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GESTIÓN DE ALMACENES: GESTIÓN DE EXISTENCIAS. CRITERIOS DE VALORACIÓN. CÁLCULO DE STOCKS. SISTEMAS DE IDENTIFICACIÓN DE PRODUCTOS. CONTROL DE CONSUMOS. DETERMINACIÓN DE LAS UNIDADES DE COSTE SANITARIO. ESTÁNDARES GESTIÓN DE ALMACENES: GESTIÓN DE EXISTENCIAS. CRITERIOS DE VALORACIÓN a) Introducción El almacén es el espacio físico donde se guardan los productos, conservándolos en condiciones óptimas para su utilización. Ahora bien, el almacén cumple otras funciones importantes: recepción de mercancías y verificación de su idoneidad, control de existencias y determinación de necesida- des, y distribución de pedidos (suministro interno). Un hospital suele tener, al menos, dos almacenes: el general y el de farmacia, si bien pueden existir otros: De materiales de uso relacionado directamente con los enfermos: además del de farmacia, el de material clínico fungible, el de material quirúrgico y apa- rataje, etc. De materiales para el funcionamiento del centro: además del general, el de lencería (que es uno de los almacenes que registra mayor movimiento diario), el de papelería, etc. Todos los tipos de almacenes forman parte del sistema logístico de la institución. Los almacenes se dividen en zonas: el muelle de descarga, la zona de rotos, la zona de picking, el pulmón de salida, etc. El almacén realiza una de las actividades más importantes para el funcionamiento del hospital, siendo un elemento que actúa en las dos etapas del flujo de materiales: De su origen o fuente (abastecimiento) al almacén (suministro externo). Son todos los productos adquiridos por el centro hospitalario a empresas externas para su consumo; estos suministros se deberán formalizar mediante contratos administrativos (sean contratos menores o expedientes de contratación). Desde el almacén hasta la entrega al último usuario (suministro interno). Con- sisten en la distribución que se hace entre los diferentes servicios o unidades que integran el hospital; esta distribución se hace en función de la petición realizada por los servicios hospitalarios.

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GESTIÓN DE ALMACENES: GESTIÓN DE EXISTENCIAS. CRITERIOS DE VALORACIÓN. CÁLCULO DE STOCKS. SISTEMAS DE IDENTIFICACIÓN DE PRODUCTOS. CONTROL DE CONSUMOS. DETERMINACIÓN DE LAS UNIDADES DE COSTE SANITARIO. ESTÁNDARES GESTIÓN DE ALMACENES: GESTIÓN DE EXISTENCIAS. CRITERIOS DE VALORACIÓN a) Introducción El almacén es el espacio físico donde se guardan los productos, conservándolos en condiciones óptimas para su utilización. Ahora bien, el almacén cumple otras funciones importantes: recepción de mercancías y verificación de su idoneidad, control de existencias y determinación de necesida-des, y distribución de pedidos (suministro interno). Un hospital suele tener, al menos, dos almacenes: el general y el de farmacia, si bien pueden existir otros:

• De materiales de uso relacionado directamente con los enfermos: además del de farmacia, el de material clínico fungible, el de material quirúrgico y apa-rataje, etc.

• De materiales para el funcionamiento del centro: además del general, el de

lencería (que es uno de los almacenes que registra mayor movimiento diario), el de papelería, etc.

Todos los tipos de almacenes forman parte del sistema logístico de la institución. Los almacenes se dividen en zonas: el muelle de descarga, la zona de rotos, la zona de picking, el pulmón de salida, etc. El almacén realiza una de las actividades más importantes para el funcionamiento del hospital, siendo un elemento que actúa en las dos etapas del flujo de materiales:

• De su origen o fuente (abastecimiento) al almacén (suministro externo). Son todos los productos adquiridos por el centro hospitalario a empresas externas para su consumo; estos suministros se deberán formalizar mediante contratos administrativos (sean contratos menores o expedientes de contratación).

