-blema puede ser el impacto mecánico, ya que si hay grietas en la pieza ésta se puede romper. Esta situa-ción pudimos detectarla en la copa/rutero romano deTrigueros por su prounda mineralización en muchasde sus partes y en aquellas zonas más delgadas de laplaca de reundición de Carteia. Por lo cual se tomarondos medidas: por una parte bajar la energía del láser, y por otra, durante el trabajo, alejar la pieza del reci-piente de vidrio, de orma que haya más agua sobrela pieza, absorbiendo de esta manera mejor el impacto

del haz y evitando los problemas de microusión.Las mayores dicultades de restauración se han te-

el procedimiento ha sido incorporada como una no-

 vedad en nuestro protocolo de trabajo del proyecto, y genera muchos benecios en la inspección real du-rante la restauración con esta herramienta tecnológica.

Los parámetros concretos de trabajo del láser delas piezas 302 y 361 se hallan sintetizados en la tabla2 y los de la 377 en la tabla 3.

En este interés por comprobar los eectos de estatécnica, en un claro ejercicio de control de calidad dela restauración, hemos sometido a un análisis de DRX en supercie a una muestra de la pieza 302 (gráca 2) y a un análisis puntual mediante espectrometría LIBSa la pieza 377 (gráca 3). Los resultados comparati- vos de los datos de estos análisis permiten valorar losresultados del trabajo de manera experimental, y nosólo ópticamente como es costumbre.

Tabla 2

Parámetros concretos aplcados con ndcacón de resultados en las pezas SECYR 302 y 361

Energías Frecuencia Spot  Fluencia Resultado

SECYR 361Ensayo Único 500 2,4 Hz 6,3mm 1,8 Jcm2 Muy bueno

SECYR 302Ensayo 1 600 4,6 Hz 6mm 2,1 Jcm2 Ligera microusión

SECYR 302Ensayo 2 500 5 Hz 6mm 1,8 Jcm2 Muy bueno

SECYR 302 Acabado fnal 400 4,2 Hz 6,8mm 1,4 Jcm2 Excelente

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ynido con el ponderal (SECYR 377), a causa del notableespesor e irregularidad de la película de carbonatos deplomo. La ormación de verdaderos cráteres en el plo-mo ha obligado a extremar las precauciones de controlen tiempo real. Para ello se ha diseñado un sistemade circuito mediante una microcámara de hasta 400X activada con un  sotware desde un PC que envía la

imagen macro a un monitor controlado en directo porel restaurador (g. 10). De esta manera, puede valo-rarse el resultado en cada impacto o serie de impactossin someter a la pieza a una desinmersión permanentepara ser observada microscópicamente. Esta mejora en

Gráfca 2. E DRX u uu SECYR 302 (u. j) ué (. u).

281

 – El láser es una herramienta más al servicio de larestauración de metales blandos como el plomo,no sustituye a otras, sino que es complementariaa éstas. – Puede ser usado para tratar objetos muy altera-dos y rágiles, ya que el láser no necesita presiónmecánica externa, esto evita ragmentación, ra- yado y exoliación de la supercie.

 – El uso de bras ópticas hace las aplicaciones delláser más cómoda/manual/móvil y particular-mente interesante en los tratamientos en objetoscon topograías complejas.

Técncas de láser en la restauracón de objetos de plomo y aleacones blandas de procedenca arqueológca

Finalmente, y sólo en el caso de la pieza 302, quepresentaba en origen una elevada ragmentación, seha procedido a la integración de los elementos des-prendidos con una resina epoxídica de alta resisten-cia (Araldit standart®). La debilidad de las racturasha obligado a disponer láminas de velo de bra de vidrio, adherido con Paralloid B72® disuelto en ace-tona-alcohol; de esta manera aportamos a la pieza

solidez, resistencia a las racturas y reversibilidad encaso necesario (g. 11).

Conclusones

Esta restauración con técnica láser en plomos ar-queológicos, no es más que una experiencia inicial

muy positiva en resultados que necesitamos conso-lidar y conrmar con mayor número de intervencio-nes en el uturo inmediato, pero que nos permitenapuntar a la validez de esta tecnología como unabuena alternativa, a veces complementaria, a los mé-todos químicos o mecánicos tradicionales. Y espe-cialmente valiosa cuando estas piezas se encuentranmuy mineralizadas. Queremos destacar nuestra ex-periencia con láser sobre objetos de plomo arqueo-lógicos como una primicia novedosa, que no tienereerencias relatadas en la literatura cientíca espe-cializada en este campo de la restauración a nivelnacional e internacional.

De una manera sintética podemos extraer las si-guientes conclusiones:

Gráfca 3. E LIBS SECYR

377 u u (u) u ué u (j).

Tabla 3

Parámetros concretos aplcados con ndcacón de resultados en la peza SECYR 377

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SECYR 377 Energías Frecuencia Spot Fluencia Resultado

Ensayo 1(superfcie rugosa)

400 4 Hz 6mm 1,41 Jcm2 Medio

Ensayo 2(superfcie rugosa)

150 2 Hz 2mm 4,8 Jcm2 Bueno

Ensayo 3(superfcie lisa)

300 2 Hz 3mm 4,2 Jcm2 Muy bueno

Ensayo 4(superfcie lisa)

400 2 Hz 3mm 5,7 Jcm2 Muy bueno

El resultado y eectividad depende del espesor de la capa de carbonatos de plomo y de la regularidad de la supercie de la pieza de plomo

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

282

 – El conocimiento de la composición de la pieza y del deterioro de la supercie del plomo es muy necesario para aplicar técnicas de limpieza conláser. Siempre se requieren pruebas iniciales,pues cada objeto orece su propia particularidad. – Las técnicas láser requieren un actor tiempo

 variable, según el objeto, pudiendo ser más omenos lentas respecto a las mecánicas manuales

 vidad, mientras el umbral superior delimita eldaño que pueda surir la pieza. – Comprensión en proundidad de la interacciónláser-materia en unción de la energía recibida.

Notas:

Fgura 11. E ué u /u Tu.

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o químicas.

También esta experiencia nos permite plantear ob-jetivos uturos:

 – Necesidad de la sistematización de un protocolode utilización del láser para los distintos metales

arqueológicos, con optimización de los paráme-tros del láser para la limpieza de metales consupercies blandas. – Conocimiento de los umbrales de energía, sa-biendo que el umbral inerior limita la eecti-

Este trabajo se ha desarrollado dentro de el proyecto«Láser: Aplicación de las tecnologías láser en la con-servación y restauración de los metales arqueológi-cos». (HAR2008-05175/HIST. MºICINN). Agradecemosal doctor Jorge Chamón su aportación a los trabajoscon láser en el laboratorio SECYR; así mismo, al doc-

tor M. Retuerce y al equipo Carteia-UAM por poner adisposición de nuestro laboratorio las piezas de Tri-gueros y de Carteia.(2) El láser EOS 1000 es producido por El.EN y co-mercializado por la empresa Laser Tech Ibérica S. L.

283

Técncas de láser en la restauracón de objetos de plomo y aleacones blandas de procedenca arqueológca

Bblograía

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El estudio se ha llevado a cabo con diversos rag-mentos de hierro arqueológico procedentes de me-dio terrestre y con alto contenido en cloruros. Elmaterial empleado ha sido un polímero acrílico, rea-lizándose un estudio comparativo con varios disol- ventes a distintas proporciones para a continuación

exponer los materiales a una atmósera húmeda y establecer si alguno de ellos resulta el más adecuadoa la hora de evitar la activación de los procesos de

Eu - qu b uu u

Francsco Rodríguez CalásIRP. UPV. V

u@.

Montserrat Lastras PérezD. CRBC. UPV. V

Resumen

Los procesos de alteración que un objeto de hierroarqueológico sure tras su excavación se desencade-nan, en la mayoría de las ocasiones, durante el pe-ríodo de almacenamiento; estos son causados princi-

palmente por los iones cloruro. En la actualidad paraprevenir estos daños se utilizan diversos métodos deestabilización como el almacenamiento en atmósera

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a la hora de evitar la activación de los procesos decorrosión.

Este trabajo ha sido posible gracias a la nan-ciación del proyecto de investigación: «Estudio delos procesos de decloruración e identicación de losproductos de corrosión en piezas metálicas arqueo-lógicas (PAID-06-09-2870)». Universidad Politécnica

de Valencia «Programas de Ayudas a Primeros Pro- yectos del Programa de Apoyo a la InvestigaciónCientíca y Desarrollo», nanciado por el Vicerrec-torado de Investigación, Desarrollo e Innovación dela UPV.

estabilización, como el almacenamiento en atmóseraseca o libre de oxígeno o los baños a base de hidróxi-do de sodio.

En este artículo se expone el estudio realizado me-diante la utilización de una pre-consolidación comoun método alternativo, cómodo, rápido y más econó-mico que los mencionados anteriormente. Con este

tratamiento se consigue englobar los iones cloruro y evitar así su reactivación por la humedad, provo-cando una serie de alteraciones y tensiones mecáni-cas que llegan a destruir la integridad del objeto antelaespera de una utura intervención.

285

Estudo prelmnar de la eectdad de la pre-consoldacón de herro arqueológco para establzar los ones cloruro

Palabras clae

Cloruros, pre-consolidación, hierro, estabilización, al-macenamiento, arqueológico.

Abstract

The alteration processes damaging an iron archeolo-gical object ater its excavation are in most cases tri-ggered during the storage period and caused, mainly,by chloride ions. Nowadays, dierent stabilisationmethods are used in order to prevent these damages,such as storage in dry or oxygen-ree atmospheres, orsodium hydroxide baths.

This article presents a study in which a pre-conso-lidation is used as an alternative method, easier, asterand more economical than the aorementioned. Thistreatment manages to embrace chloride ions, thusavoiding their reactivation due to humidity–hich leadsto a series o alterations and mechanical tensions thatcan destroy the object integrity while it awaits or aorthcoming intervention.

Dierent ragments o archaeological iron withhigh chloride content have been used in the study.The employed material is an acrylic polymer, carryingout a comparative study with diverse solvents at di-erent proportions, ater which materials are exposedto a humid atmosphere in order to determine whicho them proves more eective in avoiding the activa-tion o corrosion processes. Financial support is gra-teully acknowledged rom: The «Programas de Ayudade Primeros Proyectos del Programa de Apoyo a laInvestigación Cientíca y Desarrollo», (Initial Proyect

 Aid Programmes pertaining to the Scientic Researchand Development Support Programme) Proyect PAID20092870 supported by unds rom the Vicerrecto-

Introduccón

Cuando se extraen objetos arqueológicos de hierrode un yacimiento, un gran porcentaje se almacenadirectamente en los almacenes de museos y talleresde restauración, ya sea para almacenarlos de ormaindenida o a la espera de tratamientos de conserva-

ción y restauración.Los objetos arqueológicos de hierro que no sontratados tras su extracción pueden continuar corro- yéndose, aun siendo almacenados en condiciones dehumedad relativa (HR) baja. Prevenir uturos proce-sos de corrosión es complicado ya que los paráme-tros que intereren en ello son muy variables, depen-diendo de cada pieza y su estado de conservación.Pese a ello es necesario que mientras estén almace-nados a la espera de tratamientos de conservación y restauración nunca se supere el 20% de HR (Tur-goose, 1982: 97-101), aunque se ha demostrado queestos procesos de corrosión se pueden desarrollar enatmóseras con una humedad relativa inerior al 15%(Keene, 1994: 249-264).

Encontrar métodos y sistemas de conservación y restauración más sencillos de realizar, rápidos y eco-nómicos es uno de los objetivos undamentales en lamayoría de talleres de conservación y restauración, ya que tanto el tiempo de trabajo, como los presu-puestos siempre son limitados. Por esta razón hemoscentrado nuestra investigación en la búsqueda de unsistema de estabilización de cloruros que reúna estosobjetivos.

Según nuestro estudio, la estabilización a base deun consolidante apropiado para hierro, retrasa deorma temporal la reactivación de los iones clorurodurante el almacenamiento en atmósera seca, mejo-

rando las condiciones de almacenamiento en cáma-ras de atmósera controlada. El consolidante tambiénretrasa la aparición de las gotas de cloruro de hierro

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20092870, supported by unds rom the Vicerrectorado de Investigación, Desarrollo e Innovación de laUniversidad Politécnica de Valencia (Vice-rectorateor Research, Development and Innovation at the Po-lytechnic University o Valencia.

Keywords

Chloride, Pre-consolidation, iron, stabilization, ar-chaeological storage.

retrasa la aparición de las gotas de cloruro de hierrohidratado en supercie, cuya aparición signica lareactivación de estos aniones.

Los iones cloruro y su papel en los mecanismosde corrosión

Mientras el objeto permanece enterrado, los procesosde corrosión van disminuyendo en intensidad debi-do a la ormación de los productos de corrosión quede orma progresiva van constituyendo una barrera de

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

286

aislamiento del metal. De esta orma, con el tiempose establece un equilibrio entre el metal y su entorno.Este equilibrio se rompe al extraer el objeto en laexcavación arqueológica ya que se cambian brusca-mente las condiciones ambientales.

Cuando ocurre esto (ya sea en un ecosistema te-rrestre o marino) comienza una nueva etapa de cam-bios repentinos tanto ísicos como químicos. Si los

objetos presentan núcleo metálico contaminado desales, como cloruro de hierro (II) ácido (pH 4), FeCl2,

se desencadenarán problemas de corrosión activa(Vega et al., 2004).

En la supercie del metal sano (interase me-tal/productos de corrosión) se disuelve y acumulael hierro (II), pudiendo inducir hidrólisis (Fe2+ +H2O↔Fe(OH)+ + H+), la cual provocaría una acidi-cación local. Para compensar esta carga de cationesFe2+ y H+ sobre el núcleo, los iones cloruro se con-centran en la interase al ser atraídos por la cargapositiva de dichas especies y ayudados por su altamovilidad, su pequeño tamaño y por ser a menudolos iones predominantes en el medio ambiente (Se-lwyn, Sirois y Argyropoulos, 1999: 217-232; Selwyn y Argyropoulos, 2005: 81-100). Durante esta migra-ción, desde el suelo hacia el interior de las capasde corrosión del objeto, los iones cloruro puedenquedar atrapados en grietas, huecos o poros de los

productos de corrosión. El pH será el que determineel grado en el que los iones cloruro serán más omenos adsorbidos, siendo la máxima adsorción encondiciones ácidas (pH bajo) debido a la carga posi-tiva neta producida en la supercie de los FeO(OH)por un exceso de iones H+. Según este proceso y de acuerdo con Turgoose (1982) los poros y grietasde las capas de corrosión están rellenas con unasolución de cloruro de hierro (II) ácido, con los io-

nes cloruro concentrados en la supercie del núcleometálico.

Ne et al. (2006) y después Réguer et al. (2007)

 Vega et al., 2005: 554-558; Selwyn y Argyropoulos,2005: 81-100).

Evans (1960) comentó que cuando un objeto dehierro recién extraído se expone a la atmósera (unecosistema hostil y variable), experimenta una expo-sición a oxígeno muy superior a la que tenía cuandoestaba enterrado y mientras que la humedad es másbaja. A causa de esta baja humedad, el hierro se seca

de orma rápida, de modo que la solución ácida deFeCl2, (Fe2+ + 2Cl- → FeCl

2) y otras sales cristalizan

aumentando de tamaño, ejerciendo presiones inter-nas y provocando grietas en las capas de corrosión,permitiendo de esta orma el paso libre de O

2hacia

el núcleo metálico. Por esto, la rápida degradación esirremediable, pues el aumento de volumen de las ca-pas de corrosión, las roturas internas y las presionessuridas en la interase metal/productos de corrosióncausan la separación entre la corrosión y el núcleodejando éste al descubierto.

Por otra parte, Knight (1982) atribuye los eectospost-excavación a la cristalización de la akaganeita,β-FeO(OH). Arma que la akaganeita se orma poroxidación de los iones errosos y cloruro, de tal or-ma que si aumenta el oxígeno se acelera el procesode oxidación y cristaliza la akaganeita en orma degrandes cristales alargados que durante su crecimien-to ejercen una presión que produce exoliaciones. A

partir de eso remarca la importancia de la velocidaddel secado de objeto de hierro, y justica los buenosresultados de conservación obtenidos al mantener elhierro en los porcentajes de HR de la excavación.Poco después y en el mismo año Turgoose (1982)coincidió con Knight, concretando el proceso de al-teración y de ormación del oxihidróxido según lareacción:

4 Fe2+ + O2 + 6 H2O → 4 FeO(OH) + 8 H+

De esta orma justica también que la reacción sea

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Ne et al. ( 006) y después égue et al. ( 007)conrmaron que la capa densa de productos decorrosión se constituye principalmente por goetitacon jaspeados de magnetita y maghemita, y que enla interase metal/productos de corrosión se hallaprincipalmente Fe, O y Cl (conrmado por EDX) enorma de conchas eséricas con un alto contenido en

Cl, demostrando así la presencia de iones Cl- disuel-tos en el agua de los poros y suras tal y como sedescribe en la bibliograía (Turgoose, 1982: 97-101;Selwyn, Sirois y Argyropoulos, 1999: 217-232; Ne,2003: 360; Vega, 2004: 127; Ne et al., 2005: 515-535;

e esta o a just ca ta b é que a eacc ó seamás rápida en el núcleo metálico, debido a la presen-cia mayor de iones errosos. También explica el pHácido que se orma en las gotas (weeping ) de clorurode hierro que ayudarían en orma de ácido clorhí-drico (HCl) a disolver más productos de corrosión y acilitar el agrietamiento del objeto.

Según North (1982) durante el período de entierrolas especies iónicas, que son estables en ese ambien-te, pasarían a ser inestables en contacto con la atmós-era, pudiendo oxidarse y ormar nuevos productosde corrosión. Por ejemplo, cuando la solución ácida

287

Estudo prelmnar de la eectdad de la pre-consoldacón de herro arqueológco para establzar los ones cloruro

de FeCl2 se expone al O2, se puede transormar enFeCl

3porque el Fe2+ puede experimentar hidrólisis y 

oxidarse a Fe3+ pudiendo ormarse nuevos compues-tos.

Una evidencia empírica de que existe corrosiónactiva en un objeto de hierro extraído es la apariciónen supercie de unas pequeñas gotas líquidas o ese-ras huecas si ya han secado, las cuales tienen un pH

ácido alrededor de 4. Esta exudación está atribuidaa la higroscopicidad natural de las sales de cloruro.El FeCl

2y el FeCl

3son compuestos higroscópicos y 

orman una serie de sales con dierentes grados dehidratación según el nivel de HR (Selwyn, 2004: 294-306). El FeCl

2, por ejemplo, aparece como cristales de

color amarillento con humedad relativa por debajodel 20% y de un color verdoso con una humedad deentre 20 y 25% (Turgoose, 1982: 97-101). Cuando estaHR aumenta, estos cristales van absorbiendo el aguadel ambiente, disolviéndose y ormando gotitas líqui-das de color naranja en supercie debido a la altatensión supercial de los objetos. Mientras van secan-do, los FeO(OH) van precipitando alrededor de lasgotas y van ormando unas cáscaras eséricas huecas.Este enómeno, como ya se ha comentado con ante-rioridad, se conoce como weeping o lagrimeo (North,1982: 75-83; Turgoose, 1982: 97-101; Alonso, 1996:19-22; Selwyn, Sirois y Argyropoulos, 1999: 217-232;

Selwyn, 2004: 294-306; Selwyn y Argyropoulos, 2005:81-100; Réguer, 2007: 2726-2744).

 Almacenamiento de objetos arqueológicos dehierro

Como ya hemos visto anteriormente, los objetos ar-queológicos de hierro pueden experimentar procesos

de corrosión durante su almacenamiento, aún estandobajo condiciones de HR baja, pudiendo desencade-narse una serie de degradaciones que lleguen a des-

la inmersión impidiendo que se desarrollen procesosde corrosión y se ormen precipitados dentro de losporos y grietas que puedan obstruir la salida de losiones cloruro del interior de las capas de corrosión.Durante este período se consiguen renar los proce-sos de corrosión debido a la pasivación producida y extraer la cantidad de iones cloruros que permita el volumen del baño en el que ha sido introducido el

objeto (Selwyn y Argyropoulos, 2005: 81-100). Hay estudios que recomiendan el uso de NaOH (0,1M a0,5M, pH 13-14) para tratar hierro arqueológico porser relativamente barato, de ácil obtención y por te-ner un alto pH (Mathias, 1994: 14-23; North y Pear-son, 1978: 174-186; North, 1987: 207-251, Al-Zahrani,1999; González et al., 2003; Selwyn y Argyropoulos,2005: 81-100; Kergourlay et al., 2011). Pese a la eecti- vidad de este sistema, uno de los inconveniente es laalta de espacio para almacenar los contenedores y,sobre todo, el seguimiento periódico de cada uno delos objetos y las soluciones con el n de comprobarque no están suriendo posibles daños, como podríanser roturas, desprendimientos de escamas e incluso ladesintegración total si el objeto está muy mineraliza-do y débil.

Posiblemente, el método de almacenamiento másempleado es la disposición de los objetos en campa-nas de desecación con gel de sílice controladas con

un higrómetro, en las cuales se regulan los nivelesde humedad hasta situarlos lo mínimamente posible(siempre por debajo del 20%), pero aunque es unsistema bastante eectivo de orma general, como yase ha mencionado se ha observado el desarrollo decorrosiones por debajo del 15% de HR. En estas cá-maras, la eliminación del oxígeno mediante despla-zamiento por un gas noble (por ejemplo, Argón oNitrógeno) aumenta la ecacia al no permitir que se

desarrollen procesos de oxidación por la ausencia deO2. Aunque este sistema parece ser muy eectivo, re-sulta caro y tedioso de aplicar (Knight, 1997: 36-42).

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g q gtruir el objeto completamente (Turgoose, 1982).

En la actualidad existen numerosos sistemas dealmacenamiento con mayor o menor grado de eecti- vidad. La utilización de hidróxido de sodio mediantebaños resulta un sistema muy eectivo, consiste ensumergir los objetos en contenedores individuales

con NaOH de 0,1 a 0,5 M cerrados herméticamentepara evitar evaporación y el consiguiente aumentode la concentración. Con este método la solución debaño alcanza unos niveles alcalinos de un pH alrede-dor de 13, lo que mantiene estable el objeto durante

y p g

Objetos de la nestgacón

Teniendo en cuenta que el almacenamiento de obje-tos en cámaras de desecación controlada es uno de

los más utilizados y que la adquisición de este tipode cámaras es relativamente económica, se ha opta-do por la optimización de este sistema, es decir, laaplicación de algún actor adicional que mejore suspropiedades. La necesidad de optimizar este sistema

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

288

se debe a que, según la experiencia, y conrman-do la de Keene (1994), durante el almacenamientode objetos de hierro en este tipo de cámaras conuna humedad inerior al 20%, se han desarrolladolos procesos de corrosión anteriormente menciona-dos, apareciendo en la supercie de algunos objetos(que deberían haber permanecido estables segúnsus condiciones ambientales) el típico weeping ca-

racterístico de la corrosión activa por cloruros y lapresencia de akaganeita.El principal objetivo del presente estudio es la

estabilización temporal de objetos arqueológicos dehierro durante su período de almacenamiento den-tro de cámaras controladas en museos y/o talleres derestauración, mediante una pre-consolidación del ob-jeto que mantenga los iones cloruro en un ambiente«englobado» dentro de la misma resina. De este modo,los cloruros permanecerán relativamente inactivos,impidiendo que se orme cloruro de hierro, el cualal ser delicuescente tendría que comenzar a absorberhumedad en una atmósera con valores de alrededorde 55% a 25º C (Richardson y Malthus, 1955: 557–567;Turgoose, 1982), pero que en nuestro caso se ha or-mado a una HR mucho menor, apareciendo en suorma hidratada como FeCl

2•4H

2O.

Este método de estabilización de objetos arqueo-lógicos de hierro por consolidación no se propone

como un método alternativo a los sistemas de de-cloruración, sino como una opción de estabilizaciónprovisional hasta que se acometan las labores derestauración, dentro de las cuales se mantiene comonecesaria la extracción máxima de cloruros de laspiezas.

Metodología epermental

queológico del Instituto de Restauración del Patrimo-nio. Como disolvente de la resina se escoge acetona y xileno (por separado), por la misma razón y paracomprobar si se observan dierencias entre ambos enlos resultados.

La consolidación de las piezas se realizó a distin-tos porcentajes por inmersión durante siete días paraasegurar la máxima penetrabilidad del consolidante

en las capas de productos de corrosión.Las piezas F01 y F02 se dejaron sin consolidar

como objetos de reerencia (tabla 1).Tras nalizar el período establecido para la conso-

lidación se extrajeron los objetos del baño y se dispu-sieron en estua de aire caliente, marca J. P. Selecta®,s. a. FUSE (A): 10, A: 8,6, W: 2000, V: 230, Hz: 50/60,para secarlos a 22º C durante 48h.

Una vez terminado el proceso de secado de los

objetos se comenzó a realizar el proceso de reactiva-ción de iones cloruro sometiendo los objetos a distin-tas humedades. Esto se realiza para poder determinar

Tabla 1

Relacón de pezas y su porcentaje de consoldante

correspondente

ObjetoParaloid B-44®

Sin tratar  Acetona Xileno

Fpa-02 2%

Fpa-04 4%

Ppa-06 6%

Fpa-08 8%Fpa-10 10%

Fpa-12 12%

Fpx-02 2%

Fpx-04 4%

Fpx-06 6%

F01  X 

F02  X 

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Elección de las piezas para estudiar: 12 objetos ar-queológicos de hierro del siglo  xix  del mismo ya-cimiento correspondientes a objetos utilitarios sinidenticar y de características similares, es decir, pesoaproximado, orma y grado de corrosión.

La elección del consolidante ue la resina acrílica

a base de metil-metacrilato Paraloid B-44®, por seruno de los productos más empleados para la con-solidación de hierro arqueológico de orma generalpor dar buenos resultados, y por ser el utilizado en eltaller de conservación y restauración de material ar-

a qué porcentajes de consolidante y HR se reactivanlos iones cloruro. Este procedimiento se dividió entres partes:

1. Los objetos se dejaron a temperatura ambien-tal (55-60% HR) y 24º C aprox. durante 14

días.2. Los objetos se introdujeron en una cámara de

humedad y temperatura controladas donde serealizaron tres ciclos continuados de siete díascada uno a 65%, 70% y 80% de HR y 24º C.

289

Estudo prelmnar de la eectdad de la pre-consoldacón de herro arqueológco para establzar los ones cloruro

3. Los objetos se introdujeron en una cámara dehumedad saturada a temperatura ambiente(24º C aprox.) durante siete días para nalizarel procedimiento.

Resultados y dscusón

Como se aprecia en la tabla 2, durante los 42 días deexposición a las que se sometieron las muestras conHR variables, las muestras de reerencia sin tratar(F01 y F02) no mostraron signos de activación de lacorrosión hasta día 9, en una exposición ambiental

del 55 al 60% y temperatura ambiente (24º C). Encuanto a las piezas tratadas y en HR controlada seobserva que con una aplicación del 2% de resina,i d di d l di l l d l

Conclusones

Tras los resultados obtenidos concluimos que:

 – El sistema de optimización experimentado haorecido buenos resultados para el almacena-miento de hierro arqueológico sin declorurarhasta un 70% de HR, tomando como reerenciala aparición de cloruro de hierro en las piezassin tratar a una HR del 55-60%. – Si el sistema empleado se acompaña de un al-macenamiento en campana de desecación con-trolada con gel de sílice podemos considerar

que la pre-consolidación, incluso a bajos por-centajes, puede evitar el desarrollo de procesosde corrosión causados por iones cloruro durantel l i d i d i

Tabla 2

Día de aparcón de gotas de cloruro de herro en la superfce de los objetos medante obseracón cualtata

 

Temperaturaambiente

Cámara de HR y t. controladasCámara de HR saturada

de 1 a 14 díasde 15 a21 días

de 22 a28 días

de 29 a35 días

de 36 a 42días

Disolvente Porcentaje deconsolidante OBJETOS 55–60% HR y 24ºCaprox. 65% HR y 24º C 70% HR y 24º C 80% HR y 24º C HR saturada y 24º C aprox.

 Acetona

2% Fpa-02 234% Fpa-04 276% Ppa-06 368% Fpa-08 3810% Fpa-10 3812% Fpa-12 3814% Fpa-14 38

 Xileno2% Fpx-02 254% Fpx-04 306% Fpx-06 36

Sin tratar 

--- F01 9

--- F02 9

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independientemente del disolvente empleado, lasgotas de cloruro de hierro (weeping ) (gs. 1 y 2) ha-cen su aparición en supercie entre los días 23 y 25, y la pieza con protección al 4% en acetona a partirdel día 27, todas ellas en una HR del 70%. Duranteel ciclo del 80% de HR tan solo la muestra con pro-

tección de resina al 4% en xileno (Fpx-04) evidenciacloruros de hierro a partir del día 30. Por último enel resto de muestras con protecciones entre el 6 y el 14% no se observa aparición de cloruro de hierrosino es en HR saturada.

el almacenamiento de este tipo de piezas. – Se trata de un tratamiento de conservación deácil aplicación para el restaurador, sin la necesi-dad de tratamientos complejos y tediosos. – La pre-consolidación evita la introducción en unmedio acuoso (hidróxido de sodio, sulto alca-

lino, etc.) que puede conllevar problemas en elestado ísico de las piezas. – El disolvente empleado en la disolución de laresina no interere en los resultados, ya sea ace-tona o xileno en nuestro estudio.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

290

 – La resina empleada es de uso común en los ta-lleres de restauración y presenta una reversibi-lidad alta. – Los costes económicos derivados del tratamientopueden ser considerados como bajos.

Por último queremos dejar constancia de que losestudios presentados son los resultados preliminaresde una investigación en vías de desarrollo y pereccio-namiento, en la cual se están empleando otros tiposde productos y técnicas que mejoren los resultadosexpuestos hasta el momento, así como el estudio delenvejecimiento de estos productos para establecer eltiempo que pueden estar almacenadas las piezas coneste sistema.

 Agradecimientos

Los autores desean dejar constancia de su agrade-cimiento a la ayuda concedida por la UniversidadPolitécnica de Valencia «Programas de Ayudas dePrimeros Proyectos del Programa de Apoyo a la In- vestigación Cientíca y Desarrollo». Proyecto PAID20092870 nanciado por el Vicerrectorado de Investi-gación, Desarrollo e Innovación de la UPV.

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292

Eu b A (M)

M.ª Ángeles VllegasIu H, CCHS-CSIC, M

.@..

Fernando AguaIu H, CCHS-CSIC, M

Juan Fél Conde

Iu H, CCHS-CSIC, M

Manuel García-HerasIu H, CCHS-CSIC, M

V. LópezC N I Mú, CENIM-CSIC,M

J. ContrerasAqu

Resumen

Los objetivos del trabajo son el estudio químico-

productos de corrosión y las patologías derivadas deldesprendimiento de un gran ragmento de la garraderecha de una de las quimeras. Las técnicas de ca-

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Los objetivos del trabajo son el estudio químicoísico de diversos materiales metálicos de la acha-da principal de la estación de Atocha, su estado deconservación y deterioro/corrosión. Se analizaron losprocesos y mecanismos químicos de degradación, y se sugirieron criterios de intervención, reposición y 

restauración.Los materiales seleccionados para el estudio setomaron de diversos elementos ornamentales de laachada acristalada y del grupo escultórico que la co-rona ormado por dos quimeras. Se estudiaron los

derecha de una de las quimeras. Las técnicas de caracterización utilizadas ueron: lupa binocular, espec-trometría de fuorescencia de rayos X, diractometríade rayos X, análisis metalográco, microscopía elec-trónica de barrido y microanálisis por energía de dis-persión de rayos X. Respecto a la restauración y con-

servación del ragmento desprendido de una de lasquimeras, se realizó un estudio sobre materiales parasoldadura en río y sellamiento. Dicho estudio consis-tió en ensayos y ciclos de envejecimiento aceleradoen los que se puso de maniesto su durabilidad.

293

Estudo sobre la conseracón de los materales metálcos de la achada prncpal de la estacón de Atocha (Madrd)

Los resultados indicaron que los elementos me-tálicos estudiados se encuentran en diversos nivelesde conservación y degradación. En los más severos,como el caso del ragmento desprendido de la qui-mera, es necesaria una prounda limpieza, montaje y unión con sellantes especiales. Se demostró quees imprescindible realizar una imprimación y pintadode las piezas reintegradas, para garantizar su aisla-miento de la contaminación urbana. Las altas totaleso parciales de elementos ornamentales deben repo-nerse con materiales de sustitución de alta calidad,los sellantes deben seleccionarse según sus presta-ciones especícas y, nalmente, aplicar un sistemade pintura que garantice un total aislamiento de lacontaminación.

Palabras clae

Deterioro, corrosión, conservación, undición, sellan-tes, estación Atocha.

Abstract

The work objectives are the chemical-physical study o diverse metallic materials rom the main açade o the railway station o Atocha, their state o conser- vation and decay/corrosion. Processes and chemicalmechanisms o degradation were analyzed and in-tervention, reposition, and restoration criteria weresuggested.

The materials selected or the study were takenrom dierent ornamental elements o the glass

açade and its top sculptural group ormed by twochimeras. Corrosion products and pathologies deri- ved rom the loosening o a big ragment o the rightclaw o one o the two chimeras were studied. The

Results indicated that metallic elements studiedare in several conservation and degradation levels.In the most severe ones, such as the case o the rag-ment loosed rom the chimera, a deep cleaning, as-sembly, and joining with special sealants is needed.It was demonstrated that it is essential to carry out aprimer and painting o the reintegrated pieces to gua-rantee their isolation o urban pollution. Total or par-tial aults o ornamental elements must be replaced with high quality substitution materials, the sealantsmust to be selected according to their specic capa-bilities and, nally, applying a painting system whichguarantee a total isolation rom pollution.

Keywords

Deterioration, corrosion, conservation, iron casting,sealants, Atocha railway station.

Introduccón

La construcción de una estación de tren en Madrid,donde se ubica la actual estación de Atocha, está

ligada al primer intento de establecer una línea e-rroviaria entre la capital y el Real Sitio de Aranjuez.Después de varios intentos, el marqués de Salamancarecibió en 1845 la concesión para la construcción dela línea, cuyas obras comenzaron al año siguiente conel ingeniero Eugène Flachat. La línea se inauguró enebrero de 1851. La zona de la estación se conocíacomo Embarcadero de Atocha en el sureste de Ma-drid, uera de los límites de la villa junto a la Puerta

de Atocha, cuyo nombre procede de un antiguo con- vento de dominicos. En 1856 se constituyó la com-pañía de errocarriles MZA, que pretendía extenderla línea hasta Alicante, y que consiguió la concesión

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characterization techniques employed were: bino-cular microscope, X-ray fuorescence spectrometry, X-ray diractometry, metallographic analysis, scan-ning electron microscopy and energy dispersive X-ray microanalysis. In concerning the restoration and

conservation o the ragment loosed rom one o thechimeras, a study on materials or cold welding andsealing was accomplished. This study consisted ontests and accelerated aging cycles in which its dura-bility was stated.

, y q gde la línea Madrid-Zaragoza, cuya terminal se decidióestablecer en Atocha. En 1857 se acometieron obrasde reorma y se sustituyeron los soportes de made-ra, en los talleres y en la semirrotonda de máquinas,por columnas de undición de hierro, enviadas desde

Inglaterra por Lloyds Foster. En 1864 se produjerongrandes incendios y se planteó la posibilidad de eli-minar las tres cubiertas del embarcadero por una úni-ca, más elevada, para lo que se aconsejaba sustituirlas columnas de undición por pilastras de sillería. La

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

294

construcción denitiva de la estación de Atocha co-rresponde a un proyecto presentado por Alberto dePalacio en 1888, que se aprobó al año siguiente conla prescripción de ampliar la longitud de los andenesen 25 metros. El edicio de Alberto de Palacio adoptauna planta en U con una gran nave para cubrir vías y andenes, cerrada por un extremo, que constituyeparte de la achada principal, y dos edicios paralelosadosados a la nave (g. 1).

Para la gran nave, diseñada por el ingeniero Hen-ri Saint James e inspirada en la Galería de Máqui-nas de la Exposición Universal de París de 1878, seproyectó una cubierta de acero de 152,9 metros de

Fgura 1. D j A ( qu Ab P 1 b 1888).

ta la restauración y rehabilitación de Raael Moneoen 1990.

La ejecución y montaje de la achada principalueron realizados por la Société Anonyme de Cons-truction et des Ateliers de Willebroeck, dirigida porel ingeniero Leopoldo Valentín. La estructura en sutotalidad orma un enrejado vertical, en grupos detres intercalados por unos rombos que guardan en suinterior una orma esquemática de hoja vegetal. Los

espacios entre los grupos de tres barras presentan enel centro una varilla que cae vertical a la achada y que articulan, mediante unos rosetones sujetos conbridas a la misma, un acristalamiento en orma de ma-

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longitud, casi 27 metros de altura y 48,76 metros deancho, que superaba a las cubiertas de las grandesestaciones europeas del momento. El sistema de ar-madura empleado es el de Dion: una cubierta cur- vada con ligero apuntamiento en el centro, apoyada

sobre diez cerchas, sin tirantes ni contrauertes y sinapoyos intermedios. La nueva estación se inauguróen diciembre de 1892, coincidiendo con el cuartoaniversario del descubrimiento de América. La esta-ción permaneció en uso y sin grandes reormas has-

lla rómbica, que se intercala con un acristalamientoen orma de espina de pez en los dos espacios queorman los tres listones (g. 2a).

Sobre la terraza de la achada y a los pies del murocortina, preside toda la estructura un gran reloj or-

namentado al gusto neoclásico y abricado en hie-rro undido. El vértice superior de la achada norteestá coronado por una gran acrótera ormada por treselementos: en el centro, un gran globo terráqueo enbronce policromado y dándose la espalda, sendas es-

295

Estudo sobre la conseracón de los materales metálcos de la achada prncpal de la estacón de Atocha (Madrd)

culturas realizadas en hierro undido, que represen-tan a dos quimeras (g. 2b).

El objetivo del presente estudio es la caracteriza-ción ísico-química de diversos materiales metálicosde la achada principal de la estación de Atocha, suestado de conservación, como consecuencia de su

interacción con el medio ambiente, y su deterioro ocorrosión, que dan cuenta de la meteorización tem-poral que han experimentado.

Estado de conseracón

Patologías macroscópicas

El estado de conservación de los elementos metá-licos de la achada principal acristalada es bastantedesigual (g. 3a, 3b, 3c y 3d) presentándose piezas

d bl d

El conjunto del reloj central (g. 4a) no presen-ta signos de degradación severa, aunque las capasde pintura están muy deterioradas y recuentemente

desprendidas y/o decoloradas. Asimismo, se detectannumerosos depósitos atribuibles al eecto del aguade lluvia y las partículas derivadas de la contamina-ción ambiental. Las dos quimeras del grupo escultó-rico (g. 4b) presentan un estado de conservacióndeciente con numerosas patologías derivadas de lacorrosión del material metálico: degradación y des-prendimiento de las capas de pintura, agrietamiento y pérdida de materiales sellantes y huellas de inter-

 venciones anteriores (gs. 4c y 4d). La decienciamás importante se localiza en la garra derecha de laquimera derecha. El ragmento se desprendió entremarzo y mayo de 2008. En la gura 4e (fecha en la

) l l d d l

Fgura 3. E .

Fguras 2a y 2b. ) D ; b) -

u j u u , b ú Ab P.

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en un estado aceptable, otras con signos de inter- venciones anteriores y otras seriamente deterioradasmostrando signos y/o productos de corrosión. Enel conjunto de ornamentos se observaron distintastonalidades de las capas de pintura, atribuibles a di-

erentes envejecimientos en unción de la posición y procedencia de las piezas: originales y de reposi-ción, que podrían ser de undición de diversas ma-trices y composiciones, o incluso de otras aleacionesde hierro (aceros).

imagen) se aprecia la alta de aproximadamente lamitad de dicha garra (g. 4). La zona de la racturapresenta signos de corrosión severa y en la oquedadse encontraron numerosos ragmentos de productosde corrosión.

La esera situada entre las dos quimeras, así comolas correspondientes piezas sustentantes, muestran unestado de conservación deciente en cuanto a capasde pintura, depósitos procedentes de la contamina-ción ambiental, huellas de chorreo de agua de lluvia,

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

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agrietamiento de sellantes, etc. Toda la parte metálicasuperior de la achada se encuentra deteriorada, biendebido a la degradación y desprendimiento de la pin-tura, bien por decoloración o descomposición de lamisma. En las uniones vidrio-metal los depósitos desuciedad y de otros productos de la corrosión se acu-mulan ormando costras que se superponen con lossellantes agrietados y los ragmentos desprendidos depintura. Se han detectado grietas de tamaño conside-rable (varios centímetros) en piezas metálicas de dis-tinta orma y uncionalidad. Además, en algunos pun-tos de unión de vigas metálicas mediante roblonesaparecen alabeos, deormaciones y acumulacionesheterogéneas de pintura que avorecen la concentra-ción de depósitos procedentes de la corrosión o de

suciedad, musgo e insectos. En la base del reloj y enlas quimeras la mayoría de las uniones con sellantesaparecen agrietadas o rajadas longitudinalmente. Seha podido observar el inicio del proceso de corrosiónque comienza en las pequeñas grietas del sellante.

Patologías microscópicas

Se seleccionaron muestras representativas procedentesde los elementos metálicos (ornamentos de la achadaacristalada y quimeras), restos de sellantes y costras decorrosión desprendidas. La tabla 1 resume las caracte-rísticas de las muestras seleccionadas y estudiadas.

Para las observaciones con lupa binocular se uti-lizó un aparato marca Leica modelo MZ16, provistode una cámara otográca Leica modelo DC300. Lasmuestras metálicas GA, FA y RA se embutieron en una

resina y se pulieron a espejo antes de atacarlas conuna solución de Nital al 2% (98% en volumen de eta-nol y 2% en volumen de ácido nítrico concentrado). Lasupercie de la muestra GA presenta una textura deundición de hierro con aspecto homogéneo. El bordede la capa de corrosión puede observarse en la gura5a. La textura de la muestra FA corresponde a una un-dición de hierro de estructura homogénea (g. 5b) encuyas zonas más superciales meteorizadas se acumu-

lan productos de corrosión y la capa de pintura rojiza.La observación metalográca de la muestra RA pusode maniesto un material de hierro con una texturaordenada en ranjas que se mantiene hasta el borde,donde se observa una capa parda de productos decorrosión, y en otras zonas capas de imprimación y depintura rojiza (g. 5c). Los ragmentos de costra de co-rrosión de la garra de la quimera (muestra C1) tienenun aspecto marrón oscuro, muy rugoso y heterogéneo

con depósitos blanquecinos y anaranjados (g. 5d).Las muestras de sellantes poseen una textura homogé-nea con partículas reorzantes (pequeños granos grisbrillante) y sin poros signicativos, lo que indica unab li ió P l ll t tá bi t

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Fgura 4. ) Rj ; b) I qu qu; ) qu; ) qu; ) u u .

buena aplicación. Por una cara el sellante está cubiertopor una capa de corrosión rojiza (g. 5e) debida alcontacto con el metal, y por la contraria se observa unacapa de pintura gris (g. 5). Ambas capas aparecendirectamente sobre la supercie del sellante sin signos

de deterioro. Por lo tanto, la resistencia química delsellante pintado rente a la meteorización ambiental y a la costra de corrosión del metal ue correcta. Pero elhecho de que aparezca una costra de corrosión adhe-rida al sellante puede indicar que la intercara sellante/

297

Estudo sobre la conseracón de los materales metálcos de la achada prncpal de la estacón de Atocha (Madrd)

 

Tabla 1 Nomenclatura y características de las muestras estudiadas 

Elementos metálicos  Sellantes 

Nombre Procedencia Imagen  Nombre Características Imagen 

GAQuimera derecha.

Fragmentodesprendido.

SC1

Resina epoxi Nural21(Pattex-Henkel)®

Es semejante alsellante desprendidodel fragmento de lagarra de la quimera.

FA

Pieza ornamental enforma de flor.

Brida trasera de

sujeción.

RARoblonesdesprendidos.

SC2

Silicona estructuralmonocomponenteObrasil Estructural(Quilosa)®

 Actúa como elementode transferencia detensiones del materiala unir hacia surespectivo soporte.

C1Quimera derecha.

Costra de corrosión.

S1

Quimera derecha.

Fragmento desellantesemidesprendido.

PoliuretanomonocomponenteSik fl 221 (Sik )®

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semidesprendido.

SC3

Sikaflex- 221 (Sika)®

Uso general. Seendurece con lahumedad atmosféricaformando unelastómero durable alenvejecimiento.S2

Zona del reloj.

Fragmento desellante desprendido.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

298

metal estuvo en contacto directo con el aire en algúnmomento y permitió la corrosión de la pieza metáli-ca por debajo del sellante (de la Fuente, Simancas, y Morcillo, 2003: 241-249; Otero et al., 2002: 807-812); obien que cuando se aplicó el sellante la supercie delmetal no estaba completamente limpia de productosde corrosión ormados anteriormente.

Análss químco por espectrometría deuorescenca de rayos X (FRX)

Los análisis químicos semicuantitativos eectuadospor FRX se llevaron a cabo con un equipo PANalyti-cal Axios equipado con un tubo de rodio de 60 kV.Se analizaron caras pulidas de la muestras con el nde eliminar las contribuciones procedentes de restosde óxidos de los materiales metálicos. En la tabla 2 seresumen los resultados obtenidos para las muestrasGA, FA y RA. Las muestras GA y FA son similares, sibien en la procedente de la quimera (GA) no se handetectado dos microaleantes que se detectan en lamuestra FA. Ambas muestras se pueden considerarundiciones puras y de buena calidad. En cuanto alos contenidos de carbono de ambas muestras, queno es posible determinar mediante FRX, se estima

alrededor de un 3-4 % en peso, teniendo en cuentalos resultados del análisis metalográco (ver apartado«Análisis metalográco»). Por otro lado, la muestra RAcontiene un porcentaje más elevado de hierro que,junto con la morología de la pieza (roblón), indicaque probablemente se trata de un hierro de tipo pu-delado o similar, con pocas impurezas.

Análss por draccón de rayos X (DRX)

Con el n de determinar las ases cristalinas presentesen las muestras de costras de corrosión se realiza-ron análisis por DRX. Se utilizó un diractómetro Phi-lips X’Pert MPD, utilizando la radiación Kα del cobre

Fgura 5. I u bu: ) u GA; b) u FA; )u RA; ) u C1; ) u

u, .

Tabla 2

 Análss químcos semcuanttatos de las muestras representatas objeto de estudo.

Resultados de FRX normalzados apromadamente al 100% en peso atómco de los correspondentes elementos

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p p p

MuestraElemento (% peso)

 Al Cl Fe K Mg Mn Na P S Si Ti V 

GA 0,19 0,12 95,32 0,04 - 0,46 0,61 0,89 0,08 2,24 - 0,05

FA 0,07 0,04 95,22 - 0,12 0,48 0,19 1,75 0,13 1,84 0,08 0,10

RA 0,05 0,02 99,58 - - - - 0,19 0,02 0,14 - -

299

Estudo sobre la conseracón de los materales metálcos de la achada prncpal de la estacón de Atocha (Madrd)

(1,54056 Å), bajo condiciones de trabajo de 45 kV y 40 mA. Los diractogramas se registraron entre 2θ =5-60° a partir de muestra en polvo molida en morterode ágata hasta un tamaño de grano inerior a 30 µm.

El diractograma de la gura 6 demuestra que enlas costras se identicaron óxidos (maghemita) e hi-dróxidos (goethita) de hierro. También se identicócuarzo que puede proceder del polvo depositado.