• Desde el almacén hasta la entrega al último usuario (suministro interno). Con-

sisten en la distribución que se hace entre los diferentes servicios o unidades que integran el hospital; esta distribución se hace en función de la petición realizada por los servicios hospitalarios.

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El controlador de suministros y el personal administrativo del departamento de sumi-nistros controlarán el consumo de cada servicio y la existencia de material en el al-macén. b) Suministros externos En el muelle de descarga, los celadores o almaceneros reciben las mercancías, com-probando el número de bultos que indica el albarán. El albarán es el documento que verifica la recepción de una mercancía pedida pre-viamente. Son apartados básicos en la tarea de recepción de mercancías la recepción simple de la mercancía y la revisión de la misma (control de lotes), no así la comparación de la petición material realizada por las distintas dependencias con el listado de material recibido (esta es una actividad de orden interno). La recepción de las mercancías debe ser cuantitativa y cualitativa. En la recepción del material se procede a conformar los albaranes con las facturas. Conformar una factura significa comprobar que el pedido y la mercancía recibida, co-inciden con el importe de la factura. Tanto los albaranes como las facturas son documentos que expiden los proveedores. Cada producto que entra en el almacén tiene una referencia, que es la que consta en el catálogo e informa del tipo de producto que es, las unidades de que se dispone en el almacén y sus características específicas. Recibida físicamente la mercancía en el almacén y una vez realizadas las comproba-ciones descritas, se procede a su colocación en el almacén. c) Suministros internos Una buena organización del almacén conlleva la asignación ordenada a cada servicio o unidad de un día concreto a la semana para realizar los pedidos. Los distintos servicios y unidades solicitan del almacén el material que necesitan me-diante los vales de almacén, hojas de pedido o vales de pedido, con la periodicidad previamente establecida. La petición de material en el modelo oficial debe ir firmada por el responsable del Servicio (Supervisores de Planta, Jefes de Unidad), indicando la denominación y códi-

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go del producto solicitado, la cantidad, el almacén al cual hace el pedido y la fecha del pedido. Preparado el pedido por los celadores o almaceneros, estos o el personal auxiliar de cada servicio retirará el material. La mercancía será retirada junto con una copia del vale de pedido, en la cual el per-sonal del almacén habrá consignado la cantidad realmente servida junto a la que se solicitó. d) Gestión de existencias y criterios de valoración La identificación de los productos solicitados se realiza mediante la codificación de los productos y su inclusión en el catálogo. Los códigos constan de una relación nu-mérica o alfanumérica con la siguiente información:

• Grupos. • Subgrupos.

• Familias.

• Artículo.

El catálogo ofrece a sus usuarios una relación ordenada de los productos que se con-sumen en los centros sanitarios. La elaboración del catálogo debe observar la siguiente metodología:

• Finalidad. • Composición: Comprende la totalidad del artículo 22, del Capítulo II del pre-

supuesto de gastos.

• Organización: por códigos de productos.

• Información sobre productos al uso (incluyendo almacenables y específicos, y con independencia de la rotación que tenga el producto).

• Rango.

El catálogo habrá de conformarse con el siguiente contenido acerca de los productos incluidos en el mismo:

• Códigos.

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• Descripción: debe se clara, concisa y definitoria, y no debe de contener refe-rencias comerciales, sino características del producto.

• Unidad: es esencial la definición de la unidad que se quiere contabilizar (por

ejemplo, caja de 10, caja de 50, etc.). • Ubicación: espacio físico que ocupa en el almacén. Deberá ser más accesible

cuanto mayor índice de rotación tenga. Si se trata de sustancias peligrosas es-tarán próximas al suelo.

• Rango: ABC, por consumo, por precio, etc.

Es necesario mantener permanentemente actualizado el catalogo de productos (man-tenimiento del marketing del hospital), realizándose para ello las siguientes funcio-nes:

• Con relación al producto o artículo: denominar genéricamente cada artículo, y describirlos convenientemente, codificarlos, relacionarlos con las distintas referencias comerciales del mismo producto que se dispongan, eliminar dupli-cidades, depurar los productos obsoletos, etc.

• Con relación a los proveedores: datos sociales, fiscales y bancarios, volumen

de pedidos y nivel de servicio o ejecución. Pueden hacerse diversas clasificaciones del material que existe en una institución sa-nitaria:

• Según sus características y duración:

o Fungible. Se caracteriza porque desaparece con el uso o se deteriora. En muchos casos es frágil y tiene una vida corta. Son artículos desechables, es decir, de un solo uso, o bien reutilizables después de una limpieza y es-terilización adecuadas. Pertenecerían a este tipo de materiales las sondas, el bisturí, las tijeras, las pinzas, el material de vidrio, etc.

o Inventariable. Son aquellos artículos con una vida larga y por tanto con un

carácter definitivo. Son los que nutren el inventario de un centro. Se re-fiere al mobiliario en general: camas, mesitas, lámparas, vitrinas, sillas de ruedas, aparataje y máquinas específicas, por ejemplo de rayos X o escá-ner.

• Según su peligrosidad infectiva:

o Crítico. Es el material que requiere una asepsia total. Se refiere al instru-mental que de manera temporal o definitiva va a permanecer en el inter-

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ior del organismo. Son las prótesis de cadera, las válvulas cardíacas, los hilos de sutura, etc.

o Semicrítico. Son artículos que deben permanecer desinfectados, aunque

no es imprescindible su esterilización, ya que habitualmente no se con-vierten en vías de transmisión de infecciones, sin embargo se desinfectan porque son materiales con los que trabaja estrechamente el personal sani-tario. Son, por ejemplo, las bateas...

o No crítico. Debe estar rigurosamente limpio y en la medida de lo posible

desinfectado. Es un material que no está en contacto directo con el inter-ior del organismo, ni con sus vías de entrada. Esta denominación se refie-re, por ejemplo, a la ropa de cama y a los orinales. Pero hay que tener en cuenta que, si están en contacto con un enfermo que padezca una patolo-gía infecciosa, deben ser desinfectados e incluso esterilizados cuidadosa-mente, pues los materiales pueden ser vías de transmisión de infecciones entre los pacientes o entre el personal de la institución sanitaria.

• Según su consumo:

o Almacenable (genérico). Son artículos que se encuentran “stockados” en

el almacén y que son consumo generalizado por todas las unidades del hospital (por ejemplo, material de oficina).

o Específico. Sólo se consume por una o varias unidades y, por tanto, no se

guarda en el almacén, sino en el propio servicio que lo consume. El alma-cén sólo controla su recepción y su inmediata distribución al servicio co-rrespondiente, por lo que también se llama material de tránsito.

Asimismo, se habla de los siguientes tipos de artículos:

• Artículos rotacionales: Son los de consumo regular, almacenables con stock de tendencia a la baja.

• Artículos de seguridad: Son de consumo esporádico, almacenables con stock

sujetos a criterios de seguridad.

• Artículos de tránsito: Artículos no almacenables, de inmediato consumo o sa-lida. El almacén sólo realiza la verificación de la recepción y entrega inmedia-ta en el servicio peticionario.

• Excedente: artículos almacenados obsoletos o fuera de uso, son artículos a

eliminar.

• Artículos de baja: artículos obsoletos, sin stock, cuyas descripciones se desean mantener.

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La adquisición de los productos se hará, necesariamente, conforme a la legislación de contratos del sector público (Anexo al presente tema). La adjudicación de los concursos ha de hacerse en base a la ponderación de unos cri-terios de valoración. Entre estos criterios se encuentran:

• Los criterios técnicos, referidos a las características del producto. El máximo a alcanzar en este apartado viene definido en los pliegos de contratación ad-ministrativa utilizados, ya se valore individualmente cada artículo, ya conjun-tamente la totalidad de lo ofertado.