Análss metalográco

Para realizar el análisis metalográco se cortaron pe-queños ragmentos de las muestras GA, FA y RA queposteriormente se embutieron en una resina y sepulieron a espejo. Para revelar la estructura cristali-na de los metales, las muestras se trataron con Nitalal 2% durante 30 s. Las observaciones metalográ-cas y la toma de micrograías se eectuaron con unmicroscopio metalográco Olympus modelo PME3.En la gura 7a se observa la imagen metalográcade la muestra GA. El alma del material metálico se

encuentra en muy buenas condiciones de conserva-ción y revela una calidad elevada. Las zonas blancasde cristales de errita alternan con ormas lamento-sas oscuras de carbono (grato) y zonas de tono grisclaro de ase perlita. Asimismo, aparecen pequeñaslaminillas grises en planos paralelos o alternados

Fgura 6. D X u C1. F : GG [F3+O(OH)], M M (F

2O

3) Q Cu (SO

2).

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Fgura 7. I : ) u GA (200); b) u FA (200); ) u RA (100).

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

300

que corresponden a zonas de ase eutéctica rica enósoro. Por lo tanto, se trata de una undición grisde matriz metálica errítico-perlítica con ases de eu-téctico osoroso. El contenido de ósoro es eleva-do, como corresponde a undiciones de relativa bajaresistencia mecánica pero con excelente colabilidadpara la abricación de piezas de orma compleja y tamaños especiales.

La muestra FA (g. 7b) presenta una estructura de

alma metálica en buenas condiciones ormada poruna proporción elevada de ase perlítica (tono grisclaro). A esta ase acompañan ormaciones abun-dantes de eutéctico osoroso en orma de laminillasalternadas o paralelas, así como cristales de erritadel tono más claro asociados con los lamentos decarbono-grato de aspecto negro. En un extremo dela muestra se detecta una corrosión selectiva, don-de sólo se ha atacado la ase perlítica, quedando el

carbono-grato y el eutéctico osoroso inalterados.La gura 7c recoge una micrograía metalográ-

ca de la muestra RA donde se observa una matrizmetálica de hierro (zonas claras que se asimilan acristales de errita) con inclusiones no metálicas (zo-nas oscuras, mezclas de silicatos y óxidos de hierro).Esta estructura corresponde a un hierro pudeladoconormado termomecánicamente, caracterizadopor una buena resistencia a la corrosión en medios

naturales. Este tipo de material presenta una exce-lente resistencia mecánica en la dirección avorable,perpendicular a las ormas negras que se aprecianen la micrograía.

Los resultados del análisis metalográco indicanque las piezas de undición han estado sometidasde algún modo a una corrosión intensa. Las con-diciones climáticas de Madrid (temperatura, hume-dad relativa, presión atmosérica, etc.) no podrían

explicar la ormación de dichas alteraciones pordegradación química, salvo si se hubiera produci-do la incidencia de ambientes contaminados, comolos que suelen ser recuentes en zonas industrialeso urbanas de intenso tráco rodado (Almeida et al.,2000: 859-864).

Obseracones de mcroscopía electróncade barrdo (MEB) y mcroanálss porenergía de dspersón de rayos X (EDS)

Las observaciones de MEB se llevaron a cabo conun microscopio Hitachi modelo S-3400-N. Las mues-tras se observaron en sección pulida y en supercie.Previamente ueron recubiertas con carbono comomedio conductor, utilizando un recubridor Sputter

Coater Polaron SC7620. Los microanálisis por EDSse eectuaron con un espectrómetro microanalizadorBruker AXS (133 eV) acoplado al microscopio.

En las micrograías de MEB de la muestra GA seconrma el resultado obtenido mediante el análisismetalográco. En la parte superior de la micrograíade la gura 8a se observa una zona de tono grismedio, que corresponde a la capa de corrosión conlos lamentos de grato, más resistentes a la corro-

sión que las ases de hierro. Los microanálisis delas zonas mostradas en la gura 8a se recogen enla tabla 3. Las áreas 1 y 2 contienen productos decorrosión (K, Ca y enriquecimiento en S), además deun elevado porcentaje de oxígeno de los óxidos ehidróxidos de hierro ormados. Los contenidos altosde Si en la zona 2 se deben a acumulación de polvoo suciedad. El Ti y Mo detectados en el área 2 po-drían provenir de restos de la pintura en la costra de

Tabla 3

Resultados de mcroanálss químcos EDS de dstntas áreas (fg. 8a) de la seccón transersal de la muestra GA (% en peso atómco).

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 Área O Fe Si P S K Ca Ti Mo C Mn

1 37,2 61,3 1,0 0,3 0,3 - - - - - -

2 35,5 59,5 3,0 0,4 - 0,2 0,2 0,9 0,4 - -

3 1,3 92,5 1,9 1,9 0,2 - - - - 1,3 0,9

301

Estudo sobre la conseracón de los materales metálcos de la achada prncpal de la estacón de Atocha (Madrd)

corrosión. El análisis químico del área 3 responde ala composición que se espera para la undición grisinalterada. Las micrograías MEB de la muestra FAtambién conrman los resultados de metalograía.En la gura 8b se presenta la microestructura de laperlita (zona 1), puntos de corrosión bajo las capasde pintura (zonas 2 y 3) y capas de imprimación y pintura en la zona oscura de la parte superior. Losresultados de los microanálisis químicos de EDS de

diversas áreas de la gura 8b son semejantes a losde la tabla 3.

La gura 8c presenta una micrograía MEB de lamuestra RA con la parte superior de la microestruc-tura del hiero pudelado y sus inclusiones de escoria, y en la parte inerior zonas que han sido atacadasdejando ormas semicirculares rellenas de productosde corrosión y/o de restos de pintura que, posible-mente, se aplicó después por encima. La zona clara

 y estrecha de la parte más inerior presenta la mismamicroestructura y textura que el hierro pudelado, loque indica que la corrosión ha progresado al abrigodel propio material metálico y/o de las capas de pin-tura. En la tabla 4 se resumen los resultados de losmicroanálisis de las zonas señaladas en la gura 8c.

El área 1 presenta la composición esperable para elhierro pudelado con bajo contenido de carbono. Elárea 2, con porcentajes elevados de oxígeno, es unainclusión de escoria con pequeños contenidos de si-licio y calcio. El área 3 presenta el menor contenidode hierro, un elevado porcentaje de oxígeno de losóxidos, y contenidos bastante altos de silicio, carbo-no y calcio, atribuibles a productos de corrosión y/orestos de pintura.

Las micrograías MEB de la costra de corrosióndesprendida de la garra racturada de la quimeraderecha (muestra C1) (g. 8d), presentan microes-tructuras heterogéneas debidas a los óxidos e hi-dróxidos de hierro originados por la corrosión (verapartado Análisis por diracción de rayos X»), así como a depósitos de suciedad, polvo y sales inso-lubles. En la tabla 5 se resumen los resultados mi-croanalíticos promedio de un área representativa de

la muestra C1. Este resultado indica que la composi-ción de la undición se ha degradado por la orma-ción de óxidos e hidróxidos de hierro, así como deotros posibles productos de la corrosión que des-truyen la proporción de aleantes minoritarios en laundición original.

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Fgura 8. Mí MEB : ) u GA, b) u FA, ) u RA, ) u C1.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

302

Procesos y mecansmos de degradacón

Las condiciones atmoséricas promedio de Madridcapital (temperatura media 14,6º C, humedad rela-tiva 57%, 63 días de lluvia anuales y 2.769 horasde sol anuales) no se pueden considerar severaspara la correcta conservación de obras escultóricasrealizadas en undición de hierro, ni para producir

una meteorización de riesgo (Feliu, Morcillo y Fe-liu, 1993: 403-414) en todo el resto de elementosmetálicos, vidrios, morteros, sellantes y sujecionesde cualquier tipo. Sin embargo, el hecho de que laestación de Atocha se encuentre en el corazón del i d d tit t ál i d

supercie (Cole et al., 2004: B627-B635). Sin embar-go, la presencia de gruesas costras de corrosión des-prendidas por completo del metal y la presencia decostras más delgadas adheridas sugiere que, ademásdel ataque hidrolítico, se ha superpuesto otro meca-nismo que ha intensicado la corrosión. El análisismetalográco y por MEB/EDS, así como las asesdetectadas por DRX en las costras, indican que lameteorización ha tenido lugar en un medio relativa-

mente contaminado, semejante al que se produce enzonas industriales. En este caso al ataque hidrolíticose suma el ataque en medio ácido, avorecido porla combinación de la humedad ambiental con loscontaminantes ácidos (SO

2, NO

x, CO

2, etc.). En su

mayoría dichos gases proceden de la combustión delos motores que usan combustibles ósiles y de laschimeneas de caleacción. No se puede descartar eleecto de las emisiones de las locomotoras de car-

bón y de motor diésel que circularon durante déca-das por la estación y sus inmediaciones.

El mecanismo del ataque químico (Hoerle et al.,2004: 1431-1465) que tiene lugar cuando las aleacio-nes de base hierro se exponen al aire húmedo encondiciones neutras es el siguiente (Nagano, Doi y  Yamashita, 1998: 127-133):

Fe0 (s) → Fe2+ + 2 e- E= + 0,44 v (1)

1 /2 O2 (g) + H2O + 2 e- → 2 OH- E= + 0,40 v (2)Fe0 (s) + 1 /2 O

2(g) + H

2O → Fe(OH)

2(s) (3)

2 Fe0 (s) + 3 /2 O2(g) + H

2O → 2 Fe(OH)

3(s) (4)

El producto nal es de color pardo rojizo, no seadhiere a la matriz y se desprende ácilmente orman-do las costras de corrosión o herrumbre (Otero et al.,2002: 807-812).

Cuando el medio es ácido, son los iones H+ proce-

dentes de dicho medio los que se reducen a hidróge-no elemental según la reacción:

2 H+ (l) + 2 e- → H2 (g) E= 0,00 v (5)

E t i ió d d ió d l

Tabla 4

Resultados de mcroanálss químcos EDS realzados en dstntas

áreas (fg. 8 ])de la seccón transersal de la muestra RA (% en

peso atómco)

 Área O Fe Si P C Mg Ca

1 - 98,1 - 0,3 1,2 0,5 -

2 32,3 64,7 0,5 0,9 1,1 0,1 0,5

3 15,7 43,2 3,3 0,5 36,1 - 1,2

Tabla 5

Resultado promedo de mcroanálss químcos EDS realzados

en un área representata de la superfce de la muestra C1

(% en peso atómco)

 Área O Fe Si S C Al Mn

completa de una

micrograía31,0 64,0 0,8 0,5 2,6 0,3 0,9

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la ciudad y que constituya un punto neurálgico decomunicaciones inter e intra urbanas, hace que elentorno esté aectado por un intenso tráco rodadoque incrementa la concentración de contaminantes

gaseosos de características ácidas, así como la pre-sencia y deposición de partículas (Chico et al., 2005:479-486). En una primera ase, la interacción de estetipo de atmósera con los elementos metálicos deter-mina un ataque químico en medio hidrolítico en su

Esta semirreacción de reducción sumada con lasemirreacción (1) de oxidación del hierro metálicoresulta:

Fe0

(s) + 2H+

 → H2 (g) + Fe2+

(6)

Los iones hierro (II) reaccionan posteriormentecon la humedad atmosérica para ormar los hidróxi-dos de Fe (II) y de Fe (III).

303

Estudo sobre la conseracón de los materales metálcos de la achada prncpal de la estacón de Atocha (Madrd)

Soldadura en río y sellantes

Los adhesivos y sellantes desempeñan un papel im-portante en la restauración y conservación de obrasescultóricas de gran tamaño, como es el caso de lasquimeras. El análisis macroscópico de los ragmentosdesprendidos pone de maniesto que se aplicarondirectamente sobre las piezas metálicas sin limpiar

completamente, es decir, sin eliminar de su supercielas costras de corrosión y otros productos de su me-teorización. También es posible que se aplicasen sinlas condiciones ambientales requeridas de humedad y temperatura, y que se ormara una intercara de aire y/o humedad entre ambas supercies que no sólo noimpidió la corrosión, sino que avoreció su avance alabrigo del exterior. Como posibles materiales a utili-zar en los trabajos de restauración y reintegración, se

estudió la resistencia químico-ísica de tres sellantescomerciales (muestras SC1, SC2 y SC3, tabla 1). Conel n de investigar su resistencia a la meteorizaciónse llevaron a cabo los experimentos que se indican acontinuación.

Ensayo A: ciclos de envejecimiento acelerado encámara climática

Los ensayos se llevaron a cabo en una cámara Dyco-metal, modelo CCM-25/81, durante un mes, cuatrociclos al día consistentes en un primer periodo a 60ºC y 80% de humedad relativa y un segundo periodoa -15º C y 80% de humedad relativa. En un ragmentolimpio procedente de la muestra GA se aplicó en una

de las caras el sellante SC1, y en la otra el sellanteSC2. También se realizó el mismo ensayo con sendosragmentos independientes de cada uno de los tressellantes, curados en el laboratorio a 23º C y 40% dehumedad relativa. Los resultados demostraron que elsellante SC1 se altera mostrando bordes ligeramen

Ensayo B: meteorización acelerada en atmóserauertemente ácida

El ensayo se realizó en una atmósera a pH~1,0 quesimula una exposición prolongada en atmósera ur-bana muy contaminada. Las muestras se introduje-ron en un desecador de vidrio herméticamente ce-rrado conteniendo HCl concentrado (7N), duranteuna semana. Los resultados demostraron que el se-

llante SC1 se deterioró severamente: cambió su as-pecto original gris con pequeños puntos brillantes,correspondientes al polvo metálico reorzante de lamatriz, por un color crema opaco algo heterogéneo y sin distinción de puntos con brillo metálico. Elsellante SC2 no experimentó alteraciones signicati- vas. Después del ensayo el ragmento independien-te de sellante SC1 presentó menor rigidez respectoal ragmento original, no se observan los pequeños

puntos con brillo metálico y su color cambió de grisa beige. El ragmento independiente del sellante SC2no presentó signos de degradación alguna despuésde este ensayo.

Ensayo C: meteorización acelerada en atmósera

ligeramente ácida

El ensayo se realizó en una atmósera a pH~2,4 quesimula una exposición prolongada en atmósera ur-bana de contaminación media. El ensayo se llevó acabo introduciendo las muestras en un desecadorde vidrio herméticamente cerrado conteniendo HCldiluido 10 veces en volumen, durante tres semanas.Tras el ensayo se observó que el sellante SC3 aplica-

do en una cara de la undición no experimenta de-terioro alguno; sin embargo, el sellante SC1 mostrócambio de color y aspecto supercial. Como era deesperar, el ragmento de undición se oxidó notable-mente: en su supercie se identicaron abundantesproductos de corrosión pardo rojizos y ormaciones

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sellante SC1 se altera mostrando bordes ligeramen-te desprendidos del sustrato metálico y que ambaspartes se pueden separar manualmente. El sellanteSC2 no mostró signos de alteración y mantiene su

adherencia a la pieza metálica. Los ragmentos inde-pendientes de los sellantes SC2 y SC3 resultaron sinalteraciones, mientras que el del sellante SC1, aunqueno presentó signos evidentes de degradación, perdióel brillo y la apariencia original.

productos de corrosión pardo-rojizos y ormacionesglobulares con aspecto de ampollas. En cuanto a losragmentos independientes de los tres sellantes, lamuestra SC1 presentó signos de degradación inci-

piente, con pérdida de brillo y decoloración parcial,e incluso con la aparición de algunas picaduras ais-ladas blanquecinas. En las muestras SC2 y SC3 nose observó ningún tipo de alteración, tanto en susupercie como en su masa.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

304

Consderacones nales

Los resultados analíticos obtenidos señalan la conve-niencia de realizar una tasación detallada de las pie-zas ornamentales de undición, especialmente de lasquimeras y del gran ragmento desprendido, y agru-parlas en tres grupos de intervención: a) piezas sinracturas donde es suciente una limpieza prounda,imprimación y pintado; b) piezas con racturas y de-

gradación severa en las que hay que realizar tareas deunión, además de limpieza prounda, imprimación y pintado, y c) piezas constituyentes de las quimeras y gran ragmento desprendido para proceder a su des-montaje, limpieza prounda, montaje y unión del granragmento desprendido, imprimación y pintado.

En el caso de altas de piezas de undición, altasparciales en una pieza, piezas con deectos macroscó-picos u otras contingencias que requieran reposición,

los resultados de los análisis sugieren que los mate-riales de sustitución preeribles sean los siguientes:para las quimeras, undición gris de matriz errítico-perlítica; para las piezas en orma de for, undicióngris de matriz perlítica; y para los roblones, tornillosde acero de alta resistencia con cabeza redondeadasimilar a la parte semiesérica de los roblones origi-nales. Las piezas que altan deberían reponerse conpiezas de undición de las calidades y características

indicadas, abricadas ad hoc a partir de un molde ex-traído de los modelos originales que se encuentranen mejor estado de conservación.

En cuanto a los sellantes, el sellante SC1 (resinaepoxi de dos componentes, soldadura en río) es ade-cuado para la unión de las piezas de las quimeras y de otras piezas de undición racturadas, y garantizauna unión mecánicamente resistente y temporalmen-te durable. Además, los resultados experimentales

han demostrado que es absolutamente imprescindi-ble que dicha unión se lleve a cabo sobre superciesrigurosamente limpias de depósitos. También es im-prescindible que la unión se realice en ausencia dehumedad, condensaciones y/o presencia de cualquierase líquida ya que la intercara undición/soldadura

ponente. Para la jación de los vidrios tras las barras verticales que sustentan los ornamentos de undiciónde la achada acristalada principal, es recomendableel uso de silicona tipo estructural (como el sellanteSC2 estudiado).

La limpieza de los materiales metálicos debe in-cluir la eliminación de pinturas anteriores, productosde corrosión y depósitos de cualquier tipo. Se podríaeectuar una proyección con granalla de acero o si-

milar, de grano esérico y con el tamaño más peque-ño posible para alcanzar una proundidad controladamenor de 100 μm. Respecto a los sistemas de pinturasse requiere que las capas de imprimación y pinturasestén exentas de especies tóxicas y/o contaminantes.Pueden utilizarse imprimaciones basadas en com-puestos de zinc dispersos en matrices de tipo epoxi(espesor entre 30 a 70 μm) (Feliu, Morcillo y Feliu,2001: 591-597; Feliu et al., 1993: 43-48). La capa pro-

tectora intermedia deberá ser especíca para metalesexpuestos a la intemperie y resistir los medios húme-dos y/o contaminados. Simultáneamente debe poseerbuena adherencia y compatibilidad con la capa deimprimación, así como fexibilidad rente a la capa depintura de acabado. Dicha capa (espesor entre 50 y 100 μm), debe ser resistente a los agentes atmoséri-cos y con una estabilidad probada en cuanto a color,brillo y textura. Asimismo, sus características mecáni-

cas deben garantizar resistencia al rayado, abrasión,impactos y agresiones que induzcan al deslaminado.

Agradecmentos

 A los programas Consolider Ingenio 2010 (Re. TCP

CSD2007-00058) y Geomateriales (Re. S2009/Mat-1629).

Bblograía

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ase líquida, ya que la intercara undición/soldaduraen río y su adhesión son extremadamente sensiblesa dichas contingencias. Las uniones con este tipo desoldadura en río deben aislarse completamente de

la atmósera. Para ello sería adecuado un sellamien-to exterior de tipo fexible (como el sellante SC3) y un sistema de pintura convencional. La aplicación desellamientos para otros usos puede realizarse con unsellante tipo fexible a base de poliuretano monocom-

Bblograía

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306

Mu : u u

Soledad DíazIu P Cuu E

.@u.

Elena MoraAqu u

Resumen

La llegada al IPCE de un lote de piezas, procedentesdel departamento. de Egiptología del Museo Arqueo-lógico Nacional de Madrid, entre las que se encuen-tran 12 pequeños estuches amuletos metálicos conrepresentaciones de animales, nos brinda la oportu-

nidad de realizar un estudio pormenorizado de lastécnicas de manuactura de estos bronces y los pro-blemas que plantea la aplicación de tratamientos deconservación-restauración a los mismos.

Las técnicas metalúrgicas utilizadas en la abrica-ción de este tipo de objetos, ueron usadas en el Egip-

mando una capa ennegrecida en el interior a causa delproceso. El tipo de abricación de estas piezas permiteque uno de los lados permanezca abierto para intro-ducir las reliquias y posteriormente cerrarlo sellándolo.

Todos los estuches contenían en su interior restosmomicados, la mayoría han sido expoliados rom-piéndolos para extraer el contenido, pero restos de

huesos, textiles y materiales de momicación se hanconservado adheridos a las paredes. El análisis de es-tos determina los materiales utilizados en los ritos demomicación, que en contacto con el metal originanprocesos de corrosión característicos. Precisamente lapresencia de estos restos orgánicos nos impiden la uti-

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to Ptolemaico. Los estuches, son bronces undidos conla técnica de la cera perdida y conservan en el interioruna capa ennegrecida debida, posiblemente, a la usióndel contramolde interno (yeso, madera) y el metal. Esbastante probable que la madera tuviese algún trata-miento con materias orgánicas para endurecerla (cola,resina, etc.); estos elementos combustionaron duranteel proceso de undición, quedando carbonizados, or-

lización de algunas técnicas de diagnosis como fuo-rescencias o RX.

Palabras clae

Portaamuletos, bronce, momicación, abricación,conservación.

307

Metalurga y momfcacón: la conseracón de estuches portaamuletos egpcos

Abstract

The arrival at the IPCE o a group o metallic piecesrom the Egyptology Department o the National Ar-chaeological Museum in Madrid, has allowed us tostudy their manuacturing techniques as well as theproblems we had to ace during their treatments.

The objects we reer to in this text, are 12 all me-tallic relic-boxes with animal representations. They are

made using the common Ptolomeic metallurgical te-chniques such as using with lost wax. Consequently,there is a black scale still visible inside, which is pro-duced by the burning o an internal core, usually con-sisting o sandy clay or organic material. The boxesneed to be hollow and leave one side open in orderto insert the relics inside. Aterwards they were sealed.

The relic-boxes contained mummied remains,the majority o which have been deliberately sacked

and broken with the purpose o extracting the con-tent, but rests o textile and mummied materials arestill adhered to the inner walls. Their analysis willdetermine the materials used in mummiying rites.In act, the presence o organic traces disturbs theresults o fuorescence techniques or radiographies.Their deterioration also produces characteristic corro-sion processes.

Keywords

Relic-box, bronze, mummication, manuacture,conservation.

IntroduccónEl trabajo del metal en el Egipto araónico se ha po-dido documentar gracias a las uentes escritas, ico-nográcas y arqueológicas: en las representacionespictóricas, bajo relieves e inscripciones en las paredes

De todas las escenas que representan los trabajosde manuactura metálica, las mejores son las que apa-recen en los muros de la tumba de Rekhmira XVIIIDinastía, en Tebas. Las escenas muestran los diversospasos en la abricación de las puertas de un templo(Davies, 1943; Wainwright, 1944).

Recientemente se han identicado «talleres» de a-bricación de objetos de metal en varios lugares delEgipto araónico. Uno de los principales centros de

manuactura de aleaciones de cobre es Qantir, an-tigua Piramesse, en el este del Delta (Pusch, 1990).Esta excavación ha revelado una cronología de nalesde la XVIII y principios de la XIX Dinastía. Se hanencontrado evidencias materiales de los procesos me-talúrgicos, crisoles, moldes, escorias y herramientasutilizados en la realización del trabajo de metal.

Estos datos nos llevan a una conclusión: el cobrearsenicado y el bronce se utilizan de orma regular

en Egipto desde la XVIII Dinastía. Si bien el uso delmetal por el hombre se data en época calcolítica en elPróximo Oriente, donde se encontraron las primerasmaniestaciones de este tipo de industria.

Manuactura de los objetos

Como todos sabemos el metal es el resultado de trans-ormar algunos minerales por medio de procesos ener-géticos. Los primeros materiales utilizados ueron eloro, plata y cobre nativo, manuacturándose en ríopor martilleado. Incorporando calor a este procesoobservaron que las características del metal varían,aumentando su maleabilidad y disminuyendo su ra-gilidad, para esto basta una temperatura de 200 a 300º

C. La usión del cobre requiere de una temperaturade 1.083º C, no está claro si se consiguió antes de lareducción del mineral, que no necesitaba temperaturastan elevadas. Se conoce con seguridad que el cobre,nativo o mineral, se undió y se introdujo en moldes yaen el  V milenio a. C., tal como aparece en Susa. Segu-

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de algunas mastabas y yacimientos excavados.Existe un gran repertorio de escenas de manuac-

tura metalúrgica. En Giza, en la XV Dinastía existeuna escena mostrando la producción del cobre; estaes posiblemente la reerencia más antigua de trabajosmetalúrgicos, en el jeroglíco dice: «no hay agrieta-miento si hay un calentamiento correcto» (Weinstein,1974: 23-5).

ramente las técnicas metalúrgicas se conocerían desdeel  Vii al Vi milenio a. C. en la zona de Próximo Oriente,pero hasta el  V milenio a. C. no se encuentran centrosespecializados en la reducción del cobre.

La undición del cobre no requiere de una tecno-logía mucha más compleja que la de la cerámica. Enépocas balcánicas se alcanzaban con acilidad tempe-raturas de 700º C y en Mesopotamia de 800º C e in-

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

308

cluso 1000º C, reduciendo así los óxidos y carbonatesde cobre. Además, ya se conocía la vasija-horno quepodía llegar a los 1250º C.

La obtención del metal requería de una metodolo-gía y utillaje especíco, el uego con leña al aire librealcanza temperaturas de 600-700ºC, insuciente parallegar al punto de usión del cobre. Los mineraleseran machados y pulverizados y se calentaban dentrouna pieza cerámica, alcanzándose así temperaturas

hasta los 900º C, con lo que se consiguieron las pri-meras coladas metálicas.

En el Código Hammurabi (1790-1750 a. C.) apa-rece una orden de envío al undidor de una grancantidad de madera verde, con ella se abricaba car-bón vegetal. Más tarde con el uego obtenido concarbón vegetal, se elevaba a 1000º C, suciente paraun proceso de undición, pero con la utilización delsoplado, incluso se aumenta la temperatura. Las pipas

de soplar, cañas con embudo de arcilla, parecen serlos instrumentos más antiguos utilizados para avivarel uego. Los uelles, abricados con piel de cabraaparecen documentados a partir del Imperio Nuevo.

El metal líquido se removía con varillas eliminandoasí el exceso de oxígeno. En las representaciones grá-cas aparece también la evolución tipológica de loscrisoles a lo largo del período araónico. En un primermomento eran proundos y muy estrechos, despuésanchos y muy abiertos.

También existen dierentes tipos: hornos de re-ducción del mineral, como los hornos de Timma (Is-rael) que datan del Imperio Nuevo (1555-1030 a. C.)

que tienen un tipo de tobera que permite elevar latemperatura hasta 1350º C gracias al aire insufado. Y hornos de reundición del metal, de dos tipos: en elImperio Antiguo son altos y estrechos en la parte alta; y en el Imperio Nuevo se caracterizan por ser másanchos y más bajos.

Para realizar los vaciados se necesitaban una seriede utensilios, existen representaciones egipcias de lasmanipulaciones de los crisoles ayudándose de unas

pequeñas protecciones en los extremos de los dedosde la mano, o más tarde con la ayuda de dos ramasfexibles de madera verde. Los moldes en el Imperio Antiguo son de piedra, abiertos y monovalvos. En el

   L   i  n   (   C  o  u  n   t  s   )

500

 

 AragonitoPlagioclasa

Feldespato potásico

Illita/moscovita

Cuarzo

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 Amuleto-Sarcófago (34170) (Granos negros)26-0911( I) - Illite-2M1 [NR] - (K,H3O)Al2Si3AlO10(OH)2

41-1475(*) - Aragonite- CaCO319-0932( I) - Microcline, intermediate - KAlSi3O8

31-0966( *) - Orthoclase- KAlSi3O8

76-0758( C) - Albite low- Na1.09(Al1.09Si2.91O8)

46-1045(*) - Quartz, syn- SiO2

Granosmorados- File: Amuleto-1.RAW

0

2-Theta - Scale

4 10 20 30 40 50

Fgura 1. D ú u.

309

Metalurga y momfcacón: la conseracón de estuches portaamuletos egpcos

  n

  o  u  n  s

50

100

 

Calcita

 Atacamita/Paratacamita

 Aragonito

Cuarzo

Imperio Medio aumenta el tamaño de los objetos un-didos. Por último en el Imperio Nuevo nos muestrangrandes moldes cerrados.

El proceso de manuactura más simple en el anti-guo Egipto sería, el martilleado de pequeños lingoteso incluso de pequeños trozos de cobre nativo, y ha-cer pequeñas planchas para ser dobladas y cortadasde la orma requerida. Las cualidades necesarias paracrear vasijas complejas tridimensionales a partir de

una plancha y unir componentes separados con re-maches y otros métodos mecánicos, se desarrollaronen la primera Dinastía (3100-2890 a. C.).

 A excepción de la mayoría de las vasijas, contene-dores y algunas herramientas, los objetos de aleaciónde cobre egipcios generalmente ueron undidos a suorma nal y después era necesario solamente limpiar y quizás añadir los detalles decorativos. Sin embargo,las armas y herramientas undidas requerían un tra-

bajo mecánico más intenso para endurecer los los y ser más útiles.

Los moldes abiertos eran esculpidos en piedra, omodelados en cerámica o incluso en arena. Las or-

mas tridimensionales, requieren moldes en varias sec-ciones que podían desmantelarse para retirar el va-ciado. Se han encontrado algunos moldes en piedra y terracota que ueron usados para hacer los modelosde cera, que se usaron en el proceso de undido a lacera perdida, no para undir directamente el objeto -nal. En tiempos predinásticos ya se abricaban objetostales como lingotes, hachas planas y cinceles.

Las paredes de las mastabas omiten la técnica de

la cera perdida quizá por la dicultad que entrañabarepresentarla. Los egipcios nos han dejado muchasmuestras de dicha técnica, sobre todo a partir del Im-perio Nuevo en adelante.

En los procesos de undición a la cera perdida, elmodelo del objeto deseado se modela o moldea encera o algún otro material ácil de modelar y con unabaja temperatura de usión. Se supone que no se usa-ba cera de abeja únicamente, esta cera sola es dema-

siado blanda para artículos nos o complejos, sobretodo en climas cálidos. En tiempos más recientes, seempleó una mezcla de resina-aceite o cera-resina y plomo en algunos periodos.

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 Amuleto-Sarcófago (34170) (Granos verdes)

50-1558( I) - Paratacamite, Zn-rich - (Cu,Zn)2Cl(OH)3

25-0269( I) - Atacamite - Cu2+2Cl(OH)3

41-1475( *) - Aragonite- CaCO3

05-0586(*) - Calcite, syn- CaCO3

46-1045(*) - Quartz, syn- SiO2

Granosverdosos - File: Amuleto-2.RAW

0

2-Theta - Scale

4 10 20 30 40 50

Fgura 2. D u .

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310

Fgura 4. R u u-.

El modelo de la cera se cubría con un material de«envoltorio", generalmente arcilla con alguna materiaorgánica y se peroraba un agujero abajo de la super-cie externa al modelo. Cuando la arcilla se calientala cera se quema o fuye hacia uera y el metal un-dido se puede verter dentro. Una vez enriado y soli-dicado, el molde se rompe para extraer el vaciado.El objeto entonces requiere la retirada de cualquiersaliente o deecto supercial. A la pieza generalmente

se le da, para acabar, los detalles nales a la super-cie y se pule. Se ha conservado esta capa de «envolto-rio» en la estatua de aleación de cobre de Harpocrates(Williams 1919: 3-7).

Las cajas-relicario de bronce se abricaban coneste proceso de undición a la cera perdida. El va-ciado hueco se realiza moldeando cera alrededor deun núcleo central, con ello no solo se ahorra material(metal), sino que también redundaría en un menor

encogimiento potencial, y por tanto, menor distor-sión en el molde. El núcleo interior lo más probablees que se realizase de la misma arcilla arenosa o losmateriales orgánicos que el envoltorio. Estos núcleosse volvían negros en el proceso de undido cuando lamateria orgánica, más la cera o resinas que había ab-sorbido el núcleo, ardían. Los núcleos ennegrecidosde este tipo son típicos egipcios. Potencialmente es-tos núcleos se pueden datar por termoluminiscencia

(Riederer, 1978) (gs. 1 y 2).Otros materiales que componen este núcleo cen-tral son el yeso, (probablemente escayola, sugiriendoque tales materias podían también haber sido usa-das para algunos «envoltorios»), el carbonato cálcicoen alguna de sus ormas (Riederer, 1982) (g. 3) eincluso de madera (Schorsch, 1988). Los núcleos de

las cajas-relicario se hacían intencionalmente para serextraídos después del undido, y así permitir la inser-ción de animales momicados (Jett et al., 1985).

En la parte superior de cada estuche aparece laimagen tridimensional del animal que portaba en suinterior; debido al reducido tamaño de los objetos,es de suponer que los animales que están momica-

dos en el interior tuviesen unas reducidas dimensio-nes, lombrices, pequeños reptiles (odios: serpientes y culebras, y pequeños saurios) (g. 4). El procesode momicación implica la pérdida del contenido lí-quido de los animales, y por tanto una considerablereducción del tamaño.

En la mayoría de los estuches aparecen en el pla-no superior, ubicadas diagonalmente, dos pequeñasanillas realizadas con una varilla metálica de sección

circular; tras cortar un pequeño ragmento, se dobla-ba en orma semicircular en caliente y por medio deprocesos de orja, se soldaba al estuche. Estas dosasas, servían para introducir un cordón y portarlassuspendidas del cuello o del cinturón (g. 5).

La abertura que se dejaba en uno de los laterales,se cerraba con la abricación de una plaquita metáli-

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Fgura 3. D bj b qu u bu ú.

se cerraba con la abricación de una plaquita metálica recortada según el tamaño y orma del hueco, enotras aparece un pequeño oricio rectangular que noocupa todo el lateral, este oricio permitía también elacceso al interior (gs. 6a y 6b). Por estas aberturasse introducía el animal momicado. El sellado no serealizaría por medios térmicos, ya que aectaría a losrestos orgánicos del interior, seguramente se adherían

311

Metalurga y momfcacón: la conseracón de estuches portaamuletos egpcos

con una mezcla de resinas actualmente sustituidas poruna amalgama derivada de los productos de corrosión.

La mayoría de los estuches han sido abiertos y yano conservan las placas o sistemas de cerramiento;uno de ellos conserva la placa pero no los restos dela materia utilizada para sellar. En la colección existendos cajas que no han sido violadas, y por lo tantoconservan sus sistemas de cerrado y sellado intactos.

Estas piezas aparecen descontextualizadas, no-sabemos con toda seguridad su cronología, aunqueotras similares pertenecientes a colecciones del Mu-seo Británico de Londres han sido datadas en el pe-riodo ptolemaico (332-30 a. C.).

Fguras 6a y 6b. Ej u- (qu-

), é ().

Fgura 5. A uj.

Fguras 7a y 7b. Au . L qu - .

piezas, y por otros estudios realizados en otras piezassimilares ( Jett et al., 1985). Este estudio desveló queuna serie de guras de halcones de bronce conteníanen su interior restos textiles y huesos (g. 8), para lo

que se utilizaron técnicas de análisis como radiogra-ía y endoscopia. En los análisis realizados de losproductos de corrosión, estas piezas, presentan losproductos típicos de corrosión del bronce: carbo-natos de cobre (malaquita y azurita). Se esperabaencontrar al realizar estos análisis osatos, al estaren contacto los huesos con el metal.

Momcacón

Los antiguos egipcios no sólo momicaban cuerposhumanos sino también todo tipo de animales, desdeleones y toros hasta lombrices. En algunos casos setrataba de animales de compañía, mientras que enotras ocasiones los animales se momicaban comoorendas de alimento para el diunto. Sin embargo, la

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Hstora y descrpcón de los amuletos

Como ya se ha comentado anteriormente, se sabe queestas cajas contenían animales o partes de animalesmomicados en su interior (gs. 7a y 7b) porque sehan encontrado ragmentos de estos en alguna de las

Fgura 8. R u u u u bj.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

312

mayoría de los animales eran momicados por razo-nes religiosas. Los egipcios creían que la mayoría desus dioses y diosas eran capaces de aparecer sobrela tierra bajo la orma de un animal sagrado. Estosanimales y objetos asociados ueron parte integrantede la vida terrenal y espiritual de los egipcios. Losacompañaron y protegieron en la vida y creían quetambién lo harían tras la muerte.

En época tardía esta práctica de portar amuletos

se generaliza. Y las especies que se momicaban eranmuy variadas: perros, gatos, cocodrilos, toros y vacas,carneros, babuinos, halcones, ibis, lagartijas, serpien-tes e, incluso, escarabajos.

Las técnicas de momicación empleadas en losejemplares más elaborados seguían aquellas aplica-das a los cuerpos humanos, incluyendo la eviscera-ción, deshidratación y vendado. Dichas operacionesse llevaban a cabo en un contexto ritual, acompa-

ñados por los ensalmos correspondientes. Aquellosembalsamados como orenda votiva recibían un trata-miento mucho más simple que suprimía la eviscera-ción: los cuerpos eran deshidratados o simplementeeran cubiertos de resina antes de ser vendados.

Funcón

Se trata de un amuleto, una acción protectora. Losegipcios gustaban de llevar estos pequeños obje-tos que ahuyentaban a malos espíritus y malecios.Como hemos comentado, debían de suspenderse,pues en muchas piezas se observa la colocación dedos asideros circulares, para introducir un pequeñocordel. Mediante la posesión de este objeto se preten-día evocar algún tipo de protección especíca.

Todos son pequeños, de un máximo de unos 12cm, y su cronología se concentra en torno al ReinoMedio. Periodo Ptolemaico.

La cobra y las serpientes en general ueron símbo-los de resurrección y de nueva vida y estaban ligadasa los mitos solares del tránsito por el cielo y el in-

En los palacios y templos los animales ueron re-presentados como parte sustancial de la vida diaria,como en el Ramesseum, templo unerario de Ram-ses II, de la Dinastía XIX, en donde vemos, en unasala importante adosada a la biblioteca, las pinturasque representan al dios Amón y a la diosa Mut y asu alrededor, en innumerables recintos, pinturas conmagnícas imágenes de todos los animales vivientesadorados en Egipto. Los animales y los objetos ueron

parte integrante de la vida terrenal y espiritual de losegipcios. Los protegieron en la vida y los acompaña-ron y protegieron en la muerte. El hombre, con ellos,ormó un todo inseparable y en total concordancia y armonía con la naturaleza.

Las creencias religiosas de los egipcios estuvieroníntimamente ligadas al otro mundo, a ese mundo endonde el muerto seguía viviendo como en la tierra,con las mismas necesidades las cuales había que re-

solver. Por ello se les enterró con una serie de objetosmateriales, además de las plegarias. Ellos creían queormaban parte de un mundo que era un organismo vivo, por lo tanto el morir no resultaba una rupturaestricta, sino simplemente una reintegración. Tanto la vida como la muerte eran parte integral del ordena-miento armonioso del universo.

Estado de conseracón

Los objetos metálicos tienden a volver a su estado na-tural, más estable; este proceso conlleva una serie decambios químicos y electroquímicos que en conjuntose denominan procesos de corrosión, se producién-dose cambios en su composición química y provo-cando un aumento de volumen.

Las piezas objeto de estudio presenta un buen es-tado de conservación, en su mayoría, debido tanto alproceso de abricación, como a las condiciones am-bientales tan avorables de Egipto para la conserva-ción de piezas de bronce y otros materiales.

La caracterización de las piezas presentan en ge-

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p yramundo. La más importante ue sin duda, la cobra,símbolo del ureo, emblema y protector de la realeza.También ue protectora del Bajo Egipto. Se le adorabaespecialmente en Buto donde se colocaban muertas,en cajas de bronce o madera trabajadas con relievesrepresentando a la serpiente, a veces con cabeza hu-mana con la doble corona y el ureo.

p p gneral una corrosión uniorme que se orma cuando elataque del metal es constante y por toda la superciedel metal. Es típica de metales en estos ambienteshomogéneos, en donde se orma una capa de oxida-ción protectora. En muchas ocasiones a este tipo decorrosión se le denominará «pátina» atribuyéndole un valor histórico-estético.

313

Metalurga y momfcacón: la conseracón de estuches portaamuletos egpcos

 Algunos amuletos habían sido ya tratados y otrosse encontraban intactos, conservando en supercietierras amalgamadas con la corrosión. Encontramosuna película externa de carbonatos básicos de cobre:malaquita Cu

2(OH)

2CO

3y azurita Cu

3(OH)

2(CO

3)2;

ambos compuestos son estables y crean pátinas pro-tectoras muy uniormes. Bajo esta primera ase decarbonatos existe una capa de óxidos: cuprita CuOdirectamente adherida a la supercie metálica.

El problema principal para asegurar la estabili-dad de las piezas es la existencia de cloruros acti- vos, su agresividad supone una seria amenaza parala conservación del cobre y sus aleaciones (g. 8).Los cloruros básicos de cobre: atacamita y parataca-mita Cu

2(OH)

3Cl, son compuestos que retienen gran

cantidad de agua, por lo que ejerce una importantedeormación en la supercie.

 Algunas de estas piezas están ragmentadas inten-

cionadamente para poder extraer el contenido de lascajas, pues en el siglo  xVii y  xix  existía un activo co-mercio de restos momicados que se utilizaban paranes tan variables como abonos, bases de pigmentos y medicinas.

Tratamentos

La conservación tiene por objeto la supervivencia alargo plazo de las piezas. En un principio se trata-ba de hacer restauraciones completas, muchas piezashan sido recortadas, soldadas y remachadas e inclusose hacían piezas a partir de varios ragmentos.

En los años cincuenta, se empieza a dar más im-portancia a la compresión, análisis y comparación delos objetos antes de iniciar el proceso de restauración.Pero el corpus de criterios y la deontología proesio-nal llegada la década de los ochenta del pasado siglo,recomienda las tendencias principales: de mínima in-tervención y conservación preventiva.

Estas piezas metálicas suelen presentar problemasde inestabilidad debido a los productos de corrosión

Si bien dentro de la metodología de intervenciónen conservación y restauración, una de las primerasases es la aplicación de técnicas analíticas, nos en-contramos con el problema que plantea la compo-sición y volumetría de las piezas y la presencia derestos orgánicos. A este respecto hemos suprimido eltradicional análisis radiográco por dos razones esen-ciales: primero porque las láminas metálicas se super-ponen al tratarse de un paralelepípedo; segundo y 

más importante, porque cualquier impacto energéticoen los restos orgánicos, modica irreversiblemente re-sultados de análisis de cronología absoluta como elC14.

Las piezas han sido tratadas de distinta orma de-pendiendo de las características de cada una de ellas.Las que se encontraban abiertas (es decir sin restosen su interior de animales momicados) y presenta-ban productos de corrosión inestables, como cloru-

ros, se han tratado con tratamientos de desalación abase de AMT y BTA, seguidos de las ases de secado y aplicación de una barrera sintética protectora.

Se han reservado los dos amuletos que aparecenintactos sin aplicar ningún tratamiento; uno que apa-recía con la tapa lateral dañada, se extrajo el interior y está en proceso de estudio.

Conclusones

Las pequeñas cajas-amuleto de bronce con contenidoorgánico, resultaban comunes para los egipcios y hanllegado hasta la actualidad en ocasiones intactas, estonos ha permitido conocer su unción.

Se ha podido determinar mediante estudios ar-queométricos, la composición y los sistemas de a-bricación del metal, que resultan coincidentes con lastecnologías de la época.

La presencia de dierentes elementos con moro-logías especícas diculta el estudio de las mismascon métodos tradicionales, puesto que algunos aná-lisis pueden intererir con los resultados obtenidoscon otras técnicas. Se recomienda establecer una pla-

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anteriormente comentados, y en algunos casos unaintervención mínima, como sería el caso de una lim-pieza mecánica sin estabilizar, no asegura la estabi-lidad de la pieza. Valoramos por tanto la aplicaciónde un tratamiento químico que siempre aectará a lapieza, modicando sus propiedades (tanto químicascomo ísicas) y por tanto su aspecto.

nicación previa para la aplicación de los dieren-tes métodos analíticos, realizando en primer lugarlos estudios de cronología absoluta y relativa en losrestos orgánicos, y posteriormente estudios ísicos oquímicos.

 A pesar de tratarse de elementos comunes, la in- vestigación en conservación sobre este tipo de pie-

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

314

zas resulta poco habitual, impidiéndonos compararlos resultados con otros tratamientos, evaluando ca-suísticas similares. A este respecto, incidimos en larelevancia que tiene para el área de conservación y restauración, la diusión de los resultados obtenidos.

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315

anteriores inadecuadas que desvirtúen su valor his-tórico, estético o documental. Estabilizar y consolidaraquellas partes constituyentes que aecten a la integri-dad de los materiales o la obra en sí, así como rein-tegrar todos aquellos elementos que sean necesariospara recuperar la correcta lectura de la obra, siemprede un modo discernible.

Pero sobre todo, debe respetarse y conservarsela pátina que el paso del tiempo ha originado en laobra, conservándose la supercie original de la mis-ma, pues es el refejo de su historia y del momentoen la que se elaboró y como ello merece atesorarse.

Resumen

Todas las obras de arte y aquellos objetos conside-rados bienes culturales, cuando requieren interven-ciones de conservación y restauración, merecen sertratadas con el máximo respeto y reversibilidad, y atender a las normas de la deontología de la restau-ración. Así pues, debe seguir los criterios del Códigode Ética de la proesión y alejarse de las interpreta-ciones subjetivas, prevaleciendo la doble polaridadque poseen; su doble instancia estética e histórica. Y en el caso especíco de las obras de orebrería,adquieren en la mayoría de los casos una tercera

Fu u bí u: j u u u Tb

Inmaculada Traer BadenesIu V C Ru B Cuu. V

@.

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Palabras clae

Plata, restauración, uncionalidad, pátina, DTPA, or-ebrería.

adquieren en la mayoría de los casos una tercerainstancia, la litúrgica y/o devocional, y que tambiéndebe prevalecer.

Por lo tanto, los tratamientos aplicados deben serecaces y permanentes. Deben, asimismo, respetarlas modicaciones y avatares que orman parte de lahistoria de la obra, y eliminar aquellas reparaciones

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

316

Abstract

 All the works o art and other objects considered cul-tural heritage, when in need o interventions in con-servation and restoration, deserve to be treated withthe maximum respect and reversibility, and should at-tend to the procedures o the deontology standards o restoration. Thereore, a criteria o the Code o Ethics

o the proession must be ollowed to move away rom subjective interpretations, prevailing the doublepolarity that they possess; its double aesthetic andhistorical instance.

 And in the specic case o the works o silver/goldwork, they would acquire in most cases a thirdinstance, the liturgical one and / or devotional, andthat also must prevail.

Thereore, the treatments must be eective and

permanent. They have to likewise, respect the mo-dications and vicissitudes that orm a part o thehistory o the work, and eliminate those previousinadequate repairs that distort the historical, aesthe-tic or documentary value. To stabilize and to conso-lidate those constituent parts that aect the integrity o the materials or the work, as well as to restore allthose elements necessary to recover the correct viewo the work, always in a discernible way. But espe-

cially, the patina must be respected and remain thereso the passage o time that the work underwent iskept with the original surace remaining, since it is aaithul refection o the history o the piece and o the moment in wich it was elaborated and deservesto be hoarded.

Keywords

Silver, restoration, unctionality, patina, DTPA, sil- verwork.

Introduccón

de intervención. De este modo, debemos llegar a unacuerdo de criterios que respete, tanto la ética de laproesión1, como, en la mayoría de los casos, el usolitúrgico y devocional de las obras. Debemos teneren cuenta, que no todas aquellas piezas de orebre-ría religiosa se encuentran expuestas en vitrinas demuseos.

Por el contrario, las intervenciones de conserva-ción y restauración, están destinadas a la consolida-

ción y limpieza de dichas piezas, para que puedan volver a exponerse al culto o utilizarse en actos litúr-gicos (tal es el caso de cruces procesionales, cálices,copones, custodias…). Por lo tanto, debemos llegar aun acuerdo, atendiendo a las necesidades de la obra y su nalidad, donde la elección de los materiales aemplear, sus características, reversibilidad y durabili-dad, jugarán un papel undamental.