• El precio ofertado. Es determinante en la contratación administrativa, ya que

en ningún caso, sea cual sea el procedimiento de contratación administrativa y la forma de adjudicación, se podrá adjudicar por importe superior.

Se valorará la conveniencia de agrupar distintos lotes, a fin de lograr que un conjunto de artículos similares se adjudiquen a un solo proveedor, asegurándose así la homo-geneidad técnica y la calidad de los productos adjudicados. La correcta estimación del precio unitario tiene dos efectos directos en la contrata-ción administrativa de la cual depende el aprovisionamiento de los hospitales:

• Que no queden partidas desiertas en la adjudicación del expediente de con-tratación administrativa por excederse las ofertas del precio de licitación.

• Conseguir altas cotas de ahorro, que depende, en gran medida, de estimar un

precio unitario equilibrado. CÁLCULO DE STOCKS. SISTEMAS DE IDENTIFICACIÓN DE PRODUCTOS. CONTROL DE CONSUMO El cálculo del aprovisionamiento del material almacenable requiere el conocimiento previo de las siguientes variables relacionadas con el “stock” para cada producto:

• Stock punto de pedido: determina, en unidades, el número de éstas a partir de la cual debe realizarse un pedido.

• Stock de seguridad: es el volumen de stock fijado antes de que el artículo sea

considerado bajo mínimos. Su actualización dependerá del coeficiente de se-guridad y de si el articulo está considerado rotacional.

• Stock actual: es la cantidad de unidades de artículos en un momento deter-

minado de recuento, después de las entradas y salidas; pasará a ser el stock inicial del próximo mes del ejercicio.

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• Consumo medio mensual: es un dato estadístico que refleja de forma ponde-rada las unidades de artículos consumidas por termino medio de un mes.

• Consumo acumulado por año: es la lectura de las unidades de artículos con-

sumidos durante un año.

• Desviación: refleja de forma porcentual las diferencias entre las previsiones de consumo realizadas y el consumo real anual.

El objetivo del cálculo de stocks (o controles de stocks) es evitar el desabastecimien-to del centro. Estos controles se refieren sólo al material almacenable, y son distintos a los contro-les diarios que se hacen de los albaranes para la preparación de los pedidos de los servicios. Para el control del stock podemos recurrir a:

• Inventarios rotatorios. Son realizados sobre un número pequeño de artículos diversos considerados almacenables, que sirven como muestra de la situación del almacén en cuanto a las cantidades existentes de material y sus caducida-des. La periodicidad de su realización, así como el número muestral de artícu-los, variará según las condiciones del almacén, el número de artículos alma-cenados, o las cargas de trabajo de su personal.

• Revisión del material sin movimiento o con poco movimiento. Periódicamente

el personal del almacén obtendrá listado de artículos con poco movimiento. La programación es una previsión de la demanda a corto plazo, a fin de cubrir ade-cuadamente los niveles de existencias. Para ello, hay que tener en cuenta, entre otros factores, el número de unidades disponibles de cada producto o línea de pro-ductos, la programación de suministro o distribución que se tenga y el stock de segu-ridad. La clasificación de los artículos almacenados facilita la programación. A través de las técnicas de segregación de existencias, los artículos pueden ser clasificados en fun-ción de su contribución al gasto, por la cantidad de movimientos que generan, etc. La clasificación ABC de los artículos que están en stock es un instrumento eficaz para la gestión de las existencias. En los almacenes con un gran número de artículos se observa que una pequeña por-ción de ellos representa un elevado porcentaje del volumen de demanda, y una gran fracción de artículos representa un pequeño porcentaje de dicho volumen.

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En base a lo anterior, se establece una clasificación de los artículos en tres categorí-as:

• A (los más importantes). La mayor atención será prestada a estos artículos. La mayoría de las veces representan entre un 3% y un 10% del total de los artícu-los en stock y suponen más del 50% de la demanda total en términos moneta-rios.