Procesos de restauracón

Estudios previos

 Antes de realizar algún tipo de tratamiento se realizanlos estudios previos, con el n de determinar exacta-mente el verdadero estado de conservación en el que

se encuentran las obras. Así pues, se aplican diversosestudios, tanto del campo de los ensayos no destruc-tivos2, como destructivos. Se opta siempre principal-mente por la aplicación de los no destructivos, puesno implican una toma de muestras y nos orecen,de un modo muy rápido, unos resultados igualmentesatisactorios para la determinación del estado de lapieza. Después de haber obtenido los resultados dedichos análisis, se propone una intervención que pla-nicará la metodología a seguir.

Es muy importante la aplicación de estos sistemasde análisis antes de tomar una determinación, ya quesegún el tipo de aleación metálica, el resto de ma-teriales que constituyen la obra, y su estabilidad, seestablecerán los tratamientos más adecuados segúnla obra.

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Debido a las diversas procedencias de las obras que

llegan al departamento de metales y orebrería (mu-seos, coradías, colecciones privadas, iglesias…), elprimer paso que se lleva a cabo, junto con los pro-pietarios de dichas obras, es consensuar el criterio

1 P P P b P G

é qu u - E.C.C.O., b Ab G Bu, u 2002.

2 V Gk, J, 2004: Non-destructive microanalysis of cultural 

heritage materials. P. 15.

317

Funconaldad ersus conseracón en pezas de orebrería destnadas al culto: estudo y restauracón de la cruz procesonal de Tb

En el caso concreto de la cruz procesional de Tibi(Alicante), estos son los estudios aplicados que dieronuna visión más completa del estado inicial de las es-tructuras y los materiales: la toma, tanto inicial comonal, de otograía aplicada de alta calidad orece una visión exacta del estado de la obra antes y despuésde la aplicación de los tratamientos (gs. 1 y 2).

Estas otograías también se emplean en la elabo-ración de croquis de daños que generan un mapa de

patologías (g. 3) muy claro de visualizar, y sobretodo, constatan dichas alteraciones posteriormente altratamiento de restauración.

La primera prueba aplicada a la cruz procesional,ue la toma de rayos X (g. 4). Aplicando la radiogra-ía, pudimos apreciar tanto las capas internas, comola diversidad de materiales y modos de ejecución dela obra. Es decir, sin necesidad de desmontaje, pu-dimos estudiar los sistemas de anclaje de las estruc-

turas, como las pestañas y clavos que sujetaban lasplacas de plata (g. 5) y, por lo tanto, establecer elorden de desmontaje a seguir sin deteriorar ningunade las piezas.

En nuestro caso, se aplicó una recuencia com-prendida entre los 89-112 kV 3, en un sistema de ra-diograía digital, obteniendo imágenes colimadas degran detalle que posteriormente ueron unidas digi-talmente en un procesador de imágen.

 A través de los resultados de la termograía po-demos detectar dierentes materiales cuando éstosparecen aparentemente homogéneos, tales comosoldaduras o distintas densidades del metal (g. 6).Cuando se trata de piezas de plata su conductividadtérmica es una de las más elevadas entre los metales,indicando así que la plata es uno de los metales conmejor conducción del calor. Al observar, por tanto,las imágenes termográcas, se perciben determinadaszonas con una gran dierencia térmica.

Estas coinciden con las soldaduras ejecutadas conposterioridad a la creación de la cruz, siendo solda-duras realizadas con plomo que presenta unos valo-res mucho más bajos de conductividad térmica que laplata. Además, coincide con zonas con gran acumu-lación de suciedad ambiental, que puede avoreceresa dierencia térmica con respecto a las zonas más

Fgura 1. E u Tb. Fí: Pu-Mé.

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esa dierencia térmica con respecto a las zonas máslimpias.

Cuando el acceso a las estructuras internas resulta

complicado o imposible de conocer desde el exte-

3 LANG, MIDDLETON, 2005: 12-14. Radiography of cultural material .

Fgura 2. D u. Fí: Pu Mé.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

318

rior de las piezas, se recurre a la videoendoscopía.El sistema consiste en la introducción, a través de losoricios presentes en las obras, de una cámara desonda fexible con volcado de imagen digital que vi-sualizamos en tiempo real en un monitor, que a la vez nos permite grabar o almacenar otograías. Estonos permite la obtención inmediata de las imágenesdel interior de las mismas, observando en qué modoestán ensambladas las piezas.

Finalmente y debido a las circunstancias de laobra, en este caso, se digitalizó en 3D (g. 7). Paranuestro estudio, la aplicación de la digitalización 3D,orece la posibilidad, a través del examen comparati- vo, de determinar atribuciones y autorías.

Es decir, mediante la comparación de las dieren-tes morologías de supercie obtenidas a través de ladigitalización, se establecerían patrones de la técnicaaplicada por el orebre.

Su manera de trabajar, las herramientas y las hue-llas que proporcionan en la supercie, únicas en supraxis, nos sirven como testimonio. Esta aplicaciónpuede resultar de vital importancia en un uturo, yaque cabría la posibilidad de digitalizar las supercies

de obras similares a la que nos atañe, que estuvieranatribuidas, y a través de la comparación, extraer con-clusiones sobre las autorías. También orece la posi-bilidad de reproducir réplicas que estarían destinadasal culto para aquellas piezas de gran valor.

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Fgura 3. Cqu u. I: I T. Fgura 4. I . I: Ju Pé.

319

Funconaldad ersus conseracón en pezas de orebrería destnadas al culto: estudo y restauracón de la cruz procesonal de Tb

Para la caracterización del material empleado, laley de la plata constituyente y el estado en el quese encuentra, se aplica la microscopia electrónica debarrido acoplada con un sistema de microanálisis derayos X (MEB-EDX)4, que en la actualidad representauna de las herramientas que mejor responden a lasnecesidades en el campo del diagnóstico de los distin-tos elementos metálicos. Asimismo, también se obtie-nen resultados a través de la microscopía estereoscó-pica, la microscopía óptica (MO) y la espectroscopiainrarroja por transormada de Fourier (FTIR). En estecaso, dichos resultados, determinaban que las solda-duras estaban realizadas con una aleación de estañocon un bajo contenido de plomo, cobre y silicio. Loque nos indicaba que se trata de soldaduras de muy reciente actura. En cuanto a la plata correspondientea la lámina lateral que cubre el alma de madera de lacruz, presenta una aleación de un 10% de cobre res-

Fgura 5. Eu uu é . I-: Ju Pé.

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pecto a la plata (g. 8), y el resto de piezas presentanuna aleación de un 2,5 % de cobre respecto a la plata,

4 P u uqu u . E , u .

Fgura 6. I . P b j, u .

I: Ju Pé.

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320

Fgura 7. I . I: Ju Pé.

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Fgura 8. E EDX SEM u. I: L F.

321

Funconaldad ersus conseracón en pezas de orebrería destnadas al culto: estudo y restauracón de la cruz procesonal de Tb

a excepción del astil y la manzana, que presentan un8,5 % de cobre.

Es curioso comprobar cómo aquellas piezas, sobretodo los remates en orma de angelito, que parecenser añadidos por reparaciones de otra época, presen-tan respecto a la plata, un 30% aproximadamente decobre y un espesor medio de 300µm. Además, lassupercies presentaban un plateado con un espesormedio de 5-10µm (g. 9), realizado con una aleación

respecto a la plata, de un 2,5% aproximadamente decobre. Todo el replateado está presente en toda la su-percie de las piezas correspondientes al árbol de lacruz, y no es patente en el astil y la manzana, lo quenos indicaría que debido a una antigua intervención,en la que se habrían repuesto altantes, soldados enplata (que no en plomo o estaño), se le habría cone-rido a la pieza un plateado en toda la supercie, a nde homogeneizar las distintas piezas y las zonas con

soldadura rígida. En el caso del astil y la manzana,que se encontraban en peor estado de conservación,no indicaban ninguna intervención antigua eectuadaen plata, sino solamente las soldaduras blandas, porlo que los análisis demuestran que en estas partesno se le había realizado este replateado. Con todoello, toda la supercie presentaba enómenos de sul-atación y cloruración de la plata, conriéndole unaspecto ennegrecido y empañado.

Valoracón de los procesos de lmpeza delas superíces de plata

En las intervenciones cotidianas de orebrería y enconcreto en la pieza que nos ocupa en este trabajo,resulta de suma importancia valorar la ase de la eli-minación de sulataciones en la plata y los materia-les que se utilizarán en este proceso. Para ello se harealizado un breve ensayo destinado a valorar de unamanera más objetiva este proceso de restauración. Sehan tomado como partida dos materiales para la lim-pieza, siendo uno de ellos especíco de restauración,el más aconsejado para la limpieza de plata, cobre y sus aleaciones; y otro, de carácter comercial, utilizadopor los orebres jo eros artesanos a n de compa

Breve ensayo para verifcar la eectividad de losproductos de limpieza en la eliminación de sul-ataciones

Objetivo del ensayo

El objetivo general que nos lleva a realizar este ensa- yo es saber si alguno de los productos destinados a laeliminación de las capas de sulataciones, producidaspor acción de los agentes atmoséricos sobre la plata,puede atacar o alterar la supercie de ésta. Por tantose ha diseñado un ensayo destinado a valorar unaserie de aspectos concretos que debemos conocer,como es:

1. Si el producto empleado en la limpieza causaalgún tipo de deterioro a la supercie del me-tal.

2. Si sobre la supercie del metal quedan restosdel producto empleado.

 Diseño del ensayo

Para realizar este ensayo se han utilizado unas lá-minas de plata pura previamente analizadas con mi-croscopio electrónico de barrido (SEM) eectuándose

Fgura 9. II MO 20× u. S b- ú u. I:L F.

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por los orebres, joyeros y artesanos. a n de compa-rar sus eectos, ventajas y desventajas.

De este modo, y aunque no se trata de un estudioproundo y comparado sobre diversos materiales queexisten en el mercado, nos resultará de gran utilidadpara comprobar la eectividad de dichos tratamientos.

croscopio electrónico de barrido (SEM), eectuándoseun microanálisis de la supercie y unas tomas oto-

grácas a partir de electrones retrodispersados. Estosdatos van ha ser necesarios para tener reerencias y poder compararlas con las que se obtengan, cuandouna vez aplicados los productos de limpieza sobre

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

322

ellas sean de nuevo analizadas. Además, se aplicarán,tanto previa como posteriormente, tomas colorimétri-cas a n de obtener patrones con los que compararlas tomas muestra que se registren tras la limpieza.

 Metodología

Se han tomado dos láminas de plata, cortándose en

tres ragmentos proporcionales de cada una de ellas, y así tener tres probetas test de los dos productoselegidos para el ensayo. Uno es el DTPA5 y el otro esel Picklane6.

En cada uno de los ragmentos se han realizadounas marcas incisas ormando un cuadrado y así te-ner la reerencia de donde se realiza tanto el microa-nálisis de la supercie junto con las otos del SEM,como las tomas colorimétricas.

Una vez realizada la primera documentación depatrones iniciales se procedió a realizar la limpiezade la supercie de los ragmentos (tres por producto,para la estadística y los datos de media). El productoue aplicado mediante hisopo de algodón y elimina-do de la misma manera.

 Resultados 

Los resultados obtenidos nos indican que el DTPAeectúa una eliminación de la sulatación de un modomás supercial o menos agresivo que la eectuadacon el producto Picklane, más prounda y rápida.También, apreciamos en todas las probetas donde sehan aplicado los dos productos, una variación colo-rimétrica entre el patrón inicial y la muestra medidadespués del proceso de limpieza.

En ambos casos se han apreciado acumulaciones

de elementos de suciedad en las hendiduras incisasde reerencia. Como una migración de las zonas cen-trales de la supercie de los ragmentos a la perieriade éstos por eecto del rotado de hisopo.

5 Á é, (C14H18N3N5O10). A-

Conclusiones

Podríamos concluir diciendo que el DTPA es un pro-ducto más inocuo para los suluros que el Picklane,de acción más enérgica y rápida. En realidad en nin-guno de ellos se aprecian lesiones en la supercie delos ragmentos de plata ni restos de éste o de algu-no de sus componentes, sobre la supercie. De estemodo, el uso del Picklane o similares, no conserva

ningún resto de pátina, dejando una supercie des-carnada y, por lo tanto, no apto para la restauraciónde piezas históricas.

Por el contrario, el DTPA, puesto que se trata deun agente quelante, aunque también está basado enun ácido orgánico, se trata de un ácido débil capazde ormar enlaces con los iones metálicos. Una vezdisuelto en agua desmineralizada y desionizada, escapaz de ormar enlaces estableciendo complejos con

los iones metálicos. Una vez la acción secuestranteestá completa, el agente no participa más en ningunaacción química, volviéndose estable y el ataque de suácido, muy débil. Al ajustar el pH de las soluciones,podemos renar y optimizar su ecacia. Mediante laadición de un tensioactivo no iónico7 de pH básico,podremos lograr pH neutros, a la par que eliminamoslos problemas de tensión supercial, acilitando ade-más la limpieza.

Los restos de material encontrado en las incisio-nes puede deberse a un enómeno de arrastre por elmétodo empleado en la limpieza para el ensayo. Estomismo puede darse en piezas reales, por lo que es im-portante que el método de aplicación empleado másidóneo sea la inmersión de la pieza, descartando solola aplicación a hisopo para tratamientos puntuales, oen aquellas piezas en las que aparezcan policromíaso resulte dicultosa o peligrosa la inmersión. Otraaplicación posible sería a través de la elaboración de

geles de metilcelulosa, pero que también orece re-sultados de limpieza irregulares en comparación a lasinmersiones.

Procesos de intervención

La primera tarea que se realiza una vez se estudian

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qu u u í . S -

DTPA EDTA u qu

qu EDTA.6 E Pk u u qu u

jí bí. Cu u , . E bj b .

La primera tarea que se realiza una vez se estudianlos anclajes mediante los END y se detectan todas las

7 D T 100. C14H22O(C2H4O). Eu b .

323

Funconaldad ersus conseracón en pezas de orebrería destnadas al culto: estudo y restauracón de la cruz procesonal de Tb

patologías, es desmontar las obras. Esta tarea es unade las más costosas y delicadas de todos los proce-sos de intervención, puesto que no debe alterarse enninguna medida el material constituyente. Seguir elorden correcto en el momento de retirar las piezasmediante un sistema de numeración y siglado, serádecisivo para la conservación de la obra, así comopara el control de las múltiples piezas que puedangenerarse de dicho proceso (g. 10).

 A continuación se eliminan las intervenciones an-teriores inadecuadas. Estos procesos se basan prin-cipalmente en la adecuación de las soldaduras deplomo y estaño, ya que, en la mayoría de los casos,como el que nos atañe, cubren parte de la superciede la plata innecesariamente (g. 11). En ocasiones,no se eliminan completamente ya que esto supon-dría una intervención demasiado drástica y que po-dría aectar a la integridad de las obras, sino que se

respeta la soldadura necesaria para mantener unidaslas partes ragmentadas y solo se eliminan los excesosde estaño que alteran la supercie y no contribuyena su estabilidad, evitando así, volver a soldar la pieza.

Con el apoyo de los resultados de los estudiosprevios aplicados, se determina el mejor sistema deanclaje para la puesta en valor y uso de la pieza,en todos aquellos casos en los que se encuentre tandeteriorada que deba ser sustituida en situaciones ex-cepcionales. En el caso concreto de la cruz procesio-nal de Tibi, la estructura interna del árbol se encon-traba muy deteriorada impidiendo su uso devocional, y que, para recuperarlo, debía de estudiarse si con-solidar la estructura que llevaba, que no era original,o sustituirla por otra nueva. Dicha estructura, habíasido incorporada durante una intervención muy toscarealizada en los años cuarenta, y que sustituía la es-tructura original del siglo  xVi. Se encontraba en muy mal estado (g. 12), presentando grietas por las zonas

de las vetas de la madera, suras, pérdidas y un ex-cesivo número de peroraciones debido a las diversasocasiones en las que había sido desmontada. La utili-zación de tornillos y clavos de hierro habían ocasio-nado por los depósitos de herrumbre, oxidacionesen la zona de los extremos de la cruz, provocandoel debilitamiento de la madera y el desprendimientode las partes más salientes. Así pues, a pesar de la

Fgura 10. P j. Fí: I T.

Fgura 11. D u b u. Fí: I T.

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de las partes más salientes. Así pues, a pesar de lacontroversia que implican este tipo de intervencio-

nes, y atendiendo a la reuncionalidad de la obra, seoptó por elaborar una nueva estructura, ensambladaa media madera, a imagen y semejanza de la quepresentaba.

Fgura 12. D uu - . Fí: I T.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

324

Esta decisión ue tomada debido al mal estado deconservación de dicha estructura, que imposibilitaba volver a montar las piezas sobre ésta, ya que la hubie-ra debilitado más. La nueva estructura se elaboró conmadera de haya envejecida, tratada contra el ataquede insectos xilóagos y encerada, otorgándole una su-percie hidróuga que evitara absorber humedad per-judicial para la obra. Los bordes ueron redondeadospara evitar que se dañara la lámina de plata que la

envuelve lateralmente, y se respetaron, en las zonasde ensamblaje de las piezas de madera, unos milíme-tros que permitieran la contracción y dilatación de lamadera, sin que éstos aectasen mediante deorma-ciones a la cruz. Finalmente, se marcó con una «R»mayúscula (Reposición) y la echa de elaboración an de discernirla en intervenciones uturas.En cuantoa todas aquellas piezas elaboradas en plata, se some-tieron primeramente a un proceso de limpieza ísico-

mecánica, mediante brochas suaves y etanol.Con este proceso se eliminaron los depósitos desuciedad supercial, polvo y hollín. A continuaciónse procedió con la limpieza química, aplicando bañosde corta duración de agentes quelantes de metales al10% y tensioactivos no iónicos en una solución acuo-sa (g. 13). Según lo convenido por los resultados delos análisis.

Con este tratamiento se eliminaron los cloruros y los suluros de la plata, devolviéndole el aspectoplateado y brillante. Hay que hacer hincapié en estepunto, ya que es muy importante en estos tratamien-tos, no eliminar completamente la pátina de la plata, ya que supone una capa estable de protección ren-te a los agentes externos y no es dañina. Por lo tan-to, debe respetarse una capa mínima de pátina que

además ayuda a resaltar los claroscuros del trabajodel cincelado y burilado, embelleciendo el resulta-do nal de la pieza. Posteriormente, los tratamien-tos químicos son neutralizados a través de baños deagua desionizada.

Para evitar condensaciones y residuos de hume-dad en las obras, que serían dañinos tanto para laplata como para las estructuras de madera o hierrouna vez montadas, todas las piezas de plata se so-metieron a secado a través de chorro de aire ca-liente, en una estua a 60º C durante una hora deexposición.

Después se eliminan mecánicamente las deor-

Fgura 14. E u. Fí: Pu Mé.

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pmaciones presentes en las piezas más salientes en el

caso de que se requiera dicho tratamiento y se conso-lidan y reuerzan las roturas, grietas y peroraciones.Estas intervenciones se realizan desde el reverso delas piezas mediante soldadura en río en las roturas y 

Fgura 13. P quí b DTPA , u. F-í: I T.

325

Funconaldad ersus conseracón en pezas de orebrería destnadas al culto: estudo y restauracón de la cruz procesonal de Tb

 velo de bra de vidrio con una resina bicomponenteen las suras. Sólo se recurrirá a la micro soldadurade plata cuando sea estrictamente necesario.

Finalmente las piezas de plata, a n de evitar unuturo oscurecimiento, se protegen mediante una nacapa de resina acrílica completamente reversible y semontan sobre las estructura de madera o atendiendoa su anclaje original. Se utilizan los mismos clavos deplata originales que presentan las obras, restituyendo

solamente aquellos completamente imprescindiblespara su estabilidad.En este caso, la estructura interna de la manzana,

constituida por elementos de hierro y madera, uerestaurada y conservada para sustentar la cruz con la vara. De este modo, se devolvió la integridad y con-cepto original a la obra, pudiéndose procesionar denuevo sin haber perdido ni alterado ninguno de susaspectos estéticos o históricos (g. 14).

La orebrería debe recuperarse con todo su es-plendor, a través del restauro cientíco8, sin alterar susupercie, pues nos lega la historia de su pasado, desus avatares y del momento en el que ue creada. Porello, debemos tratar e intervenir las piezas de ore-brería respetando, no solo su valor crematístico, sinotambién su signicado devocional.

 Agradecimientos

 A Carmen Pérez García, directora gerente del IVC+R, Juan Pérez Miralles, coordinador del área de Investi-gación Aplicada, Livio Ferrazza, químico del labora-torio de materiales del IVC+R, Llanos Flores Madrona,restauradora del Departamento. de Metales y Ore-brería del IVC+R y Marc Voisot, responsable del De-partamento. de Relojes y Artes Mecánicas del IVC+R.

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327

Debido a que el recubrimiento de epoxi se obser- va en mejor estado, la evidencia apunta a que el re-cubrimiento de hule transparente, con deciencias ensu ormulación, está relacionado con la corrosión ob-servada en los aroles. A partir de la hipótesis de quees el propio hule clorado el que está causando estedaño, se plantea el estudio de sus eectos por medio

de modelos análogos en hierro gris con el mismo tipode recubrimiento, que serán sometidos a intemperis-mo en laboratorio con agua de lluvia, para evaluar elcomportamiento electroquímico de las muestras me-diante espectroscopia de impedancia electroquímica.

Resumen

Debido a sus notables propiedades de resistencia a lahumedad, durante algunos años se evaluó la posibili-dad de usar polímeros clorados como alternativa parala protección de objetos de metal expuestos al airelibre. Este es el caso de lo 16 aroles del Teatro Juárezde Guanajuato, obras de undición de hierro gris del

siglo  xix elaboradas por J. L. Mott en EE UU, para ilu-minar el acceso principal al teatro. A principios de ladécada de 1980 se les aplicó un barniz transparentede hule clorado con la intención de protegerlos, peroen la actualidad se puede observar corrosión por pi-cado bajo la capa de recubrimiento. Mediante el re-gistro microotográco del estado de las arolas queaún conservan el recubrimiento de hule clorado y su

ió d l i t id 2007

Eu ub í

Maurco Benjamín Jménez RamírezFu Hb, U Au S Lu Pí, Mé

u.j@u.

Juana María Mranda VdalesIu Mu, U Au S Lu Pí, Mé

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Palabras claeCorrosión, recubrimientos clorados, undición gris,mobiliario urbano.

comparación con dos arolas intervenidas en 2007 a

las que se les eliminó el recubrimiento clorado paraaplicar un recubrimiento epoxi de alquitrán de hulla,se evaluarán las posibles causas del deterioro obser- vado en los aroles con recubrimiento clorado.

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Abstract

The chlorinate polymers was oten used because itresistance to humidity, or that reason is also evalua-ted their use as anti-corrosive layer over cultural metalartiacts expose to outsides. That is the case o a 16streetlights in the main door o the Teatro Juárez inGuanajuato city, made in gray cast iron in the late

 XIXth century in the northamerican actory JL Mott. Inthe early 1980's they was restored and receive a pro-tective layer o chlorinated rubber as a translucent co- ver. Now is possible to see a pitting corrosion insideo the chlorinated coating. With a microphotographicrecord o the surace o the streetlights covered by chlorinated rubber and the comparative observationo the streetlights restored in 2007 without a chlo-rinated rubber and protected with a epoxy coaltarcoating, we made a evaluation about the causes o the corrosion phenomena in this case.

The epoxy shows a better perormance as protec-tive coating even change the looking o the metallicsurace, despite the rubber varnish show more corro-sion eects and probably it decient ormulation isrelated with the corrosion phenomena. We want tocontrast the infuence o the coating as the main cau-se o the corrosion, in the near uture, with a labora-tory model o cast iron with the same kind o coatingand electrochemical impedance spectroscopy to mea-sure the corrosion behavior in a rain water medium.

Keywords

Corrosion, chlorinated coatings, gray casting, streeturniture.

Introduccón

En la temporada de lluvias del año 2007, las autori-dades encargadas del cuidado del Teatro Juárez de laciudad de Guanajuato en el estado del mismo nom-bre en México se comenzaron a preocupar por el

una intervención emergente para evitar que el analcentral, que presentaba un importante desplome, pu-diera caer. A raíz de esta intervención se hizo patentelas deciencias en la conservación de todo el conjun-to, que llevaron a plantear la intervención integral detodo el conjunto de 16 piezas.

Los aroles del teatro salieron de las undicionesde J. L. Mott en EE UU a nales del siglo  xix y se co-locaron para engalanar la entrada principal del Teatro

 Juárez en su inauguración realizada en 1903. Des-de entonces surieron diversas alteraciones, ademásde deciencias que probablemente vienen desde sumontaje original, ya que en otograías de la décadade 1920 uno de los aroles ya aparecía con un im-portante ladeo. Al ser obras de hierro colado, estassurieron dierentes procesos de corrosión, por lo queen 1981 se emprendió su restauración como partede la restauración completa del pórtico del recinto.En ese momento se decidió proteger el metal de losaroles con un material que tuviera una probada re-sistencia a la humedad contemplando que este era elproblema que más aectaba a la corrosión de la es-tructura. Por ello se decidió usar un recubrimiento dehule clorado, al ser un material ya usado en recubri-mientos anticorrosivos y con una excelente resisten-cia al agua, por lo que era usado como recubrimientoen depósitos de agua y piscinas. Veinte años después,parece que esta decisión no ue la más acertada y es por ello que se ha comenzado a dar seguimiento y entender el comportamiento de este recubrimientopara dar más argumentos a una intervención integraldel conjunto de luminarias.

En la actualidad, se han intervenido tres de losaroles en parte por el temor a un colapso de losanales, pero el resto aún conserva el recubrimientoclorado, por lo que sirven como comparativo paraevaluar la evolución del recubrimiento y los eec-

tos que esta teniendo sobre el hierro de los aroles. Además de este seguimiento se realizaran modelosexperimentales para determinar con mayor precisiónla velocidad y eectos de deterioro del hule cloradosobre el hierro de los aroles. Por el momento, sepresentan los resultados del seguimiento comparativode los dos grupos de aroles, así como de los eectoscorrosivos que se pueden observar asociados al re-cubrimiento clorado Esto nos lleva a la discusión de

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bre en México, se comenzaron a preocupar por el

riesgo que una de las arolas del ingreso principal pu-diera colapsar con el consiguiente daño al patrimonio y a los transeúntes que acostumbran este lugar comopunto de reunión. Por estos motivos se decidió hacer

cubrimiento clorado. Esto nos lleva a la discusión de

los posibles eectos de este recubrimiento desde laperspectiva del conocimiento previó que se tienen desu comportamiento y de los enómenos observadosen los aroles, así como el planteamiento del modelo

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Estudo de la corrosón del herro tratado con recubrmentos de polímeros clorados

de estudio a seguir para desarrollar un modelo expe-rimental de pruebas.

Los aroles del Teatro Juárez

Las piezas objeto de estudio son 16 aroles de hie-rro colado, elaborados a nales del siglo  xix  por la

undición J. L. Mott en Nueva York. Esta undición seespecializó en la abricación de tuberías esmaltadas y otros elementos de plomería sanitaria, pero en sucatalogo también se incluían manuacturas de hierroorjado, como rejas, puertas, anales, etc., así comoelementos de hierro colado como aroles, uentes, es-tuas y esculturas. La undición tuvo renombre en suépoca, participando en la exposición del centenariode la independencia de los EE UU con una uente dehierro colado de más de siete metros de altura quese conoce por las otograías de la época. No es deextrañar que se convirtiera en uno de los proveedo-res para la decoración del nuevo teatro que se esta-ba realizando en Guanajuato, que contaba con otrasdecoraciones de actorías estadounidenses como lasmusas de lámina de cobre elaboradas por Bakewell &Mullins de Salem, Ohio.

Los aroles del teatro están constituidos por unposte de hierro colado de varias piezas, rematados

por brazos del mismo material en los que se colocanlos anales que guardan las luminarias, estos últimoselaborados en lámina de cobre, aderezados con de-talles de zinc undido y cubiertos con vidrios esmeri-lados y lechosos.

Existen dos tipos de aroles, los que se puedenllamar principales, que constan de un anal centralde planta octagonal, con un arranque de bóveda in- vertida y cerrados con bóvedas ochavadas que re-

matan en tiros de ventilación que se coronan conáguilas a punto de levantar el vuelo. Estos analesestán rodeados por cuatro anales de menores di-mensiones y cuadrados. Los aroles principales soncuatro y se encuentran al principio y nal de la ba-laustrada que fanquea la escalinata de acceso delteatro. El resto de los aroles, de menores dimensio-nes, solo están compuestos por tres anales de sec-ción cuadrangular el central ligeramente más gran-

gas originalmente, pero más tarde se adaptaron paraadoptar luminarias eléctricas.Lamentablemente en muchos casos el proceso de

adaptación no ue del todo cuidadoso, provocandodaños a la estructura de los anales. En general, losaroles se encuentran en un estado de conservaciónque no pone en riesgo su integridad a corto plazo, sibien son evidentes varios problemas serios que alte-ran su apariencia y pueden signicar riesgos a largo

plazo.El más destacable es el problema de los desplomesde los anales centrales, debido a que el sistema desujeción que los mantiene sobre el poste. Se alteró se-riamente durante la adaptación a electricidad hacien-do que la base de estos quedara inestable, aunquelos problemas más serios ya han sido solucionados y de momento no parece que haya riesgos de un co-lapso. Por otro lado está el problema de los cristalesque protegen el interior de los anales, los cuales es-tán decorados al ácido o poseen curvados especialespara su posición, pero que en muchos casos se en-cuentran ragmentados y con el constante riesgo deser dañados incidentalmente. De hecho, muchos deellos se han sustituido por símiles modernos, algunosincluso en metacrilato.

Más complicado es el caso de los vidrios de laparte alta de los anales principales que son de vidriolechoso, y que han sido sustituidos en algunos casos

por vidrios pintados de blanco.Pero el problema más serio para la conservación

 y apariencia de los aroles está relacionado con unaintervención de conservación que se realizó en la dé-cada de 1980, que incluyó a todo el pórtico del teatro.En este momento se decidió proteger el hierro de losaroles con un recubrimiento que lo aislara del aguade lluvia para reducir su corrosión. También se siguióel criterio de mantener la apariencia del hierro, por lo

que se eligió un recubrimiento transparente y no seaplicó ningún primario o base para el recubrimiento.

Con estos criterios se eligió usar hule clorado paraproteger el hierro, ya que este material era bien cono-cido por su notable resistencia a la humedad. Sin em-bargo, con el transcurrir de los años, el recubrimientono parece el más adecuado ya que además del de-terioro que se puede esperar en un recubrimiento,como craqueladuras pasmados o racturas también

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ción cuadrangular, el central ligeramente más gran

de que los laterales, dispuestos todos en el mismoplano, ormando un tridente. Por los indicios de unsistema de ventilación y escape de gases, se pue-de suponer que los aroles debieron de uncionar a

como craqueladuras, pasmados o racturas, también

se pueden observar puntos de corrosión bajo el mis-mo recubrimiento que hacen pensar que este estáinvolucrado en el proceso de corrosión. Por ello, pri-mero entenderemos cuál es la constitución del hule

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clorado y como puede ser que este material infuyaen el proceso de corrosión del hierro.

El hule clorado

El hule clorado es un plástico elaborado a partir delhule natural, al que cerca de dos tercios de los áto-

mos de hidrógeno le ueron remplazados por átomosde cloro. La resina se produce provocando primeroun rompimiento de las cadenas del hule para bajarsu peso molecular y después hacerlas reaccionar concloro a cerca de 100° C, generalmente en disolucióncon tetracloruro de carbono o como látex en aseacuosa. Generalmente, cuando la sustitución se haceen látex el porcentaje es menor, lo cual no beneciaa la estabilidad del producto ya que se ha observadoque el porcentaje de sustitución ideal está entre el66% y el 68%. A dierencia del hule en su estado na-tural, el producto resultante se disuelve ácilmente en varios solventes orgánicos y permite disoluciones debaja viscosidad, lo que ha constituido una de sus des- ventajas en la actualidad, ya que al contener un bajoporcentaje de solidos y un alto contenido de vapo-res su uso esta restringido por las normas de controlambiental. Como materia prima se vende como unpolvo blanco, en bras o como bloques, los cuales se

pueden disolver en benceno, acetato de etilo o metiletil cetona para elaborar disoluciones para pinturas oadhesivos. Tiene buenas propiedades de resistenciaquímica y a la humedad por lo que se comenzó ausar como recubrimiento anticorrosivo en ambientesagresivos ya que resiste al ácido sulúrico, clorhídri-co y nítrico, y concentraciones de potasa de hasta el50%. Otra de las características que le dio populari-dad ue su resistencia al uego por lo que se utilizó

en muchas pinturas resistentes a las llamas. En la ac-tualidad es aún muy popular como recubrimiento enalbercas y otras instalaciones en contacto permanentecon el agua ligeramente alcalina, debido a su notableresistencia a ésta. Sin embargo, algo que no se haconsiderado son los eectos perniciosos que podríatener el clorado del material. Cuando se calienta a100° C por 30 días, un hule clorado comercial puedeperder hasta un 0,25% del cloruro. Si esto ocurre en

peraturas, llegando a desprender ácido clorhídrico apartir de 90° C. Para estabilizarlo se suelen utilizaróxidos metálicos (óxido de zinc), jabones metálicos,compuestos epoxi o carbonato de sodio en pequeñasproporciones (Müller, y Poth, 2006: 81). Sin embargo,en mayor o menor medida, estas sustancias alteran latransparencia de la película por lo que solo se pue-den usar para pinturas y no en barnices. En conse-cuencia, se puede inerir que aunque las temperatu-

ras de servicio no lleguen a los 100° C, el polímero essusceptible de liberar cloruros en presencia de calor y al contacto con el agua. Esto hace muy probableque los cloruros liberados aecten al sustrato dondese aplicó el recubrimiento.

La corrosón de los aroles

Como se menciono antes, tres de los aroles ueronintervenidos en 2008. Durante esta intervención seretiró por completo el recubrimiento de hule cloradousando chorro de bicarbonato de sodio con 10% deóxido de aluminio en seco. Debido a la baja durezadel bicarbonato, el procedimiento prácticamente noproduce abrasión en el metal y elimina el recubri-miento por ablación, ya que el cristal de bicarbonatoexplota al impactar la supercie y genera la cinética

necesaria para ragmentar y desprender el polímerosin daños al metal. Ya limpia, la supercie del metalse protegió primero con ácido tánico al 3% aciduladocon ácido osórico. Después de este acabado quími-co se aplicó un primario epoxi rico en zinc orgánicoque cumple con la norma P-9 de la Comisión Federalde Electricidad, el que nalmente se recubrió con unacabado epoxi con alquitrán de hulla que dio a lasupercie un terminado negro mate. Durante el pro-

ceso de limpieza la comparación entre los aroles queaún conservaban el recubrimiento de hule cloradohizo evidente que estos últimos tenían una aparienciaprovocada en buena medida a un enómeno de co-rrosión. Como se puede observar en la siguiente seriede imágenes (ver g. 1 y 2) los aroles que presentanel recubrimiento clorado, además de un brillo mayortienen una coloración rojiza general y la presenciade abundantes puntos de tono anaranjado en toda

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p ,

presencia de agua, el cloruro se pierde hasta cinco veces más rápido (Fisher, 1957: 184). También se sabeque de no ser estabilizado, el hule clorado resistemal el intemperismo ambiental, la luz y altas tem-

p j

la supercie. En muchos casos, especialmente en lassupercies que apuntan al exterior, se pueden obser- var velos blanco verdosos que dan la apariencia deun barniz pasmado. A esto se suman gratos y man-

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Estudo de la corrosón del herro tratado con recubrmentos de polímeros clorados

chas de diversa naturaleza que no ayudan a mejorarla apariencia de los aroles. Pero lo que más se nota alobservar a detalle la supercie es la presencia de pi-caduras bajo el recubrimiento transparente (g. 3). Enestas imágenes a detalle se puede apreciar con másclaridad que bajo el recubrimiento están creciendopuntos de corrosión que incluso lo racturan y dejan

expuesta la supercie metálica. Además de exponermetal al medio ambiente y propiciar enómenos deaeración dierencial, los puntos de corrosión están al-terando la apariencia del recubrimiento.

 Aunque no se han localizado antecedentes direc-tos, todo parece indicar que el enómeno de corro-sión que se observa en los aroles está relacionado dealguna orma con la composición del recubrimiento, ya que es muy notable que la corrosión se esta dando

por picado, aún cuando el recubrimiento aparente noposeer discontinuidades o racturas en el punto aec-tado. Se puede suponer entonces, que el ion cloruropresente en el polímero esta siendo liberado y queéste reacciona, en buena medida, con el hierro de labase para iniciar un proceso de oxidación visible. Nose deberían descartar otras posibilidades como porejemplo que el enómeno sea provocado más bienpor la conormación del hierro o por algún actor am-

puede convertir en una condición ideal para analizarel papel del recubrimiento clorado en la conserva-ción del metal al comparar los aroles intervenidosa los que se retiró el hule, con aquellos que aún loconservan. Además, esta circunstancia permite reali-zar estudios que, en el momento en que se dio laintervención, serían imposibles de completar debido

a los tiempos que la contratación impone y que cau-san que muchas intervenciones se hagan sin todo elsustento experimental deseable. Más adelante, discu-tiremos este problema en concreto.

 A partir de la comparación con el estado que, cua-tro años después, se puede observar en los arolescon y sin hule clorado se puede señalar lo siguiente:

– Aunque no es conclusivo, si está claro que en

el recubrimiento de alquitrán nuevo no se pue-de observar la aparición de puntos de corrosiónbajo el recubrimiento, lo cual no necesariamen-te señala alguna superioridad del recubrimiento,pero sí que a mediano plazo está cumpliendocon su unción. – Se han podido detectar evidencias de corrosiónen los aroles intervenidos, pero todo parece in-dicar que son debidas a allos en la aplicación de

Fgura 1. B ub u . S u - ub u

bj . Fí: Mu Jé, 2007.

Fgura 2. B ué bb .A qu u , í u -

u . Fí:Mu Jé, 2007.

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biental, sin embargo es demasiado notable el hechode que la corrosión este presente aún bajo el recu-brimiento. Por ello, el hecho de que la intervenciónque se inició en 2007 haya quedado trunca, ahora se

los recubrimientos, áreas parcialmente cubiertaso zonas que no se alcanzaron, más que a unadeciencia inherente. Al contrario, en los arolescon hule clorado, la presencia de corrosión es

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generalizada y no parece menor en la zonas enlas que el recubrimiento está en buen estado. – A pesar de que el nuevo recubrimiento es de doscapas (primario y acabado) tiene una aparien-cia visual menos importante que el hule clora-do, que aparentemente ue aplicado en una solacapa, pero al parecer con varias manos. Esto úl-

timo puede haber sido causado por la orma deaplicación y por el bajo contenido de sólidos delos barnices de hule clorado, que propicia el usode varias capas espesas que terminan por supe-rar el grosor de un recubrimiento más «denso».También resulta notable que, aunque el hule clo-rado tienen en apariencia mayor grosor, éste noparece mejorar sus propiedades de protección. – El epoxi tampoco es la solución ideal en todos

los sentidos, ya que es bastante visible la apari-ción de un «caleado» o polvillo blanco en toda lasupercie debido al deterioro otoquímico de laresina epoxi, que no tiene una buena resistenciaa la radiación UV. A pesar de su notable resisten-cia a químicos y ambientes corrosivos, las resi-nas epoxi tienen en general un pobre desempe-ño rente a la radiación. Se supuso que al estarcombinado con el alquitrán de hulla, este eecto

 – El recubrimiento clorado, en comparación,presenta pasmados de tono blanco verdoso,los puntos de corrosión ya mencionados, perotambién se pudo observar, con la ayuda de unmicroscopio digital (g. 4), que el hule cloradoestá seriamente dañado en su estructura ya quepresenta extensas zonas de craquelado, pérdi-

das sobre los puntos corroídos, ampollas y rac-turas de todo el recubrimiento; esto está cau-sando problemas de aeración dierencial y, conmucha probabilidad, los mismos daños avore-cen la acumulación de humedad ambiental quea su vez deben de estimular la liberación deiones cloruro. Así, la degradación del hule clo-rado sobre el hierro se convierte en un procesoque se acelera a si mismo, ya que si inicialmen-

te los iones cloruro eran liberados del polímeropor la humedad de lluvia y los picos de tempe-ratura a los que la insolación haya sometido alos aroles, ésta comenzó procesos de corrosiónen el metal sano que provocaron la apariciónde puntos de corrosión bajo el recubrimiento.Estos puntos de corrosión, al aumentar su vo-lumen por el crecimiento de los productos decorrosión, rompen el recubrimiento dejando

Fgura 4. Rub ub. M- DM 200X. Fí: Mu Jé, 2011.

Fgura 3. A u ub u . F-í u u u

u bj b, í qu . Fí: Mu Jé, 2011.

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se paliaría o al menos sería menos notable, perocomo se puede observar en la gura 5, es obvioque se está ormando una na capa de polvoblanco sobre el recubrimiento.

expuestos tanto la corrosión como seccionesde metal sano que ahora quedan expuestas a lahumedad ambiental y susceptibles a la corro-sión por aireación dierencial. Al corroerse las

333

Estudo de la corrosón del herro tratado con recubrmentos de polímeros clorados

nuevas zonas expuestas dañan más al recubri-miento exponiendo aún más al metal.

Se puede suponer entonces que la humedad a laque se encuentra expuesto el hule clorado, conside-rando que este no ue estabilizado como sugiere labibliograía, pudo comenzar a disociar algunos ionesCl- considerando la permeabilidad al vapor de aguade la película. Estos pueden con acilidad migrarhacía la supercie metálica donde reaccionaran enpresencia de OH- para ormar beta hidroxiclorurosde erro II (β-Fe

2(OH)

3Cl) y/o oxicloruros de erro

(FeOCl) ambos productos relacionados con la pre-sencia de iones Cl- y que provocan la precipitación debeta oxihidróxido de erro III (β-FeOOH) o akaga-neita, mineral también asociado a la presencia de Cl- los cuales al parecer estan involucrados en su estruc-tura cristalina, la cual además acilita la migración de

estos a través de canales, aunque aún no se elucidapor completo la unción de los iones (Réguer et al., 2007: 171). En todas estas reacciones, el volumen delos productos ormados es comparativamente mayorque el del metal sano. De hecho, debido a la con-guración de los productos de corrosión observados,se puede inerir que los cristales de orma eséricaestán compuestos de hidroxicloruro de hierro hidra-tado con la presencia de akagenita en la orma deproductos anaranjados. El crecimiento de estos crista-les provoca tensiones dentro de la estructura del re-cubrimiento, que debido a la carencia de cargas quedistribuyan el estrés, termina por racturarse, de ahí las pérdidas y craquelados que se pueden observarincluso a simple vista (g. 5).

Dscusón

Debido a que tomar muestras del metal de los a-roles no es la mejor opción para poder reproduciren laboratorio el comportamiento del recubrimientode hule clorado, se ha decidido contrastar las obser- vaciones realizadas in situ reconstruyendo el enó-meno en probetas de hierro colado que serán recu-biertas con hule clorado transparente. Considerandolas condiciones de exposición a la intemperie de los

aroles y la posible infuencia del agua en migraciónde cloruros, la muestras se someterán a humedadconstante en orma de rocio adaptando el ensayo deresistencia a la humedad para recubrimientos de la ASTM (D1735) y dando seguimiento a su estado conpruebas electroquímicas, especialmente impedanciaelectroquímica. Aunque parece bastante claro que elelevado contenido de cloruros del recubrimiento estádirectamente relacionado con la corrosión observada,

aún se tiene que probar si eectivamente una ormu-lación estabilizada brinda una mejor protección, o siel problema es inherente al tipo de polímero usado.

Si bien todo parece indicar que el recubrimientoepoxi está brindando mejor protección al metal, seráimportante registrar cualquier alteración y someter almaterial a la misma prueba a la que se planea some-ter al hule clorado, tanto para usarlo como contras-te, como para registrar y evaluar su comportamiento.

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Parece claro que siendo un recubrimiento libre decloro y que incluye en su composición sustancias quetienen unciones anticorrosivas especicas, tendrá unmejor desempeño; pero cuanticar esta mejoría será

Fgura 5. Equ bj ub .

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importante al evaluar en otras intervenciones la con- veniencia de usar un recubrimiento de este tipo ooptar por uno transparente, considerando al mismotiempo las implicaciones estéticas, históricas y un-cionales de la decisión. En general, desde el punto de vista de la restauración, un recubrimiento transparen-te es más deseable ya que deja a la vista la aparienciareal del metal, pero también hay que considerar queno en todos los casos esta apariencia era con la quese concibió el objeto.

El seguimiento de los aroles continuara al me-nos hasta que las autoridades competentes decidancompletar la intervención del conjunto. Si bien, esevidente que el estado actual propicia más corrosión y daños en las piezas, la alta de voluntad de las au-toridades deberá al menos servir para recabar inor-mación. Sin embargo, es importante señalar que eneste caso se pueden apreciar con mucha claridad losconfictos que genera la dierencia de tiempos entrela intervención del patrimonio, su investigación y lagestión de los recursos necesarios para ambas.

Conclusones

 A pesar de la buena intención de proteger al me-tal con un material resistente a la humedad, esto no

siempre será una garantía de que el recubrimientouncione realmente como un anticorrosivo. Esto ponede nuevo en evidencia que es necesario un análisismás intenso de los materiales a usar en el patrimonio,pero también hay que señalar que a veces el sentidocomún puede ser un buen principio. Si bien es ciertoque el hule clorado es usado en albercas para pro-teger la construcción de la humedad, también lo esque en esos ambientes ya hay cloruros presentes por

lo que el aporte del polímero no es notable. Por otrolado, considerando el comportamiento del cloro, almenos deberíamos de sospechar de cualquier mate-rial que lo contenga antes de aplicarlo directamente aun bien cultural metálico.

La observación sigue siendo una herramienta un-damental para el estudio de los proceso de deterio-ro, además de acompañarla con estudios analíticos y experimentales. El poder registrar y comparar los

bilidades técnicas que nos orecen equipos portátilesen el estudio de bienes inmuebles por destino y el re-gistro otográco periódico que gracias a los mediosdigitales se ha abaratado en extremo.

 A pesar de que el problema de los cloruros es bas-tante conocido, aún hay detalles de los mecanismosde interacción que no se conocen del todo y quenecesitan de estudios especícos como es el caso delos cloruros dentro de recubrimientos poliméricos y en orma más general, los problemas de corrosiónen medios que no son los tradicionales, contextos deenterramiento o marinos, a los que se dedican la ma- yoría de los estudios. En un sentido similar, el estudiode la corrosión de los bienes culturales manuactura-dos en hierro aún presenta lagunas, en especial lasinteracciones entre sustratos de hierro histórico y re-cubrimientos modernos, que son básicos para tomarmejores decisiones de conservación.

Bblograía

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eectos de deterioro y las condiciones ambientales, esuna herramienta imprescindible que además ayuda aentender e interpretar los datos recabados por otrosmedios. En este sentido hay que aprovechar las posi-

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336

L u íqu qu: P P C, S

Crstna EscuderoC C Ru B Cuu Ju C L

@j.

Mercedes BarreraC C Ru B Cuu Ju C L

Isabel SánchezC C Ru B Cuu Ju C L

Ruo MartínC C Ru B Cuu Ju C L

Cesáreo PérezIE U S

Ola ReyesIE U S

Resumen

La degradación que suren los objetos metálicos du-rante el periodo de enterramiento a menudo solapala inormación de la que son portadores, impidiendola lectura de los mismos, y por lo tanto, su correctainterpretación.

Las capas de corrosión conorman estratos quedeorman la supercie original, ocultando los detalles

Entre las nuevas técnicas de limpieza, el láser está

emergiendo como una interesante alternativa, con-tando para ello con una nueva generación de equi-pos, así como la habilitación de nuevos sistemas deaplicación, como es el caso de la limpieza eectuadaen un anillo tardoantiguo de bronce, tipo sello, pro-cedente de Coca, Segovia, cuyos delicados motivosincisos estaban ocultos bajo gruesas capas de óxido y carbonato de cobre que deormaban la supercie«original».