• B (importancia intermedia). Componen una clase numerosa, ya que normal-

mente más del 40% de los artículos representan la mayor parte del valor mo-netario de la demanda anual restante.

• C (los menos importantes). Representan el resto del valor monetario de la

demanda. Para estos artículos, las reglas de decisión deben ser lo más simples posibles. Se recomienda disponer de existencias de seguridad altas para estos artículos poco importantes, con la intención de minimizar los inconvenientes causados por una rotura de existencias.

El principio de Pareto (también conocido como Ley de Pareto o regla del 80-20) se ha aplicado con éxito a la Logística. Este concepto 80-20 es de gran utilidad en la planificación de la distribución cuando los productos se agrupan o clasifican por su volumen de demanda (ABC) el primer 20% se denomina productos A; el 30% siguiente, productos B; y el resto, productos C. Ca-da categoría puede distribuirse o almacenarse de forma diferente. Cuando un almacén tiene un inventario grande, para concentrar los esfuerzos de con-trol en los artículos o mercancías más significativos se suele utilizar el principio de Pareto: controlando el 20% de los productos almacenados puede controlarse aproxi-madamente el 80% del valor de los artículos del almacén. La clasificación ABC de los productos también se utiliza para agrupar los artículos en función de su movimiento en el almacén: los productos A (20% de los artículos que generan el 80% de los movimientos del almacén) se colocarán cerca de los lugares donde se preparan los pedidos, para que se pierda el menor tiempo posible en mover mercancías dentro de un almacén. Instrumento esencial para el cálculo de stocks es el Inventario Anual. Su confección suele realizarse en los últimos meses del ejercicio económico, para lo cual se procede al cierre del almacén durante aproximadamente una semana, previo aviso a los distintos servicios, para que tengan en cuenta las necesidades de abaste-cimiento en ese período y realicen el acopio preciso durante las semanas previas. Para su confección se debe partir de una situación en la que no está pendiente de procesar ningún movimiento (entrada o salida) de cualquier artículo almacenable.

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La realización del inventario anual sirve para realizar el recuento de los artículos y comprobar las caducidades de estos, aprovechando para colocar los que tienen la fe-cha más próxima en primera línea y apartando aquellos que pudiesen estar caduca-dos. Para calcular los stocks debe atenderse, también, a la salida de material del almacén (por devaluaciones al proveedor o distribución de pedidos a los servicios). Lógicamente, paso previo al cálculo de stocks es el propio estocaje, es decir, el apro-visionamiento de las existencias que integran el stock. El aprovisionamiento se inicia con el análisis y estudios de los consumos del material que se requiere y se precisa para el normal funcionamiento del hospital. Este análisis da lugar al establecimiento de unas necesidades de material para su adquisición. El plan de compras aprobado anualmente en cada hospital definirá las necesidades a adquirir de los distintos artículos que componen el catalogo del centro, necesidades que se obtienen a partir del análisis del consumo realizado de los artículos que com-ponen los distintos grupos y del incremento de consumo previsto para el siguiente pe-riodo:

• En el material almacenable, el análisis se realizara según el consumo realiza-do.

• En el material especifico, sin “stock” en el almacén, el análisis deberá consi-

derar el presupuesto disponible, la actividad prevista, y la necesidad o no de nuevo material a adquirir y de contar con nuevas tecnologías en el hospital.

Estos listados de necesidades son analizados por el personal responsable designado y por técnicos administrativos sanitarios. Las necesidades se suelen presentar agrupadas, anualmente, como planes de reposi-ción o planes de inversiones, previamente consensuadas por la dirección del centro y los distintos servicios, y estará en función de la disponibilidad presupuestaria. Los artículos incluidos en las necesidades deberán adquirirse mediante contratación administrativa. Finalmente, dentro de los instrumentos de apoyo al aprovisionamiento y a la adquisi-ción de material están los sistemas de prospección de mercado, que permiten un ma-yor conocimiento del mismo, a fin de conocer la existencia de productos de iguales o similares características en el mercado, las empresas que los comercializan, las refe-rencias comerciales, las innovaciones tecnológicas aplicadas al producto, productos de uso alternativo, su precio unitario, la unidad de venta, etc.