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ornamentales; esta situación, establece como priori-dad necesaria, optimizar tratamientos que permitanla recuperación de la morología de la supercie dela manera más inocua y precisa posible.

Por todo ello se diseñó un tratamiento de limpiezaespecíco para esta pieza, incidiendo con el láser altiempo que el anillo permanecía sumergido en unasolución hidro-alcohólica. Con esta técnica, la limpie-

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za no se realiza en unción del eecto ototérmico dela energía láser, sino por la introducción de enóme-nos de cavitación gracias a las ondas de alta recuen-cias generadas por el láser, propiciando la eyecciónde las partículas de corrosión de manera inocua, loque permite la perecta recuperación de los elemen-tos incisos.

Palabras clae

Bronce, corrosión, limpieza, láser, cavitación.

Abstract

The degradation that suers the metallic objects du-

ring the period o burial oten covers up the inorma-tion that contain, impeding its correct interpretation.The layers o corrosion orm stratums that deorm theoriginal surace, hiding the ornamental details; thissituation establishes as requirement, research the sys-tems o cleaning that permit the recovery o the sur-ace morphology in the more precise and harmless way.

 Among these new techniques o cleaning, the la-

ser is an interesting alternative because we have anew generation o laser, as well as the new way o application, like is the case o the cleaning perormedin a bronze ring (Coca, Segovia), whose rened or-namental incised elements were remain hidden lowthick oxide and carbonate o copper layers that de-ormed the surace.

Keywords

Bronze, corrosion, cleaning, laser, cavitation.

Introduccón

L ió di i li id l

pecto undamental tanto para la conservación de lapieza como para la reactualización de los datos de losque es portadora.

La limpieza sólo puede ser entendida –en especialen el caso de los materiales arqueológicos– como unproceso de análisis constante y continuado sobre lasupercie del objeto, so pena de perder evidenciasinormativas, introducir aspectos que modiquen ointereran alguno de los niveles de lectura o que im-pliquen daños innecesarios sobre los materiales cons-titutivos (Caldararo, 2005: 134).

Por todas estas premisas, la incorporación del lá-ser como un instrumental de limpieza, aunque conlos recelos provocados por una técnica tan novedosa,abrió numerosas expectativas por las ventajas que apriori presentaba, como no implicar contacto con elmaterial a tratar y que, adecuando los parámetros delsistema, permite un interesante grado de selectividaden el proceso (Cooper, 1998; Delaporte, 2006: 411-

440).Desde entonces se ha generado un importante vo-

lumen de literatura cientíca donde no solo se evalua-ban sus eectos, sino que, gracias al establecimientode patrones comparativos con otros tipos de limpiezadados por válidos –químicas y abrasivas principal-mente– se vio que las técnicas tradicionales no erantan inocuas como cabría pensar, (Kohn, Powell, y Ka-plan 2005: 315-330; Lacona IV, 2003; Lacona V, 2003;

Lacona VI, 2005; Lacona VII, 2007).Piedra, cerámica, hueso, marl, madera, tejidos,

papel, etc. son algunos de los materiales que conor-man parte del patrimonio tangible sobre el cual hasido testado y evaluado, siendo incorporado comouna realidad en los procesos de restauración delmaterial pétreo desde la década de los setenta. La validación de la ablación otónica sobre otros tiposde materiales como los de naturaleza orgánica o los

propios metales, iniciada a principios de los noventa(Deblin, 1991: 102-109) sigue siendo objeto de estu-dio e investigación.

El láser en los procesos de restauracónde metales, antecedentes

E l d l h é l

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La restauración, como disciplina sometida a la cons-tante revisión de sus axiomas, ha determinado laimportancia del proceso de limpieza por su carácterirreversible, asumiendo que dicho proceso es un as-

En el caso del heterogéneo grupo que conorman losobjetos metálicos, la complejidad para la aplicaciónde la otoablación, no solo viene dada por la variedad y por lo tanto dierente comportamiento entre meta-

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les como puede ser el cobre respecto del hierro, sinotambién por las distintas aleaciones que podemos en-contrar y, sobre todo, la gran variedad de productos y subproductos de corrosión (Scoll, 2002), en ocasionesacompañados de capas orgánicas que con uncionesde ornato y protección han sido dadas, como es elcaso de la esculturas y materiales metálicos históricos(Chamón, 2010; Chulin, y Parenov, 2007: 555-558).

Los métodos de limpieza tradicionales han consisti-do, por un lado, en procedimientos químicos, electro-químicos y electrolíticos sobre los cuales no se pue-de ejercer un control exhaustivo, con el agravante deintroducir compuestos que no se eliminan totalmentedel material, susceptibles de seguir reaccionando en eltiempo, y por otro, en procesos de limpieza mecánicamás o menos sosticados que permiten mayor controldel proceso pero siempre en relación a la pericia delconservador-restaurador que ejecuta los trabajos.

La limpieza mecánica, proceso mucho más exten-

dido en la actualidad, a pesar de sus ventajas, no dejade presentar contrapartidas, entre la que cabe desta-car la modicación de brillos y texturas de la super-cie del objeto, en especial en metales blandos comola plata, el plomo o las supercies sobredoradas.

En este contexto se consideró que el láser podríaser una herramienta interesante para solventar estoseectos indeseables, por lo que a partir de nales dela década de los noventa se comienzan a divulgar

tímidas experiencias sobre el uso del láser para lalimpieza de objetos de cobre, centradas en láseres deIR en régimen de QS, constatándose un importanteimpulso a partir del 2000, gracias al desarrollo de es-tudios y proyectos de investigación más sistematiza-dos (Barrio, J. et al., 2007: 10-16; Chamón et al., 2007:297-302) o espectaculares experiencias como las lle- vadas a cabo sobre grandes obras maestras del rena-cimiento italiano (Siano et al., 2003: 140-146; Matteini

et al., 2003: 147-151).En los últimos años, la investigación se ha cen-

trado en la aplicación de la otoablación en meta-les analizando los eectos de distintas longitudes deonda: 1064 nm (Escudero et al.,2010: 125-135), 532(Koh et al., 2006: 147-151) y 265 (Drakaki et al., 2003;2004) así como distintas duraciones del pulso: na-nosegundos, microsegundo (Salimbeni et al., 2002),picosegundos (Gamalt et al., 2005) y entosegundos

(Rode et al 2008 3137 3146) obteniendo resultados

metales– presenta eectos secundarios, ya sea por laeliminación de las pátinas que deberían ser conserva-das, la modicación de los componentes y tonalida-des de las misma o la introducción de enómenos demicrousion (Chamón, 2010).

Interaccón láser/agua

Las modicaciones señaladas, resultado de la accióntérmica del láser de inrarrojos –el que con más pro-usión se ha venido aplicando–, se han intentado mi-nimizar con la aplicación de rerigerantes (Cooper,1998) que acilitan el mecanismo de remoción con-teniendo el aumento de temperatura, para lo cual seha venido usando una «sustancia externa que aplicael operador entre el material a limpiar y la uenteláser que debe cumplir las siguientes características:

disipar calor, ser transparente para no impedir el con-trol visual del operador, no dañar químicamente almaterial irradiado, tener un alto punto de ignición 

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(Rode et al., 2008: 3137-3146), obteniendo resultadosprometedores aunque dispares.Cabe señalar que la acción otomecanica y ototér-

mica del láser sobre aleaciones de cobre –entre otros

Fgura 1. Z u u buí bj u bu. Fí: Ab P.

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 y retirarse ácilmente del material irradiado una vezacabada la limpieza» (Chamón, 2010: 342-343).En la mayoría de los casos esta aplicación, llevada

a cabo tanto en metales como en otro tipo de ma-teriales (piedra, hueso, etc.), consiste en un velo deagua aplicado por medio de pincel o pulverizadorque humecta la supercie, priorizando de este modoel eecto otomecanico sobre el eecto de otoabla-ción. Sin embargo, este modo de aplicación del aguacomo rerigerante sigue siendo a todas luces insu-ciente para evitar los cambios descritos en el caso dealeaciones de cobre.

Aplcacón sobre anllo de bronce tpo sello

Láser y cavitación

La llegada al CCRBC de un anillo tardoantiguo tiposello, totalmente cubierto de concreciones –óxidos y carbonatos de cobre–, aunque estables, altamen-te deormantes, y presumiendo que este se hallabagrabado con diversos motivos cuya recuperación eraundamental para el entendimiento de la pieza, pro-piciaba la aplicación de procedimientos de limpiezaadaptados a las características del mismo.

Para los primeros estudios y observaciones se rea-lizó una pequeña cata (3 mm2) mediante laboriososprocesos mecánicos aplicados bajo lupa binocular,poniendo en evidencia un aceptable estado de con-servación con abundante núcleo metálico y la exis-tencia de pequeñas incisiones a modo de graías quepodían recuperarse de manera más rápida y optimamediante la aplicación de cavitación por ultrasonidos(g. 1).

La desventaja del sistema de cuba de ultrasonidos,es el eecto general que tiene sobre el objeto, y por lotanto diícilmente controlable (Caldararo, 2005: 126-153), por lo que se valoró la aplicación de ciclos decavitación irradiando la pieza sumergida con láser,gracias las ondas sonoras de alta recuencia que ge-nera (Bernal et al.), permitiendo de esta manera unaacción totalmente localizada en la zona enocada.

La cavitación es un enómeno que consiste en la

ormación de zonas de vapor –a modo de burbujas–l i i d lí id d l i

ciendo altas temperaturas y presiones dentro de losgases contenidos en las burbujas que de este modoimplotan liberando energía y produciendo la limpiezade la supercie por erosión, agitación y dispersión delas capas a eliminar (Guidotti,. 2007).

La irradiación de objetos arqueológicos metáli-cos, manteniendo éstos sumergidos en una soluciónlíquida, se limita a la experiencia llevada a cabo so-bre el conjunto de monedas de plata conocido como«il tesoretto di Rimigliano» (Laurenzi, 2004) apareci-do en el mar en el 2002, cuyo estudio y restauración,ue puesto a punto por el Istituto di Fisica ApplicataNello Carrara del Consiglio Nazionale delle Ricer-che, dado que las más de 3.500 monedas aparecíancomo un amasijo soldado por la corrosión de lasaleaciones cobre-plata (Siano, Miccio, y Pallechi,2004: 87-92).

Con objeto de que las monedas pudiesen ser es-tudiadas manteniendo la disposición del tesoro, se

optimizó un sistema de limpieza experimental basadoen las llevadas a cabo anteriormente sobre importan-tes obras de bronce dorado, «eliminando los eectoscolaterales propiciados por el calentamiento de lasincrustaciones y del propio metal», para lo cual secombinó el uso de dos equipos (SFR y LQS) man-teniendo el conjunto sumergido en agua, acilitandoel mecanismo ablativo gracias a la introducción deciclos de cavitación.

La experimentación descrita ue tenida en cuentapara la adecuación del sistema a nuestro anillo debronce.

Contexto del hallazgo

El anillo apareció en el yacimiento de Las Pizarrasque se localiza a unos 2 km al norte del casco urba-

no de Coca (Segovia), su interés reside en el monu-mental edicio romano (Reyes, y Pérez 2011); objetode estudio desde el año 2000. Esta no es la únicaocupación del terreno hasta su conversión en tierrasde cultivo1, ya que tras el abandono de las instalacio-nes en echas avanzadas del siglo V (Pérez, y Reyes,2006: 23; 2008: 155; 2009a: 26), la zona se transormóen espacio unerario, convirtiéndose en un área denecrópolis. De los 46 enterramientos tardoantiguos

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ormación de zonas de vapor –a modo de burbujas–en el interior de un líquido, generado por el incre-mento –compresión– y la reducción –rareacción– enla presión del fuido; estas burbujas colapsan produ-

1 D í, , u 2007 (Pé R, 2008: 134-135).

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constatados en diversos puntos de la planicie de LasPizarras, el anillo aquí presentado, junto a otro deplata, orman parte del contexto unerario conocidocomo el Enterramiento 18 (Pérez, y Reyes, 2006: 21-24).

Dicho enterramiento, al hallarse realizado junto al

muro de cierre del peristilo, la osa (orientada S-N)alteró en su ejecución los niveles de vertidos deposi-tados tras el abandono de este sector de la pars urba-na y la propia cimentación del edicio hasta alcanzarcotas geológicas (arcillas gris-verdosas del Terciario).Este medio ácido en contacto con los restos orgáni-cos será una de las causas principales del deterioroadvertido en los vestigios in situ.

En su interior, además del sugestivo descubri-

miento de elementos de adorno personal (actorpoco habitual en el resto de sepulturas excavadasde esta cronología), el Enterramiento 18 deparó elhallazgo de los restos de tres individuos; este actorconcede un uso dilatado en el tiempo de esta sepul-tura. Los restos del primer allecido se correspondencon los de un individuo de sexo masculino. Al cabode un tiempo, de diícil precisión, sus huesos se co-locaron ordenadamente a los pies de la osa para

dar cabida a un nuevo diunto; al parecer dispuestosobre parihuelas que descansaban sobre las arcillas

muy mal estado de conservación (Pérez, y Reyes,2006: 22) (g. 2).

Finalmente, la tumba albergó un nuevo cuerpodispuesto sobre los restos de los dos anteriores, sinllegar a desenterrarlos ni acceder a ellos para darlesepultura; a menor proundidad que los anteriores,

por tanto. Tan sólo su antebrazo y mano izquierdoshan llegado hasta nosotros, aunque resultaba sor-prendente que aún guardaban conexión anatómica,portando un anillo de bronce en el dedo corazón.

Descripción del anillo

 Anillo-sello en bronce, con chatón plano y cuadrado,

de aro circular con una sección aplanada, visiblementemás ancha en la zona donde se soldó el chatón; un-dido por tanto en dos piezas. Responde a un anillosignatario, grabado con caracteres latinos y motivoscristianos, de graías encuadrables en la etapa visigo-da de nuestra historia, que actualmente están siendoobjeto de un estudio exhaustivo para su divulgación.Gracias al cuidado y minucioso proceso de limpieza,los datos que aportan al conocimiento del estadio de

necrópolis en el área arqueológica de Las Pizarras su-peran el inherente valor noble de la pieza ampliando

Fgura 2. E 18 qu u . I: R H Pé G.

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dar cabida a un nuevo diunto; al parecer dispuestosobre parihuelas que descansaban sobre las arcillasgeológicas. Por esta causa, sólo se conservaba suantebrazo, al que se asociaba un anillo de plata en

necrópolis en el área arqueológica de Las Pizarras superan el inherente valor noble de la pieza, ampliandola inormación sobre los gustos, creencias y hábitos dela población caucense en la Tardoantigüedad.

341

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Estudio de materiales

El análisis de los materiales, en este caso particular,requiere de una técnica con suciente resolución, porello se ha utilizado la microscopía electrónica de ba-rrido con detector por energías de rayos X, posibili-tando el trabajo a elevados aumentos para el estudiotopográco, a la vez que realiza el análisis elemental y, por tanto, compuestos y aleaciones para lo cual seha trabajado con microscopio electrónico de barrido JEOL modelo JSM6610LV. Se puede trabajar con ten-siones de hasta 30 KV. Amplicando hasta 300.000aumentos. Lleva un doble sistema de detección, porelectrones secundarios y retrodispersados en alta y baja presión. Lleva acoplado un sistema de microaná-lisis por dispersión de energías (EDX) con detector deelementos ligeros con 125 eV. de resolución.

El pequeño tamaño de la pieza ha permitido intro-ducirla directamente en la cámara, lo cual hace que

los ensayos se consideren no destructivos.El estudio ha puesto en evidencia que el sello

propiamente dicho es un bronce de aleación terna-ria –cobre, plomo y estaño– mientras que el aro esmayoritariamente una aleación de cobre y zinc máspropia de un latón (g. 3).

En cuanto a los elementos en supercie está pre-sente el óxido de cobre –cuprita– conormando unaprimera capa sobre la supercie metálica delgada, es-

table y que mantiene en gran medida las caracterís-

ticas morológicas del objeto inicial. Sobre esta capade cuprita se establece una capa deormante, aunqueestable de carbonatos, hidroxicarbonatos y tierras.

Sistema operativo

Para la realización y estudio de este sistema de lim-pieza, se ha seleccionado un equipo láser LQS, dadoque en numerosos trabajos consultados queda esta-blecido que esta duración del pulso (entre 120 y 300ns) permite una mayor diusión del calor generado enla supercie metálica (Siano, Grazzi, y Parenov, 2008;Siano, 2008).

Las características del equipo son: Eos 1000 LQS(long Q-swicht). λ: 1064 nm (nanómetros). Duracióndel pulso: 120 a 300 ns (nanosegundos). (E) 400 mJ.() de 1 a 20 hercios de repetición. (S) 2-120 mm.

Los parámetros de trabajo ueron: densidad de

energía 2 J/cm2 , diámetro del  spot 2mm, 5 Hz y dis-tancia de trabajo entre 20 y 25 cm.

Para la solución de inmersión se ha optado poruna ormulación hidroalcólica (60/40), de cara a mi-nimizar el impacto del agua como reactivador de pro-cesos de oxidación y obtener una mayor ecacia enla solución de limpieza modicando la presión vapor y la tensión supercial del agua desionizada con laadición de este disolvente. La eyección de los produc-

tos deormantes se reveló más ecaz manteniendo el

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Fgura 3. A (EDX): b .

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objeto sumergido a unos 9-10 milimetros; a mayorproundidad el eecto de remoción era insuciente y a menor se revelaba más virulento e incontrolable,con posibilidad de introducir lesiones (g. 4).

Discusión de resultados y conclusiones

La acción de limpieza ejercida ue rápida y ecazpara la eliminación de las capas deormantes queaparecían sobre la cuprita (g. 5), siendo realizada enunos 20 minutos y recuperando hasta el más mínimodetalle de la decoración incisa, no detectando modi-cación química en los óxidos y carbonatos remanen-tes en el objeto.

La acción ejercida ue selectiva gracias al grado deestraticación del óxido de cobre sobre la superciemetálica y su mayor densidad y compactación respec-to a las capas de carbonato y tierras a retirar.

Esta experimentación, aunque ecaz, tiene un ca-rácter puntual y no puede ser generalizada. La apli-cación llevada a cabo establece que los resultadosdependen en gran medida de las características mate-riales y estado de conservación del objeto, así comola morología de las capas de supercie, debiendoser controlados y valorados numerosos parámetrospara no introducir nuevas patologías, de tipo mecá-nico, en el metal tratado –erosiones en la supercie

similares a las producidas por un arenado, roturas,ampliación de grietas y suras, etc.– o incluso de tipoquímico, como apuntan algunos autores en el caso delas limpiezas por cubas de ultrasonidos, e incluso lashumectaciones por vaporizadores ultrasónicos (Cal-dararo, 2005), cuestión pendiente de valorar.

Para la aplicación de este sistema de limpieza,aunque eciente, hay que tener en cuenta que por sualta potencia puede ser nociva para el objeto, ya que

al recurrir a la cavitación, estamos introduciendo nu-merosos actores, entre los que destaca la generaciónde una importante temperatura y presión (Mcnamara,Didenko, y Suslick, 2003) que dan lugar acciones delimpieza de tipo sico-químico.

Esta experimentación abre numerosas líneas detrabajo, ya que aunque se conoce que actores como:la presión de vapor, la tensión supercial y la tempe-ratura del fuido empleado en el proceso de limpieza

generado con el láser tiene una vinculación direc-ta con el enómeno de cavitación ejercido no han

Fgura 4. P . Fí: Ab P.

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ta con el enómeno de cavitación ejercido, no hansido estudiados en proundidad como parámetros acontrolar en nuestro campo especíco de aplicación.

Fgura 5 A . Fí: Ab P.

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345

de una manera relevante la importancia de la docu-mentación, conservación preventiva y correcto alma-cenaje para este tipo de patrimonio presente en losmuseos.

 Aunque undamentalmente en este caso se tratade piezas de metal, la naturaleza múltiple de los ma-teriales que orman los objetos antropológicos haceque la conservación del metal en estos casos estémarcada por sus características materiales, la interac-

ción con otros materiales a los que va a asociado, así como sus características de uso y unción, las cualeshacen que sean extremadamente sensibles a la horade garantizar una óptima conservación.

Palabras clae

C ió ió i l ló i

Resumen

El material antropológico es un material que no hasido del todo considerado en nuestro país en las la-bores cientícas y estudios de conservación y res-tauración de la misma manera que en otros países. Vamos a intentar visualizar la labor que se hace enuno de los museos estatales a este respecto, explican-

do los trabajos que se realizaron sobre un conjuntode armas aricanas en el Museo Nacional de Antro-pología.

El objetivo del trabajo ha sido la conservación-res-tauración y almacenaje de 215 piezas, ormadas un-damentalmente por material metálico, y procedentesde la colección de Árica del Museo Nacional de An-tropología (MNA), debido a la remodelación y rees-tructuración del almacén destinado a esta colección.

Para enmarcar esta labor es necesario explicar las pe-culiaridades del material antropológico y como estasi f l d l í ili d li l

A Mu N Aí M: u,-u j

Durgha Orozco Delgado

Iu P Cuu Eu.@u.

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Conservación, preservación, material antropológico,armas aricanas, metodología.

infuyen en la metodología utilizada para realizar lasactuaciones de conservación- restauración, valorando

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346

Abstract

 Anthropological objects have been paid little attentionin Spain. There is a certain lack o scientic worksand conservation-restoration studies when comparedto other countries. This contribution will highlight the work carried out on a set o Arican weapons romthe Spanish National Museum o Anthropology.

The aim o the aoresaid work has been the conser-

 vation-restoration and storage o a set o 215 objects,mainly metallic objects. The weapons are comprisedon the Arican collection o the National Museum o  Anthropology, whose storage rooms underwent a re-designing and reurbishment process.

The particular characteristics o anthropologicalobjects will be explained In order to understand howthey infuence conservation-restoration methodology and actions. The relevance o adequate documenta-

tion, preventive conservation and storage or this kindo museum objects will be highlighted.

 Although these weapons are composed mainly by metallic pieces, metal preservation is subjected to thecomplex material nature o anthropological objects. Anthropological objects conservation is infuenced by the interaction o their several constituents, and theparticularities o use and unction o each object. Allthese issues must be considered in order to grant ade-

quate conservation to these extremely sensitive objects.

Keywords

Conservation, preservation, anthropological objects, Arican weaponry, methodology.

El materal antropológco enla conseracón-restauracón

La conservación y restauración de cualquier bien cultu-ral debe estar basada en una metodología especíca y adecuada que permita la realización del trabajo del con-

servador restaurador de un modo plenamente ecaz.En el caso del material etnográco esta metodolo-gía está claramente determinada por el carácter y el

En muchas ocasiones este signicado está rela-cionado con características de las piezas que podría-mos asociar a restos que el conservador-restauradortiende a determinar como suciedad y que en el casodel material etnográco da la signicación plena alobjeto. Por supuesto, sobre estos restos no se debenrealizar ningún tipo de limpieza, o si es convenienterealizar algún tipo de limpieza ésta debe ser concre-ta y muy respetuosa con el bien cultural.

Un ejemplo de esto es un objeto de metal con or-

ma de serpiente, utilizado por los yoruba en el ritode iniciación de IFA, cuyo recubrimiento de aceite y arcilla es de gran importancia como huella de uso. Es-tos restos deben ser respetados, sobre todo cuando esdiícil que aún se conserven sobre el objeto, y puedenser susceptibles de conundirse con algún tipo de su-ciedad si no se conoce su signicado cultural (g. 1).

La conservación y restauración de estas piezas serealizará desde una perspectiva en la que se conside-

ren sus valores de uso, unción original y los aspectossimbólicos asociados.

 Atendiendo a esta pauta, la metodología en con-servación y restauración vendrá marcada por unaprounda investigación y documentación sobre el ob-jeto y la cultura de la que orma parte, como elemen-to de estudio previo y undamental ante cualquiertratamiento de conservación de la pieza.

En esta documentación el conservador-restaurador

deberá trabajar de orma interdisciplinar directamentecon el antropólogo o etnógrao que sepa explicarlelas características, ya sean sociales, mágicas o de otraíndole que puedan aportar inormación para realizaruna correcta conservación y restauración.

En nuestro caso, el objetivo del proyecto ha sido laconservación-restauración y almacenaje de 215 pie-zas procedentes de la colección de Árica del MuseoNacional de Antropología, debido a los trabajos de

remodelación y reestructuración del almacén de lacolección de Árica. Aunque undamentalmente en este caso se trata

de piezas de metal, la naturaleza múltiple de los ma-teriales que orman los objetos antropológicos haceque las colecciones, tanto por sus características ma-teriales como por sus características de uso y unción,sean extremadamente sensibles a la hora de garanti-zarles una óptima conservación.

Para la conservación-restauración se han tenidoen cuenta actores de deterioro tanto intrínsecos:composición química estructura como extrínsecos

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gía está claramente determinada por el carácter y elsignicado de las piezas a tratar.

composición química, estructura, como extrínsecos:temperatura, humedad, deterioro biológico.

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Armas arcanas del Museo Naconal de Antropología de Madrd: estudo, conseracón-restauracón y almacenaje

La intervención realizada ha sido individualizada,eliminando las condiciones de deterioro y aplicandoel tratamiento mas acorde en unción de cada objeto,respetando el carácter antropológico de cada uno y en base a una serie de criterios básicos.

En cuanto al almacenaje se ha tenido en cuentael lugar en el que iban a estar situados y las condi-

ciones de humedad, temperatura e incluso de acidezdel ambiente, así como los materiales más idóneos deconservación para este tipo de material.

Estos eran los objetivos a priori pero veremos queuna vez concretados a lo largo de la realización deltrabajo se han planteado varias cuestiones interesan-tes reeridas a la conservación-restauración y almace-naje de estas piezas.

Por un lado el recubrimiento que muchas de las

piezas tenían y en base a estos si es benecioso operjudicial la retirada de recubrimientos que puedenno resultar estéticos, pero que podrían no resultarnocivos para el metal de las armas.

Por otro lado la aplicación de capas de protecciónsobre los metales, siendo estos metales de carácterantropológico y teniendo en cuenta los estudios re-cientes realizados acerca de esta cuestión.

Como ya hemos aludido en los objetivos plantea-

dos en el proyecto, la conservación-restauración delconjunto de armas vino derivado undamentalmentepor las labores de remodelación que iban a comenzaren el Museo Nacional de Antropología.

El Museo Nacional de Antropología se inauguraen 1875 por rey Alonso XII como Museo Anatómico,aunque popularmente se le conocerá como Museo Antropológico. Su undación se debió a la iniciativapersonal del médico segoviano Pedro González Ve-

lasco. En aquel momento las colecciones estaban or-madas por objetos pertenecientes a los tres "reinos"de la naturaleza –mineral vegetal y animal– muestras

dades y objetos etnográcos, por lo que podía con-siderarse como un típico «gabinete de curiosidades». A su muerte el Estado compra el edicio y todas suscolecciones.

Los objetos que integran la colección de Árica enel Museo Nacional de Antropología proceden princi-palmente de aquellas zonas donde la presencia espa-

ñola en el pasado ue mayor y a estos hay que añadirlas colecciones procedentes de viajes y expedicionescientícas realizadas entre nes del siglo  xix y media-dos del  xx .

La mayor parte de las piezas a tratar en este pro- yecto son armas aricanas.

Las armas para cazar o para luchar han existidoen Árica desde los tiempos más remotos. Las másantiguas que conocemos son los puñales de sílex. Ac-

tualmente, las armas tradicionales han perdido su uti-lidad práctica en casi todo el continente aricano. Suunción la desempeñan ahora medios mecánicos máscontundentes y eectivos abricados uera de Árica.Las armas tradicionales han evolucionado hasta con- vertirse en símbolos de prestigio o en atributos reales.

La colección de armas del Museo Nacional de Antropología esta ormada por objetos realizados condiversos materiales, pero sin lugar a dudas el hierro

es el metal mas utilizado para su manuactura.El mineral de hierro es abundante en todo el con-tinente aricano y su extracción no es costosa, ya quese encuentra en la supercie. Eso contribuyó a la a-bricación de armas tradicionales de metal a partir delsiglo  Vi a. C. Las técnicas de los herreros han variadopoco hasta ahora. En zonas rurales, todavía se utili-zan hornos tradicionales. Consisten en agujeros en elsuelo, o pequeñas construcciones redondas donde se

superponen capas de mineral y de carbón. Antes de la introducción de la moneda por loscolonizadores los pagos se hacían con otros bienes

Fgura 1. Obj . U ub IFA. I: Du O D.

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de la naturaleza –mineral, vegetal y animal–, muestrasde antropología ísica y teratología, así como antigüe-

colonizadores, los pagos se hacían con otros bienes,como ganado, piezas de tejido de algodón, perlas,

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

348

conchas, sal, nuez de cola y, sobre todo, metales. En-tre estos últimos, el oro era el más valioso, y se utili-zaba poco. El hierro era el metal más solicitado. En lacolección nos encontramos con varias piezas de estascaracterísticas.

No se conservan muchas armas anteriores al siglo xix . Los metales eran caros, de orma que cuando unarma estaba muy usada o se rompía, se undía paraaprovechar el hierro. A principios del siglo  xx , las ar-mas de uego procedentes de Europa ueron sustitu-

 yendo a las tradicionales.En la colección del museo tienen una importante

presencia:

 – Las armas relacionadas con la cultura ang. – Armas de Árica del norte; undamentalmentedel Magreb (integrado por los países: Marrue-cos, Túnez, Argelia, Mauritania, Sahara occiden-tal, Libia) aunque también bienes procedentes

de Egipto.

 Armas ang 

Los ang son una etnia de la amilia lingüística bantú. Seextienden por un amplio territorio que comprende elsur de Camerún, Gabón y Guinea Ecuatorial. Son un-damentalmente agricultores, aunque en otras épocas la

caza también ue muy importante. Sus produccionesartísticas son de excepcional belleza.

El culto a los antepasados hace que los byeri seanundamentales en su arte. Se trata de esculturas de ma-dera que se colocan sobre una caja de corteza que con-tiene los cráneos y otros huesos de los antepasados.

Para alcanzar un cierto grado de comprensión de lacultura de un pueblo, especialmente si su orma de vidaes muy distinta a la nuestra, es indispensable conocerlos elementos materiales de su cultura y la tecnología

que explica como se producen. Las actividades básicasde este pueblo son la tala y el desbroce de un sector deselva para establecer los campos de cultivo, la pesca,la recolección y las artes de la talla, orja y undición.

Se calcula que debió ser hacía el siglo xiii cuando elgrupo de tribus bantú introdujeron la técnica del hierroen el Árica ecuatorial. Los cuales, parece ser que po-drían poseer este conocimiento de la cultura egipcia.

El hierro era obtenido por usión de minerales de

pirita, que se encuentran en abundancia a ras de tie-rra en los márgenes de los ríos. EL metal y la escoriase extraían del mineral sometido a altas temperaturas.

La undición era un suceso relevante en la vida delpueblo ang. Todos sus habitantes estaban implicadosen él. El herrero era considerado como un potentebrujo, y como tal era el encargado de dirigir la cere-monia, con invocaciones y cantos que no cesaba derealizar durante el transcurso de la undición.

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Fgura 2. Fu F. I: B N, V. Fgura 3. D . I: B N, V.

349

cación directa en la circulación monetaria del ekuele ,especie de punta de lanza usada como moneda en las

transacciones comerciales y muy especialmente en elpago de las dotes de las mujeres (g. 4).Otras piezas representativas, son las lanzas (g.

5), así como el machete  Fet-Hu (g. 6) especie deespada corta con doble lo, arma guerrera por exce-lencia, cuya empuñadura de madera solía decorarsede arriba abajo con motivos incisos típicamente ang.Se guardaba en una vaina de madera, piel de iguanao nipa, también prousamente decorada.

También de guerra encontramos el hacha Ovono-edoga que se dierencia del hacha agrícola en queesta última raramente iba decorada (g. 7).

 Armas del norte de Árica

En la colección, además de armas ang, nos encontra-mos con un conjunto de armas procedentes de zonasdel norte de Árica.

El llamado Magreb limitado por el mar Mediterrá-neo al norte, el océano Atlántico al oeste y el desierto

Armas arcanas del Museo Naconal de Antropología de Madrd: estudo, conseracón-restauracón y almacenaje

El combustible provenía de troncos previamentequemados y enterrados, y como horno utilizaban unagujero que los hombres restauraban y acondiciona-ban durante horas, y que podía llegar a alcanzar loscinco metros de diámetro por tres de proundidad.El suelo y las paredes se aplanaban y generalmentese cubrían con una capa de arcilla. Desde el ondoatravesando las paredes hasta la supercie se excava-ban unos estrechos canales que uncionaban comorespiraderos para alimentar el horno con el aire de

los uelles, los cuales a veces superaban la veintena y se disponían en círculo.

Terminados estos preparativos, rellenaban el hoyoalternando capas de carbón con capas de mineraldesde el ondo hasta la supercie y coronando elconjunto con un no lecho de arena cubierto con unentarimado de troncos de bananero dejando oriciospara la salida del humo y las escorias más ligeras quese desbordaban empujadas por los borbotones del

metal en ebullición.El uego era encendido por la noche, solo se ce-

baba una vez y periódicamente se removía la mezclaen usión con un gancho largo. Al cabo de unos días,agotado el combustible, abrían el hoyo y recupera-ban el metal. El hierro aparecía en el ondo mezcladocon escorias, o bien era recogido cuando se mante-nía líquido en unos canales y enriado con agua sesolidicaba en orma de lingotes. Aún sería necesario

martillearlo en la ragua para eliminar impurezas.Una vez conseguido el metal, este se trabajará uti-lizando la ragua u hogar y el uelle.

El uelle consta de un cuerpo de madera en or-ma de «T» con dos cavidades simétricas en las que seacumula el aire. Las cavidades eran tapadas por unaspieles. El uelle se sitúa entre el herrero y la ragua.La ragua consiste en un agujero excavado en el suelode la choza de apenas 15 cm de proundidad (g. 2).

El herrero introducía una pieza del metal en eluego valiéndose de una tenacilla, cuando el metal sereblandece se martillea sobre una piedra o yunque, volviéndose a realizar una y otra vez este procesohasta conseguir la pieza deseada.

Cuando la pieza está lista se procede a decorar-la mediante incisiones paralelas practicadas con elcortaríos y la lima (g. 3). Estas estrías además dedecorar tienen la unción de retener (por ejemplo enlas lanzas) el veneno con que a menudo se embadur-naban estas armas.

El hierro constituía prácticamente la base unda-

Fguras 4, 5 y 6: 4) Obj b ekuele, , Mu N Aí; 5) , MNA; 6) u é . M, , u. Fí: Du O D.

4 5 6

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, ydel Sahara al sur, es una zona que ha representado un

pmental de la riqueza debido precisamente a su apli-

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

350

área de intercambio cultural y religioso muy impor-

tante debido a su situación estratégica.Los habitantes originales de esta zona serían los

llamados bereberes (imazighen) hasta la llegada delos árabes en el siglo  Vii con los que comienza unperiodo de arabización e islamización, lingüística y cultural.

Estas infuencias históricas se refejarán en la regiónen todos los aspectos, y el tecnológico será uno más.

 Al igual que en otras partes de occidente el Islam

se adapta, he irá absorbiendo las culturas indígenas. Así podremos dierenciar por un lado los arteactosproducidos en un entorno mas urbano, en los que seobserva un estilo y una iconograía mas tradicionalislámica, sin que ello limite el refejo de otras infuen-cias históricas de la región como la migración en elsiglo  xV y el  xVi de los moriscos de Andalucia.

Por el contrario los materiales, técnicas y patronesempleados en la artesanía de las regiones rurales de

montaña, sobre todo desarrollada por los bereberes,exhibirá un enoque menos convencional a la inter-pretación artística de los principios del Islam.

 Así, aunque las combinaciones de colores y loselementos que embellecen los arteactos son muy di- versos, existe un lenguaje simbólico común que juegaun papel importante en los objetos bereberes.

 Algunas de las armas que aparecen en la colec-ción y que son característicos del norte de Árica

son las dagas denominadas  gumia. La  gumía (okhoumiya) es el puñal tradicional de los bereberesdel Magreb. Actualmente son utilizadas por algunastribus del Atlas marroquí, más por su simbolismode pertenencia a un grupo social e indicadora deun estatus que como arma. Se lleva visible sobre lachilaba a la altura de la cintura y con la punta de la vaina hacia delante, colgada al costado derecho porun cordón que pasa por el hombro izquierdo y se

ja a las anillas de la vaina.Básicamente consiste en una daga curva, cuyo loprincipal recorre el lado cóncavo del arma. Se alojaen una vaina también curva, generalmente de maderarecubierta de piel o metal y que a menudo está pro-usamente decorada con motivos geométricos (g. 8).

Por otro lado es importante y también están pre-sentes en esta colección un tipo de armas utilizadaspor los tuareg. Los tuareg, son un pueblo bereber deldesierto del Sahara cuya ocupación principal será elcomercio. Con una estraticación social jerarquizadaen la que existía una aristocracia guerrera. El herrero

Fgura 7 y 8: 7) H ; 8) u b. N Á. M u. Fí: Du O D.

9

7

10

8

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es una gura importante en la sociedad tuareg y la

Fguras 9 y 10: 9) Takuba u, C MNA; 10) u b.N Á. M u. Fí: Du O D.

351

Armas arcanas del Museo Naconal de Antropología de Madrd: estudo, conseracón-restauracón y almacenaje

producción más genuina de éste, la que justica su

presencia en el seno de una sociedad tradicionalmen-te guerrera, es la de las armas: las espadas (takuba)(g. 9), las dagas (telek , elmoshi ), los puñales de brazo(azegiz, gozma) (g. 10), las lanzas (allagh) y las jaba-linas (aganba).

La takuba será el emblema indisociable de la iden-tidad del tuareg. La materia prima antiguamente se ob-tenía a partir del mineral, pero desde la colonizaciónhay gran cantidad de metales reutilizados.

Importantes también por su uso habitual comoarma entre los pueblos del Sahara es la daga de brazo.Se lleva en una unda que se adjunta a la parte internadel antebrazo izquierdo por un brazalete de cuero uni-do a la unda del cuchillo.

Estos tipos de dagas de brazo predominan entre lostuareg y son conocidas por ellos como telek , aunqueen otras regiones serán conocidas con otros nombres.

Por último en esta colección destacan espadas

procedentes del Árica sudanesa de la etnia mandin-ga, que poseen un lo curvo y unas undas de cueroprousamente decoradas (g. 11).

Estas van a ser en líneas generales los tipos dearmas más característicos que nos hemos encontradoen la colección.

Metodología en la conseracón-

restauracón

En cuanto a la metodología de actuación hemos optadopor un esquema sencillo en el que se vieran refejadostodos los procesos realizados sobre los bienes, teniendoen cuenta que estamos ante un proceso de reubicaciónde espacios de almacenaje de una colección concreta.

La nalidad de la restauración es eliminar de mane-

ra directa las causas y actores de deterioro para con-seguir una adecuada conservación de los bienes, prio-rizando siempre la conservación sobre la restauración.

Los criterios que se van a seguir en la intervenciónde los materiales serán los recogidos en recomenda-ciones, cartas y documentos nacionales e internacio-nales raticados por España:

 – Mínima intervención. – Respeto a los materiales que componen cadauno de los bienes culturales.

– Estudio analítico de los materiales que compo-l b d l

 – Trabajo multidisciplinar con los técnicos que or-

man parte del Museo Nacional de Antropología. – Documentación exhaustiva de los tratamientosque se realicen. Realización de un inorme enel que se especiquen los trabajos realizados encada bien cultural. – Fomentar los sistemas de prevención y planesde mantenimiento.

En todo caso se respeta la calidad estética, históri-

ca y material de los bienes culturales.Todos los productos que se utilizarán en la in-

tervención han sido probados con anterioridad, sonestables y no cambian las características ísicas ni quí-micas de los bienes culturales.

 Y sobre todo teniendo en cuenta el criterio esta-blecido por el carácter antropológico de las piezas,que hemos explicado al inicio del texto. En base aesto, la diagnosis de la pieza debe realizarse a partir

de la documentación antropológica necesaria sobrela maniestación cultural, como elemento de estudioprevio y undamental ante cualquier tratamiento deconservación. El papel de la persona inormante de lacomunidad (en el caso que sea posible) será esencialpara conocer los usos del objeto y sus procesos decreación, el origen de las alteraciones del soporte ori-ginal y toda la carga simbólica concedida a la pieza.

Documentación

 A través del estudio de las uentes que nos propor-ciona el propio museo, con sus cheros, tanto ísicoscomo inormatizados, así como documentación com-plementaria sobre el contexto histórico cultural de losbienes, que en este caso como hemos dicho es vital.

Documentación gráca:1. Realización de otograías. Fotograía digital detodas las piezas a tratar, antes, durante y al -nalizar el proceso de restauración.

2. Realización de chas de conservación-restaura-ción y realización de chas DOMUS1 (gs. 12a y 12 b).

1 DOMUS u u u-

M Cuu (Sub G Mu E Sub G Tí S I). S u

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nen los bienes y de sus alteraciones. u u u.

IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

352

Diagnóstico del estado de conservación de cadauna de las piezas

Se comenzó por un ánálisis organoléptico y se ob-servó que el nivel de deterioro de las piezas era muy  variado.

Para clasicar y valorar el estado de conservación y la tipología de daños de los bienes se tuvo en cuen-ta por un lado:

1. Factores de alteración: como aquellos paráme-tros que inducen a cambios en las propiedades(naturales-agua- y articiales contaminación).

2. Formas de alteración, tipología de daños iden-ticables.

La corrosión es la principal causa de degradacióndel patrimonio cultural en metal, en el caso del mate-

rial antropológico, como ya hemos mencionado, estediere del patrimonio arqueológico en el que la co-rrosión asociada a estos metales no se desarrolla demanera tan prounda, excepto en algunos casos.

Esta corrosión vendrá determinada por una seriede actores. La presencia de polvo y suciedad super-cial acumulado sobre los objetos, sobre todo debidoa las características de su almacenaje antiguo (ya que

aunque la colección era revisada periódicamente por

la conservadora-restauradora del museo, la situacióngeográca de éste en un lugar con gran cantidad decontaminación, así como el incorrecto almacenaje an-tiguo eran claves para omentar la presencia de sucie-dad sobre los materiales) puede provocar la disminu-ción a niveles muy bajos del porcentaje de humedadacelerando el proceso de corrosión en los metales. Aunque en nuestro caso debido a que la mayor partede las armas estaban colocadas dentro de sus un-

das, este problema lo observamos sobre todo en elmaterial que ormaban éstas, la mayoría de materialorgánico, aunque también varias de metal (g. 13).

Otra de las alteraciones características puede estarprovocada por la corrosión que se puede ormar bajocapas de protección sobre estos metales.

 Además de la corrosión, una de las ormas dealteración más usuales en este tipo de armas sonlas alteraciones ísicas producidas por el uso; como

altas en los los o zonas rayadas (g. 14). Una ma-nipulación o un almacenamiento inadecuado puedeprovocar variadas ormas de alteración en el mate-rial orgánico que acompaña al metal que orma lasarmas: roturas, deormaciones, ataque biológico, y también la interacción de este material orgánico conel metal cuando comienza en este el proceso de co-rrosión (g. 15).

Se ha demostrado que los microorganismos pue-

den provocar la corrosión de los metales. En estecaso debemos, además, tener en cuenta la asociaciónde estos metales a materiales orgánicos cuya compo-sición en si misma es muy susceptible del ataque demicroorganismos. En la colección no hemos observa-do alteraciones biológicas concretas.

 Además del análisis organoléptico se han utiliza-do técnicas auxiliares. Una serie de técnicas analíticasque nos dieran una inormación mas detallada de las

posibles alteraciones, así como inormación acerca dela tecnología de las piezas a tratar, aunque es ciertoque en el caso de algunos museos es bastante com-plicada la realización de las mismas y muchas veceslos resultados llegan una vez realizado el proceso derestauración.

En este caso se intentó analizar la capa de pro-tección que aparece en gran cantidad de piezas y estudiar si esta capa, al contrario de lo imaginado apriori y en vista del estado de los metales que la po-seen, podría estar de alguna manera protegiendo laspiezas de un deterioro más avanzado, o no infuye enl d t ió

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el avance de esta corrosión.

Fgura 11. E , MNA. Fí: Du OD.

353

Armas arcanas del Museo Naconal de Antropología de Madrd: estudo, conseracón-restauracón y almacenaje

 Aunque es muy diícil establecer de una manera

able el momento en el que se realizaron estas capas,si atendemos a las inormaciones del museo, pareceser que se realizarían en la segunda mitad del siglo  xx ,encontramos así mismo paralelos presentes en otrosmuseos, reeridos a capas realizadas sobre los metales.Este es el caso del Museo Arqueológico2 Nacional, enel que esta constatada la utilización, por ejemplo, degoma laca como aglutinante de productos de corrosiónde otros objetos, molidos y mezclado y aplicado de or-

ma que pareciera una pátina original, o en el Instituto Valencia de Don Juan, con piezas en las que se observala presencia de goma laca aglutinando un pigmento, y enmascarando una corrosión de capas ineriores eincluso lo que parecerían incorrectos tratamientos derestauración (g. 16). En nuestro caso la analítica reali-zada determina que estamos ante un recubrimiento deaceite de lino prepolimerizado (g. 17).

Por otro lado resultaría interesante el estudio de la

composición elemental de varias piezas, inormaciónque nos podría determinar en algunos casos dudosos,la procedencia de unos u otros objetos, y por otrolado nos completaría la inormación tecnológica demuchas de las culturas que conorman el patrimonioarmamentístico del museo, e incluso valorar si podríaser el proceso de manuactura el que determinara al-gunos de los procesos de alteración.

Intervenciones

El primer punto que debemos tener en cuenta an-tes de la realización de cualquier intervención sobrelos bienes culturales, es la realización de un procesode erradicación de cualquier tipo de ataque bioló-gico que pueda detectarse. Teniendo en cuenta queen este caso el conjunto de piezas está ormado por

 varios materiales –orgánicos e inorgánicos– y cono-ciendo la sensibilidad de los materiales orgánicos alataque biológico. Ya hemos dicho que en lo reerentea la colección de armas aricanas, no hemos observa-do alteraciones biológicas concretas. Pero debemosremarcar que esto ha sido debido a que en el Museo Antropológico el problema se aborda desde un dobleplano; por un lado, mediante medidas preventivas,realizando un control periódico de las instalaciones

2 MORENO, DÁVILA. (2008): «¿Qué u u- u bj u?». Meta-

lE ñ ´08 250 267

Fgura 12 a. M -u.

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lEspaña 08: 250-267.

Fgura 12b. M -u.

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354

para detectar el ataque de plagas y la eectividad de

los tratamientos aplicados. En este sentido, el mu-seo realiza un control periódico de plagas a travésde la actuación de una empresa especializada, conun carácter general para todas las colecciones y paralas instalaciones del museo, que en muchos casosson contenedores de inecciones internas que no se visualizan externamente, pero que pueden ser muy perjudiciales para los bienes culturales. Además deesto los almacenes están dotados de un sistema de

medida de control de humedad y temperatura. Y por otro lado se utilizan técnicas directas de erra-

dicación de biodeterioro, decantándonos por la anoxia, ya que este es un sistema no tóxico, ácil de utilizar, nodeja residuos, aecta a los tres estadios de los insectos y se puede utilizar con todo tipo de materiales.

Una vez erradicado cualquier tipo de deteriorobiológico el proceso de limpieza será el siguientepaso en el proceso de conservación-restauración.

Esta debe ir encaminada a la eliminación de la sucie-dad y todos aquellos productos ajenos que generenun daño o impidan el reconocimiento del objeto. Eneste caso y de manera general para la mayoría de losbienes de esta colección se realizó una limpieza me-cánica, utilizando una microaspiración controlada, así como pinceles de punta suave. Continuándose en elcaso que uera necesario por una limpieza con bisturí  y con una limpieza química, utilizando disolventes

adecuados para cada caso (g. 18).La mayor parte de los residuos que presentabanestas armas venían derivados como hemos dicho dela acumulación de suciedad, y de la presencia de ca-pas de protección muy deterioradas sobre la super-cie de los metales (g. 19).