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EL CONTRATO DE SUMINISTRO De acuerdo con el Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público (TRLCSP), son contratos de suministro los que tienen por objeto la adquisición, el arrendamien-to financiero, o el arrendamiento, con o sin opción de compra, de productos o bienes muebles. En todo caso, se considerarán incluidos los contratos siguientes:

• Aquéllos en los que el empresario se obligue a entregar una pluralidad de bie-nes de forma sucesiva y por precio unitario sin que la cuantía total se defina con exactitud al tiempo de celebrar el contrato, por estar subordinadas las entregas a las necesidades de la Administración.

• Los que tengan por objeto la adquisición y el arrendamiento de equipos y sis-

temas de telecomunicaciones o para el tratamiento de la información, sus dispositivos y programas, y la cesión del derecho de uso de estos últimos, a excepción de los contratos de adquisición de programas de ordenador desarro-llados a medida, que se considerarán contratos de servicios.

• Los de fabricación, por los que la cosa o cosas que hayan de ser entregadas

por el empresario deban ser elaboradas con arreglo a características peculia-res fijadas previamente por la entidad contratante, aun cuando ésta se obli-gue a aportar, total o parcialmente, los materiales precisos.

También tendrá la consideración de suministro el mantenimiento de equipos y siste-mas para el tratamiento de la información, sus dispositivos y programas cuando se contrate conjuntamente con la adquisición o el arrendamiento. Los contratos de suministro tendrán la consideración de contratos menores cuando su cuantía no exceda de 18.000 euros, con excepción de aquéllos a los que se refiere el artículo 206 del TRLCSP (contratación centralizada de bienes). DETERMINACIÓN DE LAS UNIDADES DE COSTE SANITARIO. LOS GRUPOS FUNCIONA-LES HOMOGÉNEOS (GFHs) Los centros sanitarios se organizan funcionalmente en unidades denominadas, gené-ricamente, servicios. Tales unidades constituyen centros de coste denominados Gru-pos Funcionales Homogéneos (GFHs). El GFH como unidad de costo sanitario puede ser definido como el coste de todos los recursos que esta unidad utiliza.

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Todo GFH identificado y codificado debe ser clasificado en uno de los siguientes tres grupos:

• Final (F). Son aquellos centros de costes que tienen una finalidad operativa directa sobre el producto sanitario.

• Intermedio (I). Son aquellos centros o actividades que sirven de apoyo opera-

tivo a los finales. Por tanto, sus costes deben ser repercutidos en base a la demanda de sus servicios por parte de los finales (por ejemplo, radiología).

• Estructura (E). Son centros o actividades de carácter general que garantizan

el funcionamiento de la actividad en general del centro (por ejemplo, direc-ción, administración, etc.).

El procedimiento metodológico empleado para la determinación de las unidades de costo sanitario demanda la evaluación de los siguientes componentes:

• El proceso de trabajo, la producción en salud y los protocolos.

• Los costos directos. Personal médico, enfermeros y auxiliares; suministros y materiales de la función salud; equipos como rayos x, odontológico, balanzas, etc.; bienes muebles como camillas, mesas ginecológicas, etc.

• Los costos indirectos. Personal administrativo; suministros y materiales de

oficina, de limpieza, eléctricos, combustibles y otros; equipos como compu-tadoras, copiadora, calculadora, etc.; muebles como escritorios, sillas, archi-vadores, etc.