Estas capas de protección, aún habiendo valoradoel hecho de que podrían aparentemente no ser per-judiciales para los metales, se tomó la decisión de

quitarlas, siguiendo una serie de criterios: – Valorando el actor estético, ya que la mayoríaestaban muy degradadas y aparecían totalmenteamarillentas. – Debido a que realmente no sabemos a cienciacierta, de una manera cientíca, si están prote-giendo el metal. – Debemos tener en cuenta el lugar en el que nosencontramos y las características del sitio en elque se van a almacenar estos bienes. El almacénestará en todo momento controlado y estaránsituadas en una zona estanca siendo periódica-

mente revisadas y adscritas a planes de manteni-

miento especícos concretados por los técnicosdel museo. – Se determinó que estamos ante una especie deaceite de cubrición que en ningún caso y graciasa la inormación del conservador de la colecciónestaría relacionado con la maniestación culturalde los ang.

En cuanto a la inhibición se ha valorado en este

caso el buen estado de los metales (estos metales hanestado en uso no hace tanto tiempo, nada tienen que ver en lo reerido a los procesos de corrosión conmetales de tipo arqueológico) y por ello se ha consi-derado improcedente utilizar cualquier producto in-hibidor que pueda cambiar el aspecto de la pieza, yaque no sería necesario en ningún caso.

Fgura 13. D u u , uu u, MNA. Fí: Du O D.

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situadas en una zona estanca, siendo periódica

Fgura 14. D : .

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Armas arcanas del Museo Naconal de Antropología de Madrd: estudo, conseracón-restauracón y almacenaje

En relación a la protección y abogando al criteriode mínima intervención3 se optó por no utilizar nin-gún producto especíco a modo de capa sobre losbienes, ya que por un lado debido a la remodelaciónde los almacenes del museo existirían condicionesóptimas de conservación controladas en todo mo-mento, y por otro lado debemos unir a esto al buenestado en la mayoría de los casos de los metales de la

colección, que al ser metales históricos y no arqueo-lógicos tienen un desarrollo de las alteraciones mu-cho menores. Se abogaría así, en este caso, por unaconservación preventiva, y un mantenimiento óptimode las condiciones de conservación.

Para reorzar este criterio aludiremos a las desven-tajas que podemos ver en las protecciones tradicio-nales a base de Paraloid® B72 o de cera microcris-talina. En el caso del Paraloid® B72 sabemos, según

3 Y qu u u í.

estudios del proyecto PROMET4, que el Paraloid enalgunos casos puede producir corrosión liorme apartir de productos de corrosión presentes bajo elrecubrimiento, y por una inadecuada aplicación. Porotra parte la cera microcristalina, aunque en muchamenor medida que otro tipo de ceras, puede provo-car adherencia de partículas de polvo que podrían serpeligrosas acelerando el proceso de corrosión.

 Almacenamiento y conservación preventiva delas piezas

El almacenamiento de los bienes será el aspecto enel que proundizaremos de manera más clara, pueses determinante este punto en la conservación de

4 P PROMET: é u . E C, Jquí B-, D M. B, S Fj, J M. B, J C-, A I. P. M E 2008. PAGNS 74-78.

Fgura 15. Pu Á: j - .

Fgura 16. E IR u u u b x.G IPCE. I: Du O D.

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u í. , A I. P. M E 2008. PAGNS 74 78.

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los objetos en museos, y concretamente en esta co-lección.

Existen una serie de actores que determinan la ne-cesidad de establecer métodos correctos y adecuadospara el almacenaje y la conservación preventiva de losbienes culturales, algunos de estos actores, y sobretodo los que hemos considerado teniendo en cuentaque estamos hablando de almacenaje son:

– Factores contaminantes del entorno del museo,sobre todo gases. Los ácidos orgánicos son el

principal contaminante en interiores y pueden te-ner una serie de eectos sobre el patrimonio entrelos que destaca de manera clara la corrosión delos metales.

 – Polvo que puede tener un eecto de sustrato ca-paz de absorber humedad, corroer, aparición demicroorganismos y tener un mal eecto estético.Su limpieza puede provocar abrasión y el riesgode manipulación.

 – Factores climáticos como la humedad y la tempe-ratura, las cuales hay que adecuarlas a un nivel.

– Radiación luminosa con un riesgo reducido en al-macenes y transporte, pero no en los ámbitos deexposición.

– Vibraciones que no tienen un eecto inmediato.Sus secuelas aparecen a largo plazo (excepto porseísmos).

– Plagas y microorganismos.

 Ante estos actores que conllevan el deterioro delos bienes culturales se ha realizado un sistema de al-macenaje que proteja a estos de un deterioro acusado

Fgura 17. E j Fu (FTIR FTIR-ATR) í -í (GC-MS) u u ub u Mu N Aí. Aí ARTE- LAB, S. L.

Fgura 18. P u .Fotograía: Du O.

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Fgura 19. P j, MNA.Fí: Du O D.

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Armas arcanas del Museo Naconal de Antropología de Madrd: estudo, conseracón-restauracón y almacenaje

 y sobre todo que consiga ralentizar este deterioro, o-

mentando así la conservación preventiva de los objetos.En este caso el almacén de la colección de Árica

del Museo Nacional de Antropología ha sido remo-delado para conseguir que estas recomendaciones secumplan consiguiendo así una óptima conservaciónde los objetos, mediante la utilización de:

 – En el caso de los contaminantes es importante valorar que en el caso del MNA, este se encuen-

tra en una zona urbana con una contaminaciónalta, con la posible presencia de ácidos orgá-nicos que puedan generar la aceleración de lacorrosión. Se sabe que con valores de pH me-nores que 8, en presencia de O

2, se acelera la

corrosión del hierro ormándose iones errosos(Fe2+), pero si el pH es mayor que 12 se produ-ce también la disolución del metal, debido, eneste caso, a la ormación del ion hipoerrato (

H FeO2). Para valorar el porcentaje de acidezambiental, se plantea interesante la presencia desensores químicos de acidez ambiental como losque están desarrollando químicos del CSIC. – Métodos adecuados de control de HR y tempe-ratura, así como en el control de la exposicióna la luz, cuando estos objetos son expuestos. Entodo momento la temperatura y la humedad delas piezas se controla gracias a un sistema de

monitorización y control ambiental Hanwell, y aHumbug Hanwell, data-logger  de medición detemperatura y HR. En el caso de los bienes decarácter etnográco debemos tener en cuentaun hecho undamental que también observamoscon otro tipo de colecciones, pero que en elcaso de colecciones etnográcas es muy acusa-do; los bienes están compuestos de dierentestipos de materiales que requieren una humedadrelativa y una temperatura muy dierente, por unlado los metales con una HR baja de un 40% y por otro materiales orgánicos como el cuero queprecisan una HR de un 50% aproximadamente. Ante esta situación lo más importante es mante-ner unas condiciones estables en todo momen-to, ya que son las oscilaciones las que puedenproducir mayores problemas en los objetos.

Según Stean Michalski:

«Nótese que la mayoría de los materiales en unacolección mixta caen en la categoría de sensibi-

lidad baja y han perdurado por siglos, incluso

milenios, sin los cuidados «modernos» en su tem-peratura de almacenamiento. Estos materiales sehan preservado debido a una combinación decondiciones de temperatura moderada más laprotección de la contaminación industrial, ya seapor su ubicación rural o por estar en un espaciocerrado, tales como un edicio, una caja, o lapropia estructura del objeto como en la encua-dernación que protege un libro».

Para paliar actores de riesgo como las vibracio-nes no todos los materiales resultan adecuados, al-gunos no son químicamente estables y se degradanliberando materias nocivas o perdiendo propiedadesísicas. Se puede realizar el test de Oddy para iden-ticar si los materiales que se van a utilizar cumplenlas condiciones de estabilidad química. En este casose utilizaron planeros estancos, dentro de los cuales

se han colocado los objetos sobre planchas de espu-ma de polietileno de retícula cerrada (plastazote) (g.20), este tipo de espuma tiene las ventajas de que esquímica y biológicamente inerte, libre de aditivos y es buen aislante de vibraciones. Sobre estas espumas,para la colocación de los objetos, se realizaron vacia-dos adecuados para algunas piezas y para otras cuñas y topes del mismo material con el objetivo de queestos permanezcan estancos a los movimientos de los

cajones de los planeros (g. 21).Por último queremos realizar una valoración dela utilización o no de agentes desecadores y agentesabsorbentes de oxigeno en el almacenamiento de es-tos metales.

Por regla general agentes desecadores adecuadoscomo el Art Sorb se ha venido utilizando para mante-ner el control de la HR en los objetos del patrimonio.En el caso de esta colección de armas el control de lahumedad relativa se realizará mediante un sistema in-ormatizado y, por lo tanto, solo se recomienda el usode estos agentes en el caso del embalaje y trasportedel objeto y podrían utilizarse en el caso de que seproduzca un aumento considerado de la humedad enun lugar concreto.

Por otro lado se ha desarrollado el uso de agentesabsorbentes de oxígeno en el almacenaje de algu-nas piezas de metal, colocados estos en el interiorde recipientes aparentemente herméticos; sin embar-go consideramos que estos agentes pueden resultarcontraproducentes en algún caso ya que el recipientedebemos asegurarnos que sea verdaderamente her-

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mético, si esto no uera así, podría provocar con-densaciones y aceleración de las corrosiones en losmetales. Por otro lado en el caso de este tipo de co-lecciones mixtas (compuestas por varios materiales)podrían resultar peligrosas para la prolieración demicroorganismos, valorando además que estos absor-bentes al reaccionar con el oxígeno se produce unareacción exotérmica que provoca la subida de la HR.

Es importante considerar por tanto la conservaciónsobre la restauración y tener en cuenta, en el casode los materiales antropológicos, que estos tienen un

origen que les aporta el signicado, y el conservador-

restaurador ante esto deberá realizar su labor siemprede acuerdo a este valor.

Bblograía

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Au b í

Enrque Echearría Alonso-CortésMu V

@j.

Resumen

La conservación-restauración de monedas de «vellón»(aleaciones de cobre y plata en sentido amplio) implicauna serie de consideraciones previas y precaucionesespeciales en cuanto a los tratamientos a emplear. Solorecientemente se han publicado estudios documenta-les sobre las técnicas utilizadas en tiempos medieva-les para obtener supercies enriquecidas en plata. Ladistinción entre enriquecimiento supercial, plateadopor inmersión o con amalgama y orrado con láminano siempre es sencilla, por lo que el paso previo seríadiscernir la técnica original. Posteriormente solo unamezcla de tratamientos ísicos y químicos nos ha dadobuenos resultados, tanto en el tratamiento de una seriede antoninianos (siglo iii d. C.) como de otras monedasde vellón medievales.

Palabras clae

 Vellón, aleación cobre-plata, enriquecimiento super-cial, restauración, criterios.

Abstract

Conservation o currencies o «vellón» (copper-silveralloys) needs o previous considerations and pre-cautions. Recently documentary studies have beenpublished on the techniques used in medieval timesto obtain suraces enriched in silver. The distinctionbetween supercial enrichment, silverplated by im-mersion or covered with lamina or with amalgam notalways is simple, reason why the previous step wouldbe to discern the original technique. Later single amixture o physical and chemical treatments has gi- ven good results us, as much in the treatment o aseries o antoninianos (iii-iV   centuries) like o othercurrencies o vellón.

Keywords

 Vellón, copper-silver alloy, suraces enriched in silver,restoration.

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Introduccón

Se conoce como vellón (o b/villon) a las monedasmedievales con aleación de cobre y plata, en las cua-les el porcentaje de plata puede fuctuar entre un 90% y un 20% (Roma Valdés, y Guitián Romero, 2010)aunque la apariencia general externa sea la de unasupercie plateada. Como dice Torres Lázaro (1998:18), vellón «terminó siendo un euemismo para deno-minar la moneda de cobre puro, a causa de la ten-

dencia de los poderes emisores a reducir la cantidadde plata de la aleación». A su vez, al menos desdeépoca romana las aleaciones de algunas monedas deplata (denarios celtibéricos, victoriatos, antoninianos,etc.…) han incluido entre un 20 y un 80% de cobreen su composición (Sejas Del Piñal, 2009; Martin Gilet al., 1989), dependiendo del estado de conservaciónde la pieza, zona y tipo de análisis, etc.

La experiencia de los restauradores, muestra que

gran parte de las alteraciones de las monedas de pla-ta vienen dadas por los productos de corrosión decobre que solían explicarse por la presencia de im-purezas en las aleaciones o por migraciones de ionesmetálicos desde otras piezas o del entorno del objetoenterrado. La alta de estudios sobre las tecnologíasoriginales de dichas monedas nos impedía entenderel objeto con el que trabajábamos, aunque pareceque aortunadamente esto está cambiando. En echas

recientes se han publicado varios trabajos (Córdobade la Llave, 2009; Torres Lázaro, 1998; Roldán et al.,2009; Carter et al., 1988) que permiten la aproxima-ción a las técnicas medievales de abricación a tra- vés de documentación original y su extrapolaciónal mundo antiguo y romano en particular. Todo ellosiempre y cuando la óptica de aproximación sea in-tegradora de las diversas uentes de inormación;acercamiento que en ocasiones solo pueden realizarlos restauradores acostumbrados tanto a la lectura einterpretación de listados analíticos, como a las téc-nicas de manuactura y restauración posteriores, o aindagar en los estados de conservación de las piezas.Dicha documentación permite considerar, en muchoscasos, la moneda ormada por dos estratos distintos,un núcleo de aleación intencional de cobre-plata y una supercie exterior con diversos grados de alte-ración hoy en día, pero con la supercie plateada enorigen y que deberán ser analizadas por separado en

todos los casos posibles.En esencia lo que parece es que las técnicas de

enriquecimiento supercial de los metales (tanto en

dorados como en plateados) no eran exclusivas de

las tumbagas sudamericanas (Echevarria, 1993: 162-163) o del  shibuichi  japonés, sino que se utilizabanhabitualmente como parte del proceso general de a-bricación de monedas y objetos suntuarios. Así pues,si se acepta que las monedas eran sometidas a estosprocesos, es más ácil entender como las variacionesen las ligas y la progresiva sustitución del metal noble(plata en general) por el cobre, solo requería en prin-cipio más duración del procedimiento de enriqueci-

miento supercial.La técnica de enriquecimiento supercial en vello-nes1 constatada en los documentos, era la conocidacomo blanquimento o blanquición, que a pesar deestar relativamente documentada y haber continua-do hasta tiempos actuales en el ámbito de la joyeríaartesanal, ha pasado desapercibida salvo como trata-miento último de limpieza en objetos de plata y esrealizada en la actualidad con ácidos diluidos (nítrico

u otros). Las técnicas medievales de blanquimento,se aplicaban generalmente a todas las monedas o-ciales de plata y vellón, para eliminar los restos deundición y manipulaciones varias, en el primer caso, y para sacar la plata o mas bien eliminar el cobre dela supercie, en el segundo. Ello ha motivado el queno aparezca claramente en la documentación lo querealmente es una técnica de enriquecimiento super-cial ( surace enrichment o deplection plating ) sobre

monedas de aleación plata-cobre cuyo origen posi-blemente haya que buscarlo en el mundo romano.En algunos casos es posible que se haya realizado(voluntariamente o no) una técnica electroquímicaasociada, ya que consta la utilización de calderas decobre lo que posiblemente aumentaba la velocidaddel proceso.

 Así, durante dos épocas muy determinadas, sehan producido monedas con muy poca liga de platautilizadas teóricamente para transacciones menores y certicadas por los poderes políticos como empe-radores romanos o reyes castellanos. En el caso de

1 R A H: RAH (1866), C S 1471: 816:18. O qu ué u é u b-quç qu bqu , bquç b bqu

u , ,qu bquç u qu u u, qu ué qu u çb bquç , qu ç.

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361

Apuntes sobre tecnología y conseracón de monedas de « ellón»

antoninianos2 y otras monedas romanas parece que

se utilizaron en todo tipo de contextos. En la Espa-ña desde los siglos  xiii al  xVii (Fontecha, y Sanchez,1968; García Guerra, 1998; Giraldez, 2006), sus un-ciones ueron muy variadas, pero para el caso quenos ocupa, su aspecto debía ser blanco plateado, y se conocieron en ocasiones como «blancas» u otrosnombres. La alta de plata y por tanto de economíassaneadas, infuía determinantemente en la composi-ción cuantitativa y cualitativa de las monedas, aun-

que la intención y el aspecto real de las mismasuera el de una moneda «autentica de plata». Todoesto viene a cuenta del criterio que va a utilizarsepara la conservación y restauración de las monedasmencionadas, que en principio variará según quiensea la propiedad o el conservador de las mismas.Dado que en la actualidad parecen ampliarse en unconcepto posmoderno de la historia (Muñoz Viñas,2002), los criterios de restauración anteriormente

imperantes, así como conceptos como el de estadooriginal, autenticidad, etc., vamos a intentar tambiéndelimitar unos criterios ruto de distintas variables.

Tecnología del blanqumento

En primer lugar habría que excluir de dicha técnicalas monedas cuya capa exterior plateada está obteni-

da por otras técnicas que no incluyen la plata en laaleación original del cospel. El plateado por inmer-sión o con amalgama y los orrados con lámina nosiempre son áciles de distinguir (Feliu Ortega et al.,1995; La Niece, 1993), salvo cuando aparece una dis-continuidad o laguna en una gruesa lámina de plataque permite observar, a veces a simple vista el sustra-to corroído, en general de cobre, bronce o latón (Se-jas del Piñal, 2009: 129). Cualquiera que sea la técnicaempleada, no se descarta tampoco un blanquimentoposterior para su limpieza nal.

El procedimiento conocido como blanquimento,blanquición o blanqueo (Córdoba de la Llave, 2009:217-224; Torres Lázaro, 1998: T II; 534-536), era laultima operación realizada en los talleres y casas demoneda sobre los cospeles antes de la acuñación y serealizaba presumiblemente sobre fanes ya recortadosde aleación cobre-plata; estos, todavía «negros» con

2 Mu V, Guí. 1997, 109: T A, 240-267. C.

restos de cenizas, grasa y carbón del recocido, eran

limpiados de cara a la obtención de una supercie ex-terna plateada. La propia plata presente en la aleaciónera la que se intentaba «sacar» al exterior mediante lacorrosión selectiva del cobre supercial, lo que se co-noce como enriquecimiento supercial.

El blanquimento estricto, consistía en un ataquesobre la supercie de las monedas mediante mezclasa partir de agentes reductores como el natrón, salitreo salpetre o con tartrato ácido de potasio (heces del

 vino o tártaro) y sal; en una documentación de 1462se menciona además la «sal de yniesta»3 (Torres Láza-ro, 1998: 535) como agente activo en el proceso. Concualquiera de dichos productos en objetos con uncontenido aproximado de 50% de Ag y Cu, y despuésde un tiempo de limpieza, se obtendrían superciesenriquecidas en plata. Los análisis de monedas deCarter et al. (1988), muestran cobre disperso en unaase continua rica en plata, lo que indicaría el alarga-

miento de la plata por un posterior trabajo mecánico(es decir, un blanqueo previo a la acuñación).Las documentación manejada a su vez por Cór-

doba, y especialmente las ordenanzas de la ceca de Valencia, citan los siguientes procedimientos y mate-riales: hornos de leña, dos o más calderas con aguadulce en ebullición a la que se añadían dos partes desal común y una parte de tártaro (rasura de Nápoles,«ros de bota» en catalán medieval, heces del vino en

castellano: tartrato acido de potasio). Los cospeles seintroducían en la mezcla hirviendo en calderas (decobre según otras documentaciones) y se removíancon palas o barras de madera hasta el blanqueo. Una vez retirados del uego, se vertían sobre tablas ho-radadas dentro de cubas, recogiéndose en el ondorestos de plata con tártaro y sal. La caldera con loscospeles era luego puesta a uego lento de rescoldocon poca agua y se removían con esponjas hasta se-carlos, luego eran secados nuevamente sobre mantaso tejidos y posteriormente se realizaba un pesado y ensayado nal. Parece ser que solo en 1471 (EnriqueIV) se procedió a un doble blanquimento antes y des-pués de la acuñación (Córdoba, 2009: 222-223).

Más cerca de nuestro entorno, el «Ordenamientode Aranda» de 1462 también mencionan el método(Torres Lázaro, 1998: 535, 645). Entre otros detallesse mencionan en la documentación las cubas porta-

3 N qu ú I (M, Cu).

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IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

362

doras de la blanquición (la palabra también denomi-

naba al baño reductor), ropa especial de protecciónpara los operarios, el triturado y cribado del tártaro,etc. Cabe mencionar que las industrias relacionadascon el tártaro, que normalmente se recogía comosubproducto en las paredes de las cubas de vino, so-brevivieron hasta al menos 19244 y actualmente ex-perimentan un renacer relacionado con la ecología y la sostenibilidad.

Como ya se ha mencionado, es posible el cono-

cimiento de la interacción con las calderas de cobrepara conseguir un mayor par galvánico con la ayu-da de un electrolito como la sal común añadida albaño reductor de tártaro. Hemos encontrado ademásuna reerencia en técnicas de minería y platería queincluye el uso de ragmentos de cobre dentro delbaño, cuando las operaciones se realizaban en vasijasde barro5 (González Carvajal, 1832). Según Murray (2008: 62) a nales del siglo xVi, la operación de blan-

quimento se realizaba en la Casa de la moneda de Se-govia lavando los rieles en una solución caliente conacido sulúrico, tras lo cual se enjuagaban con agualimpia y secaban con serrín, garantizando el brillo delas monedas recién acuñadas.

La extrapolación al mundo romano de dichas téc-nicas ha recibido aproximaciones como la de Jelínek(2007), con reconstrucción del proceso en aleacionescobre-plata y su enriquecimiento supercial en solu-

ciones de tártaro a 580-650º C y de Becket al.

(2004)o las investigaciones de Vlachou et al. (2002; 2007)con revisión de técnicas de plateado –por amalga-ma y otras– en monedas del siglo iV . Otros trabajos(Roldan et al., 2008: 98-102; Beck et al., 2008) alertanademás sobre la posibilidad de que las recientes lim-piezas con ácidos o agentes reductores, aumenten elenriquecimiento supercial, y por tanto el porcentajede plata en supercie, aunque no parece que tengandel todo en cuenta los tratamientos originales de lasmonedas ni la necesidad de limpieza para acceder ala teórica supercie original de las mismas (dondedebe realizarse la lectura y supuestamente se encuen-tran las capas delatoras de la tecnología original). A

4 L D D Vb V, u 1890 b í, b í 1924,«heces y tartaros» u u.

5 G Cj, T. (1832): R …: «D B (…) (291-

292) u bu, qu bqu , , bj (292) b, b, b , qu qu ».

su vez, Rueda (1991: 63) ya advertía de la posibilidad

de raspar la capa de plata supercial con una lim-pieza poco cuidadosa. Una conclusión evidente paralos restauradores es que algunas monedas pueden noresistir un segundo o tercer ataque químico despuésdel original de manuactura.

Crteros de nterencón

 Aunque en arqueología cabe distinguir las verdadesde la ciencia arqueológica, de las de la ísica y laquímica, la numismática comparte verdades de diver-sas disciplinas, incluidas aquellas del coleccionismode origen y desarrollo. Siendo la moneda un objetoespecialmente susceptible de alsicación y raude,será diícil obtener incluso entre los coleccionistas unconsenso sobre el aspecto que tenían las monedas en

origen. La intención aparente en la documentaciónera la de conseguir la supercie brillante de los meta-les preciosos, aunque la corrosión posterior duranteel uso y el peso delatarían posiblemente el raudecuanta más cantidad de cobre tuvieran los vellones.

Damos por hecho y seguro que la moneda de vellón, tanto romana como medieval, era de colorblanco-plateado (en contraposición al rojo metálicodel cobre limpio o al verde o marrón negruzco del

cobre corroído), y para esto el dato mas cierto sonlos tratamientos de enriquecimiento mencionados. Ensegundo lugar, si prevalece el criterio de autenticidadde la supercie original como marca de garantía deuna verdad casi objetiva, las monedas de vellón queactualmente aparecen como verdes, negras o cubier-tas de tierra, deberían aparecer una vez más blancaso plateadas a ser posible (siempre y cuando quedenrestos de plata metálica en la supercie). Si lo queprevalece es la conservación de las mismas, podríaplantearse el mantenimiento de pátinas grises, ne-gruzcas o violáceas, ruto de corrosiones por sulura-ción o similares.

 Vida de la moneda

Mi experiencia propia es que las antiguas pesetas(«rubias» o «pelas») del siglo  xx  a veces salían de un

amarillo o dorado muy brillante de unos tubos decartón o papel enrollado procedentes de la Fábricade Moneda y Timbre. Al cabo de un tiempo se torna-

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363

Apuntes sobre tecnología y conseracón de monedas de « ellón»

ban ocres y más tarde llegaban casi al marrón oscuro

(proceso constatado al menos desde 1940 a 1975, esdecir aproximadamente unos 35 años). Igualmentelos denarios y vellones deberían iniciar su circulaciónde un color plata brillante hasta llegar a varios coloresgris, marrón o negruzco con el tiempo. Muy pocaspesetas (siglo  xx ) han llegado a mostrar productosde corrosión verde azulados de cobre salvo por con-tacto con vinagre y similares, por lo que tampococabría esperar denarios o vellones en uso con dichas

alteraciones verdosas. Por ello, y observando vellonesarqueológicos y descartando las alteraciones verdes,la supercie original estaría entre gris plateado y ma-rrón negruzco, todo ello también en unción del usode la moneda (tabla 1).

Puede hacerse otra analogía. Por experiencia pro-pia también hemos visto como una reproducción enresina de una moneda romana en una maleta didác-tica, pierde rápidamente la pátina de pintura acrílica

dorada cuando cientos de manos juveniles la tocanrepetidamente, lo que podría indicarnos la duraciónmedia de las capas enriquecidas de plata. Sin embar-go trabajamos en general con tesorillos de ocultaciónque han mantenido una vida media de las monedas y de sus capas plateadas y por cierto suelen apareceren vasijas cerámicas que los conservan mejor que unentorno de tierra de excavación, normalmente máshúmedo.

 Así pues, los criterios básicos de restauración eneste caso serian por orden de prioridad: la conserva-ción presente y utura de las monedas, la legibilidad

de cara a estudios y dataciones, adjudicación de ceca,

etc., el mantenimiento de la «autenticidad» o muestrade su «estado original» (uera este cual uera), y nal-mente criterios estéticos en los que pueden primar labelleza, tanto de la plata brillante como de la pátinagrisácea o negruzca.

Empezando por la conservación de la «integridad»de la moneda o pieza, el mantenimiento de pátinasnegruzcas que conserven los detalles de la super-cie original debería ser obligado cuando la disyuntiva

esté entre conservar o eliminar materia de la piezade cara a orecer un aspecto de plata brillante. Elargumento de la «plata brillante o nueva», ácilmenteentendible por el publico y que es aducido por algu-nos conservadores, podríamos calicarlo como pater-nalista pero en todo caso supone una eliminación deinormación que no es justicable hoy en día. Ade-más, el carácter otosensible de la plata nos asegurauturas corrosiones y pátinas oscuras hasta alcanzar la

amosa estabilidad.Un aspecto de la limpieza de monedas que nosuele comentarse es el siguiente: es bastante habitualla presencia de glóbulos de concreciones muy durasde malaquita o cuprita en la supercie de las mone-das, junto a zonas superciales casi limpias y con unapátina por ejemplo grisácea uniorme que se inten-ta conservar. Algunos de los glóbulos mencionados,pueden eliminarse con una muy cuidadosa limpiezaproesional mecánica bajo binocular, pero otros sonpersistentes y solo pueden eliminarse con limpiezaquímica, especialmente si son aplanados. La limpiezaquímica elimina normalmente la mencionada pátina,con lo que para mantenerla solo cabría eectuar unareserva en las zonas que se quiere preservar; esto enzonas de milímetros cuadrados, lo que en ocasioneses tan inviable como tratar los conjuntos de monedasde orma individualizada.

Estado de conseracón y tratamentos en dosconjuntos: antonnanos de Honcalada (280 d.C.) y ellones de Valdunqullo (sglo xiv)

Como ejemplo del estado de conservación de mone-das de vellón, traemos dos conjuntos de monedas delMuseo de Valladolid. Se trata de los conjunto de anto-

ninianos (240-266 d. C.) de Honcalada (Balil, y Martin Valls, 1979) y de dineros medievales (siglo xiV ) de Val-dunquillo (Martín Valls, 1964), ambos en la provincia

Tabla 1

Estados de conseracón

Moneda Color Brillo

Flor de cuño Blanco-plateado B. metálico

Uso en época Gris plateado ¿ Satinado

Ocultamiento Negruzco-marrón Mate: puntos blancos

Enterramiento Verdes Cu negros

 Ag

Mate: marrón o negrointenso mezcla con verde/

rojizo

Tratamientos,limpieza

Plateado, grisentreverado,

 verdoso, marrón,negro; lagunas

cobre

Según capa de protección

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IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

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de Valladolid. Del primer conjunto se publicaron aná-

lisis compositivos previa toma de muestras (Martín,Sánchez-Valiente, y Martín, 1991: 339-346) mientrasque el segundo está en proceso de analítica.

Los 26 antoninianos de Honcalada, encontradosen 1974, y restaurados recientemente para su expo-sición temporal (2011), presentaban diversas patolo-gías, entre las que pueden citarse restos de adhesivosde etiquetas, siglados con plumilla a tinta china ne-gra y productos de corrosión de cobre (malaquita,

cuprita, cloruros y/o sulatos…) y plata (suluros…). Aunque alguna de las monedas presentaba altos por-centajes de plata (hasta un 40% según los análisis demuestras tomadas en zonas perimetrales), preocupa-ban, antes de la limpieza, las que tenían más bajosporcentajes, por la posibilidad de que los productosde alteración oscuros ocultasen supercies «peladas»de cobre sin apenas plata supercial, especialmentelas monedas 5, 6, 16, 18, 20 y 24 (n.º Inv.: 9564, 13,4%

 Ag; g. 1) y 25 (12,2% Ag). El tratamiento elegido ueuna limpieza química con sal disódica del EDTA al5-10% en periodos de 5-10 minutos, alternada conlimpieza a bisturí bajo binocular hasta la eliminaciónde los productos de alteración. En alguna de las mo-nedas mencionadas (24: 9564) (ver g. 1) apareció lacapa de cobre o aleación subyacente, sin la capa deplata enriquecida, perdida ya antes de la restauraciónpero oculta por productos de alteración secundariatipo suluros negro-grisáceos. Como muestra, se in-cluye la moneda 6 (n.º Inv.: 9553) (g. 2), que pre-sentaba una ormación globular de cuprita aplanada y cubriente en la zona central que impedía la lectura dela moneda, pero con más plata en los análisis (28,3% Ag) y en donde la ormación de cuprita supercialparece haber levantado zonas de plata enriquecida.La comparación de las dos monedas podría conducira distintos criterios de restauración de cara a la expo-sición de las monedas, ya que mientras en una parece

haberse perdido cierto detalle en las ormas (el brillode la plata modica la percepción de las ormas, másdenidas con pátinas gris negruzco), en otra la pátinadeormante impedía una buena lectura de la pieza(no solo numismática).

Presentamos otros dineros de vellón del tesoro de Valdunquillo (Valladolid) hallado en 1928. Especial-mente la moneda con nº Inv.: 6655 (g. 3), un novende Alonso X de la ceca de Burgos como ejemplode comparación con los antoninianos anteriores encuanto a pátinas y alteraciones. Los productos dealteración son similares aunque es presumible unamenor cantidad de plata en la aleación; pueden ob-servarse zonas con el cobre o aleación de cobre pre-sente al exterior por erosión y zonas con entreveradode plata-cuprita y/o suluros que proporcionan páti-nas grisáceas generales (g. 4). Junto a alteracionesruto de la tecnología original (grietas de acuñación,etc.) se observan productos de alteración de cobre(cloruros, carbonatos, sulatos, óxidos (gs. 5 y 6) y de plata (suluros,…). En otras piezas de dicho con-junto aparecen también zonas de cobre al exterior(g. 7a) y corrosión de cobre con puntos brillantesplateados, de origen aún por denir (g. 7b). En ellas

Fgura 2. A, H .º I.: 9553. A ué -. Fí: E. Eí.

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Fgura 1. A, H .º I.: 9564. A ué -. Fí: E. Eí.

Fgura 3. V, Vuqu; .º I.: 6655. A . Fí: E. Eí.

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Apuntes sobre tecnología y conseracón de monedas de « ellón»

se aprecia una supercie cuasi original de color gris

o marrón negruzco que está en realidad ormada porpuntos (o líneas estructuradas en ocasiones) de colorblanco plateado mas o menos brillante entreveradoscon otros puntos oscuros, marrón o negros, todosellos ormando una trama que colorea la moneda. Noconocemos trabajos que detallen alteraciones especi-cas de los vellones, entre las que cabría encontrarsesuluros dobles de plata y cobre similares a los mine-rales estromeyerita y mckinstrita (AgCuS).

 Aunque los tratamientos están pendientes de losresultados de la ase analítica, el estado nal de lasmás de 600 monedas conservadas en el museo de-penderá de un consenso entre los distintos proesio-nales implicados en su custodia.

Conclusones

 A lo largo de este texto se han intentado revisar losprocesos de enriquecimiento supercial en monedasde vellón, sobre los que no se había llamado su-cientemente la atención o que se consideraban mé-todos de limpieza en monedas de oro o plata. Aun apesar de las distintas opiniones y resultados analíti-cos sobre los métodos de plateado o enriquecimientosupercial de monedas de vellón y similares, se haavanzado en el conocimiento general sobre las técni-cas originales, lo que debería redundar en el cuidadotanto en las ases analíticas y de interpretación de losresultados como en las intervenciones de conserva-ción aplicadas a las monedas. Sobre todo ello segui-rá planeando sin embargo un problema de criteriosrespecto a como exponer moneda verdadera solo «amedias».

 Agradecimientos

Miguel G. Figuerola, Antonio Bellido Blanco.

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Fgura 4. V, Vuqu; .º I.: 6655. A: A: b

u; B: qu. Fí: E. Eí.

Fgura 5. V, Vuqu; .º I.: 6655. A: A: u; B:b b. Fí: E. Eí.

Fgura 6. V, Vuqu; .º I.: 6655. A: u

u ; B: bu u . Fí: E. Eí.

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Fgura 7a y 7b. V, Vuqu: A: .º I.: 6820: b ; B:.º I.: 6994: b. F-í: E. Eí.

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Abstract

This work is about the study o eighty-ve sequinsand a piece o a crown. Both objects are made withgolden copper.

The sequins have dierent eatures, or examplesome sequins have adhered tissue or the excavation.These tissue are the only one that conserved rom the

tomb 11 o Vicús IV.The objective o this work is the study o the cop-

per corrosions with ew resources and propose anintervention and an storage to get improve currentconditions.

Keywords

Corrossion, golden copper, tissue, intervention pro-posal, storage.

Resumen

Este trabajo se centra en el estudio de ochenta y cin-co lentejuelas y un ragmento de corona. Ambos ob-jetos son de cobre dorado.

Las lentejuelas tienen dierentes características,por ejemplo algunas tienen adherido tejido del ente-rramiento. Estos tejidos son los únicos que se conser-

 van de la tumba 11 de Vicús IV.El objetivo de este trabajo es el estudio de las co-

rrosiones del cobre con pocos medios y proponeruna intervención y un almacenaje que mejore lascondiciones actuales.

Palabras clae

Corrosión, obre dorado, textil, propuesta de interven-ción, almacenaje.

C b uu Vú (0 . C. - 700 . C.)

Sara Montero MoureRu

..@.

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Corrosón en cobre dorado de cultura Vcús (0 a.C - 700 d. C.)

Conteto de la ecaacón

Documentación de la excavación

Este trabajo se centrará en el estudio de un conjuntode lentejuelas y un ragmento de corona que pertene-cen a los ondos de Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú y se corresponden

son los números de registro M-2807 y M-9672, res-pectivamente.Estas piezas ueron extraídas de una excavación

ubicada en la costa norte del Perú, en la actual regiónde Piura, desierto de Sechura, Vicús IV, zona «El Ove-jero» o Yécala, situado a 6,5 km del Cerro Vicús.

La excavación se llevó a cabo durante el veranode 1964 por Carlos Guzmán Ladrón de Guevara y  José Casaranca, por encargo del Gobierno peruano, ya que en esa zona se había detectado una intensaactividad de huaquería (saqueo de piezas). Debido ala gran cantidad de piezas desaparecidas no ha podi-do realizarse una datación precisa de los siglos en losque se desarrolló la cultura Vicús.

Durante el periodo de tiempo mencionado se ex-cavaron 41 tumbas, en ninguna se ubicó el cadáverdel enterramiento y hay dierencias notables en lacantidad y calidad de las piezas que se depositabancomo orenda al muerto.

Las piezas estudiadas en este proyecto pertenecena la tumba 11 que, con 9 metros de proundidad,ue en donde se encontraron los objetos más relevan-tes, que se corresponden con una única cerámica y numerosas piezas metálicas que pueden dividirse endos grades grupos: instrumentos y adornos.

El grupo instrumentos está ormado por objetosde cobre (posiblemente de undición por molde) deuso cotidiano como arpones, punzones, cinceles, po-

rras, hachas y ganchos. La técnica del cobre doradose reservaba para el grupo adornos constituido pormáscaras, narigueras, orejeras, penachos, undas debastón, coronas, instrumentos musicales y lentejuelas.

Características del desierto de Sechura

El suelo del desierto de Sechura se corresponde con

un suelo arenoso que se caracteriza por la alta per-meabilidad, buena aireación, pocos nutrientes y pocoalmacenamiento de agua. Su composición es a base

de cuarzo (Si2O). Estas propiedades dicultan la pro-

lieración de fora y auna, por lo tanto no hay materiaen descomposición y la porción de humus es menordel 1%.

El clima del desierto tiene como principal carac-terística la escasez de agua y lluvias; sin embargo, eneste caso cuenta con la excepción del enómeno delNiño que provoca lluvias torrenciales. Estas abundan-tes precipitaciones avorecen un proceso de lavadoinverso, es decir, el agua penetra en el suelo arenoso

 y debido a las altas temperaturas y a la buena venti-lación se produce una evaporación brusca que arras-tra sales del suelo hacia la supercie. Durante esteascenso las sales que ormaron una disolución conel agua entran en contacto con las piezas enterradasavoreciendo los procesos de corrosión.

Tecnología

 Tecnología de la metalurgia y la orebrería

Los metales más utilizados en la cultura Vicús son elcobre (tanto en piezas de undición por moldes comoen piezas martilladas), plata y oro.

 – Minas: la alta de datos sobre minería prehispá-nica imposibilita armar rotundamente la proce-dencia de los metales empleados en la cultura Vicús, incluso hoy en día el potencial minerode Piura no está totalmente denido, por lo quesimplemente se esbozará su posible origen.En la actualidad existen en la región de Piuradierentes zonas de extracción entre las quedestacan El Páramo, Tambo Grande y Totoral,de donde se extrae principalmente Suluro decobre (en orma de Calcosina y Covelina: Cu

2S

 y CuS), Suluro mixto de cobre y hierro (Calco-pirita: CuFeS

2)y Suluro de hierro (Pirita: FeS

2).

Es recuente la presencia de plata en yacimien-tos de de cobre en orma de suluro (Argentita y Proustita: Ag

2S y Ag

3 AsS

3).

El oro se obtiene de modo nativo de los ríosQuiroz y Huacabamba. – Elaboración y undición del cobre: para obtenerel cobre es preciso un proceso de transorma-

ción de mineral a metal y una ase de rena-miento que se desarrolla del siguiente modo: seexcava un hoyo en la tierra que se recubre de

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IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

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arcilla ormando la base. Esta arcilla se estira o-rrando las paredes de hoyo hasta unirse y cerrarel hueco. En la parte superior se dejan oriciosde dierentes tamaños que sirven para introducirel mineral pulverizado y para el soplado con ca-ñas de 4-5m rematadas en toberas. Otro oriciose tapa y se destapa para controlar la entradade aire. Luego se encienden los ogones, en losque posiblemente se usó como combustible ma-dera de algarrobo. El resultado de este procesoes la ormación de perlas de cobre con materialinservible que se separa moliendo las perlas enbatanes. Después el cobre se unde ormando latorta metálica.La orma nal del objeto de cobre se consiguepor martilleo en caliente o undiendo el metalpara vaciarlo en moldes. Aunque hay evidenciasdel uso de moldes no se conserva ninguno decultura Vicús.

 – Dorado: tanto la corona como las lentejuelas sonpiezas de cobre dorado. Sobre el tipo de dora-do que se aplicó existen dierentes teorías, aun-que por alguna de las alteraciones que presenta,como el desprendimiento de la lámina, puedeque se trate de un dorado por lámina. Es unatécnica similar al pan de oro ya que se ormauna lámina nal de oro que luego se aplica so-bre el metal caliente.

Como se ha expuesto anteriormente el cobredorado se reserva a objetos de carácter orna-mental, esto explica la gran cantidad de lente-

juelas realizadas con esta técnica encontradas enla tumba 11 de Vicús IV. Estas lentejuelas deco-rativas tenían dos nalidades, por una parte pro-ducían variedad de sonidos con el movimiento, y su brillo era un símbolo de majestuosidad paraquien lo portaba. Se constató el uso de lentejue-las doradas tanto en coronas como en trajes, loque justica la presencia de restos textiles en latumba (g. 1). – Uniones: las uniones de las piezas metálicas Vi-cús son uniones mecánicas, no se emplea la sol-dadura. Las coronas se cierran con lengüetas y las lentejuelas se sujetan con pequeñas piezasmetálicas similares a alambres (g. 2). Para colo-

Fgura 2. U ü ju.Fgura 1. C .

Fgura 3. Tj 2×2, Z.

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371

Corrosón en cobre dorado de cultura Vcús (0 a.C - 700 d. C.)

car una lentejuela se hacen dos peroraciones en

la corona tras el dorado, por una de ellas se hacepenetrar el alambre, se introduce la lentejuela y se hace pasar por el oro oricio; nalmente sedobla el metal en la parte posterior de la coro-na, cerrándolo a modo de pestaña. Para evitarel roce del metal con la cabeza las coronas serevestían con un almohadillado de tejido y unalma de madera.

 Tecnología del textil

 – Obtención del algodón: los tejidos conservadosde cultura Vicús se corresponden con textil abase de algodón y, al igual que en el caso de losmetales, no hay datos sucientes para vericar lapresencia de plantaciones de algodón en las cer-canías del cerro Vicús, aunque en la actualidadPiura es una región productora de dicha bra.El algodón es una bra que se desarrolla enlas células epidérmicas de la planta del mismonombre y pasa por distintas ases de crecimientohasta estar lista para ser hilada: primero se es-tablece el cultivo, en este momento tiene lugarla germinación y el crecimiento inicial, luego seorman las estructuras y unos 100 días despuésde ser plantado, el algodón llega a la ase demaduración. El algodón se orma en un procesoescalonado, así que la recolección de la bra selleva a cabo por ases de orma manual. En ge-neral las bras obtenidas tienen una longitud de20-44 cm, calibre de 15-25 micras y peso de 4-10gramos. En cuanto al color las bras de algo-dón cultivadas en Perú presentan tonos blancos y marrones.Tras la recolección las bras de algodón recibenuna serie de tratamientos hasta estar listas para

ser hiladas: primero se separan las bras de lassemillas (desgranado) y luego se cardan paralimpiar las bras y se disgregan en capas indi- viduales para conseguir bras paralelas duranteel proceso de peinado. Cuando las bras estánlistas para ser hiladas se transorman en un hiloenrollándolas sobre un huso.Las bras obtenidas después de este proceso po-drían ser teñidas, aunque no hay evidencias del

uso del color o no se ha conservado.Este trabajo culmina con la ormación del tejido,para ello se emplea un telar de cintura que está

ormado por dos barras transversales, uno de los

extremos se une a un poste y el otro se ata a lacintura del tejedor que hará su labor sentado.Perpendiculares a las barras se colocan los hilosde urdimbre que son cruzados mecánicamentepor la trama. – Características de hilo y tejido: tanto los hiloscomo los tejidos presentan una tonalidad ma-rrón, posiblemente debida al color original delalgodón. En cuanto a los hilos se han encontra-

do torsiones tanto en S como en Z.Todos los ragmentos de textil conservados secorresponden con un tejido llano 2×2 en los quela trama y la urdimbre tienen el mismo calibre(g. 3). Sin embargo, la lentejuela B13 (lentejue-la con impronta textil) muestra huellas de con-tacto con otro tipo de tejido llano, en este caso1×1 en el que la trama tiene un calibre menorque el de la urdimbre.

Dagnoss

Descripción de las piezas

Las piezas catalogadas con el número de registroM-2807 se corresponden con 10,219 kg de lentejue-las de cobre dorado, todas ellas de tipología circular,aunque de dierentes diámetros, y con peroracionesen la zona superior.

Debido a que el estudio de todas estas piezas re-sultaba inabarcable, se seleccionaron ochenta y cincolentejuelas poniendo atención en ormar un conjuntoheterogéneo. Este grupo de lentejuelas se divide, asu vez, en cinco subgrupos con dierentes caracterís-ticas, denominados como subgrupo-A, subgrupo-B,subgrupo-C, subgrupo-D y subgrupo-E. Para acilitar

la identicación de cada una de las piezas estudiadasse acompaña a la letra de su subgrupo por un subín-dice numérico.

 – Subgrupo-A → 32 lentejuelas con textil y corro-sión (g. 4).

– Subgrupo-B → 14 lentejuelas con impronta textil y corrosión (g. 5).

– Subgrupo-C → 14 lentejuelas con corrosión.

 – Subgrupo-D → 5 lentejuelas adheridas entre sí por la corrosión. – Subgrupo-E → 20 ragmentos de lentejuela.

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IV Congreso Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal

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La pieza catalogada como M-9672 merece una

descripción especial ya que además de metal y textilse encontró en ella una porción de alma de madera.Esta pieza no está adherida al metal por lo que ori-ginalmente pudo haber pertenecido a otra corona osimplemente haberse desprendido con el paso deltiempo.

Sin embargo, se conservan entre las corrosionesdel cobre hilos que pertenecen al recubrimiento tex-til inicial. Este ragmento de corona remata en cinco

penachos que se subdividen en tres extensiones. Enel primer penacho se conserva el arranque y el ini-cio de las extensiones, el segundo penacho está en-tero, en el tercer penacho alta la tercera extensión y del cuarto y del quinto penacho sólo se conserva elinicio el arranque (g. 6).

El ancho máximo y mínimo de esta pieza es de223 mm en la zona superior y 143 mm en la partebaja, mientras que el alto máximo y mínimo es de174 mm en los penachos y 64 mm en donde altanlos penachos.

Estado de conservación del metal.Examen y análisis: alteraciones estructurales

 y alteraciones químicas

Debido a la escasa documentación accesible de laexcavación no hay datos sobre el estado de las pie-zas en el momento de la extracción. Sin embargo,se puede deducir que el cambio al medio aire y elmal almacenamiento de las piezas durante décadasaceleraron el proceso de corrosión de las mismas.

Después de ser extraídas de la excavación laspiezas ueron trasladadas al Museo Nacional de Ar-queología, Antropología e Historia del Perú; aunqueno hay datos sobre las echas exactas en las quese produjo el traslado ni documentación gráca. En

1979 las piezas ueron trasladadas de nuevo, esta vezpor motivos de seguridad, el destino ue el BancoPopular del Perú donde permanecieron hasta que en1992 volvieron al Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, donde se encuen-tran en la actualidad. No hay ninguna publicacióno texto de archivo que haga reerencia al estado deconservación de las piezas durante su estancia en elBanco Popular del Perú; sin embargo, uentes orales

conrman que las piezas habían sido almacenadasinadecuadamente y sin ninguna medida de controlambiental.

Fgura 4. I Subu-A.

Fgura 5. T ju A10.

Fgura 6. F .

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Corrosón en cobre dorado de cultura Vcús (0 a.C - 700 d. C.)