ESTÁNDARES El coste estándar puede definirse como el coste medio de la producción de una uni-dad de producto en condiciones normales. Es una estimación de lo que objetivamente debe suceder; por tanto, es una meta de referencia para poder establecer una comparación con lo que realmente ha ocurrido. Para la obtención del coste estándar se usan todos los datos posibles, tanto los que el centro tiene por la actividad que desarrolla (datos históricos), como aquellos otros que se deriven de un estudio detenido y pormenorizado de su producción (análisis de tiempos, etc.) El sistema de estándares resulta útil para establecer un sistema de comparación y, por tanto, de control de los resultados reales. Las desviaciones son definidas como la diferencia entre lo deseado (coste estándar) y lo realizado (coste histórico).

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El análisis de desviaciones nos es útil para conocer el rendimiento y la eficacia obte-nida por el centro en su actividad y nos permite llevar a cabo el control de costes. Lo realmente importante no es conocer la cuantía de las desviaciones, sino llegar, a tra-vés de un análisis riguroso, a sus causas. De ese modo, se puede lograr una mejora en la gestión. Las causas de las desviaciones pueden ser diversas:

• Los estándares pueden no ser realistas, bien porque su cálculo es equivocado, o bien porque han cambiado las circunstancias y no responden a las situacio-nes actuales. Los estándares deben revisarse periódicamente.

• Una desviación en el precio del material sanitario utilizado achacable a una

mala compra, la ineficiencia en el sistema de producción asistencial, una ges-tión poco acertada de personal, etc.

La estandarización desempeña una importante función en las diferentes áreas que sea objeto de su aplicación, ya que permite proyectar de manera realista y dentro de un periodo determinado los resultados esperados de una actividad determinada. Los estándares, calculados y fijados con exactitud, podrán facilitar anticipadamente un análisis de los precios que a su vez servirá en la preparación del presupuesto y en su distribución entre las distintas unidades de costo sanitario del centro hospitalario. Existen tres tipos básicos de estándares que pueden emplearse:

• Fijos (básicos): estos una vez que se establecen, son inalterables.

• Alcanzables: se basan en un alto grado de eficiencia. Se fijan por encima de los niveles promedio de eficiencia.

• Ideales: se basan en el uso óptimo de los componentes de material directo, de

mano de obra directa y de costos indirectos de fabricación. En realidad los es-tándares ideales no pueden satisfacerse y generaran variaciones desfavora-bles.

Algunas de las ventajas que presentan los estándares son:

• Pueden ser instrumento importante para la evaluación de la gestión cuando las normas son realistas y factibles.

• Son útiles a la dirección para el desarrollo de sus planes y para la toma de de-

cisiones, pues el mismo proceso de establecer las normas requiere una plani-ficación.

• Pueden dar como resultado una reducción en el trabajo de oficina.

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• Sirven para medir y vigilar la eficiencia en las operaciones de la empresa, de-bido a que nos revela las situaciones o funcionamientos anormales.

• Son el complemento esencial de racional organización presupuestaria y facili-

tan la elaboración de los presupuestos. Por el contrario, presentan algunos inconvenientes:

• Con frecuencia, las normas tienden a adquirir rigidez: mientras que las condi-ciones de consumo cambian constantemente, las revisiones de las normas pueden ocurrir a intervalos poco frecuentes.

• Cuando las normas se revisan frecuentemente, su efectividad para evaluar la

actuación se debilita.

• Puede generar algunas molestias en los trabajadores pues se sienten bajo pre-sión al tratar de conseguir los estándares.

CLASIFICACIÓN DE LOS COSTOS SANITARIOS. OTROS MÉTODOS DE DETERMINACIÓN DE LOS COSTOS a) Clasificación de los costos sanitarios En el caso del sector sanitario, los criterios de clasificación de los costes más usuales son:

• Por su naturaleza: de acuerdo con la adaptación del Plan General de Contabi-lidad a las empresas de asistencia sanitaria, los costes se pueden agrupar en: consumo de bienes, personal, provisiones, servicios exteriores, gastos finan-cieros, amortizaciones, tributos.

• Costes Fijos, Variables y Semivariables. En función de su relación con el nivel

de facturación o de actividad del centro sanitario.