 – Alteraciones estructurales: de las piezas estudia-

das veintitrés de ellas son ragmentos (la coronaM-9672, la totalidad del subgrupo de lentejuelasE y las lentejuelas A15 y C13). Todas las piezasdel subgrupo-E, excepto E1, E2 y E9, presentanracturas rectas y aladas, demasiado uniormespara haber sido provocadas por la corrosión, porlo que es probable que sean racturas mecánicas,resultado del golpeo entre las piezas, debido almal almacenaje ya que todas las lentejuelas cata-

logadas como M-2807 se guardan en dos bolsasde plástico sin ninguna protección.Examen global, rayos X: La lentejuela C8 y elragmento de corona tienen racturas internas.En el primer caso se trata de una ractura queatraviesa la lentejuela de orma diametral, estaalteración puede apreciarse con un examen or-ganoléptico ya que se encuentra en la superciedel metal sin llegar a causar daños estructuralesni pérdida de material. Sin embargo, el ragmen-to de corona presenta numerosas racturas quedañan su estructura, llegando incluso a la pérdi-da de material. La esquina inerior izquierda dela pieza, situada al lado de una alta de material,está rodeada de tres grietas que producen unestado muy delicado, está a punto de despren-derse. En la esquina inerior derecha hay unagran pérdida de material en la que también con-fuyen varias racturas, dejando una porción de

metal con un punto de contacto mínimo. En lospenachos hay algunas grietas que apenas causandaños estructurales en comparación con los an-teriores. El ragmento catalogado como M-9672estaba originariamente decorado con ochenta y 

siete lentejuelas, de las cuales treinta y tres per-

tenecían a los penachos, aunque sólo se conser- van dos lentejuelas en su posición original; laprimera se ubica en el arranque de la segundaextensión del tercer penacho, la otra lentejuelaestá en la corona, justo por debajo de la pri-mera lentejuela mencionada. La totalidad de lasperoraciones donde se colocan las lentejuelasconservan la pieza de unión, aunque en ningúncaso está entera, siempre son pedazos del siste-

ma de unión original (g. 7).Otro dato destacable es que después de so-meter a todas las lentejuelas y al ragmento decorona a un examen con Rayos-X se determi-nó que todas las piezas conservaban su núcleometálico. – Alteraciones químicas: todas las piezas estudia-das presentan algún tipo de alteración por co-rrosión, respecto a esto pueden dividirse en dosgrandes grupos: piezas con oro estable y piezascon oro inestable. A grandes rasgos, las piezas con oro estable es-tán compuestas desde el centro hasta el exteriorpor un núcleo de cobre (ej. en el caso de lalentejuela C1 este núcleo tiene un espesor de280µm), seguido de una capa de oro, la siguien-te capa se corresponde con una pátina de cupri-ta y la última capa está ormada por carbonatos,pudiendo aparecer puntualmente concreciones

de arena.En el caso particular de las lentejuelas C7 loscarbonatos ormaron un agregado masivo, mien-tras que en la lentejuela C12 los carbonatos sepresentan ormado un hábito acicular (g. 8).

Fgura 7. Rí . Fgura 8. Lju C12.

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Las lentejuelas con oro inestable se caracterizanpor la presencia de un núcleo de cobre, no exis-te la pátina de cuprita y el oro está levantadocon carbonatos ormados por debajo y por enci-ma de esta lámina.Exámenes puntuales, microanálisis a la gota: Si-guiendo el caso de la lentejuela C1 se tomó unamuestra de la supercie, la corrosión presentabaun aspecto pulverulento, grueso y poco adhe-

rido, de tonalidad verdosa. En esta muestra seeectuaron microanálisis para la determinaciónde carbonatos, cloruros y sulatos.

• Determinación de carbonatos con HCl 1:1→ negativo, no se produjo eervescencia, lamuestra se disolvió.

• Determinación de cloruros con HNO3

y  AgNO → negativo, no se ormó un precipi-

tado de AgCl.• Determinación de sulatos con HCl y BaCl

2

→ negativo, no se ormó un precipitado deBaSO

4.

Finalmente se calentó una muestra problema a60º C durante 30 minutos y se repitió la prue-ba de carbonatos, en este caso el resultado uepositivo. Se concluye que la primera determi-

nación ue un also negativo al estar la muestrademasiado hidratada. Para vericar el positivose comparó la muestra problema con un patrón

de malaquita (Cu2CO3(OH)2), conrmando así elpositivo en carbonatos.La lentejuela C2 presentaba una capa supercialgranulosa, poco adherida y de color verde-ama-rillento. Después de tomar una muestra se hizouna determinación para carbonatos siguiendo elmismo procedimiento que con la muestra ante-rior. En la muestra problema se produjo una levepor la presencia de carbonatos, después de esto

quedaron en el portaobjetos unos restos granu-losos, transparentes y ligeramente amarillentos alos que el ácido clorhídrico no había aectado.Se observaron estos restos de la muestra pro-blema en el microscopio y se concluyó que era

Fgura 9. A C1 . Fgura 10. A C2.

Fgura 11. Cu C6.

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Corrosón en cobre dorado de cultura Vcús (0 a.C - 700 d. C.)

cuarzo (Si2O) procedente de la arena del enterra-

miento que se había compactado con los carbo-natos de cobre.De la lentejuela C6 se tomó una muestra de unazona lisa, dura, bien adherida y de color rojo-ne-gro. Se pulverizó la muestra problema y se deter-minó por comparación con una muestra patrónque se trataba de cuprita. En esta lentejuela nohabía carbonatos en la supercie, posiblementese desprendieran mecánicamente por un golpe

(gs. 9, 10 y 11).Cámara de humedad: El subgrupo-E ue sometidoa una cámara de humedad durante 24horas paraaveriguar si existían ocos de cloruros activos. Enlas 20 piezas de subgrupo-E sólo hubo un positi- vo en el ragmento de lentejuela E8 (g. 12).

Estado de conservación del textil.Examen y análisis

El porcentaje de material textil conservado de la tum-ba 11, Vicús IV es mínimo en comparación con lacantidad de metal que se ha encontrado, de lo quese deduce que las condiciones del enterramiento noueron avorables para este material. Además, todoslos ragmentos de tejido conservados se encuentranunidos a lentejuelas por la corrosión del cobre.

Para determinar el tipo de bra del que están

compuestos estos ragmentos se realizó la prueba decombustión por la que se determinó su origen vege-tal, ya que la muestra continuaba ardiendo al retirar lallama, desprendiendo una ceniza gris y olor a papelquemado por el alto contenido en celulosa. Despuésde esto se comparó la muestra problema con unamuestra patrón conrmando el origen vegetal y de-terminando que se trataba de algodón. El calibre delas bras analizadas varía de 12 a 15 µm (g. 13).

Estado de conservación de la madera.Examen y análisis

La madera encontrada no presenta ningún ataque dexilóagos, ni de pudrición por hongos, tiene manchassuperciales por la corrosión del metal y ha perdidoel agua estructural de su composición. Se tomó una

muestra de madera para observar el corte transversal,perpendicular y radial; se hidrató con agua y etanol al50% durante 24 horas para poder compararla con una

Fgura 12. Cu b E8.

Fgura 13. Tj u ju.

Fgura 14. M .

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muestra patrón de totora. Este examen no ue conclu-

 yente ya que el mal estado de la muestra no permitióapreciar dierencias o similitudes con el patrón (g. 14).

Propuesta de tratamento

Las lentejuelas analizadas en este proyecto suponenuna cantidad mínima del total de las piezas cataloga-das como M-2807, por lo que la propuesta de trata-miento, que se expone a continuación, tiene un ca-rácter meramente orientativo sujeto a modicaciones,según las necesidades de cada una de las lentejuelas.

Limpieza

 – Piezas con oro estable: se propone una limpiezacon EDTA al 4% aproximadamente en agua de-sionizada, aplicándolo en gel para evitar la ex-cesiva penetración, y combinando con limpiezamecánica; el tiempo de aplicación del producto variará en unción del grado de adhesión de lacorrosión. Posteriormente se neutralizará conagua desionizada y etanol al 50% y se secará enuna estua a 60-70º C durante 30 minutos y sealmacenará con gel de sílice. – Piezas con oro inestable y/o textil: limpieza me-cánica supercial poniendo atención en no des-

prender el oro o perder los restos textiles. – Piezas con impronta textil: limpieza mecánicamuy suave (pincel), para evitar la pérdida de laimpronta textil, ya que debido a la escasez detela conservada puede servir como ejemplo detejido Vicús en estudios posteriores. – Madera: limpieza supercial con pincel. Si ueranecesario se insistiría puntualmente con etanol.

Sellado/eliminación de cloruros

Para las piezas con evidencias de ocos de clorurosactivos, con oro estable y sin textil adherido, se re-comienda la eliminación por baños de B70; mientrasque en piezas que no soporten el baño o con peque-ños ocos el tratamiento aconsejado sería un selladopuntual por el método organ (óxido de plata).

Finalmente se propone utilizar cámaras de hume-dad de 24 horas, en grupos de piezas controladas,para vericar que no se mantienen los ocos activos.

Sentado del oro

En caso de ser necesario hacer un sentado del oro sepropone aplicar una resina termoplástica tipo Para-loid B-72© al 5% en etanol. Si uera necesario podríaaplicarse una presión moderada sobre la pieza paraacilitar la correcta adhesión, interponiendo papelmelinex©.

Inhibición

Una vez que las piezas estén limpias se optará por laaplicación de BTA© como inhibidor intentando evitarel contacto del producto con los textiles.

Reintegración estructural

Se propone reorzar las grietas de corona M-9672 y de la lentejuela C8 mediante la inyección de ParaloidB-72© al 5% en etanol. En principio no se contem-pla la posibilidad de reintegrar ormalmente las altasde la corona o de las lentejuelas, ya que en amboscasos se conservan muestras de su tipología que nosayudan a entender cómo eran estas piezas en origen.Respecto a las lagunas de la corona reintegrarlas nomejoraría demasiado su estructura.

Protección

Se recomienda la aplicación de Incralac© aplicadocon brocha suave, poniendo especial atención en queno exista contacto con los restos textiles. En las lente-juelas con impronta textil se optará por la aplicacióndel mismo producto, pero en orma de aerosol parano dañar la huella del tejido.

Propuesta de tratamento

Condiciones actuales de almacenaje

En la actualidad las lentejuelas catalogadas comoM-2807 se corresponden con 10,219 kg de lentejuelasalmacenadas en dos bolsas de plástico. Para acilitar

su identicación estás bolsas tienen una etiqueta depapel (material orgánico e higroscópico) escrita conbolígrao (tinta ácida) en contacto con los metales. A

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su vez estas bolsas se ubican en una bóveda aislada

de radiación solar y con condiciones de humedadrelativa y temperatura controladas. Esta bóveda estáprovista con estanterías metálicas abiertas y con mó-dulos de cajones perorados para evitar la ormaciónde microclimas en su interior. El ragmento de coronaM-9672 se almacena en uno de estos cajones juntocon otras piezas de cobre dorado, separadas unas deotras por capas de papel de seda.

Condiciones ideales de almacenaje

Las condiciones ambientales ideales para la conser- vación del metal pasan por mantener estables losparámetros ambientales, sin fuctuaciones de hume-dad relativa y temperatura, éstas deberían mantener-se en 20º C y 45% HR aproximadamente ya que las variaciones bruscas y continuadas de estos paráme-tros suponen la activación o aceleración de dieren-tes procesos de corrosión.

El metal no es un material especialmente suscepti-ble a las alteraciones por radiación electromagnética,pero estas pueden elevar la temperatura, por lo quese recomienda un almacenaje libre de radiaciones in-tensas, utilizando luz incandescente cuando sea ne-cesario.

Otro aspecto destacado es la higiene en el alma-cén, debe evitarse la acumulación de suciedad y uti-

lizar en su mantenimiento productos neutros que noaecten a las piezas almacenadas.

Propuesta de almacén para piezas inestables

Es posible que el trabajo de restauración no se rea-lice en un uturo cercano, por lo cual la totalidad delas piezas se englobarían en este apartado sobre el

almacenaje, otra posibilidad es que aunque se llevena cabo los tratamientos necesarios algunas de las pie-zas no llegarían a estar totalmente estables, es el casode las lentejuelas con textil, con oro inestable o conimpronta textil.

La propuesta de almacenaje para estas piezas sebasa en la utilización de materiales inertes para crearsoportes adecuados a las condiciones de los metales.Para ello se propone utilizar planchas de polietile-

no de baja densidad en donde se pueden rehundirespacios a medida para acomodar las piezas, mini-mizando así los riesgos de alteraciones estructurales

por golpes o vibraciones. A su vez estas planchas se

colocarán dentro de cajas herméticas de polietilenode alta densidad para evitar que entre suciedad y condepósitos de gel de sílice que mantengan baja la hu-medad relativa. A su vez estas cajas se almacenaránen la bóveda del departamento de metales del MuseoNacional de Arqueología, Antropología e Historia delPerú.

Para acilitar la identicación del contenido de lascajas se propone una distribución de las lentejuelasacorde con las características descritas en el apartado«Diagnosis». Para ello a cada subgrupo se le asigna uncolor (gura 15):

 – Subgrupo-A → lentejuelas con textil y corrosión(azul). – Subgrupo-B → lentejuelas con impronta textil y corrosión (verde). – Subgrupo-C → lentejuelas con corrosión (rojo). – Subgrupo-D → lentejuelas adheridas entre sí con corrosión (naranja). – Subgrupo-E → ragmentos de lentejuela (ama-rillo).

Las cajas serán colocadas en estanterías de ormaque en la cara visible se pueda colocar una pegatinacon un indicativo del color del grupo al que perte-necen las piezas y una pequeña cha que indique elcontenido de la caja y su procedencia.

Propuesta de almacén para piezas estables

En el caso de que el trabajo de restauración llegue aeectuarse se propone un sistema de almacenaje die-rente para piezas totalmente estables. Al igual que enel caso anterior se recurrirá al polietileno de baja den-sidad para hacer soportes donde colocar las piezas

Número de registro: M-2807

Tipología: Lentejuela

Origen: Vicús IV, tumba 11

Fgura 15. Ej ubu.

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que posteriormente se almacenarán en los módulos

de cajones de la bóveda, debido a su opacidad puedeutilizarse el sistema de identicación anteriormenteexpuesto.

Conclusones

 – La intensa actividad de huaquería ha diculta-do la determinación de aspectos básicos de lacultura Vicús, como una datación precisa de sudesarrollo. – Es importante continuar con las labores de ex-cavación y documentación de un modo claro y accesible para evitar que la inormación se sigaperdiendo. – Para comprender la cultura Vicús se debe se-guir investigado, no sólo en el trabajo de campo,para recadar más datos que nos ayuden a enten-der como era esta sociedad. – El estudio continuado de las corrosiones y me-tales Vicús pueden aportar inormación ablesobre su metalurgia. – Los tratamientos de conservación eectuados so-bre estos metales deben estar siempre ligados ala conservación de los restos textiles. – Es necesario respetar los parámetros adecuadospara la conservación preventiva en el almace-

naje ya que en algunos casos, incluso despuésdel tratamiento, los productos de alteración noserán totalmente eliminados.

 

Bblograía

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D qu : u

Emma GarcíaIu P Cuu E

..@u.

Resumen

¿Qué ocurre cuando una restauración impide la co-rrecta comprensión de un original y altera gravemen-te su percepción estética? ¿Y si además se trata de lareconstrucción de una de las cinco únicas esculturasromanas de bronce de tamaño mayor de 1 m queexiste en uno de los museos más importantes de Es-

paña?El denominado «Apolo de Tiermes» se descubrió

en 1913 en el yacimiento de Tiermes (Soria). Hastallegar a su estado actual ha surido dos intervencio-nes estructurales integrales, en 1914 y en 1970-1973,más otras intervenciones menores. Esta comunicaciónexpone los errores cometidos durante la restauraciónque han dado lugar a un also histórico ya consolida-do por el tiempo.

Se trata de un tema controvertido e incómodo, yaque la ley de patrimonio y las cartas, documentos y recomendaciones internacionales protegen los «aña-

didos históricos» siempre que no dañen ísicamenteal objeto, mientras que el concepto de «daño estético»es muy subjetivo.

Palabras clae

Daño estético, «Apolo de Tiermes», reconstrucción.

Abstract

 What happens when a restoration prevents a properunderstanding o an original and seriously alters itsaesthetic perception? And what i the reconstructionis also one o the ve Roman sculptures in bronze

larger than one meter in one o our major museums?.The so-called «Apollo rom Tiermes» was disco- vered in 1913 at the site o Tiermes (Soria). Until it

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reached its current state, it has undergone two inte-

gral structural interventions, in 1914 and in 1970-73,plus other minor interventions. This communicationsets out the mistakes made during the restoration thathave led to a alse historic image that has consolida-ted through time.

This is a controversial and uncomortable matter,because the Heritage Act as well as International Let-ters, Documents and Recommendations protect the"historic additions" i they do not physically damagethe object, while the concept o "cosmetic damage" is very subjective.

Keywords

Cosmetic damage, «Apollo de Tiermes», reconstruc-tion.

Introduccón

El proceso de reconstrucción de un objeto tiene dospartes: la primera, la parte teórica, o cómo pensamosque debía ser el objeto en unción de los restos origi-nales que tenemos, y la segunda la parte práctica, laparte ísica, en donde damos orma a esa hipótesis. Si

nos equivocamos en la primera daremos lugar a unalso histórico, pero si además cometemos un erroren la segunda caeremos en otro tipo de daño añadi-do: el daño estético. El «Apolo de Tiermes» una guraromana en metal, es un ejemplo de eso.

El periodo total de ocupación humana de Tiermes(Montejo de Tiermes, Soria) ue de más de 30 siglos,hasta el comienzo de la edad moderna. Entre los si-glos  Vi y iV a. C. surge como un pequeño núcleo cel-

tibérico que será absorbido por Roma en el 98 a. C.,iniciándose un proceso de romanización de la socie-dad local. A partir de ese momento comienza a con-gurarse la ciudad hispano-romana alrededor de unprimer santuario donde se ubicarían los edicios másimportantes, y alcanzaría su momento de mayor es-plendor entre los siglos i y ii d. C. (Matías Cruz, 2008).En el siglo  xVi desaparece absorbida por los núcleos vecinos utilizándose como cantera de materiales para

la construcción de las poblaciones de la comarca.Las investigaciones sobre Tiermes no comienzan aeectuarse de una manera cientíca hasta la presen-

cia en el yacimiento del arqueólogo Nicolás Rabal en

1888, punto de partida para que, a principios del si-glo  xx , se inicien las primeras intervenciones directasen la zona. El conde de Romanones y posteriormenteel arqueólogo Narciso Sentenach (entre 1910 y 1911)inician una intervención más amplia comenzando aaparecer restos de grandes edicios. Esta campañade excavación ue seguida por la de Ignacio Calvoen 1913, momento en que aparece la gura que nosocupa. Los materiales procedentes de las excavacio-nes ueron donados al Museo Arqueológico Nacionalen 1914.

La noticia del hallazgo del apolo la da su descubri-dor Ignacio Calvo en 1913:

«De los dos templos antedichos, uno debíaestar en uno de los lados del orum, orienta-do al mediodía y en el sitio donde este año sedesenterró la magnica estatua de bronce que,por estar en trozos no se puede clasicar con

acierto. Representa una persona joven, de unosdoce años, con un tamaño correspondiente aesa edad. Por la nura y delicadeza de sus ras-gos parece representar una gura emenina, so-bre todo por el peinado de su abundante y bientrenzada cabellera.Puede que represente a Diana joven; pero tam-bién es probable que represente al dios Apolo.Esta última suposición tiene en su avor el he-

cho de que entre los cimientos donde estaba laestatua, salió un pedestal de mármol oscuro conestas tres letras:  apo...» (Calvo, 1913: 382-383).

Esta indecisión sobre su sexo se mantuvo durantelos primeros años en los que estuvo catalogada como«el hermarodita de Tiermes».

 Apolo ue en el mundo griego, y por tanto tambiénen el romano, uno de los dioses más populares. Ideal

de belleza juvenil aparece siempre desnudo o cubiertocon una clámide, y en el caso de que represente al Apolo Sauróctono o Pitio, con arco, fechas y carcaj.Los atributos más recuentes de Apolo son los anima-les: la serpiente, el lobo, el león, el ratón, la langosta, lacierva, el delín o el Grio (Elvira, 2008: 157-161).

 Aunque actualmente la escultura no está ligada alpedestal de mármol y no tiene ninguno de sus atri-butos, su identicación con este dios se considera lo

más probable debido a su característico peinado, unbucle trenzado sobre la cabeza en orma de lazo depelo o nodus, símbolo de dignidad, con uno de los ri-

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zos cayendo sobre el hombro, como podemos ver en

múltiples representaciones clásicas (Reinach,1920).Para analizar la importancia de este hallazgo den-tro del mundo de la arqueología, debo recordar quela mayor parte de las esculturas de bronce de la Anti-güedad se han perdido, y si esta se ha conservado loha sido por un conjunto de circunstancias ortuitas, yaque históricamente el material se reutilizaba debidoa su valor material, bien para abricar moneda o parahacer utensilios e instrumentos de uso diario. Ade-más, esta escultura, de la que Calvo puede hacerseuna idea de su altura debido a la cantidad de rag-mentos identicables (unos doce años corresponde-rían a una altura mayor de 1 metro), constituye la pri-mera escultura romana aparecida en España de estetamaño. Las otras cuatro esculturas existentes hoy endía en la península mayores de 1 m son de apariciónmás tardía: el «Thoracato de Santi Petri» (Cádiz) en1925, el «Eebo de Antequera» (Málaga) en 1952, el«Apolo de Pinedo» (Valencia) en 1963 y el «Togado de

Periate» (Granada) en 1982.No existe documentación otográca del momento

del hallazgo. La escultura apareció muy ragmentada,aunque conservando la mayor parte de la cabeza, elbrazo izquierdo casi completo, parte de hombro, elarranque del brazo derecho y diversos ragmentos depiernas y nalgas. El torso es la zona más incompleta.

 Ya durante el mismo año de la donación se iniciauna primera reconstrucción con escayola, a la que

hubo que ponerle un armazón de hierro para garan-tizar su estabilidad. A partir de ese momento estuvoexpuesta en las salas del museo como vemos por laotograía de Juan Cabré1 de 1915 (g. 1).

Los resultados de esta primera intervención, muy tosca, con los ragmentos originales encajados en laescayola patinada, muestran al dios de pie, con lapierna izquierda fexionada y el pie ligeramente le- vantado por la parte del talón. Totalmente reconstrui-

do a excepción del brazo derecho, su altura total, sinpeana2, alcanzaba los 131 cm, constituyendo en sumomento la única escultura de ese tamaño, en metal,del Museo Arqueológico Nacional3.

1 N.º 1700. J. Cbé ub u : «E-

uu b, T A D IC (Mj T, S). 1911-1917». E J. Cbé Au, Catálogo

Monumental de Soria V. IV; Ié, 1917. C Bqu Pé, Ríu Nu ( 2004).

2 L 5 .3 Y í u .

 A juzgar por las otograías que se conservan, laprimera de 19364 y la segunda anterior a 19685, nohubo cambios ni modicaciones en la gura, aunquela degradación de la escayola y nalmente el desplo-me del brazo izquierdo tuvo como consecuencia elencargo de una nueva restauración en 1970 al anti-guo Instituto de Conservación y Restauración (ICR)6,

perteneciente al Ministerio de Educación y Ciencia.En las otos previas al tratamiento se evidencia suprecario estado (g. 2).

4 L u j í B/N u , : .º 21.- A b ub

u T (S). Mu Aqu N M. F- Hu M-M. L bj, u u uu 20.

5 Fí Mé P (1968).6 H IPCE .

Fgura 1. Fí A S Mu Aqu N-. Fí: A Ju Cbé. 1915. IPCE.

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En la segunda intervención se desmontan, limpian y protegen los ragmentos originales en espera de suubicación en el nuevo montaje, ya que al tener el pre-

cedente de la reconstrucción anterior no se cuestionala elaboración de un nuevo cuerpo. Para el nuevomontaje «se hace un modelo de cronología similaren barro», en donde se colocan los restos desmonta-dos (g. 3). Una vez ubicados todos los ragmentosse hizo un molde rígido seguido de un vaciado enpoliéster y bra de vidrio donde se embutieron losoriginales, patinándose posteriormente con óleo (gs.4 y 5).

 Al haber escasa documentación escrita de esta in-tervención resultaba diícil saber en base a qué se eli-gió el modelo. Incluida en el inorme de la restaura-

ción había una imagen de una escultura completa, enbronce, procedente de una publicación, aunque sinninguna reerencia, que resultó ser el llamado «joven»

o «Apolo» de Ziteh (Egipto) de la colección del Bri-tish Museum. Paralelamente en otra otograía vemossobre una mesa de trabajo, una imagen del «Eebo de Antequera». Posiblemente se escogieran ambos porser similares desde el punto de vista de la cronología,postura del cuerpo e inclinación de la cabeza, y el úl-timo también por coincidir supuestamente en altura.

El bronce de Ziteh (g. 6) representa a un hom-bre joven, posiblemente un apolo aunque no conser-

 va ningún atributo asociado, pudiendo ser tambiénMercurio, Baco, o Ganimedes. De época ptolemaica y perteneciente a la colección Mimaut, ue adquirida

Fgura 2. I 1970-1973. Fí: IPCE. Fgura 3. I 1970-1973. C u

b. Fí: IPCE.

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por el British Museum en 1940. De tamaño natural(160,5 cm), también este bronce apareció incompletoconservando el torso, el brazo derecho a partir del

codo y las dos piernas hasta algo más abajo de lasrodillas. Le alta el brazo izquierdo, pero hay rag-mentos de la mano y el brazo derecho. La reconstruc-ción la realizó M. Husson7, escultor de la Academiarancesa en Roma bajo la dirección del undidor M.Delaontaine, hacia 1837. Paradójicamente cuando enEspaña estábamos haciendo la segunda intervención

7 L ub 1915, ( W, H.B.).L b í B Muu b .

de nuestro apolo, el British Museum ya había elimina-do las reintegraciones del suyo.

Por otro lado el «Eebo de Antequera» (g. 7) se

puede datar en la primera mitad del siglo i d. C. enla época tardorrepublicana o de inicios del Imperio,como nuestro «Apolo de Tiermes». Recrea la imagende un joven desnudo en el inicio de la pubertad. Suscaracterísticas lo denen como un  stephanéoros , esdecir, un portador de guirnaldas, por lo que se puedesuponer que se utilizaría para el adorno de banqueteso celebraciones en las viviendas privadas (García Be-llido, 1964: 22-32). Este tipo de eebos serán muy po-

pulares en ambientes provincianos romanos durantelos dos primeros siglos de la era (Martínez Caballero,2005: 395-414).

Fgura 4. II 1970-1973. V é. L -

u . Fí: IPCE.

Fgura 5. I 1970-1973. P .

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¿Eran estos los modelos más adecuados? A pesar de la escasez de originales que nos obliga

a estudiar las copias romanas que se hicieron de ellos y que varían en el material empleado, la técnica, e-cha, estilo, y en la ejecución particular de los detallesanatómicos, y aunque no conocemos con exactitudsus sistemas proporcionales, la opinión actual es quetenían alguna sistema de construcción expresable entérminos de medida (Hernández González, 1993: 103).

El sentido de la proporción parte de un unda-mento lógico matemático expresable bien en térmi-nos de ciras aritméticas o en ormas de magnitudesgeométricas, aunque la unidad de medida aceptadano siempre ha sido la misma. Entendemos por «uni-dad de medida» o módulo, el tamaño adoptado comotérmino de comparación con dimensiones de igualespecie (Hernández González, 1993). Los sistemasgrácos acilitaban el modelado o el dibujo de la -gura humana.

Los cánones artísticos han variado en las distintas

épocas e incluso se han dierenciado entre los artistasde un mismo tiempo. Igualmente variaban los módulosempleados como medida: la columna vertebral, la cabe-za, la cara, la mano, el palmo, el dáctilo, el codo, el pie...

En el mundo griego el módulo undamental era lacabeza por contener los órganos de los sentidos quehacen posible el conocimiento (Hernández González,1993: 45), subdividida a su vez en tres partes: la ren-te, la nariz y la boca y barbilla8.

Según Plinio, Pitágoras de Samos ue el primeroque buscó el ritmo y la armonía de las proporciones(Blanco Freijeiro, 1975: 159). Aunque el más conside-rado por este autor ue Policleto. El cuerpo debía or-ganizarse de acuerdo a los principios de la oposiciónbinaria: simetría y harmonía. Posiblemente su amosotratado perdido y el Doríoro, cuyo original en broncetambién ha desaparecido, pudieran contener una se-rie de instrucciones para la medición de las distintas

partes del armazón de una escultura, independien-temente de su movimiento o postura (Durán, 2001).Siguiendo de nuevo a Plinio (Torrego Salcedo,

1987: 58), la principal aportación de Lisipo, ademásde mejorar la representación del cabello, ue el in- vento de una nueva proporción, disminuyendo el ta-maño de las cabezas, haciendo el tronco muy largo

8 L u M R T S-

1526 u L B Ab (D R A, 1452) Vu- (D Au Lb D, . 33-14 . C.); ú S j . C Du, 2001: 7-8.

Fgura 6. I «J Z» B Muu, u , ú u u.

Fgura 7. E u 1970-1973:

«Eb Aqu» í .

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 y los miembros nos. La altura del cuerpo humanocorrespondiente a unas 8 cabezas, daba una mayorelegancia a las estatuas.

 Vitrubio en su De architectura libri decem (siglo i a.C.), trata también de las proporciones, siendo la trasmi-

sión antigua más notable sobre medidas (HernándezGonzález, 1993: 124). Sus libros intentan condensartodo el conocimiento que había acumulado la arqui-tectura romana. Marginalmente se incluía la considera-ción canónica de la representación humana, en tantoque era considerada base y medida de los edicios.

En la Antigüedad se escribía poco sobre teoríacanónica gurativa, ya que era una cuestión que seaprendía en los talleres, y ésta de Vitrubio es la única

obra escrita que se ha conservado, infuyendo en mu-chos autores posteriores. Se la considera una recopi-lación del canon de Lisipo, aunque su módulo no esde cabezas, sino de proporciones entre las distintaspartes del cuerpo.

 Actualmente se establecen tres cánones estéticospara la gura humana que relacionan la altura de lacabeza y la del cuerpo humano:

 

– 7 cabezas y media para la gura adulta normal. – 8 cabezas para la gura ideal. – 8 cabezas y media para la gura heroica.

 Y también relacionan el ancho de la gura hu-mana normal que se establece en un módulo de doscabezas.

 A Apolo se le representa en la iconograía clásicacomo un hombre joven, aunque a veces también lo

encontramos como adolescente (Apolo Sauroctonos9) y pocas veces como niño de corta edad. El pequeñotamaño de nuestra escultura no obliga necesariamen-te a representar a un adolescente; eso vendrá deter-minado por la complexión y la proporción entre lasdistintas partes del cuerpo.

Si revisamos la proporción de cabezas-módulo delas esculturas de aproximadamente la misma época y altura de nuestro apolo (gs. 8a, 8b, 8c, 9a, 9b y 9c),

comprobamos que para estos tamaños medios y re-presentaciones de adolescentes o jóvenes, el módulooscila entre seis y medio y siete cabezas.

Como la cabeza del apolo, que conservamos bas-tante completa en su parte posterior, mide de alto18,50 cm, si aplicamos el módulo de 7 cabezas ten-dríamos una altura total no superior a los 1,30 m, quecuriosamente coincide con el tamaño de la primera

9 E, 2008:159: E A Su u qu u u , u u - P qu uu.

Fgura 8a, b y c. ) A T u ; b) b Aqu (Mu Aqu); ) b Vúb (Mu Aqu Rb).

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386intervención, no de la segunda, ya que la escultura,tal como se encuentra hoy mide 1,40 m, y un módulode 7,5 cabezas, al igual que el «Apolo de Ziteh», quecomo se ha dicho antes es de tamaño natural (g. 10).

Si atendemos ahora a la postura, sabemos que Po-

licleto dota a sus guras del llamado «Quiasmo Po-licleteo» término derivado de la letra griega χ cuyatranscripción latina es chi. Esta letra está ormadapor dos líneas que se cortan oblicuamente, una recta y otra con orma de "S" invertida; así sus esculturastienen un brazo extendido y otro doblado, con laspiernas de modo semejante pero en el lado contrario;posteriormente Praxiteles añade un contrapposto, la«curva praxiteliana» haciendo describir a los cuerpos

una suave S. Esta tradición canónica es heredada in-mediatamente por la cultura romana, y ha llegado anosotros por la enorme diusión de sus copias. Lasesculturas de bronce romanas, generalmente situadasen el oro de las ciudades, en los edicios públicos oen grandes mansiones particulares, al contrario de loque ocurría con los bronces pequeños, más variados,tenían una gran homogeneidad en cuanto a estilo,ejecución y temas iconográcos, salvando las parti-

cularidades y la pericia de cada artista. De Roma estatradición pasaría a las colonias, entre ellas Hispania,donde la órmula compuesta de quiasmo más curva

será repetida obsesivamente por los artistas y copistasen esculturas tanto de bronce (ver las imágenes ante-riores) como de piedra.

Como nuestro apolo conserva un ragmento dela unión del talón del pie derecho con la supercie

plana de la base, sabemos que esa pierna pisaba r-memente sobre el suelo. Esto nos permite aventurarque si la pierna izquierda es la que está fexionada,el brazo derecho, hoy perdido, tendría que haber es-tado también fexionado en un ángulo mayor que elderecho, aunque como la colocación de las manos y su separación con respecto al cuerpo nos es descono-cido, no vamos a especular demasiado con este brazoinexistente.

En cuanto a la complexión, el módulo de dos ca-bezas de ancho resulta poco preciso para la totalidaddel cuerpo. Si superponemos grácamente los rag-mentos originales de nuestro apolo a las esculturasde adolescentes de tamaño similar (el «Eebo de Ante-quera» y el «Eebo de Volúbilis»), vemos que se ajustanen cuanto a posición, pero no en cuanto a proporcio-nes, ya que los diámetros de las piernas y del brazoson mayores en la nuestra, así como el hombro y los

ragmentos del torso. Por eso se puede deducir que lamusculatura del apolo original debió ser mayor quela de estos niños. Es decir, la escultura original de

Fgura 9a, b y c. ) I P (Mu qu F); b) Eb P (Mu N); ) A C (Mu N).

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nuestro apolo no representaría a un adolescente apesar de su pequeño tamaño, sino a un joven, comopuede aventurarse al superponer los ragmentos auna escultura más musculada, como es la del eebode Pompeya, aunque no a un adulto como el apolodel British Museum (gs. 11a, 11b, 11 y 11d).

Por tanto, y resumiendo las hipótesis, la posiciónes correcta, pero debía ser, al menos, 10 cm. más bajo y con más musculatura.

 Ahora veamos la actura de la reconstrucción. A la vista del resultado nal comprobamos que hay cier-

tos desajustes en el paso del modelado en barro al vaciado en poliéster, a pesar de la destreza técnicade los autores, quizá producidos por movimientos nodeseados a la hora de hacer el molde, o por erroresen el ajuste de las piezas debido a su realización en varias partes, lo que dio como resultado el giro haciael lado izquierdo de la mitad superior del cuerpo queno se corresponde con la mitad inerior. La recons-trucción resulta así muy orzada, tanto por el excesivo

contrapposto como por la desproporcionada longituddel cuello, producida por la no coincidencia de laFgura 10. Mu-b «A T».

Fgura 11. ) F «A T»; b) uu b uu «Eb Aqu»; ) uu b uu «Eb Vúb» ) uu b «Eb P».

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parte anterior y posterior de la cabeza a causa de unadeormación del metal (g. 12).

En el perl de la escultura se aprecia también unadesviación; cuando el peso de un cuerpo está apoya-do rmemente en uno de los pies automáticamente elcuerpo se desplaza hacia ese lado, se echa hacia atrásla espalda y se separa y fexiona la pierna contrariapara mantener el equilibrio. El talón de la pierna quesustenta la gura debería coincidir verticalmente conla escotadura interclavicular (Fuentes del Olmo, 2006:99), cosa que en este caso no ocurre (g. 13).

 Además el patinado mimético permite diícilmen-te la dierenciación entre las partes originales y lasreintegradas, situación que se ha ido agravando conpaso del tiempo debido a la alteración de las zonasno originales (g. 14).

Conclusón

En la  Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE de 29 de junio de 1985) en su Art. 39. 3 se dice:

«Las restauraciones de los bienes a que se reereel presente artículo respetarán las aportacionesde todas las épocas existentes. La eliminación de

alguna de ellas sólo se autorizará con carácterexcepcional y siempre que los elementos quetraten de suprimirse supongan una evidente de-gradación del bien y su eliminación uere ne-cesaria para permitir una mejor interpretaciónhistórica del mismo. Las partes suprimidas que-darán debidamente documentadas».

Tal y como está actualmente se puede considerar

un also histórico, máxime cuando en su musealiza-ción no se da ninguna explicación ni comentario, niimagen sobre la reconstrucción. Su mala actura es,a mi entender, una degradación evidente del bien10 que impide su correcta comprensión y produce uninmediato rechazo.

Pero si la segunda reconstrucción se hizo porquepreviamente existía una primera ¿qué ocurrirá cuando

10 Bk, D (1997): 211 «T b u -b u b ... » 

Fgura 12. P u.

Fgura 13. V .

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sea necesaria una tercera intervención integral por ladegradación de la resina?.

Cualquier otro soporte ísico sería tan arbitrario y tan poco aceptable como lo ya existente, pero

mientras tanto tenemos a nuestro alcance otrosmedios, grácos o visuales, que harían más com-prensible la obra como alternativa a una hipotéticade-restauración.

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Fgura 14. E «A T» u. F Lu Gí.

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Au b u u í xvii xix é b

Manuel BethencourtD C M Ií Mú Quí I,

C Au C Tí M, Cu E I M (CEIMAR)

U C

u.bu@u.

Mguel Ángel HernándezD M Muu, Fu Ií, UNAM, Mé

Enrque Augusto MartínezU A-C-Iu Ií, U Vu, Vu, Mé

Carmen María AbreuGu Ií C M, U V

Resumen

En este trabajo se han estudiado cuatro balas de cañóndatadas entre principios del siglo  xVii y principios desiglo xix y procedentes de un uerte situado en México(Fuerte San Juan de Ulúa, Veracruz), de dos pecios deorigen español –San José (1620) y Cañonera (1808)– y de un pecio rancés (Fougueux, 1805). Los estudios

se han realizado combinando técnicas metalográcas,análisis químico, diracción de rayos X (XRD), micros-copía electrónica de barrido (SEM), espectroscopía de

rayos X (EDX), fuorescencia de rayos X (XRF), espec-troscopía de inrarrojos de transormada de Fourier(FT-IR) y ensayos de microdureza. Los resultados hansido comparados con los obtenidos por otros autorespara balas de cañón procedentes de las undicionessituadas en el norte de España durante este periodo,en el complejo Liérganes-La Cávada y en Orbaice-ta. Estos análisis muestran una clara evolución en la

calidad de la munición de principios del siglo xVii 

rente a la abricada en los altos hornos a principiosdel siglo  xix . Además, se observa una gran similitud

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entre todas municiones de origen español datadas enel siglo  xix , y ciertas dierencias con la bala de origenrancés de esa misma época, pese a que en Españase adoptaron las ordenanzas rancesas de 1732 en elmodelado de balas. Los resultados permiten plantearla hipótesis sobre el origen de estas undiciones y ensu caso, una datación muy aproximada.

Palabras clae

 Armamento, arqueometalurgia, undiciones de hie-rro, metalograía.

Abstract

In this work we have studied our cannonballs datingrom the early seventeenth century and early nine-

teenth century, rom a ort in Mexico (Fortress o San Juan de Ulúa, Veracruz), two Spanish shipwrecks (San José, 1620; Gunner, 1808), and a French shipwreck(Fougueux, 1805). Studies have been done combi-ning metallographic techniques, chemical analysis, X-ray diraction (XRD), scanning electron microscopy (SEM), X-ray spectroscopy (EDX), X-ray fuorescen-ce (XRF), Fourier Transorm Inrared) Spectroscopy (FT-IR) and microhardness testing. The results were

compared with those obtained by other authors orcannonballs rom oundries located in northern Spainduring this period: group Liérganes-La Cávada andOrbaiceta. These tests show a clear evolution in thequality o the ammunition rom the early XVII cen-tury in ront o the blast urnaces manuactured in theearly nineteenth century. In addition, there is a greatsimilarity between all o Spanish origin munitions da-ting rom the nineteenth century, and some dieren-

ces with the bullet o French origin rom the sameperiod, although while Spain adopted the Frenchordinances o 1732 in the modeling o bullets. Theresults allow us to hypothesize about the origin o these oundries and, where appropriate, give a very approximate dating.

Keywords

 Archaeometallurgy, arms, cast-iron, metallography.

Introduccón

 A lo largo del siglo  xVi, la artillería ue ocupando unlugar cada vez más destacado en el cerco y deensade orticaciones en tierra, convirtiéndose además enel arma de combate naval más eciente en sustitucióndel habitual abordaje «cuerpo a cuerpo» (Torrejón,1997: 291-324). En su aán de conservar su suprema-cía en los mares y garantizar el dominio de las rutasmarítimas con las colonias, la Corona Española llevó

a cabo ingentes esuerzos económicos destinados ala abricación, cada vez en mayor número, de unaartillería de calidad.

Hasta bien entrado el siglo  xVi, la mayor parte delas piezas de artillería destinadas a la Armada Espa-ñola y a las orticaciones de las colonias eran mol-deadas en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla enel denominado bronce para cañones, con contenidosde estaño que podían variar entre el 8% y el 12% (Se-

tién y Díez-Aja, 2008: 299). Los cañones así abricadosobtuvieron un merecido prestigio entre los ejércitoseuropeos. La calidad de estas piezas de artillería nose correspondía, sin embargo, con la de la municiónabricada mediante la undición de hierro, en la queel proceso de reducción del mineral en el horno eraimperecto y escasamente controlado por el undidor.

Sin embargo, a lo largo del siglo  xVi, el aumento dela demanda de artillería naval coincidió con un perio-

do de carestía del cobre y un aumento desorbitado desu precio. Este hecho, sumado a la tradicional esca-sez de estaño en las minas de España y sus colonias,obligó a buscar nuevas alternativas en la producciónarmamentística. La primera opción, el empleo delhierro orjado, no llegó a resolver denitivamente elproblema debido al elevado coste y a los problemastécnicos que sólo permitían la construcción de piezaspequeñas y toscas. Estos problemas no serían resuel-

tos hasta bien entrado el siglo  xix , coincidiendo con elinicio de la abricación de piezas de retrocarga.En este contexto, a principios del siglo  xVii la es-

casez de artillería y de cobre para undir el bronceera tal que la Junta de Fábricas de Navíos solicitó aFelipe III la construcción de nuevas ábricas en Lis-boa (1587) y La Coruña (1596) dedicadas al bronce, y otras tantas de hierro que se establecerían en el nortede la Península. La alta de cualicación obligó a laimportación de técnicas de undición y de personaldesde países centroeuropeos. Así, el intento llevadoa cabo en 1603 para mejorar la producción de hierro

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undido en Vizcaya y Guipúzcoa con undidores deLieja, ue el origen de la posterior instalación en Es-

paña del famenco Jean Curtis (Fernández, 1989: 61). A partir de 1616 aprovecha la errería de La Vega

sobre el río Miera y empieza a construir las raguas,dos nuevos hornos de undición, carboneras y murosexteriores de la ábrica de Liérganes, obteniendo en1622 una Real Cédula que le garantizaba el monopo-lio de la abricación de numerosos productos, inclu- yendo la munición y artillería naval. Tras su muerteen 1628, Jean de Croÿ, famenco como Curtius, logró

concluir el proyecto inicial.Pero ue el luxemburgués Georges de Vande el

que en 1631 se hace cargo de la undición y logra unaconsiderable mejora en la calidad del hierro colado y un aumento del nivel de actividad, lo que acilitarála construcción en 1640 de dos nuevos hornos enLa Cavada (Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, 1974:69-73). En la segunda mitad del siglo  xVii los undi-dores vascos ya producían sucientes cañones para

abastecer las necesidades navales, exportando inclu-so cañones a la Francia de Colbert entre 1661 y 1666.Durante este periodo, estas instalaciones contaroncon los privilegios de exclusividad de la Corona Es-pañola para la producción de hierro para la artillería y su munición.

 A mediados del siglo  xViii y bajo la dirección de Joaquín de Olivares, estas instalaciones vivirían unnuevo periodo de expansión. Así, la instalación de

dos nuevos hornos altos destinados para la abrica-ción de munición de mejor calidad y dos hornos dereverbero, hizo posible la máxima producción histó-rica de las ábricas entre 1756 y 1759. A partir de1763 las ábricas serían intervenidas por el Estado y posteriormente expropiadas en 1769, lo que supusoel inicio del declive de estos establecimientos. Liérga-nes ue clausurado en 1795 mientras que La Cavadapermaneció abierta hasta 1834, tras muchos años de

una actividad muy reducida y mediocre.En cuanto al sistema de producción, el sopladonecesario para conseguir el óptimo rendimiento delos hornos, y con ello la buena calidad del hierrocolado, se obtenía a partir de la uerza motriz gene-rada por las rápidas aguas del río Miera. Las coladasde mejor calidad se destinaban a la abricación de laartillería, mientras que las de peor calidad eran des-tinadas a la producción de munición. Respecto a lasmuniciones, una bala ordinaria o «rasa» del calibre 24tenía un peso medio de 23,45 libras, en un intervalocomprendido entre las 22 y las 24,38 libras; la bala

del calibre 18 pesaba de media 17,5 libras, y la cali-bre 10, unas 9,81 libras (Alcalá-Zamora y Queipo De

Llano, 1975: 177-224). Junto a este tipo de bala ordinaria se abricaron

otras de tipo palanqueta destinadas a desarbolar a lasembarcaciones: bala de metralla, bala roja, bala enra-mada (dos medias balas unidas mediante cadenas opalancas) y bala estrellada (cilindro compuesto porcuatro conos unidos por cadenas). La supervisión dela abricación de munición se encargaba al cuerpode artillería. Así, se controlaban los calibres mediante

uso del compás y se supervisaba el estado de la su-percie exterior del proyectil. Sin embargo, el controlsobre el moldeo y la calidad de la producción eramás diícil, y quedaban normalmente bajo la periciadel undidor (Cámara Muñoz, 2005: 118).

En paralelo al declive de las actorías de Liérganes y La Cavada se establecieron otras seis nuevas undi-ciones estatales de municiones de artillería en Eugui(1766), San Sebastián de la Muga (1771), Jimena de

la Frontera (1777), Orbaiceta (1784), Trubia (1794) y Sargadelos (1974). En estas ábricas se obtuvieronproducciones relativamente escasas e intermitentes,debido principalmente a las distintas guerras que tu- vieron lugar en ese periodo.

De estas, la más relevante ue la Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta que estuvo activadurante un corto periodo de tiempo (1784-1884). Estaábrica llegó a contar con cuatro hornos de undición

del hierro, pero a pesar de ello, su producción ueirregular debido a las interrupciones en los confictosbélicos, destrucciones o incendios ortuitos. La pro-ducción se destinó exclusivamente al abastecimientode munición para los ejércitos de América (Rabanal Yus, 1990).

Hasta nales del siglo  xViii la inmensa mayoríade la producción española de munición para arti-llería se realizaba undamentalmente en el comple-

jo Eugui-Orbaiceta. Así, en 1788 se abricaron 1.873balas de los calibres ¼, ½, 1, 4, 8, 12, 16 y 24, en1792 36.119 balas y 2.547 bombas, y en 1791 4.506granadas y 3.669 bombas (Sánchez-Delgado, 2001:269-295).

En este trabajo se han estudiado cuatro balas decañón datadas entre principios del siglo  xVii y princi-pios de siglo  xix y procedentes de un uerte situadoen México (Fuerte San Juan de Ulúa, Veracruz), dedos pecios de origen español (San José, 1620; caño-nera, 1808), y de un pecio rancés (Fougueux, 1805).En algunos casos los resultados han sido podido ser

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comparados con los obtenidos por otros autorespara balas de cañón procedentes de las undiciones

situadas en el norte de España durante este periodo,en el complejo Liérganes-La Cavada y en Orbaiceta.