• Directos, Semidirectos e Indirectos. En función del coste con el objetivo final del producto o servicio, o a través de centros, departamentos o unidades or-ganizadas.

• Controlables y no controlables. En los centros sanitarios, la mayor parte de las

decisiones de asignación de recursos (quién ingresa, qué tratamiento sigue, etc.) la toman los facultativos de forma autónoma. Es conveniente, por tanto, que estos tengan información acerca de los costes que supone su decisión. Pa-ra ello hay que desagregar los costes y hacer visibles para los facultativos los que están bajo su control, separadamente de los que no lo están.

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• Totales, promedios y marginales. El costo total resulta de hacer una sumato-ria de todos los costos incurridos en una unidad de costo sanitario o GFH. Los costos promedio son los costos unitarios de la actividad resultantes de dividir el costo total por la producción total. Los costos marginales son los costos de producción de unidades adicionales de la actividad o producto.

Los dos grandes grupos de costes son los costes de personal y los costes de funciona-miento:

• En cuanto a los costes de personal, este componente representa, en el ámbito de la sanidad canaria, en torno al 70% del coste total, por lo que se exige un exhaustivo control del mismo. Requiere una adecuada asignación del coste de personal al GFH correspondiente.

• En los costes de funcionamiento hay que distinguir los grupos farmacológicos,

los suministros y el resto de los costes (amortizaciones, electricidad, etc.). Se debe tener especial consideración en el proceso de identificación y estima-ción de costes del consumo farmacéutico. Este exhaustivo control implica que este consumo, en general, debe quedar imputado al GFH que lo ha demanda-do, generado o solicitado.

b) Determinación de los costos sanitarios La contabilidad analítica como herramienta de gestión es de gran utilidad para tomar decisiones de explotación sobre la producción que diariamente realizamos en los cen-tros sanitarios. Además de los GFHs, son métodos para la determinación de los costos sanitarios los siguientes:

b.1) Grupos Relacionados por el Diagnóstico (GRDs) El concepto de case – mix se refiere a la diversidad de casos o de tipos de pacientes que son tratados y diagnosticados en el hospital (casuística hospitalaria). Puede definirse el case – mix como el catálogo de diagnósticos de enfermedades que resulta de la combinación de las diferentes enfermedades y problemas de salud de un determinado centro o institución, en función los códigos de la Clasificación Interna-cional de las Enfermedades (CIE-9 o CIE-10) asignados al diagnóstico principal, dia-gnósticos secundarios, intervenciones quirúrgicas y otros procedimientos médicos. Uno de los sistemas de case – mix basados en la CIE más utilizados es el de los Grupos Relacionados con el Diagnóstico (GRDs).

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En líneas generales, y pese a sus limitaciones y problemas, se puede decir que la im-portancia de los GRDs es indiscutible y su utilidad como sistema de medida de case-mix es mejor que cualquier otro método utilizado. La explotación de la información sobre GRDs en España se realiza, sobre todo a partir del análisis de la estancia media.

b.2) El método contable o directo Requiere la identificación y medición de los recursos que son empleados por una ac-tividad específica o consumidos por paciente. Este método enfoca los costos asocia-dos directamente a la producción de una determinada actividad de salud:

• Costo por establecimiento: se basa en la identificación de centros de costo, como departamentos o servicios dentro de un hospital o centro de salud.

• Costo por programas: se emplea para comparar, por ejemplo, programas na-

cionales, regionales o locales de control de una enfermedad.

• Costo por actividades: identifica los costos en el tratamiento de determinadas enfermedades, de ciertos tipos de pacientes, o de procedimientos médicos o de enfermería muy definidos.

b.3) Aplicación del ABC El proceso de adaptación es el siguiente: con el método ABC se identifican las activi-dades de los diferentes servicios, que se clasifican en dos grandes grupos: críticas y no críticas, en función de su importancia y especificidad en el proceso clínico, de su mayor o menor consumo de recursos y de su facilidad para emplear el ABC.