Materal y métodos

En este trabajo se han estudiado cinco balas de hierrocolado con dierente cronología, todas ellas de geo-metría esérica, pero de dierentes pesos y dimensio-nes. En orden cronológico:

 – Bala 1. Perteneciente al pecio del San José, bu-que de la armada de Filipinas hundido en 1620tras un temporal en la bahía de Bolonia, estre-cho de Gibraltar (SO, España). – Bala 2. Perteneciente a un cañonero españolhundido en 1808 tras un temporal en la bahíade Bolonia, estrecho de Gibraltar (SO, España).

– Bala 3. Perteneciente al pecio del Fougueux, bu-

que de la armada rancesa hundido en 1805 trasla Batalla de Traalgar (SO, España).

– Bala 4. Perteneciente a una bala del uerte deSan Juan de Ulúa (Veracruz, México), datada po-siblemente en 1825.

La caracterización de estas balas se llevó a cabomediante la combinación de técnicas de análisis quí-mico, microscopía electrónica de barrido (SEM), es-

pectroscopía de rayos X (EDX), caracterización meta-lográca y ensayos de microdureza.

Resultados y dscusón

Los procesos de moldeo de balas de cañón en Fran-cia se encuentran ampliamente descritos en (Diderot

 y D’alembert, 1765) según las ordenanzas de la épo-ca. Estos procesos ueron probablemente heredadosen las undiciones del norte de España. En (Setién y Díez-Aja, 2008: 306) dividen en dos las tipologíasque podían presentar las balas coladas directamentedesde un horno alto debido a la alta de calidad cons-tante en el arrabio producido:

1. Tipo undición blanca, con ledeburita y ce-mentita como constituyentes principales.

2. Tipo undición gris, con estructura perlítica oerrítico-perlítica. Esta última era la ideal dada

Tabla 1

Composcón nomnal de la bala 1 (Peco del San José, 1620)

 y la bala 2 (Peco cañonero, 1808)

% C Si Mn S P Fe

Bala 1 3,8 0,44 0,35 0,11 0,07 95,24

Bala 2 3,4 1,6 0,51 0,01 0,19 94,29

su tenacidad superior, que disminuiría el ries-go de rotura rágil de la bala en el momentodel disparo.

En las balas analizadas en este trabajo encontrare-mos ambas tipologías.

 Así, la bala 1 recuperada del pecio del San José(1620) presenta un contenido en carbono del 3,8% y de

silicio de 0,44%, sugiriendo que en este caso se trata deuna undición blanca hipoeutéctica. Mientras, el análi-sis de la bala 2 perteneciente al cañonero de Bolonia(1808) muestra un contenido en carbono del 3,4%, conun porcentaje de silicio muy superior al de la bala 1(1,6%). Ambos análisis se muestran en la tabla 1.

El contenido más alto de silicio de la muestra dela bala 2 dio lugar a un mayor grado de gratizaciónpara una misma velocidad de enriamiento, por lo

que esta pieza debe mostrar más cantidad de gratoque la bala 1, de menor contenido de silicio. Esto dalugar a que la bala 1 presente un contenido en carbu-ro de hierro más elevado que la bala 2.

La observación de muestras de ambas balas a mi-croscopio metalográco tras el ataque con reactivonital-2 permite (g. 1) observar la presencia de abun-dantes láminas de grato sobre una matriz de perlita y errita en la bala 2, mientras que en la bala 1 la

presencia de láminas de grato sobre una matriz decementita (CFe3) y perlita es menor (g. 1).

Por otro lado, la muestra analizada de la bala 1presenta una mayor cantidad de grato en la zonainterior o núcleo de la bala, que es la región de en-riamiento más lento correspondiente a la zona másexterna. Este eecto apenas se puede apreciar en labala 2, en la que un contenido en silicio más elevado(1.6%) ha avorecido la reacción de descomposicióndel carburo de hierro en grato y errita.

Con posterioridad al ataque metalográco, se lle- varon a cabo medidas de dureza Vickers dierencian-

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do los ensayos en las regiones de undición blan-ca y perlítica que se observaban en la matriz. Estosresultados se muestran en la tabla 2. Los datos demicrodureza están en buen acuerdo con lo expuestoanteriormente. Así, la presencia de una mayor canti-dad de carburo de hierro en la región blanca de labala 1 justica su mayor dureza (943 HV rente a 534HV), mientras que en la región perlítica la dureza es

similar en ambas balas (370 HV y 354 HV).Las dierencias que se han observado en las mi-

croestructuras de ambas balas y en sus propiedadesmecánicas, atribuibles al proceso de undición, seencuentran principalmente en un contenido en sili-cio sensiblemente dierente (1,6% rente a 0,44%) y en una velocidad de enriamiento distinta. En eecto,cantidad de silicio y velocidad de enriamiento infu- yeron en el proceso de abricación de las undicio-

nes; así, la bala 2 con un alto contenido de silicio y una velocidad de enriamiento lenta dio origen auna undición gris más blanda, mientras que la bala2 con menor contenido en silicio y sometida a un

enriamiento más rápido, dio lugar a una undiciónblanca más dura.

Las reerencias bibliográcas que permitan con-trastar estos datos con otros provenientes de otrasbalas obtenidas de las undiciones de Liérganes-LaCavada o Orbaiceta son realmente escasas.

En (Setién y Díez-Aja, 2008: 307) se recogen unosanálisis realizados en el Centro Nacional de Investi-gaciones Metalúrgicas (CENIM) llevados a cabo sobrediversas balas de cañón de La Cavada y publicados en(Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, 1974: 69-73). En

estos análisis, el contenido promedio de carbono sesitúa escasamente por encima del 2%, el manganesoentre el 0,6 y el 1% y el silicio en torno al 0,3%, esta-bleciéndose el contenido de azure entre 0,05 y 0,11% y el de ósoro en el 0,1% (tabla 3).

Sin embargo, análisis más modernos llevadosa cabo sobre una bala recuperada de las ruinas deLierganes (Setién y Díez-Aja, 2008: 307) muestran unelevado contenido en carbono (3,7%), lo que unido

al moderado contenido en silicio (0,53%) sugiere queen este caso se trata de una undición blanca (tabla4). A esta hipótesis contribuye la alta dureza encon-trada en la bala, con un valor promedio superior a los832 HV (tabla 4).

Los porcentajes de C y Si y el valor de la micro-dureza son muy similares a los obtenidos en la bala1 obtenida del pecio del San José. Es posible que lamunición encontrada en el pecio del San José se a-

bricase siguiendo unos procedimientos metalúrgicosmuy similares a los empleados en Liérganes.En estas primitivas ábricas, el objetivo era conse-

guir coladas de undición gris, con estructura perlítica

Fgura 1. Mí qu -2, 200X: ) b 1, b) b 2.

Tabla 2

Datos de mcrodureza (HV) de la bala 1 (Peco del San José, 1620)

 y la bala 2 (Peco cañonero, 1808)

Bala 1 Bala 2

Región

blanca

Región

perlíticaRegión blanca

Región

perlítica

943 HV 370 HV 534 HV 354 HV  

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o errítico-perlítica y de mayor ductilidad, rente a lasundiciones blancas, con ledeburita y cementita comoconstituyentes principales, de mayor dureza y conuna tenacidad menor, y con las que era diícil evitarroturas rágiles del proyectil en el momento del dis-paro. No obstante, la calidad de las coladas obtenidasno era constante, pudiendo dar lugar a material rágil y con elevada presencia de escoria y deectos. Estos

allos eran más habituales en los procesos de abrica-ción de los proyectiles, sometidos a un menor control

del maestro undidor que el de las piezas de artillería.En el caso de las actorías de Liérganes y La Cava-

da, los hornos altos tenían poca capacidad de sopla-do en sus barquines, lo que, unido a su poca altura,daba lugar a temperaturas relativamente bajas, que-dando muy limitada la reacción entre el C y el SiO dela escoria (Setién y Díez-Aja, 2008: 304). Esto acilita-ba que en la mayor parte de las ocasiones el hierrocolado obtenido estuviese constituido por undición

blanca.Por otro lado, en Berlanga Labari (2003: 780) se

lleva a cabo el análisis de una bala de cañón y unabola de hierro para molienda recuperadas de lasruinas de Orbaiceta (tabla 5). El análisis de la balade cañón, muestra un porcentaje de C del 3,1%,mientras que el de Si se sitúa en 1,8% , mostrandouna abricación con undición de hierro hipoeutéc-tica. La microdureza en la zona región blanca es de

597 HV, mientras que en la zona perlítica es de 350HV.Estos datos evidencian que se trata de una un-

dición gris, muy similar a la analizada en la bala 2del pecio del cañonero de Bolonia, y por lo tanto sepuede plantear la hipótesis de que la bala 2 ueseabricada siguiendo los procedimientos empleadosen Orbaiceta a partir de una determinada época,probablemente a principios del siglo  xix .

 Así, en 1794 se ordena la puesta en uncionamien-to de los nuevos hornos construidos en las ábricasde Eugui y Orbaiceta para aumentar la producciónde municiones necesarias para la guerra (SánchezDelgado, 2001: 237).

Estos nuevos hornos comienzan a producir exce-lentes resultados a partir de 1805. Las mejoras en loshornos consistieron en el aumento de la capacidadde soplado y en el incremento de su altura con res-

pecto a los que existían en La Cavada y Liérganes.Estas mejoras permitieron aumentar el contenido deSi (Setién y Díez-Aja, 2008: 304), pasando este desdelos niveles originales al 0,7% (undición blanca), al1,1% (undición atruchada), y nalmente, por en-cima de este valor y hasta el 2,5% (undición gris). A partir del siglo  xix  la undición se obtendría ya apartir de cubilotes y no de hornos altos.

La bala 3 perteneciente al pecio navío rancés Fou-gueux (1805) presenta una una estructura de undi-ción gris, con escamillas de grato y relleno perlítico(cementita α -Fe) (g. 2). En algunas zonas, el grato

Tabla 3

 Análss en % de una bala de cañón de La Caada (Setén y 

Díez-Aja, 2008: 307

C Si Mn S P Fe

>2% 0,3 0,6-1 0,05-0,11 0,1 resto

Tabla 5

 Análss en % de una bala de cañón de Orbaceta (Berlanga

Labar, 2003: 780)

C Si Mn S P Fe

3,1 1,8 0,62 0,01 0,27 94,2

Tabla 6

Análss en % de la bala 3 (peco del naío Fougueu, 1805)

C Si Mn S P Fe

5,142 0,61 0,64 0,022 0,083 93,503

Tabla 4 Análss en % de una bala de cañón de Lérganes (Setén y 

Díez-Aja, 2008: 307)

C Si Mn S P Fe

3,7 0,53 0,37 0,10 0,074 95,23

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está combinado con hierro, ormando cementita. Enla metalograía se observan láminas de grato prima-rio o tipo C, conocido como «grato espuma», carac-terístico de undiciones hipereutécticas. Este dato seconrma con el análisis composicional de la muestra,(tabla 6) en la que se conrma un contenido un car-bono equivalente superior al 4,3%, teniendo en cuen-ta la contribución de P y del Si.

Los transeptos de microdureza se realizaron des-de la supercie del objeto hacia el núcleo metálico.Las medidas de dureza variaron entre valores máxi-mos de 629,8 HV en la zona metálica remanente, y mínimos de 369,5 HV en la región perlítica.

Los valores composicionales obtenidos del la baladel Fouguex no se parecen a los observados en losproyectiles del San José y del cañonero de Bolonia.Sin embargo, su composición guarda cierta similitud

en la bala 4, extraía de los almacenes del Fuerte San Juan de Ulúa (Veracruz, México) (tabla 7).

Como se puede observar en la gura 3 a die-rentes aumentos, el aspecto general de la muestraobtenida de esta bala es el característico de una un-dición gris con un matriz errítico-perlítica y láminasde grato del tipo C. Las grandes estructuras de lá-minas de esta muestra, que tienen una orientaciónal azar son, como ya hemos comentado, típicos del«grato espuma» que generalmente se encuentran

en hierros hipereutécticos. Esta microestructura porlo general proporciona un material más rígido, conmayores propiedades de conductividad térmica aso-ciadas con undiciones grises de hierro hipereutéc-tico. En algunas áreas, las láminas parecen ormarun incipiente patrón tipo roseta (g. 3a), que no eshomogénea entre las otros partículas de carbono.

En la gura 3c y 3d, se muestra un patrón den-drítico bien denido, asociado probablemente a una

 velocidad de enriamiento muy lento, característi-ca de la solidicación de la temperatura ambien-

Fgura 2. Mí b 3, 1000X.

Tabla 7

 Análss en % de la bala 4 (Fuerte San Juan de Ulúa, Veracruz, Méco)

C Si Mn S P Cr Ti V Pb Fe

4,377 0,3085 0,1497 0,0322 1,4091 0,0128 0,0231 0,0865 0,0011 93,6

Fgura 3. Mí: ) V u b 4 50X, b) b uu í 200X, 500X 1000X.

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te. Como se verá más adelante la presencia de par-tículas de titanio también se evidencia en toda la

muestra. Este porcentaje de titanio en la bala, 0,0231 wt% (tabla 7), muestra consistencia con la matrizerrítico-perlítica obtenida por la muestra analizada, ya que a porcentajes menores a 0,068 wt% se pro-mueve esta microestructura del hierro gris (Lerner,2003: 143). Así mismo, es común encontrar en estetipo de undiciones las partículas de titanio dentro delas regiones perlíticas como se identicó en la balaanalizada. Si el porcentaje de Ti se incrementa por

arriba de 0,09 wt. % se promueve la ormación deláminas de grato tipo D.

Conclusones

Se han analizado cuatro balas de cañón de dieren-te cronología. Las balas 1 y 2 pertenecientes a dos

pecios de distinta cronología ueron abricadas conundición de hierro hipoeutéctica. Pese a que el ob-jetivo de las ábricas de artillería debía ser la obten-ción de proyectiles de hierro dúctil (undición gris), elpoco control de los procesos de manuactura en losprimeros tiempos de estas ábricas pudo dar lugar aundiciones blancas, extremadamente duras y rágiles y por lo tanto de baja calidad para el uso armamentís-tico. Estos análisis han sido cotejados con los obteni-dos por otros autores en las undiciones de Liérganes,La Cavada y Orbaiceta.

Por otro lado las balas 3 y 4 ueron abricadoscon undición de hierro hipereutéctico. Estas balasproceden en su caso de un pecio de origen rancés, y de una orticación en México. En ambos casos,bien por provenir de Francia, un país con una me-todología siderúrgica más pereccionada, bien porla época de manuactura más moderna, se observaun material mucho más apropiado para su empleoen balística.

Agradecmentos

Este trabajo ha sido nanciado por la CICYT, en elproyecto «ARQUEOMONITOR» reerencia CTM2010-16363.

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Eu qu DTPA( é) u u b bí

M.ª Llanos Flores MadronaLb Ru M Obí, Iu Và C Ru Bé

Cuu, C

@.

Lo FerrazzaLb M, Iu Và C Ru Bé Cuu, C

Resumen

La Basílica de los Desamparados de Valencia y laGeneralitat Valenciana, a través del Área de Metal y Orebrería del Institut Valencià de Conservació i Res-tauració de Béns Culturals, han querido contribuirconjuntamente en la restauración y recuperación deun portapaz que alberga la imagen de Nuestra Señorala Virgen de los Desamparados. Esta obra, que ormaparte de la orebrería valenciana de mediados del si-glo  xx , ue creada por el orebre valenciano VicenteMarch Lázaro en el año 1948.

Realizada en plata, en parte cincelada, undida,dorada y coloreada; el conjunto se complementa conpiezas en oro, platino y cobre, decoradas con bri-llantes, diamantes, esmaltes y aljóares de perlas. Esuna obra de extraordinaria calidad que mereció todanuestra atención, porque se encontraba en un estadode conservación preocupante, con deterioros provo-

cados no sólo por el paso del tiempo y la problemá-tica de los materiales, sino también por haber estadoen un lugar muy húmedo. Los distintos elementosmostraban deterioros undamentalmente debidos alproceso de mineralización del cobre expuesto a losagentes externos de degradación y por el nivel dehumedad que habían recibido.

La restauración se ha planteado teniendo encuenta lo importante que era recuperar una obrade estas características, realizando un proundoexamen de su estado de conservación median-te técnicas no destructivas, como la microscopíaelectrónica de barrido a presión variable VP-SEMacoplada a un sistema de microanálisis EDX, anali-zando sus materiales constitutivos, técnicas de eje-cución y deterioro, y estudiando cómo aplicar lostratamientos de DTPA con las proporciones ade-cuadas, sin perjudicar el conjunto y conseguir con-servar su identidad.

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Ha sido un trabajo interdisciplinar, donde la restau-ración y los estudios cientícos han aportado sus co-

nocimientos para lograr un resultado nal respetuosocon la obra.

Palabras clae

Orebrería, esmaltes, DTPA, agente quelante, VP-SEM.

Abstract

Desamparados Church in Valencia and the Genera-litat Valenciana, with the Department o Metal andGoldsmith o the Valencian Institute o Conservationand Restoration o Cultural Heritage, decided to con-

tribute together to the restoration and recovery o areligious object, which houses the image o NuestraSeñora la Virgen de los Desamparados. This work was made by the valencian goldsmith Vicente MarchLázaro in 1948.

Made o silver, chiseling, cast, gilding and partially colored, complemented with pieces in gold, platinumand copper, decorated with diamonds, enamels andpearls. Together with its extraordinary quality, his wo-

rrying state o conservation called our attention. Theartwork was in poor state o conservation caused notonly by the passage o time and the deterioration o materials, but also or having been placed in a very humid place or a long time. Dierent elements pre-sent a considerable deterioration mainly due to theprocess o copper mineralization due to its exposureto external agents o degradation and to high level o humidity o the places that originally housed the artpiece.

 A study on the state o conservation through non-destructive techniques has been conducted beore therestoration: scanning electron microscopy variablepressure VP-SEM coupled with an EDX microanalysissystem, have been used to analyze its constituent ma-terials, execution techniques and deterioration, andto decide how to apply the DTPA treatments in thecorrect proportions without adversely aecting theappearance o the art work.

It was an interdisciplinary work, where restora-tion and scientic studies, have contributed with their

own knowledges to achieve a nal result respectulo the art work.

Keywords

Goldsmith, enamel, DTPA, a chelating agent, VP-SEM.

Introduccón

La restauración del portapaz de Nuestra Señora la Virgen de los Desamparados ha sido la ocasión pararealizar un importante estudio cientíco de la obra,con el objetivo de estudiar los materiales y su estadode conservación determinando sucesivamente la me-todología de restauración utilizada.

Obra realizada en plata, en parte cincelada, repu-

jada, undida, dorada y coloreada, se complementacon piezas en oro, platino y cobre; va decorada conaljóares de perlas, brillantes, diamantes y esmaltes,(gs. 1 y 3). El autor es Vicente March Lázaro y datadel año 1948.

Introduccón hstórca

La Basílica de los Desamparados de Valencia es eltemplo donde se venera a la patrona de dicha ciudad y de su región, la Virgen de los Desamparados ( Mare de Déu dels Desamparats , en valenciano), cuya cele-bración se corresponde con el segundo domingo demayo.

El origen de esta advocación de la Virgen Maríasurgió a principios del siglo  xV . Un sacerdote llamado Joré undó en Valencia un hospicio para enermosmentales. Posteriormente se amplió acogiendo a ni-ños huéranos y desamparados, porque debido a lagran mortandad que provocaron la peste negra y elhambre de aquella época muchos se quedaron sinpadres, abandonados en la calle. Dichas circunstan-cias dieron lugar a la creación de la hermandad de

 Nostra Dona Sancta dels Folls Innocents e Desampa-rats (Nuestra Señora de los Locos e Inocentes).

Dos años después, en 1411, se nombró patrona dedicha hermandad a la Virgen de los Desamparadoscomo madre de los allí acogidos. La leyenda cuenta

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que ue creada por los ángeles en 1414 en un lugarllamado La Ermita.

La Virgen se caracteriza por mostrar una ligera in-clinación hacia delante por lo que, cariñosamente, lallaman La Geperudeta (La Jorobadita). El 3 de juniode 1493 Fernando el Católico, en un Privilegio Real,le concedió el título de Verge dels Innoscents e Des-amparat s.

El Papa León XIII concedió una Bula Ponticia el21 de abril de 1885, nombrándola patrona de la ciu-dad. El 15 de octubre de 1921, el Papa Benedicto XV concedió el privilegio para su coronación y el 21 deabril de 1948 se consiguió la dignidad basilical graciasal Breve Ponticio rmado por SS. Pío XII.

El portapaz ue creado a raíz de dicho aconteci-

miento por el orebre valenciano Vicente March Láza-ro; este artista pertenecía a una importante amilia de

obradores valencianos cuyos orígenes se remontan alsiglo  xix , entre 1850 y 1860.

La obra lleva en su cara posterior hacia la parteinerior izquierda, su sello con las palabras « V  marcH» y la for de lis. En la parte superior central la leyen-da « xxV   aniVersario De la coronación ponTiFicia De nTra,señora De los DesamparaDos. Mayo 1948» conrmandodicho acontecimiento (g. 3).

Descrpcón de la obra

La Basílica de los Desamparados de Valencia albergaobras muy importantes entre las que se encuentra

este desconocido portapaz que será el protagonistade nuestra investigación.

Fgura 1. P V D. A u. Fí: Pu Mé.

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El orebre realizó una obra de aspecto extraordi-nario inspirándose en el Altar Mayor, donde se venera

a la Virgen. En él vemos, entre dos columnas de or-den corintio que sustentan un entablamento (bóvedacon cúpula semiesérica), una hornacina venerada re-corrida por aljóares de perlas, adorno central bajo elque aparece la Paloma Eucarística, dos pequeños án-geles y la imagen de Nuestra Señora la Virgen de losDesamparados. Ella porta una azucena en su manoderecha, en su brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús,el cual sujeta una cruz con aljóares de perlas entre

sus bracitos.El ondo estrellado se complementa con decora-ción de brillantes engarzados por motivos vegetales. A sus pies dos ángeles de plata coloreada, con páti-nas traslúcidas en ocre, rojo anaranjado y negro azu-lado, sustentan las nubes donde descansan los pies

de la Virgen. Debajo, en el centro, el escudo de Va-lencia con las barras cinceladas en una pieza romboi-

dal exenta, de cobre dorado, esmaltado en amarillo y rojo transparentes.

El conjunto va coronado con un remate a modode medallón de cobre undido y bañado en oro, conondo esmaltado en azul transparente del que sobre-salen dos ángeles de rodillas a los pies de una cruzde platino patinado y diamantes. Por encima, una co-rona real de alpaca plateada, recortada y cincelada,también con pátina articial de envejecimiento. A los

lados, cuernos de la abundancia en plata undida y envejecida; de ellos surgen ramilletes de fores en co-bre con tallos y hojas de plata en parte coloreada. De-bajo, perlas engarzadas en hilos en plata simulandoracimos de uva (con hojas en plata envejecida, todasrecortadas, grabadas y moldeadas).

Fgura 2. P V D. D b, u: ) V D N Jú; b) u u . Fí: M.ª L F M.

a b

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Estado de conseracón

En el Laboratorio de Metal y Orebrería del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Cul-turals estudiamos detenidamente las condiciones enlas que llegó y vimos que era una obra de excelentecalidad que merecía toda nuestra atención. A pesarde que la mayoría de las piezas eran de plata dorada y en parte coloreada, mostrando los problemas de co-rrosión típicos de este metal, algunas se encontrabanen un estado de conservación preocupante, con de-

terioros provocados no sólo por el paso del tiempo y por haber estado en un lugar húmedo que aceleró losprocesos de degeneración, también por la cantidadde cobre que llevaban algunas en su aleación con laplata o porque otras eran únicamente de cobre.

Se apreciaba claramente cómo los distintos ele-mentos deteriorados tenían, undamentalmente, unalto nivel de corrosión debido al proceso de minera-lización de su material, expuesto a los agentes exter-

nos de degradación (gs. 4, 5 y 6).Por otro parte, al desmontarlo, vimos que algunostallos de los racimos de uvas estaban partidos y unode los ramilletes de fores iba ragmentado en dos,justo en la unión con las hojas del remate del ramo. Además, en la cruz de platino que va sobre el adornosuperior altaba una piedra preciosa (seguramente undiamante); el metal del cabujón que lo albergaba, porsu aspecto, parecía muy deteriorado pero en realidad

sólo era una pátina.

Proceso de restauracón

 Ante el estado de conservación que presentaba elconjunto, se propuso una línea de intervención quesolucionara los ocos de corrosión, las roturas y losaspectos estéticos, asegurando al máximo su conser- vación, teniendo en cuenta lo importante que eraconservar y restaurar una obra de estas características.

Concluidas las pruebas y conociendo cómo res-pondían los productos químicos sobre las dieren-tes muestras, se comenzó el desmontaje de todaslas piezas del portapaz cuidadosamente: primero lasdos mayores ormadas por dos planchas de plata; laanterior o rontal constituida por los elementos yadescritos y la posterior, una gruesa plancha de plata

recortada en su color, con el texto grabado y el selloque también se ha citado anteriormente. Las dos iban

unidas por unos tornillos de varilla roscada soldadaa la parte anterior, con sistema de cabezas de rema-tes cerrados o embellecidos, todo de plata, igual queel soporte de gran tamaño sobre el que se apoya elconjunto.

En primer lugar se hizo una limpieza mecánicaeliminando la suciedad supercial con pincel. Lue-go se comprobó si llevaba un barniz protector paraeliminarlo antes de comenzar con la limpieza ísico-

química (como no lo llevaba), se continuó desengra-sando con un jabón neutro al 3% en agua destilada

Fgura 3. P V D. D «v march» «xxv aniversario de la coro-nación pontificia de ntra, señora de los desamparados.  M 1948».Fí: M.ª L F M Pu Mé.

Fgura 4. P V D. D u -

u. Fí: M.ª L F M.

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caliente, se aclaró y secó bien para, posteriormente,continuar eliminando el resto de depósitos supercia-

les de suciedad en las zonas doradas, sobre las per-las y las piedras preciosas, con pinceles de pelo demarta impregnados en etanol, secando con hisoposde algodón, siempre respetando las pátinas articialesrealizadas por el orebre (g. 7). En otros casos, comoen los ramilletes de fores y algunas zonas de la plata,llenos de sales de cobre, o en la pieza posterior, asa y tornillos, tuvimos que plantear un tratamiento dieren-te que ayudara a su limpieza. Para esta ase se decidió

ensayar el ácido dietilentriamino pentaacético (DTPA).El DTPA es un derivado del ácido etilendiaminotetraacético (EDTA), un compuesto con capacidad dequelación, utilizado para la limpieza de superciesmetálicas y pétreas delicadas (sabemos que el DTPAtambién es empleado por la medicina o la agricultu-

ra). En cuanto a la aplicación en nuestro campo, elproducto ha sido utilizado en tratamientos de limpie-

za de bronces arqueológicos y bronces dorados, conbuenos resultados.

Las pruebas con el ácido dietilentriamino pentaa-cético DTPA, ueron realizadas con el producto de lacasa Acros Organics: Diethylenetriaminepentaaceticacid, pentasodium salt, 40% in aqueous solution®.

El productos diluido al 15% en agua destilada conun 1,5% de tensioactivo no iónico (Triton X-100 PRSde la Panreac), ue previamente aplicado mediante

pincel, hisopos de algodón y por inmersión, en pie-zas ajenas a la obra. Después se comprobaron losresultados con observaciones mediante microscopíaelectrónica a presión variable.

 Aunque nuestra intención a la hora de poner elDTPA era de emplearlo en breves aplicaciones, al rea-

Fgura 5. P V D. D b. Fí: M.ª L F M.

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Fgura 7. P V D. P u . Fí: M.ª L F M.

Fgura 6. P V D. D - , b qu . Fí: M.ª L F M.

Fgura 8. P V D. D u u í u. Fí: M.ª L F M.

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lizar las pruebas se consideró oportuno aumentar eltiempo de exposición del producto hasta una hora.

La evaluación nos permitió observar en un tiempoextremo qué podría ocurrir en las muestras.

De esta orma se observó que las perlas emplea-das para el ensayo no se podían limpiar nada másque con agua jabonosa o con etanol. La acetona y el DTPA provocaban deterioros agresivos en susupercie. En las piezas metálicas donde se evaluóel producto no se apreciaron alteraciones en su su-percie.

Las muestras de esmaltes tampoco surieron de-terioros, ni las piezas de oro con brillantes que seusaron para ensayar. Estos materiales se quedaronlimpios y sin alteraciones.

En base a los resultados de los ensayos, se deci-dió utilizar el DTPA en la limpieza de las superciesmetálicas del portapaz. Las piezas que tenían sales decobre y la plata oscurecida respondían muy bien a lalimpieza al ser impregnadas con DTPA al 15%. Según

la cantidad de corrosión, se necesitaron más o menosaplicaciones del producto (g. 8). Antes de montar la obra, se restauraron las roturas

de los tallos y las hojas con soldadura en río. Luegose lustró toda con hisopos de algodón, el resultadoue una limpieza homogénea, respetando las pátinasen las zonas coloreadas, los detalles grabados, losesmaltes, los diamantes, las piedras preciosas y lasperlas. Finalmente la plata se protegió con un copo-límero acrílico al 5% en xileno, sin tocar las perlas(gs. 9 y 10).

Estudos centícos

Se realizó un examen del estado de conservación delportapaz mediante técnicas instrumentales no des-tructivas, como la microscopía electrónica de barridoa presión variable VP-SEM acoplada a un sistema demicroanálisis EDX, posteriormente se analizaron susmateriales constitutivos, las técnicas de ejecución y eldeterioro.

También el estudio ha permitido observar cómoactuaban las dierentes aplicaciones de los trata-mientos de DTPA, alcohol y acetona, con las pro-porciones adecuadas, ensayadas anteriormente conmuestras ajenas a la obra, para de esta orma no

perjudicar el conjunto procurando conservar suidentidad.

En el presente trabajo se pretende, además, darimportancia a la posibilidad de realizar estudios di-rectamente sobre los dierentes elementos que pue-den constituir una pieza de orebrería, sin que serealice una toma de muestras y sin ningún tipo depreparación previa. Esta posibilidad es dada por eldesarrollo de técnicas no invasivas como la microsco-pía electrónica de barrido a presión variable, que enla actualidad representa una de las herramientas quemejor responde a las necesidades en el campo del

diagnóstico de los distintos elementos pertenecientesa orebrería.

Fgura 9. P V D. A ué u. Fí: Pu Mé.

Fgura 10. P V D. D ué u. Fí: Pu Mé.

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Las técnicas instrumentales utilizadas en este tra-bajo han sido la microscopía óptica empleando el

microscopio Nikon modelo Eclipse 80i con cámaraNikon Ds-Fi1 y la microscopía electrónica utilizan-do el microscopio electrónico de barrido a presión variable de la Hitachi (VP-SEM), modelo S-3400N,equipado con espectrómetro de energías de rayos X dispersadas (EDX) de la Bruker modelo XFlash® condetector de Silicon drit droplet (SD3). Las condicio-nes de trabajo han sido: voltaje de aceleración entre15 y 20 kV y tiempo de medida entre 30 y 200 s.

Resultados

El estudio composicional, el tecnológico y el del esta-do de conservación de los dierentes elementos me-tálicos que componen el portapaz, han seguido prin-cipalmente una metodología de tipo no invasiva, con

la posibilidad de desmontar los pequeños elementosmetálicos. De esta manera, se ha reducido a tres lasmuestras extraídas de la pieza en correspondenciacon los soportes del portapaz y una muestra toma-da de una cornucopia plateada. Los análisis se hanrealizado sobre supercies pulidas de las muestrasincluidas en resina, método que nos permite acce-der al núcleo de las mismas y obtener inormaciónsobre la naturaleza de los metales y de los procesostecnológicos. A estas muestras se suman las dieren-tes concreciones superciales, que han sido tomadasdurante la ase de limpieza.

Los resultados sobre los componentes metálicosmuestran:

 – Soporte plateado: lámina metálica realizada enplata, con un contenido de cobre variable del15 al 18%. – Soporte dorado: lámina metálica elaborada conuna aleación de plata, con un contenido de co-bre entre un 23-25%, y un 4% aproximado decinc. La supercie presenta una primera capa deplata de alta pureza, y el dorado nal de oro,con un espesor medio de 1,5 µm. Esta últimacapa tiene un contenido de plata del 18-20% y de cobre del 3%. – Cornucopia plateada: lámina metálica elabora-da con una aleación de plata, con un 22% de

cobre. Hay un plateado supercial con un 9,5%de cobre.

En las observaciones de las secciones transversa-les con microscopía óptica y electrónica, se observacómo las láminas de los soportes presentan una mi-croestructura propia de un material que ha surido unprocesado de laminación. En el caso de la cornucopiase observa una estructura típica de un proceso deusión (gs. 11a y 11b).

En cuanto a los ramos de fores, los elementosmetálicos con tonalidades rojizas están ormados poruna aleación de cobre con pequeñas cantidades deplata y cinc. A dierencia de los elementos plateadosque resultan ser elaborados con una aleación de platacon un 10% aproximado de cobre.

En las observaciones SEM se observa la presencia

de veladuras coloreadas aplicadas sobre las super-cies metálicas (gs. 12 y 13).

Fgura 11a y 11b. I SEM u b . ) Mu

. b) Mu u. Fí: L F.

Fgura 12. I SEM u u. Fí: L F.

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Otros elementos analizados han sido:

 – Corona: realizada con alpaca. La aleación me-tálica contiene cobre al 66%, cinc 20% y níquel14%. La supercie resulta ser plateada con unaaleación metálica de plata con un 2% de cobre. – Cruz: realizada en platino. – Soportes metálicos de los esmaltes: elaboradosen cobre dorado.

El estudio de los esmaltes se ha realizado directa-

mente mediante el microscopio electrónico a presión variable, vista la posibilidad del desmontaje de estospequeños componentes.

Los análisis semicuantitativos EDX de los ele-mentos químicos que constituyen los esmaltes, handetectado una composición a base de vidrios plum-bíeros, donde el contenido en silicio varía entre 20 y 25%, mientras que los contenidos de plomo vandel 8 al 33%.

Otros elementos detectados han sido el sodio, in-troducido posiblemente como borato de sodio o car-bonato sódico, utilizados como undentes que permi-ten intensicar el eecto de los óxidos colorantes; y elpotasio introducido también como undente en ormade nitrato o de carbonato de potasio.

Otros elementos presentes en trazas como el alu-minio, el magnesio y el calcio pueden ser consi-derados como posibles impurezas de las arenas decuarzo.

El esmalte azul lleva además un 5% de cobre y un6% de bario. Estos elementos pueden indicar la utili-

zación de sales de cobre para conerir la coloraciónde la masa vítrea, mientras que el bario (en orma de

carbonato o sulato) es utilizado como undente. Enel caso del esmalte transparente rojo, la coloraciónpuede ser producida por el cobre, presente con uncontenido del 2%.

 Además las observaciones SEM y los microanálisisEDX han permitido evaluar el estado de conservaciónde las supercies metálicas, denidas por:

 – Alteraciones cromáticas con pérdida de la capa

de oro supercial. Este enómeno es debido aun desgaste del material por usura, y por losprocesos de corrosión (gs. 12 y 13). – Variaciones cromáticas pertinentes a procesosde alteración de la plata, ormando pátinas su-perciales de tonalidad oscura. – Eforescencias verdes esencialmente de sales decobre. Se detectan dierente compuestos a basede cobre-sodio, compuestos constituidos sólo

por cobre y, en casos puntuales, eforescencias verdes de cloruros de cobre (g. 14). – Corrosión selectiva en correspondencia de lassupercies metálicas de las fores. Esta alteraciónse maniesta con la ormación de concrecionesblanquecinas donde se detectan los elementosdel cobre y del cinc. Otras áreas presentan páti-nas negras con presencia de cobre, cinc, sodio y azure. – Depósitos superciales de suciedad con alumi-nosilicatos, sulato de calcio, carbonato de cal-cio, componentes orgánicos, etc.

Fgura 13. I SEM . Fí: L F.

Fgura 14. E EDX .

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La ormación supercial de las eforescencias ver-des a base de sales de cobre con sodio es debida,posiblemente, al undente utilizado en la soldadurade la plata (ej. el uso del borato de sodio), o comoposible componente de la pátina articial dada a lasupercie metálica.

Evaluación de los tratamientos de limpieza

En la actualidad, el sector de los estudios cientícoses también un apoyo importante para evaluar dieren-tes tratamientos utilizados durante las ases de restau-ración como en el caso de la limpieza o protecciónde los materiales.

La microscopía electrónica a presión variable (VP-SEM), sin preparación previa de las supercies en estu-dio, permite realizar observaciones a nivel microscópi-

co, vericando la ecacia de cada metodología testada,los posibles daños mecánicos que se pueden produciro identicar la ormación de nuevos productos.

Durante la ase de limpieza del portapaz, la eva-luación del tratamiento de limpieza con DTPA ha sidorealizada inicialmente sobre probetas de láminas me-tálicas de plata, de cobre con esmalte, sobre perlas y brillantes comerciales.

La evaluación se ha hecho comparando las carac-

terísticas morológicas de las supercies antes y des-pués del tratamiento con el DTPA.

En el caso de las supercies metálicas no se obser- va ninguna variación sobre las características moro-

lógicas o de la composición.En cambio el producto parece aectar a la texturade las perlas (gs. 15a y 15b).

Como se puede observar en la otograía SEM dela supercie de la perla antes del tratamiento de lim-pieza, se aprecia la estructura natural laminar concén-trica a base de carbonato de calcio, que diere de lamisma supercie después del tratamiento con DTPA.En este último caso se observa cómo la supercie

tratada adquiere una textura más uniorme.Este cambio es, posiblemente, determinado por elenómeno de quelación por parte del DTPA con losiones de calcio presentes en la matriz de la perla. Anivel macroscópico este cambio en la estructura su-percial de la perla infuye sobre su brillo, enómenoque depende de la refexión luminosa en la superciecristalina.

Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, se

orientó la ase de limpieza de estos elementos condisolventes polares como alcohol etílico, que en basea las observaciones SEM, modican mínimamente lascaracterísticas morológicas de la perla (gs. 15c y 15d).

Conclusones

En este trabajo, por un lado, se han estudiado los di-erentes materiales empleados en la elaboración delportapaz, además de su estado de conservación. Paraello, se han utilizado técnicas instrumentales, comomicroscopía óptica con luz visible o microscopía elec-trónica de barrido con microanálisis, cuyos resultadosproporcionan una visión detallada de los materiales,de las técnicas de ejecución y de la evaluación de losprocesos de deterioros que aectan tanto a las super-

cies metálicas como a los elementos que las decoran.Por otro, se ha investigado sobre tratamientos de

limpieza para aplicarlos a las supercies metálicas y a los citados complementos decorativos, aectadospor enómenos de corrosión o suciedad supercial,comprobando que el producto utilizado, el DTPA, semuestra como un producto muy interesante para em-plear en los procesos de conservación-restauraciónde la plata en su color o en plata dorada, del platino,

del oro y del cobre, incluso en las pátinas que se lespuedan aplicar a dichos metales. También ha sido

Fguras 15a, b, c y d. ) Su b SEM . b) Dué DTPA. ) Dué

í. ) Dué .Fí: L F.

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muy positivo comprobar que no aecta a los esmaltes,a los brillantes ni a los diamantes. Tan sólo debemos

de tener precaución a la hora de aplicarlo en deter-minados materiales como las perlas, cuya exposición,si se prolonga, puede atacar a su capa supercial, porlo que es aconsejable no arriesgarse a provocar da-ños irreparables. Es muy importante enjuagar escru-pulosamente la disolución con agua destilada y secarcuando se haya eliminado la corrosión.

 Agradecimientos

Carmen Pérez García, directora gerente del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Cul-tural. Isabel Martínez Lázaro, responsable del Labo-ratorio de Restauración de Metal y Orebrería. Marc Voisot, responsable del Laboratorio de Restauraciónde Relojes y Obras Mecánicas. José Luis March, hijodel orebre Vicente March.

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estudio se eectuó sobre un corte transversal de unragmento de la muestra.

La matriz presenta una granulometría relativamen-te uniorme, en la que se observan pequeñas inclu-siones globulares blanquecinas de plomo, rodeadapor un recubrimiento bastante continuo pero de es-pesor muy variable. La composición promedio de la

matriz es la de un bronce con aproximadamente un10% en peso de Sn y un 5-6% de Pb. Los elementos

Eu í-uu u j

iii ju qu B Cu(B, E)

Adrán Ángel PferettU T N, R, A

Raúl E. BolmaroIu Fí R-CONICET-U N R, A

Mlagrosa JménezC Aquí Subu

IAPH C

M.ª Lusa Almorama GlD Quí Fí, Fu C

U C

Manuel BethencourtD C M Ií Mú Quí I,

C Au C Tí M, Cu E I M (CEIMAR)U C

u.bu@u.

Resumen

En este trabajo se describe el proceso de caracteriza-ción de un espejo romano del siglo iii pertenecien-te a los ondos del Conjunto Arqueológico de BaeloClaudia (Bolonia, España) mediante la utilización detécnicas de microscopía óptica y microscopía electró-

nica de barrido (SEM) combinadas con análisis quí-micos mediante espectroscopía de rayos X (EDX). El

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contaminantes son el C, el O y el Cl. La presenciade una cierta cantidad de Pb es característica de los

bronces de época romana (Ingo et al., 2004) mientrasque el Cl se puede asociar con el emplazamiento cos-tero del yacimiento arqueológico.

Se ha podido determinar el proceso de alteraciónde la matriz por el largo período de exposición alambiente del yacimiento como un proceso de corro-sión selectiva o desaleado con pérdida casi total delestaño en algunas zonas. Supercialmente se encuen-tran dos capas dierenciadas ormadas por los meta-

les menos nobles con los elementos del ambiente. Lainterior de menor espesor presenta además de altoscontenidos de C, O y Cl, alrededor de 10% de Cu,25% de Sn y 37% de Pb; mientras que la capa exteriormás gruesa, presenta un elevado contenido 69% dePb y casi nada de Sn.

Palabras clae

 Arqueometalurgia, bronces, corrosión, espejos roma-nos.

Abstract

This paper describes the process o characterizationo a third century Roman mirror belonging to theunds o the Baelo Claudia archaeological site (Bo-lonia, Spain) using optical microscopy and scanningelectron microscopy (SEM) combined with chemicalanalisis using X-ray spectroscopy (EDX) and X-ray di-raction (XRD). The study was based on a cross sec-tion o a portion o the sample.

The matrix presents a airly uniorm grain size, with small withe globular inclusions o lead, surroun-

ded by a relatively continuous coating but with a very  variable tichkness. The average composition o thematrix is a bronze with about 10 % by weigth o Snand 5-6 % Pb. The contaminants are C, O, and Cl. Thepresence o a certain amount o Pb is charcteristic o Roman bronzes (Ingo et al., 2004), while the Cl may be associated with the marine environment in the ar-chaeological site.

It has been determinated that the cause o alte-

ration o the matrix ater a long period o exposutoto the marine environment in a archaeological site,

is a selective corrosión process or dealloying, withalmost total loss o tin in some areas. On surace,

there are two dierent layers ormed by the less no-ble metals with the elements o the environment.The inner layer, thinner, has higher contents in C, Oand Cl, about 10 % Cu, 25 % Sn and 37 % Pb, whilethe outer layer, thichker, has a hig content Pb 69 %and almost no Sn.

Keywords Archaeometallurgy, bronze, corrosion, Roman mi-rrors.

Introduccón

Con el término  speculum (espejo) se denía en laantigua Roma a un objeto refectante elaborado endistintos materiales empleados principalmente en eltocador emenino. Entre los espejos empleados enRoma como utensilios de tocador se generalizó eluso de tres modelos de espejos de tocador metá-licos: los espejos con pie, los espejos de caja y losespejos de mano, siendo estos últimos los más ha-bituales. En cualquiera de ellos, la aleación utilizadapara undirlos ue el bronce, caracterizado por unaconcentración de estaño que podía alcanzar el 27%,muy superior a los valores encontrados en los espe-jos etruscos (9-11%) (Giardino, 2003: 41; Rebuat,1997: 69), griegos (<9%) o púnicos (3,1-3,6%) (Giar-dino, 2003: 41).

Esta mayor concentración de estaño garantizabaen los espejos romanos una óptima propiedad depulido y refexión (Anlen y Padiou, 1989: 28-30).La undición solía venir acompañada de otros ma-

teriales como el plomo, el arsénico, el antimonio,el níquel, etc. Del tipo de aleación dependían lascaracterísticas ísicas y mecánicas del espejo, en par-ticular su dureza, ragilidad y color resultante. Al serun material costoso, en ocasiones se reducía el costede abricación añadiendo más cantidad de estañoen el cuerpo principal necesario para aportar másbrillo en la cara refectante, y menos en el resto dela pieza, por ejemplo el mango. Por lo general el

cobre se añadía en una proporción aproximada de1:3 respecto al estaño.

Estudo analítco-estructural de un espejo romano del sglo iii pertenecente al conjunto arqueológco de Baelo Clauda (Bolona, España)

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El uso del cobre ue menos recuente, al ser unmaterial menos resistente que el bronce, además de

presentar los inconvenientes de rayarse y deormarsecon más acilidad. También son escasos los espejoselaborados íntegramente en plata que, una vez undi-da y solidicada, se pulía hasta obtener una supercierefectante. Por lo general, sólo se elaboraba en platauna na capa que se colocaba en la cara anteriordel disco otorgándole al espejo un área más brillante.Estos espejos elaborados en plata conseguían mayoreecto especular que los de bronce y solían tener una

decoración más variada y rica, pero sólo eran accesi-bles a las clases con un elevado nivel económico. Lasclases menos pudientes tenían que conormarse conuna composición de cobre, estaño y plomo que imi-taba así a la plata (Lloyd-Morgan, 1980: 39-55). Tam-bién se conoce la existencia de espejos elaboradoscon otros materiales como la obsidiana, pero era másdiícil de trabajar que el metal y no lograba obteneruna supercie tan refectante como el metal (Anlen y Padiou, 1989: 25).

En este trabajo se han eectuado estudios quími-cos y metalográcos sobre un corte transversal deun ragmento de espejo romano del siglo iii, identi-cado como «muestra 2», perteneciente a los ondosdel Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia (Bo-lonia, España) mediante la utilización de técnicasde microscopía óptica y microscopía electrónica debarrido (SEM) combinadas con análisis químicosmediante expectroscopía de rayos X (EDS) y dirac-ción de RX (DRX). Parte del trabajo se realizó enlos laboratorios del Campus Universitario de PuertoReal (Universidad de Cádiz, España) y parte en el

Centro de Estudios de Materiales y Tecnologías Ar-queológicos de la Facultad Regional Rosario (Uni-

 versidad Tecnológica Nacional, Argentina), siendonanciado por la CICYT en el proyecto CTM2010-16363.

Metodología

El análisis supercial se realizó por medio de una

lupa estereoscópica binocular Motic DM39 con au-mentos de 10X y 20X, mientras que los estudios meta-lográcos se llevaron a cabo con aumentos variablesentre 100X y 800X en un microscopio metalográcoLeitz Metallux II; ambos sistemas estaban provistos deequipos otográcos digitalizados.

 Asimismo, se eectuaron análisis y determinaciónde composición química por medio de microscopioelectrónico de barrido FEI FESEM Quanta 200 aco-plado a un analizador EDX de energía dispersa. Lasprobetas metalográcas se montaron en resina acrí-lica y tras una preparación supercial con papelesesmeriles bajo agua hasta granulometría 1000 grit SiC,ueron atacadas químicamente utilizando como reac-tivo una solución de amoniaco y agua oxigenada. Lasmuestras para los análisis químicos ueron pegadassobre soportes de aluminio especiales del MEB y lasobservaciones se hicieron en el modo de electronessecundarios, trabajando con un potencial aceleradordel haz de electrones variable entre 10 y 20 KaV. Entodos los casos los valores son el promedio de seisdeterminaciones.

Resultados y dscusón

La muestra presenta una conguración rectangular.

La macrograía óptica con 10X, sin ataque, permiteobservar la zona central de matriz no alterada y lacapa exterior despareja (g. 1).

La matriz presenta una estructura biásica corres-pondiente a una solución sólida α con la presencia desegregaciones como consecuencia del amplio inter- valo de coexistencia en equilibrio de las ases sólida y líquida (dendritas). Esta estructura y la existenciade pequeños islotes del eutectoide δ demuestran que

no se ha eectuado ningún tratamiento de homoge-neización posterior a la colada. Se observan dos tipos

Fgura 1. Mí, 10X.

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de inclusiones redondeadas, algunos nódulos claros y otros oscuros (g. 2) (100X). La matriz alterada,

parte inerior de la otograía, presenta también unaconguración eutéctica biásica, pero de aspecto muy dierente, con dendritas. Ha surido la acción de la in-teracción con el medio ambiente pero no resulta ácildenir ahora si la pieza original presentaba segrega-ciones notables en el proceso de usión.

Por otra parte, en ciertas zonas de la supercie seobserva un depósito claro de espesor variable queparece estar separado del resto del material, ya que

la zona de unión tiene las mismas características de lapátina de tierra y productos de corrosión que la recu-

bre. (gs. 3 y 4) (200X). Finalmente, en la supercieencontramos una última capa ormada por tierra y 

productos de la corrosión. La gura 5 muestra a bajosaumentos (50X) los distintos sectores de la seccióntransversal.

La observación en el SEM muestra una matriz rela-tivamente uniorme, en la que se observan pequeñasinclusiones puntiormes blanquecinas, rodeada porun recubrimiento bastante continuo pero de espesormuy variable.

En la matriz se observan claramente dos zonas

que corresponden seguramente a las aéreas más y menos corroídas (g. 6), por encima de las cualesse observan capas de recubrimiento de productos decorrosión. La composición promediada de dicha área,en peso, es Cu 52,8%, Sn 9,03%, Pb 9,3%, 0 8,30%, C12,91%, Cl 5,17%, Al 2,50%; por lo que se trata de unbronce con plomo. La matriz en estado original sólotiene estos tres elementos, mientras los elementos dealteración son el C, el O y el Cl. El Al corresponde aalguna contaminación supercial con arcillas.

La matriz alterada tiene una composición en pesode Cu 62,97%, Sn 17%, Pb 5,27%, C 8,31%, O 4,25%,Cl 1,02% y Al 1,19%. La zona clara superior resulta deuna composición de 100% de Cu, es decir que se tratade cobre puro (gs. 6 y7).

El recubrimiento o pátina supercial presentauna composición en peso de Cu 9,31%, Sn 0,85%,Pb 69,34%, C 9,93%, O 2,94%, Cl 6,33%, Al 0,70%, Ca0,34%, P 0,25%. La capa más na intermedia entre elCu puro y la pátina (g. 8) corresponde a una compo-sición en peso de Cu 10,27%, Sn 25,65%, Pb 37,15%,

Fgura 2. M, 100X.

Fgura 3. M , 200X.

Fgura 4. Su, 200X.

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C 8,92%, O 11,54%, Cl 2,57%, Al 0,92%, Si 0,80%, Fe0,64%.

Las inclusiones redondeadas claras de mayor o

menor tamaño (g. 9) corresponden a una composi-ción en peso de Cu 1,44%, Pb 63,63%, Cr 22,52%, Cl11,9% y Al 0,50%. Mientras, las inclusiones obscuras(g. 10) tienen una composición de Cu 25,67%, Sn6,45%, Pb 2,16%, C 59,9%, O 5,52% y Cl 0,30%, (g.10).

El mapeo atómico de la sección para Cu, Sn, Pb,Cl y O es el mostrado respectivamente en las guras11, 12, 13, 14 y 15.

Como se ha comentado, la matriz de la mues-tra examinada corresponde a un bronce, el material

aleado más recuente en la abricación de espejos ro-manos, con aproximadamente un 10% en peso deSn. Por otro lado se ha detectado entre un 6-8% de

Pb, agregado característico de los bronces de épo-ca romana (Leoni, 1984; Ingo et al., 2004), con unaestructura dendrítica biásica correspondiente a unasolución sólida α con la presencia de pequeños islo-tes del eutectoide δ. En análisis realizados sobre otrosespejos romanos se han detectado valores de plomoañadidos a las aleaciones que comprendían entre un3,5% y un 7,3% (Giardino, 2003: 43).

Estos resultados denotan que no se ha eectuado

ningún tratamiento de homogeneización posterior ala colada. Análisis arqueometalúrgicos realizados so-

Fgura 5. S, 50X.

Fgura 6. I .

Fgura 7. D .

Fgura 8. C u .

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bre numerosos ejemplares griegos, etruscos y, en me-nor cantidad, púnicos, han evidenciado la obtenciónde espejos siguiendo la técnica de la undición. Una vez extraído el metal del molde se recocía a unos600-700º C con el objeto de aumentar la homogenei-dad y la plasticidad del la aleación, permitiendo deesta manera someter al objeto al martillado con el nde otorgarle su orma nal. La supercie refectantese conseguía abrillantándola con la técnica del puli-do, y la decoración se llevaba a cabo con grabado y,

ocasionalmente, en relieve. En el caso de los espe-jos romanos, los análisis muestran que la técnica de

undición es también el proceso de abricación másrecuente, aunque la mayor concentración de estañoque caracterizaba a los mismos conería al metal másragilidad, por lo que no presentaban, a dierencia delos etruscos, el trabajo de martillado. Por otro lado,el estaño avorecía que la supercie, una vez pulida,resultara más refectante, plateada y resistente a lacorrosión.

La granulometría es bastante uniorme, observán-dose pequeñas inclusiones globulares blanquecinas

de plomo y cloro. El proceso de alteración de la ma-triz por el largo período de exposición al ambiente

Fgura 9. Iu .

Fgura 10. Iu bu.

Fguras 11, 12, 13 y 14. Dbu Cu. Dbu S. Dbu Pb. Dbu C.

Fgura 15. Dbu O.

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del yacimiento se evidencia como un proceso de co-rrosión selectiva que ha intervenido en la mayor parte

del espesor, como puede apreciarse en la macrograíade la gura 1. La alteración de la matriz se manies-ta en la presencia de C, O y Cl y en la disminucióndel contenido en Cu y el incremento del contenidode Sn, sin que se pueda determinar si han infuido variaciones localizadas de la composición durante elproceso de usión. Sobre ambas zonas de la matriz seobservan tres áreas bien dierenciadas: un depósitobrillante no continuo y de espesor variable orma-

das por Cu puro y sobre él dos capas dierenciadasormadas por los metales menos nobles combinadoscon los elementos del ambiente. La interior, de menorespesor, presenta además de altos contenidos de C, O y Cl, alrededor de 10% de Cu, 25% de Sn y 37% de Pb;mientras que la capa exterior, más gruesa, presentaun elevado contenido 69% de plomo y casi nada deSn. En estas zonas se observan algunas inclusionesobscuras ormadas por carbonatos metálicos comple-jos ya que tienen una composición de C, O, Cu, Sn y Pb. La presencia del Cl es asociable al emplazamientocostero del yacimiento arqueológico y a los sucesivoseventos de inundaciones y sunamis suridos, la del Alse debe, seguramente, a la presencia de arcillas en elterreno, el C por la contaminación con sustancias or-gánicas y el Fe presente en el recubrimiento externopor contacto con elementos de ese metal.

Una discusión especial merece la presencia deldepósito de brillante de cobre. Una posible explica-

ción sería la presencia de un recubrimiento de unachapa na de cobre aplicada mecánicamente o me-diante una aleación de bajo punto de usión a lasupercie para mejorar las propiedades refectantes y que subsiste en ciertas zonas. Otra explicación se-ría la presencia de un proceso de desaleado de laaleación con redeposición del Cu perdido por la ma-triz en ciertas áreas, como hemos podido observaren otros bronces y latones de origen arqueológico

(Pieretti, Nosei, Walsöe de Reca, 1998; GIL et al.,2009). Varias razones parecen conrmar esta últi-ma alternativa: la primera es la pureza del depósito.Cualquier chapa de cobre de época romana habríatenido algún tipo de impureza y nunca un contenidode 100% de Cu; otro elemento a tener en cuenta esla irregularidad del espesor del depósito. De haberusado una chapa laminada esta tendría un espesoraproximadamente constante; nalmente si observa-

mos la otograía de la gura 5 observamos en lazona de la matriz alterada la presencia de inclusio-

nes redondeadas de Cu y huecos de lo que puedenhaber sido inclusiones similares en las que el cobre

se ha disuelto. La gura 4, además de mostrar loirregular y desparejo del depósito de Cu, permiteobservar la vinculación entre éste y las inclusionesde Cu de la capa inerior.

Frecuente ue el uso de aplicar una sutil capa deestaño sobre los espejos realizados en bronce conbaja proporción de estaño, lo que permitía obteneruna supercie brillante y plateada en la cara refec-tante del espejo. Los espejos romanos denidos como

«plateados» son, en realidad, «estañados». Este estaña-do se podía obtener de dos maneras. Según el primermétodo, se calentaba el objeto en bronce y se colo-caba sobre él una lámina de estaño. Cuando este seundía a 237º C se eliminaba el estaño en exceso ro-tándolo con un paño. La supercie se pulía entoncescon gran cuidado. Un segundo sistema consistía ensumergir rápidamente el objeto de bronce calentadoa 237º C en un baño de estaño undido. El procesode abrillantado sucesivo creaba una supercie clara y altamente refectante. Esta técnica producía un estra-to de estaño más espeso que el anterior, por lo queseguramente ue el primer método el más empleadoen la abricación de espejos romanos al objeto deabaratar los costes (750). La técnica de la cera per-dida pudo reservarse para la producción de grandesespejos o de modelos más complejos con decoraciónen relieve de una de sus caras (751). Algunos autoreshan creído interpretar en base a una cita de Plinio:

«album incoquitur aereis operibus Galliarum inven-to ita, ut vix discerni possit ab argento» (XXXIV-XL- VIII-162) que en ciertos casos se mejoraba el aspectosupercial mediante la aplicación de una aleación deestaño-plomo, sin embargo esta aseveración no hasido conrmada por los estudios realizados sobre pie-zas arqueológicas (Leoni et al ., 1992). En nuestro casola presencia predominante de Pb por sobre el Sn hacedescartar esta alternativa.

Conclusones

El análisis de la matriz de un espejo Romano ha des- velado la composición de un bronce, con aproxima-damente un 10% en peso de Sn y un 5-6% de Pb. Lacantidad de Sn, inerior a la esperada, se puede rela-

cionar con el proceso de desaleación selectiva suridopor el material, mientras que la presencia de Pb está

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Estudo analítco-estructural de un espejo romano del sglo iii pertenecente al conjunto arqueológco de Baelo Clauda (Bolona, España)

en el rango característico de los bronces de épocaromana.

 A nivel supercial se dierenciaron dos capas or-madas por los metales menos nobles con los ele-mentos del ambiente: una interior de menor espesorcon altos contenidos de C, O y Cl, alrededor de 10%de Cu, 25% de Sn y 37% de Pb, y otra exterior, másgruesa, con elevado contenido 69% de Pb y casi nadade Sn.

Agradecmentos

Este trabajo ha sido nanciado por la CICYT, en elproyecto «ARQUEOMONITOR» reerencia CTM2010-16363.

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420

ha permitido además desvelar detalles de la anteriorintervención, así como una aproximación a ciertosaspectos de su manuactura.

Palabras clae

Orebrería islámica, conservación plata, nielado, LIBS,RAMAN.

Abstract

 Around the middle o the 20th century, a gilded sil- ver fask was ound at the village o Albarracín. From

then to now become part o the collection o the Mu-seo de Teruel.

Ru

L Tj, Abí.Mu Tu

María Plar Punter GómezMu Tu

u@u.

Isabel Sánchez MarquésA u, S. L. (ÁRTYCO, S. L.)

Alejandro Chamorro SalllasA u, S. L. (ÁRTYCO, S. L.)

Josea Parra GranellA u, S. L. (ÁRTYCO, S. L.)

Ángel Lus García PérezA u, S. L. (ÁRTYCO, S. L.)

Resumen

 A mediados del siglo  xx  pasó a ormar parte de lacolección del Museo de Teruel un recipiente de platadorada hallado en el término de Albarracín. Esta pie-za ue restaurada por primera vez en 1965 en un tallerde joyería, mostrando interesantes detalles decorati-

 vos y epigrácos de atribución islámica.Después de más de cuatro décadas de exposición

permanente en el Museo de Teruel y préstamo paranumerosas muestras temporales de ámbito nacionale internacional, en 2009 se aborda una nueva inter- vención, en principio orientada a dar solución a pro-blemas puntuales de conservación. Se expone aquí el tratamiento realizado, junto a los distintos análisisdestinados a determinar la composición material.

La actuación, basada en el criterio de conserva-ción y recuperación de la estética original de la obra,

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421

Restauracón del esencero de plata procedente de Los Tejadllos, Albarracín. Museo de Teruel

This piece was restored or the rst time in 1965at a jeweller’s workshop. Throughout this occasion

the fask showed interesting decorative and epigra-phic details. Ater our decades o permanent exhibition at the

Museo de Teruel and several loans o the piece ordierent temporal exhibitions in Spain and abroad, in2009 a new intervention was done in order to resolvesome punctual conservation problems.

This text describes the last conservation treatmentcarried out as well as the dierent analysis done ordetermining the nature o the materials used.

This intervention is based under the criteria o conservation and aesthetic recuperation o the object.This work has revealed details about the previous in-tervention and other aspects related with its manuac-ture technique.

Keywords

Islamic silversmith, gilded silver, nielloing, LIBS, RAMAN.

Introduccón

El día 18 de mayo de 1964 ingresó en el Museo deTeruel una pieza de plata recuperada durante las ta-

reas de labranza de la nca «Los Tejadillos», en las cer-canías de la población de Albarracín. Se identicó enel inventario general con el n.º 629. El hallazgo resul-tó ser una exquisita obra de orebrería islámica, y gra-cias a su contenido epigráco, un valioso testimoniodel periodo de taias de Albarracín, al hacer reeren-cia a uno de los gobernantes de la ciudad, miembrode un clan conocido a través de otras uentes.

Los primeros estudios publicados (Almagro, 1967:

11-14) denominan indistintamente cantimplora o esen-ciero a este recipiente que, según la traducción de lasrases que componen la inscripción, orece como rega-lo el soberano Abd al-Malik ibn Jala a su esposa, Zahr.Este dato permite situarlo cronológicamente a mediadosdel siglo  xi, con mayor precisión desde que las echasadmitidas inicialmente para dicho reinado (437/1045-497/1103) hayan sido revisadas (Ortega, 2007: 45-46),ajustando la duración del mismo entre 436/1045 y una

echa anterior a 441/1049. En la primera publicacióncitada el esenciero se relaciona con producciones tole-

danas de la segunda mitad del siglo  xi, pero no es ácilestablecer su atribución a algún centro de producción,

debido a la escasez de paralelos y en general a las di-cultades para dierenciar modelos representativos dedistintos talleres del ámbito musulmán.

La etapa museográca del esenciero se inicia en1965, después de una primera restauración que le hapermitido soportar cuarenta y un años de exposiciónpermanente, interrumpida por quince salidas en prés-tamo para ser exhibido en muestras temporales orga-nizadas en Europa y América.

 Aunque a lo largo de este periodo se van pro-duciendo en la pieza cambios menos perceptibles,en el año 2006 se hicieron evidentes los primerossignos de atiga. La valoración realizada para decidirel tratamiento pertinente condujo a una refexión másprounda, considerando la oportunidad de estudiardetalles morológicos y tecnológicos apenas conoci-dos, y a la vez despejar la imprecisión existente entorno a las primeras intervenciones practicadas.

El trabajo que se presenta en esta ocasión reúnelas actuaciones de conservación y estudio llevadas acabo entre 2009 y 2010, a partir de las consideracio-nes anteriores.

Descrpcón del objeto1 

Se trata de un recipiente realizado en plata parcial-

mente dorada, supuestamente destinado a contenerlíquidos. El cuerpo principal adopta orma eséricaachatada, con pie y cuello troncocónico. Sus dimen-siones alcanzan los 16 cm de altura, 14,5 cm de an-chura y 7 cm de ondo. En el tercio superior tienedos asas de cinta con decoración incisa de espiga;las asas están coronadas por sendas guras, iden-ticadas como liebres, cuyas orejas se encuentranperoradas. De estas peroraciones colgaría origi-

nalmente la cadena, consistente en un cordón dehilo de plata, ormado por eslabones laboriosamen-te trenzados de tres en tres. Hasta 2009 lo que seconserva de esta cadena ha permanecido anudadode orma conusa a dos anillas ensartadas en dichasperoraciones.

1 E u b - . S , é

«» , qu quí, b qu ú .

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El eecto decorativo se consigue en general connas líneas de nielado que destacan sobre el ondo

de plata en su color, alternando con áreas doradas. Elanverso presenta un tema de motivos vegetales condos animales enrentados que vuelven la cabeza ha-cia atrás; el reverso es similar, a alta de las represen-taciones zoomoras. Rodeando el campo gurado, enuna y otra cara, se grabó una inscripción con carac-teres cúcos, cuya traducción2 es: «Bendición peren-ne, bienestar general, prosperidad continua, posiciónelevada, honor, atención, ayuda divina y recta direc-ción (hacia el bien y la equidad) para la señora másexcelente, Zahr, esposa del hayib Mu'ayyid al -Dawla Abd al malik b. Jala, que Dios le ayude».

La parte inerior del pie va decorada con un moti- vo de dos pavos reales arontados, picando una for.

Técnca de abrcacón

El esenciero está compuesto originalmente por 16 pie-zas de plata unidas entre sí con soldadura de plata3:

El cuello está ormado por dos chapas (2 y 4) deplata batida, estirada y conormada mediante lastrascónicas, soldando en un lado. Mediante tres collari-nes (1, 3 y 5) aplicados con soldadura de plata, seresuelve el remate de la boca y se disimulan las juntasentre las dos chapas, así como las pestañas que unenel cuello y el galbo.

2 A, 1967. T u D. Mu O Jé.3 A b u u qu .

El cuerpo central está compuesto por dos casque-tes de esera (6 y 7), conormados con la técnica debatido, probablemente con la ayuda de un tas de or-ma precongurada para conseguir la igualdad de lasdos partes. De una de las caras sobresale la solapainterna que permite que ambos casquetes encajenperectamente.

La unión entre estas dos piezas queda oculta bajoun nervio de plata de sección de mediacaña (8 y 9)aplicado por soldadura. Sobre él se encuentran sol-dadas a su vez las asas (13 y 14), probablemente tra-bajadas con limas o buriles sobre una cinta de plata

de sección lenticular. El mismo sistema empleado enlas asas debió servir para dar la orma deseada a lasguras animales que las coronan (15 y 16).

El pie está ormado por tres piezas soldadas en-tre sí; la principal tiene orma troncocónica (11),obtenida con la técnica de batido sobre lastra, y seune al cuerpo del esenciero por medio de pestañas,ocultas bajo un collarín (10). La base se cierra conuna chapa circular (12) (g. 1).

En cuanto al tratamiento de la supercie, la de-coración incisa está ejecutada mediante cinceles y buriles, para colmatar posteriormente las hendidu-ras con niel, cuyo color negro contrasta con el colorblanco de la plata.

Los dorados están realizados con amalgama deoro y mercurio a uego. Este sistema aportaba es-pesores considerables de oro a la supercie, lo queexplica que se conserve en tan buenas condiciones,

incluso después de soportar elevadas temperaturas,como las alcanzadas en los procesos de soldadura.

Fgura 2. P u b. Fí: A- j C.

Fgura 1. D . Fí: Aj C.

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Interencones anterores

No se dispone de documentación gráca del esencie-ro en el momento de su hallazgo, pero las reerenciasescritas a su estado de conservación, aunque muy generales, son sucientemente claras: «asas sueltas,

pie roto, bolladuras y bastantes ragmentos de una desus caras sueltos»4.

La intervención de restauración que se acometiódespués de su ingreso en el Museo de Teruel en elaño 1964, se llevó a cabo en el taller de joyería Su-cesores de Aladrén, en Zaragoza, y quedó nalizadaen octubre de 1965. Las observaciones realizadas re-

4 I b Mu Tu, qu -

D. Pu A J 1966.

 velan un excelente trabajo, extremadamente respe-tuoso con la obra, tanto en su ejecución como enlos resultados estéticos, aunque la tarea debió resultarcompleja y dicultosa.

Con el objetivo de recuperar el perl de la piezase procedió a corregir mecánicamente las deorma-

ciones que suría, pero dado que la plata presentaacritud y mineralización, la operación debió ser com-plicada, rompiéndose por numerosas partes. Esta cir-cunstancia ue aprovechada por el joyero-restauradorpara acceder a zonas críticas y llevar a término buenaparte de las operaciones. Desde el interior colocó uncasquillo cilíndrico de plata a modo de reuerzo, sol-dado a la base de las piezas que orman el cuerpo.Para conerir más resistencia, aplicó pallones de sol-

dadura de grandes dimensiones (alguno de los cualesno ha «corrido», como se puede observar) destinados

Fgura 3. Cí 2009. Fí: Aj C.

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a asegurar la unión del pie, que debido a sus de-cientes condiciones de conservación probablemente

no cumplía con la unción de sostener el esenciero. Asimismo, se pudo colocar por el interior de lacara más aectada una chapa de plata laminada, conla misma orma del casquete original. La pieza aña-dida tendría dos unciones: la primera, proporcionarconsistencia a los múltiples ragmentos en que quedódividida esta parte; la segunda cubrir huecos y reinte-grar volumétricamente las pérdidas de materia.

El reuerzo ue adherido con resina de tipo epoxi,material aún poco extendido en la época en que seutilizó, y cuyo correcto comportamiento ha cumplidosu misión hasta la actualidad. El pie, elaborado conchapa muy na de escasa consistencia, se encontrababastante incompleto y sin duda debido a la preocu-pación por su estabilidad como punto de apoyo un-damental, se optó por macizar los huecos con estuco,reintegrado cromáticamente con purpurina.

Las asas y los nervios presentan signos de solda-dura de estaño, intervención que puede atribuirse a

ese momento, ya que inicialmente se menciona queaparecieron sueltos.

El sistema de suspensión de la cadena ha mereci-do un estudio detenido, llegando a la conclusión deque las anillas no eran originales, ni tampoco varioseslabones que prolongan uno de los extremos delcordón trenzado. Al margen de consideraciones es-téticas o técnicas, que evidencian un sistema de en-garce del todo disonante con la calidad del esencie-

ro, de ninguna manera la cadena pudo haber estadoenganchada en origen a la anilla, atravesando ésta elcordón, y tampoco era posible atravesar la cadena, sino se desmontaba el asa.

 A partir de estas observaciones parece lo más pro-bable que las anillas que han servido para engarzar elcordón de hilos de plata se colocaran en la interven-ción realizada en 1965.

Se ha identicado una «pátina de envejecimiento»,

compuesta de betún de Judea y una mezcla de bar-nices con pigmento, probablemente para terminar y homogeneizar la intervención. No obstante esta apli-cación pudo hacerse en algún momento posterior, yaque en las otograías publicadas en 1967 el esencieroaparece bastante limpio (gs. 2 y 3).

Entre 1965 y 2006 la única intervención de la quese tiene constancia es una ligera limpieza e impregna-ción de la supercie con resina acrílica, con el obje-

tivo de renovar la protección antes de salir hacia unade las exposiciones temporales.

En el transcurso de una exposición celebrada en-tre octubre de 2005 y ebrero de 2006 se racturó la

cadena, que ue restaurada a su regreso al museoaproximando los eslabones con hilo de nailon, a la vez que se reorzaron otras zonas aparentementerágiles.

En el mes de enero de 2009 la cadena resultó nue- vamente racturada. Ese mismo año se planteó de or-ma inaplazable la intervención, acompañada de unaprounda revisión, consecuencia de un enoque másamplio que la sola restauración de la parte dañada

(g. 4).

Estado de conseracón

Tras el estudio de la supercie original, se llegó a laconclusión de que toda ella presentaba una capa desuluración más o menos homogénea que la oscurecía.Por su parte, la chapa que reuerza y completa las lagu-

nas se mimetiza mediante una gruesa película de pin-tura de color gris. Se observaban zonas blanquecinas y amarillentas en esta chapa, correspondientes a restosde la resina utilizada para adherirla, que la han prote-gido evitando la suluración en esas áreas, que pun-tualmente han amarilleado. Se observó, asimismo, quehabía abundantes restos de esta resina en los bordes detodo el perímetro de la plata original (gs. 5 y 6).

Debido probablemente a la complejidad de la res-

tauración que se llevó a cabo en 1965 no se cubrierontodos los huecos con la chapa añadida, quedando

Fgura 4. S u , 2009. Fí: J Eu.

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uno relativamente grande en una cara y otro de me-nor tamaño en la cara opuesta.

Los casquetes que conorman el cuerpo presen-taban numerosas grietas y pequeños oricios, y al-gunos ragmentos originales estaban a punto de des-prenderse de la chapa de reuerzo.

La reintegración volumétrica del pie no se realizócorrectamente, desgurando el perl original; el estu-co de reposición invadía partes metálicas y se apre-ciaba algún pequeño ragmento de plata descolocadode su ubicación original.

Tanto el pie como la parte baja del cuerpo seencontraban embadurnados por una gruesa capade betún de Judea, barnices pigmentados y pur-purinas.

Se podían apreciar excesos de estaño a la altura delas asas y también de los nervios que cierran la uniónentre las dos caras.

Toda la supercie del esenciero mostraba unacabado plástico debido a la acumulación de barni-ces protectores, y una pátina de entonación orien-

tada a realzar las incisiones y los dorados, a la vezque proporcionaba un aspecto envejecido (gs. 7,8, 9 y 10).

La cadena presentaba extrema ragilidad, a causade la rigidez del hilo de plata, derivada de la minera-

lización; como consecuencia de lo anterior se encon-traba interrumpida por la ractura del lamento en

 varios puntos, conservando reparaciones realizadascon hebras de nailon; los dos tramos resultantes dela ractura permanecían anudados en su extremo a laanilla ensartada en el asa del esenciero; por otra par-te el nudo del tramo más largo se componía de unaserie de «eslabones alsos».

Por las reducidas dimensiones del segmento con-servado y la ausencia de un sistema de engarce ve-rosímil era evidente que el cordón se hallaba muy incompleto (g. 11).

Carácter de la nterencón

La intervención actual se ha dirigido a dar solucióna cuestiones undamentales de conservación, y almismo tiempo a recuperar una visión del objeto dis-torsionada por procesos de alteración y por ciertos

aspectos derivados de las intervenciones anteriores.Para la consecución de estos objetivos se ha rea-

lizado una labor de estudio orientada a un conoci-miento más proundo de la pieza, interesante parasu investigación y sobre todo imprescindible cuando

Fgura 5. A , 2009. Fí: Aj C.

Fgura 6. R , 2009. Fí: Aj C.

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426 se trata de tomar decisiones que le aectan de ormadecisiva. Las soluciones adoptadas se han basado encriterios de máximo respeto tanto a la materia comoa la esencia del objeto.

Los tratamientos relacionados con procesos de al-

teración se han centrado en el empañado de la super-cie, pérdidas de materia e inestabilidad del cordón:así se ha procedido a la limpieza, reintegración delagunas y consolidación del cordón.

Pero sin duda las decisiones más comprometidasse han planteado en torno a la validez de las interven-ciones realizadas con anterioridad.

Como punto de partida estas intervenciones sólose han cuestionado si alteran la percepción del esen-

ciero, ya sea debido al mal estado de los materialesempleados, o debido a una ejecución incorrecta; enesta línea se han eliminado excesos de barniz, pátinaarticial de envejecimiento y pinturas, se ha corregi-do la reintegración del pie y eliminado los eslabonesalsos.

Llegado este punto, por lo que respecta a la con-trovertida cadena, se acepta su atribución al esencie-ro, pero se descarta que las anillas y la orma en que

se engancha a ellas sean originales. Supuestamenteen los extremos del cordón existiría en origen algún

Fgura 7. Cí . Fí: Aj

C.

Fgura 8. D u qu

u 1965. Fí: AjC.

Fgura 9. E u ,bu 1965. Fí: Aj C.

Fgura 10. A u 1965. Fí: Aj C.

R t ó d l d l t d t d L T j dll Alb í M d T l

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elemento5 de suspensión, pero las posibilidades sonincontables a la hora de proponer el modo en quese habría de reproducir ese enganche, por no ex-tenderse en la más que probable existencia de untapón, actualmente perdido.

Esta refexión, unida al pésimo estado de con-servación del lamento de plata ha conducido a re-plantear el esquema de la cadena, estableciendo undiálogo con los responsables del tratamiento mu-seográco.

Analítca

Como paso previo a la restauración se realizaron lossiguientes análisis:

 – Inspección mediante Rayos X 6. Los parámetrosempleados en la inspección radiográca delesenciero son los siguientes:

• Película: Placa de 30 × 40 cm, de densidadD7, marca STRUCTURIX, con pantallas re-orzadoras de plomo.

• Procesado: automático.• Distancia uente/película: 700 mm.•  Voltaje: de 120 a 140 kV • Intensidad: 5 mA• Tiempo de exposición: 25 a 45 segundos.

En la placa se pueden observar las pérdidas, las

grietas, las reintegraciones volumétricas y las par-tes que han perdido la adhesión, como ocurre conel nervio situado en el lateral derecho (g. 12).

 – Espectroscopia de plasma inducido por láser(LIBS)7.El sistema experimental utilizado consta de trescomponentes básicos: un láser pulsado para laignición del plasma, un sistema de detección

consistente en un espectrógrao y una cáma-ra CCD (charged coupled device), usualmenteintensicada, y un sistema de colección de luz(lente o bra óptica).

5 A, ú bu u .

6 R b ITC A; D.E Pé Juqu.

7 E I D. M Oujj M Cj, I-u Quí Fí R, CSIC.

Fgura 11. Fu ,

2009. Fí: Aj C.

Fgura 12. Rí . Fí: Aj C.

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La excitación láser se ha realizado utilizando laemisión undamental de un láser de Nd:YAG a1064 nm, con duración de pulso de 5 ns y re-cuencia de repetición de 1 Hz. Se utiliza unaenergía del láser de 12 mJ/pulso para producirel plasma de ablación. Se orma la imagen delplasma luminoso en la entrada del espectrógra-o provisto de una red de diracción de 1200líneas/mm., con resolución espectral de 0,5 nm y anchura espectral de observación para cadamedida de 50 nm. Cada espectro es el resultadode un solo impacto del láser. Los experimentosse han llevado a cabo en aire.Se han analizado tres zonas: el nervio doradoque une las dos caras del objeto, la parte deco-rada rontal plateada y la soldadura lateral dondese unen las asas al cuerpo del esenciero.En la zona del nervio y parte decorada se ob-servan emisiones atribuidas a los elementos oro,plata, cobre, aluminio, calcio, magnesio y plomo. A pesar de esta similitud la dierente intensidad

de la línea del oro respecto a las del cobre y plataen zonas como la del nervio puede ser interpre-tado como un aumento del oro en esa zona, loque corresponde con la inspección visual.La presencia de estaño en la unión de las asasal cuerpo del esenciero indicaría que este es elmetal base de dicha soldadura.Finalmente el análisis estratigráco realizadoaplicando pulsos láser sucesivos sobre un mis-

mo punto del objeto reveló que la composiciónno varía apreciablemente al alcanzar las capasmás proundas analizadas, hasta una proundi-dad de 100 μm, salvo dierencias en la intensi-dad de algunas líneas, como disminución de laintensidad de las líneas del oro en la zona de-corada, y aumento de la intensidad de todas laslíneas observadas en la zona de soldadura, entreel primero y el quinto pulso.

 – Espectroscopia RAMAN8.En el presente análisis se ha utilizado un sistemaRaman portátil Examine R (DeltaNu). Este siste-ma consta de un láser de diodo con emisión a785 nm. Para la obtención de cada espectro seha utilizado una potencia de 100 mW y se ha

8 E I D. M Cj, M Oujj MkS. Iu Quí Fí R, CSIC.

integrado la señal Raman durante 50 segundos.De las siete zonas analizadas, tres correspondena partes originales, tres a partes reparadas y unaa la cadena. Los resultados indicaron la presen-cia de plata en todas ellas (incluidas las sobre-doradas) a excepción del pie en la unión con elcuerpo central.Este resultado conrmaría por una parte lo quedespués se comprobó, respecto a la composi-ción de la chapa utilizada para la restauracióndel cuerpo central. Por otra parte la discrepan-cia encontrada en el pie, interpretada adecua-damente como una reparación posiblemente deresina, corresponde sin duda a la adhesión delpie atribuida a la intervención del año 1965.

Interencones realzadas

Esenciero

 – Eliminación de la gruesa capa de barnices quecubría el recipiente. Tras realizar pruebas de so-lubilidad con distintos disolventes, se aplicaronsobre la supercie barnizada compresas de algo-dón empapadas en acetona. Seguidamente, conla ayuda de torundas de algodón y acetona seretiraron todos los residuos de barniz y pátina

de envejecimiento. También se eliminó de estemodo la purpurina del pie, dejando al descu-bierto el estuco.

 – Eliminación de pintura de la chapa de reuerzo.Esta operación se realizó de orma mecánica,tras observar que se desprendía con relativa aci-lidad usando el bisturí, previa humectación conacetona. Se detectó pintura del mismo tipo en

dierentes partes del cuerpo de esenciero, eli-minada también por medios mecánicos, a puntade bisturí y con lápices de bra de vidrio, previahumectación con disolventes orgánicos.

 – Eliminación del exceso de adhesivo detectadoen las zonas pegadas. Este exceso se retiró deorma mecánica con bisturí y palillos para ga-nar precisión. En todo momento ue necesario el

uso de una lupa para vericar la correcta mani-pulación sin producir lesiones o rasguños.

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 – Eliminación de restos de estaño. Se hizo tambiénde orma mecánica, a punta de bisturí, de ormaespecialmente meticulosa para no arañar la su-percie. Por lo delicado de esta operación, no sepudieron eliminar completamente las manchas,si bien el resultado nal es estéticamente correc-to.

 – Limpieza y eliminación de suluros. Una vez re-tiradas las pinturas y barnices, el aspecto de lasupercie de plata se mostraba muy desigual,apareciendo zonas uertemente atacadas junto aotras apenas aectadas. Se hicieron pruebas delimpieza con productos especícos y procedi-mientos mecánicos, obteniendo los siguientesresultados:

• Método Silver-Dip: este sistema sólo ue vá-lido para las partes doradas, ya que no atacaal oro. En el resto de la pieza dejaba unempañado blanquecino.

• Limpiador de plata 3M: localmente el resul-

tado era satisactorio, pero en algunos pun-tos no se conseguía una limpieza eectiva.Este tratamiento no es válido para las zonasdoradas, por su eecto abrasivo.

• Lápiz de bra de vidrio: en determinadasáreas con suluración muy severa ha un-cionado bien, pero se ha descartado en laszonas doradas por su eecto abrasivo.

• Gratas de alpaca: estas gratas metálicas por

su delicadeza y la nura de sus lamentos,resultaron ideales para la limpieza de la pla-ta, al no dejar huella ni depósitos metálicosajenos. Su resultado ue muy aceptable enzonas doradas con acumulación de óxido,aplicado con sumo cuidado.

En resumen, la eliminación de los óxidos y con-creciones se consiguió por medio de una limpie-za mixta químico-mecánica a base de disolvente

orgánico, método Silver-Dip y gratas de alpaca,incidiendo con lápiz de bra de vidrio en deter-minados rincones.

 – Retoque de la intervención anterior del pie. Se eli-minó parte del estuco de reintegración que se ha-bía utilizado en el pie, y se retiraron los ragmen-tos que aparecían desubicados, comprobandoque estaban pegados al estuco con resina epoxi.

No se retiró totalmente el estuco que macizabaesta parte, ya que se mostraba consistente y por-

que se considera un buen material de reintegra-ción, ácilmente reversible.

 – Adhesión correcta de ragmentos. La uniónde ragmentos parcialmente desprendidos enel cuerpo central se llevó a cabo con resinaepoxídica, aplicada por el reverso de las zonasaectadas, que se inmovilizaron con gatos du-rante el proceso.Después de levantar los ragmentos del pieorientados incorrectamente, se posicionaronde orma lógica, adaptados a la curvatura deloriginal. La unión se realizó con adhesivo abase de cianocrilato.

 – Reintegración volumétrica de lagunas. En elcuerpo central se decidió reintegrar tan sóloaquellas pérdidas de materia que por su en-tidad y localización, distorsionaban la lecturacorrecta del esenciero. La pérdida más eviden-te está situada en la parte superior, donde no

alcanzaba la chapa de reuerzo, por lo quemostraba un aspecto extraño. A la vez ueronselladas las grietas más importantes, para pro-porcionar mayor uerza estructural. Se utilizóresina epoxi cargada con pigmentos.Después de recticar la intervención del pie y ya colocados los ragmentos, se completó lareintegración con estuco similar al conservado.

– Reintegración cromática de las lagunas.• Reintegraciones de resina en el cuerpo: Se

aplicó pigmento al barniz sobre la resinabuscando la integración cromática con lasáreas circundantes.

• Reintegración del pie: Se optó por una re-integración mimética, con pigmento –Gol-dnger– diluido en resina acrílica –Incra-lac–.

 – Matización de brillos. Dado que la pieza en ori-gen jugaba con supercies mates y brillantes,se extendió pasta de pulir con una gamuza porlas zonas que debían brillar.

 – Aplicación de una capa de protección a todoel conjunto. En el transcurso del tratamientode restauración se pudo comprobar la inesta-

bilidad de la plata, que se oscurecía con ciertarapidez después de realizar la limpieza, a pesar

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g y

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de una humedad relativa constante del 45%.Por esta razón tras completar la última limpie-za, se procedió inmediatamente a la impregna-ción de la supercie con una película de resinaacrílica –Incralac–. Se eligió este producto porel eecto inhibidor del benzotriazol rente a lacorrosión del cobre, elemento integrante de laaleación de plata. (gs. 13 y 14).

Cadena y anillas

Siguiendo el razonamiento expuesto anteriormentese procedió de la siguiente orma:

 – Desmontaje de la cadena, separándola de lasasas (o anillas) que mantenían unidos a la piezacada uno de los dos ragmentos resultantes dela ractura. – Retirada de los eslabones alsos localizados enuno de los extremos.

 – Retirada de las asas o anillas. – Intento de reordenación de los eslabones origi-

nales, tarea del todo imposible ya que la ragili-dad del hilo metálico causaba constantes roturas.Tan sólo se pudieron cerrar algunos, evitandoasí su pérdida. – Para poder manipular la cadena, se procedió arealizar un reuerzo estructural introduciendoentre los eslabones hilo de nailon transparentede 0,12 mm. De esta orma se proporcionó con-tinuidad aproximando los dos tramos separados. – A causa de la ragilidad hubo que descartar lasintervenciones mecánicas para proceder a la re-moción de adhesivos, barnices y productos de

alteración que cubrían el cordón. También seconsideró inadecuado el método Silver-Dip, pordejar la plata empañada. – La solución adoptada consistió en sumergir lacadena en un baño de ultrasonidos en acetonadurante 15 minutos con intervalos de tres minu-tos, momento que se aprovechaba para rotarcon una brocha suave. De esta orma se consi-guió la eliminación completa de los adhesivos

 y capas de protección, así como de la suciedadinterior.

Fgura 13. A , 2009. Fí: J Eu.

Fgura 14. R , 2009. Fí: J Eu.

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 – Por último se aplicó resina acrílica –Incralac–con pincel y se recortaron los hilos que sobresa-lían en los extremos (g. 15).

Consderacones sobre la presentacónde la peza

Concluido el tratamiento se valoraron las posibilida-des de vincular la cadena al cuerpo del esenciero,

pensando sobre todo en la imagen orecida a los visi-tantes del museo. Finalmente en esta valoración pre-dominaron los criterios basados en la conservación y la interpretación razonable que aconsejaban evitarel estrés del punto más débil del objeto y rechazarun montaje arbitrario. Siguiendo este planteamientose desestimó la idea de volver al esquema anterior,descartando cualquier solución que implicase dejar elcordón de nuevo suspendido. Por el contrario, se ha

señalado como opción más recomendable una pre-sentación respetuosa con las condiciones de conser-

Fgura 15. A , 2009. Fí: J Eu.

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 vación que demandan por separado el recipiente y lacadena que lleva asociada; su vinculación podrá sersugerida al visitante mediante el desarrollo de distin-tos recursos museográcos.

Bblograía

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Du b

í«M A» Muu Cè Tè Cu

Mercè Gual Va

Muu N Cè Tè Cu-NACTEC, T, Bu@.

Resumen

El mNACTEC presenta el trabajo que su Taller de

Conservación Preventiva y Restauración ha realizadosobre la colección «Mentora Alsina» a lo largo de losúltimos cinco años.

La llegada de esta colección de patrimonio cien-tíco-didáctico planteó el reto del control y segui-miento de la evolución de elementos con materiales y procedencia heterogéneos dentro de una zona expo-sitiva controlada, aunque sin climatización. El estudioprevio de los materiales y el diseño de una docu-

mentación gráca especíca de las alteraciones noshan permitido llevar a cabo un plan de conservaciónpreventiva más riguroso y no tan ligado a métodosempíricos.

Palabras clae 

Patrimonio cientíco, restauración, documentacióngráca, conservación preventiva.

Abstract

mNACTEC presents the work done by the workshop

o preventive conservation and restoration, in thecourse o the last ve years about the Mentor Alsina’scollection.

The arrival o this educational scientic heritagecollection, explained the challenge o controlling andmonitoring o the evolution o elements with heteroge-neous source materials inside a controlled exhibitionarea but not heated. The preliminary study o materialsand the design o a specic graphic documentation o 

alterations allowed us to plan more rigorous preventi- ve maintenance and not so tied to empirical methods.

Keywords

Scientic heritage, restoration, graphic documenta-tion, preventive conservation.

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Fernando Alsina Parellada, industrial nacido en Bar-celona en 1861, trabajará en el desarrollo de las cien-cias exactas aplicadas a la industria (Perarnau, 2003). A principios del siglo  xx  creará, con mentalidad di-dáctica, el Gabinete de Física Experimental «La Men-tora», mostrando los experimentos de gran parte delas leyes mecánicas que hoy en día se conocen comoísica clásica (mecánica, hidroneumática, calor, soni-do, luz, electricidad y magnetismo).

Será uno de los primeros intentos de divulgaciónde instrumental cientíco y técnico de la época, unacolección con ormato de museo pionera y con si-

milar innovación y anticipación a la desarrollada enotros centros que aparecieron, por aquel entonces,en otros países de Europa como el Deutsche Museumo el Science Museum.

En 1906, Alsina cederá el legado de su colecciónal Ayuntamiento de Barcelona, ubicándolo en un edi-cio de su propiedad situado cerca del ObservatorioFabra, y manteniéndose abierto hasta 1991.

 A lo largo de este periodo los objetos cientíco-

didácticos creados a tal n ueron utilizados por mu-chas de las escuelas de Barcelona con el propósito deenseñar los principios básicos de la ísica. Todo elloacelerará su proceso de deterioro, lo que sumado a laalta de recursos provocará el cierre de las instalacio-nes por parte del Ayuntamiento de Barcelona en 1993.

 A lo largo del año 1995 el Ayuntamiento cederá lacolección a la Generalitat de Cataluña, nalizando superiplo en el mNACTEC en el año 2006, cuando debi-

do a la importancia de la colección se decide exponerel conjunto de sus elementos de modo permanente.En esta primera ase el Área de Conservación del

mNACTEC realiza un exhaustivo trabajo de cataloga-ción de los objetos en colaboración con el Centre deRecerca per la Història de la Técnica de la UniversitatPolitècnica de Catalunya. Para su mejor comprensión y estudio se recreó el uncionamiento de todas laspiezas incluidas en el catálogo.

Conseracón y restauracónde la coleccón

Contemporáneamente al proceso de documentaciónse inició la primera ase de los trabajos de conservación y restauración desde el mismo taller del mNACTEC.

Las piezas más dañadas ueron sometidas a unaintervención curativa con objeto de restaurar, docu-

mentar por escrito y otograar todos los procesos,actuando directamente sobre unas 50 piezas. El objetocientíco será tratado como un ósil intelectual (Boa-da, 2008) que nos proporciona no sólo inormaciónsobre su unción en el área de experimentación sinotambién sobre técnicas tradicionales de construcciónactualmente desaparecidas.

Los objetos cientícos y técnicos poseen intrínse-camente una particularidad, su capacidad de uncio-namiento, y su restauración no puede alterar la au-tenticidad de dicho objeto (Granato, 2003).

Tras esta primera intervención curativa, el proyec-

to pasa a una ase menos visible pero básica: el plande conservación preventiva. Este estudio, iniciadoen 2010, se centra en un conocimiento más proun-do de los materiales constitutivos (Sebastián, 2000),su posible degradación, y en la creación de mapasde alteraciones de materiales a través de bibliotecasde símbolos propios, así como de nuevos controlesmedioambientales para conocer su eecto sobre la al-teración de los materiales –en su mayoría metálicos–

de la colección.

Procedenca y abrcantes

La mayor parte de las piezas de la colección son deprocedencia desconocida. El 85% de los objetos noposee ningún tipo de identicación y entre los docu-

mentos del legado tampoco aparece ningún listadode los que ueron donados directamente por el señor. Alsina, y de aquellos que ueron incorporados a pos-teriori (tabla 1).

De los objetos con identicación, el 15% se dividecasi a partes iguales entre productos abricados en Alemania, Francia e Inglaterra. Los abricantes mayo-ritarios son de origen alemán, con Karl Zeiss y Ferdi-nand Ernecke. Sólo existen dos piezas elaboradas por

constructores españoles: Espasa Calpe y A. Rossell(tabla 2).

Materales

Los materiales predominantes son el latón y la made-ra, aunque podemos comprobar la existencia de un

grupo de elementos varios incluyendo cuero, corcho,estaño, mercurio, papel, etc. (tabla 3).

Documentacón e nterencón sobre la coleccón de patrmono centífco» Mentora Alsna»

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La heterogeneidad de los materiales y la proce-

dencia de la colección «Mentora Alsina» nos plantea-ban un reto a nivel de conservación preventiva. Apesar de realizar controles mensuales de temperatura y humedad, y de que las revisiones periódicas noarrojaban datos preocupantes, el espacio expositivono está climatizado. El control de conservación pre- ventiva basado en métodos empíricos por parte delconservador-restaurador no nos permitía ocalizar niindividualizar ácilmente los posibles problemas.

Todo ello suscitó la necesidad de realizar otro tipode controles más ajustados.

Tabla 1. G b MA.

Tabla 2. G bj í.

Tabla 3. G u MA.

Fgura 1. Mqu u b -. Fí: R B (NACTEC).

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Uno de estos controles se está llevando a cabo a

través de una colaboración con el CENIM-CSIC, den-tro del «Proyecto de investigación sobre la degrada-ción de patrimonio metálico en museos y exposicio-nes debida a la presencia de ácidos orgánicos».

El otro, un sistema de control de la evolución delas alteraciones de los materiales mediante la crea-ción de una cha gráca, utilizando como base la im-plantada desde hace algunos años en el CRBM1 parapatrimonio artístico, pero adaptada a las necesidades

del patrimonio cientíco, con nuevas bibliotecas desímbolos (gs. 1, 2 y 3).Este tipo de mapas nos permite, por un lado, dejar

constancia de las intervenciones de restauración conla seguridad de conocer qué partes han sido susti-tuidas, evitando las descripciones escritas realizadaspor varios conservadores-restauradores a lo largo deltiempo y con multitud de criterios, y por el otro, com-

1 C Ru B Mub G Cu.

Fgura 2. M bj ú 6030 NACTEC. Fgura 3 Mqu u b u.E B(1880-1906). Au: R B (nactec)

probar in situ y de orma rápida y no subjetiva, qué

alteraciones han evolucionado y si con el tiempo seránecesaria la climatización del espacio.

Equpo de nterencón

 – Mnactec: Teo Garcia Susaño, Mercè Gual, Ra-

mon Maroto, Jaume Perarnau, – Colaboradores: Toni Esparó

Bblograía

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